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B.6 Derechos de los pueblos indios La ley establecerá el régimen de excepción que requiera la protección de las comunidades de indígenas y su incorporación progresiva a la vida de la Nación. Artículo 77 de la Constitución de la República de Venezuela. . Aspiraciones insatisfechas por el Estado y ha dejado en evidencia las dificultades para contar con una justa y oportuna administración Los 500 años de la llegada de los conquista- de justicia al reclamar sus derechos. dores españoles al continente, que se cumplieron La problemática de los indígenas en Vene- el 12 de octubre de 1992 y el Año Internacional zuela es muy compleja, de modo que la ausencia de los Pueblos Indígenas en 1993, decretado por de una clara política de defensa de las fronteras las Naciones Unidas, no han significado para las y preservación de los recursos ambientales en etnias que habitan en nuestro país cambios que zonas de alta sensibilidad a los proyectos de de- representen una mejoría en sus condiciones de sarrollo y a las actividades económicas de alto vida y opciones de subsistencia. Al contrario, el impacto, en los territorios donde se encuentran período se ha caracterizado por un avance en las diversos asentamientos indígenas, los hace cen- condiciones de marginación y virtual ausencia de tro de conflictos de enorme envergadura. protección social por parte de las autoridades La falta de asistencia social y sanitaria que nacionales. mantiene a numerosas comunidades sometidas En este sentido, las opiniones de las comuni- a condiciones de pobreza extrema y desprotegi- dades indígenas son contundentes: "Desde el 12 dos frente a enfermedades endémicas es otro de de octubre de 1492, los indígenas, los verdaderos los factores recurrentes e implica la posibilidad dueños de esta tierra perdimos nuestra tierra, de- de extinción de algunas etnias. A esto se agrega jamos de ser dueños de nuestra tierra y perdimos el escaso acceso a la educación formal, así como lo más sagrado ~e tienen todos los seres huma- la todavía limitada aplicación del régimen de nos: la libertad" 62. educación intercultural bilingiie. Numerosos factores atentan contra las posi- El Censo Indígena de 1992 revela datos que bilidades de supervivencia material y cultural de ilustran la situación planteada. La población in- las etnias indígenas venezolanas. Los principales dígena venezolana está constituida por 28 etnias siguen siendo el reclamo insatisfecho por el Es- indígenas para un total de 308.460 personas, lo tado de regularizar la propiedad de las tierras que representa un 1,5 por ciento de la población que los pueblos indígenas han ocupado ances- total del país. Un 40.5% de los indígenas mayor tralmente; los proyectos de desarrollo previstos de 10 años es analfabeta. Un 55.6% de los que por el Estado con participación de capital priva- cuentan entre 5 y 24 años de edad no asiste a do nacional y transnacional; el acoso y usurpa- ningún centro de enseñanza. El 45.7% de los ción de tierras por parte de empresarios, ganade- mayores de 5 años declaró haber cursado al me- ros y hacendados. La acción de estos factores ha nos un nivel de educación básica y el 40.9% no traído consigo un grave impacto sobre las comu- posee ningún nivel de educación formal. El 80% nidades indígenas, inclusive con saldo de muertes de los mayores de 5 años habla su idioma. E175% 262 Manifiesto del pueblo Warao, dirigido a la Presidencia de la República frente a la ocupación de sus tierras en el Delta Amacuro por consorcios agroindustriales y madereros. Marzo de 1993. 149

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B.6 Derechos de los pueblos indiosLa ley establecerá el régimen de excepción que requiera laprotección de las comunidadesde indígenas y su incorporación progresiva a la vida de la Nación.

Artículo 77 de la Constitución de la República de Venezuela.

. Aspiraciones insatisfechas por el Estado y ha dejado en evidencia las dificultades paracontar con una justa y oportuna administración

Los 500 años de la llegada de los conquista- de justicia al reclamar sus derechos.dores españoles al continente, que se cumplieron La problemática de los indígenas en Vene-el 12 de octubre de 1992 y el Año Internacional zuela es muy compleja, de modo que la ausenciade los Pueblos Indígenas en 1993, decretado por de una clara política de defensa de las fronteraslas Naciones Unidas, no han significado para las y preservación de los recursos ambientales enetnias que habitan en nuestro país cambios que zonas de alta sensibilidad a los proyectos de de-representen una mejoría en sus condiciones de sarrollo y a las actividades económicas de altovida y opciones de subsistencia. Al contrario, el impacto, en los territorios donde se encuentranperíodo se ha caracterizado por un avance en las diversos asentamientos indígenas, los hace cen-condiciones de marginación yvirtual ausencia de tro de conflictos de enorme envergadura.protección social por parte de las autoridades La falta de asistencia social y sanitaria quenacionales. mantiene a numerosas comunidades sometidas

En este sentido, las opiniones de las comuni- a condiciones de pobreza extrema y desprotegi-dades indígenas son contundentes: "Desde el 12 dos frente a enfermedades endémicas es otro dede octubre de 1492, los indígenas, los verdaderos los factores recurrentes e implica la posibilidaddueños de esta tierra perdimos nuestra tierra, de- de extinción de algunas etnias. A esto se agregajamos de ser dueños de nuestra tierra y perdimos el escaso acceso a la educación formal, así como

lo más sagrado ~e tienen todos los seres huma- la todavía limitada aplicación del régimen denos: la libertad" 62. educación intercultural bilingiie.

Numerosos factores atentan contra las posi- El Censo Indígena de 1992 revela datos quebilidades de supervivencia material y cultural de ilustran la situación planteada. La población in-las etnias indígenas venezolanas. Los principales dígena venezolana está constituida por 28 etniassiguen siendo el reclamo insatisfecho por el Es- indígenas para un total de 308.460 personas, lotado de regularizar la propiedad de las tierras que representa un 1,5 por ciento de la poblaciónque los pueblos indígenas han ocupado ances- total del país. Un 40.5% de los indígenas mayortralmente; los proyectos de desarrollo previstos de 10 años es analfabeta. Un 55.6% de los quepor el Estado con participación de capital priva- cuentan entre 5 y 24 años de edad no asiste ado nacional y transnacional; el acoso y usurpa- ningún centro de enseñanza. El 45.7% de losción de tierras por parte de empresarios, ganade- mayores de 5 años declaró haber cursado al me-ros y hacendados. La acción de estos factores ha nos un nivel de educación básica y el 40.9% notraído consigo un grave impacto sobre las comu- posee ningún nivel de educación formal. El 80%nidades indígenas, inclusivecon saldo de muertes de los mayores de 5 años habla su idioma. E175%262 Manifiesto del pueblo Warao, dirigido a la Presidencia de la República frente a la ocupación de sus tierras en el Delta

Amacuro por consorcios agroindustriales y madereros. Marzo de 1993.

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PROVEA Informe Anual octubre 1992-septiembre 1993

de este porcentaje es bilingiie y el 19.3% hablasolamente su idioma.

Con relación a su situación laboral se destaca

que el 50.4% de los mayores de 8 años se encuen­tra en situación activa como fuerza de trabajo.De ellos, el 16.9% corresponde a la categoría deempleados fijos asalariados. El 42.2% de los em­pleados fijos asalariados tiene un nivel de ingre­sos menor a Bs.2.500, es decir muy por debajodel salario mínimo rural de BS.7.000.

En cuanto a sus condiciones de vida se cons­

tató que 38.8% de las viviendas corresponde altipo "casa" y el 27% al tipo "rancho". El 56.6%de sus viviendas se encuentra en el área rural. El

64.6% no se abastece de agua por tubería. Deeste porcentaje, el 40.7% se surte de agua de ríos,cañadas o quebradas. El 51.2% no dispone desistemas de eliminación de excretas. El 63.6% de

los hogares censados no recibe el programa debeca alimentaria.

El censo registró 1.494 comunidades indíge­nas en las cuales habita el 48% de la poblacióncensada. Un 57.6% se encuentra en los estados

Amazonas (35.3%) YBolívar (22.3%).E173% de las comunidades no posee ningún

título de propiedad sobre las tierras que ocupan.

El 85.5% de la población indígena residente encolectividades tiene entre 10Y30 años de edad yel 73% de este contingente tiene menos de 20años.

En materia de educación, salud y comunica­ciones el 65% de las comunidades no posee es­cuela; 86.8% no cuenta con dispensario; 95.8%no posee servicio de radiocomunicación; el

63.8% de las comunidades no di~one de ningu­no de estos tres servicios básicos 63

Derecho a la vida

Los actos oficiales con los que el gobiernoquiso conmemorar los 500 años de la llegada delosespañoles a este continente no pudieron tenerun simbolismo más dramático: en la Península de

Paraguaipoa, en el extremo noroccidental delestado Zulia, el 12 de octubre de 1992 se convir­tió en una nueva fecha de luto para los indígenasque conmovió al país, al ser acribillados a balazospor efectivos de la Guardia Presidencial y funcio­narios de la Disip dos jóvenes miembros de laetnia Wayúu, Pedro José PAZ y Naser PAL­MAR, Yresultando heridas otras cinco personas-una mujer y cuatro menores de edad- todasindígenas. (Ver recuadro).

263 Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI). Censo Indígena de 1992.

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El derecho a la vida de los pueblos indios enVenezuela es violado en ocasiones por el Estado,yen otras por acciones criminales de particulares,situaciones éstas donde las propias autoridadespecan por tolerancia, omisión o complicidad.

Al respecto, a fines de agosto, la opiniónpública nacional e internacional conoció de lasmasacres cometidas por garimpeiros (minerosilegales) brasileros contra indígenas yanomamien el estado Amazonas, en la región fronterizaParima-Surucucus (Venezuela y Brasil). Aun­que el número exacto de indígenas muertos nose ha precisado, fuentes oficiales refieren lamuerte de al menos 16 yanomami, producto dedos matanzas efectuadas en el mes de julio. Losacontecimientos derivaron de una serie de ata­

ques que los mineros brasileros venían realizan­do contra los indígenas desde junio, según infor­maron a la Comisión de Política Interior de la

Cámara de Diputados los yanomami Paulino yTomás Borge. El Vicariato Apostólico de PuertoAyacucho sostiene que los hechos se produjeronen la región de Haximú, afluente del río Orinoco,en territorio venezolano.

Una comisión judicial integrada por la juezde Primera Instancia en lo Penal, Nilda Aguilera;

Derechos Económicos, Sociales y Culturales

Policía Técnica Judicial; Guardia Nacional; laFiscal Indigenista, Josefa Camargoy el VicariatoApostólico de Puerto Ayacucho, representadopor Monseñor Ignacio Velasco, el padre Bártoliy el sociólogo Rubén Montoya, visitó el lugar delos sucesos en septiembre de 1993 264.

Las confrontaciones entre indígenas ygarim­peiros suelen presentarse recurrente mente en laregión. En este marco se produjo primero lamuerte de unos cuatro indígenas, según lo de­nunció el antropólogo francés Bruce Albert265

quien trabaja con los yanomamis en Brasil desdehace 18 años.

Una segunda matanza se registró en unacomunidad de nombre Wayumi, a cuatro horasde Haximú, construida por los indígenas y queusan cuando van de paso. Allí habrían muertoentre 16y 20 personas, en su mayoría mujeres yniños. La información recabada por la comisiónjudicial venezolana coincide en muchos aspectoscon las denuncias que se conocieron en Brasil.

Las matanzas pusieron de relieve la indefen­sión de las fronteras y de los indígenas de la zonafrente a la problemática generada por los garim­

peiros, que se inscribe dentro de planes de explo­tación de oro, diamante y minerales de importan-

264 El Nacional. 12.10.93

265 El Nacional, 10.10.93

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PROVEA Informe Anual octubre 1992-septíembre 1993

cia estratégica y en la política de presencia activaen la frontera que adelanta el gobierno brasilero.

En un comunicado emitido por el VicariatoApostólico de Puerto Ayacucho durante el mesde agosto denuncian la incursión del Ejército deBrasil en territorio venezolano y la maniobra delas autoridades nacionales y regionales de esepaís para crear confusión en torno a los hechos yevitar un incidente diplomático con Venezuela.Denuncian el ensafiamiento que tuvieron losga­

rimpeiros con sus vfctimas, sobre todo con losancianos, mujeres y nifios, y particularmente es­tos últimos que resultaron evicerados con ma­chetes.

El gobierno venezolano reaccionó frente a lamasacre con la designación de una cOmisióndeespecialistas que investigaría los sucesos. Sin em­bargo, representantes de las 19 etnias indígenasque habitan en el estado Amazonas, el ConsejoNacional Indio de Venezuela (Conive), organi­zaciones no gubernamentales y miembros de laIglesia Católica rechazaron la inclusión en elladel explorador Charles Brewer Carías, ex minis­1ro de la Juventud y del antropólogo norteame­ricano Napoleón Chagnon. Tal posición se asu­mió por considerar que las actividades que Bre­wer Carías y Chagnon han desarrollado en laregión son contrarias a los intereses de los indí­genas. Aunque la Presidencia de la Repúblicaanunció que removería de la Comisión a ambaspersonas, al cierre de este Informe Provea tuvonoticias según las cuales la remoción nose habríahecho efectiva por lo que los mencionados rep­resentantes habrían realizado nuevos viajes a lazona.

El Vicariato Apostólico de Puerto Ayacuchoen un comunicado emitido en septiembre de1993 afirma tener conocimiento de la firma de

un acta en la comunidad de Homoxi (Brasil),donde las autoridades brasileñas, entre ellas elMinistro de Justicia, y representantes de la Poli­cía Federal, Fundación Nacional del Indígena(Funai), Procuraduría General y algunos yano­mami, incluyendo al dirigente David Copenawe,en la cual se reconoce la matanza de 73 indígenasen territorio venezolano. Esta acta contendría losnombres de todas las víctimas. El Vicariato de

Puerto Ayacucho sostiene que los garimpeiros

266 El Globo, 05.06.93

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obedecieron mandatos de unfazendado (jefe debuscadores de oro) quien habría dado órdenes asus hombres para la matanza.

El número de lasvíctimas no ha sido precisa­do y se ha dicho que varios indígenas que sepresumía muertos lograron escapar a la masacrey se refugiaron en territorio brasileño, lo cualtendrían que confirmar las autoridades venezo­lanas. Se sabe además que el gobierno brasileñotiene en su poder 11cadáveres en el Instituto deMedicina Legal de Brasilia, los cuales se llevaronde Venezuela para sus investigaciones.

En otra serie de incidentes se ha presentadouna sucesión de muertes violentas y desaparicio­nes de indígenas cuiva de la región de Capanapa­ro (Edo. Apure), donde se han hecho señala­mientas contra hacendados ganaderos.

El 30.03.93 apareció asesinado en las Saba­nas de San Felipe, de un tiro en la frente unindígena cuivasde apellido TINARI (17). Pos­teriormente, el 15.04.93 un grupo de hombresarmados disparó contra varios cuivas que seencontraban cazando y recolectando en losmismos territorios que han ocupado histórica­mente. AHí resultó herido de bala el indígenaFreddy MARCHAL (18) y otro desapareció,Guancho QUIRIBA (19). Félix PADRON(19) ordeñador de un fundo fue muerto el02.08.93 y su cuerpo encontrado en una bolsade desperdicios. Presentaba numerosos hema­tomas. Dos mujeres cuivas habrían sido enve­nenadas.

La denuncia la formulan dirigentes de Coni­ve quienes sostienen que estas y otras muertesse están produciendo en el marco del interés quemantienen los hacendados sobre el territorio de

los cuiva y la indefensión en que se encuentranlos miembros de esta etnia, lo que ha impedidoque se establezcan responsabilidades 266.

Estas muertes en primera instancia ameri­tan una investigación penal, pero constituyenuna situación donde se ven afectados derechos

humanos de los indígenas, en tanto no hancontado con acceso oportuno a la administra­ción de justicia que debe garantizarles el Esta­do, y han sido mayormente susceptibles a losatropellos dado su carácter de minoría étni­ca.

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"Un indio sin tierrases un indio sin alma, sin nada"

La tenencia y propiedad de la tierra es unode los derechos fundamentales para la sobrevi­viencia de las comunidades indígenas, sin embar­go por diversos factores que analizaremos a con­tinuación el mismo es ignorado o violentado pordiversas instituciones del Estado y por empresaso particulares.

Las etnias venezolanas tienen en el presenteque sobrellevar el embate de los ''programas de

desarrollo" emprendidos o previstos por el mis­mo Estado en asociación con capital privadonacional e internacional, fundamentalmente pa­ra la explotación minera y forestal.

Los proyectos de explotación minera son unode los patrones de violación de derechos huma­nos de mayor incidencia sobre la situación indí­gena. En su anteriorInforme Anual,Proveaco­mentábamos la resistencia que las etnias Barí yyukpas desarrollan en la Sierra de Perijá CEdo.Zulia), en la región fronteriza con Colombia,contra los planes de explotación minera. Allí fue­ron aprobadas este año concesiones para la ex­ploración y explotación de carbón, oro y otrosminerales a las empresas Consuminca, Tablica,Maica CInterchem), Carboca Carbozulia y Cor­pozulia, que involucran capital privado nacional,transnacional y participación directa del Estadovenezolano.

Al mismo tiempo, losyukpas siguen teniendoproblemas con los hacendados de la región. Con­tinúa el litigio frente a un particular que logróinstalar una antena en territorio de losyukpas sinsu autorización. Por el mismo caso se encuentran

perseguidos y con auto de detención los dirigen­tes indígenas Rogelio ROMERO y Brinolfo RO­MERO, a quienes el Juez Penal que visitó lacomunidad de Oshipa para inspeccionar la situa­ción, los acusó de secuestro y les abrió un proce­so en Maracaibo. La justicia penal en el estadoZulia le ha negado a los yukpas los amparossolicitados para mantener plenos derechos sobresu territorio y la procedencia de un tribunal agra­rio para conocer el caso como corresponde legal­mente.

Por su parte, la empresa Maraven empren-

Derechos Económicos, Sociales y Culturales

dió la exploración de yacimientos de hidrocarbu­ros en la Sierra de Perijá, los cuales fueron recha­zados por las comunidades baríyyukpas. Mara­ven, a través de la Fundación Zumaque, logróablandar la resistencia de algunas comunidadesy culminar sus investigaciones en gran parte de laregión a cambio de la instalación de algunosserviciosy donación de materiales de trabajo.

Sin embargo, muchos Barí siguen oponién­dose a la destrucción de sus tierras: "no nos

interesa el dinero. Sólo queremos nuestras tierras,que nuestras tierras son nuestra alma, nuestra

vida. Queremos tierras seguras para nuestros hijos

y para todos los Barí. Queremos respeto porqueb· ~ ,,267nosotros somos gente tam ¡en .

No se sabe aún qué políticas surgirán a raízde las exploraciones realizadas. Los planes deperforación de Maraven son secretos. Sin embar­go, Survival International, organización con sedeen Londres que se dedica a la defensa de losindígenas a nivel mundial, afirma tener informesde que algunos barí están trabajando en los cam­pos petrolíferos en condiciones de semi-esclavi­tud.

Survival International asumió desde mayouna campaña en favor de las etnias barí y yukpa,y en contra de la devastación de sus tierras. Lacampaña destaca claramente que lasconcesionesson contrarias al Decreto 105 de 1974 que pro­tege a el Parque Nacional Sierra de Perijá; soli­cita que se anulen las concesiones mineras entierras de las comunidades indígenas y sus alre­dedores; que Maraven ponga fina todas las prue­bas en la reserva Barí; y que se definan conurgencia los títulos de propiedad que continúanen reclamo, en conformidad con el artículo 77 dela Constitución y el artículo 2 de la Ley de Re­forma Agraria, que les garantizan el derechosobre sus territorios.

El cuerpo de estas denuncias fue elevado alForo No Gubernamental realizado en el marcode la Conferencia Mundial de Derechos Huma­

nos que tuvo lugar en julio de 1993 en Viena,Austria. Allí el Alto Tribunal de los Pueblos

Indígenas Amenazados emitió un pronuncia­miento en el que se responsabiliza al Estadovenezolano por la situación que afecta a estascomunidades.

267 SURVIV AL INTERNATIONAL: Boletín de Acción Urgente, mayo de 1993.

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PROVEA Informe Anual octubre 1992-septiembre 1993

Las actividades de explotación minera, segúnexpuso el ministro del Ambiente, Enrique Col­menares Final, no se realizarían en principio enterritorios del parque nacional Sierra de Perijá,ni en el área de la única reserva indígena existenteen el país y que ampara a los miembros de oncecomunidades de la etnia Barí. Sin embargo, lascomunidades Baríy Yukpas, y el mismo parquenacional no estarán excentos del impacto am­biental de la actividad minera. Por ejemplo, sesabe que los proyectos de la Sierra de Perijá seadelantan en zonas cercanas a los cauces de se­

senta ríos de y no se están tomando medidaspara evitar que las concesionarias causen estra­gos en la región.

Ya se cuenta con la experiencia de la activi­dad carbonífera en El Cerrejón, territorio vene­zolano explotado por Colombia, que trajo consi­go la destrucción de las cuencas altas de Lobate­ra (Edo. Táchira) y está destruyendo la Lagunade Sinamaica, según denuncia la Federación Ve­nezolana de Organizaciones y Juntas Ambienta­les (FORJA). La Asociación de Clínicas Jurídi­cas y Asistencia Voluntaria (ASOCLIV A), aña­de sobre el particular que en esa región se haregistrado la muerte de 20 indígenas a causa dela contaminación. Dentro de esta misma pers­pectiva, el Conive ha exigido la nulidad de lasconcesiones otorgadas por el Ministerio de Ener­gíay Minas en los territorios indígenas, los cualesse encuentran en su mayoría sometidos por lasAreas Bajo Régimen de Administración Espe­cial (ABRAE).

Conive denunció además la explotación dela reserva forestal de Imataca en el municipioSifontes (Edo. Bolívar). Estos bosques están su­friendo la voraz deforestación ocasionada por loscomodatos madereros. Las tierras ubicadas a laaltura del kilómetro 37 del tramo de la carreteraEl Dorado-Santa Elena de Uairén son herencianatural de las comunidades de cuatro etnias in­

dígenas, los Akawaio, Arawako, Kari'ña y Pe­món. Los indígenas conformaron un comité dedefensa de la tierra para reclamar su derecho aser consultados sobre los asuntos que lesconcier­nen y rechazar las condiciones en que se empren­den los proyectos forestales en su territorio.

En julio de 1993 dos miembros de Provea setrasladaron a la zona pudiendo constatar los de­vastadores efectos de esta explotación forestal.

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Tan sólo en una parcela demostrativa de 3.000hectáreas el equipo de Provea observó una víadepenetración de 30 metros de ancho y varios kiló­metros de longitud, que destruyó árboles cente­narios en un terreno que presenta dificultadespara la recuperación de la capa vegetal. El equi­po de Provea pudo igualmente constatar la pre­sencia de numerosas comunidades de las cuatro

etnias mencionadas, a lo largo del territorio en elque fueron incolsultamente otorgados los como­datos y concesiones madereras.

También en el Edo. Bolívar los Piaroa han

sido afectados por la actividad maderera a granescala. Los bosques de Chivapura entre Caicaradel Orinoco y La Urbana están siendo diezmadospor el consorcio Licaima, contando con la auto­rización del Ministerio del Ambiente y el ServicioForestal de Venezuela (Seforven). Allí no hansido tomados en cuenta estudios del Ministerio

de Educación y del Instituto Venezolano de In­vestigaciones Científicas (IVIC) sobre la fragili­dad de este ecosistema. Las comunidades indíge­nas afectadas son Ahuadas-aje, Huaca -aje, Aje­toquio, Chahuaichinoto (Saba Cardona), Hua­ramo-aje y Paru-aje.

En el Edo. Delta Amacuro, la actividad mi­nera, la explotación de madera y palmade lamanaca (palmitos), atenta contra los waraos quehabitan en el Delta del Orinoco, desde la pobla­ción de Santa Catalina hasta Aramaya, en loslímites del Edo. Bolívar.

Roger Rondón, segundo vicepresidente de laAsamblea Legislativa de esa entidad y miembrode la Comisión de Ambiente, denunció que de­bido a los perjuicios ocasionados por la actividadcarbonífera , los waraos tienden a emigrar de esazona.

Así también, el otorgamiento de concesionesal consorcio Casadel para la actividad madereray su filialCapsodel para explotar la manaca (pal­mito), otorgadas en 1982 por el gobierno nacio­nal, afectó unas 413 mil hectáreas del Bajo Delta,superficie ocupada por 360 comunidades inte­gradas por unos 18 mil miembros de esa etnia,que continuaron viviendo dentro del área de lasconcesiones. La población indígena de DeltaAmacuro es de 21.125 personas y un 99.3%pertenece a la etnia Warao.268

En un manifiesto del pueblo Warao dirigidoen marzo de 1993 a la Presidencia de la Repúbli-

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ca exigen el respeto al derecho a las tierras quehistóricamente han ocupado. Refieren que des­de que las concesionarias se hicieron presentesno han podido seguir disponiendo del recursomaderero que los warao utilizaban a pequeñaescala y en condiciones que permitían su perma­nente recuperación. Ahora cortar madera supo­ne un delito.

En su manifiesto exponen que "alprohibir laúnica fuente de trabajo que tenía, que era cortar

madera algunas veces, lógicamente el warao de­dicado a esa actividad para poder sobrevivir tiene

que emigrar a las ciudades donde les espera la

peor de las suertes. Otros waraos que no desean ir

a las ciudades cortan y venden maderas en forma

de contrabando como si nosotros fuésemos unos

extranjeros,,269.

Ellos consideran que están preparados paraconstituir cooperativas y pequeñas empresas co­munitarias madereras que explotarían en formaracional el recurso. Denuncian que por el contra­rio las empresas Casadel y Caprodel no han re­forestado como lo establece la Ley Penal delAmbiente, el Plan de Ordenamiento y ManejoForestal y el mismo contrato mediante el cual seles otorgó la concesión. En consecuencia, losbosques están siendo arrasados y la manaca estáen vía de agotamiento y se están cortando losbrotes tiernos del palmito que no debían aceptar­se para ser procesados. Y añaden: "Esto significa

que el Estado venezolano no tiene ninguna políti­

ca clara de seguimiento y evaluación de este tipo

de empresas para saber si cumple o no con los

contratos firmados .... ¿Dónde están las 600 hec­

táreas de palmitos sembrados que para esta fechadeberían estar creciendo a una edad de 01 a 12años?,,270.

Denuncian que en estas condiciones se da­ñan terrenos aptos para la siembra necesariospara el warao; explotan y mantienen subpagadosimpunemente al indígena que se dedica al cortedel cogollo del palmito y sin ningún tipo de pro­tección social; las comunidades Warao tienden adesaparecer, pues son obligadas obligan a cons­tantes desplazamientos, lo que impide que losniños tengan acceso regular a las escuelas. Los

268 aCEr, op. cit.269 Manifiesto Warao, op.cit.270 rdem.

Derechos Económicos, Sociales y Culturales

ecosistemas han sufrido graves cambios y nume­rosas especies de la fauna local han emigrado.

El Manifiesto lo suscriben nueve repre­sentantes warao, quienes finalmente exi,gensegarantice el derecho de las comunidades a serconsultadas y participar en la toma decisionessobre asuntos que les atañen.

La etnia Yavarana se encuentra en peligro deextinción al ser víctima de despojos de sus tierraspor parte de ganaderos. Hasta ahora sobrevivenapenas tres comunidades: Majagua, Chirinos yColmena, con un total de 237 indígenas quehabitan en la región de San Juan de Manapiare.

Los afectados denuncian que un ganaderode nacionalidad española destruye desde 1992sus sembradíos de maíz, yuca, plátano y batata.Al parecer, el mismo ciudadano se vale de susinfluencias con las autoridades para hostigar yamenazar a los indígenas que le hacen resisten­cia. Incluso ha trasladado en su avioneta particu­lar a funcionarios de PTJ hasta la región, parahacer detener a indígenas que le adversan pidien­do se aclare la situación de sus tierras. En opinióndel Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho, eldespojo sistemático de sus tierras determinará lamuerte cultural de la etnia.

Por otra parte, el 28 de junio de 1993 secumplieron cuatro años desde que la comunidadKari'ña "Jesús, María y José" de Aguasay (Edo.Monagas) solicitó un recurso de amparo juntocon un recurso de nulidad por inconstitucionalcontra la ordenanza del Concejo Municipal deMaturín (06.08.87), mediante la cual se declaranejidos las tierras de los Kari'ña.

Según el Ayuntamiento la etnia no existe, apesar de que la comunidad detenta la propiedadde sus tierras, avalada por un título colonial quedata de 1783, el cual fue registrado legalmenteen la Oficina Subalterna de Registro de Maturínen 1967. Tales documentos han sido reconoci­

dos por el Ministerio de Justicia ypor el IAN paraefectos de numerosos actos institucionales. Laexistencia de la comunidad ha sido a su vez

sucesivamente confirmada por los censos indíge­nas, incluyendo el más reciente; inclusive cuen­tan con una escuela pública y han participado en

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PROVEA Informe Anual octubre 1992-septiembre 1993

ferias agrícolas y artesanales; han mantenido re­laciones con diversos organismos crediticios pri­vados y de la administración pública.

Según el abogado Fabián Chacón, directivodel Instituto Jurídico Integral, organismo queejerce la representación legal de la comunidadindígena, la Ordenanza en cuestión viola garan­tías constitucionales tales como los artículos 72 y73 referentes a la protección a las asociacionescorporativas, comunidades y derecho al trabajo;el artículo 77 referente al régimen de excepciónyprotección a las comunidades indígenas; artícu­lo 99 que garantiza el derecho a la propiedad;artículo 101 que señala que sólo por causa deutilidad pública o de interés social, sentencia fir­me y justa indemnización podrá ser declarada laexpropiación de cualquier clase de bienes.

El 18.12.91 la FGR dirigió un escrito a la CSJsolicitando que fuera declarado con lugar ellibe­lo de demanda de esta comunidad indígena.Mientras la CSJ se decide a sentenciar, el Conce­jo Municipal de Maturín continúa repartiendolas tierras de los Kari'ñas a familias poderosas dela región; celebra contratos sobre las tierras; pla­nea desalojos contra los 1.400 indígenas que allíhabitan; les prohibe cazar, pescar, cultivar y le­vantar viviendas en el sector en litigio. Los indí­genas sufren además bloqueos crediticios porparte de entes estatales, lo que deteriora grave­mente sus posibilidades de subsistencia.

También los guajibos de Pintao y La Danta(Edo. Amazonas) llevan varios años esperandoque las autoridades agrarias resuelvan los con­flictos de tierra que enfrentan. En Pintao preva­lece una situación de inseguridad total frente alas invasiones y los daños a cultivos causados porterratenientes. Asímismo, tierras de la comuni­dad de La Danta han sido ocupadas por personasextrañas a la etnia, mientras que los órganos delEstado permanecen indiferentes, sin garantizar­les sus derechos conforme a la Ley de ReformaAgraria271

El irrespeto a la propiedad de la tierra tam­bién se manifiesta cuando se realizan actividades

turísticas en zonas de asentamiento indigena, sin

su consentimiento y participación.Representantes de las comunidades Yano­

mami que habitan en el Alto Orinoco denuncia­ron ante la FGR y ante la Oficina de DerechosHumanos del Vicariato Apostólico de PuertoAyacucho los atropellos de los cuales han sidovíctimas a consecuencia de las expediciones tu­rísticas incontroladas e ilegales en la región. Des­tacan entre los atropellos la entrada libre yabu­siva a los shabonos (viviendas tradicionales), fo­tografías no autorizadas, contagio de enfermeda­des, distracción de niños en las escuelas, etc.

Aun cuando el Decreto 625 no permite elturismo más allá de La Esmeralda -donde seencuentran las comunidades Yanomami-, dife­rentes empresas turísticas siguen llevando turis­tas a la zona, presuntamente con permisos de lagobernación del Edo. Amazonas. Los Yanoma­mi son un pueblo muy frágil para enfrentarse ala penetración cultural y el contacto con turistasplantea graves inconvenientes desde el punto devista social, familiar, sanitario y en muchos aspec­tos que afectan a su cultura. En vista de la situa­ción el Vicariato Apostólico de Puerto Ayacuchoexige que se respete el Decreto 625 y el Decreto250 que regula las expediciones a territorios in­dígenas y que confiere a la Dirección de AsuntosIndígenas del Ministerio de Educación la compe­tencia para otorgar la permisología correspon­diente de acuerdo a determinados requisitos 272.

Sin atención sanitaria

La desatención del Estado en materia de

salud sigue siendo la norma respecto de estesector de la población. Algunas situaciones quese detallan a continuación lo ejemplifican clara­mente.

Un grupo de médicos tropicalistas, biólogosy antropólogos del Instituto de Medicina Tropi­cal y la Facultad de Ciencias de la UCV, expusolos resultados de su investigación sobre la situa­ción sanitaria y asistencial en zonas indígenas alsur del estado Apure273.

La etnia Pumé tiene en esta región una po­blación de 5.800 indígenas. En ellos se detecta-

271 VICARIATO APOSTOLICO DE PUERTO AYACUCHO: Oficina de Derechos Humanos Boletín Sendas, No 1, mayo1993.

272 VICARIATO APOSTOLICO DE PUERTO AYACUCHO: Oficina de Derechos Humauos. Boletín Sendas, No 2,julio-agosto 1993.

273 El Nacional, 02.06.93

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ron enfermedades endémicas como leishmania­

sis,nuevos patógenos como la oncocercosis, pro­blemas respiratorios como la gripe (desconocidaanteriormente para ellos), sarampión con altamortalidad, malaria, tuberculosis, chagas, ami­biasisy desnutrición. Observaron además la pre­sencia de un retrovirus emparentado con el SI­DA, el HTLV-I1, que afecta hasta un 30 porciento de la población mayor de 50 años. Lamayoría de los casos se presentó en mujeres enedad sexual activa y en las poblaciones de mayorcontacto con la población criolla. Allí existe unatasa de mortalidad infantil del 40 por ciento enniños menores de tres años pues la desnutriciónlos hace fáciles víctimas de otras enfermedades,al punto que las autoridades civiles prefierenregistrar a los niños al cumplir los cinco años y noantes. De este modo los funcionarios incumplencon sus deberes evitándose realizar los trámitessolicitados.

En el Edo. Delta Amacuro, región que desdeagosto de 1992 se convirtió en la más afectadapor la epidemia de cólera en nuestro país 274,

habían muerto 150waraos, desde entonces hastaabril de 1993.Inclusive la comunidad de Mariusa

se desintegró cuando sus 450 habitantes tuvieronque emigrar huyendo de la enfermedad, pues elgobierno regional no les ofreció atención médica.Miembros de esa comunidad se dispersaron ha­cia las ciudades de Tucupita, San Félix, PuertoOrdaz, Barcelona y Maturín, donde la mayoríade ellos se encuentra mendigando. Nunca lesllególa ayuda anunciada por organismos interna­cionales. En el Delta Abajo unos seis milwaraosdistribuidos en 44 caseríos sólo cuentan con un

médico y seis dispensarios, de los cuales apenasfuncionan 4cuatro y con muy pocas medicinas yrecursos.

Según el Censo Indígena de 1992, las comu­nidades indígenas del Delta Amacuro en un71.2% no dispone de escuelas, ni dispensario, niradiocomunicación. El 90.9% que no tiene en­fermero asignado no ha recibido la visita de en­fermero; el 88.3% de las que no cuentan conmédico asignado no ha recibido la visita de algu­no; el 99.4 % no ha recibido visita de odontólogosy el 93.9 % no ha recibido visita del Servicio deMalariología. Un 91.8% de las viviendas no dis-

274 El Universal ,09. 02.93.

Derechos Económicos, Sociales y Culturales

pone de sistema de eliminación de excretas.

Amazonas es nuestra Guatemala

El derecho a la participación política fue ejer­cido por las diferentes etnias del Edo. Amazonasreivindicando su condición de población mayori­taria en la región.

El 6 de diciembre de 1992, el recién creadoEdo. Amazonas eligiópor primera vez a 11dipu­tados que integran la Asamblea Legislativa, laque tuvo el carácter de Constituyente, asumien­do como primera responsabilidad la elabora­ción de la Constitución estada\.

Amazonas tiene una población de 55.717habitantes, de acuerdo con el Censo realizadopor la OCEI en 1990,y el Censo Indígena reali­zado por el mismo organismo da cuenta de unapoblación indígena de 44.512 personas, lo quedemuestra que un 79.8% de la población delestado es miembro de alguna etnia indígena, enuna entidad que es la segunda en superficie delpaís y parte integral de la Amazonia.

Sin embargo, esta realidad pretendió ser ne­gada por los partidos políticos representados enla legislatura que negaron inicialmente a los indí­genas el derecho a participar en la redacción dela Constitución de un estado en el cual son ma­

yoría. Por esta razón un aliado de la causa indí­gena afirmó con mucha veracidad que ''Amazo­nas es nuestra Guatemala. Aquí los pueblos in­dios son mayoría pero se les niega todo tipo departicipación ".

Las comunidades indígenas apoyadas por di­versas instituciones, entre las cuales se cuenta laOficina de Derechos Humanos del Vicariato

Apostólico de Puerto Ayacucho, elaboraron unapropuesta que recoge sus intereses y derechos,con la intención de que fuese tomada en cuentaal elaborar la máxima ley de la entidad. La pro­puesta recoge los deseos de consagrar el derechoa la tierra, la educación bilingiie, la autodetermi­nación de los pueblos indígenas, y de manera

.especial, el derecho a la participación política talcomo los establecen los artículos 1y 25 del Pactode Derechos Civilesy Políticos.

La propuesta oficial desconocía los derechosde los pueblos indígenas mediante una ambiguaredacción. Por ejemplo, sobre el derecho a la

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PROVEA Informe Anual octubre 1992-septiembre 1993

tierra especifica que tienen derecho "a detentarsus tierras y hábitat" , y precisamente el térmi­no "detentar" es contradictorio; según el dic­cionario de la Real Academia el verbo deten­

tar significa "retener uno sin derecho lo que noes suyo". Es decir que se negaba el derecho ala propiedad individual o colectiva de la tierraa quienes desde siempre la habitaron. La mo­vilización de las comunidades indígenas deAmazonas logró finalmente su objetivo, cuan­do en marzo de 1993 la Asamblea Legislativasancionó la nueva Constitución con el recono­

cimiento del carácter multiétnico y pluricultu­ral del Estado Amazonas, y la propiedad colec­tiva de la tierra para las comunidades indíge­nas.

Muchas deudas peudientes

El Estado venezolano mantiene todavía

muchas deudas con los pueblos indígenas. To-

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davía se está esperando que el Congreso Nacio­nal ratifique el Convenio 169 de la OIT SobrePueblos Indígenas y Tribales en Países Inde­pendientes. Queda todavía pendiente la reformadel artículo 77 de la Constitución Nacional de

modo que queden garantizados, entre diversaspropuestas analizadas, su derecho a la propiedadcomunitaria de la tierra ancestral y unidad terri­torial; el carácter oficial de las lenguas indígenasen sus respectivas entidades federales; un régi­men especial de preservación ambiental, ordena­miento y administración territorial, que garanticesu derecho al desarrollo de actividades económi­

cas sustentables en el marco de políticas de con­servación y mejoramiento del ambiente; ense­ñanza intercultural y bilingiie; aplicación efectivadel régimen legal y penitenciario de excepción;protección de su patrimonio histórico, lingiiísti­co, literario, arquitectónico, arqueológico, pa­leontológico y espeleológico.