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60 TEMAS TEMAS Cosas del cielo y cosas de la tierra. Cosas del cielo y cosas de la tierra. Medios de comunicación Medios de comunicación en el aula de Filosofía en el aula de Filosofía María Teresa Fernández Martínez Desde siempre se ha acusado a la Filosofía de vivir de espaldas a la realidad más inmediata, manejando conceptos inútiles, buscando en el cielo aquellas cosas que muy bien pudiera encontrar fácilmente en la tierra. La autora de este artículo propone, como medio para acercar la Filosofía a los alumnos de Secundaria, una implicación de esta disciplina en la realidad más inmediata, aquélla que está plena de actualidad y que transcurre entre las páginas del periódico o los anuncios del televisor. muchos los que a la vez y de repente las pedían, las iba alquilando al precio que quería y reunió mucho dinero, demostrando así que es fácil a los filósofos enriquecerse, si quieren, pero que no son riquezas lo que les interesan.» 1 Pues bien, el vivir completamente ajenos a las cosas que los hombres tenemos más cerca y el estudio de cosas enteramente inútiles si- guen siendo las dos grandes acusaciones que aún hoy en día se dirigen contra la Filosofía. Y es evidente que donde ambas cosas se hacen más palpables es en la propia enseñanza de esta disciplina, pues aquí no se trata ya de hombres que han elegido voluntariamente filosofar, con todos sus privilegios y todas sus miserias, sino de adolescentes a los que la Filosofía se les impone a través de unos planes de estudio establecidos de antemano y sin apenas ofrecer- les claves del porqué de su inclusión en los mismos. Visto esto, no es de extrañar que el alumno acuse insistentemente a la Filosofía de Cuenta la historia que el primer filósofo cuyo nombre conocemos, Tales de Mileto, te- nía fama, no sólo de despistado, como muy bien sabía aquella muchacha tracia que lo ridiculizó por caer a un pozo cuando miraba las estrellas increpándole por no ver, abstraído en las cosas del cielo, aquéllas otras más cercanas que pasa- ban bajo sus pies; sino que también gozaba de la fama, justamente merecida, de ocuparse de cosas enteramente inútiles, cosas que nunca podrían proporcionarle fortuna o comodida- des. No obstante, según cuenta Aristóteles, el filósofo se vengó de estas habladurías con facilidad: «Cuando, por su pobreza, le reprochaban que la filosofía era inútil, tras haber observado por el estudio de los astros, que iba a haber una gran producción de olivas, se procuró un pequeño capital, cuando aún era invierno, y (...) depositó fianzas por todas las presas de aceite de Mileto y Quíos, alquilándolas a bajo precio porque nadie licitó con- tra él. Cuando llegó el momento oportuno, al ser

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    TEMAS

    TEMAS

    Cosas del cielo y cosas de la tierra.Cosas del cielo y cosas de la tierra.

    Medios de comunicacinMedios de comunicacinen el aula de Filosofaen el aula de Filosofa

    Mara Teresa Fernndez Martnez

    Desde siempre se ha acusado a la Filosofa de vivir de espaldas a la realidad msinmediata, manejando conceptos intiles, buscando en el cielo aquellas cosas que muybien pudiera encontrar fcilmente en la tierra. La autora de este artculo propone, comomedio para acercar la Filosofa a los alumnos de Secundaria, una implicacin de estadisciplina en la realidad ms inmediata, aqulla que est plena de actualidad y quetranscurre entre las pginas del peridico o los anuncios del televisor.

    muchos los que a la vez y de repente las pedan, lasiba alquilando al precio que quera y reuni muchodinero, demostrando as que es fcil a los filsofosenriquecerse, si quieren, pero que no son riquezas loque les interesan.1

    Pues bien, el vivir completamente ajenosa las cosas que los hombres tenemos ms cercay el estudio de cosas enteramente intiles si-guen siendo las dos grandes acusaciones quean hoy en da se dirigen contra la Filosofa. Yes evidente que donde ambas cosas se hacenms palpables es en la propia enseanza de estadisciplina, pues aqu no se trata ya de hombresque han elegido voluntariamente filosofar, contodos sus privilegios y todas sus miserias, sinode adolescentes a los que la Filosofa se lesimpone a travs de unos planes de estudioestablecidos de antemano y sin apenas ofrecer-les claves del porqu de su inclusin en losmismos. Visto esto, no es de extraar que elalumno acuse insistentemente a la Filosofa de

    Cuenta la historia que el primer filsofocuyo nombre conocemos, Tales de Mileto, te-na fama, no slo de despistado, como muy biensaba aquella muchacha tracia que lo ridiculizpor caer a un pozo cuando miraba las estrellasincrepndole por no ver, abstrado en las cosasdel cielo, aqullas otras ms cercanas que pasa-ban bajo sus pies; sino que tambin gozaba dela fama, justamente merecida, de ocuparse decosas enteramente intiles, cosas que nuncapodran proporcionarle fortuna o comodida-des. No obstante, segn cuenta Aristteles, elfilsofo se veng de estas habladuras confacilidad:

    Cuando, por su pobreza, le reprochabanque la filosofa era intil, tras haber observado porel estudio de los astros, que iba a haber una granproduccin de olivas, se procur un pequeo capital,cuando an era invierno, y (...) deposit fianzas portodas las presas de aceite de Mileto y Quos,alquilndolas a bajo precio porque nadie licit con-tra l. Cuando lleg el momento oportuno, al ser

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    las dos graves faltas de las que ya sus contem-porneos, con ms aos y experiencia, culpa-ban a Tales de Mileto. Seremos capaces losenseantes de Filosofa de arrostrar estas acu-saciones y demostrar su falsedad como lo hizocon tanta eficacia nuestro primer antecesor?

    Si somos honestos reconoceremos quetan graves faltas pueden achacrsele, no sloa la Filosofa, sino en grado an mayor o almenos semejante, a todo el sistema educativo.Nuestros currculos se mueven en el terrenoque vive de espaldas a la realidad ms evidente,mostrando la geografa de pases lejanos, lapoltica de imperios del pasado, la ciencia queya estaba caduca ayer, los pensamientos queya no tienen influencia en nuestro mundo.Frente a ello, nada sabe el alumno de la geogra-fa de su entorno, de la poltica que le gobiernay en la que a menudo participa tanactiva como instintivamente, delos nuevos avances cientficos,ante los que estamos ms o me-nos desprotegidos, de las ideolo-gas que mueven a nuestros se-mejantes y a nosotros mismos.No slo la Filosofa, sino nuestrosistema entero, est abstrado enlas cosas del cielo y olvida mirarhacia abajo, hacia lo que pasa anuestros pies, corriendo el inmi-nente peligro de caer, como Ta-les, en un pozo; slo que estepozo es mucho ms hondo y tiene un nombredefinido, el de ignorancia. Y si seguimos siendohonestos reconoceremos que precisamente enesta carencia radica la tan trada y llevada faltade motivacin del alumnado que todos recono-cemos como el problema ms grave con el quenos enfrentamos en nuestra profesin.

    Hay alguna manera de salvar a nuestrosistema de semejante cada? La solucin a estedilema exigira un cambio total del sistema ylejos est de nuestra intencin plantearlo entoda su complejidad desde aqu, pero s pode-mos presentar sugerencias, que si bien no re-suelven el problema en su totalidad, s permiti-

    rn a nuestras disciplinas aliviar en la medida delo posible esta enseanza de espaldas a larealidad ms inmediata. Una propuesta de estetipo ha de partir necesariamente de una estre-cha relacin entre los contenidos impartidos enel aula y la informacin que constituye la actua-lidad de cada da, actualidad que se expresa adiario en los medios de comunicacin social.Como enseantes de Filosofa, y conscientesde que nuestra disciplina es quien ms sufreeste despiste y esta falta de utilidad, pro-ponemos, pues, el uso de estos medios que nosofrecen siempre la informacin ms actualizada,aqulla que caduca siempre con el nuevo da,pero que est por fin viva y bajo nuestros pies.Analicemos ms detenidamente esta propues-ta.

    Ya hemos hablado en otro lugar2 de losdistintos usos de los medios decomunicacin en el aula; enton-ces nos referamos exclusivamen-te a la prensa, pero podemos ex-tenderlo a cualquiera de los me-dios (radio, televisin...) y tam-bin concretarlo en este momen-to en la asignatura de Filosofa.Hablbamos entonces de los me-dios como objeto de estudio en smismos; como auxiliar didcticoen los contenidos propios de cadaasignatura; y como produccinde los mismos. Pues bien, analiza-

    remos en el presente escrito y dada la brevedaddel mismo, uno slo de estos tres usos, el quelos utiliza como auxiliares didcticos, y referi-dos al aula de Filosofa.

    En el mismo lugar dbamos ya sobradasrazones para considerar fundamental el usopedaggico de los medios. Vivimos casi deellos, estamos inmersos en ellos desde que noslevantamos hasta que nos acostamos, la televi-sin forma parte indistinguible de nuestra vidafamiliar, comemos con los telediarios... y endefinitiva, segn los expertos, a travs de lapantalla de televisin nos llega la mayor canti-dad de informacin que recibimos. Si esto es as,

    NuestrosNuestroscurrculos securrculos semueven en elmueven en elterreno queterreno que

    vive de espal-vive de espal-das a la reali-das a la reali-dad ms evi-dad ms evi-

    dente.dente.

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    habilidades relacionadas con el pensamientoabstracto: capacidad de un discursoargumentativo, establecido con hiptesis detrabajo que,a falta de poder ser contrastadas atravs de hechos, dada la especial ndole abs-tracta de nuestros contenidos y su innegablecomplejidad, deben ser contrargumentadas atravs del establecimiento de otras hiptesis, atravs del uso de la generalizacin y la singula-rizacin, a travs de la lgica y de cuantastrampas, permtasenos utilizar esta palabra,nos permita el uso de la razn.

    Pues bien, el discurso periodstico: laeditorial que refleja la ideologa que paga elperidico, el artculo de opinin sobre el tema

    ms candente del momento, lascartas de los lectores, con todosu cmulo de indignacin e in-tereses propios, las frecuentescontroversias y el discurso po-ltico por excelencia... todosellos, son materiales inaprecia-bles para el ejercicio del razona-miento y de los diversos usosde la razn. Nada diremos deldiscurso televisivo, que permi-te el uso en el aula de todo tipode debates en los ms variadostemas o del continuado decir

    de la radio que permite la expresin de msopiniones distintas que ningn otro medio. Entodos estos casos, el alumno puede ejercitarsecon libertad en los buenos y malos usos deldiscurso racional. El alumno de Historia de laFilosofa puede, adems, recrear el mundo delos sofistas y conocer de primera mano en quconsiste esa retrica que pretende, no hallar encomunidad la verdad, sino hacer triunfar laopinin propia por encima de todo, an de lamisma razn.

    Junto a esta habilidad general para eldiscurso racional, cabe hablar tambin de pe-queas destrezas que el alumno puede igual-mente ejercitar con estos medios; pequeaspero fundamentales conquistas de la persona,como la diferencia entre la opinin y la ver-

    En todosEn todosestos casos, elestos casos, elalumno puedealumno puedeejercitarse conejercitarse conlibertad en loslibertad en losbuenos y malosbuenos y malosusos del discur-usos del discur-

    so racional.so racional.

    nada ms lgico que utilizar estos medios anuestro favor en lugar de luchar contra ellos,pues verdadera lucha es la que emprende elenseante que quiere competir con la televi-sin. Para evitar el miedo, verdadero miedo quenos causan estos medios que prcticamentenos gobiernan, usmoslos con todas nuestrasfuerzas y toda nuestra imaginacin.

    Pero adems de estas razones existenotras que nos pueden llevar a considerar estosmedios como especialmente tiles en el aula deFilosofa. Lo primero a tener en cuenta es quelos contenidos impartidos por laFilosofa, como los impartidospor cualquier otra disciplina, noson slo conceptuales. Nos re-ferimos en igual medida, a con-tenidos de tipo proce-dimental;es decir, tan importante o msque la adquisicin de conteni-dos conceptuales es la adquisi-cin de una serie de habilidadeso destrezas que en Filosofa ad-quieren una importancia extre-ma dada la edad concreta por laque pasan nuestros alumnos.En la adolescencia se ha entrado plenamente enla que Piaget denomina etapa de operacionesformales. Los objetos concretos son sustitui-dos por proposiciones, con lo que el pensa-miento se libera de lo real-presente y penetra enel campo de la reflexin, de las hiptesis, de lossi... entonces3. Habla ahora el propio Piaget:Lo que resulta ms sorprendente es su facili-dad para elaborar teoras abstractas (...) Pos-teriormente el ego-centrismo metafsico de laadolescencia encuentra paulatinamente su co-rreccin en una reconciliacin entre el pensa-miento formal y la realidad. El equilibrio sealcanza cuando la reflexin comprende que sufuncin caracterstica no es contradecir, sinopreceder e interpretar la experiencia4.

    Si Piaget tiene razn, nuestros alumnosestn en un momento ptimo para aprender

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    dad refrendada por el hecho o por la lgica,como la diferencia entre el discurso verdaderoy el de aqul que miente creyendo que dice laverdad, como la influencia de las circunstanciaspersonales en la opinin de cada uno... Paratodas estas adquisiciones y para muchas ms,los medios constituyen un caudal inapreciablede materiales que tiene, por lo dems, la innega-ble ventaja de estar vivos y ser actuales. De ahque la motivacin para nuestros alumnos seamayor, al mismo tiempo que logramos que par-ticipen activamente en la realidad de su tiempo,que estn informados de ella y puedan opinary discutir sobre su entorno con pleno conoci-miento de causa. El profesor debe procurar,para ello, elegir aquellos artculos que ofrezcanuna cercana mayor con el entorno que vive elalumno: problemas locales, sin olvidar aqullosms lejanos que le toquen directamente: as, alas pequeas poblacionesagrcolas o ganaderas les tocams de cerca la entrada deEspaa en la Comunidad Eco-nmica Europea, por las pro-fundas transformaciones queha ocasionado en su entorno,que a los alumnos de nuestrascapitales.

    Pero el uso de los me-dios como auxiliar didcticono acaba aqu. An para con-tenidos de plena abstraccin,los medios nos ofrecen laposibilidad de concretarlos yhacerlos vivos a travs de loms actual: la noticia. Pocascosas nos informan ms so-bre el quehacer humano comoesa pequea crnica de su vida que constitu-yen las noticias de cada da. El estudio de lostemas de psicologa, muy abundantes en eltemario de 3 de BUP, pierde su lejana y suabstraccin cuando no trata de sujetos experi-mentales muertos hace muchos aos, sino deseres vivos y con pensamientos ms cercanosa los nuestros.

    Hagamos uso del ejemplo: la unidad di-dctica con la que suele iniciarse el temario de3 de BUP, El hombre, no puede ser msabstracta. Habitualmente, explicamos las dis-tintas concepciones del hombre que se handado a lo largo de la historia, y tratamos de quecomprendan la riqueza y complejidad de losseres humanos a travs de una cantidad ingen-te de informacin procedente de la Psicologa,la Sociologa, la Antropologa... Decirle al alum-no que el ser humano es constitutivamentecontradictorio, que se mueve entre la dignidadms grande y la miseria ms absoluta no parececonmoverle especialmente. Sin embargo, bas-tara con enfrentarlo ante un slo ejemplar delperidico local o un telediario de los que obser-va habitualmente sin conectarlo con lo queaprende en el Instituto, para que comprendierade golpe toda esa dignidad y toda esa miseria,

    toda esa inmensa capacidadde contradiccin que resideen el ser humano.

    De este modo, la canti-dad de actividades que pue-den realizarse en este tema deEl hombre es ingente. No-sotros proponemos, a modode ejemplo entre otras mu-chas, la realizacin de unaserie de collages hechoscon titulares de peridico enlos que grupos de alumnostrataran de acumular la ma-yor cantidad posible de ca-ractersticas humanas vistasa travs de sus acciones, demodo que sirvieran a modode definicin del hombre, una

    definicin tan vlida como otra cualquiera y tanprecaria como lo son todas. Eso s, con laventaja de ser mucho ms real y de estar mscercana al alumno que las reiteradas palabras dePico de la Mirandola, sin querer restarles porello todo su valor y belleza.

    Un propuesta deUn propuesta deeste tipo ha deeste tipo ha de

    partir necesaria-partir necesaria-mente de unamente de una

    estrecha relacinestrecha relacinentre los conteni-entre los conteni-dos impartidos endos impartidos enel aula y la infor-el aula y la infor-

    macin que consti-macin que consti-tuye la actualidadtuye la actualidad

    de cada da.de cada da.

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    Hemos utilizado la unidad temtica Elhombre, por considerarla de una abstraccincasi nica, pero pocos son los temas impartidosen esta asignatura de 3 de BUP que no puedanexplicarse desde los medios. Por supuesto queel nmero y forma de actividades a realizar encada tema dependen sobre todo del esfuerzo yde la imaginacin del profesor. De ah que aqunos contentemos con ofrecer algn ejemplo ycontinuemos enumerando las ventajas queposeen los medios como auxiliar didctico.

    Adems de las ya comentadas, habraque insistir tambin en que el uso de estosmedios permite al alumno el descubrimientoprogresivo y personal de todo tipo de conteni-dos mediante una labor investigadora y crticamuy alejada de la tpica leccinmagistral que exige tanta aten-cin como estudio memorstico.Adelantamos que difcilmenteolvidar el alumno los conteni-dos aprendidos de esta forma,contenidos que cobrarn un sig-nificado, al ser capaz de situar-los en su lugar adecuado dentrode la visin de mundo que yaposee. Las caractersticas hu-manas o los distintos tipos deinteligencia dejarn de ser algoabstracto y fcilmente olvidablecuando el alumno los integre ensu propio universo, aadindo-las a las ideas previas que yaposee. De esta forma, los me-dios se convierten en un instru-mento inapreciable para un proceso de ense-anza-aprendizaje significativo dentro del mo-delo constructivista que nuestros pedagogosrecomiendan hoy con insistencia.

    Igualmente, constatamos otra ventajaesencial en el uso de los medios en esta disci-plina: los contenidos que el alumno va adqui-riendo son totalmente abiertos, de manera quecomprende aquello que nunca ha entendido deltodo en esta asignatura: que haya tantas ver-siones sobre cada tema. Ahora, el alumno en-

    tender fcilmente que sea as, puesto que hallalos conceptos en el peridico de cada da, deforma que le es lgico pensar que la cantidad deversiones y opiniones sobre cada tema sea, noslo grande, sino, de eso se trata precisamente,inacabable. An ms: el alumno constata que,a pesar de todo, se sigue haciendo Filosofa yque las preguntas filosficas no se las hansacado de la manga una montn de sabiosaburridos para entretenerse y agobiarlos a ellos,sino que estn ah, en el diario de todos los das,en la pantalla cotidiana de televisin, en elrumor diario de lo sucedido.

    Finalmente, si Piaget no se equivoca y lagran conquista de la adolescencia consiste enesa necesaria adecuacin entre el pensamiento

    abstracto y la realidad, de ma-nera que el primero no se ocupeen contradecir a la segunda,sino en interpretarla y predecir-la, nada como esta confronta-cin terrible entre las ideas abs-tractas que el alumno encuen-tra en el aula de Filosofa y quecontrastan tan brutalmente conla realidad; realidad que semuestra mejor que en ningnotro lugar en el peridico dia-rio, en el programa de televi-sin que forman parte inevita-ble del mundo que vivimos.Porque si la reconciliacin en-tre ambas es posible, slo po-dr hacerse a travs del cono-cimiento de las dos y no slo

    del de una de ellas;aqulla de las ideas abstrac-tas, que se articula pesada y montonamentedentro de las paredes del aula, sino tambin dela otra, esa realidad que se escurre y se nosescapa entre la maraa de informaciones quenos llegan a lo largo del da desde los medios.

    Slo cuando hallemos ese equilibrio, esaadecuacin entre la abstraccin propia de laenseanza de la Filosofa y la realidad que vivena diario nuestros alumnos, podremos decir quehemos rebatido las viejas acusaciones lanza-

    El vivir completa-El vivir completa-mente ajenos a lasmente ajenos a lascosas que los hom-cosas que los hom-bres tenemos msbres tenemos mscerca y el estudiocerca y el estudiode cosas entera-de cosas entera-mente intilesmente intiles

    siguen siendo lassiguen siendo lasdos grandes acusa-dos grandes acusa-ciones que an hoyciones que an hoyen da se dirigenen da se dirigen

    contra la Filosofa.contra la Filosofa.

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    das contra el primer filsofo. El enseante deFilosofa no mirar ya a las cosas lejanas eintiles, sino a aqullas que tenemos bajo nues-tros pies y delante de nosotros, ocultas y quizperdidas entre las pginas del peridico o entrelas imgenes de un programa de televisin.

    Mara Teresa Fernndez Martnez esprofesora de Enseanzas Medias en Huelva.

    Notas1. ARISTTELES, Poltica A 11, 1259 a 92. FERNNDEZ MARTNEZ, M.T. (1992): Elmiedo a la informacin: la necesaria utilizacin de laprensa en las aulas, en Ensear y aprender con prensa,radio y televisin. Huelva, Grupo Pedaggico AndaluzPrensa y Educacin, pg. 49.3. LINDZEY, HALL y THOMPSON (1985):Psicologa. Barcelona, Omega, pg 491.4. PIAGET, J.: Obras completas.