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DESIGUALDAD Y TENDENCIA AL ESTANCAMIENTO EN COLOMBIA Augusto Aleán Pico * Resumen: Las relaciones entre crecimiento económico y distribución de ingresos son cruciales para comprender el problema de la pobreza. Las vías en las que interactúan estas dos variables son diversas. El análisis del comportamiento de la distribución de ingresos y la trayectoria del crecimiento del PIB per cápita en Colombia no arroja los mejores resultados. Observando un conjunto de datos tanto a nivel nacional como departamental se encuentra la existencia de una profunda desigualdad y una tendencia marcada al estancamiento. Se hace necesario utilizar modelos alternativos al neoclásico para comprender los fenómenos del subdesarrollo. Clasificación JEL: I30, O15, O40, O54. Palabras Clave: Distribución de ingresos, Crecimiento, estancamiento, pobreza. * Economista, Magíster en Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Colombia. Profesor de Economía de la Universidad Tecnológica de Bolívar. En la actualidad adelanta estudios de doctorado en economía en la Universidad Nacional de Colombia. Correo: [email protected] . El autor agradece los comentarios a una versión anterior a José Félix Cataño y Jorge Iván González. Por supuesto los errores son del autor.

Desigualdad y estáncamiento · de distribución y crecimiento provenientes de teorías ricardianas, marxistas, neo-clásicas y keynesianas, (Kaldor, 1956). En este escrito sólo

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Page 1: Desigualdad y estáncamiento · de distribución y crecimiento provenientes de teorías ricardianas, marxistas, neo-clásicas y keynesianas, (Kaldor, 1956). En este escrito sólo

DESIGUALDAD Y TENDENCIA AL ESTANCAMIENTO EN COLOMBIA

Augusto Aleán Pico* Resumen: Las relaciones entre crecimiento económico y distribución de ingresos son cruciales para comprender el problema de la pobreza. Las vías en las que interactúan estas dos variables son diversas. El análisis del comportamiento de la distribución de ingresos y la trayectoria del crecimiento del PIB per cápita en Colombia no arroja los mejores resultados. Observando un conjunto de datos tanto a nivel nacional como departamental se encuentra la existencia de una profunda desigualdad y una tendencia marcada al estancamiento. Se hace necesario utilizar modelos alternativos al neoclásico para comprender los fenómenos del subdesarrollo. Clasificación JEL: I30, O15, O40, O54. Palabras Clave: Distribución de ingresos, Crecimiento, estancamiento, pobreza.

* Economista, Magíster en Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Colombia. Profesor de Economía de la Universidad Tecnológica de Bolívar. En la actualidad adelanta estudios de doctorado en economía en la Universidad Nacional de Colombia. Correo: [email protected]. El autor agradece los comentarios a una versión anterior a José Félix Cataño y Jorge Iván González. Por supuesto los errores son del autor.

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1. Introducción Colombia es uno de los países de América Latina con mayores índices de desigualdad de ingresos y pobreza. Tal apreciación es más grave aún si reconocemos que el continente en mención es el de mayor inequidad en el mundo. Asimismo, tanto Colombia como Latinoamérica han mostrado un crecimiento poco competitivo de su ingreso per cápita. Tanto en la década de los ochenta como en los noventa el crecimiento económico ha sido menor comparado con otros países y regiones que hace treinta años eran similares o de mayor atraso. El ejemplo más próximo son las economías asiáticas de reciente industrialización y China. El crecimiento económico puede ser un factor determinante para reducir la pobreza en los países menos desarrollados. Sin embargo, el crecimiento tiene fuertes vínculos con la distribución del ingreso en general que puede tener efectos diferentes sobre la reducción de la pobreza. Un grupo de autores han propuesto que el crecimiento no tiene efecto sobre la distribución de ingresos. Otro grupo distinto sostiene que la desigualdad si cambia con el proceso de desarrollo: puede empeorar o mejorar. Si el crecimiento afecta a la distribución de ingresos también lo hará con la pobreza. En particular, si el crecimiento aumenta la desigualdad, tal crecimiento no será efectivo para reducir la pobreza. Por otra parte, la desigualdad de ingresos y de riqueza pueden afectar el desempeño económico de los países. Una probable explicación del estancamiento permanente de la mayoría de las economías de América Latina se puede explicar por su alta inequidad. La desigualdad puede impedir el desempeño económico por los obstáculos que puede imponerle a la productividad. Estructuras institucionales basadas en altos niveles de desigualdad son muy costosas de mantener. Además, las sociedades con altos niveles de desigualdad presentan fuertes conflictos distributivos que pueden afectar negativamente la actividad económica en términos de su eficiencia. Indagar acerca de las interacciones sobre la distribución y el crecimiento ciertamente no es nuevo. El tema está en el corazón de la teoría económica. Los economistas, desde los clásicos, han estado interesados en el tema. No obstante, en los últimos años la corriente dominante en la ciencia económica ha relegado el análisis distributivo a un tópico menor. La desigualdad influye las estructuras institucionales así como también los resultados macroeconómicos. Sin embargo, en los textos convencionales de macroeconomía no aparece el tema de la distribución como elemento clave para entender el funcionamiento y desarrollo de las economías, en particular, las menos desarrolladas. Si aparece lo hace en forma marginal explicando dentro de las teorías del crecimiento los fenómenos de “trampa de desigualdad” y “trampa de pobreza”.

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A pesar del trabajo realizado sobre las relaciones entre el crecimiento y la desigualdad a lo largo de la historia, aún no hay un consenso sobre las vías en que estas variables puedan interactuar. Este escrito examina el comportamiento del crecimiento de la actividad económica y la distribución de ingresos en Colombia en los años recientes. El trabajo se divide en cinco secciones. Luego de esta introducción, en la siguiente sección se esbozan los aspectos conceptuales de las relaciones entre crecimiento y distribución de ingresos, así como también aspectos teóricos del análisis distribucional. La tercera sección muestra información acerca de la distribución del ingreso en Colombia, así como también otros indicadores sociales. La cuarta hace lo propio con datos para el crecimiento a nivel nacional y departamental. En la quinta, se plantean algunas conclusiones y observaciones finales. 2. Crecimiento y distribución. ¿Cuáles son los vínculos? Después de privilegiar el enfoque del desarrollo basado exclusivamente en el crecimiento económico y sus determinantes, análisis recientes han propuesto visiones alternativas alrededor del tema que incluyen, entre otros aspectos, el estudio de los problemas inherentes a la desigualdad. El debate de posguerra sobre las relaciones entre crecimiento y desigualdad ha sido intenso. Y aún no se tiene total claridad sobre las causalidades entre estas variables. No obstante, existe una línea de pensamiento que sostiene que el crecimiento es necesario pero no suficiente para alcanzar el desarrollo de un país. La equidad también importa. No sólo por su valor intrínseco, sino, además, por que pareciera que la equidad es una condición para el crecimiento sostenido. La teoría económica se ha interesado desde la época de los clásicos por el tema de la distribución y el desempeño de la actividad económica. Pasinetti (1984) hace una reseña de los antecedentes históricos sobre el tema de la producción y su cercana relación con los temas distributivos. Inicia su reseña con una mención de Quesnay y su famoso Tableu en el que se representa en una tabla de doble entrada los aportes de las distintas clases a la producción y por supuesto su distribución. Seguidamente, describe la distribución de ingresos en el sistema ricardiano. También la formaliza. Luego, expone los postulados de Marx sobre el tema y continua con los marginalistas, Leontief y Sraffa. Existen diversos modelos de distribución y crecimiento provenientes de teorías ricardianas, marxistas, neo-clásicas y keynesianas, (Kaldor, 1956). En este escrito sólo queremos resaltar que en el pensamiento económico a través de su historia a estado presente la preocupación por la producción y la distribución. Sólo en épocas más recientes estos han estado olvidados. Un aparte importante de la literatura se refiere al aporte de Keynes y los Poskeynesianos. Autores contemporáneos proponen una teoría de la distribución

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implícita en la Teoría General así como el Tratado de la Moneda, (Taylor, 2004; Dutt, 1990). Tales autores proponen identificar una relación entre la teoría de la distribución y la teoría de la demanda efectiva. Ahora bien, autores anteriores ya habían propuesto una teoría de la distribución keynesiana, (Kaldor, 1956). Basado en consideraciones de largo plazo Kaldor utilizó el instrumental teórico del multiplicador para explicar los aspectos distributivos. Igualmente otros autores poskeynesianos intentaron explicar las relaciones entre crecimiento de la producción y sus consecuencias distributivas, (Kalecki, 1977; Robinson, 1965; Pasinetti, 1978). En la aproximación kaleckiana a la distribución del ingreso, hay un intercambio entre los salarios y las ganancias, (Kalecki, 1971). En esta teoría, los precios se forman como un margen sobre los costos directos, que incluyen salarios y materias primas. La relación entre los precios y los costos está determinada positivamente por el grado de monopolio, de tal forma que un mayor grado de monopolio refleja un mayor precio en relación a los costos. Por su parte, la participación de los salarios en el valor agregado está determinada por el grado de monopolio y por la relación entre el gasto en materiales y el monto de los salarios. Un aumento del grado de monopolio o de la relación entre los gastos en materias primas y el monto de salarios disminuyen la participación de los salarios en el valor agregado. Quizás un estudio que marco un quiebre en la historia del pensamiento económico sobre los temas de las relaciones entre distribución del ingreso y el crecimiento fue el de Kuznets, (Kuznets, 1955). Su conjetura de que la desigualdad aumenta en las primeras etapas del desarrollo para luego disminuir con el proceso de desarrollo ha sido objeto de innumerables trabajos empíricos posteriores. La literatura ha nombrado su planteamiento como la hipótesis de U invertida. Esta hipótesis ha sido probada empíricamente con resultados diversos. Algunos trabajos han apoyado la hipótesis de Kuznets y otros lo han descalificado. Lo cierto es que alrededor del trabajo de Kuznets se construyo una industria de textos tratando de probar sus proposiciones. La investigación posterior sobre las relaciones entre crecimiento económico y la desigualdad de ingresos se dedicó a comprobar o rechazar los hallazgos de Kuznets. Tal literatura llamó a las ideas de este autor, la curva en forma de U invertida, (Fields, 2001). Las conclusiones de los trabajados alrededor de la idea han variado de un consenso a otro. Algunos trabajos iniciales corroboraron el planteamiento del autor en cuestión. Otros más recientes afirman la no existencia de relaciones entre crecimiento y desigualdad de ingresos. La mayoría de trabajos han planteado regresiones para un conjunto dado de países en los que se estima una relación promedio entre estas variables. Estas regresiones pueden ocultar casos específicos de países en donde la relación puede ser muy diferente.

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La nueva teoría del crecimiento ha propuesto explicaciones para las relaciones entre la desigualdad y el crecimiento económico (Aghion y Howitt, 1999). Los intentos por endogenizar la tecnología han permitido expandir la comprensión acerca del crecimiento económico. Estas teorías también han intentado explicar el problema de la distribución relacionándolo con los aspectos de economía política. Sin embargo, tales modelos aunque han avanzado comparándolos con los modelos neoclásicos en sus diferentes versiones aún no son capaces de explicar la profunda desigualdad en países menos desarrollados. Una propuesta novedosa para abordar los temas relativos al crecimiento y su relación con el problema distributivo es la de vincular las nuevas teorías del crecimiento con la economía clásica del desarrollo, (Ros, 2004). Los autores que originalmente expusieron las teorías sobre desarrollo económico tales como Lewis, Nurkse, Rosenstein-Rodan, Hirschman, Prebisch, Myrdal, Young, han sido olvidados por la economía del desarrollo contemporánea. A estos autores se les agrupa como la corriente clásica de la economía del desarrollo. La importancia de tales autores radica en que sus postulados son claves para entender el fenómeno del subdesarrollo. En particular, los rendimientos crecientes a escala y los excedentes de mano de obra son dos planteamientos fundamentales dentro de tal teoría. Y estos son más relevantes para estudiar países menos desarrollados. 2.1. Crecimiento y desigualdad. El estudio de las relaciones entre crecimiento y desigualdad en la posguerra, como habíamos comentado, se inicia con el clásico trabajo de Kutznets, (1955; 1973; 1978) referido más tarde en la literatura del desarrollo como la curva de Kutznets o curva con forma de U-invertida, o simplemente la hipótesis de Kuznets. En términos generales, tal hipótesis plantea que las economías con relativo menor desarrollo muestran mayores niveles de igualdad. A medida que el proceso de desarrollo avanza la desigualdad se incrementa hasta que se alcanza cierto nivel de desarrollo avanzado en el que la economía nuevamente se torna menos desigual. A partir de esta idea se desarrolló una industria de trabajos que exploraron la hipótesis kutznetiana, (Kravis, 1960; Oshima, 1962; Ahluwalia, 1974, 1976; Chenery et al.,1976). Estos trabajos complementaron la idea de Kuznets apoyándose en los datos que existían en el momento y haciendo regresiones tomando como unidad de análisis países. Los resultados encontraron efectos positivos del crecimiento del ingreso hacia la desigualdad. Trabajos más recientes critican la curva de U-invertida entre crecimiento y desigualdad, pues, no encuentran relación significativa entre estas dos variables, (Anand y kanbur, 1993; Ravallion, 1995; Bruno, Ravallion y Squire, 1996,

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Deininger y Squire, 1998, Barro, 2000). Algunos de estos trabajos son fuertes en criticar a Kuznets por su ejercicio numérico hipotético. 2.2. De la desigualdad al crecimiento Algunos trabajos (Galor y Zeira, 1993) (Alesina y Rodrik, 1994), (Persson y Tabellini, 1994), (Banerjee y Duflo, 2000) muestran que la desigualdad afecta perversamente al crecimiento. Alesina y Rodrik, por ejemplo, realizando una aplicación del modelo del votante mediano encuentran que en las democracias se presenta una relación negativa significativa entre desigualdad y crecimiento. Este artículo concluye que en el caso de las democracias, una mayor desigualdad de la riqueza es perjudicial para el crecimiento económico. Incluso, proponen que si se redistribuye la riqueza en un determinado porcentaje, desde las clases más ricas a la clase media, el crecimiento de la economía mejoraría sustancialmente. Una distribución inequitativa de la riqueza es perjudicial para el crecimiento, en las democracias, porque el votante mediano (mayoría de trabajadores con poco capital) prefiere imponer altos impuestos al capital lo cual reduce el crecimiento de la economía. Una mayor igualdad en la razón trabajo-capital permitiría que la economía creciera más, vía menores impuestos al capital. También hay evidencia que la desigualdad de activos, tales como la inequitativa propiedad de la tierra y la desigual acumulación de capital humano o la que se presenta debido a las imperfecciones del mercado de crédito, es perjudicial para el crecimiento, (Birdsall y Londoño, 1997; Aghion, Caroli y García Peñalosa, 1999). El crecimiento es más lento en economías altamente desiguales como las de América Latina. Otros trabajos (Forbes, 2000) sostienen que, a nivel de país, un incremento en la desigualdad de ingresos tiene una relación significativa positiva con el crecimiento económico subsiguiente. La literatura asocia este tipo de propuestas con la idea de Kaldor en el sentido de que la propensión marginal al ahorro de las personas ricas es más alta que la de los pobres. Sin embargo, planteamientos de este estilo pueden ser inconvenientes desde una perspectiva ética. 2.3 Aspectos conceptuales del análisis distribucional

Las preguntas clave que se propuso Kuznets responder en su clásico trabajo mencionado arriba giraron entorno a la naturaleza de la distribución personal del ingreso y cómo cambia esta, a medida que se presenta el crecimiento económico en un país. Las dos variables están ligadas. La teoría económica ha examinado tanto los aspectos del crecimiento como los de la distribución. Sin embargo, estos

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últimos son menos destacados en los textos convencionales de economía. A continuación presentamos los principales elementos para el análisis de la distribución del ingreso. El análisis conceptual de la distribución de ingresos comprende tres etapas. La primera comprende una aproximación axiomática, seguida por la definición de la Curva de Lorenz y finalmente el establecimiento de medidas de desigualdad, como por ejemplo, el coeficiente de Gini, (Fields, 2001). Supongamos que yi es el ingreso del individuo i. Una distribución de ingresos viene dada por un vector de la forma Y= (y1,......,yn). Donde y(1) < y(2) <,……,< y(n). Ω es el conjunto de todas las distribuciones de ingreso representado por: Ω = Y/Y є ℝⁿ. Dado dos vectores X, Y є Ω, podemos establecer relaciones binarias (≽) entre ellos de la siguiente forma: X ≽ Y, X es "al menos tan igual como" Y. Y ≽ X, Y es "al menos tan igual como" X. X ≽ Y y Y ≽ X, por lo que X ~ Y, es decir que tales distribuciones son “equitativamente desiguales”. Si X ≻ Y, se dice que X es una distribución más equitativa que Y. Asumimos que las relaciones binarias cumplen con las propiedades corrientes de reflexibilidad y transitividad. De tal forma que se plantean las siguientes propiedades: Axioma 1: “Anonimidad”. Si X є Ω, es obtenido de Y є Ω, por una permutación de Y, entonces X ~ Y. Axioma 2: “Homogeneidad del ingreso”. Si X є Ω, es obtenido de Y є Ω, multiplicando cada uno de los ingresos por el mismo múltiplo escalar positivo λ, entonces X ~ Y. Axioma 3: “Homogeneidad de la población”. Si X є Ω, es obtenido de Y є Ω, replicando cada uno de los ingresos un número integral de veces, entonces X ~ Y. Axioma 4: “Principio de transferencia, (Condición Pigou-Dalton)”. Si, manteniendo todos los otros ingresos constantes, X є Ω, es obtenido de Y є Ω transfiriendo una cantidad positiva de ingreso desde una persona relativamente rica P a otra persona relativamente pobre P’, entonces X ≻ Y. Luego de establecer la aproximación axiomática, la distribución de ingresos se puede representar gráficamente mediante la Curva de Lorenz. Esta muestra el porcentaje acumulado del ingreso contra el porcentaje ordenado y acumulado de la población. A partir de esta se puede calcular el Coeficiente de Gini, que es la

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medida de desigualdad más utilizada, la cual toma valores de cero (distribución igualitaria) hasta uno (total inequidad). Suponiendo que x es una variable que representa el ingreso, la cual tiene una función de distribución dada por F(x), es decir, la proporción de personas con ingresos menores a x. Suponiendo, además, que la media μ de la distribución existe, entonces el primer momento de la función de distribución viene representado por:

∫=x

dxxxfxE

xF0

1 )()(

1)( (1)

Donde f(x) es la función densidad de x, que representa la variable ingresos. F1(0) = 0 y F1(∞ ) = 1. Las relaciones entre F1(x) y F(x) se denomina la Curva de Lorenz, (Kakwani, 1977). El índice de concentración de Gini viene definido como uno menos dos veces el área bajo la Curva de Lorenz:

dxxfxFG )()(210

1∫∞

−= (2)

3. ¿Qué ha pasado con la distribución del ingreso en Colombia? A continuación se examina un conjunto de datos sobre la distribución del ingreso en Colombia en años recientes. Utilizando la información de cuentas nacionales podemos observar las participaciones relativas de los factores productivos en el PIB. Entre 1996 y hasta 1999 la participación salarial aumento en poco más de dos puntos, sin embargo a partir del 2000 esta retorna a los niveles que tenía en 1994, (Cuadro 1). Mientras, los ingresos del capital reflejados en la participación de las ganancias brutas en el PIB muestran un aumento sostenido entre 1994 y 2002. Por su parte, los ingresos mixtos, que son el ingreso de propietarios individuales, caen 4 puntos porcentuales aproximadamente hasta 1998 para luego estabilizarse alrededor de 23.5 por ciento del PIB. Se observa una tendencia concentradora del ingreso a favor del capital.

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Cuadro 1

Participación de los salarios, ganancias brutas e ingresos mixtos en el PIB, 1994-2002

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Participación del salario en el PIB

35,21 35,01 37,1 37,22 37,09 37,27 35,52 35,09 35,41

Participación de ganancias brutas en el PIB

27,72 28,6 29,14 29,18 29,37 30,03 31,03 30,74 30,79

Participación de ingresos mixtos en el PIB

27,95 26,83 24,73 23,79 24,62 23,85 23,71 23,64 23,55

Fuente: DANE, Principales Agregados Macroeconómicos. Entre 1996 y 1999 aunque aumenta la participación salarial, las ganancias también aumentan relativamente su participación, mientras los ingresos mixtos sufren altibajos alrededor de 1 por ciento. Presumiblemente, la mayor proporción de salarios se presentó a costa de los ingresos de propietarios individuales los cuales constituyen más bien un grupo de bajos ingresos. Este grupo para producir combina trabajo y capital sin que puedan ser claramente diferenciados. Otro conjunto de indicadores del grado de distribución del ingreso lo constituyen las participaciones relativas de los percentiles más altos de receptores de ingresos con respecto a los más bajos. Entre 1990 y 2002, la razón del decil 10 con respecto al decil uno se duplicó pasando de 21.31 a 44.58, (Cuadro 2). Observando la razón entre el quintil 5 y el uno el resultado es similar al anterior. Esta razón en 1990 era de 11.36 y pasó en el 2002 a 19.71. La concentración del ingreso en Colombia en la década de los noventa y principios de siglo ha sido abismal. Ni siquiera a principios de los noventa cuando el crecimiento económico fue notorio, se observa una tendencia favorable en la distribución del ingreso. El coeficiente Gini, la medida más popular para evaluar la distribución del ingreso aumentó sostenidamente desde 1990. Pasó de 0.47 en 1990 a 0.55 en 2002. un país con niveles tan altos del Gini como Colombia puede inducir grandes restricciones para su desempeño económico. Por ejemplo, teniendo en cuenta el análisis de economía política, una mayor desigualdad puede inducir a los votantes a favorecer políticas tributarias desfavorables para la inversión y por lo tanto para el crecimiento de la actividad económica. Sin embargo, en el contexto colombiano no parece que tales situaciones se presenten.

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Los ingresos laborales por sectores (Cuadro 3) muestran al sector gobierno como el sector generador de mayores ingresos laborales seguido por el sector electricidad, gas y agua. Por otra parte, entre los sectores con menor promedio se encuentran el sector comercio, la construcción y la industria. Estos últimos sectores que aportan una parte importante al PIB pagan salarios relativamente menores con respecto a los otros. Parece plausible, entonces, pensar que el mayor valor agregado generado en tales sectores va dirigido a la remuneración del capital. Puede ser una conjetura muy rápida, sin embargo los datos inducen a pensar en tal situación.

Cuadro 2

Colombia. Medidas de desigualdad. 1990-2002

Gini Quintil 1 (%)

Quintil 5 (%)

Decil 1 (%)

Decil 10 (%)

Quintil 5/ Quintil 1

Decil 10/ Decil 1

1990 0,47 4,78 54,28 1,81 38,50 11,36 21,31 1991 0,47 4,67 54,69 1,74 39,00 11,73 22,45 1992 0,49 4,49 56,17 1,69 40,78 12,52 24,16 1993 0,49 4,41 56,60 1,66 41,37 12,87 25,02 1994 0,50 4,30 56,96 1,61 41,68 13,26 25,85 1995 0,50 4,31 57,38 1,62 42,53 13,33 26,34 1996 0,50 4,16 56,95 1,52 41,24 13,73 27,16 1997 0,51 3,91 57,52 1,42 41,51 14,74 29,34 1998 0,52 3,66 59,20 1,30 43,07 16,32 34,29 1999 0,54 3,44 60,40 1,20 44,24 17,61 37,16 2000 0,54 3,15 60,61 0,98 44,72 19,36 46,71 2001 0,54 3,19 60,97 1,05 44,86 19,13 43,57 2002 0,55 3,11 61,36 1,02 45,27 19,71 44,58

Fuente: DNP, Estadísticas Históricas de Colombia. En los años recientes se ha observado un deterioro significativo en la distribución de ingresos. La desigualdad ha aumentado en detrimento de las clases más bajas de la población. No obstante, examinando un período más largo se puede ver que la evolución de la desigualdad ha presentado comportamientos diferentes. Épocas en la cual el Gini ha disminuido y otras en la que ha aumentado. Observando la evolución del coeficiente Gini (Gráfico 1), en algunos tramos del período entre 1970 y 2003 se encuentra que la desigualdad ha variado en diferentes direcciones. Por ejemplo el Coeficiente de Gini ha variado entre 0.49 en 1990, el más bajo y 0.58 en 1994, el más alto, del período mencionado. Este cuatrienio muestra un aumento del Gini de 18 por ciento, constituyéndose en el período de mayor aumento de la desigualdad de ingresos. Tal período coincide con la profundización de las reformas económicas de liberalización que en Colombia se conocieron con el nombre de la apertura económica. Además, este

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período fue de aumento en la tasa de crecimiento. En este sentido la apertura fue perjudicial para la sociedad colombiana.

Cuadro 3

Colombia. Ingresos laborales reales (diciembre 1998=100) por ramas de actividad económica 2000-2002. Promedios mensuales. Trece ciudades.

Industria Electricidad,

gas y agua Construcción Comercio Transporte Servicios

financieros Servicios del Gobierno

Servicios comunales

Resto

00 I

408.636 910.098 367.605 355.219 479.365 681.407 795.745 439.863 561.609

II 384.816 757.555 570.865 346.307 439.431 715.794 814.952 443.535 507.882 III 407.622 596.576 368.596 330.143 424.293 756.846 778.205 409.058 451.930 IV 404.672 575.052 424.557 335.166 467.023 720.687 798.591 423.243 381.504 01 I

428.193 978.950 370.990 330.137 435.642 631.049 789.963 419.363 313.116

II 380.834 696.160 331.627 320.835 401.041 719.175 946.269 402.828 541.346 III 391.655 703.679 364.699 319.872 392.956 639.335 879.796 438.020 610.909 IV 376.041 561.347 330.847 315.138 438.504 687.960 764.397 468.470 610.323 02 I

385.903 700.230 302.976 357.241 420.890 746.666 803.217 451.263 682.477

II 385.271 1.074.519 373.052 310.412 409.526 719.490 885.691 466.009 539.880 III 403.358 774.116 325.255 374.272 418.493 890.847 834.709 472.839 639.547 IV 379.550 694.931 323.855 343.543 438.748 732.999 847.490 445.713 800.801 03 I

531.531 998.046 496.692 419.678 554.605 819.206 1.137.683 554.425 765.702

II 460.273 742.314 402.986 418.804 527.326 780.977 1.121.383 519.677 780.235 III 504.644 914.135 463.165 433.792 502.950 800.595 994.752 586.581 764.020 IV 572.761 896.802 450.177 460.827 592.802 906.635 1.051.960 585.466 886.350

Fuente: DNP, Dirección de Estudios Económicos. se pueden caracterizar, en general, cuatro subperiodos al observar el gráfico 1. La primera década de los setenta en donde la desigualdad de ingresos disminuye sostenidamente. Los años comprendidos entre 1975 y 1990 describen una forma de U invertida, sin que esto quiera decir que fue inducida por un crecimiento sostenido. A partir del 90 la desigualdad aumenta rápidamente y del 95 en adelante se estabiliza en niveles muy altos. La primera mitad de los setenta y gran parte de la década de los ochenta mostraron tendencia favorable hacia la disminución de la desigualdad. La economía colombiana ha retornado a los niveles de desigualdad que tenía a principios de los años setenta. Con tales niveles de inequidad se dificulta el desarrollo, pues, empiezan a operar restricciones institucionales que no permiten

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la evolución más o menos estable de la economía. Y no sólo tiene que ver con las condiciones de mejoramiento de la seguridad para fomentar la inversión privada. Más bien tiene que ver con una política social universal que permita a los habitantes clasificados en la escala más baja de la distribución tener más capacidades para generar mayores ingresos y con ello poder de compra.

Gráfico 1

Colombia. Coeficiente Gini 1970-2003

0,440

0,460

0,480

0,500

0,520

0,540

0,560

0,580

0,600

1970

1972

1974

1976

1978

1980

1982

1984

1986

1988

1990

1992

1994

1996

1998

2000

2002

Fuente: Montenegro, A., y Rivas, R. (2005). "Las piezas del rompecabezas. Desigualdad, pobreza y crecimiento. Pág., 39 y 40. Taurus. Bogotá. La desigualdad de ingresos está cercanamente relacionada con el desempleo y la pobreza. Con la pobreza dado que los pobres están ubicados en los percentiles más bajos de la distribución y los desempleados así como otras clasificaciones de empleo precario también están asociados con niveles bajos de ingreso. Entre más desigual sea una sociedad mayor será su pobreza y probablemente tenga niveles de desempleo igualmente mayores. Para los pobres el empleo es fundamental, pues, es su principal fuente de ingresos. Examinando los datos sobre la tasa de desempleo por quintiles de ingreso en Colombia, con base en encuestas de hogares, para los años de 1993, 1997 y 2003, (Cuadro 4), observamos un aumento significativo del desempleo para el total nacional. La tasa de desempleo entre 1993 y 2003 se multiplica por dos. Con

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un aumento del desempleo de tal tamaño los ingresos de los trabajadores se ven considerablemente afectados. La situación del desempleo en el campo es menos precaria. Mientras el desempleo urbano se incrementa en 10 puntos porcentuales entre 1993 y 2003, el rural aumenta en 5 puntos. La brecha de la tasa de desempleo entre el quintil 5 y el quintil 1 aunque ha disminuido ligeramente aún es abismal. En 1997 la brecha era de 19 por ciento y en 2003 esta representaba el 11 por ciento aproximadamente. Sin embargo, esta se reduce porque el desempleo aumenta en ambos estratos con una aceleración fuerte en el quintil 5. Las clases bajas siempre han experimentado una tasa de desempleo muy alta. Una de las explicaciones tradicionales para este fenómeno se refiere al tema de la educación en general y la capacitación en el trabajo. En los quintiles más bajos se encuentran las personas de más baja educación y capacitación. Este puede ser uno de los elementos. Otros adicionales, pero igualmente importantes, tienen que ver con la falta de capacidades de los individuos más pobres. Las personas clasificadas en los estratos más bajos de la distribución presentan problemas de salud, falta de nutrición adecuada, falta de autonomía, entre otros aspectos. Igualmente son vulnerables ante diversas situaciones de violencia entre las que se encuentran la intrafamiliar, la ejercida por la delincuencia común y la ejercida por el conflicto armado en sus diferentes manifestaciones. El desempleo urbano en los quintiles 1 y 2 muestra resultados alarmantes. En el 2003 la tasa de desempleo ascendía a 36 por ciento en el primero y 32 por ciento en el segundo. Tal destrucción de la capacidad de compra de las clases menos favorecidas es no sólo perjudicial para las mismas desde el punto de vista de su valor intrínseco sino, que también representa una pérdida para el conjunto de la economía en términos de falta de demanda efectiva. Un mayor desempleo influye perversamente sobre la demanda efectiva. Ahora bien, los resultados del mayor desempleo se ven reflejados en la incidencia de la pobreza. En Colombia hay un debate interesante alrededor del tema de la medición de la pobreza de ingresos. Existen diversas metodologías para medirla y por tal motivo existen resultados distintos. A pesar de ello, en cualquier caso los resultados de incidencia de pobreza arrojan una tasa muy alta. Tomando como referencia las mediciones del Centro de Investigaciones para el Desarrollo, CID de la Universidad Nacional, (Cuadro 5) observamos unos niveles de pobreza demasiado altos. La incidencia de la pobreza, según tales mediciones, asciende a 66.3 por ciento. Una cifra a todas luces deplorable desde el punto de vista de los resultados de política económica y social. Aquí solo estamos aludiendo a la pobreza de ingresos. Bien es conocido que la literatura sobre pobreza ha avanzado en su conceptualización. Y esta va más allá de la visión limitada de pobreza como carencias materiales, incluido el ingreso. La pobreza también es falta de capacidades y exclusión social en los diferentes

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ámbitos en los que se puede realizar el ser humano. Si se atienden tales consideraciones es probable que la pobreza en Colombia sea mucho mayor. Claro que se saben también las dificultades que existen aún y lo poco que están desarrollados en la teoría los instrumentos de medición referentes a tales conceptos más avanzados de pobreza. Aún aceptando que la pobreza es carencia de ingresos, lo cual no es un concepto despreciable, podemos afirmar que en Colombia, esta muestra niveles altos inaceptables desde una perspectiva ética.

Cuadro 4

Colombia. Tasa de desempleo de personas entre 15 y 24 años de edad (%).

1993 1997 2003

Nacional Total 11.4 13.4 21.5 Quintil 1 17.0 24.5 27.2 Quintil 2 11.2 19.4 22.6 Quintil 3 11.8 10.7 24.3 Quintil 4 10.1 11.5 18.0 Quintil 5 * 6.0 15.9

Urbano Total 14.6 16.4 25.5 Quintil 1 23.5 37.5 36.0 Quintil 2 19.1 19.1 32.7 Quintil 3 13.8 13.9 23.4 Quintil 4 8.6 11.2 19.5 Quintil 5 * * 14.9

Rural Total 4.5 5.4 10.1 Quintil 1 * * * Quintil 2 * * 17.5 Quintil 3 * * * Quintil 4 * * * Quintil 5 * * 6.7

Fuente: BID. Base de Datos EQxIS. * La muestra no es lo suficientemente grande. Con ocasión de la puesta en práctica del monitoreo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio se han empezado ha evaluar diferentes indicadores sociales. El primer objetivo de desarrollo del milenio es reducir la pobreza y la miseria a la mitad entre 1990 y 2015. Este objetivo se está evaluando con el indicador de la pobreza

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medida con la línea de 2 dólares diarios, y la miseria medida con la línea de 1 dólar diario. Esto para efectos de comparación internacional. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha promovido la evaluación de los Objetivos del Milenio tanto a nivel de los países como al interior de sus regiones. Para Colombia existen datos en el caso de la pobreza a nivel de departamentos para los cuales se debe tener en cuenta que la medición se refiere a la línea de pobreza internacional arriba descrita.

Cuadro 5

Colombia. Medidas de pobreza basadas en el ingreso

Nacional Urbano RestoIncidencia de pobreza 66.3

59.9 83.9

Déficit de pobreza 50.2 47.3 56.8 Intensidad de pobreza 33.5 28.4 47.7 Severidad de pobreza 20.7 17 31.4

Fuente: CID, Universidad Nacional.

La pobreza por departamentos en Colombia mostró una tendencia ascendente entre 1996 y 2003, (Cuadro 6). Los niveles de pobreza de ingresos de Bogotá siguen siendo menores relativamente, comparados con el resto de departamentos. Entre los departamentos con mayores niveles de pobreza en el año de 1996 están: Caquetá, Chocó, Córdoba, Huila, Nariño y Quindío. En el 2003 los departamentos con la categoría de más pobres son: Boyacá, Caquetá, Cauca, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, Huila Nariño, Norte de Santander, Sucre y Tolima. Hay varios departamentos que aparecen en ambos años: Caquetá, Chocó Córdoba, Huila, y Nariño. El año de mayor incidencia de pobreza para el período presentado fue 2002. En el 2003 se muestra un ligero descenso con respecto al 2002 pero sin llegar a los niveles más bajos de pobreza que había en 1996. La situación en cuanto a pobreza se ha deteriorado. Algunos departamentos están atrapados en una “trampa de pobreza”. No se observa que exista alguna tendencia a la convergencia en términos de reducción de la pobreza de los departamentos al interior del país. Entre 1996 y 2003, en términos generales, Bogotá sigue teniendo los menores niveles de pobreza y chocó los mayores. Los datos en mención también muestran aspectos atípicos como por ejemplo la incidencia de pobreza relativamente baja en departamentos como Guajira y la cifra correspondiente al

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departamento del Chocó en el 2002: 15.6 por ciento. Este año fue particularmente dramático en términos de aumento de la pobreza para todo el país.

Cuadro 6

Colombia. Incidencia de la pobreza por departamentos (%) 1996-2003.

DEPARTAMENTO 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 ANTIOQUIA 7,31 4,9 7,16 8,38 15,97 15,52 19,71 15,19 ATLANTICO 2,6 3,59 6,18 7,01 16,55 5,34 16,67 10,54 BOGOTA 3,21 2,47 3,49 7,43 9,17 6,41 9,22 6,46 BOLIVAR 6,08 8,59 7,81 13,13 24 13,26 21,99 8,43 BOYACA 16,2 15,45 12,01 13,7 26,74 33,3 44,72 34,37 CALDAS 5,92 8,14 5,47 8,45 16,82 11,97 17,15 13,99 CAQUETA 10,62 8,63 3,41 8,68 25,17 16,91 18,09 19,66 CAUCA 5,71 12,82 18,29 19,75 34,33 27,81 19,83 26,45 CESAR 2,43 8,46 6,69 6,29 11,12 13,68 24,08 14,69 CHOCÓ 10,88 20,57 25,11 25,45 44,46 36,9 15,59 36,2 CORDOBA 15,12 16,78 18,66 17,6 30,88 24,23 32,9 25,2 CUNDINAMARCA 4,74 6,83 6,05 7,13 24,6 21,25 26,98 19,38 HUILA 13,91 9,33 9,5 9,28 20,58 31,25 46,38 34,68 LA GUAJIRA 2,8 8,05 7,5 4,92 19,22 15,91 24,22 13,9 MAGDALENA 5,63 11,75 8,27 8,93 14,36 15,76 18,69 13,23 META 5,52 3,42 4,09 6,18 15,69 14,27 17,26 14,52 NARIÑO 12,57 15,78 18,81 13,54 34,35 26,26 30,52 29,16 NORTE DE SANTANDER 3,32 5,62 9,16 7,73 16,21 7,86 16,36 16,81 QUINDIO 10,06 6,67 6,84 7,02 6,62 13,07 21,95 12,5 RISARALDA 4,86 7,79 6,87 7,62 17,75 11,48 12,81 10,17 SANTANDER 7,42 6,33 7,1 7,56 18,02 11,3 15,24 13,41 SUCRE 2,59 14,47 10,24 9,07 19,68 16,42 21,8 19,45 TOLIMA 6,49 10,3 9,08 9,74 25,19 21,95 23,75 23,33 VALLE DEL CAUCA 4,3 4,1 6,87 6,74 11,05 8,63 12,94 8,16 TOTAL NACIONAL 5,91 6,65 7,52 8,79 18,16 15,07 19,5 15,45 Fuente: PNDH, Las regiones colombianas frente a los objetivos del milenio.

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4. Un crecimiento poco competitivo y con tendencia al estancamiento Es un hecho que la desigualdad en la distribución de ingresos influye sobre los niveles de pobreza. De igual forma, la influencia del crecimiento económico es crucial para alcanzar el objetivo de reducir la pobreza. Un crecimiento vigoroso y sostenido es una condición necesaria para la reducción de la pobreza. Claro está que tal crecimiento también puede ser perjudicial si afecta perversamente a la desigualdad. En Colombia ha habido una tendencia secular hacia el estancamiento, pues, el producto interno bruto pér cápita no supera, en períodos largos de tiempo, la cifra del 4 por ciento sostenidamente. Observando la tasa de crecimiento del PIB per cápita en los años noventa y los cuatro primeros años del nuevo milenio, (Gráfico 2) se observa que no hay un impulso significativo de esta variable, que pueda inducir a pensar en una mejoría del bienestar de la población. Excepto los tres primeros años de los noventa, la década pasada mostró una caída sostenida del PIB per cápita. A partir del 2002 se observa una ligera recuperación que sólo alcanza para situarse en el mejor resultado que se obtuvo hacia 1993. Más de una década perdida.

Gráfico 2.

Colombia. Crecimiento del PIB per cápita. 1990-2004.

-8,00

-6,00

-4,00

-2,00

0,00

2,00

4,00

6,00

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003(p)

2004(p)

Fuente: DANE. Cuentas Nacionales.

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La crisis de fin de siglo marcó una fractura en el desempeño económico del país. No obstante la caída sostenida en el PIB per cápita se observa desde 1993. En ese año el PIB per cápita alcanzaba un crecimiento anual de 4 por ciento. Aunque esa es una cifra relativamente significativa aún es baja de acuerdo con los estándares mostrados por otros países de reciente industrialización o como el caso de china que creció en los últimos años a una tasa superior a 9 por ciento. Además, la tasa del 4 por ciento para la economía colombiana no se ha sostenido ni siquiera en períodos cortos de tiempo. Como en el caso de América Latina, Colombia parece mantener una tendencia marcada al estancamiento. La tendencia al estancamiento en estas economías parece provenir de las restricciones que imponen a las políticas monetaria y fiscal la volatilidad de los influjos de capital. Estas restricciones, entre otros aspectos, impiden ejecutar una política económica de fomento de la demanda efectiva que permita dar un impulso importante a la actividad económica en su conjunto. Un régimen de crecimiento con tendencia al estancamiento está caracterizado por tres elementos básicos: Un predominio de los aspectos financieros en la economía; una débil intervención del Estado en la economía y una fuerte reproducción de las desigualdades, (Salama, 2004). Un modelo basado en la liberalización financiera, la disminución de los gastos sociales y la flexibilización del mercado laboral contribuye a la inestabilidad macroeconómica y a un bajo crecimiento. El régimen de crecimiento con tendencia al estancamiento plantea las siguientes dificultades: el crecimiento no es lo suficientemente alto ni durable; el crecimiento no reduce significativamente los niveles de pobreza; la internacionalización financiera pronunciada produce una fuerte volatilidad en la evolución del PIB; la necesidad de atraer capitales para cubrir la falta de capacidades del mismo o evitar la fuga de capitales, inducen a los gestores de política a elevar las tasas de interés, generando así recesiones. El modelo convencional de explicación del crecimiento es el modelo neoclásico en sus diferentes versiones, de las cuales el modelo de Solow es el referente. La predicción de este modelo es la convergencia en términos de crecimiento de los diferentes países, de tal forma que los países de menor ingreso tendrán tasas de crecimiento significativamente mayores que los de mayor ingreso, de tal forma que los primeros alcanzaran el desarrollo de los segundos en un determinado período de tiempo. Ese tiempo parece no haber llegado aún. La evidencia empírica observada para diversos países parece no estar de acuerdo con el modelo neoclásico de crecimiento, (Ros, 2004). Este modelo parece funcionar bien en una economía madura más no en economías menos desarrolladas como las de América Latina y por supuesto como la colombiana. Parece no haber tal convergencia. Hicimos un ejercicio con los datos a nivel departamental para Colombia con el fin de observar cómo ha sido el comportamiento durante los noventa y principios de

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siglo, en términos de crecimiento departamental, (Cuadro 7). Agrupamos a los diferentes departamentos clasificándolos en cuatro grupos según el nivel del PIB per cápita. La información no incluye los nuevos departamentos. Y observamos sus tasas de crecimiento. Lo que se esperaría de acuerdo con la predicción del modelo neoclásico de crecimiento es que los departamentos con menor nivel de ingreso tuvieran las mayores tasas de crecimiento.

Cuadro 7

Diferencias departamentales en los niveles de ingreso y tasas de crecimiento.

Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 4*PIB per cápita en 2002 2141000 1533167 1355230 901740 946426PIB per cápita en 1990 1918958 1360284 1252333 825220 823374Tasas de crecimiento anual(1990-2002)

PIB 2,87 2,75 2,42 2,71 2,97PIB per cápita 1,07 1,20 0,84 1,00 1,36Fuente: DANE, cálculos del autor. Nota: Grupo 1: Antioquia, Bogotá, Cundinamarca, Meta, Santander, Valle. Grupo 2: Atlántico, Bolívar, Caldas, Guajira, Tolima. Grupo 3: Boyaca, Huila, Quindio, Risaralda, Cesar. Grupo 4: Caquetá, Cauca, Chocó, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Sucre. Grupo 4*: Grupo 4 más Córdoba. Los promedios de tasas de crecimiento anual entre los grupos son muy similares para el período analizado. Los departamentos del grupo 1, los de mayores ingresos, tuvieron una tasa de crecimiento mayor que el resto de los grupos de menores ingresos. En el caso del PIB per cápita, los departamentos del grupo 1 superan a los del 3 y el 4. Sólo los departamentos del grupo 2 están ligeramente por encima. Hemos excluido del grupo 4 un departamento que tiene un comportamiento atípico: Córdoba. Si lo incluimos en el grupo 4 este grupo muestra un promedio ligeramente mayor que el resto de los grupos. Este nuevo comportamiento del grupo se explica por la alta tasa de crecimiento registrada por el departamento de Córdoba en los últimos años. En todo caso las tasas de crecimiento de los grupos de menores ingresos no son lo suficientemente altas como para decir que a nivel departamental en Colombia ha habido convergencia. Lo que si ha existido es una tendencia al estancamiento con tasas de crecimiento del producto interno bruto muy bajas. Inferiores al 3 por ciento. Igual ha sucedido con el PIB per cápita. El departamento de Córdoba ha presentado altas tasas de crecimiento pero también es un departamento con altos

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niveles de pobreza como lo mostramos arriba. Esto implica que el crecimiento económico en Córdoba ha sido inequitativo. 5. Conclusiones y observaciones finales. Colombia se ha caracterizado tanto en la década de los noventa como a principios de siglo por ser una sociedad con profundas desigualdades. A partir de los noventa las diferencias de ingreso aumentaron considerablemente, se multiplicaron por más de dos. La mayor desigualdad influyo negativamente sobre la pobreza. Esta, tanto a nivel nacional como al interior del país por departamentos se disparó hasta alcanzar cifras inaceptablemente altas. El desempleo, por su parte, hasta 2003 aumentó a una tasa creciente golpeando a las capas más bajas de la población. El mayor desempleo se convierte en un factor determinante negativo para la pobreza. Aquellas personas que pierden su empleo dejan de percibir un ingreso que les permita participar en la vida económica. El desempleo es excluyente. Saca a los individuos de la actividad económica y les impone restricciones a su bienestar. Pero, adicionalmente el desempleo no le conviene a la economía en su conjunto, pues, le resta capacidad de demanda efectiva. El gasto que pueda generar la economía es clave para el crecimiento de la producción. El crecimiento no ha mejorado las condiciones de desarrollo del país. El crecimiento per cápita ha sido muy pobre en Colombia. La tasa de crecimiento del PIB per cápita en quince años no ha superado la barrera del 3 por ciento. Esta es una tasa de crecimiento muy baja si se quiere alcanzar a los países desarrollados o de reciente industrialización. El crecimiento no está llegando a la mayoría de la población. Las profundas desigualdades existentes en el país impiden que el desempeño de la economía sea competitivo. El crecimiento no es alto ni sostenido. Condiciones imprescindibles para un adecuado manejo de la política macroeconómica orientada a luchar contra la reducción de la pobreza. Pareciese que la economía colombiana presentara una tendencia marcada el estancamiento. Niveles bajos de la tasa de crecimiento, profundas desigualdades, incapacidad para reducir los niveles de pobreza, entre otros aspectos. Esta tendencia al estancamiento no es ajena a los demás países de América Latina. La gran mayoría de estos también muestran síntomas de ser economías con esta tendencia. En particular, lo que tiene que ver con la inequidad en la distribución del ingreso. La evidencia empírica no ha mostrado señales de que el modelo de crecimiento neoclásico pueda explicar adecuadamente las trayectorias de crecimiento en los países menos desarrollados. En Colombia, usando datos a nivel de

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departamentos encontramos que los departamentos de mayor ingreso crecen a una tasa ligeramente mayor que aquellos departamentos de menor ingreso. El departamento de Córdoba representa un caso atípico. Incluyendo este departamento en la muestra, los departamentos de menor ingreso logran superar en crecimiento al resto. Esto muestra que Córdoba ha crecido a tasas superiores al promedio. No obstante, el mismo departamento muestra altos índices de pobreza. Por lo tanto, el crecimiento en Córdoba ha sido inequitativo. En todo caso, no hay convergencia departamental en Colombia. Tales resultados sugieren la utilización de modelos alternativos para comprender los fenómenos claves de la distribución y el crecimiento. También, por supuesto, para aplicar sus recomendaciones a la política pública orientada a solucionar el problema de pobreza. Hay dos concepciones que pueden ayudar, y mucho, en este camino: la poskeynesiana y la economía clásica del desarrollo. En el primer caso, la teoría de Keynes aún está lejos de ser desplazada por modelos como el neoclásico. Este último no alcanza el nivel de generalización del primero. Claro que políticamente ha habido un fuerte ataque a Keynes. Pero en el plano de la teoría los argumentos neoclásicos no han podido derrumbarlo, (En textos avanzados como los de Romer o Barro hay presentaciones formales del modelo keynesiano). Además, existe un interesante programa de investigación acerca de la teoría implícita de la distribución en Keynes. Por su parte, de la combinación de la economía clásica del desarrollo con la denominada nueva teoría del crecimiento o crecimiento endógeno, pueden resultar explicaciones fructíferas a los fenómenos del subdesarrollo. En la escuela de la economía clásica del desarrollo están los planteamientos hechos por Lewis, Nurkse, Hirschman, Myrdal entre otros. En particular, la oferta ilimitada de mano de obra y los rendimientos crecientes a escala constituyen dos postulados clave para entender a las economías en desarrollo. En su caso, las teorías de crecimiento endógeno están siendo lideradas por Howitt y Aghion, entre otros.

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6. Referencias bibliográficas

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