Estimados maestros recibamos El Adviento período de preparación para celebrar la Navidad el cual

comienza cuatro domingos antes de esta fiesta. Además nos encontramos en el comienzo del Año

Litúrgico católico. Este año 2019, comenzará el domingo 1 de diciembre y el último domingo de

Adviento será el 22 de diciembre. Tiempo para reflexionar sobre el nacimiento de Jesús y su mensaje

de esperanza y amor para todos y todas. Por ello la Oficina diocesana les desea que esta Navidad,

fiesta de paz y alegría, sea para la familia educativa un estímulo, a fin de que, viviendo como

hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz.

¡FELIZ NAVIDAD!

Dios es tan grande que puede hacerse pequeño…

“Lo que hiciste conmigo con los más pequeños lo hiciste”

INICIO: Lectura del santo evangelio según San Mateo (24,37 - 44) REFLEXIÓN: Volvemos los cristianos católicos a iniciar el Año Litúrgico que comienza después de la fiesta de Cristo Rey. Este año comenzamos con ciclo A, el en el que leeremos preferentemente el evangelio de San Mateo. El cual nos dice que la fe en Jesús debe darnos confianza en el futuro y no miedo, nos llama eso sí, a que estemos preparados porque cuando llegue el día, daremos de la justicia, paz, caridad y sobre todo de amor, que compartimos con nuestro prójimo. La fe en Cristo Jesús siempre es presente y éste implica cambios en nuestra actitud de vida. La vida es un regalo de Dios para cada uno de nosotros, por lo tanto no la echemos a perder vivamos con amor para que todas aquellas personas que se crucen en nuestra vida, se sientan felices y acogidas. Cómo cada año encenderemos la primera vela de la Corona que nos llama a estar «alertas», para cambiar nuestras actitudes negativas, y vivir alegres junto a Jesús. Nuestro, Ave María, Gloria PETICIONES: A cada intención respondemos: “Señor quiero estar junto a Ti” Señor, acudo a Ti para suplicar tu compañía permanente a mi lado, aumenta mi fe, mi confianza y mi amor. Oremos. Señor Jesús, escucha nuestra oración, sabemos que debemos que orar más si queremos estar vigilantes, y mejorar de verdad en este tiempo de preparación para tu venida. Oremos. Señor, ayúdanos a vivir la virtud de la esperanza, la más pequeña de las virtudes pero la más fuerte, para que cuando nazcas en Belén, encuentre en mi lugar en mi corazón. Oremos. ORACIÓN FINAL: Señor Jesús, te damos gracias por Tu Palabra que nos ayuda a vivir mejor la voluntad del Padre, haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones para seguirte, que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica Tu Palabra. AMÉN.

VEN, VEN SEÑOR.

Ven, ven Señor no tardes; Ven, ven que te esperamos: Ven, ven Señor no tardes;

Ven pronto Señor.

El mundo muere de frío, el alma perdió el calor;

los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor.

Ven, ven Señor no tardes; Ven, ven que te esperamos: Ven, ven Señor no tardes;

Ven pronto Señor.

Envuelto en sombría noche, el mundo sin paz no ve,

buscando va una esperanza, buscando, Señor, tu fe.

Ven, ven Señor no tardes;

Ven, ven que te esperamos: Ven, ven Señor no tardes;

Ven pronto Señor.

Cantamos

INICIO: Lectura del santo evangelio según san Lucas (20, 27- 38) REFLEXIÓN: El Evangelio de hoy, nos dice que María dice un “Sí”, con fe y confianza, ella se nos muestra como un ejemplo por la manera como aceptó responsablemente la Palabra de Dios, y actuó según ella, porque la caridad y el espíritu de servicio eran la fuerza que conducía sus acciones. Ella es digna de ser imitada porque fue la primera más perfecta de las discípulas de Cristo. Su corazón está inundado por una Luz especial, es que ella se dejó guiar por la fe. No olvidemos que un día ese Dios que creció en el seno de María, también puede crecer hoy en nuestros corazones. Padre Nuestro, Ave María, Gloria PETICIONES: A cada intención respondemos: “Gracias Señor por darme a María como Madre” Señor mío, enséñanos a imitar el gozo, acogida y aceptación de María, para saber aceptar con alegría Tu Palabra y confiar que con tu gracia, las cosas pueden cambiar para bien nuestro y de nuestro prójimo. Oremos. Señor Jesús amigo bueno, escucha nuestra oración para encontrar ahí, tu amor y tu paz, ayúdanos a hacer tu voluntad como lo hizo María. Oremos. Señor, así como María usa el título de sierva para servirte, ayúdanos a servirte cada día ayudando a mis compañeros y amigos que necesitan de ti, de nuestra amistad y alimento diario. Oremos. ORACIÓN FINAL: Señor y Dios nuestro, así como María Virgen Inmaculada supo acoger el anuncio del ángel, permite que yo sepa escuchar y aceptar lo que hoy quieres decirnos en nuestra oración, concédenos siguiendo su ejemplo, la gracia de aceptar tu voluntad con humildad de corazón, porque mi anhelo es que la verdad de tu Evangelio impregne mí manera de ver, pensar y de actuar junto a mi familia, amigos y profesores. AMÉN.

08 de diciembre

Junto a ti María.

Junto a ti María,

Como un niño quiero estar,

tómame en tus brazos

guíame en mi caminar.

Quiero que me eduques,

que me enseñes a rezar,

hazme transparente,

lléname de paz.

Madre, Madre

Madre, Madre,

Gracias Madre mía

por llevarnos a Jesús,

haznos más humildes

tan sencillos como Tú.

Gracias Madre mía

por abrir tu corazón,

porque nos congregas

y nos das tu amor.

Madre, Madre

Madre, Madre,

Cantamos

INICIO: Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,2-11) REFLEXIÓN: El Evangelio de hoy, tiene que ver con uno de los mayores regalos que Jesús nos quiere dar, El Reino de los cielos, que Cristo nos trae consiste en su amistad, Él es nuestro amigo, podemos llamarlo amigo, él nos escucha en la oración , cuando lo visitamos en el Santísimo, en la Eucarística, Él espera por nosotros. Este es el regalo maravilloso que Jesús nos trae en la Navidad, su amor. Hoy nos invita a renovar y fortalecer nuestra amistad con Él, una amistad que dura toda la vida, para amarle y ser un amigo fiel. Porque Jesús es el amigo que nunca falla. Él nos invita a ser misericordiosos como el Padre. Nuestro, Ave María, Gloria PETICIONES: A cada intención respondemos: “Cristo Rey nuestro, venga tu Reino”” Señor Jesús, ven a mi casa esta navidad y bendice a mi familia para permanecer unidos en el amor y la paz que tus nos regalas. Oremos. Señor que la sencillez de la vida diaria, nos ayude a conocer la grandeza de tu presencia, en mis amigos, profesores y las personas que sufren. Oremos. Señor, Dios de la alegría y la esperanza, que el milagro de tu amor, ilumine nuestro corazón, porque sin Ti nada somos y contigo podemos alcanzar la paz y la justicia. Oremos. ORACIÓN FINAL: Oh Dios y Padre nuestro, escucha nuestra oración y fortalece nuestra fe y fe y esperanza con tu misericordia, ayúdanos a estar cerca de las personas que necesitan ser escuchados a tratar con amabilidad a mi prójimo a dar consuelo y alegría donde no lo hay, que mi hogar se convierta en un lugar de acogida y de amor. Virgen María, Madre de la Iglesia ruega por nosotros. AMÉN.

Querido Padre del cielo y de la tierra, te damos gracias por nuestra familia, profesores y amigos, bendícenos y

ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir a Jesús con

amor, con alegría y esperanza. Amén.

INICIO: Lectura del santo evangelio según san Lucas (1, 46 - 56) REFLEXIÓN: El Evangelio de hoy, nos muestra a María llena de alabanza, su corazón agradecido se inunda de agradecimiento, es que ella sabía bien en quien había puesto su confianza por eso no se derrumbó a pesar de al pruebas que vivió, siempre supo mantener su sencillez de corazón. Jesús no invita a vivir como María alegres, sencillos y puros de corazón, sin mentiras ni peleas con la familia o los amigos, vivir practicando la caridad, abrazar a la familia, escucharnos, reír, acompañar y celebrar como lo hizo la Virgen María con su prima Isabel. Nuestro, Ave María, Gloria PETICIONES: A cada intención respondemos: “Señor, que cada día sienta necesidad de Ti” María Madre Santísima, ayúdanos a creer confiadamente en nuestro Señor, como tú lo hacías, para tener la alegría en nuestros corazones. Oremos. Señor Jesús, ayúdanos a ser obedientes con nuestros padres y profesores a ser humildes de corazón como María para reconocerte en el prójimo que nos necesita. Oremos. Señor que esta navidad se convierta en tiempo de alegrías y gratitud, al compartir con mis hermanos, porque Jesús viene a nosotros para quedarse en nuestro corazón. Oremos. ORACIÓN FINAL: María, madre mía, te pido que me ayudes a elevar un canto de alabanza de gracias a Dios. Ensancha mi corazón para que pueda describir el gran amor que Dios me da, y para que pueda expresarle el gran amor que siento al contemplar su mano en vida, en mi familia y mis profesores. Yo también quiero decir “Mi alma glorifica a Señor”. AMÉN.

Mi alma glorifica (Magnificat)

Mi alma glorifica al Señor, mi Dios,

gozase mi espíritu en mi salvador.

Él es mi alegría, es mi plenitud,

Él es todo para mí.

Ha mirado la bajeza de su sierva

muy dichosos le dirán todos sus siglos

porque en mí ha hecho grandes maravillas

el que todo puede cuyo nombre es santo.

Mi alma glorifica al Señor, mi Dios,

gozase mi espíritu en mi salvador…

Cantamos