Mos. Florencio Armando Colín Cruz 7
Gracias familiares Alejandra Ma. Sosa Elízaga
Semanario católico de formación e información Año XVII • Número 879
del 29 de diciembre al 4 de enero de 2014
www.desdelafe.mx
4
El Credo explicado en el Año de la Fe
“Hagamos nuestro el deseo de la Paz” En su primer mensaje de
Navidad Urbi et orbi, ante una abarrotada Plaza de San Pedro, el
Papa Francisco hizo un llamado por la paz en el mundo, y acabar con
“¡las guerras que destrozan tantas vidas y causan tanto
sufrimiento!”, e invocó la conversión de los violentos, para que
depongan las armas. A los creyentes les pidió que recen por esta
intención, y a los no creyentes que la deseen.
2
Un año nuevo sin supersticiones
02 No. 879 del 29 de diciembre al 4 de enero de 2014
Directorio Presidente del Consejo Editorial: Pbro. Hugo Valdemar
Romero • Editor: Roberto Demian Alcántara Flores • Colaboradores en
este número: • Alejandra M. Sosa Elízaga • P. Óscar Arias
Bravo
P. Sergio Román del Real • Mons. Salvador Martínez • P. Eduardo
Lozano • Reporteros: Carlos Villa Roiz • Zoila Bustillo • Francisco
Luna Macías • Jefe de información: Miriam Jessica Apolinar Sánchez
Portada: Manuel Medina Parra • Diseño: Manuel Medina Parra •
Cristina Bustos Amores • Publicidad y Relaciones Públicas: Alex
Pérez • Venta y distribución: Alan Ortega 5518-4099
Año XVII. Número 879 • 29 de diciembre de 2013 • “Desde la fe” es
una publicación semanal editada por la Arquidiócesis Primada de
México, A.R. San Juan de Dios Núm. 222-C, Col. Lázaro Cárdenas,
Del. Tlalpan, C.P. 14370, México, D.F. Teléfono: 5518-4099. Correo
electrónico:
[email protected] • Páginas web:
http://www.desdelafe.mx • Núm. de certifi cado de licitud de título
10295 • Número de certifi cado de Licitud de contenido 7223 •
Número de reserva al título en Derechos de autor:
/98-120912293000-101 • Distribuido por: Unión de Expendedores y
Voceadores de México, A.C. • Guerrero Núm. 50, Col. Guerrero,
México, D.F. • Impresión: Editorial de Periódicos La Prensa,
Basilio Vadillo Núm. 40, 3er piso, • Col. Tabacalera, 06030 México,
D.F.
DLF Redacción
El Papa Francisco llamó a los fi eles a ser constructores de la paz
y pidió el cese de los confl ictos bélicos en el mundo, durante su
primer mensaje Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), en el que re-
cordó que “Dios es nuestra paz: pidá- mosle que nos ayude a
construirla cada día en nuestra vida, en nuestras fami- lias, en
nuestras ciudades, en el mundo entero”.
Ante una Plaza de San Pedro colma- da de fi eles de todas partes
del mundo, el Papa Francisco salió al balcón central de la Basílica
en el Vati cano, para anun- ciar su mensaje Urbi et Orbi, que
inició con estas palabras: “Queridos herma- nos y hermanas de Roma
y del mundo entero: ¡Feliz Navidad!”
Hizo referencia al signifi cado de la verdadera paz, que “no es un
equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura ‘facha- da’, que esconde
luchas y divisiones. La paz es un compromiso coti diano, que se
logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en
Je-
Ora el Santo Padre por la paz mundial
sucristo”. Su mensaje estuvo dirigido a todos aquellos que sufren
por la violen- cia, las guerras y venganzas alrededor del
mundo.
Al recordar el nacimiento del Salva- dor, el Papa Francisco invitó
a los fi eles a refl exionar acerca de tantos confl ic- tos que
rodean a la humanidad entera: “pensemos en los niños, que son las
vícti mas más vulnerables de las gue- rras; pensemos también en los
ancia- nos, en las mujeres maltratadas, en los enfermos… ¡Las
guerras destrozan tan- tas vidas y causan tanto sufrimiento!”
Recordó el actual confl icto armado en Siria, y dijo: “Sigamos
rezando al Se- ñor para que el amado pueblo sirio se vea libre de
más sufrimientos y las par- tes en confl icto pongan fi n a la
violen- cia. Hemos podido comprobar la fuerza de la oración. Y me
alegra que hoy se unan a nuestra oración por la paz en Siria
creyentes de diversas confesiones religiosas”.
Entre otras naciones azotadas por la violencia y las carencias
materiales, el Santo Padre pidió por la paz en: Re-
pública Centroafricana, Sudán del Sur, Nigeria, Somalia, y
República De- mocráti ca del Congo, y elevó su ple- garia porque
lleguen a feliz término las negociaciones de paz entre israe- líes
y palesti nos, así como la paz en Irak y la península de Corea.
Pidió por los migrantes, para que no se repitan
tragedias como la de Lampedusa. Rezó porque se termine la
explotación
indiscriminada del planeta, así como por la ayuda a las vícti mas
de los desastres naturales, como el ti fón Haiyan, en Fili- pinas.
Al término de su mensaje, el Papa Francisco imparti ó su bendición
Urbi et Orbi, y concedió indulgencias.
Dedica mensaje Urbi et Orbi a aquellos que sufren por los confl
ictos bélicos.
No. 879 del 29 de diciembre al 4 de enero de 2014 03
ORGANIZACIÓN EDITORIAL MEXICANA
Periódico de formación e información católica
Responsable de la línea editorial y del contenido de todos los
artículos del presente ejemplar, es la Ofi cina de Comunicación
Social de la
Arquidiócesis Primada de México.
Mario Vázquez Raña Presidente y Director General • Francisco Torres
Cano Director Nacional de Ventas • Jimena Saldaña de Aja Directora
Adjunta a la Presidencia • Francisco Torres Vázquez Secretario
Particular del Presidente y Director General • Jesús Sánchez
Villarreal Director Nacional de Administración • Pilar Ferreira
García Directora Nacional de Información • Antonio Rodríguez
Demeneghi Director Nacional División Papel • Ebodio Sánchez
Rodríguez Director Nacional
de Tecnología • Jesús Mijares Vázquez Subdirector Nacional División
Papel • Rosa María Carrera de Kanafany Directora Adjunta de
Finanzas • Salvador Zúñiga Soberanes Director Adjunto de FAM •
Ricardo Ortega Camberos Coordinador Nacional
de Información • Raymundo Vázquez Jiménez Coordinador Nacional de
Campañas y Sorteos • Víctor Pimentel González Director Adjunto de
Recursos Humanos
ESTA EDICIÓN ES PROPIEDAD DE O.E.M.
P. Rogelio Alcántara
¿Cómo piensas vivir la última noche del año?
¿Qué ti ene esta noche, en la que gente de ordina- rio “sensata”
cae en la supersti ción? Seguramente algunas cosas se hacen
jugando, como aquello de co- merse unas uvas al ritmo de las 12
campanadas. Pero para muchos, lo de las uvas es verdadera supersti
- ción, al igual que otras prácti cas que en esta noche se hacen
para asegurar el amor, tener dinero, obtener bienes, gozar de
salud, viajar o vivir felices.
Si haces algo de esto como juego para reírte un rato, no hay
problema; pero si te lo tomas en serio y crees que esas prácti cas
van a tener efi cacia, es- tás cayendo en la supersti ción, que “es
la desviación del senti miento religioso […] Puede afectar también
al culto que damos al verdadero Dios, por ejem- plo, cuando se
atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácti
cas…” (CEC 2111), o incluso, puedes caer en la idolatría, la cual
“no se refi ere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una
tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es
Dios” (CEC 2113). “Hay idolatría desde el momento en que el hombre
honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios”.
Pero, ¿por qué la gente hace todo esto?, ¿no se dan cuenta de que
estas prácti cas son absurdas y los pueden lle- var a la supersti
ción e idolatría?, o ¿quie-
ren mágicamente mejorar sus circunstancias y obtener bienes sin
gran esfuerzo?, o ¿creen que su bien
absoluto es la salud, el dinero y que alguien las ame?, pero ¿todo
esto no será sólo refl ejo de la búsqueda de felicidad?
Cuando Dios no es nuestro fi n últi mo, nos quedamos atra- pados en
los fi nes parti culares de los que, si ahora no pode- mos salir,
después será más
doloroso. Ante el nuevo año, “la acti tud cristi ana justa consiste
en
entregarse con confi anza en las manos de la Providen- cia en lo
que se refi ere al futuro, y en abandonar toda curiosidad malsana
al respecto” CEC 2115). La supers- ti ción y la idolatría son
incompati bles con la comunión divina (Cf. Gál 5, 20; Ef 5, 5) e
incluyen siempre una duda respecto al amor de Dios, a su
Providencia y a su poder (Cf. 1 Co 10, 9; Ex 17, 2- 7; Sal 95, 9;
CEC 2119).
¿No sería mejor si la últi ma noche del año dirigi- mos nuestra
mirada a Dios, agradeciéndole las cosas
bellas y maravillosas con las que su Providencia nos ha colmado?
Nos ha dado la vida, los buenos amigos, la familia y el amor que
hay en ella, etc. ¿Y no podría- mos, también, agradecerle las
adversidades, las en- fermedades, las difi cultades económicas,
etc.? Por- que sabemos que todo contribuye para nuestro bien.
En la últi ma noche del año reafi rma tu fe; com- prométete a
trabajar en propósitos concretos para alcanzar la meta que Dios
espera de ti , y pon confi a- damente tu vida en las manos
providentes del Dios que te ama.
refi ere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación
constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios” (CEC
2113). “Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y
reverencia a
Pero, ¿por qué la gente hace todo esto?, ¿no se dan cuenta de que
estas prácti cas son absurdas y los pueden lle- var a la supersti
ción e idolatría?, o ¿quie-
bienes sin gran esfuerzo?, o ¿creen que su bien absoluto es la
salud, el dinero y que alguien las ame?, pero ¿todo esto no será
sólo refl ejo de la búsqueda de felicidad?
fi n últi mo, nos quedamos atra- pados en los fi nes parti culares
de los que, si ahora no pode- mos salir, después será más
doloroso. Ante el nuevo año, “la acti tud cristi ana justa consiste
en
04 No. 879 del 29 de diciembre al 4 de enero de 2014
FICHA 57 Amén
¿Cuándo decimos ‘amén’? Solemos usar frecuentemen- te esta palabra,
por ejemplo cuando nos persignamos, cuando terminamos de re- zar,
en Misa la cual decimos amén al menos una docena de veces, una de
las cuales es al fi nal del Credo.
Por lo visto es una pala- bra que pronunciamos muy seguido, pero
¿sabemos qué signifi ca?
Puede traducirse como ‘así es’, ‘que así sea’, ‘es ver- dad’,
‘verdaderamente’.
En su libro ‘Introducción al Cristi anismo’, el Papa Be- nedicto
XVI dice: “La palabra ‘amén’ expresa la idea de confi ar, fi
delidad, fi rmeza, fi rme fundamento, permane- cer, verdad”.
Así pues, cuando al con- cluir el Credo decimos ‘amén’, expresamos,
por una parte, nuestra certeza de que todo lo que hemos proclamado
en esta profesión de fe es cierto, es verdad, y, por otra parte,
ex- presamos nuestra fe en dicha verdad, es decir, nuestra adhe-
sión a todas las afi rmaciones contenidas en el Credo.
¡Resulta muy compro- metedor pronunciar este ‘amén!’, porque no se
trata simplemente de una pala- bra fi nal, como podría ser el
sonoro acorde con el que termina una obra musical; no es una
palabra que se pueda decir de ‘dientes para afue- ra’, sino que es
una especie
Alejandra María Sosa Elízaga*
de rúbrica con la que cada uno está asumiendo públicamente no sólo
que considera absolu- tamente verdaderas todas las afi rmaciones
del Credo, sino que, en consecuencia, se ad- hiere a ellas, son los
principios que rigen su vida, los fi rmes cimientos sobre los que
edifi ca su existencia.
Cuando en la Misa nos po- nemos de pie para proclamar el Credo
asumimos no sólo una postura fí sica, sino sobre todo nuestra
postura como creyen- tes; revelamos públicamente que no estamos ahí
como visi- tas, como turistas o peor como ‘acarreados’, sólo fí
sicamente presentes, sino que reconoce- mos públicamente que perte-
necemos a la Iglesia Católica, que somos miembros de esta familia y
comparti mos la mis- ma fe. Y el ‘amén’ al fi nal del Credo,
expresa nuestro aval a todo lo que afi rmamos en di- cha profesión
de fe.
Esto se nota claramente cuando en lugar de que se re- cite el
Credo, el celebrante em- plea la fórmula de preguntas y
respuestas, al fi nal de la cual dice: ‘Esta es nuestra fe, ésta es
la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Jesu- cristo
nuestro Señor’. Y respon- demos: ‘amén’.
Pronunciar el ‘amén’ al fi nal del Credo exige coherencia. Si
realmente creemos en esas ver- dades, entonces debemos vivir en
consecuencia. Esto no es fá- cil en un mundo que se rige por
valores disti ntos y aun opuestos a los nuestros; en un mundo en el
que muchos creyentes claudican, se dejan llevar por la corriente, y
a los que les da ver- güenza reconocer y sobre todo vivir su fe
(dicen algunos: ‘soy creyente pero no practi cante’ -¿cómo se puede
creer en algo y no vivir según aquello en lo que se dice
creer?)
Pero no estamos solos en nuestra lucha por vivir confor- me a
nuestra fe. Contamos con la asistencia de la Iglesia, nues- tra
madre y maestra; la pode- rosa intercesión de María, Ma- dre de
Dios y Madre nuestra, y lo más importante de todo: contamos con la
ayuda de Dios, al que amamos y adoramos, en Quien, como lo
declaramos en el Credo, tenemos puesta nuestra fe y nuestra
esperanza. Contamos con Su amor y con
Refl exiona y comparte: ¿A qué te compromete
pronunciar el ‘amén’ al fi nal del Credo?
“La fe cristiana está centrada en Cristo, es confe- sar que Jesús
es el Señor, y Dios lo ha resucitado de en-
tre los muertos (cf. Rm 10,9). Todas las líneas del Antiguo
Testamento convergen en Cristo; Él es el “sí“ defi nitivo
a todas las promesas, el fundamento de nuestro “amén” último a Dios
(cf. 2 Co 1,20). La historia de Jesús es la
manifestación plena de la fi abilidad de Dios. Si Israel recordaba
las grandes muestras de amor de Dios, que
constituían el centro de su confesión y abrían la mirada de su fe,
ahora la vida de Jesús se presenta como la
intervención defi nitiva de Dios, la manifestación suprema de su
amor por nosotros.”
Conoce, celebra, fortalece,
comunica tu fe
(Recorta este cuadrito, dóblalo a la mitad y pégalo en un cartón
para que la pregunta quede al frente y la respuesta atrás. Cuando
tengas varias tarjetas puedes jugar el ‘Maratón del Año de la Fe’
con tu familia y amigos.)
SERIE SOBRE EL CREDO
Pregunta: ¿Qué signifi ca la palabra ‘Amén’?
Respuesta : Signifi ca: ‘así es’, ‘es verdad’, ‘verdaderamente’.
“En hebreo, Amen pertenece a la misma raíz que la palabra ‘creer’.
Esta raíz expresa la solidez, la fi abilidad, la fi delidad. Así se
comprende por qué el ‘Amén’ puede expresar tanto la fi delidad de
Dios hacia nosotros como nuestra confi anza en Él.” (Catecismo de
la Iglesia Católica #1062).
(Papa Francisco, Carta Encíclica Lumen Fidei -‘La luz de la fe’-,
#15).
Su gracia. Ello nos basta.
Para profundizar en este tema, lee el Catecismo de la Iglesia
Católica, #1061-1065
La próxima semana ¡los San- tos Reyes te traerán un re-
galo! Busca en las páginas centrales de nuestro sema- nario, el
tablero a todo co- lor y el instructi vo para que puedas disfrutar
jugando en familia y con amigos el ‘Ma- ratón del Credo’. ¡No te lo
pierdas!
05No. 879 del 29 de diciembre al 4 de enero de 2014
No. 879 del 29 de diciembre al 4 de enero de 2014 06
Alejandra María Sosa Elízaga
Cielo y Tierra
*Del libro de Alejandra Ma. Sosa E. Las señales de Dios, col. Vida
desde la fe, vol. 1, disponible gratuitamente en:
www.ediciones72.com/libros_ electronicos.php
*En este Día de Reyes regala o regá- late el nuevo libro de
Alejandra Ma. Sosa E. ¿Qué hacen los que hacen oración? Guía prácti
ca para empezar a orar y disfrutar la oración. Pídeselo a tu
reparti dor de Desde la Fe.
Gracias familiares
Sigue a Alejandra Ma. Sosa Elízaga en Facebook. Búscala como
Ediciones 72.
En este domingo en que celebramos a la Sagrada Familia, ¿te has
puesto a pen- sar por qué se le ocurrió a Jesús venir a este mundo
como miembro de una familia? Él, que podía haber inventado
cualquier manera imaginable, eligió for- mar parte del hogar de
María y de José. En estos ti empos en que hay tantas fa- milias
rotas, tanta gente que detesta a su familia, tantos jóvenes que
buscan irse a estudiar o trabajar lo más lejos po- sible de sus
‘molestos’ parientes, se nos recuerda que Dios no sólo dispuso que
los humanos vengamos al mundo como parte de una familia, sino que
Él mismo quiso disfrutar de una.
Si Dios considera que la familia es un don y no una carga, ¿cómo es
que tan- tas personas están convencidas de lo contrario? ¿Por qué
hay tantas familias peleadas, divididas, cuyos miembros se la pasan
atacándose unos a otros o de plano en plena ‘guerra fría’ en la que
ya no hay entre ellos ni un sí ni un no, sino puros
‘qué-te-importa’? Basta analizar un poquito los problemas para
descu- brir en todos ellos un elemento común: falta de amor. Todo
pleito familiar, chico o grande, corto o ‘de permanencia vo-
luntaria’, surge por alguien que se sinti ó no amado, no
comprendido, no perdo- nado, no acogido...
Qué diferente sería el mundo si los ‘te- quiero’ no se nos atoraran
en la garganta
y aprendiéramos a expresarlos sin temor a hacer el ridículo o a
parecer ‘débiles’. Decimos: ‘pero si ya sabe lo que siento, no
necesito repeti rlo’. Grave error: no somos computadoras que
registran los datos de una vez por todas en el ‘disco duro’;
necesitamos que nos recuerden que somos queridos, necesitados,
apre- ciados... ¿Por qué crees que Dios nos in- vita una y otra vez
a escuchar Su Palabra, a recibir la Eucaristí a, a experimentar Su
abrazo? Porque sabe que no nos bas- ta con ir a Misa una vez en la
vida, sino que cada domingo -o mejor aún, diario- nos hace falta
que nos hable al oído, nos reitere cuánto nos ama, nos siente a Su
mesa, nos apapache, nos permita entrar en amorosa comunión con
Él.
¿Qué te parece si con el pretexto de que en esta semana es Año
Nuevo haces
algo especial para que los miembros de tu familia se sientan amados
y bendeci- dos? Sólo necesitas comprar doce velas (son ideales las
que venden en cajitas a la salida de los templos y que la gente
suele usar en su devoción a la Divina Pro- videncia) y tener a mano
doce hojas de papel. En la parte de arriba de una hoja escribes:
enero; en otra hoja: febrero, y así sucesivamente, a cada hoja le
asig- nas un mes del año. Antes del 31 pides a los familiares con
quienes celebrarás año nuevo, que recuerden las cosas im- portantes
que les sucedieron este año (incluido cumpleaños, aniversarios,
etc.) y te digan en qué mes ocurrieron. Por ejemplo: operaron a
fulano en febrero; perengano encontró trabajo en julio; en octubre
asaltaron a zutano, pero no le pasó nada, etc. Anotas en la hoja
del mes correspondiente, cada una de estas cosas importantes que
pasaron. Al fi nal de esto tendrás diversas anotaciones en cada una
de las doce páginas.
Pones las velas en candeleritos -o sobre algo que no se queme- en
una mesa. Reúnes alrededor de ésta a los miembros de la familia (de
preferencia al anochecer del día 31). Entonces expli- cas que se
han reunido todos para dar gracias a Dios por todas las bendiciones
que han recibido en este 2013. Se en- ciende la primera vela y se
lee -en clave de ‘grati tud’- lo que ocurrió en enero,
por ej: ‘Señor: en enero celebramos el cumpleaños de fulano, y te
damos gra- cias por el don de su vida’ (cada uno menciona las
cualidades de fulano, lo que hace por otros en la familia, etc.);
de cada cosa anotada se da gracias, se le busca lo bueno. Si no hay
nada anotado en algún mes, se da gracias por el don coti diano de
la vida o de la salud, o de la amistad... Al terminar de decir lo
de un mes, se prende otra vela y se lee lo del siguiente mes. Al fi
nal, las doce velas encendidas se van consumiendo, como se va
consumiendo el año viejo, y son un hermoso centro de mesa para
sentarse a comparti r la cena de año nuevo y con- templar los
rostros de los seres amados, iluminados por la alegría de descubrir
que de verdad Dios los ha colmado de bendiciones, la mayor de las
cuales es contar siempre con Él, y también unos con otros.
07No. 879 del 29 de diciembre al 4 de enero de 2014
Lectio Divina Para comprender
y vivir el Evangelio
“Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de
Israel…”
+ Florencio Armando Colín Cruz *
El texto a meditar este domingo es el del Evangelio de San Mateo 2,
13-
15. 19-23. Escuchémoslo atentamente y hagamos nuestro su contenido
(Se lee de manera pausada)
Lectura del Santo Evangelio
¿Qué dice el Texto? En este relato, que sólo nos lo cuenta Mateo,
parte de la intención del rey Herodes de matar al niño, lo que pro-
voca la huida a Egipto de la Sagrada Familia. Desde allí Jesús
manifi esta un nuevo éxodo que se basa en el que vi- vió el pueblo
de Israel. De este modo, Mateo relaciona el inicio de la vida de
Jesús con los comienzos del pueblo is- raelita.
El pasaje Mateo 2,13-23, forma parte de la sección que trata del
naci- miento y la infancia de “Jesucristo, hijo de David, hijo de
Abrahán” (Mt 1, 1). Desde su nacimiento, Jesús es perse- guido por
los jefes judíos y al mismo ti empo revive las experiencias doloro-
sas de su pueblo exiliado y humillado más de una vez. El Evangelio
nos de- muestra esto con el relato de la huida a Egipto y la
matanza de los inocentes. Egipto se convierte para Jesús en refu-
gio de un exiliado.
Mateo cambia el senti do de la cita tomada de Oseas 11,1: “De
Egipto lla- mé a mi hijo” y la interpreta como si Dios llamase a su
Hijo Jesús para huir a Egipto (Mt 2,15). El senti do original de
Oseas era que el Señor llamó a su hijo Israel a huir a Egipto para
formar un pueblo. La huida a Egipto de Jesús y el exterminio de los
inocentes de Belén nos recuerda la opresión de Israel en Egipto y
la matanza de los niños recién nacidos.
La profecía aplicada para la matan- za de los inocentes está tomada
del li- bro de la Consolación, compuesto por los capítulos 30 y 31
del libro del pro- feta Jeremías. El lamento está ligado a la
promesa del Señor que consuela a Raquel esposa de Jacob (Israel)
madre de José sepultada según la tradición cerca de Belén, y le
promete que ha- brá una compensación por sus penas, sus hijos que
no volverán jamás (Jer 31, 15-18).
Volviendo de Egipto después de la muerte de Herodes, José decide
es- tablecerse en Galilea en una ciudad llamada Nazaret. Jesús
entonces será llamado Nazareno. Más tarde también sus discípulos
serán reconocidos como Nazarenos (Hech 24, 5).
¿Qué me dice este texto? Este segundo momento nos ayuda a descubrir
lo que el Espíritu Santo quiere comunicarnos. Se invita a los parti
cipantes a leer de nuevo el texto, y a dar respuesta
personal.
La Iglesia ha insti tuido dentro de la octava de Navidad la fi esta
de la Sa- grada Familia, para que refl exionemos sobre esta signifi
cati va realidad de Dios que pone su ti enda entre noso- tros. Pues
la Sagrada familia formada por María su madre, José el hombre justo
que en silencio y generosidad le acompaña, y Jesús el Señor que nos
manifi esta el amor trinitario del Pa- dre y del Espíritu Santo,
consti tuye un ejemplo de escuela y comunión para nosotros. Jesús
no sólo asumió nues-
tra humanidad, sino que también las modalidades, las insti tuciones
y cos- tumbres de su ti empo mediante las cuales presenta sus
enseñanzas.
La Familia a la luz de este ejem- plo está llamada a ser un lugar
que en medio del mundo busca vivir en su seno el Espíritu del
Evangelio que Jesús nos propone. Poniendo mucha atención en cada
uno de los que la forman discernimiento, generosidad, creati vidad;
es decir, espíritu de amor y sacrifi cio por buscar el mejor don
posible para cada uno, especialmente el que más lo necesita. Es
necesario fomentar un ambiente de apertura generosa al bien social,
a la ayuda a los más pobres, a la construcción de una sociedad
justa y en paz. Todo ello, en un ámbito de oración, lectura del
Evangelio, de confi anza en Dios.
El Papa Francisco cuando en su nueva Exhortación nos dice: El Espí-
ritu de amor que reina en una fami- lia guía tanto a la madre como
al hijo en sus diálogos, donde se enseña y aprende, se corrige y se
valora lo bue- no. La familia es la célula básica de la sociedad,
el lugar donde se aprende a convivir y en donde los padres trans-
miten la fe a sus hijos.
En el ti empo que estamos viviendo, la evidente crisis social y
espiritual llega a ser un desafí o pastoral, que in- terpela la
misión evangelizadora de la Iglesia para la familia. La importancia
del tema surge del hecho que el San- to Padre Francisco ha decidido
esta- blecer para el Sínodo de los Obispos un iti nerario de
trabajo en dos eta- pas: la primera, la Asamblea General
Extraordinaria del 2014, ordenada a recoger testi monios y
propuestas de para anunciar y vivir el Evangelio de la familia; la
segunda, la Asamblea
Ordinaria del 2015, para buscar líneas operati vas para la pastoral
de la per- sona humana y de la familia.
En este contexto, el documento preparatorio del Sínodo de los obis-
pos sobre la familia nos indica: la belleza del mensaje bíblico
sobre la familia ti ene su fundamento en la creación del hombre y
la mujer, am- bos hechos a imagen y semejanza de Dios (Cfr. Gen
1,24-31; 2, 4b-25). Unidos por un vínculo sacramental indisoluble,
los esposos viven la be- lleza del amor, de la paternidad, de la
maternidad y de la dignidad suprema de parti cipar así en la obra
creadora de Dios”.
A conti nuación presentamos dos preguntas para refl exionar: ¿Qué
es lo que más te ha llamado la atención del relato de Mateo? ¿Qué
signifi ca para ti vivir y tener una familia?.
¿Qué le digo al Señor? Este tercer momento nos ayuda a des- cubrir
lo que el Espíritu Santo quiere comunicarnos. Se invita a los parti
ci- pantes a expresarle al Señor nuestro senti r, y a dar respuesta
personal.
Podemos decir: hermanos (as), es- peramos que la alegría y el
asombro de estas fi estas navideñas, que segui- mos celebrando, nos
hagan también comprender las enseñanzas que nos comunica la fi esta
de la Sagrada Fa- milia, para que nuestras familias sean una
expresión de unidad y de amor, como la familia de Jesús, María y
José.
¿A qué me comprometo con el Señor? En este últi mo paso, se nos
exhorta a cerrar nuestros ojos por unos mo- mentos y contemplar
cómo Jesús va con su padre José y su madre María a Egipto y allá
vive como exiliado, hasta su regreso a Nazareth. Entre tanto va
creciendo en estatura, edad y gracia con el ejemplo de su padres,
hecho que nos interpela para imitar tales ejemplos y llevarlos a la
prácti ca en la Nueva Evangelización.
* Obispo Auxiliar de México
08 No. 879 del 29 de diciembre al 4 de enero de 2014
Oración al empezar el año
Comienza un Año Nuevo. Lo pongo en tus manos, Señor. Tú, Padre
amoroso, que velas por mí y estás por encima de los límites del ti
empo y del espacio, sa- bes lo que necesitaré en este año que
inicia. Me abandono a Tu misericordia, a Tu Providencia, que sea lo
que Tú dispongas, Señor.
Aumenta mi fe, que sea capaz de descubrir tu presencia a mi lado.
No per- mitas que nada me separe de ti . Dame fortaleza y
perseverancia en las prue- bas, y ayúdame cada día a recordar que
nunca sucederá nada que Tú y yo juntos no podamos superar. Líbrame
de la indiferencia. Hazme sensible a las necesidades de los demás,
y muéveme no sólo a orar, a interceder por ellos, sino a realizar
acciones concretas en benefi cio suyo.
Ayúdame a no ser avaro ni desperdiciado con mi ti empo, con mis
dones. Enséñame a darme a los demás, a comprender que sólo vale la
pena lo que se hace por los otros. Enséñame a salir de mí mismo
para ir al encuentro de mis hermanos, sin prejuicios, sin retórica.
Simplemente como Tú, con la mano extendida y el corazón abierto.
Pero líbrame de la vanidad, de creerme bueno, de senti rme sati
sfecho. No dejes que me paralice la inercia, el orgullo, la com-
placencia. No dejes de inquietarme, de ponerme en movimiento, de
lanzarme conti go a construir tu reino de paz, amor y justi
cia.
Enséñame a mantenerme sencillo y alegre, a ser verdaderamente testi
go tuyo en mi mundo. Ayúdame a desprenderme de todo lo que me
estorba para seguirte, líbrame de lo que me hace tropezar, de lo
que me pesa: de mis rencores, mis egoísmos, mis orgullos, mis
miserias, mis apegos. Enséñame a ser paciente, comprensivo, dulce,
a perdonar a los otros, a acogerlos en mi corazón. Enséñame a amar
a quien amas Tú.
Quiero descubrirte en cada día de este año que empieza y ayudar a
que otros te descubran también, Señor, que cuando me busquen a mí,
te encuen- tren siempre a Ti. Amén.
Oración de Alejandra Sosa E. publicada en el libro Celebraciones
familiares en torno al Nacimiento del padre Hugo Valdemar Romero.
Paulinas 2001.
Portada
Amén
Gracias familiares
Lectio Divina