25
[1 de 25] Impactos del perfil socioeconómico de los votantes sobre el comportamiento electoral. Análisis de las elecciones a la Alcaldía de Cali 2003-2011 Adolfo A. Abadia-* Pablo Milanes** Autores: Politólogo, Asistente editorial, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Icesi (Cali, Colombia). PhD. Profesor Asociado, Departamento de Estudios Políticos, Universidad Icesi (Cali, Colombia). Fundación Universitaria de Popayán “FUP”, Popayán, Cauca - Colombia Revista Virtual “Renacer Jurídico” Programa de derecho “FUP” Primera Edición, Popayán, Colombia, 03 de diciembre de 2015

derecho “FUP” Primera Edición, Popayán, Colombia, 03 de ... · constituye como el fundamento conceptual y teórico de este análisis. Luego, en la cuarta sección, se presenta

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

[1 de 25]

Impactos del perfil socioeconómico de los votantes sobre el comportamiento

electoral. Análisis de las elecciones a la Alcaldía de Cali 2003-2011

Adolfo A. Abadia-* Pablo Milanes**

Autores: Politólogo, Asistente editorial, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales,

Universidad Icesi (Cali, Colombia). PhD. Profesor Asociado, Departamento de Estudios

Políticos, Universidad Icesi (Cali, Colombia).

Fundación Universitaria de Popayán “FUP”, Popayán, Cauca - Colombia

Revista Virtual “Renacer Jurídico” Programa de

derecho “FUP” Primera Edición, Popayán, Colombia,

03 de diciembre de 2015

03

de noviembre 2016

[2 de 25]

Impactos del perfil socioeconómico de los votantes sobre el comportamiento electoral.

Análisis de las elecciones a la Alcaldía de Cali 2003-2011

Impacts of the socioeconomic profile of voters on electoral behavior. Analysis of the Cali

Mayor elections between 2003 and 2011

Adolfo A. Abadía

Juan Pablo Milanese

Resumen

Este artículo se propone abordar el comportamiento electoral desde una perspectiva sociológica

relacionando los perfiles de los estratos socioeconómicos de las comunas de la ciudad de

Santiago de Cali con los resultados electorales a la Alcaldía de 2003, 2007 y 2011, para

identificar los factores que inciden en la elección del alcalde. Se propone una clasificación de

los estratos de la ciudad acorde a la media ponderada agrupada y de los candidatos como

Élite/No-Élite, para analizar las tendencias electorales en términos de expresión de preferencias

políticas por parte de cada estrato. A partir de los resultados electorales se realizó un trabajo de

cartografía que permite visualizar, en forma de mapas electorales, las relaciones y tendencias

que este artículo se ha propuesto indagar. Entre los resultados más significativos se encuentra

que, al contrario del sentido común de los caleños, la votación en Aguablanca ni los estratos

populares se configuran como condición suficiente para alcanzar el cargo de Alcalde en esta

ciudad; antes bien, se identifica que el estrato 3 juega un papel más significativo como

interlocutor tanto entre los estratos “bajos” y “altos” como entre los distintos perfiles de

candidatos.

Palabras Claves: Comportamiento electoral, Candidatos Élite/No-élite,Perfil socioeconómico,

Elecciones Locales, Cali-Colombia

Abstract

By linking the socioeconomic profiles of particular neighborhoods in the city of Cali with the

results of the mayor’s elections in 2003, 2007, and 2011, this paper examines the voting

behavior from a sociological perspective, in order to identify factors that influence the elections.

The authors offers a classification of the city by strata, which are organized in accordance with

the weighted pooled average and of the elite vs. non-elite candidates, so as to determine voting

trends in terms of expression of political preferences by each stratum. Besides, the paper offers

electoral maps that are drawn on the results of the elections and that help to make visible the

relationships and trends under examination. The authors argues that –contrary to the common

believe of the Cali city dwellers– neither the vote of Aguablanca special district nor any other

popular strata is sufficient to ascertain the Mayor’s office. It is the stratum 3 (lower middle

income voters) that plays a key role in the elections since it serves as an interlocutor between

the "low" and "high" layers as well as between the different profiles of candidates.

Keywords:voting behavior, elite candidates, non-elite candidates, socioeconomic profile, local

elections, Cali-Colombia

Politólogo, Asistente editorial, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Icesi (Cali, Colombia).

aaabadì[email protected]– http://orcid.org/0000-0002-9034-2156 PhD. Profesor Asociado, Departamento de Estudios Políticos, Universidad Icesi (Cali, Colombia).

[email protected]

[3 de 25]

Introducción

“Aguablanca elige al Alcalde”. Esta es una frase común en el imaginario de una parte

importante de los caleños. Sin embargo, ¿cuánto de cierto tiene esa afirmación? de no ser

así ¿cuáles son las configuraciones de factores que permiten elegir un alcalde en la ciudad?

Justamente en esta última pregunta se centra el objetivo fundamental del presente trabajo.

Para lograrlo realizaremos un estudio del comportamiento electoral de acuerdo al

estrato socioeconómico, es decir, basado en un enfoque sociológico clásico. No

obstantesomos plenamente conscientes que este tipo de comportamiento puede ser

considerado un fenómeno de carácter multidimensional, creemos que, particularmente, en

las elecciones para la alcaldía, este tipo de variable se constituye como un determinante

fundamental de las preferencias de los votantes, además de ir plenamente en línea con las

proposiciones que guían el trabajo.

Dentro de este marco, es importante dejar claro que nuestro interés se centra en el

análisis de las tendencias electorales en términos de expresión de preferencias políticas por

parte de cada estrato, antes que buscar identificar las razones que hacen que cada una de

éstasse defina. Es decir, nos es indiferente –desde el punto de vista investigativo, en

relación a los objetivos del trabajo, aunque naturalmente no desde un punto de vista

valorativo– si la votación es de “opinión”, movida a través de transacciones particularistas

como el clientelismo, el patronazgo o la misma compra de votos; importándonos

específicamente el modo en que “se marca el tarjetón electoral”.

Mientras tanto, por el lado de los candidatos, se busca establecer un vínculo entre el

perfil de cada uno de ellos y las preferencias de cada segmento del electorado,

introduciendo un elemento extra para la realización del análisis como es el nivel de

fragmentación existente en cada tipo de candidatura –élite y no-élite– y como esto afecta

los resultados.

Desde el punto de vista temporal nos concentraremos en las elecciones de 2003, 2007

y 2011. Esto se debe fundamentalmente a que solamente en esas tres se puede conseguir los

datos con el nivel de desagregación necesaria para poder llevar adelante el trabajo de forma

correcta. Esto nos consiente realizar un análisis comparativo de carácter diacrónico que nos

permitirá llevar a cabo un estudio enfocado en los casos y no en las variables.

[4 de 25]

Para lograr su objetivo, este artículo se ha estructurado en seissecciones. La primera

realiza un ágil barrido bibliográfico acerca de los estudios de comportamiento electoral,

tanto para Colombia como para Cali. La segundapresenta dos proposiciones, la cuales

sirven como punto de partida para el desarrollo de este análisis. La tercera sección se

constituye como el fundamento conceptual y teórico de este análisis. Luego, en la cuarta

sección, se presenta el marco geográfico de referencia en términos de estratos ponderado

agrupado desde el cual se entabla un dialogo analítico con las variables enunciadas

anteriormente. En la penúltima sección, se desarrolla el cruce de variable lo cual lleva a

desmitificar algunas de las proposiciones y a desarrollar nuevas posible explicaciones que

se aproximen de mejor manera al comportamiento electoral que se registra en las elecciones

a la Alcaldía de Cali. Finalmente, se presentan algunas consideraciones finales que resultan

del análisis que se desarrolla en este estudio, las cuales, antes de configurarse como

conclusiones, son ideas sugerentes para otras investigaciones académicas. Además de lo

anterior, resaltamos el apartado de las referencias bibliográficas, ya que recoge un

significativo número de trabajos acerca del comportamiento electoral en Santiago de Cali y

constituye un importante referente para próximos estudios.

Formas de entender el comportamiento electoral a nivel nacional y local

Lejos de pretender el desarrollo de una revisión exhaustiva, el presente apartado busca

realizar una breve reseña de líneas de trabajo y publicaciones que vinculan variables de

carácter socioeconómico con el comportamiento electoral.

Partiendo de esta premisa, es importante reconocer que una de las más recurrentes

reflexiones de la ciencia política ha pasado por tratar de comprender cuáles son los

principales condicionantes del comportamiento electoral. Sin embargo, a la hora de intentar

elaborar una repuesta precisa difícilmente nos encontremoscon un único modo de hacerlo;

de hecho, normalmente, este se constituye como un terreno de disputa entre distintos tipos

de interpretaciones, donde, por solo por nombrar las escuelas tradicionales que dieron

origena buena parte de la explicaciones contemporáneas, podemos observar la sociológica,

la psicosocial y la económica (ver Tabla 1).1Dentro de este marco, desde los años cuarenta,

1 Además de los modelos tradicionales que aportan a la explicación del comportamiento electoral de los

colombianos, Barrero y Meléndez (2011) destacan otros modelos como elclientelista (Dávila 2002, García

2010a), el de reacciones emocionales (Losada, Giraldo y Muñoz, 2003) y el Ecológico o Geográfico, también

[5 de 25]

una serie de teorías competitivas se contienden la forma más adecuada de explicar cómo y

por qué la gente vota.

Tabla 1.0. Escuelas tradicionales del comportamiento electoral

Escuelas clásicas

Modelo Autores de referencia Principales premisas

Sociológico

Escuela de Columbia

(40’s)

Paul F. Lazarfeld (1948)

Los patrones de comportamiento electoral están directamente vinculados a

los grupos sociales en los que uno se relaciona. El elector es un ser social y

su entorno condiciona sus comportamientos.

Psicosocial

Escuela de Michigan

De identificación partidaria/Socio

(50’s-60’s)

Agnus Campbell (1960)

El proceso individual de identificación con un partido establece un mapa o

atajo cognitivo que simplifica la decisión.

Intersección entre issues de los partidos y preferencias del elector.

Económico

Escuela de la elección pública

Votante racional

(60’s)

Anthony Downs (1957)

El elector toma decisiones a través de la evaluación de escenarios basada en

sus intereses. Modelos espaciales.

Variedades más sofisticadas: Votante informado (Fiorina, 1981)

Fuente: elaboración propia a partir de López, 2004, Haak, 2010 y Barrero y Meléndez, 2011.

En lo referido al caso colombiano, el comportamiento electoral comenzó a ser

estudiado a partir de los años setenta y bajo una perspectiva fundamentalmente nacional y

desde distintos enfoques, concentrándose la mayor parte de los trabajos en el análisis de las

elecciones presidenciales. Entre algunos de estos trabajos se encuentran los de Losada y

Williams (1970), Cepeda y González de Lecaros (1976), Losada y Delgado Lersundy

(1976), Losada y Vélez (1982), Pinzón de Lewin (1989), Macías y Galvis (2002), Losada,

Giraldo y Muñoz (2003), Hoskin, Macías y García (2002), Barrero y Meléndez (2011), los

cuales, sin ser los únicos, sí son un referente significativo para el análisis que se desarrolla

en este artículo.2

Muy a grosso modo, estos trabajos utilizan diferentes tipos de variables e hipótesis

acerca de cuáles son los factores que influyen con mayor intensidad el comportamiento

electoral de los colombianos. Dentro de este marco, están aquellos que toman como baselos

modelos tradicionalesy se concentran, por un lado, enobservar la relación existente entre la

participación política y estrato socioeconómico, llegando a conclusiones que resaltan la

existencia de una relación directa entre mayor participación electoral y la pertenencia a

conocido comoespacial (Olivella y Rodríguez, 2009), por su capacidad, en unos más que otros, de involucrar

variables relacionadas al conflicto armado colombianoy su influencia en los comportamientos electorales. 2Durante la última década, también emergieron estudios que analizan las conductas políticas de los votantes

en escenarios inmersos en dinámicas del conflicto armado, llegando a concluir que la violencia política resulta

eficiente para influenciar los comportamientos electorales de los colombianos (ver entre otros: García, 2010a

y 2010b, y López 2010).

[6 de 25]

estratos más altos. Asimismo, cabe remarcar que, por el contrario, resulta

difícilidentificaruna relación significativa entre las preferencias electorales convariables

como la edad, el sexo, la ubicación espacial rural/urbana y el mismo nivel socioeconómico.

De hecho, ninguna de las hipótesis formuladas al respectopuede ser identificada como

concluyente (Losada y Vélez, 1982).

Por otro lado, otros estudios observanuna relación directa entre la filiación partidista

y el sentimiento hacia su candidato (Muñoz, 2001), especialmente, destacanuna fuerte

identificación de votantes independientes por los candidatos independientes quienes

afirmandistanciarse de los partidos políticos, como consecuencia de la baja legitimidad y

desprestigio que este tipo de organizaciones experimentan(Pizano, 2002).

En lo referido al caso caleño, podemos encontrar trabajos seminales como los de

Judith Talbot de Campos (1980) caracterizándose no solo por ser novedosos, sino, además,

por la gran rigurosidad a la hora de realizar el análisis. Paradójicamente estos estudios no

abrieron, como era esperable, la puerta a una producción sistemática relacionada al

comportamiento electoral de la cuidad capital vallecaucana. Por el contrario, por varias

décadas no pueden hallarse más que contribuciones esporádicas3.

Por suerte, en el último lustro, apareció una nueva generación de trabajos vinculados

al tema, registrándose una serie deestudios esencialmente descriptivos. Entre ellos, se

registran, por un lado,análisis que enfatizan sobre el valor explicativo,tanto de elementos

inmersos en el lenguaje simbólico de los candidatos en su campaña publicitaria y en los

medios de comunicación (Pinto,2008; Ararat y Londoño, 2012), como del impacto de

cambios institucionales afín de la descentralización política (Pinto, 2011 y Correa, 2012), a

la luz de la gestión política de los primeros ocho alcaldes electos popularmente.Por otro

lado, podemos identificarestudios que le apuestan a identificar anomalías e irregularidades

plasmadas en los mapas electorales y los cálculos de riesgo electoral realizadosa partir de

los datos de las elecciones a la Alcaldía de Cali 2003 y 2007 (Polis, 2011).

También pueden encontrarestudios que realizan una revisión bibliográfica (Crespo,

2010) y un recorrido históricode 1958 a 1998 (Sáenz, 2010a y 2010b) del acontecer político

3 Entre ellos pueden señalarse una serie de trabajos inéditos como los de Mercado y Hoyos (1992), Clavijo,

Soto y Leyner (1992) o Astudillo (1995) (Tomado de Pinto, 2011). Otros estudios sobre el comportamiento

electoral a un mismo nivel subnacional como lo es el municipal, pueden encontrarse en Arenas y Escobar

(2012) y Mora Poveda (2010).

[7 de 25]

y del desarrollo de la ciudad de Cali desde un enfoque de élite política, la cual es

entendidacomo “individuos que como colectivo logran centralizar y apropiar los recursos

del poder político de una organización social, constituyen una verdadera red de apoyo

político y están adscritos e intentan imponer un proyecto hegemónico, esencialmente desde

lo político” (Sáenz, 2010a: 46).Sin embargo, estos trabajos se concentran más en un estudio

de las élites políticas que del comportamiento electoral.

Por último, se registran trabajos que buscan aproximarse a la triada partidos políticos,

electorado y territorio con tal de identificar de dónde los partidos políticos obtienen sus

apoyos electorales y de medir la incidencia de algunas zonas geográficas de la ciudad,

comunas, en relación a la elección de alcaldes en Santiago de Cali (Milanese, 2014;

Abadía, 2014).

Proposiciones para el análisis del caso

No obstante a lo largo del trabajo, no nos limitaremos al desarrollo de uno de los modelos

previamente mencionados a inicio del apartado anterior, tomaremos algunos elementos

pertenecientes al sociológico como referencia para la realización del análisis. Esto no

implica que ignoremos las numerosas críticas que se le han ido realizando con el paso del

tiempo; sin embargo, consideramos que algunas de sus premisas básicas contribuyen a

poder realizar una revisión minuciosa del comportamiento electoral en Cali –teniendoen

cuenta exclusivamente los comicios celebrados para elegir alcaldes–, sobre todo, si se parte

de una premisa como ocurre en este trabajo que el estrato social es un importante

condicionante del comportamiento electoral enla ciudad.

Cabe remarcar, también, que identificar el comportamiento electoral con la

pertenencia a grupos sociales específicos no implica ni la existencia de premisas

ideológicas consistentes dentro de cada uno de ellos, ni, como acabamos de mencionar, que

ese sea el criterio exclusivo para definir el sufragio o una identidad ligada ya sea a un

partido a un candidato. De hecho, consideramos que hacerlo sería un error, siguiendo la

idea de prejuicio sociológico planteada por Panebianco(1990).Según ese autor, el prejuicio

sociológico implica esencialmente asumir que los intereses y comportamientos de los

partidos se superponen con las demandas sociales de aquellos actores que los integran o a

quienes representan.

[8 de 25]

Dentro de este marco, y habiendo realizados esas importantes aclaraciones,nuestra

primera proposición parte de lo que podríamos denominar un “lugar común”o intuición en

la interpretación de los procesos electorales que se realizan en la ciudad (P1): “Aguablanca

elige al alcalde”. Dado que, como se verá,basta una superficial revisión de los datos para no

considerarla, surgen otras dos que creemos pueden ayudarnos a comprender más

precisamente la influencia de los distintos sectores socioeconómicos en la elección

municipal. En primer lugar nos preguntaremos (P2) “si basta contar con el apoyo de los

estratos populares para elegirun alcalde” y, de no ser así ¿Qué tipo de combinación de

factores permite lograrla?

Premisas teóricas: partidos y candidatos élite y no-élite

El primer punto que tendremos en cuenta para el análisis del caso es el modo en que se

estructuran las candidaturas. En efecto, como es bien sabido, la Constitución consiente dos

tipos específicos, aquellas lanzadas vía el aval de un partido político y aquellas que se

materializan mediante la recolección de firmas bajo la figura denominada “movimientos

significativos de ciudadanos”4. Como ocurre en un número considerablemente amplio de

municipios a lo largo del país, en Cali las últimas cuatro candidaturas victoriosas a la

alcaldía lo hicieron bajo el segundo modelo, como candidaturas independientes.

De hecho, como señala Abadía (2014), incluso partidos tradicionales como el Liberal

y el Conservador desistieron de presentar candidaturas en más de una oportunidad

dispersando sus apoyos en más de uno de los candidatos lanzados mediante “firmas”5.

No obstante una definición convencional como la de Sartori (1980) nos permite

agrupar ambos modelos bajo la etiqueta de partido6, en la medida en que consideramos que,

en estos casos, resulta más útil y adecuado clasificar a las candidaturas por el perfil del

candidato y no por la fuerza formal de pertenencia de cada uno de ellos. Sobre todo, si

partimos dela premisa que las etiquetas convencionales fueron, como mencionamos,

4 Para conocer cómo se validan las candidaturas independientes ver: Ley 130 de 1994, art. 9 5 Incluso en más recurrentemente, los ganadores de las elecciones reciben el apoyo o la oposición de distintas

facciones de esos partidos que tienden a comportarse de forma no cohesionada. También es importante

remarcar, que la de las firmas no es una estrategia exclusiva de los ganadores, por el contrario puede ser

considerado una estrategia regular. 6Los partidos o movimientos políticos guardan cierta similitud con los “movimientos significativos de

ciudadanos” en tanto a que se pueden entender como “cualquier grupo político identificado por una etiqueta

oficial que presenta a las elecciones (libres o no) y puede nominar a través de ellas candidatos a cargos

públicos” (Sartori, 1980: 90).

[9 de 25]

abandonadas como plataforma electoral por los principales candidatos,mientras los

movimientos significativos experimentan una notable volatilidad como consecuencia de su

existencia efímera (Abadía, 2014).

Tabla 2.0. Histórico alcaldes de Santiago de Cali, 1988-2014

Periodo

(a: 2 años / b: 3 años / c: 4 años) Alcalde

Partido, Movimiento

o Independiente

Votos

válidos

Total votos

validos

1 1988-1990 (a) Carlos Holmes Trujillo García*

Partido Liberal 76.365 29% 259.426

Mar-Dic 1990 Antonio José Orejuela --- --- ---

2 1991-1992 (a) Germán Villegas Villegas Partido Conservador 107.082 36% 301.091

3 1993-1994 (a) Rodrigo Guerrero Velasco Partido Conservador 110.733 52% 213.088

4 1995-1997 (b) Mauricio Guzmán Cuevas**

Nuevo Liberalismo 129.039 54% 238.922

Ago-Dic 1997 Julio César Martínez Payán*** --- --- ---

5 1998-2000 (b) Ricardo Hernando Cobo Lloreda Partido Conservador (Holguinista) 160.816 37% 430.518

6 2001-2003 (b) John Maro Rodríguez Flórez Movimiento Autonomía Ciudadana

(Independiente) 174.252 47% 373.791

7 2004-2007 (c) Apolinar Salcedo Caicedo** Movimiento Si Colombia

(Independiente)

180.736 43% 424.134

May-Dic 2007 Sabas Ramiro Tafur Reyes*** --- --- ---

8 2008-2011 (c) Jorge Iván Ospina Gómez**** Podemos, Cali (Independiente) 268.950 48% 564.737

9 2012-(2015) (c) Rodrigo Guerrero Velasco Guerrero Alcalde(Independiente) 245.016 42% 579.600

* Renuncia | ** Destituido | *** Encargado | **** Suspensión

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Registraduría Nacional del Estado Civil, El País, El Tiempo y

María Teresa Pinto Ocampo (2011), Rosalía Correa Young (2012).

De este modo, como mencionamos, una clasificación basada en el perfil de los

candidatos se constituye como una estrategia operativamente mucho más eficiente que la de

intentar hacerlo con partidos de funcionamiento irregular y movimientos fugaces sin mayor

peso político y que no dejan de ser casi exclusivamente el trampolín para una candidatura

individual.

Dentro de este marco, definiremos a los candidatos de acuerdo a una clasificación,

más o menos convencional, como es la pertenencia, o no, a la élite social. Vale aclarar, que

el término élite no es utilizado con un criterio valorativo –ni positivo ni negativo–, sino por

el contrario exclusivamente taxonómico.7 A través de él realizaremos un agrupación de

candidatos da acuerdo a las características, o usencia de, comunes.Una vez seleccionada la

categoría de referencia,seleccionamos, por un lado, aquellos casos que forman parte del

conjunto candidatos de élite y, por el otro, aquellos caracterizados por no pertenecer a este

7 Además, del mismo modo que lo hicimos en el apartado de la proposiciones, no asociamos ni a los actores

identificados como “élite” ni a los “no-élite” a ningún tipo específico de ideología, pudiendo variar

significativamente entre los distintos actores pertenecientes a cada segmento específico de candidaturas.

[10 de 25]

genus–agrupándolos exclusivamente por su no pertenencia independientemente de otro tipo

de atributos comunes o divergentes entre ellos–.

Sin entrar en un debate relacionado a la teoría de las élites, realizaremos una

utilización instrumental del concepto, que nos permita una fácil operacionalización del

mismo al que interpretaremos como una red específica de actores caracterizados por poseer

y compartir una serie de recursos materiales y simbólicos comunes. Recursos que

definiremos a través de las distintas nociones de capital establecidas por Bourdieu (1980).

En este sentido, formar parte del grupo “elite” implica la posesión simultánea de capital

cultural, económico, social y simbólico.

Gráfico1.0. Combinación de condiciones necesarias y suficientes

para formar parte de la elite

Fuente: elaboración propia con base a Bourdieu, 1980.

Partiendo de esta premisa, entendemos como capital económico a las condiciones

materiales de existencia que le permiten a los individuos adquirir bienes y servicios; capital

social como aquellos atributos queconsienten la posibilidad de participación en una red

duradera que consiente, a su vez, la institucionalización o la reproducción de relaciones

sociales utilizables directamente, en el corto o en el largo plazo. Por su parte, el capital

cultural puede dividirse en tres subtipos: elincorporado (forma de hablar, vestirse, etc.), el

Capital

Económico

Capital

Simbólico

ÉLITE Capital

Cultural

Capital

Social

[11 de 25]

objetivado, (disposición de medios de consumo cultural) y el institucionalizado (educación

formal, cargos, etc.). Finalmente, el capital simbólico se caracteriza por la relación entre

propiedades distintivas de un individuo o grupo, y los esquemas de percepción y

apreciación de los que otros actores están dotados y les permite reconocer esas mismas

propiedades(Bourdieu, 1980: 83-85).

Finalmente, es importante aclarar que cada una de estas formas de capital social se

constituye como una condición necesaria, más no suficiente, para formar parte de la “élite”.

De hecho basta la ausencia de una de ellas para que un actor deje cumplir con los requisitos

clasificatorios de ese grupo social siendo excluido analíticamente de la categoría.

Clasificación de los actores

Habiendo aclarado los criterios teóricos, el paso siguiente corresponde a la clasificación de

los actores en cada una de las categorías. El mismo se realizó a partir de la revisión de sus

curriculum vitaemediante la que se examinó la pertenencia a cada uno de los subconjuntos

en términos de la posesión de cada uno de los tipos de capital. Posteriormente, a través de

la entrevista a expertosse validaron los resultados obtenidos.

Tabla 3.0. Candidatos Elite vs. No-élite, 2003-2011

Grupo de pertenencia

Elite Año No elite Año

Alejandro Baena Giraldo* 2003 Miguel Antonio Yusti* 2003

Gustavo Ignacio De Roux 2003 Apolinar Salcedo 2003

Francisco José Lloreda 2003 Juan Manuel Pulido 2003

Francisco Javier Hernández* 2003 Haumer Vargas 2003

Luis Fernando Cruz Gómez 2007 Carlos Urresty 2007

Francisco José Lloreda 2007 Jorge Isaac Tobón 2007

Rodrigo Guerrero 2011 Jorge Portocarrero 2007

Diego Luis Hurtado 2007

John Maro Rodríguez 2007

Jorge Iván Ospina 2007

Bruno Díaz 2007

Fabio Cardozo 2011

Ramiro Jurado 2011

Milton Castrillón 2011

Heyder Gómez 2011

María Isabel Urrutia 2011

Clara Luz Roldán* 2011

Sigifredo López* 2011

Carlos Clavijo* 2011

*Retiraron su candidatura aunque formalmente participaron de la elección

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Registraduría Nacional del Estado Civil

[12 de 25]

Segmentación de las comunas: estrato medio ponderado agrupado

Finalizada la caracterización de los distintos candidatos, el paso siguiente es la clasificación

de las distintas comunas del municipio de acuerdo a su estratificación social. Se utiliza

como unidad de análisis a las comunas debido a que se constituye como la menor entidad,

en términos de división política, alrededor de la que se puede revisar el comportamiento

electoral8.

Mapa 1.0. Estrato medio ponderado, 2003-2011

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Planeación Municipal de Santiago de Cali.

En este caso específico el esfuerzo de clasificación se realizó calculando es estrato

medio ponderado, según el número de lados de manzana que pertenecen a cada uno de

ellos, utilizando datos de la Secretaría de Planeación Municipal en cada uno de los años.

También vale aclarar que en el análisis se omiten el puesto censo,la reclusión de mujeres, la

Cárcel Villanueva y los corregimientos rurales como consecuencia de la escasa repercusión

de cada uno de ellos sobre el resultado de la elección del candidato ganador.

En general, resultado observado es (ver mapa 2.0), en primer lugar, un corredor que

se extiende de norte a sur de la ciudad y que incluye a las comunas 2, 17, 19 y 229

8Por ejemplo, hacer uso de los barrios como unidades mínimas de análisis, constituiría un esfuerzo poco

productivo pues, por lo menos para el caso de Cali, no hay puestos de votación en cada uno de ellos. 9 El Acuerdo 134 de 2004 da origen a la comuna 22 (Alcaldía de Cali, 2012).

[13 de 25]

caracterizado por un perfil de estrato alto, medio-alto. Por su parte, el centro geográfico de

la ciudad –comunas 3, 8, 9, 10, 11 y 12– más la comuna 5, se caracterizan por el

predominio del estrato 3. Finalmente, aquellas comunas ubicadas en los extermos este y

oeste de la ciudad se singularizan por la prepodenrancia de los estratos 1 y 2.

Mapa 2.0. Estrato medio ponderado agrupado

Estratos agrupados Comunas

1 y 2 EB: Bajo / Medio-bajo 1 4 6 7 13 14 15 16 18 20 21

3 EM: Medio 3 5 8 9 10 11 12

4, 5 y 6 EA: Alto / Medio alto 2 17 19 22

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Registraduría Nacional del Estado Civil.

Las agrupaciones según estratatificación la realizamos unificando los estratos 1 y 2,

por un lado, y 4,5 y 6, por el otro, denomindando a los primero Estratos Bajo (EB) y a los

segundos Estratos Alto (EB). Finalmente el estrato 3 lo tedremos en cuenta de forma

individual, denominándolo Estrato Medio (EM). Teniendo en cuenta las segmentación

convencional10, el modo en que lo realizamos podría ser claramente criticado. Sin embargo,

al revisar las prefrerencias electorales –expresadas en el voto– el modo de agregación

ofrecido en este trabajo, refleja mucho más fielmente la homogeneidad del comportamiento

10 Los estratos socioeconómicos son interpretados, regularmente, de la siguiente manera: 1 y 2 como bajo, 3 y

4 como medio, y 5 y 6 como alto.

[14 de 25]

de cada segmento de votantes. Como podrá observarse, existe una tendencia de los estratos

4, 5 y 6 a votar por los candidatos de “élite”, y del 1 y 2 a hacerlo pora aquellos

pertenencientes al segmento de candidaturas de “no-élite”. Mientras tanto, el estrato 3

muestra un comportamiento mucho más irregular y volatil no solo en su interior, sino

también de una elección a otra.

Desmitificando el comportamiento electoral de Cali: identificando tendencias

Habiendo realizado una caracterización de las condiciones para la ejecución del análisis a

desarrollar –tanto teóricas como de operacionalización–, comenzaremos a evaluar cada una

de las proposiciones bajo una lógica de análisis diacrónico.

Con respecto a que (P1) “Aguablanca elige al alcalde”, como mencionamos, una

simple revisión preliminar de los datos muestra que esto no es posible. Este sector de la

ciudad –que aunque comunmente esté asociado a todas las comunas del este de la ciudad

está formalmente constitudio por la 13, 14y 15–representópoco más que el 15% de total de

los votos en cada una de las pasadas tres elecciones, 15,3%, 15,8% y 16,5% en 2003, 2007

y 2011 respectivamente. Es decir, es técnicamente imposible considerar al control electoral

de Aguablanca como condición suficiente para salir triunfador en una elección.

El mismo análisis pero esta vez observando (P2) el voto de los estratos populares, en

este caso, la agrupación que responde a losestratos 1 y 2 (bajo/medio bajo), sería una

alternativa más cercana al realidad del acontecer electoral de Cali.

Tabla 4.0. Potencial, votación efectiva y participación según

agrupación de los estratos, 2003-2011

2003 2007 2011

Potencial

EA (Estratos 4, 5 y 6) 0,2160 0,2083 0,2141

EM (Estrato 3) 0,3675 0,3205 0,3459

EB (Estratos 1 y 2) 0,4165 0,4713 0,4400

Votaciónefectiva

EA (Estratos 4, 5 y 6) 0,2037 0,2046 0,2030

EM (Estrato 3) 0,3715 0,3167 0,3438

EB (Estratos 1 y 2) 0,4247 0,4787 0,4531

Participación

EA (Estratos 4, 5 y 6) 0,4086 0,4906 0,4349

EM (Estrato 3) 0,4380 0,4936 0,4560

EB (Estratos 1 y 2) 0,4418 0,5074 0,4723

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Registraduría Nacional del Estado Civil

Sin embargo, aun así –con el cambio de proposición– debemos ser extremadamente

ciudadosos. De hecho, tanto de forma potencial como efectiva, la sumatoria de votantes de

[15 de 25]

estratos 1 y 2 no llega a alcanzar el 50% del electorado. Así, aun en un escenario poco

provable, por no decir imposible11, en el que la totalidad de los votantes de ese perfil se

comportaran de forma absolutamente homogenea, nuevamente, no serían suficientes para

elegir al alcalde. En otras palabras, los datos empíricos contradicen en este caso lo que el

“sentido común” dicta a buena parte de los caleños.

Habiendo demostrado la debilidad de las dos presoposiciones anteriores,

evidenciando que no son más que un mito, retomamos la pregunta que se constituye como

eje principal del trabajo ¿Qué tipo de configuración causal debe producirse en términos de

predominio electoral en los tres segmentos sociales descritos para poder ganar una

elección? Para poder esbozar una respuesta es importante mencionar que del mismo modo

que ocurre con los segmentos de votantes populares, ni el control de los medios ni de los

altos por si solo se constituye como condición suficiente para alcanzar una victoria. Por lo

tanto, como puede observarse en el gráfico 2, debe existir una combinación de más de uno

de ellos.

Gráfico2.0. Histórico de la distribución de la votación del

candidato ganador según estrato agrupado, 2003-2011

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Registraduría Nacional del Estado Civil.

Vale aclarar que aun asumiendo buena parte de las premisas del modelo sociológico

como posibles, no podemos afirmar que el entorno sea neceariamente determinante –sino

condicionante en el mejor de los casos–. De ser así, observaríamos una comportamiento

11De hecho, como puede observarse en el gráfico 2.0, si bien los candidatos “no-élite” –ganadores en las

elecciones de 2003 y 2007– concentraron buena parte de su votación en las comunas de estratos bajos,

alrededor de un tercio se acumuló en aquellas donde el 3 predomina y entre el 10 y el 15% en 4. 5 y 6.

53,8% 52,1%

36,4%

34,3% 33,9%

30,0%

11,9% 14,0% 33,6%

0%

20%

40%

60%

80%

100%

Total votos 2003 Total votos 2007 Total votos 2011

Bajo / Medio-bajo Medio Alto / Medio alto

[16 de 25]

electoral de carácter clasista no solo homogénea, sino también persitente, situación que está

alejada de la relaidad. De hecho, revisando las votaciones de los tres últimos alcaldes de

Cali –aunque esto es más visible en el caso de Gerrero–, poseedores de distintos perfiles,

podemos observar cómo, aunque predomine un segmento específico de electorado, no

dejan de obtener un porcentaje significativo de sus votaciones en los demás.

Realizando una aproximación más minuciosa a los datos, comenzamos a observar

patrones más específicos en relación a nuestra pregunta guía. De hecho, pueden comensarse

a percibir el primer tipode configuraciones a las que hacíamos referencia. Por ejemplo,

enlas elecciones de 2003 y 2007, pueden encontrase patrones de comportmaiento similar

donde es una cómoda mayorias en los estratos 1 y 2 y nuevamente una holgada mayoría o

pluralidad en el el 3 lo que le permite a los candidatos “no-élite” ganar la elección más allá

de la significativa diferencia encontra experimentada en los estratos altos.

Tabla 5.0. Porcentaje de votos de los principales candidatos por

segmentos de electorado según estrato medio ponderado

Elección Candidato % votos EA % votos EM % votos EB % Total

Apolinar Salcedo 0,2388 0,4356 0,5173 0,4272

2003 Francisco Lloreda 0,5533 0,3358 0,2828 0,3604

Gustavo De Roux 0,1410 0,1211 0,0728 0,1055

Jorge Iván Ospina 0,3120 0,5014 0,5321 0,4753

2007 Francisco Lloreda 0,6041 0,3745 0,3121 0,3944

Bruno Díaz 0,0158 0,0236 0,0240 0,0221

Rodrigo Guerrero 0,6619 0,4019 0,3204 0,4221

2011 Miltón Castrillón 0,1185 0,2206 0,2182 0,1977

María Isabel Urrutia 0,0752 0,1481 0,1953 0,1531

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Registraduría Nacional del Estado Civil

Referencias: Los porcentajes están calculados sin tener en cuenta el voto en blanco.

Solo se tiene en cuenta a los candidatos más relevantes desde el punto de vista de la votación obtenida.

En los recuadros se identifica a los candidatos que hayan obtenido la mayoría o la primera pluralidad en cada segmento

de electorado.

Hasta este punto no obstante, técnicamente no se pueda validar la segunda

proposición, podría diseñarse una versión corregida en la que se afirme (P3) es una

“coalición social” entre estratos medio, medio-bajos y bajo (3, 2 y 1) la que define la

elección del alcalde que tenderá a ser, como consecuencia de la preferencias electorales de

estos grupos de perfil “no-elite”. Sin embargo, los comicios de 2011 produjeron un cambio

notorio desde este punto de vista. En primer lugar por la elección de un candidato

pertenenciente al segmento de candidatura “élite”; en segundo, porque los actores clave en

[17 de 25]

su elección se constituyeron, en este caso específico, los estratos alto, medio-alto y medio

(6, 5, 4 y 3). Por lo tanto (P3) como versión corregida de (P2) pierde valor.

Pero por qué excluir, en principio, a los estratos 1 y 2 como actores relevantes en la

elección del alcalde en 2011, cuando este obtuvo votos en buena parte de la comunas con

ese perfil la primera pluralidad. Básicamente porque obtuvo en ellas la misma proporción

de votos que el principal candidato “élite” que se lanzó en las elecciones anteriores. De

hecho, constituirse como la primera minoría no fue el resultado de un incremento de la

votación, sino, por el contrario, de la fragmentación de los candidatos “no-élite”.

Partiendo de las aclaraciones apenas realizadas, complementándolas a partirde la

información del gráfico 2 y los mapas 3, 4 y 5, podemos comenzar a observar más

precisamete, cuáles son los distitos tipos de configuraciones que permiten la elección del

alcalde.

Mapa 3.0. Distribución de votos por comuna, 2003

Candidato ganador Candidato segundo puesto Candidato tercer puesto

[18 de 25]

Mapa 4.0. Distribución de votos por comuna, 2007

Candidato ganador Candidato segundo puesto Candidato tercer puesto

Mapa 5.0. Distribución de votos por comuna, 2011

Candidato ganador Candidato segundo puesto Candidato tercer puesto

Fuente: Elaboración propia con base en información de la Registraduría Nacional del Estado Civil.

El primer punto para señalar es que podemos encontrar comportamientos

temporalmente más consistentes en los estratos altos y bajos, predominando entre los

primeros la preferencia por los candidatos “élite” y en los segundos por aquellos “no-élite”.

Es decir, en las comunas principalmente constituidas por estratos 4, 5 y 6, son los

[19 de 25]

candidatos del segmento “élite” aquellos que han conseguido recurrentemente la mayoría,

mientras tanto en las comunas de estrato 1 y 2, no obstante no podamos afirmar que en

todos los casos uno de los candidatos si lo haya logrado –en realidad la única excepción con

las últimas elecciones–, en ninguna oportunidad un candidato “élite” estuvo cerca de lograr

la mayoría.

Por el contrario, el comportamiento del estrato 3 ha sido notablemente más volátil. De

hecho, ha sido esa volatilidad lo que lo ha constituido en un actor clave a la hora de definir

los resultados, estableciéndolo como una suerte de pívot electoral. Es decir, si bien no

podemos mencionarlo como condición suficiente para ganar la elección, se establece como

necesaria. En este sentido, cualquier candidato ya sea “élite” –con el consecuente

predominio en los estratos altos– o no elite –y la situación equivalente en los bajos– que

pretenda ganar una elección, no obstante no deba necesariamente obtener la mayoría

absoluta en esos estratos debe obtener una votación significativa que represente sino la

primera pluralidad, un porcentaje muy cercano a ella.

Sin embargo, el establecimiento de configuraciones causales no se detiene en las

combinaciones de estratos que aparentemente deben presentarse para el éxito electoral. De

hecho, como señala Milanese (2014), debemos tener en cuenta otra variable significativa

para comprender este tipo de procesos como es el nivel de fragmentación de cada segmento

de candidaturas. Es decir, el control sobre cada grupo de estratos que un candidato de cada

perfil necesita, depende directamente del número de rivales con el mismo perfil –élite o no-

élite–con que deba competir en cada uno de ellos.

La inclusión de esta variable torna mucho más complejo el escenario previamente

planteado, haciendo mucho más precisas las condiciones que deben cumplirse desde el

punto de vista electoral para acceder a la jefatura del gobierno municipal. Es decir, para

ganar la elección no solamente es necesario el control del estrato pívot, sino que además es

necesario establecer una lógica de coordinación que permita agregar de manera estratégica

votos. En principio, teniendo en cuenta el distrito uninominal y el sistema pluralista de un

solo turno electoral no debería ser particularmente complejo –ambos arreglos

institucionales que producen efectos mecánicos de reducción del número de partidos en

[20 de 25]

incentivan el comportamiento estratégico de los votantes–12; sin embargo, la notable

diferencia existente en términos de distribución de recursos de poderentre el premio

principal, la Alcaldía, y los restantes esla posibilidad de cierre de acuerdos entre candidatos

que manejes caudales electorales similares no sea tan evidente.

Así, partiendo de un escenario de no fragmentación del segmento de candidaturas

“no-élite”, basta con que el candidato predominante dentro de él,alcance la primera

pluralidad, o la segunda con escasa diferencia frente al ganador13, en el estrato 3 para poder

ganar la elección. Recordemos que el voto por este tipo de candidatos predomina en esa

fracción de la población, razón por la que para que uno del segmento “élite” pueda

constituirse como primera minoría debe estar fragmentado el segmento antagonista.

Este es en esencia el escenario que se produjo en las elecciones de 2003 y 2007,

donde con un segmento de candidaturas no fragmentado, los candidatos “no-élite”

constituyéndose como mayoría –Ospina– o primera pluralidad –Salcedo– entre los votantes

de estrato 3 ganaron las elecciones con relativa comodidad. Podría cuestionarse que, en el

primero de los casos, la derrota de Lloreda estuvo también determinada por la competencia

dentro del mismo segmento establecida por la presencia de De Roux. Sin embargo,

difícilmente podamos establecer que esos votos se hubiesen transferido linealmente al

primero frente a la ausencia del segundo, sobre todo, si tenemos en cuenta lo sucedido en la

elección posterior.14

12Puede encontrarse suficiente evidencia empírica que demuestra que la magnitud –en este caso la magnitud

es 1, la menor que puede existir– impacta sobre el número de partidos más que cualquier otra regla electoral,

estableciéndose como la principal variable explicativa de carácter institucional. Esto nos lleva a afirmar,

siguiendo la tradición establecida por Duverger (2001:38), que el número y el tamaño de los partidos

dependerá de la cantidad de asientos a repartir, que, a su vez, producirá los conocidos efectos mecánicos y

psicológicos (planteados por ese mismo autor)y, relacionados con los últimos, comportamientos sinceros o

estratégicos por parte de los votantes (Taagepera, 2009: 683). Se entiende como comportamiento sincero la

selección, por parte del elector, del candidato que más se acerca a sus preferencias, mientras que el voto

estratégico implica la renuncia a ella y, consecuentemente, la apelación a un sub-óptimo con el objetivo de

maximizar la utilidad del voto. Dentro de este marco, un sistema que se aleja de la proporcionalidad pura,

induce al votante a asumir comportamientos estratégicos, ya que la disminución de espacios de representación

(asientos), desincentivará la conducta sincera de aquellos cuyas preferencias carecen de o tienen pocas

expectativas de elección, y que, por lo tanto, tenderán a “migrar” hacia otras alternativas con mayor potencial.

Para una revisión más profunda del tema ver: Milanese y Jaramillo (2013). 13 De hecho, la mayor proporción de votantes de estrato 1 y 2 –donde este tipo de candidatos predomina– que

de 4, 5 y 6 hace que técnicamente pueda alcanzarse la alcaldía aún no ganando en el estrato 3. 14Las características de este trabajo, no es de comprobar suposiciones. Para ello, sería necesario realizar un

estudio de carácter ecológico.

[21 de 25]

En síntesis, es interesante tener en cuenta, que para que un candidato pueda acceder a

la alcaldía sus posibilidades dependen exclusivamente de lo que ocurra dentro de su

segmento. En caso de no estar fragmentado y de controlar el estrato 3 necesariamente.

Mucha más compleja es la situación para los candidatos “élite”. De hecho, en su caso,

el triunfo no solamente está atado al control sobre el estrato 3 –en este caso necesariamente

constituyéndose por lo menos como la primera pluralidad y, posiblemente con un margen

razonablemente holgado (ver nota al pie 12)– sino también a que su segmento de

candidaturas no esté fragmentado y que sí lo esté el segmento rival. Esto hace que las

posibilidades de triunfo electoral sean notablemente más remotas ya que no basta un

ejercicio de coordinación de las candidaturas dentro del segmento, sino que, además, es

necesario que ocurra el efecto opuesto en el antagonista.

Consideraciones finales

Como pudo perfilarse desde el mismo inicio del análisis, difícilmente un sector social

específico de forma autónoma es capaz de elegir al alcalde de Santiago de Cali. Partiendo

de los comportamientos electorales estándar, puede observarse que los estratos populares –

y mucho menos Aguablanca– bastan para lograrlo. De hecho, la configuración causal

necesaria es mucho más compleja de lo planteado por lo mitos existentes en la ciudad.

Esto está lejos de significar que esafracción del electoradosea irrelevante,

efectivamente posee una capacidad de impacto electoral significativamente mayor a la de

cualquier otro grupo social; sin embargo, bajo las condiciones de división social existentes

en la ciudad, el rol más significativo lo juega el estrato 3 dada su condición de pívot tanto

entre los estratos “altos” y “bajos” como entre los distintos perfiles de candidaturas. De

hecho, ese mismo estrato es el único que se constituye como un actor necesario –aunque no

suficiente– para lograrlo.

Sin embargo, la combinación de estratos no basta para alcanzar la condición de

suficiencia a la hora de elegir al alcalde. Es necesario cruzarla con otra variable

significativa como lo son las distintas condiciones de fragmentación que caracterizará a

cada uno de los distintos segmentos de candidaturas.

[22 de 25]

Finalmente, pudimos observar que son los candidatos “no-élite” aquellos

estructuralmente mejor posicionados para ganar la elección. Pero esto no excluye que, bajo

condiciones mucho más complejas, los candidatos “élite” no puedan hacerlo.

Bibliografía

ABADÍA, Adolfo A. (2014). Grado de institucionalización del sistema de partidos

en Santiago de Cali a partir del Índice de nacionalización. Elecciones a la Alcaldía 2003,

2007 y 2011. Jueves 25 de septiembre de 2014. Ponencia presentada en el III Congreso de

Ciencia Política ACCPOL

ALCALDÍA DE CALI (2004). Cali en cifras 2003. Santiago de Cali, Colombia:

Departamento Administrativo de Planeación (DAP). Consultado desde

www.cali.gov.co/descargar.php

ALCALDÍA DE CALI (2008). Cali en cifras 2007. Santiago de Cali, Colombia:

Departamento Administrativo de Planeación (DAP). Consultado desde

www.cali.gov.co/descargar.php

ALCALDÍA DE CALI (2012). Cali en cifras 2011. Santiago de Cali, Colombia:

Departamento Administrativo de Planeación (DAP). Consultado desde

www.cali.gov.co/descargar.php

ARARAT, Catalina y Jaime Londoño (2012). “Campañas electorales y publicidad

política callejera: vallas, pendones, pasacalles y afiches, Cali, 2009 - 2010”. En: R. Silva,

J.P. Milanese y V. Rouvinski (comp.) Desafíos para la democracia y la ciudadanía. Cali:

Colección El Sur es cielo roto, Universidad Icesi

ARENAS, Juan Carlos y Juan Carlos Escobar (2012). Elecciones, partidos y política

local. Medellín: Universidad de Medellín, Instituto de Estudios políticos, Universidad de

Antioquia

ASTUDILLO, Argemiro. (1995). Factores explicativos de la participación electoral

en Cali durante la primera elección de alcalde municipal en Cali. Trabajo de grado para

optar al título de sociólogo [no publicado]. Cali: Universidad del Valle

BARRERO, Fredy A. y Carlos Meléndez (2011). “Consideraciones sobre la

gobernabilidad como determinante del comportamiento electoral en Colombia: elecciones

presidenciales de 2010”. En Colombia Internacional, núm. 74, pp. 59-87. Bogotá:

Universidad de los Andes

BOURDIEU, Pierre (1980). “Le capital social, notes provisoires”. En: Actes de la

Recherche en Sciences Sociales. [Traducción al español: BOURDIEU, Pierre (2001). “El

capital Social: Apuntes provisionales”. En: Revista Zona Abierta, 94-95, pp. 81-87].

CAMPBELL, Angus; Philip Converse; Warren Miller y Donald Stokes (1960). The

American Voter. New York: John Wiley and Sons

[23 de 25]

CEPEDA U., Fernando y Claudia González de Lecaros (1976). Comportamiento del

voto urbano en Colombia: una aproximación. Bogotá D.C.: Universidad de los Andes

CLAVIJO, Arcángel, María F Soto y Melba Leyner Vidal (1992). Algunas

consideraciones sobre el comportamiento electoral de las elecciones para alcalde de Cali

en marzo 11 de 1990. Trabajo de Grado para optar al título de maestría en Estudios

Políticos [no publicado]. Cali: Pontificia Universidad Javeriana

CORREA YOUNG, Rosalía (2012). “La descentralización en Cali: Entre avances y

retrocesos”. En: Perspectivas Internacionales, Vol. 8, núm. 1, pp. 139-173. Cali, Colombia:

Pontificia Universidad Javeriana

CRESPO-RAZEG, Faride (2010). “La élite en Cali. Algunos estudios empíricos”. En:

CS, nùm. 4, pp. 177-192. Cali: Universidad Icesi

DÁVILA LADRÓN DE GUEVARA, Andrés y Natalia Delgado Varela (2002). “La

metamorfosis del sistema político colombiano: ¿Clientelismo de mercado o nueva forma de

intermediación?”. En: Francisco Gutiérrez Sanín (comp.) Degradación o cambio: evolución

del sistema político colombiano. Bogotá: Editorial Norma

DOWNS, Anthony (1957). An economic theory of democracy. New York: Harper &

Row

DUVERGER, Maurice (2001). “Influencia de los sistemas electorales en la vida

política”. En: Albert Batlle i Rubio (coord.): Diez textos básicos de ciencia política.

Madrid, Ariel.

FIORINA, Morris (1981). Retrospective voting in American national elections. New

Haven: Yale University Press.

GARCÍA, Miguel (2010a). “Actores armados, decisiones políticas y resultados

electorales” En: EGOB - Revista de Asuntos Públicos, núm. 4, pp. 42-43. Universidad de

los Andes

GARCÍA, Miguel (2010b). “Bajo la mira de los actores armados. Contextos

violentos, participación política e intención de voto en Colombia”. En: Angelika Rettberg

(ed.) Conflicto armado, seguridad y construcción de paz en Colombia: cuatro décadas de

Ciencia Política en la Universidad de los Andes, pp. 159-201. Bogotá: Departamento de

Ciencia Política, Uniandes.

LAZARSFELD, Paul; Bernard Berelson y Hazel Gaudet (1948). The People's

Choice: How the Voter Makes Up His Mind in a Presidential Campaign. Nueva York:

Columbia University Press

LEY 130 DE 1994. Estatuto básico de los partidos y movimientos políticos. Congreso

de Colombia

LÓPEZ, Claudia(2010). Y refundaron la patria… De cómo mafiosos y políticos

reconfiguraron el Estado colombiano. Barcelona, España: Random House Mondadori S.A.

[24 de 25]

LOSADA, Rodrigo y Eduardo Vélez (1982). Identificación y participación política

en Colombia. Bogotá: Fedesarrollo.

LOSADA, Rodrigo y Gladys Delgado Lersundy (1976). Las elecciones de mitaca en

1976: participación electoral y perspectiva histórica. Bogotá D.C.: Fundación para la

Educacion Superior y el Desarrollo

LOSADA, Rodrigo y Miles Williams (1970). “El voto presidencial en Bogotá:

Análisis del comportamiento electoral del 19 de abril de 1970”. En: Boletín mensual de

estadística, No. 229. Bogotá D.C.: Departamento encargado de las estadísticas en Colombia

(DANE)

LOSADA, Rodrigo, Fernando Giraldo y Patricia Muñoz (2003). “Las elecciones

presidenciales de 2002 en Colombia: un esfuerzo explicativo”. En: Papel Político, núm. 15,

pp. 11-31. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana

MERCADO, Amelia y Herney Hoyos (1992). Análisis del comportamiento electoral

en Cali por estrato socio-económico [sic] en las elecciones para alcalde de 1988-1990 y

análisis de las tendencias en elecciones para Concejo y Presidente en 1972-1990. Trabajo

de Grado para optar al título de magíster en Estudios Políticos [no publicado]. Cali:

Pontificia Universidad Javeriana

MILANESE, Juan Pablo (2014). ¿Aguablanca elige al Alcalde? “Guía práctica”

para ganar una elección municipal en Cali. Jueves 25 de septiembre de 2014. Ponencia

presentada en el III Congreso de Ciencia Política ACCPOL

MILANESE, Juan Pablo y Luis Eduardo Jaramillo (2013). “Impacto de los factores

institucionales del sistema electoral en la fragmentación partidaria. Un análisis de las

elecciones para concejos municipales en el Valle del Cauca (1997-2011)”, Ponencia

presentada en el 7o. Congreso Latinoamericano de Ciencia Política ALACIP,

MORA-POVEDA, Everardo (2010). Comportamiento electoral en el municipio de

Zipaquirá en la elección popular de alcaldes durante el periodo 1988 a 2007. Trabajo de

Grado para optar al título de magíster en Estudios Políticos [no publicado]. Bogotá D.C:

Pontificia Universidad Javeriana

MUÑOZ, Patricia (2001). “Incidencia de los sentimientos partidistas en las

preferencias de los electores en Bogotá”. En Colombia: elecciones 2000, eds. Fernando

Giraldo, Rodrigo Losada y Patricia Muñoz, 27-50. Bogotá: Centro Editorial Javeriano.

OBSERVATORIO DE POLÍTICAS PÚBLICAS – POLIS (2011). Factores y mapas

de riego electoral. Alcaldía de Cali 2003 y 2007. Cali, Universidad Icesi. Consulta

realizada desde: http://issuu.com/polisicesi/docs/dpp2011-02_completo

OLIVELLA, Santiago y Juan Rodríguez (2009). “Lo espacial es especial: la decisión

del voto por proximidad en Colombia”. En: Felipe Botero (comp.) ¿Juntos pero no

revueltos? Partidos, candidatos y campañas en las elecciones legislativas de 2006 en

Colombia, pp. 107-124. Bogotá: Universidad de los Andes.

[25 de 25]

PANEBIANCO, Angelo (1990). Modelos de Partido: Organización y Poder en los

Partidos Políticos. Madrid, España: Alianza Editorial

PINTO-OCAMPO, María Teresa (2008). “La disputa política en torno a la alcaldía de

Santiago de Cali de 2007”. En: Sociedad y Economía, núm. 14, pp. 201-226. Cali,

Colombia: Universidad del Valle

PINTO-OCAMPO, María Teresa (2011). “Mecanismos en la transformación política

en Cali: fragmentación partidista, electorado cambiante y responsabilidad política (1988-

2007)”. En: Estudios Políticos, núm. 39, pp. 15-38. Medellín: Universidad de Antioquia

PINZON DE LEWIN, Patricia (1989). Pueblos, regiones y partidos, la

regionalización electoral, atlas electoral colombiano. Bogotá: Ediciones Uniandes y Cide

PINZON DE LEWIN, Patricia (2011). “Características generales del comportamiento

local y regionalización electoral”. En: Felipe Botero (comp.) Partidos y elecciones en

Colombia. Bogotá: Ediciones Uniandes

PIZANO, Lariza (2002). Reflexiones sobre las decisiones electorales de los

bogotanos. En: Análisis Político, núm. 45, pp. 45-59. Bogotá: Universidad Nacional de

Colombia

REGISTRADURÍA GENERAL DEL ESTADO CIVIL – RGEC (2010). Histórico.

Resultados electorales 1998–2010. Consulta realizada el 13 de Octubre de 2012, desde

http://www.registraduria.gov.co/Informacion/elec_pre_2010_histo.htm para los resultados

de las elecciones en los años 2003, 2007 y 2011

SÁENZ, José Darío (2010a). Élite política y construcciones de ciudad. Cali 1958-

1998. Cali: Colección Exploraciones, Universidad Icesi.

SÁENZ, José Darío (2010b). “Configuración de una elite política en Cali: 1958-

1998”. En: CS, núm. 4, pp. 147-175. Cali: Universidad Icesi

SARTORI, Giovanni (1980). Parties and Party Systems: A Framework for

Analysis.New York and Cambridge: Cambridge University Press

SARTORI, Giovanni (2005). “El partido como una parte”. En: Partidos y Sistemas de

Partidos. Marco para un Análisis, capítulo 1, pp. 27-67. Madrid: Editorial Alianza.

TAAGEPERA, Rein (2009). “Electoral Systems”, In: Boix, Carles and Stokes, Susan

C. (eds.): The Oxford Handbook of comparative politics. Oxford University Press, Oxford

TALBOT DE CAMPOS, Judith y José Francisco Martín (1980). El comportamiento

electoral en Cali, 1978. Cali, Colombia: Centro de Investigaciones y Documentación

Socio-Económica (CIDSE), Universidad del Valle y Fundación Friedrich Naumann