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II SIMPOSIO NACIONAL DE INVESTIGACIÓN Y FORMACIÓN EN RECREACIÓN BOGOTÀ, SEPTIEMBRE 27, 28 Y 29 DE 2001 EL DESARROLLO HUMANO COMO MARCO DE ANÁLISIS DEL OCIO EN LA ACTUALIDAD Ponente José Fernando Tabares Fernández Aspirante a Doctor en Ocio y Potencial Humano Universidad de Deusto Bilbao-España Introducción Me llamó mucho la atención, que un artículo referente de la investigación de ocio 1[1] , empezará de la siguiente manera: “Recientemente recibí un e-mail con las siguientes reflexiones. La paradoja de nuestra historia actual es que… gastamos mucho más dinero, pero hay menor calidad en las cosas que nos ofrecen por él. Tenemos más comodidades pero menos tiempo …más expertos y más medicamentos pero menos bienestar. Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores; hablamos demasiado, amamos muy raras veces y odiamos muy fácil y frecuente. Hemos aprendido como ganarnos la vida pero no, como tener una vida; agregamos años a la vida pero no vida a los años …hemos aumentado en cantidad pero disminuido en calidad. Tenemos más tiempo para nuestros propósitos de ocio pero los disfrutamos menos. Comemos más comidas diferentes, pero nos nutrimos menos. Este es un tiempo en que la tecnología le puede traer este mensaje y es un tiempo en que usted puede elegir entre hacer una diferencia al tomarlo o simplemente botarlo a la basura (autor desconocido). 1[1] HENDERSEN, k.: Y2K: The challenges of leisure Research. World Leisure & Recreation, N°4,26-30 1999..

Desarrollo humano y recreacio 2do

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II SIMPOSIO NACIONAL DE INVESTIGACIÓN Y FORMACIÓN EN RECREACIÓN

BOGOTÀ, SEPTIEMBRE 27, 28 Y 29 DE 2001

EL DESARROLLO HUMANO COMO MARCO DE ANÁLISIS DEL OCIO EN LA ACTUALIDAD

Ponente

José Fernando Tabares Fernández Aspirante a Doctor en Ocio y Potencial Humano

Universidad de Deusto Bilbao-España

Introducción Me llamó mucho la atención, que un artículo referente de la investigación de

ocio1[1], empezará de la siguiente manera: “Recientemente recibí un e-mail con las

siguientes reflexiones. La paradoja de nuestra historia actual es que… gastamos

mucho más dinero, pero hay menor calidad en las cosas que nos ofrecen por él.

Tenemos más comodidades pero menos tiempo …más expertos y más

medicamentos pero menos bienestar. Hemos multiplicado nuestras posesiones,

pero reducido nuestros valores; hablamos demasiado, amamos muy raras veces y

odiamos muy fácil y frecuente. Hemos aprendido como ganarnos la vida pero no,

como tener una vida; agregamos años a la vida pero no vida a los años …hemos

aumentado en cantidad pero disminuido en calidad. Tenemos más tiempo para

nuestros propósitos de ocio pero los disfrutamos menos. Comemos más comidas

diferentes, pero nos nutrimos menos. Este es un tiempo en que la tecnología le

puede traer este mensaje y es un tiempo en que usted puede elegir entre hacer

una diferencia al tomarlo o simplemente botarlo a la basura (autor desconocido).

1[1] HENDERSEN, k.: Y2K: The challenges of leisure Research. World Leisure & Recreation, N°4,26-30 1999..

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Cuáles son entonces las preguntas que en la actualidad y hacia futuro tendrán que

resolver las reflexiones y análisis frente al ocio. Cuál debe ser el eje aglutinador

para un desarrollo adecuado del trabajo de investigación no sólo en Colombia sino

en el resto de países de América Latina, en la perspectiva del desarrollo humano.

En el informe de la misión de sabios Colombia al Filo de la Oportunidad, se puede

leer en el tomo I dedicado a la ciencia, la educación y el desarrollo, que el 94% del

número total de científicos pertenecen al primer mundo, que a su vez representa el

23% de la población humana y que el tercer mundo que representa el 77% de la

población mundial, sólo contribuye con el 6% de los científicos. Sólo el 1% de los

científicos del mundo son Latinoamericanos y de estos sólo el 1% son

Colombianos. Colombia cuenta en la actualidad con 5000 científicos (180 por

cada millón).

Si tenemos en cuenta que la perspectiva de este informe se dirige

fundamentalmente hacia las ciencias duras, no sería un despropósito considerar

que el área del ocio, la recreación y el tiempo libre carecen en Colombia, de un

grupo consolidado de personas trabajando por un adecuado desarrollo, que

permita la construcción y consolidación de líneas de trabajo hacia la interpretación

de las manifestaciones del ocio y su relación con la calidad de vida de las

personas. De igual manera, las características de nuestra sociedad Colombiana,

requieren a mi parecer de modelos y propuestas que apuesten más allá de las

líneas tradicionales de investigación del ocio, creadas para hacer interpretación en

sociedades, que las más de las veces, no responden a las regularidades de

nuestra sociedad.

EL CONTEXTO DEL OCIO: UN REFERENTE DE VITAL IMPORTANCIA La tradicional relación del ocio con el desarrollo y de este con el desarrollo

económico, ha conducido también a que no sólo en Colombia sino en la mayor

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parte de América Latina, el ocio no haya sido considerado como un fenómeno con

suficiente impacto, como para ser estudiado en la perspectiva de su aporte a la

calidad de vida de las personas, es decir, nuestros países al ser considerados

tercer mundo, no cuentan con las condiciones presupuestadas como necesarias

para la aparición del ocio. Quizás hoy se siga pensando que el ocio y las

condiciones necesarias para su aparición, no sea pertinente sino para ciertos

sectores de la población, aquella con suficientes recursos para participar como

consumidor en la industria del ocio.

Hablar del desarrollo económico y del desarrollo humano lleva a pensar en un

análisis de su relación y complementariedad. Se podría decir incluso, que el

crecimiento económico conlleva al desarrollo humano, entendido este como la

plena existencia de los seres humanos. Al menos este debería ser el objetivo de

un adecuado desarrollo económico. Dos conceptos complejos, que encierra cada

uno de ellos una amplia posibilidad de puntos de vista e interpretaciones y que, en

la realidad, no han tenido la relación que se hubiera esperado. Una simple mirada

retrospectiva, permitirá hacer un sencillo recorrido.

El Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la Unesco,

presenta, una interesante definición de desarrollo: ‹‹Cultura y desarrollo se han

convertido en dos conceptos fundacionales que cubren una variedad de

significaciones ambiguas y a veces confusas. Sin embargo, para los propósitos de

este informe bastará limitarnos a dos concepciones distintas de desarrollo. Según

la primera, el desarrollo es un proceso de crecimiento económico, una expansión

rápida y sostenida de la producción, la productividad y el ingreso por habitante

(algunos matizan esta definición insistiendo en una amplia distribución de los

beneficios de este crecimiento). De acuerdo con la segunda, adoptada por el

informe sobre desarrollo humano publicado anualmente por el Programa de

Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, y asumida también por un gran

número de distinguidos economistas, el desarrollo se concibe como ‹‹un proceso

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que aumenta la libertad efectiva de quienes se benefician de él para llevar

adelante cualquier actividad a la que atribuyen valor››2[2].

El planteamiento frente a esta situación es si el ocio como fenómeno está

influenciado por el modelo de desarrollo que impera en una sociedad, y, a su vez,

la economía como disciplina central en la organización de las condiciones para

dicho desarrollo presenta posiciones sobre la diferenciación de su estudio según

las sociedades que se analicen, ¿no se debe pensar que igualmente el ocio como

manifestación de tal sociedad debería asumir algunos referentes propios para su

estudio en esas mismas sociedades? Y si es así qué otros posibles referentes

además de los ya existentes pueden ser agregados para que se pueda dar cuenta

de la realidad de este fenómeno en sociedades cuyas características son

diferentes a las de las sociedades de referencia.

En palabras de Kelly “Quizá el cambio más significativo sufrido por los estudios de

ocio durante la última década haya sido considerar el ocio como algo refutable.

Este cambio esta relacionado con otras perspectivas: el ocio como algo

socialmente imbricado en lugar de como algo separado o especial; el ocio que

incluye una diversidad de actividades que suponen una multiplicidad de

resultados; el ocio como aspecto culturalmente situado; el ocio como aspecto

político y el ocio como aspecto basado en los esquemas de producción y

distribución de una economía mundial capitalista. La naturaleza refutable del ocio

suscita, asimismo, los antiguos aspectos sociológicos de género y clase social y

los asuntos culturales de raza y etnia. El ocio no es un ideal filosófico, sino un

complejo conjunto de comportamientos, significados, estructuras e ideologías

socialmente construidos”3[3].

Puede entonces afirmarse que hoy más que dar cuenta de las diferentes

manifestaciones de ocio, aunque importante también, se debe plantear a la

2[2] Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la Unesco, unesco, Madrid, 1997, p. 15. 3[3] KELLY, J., Asuntos en el milenio. Una perspectiva global. En CUENCA, M., Ocio y desarrollo humano, Propuestas para el 6° Congreso Mundial de Ocio. Universidad de Deusto, Bilbao, 2000

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manera de Manuel Cuenca Cabeza, la pregunta sobre ese tipo de ocio que en

principio puede ser justificado como necesidad y del cual dice: ‹‹ Cuando hablo de

ocio no me refiero a la mera diversión, el consumo material, el ocio pasivo o la

simple utilización del tiempo libre. Aludo a un concepto de ocio abierto a cualquier

perspectiva presente y futura, pero al mismo tiempo, entendido como marco de

desarrollo humano y dentro de un compromiso social››4[4].

Así entendido el ocio y bajo la actual perspectiva de la relación entre ocio y

desarrollo humano, será necesario que gran parte de los esfuerzos se ubiquen en

las reales necesidades de nuestros ciudadanos, intentando identificar e interpretar

las regularidades que subyacen en los hábitos de la gente y su relación con la

construcción de mejores vidas humanas. Temas como ocio y pobreza, ocio y

economía informal, ocio y violencia, ocio y poblaciones desplazadas, etc., deben

empezar a ser analizados para allegar suficientes elementos que nos permitan

aspirar a desarrollar líneas de investigación, formación y gestión que respondan a

las condiciones de esta Colombia.

Hoy es posible afirmar que la industria del ocio no garantiza o mejor, no tiene una

relación directa con mejores condiciones de vida para las personas. Igualmente la

afirmación de que el ocio no es bueno en sí sino que sus diferentes

manifestaciones pueden ser claramente identificadas y ubicadas dentro de una

categoría de mayor o menor aporte a la calidad de vida nos debe prevenir contra

análisis demasiado simples.

EL OCIO Y SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO HUMANO: EL ENFOQUE DE LAS NECESIDADES. El ocio o alguna de sus manifestaciones han sido justificados como necesidad

humana, por ejemplo Joaquim Sempere citado por Riechmann5[5] la plantea desde

4[4] CUENCA, M., Ocio y Formación - Hacia la equiparación de oportunidades mediante la Educación de ocio, Documentos de Estudios de Ocio núm. 7, Universidad de Deusto, Bilbao, 1999, p. 19. 5[5] RIECHMANN, J., Necesidades: algunas delimitaciones en las que acaso podríamos convenir, en RIECHMANN, J., (coord) Necesitar, desear, vivir, Libros de la Catarata, Madrid, 1998. p.16.

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el juego. Para otros autores, que se pueden entender como estudiosos del

desarrollo, como Marta Nussbaum6[6] y Manfred Max-Neef7[7], el juego y la

recreación para la primera y el ocio como necesidad humana para el segundo,

parecen justificar ese planteamiento de mirar al ocio como algo importante a la

hora de analizar la riqueza de una vida humana, o mejor, del bienestar humano.

Autores mucho más relacionados con el tema específico del ocio como Manuel

Cuenca Cabeza afirman incluso la relación de la experiencia de ocio con la

naturaleza humana: ‹‹Me interesa la vivencia del ocio en cuanto experiencia

enriquecedora, gratuita y solidaria. Experiencia necesaria de la naturaleza

humana, que nos permite restablecer el equilibrio físico y psíquico y nos abre las

puertas a la creatividad, la imaginación, la utopía, la contemplación y el

altruismo››8[8]. Esto muestra que, a través del tiempo, el ocio ya ha sido mirado

desde la perspectiva de las necesidades.

Para el cometido de encontrar una adecuada justificación del ocio como necesidad

humana, el planteamiento de Manfred Max-Neef, en su enfoque de necesidades

humanas, aparece como valioso. Partiendo de la definición planteada

anteriormente, sí el ocio es un ámbito de la experiencia humana, tendrá que

tenerse en cuenta una serie de aspectos que condicionan de una u otra manera

dicha experiencia humana.

Un ejercicio de imaginación, al modo de Marta Nussbaum9[9], puede servir de

marco para desarrollar un ejemplo. Así pues, piénsese en un ser humano o una

sociedad en donde las manifestaciones de ocio, cualquiera que ellas sean, no

existen. Se pensará que dicho ser humano o dicha sociedad no son normales.

Para apoyar este ejemplo en algún enfoque, dígase el de Dumazedier10[10] de las

funciones, pensar una vida humana sin actividades y espacios para el descanso,

6[6] NUSSBAUM, M., Capacidades humanas y justicia social, en RIECHMANN, J., (coord), Necesitar, desear, vivir, Libros de la Catarata, Madrid, 1998. 7[7] MAX-NEEF, M., op. cit., p. 59. 8[8] CUENCA, M.,Ocio y Formación - Hacia la equiparación de oportunidades mediantre la educación del ocio, Documentos de Estudio de Ocio núm 7, Universidad de Deusto, Bilbao, 1999. pp. 19, 20. 9[9] NUSSBAUM, M., op. cit. 10[10] DUMAZEDIER, J., Hacia una civilización del ocio, Estela, Madrid, 1964.

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la diversión o el desarrollo, parece prácticamente imposible. Igualmente si lo que

se utiliza son las dimensiones de Manuel Cuenca11[11], siempre se encontrarán

actividades que podrán ser ubicadas en alguna de ellas. Es más, si se analizara

cualquier sociedad, grupo humano o vida personal, se encontrarían siempre

actividades relacionadas con el ocio. Desde este planteamiento, parece posible

pensar que el ocio a través de sus diferentes manifestaciones puede ser asumido

como una necesidad humana, dado por supuesto que aquellas experiencias

vividas como libres, placenteras y gratificantes son necesarias para una buena

vida humana.

Un breve recorrido por las diferentes declaraciones que tienen que ver con los

derechos humanos parece confirmarlo, con la presencia del ocio como derecho

humano. Lo interesante de esto, al parecer, es el hecho de que cuando se llega a

un consenso sobre un determinado aspecto para ser considerado derecho

humano, subyace el pensamiento sobre su carácter imprescindible para la vida

humana.

Es importante considerar que si bien definir el ocio como una necesidad humana

es apenas un primer paso para su análisis, este debe ir acompañado de una

relación entre una serie de variables que marcan su existencia y la particularidad

de sus manifestaciones.

En este punto se recurre a la diferencia que hace Max-Neef entre necesidades y

satisfactores: Para este autor es un error el hecho de que tradicionalmente se

haya creído, que las necesidades humanas tengan una tendencia a ser infinitas, a

estar permanentemente cambiando, que varíen entre culturas y de acuerdo al

periodo histórico. Según Max-Neef estas suposiciones no son correctas y son el

resultado de un error conceptual.

11[11] CUENCA, M., Temas de Pedagogía del Ocio, Universidad de Deusto, Bilbao, 1995, pp. 58-79.

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‹‹El típico error que se comete en la literatura y análisis acerca de las necesidades

humanas es que no se explicita la diferencia fundamental entre lo que son

propiamente necesidades y lo que son satisfactores de esas necesidades››12[12].

Este planteamiento parece de vital importancia a la hora de decir que si bien el

ocio puede ser considerado como una necesidad humana universal, los

satisfactores necesarios para su realización pueden ser diferentes de acuerdo con

las particularidades de cada sociedad.

Para Max-Neef: ‹‹Son los satisfactores los que definen la modalidad dominante

que una cultura o una sociedad imprimen a las necesidades. Los satisfactores no

son bienes económicos disponibles sino que están referidos a todo aquello que,

por representar formas de ser, tener, hacer y estar, contribuye a la realización de

necesidades humanas››13[13].

Esta definición contiene además un aspecto de suma importancia en lo que se

refiere a los satisfactores que pueden coadyuvar a que una necesidad humana

como el ocio pueda ser garantizada. Es el hecho de la particularidad de cada

sociedad para adoptar las formas como se intentan satisfacer las necesidades.

En palabras de Max-Neef: ‹‹cada sistema económico, social y político adopta

diferentes estilos para la satisfacción de las mismas necesidades humanas

fundamentales. En cada sistema, éstas se satisfacen (o no se satisfacen) a través

de la generación (o no generación) de diferentes tipos de satisfactores (...) Uno de

los aspectos que definen una cultura es su elección de satisfactores. Las

necesidades humanas fundamentales de un individuo que pertenece a una

sociedad consumista son las mismas de aquel que pertenece a una sociedad

ascética. Lo que cambia es la elección de cantidad y calidad de los satisfactores,

y/o las posibilidades de tener acceso a los satisfactores requeridos(...) Lo que

está culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales,

sino los satisfactores de esas necesidades. El cambio cultural es —entre otras 12[12] MAX-NEEF, M., op. cit., 1994, pp. 40-41. 13[13] Ibíd., p. 50.

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cosas— consecuencia de abandonar satisfactores tradicionales para

reemplazarlos por otros nuevos y diferentes››14[14].

Este planteamiento aporta a la claridad, en un fenómeno como el ocio, que

muchas veces confunde su existencia como derecho y necesidad humana con la

forma como se satisface. Es decir, cuando se plantea que los mismos

satisfactores sirven para todas las sociedades y grupos humanos, independiente

de sus condiciones sociales, económicas, políticas y culturales.

En el camino de la explicación de los satisfactores, se encuentra otro punto

clarificador en lo que respecta al ocio. Este tiene que ver con la tendencia del

mundo del ocio a relacionar, muchas veces de forma exclusiva, la posesión de

bienes y servicios con la satisfacción de la necesidad. Es decir, el pensamiento de

que las cosas por sí mismas garantizan la satisfacción de la necesidad humana. Y

no sólo se hace referencia a objetos, sino a actividades y en muchos casos a

actitudes.

Sobre la manera como funcionan los satisfactores, dice Max-Neef que la

necesidad puede ser satisfecha a niveles diferentes y con intensidades distintas.

Estas necesidades pueden ser satisfechas en tres contextos: en relación con uno

mismo, en relación con el grupo social y en relación con el medio ambiente. Anota

además que factores como el tiempo, el lugar y la circunstancia condiciona la

calidad e intensidad de los contextos15[15]. En este sentido será necesario intentar

ubicar referentes generales que den cuenta no sólo de la circulación de bienes y

servicios sino además de otros elementos que permitan identificar aspectos

básicos necesarios para el desarrollo del ocio en una determinada sociedad.

Diferentes autores hablan hoy de conceptos de ocio que podríamos asociar con su

calidad, es decir, que ninguna actividad de ocio garantiza por si misma

experiencias gratificantes y que incluso hay algunas que se asocian con estados 14[14] Ibíd. p. 42. 15[15] Ibíd. p. 43.

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de aburrimiento. Csikszentmihalyi, habla del flujo como un estado óptimo de

experiencia, incluidas las actividades que pueden considerarse de ocio. Para

Stebbins, el concepto de ocio serio y ocio casual nos da cuenta de una mirada que

reconoce que no toda actividad de ocio potencia el desarrollo personal y social.

Para Cuenca, el ocio tiene una direccionalidad ya bien sea positiva o negativa en

términos tanto individuales como colectivos. De otra parte este mismo autor

menciona el ocio autotélico del cual afirma “ el ocio autotélico es el verdadero

ocio, es, en realidad, el único ocio que existe, el único que se hace realidad en la

vivencia de cada uno de nosotros. A todos los demás ocios a los que se ha ido

haciendo referencia se les puede denominar de otro modo: vicio, ociosidad o

mundo laboral del ocio. El ocio autotélico es el núcleo esencial, la luz que ilumina

el quehacer o la ausencia de los ocios. El ocio autotélico es, según se ha visto,

una experiencia vital, un ámbito del desarrollo humano, es aquella acción interna o

externa que, partiendo de una determinada actitud ante el objeto de acción,

descansa en tres pilares esenciales: percepción de elección libre, autotelismo y

sensación gratificante”.

Nuestras propuestas no sólo de investigación, sino de formación y gestión

deberán tener en cuenta esta perspectiva, no desde una posición de mera

aplicación sino de lectura atenta. Al final el desarrollo del ocio se evaluará en

términos de calidad de sus formas y del aporte a mejores vidas humanas y

mejores sociedades. Es decir, no importará tanto el número y cantidad de ofertas,

sino la calidad de las mismas en términos de libertad y posibilidad de desarrollo

humano.

Llegados a este punto, la afirmación se dirige hacia el planteamiento de que la

investigación que hoy debe ser impulsada desde nuestros trabajos, deberá

dirigirse además de a los sectores de análisis que necesariamente influyen en una

mayor o menor calidad de la experiencia de ocio (tiempo disponible, participación,

hábitos, etc.), al análisis e interpretación de lo que la gente hace y de como a

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través de la formación se puede construir formas más dignas y favorecedoras del

bienestar humano.

Se reconoce la enorme dificultad que se presenta a la hora de pensar en la

elaboración de indicadores para evaluar el aporte del ocio al bienestar humano. Y

es difícil porque no es sólo el desarrollo del ocio lo que queremos evaluar, también

se pretende mirar de que manera este favorece o no el bienestar humano.

LA IMPORTANCIA DE LOS SATISFACTORES EN EL DESARROLLO HUMANO

En este sentido encontramos referentes muy importantes en el Informe Mundial

sobre la Cultura presentado por la UNESCO en 1998. En primer lugar se puede

leer en este sentido a Terry McKinley cuando para presentar su propuesta de

indicadores culturales dice: ‹‹Partimos de la hipótesis de que el verdadero banco

de pruebas de una cultura consiste en determinar si favorece o no el

fortalecimiento de las cualidades humanas y si contribuye a ampliar el abanico de

elecciones que se ofrecen a cada individuo. Una evaluación de estas

características tendría que incluir varias dimensiones importantes. No se trata de

evaluar el ‹‹desarrollo cultural›› o, dicho de otra manera, no se busca determinar sí

una cultura esta más ‹‹desarrollada›› que otra. Puesto que admitimos que las

culturas son únicas y diversas, sería ilusorio tratar de medirlas con un único

rasero. Lo que queremos evaluar es su contribución al bienestar humano, el cual

posee las suficientes características comunes a todas las culturas para que sea

posible comparar la situación entre los diferentes países››16[16].

En este mismo Informe y dirigido al mismo aspecto, encontramos el aporte de

Prasanta Pattanaik quien elige el enfoque de los funcionamientos de Amartya Sen

para hacer su propuesta de indicadores culturales: ‹‹Por ejemplo puede afirmarse

16[16] McKINLEY, T., Medida de la contribución de la cultura al bienestar humano: los indicadores culturales del desarrollo, en Informe Mundial sobre la cultura, Ediciones UNESCO/CINDOC, ACENTO EDITORIAL, Madrid, 1999, p. 322

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que la pintura de un periodo histórico es superior a la de una etapa precedente, o

que el ballet clásico posee un nivel cultural superior al de los bailes populares. No

obstante, no nos ocuparemos aquí de juicios estéticos ni de la evaluación de los

niveles culturales.(...) Lo que nos ocupa es la evaluación de los logros de las

sociedades en lo que se refiere al bienestar humano y, por tanto, nos

interesaremos por factores sociales, políticos, intelectuales y estéticos sólo en la

medida en que sean partes integrantes del mismo››17[17].

Igualmente es importante la propuesta de Manfred Max-Neef y su concepto de

satisfactores, porque además de plantear su apuesta por la posibilidad de ubicar el

interés en las necesidades humanas, propone un concepto como el de

satisfactores que va más allá de la sola posesión de bienes y servicios, para

buscar su aporte al bienestar humano. Su propuesta de valorar los satisfactores

en términos de su aporte o no a mejores vidas humanas es interesante.

Para el caso particular del ocio, la búsqueda de indicadores debe servir para

conocer las aportaciones que él y sus diferentes manifestaciones hacen al

bienestar humano. Es decir, aunque es posible y de hecho así ha sido, evaluar el

mayor desarrollo del ocio a través de determinados criterios, por ejemplo el acceso

al consumo y posesión de ciertos bienes, lo cierto es que lo que interesa no es

tanto si las manifestaciones de ocio de ciertas sociedades son mejores que otras,

sino su aporte al bienestar humano.

Como por ejemplo pensar algunos referentes que permitan conocer los aportes del

ocio al bienestar humano en un grupo poblacional que no accede a la industria del

ocio a través del consumo. Si como plantea Pattanaik la identificación de los

economistas entre el bienestar de las personas con la felicidad y la satisfacción de

los deseos y la posesión de bienes como la principal forma de conocer dicho

bienestar, como mirar esto en quienes no tienen dichos bienes.

17[17] PATTANAIK, P., op. cit., pp. 33-34.

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Parece por tanto importante asumir que cuando lo importante es el bienestar

humano y el aporte que a éste hace el ocio, el desarrollo del ocio por sí mismo no

es garantía de ese aporte.

LOS SATISFACTORES: UN REFERENTE HACIA LA CALIDAD DE LAS EXPERIENCIAS DE OCIO

Una primera relación del concepto de satisfactor con el mundo del ocio, es

necesaria. Si bien Max-Neef, dentro de su matriz de necesidades y satisfactores

presenta al ocio como una necesidad asociada con satisfactores (formas de ser,

hacer, tener y estar), una más explícita relación con formas de ocio, parece

ineludible.

Para esta primera relación, la propuesta de Manuel Cuenca18[18], de las

dimensiones del ocio, puede ser un referente de gran ayuda pues permite, a

través de las definiciones de cada dimensión, ubicar actividades con sus

respectivas finalidades permitiendo una mayor claridad al momento de dar cuenta

de una actividad como satisfactor de lo que en este trabajo se ha considerado

como una necesidad humana.

Cuenca presenta cinco dimensiones: lúdica, ambiental-ecológica, creativa, festiva

y solidaria; que a su vez pueden ser relacionadas con ciertas clases de

satisfactores propuestos por Max-Neef. Igualmente el planteamiento de Cuenca

sobre la direccionalidad del Ocio, puede ser un elemento importante cuando se

mira el carácter endógeno o exógeno de los satisfactores.

Un primer ejercicio, permitiría por ejemplo relacionar las dimensiones lúdica y

ambiental-ecológica con la forma de un satisfactor singular (satisfactor simple),

que podría ser ubicado en una direccionalidad positiva, pero que por tener una

18[18] CUENCA, M., Temas de Pedagogía del Ocio, Universidad de Deusto, Bilbao, 1995, pp. 58-79.

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finalidad muy específica, en este caso descanso y diversión, se debe desde el

análisis, evitar presentarlos como satisfactores de otras necesidades mucho más

complejas. Dicho de otra manera, una satisfactor singular que satisface la

necesidad de subsistencia (descanso fisiológico), no debería ser presentado como

satisfactor de otras necesidades como identidad, libertad o creación. Igualmente

una actividad cuya finalidad puede ser ubicada en la diversión, no puede ser

propuesta, o al menos no debería serlo, como satisfactor de otras necesidades

como libertad, creación o participación pues se corre el riesgo de caer en una

situación como la que se lee en el mismo Cuenca ‹‹que la diversión es algo

positivo en cuanto procedimiento de descanso. El problema surge cuando la

diversión, como única referencia de ocio, se transforma en medio de manipulación

y enajenación››19[19]. Una situación como esta puede hacer que una actividad pase

de ser un satisfactor singular a ser seudo-satisfactor o incluso inhibidor.

La dimensión creativa tiene una clara relación con los satisfactores sinérgicos

(satisfactor complejo) y endógenos. Este tipo de actividades y la forma como se

realizan, garantizan que además de satisfacer la necesidad de ocio, otras

necesidades como el entendimiento, la creación y la libertad se vean estimuladas.

Igualmente la dimensión solidaria aparece como una dimensión que se relaciona

directamente con satisfactores de tipo sinérgico y endógeno, que además de

satisfacer la necesidad de ocio, genera el desarrollo de otra como la participación.

SÍNTESIS

El ocio como manifestación de lo individual y lo colectivo, debe estar en estrecha

relación con la realidad a la cual pertenece, buscando la identificación y

potenciación de mejores formas en la perspectiva de una mayor calidad de vida de

las personas. Lo más importante hoy es definir qué queremos investigar, la forma

o el cómo será un resultado de la respuesta a la pregunta. Reconociendo que el

número de manifestaciones de ocio ofertadas no garantiza su relación con los

19[19] Ibíd., p. 69.

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beneficios que en términos de desarrollo humano, una buena parte de nuestros

esfuerzos deberán derigirse hacia la calidad del ocio, entendida como su relación

coherente con mejores formas de vida.