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EDUCACIÓN SEXUAL Y PROMOCIÓN DE LA SALUD EN ESCUELAS MEDIAS ARGENTINAS Ana Lía Kornblit Sebastián Sustas 1 Concepciones sobre sexualidad, género y diversidad sexual en docentes y alumnos La presente ponencia se propone indagar en las concepciones de los docentes y alumnos de escuelas medias de la Argentina a partir de analizar sus respuestas a una encuesta estructurada que aborda las siguientes dimensiones: sexualidad, diversidad sexual, equidad de género, género y sexualidad, sexualidades hegemónicas y no hegemónicas. Es posible observar diferencias en relación a las dimensiones analizadas tomando como referencia las distintas regiones del país donde los docentes residen. Estas mismas diferencias también se observan a partir del análisis de los datos de alumnos. Algunos hallazgos nos permiten establecer relaciones entre las concepciones sobre sexualidad de los docentes y el grado de conocimiento sobre este tema que tienen los alumnos según las diferentes regiones. Una de las dimensiones centrales de la ESI es el enfoque integral, responsable y multidisciplinar de la sexualidad, lo que permite superar los reduccionismos biológicos y los sesgos de género, entre otros aspectos. Desde el enfoque ESI se hace hincapié en las diversas dimensiones que son constitutivas de la sexualidad y que implican la interacción de factores psicológicos, biológicos, socioeconómicos, culturales y éticos. Muchas de las dificultades en materia de educación sexual en las escuelas provienen de la formación de los docentes, así como de sus mitos y prejuicios sobre el tema. Una forma de aproximación a las concepciones sobre la sexualidad útil para desentrañar valoraciones y significados en torno a ella es la categorización “liberal/conservador”, considerando estos conceptos como los extremos de un continuo que refleja las actitudes de los sujetos frente a temas relativos a la sexualidad (Vidal et al., 2007). Las nuevas tecnologías reproductivas y anticonceptivas y el empoderamiento de las mujeres en la búsqueda de su autonomía constituyen cuestionamientos básicos a las formas tradicionales y hegemónicas en que se dan las relaciones de género. En el debate público muchas veces estos temas son abordados con posturas valorativas, convirtiéndose en un campo de disputa político-ideológica (Valdés y Guajardo, 2003). Por un lado se plantea la postura tradicional o conservadora entendida como la actitud y un conjunto de conductas basadas en el principio del respeto al orden y al mantenimiento de las costumbres (INJUV, 2000), que en el caso de la sexualidad se identifica con una mirada que privilegia la función reproductiva en el marco del matrimonio, la heterosexualidad y los roles de género tradicionales. Por otro lado se perfila una postura liberal, entendida como la actitud y un conjunto de conductas basadas en el principio básico de la libertad de elección (INJUV, 2000), que se vinculan con posturas proclives a la autodeterminación, legitimando la diversidad de prácticas y orientaciones en el plano sexual y reproductivo. Siguiendo a los mencionados autores, definimos en este trabajo como liberal el conjunto de actitudes y opiniones orientadas a la tolerancia y aceptación de las diferencias sociales y sexuales, y como tradicional el conjunto de actitudes y opiniones intolerantes frente a las diferencias y, por tanto, proclives a la discriminación en temas relativos a la sexualidad. Dado que trabajamos con dos poblaciones: docentes y alumnos, caracterizaremos a continuación las dos fases de la investigación en las que exploramos los temas mencionados. 1 Instituto de Investigaciones Gino Germani. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires.

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EDUCACIÓN SEXUAL Y PROMOCIÓN DE LA SALUD EN

ESCUELAS MEDIAS ARGENTINAS

Ana Lía Kornblit

Sebastián Sustas1

Concepciones sobre sexualidad, género y diversidad sexual en docentes y alumnos

La presente ponencia se propone indagar en las concepciones de los docentes y alumnos de escuelas

medias de la Argentina a partir de analizar sus respuestas a una encuesta estructurada que aborda las

siguientes dimensiones: sexualidad, diversidad sexual, equidad de género, género y sexualidad,

sexualidades hegemónicas y no hegemónicas.

Es posible observar diferencias en relación a las dimensiones analizadas tomando como referencia las

distintas regiones del país donde los docentes residen. Estas mismas diferencias también se observan a

partir del análisis de los datos de alumnos.

Algunos hallazgos nos permiten establecer relaciones entre las concepciones sobre sexualidad de los

docentes y el grado de conocimiento sobre este tema que tienen los alumnos según las diferentes

regiones.

Una de las dimensiones centrales de la ESI es el enfoque integral, responsable y multidisciplinar de la

sexualidad, lo que permite superar los reduccionismos biológicos y los sesgos de género, entre otros

aspectos. Desde el enfoque ESI se hace hincapié en las diversas dimensiones que son constitutivas de

la sexualidad y que implican la interacción de factores psicológicos, biológicos, socioeconómicos,

culturales y éticos. Muchas de las dificultades en materia de educación sexual en las escuelas

provienen de la formación de los docentes, así como de sus mitos y prejuicios sobre el tema.

Una forma de aproximación a las concepciones sobre la sexualidad útil para desentrañar valoraciones y

significados en torno a ella es la categorización “liberal/conservador”, considerando estos conceptos

como los extremos de un continuo que refleja las actitudes de los sujetos frente a temas relativos a la

sexualidad (Vidal et al., 2007). Las nuevas tecnologías reproductivas y anticonceptivas y el

empoderamiento de las mujeres en la búsqueda de su autonomía constituyen cuestionamientos básicos

a las formas tradicionales y hegemónicas en que se dan las relaciones de género.

En el debate público muchas veces estos temas son abordados con posturas valorativas, convirtiéndose

en un campo de disputa político-ideológica (Valdés y Guajardo, 2003). Por un lado se plantea la

postura tradicional o conservadora –entendida como la actitud y un conjunto de conductas basadas en

el principio del respeto al orden y al mantenimiento de las costumbres (INJUV, 2000)–, que en el caso

de la sexualidad se identifica con una mirada que privilegia la función reproductiva en el marco del

matrimonio, la heterosexualidad y los roles de género tradicionales. Por otro lado se perfila una

postura liberal, entendida como la actitud y un conjunto de conductas basadas en el principio básico de

la libertad de elección (INJUV, 2000), que se vinculan con posturas proclives a la autodeterminación,

legitimando la diversidad de prácticas y orientaciones en el plano sexual y reproductivo. Siguiendo a

los mencionados autores, definimos en este trabajo como liberal el conjunto de actitudes y opiniones

orientadas a la tolerancia y aceptación de las diferencias sociales y sexuales, y como tradicional el

conjunto de actitudes y opiniones intolerantes frente a las diferencias y, por tanto, proclives a la

discriminación en temas relativos a la sexualidad.

Dado que trabajamos con dos poblaciones: docentes y alumnos, caracterizaremos a continuación las

dos fases de la investigación en las que exploramos los temas mencionados.

1 Instituto de Investigaciones Gino Germani. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires.

2

La investigación sobre docentes

En el caso de los docentes la muestra fue extraída entre aquellos que habían finalizado el curso virtual

dictado por el Programa de Educación Sexual Integral (ESI) del Ministerio de Educación de la Nación

durante 2010 y 2011, a quienes administramos una encuesta que exploraba sus opiniones, creencias y

actitudes en los temas relacionados a la sexualidad mencionados más arriba, la mayor parte de los

cuales habían sido desarrollados en los contenidos del curso virtual.

Aspectos metodológicos

La encuesta a docentes se realizó vía correo electrónico; el cuestionario se envió a los docentes que

finalizaron los cursos durante 2009 y 2010. De los 1112 docentes de todo el país a los que se les envió

contestaron 585, lo que representa el 52.6%.2 Se trata de un muestreo intencional no probabilístico,

estratificado por regiones. La muestra de docentes según regiones quedó conformada del siguiente

modo:3

La investigación sobre alumnos

Aspectos metodológicos

En la encuesta a alumnos se utilizó una técnica de recolección de información a partir de la aplicación

de un cuestionario autoadministrado. El relevamiento se realizó durante el segundo semestre del 2012.

El procedimiento muestral fue intencional no probabilístico, procurando la diversidad de la

composición de la muestra según el sexo, la edad, el nivel socioeconómico de los alumnos y la región

de residencia. El universo estuvo compuesto por alumnos de escuelas secundarias públicas de todo el

país, de 2° a 5° año. La muestra de alumnos según regiones quedó conformada de la siguiente manera:

2 Si bien no es un porcentaje de respuestas alto, está dentro de lo que se obtiene en este tipo de relevamientos.

3 En la descripción de los resultados éstos fueron agrupados según las siguientes regiones del país: CABA, Conurbano

Bonaerense, Región Central (Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos), Cuyo (Mendoza, San Juan y San

Luis); NOA (Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja) y Patagonia (Neuquén, Río Negro, Chubut,

Santa Cruz y Tierra del Fuego).

Región f %

CABA

GBA

24

30

4

5

Centro 158 27

Cuyo 31 5

NEA 114 19

NOA 105 18

Patagonia 123 21

Total 585 100

3

Región f %

CABA 343 6

GBA 1235 20

NOA 1319 22

NEA 470 8

Cuyo 566 9

Centro 1866 30

Patagonia 320 5

Total 6119 100

Herramientas estadísticas en ambas poblaciones

Para indagar acerca de las creencias y actitudes en temas relacionados a la sexualidad de los docentes y

alumnos, utilizamos una serie de afirmaciones en relación con las cuales debían expresar sus grados de

acuerdo, posicionando su respuesta en una escala de tipo Likert.4

Sobre la mencionada batería de afirmaciones con escalas de tipo Likert, se utilizó la técnica estadística

de análisis factorial por componentes principales. El método empleado permite reducir la

dimensionalidad de los datos relevados de modo que sea posible observar cómo se agrupan los datos,

dado que permite determinar “empíricamente qué cantidad de dimensiones –constructos subyacentes–

representan la mayor parte de la variación en un instrumento de medición” (Stevens, 2002: 386). Es

decir, se busca transformar las variables originales en un nuevo conjunto reducido de variables

(factores) que son combinaciones de las originales. Estos factores o componentes principales permiten

por un lado reducir el número de variables, con lo que simplifican el conjunto de datos obtenido, y por

otro, exponer posibles estructuras subyacentes a los mismos. El propósito es que un número mucho

más pequeño de dichos componentes pueda dar cuenta de la mayor parte de la variación del conjunto

original de variables. En este sentido, los dos principales objetivos del método son reducir la

dimensionalidad del espacio original y asignarle a cada objeto o unidad de análisis valores dentro de

esas nuevas variables "latentes".

Los componentes así obtenidos, al ser interpretados y nominados, permiten observar los

posicionamientos de opinión y las concepciones de los docentes y alumnos respecto de las principales

dimensiones abordadas en la investigación: diversidad sexual, difusión y enseñanza del uso de

métodos anticonceptivos, género, sexualidad y prácticas sexuales. A continuación presentamos una

descripción conceptual de los componentes, y luego una descripción de las formas de distribución que

adquieren según las regiones del país.

1. Concepciones en torno a la diversidad sexual: en este componente se incluyen todos aquellos

aspectos que remiten a la aceptación o rechazo de elecciones sexuales no signadas por la matriz

heterosexual. Asimismo, se incluyen también referencias hacia las sexualidades no hegemónicas y las

formas usuales de discriminación, y a los estereotipos estigmatizantes en torno a la homosexualidad y

el lesbianismo.

2. Concepciones en torno a la enseñanza del uso de métodos anticonceptivos y su accesibilidad: este

componente contiene aspectos en torno a la difusión informativa y enseñanza del uso y la accesibilidad

de métodos anticonceptivos en lugares públicos y en las escuelas.

3. Concepciones en torno a las prácticas sexuales: entendiendo por tales las concepciones acerca de la

iniciación sexual –y las relaciones sexuales en general– y los contextos afectivos que debieran

4 Las escalas están compuestas por las siguientes categorías: 1 totalmente en desacuerdo, 2 muy en desacuerdo, 3 un poco

en desacuerdo, 4 un poco de acuerdo, 5 muy de acuerdo, 6 totalmente de acuerdo.

4

rodearlas. Asimismo, comprenden los niveles de acuerdo y desacuerdo con prácticas sexuales más

tradicionales y aquellas más liberales.

4. Concepciones de género en torno a la sexualidad: entendiendo por tales a las concepciones acerca

de los deseos y pasiones asociadas a cada género. Asimismo, comprenden los grados de acuerdo y

desacuerdo con los estereotipos sexistas en torno a las prácticas sexuales y uso de los métodos

anticonceptivos.

5. Concepciones de género en torno al mundo del trabajo: en este componente se incluyen las

posiciones y valoraciones que el hombre y la mujer ocupan en las esferas públicas laborales.

Particularmente comprenden las distinciones entre esferas y espacios de sociabilidad asociados a cada

género, como así también las disposiciones actitudinales vinculadas (proactividad, sumisión, etc.)

Factores emergentes en docentes

Las lecturas y las actividades del curso llevan a un indudable cuestionamiento de parte de los docentes

en cuanto a qué conductas están dispuestos a alentar en relación con las diferencias de género. Así, el

componente 1, sobre diversidad sexual, aborda temáticas referidas a la aceptación de las sexualidades

no regidas por la heteronormatividad hegemónica. Ejemplo de algunas afirmaciones que conforman

este componente son: “una mujer separada de su marido puede vivir con sus hijos y su nueva pareja

lesbiana” o “mantendría a mi hijo/a en el mismo colegio, aún si me enterara que su profesor/a es

homosexual o lesbiana”. El porcentaje de aceptación general alcanza el 74%, porcentaje que si bien es

alto, es menor en relación a los factores en torno a las concepciones de género (Tabla 1).

Los docentes de la región metropolitana, que incluyen las jurisdicciones de CABA y los partidos del

conurbano bonaerense, al igual que los docentes de la región patagónica, manifiestan en mayor

porcentaje grados de acuerdo respecto de frases que expresan la aceptación de las minorías sexuales y

el ejercicio pleno de sus derechos. En este sentido, el porcentaje de acuerdo alcanza en CABA el 88% y

en GBA el 90%. En contraste, al comparar dichos porcentajes con los de las respuestas de los docentes

de las regiones de NOA, NEA y Cuyo, las respuestas expresan cierta dificultad para aceptar las

sexualidades no hegemónicas.

Tabla 1: Concepciones de los docentes en torno a la sexualidad por regiones del país

Regiones (en %)

Total CABA GBA NOA NEA Cuyo Centro Patagonia

1-Concepciones en torno a la

diversidad sexual

74 88 90 64 63 63 78 82

2-Concepciones en torno a la

enseñanza del uso de los preservativos

y su accesibilidad

87 93 96 86 86 74 87 89

3-Concepciones en torno a las

prácticas sexuales

39 65 58 26 33 33 39 46

4-Concepciones de género en torno a

la sexualidad

87 93 93 79 86 91 87 91

5-Concepciones de género en torno al

mundo del trabajo

85 92 93 79 76 78 89 91

Observamos que el 87% de los docentes están de acuerdo con que se enseñe acerca de los diferentes

métodos anticonceptivos y que éstos sean accesibles a los estudiantes (componente 2). Algunas

afirmaciones que conforman este componente son: “es importante que se enseñe a usar el preservativo

en el colegio” o “los preservativos debieran venderse en lugares públicos como universidades,

5

boliches, shoppings, etc.”. El porcentaje de acuerdo de este factor emergente, junto con el obtenido en

relación al rechazo a los estereotipos de género, es el más alto alcanzado entre todos los componentes

resultantes, lo cual se vincula con el hecho de que se trata de un aspecto que involucra

fundamentalmente transmisión de información, lo que si bien es fundamental en educación sexual, no

incluye aspectos vinculares y afectivos de la sexualidad, y por lo tanto implica menor compromiso

personal en su tratamiento. Por otra parte, como dice Morgade (2006): “La aproximación explícita a la

sexualidad más reconocida en las aulas del secundario ha sido y es el tema de ‘la reproducción de la

vida humana’. La reproducción, que se estudia en la materia Biología, integró durante mucho tiempo la

formulación privilegiada como estrategia didáctica para el estudio minucioso del cuerpo humano”

(pp.3). La incorporación del tema de la anticoncepción se da entonces en el contexto de contenidos

sobre la reproducción ya transitados en la escuela.

En términos generales los docentes de todas las regiones del país presentan elevados porcentajes de

acuerdo en relación a la enseñanza y difusión de métodos anticonceptivos, principalmente los

preservativos. Tal vez los sentidos otorgados a esa difusión sean los que marquen las diferencias en

relación a las respuestas otorgadas por los docentes. Las valoraciones, evidenciadas a partir de los

porcentajes de acuerdo, pueden velar significados contrapuestos que sólo adquieren un sentido integral

al poder dar cuenta de las concepciones de sexualidad y género de los docentes. Es así como la

enseñanza y difusión de los métodos anticonceptivos (MACs) pueden estar ligadas al enfoque médico

“preventivista”, cercano al enfoque de “sexo más seguro”, o a la necesidad de brindar herramientas que

garanticen los derechos de los jóvenes en el acceso a la información sobre las formas de cuidado en las

relaciones sexuales. El enfoque médico preventivista, si bien representa un avance en relación con la

ignorancia del tema en la escuela, se reduce a la transmisión de información referida a los riesgos

posibles de las prácticas de sexo no seguro, prescindiendo de las creencias, valores y actitudes de los

jóvenes que enmarcan dichas prácticas.

Retomando las distribuciones porcentuales en relación a la enseñanza y difusión de MACs, vale señalar

que las respuestas de los docentes de Cuyo presentan, aunque elevados, los menores niveles de

acuerdo, lo que puede indicar una cierta reticencia relacionada con aspectos que pueden ser

considerados del ámbito de lo privado, y por lo tanto, por fuera del curriculum escolar.

El componente 3, que se refiere a las prácticas sexuales y a los contextos en los que tienen lugar,

alcanza un porcentaje promedio de acuerdo del 39%. Algunas de las frases que conforman este factor

son: “la iniciación sexual no necesariamente debe producirse en un contexto de amor” o “si hay

acuerdo en la pareja, es legítimo que sus integrantes puedan tener otras parejas sexuales”. El bajo

porcentaje de acuerdo muestra que la aceptación de la diversidad sexual y el rechazo de los estereotipos

de género concitan mayores acuerdos cuando se plantean en términos de derechos que cuando se alude

a la aceptación en concreto de prácticas sexuales que trasvasan las formas instituidas por la matriz

heterosexual.

Al observar las diferencias de las respuestas de los docentes en torno a las prácticas sexuales según la

región del país, observamos importantes variaciones. Los docentes de CABA y GBA son los únicos

que presentan mayores proporciones de acuerdo que de desacuerdo: 65% y 58% respectivamente. Estas

respuestas evidencian una aceptación, al menos de forma manifiesta, de prácticas sexuales que se

apartan de los sentidos tradicionales implícitos en la matriz heterosexual, conyugal, monogámica. Las

respuestas mencionadas por docentes de la región metropolitana (CABA y GBA) contrastan

notablemente con las observadas en los docentes de las regiones de NOA, NEA y Cuyo donde los

porcentajes de acuerdo alcanzan el 26%, 33% y 33% respectivamente. Podríamos pensar entonces, que

en estos últimos docentes, estas prácticas sexuales se presentan como “promiscuas”, y por lo tanto

repudiables según las formas tradicionales instituidas.

La mayor parte de los docentes tienen clara la existencia de estereotipos acerca de los rasgos genéricos

atribuidos a cada uno de los sexos. De tal forma, el replanteo de los propios estereotipos en torno a lo

femenino y lo masculino es uno de los ejercicios introspectivos incorporados por parte de los docentes

6

encuestados de todos los niveles del sistema escolar. En relación con los estereotipos sobre género y

sexualidad, el desacuerdo alcanza un 87% (componente 4), mientras que respecto a los estereotipos de

género y el mundo del trabajo (componente 5), el desacuerdo alcanza el 85%.

En los factores emergentes relativos a concepciones de género, encontramos en todas las regiones

elevados niveles de desacuerdo con frases que tienden a reproducir estereotipos sexistas (por citar un

ejemplo: “una mujer que ha tenido muchas parejas sexuales, pierde respetabilidad”), o a afianzar la

separación de esferas entre lo público/laboral y privado/íntimo (por ejemplo: “la incorporación de la

mujer al mundo laboral ha repercutido en que los niños sean más desordenados y desobedientes”).

Existen, sin embargo, mayores niveles de desacuerdo con este tipo de frases en las respuestas de

docentes de CABA y GBA, cercanas en ambos casos al 93%. Consideramos que la visibilidad de estas

temáticas en la agenda pública, sobre todo en relación a las políticas de género, es un elemento

importante en relación a los “cambios epocales” experimentados en los últimos años en relación a las

temáticas de sexualidad y reproducción. Los menores niveles de desacuerdo encontrados en las

regiones de NOA, NEA y Cuyo, aunque elevados, pueden ser un indicio de resabios de instancias

sexistas que continúan imprimiendo roles de género particulares a cada sexo.

Factores emergentes en alumnos

Los relevamientos de alumnos y docentes incluyeron las mismas preguntas de opinión sobre sexualidad

y género con el objetivo manifiesto de realizar una comparación posterior. Al igual que con la

población docente, con los datos del relevamiento a alumnos aplicamos la misma técnica de factoreo

por componentes principales. Resultado de ello, es la identificación de 5 componentes. Estas mismas

“variables latentes”, son comunes a los docentes, por lo cual, tienen la misma definición y nominación

anteriormente descrita.

A continuación, tomando las regiones geográficas como criterio de segmentación, describimos

sucintamente los rasgos salientes al respecto en torno a los jóvenes, incluyendo algunas referencias a

los datos de docentes a modo comparativo.

Concepciones de los alumnos en torno a la sexualidad por regiones del país

Regiones (en %)

Total CAB

A

GBA NOA NE

A

Cuyo Centro Patagonia

1-Concepciones en torno a la

diversidad sexual

49 67 55 36 45 42 52 56

2-Concepciones en torno a la

difusión y enseñanza de

métodos anticonceptivos

82 91 82 72 86 84 84 87

3-Concepciones de género en

torno al mundo laboral

58 69 57 52 54 55 61 64

4-Concepciones en torno a las

prácticas sexuales

42 59 47 35 43 36 42 46

5-Concepciones de género en

torno a la sexualidad

44 61 48 38 39 41 45 41

Las referencias a las diversidades sexuales (componente 1) fueron abordadas apelando a aspectos

relativos a los derechos de las minorías sexuales. Del total muestral, sólo la mitad de los jóvenes (49%)

mencionan respuestas con algún grado de acuerdo en relación con el respeto de las diferencias

sexuales. Sin embargo, al observar las distribuciones por región, es posible distinguir contrastes

notorios. En tal sentido, los jóvenes de CABA mencionan respuestas con algún grado de acuerdo en un

7

67%, los de Patagonia en un 56%, mientras que los jóvenes de la región Cuyo en un 42%, y los de

NOA sólo en un 36%, es decir, sólo 1 de cada 3 jóvenes del NOA tiene concepciones cercanas a la

aceptación de las sexualidades no regidas por la matriz heterosexual, mientras que en CABA las 1 de

cada 6.

En términos generales, y en relación a los factores emergentes identificados, al comparar las cifras

porcentuales de alumnos con las de los docentes encontramos dos fenómenos simultáneos y en la

mayor parte de los casos, constantes: por un lado los grados de acuerdo y desacuerdo expresados por

los alumnos son menores que los manifestados por los docentes; por otro lado, a pesar de esa diferencia

porcentual, se mantienen los patrones de respuesta según la región.

En el caso del componente concepciones en torno a la diversidad sexual (Gráfico 1), las distancias

entre las cifras porcentuales de docentes y alumnos se mantienen relativamente constantes.

Consideramos que las diferencias porcentuales entre docentes y alumnos en los grados de acuerdo en

torno a frases que visibilizan los derechos de las minorías sexuales son el resultado de una sensibilidad

particular de los docentes que conformaron la muestra: no olvidemos que son docentes que transitaron

por una instancia de capacitación en la temática. Asimismo, y no menos importante, es posible que la

reciente puesta en la agenda pública de los derechos de las sexualidades no hegemónicas cristalizados

en las leyes de matrimonio igualitario e identidad de género, ha sido un factor de peso en los aumentos

de aceptación de las sexualidades no regidas por la matriz heterosexual entre los adultos de la muestra.

En esta línea, los docentes parecen haber incorporado no sólo una serie de discursos que denuncian

situaciones de vulneración de derechos, sino también las formas discursivas “políticamente correctas”,

lo que no ha ocurrido en el caso de los alumnos.

8

Las respuestas de los jóvenes respecto de las construcciones de género se exponen en dos instancias,

que aunque vinculadas, presentan ciertas particularidades: por un lado, remiten a las esferas de lo

público/social y lo íntimo/privado, y por el otro, están asociadas a las concepciones también binarias

del género y la sexualidad. La primera instancia se manifiesta en lo que denominamos concepciones de

género en torno al mundo laboral (componente 3). Las esferas señaladas parecen remitir a los

espacios privilegiados de circulación de determinado género sobre otro. Con respecto a esto las

concepciones tradicionales sitúan lo público asociado a lo laboral como un espacio predominantemente

masculino, mientras lo femenino se vincula con roles confinados a lo privado e íntimo.

La segunda instancia, que denominamos concepciones de género en torno a la sexualidad

(componente 5), refiere a los roles de género según criterios sexistas y a las formas como se configuran

los deseos según dichos roles.

El 58% de los jóvenes encuestados mencionan respuestas con algún grado de desacuerdo con respecto

al predominio masculino en lo laboral. En los jóvenes porteños este porcentaje de desacuerdo aumenta

al 69% y en Patagonia al 64%. En contraste, las regiones de NOA, NEA y Cuyo se sitúan en

porcentajes de desacuerdo por debajo del promedio general: 52%, 54% y 55% respectivamente.

Al comparar estas cifras con las de los docentes (Gráfico 2), al igual que en el caso del componente de

concepciones en torno a la diversidad sexual, encontramos distancias entre los porcentajes de

desacuerdo con frases sexistas, que mantienen un mismo patrón de respuesta por región. Los docentes

de la región metropolitana ─ CABA y GBA ─, al igual que los de la región Patagonia, presentan los

porcentajes de mayor desacuerdo con frases estereotipadas en torno al género vinculado a lo laboral.

Con la salvedad de las distancias porcentuales antes señaladas, en los alumnos se reiteran las

diferencias entre las regiones.

9

Retomando la descripción de las distribuciones de las respuestas de alumnos, el 44% de los jóvenes

mencionan respuestas con algún grado de desacuerdo frente a la consideración del deseo sexual como

característica preferentemente masculina y frente a los estereotipos sexistas. Los jóvenes de la región

metropolitana son los que responden en mayor proporción en este sentido (50%), particularmente en la

jurisdicción de CABA esta cifra se acentúa, alcanzando el 61%. En contraste, en NOA, sólo el 38% de

los jóvenes encuestados mencionan respuestas de desacuerdo frente a la concepción sexista.

Al analizar los datos de alumnos y docentes en paralelo, observamos que en relación a aspectos

relativos al género ─ la deconstrucción de los estereotipos sexistas de género, como así también los

sentimientos y las emociones asociados a cada uno de ellos, o las opiniones sobre las manifestaciones

sexuales no regidas por la matriz heterosexual─ los patrones de respuesta coinciden. Esto hace pensar

en la existencia de aspectos en torno a las creencias religiosas y al ethos5 cultural que permean las

concepciones y opiniones, tanto en docentes como en alumnos.

Sin embargo, como es posible observar en el Gráfico 3, las distancias entre los alumnos y docentes son

mayores en el componente de concepciones de género en torno a la sexualidad. Pensamos que estas

distancias están dadas por la mayor sensibilidad y crítica de los docentes con respecto a los estereotipos

sexistas (Kornblit et al, 2012).

Las referencias a los métodos de cuidado en las relaciones sexuales se resumen en el componente que

denominamos: concepciones en torno a la difusión y enseñanza de métodos anticonceptivos

(componente 2). Las respuestas en este componente alcanzan los mayores porcentajes de acuerdo entre

los factores identificados en los jóvenes: 82%, es decir más de 4 de cada 5 alumnos responden en este

5 Definimos el ethos cultural como los supuestos subyacentes a las creencias, costumbres o prácticas de una sociedad,

dominantes en un período.

10

sentido. Los jóvenes porteños alcanzan un 91% de menciones de acuerdo, mientras que los alumnos de

la región patagónica lo hacen en un 87% y los del NEA en un 86%. Al contrario, en NOA, aunque el

contraste esté matizado por los elevados grados de acuerdo, el porcentaje de mención alcanza el 72%.

Los altos porcentajes de acuerdo en relación a la difusión y enseñanza de MACs, tanto en docentes

como en alumnos pueden deberse, al menos en algunas regiones, a la influencia del enfoque

preventivista y los modelos de educación sexual afines a él.

Retomando los datos (Gráfico 4), en la región de Cuyo, donde priman predominantemente valores

conservadores en relación a la sexualidad, se invierten los porcentajes de acuerdo entre alumnos y

docentes. Consideramos que esta distribución puede ser interpretada a partir de la primacía del temor a

la difusión de los MACs, principalmente el preservativo, como un aliciente que devenga en una puerta

de entrada a una mayor libertad sexual en los jóvenes.

Finalmente, el componente: concepciones en torno a las prácticas sexuales (componente 4)

comprende indicadores que refieren a prácticas sexuales que se alejan de algunos valores asociados a la

matriz heterosexual: monogamia, fidelidad en la pareja como única forma relacional y el amor como

atmósfera necesaria para la iniciación sexual. El 42% de los jóvenes responden con algún grado de

acuerdo en relación a este componente, lo que constituye la cifra más baja entre todos los componentes

hallados. Dicho porcentaje de acuerdo cuestiona la idea del desenfreno juvenil que rubrica muchos de

los discursos del sentido común respecto de los jóvenes y su sexualidad y muestra, por el contrario, la

permanencia de prácticas sexuales y de valores y sentimientos que las enmarcan, cristalizados en torno

a la matriz heterosexual. En la región metropolitana encontramos un porcentaje de 50% de respuestas

con acuerdo. Esta cifra se acentúa en los jóvenes de CABA con un 61%. En contraste, los porcentajes

que refieren al acuerdo disminuyen en NOA y NEA: 38% y 39% respectivamente.

En el Gráfico 5 observamos los porcentajes de acuerdo del componente: concepciones en torno a las

prácticas sexuales. Un rasgo distintivo de estas distribuciones es que en algunas regiones, las distancias

11

porcentuales entre alumnos y docentes se igualan, incluso se invierten, quedando los alumnos con

porcentajes de acuerdo mayores que los docentes. En la región metropolitana, CABA y GBA, los

porcentajes de acuerdo con frases que afianzan y sostienen concepciones de la sexualidad más liberales

–en sintonía con los cambios en la intimidad antes mencionados–, son mayores en los docentes que en

los alumnos. Al contrario, en las regiones de NOA, NEA y Cuyo, las distribuciones se invierten, siendo

los alumnos quienes acuerdan con prácticas sexuales no regidas por valoraciones afines a la matriz

heteronormativa.

Relación entre concepciones sobre la sexualidad de los docentes e información sobre sexualidad

de los alumnos

Para explorar el supuesto de que las concepciones sobre sexualidad de los docentes influyen en la

educación sexual que imparten recurrimos a una evaluación indirecta: el grado de información sobre un

tema concerniente a la sexualidad que tienen los alumnos ─ las formas de prevención del embarazo─,

presuponiendo que éste es al menos en parte resultado de la educación sexual recibida en la escuela.

Para tal propósito construimos un indicador que denominamos “conocimiento”, que refiere al grado de

información de los alumnos acerca de las formas de prevención de embarazo no deseado. Las

categorías obtenidas agrupan a los jóvenes en dos grupos: alto conocimiento por un lado, con cerca del

44% de la muestra, y bajo conocimiento por el otro, con el 55%.

Las regiones geográficas del país en las que residen los jóvenes se muestran como interesantes

analizadores de las diferencias en relación al conocimiento en torno a la prevención de embarazos no

deseados. Los jóvenes de CABA son quienes más mencionan respuestas que los ubican en el grupo de

alto conocimiento, con cerca del 70% de ellos. En la región central del país, el 56% de los jóvenes

responde en este mismo sentido. En contraste, los jóvenes de la región NOA mencionaron respuestas

12

que los ubican con alrededor del 71% de ellos en el grupo de conocimiento bajo. Los jóvenes de Cuyo,

como así también aquellos de los partidos del GBA, presentan porcentajes elevados de bajo

conocimiento, alcanzando el 59%.

El Gráfico 6 muestra las dos dimensiones relacionadas en este análisis, que involucran a ambas

poblaciones en estudio: por un lado el promedio de los porcentajes de acuerdo/desacuerdo de los

diferentes componentes emergentes de los docentes, lo que da como resultado un indicador general de

sus concepciones en relación a la diversidad sexual, el género, las prácticas sexuales y la enseñanza y

difusión de MACs. Los datos están organizados de modo tal que a mayor porcentaje corresponde un

mayor grado de “liberalidad”. Por otro lado, en el gráfico se presentan los porcentajes de la categoría

“alto conocimiento” en información sobre sexualidad de los alumnos.

Sin postular relaciones de tipo causal entre ambas variables, consideramos que el conocimiento, en su

condición de indicador indirecto, da cuenta de un mayor tratamiento del tema sexualidad en la escuela.

Como se ve en el gráfico, la Ciudad de Buenos Aires, en la que el porcentaje de docentes que

responden en la categoría “liberalidad” en cuanto a sus concepciones sobre sexualidad, es también la

jurisdicción en la que existe un porcentaje más alto de alumnos con un grado de información alto en lo

que respecta a formas de prevención del embarazo. Lo contrario ocurre en el NOA.

Si bien en este caso estamos evaluando el grado de conocimiento de los alumnos, y no la medida en

que se ha impartido educación sexual integral, es decir, incluyendo factores vinculares y culturales, la

transmisión de información es uno de los elementos de la misma, común tanto al modelo preventivista

como al modelo integral.

13

Conclusiones

El análisis de los factores emergentes resultantes, que hemos denominado concepciones de los docentes

y alumnos en diferentes dimensiones, nos permite realizar unas breves conclusiones:

1) En los factores vinculados a concepciones acerca de la diversidad sexual y a las diferencias de

género, tanto en cuanto a las diferencias entre hombres y mujeres en el ámbito laboral como en

cuando a las diferencias sexuales entre ellos, encontramos porcentajes altos de docentes que

responden en el marco de lo que hemos denominado “respuestas liberales”. No ocurre lo mismo

en la muestra de alumnos, cuyas respuestas en estas dimensiones muestran acuerdos

categorizados como “respuestas liberales” en porcentajes menores a los de los docentes. Puede

decirse entonces que los docentes han sido permeables a los cambios en las valoraciones sobre

la sexualidad, expresados entre otras instancias en la presencia en la agenda pública del tema de

los derechos de las minorías sexuales, en mayor medida de lo que estos cambios han impactado

en las valoraciones de los jóvenes. Hay que tener en cuenta, además, que se trata de docentes

que han pasado por la experiencia como alumnos del curso virtual sobre educación sexual

integral, en el que se insiste sobre estos aspectos. De todos modos llama la atención que sean

los docentes, a los que muchas veces se acusa de rígidos e intransigentes en relación con este

tipo de cambios culturales, los que lleven la delantera en cuanto al pensamiento “liberal” y no

sean los jóvenes los que se manifiesten de esta forma. No hay que descartar la fuerte tendencia

de los docentes a incorporar lo que podría considerarse como lo “políticamente correcto”,

aquello que se espera que piensen.

2) A pesar de las mencionadas diferencias entre docentes y alumnos en cuanto a las concepciones

valorativas sobre la sexualidad en lo que respecta a la aceptación de las diferencias sexuales y a

las concepciones de género, llama la atención que las curvas de las respuestas de unos y otros

en cuanto a su distribución en las regiones son similares (aunque en posiciones más bajas de

acuerdo por parte de los alumnos). Es decir, existe un patrón de respuestas similar en cada

región entre ambas muestras, aunque en diferentes grados de acuerdo por parte de docentes y

alumnos. Esto lleva a pensar en la existencia de patrones culturales locales en alguna medida

compartidos entre ambas poblaciones.

3) Las diferencias entre docentes y alumnos se invierten, en algunas regiones, en las dimensiones

que se vinculan con las prácticas sexuales y con la enseñanza de los MACs, en las que los

alumnos expresan posturas más liberales que los docentes en algunas regiones y en otras sus

respuestas no se alejan tanto de las de los docentes como en las dimensiones comentadas

previamente. Es decir, los jóvenes parecen haber incorporado una mayor liberalidad en sus

prácticas que en sus concepciones valorativas sobre la sexualidad, inversamente a lo que ocurre

con los docentes. Específicamente, los alumnos se muestran más “liberales” que los docentes

con respecto a la necesidad de enseñanza de los MACs en Cuyo, mientras que con respecto a las

prácticas sexuales ocurre lo mismo en las regiones de NOA, NEA, Cuyo y Centro. En el resto

de las regiones, es decir CABA, GBA y Patagonia, si bien los docentes se muestran más

“liberales”, las distancias con las respuestas de los alumnos son mucho menores que lo que se

da en las dimensiones valorativas.

Esto implica pensar que existe entre los jóvenes un resabio de valores tradicionales,

probablemente ligados en muchos casos a la influencia de la iglesia católica que favorecen

enunciados y discursos asociados con concepciones tradicionales recibidas en la socialización

familiar. En relación con esto Giddens (1992) expresa que los cambios epocales

experimentados en las últimas décadas en relación a la sexualidad encuentran en su separación

de la reproducción uno de sus pilares centrales de sentido. Esta escisión de términos

considerados necesaria y naturalmente complementarios por los grupos más conservadores de

14

las sociedades occidentales (Dides Castillo, 2006), habilitaron importantes cambios en relación

a la intimidad, al erotismo incluyendo los aspectos relativos al placer y a la valoración de la

sexualidad en toda su complejidad. De aquí hay un paso hacia la la demanda por la no

vulneración de derechos en determinadas poblaciones y hacia la reivindicación de la igualdad

de los géneros. Este es el paso que por alguna razón no se ha dado entre la mayoría de los

jóvenes de la muestra. Entre los docentes, en cambio, se ha dado un proceso inverso: se aceptan

estos últimos aspectos pero no los cambios en la intimidad. Teniendo en cuenta que estos

cambios implican como clave la presencia de lo corporal en cuanto a la habilitación del placer

sexual, puede pensarse que existe aún entre muchos docentes una disociación entre las

categorías intelectuales que están dispuestos a aceptar en sintonía con la “liberalización” y su

propia involucración como personas integradas por lo mental y lo corporal.

Recíprocamente, usualmente, en las generaciones más jóvenes se depositan los elementos

efervescentes de los cambios de época (de prácticas, de opinión, etc.). Se considera, en sintonía

con esta interpretación, que los jóvenes son más permeables a las nuevas tendencias y a las

prácticas que las expresan. Sin embargo, al observar los hallazgos de este estudio puede

pensarse que han logrado abstraer de la socialización tradicional sus vivencias más íntimas, es

decir, sus experiencias corporales, sin que hayan incorporado aún el permiso para pensar de

modos diferentes a los mandatos familiares.

La disociación entre valoraciones y prácticas en el campo de la sexualidad muestra la vigencia

todavía de los tabúes sexuales.

4) La relación encontrada entre “posturas liberales” por parte de los docentes y niveles más altos

de conocimiento sobre algunos aspectos de la sexualidad en los alumnos muestra la importancia

de seguir trabajando en la capacitación docente en el sentido de acompañarlos en el proceso de

su adecuación a los cambios epocales, único modo de lograr una mayor sintonía de los jóvenes

con la escolaridad, tan cuestionada de su parte especialmente en relación con el nivel medio de

la enseñanza y de guiarlos también en los procesos de apertura a la tolerancia en relación con

las diferencias.

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