36

Dr. José E. Campos Dávila - Universidad Nacional de ... pensadores de la... · de Ley de Accidentes de Trabajo. ... y la humillación que acompañan a los pueblos perpetuamente

  • Upload
    vanhanh

  • View
    215

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

© Editor Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle Vicerretorado de Investigación © Tips de Investigación Edición especial Nº 2 Noviembre - 2011

Responsable de la Edición: Vicerrector de Investigación Dr. José E. Campos Dávila Asistente Académico Mg. Roberto Marroquín Peña Diseño y diagramación Luis Elguera Villamil Ingrid Flores Avalos

500 ejemplares Impreso en los talleres gráficos de la Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle. Av. Enrique Guzmán y Valle s/n La Cantuta - Chosica Teléf.: 313-3700, Anexo: 223 - 224

3

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

PRINCIPALES PENSADORES DE LA EDUCACIÓN PERUANA

MANUEL VICENTE VILLARÁN GODOY

Nació en Lima el 18 de octubre de 1873. Sus padres fueron el Dr. Luis Felipe Villarán, quien fuera rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y doña Rosalía Godoy. En 1890 ingre-só a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para estudiar en las facultades de Jurisprudencia y de Ciencias Políticas y Administrativas. En la Facultad de Jurispru-dencia, se graduó de bachiller y de doctor en jurisprudencia y se recibió como abogado. En 1908 se graduó de bachiller y de doctor en Ciencias Políticas y Administrativas con las tesis El factor económico en la educación y la educación nacional y la influencia extranjera, respectivamente. En 1900, Villarán pronuncia el discurso académico de apertura del año universitario titulado Las profesiones liberales en el Perú.

Villarán se incorpora a la docencia universitaria en la Facultad de Derecho haciéndose cargo de las cátedras de Derecho Natural, Filosofía del Derecho y Derecho Constitucional; ocupa diversos cargos en la administración universitaria, llegando a ser decano

Manuel Villarán Godoy

4

TIPS DE INVESTIGACIÓN

de la Facultad de Jurisprudencia y rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1922-1924).

En 1901, fue delegado de la Universidad ante el Consejo Superior de Instrucción Pública. Fue ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública durante el primer gobierno de Augusto B. Leguía, cargo al que renunció por motivos políticos. Presidió las comisiones de Reforma de la Educación de 1910, 1918 y de la Reforma Universitaria de 1930 encargada de preparar un Proyecto de Estatuto de la Universidad de San Marcos.

Fue miembro de la Comisión encargada de redactar el Proyecto de Ley de Accidentes de Trabajo. En 1909 integró la Junta Directiva del Partido Civil. Fue senador por el departamento de Junín. Desterrado (1925-1927), se mantuvo alejado de la actividad pública y social. En 1931, presidió la comisión encargada de preparar el Proyecto de Constitución del Estado e integró las comisiones que reformaron los códigos Civil, de Procedimientos Civiles y de Comercio. Fue candidato a la Presidencia de la República en 1936 y embajador del Perú ante la Santa Sede en La coronación del Papa Pío XII. Fue miembro de la Sociedad de Beneficen-cia de Lima desde 1907, Fiscal Suplente de Lima, Decano del Colegio de Abogados de 1914 a 1915 e inició la publicación de la Revista del Foro en 1914. En 1936, el Papa Pío XII le otorgó la Condecoración de la Orden de San Gregorio. En 1942 es condecorado con la Orden del Sol. En 1951, recibe la Medalla al Mérito por Servicios Distinguidos «Palmas Magisteriales» y en 1953 se le rinde un homenaje nacional al cumplir 80 años de edad. Manuel Vicente Villarán fallece en Lima el 21 de febrero de 1958 a los 85 años de edad.

Sus principales publicaciones son: Lecciones de Derecho Natural, Las profesiones liberales en el Perú, La misión de la universidad latinoamericana, Programa de filosofía del Derecho, Apuntes de Derecho Constitucional, Las constituciones de 1860 y 1920, El gobierno de Alemania, Programa detallado de Derecho Constitucional, Estudios sobre educación nacional, El momento actual de la Universidad de San Marcos, El gobierno de los Estados Unidos, Cuestiones generales sobre el Estado y el gobierno, El arbitraje de Washington

5

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

en la cuestión peruano— chilena, La Universidad de San Marcos de Lima: los orígenes, 1548—1577, Vida y pensamiento de Luis Felipe Villarán, Apuntes sobre la realidad social de los indígenas del Perú ante las Leyes de Indias.

PENSAMIENTO PEDAGÓGICO

Manuel Vicente Villarán parte de la idea de considerar el de-sarrollo económico del país, como una condición para el desarrollo educativo, siendo el crecimiento industrial el factor más necesario para la mayor cultura. Sostiene que, «antes de llenar de escuelas el país, es necesario cruzarlo de ferrocarriles, caminos y telégrafo; proveerlos de canales de riego, puertos y obras sanitarias; porque sin estas cosas y sin la vitalidad creciente que ellas produzcan, todo cuanto adelantemos en pura instrucción sólo servirá, quizás para hacernos sentir, más agudamente que hasta hoy, la impotencia y la humillación que acompañan a los pueblos perpetuamente miserables».

Representa Villarán, en el proceso de la instrucción pública, según Mariátegui, el pensamiento demo-burgués, condena la educa-ción tradicional, dogmática en donde la enseñanza estaba orientada a imitar métodos y planes extranjeros, sobre todo en las lenguas clásicas. Así, en 1900, en su discurso, «Las profesionales liberales en el Perú», hace un análisis de la educación peruana y de la realidad del país y con ello de la psicología del hombre peruano. Pensaba que el Perú por su trayectoria económica-social debería ser tierra de labradores, colonos, mineros, comerciantes y hombres de trabajo; pero por la fatalidad de la historia y la voluntad de los hombres ha resultado convirtiéndose en el país donde predominan los intelectua-les, literatos, poetas, burócratas, en el que faltan hombres dedicados a la industria con fuerza y espíritu de lucha para obrar en cualquier campo y contribuir al engrandecimiento y progreso del país.

Propugna una reforma en contra del idealismo de la época y frente a la educación limitada a las clases altas propuesta por

6

TIPS DE INVESTIGACIÓN

Deustua; propone una educación para la clase alta acompañada de un esfuerzo a favor de la clase media y de las clases populares. En este sentido Villarán defiende con mucho calor las virtudes del indio peruano, aboga y defiende una educación popular, y lo hace en la tesis titulada El factor económico en la educación nacional (1908). Donde refuerza sus ideas en el sentido que la formación de élites representa en el país el ahondamiento del abismo que separa una clase de otra, produciendo el abuso, la explotación del de arriba hacia el de abajo. Veía como el indio era utilizado por ser analfabeto y explotado por los caciques; ello le hizo pensar en que la educación para las mayorías lograría alcanzar el progreso social.

En esta perspectiva y embuido de las ideas positivistas de la época, creía que era urgente rehacer el sistema de nuestra educa-ción, en forma tal que produzca pocos «diplomados y literatos y en cambio eduque hombres útiles, creadores de riqueza» (Mariá-tegui). Por lo que plantea que el esfuerzo educativo debería estar encaminado no sólo a la educación superior sino en primaria y secundaria, siguiendo el modelo de los Estados Unidos, en el cual al industrialismo «denigrado» le siguió un estupendo florecimien-to de las ciencias y las artes. El Perú debe así corregir los rumbos de la educación nacional, fomentando una educación práctica e industrial a sus hombres.

La educación, según Villarán, debería ser «democrática, sim-ple, científica, común y profesional tendiente a despertar energías, físicas y mentales, estimular el trabajo y formar hombres». Aspectos que tienen relevancia en estos años, que busca en la práctica hacer de la educación una agencia de capacitación de la mano de obra masiva, indispensable para la industrialización del país.

Pero esta reforma educativa que planteó Villarán sólo quedó en una crítica y en una proclama que se frustró, como señala Ma-riátegui, porque entonces el embrionario desarrollo capitalista en el Perú no tenía aún la fuerza suficiente para desplazar una economía eminentemente agrícola y todas sus consecuencias.

7

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

LECTURA

LA EDUCACIÓN NACIONAL Y LA INFLUENCIA EXTRANJERA

Tesis para optar el doctorado en Ciencias Políticas

Manuel Vicente Villarán

Más que una realidad tangible, la instrucción popular fue durante mucho tiempo, entre nosotros, una simple aspiración que, por virtud de suscitar generales simpatías, sirvió algunas veces de plataforma a los políticos y otras veces de inspiración a trabajos literarios u oratorios, sin grandes consecuencias. Pero, mediante la adopción de medidas que representan el comienzo de una labor firme y continua, el tópico de la educación pública ha cobrado, en los últimos tiempos, el interesante relieve de un problema práctico. Las principales de esas medidas han consistido, como se sabe, en unificar y centralizar la dirección de la enseñanza oficial, reunir e incrementar los medios pecuniarios, multiplicar considerablemente el número de escuela, iniciar la edificación escolar y modernizar el plan de la educación primaria.

Sin embargo, la satisfacción que producen tan acertadas y tras-cendentales reformas, no debe hacernos olvidar que nos hallamos todavía en el período de las iniciaciones, que la casa está, apenas, a medio edificar; y que, por lo mismo, es aún tiempo de estudiar su estilo, decidir sus dimensiones y seleccionar sus materiales. Por eso, nos ha parecido oportuno insistir sobre las exigencias, apenas esbozadas, de la política educativa nacional complementando algunas ideas que, hace poco, expusimos sobre este mismo tema.

La fe en las virtualidades de la educación, profesada por algunos con apasionado sectarismo, les ha hecho desconocer que no interesa educar en cualquier forma y a todo trance, sino del modo que exigen nuestras necesidades actuales y nuestro medio. Nunca se repetirá bastante, ya que muchos bien intencionados lo

8

TIPS DE INVESTIGACIÓN

olvidan en la práctica, que los problemas de educación deben de-cidirse con criterio local y nacional, partiendo de la noción exacta de lo que somos y valemos, noción formada fríamente, sin ánimo dispuesto a empequeñecernos, pero también huyendo del beato optimismo de ilusos.

Dentro de estos propósitos, deseamos apuntar, desde luego, la índole y tendencias más propicias de nuestra educación para que pueda responderá sus especiales fines de interés nacional e indicaremos, en seguida, uno de los caminos por donde, a nuestro juicio, será posible, tal vez, acercarse a la solución ambicionada, abordando, con este motivo, el problema del profesorado, o sea la más vital de las cuestiones prácticas tocantes al mejoramiento de la instrucción pública.

Para tratar metódicamente los dos temas propuestos, se hace preciso investigar primero los grandes defectos del carácter nacio-nal que es menester corregir, y considerar, luego, las condiciones materiales del país en relación con sus más premiosas necesidades educativas.

Lejos de todo afán de crítica, hay que convenir, ante todo, en que la pereza, la inercia, físicas y mentales, son el débil del hispano-americano y, por ende, el defecto que nuestra educación ha de proponerse combatir en primer término. Pensaba Unanue que era posible compensar con influencias morales esta desgraciada propensión; pero no dejaba de acentuarla firmemente, creyendo descubrir su causa en el calor y la humedad de estos países. Acaso factores sociales y económicos contribuyan a esta tendencia en no menor grado que el clima. No era natural esperar que los conquis-tadores españoles, hombres aventureros y pródigos, que nunca conocieron los goces de la vida laboriosa y metódica, tuvieran descendientes en quienes brillara el amor al trabajo. Ni era difícil la propagación del ocio en tierras dominadas por aquellos arrogan-tes castellanos que miraban todo trabajo como oficio impropio de gente bien nacida, y que, al venir a América, nunca admitieron el

9

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

deber de trabajar. Mas no interesa analizar, ahora, los antecedentes de un hecho por desgracia innegable y notorio, que se ofrece a la experiencia cotidiana bajo infinitas formas, en la intolerable pereza de los jornaleros y domésticos, la escasez e intermitencia de la mano de obra, la morosidad de los artesanos, la incuria de los empleados, el ocio de los estudiantes, la lentitud de las oficinas, la inclinación a los trámites, la eternidad de los aplazamientos, la anemia de la vida en sociedad, la tediosa inactividad de las mujeres, la apatía, el amodorramiento, el abandono con que se desenvuelve el trato humano entre nosotros, así en la sociedad y en el hogar como en la administración y en los negocios.

Junto a la pereza hay que poner, y como uno de sus efectos, la carencia de voluntad. Carlos Octavio Bunge ha expresado el pensamiento de todos al decir que el carácter de los sudamericanos es no tener carácter. Y, sin embargo, nuestros remotos antepasados ibéricos lo tuvieron. Ninguna nota fue más conspicua en ellos que el temple acerado del alma, la magnitud de su terquedad y de su audacia. Pero el ocio secular pudo más que este nervio del carácter hispano, lo ablandó, lo debilitó, como se debilitan los músculos por la continua falta de ejercicio.

Y conviene notar, en fin, que la inteligencia sudamericana, con ser tan sutil y brillante, no ha desenvuelto, por culpa de esa misma tradicional inercia, sus disposiciones más necesarias, como son el juicio, la reflexión, el criterio propio y recto, por lo mismo que estas capacidades se forman con el hábito de la atención concentrada, de la observación y del cálculo, que son manifestaciones de un espíritu alerta y activo. La solidez del pensamiento y el descubrimiento de las verdades que piden reflexión, me parecen sobresalir en los europeos, decía Unanue: “a los que nacen en este nuevo mundo ha tocado el privilegio de ejercer con superioridad la imaginación”. En la época colonial, por conveniencia política, y en la independiente por ignorancia y rutina pedagógica, el sistema de educación, ha contribuido por su lado a cultivar la memoria a expensas del cri-

10

TIPS DE INVESTIGACIÓN

terio, el hueco raciocinio verbal con mengua de la comparación ejercitada sobre cosas reales, el arte de expresar lúcidamente las ideas antes que la capacidad para adquirirlas. No es extraño, con tales precedentes, que se haya propagado en estos países, una acentuada manía verbalista que hace del tema más pedestre o del más grave, asunto propicio para la incontinencia retórica. El vulgo ha dado un conocido nombre familiar a las desapacibles y vacías sonoridades de esta garrulería insustancial en la que, por desgra-cia, somos los sudamericanos, si no los inventores, los maestros.

Intelectualismo imaginativo, debilidad de la reflexión y del carácter, tendencia enfermiza al verbalismo, he allí, en suma, la fórmula en que se condensan los defectos de nuestra psicología. Causa determinante e inmediata de este proceso degenerativo es la pereza, aquella pereza, tradicional, histórica, convertida en rasgo nacional, erigida en principio y sistema. La educación podría, con el tiempo, contribuir a vencerla, si rompiendo con la vulgaridad y la rutina, se desenvolviese bajo los caracteres necesarios que más adelante insinuaremos.

Antes de hacerlo, conviene considerar el elemento físico de la nacionalidad, puesto que, hasta ahora, sólo se ha estudiado el elemento humano. Nuestra geografía presenta fragmentos de tierras fácilmente cultivables, donde se disfruta uno de los climas más apacibles y benignos del mundo. Allí está reunida, en mo-desto número, gozando plácidamente del “áurea mediocritas”, la población blanca y mestiza. Si tan raras facilidades para la vida se extendiesen a grandes extensiones territoriales, tiempo a que existiría en esta parte del continente una poderosa nacionalidad, aunque no fuese sino por virtud del aumento vegetativo de una numerosa población, acrecida, como en la Argentina, y el Brasil, por el valioso aporte de grandes corrientes inmigratorias. Desgra-ciadamente, en el Perú dominan los contrastes. Esos fecundos y deleitosos valles son pequeños oasis distanciados por interminables pampas criazas, empinadas cordilleras, ríos torrentosos y selvas

11

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

inaccesibles. Verdad que los desiertos puede convertirse, alguna vez, en feraces campiñas, las cordilleras contienen inagotables riquezas minerales, las selvas sólo esperan gentes atrevidas que vayan a coger sus tesoros; pero la magnitud de tantos prodigios sólo se equipara a las dificultades para alcanzarlos; a multitud y variedad de los recursos naturales no tienen parangón sino con la inmensidad de los capitales, sacrificios y energías que demanda su aprovechamiento. Así, pues, la naturaleza se nos ha mostrado, a la vez, prodiga y avara, generosa y mezquina y, lo que es peor, sus odiosas contradicciones han agigantado doblemente nuestra tarea, pues favoreciendo con bendiciones paradisíacas algunas reducidas regiones, contribuyen al enervamiento de las energías y al apocamiento de las ambiciones de sus habitantes y dificulta la formación de aquellos hombres enérgicos y decididos, ejemplares selectos para quienes parece reservar las riquezas que guarda celo-samente en otras regiones más vastas, más ricas; pero más rebeldes.

Ahora bien, no es posible asegurar que el porvenir no depare, en estas tristes condiciones, un victorioso desenlace; porque, a las serias dificultades que se ofrecen para el avance de los cultivos y aprovechamiento de nuevas secciones territoriales, hay que agre-gar la insuficiencia adaptación de la raza para la fuerte actividad económica que esa obra demanda. ¿Podemos estar seguros que el estímulo de las necesidades crecientes y de una concurrencia cada vez más intensa bastará para sacudir el ocio y la apatía? ¿No se detendrá la dominación de nuestro esquivo territorio, por invencible ineptitud económica de poblaciones ignorantes y des-habituadas a tamañas empresas? Sin pecar de timidez cabe abrigar la duda de que resultemos inferiores a la magna labor que nos aguarda, duda más justificada si se tiene presente que, por ahora, no se vislumbran muchas esperanzas de que inmigre al país, en número apreciable, gente llamada a estimularnos con su ejemplo laborioso y a levantar nuestras desfallecidas energías. Y dentro de la emergencia insinuada, si la pereza, la falta de carácter, la escasa iniciativa, la prodigalidad, la ignorancia industrial, no se corrigie-

12

TIPS DE INVESTIGACIÓN

sen prontamente, estaríamos expuestos a sufrir un fatal retroceso o una estagnación tan vergonzante como peligrosa.

Por cualquier camino llegamos, pues, señores, al mismo re-sultado. La raza, la tradición, el clima, el territorio, todo nos indica que necesitamos formar hombres prácticos y sensatos, antes que teóricos é imaginativos; llenos de inventiva más que de erudición, vigorosos de cuerpo, fuertes de voluntad, ajenos a todo diletan-tismo afeminado, provistos de potencias y virtudes activas, no de refinamientos morales y estéticos.

Todo advierte que la fórmula que se impone a los educadores nacionales es huir, como de una plaga detestable, de la necia ins-trucción erudita, verbalista, literaria y libresca y sustituirla con una educación sobria y sana, basada en la idea de combatir el ocio y el apocamiento del carácter; que haga, si se quiere, hombres rudos, pero eficaces; sencillos y sin devastar, pero útiles a sí mismos y a su patria.

En toda escuela peruana, primaria o secundaria, debiera dedicarse la mitad del tiempo a estudiar, la otra mitad a trabajar y a endurecer el cuerpo. Los mayores predisponentes al ocio son la salud incompleta, las piernas débiles y los malos nervios. Para combatir el pecado de la pereza vale más una hora de «foot-ball», que un mes de catecismos y morales exhortaciones. Imitemos a los ingleses que ponen como base educativa la formación del carácter por la influencia del campo de sport.

Por otra parte, en toda escuela y en todo colegio el niño, grande o pequeño, debe trabajar. La escuela urbana ha de tener algo de un taller; la rural, de una pequeña granja; porque siendo nuestro mayor mal el ocio, parte esencial de la educación viene a ser el trabajo, y consistiendo la primera de las necesidades nacionales en el desarro-llo económico, es urgente despertar o avivar, desde la infancia, las vocaciones industriales y dignificar y prestigiar las ocupaciones productivas.

13

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

Si enseñar a trabajar es estimular el amor al trabajo en quienes ya lo ejercitan y despertarlo en quienes aún no lo han practicado; si saber hacer una cosa predispone a ejecutarla y si los conocimientos adquiridos empujan a la acción, nuestro plan general de educación debe tender a enseñar a todo el mundo un oficio, un arte, alguno de los modos de ganar la vida.

Cuando el Estado ofrece la instrucción común y no la profe-sional, parece suponer que cada individuo, por su cuenta y por propio interés, hallará manera de aprender un oficio, pero esta presunción no se realiza en suficiente número de casos, sobre todo en sociedades incultas y de poco espíritu en las que la auto-educación es muy difícil. Por eso, el Estado necesita ofrecer a todos las dos educaciones. Así no quedarán sin aprovecharse las fuerzas de aquellos que no ejercen profesión alguna o que la ejercen a duras penas y de modo empírico y rudimentario por no haber encontrado ocasión o facilidades para aprenderla de otro modo.

La educación nacional debe ser democrática. Ni ha de concre-tarse en un grupo de privilegiados, so pretexto de formar la clase directora; ni ha de consagrarse sólo a las capas sociales inferiores, perdiendo de vista a las elevadas. Ante la exigüidad de nuestra población, conviene suplir el número con la intensa energía de cada unidad, de suerte que la educación universal, equitativamente repartida, conduzca al rendimiento máximo de labor económica, política y social de la diminuta nacionalidad.

Para que sea democrática, la educación necesita ser electiva, múltiple, diversificada. La verdadera igualdad de los derechos edu-cativos no ha de consistir en proporcionar a todos la misma especie de instrucción, sino en dar facilidades para obtener educaciones de distintas especies, calidades y grados, según las posibilidades personales. Como hay escuelas de abogados y médicos, de inge-nieros y militares, ha de haberlas de comerciantes y mineros, de agricultores y mecánicos. Sólo enseñando todo, puede el Estado

14

TIPS DE INVESTIGACIÓN

democrático enseñar a todos para que dentro de la multiplicidad de materias y la diversidad de escuelas, se ejercite ampliamente la adaptación electiva de los ciudadanos, conforme a sus vocaciones y recursos.

El género de educación que nos conviene, debe ser científica y no literario. La ciencia combate la propensión al memorismo, enseña el método, calma la imaginación, modera la banalidad, refrena el verbalismo. “La instrucción literaria es excelente, dice Lanson, para hacer, en medio de una multitud de fracasados y pedantes, unos cuantos individuos superiores que deslumbren al mundo con su fantasía original y egoísta”.

Por fin, nuestra educación primaria y media debe ser simple y corta, caracterizada por la sobriedad de su programa y lo sus-tancioso de sus disciplinas. Es de urgencia que, en vez de enseñar mal muchas cosas superfluas, se enseñen bien y pronto las cosas necesarias. Precisa acabar con el enciclopedismo barato, seudolibe-ral y seudodesinteresado que fomentó generaciones de bachilleres ignorantes, ridículamente presuntuosos y exaltadamente locuaces. Una reciente reforma que quiso reaccionar contra esa malsana tendencia, adoptó el plan americano de la instrucción secundaria de cuatro años; pero se operó la imitación sin criterio científico y, lejos de una buena copia, tuvimos una caricatura. Amalgamado el sencillo modelo democrático de la «high school» con el hinchado y aristocrático del liceo francés, vinimos a parar en un producto híbrido y contradictorio. A un programa tan simple y balanceado que sólo aspira a desenvolver las materias de la instrucción prima-ria, ciencias matemáticas y naturales, historia, geografía y lenguas, nos pareció inofensivo agregar filosofía y algo de teología y de derecho, o sea materias de orden más elevado, que corresponde a otros propósitos, otros maestros y otros alumnos. Enseñar estas cosas a muchachos de quince años, de diversos niveles sociales y capacidades y dentro del reducido tiempo asignado a la ins-trucción media, constituye una verdadera novedad pedagógica

15

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

diametralmente opuesta, en objeto y espíritu, al plan americano que nos propusimos imitar y que hemos ornamentado con aquellos suntuosos pero perjudiciales adimentos.

Estos son, en suscinto bosquejo, los moldes de nuestra educa-ción. Ha de ser democrática, simple, científica, común y profesio-nal, tendente a despertar energías físicas y mentales, estimular el trabajo y formar hombres. Tal es el ideal. Veamos por qué medio cabría realizarlo.

***

Cuando se desciende a las soluciones concretas, el tópico de la educación se subdivide y toma múltiples aspectos. Como dijimos al principio, ninguno excede en importancia a la cuestión del pro-fesorado, por lo mismo que la educación nacional depende, en su totalidad, de los hombres encargados de proporcionarla. Después de haber apuntado la índole del sistema educativo que conviene al país, debemos, pues ocuparnos del personal destinado a darle vida.

Es forzoso comenzar, desde luego, por el aspecto menos grato de la cuestión, declarando que salvadas excepciones legítimas, la enseñanza nacional primaria y media se encuentra en manos de personas profanas en el arte de educar, afectadas de una imperi-cia profesional tan invencible como disculpable. Y no se anotan ciertamente estas deficiencias para levantar acusaciones contra los individuos, desde que la culpa, si la hubiese, tocaría al país, por tratarse de males que son exponentes de antiguas y profundas cau-sas colectivas. Pero aunque el desinterés y la capacidad de algunos encubra, a veces, el bajo nivel medio de la vida escolar, conviene reconocer, cuando la necesidad obliga a declararlo, que, en verdad, el país carece de maestros; que desea y necesita extender la edu-cación, pero no tiene quién la proporcione, y que los pretendidos institutores, en vez de dirigir con acierto la vida mental y moral de la juventud, por lo general deforman y deterioran el intelecto, la conciencia, el corazón, la voluntad y el cuerpo de los educandos,

16

TIPS DE INVESTIGACIÓN

extendiendo sus estragos no sólo a los hijos de humildes hogares sino a los mejores vástagos de las principales familias.

¿Sería juicioso esperar que el organismo educativo nacional, constituido por tales elementos, se transforme y engrandezca por reacción propia y espontánea? Los motivos más serios inducen a dudarlo e inclinan, asimismo, a pensar en la necesidad de atribuir influencia preponderante, aunque provisoria, a pedagogos extran-jeros bien seleccionados. Las resistencias que despierta esta idea a su simple enunciado; no deben impedir proclamarla y defenderla, pues, poniendo de lado la vanidad patriótica y los suspicaces in-tereses privados, es fácil alcanzar, distintamente, que la base de la política práctica llamada a reformar la instrucción pública, está constituida por la importación, en vasta escala, de educadores profesionales extranjeros. Por un lado se percibe que los elemen-tos tradicionales defectuosos no pueden regenerarse a sí mismos y por otro que no hay nada ofensivo, inusitado ni extraordinario en que para tomar el primer impulso y romper con un pasado de atraso y rutina, apelemos, desde luego, a la superior capacidad, a la más antigua experiencia, a los factores mejor preparados de otros pueblos.

Pero apresurémonos a prevenir algunas objeciones contra la idea de la influencia extranjera, señalándola con tonos definidos y expresándola en formas concretas. Recordemos, al efecto, que dos son las soluciones generales para el problema del profesorado: la de formar profesores nacionales, y la de importar maestros extran-jeros. La primera admite, por su parte, tres procedimientos, a saber: hacer en el país maestros nacionales, bajo la dirección de profesores peruanos; formar maestros nacionales, también en el país, pero bajo la dirección de expertos extranjeros; y enviar jóvenes peruanos al extranjero a prepararse en la carrera del profesorado. Varios de estos sistemas pueden tener cabida al mismo tiempo, según las circunstancias. Así, desde luego, el cuerpo de maestros primarios de ambos sexos, no puede dejar de constituirse, principalmente,

17

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

con gente del país, porque no cabe importar los centenares y aún millares de preceptores que requiere el servicio escolar de toda la República. Reconocer la dominante actuación de fuerzas nacionales en el primer grado de la instrucción pública no es, sin embargo, desestimar la necesidad en ese mismo grado, de la influencia extranjera. Lejos de eso, pensamos que debía extenderse, en los posible, señalándoles tres funciones trascendentales y difíciles, que demandan la acción de profesionales muy experimentados: 1°, entregar a pedagogos extranjeros de la mejor clase, la formación del preceptorado nacional, confiándoles las escuelas normales: 2°, atribuirles, como inspectores y superintendentes, la vigilancia y organización de las escuelas, que sirvan como modelos vivos y centros de difusión de los métodos modernos.

Para la instrucción secundaria debe prevalecer un concepto diferente. Este concepto se inspira en que el número de profeso-res secundarios es relativamente reducido, ofreciendo los lugares de residencia y los salarios, por lo menos en algunas ciudades, atractivos modestos pero suficientes para traer a pedagogos ex-tranjeros de mérito a venir a establecerse en el país. Por otra parte, la preparación científica y práctica de un profesor secundario es obra superior a nuestras fuerzas, porque presupone la posesión antelada de muy buenos colegios y de instrucción universitaria muy amplia y desenvuelta, elementos ambos de que carecemos en la actualidad, pues nuestros colegios son institutos embrionarios y nuestra universidad cumple una misión modesta cuyos alcances no pueden violentarse, por lo mismo que la instrucción superior no antecede sino corona el crecimiento intelectual y educativo de las naciones. De lo expuesto, se infiere que los profesores de colegio deben, por ahora, importarse, en la medida de nuestros medios, aprovechando, por supuesto, a los buenos profesores nacionales cuya cifra es de esperarse que irá aumentando paulatinamente.

Por lo que hace al sistema de enviar jóvenes para educarse como profesores en países extranjeros, son conocidos el dispendio

18

TIPS DE INVESTIGACIÓN

que ocasionan si se emplea en vasta escala y lo limitado de su esfera de acción si se aplica en cortas proporciones.

Nada sería más halagador que formar con nuestro propio y exclusivo esfuerzo una abundante cosecha de excelentes maestros. Pero consideradas atentamente las dificultades se descubre la necesidad de pedir colaboración extraña que encauce y complete nuestras débiles fuerzas. Una sola razón bastaría para comprender-lo: no es el maestro un artefacto que se fabrica, sino un producto vivo que se reproduce. Por consiguiente, si no existen buenos pro-fesores no podemos pensar en formar otros profesores. ¿Por virtud de qué transformación adquirirá pericia para educar maestros el mismo personal que se juzga mal preparado para la educación de los discípulos? Es tenido por axioma que el antiguo alumno, convertido en maestro, enseña como a él le enseñaron, practica los buenos o los malos métodos bajo los cuales fue educado y que imprimieron en su espíritu, en la edad de las huellas profundas y de las imitaciones inconscientes, hábitos y prejuicios imborrables, que recubren, sin lograr alterarlos, las más flamantes teorías peda-gógicas ignoradas en la última hora. Por eso, la empresa de hacer profesores nacionales sin reformar antes, con auxilio extranjero, las escuelas y los colegios, conspira a invertir las leyes naturales. Los buenos profesores son el último y sazonado fruto de un or-ganismo educacional en pleno desarrollo, comparable a un gran árbol antiguo y corpulento que alimentan potentes raíces. Y es un sueño que la planta raquítica de nuestras instituciones educativas llegue a rendir, a viva fuerza, frutos que no corresponden ni a su edad ni a su volumen.

Por otra parte, la completa formación de un maestro com-prende además de los estudios y profesionales, la experiencia, la larga experiencia de una consagración asidua y absorbente, la fe, la devoción, el entusiasmo de una vocación inquebrantable que orienta el rumbo de toda una vida. ¿Quiénes son, entre nosotros, los hombres que querían encasillarse para siempre en la opaca función

19

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

del magisterio? Es tan corta la cifra de nuestra población que la división del trabajo social apenas se realiza y que todo hombre de mediana capacidad tiene fácil ascenso a situaciones halagadoras y expectables. El profesorado en sus escalas superiores no se opone a esas expectativas. Al contrario, tomado como labor provisional o accesoria, da prestigio y exige corto tiempo. Bajo esa forma lo ejercen o lo han ejercido, en algún período de su vida, casi todos los hombres más capaces del país, pero muy pocos habrían consentido en adoptarlo como ocupación principal o carrera exclusiva, renun-ciando a lisonjeras ambiciones que las oportunidades estimulan. Y se equivocan mucho los que piensan que cabe corregir este mal con dinero, elevando los salarios de los profesores, y obligándolos a dedicarse únicamente a la enseñanza. Tal vez por este medio se causaría privada del valioso aunque avaro concurso de hombres distinguidos, y a trueque de poseer prematuramente un cuerpo de profesores nacionales de carrera, sólo contraría con la estéril asiduidad de fracasados o mediocres.

Traed, en cambio, maestros extranjeros, hombres procedentes de países de inmensa población y avanzada división del trabajo, individuos que se orientaron, desde jóvenes, definitivamente hacia la ocupación de educadores, y conseguiréis que, sin esfuerzo, por una remuneración adecuada, sean sólo maestros y hallen en su modesta obra, voluntariamente aceptada, el colmo de sus aspi-raciones, sin que les perturbe el incentivo de posiciones públicas que su nacionalidad les impide ambicionar.

Contra la introducción de profesores extranjeros se ha formu-lado una objeción que conviene mencionar por más que se derive de simples alarmas desprovistas de base, de temores patrióticos respetables por cierto, pero vanos. Calificando de exóticos los ele-mentos importados, hay la preocupación de que ellos no logren penetrar nuestra naturaleza y, lejos de eso, menosprecien o de-formen sus cualidades originales. Se teme las consecuencias de la diferencia demasiado marcada de carácter y espíritu que pudiera

20

TIPS DE INVESTIGACIÓN

producirse entre el país y sus educadores y se llega a sostener que sólo el maestro nacional o el que se identifique con la nación, es capaz de desenvolver las aptitudes de la raza y destruir sus vicios o deformidades.

Por motivos que expondremos someramente, pensamos que son infundadas estas zozobras. Maestros inteligentes penetran en corto tiempo las aspiraciones, las necesidades, la tarea entre nosotros, por cuanto nuestra naturaleza no parece tener grandes oscuridades ni sendas complicaciones. Además, el extranjero traería el aporte de la imparcialidad de criterio que a nosotros nos falta y la aguda división de lo nuevo de que carecen nuestros ojos habituados á la propia imagen.

A despecho de vicios y pobrezas, que ya enunciamos franca-mente, ofrece el carácter peruano buenos y hermosos rasgos de simpático relieve. Así el romántico idealismo, alarde caballeresco y firme valor de la estirpe castellana, unidos al hondo sentimien-to, voluntad tenaz y suave benevolencia del aborigen coloran el genio nacional con gratos tonos y felices contrastes, propicios para despertar la amistad y confianza de nuestros huéspedes y alejar intransigencias o menosprecios.

Esas buenas cualidades innatas de la raza, por cuya persis-tencia se teme, solo como atávicas, indestructibles: la escuela, al menos, no puede destruirlas. Poderes misteriosos de la historia y leyes desconocidas de la herencia dieron a las razas incaica y española, razas antiguas y formadas, una mentalidad propia y tenaz de caracteres hondamente grabados, para destruir la cual serían débiles y superficiales las sugestiones escolares de maestros peruanos o extranjeros, latinos, germanos o sajones.

Y, después de todo, ¿es acaso, peligroso siempre aceptar por maestros a hombres que se diferencian de nosotros por su edu-cación, carácter y costumbres? Pensamos que, al contrario, esa discrepancia por notable que se suponga, puede ser en determi-

21

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

nados casos, provechosa, puede constituir el necesario germen de deseadas reacciones, si quizá esas costumbres aportan saludable mejora o correctivo a las que practicamos, si nos faltan, si esa edu-cación se animó de un espíritu que quizá o completa paridad de los elementos en contacto la intensidad de la influencia recíproca entre ellos, ni la repercusión feliz o adversa de tales influencias. Si así fuese, el mejor maestro sería el que no se diferenciase en nada del discípulo. Pero si es estéril y nocivo juntar valores refractarios, en cambio no hay cosa humana en que no sea menester utilizar disparidades, aprovechar el contraste de fuerzas divergentes que se multiplican, de excesos y defectos que se corrigen mutuamente, de caracteres complementarios que se adaptan, de colores contrarios que se armonizan o identifican al aproximarse.

Concluimos, pues, que no es un mal, ni una amenaza para la nacionalidad la actuación de extranjeros en la enseñanza pública. Todas las diferencias de carácter que pudieran existir entre ellos y sus discípulos, serán relativamente débiles para impedir que se vinculen a éstos con aquellos lazos de unidad moral que generala escuela; y a la sombra de esa comunicación espiritual, el pedagogo extranjero, tanto o más que el nuestro, se ha de dar cuenta exacta de las cualidades nacionales para desenvolverlas y de los defectos para combatirlos.

****

Sólo una advertencia provechosa surge de la objeción que he-mos considerado. Nos referimos a la gran atención que demandaría la procedencia de los maestros. Su nacionalidad es punto primor-dial, por ser exponente del sistema de educación que conocen y practican y del molde en que se halla vaciado su carácter, revelan-do, por lo tanto, la naturaleza y calidad del concurso que aportan como hombres y como maestros. Determinar el país cuya influencia pedagógica nos conviene atraer preferentemente, viene a ser, por tal motivo, problema de la más alta valía y trascendencia, debien-

22

TIPS DE INVESTIGACIÓN

do advertirse que aunque sólo fuese para prevenir rozamientos y consultar la armonía y unidad de la acción, todos los profesores importados deberían escogerse de una misma nacionalidad.

Presentado en su fórmula más simple, el punto se reduce a decidir cuál de las influencias educativas, la francesa, la alemana o la norteamericana, es más eficaz y adaptable a nuestro país. Sin esfuerzo percíbanse las interesantes perspectivas de esta cuestión a la que, sin embargo y a pesar nuestro, no podemos ya dedicar sino muy corto espacio. Pero no dejaremos de abordarla expresan-do sinceramente una opinión que tenemos por la más aceptable, aunque no sea la más general.

Es forzoso, desde luego, descartar de la elección a Francia. Con toda su admirable intelectualidad, ese país no ha conseguido aún modernizar, democratizar y unificar suficientemente su sistema y sus métodos de educación. Los escritores franceses de más nota son los primeros en reconocerlo. En los tres grados de la instrucción correspondientes a la infancia, la adolescencia y la juventud, dice Taine, la preparación teórica y escolar en los bancos por medio de libros, se prolonga y recarga, en vista del examen, del grado, del diploma y del título, en vista de esto únicamente y por los peo-res medios, o sea, por la aplicación de un régimen antinatural y antisocial, por el retardo excesivo del aprendizaje práctico, por el internado, por el adiestramiento artificial y el aprovisionamiento mecánico por el surménage sin tener en cuenta el tiempo que vendrá, la edad adulta y los oficios viriles que el hombre hecho debe ejercer, en plena abstracción del mundo real en que inmedia-tamente va a penetrar el joven educando, de la sociedad ambiente a la cual es preciso adaptarlo, del conflicto humano, en el que, para defenderse y mantenerse en pie, es preciso estar, de antemano, equipado, armado, ejercitado, endurecido. Este equipamiento indispensable, esta adquisición más importante que cualquiera otra, esta solidez del buen sentido, de la voluntad y de los nervios, no son procurados por nuestras escuelas, que lejos de calificar al

23

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

alumno, lo descalifican para su condición próxima y definitiva. Tal es el sombrío cuadro de la educación francesa pintado por Hipólito Taine. Este cuadro no ha variado mucho. La instrucción continúa más o menos claustral, aristocrática, verbalista, imperfectamente científica. “Sufrimos, dice actualmente Lanson, una enseñanza aristocrática impuesta a un país democrático”. “Tenemos, agrega, una enseñanza que, mal o bien, prepara para las profesiones libe-rales; no tenemos una que forme la inteligencia para la actividad agrícola, comercial, industrial”. “La enseñanza llamada moderna es un duplicado de la clásica con sus vicios y su vieja rutina”. “Su-frimos exceso de teoría, necesitamos una enseñanza práctica. Se educa a los espíritus en la adoración de la fantasía brillante, de la virtuosidad oratoria y, más o menos se les entrega a las impulsiones y convulsiones de la imaginación y del sentimiento”.

¿Sería éste un modelo para nosotros? ¿La extensión del régi-men francés no agravaría los defectos del nuestro, sobre todo cuan-do estos mismos defectos cabe atribuirlos, en una pequeña parte, al control indisputado que Francia ha venido ejerciendo sobre la intelectualidad de Sud América? Apartada Francia, la elección tiene que recaer o en Alemania o en Estados Unidos, que representan los dos tipos, más desenvueltos de la educación moderna.

La intelectualidad alemana gana hoy en Sud América el terreno que pierde la francesa, siendo tan sensible el avance de la primera que, al decir del profesor Rowe, “los ideales alemanes, la cultura alemana y el punto de vista alemán dominan el sistema educa-tivo de las más importantes naciones sudamericanas”. Piensa el distinguido catedrático de la universidad de Pensilvania que tan importante resultado débase, únicamente, a los esfuerzos concer-tados del gobierno y del pueblo alemán, deseosos de fortalecer sus posiciones en esta región del globo, para lo cual se apresuran a enviar sus maestros y maestras a reorganizar las escuelas sud-americanas y ponen sus mejores fuerzas intelectuales al servicio de nuestras repúblicas. Este éxito de Alemania es en concepto del

24

TIPS DE INVESTIGACIÓN

señor Rowe una lección que el gobierno americano debiera apro-vechar. La desconfianza que hacia los Estados Unidos abrigaban los latinoamericanos, se ha disipado casi del todo. En cambio, se ha formado un sentimiento de admiración por el maravilloso progreso de ese país, su energía e iniciativa, y un sincero deseo de beneficiarse con su ejemplo. Este nuevo espíritu encuentra su expresión más marcada en la casi universal demanda de maestros y métodos educativos americanos. En los pocos casos en que estos métodos se han introducido, sus resultados han sido excelentes. Recibí la más notable confirmación de este hecho, viajando por las provincias septentrionales de la República Argentina. El presidente Sarmiento, que fue gran amigo de Horace Mann, contrató en 1869, los servicios de cinco o seis maestros americanos, confiándoles la organización de una escuela normal en la ciudad de Paraná. Los fundadores de esta escuela normal han muerto o están jubilados, pero durante las últimas cuatro décadas, la institución que esta-blecieron ha ejercido una profunda influencia sobre los métodos educacionales en toda la república.

Esta escuela ha contribuido, más que cualquier otro factor, a desenvolver el respeto por los métodos americanos y a fortalecer el deseo de aprovechar la experiencia de Norte América. Hay un verdadero sentimiento de gratitud nacional por estos profesores, cuya obra de iniciación sirvió para colocar el sistema educativo argentino en un alto nivel de eficacia. Cuando se ve a un puñado de maestros alcanzar tales resultados se comienza a apreciar los trascendentales alcances que tendría un concertado y bien dirigido esfuerzo para extender ese servicio educativo y establecer nuevos y más fuerte vínculos intelectuales.

Las ideas del profesor Rowe son, como se sabe, las de mu-chos hombres dirigentes de su país y es de desearse que lo sean igualmente, de muchos del nuestro. Prescindiendo de las venta-jas políticas y económicas que se derivarían, indiscutiblemente, del acercamiento, el Perú se halla en oportunas y muy propicias

25

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

condiciones para recibir y aprovechar la cultura del gran país del norte, cuyo concurso intelectual, en la forma que dejamos expuesta, sería un precioso reactivo para infundir un soplo de progreso en nuestra rutinaria y viciosa educación, mediante un grupo homo-géneo de buenos maestros primarios y secundarios, de profesores normalistas, de inspectores de escuelas, todos los que formarían una pequeña colonia educadora.

Así como Inglaterra fue la maestra de la organización política, Norte América ofrece el modelo de la organización educativa para los pueblos libres. Su sistema constituye un tipo humano universal, acaso el único aparente para las sociedades democráticas. A este modelo debemos volver la vista, como nación republicana, no a las formas tradicionales europeas más o menos contaminadas aún de tradiciones aristocráticas, monárquicas y clericales. El fin de la organización americana no es instruir ni elevará una clase sino cultivas las facultades de la nación entera, pero este principio de educación universal, aunque nominalmente propagado por todo el mundo, sólo en los Estados Unidos es una base antigua y tradicional del gobierno, pudiendo afirmarse que en ninguna parte se practica ese principio con más sinceridad, más lógica, más inquebrantable firmeza. De allí los conocidos caracteres de su educación. Moral y cívica, porque trata de formar hombres honestos y buenos ciudadanos: sencilla y útil, como conviene á la mayoría de los hombres; realista y práctica, porque quiere habilitar al ciudadano para la vida y el trabajo.

Atiende, como la educación inglesa, a la cultura del cuerpo y el carácter y da, como la alemana, equilibrio valor a la ciencia. Es más honda que la educación británica, no lo es tanto como la germánica y no peca de enciclopédica como la francesa. Profesa el apotegma de que la educación profesional ha de reposar sobre buenas bases de educación común, pero juzga, con los resultados de la experiencia, que los estudios industriales tienen, a su vez, un alto valor educativo prescindiendo de su utilidad pecuniaria.

26

TIPS DE INVESTIGACIÓN

«Hay tanta cultura, dice el profesor Bailey de la universidad de Cornell, en estudiar las raíces de la betarraga como en el estudio de las raíces griegas». Su tendencia es convertir un buen bagaje de conocimientos prácticos industriales en parte obligatoria de la ins-trucción común, amalgamando el estudio con el trabajo, la industria con la ciencia y las letras, dentro del marco nuevo y más amplio de las escuelas públicas Abundan en Norte América importantes centros de cultura clásica y científica para los que desean cultivar las bellas letras o profundizar las ciencias abstractas; el desarrollo de los planteles de alta instrucción media y de instrucción uni-versitaria, es prodigioso; pero “en lo que respecta al muchacho corriente que tiene que abrirse un camino en el mundo, su tiempo se dedica, casi por entero, a los conocimientos prácticos que han de serle de mayor utilidad en el curso de la vida”.

Propósito esencial del sistema americano es educar al hombre. Al través del Kindergarten, de la escuela primaria, la secundaria y la universidad, los esfuerzos intensos y persistentes del maestro se dirigen a desarrollar plenamente las facultades del cuerpo y del espíritu. Los frutos de esta afanosa labor son visibles. He aquí como los describe la comisión Mosely enviado desde Inglaterra para estudiar la educación americana. “Cuando se ve de cerca a los americanos, percíbase que, a despecho de su aparente super-ficialidad, sus escuelas producen jóvenes más sobrios en la vida privada, más laboriosos y emprendedores, que los de las escuelas inglesas y alemanas, jóvenes con más ambición, responsabilidad y capacidad de desarrollo, igualmente valerosos en la acción, con un alto sentido de integridad industrial, con más placer durante el esfuerzo y más resignación, más alegría durante la adversidad”.

Es desconocida en la escuela americana la rígida disciplina o cuasi severidad militar de la escuela alemana. Así, mientras a los escolares alemanes se les adiestra en la obediencia como que van a ser súbditos de un príncipe, a los niños americanos se les prepara para el gobierno de sí mismos como que van a ser ciudadanos de

27

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

una democracia. Y si nuestro porvenir, como país democrático, demanda la formación de hábitos de orden dentro del ejercicio de la libertad, la liberal organización escolar de la república del norte es preferible a la reglamentaria y coercitiva del imperio alemán; sin contar con que, atendiendo la índole suave y manejable de nuestro carácter, la tuerza y el autoritarismo serían odiosos e inútiles en nuestros métodos escolares.

Pero una sombra de escepticismo aún no desvanecida por entero, opaca, a los ojos de muchos, la civilización americana en todo lo que a la vida intelectual y moral se refiere.

Y por eso cualquiera tentativa para introducir maestros ame-ricanos en nuestros establecimientos escolares o hallaría, proba-blemente fácil camino sino se desvaneciera el concepto erróneo de que los rasgos más salientes del espíritu americano son el egoísmo la indisciplina, el desentreno en la lucha, la falta de ideales. Escri-tores tan justamente apreciados como Francisco García Calderón, propagan la tesis de que la sangre ibérica y la sangre sajona se repelen, y que el alma americana, imbuida de una doctrina de libertad agresivas de lucha darwiniana, de egoísmo perturbador nos traería un germen de disolución y desorden. Sin negar a los americanos fuertes cualidades de raza, sobre todo en el orden de la voluntad, de la práctica y de la acción, que pueden servir de tipo de imitación a repúblicas dadas al intelectualismo y a la cul-tura literaria, y llegando a declarar que ese pueblo por excepción singular “reúne facultades de pensamiento y dotes de acción que se hallan sólo parcialmente en otras razas”; cree, sin embargo, que Norte América es “el país del individualismo sin freno, donde cada uno vive y obra para sí, socialmente, políticamente sobre todo económicamente”; donde “se ignora la solidaridad”; prevalece “la moralidad comercial” y “el culto del oro”; donde “el individuo obra sin ley o fuera de ella”; al menos “le deja al poder público el último puesto”; país, en fin, donde reina un “ideal demasiado material”, un “ideal de fuerza”.

28

TIPS DE INVESTIGACIÓN

Estas graves afirmaciones harían desconfiar de la personal impresión e imponen el deber de verificarlas o contradecirlas, acu-diendo a fuentes de universal autoridad, v.gr., a dos libros célebres en que eminentes escritores Alexis de Tocqueville y James Bryce; francés el primero, inglés el segundo, vaciaron, con intervalo de medio siglo, sus sagaces observaciones sobre la nación americana. Pues bien, ambos publicistas con raro acuerdo, declaran que pode-rosas corrientes de vida ética circulan por ese vigoroso organismo produciendo a pesar de la agitación y aparente violencia del trato humano, reservas incalculables de unidad, cohesión social, patrio-tismo solidaridad humana, religiosidad y cultura.

“Los americanos, dice Tocqueville, han combatido con la liber-tad el individualismo que la igualdad producía y lo han vencido. Debo decir que he visto con frecuencia a los americanos hacer grandes y, verdaderos sacrificios por la cosa pública y he notado cien veces que llegado el caso, no dejaban casi nunca de prestarse tal auxilio a otros”. “Un americano se ocupa de sus intereses privados como si estuviese solo en el mundo y, un momento después, se entrega a los asuntos públicos como si hubiese olvidado aquellos”. “Sucede frecuentemente en las naciones más cultas del globo que un hombre desgraciado se encuentra tan aislado en medio de la multitud como el salvaje en medio de la selva; esto no se ve casi nunca en Norte América”. “Cuando un americano reclama el con-curso de sus semejantes es muy raro que se lo rehúsen”.

“Los americanos se muestran vivamente accesibles a la pie-dad. No hay país donde la justicia criminal se administre con más benignidad que en los Estados Unidos”.

“Norte América es el país del mundo donde existen más asociaciones. Los americanos de todas las edades, de todas las condiciones, de todos los espíritus, se asocian incesantemente. No sólo tienen asociaciones comerciales e industriales en que todos participan, sino de otras mil especies: religiosas, morales, graves

29

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

y fútiles, de gran generalidad o de fines muy particulares, ya de grandiosas, ya de ínfimas proporciones”.

A su vez, Bryce describe a los americanos como un pueblo unido y atribuye a esta causa la gran fuerza el inmenso vigor que la República despliega en momentos de peligro. “...Las filas se estrechan en el acto, y con aquel sorprendente poder organizador que les distingue marchan concentrados al común objeto; dejan de lado las ordinarias restricciones constitucionales y hacen tales sacrificios que traen a la memoria la devoción de los romanos en los primeros tiempos de la República”. “Es desconocida la lucha entre clases privilegiadas y no privilegiadas y aún aquella perpetua contienda entre ricos y pobres, que es la más vieja enfermedad de los estados civilizados. En vez de sospechas, recelos y arrogancias que envenenan las relaciones entre las distintas clases, reinan los buenos sentimientos y la benevolencia”.

“La democracia no ha enseñado solamente a los americanos cómo deben usar de la libertad sin excesos, y cómo deben conser-varla; les ha enseñado, además, la fraternidad. Hay en Estados Unidos un sentimiento de bondad, un sentimiento de humano compañerismo, una convicción del deber de auxiliarse unos a otros, mucho más acentuados que en cualquier país del viejo mundo y, seguramente, más fuerte que en las altas y medias clases de Ingla-terra, Francia y Alemania”. Citando ejemplos demostrativos del acentuado espíritu de la legalidad del pueblo americano, piensa Bryce que una de sus cualidades distintivas es la disposición a obedecer las leyes, originada por el concepto que profesa el pueblo de que la ley es obra suya.

Ya Tocqueville anunciaba que con la acumulación de la rique-za, había de desenvolverse el amor a las actividades y los placeres de la inteligencia. Esa predicción se ha cumplido. Después de analizar con relación a los diversos conocimientos, la importancia de la labor científica de Norte América y de manifestar que esa

30

TIPS DE INVESTIGACIÓN

labor es, en su mayor parte, del tipo alemán, sólida, esmerada, exacta, se expresa Bryce en estos términos: “Nada sorprende más al extranjero que visita las universidades americanas, que el ardor con que las nuevas generaciones se aplican al estudio, aún a ramos de estudio que nunca ganarán el aplauso de la multitud. Hay más celo y devoción en estos hombres, más frescura de pensamiento, más amor a la ciencia, más decisión, más renunciamiento a expec-tativas de la fama y la riqueza con tal de aportar algo al caudal de los conocimientos humanos, que los que se observan hoy en Oxford y Cambridge o en las universidades escocesas. Acuden a la memoria los escolares del Renacimiento lanzándose al estudio de las humanidades, o las universidades alemanas después de la guerra de emancipación. Y bajo las impresiones que se adquieren en el trato de esos hombres, uno tiene que convenir, con los ame-ricanos, que a una nación tan pródiga en ardorosas energías le está reservada una fecunda carrera en las ciencias y las letras, no menos que en lo que forma la prosperidad material”.

***

Quedan, pues, desenvueltas dos ideas que pudieron a primera vista, aparecer como opuestas, a saber: la necesidad de transformar los inadaptados moldes de la educación nacional refiriéndolos a las necesidades propias y actuales del país, y la conveniencia de utilizar, en esa obra, la acción de profesionales extranjeros, sobre todo, norteamericanos. Nos hemos esforzado por estudiar el fun-damento de ambas tesis y por establecer que la antinomia entre ellas es sólo aparente. En todo caso, si las separase un verdadero antagonismo, los que así lo suponen están obligados a convenir en que la duda no podrá resolverse sino experimentando, y que el ensayo es, cuando menos, digno sino experimentado, digno de intentarse. No admiten ya los grandes problemas de la educación nacional nuevas e indefinidas postergaciones. La vida, el progreso universal nos apremia, y sin afiliarse al número de los educadores fanáticos que ponen en escuelas y libros todas sus esperanzas de

31

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

engrandecimiento, se comprende que una educación sanamente orientada y científicamente dirigida acelerará nuestra marcha, desenvolviendo nuestra deficiente mentalidad, corrigiendo vicios originados en la defectuosa educación anterior y estimulando salu-dables aptitudes y vocaciones. Nuestras incipientes instituciones no lograrán desenvolver el arte sutil y complicado de educar; y como no hemos de renunciar a sus beneficios, tócanos requerir el auxilio de hombres mejor preparados que, en condiciones propicias, hicie-ron de ese arte la labor de su vida, penetrándolo profundamente, practicándolo y viéndolo practicar en las más felices circunstancias.

Esta existencia agitada y convulsiva que devoró por tanto tiempo nuestras mejores energías, así como la abrumadora insig-nificancia de nuestra población determina, por desgracia, sensible carencia de hombres y de luces, de experiencia y conocimientos prácticos sobre muchas funciones de la vida social. Todos los servicios públicos se resienten de tan explicable deficiencia. Por eso, la cooperación extranjera, que ha empezado a ensayarse con plausibles resultados, debe ser extendida, trayendo expertos profesionales en todos los ramos, importando especialistas y educadores que nos exoneren de los tropiezos, las vacilaciones, los penoso experimentos propios de nuestra incompleta capacidad; que vengan a auxiliarnos, no ciertamente a gobernarnos, y que nos ayuden a dar un buen impulso a nuestros incipientes adelantos, so pena de que hayamos de detenernos, fatigados en un ascenso desesperante por su lentitud.

M. V. VILLARÁN

Lima, setiembre de 1908

32

TIPS DE INVESTIGACIÓN

BIBLIOGRAFÍA

• ALABADE, Pedro. Domingo Faustino Sarmiento Selección, notas biográficas y comentario de Advertencia preliminar de Julio Jiménez Rueda. Imprenta Universitaria. México D. E. 1944. 255 pp.

• BARREDA LAOS, Felipe. Vida Intelectual del Virreinato del Perú. Imprenta de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1964. 293 pp.

• CACUA PRADA, Antonio. «Don Andrés Bello, jurisconsulto universal» En: Hojas Universitarias, Revista de la Universidad Central, N° 39, marzo. Vol. IV, pp. 85—110. Colombia, 1994.

• Colección Documental de la Colección documental de la in-dependencia del Perú

• Independencia del Perú. Obra de gobierno y epistolario de San Martín, volumen 1. (1974). Lima. Talleres gráficos Cecil S.A., 575 pp.

• ENCINAS, José Antonio. Un ensayo de Escuela Nueva en el Perú. Imprenta Minerva. Lima, 1932. 251 pp.

• FREIRE, Paulo. La educación como práctica de la libertad, 3a ed. traducción directa de Lilián Ronzoni. Impreso en Talleres Gráficos «33» S. A. Montevideo 1971. 181 pp.

• GARCÍA Y GARCÍA, Elvira. Tendencias de la educación fe-menina, Correspondientes a la misión social que debe llenar la mujer en América. Imprenta Nacional de Federico Barrionuevo. Lima, 1908. 145 pp.

• GONZÁLEZ AGUDELO, Elvia María. Corrientes Pedagógi-cas Contemporáneas. Universidad de Antioquia, Facultad de Educación. Medellín, 1999.123 pp.

33

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

• KAPSOLI, Wilfredo (Compilador). Peruanistas contemporáneos. Editado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Lima, 1941. 150 pp. Lima. «Ley Orgánica de Educación Pública N.° 9359» En: Revista de Educación, N.° 1, enero—abril, Tomo XV, pp. 31—149.

• LEGUÍA y MARTINEZ Germán Historia de la Emancipación del Perú: El Protectorado.(1 972). Lima. Talleres de Artes Grá-ficas de Editorial Jurídicas. A. 546 pp.

• MAC-LEAN Y ESTENOS, Roberto. Sociología educacional del Perú. Librería e imprenta GIL S. A. Lima, 1944. 485 pp.

• MARIÁTEGUI, José Carlos. Temas de Educación. 11 ed. Em-presa Editora Amauta S. A. Lima, 1988. 183 pp.

• MARROU ROLDAN, Aurora «Vigencia de una propuesta educativa» En: Gaceta Sanmarquina, Año 5, N» 22, junio. Lima, 1994.9 pp

• MARROU ROLDAN, Aurora y El pensamiento educativo de Agusto Salazar Bondy

• VIDALON DEL CARPIO, Nelly. Informe de Investigación. Lima, 1991-192. 63h.

• MARROU ROLDAN, Aurora Historia de la educación peruana y latinoamericana, Editorial Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima 2008.

• MENDO ROMERO, José Virgilio Desde nuestras raíces, Maestros del Perú para la educación del futuro. Editorial San Marcos. Lima. 2009.

• Convenio Andrés Bello. Pensamiento pedagógico de los grandes educadores de los países del Convenio Andrés Bello (antología). Editorial Voluntad S. A. 1995

• PALOMINO THOMPSON, Eduardo Política educativa Perua-na. Editorial SEDUCA. Lima 1997.

34

TIPS DE INVESTIGACIÓN

• REÁTEGUI CHÁVEZ, Wilson Rolando. La obra educativa de Toribio Rodríguez de Mendoza. Monografía para optar el grado de bachiller en educación, Lima. 1966. 74 pp.

• SALAZAR BONDY, Augusto. En torno a la educación. Im-prenta de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1965 238 pp.

• SALINAS RAMOS, (Compilador). Educación y Transforma-ción Social, Homenaje a Francisco Paulo Freire. Editorial Laboratorio Educativo. Caracas, 1998. 252 pp.

• THORP, Rosemary y GEOFFREY Perú: 1890—1977, creci-miento y políticas en una economía abierta. Mosca Azul edi-tores. Lima, 1985. 564 pp.

• VALCÁRCEL, Daniel. Historia de la Educación Colonial. Edi-torial Universo. Lima, 1968. 245 pp.

• VALCÁRCEL, Carlos Daniel.Breve Historia de la Educación Peruana. Librería Editorial Minerva. Lima, 1975. 243 pp.

• VASCONCELOS, José Antología de Textos sobre Educación. Fondo de Cultura Económica. México D. F., 1981. 306 pp.

• VEGA JIMÉNEZ, Elsa. José Martí Pensamiento Educativo (Páginas escogidas). 3a ed. Talleres Gráficos de Litocencoa. Santiago de Cali, 1998. 162 pp.

• VELIT, Carlos. Reflexiones educativas. Impresiones Vicky. Lima, 1990. 173 pp.

• VILLARAN, Manuel Vicente. «La educación nacional y la influencia extranjera» En: Revista Universitaria, Órgano de la Universidad Mayor de San Marcos, Año III, Núm. 24, Octubre, pp. 105-130. Lima, 1908. 105-1 30 pp.

• WEINBERG, Gregorio. Modelos Educativos en la historia de América Latina. A-Z Editores. Buenos Aires, 1995 297 pp.

35

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN

36

TIPS DE INVESTIGACIÓN

Tips de Investigación, se terminó de imprimir en la Editorial Universitaria de la UNE, siendo su Director el Lic. Rafael Quintana Espinoza.

Ciudad Universitaria, octubre de 2011Av. Enrique Guzmán y Valle s/n

Teléfono 313-3700, anexo 223 - 224La Cantuta - Chosica

Lima - Perú