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SUMARIOSUMARIO

En 2011 se cumple el 60 Aniversario de la creación del GrupoEspeleológico Edelweiss, el más antiguo de Castilla y León y unode los más veteranos de España, con la particularidad de que aúncontinúa en funcionamiento dedicándose, de forma exclusiva, alestudio del karst burgalés. La gran importancia de algunos karstde nuestra provincia ha motivado que otros hayan quedado rele-gados, durante décadas, al olvido, como el Karst de la Sierra deUbierna. Con este Cubía 14 zanjamos ese olvido injustificable por-que, si bien la mayoría de sus cavidades son de escaso desarro-llo, con la excepción de la Torca de Gredilla la Polera, buena partede ellas albergan importantes yacimientos entre los que destaca laCueva de Valdegoba, por el hallazgo de restos fósiles del Hombrede Neandertal, los únicos que se han localizado en Castilla yLeón.Valdegoba es otro de los nombres unidos a nuestra pequeña his-toria, pues fuimos nosotros los autores del descubrimiento y valo-

ración del primer fósil, un fragmento hemimandibular localizadoentre el revuelto de excavaciones furtivas, cuando en 1987 rea-lizábamos las labores topográficas previas a las excavaciones quese iban a iniciar ese verano, bajo la codirección de Carlos Díez y lamiembro de nuestro Grupo Ana Isabel Ortega, en las que partici-parían buena parte de los integrantes del Equipo de Investigaciónde Atapuerca.La ya citada Torca de Gredilla la Polera también constituye una delas citas más antiguas de restos fósiles pleistocenos en una cuevade nuestro entorno. Las Cuevas de San Martín de Ubierna ybuena parte de las cavidades del Cañón del Rucios, son ejemplosde cavidades de escaso desarrollo pero de intensa ocupaciónhumana, hasta que el poblamiento se trasladó a los innumerablescastros y necrópolis existentes en torno a la Sierra de Ubierna.También debemos citar la interesante captura de la cabecera delArroyo de la Hoz, que su día originó el Cañón de Peñahorada, porel avance inexorable de la Cuenca del Ebro, favorecida por la ero-sión de los materiales más blandos del Neógeno de La Bureba,que se encuentra ya apenas a un kilómetro de capturar también lacabecera del río Ubierna, poco antes del cañón al que presta sunombre.

EDITEDITORIALORIAL

Editorial

Las Cavidades de La Sierra de Ubiernaentre los ríos Úrbel y Rioseras Subzonas BU-VI.A y VI.B. Burgos

• Delimitación y caracterización• Geología• Geomorfología• Hidrología e Hidrogeología.• Cavidades de Huérmeces• Cavidades de Montorio y Quintanilla de Sobresierra• Cavidades del Cañón del Rucios y Cañón del Ubierna• Cavidades de Ubierna y Gredilla la Polera• Cavidades del Cañón de Peñahorada• Cavidades de Tobes y Rahedo• Arqueología y Paleontología

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CUBÍABoletín del Grupo Espeleológico EdelweissNº 14. Enero 2011

COORDINACIÓN Miguel A. Rioseras GómezMiguel A. Martín Merino

MAQUETACIÓNMiguel A. Rioseras Gómez

COLABORADORESMiguel A. Martín MerinoFrancisco Ruiz GarcíaAna I. Ortega Martínez

PORTADAAnticlinal de Rucios Sierra de UbiernaFoto Miguel A. Martín Merino

CONTRAPORTADACueva de las Grajas IISierra de UbiernaFoto Miguel A. Martín Merino

EDITAExcma. Diputación Provincial de Burgos. Unidad de CulturaGrupo Espeleológico Edelweiss

ISBN: 84-86841-78-XDEPÓSITO LEGAL: BU-554-1999

IMPRIMECOPI-NOVA S.L. Burgos.

Memoria de Actividades 2010Grupo Espeleológico Edelweiss

MonografíaEl Karst de Ubierna

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2 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 14 - Enero 2011

Memoria de Actividades 2010Grupo Espeleológico Edelweiss

Miguel Ángel Martín MerinoG.E. Edelweiss

I. Actividades relacionadas con laSierra de AtapuercaI.1. Estudio Geomorfológico del Karstde Atapuerca y Campaña 2010

Como en años anteriores, se participóen la Campaña de 2010, especialmente enlos estudios geomorfológicos del karst.Igualmente se realizó la correspondiente ins-talación de la Sima de los Huesos, así comosu ulterior desmontaje.

Varias salidas se destinaron a la tomade datos en la Galería del Sílex y Galería delas Estatuas, dentro del estudio paleoclimáti-co del Holoceno realizado por el equipo diri-gido por Javier Martín Chivelet, de la Univer-

sidad Complutense de Madrid, y Mª JesúsTurrero del CIEMAT.

I.2. Publicaciones científicas y artícu -los a Congresos

En 2010 se publicaron los siguientesartículos de Ana Isabel Ortega en coautoríacon otros autores:• “Applying Electrical Resistivity Tomo -graphy to the Identification of Endokars -tic Geometries in the Pleistocene Sites ofthe Sierra de Atapuerca (Burgos, Spain) ",en Archaelogical Prospection, 17-4,• “Characterizing the sedimentary historyof cave deposits, using archaeomagne -tism of rock magnetism, Atapuerca (Nort -hern Spain) ", en Archaeometry 52: 882-898.• “Palaeonvironmental and palaeoclimaticreconstruction of the Latest Pleistoceneof El Portalón Site, Sierra de Atapuerca,northwestern Spain ", en Palaeogeography,Palaeoclimatology, Palaeoecology 292: 453-464.• “El yacimiento del Portalón de CuevaMayor. Sierra de Atapuerca (Burgos) ”, enActas de las IV Jornadas de PatrimonioArqueológico de la Comunidad de Madrid,pp. 275-280.• “Upper Pleistocene and Holocene vege -tation changes in Portalón of CuevaMayor (Atapuerca, Burgos, Spain) archae -ological site ", en 8th European Paleobotany- Palynology Conference, 6 al 10 de julio de

Panel de Pinturas Galeríadel Sílex

Cueva Mayor de Atapuerca

Foto Miguel A. MartínMerino

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3Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 14 - Enero 2011

2010.También aparecieron en el nº 13 de

Cubía los siguientes artículos:• “Atapuerca. Año 33 después de Trino ",pp. 28-29, por Juan Carlos G. Cuartango.• “El Museo de la Evolución Humana(MEH): un sueño hecho realidad ", pp. 32,por Miguel Ángel Martín.

I.3. Conferencias, guía de visitas, cur -sos y otras colaboracionesConferencias:• El día 2 de marzo, en el Hotel Velázquezde Madrid, dimos una conferencia sobre loskarst de Atapuerca y Ojo Guareña, para losmiembros de la Sociedad GeográficaEspañola, días antes de nuestro nombra-miento como Miembro de Honor de la S.G.E.• El 20 de abril para los alumnos de la Uni-versidad de la Experiencia• El 1 de mayo, en Olmillos de Sasamón,organizado por ADECO Camino.• El 20 de octubre, en la Casa del Cordón,dentro del ciclo del CENIEH, Ana IsabelOrtega impartió la conferencia Las Cuevasde Atapuerca: formación, evolución y suocupación humana .Otras colaboraciones:• El 13 de julio acudimos a la inauguracióndel MEH, presidida por su Majestad la ReinaDoña Sofía, que supondrá un hito cultural yturístico de primer orden en el futuro de Bur-gos. Sin duda, una pequeña parte de laestructura del MEH se sustenta sobre loscimientos del primer descubrimiento, en1962, de restos pleistocenos efectuado pormiembros del Grupo Edelweiss con JoséLuis Uribarri a la cabeza, así como con pos-teriores descubrimientos y colaboracionescon los equipos de Osaba, Jordá, Clark,Apellániz, Torres, Aguirre y finalmenteArsuaga, Bermúdez de Castro y Carbonell.En el transcurso del acto, recibimos la felici-tación personal del Presidente de la Juntade Castilla y León, Juan Vicente Herrera, porla labor desarrollada por nuestro Grupo entorno a Atapuerca. Además, durante el pri-mer semestre del año se colaboró con laempresa que ha coordinado dicho montajeexpositivo con textos sobre el karst, la histo-ria de los descubrimientos y el Santuario dela Galería del Sílex, así como fotografías ytopografías de sus diferentes cavidades.• También se cedieron dos topografíasnuestras para la exposición que, coordinadapor Emiliano Aguirre, complementaba enEspaña la muestra itinerante que pudo con-

templarse entre los meses de junio y agostoen la sede de la Fundación Atapuerca: Insti-tuto de Paleontología Humana en París y losPríncipes de Mónaco. En ella se citabannuestros primeros trabajos en Atapuerca, asícomo nuestra colaboración permanente enel proyecto, muy especialmente en los difíci-les orígenes del mismo.• El 29 de enero, en el Teatro Principal, AnaIsabel Ortega hizo la presentación de Fede-rico Pérez y Pérez, con motivo de la ediciónde su nuevo libro Ensayo de Bibliografíade Prehistoria y Edad Antigua Burgalesa ,en el que habíamos colaborado de formaimportante con la recopilación de numerosas

Galería del SílexCueva Mayor de AtapuercaFoto Miguel A. Martín Merino

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4 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 14 - Enero 2011

citas bibliográficas y entrega de abundantedocumentación, así como dos de las tresfotografías que ilustran su portada.• Se cedió a la revista alemana GEO-Kom-pakt, nuestra topografía sobre el conjunto decavidades y yacimientos del Karst de Ata-puerca para un número especial (24) sobreprimeras ocupaciones humanas.• Cesión al investigador Ignacio Abella dediferentes imágenes sobre los grabadosarboriformes de la Galería del Sílex.• El 30 de abril de 2010 varios miembros delGrupo acudimos al acto de investidura delos tres codirectores del Equipo de Investiga-ción de Atapuerca como doctores HonorisCausa por la Universidad de Burgos. Elsolemne acto estuvo presidido por su Majes-tad la Reina Doña Sofía.• Acompañamiento de visitas especiales:• El 23 de mayo se acompañó a NicolasRolland, paleoantropólogo y arqueólgo cana-diense de la Universidad de Victoria

(Canadá) especializado en el Pleistoceno.En la prensa local aparecieron los

siguientes artículos sobre nuestras activida-des:• Diario de Burgos del 13 de julio: "El MEH,un sueño hecho realidad"• El Correo de Burgos del 13 de julio: "Desierra abandonada a motor de investigación"• El Correo de Burgos del 7 de agosto: "AnaIsabel Ortega: tener un complejo kárstico tangrande como el de Atapuerca ofrece posibili-dades ilimitadas de trabajo"• El Correo de Burgos del 21 de octubre;"Ana Isabel Ortega desgrana los tesoros deAtapuerca en el Cordón"

II. Actividades relacionadas con OjoGuareñaII.1. Colaboración con el Proyecto deInvestigación Paleoclimática

Se realizaron varias salidas de campo ala Cueva de Kaite, dentro de la colaboracióncon el equipo que dirige Javier Martín Chive-let, catedrático de la Universidad Compluten-se de Madrid, para el proyecto iniciado en2002 y auspiciado por el Ministerio de Cien-cia y Tecnología, renovado a partir de 2007con el nuevo proyecto "Caracterización decambios climáticos abruptos en el Norte deEspaña mediante registros paleoclimáticosde espeleotemas y lagos, y estudios de lascuevas kársticas como sistemas naturalesde alerta temprana del cambio global(CLISP-2)". Con vistas a una futura amplia-ción del proyecto, se extrajeron diversasmuestras de estalagmitas rotas o caídas enel Museo de Cera, Los Quesos, Altamirix yGalería Principal, en el tramo comprendidotras la Vía Seca y antes del Nuevo Paso

II.2. Colaboración en Proyecto deInvestigación sobre Evolución delpaisaje

Se ha iniciado la colaboración en el pro-yecto de investigación Evolución del paisa -je y desarrollo del Complejo Kárstico deOjo Guareña , un estudio geomorfológicodirigido por los investigadores del CENIEHAlfonso Benito y Ana Isabel Ortega. Paradicho proyecto ha obtenido una beca de laFundación Vil lalar el investigador delCENIEH Theodoros Karampaglidis, acom-pañándole el 1 de octubre a recoger sugalardón.

II.3. Exploración y topografíaSe dedicaron varias salidas a la desobs-

Ciudad DormidaOjo Guareña

Foto Miguel A. Martín Merino

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5Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 14 - Enero 2011

trucción, exploración y topografía de diver-sas laterales nuevas localizadas en laGalería Cocentaina y en la Sala Burgos, conun desarrollo conjunto de unos 200 metros.

En Villallana, aprovechando el estiaje,se dedicaron varias salidas a topografiarmás de un kilómetro de diferentes lateralesque habían sido exploradas en 2005, tras suenlace con la red principal de Ojo Guareña,revisándose también algunos sectores de LaTorcona.

II.4. Investigación bioespeleológicaUn año más se ha continuado colabo-

rando con el proyecto de investigación bio-espeleológica de Ojo Guareña, fruto del con-venio firmado entre la Junta de Castilla yLeón y el Museo Nacional de Ciencias Natu-rales de Madrid del CSIC.

II.5. Publicaciones científicas y divul -gativas

En 2010 aparecieron los siguientes artí-culos con participación de miembros delGrupo:• “Factors controlling the hydrogeoche -mistry of a shallow temperate cave (Kaite,Ojo Guareña karst Complex, N Spain):Implications for paleoclimate series

based on stalagmites ", en Chemical Geo-logy, de Ana Isabel Ortega con otros cincoautores.• “Ojo Guareña, el mundo de lasbatinelas ", en Cubía, nº 13, pp. 8-13, deAna I. Camacho y Carlos Puch.• “Campaña de buceo, Villallana 2009 ", enCubía, nº 13, pp. 14-19, de Miguel ÁngelRioseras y Martín Burgui.

II.6. Conferencias, guía de visitas,cursos y otras colaboracionesConferencias:• El 19 de junio en el Albergue de Espinosade los Monteros• El 26 de noviembre en La Bañeza, organi-zado por el Club de Montaña Teleno.• Acompañamiento de visitas especiales:• El día 20 de junio con Borja Suárez, Dipu-tado Provincial de Cultura, Sergio Montoya,Director General de Juventud de la Junta deCastilla y León y un grupo de personas• El día 21 de febrero con un equipo de laproductora Planeta Azul, del canal regionalRTVCYL8 interesado en realizar un reporta-je con nosotros en Ojo Guareña que se emi-tió el 14 de marzo.

Otras colaboraciones:

Peña Lusa desde la laderasur del Castro ValneraFoto Miguel A. Martín Merino

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6 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 14 - Enero 2011

• Se entregaron a la Junta de Castilla y Leóndiferentes informes relativos a la labor histó-rica realizada por el Grupo Edelweiss en OjoGuareña, así como el Proyecto de Activida-des a realizar en el próximo año en el Com-plejo.• El día 15 de julio se estuvieron grabandosonidos con Carlos de Hita, con vistas alfuturo montaje del documental con JavierTrueba• El Comité Director de Cultura del Consejode Europa, con sede en Estrasburgo (Fran-cia), acordó incluir al Complejo Kárstico deOjo Guareña dentro de un nuevo ItinerarioCultural Europeo que agrupa a varias cavi-dades europeas con arte rupestre que, en elcaso de Ojo Guareña, fue descubierto por elGrupo Edelweiss.

En la prensa local aparecieron lossiguientes artículos sobre nuestras activida-des:• Diario de Burgos del 28 de agosto: "Suce-dió en agosto de 1958: Viaje al centro de latierra"• El Correo de Burgos del 5 de diciembre:"Científicos del CENIEH analizan Ojo Gua-reña"

III. Actividades en los Montes delSomo y Valnera

Se continúan los trabajos destinados ala edición de una futura monografía de laserie "Kaite, Estudios de Espeleología Bur-galesa". En este año, las salidas de campoya han sido reducidas y se han intensificadolas labores de gabinete.

Se realizó una nueva instalación deCeladías, con vistas a facilitar una futurasesión fotográfica.

Publicación del artículo "La coloracióndel Sistema Sumidero de Lunada-Gánda -ra", en Cubía nº 13, pp. 20-23, por FranciscoRuiz y Miguel Ángel Rioseras.

IV. Otras ActividadesIV.1. Actividades de campo

También se realizaron una veintena desalidas repartidas entre diferentes áreas bur-galesas, en las que, poco a poco, continua-mos completando las informaciones existen-tes en el Catastro Espeleológico de Burgos.Han sido los casos de Villafranca Montes deOca, Carrias, Ubierna, Valle del Arlanza,Valle de Valdelucio, cabecera del Rudrón yespecialmente en los páramos de Sedano yla Mazorra, donde se han iniciado diversosestudios geomorfológicos en torno a sus

grandes depresiones cerradas.Se han efectuado diversas salidas,

especialmente al karst de la cabecera delRudrón, con la Cueva del Agua de Basconci-llos del Tozo como objetivo principal, con lafinalidad de hacer pruebas con el nuevocolorante OBA-LCF, totalmente inocuo, paraestablecer las dosis más adecuadas de caraa futuras campañas de coloración que tene-mos planteadas. En una de dichas salidasse localizaron restos arqueológicos, tantoholocenos como pleistocenos, así comoabundantes tizonazos en una lateral elevadaque permanece por encima del nivel inunda-ble de la cavidad.

Martín Burgui, nuestro espeleobuceadorde punta ha estado colaborando durantetoda la campaña estival realizada por losbuceadores del Cave Diving Group en elPozo Azul de Covanera, en la que consi-guieron alcanzar un desarrollo exploradocercano a 10 km, con una punta de penetra-ción de 8,8 km que constituye el mayor reco-rrido mundial que actualmente puede reali-zarse en una cueva inundada con una únicaentrada accesible. También se facilitaron aJason Mallison, del CDG, información sobrediferentes sifones burgaleses.

Los buceadores de la EKPP tambiénnos solicitaron alguna información adicionalsobre los sifones que tenemos publicadosen nuestra página web, especialmente delValle de Losa.

Visita con la arqueóloga territorial Cristi-na Etxebarría y con dos investigadoresingleses del manantial de La Cencerrona,nacimiento del Cadagua, en el que habíanlocalizado restos humanos prehistóricos enunas excavaciones no autorizadas.

Colaboración con un equipo de RTVEen la búsqueda de varias cavidades de lazona de Ubierna en las que pretenden gra-bar un futuro programa

IV.2. Distinciones y reconocimientosEl 23 de marzo, en acto solemne cele-

brado en el Auditorio de la Mutua Madrileña,nos fue concedido por la Sociedad Geográfi-ca Española el nombramiento de Miembrode Honor 2009, un galardón que se otorgaanualmente a aquellas instituciones o perso-nas que hayan destacado por su dedicacióna la divulgación geográfica. En nuestro casose hizo mención expresa a nuestros pione-ros descubrimientos en Atapuerca así comoa nuestra labor en Ojo Guareña. Con talmotivo, la Junta de Gobierno de la Diputa-

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7Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 14 - Enero 2011

ción nos envió una felicitación formal. Elhecho fue recogido como noticia en lamayoría de los medios de comunicaciónnacionales.

El alcalde del Ayuntamiento de Burgos,Juan Carlos Aparicio, nos ha notificado ofi-cialmente la concesión del título de Bur -galés de Pro para los cinco fundadores delGrupo Edelweiss, como reconocimiento a lalabor realizada desde hace 60 años.Todavía no está fijada la fecha definitiva enque se hará la entrega oficial de los nombra-mientos.

IV.3. Difusión CulturalSe colaboró con el artista Fernando

Fueyo en la selección de algunos de loslugares finalmente elegidos por él paraincluir en su publicación Rocas, suelos ypaisajes de Burgos , editada por Caja deBurgos, varios de ellos relacionados con elkarst burgalés, que cerraba la trilogía Unamirada natural . En el último trimestre delaño, en la Casa del Cordón, pudo contem-plarse una selección de sus obras.

El día 16 de mayo estuvimos grabando,en Radio Espinosa, varios programas sobrelas cavidades de Las Merindades.

El 10 de julio conferencia de FranciscoRuiz en el Centro Cívico de Sotopalaciossobre el Karst de Burgos y la Sierra deUbierna, en particular.

Revista Cubía 13. Otros artículos reali-zados íntegramente por miembros delGrupo:• “Memoria de Actividades 2009 ", pp. 2-7,por Miguel Ángel Martín.• “Karst de yesos en Burgos. IV. Valle deLeón, Valdebasaba, y Valdefrailes. Belo -rado, Burgos ", pp. 24-27, por TeresianoAntón.• “El Grupo Espeleológico Edelweiss.Miembro de Honor de la SociedadGeográfica Española ", pp. 30-31.

En este apartado también queremosincluir el constante crecimiento y actualiza-ción de la página web www.grupoedel-weiss.com, cuyo webmaster es el miembrodel Grupo Miguel Ángel Rioseras, en la quelas novedades que se producen en relacióncon el karst de la provincia de Burgos, prác-ticamente se ven reflejadas en el mismo díay en la que mantenemos información detalla-da de casi 1.500 cavidades de la provinciade Burgos, aparte de un numeroso reperto-

rio de artículos, colaboraciones y pdf's detrabajos impresos en estos últimos años.También se ha iniciad la colaboración con elportal internacional de información espele-ológica www.grottocenter.org

IV.4. Otras AccionesColaboración habitual con la Sociedad

Española de Espeleología y Ciencias delKarst, de la que es presidenta desde 2007 lamiembro del GEE Ana Isabel Ortega Martí-nez y otros tres miembros forman parte desu Junta Directiva. En 2010 se participó enla organización de las XXI Jornadas Científi-cas de la SEDECK que tuvieron lugar del 19al 21 de marzo en Ardales (Málaga), entorno a las Cuevas del Guadalteba y el Tor-cal de Antequera.

Sumidero de la Cueva delAgua. Basconcillos del TozoFoto César Velasco Arnáiz

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8 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 14 - Enero 2011

CCon este artículo cerramos uncapitulo más en el estudio de laspequeñas zonas espeleológicas

de la provincia de Burgos. Situadas apocos kilómetros al norte de la capital,enclavadas entre la espectacular geo -logía de Las Loras y los yacimientos de laSierra de Atapuerca, las suaves elevacio -nes de Ubierna y Peñahorada están fuer -temente sometidas a la acción antrópica:carreteras, autovías, canteras y aeroge -neradores; aunque todavía escondenlugares de alto valor geológico y arque -ológico. Estas cavidades corresponden alos términos municipales de Huérmeces,Montorio, Merindad de Río Ubierna yValle de las Navas.

Delimitación y caracteriza -ción.

La Sierra de Ubierna y la Serre-zuela forman parte de una unidadmorfoestructural más extensa que esel Borde Meridional de la CordilleraCantábrica, la cual a su vez y desdeel punto de vista geológico se divideen dos partes: la occidental, denomi-nada Banda plegada de Montorio-Ubierna que representa el límiteentre la Cuenca del Duero y laSuperficie Estructural de Los Pára-mos (la llamada Plataforma Burgale-sa) y la oriental, la Banda plegada deRojas-Santa Casilda, que materializa

la separación entre la Cuenca del Duero y laDepresión de La Bureba que pertenece a laCuenca del Ebro.

Todo el conjunto, que tiene una longitudde unos 80 Km, discurre desde el Paleozóicode la provincia de Palencia, al NO, hasta queal SE, en la Sierra de Ubierna, se curva paraadoptar la dirección SO-NE. Está sometido aunas manifestaciones tectónicas muy inten-sas y complejas en las que se desarrollanestructuras, entre las que destaca la Falla deUbierna, que dan lugar a afloramientos diapí-ricos como los de Quintanilla-Pedro Abarca,Montorio, Castrillo de Rucios y los de Salini-llas de Bureba y Buezo.

El área de estudio de la que se ocupaeste artículo está comprendida dentro de lossiguientes límites: por el Oeste, el río Úrbeldesde Huérmeces hasta el arroyo de SantaCecilia, donde seguiremos el cauce de este,hasta encontrar el contacto de los materialesmesozóicos con el Terciario de La Bureba,representado por la línea que va desde elpueblo de Quintanarrio pasando por Mata,Gredilla la Polera, La Molina de Ubiernahasta Tobes y Rahedo al Este. El límite orien-tal lo define la carretera BU-V-5003 que llevaa Robredo-Temiño. Por el Sur seguiremos elcauce del río Rioseras hasta el pueblo homó-nimo y continuaremos por el contacto con losmateriales del Terciario de la Cuenca delDuero que sigue la línea que pasa por Villa-verde-Peñahorada, Ubierna y acabar, denuevo, en Huérmeces.

Las Cavidades de La Sierra de Ubiernaentre los ríos Úrbel y Rioseras

Subzonas BU-VI.A y VI.B. Burgos

Francisco Ruiz GarcíaAna Isabel Ortega MartínezMiguel Ángel Martín Merino

G.E. Edelweiss

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De esta manera hemos delimitado unafranja de aproximadamente 68 Km2, de unos19 Km de largo por una anchura máxima queno supera los 4 Km orientada en la direcciónNO-SE y en cuyo extremo suroriental empie-za una curvatura hacia el NE. Superficie quese reparten entre los ayuntamientos de Mon-torio, Huérmeces, Merindad de Río Ubierna yValle de las Navas y en la que además delos pueblos antes citados se encuentran losde Castrillo de Rucios, San Martín de Ubier-na y Peñahorada. En el Catastro Espeleo-lógico de Burgos ocupa parte de las subzo-nas BU-VI.A y BU-VI.B.

El acceso natural es seguir las carrete-ras N-623 y N-627 o la CL-629, vías queunen Burgos con Cantabria, aunque para lle-gar hasta Huérmeces hay que seguir la BU-622, que partiendo de Burgos, pasa porQuintanadueñas, Mansilla de Burgos y enSantibañez-Zarzaguda remonta el valle delrío Úrbel.

GeologíaDe acuerdo con la tectónica distinguire-

mos dos unidades estructurales (ITGE 1997):la Franja plegada de Montorio-Ubierna y laFalla de Úrbel o de Ubierna.

Desde el límite con la provincia dePalencia hasta la localidad de Montorio, laFalla de Ubierna coincide con el límite de laFranja plegada con otra importante unidadestructural: la Plataforma estructural de losPáramos o Plataforma Burgalesa. Sinembargo, a partir de la citada localidad latraza de la falla se "desfleca" en varias frac-turas que afectan a todo el ancho de la Sie-rra de Ubierna y en el mismo sentido de

elongación general, ONO-ESE. Por lo tantola estructura geológica de la Sierra de Ubier-na es muy compleja ya que a la presencia delas apuntadas fracturas se superponenvarios tipos de plegamientos.

En la mitad occidental conviven acusa-dos plegamientos como en el entorno deUbierna y San Martín de Ubierna, donde sonespectaculares las crestas producidas por laverticalidad de los estratos, con importantescabalgamientos como los de Valdegoba enHuérmeces o el de Ubierna, o el diapirismoexistente sobre la Falla de Ubierna o en Cas-trillo de Rucios.

Hacia el Este, y sobre todo a partir dePeñahorada la Falla de Ubierna divide a lasierra en dos áreas: La de la Serrezuela o dePeñahorada al norte y la de Montecillos-AltoCruces al sur.

La Sierra de la Serrezuela es un anticli-nal sobre cuyo flanco norte se dispone elTerciario de La Bureba. Es una sencillaestructura que se prolonga hacia el este apartir de la garganta de Trescastros, desde lacarretera que lleva al pueblo de Tobes yRahedo hacia la Franja plegada de Rojas-Santa Casilda.

El área de Montecillo-Alto Cruces es unasucesión de pliegues afectados por la fractu-ración, cuyo ejemplo más espectacular sepuede apreciar en la garganta del arroyo dela Hoz, entre Villaverde-Peñahorada y Peña-horada.

Con respecto a la estratigrafía, en lazona afloran mayoritariamente materiales delCretácico superior que están comprendidosentre las arenas, gravas y arcillas del Albien-se inferior y las arcillas rojas y conglomera-

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dos del Terciario. Los fenómenos de diapiris-mo hacen aflorar materiales del Keuper.

La unidad estratigráfica más extensa sonlas calizas y dolomías del Turoniense supe-rior-Coniaciense que destacan en el relievepor las cresterías de las gargantas de Tres-castros, Peñahorada y Ubierna.

También son fácilmente reconocibles lascalizas y calcarenitas del Santoniensemedio-superior, visibles como otra cresteríaque sirve de techo al anticlinal de la Sierra dela Serrezuela y sobre el que se sitúan losmateriales del Terciario de La Bureba. Sonobservables en el antiguo paso a nivel dePeñahorada.

Entre ambas unidades se sitúa un tramomargoso del Santoniense inferior que debidoa su carácter erosionable aparece como unadepresión que se puede seguir desde el vallede Vadeveterros hasta Peñahorada y por elvalle colgado de Carbonera en la Sierra de laSerrezuela.

GeomorfologíaSon cuatro los rasgos morfológicos

generales más importantes de la zona:Las crestas calizas, las gargantas, los

valles de control litoestructural y las superfi-cies de erosión.

Las crestas calizas aparecen flanquean-do las alturas de los valles, representandoescarpes verticales planos y de longitud

hecto/kilométrica en los que se puede apre-ciar el acusado buzamiento, incluso la verti-calidad de los estratos.

Asociadas a las estructuras tectónicas ya los materiales carbonatados se ha produci-do el desmantelamiento de los citados mate-riales creándose valles semicerrados longi-tudinales según la dirección de las estructu-ras. Son varios los valles que siguen estecontrol litoestructural (Benito 2004) ya que enesta zona de la sierra la Falla de Ubierna sedesdobla, y así tenemos el valle de Valdeve-terros, los valles de los arroyos Villaverde yVegarredonda en Peñahorada y el valle delarroyo Robredillo.

También se han producido valles a favorde otros tipos de estructuras como los casosdel valle del Rucios, en un anticlinal, o delvalle del arroyo de Espinosa, en un cabalga-miento.

Otra característica singular de la morfo-logía de la sierra son las gargantas de losríos Úrbel, Ubierna, río de la Hoz y de la gar-ganta de Trescastros en la cabecera del ríoRioseras.

Desde su nacimiento el río Úrbel siguesu trazado a lo largo de la Banda Plegadaaprovechando la debilidad producida por laFalla de Ubierna, pero una vez sobrepasadoMontorio el río gira hacia el S y se sobreim-pone a las estructuras, seccionando trans-versalmente la Banda plegada en donde

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Fotomontaje realizado sobre ortofoto ycartografía vectorial: Francisco Ruiz

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excava un valle estrecho y meandriforme.Idéntica descripción vale para el río Ubierna,el cual nace en el páramo de Masa.

Sin embargo por la garganta de Peñaho-rada discurre el Arroyo de la Hoz, de carácterautóctono, ya que el río que debiera atrave-sar esta garganta ha sido capturado, hacia lacuenca del Ebro, por el avance del escapeerosivo de los materiales terciarios de LaBureba. Este proceso de captura, en el queel río Homino ya vierte al Ebro, sigue actual-mente hacia el Río Ubierna y su afluente elJordán (Pineda 2006).

Al este se encuentra la garganta deTrescastros, que aparece en la toponimiacomo La Cañada. Es una amplia garganta,sin circulación de aguas, en la que destacanespectacularmente los riscos calizos, queculminan el valle de Carbonera.

Junto a estas grandes gargantas, mere-ce la pena destacar, otras de dimensionesmás modestas como son la de la cabeceradel Arroyo de Rucios y la Garganta de LaPolera.

Y por ultimo, uno de los rasgos morfoló-gicos característicos son las superficies deerosión que afectan a las zonas altas, sobrelas cotas de 1.000-1.030 m, formando planosque se desarrollan en los materiales carbo-natados, en los que se sitúan dolinas, algu-nas de las cuales han sido capturadas por lared de drenaje, igualmente formada por losprocesos de disolución y que actualmentese encuentran ocupadas por materiales arci-llosos.

Estas superficies de erosión se encuen-

tran incididas por los anteriormente descritosvalles de control estructural, los cuales en unprincipio podrían haber sido valles kársticos,quedando sus fondos ocupados por materia-les detrítico arcillosos y por ello convertidosen tierras de labor.

Hidrología e Hidrogeología.Todos los ríos y arroyos que nacen o

discurren por la zona estudiada pertenecen ala cuenca del Duero tributando al ríoArlanzón, aunque en la actualidad, y comose ha apuntado anteriormente, se está pro-duciendo el proceso geomorfológico de lacaptura del río Ubierna por el retroceso erosi-vo de la Cuenca del río Ebro en la Bureba.

Desde el punto de vista de la hidrogeo-logía la Franja plegada y sus materiales cali-zos del Cretácico superior, desde la provinciade Palencia hasta Santa Casilda en las cer-canías de Briviesca, conforman el SistemaAcuífero nº9 (I.G.T.E. 1997a y 1997b), tam-bien denominada Unidad HidrogeológicaQuintanilla-Peñahorada-Atapuerca (I.G.T.Eet all, 1998).

Dentro del marco de nuestro estudio seencuentran cuatro subunidades: • El acuífero de Quintanilla Pedro Abarca.Aunque buena parte de la extensión de estasubunidad se halla fuera de nuestros límites,incluimos el pago de Sobrecueva, cerca deMontorio, y los cerros de Castrillo de Rucios.Son calizas y dolomías del Turoniense-Coniaciense y calizas del Santoniense.• El acuífero de Villaverde-Peñahorada,materiales del Turoniense que van desde

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Huérmeces hasta Robledo-Temiño, delimita-do al N por la Falla de Ubierna.• El acuífero de Peñahorada, formado por lascalizas y dolomías del Turoniense-Coniacien-se, se extiende desde San Martín de Ubier-na, Peñahorada hasta Robledo-Temiño.• El acuífero de Gredilla la Polera, está cons-tituido por los materiales calcáreos del Santo-niense que van desde esa localidad y se pro-longan hasta las inmediaciones de SantaCasilda.

La recarga de los acuíferos se realizapor infiltración del agua de lluvia y por circu-lación kárstica, mientras que la descarga serealiza por fuentes y surgencias que vierten ala red fluvial.

Antes de entrar en la descripción de losdiferentes sectores en que hemos subdividi-do a la zona estudiada, debemos precisarque nos ha parecido oportuno realizar unaredefinición de la división de partidas delCatastro Espeleológico de Burgos, dejandofijada la separación entre las partidas BU-VI.A y BU-VI.B por el río Úrbel desde La Pie-dra hasta Huérmeces, dejando incluida latotalidad de la comarca de Las Loras dentrode la partida BU-VI.A.

También hemos creído conveniente rea-lizar otra modificación puntual a la divisoriade zonas en el límite norte de la partida BU-VI.B, llevando su límite norte desde la másimprecisa alineación entre Montorio, Castrillode Rucios y Gredilla la Polera, para enlazarlos cursos del Úrbel y del Ubierna, a la unpoco más alejada y precisa entre Montorio yQuintanilla Sobresierra, valle recorrido poruna pista de fácil tránsito que facilita plasmarvisualmente la divisoria.

Cavidades de HuérmecesSe localizan en el borde SO de la zona

estudiada, concretamente en la margenizquierda del cañón del Úrbel, río que marcala divisoria geomorfológica oriental de lacomarca de Las Loras (García, 1980), exten-diéndose hasta el río Pisuerga en su bordeoccidental.

Todas las cavidades que incluimos en

este sector son de fácil acceso, al localizarsejunto a diferentes caminos o la propia carre-tera. La Cueva del Horno es la única que sesitúa en lo alto del páramo, aunque la pistade los aerogeneradores finaliza justo antesde su boca de entrada. Todas las demáscavidades se abren en los diferentes escar-pes colgados sobre el Úrbel o sus pequeñosvalles tributarios, representando morfologíashorizontales en relación con antiguos secto-res surgentes. La Fuente de la Hoz es unasurgencia impenetrable utilizada para elabastecimiento de aguas de la localidad. Laúnica que se localiza un poco más alejada esla surgencia Pozo del Diablo, que se localizaen el otro extremo del sector, junto al pueblode Ubierna.

De este conjunto de cavidades, como severá en el apartado arqueológico, únicamen-te las Cuevas de Valdegoba fueron ocupa-das durante la Prehistoria, correspondiendoa un lugar de ocupación del Paleolítico medioen cuya boca central tuvimos ocasión dedescubrir en 1987 los primeros restos huma-nos de Homo neanderthalensis de la provin-cia de Burgos, con ocasión del levantamientotopográfico previo a su primera campaña deexcavaciones. Estas excavaciones mostra-ron además una ocupación durante el Neolí-tico y la Edad del Bronce.

Otras cavidades de este sector, talescomo la Gatera de Buzol, la Cueva de laMora, la Cueva de los Carlistas o las Cuevasy Abrigo del Redil de Valdelebrín, a pesar deque en el análisis visual de sus superficies nohan proporcionado restos arqueológicos hayque indicar que reúnen características idóne-as para haber sido utilizadas como hábitats orefugios durante la Prehistoria.

Dada la simplicidad de sus trazados ymorfologías, omitimos realizar descripcionesadicionales a las que pueden deducirse de laobservación de sus topografías o la lecturade la tabla adjunta, en la que incluimos larelación de todas ellas junto a sus coordena-das, desarrollo y desnivel, mientras que enlas ortofotos figura su posicionamiento con-creto.

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Situación de las cavidades de HuérmecesFotomontaje realizado sobre ortofoto y cartografía vectorial del PNOARealización: Francisco Ruiz

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Situación de las cavidades de Huérmeces, Montorio y Quintanilla Sobresierra.Fotomontaje realizado sobre ortofoto y cartografía vectorial del PNOA.

Realización: Francisco Ruiz

Cuevas de Valdegoba I, II y III Foto: Miguel Ángel Martín Merino

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Abrigo del Redil de Valdelebrín. Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Situación de las Cuevas de Valdelebrín en el bordesuroccidental del pliegue, localmente fallado y conun importante deslizamiento Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva del Horno Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva y Sima de BuzólFoto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva de los Carlistas Foto: Miguel Ángel Martín Merino

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Cavidades de Montorio y Quintanillade Sobresierra

Se trata de un pequeño grupo de cavi-dades que se localizan en el borde NO de lazona estudiada, en los páramos localizadosal norte de la carretera Burgos-Aguilar deCampoo, entre las localidades de Montorio,Quintanilla Sobresierra y Castrillo de Rucios.Vienen posicionadas en la ortofoto del epí-grafe anterior, junto con las de Huérmeces, ylos accesos se pueden realizar por los dife-rentes caminos que parten de ambas locali-dades, mientras que las tres primeras sonvisibles desde la citada carretera.

Presentan morfologías de cuevas hori-zontales de pequeño desarrollo y abrigos,situados en el término del Becerril, a cotasde los 1.005-1.010, o la Cueva Sepulcral deSobrecueva cuya boca se abre en la superfi-cie de esta paramera a 1.025m de altitud. Elconjunto de Santa Cecilia destaca por desa-

rrollarse en los travertinos que delimitan lasestructuras calizas.

La Fuente de Santa Cecilia es una sur-gencia de las aguas de infiltración del pára-mo utilizada para el abastecimiento de lalocalidad. Debajo de ella existe un importan-te depósito de travertinos que se aprovechó,en momentos altomedievales, para labrarartificialmente la ermita rupestre de SantaCecilia, descubierta por nosotros en 1991.

Las cavidades arqueológicas son laCueva Sepulcral Sobrecueva y la Cueva delas Brujas, si bien la Cueva de los Moros, LaCuevatona y los Abrigos de Becerril presen-tan características idóneas para haber sidoutilizados como hábitats o refugios durantela Prehistoria.

Remitimos a las topografías, fotografíasy tabla adjunta para datos adicionales sobreeste grupo de cavidades.

La Cuevatona, casi ocultaentre las hiedras

Cueva sepulcral de Sobrecuevaen 2007

Foto: Miguel Ángel Martín Merino

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Cueva de las Brujas Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Abrigos de BecerrilFoto: Miguel Ángel Martín Merino

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Cavidades del Cañón del Rucios yCañón del Ubierna

Se trata de un nutrido grupo de cavidadesque se localizan en el Cañón del Rucios, acuyo tramo final se accede cómodamentedesde la localidad de San Martín de Ubierna,muy conocido entre los burgaleses por subelleza paisajística y geomorfológica, al abrirsepaso a través de la zona plegada del Ubierna,siendo varios los pliegues de gran plasticidadque pueden observarse fácilmente y que inclu-so llegan a generar pequeñas cavidades deorigen tectónico, habiendo considerado oportu-no catalogar, por sus dimensiones, a una deellas (el Abrigo del Anticlinal o Abrigo XX).

El acceso hasta las situadas en el tramoalto se realiza más cómodamente desde unazona habilitada para parada, aunque enorme-mente degradada por vertidos industriales,localizada 2km al NO de San Martín de Ubier-na, justo nada más terminar la empinada rectaque parte desde la localidad. Por último, LaCovatona es fácilmente visible desde la carre-tera que atraviesa el Cañón del Ubierna.

La más importante y conocida es la Cuevade San Martín. Posee cinco diferentes bocasde entrada y al pie de su boca principal naceuna surgencia kárstica utilizada como abaste-

cimiento de la localidad. Es una amplia galeríahorizontal, de clara génesis freática, labrada enun tramo con los estratos completamente verti-calizados, que discurre paralela al eje del ple-gamiento y del Cañón del Rucios, y que pare-ce haber tenido su origen en una captura delmismo, drenando buena parte de su caudal, alcoincidir en un tramo bastante angosto delcañón, justo antes de su afluencia, en elamplio valle formado a favor de la Falla delUbierna, con el río Ubierna. No obstante, lacavidad también posee aportes hacia su ejeprincipal que parecen provenir del interior delmacizo, canalizando las infiltraciones produci-das a favor, tanto de las juntas de estratifica-ción, como de la red de fracturas.

Todas las restantes cavidades, sin excep-ción, son de escaso desarrollo y desnivel, aun-que buena parte de ellas poseen interésarqueológico, y remitimos a las topografías,fotografías y tabla adjunta para conocer otrosdatos adicionales. Las 19 primeras se localizanen la margen derecha del Rucios, en su tramofinal más próximo a San Martín de Ubierna,mientras que las bocas 20 a 25 se localizan enla margen izquierda de este mismo tramo y las26 a 35 en el tramo alto del Rucios.

Tramo final del Cañón del Rucios, con la Cueva deSan Martín y, al fondo, Ubierna Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Anticlinal del Cañón del Rucios Foto: Miguel Ángel Martín Merino

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Entrada principal a la Cueva de San Martín Foto: Miguel Ángel Martín Merino

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Entradas 4 y 5 a la Cueva de San Martín Foto: Miguel Ángel Martín Merino

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Cuevas IX y X del Cañón del RuciosFoto: Miguel Ángel Martín Merino

Abrigos XI al XV del Cañón del RuciosFoto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva XIX del Cañón del Rucios Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Abrigo XX o del Anticlinal del Cañón del Rucios Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva de San Martín. Galería bajaFoto: Miguel Ángel Rioseras Gómez

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Detalle de la charnela en el Abrigo del Anticlinal delCañón del Rucios. Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Abrigos XXII al XXIV del Cañón del Rucios Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Covatona del Cañón del Ubierna Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva-Sima XXVI-XXVII del Cañón del Rucios Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva XXXII del Cañón del Rucios Foto: Miguel Ángel Martín Merino

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Cavidades de Ubierna y Gredilla laPolera

Incluimos un pequeño grupo de cavi-dades localizadas en el páramo de LaPolera, entre el Cañón del Ubierna y elCañón de Peñahorada, en un área domi-nada por el gran castro y necrópolis de LaPolera. En la actualidad los accesos máscómodos a todo el conjunto pueden reali-zarse, desde el sur, por el camino quecomienza en la ermita de Montes Clarosde Ubierna, desde el oeste, por el Caminode Espinosa que se inicia en el Cañón delUbierna y desde el norte, por el pueblo deGredilla la Polera.

En la tabla adjunta, en la ortofoto y en

las correspondientes topografías se pue-den observar, tanto su ubicación concretacomo sus principales características.

La existencia de algunos conductoscolgados, entre 110 y 100m, sobre losactuales cauces fluviales, inciden en unorigen relacionado con antiguos niveles debase, marcado por el río Ubierna. El con-junto de Cueva I, II y III del Camino deEspinosa y la Cueva de la Madriguera deValdeveterros están situadas a 1000 m dealtitud y 110m sobre el Ubierna (890ms.n.m.) y sus bocas se abren en el escarpecalizo formado por la incisión de los arro-yos del Camino de Espinosa y de Valdeve-terros, transversales al río Ubierna.

Situación de lascavidades de Ubierna

y Gredilla La PoleraFotomontaje realizado

sobre ortofoto ycartografía vectorial

del PNOARealización:

Francisco Ruiz

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La Cueva I del Camino de Espinosapresenta un conducto horizontal de 28mde longitud, paralelo al valle, formado afavor del nivel freático superficial, y desta-ca por sus brechas de aspecto pleistocenoque se conservan adosadas, tanto a techode su boca de entrada como a media altu-ra de su única galería. Estos rellenos pre-sentan una secuencia caracterizada porsedimento arcilloso en su base, documen-tado en todo el conducto, sobre el que, enel sector de entrada, se deposita una bre-cha de pequeños cantos calizos angulo-sos, aunque también pueden observarseotros de tamaño decimétrico, sin apenasmatriz, procedentes del entorno inmediato,que a techo aparece sellada por una cos-tra estalagmítica que ha carbonatado eldepósito.

Esta costra también recubre las facies

arcillosas del interior y representa unafase de cierta inactividad. La morfologíaactual es producto de una reactivaciónkárstica que erosionó y vació los sedimen-tos, en principio vinculada con fases erosi-vas pleistocenas.

El sector de entrada destaca ademáspor la gran acumulación de microfauna,indicio de que este espacio es ocupadopor rapaces, restos que, en menor medi-da, se observan a lo largo de todo el con-ducto inter ior . Aunque en su p iso seobservan algunos cantos de cuarcita,parecen tener un origen antrópico relacio-nado con la importante ocupación del cas-tro de La Polera.

En este sector se localiza la cavidadmás importante de toda la Sierra de Ubier-na: la Torca de Gredilla la Polera o Cuevade La Polera, tanto por ser la cavidad de

Cueva I del Camino de Espinosa y detalle de brechas a techoque evidencian una antigua reexcavación.Foto: Miguel Ángel Martín Merino

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mayor desarrollo de la zona, como por susmorfologías y por sus yacimientos arqueo-lógicos. Constituye una red tridimensionalde 472m de desarrollo, formada a favor dela estructura y la fracturación, que confor-ma un laberinto de conductos con dosniveles horizontales, situados a cotas deunos 985 y 990m de altitud, a unos 95-100m respectivamente sobre el río Ubier-na, unidos por salas y pozos.

Su actual boca de acceso representael colapso del techo formando una

pequeña torca apenas visible en el pára-mo a 992m de altitud, aunque cuenta con,al menos, otras tres antiguas entradas entorca, actualmente colmatadas.

Por la boca de entrada se accede auna galería bastante cortical, cuyos techosevolucionan apenas a 5 metros de lasuperficie, con una dirección predominanteSSE-NNO. El aspecto de este sector esbastante caótico debido a los numerososdesplomes de bloques y a los dos conosde derrubios existentes, el de la propia

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Diagrama direccional y red de fracturación dibujada sobrela ortofoto y la topografía de la Cueva de La Polera

Montaje: Francisco Ruiz

entrada y otro que se localiza en la salaprincipal, lugar en el que se han recogidonumerosos restos arqueológicos de dife-rentes momentos. Por el extremo SE de laboca se alcanza rápidamente un desnivelde 13m, similar al que llega a alcanzarseen el extremo E de la sala.

Desde el borde NE de la sala se des-ciende hacia un nivel ligeramente inferioren el que evoluciona el resto de la cavi-dad, con la misma dirección SSE-NNO, acotas del suelo entre 10 y 15m por debajode la superficie. Destaca una importantegalería de clara morfología freática, cuyoorigen se encuentra bruscamente inte-rrumpido, al SE, por un gran desplome.

Antes de alcanzar la otra gran sala dela cavidad, es cortada por una galeríatransversal, de dirección NNE-SSO, encuyo origen, también interrumpido por otrodesplome, se localiza una sima que permi-te alcanzar el punto más bajo, a 30m dedesnivel.

La sala NO de la cavidad está domina-

da por un gran cono de derrubios, conclastos muy sueltos, que puede remontar-se, no sin cierta dificultad, por una galeríalateral, hasta un punto próximo a la super-ficie en cuyo techo se observa la graninestabi l idad del mismo pues apenascuenta con matriz arcillosa. Se observanrestos arqueológicos, así como restosóseos, algunos de ellos humanos, perotambién de fauna doméstica.

La cavidad finaliza en su extremo NOen otro cono de derrubios pero de aspectomucho más antiguo, probablemente pleis-toceno, en donde se observan restos fósi-les.

Como podemos ver en el diagramadireccional y en la red de fracturas dibuja-das sobre la ortofoto y el plano de la cavi-dad, su tendencia general es claramentehacia el NNO, es decir hacia la cabeceradel valle que desciende hacia el pueblo deGredilla la Polera, en el que se también selocaliza, aguas abajo, la surgencia de LaPolera.

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Callejón de Polera Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Sala de entrada Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Acceso hacia el nivel inferior Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Torca de Gredilla la PoleraFoto: Miguel Ángel Martín Merino

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Mineralizaciones y brechas antiguas en diferentespuntos de la Galería Principal Fotos: Miguel Ángel Martín Merino

Tramo inferior del cono de derrubios holoceno de la sala final Foto: Miguel Ángel Martín Merino.

Tramo superior del cono de derrubios holoceno de lasala final

Fotos: Miguel Ángel Martín Merino

Galería Principal y detalle de mineralizaciones entorno al conducto de techo

Fotos: Miguel Ángel Martín Merino

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Cavidades del Cañón de PeñahoradaSe incluyen en este sector un pequeño

numero de cavidades localizadas principal-mente en el Cañón de Peñahorada por elque circula el río de la Hoz, cuya cabeceraha sido capturada por la cuenca del Ebro,poco antes de alcanzar la Sierra de Ubiernay el pueblo de Peñahorada. En alguno desus valles tributarios, generalmente sin cir-culación superficial, se localizan las últimascavidades catalogadas en este sector, aun-que las de Fuentesalce ya se encuentran enla cabecera del arroyo de Rahedillo, afluente

del Rioseras.Todas ellas son de escaso desarrollo,

por lo que remitiremos a la tabla adjunta, laortofoto y las topografías para conocer deta-lles adicionales. El Abrigo 2 del Cañón dePeñahorada y la Cueva del Vallejo de losTaberneros cuentan con yacimiento arque-ológico, pero la Cueva de la Cantera 2, elAbrigo 1, la Cueva de la Niebla y los Abrigosdel Redil I y II, a pesar de no localizarse evi-dencias en su superficie, cuentan con bue-nas perspectivas de albergar algún tipo devestigio.

Cuevas de la Cantera 1 y 2 Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Cavidades del Peñón Foto: Miguel Ángel Martín Merino

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Situación de las cavidades delCañon de Peñahorada

Fotomontaje realizado sobre ortofoto ycartografía vectorial del PNOA

Realización: Francisco Ruiz

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Entrada inferior a la Cueva de la Niebla Fotos: Miguel Ángel Martín Merino

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Situación de la Cueva de la Niebla Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Gran Abrigo del Redil I de FuentesalceFoto: Miguel Ángel Martín Merino

Gran Abrigo del Redil I de FuentesalceFoto: Miguel Ángel Martín Merino

Abrigo del Redil II de FuentesalceFoto: Miguel Ángel Martín Merino

Cavidades de Tobes y RahedoIncluimos en este sector las cavidades

localizadas al NE de la zona estudiada,conocida más propiamente como La Serre-zuela ya en término de Tobes y Rahedo. Enconcreto se sitúan en los escarpes localiza-dos al Oeste de la carretera a la que seaccede desde Robredo-Temiño, en el térmi-no conocido como La Cañada.

Desde el borde norte de esta zona,nada más atravesar el pequeño cañón queconduce a Tobes y Rahedo, se obtienenunas magníficas vistas del terciario de LaBureba depositado sobre todo el borde NEde la Sierra de Ubierna. Además los arroyosque surcan las cárcavas de esta zona, exca-vados en terrenos más blandos y tributariosde la cuenca del Ebro, están remontando su

cabecera hacia el NO habiendo capturadoya la del río de la Hoz, que en su día originóel Cañón de Peñahorada, ahora sin alimen-tación alóctona, y están próximos a capturarla cabecera del río Ubierna, de la que ape-nas les distancia un poco más de un kilóme-tro a la altura de Villalbilla Sobresierra y Gre-dilla la Polera.

La cavidad más importante es la Cuevade los Moros, un conducto de claro origenfreático cuya pendiente se ajusta al buza-miento de los estratos, que presenta yaci-miento arqueológico al igual que el granabrigo conocido como Cueva de las Grajasque presenta en superficie restos cerámicosy líticos, junto con algunas brechas, algunasde matriz más arcillosa y otras más antiguasy carbonatadas.

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Brechas similares a éstas se observan alo largo de diferentes puntos del escarpe, enespecial protegidas bajo algunos de los abri-gos existentes. Hemos catalogado uno deellos por sus dimensiones, apreciándosetambién en él numerosos protoconductos deorigen freático.

Tanto la Cueva de las Grajas II, peroespecialmente Cueva del Albín, a pesar deno observarse en su superficie restosarqueológicos, presentan un formidableaspecto para haber sido utilizadas comohábitats.

Situación de las cavidades de Tobesy RahedoFotomontaje realizado sobre ortofotoy cartografía vectorial del PNOARealización: Francisco Ruiz

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El terciario de La Bureba depositado sobre el borde NE de laSierra de Ubierna. La cuenca hidrográfica del Ebro ha remonta -

do hasta capturar la cabecera del río de la Hoz, de vertienteatlántica, y se encuentra ya muy próxima a capturar la del río

Ubierna. Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Cuevas de las Grajas I y IIFoto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva del AlbínFoto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva de los MorosFotos: Miguel Ángel Martín Merino

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Arqueología y Paleontología Los valles del Úrbel y del Ubierna han

servido a lo largo del tiempo de vías de comu-nicación y control de los diferentes gruposhumanos que ocuparon estas tierras durantela Prehistoria, aunque la ausencia de grandescomplejos kársticos condiciona que los regis-tros arqueológicos documentados en las cavi-dades no sean muy llamativos. A pesar deello, la intensa labor realizada por el GrupoEdelweiss a lo largo de su historia ha permiti-do reconocer e identificar la presencia huma-na en la mayor parte de los abrigos rocosos ypequeñas cuevas, principalmente durante laPrehistoria reciente, así como en los portalo-nes de las Cuevas de Valdegoba y SanMartín, cuyas mayores dimensiones son ade-cuadas para asentamientos humanos y refu-gios de animales desde el Pleistoceno. Estainformación completó el inventario de las car-tas arqueológicas de este sector (Campillo yRamírez 1983 y 1985-1986).

La Torca de Gredilla la Polera, con suscasi 500m de desarrollo, constituye la mayorcavidad del área de estudio y, a pesar de nodisponer de un fácil acceso al sector de entra-da, propicio para el hábitat, presenta uno delos conjuntos más interesantes, con registrosfaunísticos pleistocenos y restos arqueo-lógicos de la Prehistoria reciente y de épocamedieval.

La escasas intervenciones arqueológicasen esta región, centradas en la Cueva de Val-degova (con excavaciones de C. Díez y A. I.Ortega entre 1987 y 1989 y C. Díez 2006) y laCueva de San Martín (con prospecciones deG. Clark en 1972 y S. Corchón en 1986), nopermiten profundizar sobre las característicasde la ocupación del medio kárstico pero,como ya se ha comentado en los epígrafes

anteriores, son varias las cavidades que reú-nen características idóneas para albergarasentamientos humanos como hábitats orefugios temporales durante la Prehistoria,aunque superficialmente no se observen res-tos arqueológicos.

Los registros del Pleistoceno: laimportancia del tiempo de los nean -dertales

El hallazgo de fauna cuaternaria en elinterior de la Torca de Gredilla la Polera, enlos años 20 del siglo pasado, representa laprimera referencia paleontológica en yaci-mientos kársticos de esta región. RoyoGómez (1926) cita la presencia de restos cra-neales de rinoceronte, que asignó a Rhinoce-ros merckii, junto a huesos de Bos primige-nius. En 1955 y 2009 miembros del GrupoEspeleológico Edelweiss han reconocido lapresencia, en el sector de la chimenea final,de restos fósiles de équidos. La ausencia derestos de carnívoros y de presencia humanapleistocena parece indicar que los grandesherbívoros pudieron caer por pequeñas tor-cas de colapso, que constituyeron trampasnaturales y hoy se encuentran colmatadas. Laantigüedad de la cita, junto al desconocimien-to de la ubicación actual de los fósiles (en elInstituto Cardenal López de Mendoza se loca-liza una rama de hemimandíbula sin denticiónque pudiera pertenecer a esta cavidad), impi-de conocer su concreta atribución, dado quela revisión de restos referidos en la biblio-grafía a Rhinoceros merckii (=Dicerorhinusmercki) están siendo reasignados a Stepha-norhinus hemiotechus, especie ampliamentedistribuída en la Península Ibérica durante elPleistoceno medio y superior.

Otra cavidad con restos de fauna pleisto-cena es la Cueva de San Martín, existiendoen el Museo de Burgos un conjunto óseo,procedente de los trabajos de Corchón, endonde destaca la presencia de una falangede gran carnívoro, posiblemente hiena. LaCueva de San Martín es un conducto paraleloal valle del Rucios, cuyas paredes conservandepósitos marginales de sedimentos pleisto-cenos que contienen fósiles de animales,entre los que hemos identificado restos dehiena (Crocuta crocuta), especie distribuídaen Europa desde el final del Pleistoceno infe-rior. Fragmentos fósiles de huesos de anima-les, entre los que destacan la raíz de un dien-te de herbívoro, fueron abandonados u olvi-dados en el muro de la tapia de uno de loschalets del aparcamiento San Martín de

Restos fósiles en elcono pleistoceno

Fotos Miguel ÁngelMartín Merino

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Ubierna que da acceso al valle de Rucios, ypor las características de los restos podemosintuir que proceden de esta cavidad.

Presencia de rellenos posiblemente pleis-tocenos se documentan en la Cueva de lasGrajas de Tobes y Rahedo en la que desta-can, junto a brechas cementadas, sedimentosrojizos con abundante microfauna y la pre-sencia en superficie de una pieza tallada desílex.

La presencia humana más antigua eneste territorio se documenta con los yacimien-tos al aire libre relacionados con tipologías líti-cas del Paleolítico inferior de las localidadesde Montorio, Gredilla la Polera o Sotopala-cios, aunque son más abundantes los conjun-tos tipológicos del Paleolítico medio, vincula-dos con estaciones al aire libre, que muestranmayor ocupación y aprovechamiento del terri-torio a favor de los valles del Úrbel, Ubierna yArlanzón, vías naturales de comunicaciónhacia el interior de la Meseta.

Con el Paleolítico medio se relacionan lasprimeras evidencias sobre el uso de las cavi-dades de la Sierra de Ubierna, destacando elyacimiento de la Cueva de Valdegoba deHuérmeces Las cuevas de Valdegoba, catalo-gadas desde los años sesenta por el GrupoEspeleológico Edelweiss, constan de tresconductos horizontales, colgados y abiertos alCañón del Úrbel, a 930m de altitud.

El central (Cueva II de Valdegoba) alber-ga en su portalón un interesante yacimientode la primera mitad del Pleistoceno superior(Quam et al. 2001; Díez et al. 1989, Ortega2001), que fue excavado entre 1987-1991 y2006. Además de un importante registroarqueo-paleontológico, presenta los únicosrestos fósiles de Homo neanderthalensis deCastilla y León: cinco individuos, un bebé deentre 6 y 9 meses, dos jóvenes de entre 13-14 años y un individuo adulto, junto a un frag-mento de falange que no ha permitido identifi-car la edad. El Grupo Espeleológico Edel-weiss localizó e identificó como tal, durantelas labores topográficas de 1987 previas alinicio de la primera campaña de excavacio-nes, el primer fragmento de una mandíbulainfantil, que después se completaría con otrosfragmentos y diversas piezas dentales.

La abundante industria lítica, realizadaprincipalmente en sílex y cuarcita, procededel entorno inmediato y se adscribe al Modotecnológico 3. Se desarrolla a partir de mode-los de explotación centrípeta, en donde la téc-nica levallois y laminar también están presen-tes. Los útiles más frecuentes son raederas y

denticulados, seguidos de puntas, raspadoresy cuchillos de dorso, que se incluyen entre losconjuntos del Paleolítico medio clásico. Elregistro se completa con abundantes frag-mentos óseos, principalmente de rebeco,identificando huesos quemados, marcas decarnicería y algunos percutores en hueso. Porúltimo destaca la presencia de varios frag-mentos de ocre que pudieran relacionarsecon actividades de adorno corporal y signifi-cación simbólica por parte de los neanderta-les.

El registro faunístico se caracteriza por laabundancia y variedad de especies, indicativode un ecosistema rico, con predominio delrebeco y del ciervo, sobre el corzo, rinoceron-te, jabalí y bóvido. Entre los carnívoros desta-ca la presencia de hiena, oso pardo, zorro ylobo, sobre los restos del gran oso de lascavernas, pantera, nutria, tejón, lince o gatomontés. Aparecen principalmente en el tramoinferior de la secuencia, lo que es indicativode un uso exclusivo de la cavidad como refu-gio de hibernación y cría. Por su parte, eltramo superior se caracteriza por la riquezadel registro arqueológico, reflejando la impor-tancia de las ocupaciones humanas vincula-das con campamentos estacionales de caza-dores especializados en la captura de rebe-cos. Valdegoba representa un excelentepunto de vigilancia del territorio de caza, alsituarse a 35m de altura sobre el valle delÚrbel, en el centro del pequeño cañón kársti-co, paso obligado para las faunas y los huma-nos durante el Pleistoceno superior relaciona-do con los estadios isotópicos 3-6 en laPenínsula Ibérica (Quam et al. 2001).

Hay que destacar la importante reactiva-ción kárstica que presenta, relacionada confases finales del Pleistoceno superior, que

Mandíbula de Valdegoba Foto Rolf Quam

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produjo el vaciado de gran parte de los sedi-mentos, conservándose únicamente los depó-sitos fosilíferos adosados a las paredes y pro-tegidos por espeleotemas y la morfología delconducto.

Reactivaciones hídricas se documentantambién en otras cavidades de esta zonacomo las cuevas de San Martín, La Polera,Camino de Espinosa I, Niebla y Grajas I, mar-cando un vaciado generalizado de los depósi-tos kársticos, evento que se complementacon la ausencia de vestigios arqueológicosdel Paleolítico superior, lo que incide en laidea de estar ante un espacio apenas habita-do.

El Holoceno: La ocupación de las gen -tes de la Prehistoria reciente

Con la llegada de las gentes del Neolíticoy Edad del Bronce se consolida la ocupaciónde este espacio. Las excavaciones en Valde-goba también sacaron a la luz registros deocupación relacionados con estas fases (Díezet al. 1989) y el Inventario Arqueológico Pro-vincial (IAP) muestra una concentración deyacimientos de la Prehistoria reciente entorno a los valles del Úrbel y del Ubierna.

El afianzamiento del proceso de neolitiza-ción se desarrolla en paralelo a la construc-ción de tumbas megalíticas, hitos espiritualesy territoriales (pues constituyen lugares deculto a los antepasados) de los diferentes gru-pos. La distribución megalítica en este áreaes muy dispersa y de amplia cronología,representando un espacio semivacío deconexión entre las grandes áreas megalíticasde Sedano, al Norte, y Atapuerca, al Sureste,(Moreno Gallo 2004). Al norte del área aquítratada están inventariados los dólmenes dela Mina I y II de Montorio y el conjunto de dól-menes y túmulos del alto del Becerril de Quin-tanilla Sobresierra. Con este conjunto puedeestar relacionado el posible menhir, descu-bierto por nosotros en 2009, situado al Estedel Abrigo del Becerril. Se trata de al menosdos fragmentos de una misma losa, cuyabase aparece hincada en la ladera, que debiómedir más de 2m antes de su fracturación.

En el área de la Merindad de Río Ubiernase conocen los dólmenes del Prado I y II deSan Martín de Ubierna, La Cuesta del Cuernode Ubierna y el grupo de Peñahorada con elmenhir Las Dos Hermanas y el túmulo delBrezal de las Cañadas. Pero la menor impor-tancia del fenómeno megalítico no implicauna menor ocupación del espacio, tal y comolo demuestran los abundantes yacimientos encueva. El importante número de cavidadessepulcrales acentúa el uso funerario delmedio kárstico. La distribución y característi-cas de estos yacimientos pone en evidenciala elección tanto de grandes cuevas como de

Menhir fracturado de Becerril (Quintanilla Sobresierra) Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Menhir Dos Hermanas de PeñahoradaFoto: Miguel Ángel Martín Merino

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pequeños conductos, abrigos e incluso estre-chos resaltes y grietas, lo que indica el per-fecto conocimiento que tenían del medio sub-terráneo y la completa ocupación del territo-rio.

Estos yacimientos se caracterizan porpresentar huesos humanos dispersos, y sinaparente distribución, sobre la superficie delsuelo de la cavidad, gatera o abrigo, situadosentre los cantos y bloques calizos. Tambiénes frecuente detectar la presencia de frag-mentos de cerámicas a mano, industrias líti-cas y huesos de animales. El catálogo decavidades sepulcrales del área estudiadaestá compuesto por nueves enclaves.

En el entorno del Valle del Becerril es lla-mativa es la Cueva Sepulcral de Sobrecueva,en Quintanilla Sobresierra, pequeña cuevasituada en el páramo a 1.025m de altitud. Secorrespondía con un yacimiento inédito quealbergaba un importante conjunto funerario,cuyos restos humanos habían sido apiladosen los bordes de la cueva, por un vecino deMontorio que vació la cavidad en 2005. Pos-teriormente su entrada fue nuevamente col-matada con piedras, imposibilitando su acce-so en la actualidad. En el entorno de la bocade la cueva se recuperó un fragmento de are-nisca ferruginosa, que posiblemente corres-pondería con parte del ajuar que presentaríael conjunto funerario.

La Cueva de las Brujas de Castrillo deRucios también presenta restos humanos ensuperficie. Se sitúa a 1009m de altitud en lapeña del mismo nombre enfrentada a la delNido del Buitre en donde se encuentra Sobre-cueva, delimitando la desembocadura delarroyo del Becerril. Es interesante indicarademás la presencia en este enclave del con-junto tumular del Alto del Becerril, con estruc-turas dolménicas propias del Megalitismojunto a pequeños túmulos más relacionadoscon fases de la Edad del Hierro, o el posiblemenhir por nosotros descubierto. Todas estasevidencias inciden en una importancia deeste espacio como lugar de enterramiento alo largo del tiempo. Su importancia ritual vieneademás avalada por la existencia, aguasabajo, de la ermita rupestre con necrópolis deSanta Cecilia, mártir paleocristiana del sigloIII.

Entre las cavidades sepulcrales quere-mos destacar la presencia de restos humanosde la Torca de Gredilla la Polera por ser unode los primeros yacimientos publicados. Estacueva apenas destaca en el entorno por tenerun acceso verticalizado en el páramo, incon-

veniente que solventarían con la instalaciónde algún tipo de estructura de apoyo. En suinterior se recuperaron fragmentos cerámicosa mano junto a restos humanos (RoyoGómez 1926; Hergueta 1934), localizándoseen la actualidad restos humanos tanto en elinterior del conducto horizontal, especialmen-te en la gran sala inicial, como en el sectorfinal de la cavidad.

Pero el sector en donde se produce unamayor concentración de cavidades sepulcra-les del área estudiada es en el pequeñoCañón del Rucios, en donde los yacimientosfunerarios se desarrollan a lo largo de sutramo inferior y en ambas márgenes delmismo, en pequeñas cuevas, gateras o grie-tas, de poca visibilidad, pero en relación conla ladera oriental del yacimiento El Cano.Estas cavidades son la Cueva de San Martín(Boca 5), Cueva VII, Cueva IX, Abrigo XIII y elAbrigo XIV-XV (Abrigo II de Carta Arqueológi-ca).

De entre este conjunto tres son inéditas(VII, IX y XIII), destacando la Cueva Sepulcral

Cueva sepulcral deSobrecueva. Superior: restos humanosapilados en 2005. Inferior:vaciado de los últimossedimentos en 2007. Foto: Miguel Ángel MartínMerino

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IX, por presentar una salita, descubierta pornosotros tras desobstruir parcialmente unapequeña gatera, repleta de huesos humanos.Junto a estos restos se documentan a modode elementos de ajuar fragmentos de cerámi-cas prehistóricas con tipologías propias defases campaniformes y de la Edad del Bron-ce. Entre los motivos decorativos destacanlas bandas paralelas de espigas incisas envarios fragmentos de una misma vasija o lasretículas incisas, junto a fragmentos de bordedecorados con impresiones. Varios fragmen-tos de vasijas tipo coladores y elementos deindustria lítica completan este conjunto. Seríanecesario proteger o excavar este yacimiento,dado que la simple entrada de visitantes dete-riora un registro arqueológico caracterizadopor su superficialidad.

Debe señalarse la relación espacial entrelas cavidades del tramo medio e inferior delRucios y los asentamientos del Bronce Final yEdad del Hierro de El Cano y La Vega-LaRibera-La Ruquera, que delimitan el valle porel Oeste y el Sur, lo que puede permitir enten-der la utilización del espacio como un todo, endonde la ausencia de grandes sistemas kárs-ticos con portalones adecuados para su uso,no ha eximido a las gentes de un uso sepul-cral de las cuevas y grietas, muchas de ellasde difícil acceso y escondida ubicación, testi-monio de lo que para ellos representaba estevalle. El traslado y concentración de pobla-ción en los castros situados en la paramera

situada al Este del Ubierna, entre los quesobresale el poblado y necrópolis de La Pole-ra, puede estar en relación con el abandonodel uso funerario de las cuevas del valle delRucios.

Ni en el Cañón de Peñahorada ni en LaNava de Tobes y Rahedo hemos visto restoshumanos en la superficie las cavidades, aexcepción de un posible fragmento de tibia deun individuo infantil de la cueva del Vallejo delos Taberneros, o de la Morena, de VillaverdePeñahorada.

Con la Edad del Bronce, la ocupación delterritorio es plena, como lo demuestran losnumerosos asentamientos descubiertos conlas obras públicas de infraestructuras delentorno de Burgos, entre los que destacan losyacimientos de El Cano, La Ribera de SanMartín, La Vega y La Ruquera por localizarseen el área de estudio.

El valle del Rucios es el sector con mayornúmero de yacimientos en cueva adscritos ala Prehistoria reciente y Protohistoria. En elAbrigo XXV (Abrigo I de Carta Arqueológica)se documenta un pequeño conjunto de indus-tria lítica (un núcleo de sílex, varias lascas yrestos de talla de sílex y cuarcita) junto acerámicas a mano. Fragmentos de cerámicasprehistóricas se localizan en el Abrigo XII(Abrigo III de Carta Arqueológica) y Gatera deRucios XVIIl, presentando las de esta últimacavidad el aspecto propio de las produccio-nes de la primera Edad del Hierro.

Tramo medio del Cañóndel Rucios

Foto: Miguel ÁngelMartín Merino

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Destaca el importante yacimiento de laEdad del Bronce en las Cuevas de SanMartín, conducto con cinco bocas, tres de lascuales son auténticos portalones, que seabren en la desembocadura del desfiladerodel Rucios. En el portalón más septentrional(boca 5), Campillo y Ramírez (1983 y 1985-1986) documentaron una intervención clan-destina que mostró un interesante conjuntoarqueológico, que se completa con piezasmedievales. Entre los restos cerámicos desta-can las producciones a mano de cocciónreductora y formas lisas, junto a fragmentosdecorados con técnicas incisas e impresas,piezas con apliques y digitaciones o un bordecampaniforme tipo Ciempozuelos. Tambiénrecogieron láminas de sílex y un molino demano barquiforme, junto a piezas metálicasque relacionan con un posible puñal de hie-rro, varios alambres de fíbulas de hierro y unfragmento de bronce de un posible torques.

Los materiales cerámicos de este yaci-miento muestran una amplia cronología, contipologías que se desarrollan desde el Neolíti-co hasta la Edad del Hierro, en donde desta-can elementos de mundo campaniforme yotros propios de las fases del Bronce Medioen la Meseta. Los elementos líticos y sobretodo el molino de mano incide en fases de laEdad del Bronce. Por su parte el repertoriometálico se relaciona con momentos transi-cionales del Bronce al Hierro. En conjuntoeste yacimiento estaría vinculado con losasentamientos El Cano, La Rivera de SanMartín-La Vega-La Ruquera situados en lasinmediaciones de la localidad de San Martínde Ubierna, que se incluyen en el conjunto deyacimientos con secuencias del Bronce Finaly Edad del Hierro del Valle del Ubierna (Abá-solo et al. 2008, Ruiz Vélez et al. 2001).Además, la presencia de restos humanosquemados pudiera hablar de prácticas funera-rias de incineración relacionadas con lasfases de la Protohistoria y las necrópolis de laprimera Edad del Hierro del conjunto deUbierna (Ruiz Vélez 2001), aunque hay queser conscientes que la cremación parcial derestos humanos se documenta en yacimien-tos del fenómeno megalítico y en cavidadessepulcrales como el Abrigo del Mirador, laGalería del Sílex y el Portalón de CuevaMayor de la Sierra de Atapuerca.

Entre las cavidades del Cañón de Peña-horada, el Abrigo 2 (Abrigo I de la CartaArqueológica) presenta un interesante con-junto de materiales arqueológicos. Entre losrestos cerámicos destacan piezas elaboradas

Cueva IX del Cañón del Rucios. Sala sepulcral Foto: Miguel Ángel Martín Merino

Cueva IX delCañón delRucios. Acceso ala sala sepulcral Foto: MiguelÁngel MartínMerino

Abrigo XXV del Cañón del RuciosFoto: Miguel Ángel Martín Merino

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a mano, con superficies alisadas o con trata-miento plástico de engobes rojos (barbotina),un fragmento de panza con verdugón conungulaciones y un pequeño resto de bordecon una banda de incisiones perpendicularesal labio, que se encuadran en tipologíasamplias de la Prehistoria. También se recu-peró una lasca de sílex y un colmillo de jabalí.

El abandono de las cuevas: faseshistóricas

La ausencia de hallazgos y restos en lascavidades estudiadas vinculadas a fases pro-pias de la Edad del Hierro, con la excepciónde la Cueva de San Martín y algunos restosde dudosa adscripción, constatan cierto aban-dono de las mismas, lo que unido al incre-mento de asentamientos castreños perma-nentes, con necrópolis en altura, marca lapresencia de un cambio de mentalidad enrelación con la tradición funeraria del uso delmundo subterráneo y las técnicas de inhuma-ción.

La ocupación de este territorio se com-pletará con la concentración de la poblaciónen asentamientos celtíberos y la posteriorromanización. Se constata la presencia decerámicas a torno de pastas naranjas y cla-ras, aunque la fragmentación de los restos nopermite dar una tipología más precisa, quepodrían relacionarse por la calidad de las pas-tas y la cocción con producciones celtíberas ode tradición indígena.

En el sector de entrada de la Cueva I delCamino de Espinosa, próximo a los castrosde Ciudad La Pedrosa y de La Polera, selocalizó en superficie un fragmento de jarra depastas naranjas muy decantadas. En el tramointermedio del conducto se localizaron un parde cantos rodados, uno de ellos con marcas

de percusión y extracción longitudinal junto apequeñas extracciones en uno de sus extre-mos y una huella de impacto en el otro, evi-dencias que caracterizan a un percutor paratalla bifacial, con una extracción accidentaldel proceso de explotación.

En otros enclaves en torno al castro ynecrópolis de La Polera se localizan ensuperficie cantos rodados de cuarcita. Este esel caso de la Cueva del Val de las Cuevas yde la Cueva de la Polera, así como la dolinamás profunda de este término, en dondealgunos cantos presentan marcas de percu-sión y extracciones de talla bipolar. A pesarde que esta técnica de explotación se desa-rrolla a lo largo de toda la Prehistoria y Pro-tohistoria, la situación y distribución espacialde estos hallazgos en relación con el yaci-miento de La Polera, permiten relacionarloscon las fases de ocupación de este asenta-miento castrense.

Entre el material documentado en super-ficie en las diferentes cuevas de este sectorhay que indicar la total ausencia de produc-ciones de terra sigillata, lo que apunta alabandono del medio subterráneo o por lomenos cierto desinterés por el uso depequeñas cuevas en un área fuertementeromanizada.

Por último, entre las producciones de

Cueva de las Grajas I Fotos Miguel Ángel Martín Merino

Uno de los túmulosfunerarios excavados

en La Polera, con estelacentral. En el escarpe

de la derecha se locali -zan las cavidades delCamino de Espinosa

Foto: Miguel ÁngelMartín Merino

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47Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 14 - Enero 2011

cerámicas a torno, se documentan tipologíasmedievales en varias cuevas del valle delRucios como en la Cueva de San Martín, ensu boca norte o boca 5, el Abrigo XXV (AbrigoI de la Carta Arqueológica), Abrigo XII (AbrigoIII de la Carta Arqueológica) y el Abrigo de laColmena (XXIV).

Interesante, por su calidad, es el conjuntomedieval procedente de la Cueva de La Pole-ra entregado al Museo de Burgos en 1972compuesto por cuatro vasijas muy completas,de tipologías ollas y jarras, y varios fragmen-tos de cerámica pintada, junto a un fragmentode hierro y un posible alisador (Grupo CulturalRamón y Cajal de Espeleología 1982). En elAbrigo 2 del Cañón de Peñahorada y en losabrigos y Cueva de los Moros de Tobes yRahedo también hemos documentado restoscerámicos a torno, con fragmentos de pastasclaras y grises, junto a piezas de vedríosmelados.

Con el mundo eremítico de la Alta EdadMedia se relacionan los restos de la ermita deSanta Cecilia, santa paleocristiana del sigloIII. Este eremitorio semirupestre, excavado enlos travertinos, conserva los rebajes parainsertar los mechinales de apoyo de la estruc-tura de madera, así como arcos de mediopunto y parte la bóveda del ábside. El sectordel ábside es la estructura eremítica mejorconservada, que en la actualidad presenta uncerramiento en el que se han insertado pana-

les de abejas fuera de uso. También apare-cen algunos rebajes en la roca que pudierancorresponder con posibles sepulcros y tum-bas antropomorfas. El dueño de esta iglesiarupestre nos comentó la extracción de variossepulcros. En diferentes sectores de esteconjunto se observan almacenados desorde-nadamente restos de estructuras medievalesjunto a elementos modernos.

En relación con el mundo medieval sesituarían la necrópolis de lajas descubiertaspor las obras de canteras de áridos localiza-das al pie de la ladera de las Cuevas de Val-degoba o la puesta al descubierto en la lade-ra de El Castro, por las obras de ensanche dela carretera de Burgos a Aguilar de Campoo,en las inmediaciones de San Martín de Ubier-na. A estas necrópolis hay que añadir la loca-lizada en la cantera de áridos existente 1kmal sur de Peñahorada, en la que también apa-recen restos de árboles fósiles miocenos.

Tras estas evidencias de época medie-val, las entradas de las cuevas y abrigos úni-camente se utilizarán como apriscos para res-guardar el ganado o como refugios tempora-les de pastores (Cuevatona de Montorio, elAbrigo de Becerril de Quintanilla Sobresierra,el Abrigo del Redil de Valdelebrín de Huérme-ces La Covatona de Ubierna, las Cuevas deSan Martín y los Abrigos del Redil I y II deFuentesalce, en Peñahorada), produciéndoseel abandono definitivo de estos espacios que

Fuente y Ermitarupestre de SantaCecilia (Montorio) Foto: Miguel ÁngelMartín Merino

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han constituido hitos ocultos en el paisaje detránsito durante la Prehistoria. Hay que indi-car que la Cueva de la Cantera 2 del Cañónde Peñahorada presenta una pintura moder-na de un bisonte en su pared norte, realizadaen torno a 1985, que ha acusado una granpérdida de pigmentación en los últimos 20años.

La relación de evidencias de actividadhumana se cierra con la presencia de unaestructura excavada en la roca, relacionadacon una posible antigua cantera caliza locali-zada en el término documentado en el sigloXV como de Valdechasus, descubierta porHéctor Hernando. Esta estructura presentaademás pequeños rebajes en los frentesexcavados de difícil interpretación pero queparecen muy posteriores en el tiempo, asícomo varias inscripciones grabadas en laroca, con una caligrafía propia de los siglosXIX y XX.

Queremos finalizar mostrando el agrade-cimiento al vecino de Ubierna Héctor Hernan-do, perfecto conocedor del territorio e investi-gador sobre la toponimia y documentación dela zona que nos ha indicado la existencia dediversas cavidades y yacimientos descubier-tos por él, y que eran desconocidos por noso-tros.

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Mandíbula de Neandert al de laCueva de

Valdegoba Únicos restos humanos de est a

especie localizados hast a lafecha en Castilla y León

El primer fragmento mandibularfue localizado por el Grupo

Espeleológico Edelweiss en1987

Foto Rolf Quam

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