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INFORME
Decreto 156/2015, de 18 de septiembre,
del Consell, por el que aprueba el
Reglamento orgánico y funcional de la
Conselleria de Sanidad Universal y Salud
Pública. ¿Fomento de las Alternativas
Terapéuticas Similares?
Madrid, a 23 de septiembre de 2015
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ÍNDICE
1. Introducción.
2. El fomento de las licitaciones de equivalentes terapéuticos y
reminiscencia a la cuestión en Andalucía.
3. Conclusiones.
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1. Introducción.
El Decreto 156/2015, de 18 de septiembre, del Consell, por el que se aprueba el
Reglamento orgánico y funcional de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud
Pública (en adelante, el Decreto) de Valencia, determina en su inicio que, en base a la
estructura básica de la mencionada Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública (en
adelante, la Conselleria) se procede reglamentariamente a adecuarla al nuevo marco
normativo y competencial.
Como legislación de referencia se menciona el Decreto 103/2015, de 7 de julio, del
Consell, por el que establece la estructura orgánica básica de la Presidencia y de las
consellerias de la Generalitat, que establece en su artículo 26 que «la Conselleria de
Sanidad Universal y Salud Pública ejercerá las competencias en materia de sanidad,
salud pública, farmacia, evaluación, investigación, calidad y atención al paciente» y la
Ley 5/1983, de 30 de diciembre, del Consell (Ley del Consell), que constituye la norma
basal del sistema institucional de la Comunidad Valenciana.
Así, la organización territorial de la Conselleria, determinada en el artículo 1 del Decreto,
se estructura en servicios centrales y en servicios periféricos y la organización funcional
en órganos superiores del departamento, nivel directivo y nivel administrativo.
Para no alargar innecesariamente estas cuestiones, que no operan como foco central
de atención del análisis que aquí se pretende, veamos gráficamente la estructura de los
órganos superiores y del nivel directivo de la Conselleria, establecida por el artículo 2
del Decreto. Así:
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Secretaria Autonómica de Salud Pública y del Sistema Sanitario Público
Subsecretaría
Dirección General de Recursos Humanos y Económicos
Dirección General de Alta Inspección Sanitaria
Dirección General de Asistencia Sanitaria
Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios
Dirección General de Salud Pública
Dirección General de Investigación, Innovación, Tecnología y Calidad
Conseller y Gabinete del
Conseller
Competencias del art. 70 de la Ley del Consell y las restantes previstas en el OJ. En particular:
- Planificación de recursos farmacéuticos.
- Ordenación. - Racionalización y Control del uso
del medicamento. - Provisión y asistencia
Farmacéutica. - Prestaciones Complementarias.
Unidades Administrativas:
I. Servicio de Ordenación, Control y Vigilancia de Productos Farmacéuticos.
II. Subdirección General de Optimización e Integración:
Servicio de Prestación Farmacéutica y Dietoterapéutica.
Servicio de Asistencia Ortoprotésica.
Artículo 70 Ley del Consell. Son funciones de los directores generales:
1. Disponer cuanto concierne al régimen interno de los servicios de su dirección y resolver los respectivos expedientes, cuando no sea facultad
privativa del conseller, secretario autonómico o subsecretario.
2. Dirigir y gestionar los servicios y resolver los asuntos que le asigne el reglamento orgánico de la conselleria o que el conseller, o el secretario
autonómico encomiende a su incumbencia.
3. Vigilar, fiscalizar y supervisar el funcionamiento de todas las dependencias a su cargo. 4. Proponer a sus órganos superiores la resolución
que estime procedente en asuntos que sean de su competencia y cuya tramitación corresponde a la dirección general.
5. Establecer el régimen interno de las oficinas de ellos dependientes.
6. Elevar anualmente a sus órganos superiores un informe acerca del funcionamiento, coste y rendimiento de los servicios a su cargo,
proponiendo las modificaciones que le asignen las leyes, reglamentos u órganos superiores.
Dirección y Ejecución de la Política en materia de sanidad, ejerciendo
las competencias en materia de sanidad, salud pública, farmacia,
evaluación, investigación, calidad, y atención al paciente
5
Conselleria
Persona Titular de la Conselleria
Secretaria Autonómica de Salud Pública y del Sistema Sanitario Público
DG. de Asistencia Sanitaria
DG. de Farmacia y PS
DG. de Salus Pública
DG. de Investigacion, Innovación, Tecnología y Calidad
Subsecretaria
DG. RRHH y Económicos.
DG. Alta INspección Sanitaria
El objetivo del presente informe se centra en analizar cómo la ordenación de las
Consejerías de Sanidad de las Comunidades Autónomas, o directamente, asunción de
competencias por parte de las mismas, puede afectar al Derecho de acceso a la
prestación farmacéutica de los ciudadanos, conculcando, asimismo, normativa en
relación a la regulación misma de los medicamentos y productos sanitarios y en relación
a los contratos del sector público.
En este caso, dicho análisis se centrará en el devenir que ahora perfila el Decreto
156/2015 y, concretamente, en las competencias y funciones que se atribuyen por el
mismo a la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios de la Conselleria de
Sanidad Universal y Salud Pública.
Así, y antes de avanzar en el examen propuesto, debemos hacer una última observación.
Partiendo del esquema organizativo reseñado, falta hacer una aclaración en relación a
la dependencia jerárquica de los distintos órganos que integran la Conselleria. La misma,
se esquematiza como sigue:
6
La ordenación jerárquica mostrada tiene una repercusión material que en adelante
comprobaremos y que, por el momento, quedará reflejada si tenemos en cuenta que la
Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios depende de la Secretaría
Autonómica de Salud Pública y del Sistema Sanitario Público de la que destacamos este
precepto regulador:
Artículo 6.- De la Secretaría Autonómica de Salud Pública y del Sistema Sanitario
Público.
2. La Secretaría Autonómica coordina los centros directivos y las unidades
administrativas para procurar una atención centrada en la persona […].
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2. El fomento de las licitaciones de equivalentes terapéuticos y reminiscencia
a la cuestión en Andalucía.
Teniendo como aspectos a considerar, por mor de abarcar adecuadamente las
cuestiones que se verterán a continuación, los que hasta ahora se han delimitado, será
preciso identificar y transcribir el artículo 9 del Decreto de referencia que, como
primario en la regulación de la Dirección General de Farmacia y de Productos Sanitarios,
determina:
Artículo 9.- De la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios.
1. La Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios, bajo la dependencia
de la Secretaría Autonómica de Salud Pública y del Sistema Sanitario Público,
ejerce las competencias establecidas en el artículo 70 de la Ley del Consell, así
como las restantes previstas en el ordenamiento jurídico, y en particular las
referidas a la planificación de recursos farmacéuticos, ordenación,
racionalización y control del uso del medicamento, provisión y asistencia
farmacéutica, así como prestaciones complementaria.
2. En el desarrollo de las competencias establecidas en el párrafo anterior se
atenderá especialmente a las siguientes funciones: diseño e implementación
efectiva de estrategias para la optimización e integración farmacoterapéuticas,
el uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, el desarrollo,
explotación e implementación de los sistemas de información necesarios para
que todos los grupos de interés dispongan de la información adecuada para la
toma de decisiones en cuanto al proceso de gestión y utilización del
medicamento y la innovación en la gestión de la prestación tanto farmacéutica
como de productos sanitarios así como el desarrollo del programa de estudios
clínicos de medicamentos y productos sanitarios.
Avanzando en la conformación de esta Dirección General, a la que antes aludimos,
indicamos que el Servicio de Prestación Farmacéutica y Dietoterapéutica depende de la
Subdirección General de optimización e Integración. Este servicio ejerce, según Decreto
(artículo 10.3.a)), las siguientes funciones:
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a) El Servicio de Prestación Farmacéutica y Dietoterapéutica que ejercerá las
siguientes funciones:
Desarrollar, evaluar y mejorar medidas y programas para la optimización
y uso racional del medicamento y productos dietoterapéuticos.
Desarrollar, evaluar y mejorar las medidas para la atención
farmacoterapéutica integral que permita la continuidad asistencial entre
los diferentes ámbitos de la asistencia sanitaria.
Gestionar y coordinar la prestación farmacéutica y dietoterapéutica del
sistema valenciano de salud, tanto la referida a la atención primaria,
como la hospitalaria y sociosanitaria.
Participar en los comités y estructuras dirigidas al uso racional del
medicamento.
Garantizar el desarrollo, evaluación y mejora de programas específicos
en el Centro Autonómico de Información de Medicamentos (CAVIME).
Proponer los medicamentos para su adquisición por la Central de
Compras en los concursos públicos y evaluar periódicamente su impacto,
fomentando las licitaciones de equivalentes terapéuticos.
Gestionar y coordinar la actuación de la Comisión de estudios post-
comercialización de medicamentos.
Elaborar, revisar y supervisar los conciertos con proveedores y colegios
profesionales en materia de utilización de medicamentos y productos
dietoterapéuticos en el ámbito del sistema valenciano de salud.
Distribuir y controlar los sellos y talonarios de recetas oficiales del sistema
valenciano de salud.
Esta aparente capacidad de propuesta con la que se ha dotado al Servicio aludido
entraña innumerables riesgos en los términos que de inicio indicamos que pueden
terminar significando un sistema de adquisición de medicamentos por parte de la
Conselleria, catalizado por la forma de selección de proveedores de los mismos,
revestido de una palpable ilegalidad.
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Las equivalentes terapéuticas tienen en la actualidad la única conceptualización que a
las mismas puede dárseles – salvo invenciones artificiosas que aún están por ver – y la
misma refiere a una clasificación que, instrumentalizada para la configuración de los
lotes que integran expedientes de contratación para el suministro de medicamentos,
parte de la codificación ATC de los medicamentos.
Esta categorización, que ha trascendido al conocimiento de los que es propio, se refiere
al código ATC, instituido por la Organización Mundial de la Salud, y que clasifica el
sistema u órgano sobre el que actúa el medicamento, así como su efecto farmacológico,
sus indicaciones terapéuticas y la estructura química del fármaco.
Avalar este sistema de adquisición pública de medicamentos tiene como implicaciones
una serie de ítems que quedarán perfectamente reflejados si atendemos a las
controversias que se han alegado en contra del mismo en Andalucía, Comunidad
Autónoma pionera en la experiencia.
En primer término, esta planificación de adquisición de medicamentos por parte de la
Conselleria se basa en el funcionamiento de una Central de Compras. Parca la
nomenclatura del Decreto para referirse a un sistema de adquisición de medicamentos
tendente a la racionalización del gasto público por medio de compras agregadas. Y es
que la Central de Compras, para ser tal, tiene que tener atribuido este estatus jurídico
normativamente por la Consejería de Economía y Hacienda que corresponda ya que, de
no tener atribuido dicho estatus, estaremos ante una Central Logística.
En relación a esta cuestión déjese apuntado, en fin, que de tratarse de un Central de
Compras, la misma debería sustentar sus procedimientos de compra por medio de la
Adopción de Tipo, no mediante Acuerdo Marco, sistema de adquisición de las Centrales
Logísticas.
Hecha esta salvedad, esta invitación del Decreto de referencia hacia el fomento de las
licitaciones de equivalentes terapéuticas conllevaría implicaciones de incidental calado
en relación a las siguientes cuestiones:
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I. El régimen legal de la prestación farmacéutica.
La adquisición de medicamentos en función de las llamadas equivalentes terapéuticas
termina implicando que multitud de principios activos queden fuera del alcance de los
facultativos a la hora de que procedan los mismos a dar practicidad a su función
prescriptora. De esta forma, se limita el alcance de los pacientes a la prestación
farmacéutica tal como está definida en la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y
calidad del Sistema Nacional de Salud (artículo 16).
Esta limitación, que sólo responde al ahorro, deja inobservadas las necesidades clínicas
concretas de los pacientes. Esa ahora cuando se entiende la incongruencia del texto
normativo cuando se predica, en el artículo 6.2 del mismo, al que antes aludíamos, una
actuación «centrada en la persona».
Asimismo, en relación a la prestación farmacéutica, se conculcan disposiciones al
respecto contenidas en el actual Real Decreto Legislativo 1/2015, de 24 de julio, por el
que se aprueba el texto refundido de la Ley de garantías y uso racional de los
medicamentos y productos sanitarios en relación a la competencia para la autorización
de medicamentos y productos sanitarios ostentada, en exclusiva, por la Agencia
Española del Medicamento y Productos Sanitarios.
En fin, y en conexión con las menciones que hacíamos para con la prescripción médica,
queda conculcada la libertad de prescripción médica como tal, determinada
constitucionalmente.
II. Truncamiento de las condiciones de igualdad efectiva de acceso a los
medicamentos por parte de los pacientes.
Las normas ya mencionadas, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud y de
Garantías y de Uso Racional de Medicamentos y Productos Sanitarios, proclaman el
reconocimiento del Derecho que asiste a todos los ciudadanos de acceder a los
medicamentos y productos sanitarios comprendidos en la Cartera Básica de Servicios
del Sistema Nacional de Salud en condiciones de igualdad efectiva en todo el territorio
nacional.
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Por los motivos ya expuestos, esta forma de adquisición de medicamentos comporta
desigualdades en el sistema que la adopte en tanto que limita la posibilidad de
suministrar fármacos por razones clínicas – de Salud –, dejando sólo disponibles los
medicamentos que se hayan adquirido por equivalencia terapéutica, no por principio
activo, y en función del ahorro de costes.
III. La agrupación de distintos principios activos por equivalentes terapéuticas.
Este sistema de agrupación conculca la normativa en materia de farmacovigilancia y la
normativa tendente a proteger y prevenir la entrada de medicamentos falsificados en
la cadena de suministro legal, traspuesta a nuestro ordenamiento por imperativo de la
normativa del Sistema Jurídico de la Unión Europea.
La agrupación que convenga en realizar el órgano encargado de la elaboración del
expediente de contratación del suministro de medicamentos carecerá, en todo caso, de
las debidas autorizaciones que, desde un punto rigurosamente científico y de
evaluación de la calidad, seguridad y eficacia de los fármacos, determinen que tal
agrupación es válida y no afecta a la salud de los pacientes.
Estos son, grosso modo, los argumentos principales que los distintos operadores
económicos, potenciales proveedores de la Administración en el campo del suministro
de medicamentos, han alegado en contra de las licitaciones que en Andalucía han
seguido el sustento de las alternativas terapéuticas.
No parece, de otro lado, que a la Comunidad Autónoma citada le haya ido bien en
demasía por cuanto, en la Adjudicación del Acuerdo Marco 4001/2013, quedaron
desiertos 13 lotes y fueron adjudicados 9, por mencionar una “señal negativa” distinta
de aquella que nos remite el hecho de que la cuestión esté en manos de los Tribunales.
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3. Conclusiones.
La mención que ha sido punto de partida al presente informe, contenida en el Decreto
156/2015 del Consell de Valencia, que parece apostar por asumir el tan criticado
sistema de adquisición de medicamentos en Andalucía, abre la puerta a la continuación
de las irregularidades determinadas y a su expansión territorial.
Estas cuestiones, más allá de merecer una crítica en un tono u otro, requieren
plantearse la posibilidad de reconfigurar los errores que estén dando lugar a estas
desviaciones, primero, en común y, en segundo término, con adhesión a la legalidad
vigente y partiendo de ella.
Resta por ver las primeras acciones en relación a esta norma y, más adelante, su puesta
en práctica, si llega a darse.