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Nuestra Tierra Número 7 Primavera 2007 página 2 Editorial De los organismos que han poblado este planeta a lo largo de más de 3000 millones de años, los que más han alimen- tado el imaginario popular han sido los dinosaurios. Animales de tamaño muy variable, desde pequeños hasta enormes, y con un peso que llegaba a ser de varias toneladas. Algunos herbívoros, otros carnívoros. Y unos más, terribles depredadores; verda- deros carniceros. Esa es la imagen que nos hemos for- mado, algunas veces bien documentada; otras siguien- do, sobre todo, representaciones cinematográficas que buscaban, más que nada, crear una imagen de terror. En esencia, se ha buscado recrear una situación en donde seres humanos y dinosaurios se enfrentan; una especie de humano vs bestia, bien vs mal. Y la trama, como en tantos casos, se dirige a ver triunfador al ser humano, imponiéndose con su inteligencia. ¿Versión exagerada de las corridas de toros? Sir Arthur Conan Doyle, bien conocido por su Sherlock Holmes, escribió la novela El mundo perdido en 1912. En esta obra conviven seres humanos y dinosaurios (megalosauros, ictiosauros, plesiosauros, stegosauros, entre otros). En 1925, época del cine mudo, se filmó esta obra, dirigida por Harry O. Hoyt. Siguieron otras obras con este tema, hasta culminar con Parque jurásico, basada en la novela de Michael Crichton (1995), quien utilizó el mismo nombre que Doyle: The Lost World. Uno de los dilemas de todas estas obras era hacer que coincidie- ran en el tiempo el ser humano y los dinosaurios. Para esto, ubicaban a estas bestias en un rincón perdido del planeta en donde se conservaban como “fósiles vivien- tes” y los humanos, en sus aventuras exploratorias, los encontraban. En Parque jurásico, el desarrollo tecnoló- gico permite que convivan gracias a la genética, que logra reproducirlos a partir de otras especies, comple- tamente ajenas a los dinosaurios. Interesante tema de conversación, los dinosaurios nos siguen maravillan- do. Quizá no se fueron del todo, como se piensa, a causa de un meteorito que cayó en la península de Yucatán a finales del Cretácico. Siguen con nosotros, posiblemente como aves; ésta es una de las últimas hipótesis sobre la evolución de estas fascinantes bes- tias. Claudia Serrano y René Hernández nos presentan un panorama general de la ocurrencia de estas criatu- ras en nuestro país. Pepe Longoria nos ilustra, en la segunda parte de su trabajo sobre riesgos naturales, cómo clasificar estos riesgos. Tarea no muy sencilla considerando la com- plejidad del sistema Tierra, al cual debemos agregar el ingrediente humano. Sin embargo, son tareas que se deben emprender, y que, desafortunadamente, no han recibido la atención debida. No sólo por parte de las autoridades, sino incluso por parte de la población misma, la más afectada. El caso de Katrina, que causó estragos en el sureste de los Estados Unidos de Amé- rica, especialmente en Nueva Orleáns, ilustra esta situación. Como parte del cuidado del planeta, algunos orga- nismos se han dedicado a buscar la preservación de algunas áreas, que por algunas razones son especiales. Estos organismos, gubernamentales y privados, pugnan por que esas áreas sean declaradas reservas de algún tipo. Carlos Castillo y Varinia Alessi, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, nos presentan las áreas protegidas del noroeste de México y la relevancia del trabajo de conservación que están haciendo en esta región. Jesús Sánchez Escalante nos sigue platicando de los árboles de Sonora. Ahora nos ilustra sobre otros dos tipos de palo verde: el bagote, también llamado gua- caporo, guaco, bacaporo o retama, y el palo verde azul. César Jacques Ayala Editor Contenido Editorial ............................................................................. 2 México: tierra de dinosaurios (Claudia Serrano Brañas & René Hernández Rivera) ............................ 3 Áreas naturales protegidas: el noroeste de México, orgullo de la conservación (Carlos Castillo Sánchez & Varinia Alessi Salcido) ............................................ 8 Los desastres naturales. Parte 2 (José F. Longoria) ...... 11 Los árboles del género Parkinsonia en Sonora, México. Parte 2 (José Jesús Sánchez Escalante) ........................ 14 Portada. Paisaje del área de protección de flora y fauna Sierra de Álamos y arroyo Cuchujaqui, en Sonora.

Editorial Pepe Longoria nos ilustra, en la segunda parte de su · Figura 1. Mapa de la República Mexicana en el que se muestran los sitios donde se han encontrado restos fósiles

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Nuestra Tierra • Número 7 • Primavera 2007 • página 2

EditorialDe los organismos que han

poblado este planeta a lo largode más de 3000 millones deaños, los que más han alimen-tado el imaginario popular hansido los dinosaurios. Animalesde tamaño muy variable, desde

pequeños hasta enormes, y con un peso que llegaba aser de varias toneladas. Algunos herbívoros, otroscarnívoros. Y unos más, terribles depredadores; verda-deros carniceros. Esa es la imagen que nos hemos for-mado, algunas veces bien documentada; otras siguien-do, sobre todo, representaciones cinematográficas quebuscaban, más que nada, crear una imagen de terror.En esencia, se ha buscado recrear una situación endonde seres humanos y dinosaurios se enfrentan; unaespecie de humano vs bestia, bien vs mal. Y la trama,como en tantos casos, se dirige a ver triunfador al serhumano, imponiéndose con su inteligencia. ¿Versiónexagerada de las corridas de toros? Sir Arthur ConanDoyle, bien conocido por su Sherlock Holmes, escribióla novela El mundo perdido en 1912. En esta obraconviven seres humanos y dinosaurios (megalosauros,ictiosauros, plesiosauros, stegosauros, entre otros). En1925, época del cine mudo, se filmó esta obra, dirigidapor Harry O. Hoyt. Siguieron otras obras con estetema, hasta culminar con Parque jurásico, basada enla novela de Michael Crichton (1995), quien utilizó elmismo nombre que Doyle: The Lost World. Uno de losdilemas de todas estas obras era hacer que coincidie-ran en el tiempo el ser humano y los dinosaurios. Paraesto, ubicaban a estas bestias en un rincón perdido delplaneta en donde se conservaban como “fósiles vivien-tes” y los humanos, en sus aventuras exploratorias, losencontraban. En Parque jurásico, el desarrollo tecnoló-gico permite que convivan gracias a la genética, quelogra reproducirlos a partir de otras especies, comple-tamente ajenas a los dinosaurios. Interesante tema deconversación, los dinosaurios nos siguen maravillan-do. Quizá no se fueron del todo, como se piensa, acausa de un meteorito que cayó en la península deYucatán a finales del Cretácico. Siguen con nosotros,posiblemente como aves; ésta es una de las últimashipótesis sobre la evolución de estas fascinantes bes-tias. Claudia Serrano y René Hernández nos presentanun panorama general de la ocurrencia de estas criatu-ras en nuestro país.

Pepe Longoria nos ilustra, en la segunda parte de sutrabajo sobre riesgos naturales, cómo clasificar estosriesgos. Tarea no muy sencilla considerando la com-plejidad del sistema Tierra, al cual debemos agregar elingrediente humano. Sin embargo, son tareas que sedeben emprender, y que, desafortunadamente, no hanrecibido la atención debida. No sólo por parte de lasautoridades, sino incluso por parte de la poblaciónmisma, la más afectada. El caso de Katrina, que causóestragos en el sureste de los Estados Unidos de Amé-rica, especialmente en Nueva Orleáns, ilustra estasituación.

Como parte del cuidado del planeta, algunos orga-nismos se han dedicado a buscar la preservación dealgunas áreas, que por algunas razones son especiales.Estos organismos, gubernamentales y privados,pugnan por que esas áreas sean declaradas reservasde algún tipo. Carlos Castillo y Varinia Alessi, de laComisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas,nos presentan las áreas protegidas del noroeste deMéxico y la relevancia del trabajo de conservación queestán haciendo en esta región.

Jesús Sánchez Escalante nos sigue platicando de losárboles de Sonora. Ahora nos ilustra sobre otros dostipos de palo verde: el bagote, también llamado gua-caporo, guaco, bacaporo o retama, y el palo verde azul.

César Jacques AyalaEditor

ContenidoEditorial ............................................................................. 2México: tierra de dinosaurios (Claudia Serrano

Brañas & René Hernández Rivera) ............................ 3Áreas naturales protegidas: el noroeste de México,

orgullo de la conservación (Carlos Castillo Sánchez& Varinia Alessi Salcido) ............................................ 8

Los desastres naturales. Parte 2 (José F. Longoria) ...... 11Los árboles del género Parkinsonia en Sonora, México.

Parte 2 (José Jesús Sánchez Escalante)........................ 14

Portada. Paisaje del área de protección de flora y faunaSierra de Álamos y arroyo Cuchujaqui, en Sonora.

Nuestra Tierra • Número 7 • Primavera 2007 • página 3

DirectorioUNAM

Dr. Juan Ramón de la FuenteRector

Lic. Enrique del Val BlancoSecretario General

Mtro. Daniel Barrera PérezSecretario Administrativo

Dr. René Drucker ColínCoordinador de la Investigación Científica

Dr. Gustavo Tolson JonesDirector del Instituto de Geología

Dr. Héctor Arita WatanabeDirector del Instituto de Ecología

Dr. Thierry CalmusJefe de la Estación Regional del Noroeste

NUESTRA TIERRA

Dr. César Jacques AyalaEditor

Dra. Ma. Cristina PeñalbaDr. Martín Valencia Moreno

Editores Asociados

Dr. Hannes LöserEditor Técnico y Diseño

Nuestra Tierra es una publicación de la EstaciónRegional del Noroeste, institutos de Geología yEcología, que aparece semestralmente en primaveray otoño de cada año.

Estación Regional del NoroesteBlvd. L. D. Colosio s/n y Madrid

Campus UniSon83000 Hermosillo, Sonora, México

Tel. (662) 217-5019, Fax (662) [email protected]

http://www.geologia-son.unam.mx/nt.htm

ISSN 1665-945XImpresión: 500 ejemplaresPrecio: $ 15.00

En caso de utilizar algún contenido de esta publicación, porfavor citar la fuente de origen. El contenido de los trabajosqueda bajo la responsabilidad de los autores.

Paleontología

México: tierra dedinosaurios

IntroducciónLos dinosaurios, desde hace muchos años, se han

convertido en uno de los fenómenos más importantesdentro de la moderna paleontología de vertebrados.Esto se debe a que dichos organismos son considera-dos como uno de los grandes éxitos de la evolución, yaque dominaron por completo los ecosistemas terrestrespor alrededor de 160 millones de años. Además, aun-que habitaron en un mundo muy diferente al quetenemos en la actualidad, tienen muchos rasgos encomún con los animales modernos; es decir, los dino-saurios vivieron en comunidades equilibradas dentrode las cuales afrontaron las mismas necesidades desupervivencia que los organismos actuales (reprodu-cirse, conseguir alimento, etc.). De esta manera, losdinosaurios no son en sí una gigantesca lista de nom-bres latinos impronunciables, sino que su estudio tienemucho que ver con la historia de la vida sobre nuestroplaneta, con el funcionamiento de la naturaleza, y conquienes somos nosotros en la actualidad.

La palabra dinosaurio fue acuñada en el año de 1842por el anatomista inglés Sir Richard Owen, a partir delos vocablos griegos: deinos, terrible y saurus, lagarto.Desde entonces, esta palabra ha pasado a ser de usopopular para nombrar, a veces de manera incorrecta, atodos los grandes saurios de la era Mesozoica, comopor ejemplo el reptil Dimetrodon. Para Owen, los dino-saurios fueron una serie de grandes reptiles ya extin-guidos, conocidos solamente a partir de una pequeñacantidad de fósiles encontrados en el oeste de Europadesde el año de 1820. En la actualidad, los fósiles dedinosaurios se conocen en todos los continentes yrepresentan cientos de tipos distintos de dinosaurios.

En el caso de la República Mexicana, ésta es con-siderada en el ámbito mundial, como uno de los paísesque cuentan con un mayor número de sitios que con-tienen restos de estos organismos, junto con EstadosUnidos de América, Canadá, Argentina y China, enlos que se han colectado las mayores cantidades derestos fósiles. En nuestro país se han encontrado fósi-les de dinosaurios en diferentes estados, principal-

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mente en aquéllos ubicados en el norte, como son BajaCalifornia, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Coa-huila. Estos fósiles representan una edad de 100 a 65millones de años, correspondiente al período CretácicoTardío de la era Mesozoica (figura 1).

Figura 1. Mapa de la República Mexicana en el que semuestran los sitios donde se han encontrado restos fósiles dedinosaurios.

Los hallazgos más meridionales de este tipo deorganismos se encuentran ubicados en los estados deMichoacán, Puebla, Guerrero y Oaxaca, donde se hancolectado fragmentos de elementos esqueléticos yrastros de huellas. Además, se tienen reportes en elestado de Tamaulipas, donde se han colectado dientesy fragmentos de huesos cuya edad se estima en 170millones de años, lo cual los identificaría como losfósiles de dinosaurios más antiguos de nuestro país, yaque pertenecen al período Jurásico de la era Mesozoica(figura 1).

Baja CaliforniaEn este estado se han hecho diferentes tipos de des-

cubrimientos, entre los cuales destaca el que se llevó acabo en 1954 por los investigadores W. Langston Jr yM. H. Oakes, del Museo de Paleontología de la Univer-sidad de California, quienes reportaron fósiles de dino-saurios en punta San Isidro. El material estaba inte-grado por huesos de las patas de dos ejemplares muysimilares al género Kritosaurus.

Por otra parte, en el año de 1966 un equipo de inves-tigadores provenientes del Museo de Historia Naturalde los Ángeles, en colaboración con el Instituto deGeología de la UNAM (IGLUNAM), lograron recupe-rar los elementos esqueléticos de diferentes dinosau-rios, entre los que destacaban fósiles de hadrosaurios,anquilosaurios, ceratópidos, tiranosáuridos y dromeo-sáuridos provenientes de una localidad cercana a ElRosario. Los fósiles más abundantes pertenecían a unhadrosaurio con cresta identificado primeramentecomo Hypacrosaurus altispinus. Sin embargo, gracias ala colecta de nuevo material craneal en 1972, se deter-minó que la primera identificación era errónea y que elejemplar se encontraba más emparentado con el géne-ro Lambeosaurus. De esta manera, con un mejor análisisdel material y tomando en cuenta la edad de la locali-dad (Cretácico Tardío), se le designó como pertene-ciente a una especie nueva de este género denominadaLambeosaurus laticaudus.

En 1970, este mismo grupo de investigadores con-tinuó con los trabajos en un área cercana al arroyo ElRosario, en donde H. J. Garbani encontró los restos deun dinosaurio terópodo en una unidad de roca deno-minada Formación La Bocana Roja. Este terópodo fueestudiado por Ralph Molnar quien propuso un nuevogénero y especie para él: Labocania anomala.

También se han encontrado fósiles de dinosauriosdentro de la Formación El Gallo, entre los que se in-cluyen los restos de tiranosáuridos (cf. Albertosaurus),ornitomímidos, Trodoon formosus, Saurornitholestes sp.,dromeosáuridos indeterminados, ?Lambeosaurus lati-caudus, otro tipo de lambeosaurinos y hadrosaurinos,anquilosaurios, nodosaurios, Euplocephalus y cerató-pidos.

Las localidades de dinosaurios de Baja Californiason consideradas como las más ricas en toda la mar-gen del Pacífico norteamericano, ya que el materialencontrado no solamente se encuentra conformadopor evidencias directas, como son los esqueletos deestos organismos, sino también, se han colectado frag-mentos de cascarones e impresiones de piel.

SonoraEn el año de 1942, los investigadores R. J. Lull y N.

E. Wright describieron dentro de una publicaciónreferente a los hadrosaurios de América del Norte, lapresencia de restos fósiles de un organismo gigantescoen una localidad a la que llamaron No. 49, localizadaentre “Mustenas” (Mesteñas) y el pico de Magallanes,

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en el estado de Sonora. Este material fue enviado parasu identificación a Barnum Brown, quien determinóque pertenecía a una nueva especie muy similar aTrachodon mirabilis y que representaba el hallazgo másaustral de hadrosaurios en Norteamérica.

Por otra parte, se han venido realizando numerososestudios dentro de la cuenca de Cabullona al norestedel estado, encabezados por Carlos M. González León(IGLUNAM) y Spencer G. Lucas, en donde se hanencontrado restos de tiranosáuridos (cf. Albertosaurus),terópodos pequeños indeterminados, hadrosaurios yceratópidos (figuras 2a y 2b).

Figura 2A. Fémur de Edmontosaurus, del Cretácico Tardío,colectado de rocas del Grupo Cabullona en el noreste de Sonorapor Carlos M. González León. Mide 83 cm de largo.

CoahuilaEl estado de Coahuila destaca entre los demás, debi-

do a la enorme cantidad de restos fósiles de dinosau-rios y a su extraordinaria preservación. Aquí se hanencontrado tanto evidencias directas (que van desdeesqueletos articulados hasta huesos aislados de indivi-duos adultos, juveniles y neonatos) como evidenciasindirectas (pisadas, fragmentos de cascarón, copro-litos, etc.).

El primer reporte para México referente al hallazgode dinosaurios, fue hecho precisamente en este estado,ya que en 1926, W. Janensch publicó el descubrimientode restos de un dinosaurio ceratópido en una localidadllamada Yacimiento Soledad, la cual se ubica en elmunicipio de Ramos Arizpe.

En 1959, el equipo dirigido por C. O. Durham y G.E. Murray de la Universidad de Louisiana, realizó unatemporada de campo en la cuenca de Parras, en el sur-este del estado, y reportaron la presencia de restos dedinosaurios asociados a moluscos marinos. Posterior-mente, investigadores de la Universidad de Texasreexaminaron esa misma localidad y colectaron losrestos de por lo menos cuatro dinosaurios, entre losque se encontraron un ceratópido del género Mono-clonius y hadrosaurios indeterminados.

Durante el año de 1980, un grupo de investigadoresdel Instituto de Geología de la UNAM, encabezadospor Ismael Ferrusquía Villafranca, Shelton Applegate,Luis Espinosa y Víctor Torres, conocieron en la ciudadde Torreón a Luis Maeda, quien poseía una colecciónextraordinaria de fósiles de dinosaurios que habíansido colectados en el ejido Presa San Antonio, delmunicipio de Parras. Al visitar la localidad de dondeprovenía el material, conocieron al Sr. Ramón Lópezquien les mostró numerosos sitios en donde se encon-traban restos de dinosaurios.

Posteriormente, conocieron al Sr. José Rojas, quienhabía colectado una enorme cantidad de huesos dedinosaurios en una localidad cercana al ejido RincónColorado, en el municipio de General Cepeda, a 47 kmal oeste de la ciudad de Saltillo. En este lugar, se en-contraron numerosos restos de dinosaurios e inclusiveuno de ellos poseía impresiones de piel. El material fuedonado al IGLUNAM.

Figura 2B. Diagrama ilustrando un esqueleto de dinosauriodel género Edmontosaurus, en donde se señala el fémur.

En 1985, un grupo de investigadores del Museo Realde Ontario, encabezados por Christopher McGowan,Kevin Seymour, Andrew Leitch y Brian Iwama, lleva-ron a cabo una temporada de campo en el ejido PresaSan Antonio en donde colectaron los restos parcialesde dos hadrosaurios, material de terópodos (un tirano-sáurido, un ornitomímido y un dromeosáurido), de unanquilosaurio y de un ceratópido centrosaurino.

Sin embargo, no es sino hasta 1987 que se inicióformalmente el estudio de los dinosaurios en México,con el proyecto “Primer montaje de un dinosauriocolectado y preparado en México” de René Hernándezy colegas. A partir de este año, el trabajo ha sido con-tinuo y se han descubierto aproximadamente 1000sitios con restos de estos organismos en los municipiosde Saltillo, Ramos Arizpe, General Cepeda, Parras dela Fuente y Sabinas.

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Figura 3. Reconstrucción del hadrosaurio Gryposaurus.

La mayoría de los ejemplares pertenecen a hadro-saurios (Kritosaurus, Gryposaurus, figura 3, cf. Lambeo-saurus, un nuevo género de lambeosaurino), seguidospor el grupo de los ceratópidos (Centrosaurus y Chas-mosaurus), terópodos (tiranosáuridos, figura 4; ornito-mímidos, dromeosaurios, figura 5; troodóntidos), unposible saurópodo titanosaurio (cf. Alamosaurus), unanquilosaurio y un nodosaurio indeterminados. Tam-bién se han encontrado huellas, impresiones de piel,fragmentos de cascarón, un huevo completo que con-tiene un embrión adentro y que fue colectado porYolanda de León, e inclusive dos endocráneos, en unode los cuales es posible apreciar perfectamente laspartes donde se encontraba el cerebro (figuras 6 y 7).

Junto con los dinosaurios se han recolectado otrostipos de vertebrados, entre los que destacan tiburonesdel género Serratolamna, peces sierra del género Schi-zorhiza, tortugas del género Trionyx y cocodrilos. Granparte de los huesos se encuentran asociados con fósilesde invertebrados, principalmente con moluscos, queen ciertos casos, se depositaron o vivieron sobre ellos.De éstos se han identificado los siguientes géneros:Inoceramus vanuxemi, Ethmocardium sp., Turritellavertibroides, Eutrephoceras sp. y Sphenodiscus sp.

Figura 4. Reconstrucción de una tiranosáurido y unhadrosaurio.

Además, existen sitios asociados con sedimentos deagua dulce en los cuales se han encontrado preserva-

das frondas de palmas, hojas y, por lo menos, sietetipos diferentes de frutos fósiles, algunos de los cualesdieron como resultado nuevos géneros. Todos losfósiles colectados en estos lugares tienen una edadcampaniana (Cretácico Tardío), con excepción de losencontrados en el municipio de Sabinas cuya edadpertenece al Maastrichtiano (Cretácico Tardío).

Figura 5. Reconstrucción de un dromeosaurio.

Oaxaca, Michoacán y PueblaEn estos estados, se ha reportado la presencia de

huellas de dinosaurios. En Oaxaca, se localizaronhuellas pertenecientes a un terópodo y a dos familiasde saurópodos con una edad correspondiente al Jurá-sico Medio. En Michoacán, se detectó la presencia deun rastro de terópodo y de dos ornitópodos del Jurá-sico Tardío; además, en trabajos de campo recientes sehan colectado elementos esqueléticos de hadrosauriosy dientes de terópodos pertenecientes al CretácicoTardío. Finalmente, en el estado de Puebla se encon-traron huellas pertenecientes a un ornitópodo y a unsaurópodo del Cretácico Tardío. Existe otra localidadubicada en las cercanías del pueblo de San FelipeAmeyaltepec, donde se encontraron restos de lo quepodría ser un dinosaurio saurópodo; sin embargo, elmaterial se encuentra muy fragmentado.

TamaulipasEn este estado se encuentra la localidad jurásica más

importante de México. Esta se ubica en el cañón delHuizachal, a 25 km al suroeste de Ciudad Victoria,capital de Tamaulipas. En este lugar se han descubier-to fósiles de dinosaurios ornithisquios representadospor ocho dientes y dos ejemplares de terópodos, entrelos que se incluye la parte posterior de un cráneo.También se han hallado huesos muy largos que po-

Nuestra Tierra • Número 7 • Primavera 2007 • página 7

drían haber pertenecido a saurópodos. Además, en elaño de 1982, James Clark colectó fósiles de reptilesterápsidos y de tritilodóntidos.

Figura 6. Comparación de los endocráneos pertenecientes a dosejemplares de hadrosaurios recolectados en los municipios deSabinas y Ramos, con un duplicado del cerebro de estosorganismos.

Los dinosaurios han sido uno de los mayores éxitosevolutivos de la vida en nuestro planeta, ya que fueronlos vertebrados dominantes dentro de los ecosistemasterrestres por alrededor de 160 millones de años. Nin-gún otro grupo de vertebrados terrestres ha podidoigualar su majestuosidad y presencia.

Particularmente, a través de los descubrimientos dedinosaurios en México se ha podido observar quenuestro país albergó una fauna muy rica de este tipode organismos, en la que los dinosaurios más abun-dantes fueron los hadrosaurios sin cresta y con cresta,seguidos por los ceratópidos, los terópodos y los an-quilosaurios. De manera general, los estados del nortedel país son los que contienen las localidades fosilífe-ras de dinosaurios más importantes y entre ellos desta-

ca el estado de Coahuila, donde la abundancia y diver-sidad de este tipo de organismos es impresionante.Inclusive, las localidades ubicadas al sureste del esta-do de Coahuila han sido consideradas de gran impor-tancia dentro del ámbito mundial, para la realizaciónde estudios correspondientes al Cretácico Tardío, yaque además de la abundancia y diversidad de la faunay flora, el excelente estado de preservación las hace serun verdadero paraíso para los paleontólogos.

Figura 7. Endocráneo de hadrosaurio en el que se muestranalgunos huesos del cráneo y las partes del duplicado delcerebro: exoccipital (Eo), parietal (Pa), cerebro medio (Mid),hemisferios cerebrales (Cer Hem) y nervios craneales (C.n.)

En la actualidad, las investigaciones y las tempora-das de campo continúan con gran intensidad en losdiferentes estados de nuestro país. El estudio de losdinosaurios mexicanos mira con gran interés hacia elsiglo XXI, ya que no solamente se están haciendoidentificaciones y descripciones del material fósil, sinoque también se está planteando la posibilidad de rea-lizar estudios tafonómicos, histológicos y ecológicos,por lo que esto es solamente el inicio de una largacarrera. De esta manera, podremos esperar nuevassorpresas que nos tiene deparadas nuestro país y decircon justa razón que México es Tierra de Dinosaurios.

AutoresClaudia Serrano Brañas; Facultad de Ciencias, UNAM,México D.F.René Hernández Rivera; Instituto de Geología, UNAM,México D.F.Ilustraciones artísticas propiedad de RHR, realizadas porMarco Antonio Pineda MaldonadoAgradecemos al Dr. Carlos M. González León la revisión delpresente trabajo.

Nuestra Tierra • Número 7 • Primavera 2007 • página 8

Ciencias ambientales

Áreas naturalesprotegidas: el noroeste

de México, orgullo de laconservación

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Natu-rales (SEMARNAT) es la dependencia de gobiernoque tiene como propósito fundamental, constituir unapolítica de Estado de protección ambiental, que revier-ta las tendencias del deterioro ecológico y siente lasbases para un desarrollo sustentable en el país. Esdecir, una política nacional de protección ambientalorientada a responder a la creciente expectativa nacio-nal de proteger nuestros recursos naturales e incidir enlas causas que originan la contaminación, la pérdidade ecosistemas y de la biodiversidad.

Esta región, establecida para su operación en el año2003, concentra en su territorio diferentes ecosistemasy por lo tanto una gran biodiversidad. De ahí laimportancia de su conservación.

Figura 1. Lobos marinos del parque nacional Bahía de Loreto.

En el tema de la conservación de los ecosistemas yla biodiversidad la Comisión Nacional de ÁreasNaturales Protegidas (CONANP), como órgano des-concentrado del gobierno federal, tiene como misiónconservar el patrimonio natural de México a través delas áreas naturales protegidas y de los programas dedesarrollo rural sustentable en regiones prioritarias

para la conservación. Su visión es articular y consoli-dar un sistema con cobertura nacional de regionesprioritarias para la conservación y diversas modalida-des de conservación.

En el noroeste del país la CONANP cuenta con unadirección regional que alberga y presta servicios a lasáreas naturales protegidas de los estados de Baja Cali-fornia, Baja California Sur, Sinaloa y Sonora.

Desde áreas de protección de flora y fauna, hastareservas de la biosfera, existen 24 áreas entre terres-tres, marinas e islas. En la tabla 1 se enlistan las áreas yel estado en el que se ubican o desde donde son ope-radas. A continuación se mencionan algunas de lascaracterísticas más sobresalientes de la región y de lasáreas naturales protegidas que la componen:• La extensión de la región noroeste es de 9 millones

077 mil 157 hectáreas con decreto oficial federal.Contamos con las más extensas de las áreas enMéxico: El Vizcaíno, Alto Golfo, El Pinacate y Vallede los Cirios.

• Es la mayor de las regiones del país con casi el 50%del total de la superficie decretada.

• Su importancia biológica la hace ser consideradauna de las eco-regiones con mayor biodiversidad anivel mundial. Entre los ecosistemas representadosse encuentran los siguientes: marino (golfo de Cali-fornia), humedales, desierto Sonorense (altiplanode Arizona, valle del bajo Río Colorado, costa cen-tral del golfo, región del Vizcaíno), provincia florís-tica californiana, selva baja caducifolia, archipiélagomadrense (bosques de pino, encino y galería), solopor mencionar algunos.

• Cuenta con la distinción de reservas pertenecientesal programa MAB (Man and Biosphere) de laUNESCO: El Vizcaíno, Alto golfo de California yDelta del río Colorado, El Pinacate y gran desiertode Altar.

• La región cuenta con ocho sitios RAMSAR (hume-dales importantes): Reserva de la biosfera LagunaOjo de Liebre (36,600 ha) y Laguna San Ignacio(17,500 ha), Parque nacional Bahía de Loreto(206,581 ha), Reserva de la biosfera Archipiélago deRevillagigedo (636,685 ha), laguna Playa Colorada-Santa María La Reforma (53,240 ha), playa tortu-guera El Verde Camacho (6,454.26 ha) y Reserva dela biosfera Isla San Pedro Mártir (30,165 ha).

Nuestra Tierra • Número 7 • Primavera 2007 • página 9

Figura 2. Mapa del noroeste de México mostrando laubicación de las áreas protegidas. Referir los números de latabla 1 al mapa para localización.

•• En julio de 2005 la UNESCO otorga a las islas delgolfo de California y áreas marinas la categoría de“Patrimonio natural mundial de la humanidad”,distinción que nos ubica en los primeros lugares deimportancia biológica.

Lo anterior solo refleja la parte de amable y orgullopara la región; sin embargo también compartimos unaproblemática y conflictos comunes a lo largo y anchode la región: desarrollos turísticos a gran escala, pro-blemas pesqueros, mineros, deforestación, contamina-ción y agrarios.

Esta amplia región cuenta con 124 hombres y muje-res trabajando en favor de la conservación de las áreasnaturales protegidas, de los cuatro estados, en diversastareas enmarcadas en “Programas transversales” de:

vigilancia, restauración, reforestación, conservación deagua y suelo, monitoreo de especies, promoción deproyectos productivos sustentables para las comunida-des, investigación, así como exitosos programas deeducación y cultura para la conservación.

Vale la pena mencionar que el lema “Áreas natu-rales protegidas: orgullo de la conservación”, viene deuna profunda satisfacción, tanto a nivel institucionalcomo personal, al saber que los objetivos del programade trabajo regional están siendo cumplidos en sumayoría, pero aún más al contar con el apoyo de lascomunidades que habitan en las áreas, así como de lasorganizaciones que apoyan los proyectos propuestospara cada ANP.

Nuestra Tierra • Número 7 • Primavera 2007 • página 10

Estado Área protegida y categoría

BajaCalifornia

1. Área de protección de flora y fauna Islasdel Golfo de California – Baja California

2. Área de protección de flora y fauna Vallede los Cirios

3. Parque nacional Constitución de 18574. Parque nacional San Pedro Mártir5. Parque nacional archipiélago de San

Lorenzo6. Reserva de la biosfera Isla de

Guadalupe

BajaCaliforniaSur

7. Área de protección de flora y fauna Islasdel Golfo de California – La Paz

8. Área de protección de flora y faunaCabo San Lucas

9. Parque nacional Cabo Pulmo10. Parque nacional Bahía de Loreto11. Reserva de la biosfera El Vizcaíno12. Reserva de la biosfera Complejo

Lagunar Ojo de Liebre13. Reserva de la biosfera Sierra la Laguna14. Reserva de la biosfera Archipiélago de

Revillagigedo

Sinaloa

15. Área de protección de flora y fauna Islasdel Golfo de California – Sinaloa

16. Área de protección de flora y faunaMeseta de Cacaxtla

17. Santuario Playa Ceuta18. Santuario El Verde Camacho

Sonora

19. Área de protección de flora y fauna Islasdel Golfo de California – Sonora

20. Área de protección de flora y faunaSierra de Álamos y arroyo Cuchujaqui

21. Reserva nacional forestal y refugio defauna silvestre Sierra de los Ajos-Bavispe

22. Reserva de la biosfera El Pinacate yGran Desierto de Altar

23. Reserva de la biosfera Isla San PedroMártir

24. Reserva de la biosfera Alto Golfo deCalifornia y Delta del Río Colorado(compartida con B.C.)

Tabla 1. Áreas protegidas por CONANP, por estado en dondese ubican o de donde se operan.

Para principios del 2007, la región noroeste de laCONANP estará contando con 2 nuevas áreas natu-rales protegidas: la Reserva de la biosfera Bahía de losÁngeles, canales de Ballenas y Salsipuedes, ademásdel parque nacional Área Marina de la Bahía de Espí-ritu Santo. Para el mismo año se consolidarán lostrabajos para el decreto de la zona propuesta por lainiciativa Guaíma, así como la de las Ventilas Hidro-termales de la Cuenca de Guaymas y la dorsal delPacífico Norte.

Desde su formación en el 2000, la Comisión Nacio-nal de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), ha ido

creciendo en número de hectáreas decretadas, pero asítambién en compromisos con la conservación, con lascomunidades y con la humanidad, quienes han puestoen nuestras manos la gran responsabilidad de la pro-tección de tan delicadas pero grandiosas áreasnaturales.

A partir de junio de 2007 la Región Noroeste fuedividida para su operación administrativa en dosregiones: 1) Noroeste y Alto Golfo de California, queatiende las AANNPP de Sonora y Sinaloa (incluyendolas islas que pertenecen a estos estados ), y 2) Penín-sula de Baja California y Pacífico Norte, que atiende atodas las AANNPP de la Baja California, Baja Califor-nia Sur, con sus islas, tanto en el golfo como en elPacífico, incluyendo el archipiélago de Revillagigedo.

Figura 3. Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California.

AutoresCarlos Castillo Sánchez, Director de la Región Noroeste de laComisión Nacional de Areas Naturales Protegidas;[email protected] Alessi Salcido, Jefe de la Unidad de DesarrolloInstitucional de la Región Noroeste de la CONANP;[email protected]

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Ciencias ambientales

Los desastres naturalesParte 2: La influencia de la humanidad

en los desastres naturales

IntroducciónLa generación de desastres naturales está directa-

mente derivada de la dinámica del planeta Tierra, esdecir, está ligada a los procesos que ocurren de mane-ra natural en el planeta Tierra, pero de una forma uotra se ven influenciados por actividades y conductasde la humanidad. Estas tienen influencia directa oindirecta en que los desastres naturales se aceleren oen la frecuencia e intensidad con que se ve afectada laregión. Entre ellas se pueden enlistar: (1) el cambioclimático del planeta, (2) el cambio en el uso del suelo,(3) las urbanizaciones a expensas de áreas naturales,(4) el incremento de los desechos tanto orgánicos comoinorgánicos y nucleares, (5) cambios en el ciclo delagua como consecuencia del mal uso de este recurso, y(6) el incremento de la población humana. Todas esasacciones y actividades humanas pueden ser en unmomento dado el gatillo que dispara los desastres, yasea acelerando el proceso natural o cambiando suritmo de ocurrencia, por lo que se habla de desastresnaturales con un componente inducido por el hombre,o simplemente se les llama desastres antropogénicos.La separación entre ellos es en ocasiones difícil, si noes que imposible. La marcada interrelación entre de-sastres puramente naturales y aquéllos con influenciaantropogénica es tan fuerte que en ocasiones es difíciltrazar un límite entre ellos (figura 1). Un ejemplo clarode la influencia de las actividades humanas es, a nivelglobal, el calentamiento del planeta que trae consigograndes cambios ambientales y que contribuye a laintensidad y frecuencia de los huracanes.

Por otra parte, el derrumbe de San Jerónimo, en laciudad de Monterrey, es un caso típico de un desastrenatural influido por la actividad humana. Ahí la ines-tabilidad de taludes es consecuencia de desarrollosurbanos en áreas montañosas: al cortar las laderaspara dar paso a la urbanización, se hace más abruptoel talud, y esto inicia o dispara un deslave o derrumbede rocas que ahora pone en peligro la vida humana ylos inmuebles.

Figura 1. Cuadro que resume las relaciones entre causa yefecto en el caso de los riesgos naturales.

Otro caso claro de aumento de la vulnerabilidad aun desastre causado o acelerado por la actividad hu-mana es la construcción de una presa en un área mon-tañosa, ya que el gran peso del agua almacenada porla cortina aumenta la vulnerabilidad a un desastre quepuede terminar en cataclismo con la ruptura de la pre-sa. Obviamente, todo esto se puede evitar si se consi-deran y toman en cuenta las medidas necesarias apartir del conocimiento geológico del área en cuestión.Como es evidente, los procesos y fenómenos geoló-gicos tales como las erupciones volcánicas, los terre-

Figura 2. La fotografía más vieja que se conoce de un tornado.Fue tomada el 28 de agosto de 1884, a 35 km al suroeste deHoward, Dakota del Sur. Imagen: wea00206, de la colecciónhistoric NWS. Tomada del portal de NOAA (NationalOceanic and Atmospheric Administration, de EE. UU.)http://www.photolib.noaa.gov/historic/nws/wea00206.htm.

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Figura 3. Escuela pública en ruinas en De Soto, Illinois, endonde un tornado mató a 33 niños. El 18 de marzo de 1925,este tornado causó en total 695 muertos y más de 2000heridos. Se considera que es el tornado que más tiempo hadurado (3.5 horas) y con la traza de trayectoria más larga quese ha registrado, de más de 352 km. Se originó en Missouri,cruzó el sur de Illinois y terminó en Indiana, destruyendovarios poblados. Tomada de Wikipedia.com

motos, las inundaciones, entre otros, se llevan a caboindependientemente de que los humanos estén o noexpuestos a ellos. Esto ya se explicó con anterioridad yes debido a que son fenómenos naturales que hanestado funcionando como parte integral de la dinámi-ca del planeta Tierra desde su consolidación.

Es también de notarse que algunos fenómenos queson considerados como desastres naturales y peligrosgeológicos, tienen aspectos benéficos además de losdestructivos que se han expuesto antes. Un ejemplo esla inundación causada por el desbordamiento de losríos en la planicie de inundación, la cual además deque potencialmente puede causar la destrucción depuentes, caminos y casas, y la pérdida de vidas huma-nas, también deposita nuevos sedimentos ricos ennutrientes en el área afectada, lo cual aumenta la ferti-lidad del suelo. De la misma manera podemos decirque las erupciones volcánicas con sus lavas y cenizasdestructoras, traen consigo la formación de nuevossuelos fértiles cuando esas rocas y productos volcáni-cos pasan por procesos de intemperismo para formarparte del entorno físico. Muchas islas en el Caribe y enotras regiones del mundo se han formado como resul-tado de las grandes cantidades de lava que es lanzadadirectamente en el océano, ejemplos de esto son lasislas hawaianas y la gran isla de Islandia.

Los efectos en la sociedad y el desarrollosustentable

El impacto de un fenómeno natural como lo es unhuracán, un terremoto o un tornado resulta en una

situación desastrosa (de ahí la confusión entre el de-sastre natural como fenómeno o causa y la accióndañina como efecto o resultado) de dimensiones va-riables que incluye una serie de efectos en la sociedad,tales como: (a) la ruptura de la estabilidad económica;(b) la falta de suministro de agua y alimentos; (c) laafectación en la salud pública; (d) las pérdidas en laproducción agrícola: (e) la interrupción de las vías decomunicación y el transporte en general; (f) la amena-za a la biodiversidad; (g) la amenaza a las vidas huma-nas; (h) induce cambios ambientales permanentes; (i)impacta directamente en la infraestructura urbana(energía eléctrica, abastecimiento de combustibles,etc.). Todas ésas son las manifestaciones de los peli-gros y riesgos del fenómeno (el huracán) en la socie-dad y en la naturaleza que son una amenaza y retopara asegurar el desarrollo sustentable de las regiones.Por lo general se presta más atención a los efectos quecausan a la sociedad, que al fenómeno en sí. Se debede distinguir entre lo que es el fenómeno (el huracán,el terremoto, la inundación, el tornado), con sus peli-gros y riesgos, y el efecto (la destrucción, interrupciónde la economía). Para entender el asunto con más cla-ridad: El huracán en sí es el fenómeno natural producidopor la interacción entre la hidrósfera y la atmósfera del glo-bo terráqueo, y los daños que se observan son los efectosproducidos por los peligros y riesgos propios del huracán (lacatástrofe).

Figura 4. La clasificación de los desastres naturales en funciónde la dinámica del sistema Tierra y el subsistema en que segeneran.

La clasificación de los desastres naturalesEn síntesis, el autor prefiere una clasificación inte-

gral de los desastres naturales (fenómenos naturales quese presentan en el sistema Tierra de manera o aspecto dife-rente) tomando como base que son producidos por la

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dinámica del planeta (visto como un sistema) por loque los desastres han de separarse en grupos de acuer-do a la dinámica de la capa o zona natural (subsiste-ma) del globo terráqueo en donde se generan, lo cualresulta en una clasificación holística (figura 4). Estaclasificación hace enfoque en el fenómeno como causay en los daños como efecto.

1. Desastres relacionados con la dinámica de lalitósfera:a) terremotos, se rompen las condiciones normales de

la energía interna del planeta.b) volcanes, se cambia de condiciones de presión/tem-

peratura en el interior de la Tierra para lanzar alexterior el magma del manto o cámara magmática.

c) deslizamientos de masa, se rompe la estabilidad deun talud por cambios en la fuerza de la gravedadterrestre.

2. Desastres relacionados con la dinámica de lahidrósfera:a) tsunamis, se rompe la estabilidad de la dinámica de

las aguas para generar olas de magnitudes y condi-ciones diferentes (longitud de onda corta y gargan-ta o profundidad inmensamente grande.

b) inundaciones, cambian las condiciones de flujo, yasea repentina o gradualmente, causando avenidasde agua mucho más allá de lo normal.

3. Desastres relacionados con la dinámica de laatmósfera:a) huracanes, perturbaciones atmosféricas combina-

das con sobrecalentamiento de las aguas oceánicas.b) tornados, fricción y movimiento de masas de aire

de forma anómala.c) relámpagos y descargas eléctricas, combinaciones

electromagnéticas en condiciones especiales enáreas geográficas particulares.

4. Desastres relacionados con la dinámica de labiósfera:a) desertificación y sequías, cambios anómalos indu-

cidos por condiciones extremas de temperatura ycarencia de lluvia, carencia de productividad de lossuelos.

b) incendios forestales, condiciones anómalas de losbosques producidas por una anomalía de la preci-pitación (sequía meteorológica) y descargaseléctricas.

c) biodiversidad y extinción de la especies, cambiosabruptos en la cantidad y variedad de poblacionesbióticas.

5. Desastres relacionados con la dinámica de laexósfera:

Impactos de asteroides y meteoritos, desviación desu órbita de cuerpos celestes y su atracción por el cam-po gravitacional del planeta Tierra.

Adicionalmente, se establece una categoría de de-sastres cuyo origen no se considera natural sino antro-pogénico, tipificado por las actividades del hombre,particularmente por el desarrollo industrial y tecnoló-gico de los últimos años, que causan condiciones dife-rentes de las normales esperadas: son los desastresrelacionados con las actividades antropogénicas, queafectan a todos los subsistemas del sistema Tierra(litósfera, hidrósfera, atmósfera y biósfera) determi-nando un deterioro ambiental progresivo y un futuroincierto para la humanidad. Estos desastres se consi-deran por separado, pero están unidos a los naturalesque ellos disparan o en cuyo desarrollo influyen defini-tivamente.

Figura 5. Tsunami llegando a Hilo, isla de Big Island, Hawai,el 1 de abril de 1946; obsérvese la ola en el fondo, en los tron-cos de las palmeras. Tsunami es la palabra en japonés parasignificar “ola de puerto”.

¿Qué debe de saber la sociedad sobre losdesastres naturales?

Como ya se explicó, los desastres naturales resultanen peligros y riesgos para la vida humana y sus in-muebles y son, también, una amenaza al desarrollosustentable de las regiones, por lo mismo la sociedaden general debe de saber que:1. Los aspectos que delimitan el riesgo de un inmue-

ble a desastres naturales incluyen: (a) la localizacióndel inmueble, (b) los peligros geológicos tales comoasentamiento geológico en general (región sísmica,volcánica, costa marina) y estructuras geológicas en

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particular tales como fallas, (c) la vulnerabilidad, esdecir, los factores de riesgo tales como el estilo deconstrucción.

2. Deben considerarse medidas de mitigación, queincluyen: (a) la preparación ante los desastres con-siderando el asentamiento geológico, (b) estructuras(estilos de construcción) más seguras, (c) la ingenie-ría de construcción, (d) los códigos de construcción.

3. Algunos desastres naturales no se pueden prevenir,es decir, ocurren en forma espontánea, sin previoaviso; pero las medidas efectivas de mitigación,considerando el asentamiento geológico del área,unidas a los procedimientos de prevención, pueden

reducir en gran medida la pérdida de vidashumanas y daños a los inmuebles y asegurar eldesarrollo sustentable.

AutorJosé F. Longoria; Department of Earth Sciences, FloridaInternational University, EE. UU.; [email protected]

Contraportada. Arriba: Tornado cerca de Udall, Kansas, 12de junio de 2004. Foto cortesía de Keith Minor, Austin,EE.UU. Abajo: Daños causados por el huracán Andrew el24 de agosto de 1992, en el condado de Dade, en Miami,Florida. Su duración fue muy corta, pero golpeó el área conuna categoría 5 y velocidades de 265 km/h.

Botánica

Los árboles del géneroParkinsonia en Sonora,

México. Parte 2.Bagote, guacaporo, guaco, bacaporo, retama,Parkinsonia aculeata. L.

Árbol de corteza verde, suave, con un tronco biendesarrollado; ramitas armadas con espinas de 0.4 a 3cm de largo; pecíolos 1 a 3 mm de largo; folíolos en 10a 40 pares o más, corto-peciolados, de 2 a 8 mm de lar-go, caducos, raquis persistente funcionando como teji-dos fotosintéticos; racimos con varias flores amarillas(5); vainas de 3 a 18 cm de largo, profundamente cons-treñidas entre las semillas. Estas son ovoides de 4 a 5mm de diámetro y 8 a 10 mm de largo, verdosas, man-chadas con flecos café o púrpura. Florece masivamen-te en abril y esporádicamente entre verano y otoño(figura 1).

En Sonora se encuentra en laderas, arroyos y, espe-cialmente, en lugares perturbados; en casi todos loshábitats hasta el bosque de encino, entre casi el niveldel mar y 1600 metros de elevación.

Posiblemente nativo del sur de México y AméricaCentral, el bagote se ha naturalizado en Sonora de lamisma manera que se ha naturalizado en otras regio-nes áridas tropicales y subtropicales del mundo: pri-meramente es introducido bajo cultivo y después secomporta como una maleza invasora, naturalizándoseen el ambiente natural. El bagote es conocido como

“guacaporo” por los indígenas Mayo, quienes lo utili-zan para aliviar la tos y la fiebre cociendo la corteza ylas hojas en una infusión que también es utilizada parael llamado “mal de orín”. Sus vainas y hojas son con-sumidas como forraje por el ganado. Además de suvistosa floración, su rápido crecimiento lo convierte enuna alternativa inmediata para utilizarse en paisajismourbano.

Palo verde azul, palo verde, Parkinsonia florida(Benth. ex A. Gray) S. Watson [=Cercidium floridumBenth.].

En Sonora, los árboles de Parkinsonia florida seencuentran mayormente en “bajadas” (abanicosaluviales: nota del editor), llanuras y arroyos dematorral desértico, matorral espinoso y el límite bajoen zonas de pastizales; desde cerca del nivel del marhasta los 1220 m de elevación. El palo verde azulpuede encontrarse como un arbusto grande o comoárbol alcanzando los 10 metros de altura, sostenido porun tronco bien desarrollado. Su follaje y hojas y ramasjóvenes presentan un color azulado, sobre todo en laparte norte de su distribución. Sus hojas son de pecíolocorto con generalmente 1 par de pinas (raramente 2pares) con 3 a 4 pares de folíolos (hojitas) de 5 a 9milímetros de largo. Sus flores son de color amarillo-dorado (debido a puntos de color rojo-anaranjado enuno de sus pétalos). Los frutos son vainas planas sinconstricciones entre las semillas. La floración, que es lamás impresionante de las 4 especies, se lleva a caboentre febrero y mayo (en ocasiones también ocurre ennoviembre). Los frutos generalmente están madurospara mayo y junio. La velocidad de crecimiento del

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palo verde azul solo es superada por la del bagote; esuno de los pocos árboles del desierto Sonorense queofrece una sombra densa y fresca, razón suficiente quejustifica que este árbol debería de tener un mayor usopaisajístico en Sonora (figura 2).

Figura 1. Árbol (A) y flores (B) de bagote sobre un arroyo en elrancho La Feliciana al noreste del rancho Viejo, municipio deUres, Sonora. (C) Ejemplar de bagote en el herbario USON.(fotos del autor, 2005).

AutorJosé Jesús Sánchez Escalante; curador del Herbario USON;investigador del Departamento de Investigaciones Científicasy Tecnológicas de la Universidad de Sonora;[email protected].

Figura 2. Árbol (A) y flores (B) de palo verde azul (fotos delautor, 2003) en el matorral desértico del municipio deHermosillo, Sonora. (C) Ejemplar de palo verde azul en elherbario USON. Foto A de Eduardo Gómez Limón (2007).