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DESDE EL FOGÓN DE UNA CASA DE PUTAS WILLICHE G R A C I E L A H U I N A O POETA Y NARRADORA WILLICHE CHAURAKAWIN = TERRITORIO WILLICHE

Desde El Fogón de La Casa de Las Puta Willche de Graciela HUinao

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  • DESDE EL FOGN DE UNA CASA DE PUTAS WILLICHE

    G R A C I E L A H U I N A O

    POETA Y NARRADORA WILLICHE

    CHAURAKAWIN = TERRITORIO WILLICHE

  • Agradezco a la naturaleza

    por haberme enseado sus ciencias

    y a los aos a entender su composicin.

  • DESDE EL FOGN DE UNA CASA DE PUTAS WILLICHE

    El goce de los indgenas a los beneficios contemplados en los

    derechos generales de la ciudadana multicultural, sin

    discriminacin y en condiciones que permitan el libre ejercicio y

    disfrute de ellos, a efectos de revertir las situaciones histricas de

    exclusin, buscando alcanzar en los prximos aos niveles

    satisfactorios de desarrollo con identidad1

    Verdad y ficcin, al principio dos gotas en la cuenca de mis manos y de tanto llover

    sobre mojado de mi puo brot una vertiente, abrindose paso en remolino al turbio ro de mi

    imaginacin. No puedo negar: mis antepasados siempre me ayudan desclavar de la ruka2 las

    penas y fueron ellos los que labraron las canoas, por las cuales navegaron estas tres fuerzas

    para quedarse a orillas del Rawe3, en Chaurakawin4.

    As fue como un da me encontr desmalezando los recuerdos, olfateando el viento

    para levantar mi obra a su favor y no temer cuando vengan los malos tiempos. La naturaleza:

    madre, amiga y hermana fue el arquitecto que puso en mis manos de artesana la sabidura para

    moldear la tierra, en la cual se levant esta original casa de putas williche5.

    Como el hambre apareca Desde el fogn de una casa de putas williche en mi vida; una

    sensacin de vaco y no tener con qu llenarla, la desesperacin hizo que de mi propio costal

    arrancara una o dos races y lentamente empec a digerir cada captulo, cada personaje, as

    pude aliviar un poco el dolor. Confieso, el remedio fue peor que la enfermedad, ante mi mesa

    aparecieron los primeros tragos amargos, me los beb todos, hasta el ltimo concho cido

    sabiendo que era el vinagre de la vida, con su inconfundible sabor a viejo y abandono que

    nadie quiere probar.

    En complicidad con mis personajes, mediamos por la dignidad, respeto y transparencia.

    No niego, como mujer williche, marcada a fuego por las religiones y escondida bajo el

    cinismo de los Credos, estuve a punto de flaquear. Sin miedo, perecan decirme las putas 1 2.2 Principios Fondo Indgena pgina, 38. Plan de Reestructuracin, e Informe Ejecutivo, 2003. 2 Casa Mapuche. 3 Ro principal que atraviesa la ciudad de Osorno. Antigua frontera natural entre el pueblo williche y espaol primero, luego del ejrcito chileno: Barrio del mismo nombre. (Rahue). 4 Nombre histrico dado por los indgenas, a lo que hoy es la provincia de Osorno (fiestas de las flores chaura). 5 Pueblo originario del sur de Chile. (Gente del sur).

  • cuando me tembl la mano y me puse a llorar. Y creo que el pacto se cumpli con la ltima

    letra que escrib.

    Aferrada a sus propias creencias, la casa de remolienda: La trompa de pato, fue la

    libertad bailando en medio de la sala, all se cumpli a cabalidad el equilibrio espiritual y

    carnal. Pionera en levantar una nueva bandera en mi tierra: la prostitucin, y con sus propios

    colores flame como ltimo bastin de resistencia, en su forma y espritu.

    Al principio, escondida detrs de cada uno de mis personajes empec a tirar los hilos.

    De rodillas, como alguna vez lo hiciera mi abuela ante su telar, al tejerle una manta a mi

    abuelo; de ella tengo que haber heredado la sabidura de zurcir invisible en la vida. As pude

    coser mis propias heridas, a disfrazar la rabia con un verso cuando me han ofendido y a

    mostrarme fuerte si el miedo me persigue. Esa fue la plantilla que me sirvi de matriz, para

    dibujar a las hembras del prostbulo, ante todo: mujeres enredadas en la misma madeja. Y ellas

    me entregaron la punta del hilo de sus vidas, el cual empec a desenredar: hilos hervidos con

    agua de mar para que el tiempo no destia y races de rboles de fruto dulce para suavizar la

    textura de sus vidas.

    Pocos antecedentes histricos encontr en las races de mi pueblo al abordar el tema de

    la prostitucin, sindome difcil el encasillamiento del ser femenino, debido a que dentro de

    la cosmovisin mapuche siempre escuch hablar a mis antepasados de un ser total y en sus

    dilogos enfatizaban: todo trabajo dignifica a la persona si lo realiza libremente. Por

    naturaleza debo dejar en claro que en mi mundo mapuche, los trminos religiosos

    occidentales, y en particular el concepto pecado no existe. Y al tratar de buscar su

    justificacin y razonar sus misterios, deb de tener malos maestros en su explicacin, ya que

    an sigo sin entenderlos. En mapudungun6 el concepto compraventa de sexo, literalmente no

    existe y los vocablos de reemplazo apenas se acercan a la realidad.

    La credibilidad de un relato radica en transparentar acontecimientos que tal vez

    queramos omitir y, en la historia del pueblo mapuche existen algunos tropezones al respecto.

    De pblico conocimiento es sabido que, un lmen7 poda comprar una o varias mujeres,

    siendo l, el semental de su propia comunidad. Y por sobre todo, esta mujer deba de satisfacer

    plenamente a su dueo, ya que su comprador estaba en legtimo derecho a devolver la

    mercanca si el servicio brindado era de mala calidad. Y la peor afrenta en una mujer y su

    clan familiar era ser devuelta: caa sobre ella una maldicin social, empezando por su precio

    6 Lengua del pueblo mapuche. 7 Hombre rico, poderoso, acaudalado.

  • que bajaba ostensiblemente, pero la marca de segunda mano le quedaba por vida y

    arrastraba a su descendencia femenina a llevarla por ms de una generacin. A pesar de estos

    registros, en la oralidad histrica mapuche es sabido que la profesin ms antigua del

    mundo, por estas latitudes tiene una data de quinientos aos. Pero lleg a posesionarse y

    ocup sus propios territorios, como guerrillera fue la ms eficaz. El porcentaje ms alto de la

    poblacin indgena fue muerto con el arma ms terrible que trajeron los invasores: la venrea.

    Alguien dijo: Las obras literarias son partos, hijos. Yo, a las mas las veo como

    hermanas. Hemos nacido desde el mismo vientre: la tierra y diseadas con la misma sangre y

    matriz. Y al mirarme en el espejo de la vida, dira que Desde el fogn de una casa de putas

    williche es mi gemela, con todo su sabor y olor a sur Tras ser paridas, los cimientos que nos

    entregaron nuestros antepasados para afirmar nuestras vidas, muchas veces se doblaron al

    aprender a caminar y fue el coraje: la oracin de cada maana que haca florecer la voluntad

    de seguir por esta difcil y escarpada senda literaria.

    De a poco comenc a empinarme en medio de las letras, sujetada de mis poemas

    ingenuos; siendo mis primeros trancos amparados por relatos de brujos y duendes que volaban

    entre mis pginas en el pas de mi infancia: el sur. Y sigo tratando de caminar lentamente para

    no perder el equilibrio, sabiendo que debo saltar muchas vallas y ms de alguna vez

    trastabillar. Pero agarrada a la fuerza de mis antepasados, ni el moho de la vida, que empieza

    a amenazar mis huesos me detendr.

    Hoy, agradezco a la naturaleza por haberme enseado sus ciencias, y a los aos a

    entender su composicin. Aunque muchas veces, el conocimiento mapuche me grite que las

    putas podran ser mi sombra qu importa si vamos desbocadas por la vida, y s alguna vez

    logramos una madurez, sta ser obtenida tras las zancadillas que nos hizo la vida y lo ms

    importante: este espritu porfiado que mis abuelas tejieron en mi consciencia y que a veces me

    sirve para simular ser feliz. Y les aseguro, conociendo a mis ancestros a la sombra de una

    sagrada casa de putas, ellos deben de estar sonriendo en medio de los muertos.

    No es hora de arrepentimientos, ni de mirar atrs. Pareciera que me dijeran las putas

    rurales del sur. S que vamos a tranco firme entrando en la vejez, moriremos tal vez, algn

    da volveremos a ser sembradas en los campos del sur: tierra dnde putas y flores bailan bajo

    el cielo de la Butawillimapu8, en Chaurakawin.

    8 Las grandes tierras del sur.

  • Por ltimo, mi conciencia obrera mapuche, inclina la cabeza para ofrecer este humilde

    e ingenuo poema, a todas las trompa de pato originarias Y a las emigrantes que trajeron esta

    peguita a la tierra, que hoy duerme como un perro echado a los pies de la Cruz del Sur.

    LA LOIKA9

    Por qu canta la loika?

    Si le han cortado el rbol

    donde sola cantar.

    Tendr que buscar uno nuevo,

    cantando se va.

    Por qu canta la loika?

    Si le han robado la tierra

    donde iba a anidar.

    Tendr que buscar tierras nuevas,

    cantando se va.

    Por qu canta la loika

    Si no le dejan migajas

    para comer,

    porque el fruto de sus bosques

    se los robaron en un amanecer,

    la loika canta por no comer.

    Loika por qu cantas,

    slo por trinar?

    - Canto por mi rbol, migajas, tierras,

    por lo que fue mo ayer.

    - Canto por la pena de perderlo...

    Y porque loika... un da,

    un da se perdern.

    9 Pjaro originario, extinguindose.

  • Desde el fogn de una casa de puta williche, no cambiar la historia del pueblo

    mapuche ni chileno, pretencioso sera que fuera as. Bastara que slo fuese un grano de arena

    dentro del ojo de la sociedad de este pas tuerto.

    Ante ustedes:

    LA VERDAD HISTRICA de una simple casa de putas williche, e invito a la clientela a

    visitarla en la gran farra del BICENTENARIO ?

    LA REGENTA.