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Universidad de La Salle Universidad de La Salle Ciencia Unisalle Ciencia Unisalle Optometría Facultad de Ciencias de la Salud 1-1-2007 Determinación de la prevalencia y etiología de las parálisis Determinación de la prevalencia y etiología de las parálisis oculomotoras en un Consultorio particular del centro oculomotoras en un Consultorio particular del centro Oftalmológico Olsabe entre los años 2004 y 2006 Oftalmológico Olsabe entre los años 2004 y 2006 Adriana Paola Sánchez Casas Universidad de La Salle Liliana Rojas Henao Universidad de La Salle Follow this and additional works at: https://ciencia.lasalle.edu.co/optometria Citación recomendada Citación recomendada Sánchez Casas, A. P., & Rojas Henao, L. (2007). Determinación de la prevalencia y etiología de las parálisis oculomotoras en un Consultorio particular del centro Oftalmológico Olsabe entre los años 2004 y 2006. Retrieved from https://ciencia.lasalle.edu.co/optometria/202 This Trabajo de grado - Pregrado is brought to you for free and open access by the Facultad de Ciencias de la Salud at Ciencia Unisalle. It has been accepted for inclusion in Optometría by an authorized administrator of Ciencia Unisalle. For more information, please contact [email protected].

Determinación de la prevalencia y etiología de las

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Page 1: Determinación de la prevalencia y etiología de las

Universidad de La Salle Universidad de La Salle

Ciencia Unisalle Ciencia Unisalle

Optometría Facultad de Ciencias de la Salud

1-1-2007

Determinación de la prevalencia y etiología de las parálisis Determinación de la prevalencia y etiología de las parálisis

oculomotoras en un Consultorio particular del centro oculomotoras en un Consultorio particular del centro

Oftalmológico Olsabe entre los años 2004 y 2006 Oftalmológico Olsabe entre los años 2004 y 2006

Adriana Paola Sánchez Casas Universidad de La Salle

Liliana Rojas Henao Universidad de La Salle

Follow this and additional works at: https://ciencia.lasalle.edu.co/optometria

Citación recomendada Citación recomendada Sánchez Casas, A. P., & Rojas Henao, L. (2007). Determinación de la prevalencia y etiología de las parálisis oculomotoras en un Consultorio particular del centro Oftalmológico Olsabe entre los años 2004 y 2006. Retrieved from https://ciencia.lasalle.edu.co/optometria/202

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Page 2: Determinación de la prevalencia y etiología de las

DETERMINACION DE LA PREVALENCIA Y ETIOLOGIA DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS EN UN “CONSULTORIO PARTICULAR DEL CENTRO

OFTALMOLOGICO OLSABE”, ENTRE LOS AÑOS 2004 Y 2006

ADRIANA PAOLA SANCHEZ CASAS 50021032 LILIANA ROJAS HENAO 50001700

UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE OPTOMETRIA AREA DE VISION BINOCULAR

BOGOTÁ D.C. 2007

Page 3: Determinación de la prevalencia y etiología de las

DETERMINACION DE LA PREVALENCIA Y ETIOLOGIA DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS EN "UN CONSULTORIO PARTICULAR DEL CENTRO

OFTALMOLOGICO OLSABE”, ENTRE LOS AÑOS 2004 Y 2006

ADRIANA PAOLA SANCHEZ CASAS 50021032 LILIANA ROJAS HENAO 50001700

TESIS DE GRADO PARA OPTAR AL TITULO DE OPTÓMETRA

DIRECTORA MARCELA CAMACHO MONTOYA

OPTÓMETRA

UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE OPTOMETRIA AREA DE VISION BINOCULAR

BOGOTÁ D.C. 2007

Page 4: Determinación de la prevalencia y etiología de las

AGRADECIMIENTOS

• Doctora MARCELA CAMACHO MONTOYA, Optómetra, Docente de la facultad de optometría en la Universidad de la Salle y directora del Trabajo de Investigación.

• Doctor CARLOS ESCLANTE, Soc, Docente de la facultad de optometría • Centro Oftalmológico Olsabe (Bogotá D. C.)

Page 5: Determinación de la prevalencia y etiología de las

DEDICATORIA

A lo largo de nuestras vidas hemos realizado grandes proyectos que nos llevan hoy a concluir una de las metas más importantes que nos hemos propuesto. Es por eso que dedicamos este trabajo primeramente a “Dios”, quien cada día nos provee de la vida y la fuerza que necesitamos para alcanzar los grandes logros y nos ayudó a terminar este proyecto con éxito. En este día especialmente debemos un gran agradecimiento a todos los compañeros, docentes y aquellas personas que durante el transcurso de la carrera nos apoyaron y nos brindaron su apoyo cuando lo necesitábamos. A nuestros padres: Queremos darles la gracias por ser quienes nos han enseñado aquellos valores que hacen de nosotras unas buenas profesionales. Sin duda nos apoyaron, animaron y se esforzaron juntamente con nosotras para que pudiéramos ver este sueño hecho realidad. Sabemos que ésta es una etapa más de nuestras vidas y que siempre estarán a nuestro lado guiándonos y ayudándonos a lograr las metas que nos propongamos. LOS AMAMOS A nuestros familiares: Quienes han compartido con nosotras los momentos gratos y por qué no, los no tan gratos de nuestra vida universitaria. Ustedes han sido quienes nos han ayudado a crecer como personas y con sus oraciones nos han dado las fuerzas para continuar en este largo camino. A nuestros amigos: Especialmente a Cata y aleja, quienes recorrieron con nosotras este camino lleno de risas y también algunas veces acompañado de lágrimas. Con ustedes hemos aprendido que una vida universitaria es más valiosa cuando se tienen amigos que no solo te acompañan en los momentos de ocio, sino también, en los momentos críticos de la vida. GRACIAS. A las personas especiales: Hoy tengo que decir, que también te agradezco a ti, negrito, que aunque no has estado conmigo durante toda la carrera, has llenado mi vida de una felicidad que nadie mas ha podido llenar. Tu me has enseñado, sin proponértelo, que la vida esta llena de grandes triunfos y pequeñas derrotas, y que es eso precisamente, lo que te lleva a crecer y a vivir lo que tienes que vivir. Hoy tengo que darle gracias al Señor por colocar personas tan invaluables en mi vida y eso eres para mi Flaquito, alguien que me ha enseñado que no importan los obstáculos que se presenten, sino el esfuerzo que hagamos para conseguir lo que queremos, a hacer de las cosas sencillas las mas importantes. Por eso y por muchas cosas más gracias por formar parte de mi vida.

Page 6: Determinación de la prevalencia y etiología de las

ADVERTENCIA

Artículo 95 “Reglamento Estudiantil”

“Ni la universidad, ni el asesor, ni el jurado calificador son responsables de las ideas

expuestas por los graduandos.”

Artículo 97 “Reglamento Estudiantil”

“Los trabajos de grado no deben contener

ideas que sean contrarias a las doctrinas de la iglesia católica en

asuntos de dogma y moral.”

Page 7: Determinación de la prevalencia y etiología de las

TABLA DE CONTENIDO

Pág.

Introducción 3 Objetivo General 5 Objetivos Específicos 5 Capítulo I ANATOMIA DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES 1.1 Anatomofisiologia de los músculos extraoculares 7 1.1.1 Recorrido de los músculos extraoculares 8 1.1.1.1 Recorrido del recto interno 8 1.1.1.2 Recorrido del recto externo 8 1.1.1.3 Recorrido del recto superior 9 1.1.1.4 Recorrido del recto inferior 9 1.1.1.5 Recorrido del oblicuo superior 10 1.1.1.6 Recorrido del oblicuo inferior 11 1.1.2 Capsula de Tenon (vainas musculares y ligamentos) 12 1.1.3 Irrigación de los músculos extraoculares 17 1.1.4 Inervación de los músculos extraoculares 17 1.1.4.1 III Par o Motor Ocular Común 18 1.1.4.2 IV Par – Patético o Troclear 19 1.1.4.3 VI Par o Motor ocular Externo 19 1.1.5 Movimientos Binoculares 20 1.1.5.1 Versiones 20 1.1.6 Leyes de inervación 21 1.1.6.1 Ley de Hering 21 1.1.6.2 Ley de Sherrington 22 Capítulo II PARÁLISIS OCULOMOTORAS 2.1 Definición 23 2.2 Clasificación 23 2.2.1 Según etiología y edad de aparición 24 2.2.1.1 Congénitas 24 2.2.1.2 Adquiridas 24 2.2.2 Según el nervio afectado 25

Page 8: Determinación de la prevalencia y etiología de las

2.2.2.1 Parálisis del III nervio 25 2.2.2.1.1 Etiología 26 2.2.2.1.2 Diagnóstico 27 2.2.2.1.3 Parálisis aisladas de los músculos inervados por el III nervio 28 2.2.2.1.3.1 Parálisis aisladas del oblicuo inferior 28 2.2.2.1.3.2 Parálisis aisladas del recto superior 29 2.2.2.1.3.3 Parálisis aisladas del recto medio 29 2.2.2.1.3.4 Parálisis aisladas del recto inferior 30 2.2.2.2 Parálisis del IV nervio 30 2.2.2.2.1 Etiopatogenia 30 2.2.2.2.2 Diagnóstico 31 2.2.2.2.3 Características sensoriales 33 2.2.2.2.4 Parálisis Bilaterales 33 2.2.2.3 Parálisis del VI nervio 34 2.2.2.3.1 Etiología 35 2.2.2.3.2 Diagnóstico 36 2.2.2.4 Parálisis oculomotoras combinadas 37 2.2.2.4.1 Parálisis motoras oculares combinadas unilaterales 38 2.2.2.4.2 Parálisis motoras oculares combinadas bilaterales 38 2.2.3 Según el nivel neurológico donde actúa la causa 39 2.2.3.1 Supranuclear 39 2.2.3.2 Internuclear 39 2.2.3.3 Nuclear 39 2.2.3.4 Infranuclear 40 2.2.3.5 Muscular 40 2.2.3.6 Ligamentario 40 2.2.3.7 Orbitario 40 2.2.4 Asociación sistémica de las parálisis oculomotoras 41 2.2.4.1 Oclusión vascular 41 2.2.4.2 Síndrome de Gradenigo 41 2.2.4.3 Trombosis del seno lateral 42 2.2.4.4 Diabetes 42 2.2.4.5 Aneurismas de la base del craneo 43 2.2.4.6 Hipertensión intracraneal 43 2.2.4.7 Traumatismo 44 2.2.4.8 Hipertiroidismo 45 2.2.4.9 Miastenia gravis 45 2.2.5 Diagnóstico de las parálisis oculomotoras 46 2.2.5.1 Evaluación y diagnóstico 46 2.2.5.2 Diagnóstico diferencial 47 2.2.6 Tratamiento 48 2.2.6.1 Métodos de tratamiento propuestos 49

Page 9: Determinación de la prevalencia y etiología de las

Capítulo III ANALISIS DE DATOS DE PREVALENCIA DE PARÁLISIS OCULOMOTORAS 3.1Recopilación de datos 51 3.2 Valores encontrados en general 51 3.2.1Población 51 3.2.2 Edades (Grupos etéreos) 52 3.2.3 Parálisis del nervio afectado 52 3.3 Población 53 3.3.1 Estadística descriptiva de las parálisis oculomotoras 53 3.3.1.1 Variables cuantitativas 53 3.3.1.2 Variables cualitativas 54 3.4 Análisis de gráficos 54 3.4.1 Gráfico # 1 “Población de estudio” 54 3.4.2 Gráfico # 2 “Asociación sistémica” 55 3.4.3 Gráfico # 3 “Género” 56 3.4.4 Gráfico # 4 “Grupo etáreo” 56 3.4.5 Gráfico # 5 “Etiología” 56 3.4.6 Gráfico # 6 “Signos y síntomas” 57 3.4.7 Gráfico # 7 “Prevalencia del nervio afectado” 57 3.4.8 Gráfico # 8 “Nervio afectado – Ojo afectado” 58 3.4.9 Gráfico # 9 “Hirschberg” 59 3.4.10 Gráfico # 10 “Nervio afectado – Género – Edad” 59 GRAFICOS Y TABLAS 61 ANEXOS 62 FOTOS 62 Discusión 63 Conclusiones 65 Recomendaciones 67 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Page 10: Determinación de la prevalencia y etiología de las

INTRODUCCIÓN

Las parálisis oculomotoras son una perdida total de la función de un músculo

ocular. Además, las limitaciones de los movimientos de los músculos

extraoculares no son consideradas en la mayoría de los casos como verdaderas

parálisis, sino como paresias, ya que, generalmente se encuentra cierta acción del

músculo afectado.

Nuestro objetivo es determinar la prevalencia y etiología de las parálisis

oculomotoras en un consultorio particular de ortóptica en el Centro Oftalmológico

Olsabe; definir los signos, síntomas, género, edad y asociación sistémica de las

mismas.

Teniendo en cuenta que muchos de los estudios realizados en el exterior, acerca

de la prevalencia de las parálisis oculomotoras, difieren en sus resultados con

respecto a género, nervio afectado y edad; nuestra investigación pretende obtener

datos reales en la consulta optométrica – ortoptica en un consultorio particular del

Centro Oftalmológico Olsabe, ya que no se conoce la prevalencia y etiología de

las parálisis oculomotoras en la población colombiana.

Se tomaron las historias clínicas de un consultorio particular ubicado en el

“CENTRO OFTALMOLOGICO OLSABE” en el cual se atiende un 90 % de

pacientes remitidos de una EPS para ser evaluados específicamente en ortóptica.

Page 11: Determinación de la prevalencia y etiología de las

3

Estas historias clínicas están comprendidas entre enero del 2004 y marzo del

2006, obteniendo una población de 3808 historias dentro de las cuales se

seleccionaron los casos de parálisis confirmadas obteniendo una proporción de 30

historias, empleando el programa Excel, con el fin de determinar la prevalencia y

etiología de las parálisis oculomotoras.

Esperamos que este estudio haga un aporte importante a la optometría en

Colombia, para así dar un diagnóstico y manejo adecuados con miras a la

recuperación del paciente, y así brindarle una buena salud y confort visual.

Page 12: Determinación de la prevalencia y etiología de las

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OBJETIVO GENERAL Determinar la prevalencia y etiología de las parálisis oculomotoras en un

“consultorio particular de ortóptica del Centro Oftalmológico OLSABE” entre los

años 2004 y 2006

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

- Identificar las principales causas de parálisis oculomotoras según los

principales grupos etáreos afectados por las mismas.

- Determinar en qué edad y genero hay mayor presencia de parálisis

oculomotora.

- Establecer la asociación de las parálisis oculomotoras con enfermedades

sistémicas.

- Establecer la prevalencia de parálisis oculomotoras congénitas respecto a

las adquiridas.

Page 13: Determinación de la prevalencia y etiología de las

5

2. ANATOMIA DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES

El globo ocular ocupa un quinto del volumen orbitario. El resto está ocupado

principalmente por grasa orbitaria dentro de la cual cursan los músculos

extraoculares, vasos y nervios.

Anatomía de los Músculos Extraoculares1

1 LIPPERT , HEBERT. Anatomia, estructura y morfologia del cuerpo humano, , 4 ed., pag. 536. editorial marban libros, s.l.

Page 14: Determinación de la prevalencia y etiología de las

6

2.1 ANATOMOFISIOLOGIA DE LOS MUSCULOS EXTRAOCULARES

Los músculos extraoculares son seis:

Recto Interno o Medio

Recto Externo o Lateral

Recto Superior

Recto Inferior

Oblicuo Superior o Mayor

Oblicuo Inferior o Menor

Cinco de ellos tienen origen en el vértice de la orbita; los cuatro rectos y el oblicuo

superior, mientras que sólo uno, el oblicuo inferior nace en la parte anterior de la

orbita.

Los cuatro rectos nacen por un tendón común: el anillo de Zinn. Esta formación

tendinosa común, que involucra al conducto óptico y a parte de la hendidura

esfenoidal, se origina por haces tendinosos insertados en los huesos del vértice.

El origen de los rectos interno y superior está íntimamente relacionado con las

vainas del nervio óptico.2

2 ADLER, E. Fisiología del ojo, aplicación clínica, , capitulo 5, músculos extraoculares, sección I, pag 96

Page 15: Determinación de la prevalencia y etiología de las

7

2.1.1 RECORRIDO DE LOS MUSCULOS EXTRAOCULARES

Desde su común inserción en el vértice de la orbita los cuatro músculos rectos se

dirigen, divergiendo, hacia delante hasta alcanzar el globo ocular. Entre ellos

delimita un espacio denominado cono muscular dentro del cual cursan el nervio

óptico, la arteria oftálmica, nervios y vasos ciliares, nervios oculomotores y el

simpático. Dentro del cono muscular se halla también el ganglio ciliar.

2.1.1.1 RECORRIDO DEL RECTO INTERNO

El recto interno es el músculo más corto de los rectos, mide 39 mm de largo y se

extiende a lo largo de la pared interna de la orbita por debajo del oblicuo superior.

Se inserta, en forma vertical en el meridiano horizontal, por un tendón de 3.7 mm

de largo y 10.3 mm de ancho a 5.5 mm del limbo. Establece un arco de contacto

con el globo ocular de 6 a 7 mm.

2.1.1.2 RECORRIDO DEL RECTO EXTERNO

El recto externo o lateral mide 41 mm de largo y se extiende paralelo a la pared

externa de la orbita. Termina por un tendón de 7 mm de largo y 9.2 mm de ancho

que se inserta a 6.9 mm del limbo esclerocorneal. Establece un arco de contacto

con el globo ocular de 7 a 8 mm.

2.1.1.3 RECORRIDO DEL RECTO SUPERIOR

Page 16: Determinación de la prevalencia y etiología de las

8

El recto superior mide 41 mm de largo. Desde su origen se extiende hacia

adelantes afuera y arriba siguiendo el eje orbitario por lo que forma con el globo

ocular un ángulo de aproximadamente de 23º cuando este dirige la mirada hacia

delante. Termina por un tendón de 6 mm de largo y 10.6 mm de ancho que se

inserta oblicuamente, de forma tal que su parte media lo hace por dentro del

meridiano vertical, a 7.5 mm del limbo, mientras que su extremo nasal lo hace 7

mm y su extremo temporal a 9 mm del limbo.

El recto superior cursa en todo su recorrido por debajo del elevador del parpado

con el que establece intima relación a nivel de sus vainas musculares. Algunos

milímetros antes de su inserción escleral se relaciona con el oblicuo superior quien

lo aborda por su lado interno para ir a insertarse por debajo de él.

2.1.1.4 RECORRIDO DEL RECTO INFERIOR

El recto inferior mide 40 mm de largo y desde su inserción posterior se extiende

hacia delante, algo hacia arriba y afuera de forma tal que, al igual que el recto

superior, forma un ángulo de 23º con el eje ocular antero posterior. Se inserta en

la esclera por un tendón de 5.5 mm de largo y 9.8 mm de ancho oblicuamente, por

lo que su parte media lo hace a 6.5 mm del limbo, algo por dentro del meridiano

vertical, mientras que su extremo nasal lo hace a 6 mm y su extremo temporal lo

hace a 7 mm del limbo. Establece un arco de contacto con el globo ocular de 7

mm.

Page 17: Determinación de la prevalencia y etiología de las

9

El recto inferior se relaciona en su parte posterior con el piso de la orbita. Hacia

delante esta separado por grasa orbitaria y por el músculo oblicuo inferior, que lo

cruza transversalmente, situándose entre éste y el piso de la orbita. Por intermedio

de expansiones de su vaina muscular, el recto inferior se relaciona íntimamente

con el párpado inferior y con la vaina muscular del oblicuo inferior.

2.1.1.5 RECORRIDO DEL OBLICUO SUPERIOR

El oblicuo superior, que es el mas largo de los músculos extraoculares nace por un

tendón aplanado en el periostio del cuerpo del esfenoides, cerca del borde supero

interno del conducto óptico. El tendón es también integrado por fascículos nacidos

en las zonas adyacentes. Al oblicuo superior se le reconoce una porción directa y

una porción refleja. La porción directa se extiende desde el vértice de la orbite

hasta la tróclea, en el ángulo supero interno de la orbita. Mide 40 mm de largo y

cursa por encima del recto interno, del cual está separado por la terminación de la

arteria oftálmica y el nervio nasal.

El tendón del oblicuo superior comienza a 10 mm por detrás de la tróclea y al

pasar a través de ella se convierte en un cordón de 1 a 2 mm de sección, rodeado

por un tejido laxo rodeado incompletamente por una capa endotelial que pese a su

conformación, no llega a ser una verdadera sinovial.

Page 18: Determinación de la prevalencia y etiología de las

10

Al salir de la tróclea comienza la porción refleja del oblicuo superior. El tendón

cambia su dirección dirigiéndose hacia atrás, afuera y abajo, formando con la

porción directa un ángulo de 54º. Alcanza al borde interno del recto superior a 2 o

3 mm por detrás del extremo interno de la inserción de dicho músculo. A este

nivel el tendón del oblicuo superior se aplana y abre en abanico para ir a

insertarse por debajo del recto superior en la parte posterosuperior del globo

ocular por un tendón muy delgado, casi transparente que mide aproximadamente

11 mm de ancho. La línea de inserción tiene una concavidad que mira hacia la

tróclea.

La inserción del oblicuo superior es la más variable de la de todos los músculos

extraoculares. La parte anterior de la inserción, la más temporal, esta

temporalmente por delante del ecuador, mientras que la parte posterior, la más

nasal, puede estar por dentro del meridiano sagital. La tróclea, una diferenciación

de la vaina del oblicuo superior es una formación fibrocartilaginosa en que mide 4

mm de ancho por 6 mm de largo. Está insertada en la fóvea troclear del hueso

frontal por finas trabéculas fibrosas que la cubren totalmente. La tróclea está

situada a 5 mm por detrás del borde superointerno del reborde orbitario.

2.1.1.6 RECORRIDO DEL OBLICUO INFERIOR

El oblicuo inferior es el único músculo que se origina en la parte anterior de la

órbita. Nace por un corto tendón en el ángulo inferointerno a pocos milímetros por

detrás del reborde orbitario e inmediatamente por fuera del orificio del conducto

Page 19: Determinación de la prevalencia y etiología de las

11

lagrimal, el oblicuo inferior mide 38 mm de largo y desde su origen se dirige hacia

fuera, atrás y arriba situándose entre el recto inferior y el piso de la orbita, del cual

esta separado por grasa orbitaria. Luego de cruzar, casi perpendicularmente al

recto inferior, hace un extenso arco de contacto con el globo ocular hasta alcanzar

el borde inferior del recto externo, situarse por debajo de él e ir a insertarse en la

parte posterolateral del globo ocular. Este músculo forma un ángulo de 75º con el

eje de la órbita y alrededor de 50º con el eje anteroposterior del globo ocular.

La inserción del oblicuo inferior es más regular que la del oblicuo superior. Forma

con esta un ángulo de 25º. Tiene una concavidad inferior y es ligeramente oblicua

con respecto al meridiano horizontal con el que forma un ángulo aproximado de

15º abierto hacia delante. El extremo anterior de la inserción está algo por detrás

del ecuador, es decir que el oblicuo inferior se inserta algo más atrás que el

oblicuo superior.

2.1.2 CAPSULA DE TENON (VAINAS MUSCULARES Y LIGAMENTOS)

El globo ocular esta recubierto por una delgada membrana desde el limbo

esclerocorneano hasta la entrada del nervio óptico. Es la cápsula de Tenon o

fascia bulbi. Esta membrana esta separada del globo ocular por un tejido muy

laxo, y es perforada por el nervio óptico, vasos y nervios filiares, venas vorticosas

y músculos extraoculares.

Page 20: Determinación de la prevalencia y etiología de las

12

La cápsula de Tenon es muy fina y poco desarrollada en la parte posterior en

donde se continúa insensiblemente con la vaina dural del nervio óptico. Es más

gruesa y diferenciada en la parte media, sobre todo a nivel de la zona en que los

músculos extraoculares alcanzan el globo ocular. En realidad, estos no la

atraviezan sino que la cápsula de Tenon se refleja sobre los mismos formando la

cubierta o vaina muscular.

Anteriormente, la cápsula de Tenon se adelgaza nuevamente y esta separada de

la conjuntiva por un tejido laxo. A 2 o 3 mm del limbo se adhiere firmemente a ella.

En la parte posterior, alrededor de la entrada del nervio óptico, la cápsula de

Tenon está íntimamente adherida a la grasa orbitaria que la circunda, en el resto

de su circunferencia está libre de adherencias exteriores por lo que se puede

desplazar junto al globo ocular sin interferencias.

En el lugar en que los músculos extraoculares se sitúan por debajo de la cápsula

de Tenon, para ir a insertarse en la esclera, esta membrana se refleja sobre los

mismos para ir a cubrirlos y formar la vaina muscular. Esta vaina es bien

diferenciada en la parte anterior pero por detrás del nervio óptico se va

adelgazando hasta desaparecer. En las proximidades del vértice de la órbita los

músculos están sólo recubiertos por el perimisio muscular.

Las vainas musculares tienen ligamentos o expansiones que, diferentes para cada

músculo, los relaciona entre sí y con los demás elementos orbitarios integrando

Page 21: Determinación de la prevalencia y etiología de las

13

todo un sistema suspensorio y de contención importante para los movimientos

oculares.

En la parte anterior, por delante de un plano tangencial a la entrada del nervio

óptico, las vainas musculares de los rectos están interrelacionadas por una

membrana que se extiende entre ellos, en los espacios intermusculares, cerrando

el cono muscular totalmente.

A algunos milímetros por detrás de la inserción escleral de los rectos horizontales

y perpendicular al plano muscular, existen unas expansiones de la vaina muscular

de los mismos que se dirigen hacia las paredes de la órbita para ir a insertarse en

el periostio que las recubre. Estos son los ligamentos de contención.

El ligamento de contención del recto interno nace en la vaina muscular y va a

insertarse en la cresta lagrimal posterior por detrás del ligamento palpebral interno,

sobre este ligamento y en el fondo del saco conjuntival respectivo. El ligamento de

contención del recto externo nace de la vaina muscular y va a insertarse en el

tubérculo orbitario lateral, en el ligamento palpebral externo y en el fondo del saco

conjuntival.

La función de los ligamentos de contención es principalmente moderar la

excursión del globo ocular cuando se contrae el músculo correspondiente, es

decir, que por ejemplo, el ligamento de contención del recto interno evita que la

Page 22: Determinación de la prevalencia y etiología de las

14

adducción sea exagerada cuando este músculo se contrae. Pero también actúan

moderando la excursión en el sentido contrario.

La vaina muscular del recto superior se relaciona íntimamente con la aponeurosis

del elevador. Ambas están unidas en múltiples sitios por finas trabéculas y en

algunos lugares llegan a fusionarse. Esta relación juega un papel importante en la

sinergia que existe entre los movimientos verticales del globo ocular y el párpado

superior, es decir, que es la responsable de la elevación del párpado superior

cuando el ojo se dirige hacia arriba.

De la vaina muscular del recto superior también nacen expansiones laterales que

al igual que la de la aponeurosis del elevador, con las cuales se relacionan, van a

insertarse a ambos lados en el periostio orbitario y hacia delante en el septum

orbitario.

La vaina muscular del recto inferior se engruesa en el sitio en que éste músculo es

cruzado por el músculo oblicuo inferior y se adhiere firmemente con la vaina

muscular de éste. De este engrosamiento salen a ambos lados expansiones bien

diferenciadas que no son sino parte de la membrana intermuscular, que

dirigiéndose hacia arriba y adentro y arriba y afuera van a relacionarse con los

ligamentos de contención de los rectos interno y externo por medio de las vainas

musculares de los referidos músculos. Esta diferenciación de las vainas

musculares del recto inferior, y del oblicuo inferior, forman un verdadero ligamento

de contención llamado Ligamento de Lockwood.

Page 23: Determinación de la prevalencia y etiología de las

15

Del Ligamento de Lockwood, a nivel de la cara inferior del recto inferior salen

expansiones ligamentosas que se dirigen hacia el periostio inferior, hacia el

septum orbitario y hacia el párpado inferior.

La vaina del oblicuo inferior recubre a este músculo desde su origen, en el ángulo

antero inferior de la orbita, hasta su inserción escleral en el segmento

posterolateral del globo ocular. Al pasar por debajo del recto inferior, entre éste y

el piso de la órbita, establece las relaciones ya mencionadas, Ligamento de

Lockwood, y al alcanzar el borde inferior del recto externo establece con la vaina

muscular de este músculo una íntima relación por intermedio de finas

expansiones, que abriéndose en abanico, van a fusionarse con ésta. Del borde

posterior de la vaina del oblicuo inferior, en el sitio en que éste va a situarse por

debajo del recto externo, salen expansiones que dirigiéndose hacia atrás van a

relacionarse con las cubiertas del nervio óptico y con los tejidos circundantes.

La vaina del oblicuo superior es algo compleja en su constitución. En el lugar en

que el tendón del oblicuo superior perfora la capsula de Tenon, para ir a buscar su

inserción escleral, ésta se refleja sobre el mismo constituyéndose en una

verdadera vaina dentro de la cual el tendón se desplaza libremente. Esta

expansión de la capsula de Tenon recubre el tendón hasta unos milímetros por

detrás de la tróclea. La expansión interna de la vaina muscular del recto superior,

que relacionada con la aponeurosis del elevador, se dirige hacia el reborde

orbitario a nivel del ángulo supero interno, constituye una cubierta externa, por

Page 24: Determinación de la prevalencia y etiología de las

16

fuera de la expansión de la capsula de Tenon, del tendón del oblicuo superior. Es

decir que en la constitución del oblicuo superior intervienen tres membranas: la

capsula de Tenon, la expansión interna de la vaina del recto superior y en menor

medida expansiones de la aponeurosis del elevador. Estas dos últimas terminan a

nivel de la tróclea a quien recubren.

2.1.3 IRRIGACION DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES

Todos los músculos extraoculares son irrigados por las arterias musculares

superior o lateral e inferior o media. La arteria muscular superior irriga a los rectos

externo y superior, al oblicuo superior y al elevador del párpado; la arteria

muscular inferior irriga a los rectos interno e inferior y al oblicuo inferior. Cada

músculo recibe dos ramos arteriales, con excepción del recto externo que recibe

solo uno. Luego que los músculos se insertan en la esclera de las arterias

musculares se continúan, hasta perforar el globo, cerca del limbo

esclerocorneano, como arterias ciliares anteriores.

2.1.4 INERVACION DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES

Los músculos extraoculares están inervados por el motor ocular común (III par);

patético (IV par) y motor ocular externo (VI par). El motor ocular común inerva a

todos los músculos extraoculares con excepción del oblicuo superior, que es

inervado por el patético, el recto lateral que es inervado por el motor ocular

externo.

Page 25: Determinación de la prevalencia y etiología de las

17

2.1.4.1 III PAR - MOTOR OCULAR COMUN

El motor ocular común penetra en la órbita generalmente ya dividido en dos

ramas. Una rama superior, que va a inervar al recto superior y al elevador del

párpado superior y una rama inferior, que va a inervar el recto inferior, al recto

interno y al oblicuo inferior. Del ramo destinado a este último emerge un filete

destinado al ganglio ciliar.

La división superior cursa por dentro y por arriba del nervio óptico, su ramo

destinado al recto superior aborda al músculo por su cara inferior,

aproximadamente a 15 mm de su origen; el ramo destinado al elevador alcanza al

músculo pasando por el lado interno del recto superior.

La división inferior es más larga que la superior. El ramo destinado al recto interno

aborda al músculo, pasando por debajo del nervio óptico, en la unión de sus

tercios medio y posterior, mientras que el ramo destinado al recto inferior cursa

entre éste y el nervio óptico para penetrar en el cuerpo muscular en la unión de

sus tercios medio y posterior. El ramo destinado al oblicuo inferior cursa hacia

delante, a lo largo del borde externo del recto inferior o entre éste y el recto

externo, hasta alcanzar el borde posterior del oblicuo inferior, en el lugar en que

este músculo traspone el borde externo del recto inferior; en este lugar el nervio se

divide dos o tres filetes que penetran en el cuerpo muscular por su cara superior.

Page 26: Determinación de la prevalencia y etiología de las

18

2.1.4.2 IV PAR – PATETICO O TROCLEAR

El nervio patético o troclear penetra en la órbita íntimamente relacionado con el

nervio frontal, pero rápidamente se separa de él y se dirige, entre el periostio del

techo de la órbita y el elevador del párpado, hacia delante y adentro para alcanzar

al músculo oblicuo superior por su lado interno. A este nivel el nervio se divide en

varios filetes que de adelante a atrás van a penetrar en el músculo; el más anterior

lo hace aproximadamente en la unión de sus tercios medio y posterior mientras

que el más posterior lo hace a 8 mm del origen del músculo.3

2.1.4.3 VI PAR - MOTOR OCULAR EXTERNO

El sexto par craneal se origina en grupos pares de neuronas motoras multipolares

situadas por debajo del piso del cuarto ventrículo. Estos núcleos se extienden

dentro de las complejas asas de la rodilla de los nervios faciales y producen

eminencias sobre el piso del cuarto ventrículo, denominadas colículos faciales.

Las fibras nerviosas del sexto par corren centralmente a través de la protuberancia

para emerger en su base en la unión pontomedular. El nervio motor ocular

externo gira rostral y lateralmente en el espacio subaracnoideo, pasando por

encima del extremo de la porción petrosa del hueso temporal. En este punto es

sujetado por una reflexión de la duramadre, el ligamento petroesfenoideo

(ligamento de gruber). Esta reflexión situada en el extremo de la pirámide petrosa

se asemeja a un canal y sostiene al canal Epónimo de Dorello. 3PRIETO – DIAZ. Estrabismos, 2ed, cap I, bases anatomo -quirúrgicas, pag. 11

Page 27: Determinación de la prevalencia y etiología de las

19

El VI nervio atravieza la duramadre a nivel del dorsum sellae para penetrar en el

seno cavernoso. Se extiende dentro del seno cerca de la arteria carotidea. El

nervio penetra en la orbita a través del surco orbitario superior e inerva al músculo

recto lateral. Es el nervio de más largo recorrido intracraneano y sufre a menudo

las consecuencias del aumento de la presión intracraneala.4

2.1.5 MOVIMIENTOS BINOCULARES

Los movimientos efectuados por cada ojo al pasar de la posición primaria a la

secundaria y terciaria se denominan ducciones. Cuando hablamos de los

movimientos de ambos ojos juntos, empleamos el término versiones (movimiento

conjugados) cuando el movimiento de los ojos es en la misma dirección y el

término vergencia (movimientos no conjugados) si el movimiento de ambos ojos

es en dirección opuesta.

2.1.5.1 VERSIONES

Los siguientes términos son aplicados cuando ambos ojos pasan de la posición

primaria a la posición secundaria de la mirada.

• Mirando hacia la derecha: Dextroversión

4 ADLER E. Op. Cit., p. 133

Page 28: Determinación de la prevalencia y etiología de las

20

• Mirando hacia la izquierda: Levoversión

• Mirando hacia arriba: Supraversión

• Mirando hacia abajo: Infraversión

Cuando se habla del movimiento de los ojos al pasar de la posición primaria a la

posición terciaria, se emplean simples términos descriptivos como hacia arriba y a

la derecha o hacia abajo y a la izquierda.

2.1.6 LEYES INERVACIONALES

2.1.6.1 LEY DE HERING

Establece que en todos los movimientos conjugados voluntarios de los ojos fluye

una estimulación igual y simultánea de los centros oculógiros hacia los músculos

encargados de establecer la dirección de la mirada. Es importante recordar que la

estimulación es igual en ambos ojos.

La ley no afirma que cada músculo de ambos ojos reciba la misma cantidad de

estimulación. Sin embargo, está implícito que en condiciones normales, esa

cantidad de energía nerviosa es enviada a los músculos de ambos ojos, lo que

hace que los ojos giren igualmente en una dirección particular.5

5 Ibid., p. 108

Page 29: Determinación de la prevalencia y etiología de las

21

2.1.6.2 LEY DE SHERRINGTON

“Cuando un ojo realiza un movimiento en una determinada dirección, los agonistas

se contraen y los antagonistas se relajan.” En otras palabras, siempre que los

centros oculomotores envían una orden destinada al aumento de tonicidad para un

músculo, envían también una orden de reducción correspondiente de la tonicidad

de sus antagonistas.6

6 PRIETO – DIAZ. Op. Cit., p. 20

Page 30: Determinación de la prevalencia y etiología de las

22

3. PARÁLISIS OCULOMOTORAS

Las parálisis oculomotoras son patologías que en la mayor parte de las veces

son diagnosticadas de forma tardía y su manejo se realiza excluyendo la labor

del optómetra – Ortoptista. Además las limitaciones de los movimientos de los

músculos oculares no son consideradas en la mayoría de los casos como

verdaderas parálisis sino como paresias ya que generalmente se encuentra cierta

acción del músculo afectado.

3.1 DEFINICIÓN:

Este término se refiere a la pérdida de la función de un nervio motor. Parálisis

quiere decir que el nervio no está trabajando totalmente, mientras que paresia

denota que existe un cierto grado de un función del nervio.7

3.2 CLASIFICACION

Las parálisis oculomotoras pueden clasificarse:

7 NEURO-OPHTHALMOLOGY, the requisites in ophthalmology, ej. 4, chapter 7 examination of the visual motor system, p. 128

Page 31: Determinación de la prevalencia y etiología de las

23

3.2.1. SEGÚN LA ETIOLOGÍA Y EDAD DE APARICIÓN:

3.2.1.1 CONGENITAS:

Se presenta desde el momento del nacimiento. Sus causas se encuentran en

permanente estudio, puede deberse a anomalías neurológicas, traumatismo del

parto, hipoplasia o aplasias de los núcleos, anomalías de las fibras (fibrosis),

hipoplasia de los músculos extraoculares, alteraciones de las inserciones

musculares, entre otros.

3.2.1.2 ADQUIRIDAS:

Pueden ser durante la niñez, la adolescencia o la adultez. Se presentan por

procesos posvíricos, jaquecosos, intoxicaciones, traumatismos, meningitis,

tumores, gliomas, accidentes cerebro vasculares, aneurismas, vasculopatías,

neoplasias, enfermedades sistémicas como esclerosis múltiple, diabetes,

hipertensión y miastenia gravis entre otras.

Las anomalías en los movimientos oculares de origen central, por afectación de

los núcleos de los pares oculomotores o de los centros directores de la mirada,

suelen estar producidas por toxoplasmosis, linfoma primario del SNC o

enfermedades víricas. Suelen presentarse en forma de paresias aisladas uni o

bilaterales por orden de frecuencia del VI, III ó IV par, o en forma de alteraciones

de la mirada (síndrome pretectal, oftalmoplejia internuclear).

Page 32: Determinación de la prevalencia y etiología de las

24

3.2.2 SEGÚN EL NERVIO AFECTADO:

Los músculos extraoculares están inervados de la siguiente manera: el recto

lateral inervado por el sexto par; el oblicuo superior por el cuarto par; el recto

interno, recto superior, recto inferior, oblicuo inferior y elevador del párpado por el

tercer par.

3.2.2.1 PARÁLISIS DE III NERVIO:

Las parálisis del III par, cuando son completas, constituyen uno de los problemas

más difíciles por el hecho que 4 músculos son por él inervados. Los únicos

músculos que permanecen funcionando son el recto lateral y el oblicuo superior, lo

que provoca una acentuada desviación del ojo para el lado temporal y

discretamente para abajo. La investigación de la acción del oblicuo superior es

difícil y para ello debe llevarse al ojo sano a una infra-abducción mientras se

observa al ojo afectado que deberá sufrir una discreta intorsión, que podrá ser

observada siguiendo el desplazamiento de un vaso conjuntival con la ayuda de

una lupa o de la biomicroscopia.

No siempre las parálisis abarcan a todos los músculos inervados por el III par.

Pueden ocurrir las más variadas combinaciones y muchas veces un único músculo

ser el paralizado. En éste último caso el menos frecuentemente afectado es el

Page 33: Determinación de la prevalencia y etiología de las

25

recto inferior. La parálisis del III nervio es de relativa frecuencia. En este caso es

raro que la musculatura intrínseca sea afectada, contrariamente a lo que ocurre en

las parálisis adquiridas. El elevador del párpado puede no estar paralizado.

En las parálisis completas, hay gran tendencia a la contractura del recto lateral y

del oblicuo superior, lo que puede no estar presente en algunos casos congénitos.

3.2.2.1.1 ETIOLOGÍA:

El III nervio puede también ser afectado por traumatismos craneanos, no obstante

esto ocurre con menos frecuencia que en el IV o VI nervio. Todas las alteraciones

que clásicamente ocasionan parálisis de los nervios craneanos, pueden afectar

también al III nervio. Como factores etiológicos deben descartarse los aneurismas

de la carótida interna y de sus ramas terminales. Lesiones circulatorias, son

también, por lo general, responsables de los síndromes cruzados pedunculares.

Una lesión en el pie del pedúnculo, próxima a la emergencia del III nervio, causa el

conocido síndrome de Weber, caracterizado por una parálisis ipsilateral del III

nervio y una hemiplejía contralateral, incluyendo una parálisis facial de tipo

periférico, por lesión del haz piramidal antes de su decusación.

3.2.2.1.2 DIAGNÓSTICO:

Page 34: Determinación de la prevalencia y etiología de las

26

Se debe tener en cuenta que no hay otras patologías con las cuales confundirse.

Se puede ver la limitación de los movimientos sacádicos de adducción o

registrarlos por intermedio de la electrooculografía y sentir en la pinza la ausencia

de fuerza del recto medio y de los rectos verticales. Un paciente con parálisis

completa reciente del III Nervio, presenta una Endotropia de aproximadamente 35

a 40 prismas, midriasis paralítica y una hipotropia discreta, a demás una

blefaroptosis total y parálisis de la acomodación. Si no existe regresión de la

parálisis la exotropia aumenta debido a la contractura del recto lateral.8

La midriasis puede representar un signo temprano de parálisis del III par craneal,

pero la evaluación cuidadosa revelará compromiso de otras funciones del motor

ocular común. Debe buscarse un desequilibrio muscular vertical, que solo pueda

apreciarse en la mirada hacia arriba, una ptosis ligera, o una disminución

ipsolateral de la acomodación. El examen repetido de la pupila con una luz

mostrará fatiga pupilar en el ojo anormal; el otro ojo sigue contrayéndose

normalmente. 9

3.2.2.1.3 PARALISIS AISLADAS DE LOS MÚSCULOS INERVADOS POR EL III

NERVIO.

8PRIETO – DIAZ, Op. Cit., p. 260-261 9WALSH, THOMAS J. Neurooftalmologia: signos y sintomas clínicos, capitulo 2, anomalias pupilares, p.26

Page 35: Determinación de la prevalencia y etiología de las

27

Cualquiera de los músculos inervados por el III nervio puede estar paralizado

aisladamente, inclusive los músculos intrínsecos. El más frecuente entre los

extrínsecos es el recto superior y el menos el recto inferior.

3.2.2.1.3.1 PARALISIS AISLADA DEL OBLICUO INFERIOR:

Su aparición es muy rara. Esta parálisis puede ser adquirida o congénita y, entre

éstas, hay casos que conservan su normalidad sensorial. Los que presentan visión

binocular sensorialmente anómala generalmente desarrollan, además, alguna

desviación horizontal asociada que puede dificultar el diagnóstico.

Las características fundamentales del cuadro son:

• Hipotropia del ojo afectado, que aumenta en aducción, no solo por la

hipofunción del oblicuo inferior como por la hiperfunción del oblicuo superior

ipsilateral, que casi sin excepción está presente, y del recto superior

contralateral que se manifiesta en los casos en que el ojo afectado es el

fijador.

• Forma en A: En mayor o menor grado ella siempre existe y su constatación

es importante para el diagnóstico diferencial con el síndrome de Brown.

Page 36: Determinación de la prevalencia y etiología de las

28

• Acentuación de la hipotropia cuando se inclina la cabeza sobre el lado

opuesto al del ojo afectado. Esta es la razón por la cual muchos pacientes

presentan tortícolis, con la inclinación de la cabeza para el lado del ojo

enfermo.

3.2.2.1.3.2 PARÁLISIS AISLADA DEL RECTO SUPERIOR:

Puede ser congénita o adquirida, la mayoría de las veces es congénita y puede o

no acompañarse de parálisis del elevador del párpado. Los casos congénitos

generalmente presentan perturbación sensorial. La mayoría de las veces con

ambliopía. El cuadro clínico se caracteriza por una hipotropia del ojo afectado que

no varía mucho en las lateroversiones, pero que aumenta siempre algo en

abducción. Cuando existe una contractura secundaria del recto inferior, el

aumento de la hipotropia en abducción es muy acertada.

3.2.2.1.3.3 PARÁLISIS AISLADA DEL RECTO MEDIO:

No es entidad clínica frecuente. Sus características son idénticas a la de la

parálisis del VI nervio. El empleo de la pinza para la investigación de restricciones

mecánicas y de la fuerza muscular es tan importante como la electrooculografía.

3.2.2.1.3.4 PARÁLISIS AISLADA DEL RECTO INFERIOR:

Page 37: Determinación de la prevalencia y etiología de las

29

Es una entidad clínica bastante rara, se caracteriza por una hipertrofia del ojo

afectado que se acentúa en abducción.10

3.2.2.2 PARÁLISIS DE IV NERVIO:

Es la menos frecuente y a su vez la de más difícil diagnóstico cuando se

encuentra asociada a alteración del recto inferior. Si la alteración se debe

únicamente al oblicuo superior se afecta solo el campo de mirada del músculo en

cuestión y el paciente presenta en la mayoría de los casos posición compensatoria

de cabeza.

Según Prieto – Diaz las parálisis del oblicuo superior son las más frecuentes de

las parálisis oculamotoras y las que ofrecen mejor pronóstico quirúrgico. 11

3.2.2.2.1 ETIOPATOGENIA:

El IV par craneal es el más frecuentemente lesionado en traumatismos

craneanos, principalmente en traumas cerrados, los cuales en ocasiones son

sorprendentemente leves. En ausencia de otros signos neurológicos, es imposible

un diagnóstico topográfico con certeza. Por ser el IV par muy largo (contornea al

pedúnculo cerebral), un movimiento brusco del encéfalo puede causar su

estiramiento con consecuente parálisis. Se ha observado que las parálisis

bilaterales del oblicuo superior han ocurrido más frecuentemente después de

10 PRIETO – DIAZ, Op. Cit., p. 264-268 11 PRIETO DIAZ JULIO, SOUZA DIAS CARLOS, Strabismus , chapter 7, oculomotor paresis and paralysis, p. 295.

Page 38: Determinación de la prevalencia y etiología de las

30

traumas craneanos cerrados violentos acompañados de algún tiempo de

inconsciencia. En éstos casos es válido suponer que la lesión a ocurrido a nivel

del velo medular anterior, algo por debajo de la placa cuadrigémina, en donde

decusan las fibras radiculares del IV par. Una lesión en esta área puede ocurrir por

opresión en el borde libre del tentorio, debido a la aceleración brusca del encéfalo,

como consecuencia de un choque violento en la región frontal o por un aumento

brusco de la presión del líquido cefalorraquídeo en el acueducto de Silvio.

3.2.2.2.2 DIAGNÓSTICO:

Las paresias o parálisis del oblicuo superior presentan ciertas características que

las diferencian de otros músculos oculomotores. La mayoría de las veces el

diagnóstico de éstas parálisis no ofrece dificultades. Se basa fundamentalmente,

en dos signos que deben coexistir obligatoriamente: hipertropia que aumenta en

lateroversión correspondiente a la adducción del ojo hipertrópico y mayor

hipertropia con la inclinación de la cabeza hacia el lado del hombro del ojo

hipertrópico (signo de Bielschowsky). La desigual desviación vertical en dextro y

levoversión puede variar de algunas dioptrías a grados extremos, pudiendo llegar

a ser del orden de las 40^.

Otro signo considerado clásicamente es la presencia de una forma en V.

Realmente ella está presente en la mayoría de los pacientes, aunque puede llegar

a faltar.

Page 39: Determinación de la prevalencia y etiología de las

31

Prueba de laterización de la cabeza de Bielschowsky 12

Músculo Ojo hipertrópico Dirección de la inclinación de la cabeza para aumentar la diplopia

Recto Superior derecho

Izquierdo Derecha

Oblicuo superior derecho

Derecho Derecha

Recto Superior izquierdo

Derecho

Oblicuo superior izquierdo

Izquierdo Derecha

La mayoría de los pacientes presentan cierto grado de extorsión del ojo afectado,

la cual puede ser medida como complementación diagnóstica. Hallazgo casi

constante entre los portadores de este tipo de trastorno es el tortícolis. Sus

características varían un poco en función de la distribución del desvío en las

diferentes posiciones de la mirada. El único componente obligatorio es la

inclinación de la cabeza sobre el hombro opuesto al ojo afectado, lo que de por sí

sugiere un diagnóstico, ya a primera vista.

Solamente no hay tortícolis en pacientes cuyo ojo afectado es amblíope, y en

aquellos cuya amplitud de fusión motora vertical es suficientemente grande, como

para compensar una hipertropia, sin necesidad reutilizar otro mecanismo

compensador.

3.2.2.2.3 CARACTERÍSTICAS SENSORIALES:

12 WALSH, THOMAS J. Neurooftalmologia: signos y sintomas clínicos, capitulo 5, diplopia, p.73

Page 40: Determinación de la prevalencia y etiología de las

32

Estas son muy variables dependiendo de la edad de iniciación de la anomalía

motora y del grado de desvío. Cuando éste aparece después de la maduración de

las funciones visuales, la única perturbación existente es la diplopia y a veces

cierto grado de supresión. Si la desviación ha podido ser controlada por la posición

compensatoria de cabeza, el paciente lo adopta inconsciente o deliberadamente y,

muchas veces la queja principal está referida a éste problema.

3.2.2.2.4 PARÁLISIS BILATERALES

• Simétricas: Cuando se habla de las parálisis bilaterales simétricas de los

oblicuos superiores, nos referimos a aquellos pacientes que presentan

grados de paresia o parálisis aproximadamente iguales en ambos ojos.

El diagnóstico es relativamente fácil y se basa en los siguientes signos:

1) Inversión de la hipertropia de una para la otra lateroversión

(hipertropia derecha en levoversión e izquierda en dextroversión); 2)

Signo de Bielschowsky positivo para ambos lados (hipertropia derecha

con la cabeza inclinada para el hombro derecho e izquierda para el lado

izquierdo); 3) Acentuada convergencia en infraversión, configurando una

forma en V. Puede en estos casos haber ortotropia en posición primaria;

4) acentuada exciclotropia que aumenta en infraversión pudiendo llegar

a alcanzar grados tan extremos como 45º. En ocasiones la exciclotropia

es la única perturbación motora existente en posición primaria,

impidiendo la fusión; 5) La hiperfunción de ambos oblicuos inferiores

está presente la mayoría de las veces, mas puede faltar en algunas

Page 41: Determinación de la prevalencia y etiología de las

33

ocasiones, lo cual complica el plan quirurgico. Cuando esto ocurre,

predomina la hipofunción de los oblicuos superiores como consecuente

hiperfunción de los rectos inferiores.

• Asimétricas: Cuando se habla de parálisis bilaterales asimétricas del

oblicuo superior, se hace referencia a aquellos pacientes que presentan

una paresia bilateral y en los cuales en uno de los ojos ella es mas

acentuada que en el otro.

3.2.2.3 PARÁLISIS DE VI NERVIO:

Es la más frecuente de las parálisis oculomotoras. El cuadro específico de

afectación del recto lateral hace que el diagnóstico sea preciso. Las parálisis del

VI par ocupan el segundo lugar en incidencia, luego de las del IV par. Contrario a

lo que ocurre en las parálisis del IV par excepcionalmente son congénitas. 13

Como el músculo recto lateral es el único abductor del ojo en posición primaria (la

acción de los oblicuos como abductores en esa posición es mínima), su parálisis

produce una acentuada endotropia (generalmente entre 30^ y 35^) debido al

enorme desequilibrio de fuerzas entre él y el recto medio con su tono conservado.

Cuando no son tratados adecuada y precozmente, hay una acentuada tendencia a

13 PRIETO DIAZ JULIO, SOUZA DIAS CARLOS, Op. Cit., p. 315.

Page 42: Determinación de la prevalencia y etiología de las

34

la comitancia: Parks afirmó que en los raros casos congénitos esa tendencia no

existe

3.2.2.3.1 ETIOLOGÍA:

Debido al largo trayecto del VI nervio, desde su emergencia en la protuberancia

hasta la hendidura esfenoidal, él es bastante vulnerable a un gran número de

lesiones, ya sean traumáticas, inflamatorias, vasculares o tumorales. Debido al

ángulo recto que el nervio realiza en torno del proceso petroso del hueso temporal,

cualquier desplazamiento del cerebro puede estirarlo causando una parálisis. Un

aneurisma de la carótida interna puede lesionarlo en su travesía dentro del seno

cavernoso. Por su contigüidad con el temporal, las inflamaciones de oído o de

mastoide pueden propagarse a él causando el conocido síndrome de Gradenigo,

caracterizado por otitis o mastoiditis, parálisis del VI nervio y neuralgia del

trigémino.

Entre las lesiones circulatorias, se encuentra el clásico síndrome de Millard –

Gubler, ocasionado por una hemorragia pontina junto a las raíces del VI y VII par,

y caracterizado por una parálisis ipsilateral de estos nervios y una hemiplejía

contralateral, por lesión del haz piramidal antes de la decusación. Entre las

lesiones tumorales capaces de causar la parálisis del VI par debemos citar, a

pesar de su escasa frecuencia, al glioma del tronco encefálico, tumor que se

presenta generalmente en niños en la segunda infancia y entre cuyos signos mas

destacados figuran la parálisis del recto lateral y una parálisis facial.

Page 43: Determinación de la prevalencia y etiología de las

35

3.2.2.3.2 DIAGNÓSTICO:

El diagnóstico de parálisis del músculo recto lateral no ofrece mayores dificultades

y se basa fundamentalmente en lo siguiente:14

A) Estudio de la desviación: Se observa una endotropia entre 30 y 35 prismas

que se puede acentuar con el desarrollo de la contractura del recto medio.

B) Observación de los movimientos ocular: Se nota una acentuada limitación

de la abducción, no llegando el ojo a la línea media y una acentuada

disminución de la velocidad sacádica en esa dirección.

C) Estudio de las ducciones pasivas y de las fuerzas generadas por el recto

lateral: Si el ojo no consigue abducir activamente más allá de la línea media

pero pasa fácilmente ese límite con el auxilio de una pinza, se trata

entonces de una parálisis completa del recto lateral.

D) Medida de la velocidad sacádica: Cuando el paciente no colabora lo

suficiente para la utilización de una pinza, puede realizarse una

14 Ibid, p.. 319.

Page 44: Determinación de la prevalencia y etiología de las

36

electroooculografía. Puede quedar una endotropia permanente debido a la

contractura del recto medio.15

3.2.2.3 PARÁLISIS MOTORAS OCULARES COMBINADAS

Es indispensable diferenciar las parálisis oculomotoras debidas a afecciones

difusas dela orbita (distiroidismo), las miopatías lentamente progresivas

(oftalmopléjia crónica progresiva externa) y la miastenia ocular, de las parálisis

simultáneas de los nervios motor ocular común, patético y motor ocular externo.

3.2.2.3.3 PARÁLISIS MOTORAS OCULARES COMBINADAS UNILATERALES

Las parálisis motoras oculares combinadas (III, IV y VI) son, por lo común,

unilaterales y consecutivas a lesiones localizadas en la hendidura esfenoidal o el

seno cavernoso. Las lesiones orbitarias causantes de parálisis oculomotora

suelen dar lugar también a exoftalmos, aunque una proptosis discreta (2 a 3 mm)

puede deberse a una falta de tono en el cono muscular ocular extrínseco en casos

de parálisis importante del motor ocular común. Esta “proptosis neurógena”

permite una fácil retropulsión del globo en la orbita, al presionar a través del

párpado cerrado, mientras que, cuando existe una tumoración orbitaria, o en

casos de distiroidismo, el aumento de la resistencia orbitaria impide tal

retropulsión.

15 Ibid, p. 320.

Page 45: Determinación de la prevalencia y etiología de las

37

3.2.2.3.4 PARÁLISIS MOTORAS OCULARES COMBINADAS BILATERALES

La parálisis oculomotora combinada bilateral se observa en las siguientes

situaciones: Polineuropatía infecciosa aguda (síndrome de Guillain - Barré –

Fisher), tumores infiltrativos del tronco del encéfalo, invasión de la base del craneo

por carcinoma nasofaríngeo, sarcoidosis basal, siembra carcinomatosa de la

aracnoides basal, cordoma del dorso selar. Estas distintas situaciones clínicas

suelen diferenciarse por su curso en el tiempo, síntomas y signos asociados.16

3.2.3 SEGÚN EL NIVEL NEUROLÓGICO DONDE ACTÚA LA CAUSA:

Se realiza de acuerdo con el nivel metamérico del neuroeje donde actúe la

patología. Topográficamente se clasifica en:

3.2.3.1 SUPRANUCLEAR:

Afectaciones de conducción intracerebral, corticomesencefálicas y cerebro

mesencefálicas, lesiones mesencefálicas ubicadas por encima del nivel del III

par. Presentan además de la parálisis oculomotora determinada con ángulos

semejantes en las diferentes posiciones diagnósticas, alteraciones de los

movimientos sacádicos, persecución, espasticidades, parálisis de la mirada

16 GLASER JOEL S., Neurooftalmologia, cap. 12, trastornos infranucleares de la motilidad ocular, p. 255-256.

Page 46: Determinación de la prevalencia y etiología de las

38

conjugada horizontal, de las vergencias y de los movimientos conjugados de

los ojos.

3.2.3.2 INTERNUCLEAR:

Pueden presentarse en sentido vertical (fascículo longitudinal medio) u

horizontal (neuronas internunciales) con parálisis de ángulos incomitantes

característicos.

3.2.3.3 NUCLEAR:

Se presentan en los núcleos optomotores ocasionando desviaciones

inconcomitantes.

3.2.3.4 INFRANUCLEAR:

Todo o que puede considerarse como vía final común.

3.2.3.5. FASCICULAR:

Patologías de los nervios oculomotores en su posición intratroncular.

3.2.3.5 RADICULAR:

Alteraciones de los nervios oculomotores desde su salida del tronco cerebral

hasta el seno cavernoso, pasando por la hendidura esfenoidal y algo de

recorrido orbitario.

Page 47: Determinación de la prevalencia y etiología de las

39

3.2.3.6 MUSCULAR:

Lesiones intrínsecas de los músculos extraoculares como miopatías,

miastenia, fibrosis, retracciones, entre otras.

3.2.3.7 LIGAMENTARIO:

Alteraciones en los ligamentos o fascias que rodean los músculos

extraoculares.17

3.2.3.8 ORBITARIO:

Lesiones a nivel orbitario que ocasionan desplazamiento, encarcelamiento o

algún tipo de limitación mecánica en los músculos extraoculares. Incluye

lesiones congénitas, malformaciones y traumatismos.

3.2.4 ASOCIACIÓN SISTÉMICA DE LAS PARÁLISIS OCULOMOTORAS

3.2.4.1 OCLUSIÓN VASCULAR

Los accidentes vasculares que comprometen al tronco encefálico son comunes.

Los dos síndromes que por lo común acompañan a estos accidentes son: 1) El

síndrome de Foville, que combina una parálisis del VI par y una parálisis periférica

del VII par con parálisis homolateral de la mirada y 2) El síndrome de Millard –

17Ibid, p. 248-250.

Page 48: Determinación de la prevalencia y etiología de las

40

Gubler, consiste en una parálisis del VI par y periférica del VII y una hemiplejía

contralateral.

En los pacientes ancianos es factible una parálisis espontánea aislada del motor

ocular externo que a menudo desparece en pocos meses. Una de las

explicaciones de este problema, se debe a la compresión del VI par sobre la cara

anterior de la protuberancia por las ramas laterales del tronco basilar, en particular

la arteria cerebelosa anterior e inferior.

3.2.4.2 SINDROME DE GRADENIGO

La inflamación corresponde a menudo a una otitis media severa con mastoiditis y

petrositis secundaria, en cuyo transcurso el área de la porción petrosa del

temporal denominada canal de dorello se afecto y deriva en paresia del motor

ocular común. En los casos mas extensos se compromete el ganglio de Gasser y

esto ocasiona dolor severo en la región parieto – temporal. Las complicaciones

mas graves de la infección no controlada son: meningitis, abceso epidural y

trombosis de los senos de la duramadre, con seudotumores cerebrales

secundarios.

3.2.4.3 TROMBOSIS DEL SENO LATERAL

En muchas oportunidades, esta trombosis es idiomática. La inflamación resultante

se extiende al seno petroso inferior, adyacente al motor ocular externo y lleva a

Page 49: Determinación de la prevalencia y etiología de las

41

disfunción del nervio. La trombosis puede ocurrir en el posparto o deberse a una

embolia distante.

3.2.4.4 DIABETES

En pacientes diabéticos podemos encontrar parálisis del III, IV y Vl par. La

isquemia del tronco nervioso producida por la microangiopatía parece ser la

responsable patogénica del cuadro. La instauración suele ser brusca. Suelen ser

frecuentes las recidivas en uno u otro ojo, afectando a distintos nervios en distintas

ocasiones, aunque rara es la afectación simultánea de dos pares craneales. La

afectación del III par típicamente cursa con dolor y ausencia de midriasis, aunque

puede haber una iridoplejia incompleta. La recuperación suele ser espontánea, no

siendo frecuentes las regeneraciones aberrantes.18

3.2.4.5 ANEURISMAS DE LA BASE DEL CRÁNEO

Son lesiones saculares o fusiformes de crecimiento lento que deben de tenerse

siempre en cuenta ante parálisis agudas del III par .19

Las más frecuentes son los aneurismas de la comunicante posterior. Producen

parálisis completa del III par con dolor intenso retroocular o frontal homolateral y

diplopía. Puede haber también signos meningeos por hemorragia subaracnoidea y

afectación piramidal. Con frecuencia existen episodios previos de menor

intensidad. El diagnóstico correcto y precoz es fundamental. La ausencia de

18 ASBURY AK, ALDREGE H, HERSHBERG R, FISHER CM: oculomotor palsy in the diabetes mellitus.a clinicopathological study. brain. 1970; 93: 555. 19 O'CONNOR PS, TREDICI TJ, GREEN RP: pupil-sparing third nerve palsies caused by aneurysm. am. j. ophthalmol. 1983; 95: 395.

Page 50: Determinación de la prevalencia y etiología de las

42

midriasis descarta esta etiología. El diagnóstico de certeza requiere una

arteriografía. Después del ataque agudo lo habitual es la recuperación

espontánea, aunque no son infrecuentes las regeneraciones aberrantes del III par.

3.2.4.6 HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL

La instauración brusca de la hipertensión intracraneal produce una parálisis del Vl

par, mientras que la instauración aguda lo hace del III par. Puede debutar

clínicamente con una parálisis aislada del IV par, uni o bilateral, acompañada de

vómitos y cefalea. Ante la sospecha hemos de valorar papilas y remitir al enfermo

al neurólogo. La lesión del Vl par se produce generalmente en el peñasco

temporal.

Las causas de aumento de la presión intracraneal son muy variadas. Mención

especial merece el pseudotumor cerebral. La causa de este parece ser un edema

difuso motivado por diversas etiologías (obesidad, embarazo, anticonceptivos). Su

curso es benigno. A veces el aumento de presión intracraneal puede conducir a la

herniación del lóbulo temporal. Esto produce una parálisis del III par con

afectación sobre todo del recto medial y midriasis, que precede a la compresión

del tronco encefálico.

3.2.4.7 TRAUMATISMOS

Pueden producirse a cualquier nivel, actuando por mecanismos directos e

indirectos. Los traumatismos indirectos se producen por contragolpe del LCR en

la proximidad de la porción anterior del conducto de Silvio produciendo edema a

Page 51: Determinación de la prevalencia y etiología de las

43

este nivel y afectando a los núcleos del III y IV par. El IV par presenta una

predisposición especial para lesionarse en los traumatismos cerrados. El Vl par

se lesiona con mayor frecuencia en traumatismos directos, sobre todo a nivel del

acodamiento en el peñasco.

Salvo sección completa del nervio, presentan una tendencia a la curación

espontánea. No son infrecuentes las regeneraciones aberrantes, sobre todo del III

par.20

3.2.4.8 HIPERTIROIDISMO

Casi en el 5% de los pacientes con hipertiroidismo desarrolla miastenia gravis por

lo común en etapas tardías de la enfermedad. En todo paciente en el que el

hipertiroidismo se ha detenido y de pronto aparece diplopia y aumento del

disbalance muscular, debe pensarse en miastenia gravis.

3.2.4.9 MIASTENIA GRAVIS

La miastenia gravis es una enfermedad crónica signada por paresia de los

músculos voluntarios, en especial de la mímica, masticación, deglución, movilidad

de la cintura escapular y motilidad palpebral y ocular.

20 ALAÑÓN FERNÁNDEZ Félix Jesús, CÁRDENAS LARA Manuela, ALAÑÓN FERNÁNDEZ Miguel Angel, MARTOS AGUILERA Ana. Anatomia y fisiologia del aparato ocular (datos en linea) http://www.oftalmo.com/estrabologia/rev-97/97-01.htm

Page 52: Determinación de la prevalencia y etiología de las

44

La miastenia gravis, que afecta la motilidad palpebral y ocular puede aparecer

como una ptosis aislada por debilidad de un elevador.

La miastenia gravis afecta muchos grupos musculares, los signos oculares, en

particular la ptosis, son con frecuencia, la primera indicación de la enfermedad. De

hecho, los síntomas oculares son la única manifestación en por lo menos el 15%

de los casos. Puede haber ptosis y oftalmoplejía antes de que se detecte paresia

de los músculos extraoculares.

La prueba de Tensilón es por lo corriente diagnóstica de miastenia gravis. La

disminución de un retracción palpebral previa o la aparición de ptosis, también es

útil en el diagnóstico de miastenia gravis secundaria a hipertiroidismo.

El signo clave que diferencia a la miastenia del la parálisis del motor ocular común

es la ausencia de signos pupilares en la primera. Si existen signos pupilares, hay

dos enfermedades juntas o el diagnóstico de miastenia es incorrecto.

En contraste con la buena función del orbicular, pero pobre del elevador, típica de

la parálisis del tercer par, el individuo con músculos débiles, por una miastenia

quizá tenga también problemas en el orbicular.21

3.2.5 DIAGNÓSTICO DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS

El diagnóstico de las parálisis oculomotoras es difícil debido a la multitud y

variedad de signos y síntomas que presenta. Como ya se mencionó anteriormente

21 WALSH THOMAS J.,Op. Cit., p.85 y 86.

Page 53: Determinación de la prevalencia y etiología de las

45

al generarse por una alteración sistémica ésta puede enmascarar los signos lo que

hace más difícil su diagnóstico oportuno. Es indispensable una historia clínica

completa que incluya una anamnesis adecuada y un examen ortóptico meticuloso.

La anamnesis debe incluir tiempo de aparición de signos y síntomas y posibles

causas que el paciente asocie como determinantes en su alteración.

3.2.5.1 EVALUACION Y DIAGNOSTICO

Para un adecuado diagnóstico el examen ortóptico debe incluir: motivo de consulta

(signos y síntomas), agudeza visual, examen externo, hirshberg, ducciones,

versiones, cover test o krimsky (según la indicación), cuadro de medidas, luces de

worth y estereopsis. En algunos casos según el concepto o necesidad del

examinador se puede incluir pantalla de Hess Lancaster y test de Bielshowsky.

Los síntomas, como se mencionó anteriormente, dependen del nivel en el cual se

presenta la alteración y del número de músculos afectados. Sin embargo en las

parálisis adquiridas el síntoma principal es la diplopía; en casos de parálisis

congénitas la ausencia de síntomas se presenta por la inmadurez del sistema

sensorial, lo que seguramente generó supresión y por supuesto ausencia de

diplopia.

Es importante resaltar que para un adecuado y oportuno diagnóstico es

indispensable la remisión y manejo interdisciplinario con neurooftalmólogo,

neurólogo o medico internista para evaluación y realización de exámenes

especiales o complementarios que determinen la causa de la afección como

Page 54: Determinación de la prevalencia y etiología de las

46

ecografías, resonancia magnética, tomografía axial computarizada (TAC),

glicemia, electro miografía y demás exámenes paraclínicos necesarios.

3.2.5.2 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

En el caso de parálisis de IV par debe hacerse diagnóstico diferencial con el

síndrome de Brown. Las parálisis completas de III par requieren diagnóstico

diferencial con miastenia gravis pues su multitud de presentaciones puede

mostrar una parálisis de cualquier músculo extraocular, razón por la cual

clínicamente es llamada la “gran imitadora”.

El síndrome de Duane requiere ser diferenciado de las parálisis pues de acuerdo

al tipo de presentación puede confundirse con parálisis de recto medio o de recto

lateral según el músculo afectado en el mismo. Una parálisis del VI par debe ser

diferenciada de una Endotropia Congénita.

Es importante resaltar la existencia de síndrome aislados como el Moebius,

Parinaud, entre otros que presentan algunas características paralíticas y que

deben ser diferenciados con parálisis de músculos extraoculares.

3.2.6 TRATAMIENTO

Los tratamientos para las parálisis oculomotoras han sido descritos en su

totalidad por oftalmólogos o neurooftalmológos inclinando su manejo, en la

mayoría de los casos, hacia la cirugía.

Page 55: Determinación de la prevalencia y etiología de las

47

El tratamiento depende de la causa, la intensidad del déficit, la antigüedad de la

alteración, los síntomas del paciente y la existencia de secundarismos. Lo más

importante es esclarecer la causa de la alteración y definir su tratamiento. Una

vez el paciente se encuentre en manejo por el especialista médico determinado

(neurólogo, internista, etc.) El objetivo primario del tratamiento ocular es

conseguir el equilibrio de fuerzas activas y pasivas en posición primaria, el

objetivo complementario es conseguir la mayor amplitud de los movimientos

coordinados de los ojos con el mejor campo visual.

En el ámbito de ortóptica el principal objetivo debe ser lograr la recuperación del

músculo parético o paralítico, obteniendo la recuperación de la desviación y la

eliminación de los síntomas del paciente, evitando las contracturas o procesos

degenerativos que sufren las fibras de los músculos hiperfuncionantes

contralaterales, en las cuales el músculo que genera mayor acción para

compensar el parético o paralítico, con el paso del tiempo, comienza un proceso

de degeneración de las células musculares y posterior sustitución por tejido

fibroso, lo que trae como consecuencia una disminución de la fuerza contráctil del

músculo y de su elasticidad.22

3.2.6.1 MÉTODOS DE TRATAMIENTO PROPUESTOS

La oclusión total del ojo afectado por la parálisis hasta que el músculo empiece a

recuperar su función y pase de la línea media del ojo, una vez que esto ocurra se

cambia la oclusión de forma alternante, ya sean los dos ojos en el mismo día

22 PRIETO – DIAZ, Op. Cit., p. 238

Page 56: Determinación de la prevalencia y etiología de las

48

(medio por medio) o cada ojo en días diferentes (uno por uno) de acuerdo al tipo

de la desviación: exodesviación o endodesviación respectivamente. El tiempo

prudente de espera para las recuperaciones de estrabismo por parálisis es de 6

meses aproximadamente, tiempo después del cual se puede proceder a tratar la

desviación. Las opciones de corrección de la desviación van desde opciones

prismáticas, ya sea por prismas de Fresnell o por prismas tallados en los

anteojos del paciente, opciones farmacológicas con toxina botulínica en inicios de

paresias, hasta opciones quirúrgicas de corrección con operaciones debilitantes

sobre antagonistas ipsilaterales, retrocesos, transposiciones o eliminación de

restricciones mecánicas al movimiento.

4. ANALISIS DE DATOS

4.1 RECOPILACION DE DATOS

Se realizó la recopilación de datos de las historias clínicas con casos positivos de

parálisis oculomotoras en un consultorio particular de ortóptica del Centro

Oftalmológico Olsabe, desde Enero de 2004 hasta noviembre de 2006,

encontrándose una población de 3808 casos de los cuales se obtuvo una

proporción de 30 historias clínicas.

4.2 VALORES ENCONTRADOS EN GENERAL

A continuación los datos de la población estudiada y su equivalente en porcentaje.

Page 57: Determinación de la prevalencia y etiología de las

49

4.2.1 POBLACION #

POBLACIÓN TOTAL 3808

Número de casos positivos 30

Número de hombres 18

Numero de mujeres 12

4.2.2 EDADES (GRUPOS ETAREOS)

GRUPO ETAREO

EDAD (AÑOS)Nº

PACIENTES%

> DE 60

AÑOS 15 50

< DE 60

AÑOS 15 50

TOTAL 30 100%

4.2.3 PARÁLISIS DE NERVIO AFECTADO

Page 58: Determinación de la prevalencia y etiología de las

50

PARALISIS N° PACIENTES

III NERVIO 10

IV NERVIO 2

VI NERVIO 15

COMBINADAS 3

4.3 POBLACION

Pacientes de un consultorio particular en el Centro Oftalmológico Olsabe

atendidos en consulta de ortóptica desde enero de 2004 a noviembre de 2006,

obteniendo una población de 3808 historias clínicas.

CASOS POSITIVOS:

Pacientes atendidos en un consultorio particular de ortóptica en el Centro

Oftalmológico Olsabe con casos positivos de parálisis oculomotoras, obteniendo

una proporción de 30 historias clínicas en un periodo comprendido entre enero de

2004 a noviembre de 2006.

4.3.1 ESTADISTICA DESCRIPTIVA DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS

TIPO DE DATOS:

Page 59: Determinación de la prevalencia y etiología de las

51

Lo que estudiamos en cada caso positivo son siguientes variables las variables:

4.3.1.1 Variables Cuantitativas

1. Edad

2. Género

3. estrabismo en posición primaria

4. estrabismo incomitantes

5. defecto refractivo

4.3.1.2 Variables Cualitativas

1. Etología de las parálisis oculomotoras

2. Asociación de enfermedades sistémicas

3. presencia de diplopia

4. ptosis

5. dolor

6. visión borrosa

7. alteración respuesta pupilar

8. posición compensatoria de cabeza

Page 60: Determinación de la prevalencia y etiología de las

52

9. Hirschberg

4.4 ANALISIS DE GRAFICOS

4.4.1 GRAFICO Nº 1: “POBLACION ESTUDIO”

Esta gráfica describe las características de la población seleccionada para este

estudio.

En esta observamos la población evaluada, número de casos positivos y

negativos.

• Se obtuvo de enero de 2004 a noviembre de 2006 una población de 3808

historias clínicas; correspondientes al 100%

• La proporción de casos positivos encontradas fue de un 0.79%

correspondiente a 30 historias clínicas.

• La proporción de casos negativos encontradas fue de un 99.21%

correspondiente a 3778 historias clínicas.(VER GRAFICO Nº 1)23

4.4.2 GRAFICO Nº 2: “ASOCIACION SISTEMICA”

En este grupo se encontraron diversas asociaciones sistémicas a las parálisis

oculomotoras como:

• Predomina la Hipertensión Arterial con un 13.34%

23 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “POBLACION EVALUADA”. GRAFICO Nº 1.

Page 61: Determinación de la prevalencia y etiología de las

53

• Seguido de la Parálisis facial con un 10%

• Estrés con un 6.67%

• Diabetes, colesterol, tumor, artritis, meningitis bacteriana, gastritis,

Aneurisma e insuficiencia renal con un 26.64%.

• Un 43.33% de la población estudiada no presentan asociación sistémica

(VER GRAFICO Nº 2)24

4.4.3 GRAFICO Nº 3: “GENERO”

• El género que más predomino fue el masculino con un 60%.

• Seguido del género femenino con un 40%.

• Encontrándose una diferencia del 20% entre estas..(VER GRAFICO Nº 3)25

4.4.4 GRAFICO Nº 4: “GRUPO ETAREO”

• Se encontró que los pacientes mayores y menores de 60 años tiene el

mismo riesgo de padecer parálisis oculomotoras con un 50%,

independientemente de la causa .(VER GRAFICO Nº 4)26

4.4.5 GRAFICO Nº 5: “ETIOLOGIA DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS” 24 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “ASOCIACION SITEMICA”. GRAFICO Nº 2. 25 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “GENERO”. GRAFICO Nº 3. 26 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “GRUPO ETAREO”. GRAFICO Nº 4.

Page 62: Determinación de la prevalencia y etiología de las

54

• En este grupo encontramos que las etiologías más frecuentes fueron la

Diabetes Mellitus y la Hipertensión Arterial con un 26.66% de la población

evaluada.

• Seguido del trauma con un 13.33%.

• La sinusitis y el estrés en un 6.66%

• El tumor orbitario, cancer, neurofibromatosis multiple, enfermedad cerebro

vascular , absceso cerebral bacteriano miastenia gravis con un

3.33%.(VER GRAFICO Nº 5)27

4.4.6 GRAFICO Nº 6 “SIGNOS Y SINTOMAS DE PARALISIS

OCULOMOTORAS”

Los signos y síntomas encontrados fueron:

• El 50% de la población evaluada presentan diplopia y estrabismo.

• El 20% de la población evaluada presenta ptosis palpebral.

• El 20% de la población evaluada presentan posición compensatoria.

• El 10% de la población evaluada presentan cefalea, amaurosis,

nistagmus (VER GRAFICO Nº 6)28

4.4.7 GRÁFICO Nº 7 “NERVIO AFECTADO”.

27 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “ETIOLOGIA GRAFICO Nº 5. 28 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “SIGNOS Y SINTOMAS”. GRAFICO Nº 6.

Page 63: Determinación de la prevalencia y etiología de las

55

• El nervio que es afectado con mayor frecuencia es el VI o Motor Ocular

Externo con un 50%.

• En segundo lugar el III Nervio o Motor Ocular Común con un 33.33%.

• En tercer lugar las parálisis combinadas con un 10% las cuales fueron:

Paralisis del III nervio monocularmente

Parálisis del III y VI nervio monocularmente

Parálisis del IV y VI nervio Binocularmente

• Por último el IV nervio - patético o troclear con un 6.66%.(VER GRAFICO

Nº 7)29

4.4.8 GRAFICO Nº 8 “NERVIO AFECTADO – OJO AFECTADO”

• En la parálisis del III nervio, el ojo más afectado es el Izquierdo con un

16.67%, le sigue el ojo derecho con un 13.33% y por ultimo se presenta en

ambos ojos con un 3.33%.

• En la parálisis del III nervio, el ojo más afectado es el Izquierdo con un

16.67%, le sigue el ojo derecho con un 13.33% y por ultimo se presenta en

ambos ojos con un 3.33%.

• En la parálisis del IV nervio, el ojo más afectado es el Izquierdo con un

6.66%, se presento en un 0% en el ojo derecho y ambos ojos.

29 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “PREVALENCIA DEL NERVIO AFECTADO”. GRAFICO Nº 7.

Page 64: Determinación de la prevalencia y etiología de las

56

• En la parálisis del VI nervio, se da en igual proporción en el ojo derecho e

izquierdo con un 23.33% y en un 3.33% en ambos ojos. (VER GRAFICO Nº

8)30

4.4.9 GRAFICO Nº 9 “HIRSCHBERG”

• En este gráfico podemos observar que predomino el hrischberg

descentrado con un 66.65%, frente al hirschberg centrado que se presento

en un 33.33%.

• Dentro del hirschberg descentrado encontramos:

El descentrado temporal con un 36.66%.

El descentrado nasal con un 23.33%.

El descentrado nasal inferior e inferior con un 3.33%.

El descentrado nasal superior , temporal superior y superior con

0%.(VER GRAFICO Nº 9)31

30 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “NERVIO AFECTADO – OJO AFECTADO”. GRAFICO Nº 8. 31 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “HIRSCHBERG”. GRAFICO Nº 9.

Page 65: Determinación de la prevalencia y etiología de las

57

4.4.10 GRAFICO Nº 10 “NERVIO AFECTADO – GENERO – EDAD”.

• Encontramos que en un 16.67% que el nervio mas afectado es el VI, en el

genero masculino con un 33.36% y en igual proporción tanto en los

menores como en los mayores de 60 años con un 16.68% seguido el

género femenino con 13.33% en las menores de 60 años y el 3.33% en las

mayores de 60 años.

• Encontramos que la parálisis del III nervio afecta más a los mayores de 60

años de género masculino con un 13.33% y a los menores de 60 años en

un 3.33%, seguido del genero femenino con un 6.66% a l.

• Encontramos que la parálisis del IV nervio afecta más a los menores de 60

años de género masculino con un 6.66% , no se presentaron casos en el

genero femenino.

• Encontramos que la parálisis combinadas afecta más a los mayores de 60

años de género femenino con un 6.66%, seguido del genero masculino en

mayores de 60 años con un 3.33%.(VER GRAFICO Nº 10)32

32 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “NERVIO AFECTADO – GENERO-EDAD”. GRAFICO Nº 10.

Page 66: Determinación de la prevalencia y etiología de las

58

Page 67: Determinación de la prevalencia y etiología de las

59

TABLA # 1

POBLACION EVALUADA

POBLACION

CASOS

(+)

Nº DE CASOS

(-)

Nº % Nº % Nº %

3808 100 30 0,79 3778 99,21

100

0,79

99,21

0

20

40

60

80

100

1

POBLACION EVALUADA

POBLACION %

Nº CASOS (+) %

Nº DE CASOS (-)%

TABLA # 2

Page 68: Determinación de la prevalencia y etiología de las

60

ASOCIACION SISTEMICA

ASOCIACION DE TOTAL

ENFERMEDAD SISTEMICA PERSONAS %

HTA 4 13,34

PARALISIS FACIAL 3 10

ESTRÉS 2 6,67

DIABETES 1 3,33

COLESTEROL 1 3,33

TUMOR 1 3,33

ARTRITIS 1 3,33

MENINGITIS BACTERIANA 1 3,33

GASTRITIS 1 3,33

ANEURISMA 1 3,33

INSUFICIENCIA RENAL 1 3,33

NINGUNA 13 43,33

TOTAL 30 100%

Page 69: Determinación de la prevalencia y etiología de las

61

ASOCIACION SISTEMICA

13,3410 6,673,333,333,333,333,333,333,333,33

43,33

0

20

40

60

HTA PARALISIS FACIALESTRÉS DIABETESCOLESTEROL TUMORARTRITIS MENINGITIS BACTERIANAGASTRITIS ANEURISMAINSUFICIENCIA RENAL NINGUNA

Page 70: Determinación de la prevalencia y etiología de las

62

TABLA # 3

GENERO

GENERO Nº %

FEMENINO 12 40

MASCULINO 18 60

TOTAL 30 100%

FEMENINOMASCULINO

%

40

60

12 18

0

10

20

30

40

50

60

GENERO

%

Page 71: Determinación de la prevalencia y etiología de las

63

TABLA # 4

GRUPO ETAREO

EDAD (AÑOS)Nº

PACIENTES%

> DE 60

AÑOS 15 50

< DE 60

AÑOS 15 50

TOTAL 30 100%

15 15

30

50 50

100%

0

10

20

30

40

50

Nº PACIENTES %

GRUPO ETAREO

> DE 60 AÑOS< DE 60 AÑOSTOTAL

Page 72: Determinación de la prevalencia y etiología de las

64

TABLA # 5

N° DE

ETIOLOGIA PACIENTES%

HTA 8 26,66

DIABETES 8 26,665

TRAUMA 4 13,33

SINOSITIS 2 6,66

ESTRÉS 2 6,66

TUMOR ORBITARIO 1 3,33

CANCER 1 3,33

NEUROFIBROMATOSIS

MULTIPLE 1 3,33

ENFERMEDAD CEREBRO –

VASCULAR 1 3,33

ABSCESO CEREBRAL

BACTERIANO 1 3,33

MIASTENIA 1 3,33

TOTAL 30 100%

Page 73: Determinación de la prevalencia y etiología de las

65

ETIOLOGIA

26,66 26,665

13,33

6,66 6,663,33 3,33 3,33 3,33 3,33 3,33

0

5

10

15

20

25

30

1

HTA DIABETESTRAUMA SINOSITISESTRÉS TUMOR ORBITARIOCANCER NEUROFIBROMATOSIS MULTIPLEECV ABSESO CEREBRAL BACTERIANOMIASTENIA

Page 74: Determinación de la prevalencia y etiología de las

66

TABLA # 6

SIGNOS Y SINTOMAS

SIGNOS Y SINTOMAS N° DE PTES %

DIPLOPIA + ESTRABISMO 15 50

PTOSIS 6 20

POSICION COMPENSATORIA 6 20

OTROS 3 10

TOTAL 30 100%

0

10

20

30

40

50

1 2

SIGNOS Y SINTOMAS

DIPLOPIA + ESTRABISMO

PTOSIS

POSICION COMPENSATORIA

OTROS

Page 75: Determinación de la prevalencia y etiología de las

67

TABLA # 7

NERVIO AFECTADO

NERVIO

AFECTADO

PACIENTES %

III NERVIO 10 33,33

IV NERVIO 2 6,66

VI NERVIO 15 50

COMBINADAS 3 10

TOTAL 30 100%

NERVIO AFECTADO

33%

7%50%

10% III NERVIOIV NERVIOVI NERVIOCOMBINADAS

Page 76: Determinación de la prevalencia y etiología de las

68

TABLA # 8

OD OI AO NERVIO

AFECTADO Nº % Nº % Nº %

III 4 13,33 5 16,67 1 3,33

IV 0 0 2 6,66 0 0

VI 7 23,33 7 23,33 1 3,33

COMBINADAS 1 3,33 1 3,33 1 3,33

TOTAL 12 39,99 15 49,99 3 9,99

NERVIO AFECTADO - OJO AFECTADO

0

10

20

30

40

50

60

III IV VI COMBINADAS TOTAL

OD % OI % AO %

Page 77: Determinación de la prevalencia y etiología de las

69

TABLA # 9

HIRSCHBERG

HIRSCHBERG N° PTES %

CENTRADO 10 33,33

DESCENTRADO NASAL 7 23,33

DESCENTRADO TEMPORAL 11 36,66

DESCENTRADO NASAL SUPERIOR 0 0

DESCENTRADO NASAL INFERIOR 1 3,33

DESCENTRADO TEMPORAL SUPERIOR 0 0

DESCENTRADO TEMPORAL INFERIOR 0 0

DESCENTRADO INFERIOR 1 3,33

DESCENTRADO SUPERIOR 0 0

TOTAL 30 100%

Page 78: Determinación de la prevalencia y etiología de las

70

33,33

23,33

36,66

0 3,33 0 0 3,33 005

10152025303540

%

HIRSCHBERG

CENTRADO DESCENTRADO NASALDESCENTRADO TEMPORAL DESCENTRADO NASAL SUPERIORDESCENTRADO NASAL INFERIOR DESCENTRADO TEMPORAL SUPERIORDESCENTRADO TEMPORAL INFERIOR DESCENTRADO INFERIORDESCENTRADO SUPERIOR

Page 79: Determinación de la prevalencia y etiología de las

71

TABLA # 10

MASCULINO FEMENINO NERVIO

AFECTADO > 60 AÑOS < 60 AÑOS

> 60

AÑOS < 60 AÑOS

Nº % Nº % Nº % Nº %

III 4 13,3 1 3,33 3 10 2 6,66

IV 0 0 2 6,66 0 0 0

VI 5 16,7 5 16,67 1 3,33 4 13,33

COMBINADAS 1 3,33 0 0 2 6,66 0

TOTAL 10 33,3 8 26,66 6 20 6 20

NERVIO AFECTADO

13,33

0

3,33

6,66

16,67

0

10

0

6,66

0

13,33

0

16,68

3,33 3,33

6,66

02468

1012141618

III IV VI COMBINADAS

MASCULINO >60 AÑOS % MASCULINO <60 AÑOS %FEMENINO >60 AÑOS % FEMENINO < 60 AÑOS %

Page 80: Determinación de la prevalencia y etiología de las

72

Page 81: Determinación de la prevalencia y etiología de las

73

CAPITULO 1

1.2 ANATOMIA DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES

--- Recto superior: Gira el globo ocular hacia arriba y, ligeramente, hacia adentro.

--- Recto inferior: Lo gira hacia abajo y, ligeramente, hacia adentro.

--- Recto interno: Rota hacia dentro el globo ocular.

--- Recto externo: Lo rota hacia afuera.

--- Oblicuo superior o mayor: Gira el globo ocular hacia afuera y abajo.

--- Oblicuo inferior o menor: Lo gira hacia arriba y afuera33

33 http://www.medcuantica.com

Page 82: Determinación de la prevalencia y etiología de las

74

1.3 GRAFICA DE LAS FUNCIONES DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES34

34 JAIRO BUSTAMANTE B., Neuroanatomia funcional y clinica, atlas del sistema nervioso central, p. 360

Page 83: Determinación de la prevalencia y etiología de las

75

1.4 INERVACION DE LOS MÚSCULOS DEL OJO Y TERRITORIOS

NUCLEARES DE LOS NERVIOS OCULOMOTORES EN EL TRONCO DEL

ENCEFALO.

Page 84: Determinación de la prevalencia y etiología de las

76

6. 1-5 Núcleo del Nervio Oculomotor

7. Núcleo del Nervio Patético

8. Núcleo del Nervio Motor Ocular Externo

9. Circunvolución precentral

10. Núcleo oculomotor accesorio

11. Ganglio Ciliar

Los núcleos para los distintos músculos del ojo se encuentran en el mismo lado, y

en el lado contrario. Una parte de los mm. Extrínsecos del ojo tiene una inervación

bilateral. Por todo ello, los síntomas de déficit en las enfermedades del

mesencéfalo son polimorfos.35

35 HEBERT LIPPERT, anatomia, estructura y morfologia del cuerpo humano, 4 ed., pag. 537. editorial marban libros, s.l..

Page 85: Determinación de la prevalencia y etiología de las

77

1.5 MUSCULO AGONISTA Y ANTAGONISTAS DE LOS MOVIMIENTOS

CONJUGADOS DEL OJO36

36 BUSTAMANTE JAIRO,Op. Cit., p. 362

Page 86: Determinación de la prevalencia y etiología de las

78

1.6 POSICIÓN DIAGNOSTICA DE LOS MUSCULOS EXTRAOCULARES37

37 http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_44_APR_18.pdf

Page 87: Determinación de la prevalencia y etiología de las

79

CAPITULO 2

2.1 CAUSAS DE PARALISIS DEL MOTOR OCULAR COMUN38

CAUSA PATOLOGIA

NUCLEARES - Infartos - Desmielinización - Tumores metastáticos

FASCICULARES - Infartos - Desmielinización (rara) - Tumores

INTERPEDUNCULARES - Aneurismas - Traumatismos - meningitis

SENO CAVERNOSO

- Fístula carotidocavernosa - inflamación granulomatosa (sd.

Tolosa-hunt) - Aneurisma intracavernoso - Extensión extraselar de tumores

hipofisarios - Meningioma - Carcinoma del seno esfenoidal - Murcomicosis (y otras micosis) - Herpes zoster

ORBITARIAS - Inflamaciones inespecíficas

(seudotumores) - Traumatismos - Tumores

OFTALMOPLEJIA DIABETICA

VARIAS

- Polineuritis (sd. Gulliain-Barré-Fisher)

- Parálisis clínica del motor ocular común (Bielschowsky)

- Migraña - Artritis

38 THOMAS J. WALSH, Op. Cit., p. 248.

Page 88: Determinación de la prevalencia y etiología de las

80

2.2 CAUSAS DE PARALISIS DEL OBLICUO SUPERIOR39

CAUSA PATOLOGIA

PARALISIS DEL IV NERVIO

- Traumatismos (pueden ser bilaterales)

- Vasculares - Diabetes - Paresia congénita

descompensada - Tumores de fosa

posterior (raro) - Sd del seno cavernoso/

Hendidura esfenoidal - Procedimientos

neuroquirúrgicos - Herpes Zoster

MIASTENIA MIOPATIO DISTIROIDEA

(FIBROSIS DEL OBLICUO INFERIOR O DEL RECTO

SUPERIOR)

PSEUDO TUMOR INFLAMATORIO DE ORBITA

HERIDA ORBITARIA DE LA TROCLEA

39 Ibid, p.247.

Page 89: Determinación de la prevalencia y etiología de las

81

2.2 CAUSAS DE PARALISIS DEL MOTOR OCULAR EXTERNO40

CAUSA PATOLOGIA CARACTERISTICAS

NO LOCALIZANTES

- Hipertensión intracraneal

- Traumatismos craneales

- Punción lumbar - Vasculares: HTA - Diabetes - Parainfecciosas

(posvíricas, infecciones del oído medio en niños)

- Meningitis basal

Sd. Protuberancial (infartos, desmielinizaciones, tumores):

Hemiplejía contralatreral, parálisis facial homolateral , parálisis de la mirada horizontal homolateral, analgesia facial homolateral

Lesiones del ángulo pontobulbocerebeloso (neurinoma del acustico, meningioma):

Combinada con afectación de los

nervios VIII, VII y V, nistagmo y signos

cerebelosos Lesiones del dorso de la silla turca ( carcinoma nasofaríngeo, cordoma del dorso selar)

Afecciones de la fosa media (tumores, inflamaciones de la cara interna el peñasco):

Dolor / entumecimiento facial + parálisis facial

Seno cavernoso o hendidura esfenoidal (tumores, inflamaciones, aneurismas):

Combinada con afectación de los

nervios III, IV y V – oftalmico (dolor y entumecimiento)

LOCALIZANTES

Fístula carotidocavernosa o arteriovenosa dural

40 THOMAS J. WALSH, Neurooftalmologia: signos y sintomas clínicos, transtornos infranucleares de la motilidad ocular, p.244.

Page 90: Determinación de la prevalencia y etiología de las

82

2.4 RELACIONES DE LOS NERVIOS III, IV Y VI EN LA BASE DEL CRANEO41

41 BUSTAMANTE JAIRO, Op. Cit., p. 363

Page 91: Determinación de la prevalencia y etiología de las

83

2.5 RELACIONES DE LOS NERVIOS Y MÚSCULOS DE LA ORBITA42

2.6 OTRAS CAUSAS DE PARALISI INTRANUCLEAR43 42 Ibid. p. 365

Page 92: Determinación de la prevalencia y etiología de las

84

43LOPEZ GARCIA JS, MATA DÍAZ E, GARCIA LOZANO I, AL-ASSIR I, MARTíNEZ GARCHITORENA J. Alteraciones de la motilidad ocular asociadas a patología del snc (en linea) http://www.oftalmo.com/estrabologia/rev-97/97-01.htm

Page 93: Determinación de la prevalencia y etiología de las

85

Page 94: Determinación de la prevalencia y etiología de las

86

FOTO # 1

FIGURA 4. Tortícolis tensional. Es típico de una parálisis de un músculo oblicuo superior; en este caso, se trata

de una parálisis izquierda; la inclinación de la cabeza es sobre el hombro contrario al de la parálisis44

44 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf

Page 95: Determinación de la prevalencia y etiología de las

87

FOTO # 2

Parálisis del oblicuo superior izquierdo45

45 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf

Page 96: Determinación de la prevalencia y etiología de las

88

FOTO # 3

La paciente presenta parálisis VI par ojo izquierdo.46

46 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf

Page 97: Determinación de la prevalencia y etiología de las

89

FOTO # 4

Parálisis del III nervio47

47 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf

Page 98: Determinación de la prevalencia y etiología de las

90

FOTO # 5

FOTO # 6

Parálisis unilateral de la elevación del ojo derecho: - Izquierda: Pseudoptosis del ojo derecho

- Derecha: En la supraversión en OD no eleva48

48 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf

Page 99: Determinación de la prevalencia y etiología de las

91

DISCUSIÓN

Las parálisis oculomotoras no representan un problema muy frecuente en la

práctica clínica diaria. Hay varios factores que influyen en su baja incidencia como

son los problemas neurológicos que a veces se asocian y la asimetría de las

parálisis. Ambos factores dificultan y/o retrasan el diagnóstico, provocando errores

y confusiones con las parálisis unilaterales.

Del total de los 30 pacientes de nuestra muestra, el nervio mas afectado es el VI

par. Estos datos no coinciden con otras series publicadas en la literatura, como en

El estudio “CARACTERISTICAS CLINICAS Y MANEJO DE LAS PARALISIS

OCULOMOTORAS DE 0 A 17 AÑOS ATENDIDOS EN EL ISN DESDE 1997 A

2001” realizado por la doctora Patricia Arrayán Carpio en la ciudad de Lima-Perú

arrojo como resultado que de 2100 historias, 36 pacientes con diagnóstico de

parálisis oculomotora, el nervio craneal más afectado fuel el IV con un 50%, luego

el III par con un 33% , y por último el 8.33% de afectación múltiple (III y IV),

mientras que en el estudio “PARÁLISIS OCULOMOTORAS EN LA INFANCIA”

realizado por el Dr. F. Gómez - Dr. N. García, afirma que la parálisis del VI par

craneal es el mas afectado y el 55% se presenta en mayores de 18 años. Esto nos

hace meditar en la necesidad de profundizar en este tema y conocer si la

prevalencia de las parálisis oculomotoras van de acuerdo a la edad o etiología de

las mismas.

Page 100: Determinación de la prevalencia y etiología de las

92

La clínica de las parálisis bilaterales, sobre todo las asimétricas, no es fácil de

definir. Numerosas referencias de la literatura varían con respecto a los rasgos

clínicos que las definen, entre ellos la presencia de una gran V, una exciclotorsión

bilateral superior a 10º, un Bielchowsky positivo a ambos lados, un tortícolis

mentón abajo, y la diplopía torsional y vertical que empeora en la mirada abajo.

Para algunos autores la presencia de un síndrome en V grande es más

característica de las parálisis simétricas. La desviación vertical en PPM, al

contrario que en las parálisis unilaterales, no suele ser manifiesta, ni tampoco la

inversión de la hipertropía en las lateroversiones contrarias.

Por lo anterior debemos seguir investigando y capacitándonos en este tema para

así realizar un examen optométrico - ortóptico que incluya los test diagnósticos

cuya interpretación nos lleve a un diagnostico exacto, con el fin de tratar a tiempo

las parálisis oculomotoras.

Page 101: Determinación de la prevalencia y etiología de las

93

CONCLUSIONES

• Es de importancia considerar la prevalencia de las parálisis oculomotoras

difieren de un estudio a otro, ya en la mayoría de la literatura se acentúa la

prevalencia del IV par. En nuestro estudio y en el del Dr. N. García se

coincide en la prevalencia del VI nervio craneal teniendo variación en la

edad de la misma.

• Las parálisis oculomotoras de etiología traumática son dadas en un rango

de edad de los 17 a los 20 años, mientras que las de etiología sistémica se

da en los mayores de 60 años con enfermedades como la diabetes y/o

hipertensión.

• En estos estudios (Dra. Patricia Arrayán, Dr. N. García y nuestro estudio)

hay una diferencia en la edad de aparición de las parálisis oculomotoras,

esto puede deberse a que estos dos estudios fueron enfocados a infantes

excluyendo a las personas adultas, determinando las parálisis más

frecuentes son la congénitas mientras en nuestro estudio se determinó que

las más frecuentes son las adquiridas.

• También hay una variación en el género de aparición de las parálisis

oculomotoras, ya que, la Dra. Patricia Arrayán concluyó que estas son más

frecuentes en el género femenino, a diferencia de nuestro estudio en el cual

se determinó que son más frecuentes en el género masculino.

Page 102: Determinación de la prevalencia y etiología de las

94

• Se determino que el nervio craneal mas afectado en las parálisis

oculomotoras es el VI par o motor ocular externo, en comparación con los

estudios hechos en el exterior en los cuales el nervio mas afectado fue

• Los pacientes que tienen mayor riesgo de sufrir una parálisis oculomotora

son aquellos que padecen de Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial, esto

en igual proporción.

• El género más afectado por las parálisis oculomotoras es el masculino, con

una edad promedio de 60 años.

• Las parálisis oculomotoras congénitas son raras, ya que, no se encontraron

casos positivos de éstas.

• Si la causa de la parálisis oculomotora es superada, y se realiza un

tratamiento ortóptico adecuado el paciente puede recuperarse totalmente.

• El tiempo promedio para la recuperación de un paciente con parálisis

oculomotoras es de aproximadamente 6 meses

• La ptosis sirve como oclusión en los casos en que afecta la línea media o

el eje visual.

Page 103: Determinación de la prevalencia y etiología de las

95

RECOMENDACIONES

• Concientizarnos de nuestra responsabilidad como optómetras en la

realización de un examen completo y a conciencia, para no realizar

diagnósticos equivocados, y así dar un tratamiento adecuado a las parálisis

oculomotoras.

• Concientizar al paciente diabético e hipertenso de las repercusiones que

un mal cuidado o manejo de su enfermedad puede tener a nivel general y a

nivel ocular.

• El optómetra debe capacitarse, ya que, fácilmente se puede confundir el

diagnóstico de una parálisis oculomotora con diversas patologías, dando un

manejo errado que puede traer como consecuencia la perdida de la vida del

paciente.

• Hace falta realizar exámenes complementarios para poder dar un

diagnóstico eficaz.

• Es importante que se realice un manejo interdisciplinario para lograr la

mejoría del paciente.

• Todo paciente que reporte diplopia, requiere de una remisión inmediata y

manejo medico especializado.

• Los pacientes con parálisis oculomotoras requieren de controles periódicos

para que el manejo ortóptico se haga de acuerdo a la evolución de la

desviación

Page 104: Determinación de la prevalencia y etiología de las

96

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Ej.8, R.34151, Págs. 238, 254, 257, 264-267.

2. ADLER, E. Fisiologia del ojo: músculos extraoculares, sección I y II, P. 98 -

110

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nervioso central, 3 Ed. P. 365.

4. WALSH, Thomas j. Neurooftalmología: signos y síntomas clínicos, p. 85 - 86

5. LIPPERT, Hebert. Anatomía, estructura y morfología del cuerpo humano. Ed

Marban Libros, S.L.,4 Ed., p. 537

6. ALDREGE, Asbury. Oculomotor palsy in the diabetes mellitus: a

clinicopathological study. Brain. 1993, p. 555

7. O`CONNOR, Ps. Pupil – sparing: third nerve palsies caused by aneurysm.

1983, p. 395

8. GLASER, Joel S. Neurooftalmologia: trastornos intranucleares de la

motilidad ocular, p. 255 - 256

Page 105: Determinación de la prevalencia y etiología de las

97

9. PRIETO DIAZ, Julio. Estrabismus: oculomotor paresis and paralysis, 4 Ed, p.

320.

11. LOPEZ GARCIA JS, MATA DÍAZ E, GARCIA LOZANO I, AL-ASSIR I, MARTíNEZ GARCHITORENA J. Alteraciones de la motilidad ocular asociadas a patología del snc (en linea) http://www.oftalmo.com/estrabologia/rev-97/97-01.htm

12. http://www.medcuantica.com

13. ALAÑÓN FERNÁNDEZ Félix Jesús, CÁRDENAS LARA Manuela, ALAÑÓN FERNÁNDEZ Miguel Angel, MARTOS AGUILERA Ana. Anatomia y fisiologia del aparato ocular (en linea) p. 45 http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_44_APR_18.pdf

14. GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf