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Trabajo final de la materia Introducción a la Educación Social, CFE - IPA
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Introducción a la Educación Social
Trabajo Final
Profesor: Marcelo Morales
Álvarez de Ron Agustina 4.586.557-8 León Santiago 5.072.247-8
Puñales Emiliano 4.740.061-5
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INTRODUCCIÓN
El siguiente trabajo contemplará dos momentos: un grupal donde formularemos nuestras
propias definiciones de "Educación" y "Educación Social", y desarrollaremos el concepto de
"Autonomía"; y uno individual en el que cada uno de los participantes del grupo vinculará lo anterior
con las visitas a los distintos centros que hicimos en el curso de "Introducción a la Educación Social" y
propondrá una práctica socio educativa posible a desarrollarse en un lugar específico.
Para comenzar con el desarrollo, partiremos de una primera definición de "Educación"
basada en la etimología de la palabra y en la Real Academia Española, a la cual iremos enriqueciendo.
Para esto analizaremos distintos autores (Herbart, Luzuriaga, Hegel, Chartier, Durkheim, Gramsci,
Núñez y Petrus) que tratan el tema desde distintos puntos de vista, logrando una reflexión más
detallada sobre la educación. A medida que avanzamos en el proceso nos encontraremos con un total
de tres "pre-definiciones", a las que les iremos corrigiendo y agregando conceptos y términos, para
llegar luego si a nuestra definición "final", que a nuestro entender es la forma más completa y
correcta de definir a la Educación, ya que contiene los aspectos que compartimos con cada autor,
aterrizado a nuestra realidad en Uruguay.
Posteriormente, para llegar a una definición de "Educación Social", decidimos tomar otro
camino. Analizamos lo planteado por García Molina, Núñez, Petrus, Soler y Aichhorn, encontrando
puntos en común entre ellos y tomando algunas ideas para poder finalizar con nuestra propia
definición.
Y por último desarrollaremos conceptualmente la categoría "Autonomía", la cual elegimos
cómo enfoque para poder, en la parte individual, relacionarla con otros conceptos.
Pasaremos ahora a presentar el segundo momento de este trabajo, que como ya
adelantamos es individual, pero está fuertemente conectado con la primera parte teórica realizada
en grupo. Cada integrante relacionará, de distintas formas, lo teórico con lo práctico, siendo las visitas
realizadas en el curso, la parte práctica que se pone en juego. Con respecto a los conceptos a
relacionar son los definidos como Educación, Educación social y Autonomía.
Luego, cada trabajo individual, presentará una Práctica Educativa pensando en la posibilidad
de que pueda ser aplicada en uno de los Centros que visitó. Para ello, contará en qué lugar se va a
enfocar y características generales sobre el mismo, para que el lector pueda conocer algo de éste y
así poder comprender mejor el proyecto que se pensó para aplicar allí.
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EDUCACIÓN
¿Qué significa educación? Para comenzar, recurramos al origen etimológico de la palabra: “La
palabra “educación” viene del latín educatio y significa “acción y efecto de dirigir para desarrollar las
facultades de un niño”. Sus componentes léxicos son: el prefijo ex -(hacia afuera), ducere (guiar), más
el sufijo –ción (acción y efecto)” (Diccionario etimológico). Basandonos en esto podemos sacar varias
conclusiones de la acción de educar. Una de ellas es que es una acción que se realiza “hacia afuera”,
por lo tanto, que está dirigida de una persona hacia otras, lo que implica necesariamente una
capacidad comunicativa y una transmisión de contenidos. La otra mirada de esta misma terminología,
se relaciona con el significado de educatio (desarrollar facultades en el niño –el otro-) y se puede
interpretar el “hacia afuera” como “sacar afuera” esas facultades, potencialidades o virtudes del otro
(optamos por el término “otro” para referirnos al destinatario de la educación, para diferenciarnos
de la definición citada previamente que habla únicamente del niño). Por otra parte, se refiere a la
misma como una acción de guía, de conducir a ese otro por un camino, logrando un efecto
(aprendizaje y/o desarrollo de facultades).
Planteamos una primera definición de educación: “Es una acción donde una persona guía a
otra mediante la transmisión de sus conocimientos, teniendo como consecuencia el aprendizaje de
los mismos y/o el desarrollo de las potencialidades del otro (persona que es guiada)”. Entendiendo
como conocimientos a aquellos contenidos adquiridos previamente por el guía, que son
seleccionados por el mismo para su transmisión. Estos conocimientos comprenden el círculo de ideas
planteado por Herbart, que sostiene que debe ser organizado de tal forma que sus partes esten
relacionadas íntimamente y tengan el poder suficiente para vencer los elementos desfavorables y
absorber los favorables (Herbart, 1990). Esto es clasificar, ordenar, construir, un cierto orden propio a
partir de los aprendizajes que se adquieren.
Pero no nos quedemos sólo con esto, discutamos algunos elementos más. El mismo autor
(Herbart), habla de la instrucción como el medio para formar este círculo de ideas, diferenciandola de
la educación que es la encargada de construir el carácter, aunque, “Lo último no se puede hacer sin lo
primero” (Herbart, 1990). Para reafirmar esta idea recurramos nuevamente a la etimología de la
palabra: “instruir” proviene del latín instruere que significa “enseñar, informar”, y sus componentes
léxicos se dividen en in- (hacia adentro) y struere (juntar, amontonar) (Diccionario etimológico); esta
condición de “hacia adentro” tiene una estrecha relación con el educar “hacia afuera”, ya que el
educador transmite hacia los educandos los conocimientos que alguna vez incorporó. Por esto la
educación no puede ser separada de la instrucción.
Volviendo a la definición: “Es una acción en la cual una persona (educador) guía a otra
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(educando) mediante la transmisión e instrucción de sus conocimientos, teniendo como
consecuencia el aprendizaje de los mismos y/o el desarrollo de las potencialidades (sacar hacia afuera
lo incorporado) del educando ”.
Kant (1990), en su definición de educación, agrega además de la instrucción, los cuidados
elementales y la disciplina, para llegar a la formación del sujeto. Con cuidados elementales se refiere
a la infancia (donde los sujetos no pueden valerse por sí solos), pero no nos detendremos en esto,
sino en la disciplina. Ésta, se refiere a los límites impuestos, las normas, cortesías, que hacen a la
civilidad del sujeto, ya que son imposiciones éticas y morales comunes en la sociedad. Por lo tanto se
podría hablar de la educación como una “función de la sociedad” como planteaba Luzuriaga. El
educando, por lo tanto, debe adaptarse a ese conjunto de imposiciones pre-existentes en su sociedad
(por ejemplo el idioma) para poder ser parte de ella, lo que implica ser víctima de una violencia
autónoma (ya que actúa individualmente en cada sujeto) que se manifiesta al dejarlo sin opción
(Hegel, 1990). La educación entonces está íntimamente ligada a las normas y pautas sociales, es un
medio para la imposición/adquisición de las mismas y por lo tanto necesita de la disciplina para que
sea efectiva. Esta disciplina debe ser regulada, ya que los extremos no generan un buen ambiente
para la educación: la anomia implica una falta de orden total, lo que se contradice con la construcción
del círculo de ideas ya planteado; y el exceso normativo, por el contrario, genera dependencia
impidiendo la individualidad, la autonomía y el poder crítico de las personas, oponiéndose a la
posibilidad de “(…) darle a conocer su poder para gobernarse él mismo, y para no creer sin pruebas
(...)” como planteaba Émile Chartier.
Hegel también plantea que “(…) la voluntad no puede en sí y por sí, ser violentada (...) Solo
quien se quiere dejar violentar, puede de algún modo ser violentado.” (Hegel, 1990), lo que hace
referencia a otro elemento a agregar a nuestra definición: la voluntad. La misma es necesaria para
que la violencia ejercida con la educación no se convierta en una violencia autoritaria (exceso
disciplinario planteado anteriormente) sino en una de carácter simbólico o en este caso, al hablar de
la educación, pedagógica (en palabras de Hegel). La voluntad es indispensable para que la
transmisión educativa simplemente suceda, ya que es necesaria tanto desde el educador hacia el
educando (el querer transmitir los conocimientos), como viceversa (disposición para aprender), y
debería ser tarea del educador incentivar al educando para que éste se disponga a la instrucción de
los conocimientos. Esto último no es aplicable a la primera etapa de vida ya que en la misma el niño
es totalmente sometido a la voluntad del que oficie de educador (por ejemplos los padres y los
hermanos mayores), y por lo tanto a las normas sociales que se le inculcan. En cambio, en etapas más
avanzadas de la vida, la voluntad va cobrando una mayor importancia, ya que es imposible, por
ejemplo, que exista la educación de un adulto si éste no está dispuesto a la misma.
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Reformulando la definición: “La educación es una acción de carácter violento
(simbólicamente), en la cual el educador guía al educando, siendo necesaria la voluntad de ambos (la
del educador de incentivar y enseñar, la del educando de incorporar), mediante la transmisión e
instrucción de sus conocimientos, y la imposición de un conjunto de normas sociales que permiten
tener cierta cuota de disciplina, orden y aptitud para la vida en sociedad; teniendo como
consecuencia el aprendizaje de estos conocimientos y el desarrollo de las potencialidades del sujeto,
fomentando la formación en la individualidad, la autonomía y el ser crítico”.
Por último, pasaremos a analizar dos elementos no menos importantes, relacionados a la
cuestión temporal: el contexto historico-social y la cuestión del destino.
Durkheim (1990) plantea la educación como “(…) la acción ejercida por las generaciones
adultas sobre las que todavía no están maduras para la vida social”. Por su parte Gramsci (1990)
sostiene que “En realidad, cada generación ayuda a la nueva generación (…)”. Como vemos aquí,
estos autores se refieren a la educación como una acción que ejercen las generaciones más adultas
sobre las más nuevas, según Durkheim, “inmaduras”. No nos parece adecuado hablar en estos
términos, ya que imposibilitan la opción de que la educación sea ejercida entre personas de la misma
edad o incluso de alguien de menor edad hacia alguien mayor, rechazando así también los
planteamientos de Hannah Arendt (1990): “Quien quiera educar a los adultos en realidad quiere
obrar como su guardián y apartarlos de la actividad política. Ya que no se puede educar a los
adultos(…)”.
La educación depende directamente del contexto histórico-social. Esta acción se moldea a los
distintos tiempos históricos ya que cada época tiene distintos contextos políticos-económicos, y una
cultura particular que contiene rasgos heredados de otras épocas, pero es re-construida por los
actores de ese tiempo y la educación debe promover esta re-construcción; por lo tanto los
contenidos, las normas sociales, van cambiando y la educación debe actualizarse al momento y a la
sociedad en la que es ejercida, y “(…) crear al hombre “actual” a su época” (Gramsci, 1990).
Además la educación debe ser pensada como una acción que no limite la capacidad de las
personas, que no encuadre su destino de vida, contrario a lo que plantea Durkheim (1990) “(…)
desarrollar en el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y morales, que exigen (…) el
medio especial al que particularmente está destinado”. Por tanto, “(…) para educar hay que plantarse
en el presente, rescatando el pasado con miras hacia lo incierto del futuro. El saber y el enigma se
combinan para mantener e incentivar el deseo de educar. Para educar debemos saber qué transmitir
y admitir que el mundo y los niños son enigmáticos. Hacer de la educación un ANTIDESTINO (…)”
(Núñez, 1999)
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Ahora sí, definiremos educación como:
“Una acción de carácter violento (simbólicamente), en la cual el educador guía al educando,
siendo necesaria la voluntad de ambos (la del educador de incentivar y enseñar, la del educando de
incorporar), mediante la transmisión e instrucción de sus conocimientos, y la imposición de un
conjunto de normas sociales que permiten tener cierta cuota de disciplina, orden y aptitud para la
vida en sociedad; acorde a la época presente, teniendo en cuenta el pasado y proyectandose hacia el
futuro. Tiene como consecuencia el aprendizaje de estos conocimientos y el desarrollo de las
potencialidades del sujeto, fomentando la formación en la individualidad, la autonomía y el ser
crítico”.
EDUCACIÓN SOCIAL
Ahora nos enfocaremos en definir Educación Social. Considerando que es una rama de la
Educación, nos basaremos en la definición que elaboramos previamente, más aportes de distintos
autores que tratan el tema, y nuestra reflexión. Es conveniente destacar que la tarea y la concepción
de la educación social varían según las sociedades y sus culturas, más allá de los puntos en común
que puedan tener. Así, la educación social en España es distinta a la de países como Alemania, y a su
vez, a la nuestra. Los autores citados igualmente serán extranjeros y será nuestra reflexión en la parte
individual la que aterrice sus conceptos a la acotada realidad que conocemos actualmente de
Uruguay, ya que como plantea Petrus para definir la Educación Social “(…) lo más adecuado es
recurrir al análisis de la realidad existente y reflexionar sistemáticamente acerca de lo que esa
realidad es y debe ser” (Petrus Rotger, 1997).
La educación social es una rama de la educación, la cual debe poseer al menos cinco
elementos que la configuran pedagógicamente como modelo de la educación social: Agente de la
educación, Sujeto de la educación, Contenidos de la transmisión educativa, Marco Institucional, y
Metodologías para la acción educativa. Así como plantea Violeta Núñez, concordamos con que al
verse afectado uno de estos elementos, el resto se verán condicionados directamente.
Entendemos por Agente de la educación, es decir, el Educador Social, al profesional
encargado de realizar una tarea educativa con los Sujetos de la educación. Su función es como dice
García Molina (2003) “abrir a los sujetos la posibilidad de acceso a nuevos lugares en lo social y
cultural, propiciando la conexión en las redes de la sociedad de época”. Es decir, es un mediador entre
la sociedad y el sujeto de la educación, que debe transmitir contenidos. Así mismo, el Educador Social
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debe tener el deseo de educar y junto a este la convicción de que un cambio social más eficaz y justo
es posible (como planteaban Antonio Petrus Rotger y Miguel Soler), sin tener una postura
determinista sobre el futuro de los sujetos); saber y manejar los conocimientos y contenidos a
transmitir; como vimos en el concepto de educación parte de su rol es fomentar la voluntad en el
sujeto para que este pueda desarrollar sus potencialidades e intereses, establecer un “juego de
seducción” entre el sujeto y los contenidos de la cultura; también debe poder reconocer los límites
con el sujeto, saber hasta dónde puede y debe llegar en su afán por cumplir los objetivos marcados;
“realizar una acción consciente, reflexiva y planificada, fundamentada en a técnica y en la
metodología, a fin de incidir positivamente sobre una realidad social determinada” (Petrus Rotger,
1997). El Agente debe tener en claro y trabajar para que en un futuro su participación no sea
necesaria, fomentar la autonomía de los sujetos y no generar una dependencia hacia él.
Con respecto al Sujeto de la educación, comencemos por diferenciar el concepto de sujeto
del de individuo. Tal como plantea García Molina (2003), el término individuo hace referencia “a un
elemento numérico de un grupo o sociedad”. Siguiendo esta misma línea, se puede entender
individuo como “Persona cuyo nombre y condición se ignoran o no se quieren decir.” (RAE). Por lo
tanto el individuo es simplemente una concepción numérica, que carece de una identidad, de una
individualidad característica, no ocupa un lugar determinado, ni cumple con la condición de ser
humano. El sujeto, en cambio, entendido como “efecto de lugar” (García Molina, 2003), reúne ciertas
características determinadas por la actividad que realice y por lo que la sociedad supone y espera de
él. En el lugar, como ya explicamos en el Marco institucional, existen relaciones entre los sujetos y
significaciones por partes de los mismos, lo que genera una historia, memoria e identificación propia,
que se ven reproducidas en el ser del sujeto. Pasando al sujeto de la educación, entendemos al
mismo como a la persona que ocupa el puesto de adquisición de los contenidos culturales que el
agente de la educación piensa transmitir, en esta relación educativa, en un determinado lugar. Para
que esta adquisición se lleve a cabo, el sujeto de la educación debe tomar “la decisión de aprender”
(Meirieu, 2003), lo que implica una voluntad y tener una responsabilidad clara en el acto educativo.
Está impuesto por muchos autores que el sujeto de la educación coincide con aquel que se encuentra
en un estado de vulnerabilidad social, y que por lo tanto la educación social debe apuntar a la
inclusión de esas personas en la sociedad. Pero no haremos tal distinción, ya que consideramos que
por más que hoy en día la mayoría de las prácticas de educación social en nuestro país estén
destinadas a estos sujetos, esta educación debería dirigirse hacia todas las personas que se dispongan
al relacionamiento con el educador social y a la adquisición de los contenidos de la transmisión
educativa, pudiendo sí trabajar los términos de inclusión/exclusión social, pero desde varios ámbitos
de la sociedad, tendiendo redes entre estos.
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Por Contenidos de la transmisión educativa entendemos a aquello que los Educadores
Sociales deben saber para transmitirle a los sujetos de la educación, es por esto que los Contenidos
funcionan como vínculo, nexo entre el Agente y el Sujeto, y remarcan la diferencia entre ellos ya que
claramente no ocupan el mismo lugar, no están en la misma posición. Es por esto que los contenidos
cumplen un rol fundamental en el modelo. Estos deben atender a las necesidades de los sujetos de la
educación, así como adecuarse al contexto cultural, económico, político y social. Teniendo en cuenta
el objetivo final de toda acción educativa, está en el educador contemplar las distintas metodologías
para poder transmitir ya que como dice García Molina (2003) “(…) muchos de estos contenidos no
pueden transmitirse directamente mediante enseñanza o instrucción; no constituyen un don que
pueda traspasarse sin más de una mano a otra si no es en la lógica de una transacción. Y esta lógica
económica del intercambio de pertenencias no es una lógica educativa”. La selección de los
contenidos no puede contemplarlas en su totalidad el Educador Social, deberá recurrir a distintos
profesionales. Basándonos en lo propuesto por Violeta Núñez (1999) y García Molina (2003), se
deben fijar contenidos básicos, es por esto que pensamos que se deben contemplar las siguientes
áreas referenciales: Sujeto social y su entorno, Lenguaje y comunicación, Arte, Cultura, Juego,
Deporte, Salud y Tecnología, los cuales pueden llegar a variar dependiendo de la situación y los
intereses propios de los sujetos. Los contenidos de la cultura pasan a ser contenidos de la educación
en la medida que el Agente los selecciona y los utiliza con un objetivo educativo, pasando a ser lo que
se transmite no el contenido cultural propiamente dicho (no un objeto dado), sino una construcción
simbólica y técnica, que el sujeto puede adquirir, procesar, comprender, re-crear ó, como dice García
Molina (2003) “(…) dar la palabra”.
El Marco institucional. En primera instancia, marcar la diferencia entre lugar y no lugar,
considerado éste último como un simple espacio de transito, a diferencia del primero que es un
espacio domesticado, donde existen relaciones entre los sujetos y significaciones por partes de los
mismos, genera su propia historia, memoria e identificación. Es un lugar de educación, donde se
fomenta la diversidad y el aprender de las diferencias que tenemos con los otros. A su vez, cada
institución tendrá su propio estilo y formas, pero no por ello deberán considerarlo como El modelo
único, infalible, a seguir, ya que esto homogenizará la particularidad del ser, por lo que una institución
debe “(…) diversificar al máximo su oferta, sin exceder los límites del encargo social y sin estancarse
en el control rutinario” (García Molina, 2003). De todas maneras, las formas, las normas, los
requisitos, el encargo social de cada institución, junto a algunos parámetros generales a toda la
sociedad (políticas sociales), limitaran la actividad de la educación social en cada lugar.
En cuanto a las Metodologías para la acción educativa, cabe aclarar que son distintas las de la
Educación Social a los métodos de enseñanza como la didáctica escolar existente, ya que estas
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últimas intentan la formación intelectual. Pero esto no quita que la instrucción siga cumpliendo un rol
fundamental. También vale decir que no hay un único método, así como tampoco hay métodos
individualizados.
La metodología debe basarse en: la imaginación didáctica del educador, es decir, poder
desenvolverse en la mayor cantidad de panoramas posibles planteando alternativas, dado que éste
puede contar con muchas herramientas, contenidos o lugares, pero esto no le asegura el éxito; y en el
acompañamiento del proceso educativo. El Agente debe lograr que el sujeto conecte con el
contenido y una vez que los conceptos sean adquiridos y se genere un grado de autonomía suficiente
en el sujeto, debe dar un paso al costado, debe “trabajar para no estar más”, ya que a fin de cuentas
el agente debe capacitar al sujeto “para la vida exterior y no para la vida artificial de una institución.”
(Aichhorn, 2003).
En conclusión:
“La educación social es una rama de la educación, que se ejerce como una práctica
profesional, la cual posee al menos cinco elementos que la configuran como un modelo educativo:
Agente de la educación, Sujeto de la educación, Contenidos de la transmisión educativa, Marco
Institucional y las Metodologías para la acción educativa. Esta práctica se basa en la construcción de
un vínculo educativo entre el Educador social, movido por su deseo de educar y la búsqueda de un
cambio social, y el Sujeto de la educación (como sujeto de derechos y deberes), que se dispone a dicho
relacionamiento y a la adquisición de los contenidos de la transmisión educativa; buscando el máximo
desarrollo de las potencialidades del Sujeto y la conexión del mismos con los contenidos de la cultura
y la sociedad (tender redes sociales capaces de articular las diferencias), fomentando la autonomía
del Sujeto, de manera que en un futuro no sea necesaria la participación del agente.”
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AUTONOMÍA
La palabra Autonomía proviene del griego "αὐτονομία" que se divide en los componentes
léxicos αὐτóç- (autos - por sí mismo), νóμοç (nomos - regla) y -ία (acción, cualidad) (Diccionario
etimológico), por lo tanto refiere a la cualidad de la persona de ponerse reglas, normas, a sí mismo.
Relacionémoslo con la definición expuesta por la Real Academia Española (RAE): “Condición de quien,
para ciertas cosas, no depende de nadie”. Estamos hablando entonces de un sujeto que puede
valerse por sí mismo para determinadas cosas, que se autorregula en su accionar, sin tener una
imposición externa que lo limite (o por lo menos que lo encuadre excesivamente), ni una
dependencia respecto a otra persona.
¿No tener dependencia? ¿Valerse por sí solo? Estamos hablando en términos más generales
de un cierto grado de independencia del sujeto, aunque quizá será mejor abandonar el concepto de
sujeto por un tiempo para no interpretar sujeto como sujetar o como sujetado por otro; de ahora en
más, persona. Entonces hablamos de una persona con cierto grado de independencia, de
autorregulación, por lo tanto: una persona en cierta medida libre.
La libertad es un elemento trascendental para que se dé la autonomía. La misma es un estado
natural de la persona, en el cual puede operar sin obstáculos ni restricciones. ¿Qué queremos decir
con estado natural? La libertad no puede ser enseñada, es una condición innata a las personas. Lo
que si varía durante el proceso educativo y la vida son las imposiciones externas que limitan esta
libertad, que generan violencia, como decía Neill (1963) “Imponer la sustitución de procesos de
pensamiento por otros “aceptados” es violencia, el niño debe descubrir por sí mismo” (Neill habla de
niño, pero lo extendemos hacia todas las personas). Pero la libertad no significa dejar que la persona
haga absolutamente lo que quiera (lo que sería libertinaje), como ya mencionamos en nuestra
definición de educación existen ciertas normas sociales que apuntan a la vida colectiva, al respeto por
el otro, por lo tanto, consideramos que “La libertad de uno termina donde comienza la del otro”
(Neill, 1963).
El otro aspecto importante para lograr la autonomía es la autorregulación, que se desarrolla a
partir de la libertad. La autorregulación es una acción hacia uno mismo, por lo tanto es la auto
imposición de normas a la vida individual por parte de una persona. Al igual que la libertad, no es
enseñable y por lo tanto es una cualidad que se desarrolla en la libertad. Sin embargo, puede ser
fomentada en un marco educativo para que la persona de cuenta de sus propios límites y desarrolle
su capacidad de autonomía. Por lo tanto la autorregulación tiene una conexión directa con otro
concepto planteado en nuestra definición de educación: la voluntad, en palabras de Neill (1963)
“Quiere decir comportarse por voluntad de uno mismo, no en virtud de una fuerza externa; el niño
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moldeado carece de voluntad en sí mismo: es una réplica de los padres”, contrario al concepto de
heteronomía.
Bibliografía Aichhorn, A. (2003). Juventud Descarriada. En J. García Molina, Dar (la) palabra. Deseo, don y ética en
educación social. Barcelona: Gedisa.
Arendt, H. (1996). Entre el pasado y el futuro. En V. Núñez, El vínculo educativo. Barcelona:
Península.
Diccionario etimológico. (s.f.). Obtenido de http://etimologias.dechile.net/?educacio.n
Durkheim, E. (1990). Educación y Sociología. En V. Núñez, El vínculo educativo. Barcelona: Península.
García Molina, J. (2003). Dar (la) palabra. Deseo, don y ética en educación social. Barcelona: gedisa.
Gramsci, A. (1930). La alternativa pedagógica. En V. Núñez, El vínculo educativo. Barcelona: nova
terra.
Hegel, G. (1832). Filosofía del derecho. En V. Núñez, El vínculo educativo. Bs As: Claridad.
Herbart, J. (1983). Pedagogía general. En V. Núñez, El vínculo educativo. Barcelona: Humanitas.
Kant, E. (1983). Pedagogía. En V. Núñez, El vínculo educativo. Madrid: Akal.
Meirieu, P. (2003). La opción de educar. En J. García Molina, Dar (la) palabra. Deseo, don y ética en
educación social. Barcelona: Gedisa.
Neill, A. (1963). Summerhill. México DF: Fondo de cultura económica.
Núñez, V. (1999). Pedagogía social: Cartas para navegar en el nuevo milenio. Buenos Aires:
Santillana.
Petrus Rotger, A. (1997). Concepto de educación social. En A. Petrus Rotger, Pedagogía social.
España: Ariel.
RAE. (s.f.). RAE. Obtenido de http://www.rae.es/
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REFLEXIONES INDIVIDUALES
EMILIANO PUÑALES
Como ya se manifestó anteriormente, en esta parte del trabajo trataremos de llevar al campo
práctico los conceptos que hemos desarrollado hasta el momento.
Primero, considero pertinente comentar un poco acerca de los lugares visitados: la Obra
Ecuménica y el Hogar Comunidad “Rumbos Nuevos”. También fue visitado el Club de niños Timbúes
San Vicente, pero no nos detendremos a hablar de él, ya que la visita en realidad fue casual y el
verdadero motivo era solo la entrevista de un educador social.
La Obra Ecuménica se encuentra situada en el barrio Borro y fue formada por la Federación
de Iglesias Evangélicas del Uruguay (a pesar de esto, tiene un funcionamiento totalmente laico en
cuanto a la educación). Dentro de ella funcionan diversos proyectos educativos-sociales como un
Taller de mujeres, Aulas Comunitarias, Club de niños y Casa joven. Es en este último proyecto en el
que se centro la entrevista en la que participé, siendo la Casa Joven un proyecto creado en un
principio para “que los jóvenes no estén en las esquinas” en palabras del entrevistado, pero el
proyecto en sí abarca mucho más que esto. Esta centrado en la búsqueda de una continuidad
educativa en los sujetos, para lo que brinda ciertos talleres (cocina, electricidad) con carácter de
curso anual, uno vinculado y llevado adelante por docentes de UTU, y el otro por el personal que
trabaja en el proyecto. Dichos talleres funcionan a modo de iniciación, acercamiento, a las temáticas
que plantean, para luego tratar de que los sujetos se integren a un sistema educativo más complejo.
Pero también, para el caso en que esto no suceda, se mantiene un vínculo directo con los otros
proyectos de la Obra para ofrecerle a los sujetos un mayor número de posibilidades.
La Comunidad “Rumbos Nuevos” se encuentra en la zona del mercado Modelo y es
un hogar de amparo del INAU. Allí viven jóvenes de entre 16 y 18 años, hombres y mujeres, junto al
acompañamiento de un grupo de educadores de aproximadamente 10 personas que rotan sus
horarios. Es un hogar al que por lo general arriban jóvenes de otros hogares de amparo. Su proyecto
educativo está abocado especialmente al egreso de estos jóvenes, ya que a las 18 años ya no pueden
permanecer en los hogares de amparo, lo que implica un proceso de adquisición de ciertos hábitos
cotidianos, de preparación para una nueva forma de vida, para lo que será el día a día después del
egreso. La palabra Comunidad no es menor en su nombre, ya que este Hogar surge en su momento
como una idea innovadora para el país, traída de Europa, basada en la vida comunitaria. Con esto se
apunta a un concepto de vida y relacionamiento distinto por parte de sus integrantes, donde todos se
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relacionen con todos, sin generar vínculos personalizados que generen apartamientos del grupo, y
donde todos participen de las “asambleas” de grupo que realizan.
Respecto a nuestra definición de educación, queda bien marcado en ambas experiencias la
idea del educador como guía, tanto en la Obra Ecuménica donde hay un claro camino que buscan que
los destinatarios sigan (el de la continuidad educativa) ofrececiendo distintas posibilidades; como en
Rumbos Nuevos donde justamente se trata de orientar a los participantes en estos “nuevos rumbos”
que deberá transitar, tratando en ambas de desarrollar las potencialidades de los sujetos. La
transmisión e instrucción de conocimientos queda implicita en cualquiera de los dos talleres de Casa
Joven en la Obra Ecuménica, mientras que en el Hogar los contenidos cambian, y el aprendizaje
común pasa a ser de hábitos. Y es quizá aquí, en Rumbos Nuevos, donde más se pone en juego la
imposicion de un conjunto de normas sociales que ordenan y dan “aptitud” para la vida social.
Respecto a la noción del tiempo y según lo que nos contaron los entrevistados, estos lugares han ido
progresando y modificando sus formas, abriendo nuevos proyectos en el caso de la Obra, cambiando
algunas pautas de la vida comunitaria en el caso del Hogar, adaptandose a los nuevos tiempos, la
tecnología, y siempre con sueños hacia el futuro, como la participación en encuentros con otros
centros del país en el caso de Casa Joven.
Ambas entrevistas, se le puede agregar una tercera en Timbúes, fueron realizadas a por lo
menos un educador social, aunque sin embargo ninguno de los tres ocupaba un cargo concretamente
de esta profesión (Coordinador de Casa Joven, Directora de Timbúes, Educadora en el Hogar). A pesar
de esto, en los tres lugares se podía ver plasmado, más allá del modelo educativo planteado en
nuestra definición que no es específico de la Educación Social (Agente, Sujeto, Contenidos,
Metodologías, Marco institucional), ideas de las tomadas en este trabajo para desarrolar el concepto,
desarrollemos algunas: la circulación social es parte importante de cualquiera de los tres lugares, ya
sea con los paseos a distintos puntos seleccionados de Montevideo y los campamentos en el Club de
niños del barrio Marconi (Timbúes), las salidas a espectáculos culturales en distintos lugares por parte
de los jóvenes de la Obra Ecuménica, la circulación diaria de los integrantes del Hogar en sus idas a
los centros educativos, las actividades extra-curriculares, los paseos en tiempos de ocio, los viajes al
interior del país y los espectáculos culturales que se anuncian; el vínculo educativo, según las palabras
de los entrevistados, es primordial para que el proyecto educativo se lleve adelante. Era notorio en
las palabras de Cecilia Aguilar en Timbúes y en las educadoras de Rumbos Nuevos la importancia que
el mismo tiene y la gratificación que genera para ambas partes este relacionamiento que va más allá
de la mera instrucción, incluso en el Hogar teniendo un educador como referente para cada joven
para tener un vínculo más cercano que el general; los motores de estas prácticas, sin duda alguna,
son el deseo de educar (incluso resaltado por una de las entrevistadas en el hogar la característica de
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profesionales en educación de la mayoría del grupo de trabajo), la convicción de creer en la
posibilidad de cambio (“estas cosas te mueven” en palabras de la Directora de Timbúes, que nos
planteaba que “si no lo hacíamos por eso ¿para qué lo hacíamos?”) y el afecto personal ya
mencionado en el vínculo.
La autonomía es parte clave en la Comunidad “Rumbos Nuevos” y, aunque entiendo que
también se busca en cierto modo la autonomía con el proyecto Casa Joven en la Obra Ecuménica
(acercando a los individuos a una posible carrera o un posible oficio en el futuro, además de la
autonomía estudiantil), nos centraremos en este lugar para su desarrollo y también para el planteo
de la práctica socio-educativa. La autonomía es el objetivo mayor del proyecto educativo planteado
en el Hogar, como ya mencionamos se busca la adquisición de hábitos que le permitan al sujeto una
buena preparación para la vida después del egreso de los hogares de amparo, para la vida
independiente. Nos contaban los entrevistados lo poco autónomos que eran a veces jóvenes que
venían de otros hogares donde les hacían todo y que por lo tanto debían comenzar con inculcar cosas
mínimas pero elementales para la vida cotidiana que hacen a la autonomía personal y a la
autorregulación. Estos hábitos elementales están relacionadas a la alimentación (tienen un proyecto
de cocina armado, donde aprenden no solo a cocinar sino a tener una sana alimentación, variada), la
higiene (tanto a nivel personal –bañarse, lavarse los dientes-, como general –limpieza del cuarto, del
baño, de lo utilizado en la cocina y las comidas-), el estudio (el marcado y estricto horario exclusivo
para estudio), la convivencia (el día a día, la prohibición de las relaciones personalizadas –no como
medio para la autonomía, pero sí como factor que lleva a el relacionamiento con más gente-, las
asambleas de la comunidad).
Por último dejaré plateada mi idea para una posible práctica educativa en el Hogar “Rumbos
Nuevos”. En sintonía con la búsqueda de la autonomía para la futura vida después del egreso de la
que ya hablamos, mi propuesta intenta ampliar más esta cualidad y al igual que el resto de las
prácticas que ya se realizan en el Hogar, es una iniciativa plateada desde la cotidianeidad, o sea, la
adquisición de otros hábitos básicos para el día a día. La propuesta abarca un ámbito que no aprecie
en la institución: el comercial.
Para el desarrollar ciertas prácticas de mercado la idea es ir más allá del taller de cocina y
proponer uno o dos encargado por mes que tengan la tarea de realizar las compras de los artículos
cotidianos de uso diario en el Hogar (basándose en la realización de un surtido a principio del mes).
En el caso de que no funcione por un sistema de compras normal y sean todos suministros de parte
del INAU o INDA (en su caso), estas personas pueden estar encargadas de realizar los pedidos a estos
organismos, teniendo presente las cantidades gastadas por semana o mes, los distintos pedidos
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según la época del año o el menú pensado para el taller de cocina, y las particularidades eventuales
que puedan presentarse. Según lo comentado en el Hogar, me imagino que el uso del dinero sería
controlado, por lo tanto junto a los dos encargados de mes debe existir un encargado referente
adulto que se encargue ya sea del acompañamiento a la realización de las compras, las consultas
sobre la realización de los pedidos y/o el manejo del dinero. Esta propuesta está pensada desde el
objetivo transversal de autonomía, buscando la organización de los sujetos para realizar estas tareas,
la responsabilidad con las mismas y con los integrantes del hogar y el ahorro en caso de que sea
factible la realización de un surtido, todas cosas aplicables para la vida en la comunidad y la del
egresado.
SANTIAGO LEÓN
En primer lugar relacionaré los conceptos desarrollados anteriormente con la Obra
Ecuménica del Barrio Borro, y luego lo haré con el Hogar mixto de adolescentes Comunidad Rumbos
Nuevos, para tener un cierto orden de lectura.
La Obra Ecuménica presenta tres grandes bloques de trabajo, en mi caso fui al Club de Niños.
Éstos son “centros socio-educativos de atención diaria de promoción y protección de derechos de
niños, niñas y adolescentes que acompañan la acción de la familia y de la escuela en la educación.”
(INAU junio de 2014) Trabaja de lunes a viernes en el horario de 13hs a 17:30hs con 60 niños
divididos en tres grupos en paralelo con el grado escolar que cursen (1° de escuela y 2° de escuela
juntos, 3° y 4° juntos, y 5° y 6° juntos).
Con respecto al concepto de educación que hemos formulado, podemos identificar
claramente los educadores, quienes de manera rotativa acompañan en todas las tardes a los
educandos. Estos son la Coordinadora, un maestro, tres educadores sociales, una psicóloga, una
trabajadora social y varios talleristas. Por lo que la Coordinadora nos dijo en la entrevista, ellos
realizan un buen trabajo en grupo para contemplar la globalidad de los educandos desde distintas
perspectivas y en distintos momentos. Lamentablemente no pudimos compartir tiempo con los
niños, pero por lo que Karen (la coordinadora) nos demostró y transmitió que el clima de trabajo es
propició para cumplir los objetivos que la “educación” plantea. Con respecto a la mención de las
normas sociales, disciplina, orden y aptitud para la vida en sociedad, en el Club de niños trabajan con
un sistema de evaluación por “semáforo”, donde se valora: el vínculo del niño con sus pares, el
vínculo con los adultos, su actitud en los talleres y su actitud en las salidas. Se debe lograr el verde
para poder un niño ir al paseo del mes. Primero, la evaluación es propia de cada niño en una instancia
colectiva y por niveles. Luego, los que terminan de evaluar son el equipo mediante la discusión. Si
bien un niño tiene un problema determinado, al verse un avance por parte del equipo, ya se le pasa a
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mejorar el color que tenía. El niño que tiene amarillo o rojo no tiene la posibilidad de irse de paseo
con sus compañeros, tampoco puede estar en el club ese día. Esto fomenta el ser crítico y la
autonomía de los niños.
Relacionando la Obra Ecuménica con la definición planteada de Educación Social, podemos
identificar los cinco elementos que la configuran como un modelo educativo. Los agentes de la
educación y los sujetos de la educación ya detallados, los contenidos de la transmisión educativa que
vemos representados en el objetivo principal de la obra que es: Garantizar los derechos de los niños y
que se apoderen y ejerzan los mismos; así como podemos identificar los distintos talleres que
semanalmente realizan. El marco institucional que se desgloba de todo lo comentado y las
Metodologías para la acción educativa brevemente nos comentó que se hacía un trabajo para el
egreso de los chicos y acompañamiento.
Y en cuanto al concepto de Autonomía desarrollado, si bien en varios aspectos se trabaja en
general para desarrollar esta condición como ya he mencionado brevemente, luego plantearé una
práctica socio educativa posible que favorezca en este afán por desarrollar las potencialidades de los
niños.
Por otra parte, atendiendo a la definición de educación y de educación social, en el Hogar
Comunidad Rumbos Nuevos trabajan varios profesionales (educadores sociales, licenciados en
ciencias sociales y en ciencias políticas, una cocinera y profesores) con jóvenes de 16 a 18 años que
no tienen un lugar donde vivir y cumplir sus necesidades básicas. En el hogar conviven con un
“Enmarque” que impone las normas sociales y el orden, intentando promover la disciplina y
aptitudes para la vida en sociedad. Uno de los principales aspectos trabajados aquí es la autonomía,
por medio de distintas prácticas y con un proyecto muy fuerte con la cocina, por ello no centraré mi
práctica educativa aquí.
Propuesta de práctica educativa en la Obra Ecuménica del Barrio Borro para promover la
autonomía de los sujetos:
Teniendo en cuenta el funcionamiento existente de la Obra Ecuménica, donde dependiendo
del día tienen una tarea específica a realizar en la tarde como (piscina o distintos talleres), mi
propuesta es que un día a la semana sean los niños quienes decidan qué hacer.
Si bien es cierto que los días viernes los niños cuentan con un programa similar donde
pueden elegir qué hacer dentro de los talleres propuestos por los educadores, esta propuesta (que
sustituiría la existente, donde los niños no eran libres sino que debían adecuarse a la oferta de los
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educadores), fomentaría la autonomía individual y grupal ya que para poder realizar lo que ellos
quieran realizar deberán organizarse.
Previo al momento de decidir, se trabajaría con los niños sobre “¿Qué es una asamblea?” y
aquí se les brindará las herramientas que ellos necesitarán para la organización. Esto puede ir
acompañado con: alguna película (por ejemplo “Madagascar”), donde de una manera distinta se les
muestra una asamblea en acción; y entrevistas barriales, preguntándole a los vecinos y averiguando
en sus casas si “alguna vez participaron en alguna asamblea y qué no puede faltar en una”. Con esto
expandimos los objetivos de la propuesta, ya que en caso de quererlo se pueden trabajar aspectos
como la Participación y/o la Identidad.
Una vez que los niños cuentan con estos insumos, se les propone conformar una asamblea.
Es aquí donde más podemos apreciar la autonomía, ya que ellos mismos deberán organizarse y
repartirse los roles para que la asamblea de sus frutos. En ella se debatirá qué actividad se querrá
hacer en ese día (se puede hacer perfectamente de una semana para la otra si la propuesta necesita
cierta preparación).
Bibliografía
INAU (junio de 2014). Disponible en: www.inau.gub.uy/index.php/ninerz/clubes-de-ninos
AGUSTINA ÁLVAREZ DE RON
Para comenzar con esta relación entre lo teórico y lo práctico, contaré las características de
cada visita que realicé.
La primera fue en el “Portal Amarillo”, un centro en el cual atienden problemáticas con las
drogas, en chicos desde 16 años hasta adultos. La creación de este centro fue ordenada por el M.S.P
(Ministerio de Salud Pública) en el 2005, buscando un centro de información y referencia de las
personas que consumen. Aquí funcionan tres dispositivos con distintas metodologías y que trabajan
con diferentes usuarios. La entrada al centro se da a través del dispositivo “ambulatorio”, que
consiste en grupos terapéuticos abiertos a la comunidad donde se explica el funcionamiento y se
brindan herramientas para la prevención. El siguiente paso sería el “Centro Diurno” que se lleva a
cabo de lunes a viernes en las mañana, arrancando el día con el desayuno y finalizando con la
realización de distintos talleres, complementando el acompañamiento de los pacientes con un equipo
de profesionales (psicólogos, psiquiatras, educadores sociales, trabajadores sociales, médicos,
talleristas). El tercer dispositivo es el “Residencial”, en el que los pacientes están atravesando
situaciones de no poder parar de consumir y perdiendo la autorregulación.
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La otra visita fue en la comunidad “Rumbos Nuevos”, Hogar de amparo del INAU, dónde viven
adolescentes de ambos sexos entre 16 y 18 años. El proyecto educativo dentro de esta comunidad es
el trabajar sobre lo cotidiano, destacando que sobre cada rutina hay una enseñanza, fomentando la
creación de hábitos. Hay 10 educadores que los acompañan diariamente (rotando según horarios),
siendo cada uno de estos referente de uno de los adolescentes, para lograr así un acompañamiento
más mantenido y interviniendo en la preparación para el egreso.
Comenzando con la reflexión sobre estos dos centros muy distintos y con enfoques
diferentes, logro resaltar aspectos en común, dando cuenta de que lo educativo está de trasfondo en
ambos, aunque no sea el objetivo principal, ya sea con los talleres en el Portal o con las enseñanzas
sobre lo cotidiano en la Comunidad. Para profundizar en estas relaciones me enfocaré
particularmente en la Comunidad “Rumbos Nuevos”.
La educación, como ya mencionamos anteriormente, es el fomentar el desarrollo de las
potencialidades del sujeto, y esto se da teniendo la voluntad de ambas partes (educador- educando),
auspiciando el educador como guía para ir transmitiendo no solo contenidos sino que también las
normas sociales que se deben cumplir para mantener la disciplina y formar parte de la sociedad. Con
respecto a esto, en el Hogar por ejemplo, guían a los adolescentes hacia el desarrollo de la
autonomía, dándoles libertad (dentro de las reglas) de poder elegir que estudiar, que actividades
extras realizar, que amigos tener, y sin restricciones en el pensamiento. A su vez, tienen proyectos
claros, de cómo instruirlos sobre lo cotidiano para que en un futuro sean seres más autónomos aún, y
puedan valerse por sí mismos; un ejemplo de esto es la tarea de la cocinera que no solo prepara la
comida sino que los hace parte a los jóvenes de esa preparación logrando que sepan hacerlo solos,
también lo es el mantenimiento de la casa en general, y la responsabilidad de cada uno de hacer sus
trámites correspondientes (sacar boletos, pedir hora con el médico, tomar los medicamentos, etc.).
En mi opinión puedo afirmar que la función del educador social se cumple en esta Comunidad,
basándome en lo plateado por García Molina con respeto a la tarea del agente de la educación
(García Molina, 2003): “abrir a los sujetos la posibilidad de acceso a nuevos lugares en lo social y
cultural, propiciando la conexión en las redes de la sociedad de época”. Es así que los educadores
buscan la participación activa de estos adolescentes en su propia vida social, y les permiten disfrutar
de su autonomía, acompañándolos, pero previendo que no estarán presentes en el futuro de estos
sujetos. Por este motivo, los educadores están presentes en el acompañamiento afectivo y en el
educar, haciendo un seguimiento de la situación particular de cada uno, y no se ocupan de las tareas
que los adolescentes como seres autónomos pueden realizar sin ningún inconveniente (orden de sus
cosas, cocina, limpieza).
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La relación entre lo teórico y lo práctico (de la pregunta anterior) lo realicé fundamentándolo
en un Centro en particular, que es a su vez, en el que pensé mi práctica socio- educativa.
A la hora de encarar la realización de esta práctica me enfoque en pensar que propuesta sería
la adecuada para fomentar cada uno de los términos explicados antes (la educación- el rol del
educador social), pero fundamentalmente la Autonomía.
El proyecto que pensé puede extenderse en el tiempo, y pasar a ser parte de la propuesta del
Hogar, o por el contrario ser una simple intervención de algunos meses con los adolescentes que
estén en ese momento. Esta dualidad, depende únicamente de los protagonistas, que son los
adolescentes de entre 16 y 18 años que viven allí, esto se irá explicando solo a medida que
avancemos en los objetivos.
La propuesta consiste en que se genere una especie de “taller”, cada 15 días, en un día y hora
elegido por los chicos, el cual lo llevarán a cabo uno o dos educadores, que también pueden ser
votados por ellos. Este taller no será lo principal, sino el medio para llegar a ello. El rol que el
educador debe cumplir en este espacio en particular, es el de llevar adelante la actividad,
entusiasmar a los protagonistas y tener la apertura necesaria para hacer modificaciones propuestas
sin salirse del objetivo.
La idea es que puedan organizarse entre ellos en grupos de a dos o tres por afinidad
(respetando la condición de que nadie quede afuera), quizás puede ser con la ayuda de un
calendario ya que serían bimensuales las intervenciones de cada subgrupo, y así poder proponer
salidas didácticas, actividades, o visitas que les interese como comunidad realizar. Para ello, deberán
no sólo informarse sobre las posibilidades que hay sino que gestionar la actividad en ese subgrupo, e
intentar convencer a los demás compañeros y educadores porqué estaría bueno realizarla. Ligado con
lo del interés está la explicación de porqué depende de los protagonistas la duración de esta práctica.
Como punto de partida, se me ocurre que antes de la división de grupos y de la época del año
que a cada uno le tocará, se deben poner normas y aclarar aspectos necesarios para luego permitir
que ejerzan su Autonomía sin intervenciones. Esos aspectos se me ocurre que pueden ser
condiciones a la hora de pensar la actividad, con respecto a los objetivos deberían ser: actividades
culturales (relacionadas con el arte), sociales, históricas, o con objetivos que puedan ser aplicados o
que enriquezcan. Además, en relación al lugar, pueden ser en Montevideo o en el interior del país,
pero debe ser el mismo equipo el que consulte y vaya proponiendo a los educadores las cosas que se
les ocurren para ver si son o no aprobadas por ellos (teniendo en cuenta las posibilidades, y si es o no
viable el llevarla a cabo).
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En los talleres cada 15 días se irá acompañando al subgrupo encargado, y este irá buscando
los métodos para promocionar la actividad que está organizando (luego que fue aprobada por los
adultos).
Una vez definida la propuesta del grupo, éste deberá encargarse de realizar una lista de
insumos y cosas para hacer, pensando en cada detalle (comidas, locomoción, materiales), y
entregarla al equipo de adultos responsables del taller.
Ahora pasaré a poner un ejemplo, para que sea más fácil de visualizar. Un subgrupo decide
que en este período bimensual, el paseo que van a realizar es a Colonia, el objetivo que plantean es
histórico, pero a su vez geográfico por el puerto. Ellos plantearon la idea de quedarse una noche allá,
pero los responsables no vieron viable esa opción (ya que si no hay ningún establecimiento que tenga
convenio con INAU, se hace inviable de sustentar, por ejemplo), entonces el equipo adaptó su
propuesta y decidió ir a pasar el día. Para esto necesitaron tener en cuenta la locomoción, la cantidad
de personas (adolescentes y educadores), la comida a llevar o preparar desde el hogar, y las visitas
puntuales a realizar una vez ubicados en el destino (para ello, deberán informarse a través de la web,
sobre qué lugares quieren conocer y qué sentido tiene conocerlos).
Para concluir, quiero resaltar que hasta ahora son los educadores los que plantean esas
salidas o actividades, teniendo en cuenta la parte educativa de cada una de ellas. Por eso, creo que es
posible aplicar esta práctica a la comunidad “Rumbos Nuevos”, ya seguirían siendo propuestas con el
mismo enfoque, pero que serán pensadas y gestionadas por ellos mimos, lo que le da un plus de
interés y de autonomía.
Bibliografía
García Molina, J. (2003). Dar (la) Palabra. Deseo, don y ética en educación social. Barcelona:
gedisa.