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Facultad de Ciencias Veterinarias -UNCPBA- Diagnóstico de síndrome nervioso en canino geronte Rodera, Juan Ignacio; Rodríguez Jurado, Patricia; Cagnoli, Claudia Inés Marzo, 2019 Tandil

Diagnóstico de síndrome nervioso en canino geronte

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Facultad de Ciencias Veterinarias

-UNCPBA-

Diagnóstico de síndrome nervioso en canino geronte

Rodera, Juan Ignacio; Rodríguez Jurado, Patricia; Cagnoli, Claudia Inés

Marzo, 2019

Tandil

Diagnóstico de síndrome nervioso en canino geronte Tesina de la Orientación Sanidad Animal presentada como parte de los

requisitos para optar al grado de Veterinario del estudiante: Rodera, Juan

Ignacio.

Tutor: M.V Rodríguez Jurado, Patricia

Director: Vet. Cagnoli, Claudia Inés

Evaluador: Vet. Biachi Carolina

Agradecimiento

A mis “viejos” por permitirme estudiar y alentarme para que lo hiciera. A mi queridísimo grupo scout San Francisco de Asís, por enseñarme a encarar todos mis sueños y proyectos con optimismo y humildad. A mí amada gran familia de Veterinarias, por ser eso, una gran familia hecha facultad. Simplemente gracias.

Resumen

La presentación de pacientes, principalmente de edad avanzada, con síndrome nervioso es muy frecuente en la clínica diaria. Debido a las múltiples causas que pueden generar este síndrome, un punto clave es realizar una exhaustiva anamnesis y examen físico, para poder determinar si la afección es netamente nerviosa o está afectado otro sistema. Una vez determinado si el problema es nervioso, se procederá a localizar el sitio de lesión, el tipo de afección y ponderar un posible tratamiento, si lo hubiese. Cabe destacar la importancia de la correcta utilización de métodos complementarios para arribar a un diagnóstico certero. En la presente tesina se reportan los hallazgos clínicos más relevantes en un canino geronte con síndrome nervioso, el uso de métodos complementarios para arribar al diagnóstico y el manejo clínico realizado.

Palabras clave: síndrome nervioso, caninos, diagnóstico.

Índice

INTRODUCCIÓN 1

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Introducción al sistema nervioso 2

Componentes tisulares 2

Anatomía funcional del sistema nervioso 4

ENCÉFALO 4

MÉDULA ESPINAL 5

MOTONEURONA SUPERIOR 6

MOTONEURONA INFERIOR 7

Examen semiológico y clínico del sistema nervioso 7

RESEÑA Y ANAMNESIS 7

EXAMEN FÍSICO 8

MÉTODOS COMPLEMENTARIOS 18

Análisis básicos 18

Análisis específicos 19

Diagnóstico por imagen 21

Análisis del líquido cefalorraquídeo 22

Electrofisiología 23

Biopsias (músculo y/o nervio) 23

Patologías del sistema nervioso 23

DESCRIPCIÓN DEL CASO CLÍNICO

Datos demográficos 27

Motivo de consulta 27

Antecedentes relevantes 27

Reseña del animal 27

Evaluación inicial 27

Estudios complementarios 28

Tratamiento 30

Evaluaciones de seguimiento y evolución 31

DISCUSIÓN 36

CONCLUSIÓN 38

BIBLIOGRAFÍA 39

1

INTRODUCCIÓN

Las patologías del sistema nervioso constituyen un verdadero desafío

diagnóstico en la clínica y el examen neurológico cumple un rol fundamental.

En primera instancia se busca definir si el problema asienta en el sistema

nervioso o no, puesto que alteraciones en otros sistemas pueden generar

signos similares (Palma, 2015). El segundo objetivo es determinar la

localización, extensión y severidad de la lesión (Delgado y Raurell, 2012). Por

último se debe definir el tipo de proceso o etiología. Cabe destacar la

importancia de los métodos complementarios para cumplir con este último

objetivo (Palma, 2015).

Al examen neurológico se evalúa:

Estado mental

Postura

Marcha

Reacciones posturales: indicadores sensibles de afección nerviosa

Reflejos espinales: diferencia si la lesión es de neurona motora superior

o inferior.

Tono muscular

Sensación/dolor

Pares craneales: localiza lesiones intracraneanas

(Meric, 1995).

Los objetivos del presente trabajo consisten en describir los pasos a seguir

para la realización de un correcto examen neurológico, destacar la importancia

de los métodos complementarios y por último reportar los hallazgos clínicos y el

seguimiento de un canino geronte Golden retriever con síndrome nervioso.

2

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Introducción al sistema nervioso

El sistema nervioso (SN) está formado por una red tisular altamente

especializada. Se encarga de recibir diferentes informaciones y desencadenar

las respuestas adecuadas para adaptar al organismo a su situación y

necesidades.

En definitiva, el sistema nervioso es el que siente, piensa y controla el

organismo. Para ello desarrolla tres funciones básicas: sensitiva, integradora y

motora.

El SN se puede clasificar:

• Anatómicamente, en sistema nervioso central (SNC) y sistema nervioso

periférico (SNP).

• Funcionalmente, en sistema nervioso somático y sistema nervioso autónomo.

Las vías somáticas se dirigen a músculos estriados, mientras que las vías

autonómicas inervan músculos lisos, corazón y glándulas. Por lo tanto, el SN

somático controla funciones voluntarias, mientras que el autónomo controla

funciones vegetativas (Aige y Morales, 2010).

COMPONENTES TISULARES El tejido nervioso contiene dos tipos celulares principales: las neuronas y las

células de sostén. Las neuronas reciben, transmiten y almacenan información

mientras que las células de sostén confieren soporte a las estructuras

neuronales, las protegen del medio externo y colaboran en la transmisión de

impulsos (Ver Tabla 1) (Aige y Morales, 2010).

3

Tabla 1: Células nerviosas y sus funciones.

Neurona

Transmisión de impulsos eléctricos y químicos.

Interpretación espacio temporal de los impulsos.

Regulación de impulsos inhibitorios y

estimulatorios.

Astroglía

Regulación de la concentración extracelular de

neurotransmisores.

Regulación de los desbalances electrolíticos del

fluido extracelular.

Reparación de daño, mediante la proliferación de

astrocitos.

Soporte y almacenamiento.

Participación en la barrera hematoencefálica y

límite de la glía.

Oligodendrocitos Mielinización de los axones del sistema nervioso

central.

Epéndima y células

epiteliales del plexo

coroides

Movimiento del fluido cerebro espinal a través del

sistema ventricular.

Secreción del fluido cerebro espinal y

conformación de la barrera hemato-fluido

cerebroespinal.

Microglía Inmunorregulación y fagocitosis.

Inmunovigilancia.

Meninges Barrera aracnoides - fluido cerebroespinal.

Endotelio Transporte selectivo de moléculas.

Barrera hematoencefálica.

(Adaptado de Zachary, 2007) La neurona es la célula del sistema nervioso y tal vez del organismo, más

vulnerable debido a sus grandes requerimientos de energía y oxígeno, para

mantener su metabolismo, sistema de transporte y creación de citoesqueleto

del axón.

Los procesos de stress oxidativo generado por radicales tóxicos de oxígeno, o

la excesiva estimulación por neurotransmisores (glutamato y aspartato) pueden

producir la degeneración y la muerte de la neurona (Zachary, 2007).

4

ANATOMÍA FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO ENCÉFALO

El encéfalo está constituido por el cerebro, cerebelo y tronco encefálico. El

tronco encefálico se subdivide, de rostral a caudal, en diencéfalo (tálamo e

hipotálamo), cerebro medio, protuberancia (o puente) y bulbo raquídeo (o

médula oblonga). Las anomalías neurológicas se suelen localizar en el interior

del encéfalo, en función de los hallazgos clínicos, en una de estas tres

regiones:

- Cerebro anterior (cerebro, tálamo e hipotálamo).

- Protuberancia y médula oblonga.

- Cerebelo (Taylor, 2010).

CEREBRO ANTERIOR

El cerebro anterior incluye la corteza cerebral (sustancia gris), la sustancia

blanca, los núcleos basales y el diencéfalo. La corteza cerebral tiene funciones

de asociación sensitiva y motora. La asociación consiste en la recepción de

informaciones, la distinción según su importancia, su comparación con

experiencias previas, la selección de la respuesta indicada y la predicción de

sus consecuencias (Aige y Morales, 2010). La sustancia blanca transmite

información sensorial ascendente y señales motoras descendentes, y los

núcleos basales están implicados en el mantenimiento del tono muscular y la

actividad motora voluntaria (inicio y control) (Taylor, 2010).

Las lesiones unilaterales del cerebro anterior dan lugar a una marcha

relativamente normal, pero con deficiencias en las reacciones posturales y un

incremento del tono muscular en las extremidades contralaterales. El

diencéfalo es importante en la integración del estímulo sensorial, el

mantenimiento de la conciencia y en el control de funciones autónomas y

endocrinas (el apetito, la sed, la temperatura y el equilibrio hidroelectrolítico). El

nervio olfatorio se proyecta en el hipotálamo, y el nervio óptico y el quiasma en

la superficie ventral del hipotálamo; por lo tanto, las lesiones en esta región

pueden ocasionar pérdida del olfato o déficit visuales con reflejos pupilares

normales o alterados. (Taylor, 2010).

5

PROTUBERANCIA Y MÉDULA OBLONGA

La protuberancia y la médula oblonga forman parte del tronco encefálico, que

contiene los centros reguladores de la consciencia (sistema activador reticular

ascendente), de la respiración fisiológica y del sistema cardiovascular. Además

sirve como conexión de la médula espinal con diferentes partes del cerebro

anterior (prosencéfalo) a través de tractos sensitivos ascendentes y tractos

descendentes motores. Estos tractos se cruzan en la parte rostral del

mesencéfalo de modo que lesiones unilaterales del prosencéfalo van a

provocar alteraciones en las extremidades contralaterales, en cambio las

lesiones unilaterales de la protuberancia, el bulbo raquídeo o la médula espinal

producen deficiencias ipsilaterales (Snell, 2007).

En esta región se originan 10 pares craneales, cuyas lesiones van a reflejar

disfunciones sensitivas o motoras en cada nervio en forma individual.

Dado que los núcleos vestibulares se encuentran en la médula oblonga y en el

lóbulo flóculonodular del cerebelo, lesiones en los mismos generan inclinación

de la cabeza, desequilibrio y nistagmo (Taylor, 2010).

CEREBELO

El cerebelo controla el ritmo, la variedad y la fuerza de los movimientos.

Cumple una función importante en la coordinación de la actividad muscular y la

postura, ajustando las salidas de los principales sistemas motores

descendentes del encéfalo (Delgado y Raurell, 2012).

Las lesiones del cerebelo pueden generar incoordinación al caminar, base

amplia de sustentación, diferentes grados de dismetría y temblores

(Cunninghan, 2003).

Si hay afección grave de la porción rostral del cerebelose producen las

denominadas posturas de descerebelación, caracterizadas por opistótono y

extensión rígida de las extremidades anteriores (Taylor, 2010).

MÉDULA ESPINAL

La médula espinal se localiza en la columna vertebral. Está compuesta por un

cuerpo central en forma de mariposa, de sustancia gris, rodeado de sustancia

blanca. La sustancia gris de la médula contiene los cuerpos celulares de las

6

interneuronas y de las neuronas motoras inferiores (NMI). La sustancia blanca

está compuesta por fibras nerviosas organizadas en columnas de tractos

ascendentes y descendentes. Estos tractos transmiten información sensorial

ascendente (propiocepción, tacto, temperatura, presión y dolor) y las señales

motoras descendentes entre los centros superiores del cerebro y las neuronas

de la médula espinal (Taylor, 2010).

Funcionalmente, se puede dividir la médula espinal en cuatro partes: de C1 a

C5, de C6 a T2 (plexo braquial), de T3 a L3, de L4 a S3 (plexo lumbosacro) y

un número variable de segmentos caudales. Los cuerpos celulares de las NMI

que inervan el miembro torácico se originan en el plexo braquial o

intumescencia cervical, mientras que las NMI que inervan a las extremidades

posteriores se originan en el plexo lumbo-sacro (Delgado y Raurell, 2012).

Debido a que los tractos nerviosos ascendentes y descendentes de las

extremidades posteriores se encuentran periféricamente en la médula, es

frecuente que lesiones compresivas a nivel cervical, tengan déficit de neurona

motora superior (NMS) más pronunciados en las extremidades posteriores que

en las anteriores (Taylor, 2010).

NEURONA MOTORA SUPERIOR

Los sistemas motores cuya función es la de controlar a las NMI se denominan

neuronas motoras superiores. Las NMS se pueden clasificar en tres sistemas

dependiendo el origen y la función de las mismas:

Sistema piramidal: asociado al movimiento dirigido y voluntario

Sistema extrapiramidal: encargado de iniciar el tono muscular postural y

antigravitatorio.

Sistema cerebelar: Responsable de coordinar el movimiento iniciado por

los sistemas anteriormente nombrados, realizando los ajustes

necesarios para que los movimientos sean lo más precisos posibles

(Cunningham, 2003).

Los componentes de la NMS incluyen los cuerpos de las células nerviosas en

la corteza cerebral, los núcleos basales y el tronco del encéfalo, junto con los

tractos motores del tronco del encéfalo y de la sustancia blanca de la médula

espinal. Los daños en los núcleos o tractos de la NMS van a producir pérdida

7

de las funciones motoras voluntarias, involuntarias (mantenimiento del tono

muscular, postura y equilibrio) y la liberación del efecto inhibitorio de la NMS

sobre las NMI caudales al nivel de la lesión (Taylor, 2010). Los signos clínicos

de lesión de NMS en todos los músculos caudales a la lesión incluyen reflejos

normales o exagerados, tono muscular normal o aumentado y paresia o

parálisis espástica. Pasadas varias semanas el animal puede mostrar atrofia de

los músculos por desuso (Mayhew y Bagley, 2002). Los signos sensoriales

asociados, como ataxia o disminución de la sensibilidad de la piel y las

extremidades caudales al punto de la lesión son reflejo de la interrupción de los

tractos sensitivos de la NMS que median en la propiocepción y la percepción

del dolor (Taylor, 2010).

NEURONA MOTORA INFERIOR

La NMI es aquella neurona cuyo cuerpo celular y dendritas se encuentran en el

sistema nervioso central y su axón se extiende hacia los nervios periféricos

hasta hacer sinapsis con las fibras del músculo o una glándula. Es decir

comunica el sistema nervioso central con el muscular y algunas glándulas

(Cunningham, 2003).

La alteración de alguno de estos componentes genera signos como paresia

flácida o parálisis, disminución o ausencia del tono muscular, rápida atrofia y

disminución o ausencia de los reflejos espinales. A su vez puede haber pérdida

de sensibilidad en la piel (Taylor, 2010).

EXAMEN SEMIOLÓGICO Y CLÍNICO DEL SISTEMA NERVIOSO El examen semiológico del sistema nervioso se realiza inicialmente para definir

si el paciente tiene una alteración de este sistema. Se debe establecer la

presencia de afección nerviosa, diferenciando de otros problemas tales como

del aparato locomotor, enfermedades metabólicas o cardiovasculares, las que

muchas veces se interpretan como neurológicas.

Una vez determinado el origen, le siguen dos objetivos: el primero es el de

localizarla lesión neurológica mediante un minucioso examen clínico. El

segundo objetivo del examen neurológico es definir el tipo de proceso o

etiología de la alteración neurológica, para poder establecer un tratamiento y un

8

pronóstico adecuado. Para ello son de gran utilidad los métodos

complementarios (Palma, 2015).

RESEÑA Y ANAMNESIS

Se debe comenzar el examen por la reseña, con especial atención en algunos

puntos como la raza, ya que por ejemplo, las razas braquicefálicas tienen más

incidencia de neoplasias nerviosas. La edad, es también un dato clave, sobre

todo porque los cachorros y los animales jóvenes están más predispuestos a

desarrollar enfermedades infecciosas y a expresar enfermedades congénitas

(como la hidrocefalia), en cambio animales gerontes predisponen a afecciones

de tipo tumoral o degenerativo. Cabe destacar que lesiones de tipo

traumaticas, toxicas, metabólicas, entre otras, serán ajenas a la edad.

En las afecciones del sistema nervioso se debe realizar un interrogatorio

minucioso. Muchos de los signos neurológicos no se observan durante la

consulta y se puede confundir el signo descripto con otro que obedece a

enfermedades de otros sistemas. Otro dato importante es la evolución del

proceso (Palma, 2015).

EXAMEN FÍSICO

Estado mental

Se define como el estado de conciencia. Puede estar disminuido o aumentado.

Se lo clasifica como:

Normal: alerta, responde a los estímulos del medio

Depresión: poco activo, responde a los estímulos del medio.

Delirio: alerta, responde de forma inapropiada a los estímulos, confuso.

Estupor: inconsciente, no responde a los estímulos del entorno pero si a la

sensación dolorosa

Coma: el animal no responde a estímulos, ni siquiera los dolorosos.

(Mayhew y Bagley, 2002)

Postura

Por medio de la inspección externa directa se evalúa la postura del animal y la

posición de la cabeza, cuello, tronco y cola. En condiciones normales el animal

9

presenta una carga simétrica sobre las cuatro extremidades (Gutiérrez et al.,

2013).

La postura normal del cuerpo se mantiene gracias a la integración de múltiples

vías del SNC y de reflejos espinales. Las alteraciones posturales reflejan que

hay una alteración de esta integración fisiológica.

Una posición en base amplia es frecuente en animales atáxicos, en especial en

animales con alteraciones cerebelares o vestibulares. Un ladeo persistente de

la cabeza, con resistencia a permanecer en la posición correcta, suele ir

asociado a una alteración vestibular (Palma, 2015).

Otro tipo de posturas están asociadas al decúbito y según cómo se presenten

pueden sugerir el sitio de lesión.

Postura Schiff-Sherrington: se asocia a lesiones agudas y graves a nivel

de la médula, en la región tóraco lumbar. Se representa clínicamente

con aumento del tono extensor en los miembros anteriores, con

movimientos voluntarios, fuerza y propiocepción normales. Las

extremidades posteriores se encuentran paralizadas con reflejos

normales o incrementados (Taylor, 2010).

Rigidez de descerebración: asociado a lesiones en la porción rostral del

tronco encefálico. Los animales afectados se encuentran en un estado

de estupor o coma, con extensión de todas las extremidades y extensión

dorsal de la cabeza y el cuello (Gutiérrez et al., 2013).

Rigidez de descerebelación: una lesión en esta región presenta

clínicamente un tono muscular incrementado de los músculos

extensores en la extremidad torácica, en opistótono y en un estado

normal de consciencia. En el miembro pelviano, las caderas suelen

flexionarse hacia atrás como resultado del incremento del tono muscular

iliopsoas. Esta postura puede ser episódica (Taylor, 2010).

Marcha

Para realizar una correcta evaluación clínica de la marcha, es importante una

superficie, plana y no resbaladiza. El paciente es observado desde lateral, con

movimientos de acercamiento y alejamiento del examinador, marchas en

círculos cerrados y hacia atrás (Seim, 2002).

Dentro de las alteraciones de la marcha se puede presentar:

10

Paresia: debilidad o incapacidad para soportar el propio peso resultante

de una disfunción de la NMI o NMS (Mayhew y Bagley, 2002). Los

animales con alteraciones de NMI suelen estar muy débiles y dan pasos

cortos dentro del centro de gravedad, suele confundirse con problemas

ortopédicos. Estos animales pueden presentar temblores o colapsar al

menor esfuerzo. En cambio, los animales con afecciones en la NMS

presentan un retraso en el inicio de la protracción y un paso más amplio

de lo normal, con grado variable de espasticidad en las extremidades

(Taylor, 2010).

Ataxia: es la falta de coordinación que puede implicar la cabeza, tronco o

extremidades. La ataxia puede ser consecuencia de una serie de

lesiones anatómicas del sistema nervioso, sobre todo del cerebelo,

sistema vestibular y las vías sensoriales medulares (Mayhew y Bagley,

2002). Los animales con ataxia cerebelar presentan una posición de

base amplia, balanceo del cuerpo de un lado al otro e hipermetría. La

enfermedad puede acompañarse con un temblor de la cabeza. La ataxia

vestibular se manifiesta principalmente con una pérdida del equilibrio

con inclinación de la cabeza y puede presentarse nistagmo. Los

animales con ataxia propioceptiva pierden la localización espacial de sus

extremidades. Presentan postura en estación de base amplia, pasos

largos con abducción excesiva de las extremidades durante los giros y

tendencia a doblar o arrastrar las extremidades en la marcha (Taylor,

2010).

Marcha en círculos: por lo general se asocia a dos tipos de lesiones,

ubicadas en el tronco cerebral caudal o el sistema vestibular. Se

diferencian principalmente en que las lesiones unilaterales del

prosencéfalo generan caminatas en círculos amplios, en cambio los

asociados a trastorno vestibular, son giros de poca amplitud,

acompañados de nistagmo e inclinación de la cabeza (Seim, 2002).

Dismetría: indica la medida inapropiada de la fuerza y el alcance en los

movimientos musculares. La dismetría puede incluir las características

de hipo e hipermetría. Con hipermetría, el movimiento muscular

voluntario sobrepasa el objetivo intentado y suele dar lugar a una

marcha con paso exagerado, a diferencia de la hipometría cuyos pasos

11

son rígidos y cortos. Ambas alteraciones se observan sobre todo en

lesiones de cerebelo o vías espinocerebelares (Mayhew y Bagley, 2002).

Reacciones posturales

La compleja serie de respuestas que mantiene un animal en una posición

adecuada se denomina reacciones posturales. La evaluación de estas

reacciones se utiliza para determinar si los animales pueden reconocer la

posición de sus extremidades en el espacio (propiocepción consciente). Los

receptores sensoriales de la propiocepción se originan en los músculos, los

tendones y las articulaciones, y los tractos propioceptivos medulares transmiten

dicha información sensitiva a la corteza cerebral. Las anomalías que se

presenten en dicha evaluación, no proporcionan información precisa sobre la

localización de la lesión, pero son unos indicadores muy sensibles de que

existe una disfunción neurológica en alguna de las vías nerviosas (Taylor,

2010). Dentro de la evaluación se debe incluir:

-Prueba de posicionamiento propioceptivo: para la evaluación de la

propiocepción, se debe colocar el animal en postura cuadrupedal en superficie

no deslizante. Se posiciona una de las patas, de modo que la superficie dorsal

se pone en contacto con el suelo. Se espera que el animal vuelva la pata al

posicionamiento anatómico normal de inmediato. La prueba debe repetirse

hasta que el examinador tenga plena confianza en la respuesta presentada, ya

que el déficit sutil puede estar presente y no ser claro (Gutiérrez et al., 2013).

-Prueba de salto: para esta prueba el peso del animal se coloca sobre una

extremidad y el cuerpo se fuerza en una dirección, generalmente lateral. La

respuesta esperada es la de un salto. Una alteración en el tiempo o en el salto

indica una afección neurológica (Mayhew y Bagley, 2002).

-Prueba de carretilla: con el animal de pie, se levanta la parte trasera o

delantera de modo que el peso del animal lo carguen las extremidades

torácicas o pélvicas. La respuesta normal será que el animal camine con las

extremidades que tocan el suelo (Mayhew y Bagley, 2002).

-Hemi-marcha: se levanta la extremidad torácica y pélvica de un lado. Se debe

forzar al animal lateralmente en la dirección opuesta. A medida que el animal

se mueva lateralmente las extremidades que contactan con el suelo se deben

12

mover lateralmente para acomodarse a la nueva posición del cuerpo (Mayhew

y Bagley, 2002).

-Prueba táctil: se acerca el animal alzado, con los ojos tapados en posición de

estación rozando el borde de la camilla con el dorso de las manos. Se puede

realizar con ambas manos o con una de ellas por vez. Al sentir el borde el

animal levanta la mano y pisa sobre la camilla (del Amo, 2015).

Tamaño/tono muscular

El tono muscular y las posibles atrofias se evalúan mediante la palpación y el

movimiento de cada una de las extremidades, siguiendo un amplio rango de

movimientos. Una atrofia muscular focal que se detecte en una extremidad

puede utilizarse para saber en forma precisa en que nervio periférico se

encuentra la lesión, ya que se conocen con exactitud los nervios que inervan

cada músculo. Generalmente el tono muscular está disminuido en patologías

de NMI mientras que en lesiones NMS está aumentado o normal (Taylor,

2010).

Reflejos espinales

La evaluación de los reflejos espinales (Ver Tabla 2) constituye el

procedimiento más fiable para clasificar un trastorno neurológico como NMS o

NMI. Los reflejos espinales están disminuidos o ausentes en los trastornos NMI

y normales o incrementados en procesos NMS. Cada reflejo puede ser

clasificado como: ausente, disminuido, normal o aumentado (Seim, 2002).

En la exploración neurológica, se caracteriza a cada una de las extremidades

como normal o con signos de NMS o NMI. Esto permite que se localice el punto

de la lesión en cuatro regiones anatómicas funcionales: segmentos espinales

C1-C5, C6-T2, T3-L3 o L4-S3 (Taylor, 2010).

Tabla 2: Reflejos espinales

REFLEJO ESTÍMULO RESPUESTA

NORMAL

SEGMENTOS

MÉDULARES

Retirada de la

extremidad anterior

Pinzar la mano de la

extremidad anterior

Retirada de la

extremidad C6,C7,C8,T1,(T2)

Patelar Golpear el ligamento

patelar Extensión de la rodilla L4,L5,L6

13

Retirada de la

extremidad posterior

Pinzar el pie de la

extremidad posterior

Retirada de la

extremidad L6,L7,S1,(S2)

Ciático

Golpear el nervio ciático

entre el trocánter mayor

y el isquion

Flexión de la rodilla y

el tarso L6,L7,S1,(S2)

Tibial craneal

Golpear la parte

proximal del músculo

tibial craneal

Flexión del tarso L6,L7,(S1)

Perineal Estimular el perineo con

una pinza

Contracción del

esfínter anal

ventroflexión de la cola

S1,S2,S3,

nerviopudendo

Bulbouretral Comprimir la vulva o el

bulbo del pene

Contracción del

esfínter anal

S1,S2,S3

nerviopudendo

Cutáneo del tronco

Estimular la piel del

dorso lateral a la

columna vertebral

Contracción del

musculo cutáneo del

tronco

La respuesta estará

ausente caudal a la

lesión grave de

médula espinal

(Adaptado de Taylor, 2010)

Evaluación sensitiva

La sensibilidad es la propiedad de la corteza cerebral de responder con

sensaciones conscientes o inconscientes a estímulos que recibe

exteroceptivamente (piel, mucosas) o propioceptivamente (tendones, músculos,

articulaciones).

En medicina veterinaria es bastante difícil explorar la sensibilidad debido a que

la mayoría de los métodos aplicables son subjetivos. Dentro de la sensibilidad

superficial la mejor explorable es la dolorosa.

La evaluación de la sensibilidad consciente (superficial y profunda) viaja por los

fascículos gracilis y cuneatus en la parte más dorsal. La herramienta más

importante para el pronóstico es la valoración de la nocicepción o sensibilidad

profunda. Su integridad señala que parte de las rutas medulares están intactas

y que hay posibilidad de un mejoramiento de la función motora de los

miembros. Si la sensibilidad superficial es normal, no se justifica hacer la

revisación la sensibilidad profunda.

- Sensibilidad superficial:

Térmica

14

Táctil

Dolorosa: es la más utilizada, se realiza un pinchazo con aguja fina o

alfiler en la piel. Se observan movimientos de la cabeza dirigidos al

pinchazo, o en animales más estoicos se ausculta en la búsqueda de

taquicardia como respuesta adrenérgica al dolor.

- Sensibilidad profunda:

Se explora con una pinza hemostática o diente de ratón en las estructuras más

profundas o tendinosas. No se debe hacer presión en los pulpejos ya que la

respuesta de retirada se puede confundir con el reflejo flexor.

- Alteraciones de la sensibilidad:

Anestesia: anulada

Hiperestesia: exaltada

Hipoestesia: disminuida

Hemianestesia: medio cuerpo insensible

Parestesia: percepción de sensaciones desagradables.

(Del Amo, 2015)

Funcionamiento del tracto urinario

La micción puede considerarse como un reflejo medular local bajo control de la

NMS, similar a otros reflejos medulares.

La micción consciente implica a la corteza cerebral. La micción inconsciente

implica al tronco del encéfalo y a los sistemas simpático y parasimpático a nivel

de la médula espinal y los nervios periféricos. El sistema simpático previene la

micción y el parasimpático la permite.

Los cuerpos celulares correspondientes al nervio pélvico, que suministran

inervación parasimpática en la NMI para el detrusor y el esfínter uretral interno,

se localizan en el asta intermedia de la sustancia gris de los segmentos

medulares S1-S3. El nervio pudendo suministra inervación somática al músculo

estriado del esfínter uretral externo. Estos cuerpos celulares se localizan en la

misma área que los del nervio pélvico. El nervio hipogástrico suministra

inervación simpática a la vejiga urinaria. Estos cuerpos vertebrales se localizan

en los segmentos medulares L1-L4.

Los receptores sensitivos se localizan en la pared de la vejiga y responden al

estiramiento y la presión. La información viaja hacia la porción sacra de la

15

médula y de ahí hacia el cerebro. Los axones del nervio pélvico terminan en

interneuronas, que luego acaban en los cuerpos preganglionares del nervio

pélvico del sistema parasimpático, lo que da lugar a la contracción del músculo

detrusor (músculo liso). Interneuronas adicionales realizan sinapsis en los

nervios pudendos eferentes, que inervan la musculatura estriada de la uretra

para inhibir su contracción.

La micción voluntaria se inicia en la corteza cerebral, con impulsos

descendentes hacia el nervio pudendo, para excitar o inhibir el esfínter uretral

externo (Mayhew y Bagley, 2002).

Si se afectan las vías ascendentes, no se reconoce que la vejiga está llena.

Cuando se lesionan las vías motoras descendentes (NMS), por encima del arco

reflejo de la micción (delante de la L5), se pierde el control voluntario de la

misma y la sensación de llenado. Debido a que los nervios periféricos no se

ven afectados y no están inhibidos por la NMS, la vejiga presenta buen tono y

el esfínter uretral externo se vuelve más espástico. Es difícil vaciar la vejiga en

forma manual, la incontinencia urinaria aparece cuando la presión intravesical

supera la resistencia, siendo permanente y de pequeños volúmenes (Hutter,

1995).

En las lesiones de NMI que afectan a los segmentos medulares sacros o a los

nervios periféricos asociados, la vejiga también se agranda, porque la

información ascendente y descendente no puede transmitirse a través de los

nervios periféricos dañados (Mayhew y Bagley, 2002). El tono de la vejiga se

reduce y se nota flácida, además se vacía fácil a la presión (Hutter, 1995).

Exploración de los pares craneales

El examen detallado de los nervios craneales junto con la observación del

estado mental son de mucha importancia para localizar lesiones intracraneales

(Delgado y Raurell, 2012).

- El primer par craneal es el nervio olfatorio. Es un nervio sensitivo, la pérdida

de función implica la falta del sentido del olfato o anosmia. Es de difícil

valoración, se debe sospechar durante la anamnesis (si reconoce alimentos, a

los propietarios, etc) o mediante un chequeo del olfato (Font et al., 2014).

16

- El par craneal II es el nervio óptico. Este nervio está implicado en la visión.

Para identificar una lesión de este par se utilizan algunas pruebas como la

prueba de los obstáculos en la que se colocan diferentes objetos y se observa

si el animal puede sortearlos. Otra prueba consiste en tirar una bola de algodón

y observar si el animal sigue con la vista el recorrido (movimientos conjugados).

La prueba más utilizada para la evaluación de la visión en el consultorio es el

reflejo de amenaza. La misma consiste en acercar la mano hacia el ojo a

explorar y ver el cierre del párpado. Esto es posible porque al recibir la

amenaza se estimula la vía del nervio óptico y si el animal puede ver responde

con el cierre del párpado, que realiza el nervio facial (par craneal VII) (Mayhew

y Bagley, 2002). También es posible utilizar el reflejo fotopupilar, explicado en

el par craneal III, el cual nos brinda información sobre la integridad del nervio

óptico, quiasma y nervio oculomotor.

- El par craneal III u oculomotor común proporciona inervación a los músculos

que controlan los movimientos oculares y la pupila. Para evaluar esta última se

realiza el reflejo pupilar o fotomotor. Se evalúa la integridad de la vía del nervio

óptico. Dicho reflejo se evalúa con una luz puntiforme estimulando el nervio

óptico, estas fibras hacen sinapsis en núcleos del mesencéfalo y controlan la

constricción pupilar (miosis) mediante fibras parasimpáticas del nervio

oculomotor-común. El entrecruzamiento de fibras del quiasma óptico permite la

miosis de la pupila tanto ipsilateral como contralateral. Es decir que si se

ilumina un ojo con una linterna puntiforme la respuesta obtenida será una

miosis del ojo iluminado (reflejo pupilar directo) y al mismo tiempo se producirá

la miosis en el ojo no iluminado (reflejo pupilar indirecto o consensuado o

cruzado).La parálisis del nervio oculomotor ocasiona midriasis, ptosis palpebral

y estrabismo divergente (Palma, 2015).

- El par craneal IV o nervio troclear y el par craneal VI o nervio abducentese

evalúan juntos por su proximidad, ya que son responsables juntamente con el

óculo-motor de la inervación de los músculos orbiculares del globo ocular. Los

movimientos del globo ocular están controlados por estos nervios más el

oculomotor común. La lesión de estos nervios ocasiona estrabismo. Así, la

parálisis del IV par o troclear provoca un estrabismo convergente dorsal

externo (Taylor, 2010).

17

La parálisis del VI par o abducente provoca un estrabismo convergente medial.

Si estuvieran involucrados los tres nervios en la lesión esto generaría una

imposibilidad de mover el globo ocular. Para evaluar correctamente estos

nervios se cuenta con el reflejo vestíbulo-coclear u óculo-cefálico. Como el

aparato vestibular es quien controla los movimientos que realiza la cabeza a

través de estos nervios, si se mueve la cabeza del animal hacia un lado, los

ojos se mueven en la misma dirección. Así el clínico puede evidenciar el

nistagmo fisiológico que se produce en consecuencia (Palma, 2015).

- El par craneal V o nervio trigémino, es mixto; es decir, con función sensitiva

como la rama oftálmica proporcionando inervación a la córnea y piel medial del

ojo. La rama maxilar proporciona sensibilidad a los músculos faciales y una

rama motora que brinda inervación motora a los músculos masticadores. La

valoración de la rama oftálmica se realiza mediante la realización del reflejo

palpebral o corneal. El estímulo se produce tanto en la piel del párpado como

en la córnea. Tocando la córnea se estimula el V par rama oftálmica (vía

aferente) se produce el cierre del párpado a cargo del nervio facial. Para

evaluar la sensibilidad de la cara se realiza mediante palpación externa directa

de la zona de los belfos o se puede tocar el interior de la nariz. Si la lesión

neurológica es de larga data se observa la atrofia tanto por denervación como

por desuso de los músculos masticadores. El animal llega a consulta con

imposibilidad de abrir la boca (Palma, 2015).

- El par craneal VII o nervio faciales el encargado de mantener el tono de los

músculos de la cara. Su lesión producirá una deformación asimétrica (lesión

periférica unilateral) de la expresión facial con descenso del pabellón auricular,

párpado y belfo o incluso ojo seco por ausencia de parpadeo y disminución de

la producción de lágrima. Su porción sensitiva aporta fibras a los dos tercios

rostrales de la lengua y el paladar (sentido del gusto) (Font et al., 2014).

- El par craneal VIII o nervio vestíbulo-coclear poseé dos divisiones: vestibular,

que brinda información sobre la orientación cefálica con respecto a la

gravedad; y coclear, responsable de la audición. Las anormalidades asociadas

a la disfunción nerviosa comprenden ataxia, inclinación de la cabeza, marcha

en círculos, nistagmo y pérdida de la audición que se hará notorio ante una

alteración bilateral (Seim, 2002).

18

- El par craneal IX o nervio glosofaríngeo es también un nervio mixto con una

porción motora (rama faríngea) y una sensitiva relacionada con el sentido del

gusto. Para evaluar la función motora se observa al animal tragar brindándole

agua y se realiza el reflejo faríngeo. El mismo consiste en estimular la base de

la lengua con la mano o con un baja lengua y se observa si la deglución es

normal. La parálisis provoca una disfagia.

La rama sensitiva del gusto se puede evaluar proporcionándole al animal un

hisopo con atropina, sustancia amarga que provocará la salivación inmediata.

En este reflejo también participa el nervio facial (Palma, 2015).

- El par craneal X o vago es un nervio de tipo mixto (sensitivo y motor)

proporciona inervación sensitiva a la faringe y zona caudal de la lengua junto

con el nervio glosofaríngeo. La valoración clínica consiste en provocar el reflejo

de deglución mediante el estímulo con un dedo las paredes de la faringe/

laringe y observar si el animal deglute y cómo. Si el animal no colabora

podemos evocar este reflejo mediante presión en la zona externa de la laringe

(Delgado y Raurell, 2012).

El par craneal X también participa en la inervación del esófago. Su afección

trae como consecuencia la regurgitación de la comida. La laringe también está

inervada por este par craneal por los nervios laríngeos craneales y recurrentes.

La parálisis unilateral provoca una hemiplejia laríngea y como signos clínicos

se reconoce estridor inspiratorio. Se puede inspeccionar las cuerdas vocales

mediante una laringoscopía bajo sedación (Palma, 2015).

Además de lo nombrado anteriormente, el nervio vago inerva sensitivamente la

piel del meato acústico interno, la faringe (sensibilidad gustativa), órganos

digestivos, respiratorios y circulatorios (sensación de distención). Por último

inerva con fibras eferentes parasimpáticas motoras al corazón, musculo liso y

glándulas, del aparato respiratorio y digestivo.

- El par XI o nervio accesorio sólo tiene componente visceral especial eferente

(motor) e inerva a los músculos trapecio, esternocefálico y braquicefálico. Se

forma a partir de raíces craneales o rama interna (medula oblonga) y raíces

espinales que forman la rama externa (C2-C7). Su valoración clínica consiste

en la observación y palpación del músculo trapecio, ya que una lesión en este

nervio causa atrofia muscular. A nivel práctico son raras las lesiones

restringidas a este nervio/músculo concretos (Delgado y Raurell, 2012).

19

- El par craneal XII o nervio hipogloso proporciona inervación motora de la

musculatura lingual. Las anormalidades pueden detectarse humedeciendo la

nariz del paciente y observando su capacidad para extender la lengua. Se debe

evaluar la fuerza de la retracción lingual, desvío de la lengua y presencia o

ausencia de atrofia (Seim, 2002).

MÉTODOS COMPLEMENTARIOS

Una vez realizada la reseña y anamnesis, el examen físico y detectar la

presencia de un posible síndrome neurológico, se procede a realizar pruebas

diagnósticas para localizar la lesión y plantear los diagnósticos diferenciales

más probables. A partir de aquí, se debe decidir cuáles son las pruebas a

realizar, teniendo en cuenta la información que puede aportar cada una de

ellas, con el objetivo de arribar a un diagnóstico definitivo. En muchas

ocasiones, las pruebas son complementarias entre ellas (Font et al., 2014).

Se las puede clasificar en:

Análisis básicos

Los análisis básicos son importantes por los siguientes motivos: para valorar el

estado general del paciente, porque la mayoría de pruebas posteriores

requieren una anestesia general y porque hay enfermedades sistémicas que

pueden afectar al sistema nervioso central y/o neuromuscular (Font et al.,

2014). Los análisis básicos incluyen un hemograma, un perfil bioquímico

completo y un urianálisis.

Hemograma: el análisis hematológico selectivo de rutina puede tener cierta

aplicación en pacientes con enfermedad neurológica. Una leucocitosis podría

sugerir un proceso inflamatorio. Un perfil inflamatorio marcado y desvío a la

izquierda se esperan en una meningitis o encefalitis bacteriana. La microcitosis

con trombocitopenia o sin ella es común en perros con anastomosis

portosistémicas. En la mayoría de los casos, sin embargo, los datos del

hemograma carecen de particularidades interesantes (Meric, 1995).

Perfil bioquímico: el perfil bioquímico es de mayor utilidad para determinar la

probabilidad de etiologías metabólicas para neuropatías, encefalopatías y

convulsiones (Taylor, 2010). Los parámetros más importantes son los niveles

sanguíneos de glucosa, calcio, fósforo, sodio y potasio y azotemia (Font et al.,

20

2014). La diabetes mellitus, hipoglucemia, hipopotasemia y uremia pueden ser

descartadas del diagnóstico diferencial si el panel bioquímico se encuentra

normal. La detección de hipercolesterolemia justifica la indagación adicional por

hipotiroidismo. La hiperactividad enzimática de enzimas hepatoespecíficas o

hipoalbuminemia son sugestivos de hepatopatía y encefalopatía hepática. La

hiperactividad CPK, AST sugiere miopatía/miositis (Taylor, 2010).

Urianálisis: es un análisis sencillo, rápido y económico. Permite la aproximación

a 45 enfermedades de la medicina interna. Ciertas afecciones renales, del

hígado u otros sistemas pueden generar signos nerviosos, pudiendo confundir

el diagnóstico (Hutter, 2010).

Análisis específicos

En este grupo se incluyen análisis sanguíneos muy específicos y poco

invasivos para diagnosticar enfermedades determinadas. Por lo tanto, se

aconseja realizar su determinación sólo en caso de tener una sospecha clínica.

Los que se valoran con mayor frecuencia son los siguientes:

- Serología: estas determinaciones se realizarán en los casos donde exista

sospecha de una enfermedad infecciosa. Es importante recordar que una única

titulación serológica positiva sólo indica exposición al agente infeccioso. En

dicho caso deberá ser confirmada con otra prueba que permita la detección del

agente (por ejemplo, PCR).

- Hormonas tiroideas: a pesar de que en ocasiones es difícil establecer una

clara relación causa-efecto entre alteraciones en la función tiroidea y signos

clínicos neurológicos, se recomienda determinar los valores de hormonas

tiroideas en perros con intolerancia al ejercicio, polineuropatías, miopatías,

síndromes vestibulares y convulsiones (Font et al., 2014).

- Ácidos biliares y amoníaco: se deben determinar cuándo se sospeche de

encefalopatía hepática (siendo la causa más frecuente las anomalías

portovasculares), así como previamente y durante la administración de

fármacos hepatotóxicos. La determinación de los ácidos biliares tiene una gran

sensibilidad y especificidad para detectar hepatopatías, pero en la mayoría de

ocasiones se requerirán pruebas adicionales para diferenciar diferentes

patologías (Coppo, 2010).

21

- Creatin Quinasa (CK): es una enzima muy sensible y específica de músculo

esquelético y cardíaco, y se debe valorar en casos de sospecha de miopatías o

miositis. Hay que tener en cuenta que hay procesos no patológicos como

extracciones de sangre dificultosa, ejercicio intenso, inyecciones

intramusculares, que pueden elevar levemente y de manera temporal los

niveles sanguíneos (Coppo, 2010).

- Anticuerpos contra los receptores de acetilcolina: esta determinación está

indicada en casos de sospecha de miastenia gravis. Es una prueba muy

sensible y específica, aunque aproximadamente el 2% de animales afectados

son seronegativos. Una terapia inmunosupresora durante 7-10 días puede dar

lugar a falsos negativos.

- Test de Tensilon (prueba de edrofonio): consiste en la administración

intravenosa de un inhibidor de la acetilcolinesterasa de acción ultracorta, que

permite confirmar alteraciones de la unión neuromuscular. Este test puede

causar crisis colinérgicas temporales (salivación excesiva, vómitos, diarrea,

miosis, bradicardia, disnea) reversibles con atropina (Font et al., 2014).

- Anticuerpos contra las fibras musculares 2M: es la prueba de elección para el

diagnóstico de la miositis de los músculos masticatorios (miopatía inflamatoria

inmunomediada que afecta a los músculos de la masticación).Es una técnica

poco invasiva y con una sensibilidad entre el 85-90% y especificidad del 100%

en la fase aguda de la enfermedad.

- Colinesterasa: los niveles en sangre se determinarán en casos de sospecha

de intoxicación por organofosforados o carbamatos. Una reducción en sus

niveles superior a un 25% indica exposición a dichos tóxicos (Font et al., 2014).

DIAGNÓSTICO POR IMAGEN Radiología: las radiografías del tórax y abdomen pueden ser de valor para

observar procesos infecciosos o neoplásicos. No son invasivas y deben

practicarse como rutina en pacientes donde se sospechan esta clase de

patologías.

Las radiografías raquídeas son necesarias y útiles en el diagnóstico de

discopatías, discoespondilitis y algunos procesos neoplásicos radicados en

vértebras o médula espinal (Taylor, 2010).

22

Mielografía: se realiza mediante inyección de contraste yodado en el canal

espinal. El procedimiento se lleva a cabo solo después de confirmar que el

líquido cefalorraquídeo (LCR) no es inflamatorio porque puede agravar la

flogosis en un animal con meningitis. Es esencial en los pacientes con

evidencia de mielopatía o compresión medular. Se requiere para confirmar,

localizar y caracterizar la lesión. Es de particular valor en la identificación de

discos herniados, compresión y tumores medulares. Las lesiones en masa se

caracterizan como intramedulares, intradurales/extramedulares o extradurales

(Meric, 1995).

Tomografía computarizada y resonancia magnética nuclear: han tomado gran

relevancia en los últimos años por su gran alcance en la detección de lesiones

neurológicas. La limitante es su elevado costo y la necesidad de contar con

personal entrenado para su interpretación. Su uso es muy difundido para

detectar lesiones compresivas de la médula espinal y afecciones

intracraneanas(Del Amo, 2015).

ANÁLISIS DEL LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO

La extracción y el análisis del LCR están indicados básicamente en problemas

del sistema nervioso central (encefalopatías y mielopatías) y, en ocasiones, en

algunos procesos del sistema nervioso periférico. No obstante, no todos los

procesos neurológicos cursan con cambios en el LCR; los procesos

inflamatorios y neoplásicos son los que producen más alteraciones.

Se recomienda extraer la muestra caudal a la lesión, pudiéndose realizar en la

cisterna magna o en la región lumbar caudal. Lo ideal es realizarlo después de

la resonancia magnética y antes de la inyección del contraste si se realiza junto

con la mielografía(Font et al., 2014).

Los parámetros que se evalúan son:

Color: debe ser incoloro y transparente. Un color rojizo puede ser secundario a

contaminación iatrogénica. Una muestra amarillenta (xantocromía) indica

hemorragia de mínimo 24-48 horas (Madrigal, 2015).

23

Concentración de proteínas: los valores normales son <0.3g/L. Existen

métodos cuantitativos y cualitativos para su determinación, y su valor puede

incrementarse debido a un aumento de la producción de proteínas en el LCR,

una alteración de la barrera hematoencefálica o una obstrucción de flujo del

LCR (Madrigal, 2015).

Recuento celular: en una muestra normal, puede haber 5 leucocitos/μL en

perros y 3 leucocitos/μL en gatos como máximo. Un incremento en el recuento

leucocitario se denomina pleocitosis, la cual puede ser leve (<25 células/μL),

moderada (26-100 células/μL) o grave (>100 células/μL) (Font et al., 2014).

Citología: permite determinar el tipo de células predominantes, se recomienda

su realización incluso siel recuento celular es normal (Madrigal, 2015).

Cultivos bacterianos o fúngicos: se realizarán en casos de sospecha de

infección bacteriana o fúngica, pero debido a que el número de

microorganismos presentes suele ser bajo y algunas bacterias sufren autólisis,

existe entre un 70 - 88 % de falsos negativos (Font et al., 2014).

Serologías: se realizarán en caso de sospecha de enfermedad infecciosa.

Frente a un título positivo es difícil determinar si la producción de anticuerpos

se ha realizado en el sistema nervioso, o bien si es por contaminación o por

disrupción de la barrera hematoencefálica. Con el objetivo de aumentar su

fiabilidad se pueden realizar simultáneamente serologías sanguíneas (Madrigal,

2015).

PCR: es la técnica más específica para detectar agentes infecciosos que

pueden causar lesiones en el SNC (Font et al., 2014).

ELECTROFISIOLOGÍA

La electrofisiología permite evaluar la actividad eléctrica del sistema nervioso.

Ésta puede ser espontánea o bien como consecuencia de una estimulación

externa (potenciales evocados). A pesar de existir múltiples técnicas, las

pruebas más utilizadas en veterinaria son la electromiografía, que registra la

actividad eléctrica de un músculo en reposo; la velocidad de conducción

nerviosa, que registra la actividad eléctrica después de estimular un nervio y la

estimulación nerviosa repetitiva, utilizada para detectar problemas

neuromusculares, principalmente miastenia gravis (Font et al., 2014).

24

BIOPSIAS (MÚSCULO Y/O NERVIO)

Las biopsias musculares pueden servir para detectar procesos que afecten al

propio músculo o secundarios a una neuropatía. En ocasiones se requiere de

técnicas adicionales tales como la electrofisiología o la resonancia magnética

para precisar el músculo o la parte de éste a biopsiar. En el caso de los

nervios, los resultados de la biopsia pueden ser menos específicos, pero nos

puede proporcionar información sobre el grado de pérdida de fibras nerviosas y

de la regeneración, siendo útil para el pronóstico. En ambos casos es

importante mandar las muestras a laboratorios especializados (Meric, 1995).

Patologías del sistema nervioso

Existen múltiples causas que pueden afectar al sistema nervioso. Como último

objetivo en el examen neurológico, es ideal poder definir el tipo de proceso o

etiología que afecta al sistema (Palma, 2015).El diagnóstico diferencial es

amplio e incluye causas vasculares, inflamatorias inmunomediadas e

infecciosas, traumáticas, tóxicas, congénitas, metabólicas, idiopáticas,

neoplásicas, nutricionales y degenerativas (Ver Tabla 3).

Tabla 3: Etiologías de síndrome nervioso

Causas Ejemplos

Vasculares Hemorragias, infartos, isquemias, embolias,

traumatismos

Inflamatorias

inmunomediadas

Meningoencefalitis granulomatosa, meningitis-

arteritis que responden a corticoesteroides

Inflamatorias

infecciosas

Toxoplasmosis, neosporosis, meningitis bacteriana,

moquillo, rabia, ehrlichiosis

Traumáticas Golpes, choques, mordeduras

Tóxicas Plomo, organofosforados, fármacos

Anomalías congénitas Hidrocefalia

Metabólicas Encefalopatía hepática, encefalopatía urémica,

hipoglucemia, hiperglucemia

Idiopáticas Epilepsia idiopática

25

Neoplásicas Primarias o metastásicas

Nutricional Carencia de tiamina

Degenerativa Enfermedades de almacenamiento lisosómico

(Adaptado de Sánchez, 2003)

Más allá de las múltiples etiologías que pueden afectar al sistema nervioso en

un canino geronte, existen una serie de mecanismos fisiológicos de mucha

importancia, que no sólo pueden generar signos por sí mismos, sino también

favorecer a las causas nombradas. Esta serie de fenómenos se pueden

englobar en una palabra: el envejecimiento. El envejecimiento se define como

el cúmulo de modificaciones fisiológicas y morfológicas a las que da lugar el

paso del tiempo.

Sin embargo, los diferentes órganos y sistemas del organismo no parecen

envejecer al mismo ritmo y dependen en alguna medida uno del otro. Así es

concebible que el envejecimiento del sistema nervioso sea también

consecuencia del deterioro de otros sistemas. El envejecimiento disminuye la

capacidad de respuesta de cada uno de los componentes de un organismo vivo

ante agresiones externas.

Los mecanismos biológicos del envejecimiento han pretendido ser explicados

mediante algunas teorías. Hasta el momento no existe una teoría única o

mecanismo que explique el proceso de envejecimiento, pero sí se presentan

fenómenos que son relevantes para éste.

Estos fenómenos podrían afectar de distinto modo a aquellos tejidos con

capacidad regenerativa importante (ej: médula ósea, piel, etc.) que a otros

como el tejido nervioso con capacidades regenerativas muy limitadas.

Entre los mecanismos más significativos se encuentran:

Estrés oxidativo.

Factores genéticos.

Telómeros.

(Dubrosvky, 2007).

26

EL ENVEJECIMIENTO DEL CEREBRO

En la medida que pasan los años se puede observar en el cerebro una serie de

cambios estructurales. Existe una pérdida del volumen y peso significativa. Los

surcos se ensanchan como resultado de la pérdida neuronal. Existe una

pérdida de sinapsis y simplificación de los árboles dendríticos, degeneración

neurofibrilar y gránulo vacuolar, así como una acumulación de lipofucsina.

A pesar de que todas las regiones pierden volumen, la declinación no es pareja

en todas las áreas y tampoco lo es su ritmo de progresión.

Los estudios de neuroimágenes confirman que la sustancia gris se pierde

linealmente con la edad, mientras que la sustancia blanca no es tan lineal y el

patrón se representa mejor mediante una curva, que a mayor edad decrece

pronunciadamente.

El flujo sanguíneo encefálico disminuye en un 20 % y en cuanto a los nervios

periféricos aquellos de gran tamaño el número de fibras nerviosas se reduce en

un tercio (Dubrosvky, 2007).

Plasticidad neuronal La plasticidad neuronal se refiere a la capacidad del sistema nervioso de

modificar o adaptar circuitos de acuerdo a nuevas necesidades y situaciones.

Esta extraordinaria propiedad del cerebro puede tener consecuencias muy

importantes, como la recuperación de funciones luego de una lesión. Esta

adaptación se basa fundamentalmente en la capacidad de generar nuevas

conexiones sinápticas y la formación de circuitos alternativos (Dubrosvky,

2007).

Signología nerviosa en animales gerontes A medida que el animal envejece la plasticidad neuronal se ve reducida y se

percibe clínicamente como un menor interés por el medio, por la comida, menor

nivel de alerta, menor interacción social y obediencia, mayor lentitud del

aprendizaje. A su vez hay una alteración en los órganos de los sentidos y un

deterioro mental que puede incluir problemas en el reconocimiento de lugares y

personas (Dubrosvky, 2007).

27

DESCRIPCIÓN DEL CASO CLÍNICO

Datos demográficos

El animal fue atendido de urgencia el día 05/06/2018 en el “Hospital veterinario

Prof. Ernesto Hutter” de Olivos, Buenos Aires a las 9:30 h.

Motivo de consulta

El dueño comentó que desde el jueves 31/05/18 “Simón” no se incorpora, no

come ni toma agua.

Antecedentes relevantes

El día viernes 01/06/18 fue llevado a consulta con un veterinario de su barrio,

quien según indica el propietario, le administró un corticoide y un antibiótico y

que no hubo una mejoría notoria.

El canino vive en un departamento en Olivos, en lejanía del río y no convive

con otros animales. Presenta el plan sanitario al día y come alimento

balanceado (sin especificar).

Reseña del animal

NOMBRE: Simón

ESPECIE: Canino

RAZA: Golden retriever

SEXO: Macho

EDAD: 12 años

PESO: 45 Kg

COLOR DEL MANTO: Mostaza

Evaluación inicial

Inspección general: el animal ingresó en decúbito lateral izquierdo, con una

respiración lenta. Se lo trajo en camilla debido a que no lograba incorporarse

por sus medios.

Inspección particular: mucosas congestivas, vasos espiesclerales

aumentados y estado mental estuporoso.

28

PALPACIÓN: reaccionó mordiendo al aire, pero no presentó particularidades.

AUSCULTACIÓN TORÁCICA: sin particularidades

FRECUENCIA CARDÍACA: normal

FRECUENCIA RESPIRATORIA: disminuida

PULSO: normal

TEMPERATURA: 38.7 (normal: 38.5-39ºC)

Tiempo llenado capilar (TLLC): 3.5 segundos (aumentado)

Estudios complementarios

Análisis rápido de orina: se extrajo orina por sondaje. De color amarillo oscuro,

turbia. Con un pH por encima de lo normal y la presencia de proteína en gran

cuantía. Compatible con una infección urinaria.

Densidad 1030 (refractómetro)

pH 7.5 (tira reactiva)

Pigmentos biliares+ (método de Heller)

Proteínas ++++ (método de Heller)

Leucocitos ++ (tira reactiva)

Hemograma: se presentó normal con un leve aumento de los leucocitos y

granulocitos (Tabla 4).

Tabla 4: Hemograma del paciente

Resultado Rango normal

HEMATOCRITO 48.2 % 37-55

HEMOGLOBINA 17.0 g/dl 12-18

CONCENTRACION DE

HEMOGLOBINA

CORPUSCULAR MEDIA

35.3 g/dl 30-36.9

LEUCOCITOS 19.10 k/µl 6-16.90

GRANULOCITOS 14.10 k/µl 3.30-12

%GRANULOCITOS 73.8 %

L/M 5.0 x10^9/L 1.1-6.3

%L/M 26 %

PLAQUETAS 201 k/µl 175-500

29

Bioquímica: sin alteraciones, con un leve aumento del colesterol (Tabla 5)

Tabla 5: Bioquímica del paciente

Radiografías: se efectuaron 2 placas. Una latero lateral (L-L) de tórax (Imagen

1) con el objetivo de analizar posibles alteraciones en corazón, pulmones,

tráquea, pleura y huesos.

Imagen1: Radiografia L-L de tórax. Presentó espondilosis a nivel cervical y un

patrón bronquial en tórax sugerente a su edad.

Resultado Rango normal

ALBÚMINA 2,7 g/dl 2.5-4.4

PROT. TOTALES 7,1 g/dl 5.4-8.2

GLOBULINAS 4,4 g/dl 2.3-5.2

RELACIÓN ALBÚMINA/

GLOBULINAS 0,6

CALCIO 8,7 mg/dl 8.6-11.8

GLUCEMIA 104 mg/dl 59-110

UREA 12,4 mg/dl 7-25

FÓSFORO 4,72 mg/dl 2.9-6.6

AMILASA 888 U/l 200-1200

COLESTEROL 403 mg/dl 124-271

ALT 30 U/l 10-118

BILIRRUBINA TOTAL 0,16 mg/dl 0-0.6

ALP 15 U/l 20-150

CREATININA 1mg/dl 0.3-1.3

BUN/CRE 12

CK 302U/L 20-200

30

Además una L-L de abdomen con el fin de evaluar la columna (Imagen 2).

Imagen 2: Radiografía L-L de abdomen, presentó espondilosis a nivel lumbar.

No se observó compromiso del canal medular. En abdomen se visualizó una

ligera esplenomegalia y presencia de gas en intestino.

Ecografía: se observó una ligera esplenomegalia y reacción peritoneal.

Presencia de nódulos en los testículos y linfonódulos mesentéricos

aumentados. Vejiga con proceso similar a cistitis.

Tratamiento

Se administró cefalotina (10-30mg/kg IV), metronidazol (15mg/kg IV),

oxitetraciclina (20mg/kg IM), dexametasona (0.1mg/kg IV), ranitidina (2mg/kg

SC). Complementado con fluidoterapia: solución fisiológica de ClNa.

Luego se procedió a realizar una terapia de tipo descompresiva con solución de

manitol al 5%, debido a su estado mental. El manitol es utilizado para reducir la

presiónintracraneana y edema cerebral.El paciente permaneció internado.

Los objetivos terapéuticos de este tratamiento fueron: estabilización del

paciente, tratamiento de la infección urinaria y mejorar el estado del animal.

31

Evaluaciones de seguimiento y evolución

Fecha: jueves 07/06/2018

El paciente presentó una evolución parcial. Se percibió una mejoría en el

estado mental, estaba más conectado con el medio. Respondía a estímulos

sonoros y al reflejo fotopupilar. Comía a voluntad y tomaba agua por sus

medios aunque necesitaba ayuda para incorporarse. Presentaba una postura

de base amplia y movimientos involuntarios de la cabeza (tambaleo circular).

Lograba caminar pero lo hacía de manera incoordinada. La respuesta a la

prueba de posicionamiento propioceptivo no fue normal, se detectó lentitud en

la misma.

Se realizó un frotis de sangre periférica para control de hemoparásitos y se

extrajo sangre para test serológico de Ehrlichiosis.

Además se repitió el análisis rápido de orina, que no presentó particularidades.

FROTIS DE SANGRE PERIFÉRICA.

Tinción Giemsa

No se observó la presencia de

hemoparásitos, su ausencia no es

excluyente

TEST SEROLÓGICO. Ehrlichia

test Speed EhrliVirbac®

NEGATIVO

Se decidió el manejo ambulatorio del animal, debido a que podía comer y tomar

agua por sus medios. Se mantuvo con la misma medicación.

Volvió el 08/06 para realizar control y la última terapia descompresiva. El

animal mostró mejoría, con una disminución de la ataxia, pero seguía con el

movimiento de tambaleo de la cabeza.

A partir del sábado (9/06): se decidió que comience por vía oral con: doxiciclina

150 mg/12 h, ranitidina: 75 mg /12 h y prednisolona: 20 mg/12 h.

Fecha: lunes 11/06/18

Mejoró en el transcurso de los días pero llegado el lunes notaron una

incapacidad para incorporarse y se había orinado encima, aunque seguía

comiendo y tomando agua por sus medios. Llegó al hospital caminando

incoordinado. A la inspección presentaba debilidad de los miembros

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posteriores, junto con una disminución propioceptiva de los cuatro miembros.

Los reflejos eran normales, el estado mental estaba deprimido y presentaba

tambaleo de la cabeza. Se le realizó un test de glucemia mediante glucómetro,

la medición dio por debajo de lo normal.

Se le recomendó al propietario realizar una resonancia magnética de encéfalo,

ante la sospecha de una afección a nivel central debido a los signos

presentados desde que llegó la primera vez y a su escasa respuesta al

tratamiento.

Se administró dextrosa al 5 %, manitol y ceftriaxona.Quedó internado en el

hospital hasta el día siguiente.

Fecha: martes 12/06/18

Se retiró el animal del hospital para realizar la resonancia. Seguía

incoordinado. Comía y tomaba agua si se le acercaba a la boca.

Fecha: jueves 14/06/18

Se recibió el informe de resonancia:

Se realizó resonancia magnética de encéfalo, ponderándose la región con

secuencia T2, T1 y de FLAIR, en planos axial, coronal y sagital, efectuándose

cortes de 3 mm de espesor, cada 0.3 mm de intervalo.

A nivel cerebral la línea media se encuentra conservada, sin evidencias de

desplazamiento por efecto de una masa ocupante.

El sistema ventricular presenta un incremento de su volumetría en forma

bilateral y simétrica, sugerentes de una atrofia cortical senil. No se aprecian

signos restrictivos sobre la circulación del LCR, ni de hipertensión

endocraneana.

La bulla timpánica derecha presenta un marcado compromiso de su ventilación,

por la presencia de material hiperintenso que muestra nivel hidroaéreo,

compatible con un proceso inflamatorio/infeccioso del oído medio. La bulla

contralateral se muestra normal. El resto del parénquima encefálico se

encuentra sin alteraciones.

Conclusión: imágenes obtenidas de cerebro, sugerentes de atrofia cortical senil

incipiente y otitis media derecha (Figura 3).

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Figura 3:Resonancia magnética del paciente.

Se le indicó amoxicilina con ácido clavulánico 20mg/kg cada 12 h para el

tratamiento de la otitis media, junto con gotas óticas 3 veces al día (ketoconazol

2gr/100ml, gentamicina sulfato 0.3gr/100ml, betametasonadipropionato

0.032gr/100ml)

A la noche regresó, a la inspección se lo encontró deprimido en decúbito lateral

sin poder incorporarse. A lo largo de la noche presentó momentos de mejoría

clínica, caminando, hasta que se caía y no lograba incorporarse.Logró comer y

tolerar la comida.

Se tomó muestra de sangre para serología de neospora y toxoplasma.

Quedó internado para futura evaluación del Dr. Boeri, Eduardo (especialista en

neurología).

Fecha: viernes 15/06/18

El paciente fue visto por el neurólogo, el cual redactó el siguiente informe:

paciente atáxico de grado importante, signos de afección a nivel central. Más

allá de lo hallado en el oído, el cuadro no puede explicarse por otitis solamente.

Se indica tratamiento con manitol 5 % (250cc cada 8hs por 3 días),

dexametasona(8 mg cada 1 h), ranitidina(80 mg cada 12 h), amoxicilina con

ácido clavulánico, betahistinadiclorhidrato(8 mg cada 12hs).

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Test serológicos:

-TOXOPLASMA: NEGATIVO (IFI IgM-IgG)

-NEOSPORA: POSITIVO (inmunocromatografía). Se recomienda confirmar con

PCR.

Con base en estos resultados se decide comenzar un tratamiento contra

Neosporacaninum, mediante la administración de clindamicina (15 a 22 mg/kg

cada 12 h por 4 a 8 semanas) y trimetoprim-sulfa (10 a 20 mg/kg vía oral cada

12 h por 4 a 8 semanas).

El día 17/ 06 volvió porque su desmejoría continuaba, al día siguiente se realizó

la eutanasia por decisión de los dueños.

FECHA CUADRO CLÍNICO MÉTODOS

COMPLEMENTARIOS RESULTADOS

31/05 Incapacidad para

incorporarse.

No come, ni toma agua.

01/06 Mismo cuadro clínico,

visita a un veterinario.

05/06

Animal en decúbito lateral.

Incapacidad para incorporarse.

Respiración lenta.

Estado mental deprimido.

TLLC 3.5seg.

Análisis de orina Sugestivo de infección urinaria

Hemograma Sin particularidades(s/p)

Bioquímica s/p

RX tórax -Patrón bronquial. -Espondilosis a nivel cervical

RX abdomen Espondilosis a nivel lumbar.

Ecografía

-Imágenes sugerentes de cistitis. - Ligera esplenomegalia. - Reacción peritoneal

07/06

Mejoría clínica.

Conectado con el medio.

Come y toma agua por sus medios.

Frotis de sangre periférica

Ausencia de hemoparásitos(no excluyente).

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Postura de estación base amplia.

Incoordinación y tambaleo de la cabeza.

Propiocepción disminuida.

Toma de muestra de sangre, para test serológico de Erlichiosis

Negativo

11/06

Momentos de mejoría clínica.

Ataxia.

Debilidad de miembros posteriores.

Tambaleo de la cabeza.

Incapacidad para incorporarse

Se sugiere realizar resonancia magnética

-Atrofia cortical senil incipiente. -Otitis media derecha.

14/06 Mismo cuadro clínico

Se extrae sangre para realizar test serológico para Toxoplasma y Neospora

-Negativo para Toxoplasma. -Positivo para Neospora.

15/06 Informe neurólogo

-Signos de afección central, la otitis media encontrada en la resonancia no explica el cuadro clínico.

18/06 Eutanasia

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DISCUSIÓN

El síndrome nervioso puede ser ocasionado por múltiples etiologías. Debido

que no sólo afecciones de este sistema pueden producir signos nerviosos, es

importante un examen clínico minucioso y utilizar correctamente los métodos

complementarios.

Según Palma (2015) el primer objetivo del examen neurológico será diferenciar

si el problema es netamente nervioso o hay otro sistema implicado.

En el caso clínico, los complementarios fueron de importancia para definir el

cuadro como de origen nervioso, puesto que el hemograma, la bioquímica y el

urianálisis no mostraron alteraciones significativas. Pese a que en las

radiografías y la ecografía se advirtieron algunas alteraciones, las mismas no

eran compatibles con el cuadro clínico.

Según Delgado y Raurell (2012) el segundo objetivo consiste en ubicar el sitio

de lesión. Aquí el examen neurológico y la detección de los signos tienen un rol

fundamental.

En el caso, tanto el estado mental, el tambaleo en la cabeza, como sus

deficiencias propioceptivas en los 4 miembros, indicaban que el problema

podría estar asociado a una afección en sistema nervioso central, más que algo

puntual en la médula o nervios periféricos. Es por eso que se indicó la

resonancia magnética del encéfalo como complementario.

El último objetivo es lograr identificar la causa y el tipo de lesión(Palma, 2015).

Este objetivo, en el caso expuesto no se logró cumplir. El paciente presentaba

variaciones en su cuadro clínico, lo cual hizo retrasar métodos

complementarios que podrían haber sido de mucha importancia (resonancia

magnética y test serológicos para Toxoplasma y Neospora), como también la

consulta con el especialista en neurología.

El tratamiento instaurado buscó mejorar el estado del animal y estabilizarlo,

además de tratar la infección urinaria y otitis media que se presentaron. Sin

embargo, nunca se logró tratar la causa principal por falta del diagnóstico

etiológico.

Finalmente, debido a la decisión de los propietarios de solicitar la eutanasia del

animal, no se pudo seguir indagando. Hubiera sido de importancia confirmar o

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descartar el diagnóstico de Neosporosis, que había sido positivo por

inmunocromatografia pero se requería de una PCR, ya que sólo la detección de

anticuerpos no es una prueba confirmatoria. Además no pudo evaluarse la

evolución del paciente ante los últimos tratamientos instaurados para esta

enfermedad (clindamicina y trimetoprim-sulfa).

Queda también planteado el interrogante del rol del envejecimiento en el caso

presentado, ya que el paciente era un animal geronte, y en la resonancia se

observó atrofia cortical senil.

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CONCLUSIÓN

El diagnóstico del síndrome nervioso se presenta como un desafío en la clínica

diaria.Cabe destacar la importancia de cumplir con los objetivos del examen

neurológico, donde la semiología y los métodos complementarios tienen un

papel fundamental. Como se pudo observar en el caso presentado, en ciertas

circunstancias el cuadro clínico puede ser confuso y no siempre se logra arribar

a un diagnóstico definitivo, a pesar de haber utilizado todas las herramientas

disponibles.

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