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$ ss ss $ %$ % CUADERNO DE RELECTURA En una ilustración. reproducida en un libro para escolares por la American Book Company en 1896. Robinson es- sentado. Mantiene un fusil (¿Pur- dey?) atravesado sobre las piernas y un parasol permanece vertical en la arena y sobre uno de sus brazos. Su aspecto es el de un hombre fuerte y. sin embar- go. preocupado. En otra ilustración. descansa con un fusil de tipo dist into sobre las piernas . y en él sostiene un li- bro abierto. El parasol también está abierto y da sombra a los hombros y la cabeza, Le ha crecido la barba y su mi- rada. como en el frontispiece, está dirigi- da un poco a la derecha . hacia la línea del horizonte donde se encuentra el hi- potético lector. Parece indiferente al mar. a'las cabras que pastan detrás de él y a unas gaviotas que vuelan por el acantilado, Salvador Elizondo logra ver "la figura de aquel hombre en la playa. unas veces tendido de bruces. exánime. sobre la arena y. otras . ergu ido sobre la duna. escudriñando el horizonte bajo su gran parasol". Lo ve además. en página. "durante las graves divagacio- nes que se permitía. a veces. tendido bajo el desmesurado parasol que las es- tampas de las ediciones populares le atribuyen". Los años han pasado. El recuerdo de Robinson se suma al del hombre que escribe en el futuro pensado por Pao Cheng en el primer libro de Elizondo. Narda o el verano (1964) . Y el recuerdo de Elizondo se suma al del lector. Pero la escritura es una disciplina estricta que va más adelante en elcamino de las acumu- laciones y de las coincidencia o de la au- sencia de éstas. ? Robinson divagaba . se mostraba indiferente. aterrorizado? El escr itor sólo puede hacer conjeturas: la imagen de Robinson "se había for- mado en mi mente sólo con escuchar su nombre" , Lo demás. " lejos de defin ir el persona je como una creación aisla- da". es un " garabato que laboriosa - Á Salvador Elizondo: cerner» lucida , J08- quín Mortiz . México . 1983. 190 pp, mente trazaba en la imag inac ión en tor - no de ese nombre con un orden impre- visto y dir igido por la fatal idad de la es- critura", El problema para el lector ape- nas se inicia con esta declaración del escritor. que se repetirá bajo diferentes formas. ¿Es Elizondo el que habla así o es el personaje que narra una obra de ficc ión titulada Log? ¿Esdentro o fuera del texto donde se da la verdad subra - yada y puesta en tela de juicio por Eli- zondo: la imagen se formó durante la infancia pero su complejidad se debe a "los imperat ivos de la vocación o de la deformación profesional"? ¿Miente. es decir. inventa esta idea el personaje que narra en pr imera persona o es la voz del autor la que se oye? En 1975 Elizondo publicó Lag. un relato acerca de un personaje imposi- ble: un escritor que piensa en el tema del hombre que habita en la isla desier - ta. Antes. en Narda o el verano, había publicado un relato similar: " La historia según Pao Cheng". No es casual que éste cierre su primer libro y que " Lag" abra su nuevo libro. Camera lucida, casi veinte años después. En 1983. frente a este texto y todavía en el ámbito de las certezas que puede anotar el crítico. se Salvador Elizondo 42 . cumple una vez más una de las activi- dades favoritas. sin duda. del escritor: la relectura. En los libros de Elizondo la relectura cuestiona el mito de una memoria pro- digiosa cuyo principal alarde. vano y suicida . es creer en su saciedad. lo que produc e un eterno devorar las cosas del mundo sin más. Lo opuesto. por tanto. puede parecer una manía que no permi- tiera al escritor desprenderse de ciertas ideas fijas. pero que no lo es del todo. Lo opuesto de la memoria prodigiosa . - la de las estatua s. la de los discursos polít icos- es el ininterrumpido fluir de recuerdos , imágenes. olvidos. sue- ños... Al actuar nos releemos. La nece- sidad de escribir empieza al revelarse la presencia del olv ido. con lo que se inicia también el ejercicio de la memoria'. de la autocrítica y de la misma escritura. El olvido lleva de regreso al lugar del cri- men: el asesino nunca terminará de re- present arse de manera cabal lo sucedi- do en el instante de su acto. Obedece fatalmente a una forma de la escritura. Hay otro relato en el primer libro de Elizondo que recuerda inevitablemente , el de " Lag" : " En la playa" . en el que un hombre go rdo arriba a una playa desier-

DE RELECTURAgrafógrafo (1972). de Elizando. que acababa de aparecer unos meses antes. De ese artículo sólo podría retomar dos fragmentos: Antes de referirme a esas ciertas pa labras

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Page 1: DE RELECTURAgrafógrafo (1972). de Elizando. que acababa de aparecer unos meses antes. De ese artículo sólo podría retomar dos fragmentos: Antes de referirme a esas ciertas pa labras

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CUADERNODE RELECTURA

En una ilustración. reproducida en unlibro para escolares por la AmericanBook Company en 1896. Robinson es­tá sentado. Mantiene un fusil (¿Pur­dey?) atravesado sobre las piernas y unparasol permanece vertical en la arenay sobre uno de sus brazos. Su aspectoes el de un hombre fuerte y. sin embar­go. preocupado. En otra ilust ración.descansa con un fusil de tipo distintosobre las piernas . y en él sostiene un li­bro abierto. El parasol también estáabierto y da sombra a los hombros y lacabeza, Le ha crecido la barba y su mi ­rada. como en el frontispiece, está dirigi­da un poco a la derecha . hacia la líneadel horizonte donde se encuentra el hi­potético lector. Parece indiferente almar . a ' las cabras que pastan detrás deél y a unas gaviotas que vuelan por elacantilado, Salvador Elizondo logra ver" la figura de aquel hombre en la playa .unas veces tendido de bruces . exánime.sobre la arena y. otras . ergu ido sobre laduna. escudriñando el horizonte bajo sugran parasol" . Lo ve además. en ~tra

página . " durante las graves divagacio­nes que se permitía. a veces. tendidobajo el desmesurado parasol que las es­tampas de las ediciones populares leatribuyen".

Los años han pasado. El recuerdo deRobinson se suma al del hombre queescribe en el futuro pensado por PaoCheng en el primer libro de Elizondo.Narda o el verano (1964). Y el recuerdode Elizondo se suma al del lector. Pero laescritura es una disciplina estricta que vamás adelante en elcamino de las acumu­laciones y de las coincidencia o de la au­sencia de éstas. ?Robinson divagaba .

se mostraba indiferente. aterrorizado?El escr itor sólo puede hacer conjeturas:la imagen de Robinson "se había for ­mado en mi mente sólo con escucharsu nombre" , Lo demás. " lejos de defin irel persona je como una creación aisla­da" . es un " garabato que laboriosa -

Á Salvador Elizondo : cerner» lucida, J08­

quín Mortiz. México . 1983. 190 pp ,

mente trazaba en la imag inac ión en tor­no de ese nombre con un orden impre­visto y dir igido por la fatal idad de la es­critura " , El problema para el lector ape­nas se inicia con esta declaración delescritor. que se repetirá bajo diferentesformas. ¿Es Elizondo el que habla así oes el personaje que narra una obra deficc ión t itulada Log? ¿Esdentro o fueradel texto donde se da la verdad subra ­yada y puesta en tela de juicio por Eli­zondo: la imagen se formó durante lainfancia pero su complejidad se debe a" los imperativos de la vocación o de ladeformación profesional"? ¿Miente. esdecir. inventa esta idea el personajeque narra en pr imera persona o es lavoz del autor la que se oye?

En 1975 Elizondo publicó Lag. unrelato acerca de un persona je imposi­ble : un escritor que piensa en el temadel hombre que hab ita en la isla desier ­ta . Antes. en Narda o el verano, habíapublicado un relato similar : " La histor iasegún Pao Cheng". No es casual queéste cierre su primer libro y que " Lag"abra su nuevo libro. Camera lucida, casiveinte años después. En 1983. frente aeste texto y todavía en el ámb ito de lascertezas que puede anotar el crítico. se

Salvador Elizondo

42 .

cump le una vez más una de las activi­dades favoritas. sin duda. del escritor:la relectura.

En los libros de Elizondo la relecturacuest iona el mito de una memoria pro­digiosa cuyo princ ipal alarde. vano ysuicida . es creer en su saciedad. lo queproduc e un eterno devorar las cosas delmundo sin más. Lo opuesto. por tanto.puede parecer una manía que no permi­tiera al escritor desprenderse de ciertasideas fijas. pero que no lo es del todo.Lo opuesto de la memoria prodigiosa .- la de las estatua s. la de los discursospolít icos- es el in interrumpido fluir derecuerdos , imágenes. olvidos. sue­ños. . . Al actuar nos releemos. La nece­sidad de escribir empieza al revelarse lapresencia del olv ido. con lo que se iniciatamb ién el ejercici o de la memoria'. dela autocrít ica y de la misma escritura. Elolvido lleva de regreso al lugar del cri ­men: el asesino nunca terminará de re­present arse de manera cabal lo sucedi­do en el instante de su acto. Obedecefatalmente a una form a de la escritura.

Hay otro relato en el primer libro deElizondo que recuerda inevitablemente ,el de " Lag" : " En la playa" . en el que unhombre gordo arriba a una playa desier-

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jI

ta persegu ido por otro hombre armadocon un rifle Purdey. El proceso po r elque Elizondo " se escribe al escribir queescribe" fue identif icado por Octavio

, Paz (El signo y el garabato. 1968) comouna inversión de la perspect iva habitua lpor la que "el autor deja de ser el dueñode las combinaciones de su obra y esuna combinación más". De acuerdo conesta idea. " Lag" y los demás tex tos deCamera lucida son una relectura de símismo que Elizondo lleva a cabo comoparte de su escritura y como una acción-quizá la única posible- cont ra el olv i­do . en la que confirma no el paso deltiempo sino la persistencia de éste. surepetición asombrosa debida a la act ivi­dad de la atención u ot ro imperati vo delescritor. Sueños . imaginaciones. penosamientos se confunden entre sí: larelectura prop icia las mutacionesde los trazos de los signos : los rela ­tos son por ello un cúmulo de conjetu ­ras (por ejemplo. acerca de un hombreen la playa). y por ello deja de haber al­guien que miente o algu ien que habla oque ove .

Cuando el auto r relee el mundo. alque. como Ma lla rmé. concibe com o unlibro. reconstruye la compl ejidad de laspercepciones que todavía no son exac­tamente lenguaje verbal. aunque se di­rige a un nuevo orden que tendrá queescribir y releer una próxima vez. Llegaa lo clásico. que en parte se define porla recurrencia de sus cult ivadores: unlugar qué se visita una y otra vez. Sinembargo. en un visitan te ajeno al artis­ta. esa visita es algo que le resulta va­gamente famil iar. Ve por prime ra vezimágenes que se agregan a su propiaexperiencia ; recuerda a Teste. a Flau­bert. a Moriarty. a Torr i ; piensa en laAcademia Mexicana . en una casa encov óacéri, en Baker Street : sueña conlos museos de Metaxiphos.. . Porque loque sucede con qu ien se enfrenta a laliteratura de Elizondo es algo extra ño.como lo que sent iría si entrara en unedificio donde todo de pronto fuera lamás pura belleza : un lenguaje que re­suena desprendido ya de génesis y cru­cifixiones; estar ía en la arqu itectura va­cía. la del placer artístico . la del regoc ijode la mejor literatura. donde sería posi­ble que conociera la inm ortalidad o elsentido de la mirada de Robinson enuna ilustración de lecturas escolares:en el.ámbito de la incertidumbre. " Pormomentos. yo sabía que estaba en laisla ; por momentos. creía estar. en el

RESEÑAS

manicom io" (Bioy: La invención deMorer¡ .

La dramatización de un ideogramaque Severo Sarduy encuentra en Fara­beuf (196 5). la más célebre novela deElizondo. me parece la mejor imagen delo que su escritura representa . El actode la relectura constituye el desdobla­miento (hasta de seis u ocho horasmientras se bebe el té en el teatro chi­no) de un número lim itado de signos- "concebidos como imágenes de loque sucede en el cielo y sobre la t ierra"(Wi lhelm : I Ching) - . Pero la perpetuatransición de estos signos no se dirige adescifrar las imágenes del enigma pro­ducido. sino a recibir el placer de susextraord inar ias sonori dades y los deste ­llos de sus combinaciones. Elizondo es­cribe:

La esperanza nace en la misma rna­triz que la incert idumbre; por la pe­netrac ión en la nada vacía del esce­nario desierto nos disolvemos enella; después de ser un instante lasubstancia de la Que están hechoslos sueños los ctore tornan al mis­mo olv ido nocturno y ecreto en elQue s gestan las imágenes del dra­ma futuro y medr n las del sueñoreal de ahora. Lo QU no es el dramaes el silencio Que lo ciñe como sifuera una isla d voces . Fuera deldrama lo demás es silenc io. (Miscasto Ha llegado lB se ñor» marquesa.1981)

Teatro men tal Que exige una intermina­ble relectura del escri tor . Que permitenuestra lectura sin otra opc ión que ladel acto desnudo. abol idos los niveles 'art ificiales en la inteli gencia v estableci ­das las zonas corpóreas de incidenciade la sola luz del tex to . Es sobre ese ac­to. sobre esa lejanía abolida. Que Eli­zondo aplica su cam era lucida o cám araclara .

La cámara clara la ut il izan los d ibu­jantes para faci lita r su trabajo. sobretodo en la reproducción de los contor­nos y las proporciones. Consiste en unprisma de cris tal a través del cual se vecon un ojo el obje to y con el ot ro ojo el'papel en el Que se va a representar eseobjeto . Llevado a la escritura. se tratade una auténtica aplic ación de la frase :un ojo al gato y otro al garabato (uten­silio éste usado para atrapar a aquéll.é! ~Amás de que en este caso conv ierteel objeto también en líneas. de escritura .

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por lo Que debe asegurarse un trazoexactamente fiel. o puro : " La escrituravolcada a la persecución de la reali­dad es una forma mucho más profunda.aunque también mucho más torpe queel dibujo. Su ejercicio requiere de laaplicación de métodos más arduos quelos de la cámara clara. pero ésta escomo la figura de un instrumento críti­co" .

Estas operaciones. frágiles. apenasvisibles y precisas como el más finocronómetro. no carecen de sutiles me­canismos de humor. Como se apreciaen un relato de Rubén Daría. La extrañamuerte de fray Pedro (1913). en el queel escritor exclama : " 1Si en Lourdes hu­biera habido una Kodak durante eltiempo de las visiones de Bernardetta l " .a par ti r de la siguiente conjetura :" Si se fotografiaba ya lo interior denuestro cuerpo. bien podría pronto elhombre llegar a descubrir visiblementela naturaleza y origen del alma " (oO.)"¿por Qué no aprisionar en las visionesde los éxtasis. y en las manifestacionesde los espíritus celestiales. sus formasexactas y verdaderas?" Un acto por elQue Huysmans bien podría haberseconvertido al catolici smo.

¿No es este " magico ensayo " com­parable a los perseguidos por Elizondocon el anapoyetrón o con el cronosta­toscopio? Para saberlo hay que acom­pañar un día a Edgar Allan Poe y a Sher­lock Holrnes disfrazado a la casa delprofesor Mo riarty. en 1997. para cono­cer algo sobre la energía yel tiempo.y re­cordarl o hoy . cuatro años ' antes. comouna velada memorable. ¿Quieres que telo cuente otra vez?

Hace diez años publiqué un artículoque ahora no he podido dejar de releer .En él comentaba el libro de prosa Elgrafógrafo (1972). de Elizando. queacababa de aparecer unos meses antes .De ese artículo sólo pod ría retomar dosfragmentos :

Antes de refer irme a esas ciertas pa­labras que justi fican y recompensanla aparición del libro. quisiera hacernotar su brevedad redonda: un senoen una mano. y en el microscopioporos. respiración . En él no hay inau- .guración ni clausura : es la cont inua­ción del piso en la pared . y de prontouna ventana. Brevedad de la historia.trad ición li teraria. una y otra partedel libro quieren reflejar el movi-

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miento de ese singular hombre quees Salvador Elizondo.

(. . .) podría explicarme con la ima­gen del escritor amarrado en la sillade su gabinete . de cara a una paredblanca ; el verdugo introduce unalámpara al cerebro del escritor y loobliga a abrir los ojos; la pared seilumina como una pantalla de cine . yotros verdugos anotan : " Escribo. Es­cribo que escribo. Mentalmente meveo escribir que escribo y tambiénpuedo verme ver que escribo . ... ("Ellibro y la vida ". El Día, 1973). ,

Diez años después. la tortura de Elizon­do no ha terminado. Tampoco la preci ­sión con la que podría ver la vida que seagita en la palabra seno. Diez años des­pués encontré un libro en el que Durrellya había visto algo de esto: "Ciegas. enla oscuridad. las débiles imágenes 'delmundo se proyectan en la pared " · (.. .)" ¡Irreal! ¿Peroqué es lo que uno espera?No se puede pretender que tenga la rea­lidad. digamos del lunes. o de los librosde oraciones. o los intervalos entre lascomidas" (The Black Book, 1938).

Jaime G. Velázquez

tales establecidos dentro de la poesíamisma . En el siglo XII. Guillaume dePoitiers va negando lo que la vida ofre­ce en la medida en que el poema avan­za. En una canción también muy difun­dida . el poeta brasileño Caetano Velosoprolonga la frase fenicia al decir en elestribillo de su canción "Los argonau­tas" : "Navegar es necesario/ Vivir noes necesario/ Navegar es necesar io/ Vi­vir no es necesario/ Navegar es necesa­rio / Vivir" . La vida . como imitación. pa­rece plantear un , signo igual al de lacreación. de manera que ambos fenó ­menos quedan enfrentados en una acti­tud expectante. Sin embargo. la van ­guardia. con su fuerza decantadora.pone a la creación por encima de la imi ­tación. Vivir es mimético. crear es poi é­tico: todo parece darle la razón a DécioPignatari .

Estas son algunas de las ideas quesurgen de la lectura del libro de MarcoAntonio Montes de Oca. Cuenta nuevay otros poemas. En efecto. Montes deOca. si proviene de algún lado . provienede la vanguardia que comienza. paraLatinoamérica. en lo que va de 1920 a1930. Por desgracia. hay que atribuirlea Neruda. que participó de la estéticavanguardista fundamentalmente con sugran libro Residencia en la tierra(1925-1935), el haber diluido los pos­tulados vanguardistas en nombre de

una estética mimética. socializante(que en la vida puede parecer una alter­nativa pero que en estética es fatal) .Después de la dilución nerudiana, lapoesía latinoamericana debió esperar alpresente para renacer de entre las ceni­zas. No sin cierta paradoja. los conti­nuadores de la vanguardia del 20 fue­ron los brasileños y entre ellos . espe­cialmente en la década de los cincuen ­ta. los creado res de la poesía concreta :Haroldo y Augusto de Campos y DécioPignatari. Digo no sin cierta paradoja.porque la vanguardia brasileña. encau­zada en la Semana de Arte Moderno deSao Paulo. en 1922. no era tan radicalen sus postu lados como la vanguardiahispanoamericana si se toman en cuen­ta los resultados en la producción. salvoen lo que se ref iere a la posición de lospaíses colonizados estéticamente fren­te a la metrópoli . postulados lúcida­mente teorizados en los manifiestos"Pau Brasil" y " Antropofagia" de Os­wald de Andrade. Queda por ser estu­diada la profunda peculiaridad que ennuestros países de habla hispana cau­saron los efectos de una cultura de latraducción. que dio productos tan espe- .ciales como Rubén Darío.

En este contexto. más o menos . ha­bría que situa r la poesía de Montes deOca. Si una de las características delpoema moderno es que éste sucede en

APUNTES SOBRELA NUEVA CUENTA

En una frase que debería ser famosapor lo penetrante. Décio Pignatari ex­clamaba : "Paraporqué vivir? Los hom­bres lo harán por nosotros". Desde quela leí vinculé esa frase con el movimien­to poiética. de la poiesis . Vi allí un in­tento cot idiano de lectura de la oposi­ción mímesis/poiesis. una frase contrala vida. como quería Duchamp. a favorde la creación . como quería ese célebrepero todavía oculto magisterio del poe­ma de Guillaume de Poitiers : " Farei unvers de dreit nien" (Hice un poema so­bre nada). El poema de Guillaumeavanza. es cierto . por negación (que.por otra parte. es la única alternativaviable del avance. según creo), pero a lavez plantea un rechazo a los códigos vi-

Á Marco Antonio Montes de Oca : Cuentanueva y otros poemas. Martín Casillas. México.1983.

Marco Anton io Montes de Oca circa 1950

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