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rare l’antipatia radicale dei suoi nemici passati e presenti? Per chi come Lucia Parente è animata da una vital curiosidad e da una cultura profonda e sensibile, non solo sono sufficienti ma rappresen- tano una Via per accedere a un «risveglio sugge- stivo: il germinare nella nostra vita di fronte allo stato d’inquietudine, di curiosità e di bisogno di novità, ricercato nelle letture e rispettato nel suo lento procedere» (p. 120). Pietro PIRO MaLINOWSKI, Bronislaw: Edipo destronado. Sexo y represión en las sociedades primitivas. Madrid: errata Naturae, 2013, 229 págs. La publicación de la pieza clave de la teoría psi- coanalítica en 1900 llevó a Freud y a su obra La interpretación de los sueños a recorrer una impa- rable trayectoria que se abriría paso desde el ger- men médico del que nació a la progresiva conquista explicativa de esferas cada vez más am- plias de conocimiento: desde los mecanismos psi- cológicos de la mente humana, a los entresijos más recónditos de las más altas producciones cultura- les. es en este panorama de auge imparable y po- pularidad sin precedentes del psicoanálisis donde la pieza de Malinowski cobra sentido como freno de emergencia necesario a una operación de colo- nialismo epistemológico que pondrá fin a la Belle Époque de la teoría del inconsciente. al igual que fue una pequeña bomba arrojada a la carroza del archiduque Francisco Fernando de austria la que terminó por poner fin al equilibrio continental y a los conflictos coloniales caracterís- ticos de la Paz armada en la que se veían atrapadas las grandes potencias europeas, fue con una pe- queña obra en los márgenes del imperio donde fi- nalmente el psicoanálisis dio con la horma de su zapato. el estallido de la gran guerra sorprendió a Bronislaw Malinowski, súbdito del recién asesi- nado heredero al trono, en una situación tal que debía aceptar su destierro en las islas Trobriand en Papúa, bajo jurisdicción enemiga, hasta el fin de las hostilidades. al otro lado del mundo, edipo también dejaría su trono vacío. Desde que los revolucionarios franceses le cor- taron la cabeza por primera vez al soberano el na- cionalismo fue, durante toda la era del imperio, la ideología vertebradora de la política mundial: desde la formación de los primeros estados, a las independencias sucesivas que pondrían de rodillas a las metrópolis europeas. a pesar de la invención de la tradición de la que se sirvió sin excepción esta ideología como aparato legitimador de toda suerte de reclamaciones, siempre restaba algo de la colonia que era ya, sin mediaciones, propio. Lo mismo les ocurrió a las dos disciplinas que con- vergieron antes de separarse de una vez para siem- pre en las Trobriand. Malinowski no podía dejar de reconocer las deudas profundísimas que tenía con el padre Freud, aunque hubiese llegado la hora de matarle, erigiéndose con ello en uno de los pa- dres fundadores de la antropología contemporánea. el psicoanálisis legó un paradigma dinámico del psiquismo, evidenciando la necesidad de un estu- dio pormenorizado de la configuración de la se- xualidad en la vida anímica y en especial de su desarrollo infantil. Por otro lado, Malinowski con- sideraba evidente que la producción de conoci- miento etnográfico no podía construirse sobre los datos disponibles en la consulta del psicoanalista. en este sentido, el máximo exponente de la litera- tura antropológica de Freud publicado en 1913 con el título Tótem y tabú era perfectamente solidario con la tradición británica y su modo particular de hacer negocio con sus objetos de estudio durante el siglo XIX y con la que Malinowski no podía sino estar en desacuerdo. Si en multitud de ocasiones se pone de mani- fiesto la correspondencia entre los episodios en los que el conocimiento etnográfico se vio incremen- tado y largos periodos de conquista, el estableci- miento del Indirect Rule o gobierno colonial británico en el subcontinente indio determinó las condiciones para la constitución de todo un para- digma etnológico. al ser preguntado James Frazer sobre si había visto alguna vez las culturas que describía en su libro La rama dorada, contestó: “But Heaven forbid!” –algo así como “¡Dios no lo quiera!”– subrayando la tradicional división entre antropólogos de salón y trabajadores de campo. Por otro lado, el paralelismo entre las preocupa- ciones metropolitanas y el conocimiento antropo- lógico condujo a la consolidación del evolucionismo como paradigma legitimador del expolio que propició el despegue industrial britá- nico en términos de civilización frente a sus obje- tos de estudio primitivos. Recensiones Anales del Seminario de Historia de la Filosofía Vol. 31 Núm. 1 (2014): 219-253 232

Edipo destronado

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Texto del antropologo Bronislaw Malinowski.

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  • rare lantipatia radicale dei suoi nemici passati epresenti? Per chi come Lucia Parente animata dauna vital curiosidad e da una cultura profonda esensibile, non solo sono sufficienti ma rappresen-tano una Via per accedere a un risveglio sugge-stivo: il germinare nella nostra vita di fronte allostato dinquietudine, di curiosit e di bisogno dinovit, ricercato nelle letture e rispettato nel suolento procedere (p. 120).

    Pietro PIRO

    MaLINOWSKI, Bronislaw: Edipo destronado. Sexoy represin en las sociedades primitivas. Madrid:errata Naturae, 2013, 229 pgs.

    La publicacin de la pieza clave de la teora psi-coanaltica en 1900 llev a Freud y a su obra Lainterpretacin de los sueos a recorrer una impa-rable trayectoria que se abrira paso desde el ger-men mdico del que naci a la progresivaconquista explicativa de esferas cada vez ms am-plias de conocimiento: desde los mecanismos psi-colgicos de la mente humana, a los entresijos msrecnditos de las ms altas producciones cultura-les. es en este panorama de auge imparable y po-pularidad sin precedentes del psicoanlisis dondela pieza de Malinowski cobra sentido como frenode emergencia necesario a una operacin de colo-nialismo epistemolgico que pondr fin a la Bellepoque de la teora del inconsciente.

    al igual que fue una pequea bomba arrojada ala carroza del archiduque Francisco Fernando deaustria la que termin por poner fin al equilibriocontinental y a los conflictos coloniales caracters-ticos de la Paz armada en la que se vean atrapadaslas grandes potencias europeas, fue con una pe-quea obra en los mrgenes del imperio donde fi-nalmente el psicoanlisis dio con la horma de suzapato. el estallido de la gran guerra sorprendia Bronislaw Malinowski, sbdito del recin asesi-nado heredero al trono, en una situacin tal quedeba aceptar su destierro en las islas trobriand enPapa, bajo jurisdiccin enemiga, hasta el fin delas hostilidades. al otro lado del mundo, edipotambin dejara su trono vaco.

    Desde que los revolucionarios franceses le cor-taron la cabeza por primera vez al soberano el na-cionalismo fue, durante toda la era del imperio, la

    ideologa vertebradora de la poltica mundial:desde la formacin de los primeros estados, a lasindependencias sucesivas que pondran de rodillasa las metrpolis europeas. a pesar de la invencinde la tradicin de la que se sirvi sin excepcinesta ideologa como aparato legitimador de todasuerte de reclamaciones, siempre restaba algo dela colonia que era ya, sin mediaciones, propio. Lomismo les ocurri a las dos disciplinas que con-vergieron antes de separarse de una vez para siem-pre en las trobriand. Malinowski no poda dejarde reconocer las deudas profundsimas que tenacon el padre Freud, aunque hubiese llegado la horade matarle, erigindose con ello en uno de los pa-dres fundadores de la antropologa contempornea.

    el psicoanlisis leg un paradigma dinmico delpsiquismo, evidenciando la necesidad de un estu-dio pormenorizado de la configuracin de la se-xualidad en la vida anmica y en especial de sudesarrollo infantil. Por otro lado, Malinowski con-sideraba evidente que la produccin de conoci-miento etnogrfico no poda construirse sobre losdatos disponibles en la consulta del psicoanalista.en este sentido, el mximo exponente de la litera-tura antropolgica de Freud publicado en 1913 conel ttulo Ttem y tab era perfectamente solidariocon la tradicin britnica y su modo particular dehacer negocio con sus objetos de estudio duranteel siglo XIX y con la que Malinowski no podasino estar en desacuerdo.

    Si en multitud de ocasiones se pone de mani-fiesto la correspondencia entre los episodios en losque el conocimiento etnogrfico se vio incremen-tado y largos periodos de conquista, el estableci-miento del Indirect Rule o gobierno colonialbritnico en el subcontinente indio determin lascondiciones para la constitucin de todo un para-digma etnolgico. al ser preguntado James Frazersobre si haba visto alguna vez las culturas quedescriba en su libro La rama dorada, contest:But Heaven forbid! algo as como Dios no loquiera! subrayando la tradicional divisin entreantroplogos de saln y trabajadores de campo.Por otro lado, el paralelismo entre las preocupa-ciones metropolitanas y el conocimiento antropo-lgico condujo a la consolidacin delevolucionismo como paradigma legitimador delexpolio que propici el despegue industrial brit-nico en trminos de civilizacin frente a sus obje-tos de estudio primitivos.

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  • La obra de Freud personificaba como ningunala labor de un antroplogo de saln, cuyos datoseran tomados no por funcionarios a sueldo del im-perio que contestaban las preguntas formuladaspor el etnlogo desde su gabinete, sino de obrasentre las que las del propio Frazer ocupaban unlugar predominante. Si el evolucionismo decimo-nnico juzgaba a la sociedad industrial como el es-tadio cultural de mayor perfeccin en una escalaen la que las dems culturas ocuparan peldaossucesivos, interpretando como supervivenciaslos rasgos primitivos que an se hallasen en la In-glaterra victoriana, la psicologa del inconsciente,y en especial Ttem y tab, crea reconstruir uni-linealmente los peldaos que atraves la horda pri-mitiva hasta la civilizacin.

    Malinowski pondr fin al trabajo de gabinete enlos estudios culturales, dignificando la labor de tra-bajo de campo y defendiendo que slo una inmer-sin participativa en la cultura es capaz de proveerinformacin desde el punto de vista de la propiasociedad estudiada. Lejos de considerar que ellugar se erige en garanta de la validez de los datos,la exigencia de participar en la vida social coti-diana exige al antroplogo ponerse en el lugar dequien es observado. el resultado de este compro-miso se plasma con fuerza en su obra, escrita conun lenguaje sencillo y penetrante en contraposi-cin a las afirmaciones desmesuradas, los argu-mentos caticos y la terminologa laberntica delos escritos de Freud, por los que el antroplogono deja de exasperarse.

    a esto hay que aadir que la perspectiva desdela que el anlisis cobra sentido es en cierta medidala anttesis de su predecesora. el evolucionismotrataba de dar explicacin a los orgenes y trans-formaciones de las diversas formas culturales,mientras que el funcionalismo olvidaba tales con-sideraciones para centrarse en el papel que las ins-tituciones jugaban en la satisfaccin denecesidades vitales tanto para el individuo comopara la sociedad, afianzndose como perspectivaalternativa en la dcada de los veinte del siglo pa-sado. el cambio de paradigma, sin embargo, no eraajeno a un contexto general en el que la antropo-loga se configuraba como una disciplina auxiliarde la empresa imperial europea.

    La reaccin antihistoricista que supuso el fun-cionalismo desempe un papel clave en el esta-blecimiento de la concepcin de la cultura como

    una unidad cerrada, lo que con el tiempo facilitla asuncin de juicios de carcter relativista unavez que dicho paradigma emigrara de Inglaterra alos estados Unidos. en Malinowski an encontra-mos un evolucionismo que permite el estudiotranscultural comparado, que le llev, en los mo-mentos ms desesperados de su destierro, a odiara sus huspedes y justificar su colonizacin, ya queno desconoca que Inglaterra haba establecidocontactos con los trobriandeses.

    Por otro lado, si el evolucionismo sirvi en granmedida como legitimacin del Indirect Rule, elfuncionalismo le reconoca al sistema colonial quelas instituciones nativas eran, en algn sentido, ti-les. La administracin colonial permiti que lasautoridades tradicionales gobernasen como hastaentonces siempre que cediesen el control de las re-laciones exteriores y la poltica econmica e im-positiva, controlada por un pequeo nmero defuncionarios a las rdenes del gobernador. La es-tabilidad poltica de la llamada Pax Britnica con-solidaba el poder de los antiguos dirigentes, quepasaban a estar bajo la proteccin del imperio antesus disidentes. Malinowski consider que el go-bierno indirecto ofreca la posibilidad de profesio-nalizar la antropologa, ya que podra ofrecer alprotectorado conocimientos sobre las institucionesconsuetudinarias forneas y su funcionamiento.

    La familia, como institucin fundamental de lassociedades primitivas, recibira una gran atencin.La esencia de las ideas freudianas consiste en unaexplicacin de la influencia de la vida familiar enla mente humana; y en este estudio el complejo deedipo desempea un papel absolutamente funda-mental. Si este complejo actuaba como atractor delas consideraciones biolgicas, psicolgicas y so-ciolgicas de toda la teora psicoanaltica, siendoel motor de sus progresivas conquistas a expensasde las disciplinas subordinadas; Malinowski de-nunciar la imposibilidad de entenderlo comocausa primera de todo, fuente de toda cultura, or-ganizacin y creencia; como la entidad metafsicacreadora pero no creada anterior a todas las demscosas y no causada por algo. Si la familia es unainstitucin funcional, el complejo al que de lugardebe serlo tambin, y depender de la configura-cin concreta que sta tenga en cada cultura.

    Malinowski comienza por constatar que la fa-milia no es idntica en todas las culturas, ni tam-poco en distintos estratos de la misma sociedad.

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  • Reconoce el conocimiento etnogrfico heredado de componente innegablemente evolucionistaque muestra su desarrollo a lo largo de la historiade la humanidad: desde el comunismo sexual hastala familia nuclear mongama, patrilineal y aria,con una fuerte patria potestad reforzada por la leyromana, la moral cristiana y las peculiaridades dela sociedad burguesa. as las cosas, de las distintasconfiguraciones familiares posibles derivar uncomplejo nuclear caracterstico y diferente, que in-fluir de forma peculiar en los productos materia-les y simblicos de cada cultura.

    La familia trobriandesa, en las antpodas de lanuestra, nos es antittica en todos los sentidos po-sibles que permite la observacin antropolgica.en el otro extremo del globo terrestre, se hallabaentonces prxima al cero absoluto de temperaturahistrica, disfrutando an de la solidaridad carac-terstica de las sociedades mecnicas. Su caracte-rstica fundamental es que el parentesco se calculaa travs de la madre, y la matrilinealidad se com-bina con el hecho de que la criatura heredar todoslas posesiones, privilegios y posicin social del tomaterno y no del padre. esta caracterstica, deno-minada en argot avunculacin, deriva del des-conocimiento del mecanismo biolgico de lapaternidad. Segn sus creencias, los hijos son in-troducidos en el interior de la madre por diminutosespritus de una familiar fallecida de la madre, conlo que el marido slo facilita el camino abrin-dola; debe proteger a la criatura, pero no essuya. Los trobriandeses distinguen al genitor delmero padre social.

    De esta manera, tanto la madre como sus hijos ehijas hallarn en el padre una figura benevolente ycariosa, siendo el to materno quien desempeeel rol ejecutivo y quien represente el principio dela autoridad y la disciplina, inclinndose su familiaante l como un siervo ante su dueo. Por ltimo,el matrimonio es patrilocal adems de mongamo;lo que supone que la madre se traslada a la casa delmarido, quien tendr que trabajar fundamental-mente para asegurar el sustento de sus propias her-manas. ello garantiza una fuerte independenciaeconmica de la mujer respecto del marido, a quienjams tratar como a un superior. Distinto es elcaso de su hermano, quien la mantendr econmi-camente a ella y a sus hijos; aunque esta autoridadno le permita al varn decidir sobre asunto algunode su vida sexual, en virtud del tab impuesto a loshermanos desde la ms tierna infancia.

    Resulta evidente que los conflictos que se des-arrollen en cada tipo de familia sern diametral-mente opuestos, con lo que tanto el desarrollopsicosexual del nio como el folclore derivado dela centralidad de la institucin familiar descono-cern a edipo, que se mostrar como el complejocaracterstico de la familia patriarcal que conoce-mos. La increble e inusual libertad sexual de quegozan los trobriandeses ha de combinarse ineludi-blemente con las prohibiciones necesarias queprescribe cualquier forma de calcular el paren-tesco. en el caso trobriands, consisten en el deseoincestuoso hacia la hermana y la tentacin de ase-sinar al to materno.

    Pudiera parecer que poco se ha avanzado coneste camino, ya que podra entenderse que el com-plejo de edipo, fuente universal de toda cultura,pervive trasladado o reprimido bajo el gobiernodel derecho materno. Nuestro autor prohbe seme-jante concepcin, ya que el psicoanlisis no per-mite entender algo as como un complejoreprimido, o lo que es lo mismo, una represin re-primida. Por el contrario, Malinowski afirma queel problema verdadero de la teora psicoanalticaconsiste en no poder enfrentarse a las contradic-ciones derivadas de la creencia en que el complejode edipo es la causa de todo fenmeno social ycultural en lugar de su consecuencia.

    Por otro lado, en el libro se considera absurdala suposicin de que la cultura pudo originarse re-pentinamente como consecuencia de un nico actotal como un parricidio primigenio. el propio Freudconsidera que el crimen debi perpetrarse graciasa un avance cultural de algn tipo, como un nuevoarma, dando por supuesto aqullo que se pretendeprobar, es decir, la cultura. Sin embargo, an msescandaloso le parece a nuestro autor la explica-cin de la influencia duradera de las consecuenciasde aquel supuesto crimen, atribuida por la teorafreudiana a la psique de la masa o alma colectiva.Los antroplogos pueden indicar claramente cules el medio por el que cada generacin depositasus experiencias para las generaciones venideras,y no es otro que el conjunto de tradiciones mate-riales y simblicas que constituyen la cultura.

    tras concluir que slo el desarrollo y la presen-cia del lenguaje y el pensamiento conceptual al queste da lugar pueden declararse como causas de lasociedad humana, legando a la biologa evolutivaeste trabajo; pasa a considerar inmediatamente a

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  • la familia como taller primordial de la cultura, alser sta la nica institucin heredada del animal.aunque la sociabilidad que nos caracteriza comoespecie tiene como base la plasticidad generalizadade nuestros instintos, Malinowski afirma que esimposible cualquier forma familiar sin la prohibi-cin del incesto, ya que ste comprometera todaslas distinciones de edad y rango existentes. Si lasrelaciones incestuosas estuvieran permitidas, lasgeneraciones se yuxtapondran y ciertos sentimien-tos como la autoridad y la benevolencia paternas,costosamente construidos en el seno familiar sedesorganizaran, haciendo imposible la garantadel desarrollo infantil y la instruccin cultural delos nuevos miembros sociales. La represin esconsecuencia de la cultura y no al contrario, ya quetoda sociedad requiere para perpetuarse el respetoestricto a determinadas reglas de parentesco y a losroles sociales que stas comportan.

    Por ltimo, el autor alude al hecho de que la ins-titucin del derecho materno es sin duda preferi-ble, al evitar la raz de los conflictos sexuales denuestra sociedad, que son producto del papel am-bivalente del padre. No obstante, la prohibicin delincesto ha sido fruto de la cultura, y todas las so-ciedades deben protegerse de l mediante el cum-plimiento de una de las prescripciones msimportantes y universales. Incluso bajo el derechomaterno, el incesto y su deseo son complicacionesy tormentos que sufren los seres humanos durantetoda su vida, tal como el psicoanlisis se ha encar-gado de mostrar.

    La relacin tan conflictiva que observa Mali-nowski hacia los planteamientos, tesis y mtodosde la escuela psicoanaltica hacen del libro una au-tntica gigantomaquia. Por desgracia para Freud,el avance de una disciplina nunca se basa nica-mente en el progreso sobre una sola lnea de in-vestigacin, ya que a menudo las semillasesparcidas caen en suelo estril y jams darn susfrutos, al haberse adentrado en el terreno de la puraespeculacin. Para un estudio o escuela de pensa-miento es necesario a menudo dar marcha atrs alhaber topado con afirmaciones insostenibles. Ma-linowski, en cambio, tuvo la suerte de verse ayu-dado por una teora fructfera que necesitaba, noobstante, ser rectificada de inmediato. Con el in-estimable apoyo del psicoanlisis, y slo despusde un arduo trabajo de campo, el antroplogo ter-min por descubrir unas cuantas pepitas de dorada

    verdad tras el lavado y eliminacin de toneladasde escombros.

    Octavio BaRRIUSO VaReLa

    FOUCaULt, Michel: De gouvernement des vivants.Cours au Collge de France, 1979-1980. Pars:Seuil/ gallimard, 2012, 400 pgs.

    Si en los aos setenta habitabas en Pars, luegode caminar muy temprano por el Barrio Latinohaba que bajar por el Boulevard de Saint-Michelhacia la Ru des coles, seguir de largo en el crucede Saint-germain-des-Prs con su bella Facultadde Medicina y la escultura de Marat en direccinal Sena; obligado era dar un vistazo a los jardinesmedievales y, mucho antes de llegar a sus hom-nimos de Luxembourg, dar vuelta hacia la iz-quierda. Veas de reojo, no hay tiempo a laimponente Sorbonne, blanca y orgullosa, mostrn-dote su costado con un dejo de reproche No espara menos! te diriges a la esquina de Saint-Jac-ques, donde se encuentra esa otra institucin deeducacin superior; la nica que le hace sombra ycon la que compite sempiternamente. atraviesas atoda velocidad un arco pronunciado; es la entradadel Collge de France. encuentras un auditorioabarrotado, hay gente en las ventanas! entras sinms. Las palabras y las horas se suceden mientrasel ciclo lectivo comienza. el orador se desplaza su-brepticiamente entre diversas edades y temticas;con gran talento realiza cortes transversales en lahistoria. Sesin a sesin, mes con mes, la exposi-cin avanza. el filsofo muestra a los auditeurs laconstitucin de lo que llama nuestros sistemas depensamiento: se trata de Michel Foucault dic-tando su ctedra; ensayando uno de esos actos fi-losficos, como diran ewald y Fontana, con loscuales ataja la actualidad y exhibe la problemati-cidad inherente a nuestro ser.

    Sin duda, la reciente publicacin de la ense-anza oral de Foucault es un acontecimiento filo-sfico de tanta importancia como, en su momento,la asistencia a esas sesiones de verdadera investi-gacin universitaria. es bien sabido que el francsno slo era hbil en hacer proliferar sus prcticasdiscursivas, sino tambin en profundizarlas algrado de imprimir a cada uno de sus actos un estilosingular. as, sus conferencias de prensa se carac-

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