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¿DE QUE TIENES HAMBRE? ¿QUÉ ES LO QUE BUSCAS? Jesús les dijo: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed. ( Jn 6,35)

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¿DE QUE TIENES HAMBRE?

¿QUÉ ES LO QUE BUSCAS?

Jesús les dijo: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree

en mí nunca tendrá sed. ( Jn 6,35)

¿De qué tienes hambre? ¿Qué es lo que buscas?

Buscas comida y bebida que calmen tu hambre y tu sed. ¿Y qué pasa después? ¿qué otros anhelos tiene tu alma? ¿Crees que todas esas personas en sus automóviles, esas personas con sus “cosas” son más felices que tú?

Comerás y volverás a tener hambre, beberás y volverás a tener sed. Pero hay algo más que deseas, hay algo que quizá has olvidado, algo que late dentro de ti. Un deseo de sentirte apreciado, amado, acogido, rescatado.

Hace muchos años Jesús visitó a una persona como tú. En un pueblo de Samaria una mujer pecadora y solitaria fue a sacar agua de un pozo, ahí se encuentra con Dios, y Dios acercándose le hace una petición inusual…

»Jesús le dice: «Dame de beber.» Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice la mujer samaritana: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?.» Jesús le respondió:

«Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.»

Le dice la mujer «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?» Jesús le respondió «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.» (Evangelio San Juan)

Jesús busca, su misericordia busca este encuentro y rompe todas las convenciones sociales de su tiempo, es un Judío hablándole a un samaritano (un marginado), es un hombre hablándole a una mujer en público —lo cuál no se hacia en esa época— y es Dios hablándole a un pecador.

Pero Jesús no la busca para recriminarle, para humillarla… la busca para darle algo, Dios la busca para darle vida, para apagar su sed y su hambre, no

aquella que vuelve todos los días sino aquella que no se satisface más que con la compañía a de Dios.

Dios nos busca desde siempre. Dios te busca a ti, especialmente a ti. »Salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a él, y él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice:

«Sígueme.» Él se levantó y le siguió. Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Leví, muchos

cobradores de impuestos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían.

Al ver los fariseos que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: «¿Qué? ¿Es que come con los cobradores de impuestos y pecadores?» Al oír esto Jesús, les dice: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.» (Evangelio San Marcos 2,13-17)

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,

porque ellos serán saciados”

»Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su único Hijo, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. ( Jn 3,16)

Dios te ama infinitamente, se hizo hombre para caminar junto a ti, murió y entrego su vida por ti, por tus pecados y los del mundo, ese mundo del que salen injusticias, mentiras, robos, adulterios, dolor, todo para que ese mundo sea transformado por su amor, para que pasando esta prueba, esta peregrinación podamos descansar en la alegría de sus brazos, en la presencia de quién nos ama más que nadie, de quién nos creo y nos conoce desde el vientre de nuestras madres.

“¿Acaso olvida una mujer a su niño sin compadecerse? Pues aunque ésas

llegasen a olvidar, yo no te olvido”

¿Como corresponder a ese amor? Amando a Dios y a los demás «…Señor, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?» Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley?» Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.» Le dijo entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás.» (Lc 10,25-28)

Siendo Humildes »Buscar al Señor todos ustedes, humildes de la tierra, que cumplen sus mandamientos; buscar la justicia, buscar la humildad; y quizá encontrarán cobijo el Día del Juicio. (So 2,3)

»Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los gobernantes de las naciones actúan como dictadores y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Al contrario, el que de ustedes quiera ser grande, que se haga el servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga el esclavo de todos. Hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate por muchos». Al salir de Jericó, les iba siguiendo una gran multitud de gente. (Evangelio San Mateo 20, 25-29)

Confesando nuestros pecados »Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije: «Me confesaré a Dios de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado. (Sal 32,5)

Siguiendo a Jesús »Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? o ¿Qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.» (Mt 16,24-27)

Creyendo en su amor «¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.» (Rm 8,35-39)

Ven, busca a Dios Busca un sacerdote, pregunta a alguien donde hay un templo cercano a donde te encuentras. Seguramente encontrarás uno. Confiesa tus pecados para que Dios te lave, te limpie y te sane. Asiste a misa. Comulga, recibe a Dios en tu corazón y llévalo todos los días a donde quiera que vayas. No dejes de orar, de rezar todos los días.

Dios Padre siempre te espera, siempre con amor, con los brazos abiertos, como al hijo prodigo que perdió todo pero retorno hacia el Padre y el Padre no le recrimino nada, sino que hizo fiesta, hizo celebración porque el hijo se había convertido de nuevo hacia el…

HAY QUE CELEBRAR Y ALEGRARSE, PORQUE ESE HERMANO TUYO ESTABA MUERTO Y HA VUELTO A LA VIDA, ESTABA PERDIDO Y HA

SIDO ENCONTRADO

SALMO 13 Del maestro de coro. Salmo. De David.

¿Hasta cuándo, Señor, me olvidarás? ¿Por siempre? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?

¿Hasta cuándo tendré congojas en mi alma, en mi corazón angustia, día y noche? ¿Hasta cuándo triunfará sobre mí mi enemigo?

¡Mira, respóndeme, Señor, Dios mío! ¡Ilumina mis ojos, no me duerma en la muerte, no diga mi enemigo: "¡Le he podido!", no exulten mis adversarios al verme vacilar!

Que yo en tu amor confío; en tu salvación mi corazón exulte.

¡Al Señor cantaré por el bien que me ha hecho alabaré al nombre del Señor, el Altísimo!

SALMO 23 El Señor es mi pastor: nada me falta; en verdes pastos él me hace reposar. A las aguas de descanso me conduce, y reconforta mi alma.

Por el camino del bueno me dirige, por amor de su nombre.

Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo. »»»

La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios, con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa.

Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dure mi vida, mi mansión será la casa del Señor por largos, largos días.

SALMO 27 El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién temeré? El Señor es baluarte de mi vida: ¿de quién me asustaré?

Cuando me atacan los malhechores para tragarme vivo, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen.

Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no teme; si entran en batalla contra mí, aun así yo confío.

Una cosa pido al Señor, es lo que busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida; contemplando la belleza del Señor, observando su templo.

Él me guarecerá en su cabaña a la hora del peligro; me esconderá en lo escondido de su tienda, me alzará sobre la roca. »»»

Entonces levantaré la cabeza sobre el enemigo que me cerca. En su tienda ofreceré sacrificios entre aclamaciones, cantando y tañendo para el Señor.

Escucha, Señor, mi voz que te llama, ten piedad de mí, respóndeme.

—Buscad mi rostro. —Mi corazón dice: Yo busco tu rostro, Señor, no me ocultes tu rostro.

No apartes con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación.

Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me acogerá.

Indícame, Señor, tu camino, guíame por un sendero llano, pues me están espiando;

no me entregues a la saña de mis rivales. Se levantan contra mí testigos falsos, acusadores violentos.

Yo, en cambio, espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.

—Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.

PADRE NUESTRO Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

AVE MARÍA Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén

GLORIA Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Miren, hermanos, ¿acaso no ha escogido Dios a los pobres de este mundo para

hacerlos ricos en la fe? ¿No les dará el reino que prometió a quienes lo aman? (Sa 2,15)

7.17

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