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“DIFERENTES PROPUESTAS PARA LA MEDICIÓN DE LA CALIDAD Y BIENESTAR
SOCIAL DE LAS PERSONAS MAYORES EN EUROPA A TRAVÉS DE ÍNDICES
COMPUESTOS”
Mª José Dorado Rubín
Mª José Guerrero Mayo
Departamento de Sociología
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
La presente comunicación se enmarca dentro del proyecto “La Calidad Social en Europa. Diseño
y construcción de Índices Compuestos para la medición y monitorización de la calidad de las
sociedades europeas” (CSO2012-35032) IP: Eduardo Bericat, cuyo objetivo final es el desarrollo
de un Sistema de Índices de Calidad de las Sociedades Europeas (SICSE). Este sistema estará
formado por un conjunto de índices sintéticos o indicadores compuestos que permitirán la
medición de distintos fenómenos sociales vinculados con la calidad de las sociedades europeas.
Se trata de comparar y monitorizar la calidad de las sociedades de los veintisiete países
pertenecientes a la Unión Europea.
Resumen: En esta comunicación se plantea el análisis del envejecimiento de las sociedades
europeas como un ámbito fundamental de la calidad y el bienestar social y que, por tanto, se hace
necesario medir su calidad. Para ello, se plantea la elaboración de un índice compuesto ya que, por
una parte, permite medir una realidad compleja y multidimensional como es el envejecimiento,
que va más allá de ser un fenómeno demográfico y que implica y tiene múltiples consecuencias
sociales y, por otra parte, permite la comparación entre países. El modelo propuesto por la
Asociación Internacional de la Calidad Social, IASQ en sus siglas en inglés (anterior Fundación
Europea de la Calidad Social), ofrece el marco teórico analítico más adecuado ya que combina
aspectos de calidad de vida y de calidad de la sociedad, así como condicionantes normativos, lo
que supone una visión integradora que conceptualiza la calidad social como la confluencia de
estrategias personales, normativas e institucionales, bienestar individual y bienestar social. De este
modo, se plantea que la manera de envejecer es crucial en el bienestar de las personas y este
bienestar está determinado, a su vez, por el contexto social en el que se desarrolla. En la primera
parte de la comunicación se realiza un análisis comparativo de una serie de indicadores de ámbito
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europeo que reflejan, por una parte, la multidimensionalidad de esta realidad y, por otra, las
diferencias existentes entre países. La última parte de la comunicación, se centra en el análisis de
algunos de los índices compuestos de envejecimiento que en los últimos años se han diseñado y
cuya finalidad es, en la mayoría de los casos, la medición del bienestar de las personas mayores a
partir de una medida única, tratando de constituirse en herramientas para el diseño y desarrollo de
políticas y programas adecuados que mejoren la calidad de vida y el bienestar de las personas
mayores. La posibilidad de conocer su evolución en el tiempo y entre distintos países, ofrece una
oportunidad para mejorar las actuaciones públicas y, por tanto, incrementar la calidad de vida de
las personas a corto, medio y largo plazo. Esta parte centra el principal interés de la comunicación
ya que expone los principales resultados obtenidos del análisis comparativo efectuado,
convirtiéndose en el paso previo para el diseño y desarrollo de un índice compuesto para la
medición de la calidad en el envejecimiento, por parte de las autoras.
Palabras Clave: Envejecimiento, calidad social, índices, indicadores compuestos, género
1. Introducción
El envejecimiento ha originado uno de los debates más controvertidos en la actualidad dadas sus
implicaciones económicas, laborales, sociales y políticas. Se trata de un fenómeno social que más
allá de solucionarse con el transcurso del tiempo, se hace más complejo. Esto lo convierte en un
tema que suscita un interés especial en los países desarrollados, no sólo por su importancia
numérica, sino por las derivaciones y consecuencias del colectivo de mayores sobre las demandas
sanitarias, el pago de pensiones del Estado, la tendencia del voto político, el desarrollo de los
servicios sociales, la incidencia sobre el empleo, las implicaciones para la familia y la mujer, etc.
Se hace, por tanto, necesario aproximarse a su estudio desde un enfoque multidimensional para
abarcar los factores contextuales, pertenecientes a ámbitos diferentes, y en ocasiones distantes y
opuestos, que lo configuran, así como, las interrelaciones existentes entre ellos, sin perder el
sentido práctico que permita un conocimiento completo del fenómeno para actuar racional y
coherentemente.
El diseño de un índice compuesto se considera una herramienta adecuada para la medición de la
calidad en el envejecimiento, por su capacidad para integrar diferentes dimensiones y permitir
comparar en el tiempo y en el espacio. La investigación mediante indicadores sociales se ha
incrementado mucho dada la ingente cantidad de información estadística disponible en las
3
sociedades desarrolladas como la incapacidad de ofrecer por sí misma, un riguroso conocimiento.
Así los índices “pueden cumplir una función estructuradora clave, tanto teórica como empírica, en
la investigación con indicadores sociales. Por otra parte, los índices sintéticos también pueden
jugar un papel muy relevante en la agenda de la opinión pública y en la configuración de las
políticas públicas” (Bericat y Camarero, 2011).
Con el objetivo de diseñar un índice para la medición de la calidad del envejecimiento en Europa,
una de las primeras tareas realizadas ha sido la recopilación y revisión de los índices existentes. Se
trataba de recopilar índices que ofreciesen una medida del envejecimiento como fenómeno
multidimensional y no sólo demográfico, y que permitiesen comparar este fenómeno entre países
europeos.
En esta comunicación se presentan los resultados de esta tarea, mostrando las características y los
resultados obtenidos en cinco índices de calidad del envejecimiento en las sociedades europeas y
que se han seleccionado en base, principalmente, a su calidad y fiabilidad. Los cinco índices
seleccionados se aproximan a la medición del envejecimiento de la población desde un enfoque
multidimensional y todos ellos tienen como finalidad ofrecer información útil para el diseño de
políticas públicas adecuadas. No obstante, no todos ellos ofrecen información para todos los países
europeos (EU), por lo que los rankings que ofrecen, en algunos casos, son muy limitados.
Los índices analizados son los siguientes:
En primer lugar, el Global AgeWatch Index, elaborado por la organización de carácter
internacional HelpAge International, mide el bienestar social y económico de las personas
mayores en 96 países, mostrando cuál es el mejor y el peor país para envejecer, basándose en
cuatro factores: la seguridad económica, el estado de salud, las capacidades y el entorno favorable.
En segundo lugar, el Index of Well-being in older populations, índice compuesto que trata de
medir el bienestar de los mayores en 11 países europeos y Estados Unidos. En línea con el anterior
abarca cuatro ámbitos de análisis semejantes relacionados con el bienestar material, bienestar
social, físico y emocional.
En tercer lugar, el Active Ageing Index, elaborado por la United Nations Economic Commission
for Europe (UNECE), se define como un instrumento útil para evaluar las condiciones de vida,
económicas o de participación social, para desarrollar un envejecimiento activo y saludable en 27
países de la Unión Europea. Plantea cuatro dimensiones de análisis: empleo, actividad social y
4
participación, modo de vida autónomo e independiente, capacitación y entorno ambiental,
orientados a la medición del envejecimiento activo.
En cuarto y quinto lugar, el Aging Vulnerability Index y el Global Aging Preparedness Index,
ambos centrados en la medición de la capacidad de los distintos países para afrontar los elevados
costes del envejecimiento en el futuro. Desde una perspectiva diferente a los anteriores, con una
orientación claramente económica y prospectiva, sus dimensiones de análisis abarcan la
sostenibilidad fiscal y financiera, dependencia, ingresos, apoyo familiar, etc.
De la revisión de estos índices no solo apreciamos sus propios resultados, en términos de los
países en los que se envejece mejor, sino que nos ha permitido apreciar las dificultades que la
construcción de un índice de este tipo conlleva, que justifica, en la mayoría de los casos las
limitaciones apreciadas. Todos ellos parten den marcos teóricos consistentes, y su diseño y
elaboración requiere de la toma de decisiones metodológicas importantes determinadas, en
muchos casos, por la falta de la información necesaria. Y aunque las dimensiones de análisis, los
indicadores o variables, así como las fuentes de información sean diferentes, la coincidencia de
algunos resultados muestra la fiabilidad y calidad de los mismos.
La principal justificación para la construcción de estos índices, es la de ofrecer herramientas e
información, que permitan un diseño coherente y racional de las políticas públicas orientadas a
hacer frente al gran desafío que supone el envejecimiento poblacional. La construcción de un
nuevo índice para la medición de la calidad del envejecimiento en las sociedades europeas, tarea
que nos ocupa en estos momentos, se justifica además, por la necesidad de incorporar nuevas
dimensiones de análisis de carácter estructural, que permita determinar el carácter más o menos
igualitario de los procesos de envejecimiento, para ello, entre otras variables, se requiere incluir la
variable sexo.
A continuación, se ofrecen algunos datos sobre envejecimiento en Europa para después continuar
con la descripción de cada uno de los índices, así como de sus principales resultados. Tras esta
exposición, y a modo de conclusión, se avanza el marco teórico y metodológico en el que se basa
la construcción de nuestro índice.
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1. Algunos datos sobre envejecimiento en Europa
Las proyecciones de población mostradas en los siguientes gráficos evidencian cómo la tendencia
al envejecimiento de la población es algo generalizado en la mayoría de los países europeos.
Llaman la atención países como Eslovaquia cuya población de 65 y más años pasaría de
representar el 13,9% en 2015 al 35,7% en 2080. Portugal y Alemania también alcanzarían en 2080
porcentajes parecidos (35,7% y 32,5%, respectivamente) aunque en 2015 cuentan con porcentajes
más elevados (20,2% y 21,5%, respectivamente).
Gráfico 1: Proporción de la población de 65 y más años en 2015 y previsión en 2080. UE (27)
Fuente: Eurostat. Elaboración propia.
De esta manera, estos países obtendrían ratios de dependencia muy elevadas. Esta ratio representa
el porcentaje de personas de 65 y más años sobre la población de 15 a 64 años. Para Eslovaquia en
2080 sería de 70,1, es decir, por 100 personas en edad de trabajar (15-64 años) existen 70,1 de
personas inactivas.
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Gráfico 2: Ratio de dependencia (población de 65 y más años sobre población de 15 a 64 años) en 2015 y
previsión en 2080. UE (27)
Fuente: Eurostat. Elaboración propia.
Tan solo un dato en cuanto a las diferencias entre mujeres y hombres que muestra que el
envejecimiento ofrece diferencias según sexo. La esperanza de vida más elevada de las mujeres
repercute en la feminización del envejecimiento, que en la UE (27) se situaba en 2015 en 1,4. Lo
que significa que las mujeres están sobrerepresentadas en este grupo de edad.
Las diferentes condiciones de vida y, principalmente, los menores recursos económicos de las
mujeres con respecto a los hombres, determina unas condiciones de envejecimiento diferentes que
hay que tener en cuenta.
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2. Índices sobre calidad del envejecimiento en Europa
Este apartado se centra en el análisis de algunos de los índices compuestos de envejecimiento que,
en los últimos años, se han diseñado y cuya finalidad es, en la mayoría de los casos, la medición
del bienestar de las personas mayores a partir de una medida única, tratando de constituirse en
herramientas para el diseño y desarrollo de políticas y programas adecuados que mejoren la
calidad de vida y el bienestar de las personas mayores. Tal y como se ha comentado en el apartado
introductorio uno de los requisitos básicos para la selección de estos índices ha sido que ofreciesen
información sobre países europeos. La posibilidad de conocer su evolución en el tiempo y entre
distintos países, ofrece una oportunidad para mejorar las actuaciones públicas a nivel europeo y en
cada uno de los países, y, por tanto, incrementar la calidad de vida de las personas a corto, medio y
largo plazo. Esta parte centra el principal interés de la comunicación ya que expone los principales
resultados obtenidos del análisis comparativo efectuado, convirtiéndose en el paso previo para el
diseño y desarrollo de un índice compuesto para la medición de la calidad en el envejecimiento,
por parte de las autoras. En las tablas en las que se recogen los resultados de los mismos, solo se
muestran países de Europa, aunque incluyan más.
El Global AgeWatch Index, elaborado por la organización de carácter internacional HelpAge
International, mide el bienestar social y económico de las personas mayores en 96 países,
mostrando cuál es el mejor y el peor país para envejecer, basándose en cuatro factores: la
seguridad de ingresos, el estado de salud, las capacidades y un entorno favorable.
Las bases conceptuales de este índice se basan en la revisión de la literatura sobre las medidas de
bienestar de las personas mayores, en particular las derivadas del trabajo seminal de Amartya Sen
sobre el concepto de capacidades. Se cree que el verdadero progreso hacia la promoción de la
calidad de vida y el bienestar de las personas mayores sólo puede lograrse teniendo en cuenta la
seguridad de los ingresos, el estado de salud, las oportunidades de trabajo y educación, y mediante
la generación de un entorno propicio para las personas mayores que les ofrezca apoyo social,
libertad personal, seguridad física y acceso a los servicios públicos básicos como, por ejemplo, el
transporte (Zaidi, 2013: 5).
Estas cuatros dimensiones que componen el índice se basan en un total de 13 variables:
Seguridad del ingreso: La falta de ingresos incide en otros ámbitos sociales, y también
combina de manera adversa con otros factores que se asocian con el proceso de
envejecimiento. Esta dimensión se mide a través de 4 variables: la cobertura de los
ingresos de pensiones, la tasa de pobreza en la vejez, y el bienestar relativo de las personas
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mayores y el PIB per cápita para medir las diferencias en el nivel de vida de las personas
mayores en todos los países.
Estado de salud: El mantenimiento de la salud en la tercera edad no sólo tiene un impacto
directo en el bienestar personal sino que también mejora su capacidad para lograr otros
aspectos del bienestar. Esta dimensión se mide utilizando 3 indicadores: la esperanza de
vida a los 60 años, la esperanza de vida saludable a los 60 y el bienestar psicológico
Empleo y Educación: El empleo y la educación se destacan como atributos importantes en
las personas mayores, ya que mejoran la resiliencia y la capacidad de respuesta dentro de
las limitaciones y las oportunidades de las sociedades en las que viven. Esta dimensión se
mide a través de 2 indicadores: la tasa de empleo y nivel de educación.
Entorno favorable: Los elementos críticos de un entorno propicio son la conectividad
social, la seguridad física y la libertad de elección y el acceso a un buen transporte, ya que
se identifican importantes por las propias personas mayores, siendo los 4 indicadores
incluidos en esta dimension. (Zaidi, 2013: 9-10).
Se ha elaborado a partir de datos internacionales elaborados por el Departamento de las Naciones
Unidas de Asuntos Económicos y Sociales, el Banco Mundial, la Organización Mundial de la
Salud, Organización Internacional del Trabajo, la UNESCO y la Encuesta Mundial Gallup (Zaidi,
2013). La metodología utilizada para construir este índice es la misma que la utilizada para el
Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD). También se inspira en el Índice de Envejecimiento Activo de la Comisión Europea y la
Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UNECE). El resultado del índice es la
media geométrica de los índices normalizados para cada una de las cuatro dimensiones a las que se
les puede asignar pesos diferentes (Zaidi, 2013: 13). Sin embargo, los coeficientes de ponderación
utilizados para cada una de las cuatro dimensiones son los mismos. La suposición de peso igual se
justifica con el argumento de que se evita cualquier juicio de valor sobre la importancia relativa de
cualquier dimensión en la medición del bienestar de las personas mayores.
Cada valor del indicador se expresa en términos "normalizados". Los valores mínimos y máximos
se utilizan para normalizar cada uno de los indicadores para estar entre 0 y 100, usando esta
ecuación: Indicador normalizado= (valor real - valor mínimo) / (valor máximo - valor mínimo). La
elección de los valores mínimos y máximos se hace sobre la base de los 91 países en 2013 (96
países en 2014 y en 2015) que integran el Índice. Para evitar valores cero, los valores más altos y
más bajos utilizados en los cálculos de normalización se ajustan ligeramente. Por ejemplo. la
puntuación mínima de la esperanza de vida a los 60 años es de 16 años y el máximo es de 26 años,
9
pero se han ajustado en 15 y 27 años respectivamente. El Índice Global de 2015 AgeWatch se ha
construido utilizando la misma metodología que para la primera edición de 2013.
Todos los valores de los indicadores se expresan como valores positivos, por lo que cuanto mayor
sea el valor, mejor es la clasificación del país. Esto significa que para algunos valores de los
indicadores han sido necesarios ajustes. Por ejemplo, el valor indicador de la tasa de pobreza se
invierte y se expresa en términos de "ningún riesgo de pobreza" (Zaidi, 2013: 13).
En la tabla se presenta el ranking invertido, siendo 1 el mejor, es decir el país que obtiene el valor
más alto y 28 el país que obtiene el valor menor.
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Tabla 1: Global AgeWatch Index, países europeos, 2015
Países Puntuación Ranking Seguridad del
ingreso Estado de
Salud Capacidades
Ambiente
favorable
Austria 74.4 6 84.3 72.7 37.6 82.7
Bélgica 63.4 13 73.1 68.7 32.9 73.4
Bulgaria 49.7 25 67.9 40.0 47.5 59.8
Croacia 44.0 26 50.5 55.3 30.0 58.9
Chipre 58.2 16 71.7 70.7 34.8 63.8
República Checa 65.6 11 81.8 56.1 56.4 65.8
Dinamarca 78.6 5 80.9 68.1 59.9 77.7
Estonia 64.4 12 70.7 50.0 64.8 68.1
Finlandia 72.7 7 80.3 70.8 44.8 76.1
Francia 71.2 9 88.4 78.3 35.8 74.2
Alemania 84.3 2 80.9 75.6 68.4 78.6
Grecia 34.5 28 76.8 70.7 16.9 49.6
Hungría 52.2 21 73.2 47.4 35.8 63.1
Irlanda 72.0 8 79.9 73.1 40.6 77.0
Italia 53.5 19 78.2 78.7 28.2 58.5
Letonia 55.2 18 74.5 44.1 57.0 60.1
Lituania 43.2 27 63.8 44.2 50.0 52.6
Luxemburgo 69.5 10 89.7 76.6 31.0 76.1
Malta 49.8 24 63.5 72.1 18.9 66.4
Holanda 83.0 3 85.9 74.8 59.6 79.6
Polonia 57.4 17 77.6 55.3 31.1 69.2
Portugal 52.9 20 82.1 70.7 19.5 5.4
Rumania 50.8 23 78.4 44.9 34.1 2.0
Eslovaquia 52.1 22 78.7 51.4 45.6 6.8
Eslovenia 60.6 15 77.7 63.2 23.9 9.2
España 61.7 14 73.4 80.5 24.0 4.7
Suecia 84.4 1 83.5 75.2 65.6 9.4
Reino Unido 79.2 4 81.5 69.3 53.6 .8
Fuente: HelpAge International (2015a:22-23)
11
El Index of well-being in older populations, elaborado por el Satnford Center on Longevity
(SCL) y la Population Reference Bureau (PRB), tiene como objetivo facilitar el análisis que
permita la evaluación de cómo los programas del gobierno nacional, las normas culturales y los
factores sociales y económicos afectan al bienestar de las personas mayores lo que requiere a
menudo la comparación entre países. El índice de bienestar de las personas mayores es una medida
resumen del bienestar de los mayores basándose en datos comparables entre países.
La conceptualización del bienestar se basa en los estudios de Cummins (1996; 1997) y Land
(2001), que han evaluado el bienestar subjetivo y Rowe y Kahn (1968) que han identificado las
principales conductas o características que tiene un envejecimiento exitoso. Por un lado, Cummins
(1996, 1997) y Land (2001) consideran que la sensación de bienestar del individuo se ve
influenciada por múltiples factores: bienestar material, es decir, control de los recursos materiales
y financieros; salud; la seguridad; la actividad productiva, como el empleo, trabajo, educación; la
participación en la comunidad; las relaciones con amigos y familiares y, por último, el bienestar
emocional (Cummins, 1996; 1997; Land, 2001). Y, por otra parte, Rowe y Kahn (1968) en el libro
Successful Aging, definen "envejecimiento exitoso" como "la capacidad de mantener tres
conductas o características principales: (1) bajo riesgo de enfermedades y discapacidades
relacionadas con la enfermedad, (2) alta función mental y física, y (3) un compromiso activo con
la vida "(p. 38) (citado por Kaneda y Pollard, 2011a: 7).
Para construir el índice, los autores han considerado ambas perspectivas resumidas en cuatro
dimensiones: bienestar material; bienestar físico (salud y discapacidad); el bienestar social (las
relaciones y la participación activa en la vida); y el bienestar emocional (salud mental y la moral).
En total incluyen 12 indicadores:
Bienestar material: La investigación indica una fuerte relación entre el nivel de riqueza y
diversos indicadores de bienestar, incluyendo la salud y la vida (Kaneda y Pollard, 2011a:
17). Esta dimensión se mide mediante 2 indicadores: media de los ingresos del hogar per
cápita y porcentaje de población que no está en la pobreza absoluta.
Bienestar físico: La salud afecta la capacidad para cuidar de sí mismo, para mantenerse
activo y productivo, y para vivir de forma independiente en la comunidad. La mala salud
reduce directa e indirectamente la felicidad y la satisfacción general con la vida (Kaneda y
Pollard, 2011a: 21). Se mide mediante 5 variables: porcentaje de población sin
discapacidad, porcentaje de población sin dificultades para tomar medicinas (viviendo
independientemente), porcentaje de población sin dificultades para caminar una distancia
12
corta (sin limitaciones funcionales), esperanza de vida en edades avanzadas (50-54, 65-69
o 75-79) y porcentaje de población que no obesa.
Bienestar Social: esta dimensión captura el compromiso social que abarca la participación
de la familia, compañeros, miembros de la comunidad y las instituciones locales. El
compromiso social en la vejez se asocia con una mejor salud y una mayor satisfacción con
la vida (Kaneda y Pollard, 2011a: 28). Se mide mediante 2 variables: porcentaje de
población que participa en una actividad económica o social (relacionado socialmente) y el
porcentaje de población que al menos está en contacto con un hijo.
Bienestar emocional: La salud emocional de los adultos mayores puede verse afectada por
la salud física y la disponibilidad de apoyo social (Kaneda y Pollard, 2011a: 33). Se mide
mediante 3 variables: porcentaje de población sin informe clínico de depresión, tasa de
suicidios de adultos por cada 100.000 personas (codificada inversamente) y porcentaje de
población satisfechos con su vida actual y sus perspectivas futuras.
El Índice de bienestar para la población mayor mide el estado actual de los adultos mayores en tres
grupos de edad (50-64, 65-74 y 75 y más años) en 12 países, 11 países de Europa más Estados
Unidos (Kaneda y Pollard, 2011a: 11). Se basa casi exclusivamente en datos de encuestas de
poblaciones no institucionalizadas llevadas a cabo entre 2004 y 2006, las Encuestas de Salud y
Retiro (HRS) en los Estados Unidos y en el Estudio de Salud, Envejecimiento y Jubilación en
Europa (SHARE ). Las principales componentes de las encuestas SHARE fueron diseñados para
ser comparable con la encuesta HRS (Kaneda y Pollard, 2011a: 4).
Después de la revisión de un conjunto amplio de indicadores de bienestar para los países de todo el
mundo, el equipo se centró en los indicadores disponibles en 12 países de los estudiados y que
tienen niveles similares de desarrollo: Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia,
Italia, Países Bajos, España, Suecia, Suiza, y los Estados Unidos. De esta manera se reducía la
influencia de factores culturales y económicos en los resultados, seleccionando solo países
industrializados occidentales y dejando a un lado los países industrializados en otras regiones
(como Japón, Corea del Sur, e Israel) o los países de mercados emergentes de Europa (como
Polonia, República Checa y Hungría) que también realizan encuestas comparables.
Según los autores, restringir el análisis a estos 12 países proporciona la oportunidad de examinar
cómo cada indicador se comporta dentro de un conjunto más homogéneo de naciones, antes
extenderlos a un conjunto más diverso de naciones en una etapa posterior (Kaneda y Pollard,
2011a: 8 ).
13
Las puntuaciones del índice y de los indicadores, abarcan de 0 a 100 y cada uno se redondea al
número entero más próximo. Todos ellos han sido construidos de manera que un valor más alto
significa un mayor bienestar (Kaneda y Pollard, 2011a: 11). El Índice es la media de las
puntuaciones de las cuatro dimensiones. La puntuación de cada dominio es en sí misma una media
de puntuaciones de los indicadores subyacentes. Las puntuaciones se obtienen mediante la
normalización de valores de cada indicador como un porcentaje del valor observado como el
mejor para ese indicador entre los países del estudio. El mejor valor observado es considerado la
"mejor práctica" y tiene una puntuación de 100 (Kaneda y Pollard, 2011a: 11).
Tabla 2a, SCL/PRB Index of Well-Being for Older Populations in people aged 50-64, 2004- 2006
Países Puntuación Ranking Bienestar Material Bienestar Físico Bienestar Social Bienestar
Emocional
Austria 76 6 75 96 82 52
Bélgica 76 6 73 95 84 52
Dinamarca 88 1 96 96 93 67
Francia 76 6 73 98 88 44
Alemania 77 5 81 98 85 45
Grecia 78 4 55 97 87 73
Italia 73 9 64 98 75 54
Holanda 82 3 82 97 89 58
España 71 10 52 95 81 55
Suecia 85 2 89 98 95 58
Fuente: Kaneda and Pollard (2011a: 47)
Tabla 2b, SCL/PRB Index of Well-Being for Older Populations in people aged 65-74, 2004-2006
Países Puntuación Ranking Bienestar
Material
Bienestar
Físico
Bienestar
Social
Bienestar
Emocional
Austria 76 4 85 95 69 54
Bélgica 73 7 75 93 70 52
Dinamarca 81 1 79 94 82 68
Francia 74 6 81 96 68 51
Alemania 72 8 81 94 70 43
Grecia 76 4 56 92 81 75
Italia 66 9 64 94 58 49
Holanda 81 1 91 94 75 65
España 63 10 53 91 61 48
Suecia 80 3 89 97 77 56
Fuente: Kaneda and Pollard (2011a: 50)
14
Tabla 2c, SCL/PRB Index of Well-Being for Older Populations in people aged 75+, 2004-2006
Países Puntuación Ranking Bienestar
Material
Bienestar
Físico
Bienestar
Social
Bienestar
Emocional
Austria 73 3 90 90 61 51
Bélgica 71 5 79 85 63 55
Dinamarca 75 2 79 87 70 65
Francia 70 6 85 87 61 47
Alemania 69 8 81 87 63 44
Grecia 70 6 50 83 79 70
Italia 62 9 64 87 52 47
Holanda 78 1 98 89 68 59
España 57 10 46 79 59 46
Suecia 73 3 83 88 67 53
Fuente: Kaneda and Pollard (2011a: 53)
En tercer lugar, el Active Ageing Index de la Comisión Europea y la Comisión Económica de las
Naciones Unidas para Europa (UNECE). Parte de la siguiente definición de Envejecimiento
Activo: la situación en la que las personas son capaces de vivir una vida sana, independientes y
seguras a medida que envejecen y así continuar participando en el mercado laboral formal, así
como participar en otras actividades productivas no remuneradas (como el voluntariado y la
prestación de la asistencia a los miembros de la familia) (Zaidi et al. 2013: 6). Así, el
envejecimiento activo significa envejecer en buen estado de salud y como miembro de pleno
derecho de la sociedad, sintiéndose más realizado en sus puestos de trabajo y en sus compromisos
sociales, más independientes en la vida cotidiana, y más comprometidos como ciudadanos
(UNECE, 2015: 4).
El Índice de Envejecimiento Activo está pensado como una herramienta para los políticos y otros
grupos de interés con el fin de hacer frente a los retos del envejecimiento: "El objetivo general del
proyecto Índice de Envejecimiento Activo es identificar las áreas en las que las diferentes políticas
y programas pueden promover la contribución y el potencial de las personas mayores" (ibid.). "El
Índice de Envejecimiento Activo es una herramienta para medir el potencial sin explotar de las
personas mayores para un envejecimiento activo y saludable en todos los países. Mide el grado en
que las personas mayores llevan una vida independiente, participan en actividades sociales y de
empleo remunerados, así como su capacidad de envejecer activamente "(UNECE, 2015: 13).
El Índice está compuesto de 4 dimensiones. Las tres primeras se basan en las tres áreas que el Año
Europeo 2012 del Envejecimiento Activo planteó para promocionarlo (mencionado en la página
web EY2012). La cuarta dimensión se inspira en el marco conceptual de Amartya Sen sobre
capacidades, en el que estas se definen como oportunidades para mejorar el bienestar y la calidad
15
de vida sustantivas, como la esperanza de vida, la salud, la educación, la participación social y así
sucesivamente (véase, por ejemplo, Sen 1985, 1993, 2009) "(Zaidi et al 2013: 6-7.).
Empleo: como la esperanza de vida aumenta en toda Europa, la edad de jubilación está
aumentando, pero muchos temen que no van a ser capaces de permanecer en sus puestos de
trabajo actuales o encontrar otro trabajo hasta que puedan retirarse con una pensión
decente. Hay que dar a los trabajadores de más edad más posibilidades en el mercado
laboral. Para esta dimensión se utilizan 4 variables.
Participación en la sociedad: retirarse de un trabajo no significa que deje de ser útil. La
contribución de las personas mayores a la sociedad como cuidadoras de otras personas, por
lo general sus propios padres o cónyuges y sus nietos se suele pasar por alto y también lo
es su papel como voluntarios. Para esta dimensión se utilizan 4 variables.
Vida independiente, saludable y segura: nuestra salud se deteriora a medida que se
envejece, pero se puede hacer mucho para hacer frente a esta disminución. Pequeños
cambios en nuestro entorno pueden suponer una gran diferencia para las personas que
sufren diversos problemas de salud y discapacidades. El envejecimiento activo significa
también adquirir el poder a medida que envejecemos, para que podamos seguir a cargo de
nuestra propia vida el mayor tiempo posible. Para esta dimensión se utilizan 8 variables.
Capacidad y ambiente propicio para el envejecimiento activo: esta dimensión mide activos
como la esperanza de vida; el capital de salud como la esperanza de vida saludable, el
bienestar mental; y los aspectos de capital humano como el nivel de instrucción (Ibíd.).
Para esta dimensión se utilizan 6 variables.
El Índice de Envejecimiento Activo se construye de tal manera que las puntuaciones van de 0 a
100 y se calculó usando pesos para los indicadores y las dimensiones que fueron definidos de
manera consensuada dentro del Grupo de Expertos (UNECE, 2015: 16).
Para cada dominio se calcula el promedio ponderado de los indicadores. El indicador agregado
global se calcula como la media ponderada aritmética de los índices específicos de dominio. Los
pesos explícitos finales utilizados para los cuatro dominios son, respectivamente, 35, 35, 10 y 20
para las cuatro dimensiones (Zaidi et al 2013: 16).
Todos los indicadores individuales se miden en la misma escala, que van desde 0 (resultado menos
positivo en términos de envejecimiento activo) a 100 (UNECE, 2015: 16), se encuentran
expresados en términos de porcentaje y cuanto mayor sea el valor, mejor es el resultado del
envejecimiento activo (Zaidi et al 2013: 16).
16
Table 3, Active Ageing Index, 2014
Países Puntuaciones Ranking Empleo Participación
en la sociedad
Independencia,
salud y
seguridad
Capacidad y
Medio
favorable
Austria 34,1 13 24,7 18,2 73,8 58,2
Bélgica 33,7 15 21,0 20,2 72,5 60,3
Bulgaria 29,9 22 25,1 12,5 62,7 52,2
Croacia 31,6 18 21,7 18,7 69,5 52,8
Chipre 34,2 12 31,4 18,1 68,0 50,4
República
Checa 34,4 11 28,0 18,8 71,2 54,3
Dinamarca 40,3 2 35,8 19,6 79,0 65,1
Estonia 34,6 10 39,7 12,8 67,3 47,5
Finlandia 39 5 33,7 20,5 79,0 60,5
Francia 35,8 7 24,1 22,8 75,9 59,1
Alemania 35,4 9 34,4 13,.6 74,4 55,8
Grecia 27,6 28 20,4 13,7 64,8 45,8
Hungría 28,3 26 19,3 15,4 68,0 46,9
Irlanda 38,6 6 30,6 24,1 74,9 60,0
Italia 34 14 23,0 24,1 69,0 53,4
Letonia 31,5 19 32,0 13,8 58,7 48,2
Lituania 31,5 19 30,5 14,7 66,2 45,3
Luxemburgo 35,7 8 21,9 22,2 75,7 63,6
Malta 31,5 19 20,1 17,3 70,1 57,1
Holanda 40 3 33,9 22,4 78,9 61,8
Polonia 28,2 27 22,4 12,1 64,9 47,9
Portugal 33,5 16 32,6 14,1 67,3 52,1
Rumania 29,6 24 31,0 12,7 61,7 40,9
Eslovaquia 21,9 13,7 65,8 47,1 28,5 25
Eslovenia 29,8 23 19,1 16,3 74,2 50,0
España 32,6 17 23,3 17,8 69,8 56,3
Suecia 44,9 1 43,4 22,9 78,6 69,2
Reino Unido 39,7 4 35,8 21,6 73,7 61,3
EU28 33,9 27,9 17,7 70,6 54,4
Fuente: UNECE/European Commission (2014: 21)
En cuarto lugar, el Aging Vulnerability Index elaborado por el Center for Strategic and
International Studies and Watson Wyatt Worldwide, evalúa la "vulnerabilidad" de los países
desarrollados a los crecientes costos de dependencia de las personas mayores. En su primera
17
edición, el Índice cubre doce países con previsión a ampliarse a otros países del mundo
desarrollado y, si los datos se lo permiten, algunos países en desarrollo (Jackson y Howe, 2003: 3).
Este índice es el precursor del Global Aging Preparedness Index que se expone a continuación. El
Índice de vulnerabilidad en el envejecimiento es el primer intento de desarrollar una medida
integral del desafío que supone la dependencia de la vejez de manera comparada en todos los
países desarrollados. Como tal, y según sus propios autores, debe ser considerado como
experimental (Jackson y Howe, 2003: 2).
El índice está compuesto de 4 dimensiones:
Presupuesto público: que mide la magnitud de la carga de dependencia de las personas
mayores en el presupuesto de cada país. Se utilizan 3 variables.
Margen presupuestario: que mide la capacidad de cada país para ajustar el crecimiento de
las prestaciones de vejez a través de mayores impuestos, los recortes en otros gastos o
endeudamiento público. Se utilizan 3 variables.
Prestaciones-dependencia: que miden cómo de dependientes son las personas mayores de
las prestaciones públicas y, por lo tanto, lo políticamente difícil que puede ser la reducción
de los recursos bajo la ley actual o incluso llevar a cabo reducciones de las prestaciones
que ya están programadas realizarse. Se utilizan 3 variables.
Riqueza de las personas mayores: que mide el ingreso per cápita de las personas mayores
(60 o más años) de cada país en relación con los ingresos de personas no mayores (15-59
años). Se utilizan 2 variables. (Jackson y Howe, 2003: 4).
Cada indicador se normaliza primero, de modo que el valor medio es de 50, y los valores por
encima y por debajo de la media de la desviación estándar se establece en 100 y 0,
respectivamente; los indicadores se agrupan en dimensiones por media aritmética no ponderada;
dimensiones que luego se suman en el índice general por media aritmética ponderada (Yang,
2014: 81).
Por último, la categoría puntaje se promedia a sí mismo de la siguiente manera: Un peso de un
tercio se le da a la primera categoría de la carga pública, un tercio a la segunda categoría del
margen fiscal, y una tercera parte de la tercera y cuarta (Jackson y Howe, 2003: 19).
18
Table 4, Aging Vulnerability Index, 2003
Países Puntuación Ranking Presupuesto
público Margen
fiscal
Dependencia
de las
prestaciones
Riqueza de
las personas
mayores
Bélgica 63 5 47 68 10 67
Francia 81 6 81 82 103 58
Alemania 52 3 53 43 93 28
Italia 84 7 97 88 14 121
Holanda 62 4 68 66 81 22
España 93 8 139 91 47 49
Suecia 48 2 22 32 80 100
Reino Unido 7 1 -32 -28 45 117 Fuente: Jackson and Howe (2003: 20).
Por último, el Global Aging Preparedness Índex (GAP index) elaborado por el Center for
Strategic and International Studies Global Aging Initiative, tiene como propósito ofrecer una
evaluación más completa y realista de los progresos que los países están haciendo en su
preparación para el envejecimiento global, y en particular para el desafío que representa la
dependencia de las personas mayores.
El índice mide el desempeño de los países con respecto al otro en vez de establecer ningún
estándar absoluto de "preparación". Los autores consideraron establecer dicha norma, pero
llegaron a la conclusión de que cualquier referencia absoluta sería arbitraria. No existe un
consenso real dentro de los países, y mucho menos entre todos los países, sobre lo que constituye
una carga aceptable para la prestación de vejez sobre los trabajadores o un nivel aceptable de vida
para los jubilados (Jackson et al, 2010: 10.).
El índice hace proyecciones futuras basadas en un análisis prospectivo, teniendo en cuenta las
tendencias durante un período de tiempo y que muestra a diferentes países hacia donde van. Las
proyecciones de índice se extienden desde 2007 hasta el año 2040. El año base de las proyecciones
es 2010, el año más reciente del que se disponía de muchas series de datos. En la medida de lo
posible, sin embargo, los datos reales para 2011 y 2012 se incorporan en el modelo de proyección.
Se seleccionó 2040 como horizonte de las proyecciones del modelo, ya que la "transición
demográfica" en la mayoría de los países que se incorporan en el índice estará ya, en gran medida,
completa, según los autores. Según justifican si hubiesen cortado las proyecciones mucho antes de
2040, el índice no podría capturar todo el impacto del envejecimiento de la población. Si se
19
extendiesen las proyecciones más allá de 2040, se ganaría unos nuevos conocimientos analíticos
pero aumentaría, en gran medida, la incertidumbre de los resultados de la proyección (Jackson et
al, 2013: 51.).
El índice utiliza una base de referencia sin cambios, ya que está diseñado para servir como una
"prueba de estrés" de la política actual de jubilación. Su propósito no es pronosticar cómo van a
terminar los países, sino más bien mostrar hacia dónde se dirigen en su curso actual y, por tanto,
implícitamente, la magnitud de la política y las respuestas de comportamiento que pueden ser
necesarias para asegurar un resultado satisfactorio (Jackson et al, 2010: 7).
A lo largo del Índice, la “tercera edad" se definen como personas de 60 años o más, el "no
ancianos", como las personas menores de 60 años y el ingreso de cada grupo de edad se refiere a
los ingresos de los individuos dentro de ese grupo de edad, con la excepción de los cónyuges o
personas que atienden el hogar, que se consideran pertenecientes al mismo grupo de edad que el
cabeza de familia. En hogares con personas de edad avanzada y no ancianos que no son cónyuges,
el ingreso se divide entre los dos grupos de edad. El hecho de compartir los ingresos es muy
común en países desarrollados como Italia, España, y Japón, donde los ancianos y sus hijos
adultos suelen vivir juntos (Jackson et al., 2010: 10).
El índice se compone de dos sub-índices separados: el "índice de sostenibilidad fiscal" y el "índice
de suficiencia de los ingresos" (Jackson et al, 2010:.10), que miden el progreso que los países
están haciendo en su preparación para el envejecimiento global y los costes de la dependencia.
Abarca veinte países, incluyendo tanto los países desarrollados como los mercados emergentes.
Cada subíndice está compuesto de 3 dimensiones:
Índice de sostenibilidad fiscal: 1) Presupuesto Público: Esta categoría mide la magnitud del
presupuesto de cada país dedicada a las personas mayores dependientes; 2) Margen fiscal:
Esta categoría mide la capacidad de cada país para ajustar el crecimiento de su presupuesto
público a las personas mayores dependientes de prestaciones, aumentando los impuestos,
recortando otros gastos, o mediante la necesidad de financiación; 3). La dependencia de las
prestaciones: En esta categoría se mide cómo de dependiente son las personas mayores en
cada país de los beneficios públicos y, por lo tanto, lo políticamente difícil que puede ser la
reducción de los beneficios bajo la ley actual o incluso llevar a cabo reducciones de las
prestaciones que ya están programadas realizarse en el futuro (Jackson et al, 2010: 10-11.).
20
Índice de Adecuación de Ingresos: 1) Ingreso Total: Esta categoría mide el nivel general y
la tendencia de los ingresos de las personas mayores en relación con las personas no
mayores en cada país; 2) Vulnerabilidad de los ingresos: Esta categoría mide la adecuación
de los ingresos para los ancianos "clase media" en cada país, un grupo que será
desproporcionadamente afectado por los cambios en la generosidad de los sistemas de
ingresos de jubilación. Esta categoría mide también la magnitud de la pobreza ancianos; 3)
Apoyo familiar: Esta categoría mide la robustez de las redes de apoyo familiar en cada país
(ibid.).
Cada subíndice es el resultado de la media aritmética de cada categoría y sus valores. Cada
indicador se normaliza primero de modo que el valor medio es de 50, y los valores por encima y
por debajo de la media por una desviación estándar se establece en 100 y 0, respectivamente; los
indicadores se agrupan en categorías por media aritmética ponderada; los puntajes de cada
categoría se agregan en los dos subíndices, de nuevo por media aritmética ponderada "(Yang,
2014: 81).
Tabla 5a, GAP Fiscal Sustainability Index, 2010
Países Puntuación Ranking Presupuesto
Público Margen fiscal
Dependencia
de las
prestaciones Francia 23 4 22 25 21
Alemania 12 6 9 19 8
Italia 10 7 17 11 -1
Holanda 22 5 9 16 44
Polonia 47 2 73 58 3
España -9 8 -7 -22 -1
Suecia 51 1 53 57 41
Reino Unido 37 3 48 44 14
Fuente: Jackson et al. (2013: 26).
21
Tabla 5b, GAP Income Adequacy Index, 2010
Países Puntuación Ranking Presupuesto
Público Margen fiscal
Dependencia
de las
prestaciones Francia 47 5 52 52 30
Alemania 80 2 101 87 24
Italia 45 6 43 47 44
Holanda 95 1 119 110 19
Polonia 5 8 -45 25 68
España 42 7 46 33 51
Suecia 54 3 46 72 32
Reino Unido 53 4 68 51 29
Fuente: Jackson et al. (2013: 41).
3. Propuesta teórica para la construcción de un Índice sobre calidad del envejecimiento en
Europa
El concepto de “calidad social” según el modelo de la Fundación Europea de la Calidad Social, fue
impulsado por el ámbito académico pero, desde el principio, con un firme objetivo político: servir
de base para la formulación de políticas más justas y adecuadas a las necesidades y preferencias de
los ciudadanos europeos. Su propósito era mostrar en un único concepto diferentes áreas que,
hasta ese momento, según sus principales autores, se trataban de forma independiente sin
determinar el impacto que los diferentes procesos sociales, económicos y jurídicos tenían en la
vida cotidiana de las personas. La finalidad era romper con la lógica política imperante que
subordinaba las políticas sociales a las políticas económicas. Su propuesta trataba de contrarrestar
la tendencia neoliberal y economicista poniendo en un primer plano una visión social de Europa
basada en las metas de la UE de mejorar la cohesión social y combatir la exclusión social (Van
Der Maesen, L.J.G.; Thomese, F. y Walker, A., 2001).
Estos académicos impulsaron la creación de la Fundación Europea sobre la Calidad Social, actual
Asociación Internacional de la Calidad Social (IASQ)1, en 1997, coincidiendo con la presidencia
de los Países Bajos de la UE. Además, se redactó la Declaración de Amsterdam sobre la Calidad
Social, el 10 de junio del mismo año, en la que se establece la siguiente definición de la calidad
social “el grado en que los ciudadanos son capaces de participar en la vida social y económica de
1 La IASQ trabaja en el desarrollo de la teoría de la calidad social, la metodología de análisis y su aplicación política,
explorando las dinámicas de las sociedades contemporáneas y su impacto en la vida cotidiana de las personas. Trabaja
estrechamente con el European Observatory on Social Quality y el Asian Consortium of Social Quality.
22
sus comunidades en condiciones que les sirvan para mejorar su bienestar, su potencial individual y
el bienestar de sus comunidades”.
En su planteamiento establecen unos estándares mínimos en cuatro ámbitos fundamentales de la
vida social: la seguridad económica, la cohesión social, la inclusión social y el empoderamiento.
Es decir, para alcanzar un aceptable nivel de calidad social, según este modelo, deben cumplirse
cuatro condiciones:
- Las personas deben tener seguridad socio-económica, ya sea proveniente del trabajo, de la
seguridad social, de los cuidados sanitarios o de cualquier otro recurso, con el objetivo de
asegurar una vida digna y protegerlas de la pobreza y de otras formas de privación material o
inmaterial.
- Las personas deben sentir su inclusión, o un mínimo nivel de exclusión, en las políticas, en las
instituciones sociales y económicas como es el mercado de trabajo, en el sistema político y en
la organización comunitaria, con el fin de desarrollar su potencial.
- Las personas deberían ser capaces de vivir en comunidades y sociedades caracterizadas por un
nivel suficiente de cohesión, basándose en valores y normas colectivamente aceptados, los
cuales son indispensables para su existencia social.
- Las personas deben ser empoderadas para que sean capaces de participar plenamente,
especialmente en un contexto de rápidos cambios socio-económicos. El empoderamiento
significa que la gente pueda ser capaz de controlar sus propias vidas y aprovechar las
oportunidades.
Como afirma Bericat (2011), este modelo, además de un importante esfuerzo teórico, constituye
un relevante empeño práctico-político para dotar de suficiente contenido social a las políticas
públicas europeas combinando, además, aspectos de calidad de vida y calidad de la sociedad. En
relación a este último aspecto, la IASQ recoge en su página web las tres dimensiones básicas de
análisis de la calidad social:
1) Las condiciones objetivas de la vida diaria, incluyendo las condiciones socio-económicas de
las personas, la cohesión social experimentada en sus comunidades, la inclusión social para
ejercer sus derechos civiles y el grado de empoderamiento social para ser capaces de asumir
responsabilidades en la sociedad y en el proceso de cambio social.
2) Las condiciones subjetivas de la vida, como el grado de seguridad personal y del
reconocimiento social, la responsabilidad social y las capacidades personales para combatir
situaciones y sentimientos de alienación, explotación, discriminación y degradación.
23
3) Las condiciones normativas de la vida, como la justicia y la igualdad social, la solidaridad
comunitaria, nacional e internacional, para promover la igualdad de todas las personas y para
defender y mejorar su dignidad humana. Estas condiciones normativas constituyen, además, la
orientación básica para juzgar los resultados de la relación entre las condiciones objetivas y
subjetivas.
La revisión de los índices de envejecimiento, muestra unos resultados muy semejantes, situando a
países como Suecia, Dinamarca, Holanda y Alemania en las mejores posiciones. La mayoría de
los índices aspiran a ofrecer una información útil que permita adoptar las políticas necesarias en
orden a hacer frente al gran reto que supone el envejecimiento en nuestras sociedades. Además, la
mayoría de ellos incluyen las dimensiones básicas de análisis que la IASQ establece.
No obstante, no se observa la inclusión en ningún índice de la dimensión normativa. Por ello,
consideramos necesaria la introducción de dimensiones que permitan obtener una visión de las
desigualdades en el envejecimiento ya sea según sexo o clase social. Es necesaria la incorporación
de dimensiones estructurales de análisis que permitan medir si existe un envejecimiento
igualitario. Esta propuesta no está exenta de dificultades ya que, como muchos autores de los
índices revisados plantean, es difícil encontrar datos desagregados según sexo o grupo de edad y
más aún clase social.
La elaboración del Índice sobre la calidad del envejecimiento en Europa, se basa en este modelo
teórico propuesto por la actual IASQ ya que aporta un marco adecuado que combina aspectos de
calidad de vida y de calidad de la sociedad, lo que supone una visión integradora que
conceptualiza la calidad social como la confluencia de estrategias personales e institucionales,
bienestar individual y bienestar social. Pero además, incluye una dimensión normativa, que en el
análisis del envejecimiento, según nuestro criterio es fundamental para poder diseñar políticas
adecuadas y que éstas sean al mismo tiempo equitativas y eficientes.
24
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25
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