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8/6/2019 Denuncia Torres
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FORMULA DENUNCIA
Seor Presidente del Consejo de la Magistratura
Ezequiel Nino, apoderado de la Asociacin Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ)
conforme copia del Estatuto que se acompaa-, con el patrocinio letrado de Luis Francisco
Villanueva (CPACF T 87F 762; CUIT N 20-25495450-1, inscripto en el rgimen de
monotributo), con domicilio real en Avenida de Mayo 1161 5 of. 9 de la Ciudad
Autnoma de Buenos Aires (Zona 55), constituyendo domicilio procesal en el mismo, al
Seor Presidente del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nacin me
presento y digo:
I. OBJETO
De acuerdo con lo dispuesto en los artculos 114, inc. 4, de la Constitucin Nacional -en
adelante, CN-, en los artculos 7, inc. 12; y 14, de la ley 24.937, y del art. 1 y ss. del
Reglamento de la Comisin de Acusacin, en mi carcter de justiciable y presidente de la
Asociacin Civil por la Igualdad y la Justicia vengo a formular denuncia contra el JuezSergio Gabriel Torres.
Por los motivos de hecho y de derecho que expondr, solicito a la Comisin de Acusacin
de este Consejo de la Magistratura que de acuerdo a su criterio disponga una sancin de
apercibimiento, advertencia o multa para el juez, todo en los trminos previstos por los
artculos 114 inc. 4 de la CN, y artculos 7 inc. 12; y 14 de la ley 24.937. Tal como lo exige
el artculo 2 del Reglamento de la Comisin de Acusacin del Consejo de la Magistratura,
adjunto copia certificada de mi documento de identidad, y copia simple de esta
presentacin, as como tambin copias simples de prueba documental relevante para la
decisin de este caso concreto.
II. PERSONERA
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La Asociacin Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) es una organizacin apartidaria, sin
fines de lucro, comprometida con la misin institucional de contribuir al fortalecimiento de
las instituciones democrticas y la defensa de los derechos y garantas constitucionales.
Entre sus programas de trabajo, realiza iniciativas tendientes a promover la implementacin
de los mejores estndares y prcticas institucionales en relacin con la investigacin
judicial de hechos de corrupcin, de acuerdo con los compromisos constitucionales e
internacionales de la Repblica Argentina.
ACIJ es una asociacin civil que se encuentra autorizada para funcionar con carcter de
persona jurdica en los trminos del art. 33, 2da. parte inc. 1, del Cdigo Civil conforme
resolucin de la Inspeccin General de Justicia N 231/2003 de fecha 12 de Marzo de 2003.
La documentacin acreditante de la personera consta del Acta Fundacional y Estatuto de la
ACIJ, la Resolucin IGJ antes citada y el Acta de Asamblea que contiene la designacin de
autoridades de fecha 12 de Mayo de 2005, ms el acta de Asamblea general ordinaria y
Asamblea extraordinaria de fecha 2 de Octubre de 2008, documentacin que se adjunta.
III. EL ACCESO DE ACIJ A LAS CAUSAS PENALES DONDE SE
INVESTIGAN HECHOS DE CORRUPCION
La corrupcin afecta directamente a la sociedad civil, puesto que siempre trae aparejado un
efecto de desfinanciamiento del Estado, el que se traduce en la imposibilidad de utilizar
fondos del erario pblico en las polticas pblicas necesarias para la comunidad y,
paralelamente, en un mal funcionamiento de las instituciones. Ello, como consecuencia de
que el inters de los funcionarios se concentra en la obtencin de beneficios para s o para
terceros, y no en desempear como es debido las funciones para las que fueron designados.
En ese marco, ACIJ se presenta en casos de corrupcin para tomar vista de los expedientes
para observar y hacer minuciosos anlisis sobre el desarrollo de los mismos.
Fue as como nos presentamos en la causa 5198/2007 caratulada Romano Rubn Daro y
otros sobre encubrimiento, del registro del Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional Federal N 9 de Capital Federal, Secretara 17; de conformidad con lo que
surge de una armnica interpretacin del artculo 131 del Cdigo procesal Penal de la
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Nacin en relacin con lo establecido por la Convencin Americana de derechos humanos,
el Pacto Internacional de derechos Civiles y polticos, la Convencin Interamericana contra
la Corrupcin y la Convencin de las Naciones Unidas contra la Corrupcin.
En la mencionada causa se investigan presuntos hechos de corrupcin relacionados con ex
prestadores del PAMI. Asimismo en el marco de ese expediente se logr tomar
conocimiento de una sucursal del Banco BNP Paribas, no registrada legalmente en el Banco
Central de la Repblica Argentina (BCRA), en donde se realizaban millonarias operaciones
financieras en el extranjero. Bsicamente se sospecha de operaciones de lavado de dinero,
donde agentes colocaron dlares y lograron que sus depsitos fueran transferirlos al
exterior sin dejar rastros de la operacin. La metodologa no sera una sorpresa si no fuera
porque se trata de una sucursal no registrada del BNP Paribas, el banco oficial de la ciudad
de Pars, con sucursales en 85 pases del mundo.Por el vnculo de estos hechos planteados con el sistema de impunidad de los delitos
econmicos que nos aqueja y con la complejidad para investigar y probar el desvo de
fondos que generan los hechos de corrupcin, lo que constituye un obstculo para nuestro
desarrollo como sociedad, es por lo que ACIJ, como organizacin de la Sociedad Civil se
interesa en tener acceso a este tipo de actuaciones judiciales. Lo cual, en el caso que nos
ocupa, se realiz formalmente en junio de 2008, mediante un escrito que tuvo aceptacin
por el juez que tena a su cargo la tramitacin del expediente, el Dr. Araz de Lamadrid.
Esa resolucin adquiri el carcter de cosa juzgada toda vez que no fue impugnada por
ninguna de las partes.
Sin embargo el juez aqu denunciado, Sergio Torres, se neg sistemticamente a cumplir
con aquel fallo, y luego con otros que posteriormente emitiera la Sala II de la Cmara
Criminal y Correccional Federal.
IV. SNTESIS DEL CASO
Para poder dar comprensin y sentido a los diversos actos llevados a cabo por el juez
Sergio Gabriel Torres que motivan la presente denuncia, es necesario tener una idea
sinttica de los procedimientos sucedidos en el marco de la mencionada causa.
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Con fecha 10 de junio de 2008 solicitamos la vista de las actuaciones referidas
anteriormente, con fundamentos en derechos constitucionales y jurisprudencia del
fuero que asistan a tal pretensin.
El 25 de agosto de 2008, el juez federal Octavio Aroz de Lamadrid mediante una
resolucin nos concedi la vista del expediente en cuestin. El Magistrado dej a
salvo su opinin sobre que se nos debera considerar extraos en el proceso ya que
perjudicamos a los imputados, pero que sin embargo no es razonable rechazarla
para que a la postre la Alzada la admitiera (considerando para ello los criterios
favorables a la cuestin que mantienen ambas salas de la Cmara del fuero). Sin que
exista apelacin de las partes eventualmente afectadas, la resolucin judicial que
reconocie el derecho qued firme.
Durante aproximadamente un ao pudimos tomar vista de las actuaciones y solicitar
las fotocopias necesarias sin inconveniente alguno.
El 21 de diciembre de 2009 el Juez Aroz de Lamadrid present la renuncia a su
cargo asumiendo la subrogancia del Juzgado Federal 9 el Juez Sergio Gabriel
Torres.
A partir del ao 2010, cada vez que algn miembro de la organizacin iba a procurar la
referida causa con distintas excusas los empleados judiciales de la mesa de entradas nos
denegaban el acceso a las actuaciones. Esto sucedi en reiteradas oportunidades, por esa
razn, tambin intentamos hablar con el Secretario del Juzgado (responsable ltimo de la
atencin de la mesa de entradas), negndose a atendernos cada vez que lo solicitamos.
Estas vas de hecho mediante las cuales se le impidi a ACIJ acceder a la consulta
del expediente implicaron un total desconocimiento de lo resuelto oportunamente en
autos. Por este motivo volvimos a presentar un escrito solicitando formalmente
acceso a las actuaciones.
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Personalmente nos notificamos de una nueva decisin en la que ahora el el juez
Torres no haca lugar a la vista del expediente, motivo por el cual el 15 de octubre
de 2010 presentamos recurso de apelacin contra esa resolucin.
El juez Torres no hizo lugar a la apelacin y en consecuencia dedujimos queja
frente a la Cmara.
El 15 de diciembre de 2010 la Sala II de la Cmara del fuero resolvi hacer lugar al
recurso de queja presentado. Declar mal denegado el recurso interpuesto por ACIJ
y concedi la apelacin deducida contra el rechazo de la solicitud formulada para
tomar vista de las actuaciones. En el mismo resolutorio, la Alzada revoc esta
ltima decisin.
Con el fallo de Cmara a nuestro favor, nos presentamos al menos tres veces ms en
la mesa de entradas del juzgado solicitando ver el expediente: en todas las ocasiones
nos denegaron el acceso a la causa argumentando que las actuaciones se
encontraban a despacho, a estudio y/o a la firma.
V. REVISIN DE LOS ACTOS REALIZADOS POR EL JUEZ
V.1. LA CONDUCTA DEL JUEZ TORRES
Sin lugar a dudas, el juez Torres actu incumpliendo decisiones judiciales que tenan
autoridad de cosa juzgada y resoluciones de su Superior al desconocer las relaciones de
subordinacin en las que se encuentra sometido, lo cual implica un acto de suma gravedad
institucional, y la negacin misma del Estado de Derecho y de las directivas delordenamiento jurdico.
A su vez, como mencionamos en el apartado anterior, el juez nos neg un derecho que
poseamos, de manera arbitraria y sin ningn tipo de fundamento, ocasionando de esta
manera que se cuestione profundamente la legalidad de sus actos.
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V.2. DISPOSICIONES CONTRADICTORIAS
La primera falta grave del juez Torres que motiva nuestra denuncia, consiste en que el
mencionado magistrado dej de lado el fallo del juez que instrua previamente la causa,
Aroz de Lamadrid. Si quien estando subrogando- ejerce la magistratura y tiene un
criterio distinto que el juez anterior, puede plasmarlo en otros expedientes. Pero, aunque
resulte obvio aclarar, lo que no puede hacer el juez, en modo alguno, es retrotraer la
cuestin ya debatida y resuelta- en autos, al punto cero.
En el caso de marras ya haba una resolucin que se encontraba firme, un acto
jurisdiccional que reconoci nuestros derechos. Negar la vista fue sin duda regresivo con
nuestros derechos constitucionales que ya haban sido reconocidos en el auto fechado el 25
de agosto de 2008.En segundo lugar, para peor, el juez Torres continu impidindonos el acceso al expediente
luego de que la Cmara de Apelaciones revocara la disposicin emitida por susodicho juez
en la cual sin respetar el principio de cosa juzgada- nos negaba la vista.
A nuestro parecer, el comportamiento del juez Torres resulta as ser arbitrario y de una
enorme contradiccin. Ha colisionado y daado los derechos que habamos adquirido y
luego ratificados por la Cmara. Ms an, tal negacin no slo ha afectado nuestras
garantas constitucionales, sino que adems deviene totalmente hurfana de fundamentos.
V.3. NO ACATAMIENTO DEL FALLO DE CMARA
DESOBEDIENCIA AL SUPERIOR
Como previamente mencionamos, a pesar de obtener por segunda vez un fallo favorable
en esta oportunidad de la Exma. Cmara-, el juez Torres no se sinti compelido a cumplir
lo resuelto. Efectivamente hasta el presente no nos permite tener acceso a las actuaciones.
Sostenemos entonces que se trata de un acto judicial que de modo manifiesto y grosero se
aparta del orden jurdico vigente y que, dada su manifiesta inexplicabilidad jurdica, puede
dar indicios ciertos de esconder un posible desvo en el ejercicio del poder jurisdiccional
concedido por la Constitucin a los magistrados, y que podra surgir la responsabilidad
poltica del juez por mal desempeo.
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A ello se le suma un abuso de poder en sus funciones, por no someterse a la decisin del
tribunal de alzada.
En el caso de marras el juez Torres gravemente Desconoci la autoridad de que estn
institucionalmente investidos los tribunales superiores en los casos sometidos a su
jurisdiccin, lo que equivale a decir que conculc la seguridad jurdica inherente a los
efectos de las resoluciones de aqullos, pues no existe disposicin legal alguna que faculte
al juez de instruccin a reexaminar el mrito de las decisiones de la instancia de alzada al
conocer en la competencia asignada por el recurso de apelacin1.
El juez hizo prevalecer su propio criterio por sobre aqul del rgano superior, actuando con
el deliberado e inalterable designio de eludir una clara y concreta directiva dispuesta por el
tribunal de alzada, sin importarle la ineficaz actividad procesal que alentaba y con ello,
sumir en la incertidumbre un puntual pedido destinado a acceder a las actuaciones.
VI. AFECTACIN DE GARANTAS
En el caso de autos, el juez Torres afect gravemente una serie de garantas y derechos a
travs de su proceder. Desde nuestro punto de vista, los principios de cosa juzgada,
seguridad jurdica e imparcialidad de los jueces, se han visto peligrosamente perturbados
perjudicndonos de manera directa.
VI.1. COSA JUZGADA Y SEGURIDAD JURDICA
El respeto a la cosa juzgada es uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta
nuestro rgimen constitucional y por ello no es susceptible de alteraciones ni aun por va de
la invocacin de leyes de orden pblico, porque la estabilidad de las decisiones
jurisdiccionales tiene igual carcter y constituye un presupuesto ineludible de la seguridad
jurdica; la autoridad de la sentencia debe ser inviolable tanto con respecto a la
determinacin imperativa del derecho sobre el cual requiri pronunciamiento judicial,
1Jurado de enjuiciamiento, expediente N 26 caratulado Dr. Guillermo Juan Tiscornia s/ pedido de enjuiciamiento, 19de diciembre de 2007.
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cuanto en orden a la eficacia ejecutiva de este ltimo(CSJN: "Fallos" 254:320, y 283:66,
entre otros).
En el caso de marras la peticin de tomar vista de las actuaciones fue oportunamente
juzgada. Exactamente el 25 de agosto de 2008, la solicitud fue atendida, y se nos permiti
tomar conocimiento de causa y solicitar las fotocopias que consideramos necesarias. La
resolucin no fue apelada por lo que an se encuentra firme.
Sin embargo, como se dijo, Torres mediante una resolucin sin fundamentos, resolvi
desconocer ese fallo, obligndonos a plantear un recurso de apelacin, al cual encima
accedimos por va de la queja a la Cmara, y que nos result favorable.
Como se dijo, Torres, continu arbitrariamente desconociendo los fallos judiciales que se
han pronunciado al respecto. Esto significa que su no acatamiento por parte del juez Torres,
es un acto grave, manifiesto e irregular que menoscaba las garantas del debido proceso y elprincipio que insta la seguridad jurdica al no respetar y subordinarse a lo ya decidido.
La cosa juzgada constituye un presupuesto ineludible de la seguridad jurdica. Ella brinda la
certeza del derecho tanto en el mbito de su publicidad como en el mbito de su aplicacin.
Es una garanta que tiene cada individuo de que sus derechos no sern violentados ni
modificados por procedimientos irregulares.
Por seguridad jurdica entonces, se debe entender la certeza que pueden tener los miembros
de una sociedad respecto de cul es el orden jurdico que los rige; cules son las normas
que deben acatar y cules las consecuencias de su desconocimiento. As tambin opera con
fundamento en el principio de confianza que los individuos le tienen al Poder poltico,
jurdico y legislativo de que las normas se cumplirn, por lo cual se asegura el Estado de
Derecho en una sociedad.
En este caso concreto, el juez Torres se desvi de sendos fallos judiciales, incluyendo uno
de sus superiores, afectando nuestra a confianza al Poder Judicial, y por tanto tambin, la
Seguridad Jurdica.
VI.2. IMPARCIALIDAD
La paradoja que presenta el principio de imparcialidad, es que requiere que el juez tenga un
conocimiento profundo de la situacin, pero al mismo tiempo no tome parte de ninguna
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posicin en concreto sino que se atenga, sin tener inters en el resultado del pleito, a una
resolucin objetiva del conflicto. Claramente, as planteada la cuestin, puede apreciarse
que es casi imposible la existencia de una imparcialidad en estado puro. Por ello, podra
decirse que un sntoma que demuestra que estamos ante indicios de parcialidad relevantes,
es la persistencia en el tiempo.
En el presente caso, el juez Torres desestim el fallo de Cmara que nos era favorable,
como as tambin nuestras reiteradas solicitudes de vista posteriores, ya fueran ellas escritas
o en forma personal ante la mesa de entradas del juzgado. Restringirnos de esta manera el
acceso a la causa por ms de un ao, vulnerando el derecho que se nos haba conferido, con
reiteradas negativas y evasivas, permite arribar a la nica conclusin posible de que en el
caso concreto el juez tiene una animadversin evidente respecto de estos justiciables. Nos
encontramos con caprichosas oposiciones a mostrar pblicamente la informacin que hay plasmada en el expediente, apareciendo la solitaria voluntad del juez como nica
motivacin del acto. Surge as un desempeo deficiente que justifica algn tipo de sancin
para el magistrado por existir un inocultable y grave apartamiento de la misin que le ha
sido conferida como juez, y que resulta violatoria de uno de los deberes fundamentales de
la magistratura, cual es el de su imparcialidad.
VII. SANCIONES DISCIPLINARIAS
VII. 1. BREVE INTRODUCCIN
Dice Marienhoff que los funcionarios y empleados pblicos tienen distintas
responsabilidades atendiendo a los diferentes modos posibles en los que se manifiesta su
actividad. Ella puede ser poltica, penal, civil y administrativa o disciplinaria. La diferencia
estriba en que cada una tutela bienes jurdicos distintos2.
Los juicios de responsabilidad poltica, tienen por objeto evaluar si se mantienen las
condiciones de idoneidad para que un funcionario pblico permanezca en una funcin sobre
la base de un cargo o denuncia que la puso en duda. Se trata de un procedimiento de
2 MARIENHOFF, Miguel S., "Tratado de Derecho Administrativo", t. III-B, Abeledo Perrot, tercera edicin,Buenos Aires, 1983, p. 368.
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saneamiento y depuracin institucional, que supone el ejercicio de un control interorgnico
y su finalidad principal es la tutela del inters general3.
Efectivamente, el juicio poltico o proceso de remocin, en el caso de los jueces, es el nico
mecanismo por el cual se puede hacer efectiva la "rendicin de cuentas" que losmagistrados judiciales, como funcionarios pblicos, deben a la comunidad, a diferencia de
quienes dependen de la eleccin popular, cuyo desempeo es evaluado polticamente en
cada eleccin.
El propsito ltimo de un proceso de remocin no es tanto el castigo de la persona como la
proteccin de la sociedad4. No obstante ello y debido a que se encuentran afectados tambin
derechos individuales patrimoniales o aquellos que hacen al buen nombre del funcionario
no puede negrsele a la remocin un carcter indirectamente sancionatorio, por eso se le
aplican las reglas de debido proceso y defensa en juicio5.
Por su parte, los procesos de responsabilidad disciplinaria representan el paradigma
del control intraorgnico y se fundan en relaciones de subordinacin6. Estn
relacionados con el buen funcionamiento de una organizacin. Son, por lo tanto,
corporativos o institucionales.
La facultad disciplinaria en sentido estricto o sea aquella que no conlleva la separacin del
cargo del magistrado o funcionario judicial- no ha sido siempre claramente reglamentada ni
eficazmente ejercida por los rganos encargados de hacerla efectiva.
Normalmente tal funcin de superintendencia ha estado a cargo de las cpulas de los
respectivos poderes judiciales y slo en algunos textos constitucionales aparece conferida a
3 SANTIAGO, Alfonso (h), "Grandezas y miserias en la vida judicial. El mal desempeo como causal de
remocin de los magistrados judiciales", El Derecho, Buenos Aires. Ver captulo primero: "Los procesos deresponsabilidad poltica de los magistrados del Poder Judicial de la Nacin", ps. 13/36.4 BIDART CAMPOS, Germn, "Derecho Constitucional del Poder", Buenos Aires, EDIAR, t. I, p. 380;
GONZLEZ, Joaqun V., "Manual de la Constitucin Argentina", La Ley, Buenos Aires, 2001, p. 478.5 Fallos: 316:2940, 326:4816 y 327:1914.6 CANDA, Fabin Omar, "Responsabilidad Disciplinaria de los Funcionarios Polticos", Abeledo- Perrot,
Buenos Aires, 2004, p. 73.
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los llamados Consejos de la Magistratura (Constitucin Nacional reformada en 1994,
Constitucin de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires y Constitucin del Chubut de 1994,
en este ltimo caso, slo con facultades instructorias).
VII. 2. CREDIBILIDAD EN EL PODER JUDICIAL
Parte de la crisis de credibilidad que afecta al Poder Judicial debe ser atribuida a la falta de
oportuna sancin de aquellas conductas que conspiran con la eficaz prestacin del servicio
de justicia. Incluso tal falencia ha motivado que algunas faltas que pudieron ser
convenientemente advertidas y eventualmente corregidas en la ocasin debida hayan
derivado, a la postre, en situaciones extremas y sin retorno, frente a las cuales la medida
separativa se eriga como la nica solucin posible. La judicatura debe entonces reivindicar
y reclamar el correcto ejercicio de las facultades disciplinarias por los rganos competentes,
como modo de hacer efectivo el actuar responsable en la funcin que le incumbe.7
VII.3. FALTAS DISCIPLINARIAS
Si bien los tipos disciplinarios en funcin de los cuales se juzga la actuacin de los jueces
no se encuentran sometidos a idnticos requisitos y limitaciones que los que rigen para la
sancin penal, la mayora de las reglamentaciones vigentes, an las mas recientes, se
exhiben como imprecisas y generales a la hora de describir la conducta que se reputa
reprochable.
En ese sentido la reglamentacindel Consejo de la Magistratura Nacional (Leyes 24.937 y24.939) y la que corresponde a idntico organismo de la Ciudad Autnoma de Buenos
Aires (Ley 31) determinan, como pauta general a la que se subordinan las faltas
especficamente enunciadas, que ellas refieran a cuestiones vinculadas a la eficaz
prestacin del servicio de justicia (arts. 4, primer prrafo y 32, respectivamente).Tambin la falta disciplinaria se configura mediando reiteracin de ciertas conductas, como
el incumplimiento de normas procesales y reglamentarias. A nuestro entender el
7 Congreso de Magistrados y Funcionarios de la Republica Argentina (Buenos Aires 18/19 de agosto de
1998), Responsabilidad Disciplinaria de los Jueces. Enrique Mximo PITA, Director del Instituto de
Estudios Judiciales (F.A.M.), Vocal Cmara Apelaciones Civil y Comercial de Paran (Entre Ros).
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incumplimiento aislado de una norma procesal o reglamentaria puede revestir tal gravedad
que justifique, por s solo, la aplicacin de una sancin disciplinaria, posibilidad
aparentemente vedada por la norma reglamentaria en cuestin.8
En el caso que motiva esta presentacin de lo que se trata es de reiterados incumplimientos
con disposiciones judiciales. La afectacin evidente al servicio de justicia se produce
cuando se priva del cumplimiento a favor del justiciable de una solucin ya definida.
Tambin cuando se lo obliga al dispendio de tiempo y recursos slo por una arbitraria
tozudez en cumplir con una manda judicial.
VII.4. LAS SANCIONES
El catlogo de sanciones que integran el llamado rgimen disciplinario (descartado el 'mal
desempeo' como causa de imputacin de responsabilidad disciplinaria, slo susceptible de
analizarse en la Comisin de Acusacin) contempla como sancin de mayor gravedad- la
multa (hasta un 30% de los haberes). Por debajo, se indican el apercibimiento y la
advertencia (en la Ciudad Autnoma se incluye un escaln menor: la recomendacin). En el
derecho comparado encontramos previsiones sobre la caducidad o cancelacin de las
sanciones por el transcurso del tiempo (Espaa, Ley Orgnica del Poder Judicial 6/1985 y
16/1994, art. 427).
Las sanciones mencionadas previstas en la ley 'advertencia', 'apercibimiento' y 'multa de
hasta el 30 por ciento de sus haberes' son de aplicacin "por cuestiones vinculadas a la
eficaz prestacin del servicio de justicia" (art. 14, A, de la ley 24.937), finalidad expresa de
la norma que limita el anlisis de las conductas a los aspectos all precisados. Como se dijo
en este caso se trata de una cuestin ms que evidente la afectacin en el servicio de justicia
en que incurri el juez Torres.
No obstante, entre los siete incisos que contienen las causas que puedan dar origen a alguna
de esas sanciones, se menciona "los actos ofensivos al decoro de la funcin judicial o que
8 Idem
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comprometan la dignidad del cargo" (inc. d) y "la falta o negligencia en el cumplimiento de
sus deberes, as como de obligaciones establecidas en el Reglamento para la Justicia
Nacional" (inc. g). Es indispensable que el Consejo de la Magistratura indague sobre el
eventual incumplimiento de sus deberes por parte de Sergio Torres, entre ellos el de
resolver en tiempo y forma. El de hacerlo ajustado a derecho, con imparcialidad y sin
arbitrariedades como las que evidencia este caso.
La pregunta que queda ahora por hacer es: los hechos antes descriptos, por las
circunstancias en que se produjeron afectaron el decoro de la funcin judicial o
comprometieron la dignidad del cargo?
A nuestro parecer, el juez Torres infringi las normas legales y reglamentarias vigentes en
materia de incompatibilidades y prohibiciones, establecidas para la magistratura judicial
(Artculo 14 ley 24.937, inc. A.1); no respet a los magistrados superiores (inc A.2); nos
trato de manera incorrecta a nosotros como abogados y sin el debido respeto (inc. A.3);
ofendi el decoro de la funcin judicial comprometiendo la dignidad de su cargo (inc. A.4);
incumpli reiteradamente en numerosas oportunidades las normas procesales y
reglamentarias (inc.A.5); falt en el cumplimiento de sus deberes, as como a las
obligaciones establecidas en el Reglamento para la Justicia Nacional (inc. A.7).
VIII. CONCLUSIONES
El juez Torres ha actuado de una manera irregular, con vicios que menoscaban el decoro y
la respetabilidad del cargo. As mismo, ha incurrido en una manifiesta y grave
inobservancia de los principios de la cosa juzgada, la seguridad jurdica y la imparcialidad
que se exige a todos los Magistrados. Sus actos ponen en duda su capacidad para el normal
desempeo de su funcin. Y su patrn de conducta arbitrario permite prever que el
desconocer el derecho y la autoridad de sus superiores puede ser un vicio que lo acompae
a lo largo de toda su carrera.
La actitud del juez denunciado constituy la manifestacin de un patrn general de
conducta desarrollado en este caso y que representa, sin dudas, un contexto de falta de
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idoneidad y de abuso de sus facultades funcionales, sin fundamento alguno y de manera
ilegtima.
Las particulares y especialmente graves circunstancias de este caso exigen que se controle
el contenido de las decisiones adoptadas por Torres en este proceso, y se examine el
verdadero sentido de su labor notoriamente arbitraria para con esta parte, profundamente
desobediente de sentencias firmes y absolutamente abusiva de su poder jurisdiccional, por
el otro.
De tal manera, y por los motivos expuestos, es nuestro deseo solicitar a la Comisin de
Acusacin de este Consejo de la Magistratura que analice los hechos imputados y de
acuerdo a lo que estime conveniente disponga una sancin para el juez en cuestin.
IX. OFRECIMIENTO DE PRUEBA
A los efectos de probar fehacientemente los extremos fcticos de esta denuncia, ofrecemos
los siguientes elementos de prueba:
a. Documental
1. Copia del escrito titulado SOLICITA ACCESO A LAS ACTUACIONES
recibido en el Juzgado Federal 9 el 10/6/2008.2. Copia de la resolucin de fecha 25/8/2008 por la que se le concede a ACIJ la vista
del expediente.
3. Copia del escrito titulado MANIFIESTA. SOLICITAN. AUTORIZAN..
4. Copia del escrito titulado INTERPONE APELACIN.
5. Copia de la resolucin de la sala II de la Cmara Federal de fecha 15/12/2010 con la
cdula de notificacin respectiva
b. Testimonial
Solicitamos se cite a declarar a las siguientes personas:
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1. Luis Villanueva, coordinador del Programa Accin Ciudadana y Lucha Contra la
Corrupcin de ACIJ, abogado, DNI 25.495.450 con domicilio en Av. de Mayo 1161, 5
piso, depto 9, de esta ciudad.
2. Ins Herrera, voluntaria del Programa Accin Ciudadana y Lucha Contra la Corrupcin
de ACIJ, abogado, DNI 34.577.221, con domicilio en Tucumn 1980 4 piso, depto.
C, CABA.
3. Lorena Joaqun estudiante, DNI 27.273.786, con domicilio en Alem 388, Lomas de
Zamora, Provincia de Buenos Aires
4. Patricia Bustamante Quintero, abogada del Programa Accin Ciudadana y Lucha
Contra la Corrupcin de ACIJ, CI 14.019.614-2 con domicilio en Yapey 250 2 piso,
depto C CABA.
5. Empleados y secretario del tribunal, cuyos datos debern obtenerse a partir de laproduccin de prueba informativa (ver infra).
c. Instrumental.
Se requiera al Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal 9, secretara 17, copia ntegra
y certificada de aquellas presentaciones de ACIJ en la causa (y su respectivas resoluciones)
realizadas en la causa 5198/2007 caratulada Romano Rubn Daro y otros sobre
encubrimiento.
d. Informativa
Se requiera al Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal 9, secretara 17, o en su
defecto a la Oficina de Habilitaciones de la Cmara del fuero, la nmina completa del staff
de dicha dependencia judicial, desde 2008 al presente.
e. Se provea todo otra medida tendiente a acreditar la materialidad de la falta
imputada.
X. PETITORIO
Por todo lo expuesto, solicito:
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