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DIVORCIO NECESARIO. OPERA LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, INCLUSO CUANDO EN EL MATRIMONIO NO EXISTAN HIJOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIAPAS). El artículo 4o. constitucional reconoce un régimen propio en tratándose de cuestiones familiares, al establecer que la ley ordinaria protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Por su parte, los artículos 981 y 982 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, disponen que en todos los asuntos del orden familiar, los Jueces y tribunales están obligados a suplir la deficiencia de los planteamientos de derecho formulados por las partes, para lo cual atenderán preferentemente al interés de los menores o incapaces, si los hubiere en la familia de que se trate; si no los hay, cuidarán el interés de la familia misma, así como el de los mayores de edad capaces que formen parte de ella. Ahora, para determinar cuándo es aplicable el principio de la suplencia de la queja, previsto en los numerales ya citados, es pertinente atender a qué se entiende por "familia" y la importancia que ocupa en la sociedad; para ello, es menester acudir, como elemento de análisis y apoyo, a la doctrina. Así, se tiene que el tratadista Marcel Planiol y Georges Ripert, en su obra de Derecho Civil, la definen como "el conjunto de personas que están unidas por el matrimonio, o por la filiación, y también, pero excepcionalmente, por la adopción". Por su parte, Rafael Rojina Villegas, en su texto Compendio de Derecho Civil, Introducción, Personas y Familia, señala que: "... es la verdadera célula de la sociedad, porque en ella se forman y desarrollan los sentimientos de solidaridad, las tendencias altruistas, las fuerzas y virtudes que necesita, para mantenerse saludable y próspera la comunidad política.". Por lo que, acorde con tales conceptos, la familia puede tener su fuente no sólo en la filiación e incluso la adopción, sino también en el vínculo jurídico del matrimonio, supuesto éste que no requiere la existencia de hijos, al constituir una forma de vida moral permanente entre los consortes, que permite a su vez cumplir con los deberes de vida en común, fidelidad, asistencia mutua y socorro que imponen el derecho y la moral. Así, se tiene que el

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DIVORCIO NECESARIO. OPERA LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, INCLUSO CUANDO EN EL MATRIMONIO NO EXISTAN HIJOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIAPAS).

El artículo 4o. constitucional reconoce un régimen propio en tratándose de cuestiones familiares, al establecer que la ley ordinaria protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Por su parte, los artículos 981 y 982 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, disponen que en todos los asuntos del orden familiar, los Jueces y tribunales están obligados a suplir la deficiencia de los planteamientos de derecho formulados por las partes, para lo cual atenderán preferentemente al interés de los menores o incapaces, si los hubiere en la familia de que se trate; si no los hay, cuidarán el interés de la familia misma, así como el de los mayores de edad capaces que formen parte de ella. Ahora, para determinar cuándo es aplicable el principio de la suplencia de la queja, previsto en los numerales ya citados, es pertinente atender a qué se entiende por "familia" y la importancia que ocupa en la sociedad; para ello, es menester acudir, como elemento de análisis y apoyo, a la doctrina. Así, se tiene que el tratadista Marcel Planiol y Georges Ripert, en su obra de Derecho Civil, la definen como "el conjunto de personas que están unidas por el matrimonio, o por la filiación, y también, pero excepcionalmente, por la adopción". Por su parte, Rafael Rojina Villegas, en su texto Compendio de Derecho Civil, Introducción, Personas y Familia, señala que: "... es la verdadera célula de la sociedad, porque en ella se forman y desarrollan los sentimientos de solidaridad, las tendencias altruistas, las fuerzas y virtudes que necesita, para mantenerse saludable y próspera la comunidad política.". Por lo que, acorde con tales conceptos, la familia puede tener su fuente no sólo en la filiación e incluso la adopción, sino también en el vínculo jurídico del matrimonio, supuesto éste que no requiere la existencia de hijos, al constituir una forma de vida moral permanente entre los consortes, que permite a su vez cumplir con los deberes de vida en común, fidelidad, asistencia mutua y socorro que imponen el derecho y la moral. Así, se tiene que el derecho de familia abarca tanto la temática del matrimonio como su disolución; de manera que, cuando en un juicio se cuestiona la acción de divorcio necesario, que implica la disolución de un vínculo matrimonial, es evidente que opera el principio de suplencia de la queja, al afectar a la referida institución que es la base de la sociedad y, por ende, una cuestión de orden público; por consiguiente, es claro que el tribunal ad quem está obligado a suplir la deficiencia de los agravios expresados, así

como analizar de oficio las constancias allegadas al expediente de origen y abocarse a estudiar si se acreditó o no la acción planteada.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO CIRCUITO.

Amparo directo 197/2004. 23 de febrero de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Alma Rosa Díaz Mora. Secretaria: Elvia Aguilar Moreno.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXII, Julio de 2005. Pág. 1420. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO A CAUSA DE VIOLENCIA FAMILIAR. PROCEDE EL ESTUDIO DE ESA ACCIÓN, SIN NECESIDAD DE QUE EL PROMOVENTE PRECISE LAS CIRCUNSTANCIAS DE TIEMPO, MODO Y LUGAR, QUEDANDO OBLIGADO EL JUZGADOR A INTERVENIR DE OFICIO, ATENTO A LAS FACULTADES QUE LE OTORGA LA LEY EN ESOS CASOS.

De una sistemática y armónica interpretación del contenido de los artículos 267, fracción XVII, 282, fracción VII, 323 quáter y 323 sextus, del Código Civil para el Distrito Federal, así como los numerales 940, 941 y 942, párrafo tercero, del Código de Procedimientos Civiles de la misma entidad, se advierte que en los casos en que se promueva la acción de divorcio necesario con motivo de violencia familiar ejercida por uno de los cónyuges contra el otro, o hacia los hijos de uno de ellos o de ambos, para que se proceda al estudio de esa acción, basta que el accionante, en el escrito de demanda respectivo, narre ciertos datos, hechos o acontecimientos vinculados con la violencia familiar, sin que sea imprescindible que lo haga en forma pormenorizada precisando las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que acontecieron, porque aquéllos tienen implícita la característica de que se pueden generar por conductas u omisiones ocurridas en diversos momentos, lo que aunado a la dinámica de la vida familiar en común, provoca que muchas veces no se recuerden de manera precisa o exhaustiva todas sus circunstancias; por consiguiente, para analizar la procedencia de la acción de divorcio en esos casos, el juzgador deberá tomar en cuenta lo narrado por el afectado, la naturaleza de la causa de divorcio invocada y su facultad legal para intervenir de oficio en los asuntos que se refieran a dicha violencia, considerando los elementos de prueba rendidos durante la sustanciación del procedimiento, o en su defecto, ordenar se recaben los necesarios para emitir su determinación final.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 5946/2004. 2 de septiembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad Hernández de Mosqueda. Secretario: Hiram Casanova Blanco.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXII, Julio de 2005. Pág. 1419. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. PROCEDE LA ACCIÓN AUTÓNOMA PARA EXIGIR SU PAGO, INDEPENDIENTEMENTE DEL NOMBRE QUE SE LE DÉ, Y DE LA EXISTENCIA PREVIA DE UN CONVENIO CELEBRADO AL RESPECTO DENTRO DEL JUICIO DE DIVORCIO POR MUTUO CONSENTIMIENTO.

El artículo 252 del Código Civil para el Estado de Veracruz dispone que el derecho de recibir alimentos no es renunciable ni puede ser objeto de transacción; sin embargo, el numeral 2884 del referido código establece una excepción en el sentido de que podrá haber transacción, pero únicamente sobre las cantidades debidas por alimentos, lo cual significa que es factible celebrar convenio entre acreedor alimentario, o su representante, y el deudor alimentista conforme a esa excepción. Ahora bien, la existencia de dicho acuerdo de voluntades respecto de los alimentos de los hijos habidos en el matrimonio, dentro de un juicio de divorcio por mutuo consentimiento, debidamente juzgado, no representa obstáculo o impedimento legal alguno para que el acreedor alimentario reclame del deudor, mediante acción autónoma, el pago de la pensión alimenticia a que se encuentra obligado legalmente, pues si bien es cierto que ante el incumplimiento de los contratos procede la acción relativa para exigir su cumplimiento, también lo es que carecería de sentido condicionar el ejercicio de aquella acción a un procedimiento previo en el que se hicieran valer otros recursos o medios legales de defensa, ya que ello tornaría inoportuna la atención de esa necesidad que en sí misma implica la subsistencia de la persona, además de que por tales razones de prioridad, la acción de pago procederá en todo tiempo con independencia del nombre que la parte actora le dé, y de si la acción deriva o no de un juicio de divorcio, toda vez que la aludida pensión no sólo procede por derivación de la separación matrimonial, sino que es una institución de derecho familiar que prospera siempre que se satisfagan los requisitos de posibilidad-necesidad, por lo que retrasar su ministración por formalismos procesales pondría en peligro la subsistencia del acreedor y, en tal caso, corresponderá al juzgador atender la acción ejercida para exigir el cumplimiento inmediato de tan

apremiante necesidad. Ello, en congruencia con la garantía de acceso a la justicia prevista en el artículo 17 de la Constitución Federal, la cual se violaría al hacer nugatorio el derecho del acreedor alimentario a que se resuelva la cuestión efectivamente planteada, ante la exigencia del ejercicio de acciones ajenas a la obtención inmediata de los alimentos, en virtud del valor fundamental que implica la satisfacción de tal necesidad de los menores, elevada a rango constitucional en el artículo 4o. de la Ley Fundamental.

Contradicción de tesis 162/2004-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero y Segundo, ambos en Materia Civil del Séptimo Circuito. 30 de marzo de 2005. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Juan N. Silva Meza. Ponente: Sergio A. Valls Hernández. Secretario: Enrique Luis Barraza Uribe.

Tesis de jurisprudencia 61/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha veinticinco de mayo de dos mil cinco.

Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXII, Julio de 2005. Pág. 11. Tesis de Jurisprudencia.

DIVORCIO. CASO EN QUE SE ACTUALIZA LA CAUSAL RELATIVA A LA SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES POR MÁS DE TRES AÑOS, AUNQUE CON ANTERIORIDAD A ÉSTA HAYA EXISTIDO UN MANDAMIENTO JUDICIAL EN DIVERSO JUICIO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE COAHUILA).

La causal de divorcio prevista en la fracción XIX del artículo 363 del Código Civil para el Estado de Coahuila opera por el solo hecho de que los consortes ya no vivan en el mismo domicilio por más de tres años, siempre y cuando su desunión sea expresión de la voluntad de cualquiera de ellos y no derive de una causa legal o un mandamiento judicial, pues en estos casos, sería ilógico e injusto considerar su simple separación como motivo de divorcio. Sin embargo, como un supuesto de excepción debe destacarse, que aun cuando exista un mandamiento judicial que jurídicamente impida la unión de los consortes, si los hechos evidencian que de ninguna manera constituyó un obstáculo para su reconciliación, porque es claro que de manera voluntaria jamás se hubieran unido, sería impropio negar que no puede operar la causal de divorcio de que se trata si, precisamente, el fin de ésta fue dar por concluida una situación real y anómala consistente en el hecho objetivo de la separación. De tal manera, que si ambos cónyuges en un juicio anterior se

demandaron el divorcio y, además, tienen más de diez años de vivir separados, debe convenirse que sí procede la mencionada causal de divorcio pues, en este caso, su separación y la continuidad de ésta obedeció a cuestiones propiciadas e imputables directamente a ellos y no a una situación derivada de la ley materializada por un mandamiento judicial dictado en un diverso juicio anterior.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL OCTAVO CIRCUITO.

Amparo directo 458/2004. 2 de diciembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Fernando Estrada Vásquez. Secretario: Pedro Guillermo Siller González Pico.

Amparo directo 591/2004. 23 de febrero de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Ramón Raúl Arias Martínez. Secretario: José Martín Gutiérrez Martínez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Junio de 2005. Pág. 800. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. CUANDO SE RECLAMAN COMO CONSECUENCIA DE LA ACCIÓN DE DIVORCIO Y ÉSTA RESULTA IMPROCEDENTE, AQUÉLLOS DEBEN CORRER LA MISMA SUERTE PROCESAL.

Los alimentos reclamados como una obligación que nace del matrimonio son diversos de aquellos que deben darse como consecuencia del divorcio, ya que los primeros tienen su fundamento en los artículos 164 y 302 del Código Civil para el Distrito Federal y surgen al celebrarse el matrimonio; mientras que los segundos se establecen en el artículo 288 del propio ordenamiento legal, como una obligación para el cónyuge culpable de proporcionar alimentos al inocente, derivada de la sentencia que decreta el divorcio e impone esa condena. Por tanto, cuando se ejercita la acción de divorcio necesario y como consecuencia se reclama el pago de una pensión alimenticia, si no prospera la acción principal de divorcio, el juzgador no puede decretar, válidamente, la condena al pago de alimentos, entendidos como una obligación que nace del matrimonio, pues si bien es verdad que la fijación de una pensión alimenticia puede reclamarse como acción autónoma, lo cierto es que cuando se pide como una consecuencia de la acción de divorcio y ésta resulta improcedente, la petición de alimentos debe correr la misma suerte procesal, debido a que no le es dable al órgano jurisdiccional variar la litis y decretar el pago de alimentos como derecho autónomo, circunstancia que no impide que,

posteriormente, pueda demandarse una pensión alimenticia de carácter definitivo, como derecho autónomo derivado de la obligación que nace del matrimonio vigente.

DÉCIMO CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 775/2004. 22 de noviembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Alejandro Sánchez López. Secretaria: Laura Díaz Jiménez.

Véase: Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo XIII, junio de 1994, página 512, tesis I.1o.C.82 C, de rubro: "ALIMENTOS. SON DE NATURALEZA JURÍDICA DIVERSA LOS QUE SE RECLAMAN COMO CONSECUENCIA DEL MATRIMONIO, DE LOS QUE SE RECLAMAN COMO CONSECUENCIA DEL DIVORCIO, AUN CUANDO EN ÉSTE NO EXISTA DECLARACIÓN DE CÓNYUGE CULPABLE."

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Junio de 2005. Pág. 755. Tesis Aislada.

PENSIÓN ALIMENTICIA. POR SER DE ORDEN PÚBLICO, NO PUEDE ELUDIRSE SU CUMPLIMIENTO ALUDIENDO CUESTIONES DE TIPO FORMAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE YUCATÁN).

La circunstancia de que se haya dictado sentencia ejecutoriada en un juicio de divorcio, en la que se condenó al cónyuge culpable a la pérdida de la patria potestad, que aún no se cumple y que por ello, conserve la custodia de sus menores hijos, que se le otorgó como medida provisional durante la tramitación del juicio, no hace improcedente su solicitud de alimentos a favor de los menores, por lo que es correcta la decisión del Juez que condena a su pago al deudor alimentista, quien por el hecho de resultar vencedor en aquel juicio no puede argüir en su defensa el que la citada medida cautelar sobre la custodia de los menores quedó sin efecto como consecuencia de la sentencia ejecutoriada, con el propósito de eludir la obligación de proporcionar alimentos a sus hijos, ya que ésta no cesa por esa eventualidad al imponérsela expresamente el artículo 227 del Código Civil del Estado de Yucatán.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y CIVIL DEL DÉCIMO CUARTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 555/2004. 16 de febrero de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Gabriel Alfonso Ayala Quiñones. Secretario: Germán Alberto Escalante Aguilar.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Mayo de 2005. Pág. 1500. Tesis Aislada.

REPOSICIÓN DEL PROCEDIMIENTO. NO PROCEDE CUANDO SE VARÍA LA NATURALEZA DEL JUICIO, Y LAS PARTES CONSIENTEN TAL DETERMINACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).

En términos del artículo 444 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, el tribunal de alzada cuando advierta que se violaron las reglas del procedimiento, o que el Juez de primer grado incurrió en alguna omisión que dejara sin defensa al recurrente, o influyera en la sentencia que deba dictarse, o si alguna de las partes indebidamente no ha sido oída, revocará la resolución recurrida y mandará reponer el procedimiento. Sin embargo, tal facultad no es absoluta del ad quem, pues del precepto legal en cita se advierte que está limitada a que se actualicen dos hipótesis, a saber: a) Que advierta tal violación a través de los agravios expresados y b) Que no se trate de actos consentidos. Ahora bien, si por ejemplo, en un juicio de divorcio promovido como contencioso, que el Juez varía a mutuo consentimiento, y las partes consienten tal determinación, y al resolver el recurso de apelación el tribunal de alzada hace una revisión oficiosa del procedimiento y ordena la reposición del mismo para que se deje insubsistente el trámite del mutuo consentimiento que se llevó a cabo por cuerda separada, y se siga por sus etapas procesales el trámite contencioso, tal actuación resulta ilegal, porque si esa cuestión no fue invocada en los agravios y, además, la violación fue consentida por los contendientes, por haber comparecido a ratificar un convenio que celebraron y en virtud del cual se varió la naturaleza del juicio natural, además de haber acudido a la audiencia de avenimiento, es clara su conformidad con que el procedimiento se llevara a cabo de tal forma y, por ese motivo, la responsable no está facultada para aplicar el dispositivo legal mencionado en primer término.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.

Amparo en revisión 268/2004. 3 de septiembre de 2004. Mayoría de votos. Disidente: Gerardo Domínguez. Ponente: José Guadalupe Hernández Torres. Secretaria: Martha Lucía Lomelí Ibarra.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Abril de 2005. Pág. 1476. Tesis Aislada.

RÉGIMEN DE VISITA Y CONVIVENCIA CON LOS PADRES. EL JUEZ DEBE RESOLVER ESE TEMA AUNQUE LAS PARTES NO LO HAYAN PLANTEADO, ATENDIENDO AL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO.

Tratándose de controversias del orden familiar, el principio fundamental que debe tener en cuenta el juzgador es el interés superior del niño, de manera que si en un juicio de divorcio quedó acreditado que los padres viven separados, es decir, no viven en el mismo domicilio conyugal, aunque las partes no controviertan lo relativo al régimen de visita y convivencia, es menester que el juzgador resuelva lo correspondiente a esa cuestión, y no constreñirse a señalar que el tema no formó parte de las prestaciones demandadas en el juicio natural, pues no obstante que conforme al artículo 211 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México (anterior a la reforma del mes de julio de dos mil dos), la sentencia debe ocuparse exclusivamente de las acciones y excepciones que hayan sido materia del juicio, sin embargo, no debe soslayarse lo dispuesto por los artículos 9, 10 y 18 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que prevén el derecho que tiene el niño a la convivencia y contacto directo con ambos padres y que éstos tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y desarrollo del niño. En razón de la responsabilidad de los padres en el cumplimiento de sus deberes para con sus hijos, que comprende no sólo la formación corporal, sino espiritual, emocional y social que propicie el acrecentamiento de la capacidad del menor, de ahí que la sociedad está interesada en que los menores puedan convivir con ambos padres cuando ello sea benéfico para éstos. Lo anterior es así, porque esas disposiciones deben ser interpretadas acorde con la obligación que contrajo el Estado mexicano como parte integrante de la convención aludida en el sentido de que los tribunales judiciales al resolver controversias que puedan afectar los derechos de los niños, están obligados a resolver sobre el régimen de visita y convivencia con sus padres, para tutelar ese interés superior, pues la convivencia es una relación básica para el desenvolvimiento del ser humano, que tiende a facilitar la participación activa del niño en la comunidad, tutelando un sano desarrollo físico y mental de los niños, niñas y adolescentes.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 790/2002. 21 de enero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Felipe Alfredo Fuentes Barrera. Secretaria: Virginia Gutiérrez Cisneros.

Amparo directo 695/2002. 18 de febrero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Felipe Alfredo Fuentes Barrera. Secretaria: Benilda Cordero Román.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Abril de 2005. Pág. 1469. Tesis Aislada.

DIVORCIO. NO NECESARIAMENTE ESTÁ SUJETO A LA LEY APLICABLE AL MOMENTO DE CELEBRARSE EL MATRIMONIO, SINO QUE DEBE REGIRSE POR LAS NORMAS VIGENTES AL TIEMPO EN QUE SE PRESENTAN LOS HECHOS U OMISIONES QUE INTEGRAN LA CAUSAL.

Para que pueda decretarse la disolución del vínculo matrimonial se requiere forzosamente del matrimonio, empero, las causas de divorcio no se originan al momento de la celebración de éste ni son una consecuencia directa del mismo, sino que requieren de la concurrencia de circunstancias diversas e independientes al matrimonio, como es la conducta desplegada por alguno de los cónyuges o por ambos, que encuadre en algún supuesto contemplado por la ley para su actualización. Dicho de otro modo, el matrimonio es el hecho lógico previo que genera la posibilidad de que se actualice alguna causa de divorcio pero, por sí mismo, no genera esa causal, sino que para ello se requiere de un acontecimiento futuro e incierto, distinto de dicho acto, hecho que por ser independiente del acto matrimonial no necesariamente está sujeto a la ley que estaba vigente al momento de la celebración de éste, sino que debe regirse por las normas aplicables al tiempo en que se presentan los hechos u omisiones que integran la causal, aun cuando sean distintas de las vigentes a la fecha en que se celebró el matrimonio.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.

Amparo directo 63/2004. 4 de marzo de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Arturo González Zárate. Secretaria: Cecilia Peña Covarrubias.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Abril de 2005. Pág. 1400. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO. EL ARTÍCULO 508 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE TABASCO AL FACULTAR AL JUEZ PARA RESOLVER DE OFICIO EN ESTE JUICIO RESPECTO DE LA DIVISIÓN DE BIENES COMUNES, NO VIOLA LA GARANTÍA DE AUDIENCIA.

De conformidad con el artículo 508 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Tabasco, el juzgador está facultado en los juicios de divorcio necesario para resolver de oficio, lo relativo a la división de bienes comunes, aunque las partes no lo pidan. La sociedad conyugal constituye un régimen económico en la formación y administración de un patrimonio común de los cónyuges, el cual nace desde la celebración del matrimonio y termina, entre otras causas, con la disolución del vínculo matrimonial. Por esta razón, si la vigencia de la sociedad conyugal está condicionada a la existencia del matrimonio (a menos que durante éste los consortes decidan darlo por terminado), una vez extinto el citado vínculo no puede subsistir la sociedad conyugal, pues está íntimamente vinculada al matrimonio, ya que no se entendería una sociedad conyugal en personas que dejaron de tener el carácter de consortes, puesto que de insistir los divorciados en una sociedad, lo sería en otra modalidad de acuerdo con las normas de derecho civil, pero no sería conyugal. De ello se sigue que el hecho de que la ley faculte al juzgador para decretar de oficio la disolución de la sociedad conyugal en un juicio de divorcio necesario, aun cuando las partes no lo hubieren solicitado en la demanda o reconvención, no implica violación a la garantía de audiencia, porque la norma ofrece reglas claras que dan certeza desde la promoción del juicio hasta las consecuencias que acarreará una sentencia condenatoria, precisamente por ser la sociedad conyugal una cuestión inherente al matrimonio que quedó supeditada a la duración de éste, salvo que las partes hubieran decidido modificar por anticipado dicho régimen. Por tanto, la garantía de audiencia queda satisfecha una vez que las partes en conflicto son enteradas de la promoción del juicio de divorcio y participan en el procedimiento. Todo lo anterior revela que la indicada norma, que faculta al juzgador a actuar de ese modo, no entraña violación a esa garantía.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO CIRCUITO.

Amparo directo 615/2004. 20 de enero de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Joel Carranco Zúñiga. Secretaria: Rosa Isela Gómez Vázquez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Abril de 2005. Pág. 1399. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO. ANTE LA FALTA DE CONTESTACIÓN PARCIAL O TOTAL DE LA DEMANDA NO OPERA LA CONFESIÓN FICTA, SINO DEBE TENERSE POR CONTESTADA EN SENTIDO NEGATIVO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA SUR).

De los artículos 266 y 268 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Baja California Sur se desprende que, por regla general, la falta de contestación parcial o total de la demanda produce el efecto de tener por confesados fictamente los hechos respecto de los que se guardó silencio pero, por disposición expresa de la parte final del citado artículo 268, el principio general referido no opera cuando, entre otros, se está en presencia de asuntos que afecten las relaciones familiares y el estado civil de las personas, caso en el cual los efectos procedimentales que han de darse en el supuesto de que la demandada no conteste la demanda, o produzca su contestación guardando silencio o evadiendo la respuesta a determinados hechos, invariablemente será tenerla por contestada en sentido negativo.

TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 246/2004. 21 de enero de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Edwigis Olivia Rotunno de Santiago. Secretario: David Orozco Peraza.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Abril de 2005. Pág. 1398. Tesis Aislada.

CONVIVENCIA FAMILIAR DE UN MENOR. QUIEN SOLICITA SU LIMITACIÓN DEBERÁ ACREDITAR LA POSIBLE EXISTENCIA DE PELIGRO CONTRA EL DESCENDIENTE, AUN CUANDO SE DEN LOS SUPUESTOS EN QUE EL JUZGADOR, DE OFICIO, PUEDA RECABAR LOS ELEMENTOS NECESARIOS DE CONVICCIÓN PARA EMITIR SU FALLO, CON EXCEPCIÓN DE QUE SE ENCUENTRE IMPOSIBILITADO PARA COMPROBARLO.

De una recta, sistemática y armónica interpretación de los artículos 282, fracción VI y 417 del Código Civil, así como de los numerales 940 y 941 del Código de Procedimientos Civiles ambos del Distrito Federal se advierte que cuando se hace valer una acción que involucre aspectos de índole familiar, como alimentos, divorcio, etcétera, y también se solicite como

prestación accesoria el establecimiento de un régimen de convivencia familiar respecto de un menor, o cuando éste se solicita de manera reconvencional señalando que debe verificarse en determinado lugar debido a que puede existir peligro para aquél, resulta insuficiente para resolver al respecto, que el solicitante manifieste en su pedimento que existe la aludida posibilidad de peligro, sino que, ante la negativa absoluta de su contraparte, está constreñido, a aportar los elementos de prueba necesarios para demostrar que es cierto el hecho en que sustenta su petición de limitación del derecho de convivencia, para que el juzgador haga el estudio correspondiente, de acuerdo con los hechos narrados y valore meticulosamente la correspondencia de las pruebas ofrecidas, así como las circunstancias especiales del caso y, finalmente, emita su determinación, aun cuando pueden darse supuestos en los que sea necesario que el resolutor recabe, de oficio, los medios de convicción necesarios y suficientes para resolver lo conducente; pues si bien es cierto que en materia familiar opera la regla de que en casos donde se involucren derechos de menores no debe exigirse la carga probatoria establecida en el artículo 281 del código adjetivo civil para el Distrito Federal e, incluso, existe suplencia de la queja deficiente mediante la aportación de oficio por parte del órgano jurisdiccional, de elementos probatorios para mejor proveer, también lo es que dicha regla no es absoluta, sino circunscrita a los casos en que se advierta que no existen otros medios de convicción aptos, o bien, que por las circunstancias del caso, las partes están imposibilitadas para acreditar los hechos materia de la litis que pudieran conducir a la protección de los intereses de los menores.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 6066/2004. 9 de septiembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: María Soledad Hernández de Mosqueda. Secretario: Hiram Casanova Blanco.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Abril de 2005. Pág. 1378. Tesis Aislada.

CONTROVERSIAS DEL ORDEN FAMILIAR. PROCEDE SUPLIR LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA EN TODOS LOS ASUNTOS RELATIVOS A LA DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO MATRIMONIAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIAPAS).

El artículo 982 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Chiapas establece: "El Juez de lo Familiar estará facultado para intervenir de oficio en los asuntos que afecten a

la familia, especialmente tratándose de menores y de alimentos, decretando las medidas que tiendan a preservarla y a proteger a sus miembros.-En todos los asuntos del orden familiar los Jueces y tribunales están obligados a suplir la deficiencia de los planteamientos de derecho de las partes.-En los mismos asuntos, con la salvedad de las prohibiciones legales relativas a alimentos, el Juez deberá exhortar a los interesados a lograr un avenimiento, resolviendo sus diferencias mediante convenio con el que pueda evitarse la controversia o darse por terminado el procedimiento.". De la anterior transcripción se advierte que existe la obligación de suplir la deficiencia de la queja en todos los asuntos del orden familiar; luego, es incuestionable que en los casos de divorcio necesario invariablemente se afecta a la familia, por lo que en esas condiciones es evidente que, dada la importancia social que el Constituyente le otorgó en el artículo 4o. de la Constitución Federal, y para no perjudicarla con motivo de una inadecuada defensa por alguna de las partes, en los asuntos relativos a la disolución del vínculo matrimonial, deberá suplirse la deficiencia de la queja.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO CIRCUITO.

Amparo directo 191/2004. 10 de noviembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: José Pérez Troncoso. Secretaria: Miriam Marcela Punzo Bravo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Abril de 2005. Pág. 1377. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. NO SUBSISTE OBLIGACIÓN DE PROPORCIONARLOS TRATÁNDOSE DE LA CAUSAL DE DIVORCIO RELATIVA A LA SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES POR MÁS DE DOS AÑOS PREVISTA POR EL ARTÍCULO 263, FRACCIÓN XVIII, DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE CHIAPAS (INAPLICABILIDAD ANALÓGICA DE LA JURISPRUDENCIA 3a./J. 17/90).

La otrora Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia 3a./J. 17/90 publicada con el número 44 en las páginas 34 y 35 del Tomo IV, Materia Civil, Octava Época del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, cuyo rubro es: "ALIMENTOS. SUBSISTE LA OBLIGACIÓN DE SUMINISTRARLOS EN LOS DIVORCIOS EN QUE NO HAY CÓNYUGE CULPABLE, COMO OCURRE EN LA CAUSAL RELATIVA A LA SEPARACIÓN POR MÁS DE DOS AÑOS PREVISTA POR EL ARTÍCULO 267, FRACCIÓN XVIII DEL CÓDIGO CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL.", partió de la premisa de que existía una laguna en la legislación civil del Distrito Federal, porque si expresamente preveía el derecho de los cónyuges para

recibir alimentos en los casos de divorcio por mutuo consentimiento, en los cuales obviamente no existe cónyuge culpable, era jurídicamente aceptable que tratándose de la causal de divorcio relativa a la separación de los cónyuges por más de dos años, donde no había cónyuge culpable operara tal derecho, sin embargo, en el ordinal 284 de la legislación civil del Estado de Chiapas no se contempla la obligación de los consortes de darse alimentos en los casos de divorcio por mutuo consentimiento, por ende, siguiendo la misma razón, en la hipótesis de la fracción XVIII del numeral 263 del ordenamiento civil antes invocado, que se refiere a la causal de separación por más de dos años, donde tampoco hay cónyuge culpable, no existe obligación de proporcionar alimentos; en consecuencia no es factible la aplicación analógica del criterio sustentado por la entonces Tercera Sala de nuestro más Alto Tribunal de la nación.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO CIRCUITO.

Amparo en revisión 186/2004. 19 de enero de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: José Atanacio Alpuche Marrufo. Secretario: Salomón Calvo Marín.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Abril de 2005. Pág. 1328. Tesis Aislada.

DIVORCIO VOLUNTARIO. LA SENTENCIA DEFINITIVA DICTADA EN EL JUICIO RELATIVO ES IMPUGNABLE A TRAVÉS DEL AMPARO DIRECTO.

De conformidad con los artículos 107, fracción V, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 158 de la Ley de Amparo, el juicio de amparo directo procede contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que le pongan fin al juicio, siempre y cuando sean dictados por tribunales judiciales, administrativos o del trabajo. Asimismo, el artículo 46 de la misma Ley de Amparo establece que son sentencias definitivas las que deciden el juicio en lo principal y respecto de las cuales las leyes comunes no concedan recurso ordinario alguno por el que puedan ser modificadas o revocadas. Ahora bien, aunque en el divorcio por mutuo consentimiento no existe, en principio, una controversia entre los cónyuges que someten su decisión de disolver el vínculo matrimonial ante el Juez, y por ello podría considerarse, desde un punto de vista, que no se trata de un verdadero juicio, lo cierto es que la sentencia que en dicho procedimiento se dicte tiene el carácter de definitiva para los efectos de procedencia del juicio de garantías y, por

ende, es impugnable a través del amparo directo. Ello es así porque en el juicio de divorcio voluntario se somete una causa (la disolución del vínculo matrimonial) a una autoridad jurisdiccional competente, quien definirá el derecho de las partes a través de una sentencia, la cual es susceptible de constituir derechos y obligaciones.

Contradicción de tesis 122/2004-PS. Entre las sustentadas por el Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Sexto Circuito (antes Cuarto Tribunal Colegiado del Sexto Circuito) y el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Sexto Circuito. 26 de enero de 2005. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza.

Tesis de jurisprudencia 19/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha dieciséis de febrero de dos mil cinco.

Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Abril de 2005. Pág. 251. Tesis de Jurisprudencia.

SOCIEDAD CONYUGAL. LA CONCLUSIÓN DE ESTE RÉGIMEN AL DISOLVERSE EL MATRIMONIO, NO VIOLA LA GARANTÍA DE AUDIENCIA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE TABASCO).

El artículo 191 del Código Civil para el Estado de Tabasco establece que la sociedad conyugal termina, entre otros motivos, con la disolución del matrimonio. La institución del matrimonio conlleva una serie de consecuencias legales, una de ellas relativa al régimen económico bajo el cual se celebra con los bienes patrimoniales adquiridos durante el matrimonio, pudiendo ser de sociedad conyugal, que consiste en la formación y administración de un patrimonio común, diferente del patrimonio propio de cada uno de los consortes, considerada como una persona jurídica cuya capacidad nace desde la celebración del matrimonio, de acuerdo con lo dispuesto por los artículos 189 y 190 del Código Civil mencionado. Por tanto, si el divorcio disuelve el vínculo matrimonial y está regulado tanto en el código sustantivo como en el código adjetivo de la entidad, donde la ley dispone de un procedimiento que se ventile contra uno de los cónyuges con derecho de defensa, en el que pueden hacer valer sus excepciones y defensas, ofrecer pruebas, formular alegatos e interponer los recursos que para tal efecto se prevén, no existe menoscabo a los derechos de defensa del demandado y, por ende, no viola la garantía de audiencia, puesto

que las partes pueden enderezar con reglas preestablecidas la defensa procesal conveniente a sus intereses en las etapas que lo conforman.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO CIRCUITO.

Amparo directo 615/2004. 20 de enero de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Joel Carranco Zúñiga. Secretaria: Rosa Isela Gómez Vázquez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Marzo de 2005. Pág. 1241. Tesis Aislada.

PRUEBA PERICIAL EN MATERIA DE PAIDOPSIQUIATRÍA O PSICOLOGÍA CLÍNICA. SU ADMISIÓN Y DESAHOGO TIENEN UNA EJECUCIÓN DE IMPOSIBLE REPARACIÓN SUSCEPTIBLE DE AFECTAR DERECHOS SUSTANTIVOS DE LA PERSONA Y, POR ENDE, ES IMPUGNABLE EN AMPARO INDIRECTO.

Cuando en un juicio ordinario civil de divorcio necesario se ventilan cuestiones relacionadas con el déficit de atención de hiperactividad del hijo menor habido en el matrimonio, para determinar con quién de los cónyuges deberá quedar para su custodia y cuidado después de disuelto el vínculo matrimonial, y se dicta un proveído por el que se admite y ordena el desahogo de la prueba pericial en materia de paidopsiquiatría o psicología clínica, dicho auto debe ser considerado como un acto de imposible reparación que puede afectar los derechos sustantivos de las personas que serían objeto de la pericial en comento, por lo que el citado proveído debe impugnarse a través del juicio de amparo indirecto en términos del artículo 107, fracción III, inciso b), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y del diverso 114, fracción IV, de la Ley de Amparo, y no a través del amparo directo. Esto es así, en razón de que la admisión y desahogo de esa prueba pericial, aunque encuadre dentro de los actos procesales, excepcionalmente es de los que tienen una ejecución de imposible reparación, dado que sus consecuencias pueden afectar directamente alguno de los llamados derechos fundamentales del hombre, constitucionalmente tutelados por medio de las garantías individuales; toda vez que su desahogo, tanto en la persona del menor como en la de alguno de sus progenitores, con el fin de estar en condiciones de poder determinar a quién de los padres le corresponderá la custodia del menor después de concluido el juicio de divorcio, puede tener como consecuencia una afectación que no se destruirá con el solo hecho de que quien la sufrió obtenga una sentencia favorable.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO CIRCUITO.

Amparo en revisión 423/2004. 7 de diciembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Elías Álvarez Torres. Secretario: Mario Humberto Hernández Gómez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Marzo de 2005. Pág. 1201. Tesis Aislada.

DIVORCIO. LA INDEMNIZACIÓN ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL, VIGENTE A PARTIR DEL 1o. DE JUNIO DE 2000, CONSISTENTE EN QUE LA DEMANDANTE SE HAYA DEDICADO PREPONDERANTEMENTE AL TRABAJO DEL HOGAR Y CUIDADO DE LOS HIJOS, ES UN ELEMENTO QUE CORRESPONDE DEMOSTRARLO A ELLA.

Si la cónyuge pretende que se le beneficie con la indemnización establecida en el artículo 289 bis del Código Civil en vigor, en el sentido de que podrán ser indemnizados hasta con el cincuenta por ciento del valor de los bienes, siempre que hubieren estado casados bajo el régimen de separación de bienes y se hubiere dedicado en el lapso que duró el matrimonio preponderantemente al desempeño del trabajo del hogar y, en su caso, al cuidado de los hijos, es evidente que la carga probatoria para acreditar tales extremos corresponde al demandante, puesto que en términos del artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, las partes asumirán la carga de la prueba de los hechos constitutivos de sus pretensiones, por ende, quien desee verse favorecido con tal indemnización, debe acreditar encontrarse en el supuesto jurídico que prevé la norma.

DÉCIMO TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 901/2004. 31 de enero de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Arturo Ramírez Sánchez. Secretario: Pedro Gámiz Suárez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Marzo de 2005. Pág. 1116. Tesis Aislada.

ESTADO CIVIL (FILIACIÓN). SÓLO SE COMPRUEBA CON LAS COPIAS CERTIFICADAS DE LAS ACTAS DEL REGISTRO CIVIL, SALVO LOS CASOS EXCEPTUADOS POR LA LEY (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN).

El estado civil, de conformidad con los artículos 34 y 34 bis del Código Civil, es una institución jurídica entendida como un atributo de la persona referente a la posición de ésta en relación con la familia, instituto que es indivisible, inalienable, imprescriptible, susceptible de posesión y cuyas causas generadoras son el parentesco, el matrimonio y el divorcio; la primera de esas fuentes, de acuerdo con los artículos 292 a 300 del citado ordenamiento, reconoce a su vez los vínculos de afinidad, civil y consanguinidad, este último se identifica con el concepto de filiación, entendida como la juridificación del nexo natural existente entre progenitores e hijos. Ahora, para probar el estado civil y en particular la filiación de una persona, es necesario atender al contenido del artículo 47 del Código Civil, que dispone: "El estado civil de las personas sólo se comprueba con las copias certificadas de las actas del Registro Civil. Ningún otro medio de prueba es admisible para comprobarlo, salvo los casos expresamente exceptuados por la ley.". Este precepto contiene un principio de limitación probatoria para demostrar el estado civil de las personas por cuanto que, por regla general, las actas del Registro Civil son aptas para comprobarlo, pues de manera expresa se excluye cualquier otro medio de convicción, salvo los casos exceptuados por la ley, es decir, los diversos procedimientos para acreditar la filiación.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL CUARTO CIRCUITO.

Amparo directo 288/2004. 10 de diciembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Alfredo Sánchez Castelán. Secretario: Set Leonel López Gianopoulos.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Febrero de 2005. Pág. 1690. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO. CUANDO SE EJERCITE ESA ACCIÓN Y EXISTAN MENORES PROCREADOS DENTRO DEL MATRIMONIO, EL TRIBUNAL DE APELACIÓN DEBE ANALIZAR DE OFICIO LA CONTROVERSIA Y, EN SU CASO, SUPLIR LA QUEJA DEFICIENTE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE TAMAULIPAS).

El artículo 949, fracción I, del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Tamaulipas establece como caso de excepción en que el tribunal de alzada no deberá sujetarse a los agravios expuestos por el recurrente, cuando la sentencia viole un principio constitucional y se afecte al interés general, y no

sólo el particular del apelante, lo cual implica que cuando se trate de alguna institución protegida constitucionalmente y que sea de interés del Estado y de la sociedad, deberá realizarse un estudio oficioso de la sentencia de primer grado y, en su caso, suplir la deficiencia de la queja. Ahora bien, el artículo 4o. constitucional establece la protección a los derechos de los menores, lo que se ha convertido en una función social y de orden público, ya que tal precepto señala que dicha protección no sólo estará a cargo de los ascendientes, tutores y custodios, sino también de las instituciones públicas y del Estado, quienes deberán proveer lo necesario para que se respeten tales derechos, buscando siempre el mayor beneficio posible para ellos con el objetivo de cuidar su salud física y mental; a su vez, el diverso numeral 1o. del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Tamaulipas precisa que, tratándose de los juicios del orden familiar, el Juez puede suplir la queja deficiente mirando por lo que más beneficie a los menores e incapaces que se vean involucrados en el procedimiento respectivo; dispositivo legal que no sólo obliga al Juez de primer grado, sino que incluye al tribunal de alzada. Bajo ese contexto, en las controversias en que se ejercite la acción de divorcio necesario, y existan menores dentro del matrimonio, el tribunal de apelación deberá aplicar los dispositivos legales invocados, habida cuenta que, de decretarse la disolución del vínculo matrimonial, necesariamente va a afectar de una u otra forma a dichos menores, cuyos derechos a un adecuado desarrollo físico y mental están protegidos constitucionalmente, por lo cual, éstos constituyen también una cuestión de orden público e interés social. Opinar lo contrario, sería apartarse claramente del artículo 4o. constitucional citado que exige proteger los derechos de los menores y la satisfacción de sus necesidades físicas y mentales.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y CIVIL DEL DÉCIMO NOVENO CIRCUITO.

Amparo directo 516/2004. 18 de noviembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Guillermo Loreto Martínez. Secretaria: Leticia Razo Osejo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Febrero de 2005. Pág. 1683. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO. LA CONFESIÓN FICTA, POR SÍ MISMA, ES INSUFICIENTE PARA TENER POR ACREDITADOS LOS HECHOS EN QUE SE FUNDA LA ACCIÓN.

Por regla general, la presunción que produce la confesión ficta puede llevar al juzgador a tener por acreditada la acción intentada, siempre y cuando no esté en contradicción con otras pruebas o, estándolo, se encuentre adminiculada con otras que la apoyen y produzcan en el juzgador convicción para acreditar los hechos relativos. Sin embargo, tratándose de la acción de divorcio necesario, la confesión ficta, por sí misma, es insuficiente para tener por acreditados los hechos en que aquélla se funda, aun cuando no esté en contradicción con otras pruebas o no se encuentre desvirtuada por alguna otra. Lo anterior es así, en virtud de que el artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece el interés superior de la ley en preservar la unidad familiar y, al ser el matrimonio su base, constituye una institución de orden público, por lo que la sociedad está interesada en que perdure y, sólo por excepción, la ley permite su disolución inter vivos, siendo menester, en estos casos, que quien demande acredite plenamente sus afirmaciones sobre los hechos que integran la causal de divorcio invocada, lo que favorece la preservación y unidad familiar. Por ello, en estos casos, la confesión ficta forzosamente debe estar adminiculada con otras pruebas que, valoradas en su conjunto, produzcan en el juzgador la convicción necesaria para tener por acreditada la acción intentada, pues considerar lo contrario, implicaría ir contra la preservación de la unidad familiar antes mencionada.

Contradicción de tesis 165/2003-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Cuarto del Tercer Circuito y Quinto del Primer Circuito, ambos en Materia Civil, y los Tribunales Colegiados Primero del Vigésimo Circuito y Tercero, actualmente en Materia Civil, del Sexto Circuito. 22 de septiembre de 2004. Mayoría de tres votos. Disidente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Fernando A. Casasola Mendoza.

Tesis de jurisprudencia 92/2004. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha veintidós de septiembre de dos mil cuatro.

Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Febrero de 2005. Pág. 118. Tesis de Jurisprudencia.

DIVORCIO. SI SE PROMUEVE CON BASE EN LA FRACCIÓN VIII DEL ARTÍCULO 454 DEL CÓDIGO CIVIL, NO ES NECESARIO ESPECIFICAR EN LA

DEMANDA CUÁL DE LOS CINCO MOTIVOS SEÑALADOS DAN ORIGEN A LA ACCIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).

Del contenido del artículo 454, fracción VIII, del Código Civil de Puebla se advierte que contiene cinco motivos por los que puede originarse esta causal de divorcio, los cuales son la sevicia, las amenazas, la difamación o injurias graves, los malos tratamientos de un cónyuge para el otro, siempre que éstos y aquéllas sean de tal naturaleza, que hagan imposible la vida en común, los que pueden darse, combinados o independientes unos de otros, según los hechos en que se basen, pero ello no implica que el actor en el juicio de divorcio deba especificar en su demanda cuál de esos cinco motivos es el que aconteció en el caso y que dio origen a la acción, puesto que no está establecido así en dicho numeral. En consecuencia, basta con que el actor precise que promueve el juicio de divorcio necesario por la causal prevista en la referida fracción VIII del artículo 454 del citado Código Civil, narrando los hechos en que base su solicitud, como lo establece el artículo 229, fracción V, del Código de Procedimientos Civiles para esa entidad, correspondiendo al Juez del conocimiento examinar y decidir si los hechos narrados reflejan alguna de las conductas que constituyen las cinco causas previstas en el aludido artículo 454, fracción VIII, sin que tal proceder implique estado de indefensión para la parte demandada, porque ésta conoció de los hechos que se le atribuyen y de la causal de divorcio invocada, con lo que estará en aptitud de oponer las defensas y excepciones que estime pertinentes; siendo en todo caso el juzgador quien al dictar sentencia establecerá si los hechos narrados en la demanda configuran o no la mencionada causal de divorcio.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 190/2004. 20 de septiembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Myriam del Perpetuo Socorro Rodríguez Jara. Secretaria: Rosa María Roldán Sánchez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Enero de 2005. Pág. 1762. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO. EL JUEZ DEBE SUPLIR LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA PARA DETERMINAR SI PROCEDE LA DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO MATRIMONIAL, SIENDO APLICABLE TAMBIÉN AL RECURSO DE APELACIÓN (INTERPRETACIÓN EXTENSIVA DEL ARTÍCULO 2.140 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE MÉXICO).

En el título cuarto, relativo a "Juicios", del Código de Procedimientos Civiles de la entidad, publicado el primero de julio de dos mil dos, se creó el capítulo VI, denominado "De las controversias de orden familiar", en el cual se encuentra una regulación específica de éstas, y dentro de las cuales obviamente se ventilan los asuntos de divorcio necesario, ya que constituyen un problema que se da dentro del seno familiar y que tiende a disolver el vínculo matrimonial, máxime que dentro del ordenamiento en consulta no existe una disposición concreta que establezca diversa vía para su tramitación; de igual forma, en tal capítulo se encuentra el artículo 2.140, el cual se refiere a que en el conocimiento y decisión de los juicios del orden familiar, el Juez puede realizar la suplencia de la queja. Luego, no hay duda que en tratándose de los casos de divorcio necesario el Juez del conocimiento deberá suplir la deficiencia de la queja, lo que implica un análisis oficioso de la acción, para de esta manera determinar si procede la disolución del vínculo matrimonial. Sin embargo, en lo relativo al recurso de apelación, que se encuentra regulado en el título noveno, capítulo III, no existe disposición específica relativa a la suplencia de la queja en los asuntos del orden familiar, por lo que deberá determinarse si el artículo 2.140, antes precisado, también le es extensivo a la autoridad de segunda instancia, ya que de su lectura únicamente se advierte que se atribuye la facultad de suplir la deficiencia de la queja al Juez del conocimiento. Al respecto, del contenido de la exposición de motivos de la iniciativa del Código de Procedimientos Civiles en vigor, y del dictamen de las comisiones, se observa que la intención del legislador, la cual quedó plasmada claramente en las disposiciones relativas, fue en el sentido de crear normas específicas que regularan el procedimiento sobre cuestiones familiares, con la mayor prontitud y equidad que, aunque no lo mencionan, se advierte que es porque la familia constituye la base de la integración de la sociedad. Es por ello que se crea la institución de la suplencia de la queja en estas cuestiones que son de orden público e interés social, lo que es congruente con lo dispuesto por el artículo 4o. de la Constitución General de la República, en el sentido de la protección que debe darse a esa institución. Así las cosas, al implicar el divorcio necesario la disolución del vínculo matrimonial, que es un problema que afecta a la familia, la cual se considera de orden público e interés social por constituir la base de la integración de la sociedad, es dable que se supla la deficiencia de la queja en los asuntos en que se ventile esta cuestión, según lo prevé el citado artículo 2.140, el cual es aplicable también al recurso de apelación, en donde el tribunal del

alzada, al dictar la sentencia correspondiente, deberá suplir la deficiencia de los agravios. Opinar lo contrario sería apartarse no sólo de la intención manifestada expresamente en la iniciativa de ley y en el dictamen que culminaron con la promulgación y vigencia del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de México, sino también de la disposición constitucional que exige a la ley proteger la organización y el desarrollo de la familia.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 240/2004. 4 de mayo de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Ángel Raúl Solís Solís. Secretaria: Elizabeth Serrato Guiza.

Amparo directo 314/2004. 6 de julio de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Ángel Raúl Solís Solís. Secretaria: Elizabeth Serrato Guiza.

Amparo directo 449/2004. 10 de agosto de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Ángel Raúl Solís Solís. Secretaria: Rafaela Yolanda González Medrano.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Enero de 2005. Pág. 1760. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO. AUN CUANDO NO SE DECRETE LA DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO MATRIMONIAL, EL JUZGADOR SE ENCUENTRA OBLIGADO A RESOLVER SOBRE LA GUARDA Y CUSTODIA Y PENSIÓN ALIMENTICIA RESPECTO DE LOS HIJOS.

Si bien es cierto que el artículo 283 del Código Civil para el Distrito Federal dispone que en la sentencia de divorcio se fijará en definitiva la situación de los hijos, para lo cual el Juez de lo Familiar deberá resolver todo lo relativo a los derechos y obligaciones inherentes a la patria potestad, su pérdida, suspensión o limitación, según sea el caso y, en especial, a la custodia y al cuidado de los hijos, sin embargo, también lo es que cuando en una demanda de divorcio, además de la disolución del vínculo matrimonial, se reclaman otras prestaciones, como la guarda y custodia y pensión alimenticia en favor de los hijos, las autoridades de instancia se encuentran obligadas a pronunciarse sobre estas cuestiones, pese a que no se decrete la disolución del vínculo matrimonial, pues aunque los juicios de divorcio necesario se ventilen a través de la vía ordinaria civil, y la guarda y custodia, y pensión alimenticia,

entre otras, se diriman a través de una controversia del orden familiar, no implica que éstas no puedan reclamarse e intentarse en una sola demanda, atento a lo dispuesto por el artículo 31 del código adjetivo civil, que establece que cuando haya varias acciones contra una misma persona, respecto de una misma cosa y que provengan de una misma causa, deben intentarse en una sola demanda. Por tanto, el hecho de que la prestación principal demandada en el juicio de origen haya sido la disolución del vínculo matrimonial, basada fundamentalmente en la causal de divorcio prevista en la fracción XII del artículo 267 del Código Civil, que alude al abandono de los deberes de asistencia familiar, además de las prestaciones en cita, es factible que éstas, aun cuando pudieran también ser acciones independientes y autónomas, se ventilen en la misma demanda de divorcio, pues se dirigen contra una misma persona y provienen de una misma causa, como es el incumplimiento de las obligaciones de asistencia familiar, ya que la fijación de una pensión alimenticia y la guarda y custodia definitiva no dependen necesariamente de la acreditación o no de esa causal de divorcio, sino que igualmente constituyen una acción autónoma y no subsidiaria de ésta, dada la autonomía del derecho que les da origen y de la finalidad que persiguen, que en una es rescindir el vínculo matrimonial que une a los consortes, y en otra obtener de los ascendientes o cónyuges obligados el sustento necesario para cubrir los satisfactores que la ley establece y lograr que los menores tengan un mejor desarrollo social, cultural, intelectual y armonioso con el progenitor que más convenga a ese interés; de ahí que conforme a lo dispuesto por el artículo 81 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, el juzgador se encuentre obligado a resolver sobre tales prestaciones que fueron objeto del debate, aun cuando la acción de divorcio no hubiese prosperado.

DÉCIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 561/2004. 13 de septiembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: J. Jesús Pérez Grimaldi. Secretario: Rogelio Mario Sánchez Leos.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Enero de 2005. Pág. 1759. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. OBLIGACIÓN DEL JUZGADOR DE PROVEER DE OFICIO RESPECTO DE ELLOS, AL DICTAR SENTENCIA EN CUALQUIER INSTANCIA, AUN CUANDO NO SE HUBIESEN SOLICITADO EN VÍA DE EXCEPCIÓN O RECONVENCIÓN.

En los asuntos del ámbito familiar, tanto el Juez de primer grado como la ad quem, están facultados para pronunciarse de oficio y proveer en la sentencia de divorcio y declaración de custodia de menores, sobre los alimentos de éstos, así como de suplir en su favor la deficiencia de sus planteamientos, porque es imprescindible y de suma preferencia que en la sentencia que resuelva la situación que van a guardar dichos menores, se decida lo relativo a su derecho de recibir alimentos, no siendo óbice a lo anterior, la circunstancia de que no se hubiesen solicitado en vía de excepción al contestar la demanda o reconvenido su pago, toda vez que es de explorado derecho que la figura jurídica de los alimentos es una cuestión de orden público y de urgente necesidad, que quedaría sin satisfacerse plenamente si se obligara a los acreedores a ejercitar una nueva acción para obtenerlos.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 2336/2000. 21 de septiembre de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: Alfonso Avianeda Chávez.

Amparo directo 7326/2002. 22 de noviembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: César Cárdenas Arroyo.

Amparo directo 2596/2003. 12 de junio de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: César Cárdenas Arroyo.

Amparo directo 1526/2004. 1o. de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: Abraham Mejía Arroyo

Amparo directo 7176/2004. 28 de octubre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: Carlos Alberto Hernández Zamora.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XXI, Enero de 2005. Pág. 1483. Tesis de Jurisprudencia.

SEPARACIÓN DE CÓNYUGES. ES INNECESARIO QUE PREVIAMENTE SE JUSTIFIQUE LA NECESIDAD DE TAL MEDIDA, SI SE DECRETA CON MOTIVO DE LA INTERPOSICIÓN DE UNA DEMANDA DE DIVORCIO, CONFORME A LO DISPUESTO POR EL ARTÍCULO 414, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE JALISCO.

Tal precepto dispone que uno de los efectos de la presentación de la demanda de divorcio es que en todo caso deben separarse los cónyuges, lo que se traduce en que sea innecesario que previamente deba justificarse la necesidad de la medida. Sin que sea obstáculo el hecho de que el numeral 221 del enjuiciamiento civil de la misma entidad disponga que: "Cuando alguno de los cónyuges, intente, o fuese a intentar demanda, querella o denuncia, puede solicitar la separación al Juez, acreditando por los medios permitidos a su alcance, la urgencia y necesidad de la medida. ...", habida cuenta que la exigencia contenida en ese dispositivo debe entenderse como una regla general que tiene por objeto que el juzgador esté en aptitud de valorar si es o no necesario que se conceda tal medida, empero ese precepto no es aplicable en el supuesto en que la providencia se autoriza con motivo de la presentación de la demanda de divorcio, toda vez que el indicado artículo 414, fracción III, es claro al establecer que debe decretarse "en todo caso" (es decir, siempre que se demande el divorcio), sin que se dé al juzgador margen de valorar si la autoriza o no, lo que constituye una norma especial que excluye la aplicación de la hipótesis general.

QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.

Amparo en revisión 313/2004. 30 de septiembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Figueroa Cacho. Secretario: Edgar Estuardo Vizcarra Pérez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Diciembre de 2004. Pág. 1454. Tesis Aislada.

MEDIDAS CAUTELARES EN JUICIOS DE DIVORCIO. SU VIGENCIA.

En los procedimientos relativos al derecho familiar, las medidas cautelares en los juicios de divorcio, de ser necesario, implican profundas modificaciones a como son entendidas en otras materias, porque lo primordial a asegurar es la integridad de las personas o la satisfacción de las necesidades urgentes desvinculándose, incluso, aquéllas de la acción principal para proteger a los hijos del matrimonio en conflicto, con independencia de que se obtenga o no la disolución del vínculo matrimonial, pues las diferencias de la pareja conyugal no deben perjudicar los intereses superiores de los hijos menores. Luego, aunque por regla general las medidas provisionales decretadas en el juicio perviven sólo hasta el dictado de la sentencia, tratándose de materia familiar, cuando la extinción de las

mismas genera un riesgo cierto para la salud e integridad de los hijos menores del matrimonio, el juzgador deberá mantenerlas o adoptar las necesarias que el caso exija mientras prevalezca dicha situación; ello al margen de lo que se decida en el juicio de divorcio.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO TERCER CIRCUITO.

Amparo directo 531/2004. 30 de septiembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Guillermo Alberto Hernández Segura. Secretaria: María de San Juan Villalobos de Alba.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Diciembre de 2004. Pág. 1375. Tesis Aislada.

CONVIVENCIA FAMILIAR PACTADA POR CONVENIO JUDICIAL ELEVADO A LA CATEGORÍA DE COSA JUZGADA. NO DEBE IMPEDIRSE MOTU PROPRIO.

Si en un juicio de divorcio voluntario las partes celebran convenio el cual se eleva a la categoría de cosa juzgada, donde se pactan los días y horas en que el padre podrá convivir con sus menores hijos, la otra parte no puede motu proprio impedir que aquél ejerza ese derecho, porque sería tanto como dejar al arbitrio de un particular el cumplir o no lo concertado en dicho convenio, pues de existir alguna causa que pueda afectar a los menores, física o psicológicamente con la convivencia pactada, procedería tramitar la autorización respectiva mediante un juicio autónomo en el que por fuerza recaiga una sentencia constitutiva que decida si suspende o no dicha convivencia.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO TERCER CIRCUITO.

Amparo en revisión 466/2004. 4 de noviembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Roberto Gómez Argüello. Secretaria: Delia Aguilar Quiñonez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Diciembre de 2004. Pág. 1321. Tesis Aislada.

DIVORCIO. LA INDEMNIZACIÓN ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL, VIGENTE A PARTIR DEL 1o. DE JUNIO DE 2000, PUEDE RECLAMARSE EN TODAS LAS DEMANDAS DE DIVORCIO PRESENTADAS A PARTIR DE SU ENTRADA EN VIGOR, CON INDEPENDENCIA DE QUE EL MATRIMONIO SE HUBIERA CELEBRADO CON ANTERIORIDAD A ESA FECHA.

La aplicación del citado artículo, que prevé que los cónyuges pueden demandar del otro, bajo ciertas condiciones, una indemnización de hasta el 50% del valor de los bienes que el cónyuge que trabaja fuera del hogar hubiere adquirido durante el matrimonio, no plantea problema alguno desde la perspectiva de la garantía de irretroactividad de la ley contenida en el artículo 14 de la Constitución Federal, cuando la misma se reclama en demandas de divorcio presentadas a partir de la entrada en vigor del mencionado precepto legal, con independencia de que el matrimonio se haya celebrado con anterioridad a esa fecha. El artículo en cuestión constituye una norma de liquidación de un régimen económico matrimonial que se aplica exclusivamente a las liquidaciones realizadas después de su entrada en vigor y, aunque modifica la regulación del régimen de separación de bienes, no afecta derechos adquiridos de los que se casaron bajo el mismo. Ello es así porque, aunque dicho régimen reconoce a los cónyuges la propiedad y la administración de los bienes que, respectivamente, les pertenecen, con sus frutos y accesiones, no les confiere un derecho subjetivo definitivo e inamovible a que sus masas patrimoniales se mantengan intactas en el futuro, sino que constituye un esquema en el que los derechos de propiedad son necesariamente modulados por la necesidad de atender a los fines básicos e indispensables de la institución patrimonial, la cual vincula inseparablemente el interés privado con el público. Tampoco puede considerarse una sanción cuya imposición retroactiva prohíba la Constitución, sino que se trata de una compensación que el Juez, a la luz del caso concreto, pueda considerar necesaria para paliar la inequidad que puede producirse cuando se liquida el régimen de separación de bienes. El artículo citado responde al hecho de que, cuando un cónyuge se dedica preponderante o exclusivamente a cumplir con sus cargas familiares mediante el trabajo en el hogar, ello le impide dedicar su trabajo a obtener ingresos propios por otras vías, así como obtener la compensación económica que le correspondería si desarrollara su actividad en el mercado laboral; por eso la ley entiende que su actividad le puede perjudicar en una medida que parezca desproporcionada al momento de disolver el régimen de separación de bienes.

Contradicción de tesis 24/2004-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Octavo y Décimo Tercero, ambos en Materia Civil del Primer Circuito. 3 de septiembre de 2004. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Roberto Lara Chagoyán.

Tesis de jurisprudencia 78/2004. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha tres de septiembre de dos mil cuatro.

Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Diciembre de 2004. Pág. 107. Tesis de Jurisprudencia.

GUARDA Y CUSTODIA. NECESARIO RESULTA DECIDIR SOBRE UN RÉGIMEN DE CONVIVENCIA ENTRE LOS HERMANOS MENORES DE EDAD, CUANDO ESTÉN SEPARADOS.

Si en un juicio natural se decreta el divorcio de los padres y cada uno tiene bajo su guarda y custodia a un menor (el progenitor al hijo y la madre a la hija), es incuestionable que de acuerdo con la litis, las particularidades del caso, las características de los progenitores y las situaciones de hecho prevalecientes, la Sala Familiar debe decidir conforme a sus facultades jurisdiccionales y su prudente arbitrio sobre la conveniencia de establecer un régimen de convivencia de los menores hermanos entre sí, y dirimir si ha lugar a ello, o sea, determinar dicha convivencia y, en su caso, fijar el lugar y la forma en que deberá desarrollarse, decretando las medidas pertinentes para asegurar que cada uno de los menores puedan continuar bajo la custodia de sus respectivos progenitores.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 433/2004. 3 de agosto de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretaria: Aimeé Michelle Delgado Martínez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Noviembre de 2004. Pág. 1962. Tesis Aislada.

GUARDA Y CUSTODIA. SU RESOLUCIÓN EN UN JUICIO DE DIVORCIO NO PUEDE QUEDAR A LAS RESULTAS DE UN DIVERSO PROCEDIMIENTO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

De acuerdo con lo que dispone el artículo 4.96 del Código Civil para el Estado de México, la autoridad judicial al decretar el divorcio debe pronunciarse respecto a la situación en que quedarán los hijos menores habidos en el matrimonio y, en su caso, determinará los derechos derivados de la patria potestad,

incluso, verá la conveniencia de establecer un régimen de visitas. Por tanto, al ser de orden público el aspecto referido, su decisión debe emitirse en el propio juicio y no dejarse a las resultas de lo que decida otro Juez en un procedimiento aún inconcluso, pues al no estar éste bajo el control de la sentenciadora, podría quedar irresuelto el aspecto de la guarda y custodia por dichas autoridades, con franca transgresión a las normas relativas que imponen que tales cuestiones se decidan en el procedimiento.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 379/2004. 24 de agosto de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Noé Adonai Martínez Berman. Secretario: Arturo Galdamez Blanco.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Noviembre de 2004. Pág. 1962. Tesis Aislada.

ALIMENTOS ENTRE CÓNYUGES EN EL DIVORCIO VOLUNTARIO. LA OBLIGACIÓN SE LIMITA AL TIEMPO QUE DURÓ EL MATRIMONIO, SALVO QUE EL DEUDOR SE HAYA OBLIGADO EXPRESAMENTE A UN LAPSO DIVERSO.

Conforme a los artículos 6o., 288, 1832 y 1838 del Código Civil del Distrito Federal, debe estimarse que aunque en el convenio que celebren los cónyuges divorciantes no se establezca la temporalidad que tendrá el suministro de los alimentos a favor de la mujer, deberá limitarse al mismo tiempo que duró el matrimonio, porque dicha temporalidad es acorde con la naturaleza jurídica ordinaria de los alimentos, salvo que el cónyuge hubiera renunciado expresamente a esa temporalidad; luego, si en el convenio que celebraron los divorciantes pactaron que la obligación alimentaria se extinguirá si la cónyuge divorciante contraía nuevas nupcias, esa circunstancia no puede considerarse como una renuncia respecto de la temporalidad antes aludida porque, por un lado, esa renuncia debe ser expresa y, por otro, esa causa de extinción de la obligación de proporcionar alimentos también se encuentra prevista en el citado artículo 288.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 264/2004. 3 de septiembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Benito Alva Zenteno. Secretario: Ricardo Núñez Ayala.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Noviembre de 2004. Pág. 1917. Tesis Aislada.

TERCERO PERJUDICADO. NO TIENE TAL CARÁCTER, QUIEN FUE COACTOR DE LA QUEJOSA EN EL JUICIO DE DIVORCIO POR MUTUO CONSENTIMIENTO.

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5o., fracción III, inciso a), de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Carta Magna, quien fue coactor de la parte quejosa en el juicio de divorcio por mutuo consentimiento, no tiene el carácter de tercero perjudicado en el amparo, toda vez que entre ambos cónyuges no existen intereses contradictorios, ni mucho menos son contraparte uno del otro, sino que únicamente tienen la calidad de litisconsortes, de ahí que si sólo uno de ellos promueve el amparo contra la sentencia definitiva que dictó la autoridad responsable y designa al otro cónyuge como tercero perjudicado, aun cuando dicha autoridad lo emplace al juicio constitucional con ese carácter, no obliga al órgano jurisdiccional federal, a quien por turno le corresponda conocer de la demanda a tenerlo como tal, dado que el interés de las partes en el juicio del que derivó el acto reclamado es el mismo, de suerte que para que tengan personalidad en el amparo, los dos de manera mancomunada, deben promover, en su caso, el juicio de garantías.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 3386/2004. 27 de mayo de 2004. Mayoría de votos. Disidente: María Soledad Hernández de Mosqueda. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: Alfonso Avianeda Chávez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Octubre de 2004. Pág. 2417. Tesis Aislada.

DIVORCIO POR MUTUO CONSENTIMIENTO. SI EN LA SENTENCIA RECAÍDA AL PROCEDIMIENTO AQUÉL NO SE DECRETA, Y UNA O AMBAS PARTES NO SE INCONFORMAN, SU CONDUCTA TÁCITA DETERMINA LA INEXISTENCIA DEL MUTUO ACUERDO PARA LA DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO MATRIMONIAL, QUEDANDO CONCLUIDO DICHO PROCEDIMIENTO, SIN DECIDIR EL FONDO DEL ASUNTO.

El divorcio por mutuo consentimiento es aquel en el que los cónyuges, de común acuerdo, tramitan en forma voluntaria la disolución del vínculo matrimonial sin tener que invocar causal

alguna, contrariamente a lo que ocurre en el divorcio necesario. Ahora bien, de conformidad con los artículos 274 (vigente hasta el 31 de mayo de 2000), 275 y 276 del Código Civil para el Distrito Federal; 674, 675, 676, 677, 678, 679, 680, 681 y 682 del Código de Procedimientos Civiles de dicha entidad, en los procedimientos de divorcio por mutuo consentimiento la voluntad de los cónyuges constituye el requisito esencial para obtener la separación legal conforme a lo previsto por el numeral 273 del ordenamiento legal invocado en primer término, de tal manera que si en la sentencia que al efecto se dicte, no se decreta el divorcio solicitado y uno de los cónyuges o ambos, no se inconforman de dicho fallo, es evidente que su conducta tácita determina la inexistencia del acuerdo mutuo para obtener la disolución del vínculo matrimonial, y su consecuencia inmediata es que se dé por concluido el procedimiento, sin decidir en cuanto al fondo del asunto, toda vez que no existe precepto constitucional ni legal que obligue a los divorciantes a continuarlo, dejando de existir, por consiguiente, el objeto material del divorcio, esto es, la pretensión de que se disuelva por mutuo consentimiento el vínculo matrimonial.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 3386/2004. 27 de mayo de 2004. Mayoría de votos. Disidente: María Soledad Hernández de Mosqueda. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: Alfonso Avianeda Chávez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Octubre de 2004. Pág. 2339. Tesis Aislada.

MENORES, TESTIMONIO DE. PESE A NO SER OFRECIDO CON LAS FORMALIDADES DE LEY, DEBE VALORARSE CUANDO SE DESPRENDEN CIRCUNSTANCIAS QUE DEMUESTRAN QUE EL AMBIENTE FAMILIAR NO ES EL PROPICIO PARA SU DESARROLLO INTEGRAL, COMO OCURRE EN EL DIVORCIO POR SEVICIA, EN OBSERVANCIA A LOS PRINCIPIOS DE LA VERDAD PROCESAL, HUMANIZACIÓN DE LA JUSTICIA JUDICIAL Y DEL INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

Es verdad que de acuerdo a los principios contenidos en la ley procesal civil vigente en el Estado de México, la prueba testimonial requiere ser ofrecida, admitida y desahogada con determinadas formalidades para que, una vez cumplidas, la autoridad esté en aptitud de valorarla, sin embargo, esas reglas encuentran casos de excepción, como ocurre cuando pese a que no son allegadas a juicio como prueba testimonial, durante su secuela se producen declaraciones de menores que de manera

espontánea describen hechos que ponen de manifiesto que el ambiente familiar no es el propicio para su desarrollo que es uno de los fines que se protegen a través del principio relativo al interés superior del menor, de tal suerte que para evitar que al convivir con sus progenitores en esas condiciones, se les siga produciendo un daño mayor al que ya se les causó, su dicho debe valorarse por contener datos relevantes sobre los maltratos producidos a la esposa por su consorte y que son materia de los hechos de la demanda de divorcio fundada en la causal de sevicia, por lo que deben considerarse dentro del marco probatorio y de ello derivar la procedencia de esa acción, actuar jurisdiccional que se encuentra justificado si se toman en cuenta las facultades del Juez para recabar pruebas de oficio y ordenar la repetición o desahogo de pruebas con las que se tienda a obtener la verdad de los hechos, en atención a los principios de la verdad procesal, de humanización de la justicia judicial y sobre todo el interés superior del menor.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 312/2004. 1o. de junio de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Felipe Alfredo Fuentes Barrera. Secretario: José Fernando García Quiroz.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Septiembre de 2004. Pág. 1806. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. LA REDUCCIÓN DE LA PENSIÓN SEÑALADA EN JUICIO ANTERIOR, DEBE SUSTENTARSE, NECESARIAMENTE, EN EL CAMBIO DE LAS CIRCUNSTANCIAS QUE IMPERABAN CUANDO AQUÉLLOS FUERON FIJADOS.

Se ha definido al derecho de alimentos como la facultad jurídica que tiene una persona denominada acreedor alimentista para exigir a otra llamada deudor alimentario lo necesario para vivir, derivada de la relación que se tenga con motivo del parentesco consanguíneo, del matrimonio, del divorcio y, en determinados casos, del concubinato; luego, siendo la finalidad de los alimentos proveer la subsistencia diaria de los acreedores alimentarios, obvio es que la obligación y el derecho correlativo son susceptibles de cambio, en atención a las diversas circunstancias que determinan la variación en las posibilidades del deudor alimentista y en las necesidades de los propios acreedores. Así, cuando se ejercita la acción de reducción de la pensión alimenticia, debe acreditarse indefectiblemente la existencia de causas posteriores a la fecha en que se fijó, que determinen un cambio en las posibilidades

económicas del deudor alimentario o en las necesidades de la persona a quien deba dársele alimentos, y que esos eventos hagan necesaria una nueva fijación de su monto, sin que resulte jurídicamente válida su reducción, sustentada en las mismas circunstancias que prevalecían cuando se estableció la aludida pensión.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 133/2004. 21 de mayo de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Mario A. Flores García. Secretaria: Claudia Vázquez Montoya.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Septiembre de 2004. Pág. 1719. Tesis Aislada.

SOCIEDAD CONYUGAL. LA RESOLUCIÓN QUE DESECHA EL INCIDENTE DE RENDICIÓN DE CUENTAS UNA VEZ DECRETADA SU DISOLUCIÓN EN UN PROCEDIMIENTO DE DIVORCIO ES RECLAMABLE EN AMPARO INDIRECTO.

El procedimiento incidental en que se solicita la rendición de cuentas sobre la administración de la sociedad conyugal, promovido una vez que se ha decretado judicialmente su disolución en un juicio de divorcio, no forma parte de la etapa de liquidación de sentencia, en virtud de que no se endereza directamente a obtener su ejecución, y sí de un procedimiento autónomo cuya finalidad no es la de ejecutar la sentencia pronunciada en el juicio natural, sino la de obtener información acerca del estado que guardan los negocios sociales. Por tanto, la resolución que en definitiva desecha esta incidencia es reclamable en amparo indirecto, de conformidad con la regla de procedencia del artículo 114, fracción III, párrafo primero, de la ley reglamentaria del juicio de garantías, por tratarse de un acto emitido por la autoridad jurisdiccional después de concluido el juicio.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 188/2004. 22 de junio de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez. Secretario: Raúl Ángel Núñez Solorio.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Agosto de 2004. Pág. 1685. Tesis Aislada.

DIVORCIO, SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES POR MÁS DE DOS AÑOS, PROCEDE AUNQUE SE BASE EN HECHOS PROPIOS DE CUALQUIERA DE ELLOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).

El artículo 458 del Código Civil para el Estado de Puebla establece una prohibición general para el cónyuge, de no poder demandar el divorcio fundándose en sus propios hechos, la cual era aplicable a todas las causales de divorcio que establecía el artículo 454, sin embargo, la fracción XVI de dicho ordenamiento fue reformada mediante decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado el catorce de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, quedando como sigue: "Artículo 454. Son causas de divorcio: ... XVI. La separación de los cónyuges por más de dos años, independientemente del motivo que la haya originado; esta causal podrá ser invocada por cualquiera de ellos y no existirá cónyuge culpable, por lo que ambos interesados tendrán expeditos sus derechos para promover en otro juicio las acciones que procedan respecto a los derechos y obligaciones que hayan surgido en virtud del matrimonio, así como para resolver lo relativo a su régimen de bienes.". Por tanto, esa reforma a la fracción XVI constituye una excepción a la regla general establecida por el artículo 458 del citado ordenamiento legal, puesto que esta causal de divorcio opera por el solo hecho de que los consortes ya no vivan en el mismo domicilio por más de dos años, independientemente del motivo que lo haya originado y no existirá cónyuge culpable, lo que implica una excepción a la regla general contenida en los artículos 4o. y 5o. del mismo cuerpo de leyes.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 150/2004. 17 de mayo de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Eric Roberto Santos Partido. Secretario: José Ignacio Valle Oropeza.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Agosto de 2004. Pág. 1597. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO. TRANSCURRIDO MÁS DE UN AÑO DE LA SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES PROCEDE, NO OBSTANTE QUE EN UN DIVERSO JUICIO, EL JUEZ HUBIERE DECRETADO COMO MEDIDA PROVISIONAL LA SEPARACIÓN DE AQUÉLLOS, SI PREVIAMENTE LA MISMA YA SE HABÍA CONSUMADO.

Cuando se demanda el divorcio con fundamento en la fracción IX del artículo 267 del Código Civil para el Distrito Federal, es decir, por haber transcurrido más de un año de la separación de

los cónyuges, sin importar las circunstancias o motivos y, el hecho de que con anterioridad se hubiere promovido un diverso juicio y el juzgador hubiese decretado como medida provisional la separación de los esposos, esa circunstancia, por sí sola, no interrumpe el término aludido, si previamente la separación ya se había consumado y demostrado por los medios probatorios respectivos, pues no se puede interrumpir lo ya materializado, máxime que con tal acto no se acredita el avenimiento o reconciliación de los casados y más aún cuando, aunque por diversa causa, la contraparte, en la vía de acción reconvencional, también demanda la disolución del vínculo matrimonial. Cabe precisar que para que se interrumpa el lapso en comento a fin de que se considere no procedente la causal de divorcio en cuestión, es necesario que se efectúe la reconciliación entre los cónyuges, que se compruebe de manera plena y fehaciente la unión de los mismos, que cohabitan con todas las obligaciones inherentes al matrimonio, con hábito carnal, alimentos, ayuda mutua, etc., y cuando no existen tales circunstancias, no se puede interrumpir el término aludido, si la separación ya se ha consumado.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 3146/2004. Rodolfo Arellano Álvarez. 20 de mayo de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: Alfonso Avianeda Chávez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Agosto de 2004. Pág. 1596. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO BASADO EN LA SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES POR MÁS DE DOS AÑOS. CASO EN QUE DEBE ACREDITARSE LA FECHA EXACTA DE SEPARACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).

De la lectura del artículo 141, fracción XVII, del Código Civil de la entidad se desprende que la separación a que alude es suficiente para justificar la referida causa de divorcio y es independiente del motivo que le hubiere dado origen; sin embargo, aun cuando de conformidad con la jurisprudencia número 7/99, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para acreditar dicha causal resulta innecesario precisar el día exacto en que aconteció la separación, si la misma se dio en exceso, debe considerarse que, excepcionalmente, tendrá que probarse la fecha precisa en que ello sucedió, cuando el indicado lapso no hubiese transcurrido en demasía.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 708/2003. 9 de febrero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Adrián Avendaño Constantino. Secretaria: María Guadalupe Cruz Arellano.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Agosto de 2004. Pág. 1596. Tesis Aislada.

DIVORCIO. LA INDEMNIZACIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 250 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ EN FAVOR DE UNO DE LOS CÓNYUGES ES APLICABLE A LOS MATRIMONIOS CELEBRADOS CON ANTERIORIDAD A SU ENTRADA EN VIGOR ÚNICAMENTE RESPECTO DE LOS BIENES QUE EL CÓNYUGE DEMANDADO HAYA ADQUIRIDO CON POSTERIORIDAD A ESA FECHA.

De acuerdo con el texto del artículo 250 bis del Código Civil para el Estado de San Luis Potosí, en vigor a partir del cuatro de octubre de dos mil, en la demanda de divorcio cualquiera de los cónyuges puede demandar del otro una indemnización de hasta el treinta por ciento del valor de los bienes que el cónyuge demandado hubiere adquirido durante el matrimonio, siempre que: I. Hubiere estado casado bajo el régimen de separación de bienes; II. El demandante se haya dedicado en el lapso que duró el matrimonio, preponderantemente, al desempeño del trabajo del hogar y, en su caso, al cuidado de los hijos; y, III. Durante el matrimonio el demandante no haya adquirido bienes propios o habiéndolo hecho, sean notoriamente menores a los de la contraparte. Ahora bien, tratándose de matrimonios celebrados antes de entrar en vigor el precepto en cita, éste sólo es aplicable respecto de los bienes que el cónyuge demandado haya adquirido con posterioridad a esa fecha, pues dicha norma no modifica el régimen bajo el cual se celebró el matrimonio, sino sólo afecta cuestiones de facto, como lo es la adquisición de bienes de uno de los cónyuges; de estimar lo contrario, esto es, que también es aplicable respecto a los bienes adquiridos con anterioridad a la entrada en vigor de la norma, se estaría aplicando de manera retroactiva, lo que es contrario al principio de irretroactividad de la ley a que se refiere el artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL NOVENO CIRCUITO.

Amparo directo 28/2004. 31 de marzo de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Juana Teresa Flores Hernández, secretaria de tribunal autorizada por la Comisión de Carrera Judicial del Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrada. Secretario: José Artemio Navarrete Sánchez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Agosto de 2004. Pág. 1595. Tesis Aislada.

DIVORCIO. LA CAUSAL CONSISTENTE EN EL INCUMPLIMIENTO DE UN CÓNYUGE PARA OTORGAR ALIMENTOS, SE ACTUALIZA A PARTIR DEL MOMENTO EN QUE AQUÉL SE PRODUCE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

La acción de divorcio por incumplimiento del cónyuge deudor de otorgar alimentos al cónyuge acreedor derivada del contrato de matrimonio, nace desde el momento mismo en que se presenta el hecho de la negativa, es decir, desde que ésta se produce, pues basta que el deudor incumpla con el deber respectivo para que surja el derecho del acreedor al plantear dicha acción; de ahí que si dicho incumplimiento del cónyuge acreedor se generó durante la vigencia del Código Civil ahora abrogado, dicha normatividad es la aplicable al caso y no el código actual, aunque la acción se intente después de que éste entró en vigor, pues de conformidad con el artículo sexto transitorio del vigente Código Civil del Estado de México se regirán por la legislación anterior al presente código los derechos nacidos y los hechos realizados al amparo de aquélla, aunque el actual código los regule de otro modo o no los reconozca.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 309/2004. 25 de mayo de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Noé Adonai Martínez Berman. Secretario: Saúl Manuel Mercado Solís.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Agosto de 2004. Pág. 1594. Tesis Aislada.

DIVORCIO. INDEMNIZACIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL, VIGENTE A PARTIR DEL UNO DE JUNIO DE DOS MIL, SU APLICACIÓN ES RETROACTIVA A LOS MATRIMONIOS CELEBRADOS CON ANTERIORIDAD.

De conformidad con la teoría de los derechos adquiridos y la de los dos componentes de la norma, admitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación para dirimir el problema de la retroactividad, resulta que una disposición legal transgrede el precepto 14 constitucional, cuando trata de modificar o alterar derechos adquiridos o supuestos jurídicos y consecuencias de éstos, que nacieron bajo la vigencia de una ley anterior; en ese entendido, si el artículo 289 Bis del Código Civil, vigente a partir del uno de junio de dos mil, otorga a los cónyuges que hayan celebrado el matrimonio bajo el régimen de separación de bienes, el derecho a demandar del otro una indemnización hasta del cincuenta por ciento del valor de los bienes que éste hubiese adquirido durante el mismo, siempre y cuando se satisfagan los requisitos que ese propio precepto establece, tal dispositivo no puede ser aplicado a los matrimonios celebrados con anterioridad a su vigencia, ya que resultaría retroactivo, pues dicha indemnización viene a constituir la afectación al derecho de propiedad sobre la generalidad de los bienes que uno de los cónyuges adquirió durante el matrimonio, derivada de la obligación de indemnizar a su consorte, la cual no adquirió al momento de la celebración del vínculo y de la elección del régimen patrimonial.

DÉCIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 130/2004. 26 de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: J. Jesús Pérez Grimaldi. Secretaria: Margarita Morrison Pérez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Agosto de 2004. Pág. 1594. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. NO EXISTE OBLIGACIÓN DE SUMINISTRARLOS EN EL CASO DE DIVORCIO PREVISTO EN LA FRACCIÓN XVII DEL ARTÍCULO 141 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE VERACRUZ.

La entonces Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 1/90, sustentó la jurisprudencia 3a./J. 17/90, de rubro: "ALIMENTOS. SUBSISTE LA OBLIGACIÓN DE SUMINISTRARLOS EN LOS DIVORCIOS EN QUE NO HAY CÓNYUGE CULPABLE, COMO OCURRE EN LA CAUSAL RELATIVA A LA SEPARACIÓN POR MÁS DE DOS AÑOS PREVISTA POR EL ARTÍCULO 267, FRACCIÓN XVIII DEL CÓDIGO CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL.", que aparece publicada con el número 44, en las páginas treinta y cuatro y siguiente, Tomo IV, Materia Civil, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de 1917-2000, considerando

para ello que el artículo 288 del Código Civil para el Distrito Federal establecía un principio general, consistente en conservar subsistente el derecho de uno de los cónyuges a percibir alimentos, si no había sido declarado culpable de la disolución del vínculo. Ahora bien, del análisis teleológico de los artículos 14, 16 y 17 de la Constitución Federal; 164, 267, 272, 273, 288, 301, 302, 308 y 311 del Código Civil para el Distrito Federal; y, 8o., 9o., 10, 14, 75, 98, 99, 100, 140, 141, 146, 147, 162, 232 y 233 del Código Civil para el Estado de Veracruz, se llega a la conclusión de que en tratándose de alimentos, no existe obligación de suministrarlos en el caso de divorcio previsto en la fracción XVII del artículo 141 de la legislación civil local, ya que en ésta no existe precepto alguno que disponga el derecho de la mujer o del hombre a recibir alimentos en caso de divorcio por mutuo consentimiento, pues lo que al respecto se contiene es la disposición del artículo 147, que en su fracción IV, refiere la mera posibilidad, no obligación, de que los cónyuges reciban alimentos, la forma de hacer el pago y la garantía que deba darse para asegurarlo, si así lo convienen, pero sólo durante el procedimiento respectivo, mas no después de éste; por lo que ante esa negación expresa de la ley civil local no queda margen de interpretación al juzgador, sino tan sólo resolver la cuestión alimentaria planteada conforme a la letra de la ley, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 14 tanto de la Constitución Federal como de aquella codificación, más aún cuando esta última dispone en su numeral 233 que en ella se determinará cuándo queda subsistente esa obligación de darse alimentos en los casos de divorcio, por lo que si a la vez en su diverso artículo 162 señala cuáles son esos casos, o sea, los relativos al divorcio necesario, en el que la establece como sanción al cónyuge culpable de la disolución del vínculo matrimonial, en favor del consorte inocente, es jurídicamente permisible colegir que esos casos de divorcio necesario constituyen la regla general para la imposición de dicha sanción, pero como el divorcio por la separación de los esposos por más de dos años, cualquiera que sea la causa, no puede encuadrarse en los divorcios necesarios, ante la ausencia de cónyuges culpable o inocente, debe tenerse como una excepción a la citada regla general y, por tanto, para que pudiera condenarse a proporcionar alimentos en tal tipo de divorcio, es del todo indispensable que la ley sustantiva local así lo dispusiera expresamente, según su precepto 9o., lo cual no hace, tan es así que aun equiparando ese divorcio en estudio al voluntario o consensual, por no haber cónyuges culpable o inocente en ambos, lo cierto es que tampoco se establece esa pensión alimentaria como obligatoria, sino sólo como una simple

expectativa de derecho, ante un posible pacto o convenio que así se fije, el cual por cierto sería contrario, pero no ilegal, a la disposición genérica contenida en el artículo 162 ibídem, segundo párrafo, en el sentido de que en el divorcio por mutuo consentimiento los cónyuges no tienen derecho a pensión alimenticia. En esas condiciones se llega a la conclusión de que la jurisprudencia emitida por la referida Tercera Sala, no es aplicable para el Estado de Veracruz.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 55/2004. 28 de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique R. García Vasco. Secretario: Manuel García Valdés.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XX, Agosto de 2004. Pág. 1544. Tesis Aislada.

PERSONALIDAD EN EL AMPARO. DEBE TENÉRSELE POR RECONOCIDA AL PROGENITOR DEL ACREEDOR ALIMENTARIO SI EN EL TRANSCURSO DEL JUICIO NATURAL ÉSTE CUMPLIÓ LA MAYORÍA DE EDAD Y AQUÉL REALIZÓ DIVERSOS ACTOS EN SU REPRESENTACIÓN, MÁXIME SI AL INTERPONER EL RECURSO DE APELACIÓN NO SE DESCONOCIÓ SU PERSONALIDAD.

Si en el transcurso del procedimiento del juicio natural un menor llega a la mayoría de edad por haber cumplido dieciocho años, ello no implica que por esa circunstancia el progenitor, quien ejercía la custodia sobre él, hubiera tenido que ser autorizado expresamente por el acreedor alimentario o que el hijo hubiese tenido que apersonarse para hacer valer sus derechos si durante el juicio de divorcio el progenitor realizó diversos actos, lo que implica que implícitamente se le tuvo por reconocida la personalidad como representante de aquél, máxime si al interponer el recurso de apelación, lo que constituye el acto reclamado en el amparo, no se le desconoció. Por lo que para los efectos del juicio de garantías, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 13 de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Constitución General de la República Mexicana, también se le debe tener por reconocida tal personalidad para promover en nombre del precitado acreedor alimentario en el juicio constitucional.SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 2016/2003. Seguros Inbursa, S.A., Grupo Financiero Inbursa. 12 de junio de 2003. Unanimidad de votos.

Ponente: María Soledad Hernández de Mosqueda. Secretaria: Berenice González Díaz.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Junio de 2004. Pág. 1456. Tesis Aislada.

DIVORCIO. LA INDEMNIZACIÓN ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL, VIGENTE A PARTIR DEL UNO DE JUNIO DE DOS MIL, NO ES RETROACTIVA NI MODIFICA EL RÉGIMEN PATRIMONIAL DE LOS CÓNYUGES RESPECTO DE MATRIMONIOS CELEBRADOS CON ANTERIORIDAD BAJO EL RÉGIMEN DE SEPARACIÓN DE BIENES (MODIFICACIÓN DEL CRITERIO ANTERIORMENTE SOSTENIDO POR ESTE TRIBUNAL).

De conformidad con los artículos 178, 208, 209, 212 y 213 del Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, vigentes antes de la reforma de veinticinco de mayo de dos mil, que entró en vigor el uno de junio ulterior, que contienen disposiciones similares a los artículos del Código Civil para el Distrito Federal vigente, el matrimonio debe celebrarse bajo los regímenes patrimoniales de sociedad conyugal o de separación de bienes, el último de los cuales puede ser absoluto o parcial, empero, puede terminar o ser alterado por voluntad de los cónyuges, los que después del divorcio conservarán la propiedad y administración de los bienes que, respectivamente, les pertenecen y, por consiguiente, todos los frutos y accesiones de los mismos no serán comunes, sino del dominio exclusivo del dueño de ellos; además, serán propios de cada uno de los consortes los salarios, sueldos, emolumentos y ganancias que obtuvieren por servicios profesionales por el desempeño de un empleo o el ejercicio de una profesión, comercio o industria. La interpretación armónica y sistemática del artículo 289 bis del Código Civil para el Distrito Federal, vigente a partir del uno de junio de dos mil, permite concluir que en el mismo se establece la posibilidad de que en la demanda de divorcio, respecto de los matrimonios celebrados bajo el régimen de separación de bienes, antes o después de la reforma de veinticinco de mayo de dos mil, el cónyuge que lo solicite, demande del otro una indemnización hasta del cincuenta por ciento del valor de los bienes que hubiere adquirido durante el matrimonio, siempre que se satisfagan los requisitos que el propio precepto establece en sus fracciones II y III, es decir, que la demandante, durante el lapso que duró el matrimonio, se haya dedicado preponderantemente al desempeño del trabajo del hogar y, en su caso, al cuidado de los hijos y que por esos motivos durante dicho periodo no haya adquirido bienes propios o

habiéndolos adquirido sean notoriamente menores a los de su contraparte. En tales condiciones, si la indemnización a que se refiere el precepto aludido debe ser decretada en la sentencia de divorcio por el Juez de lo Familiar, atendiendo a las circunstancias especiales de cada caso, es evidente que la condena al pago de la misma no es retroactiva en cuanto al régimen patrimonial de separación de bienes, porque no constituye una sanción o pena por alguna conducta ilícita del cónyuge culpable, en todos los casos que modifique o altere el derecho de propiedad de los bienes adquiridos por éste, que contrajo matrimonio bajo el régimen de separación de bienes de acuerdo con la ley anterior, sino que resulta en sí una compensación a la consorte inocente por la dedicación preponderante que durante el tiempo que duró el matrimonio, tuvo en el desempeño del trabajo, del hogar y, en su caso, el cuidado de los hijos, razones por las cuales se vio imposibilitada para adquirir bienes propios o habiéndolos adquirido sean notoriamente menores a los de su contraparte, motivo por el cual es claro que con la citada indemnización, se reitera, no se modifica o altera el derecho de propiedad que tiene el cónyuge culpable respecto de los bienes adquiridos durante la vigencia del matrimonio celebrado en los términos apuntados, aun cuando éste se haya celebrado de acuerdo a la ley anterior a las reformas de veinticinco de mayo de dos mil, ya que exclusivamente va a proceder la condena al cónyuge culpable de indemnizar al inocente cuando se acrediten los requisitos establecidos en las fracciones II y III del artículo 289 bis citado, sin que el monto de tal indemnización sea mayor al cincuenta por ciento del valor de los bienes del primero; razones que conducen a este Tribunal Colegiado a variar el criterio anteriormente adoptado respecto de la indemnización de que se trata, con el rubro de: "DIVORCIO. LA INDEMNIZACIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL A FAVOR DE UNO DE LOS CÓNYUGES, SÓLO ES APLICABLE A AQUELLOS MATRIMONIOS CELEBRADOS A PARTIR DE SU ENTRADA EN VIGOR.", para establecer que la aplicación del artículo 289 bis del Código Civil para el Distrito Federal en los juicios de divorcio iniciados después del uno de junio de dos mil, respecto de matrimonios celebrados antes de esa fecha, al no ser retroactiva no infringe el artículo 14, párrafo primero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.DÉCIMO TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 656/2003. 13 de enero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Martín Antonio Ríos. Secretario: Gerardo Daniel Gatica López.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Junio de 2004. Pág. 1435. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO. LA SUPLENCIA DE LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA Y LA AUSENCIA DE LIMITACIONES FORMALES SOBRE LA PRUEBA QUE IMPERAN EN MATERIA CIVIL, NO EXIME DE AJUSTARSE A LOS PLAZOS PARA EL OFRECIMIENTO Y RECEPCIÓN DE LAS PRUEBAS (LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL).

Los artículos 267, fracciones XI, XVII y XVIII, y 271 del Código Civil, así como los diversos 290 y 299, párrafo inicial, del Código de Procedimientos Civiles, ambos para el Distrito Federal, interpretados a la luz de la exposición de motivos de diecisiete de abril de dos mil, de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, que justificó e impulsó la enmienda de dichas normas jurídicas, mediante el decreto de veinte de mayo de dos mil, publicado en la Gaceta de Gobierno del Distrito Federal número 85, del día veintidós siguiente, permiten establecer que con la finalidad de proteger a la familia y actualizar sus instituciones jurídicas, el legislador se propuso aligerar a los asuntos de divorcio necesario, del tecnicismo que impera en los asuntos civiles, mediante la inclusión de dos reglas jurídicas, a saber: a) la suplencia de la deficiencia de la queja; y, b) la ausencia de limitaciones formales de la prueba, que caracteriza a la materia civil (sólo en casos de violencia familiar, sevicias, amenazas e injurias graves). Paralelamente a lo anterior, el legislador, con el objeto de ajustar el marco legal a las necesidades de la sociedad que regula, también actualizó las instituciones jurídico procesales y así redujo tanto los plazos para el ofrecimiento de pruebas como de su recepción en la audiencia, de diez a cinco días y de treinta a quince días, respectivamente. Así, como las citadas reglas jurídicas y la reducción de plazos para el ofrecimiento y recepción de pruebas forman parte de la misma enmienda legislativa, deben ser armónicamente interpretadas, de tal forma que todas ellas sean cabalmente observadas, sin que entre unas y otras se hagan nugatorios sus postulados. En esa tesitura, la suplencia de la deficiencia de la queja no puede subsumir a la ausencia de limitaciones formales que rigen la prueba en materia civil a determinados asuntos de divorcio. Tampoco podrá aceptarse que por virtud de tales reglas jurídicas no sean respetados los plazos para el ofrecimiento y recepción de las pruebas, al no

advertirse intención legislativa en ese sentido, pues lo pretendido en este aspecto fue la celeridad del procedimiento atinente al divorcio fundado en la violencia familiar, sevicias, amenazas o injurias graves, en relación con los plazos comunes de un juicio ordinario, pero sin eliminar los tiempos para llevar a cabo las cargas procesales correspondientes al ofrecimiento y recepción de pruebas. Por lo cual, evidentemente, dentro de la ausencia de las limitaciones formales que rigen la prueba en materia civil, no se encuentran los plazos de su ofrecimiento y recepción, los cuales únicamente fueron matizados en la enmienda legislativa para abreviarlos.DÉCIMO TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 784/2003. 4 de marzo de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Martín Antonio Ríos. Secretario: Mauricio Omar Sanabria Contreras.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Mayo de 2004. Pág. 1769. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. ES UN DERECHO LIMITADO AL MISMO LAPSO QUE DURÓ EL MATRIMONIO, CUANDO NO HAY CÓNYUGE CULPABLE EN EL DIVORCIO NECESARIO, PORQUE LA CAUSAL DE DIVORCIO PREVISTA EN LA FRACCIÓN IX DEL ARTÍCULO 267 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL SE ASEMEJA MÁS AL DIVORCIO VOLUNTARIO.

El artículo 288 del Código Civil para el Distrito Federal prevé la temporalidad del derecho del acreedor de recibir alimentos, tanto en el divorcio necesario como en el divorcio voluntario. Para el primero dispuso que ese derecho se extingue cuando el acreedor contraiga nuevas nupcias o se una en concubinato. Para el divorcio voluntario por vía judicial estableció que la mujer tendría derecho a recibir alimentos por el mismo lapso de duración del matrimonio si no tiene ingresos suficientes y mientras no contraiga nuevas nupcias o se una en concubinato. La causal prevista en la fracción IX del artículo 267, relativa a la separación de los cónyuges por más de un año, independientemente del motivo que haya originado la separación, está inmersa en las diferentes hipótesis del divorcio necesario, pero conforme a la literalidad del contenido del numeral 288, tendría que estimarse que al tratarse de un divorcio necesario, el derecho de la acreedora a recibir alimentos, únicamente se produciría si es que existe declaración de cónyuge culpable e inocente, porque el derecho a recibir alimentos es a favor de este último, y que se extinguirá hasta que el mismo llegue a

contraer nuevas nupcias o se una en concubinato; lo cual implicaría que en el caso de que no haya declaración del cónyuge culpable, el inocente no tendría derecho a alimentos. El artículo 288 no prevé una regulación precisa sobre la subsistencia de la obligación de los cónyuges de darse alimentos en la causal donde no se califica la culpabilidad o inocencia de los consortes. Tomando en cuenta que en ambos tipos de divorcio subsiste el derecho a alimentos, es claro que también puede persistir en la disolución donde no hay declaración de cónyuge culpable como ocurre en la separación de los cónyuges por más tiempo del especificado en la ley, sin importar el motivo que la haya originado, en cuyo supuesto dejó de existir entre los consortes el interés mutuo de la convivencia de pareja para alcanzar los fines de la institución del matrimonio, lo que también acontece en el divorcio voluntario. En consecuencia, la temporalidad o duración de ese derecho es una laguna que debe integrarse con el mismo principio de analogía que autoriza el artículo 14 constitucional y 19 del Código Civil para el Distrito Federal, conforme al cual se debe colmar la omisión de la ley de la misma forma que ésta expresamente regula una situación idéntica, lo que se traduce en la fórmula de que donde existe la misma razón debe imperar la misma disposición. En consecuencia, como la causa de divorcio prevista en la fracción IX del artículo 267, no da lugar a la declaración de cónyuge culpable, se asimila más al divorcio voluntario en la vía judicial, que a las demás causas que dan lugar al divorcio necesario, por lo que la duración del derecho de la acreedora alimentaria debe ajustarse a la temporalidad que marca la segunda parte del numeral 288, en torno al divorcio voluntario por vía judicial, relativo al mismo lapso de duración del matrimonio, sujeto a que no tenga ingresos suficientes y mientras no contraiga nuevas nupcias o se una en concubinato.TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 452/2003. 22 de enero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretaria: Mercedes Rodarte Magdaleno.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Junio de 2004. Pág. 1406. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. INTELECCIÓN FORMAL Y JURÍDICA DEL PRIMER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 4.99 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE MÉXICO.

El precepto 4.99 del Código Civil para el Estado de México, en su primer párrafo, estatuye: "En los casos de divorcio, el

cónyuge inocente tendrá derecho a alimentos. En el divorcio decretado con base en la separación de los cónyuges por más de dos años, tendrá derecho a ellos el que los necesite.". Ahora, si planteado el divorcio se declara fundada la causal contenida en la fracción XIX del artículo 4.90 del citado ordenamiento, relativa a la separación de los esposos por más de dos años, deviene patente e incontrovertible que inexiste cónyuge culpable y, por consiguiente, de suyo no se actualiza el supuesto establecido en la primera parte del dispositivo inicial. No obstante, puede condenarse a uno de los consortes a pagar alimentos al otro con sustento en la necesidad de la subsistencia material y, para ello, basta demostrar fehacientemente que se requieren dichos alimentos; así, cuando uno de los consortes por vía de acción o reconvención exija el pago de alimentos, fundándose en dicho dispositivo, tal pretensión deberá justificarse de modo convincente, de lo contrario, no prosperará esa petición.SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 3/2004. 3 de febrero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretario: Carlos Esquivel Estrada.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Mayo de 2004. Pág. 1741. Tesis Aislada.

CONVIVENCIA FAMILIAR. EN LAS SENTENCIAS QUE SE DICTEN EN LOS JUICIOS DE DIVORCIO O DE GUARDA Y CUSTODIA DE MENORES, ES OBLIGACIÓN DEL ÓRGANO JURISDICCIONAL PRONUNCIARSE, AUN DE OFICIO, RESPECTO A ESE RÉGIMEN (LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL).

De conformidad con el artículo 283 del Código Civil para el Distrito Federal, en relación con los diversos artículos 416 y 417 del mismo ordenamiento legal, en las sentencias que se dicten en los juicios de divorcio o de guarda y custodia de menores, el Juez de primer grado o, en caso de omisión, el tribunal de apelación, tienen la obligación de pronunciarse, aun de oficio, respecto del régimen de convivencia de los menores hijos con el progenitor que se encuentra separado de ellos, debiendo tener en cuenta para ello el interés superior de los menores, las circunstancias especiales del caso concreto y las posibilidades y condiciones específicas de cada uno de los padres, excepto cuando exista la certeza de que tal convivencia resulte riesgosa o perjudicial para el o los menores.

DÉCIMO PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 698/2003. 24 de noviembre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: María del Carmen Sánchez Hidalgo viuda de Magaña Cárdenas. Secretaria: Alicia Avendaño Santos.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Abril de 2004. Pág. 1407. Tesis Aislada.

BENEFICIARIO DEL TRABAJADOR FALLECIDO. LA CÓNYUGE CONSIDERADA DE BUENA FE EN LA NULIDAD DEL MATRIMONIO POR EXISTENCIA DE UNO ANTERIOR, TIENE ESE CARÁCTER EN SU CALIDAD DE VIUDA SI RESPECTO DEL OTRO SE DECLARÓ EL DIVORCIO.

Conforme a la fracción I del artículo 501 de la Ley Federal del Trabajo tiene derecho a recibir la indemnización por muerte de un trabajador, en primer término, la viuda. Ahora bien, si una persona reclama en juicio sus derechos como beneficiaria en su calidad de viuda, debe tenérsele como tal aun cuando un Juez de lo Familiar haya decretado la nulidad de su matrimonio si se le consideró cónyuge de buena fe, surtiendo éste efectos en su favor, si el fallecimiento del trabajador se verificó antes de que se decretara la nulidad del vínculo matrimonial y ya se había declarado el divorcio respecto del primer matrimonio.SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 10936/2003. Josefina Morales Maldonado. 13 de noviembre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Carolina Pichardo Blake. Secretario: Luis Javier Guzmán Ramos.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Marzo de 2004. Pág. 1525. Tesis Aislada.

ADULTERIO COMO CAUSAL DE DIVORCIO. LA CODIFICACIÓN SUSTANTIVA CIVIL NO CONTEMPLA EL PERDÓN DEL CÓNYUGE OFENDIDO COMO MOTIVO DE IMPROCEDENCIA DE ESTA ACCIÓN, SIN QUE EXISTA LAGUNA DE LA LEY AL RESPECTO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).

En el Código Civil para el Estado de Puebla no se dispone que la acción de divorcio necesario por adulterio de uno de los cónyuges, sea improcedente cuando exista perdón del ofendido, por tanto, no existe laguna o vacío legislativo sobre ese particular que deba colmarse, y el hecho de que en la

legislación de otra entidad federativa se contemple esa salvedad, no conduce a observar, por analogía, preceptos ajenos a la codificación aplicable, precisamente porque no hay vacío normativo, además de que para que la ley pueda integrarse o interpretarse por analogía deben existir, cuando menos, dos preceptos que aun de manera distinta regulen la misma situación jurídica, lo que sobre el tema tratado no se actualiza.SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 25/2004. 12 de febrero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez. Secretario: Eduardo Iván Ortiz Gorbea.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Marzo de 2004. Pág. 1511. Tesis Aislada.

DIVORCIO. LA INDEMNIZACIÓN ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL, VIGENTE A PARTIR DEL UNO DE JUNIO DE DOS MIL, NO ES RETROACTIVA NI MODIFICA EL RÉGIMEN PATRIMONIAL DE LOS CÓNYUGES RESPECTO DE MATRIMONIOS CELEBRADOS CON ANTERIORIDAD BAJO EL RÉGIMEN DE SEPARACIÓN DE BIENES (MODIFICACIÓN DEL CRITERIO ANTERIORMENTE SOSTENIDO POR ESTE TRIBUNAL).

De conformidad con los artículos 178, 208, 209, 212 y 213 del Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, vigentes antes de la reforma de veinticinco de mayo de dos mil, que entró en vigor el uno de junio ulterior, que contienen disposiciones similares a los artículos del Código Civil para el Distrito Federal vigente, el matrimonio debe celebrarse bajo los regímenes patrimoniales de sociedad conyugal o de separación de bienes, el último de los cuales puede ser absoluto o parcial, empero, puede terminar o ser alterado por voluntad de los cónyuges, los que después del divorcio conservarán la propiedad y administración de los bienes que, respectivamente, les pertenecen y, por consiguiente, todos los frutos y accesiones de los mismos no serán comunes, sino del dominio exclusivo del dueño de ellos; además, serán propios de cada uno de los consortes los salarios, sueldos, emolumentos y ganancias que obtuvieren por servicios profesionales por el desempeño de un empleo o el ejercicio de una profesión, comercio o industria. La interpretación armónica y sistemática del artículo 289 bis del Código Civil para el Distrito Federal, vigente a partir del uno de junio de dos mil, permite concluir que en el mismo se establece la posibilidad de que en la demanda de divorcio, respecto de los matrimonios celebrados bajo el

régimen de separación de bienes, antes o después de la reforma de veinticinco de mayo de dos mil, el cónyuge que lo solicite, demande del otro una indemnización hasta del cincuenta por ciento del valor de los bienes que hubiere adquirido durante el matrimonio, siempre que se satisfagan los requisitos que el propio precepto establece en sus fracciones II y III, es decir, que la demandante, durante el lapso que duró el matrimonio, se haya dedicado preponderantemente al desempeño del trabajo del hogar y, en su caso, al cuidado de los hijos y que por esos motivos durante dicho periodo no haya adquirido bienes propios o habiéndolos adquirido sean notoriamente menores a los de su contraparte. En tales condiciones, si la indemnización a que se refiere el precepto aludido debe ser decretada en la sentencia de divorcio por el Juez de lo Familiar, atendiendo a las circunstancias especiales de cada caso, es evidente que la condena al pago de la misma no es retroactiva en cuanto al régimen patrimonial de separación de bienes, porque no constituye una sanción o pena por alguna conducta ilícita del cónyuge culpable, en todos los casos que modifique o altere el derecho de propiedad de los bienes adquiridos por éste, que contrajo matrimonio bajo el régimen de separación de bienes de acuerdo con la ley anterior, sino que resulta en sí una compensación a la consorte inocente por la dedicación preponderante que durante el tiempo que duró el matrimonio, tuvo en el desempeño del trabajo, del hogar y, en su caso, el cuidado de los hijos, razones por las cuales se vio imposibilitada para adquirir bienes propios o habiéndolos adquirido sean notoriamente menores a los de su contraparte, motivo por el cual es claro que con la citada indemnización, se reitera, no se modifica o altera el derecho de propiedad que tiene el cónyuge culpable respecto de los bienes adquiridos durante la vigencia del matrimonio celebrado en los términos apuntados, aun cuando éste se haya celebrado de acuerdo a la ley anterior a las reformas de veinticinco de mayo de dos mil, ya que exclusivamente va a proceder la condena al cónyuge culpable de indemnizar al inocente cuando se acrediten los requisitos establecidos en las fracciones II y III del artículo 289 bis citado, sin que el monto de tal indemnización sea mayor al cincuenta por ciento del valor de los bienes del primero; razones que conducen a este Tribunal Colegiado a variar el criterio anteriormente adoptado respecto de la indemnización de que se trata, con el rubro de: "DIVORCIO. LA INDEMNIZACIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL A FAVOR DE UNO DE LOS CÓNYUGES, SÓLO ES APLICABLE A AQUELLOS MATRIMONIOS CELEBRADOS A PARTIR DE SU ENTRADA EN VIGOR.", para establecer que la aplicación del artículo 289 bis del Código Civil para el Distrito Federal en

los juicios de divorcio iniciados después del uno de junio de dos mil, respecto de matrimonios celebrados antes de esa fecha, al no ser retroactiva no infringe el artículo 14, párrafo primero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

DÉCIMO TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 657/2003. 13 de enero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Martín Antonio Ríos. Secretario: Gerardo Daniel Gatica López.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Febrero de 2004. Pág. 1049. Tesis Aislada.

DIVORCIO. LA ACCIÓN FUNDADA EN LA NEGATIVA A PROPORCIONAR ALIMENTOS NO REQUIERE DEMOSTRAR LA POSIBILIDAD ECONÓMICA DEL CÓNYUGE DEMANDADO PARA MINISTRARLOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).

No obstante que el artículo 1144 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado Puebla exige para la procedencia de la acción de alimentos que se justifique el origen de la obligación, la necesidad de recibirlos y la posibilidad económica del demandado, dichos requisitos no son necesarios para ejercer la acción de divorcio fundada en la negativa injustificada a ministrar alimentos, prevista en el artículo 454, fracción XIV, del Código Civil de la misma entidad federativa, ya que la primera de las disposiciones analizadas sólo cobra aplicación cuando la acción ejercida o la prestación que se exige es la de obtener el pago de alimentos pues, en tal caso, el Juez debe pronunciarse sobre su procedencia, mientras que cuando tal incumplimiento únicamente se invoca como causal de divorcio, la actora sólo debe probar el matrimonio como fuente de la obligación que se aduce incumplida y no la posibilidad económica del cónyuge demandado para ministrarlos.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 354/2003. 24 de noviembre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Ma. Elisa Tejada Hernández. Secretaria: María del Rocío Chacón Murillo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Febrero de 2004. Pág. 1049. Tesis Aislada.

DIVORCIO POR MUTUO CONSENTIMIENTO. PROCEDE DECLARAR SIN EFECTO LA SOLICITUD RESPECTIVA SI EXISTE INACTIVIDAD PROCESAL DE LOS PROMOVENTES POR MÁS DE TRES MESES, AUN CUANDO SE HAYA CITADO PARA SENTENCIA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).

Al estatuir el artículo 773 del Código de Procedimientos Civiles de la entidad que el tribunal aparte de dejar sin efecto la petición de divorcio por mutuo consentimiento, mandará archivar el expediente "en cualquier caso" en que los cónyuges no promuevan por más de tres meses, debe atenderse que en cualquier estado del proceso es factible la aplicación de la sanción a que se refiere dicho numeral, aun cuando sólo se encuentre pendiente el dictado del fallo respectivo, ya que no debe confundirse la sanción indicada con la caducidad de la instancia, pues el artículo 29 bis del cuerpo de leyes citado es claro en señalar que esta última figura no procede tratándose de juicios de divorcio, que es donde se encuentra establecido que no opera la perención cuando ya se citó para sentencia; además, el objeto de la primera de las disposiciones es exigir a las partes que muestren un interés efectivo en obtener la disolución de su vínculo matrimonial, medida con la que se evita en lo posible que esto último suceda por ser inconcuso que ello daña a la sociedad.

QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.

Amparo directo 436/2003. 2 de octubre de 2003. Mayoría de votos. Disidente y Ponente: Alicia Guadalupe Cabral Parra. Secretario: Humberto Medina Romo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Enero de 2004. Pág. 1518. Tesis Aislada.

DIVORCIO POR MUTUO CONSENTIMIENTO. EL CONVENIO RELATIVO NO TIENE EFECTOS DE COSA JUZGADA AUNQUE EL JUEZ LO HAYA APROBADO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).

Del análisis de lo dispuesto por los artículos 498 y 501 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, así como del diverso 149 del Código Civil de la propia entidad se desprende que cuando los consortes convienen en separarse, pero son menores de edad, tienen hijos y/o no han liquidado la sociedad

conyugal, si bajo ese régimen se casaron, podrán acudir ante el Juez de su domicilio para completar su personalidad, fijar la situación en que deben quedar los hijos y/o liquidar y dividir los bienes que correspondan a dicha sociedad, según sea el caso, y una vez hecho lo anterior, el Juez mandará expedir copia de las diligencias correspondientes a los interesados para que se presenten ante el encargado del Registro Civil, quien procederá de acuerdo con lo dispuesto por el segundo párrafo del artículo 146 del Código Civil del Estado. De lo anterior se concluye que al Juez sólo le corresponde aprobar el convenio presentado por los cónyuges, como requisito sine qua non para que puedan acudir ante el encargado del Registro Civil, ya que de lo contrario no es posible que obtengan el divorcio por mutuo consentimiento, pues es este funcionario quien lo declarará, una vez que los cónyuges ratifiquen ante él la solicitud correspondiente, según se observa de la lectura del aludido artículo 146, en el párrafo indicado; luego entonces, es claro que la situación de que el Juez haya aprobado el convenio respectivo no implica la disolución del vínculo matrimonial y ese acuerdo, aun sancionado por la autoridad judicial, no constituye cosa juzgada ya que para los efectos de la referida disolución sólo podría constituirla la declaración del encargado del Registro Civil.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 667/2003. 8 de octubre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique R. García Vasco. Secretario: Martín Ramón Brunet Garduza.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Enero de 2004. Pág. 1517. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. OBLIGACIÓN DE LA AUTORIDAD JUDICIAL DE PRONUNCIARSE RESPECTO DE ELLOS EN LA SENTENCIA QUE RESUELVE LA DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO MATRIMONIAL, AUN CUANDO NO SE HUBIESE SOLICITADO SU FIJACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).

El contenido de los artículos 156, fracción III, 157 y 158 del Código Civil para el Estado, conlleva a determinar que los órganos judiciales, al resolver sobre la disolución del vínculo matrimonial, tienen el deber, entre otros, de establecer los derechos y obligaciones derivados de la patria potestad que, en su caso, conserven los cónyuges, así como respecto de la persona y bienes de los menores habidos en matrimonio y, en especial, lo relativo a los alimentos. Por ende, tomando en cuenta que la institución de los alimentos es de orden público y de urgente

necesidad, aun cuando se decrete el divorcio y los padres no soliciten en la demanda, ni reconvengan la fijación de una pensión alimenticia a favor de los hijos menores de edad, aquellas autoridades, de oficio, deben resolver sobre tal medida, ya que los preceptos en comento estatuyen ese aspecto básico como consecuencia del juicio de divorcio, al constituir aquéllos -los alimentos- una obligación principal a la cual deben sujetarse.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 575/2003. 10 de septiembre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Agustín Romero Montalvo. Secretaria: Maura Lidia Rodríguez Lagunes.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XIX, Enero de 2004. Pág. 1440. Tesis Aislada.

PATRIA POTESTAD. NO PROCEDE SU ESTUDIO OFICIOSO EN APELACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).

Si bien el artículo 457 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco establece que el fallo que dirima una controversia de divorcio en el que se haya declarado procedente la disolución, puede ser analizado oficiosamente por el tribunal de alzada, con intervención del Ministerio Público, también lo es que la pérdida del ejercicio de la patria potestad no es un efecto del divorcio, según se desprende del contenido de los numerales 414 y 415 del Código Civil del Estado; por tanto, resulta incuestionable que el tribunal de apelación no se encuentra facultado para abordar aquel tema so pretexto de la revisión oficiosa, máxime que el Juez a quo absolvió a la parte reo por lo que ve a esa reclamación.

QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.

Amparo directo 328/2003. 14 de agosto de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique Dueñas Sarabia. Secretaria: María Anayatzin Castañeda Castro.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Diciembre de 2003. Pág. 1435. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. NO EXISTE OBLIGACIÓN DE SUMINISTRARLOS EN LOS CASOS DE DIVORCIO NECESARIO FUNDADO EN LA SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES POR MÁS DE DOS AÑOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE YUCATÁN).

La otrora Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 1/90, sustentó el criterio jurisprudencial 17/90, visible en la Octava Época del Semanario Judicial de la Federación, Tomo V, Primera Parte, página 221, de rubro: "ALIMENTOS. SUBSISTE LA OBLIGACIÓN DE SUMINISTRARLOS EN LOS DIVORCIOS EN QUE NO HAY CÓNYUGE CULPABLE, COMO OCURRE EN LA CAUSAL RELATIVA A LA SEPARACIÓN POR MÁS DE DOS AÑOS PREVISTA POR EL ARTÍCULO 267, FRACCIÓN XVIII, DEL CÓDIGO CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL."; considerando para ello, que si la legislación civil del Distrito Federal preveía en su artículo 288 la obligación de los cónyuges de darse alimentos en los casos de divorcio por mutuo consentimiento, es decir, cuando no había cónyuges culpables, por razón de analogía y equidad debía considerarse también que en los casos de divorcio necesario fundados en la causal relativa a la separación de los cónyuges por más de dos años, en la que tampoco había culpables, debía subsistir el derecho de aquéllos a percibir alimentos. Sin embargo, en el Estado de Yucatán no resulta aplicable por analogía el criterio jurisprudencial de que se trata, en la medida en que conforme con lo dispuesto en el artículo 191, fracción IV, de su Código Civil, no es obligación de los cónyuges proporcionarse alimentos en los casos de divorcio por mutuo consentimiento (en el que, desde luego, no hay cónyuges culpables), por lo que al no prever el citado artículo una situación jurídica igual a la regulada por el diverso 288 del Código Civil para el Distrito Federal, cuya interpretación sirvió de base al Alto Tribunal para emitir la jurisprudencia invocada, no puede ésta resultar aplicable en el Estado de Yucatán.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO CUARTO CIRCUITO.

Amparo directo 756/98. 20 de mayo de 1999. Unanimidad de votos. Ponente: Paulino López Millán. Secretaria: Silvia Cerón Fernández.

Amparo directo 110/99. 27 de septiembre de 1999. Unanimidad de votos. Ponente: Raquel Aldama Vega. Secretario: Luis A. Coaña y Polanco.

Amparo directo 590/2001. 7 de diciembre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: José de Jesús González Ruiz. Secretaria: Isis Alejandra Vera Novelo.

Amparo directo 153/2003. 22 de mayo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Pablo Jesús Hernández Moreno. Secretario: Mario Andrés Pérez Vega.

Amparo directo 318/2003. 26 de septiembre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Pablo Jesús Hernández Moreno. Secretario: Mario Andrés Pérez Vega.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Diciembre de 2003. Pág. 1125. Tesis de Jurisprudencia.

DIVORCIO. EL TRIBUNAL DE ALZADA NO DEBE DECLARAR INOPERANTES LOS AGRAVIOS EXPRESADOS EN LA APELACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).

De conformidad con lo dispuesto por el artículo 509, fracción I, del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla y en la jurisprudencia 1a./J. 15/2001, publicada en la página 109 del Tomo XIII, de la Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con el rubro: "DIVORCIO NECESARIO. EL TRIBUNAL DE ALZADA DEBE SUPLIR LA DEFICIENCIA DE LOS AGRAVIOS EXPRESADOS EN LA APELACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).", el tribunal de alzada debe suplir la falta o la deficiencia de los agravios cuando se recurre una sentencia dictada en un juicio que verse sobre derechos familiares, como lo son los juicios de divorcio que se encuentran comprendidos en el libro cuarto denominado "Juicios y procedimientos sobre cuestiones familiares" del código adjetivo citado. En tal virtud, el tribunal de apelación no debe declarar inoperantes simplemente los agravios expuestos en el recurso de apelación interpuesto en contra de una sentencia dictada en un juicio de divorcio, sino que está obligado a analizar dicha sentencia para determinar si se encuentra apegada a derecho y de no ser así, deberá revocarla aun cuando no se hubieran expresado agravios por el apelante.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 213/2003. 14 de agosto de 2003. Mayoría de votos. Disidente: Teresa Munguía Sánchez. Ponente: Filiberto Méndez Gutiérrez. Secretaria: Carla Isselin Talavera.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Noviembre de 2003. Pág. 957. Tesis Aislada.

SUCESIONES. LA DECLARACIÓN DE ADULTERIO QUE INCAPACITA PARA HEREDAR, NO REQUIERE LA EXISTENCIA DE JUICIO PREVIO, YA QUE PUEDE REALIZARSE EN UN JUICIO DEL ORDEN CIVIL, EN VIDA DEL AUTOR DE LA SUCESIÓN O DESPUÉS DE SU MUERTE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIAPAS).

La fracción III del artículo 1301 del Código Civil para el Estado establece como causal de incapacidad para adquirir por testamento o por intestado la declaración de que el cónyuge cometió adulterio, si se trata de suceder al cónyuge inocente. Ahora bien, como en la legislación estatal el adulterio ya no se encuentra tipificado como delito, sino únicamente como causal de divorcio y de incapacidad para heredar, y el precepto antes invocado no exige la existencia de juicio previo, entonces, es evidente que tal declaración no podrá obtenerse mediante sentencia del orden penal, precisamente por no existir tal delito, sino que ésta puede realizarse en juicio del orden civil, en vida del cónyuge inocente o después de su muerte, ya sea en el propio juicio sucesorio o bien en juicio de petición de herencia, por vía de acción o de excepción.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO CIRCUITO.

Amparo directo 567/2002. Elvira Patricia Palacios León. 5 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Alma Rosa Díaz Mora. Secretario: Humberto Barrientos Molina.

Véase: Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volumen 47, Sexta Parte, página 57, tesis de rubro: "SUCESIONES. DECLARACIÓN DE ADULTERIO QUE INCAPACITA PARA HEREDAR. NO HAY NECESIDAD DE QUE SE HAGA EN JUICIO PREVIO Y DESTACADO, SINO EN EL PROPIO JUICIO SUCESORIO O DE PETICIÓN DE HERENCIA."

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Octubre de 2003. Pág. 1124. Tesis Aislada.

GUARDA Y CUSTODIA DE MENORES. CORRESPONDE EN MANCOMÚN A AMBOS PADRES CUANDO COHABITAN EN EL MISMO DOMICILIO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

De una correcta y objetiva intelección de lo que al respecto previene el artículo 4.228, fracción II, inciso b), del actual

Código Civil para el Estado de México, es concluyente que en los casos en que se declare improcedente la acción de divorcio y los padres que litigan viven con sus hijos en la misma casa ejerciéndose por ambos la patria potestad, sin controvertirse este aspecto, deviene indiscutible que a tales progenitores corresponde de modo mancomún la guarda y custodia de sus hijos porque jurídica y objetivamente deriva ello de esa cohabitación. Así, atento que los padres tienen la oportunidad concomitante de proporcionarles cuidados, educación, atenciones y vigilancia para procurar el sano desarrollo de dichos menores, no deben quedar desvinculados de alguno de sus ascendientes, pues en caso contrario se podría ocasionar una afectación a los derechos y bienestar de los infantes.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 454/2003. 5 de agosto de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretaria: Sonia Gómez Díaz González.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Septiembre de 2003. Pág. 1379. Tesis Aislada.

DIVORCIO, ABANDONO DEL CÓNYUGE. NO PUEDE CONSIDERARSE COMO UN HECHO NO PROPIO DE LA PARTE DEMANDADA, Y DEBE CONTROVERTIRSE EN TÉRMINOS DE LA LEGISLACIÓN PROCESAL APLICABLE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

Conforme al artículo 599 del anterior Código de Procedimientos Civiles para el Estado de México, vigente hasta el quince de julio de dos mil dos, cuyo texto es similar a lo establecido por el precepto 2.115 del actual ordenamiento adjetivo, la enjuiciada al dar contestación a la instaurada en su contra tiene la obligación de referirse a todos y cada uno de los hechos aducidos por el accionante, confesándolos o negándolos si fueren propios, o expresando los que ignore por no serlo así, incluso refiriéndolos como crea o le conste que tuvieron lugar; esclareciéndose de modo significativo que el silencio y las evasivas harán que se tengan por admitidos aquellos sobre los que no se suscite controversia. De consiguiente, si la demandada nunca generó debate alguno respecto del hecho de la separación por más de dos años aducido como causal de divorcio, concretándose a manifestar tan sólo que tal circunstancia no la "afirmaba ni la negaba por no ser propia", ello permite concluir que al tratarse de una cuestión esencial del matrimonio, de

ningún modo pudo conformar un hecho no propio de la enjuiciada, y así, es inaceptable que ignorase ello en razón de que se trata de un suceso directamente relacionado con el vínculo matrimonial; de modo que por sustentarse en tal hipótesis la acción de divorcio debió controvertirse en estricta observancia de la referida disposición procesal.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 411/2003. 24 de junio de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretario: Faustino García Astudillo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Agosto de 2003. Pág. 1738. Tesis Aislada.

MENORES DE EDAD. EL JUEZ ESTÁ OBLIGADO, AUN DE OFICIO, A ESCUCHARLOS EN CUALQUIER JUICIO DONDE TENGA QUE RESOLVERSE SOBRE LA PATRIA POTESTAD, GUARDA Y CUSTODIA, ASÍ COMO AL MINISTERIO PÚBLICO DE LA ADSCRIPCIÓN, TENIENDO EN CUENTA LA FACULTAD QUE TIENE DE VALERSE DE CUALQUIER MEDIO A FIN DE SALVAGUARDAR EL INTERÉS SUPERIOR DE AQUÉLLOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).

De la interpretación conjunta y sistemática de los artículos 157 y 345 del código sustantivo civil para el Estado de Veracruz, 225 y 226 del ordenamiento procesal respectivo, debe entenderse que en todos aquellos juicios civiles donde tenga que resolverse sobre la patria potestad, guarda y custodia de menores de edad, sin importar la acción intentada, el juzgador, aun de oficio, debe escucharlos, a fin de evitar conductas de violencia familiar y normar correctamente su criterio sobre la situación que guardan con sus progenitores, así como al Ministerio Público de la adscripción ante el desacuerdo de los cónyuges sobre ese tenor, teniendo en consideración, además, la facultad de poder valerse de cualquier persona, sea parte o tercero, cosa o documento conducente al conocimiento de la verdad, como podría ser, a guisa de ejemplo, la investigación de trabajadores sociales, análisis psicológicos en relación no sólo con el menor sino también con los padres, apoyándose para ello en instituciones como el Desarrollo Integral para la Familia (DIF) o los servicios de salud pública, sin importar que el artículo 157 del código sustantivo civil, sólo refiera a los asuntos de divorcio, pues en el caso opera el principio jurídico de que donde impera la misma razón debe aplicarse la misma disposición,

todo con el fin de salvaguardar el interés superior de los menores.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 1020/2002. 26 de septiembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel de Alba de Alba. Secretario: Omar Liévanos Ruiz.

Amparo directo 1088/2002. 24 de octubre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Isidro Pedro Alcántara Valdés. Secretaria: María Concepción Morán Herrera.

Amparo directo 992/2002. 31 de octubre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel de Alba de Alba. Secretario: Lucio Huesca Ballesteros.

Amparo directo 1502/2002. 27 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel de Alba de Alba. Secretario: Lucio Huesca Ballesteros.

Amparo directo 422/2003. 22 de mayo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel de Alba de Alba. Secretario: Omar Liévanos Ruiz.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Agosto de 2003. Pág. 1582. Tesis de Jurisprudencia.

PRUEBAS. SI EL TRIBUNAL DE ALZADA DECIDE REVOCAR LA SENTENCIA APELADA, TIENE LA OBLIGACIÓN DE ANALIZAR Y VALORAR INTEGRALMENTE TODAS, INCLUSO AQUELLAS EN LAS QUE SE SUSTENTÓ EL JUZGADOR A QUO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

De conformidad con lo dispuesto por los artículos 423 y 386 del abrogado Código de Procedimientos Civiles para el Estado de México, que estuvo en vigor hasta el quince de julio de dos mil dos, deviene incuestionable que la materia de la apelación se constriñe al estudio de los agravios, en relación con la litis planteada y el conjunto de pruebas ofrecidas. Por tanto, si la Sala en el fallo reclamado revoca la recurrida ante la perspectiva de que no se demostraron los elementos de la causal de divorcio intentada consistente en la separación de los cónyuges por más de dos años, entonces para que la decisión de revocar sea justa y legal dicho tribunal revisor tiene la obligación inexcusable de analizar y valorar todas aquellas

pruebas aportadas y que fueran apreciadas incluso por el Juez natural con el fin de sustentar la determinación inicial de tener por justificada la acción ejercitada, confrontándolas unas con otras, para de ello deducir y fijar el resultado final de dicha labor estimativa. De consiguiente, si resulta evidente la omisión de la autoridad responsable de justipreciar la totalidad, o sea, cada una de las pruebas allegadas oportuna, legal y formalmente al juicio, de ello se sigue la incongruencia e ilegalidad que ocasionan una transgresión a las garantías de legalidad y seguridad jurídica (debido proceso) en perjuicio del interesado y quejoso, quien por haber obtenido sentencia favorable no pudo apelar al respecto.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 181/2003. 1o. de abril de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretario: Faustino García Astudillo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Julio de 2003. Pág. 1182. Tesis Aislada.

PATRIA POTESTAD, LA PÉRDIDA DE LA, NO ES CONSECUENCIA DE LA DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO MATRIMONIAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).

La pérdida del ejercicio de la patria potestad no es una consecuencia de la procedencia de una causal de divorcio, ni puede ser considerada una sanción ineludible para el cónyuge culpable, sino que el juzgador debe determinarla con las amplias facultades discrecionales que se le otorgan en esta materia, atendiendo al interés del menor sujeto a ese régimen jurídico; lo anterior es así, atento la reforma que sufrió el artículo 463 del Código Civil para el Estado de Puebla, por decreto de veintiséis de agosto de mil novecientos noventa y ocho, publicado en el Periódico Oficial del Estado el catorce de septiembre siguiente.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 457/2002. 30 de enero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Juan Carlos Cortés Salgado.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Julio de 2003. Pág. 1169. Tesis Aislada.

NORMAS PROCESALES. NO TODAS LAS QUE SE CONTIENEN EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL DISTRITO FEDERAL SON DE ORDEN PÚBLICO E IRRENUNCIABLES, TODA VEZ QUE NO SIEMPRE SON ABSOLUTAS O IMPOSITIVAS.

Si bien el mencionado ordenamiento legal establece el procedimiento judicial competencia de los tribunales locales del orden común en el Distrito Federal, no todas las normas que prevé son de interés o de orden público. En efecto, a pesar de que su artículo 55, párrafo primero, establece que para la tramitación y resolución de los asuntos ante los tribunales ordinarios se estará a lo dispuesto en él, sin que por convenio de los interesados puedan renunciarse los recursos ni el derecho de recusación, ni alterarse, modificarse o renunciarse las normas del procedimiento, disposición con la que de manera implícita determina que las normas del procedimiento son de orden público, al otorgarles de manera general el carácter de imperativas, obligando a las partes y al Juez a estarse a lo dispuesto en ellas y prohibirles alterarlas, modificarlas o renunciarlas; debe tenerse en cuenta que las normas procesales no siempre son absolutas o impositivas, pues en la prosecución procesal y en el resultado de los juicios y procedimientos están principalmente interesadas las partes, lo que pone de manifiesto que ese ordenamiento legal se orienta por el principio dispositivo al permitir la posibilidad de que por voluntad de las partes puedan alterarse, modificarse o renunciarse las normas del procedimiento, facultándolas para que convengan antes, durante o después del juicio en renunciar a ciertos trámites, dando por terminada una controversia estableciendo un procedimiento convencional ejecutivo, en el que prescindan de los trámites procesales expresamente previstos y renuncien parcialmente a sus respectivas pretensiones y resistencia, así como que otorguen un compromiso arbitral en que renuncien a ciertos derechos procesales, como interponer recursos, ofrecer algunas pruebas, formular alegatos o reducir términos procesales, siempre que no exista disposición legal que impida esa renuncia, que no se viole la naturaleza jurídica del procedimiento y que se atienda exclusivamente al interés privado de las partes, sin comprometerse el derecho a recibir alimentos, o vincularse con acciones de divorcio, nulidad de matrimonio, estado civil de las personas y las demás que prohíba la ley, según lo previsto en el artículo 615 del citado código adjetivo. Postura que se corrobora al tenor de lo dispuesto en el artículo

6o. del Código Civil para el Distrito Federal que consagra los principios de imperatividad plena y total, y de irrenunciabilidad de la ley, estableciendo que la voluntad de los particulares no puede eximir de la observancia de ella, ni alterar o modificar las normas, salvo que se trate de la renuncia de derechos privados que no afecten directamente el interés público y no perjudique derechos de terceros.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 1543/2003. 20 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Armando Cortés Galván. Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Julio de 2003. Pág. 1160. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. SUBSISTE LA OBLIGACIÓN DE PROPORCIONARLOS A LA EXCÓNYUGE EN EL JUICIO DE DIVORCIO VOLUNTARIO, CUANDO AQUÉLLOS SE ESTABLEZCAN EN CONVENIO JUDICIAL ELEVADO A LA CATEGORÍA DE COSA JUZGADA, CON EL CUAL CULMINARA UNA ANTERIOR CONTROVERSIA SOBRE EL NECESARIO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

De conformidad con el artículo 271 del anterior Código Civil para el Estado de México, similar a lo dispuesto por el numeral 4.109 del actual ordenamiento sustantivo, en el divorcio voluntario los cónyuges carecen de derecho a percibir alimentos, salvo pacto en contrario; por consiguiente, cuando exista de antemano un convenio elevado a la categoría de cosa juzgada donde las partes por recíprocas concesiones acordaren terminar una previa controversia sobre divorcio necesario y pactaren alimentos en favor de la consorte, y luego deciden resolver voluntariamente su matrimonio, deben prevalecer dichos alimentos sin que haya lugar a excluírsele, puesto que tal circunstancia constituye sin duda un pacto expreso que se encuentra juzgado en definitiva, precisamente porque esa prestación y sus particularidades formó parte de la contienda anterior y, por tanto, influye en ese aspecto en orden al divorcio voluntario posterior.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 115/2003. 25 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretario: Faustino García Astudillo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Julio de 2003. Pág. 1006. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. LOS RECLAMADOS COMO CONSECUENCIA DEL MATRIMONIO SON DE NATURALEZA JURÍDICA DIVERSA A LOS QUE PUEDEN PEDIRSE CON BASE EN LA DISOLUCIÓN DEL MISMO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).

Los alimentos reclamados como consecuencia del matrimonio son distintos de los reclamados como consecuencia de la disolución de ese vínculo, pues de los artículos 1142 y 1144, fracción I, del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla, así como de los diversos numerales 492 y 473, fracción I, del Código Civil en vigor para la misma entidad federativa, se advierte que el legislador local previó como causa generadora de una misma obligación dos actos jurídicos diferentes: el matrimonio y la sentencia de divorcio. Esto es, el derecho a alimentos entre cónyuges y el de aquellos que ya no lo son, tienen diversa fuente legal por provenir de actos jurídicos diferentes; en el primer caso, el derecho y la obligación correlativa surgen del matrimonio y, en el segundo, de la sentencia que decreta el divorcio e impone esa condena. El matrimonio tiene como una de sus finalidades la ayuda mutua en la lucha por la existencia, misma que justifica la figura de los alimentos con motivo de la unión conyugal; por su parte, el divorcio constituye una forma de terminación del matrimonio, y cuando no se hubiere decretado por acuerdo de voluntades, sino por haberse actualizado una causa legal que funde tal disolución, el autor de la ley ha establecido que algunas obligaciones nacidas del matrimonio como es la de proporcionar alimentos, continúen vigentes en favor del cónyuge inocente y a cargo de aquel que dio motivo a su terminación.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 47/2003. 6 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Juan Carlos Cortés Salgado.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVIII, Julio de 2003. Pág. 1005. Tesis Aislada.

DIVORCIO. APLICACIÓN RETROACTIVA DE LA FRACCIÓN XVIII DEL ARTÍCULO 263 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE CHIAPAS.

Es ilegal que la responsable tenga por acreditada la existencia de la causal de divorcio prevista en la fracción XVIII del artículo 263 del Código Civil vigente en el Estado de Chiapas, consistente en que cualesquiera de los cónyuges puede invocar la separación por más de dos años, independientemente del motivo que la haya originado, si considera un lapso de distanciamiento ocurrido con anterioridad a la entrada en vigor del mencionado dispositivo legal, porque ello significa que aplica retroactivamente la citada hipótesis normativa, pues al haber sido adicionada tal disposición al cuerpo legal en cita por decreto publicado en el Periódico Oficial el veintidós de abril de mil novecientos noventa y ocho, se entiende que rige para el futuro, o sea, que está dotada de validez de regulación para todos aquellos hechos, actos y situaciones que se suceden con posterioridad a su vigencia, por lo que no es dable que la responsable computara el término de separación de los cónyuges desde dos años antes al tiempo en que cobró vigencia la norma, toda vez que está sancionando una situación ocurrida con anterioridad a la expedición e inicio de vigencia del citado precepto legal, la cual al momento en que se suscitó no estaba prevista por norma jurídica alguna, es decir, que como los efectos jurídicos del supuesto normativo de que se trata no estaban comprendidos en la ley anterior y se atribuyen a hechos ocurridos durante la vigencia de esta última, es evidente la aplicación retroactiva que se hace al respecto y, por ende, la vulneración al principio de irretroactividad de la ley prevista en el artículo 14 constitucional.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO CIRCUITO.

Amparo directo 103/2003. 11 de abril de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Elvira Concepción Pasos Magaña. Secretaria: Magdalena Barrón Benítez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Junio de 2003. Pág. 974. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. SUBSISTE EL DERECHO A PERCIBIRLOS DESPUÉS DE DECLARADA LA DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO MATRIMONIAL, SI NO EXISTE DECLARACIÓN JUDICIAL EN CONTRARIO.

La obligación alimentaria nace y se extingue por las consecuencias que emanan de la ley, y correlativamente el derecho a recibir alimentos subsiste mientras exista el hecho que lo originó, ya que ese derecho es irrenunciable en función de que predomina el interés público de que la persona necesita

ser auxiliada en su sustento, por lo que los alimentos de una persona son un derecho protegido que no se pierde por no solicitarse en determinado momento, sino que dura tanto como la persona necesite de ellos para subsistir. La obligación alimentaria es de tracto sucesivo e inherente a la necesidad del acreedor alimentario, por lo que no se extingue con el transcurso del tiempo y menos puede precluir, puesto que se trata de un derecho sustantivo irrenunciable en términos de los artículos 1137 y 1160 del Código Civil para el Distrito Federal. Además, para fijar tal derecho deben tomarse en cuenta los parámetros del artículo 308 del código citado, que obliga al deudor a otorgar a su acreedor la pensión alimenticia conforme a sus posibilidades y de acuerdo con las necesidades de aquél. En consecuencia, la obligación de dar y recibir alimentos es imprescriptible, por ser de orden público y el derecho no queda sujeto a la voluntad de las partes, ni se extingue en perjuicio de la excónyuge por no haberse reclamado durante el juicio de divorcio, mientras subsista la necesidad alimentaria y no exista declaración judicial en contrario.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 883/2003. 20 de febrero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: Óscar Rolando Ramos Rovelo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Junio de 2003. Pág. 916. Tesis Aislada.

MATRIMONIO, ILEGITIMIDAD POR INEFICACIA. REQUISITOS PARA QUE SE SURTA LA CAUSAL PREVISTA EN EL ARTÍCULO 378, FRACCIÓN I, DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE JALISCO.

El artículo 258 del Código Civil para el Estado de Jalisco preceptúa: "El matrimonio es una institución de carácter público e interés social, por medio de la cual un hombre y una mujer deciden compartir un estado de vida para la búsqueda de su realización personal y la fundación de una familia.". Por su parte, el ordinal 378, fracción I, del citado ordenamiento dispone: "Existe ineficacia en el matrimonio: I. Cuando su celebración o permanencia va contra la naturaleza y esencia de la institución.". Luego, si bien es cierto que a través del matrimonio un hombre y una mujer deciden compartir un estado de vida para la búsqueda de su realización personal y la fundación de una familia, según lo define el primero de los preceptos transcritos, ello no significa que la permanencia de aquél va a

ser ineficaz por la circunstancia de que los consortes no se encuentren en alguno de esos tres supuestos, es decir, porque ya no vivan juntos, porque con la unión conyugal no alcanzaron su realización personal o porque no procrearon; lo que significa que el artículo 378, fracción I, no debe interpretarse en relación con el 258, ambos del Código Civil para el Estado de Jalisco, sino que, para que se surta la causal prevista en el artículo 378, la fracción I del código en comento debe correlacionarse con el ordinal 380 del mismo cuerpo de leyes, que en lo conducente dice: "Las acciones de ilegitimidad matrimonial por ineficacia son imprescriptibles y no podrán ser legitimadas ...". Esto quiere decir que un matrimonio va a ser "ilegítimo por ineficaz" cuando la causa en que se funda no pueda convalidarse, verbigracia, el matrimonio entre personas del mismo sexo; ello es así, porque aun cuando en ese supuesto (matrimonio entre homosexuales) se establezca un estado de vida para la búsqueda de su realización personal y la fundación de una familia (si bien no pueden procrear entre ellos, sí lo pueden hacer con personas del sexo opuesto o al través de la adopción simple), en el que exista el amor, la ayuda mutua y la comprensión, tal como lo define el artículo 258 transcrito, esto no significa que tal matrimonio sea legítimo, ya que tales circunstancias, por sí solas, no lo convalidan al no permitirlo la legislación. En tal virtud, se afirma que un matrimonio va contra la naturaleza y esencia de la institución cuando por ninguna circunstancia se legitime, situación que no acontece cuando se aduce el incumplimiento de las relaciones conyugales, como el vivir juntos, amarse, comprenderse o ayudarse mutuamente, en razón de que si hubo o no tales acontecimientos existe la posibilidad de que se presenten o se vuelvan a presentar en el transcurso de la vida marital y, así, se complementaría el matrimonio. Dicho de otra manera, el amor, la comprensión o la ayuda mutua son aditamentos del matrimonio, pero no es el matrimonio en sí, luego, la falta de éstos no hace que la referida institución sea ilegítima, sino en todo caso podrían dar lugar a alguna de las causales de divorcio contenidas en el artículo 404 del código invocado.

QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.

Amparo directo 497/2002. Julio González García. 13 de noviembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique Dueñas Sarabia. Secretario: César Augusto Vera Guerrero.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Marzo de 2003. Pág. 1746. Tesis Aislada.

DIVORCIO. EL CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO EN QUE RADICA EL JUZGADO ANTE EL QUE SE EJERCITÓ LA ACCIÓN RELATIVA ES EL APLICABLE AL PROCEDIMIENTO, AUNQUE EL MATRIMONIO SE HAYA CELEBRADO EN DIVERSA ENTIDAD FEDERATIVA.

Conforme al artículo 121, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que consagra el principio de la territorialidad de las leyes, resulta aplicable el Código Civil de la entidad federativa en donde se encuentre el juzgado que sustancie el procedimiento en el que se ejercitó una acción de divorcio, por lo que, en ese sentido, es irrelevante que el matrimonio se haya celebrado en diversa entidad federativa, ya que la extraterritorialidad de una codificación sólo opera en vía de excepción cuando alguna norma legal lo dispone expresamente.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL NOVENO CIRCUITO.

Amparo directo 362/2002. Alma Magdalena Maldonado Arzola, por sí y en representación de sus menores hijas Rocío Guadalupe y Alma Paula Herrera Maldonado. 22 de noviembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique Arizpe Narro. Secretario: Francisco Eduardo Rubio Guerrero.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Marzo de 2003. Pág. 1719. Tesis Aislada.

ALIMENTOS ENTRE CÓNYUGES. SUBSISTE LA OBLIGACIÓN DE SUMINISTRARLOS EN LOS JUICIOS DE DIVORCIO NECESARIO, EN LOS QUE NO EXISTE CÓNYUGE CULPABLE, CON MOTIVO DE LA CAUSAL PREVISTA EN LA FRACCIÓN XVIII DEL ARTÍCULO 253 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE MÉXICO, ANTERIOR A LAS REFORMAS PUBLICADAS EN LA GACETA DE GOBIERNO DEL ESTADO EL SIETE DE JUNIO DE DOS MIL DOS.

La legislación del Estado de México anterior a las reformas publicadas en la Gaceta de Gobierno el siete de junio de dos mil dos, no contempla disposición alguna en el sentido de otorgar o denegar alimentos al cónyuge en las hipótesis en que no exista cónyuge culpable, como sucede en los juicios de divorcio necesario fundados en la causal establecida en la fracción XVIII del artículo 253 del Código Civil del Estado de México, que se refiere a la separación por más de dos años; sin embargo, ante la inexistencia de una norma que prohíba o limite proporcionar alimentos entre cónyuges cuando no exista cónyuge culpable, es posible considerar que tratándose de la causal de divorcio

contemplada en el dispositivo legal invocado, subsiste el derecho del cónyuge que los necesita, precisamente porque la condena que se haga por ese concepto nada tiene que ver con la calificación de culpabilidad o inocencia del deudor alimentario, sino que atiende al derecho del consorte que más los requiere y a su situación económica, en aplicación analógica de la jurisprudencia de la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 28, Tomo IV, Materia Civil, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, cuyo rubro es del tenor literal siguiente: "ALIMENTOS. SUBSISTE LA OBLIGACIÓN DE SUMINISTRARLOS EN LOS DIVORCIOS EN QUE NO HAY CÓNYUGE CULPABLE, COMO OCURRE EN LA CAUSAL RELATIVA A LA SEPARACIÓN POR MÁS DE DOS AÑOS PREVISTA POR EL ARTÍCULO 267, FRACCIÓN XVIII DEL CÓDIGO CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL.".

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 350/2000. Rodolfo Barrientos Ávila. 20 de marzo de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Vianey Gutiérrez Velázquez, secretario de tribunal en funciones de Magistrado, en términos del artículo 36 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Secretario: José del Carmen Gutiérrez Meneses.

Amparo directo 501/2002. David Díaz Juárez. 10 de septiembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Felipe Alfredo Fuentes Barrera. Secretaria: Benilda Cordero Román.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Marzo de 2003. Pág. 1684. Tesis Aislada.

DIVORCIO. PARA QUE SE CONFIGURE LA CAUSAL PREVISTA EN LA FRACCIÓN XV DEL ARTÍCULO 454 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE PUEBLA, NO SE EXIGE QUE EN EL ANTERIOR JUICIO DE DIVORCIO SE HAYA ESTUDIADO EL FONDO DEL ASUNTO.

El artículo 454, fracción XV, del Código Civil para el Estado de Puebla dispone: "Son causas de divorcio: ... XV. Injuriar un cónyuge a otro, por escrito, en un juicio de nulidad de matrimonio o de divorcio, o imputar uno a otro, en tales juicios, hechos vergonzosos que afecten al decoro, honor o dignidad, cuando las injurias o imputaciones hagan imposible la vida en común.". De lo anterior se advierte que en dicho precepto no se exige que para que se configure dicha causal el juzgador que haya conocido del anterior juicio de divorcio, en el que se afirma se profirieron en contra de alguno de los

cónyuges, hechos vergonzosos, haya estudiado el fondo del negocio.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 281/2002. Asención Macuil Sauce. 25 de octubre de 2002. Mayoría de votos. Disidente: Alejandro Sánchez López. Relator de la mayoría: Rosa María Temblador Vidrio. Secretario: Raúl Martínez Martínez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Febrero de 2003. Pág. 1050. Tesis Aislada.

DIVORCIO NECESARIO. LA CAUSAL CONSISTENTE EN LA NEGATIVA DE DAR ALIMENTOS, TAMBIÉN SE ACTUALIZA POR EL INCUMPLIMIENTO A REALIZAR LOS GASTOS NECESARIOS PARA EL SOSTENIMIENTO DE LA FAMILIA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

La causal de divorcio prevista en la fracción XII del artículo 253 del Código Civil para el Estado de México, anterior al publicado el día siete de junio de dos mil dos, se actualiza no sólo por falta de ministración de alimentos entre cónyuges, sino también por la negativa de sufragar los gastos necesarios para el sostenimiento de la familia, entendiéndose por tal, la ministración de alimentos a favor de los menores hijos, por así inferirse del artículo 150 del propio código, pues ese incumplimiento denota desprecio, desapego, abandono o desestimación al cónyuge actor o a sus hijos que hace imposible la vida en común.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 765/2002. Fernando Jesús Rovirosa Laurencio. 21 de enero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: José Librado Fuerte Chávez. Secretario: Antonio Salazar López.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Febrero de 2003. Pág. 1049. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. SUBSISTE LA OBLIGACIÓN DE SUMINISTRARLOS EN LOS DIVORCIOS EN QUE NO HAY CÓNYUGE CULPABLE, COMO OCURRE EN LA CAUSAL RELATIVA A LA SEPARACIÓN POR MÁS DE UN AÑO PREVISTA POR EL ARTÍCULO 267, FRACCIÓN IX, DEL CÓDIGO CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL.

La referida causal, a saber, la separación de los cónyuges por más de un año, independientemente del motivo que la haya originado, debe dar lugar a la obligación de suministrar alimentos, pues si bien no existe disposición expresa en ese sentido, ello se sigue de integrar la ley y aplicarla analógicamente. En efecto, el artículo 288 del Código Civil para el Distrito Federal presenta una laguna que debe integrarse conforme a las normas fijadas por los artículos 19 de dicho ordenamiento y 14 de la Constitución General de la República. El vacío de la ley radica en la falta de regulación precisa y pormenorizada de la subsistencia de la obligación de los cónyuges de darse alimentos en el caso de que se disuelva el vínculo matrimonial por la causa de divorcio fijada en el artículo 267, fracción IX, del Código Civil para el Distrito Federal, para lo cual no se califica la culpabilidad o inocencia de los cónyuges, toda vez que la norma en comento sólo prevé directamente las situaciones de divorcio necesario en las que se hace esa calificación y las de divorcio voluntario, sin que la antes especificada quede comprendida en esas categorías. Sin embargo, el principio general adoptado en esa ley respecto de los alimentos entre los cónyuges en caso de divorcio en general, consiste en que debe considerarse subsistente el derecho del que los necesita, si no ha sido declarado culpable de la disolución del vínculo, sujeto a las modalidades que exige la naturaleza jurídica de tal obligación y a las circunstancias del caso, tales como la capacidad de los cónyuges para trabajar y su situación económica, sin excluir de modo expreso el divorcio necesario fundado en la causal mencionada. De ello se infiere, considerando, además, que donde existe la misma razón debe aplicarse la misma disposición, que en la hipótesis de que se trata procede la condena al pago de alimentos en favor del cónyuge que los necesite y en contra del que tenga la posibilidad de darlos, tomando en cuenta las constancias de autos, la capacidad actual de los dos para trabajar y su situación económica, además de los elementos que deben tenerse presentes siempre que se va a decidir una controversia sobre alimentos, valorándolos cuidadosamente y en uso de un prudente arbitrio.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 2676/2002. Armando Minor Zacarías. 9 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: Alfonso Avianeda Chávez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Febrero de 2003. Pág. 980. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. NO PROCEDE LA SUSPENSIÓN DE LA OBLIGACIÓN DE PROPORCIONARLOS POR EL HECHO DE QUE LA ACREEDORA ALIMENTISTA, MAYOR DE EDAD, CULMINE SU FORMACIÓN PROFESIONAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE GUANAJUATO).

De conformidad con el numeral 341 del Código Civil para el Estado de Guanajuato, es consecuencia del divorcio el que los padres proporcionen alimentos a sus descendientes del sexo femenino, aun después de la mayoría de edad, hasta que contraigan matrimonio, siempre que vivan honestamente. Por tanto, la suspensión del pago de alimentos pedida con fundamento en el artículo 374 del ordenamiento invocado, aduciendo que la acreedora dejó de necesitarlos, no procede por el solo hecho de probarse en el incidente respectivo que ésta culminó estudios profesionales e incluso se graduó en determinada rama profesional, porque aun cuando lo más común en una sociedad es que una persona que adquiera tal formación, a la sazón desarrolle la actividad profesional correspondiente que a su vez le reportará los ingresos necesarios para vivir, en muchas ocasiones las oportunidades de trabajo correspondientes a la rama profesional que se cursó son muy competidas y, por lo mismo, puede llegar a suceder que no obstante haber culminado los estudios respectivos, no se ejerza en una actividad particular el conocimiento adquirido; por tanto, no se puede presumir fundadamente que la alimentista, aun siendo profesional, cuente con una capacidad económica autosuficiente o que ya no depende de la pensión alimentaria de que viene disfrutando; entonces, sólo se puede actualizar legalmente la interrupción del deber alimentario por la falta de necesidad de la acreedora, cuando se acredita fehacientemente que adquirió bienes suficientes o cuando desarrolla alguna actividad laboral que se pueda considerar que torna innecesaria la pensión.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 215/2001. Ma. Raquel Aguilar Silva y otros. 22 de marzo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Manuel Estrada Jungo. Secretario: Taide Noel Sánchez Núñez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Febrero de 2003. Pág. 977. Tesis Aislada.

MENORES DE EDAD. EL JUEZ ESTÁ OBLIGADO, AUN DE OFICIO, A ESCUCHARLOS EN CUALQUIER JUICIO DONDE TENGA QUE RESOLVERSE SOBRE LA PATRIA POTESTAD, GUARDA Y CUSTODIA, ASÍ COMO AL MINISTERIO PÚBLICO DE LA ADSCRIPCIÓN, TENIENDO EN CUENTA LA FACULTAD QUE TIENE DE VALERSE DE CUALQUIER MEDIO A FIN DE SALVAGUARDAR EL INTERÉS SUPERIOR DE AQUÉLLOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).

De la interpretación conjunta y sistemática de los artículos 157 y 345 del código sustantivo civil para el Estado de Veracruz, 225 y 226 del ordenamiento procesal respectivo, debe entenderse que en todos aquellos juicios civiles donde tenga que resolverse sobre la patria potestad, guarda y custodia de menores de edad, sin importar la acción intentada, el juzgador, aun de oficio, debe escucharlos, a fin de evitar conductas de violencia familiar y normar correctamente su criterio sobre la situación que guardan con sus progenitores, así como al Ministerio Público de la adscripción ante el desacuerdo de los cónyuges sobre ese tenor, teniendo en consideración, además, la facultad de poder valerse de cualquier persona, sea parte o tercero, cosa o documento conducente al conocimiento de la verdad, como podría ser, a guisa de ejemplo, la investigación de trabajadores sociales, análisis psicológicos en relación no sólo con el menor sino también con los padres, apoyándose para ello en instituciones como el Desarrollo Integral para la Familia (DIF) o los servicios de salud pública, sin importar que el artículo 157 del código sustantivo civil, sólo refiera a los asuntos de divorcio, pues al caso opera el principio jurídico de que donde impera la misma razón debe aplicarse la misma disposición, todo con el fin de salvaguardar el interés superior de los menores.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 1020/2002. Margarita Sánchez Reyes. 26 de septiembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel de Alba de Alba. Secretario: Omar Liévanos Ruiz.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Enero de 2003. Pág. 1816. Tesis Aislada.

DIVORCIO VOLUNTARIO. BASTA QUE AL CONVENIO JUDICIAL SE ANEXE UN LISTADO DE LOS BIENES ADQUIRIDOS DURANTE EL MATRIMONIO Y QUE EN ÉSTE LOS CÓNYUGES DETERMINEN SU VALOR, SIN NECESIDAD DE UN DICTAMEN PERICIAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIAPAS).

La última parte de la fracción V del artículo 269 del Código Civil para el Estado de Chiapas establece, como requisitos para la aprobación del convenio judicial, que se formule con motivo del divorcio voluntario, que a éste se acompañe un inventario y avalúo de los bienes de la sociedad conyugal, adquiridos durante el matrimonio; ahora bien, de conformidad con el Diccionario de la Real Academia Española, por "inventario" debe entenderse: "Asiento de los bienes y demás cosas pertenecientes a una persona o comunidad, hecho con orden y precisión.", y tomando en consideración que en tratándose de la formulación de inventarios y avalúos en el caso de divorcio, no existe disposición legal alguna que señale qué formalidades deban reunir, como acontece, por ejemplo, en relación con los que se realizan en el caso de los juicios sucesorios, entonces, para tener por colmados dichos requisitos, basta que los consortes acompañen al convenio de que se trata, una lista formulada por éstos, en la que detallen los bienes adquiridos durante su unión matrimonial, y como avalúo es suficiente el valor que les asignen en el mismo, sin necesidad de su elaboración por un perito en la materia o por una persona con conocimientos especiales; lo anterior, toda vez que al ser el divorcio un acto voluntario de los cónyuges, éstos se encuentran en libertad de celebrar las convenciones que más convengan a sus intereses, con la única limitación de que no sean contrarias al derecho o a la moral. Así, cuando conforme a las constancias que integran el expediente principal se advierta que los consortes, a su solicitud de divorcio acompañaron sendos convenios, y en uno de ellos listaron los bienes adquiridos durante su matrimonio, señalaron las características de éstos para su identificación, el valor que les atribuían y la forma de distribución, es evidente que se colmaron los requisitos a que se refieren la fracción y numeral antes citados.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO CIRCUITO.

Amparo directo 287/2002. Arcenia García Gómez y otro. 25 de septiembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Alma Rosa Díaz Mora. Secretario: Humberto Barrientos Molina.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Enero de 2003. Pág. 1771. Tesis Aislada.

DIVORCIO, SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES POR MÁS DE DOS AÑOS COMO CAUSAL DE. NO ES REQUISITO INDISPENSABLE ACREDITAR EL ÁNIMO EN LA SEPARACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE GUANAJUATO).

La hipótesis normativa a que alude la fracción XVIII del artículo 323 del Código Civil para esta entidad federativa, se limita a acreditar que los cónyuges se encuentren separados por un lapso mayor al de dos años, con independencia de la causa o motivo que la originó, de donde se colige que una vez acreditado el periodo a que se alude, por cualquier medio de prueba establecido por la ley, es suficiente para que se satisfaga el supuesto jurídico. En este sentido, habiéndose acreditado en el caso, con el resultado de la prueba testimonial, el periodo a que se alude, luego entonces es esto suficiente para que se satisfaga el supuesto jurídico, por lo que, contrario a lo alegado, la Sala responsable no se encontraba obligada a desentrañar ni la causa o motivo de la separación de los cónyuges, ni mucho menos el ánimo en la misma como aspecto subjetivo.

QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 441/2002. Elia Nava Rangel. 12 de septiembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Lorenzo Palma Hidalgo. Secretario: Martín Mayorquín Trejo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Enero de 2003. Pág. 1770. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. EN LOS CASOS DE DIVORCIO, PARA DETERMINAR EL MONTO DE LA PENSIÓN ALIMENTICIA, DEBE ATENDERSE AL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD, AUN CUANDO ÉSTOS TENGAN EL CARÁCTER DE SANCIÓN PARA EL CÓNYUGE CULPABLE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

Una nueva reflexión sobre el tema, obliga a este Tribunal Colegiado a apartarse del criterio que sostuvo en su anterior integración al emitir la tesis de rubro: "ALIMENTOS. TIENEN EL CARÁCTER DE SANCIÓN PARA EL CÓNYUGE CULPABLE, EN LOS CASOS DE DIVORCIO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO)." (visible en la página 1269, Tomo XII, octubre de 2000, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época), en el que se sostenía, en esencia, que en caso de divorcio la condena al pago de alimentos a cargo del cónyuge culpable y a favor del inocente, es una sanción que se encuentra desvinculada del principio de proporcionalidad. Ciertamente, una interpretación armónica y sistemática del artículo 271 del Código Civil para el Estado de México, conlleva a considerar que si bien en el mismo específicamente no se establece, para cada uno de los casos que sobre petición de una pensión alimenticia se presentan en los juicios de divorcio, la cantidad que debe asignarse al deudor

alimentario, también lo es que deja la decisión de señalarla al juzgador, quien para tal fin debe tomar en consideración, entre otras cuestiones, que los alimentos deben ser proporcionados a la posibilidad del que debe darlos y a la necesidad del que debe recibirlos; de ahí que resulta incuestionable que para fijar el monto de los alimentos, el juzgador no se encuentra obligado a señalar un porcentaje determinado y menos aún a seguir una regla consuetudinaria, pues, se reitera, para establecer la cantidad que habrá de asignarse al cónyuge que resultó inocente de la disolución del vínculo matrimonial es menester tomar en cuenta que éstos deberán ser proporcionados a la posibilidad del que debe darlos y a la necesidad de quien debe recibirlos; por tanto, debe decirse que la condena al pago de alimentos a cargo del cónyuge culpable y a favor del inocente es una sanción que no se encuentra desvinculada del principio de proporcionalidad, en virtud de que no puede aceptarse la ausencia de un parámetro objetivo que establezca en qué proporción debe otorgarse la pensión alimenticia que como sanción se imponga al cónyuge culpable, pues entonces se correría el riesgo de que incluso se fijara una pensión arbitraria que dejara al deudor alimentario sin los medios para solventar su propia subsistencia; por ello, como el numeral 271 del Código Civil de la entidad no establece la forma en que deberá cuantificarse la pensión correspondiente, es indudable que para esto debe acudirse a la regla general a que alude el diverso 294 de la citada legislación, y partiendo de ésta deberá fijarse la aludida sanción, de acuerdo a las posibilidades del que debe darlos y a la necesidad del que los recibe, en estricto apego al principio de proporcionalidad que impera en estos casos.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 411/2002. María Beatriz Rivera Martínez. 18 de septiembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Felipe Alfredo Fuentes Barrera. Secretaria: Cristina García Acuautla.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVII, Enero de 2003. Pág. 1716. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. EL DERECHO QUE A ÉSTOS TIENE EL CÓNYUGE INOCENTE, EN EL CASO DE UN DIVORCIO NECESARIO, IMPLICA LA SUBSISTENCIA DE UNA OBLIGACIÓN DEL CÓNYUGE CULPABLE, QUE SURGIÓ CON EL MATRIMONIO, POR LO QUE SU OTORGAMIENTO DEBE SER PROPORCIONAL A LA POSIBILIDAD DEL QUE DEBE DARLOS Y A LA NECESIDAD DEL QUE DEBE RECIBIRLOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

De lo dispuesto en los artículos 150 y 285 del Código Civil del Estado de México, se advierte que la obligación de ambos cónyuges de proporcionarse alimentos surge con motivo de su matrimonio; además, para el caso en que éste se disuelva mediante el divorcio necesario o contencioso, el propio ordenamiento prevé diversas consecuencias para el cónyuge que causó la disolución del vínculo matrimonial, entre las que se encuentra la contenida en su artículo 271, primer párrafo, consistente en que el cónyuge inocente tendrá derecho a alimentos, siempre que se reúnan los requisitos que para el caso de la mujer y el del varón prevé. En congruencia con lo anterior, se concluye que en razón de dicha disolución para el cónyuge culpable subsiste la obligación de otorgar alimentos al cónyuge inocente, por lo que debe otorgarlos como lo venía haciendo o debía hacerlo dentro del matrimonio, es decir, conforme al principio de proporcionalidad contenido en el artículo 294 del código indicado, de manera que la pensión que por ese concepto se decrete deberá ser proporcional a la posibilidad del que debe otorgarla y a la necesidad del que debe percibirla. Lo anterior se corrobora con la disposición contenida en el señalado numeral 285, consistente en que: "Los cónyuges deben darse alimentos. La ley determinará cuándo queda subsistente esta obligación en los casos de divorcio y otros que la misma ley señale.", ya que de ella se desprende que el citado artículo 271 sólo precisa que en los casos de divorcio necesario, para el cónyuge culpable, subsiste la obligación de proporcionar alimentos al cónyuge inocente, por lo que ésta debe cumplirse de la manera en que se haría en el caso de continuar casados.

Contradicción de tesis 86/2001-PS. Entre las sustentadas por el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado de la misma materia y circuito. 30 de agosto de 2002. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Juventino V. Castro y Castro. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretaria: Guillermina Coutiño Mata.

Tesis de jurisprudencia 53/2002. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de treinta de agosto de dos mil dos, por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros: presidente Juan N. Silva Meza, Humberto Román Palacios, José de Jesús Gudiño Pelayo y Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Ausente: Juventino V. Castro y Castro.

Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Noviembre de 2002. Pág. 5. Tesis de Jurisprudencia.

PRUEBAS EN EL AMPARO. LOS JUECES DE DISTRITO ESTÁN OBLIGADOS A RECABARLAS DE OFICIO, SÓLO SI FUERON RENDIDAS ANTE LA AUTORIDAD RESPONSABLE Y SI TIENEN VINCULACIÓN CON EL ACTO RECLAMADO.

De acuerdo con lo dispuesto por el artículo 78, en su último párrafo, de la Ley de Amparo, que en lo conducente dice: "El Juez de Amparo deberá recabar oficiosamente pruebas que, habiendo sido rendidas ante la responsable, no obren en autos y estime necesarias para la resolución del asunto.", se concluye que tal precepto se refiere a aquellas pruebas que se hayan tomado en cuenta por la responsable para emitir el acto reclamado. Por consiguiente, si se reclama todo lo actuado dentro de un expediente relativo a unas diligencias de jurisdicción voluntaria, por haber sido promovidas sin el consentimiento del promovente y porque se alegare que la resolución que recayó en las mismas afecta su esfera jurídica, sin satisfacerse previamente la garantía de audiencia, y luego se ofrecen como prueba por el tercero perjudicado copias referentes a un juicio de divorcio necesario, de ello se sigue que tales copias en modo alguno tienen alguna relevancia, pues no fueron tenidas en consideración por el Juez conocedor de las diligencias de jurisdicción voluntaria para emitir las determinaciones reclamadas; de ahí que tratándose de pruebas no apreciadas por la responsable al emitir el acto combatido, no deban recabarse oficiosamente por el Juez Federal.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Queja 22/2002. Juan Florentino Garín Herrera. 13 de agosto de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretaria: Aimeé Michelle Delgado Martínez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Octubre de 2002. Pág. 1433. Tesis Aislada.

MENORES DE EDAD. SU OPINIÓN, AUNQUE NECESARIA, NO ES PREPONDERANTE PARA DECIDIR SOBRE SU GUARDA Y CUSTODIA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).

La interpretación sistemática de los artículos 133 y 157 del Código Civil del Estado permite establecer que en la sentencia de divorcio se fijará en definitiva la situación respecto a la patria potestad y la custodia de los hijos; asimismo, que el Juez durante el procedimiento, de oficio o a petición de parte,

se allegará los medios necesarios para ello, debiendo escuchar a ambos progenitores y a los menores, a fin de justificar la necesidad de la medida y, en todo caso, con el propósito de proteger el derecho a la convivencia con los padres procurando, hasta donde lo estime oportuno, respetar la elección de los propios hijos expresada libremente, salvo que exista peligro para el menor. Sin embargo, aun cuando la voluntad del hijo debe ser tomada en cuenta, esa sola exteriorización no puede ser determinante para que el juzgador decida su situación, pues debe analizar cuidadosamente las circunstancias particulares del caso concreto a través de todos los medios probatorios que obren en autos, para sustentar el delicado asunto de decidir sobre su guarda y custodia, que implica esencialmente su vigilancia, protección y cuidado, como medios para educarlos física y espiritualmente a efecto de procurarles un óptimo desarrollo integral, cuestión que debe responder a un interés superior al individual y a la voluntad de las partes con la finalidad de alcanzar el objetivo para el cual fue creada esa figura y no hacerlo sólo conforme a los deseos de una de las partes. Así, sólo tendría especial preponderancia la voluntad del menor cuando (no obstante la propuesta de circunstancias privilegiadas) se niega a irse con quien le hace el ofrecimiento, porque es ante esta eventualidad cuando sí resulta fundamental e indispensable respetar esa manifestación y conocer los motivos que justifiquen su negativa; de lo contrario, so pretexto de mejores condiciones, se estaría obligando al menor -contra su voluntad- a una situación no deseada; fuera de ello, no basta que el menor decida irse con uno de los padres y que éste goce de una situación económica más holgada para estimar, por ese solo hecho, que sea adecuado otorgarle la guarda y custodia, sino que es indispensable analizar el entorno en el cual se encuentra y en el que, en su caso, se desenvolvería junto con el progenitor que elija, para tomar la decisión que le sea más favorable.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 348/2002. Rosario Yamel Galindo Cota, por sí y en representación de su menor hijo Carlos Rodrigo Gutiérrez Galindo. 4 de julio de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Mario Alberto Flores García. Secretaria: María de Jesús Ruiz Marinero.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Octubre de 2002. Pág. 1405. Tesis Aislada.

DIVORCIO POR MUTUO CONSENTIMIENTO. BASTA LA INASISTENCIA DE UNO DE LOS CÓNYUGES A LA JUNTA DE AVENIMIENTO, PARA QUE SE DÉ POR TERMINADA LA INSTANCIA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE COAHUILA).

Como la falta de asistencia de los cónyuges a la junta de avenimiento conforme a lo dispuesto en el artículo 579 del Código Procesal Civil del Estado de Coahuila, tiene como sanción la de que "... se dará por terminada la instancia.", es inconcuso que cualquier incomparecencia de uno de los cónyuges o la de ambos a la celebración de esa junta ocasiona la terminación de la instancia y, por consiguiente, el archivo del expediente como asunto totalmente concluido. De ahí que resulte inconducente que el Juez de primera instancia emita citatorio con el apercibimiento de que de no comparecer a la celebración de la junta, se celebrará aun sin su asistencia, pues ninguna disposición faculta al juzgador de primera instancia para actuar de esa manera; ante todo cuando la característica que distingue al divorcio por mutuo consentimiento del divorcio necesario es, precisamente, que los cónyuges acuden de común acuerdo a tramitar en forma voluntaria la disolución del vínculo matrimonial. De tal suerte que si en la especie alguno de ellos no comparece a la celebración de la junta de avenimiento, entonces lo procedente es dar por terminada la instancia, porque tácitamente ha externado su deseo de no proseguir con la tramitación del divorcio en esa vía.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL OCTAVO CIRCUITO.

Amparo directo 135/2002. Fernando Rodríguez de la Torre. 20 de junio de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Marco Antonio Arroyo Montero. Secretario: Jacinto Faya Rodríguez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Octubre de 2002. Pág. 1366. Tesis Aislada.

DIVORCIO. LA INDEMNIZACIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 289 BIS DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL EN FAVOR DE UNO DE LOS CÓNYUGES, SÓLO ES APLICABLE A AQUELLOS MATRIMONIOS CELEBRADOS A PARTIR DE SU ENTRADA EN VIGOR.

Conforme a lo dispuesto en el primer párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como de los criterios adoptados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en las tesis publicadas bajo los rubros: "CONTRATOS. LEY QUE LOS RIGE." e "IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES. NO SE VIOLA ESA GARANTÍA CONSTITUCIONAL CUANDO LAS LEYES O ACTOS

CONCRETOS DE APLICACIÓN SÓLO AFECTAN SIMPLES EXPECTATIVAS DE DERECHO, Y NO DERECHOS ADQUIRIDOS.", esta última interpretada en sentido contrario, se advierte que una norma transgrede el citado precepto constitucional cuando se aplica a actos jurídicos celebrados antes de su vigencia, o bien, cuando modifica o destruye los derechos adquiridos que nacieron bajo la vigencia de una ley anterior. En congruencia con lo anterior, el derecho de uno de los cónyuges para reclamar en el divorcio la indemnización prevista en el artículo 289 bis del Código Civil para el Distrito Federal, vigente a partir del primero de junio de dos mil, que establece ese derecho en el caso en que el matrimonio se hubiere celebrado bajo el régimen de separación de bienes y uno de los cónyuges se haya dedicado preponderantemente al trabajo del hogar y al cuidado de los hijos y, por ende, no hubiere adquirido bienes propios o los adquiridos sean menores a los de su cónyuge, únicamente puede reclamarse en aquellos supuestos en donde no sólo el divorcio se demanda con posterioridad a su entrada en vigor, sino en aquellos en donde el matrimonio se celebró después de que tal precepto entró en vigor. Lo anterior es así, porque el mencionado precepto modifica o altera los derechos adquiridos por los cónyuges que contrajeron matrimonio y establecieron el régimen de separación de bienes bajo la vigencia de la ley anterior.

DÉCIMO TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 433/2002. Susana Rodríguez Ríos. 13 de agosto de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Arturo Ramírez Sánchez. Secretaria: Gabriela Esperanza Alquicira Sánchez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Octubre de 2002. Pág. 1365. Tesis Aislada.

COMPETENCIA PARA CONOCER DEL JUICIO DE DIVORCIO POR ABANDONO DEL DOMICILIO CONYUGAL CUANDO EL CÓNYUGE ABANDONADO TIENE SU DOMICILIO EN EL EXTRANJERO. SE FINCA EN FAVOR DEL JUEZ DEL DOMICILIO DEL DEMANDADO CUANDO ÉSTE SE UBICA EN EL TERRITORIO NACIONAL.

Uno de los aspectos implícitos en la soberanía de la República Mexicana plasmados en los artículos 39, 40 y 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo es la jurisdicción, entendida ésta como la facultad de los tribunales mexicanos para dirimir las controversias derivadas de derechos generados por las leyes expedidas por los órganos legislativos

mexicanos. Por tanto, si la jurisdicción se limita atendiendo a la competencia por razón de fuero, territorio (mexicano), materia, cuantía y grado, entonces la regla competencial, tratándose del ejercicio de la acción de divorcio por abandono del hogar conyugal, establecida en el artículo 51, fracción XIII, del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México, fincando esa competencia a favor del Juez del lugar donde se ubique el domicilio del cónyuge abandonado, sólo rige y surte efectos cuando la cuestión competencial surge entre tribunales que ejercen jurisdicción dentro del territorio nacional, pero nunca cuando ese conflicto se da entre un tribunal mexicano y un tribunal extranjero, porque ello implicaría, desde el ámbito mexicano, la renuncia de su jurisdicción y, por ende, de su soberanía, así como la negación de justicia a los gobernados. Por tanto, la acción de divorcio que ejercita una persona de nacionalidad mexicana, desde el extranjero, ante los tribunales del lugar en que se celebró el matrimonio y donde se ubica el domicilio del demandado, hace inaplicable la regla competencial antes indicada, por las razones expuestas y finca la competencia con base en el domicilio del demandado ubicado dentro del territorio nacional.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 119/2002. Claudia Castellanos Pérez. 24 de abril de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique Pérez González. Secretario: Elías Valdez Salvador.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Octubre de 2002. Pág. 1346. Tesis Aislada.

DIVORCIO, SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES POR MÁS DE UN AÑO COMO CAUSAL DE. APLICACIÓN DE LA FRACCIÓN IX DEL ARTÍCULO 267 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL VIGENTE A PARTIR DEL PRIMERO DE JUNIO DE DOS MIL.

Aun cuando el vínculo matrimonial que une a las partes se haya establecido con anterioridad a la creación de la causa legal de divorcio prevista en la fracción IX del artículo 267 del Código Civil para el Distrito Federal, con motivo de las reformas de diversas disposiciones del citado ordenamiento legal, publicadas en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el veinticinco de mayo de dos mil, y en vigor a partir del primero de junio de ese mismo año, ello no impide que con base en dicha causal pueda decretarse la disolución de ese vínculo matrimonial, siempre y cuando el término de más de un año de separación de los cónyuges

no comprenda tiempo anterior a la expedición de la norma, sino que aquél sea contabilizado respecto de hechos acontecidos a partir de la vigencia de la misma, pues sólo así no se transgrede el principio de irretroactividad de la norma contenido en el artículo 14 constitucional.

DÉCIMO PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 231/2002. Cristina Beatriz Zepeda Carranza Trón. 9 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Benito Alva Zenteno. Secretario: V. Óscar Martínez Mendoza.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Septiembre de 2002. Pág. 1361. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. DEBEN PRECISARSE DE MANERA OFICIOSA POR EL TRIBUNAL O POR EL JUZGADOR EN BENEFICIO DE LOS MENORES, AL RESOLVER CONFLICTOS DE DIVORCIO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

El artículo 266, fracción III, del Código Civil para el Estado de México dispone que al admitirse la demanda de divorcio, o antes, si hubiere urgencia, se señalarán y asegurarán los alimentos que deba dar el deudor a los hijos. Asimismo, los diversos numerales 267 y 268 de la legislación en cita estatuyen que la autoridad judicial, al resolver sobre la disolución del vínculo matrimonial, tiene el deber, entre otros, de determinar los derechos y obligaciones derivados de la patria potestad que en su caso conserven cada uno de los cónyuges, así como respecto de la persona y bienes de los menores habidos en el matrimonio, sobre todo en el rubro de alimentos, procurando su beneficio, a cuyas obligaciones quedarán sujetos aun cuando perdieren la patria potestad. Por consiguiente, aunque los padres, como partes, no soliciten en la demanda ni reconvengan que se fije una pensión alimenticia en favor de sus menores hijos, dicho aspecto debe ser atendido de oficio por toda autoridad jurisdiccional de lo familiar, ya que los preceptos citados prevén ese aspecto básico como consecuencia del juicio de divorcio de los progenitores, al ser ésta una obligación primordial a la cual deben sujetarse. Consecuentemente, al no ocuparse el tribunal ni el juzgador de tal aspecto, su determinación resulta conculcatoria de las garantías individuales de legalidad y seguridad jurídica en perjuicio de los menores habidos en el matrimonio que se declare disuelto.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 259/2002. María Luisa Escandón Gordillo. 11 de junio de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretaria: Aimeé Michelle Delgado Martínez.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Septiembre de 2002. Pág. 1324. Tesis Aislada.

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO DE RESPONSABILIDAD, VALORACIÓN DE PRUEBAS. LA REALIZADA POR LA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA CONFORME AL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS CIVILES, DA LUGAR A LA NULIDAD LISA Y LLANA (LEY FEDERAL DE RESPONSABILIDADES DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS, VIGENTE EN DOS MIL UNO).

La valoración de pruebas en el procedimiento administrativo de responsabilidad de servidores públicos, en términos de lo dispuesto por el Código Federal de Procedimientos Civiles, entraña un error in judicando, en tanto que la valoración de pruebas es el medio por virtud del cual el juzgador obtiene certidumbre sobre la controversia en cuestión, constituyéndose así en la confirmación de las afirmaciones de hecho expresadas por las partes; por lo que de no realizarse ésta conforme a un dispositivo legal aplicable al caso concreto, existe un divorcio entre la realidad y las consideraciones realizadas al efecto por el resolutor, quien resuelve con base en una desacertada apreciación de la realidad. Bajo esta tesitura, la irregularidad apuntada encuadra en la causal de nulidad prevista en la fracción IV del artículo 238 del Código Fiscal de la Federación, resultando claro que el sentido de la sentencia de la Sala Fiscal no puede ser otro que de nulidad lisa y llana, pues conforme a lo dispuesto por el diverso artículo 239 del ordenamiento legal en cita, la nulidad para efectos sólo opera ante la actualización de las causales de ilegalidad señaladas en las fracciones II y III del indicado artículo 238. A pesar de ello, no sobra establecer que al no haberse examinado ni juzgado el fondo de la controversia, la nulidad lisa y llana decretada en la resolución recurrida no impide que la autoridad, de encontrarse en aptitud legal conforme a la ley de la materia y desde luego subsanando la irregularidad en que incurrió, reitere nuevamente el acto anulado, pues estimar lo contrario implicaría coartar el poder de decisión de la autoridad sustanciadora del procedimiento administrativo de responsabilidad; sin que esto implique transgresión en modo alguno al contenido del artículo 23 constitucional, en la parte que prohíbe juzgar a un individuo

dos veces por el mismo delito, pues para que se configure la violación a esta garantía individual, resulta necesario que con posterioridad al dictado de una resolución que haya "causado estado", el sujeto sea juzgado nuevamente, lo que desde luego no acontecería en el supuesto que se plantea, ya que todo el procedimiento del que deriva la resolución primigenia de responsabilidad y esta misma, han sido anulados por no haberse aplicado las disposiciones legales debidas.

NOVENO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.

Revisión fiscal 97/2002. Titular de la Unidad de Contraloría Interna en el Instituto Mexicano del Seguro Social, por sí y en representación del Secretario de Contraloría y Desarrollo Administrativo. 8 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Óscar Germán Cendejas Gleason. Secretario: Omar Pérez García.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Agosto de 2002. Pág. 1349. Tesis Aislada.

MENORES DE EDAD. EN JUICIO SOBRE SU GUARDA Y CUSTODIA ES NECESARIO ESTABLECER UN RÉGIMEN DE CONVIVENCIA CON SUS PADRES (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

Conforme a la legislación del Estado de México, el régimen de convivencia de los menores no emancipados encuentra sustento en el artículo 267 del Código Civil, que prevé su instauración y fijación como consecuencia del decretamiento del divorcio de los padres. No obstante, tratándose de los juicios sobre guarda y custodia de dichos menores, sin duda debe hacerse extensiva la adecuación y aplicación de ese régimen, por actualizarse idénticas situaciones jurídicas y materiales derivadas de la separación de los ascendientes, que si bien como objetivo principal obliga a establecer la guarda del menor a favor de uno de ellos, en forma complementaria conlleva a la necesidad de precisar las circunstancias en torno a las cuales el diverso ascendiente habrá de convivir con los hijos y de cumplimentar sus obligaciones derivadas de la patria potestad que sobre los mismos mantiene.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 152/99. Sergio Trejo Cervantes y otra. 3 de noviembre de 1999. Unanimidad de votos. Ponente: Humberto Venancio Pineda. Secretario: Baltazar Cortez Arias.

Amparo directo 367/2000. Ernesto Velasco Hernández. 3 de octubre de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Javier Cardoso Chávez. Secretario: Javier García Molina.

Amparo directo 226/2002. Abraham Rivas Miguel. 23 de abril de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretario: Carlos Esquivel Estrada.

Amparo directo 234/2002. Blas Bernal Flores. 14 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Javier Cardoso Chávez. Secretario: Everardo Orbe de la O.

Amparo directo 270/2002. Antonio García Díaz. 28 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Javier Cardoso Chávez. Secretario: Everardo Orbe de la O.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Agosto de 2002. Pág. 1165. Tesis de Jurisprudencia.

DIVORCIO, VALOR PROBATORIO DEL INFORME RENDIDO EN UN JUICIO DE, POR EL DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL DEL SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA DEL ESTADO DE JALISCO.

Carece de valor probatorio el informe que, en un juicio de divorcio, rinde el Departamento de Trabajo Social del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco, en el cual se hace mención a declaraciones recabadas por personal de dicha oficina, en primer lugar, porque se trata de una prueba confeccionada únicamente al arbitrio de las trabajadoras sociales, sin observar formalidad judicial alguna y, en segundo término, en virtud de que tales trabajadoras no están investidas de fe pública ni tienen facultades legales para recibir declaraciones de las partes o de terceras personas, lo cual incumbe al juzgador, de acuerdo con lo ordenado por el artículo 56 del Código de Procedimientos Civiles de la mencionada entidad federativa, actualmente 69 del código vigente, de semejante redacción.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.

Amparo directo 114/90. María Trinidad García Muñoz. 29 de marzo de 1990. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Arturo González Zárate. Secretario: Ricardo Lepe Lechuga.

Amparo en revisión 561/90. José Armando D'Abbadie Mier. 18 de enero de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Alicia Marcelina Sánchez Rodelas.

Amparo directo 87/92. Roberto Covarrubias Flores. 26 de marzo de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Francisco José Domínguez Ramírez. Secretario: Martín Alejandro Cañizales Esparza.

Amparo directo 77/94. Mercedes Arroyo Aguilar. 4 de marzo de 1994. Unanimidad de votos. Ponente: Francisco José Domínguez Ramírez. Secretaria: María de Jesús Ramírez Díaz.

Amparo directo 2096/2001. María Celina Morales Buenrostro y coags. 14 de febrero de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Arturo González Zárate. Secretaria: Cecilia Peña Covarrubias.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Agosto de 2002. Pág. 1081. Tesis de Jurisprudencia.

ALIMENTOS. DEBE SUBSISTIR LA OBLIGACIÓN DE PROPORCIONARLOS EN LOS CASOS EN QUE LA DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO MATRIMONIAL SE FUNDE EN LA CAUSAL PREVISTA POR EL ARTÍCULO 141, FRACCIÓN XVII, DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE VERACRUZ.

Cuando la disolución del vínculo matrimonial se apoya en la separación de los esposos por más de dos años, independientemente del motivo que la haya originado, debe dar lugar a la obligación de suministrar alimentos. Es así, porque aun cuando es cierto que el artículo 162 del Código Civil para el Estado de Veracruz adolece de un vacío, consistente en la falta de regulación precisa de la subsistencia de la obligación de los cónyuges de proporcionarse alimentos en el caso de que se disuelva el vínculo matrimonial por la causa de divorcio prevista en el artículo 141, fracción XVII, del código invocado, para lo cual no se califica la culpabilidad o inocencia de los consortes, toda vez que la norma primeramente referida sólo prevé directamente las situaciones de divorcio necesario en las que se hace esa calificación y las de divorcio por mutuo consentimiento, sin que la aquí tratada quede comprendida en esas categorías. Sin embargo, el principio general adoptado en esa ley respecto de los alimentos entre los cónyuges en caso de

divorcio en general, consiste en que debe subsistir el derecho a favor del que los necesita, si no ha sido declarado culpable de la disolución del vínculo, sujeto a las modalidades que exige la naturaleza jurídica de tal obligación en ese evento y a las circunstancias del caso, tales como la capacidad de los cónyuges para trabajar y su situación económica, sin excluir de modo expreso el divorcio necesario fundado en la causal mencionada. De ello se infiere, considerando que donde existe la misma razón debe aplicarse la misma disposición, que en la hipótesis de que se trata procede la condena al pago de alimentos en favor del cónyuge que los necesite y en contra del que tenga la posibilidad de darlos, tomando en consideración las constancias de autos, la capacidad actual de los dos para trabajar y su situación económica.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo directo 405/2001. Alejandro Teódulo Salazar López. 21 de septiembre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Hugo Arturo Baizábal Maldonado. Secretario: José Alfredo García Palacios.

Amparo directo 432/2001. Raymundo Pérez Sánchez. 28 de septiembre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Arnulfo Joachin Gómez, secretario de tribunal autorizado por la Comisión de Carrera Judicial del Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrado. Secretario: Israel Palestina Mendoza.

Amparo directo 109/2002. Ramiro Marín Cárdenas. 25 de abril de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Mario A. Flores García. Secretaria: María Isabel Morales González.

Amparo directo 193/2002. Ángel Felipe Mangas González. 25 de abril de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Hugo Arturo Baizábal Maldonado. Secretaria: Esther Carús Medina.

Amparo directo 185/2002. Marcos Rafael Martínez Acevedo. 3 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Mario A. Flores García. Secretaria: María Isabel Morales González.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Agosto de 2002. Pág. 1009. Tesis de Jurisprudencia.

DIVORCIO POR FALTA DE MINISTRACIÓN DE ALIMENTOS. PROCEDE AUN CUANDO LA ESPOSA TRABAJE PARA SOSTENERSE Y CUBRIR LOS GASTOS DEL

HOGAR, SI ES INJUSTIFICADA LA OMISIÓN DE OTORGARLOS POR SU CÓNYUGE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

Si bien es cierto que podría considerarse que cuando la esposa trabaja e intenta la acción de divorcio con apoyo en la fracción XII del artículo 253 del Código Civil para el Estado de México, tal causal pudiera no actualizarse porque la actora no necesita que su cónyuge le proporcione alimentos, sin embargo, una recta interpretación del precepto permite establecer que, en ciertos casos, tal hipótesis legal no guarda relación únicamente con la capacidad económica de la demandada, sino en forma preponderante con la actitud asumida por el marido, cuando injustificadamente no trabaja o por voluntad propia omite colocarse en la posición de cumplir sus obligaciones alimentarias. En estas condiciones, sí procede la referida acción de disolución del vínculo matrimonial sustentada en la causal de mérito, aunque la cónyuge actora obtenga ingresos para solventar sus propias necesidades y cubra los gastos del hogar, pues la razón para determinar si se actualiza dicha negativa no se localiza en el grado de necesidad de la accionante que obtiene ingresos, sino en la injustificada postura del demandado de no colocarse en condición de poder cumplir sus obligaciones alimentarias y, además, porque tal conducta del marido revela actitudes de desapego, desprecio, desestimación y abandono lo suficientemente graves que pueden hacer imposible la vida en común.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 153/2002. Elda Lambarria Ambriz. 30 de abril de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Noé Adonai Martínez Berman. Secretario: Saúl Manuel Mercado Solís.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Julio de 2002. Pág. 1288. Tesis Aislada.

DIVORCIO. EL TÉRMINO PREVISTO PARA EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN INICIA A PARTIR DEL DÍA SIGUIENTE DE QUE SE TIENE CONOCIMIENTO DE LA CAUSAL RELATIVA (ARTÍCULO 262 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL ESTADO DE MÉXICO).

El término de seis meses que refiere el artículo 262 del Código Civil para el Estado de México, en relación con la caducidad de la acción de divorcio, debe computarse en la forma que expresamente establece el indicado precepto, es decir, dentro de los seis meses siguientes al día en que hayan llegado a su

noticia los hechos en que se funde la demanda; de ahí que sin duda dicho término inicia a partir del referido día al en que se tenga conocimiento de la causal de divorcio relativa. En consecuencia, si el inconforme manifiesta que los hechos injuriosos a que alude su acción reconvencional ocurrieron en una fecha determinada, es a partir del siguiente día de tal conocimiento que empiezan a correr los seis meses completos a que se contrae el citado numeral para que presente su demanda, y no al mes siguiente; de ahí que si transcurre con exceso dicho término es patente que opera la caducidad, pues debe insistirse en que para deducir la acción de divorcio el aludido término de seis meses debe computarse a partir del siguiente día desde la fecha en que se conozcan los hechos o causa de divorcio base de la acción.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 138/2002. Raúl Rodríguez Pulido. 16 de abril de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretaria: Sonia Gómez Díaz González.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Julio de 2002. Pág. 1287. Tesis Aislada.

DEPÓSITO DE MENORES. SE PUEDE PROVEER SOBRE LA CONVIVENCIA DE LOS HIJOS CON EL PROGENITOR DESFAVORECIDO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE GUANAJUATO).

Habida cuenta que el tiempo de trámite de un juicio de divorcio puede ser considerable y en el momento procesal en que se decreta la medida de depósito de menores no hay una resolución que en forma definitiva prive los derechos inherentes a la patria potestad, para satisfacer en plenitud los supuestos previstos en los artículos 401, 407 y 408 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Guanajuato, el Juez que decrete esa medida cautelar puede proveer sobre las condiciones de modo, tiempo y lugar en que los menores puedan convivir con el progenitor que no fue favorecido, porque no sólo es un derecho de los padres, sino también una obligación, de relacionarse con los hijos, proporcionarles afecto, consejos y cooperar en su debida formación; además, impedir a los menores esta convivencia con uno de sus padres, sobre todo cuando esa situación puede prolongarse, es factible que llegue a afectar su desarrollo fisiológico, intelectual, emocional o moral, por la

súbita desintegración familiar y la ausencia del o la progenitora que no quedó a su cuidado.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 123/2001. Ramón Godoy Castro y otros. 18 de enero de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Manuel Estrada Jungo. Secretario: Alejandro Madrigal Cortés.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Julio de 2002. Pág. 1282. Tesis Aislada.

COSTAS EN SEGUNDA INSTANCIA. RESULTA IMPROCEDENTE SU CONDENA CUANDO EN PRIMERA INSTANCIA ES FAVORABLE UNA PRESTACIÓN DE LA CONTRAPARTE VÍA RECONVENCIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).

El artículo 241, fracción III, del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de México dispone que será condenado a pagar costas quien fuere condenado por dos sentencias conformes de toda conformidad en su parte resolutiva. De lo anterior deviene incuestionable que cuando la parte enjuiciada contesta la demanda y reconviene el pago de alimentos en favor de ella y de su menor hijo, condenándose al contrademandado al pago de una pensión alimenticia para tal menor, pero a su vez le resultó desfavorable la sentencia, pues decretó el divorcio y la convivencia pedida por su contraria, ante ello es concluyente que no se actualiza el supuesto jurídico de la condena en costas procesales para ninguna de las partes, pues si ambas obtuvieron algo de lo pedido y al propio tiempo fueron condenadas recíprocamente, entonces no existen dos sentencias conformes de toda conformidad adversas a la referida demandada para acceder a tal petición de costas.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 40/2002. Francisco Hernán Martínez Ruiz. 30 de abril de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretario: Faustino García Astudillo.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Julio de 2002. Pág. 1277. Tesis Aislada.

CADUCIDAD DE LA ACCIÓN. EN LOS JUICIOS DE DIVORCIO NECESARIO, CUANDO EL JUEZ PRIMARIO OMITIÓ SU ANÁLISIS, EL TRIBUNAL DE ALZADA DEBE REALIZARLO.

En los juicios de divorcio necesario, cuando el Juez primario omitió analizar la excepción de caducidad planteada por el demandado quejoso, el tribunal de alzada debe analizarlo por la importancia social de la familia, prevista en el artículo 4o. de la Constitución Federal, la cual admite, incluso, la suplencia de la deficiencia de los planteamientos de derecho de las partes, cuando la aplicación de esta figura puede dar lugar a salvaguardar a la familia que se considera de orden público, por constituir ésta la base de la integración de la sociedad, al formar parte de un grupo social primario y fundamental, determinado por vínculos de parentesco, en cuyo seno nacen, crecen y se educan las nuevas generaciones, y la solidaridad suele manifestarse en mayor grado; máxime si la omisión del análisis de la excepción fue planteada como agravio expreso de la parte apelante, hoy quejosa; lo anterior con independencia del sentido en que se decida la controversia.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO CIRCUITO.

Amparo directo 961/2001. Zaragoza Moscoso Pintado. 28 de febrero de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Fidelia Camacho Rivera, secretaria de tribunal autorizada por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrada. Secretaria: Violeta González Velueta.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Julio de 2002. Pág. 1257. Tesis Aislada.

ALIMENTOS. EL CONVENIO O SENTENCIA EN QUE SE HAYAN DECRETADO, SÓLO PUEDEN MODIFICARSE AL TENOR DE LAS DISPOSICIONES LEGALES DE LA ENTIDAD FEDERATIVA QUE REGULÓ ESOS ACTOS.

De acuerdo con el principio de territorialidad de la ley consagrado en el artículo 121, fracción I, de la Constitución Federal, el ámbito de aplicación de los códigos sustantivos y adjetivos civiles del Distrito Federal y de todas las entidades de la República mexicana, se limita al propio territorio de cada entidad política, por lo que sus disposiciones no pueden ser obligatorias fuera de ellas, a pesar de que en materia de alimentos revistan cierta uniformidad en cuanto a la determinación de los acreedores y deudores alimentarios, a la forma de regular los requisitos que deben satisfacerse para que

se tengan esos caracteres, a las condiciones conforme a las cuales los alimentos deben cuantificarse, ministrarse y asegurarse, al tiempo que dura la obligación alimentaria y a la forma en que ésta puede modificarse o aun extinguirse. De acuerdo con tales premisas, cuando en aplicación de determinada legislación civil se dicta una sentencia que al concretar y exteriorizar la función jurisdiccional decreta una condena al pago de alimentos o aprueba un convenio al respecto, sea en un juicio de alimentos, divorcio o cualquier otro posible, se crea una situación jurídica concreta a consecuencia de la cual puede constreñirse al obligado al cumplimiento de su deber, pero regida no sólo conforme a lo ordenado en dicha sentencia por el Juez respectivo, sino también a lo convenido por las partes en los consensos correspondientes y, necesariamente, a lo dispuesto en la legislación aplicada que dada la variabilidad de las relaciones familiares que la obligación alimentaria genera y la permanencia del estado civil que implica que sus efectos se prolonguen en el tiempo, impide que las determinaciones dictadas en esa clase de asuntos adquieran el carácter de cosa juzgada, y es la que suple, en todo caso, las omisiones en que hayan incurrido las partes o el juzgador, sea respecto a las formas de modificación (reducción o aumento) o extinción (cese) del deber de proporcionar alimentos. Por consiguiente, debe establecerse que dicha situación jurídica sólo puede ser ajustada, modificada o extinguida, en la medida que así lo permita la legislación conforme a la cual se creó y en la forma y términos que en su caso establezca, pues no habría seguridad jurídica ni para el acreedor alimentario ni para el deudor alimentista, si se permitiera que las obligaciones y derechos alimentarios ya constituidos se modificaran o extinguieran de tantas formas como códigos civiles existen en la República mexicana, máxime que una sola relación jurídica no puede regirse al mismo tiempo por dos legislaciones locales distintas. Tales consideraciones guardan armonía con el indicado principio de territorialidad de la ley y no entrañan ningún desacato a la obligación que el referido artículo 121 constitucional establece en su párrafo primero, en cuanto a que cada Estado de la Federación otorgue entera fe y crédito a los actos públicos, registros y procedimientos judiciales de otros, dado que no constituye desconocimiento a los efectos de la sentencia dictada por el Juez que previno, sino, por lo contrario, representa el respeto y reconocimiento de esas consecuencias jurídicas derivadas del contenido normativo de una entidad, al determinar que la situación jurídica creada a través de esa resolución no puede ser modificada mediante la aplicación de una legislación ajena a la que se tuvo en cuenta para su creación y por tribunales a los que compete la aplicación de esa legislación diversa, por más

que se trate de un aspecto socialmente tan relevante como lo es la cuestión del cumplimiento de la obligación alimentaria.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 3403/2002. María del Carmen Ramírez Medrano. 4 de abril de 2002. Mayoría de votos. Disidente: Neófito López Ramos. Ponente: Armando Cortés Galván. Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca. Tomo XVI, Julio de 2002. Pág. 1241. Tesis Aislada.