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Destrucción Mitos Arlt

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RobertoAnt, El amor brujo o ladestrucción de los mitos

A pesarde quedesdelos añossesentala critica ha empezadoa in-teresarsede nuevopor la obrade RobertoAnt, olvidadalargosañosyrecientementeprohibida en la Argentina tras el último golpe militar.muy pocoscríticos sehan dedicadoa la última novela de esteautor.El amor brujo, tras la cual abandonaráel géneropara dedicarsedeltodo al drama1.

EduardoGonzálezLanuza la califica como su novela mejor cons-truida desdeel punto de vista convencionaly a la vez su novela me-nos interesante,una novelarosa escrita con tinta negra. OscarMa-sotta la rechazacomo «la másdébil de susnovelas»,y apenasla men-ciona a pesardel tema de su ensayoEl amor brujo. Angel Núñez sidedica el último capitulo de su libro La obra narrativa de RobertoAnt a este relato y en el inteligente libro de Diana Guerrero se en-cuentrandatosesclarecedoressobreel mismo2.

El siguiente trabajo pretendearrojar luz sobrealgunos elementossignificativos de la novela, sobre el papel que desempeñael paisajeurbano, la descripción de la situación política y social del país enaquella época. las rejaciones entre individuo y sociedad, entrehombre y mujer y. por último, sobre la función denunciadoradel len-

En 1941, un añoantesde morir el autor, se publicasu cuento Viaje terrible. Rela-lo inédito, en la Colección NuestraNovela. BuenosAires. que probablementese escri-bió tiempoatrás,

2 EDUARDO GONZÁLEZ LANUwA, Roberto MIt [Buenos Aires: CentroEditor dc AméricaLatina. ¡971); capitulo El narrador’; Oscar Masotta, Sexoy traición en RobertoAnt[Buenos Aires: JorgeAlvarez Editor. 1965): Angel Núñez.La obra narrativa ch# Rober-lo Ant (BuenosAires: Ed. Nova, 1968): Diana Guerrero,Roberto Ant, el habitantesoli-tario (BuenosAires: GranicaEditor, 1972).

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guaje. Recordemosde paso que el gran compatriota de Ant. JulioCortázar, en su último libro Un tal Lucas no deja de mencionardenuevoa Ant como lectura dejuventud que le influyera.

La ciudad

La gran urbedesempeñaun papel importanteen toda la obra deRoberto Ant, puestoque es un factor que influye en la psicologia delos personajes.No se encuentrandescripcionespor puro gusto delpintoresquismo,sino que hay correspondenciaentre el paisajeexte-rior y el estadoanímico del que lo observa,influyéndosemutuamen-te. La descripciónen El amor brujo es másobjetiva que en las nove-las anteriores,aunqueya en estasse encontrabala afición del autoralas formas geométricas,como ángulosrectos, paralelogramasy rom-bos. Estapredilección seexpresahastaen las metáforasy en descrip-cionesde elementosorgánicos:el Astrólogo tiene el rostro romboidal,una aventura es geométrica, el angustiano Erdosain se siente uncentímetro cuadradode existencia”... (Los siete locos). En El amorbrujo han desaparecidolos conventillossórdidos,refugio de los prota-gonistasangustiadosde las primerasobras.El relato se detieneconpreferencia en los detalles del centro de Buenos Aires (Plaza delCongresoy las callesque llevan al Conservatorioly el camino haciaTigre, con descripcionesminuciosas de trenes, sus paradas(Retiro.Victoria, Beccar.San Fernandoy Tigre) y de los paisajesobservadosen el viaje desdelas vetanasdel tren. Mientras queen las anterioresnovelasnuncaaparecíaun paisajede naturaleza,aquí no sólo surgenlos barriosde la ‘semi-burguesía.los arrabalespobrísimoscon casasde zinc, las puertasroídas por la humedad, gasógenosy postes te-legráficos.sino tambiénel campocon el rio y jardines. Otro punto devista, ya no desdeel tren o el café, esel del ingenieroBalderdesdesuventanasobre estaciudad sin personalidad,constituida en realidadpor des diferentespartes,superpuestasuna a la otra, la de los rasca-cielos arriba y. por debajo. un horizonte de mampostería3.Lasdescripcionesde los trenes, su pararse. su escupir viajeros y su po-nerseen marchade nuevoforman auténticoscuadrosimpresionistasquecaptanel ambientede bullicio y la mezcla de coloresfugaces.Co-mo fondo musical los estrépitosde los trenes, silbatos de locomoto-ras, estampidosde aire comprimidorecorren toda la novela. Las per-sonasqueviven en estepaisajeo quefrecuentanestoslugarescéntri-cos o de transporteestándescritascon igual maestría,captandocon

E. ARLT. El amor brujo (BuenosAires: compañiaGeneral Fabril Editora. 1972).págs.73. 93. 256. Citamostodala obra de Ant segúnestamisma edición.

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unospocostoquesfugaceslos rasgoscaracterísticosdecierto tipo hu-mano. bien seala vieja que se yerguede una posturaagachada,fro-tándoselos riñones dolientes, bien seael limpiabotas, con hombrosumamente inclinado’, alejándose con pasos lentos,etc. Son pe-queñoscuadrosde la ciudadbullente de vida, un arte queArlt cierta-menteaprendióatravésde suscrónicasAguafuertesporteñas.

Constantementese encuentrandescripcionesde las casas (eranprostibulosy pensionesen las primerasnovelas)quehabitan los per-sonajes (con la excepción precisamentedel hogar de Balder), parauna caracterizaciónindirecta, tal como la casade los Loayza. típicagente pobrecon pretensiones.El paisajeasumematicespositivos onegativossegúnel estadointerior de la persona.Con Irene todavia asu lado, Balder proyectasufelicidad hacíael Paisaje(chapascelestesy blancos de los anuncios): trasapearseella del tren, el protagonistase fija en callejuelas de fango negro (461. Si en los momentosante-riores el personajeproyectabasu interior, igualmenteel paisaje im-pacta en el hombre, que se encuentraen la ciudad como en un tran-satlántico. Los semáforos parecen instrumentosde tortura. las si-luetassobreel cielo de yesosemejanametralladorasen acecho.Porelcontrario la velocidad del viaje libera al hombre y conduce a laembriaguez.Este obrar del uno sobre el otro se refuerzaaún por lasmetáforas y los similes: se habla de las ‘pestañasde las nubes ychispasde sol corríana lo largo de susnervios»140, 97).

Situación económicoy política de ¡ci época

La novela abarca los años desde1927 hasta aproximadamente1929 6 1930: fue publicadaen 1933, es decir, se trata de losañosdecrisis económicamundial, de inflación, desempleo.de la última épocadel Presidenteradical Hipólito Yrigoyen y del golpe militar en 1930quellevó al poder al General Uriburu4. Arlt. sin embargo.apenassedetieneen la situación general del país,sino que se preocupade lasrelacionesconcretasdel Individuo con la sociedady de los individuosentreellos.

Existen brevesalusionesal poderde las multinacionalesy Balderen alguna ocasiónse imagina al demonioen figura de un financiero.Perosobre todo se atacaa los militares. A Ireney sumadre,viuda deun tenientecoronel, naturalmenteadmiradorasde los militares y ca-ciques,“dedicadosa galimatiasde la politica, se oponela crítica dura

~ El ensayo de 3. 3. Sebrelli, Buc,iosAtres, tildo cor,dtono y altenactdn(BuenosAires: Siglo veinte, 19661 ofreceuna explicaciónhistórica dcl mundo ficticio de ArR yaclararealidadessocialessólo intuidasen su narrativa.

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de Balder contra los militares y sus seguidoresque demuestrancontralos comunistasen generaly la Rusiade losSovietsen particu-lar. Arlt tiene costumbrede atribuir las ideas más conservadorasalas odiosas suegras.La madre de Elsa. la novia de El jorobaduo.igualmente es ferviente defensorade ‘<los más groserosfigurones denuestrapolítica conservadora”(30).

Es legítimo preguntarsehastaquépunto Ant estabainteresadoenconcretarla situaciónpolitica del país,o si tal vez le faltabacompren-sión ideológica o la capacidadde transformarla realidad en literatu-ra- En las novelasLos siete [ocos y Los lanzallamas,dedicadosa losmismos años de la historia argentina, el autor se preocupamás dccuestionespúblicasaparentemente.Inventala Sociedaddel Astrólogoque tiene como fin la destrucción de la actual sociedadcapitalista.Pretende instalar un régimen comunista tras represionesy fusila-mientosa los quesobreviviráunaminoría exclusiva. Si por una partese inspira en las actuacionesdel Ku-Klux-Klan norteamericano,porotra partelos ingresosde los prostíbulosdeberánpermitir económica-mente el desarrollode su revolución. Esta baseteórica resultará tanincomprensibleparael lector como para el Abogado dentrode la no-vela. No menosextrañosque el planteamientoideológico se presen-tan los miembrosde la Sociedad:un castrado,un chulo, un “Busca-dor de Oro” mentiroso... Incluso el número dc los miembros esdudo-so. ¿Coincidecon los “siete locos’ del titulo? En la reunión en la quin-ta del Astrólogo no participan másde seis,número que concida conlos cinco fantochesahorcadospor el Astrólogo, más él mismo. Siincluimos ademásal “Hombre que vio a la Partera” por igual motivohabríaque descontaral Abogadode la lista de los miembrosde la So-ciedad. De esta forma hasta el número queda algo fantástico (pro-bablementeun casomásde su afición por el número siete),igual quela Sociedadmisma. Tal vez le ocurra al autor igual que al “escritorfracaso”, que aún no “entiende claramentela terrible dialécticamar-xista por sertan complicada”(El jorohadito. 64).

Volvamos a nuestro texto El amor brujo. La clase obrera tienemenos papel que la semi-burguesia.Pero el autor parece tener mássimpatía por los obreros que por los burgueses.Son más positivos,porque tienen dos o tres ideasclaras sobre la vida y actúan segúnellas. Al parecerquieredarlesun papel revolucionario, criticando elejemplo de las mecanógrafasy su ansiapor trepar la escalasocial.agarrándosea un cretino adinerado en vez de luchar por sus de-rechos sociales (88). Sin embargo. Arlt apenasdescribe alguna si-tuación de trabajo concreto. En cuanto a Balder sólo existen alu-sionesgeneralesy su inconformismo.

El matrimonio Zulema-Alberto,aunqueél seamecánico,entra enel nivel de la pequeñaburguesía.Balderse haceportavozdel autor al

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reprocharleal mecánico suspretensionesde pequeñoburguésy sudevoción a los convencionalismossociales,desatendiendosu “obliga-ción moral de ser revolucionario” (157), Pero no olvidemos, que elmismo Balderen último lugar se adaptaa las hipocresíasdiarias. Noes exageradoafirmar queen los cuadrosfugacesdesdelos trenesy enlas estaciones,mencionadosen el capítulo anterior, es dondeel autorha captadomejor la imagen del obrero individual como representantede su gremio: el limpiabotas, el mecánico,el vendedorambulante,elplanchador.el conductorde tranvias..

En la primera novela, El juguete rabioso, ciertamenteencontra-mos la lucha por la vida del joven protagonista.Esteadolescente,Sil-vio, sin embargo,no es de ningún modo representantede algunacla-se.aunquela penuriade su familia y la falta de padreconstituyan labase de su sufrimiento. Es un joven de espíritu aventurero conproblemasde integración en el mundo de los adultos. A pesarde quepartede susproblemasseansociales,no tiene concienciade claseyde la necesidadde solidaridadentresus iguales.

Verdad es quea todos los protagonistasde Arlt les falta estacon-ciencia: incluso la sociedadsecretadel Astrólogo (Lossiete locos, Loslanzallamas)se componede individuos aislados.La única situaciónlaboral concretade la novelística del autor sedescribeen el momentode su disolución: Erdosain. cobrador de una empresaazucarera,esexpulsadopor fraude al comienzo de Los siete locos. Esta falta deconsistenciaideológica.asi como de concreciónde la situaciónrealdelos personajes,han llevado al crítico GonzálezLanuza a hablar del“ingenuo revolucionarismode Arlt (que) no pasade sermanifestaciónde una rebeldia de índole existencial antes que politica” (op. cit.,pág.37).

La serniburguesía:el conflicto individuo-sociedad

Los años directamentepresentadosson los comprendidosentre1927 y 1929/30. Pero,como se dice en el relato, son representativospara la civilización argentina de tres décadas,a partir de 1900. ElprotagonistaBalder desempeñadosfunciones: esrepresentantede lapequeñaburguesiay de susdefectossometidosa crítica; a la vez esun disconformey agudoobservadorde sugrupo social: Crítica a estasociedadmasificada:

“Viven. Eso. Mecanizadoscorno hormigas. Con un itinerario permanente.Casa,oficina, oficina, casa.Café. Del caféal prostibulo. Del prostibulo al cine.Itinerario permanente. Gestos permanentes. Pensamientospermanentes.Cumplimos nuestrosdeberes...Idénticos a hormigas.Van, vienen, Viven. Es-la es la vida.’ 11361

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Quedan convincentementeplasmadosla monotonía. mecaniza-ción y el aburrimientode la clasemedia,quevive sin ningún ideal es-piritual, aferradaa las necesidadesmateriales.Es una lucila cspiri-tual, aferradaa las necesidadesmateriales. Es una lucha continuapor mantener o elevar el status social. La ambición de las mujeresempuja a los hombres a sometersea las exigenciasde competencia.En esta sociedadtodos viven aislados.Todos son personajesfrustra-dos, productos de las máquinas “sociedad,escuela,servicio militar.oficina, periódicos, cinematógrafo”; el hombre de clase media es “al-cahuete,desalmado,ávido de pequeñasfortunas”, con un “aparatodcmultiplicar” en lugar de cerebro(90. 151). Todos ellos serefugian enmentiras, subterfugios y en amorespara aliviar su vida gris- Todoshan “naufragadoen el hecho conyugalpor la noche y cn menestcresoficinescosduranteel día”. Ya no se cmocionanni enfadanantenin-gún suceso,la única esperanzaque les quedaes la de “dar un golpede suertey pasarla bien” (91). El objetivo de estapequeñaburguesíaes el coche americano, la radio-mueble americana,un chalet stan-dardamericanoy la nevera,tambiénamericana.Los únicos temasdeconversaciónson las riñas y los chismesde los vecinoso las aventu-ras amorosas,cuando los hombresestánentreellos. Por falta de co-municación en casael matrimonio pasabuenrato en el cine, con peli-culas ñoñas,queal igual que la prensa “rosa” (publicidad de “felicidadhogareña”en un chalet para novios, anunciosde matrimonios, naci-mientos. bautizos) apoya estecspiritu consumidor. Muy pronto Antha reconocidoel influjo nefastode estetipo de cine que sólo sirve pa-ra evadirse de la realidad. Ridiculiza la admiración exaltada de losaños veinte por Rodolfo Valentino en la chifladura de Zulema. Noextrañaque seaprecisamenteel farsante I3arsutel que sededicaráalcine profesional (Los lanzallamas). Otra diversión dcl clásicohogarargentinoes la de escuchar“músicacriolla”.

Nadie serebelacontra susexplotadoresen el trabajo. ni contra losdefraudorespolíticos, los militares, sino que por el contrario se dejadominarhasta en su vida de ocio, puestoque su orgullo es ser sociode un club conservador,bajo dirección de un “generalitoretirado”.

A pesarde todassuscriticas, Baldereshermanoen espiritu de es-tos hombres.“sumamenteamargos,escépticos.burlones” (91). Igualque suscompañeros.aunqueaisladosde ellos, pasasu tiempoen lasmesasde los cafés, haciendoplanessin tomar ninguna decisión. Loque le elevasobreel nivel de estemundoabúlico, materializado,es suinteligencia y su capacidadde sufrir por la incongruenciaentre sussueñosy la realidad repugnante.Chocacon la hipocresíadel mundoque le rodea,y les envidia su capacidadde mentira y subterfugio.Lasexigencias sociales le empujan a desempeñarel papel de gravehombre de negocios. una necesidadque le ha convertidoen un far-

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sanie irónico e incluso malicioso, perotambién en un soñadorqueseevade a~”Paísesde las Posibilidades”. Sus sueños arquitectónicos—ridiculizados por suscompañeros—son grandiosos,peroa pesardesentirse llamado a destinosmagníficosse conformacon serayudanteen una oficina de técnicos.Sufre por estasociedad,pero le falta per-sonalidad para oponersea ella, siendo él mismo uno de esos“farsan-tes sin coraje”. quecritica (85).

Erdosain. protagonistade las novelasLos siete locos y Los lan-zallamas, por el contrario, se encontrabaen un gradode aislamientototal, que necesariamentetenía que llevar a un final trágico. Es elúnico que vive la falta de sentido de su vida hasta la última conse-cuencia. mientras que otros personajescomo Hafíner, el Astrólogo,Barsut y Balder acallanesta mismaexperienciacon una vida rutina-ria. con el placer de dominar y engañara los demáso. como Balder,aceptandosu cobardía y encontrandorefugio en la idea de formarpartede la sociedadque rehusa.

La relación hombre-mujer

Desdeun principio el autor dejaclaro queel noviazgoesun nego-cio: la mujer da placer.el hombre lo pagacon moneda.En estenego-do la mujer estáobligadaa conservarsu virginidad “como certificadode buenaconducta”. La madreentra en el juego comocómplicede suhija para atrapar a su novio. En varias ocasionesArlt describe esta“turbia junta de tres” (222). por ejemplo, constituyeel tema básicodelos cuentosNoche terrible y E/ jorobadito. Seria anormal casarseporamor: por el contrario cadauno calcula las ventajaseconómicas.Loshombresjóvenesintentanaprovecharsede todas las aventurasalean-zableshasta que algún día, ya cansados,caen en la trampa de unmatrimonio, trampa tendida por la futura suegra y ‘buenos amigos”de la chica. La relación de un noventa por ciento de las parejasjóve-nes se agotaen suspirosy banalidades,manoseándosey masturbán-dose mutuamente.Desdeluego el joven no se casarácon estachica.sino con unavirgen, quelo serápara él. pero que en realidadha sidomanoseadapor otros hombres.Estas“demi-vierges” mástardesecon-vierten en señorasrespetablesy los aventurerosjóvenesse transfor-man en señoresgraves,defendiendola ‘respetabilidaddel hogar”.

ParaAnt el matrimonio nuncaes un conveniode respetomutuo yconcesiónde libertad al otro, sino un intento por partede la mujer dedestrucción de la voluntad e identidad del hombre,el cual respondeamenudo con el placer masoquistade ser anulado, de convertirseenun “imbécil”. Algún día todos ellos se vengan, Erdosain asesinado.Balder, Stepens (Noche terrible) y el yó narrador de El jorobaditorompiendoel compromiso,disfrutandocon el dañoinfligido.

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El amor brujo ofrece dos tipos de mujer: la burguesamoral y laestereotipadaamante.Representantede la primera clasees Elena. laesposade Baldenen la segundacategoríaentranIrene y Zulema, Ele-na y sus iguales viven dentro del cinturón de castidad, impuestoporla sociedad.Cuandoestánabandonadaspor el marido se refugian enel amoro las ropitas de sushijos. Estánorgullosasde su moral y ho-nestidady de susstatussocial, sin mezcíarsecon la genteen ferias y

almacenes.Visten impecablemente.Su pretensiónes la de ser exce-lentesamas de casa y buenascocineras.No tienen personalidadpro-pia, sino, deformadaspor la sociedad,tienen el “espíritu grupal” de es-ta. Resultan todas ellas algún día desilusionadas,amargadasyaburridas, preocupadasuna vez al mes de si están“esperando”.Mástardeencontraránsu única satisfacciónen ayudara la hija paraatra-par aun novio, esdecir, venderlaal mismo martirio y la mismamise-ria, sin darsecuentade lo contradictoriode su acción.

Cadamiembro de la familia vive aislado del otro: entreellos exis-ten barrerasque les aislan totalmente,el padrede los hijos. la mujerdel esposo,formando una suma de diferentesegoísmos.No deja dcser irónico que el único matrimonio de la novelísticade Ant con inte-resescomunesy comprensiónmutua es el de los “pequeñospropieta-rios” (cuento del mismo título). Han establecidosu entendimientosobreel odio a los vecinosy el espionajequede ellos hacen.

El hogar, aparentementetan puro, no lo es ni muchomenos,sino:

“el hogar es una mentira... Sustancialmente,lo que se define por hogar. esuna pocilga, en la cual un macho,respetahicotentedenominadoesposo.prae-Oca los vicios másatrs-es sin q u- una 1 teníbra- su respetat,le -sposa.se ciépor enterada.’(86)

Es evidenteque de estoshogares“decentes”salenproductoscomoIrene, prototipo de amante.Adolece de falta total de una vida espiri-tual. movida sólo por susnecesidadessexuales.La vida amorosanole significa nadamás que la satisfacciónde sus interesessensuales.No entiendoy ni siquierase interesapor la vida interior del queridoyno comprendesusangustiasespiritualesy suspalabrasamargaso cí-nicascontrala sociedad.Su perezamental y falta dc sensibilidadmo-ral sólo hacen posible la relación sexual, en la que “cualquier bajovientre podía satisfacerla”t220Y Buscacon la misma facilidad que clhombre sus placereseróticos y abandonaríacon igual carencia deescrúpulosal marido, como seve en cl casode Zulema.

El autor desenmascarabrutalmente las pretensionesde moralburguesa en el capítulo “En nombre de nuestra moral”. En un en-cuentro entre Zulema y Balder. la intrigante mujer. indudablementeenviada por la misma Irene y tal vez hasta por la madre. convenceaBalder, apelandoa su espiritu de caballeroy no sin cierta amenaza.de la necesidadde haceroficialessusrelacionescon su amanteIrene

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e introducirse en casade los “amigos” de la “nena”. Pronto deberápre-sentarseen casade la quequieresersu suegra.El narrador,por enci-ma de las palabrasdulzonasde Zulema acercade la “parejita” ideal.denunciala verdadcon crudeza:

“Balden no la ese-tu‘ha ‘así- Tiende una recta enental cntre- Tigrc ‘ su deseo..- Irenecomunica los nervios de sus ojos en los nerviosde susovariosy le transmiteunaespe-Sa onda <‘oria de sensualidad.Golpe opacodc llamadoque repercuteblandamenteensus testiculos” 1141)

Digamostan sólo queno extrañael rechazo(moral)por ciertosen-ticos contemporáneosdel autor, a causade escenascomoéstay otrasde masturbación.

Es verdad que Zulema constituye una excepciónen la categoríade las amantes,puestoque estácasada.En generalsesueletratar dela mujer solteracon pretensionesde matrimonio. A pesarde que lasmujerescasadas,aburridasde su vida de ocio impuestopor el statussocial y frustradasen susaspiracionessociales, tienen curiosidadesextramatrinioniales.no se dejan llevar por ellas a causatic la educa-ción recibida y por el miedo a la sociedad.Incluso Elsa, mujer de En-dosain, y Leonilda. protagonistadel cuento Tarde de domingo, nocontradicen este hecho. Elsa abandonaal posible amanteen el pri-ruer momentoque ésteseacercacon un gestosensualy se refi.ígia di-recto en un convento. La repeticiónobstinadade elementosde lasel-vidad en el comportamientode Leonilde subrayaante todosu inexpe-riencia en el papelde la mujer seductora,y su fracasocon el amigo desu marido no se debe sólo al rechazo del hombre, sino se sospechaque setrata latentementede su propia voluntad.

El (enguajey su función denunciadora

El capitulo introductorio da magistralmenteel tono a desarrollardurantetoda la novela. Nada másllegar a casade su pretendida,Bal-der. el bufón por excelencia,se da cuenta de que la SeñoraLoayza.pobreviuda con pretensionesy sueñosde tiempos pasados.se creeen un escenario,desempeñandoun papel teatral. Lo nidiculo de estaestereotipadasituación social, del pretendienteque se presentaporprimera vezantelos padres(la madre) de la pretendida,es subrayadopor el lenguaje. El patios hipócrita de la madrede Irene se expresaen títulos, preguntasy exclamaciones,rebuscadasy estereotipadasala vez. Trata a Balder de “caballero”, preguntandopor el objeto del“honor de su visita”, habiéndolapreparadoella misma. Presumeconel tutelajedirecto del Ministro dc Guerrasobresu hija, por serhuérfa-na menor de un militar, y tan pronto prefiere indignadala muertedela hija antela idea de que ella secasecon un divorciado(¡lejos está de

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Balder la ideade un matrimonio!) como exige el divorcio de Balder,recurriendoa pretextosmorales.

En oposicióna las declaracionesdel hombre, expresadasde formasucinta.se recalealo rimbombantede los gestosy palabrasde la mu-jer, alternándolasentre exclamacióny preguntade tal manera quechocanlas contradiccionescontinuamente:

‘Antes verla (a la hija> muerta que <-asadacon un divorciado. Además...¿ha iniciado ustedlos trámitesde divorcio?” tíos puntossuspensivosson deloriginal, pág. 22>.

El mismo lenguajecursi y pretenciosoempleala futura suegraenel cuentoEljorobadito al hablar de la “decenciade caballero”, sabien-do al novio igual deengañosoqueella misma (pág. 29).

Hacia el final también Balderempleael mismo lenguajeteatralpa-ra conseguirsu propósito. invocando a Dios y pidiendo la bendiciónde la madre. Se suma la voz de Zulema. la confidente tipica de la co-media,a la de los doslitigantes “en un romanticismodc películabara-ta” segúnel juicio del narrador.

No cabe duda alguna sobre las intenciones desmitificadorasdelautor al presentarestascomediassocialesen lenguajeestereotipado.

También en otras ocasionesArlt llama la atención sobre lainautenticidaddel lenguaje.En el primer encuentrocon Irene l3alderpretendeestarprofundamenteemocionado,pero resultadifícil creeren la autenticidadde sussentimientos,puesto queno influyen en sufacultad expresiva,al contrario, esel lenguajeel que le domina y le“embriaga con el alcohol de suspropias palabras”. El lenguajeofrecefrases preconcebidaspara ciertas ocasionessocialesque el hombreadoptadiariamentesin cuestionarsusentido. El autor fustiga estaac-titud en su personaje.que las usa “como producto de experiencia yque no dejabande serbanalidades”.Aunque el protagonistacreeex-perimentar algo fuera de lo normal, el autor al criticar el empleodcllenguaje vacio y repetitivo pone de manifiesto lo estereotipadode to-da la situación.

Igual ocurre en los sueñosde Halder en “el Paísde las Posibilida-des”. No sólo el nivel semánticodenunciasu romanticismobaratoconunacasitaen una llanura nevada,el Hudson delantede la puertay lamujercita ante una mesade mantel blanco o tocandoel piano. sinotambién la sintaxis y el léxico sirven para destacarlos clisés de pelí-cula barata.Los colores,empleadosabundantementeen toda la nove-lística de Arlt, sc reducen en este capitulo casi exclusivamentealblanco, ademásreferido tautológicamentea la nieve. Las frases seacortande forma considerable,enlazándosepor la cópula’”y”:

‘Casarsecon Irene. Estar]unío a ella... Caenieveafuera- - - Balder la saluday subea so Plt,dson .. Llega la noche. Afuera ~nt in úa nevando...”(130)

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A veces, Balder. el comediante,empleaconscientementeel len-guaje cursi, lleno de repeticiones.paralelismoy exclamacionesparaimpresionaral oyente, siempreunamujer:

‘¡Qué destino al nuestro. Zulema. qué destino’ ¡Qué desgracia lanuestra. Zulema!, Qué desgracia!..Somoshermanos.Zulema. hermanosdedolor,” (138s)

Recurre, como es previsible, a clisés del honor del caballero, aldestinoy a la fatalidadastronómica.

Las falsedadesdel lenguajepublicitario se desenmascaranya enestanovelade hacemedio siglo. Mientrasque la amiga de Irene. Zule-ma, intenta convencera Baldercon su verbosidadde la necesidaddedivorciarse para casarsecon la “prodigiosa Irene”, el hombre de losletrerosde publicidad del “chalet moderno” (parala pareja. sesobren-tiende). Los superlativospublicitarios en serie ridiculizan los produc-tos anunciados-lasmejoresgalletitas. los mejoresneumáticos, lasmejorescubiertas”. Igual queel pósterde los dos caballerosde frac ysombrerode copa. del brazo de la jovencita de lila en un corredordemurallas de oro es parodiadoal relacionarloBalder irónicamenteconun encuentroficticio entreél y el marido engañadode Zulema corno“hombre honorabley hombre caballero”. En vez del corredorde mu-rallasde oro Irene le llevará por el “camino tenebroso”.

Ya en la novela Los lanzallamas se subrayabael sufrimiento deErdosain,hombreangustiadoy asesinoque huye de la luz, en oposi-ción a las banalidadesanunciadaspor altavozde “la mejor ceraperfu-mada” y “Gómez y Gómezson buenossastres.BuenossastressonGó-mez y Gómez» (266>. Tal vez no es vano recordar que la novelaManhattan Transfer (1925). traducidapor José RoblesPazos,se dióa conoceren españolen 1929. Fue acogidacon gran entusiasmo,co-mo pruebacl hecho,de que se hiciera unasegundaedición ya al añosiguiente.Dos Fassos.desarrollandorasgosembriónicosdel Ulises deJoyce, centra su relato en la metrópoli Nueva York, llena de anun-cios, ruidos y colores, dentro de la cual el hombre sepierde como in-dividuo. Es posible que Ant —aunque no haya conocido aún lanovela— hubieseleído una de las reseñasde Lino NovásCalvo o JoséCarlos Mariátegui que se publicaron en 1929 en la Revistade Avan-ce, en Mundial y Variedades(Lima)5.

Rita GNUI’ZMANNUniversidad del PaísVasco

Vitoria (España)

VÉaseARNOT.T> CIIAIMAN. Thc Spomttsh American Receptionof Vnited StatesFíe-1100 1920-1940 Berkeley. Los Angeles-.Universil y of California Prcss. 1966>. 103 ss..211 s.