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Donde Las Palabras Arden

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Primer poemario de Elvira Ávila

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  • DONDE LAS PALABRAS ARDEN

    Elvira vila

  • Donde las palabras arden.

    De esta digitalizacin: Diseo de portada: Froy-Balam.

    Imagen de portada: Froy-Balam. Sk'elep Emile Latrans. 2013.

    Digitalizado en Estridentpolis.

    Cmo citar este documento? VILA, Elvira. Donde las palabras arden. [en lnea] Estridentpolis, AL FIN LIEBRE EDICIONES DIGITALES. 2015. 16 pp. [ref. aqu se pone la fecha de consulta: da del mes de ao-]. Disponible en Web:

    AL FIN LIEBRE EDICIONES DIGITALES 2 0 1 5

  • NDICE

    DONDE LAS PALABRAS ARDEN ........................................................................... 5

    01 AMOR, HUYAMOS ....................................................................................... 7

    02 EN LO QUE LLEGAS ...................................................................................... 8

    03 FASTIDIO ...................................................................................................... 9

    04 LA BURLA ETERNA ..................................................................................... 11

    05 LA OFRENDA .............................................................................................. 12

    06 LA PACIENCIA DE LAS CIUDADES ............................................................... 13

    07 QU PASA MUJER? .................................................................................. 14

    08 RECOMPENSA ............................................................................................ 15

    09 VOZ EN OFF ................................................................................................ 16

  • DONDE LAS PALABRAS ARDEN

  • Donde las palabras arden Elvira vila

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    AMOR, HUYAMOS

    Amor, huyamos del museo de torturas que es la calle.

    Espantemos la tristeza de los feos.

    Hagamos trizas la arrogancia de los ineptos.

    La altanera de las guapas.

    Ahuyentemos la inseguridad de los victimados.

    La ingenuidad de los novatos.

    La imposicin de los tiranos.

    Escapemos de la falsa sonrisa de las viudas tristes.

    De los elogios por compromiso.

    De los amores suicidas.

    Extingamos la haraganera de los artistas.

    La decepcin de los abandonados.

    El eterno deambular de la gente en domingo.

    Zafmonos de las caravanas sin rostro,

    de la desconfianza del extranjero domesticado.

    Evaporemos a las princesas de vestido corto y ego largo,

    el pecho hinchado de los machos ignorados.

    Expulsemos el sol en el rostro.

    Los pies mojados de lluvia.

    El enojo rojo del semforo en verde.

    La valenta de los lisiados que sobreviven a diario.

  • Donde las palabras arden Elvira vila

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    EN LO QUE LLEGAS

    Me voy a sentar aqu,

    en esta banca,

    a mirar cmo las madres les reprochan a sus hijos

    los aos que les robaron.

    Me voy a cruzar de brazos

    y estirar las piernas en un suspiro

    atestiguando el brotar de las flores en la banqueta.

    Voy hacer como que no veo

    mientras lo veo todo.

    Voy a comprar un helado

    y lamerlo con disciplina marcial

    delante de un nio hambriento.

    Despus le explicar que el helado es un pretexto,

    un simple capricho,

    para hacer menos pesada la presencia de tu ausencia.

    Me voy a sentar aqu,

    slo espero que no tardes,

    pues, se me congelan los besos.

  • FASTIDIO

    De repente uno se cansa.

    De dar los buenos das.

    De decir por favor.

    De decir gracias.

    De ser puntual.

    De cumplir.

    De escuchar a los dems.

    De engordar el silencio.

    De no recibir visitas.

    Ni mensajes.

    Ni abrazos.

    Ni besos.

    De extender la mano y saludar.

    De fotografiar flores.

    De escribir cartas de amor y obtener indiferencia.

    De trabajar para las musas.

    De trabajar.

    De morir entre suspiros.

    De abrazar la almohada y no su espalda.

    De pisar la lluvia con los zapatos rotos.

    Del reproche de los padres y el llanto de los abuelos.

    Del salario mnimo y el hambre mxima.

    De salir a deprimirse y enfurecer en el proceso.

    De ceder el paso y la palabra.

    De no estorbar en las calles.

  • Donde las palabras arden Elvira vila

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    De avanzar hacia atrs.

    De las doncellas ineptas.

    De los gorilas con traje.

    De ver a los ciegos y sentirse afortunado por no tener sus ojos.

    De no obtener nada y seguir empujando.

    De repente uno se cansa y todos quieren un pedazo de nosotros.

    Un algo.

    Un cmo.

    Un porqu.

    Un cundo.

    Una hora.

    Una palabra de aliento.

    De repente las ganas de matar (o matarse) pastorean en el crneo de nuestros das.

    De repente uno muere y todos lloran.

    De repente nos extraan.

    De repente ya no importa, o quiz nunca import.

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    LA BURLA ETERNA

    Es tiempo de derrumbar estatuas.

    Decirles a todos los hroes que su tiempo ha caducado.

    Sentir dolor en la panza de tanto rer a gritos.

    Columpiarse en las barbas del Creador para, all en las alturas, picarle el rabo

    [al Diablo.

    Sealar, sin preocupacin alguna, a los parias mantenidos.

    Susurrar en voz alta secretos que todos saben.

    Preguntarle al enemigo en cunto sale su ausencia y pagrsela de contado.

    Es tiempo de inflar los cachetes y escupirles a los idiotas

    (porque al final de cuentas, saliva tenemos de sobra).

  • Donde las palabras arden Elvira vila

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    LA OFRENDA

    Amor, en esta noche tan callada

    te propongo lo siguiente:

    Ejercitemos la risa lo que nos resta de vida.

    Quebremos en llanto de tanto amarnos

    y dejemos que el mundo sufra por tener hijos malditos.

    Mientras t me lo permitas

    aqu estar, para recordarte que

    mi destino es tu sonrisa.

  • Donde las palabras arden Elvira vila

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    LA PACIENCIA DE LAS CIUDADES

    A veces quisiera tener la paciencia de las ciudades.

    Caminan sobre sus lomos inflamando su locura

    y ellas nunca se quejan.

    Las rellenan con mancos, putas y locos.

    Las afean de policas y torretas agresivas.

    Las desgastan con marchas y plantones falsos.

    Las cubren del fro bajo mantas de basura y odio.

    Les entorpecen la vista con anuncios luminosos.

    Las abren en canal de Norte a Sur.

    Les inyectan los odos con canciones para idiotas.

    Las rompen en mil pedazos y nunca las reconstruyen.

    Las bautizan con nombres de vergenza.

    Les taladran la piel con parroquias e indigentes.

    Les fracturan la columna con puentes para suicidas.

    Las violan.

    Las escupen.

    Las manosean.

    Las asfixian.

    Las venden.

    Las malbaratan,

    y ellas, tan firmes de orgullo,

    nacen con el alba

    para morir por las noches

    hinchadas de tristeza y autos.

  • Donde las palabras arden Elvira vila

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    QU PASA MUJER?

    Qu pasa mujer que vienes ebria de olvido?

    Te estrujaron el corazn sin previo aviso, verdad?

    (A dnde fuiste a tirar las promesas del futuro?)

    Traes los talones cuarteados de correr tras lo imposible.

    Traes el cuerpo perforado por promesas incumplidas.

    La sombra del deseo te da la espalda.

    Se te niegan los placeres a cada parpadeo.

    Qu pasa mujer, quin te vacun de angustia?

    Traes el alma envenenada con rencores de otras vidas.

    Qu pasa mujer que juegas a morir y no te matas?

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    RECOMPENSA

    (No me canso de repetirlo)

    La calle es un museo de torturas.

    Slo de pensar que debo salir a ella sin ti

    se me engarrotan las ganas.

    Caminar esa pasarela de rostros difuntos

    sin el salvavidas de tu risa no me parece justo.

    Porque todos all afueran piden algo.

    Todos.

    El lisiado compasin y monedas,

    los msicos artrticos fama y monedas,

    la iglesia culto y monedas,

    el nevero fidelidad y monedas,

    los vividores monedas y ms monedas

    Hay das que me duelen las ideas de slo pensar en ello,

    que corro a casa para acostarme en tus senos

    y morir de noche, arrullado por la clida msica de tu voz,

    alejado de esas manos temblorosas que imploran por ms monedas.

  • Donde las palabras arden Elvira vila

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    VOZ EN OFF

    Hoy no quiero hablar.

    Las palabras se me niegan como novias ajenas.

    Me pesa la lengua.

    Se apaga mi voz.

    No importa cunto reclame,

    el odio no tiene odos.

    Hoy no quiero hablar,

    no insistan en contrariarme,

    aunque si de algo les sirve

    ah les dejo mi silencio y el eco de su recuerdo.

  • Esta obra se termin de digitalizar el 6 de agosto de 2015 bajo la supervisin, formacin y cuidado editorial de AL FIN LIEBRE EDICIONES DIGITALES.

    Por una libre redistribucin de textos. Estridentpolis.

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