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Domingo I de Adviento: Despierta PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO Encendemos la primera vela que da comienzo al camino a recorrer; mirémonos en María… No se guarda la dicha para sí misma, sale a ofrecerle a todos al “Dios con noso- tros”. Ella ha dicho que si a ser la portadora de Dios con plena apertura. María está atenta, despierta para con todo. REFLEXION:…. ¿Nos mantendremos nosotros despiertos con apertura a Dios que Viene? Monición de entrada Estamos comenzando un nuevo año litúrgico. En el ciclo pasado nos ha ido acompañando el Evangelio de san Lu- cas, y nos hemos acercado a la misericordia entrañable de nuestro Dios. En este nuevo ciclo iremos de la mano del Evangelio de san Mateo. El tiempo de adviento que hoy comenzamos nos ayuda a abrir nuestros ojos y nuestro corazón para ver el paso de Dios por nuestra vida y la historia del mundo. Él está más cerca de nosotros que lo que podemos imaginar. Un signo propio de este tiempo es la corona de adviento, que también podemos preparar en nuestras casas. Nos disponemos a bendecir esta corona y que el Señor vaya iluminando cada vez más los ojos de nuestro corazón.

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Domingo I de Adviento: Despierta

PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

Encendemos la primera vela que da comienzo al camino a recorrer; mirémonos en María… No se guarda la dicha para sí misma, sale a ofrecerle a todos al “Dios con noso-tros”. Ella ha dicho que si a ser la portadora de Dios con plena apertura. María está atenta, despierta para con todo.

REFLEXION:…. ¿Nos mantendremos nosotros despiertos con apertura a Dios que Viene?

Monición de entrada

Estamos comenzando un nuevo año litúrgico. En el ciclo pasado nos ha ido acompañando el Evangelio de san Lu-cas, y nos hemos acercado a la misericordia entrañable de nuestro Dios. En este nuevo ciclo iremos de la mano del Evangelio de san Mateo.

El tiempo de adviento que hoy comenzamos nos ayuda a abrir nuestros ojos y nuestro corazón para ver el paso de Dios por nuestra vida y la historia del mundo. Él está más cerca de nosotros que lo que podemos imaginar.

Un signo propio de este tiempo es la corona de adviento, que también podemos preparar en nuestras casas. Nos disponemos a bendecir esta corona y que el Señor vaya iluminando cada vez más los ojos de nuestro corazón.

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Bendición de la corona de adviento1:

El ministro dice:

Hermanos: Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a bendecir la corona de luces con que inauguramos tam-bién el tiempo de Adviento. Estas luces nos recuerdan que Dios envió a su Unigénito al mundo, para que todo el que crea en Él tenga la luz de la vida. Y significa que esta luz triunfará sobre las tinieblas del pecado y de la muer-te, porque el Hijo de Dios se ha hecho carne.Encender, semana tras semana, los cuatro cirios que la adornan, debe ser signo del deseo renovado de profun-dizar en la venida del Señor. Tanto en la anunciada por los profetas, señalada por Juan Bautista y realizada a través de María la Virgen, como en su última venida al final de los tiempos.

ORACIÓN PARA BENDECIR LA CORONA

Enseguida el ministro dice, con las manos juntas:OREMOS

Y todos oran en silencio unos momentos. Después el mi-nistro con las manos extendidas dice la oración de ben-dición.

La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia des-borda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona evocando los ramos del bosque y la ha adornado con luces. Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Se-

1 Cf. Bendicional, 1242. Corona de adviento.

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ñor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Aquél que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

ENCENDIDO DE LA PRIMERA VELA:

Encendemos la primera vela que da comienzo al camino a recorrer; mirémonos en María… No se guarda la dicha para sí misma, sale a ofrecerle a todos al “Dios con nosotros”. Ella ha dicho que si a ser la portadora de Dios con plena apertura. María está atenta, despierta para con todo.

REFLEXION:…. ¿Nos mantendremos nosotros despiertos con apertura a Dios que Viene?

Monición a las lecturas2

En este primer domingo se ofrece una respuesta a las incertidumbres de cada hombre. Espera que los males cotidianos desaparezcan de su vida. El profeta no espera la salvación de los hombres ni de los poderes políticos, sino de Dios mismo. Esta oferta va acompañada de una invitación al pueblo para que “camine a la luz del Señor”. La venida de Cristo es imprevisible, pero cierta, y por ese motivo condiciona nuestro presente. Quien cree en Él esta llamado a una novedad de vida.

Oración de los fieles:

- Podemos contestar: Ven, Señor a salvarnos

2 Las moniciones a las lecturas están tomadas del Calendario Litúr-gico de la Conferencia Episcopal Española.

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1. Pidamos por la Iglesia: para que mantenga en-cendida la llama de la esperanza en los hombres y mujeres de hoy, y por medio de signos y de pala-bras les den motivos para seguir esperando. Ore-mos.

2. Pidamos por la paz en el mundo: para que el Dios de la paz sea el “árbitro de las naciones” y se cum-pla la profecía: “No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra”. Oremos.

3. Pidamos por los que viven dormidos en sus egoís-mos e indiferencias; por los que viven sin darse cuenta de su dignidad; por los que violentan la dignidad de sus hermanos. Oremos.

4. Pidamos por nuestra comunidad. Para que el Se-ñor nos conceda estar siempre preparados y dis-puestos para acoger su venida, y nos encuentre en comunión y al servicio de los demás. Oremos.