Upload
xanydel
View
20
Download
1
Embed Size (px)
DESCRIPTION
El destino está en contra de los chicos que se desprecian, o quizá a su favor.
Citation preview
DESTINO
Castiel pasaba lentamente una de sus manos por esa piel que lo
trastornaba, blanca y con un ligero tinte rosceo. Mova la mano del
cuello al inicio de la espalda, o el final segn la perspectiva de cada
quien. Le encantaba acariciar esa parte un poco cncava en que la
espalda y las caderas se unan.
-E-en verdad m-me quieres, Castiel?- pregunt una trmula voz.
El pelirrojo slo sonri, quera torturar lo ms posible a esa persona,
as que su respuesta fue un roce de sus labios en ese cuello que
tena frente a l. Continu el roce por toda la lnea hacia el hombro
izquierdo, al llegar a l, dio un pequeo mordisco. Al mismo tiempo
sus manos tomaban aquella cintura y tiraban de ella hacia l,
necesitaba urgentemente el contacto de las pieles. Sinti que su
miembro era alcanzado por la mano de
-Diablos!- exclam Castiel, al tiempo que se incorporaba de forma
brusca en la cama.
Su cuerpo estaba empapado en sudor, su palpitante miembro
mostraba una alegre ereccin que lo incomodaba bastante. El odioso
sonido del despertador que haba interrumpido aquel desconcertante
sueo, se dejaba escuchar por toda la habitacin. Demonio, que
dorma al pie de la cama, tena una pata sobre su hocico cubriendo
parcialmente sus ojos al tiempo que gimoteaba, como si el animalito
se quejara por aquel barullo.
Castiel pestae varias veces y cuando comprob que se encontraba
en su cuarto, gru para s mismo, estir la mano y puso fin al
escndalo que su mvil protagonizaba. Fulmin con la vista el
aparato electrnico, al darse cuenta que el celular permaneca
impvido, sin dejarse amedrentar, decidi ponerse de pie y darse una
refrescante y saludable ducha con agua fra. El mejor remedio para
mitigar cualquier rastro de la pesadilla que acaba de tener. Segn l.
Sali de la ducha y busc su ropa, se visti sin gana alguna y luego
se dej caer en su silln favorito, agarrando su tesoro ms preciado,
la guitarra que con tantos sacrificios haba comprado. Sus padres
haban dicho que ellos la pagaran si Castiel consegua no faltar a
clases y obtener notas aceptables. As que el chico haba decidido
que un trabajo de medio tiempo era el mejor camino a seguir. Y con
ese trabajo haba empezado el suplicio. l jams lo aceptara, saba
que sus amigos lo comprenderan, sin dar importancia al asunto. Pero
simplemente l no poda. Punto.
Los acordes que salan de la guitarra eran melodiosos y algo
nostlgicos, para luego convertirse en extensiones de la ira que
empezaba a hacer mella en el chico de ojos acerados. Suspir y puso
la guitarra en su funda. Tom jugo y luego se mir en un espejo,
revisando las races de su cabello, para asegurarse que no
necesitaba retoque todava. Puso comida y agua en los platos de
Demonio, tom su mochila y sali rumbo al instituto Sweet Amoris.
Al entrar al patio del instituto, observ a lo lejos dos figuras
conocidas. La alta y fuerte de Lysandro, su mejor amigo; junto a la
menuda pero curvilnea (aunque jams lo aceptara), de Honey
Sucrette, la chica que en secreto le gustaba. El gran problema era
que Lysandro estaba enamorado de esa chica, y l saba
perfectamente que Honey no saba si preferir a uno sobre otro o
continuar con la amistad solamente. Lysandro era tan despistado,
que seguramente no se haba percatado de nada. Ni de lo que
despertaba en la chica, ni de que el mismo Castiel gustaba de ella
tambin.
-Hola tablita, hola Lysandro, recuerda que tenemos ensayo en mi
casa esta tarde- haba comentado Castiel al pasar junto a ellos.
Meti sus libros en su casillero y se dedic a observar a la pareja por
una ventana. Al contrario de lo que se pudiera suponer, el ver a la
chica con su amigo, no le haca sentir mal. l pensaba que mientras
escogiera a Lysandro, no le supondra ningn problema. Estimaba a
ambos y verlos felices le hara feliz a l tambin. Pero si Honey lo
eligiera a l, no saba si Lysandro lo tomara bien.
Contempl la llegada de los nuevos alumnos, unos hermanos
gemelos que al parecer ya haban entablado amistad con la chica. Se
pregunt si alguno de ellos quedara hechizado por esa revoltosa.
Escuch ruido a su espalda, se trataba de Nathaniel, que al salir de la
sala de delegados haba dejado caer unos documentos que traa en
las manos. Castiel no quiso ni pensar lo diferente que sera la
situacin si en lugar de Lys, uno de los favoritos de Sucrette resultara
ser el delegado.
Odiaba a ese chico con todo su ser. Era capaz de molerlo a golpes si
fuese necesario y tuviera la oportunidad. Saba que era
correspondido con la misma intensidad por parte del rubito.
Supo cuando Nathaniel se percat de su presencia, sostuvieron la
mirada uno del otro cuando sus ojos se encontraron. Nathaniel desvi
la mirada primero con el pretexto de seguir acomodando los
documentos. Castiel sonri en seal de triunfo.
Las clases daran comienzo en pocos minutos, as que se dirigi al
aula A, ocup uno de los lugares junto al muro del fondo y esper a
que llegara el profesor. Vio que los gemelos se detenan en la puerta
y revisaban sus horarios, para despus despedirse. Alexy entr y lo
mir de forma extraa, como si quisiera recordar algo.
Castiel le dirigi una fra mirada, esa con la que lograba que nadie se
acercara, pero lo nico que consigui fue una sincera sonrisa de
Alexy y que ste tomara el lugar vaco junto a l.
Las clases concluyeron con la novedad que cada uno de los alumnos
llevaba consigo un formulario que deba ser firmado y llenado por los
padres o tutores para que los alumnos asistieran a una carrera de
orientacin que el instituto haba preparado. Castiel recordaba
cuando Honey arm un alboroto al enterarse de esa actividad. Al
estar emancipado nadie tena que firmar este tipo de cosas.
Lleg molesto a su casa por dos razones.
a) La directora le advirti que tena que participar en la carrera sin
pretexto ni excusa, y
b) Tena la sensacin de ser observado por Alexy en todo
momento.
Comenz a recoger un poco el desorden que permaneca desde
varios das atrs. No le gustaba tener la casa sucia, pero su mente se
encontraba en caos constante desde que esos sueos, mejor dicho
pesadillas, se presentaran. Saba que Lysandro no tardara en llegar,
llam a una pizzera y encarg dos grandes, junto con un par de
refrescos. Volvi a tratar de poner un poco de orden, al levantar una
revista de rock, de ella cay una fotografa que mostraba a Castiel
vestido con la ropa que usaba en su trabajo de los fines de semana.
Detrs de l se vean varias cabezas.
La tom entre sus manos, contemplndola con una mirada fija, acto
seguido la rompi en pedazos y la barri junto a la dems basura. Su
mente comenz a dar vueltas, considerando su situacin desde todos
los puntos de vista posibles. Ese trabajo era bueno, su sueldo no
sera la gran cosa, pero las propinas siempre eran abundantes y
generosas. Varias veces se haba planteado el abandonarlo, pero
necesitaba el dinero. Sus padres depositaban en su cuenta lo
necesario y un poco ms, pero no entraba en su forma de ser y
pensar el pedirles para todo lo que se quisiera comprar. Estaba
bastante crecidito como para solventar sus gastos o gustos por s
mismo.
Decidi que la casa estaba lo bastante presentable para su amigo
Lysandro, as que tom asiento en su silln favorito y con Demonio a
un lado, comenz a tocar la guitarra. Instantes despus lleg el albino
y el ensayo comenz, tambin el intercambio de ideas y ajustes a
algunas letras y msica de sus canciones.
Las pizzas llegaron, no se caracterizaban por su puntualidad en la
entrega, pero s por el sabor y calidad de los ingredientes. Detuvieron
el ensayo por un momento y se dedicaron a saborear cada trozo del
alimento que tomaban en sus manos. A Castiel siempre le haca
gracia la elegante manera de comer que ostentaba el chico con
gustos victorianos. Mientras Castiel tomaba el refresco directo del
envase, el de ojos bicolor lo haca de una copa.
Cuando estuvieron satisfechos, metieron las sobras en el refrigerador
y comenzaron a platicar de trivialidades, como las clases y tareas, los
alumnos nuevos y Honey, por supuesto.
-Puedo apostar a que se pierde en el bosque- asegur el pelirrojo.
-Espero que no, porque si tengo que ir a buscarla, seguramente
terminar extraviado y no con ella precisamente- coment de forma
seria el albino.
Castiel encendi un cigarrillo y se par junto a la ventana,
contemplando los carros que circulaban por la calle. Dio una gran
bocanada y trag el humo, para luego expulsar lo que quedaba.
-Por qu no le dices lo que sientes por ella?- cuestion Castiel sin
quitar la mirada de la calle.
-Decir qu a quin- fue la respuesta de Lysandro.
-Has contemplado que existe la posibilidad de que otro se
adelante?- insisti el pelirrojo.
-No entiendo de qu hablas, y en todo caso tambin t deberas
pensar en ello ser como tenga que ser- con esto Lysandro puso
fin al tema.
El comentario de Lysandro tom por sorpresa a Castiel, estaba
seguro que nadie haba notado que Honey le gustaba, ya que se
esmeraba por ser bastante molesto con ella. Permaneci en silencio
un momento, luego avent el cigarrillo por la ventana, vio como caa
en la banqueta y unas personas pasaban, pisotendolo.
-Bien, sigamos con el maldito ensayo- dijo Castiel y tom su guitarra.
El da siguiente fue realmente malo para Castiel, dieron la noticia de
que la carrera de orientacin tendra que ser en parejas,
obligatoriamente. Pensaba que Lysandro y l formaran el equipo
ms fuerte de todos, la suerte no estaba de su lado Honey haba
elegido al albino como compaero y este haba aceptado. La chica
por fin se haba decidido.
Castiel extraamente sinti como si un gran peso fuera quitado de l.
Una sensacin de que algo le preocupaba y no lo saba, hasta que
esa inquietud desapareci fue que supo que se encontraba ah. No
lograba entender muy bien qu era lo que pasaba con l. Sin
embargo esperaba que Lysandro no demorara mucho en demostrar
lo que senta realmente por aquella chica.
Pens en Iris, pero su enfado se acrecent al saber que ya estaba
con Melody. Kim era demasiado como l y no quera estar
discutiendo durante la carrera. Violeta necesitaba ms una nana que
un compaero. Y ni loco le pedira a Amber o a alguna de sus amigas
que fuera su compaera.
Las cosas empeoraron cuando el Sr. Farrs le dijo que la directora lo
esperaba en la sala de profesores. Se perturb un poco al
encontrarse con la directora y Nathaniel. El asunto era que ya
todos los alumnos estaban registrados con sus respectivos
compaeros, excepto ellos dos, as que por orden de la directora
formaran equipo. Castiel y Nath se dirigan miradas amenazadoras,
con promesas de torturas innombrables y sufrimientos inacabables.
En la cabeza del pelirrojo se escuch una frase que haba aprendido
de una vieja pelcula: Del odio al amor, slo hay un paso. Castiel
quera ahorcar al chico de ojos color mbar y cambiar la frase a: Del
odio a la muerte, slo hay un paso y una expulsin de por medio.
Peor no poda ser, la directora no entenda, no saba que aquello era
un maldito error, pensaba Castiel. Pero la terquedad de l no era
comparable con la de la abuela. As que no dijo nada y sali hecho
una furia del lugar. Esperaba que nadie se enterara hasta el da de la
carrera. No podra soportar las burlas y habladuras sobre el tema.
Era jueves, el sbado sera la carrera y l podra soportar pasar un
par de horas con el rubio. Simplemente lo ignorara e ira cada quien
por su lado.
El estado alterado en el que se encontraba le obsequi una noche
plagada de hermosos y abundantes sueos con la misma persona.
Castiel despert en la madrugada queriendo matar a alguien, o por lo
menos destruir algo. Esos sueos terminaran por llevarlo directo al
manicomio. Se levant, dirigindose a la cocina para beber un poco
de agua fresca; esperando que la cabeza se le despejara un poco
lav su rostro, cuando se observaba en el espejo, su mente registr
el destello de un recuerdo. Dur una fraccin de segundo, pero era
suficiente para alertar a Castiel, que no tard nada en estar junto al
cesto de la basura tratando de encontrar todos los trozos de la
fotografa que haba destruido. Algo alert al chico, algo que tena
conexin con esa foto. El pelirrojo se dio una patada mental cuando
record que esa maana haba sacado la basura para que el
recolector se la llevara.
Castiel estaba de malas y trataba de evitar a todo mundo en el
instituto, no haba entrado a casi ninguna clase y slo deseaba estar
en casa con su guitarra y Demonio. Se senta observado, los cabellos
de su nuca se erizaban constantemente y para l era seal de que
alguien lo miraba con insistencia. Estaba sentado a la sombra de un
rbol, con los ojos cerrados; su agudo odo capt suaves pisadas
sobre el csped, alertndolo sobre la cercana de alguien. Abri los
ojos para encontrarse con la escudriadora mirada de Alexy, que lo
contemplaba pensativo.
Una chispa en los ojos de Alexy le indic a Castiel el momento exacto
en que el chico de azules cabellos record algo que lo inquietaba; el
gemelo le dedic una sonrisa de triunfo, comprensin y complicidad,
que Castiel no supo entender en ese momento. Alexy iba a decir
algo, pero su hermano, Armin, lleg reclamando su completa
atencin; algo sobre que su consola porttil haba sido requisada por
un profesor.
Armin y Alexy se alejaron, el primero quejndose y el segundo
tratando de consolar a su hermano. Alexy se gir para sonrer de
nuevo a un confundido Castiel. Al trmino del horario escolar, el chico
fue el primero en salir. No soportaba estar por ms tiempo en el
instituto.
Al ser viernes, Castiel tena que presentarse a trabajar, y una vez
ms se planteaba el renunciar, trataba de convencerse de que podra
encontrar otro trabajo de fin de semana que le otorgara los mismos
beneficios que este. Sin embargo, una parte de Castiel, esa que
negaba y no dejaba salir jams, saba que no lo haca por el dinero;
esa mima parte, se preguntaba hasta cundo Castiel aceptara la
verdad. Su verdad, para de una vez por todas dejarse de mentiras, a
l y a los dems.
Con algo de desgana tom la mochila que usaba para ir al trabajo,
acarici a Demonio, dio un vistazo a la guitarra que se encontraba
recargada contra un muro y sali de su casa con paso firme.
La msica, como siempre, estaba al mayor volumen posible; Castiel,
peinado como siempre, de media coleta y enfundado en su uniforme
(que constaba de un pantaln negro entallado, un pequeo chaleco
negro tambin y nada ms), reparta bebidas, cervezas y refrescos
al por mayor. Era uno de los chicos ms solicitados de los que
trabajaban ah. En ocasiones, los clientes esperaban un buen rato a
que se desocupara para que pudiese atenderlos.
Castiel era de los ms solicitados por una razn, siempre rechazaba
cualquier tipo de invitacin, propuesta o insinuacin. Era popular
entre los clientes por ser considerado algo as como el premio mayor.
Lo consideraban un trofeo, haba apuestas de todo tipo. Una vez,
unos tipos apostaron a que podran convencerlo de ir con ellos si lo
esperaban hasta la hora del cierre. El resultado fue, dos ojos
morados, un labio roto e hinchado y varios traseros pateados.
Castiel siempre tena que salir sin ser visto, encima dar vueltas y
vueltas por todas partes, seguir diferentes rutas y tomar atajos para
llegar a su casa sin que nadie lo siguiera.
El antro llevaba por nombre Sweet Reality, y Castiel haba llegado a
l por un anuncio en internet donde solicitaban personal. Cuando
supo que se trataba de un lugar gay, dio las gracias y se retir, pero
el dueo que estaba ese da presente, sali detrs de l para
convencerlo de aceptar el trabajo. Se trataba slo de ser mesero, sin
compromiso de nada. Castiel no hara nada que no quisiera. Si los
clientes pagaban bebidas a Castiel, como este no ingera alcohol, se
guardara el dinero. El dueo estaba de acuerdo con eso, aparte
prometer a Castiel todo el apoyo del cuerpo de seguridad en caso de
que alguien quisiera pasarse de listo con l. Lo que logr causar
gracia al pelirrojo, pues era consiente de poder defenderse bastante
bien l solo.
De eso haca varios meses, justo una semana despus de su
cumpleaos 18; cada fin se semana se deca que era el ltimo, sin
cumplirlo por encontrar una u otra excusa para seguir ah.
-Castiel, tienes un pedido en el privado 3- dijo gritando para poder ser
escuchado uno sus compaeros, mientras pona una charola con una
gaseosa y un platito con botanas.
El pelirrojo resopl, coloc la charola en su mano y fue a entregar el
pedido. Odiaba acudir a los privados, porque era donde los chicos y
uno que otro hombre maduro, se ponan ms difciles.
La iluminacin de todo el antro era a base de luz negra y luces de
colores repartidas en lugares estratgicos. La pista de baile se
iluminaba con un delicado tono azul en el piso, y la clsica
iluminacin parpadeante proveniente del techo, tanto del centro como
de las partes laterales.
Castiel caminaba esquivando chicos por todos lados, entr en el
privado dejando la bebida y el plato en una pequea mesita.
-Hola Castiel, qu sorpresa encontrarte aqu- dijo una voz conocida.
El chico de ojos color acero, sinti que su cuerpo se enfriaba,
escuch y sinti los latidos de su corazn acelerarse y casi
detenerse. No era posible, no poda ser.
Levant la cara para encontrarse frente a frente con Nathaniel. No
poda articular palabra.
-Hoy en la tarde sostuve una interesante pltica con Alexy- empez a
decir el de cabello dorado Desde su llegada al instituto not que te
observaba con insistencia, hoy me percat de que record por qu te
le hacas tan familiar. De alguna forma saqu el tema, debo decir que
sin trabajo alguno gracias a que Alexy es transparente e inocente;
termin confesndome que es gay, y que uno de sus amigos celebr
en este lugar, hace un par de meses, su cumpleaos. Alexy no
estaba seguro de dnde te recordaba, hasta que su memoria lo llev
a ese da, y puedo decirte que slo piensa que te pareces a uno de
los sexys meseros de ese lugar es decir de este lugar. Como
habrs deducido, quise comprobar por m mismo si se trataba de ti, o
no. Sorpresa con esa palabra termin su discurso Nathaniel.
-Eres como una astilla en el trasero- las palabras de Castiel salieron
arrastradas y en un tono ms fro que el hielo mismo.
-Si soy una astilla, t eres un tronco en dem lugar- dijo
sarcsticamente el rubio muchacho.
-Y eso te gustara realmente, verdad Nathaniel- los ojos de Castiel
miraban entrecerrados a su compaero de instituto, mientras se
preguntaba qu era lo que realmente quera ese chico.
-Te recuerdo que ambos estamos aqu. Quizs en mi caso, slo haya
sido la curiosidad de comprobar algo, pero en tu caso no lo s-
Nathaniel sonrea con suficiencia.
Castiel agarraba con tanta fuerza la charola que ya le dolan las
manos. Estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no romperle
la cara a Nathaniel.
Nath se puso de pie, y fue lo suficientemente inteligente como para
no dejar propina. Se retir en silencio. Castiel tuvo que salir del antro
para que su respiracin y corazn pudiesen recuperar su ritmo
normal, pero sobre todo para no ir por Nathaniel y que las cosas
llegaran a mayores.
Castiel regres a su casa observ el pants que Boris le haba
entregado. No poda creer que olvidara que maana, es decir hoy, en
un rato, se llevara a cabo la carrera de orientacin. El destino no
poda jugrsela peor.
Durmi un poco y luego sali rumbo al instituto, esperando que al
final del da no hubiera un muerto en su conciencia.
Subi al autobs que los llevara al bosque y eligi el lugar ms
alejado para sentarse, observ cuando Lysandro y Honey subieron y
se sentaron juntos, entablando una amena pltica. Cerr los ojos y
fingi dormir durante el tiempo que dur el viaje. Cuando llegaron a
su destino, fue a pararse junto un rbol, y ah estuvo hasta que
Nathaniel se acerc a l. Castiel camin un poco pero fue alcanzado
por el rubio, para su buena suerte coincidieron con Lysandro y
Honey, que se mostraron asombrados y un tanto divertidos al saber
que los dos que ms se aborrecan formaban equipo.
Despus de eso la directora los llam para proporcionar todas las
indicaciones necesarias y con ello dar inicio a la carrera. El plan de
Castiel era separarse de Nath en cuanto tuviese oportunidad, pero al
parecer eso no resultara, ya que tenan que estar juntos hasta el final
del evento. El chico de melena rub senta la mirada de Nathaniel
sobre l todo el tiempo, y eso lo estaba fastidiando cada vez ms. No
se dirigan la palabra si no era necesario, y muy a su pesar, estaba
logrando divertirse un poco, ya que se pusieron a la cabeza en poco
tiempo.
En la recta final, se toparon con el equipo de Sucrette y Lysandro,
que prcticamente les pisaban los talones. Grande fue la decepcin,
tanto de l como de Nath, cuando supieron que otro equipo haba
llegado en primer lugar. Lo que a nadie le import, pues Sucrette y
Lysandro no aparecan por ningn lado.
El Sr. Farrs organiz una intensa bsqueda, cada equipo tendra
que cubrir una zona del bosque, y comunicarse con los dems en
caso de localizarlos. Castiel saba perfectamente que mientras
Lysandro no se percatar de que estaban perdidos y se quedaran
quietos en un lugar, sera demasiado difcil encontrarlos. O
simplemente no estaban perdidos, quizs ellos quisieron perderse.
Este ltimo pensamiento caus gracia en Castiel.
-Vaya, pens que seguiras enfadado por toda la eternidad- coment
Nathaniel.
A ellos se les haba asignado la parte ms alejada del bosque, era ya
muy tarde, el cielo no tardara en oscurecer.
Castiel no saba si contestar e iniciar una pelea o simplemente
ignorar al delegado. Se inclinaba por la pelea, pero con los chicos
extraviados era demasiado para la directora, una reyerta entre ellos
tal vez provocara un ataque a la pobre vieja. As que se propuso
ignorar todo lo concerniente a Nathaniel.
Las primeras estrellas comenzaron a brillar en el cielo, la
preocupacin de Castiel por sus amigos comenzaba a hacerse
presente. Un olvidadizo con nula orientacin y una torpe, buena la
haban hecho.
Castiel sinti que una mano lo jalaba del brazo, obligando a frenar su
avance. De pronto Nathaniel se encontraba frente a l. Quera
descifrar lo que la mirada de Nath le deca, pero no poda, o ms
bien, tema hacerlo.
Y entonces Nathaniel lo bes. Castiel perdi la respiracin, todos los
sentimientos llegaron de golpe, abrumndolo por completo. Ira,
miedo, frustracin, sorpresa y deseo. Quera golpear a Nathaniel,
sin embargo su cuerpo no responda. Estaba en shock, paralizado
totalmente.
Castiel reaccion al sentir que su cuerpo chocaba contra algo, se
trataba de un gran rbol; el pelirrojo trat de separar al rubio un poco,
para poder propinarle un buen golpe, pero Nathaniel a pesar de ser
muy delgado tena mucha fuerza, lo que desconcert al chico de roja
cabellera.
La lengua de Nathaniel intentaba forzar abrirse a la boca de Castiel,
la furia del pelirrojo se increment y logr empujar a Nathaniel para
luego golpearlo con toda su fuerza.
Nathaniel casi pierde el equilibrio pero logr estabilizarse.
-Ya basta, Castiel!- grit Nathaniel -Sincrate por un momento
contigo mismo, s honesto y busca en tu interior la razn de tu odio
hacia m- suplic el delegado al tiempo que retroceda un poco.
Castiel senta un nudo en la garganta, quin diablos pensaba que era
ese cretino para hablarle de esa forma.
Castiel avanz hacia Nath, sujetndolo por la chamarra, sus miradas
se encontraron, pero esta vez fue Castiel quien la desvi primero.
Senta que sus ojos ardan, el cuerpo entero le temblaba, y entonces
lgrimas brotaron de sus ojos. Solt a Nathaniel, dejando caer los
brazos a los costados, los senta flojos y sin vida. Haba luchado tanto
por no sentir aquello, crea que era una equivocacin.
-Te amo- Castiel pronunci esas palabras como si le estuvieran
haciendo dao y deseara alejarla lo ms posible de l En el
momento que empec a odiarte, tambin surgi mi amor por ti.
Cuando te vi con Debrah, enloquec, los celos me consuman como si
fuera un pedazo de papel en medio de una inmensa hoguera.
Primero cre que era por ella, al poco tiempo comprend que era por
ti, y entonces te odie ms, por despertar estos sentimientos en m. Te
am por hacerme ver quien realmente soy, pero te odie porque no
quera serlo. Yo no saba que se poda amar tan intensamente a
alguien, tampoco que se poda odiar con tanta fuerza. Te odiaba cada
vez ms, porque eras la nica persona a quien he amado realmente,
y la nica persona a quien cre no poder tener jams a mi lado.
Castiel se acerc a un sonrojado Nathaniel y se abraz a l. Nath
correspondi al abrazo. El pelirrojo senta las manos de Nath en su
espalda, subiendo y bajando, reconfortndolo. Pero en algn
momento esas tiernas caricias se convirtieron en algo ms. La nariz
de Nath haca cosquillas en el cuello a Castiel, luego no era la nariz,
sino los labios del rubio los que recorran en apenas un roce el cuello
de Castiel. Subiendo lentamente por l para luego recorrer la lnea de
la mandbula.
Los labios de Castiel palpitaban por el esperado encuentro con los de
Nath, el chico senta su cuerpo vibrar, emocionado y enternecido. Los
labios que acariciaban su rostro, ahora se encontraban en la
comisura de su boca, y as rozando apenas fueron cubriendo los de
Castiel, hasta que quedaron totalmente sobre ellos.
El beso fue largo, lento, sincero y entregado. La lengua de Nathaniel
no tuvo que implorar esta vez porque la dejaran entrar. La lengua de
Castiel la esperaba ansiosa, se probaron, deleitndose en su sabor
una en la otra; se acariciaban, enroscndose para luego soltarse y
explorar hasta donde su alcance les permitiera, y entonces volver a
enredarse, as una y otra vez. Un hilillo de saliva mezclada de los
dos, escurra entre ellos, prueba de lo entregados que estaban en
aquel beso.
Sus ropas fueron cayendo una a una, les estorbaban, resultndoles
odiosas e incmodas. Las blancas pieles de ambos resplandecan a
la luz de las estrellas. La luna, como queriendo darles privacidad, se
mantena oculta detrs de una pequea nube.
Castiel pasaba lentamente una de sus manos por esa piel que lo
trastornaba, blanca y con un ligero tinte rosceo. Mova la mano del
cuello al inicio de la espalda, o el final segn la perspectiva de cada
quien. Le encantaba acariciar esa parte un poco cncava en que la
espalda y las caderas se unan. Sonri al recordar sus sueos.
Slo que en esta ocasin no permiti que Nath preguntara nada,
Castiel se acerc a su odo para susurrarle Te amo, creo que
siempre lo he hecho.
Ahora era Nathaniel el que se encontraba recargado en el rbol,
Castiel lo gir para que quedara de espaldas a l. Presion su cuerpo
sobre el de Nath, pasaba su miembro erecto por las caderas del chico
de ojos acaramelados. Nathaniel suspiraba, mientras Castiel
alcanzaba una de sus tetillas y jugueteaba con ella.
Sin pronunciar palabra, Nathaniel se gir y comenz a besar a
Castiel, eran besos que pedan, no, exigan ms cada vez. Las
manos de ambos se encontraban acariciando el miembro del otro.
Poco a poco fueron bajando hasta llegar al suelo, con torpeza
acomodaron las ropas para poder acostarse en ellas. Nathaniel
recost a Castiel, para poder acariciarlo a su antojo, manos, boca,
lengua, labios, cuerpo entero se dio a la tarea de dar placer al
pelirrojo. Hasta que la boca de Nath lleg al lugar que ansiaba y
buscaba desde el principio. La clida y hmeda boca de Nath recibi
gustosa y golosa al miembro de Castiel, para lamerlo, chupar y
succionar.
Castiel jadeaba, gruesas gotas de sudor resbalaban por su cuerpo, el
placer que senta era intenso, y quiso compartirlo con su amado. Jal,
arrastr y acomod el cuerpo de Nathaniel, para quedar en esa
maravillosas posicin en la que ambos podran darse placer
mutuamente. El vello de Nathaniel haca cosquillas en la nariz de
Castiel, este agarr un puado con los dientes para dar un ligero
tirn. Auch dijo Nath, ambos rieron y prosiguieron con su ertico
jugueteo.
El bosque era el mudo y feliz testigo de la muestra de amor, ms real
y sincera que poda haber. Porque qu puede ser ms real que un
amor entre dos jvenes corazones, que palpitan al mismo tiempo,
qu puede ser ms sincero que dos chicos aceptando su destino y
sus ms puros sentimientos.
Nathaniel chup uno de sus dedos y lo llev al orificio de Castiel sin
llegar a introducirlo, slo dej que vagara por el lugar. Castiel quiso
poner algo de resistencia, entonces Nath lo gir para que quedara
boca abajo, reteniendo los brazos del pelirrojo sobre la cabeza de
este, y se puso encima de l. El rubio chup ahora dos de sus dedos
y esta vez los introdujo un poco. Castiel se revolva bajo su cuerpo,
pero Nath se mantuvo firme, dilatando lo ms posible a Castiel.
Castiel no saba qu pensar, Nath era tan dulce y tierno, pero a la vez
tan apasionado y brusco. Senta los dedos del rubio explorando y eso
le daba aprensin pero tambin lo excitaba. Castiel lograba relajarse
cada vez ms.
Cuando Nathaniel sinti que Castiel estaba listo, enclav su miembro
por el orificio de este. Al principio slo la punta, esperaba que la
incomodidad pasara rpido, y luego empujaba un poco ms. Ambos
temblaban de placer. Castiel se acostumbraba cada vez ms rpido
al miembro de Nathaniel, pronto lo tuvo completamente dentro. El
dolor era intenso, pero soportable. Nathaniel lo acariciaba y besaba,
logrando que el dolor pasara ms rpido.
Por puro instinto Castiel comenz a mover la cadera en un vaivn
lento. Nath senta que pronto llegara al clmax, as que comenz a
bombear un poco, metiendo y sacando su miembro del trasero de
Castiel. El pelirrojo sinti cmo el rgano de Nath creca e hinchaba
an ms. Nath tena entre sus manos el miembro de Castiel, lo
recorra por completo, mojaba sus manos con saliva y las pasaba
cubriendo la cabecita totalmente. Sinti cuando Castiel estaba a
punto de explotar y aceler las caricias. Castiel gru, jadeo, gimi y
grit un poco mientras convulsiones se adueaban de su cuerpo. Un
lquido espeso y blanquecino se esparca por las manos de Nath.
Las embestidas del rubio se hicieron ms fuertes, rpidas y
profundas, haciendo que Castiel se quejara un poco. Castiel sinti
que algo caliente y espeso lo llenaba y luego escurra fuera de l.
Nathaniel se aferraba a su espalda jalando aire, y con la respiracin
entrecortada.
Castiel descansaba con Nathaniel sobre l. Los besos y caricias
siguieron por unos momentos. Hasta que recordaron que sus amigos
estaban perdidos. Corrieron a baarse al ro, con la esperanza de
que nadie los estuviera buscando a ellos. Despus de vestirse, luego
de cmicas confusiones sobre la ropa, llegaron hasta donde se
encontraba el Sr. Farrs y descubrir que acaban de localizar a
Lysandro y a Sucrette, que al parecer estaban en compaa de un
animal.
El regreso al instituto fue, para los dems, repleto de especulaciones
sobre lo que habra sucedido a los chicos que se extraviaron.
Para Castiel y Nath, el regreso significaba el inicio de todo, su cita
con el destino que se empeaba en mantenerlos juntos.
FIN.