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Tesis sobre la participación política de niños desmovilizados
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Universidad de Los Andes
Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Ciencia Poltica
Bogot, Colombia
De nio combatiente a ciudadano? Los retos de la reintegracin poltica de nios
desvinculados del conflicto armado colombiano
Elaborado por Irina Mago Tesis para optar al ttulo de Magster en Ciencia Poltica
Directora: Angelika Rettberg
Lectores: Carlo Nasi e Ivn Orozco
Mayo 2011
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Agradecimientos
Esta investigacin fue posible gracias a la colaboracin de muchas personas e instituciones. A los jvenes
entrevistados les agradezco haber compartido su tiempo, sus historias y sus percepciones conmigo. Sin
ustedes hoy no existira este texto. A Angelika Rettberg, directora del Departamento de Ciencia Poltica de
la Universidad de Los Andes y directora de esta tesis, por haberme guiado con buena disposicin y
compromiso hasta alcanzar esta meta. A Carlo Nasi e Ivn Orozco, por su lectura juiciosa y por las crticas
que plantearon en la sustentacin, las cuales me permitieron enriquecer mi visin de un problema complejo
y poco estudiado. A Carlo Nasi y a Carolina Gmez, coordinadora de Postgrados, por motivarme a seguir
estudiando y por creer en m. Agradezco al Departamento de Ciencia Poltica de la Universidad de Los
Andes por haberme otorgado la beca que me permiti hacer esta tesis en el marco de la Maestra en
Ciencia Poltica. Al Centro de Estudios Socioculturales (CESO) de la Universidad y a su director, lvaro
Camacho, por financiar mi proyecto de investigacin.
A la Alta Consejera para la Reintegracin Social y Econmica de Personas y Grupos Alzados en Armas
(ACR), al Centro de Paz y Reconciliacin (CEPAR) de la Alcalda de Medelln, a la organizacin Benposta
Nacin de Muchachos, a la Coalicin contra la vinculacin de nios, nias y jvenes al conflicto armado en
Colombia (Caolico) y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), por la colaboracin y amabilidad
de sus funcionarios. A la ACR, al CEPAR y a Benposta por ponerme en contacto con los jvenes. Por
ltimo, y de manera especial, le doy las gracias a mis amigos y a mi familia. A mi abuelo y a mi padre,
quienes me han inculcado respeto por el conocimiento acadmico. A mis hermanas, por apoyarme y
quererme incondicionalmente. A mi madre, por su amor y por creer que puedo hacer una diferencia con mi
trabajo y con mi formacin. T eres quien sabe con mayor certeza que fui muy feliz haciendo esta
investigacin y que mis agradecimientos son sinceros. A ti, nuevamente gracias.
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Introduccin...4 I. Situacin actual del reclutamiento y de la desvinculacin de nios en Colombia....10 II. Marco institucional colombiano para la reintegracin de nios en Colombia...15
III. Estudios previos: literatura internacional...........24 IV. Estudios previos sobre reintegracin de nios en Colombia...........................33 V. Estrategia metodolgica........39 VI. La muestra: descripcin de los jvenes entrevistados...........44 VII. Datos: las experiencias de reintegracin poltica y las percepciones de la sostenibilidad de sus procesos.......49
1. Las experiencias de reintegracin poltica de los jvenes........50
a) Conocimiento de derechos y de autoridades asociadas a la ruta de reintegracin b) Relaciones con las instituciones y autoridades oficiales c) Relaciones con grupos armados ilegales, desvinculados y desmovilizados d) Participacin: opinin y toma de decisiones en sus procesos de reintegracin e) Participacin en poltica (e inters): elecciones y estructuras de poder f) Participacin en el proceso de reintegracin colombiano: construccin de paz (y potencial)
2. Percepciones que tienen sobre la sostenibilidad de sus procesos........60 a) Situaciones que los han hecho considerar volver a las armas y de hecho hacerlo b) Motivos que han encontrado para quedarse en la vida civil
VIII. Discusin: implicaciones de las experiencias de reintegracin poltica en las percepciones de la sostenibilidad de sus procesos de reintegracin.......66
Conclusiones...........84 Bibliografa..............86 Anexo 1: instrumento de investigacin93
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Introduccin
Vos sabs que ac en Colombia a la vuelta de la esquina llegan y (te dicen) vos, ve, ten 400 mil pesos mensuales y cog este fierro y cuid esta esquina. Te toca dos horas diarias.
Y vos sin trabajo. Pues ya entends un poquito ese campo, estuviste ah ya trinando. Entonces, yo no s dnde iremos a parar, especialmente yo.
Joven de 22 aos, ex integrante de las AUC
La realidad de muchos nios1 y jvenes2 desvinculados en Colombia hoy es que conviven con ofertas de
organizaciones armadas ilegales y con la tentacin constante de regresar al camino que transitaron.
Experimentan un proceso de reintegracin en el marco de un rearme parcial pero importante y como
consecuencia de una crisis humanitaria de la poblacin desmovilizada3, marcada por altos mrgenes de
desercin y reincidencia (CNRR, 2010). En este contexto, resulta un desafo transformar a los nios
combatientes en ciudadanos democrticos pacficos que participen en la toma de decisiones, como
pretende la poltica estatal de reintegracin. Desde el punto de vista de la construccin de paz en
Colombia, la posibilidad de lograr su reintegracin poltica, entendida como su participacin en la toma de
decisiones y en las estructuras de poder (Veale, 2003), adems de ser un derecho, podra ser un
mecanismo que los aleje de la violencia. Las experiencias de otros pases, como El Salvador y
Mozambique, sugieren que la falta de participacin de los nios en los procesos de reintegracin est
asociada a su continuacin en la violencia (Singer, 2006; Verhey, 2001, 2003).
Adems de las preocupaciones clsicas de los procesos de desmovilizacin, desarme y reintegracin
(DDR) como la forma en la que se financian los procesos de desmovilizacin y se garantiza la seguridad
de los excombatientes, pareciera que la sostenibilidad de los procesos de reintegracin de los nios
desvinculados tambin depende crticamente de la forma como se entiende, se disea e implementa su 1 Se usar el trmino nios para referirse a nias y a nios. Es decir, toda persona menor de 18 aos, de acuerdo con la Convencin de los Derechos del Nio. 2 Muchas investigaciones incluyen una fase de la niez dentro del trmino juventud. Segn la Organizacin de Naciones Unidas, jvenes son personas entre 15 y 24 aos. 3 Que se ha visto afectada as como sus familias por acciones violentas como homicidios, retenciones ilegales, desapariciones forzadas, amenazas, desplazamiento forzado y reclutamiento ilcito.
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ruta de reintegracin poltica. Por consiguiente, esta investigacin busca aproximarse al caso colombiano y
responder la siguiente pregunta: qu implicaciones tienen las experiencias de reintegracin poltica
de los nios desvinculados colombianos en la sostenibilidad4 de sus procesos de reintegracin?
La investigacin pretende aportar informacin novedosa tanto al conocimiento acadmico afn a la ciencia
poltica, como a la poltica pblica encargada de atender a los nios y jvenes desvinculados de
organizaciones armadas ilegales colombianas. Quiere contribuir a llenar el vaco terico que existe sobre la
participacin poltica de esta poblacin en Colombia (Obando y Otlvaro, 2009) y pretende dar luces
acerca de cmo perciben la sostenibilidad de sus procesos de reintegracin, tema que tambin ha recibido
poca atencin acadmica (ODDR, 2009). As apunta a enriquecer, desde la perspectiva de los nios hoy
jvenes desvinculados, el debate sobre una poltica pblica que recin cumpli una dcada de
funcionamiento, que no est ni pretende estar terminada (ICBF, 2010), y que ha sido frecuentemente
cuestionada.
El estudio muestra que la reintegracin poltica, un tema que se suele reservar para excombatientes
adultos, es relevante tambin para la reintegracin de nios, pues de ella puede depender su
transformacin en ciudadanos productivos, responsables y pacficos. En efecto, los desvinculados tienen
necesidades de participacin o necesidades polticas que tienden a pasarse por alto (McEvoy-Levy, 2001),
y se ven a s mismos como actores sociales y con frecuencia como actores polticos capaces de tener xito
(Maulden, 2007). El componente poltico dentro de sus procesos es relevante, debido a que si se falla en
involucrarlos en formas significativas en las estructuras de toma de decisiones (participacin) en el
postconflicto ser ms probable que los esfuerzos de paz fracasen (IDDRS, 2006). Hay evidencias de que
su participacin impacta la viabilidad de una paz sostenible, aunque no la garantiza (Maulden, 2007). 4 Sus procesos son sostenibles si no se vuelven a integrar a un grupo armado ilegal.
6
Tratndose de personas en formacin, con mayor razn, la reintegracin poltica de quienes ingresaron a
las filas siendo menores de edad debe ser considerada en estudios y en las polticas relevantes.
Esta investigacin, por tanto, aporta al debate acerca de cmo reintegrar a los nios excombatientes para
reducir su propensin a usar violencia y romper los ciclos que van en contrava de la construccin de paz y
democracia (Wessells, 2006); y cmo aprovechar al mismo tiempo el potencial social y poltico que tienen,
en su beneficio propio y en el de una paz sostenible (McEvoy-Levy, 2006). En este debate, la reintegracin
de esta poblacin es sealada como una prioridad en el postconflicto, pues los nios desvinculados pronto
se convierten en jvenes, que es considerado tanto el grupo con mayores dificultades para reinsertarse
adecuadamente y el que impone mayores riesgos para la paz, como el grupo ms grande de
contribuyentes potenciales a la economa y a la reconstruccin de un pas (Specht, 2006).
Aunque ya existe conciencia acerca de la importancia de brindar atencin diferenciada a esta poblacin
durante su reintegracin, las perspectivas de los nios desvinculados han tenido poca atencin (Wesells,
2006). No sabemos mucho acerca de qu piensan ellos acerca de los procesos de paz y de la tarea de
reconstruir sus sociedades (McEvoy-Levy, 2001), sus realidades no estn claras y ha habido poca
descripcin y anlisis de las transiciones y de las experiencias de desmilitarizacin (Denov y Maclure,
2007). Incluso en el Primer Congreso Internacional de Desarme, Desmovilizacin y Reintegracin (DDR)5,
llevado a cabo en Cartagena (Colombia) en el ao 2009, se concluy que los nios desvinculados
requieren de un mejor apoyo que incluya mapear oportunidades y necesidades, ya que sus voces a
menudo no son solicitadas o van siendo silenciadas activamente (CIDDR, 2009, p. 23).
5 Organizado, entre otros, por la Alta Consejera para la Reintegracin Social y Econmica de Personas y Grupos Alzados en Armas (ACR) y la Comisin Nacional de Reparacin y Reconciliacin (CNRR).
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Tomando en cuenta este vaco, este estudio exploratorio adopt un enfoque cualitativo y narrativo,
centrado en las experiencias de reintegracin de un grupo de jvenes colombianos. El enfoque permite,
principalmente, rastrear y examinar transformaciones y cambios en momentos decisivos en la vida de los
individuos y tambin abarcar experiencias ms amplias como las relacionadas con un trauma y sus
consecuencias (Andrews et l., 2006), partiendo de sus propias voces y relatos. Se trata de un estudio
cuyo objetivo general es describir y analizar cmo los nios desvinculados del conflicto armado
colombiano perciben sus experiencias de reintegracin poltica, y la relacin que establecen entre
esta y la sostenibilidad de sus procesos. Para alcanzar esa meta, se plantearon tres objetivos
especficos:
1. Describir y analizar cmo han sido las experiencias de reintegracin poltica de los jvenes desvinculados colombianos.
2. Analizar los riesgos y las oportunidades que identifican los jvenes desvinculados con respecto
a la sostenibilidad de su reintegracin6.
3. Identificar, describir y analizar las implicaciones de las experiencias de reintegracin poltica en las percepciones de sostenibilidad de sus procesos de reintegracin.
En torno a estos objetivos se entrevist a profundidad y en repetidas ocasiones a un grupo de siete jvenes
dos mujeres y cinco hombres quienes estuvieron en distintos grupos armados ilegales colombianos
FARC, ELN y AUC7 durante su niez y salieron de estas organizaciones antes de alcanzar los 18
aos, es decir, siendo nios. Son desvinculados de edades que hoy oscilan entre los 21 y los 25 aos,
quienes han experimentado procesos de reintegracin con y sin apoyo del Estado. Se encuentran en las
ciudades de Bogot, Medelln y Barranquilla, donde estudian y trabajan informalmente, y donde fueron
consultados, gracias a la financiacin otorgada por el Centro de Estudios Socioculturales (CESO) de la
Universidad de Los Andes; y tambin gracias al apoyo de la ACR, del Centro para la Paz y la 6 Aunque el anlisis se concentrar en lo relacionado con la dimensin poltica, se tendr en cuenta lo que ellos en general identifican como motivos para quedarse en la vida civil y para considerar regresar a las armas, y en ciertos casos hacerlo. 7 Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ejrcito de Liberacin Nacional (ELN) y Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
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Reconciliacin (CEPAR) de la Alcalda de Medelln y de la organizacin Benposta Nacin de Muchachos
en Bogot.
Las entrevistas permitieron recoger las voces de los jvenes y la conformacin de relatos complejos, ricos
en detalles e ilustrativos de las realidades que estos jvenes enfrentan. Se complementaron con
entrevistas a profesionales que han estado involucrados en sus procesos, a cientficos sociales y a otros
expertos en el tema. Los datos se organizaron de acuerdo con las siguientes categoras:
1. Las experiencias de reintegracin poltica de los jvenes: a) Conocimiento de derechos y de autoridades asociadas a la ruta de reintegracin b) Relaciones con las instituciones y autoridades oficiales c) Participacin: opinin y toma de decisiones en sus procesos de reintegracin d) Participacin en poltica (e inters): elecciones y estructuras de poder e) Participacin en el proceso de reintegracin colombiano: construccin de paz (y potencial) f) Relaciones con grupos armados ilegales, desvinculados y desmovilizados
2. Las percepciones que tienen sobre la sostenibilidad de sus procesos:
a) Situaciones que los han hecho considerar volver a las armas y de hecho hacerlo b) Motivos que han encontrado para quedarse en la vida civil
Como complemento, tambin se revisaron artculos de prensa y estudios acadmicos, oficiales e
independientes. Debido al tamao de la muestra, los resultados aqu recopilados no pueden generalizarse
al resto de la poblacin de ms de 4.000 menores excombatientes registrados en Colombia hoy. Sin
embargo, aportan conocimiento y pistas valiosas sobre opiniones y perspectivas de uno de los grupos ms
importantes en el proceso colombiano de construccin de paz.
La investigacin corrobora que la experiencia de reintegracin poltica s afecta la percepcin de la
sostenibilidad del proceso de reintegracin de este grupo, aunque no la garantiza debido a que no es el
nico factor, ni el principal, que incide en la percepcin que tienen los jvenes desvinculados sobre la
sostenibilidad de sus procesos. El estudio apunta tambin a destacar el potencial de participacin que
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tienen los jvenes, que de ser canalizado adems de beneficiarlos a ellos, podra impactar positivamente el
proceso de reintegracin que vive Colombia. Como veremos en las siguientes pginas, estos hallazgos
coinciden con la literatura acadmica sobre estos temas, as como con la experiencia prctica acumulada
por las organizaciones que se desempean en este campo, aportan elementos para la discusin sobre el
caso colombiano y plantean nuevas preguntas de investigacin.
Presentacin del documento
El texto que sigue contiene (I) una descripcin de la situacin actual del reclutamiento y de la
desvinculacin de nios en Colombia y (II) una revisin breve del marco institucional que determina la
reintegracin de esta poblacin en el pas. Luego se revisan lecciones aprendidas en (III) la literatura
internacional con respecto a los programas de reintegracin y a las implicaciones que tiene para la paz el
concepto de reintegracin poltica de nios8. En el captulo siguiente, (IV) estudios previos sobre Colombia,
se examina lo que se ha investigado sobre reintegracin de nios en el pas. Se pincelan algunos temas
relacionados, pero se abordan sobre todo los asuntos pertinentes a los objetivos: la reintegracin poltica y
la sostenibilidad de sus procesos de reintegracin.
Una vez establecidos los antecedentes, el documento explica (V) la estrategia metodolgica que se sigui
para realizar el estudio cualitativo, y se describe (VI) la muestra, a saber, los jvenes entrevistados para
esta investigacin. En el siguiente captulo (VII) se detallan las experiencias de reintegracin poltica y las
percepciones de la sostenibilidad de sus procesos. Posteriormente (VIII) se plantea la discusin acerca de
las implicaciones de las experiencias de reintegracin poltica en la percepcin de la sostenibilidad de sus
procesos de reintegracin y se esbozan las (IX) conclusiones a las que llega el estudio.
8 Debido a que estudiar lo que ha ocurrido en cada pas sobrepasa los objetivos de la investigacin, se prefiri una visin general y consolidada del panorama mundial, con algunos ejemplos concretos.
10
I. Situacin actual del reclutamiento y de la desvinculacin de nios en Colombia
No se sabe cuntos nios han ingresado a los grupos armados ilegales colombianos. Aproximaciones
hechas en momentos puntuales oscilan entre 10.000 y 14.000 menores de edad vinculados a las
organizaciones ilegales (Coalico y CCJ, 2009) y sealan que al menos uno de cada cuatro combatientes es
nio (HRW, 2003)9. Hace unos aos Paul Martin, entonces director del Fondo de Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF) en Colombia, describi la gravedad de la situacin en una publicacin oficial:
En el pas, a pesar de los esfuerzos realizados, la vinculacin de nios y nias por parte de los grupos armados contina siendo una prctica comn. Aunque no se sabe a ciencia cierta la magnitud del fenmeno, se estima que Colombia ocupa el cuarto lugar entre los pases del mundo con mayor nmero de nios y nias en los grupos armados ilegales. En Colombia, como en los otros pases afectados, los grupos armados utilizan a los nios y nias para realizar diversas tareas que representan una amenaza inminente a su vida e integridad y que tienen consecuencias devastadoras y duraderas (Defensora del Pueblo, 2007, p. 17).
Al ao siguiente la Corte Constitucional de Colombia reconoci que la prctica era generalizada,
sistemtica y habitual, y recalc que se desconoca la verdadera magnitud y el alcance territorial de los
reclutamientos (ONU, 2009). Se ha dicho que la incorporacin de menores se lleva a cabo en 31 de los 32
departamentos del pas (CODHES, 2010), y que ha estado en aumento en los ltimos aos (Coalico,
2010), aunque la vinculacin de menores voluntaria o por reclutamiento es considerada una de las peores
formas de trabajo infantil y una violacin tanto del marco legal nacional como del internacional. Es un delito
de lesa humanidad (PGN, USAID y OIM, s.f) que siguen cometiendo las organizaciones al margen de la
ley, a pesar de haber suscrito acuerdos de no utilizacin y vinculacin de nios que no han respetado
(Coalico, 2010)10; y a pesar de los esfuerzos de organizaciones nacionales e internacionales, y del Estado
9 El reclutamiento es estimado indirectamente a partir de los nios desvinculados atendidos en el Programa de Atencin del ICBF. 10 Las AUC establecieron que no reclutaran, ni utilizaran menores en la Declaracin de Paramillo (1998); luego lo reiteraron en el marco de la Ley de Justicia y Paz. Las FARC prometieron no reclutar menores de 15 aos ante la ONU en 1999. Y el ELN asumi el compromiso de no reclutar menores de 16 aos al firmar los acuerdos de Puerta del Cielo en 1998 (Coalico, 2010).
11
colombiano por prevenirlo11, as como por proteger los derechos humanos de los nios, que son
privilegiados y especiales por su estado de indefensin (PGN, 2006).
Una vez los nios son reclutados, algunos logran abandonar las filas. No se conoce la cantidad, ni el
estado actual de muchos de ellos. De acuerdo con la Procuradura General de la Nacin los nios, nias y
adolescentes pertenecientes a grupos ilegales superaron cien veces la de aquellos que han sido
desmovilizados (PGN, 2006, p. 302), pues Colombia figura como uno de los pocos pases donde la
desmovilizacin de nios se ha ocultado masivamente (Sierra, 2009)12. Por estas razones en el ao 2010
el Gobierno nacional reconoci ante la Organizacin de Naciones Unidas (ONU) que lo nico que se
puede afirmar con certeza sobre reclutamiento de nios por parte de grupos armados ilegales es que
desde que se cre el programa estatal de atencin diferenciada del Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar (ICBF), para esta poblacin en 199913 hasta febrero de 2010 se han desvinculado 4.252 menores:
73% son nios y 27% nias provenientes de distintos grupos armados ilegales (ver grfico 1).
11 Quiz entre los ms reconocidos est la creacin de la Comisin intersectorial para la prevencin del reclutamiento y utilizacin de nios, nias, adolescentes y jvenes por grupos organizados al margen de la ley , de la Vicepresidencia; la aceptacin del sistema de monitoreo de la ONU (Resolucin 1612) y la elaboracin del documento Conpes 3673 de 2010 que representa un avance importante hacia una poltica de prevencin. 12 Este delito permanece en la impunidad debido a que no hay ninguna sentencia judicial que lo condene. Las denuncias por reclutamiento de nios son casi inexistentes: en el 2003 la Polica Nacional registr dos denuncias, en el 2004 otras dos y en el 2005 seis. En general la disparidad entre los hechos punibles que acaecen en el conflicto armado contra la niez, el derecho que los reprueba y prohbe y las sentencias judiciales que deberan dictarse, a fin de sancionar a los responsables, es abismal (Labrador y Gmez, 2010, p. 85). 13 El Programa Especializado de Atencin a Menores Desvinculados de Grupos Armados Ilegales, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). El nombre del programa ha sido cambiado varias veces. Para evitar confusiones en esta investigacin se har referencia al Programa de Atencin Especializada o al Programa del ICBF. Este es diferente al Programa de Reintegracin de la ACR, que atiende a adultos desmovilizados y a los desvinculados una vez alcanzan la mayora de edad.
12
Grfico 1: Total de nias y nios desvinculados atendidos por el Programa de Atencin Especializada del ICBF, segn los grupos armados ilegales a los que pertenecieron (1999-2010).
FARC: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, AUC: Autodefensas Unidas de Colombia, ELN: Ejrcito de Liberacin Nacional, EPL: Ejrcito Popular de Liberacin, ERP: Ejrcito Revolucionario del Pueblo, ERG: Ejrcito Revolucionario Guevarista, BACRIN: Bandas Criminales al Servicio del Narcotrfico. FUENTE: Sistema de Informacin ICBF. Fecha de corte: 28 de febrero de 2010. Poblacin Atendida: 4.252. (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2010, p.1).
El ICBF ha sealado, a partir de lo que conoce de la poblacin atendida, que algunos de los fenmenos
sociales que coadyuvan a acrecentar el reclutamiento son el narcotrfico, la pobreza, la violencia
intrafamiliar, la cultura de la ilegalidad y la baja capacidad de retencin del sistema escolar (ICBF, 2010, p.
14). La mayora de los ingresos a las filas armadas ocurre de forma voluntaria14, de acuerdo con Human
Rights Watch (2003), aunque una vez que los nios se han incorporado a las organizaciones no pueden
salir voluntariamente pues el precio de intentar desertar puede ser su vida (HRW, 2003, p. 29).
En cuanto a la desvinculacin de los menores que han ingresado al Programa de Atencin Especializada
del ICBF, esta se ha producido de forma voluntaria en un 82% (desercin o entrega, incluyendo las
desmovilizaciones colectivas) y 18% fueron recuperados en acciones militares15. Las razones para
desvincularse individualmente estuvieron relacionadas con volver a su familia, el riesgo de perder la vida,
14 La voluntariedad es cuestionada pues es vista ms [como] una consecuencia de la terrible falta de oportunidades para los nios de los sectores ms pobres de la sociedad rural, que un verdadero ejercicio de libre eleccin (HRW, 2003, p. 28). 15 Cuando se refiere a nios se usa el trmino recuperados en vez de capturados.
13
y el cansancio o desacuerdo con labores realizadas en el grupo (ICBF, 2010, p. 16). En la mayora de los
casos abandonaron las armas entre los 15 y los 17 aos16, y segn el ICBF:
Las cifras anteriores dejan en evidencia la grave afectacin que la prctica del reclutamiento tiene para el desarrollo integral de nios y nias en Colombia, ms an si se tiene [en cuenta], como lo reporta la literatura especializada en el tema, que en los seres humanos la etapa comprendida entre los 11 y los 17 aos de edad es un perodo vital de transformaciones en trminos de desarrollo identitario, afectivo, social y sexual []. El reclutamiento adems de vulnerar todos los derechos fundamentales [] afecta profundamente la construccin de su futuro y de su proyecto de vida (ICBF, 2010, p.13).
Por ltimo, del Programa de Atencin Especializada han egresado 3.642 nias y nios entre los aos 2000
y 2009. Los motivos de los egresos se detallan a continuacin (ver grfico 2).
Grfico 2: Egresos y motivos de egreso por sexo. Programa de Atencin Especializada a nios, nias y adolescentes que se desvinculan de los grupos armados al margen de la ley.
Femenino Masculino Total Motivo de egreso del Programa
N % N % n %
Alta Consejera 289 30 898 34 1187 33
Fallecimiento 0 0 2 0 2 0
Reintegro familiar 281 29 543 20 824 23
Retiro voluntario17 362 38 1021 38 1383 38
Vida independiente 31 3 215 8 246 7
Total nios, nias y adolescentes 963 2.679 3.642 Fuente: Sistema de Informacin ICBF. Fecha de Corte: diciembre 31 de 2009. (ICBF, 2010, p. 50).
16 Aunque nios de 9 aos han ingresado al Programa (ICBF, 2010). 17 El retiro voluntario ha presentado una tendencia decreciente como motivo de egreso pasando del 19% en 2003 al 12% en 2009. Para responder a esta situacin a partir del ao 2006 el programa dise la estrategia de bsqueda activa que se propone hacerle seguimiento a los nios y a las nias que han egresado, focalizndose en los que lo han hecho por retiro voluntario. La estrategia ha recogido informacin de 502 jvenes, de un total de ms de 1.300 (ICBF, 2010).
14
Un dato para tener en cuenta: los nios que no salen de los grupos armados ilegales y los que
desertan siendo adultos
Muchas nias y nios ingresan a las organizaciones ilegales y permanecen en ellas hasta convertirse en
adultos combatientes. Algunos salen de las estructuras armadas siendo adultos, otros nunca lo hacen. Un
ejemplo de este ltimo caso es Nicols Rodrguez Bautista, alias Gabino, quien ingres al ELN a los 14
aos y hoy es el lder de esta guerrilla, la segunda ms importante del pas, que aunque ha disminuido su
capacidad de accin tiene una larga historia como actor del conflicto. Otro ejemplo es Vctor Julio Surez
Rojas, alias Mono Jojoy, quien inici labores de mensajero con las FARC siendo nio, entr formalmente al
grupo cuando era mayor de edad y luego se convirti en jefe militar y en miembro del Estado Mayor de las
FARC hasta que fue abatido por el Ejrcito colombiano en el ao 2010.
15
II. Marco institucional para la reintegracin de nios en Colombia18
(a) La poltica pblica de atencin a niez desvinculada y sus actores
Aunque los nios han sido reclutados por grupos armados legales e ilegales en toda la historia de
Colombia, su desvinculacin solo se reconoci en la legislacin nacional hasta 1997. Ese ao la Ley 418
encarg al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) de atender a los nios provenientes de
grupos armados ilegales (CNRR, 2010). Dos aos ms tarde, en 1999, se expidi el Decreto 1.137, con el
que se crea un programa piloto (ODDR, 2009), tambin a cargo del ICBF, que dio inicio a una poltica
pblica diferenciada de los adultos, para atender a esta poblacin hoy considerada vctima poltica del
conflicto armado colombiano19, y como tal sujeto de atencin integral (Defensora, 2006) y proteccin
reforzada por parte del Estado (PGN, 2006), en concordancia con la legislacin nacional y el derecho
internacional humanitario20.
Esta poltica pblica de atencin diferenciada para la niez desvinculada, cuyo responsable es el ICBF,
articula acciones del Estado, del Gobierno, la sociedad civil y la comunidad internacional (ICBF, s.f. en
Mario, 2005). Se trata de un conjunto de esfuerzos nacionales e internacionales que apoyan el deber del
Estado de velar porque sean atendidos de inmediato los desvinculados, reestablecidos sus derechos
vulnerados y revisados todos los dems derechos (PGN, 2006). Ha contado con el respaldo del
presupuesto nacional (CNRR, 2010) y con participacin financiera y tcnica de organismos internacionales
e intergubernamentales como Save the Children, Organizacin Internacional para las Migraciones (OIM), 18 El modelo, as como la legislacin nacional e internacional, ha cambiado desde su creacin. Se describir cmo funciona hoy y solo se indicar, en ciertos casos, cmo ha funcionado en el pasado. 19 Esta poblacin es considerada como vctima por la normatividad internacional incorporada a la legislacin colombiana. No obstante, la Sentencia (C-203 de 2005) de la Corte Constitucional seala que pueden ser posibles victimarios. (Y) la Ley 1098 de 2006, en su ttulo II, seala el principio de oportunidad (Roco Rubio, comunicacin personal, 2010). As el fiscal delegado decide si otorga o no ese principio de oportunidad de acuerdo con las circunstancias que llevaron al nio a vincularse (ICBF, 2010). La responsabilidad penal juvenil debe proceder de manera excepcional (PGN, USAID y OIM, s.f.). No se aplicar el principio de oportunidad cuando se trate de hechos que puedan significar violaciones graves al DIH, crmenes de lesa humanidad o genocidio segn el Estatuto de Roma (Conpes 3673, 2010). De cualquier manera la Ley 1448 o Ley de vctimas (2011) le otorga el carcter de vctima a los nios desvinculados del conflicto armado colombiano. 20 Los nios desvinculados tienen proteccin en tres niveles del DIH: como poblacin civil, como poblacin especial vulnerable y sujeto de derechos prevalentes (PGN, USAID y OIM, s.f.). Adems se entiende que el Estado fue tambin responsable por su vinculacin ilegal, pues ocurri como consecuencia del incumplimiento del deber estatal de proteger sus derechos, que son privilegiados y especiales por su estado de indefensin (PGN, 2006).
16
Agencia de Cooperacin Tcnica Alemana - GTZ, Organizacin Internacional para el Trabajo (OIT),
UNICEF, Unin Econmica Europea, la Comunidad de Madrid (ICBF, 2010), la Agencia de Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional (USAID) y la cooperacin canadiense e italiana (Sierra, 2009)21.
A diferencia de los dems pases, Colombia asume la totalidad de la responsabilidad institucional y
garantiza la propiedad nacional del desarme, desmovilizacin y reintegracin (DDR)22, e involucra a
organizaciones internacionales en tareas de acompaamiento, evaluacin, monitoreo y ejecucin de
proyectos puntuales (Nussio, 2009). Colombia tiene los ingresos per cpita ms altos de todos los pases
con procesos de DDR. En 2007 el dinero invertido por excombatiente era seis veces mayor que el
promedio de los diecinueve casos existentes (Carams, Fisas y Sanz, 2008 en Nussio, 2009). Entre 2003
y 2007, el Gobierno Nacional asign $925 mil millones para la desmovilizacin y reincorporacin de
adultos y nios (Conpes, 2008 en Nussio, 2009).
La atencin a los nios desvinculados se presta bajo un esquema de licitaciones pblicas, en el cual el
ICBF contrata los servicios de organizaciones no gubernamentales23 para que operen el Programa
mientras el Instituto se ocupa de tareas administrativas y de la supervisin, seguimiento, acompaamiento
y asesora de la funcin de los contratistas (ODDR, 2009). La ACR, principal promotor de la Poltica
Nacional de Reintegracin Social y Econmica de Personas y Grupos Alzados en Armas (PRSE) de
Colombia24, acompaa y asesora al ICBF, y coordina, hace seguimiento y evala la accin de las entidades
estatales que intervienen en el proceso de reintegracin de los nios desvinculados en Colombia (ODDR,
2009).
21 Para conocer ms sobre la participacin de cooperacin internacional y de las instituciones del Estado, ver ODDR (2009). 22 Estos datos se refieren al DDR en general, excepto cuando se indica lo contrario. 23 Como Benposta y Taller de Vida, que hacen parte de Coalico, y otras organizaciones no gubernamentales. 24 Datos de la ACR. Consultado el 6 de abril de 2011. Disponible en: http://www.reintegracion.gov.co/Es/proceso_ddr/Paginas/politica.aspx
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Una vez los nios cumplen la mayora de edad y han terminado el proceso de restablecimiento de
derechos en el ICBF25, son certificados por el Comit Operativo de Dejacin de Armas (CODA, como
tambin se le llama al certificado que reciben) y continan su proceso y ruta de atencin bajo la supervisin
de la ACR (Conpes 3554, 2008)26. Con esto la ACR busca tener mayor seguimiento y control de los
jvenes desvinculados que ya cumplieron su ciclo en el ICBF (ACR, 2010), y que permanecern en el
programa de adultos hasta que logren su independizacin27.
En el modelo institucional, que segn el ICBF ni est ni se pretende terminado ya que se encuentra en
desarrollo y evolucin y busca adaptarse a las transformaciones del conflicto (ICBF, 2010, p. 23-24), entra
en juego un actor ms: la Comisin Nacional de Reparacin y Reconciliacin (CNRR), que por mandato de
ley desde 2005 le hace seguimiento a los procesos de reincorporacin28 y a la labor de las autoridades
nacionales y locales, a fin de garantizar la desmovilizacin plena de los grupos armados ilegales y evaluar
la reparacin y la restitucin a las vctimas29.
(b) El proceso de reintegracin de nios desvinculados y la construccin de ciudadana
El Estado colombiano, de acuerdo con las obligaciones contradas con la suscripcin y ratificacin de los
instrumentos internacionales, ha desarrollado tres procesos de acompaamiento para que logren su
reintegracin social las nias y los nios desvinculados: (a) proceso de restablecimiento de derechos: se
cumple en el ICBF cuando se hacen efectivos los derechos que han perdido (se supone que antes)30; (b)
25 Que se lleva a cabo bajo la modalidad institucional o bajo la modalidad sociofamiliar segn las necesidades y condiciones familiares de cada nio o nia. 26 Hasta el ao 2010 pasaban del ICBF a los Centros de Referencias y Oportunidades Juveniles (CROJ), una estrategia complementaria diseada en coordinacin y con la financiacin de la Organizacin Internacional de Migraciones (OIM), y luego se vinculaban a la ACR (funcionaria de la ACR, comunicacin personal, 2010). Por otra parte, el ICBF hace seguimiento durante los seis meses posteriores a la entrega fsica del desvinculado a la ACR, para asegurarse de la continuacin del proceso que inici en el Instituto (funcionario de la ACR, comunicacin personal, 2011). 27 Dentro de la PRSE, se ha sealado que el proceso de reintegracin debe ser puntual y transitorio, y tener una fecha de finalizacin (Conpes, 3554). Sin embargo, la duracin de la ayuda no es clara (Campo y Almario, 2007). 28 El Departamento Nacional de Planeacin (DNP) le hace seguimiento al presupuesto del Programa del ICBF, ms no a los nios y jvenes que han sido atendidos en l (Roco Rubio, comunicacin personal, 2010). 29 Datos de la CNRR. Consultado el 6 de abril de 2011. Disponible en: http://www.cnrr.org.co/ddr.htm 30 Relacionados con salud, alimentacin, educacin y, entre otras, la bsqueda y ubicacin de familias.
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proceso de reintegracin social y econmica: se inicia en el ICBF y se materializa, de forma definitiva,
en la ACR con beneficios educativos y socio-econmicos una vez cumplen la mayora de edad; y (c)
proceso de reparacin para las vctimas del delito del reclutamiento ilcito (Ministerio de RR.EE., 2010, p.
3). En cuanto a la fase que se lleva a cabo en el ICBF, el Programa de Atencin Especializada tiene el
siguiente objetivo:
Contribuir y apoyar el proceso de consolidacin de la ruta de vida, de los nios, nias y adolescentes desvinculados de los grupos armados organizados al margen de la ley, en el marco de la garanta de los derechos, la construccin de ciudadana y democracia, con una perspectiva de gnero31 y un enfoque de insercin social (Conpes 3554, 2008, p. 34).
De esta manera el Programa del ICBF se centra en tres ejes: restablecimiento y garanta de derechos,
construccin de ciudadana e integracin (o insercin) social32 (ICBF, 2010); y tiene seis componentes:
psicosocial, salud y nutricin, socio-legal, familiar, pedaggico, y cultura y convivencia. En los Lineamientos
Tcnicos del Programa, la ciudadana se refiere al rea de derechos que se desarrolla a partir del
componente cultura y convivencia:
En el cual se contemplan las acciones orientadas a conocer, fortalecer y modificar los imaginarios y representaciones que los nios, nias y adolescentes han construido en su historia de vida sobre el mundo social; adems se busca contar con los mecanismos necesarios para desarrollar la interaccin, y posibilitar la convivencia activa en el marco del ejercicio de los derechos. Esto se traduce en el fortalecimiento de la autonoma, la ciudadana, la toma de decisiones, la iniciativa, la participacin y vivencia de un proyecto de vida alternativo a su vida anterior, cuando era parte del grupo armado (ICBF, 2010c, p. 17).
As la construccin de ciudadana, segn el ICBF, comprende los derechos de las nias y de los nios a
ser consultados y tenidos en cuenta, a expresar sus deseos y opiniones, a participar en la toma de
decisiones sobre aquellas cuestiones que les conciernen, a buscar, recibir y difundir informacin; a la
libertad de pensamiento, conciencia y religin; a la libertad de asociacin (ICBF, 2010, p. 28). Por esa
razn, el enfoque concibe la construccin de ciudadana como: 31 Este aspecto ser refutado en los estudios previos sobre Colombia, ya que investigaciones han determinado que el Programa no tiene perspectiva de gnero. 32 El Programa, as como algunos profesionales e investigadores, prefiere no usar el prefijo re pues eso implicara regresar a una situacin y muchas veces eso no es posible ni deseable.
19
Expresin de la vivencia de los derechos, entre ellos el derecho a la participacin [que] implica que los adultos consideren la voz de los nios y las nias como propuestas que entran en igualdad de condiciones con las de otros actores sociales (incluido el Estado) (ICBF, 2010, p. 29).
En la poltica nacional que cobija tanto el Programa de Atencin Especializada como el Programa de
Reintegracin de la ACR, al que acuden los nios cuando cumplen la mayora de edad, la reintegracin es
vista como un proceso social y econmico, y es definida como:
La totalidad de los procesos asociados con la reinsercin, reincorporacin y estabilizacin social y econmica de menores desvinculados y de adultos desmovilizados voluntariamente de manera individual y colectiva. Estos procesos contemplan de manera particular la vinculacin y aceptacin de estas personas en la comunidad que los recibe, adems de la participacin activa de la sociedad en general en su proceso de inclusin a la vida civil y legal del pas (Decreto 3043 de 2006, p. 2).
Para impulsar un proceso de reintegracin exitoso, de acuerdo con la ACR, es fundamental gestionar los
tres pilares conceptuales en que se fundamenta la Poltica Nacional de Reintegracin (PRSE):
1. Crear condiciones que permitan la transformacin de los desmovilizados a ciudadanos autnomos33.
2. Fortalecer las bases sociales, econmicas y culturales de las comunidades receptoras.
3. Promover la convivencia y la reconciliacin nacional34.
Esta transformacin en ciudadanos autnomos debe tener lugar en una ruta de reintegracin
personalizada con una serie de beneficios de tipo psicosocial, educativo, econmico y de oportunidades
de generacin de ingresos, segn apunta la ACR (2009, p. 5). Un profesional de esta institucin
(comunicacin personal, 2011), identifica el ao 2008 como el momento en que la ACR, la OIM y el ICBF
disearon la ruta de atencin diferenciada para los jvenes, en la que se delimitaron tres objetivos:
33 La PRSE seala que los elementos pedaggicos deben disearse e implementarse en el marco del desarrollo de competencias ciudadanas (Conpes, 2008). Incluye formacin ciudadana como cursos de formacin en valores, tica ciudadana, derechos humanos, mecanismos alternativos de resolucin de conflictos, cultura de la no-violencia, cultura de la legalidad y un ejercicio de participacin ciudadana. 34 Datos de la ACR. Consultado el 6 de abril de 2011. Disponible en: http://www.reintegracion.gov.co/Es/proceso_ddr/Paginas/politica.aspx
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1. Trabajar en la resignificacin de los hechos violentos vividos dentro de la guerra.
2. Prevenir el reclutamineto y la violencia en todas sus formas.
3. Promover la participacin ciudadana35.
As, el trnsito del ICBF a la ACR implica la mezcla de dos paradigmas: el modelo del ICBF que los asume
como sujeto de derechos y plantea el deber del Estado de reconstruirlos como tal; y el de la ACR que los
trata como sujetos de beneficios36. Un funcionario del ICBF (comunicacin personal, 2010) apunta que est
por estudiarse cmo funciona esta mezcla de paradigmas en los nios.
(c) Algunas valoraciones acerca del marco institucional colombiano para la reintegracin de nios
Diferentes entidades y profesionales coinciden en que el marco institucional colombiano para la
reintegracin de nios presenta fallas y dificultades, aunque ha mejorado. Formalmente el modelo parece
adecuado, pues estipula una participacin activa de los nios como parte de la construccin de ciudadana.
Pero de acuerdo con varios profesionales que trabajan en organizaciones no gubernamentales
relacionadas con el Programa (comunicaciones personales, 2010, 2011), en la prctica el ICBF ve la
participacin de los chicos como una amenaza y sienten que no hay mucha consulta a los nios y jvenes
para el diseo de los programas. Esto concuerda con las percepciones de varios investigadores que han
encontrado que en la aplicacin de la ruta de reintegracin de niez desvinculada en el pas, las prcticas
son poco participativas37.
Aunque el Programa busca fortalecer la ciudadana, la participacin y la democracia real (ICBF, 2010, p.
38), entre otros aspectos, en los Lineamientos Tcnicos del Programa (ICBF, 2010c) no aparece expresa la 35 Este funcionario menciona un cuarto elemento que tambin abordan en el trabajo diferenciado con los jvenes: salud sexual y reproductiva. 36 En la ACR los jvenes desvinculados reciben los mismos beneficios que los jvenes desmovilizados (18-25 aos). La diferencia radica en que hay un proceso de empalme entre el ICBF y la ACR . Aunque los objetivos son los mismos, la forma de prestar los servicios y la continuidad al proceso de restitucin de derechos s hace que sea cualitativamente diferente la atencin, de acuerdo con un funcionario de la ACR (comunicacin personal, 2011). 37 Como se ver en el captulo de estudios previos sobre Colombia.
21
necesidad de trabajar la relacin que tienen estos nios con el Estado y sus instituciones, que segn la
abogada Ana Mara Jimnez (comunicacin personal, 2010), de Coalico, muchas veces estuvieron
ausentes antes de sus vinculaciones y son percibidos por los nios como enemigos. En cuanto a la ACR,
un funcionario de la institucin (comunicacin personal, 2011) argumenta que el programa de adultos le
dedica un campo especfico a lo poltico porque al hablar de menores de edad, su participacin poltica
est restringida justamente por el proceso de restitucin de derechos. Este profesional rescata aspectos
polticos que s abordan con los jvenes y adultos, como la participacin ciudadana, dar a conocer los
mecanismos de participacin con el Estado (como el voto) y su vinculacin formal al sistema pblico de
salud y educacin. De acuerdo con l, todos los servicios de la ACR estn enfocados hacia la construccin
de paz y la no repeticin.
Por otra parte, el informe ms reciente de la CNRR, titulado La reintegracin: logros en medio de rearmes y
dificultades no resueltas (CNRR, 2010), califica los procesos de reincorporacin de nios en el pas como
parciales (pues no cubren a toda la poblacin afectada)38 y defectuosos. Tambin llama la atencin sobre
altos mrgenes de desercin y expresiones de reincidencia que han ocurrido con esta poblacin (CNRR,
2010) y concluye que se debe revisar el proceso de DDR de nios (CNRR, 2010). Para lvaro Villarraga
(comunicacin personal, 2011), coordinador del Informe y del rea de DDR de la CNRR, inicialmente el
Programa de Atencin Especializada no le haca seguimiento a los jvenes que terminaban su proceso en
el ICBF y aunque se han hecho correcciones, estas no han sido suficientes. Un funcionario del ICBF
consultado coincide en que el sistema de monitoreo y seguimiento del Programa de Atencin Especializada
es muy dbil39. Joshua Mitrotti, entonces gerente general de la ACR y lder de la Unidad de Trabajo con la
Comunidad de la misma institucin, reconoci en una charla que ofreci en la Universidad de Los Andes, 38 lvaro Villarraga (comunicacin personal, 2011) estima que solo un 10% de los nios vinculados a las AUC form parte de los procesos colectivos de DDR. 39 Esto es preocupante pues, como veremos en el prximo captulo, el monitoreo y el seguimiento son determinantes para alcanzar la efectividad de las intervenciones y para mejorarlas (Stark et l., 2008).
22
que la evaluacin que realizaba la ACR para ese momento estaba muy enfocada en el nmero de
actividades ms que en indicadores de impacto, aunque es fundamental que se centre en estos40.
La abogada Ana Mara Jimnez (comunicacin personal, 2010) identifica otra dificultad en la ruta de
reintegracin: las condiciones que les brindan a estos nios y jvenes no les permiten realmente arrancar
con un proceso propio que no sea dependiente de la ayuda del Estado. En esta misma direccin, un
documento reciente de la organizacin no gubernamental de origen espaol Benposta Nacin de
Muchachos Colombia, que hace parte de Coalico, seala que es bastante confuso el proceso de
desprendimiento del apoyo del Estado y que lo que desde el programa se entiende como independizacin,
paradjicamente hace referencia a un beneficio ms que el Estado ofrece por medio de la consignacin de
dinero mensual, y no a la garanta de derechos (Campo y Almario, 2007).
Otro dato para tener en cuenta: el modelo de reintegracin de adultos ha cambiado a lo largo de la
historia de Colombia
El modelo de reintegracin de nios desvinculados nunca ha tenido un enfoque poltico en Colombia, de
acuerdo con la investigadora Roco Rubio (comunicacin personal, 2011), consultora del Departamento
Nacional de Planeacin (DNP) y profesora de la Universidad Nacional de Colombia. Sin embargo, el
esquema de reintegracin para los adultos desmovilizados s ha cambiado a lo largo de la historia41. En la
dcada de los noventa se concibi como un proceso poltico en el que los excombatientes de los
movimientos desmovilizados (M19, EPL y CRS, entre otros)42 se integraron a la vida poltica y social del
40 El modelo de reintegracin comunitaria: una apuesta por la reintegracin, la convivencia y la reconciliacin?, llevado a cabo el 7 de octubre de 2010 y organizado por el Programa de Investigacin sobre Construccin de Paz (ConPaz) del Departamento de Ciencia Poltica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Andes. Mitrotti mencion un par de estudios que estaban adelantando en el ao 2010 para definir indicadores de impacto. De acuerdo con otro funcionario de la ACR (comunicacin personal, 2011) se usan tres criterios para evaluar a los jvenes y adultos: cobertura, avance y culminacin. 41 Para conocer la historia de los procesos de reinsercin de Colombia, ver Villarraga, 2006; Labrador y Gmez, 2010. 42 Movimiento 19 de abril (M19), Ejrcito Popular de Liberacin (EPL) y la Corriente de Renovacin Socialista (CRS), disidencia del ELN.
23
pas (Villarraga, 2006)43. Posteriormente el gobierno de lvaro Uribe (2002-2010) neg el carcter de la
guerra, de la insurgencia y del delito poltico. De este modo suprimi la naturaleza poltica de las
organizaciones armadas ilegales y provoc un viraje importante en el que subordin la poltica de paz a su
poltica central denominada de Seguridad Democrtica, a partir de unas concepciones y lneas de accin
que muestran rupturas de fondo con las medidas adelantadas durante las dos dcadas anteriores
(Villarraga, 2006, p. 34)44. Por lo anterior y de acuerdo con un investigador social (comunicacin personal,
2010) consultado, en el pas se ha presentado una negacin del conflicto armado y del desmovilizado
como sujeto poltico, que coincide con la construccin del sujeto terrorista, y que ha dejado desprovistos a
los individuos de algn tipo de intervencin poltica.
El actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos (2010-2014), ha afirmado que continuar y
fortalecer la Seguridad Democrtica45, aunque durante el primer ao de su gobierno sancion la Ley 1448
de 2011 o Ley de vctimas que reconoce la existencia de un conflicto armado (que haba sido negado en la
poltica de Seguridad Democrtica). Sin embargo, esto no implica el reconocimiento poltico de las
organizaciones ilegales. En ltimas se trata de un marco legal para las vctimas y no para los victimarios46.
43 Participaron en gobiernos y cargos pblicos, corporaciones pblicas, organizaciones sociales y en movimientos que promovan la paz, los derechos humanos, el desarrollo, la equidad y la justicia; aunque no consolidaron proyectos partidistas (Villarraga, 2006). Para conocer otros impactos polticos y sociales que produjeron los acuerdos de paz de la dcada de los noventa, ver Nasi, 2007. 44 Para conocer detalles sobre la poltica de Seguridad Democrtica y los cambios que trajo al esquema de reintegracin, ver Villarraga, 2006; y Labrador y Gmez, 2010. 45 Informacin de la Presidencia de la Repblica. Disponible en: http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2011/Abril/Paginas/20110418_03.aspx 46 La Ley 1448 de 2011 le otorga el carcter de vctima a los nios desvinculados del conflicto armado colombiano.
24
III. Estudios previos: literatura internacional
A comienzo de la dcada del 2000 una publicacin del Banco Mundial afirmaba que a pesar de que varios
pases tenan procesos de desmovilizacin y reintegracin con nios, la documentacin era escasa y no se
difundan las buenas prcticas (Verhey, 2001). Hoy los investigadores reconocen que la niez desvinculada
ha recibido una atencin creciente y ha pasado a estar al frente de las agendas polticas, humanitarias y
acadmicas (Honwana, 2006 en Denov, 2010). Su reintegracin es vista como una prioridad en el
postconflicto para reducir su propensin a usar violencia47 como medio para satisfacer sus necesidades y
continuar los ciclos de la violencia (Wessells, 2005) que van en contrava de la construccin de paz y la
democracia. La razn es que estos nios pronto se convierten en jvenes, es decir, tanto el grupo con
mayores dificultades para reinsertarse adecuadamente y que impone mayores riesgos para la paz, como el
grupo ms grande de contribuyentes potenciales a la economa y a la reconstruccin de un pas (Specht,
2006).
Tambin ha aumentado la conciencia acerca de que los programas de DDR deben desagregar a ciertos
grupos como mujeres excombatientes, nios desvinculados y discapacitados pues requieren un apoyo
especial (CIDDR, 2009). A pesar de estos avances en el reconocimiento de la importancia de esta
poblacin, los procesos de DDR se han concentrado en adultos y han dejado relegados a los nios y aun
ms a las nias48. En consecuencia, muchos menores no han recibido la asistencia requerida para retornar
con xito a sus comunidades y familias (Coalition, 2008), y han quedado a la deriva en la reintegracin, la
etapa ms difcil y determinante del DDR que requiere de 3 a 5 aos de recursos comprometidos (Verhey,
2001). Esto pone en riesgo la estabilidad ya que los jvenes desatendidos pueden convertirse en personas
ms radicales y perjudiciales, ya que son fcilmente influenciables y manipulables (Specht, 2006).
47 No en vano se afirma que el mejor predictor de violencia es el comportamiento agresivo o violento previo (Stoff et l., 1997). 48 Para ms detalles, ver McKay y Mazurana, 2003 y Stavrou, 2005 en Starck et l.; Pez, 2002; y Castillo-Tietze, 2010, entre otros.
25
La mayora de las operaciones recientes de DDR con nios ha tenido lugar en frica. La dimensin y la
ferocidad de los conflictos (Muggah, 2010) y el uso prominente de nios, posiblemente ha hecho que este
continente sea considerado el epicentro del fenmeno (Singer, 2006). Esto puede explicar por qu los
estudios sobre niez desvinculada se han concentrado, sobre todo, en Sierra Leona49, que tuvo uno de los
primeros programas y es el ms instructivo de acuerdo con Singer (2006), en Mozambique50 y en Uganda51
(Rivard, 2010). Por otra parte, tambin existen publicaciones que han estudiado los procesos de pases
latinoamericanos como El Salvador52 y Colombia53. Este ltimo es el nico que hoy tiene un proceso de
DDR en la regin (Coalico, 2008), que ocurre en medio del conflicto.
Colombia, as como otros pocos pases54, ha tenido procesos de reintegracin mientras continan las
hostilidades. Estudios afirman que la reintegracin en medio del conflicto es la ms complicada y que los
mejores resultados se obtendrn cuando la violencia cese (Verhey, 2003). Pues donde haya conflicto,
habr nios involucrados en facciones armadas (Coalition, 2008), y los desvinculados podrn ser
reclutados nuevamente, volver a redes criminales (El Salvador y Mozambique son ejemplos de esto) y
retomar habilidades que adquirieron en la guerra (CIDDR, 2009), haciendo ms probable as el fracaso de
la reintegracin.
49 Entre otros, Cohn, 2004; Kostelny, 2004; Williamson, 2006; y Zack-Williams, 2006 en Singer, 2006. 50 En Mozambique los procesos formales de desmovilizacin no incluyeron a nios soldados y las repercusiones sociales fueron de larga duracin con altos niveles de bandidaje en la dcada siguiente (Singer, 2006). Tambin se puede consultar Boothby et l., 2006; y Honwana, 2007. 51 En Uganda hubo un grupo compuesto por nios casi en su totalidad (Singer, 2006). Muchos de los nios soldados tenan entre 8 y 9 aos (Sierra, 2009). Para ms detalles, ver tambin Chrobok, et l., 2008; y McKay, 2004. 52 En El Salvador los nios no participaron en el proceso de DDR ni en el de paz. Esa exclusin engendr amargura en ellos y obstruy su acceso posterior a programas de reintegracin. La violencia que sigui se asoci a la ausencia de apoyo (Verhey, 2001; 2003). Para informacin acerca de otros impactos polticos y sociales que produjeron los acuerdos de paz de la dcada de los noventa en El Salvador y otros pases centroamericanos, ver Nasi, 2007. El autor adems ofrece un estudio comparado con el caso colombiano. 53 Como veremos en el prximo captulo. 54 Como el Congo, Uganda y Sri Lanka (Wessells, 2006), aunque lo usual es que los procesos de DDR empiecen despus de finalizar los conflictos (Kingma y Muggah, 2009 en Nussio, 2009).
26
(a) Lecciones aprendidas aunque no se llegue a un consenso
Recientemente la academia ha empezado a estudiar los procesos de DDR con nios y a identificar
lecciones aprendidas sobre el impacto a largo plazo (Rivard, 2010). Aunque en la literatura son frecuentes
las referencias a lecciones aprendidas, pocas son respaldadas con informacin cuantitativa robusta, debido
a que ha habido pocos esfuerzos sistemticos para establecer estrategias exitosas de reintegracin de
nios asociados a fuerzas armadas (Stark, et l., 2008, p. 540). Lo que resulta ms grave es que no ha
habido un intento riguroso para identificar factores que puedan explicar por qu algunos individuos son
capaces de reintegrarse despus de un conflicto y otros no (Weinstein, 2005, p. 3 en Stark et l. , 2008, p.
540). Por ello se habla de una ausencia de buena ciencia detrs de mucho de lo que se hace en terreno
para reintegrar nios en el mundo (Leaning, 2001 en Stark et l., 2008).
Un estudio reciente resume los obstculos que existen para llegar a un consenso sobre las buenas
prcticas en cuanto a la reintegracin de esta poblacin: (a) la definicin del trmino nio soldado y los
roles que implica, (b) la falta y la dificultad de obtener datos precisos sobre el fenmeno y (c) la multitud de
factores que pueden variar de un conflicto a otro. El documento tambin revela algunas certezas: los nios
experimentan problemas psicolgicos y sociales al regresar a las comunidades (muchos expertos piensan
que el modelo ms efectivo de atencin es el psicosocial comunitario, que enfatiza el proceso psicolgico
en un contexto social con familia y comunidad; por encima del enfocado en trauma, que se concentra en el
impacto psicolgico del individuo). La aceptacin de la comunidad y de la familia parecen ser clave en la
reintegracin. Programas con otros nios afectados por la violencia pueden ser preferibles a servicios
exclusivos para desvinculados. Aunque se recomienda educacin y es un derecho fundamental, algunas
veces es menos adecuado que el apoyo en entrenamiento laboral y sustento (un sustento efectivo es
identificado como un facilitador de reintegracin). El seguimiento y monitoreo son determinantes, as como
27
la evaluacin, para alcanzar la efectividad de las intervenciones en el corto y en el largo plazo, y
proporcionar evidencia para mejorarlas (Stark et l., 2008).
Las consecuencias a largo plazo de haber sido nio soldado y de haber tenido una socializacin en la
violencia (Specht, 2006) se traducen en interrupcin del desarrollo psicolgico y moral, y en efectos
neurobiolgicos potenciales que pueden tener secuelas en el desarrollo del cerebro y en la personalidad
del nio, llevndolo a veces a asumir comportamientos antisociales (Singer, 2006). Cuando los menores se
ven forzados a crecer dentro de una dinmica de guerra, esta a manera de consecuencia, determina su
desarrollo personal, sus relaciones, la formacin de su escala de valores y la forma en que conciben el
mundo (Bachanovic, 2002, en Lizcano, 2007). Probablemente por esto se sostenga que el peor legado de
la experiencia es que nunca termina porque define el desarrollo en la niez y en la adultez. Por lo cual un
elemento final y determinante del proceso de reintegracin ser un seguimiento sostenido que pueda
ayudar a asegurarse que los nios no se involucren en actividades criminales (Singer, 2006).
Si bien el peligro de reincidir existe, la creencia de que los nios soldados son una generacin perdida y
una bomba de tiempo cuenta, en el mejor de los casos, con un sustento dbil. Hay, en cambio, evidencias
empricas de que los desvinculados tienen grandes deseos de seguir con sus vidas y gran resiliencia
(Blattman y Annan, 2009; Maulden, 2007), incluso ms que los adultos (Boyden y Levison, 2000). La
resiliencia es entendida como la capacidad adaptativa para sobreponerse a situaciones adversas y
amenazantes, y salir fortalecido. De este modo los nios pueden experimentar relaciones sociales positivas
y vidas civiles productivas nuevamente (Verhey, 2001). En efecto, se ha concluido que el mayor impacto
psicosocial en esta etapa viene del estrs que viven fuera de los grupos armados y no de residuos del
pasado (Wessells, 2006).
28
(b) Reintegracin poltica de nios y el rol en la construccin de paz
Existe un silencio que no augura nada bueno en palabras del acadmico Robert Muggah de
disciplinas como la ciencia poltica, la economa, los estudios de seguridad y la construccin de paz, acerca
de si las actividades de DDR, en general, realmente funcionan o no (Muggah, 2009, p. VIII). Lo mismo
ocurre con el tema de niez desvinculada pues la mayor parte de la literatura que aborda el problema se ha
ubicado en los campos del derecho, la medicina y la sicologa (McEvoy-Levy, 2010). Esto parece tener
relacin con la forma como se define la reintegracin de nios desvinculados y, claramente, tendr
implicaciones en las medidas que tomen los encargados de disear las polticas pblicas para atender a
esta poblacin.
Los estndares de DDR del Sistema de Naciones Unidas con los que est alineada la Poltica Nacional
de Reintegracin (PRSE) de Colombia55, adems de ratificar la responsabilidad que tienen los estados
de tomar medidas para promover la reintegracin social de los nios, la concibe como aquella compuesta
por reunificacin familiar, sistema de cuidado del nio, salud y medicina, educacin y/o entrenamiento
vocacional, apoyo psicosocial y reintegracin social y comunitaria (IDDRS, 2006). Para adultos los
estndares se refieren al proceso en el que los excombatientes adquieren un estatus civil y formas
sostenibles de trabajo e ingresos, y es visto esencialmente como un proceso social y econmico con un
marco de tiempo abierto, que principalmente toma lugar en comunidades a nivel local. En el caso especial
de los jvenes (15-24 aos) especifican que sin un trabajo remunerado, una sensacin de inclusin poltica
o acceso a la educacin, estos individuos pueden contribuir a desestabilizar polticamente el pas o la
regin (IDDRS, 2006).
55 Datos de la ACR. Consultado el 3 de marzo de 2011. Disponible en: http://www.reintegracion.gov.co/Es/proceso_ddr/Paginas/politica.aspx
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Si bien es claro que el DDR es en esencia un proceso poltico (CIDDR, 2009, p. 8), la definicin de
reintegracin de nios carece de una dimensin poltica en los estndares de Naciones Unidas y en buena
parte de la literatura acadmica, en la que ha sido vista como un proceso a largo plazo que depende en
parte de la voluntad poltica de las autoridades y de los recursos disponibles (Verhey, 2001), y en parte de
un enfoque holstico que incluya reunificacin familiar, apoyo psicosocial, apoyo en medios de sustento
(con entrenamiento en habilidades vocacionales y para la vida), educacin o alfabetizacin, educacin para
la paz56 (Wessells, 2005, 2006, 2008) y, en ciertos casos, espiritualidad (Verhey, 2001)57.
Pocos estudios se refieren a la reintegracin poltica de los menores (Veale, 2003; McEvoy-Levy, 2001;
Maulden, 2007; Humphreys y Weinstein 2004, 2007), entendida como su participacin en la toma de
decisiones y en las estructuras de poder local y nacional (Veale, 2003). Una definicin reciente de
reintegracin poltica para adultos de la investigadora colombiana Alexandra Guqueta resulta pertinente,
pues ampla el concepto que suele estar limitado a la creacin de partidos polticos, e incluye un rango de
espacios de participacin ms amplio que contiene el diseo de polticas y el debate pblico por medio de
think tanks, organizaciones no gubernamentales, periodismo y trabajos en el sector pblico (Berdal y Ucko,
2009).
Llaman la atencin las omisiones resaltadas en lneas anteriores, pues se ha reconocido que los
desvinculados tienen necesidades de participacin o necesidades polticas que suelen pasarse por alto
(McEvoy-Levy, 2001), y se ven a s mismos como actores sociales y, con frecuencia, como actores
polticos capaces de tener xito (Maulden, 2007). Incluso hay evidencia emprica que respalda que pueden
56 Es importante estimular empata, cooperacin, reconciliacin y procesos comunitarios para el manejo no violento de conflictos. En Sierra Leona goz de xito considerable en la reduccin de violencia y en el aumento de la integracin (Wessells, 2005, p. 366, 368). 57 En frica se ha reconocido la utilidad de los rituales de limpieza espiritual en los nios como mecanismo para facilitar su aceptacin por parte de las comunidades.
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tener un mayor compromiso poltico despus de sus experiencias en las armas (Blattman, 2009)58. Adems
de esto son conocidos los beneficios agregados de la participacin: aumenta la confianza interpersonal de
los individuos (Putnam, 1993, en LAPOP, 2005), y especficamente eleva la esperanza y la resiliencia en
los desvinculados (McEvoy-Levy, 2010).
Por otra parte, los estndares de la ONU han estipulado que los nios afectados por la guerra,
especialmente adolescentes, deben estar involucrados en el proceso de paz y en desarrollar polticas y
programas para su rehabilitacin y para el desarrollo de sus comunidades. Es decir, deben participar. Sin
embargo, los programas tienden a seguir una tendencia paternalista y son diseados, juzgados y
financiados por adultos, por lo que se excluye a la juventud [y a la niez] del anlisis y de la planificacin.
Esto ocurre aunque se sabe que si no se consideran los asuntos que son importantes para los jvenes, las
intervenciones tendrn un impacto limitado. Lo que es ms determinante, si se falla en involucrarlos en
formas significativas en las estructuras de toma de decisiones (participacin) en el postconflicto, ser ms
probable que los esfuerzos de paz fracasen (IDDRS, 2006). Se ha concluido que su participacin impacta
la viabilidad de una paz sostenible, aunque no la garantiza (Maulden, 2007).
En cuanto al tipo de participacin que pueden tener, recientemente se ha llamado la atencin sobre las
posibilidades que tienen de ser portadores de conflicto o vehculos de prevencin y transformacin
(McEvoy-Levy, 2010). En esta misma direccin los estndares de la ONU consideran que cambiar la
percepcin que se tiene de los jvenes y verlos como activos positivos para la sociedad es vital para
prevenir que puedan convertirse en alienados y vuelvan a actividades que desestabilicen la sociedad
(IDDRS, 2006), y que posiblemente los mantengan excluidos del sistema democrtico y los alejen de
explotar el potencial que tienen de ser agentes de cambio, contribuyentes de la economa y de la 58 Esto se debe, segn el autor, a la victimizacin que sufrieron ms que a sus comportamientos violentos.
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reconstruccin con energa y capacidad de innovacin. Estos, indica la literatura, son recursos valiosos que
ningn pas puede darse el lujo de dilapidar (Specht, 2006).
Teniendo esto en cuenta, vale la pena conocer un grupo de investigaciones acadmicas (McEvoy-Levy,
2006) que sugiere que la participacin poltica de los jvenes puede ser un mecanismo de construccin de
paz59 de cuatro formas: (a) sus identidades militarizadas pueden ser transformadas por medio de la
participacin poltica, que puede aumentar la resiliencia y alejarlos de la violencia. (b) A partir de consultas
y contactos de jvenes con las estructuras de poder se puede transferir informacin autntica acerca de
sus necesidades y de los medios apropiados para satisfacerlas. (c) Los jvenes tienen derecho de
participar; cumplir con ese derecho, adems de ser positivo, es una manifestacin prctica de una cultura
de derechos humanos en creacin. Y por ltimo, (d) la participacin poltica de la juventud ofrece un
ejercicio real de reparto de poder que facilita la sostenibilidad de los acuerdos de paz. No obstante, los
jvenes tienden a carecer de recursos y servicios esenciales en la prctica, y a ser excluidos del proceso
social y poltico as como de las instituciones (McEvoy-Levy, 2006).
Un dato ms para tener en cuenta: la falta de participacin de adultos excombatientes est asociada
con la reincidencia
Si bien son escasos los estudios que relacionan reincidencia y reintegracin de adultos excombatientes, la
falta de participacin poltica es uno de los seis factores contextuales ms recurrentes en la literatura
terica y en los estudios de caso internacionales, para explicar el fenmeno de la reincidencia. Los otros
cinco factores son: razones econmicas, falta de seguridad fsica, falta de aceptacin social, presencia de
perturbadores de paz y ausencia del Estado (Nussio, 2009). Pasar de una participacin activa en una
59 Son actividades de la construccin de paz desarmar a excombatientes y promover procesos de participacin poltica formales e informales. Para revisar los dilemas a los que se enfrenta la construccin de paz segn la vision que se adopte minimalista, maximalista o intermedia, ver Rettberg (2003).
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organizacin armada a una marginacin poltica (como falta de participacin) despus de la
desmovilizacin puede poner en peligro el proceso de reintegracin, de acuerdo con varios investigadores
(Buxton, 2008; Gomez et l., 2007; Nilsson, 2005; Zartmann, 1995; en Nussio, 2009).
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IV. Estudios previos sobre reintegracin de nios en Colombia
En Colombia la desvinculacin de nios, un hecho que no era nuevo en el pas60, solo adquiri visibilidad
hasta la segunda mitad de la dcada de los noventa, a partir de la entrega de seis adolescentes capturadas
y retenidas por el ELN en Media Luna (Cesar) en 1997; y la recuperacin de 73 nias y nios en poder de
las FARC, en una operacin militar llevada a cabo en Santander en el ao 2000. Desde entonces se ha
producido una reflexin sobre el tema en la comunidad acadmica y en los crculos de los encargados de
las polticas pblicas, los legisladores y los lderes polticos (Defensora del Pueblo, 2007).
La situacin del reclutamiento ha sido descrita con frecuencia aportando cifras e informacin actualizada
(Coalico, 2010; Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, 2009, entre los ms recientes). Ha sido tan
prolfera la produccin que se afirma que la mayora de los estudios sobre conflicto y niez se centran en la
temtica de reclutamiento de nios y adolescentes, la descripcin de sus perfiles y de aquellos factores
motivacionales y vinculantes que los llevaron a los grupos armados (Ruiz y Hernndez, 2008)61, y se podra
decir que algunos se extienden hasta sus salidas de los grupos armados ilegales, pero no ocurre lo mismo
con la reintegracin62. Esa fase, en cambio, ha tenido poca atencin en la literatura a pesar de que la
desvinculacin ha ganado visibilidad e importancia en la agenda.
Los estudios sobre desvinculados se han concentrado en la poblacin que ha sido atendida por el
programa estatal, aunque se ha dicho que este es aplicado solo parcialmente con respecto a la poblacin
afectada (CNRR, 2010, p. 249) debido a que se calcula que un 45% de los nios que sale de los grupos
ilegales en Colombia no acude a las autoridades (Mario, 2005; CNRR, 2010). Este escenario preocupa,
60 En la Batalla de Boyac (1819) particip un nio, quien fue condecorado por su labor en el Ejrcito Patriota. 61 Este es uno de los estados del arte que se ha hecho en el pas. Tambin se pueden revisar las siguientes investigaciones: Aguirre y lvarez, 2002; ICBF et. al., 2002; Human Rights Watch, 2004; Chaux y Llorente, 2004; Mario, 2005; Estrada, 2005, 2006; Defensora del Pueblo, 2007; Ruiz y Hernndez, 2008; Springer, 2008; Castillo-Tietze, 2010. 62 Una situacin similar ocurre en la literatura internacional.
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ya que se sabe que la vinculacin no es el final de la trayectoria criminal de los nios, resultando en la
mayora de los casos un punto intermedio donde se estimula el escalonamiento criminal y los hechos de
violencia (Andrade, 2010, p. 9).
El Observatorio de Procesos de Desarme, Desmovilizacin y Reintegracin (ODDR), del Instituto de
Estudios Polticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia, hizo una
recomposicin temtica de las voces acadmicas sobre nios y jvenes desvinculados de los grupos al
margen de la ley. El documento destaca temas neurlgicos de las investigaciones como los derechos y las
legislaciones, la proteccin y atencin de menores en el marco de la accin institucional, y el campo de la
accin estatal que es delimitado principalmente por la legislacin nacional e internacional en la literatura.
De acuerdo con el ODDR, mientras los acadmicos privilegian el visibilizar los diferentes esfuerzos
institucionales relacionados con la consolidacin de una poltica de atencin, desconocen y hacen
invisibles la participacin de y el rol desempeado por los nios, nias, adolescentes y jvenes dentro del
conflicto armado (ODDR, 2009, p. 50).
Las crticas al Programa de Atencin Especializada son diversas. Una investigacin reciente publicada por
la fundacin Tierra de Hombres (TDH), que hace parte de Coalico, seala que no existe una propuesta de
gnero para el abordaje del tratamiento a nias y jvenes desvinculadas, a pesar de que una tercera parte
de la poblacin atendida por el Programa del ICBF ha sido nias (Castillo-Tietze, 2010)63. La investigadora
Cielo Mario (2005), de la Universidad Externado de Colombia, indica que el Programa, aunque se apoya
normativamente en las disposiciones internacionales, no alcanza los objetivos propuestos debido a la
forma que adquiere la atencin institucional. Para Mario la restitucin de derechos (objetivo del Programa
63 Sobre el enfoque de gnero tambin se pueden revisar Pez (2002) y Keairns (2006).
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de Atencin) desde la institucionalizacin, sin la familia, es imposible64. Tampoco, indica la autora, se
puede garantizar la restitucin de derechos a quienes ingresaron a los grupos armados ilegales por
condiciones sociales y econmicas, pues esas condiciones no se han modificado. Por esta razn Mario
considera que la niez puede optar nuevamente por la vinculacin y marcar as el fracaso de la poltica de
reintegracin.
Sin embargo, el rearme y el retorno a las dinmicas del conflicto de estos nios ha tenido escasa atencin
y poco desarrollo en el ejercicio investigativo y acadmico del pas (ODDR, 2009, p. 50). Un vaco
preocupante, si se tiene en cuenta que un informe reciente de la CNRR (2010), comisin encargada de
hacerle seguimiento al proceso de DDR por mandato legal, reconoce de forma pblica que los procesos de
reincorporacin de nios en el pas son parciales y defectuosos65; y llama la atencin sobre altos mrgenes
de desercin y expresiones de reincidencia que se han presentado en esta poblacin. Esto sucede en el
marco de un rearme, un re reclutamiento y una crisis humanitaria de la poblacin desmovilizada que se ha
visto afectada as como sus familias por acciones violentas como homicidios, retenciones ilegales,
desapariciones forzadas, amenazas, desplazamiento forzado y reclutamiento ilcito (CNRR, 2010). Los
actores que permanecen armados funcionan como spoilers o saboteadores para el proceso de paz parcial
entre el Gobierno y las AUC, amenazando a excombatientes y complicando las medidas de construccin
de paz. De este modo, los desmovilizados [y desvinculados] conviven con la constante tentacin de unirse
a grupos armados ilegales (Nussio, 2009, p. 225).
Por otra parte, una investigacin acadmica seala que los nios no participan en el Programa de Atencin
Especializada y que no hay indicios de que los encargados busquen opiniones de los menores durante la
64 Segn Julin Aguirre, coordinador del Programa de Atencin Especializada, los nios ya no estn institucionalizados (comunicacin personal, 2011). 65 Pues no han atendido a la poblacin desvinculada en su totalidad.
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atencin sino al momento de salir (Maulden, 2007). Un estudio de la Universidad de Los Andes (Bogot)
adelant una etnografa durante seis aos en los Centros de Atencin Especializada (CAE)66 del ICBF,
donde encontr que las prcticas de participacin y toma de decisiones por consenso eran limitadas puesto
que se centraban en los deberes y en ciertas acciones permitidas y prohibidas; y hall ms frecuente la
prctica autoritaria de la toma de decisiones (Estrada et l., 2006).
La investigadora Olga Luca Obando, de la Universidad del Valle67, ha venido adelantando un estudio sobre
participacin poltica de jvenes desvinculados, desde la psicologa poltica, que pronto ser publicado y
que busca llenar el vaco terico que de acuerdo con Obando y Otlvaro (2009) existe sobre la
participacin poltica de (nios y) jvenes desvinculados en Colombia. Los resultados de Obando y su
equipo sern pertinentes, pues segn indican Obando y Otlvaro (2009), muchas de las polticas pblicas
de juventud en Colombia [y de niez] son elaboradas de manera no participativa, sin que las voces de los
jvenes sean referentes. Aunque un ejercicio de construccin de polticas, como ejercicio exclusivo de las
instituciones estatales, corre el riesgo de caer en un mero ejercicio de poder disciplinario y no en uno de
participacin ciudadana, que debe ser el principio orientador de las polticas sociales (Obando y Otlvaro,
2009, p. 258, p. 268).
El ejercicio de una ciudadana juvenil se traduce en la incidencia en las polticas pblicas, en la
construccin de procesos participativos de gobernabilidad local y decisin pblica (Obando y Otlvaro,
2009, p. 269). Esto, ms all de ser positivo para los individuos, brinda la posibilidad de construir con ellos
una sociedad ms incluyente, pluralista y democrtica. Una sociedad en la que las voces de los jvenes
deben darle sentido a las propuestas gubernamentales pues si se desea avanzar en procesos reales de
66 Una de las modalidades de atencin del Programa de Atencin del ICBF. 67 Miembro del Grupo de Investigacin Desarrollo Psicolgico en Contextos del Instituto de Psicologa de la Universidad del Valle.
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socializacin poltica de esta poblacin, es necesario generar acciones de inclusin social juvenil, que
reconozcan la diversidad de los sujetos jvenes, sus intereses, potencialidades, necesidades (y)
problemticas (Obando y Otlvaro, 2009, p. 272). Sin embargo, en Colombia y en el resto de Amrica
Latina la poblacin joven sufre exclusin y estigmatizacin como actores violentos y vulnerables (Henao y
Pinilla, 2009), y participan poco en los debates pblicos y en los espacios institucionales (Reguillo, 2003 en
Henao y Pinilla, 2009).
Siguiendo con el objetivo de transitar de combatiente a ciudadano, en los procesos de reintegracin
comunitaria en Colombia es esencial abrir espacios de dilogo y de planificacin para la restauracin de la
confianza entre los actores de la comunidad [incluyendo desmovilizados y desvinculados] y entre estos y el
Estado68. Tambin se debe buscar la construccin de imaginarios alejados de la lgica blica o de la
cultura de la ilegalidad, as como la erradicacin de todos los esquemas que reproducen formas de
discriminacin y estigmatizacin de la poblacin desmovilizada y vctima, que se configuran como gran
obstculo de los procesos de DDR (KAS, 2009, p. 32).
Por otra parte, en la literatura colombiana se presenta otro vaco importante: no se ha analizado cmo
experimentan realmente los procesos de reintegracin poltica este grupo y cmo perciben la sostenibilidad
de sus procesos. Algunos textos han recogido las voces y las historias de algunos nios y jvenes
reinsertados (entre otros Herrera, 2003; Keairns, 2006; Mc Clausand, 2010), y dan cuenta de sus
trayectorias y de algunas de sus percepciones. Aunque representan un aporte importante porque ofrecen
testimonios y recogen las voces de estos seres, estos textos no analizan ni profundizan acerca de qu
afecta la sostenibilidad de sus procesos de reintegracin en medio del conflicto armado, ni cmo son sus
procesos de reintegracin poltica. 68 Se asume que debe ser restaurada. Y en el caso de los nios que no han tenido una relacin, habr que establecerla por primera vez.
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No es casualidad que en el Primer Congreso Internacional de DDR llevado a cabo en Cartagena
(Colombia) en el ao 2009, y organizado por la ACR, la CNRR, el Ministerio de Relaciones Exteriores de
Colombia y la Agencia Presidencial para la Accin Social y la Cooperacin Internacional se concluyera que
los nios desvinculados requieren de un mejor apoyo que incluya mapear oportunidades y necesidades,
ya que sus voces a menudo no son solicitadas o van siendo silenciadas activamente (CIDDR, 2009, p.
23). El llamado del Congreso de Cartagena implica que se ignoran las perspectivas, las necesidades y la
posible participacin de estos individuos, lo que pone en riesgo la continuacin de la violencia, como vimos
en la literatura internacional. Teniendo en cuenta los vacos que existen en la literatura, este estudio busca
explorar las perspectivas de un grupo de jvenes desvinculados colombianos, con el fin de aportar
informacin novedosa sobre sus procesos de reintegracin y sobre la participacin que han tenido.
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V. Estrategia metodolgica
El enfoque narrativo centrado en experiencias, como el que sigue a continuacin, permite rastrear y
examinar transformaciones y cambios en momentos decisivos en la vida de un individuo y tambin abarcar
experiencias ms amplias como las relacionadas con un trauma y sus consecuencias, a partir de las voces
y relatos de los entrevistados. Se trata de un mtodo cualitativo en el que las narraciones orales o escritas
de los individuos son percibidas como secuenciales en el tiempo, significativas, humanas y capaces de re-
presentar experiencias, reconstruirlas y expresarlas. Una narrativa personal centrada en la experiencia
tambin puede ser una historia de vida69 producida en varias entrevistas semi-estructuradas (Andrews et
l., 2006), como las que se usaron en esta investigacin que busca explorar las experiencias de
reintegracin de siete desvinculados dos muchachas70 y cinco jvenes del conflicto armado
colombiano.
Tomando en cuenta la complejidad de la experiencia de reintegracin de esta poblacin, la investigadora
dise el instrumento de investigacin (ver anexo) tomando como modelo la serie de tres entrevistas de
Dolbeare & Schumann (Schumann, 1982 en Seidman, 2006). Esta serie es recomendada por el
investigador Irving Seidman (2006), de la Universidad de Columbia, pues se trata de una metodologa
ideal para reconstruir detalles de experiencias en el contexto donde ocurren. La serie de Dolbeare &
Schumann busca poner la experiencia en el contexto de la historia de vida del individuo en el primer
encuentro; en el segundo pretende explorar detalles de esa experiencia; y en el ltimo intenta ahondar en
las opiniones y en el significado que tiene la experiencia para la persona entrevistada.
69 Se trata ms bien de un relato de vida, pues los participantes de esta investigacin no narraron toda su vida sino parte de ella, y eso marca una diferencia con la historia de vida (Moreno, 2009). 70 Dada la limitacin del tamao de la muestra, este estudio no introduce un enfoque de gnero, aunque la literatura ha abordado la importancia que este tiene. Para el caso colombiano, ver Pez, 2002; Keairns, 2006; y Castillo-Tietze, 2010.
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La serie diseada para esta investigacin se concentr en los procesos de reintegracin y en las distintas
percepciones que estos jvenes han elaborado acerca de sus experiencias y de la sostenibilidad de sus
procesos. No se profundiz en las actividades que desempearon en el grupo armado ilegal, debido a que
la investigacin busca responder a la siguiente pregunta: qu implicaciones tienen las experiencias de
reintegracin poltica de los nios desvinculados colombianos en la sostenibilidad de sus procesos de
reintegracin? Se trata entonces de un estudio sobre esos nuevos campos de batalla que aparecen en la
vida civil (Mc Evoy-Levy, 2010), y no sobre sus experiencias en las organizaciones armadas71.
Como las entrevistas se realizaron a una poblacin vulnerable y abordaron temas sensibles72, la gua de
preguntas fue revisada por profesionales de la ACR, incluyendo una psicloga, as como otros individuos
que trabajan con jvenes desvinculados. El instrumento no recibi comentarios negativos, sino sugerencias
para ampliar preguntas o para hacerlas ms concretas, y una advertencia acerca de la tendencia que
tienen los muchachos de verbalizar la amenaza de reincidir como mecanismo para exigir respuestas de las
instituciones. Y se confirm que con las entrevistas no se revictimizara a los jvenes ni se afectaran
negativamente sus procesos de reintegracin.
Una vez revisada la serie, se llev a cabo el pilotaje con una primera participante. Se ratific que las
preguntas eran claras y que se cubran los temas necesarios. Se hicieron algunas modificaciones y
posteriormente se aplic el instrumento al resto de la muestra. La serie se realiz a siete jvenes
colombianos desvinculados (dos mujeres y cinco hombres), de origen rural y urbano, quienes
pertenecieron a las guerrillas de las FARC y el ELN, y al grupo paramilitar AUC siendo nias y nios. Ellos
abandonaron las estructuras armadas antes de alcanzar los 18 aos, han pasado varios aos en la vida 71 Para contextualizar la experiencia de reintegracin se les pregunt acerca de sus estados previos a las vinculaciones, sus ingresos y el tiempo que pasaron en los grupos ilegales. Estos temas no se profundizaron porque, aunque permiten entender parte de sus procesos de reintegracin, se alejan de los objetivos de la investigacin. 72 Definida como experiencias profundamente personales y valoradas (Denov, 2010).
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civil, hoy son mayores de edad y viven en las ciudades de Bogot, Medelln y Barranquilla, donde fueron
consultados. En total se recogieron 32 horas de entrevistas, q