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De savias extrañas y humedales

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Señor de los Helechos, Profeta del Musgo, tallador de verdines en espera, escalador de hongos tiernos, cazador de sombras aguachentas.

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Daniel Horacio Braga

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Señor de los Helechos,Profeta del Musgo,tallador de verdines en espera,escalador de hongos tiernos,cazador de sombras aguachentas.

Jinete de oniscideas y lombrices,me pierdo en el camino de la hormiga.

Una aguja de sol en la espesuraes el dios del brote ansiosoy una gota de rocíoalcanza para ahogar mis inquietudes.

(esto último no es cierto)

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A Sabeli

A Sabeli Ceballos Franco, poeta y amiga

En la noche ocelada de inminenciasla pupila lunar contempla tus misteriostus suaves escamas de hiedra recurrentelos tenues suspiros de esmeraldas dormidasque insisten con su sueño de mármoles quebradosvencidos por la simiente terca y agitadaque eleva su protesta tierna y aguachenta.

Y el terrón desgarrado sin estruendodesprende caravanas victoriosasde insectos metálicos, nerviosos,que trepan por troncos húmedos, rugosos,hasta la frutal copa de soles escondidos.

Y allíen un instante eternoel elemento quintotu terrenal palabralos devuelve bendecidosgemas oscuras que brotarán de nuevoal combinar tu aliento con el suelo.

Y el manicomio transitoriode sus efímeros sueñosecha raícesfructificamigra de detrito a cielo.

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Aguas místicas

En tus manos huidizasretorno en juegos al niñoallí disuelvolos duros cristales de las lágrimasy escurro los lodos corrosivos

zambullo las guerras cotidianasque ahogan en tu vientresus desdichas

allí me nutro de espumas generosasque estallan su alegría en todo el cuerpoexpulsando demonios y fantasmas

en la ingravidez de tus abrazos ondulantesme dejo llevar al punto ceroen donde reinicio los sentidoslas emocionespercudidas de tedio y agresiones

y de allícomo un dios novato y entusiastaemerjo bendecidocon el alegre cansancio de haber sidounos instantesaleta transparenteremolino bondadosocaudal que renueva los deseoscanto de arenas silenciosasamante del musgo y de las piedras

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pazondulante y espejada.

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Corredor

Por el corredor de las verdes azucenascamino hacia la catedral de los ligustroslos juncos y las enredaderasdonde las hojas disparan los destellosque hipnotizan el alma, la mareany el perfume y el color del follajey las flores y el olor de la saviay el vapor y las miasmas de vivas podredumbresen seductoras ondas trepan por mi cuerpo.

En el salvaje recinto de tenues resplandoresdonde el duende del rocío esparce sus perlasy un murmullo verde cuenta historias de asombrogozoso me recuesto en la vaporosa alfombra

y siento la caricia del musgo y los helechoscontemplo los adornos de líquenes y hongoslas cortinas de hojas para el recojimientoy mis entrañas sienten el fluir de la vidaen suaves vibraciones

y veo las bacterias que en libre movimientotransforman las sustanciaslicuan los sedimentosescucho la corriente del alimento líquidopor la carne leñosa subir y reventaren brotes de potente verdor y exhuberantes formas

oigo el secreto trabajo de hormigas y termitasel hilar de la araña

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el suave respirar de los gorriones

y lentamente un aliento poderosopenetra por mis porosme invademe revuelvey degusto y hueloy tocoescuchoveoese todo eternopacíficoverdadero.

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El Atlante

En el lecho turbio,en lo profundo,provocando nubes de arenas y detritos,el coloso milenarioarrastra su luctuoso continente.

Cada paso suyo son centuriasque sacudencon un estruendo sordolos oscuros basamentos.

Sabe de dónde viene.Recuerda con su nostagia enverdecidala orilla colapsada,el monstruo espumoso de brutal zarpazoquebrando las columnas,tragándose a su estirpe.

Grabadas en la roca atroz de su memoriaestán las bocas desmedidas,la angustia de los ojos,los edificios cayendo lentamentey el silencio derramadocon la invasión del agua.

Más atrásy más borrososestán el cielo azuly las planicies verdes,pero prefiere arrinconarlos

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en el hueco más oscuro del olvido.

Harto ha llorado yasu cruel desprendimiento,vastosu llanto ha engordado las mareas,la sal de sus pesaressaturó el estanque mortecinofloreciendo corales transparentes.Pero ya el nácar amargo de los tiemposha ido cubriendo con sus capassu antiguo sufrimiento.

Sabe de dónde viene...mas no conoce su destino.

Con los restos de su patria a cuestascomo un saco de huesos,camina los fondos oceánicos.

Su figura fantasmal,orlada de guirnaldas imprecisas,corta el silencio enmohecidocon el ulular grave y continuode su harapienta soledad,con el tectónico latirde sus pisadas.

Sin detener su marchadetrás de lo ignoradoalgunas noches desvía sus pupilashacia el nistagmo blanco

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que la lunaproyecta en la inquieta superficie.

A veces,como quien juega con esquivos pájaros,acaricia el vientre transeúnte de los barcosque ignoran su leyendadejando la risa indiferentede sus estelas lánguidas.

Otrasrevisa su piel barrosa y lúgubreobservando las minúsculas carcomasque burilan extraños jeroglíficos,tatuajes que pregonansu paso por las simas.

Alhajado de ácaros,moluscosy algas desgreñadas- tótem de la trashumancia sumergida -desplaza el eco de su sombracomo una letanía.

Armado de silencio,de recuerdos mustios,de pertinaz deriva,ceñida la sirga a su cintura,remolca las redes con su heredad baldadaen busca del posible cataclismoque lo recobredel gris autismo de su caminata.

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Y en la verde turbiedad,en la brumosa iteración de la distancia,se diluye su siluetatras las opacas aguascomo un olvido huérfano,como un grito no nacido,como lluvia sepultada.

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El Jardín de los Mostruos de Bomarzo"Lo que me había estremecido de dolor, de ansiedad, la poesía y la aberración, el amor y el crimen, lo grotesco y lo exquisito......Para siempre. Y en Bomarzo, en mi Bomarzo."

Pier Francesco Orsini, duque de Bomarzo

Detrás del murode bloques húmedos y umbríos,donde las madreselvasentretejen sus sueños de guirnaldasy las aguasescurren por las grietassus anhelos de mares inquietantes,se yerguen las estatuas.

En ese laberinto de palabrasdonde el alma extravía sin remediosu destinoy donde para hallartesólo necesitás abrir los ojos,te esperan los espectrosbarrocos y amigablesque te conducirán por senderosde ambiguas certezasy certeras vaguedades.

Encontrarás allí,tallados en la piedra inmemorial,al tortuoso monstruodel sueño recurrente

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cubierto por el musgoy el sarro de su abismo terminal,la niña de aguagorjeando su lamento de cenizas,las runas del orfebre minuciosoque, con dedicación,imprime en el granitosu nocturna sustancia de bambúes,al prócer con su dedo levantadodictando a las nubessus sentencias de girones desquiciados,al carayá en su ramaaullándole a su sombra.

Descubrirás en cada recovecolas pétreas masas taladradaspor mentes febriles,crédulas, desvergonzadas,que invocanal dragón atorado de claveles,al colibrí de oro,al colmillo hiriente y despiadadoque desgarra la piel tensa de una idea,a la colosal tortugade lágrima perpetua,al corto petroglifo de una orugatrepando el vientre gris de Jericó,soplando su mínima trompeta.

Los líticos toconesse transforman en nanas o espinelas,en geométricas escalas,

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en coloridas convulsiones tropicales,en vórtice de desesperación,en cielo azulo arena...

Espuma su brumosa superficieuna alfombra de fértiles detritos,de líquenes grisáceos,de entintados mohos,que nutren las raíces de esas piedrasansiosas por mutaren rítmicas, sonoras, construcciones,que sueñan con cincelesroyendo su promesa de prodigio;sin prisa (ni piedad)habrá palomas paridas de sus cantos,estallidos de diamanteso infectas secrecionesy nacerán furiosos Polifemosque arrojen sus pedruzcos impotentesal barco del deseo.

En cada mole inerte hay un presagio,un testimonio claro:sangre de las manos fantasmalesque plasmaron (plasman) en la roca germinalsu voluntad de trascendenciaahondando el laberintoy su misterio.

¡Bomarzo! ¡Mi Bomarzo!

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mi jardín de monstruos revulsivos

¡Bomarzo! ¡Mi Bomarzo!

de la roca nutricia y gestadora

Bomarzo...

del sueño genésico y la alucinación preñada

Bomarzo: jardín Ultraversal.

Nota:Ultraversal es, en mi humilde opinión, el mejor sitio de poesía de habla castellana. Allí pasé muy gratos momentos y aprendí mucho, aunque no se note.

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Elemental

AGUA

Caldo de natividadesfluctuantes multiversossangre y risa de la tierra

AIRE

Albúmina de las avesperchero de mis ojossoporte de los crepúsculos

TIERRA

Madre del pan primigeniocuna de mis despojosretorno, eterno retorno

FUEGO

Gatillo de génesisbestia de renovaciónhechicero de la noche

LLUVIA

Vertical procesión de dijes aceradoslenta y espesa o frenético verdugonodriza de la plata y del azul incógnito

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VIENTO

Cincel de rocosidadesdemente modelador de nubesforzador de zalemas leñosas

ROCA

Puñetazo grotesco de la tierrarostro parco de abuelos en penumbraspretensión de inmutable permanenciadestino de suelo

LUZ

Manto que des-cubremarea indetenibleaniquilador de fantasmastrocador de conjeturas por crudeza

INSECTOS

Protoingenieros efímeros y eternospinacoteca infinita en cortezas diminutasmuseo del camuflajeherederos del desastre

PLANTAS

Voraz urdimbre de silente pasoo estoico esqueleto que perdurasiempre refugio

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alacena

BESTIAS

Progreso del caosexacta dimensión de lo complejoanhelo

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Foresta

El oleaje lento de la selvame empujaen un vals invisiblede minutos verdes en suaves remolinos amorososme envuelveterciopelo frescolujuriosoy en un instante carnívorome sujeta y me engulleme lleva a su destino borboteantede bacterias ansiosasdonde la vida es un mudo brote perezosoun grito desgarrante tras las hojasun certero zarpazoun alboroto de alasuna furtiva carrera de insectosen minúscula estampida un religioso silenciocollage apretujado de volátiles graznidosde cavernales ecos misteriososde susurrantes hojas agitadasensordece mis ojostrasladando a mis oídosla abigarrada textura de su rostro la bóvedade un verde tibio

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apaciguadoes una sonrisa verde de dientes movedizosboca anhelantesexo abierto que espera en mi visitala descarga del amor elementalpara maravillarmedejarme atónito de lucesmovimientosiseos huidizos sus largos tentáculos de anémona terrestreen giroscontragirospasean por mi cuerpola generosa expresión de su presencia la vertiginosa masaen un flujo y reflujo secreto y permanentebalancea su libido milenario y leñoso bajo el acolchado manto de hojas descompuestasy cáscaras de insectoslas plantas entrelazan sus dedos subterráneosescarban el cuerpo hechido de la tierracon un deseo urgenteinmóvilsigiloso no existe en este mundode pasiones mudas y esmeraldasla angustia y el vacíola asfixia complicada

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no puedo hallar entre sus plieguesla complejidad del alma

se ha transformado cristalen expectante arañaen soledad compuestaen solidaridad calladase ha hecho cortezavoz de jaguaragua.

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Galeón

Ayer, vestido de antiguas lluviassalí a humedecer la noche con esperanzas frescassólo hallé el río de tus ojosque me llevócomo a un galeón náufragoenredado en los líquenesy las algas tibias de tu peloal horizonte solitario de la espera.

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Llega la lluvia nuevamente

Llega la lluvia nuevamentey no estás aquípara hacerla ingrávidaperfumada y tranparente

pero no son gotas de tristezalas que esta tarde me saludan

son voces pequeñitasque me traenconalgodenostalgiael eco de tu risa.

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¿Llegaron las ballenas?

...ya estaría zambulléndome,ya estaría braceandodetrás de las moles melancólicas,ya estarían renaciendo mis branquias olvidadas...

Ya,atado a sus ronquidos,al agudo rechinar de sus lamentos,al son profundo de sus líquidos cantares,llevaría mis propias melodíasde lapas, de turbias correntadas,de matricial opacidad,de distancias azules y borrosas- mis salmos abisales -.

Montado en esos lomostensos y brillantes,con el oído pegado a su lisuraescuchando el parche ancestral de sus latidos,cabalgaría la sal vertiginosahacia el centro de mis propias emociones,la risa y el canto inconteniblesharían que mis mares interioresdesbordaran mis ojoscon un ardor agradecido

y en sinusoidales acrobaciasiría de las nubes a las fosas,de las fosas a las nubes,

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salpicando espumas bendecidas,hacia un horizonte de aletas y chillidos.

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Madre circular

El mar extiende sus brazosacariciando las planicies onduladas de la arenacierra la espuma de sus párpados

y sueña

toda la inmaterialidad de sus anhelostenuestransparentesse eleva en columnas invisiblesdonde todo el celeste de la esperala concentra en vellones tiernosblancos viajeros del deseodifusos transatlánticostransportando todo el albor de la esperanza

llega a las cumbresy en blanda colisióndeposita todo el cargamento de futuro

allí desgrana entre las piedrasla alegría de sus lágrimasdulces y purasvirginales cuentas de poesíaque nutren y se nutrendel silencio milenario de la roca

adquiere el hueco retumbar de los guijarrosaprende a cantar y a reír como los pájaroshermanos en su cíclica travesía

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hendiendo suavemente las laderasdejando amables cicatricestranscurre los secretos de la tierraque abre pasoal rumoroso avance de sus besos

se bifurca en las llanurasse puebla de meandros y de esterosdesciendese desdobla en arroyos y napas de misteriodonde sigue aprendiendoel mineral acopio de la vida

y llega por final salobre destino del comienzoacercándose con suavidad de madre

y como madreya sabia y transitivabesa su mejilla.

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Menudencias

Diminuto soyvoy atravesando selvas de gramillasen pos de una gota de rocíodonde saciar esta sed de simplezas.

Trepo por tallos lisossuavemente verdesasomo mi asombropor encima de balanceados penachosy veo inquietos gorrionessaltando su invisible cuerda.

Hay una verdad que se vislumbratímida, casi transparente,sencilla y contundenteentre pequeños peñascose insectos que hacen su vidacomo debe ser.

¿Qué haré cuando crezca?Cuando me yergasobre este pequeño horizontey alcance la dimensión complejade esos seres absurdamente irracionalesque predan lo obvio,decime: ¿qué haré?

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Monarcas del delirio

A Livia Díaz, poeta y amiga

Del tigre rugoso y fusiformeal batiscafo herméticoque bucea en las aguas de la esperasoñando su milagro de destellos;

de esa cápsula de internas combustionesdonde nada parece sucederal estallido del múltiple prodigioque al bosque, cómplice callado, pone a arder

sólo hay un tris, un pulso natural,un tañer de células inquietas,maestras del frágil ocultismo,prestidigitadoras del agua y de la selva.

Bulle, entonces, siseando en la espesura,anaranjano ramas,alterando superficies,un nervado batir de inexpertas alas.

Silente, el murmullo de tu greyes un suspiro de ángelque evoca el sueño tranquilo de los pájaros,el dormir de un niño en los brazos de su madre.

Y asciende la colectiva llamacon ese silencio alborotadoa incendiar el firmamento

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con aleteos de un rojizo enamorado.Quiero migrar en monárquica bandadaal azul infinito del deseodonde, con gregarios ademanes rojos,llagar de felicidad el cielo.

Llevame en tu galope etéreoal mágico arcoiris de la risa,al recinto de las fosforescenciasdonde no entran el tumulto ni la prisa.

Quiero esparcir las partículas de nácarde tu alada sutilezasobre la pátina oscura y pesarosadel dolor y la tristezay renacer en sincopado vueloentre las sedas de las fragantes floresansiosas por la urgencia de tus besoslibantes y multiplicadores.

Transitar leyendas falsasque hablan de noches efímeras sin días,sin destino ni futuro,para, por fin, triunfar con la porfía- que el sol quema y que la lluvia mojacon decisión mas sin alevosía -de una pequeña perla en lomo de una hoja.

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Mudas

Sueños de piedras en laberintos solitariosbañadas por eternas lluvias,son madre de rumorosos cursosque escurren en los claros del bosque sombrío,ese que me apaña en constante celajemudo de conflictos.

Me aparto, abro sendas sin destinodonde perderme a gusto,fundo guaridas entre zarzas amigas,ellas me conocen,rasgan suavemente mis diferentes pieles.

Allí quedan, en los distintos huecos que habito,como anónimos testigos de mi paso anónimo.Si alguien alguna vez encuentra esos pellejosque tal vez conserven mis formas obsoletas,puede que se pregunte de qué animal extraño son,qué asceta mundano habitó su ausencia,y no hallará respuesta.

Así paso, así lo quiero:ser un soplo vagoque alguna vez dibujara en los rostros que amópequeños jeroglíficos.

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Niebla sobre el bosque

En el vientre del bosque neblinoso estoydormido y caminandoabriéndome paso entre las zarzassudando aguas agrestesfragante de maderas y dulces florescencias por el vientre del bosque voydesnudo y caminandovibrando una canción silvestrede insectos y gigantes milenariosempapado en una lluvia vorazinterminable en la selva estoyabsorto y caminandoardiendo el fuego contenido de las hojasdiseminando esporas y semillasen la rugosa piel de los detritos calmos por sobre el intrincado techomás allá de la sedosa nieblabrilla un sol ignorado por los hongospor las plantas rastreras y los escarabajos yo levanto mi brazo como un rosado talloque se estira y se yerguecomo un ansioso árboly el extremo de mi dedode mi dedo más largoasoma tembloroso

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encandiladotímido mensajero de la auroracuenta a mis pies el reciente milagro y aquí estoydespierto y caminandohúmedo fresco verdecidovegetaly caminando.

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Oceanidades

Tal vez sea la lluviaconstante que humecta mis sentidosmacerando esclerosadas terminales,

tal vez el improbable marde rizadas sugerenciasque tapiza con cristálicos musgosfragantes de recuerdos submarinoslos aciagos barrancos de mi mente,

o el llanero caucesinuoso y esquivo,rumoroso y brillantede tu risa fluvial;

lo cierto es que hoyte percibo acuáticamarinafluidalacustrepluvial.

Y esa licuefacta entidad con que te mostrásme acerca a vos de una manera ambigua,quizá por la eterna sensaciónde pureza y de pazque inspira el elemento primordial,genésico y arcaico,en cuyo seno opalescentedescansa aún la memoria del origen,

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y que remite inevitablementeal maternal refugio,al útero estanco y amortiguado,ingrávido y nutricioque nos amparade externidades hostilesy de inseguridades ciertas.

Y en un extraño cruzamientotu vozcomo un haz cálido y vocativocruza mi blanda superficiey se hunde en las ondulacionessombrías de mi alma;como la mano que, distendida,desde el bote,tantea la ternura de mis aguas.

Y tomo esa manoy te atraigo,te sumerjo en el estanque verdoso de mis ojos,te arrastro suavementeal universo silente de las algas,de las catedralicias madréporas,de los cardúmenes unívocos e inquietos,del misterio bivalvoen cuya entraña se gestacapa a capanuestro particular milagro.

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Satie

En esta habitación donde trabajosobre este escritoriosobre las aristas de este entorno árido y distanteha empezado a llovercaen lentamenteacompasadasoscilanteslas tibias y dulceslas introspectivaslas pendulares y subyugantesgotascasi como una nieve cálidase van depositandosobre las carpetassobre los lapiceros y las reglassobre tijeras y sellosempapandoempapándomecon la emoción salobre de las lágrimasenvolviéndomecon el abrazo amigable de las sábanasy pienso:es una pena que no estés aquímojándote conmigo.

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Señor de los Helechos

Señor de los Helechos,Profeta del Musgo,tallador de verdines en espera,escalador de hongos tiernos,cazador de sombras aguachentas.

Jinete de oniscideas y lombrices,me pierdo en el camino de la hormiga.

Una aguja de sol en la espesuraes el dios del brote ansiosoy una gota de rocíoalcanza para ahogar mis inquietudes.

(esto último no es cierto)

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Simas

Donde se cree que habita la ceguera,en donde suponemosque el tímpano espera inútilmentey que las arenassólo fuliginosas redes entretejen,una mueca dentada y su neón pendienteespantarán tus sueños,ocho brazos luminososbesarán cada escéptico centímetrode esa piel desinformaday un espectral cerianto,como el cisne de una mágica polvera,impregnará tu rostrocon partículas de asombro anochecido.

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Simbiosis

Tenderme en le pasto boca arribay dejar que la lluvia me disuelvasentir que mi sangre se diluyey mis átomos en verde se sublevan

mezclarme en el humus victoriosoque las sabias bacterias me rezumanpara poder fluir entre las ramasentre los musgos húmedos y fofos

fundirme con la savia burbujeantey entrar por las raíces de los bosquesser un todo con las plantas generosas

sentir la tormentael solel viento

que las aves aniden en mis brazosque dibujen mi cuerpo las termitasperderme en la espesura interminableasomarme en las flores silenciosasescurrirme en torrentes de verdurahacia el centro mismo del planetay en verde explosión nacer de nuevoderramándome por toda la cortezadonde aún predomina lo sencillola sublime armoníala pureza.

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Sueño de Orquídea

A Julieta Catalina Leys

En la axila áspera y rugosa,en las alturas,en la penumbra herida,húmeda y arbórea,en la esfera traslúcidade su belleza esquiva,solitaria deliralazos iridiscentes,torbellinos diminutosde galaxias, nebulosas y cometasque sus permeables vasoscon un descaro inocente,innato,transfieren a sus pétalosforzándonos al complejo ejerciciode admirar la sencillez,a la tarea ardua(y, por cierto, incomprensible)de transformar lo puro,lo natural y simple,en complicados procesosinterpretativos,carne de sinapsis,destilado combustible de intelecto.

Mas ella sueña,alucina- ajena a nuestras vanas pretensiones -

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con cuentas transparentesrecorriendo la tersura de sus brácteas,con colibríes de alabastrohurgando con ansia sus entrañas,con metálicos escarabajosy arañas de peluchegrabando ínfimamentecon trazos invisiblessu piel lisérgica y turgente.

Agazapada en lo alto de su sueñourde invernaderos utópicos,manos de cristal,mariposas de fuego,cerrojos de espuma.Sacude levementesus formas barrocas, luminosas,haciendo caer su lágrima perpetuaocasionando concéntricas volutasen la bruma rastrera.

Sueña,fosforece,perdura.

No duda,no cuestiona,no plantea.

Sólo es.

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Acerca de...

la ¿propiedad intelectual? de

Mi letra

Ya te dí coraje, volá ahora y perdete en vericuetos ajenos, sólo reclamo para mí el momento de nacerte.

Daniel Horacio Braga

Todos los derechos reservados a la honestidad intelectual de cada uno. Hecho el depósito de confianza que no marca ninguna ley. Este texto está protegido por las leyes de la buena convivencia y la hombría de bien. Permitida la reproducción total o parcial de esta publicación por cualquier medio o procedimiento y con cualquier destino (por favor, mencionar el autor y la licencia).

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Índice

A Sabeli.............................................................................7Aguas místicas...................................................................8Corredor...........................................................................10El Atlante.........................................................................12El Jardín de los Mostruos de Bomarzo............................16Elemental.........................................................................20Foresta.............................................................................23Galeón.............................................................................26Llega la lluvia nuevamente..............................................27¿Llegaron las ballenas?....................................................28Madre circular.................................................................30Menudencias....................................................................32Monarcas del delirio........................................................33Mudas..............................................................................35Niebla sobre el bosque....................................................36Oceanidades.....................................................................38Satie.................................................................................40Señor de los Helechos.....................................................41Simas...............................................................................42Simbiosis.........................................................................43Sueño de Orquídea..........................................................44Acerca de... .....................................................................47Mi letra ...........................................................................47

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