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LAS PERSONAS HUMANAS. LA NACIONALIDAD.NOCIONES GENERALES,EVOLUCION HISTORICA,LA NACIONALIDAD DE ORIGEN. ADQUISICION DE LA NACIONALIDAD, ADQUISICION DE LA NACIONALIDAD POR MEDIO DE NATURALIZACION.
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INTRODUCCION
El presente trabajo es presentado a la cátedra de Derecho Internacional
Público en el abordaremos acerca de la Nacionalidad que según Podestá
Costa es el vinculo jurídico en virtud del cual una persona es miembro de
la comunidad política que un estado constituye según el Derecho Interno
y el Derecho Internacional, y varios otros conceptos dedos por estudiosos
de la materia, que a lo largo de la historia han escrito diferentes teorías
acerca del tema.
Entre otras interrogantes estaremos abordando la adquisición de la
nacionalidad por diferentes maneras; y que dice nuestra Carta Magna o
Constitución Nacional.
En tema de nacionalidad; como así también la evolución histórica que
tuvo, y demás temas que servirán de gran importancia para nuestra
formación profesional.
He aquí el despliegue del contenido.
1
LAS PERSONAS HUMANAS. LA
NACIONALIDAD.NOCIONES GENERALES
La nacionalidad es según Podestá Costa el vínculo jurídico en virtud del
cual una persona es miembro de una comunidad política que un estado
constituye según el derecho interno y el derecho internacional.
La nacionalidad no debe ser confundida con la ciudadanía: esta
comprende a una parte de los nacionales, es decir a los calificados
legalmente para ejercer los derechos políticos, pero hay nacionales que
por razones de edad, de sexo u otras causas pueden ser no ser
ciudadanos. Puesto que define a los miembros de la comunidad política
formada por el estado, nacionalidad es un vínculo establecido por el
derecho interno; en otros términos, corresponde a cada estado legislar
sobre la adquisición, la perdida y la re adquisición de la nacionalidad.
Algunos puntos han sido reglados a veces por medio de tratados. Debe
observarse que la disposición de los derechos internos sobre la
nacionalidad son reconocidas por los demás estados en la medida en que
ellas no afectan los tratados o la costumbre internacional.
Por eso la determinación de que personas físicas pertenecen a una
personalidad, es facultad soberana del derecho nacional y no el derecho
internacional, expresa Camargo. El convenio relativo en conflictos de
leyes sobre nacionalidad de la haya (1930), estableció que corresponde a
cada estado determinar por su legislación cuáles son sus nacionales. Y el
código de derecho internacional privado (Código Bustamante), de 1928,
indico que cada estado contratante aplicara su propio derecho a la
determinación de la nacionalidad de origen de toda persona individual y
su adquisición, perdida o reintegración posteriores, que se hayan
realizado dentro o fuera de su territorio, cuando unas de las
nacionalidades sujetas a controversias sea de dicho estado.
2
Para Alburquerque Mello, la palabra nacionalidad tiene dos sentidos
diferentes: a) sociológico y b) jurídico.
Nacionalidad, en sentido sociológico, corresponde al grupo de individuos
que poseen con la misma lengua, raza, religión, y poseen un querer vivir
en común. Fue en este sentido que ella dio origen al principio de las
nacionalidades, cuyo nombre fue hecha la unificación alemana e italiana.
En el sentido sociológico de las nacionalidades dos corrientes se
disputan: los autores alemanes (Gunther, Claus) realzan los elementos
materiales (raza, lengua y religión) en cuanto a los franceses (renan,
Hauriou) realzan el aspecto psicológico querer vivir en común, mentalidad
idéntica entre los individuos del grupo. La nacionalidad en este aspecto
dio origen al principio de las nacionalidades, que sustentaba el derecho
de toda nación de organizarse en estado, o también, como defendió
Mancini, la nación sería el único sujeto del derecho internacional.
La nacionalidad en sentido jurídico, es lo que nos interesa en este
capítulo. En este aspecto. Lo preponderante no es la figura de nación,
pero la de estado. El individuo tiene una nacionalidad, significa que el
tiene la calidad de miembro de un estado.
La definición de nacionalidad, es la de vínculo jurídico político que une al
individuo al estado. La definición más corriente en esta materia afirma
Jiménez de Arechaga, sostiene que nacionalidad constituye una relación
jurídica entre una persona y un estado, que se caracteriza por la
existencia de ciertos deberes y derechos recíprocos entre el estado y el
individuo. El vínculo de nacionalidad genera para el individuo ciertos
deberes que pueden sintetizarse en una formula genérica: el deber de
lealtad hacia el estado del cual es nacional. Deber de lealtad que se
manifiesta de modo positivo en la obligación de prestar servicio militar lo
que se llama contribución de sangre al estado el cual es nacional y que se
manifiesta de modo negativo en la obligación de abstenerse de ciertos
actos de deslealtad, pena de incurrir en el delito de traición a la patria.
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Frente al deber de lealtad al individuo, está el deber de protección del
estado.
EVOLUCION HISTORICA.
En la antigüedad oriental y clásica, el criterio de atributivo de nacionalidad
era el Jus sanguinis, esto es la nacionalidad era dada en virtud de la
filiación.
En estos periodos de la historia, la familia era la verdadera base de toda
organización social. El estado, en roma, en Grecia, era la prolongación de
la familia. De este modo el individuo pertenecía primero a la familia y
después al estado. El Jus sanguinis fue esparcido por el resto de Europa
a través de las conquistas de roma.
En el periodo medieval va a predominar otro sistema atributivo de la
nacionalidad, o Jus soli el individuo es nacional del estado en donde nace.
Esta predominancia tiene sus raíces en la organización económica y
social del feudalismo y medieval. La tierra era considerada la mayor
riqueza y símbolo de poder.
La revolución francesa reaccionando contra ese régimen, estableció en la
constitución de 1971 la libertad de entrar y salir en el país como unos de
los derechos del hombre.
El código de Napoleón (1804) adopto para la nacionalidad la regla del Jus
sanguinis: es francés el hijo de francés, sea cual fuere el territorio en que
aquel haya nacido.
La independencia de los Estados Unidos hizo que se adoptara el Jus soli,
los países del nuevo mundo, siendo regiones de inmigración, tienen
interés en tornar a los extranjeros miembros de la comunidad nacional lo
más rápido posible. Esta fue la doctrina seguido por el código civil
argentino, adoptando el sistema de domicilio y aceptada por nuestro país.
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LA NACIONALIDAD DE ORIGEN. ADQUISICION DE LA
NACIONALIDAD
La nacionalidad para Sibert es el estado permanente de dependencia,
fuente de deberes pero también de derechos, en los cuales se encuentran
los individuos frente a una comunidad organizada.
La nacionalidad implica la calidad de súbdito de un estado. Ahora bien, la
determinación de quienes poseen esta calidad compete más al derecho
constitucional que al derecho internacional.
En la doctrina, la nacionalidad se dividen en dos especies desde el punto
de vista de su adquisición: a) nacionalidad de origen, que es al estado
atribuye a toda persona física en el momento de nacer; b) nacionalidad
adquirida, que es la que toda persona física puede obtener más tarde por
medio de la naturalización y la mujer como consecuencia del matrimonio.
La nacionalidad de origen puede cambiarse como consecuencia de
transformaciones territoriales: anexión total del estado a otro estado,
anexión o sección parcial o secesión, afirma Podestá Costa.
ADQUISICION DE LA NACIONALIDAD POR MEDIO DE
NATURALIZACION.
Una persona adquiere una nueva nacionalidad usando el procedimiento
de la naturalización, que requiere esencialmente una manifestación de
voluntad por parte de la persona y una concesión, también voluntaria, por
parte del estado que la otorga.
Para obtener de la naturalización, la persona debe reunir ciertas
condiciones que especifican las leyes respectivas.
La nacionalidad que tiene el individuo expresa Gamboa, con su
nacimiento puede ser la del territorio estatal en que el nacimiento tuvo
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lugar, o la del estado de sus padres por le vinculo de sangre. La primera
sigue la teoría del “Jus soli” y la segunda la del “Jus sanguinis”.
La naturalización puede tener lugar de seis formas diferentes: a) por
matrimonio; b) por legitimación; c) por opción; d) por adquisición de
domicilio; e) por entrada o aceptación de un empleo al servicio de otro
gobierno; y f) por concesión, a solicitud del interesado.
No todos estos casos son posibles en cualquier Estado. Sin embargo,
pueden darse todas estas posibilidades.
La nacionalidad es un derecho humano fundamental y es reconocido por
varios instrumentos internacionales, tales como:
a) La declaración Universal de Derechos Humanos, de 1948,
estipula en su art. 15: “1. Toda persona tiene derecho a una
personalidad”, y “2. A nadie privara arbitrariamente de su
nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad”
b) El art.20 de la Convención Americana del Derecho
Humanos, de 1969, dice lo siguiente:
Derecho a la Nacionalidad. 1) Toda persona tiene derecho a una
nacionalidad; 2) Toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado
en cuyo territorio nació si no tiene derecho a otra; 3) A nadie se privará
arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiarla”.
El primer párrafo – dice Solari T. – enuncia un principio destinado a
erradicar la apátrida.
El segundo párrafo consagra el derecho de Jus Soli como obligatorio por
los Estados partes de la Convención a menos que el recién nacido tenga
derecho a otra nacionalidad.
El tercer párrafo contiene dos normas: una que prohíbe privar
arbitrariamente de la nacionalidad a un ciudadano, practica a la que
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aunque esporádicamente han recurrido algunos gobiernos de la región y
otra que consagra la facultad que tiene un ciudadano de cambiar su
nacionalidad. Cambiar es dejar una cosa por otra. Consecuentemente lo
que enuncia este dispositivo es el derecho que tiene un ciudadano a
renunciar a su nacionalidad para adquirir una nueva.
Las disposiciones de este párrafo- concluye Tudela, no impiden
lamentablemente que una persona sea privada de su nacionalidad, ya
que esta prohibición se limita a los casos de “arbitrariedades”.
En el Paraguay, la Constitución Nacional, establece primero en su art.
146, quienes son de nacionalidad paraguaya natural: 1) las personas
nacidas en el territorio de la República; 2) los hijos de madre o padre
paraguayo, quienes, hallándose uno o ambos al servicio de la República
nazcan en el extranjero; 3) los hijos de madre o padre paraguayo nacidos
en el extranjero, cuando aquellos se radiquen en la República en forma
permanente; y 4) los infantes de padres ignorados, recogidos en el
territorio de la República.
La formalización del derecho consagrado en el inciso 3) se efectuará por
simple declaración del interesado, cuando este sea mayor de dieciocho
años. Si no los hubiere cumplido aun, la declaración de su representante
legal tendrá validez hasta dicha edad, quedando sujeta a ratificación por
el interesado.
El art. 147, establece: “Ningún paraguayo natural será privado de su
nacionalidad, pero podrá renunciar voluntariamente a ella”.
El art. 148, es el que precisamente establece los requisitos para que los
extranjeros puedan obtener la nacionalidad paraguaya por naturalización
si reúnen los siguientes:
1) Mayoría de edad.
2) Radicación mínima de tres años en el territorio nacional;
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3) Ejercicio regular en el país de alguna profesión, oficio,
ciencia, arte o industria, y
4) Buena conducta, definida en la ley.
Una vez obtenida la nacionalidad, pierden la misma, los paraguayos
naturalizados, en virtud de ausencia injustificada de la República por más
de tres años, declarada judicialmente o por la adquisición voluntaria de
otra nacionalidad (art.150).
El art. 152, otorga además la ciudadanía a toda persona de nacionalidad
paraguaya por naturalización, después de dos años de haberla obtenido.
Es decir que puede ejercer todos los derechos y obligaciones de carácter
político, como el de elegir y ser elegido para un determinado cargo, etc.
El art. 154 dispone que la ley establecerá las normas sobre adquisición,
recuperación y opción de la nacionalidad, así como sobre la suspensión
de la ciudadanía, siendo competencia exclusiva del Poder Judicial la
competencia para entender en estos casos.
PERDIDA DE LA NACIONALIDAD
No existe uniformidad en la legislación sobre esta materia, pero varias son
las causas que pueden determinar la perdida de la nacionalidad.
GAMBOA enumera las siguientes:
Por renuncia. El individuo expresamente declara que renuncia a su
nacionalidad para adquirir otra o quedar apátrida.
Por desnaturalización. Una ley interna de un Estado puede adoptar
como sanción para un individuo o grupo de individuos, la pérdida de su
nacionalidad. (Ej.: traición a la patria.)
Por expatriación. Este caso puede suceder cuando una ley interna
prescriba que se extinguirá la nacionalidad de los súbditos que se vayan
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del país a trabajar al extranjero y adquieran residencia en otro país. Este
sistema no es muy usual hoy en día.
Por Opción. Cuando un individuo a su nacimiento adquiere dos
nacionalidades, por cumplir por lo requisitos exigidos por dos estados a la
vez, y una ley de dichos países permite cumplir la mayoría de edad pueda
elegir ambas nacionalidades, nos encontramos ante un caso de una
opción.
Por Sustitución. Para algunos países, el hecho de que un individuo
adquiera otra nacionalidad, le hace perder, ipso facto, la que tenía. Esto
no siempre sucede, pues hay estados que en forma especial permiten
que un individuo pueda adquirir determinadas nacionalidades, y a la vez,
conservar la propia. Son los típicos casos de doble nacionalidad.
La nacionalidad de la mujer casada. Tradicionalmente dice Tudela se
ha considerado que la mujer casada que contrae matrimonio adquiere la
nacionalidad del marido cuando esta es distinta a la suya. Esta tendencia
fue modificada en los años 20 a raíz de la llamada ley cable en los
Estados Unidos en 1922, al disponer que las extrajeras que contrae
matrimonio con Americanos no adquirirían necesariamente, por el solo
hecho del matrimonio la nacionalidad Americana, conservando si así lo
deseaba la suya propia.
Esta ley origino una tendencia que fue recogida en la convención sobre la
nacionalidad de la mujer casada en 1957 que dispone que ni la
celebración ni la disolución del matrimonio, ni el cambio de la nacionalidad
del marido tienen consecuencias automáticas sobre la nacionalidad de la
esposa.
La práctica de los estados acuerda en esto caso sin embargo, a la
esposa, si así lo desea, un proceso de naturalización más expeditivo.
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READQUISICION
La nacionalidad perdida por naturalización en el extranjero puede
readquirirse, según algunas legislaciones afirma podestá, mediante
ciertos requisitos que implican el retorno al país y a veces el domicilio
durante algún tiempo, acompañado o no de una manifestación de
voluntad y de renuncia a la nacionalidad adquirida.
Numerosos convenios se han firmado con algunos países, como los
realizados por la Argentina con España y con Italia en 1969 y 1971, sobre
nacionalidad que establecen que los nacionales de las respectivas partes
contratantes podrán adquirir la nacionalidad de la otra, de acuerdo a la
legislación que corresponda. El ejercicio de los derechos públicos y
privados, la protección diplomática, el otorgamiento de pasaportes, los
derechos políticos, civiles, sociales y laborales, y el cumplimiento de las
obligaciones militares, se regirán por las leyes del país que otorga la
nueva nacionalidad, salvo que ya hubiera cumplido los deberes militares
del país de origen. Si la persona beneficiada con este convenio regresa al
país de origen, ello implica la recuperación de todos los derechos y
deberes inherente a su anterior nacionalidad.
LA DOBLE O MULTIPLE NACIONALIDAD
Se da con frecuencia el caso de que una persona tenga a la vez dos
nacionalidades afirma podestá, adquiridas en el momento del nacimiento
o después de él. Lo primero ocurre, por ejemplo con la persona nacido en
un país que toma por base el Jus soli y cuyos padres son nacionales de
un país que sigue el Jus sanguinis (es el caso de los nacidos de la
República del Paraguay de padre españoles, franceses, italianos, etc), lo
segundo se produce con la persona que se naturaliza en el extranjero y
las leyes de su país no disponen que por tal hecho pierda la nacionalidad
originaria (es el caso de Argentina y Uruguay). Puede ocurrir que exista
triple nacionalidad como consecuencia de la combinación, entre otras, de
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las situaciones referidas: así por ejemplo, el uruguayo que siendo hijo de
español se naturaliza argentina, es a la vez uruguayo, español y
argentina.
La doble o múltiple nacionalidad es un absurdo jurídico, pues una persona
no puede ejercer derechos ni cumplir deberes en varios estados a la vez,
y se ve colocada en situaciones incompatibles aun opuestas, tanto en lo
moral tanto en lo material; además es una incongruencia política, una
fuente de serias dificultades para muchas personas y de rozamientos
internacionales, especialmente con motivos de la imposición de
obligaciones militares y del ejercicio de la protección diplomática.
LA APATRIDA
La apátrida es uno de los aspectos del derecho internacional que se
procura eliminar expresa Alburquerque Mello, ya que esta situación viola
uno de los derechos del hombre, que es el de que todo individuo debe
tener una nacionalidad. Ella entre tanto, no es un ilícito internacional, al
contrario es admitida y reconocida por el derecho internacional.
En roma ya existía la figura del apátrida, y había una categoría de
extranjeros que entraba en ella, la de los peregrini sine civitate. Por otro
lado, los deditici, sin gozar del Jus civil y de la protección de una ley
nacional, mucho se aproximaban al apátrida moderno.
En el periodo medieval y en la edad moderna el apátrida desapareció.
Fue en el siglo XIX que el apátrida paso a existir en la sin numerosas
legislaciones nacional del imperio alemán. En nuestro siglo, el fenómeno
se agravado con las guerras mundiales, ocasionando el disloca miento de
personas; la revolución comunista y el nazismo en Alemania y el fascismo
el Italia una vez que todos huyeron de estos sistemas políticos perdieron
sus nacionalidades.
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La nacionalidad de apátrida para las personas sin nacionalidad fue creada
por charles claro, abogado del tribunal de apelación de Paris, en 1918. En
Alemania ellos eran denominados Heimatlos (sin patria) o de staatenlose
(sin Estado). En Inglaterra, de statelessness. Entre tanto, el de apátrida
fueron las consagradas en las convenciones internacionales y por gran
parte de la doctrina.
El apátrida es el individuo que no tiene nacionalidad. La mejor
clasificación de los apátridas es la dada por François: a) los que nunca
tuvieron nacionalidad; b) los que ya tuvieron nacionalidad, mas la
perdieron. Diversos factores pueden ocasionar la apátrida: a) conflicto de
legislaciones consagrado Jus soli y Jus sanguini; b) el individuo se
naturaliza nacional de un Estado, pierde su nacionalidad originaria y
posteriormente, la naturalización que le fue concedida es retirada; c)
factores políticos, como la legislación de la revolución comunista, que
retiraba la nacionalidad rusa a los emigrados, etc.
Varias conferencias, trataron de eliminar la apátrida, entre ellas la de
1930, en la Haya; la de 1961, en Nueva York, y en 1954, bajo auspicios
de la ONU, fue concluida una convención en Nueva York, que dio a los
apátridas los mismos derechos y tratamiento que reciben los extranjeros
en el territorio del Estado.
LA NACIONALIDAD DE LAS PERSONAS JURIDICAS
COLECTIVAS.
Dos criterios dice Podestá opuestos se han mantenido con respecto a la
atribución de nacionalidad a las personas jurídicas colectivas, es decir, a
ciertas entidades que, no siendo personas físicas, gozan de personalidad
en el derecho privado. Según muchos autores y las leyes de gran número
de países, las personas jurídicas colectivas tienen una nacionalidad, pero
solo una: según otro grupo de autores, aquellos no tienen nacionalidad,
sino domicilio.
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El problema no se plantea solamente en las relaciones de derecho
internacional privado sino también en las de derecho público. Y en estas
últimas asume hoy extraordinaria importancia, porque esas entidades,
habiendo adquirido gran desarrollo bajo la forma de sociedades
anónimas, disponen de enormes capitales, tienden a monopolizar la
producción y el intercambio
El problema no se plantea solamente en las relaciones de derecho
internacional privado sino también en las de derecho público. Y en estas
últimas asume hoy extraordinaria importancia, porque esas entidades,
habiendo adquirido gran desarrollo bajo la forma de sociedades
anónimas, disponen de enormes capitales, tienden a monopolizar la
producción y el intercambio, ejercen acción e influencia por encima de las
fronteras políticas mediante filiales que funcionan en diversos países, y
aunque hayan obtenido personalidad jurídica en cada Estado, integran en
realidad un solo consorcio económico.
En el Derecho Internacional, muchos tratados contienen normas que
definen como nacionales, para diversos propósitos, a estas personas
jurídicas.
Ejemplo de ello son los tratados de comercio, los tratados de transporte
aéreo internacional, etc. El art.58 que creó la Comunidad Económica
Europea, prescribe que las personas jurídicas colectivas creadas de
acuerdo con la ley de un Estado miembro y que tenga su sede o
administración central o principal establecimiento dentro de la Comunidad
serán consideradas, a los efectos del capítulo sobre el Derecho de
establecimiento, como individuos que sean nacionales del Estado
miembro.
Estos tratados varían en los criterios que emplean, ya sea la sede social,
la fuente nacional del verdadero control, el lugar de creación, etc.
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El código Bastamente, aprobado en la Habana en 1928, en su art. 9
dispone que cada Estado aplicará su propio derecho para determinar la
nacionalidad de origen “de toda persona individual o jurídica”, para luego
determinar, en su art. 18, que sociedades civiles, mercantiles o
industriales, que no sean anónimas, tendrán la nacionalidad que
establezca el contrato social, y en su caso, el lugar donde radicaran
habitualmente su gerencia o dirección principal. En el caso de las
sociedades anónimas, según el art.19, su nacionalidad se determinará
“por el contrato social”, y en su caso, por la ley del lugar en que se reúne
normalmente la Junta General de accionistas. Argentina, Paraguay,
Colombia, Costa Rica y República Dominicana, formularon una reserva en
el sentido que son contrarias a la regla de que las personas jurídicas
deben su existencia a la ley del Estado que las autoriza y que, en
consecuencia no son nacionales ni extranjeras”.
El Tratado de Derecho Comercial Terrestre Internacional de Montevideo
de 1970, establece en su art. 6 que la “Ley del domicilio comercial rige la
calidad del documento que requiere el contrato de sociedad”.
LOS EXTRANJEROS
Para Diez de Velasco, extranjeras son aquellas personas físicas o
jurídicas que no son consideradas como nacionales por el país en que
están domiciliadas o son transeúntes en el o, simplemente operan en el
territorio del referido Estado, en el caso de las personas jurídicas; pero
son consideradas como nacionales suyos por un Estado o por varios, en
el caso de nacionalidad múltiple. El extranjero es, pues para el país que
los considera como tales un extraño o un ajeno, conforme a su etimología
originaria, a la comunidad nacional en que había permanente o
transitoriamente.
En la Conferencia Panamericana de la Habana, en 1928, se firmó una
Convención que legisla sobre la condición y el tratamiento de los
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extranjeros. Esta Convención fue ratificada por Brasil, Colombia, Costa
Rica, Chile, Estados Unidos, Guatemala, Haití, México, Nicaragua,
Panamá, República Dominicana y Uruguay, pero no así por los demás
países americanos.
Es evidente que los derechos y deberes de los extranjeros es materia que
viene siendo estudiada por el Derecho Internacional Privado y Derecho
Internacional Público. Sin embargo, este último ramo de la ciencia jurídica
se interesa directamente por el asunto, ya que numerosas convenciones
internacionales ya fueron concluidas sobre ellas.
El Derecho Internacional Público fija apenas determinados principios
generales. Es decir apenas un “standard” mínimo de derechos para los
extranjeros que debe ser asegurado por los Estados, so pena de ser
responsables internacionalmente. Es en este aspecto que estudiaremos
los derechos y deberes de los extranjeros.
Entre estos “standard mínimum”, el Derecho Internacional actual
reconoce: a) El de ser protegida su vida e intereses; b) derecho a no se
detenidos arbitrariamente; c) derecho a no ser torturado y a que no se le
someta a tratamientos inhumanos; d) el libre acceso a los tribunales y a
no ser discriminados ante ellos por razones de nacionalidad; e) ejercitar
ciertos derechos civiles básicos, como los derechos de familia.
EVOLUCION HISTORICA
En la antigüedad afirma Podestá C. los pueblos extranjeros eran
considerados barbaros o enemigos y a las personas provenientes de ellos
se le denegaba todo derecho. En Atenas, se creó una jurisdicción
especial para los extranjeros, que se encomendó a un polemarca,
magistrado encargado de dirigir la guerra y las relaciones con el enemigo.
Roma, desde que en el siglo lll a.c. hubo conquistado la parte meridional
de la península, que estaba poblada por riesgos admitió que esos
extranjeros (peregrini) tuvieran, en cuanto a sus relaciones privadas,
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ciertos derechos al margen del “Jus civile”, todavía exclusive de los
romanos, que poseyesen la categoría de ciudadano (cives); aquellos
derechos, aplicados y desarrollados por un magistrados especial, el pretor
peregrinus, eran las normas que comúnmente regían en la generalidad de
los pueblos civilizados, y el conjunto de reglas así establecidas por los
edictos de los pretores vino a constituir el Jus gentium, que el Digesto
definió luego de la siguiente manera: “Jus gentium est, quod gentes
humanae utuntur”.
Terminado el imperio romano, las tribus germánicas invasoras se rigieron
por sus propias leyes en los territorios en que se asentaron; este sistema,
que se conoce con el hombre de “personalidad de la ley”, importaba
someter al hombre a sus leyes de origen durante toda la vida, aunque por
acaso se hallara en el extranjero. Más tarde se estableció una sola ley
para todos los que vivieran en su suelo, sin distinción de razas ni
procedencias: es el sistema de la “territorialidad de la ley”.
Con la Revolución Francesa, las medidas contra los extranjeros
comenzaron a hacer desaparecer las diferencias.
Desde entonces, por medio de las leyes y eventualmente de los tratados,
los derechos de los extranjeros han venido a formar una tupida red que
liga a todo el mundo.
ADMISION
Ningún Estado podría denegar en absoluto, sin encerrarse en una política
de aislamiento hostil, afirma Podestá C., la entrada de extranjeros en su
territorio.
Pero eso prohíbe generalmente la entrada de los inhabilitados legalmente
(los extranjeros expulsados con anterioridad); la de los físicamente
incapaces (enfermos contagiosos o crónicos, ancianos, etc.) y la de los
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inhabilitados moralmente (delincuentes, proxenetas, prostitutas,
agitadores, mendigos, incidentes, vagos, gitanos, etc.).
Los países en su Constituciones imponen la obligación de fomentar la
inmigración y prohíben restringir, limitar o gravar con impuestos la entrada
de extranjeros.
EL REGIMEN DE LOS PASAPORTES
El pasaporte es un documento que el Estado otorga a sus nacionales casi
siempre de carácter individual y a veces colectivo, con el objeto de
habilitarles para salir del país y regresar a él eventualmente, y que a la
vez habilita, previa visación por el cónsul respectivo, para entrar en
territorio extranjero, según lo define Podestá Costa.
Con este instrumento cada Estado controla, y a veces restringe o impide,
la salida de los nacionales así como la entrada de los extranjeros.
En el Paraguay, el régimen de Pasaportes se halla reglamentado por el
Decreto Nº 26.982 de fecha 03 de mayo de 1927, que dispone la
expedición de pasaportes por parte del Ministerio de Relaciones
Exteriores y por el Decreto Nº 686 del 31de agosto de 1990, que actualiza
la reglamentación sobre la expedición de Pasaportes a cargo del
Ministerio de Relaciones Exteriores.
El art. 1 establece que el Ministerio de Relaciones tendrá a su cargo la
expedición de pasaportes a ciudadanos paraguayos, de Pasaporte
Diplomáticas, Oficiales y Consulares, este último a través de las
embajadas y consulados nacionales acreditados en el exterior.
Se establece a quienes podrá otorgarse el Pasaporte Diplomático y
Oficial, y se crea los Documentos de Viaje, otorgado exclusivamente a los
extranjeros radicados en la República.
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EXPULSION
La expulsión de los extranjeros en masa importaría un acto de xenofobia,
y como tal es inadmisible, afirma Podestá C. En caso de guerra se ha
procedido a veces a expulsar en masa a las personas de nacionalidad
enemiga; pero esa medida no se aplica ya por resultar inconveniente.
Según la costumbre internacional, todo Estado puede expulsar de su
territorio al extranjero cuya presencia sea perjudicial para la seguridad o el
orden público, disponiendo que el retorno sin permiso esté sujeto a pena.
El derecho interno de cada Estado Legisla sobre la expulsión de
extranjeros, teniendo presente, si son espías, conspiradores,
delincuentes, agitadores y a los que se inmiscuyen en actividades
políticas contrarias al régimen de ese país. El Poder Ejecutivo es el
encargado de cumplir con estas medidas, y es raro que intervenga el
Poder Judicial.
Los expulsados de acuerdo con la Convención Interamericana de 1928,
sobre condición de los extranjeros, tienen la obligación de recibir a los
nacionales que expulsados por la otra parte contratante, se dirijan a su
territorio.
Como bien lo aclara Diez de Velasco, en cuanto a la expulsión de
extranjeros se refiere, no existe en el Derecho Internacional General
norma que la prohíba, salvo que la misma produzca un daño injustificado
al extranjero, que solo tendría una explicación satisfactoria en un fin ilícito.
LA EXTRADICCION
La extracción es el procedimiento en virtud del cual un Estado entrega
determinada persona a otro Estado, que la requiere para someterla a su
jurisdicción penal a su causa de un delito de carácter común por el que ha
iniciado proceso formal o le ha impuesto condena definitiva.
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Esta institución de derecho internacional afirma Tudela, tiene doble
fundamento la necesidad de que la sanción del delito no se vea frustrada
en razón del simple hecho de que el delincuente traspase las fronteras de
su país y que este delincuente sea juzgado en el foro más apropiado o
sea aquel en el que el delito fue cometido pues allí será, donde con mayor
facilidad se puedan actuar las pruebas del proceso penal.
La extradición constituye un régimen jurídico entre dos o más Estados
cuando se hallan ligados por un contrato sobre la materia. Existe hoy día
un gran número de tratados de extradición concertados en forma bipartita.
El Comité Jurídico Interamericano aprobó en 1977, un proyecto de
Convención Interamericana de Extradición, el que sirvió de base para la
Convención Interamericana sobre Extradición suscrita en Caracas el 25
de febrero de 1981, y comienza con esta introducción:
“Los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos,
“Reafirmando el propósito de perfeccionar la cooperación internacional en
materia jurídico, penal, que inspiro los convenios celebrados en Lima el
27 de marzo de 1879, en Montevideo el 23 de enero de 1902, en Caracas
el 18 de julio de 1911, en Washington el 7 de febrero de 1923, en La
Habana el 20 de febrero de 1928, en Montevideo el 26 de diciembre de
1933, en la ciudad de Guatemala el 12 de abril de 1934 y en Montevideo
el 19 de marzo de 1940;
Teniendo en cuenta las resoluciones CVII de la Decima Conferencia
Interamericana (Caracas, 1954), VII de la Tercera Reunión del Consejo
Interamericano de Jurisconsultos (México, 1956), IV de la Cuarta Reunión
del mismo Consejo (Santiago de Chile, 1959), la Asamblea General de la
Organización de los Estados Americanos, así como los Proyectos de
Convención del Comité Jurídico Interamericano elaborados en 1954,
1957, 1973 y 1977.
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PROCEDIMIENTO
Jurisdicción del Estado reclamante. El Estado que solicita la extradición
debe tener jurisdicción para conocer del delito cometido. Aquí la regla
general es que el Estado requerido tiene jurisdicción cuando el delito se
ha cometido dentro de sus fronteras pero también puede suceder que el
Estado requirente tenga jurisdicción aun cuando el delito se cometa fuera
de su territorio en cuyo caso también procede la extradición.
Doble incriminación. Este principio de la extradición consiste en que
constituye condición para la entrega del inculpado, que el delito por el cual
es reclamado, sea penado también en el Estado requerido. Esta sanción
además, debe tener en ambos. Estados una pena mínima por lo general
de dos años de privación de la libertad. Este es el criterio adoptado en el
artículo 3 de la Convención Interamericana sobre Extradición de 1981.
En este artículo de la CISE se señala además que cuando se trata de
legislaciones que establecen penas minimas y máximas, la suma de los
extremos de la pena en ambos Estados sea una pena de por lo menos
dos años.
Medio que utilizan. El pedido de extradición se formula por escrito
utilizando la vía diplomática, y según algunos tratados puede ser
presentado por los funcionarios consulares. Debe acompañarse los
documentos necesarios para precisar la identidad de la persona
reclamada y para hacer conocer la causa determinante de la requisición.
Los casos de urgencia. El art.14, establece que cuando existan razones
para suponer que el inculpado puede evadirse nuevamente en el Estado
requerido de la justicia del Estado requirente, este ultimo puede solicitar
incluso telegráficamente que se proceda al arresto del inculpado, en cuyo
caso el detenido permanecerá hasta 60 días al cabo de los cuales será
puesto en libertad si en ese transcurso de tiempo no se ha formalizado el
pedido de extradición.
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La nacionalidad del reclamado. El hecho de que la persona reclamada
tenga la nacionalidad del Estado requerido, no debe ser causal para
negar la extradición. Sin embargo, admite que esta no procederá en caso
de que la legislación del estado requerido lo prohíba expresamente. La
CISE ha adoptado en su art.7.
1- La nacionalidad del reclamado no podrá ser invocada como causa
para denegar la extradición salvo que la legislación del Estado
requerido establezca lo contrario.
2- Tratándose de condenados, los Estados Partes podrán negociar
acuerdos de entrega mutuas de nacionales para que estos
cumplan sus pena en el Estado de su nacionalidad.
Ello no quiere decir que la persona reclamada se libere de la acción penal
por un delito cometido. El estado requerido en este caso obligado a
procesarlo penalmente y comunicar la sentencia que dicte al Estado
requirente.
Esta disposición no es, sin embargo, una norma uniforme, expresa
Tudela. Existe una solida opinión de que la nacionalidad no puede ser
causal para denegar la extradición, expresada ya por el instituto del
derecho internacional en 1880 en los siguientes términos.
“entre estado cuyas leyes penales se fundan en bases similares y que
tienen mutua confianza en sus instituciones judiciales, la extradición, de
nacionalidad, sería un medio de asegurar una buena administración de la
justicia penal, pues debe considerarse deseable que la jurisdicción del
corun delicti comissi sea aplicada como tanto fuese posible”.
Improcedencia de la extradición. Existen varias razones que asisten a un
Estado a negar la extradición por improcedente. Cuando el reclamado
haya cumplido la pena o haya sido indultado o amnistiado por el Estado
requerido por el delito que motiva su extradición, cuando la acción penal o
la pena se encuentre prescrita según la legislación de cualquiera de los
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Estados, cuando el reclamado va a ser juzgado por un tribunal ad hoc,
cuando se trate de delitos políticos o conexos, cuando los delitos no sean
perseguidos de oficio a menos que hubiese querella de parte legitima.
Delito de Genocidio y otros. Hay uniformidad en aceptar que nada
impedirá la extradición por el delito de genocidios u otros delitos que sean
susceptibles de extradición en tratados vigentes entre el Estado
requirente y el Estado requerido.
La pena de muerte o prisión perpetúa. La tendencia general es excluir de
la extradición a las personas que enfrenten estas penas.
LA PROTECCION DE LAS MINORIAS NACIONALES
Cuando en un Estado existe un grupo diferente a la mayoría de su
población, que se diferencia especialmente por caracteres de lengua,
raza, religión, costumbres, etc., y estas características son idénticas a las
de otro Estado, nos encontramos ante una Minoría Nacional.
Estas situaciones apuntan Gamboa, se han presentado con gran
frecuencia a través de la historia, provocadas por conquistas de
determinados territorios que han pasado formar parte del Estado
conquistador.
Como antecedentes históricos, debemos recordar las guerras de religión y
en especial la Guerra de los Treinta años, a la que se puso fin con los
tratados de Westfalia en 1648, donde se contemplo por vez primera en el
Tratado Osnabruck, una protección de las minorías religiosas.
LA PROTECCION DE LOS REFUGIADOS
Para favorecer a los refugiados que emigraron de la Rusia Soviética
después de la revolución, la Sociedad de las Nacionales creó una oficina
internacional encargada de otorgar unos certificados que llevaban el
nombre de su autor, Nansen, que venía a reemplazar la carencia de
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pasaportes. Con ellos los refugiados podrían acreditar su identidad y
trasladarse de un país a otro (Miembro de la Sociedad de las Naciones).
Son denominados refugiados las personas que gozan de asilo territorial.
Las Convención de 1951, que estableció el estatuto de los refugiados. Los
define como siendo aquel que “temiendo ser perseguido por motivos de
raza, religión, nacionalidad, grupo social u opiniones políticas, se
encuentra fuera del país de nacionalidad y que no puede o, en virtud de
ese temor, no quiere valerse de la protección de ese país; que si no tiene
nacionalidad y se encuentra fuera del país en el cual tenía su residencia
habitual en consecuencia de tales acontecimientos, no puede o, debido al
referido temor, no quiere volver a él”.
ASILO: CONCEPTO Y CLASES
El asilo en América, según Caicedo Castilla, ha tenido dos objetivos: a)
proteger la vida, la libertad o la seguridad de personas perseguidas por
delitos políticos; y b) se relaciona con la aspiración que siempre ha
existido de asegurar el respeto de los derechos fundamentales del
hombre. El asilo no viola el principio americano de la no intervención.
El primer Congreso Hispano Luso Americano, reunido en Madrid en 1951,
expresó: “El asilo otorgado con arreglo a las condiciones que se
especifican no puede ser considerado en su concesión como una
violación de la soberanía del Estado territorial, ni como una intervención
en sus asuntos internos”.
El derecho de asilo opina Alburquerque Mello, viene a dar una protección
al individuo. Gigena Torres observa con razón “que el asilo se origina en
una acción instintiva del individuo, necesidad biológica de buscar amparo
para salvar la vida o la libertad”.
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Puede presentarse de dos maneras: a) asilo territorial o externa o
internacional; y b) asilo diplomático, o interno, o político, o internacional, o
extraterritorial.
El asilo territorial es admitido en toda sociedad internacional y está
consagrado en el art. XIV de la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre:
1. Todo Hombre, víctima de persecución, tiene el derecho de procurar
y gozar asilo en otros países.
2. Este derecho no puede ser invocado en caso de persecución
legítimamente motivada por crímenes de derecho común o por acto
contrarios a los objetivos de las naciones unidas.
El asilo territorial que el estado concede a los individuos perseguidos
dentro de su territorio.
El instituto del asilo ya fue encontrado en la antigüedad. En Egipto existía
el asilo religioso. Entre los judíos, algunas ciudades daban asilo al
homicida involuntario. En Grecia diversos templo religiosos podían dar
asilo y del se beneficiaba cualquier tipo de criminal. Si el crimen era grave
se prohibía que la comida, le llegase al asilado para forzarlo a abandonar
el local de asilo. En roma el asilo fue practicado en templos y hasta mismo
en la estatua de Rómulo.
El Derecho de asilo- opina Alburquerque Mello-, viene a dar una
protección al individuo. Gigena Torres observa con razón que el asilo se
origina en acción instintiva del individuo, necesidad biológica de buscar
amparo para salvar la vida o la libertad.
Puede presentarse de dos maneras: a) asilo territorial o externo, o
internacional; y b) asilo diplomático, o interno, o político, o internacional, o
extraterritorial.
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El asilo territorial es admitido en toda sociedad internacional y está
consagrado en el art.XIV de la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre:
1. Todo hombre, víctima de persecución, tiene el derecho de procurar
y gozar asilo en otras partes.
2. Este derecho no puede ser invocado en caso de persecución
legítimamente motivada por crímenes de derecho común o por
actos contrarios a los objetivos de las Naciones Unidas.
El asilo territorial es aquel que el Estado concede a los individuos
perseguidos dentro de su territorio. El Instituto del Asilo ya fue encontrado
en la antigüedad. En Egipto existía el asilo religioso.
El derecho del asilo, a pesar de tener finalidad proteger a la persona
humana, es todavía considerado un derecho del Estado y no del
individuo. Significa esto que el Estado no está obligado a conceder el
asilo, mas apenas lo concede si así lo quiere.
El fundamento del Asilo, conforme se desprende de la Convención
Interamericana de Caracas, reside en dos principios: a) el Estado tiene, el
derecho de permitir que entren en su territorio los individuos que quisiese;
b) en su territorio su jurisdicción es exclusiva.
El asilo puede terminar por varias causas: a) por su naturalización en el
Estado de refugio; b) cuando el refugiado parte del Estado de refugio; c)
por su expulsión del Estado de refugio, o que solo puede ocurrir en casos
excepcionales; d) cuando cesa la causa que motivo el asilo; e) muerte del
refugiado.
El asilo diplomático tiene como antecedente el asilo religioso, habiendo
coexistido con el por un cierto periodo, acabo por ser su sucesor.
El asilo diplomático conservo hasta el inicio del siglo XIX, la característica
del asilo religioso, esto es de solo ser concedido al criminal común. El
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asilo diplomático fue desapareciendo en Europa con la supresión del Jus
quarteriorum y con la humanización de las penas.
El asilo diplomático solo es concedido solo a aquellos perseguidos por
motivos o delitos políticos. Debe ser dado solo en caso de urgencia, es
decir perseguido por las autoridades, cuando se encuentre en peligro su
vida, su libertad o integridad personal.
EL PARAGUAY Y EL DERECHO DE ASILO.
Nuestro país tiene una larga tradición en materia de asilo. Desde la época
del Dictador Francia, fue el primer país de América Latina, que concedió
asilo en 1820, a José Gervasio Artigas, quien busco refugio en territorio
Paraguayo.
El asilo que confirma la tradición paraguaya, fue concedido al ex
Presidente de Bolívar, Víctor Paz Estensoro. Salvo su vida cuando fue
perseguido por la turba que llego hasta la embajada paraguaya en La
Paz. En esas circunstancias, el propio embajador del Paraguay en 1946
salió, arma en mano, hasta la puerta de la calle para salvaguardar la vida
del asilado.
Otro caso, fue el del general argentino Juan Domingo Perón, cuando se
refugió en la cañonera Paraguaya, surta en el Puerto de Buenos Aires, y
que fuera derrocado por la Revolución Libertadora y que diera lugar a
intensas negociaciones diplomáticas que por momentos fueron hasta
dramáticas.
La Constitución Paraguaya de 1992 consagra el derecho de asilo, el art.
43, en los siguientes términos: El Paraguay reconoce el derecho de asilo
territorial y diplomático a toda persona perseguida por motivos o delitos
políticos o por delitos comunes conexos, así como por sus opiniones o
por sus creencias. Las autoridades deberán otorgar de inmediato la
documentación personal y el correspondiente salvoconducto.
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“Ningún asilado político será trasladado compulsivamente al país cuyas
Autoridades lo persigan.”
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CONCLUSIÓN
Al término de la realización del presente trabajo decimos que la
Nacionalidad para Albuquerque Mello la palabra Nacionalidad tiene dos
sentidos diferentes: Sociológico y Jurídico.
En sentido sociológico, corresponde al grupo de individuos que poseen la
misma lengua, raza, religión poseen un querer vivir en común.
En sentido jurídico, es lo que interesa en este capítulo y se define como
vinculo jurídico- político que une al individuo al Estado.
En la antigüedad oriental y clásica, el criterio atributivo de nacionalidad
era el Jus Sanginis, esto es, la Nacionalidad era dada en virtud de la
filiación.
Esto cambio en el periodo Medieval en donde pasa a predominar otro
sistema atributivo de la Nacionalidad el “Jus Soli” que decía que el
individuo es nacional del Estado en donde nace.
Existen seis formas que den lugar a la naturalización y son: por
matrimonio, por legitimación, por opción, por adquisición de domicilio, por
entrada o aceptación de un empleo al servicio de oteo gobierno y por
concesión, a solicitud del interesado.
A demás de esto en el Paraguay, en Constitución Nacional establece en
su art. 146 quienes son de nacionalidad paraguaya natural.
1. Las personas nacidas en el territorio de la república.
2. Los hijos de madre o padre paraguayo, quienes hallándose unos o
ambos al servicio de la república nazcan en el extranjero como así
también los infantes de padres ignorados, recogidos en el territorio
de la república.
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El art. 152, otorga además la ciudadanía a toda persona de
nacionalidad paraguaya por naturalización, después de dos años
de haberla obtenida. Es decir que puede ejercer todos los derechos
y obligaciones de carácter político, como el de elegir y ser elegido
para un determinado cargo, etc.
En el trabajo se encuentra plasmado además lo que vendría ser la
extradición que es el procedimiento en virtud del cual un Estado
entrega determinada persona a otro Estado, que la requiere para
someterla a su jurisdicción penal a causa de un delito común por el
que le fue iniciado proceso formal o le impuesto condena definitiva.
El mismo tiene su debido procedimiento que es Jurisdicción del
Estado reclamante; cuando el Estado que solicita la extradición
debe tener jurisdicción para conocer el delito cometido; Doble
incriminación, este principio de la extradición consiste en que
constituye condición para la entrega del inculpado, que el delito por
el cual es reclamado, sea penado también en el Estado Requerido;
y los Casos de Urgencia este ultimo puede solicitar incluso
telegráficamente que se proceda al arresto del inculpado, en cuyo
caso el detenido permanecerá hasta 60 días al cabo de los cuales
será puesto en libertad si en ese transcurso de tiempo no se ha
formalizado el pedido de extradición.
El asilo en América, según Caicedo Castilla, ha tenido dos
objetivos a) proteger la vida, la libertad o la seguridad de personas
perseguidas por delitos políticos y b) se relaciona con la aspiración
que siempre ha existido de asegurar el respeto de los derechos
fundamentales del hombre.
El Asilo diplomático conservo hasta el inicio del siglo XIX, la
característica del asilo religioso, esto es, de solo ser concedido al
criminal común. El diplomático es concedido solo a aquellos
perseguidos por motivos o delitos políticos. También puede
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terminar por diversas causas: a) renuncia del asilo; b) la entrega
del asilado, como criminal común, por el aislante al Estado
Territorial; c) fuga del asilado; d) la salida del Estado y la muerte
del aislado.
Esperando que la investigación haya llenado las expectativas de
los compañeros y del dueño de esta maravillosa cátedra; y que la
misma sirva para investigaciones futuras.
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BIBLIOGRAFIA
PODESTA COSTA, L. A. RUDA, José María: Derecho Internacional
del Público I Y II, Tipografía Editora Argentina, Buenos Aires,
última Edición.
BENADAVA, Santiago: Derecho Internacional Público, Editorial
Universitaria S. A., 4ta. Edición, Santiago de Chile 1993.
SIERRA, Manuel. Manual de Derecho Internacional Publico..
México, última Edición.
RIVAROLA PAOLI, Juan Bautista. Edit. Continental. Asunción
Paraguay.
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