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LAS CORONAS De pie, a tu derecha, está la reina, coronada con oro de Ofir (Sal 44, l0bc. 11-12ab. 16) La tradición de representar a Santa María Virgen ceñida con corona regia data de los tiempos del Concilio de Éfeso (431), lo mismo en Oriente que en Occidente. Los artistas cristianos representaron frecuentemente a la gloriosa Madre del Señor sentada en Solio Real, adornada con regias Insignias y rodeada de una corte de ángeles y de santos del cielo. de la Virgen E n esas imágenes no pocas veces se re- presenta al divino redentor ciñendo a su madre con una refulgente corona. La costumbre de coronar las imágenes de Santa María Virgen, fue propagada en Occidente por los fieles sobre todo desde finales del S. XVI. Los Roma- nos Pontífices no sólo secundaron esta forma de piedad popular, sino que, además, “muchas veces, personalmen- te con sus propias manos, o por medio de obispos por ellos delegados, coro- naron imágenes de la Virgen Madre de Dios ya insignes por la venera- ción pública”. Y, al generalizarse esta costumbre, se fue organizando el rito para la coronación de las imágenes de Santa María Virgen, rito que fue in- corporado a la Liturgia Romana en el Siglo XIX. Con este rito reafirma la Iglesia que Santa María Virgen con razón es te- nida e invocada como Reina. En los Evangelios, vemos que María gana ese derecho: Ella es la discípula perfecta, que escuchó y acogió la palabra de Dios y la cumplió hasta el final (Mt 12, 48-50), es Corredentora, que ofre- ció su corazón para ser traspasado por la espada del dolor (Lc. 2, 35). María es la nueva Eva, si por una vino la con- denación y la muerte, por la Madre de Cristo nos vino la salvación y la vida eterna para todo el género humano. En Caná de Galilea se manifestó su po- der intercesor (Jn 2, 1-11), adelantando la hora de su hijo: En la gloria este po- der se toma perennemente inagotable, pues intercede ante la Divinidad, que es a la vez, su Padre, su Hijo y su Es- poso: es la omnipotencia suplicante. Por tanto podemos reconocer a María como Reina con derecho adquirido. Ya desde los primeros años, la comu- nidad cristiana ha reconocido esta dig- nidad real de María, Litúrgicamente este título es repetido constantemente en oraciones marianas y cantos como la Salva Regina, Regina Coeli, Ave Regina Coelorum. En los misterios Gloriosos del Santo Rosario, también se invoca en el últi- mo misterio la Coronación de María como Reina y Señora de la Creación, es la culminación de la obra divina que pudo realizarse gracias a la mujer sen- cilla de Nazareth, recibiendo la corona merecida. La Iconografía tradicional que ha lle- gado a nuestros días de la Santísima Virgen del Remolino, bien en su ver- sión de ermita o bien en su versión de fiesta, representa siempre la imagen de la Nuestra Señora coronada. En la ermita con coronas más pequeñas y humildes y en la fiesta con coronas más ostentosas, sobre-coronas con ra- yos y resplandores y, según la moda del momento, hasta con flores e ilumina- ción eléctrica. A lo largo de este artículo vamos a ir desgranando las coronas de los úl- timos tiempos y, aprovechando el mismo, explicando tanto su historia como los diferentes significados, for- mas y partes de las mismas.

De pie, a tu derecha, está la reina, coronada con oro de Ofir · con oro de Ofir (Sal 44, l0bc. 11-12ab. 16) La tradición de representar a Santa María Virgen ceñida con corona

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LAS CORONASDe pie, a tu derecha, está la reina, coronada con oro de Ofir(Sal 44, l0bc. 11-12ab. 16)

La tradición de representar a Santa María Virgen ceñida con corona regia data de los tiempos del Concilio de Éfeso (431), lo mismo en Oriente que en Occidente.Los artistas cristianos representaron frecuentemente a la gloriosa Madre del Señor sentada en Solio Real, adornada con regias Insignias y rodeada de una corte de ángeles y de santos del cielo.

de la Virgen

En esas imágenes no pocas veces se re-presenta al divino redentor ciñendo

a su madre con una refulgente corona.La costumbre de coronar las imágenes de Santa María Virgen, fue propagada en Occidente por los fieles sobre todo desde finales del S. XVI. Los Roma-nos Pontífices no sólo secundaron esta forma de piedad popular, sino que, además, “muchas veces, personalmen-te con sus propias manos, o por medio de obispos por ellos delegados, coro-naron imágenes de la Virgen Madre de Dios ya insignes por la venera-ción pública”. Y, al generalizarse esta costumbre, se fue organizando el rito para la coronación de las imágenes de Santa María Virgen, rito que fue in-corporado a la Liturgia Romana en el Siglo XIX.Con este rito reafirma la Iglesia que Santa María Virgen con razón es te-nida e invocada como Reina. En los Evangelios, vemos que María gana ese derecho: Ella es la discípula perfecta, que escuchó y acogió la palabra de

Dios y la cumplió hasta el final (Mt 12, 48-50), es Corredentora, que ofre-ció su corazón para ser traspasado por la espada del dolor (Lc. 2, 35). María es la nueva Eva, si por una vino la con-denación y la muerte, por la Madre de Cristo nos vino la salvación y la vida eterna para todo el género humano.En Caná de Galilea se manifestó su po-der intercesor (Jn 2, 1-11), adelantando la hora de su hijo: En la gloria este po-der se toma perennemente inagotable, pues intercede ante la Divinidad, que es a la vez, su Padre, su Hijo y su Es-poso: es la omnipotencia suplicante. Por tanto podemos reconocer a María como Reina con derecho adquirido.

Ya desde los primeros años, la comu-nidad cristiana ha reconocido esta dig-nidad real de María, Litúrgicamente este título es repetido constantemente en oraciones marianas y cantos como la Salva Regina, Regina Coeli, Ave Regina Coelorum.En los misterios Gloriosos del Santo

Rosario, también se invoca en el últi-mo misterio la Coronación de María como Reina y Señora de la Creación, es la culminación de la obra divina que pudo realizarse gracias a la mujer sen-cilla de Nazareth, recibiendo la corona merecida.

La Iconografía tradicional que ha lle-gado a nuestros días de la Santísima Virgen del Remolino, bien en su ver-sión de ermita o bien en su versión de fiesta, representa siempre la imagen de la Nuestra Señora coronada. En la ermita con coronas más pequeñas y humildes y en la fiesta con coronas más ostentosas, sobre-coronas con ra-yos y resplandores y, según la moda del momento, hasta con flores e ilumina-ción eléctrica.A lo largo de este artículo vamos a ir desgranando las coronas de los úl-timos tiempos y, aprovechando el mismo, explicando tanto su historia como los diferentes significados, for-mas y partes de las mismas.

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LAS CORONAS

Para empezar y con el fin de entender un poco las descripciones, veamos las partes principales de una Corona:

de la Virgen

1n CORONA ISABELINA ANSORENA:

Esta corona es de la primera mitad del Si-glo XIX, elaborada en filigrana de plata do-rada por la Madrileña Joyería Ansorena. En sus orígenes llevaba montadas pequeñas piedras preciosas y semipreciosas (rubíes, esmeraldas, brillantes, etc…) que fueron perdiéndose y expoliadas a causa del incen-dio de la ermita de la Corneja en 1898, que fue objeto de una primera restauración y merma de las piedras preciosas en el primer lustro del Siglo XX y, posteriormente, en el transcurso de la Guerra Civil, que la dejó inservible hasta que fue restaurada por la anterior Directiva de la Hermandad para volverla a poner en uso y formar parte del Ajuar del Joyero “de poner”, aunque en este caso las piedras preciosas se han sustitui-do por piezas en cristal de colores.Es de diseño tradicional, manufactura ori-ginal del prestigioso Joyero Madrileño D. Celestino Ansorena en el año 1848, a se-mejanza de la Corona Real Española, a semejanza de las coronas que llevaba de tocado la Reina Isabel II en actos oficiales (algunas personas incluso creen que esta co-rona fue regalo de la mismísima reina). Aro muy sencillo alternando piedras de diferen-tes colores, con Canasto de orfebrería de filigrana, 8 imperiales y diadema delicada-mente labrada y rematada por un pequeño resplandor con ráfagas de rayos ondulan-tes y 12 estrellas, que se une en lo alto, en el centro, con los imperiales rematados por el orbe y, de él y atravesando la diadema, destaca en lo más alto el triunfo de la cruz.

CORONAS CENTENARIAS DE ERMITA:En la actualidad el ajuar de coronas de ermita está for-mado de dos coronas muy similares entre sí, ya que una es una réplica de la otra, por ello su parecido es muy grande aunque, si se presta detalle, se pueden ver claras diferencias tanto en la elaboración como en la composición de las mismas.

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LAS CORONAS

2n CORONA DE TRADICIONAL DE LA ERMITA

A semejanza de la corona anterior, aunque con menor trabajo de joyería y orfebrería y ya en metal dorado se mandó realizar una nueva corona más humilde para la Virgen en el año 1899, tras el famoso incendio de la Corneja, ya que la restauración de la Coro-na de Ansorena y la reposición de las piedras preciosas era mucho más costosa y se optó por realizar una corona similar, aunque de mucha menor calidad, esta se encargó y adquirió en la centena-ria tienda de artículos religiosos que ya cita en sus libros D. Benito Pérez Galdós: Sobrinos de Pérez, de la C/ Postas 6. El resultado fue bueno y la corona se utilizó varios años a princi-pios del S. XX, aunque finalmente la restauración de la Corona Isabelina Ansorena fue sufragada por varios benefactores, en-tre ellos, Doña Ramona Goicoechea, Señora de Murga y Doña María de Cubas Erice, Marquesa de Cubas y Viuda de Aldama. Ambas muy devotas de Nuestra Señora. Tras el expolio acontecido durante la Guerra Civil, en el que despojan de todas las piedras preciosas y brillantes a la Corona Isabelina y la dejan inservible, es cuando pasa a usarse de continuo la corona tradicional, desde el año 39 hasta nuestros días, en los que se alterna esta corona con la Isabelina nuevamente restaurada para estar en la Ermita.

En este caso, la corona es mas sencilla de diseño, aro también alter-nando diferentes cristales de colores y brillantes, el canasto, ya sin filigrana y decorado con flores de acanto rematadas también con cris-tales de Colores tiene seis imperiales, se unen en lo alto y rematan con el orbe. Circunda la corona un resplandor a base de 12 estrellas y rayos de diferente geometría y, en lo alto, es rematado por la cruz.

de la Virgen

n AUREOLA O RESPLANDOR DESAPARECIDO

Para procesionar en las fiestas se elabo-ró una sobrecorona, aureola o resplan-dor independiente, de filigrana de plata y piedras preciosas, semipreciosas y bri-llantes a juego con la Corona Isabelina que, al no llevarla puesta durante el incendio de la corneja, duró hasta que fue expoliada en la guerra Civil.

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LAS CORONAS de la Virgen

4 5CONJUNTOS DE CORONAS Y RESPLANDORES DE IGLESIA Y/O DE PROCESIONAR:Tres son los conjuntos de los que dispone en la actualidad Nuestra Señora del Remolino en su ajuar y que luce en la Iglesia cuando esta vestida de Reina presidiendo el altar mayor, con los que ha salido y sale en procesión por las calles de El Molar y de otros pueblos.

n CORONA Y SOBRECORONA DE D. DIEGO:En 1949 llega la nueva imagen de Nuestra Señora del Remolino y, con ella, se introducen cambios al ser esta imagen más esbelta, de cara más fina y mejor proporcionada que, junto con las andas de plata estrenadas años antes y los ángeles que regala el Padre Granda de peana para procesionar, hacen que la imagen necesite nuevas ropas (la familia de los churros regala un terno completo) y una co-rona más “poderosa” que realce la imagen y acompase y armonice el conjunto tan bello. Para ello, Don Diego, el párroco de El Molar de aquellos tiempos, organiza diferentes cuestaciones que, junto con unos pocos fondos de los que disponía la Hermandad, encarga en la madrileña y céntrica tienda de Arte Sacro “Santa Rufina” una nueva corona y resplandor más acorde a la dignidad de la nueva imagen, que se estrenan en el año de 1950.Esta corona, elaborada en metal cincelado a mano y dorado, tiene de-coración con reminiscencias bizantinas y la forma ovalada y estilizada de la corona se asemeja a una tiara papal.

La Corona, muy calada, posee un aro ancho sencillo labrado con for-mas geométricas del que arranca el cestillo realizado con elementos vegetales y geométricos del que, a su vez, nacen los imperiales que alternan dos diseños, por un lado 6 imperiales son elaborados con motivos circulares en cuyo inte-rior están labradas cruces en dife-rentes formas y tamaños y, por otro lado, 6 imperiales de decoración vegetal que asemejan palmas de diferentes tamaños que se unen y desarrollan desde el cestillo hasta el orbe de remate. La corona es cir-cundada por un resplandor a base de rayos geométricos y 20 estre-llas que rematan en lo alto por el orbe y la cruz, sin que exista espacio entre la corona y el resplandor.Por otro lado, a juego con la Corona, se realizó, también en metal dorado, una sobrecorona o resplandor, en cuya cinta interior se puede leer la inscripción elaborada en esmalte azul con la siguien-te leyenda: “NUESTRA SEÑORA DEL REMOLINO PATRONA DE EL MOLAR RUEGA POR NOSOTROS”, entre palabra y pa-labra sobresale, se alterna una decoración vegetal similar a un bulbo. De la cintra nacen ráfagas de rayos flamígeros y 20 estrellas que nacen del centro de los rayos y se asemejan a soles.

n CORONA DEL ESPIRITU SANTO Y SOBRECORONA DE Dª. PERFECTA:A principios de los años 90 del siglo pasado, debi-do ya a la antigüedad y mala calidad del conjunto de la Corona de D. Diego, la Hermandad decide realizar un nuevo conjunto de Corona y Sobrecoro-na, de metal noble que vaya más acorde a los tiem-pos, dignidad y categoría de Nuestra Reina y Seño-ra, para ello se adquiere el conjunto en la tienda de arte sacro de la C/ Esparteros, El Ángel.Esta Corona esta elaborada en plata bañada en oro con esmalte azul, de diseño tradicional, se-mejante a la corona real española, de inspiración barroca y diseño, manufactura y trazas sencillas. El aro es sencillo, en el que destaca la incrus-tación del esmalte azul, el canastillo es bajo, de motivos vegetales y geométricos barrocos del que salen 6 imperiales anchos de diseño barroco que se unen rematando en lo alto por una figura de una paloma con las alas abiertas represen-tando el espíritu santo.

La sobrecorona o resplandor, a juego con la corona del espíritu santo, también tiene una cinta sobre la cual se ha incrustado esmalte azul y el resplandor utiliza la misma decoración de motivos barrocos geométricos y vegetales simulando las ráfagas, que se alternan con las 12 estrellas que rematan el con-junto, del cual, en lo alto, sobresale el motivo de

la santa cruz en el centro. Esta sobre-corona, tal y como lo tes-tifica un gra-bado que hay en la base de la misma, fue regalada por Doña Perfec-ta a la Santísi-ma Virgen del Remolino.

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6En un acto como el de la Coronación Canónica que se ce-lebró el 6 de Junio de 2014, año en el que se cumplía el 450 aniversario de la Villa de El Molar y que la Virgen del Remolino salía por primera vez en procesión, Nuestra Se-ñora se merecía una joya a la altura del evento. Por ello, tras valorar diferentes proyectos y presupuestos, la asamblea general ordinaria de la Hermandad celebrada el 2 de febre-ro de 2014 decidió, por mayoría de votos, mandar hacer tan importante obra a una de las sagas de orfebres sevi-llanos más famosos y duchos en la realización de coronas de imágenes marianas en toda España, la orfebrería de los Hermanos Delgado López, cuyo proyecto de presea fue el más votado en la citada asamblea.Estos orfebres sevillanos son autores de obras de gran re-levancia a nivel nacional, con especial interés en las obras para la Semana Santa sevillana y andaluza. En su dilatada trayectoria han realizado más de 30 coronas para celebrar la Coronación Canónica de las mejores imágenes marianas españolas. Actualmente están elaborando la presea que Coronará a la Santísima Virgen del Rocío y su Divino Niño para conmemorar el Centenario de la Coronación Canónica de la Reina de las marismas.La corona es una joya de orfebrería elaborada con 2100 gr. de plata de ley, cincelada a mano y chapada en oro de 24 quilates con tres micras de espesor.El canasto (corona), ovalado, labrado y calado porta en su cartela central el escudo de la Villa de El Molar, en el aro sobre la sien, reza la siguiente frase “atended a nuestras vo-ces, María del Remolino”, oración más antigua que se cono-ce de la patrona, perteneciente a los gozos de la virgen, del S. XVI. Los imperiales que salen del canasto y que se unen en lo alto con el “Ave María”, emblema de la Hermandad de Ntra. Sra. del Remolino, se elaboran asemejándose a flores de Taray, planta típica del Tarajal o Tarayal (Taral), lugar del Jarama donde se ubica la Ermita de la Virgen del Remolino. Estas flores de taray que confor-man los imperiales, salen de jarrones labrados en el propio canasto, dentro del mismo, como si se encontrara dentro de una jaula, se encuentra vo-lando una figura de una paloma con las alas abiertas que es el símbolo del espíritu santo (esta figura se incluyó a la Corona en 2017, do-nada por una hermana). El resplandor o sobrecorona, esta también la-brado a mano, a una cara. Está compuesto de perchetes barrocos en cuyos óvalos se representan algunas de las más importantes “Letanías Laure-tanas de la Virgen” que, de izquierda a derecha son: Reina del Cielo, Rosa Mística, Fuente de Salud, Madre Inmaculada, Arca de la Alianza, Estrella de la Mañana, Torre de Marfil, Espejo de la Justicia, Casa de Oro y Puerta del Cielo.

Entre los perchetes, también labrados se disponen rayos y entrerayos coronados por las 12 estrellas que, según el apocalipsis de San Juan coronan a la mujer que se aparece vestida de resplandor y que, además, representan a las 12 tribus de Israel y a los 12 apóstoles. En lo alto el orbe terráqueo y sobre éste la cruz de la salvación, custodiada por dos ángeles de la gloria.Entre el canasto y el resplandor, en fino labrado barroco, una cartela o diadema de la que destacan dos altorrelieves de dos arcángeles que soportan el “Ave María”, y que en su conjunto conforman el emblema de la Hermandad.En 2017, a juego con la presea, se realizaron un conjunto de nuevas potencias y orbe para el niño, donados por 3 miem-bros de la Hermandad, también realizados en el Taller de los Hermanos Delgado López.

5n CORONA DE LA CORONACIÓN:

LAS CORONAS de la Virgen