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 Anuario de Estudios Filológicos, XXIII/2000, 37-51 [37] EL SISTEMA DE PARENTESCO EN LA TÍA TULA: LA ESTRUCTURA AVUNCULAR  JORGE CHEN SHAM Universidad de Costa Rica En su Antropología estructural , Claude Lévi-Strauss plantea que el sistema del parentesco es uno de los medios privilegiados para la regulación de las relaciones humanas pero no el único (1984: 36) e intenta analizar los siste- mas de parentesco de acuerdo con las leyes que los estructuran (1984: 33). En este sentido los sistemas de parentesco recubren dos órdenes diferentes según el etnólogo y antropólogo francés: a) Un sistema de denominaciones, en dond e el pare ntesco e s un con-  junto de términos que expresan diferentes tipos de relaciones familiares (1984: 36). b) Un sistem a de actit udes, p or el cual « los indi viduos o las clases de in- dividuos que utilizan los términos se sienten (o no se sienten, según los ca- sos) obligados a una determinada conducta recíproca: respeto o familiari- dad, derecho o deber, afección u hostilidad» (1984: 35). Nuestro interés es abordar la estructura del parentesco en La tía Tula de Miguel de Unamuno, con el fin de evidenciar la importancia del «avuncu- lado» en la generación de las relaciones humanas y sociales que se tejen en esta novela unamuniana. Recordemos que para Lévi-Strauss siguiendo el mo- delo estructural, el parentesco involucra tres tipos diferentes de relaciones que están en estrecha relación de solidaridad e interdependencia: «para que exista una estructura de parentesco es necesario que se hallen presentes los tres tipos de relaciones familiares dadas siempre en la sociedad humana, es decir, una relación de consanguinidad, una de alianza y una de filiación; di-

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  • Anuario de Estudios Filolgicos, XXIII/2000, 37-51

    [37]

    EL SISTEMA DE PARENTESCO EN LA TA TULA:LA ESTRUCTURA AVUNCULAR

    JORGE CHEN SHAMUniversidad de Costa Rica

    En su Antropologa estructural, Claude Lvi-Strauss plantea que el sistemadel parentesco es uno de los medios privilegiados para la regulacin de lasrelaciones humanas pero no el nico (1984: 36) e intenta analizar los siste-mas de parentesco de acuerdo con las leyes que los estructuran (1984: 33).En este sentido los sistemas de parentesco recubren dos rdenes diferentessegn el etnlogo y antroplogo francs:

    a) Un sistema de denominaciones, en donde el parentesco es un con-junto de trminos que expresan diferentes tipos de relaciones familiares(1984: 36).

    b) Un sistema de actitudes, por el cual los individuos o las clases de in-dividuos que utilizan los trminos se sienten (o no se sienten, segn los ca-sos) obligados a una determinada conducta recproca: respeto o familiari-dad, derecho o deber, afeccin u hostilidad (1984: 35).

    Nuestro inters es abordar la estructura del parentesco en La ta Tula deMiguel de Unamuno, con el fin de evidenciar la importancia del avuncu-lado en la generacin de las relaciones humanas y sociales que se tejen enesta novela unamuniana. Recordemos que para Lvi-Strauss siguiendo el mo-delo estructural, el parentesco involucra tres tipos diferentes de relacionesque estn en estrecha relacin de solidaridad e interdependencia: para queexista una estructura de parentesco es necesario que se hallen presentes lostres tipos de relaciones familiares dadas siempre en la sociedad humana, esdecir, una relacin de consanguinidad, una de alianza y una de filiacin; di-

  • cho de otra manera, una relacin de hermano a hermana, una relacin deesposo a esposa, y una relacin de progenitor a hijo (1984: 45). Estas rela-ciones no existen en s mismas sino que crean lazos objetivos y concretosque provienen de modalidades de alianza y de intercambio necesarias parala existencia (subsistencia y conservacin) de los grupos humanos, cuya fina-lidad sera siempre la defensa del territorio (proteccin y alimento)1:

    Un sistema de parentesco no consiste en los lazos objetivos de filiacin ode consanguinidad dados entre los individuos; existe solamente en la con-ciencia de los hombres; es un sistema arbitrario de representaciones y no eldesarrollo espontneo de una situacin de hecho (1984: 49).

    A partir de este carcter social del parentesco, Lvi-Strauss se propone elestudio de los dos tipos de actitudes que mediatizan las relaciones parenta-les: a) las actitudes difusas, no cristalizadas y desprovistas de carcter insti-tucional (1984: 36), y b) las actitudes cristalizadas, obligatorias, sanciona-das por tabes o privilegios, que se expresan a travs de un ceremonial fijo(1984: 36). El avunculado constituye una actitud cristalizada y traduce unade las tantas uniones privilegiadas o forma de intercambio matrimonialque estudia Lvi-Strauss en Las estructuras elementales del parentesco 2. El matri-monio avuncular, del latn avunculus, to materno tiene su origen en el sis-tema de actitudes del parentesco que denomina Lvi-Strauss con el ttulo elproblema del to materno (1984: 37).

    Las sociedades antiguas son de gran importancia para el desarrollo delas relaciones entre el to materno y el sobrino, en donde no siempre la im-portancia del to materno debe ser interpretada como supervivencia de unrgimen matrilineal (1984: 37-38), pues para Lvi-Strauss el avunculado noes consecuencia directa de un rgimen matrilineal sino de una tendencia aobservar las relaciones sociales definidas con sistemas de parentesco (1984:38), destinadas a resolver las contradicciones y las crisis de autoridad en oca-siones en las que las relaciones del territorio y del parentesco privilegian lainfluencia del to y la tenue presencia del padre, dentro de un sistema an-tittico de fuerzas y de oposiciones:

    1 Tales consideraciones se encuentran desarrollas desde un punto de vista psico-social enel libro de Edward T. Hall, en donde el control del espacio en tanto territorio supone un do-ble proceso de organizacin y distribucin de las relaciones humanas. El territorio se define,en primer lugar, como espacio de defensa y, despus, como espacio regulado ante las amena-zas forneas y frente a las posibilidades de conservacin de los seres vivientes.

    2 Las otras formas de matrimonio que describe Lvi-Strauss como uniones privilegiadas eneste libro son las siguientes: el levirato, del latn levir, cuado; el sororato, del latn soror,hermana (1976: 165); el epiclerato, cuando en ausencia del heredero masculino, la mujerse casa con un pariente prximo (1976: 552). Consideracin aparte merece en cambio el ma-trimonio entre primos cruzados, que es vista como una unin preferencial (1976: 169).

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    1) el to materno representa la autoridad familiar; es temido, obedeci-do, y posee derechos sobre el sobrino (1984: 39). Existe, pues, una relacinrigurosa entre to materno y sobrino versus una relacin familiar entre pa-dre biolgico e hijo;

    2) es el sobrino quien ejerce sobre su to privilegios de familiaridad ypuede tratarlo ms o menos como a una vctima (1984: 39), de manera queel padre es depositario de la autoridad familiar y el to es tratado simple-mente con familiaridad.

    Sin duda, en nuestras sociedades occidentales, el padre o la lnea del pa-dre representan la autoridad tradicional sobre la cual se determinan bsica-mente las relaciones de parentesco. Sin embargo, en La ta Tula la lnea desucesin del sistema de parentesco est en total desequilibrio, como estadioprevio de la organizacin familiar, pues Gertrudis y Rosa quedan hurfanas;sus padres han muerto y viven con un to materno, don Primitivo, quien aun-que ejerce la tutela parental encargndose de brindarles una instruccin cris-tiana, no se inmiscuye mucho en la educacin de sus dos sobrinas. Es obvio;ante la ausencia de los padres debe ser el pariente masculino ms cercanoquien se encargue de las dos hurfanas; pero la posicin del to es ambi-valente, ya que el to delega en Gertrudis, quien ha heredado la sabidurafamiliar, la educacin y la tutela simblicasobre su hermana. El mismo donPrimitivo acepta sin ningn resquemor esta herencia matrilineal en su fa-milia y acta como una figura poco visible en la existencia de las dos her-manas:

    El pobre seor senta un profundsimo respeto, mezclado de admiracin,por su sobrina Gertrudis. Tena el sentimiento de que la sabidura iba en sulinaje por va femenina, que su madre haba sido la providencia inteligentede la casa en que se cro, que su hermana haba sido en la suya, tan breve. Yen cuanto a su otra sobrina, a Rosa, le bastaba para proteccin y gua con suhermana (1981: 21-22).

    Si como dice Lvi-Strauss, la transmisin hereditaria favorece, siempre,al hijo a expensas del sobrino uterino u otro miembro (1984: 43-44), en Lata Tula, el to nicamente representa la figura parental legal, mientras que,caso especial, la herencia simblica y aceptada por los miembros del gru-po se transmite directamente por las mujeres: abuelamadre de Ger-trudis Gertrudis. Ello explicara las razones por las cuales la relacin avun-cular sufre, en esta novela, una inversin, pues existe una relacin de mu-cha familiaridad entre el to materno y sus sobrinas, encarnando aqul unaautoridad difusa y solamente de nombre. As, la verdadera autoridad la ejer-ce Gertrudis, quien es obedecida por su hermana y temida hasta por su toante la mirada y la sequedad de los ojos escrutadores de Gertrudis. La neu-

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    tralizacin de la figura del to materno no implica, de ninguna manera, laausencia de relacin avuncular; todo lo contrario en La ta Tula, existe unatransferencia social cuya ltima razn explicara por qu Gertrudis viene aocupar la verdadera posicin de la autoridad en un sistema avuncular de ori-gen matrilineal. Al erigirse en la ley, las relaciones de afecto y familiaridad(Lvi-Strauss 1984: 40) estn prohibidas entre Tula y su hermana Rosa, alpunto de quien es ella quien decide casar a su hermana con Ramiro, a pe-sar de que sta no est tan segura de quererlo y, una vez casados, rpida-mente induzca al matrimonio a tener hijos. Por qu sucede esto?

    El desequilibrio inicial en el sistema de parentesco, producido en la ge-neracin a la que pertenecen Tula y Rosa, a causa de la muerte de su ma-dre, debe ser restablecido con la emergencia de una nueva figura femeninacapaz de restablecer el linaje. En efecto, la novela comienza con la estabili-zacin del desequilibrio inicial dentro de lo que podemos llamar el relatodel poder de las races (Gantheret 1973), el cual le ofrece la legitimidad alos esfuerzos de Gertrudis por procurar la sucesin de la matriherencia entanto continuidad ininterrumpida o memoria histrica de estructuras pa-triarcales (Daz-Diocaretz 1993: 117); ella tiene esta misin de preservar lamemoria histrica, la cual es reconocida por su to materno, quien tendraqu el papel de ser un simple aliado de Gertrudis y, lo ms importante, ellaacepta para s la continuidad del linaje femenino. De lo anterior deducimosque la que estara en obligacin de casarse es Gertrudis para mantener, deesta manera, la tradicin y la herencia familiar y, justamente, la novela em-pieza con un equvoco que la ambigedad del narrador deja escapar, por-que ante la indecisin de Rosa y de Ramiro, sea Gertrudis quien crea losvnculos entre ellos y los obliga con sus palabras manipuladoras a casarse.Gertrudis renuncia a la posibilidad de matrimonio y, con ello, a mantenerel linaje femenino de su estirpe, que le corresponde por derecho propio.Los crticos han explicado esta negacin al matrimonio en la influencia deun discurso religioso mariano sobre el que est construida la figura de Tulaen tanto virgen madre (Montes Huidobro 1984), smbolo de una materni-dad abnegada cuyo conflicto interior desea integrar el espritu y la materia(Franz 1994), pues quiere ser madre, crear vida, mas no carnalmente, sinopor el espritu (Reiff 1985: 14); sin embargo esta interpretacin me pareceinsuficiente para analizar el papel preponderante que asume Gertrudis entanto ta con autoridad parental, mediadora de la convivencia y de las rela-ciones de grupo (Maras 1997; 169), ms all de ese protagonismo agnicoque caracterizara esa voluntad por hacerse (Ribbans 1987) muy propia delos personajes unamunianos.

    No se trata, como haba visto Ricardo Gulln, de la imposicin de la vo-luntad dentro de una maternidad obsesiva y dominante, una mujer egosta

  • y dominante como si fuera un monstruo avasallador de dos caras (1969: 194-217), sino mediante una retrica de la sororidad (Cifo 1996: 24) en la queTula sera una revolucionaria que intenta restaurar en nuestro siglo la an-tigua religin matriarcal y arrebatar a los hombres el poder flico (Dobn1996: 72). Al negarse Gertrudis para s misma la posibilidad de la transmi-sin biolgica de su estirpe, debe por fuerza restablecer el linaje medianteotra estrategia que permita continuar con las relaciones de parentesco. Loanterior justifica sus esfuerzos para que, con la nueva generacin productodel intercambio matrimonial entre Ramiro y Rosa, se vuelva al orden y ella,Gertrudis, en quien reposa la fuerza y los derechos del linaje busque en lascontraprestaciones de las futuras generaciones volver a la legitimidad perdi-da (Lvi-Strauss 1984 45).

    Ejerciendo el papel de la autoridad conferida por linaje a una mujer, Ger-trudis posibilita una relacin de alianza con la que el sistema de relacionesde parentesco va a girar en torno a la figura de una ta materna con auto-ridad, redefiniendo la estructura avuncular ahora con sello eminentementefemenino. Precisamente, Matas Montes-Huidobro tiene razn en ver a Tulacomo cuestionadora de las normas impuestas del contrato matrimonial yagregaramos nosotros tambin la de la estructura avuncular, pues stas laobligaran a dejar a un lado su orgullo y su pretensin de [ser] reina desu propio reino, [porque] este orden jerrquico que mantiene a la mujer enestado de evidente subordinacin, es para ella inaceptable (1985: 457). Porello, Catherine Reiff analiza la novela a partir de una estructura cclica enla que casamientos, muertes y nacimientos se suceden y tienen como centroneurlgico la figura de Gertrudis (1985: 14); sobre ella, sobre su pilar, seconstruye la historia de la familia. Adems, solamente con la alianza de ma-trimonio entre Ramiro y Rosa, que hace emerger relaciones entre cuadosy, principalmente, con el nacimiento de sus sobrinos, la transmisin del li-naje no corre el riesgo de interrumpirse; ejemplo de ello es el comporta-miento agreste y bastante agresivo de Tula antes de que su hermana se pre-ara3; una vez que Rosa enuncia la buena noticia su semblante cambia, comosi faltara algo en sus relaciones familiares. Veamos el dilogo que sigue alanuncio:

    Ahora va de veras. Rosa; ahora no os aburriris de la felicidad ni de lasoledad, y tendr varios asuntos tu marido. Esto era lo que os faltaba

    Y acaso lo que te faltaba No es as, hermanita?

    Y a ti quin te ha dicho eso?

    3 La presencia del perrito que acompaa los primeros meses de matrimonio es visto comoun peligro y obstculo a la realizacin del objetivo de Tula, pues Rosa ha puesto toda su afec-cin sobre este animal.

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  • Mira, aunque soy tan tonta, como he vivido siempre contigo

    Bueno, djate de bromas! (Unamuno 1981: 34)

    No solo surge cierta complicidad en la revelacin de lo que podra serun secreto ntimo de Gertrudis, sino tambin las palabras de Rosa develanesas relaciones de solidaridad que se establecen entre ambas hermanas, a pe-sar del dominio y del control que ejerce la hermana mayor lo suponemosaunque el texto no aclara la lnea de sucesin sobre la menor. Es ms, lue-go del nacimiento del primer sobrino Tula se dedica a cuidarlo y es quiendecide decreta (Unamuno 1981: 37) afirma el texto su nombre y elde los prximos en venir, en una actitud muy propia de quien tiene el po-der para decidir los destinos en pequeo consejo de familia (Unamuno1981: 37). De esta manera, lo que en el inicio de La ta Tula era visto comorespeto temeroso (no rebelarse contra la autoridad de la que es, en definitiva,la rgida figura autoritaria de la familia), desemboca en el descubrimientode la verdadera relacin de autoridad (Lvi-Strauss 1984: 42), ya que sobreTula descansan las reglas y las restricciones en las relaciones sociales del gru-po. La transmisin del clan se encuentra en sus manos y sta comprendetanto la organizacin del grupo familiar como el sistema de las denomina-ciones, fundado eso s en la asociacin con el nombre de alguna planta oanimal cuya funcin emblemtica seala el totemismo:

    [] una forma de organizacin social y de prctica mgico-religiosa caracte-rizada por la asociacin de algunos grupos (habitualmente clanes o linajes)interiores a una tribu, con ciertas clases de cosas animadas o inanimadas; cadauno de los grupos est asociada a una clase distinta [] (1965: 22).

    Recordemos que, para Lvi-Strauss, el ttem est ligado en un principioal suministro y abastecimiento del alimento. A partir de esta funcin prima-ria, el hombre asoci por mimetismo afectivo el animal o la planta escogi-dos con actitudes que se sacralizaron muy pronto, traducindose en una co-rrelacin entre el intercambio de las mujeres y el de alimentos (Lvi-Strauss1975: 162), en manos de un jefe en quien resida la autoridad para ello. EnLa ta Tula, el totemismo justifica una estructura avuncular como desviacincomo una conducta diatrfica asegura Rof Carballo (1964: 87) de unafiliacin matrilineal, de manera que el clan, cuya cabeza es la ta Tula, seerige en esa asociacin con un objeto animado, en el que descansan todaslas explicaciones sobre el funcionamiento del grupo familiar. La abeja cons-tituye este animal privilegiado que Tula estudi ampliamente en los librosde su cuado4; su sistema de organizacin social le permite explicar su pa-

    4 Thomas R. Franz propone, como antecedentes de esta metfora de lo abejil, La sonatade Kreutzer (1889) de Tolstoi. No olvidemos que Unamuno deconstruye en su primera novela

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  • pel de madre adoptiva para sus sobrinos dentro de lo que Montes-Huido-bro denomina credo de la abejidad (1985: 458-60), tal y como lo exponeel mismo narrador extradiegtico focalizando el pensamiento de Manolitacasi al final de la novela:

    Se trasmite por herencia en una colmena el espritu de las abejas, la tra-dicin abejil, el arte de la melificacin y de la fbrica del panal, la abejidad, yno se transmite, sin embargo por carne y por jugos de ellas. La carnalidad seperpeta por znganos y por reinas, y ni los znganos ni las reinas trabajaronnunca, no supieron ni fabricar panales, ni hacer miel, ni cuidar larvas, y nosabindolo, no pudieron transmitir ese saber, con su carne y sus jugos, a suscras. La tradicin del arte de las abejas, de la fbrica del panal y el laboreode la miel y la cera, es, pues colateral y no de transmisin de carne, sino deespritu, y dbese a las tas, a las abejas que ni fecundan huevecillos ni los po-nen (Unamuno 1981: 140-141, la cursiva es del autor).

    Como observamos en esta argumentacin, que establece relaciones me-cnicas entre zoologa y antropologa mediante el discurso del positivismocientfico, el parentesco se define en una filiacin matrilineal pero de ordencolateral. Con ello, Tula sustituye la lnea directa matrilineal (abuelama-dre Rosa) por una lnea colateral matrilineal (abuelamadre Tula),fundando su comportamiento y el origen de su funcin avuncular en elsistema de organizacin social de las abejas. Es ms, la matriherencia se fun-da sobre esta relacin de solidaridad femenina que, basada en una anoma-la, niega el papel masculino: [Unamuno] nos habla en su novela, en va-rias ocasiones, de abejas y de znganos y de abejas-reina, es decir de la so-ciedad matriarcal prototpica en la cual el zngano es sacrificado al podersuperior que transmite la tradicin, normativa, cultural, una vez que ha cum-plido su misin fecundante, es decir, su misin de transmitir los genes (Rof1964: 90). Comprendemos entonces las razones por las cuales tanto Ramirocomo Rosa o Manuela queden relegados a un segundo plano y la transmi-sin hereditaria se produzca con las abejas obreras, las tas. Por eso no im-porta tanto ni la madre ni el padre biolgicos, pues la perpetuacin de laespecie no reside en quien da la vida sino en quien ejerce las verdaderasobligaciones de proteger y dar alimento a todos los miembros del grupo.sta es la misin de Tula desde el principio de la novela y la misma Rosareconoce esta transmisin de la herencia simblica o la matriherencia, cuan-do comentan ambas el papel que ha jugado su to en sus existencias:

    l nos llen la vida casi silenciosamente, sin decirnos palabra, con el cul-to de la Santsima Virgen Madre, y con el culto de nuestra madre, su her-

    (Paz en la guerra, de 1897) el ttulo de ese gran fresco de la sociedad rusa y de la repercusinde los conflictos blicos que es La guerra y la paz.

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  • mana, y de nuestra abuela, su madre. Te acuerdas cuando por las noches noshaca rezar el rosario, cmo le cambiaba la voz al llegar a aquel padrenues-tro y avemara por el eterno descanso del alma de nuestra madre, y luegoaquellos otros por el de su madre, nuestra abuela, a la que no conocimos? Enaquel rosario nos daba madre y en aquel rosario te ense a serlo.

    Y a ti, Tula, a ti! exclam entre sollozos Rosa.

    A m?

    A ti, s, a ti! Quin, si no, es la verdadera madre de mis hijos? (Una-muno 1981: 40)

    La palabra culto no deja ninguna duda sobre el totemismo que rige elsistema de parentesco en La ta Tula, pues en primer lugar, la adoracin yla veneracin hacia las antepasadas del clan familiar ratifican la lnea matri-lineal sobre la cual ste se funda; en segundo, justifican la inversin que seproduce en la transmisin hereditaria porque la que tena la lnea de suce-sin (Tula) no es la misma que tiene la posibilidad de engendrar hijos, des-plazando el nfasis de la pareja humana a la sororidad autosuficiente de lacolmena domstica (Altisent 1996: 83). Por eso, el texto recurre a una he-rencia simblica de corte religioso, la cual explicara por qu la hermana vir-gen se transforma en la madre virgen cuyo poder salvfico se encuentra enel rosario (Montes Huidobro 1984: 88)5. Dicho de otra manera, la inversindel linaje matrilineal se produce por la emergencia de la figura del avuncu-lado femenino, como nica manera de perpetuar la descendencia. Por esoen Las estructuras elementales del parentesco, Lvi-Strauss concluye que [l]a ins-tauracin de la fraternidad de sangre crea, en efecto, un vnculo de alianzaentre los individuos (1976: 560), es decir, entre las dos hermanas, con elobjetivo de permitir que la prxima generacin sobreviva y se desarrolle sinque haya otros hijos otra camada de hijos si se me permite rivales delos primeros. Slo de esta manera podemos comprender el rechazo categ-rico de Tula a casarse con Ramiro y el horror a engendrar hijos suyos le-gtimos, de su propia placenta porque tendran la misma sangre que los deRosa al estar casado con su cuado6 que rivalizaran y suplantaran a los de

    5 Esta actitud surge del proceso educativo de Tula en el cual el rezo del rosario tiene pri-mersima importancia. Destaca la lnea matriarcal y la oracin encadena sus letanas de ma-nera similar a como va encadenando la relacin de la abuela a la madre, de sta a las hijas,hasta llegar a la generacin subsiguiente. Por consiguiente el rosario confirma la importanciade la mujer en el texto y en la estructura familiar que presenta la novela, dominada por elmatriarcado. El rosario es el rito dominante, ms que la misa, y la profunda devocin que sien-te la vuelve metfora del culto [] (Montes Huidobro 1984: 88).

    6 Habra que analizar en un posterior trabajo las posibles implicaciones del funcionamientodel par Rosa-Gertrudis como si fueran gemelas dentro de un sororato, es decir, compartiendoun mismo hombre. Tan ricas son las repercusiones de la novela de Unamuno en relacin conel sistema de parentesco que esta opcin no debera descartarse ni la del levirato tampoco.

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    su hermana; las palabras que Tula dirige al padre lvarez en el confesiona-rio son esclarecedoras a este respecto:

    Le he dicho padre, que le quiero [se refiere a Ramiro], pero no paramarido. Le quiero como a un hermano, como a un ms que hermano, comoal padre de mis hijos, porque stos, sus hijos, lo son mos de lo ms dentromo, de todo mi corazn; pero para marido, no. Yo no puedo ocupar en sucama el sitio que ocup mi hermana Y sobre todo, yo no quiero, no debodarles madrastra a mis hijos

    Madrastra?

    S, madrastra. Si yo me caso con l, con el padre de los hijos de mi co-razn, les dar madrastra a stos, y ms si llego a tener hijos de carne y san-gre con l. Esto, ahora ya, nunca! (Unamuno 1981: 81-82)

    La alianza entre Rosa y Gertrudis incluye por tanto la preservacin de laprimera camada, en un marco en el que Tula se erige en la defensora delas reglas del clan e impone estas restricciones en una actitud no cristaliza-da, cuya interpretacin definitiva se aclara al final del texto. Nos referimosa la escena en donde Tula impide a los nios y a su cuado exterminar elpanal de abejas que se encuentra en su patio; no solo los nios sino tam-bin el mismo Ramiro construyen e interiorizan su lugar en el clan medianteel culto ahora institucionalizado a las abejas, transformndose en la concre-cin de un rito obligatorio que explica, ahora, el origen totmico del clane infunde, por ello, respeto y temor:

    No, eso s que no exclam Gertrudis; a las abejas no las toca nadie.

    Por qu? Por la miel? pregunt Ramiro.

    No las toca nadie, he dicho.

    Pero si no son madres, Gertrudis.

    Lo s, lo s bien. He ledo en uno de esos libros tuyos lo que son lasabejas, lo he ledo. S lo que son las abejas stas, las que pican y hacen lamiel; s lo que es la reina y s tambin lo que son los znganos.

    Los znganos somos nosotros, los hombres.

    Claro est! (Unamuno 1981: 67)

    Por lo tanto, existe en La ta Tula una forma diferente de avunculado delque expone Lvi-Strauss en Antropologa estructural; se trata de un avuncula-do de tipo matrilineal en donde la filiacin es colateral. Con ello Tula seerige a su vez, en ttem fundador de una nueva relacin de parentesco mar-cada por la presencia de la ta soltera que renuncia al matrimonio para man-tener la cohesin de la familia. El ttem reparte obligaciones y distribuye loslugares en el grupo y, una vez ausente la ta tutelar, alcanza su lugar mticoen la conformacin del relato de familia, de manera que en la sucesin avun-

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    cular se construye la nueva legitimidad de quien ha heredado la autoridady la novela es clarsima al mostrarnos la rigidez de este modelo:

    Muri la ta Tula? No, sino que empez a vivir en la familia, e irradian-do de ella, con una nueva vida ms entraada y ms vivfica, con la vida eter-na de la familiaridad inmortal. Ahora era ya para sus hijos, sus sobrinos, laTa, no ms que la Ta, ni madre, ya ni mam, ni aun ta Tula, sino slo la Ta.Fu [sic] este nombre de invocacin, de verdadera invocacin religiosa, comoel canonizamiento domstico de una santidad de hogar. La misma Manolita,su ms hija y la ms heredera de su espritu, la depositaria de su tradicin,no le llamaba sino la Ta (Unamuno 1981: 139).

    Pero el rbol genealgico se complica ms todava, porque el ttem asfundado no tiene ningn asidero en la consanguinidad sino en la transmi-sin espiritual y simblica, aunque en Tula parece haber otras razones afec-tivas y de remordimientos para acercarse an ms a la menor de sus sobri-nos, a quien debe alimentar mediante la compensacin simblica de unospechos sin leche con el sustituto de un bibern y sobre todo cobijarlabajo el calor protector de su cuerpo. En trminos estrictos, Manolita, lahermana menor e hija de Ramiro con Manuela, no tiene lazos directos conTula, de manera que cmo justificar la transferencia de los bienes (cuali-dades) que se asocian a la autoridad matrilineal cuando no hay relacin con-sangunea entre Tula y Manolita? Ms bien la transmisin hereditaria debeexplicarse en una filiacin basada en una legitimidad indita en la historiamoderna del parentesco occidental, pues la tendencia unilineal en la con-formacin del ncleo familiar desemboca aqu en una transformacin de lainstitucin familiar en un sentido multilineal (Barjau 1980: 10), creada a par-tir de varias alianzas: Ramiro y Rosa, Ramiro y Manuela, cuyos hijos gozarnde la proteccin y el refugio materno de la madre indivisible, de la madrefuncional (Altisent 1996: 83-84) que es Tula-Rosa o Tula-Manuela, y situadapor encima del lazo biolgico. Adems, Tula se halla fuera del intercambiomatrimonial y, por eso, surge un antagonismo marcado entre los cuados,ya que Ramiro no comprende cul es el estatus de su cuada dentro delclan. Desde este punto de vista, las relaciones entre ta-Madre y sus sobrinos-hijos son armoniosas y ella les permite todo tipo de intimidades a las queno puede acceder su cuado, sobre el cual pesa la prohibicin del incesto.

    En Las estructuras elementales del parentesco, Claude Lvi-Strauss plantea laprohibicin del incesto como regla social (1976: 65), por lo cual la pro-hibicin afecta menos a la consanguinidad real que a individuos que sin ver-dadero parentesco se sitan en una clase de personas; depende de la reglade la exogamia o del sistema de parentesco: la prohibicin del incesto nosiempre se expresa en funcin de los grados reales de parientes reales; noobstante, en todos los casos apunta a los individuos que se dirigen entre s

  • mediante ciertos trminos (1976: 65). Efectivamente, en La ta Tula, la ne-gativa de Gertrudis por ceder a las pretensiones de matrimonio de Ramiro,su cuado, son vistas como un interdicto que, por totemismo y estructuraavuncular, niega el matrimonio entre cuados; pero lo ms interesante esque opone, con el rechazo de Tula, el matrimonio y la filiacin como rela-ciones incompatibles, reafirmando la prohibicin del incesto [que] expre-sa el pasaje del hecho natural de la consanguinidad al hecho cultural de laalianza (1976: 66)7. La prohibicin est asegurada en lo que podemos de-nominar la decisin testamentaria de la moribunda Rosa, quien en su lechode muerte lega (deja) a sus hijos, incluido su esposo, bajo la proteccin tu-telar de su hermana, con las siguientes palabras que no son equvocas:

    Mira, Tula, yo me muero y me muero sin remedio. Ah te dejo mis hi-jos, los pedazos de mi corazn, y ah te dejo a Ramiro, que es como otro hijo. Cre-me que es otro nio, un nio grande y antojadizo, pero bueno, ms buenoque el pan. []

    Descuida, Rosa; conozco mis deberes (Unamuno 1981: 46, la cursiva esnuestra).

    En este contexto, Tula recibe de las manos de su hermana una herenciaen forma de familia, ms precisamente en forma de unos nios que con todoy cuado Ramiro, ahora rebajado a esta categora por su propia esposa, Tuladeber educar, alimentar y proteger. Sin embargo, desde el punto de vistajurdico, Gertrudis no poseer una familia, si no se casa con su cuado; esoes lo que argumenta Rosa con toda razn en su lecho de muerte:

    Qu quieres decir?Que sers t su mujer, Tula.Yo no te he dicho eso, Rosa, y ahora, en este momento, no puedo, ni

    por piedad, mentir. Yo no te he dicho que me casar con tu marido si t lefaltas; yo te he dicho que a tus hijos no les faltar madre

    No; t me has dicho que no tendrn madrastra.Pues bien, s, no tendrn madrastra!Y eso no puede ser sino casndote t con mi Ramiro, y mira, no tengo

    celos, no. Si ha de ser de otra, que sea tuyo! Que sea tuyo. Acaso (Una-muno 1981: 46-47)

    En nuestra ptica, el rechazo de Tula se concibe como una de las for-mas de intervencin de la cultura en la prohibicin del incesto. Segn Lvi-

    7 Dobn Antn explica esta prohibicin del incesto desde un punto de vista psicoanalti-co, ya que Tula reprime sus deseos erticos; de esta manera ella seala que para Ramiro, Tulaes la madre del deseo, es decir, la madre edipal (1996: 79), smbolo entonces de la pose-sin de la Madre.

    EL SISTEMA DE PARENTESCO EN LA TA TULA: LA ESTRUCTURA AVUNCULAR 47

  • Strauss, el paso a la cultura sugiere que las sociedades utilizan la alianza paradefinir sus modalidades (sean stas matrimonio, filiacin, parentesco, grupofamiliar), de manera que [e]l papel primordial de la cultura es asegurar laexistencia del grupo como grupo y, por lo tanto, sustituir en este dominio,como en todos los dems, el azar por la organizacin (1976: 68). As, todaslas modalidades anteriores contribuyen a la distribucin de la vida materialdel hombre con el objetivo de regular el sistema de parentesco, ya que entanto conjunto de procedimientos familiares (Lvi-Strauss 1976: 69) aqu-llas estn ah para reforzar la coherencia del grupo, sin ellas estara amena-zada. La negativa de Tula debe interpretarse por esas razones como una for-ma de prohibicin del incesto, puesto que Ramiro aparece a partir de aquno como el cuado sino como un hijo ms al cuidado de la ta-madre indi-visible o funcional. Y en el texto se evoca esto precisamente en ese deseo deque Ramiro se ajuste a su nueva condicin, cuando el narrador bsico focalizael pensamiento de Gertrudis, para quien el objetivo de la estancia veraniegaen el campo no ha logrado que Ramiro olvide los avances y las presionespara que ella lo acepte como esposo; la queja de Tula se reproduce de la si-guiente manera:

    Oh!, si pudiese decir de l pensaba lo que Santa Teresa en una car-ta Gertrudis lea mucho a Santa Teresa deca de su cuado don Juan deOvalle, marido de doa Juana de Ahumada: l es de condicin en cosas muyaniado Cmo le aniara? (Unamuno 1981: 77)

    Por esa razn, la alianza entre cuados, entre Ramiro y Gertrudis no tie-ne ya razn, la solidaridad entre cuados8 se rompe a expensas de una po-sibilidad de intercambio matrimonial que, a los ojos de Ramiro y los dems,es aceptable pero no desde el punto de vista de Gertrudis, quien acepta aquuna filiacin espiritual incompatible con el matrimonio que la conducira alincesto. Sin embargo no es la nica posibilidad de interpretacin, ya que enLa ta Tula, las razones de Gertrudis para rechazar a Ramiro, su cuado, sonmuy complejas y ameritan otro planteamiento corolario del anterior. La re-lacin de alianza entre las hermanas Gertrudis y Rosa es tan fuerte y soli-daria en la novela que, de alguna manera, su fraternidad hace pensar a lacomplementariedad y reversibilidad de los gemelos9. De esta manera, comoarguye Lvi-Strauss, [l]a instauracin de la fraternidad de sangre crea, en

    8 Dice al respecto Lvi-Strauss en Las estructuras elementales del parentesco: los cuados sonsolidarios porque se complementan y poseen, uno para el otro, una eficacia funcional, sea por-que desempeen el rol del otro sexo en los juegos erticos de la infancia o porque su alian-za masculina, en la edad adulta, se sancione por abastecer a cada uno de lo que no poseeuna esposa gracias a la renuncia simultnea de lo que ambos tienen: una hermana (1976:561).

    9 Consltese el excelente estudio de Franois Delpech sobre este tema.

    48 JORGE CHEN SHAM

  • efecto, un vnculo de alianza entre los individuos pero, al mismo tiempo, alasimilar a los interesados como hermanos, arrastra la prohibicin de matri-monio con la hermana (1976: 560); slo que aqu tambin arrastra la pro-hibicin del matrimonio con el esposo de la hermana y se justifican lasrazones por las cuales Tula no desea suplantar a su hermana, pues comete-ra de alguna manera una infraccin al cdigo de alianza que la une a Rosa;sera una forma de cometer el adulterio femenino, delito que estaba con-templado en los cdigos sociales para las mujeres10. Veamos sus palabras endonde rechaza de plano tal idea:

    Le he dicho, padre, que le quiero, pero no para marido. Le quiero comoa un hermano, como a un ms que hermano, como al padre de mis hijos,porque stos, sus hijos, lo son mos de lo ms dentro mo, de todo mi cora-zn; pero para marido, no. Yo no puedo ocupar en su cama el sitio que ocu-p mi hermana Y sobre todo, yo no quiero, no debo darles madrastra a mishijos (Unamuno 1981: 81)

    Solamente sobre esta base, sobre esta consanguinidad ficticia (espiritual)podemos comprender el rechazo a Ramiro; y tambin solamente en el teji-do de estas relaciones de parentesco, la transmisin hereditaria del ttem aManolita, la sobrina no consangunea, tiene debida pertinencia. Funcionarala familia en La ta Tula no como lo hacen en sociedades modernas, sinocomo otras formas de agrupamiento ms arcaicas en sociedades primitivas,tales como los clanes, las fratrias o las mitades. Si como analiza Lvi-Strauss,[l]a familia [moderna] reconoce la filiacin en lnea materna tanto comoen lnea paterna, [] el clan o la mitad, slo tienen en cuenta el paren-tesco en una sola lnea, que a veces es la del padre, a veces la de la madre(1976: 146). Un rgimen matrilineal, como el que domina en La ta Tula,rechaza y excluye los vnculos de parentesco del cnyuge masculino; Rami-ro es el otro, el extranjero, el de afuera y est excluido de la posibilidad dealianza perpetua o de dar cohesin al clan. Se trata de una actitud uniline-al que ignora a los hombres (son evidentes los casos del to materno, donPrimitivo, y el de Ramiro); desecha la posibilidad de establecer estos vncu-los, pues los pasa a segundo plano, principalmente los del padre que es Ra-miro. De esta manera, la regla de filiacin reconoce un solo linaje, por lo

    10 Josefina Acosta en su estudio sobre el adulterio en la novela decimonnica nos aclaraque, en el cdigo espaol, el adulterio lo cometan nicamente las mujeres y no los hombres,para quienes se aplicaba el concepto de infidelidad, lo cual est explcito en la definicinde adulterio segn el Cdigo Penal Espaol de 1848: Cometen adulterio, la mujer casadaque yace con varn que no sea su marido y el que yace con ella, sabiendo que es casada, aun-que despus se declare nulo el matrimonio (citado por Acosta 1988: 42). En el caso de Tula,ante la ley no habra ni adulterio ni infidelidad; pero desde las reglas de la estructura avun-cular s podra darse el adulterio en tanto sinnimo de engao y de felona.

    EL SISTEMA DE PARENTESCO EN LA TA TULA: LA ESTRUCTURA AVUNCULAR 49

  • que funciona como una [r]egla de filiacin unilineal (1976:148) y de-semboca en un sistema de derechos fundiarios y de linaje dentro de un vncu-lo que, en este caso, es jurdico, al mismo tiempo que psicolgico y senti-mental, entre el nio y la madre.

    El reconocimiento del linaje femenino11 significa que nicamente ste esapto para desempear el papel en la transmisin de los derechos y de lasobligaciones; por eso Tula es la que da el nombre, a partir de ella se con-fiere el estatus social a los hijos de Rosa y Manuela. Ella reparte los bienes ylas prerrogativas en su sucesora Manolita, la cual deber mantener la orga-nizacin del clan bajo actitudes elementales que permitan la supervivenciadel mismo; entre ellas estn la mutualidad y la reciprocidad de las relacionesentre hermanos(as) y cuados(as), as como el recordatorio de los derechosy obligaciones de cada uno dentro de la estructura avuncular. Por otra par-te, el matrimonio de Ramiro y Rosa puede ser asimilado a un intercambiopor compra (Lvi-Strauss 1986:547) en tanto ofrece la garanta y la transmi-sin (perpetuacin) de los bienes simblicos de la sucesin y del nombre.Ramiro es el agente para que tal posibilidad se realice en la novela y su pa-pel queda relegado a slo eso. Por ltimo, a la luz de un rgimen matrilinealde estructura avuncular12, la complejidad del sistema de parentesco en La taTula encuentra una explicacin viable, ya que, en opinin de Lvi-Strauss, elestudio de una sociedad matrilineal representa la promesa de una organiza-cin social complicada, rica en instituciones singulares e impregnada total-mente de una atmsfera dramtica, muy diferente en este sentido de lo quepuede esperarse de una sociedad de derecho paterno (1976: 162). Tales pa-labras encuentran su base de comprobacin en la novela unamuniana.

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    11 Si la sociedad fuera a la vez matrilineal y matrilocal en forma permanente o tempora-ria, como sucede a veces, el marido pertenecer a la clase despreciada a aquellos que estnah por el hecho del matrimonio u hombres del otro lado, por oposicin a los propieta-rios de la aldea, que siempre le harn sentir la precariedad de su ttulo de residencia res-pecto de su mujer y de sus hijos (Lvi-Strauss 1976:162).

    12 Al respecto Lvi-Strauss propone que la relacin avuncular no es entre dos, sino entrecuatro trminos: supone un hermano, una hermana, un cuado y un sobrino (1984: 40), deforma tal que la relacin entre to materno y sobrino es a la relacin entre hermano y herma-na, como la relacin entre padre e hijo es a la relacin entre marido y mujer. De tal maneraque, conociendo un par de relaciones, sera siempre posible deducir el otro par (1984: 41).Un anlisis de estas relaciones con el variado tipo de actitudes (mutualidad, reciprocidad, obli-gaciones y derechos) supone un estudio integral que rebasa el objetivo del presente artculo.

    50 JORGE CHEN SHAM

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