LA EDUCACIÓN QUE TENEMOS Y LA QUE QUEREMOSDiego Arias

La presente reseña sobre el texto “La educación que tenemos, la educación que queremos”1 del profesor de la Universidad de Barcelona José Gimeno Sacristán, aborda el tema de la importancia de la educación en el contexto moderno en relación con el rescate del modelo ilustrado y los valores que representa.

Luego de una breve introducción en la que hace una reflexión sobre el pasado y la construcción del futuro, el autor profundiza en el sentido de la educación como proyecto, como promesa. Es importante destacar cómo la educación de la población encarna el ideal ilustrado de autonomía y libertad frente a los poderes que no sean racionales. Para Gimeno Sacristán la universalización de la escolaridad marca fundamentalmente la subjetividad personal, define las relaciones interpersonales e incide en la estructuración de las relaciones sociales en general.

En el texto se desarrolla la tesis sobre el rescate del proyecto utópico de la educación como herramienta de progreso pese a críticas de diverso orden que recibe. Dice Gimeno: “el repaso tiene tres sentidos fundamentales: recordar de dónde venimos, enderezar y matizar algunos de sus objetivos y revitalizar las esperanzas en la educación”2.

En su búsqueda por realzar el discurso ilustrado en línea con Kant, el autor dimensiona el cultivo de la razón como base del progreso humano, característica clave de la modernidad y guía del desarrollo moral. La cultura y la razón se convierten así en una especie de segunda naturaleza que libera y potencia al ser humano, bajo la condición de que sean verdaderamente subjetivados o interiorizados en él. Cultura subjetivada es la definición que obtiene el saber, en tanto interpelación al sujeto para posicionarse ante los bienes culturales heredados.

En esta misma línea se asume que la educación es garante de progreso social, al tiempo que se valoran elementos de la tradición, aunque sin ingenuidades y con una mirada crítica. Como herramienta política, Gimeno considera que sin el cumplimiento real del derecho a la educación, no solamente se asiste al empobrecimiento de los sujetos, sino que se coartan otros derechos como la libertad de expresión, la participación política o el derecho al trabajo.

Finalmente el autor rescata la importancia del aprendizaje de la lectoescritura, el conocimiento del pasado, la comprensión analítica del presente, el lugar de la escuela-institución y la escolarización como derecho universal, aspectos clave de un proyecto moderno e ilustrado todavía válido para el futuro, pues, en sus palabras “el problema de las instituciones escolares es que no han cumplido adecuadamente el programa de la modernidad”3.

Pregunta:¿Qué tanta vigencia tiene hoy la escuela cuando el proyecto moderno-ilustrado

está en profunda crisis?

1 GIMENO, José (1999). “La educación que tenemos, la educación que queremos”. En: IMBERNÓN, Francisco (coord.). La educación en el siglo XXI. Los retos del futuro inmediato. Barcelona: Graó. 2 Ibíd. p. 33.3 Ibíd. p. 50.