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Documento Estratégico del CJEx para la
Reforma Jurídica de la participación juvenil
en Extremadura
Estrategia CJEx 2020
Estructura del documento: Introducción. Conexión con el Plan de Trabajo para 2017.
1. Conceptos básicos. 1.1. Órgano versus organismo: la personalidad jurídica.
1.2. Organismo público.
1.3. Tipos de organismos públicos de participación juvenil.
1.4. Asociaciones y Federaciones.
2. Análisis de la situación actual. 2.1. Fundamentos jurídicos de los Consejos de Juventud. 2.2. Situación del CJEx. 2.3. Situación de los Consejos de Juventud locales.
3. Propuesta de futuro. 3.1. La forma jurídica del CJEx. 3.2. La forma jurídica de los Consejos de Juventud locales. 3.3. Aspectos pendientes de legislar. Hacia una Ley de Juventud en
Extremadura, más allá de la regulación de la participación.
*****
Introducción. Conexión con el Plan de Trabajo para 2017. El planteamiento de un Documento Estratégico que aborde la Reforma Jurídica de la
Participación Juvenil en Extremadura implica una total conexión, por una parte, con los
objetivos generales del Plan de Trabajo 2017-2018, y por otra, con el desarrollo de un
amplio número de objetivos específicos.
Por eso, la elaboración del presente documento necesariamente tenía que tomar como
punto de partida la incorporación al mismo del conjunto de objetivos generales
enunciados en el PT 17, que son los siguientes: Democracia, en el sentido de que cualquier cambio de orientación estratégica
para impulsar la reforma jurídica de la Participación Juvenil en Extremadura pasa
por hacer del CJEx un instrumento democrático participativo, desde el respeto a
la pluralidad de las organizaciones juveniles en general, y de toda persona joven
en general, a la hora de concretar la participación juvenil en la vida económica,
social, política y cultura de la región.
Independencia: en tanto que espacio de participación juvenil, el CJEx es una
herramienta para favorecer el encuentro, el diálogo y el consenso, de ahí que no
sea posible su uso ni instrumentación para las disputas políticas partidistas. En
esta línea, el CJEx se relaciona de forma independiente con el resto de
Administraciones Públicas, partidos políticos, agentes sociales y económicos,
medios de comunicación y sociedad en su conjunto.
Cultura de la Participación: por definición, el CJEx es participación, de ahí que el fomento de la misma y las posibles propuestas para la reforma jurídica que plantea
este Documento Estratégico se realizan desde la difusión e impulso de la
participación juvenil, tanto entres las organizaciones miembro, como en el ámbito
de la juventud no asociada.
Defensa de los derechos e intereses de la juventud: este objetivo general recogido
en el PT 17 actúa como una especie de eje temático en el que tienen cabida todos
los programas, propuestas, iniciativas y posicionamientos que se lleven a cabo
desde el CJEx, incluida la reforma jurídica de la participación juvenil que a
continuación se aborda.
Responsabilidad Social: en consecuencia, todas las iniciativas a poner en marcha contemplan de forma transversal el sentido y el compromiso de llevar implícita
una actuación socialmente responsable.
Igualdad de género: en la misma línea de actuación se integra también la
perspectiva de género, como eje vertebrador de cuantas actuaciones se pongan
en marcha, y muy especialmente, en materia de reforma jurídica de la
participación juvenil.
Pero además, tal y como se había indicado más arriba, la aplicación práctica de de este
Documento Estratégico implica que sus contenidos incidan de forma especial en los
siguientes objetivos específicos del PT 17:
Objetivo 3: Independencia.
Objetivo 6: Aprobación de los Estatutos del CJEx.
Objetivo 10: Impulsar el debate sobre políticas de juventud desde los postulados
del CJEx.
Objetivo 12: Lucha por la Justicia Social.
Objetivo 13: Administración Regional abierta a la participación juvenil.
Objetivo 14: Conseguir un marco normativo que recoja los derechos subjetivos de
la juventud.
Objetivo 15: Mejorar el nivel del debate político en juventud.
Objetivo 16: Seguimiento de las políticas de juventud.
Objetivo 17: Llevar el CJEx a todas la instituciones.
Objetivo 19: Participación con gobierno y grupos políticos de la juventud.
Objetivo 21: Independencia funcional del CJEx.
Objetivo 23: Red de representantes de zona.
Objetivo 84: Políticas de juventud planificadas y no improvisadas.
Objetivo 86: Mejorar la calidad de las políticas de juventud municipales.
Objetivo 121: Visibilizar la situación de pobreza juvenil relativa.
Objetivo 122: Visibilizar el problema del desempleo juvenil.
Objetivo 124: Defender los derechos e intereses juveniles en materia laboral.
Objetivo 182: Divulgar los objetivos de desarrollo sostenible ONU-Agenda 2030.
Objetivo 183: Ampliar contactos internacionales y servir de cauce de
comunicación en materia de juventud entre la Junta y otros países.
Objetivo 186: Aprobación de los nuevos Estatutos.
Objetivo 192: Consolidar relaciones con el mundo asociativo en Portugal.
Vista la estrecha conexión existente entre los contenidos de este Documento
Estratégico y los objetivos generales del PT 17 y los objetivos específicos ya indicados, a
continuación se entra de lleno en los conceptos básicos que conviene tener presente a
la hora de plantear una reforma jurídica de la participación juvenil en Extremadura.
1. Conceptos básicos.
1.1. Órgano versus organismo: la personalidad jurídica. Desde los primeros años de la década de 1980, todas las iniciativas tendentes a la
creación de Consejos de Juventud incluían el reconocimiento de la personalidad jurídica
propia y diferenciada a dichos Consejos.
Ha sido después, abierta la vía por la Junta de Andalucía ya entrada la década del año
2000, cuando se ha puesto en cuestión la oportunidad de dotar de este rasgo a los
Consejos de Juventud. Tras el estallido de la crisis económica, el cierre de numerosos Consejos en las
Comunidades Autónomas, y la posterior reapertura (a partir de 2015) de algunos de
ellos (Canarias, Baleares, Aragón...) ha planteado la posibilidad de sumarse al modelo andaluz, ya entonces muy criticado y a punto de agotarse por la reforma de la Ley de
Juventud prevista para el año 2016-2017.
Personalidad jurídica o no ha significado, además, una dura confrontación en la Asamblea
General Ordinaria del Consejo de la Juventud de España, en relación con la posibilidad
de plantear si cabía la opción de admitir como entidad de pleno derecho al Consejo de
la Juventud de Canarias.
Ante la amenaza del cierre del Consejo de la Juventud de España en 2013, las propias
entidades miembro de ámbito estatal defendieron unánimemente la importancia de esta
cualidad. Tener personalidad jurídica propia se ha entendido en todo momento como la
identidad imprescindible de un Consejo para operar ante terceros, poder obligarse,
emitir su voluntad con plenitud jurídica, y por tanto con fuerza también política.
En derecho se acepta comúnmente la expresión de “Organismo” como aquella figura
dotada de personalidad jurídica, por contraposición a los Órganos, que pueden ser partes
no independientes, sino funcionales de los organismos.
Igual que en la biología, un organismo puede contar con diversos órganos que lo hacen
funcionar. De hecho, esta diferenciación ha sido la que se ha producido cuando los
Consejos han tenido o no personalidad jurídica propia: ser parte jurídica de otro ente.
El Consejo de la Juventud de Andalucía es, hoy por hoy, nada más que un órgano sin
capacidad para obligarse ni actuar sin la identidad del Instituto Andaluz de la Juventud, el
organismo gubernamental de la Junta de Andalucía.
Cuando decimos que el CJEx es un organismo con “personalidad jurídica pública
diferenciada, patrimonio y tesorería propios, así como plena capacidad de obrar y
autonomía de gestión para el cumplimento de sus fines” (artículo 1.1 de la Ley 13/2010,
de Creación del Consejo) se hace referencia al hecho de que el organismo, en cuanto
Administración Pública, se relaciona con el ordenamiento jurídico como persona distinta
del resto de la Administración de la Junta de Extremadura.
Es un organismo no solo por su consideración como conjunto de órganos, sino por su
cualidad como persona jurídica. Tiene capacidad para contratar, para obligarse ante terceros, para actuar en la sociedad con plenos efectos legales. Algo que ninguno de sus
órganos, por independientes que sean unos de otros, pueden hacer sin el refrendo del
organismo como conjunto.
No es la Asamblea, ni la Comisión Ejecutiva, ni la Presidencia las que contratan, sino el
CJEx. Sus órganos obligan al organismo. Por eso, al referirnos al CJEx como una persona
jurídica se hace alusión a que en todas las relaciones jurídicas en las que interviene tiene
la consideración de persona, es decir: se trata de un sujeto de Derecho que produce
declaraciones de voluntad a través de sus órganos, celebra contratos, ejerce la titularidad
de un patrimonio, es responsable, es justiciable, etc. Sin personalidad jurídica, todo esto
no es posible. Y no lo es pese a todas las declaraciones políticas que unos u otros agentes
pretendan hacer prometiendo a cualquier Consejo la capacidad de hecho. Nunca la
tendrá de derecho sin personalidad jurídica propia.
La personificación del Consejo de la Juventud de Extremadura es además el único factor
jurídico que permanece estable en el tiempo, es decir, que no se producen cambios en él
en cuanto persona jurídica que es, a diferencia de los órganos que lo componen (órganos
colegiados y unipersonales) que cambian periódicamente, e incluso pueden cambiar en
cuanto a sus funciones. De hecho, pueden crearse nuevos órganos o producirse reformas
legales, que no cambian la identidad propia del CJEx. Esta consideración como persona jurídica pública diferenciada permite argumentar que
por esta razón ningún órgano externo, ni ninguna otra Administración ajena al Consejo,
tiene que autorizar los gastos legales y legítimos que los órganos que integran el
organismo aprueban realizar; y tampoco puede convocar o suspender eventos o
iniciativas aprobadas por decisión legítima de las Entidades miembro del Consejo.
Ninguna voluntad política externa a la de las propias Entidades miembro puede
contradecir a ésta.
En suma, la reflexión anterior permite mantener que sólo la decisión adoptada
válidamente por las Entidades que forman parte del CJEx tiene validez para autorizar las
normas internas del organismo, y ello explica también por qué quienes trabajan en el
CJEx obedecen las pautas y directrices del Consejo y no de otro órgano, y finalmente,
por qué las empresas contratantes con el organismo siguen las indicaciones del Consejo
y no del gobierno de la Junta de Extremadura.
Esto debería ser así porque en el Derecho la voluntad se manifiesta como elemento
integrante y calificativo de la personalidad jurídica, bien sea ésta considerada como
persona individual, o bien hasta en las más complejas personas colectivas.
En un organismo como el CJEx la formación y manifestación de la voluntad propia se
realiza en el seno de los órganos colegiados, cauce a través del cual se expresa su
capacidad de elegir y realizar los fines que el ordenamiento jurídico atribuye al organismo.
Es indispensable, a todos los efectos, que en el futuro el CJEx mantenga y defienda su
personalidad jurídica propia y diferenciada.
1.2. Organismo público. La personalidad jurídica, como concepto de Derecho, puede ser pública o privada. El
CJEx, en cuanto organismo público, se concibe como una Entidad de Derecho público
que desarrolla actividades derivadas de la propia Administración Autonómica.
Es una organización instrumental en relación con los fines y objetivos que tiene
específicamente asignados por su Ley de Creación (Ley 13/2010) y sus Estatutos, para
cuyo cumplimiento le corresponden las potestades administrativas precisas, salvo la expropiatoria. Por esta razón es por la que el CJEx tiene y defiende su identidad jurídica
pública: porque ejerce potestades administrativas, fundamentadas en una función pública
de origen constitucional (promoción de la participación juvenil recogida en el Art. 48
CE). Estas funciones atienden al interés general, a los principios rectores que la
Constitución plantea para la política económica y social del Estado, y por tanto de sus
territorios.
El CJEx tiene por objeto la realización de actividades de ejecución o de gestión, tanto
administrativa, como de fomento o de prestación de servicios, así como la realización de
actividades de interés general en materia de políticas públicas de juventud. Sus diferentes
marcos legales le han reconocido en los últimos 30 años de forma inequívoca el valor
público al menos de la mayoría de sus funciones.
Asimismo, en cuanto organismo público autónomo actúa en régimen de
descentralización funcional y en ejecución de programas específicos. El personal a su
servicio será funcionario o laboral, pudiendo contratar vía contratos de servicios las
Asistencias Técnicas que estime conveniente.
Sus actos y resoluciones son susceptibles de ser recurridas en los términos previstos en
la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas
y del Procedimiento Administrativo Común.
1.3. Tipos de organismos públicos de participación juvenil. Los Entes de Derecho Público pueden revestir diferentes formas jurídicas específicas, en
base al ordenamiento jurídico español y su aplicación en la Comunidad Autónoma de
Extremadura: Organismos Autónomos. Empresas públicas. Fundaciones públicas. Corporaciones públicas de base privada. Entes públicos, al margen de la Administración General correspondiente.
Cada uno de estos tipos sugiere las siguientes reflexiones:
Organismos Autónomos. Existe una frecuente confusión jurídica en torno al término de “autónomo” que se aplica
a dichos organismos, tales como el actual CJEx. En ocasiones, se le ha atribuido un
significado de autonomía política que es totalmente ajeno al régimen jurídico de éstos. Los organismos autónomos nunca son, salvo excepción, políticamente autónomos
respecto de la Administración General matriz a la que están adscritos. La excepción
evidente son los propios Consejos de la Juventud de España y Extremadura, con sus
Administraciones Generales respectivamente. Pero esta es la excepción. El concepto
jurídico de “autónomo” se le atribuye a la cualidad funcional, no política.
Son autónomos porque tienen independencia orgánica (organismos con personalidad
jurídica propia) que les permite actuar en el tráfico jurídico sin los trámites propios de
la Administración General matriz. Esta autonomía es operativa, no ideológica ni política,
salvo que la Ley de creación así lo exprese de forma explícita o implícita (por la formación
de sus órganos).
Todos los organismos autónomos, con independencia de que tengan libertad real o no
en la formación de sus políticas, mantienen una relación de adscripción funcional. Esto
permite relacionar a dichos organismos con el resto de la Administración General matriz.
Es lo que les mantiene unidos, administrativamente, y coordinados en lo político cuando
así corresponde. El CJEx actualmente está adscrito y depende administrativamente de la
Presidencia de la Junta de Extremadura.
La confusión señalada ha generado no pocas frustraciones, al darse la expectativa, fallida,
de una autonomía operativa plena que se correspondiera con la libertad política del
organismo y la independencia para los criterios administrativos dentro del marco legal.
Sin embargo, la normativa administrativa, más allá del principio de legalidad, impone en
cada Administración General (incluyendo a los organismos autónomos) una serie de
regulaciones funcionales para la unidad de criterio y acción. El CJEx, en tanto que
organismo autónomo, y a pesar de su peculiar autonomía jurídica, está sometido a estas
regulaciones funcionales.
Al hacer referencia a regulaciones funcionales queremos distinguirlas de la legislación del
sector público. Por una parte, la legislación del sector público es naturalmente aplicable
sobre cualquier acto administrativo, como por ejemplo lo relativo a la legislación de
contratos. Pero la Ley no lo prevé todo, naturalmente. Y lo que no prevé, puede ser regulado por Decreto, pero también tiende a ser con frecuencia regulado por otro tipo
de disposiciones administrativas de menor rango. Estas normas reglamentarias encajan
en el marco legal, pero no constituyen, ni mucho menos, una única interpretación de las
opciones legales que cada Administración tiene.
En la actualidad, el CJEx está configurado como un organismo autónomo, dándose la
circunstancia de que en la práctica resulta que sólo sufre principalmente las desventajas
que comporta esta consideración y no puede beneficiarse de las ventajas de una
autonomía real, como por ejemplo ocurre en materia de gestión presupuestaria de sus
recursos, gestión de personal, gestión de determinados contratos planteados por
contratación centralizada (que no abaratan realmente los costes)...
Empresa pública y Fundación pública. Resulta nítidamente claro que ni por la forma ni por el fondo, ni por la naturaleza de las
funciones que realiza el CJEx podría encajar en alguna de estas posibilidades.
Corporación publica de base privada.
También denominada Administración corporativa. Se trata de aquella Administración
formada por entes de base asociativa y naturaleza privada, contraponiéndose así a las
administraciones de base institucional.
Nos referimos a Corporaciones no territoriales, como los Colegios Profesionales o las
Cámaras Oficiales (de Comercio). Creados por un acto de poder, privilegiados por el
carácter monopolístico de su organización, de manera que resulta a veces (no siempre)
obligatorio para determinadas personas su incorporación a este tipo de organismos.
Asimismo, estos entes corporativos están animados por los fines de asistencia mutua y
por los de representación y defensa de sus intereses comunes. En definitiva, el Estado
provee a la creación de estas corporaciones, ahorrándose estructurar una intervención
directa.
Esta posibilidad sería una fórmula muy interesante para la redefinición del CJEx en los
próximos tiempos.
Entes públicos, al margen de la Administración General
correspondiente. Son considerados Entes Públicos independientes de la Administración General de la Junta
de Extremadura. Por ejemplo la Asamblea de Extremadura, o el extinto Consejo
Consultivo de Extremadura. También tienen una consideración distinta de organismos
autónomos las fundaciones públicas, aunque estén en su mayoría adscritas a la Administración General de la Junta. El Consejo Económico y Social también está adscrito,
y aunque le resulta de aplicación prácticamente el mismo ordenamiento jurídico, no es
formalmente un organismo autónomo de la Junta de Extremadura.
Ejemplos más claros de Entidades públicas no adscritas a la Administración General las
encontramos en el ámbito estatal, como la Agencia Española para la Protección de Datos.
Y en otras Comunidades Autónomas los propios Consejos de Juventud. No tienen, por
tanto, que ser organismos previstos en la Constitución o los Estatutos de Autonomía.
1.4. Asociaciones y federaciones. Para finalizar con los conceptos básicos hay que hacer referencia a la diferencia legal
entre el concepto de asociación y el de federación.
Una asociación, en líneas generales y también en el contexto de Juventud, es una
agrupación de personas constituida para realizar una actividad de interés general, de
forma estable, con una organización democrática, sin ánimo de lucro y con
funcionamiento independiente.
La diferencia entre una asociación y una federación viene dada por el hecho de que la
federación está formada por la agrupación de varias asociaciones. Los aspectos legales,
fiscales, económicos, administrativos, etc., del funcionamiento de las asociaciones y las
federaciones son prácticamente iguales, con la única diferencia de que en éstas últimas,
los socios serán siempre personas jurídicas; es decir, si las asociaciones están
conformadas por la unión de tres o más personas físicas, por su parte, las federaciones
están conformadas por la unión de tres o más personas jurídicas, y así deberá
especificarse en sus respectivos estatutos.
En este sentido, el artículo 3 de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del
Derecho de Asociación, en su apartado f, establece que: “las asociaciones podrán
constituir federaciones, confederaciones o uniones, previo el cumplimiento de los
requisitos exigidos para la constitución de asociaciones, con acuerdo expreso de sus
órganos competentes”.
En definitiva, la diferencia radical entre las asociaciones o fundaciones y las
administraciones públicas señaladas estriba en el ejercicio de funciones públicas o
privadas, y el origen de la voluntad que las crea: iniciativa privada o decisión de un poder
público.
A la vista de lo expuesto, fácilmente se comprende que el CJEx nunca podría ser una
Asociación o Federación de Asociaciones Juveniles, dado que esa fórmula es propia de
Entidades pertenecientes a la esfera del Derecho Privado, que como tales realizan actividades e iniciativas distintas a las que corresponde llevar a cabo a un organismo
como el CJEx. Puede ser cierto, no obstante, que algunas de las funciones que ha venido
desarrollando el CJEx sí tengan naturaleza privada, y no tengan por qué ser
desempeñadas por Administraciones Públicas.
2. Análisis de la situación actual.
2.1. Fundamentos jurídicos de los Consejos de Juventud. ¿Por qué existe el CJEx?
El Consejo de la Juventud de Extremadura tiene su razón de ser y fundamenta su posición
de autonomía e independencia en los siguientes fundamentos jurídicos:
A) Constitución Española La posibilidad de diferenciar la promoción de la Participación Juvenil mediante la
utilización de Consejos de Juventud frente a la gestión burocrática de las Políticas de
Juventud a través de los Institutos de Juventud, tiene su apoyo legal, en primer lugar, en
el artículo 48 de la Constitución española cuando se refiere a “la participación libre y
eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural”.
Este artículo recoge el denominado principio de participación juvenil, que es uno de los
principios rectores de la política social y económica de la Constitución, si bien, como
todo principio, tiene un alcance jurídico limitado, en el sentido de que no crea un derecho
subjetivo para los ciudadanos, sino que es, como afirma el profesor Álvarez García 1un
mandato de actuación de naturaleza objetiva para los poderes públicos.
En virtud de este mandato el legislador queda obligado a desarrollar el principio de
participación juvenil en normas jurídicas concretas, que generen derechos subjetivos, así
como a impulsar políticas públicas a tal fin.
En cualquier caso, lo relevante es que la participación de la Juventud, según el artículo 48
CE, debe ser “libre y eficaz”, lo cual permite argumentar que los instrumentos
participativos en materia de Juventud no pueden estar controlados por los poderes
públicos, sino que deben ser absolutamente independientes y autónomos, teniendo
capacidad para generar estados de opinión y recursos que puedan incorporarse al diseño
y ejecución de las políticas públicas de Juventud.
Por esta razón, el Consejo de la Juventud de Extremadura es un organismo autónomo
de participación independiente, democrático y de autogobierno juvenil, compuesto por
representantes del colectivo de personas jóvenes, que funciona en virtud de criterios
democráticos e igualitarios, sin injerencias de ningún poder directivo externo de la
Administración ni del gobierno de la Junta. El régimen jurídico y de funcionamiento del Consejo ayuda a entender mejor las
diferencias existentes entre un organismo autónomo como éste y los Institutos de
Juventud, que en general se caracterizan por funcionar conforme a criterios de
dependencia política del gobierno, control estricto de la Administración, carencia de
autonomía e independencia, y, en última instancia, ausencia de participación juvenil
propiamente dicha.
B) Tratado de funcionamiento de la Unión Europea El artículo 165.2 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea establece que la
acción de esta organización internacional se dirigirá a fomentar la participación de los
jóvenes en la vida democrática de Europa.
1ÁLVAREZ GARCÍA, V. “Los Cauces jurídicos de la Participación Juvenil: el modelo de los Consejos de la
Juventud”, Madrid, V Congreso Internacional en Gobierno, Administración y Políticas Públicas, sede del
Instituto Nacional de Administración Pública, 29 de septiembre a 1 de octubre de 2014.
Este artículo contempla un mandato normativo general cuyo objetivo es que la Unión
impulse la Participación Juvenil en general, utilizando para ello los Consejos de la Juventud
en particular.
C) Consejo de Europa Por otra parte, en el funcionamiento del Consejo de Europa puede observarse la
aplicación del denominado sistema de cogestión, por medio del cual los representantes
de las entidades juveniles pueden participar directamente junto con los funcionarios
gubernamentales en la formulación de las políticas e iniciativas a poner en marcha.
Asimismo, la Recomendación del Comité de Ministros de 11 de enero de 2006 tiene el
interés de enfatizar el papel de los Consejos de Juventud de los Estados miembros, al
recomendar que se respete el trabajo de los mismos, así como su naturaleza jurídica,
libertad de expresión, posibilidad de formular opiniones y recomendaciones sobre
cualquier cuestión que les afecte, pudiendo determinar su propios métodos de
organización y funcionamiento.
D) Foro Europeo de la Juventud Además, es oportuno destacar el papel desempeñado por el Foro Europeo de la Juventud,
organización juvenil no gubernamental europea en la que está integrada el Consejo de la
Juventud de España, en cuyo documento interno aprobado por el Consejo de miembros
en su reunión de Atenas, en noviembre de 2001 se especifican los siguientes derechos
de sus miembros: Derecho a elegir su propia estructura organizativa de representación. Derecho a decidir sobre sus propios Estatutos. Derecho a elegir a sus dirigentes y representantes mediante procedimientos
democráticos. Derecho a rendir cuentas únicamente ante sus miembros. Posibilidad de obtener apoyo financiero del gobierno dado libremente y sin
infringir los derechos citados.
E) Ley 13/2010, de 24 de noviembre, del Consejo de la Juventud de
Extremadura. El régimen jurídico y de funcionamiento del Consejo queda precisado con nitidez en los
Artículos 1 y 2 de dicha Ley, cuyas notas esenciales son las siguientes:
Artículo 1 El Consejo se concibe como un Organismo autónomo, con personalidad jurídica pública
diferenciada, patrimonio y tesorería propios, así como plena capacidad de obrar y
autonomía de gestión para el cumplimento de sus fines.
Actúa como interlocutor representativo de las asociaciones juveniles de Extremadura
ante los poderes públicos de la Comunidad Autónoma, así como cauce de libre expresión
para propiciar la participación de la juventud en el desarrollo político, social, económico
y cultural de Extremadura.
Artículo 2 El Consejo se regula por su propia Ley, sus Estatutos y demás normas que lo desarrollen,
el Estatuto de Autonomía de Extremadura, la Ley de Gobierno y Administración, la Ley
General de Hacienda Pública de la Comunidad Autónoma de Extremadura, así como por
la legislación aplicable a los Organismos autónomos de la Comunidad Autónoma.
2.2. Situación del CJEx.
2.2.1. Nuestra actual regulación y evolución.
El Consejo de la Juventud de Extremadura ha sido en toda su historia regulado por
normas de rango legal, confiriéndole así una importancia política y pública de primer
nivel.
Fue creado en 1985, hace 31 años, con la finalidad de representar a toda la juventud. La
reforma legal del año 2010, que aprobaba la Ley 13/2010, de 24 de noviembre, supuso un
refuerzo significativo en algunos aspectos, pero no en todos. Se negoció esta nueva
regulación durante más de cuatro años con el gobierno de la Junta de Extremadura, hasta
que finalmente entró en sede parlamentaria y fue aprobada por unanimidad, igual que en 1985. Se perdió por el camino parte de la fuerza de interlocución originalmente prevista.
La actual regulación del CJEx lo configura, como ya se ha podido comprobar, como un
organismo autónomo de la Administración General de la Junta de Extremadura, con
personalidad jurídica propia y plena capacidad de obrar. Sin embargo, tras seis años con
la nueva legislación en vigor, el CJEx ha padecido la inacción de los gobiernos
autonómicos para aprobar el desarrollo de la Ley, así como dos reformas de urgencia
sobre la propia Ley, por culpa de conflictos de voluntades políticas ajenas al organismo.
La primera reforma fue la operada por la Ley 2/2013, de 2 de abril, de modificación de la
Ley 13/2010, del Consejo de la Juventud de Extremadura, mediante la cual se regula el
régimen jurídico de la figura del Presidente del Consejo de la Juventud de Extremadura,
estableciéndose una relación laboral de carácter especial de alta dirección, con
dedicación exclusiva, obligación de publicar determinados datos concernientes a
ingresos, patrimonio y actividades, así como la exclusión del régimen indemnizatorio en
atención al origen de su nombramiento.
Por otra parte, es preciso citar también la modificación operada por la Ley 1/2014, de 18
de febrero, de regulación del Estatuto de los cargos públicos del Gobierno y la
Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura, que supone contar con
una definición de “cargo público”(el personal de libre elección y designación política o
profesional que desempeña funciones vinculadas a la toma de decisiones en la acción de
gobierno; encuadrándose en algunas de las siguientes categorías: presidente y resto de
miembros del Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, altos cargos, personal
directivo y personal eventual que desempeñe funciones vinculadas a la toma de
decisiones en la acción de gobierno de acuerdo con esta ley).
Desde la reforma de 2010 hasta bien entrado el año 2016 se ha producido una anomalía
jurídica significativa, recogida por el propio Tribunal de Cuentas en todos sus informes
anuales sobre la Comunidad Autónoma de Extremadura, desde 2011. Y es que aunque la
Ley de 2010 preveía un plazo de seis meses para la aprobación de las Estatutos mediante
una norma de rango reglamentario (Decreto) que desarrollara los preceptos legales, se
ha dilatado de forma injustificada durante todos estos años. Tanto es así, que durante estos seis años ha debido acudirse al Decreto del año 1996
que desarrollaba la Ley de creación de 1985. Una norma parcialmente derogada, que no
podía desarrollar, naturalmente, las principales innovaciones de la Ley de 2010. Tal fue la situación de irregularidad sobre la normativa estatutaria que el Consejo
Consultivo también recriminó a la Junta de Extremadura, en 2013, que pretendiera
operar una reforma de la Ley de 2010 sin ni siquiera haber aprobado los Estatutos, tres
años después.
Fueron los grupos parlamentarios los que aprobaron de nuevo, en 2013 y 2014, nuevas
reformas legales sobre la regulación de una cuestión extraordinariamente controvertida:
el reconocimiento jurídico de la figura de la Presidencia del organismo, y la retribución
que en consecuencia debiera corresponderle. Este aspecto era utilizado antes de estas reformas como excusa para la controversia entre partidos, pese a existir un rotundo
consenso interno entre las entidades sobre el reconocimiento de la figura a todos los
efectos.
2.2.2. Comparativa de la regulación jurídica con otras
Comunidades Autónomas. Como señalaba V. J. Álvarez2, existe una tendencia a emular las formas jurídicas en materia
de Consejos de Juventud autonómicos, en especial tomando de referencia la otorgada al
Consejo de la Juventud de España, que en 1983 se creaba como Entidad de Derecho
Público. Fueron las reformas posteriores en la década de los noventa las que concretaron
que esta figura era, de entre los posibles tipos de Entes públicos, un organismo autónomo
adscrito al ministerio con competencias en materia de juventud, y por tanto a la Administración General del Estado.
2Íbid.
Históricamente, todas las Comunidades Autónomas de España han contado en algún
momento con un Consejo de la Juventud. Y en todas ellas ha sido reconocido con
personalidad jurídica pública e independiente. Han sido después las reformas
sobrevenidas en distintas etapas las que han eliminado tal consideración, o directamente
han suprimido los Consejos de Juventud autonómicos, como se pretendió con el propio
Consejo de la Juventud de España.
La siguiente tabla expone cuál es la situación en abril de 2016:
Consejos de Juventud autonómicos Naturaleza jurídica
Andalucía Órgano colegiado sin personalidad jurídica propia Castilla- León Entidad Pública de derecho privado
Comunidad Valenciana Corporación Pública Sectorial de base privada
con personalidad jurídica propia
Euskadi Entidad de Derecho Público con personalidad
jurídica propia
Extremadura Organismo autónomo con personalidad jurídica
propia
Navarra Entidad de Derecho Público con personalidad
jurídica propia
Principado de Asturias
Entidad de Derecho Público con personalidad
jurídica, con la consideración a todos los efectos,
como organismo autónomo en la Ley de
Presupuestos
La Rioja Entidad de Derecho Público con personalidad
jurídica propia Región de Murcia Corporación Pública sectorial de base privada
Por otra parte, en Cataluña, el Consejo de la Juventud, que actualmente no forma parte
del Consejo de la Juventud de España, es una Entidad de Derecho Público, con
personalidad jurídica propia y con plena capacidad para el cumplimiento de sus fines.
El Consejo de la Juventud de Canarias, si bien ha sido admitido en el Consejo de la
Juventud de España (en contra del criterio del propio Consejo de la Juventud de
Extremadura), aún no ha celebrado siquiera su Asamblea Constituyente, ni ha elegido
democráticamente su primera Comisión Permanente o equivalente. Parece que existe la
voluntad, por parte del Gobierno de Canarias, de otorgarle pronto la personalidad
jurídica propia, como ya tenía prevista la legislación del territorio en 2007, pero que fue
reformada y suprimida ulteriormente.
El Consejo de la Juventud de Andalucía, el primero y único sin personalidad jurídica
sobrevenida en el transcurso de su existencia (ininterrumpida), se encuentra en la
actualidad pendiente de la aprobación de un Anteproyecto de Ley de Juventud que le
devolvería la personalidad jurídica propia. Desarrolló una intensa y eficaz campaña
mediática, de incidencia política y solicitó un Dictamen jurídico externo que respaldara
sus aspiraciones jurídicas.
Otras Comunidades Autónomas han iniciado las reformas que devuelvan los Consejos
suprimidos. Así ocurre en Cantabria, Madrid e Islas Baleares, por ejemplo. Y en principio
parece que lo harán reconociéndoles como Entidades de Derecho Público, con
personalidad jurídica propia y diferenciada.
2.2.3. Diferencias entre teoría y realidad. La regulación jurídica otorgada al CJEx y la figura empleada (organismo autónomo) se
aplicó con la voluntad, en teoría, de garantizar los principios constitucionales de libertad
y eficacia, y las expectativas de las organizaciones juveniles. Tras seis años de aplicación
del marco normativo se han podido constatar las diferencias entre la teoría jurídica y la
realidad práctica que se ha derivado de la Ley de 2010.
Para juzgar adecuadamente la racionalidad de la norma, y si ésta cumple con las
expectativas de las organizaciones juveniles, cabe contrastar la realidad del marco jurídico
con los derechos que el Foro Europeo de la Juventud proclama para los Consejos de
Juventud. Y al respecto podemos señalar lo siguiente:
Derecho a elegir su propia estructura organizativa de
representación.
El reconocimiento legal del Consejo de la Juventud de Extremadura ha sido acompañado
en todo momento del respaldo unánime de los diferentes grupos parlamentarios que
han pasado en cada legislatura. Parece evidente que existe un consenso político de más de tres décadas de apoyar la existencia y el reconocimiento público del CJEx. Sin
embargo, la regulación legal sobre determinados aspectos, si bien en distintas etapas han
sido consensuados con el propio organismo, supone una traba significativa para la
reforma de la estructura organizativa interna. De hecho, en ocasiones se ha negado al
CJEx la posibilidad de reconocer y actuar con órganos distintos de los previstos en la
Ley. Este tipo de limitaciones, que podrían ser superadas con las adecuadas previsiones legales,
contradicen el derecho a elegir, sin la fatigosa y larga reforma legislativa, posibles cambios
ordinarios en la estructura organizativa. Por ejemplo: existe un amplísimo consenso entre
las entidades miembro sobre la conveniencia de articular fórmulas organizativas que
permitan la participación estructural de jóvenes sin vinculación asociativa, pero con
capacidad decisiva y representativa.
A día de hoy, esta reforma de estructura sería absolutamente inviable sin el “permiso”
externo de los Grupos Parlamentarios. Es algo que afecta a la simple estructura interna:
quién tiene voz y voto y cómo lo ejerce; y sin embargo se encuentra limitado por la Ley,
que establece cualidades específicas de las entidades de pleno derecho; hoy abiertamente
rechazadas por la inmensa mayoría de entidades.
Además, la Ley somete a la regulación de otras instituciones la membresía del organismo,
como por ejemplo los requisitos que imponga el Registro del Instituto de la Juventud. Lo
cual puede generar paradojas tales como que una asociación juvenil legal y formalmente
constituida (inscrita incluso en el Registro General de la Comunidad Autónoma) tenga
voluntad de integrarse en el CJEx, pero no pueda ser admitida por requisitos secundarios
impuestos por el otro organismo autónomo con dependencia gubernamental: el Instituto
de la Juventud.
Derecho a decidir sobre sus propios Estatutos.
Resulta más que evidente que la voluntad de establecer su propia normativa estatutaria
se ha visto vulnerada por hasta tres gobiernos. O en el mejor de los casos, se puede
conferir que son necesarios cuatro años para que pueda llegar al parlamento una reforma
legal, y hasta seis años para que el gobierno se decida a refrendar los Estatutos aprobados
por las entidades. Es difícil imaginar más trabas.
Está claro que la previsión de que los Estatutos tengan rango de Decreto de la Junta de
Extremadura es un obstáculo significativo para el ejercicio de este derecho. Es fácil
recabar información similar sobre las dificultades que existieron entre 1985 y 1996 para
la aprobación de los Estatutos que han seguido vigentes hasta 2016.
Once años pasaron para la primera norma y seis años lleva la segunda. Además, la
justificación para no haber aprobado desde 2012 a 2015 (como mínimo) los Estatutos
respaldados por las entidades, ha sido la falta de acuerdo político entre el Ejecutivo
autonómico y el Consejo de la Juventud. Si los Estatutos fueron respaldados de forma
prácticamente unánime, la oposición política del gobierno es la muestra evidente de la
vulneración del derecho que estamos analizando. Pese a la teoría legal, no existe el
derecho efectivo a decidir sobre los propios Estatutos.
Derecho a elegir a sus dirigentes y representantes mediante
procedimientos democráticos. En principio, la Ley prevé con plena libertad a las entidades miembro de pleno derecho el sufragio activo y pasivo, pudiendo elegir Comisiones Ejecutivas y representantes en
todos los demás órganos decisorios y/o deliberativos. La Presidencia del organismo
asume, además, las funciones de dirección del organismo autónomo, y por tanto la
dirección sobre el personal adscrito al organismo, en especial la jefatura de servicio como
puesto de libre designación. Esto contrasta con las graves limitaciones que se pueden
observar en la actual regulación del Consejo de la Juventud de Andalucía.
Sin embargo, la plenitud de efectos de las elecciones libres del CJEx se encuentra con la
necesidad de que la Consejería a la que el organismo esté adscrito remita la
documentación pertinente al Boletín oficial de la región. Este hecho, que parece a simple
vista un elemento procedimental sin relevancia, ha sido fuente de conflicto de otro
Consejo de la Juventud con la misma figura jurídica que el CJEx. En concreto nos
referimos al Consejo de la Juventud de España, organismo autónomo de la
Administración General del Estado.
Por causas formalmente desconocidas (aunque políticamente reconocibles), el Ministerio
al que está adscrito el CJE pasó todo un período de mandato de una Comisión
Permanente (de 2012 a 2014) sin remitir al BOE el nombramiento del equipo elegido
por la Asamblea General del CJE. Esto, de no haber sido por la repetición de mandato
del presidente, podría haber supuesto el bloqueo de las firmas autorizadas de las cuentas
del organismo; entre otras situaciones.
Vistos los precedentes de hecho, nada impide que, con las mismas formas jurídicas y
similares regímenes aplicables, la Junta de Extremadura pueda, en un futuro, aplicar la misma “lentitud” de “nombramiento” formal y remisión al boletín oficial, interfiriendo en
la libertad de elección de dirigentes y representantes democráticos. El organismo debe
tener la libertad de la que hoy carece para hacer efectivo, sin intermediarios, el
nombramiento de sus órganos decisorios.
Derecho a rendir cuentas únicamente ante sus miembros.
Como consecuencia lógica derivada del rasgo de tener una Tesorería y patrimonio
propios, y en concordancia con el hecho de que estamos ante un organismo autónomo
con persona jurídica pública diferenciada, así como plena capacidad de obrar y autonomía
de gestión para el cumplimiento de sus fines, está el derecho a que el CJEx rinda cuentas
de la gestión económica que lleva a cabo ante sus miembros.
Lo cual no es óbice para que el organismo, como no puede ser de otra manera, esté
sometido al oportuno control externo por parte del Tribunal de Cuentas, así como a las
verificaciones que se estimen convenientes, como auditorías externas. En definitiva, nadie
puede poner en duda la conveniencia de que un ente público, sea de la naturaleza que
sea, esté sometido al cumplimiento estricto de la legislación aplicable (emanada de la
soberanía que representa el parlamento): en materia de contratos, en materia de
contabilidad pública, transparencia, etc.
Sin embargo, la actual regulación como organismo autónomo genera en el CJEx la
obligación de someterse no solo a las normas legales que son aplicables a cualquier ente
público, sino además a las normas procedimentales y reglamentarias que son aplicables a
la Administración de la Junta de Extremadura. Algo que no le ocurre ni a la Asamblea de
Extremadura, ni a las Diputaciones, ni le ocurría al extinto Consejo Consultivo. Tampoco
le sucede en el plano estatal a otras Agencias, entes públicos y figuras de Derecho Público
al margen de la Administración General del Estado.
En realidad, este tipo de regulaciones operativas de la contabilidad del organismo generan
un sometimiento estricto a las voluntades políticas cambiantes de los gobiernos. En
concreto, el CJEx está sometido innecesariamente a las siguientes restricciones
impuestas por el funcionamiento ordinario de la Junta de Extremadura:
1. La oferta pública de empleo del organismo no puede ser formulada por él mismo,
sino por la discrecionalidad política de la Junta de Extremadura. Lo que genera
una Relación de Puestos de Trabajo estancada hace veinte años. El organismo no
tiene la libertad de invertir sus medios económicos en recursos humanos, aun
teniendo los medios y pudiendo cumplir la legalidad vigente. 2. La distribución del gasto se hace conforme a las autorizaciones de partidas que
la Junta de Extremadura permite en los anteproyectos de presupuestos. Por
ejemplo se ha negado de forma sistemática la posibilidad al CJEx de generar
partidas destinadas a concursos, becas, subvenciones... o ampliar la plantilla de
personal. No existe una libertad real de invertir la financiación disponible como
el organismo quiera, y no se puede afirmar que dichos límites sean en
cumplimiento de la legislación del sector público, sino del desarrollo y aplicación
operativa que hace la Junta de Extremadura de dicha legislación. 3. La existencia o no de fiscalización previa no la ha podido decidir el organismo,
sino que la Junta de Extremadura ha determinado cuándo sí, y en qué condiciones,
y cuándo no. No ha sido excepcional tampoco que dichos procesos de
fiscalización previa hayan ido, en muchas ocasiones, más allá de lo estrictamente
legal, hasta extremos de auténtica fiscalización política. Por ejemplo ante la
imposibilidad de aplicar en el organismo la normativa vigente en materia de
compensación de gastos, por asistencia a órganos colegiados de la
Administración.
Todo lo anterior acredita que la rendición de cuentas no se ha limitado al criterio
estratégico de las entidades y al cumplimiento de la legalidad, sino que ha influido el
criterio estratégico y político de la Junta de Extremadura. Esto ha sido posible por la
consideración jurídica del organismo al estar adscrito a una Consejería.
Posibilidad de obtener apoyo financiero del gobierno dado
libremente y sin infringir los derechos citados.
Esta cuestión se aborda más ampliamente en otro Documento Estratégico específico
sobre Autonomía Financiera del organismo. Ahora basta indicar que el CJEx debe tener
la posibilidad expresa de obtener fondos provenientes de los Presupuestos Generales
de la Junta de Extremadura, sin que ello sea a cambio de actuaciones decididas por el
gobierno, y menos de condicionar la conformación de la voluntad de acción del Consejo.
De lo que no cabe duda es que el apoyo financiero del gobierno sólo será otorgado sin
esperar contrapartidas si el propio gobierno así lo determina. En particular, los únicos
elementos que pueden compensar la voluntad del gobierno es la propia voluntad del
parlamento. Y por tanto, la realización efectiva de este derecho subyace en la voluntad
de la Asamblea de Extremadura de conceder o no una financiación suficiente al
organismo, y que la Junta de Extremadura no tenga más remedio que ejecutar. En todo
caso, como organismo de representación global de la ciudadanía, parece más razonable
que sea la Asamblea quien exprese una voluntad más legitimada que el propio gobierno.
No obstante lo anterior, es cierto que incluso la voluntad de la Asamblea de Extremadura
puede ser modulada o enmendada por la del ejecutivo: en el ritmo de los pagos, por
ejemplo, pero también en las normas reglamentarias de Extremadura (Decreto 105/2005, de 12 de abril) que permiten no ingresar determinados fondos legalmente
presupuestados si el organismo dispone de remanente. Esta norma, aunque sea válida,
aplicada al CJEx supone la indicación clara de que no debe ahorrar fondos. Y esto implica
la ficción de que todos los ejercicios económicos se realizan inversiones similares. El
CJEx debe tener la libertad de ahorrar fondos de un ejercicio para realizar inversiones
mayores en los siguientes, si lo considera adecuado y sin el riesgo de la pérdida de dichos
remanentes.
2.2.4. Alternativas a la vulneración de derechos del CJEx. Resulta obvio, con el paso de los años, que la figura de organismo autónomo no ha
satisfecho adecuadamente las expectativas de autonomía e independencia funcional del
CJEx. No ha sido ni es una figura jurídica adecuada para la naturaleza política del
organismo.
La vulneración de los derechos a los que se viene haciendo referencia en este documento,
y que de facto soporta el Consejo de la Juventud de Extremadura, llevan a plantear la
necesidad de plantear una reforma legal sobre la forma jurídica, y además la
deslegalización de la estructura interna del propio organismo, que se encuentra
encorsetado por la maraña normativa de la Administración General matriz de la que
todavía es dependiente.
Por eso, el planteamiento que se realiza en este documento consiste en proyectar la
salida del CJEx de dicha Administración General matriz, y que el organismo realice una
transición hacia un Ente Público, o una Corporación Pública, que pudiera tener una
consideración similar a la que tienen otro Consejos de Juventud.
Además, la deslegalización recomendada no pretende eliminar la regulación legal del
CJEx, sino reducir el número de aspectos regulados por Ley, dejando que sea la voluntad
interna de las entidades miembro quien decida sobre su propia estructura, en vez de los
Grupos Parlamentarios. De lo contrario, un consenso interno al respecto puede ser
fácilmente rechazado (o aplazado durante años) por agentes externos, vulnerando la
debida libertad de auto-organización.
Éste es el objetivo al que debe tenderse en los próximos años, con el fin de que el
Consejo sea un ente operativo y eficaz, el cauce real y efectivo de la participación juvenil
en Extremadura en los ámbitos económico, político, social y cultural,. En definitiva, para
que pueda articular la voz de la juventud en el panorama regional.
2.3. Situación de los Consejos de Juventud locales.
2.3.1. Actual regulación o desrregulación.
La Comunidad Autónoma de Extremadura es, en la actualidad, una excepción jurídica al
carecer de una legislación general de juventud. Más allá de las leyes de creación y
regulación del Instituto de la Juventud y del Consejo de la Juventud, existe una clara
deslegalización de toda la normativa relativa a las políticas públicas de juventud en la
Comunidad Autónoma.
Los Consejos de Juventud Locales en Extremadura no tienen ninguna consideración legal
especial. De hecho, cada Consejo de Juventud local en cada municipio ha acudido a la
fórmula jurídica que ha entendido más oportuna, en general al amparo de la Ley Orgánica
1/2002, reguladora del Derecho de Asociación. Como tales, son personas jurídicas
privadas, sin ninguna relevancia pública ni singular más allá del reconocimiento que quiera
otorgar, en cada caso, las Corporaciones Municipales.
No obstante, resulta evidente que existe una notable confusión en Extremadura sobre
cuál es la forma jurídica viable o posible en la actualidad para Consejos de Juventud
locales. Tanto que el propio Consejo Consultivo, en su Dictamen 265/2010, emitido con
ocasión del Anteproyecto de Ley del Consejo de la Juventud de Extremadura,
consideraba que “los Consejos de la Juventud no son asociaciones y por lo tanto, no son
inscribibles en el registro público de asociaciones; y su constitución depende de
decisiones políticas de los entes públicos y por ello, no precisan actos de constitución y
menos de inscripción”. Resulta evidente que quien redactó tales palabras desconocía por
completo la situación real en la que se encontraban los Consejos de la Juventud locales,
confundiendo la tradición jurídica de las Comunidades Autónomas para los Consejos de
dicho ámbito territorial con los de ámbito inferior.
Estas situaciones de confusión pudieron generar la previsión de un apartado específico
diferenciado en el Registro de Asociaciones Juveniles y Entidades Prestadoras de
Servicios a la Juventud de Extremadura, regulado por el Decreto 27/2010, de 26 de
febrero. Previsión, por cierto, a todas luces contradictoria con la propia Ley del Consejo
de la Juventud, dándose la paradoja siguiente: un Consejo de Juventud local debe estar
inscrito en el citado Registro para poder ser miembro de pleno derecho del CJEx. Pero
además, debe ser miembro del CJEx para acceder al registro. Esta contradicción se ha
resuelto por la vía de admitir como entidad observadora antes de la inscripción registral
de juventud y obtener el pleno derecho tras la inscripción. No obstante, no existe en la
actualidad ningún Consejo de Juventud local en Extremadura que no tenga forma jurídica
de asociación, federación o unión de asociaciones. Y esto es, fundamentalmente, porque
no existe otra forma posible que le permita tener la autonomía necesaria de la
Administración local de referencia y al mismo tiempo personalidad jurídica propia.
2.3.2. Comparativa interautonómica.
El vacío legal que existe en Extremadura es una excepción. Esto lo demuestra una mirada
rápida al entorno de ordenamientos jurídicos autonómicos. De la comparativa se deduce
que los legisladores de las Comunidades Autónomas han procedido a prever formas
jurídicas muy diferentes para los Consejos de Juventud locales, incluso alternando
diferentes modelos en pocos años en algunos territorios.
En síntesis, existen las siguientes previsiones generales para los Consejos de Juventud
locales en otras Comunidades Autónomas: 1. Entidades de derecho público, con personalidad jurídica propia. Así lo han
previsto, por ejemplo, las legislaciones de Murcia (1985), Cantabria (2001), Castilla-La Mancha (2005), Comunidad Valenciana (1981), y Canarias (2007).
2. Corporaciones públicas de base privada, administración corporativa. Entre otros
ejemplos, destacan Comunidad Valenciana (2010) y Murcia (2007). 3. Órganos sin personalidad jurídica propia. Así se ha recogido en muchas
legislaciones que han pretendido la eliminación de los Consejos, siempre en
contra del criterio de las organizaciones juveniles. Son ejemplo de esta Aragón,
Canarias, Andalucía, etc.
4. Entidades privadas con personalidad jurídica, distintas de las asociaciones. Una
fórmula bastante consolidada allí donde se ha implementado, como Cataluña
(2010) y Castilla y León (2011).
Los modelos preferidos por las organizaciones juveniles han sido aquellos que respetan
los siguientes principios: Disponer de personalidad jurídica propia y diferenciada. Acceder a financiación pública suficiente y no finalista. Mantener independencia orgánica y operativa con la Administración pública de
referencia. Obtener reconocimiento de la Administración como el único interlocutor
semejante en el territorio correspondiente.
Existe una peculiaridad considerable, y es que la razón que se ha esgrimido para no
conceder el reconocimiento de la personalidad jurídica a los Consejos locales o de
ámbito autonómico ha sido, con frecuencia, una pretendida imposibilidad legal. Diversos
dictámenes y estudios específicos han demostrado que esta afirmación es falsa. Y por
tanto dichas leyes han podido tener vicios de arbitrariedad (Cfr. Art. 9 CE), al
fundamentarse en información no veraz.
3. Propuesta de futuro y conclusiones.
3.1 La forma jurídica del Consejo de la Juventud de Extremadura.
En consonancia con la argumentación mantenida, la primera propuesta de futuro debe
ser proponer un cambio en la forma jurídica del CJEx, que pasaría de ser un organismo
autónomo, como es actualmente, para evolucionar hacia la figura de entidad de derecho
público, independiente de la Administración General de la Junta de Extremadura. Este
tipo de entes públicos existen cuando se pretende ejercer un conjunto de funciones
públicas sin interferencia de ningún tipo por parte de grupos políticos, parlamentos o
gobiernos. Por ejemplo tiene tal consideración la Agencia Española de Protección de Datos.
Subsidiariamente, sería una fórmula también aceptable (siempre que se garantizara un
modelo estable de financiación), convertir al CJEx en una corporación pública de base
privada. Esto le permitiría al Consejo funcionar como una Administración integrada por
entes de base asociativa, es decir, las Entidades Miembros, frente a las cuales el CJEx
actuaría en calidad de Ente Público Asociativo, persiguiendo los fines de asistencia a
dichas Entidades y representación y defensa de los intereses comunes.
Realizando una rápida comparativa con el resto de Consejos de Juventud autonómicos
que actualmente existen en España, la forma jurídica adoptada por los mismos acredita
que la propuesta realizada no es una innovación sin precedentes. Bien al contrario, es la
forma jurídica habitual.
En conclusión, el Consejo de la Juventud de Extremadura y sus entidades miembro deben
dirigir esfuerzos que conduzcan a hacer comprensible a las fuerzas políticas la
importancia de esta reforma jurídica. No debería alcanzarse el año 2020 sin esta
transformación.
3.2 La forma jurídica de los Consejos de Juventud locales. Extremadura debe dotarse, de forma urgente, de una regulación jurídica para los
Consejos de Juventud locales. Con una perspectiva más amplia y ambiciosa que la mera
forma jurídica: deberían establecerse por Ley algunos criterios marco sobre qué es, qué
debe ser y cómo va a apoyar la Administración competente (autonómica) la participación
juvenil local.
La regulación debe tener en cuenta que el 85% de los municipios de Extremadura no
tienen más de 500 habitantes jóvenes, a fecha de diciembre de 2015. De manera que la
canalización a través de la participación asociativa es prácticamente imposible en la
mayoría de municipios, dado que apenas existen (ni existirán) asociaciones numerosas
en ciertas partes del territorio autonómico. La regulación jurídica debe ser la adecuada
para el ejercicio de las funciones en marcos locales de menos de 5.000 habitantes, sin
grandes estructuras administrativas, pero con el reconocimiento público singular que
hace diferentes a los Consejos de Juventud de cualquier otra plataforma o red de
sociedad civil.
Conforme a los elementos ya expuestos, la reivindicación del CJEx es que los Consejos
de Juventud locales tengan forma jurídica pública. Sin embargo, dado que es más que
probable que tengan que desarrollar no solo competencias públicas (cauce de
participación juvenil) sino además privadas (capacitación de entidades miembro, por
ejemplo), sería muy recomendable acudir a la figura jurídica de las corporaciones públicas
de base privada. Esta figura garantiza al mismo tiempo tres elementos clave:
La flexibilidad de régimen jurídico en base a las funciones que desarrolle en cada momento, públicas o privadas.
El reconocimiento público singular. La independencia y autonomía jurídica plena respecto de las corporaciones
locales.
El régimen jurídico previsto para estos Consejos de Juventud locales debe prever, además,
los siguientes extremos (previstos por el Foro Europeo de la Juventud):
Derecho a elegir su propia estructura organizativa de representación.
Deben ser las personas jóvenes de cada municipio, en base a la realidad del lugar,
la que determine quién y en qué condiciones forma parte de los Consejos de
Juventud locales. Es imposible prever a priori si éstos serán de composición
ciudadana individual o de composición asociativa, o incluso previendo modelos
mixtos. La canalización de la participación en municipios de más de 100.000
habitantes debe formularse de forma radicalmente distinta respecto a municipios
de menos de 1.000 habitantes.
Derecho a decidir sobre sus propios Estatutos. Esto debe concretarse en
que no puede ser necesaria la autorización externa, ni de la Junta de Extremadura
ni de las Corporaciones Municipales, para determinar su normativa, más allá de
las exigencias legales básicas que garanticen los principios determinados por
consenso en el Consejo de la Juventud de España.
Derecho a elegir a sus dirigentes y representantes mediante
procedimientos democráticos. Y por tanto, sin autorizaciones,
nombramientos ni ratificaciones externas de ningún tipo. Ningún representante
público externo, ni empleado público, pueden ejercer funciones representativas
o directivas en los Consejos de Juventud locales.
Derecho a rendir cuentas únicamente ante sus miembros. Naturalmente,
podrán tener que rendir cuentas ante las instituciones competentes respecto a
la legalidad, y solo respecto a la legalidad, de su gestión económica. Esto no
excluye el cumplimiento de los principios de transparencia. Pero es evidente que
quienes determinan el destino estratégico de los fondos deben ser, única y
exclusivamente, los miembros de pleno derecho de estos Consejos.
Posibilidad de obtener apoyo financiero del gobierno dado libremente
y sin infringir los derechos citados. Y por lo tanto: mecanismos de
financiación estables y suficientes, que obliguen tanto a la administración
autonómica como a la local a sostener dichas figuras. La intervención de dos
administraciones (una por competencia en materia de juventud y otra por
competencia territorial en materia de participación ciudadana), contribuiría a la
independencia fáctica de los consejos.
Por último, el principio contenido en el Art. 48 de la Constitución española es aplicable
a todas las administraciones públicas, y no puede quedar reducido a una mera declaración de intenciones. Por tanto, es razonable esperar que todos los Ayuntamientos de
Extremadura estén legalmente obligados a concretar el mandato constitucional dando
soporte y apoyo a la creación y funcionamiento de Consejos de Juventud locales. No
pueden existir excusas para reducir o limitar el derecho a participar de la ciudadanía
joven, conforme a los parámetros europeos deseables. Es decir: la participación de la
juventud en los municipios debe estar canalizada de forma libre y eficaz. Esto requiere
pasar de teorías individualistas de gestión de la participación a la organización colectiva
que permite fortalecer la interlocución.
3.3 Aspectos pendientes de legislar. Hacia una Ley de Juventud en Extremadura, más allá de la regulación de la participación.
*Además de las cuestiones ya expuestas sobre la regulación jurídica del Consejo de la
Juventud de Extremadura y de los Consejos de Juventus locales, existe una carencia de
regulación legal en materia de juventud en la Comunidad Autónoma. La simple previsión
de estructuras jurídicas no garantiza el cumplimiento del principio constitucional ya
citado. Es necesario generar una estructura legal básica coherente e integral en materia
de políticas públicas de juventud.
Hasta la actualidad, la Junta de Extremadura ha regulado la mayoría de aspectos relacionados con políticas afirmativas de juventud de forma fragmentada y por vía
reglamentaria. Más allá de las leyes de creación del Instituto y el Consejo, así como de la
Ley de Convivencia y Ocio, no existen normas de rango legal explícitamente orientadas
a políticas de juventud. Esto puede obedecer a diversas causas, pero la consecuencia
inevitable es un debilitamiento de las políticas públicas de juventud.
En el horizonte 2020 Extremadura debe contar con un margo legal que recoja, como
mínimo, los siguientes aspectos:
1. Una definición coherente de juventud en Extremadura que unifique criterios para las administraciones públicas, tendiendo a reducir la disparidad de franjas etarias
a las que se refieren regulaciones particulares: política fiscal, agraria, de empleo,
educación... Y este asunto no debe caer en la trampa de vincular precarización
con juventud. La juventud no se determina por la vulnerabilidad socioeconómica
que impide la emancipación, y por tanto no se puede utilizar como excusa el
retraso de la emancipación residencial para ampliar el rango etario. 2. La aplicación específica, en Extremadura, de la Convención Iberoamericana de
Derechos de la Juventud, el único tratado internacional aplicable en España que
reconoce derechos sustantivos a las personas jóvenes; pero que es una de las
fuentes jurídicas menos atendidas y aprovechadas por los poderes públicos para
articular mejores políticas de juventud.
3. La regulación más coherente y de marcos de mínima intervención sobre el
asociacionismo juvenil en sentido amplio, eliminando incongruencias y
duplicidades entre registros, o ciertas limitaciones de la edad. Deben preverse
consideraciones especiales coherentes con el asociacionismo juvenil para las
asociaciones estudiantiles, además de prever la existencia de asociaciones
infantiles y asociaciones de educación no formal. Existen modelos de referencia
útiles en el derecho comparado.
4. La consolidación de las políticas de juventud como políticas afirmativas además
de transversales, superando la obsesión por vincular políticas de juventud con
políticas de ocio y tiempo libre, deportivas, etc. Es necesario reconocer
legalmente la relevancia y el contenido sustancial básico de políticas de juventud
orientadas al empleo, la emancipación residencial, la educación integral, la igualdad
real de oportunidades, la movilidad humana... y en particular, por la singular
situación de Extremadura, contra la pobreza juvenil.
5. La superación de modelos de políticas meramente programáticas, exigiendo por
ley que las planificaciones estratégicas (Planes de Juventud, por ejemplo) no sean
meros catálogos de la actividad cotidiana, sino que marquen indicadores de resultados y plazos de consecución.
6. La creación de figuras o mecanismos específicos para la defensa de derechos de
personas jóvenes en el sistema educativo, en especial en la Educación Secundaria.
Está claro que la Inspección educativa no alcanza las expectativas de la sociedad
civil, como ha puesto de manifiesto el desarrollo eficaz de la Oficina del Defensor
Universitario en la Universidad de Extremadura. Es necesario establecer una
figura similar, volcada en una dinámica más parecida al referente universitario que
a la inspección administrativa.
7. La plasmación legal del compromiso político de la mayoría de fuerzas
parlamentarias, que ya han manifestado su disposición, para reconocer en
Extremadura la Garantía Juvenil como un derecho subjetivo.
8. La clarificación y la sistematización de conceptos jurídicos esenciales en materia
de juventud, así como los principios rectores de las políticas autonómicas y
locales de juventud.
9. La distribución de competencias en materia de juventud entre la Junta de
Extremadura y los entes locales, ya que según el Estatuto es una competencia
exclusiva de la Administración autonómica, pero en la práctica no se desarrolla
sin la colaboración y complicidad de las administraciones locales. Además, existen
numerosos referentes y recomendaciones que aconsejan transferir no pocas de
las competencias en materia de juventud a las corporaciones municipales.
En consonancia, resulta necesario sentar las bases políticas y técnicas propias de una Ley
de Juventud en Extremadura, que haga posible contar con algo más que la regulación de
la participación, de los organismos políticos y del ocio y el tiempo libre.
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