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¿Por qué son importantes las relaciones personales para el éxito? Las relaciones personales son la base que mantiene unidos a los miembros de un equipo. Michael Deaver, jefe de personal de Ronald Reagan, cuenta que admiraba muchas cosas del hombre con el que trabajó treinta años: sus convicciones, su comprensión, su habilidad como comunicador y su transparencia. Pero lo que más le impresionaba era su capacidad para relacionarse con los demás. Reagan podía tratar con toda clase de gente, ya l ucra un jefe de estado, un obrero de alguna fábrica o un periodista inquisitivo. Parte de su destreza brotaba del carisma natural y de la habilidad verbal que había desarrollado como actor de Hollywood, pero su capacidad para relacionarse era aún mayor. Se dice que podía hacer sentir a cualquier persona como si fuera su mejor amigo, aunque nunca antes lo hubiese visto. Y más todavía, cuando se trataba de los que formaban su equipo. -«El jefe de personal, el jardinero o un ministro de estado recibían igual trato, en lo que a él correspondía», recuerda Deaver. «Todos eran importantes». 1 Cierto episodio dice mucho respecto a la conexión que existía entre ambos. En 1975, Reagan pronunció un discurso y quienes habían organizado el evento le regalaron después un pequeño león de bronce. Al verlo, Deaver lo admiró y le dijo que le parecía muy bonito. Diez años más tarde, cuando Deaver estaba a punto de retirarse, Reagan le pidió que fuera al Despacho Oval. Cuando entró, el presidente se puso de pie frente a su escritorio para recibirlo. -Mike -le dijo-, he estado pensando en qué podría ciarte... algún recuerdo de las muchas ocasiones estupendas que hemos pasado juntos—. Entonces buscó algo en su escritorio. -Si mal no recuerdo, te encantó esia estatuilla -dijo el presidente, con los ojos hume- decidos. Le entregó el león de bronce. Deaver quedó completamente anonadado. No podía creer que hubiera recordado

El ABC de Las Relaciones

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Page 1: El ABC de Las Relaciones

¿Por qué son importantes las relaciones personales para el éxito?

Las relaciones personales son la base que mantiene unidos a los miembros de un equipo.

Michael Deaver, jefe de personal de Ronald Reagan, cuenta que admiraba muchas cosas

del hombre con el que trabajó treinta años: sus convicciones, su comprensión, su habilidad

como comunicador y su transparencia. Pero lo que más le impresionaba era su capacidad

para relacionarse con los demás.

Reagan podía tratar con toda clase de gente, ya l ucra un jefe de estado, un obrero de

alguna fábrica o un periodista inquisitivo. Parte de su destreza brotaba del carisma natural y

de la habilidad verbal que había desarrollado como actor de Hollywood, pero su capacidad

para relacionarse era aún mayor. Se dice que podía hacer sentir a cualquier persona como si

fuera su mejor amigo, aunque nunca antes lo hubiese visto. Y más todavía, cuando se

trataba de los que formaban su equipo. -«El jefe de personal, el jardinero o un ministro de

estado recibían igual trato, en lo que a él correspondía», recuerda Deaver. «Todos eran

importantes».1

Cierto episodio dice mucho respecto a la conexión que existía entre ambos. En 1975,

Reagan pronunció un discurso y quienes habían organizado el evento le regalaron después

un pequeño león de bronce. Al verlo, Deaver lo admiró y le dijo que le parecía muy bonito.

Diez años más tarde, cuando Deaver estaba a punto de retirarse, Reagan le pidió que

fuera al Despacho Oval. Cuando entró, el presidente se puso de pie frente a su escritorio

para recibirlo.

-Mike -le dijo-, he estado pensando en qué podría ciarte... algún recuerdo de las muchas

ocasiones estupendas que hemos pasado juntos—. Entonces buscó algo en su escritorio. -Si

mal no recuerdo, te encantó

esia estatuilla -dijo el presidente, con los ojos humedecidos. Le entregó el león de bronce.

Deaver quedó completamente anonadado. No podía creer que hubiera recordado eso

después de tantos años. Desde cnionces ese león ha permanecido en un lugar de honor en

su casa.

RELACIONES PERSONALES SÓLIDAS

Ronald Reagan comprendía que las relaciones personales son lo que mantiene unidos a

los miembros del equipo; mientras más sólidas son las relaciones personales, más cohesivo

es el grupo.

Casi todo lo que uno hace depende de un trabajo j'rupal. No importa si se trata de un

dirigente o un empleado, entrenador o jugador, maestro o alumno, patlrc o hijo, gerente u

obrero; siempre interactuamos con otras personas. La pregunta es: ¿tendrá éxito nuestra

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interacción con otros? Un liderazgo exitoso depende de relacionarse bien con los que

forman parle del equipo.

Para saber si has cultivado relaciones sólidas con las personas, busca las siguientes cinco

características en tus relaciones:

1.Respeto

Cuando se trata de relaciones personales todo empieza con el respeto, con el deseo de

considerar valiosos a los demás. Les Giblin, al escribir sobre las relaciones humanas, dijo:

«No puedes hacer que el otro se sienta importante en tu presencia si secretamente piensas

que es un don nadie».

La clave del respeto es que debes mostrárselo a los demás (incluso antes de que hayan

hecho algo para merecerlo) sencillamente porque son seres humanos. Pero, al mismo

tiempo, siempre debes ganártelo tú también de ellos, y donde más rápidamente lo con-

seguirás es sobre el terreno difícil.

2. Experiencias compartidas

El respeto puede poner el cimiento para unas buenas relaciones personales, pero por sí solo

no basta. No puedes tener relaciones personales con alguien que no conoces. Se requiere

haber compartido experiencias durante un tiempo y eso no siempre es fácil de lograr. Por

ejemplo, a Brian Billick, entrenador de fútbol americano, le preguntaron, después de ganar

un campeonato, qué probabilidades tenía el equipo de ganar otro. Él contestó que sería muy

difícil. ¿Por qué? Porque aproximadamente un 30% del equipo cambia cada año. Los

jugadores nuevos no tienen las experiencias compartidas que son necesarias para triunfar.

5. Confianza

Cuando respetas a las personas y pasas con ellas (Tiempo suficiente como para cultivar

experiencias compartidas, estás en posición de ganar confianza. I 'sto es esencial en todas

las buenas relaciones personales. El poeta escocés George MacDonald observaba: «Que

confíen en uno es mayor elogio que ser querido». Sin la confianza no se puede sostener

ningún tipo de relación personal.

4. Reciprocidad

Las relaciones unilaterales no duran. Si una persona siempre da y la otra siempre recibe, esa

relación linealmente se desintegrará. Esto es cierto también para los vínculos que se dan en

un equipo. Para mejorarlos tiene que haber un «toma y dame» de modo que todos se

beneficien a la par. Recordemos preguntar a nuestros compañeros, colegas y amigos acerca

de sus esperanzas, deseos y objetivos. Demos a las personas nuestra atención completa.

Mostremos a los demás que nos interesamos por ellos.

5. Placer mutuo

Cuando las relaciones personales crecen y empiezan a afirmarse, las personas

involucradas comienzan a disfrutarse mutuamente. El simple hecho de estar juntas puede

convertir tareas desagradables en experiencias positivas.

Page 3: El ABC de Las Relaciones

¿Cómo ves este tema de las relaciones personales? ¿Dedicas bastante tiempo y energía

para cultivar vínculos sólidos, o estás tan concentrado en los resultados que tienes

tendencia a menospreciar a los demás? Si esto último es cierto, piensa en las palabras

sabias de George Kienzle y Edward Daré en Climbing the Executive Ladder [Como

subir por la escalera ejecutiva]: «Pocas cosas te pagarán mejores dividendos que el

tiempo y el esfuerzo que dedicas a entender a la gente. Casi nada añadirá más a tu esta-

tura como profesional y como persona. Nada te dará mayor satisfacción o más

felicidad». Llegar a ser una persona experta en relaciones personales te dará éxito

individual y de equipo.

Cuando se trata de relaciones personales todo empieza fon el respeto, con el deseo de considerar valiosos

a los demás.

2¿Qué necesito saber acerca de los demás?

A las personas no les importa cuánto sabemos hasta que saben cuánto nos interesamos en ellas.

Si deseas triunfar y tener una influencia positiva en tu mundo, necesitas la capacidad de

entender a los demás. Comprenderlos te da el potencial para influir en todos los aspectos de

la vida, no sólo en el mundo de los negocios. Con ello aumenta tu capacidad para

comunicarte.

David Burns, médico y profesor de psiquiatría en la Universidad de Pennsylvania, dijo:

«La equivocación más grande que se puede cometer al tratar de hablar convincentemente

es considerar que la máxima prioridad corresponde a expresar tus ideas y sentimientos.

Lo que la mayoría de las personas realmente quiere es que las escuchen, las respeten y las

entiendan. Ver que son comprendidas las motiva más para entender tu propio punto de

vista». Si podemos aprender a entender a las personas, cómo piensan, qué sienten, qué las

inspira, cómo es probable que actúen y reaccionen en una situación dada, podremos

motivarlas e influenciarlas de una manera positiva.

POR QUÉ NO LOGRAMOS COMPRENDER A LOS DEMÁS La falta de comprensión es una

fuente constante de tensión en nuestra sociedad. Una vez escuché decir a un abogado: «La

mitad de todas las controversias y conflictos que surgen entre las personas no son causados

por diferencias de opiniones o porque no puedan ponerse de acuerdo, sino porque no

pueden comprenderse unos a otros». Si pudiéramos reducir la cantidad de malos

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entendidos, los tribunales no estarían tan atiborrados, habría menos crímenes violentos, la

tasa de divorcios disminuiría y la cantidad de estrés cotidiano que experimenta la mayoría

se reduciría notablemente.

Si la comprensión es tan valiosa, ¿por qué no la practicamos más? Existen muchas

razones:

temor

Cuando las personas no se entienden entre sí, a menudo reaccionan con miedo. Una vez

que empiezan a temer a los demás, rara vez tratan de superar su le mor para aprender más

de ellos. Se convierte en un círculo vicioso.

Desgraciadamente, el miedo es evidente en el lugar ile trabajo, cuando se trata de las

reacciones de los empleados hacia sus jefes. Con todo, en un ambiente laboral saludable, si

uno da a los demás el beneficio ile la duda y reemplaza el temor por la comprensión, lodos

pueden trabajar juntos positivamente. Harry human decía: «Cuando comprendemos el

punto de vista del otro y entendemos lo que intenta hacer, comprobamos que nueve de cada

diez veces esa persona está tratando de hacer lo correcto».

Igocentrismo

Cuando el temor no es la piedra de tropiezo, con freía icncia lo es el egocentrismo. Las

personas no son egocéntricas a propósito; simplemente forma parte ele la naturaleza

humana pensar en sus propios intereses primero. Verás un ejemplo de esto jugando con un

niño de dos años. Él escogerá naturalmente los mejores juguetes e insistirá en salirse con la

suya.

Una manera de superar nuestro egocentrismo natural es tratar de ver las cosas desde la

perspectiva del otro. Hablando a un grupo de vendedores, Art Mortell, autor de World

Class Selling [Ventas de primera clase] dijo: «Cada vez que me encuentro perdiendo al

ajedrez, me detengo, me pongo detrás de mi contrincante y veo el tablero desde su lado.

Entonces descubro los movimientos insensatos que he hecho porque puedo verlos desde su

punto de vista. El reto del vendedor es ver el mundo desde la perspectiva del posible

cliente».1

Ése es nuestro reto, sea cual sea nuestra profesión. La siguiente cita nos recuerda cuáles

deben ser nuestras prioridades al tratar a los demás:La palabra menos importante: yoI.a palabra más importante: nosotrosl .as dos palabras más importantes: Muchas graciasl as (res palabras más importantes: Todo queda perdonadoLas cuatro palabras más importantes: ¿Cuál es tu opinión? Las cinco palabras más importantes: Has hecho un buen trabajo

Incapacidad para valorar las diferencias

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El siguiente paso lógico, después de dejar atrás el egocentrismo, es aprender a reconocer

y respetar las cualidades singulares de cada uno. En lugar de tratar de moldear a los demás

a nuestra imagen, debemos aprender a valorar lo que nos diferencia. Si alguien tiene un

talento que yo no tengo: ;excelente! Cada uno puede fortalecer los puntos débiles del otro.

Si alguien proviene de una cultura diferente, ampliará mis horizontes y aprenderé de él lo

que pueda. Este nuevo conocimiento puede ayudarnos a relacionarnos, no sólo con esa

persona, sino también con otras.

Cuando uno aprende a valorar las diferencias, se da cuenta de que hay muchas respuestas

al liderazgo y a la motivación. Joseph Beck reconoció esa verdad cuando dijo: «Cada

persona es distinta y se la motiva de manera diferente. Un buen entrenador, por ejemplo,

sabe cuándo un jugador necesita una "patada en el trasero". La principal diferencia es que

todos los jugadores necesitan aliento y sólo unos pocos necesitan la patada».

Incapacidad para reconocer las similitudes

Todos tenemos reacciones emocionales ante lo que sucede en nuestro entorno. Para

fomentar la comprensión piensa en lo que serían tus emociones si te hallaras en la misma

posición que la persona con quien interactúas. Todos sabemos lo que quisiéramos que

sucediera en una situación dada. Lo más probable es que la persona con quien estás

interactuando sienta, en gran parte, lo mismo.Si tratas a cada persona como si fuera la más importante del mundo te demostrará que esto es verdad... para tí.

COSAS QUE TODO INDIVIDUO TIENE QUE COMPRENDER

ACERCA DE LOS DEMÁS.

Saber lo que las personas necesitan es la clave para comprenderlas. Si lo logramos,

podemos influir en ellas e impactar en sus vidas de una manera positiva. Lo que sé acerca

de comprender a los demás se puede resumir en la siguiente lista:

1. Todos queremos ser alguien

No hay ni una sola persona en el mundo que no tenga el deseo de ser alguien, de tener

importancia.

Incluso la menos ambiciosa y más modesta quiere que los demás la tengan en alta estima.

Recuerdo la primera vez que estos sentimientos se movilizaron fuertemente en mí.

Sucedió cuando estaba en cuarto grado y fui por primera vez a ver un partido de baloncesto.

Lo que más recuerdo no fue el juego, sino el anuncio de la alineación de los equipos al

comienzo. Apagaron todas las luces y encendieron algunos reflectores. El anunciador decía

el nombre de los jugadores que empezarían el partido, y cada uno corría al centro de la

cancha mientras todos los presentes le vitoreaban.

En ese momento pensé: «Cómo me gustaría que eso me sucediera a mí». Cuando se

acabaron las presentaciones, miré a un amigo y le dije: «Algún día también anunciarán mi

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nombre, y saldré corriendo bajo esos reflectores hasta el centro de la cancha. La ^ente me

vitoreará porque seré alguien».

Esa noche le dije a mi padre: «Quiero ser jugador de baloncesto».

Es curioso cómo esa clase de sueño puede impactar en nuestras vidas. Años más tarde yo

jugaba en los campeonatos internos. Nuestro equipo ganó un par de torneos y fuimos al

mismo gimnasio donde había visto aquel partido. Cuando llegamos, en lugar de ir a la can-

cha con el resto de los jugadores, me senté en las gradas y cerré los ojos (el equivalente de

apagar las luces en el gimnasio). Luego, mentalmente escuché que anunciaban mi nombre,

y corrí hasta el centro de la cancha.

Me sentí tan bien oyendo el aplauso imaginario que pensé: ¡Voy a hacerlo de nuevo! Lo

hice. De hecho, repetí tres veces, y de pronto me di cuenta de que mis compañeros me

contemplaban incrédulos. No me importó, porque yo estaba un paso más cerca de

convertirme en la persona que había soñado ser.

Todos queremos que los demás nos consideren y nos valoren. En otras palabras, todos

queremos ser alguien. Una vez que esto llegue a formar parte de tu pensamiento diario,

adquirirás una noción acertada de por qué las personas hacen lo que hacen. Si tratas a cada

persona como si fuera la más importante del mundo te demostrará que esto es verdad...

para ti.

2. A nadie le importa cuánto sabemos hasta que sabe cuánto nos interesamos en él

En el momento en que las personas saben cuánto nos interesamos en ellas, cambia su

manera de pensar acerca de nosotros. Mostrar a otros que te interesas no siempre es fácil.

Sus mejores recuerdos tienen que ver con personas, pero también los momentos más

difíciles, los más dolorosos o los más trágicos. I as personas son nuestros mejores recursos

y los más grandes tropiezos. El reto es seguir interesándose en ellas, cueste lo que cueste.

Transcribo esta cita interesante que encontré:

La gente es ilógica, irrazonable y egocéntrica; quiérela de todos modos.

Si haces el bien, te acusarán de tener motivos egoístas; haz el bien de todos modos.

Si triunfas, ganarás amigos falsos y enemigos verdaderos; triunfa de todos modos.

lil bien que haces hoy tal vez quede en el olvido mañana; haz el bien de todos modos. La honradez y la

franqueza te hacen vulnerable; sé honrado y sincero de todos modos.

IÜ hombre más grande, con las ideas más grandes, puede ser derribado por el más pequeño, con la mente más

pequeña; piensa en grande de todos modos.La gente favorece a los desamparados pero sigue sólo a los populares; lucha por los desamparados de todos modos. Lo que pasas años construyendo puede ser destruido de la noche a la mañana; construye de todos modos.La gente necesita ayuda pero puede atacarte si se la das; ayúdales de todos modos.Da al mundo lo mejor de ti y quizá consigas sólo rechazos; da almundo lo mejor de ti, de todos modos.Si lo mejor es posible, entonces, lo bueno no basta.

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Esta es la manera correcta de tratar a las personas. Además, uno nunca sabe quién surgirá

en su esfera de influencia y marcará una diferencia en su vida o en las vidas de otros.

3. Todos necesitamos de alguien

Al contrario de la creencia popular, no existen un hombre o una mujer que se hayan hecho

a sí mismos. Todos necesitamos amistad, estímulo y ayuda. Lo que la gente puede lograr

por sí misma no es nada comparado con su potencial al trabajar con otros. Hacer cosas en

equipo tiende a darnos gran satisfacción. Además, los Llaneros Solitarios raras veces son

personas felices. El rey Salomón, del antiguo Israel, explicó el valor de trabajar juntos de

esta manera:

«Mejor son dos que uno, porque tienen mejor paga por su trabajo. Además, si uno se cayera, el otro lo levantaría; pero hay de la persona sola! Si se cae no tendrá un compañero que la ayude. Incluso si alguien atacara a uno de ellos, los dos resistirían; y un t nrdón de tres dobleces es más difícil de romper».2

Todos necesitamos de alguien que se ponga a nuestro lado y nos ayude. Si comprendes

esto, si estás dispuesto a dar y ayudar a otros, por los motivos correctos, tu vida y la de

ellos puede cambiar.

4. Toda persona puede ser alguien cuando otro la comprende y cree en ella

Cuando entendemos a las personas y creemos en ellas, pueden realmente llegar a ser

alguien. No lleva mucho esfuerzo ayudar a otros a sentirse importantes. Incluso los detalles

pequeños, hechos deliberadamente en el momento apropiado, pueden crear una gran

diferencia.

¿Cuándo fue la última vez que hiciste más de lo que le correspondía para que alguien se

sintiera especial, como si realmente lo fuera? La inversión exigida de tu parte quedará

totalmente eclipsada por el impacto que hará en ella. Cada persona tiene el potencial de ser

alguien importante en la vida de otros. Todos necesitamos estímulo y motivación para

alcanzarlo.

5. Toda persona que ayuda a otra influye en muchas

Lo último que es necesario entender acerca de la gente es que, cuando uno ayuda a otro, en

realidad está influyendo sobre muchos. Lo que se le da a una persona repercute en las vidas

de todas aquellas con las que ese individuo se relaciona. La naturaleza misma de la

influencia es la multiplicación. Cuando ayudas a otros y tus motivos son puros, siempre

recibes más de lo que das. La mayoría de las personas quedan tan genuinamente

agradecidas cuando alguien las hace sentirse especiales, que nunca se cansan de mostrar su

gratitud.

DECIDE ENTENDER A LOS DEMÁS

Page 8: El ABC de Las Relaciones

Finalmente entonces, la capacidad para entender a las personas resulta una decisión. Es

cierto que algunos nacen con una gran intuición que les permite comprender cómo piensan

y sienten los demás, pero aunque uno no sea una persona instintivamente inclinada a la

gente, puede mejorar su capacidad de trabajar con los otros. Todos somos capaces de tener

la aptitud para entender, motivar e influir sobre los demás.

PARTE II Los elementos básicos de las relaciones personales

3¿Cómo puedo alentar a otros?

Creer en las personas antes de que ellas demuestren su valor es la clave para motivarlas a alcanzar su potencial.

/\ todos nos gusta recibir aliento. Un estímulo y una motivación cuando nos sentimos

decaídos. Para ser alentador uno tiene que creer lo mejor de las personas, tener fe en ellas. De

hecho, la fe es esencial para fomentar y mantener positivas las relaciones personales y, sin

embargo, es un bien escaso actualmente,

istas son las cuatro realidades acerca de la fe:

I. La mayoría de las personas no tienen fe en sí mismas

No hace mucho escuché decir a alguien: «Cuando se trata de creer en mí mismo, soy

agnóstico».

Así es como muchos se sienten hoy. Les cuesta creer en sí mismos. Piensan que van a

fracasar. Aunque vean la luz al otro lado del túnel, están convencidos de que es un tren. En

toda responsabilidad ven un obstáculo, pero la realidad es que las dificultades rara vez les

derrotan; les vence la falta de fe en sí mismos. Con un poco de confianza pueden hacer

cosas milagrosas. Pero sin ella, en realidad se enfrentan a grandes dificultades.

2. La mayoría de las personas no tienen a alguien que tenga fe en ellas

El escritor James Keller relata: «Un florista que tenía un puesto en una esquina no vendía

casi nada. De repente se le ocurrió una feliz idea y escribió un letrero: "Por diez centavos

esta gardenia le hará sentirse importante todo el día". Al instante sus ventas empezaron a

aumentar».

En nuestra sociedad, la mayoría de las personas se sienten aisladas. El fuerte sentido de

comunidad que en una época se disfrutaba se ha vuelto raro. Muchos no tienen el respaldo

familiar que era más común treinta o cuarenta años atrás.

La mayoría de las personas sabe cuándo alguien {¡ene fe en ellas

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El instinto de las personas es bastante acertado para saber cuándo otros tienen fe en ellos.

Pueden percibir si su creencia es genuina o fingida. Tener verdaderamente Ce en alguien

puede cambiar la vida de esa persona.

Recuerda siempre que tu objetivo no es conseguir que la gente piense mejor de ti, sino

lograr que ellos piensen mejor de sí mismos. Ten fe en ellos y empezarán a compartirla.

4. La mayoría de las personas hará casi cualquier cosa para vivir a la altura de la fe que

otro depositó en ellas Las personas tienden a actuar de acuerdo con el nivel de expectativa

que otro ha puesto en ellas. Si uno expresa escepticismo y dudas en alguien, nos pagará con

mediocridad esa falta de confianza. Pero si creemos en esa persona y esperamos que haga

algo bien, tratará de hacerlo. En el proceso, ambos nos beneficiaremos. John H. Spalding lo

expresó así: «Los que creen en nuestra capacidad hacen más que estimularnos. Crean para

nosotros una atmósfera en la cual es más fácil triunfar».

CÓMO LLEGAR A CREER EN LAS PERSONAS

Soy afortunado porque crecí en un ambiente positivo. Como resultado me ha sido fácil

creer en los demás y expresar esa creencia. Pero me doy cuenta de que no todos tienen el

beneficio de una crianza así. La mayoría de las personas tienen que aprender a tener fe en

otros. Para desarrollarla, trata de usar estas sugerencias:

Cree en ellos antes de que triunfen

A todos nos agrada un ganador. Es fácil tener fe en personas que ya han demostrado lo

que valen. Es mucho más duro creer en las personas antes de que hayan demostrado su

valor, pero ésa es la clave para motivarlas a que alcancen su potencial. Primero tienes que

creer tú en ellas antes de que triunfen y, a veces, antes de que puedas persuadirlas a que

crean en sí mismas.

Algunos individuos quieren creer desesperadamente en sí mismos pero tienen muy poca

esperanza. Al interactuar con ellos, recuerda el lema de Marshal Ferdinand Foch, héroe

francés de la Primera Guerra Mundial: «No hay situaciones sin esperanza; todo lo que hay

son hombres y mujeres que han perdido la esperanza en sí mismos». Todas las personas

guardan en sí mismas semillas de grandeza, aunque en el presente tal vez estén dormidas.

Pero cuando uno cree en ellas, riega esas semillas y les da la oportunidad de crecer.

Enfatiza sus puntos fuertes

Muchos piensan erróneamente que para influir sobre los demás tienen que comportarse

como una autoridad y destacar las deficiencias de éstos.

El camino para cultivar relaciones personales positivas se halla en la dirección exactamente

opuesta. La mejor manera de mostrar a las personas tu fe en ellas y motivarlas es enfocar tu

atención en sus puntos fuertes. Según el autor y ejecutivo de publicidad Bruce Barton:

«Los que se atreven a creer que algo dentro de sí mismos es superior a las circunstancias

logran resultados fuera de lo común». Al recalcar los puntos fuertes de las personas, les

estarás ayudando a creer que poseen lo que se necesita para triunfar.

Page 10: El ABC de Las Relaciones

Creer en las personas antes de que ellas demuestren su valía es la clave para motivarlas a alcanzar su potencial.

Elogíalas por lo que hacen bien, tanto en privado como públicamente. Diles cuánto

aprecias sus cualidades positivas y sus habilidades. Cada vez que tengas la oportunidad de

elogiarlas y felicitarlas en presencia de familia o amigos, hazlo.

Compila sus triunfos pasados

Aunque recalques los puntos fuertes de las personas, tal vez necesiten más estímulo que

les demuestre que crees en ellas y, así, logres motivarlas. La empresaria Mary Kay Ash,

fundadora de la empresa de cosméticos que lleva su nombre, aconsejaba: «Toda persona

tiene un letrero invisible colgado al cuello, que dice: "¡Hazme sentir importante!" No

olvides nunca este mensaje al trabajar con personas». Una de las mejores maneras de

hacerlo es ayudarlas a recordar sus éxitos pasados.

El relato bíblico de David y Goliat presenta un ejemplo clásico de cómo los éxitos pasados

pueden ayudar a una persona a tener fe en sí misma. Seguramente lo recordarás. Un paladín

filisteo de más de dos metros de estatura llamado Goliat se burló del ejército de Israel

durante cuarenta días, desaliándolo a que escogiera un guerrero que peleara contra él. El día

cuarenta, un joven pastor llamado David llegó a las líneas del frente llevando comida para

sus hermanos, que formaban parte del ejército. Mientras estaba allí presenció las

fanfarronerías y desplantes del gigante. David se enfureció tanto que le dijo al rey Saúl que

quería luchar contra Goliat. Esto es lo que ocurrió después:

Dijo Saúl a David: No podrás ir contra aquel filisteo, para pelear con él, porque eres un muchacho y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él y lo hería y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo lo mataba. Fuese león u oso, tu siervo lo mataba... Jehová, que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de este filisteo.'

David miraba sus triunfos pasados y tenía confianza en sus acciones futuras. Por

supuesto, cuando se enfrentó al gigante lo derribó como si fuera un árbol, usando nada más

que una piedra. Cuando le cortó la cabeza a Goliat, su triunfo inspiró a sus compatriotas y

éstos derrotaron al ejército filisteo.

No todos tienen la capacidad natural para reconocer los triunfos pasados y cultivar la

confianza a partir de ellos. Algunos necesitan ayuda. Si les muestras lo que han hecho bien

en el pasado y les ayudas a ver que sus victorias han pavimentado el camino para triunfos

futuros, ellos podrán pasar mejor a la acción. Mencionar los triunfos anteriores ayuda a

otros a creer en sí mismos.

Infunde confianza cuando fracasan

Cuando uno ha alentado a las personas, ha puesto su fe en ellas, y empiezan a creer que

pueden triunfar en la vida, pronto llegan a una encrucijada crítica. La primera vez, o las

primeras dos, que fracasen (y fracasarán porque eso es parte de la vida), tendrán dos

alternativas: darse por vencidas o seguir avanzando.

Page 11: El ABC de Las Relaciones

Algunos son resistentes y estarán dispuestos a seguir intentando triunfar, aunque no vean

los progresos de inmediato. Pero otros no son tan decididos. Muchos se derrumbarán a la

primera señal de problemas. Para darles un empujón e inspirarles se debe seguir mostrando

confianza en ellos, incluso cuando cometan equivocaciones o rindan muy poco.

Una de las maneras de hacerlo es contarles tus propios problemas y traumas pasados. A

veces la gente piensa que si tú tienes éxito en el presente es porque siempre lo has tenido.

No se dan cuenta de que también tienes tu historial de errores, fracasos y tropiezos.

Muéstrales que el éxito es un peregrinaje, un proceso, y no un destino. Cuando se den

cuenta de que también has fracasado y, sin embargo, te las arreglaste para triunfar,

comprenderán que se puede fallar. Pero conservarán intacta su confianza.

Experimenta algunas victorias con ellos

No es suficiente saber que el fracaso es parte del avanzar en la vida. Para sentirse

realmente motivadas a triunfar, las personas necesitan creer que pueden ganar.

Ganar es motivación. El novelista David Ambrose reconoció esta verdad: «Si tienes la

voluntad de ganar, ya has logrado la mitad de tu éxito; si no la tienes, ya has obtenido la

mitad de tu fracaso». Ponerse al lado de otros para ayudarlos a experimentar algunas victo-

rias juntos les da razones para creer que triunfarán. En el proceso, percibirán la victoria y

en ese momento comenzarán a suceder cosas increíbles en sus vidas.

Anímalos a desempeñar tareas o a asumir responsabilidades que sabes que pueden manejar

y hacer bien. Dales también la ayuda que necesitan para triunfar. Con el tiempo, a medida

que crezca su confianza, asumirán retos más y más difíciles, pero podrán hacerlo con

confianza y competencia gracias al historial positivo que están cultivando.

Visualiza el triunfo futuro de ellos

Un experimento con ratas de laboratorio midió su motivación para vivir bajo diferentes

circunstancias. Los científicos echaron una rata en una jarra de agua colocada en un lugar

completamente oscuro, luego midieron el tiempo que insistía en nadar antes de darse por

vencida y ahogarse. Hallaron que luchaba poco más de tres minutos.

Luego echaron otra en el mismo frasco, pero en lugar de colocarla en total oscuridad,

permitieron que un rayo de luz la iluminara. En esas circunstancias la rata siguió nadando

durante treinta y seis horas. Esto significa alrededor de setecientas veces más tiempo que la

que estuvo en la oscuridad. La rata siguió manteniendo la esperanza debido a que podía ver.

Si eso es cierto en animales de laboratorio, piensa en el fuerte efecto que la visualización

puede ejercer sobre los seres humanos, que son capaces de un razonamiento mucho más

elevado. Se ha dicho que una persona puede vivir cuarenta días sin comida, cuatro días sin

agua, cuatro minutos sin aire, pero sólo cuatro segundos sin esperanza. Cada vez que forjas

una visión para otros y pintas un cuadro de su éxito futuro, los edificas, los motivas y les

das razón para seguir avanzando.

Espera un nuevo nivel de vida

El estadista alemán Konrad Adenauer observó: «Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero

no todos tenemos el mismo horizonte». Haz que tu objetivo sea ayudar a otros a ver más

Page 12: El ABC de Las Relaciones

allá del hoy y de sus circunstancias presentes, y a soñar grandes sueños. Cuando depositas

tu fe en los demás, les ayudas a ampliar sus horizontes y les motivas a subir a un nuevo

nivel de vida.

Depositar tu fe en otro incluye correr un riesgo, pero las recompensas superan a los

riesgos. Robert Louis Stevenson dijo: «Ser lo que somos, y llegar a ser lo que somos

capaces de llegar a ser es el único fin de la vida». Cuando depositamos nuestra fe en otros

les ayudamos a alcanzar su potencial. Nos convertimos en una relación personal importante

en sus vidas y ellos, en la nuestra.

4¿ C ó m o puedo relacionarme con las personas?

Recuerda siempre: el corazón viene antes que la cabeza.

M e gusta comunicarme. Es una de mis pasiones. Aunque he pasado más de treinta años

como conferencista profesional, siempre busco maneras de crecer y seguir mejorando en

este aspecto.

Elizabeth Dole es abogada de profesión, fue miembro del gabinete de las administraciones

de Reagan y Bush, y presidenta de la Cruz Roja norteamericana, lis una comunicadora

maravillosa. Su don particular, que presencié personalmente, consiste en hacer scnlir Í\ su

público que, en realidad, es su amiga. Ella sabe cómo relacionarse con las personas.

En 1996 demostró esa destreza durante una convención de su partido político. Cuando

terminó de hablar, la hubiera seguido adonde fuera.

En esa convención también estaba Bob Dole, esposo de Elizabeth, que era el candidato

republicano para la elección presidencial. Había una notable diferencia entre las destrezas

de comunicación de ambos oradores. Mientras ella era cálida y abordable, Bob se veía

severo y distante. En toda la campaña nunca pareció poder lograr una comunicación

efectiva.

Hay muchos factores que entran en juego en la elección de un presidente, pero el menor

de ellos no es la capacidad del candidato para relacionarse con su público. Mucho se ha

escrito sobre los debates entre Kennedy y Nixon en la elección de 1960. Una de las razones

por las que John E Kennedy triunfó fue porque pudo lograr que los televidentes se sintieran

relacionados con él. En la elección de 1992, Bill Clinton se esforzó por cultivar un sentido

Page 13: El ABC de Las Relaciones

de conexión con el pueblo; para lograrlo, incluso apareció en un programa de opinión y

tocó el saxofón.No puedes impulsar a las personas a la acción a menos que primero /ds conmuevas con la emoción. El corazón viene antes que la cabeza.

EL CORAZÓN VIENE PRIMERO

Uno tiene que tocar primero el corazón de las personas antes de pedirles una mano. Todos

los grandes comunicadores reconocen esta verdad y la ponen en práctica casi

instintivamente. Tú no puedes impulsar a la gente a la acción si primero no la conmueves

con !a emoción. El corazón viene antes que la cabeza.

CÓMO RELACIONARSE EN PÚBLICO Y EN PRIVADO

La buena relación con los demás no sólo sucede cuando uno se comunica con grupos.

Tiene que ocurrir también con individuos. Cuanto más fuerte sea la relación entre las

personas, más beneficiosa será. También es más probable que, de esa manera, el seguidor

quiera ayudar al líder. Éste es uno de los principios más importantes que he enseñado a mis

empleados a través de los años. Ellos solían refunfuñar cada vez que decía: «A la gente no

le importa cuánto sabes mientras no vean cuánto te interesas por ellos», pero sabían que era

verdad. Uno puede cultivar credibilidad cuando se relaciona con ellos y les muestra que

genuinamente quiere ayudarles.RELACIÓNATE CON LAS PERSONAS, UNA POR UNA

Una clave para relacionarse con otros es reconocer que, incluso en un grupo, hay que

relacionarse con las personas como individuos. Ésa es la única manera de hacerlo bien. El

general Norman Schwarzkopf comentó: «He visto líderes competentes que, frente a su

pelotón, todo lo que vieron fue un pelotón. Pero los grandes dirigentes, frente a su pelotón,

ven a cuarenta y cuatro individuos, cada uno de los cuales tiene aspiraciones, quiere vivir,

quiere hacer lo mejor».1 Ésta es la única manera de relacionarse con las personas.

PON UN «SOBRESALIENTE» EN LA CABEZA DE CADA PERSONA

Una de las mejores cosas que puedes hacer por los demás es esperar lo mejor de ellos. Yo

llamo a esto poner un «Sobresaliente» en la cabeza de cada persona. Esto ayuda a otros a

pensar mejor de sí mismos y, a la vez, te ayuda a ti. Según Jacques Wiesel: «Un estudio de

cien millonarios mostró un común denominador: esos hombres y mujeres de gran éxito

podían ver el lado bueno de los demás».

Benjamín Disraeli comprendió y practicó este concepto, y fue uno de los secretos de su

carisma. Una vez dijo: «El mayor bien que uno puede hacer por otro no es simplemente

darle sus riquezas sino revelarle las que él tiene». Si aprecias a otros, les animas y les

ayudas a alcanzar su potencial, ellos se relacionarán mejor contigo.

Page 14: El ABC de Las Relaciones

CUANTO MÁS DIFÍCIL ES EL RETO, MEJOR ES LA CONEXIÓN Nunca subestimes el poder

de desarrollar las relaciones personales. Leí que durante la Primera Guerra Mundial en

Francia, el general Douglas MacArthur dijo a un comandante de batallón antes de un duro

combate: «Mayor, cuando venga la señal desde la cumbre, quiero que usted vaya primero,

delante de sus hombres. Si lo hace, ellos le seguirán».. Después, MacArthur se quitó de su

uniforme la Cruz de Servicio Distinguido y se la puso al mayor. Le premiaba por su

heroísmo antes de pedirle que lo exhibiera. Por supuesto, el mayor dirigió a sus hombres,

quienes lo siguieron hasta la cumbre y lograron su objetivo.

EL RESULTADO DE LA CONEXIÓN EN EL LUGAR DE TRABAJO

Se puede ver cuándo un líder ha hecho el trabajo de relacionarse con su gente en la

manera como funciona su organización. Entre sus empleados existirá una fuerte lealtad y

una clara ética de trabajo. La visión del líder se vuelve la aspiración de las personas. El

impacto es poderoso.

Nunca subestimes la importancia de construir puentes de relaciones personales entre tú y

los que te rodean. Hay un antiguo adagio que dice: «Para dirigirte tú mismo, usa tu cabeza;

para dirigir a otros, usa tu corazón». Toca siempre el corazón de la persona antes de pedirle

una mano.

5¿Cómo puedo aprender a escuchar?

Trata a toda persona como si fuera la más importante del mundo.

/\lguna vez escuché esta broma: «Nadie escucharía hablar a uno si no supiera que después le

toca hablar a él». Por desgracia, eso describe acertadamente la manera en que muchos abordan

la comunicación: están demasiado ocupados esperando su lurno como para escuchar realmente

a otros. Los triunfadores, en cambio, comprenden el valor de lle- gur a ser buenos oyentes.

Page 15: El ABC de Las Relaciones

.a capacidad para escuchar hábilmente es el cimien- 1o para el cultivo de las relaciones

personales positivas. I n una oficina he visto este letrero: «No aprendes nada cuando tú eres

el único que habla».

EL VALOR DE ESCUCHAR Considera los siguientes beneficios de escuchar:

Cuando se escucha se muestra respeto

Un error que se comete a menudo al comunicarse es tratar a toda costa de impresionar a la

otra persona. Las personas tratan de parecer inteligentes, ocurrentes o divertidas. Pero si

uno quiere relacionarse bien con los demás, tiene que estar dispuesto a enfocarse en lo que

ellos tienen que ofrecer. Muéstrate impresionado e interesado, no impresionante e

interesante. El poeta y filósofo Ralph Waldo Emerson reconocía: «Todo hombre que

conozco es de alguna manera mi superior, y puedo aprender de él». Recuerda eso y

escucha, y las líneas de comunicación realmente se abrirán.

Cuando se escucha se edifican las relaciones personales Dale Carnegie, autor del libro

Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, aconsejaba: «Puedes ganar más amigos en

dos semanas siendo un buen oyente que los que podrías hacer en dos años tratando de que

la gente se interese en ti». Él mismo tenía un talento inusual para entender las relaciones

personales. Reconocía que las personas que se centran en sí mismas y que sólo hablan de

ellas y de sus preocupaciones todo el tiempo, rara vez desarrollan relaciones fuertes con

otros. David Schwartz anotó en The Magic of Thínking Big [La magia de pensar en

grande]: «Las personas grandes monopolizan el escuchar. La gente pequeña monopoliza el

hablar».

Al llegar a ser un buen oyente, serás capaz de relacionarte con otros en más niveles y

desarrollar relaciones personales más fuertes y profundas, porque estás supliendo una

necesidad. Cuando nos convertimos en ese oyente, ayudamos a esa persona.

Cuando se escucha se aumenta el conocimiento

Wilson Mizner dijo: «Un buen oyente no sólo es popular en todas partes, sino que después

de un liempo sabe algo». Es asombroso cuánto puedes aprender acerca de los amigos y la

familia, el trabajo, la organización para la que trabajas y de ti mismo, cuando decides

Page 16: El ABC de Las Relaciones

realmente escuchar a los demás. Pero no todos captan este beneficio. Por ejemplo, una vez

escuché un relato sobre un tenista profesional que daba una lección a un nuevo alumno.

Después de observarle dar algunos golpes con la raqueta a la pelota, el profesional le

detuvo y le sugirió diversas maneras para mejorar su golpe. Pero cada vez que lo hacía, el

alumno interrumpía y daba una opinión diferente del problema, además de decirle cómo

había que resolverlo. Después de varias interrupciones, el profesional empezó a asentir con

su cabeza.

Cuando la lección terminó, una mujer que había estado observando todo dijo al

instructor: «¿Por qué se dejó arrastrar por las necias sugerencias de ese arrogante?». El

profesional sonrió y replicó: «Aprendí hace mucho tiempo que es una pérdida de tiempo

tratar de vender respuestas reales a alguien que todo lo que quiere comprar son ecos».

Cuídate de ponerte en una situación en la que creas que tienes todas las respuestas.

Cuando lo haces, te encuentras en peligro. Es casi imposible pensar de uno mismo como

«el experto» y seguir creciendo y aprendiendo al mismo tiempo. Los grandes aprendices

son grandes oyentes.

A medida que las personas adquieren mayor autoridad, un problema común es que a

menudo escuchan menos a los demás, especialmente a sus subalternos.

Aunque es cierto que cuanto más alto subes, menos se te exige escuchar a los demás,

también es cieno que aumenta tu necesidad de poseer mejores habilidades para ello. Cuanto

más lejos estás de la línea del frente, más tienes que depender de otros para obtener

información confiable. Sólo si desarrollas desde temprano buenas habilidades para escuchar

y luego sigues usándolas, podrás reunir la información que necesitas para triunfar.

Al avanzar por la vida y lograr más éxito, no pierdas de vista tu necesidad personal de

seguir creciendo y mejorando. Recuerda: un oído sordo es evidencia de una mente cerrada.

Cuando se escucha se generan ideas

Las buenas empresas tienen reputación de escuchar a su gente. Lo que es bueno para ellas

es bueno para los individuos.

Cuando uno adquiere el hábito de escuchar a otros nunca le faltan ideas. A la gente le

encanta contribuir, especialmente cuando su líder comparte con ellos el crédito. Si les das

la oportunidad de expresar sus pensamientos y les escuchas con una mente abierta, siempre

habrá un flujo de nuevas ideas. Incluso cuando éstas no sirvan, el simple hecho de

escucharles puede a menudo inspirar otros pensamientos creativos en ti y en los demás.

Nunca sabrás lo cerca que estás de una idea de un millón de dólares a menos que estés

dispuesto a escuchar a los demás.

Cuando se escucha se construye lealtad

Cuando no haces una práctica de escuchar a los demás, ellos buscarán a otros que lo

hagan. En el momento en que empleados, cónyuge, colegas, hijos o amigos dejan de creer

que les estás escuchando, buscan a otras personas que les den lo que necesitan. A veces las

Page 17: El ABC de Las Relaciones

consecuencias pueden ser desastrosas: el fin de una amistad, la falta de autoridad en el

trabajo, la reducción en la influencia paterna o la ruptura de un matrimonio.

Por otro lado, la práctica de buenas habilidades para escuchar atrae a la gente. A todos nos

encanta un buen oyente y nos sentimos atraídos por él o ella. Si uno escucha con constancia

a los demás, valorándoles en alto grado así como lo que tienen para ofrecer, es más

probable que ellos desarrollen una fuerte lealtad hacia uno, aun cuando nuestra autoridad

sobre ellos sea no oficial o informal.

Escuchar es una gran manera de ayudar a otros y a uno mismo.

Roger G. Imhoff instaba: «Deja que otros confíen en ti. Tal vez a ti no te ayude, pero con

toda certeza les ayuda a ellos». A primera vista escuchar a otros puede parecer que sólo

beneficia a los demás, pero cuando uno se convierte en un buen oyente se pone en posición

de ayudarse también. Tiene la capacidad ele desarrollar relaciones personales fuertes, reunir

Información valiosa y aumentar su comprensión de sí mismo y de los otros.

CÓMO DESARROLLAR HABILIDADES PARA ESCUCHAR

Para llegar a ser un buen oyente uno tiene que querer escuchar, pero también necesita

algunas habilidades que le ayudarán. Las siguientes nueve sugerencias pueden ayudarte a

mejorar en ese aspecto:

/. Mira al que habla

1:1 proceso entero de escuchar empieza cuando pres- tus toda tu atención a la otra

persona. Al interactuar con alguien, no te pongas al día en otro trabajo, ni revuelvas

papeles, ni laves los platos, ni veas la televisión. Dedica el tiempo necesario para

concentrarte sólo en la otra persona. Si no tienes tiempo en ese momento, entonces busca

hacerlo tan pronto como puedas.

2. No interrumpas

La mayoría de las personas reacciona mal cuando se las interrumpe. Les hace sentir que

se les ha faltado al respeto.

Los que tienen la tendencia de interrumpir a otros por lo general lo hacen por una de estas

razones:

3. No asignan suficiente valor a lo que el otro tiene que decir.

4. Quieren impresionar a los demás demostrando lo listos e intuitivos que son.

5. Están demasiado entusiasmados con la conversación como para dejar que el otro

termine de hablar.

Si tienes el hábito de interrumpir a los demás, examina tus motivos y decide cambiar. Da a

los otros el tiempo que necesitan para expresarse. No pienses que tienes que ser tú quien

habla todo el tiempo. Ciertos períodos de silencio pueden darte la oportunidad de

reflexionar sobre lo que se está diciendo para responder apropiadamente.

Page 18: El ABC de Las Relaciones

3. Concéntrate en entender

¿Has notado lo rápido que la mayoría de las personas olvidan lo que han oído? Se han

hecho estudios en importantes universidades norteamericanas que indican que la mayoría

de las personas puede traer a colación sólo el 50% de lo que oye, inmediatamente después

de oírlo. Conforme pasa el tiempo, su capacidad para recordar sigue reduciéndose. Para el

día siguiente su retención, por lo general, cae al 25%.

Una manera de combatir esa tendencia es buscar entender antes que simplemente recordar

datos. Herb Cohén, abogado, conferencista y autor, enfatizaba: «Escuchar eficazmente

requiere algo más que oír las palabras que se transmiten. Exige que uno encuentre

significado y entienda lo que se está diciendo. Después de todo el significado no está en las

palabras, sino en las personas».

5.Determina la necesidad del momento

Muchos hombres y mujeres entran en conflicto porque, en ocasiones, se comunican sobre

cosas diferentes. Descuidan determinar la necesidad de la otra persona en el momento de la

interacción. Los hombres por lo general quieren resolver cualquier problema que traten; su

necesidad es la resolución. Las mujeres, por su parte, con mayor probabilidad le contarán el

problema simplemente por contarlo, pero no piden ni desean soluciones.Si muestras a las personas lo mucho que te interesan y les haces preguntas de una manera que no las amenace, te

asombrarás de lo mucho que te dicen.

Cada vez que es posible determinar la necesidad presente de los que están comunicándose

con uno, se puede poner en su contexto apropiado lo que digan. Así podrás entenderlos

mejor.

5.Controla tus emociones

La mayoría de las personas arrastran su propio lastre emocional que las hace reaccionar

ante ciertas personas o situaciones. Sigmund Freud afirmó: «Un hombre al que le duele una

muela no puede estar enamorado». Quería decir que el dolor de muelas no le permite notar

nada aparte de su sufrimiento. De manera similar, siempre que un individuo tiene intereses

personales, las palabras de los demás mueren ahogadas por el ruido de sus propios

pensamientos.

Cada vez que te involucres emocionalmente en alto grado al escuchar a otro, controla tus

emociones, especialmente si tu reacción parece ser más fuerte de lo que amerita la

situación. No querrás convertir a una persona confiada en blanco de tu desahogo. Además,

aunque tus reacciones no se deban a algún evento de tu pasado, siempre debes dejar que los

demás terminen de explicar su punto de vista, sus ideas o sus convicciones, antes de

expresar las tuyas.

6. Suspende tu juicio

Page 19: El ABC de Las Relaciones

¿Alguna vez has empezado a escuchar a otra persona que te contaba su historia y la has

interrumpido para darle una respuesta antes de que haya terminado? Casi todos lo hemos

hecho, pero la verdad es que uno no puede sacar conclusiones y ser un buen oyente al

mismo tiempo. Cuando estés hablando con otros espera hasta haber escuchado toda la

historia antes de responder. Si no lo haces así, quizás te pierdas lo más importante que ellos

quieren decir.

5.Haz un resumen a intervalos regulares

Los expertos concuerdan en que escuchar es más eficaz cuando se hace activamente. John

H. Melchinger sugiere: «Comenta sobre lo que escuchas, e individualiza tus comentarios.

Por ejemplo, puedes decir: "Claro, eso obviamente es importante para ti". Ve más allá del

"qué interesante". Si te entrenas a ti mismo para comentar significativamente, el que habla

sabrá que le estás escuchando y te dará más información».

Un método para escuchar activamente es hacer un resumen de lo que el otro está

diciendo, haciendo un comentario a intervalos regulares. Cuando el que habla termina un

asunto, parafrasea sus puntos principales o ideas, antes de que pase al siguiente, y verifica

que has recibido el mensaje correcto. Hacerlo así da confianza a la persona y te ayuda a

mantener tu concentración en lo que el otro está tratando de comunicarte.

5.Pregunta para entender mejor

¿Has notado alguna vez que los mejores periodistas son excelentes oyentes? Miran al que

habla, se centran en entender, suspenden el juicio y hacen un resumen de lo que la persona

tiene que decir. La gente confía en ellos y parece estar dispuesta a decirles casi cualquier

cosa. Otra destreza que les ayuda a reunir más información y a aumentar su comprensión de

la persona a la que están entrevistando es que hacen buenas preguntas.

Si quieres llegar a ser un oyente eficaz, conviértete en un buen periodista, no como

aquellos que ponen el micrófono en las narices mientras interrogan, sino como aquellos que

con cortesía hacen preguntas y buscan comprender mejor. Si muestras cuánto te interesas e

interrogas de una manera no amenazadora, te asombrarás de lo mucho que te dirán.

9. Siempre haz del escuchar tu prioridad

Por último, debes recordar hacer de la capacidad para escuchar una prioridad, sin

importar lo ocupado que estés o cuánto hayas subido en tu organización.

Un ejemplo impresionante de un ejecutivo ocupado que se daba tiempo para escuchar es

Sam Walton, fundador de Wal-Mart, uno de los hombres más ricos del mundo. Él creía en

la importancia de escuchar lo que los demás tenían que decir, especialmente sus empleados.

Cierta vez voló a Texas, aterrizó y le dio a su copi- loto instrucciones para encontrarle

ciento cincuenta kilómetros más adelante, en cierta carretera. Después hizo el recorrido en

un automóvil de su empresa, simplemente para poder conversar con el conductor. Debemos

dar al escuchar esta clase de prioridad.

Page 20: El ABC de Las Relaciones

Muchos dan por sentada esta capacidad. Creen que escuchar es fácil, y se consideran a sí

mismos como oyentes bastante buenos. Aunque es cierto que la mayoría de las personas

puede oír, pocos son realmente capaces de escuchar. Sin embargo, nunca es demasiado

tarde para convertirse en un buen oyente. Puedes cambiar tu vida y la de los demás.

PARTE I I I

El crecimiento de las relaciones personales

6¿Cómo puedo cultivar la confianza en otros?

Cuando tus palabras igualan a tus acciones, las personas saben que pueden confiar en ti.

E n su best seller Los siete hábitos de las personas altamente eficaces, Steven Covey

escribió sobre la importancia de la integridad para el éxito de una persona:Si trato de usar estrategias y técnicas para lograr que otros hagan lo que quiero, que trabajen mejor, que se

motiven más, que me quieran y se quieran entre sí, mientras mi carácter es fundamentalmente malo, marcado por

la duplicidad y la falta de sinceridad, no puedo tener éxito. Mi doble mensaje fomentará la desconfianza; todo lo

que haga, incluso usar las llamadas tácticas de relaciones humanas, se percibirá como manipulación.

Sencillamente no hay ninguna diferencia entre lo buena que sea la retórica o incluso lo buenas que sean las

intenciones; si haypoco o nada de confianza, no habrá cimiento ni éxito permanente. Sólo la bondad básica da

vida a la técnica.1

La integridad es vital para el éxito personal y para los negocios. Durante un estudio

realizado por la Escuela para Graduados en Administración de la UCLA y la consultora

Korn-Ferry de Nueva York se hizo una encuesta entre mil trescientos altos ejecutivos. El

71% de ellos dijeron que la integridad es la cualidad más necesaria para triunfar en los

negocios.

LA INTEGRIDAD TIENE QUE VER CON COSAS PEQUEÑAS

La integridad es importante para desarrollar las relaciones personales. Es también el

cimiento sobre el que se edifican muchas de las otras cualidades para el éxito, tales como el

respeto, la dignidad y la confianza. Si el cimiento de la integridad es débil o fun-

damentalmente defectuoso, entonces el éxito se hace imposible. La escritora Cheryl Biehl

recalca: «Una de las realidades de la vida es que si no se puede confiar en una persona en

todos los sentidos, no se puede confiar en ninguno». Incluso las personas que logran

Page 21: El ABC de Las Relaciones

esconder su falta de integridad por un tiempo, finalmente fracasarán y también sus

relaciones.

Es esencial mantener la integridad atendiendo a las cosas pequeñas. Muchos no

comprenden esto. Creen que pueden hacer lo que quieran cuando se trata de cosas

pequeñas, porque piensan que en tanto y en cuanto no cometan grandes fraudes, todo les irá

bien. Pero los principios éticos no son flexibles. Una mentira blanca o piadosa sigue siendo

una mentira. El robo es robo, ya se trate de una moneda o de miles de billetes. La

integridad compromete al carácter sobre la ganancia personal, a las personas sobre las

cosas, al servicio sobre el poder, al principio sobre la conveniencia, a la noción de largo

alcance sobre la inmediata.

Phillips Brooks, clérigo del siglo XIX, decía: «El carácter se forja en los pequeños

momentos de nuestras vidas». Siempre que se rompe un principio moral, se crea una

pequeña grieta en el cimiento de la integridad de uno, y cuando las cosas se ponen feas, es

más duro actuar con integridad, y no más fácil. El carácter no se crea en una crisis, sólo

sale a la luz.

Todo lo que se ha hecho en el pasado, y lo que se ha dejado de hacer, sale a relucir cuando

se está bajo presión.

Desarrollar y mantener la integridad requiere atención constante. Una regla sencilla que

he escuchado dice: «No hagas aquello que no te gustaría leer en los periódicos al día

siguiente». Ésta es una buena norma que todos deberíamos observar.

LA INTEGRIDAD ES UN ASUNTO INTERNO

Muchos luchan con cuestiones de integridad, entre otras cosas, porque tienden a mirar

fuera de sí mismos para explicar sus deficiencias de carácter. Pero el desarrollo de la

integridad es un asunto interno. Observa las tres verdades sobre la integridad que van en

contra del pensamiento común:1. La integridad no está determinada por las circunstancias

Es cierto que nuestra crianza y circunstancias influyen en lo que somos, especialmente

cuando somos jóvenes. Pero conforme pasan los años, mayor es el número de decisiones

que tomamos, para bien o para mal. Dos personas pueden crecer en el mismo ambiente,

incluso en la misma familia, pero una puede tener integridad y la otra, no. Tus

circunstancias son tan responsables de tu carácter como el espejo lo es de tu aspecto. Lo

que ves sólo refleja lo que eres.

2. La integridad no se basa en credenciales

En tiempos antiguos, los alfareros, grabadores y otros artesanos solían usar un símbolo

para marcar lo que habían creado. El símbolo que cada uno usaba era su «carácter». El

valor del trabajo iba en proporción a la destreza con que se había hecho el objeto, y sólo si

la calidad del trabajo era alta, se estimaba el carácter. En otras palabras, la calidad de la

Page 22: El ABC de Las Relaciones

persona y su trabajo daban valor a sus títulos. Si el trabajo era bueno, bueno era su carácter.

Si era malo, entonces se veía su carácter como deficiente.

Lo mismo es válido para nosotros hoy. El carácter viene de lo que somos. No obstante,

algunos quieren que se les juzgue no por lo que son, sino por los diplomas que se han

ganado o el cargo que ocupan, sin que importe la naturaleza de su carácter. Su deseo es

influir en otros por el peso de sus credenciales antes que por la fuerza de su carácter,

pero jamás pueden lograr lo mismo. Observa algunas de las diferencias que hay entre los

dos:

CREDENCIALES

6. Son transitorias

7. Resaltan los derechos

8. Añaden valor

a una sola persona

9. Miran los logros pasados

10. A menudo provocan celos en otros

11. Pueden sólo colocarlo en la puertaCARÁCTER

12. Es permanente

13. Mantiene el enfoqueen las responsabilidades

14. Añade valora muchas personas

15. Construye un legado para el futuro

16. Genera respeto e integridad

17. Lo mantiene allí

Cuando se trata del poder para influir en los demás, ninguna cantidad de títulos, grados,

oficios, designaciones, galardones, licenciaturas ni otras credenciales puede reemplazar a

la integridad básica y honrada.

3. No hay que confundir integridad con reputación

Ciertamente una buena reputación es valiosa. El rey Salomón decía: «De más estima es

el buen nombre que las muchas riquezas».2 Pero una buena reputación existe porque es

un reflejo del carácter de la persona. Si una buena reputación es como oro, entonces el

tener integridad es como ser dueño de la mina. Preocúpate menos por lo que otros

piensan y presta atención a tu carácter. D. L. Moody escribió: «Si cuido de mi carácter,

mi reputación se cuidará a sí misma».

Page 23: El ABC de Las Relaciones

Si uno lucha por mantener su integridad y hace lo debido por fuera, pero así y todo está

logrando resultados incorrectos, algo anda mal en uno, todavía necesita un cambio

interior. Las siguientes preguntas te ayudarán a descubrir los aspectos que necesitan

atención.

PREGUNTAS PARA AYUDARTE A MEDIR TU INTEGRIDAD

17. ¿Cómo trato a las personas si no tengo nada que ganar?

17. ¿Soy transparente ante los demás?

17. ¿Ajusto mi papel según la persona o personas con quienes estoy?

17. ¿Soy la misma persona bajo los reflectores que cuando estoy a solas?

1. ¿Admito rápidamente mis errores sin que me presionen para hacerlo?

1. ¿Pongo a las personas por delante de mi agenda personal?

1. ¿Tengo una norma inmutable para las decisiones morales o dejo que las circunstancias

determinen mi decisión?

1. ¿Tomo decisiones difíciles, aunque me cuesten en lo personal?

1. Cuando tengo algo que decir acerca de otra persona, ¿hablo con ella o de ella?

1. ¿Rindo cuentas por lo menos a alguien por lo que pienso, digo y hago?

No te apresures a responder. Si el desarrollo del carácter es un área de necesidad seria en

tu vida, tu tendencia puede ser leer por encima las preguntas, dando las respuestas que

describirían lo que a ti te gustaría ser en lugar de lo que realmente eres. Dedica tiempo

para reflexionar sobre cada una, considerándola seriamente antes de responder. Después

trabaja las áreas en las que tengas más problemas.

LA INTEGRIDAD ES TU MEJOR AMIGA

La integridad es tu mejor amiga. Jamás te traicionará ni te pondrá en una situación

comprometedora. Mantendrá tus prioridades en orden. Cuando te veas tentado a tomar

atajos, te ayudará a seguir el curso debido. Cuando otros te critiquen injustamente, te

ayudará a seguir avanzando y a tomar el camino superior de no vengarte. Cuando las

críticas de otros sean válidas, la integridad te ayudará a aceptar lo que dicen, aprenderás de

ello y seguirás creciendo.Si una buena reputación es como oro, entonces, el tener integridad es ser dueño de la mina.

Abraham Lincoln dijo una vez: «Cuando entregue las riendas de mi administración quiero

que me quede un amigo, y ese amigo está dentro de mí mismo». La integridad de Lincoln

fue su mejor amiga mientras estuvo en la presidencia, aunque fue criticado muy

cruelmente.

LA INTEGRIDAD ES LA MEJOR AMIGA DE TU AMIGO

La integridad es tu mejor amiga. Y también es la mejor amiga de tu amigo. Cuando los que

te rodean sepan que eres una persona de integridad, sabrán que quieres influenciarles para

añadir valor a sus vidas. No tendrán que preocuparse por tus motivos.

Page 24: El ABC de Las Relaciones

Se ha dicho que no se conoce realmente a una persona mientras no se la haya observado

interactuar con un niño, cuando una llanta de su automóvil se desinfle, cuando el jefe esté

ausente y cuando piensa que nadie la ve. Pero las personas con integridad nunca tienen que

preocuparse por eso. Sin que importe dónde estén, con quién, o en qué situación, son

coherentes y viven según sus principios.

CONVIÉRTETE EN UNA PERSONA DE INTEGRIDAD

A fin de cuentas, puedes desviar tus acciones para que se ajusten a tus principios, o

puedes doblar tus principios para que se adecúen a tus acciones. Es una decisión que tienes

que tomar. Si quieres tener éxito, será mejor que escojas la senda de la integridad, porque

todos los demás caminos, finalmente, llevan a la ruina.

Para llegar a ser una persona de integridad necesitas regresar a lo básico. Tienes que

tomar algunas decisiones serias, pero valdrán la pena.COMPROMÉTETE A LA HONRADEZ, LA CONFIABII I DAD

Y LA CONFIDENCIALIDAD

La integridad empieza con una decisión específica y consciente. Si esperas hasta que surja

la crisis antes de establecer las cuestiones de integridad, te dispones a fracasar. Escoge hoy

vivir siguiendo un código moral estricto, y determina apegarte a él pase lo que pase.

DECIDE DE ANTEMANO QUE NO TE VENDES

Washington dijo que «pocos hombres tienen la virtud de resistir la oferta más alta».

Algunos se dejan comprar porque no han resuelto la cuestión del dinero antes del momento

de la tentación. La mejor manera de guardarte contra una ruptura de la integridad es tomar

hoy la decisión de que no venderás tu integridad ni por poder, ni por venganza, ni por

orgullo, ni por dinero; por ninguna cantidad.

CADA DÍA HAZ «LO QUE DEBES» ANTES QUE «LO QUE QUIERES» HACER

Gran parte de la integridad consiste en cumplir hasta terminar consecuentemente nuestras

responsabilidades. Zig Ziglar dice: «Si haces las cosas que tienes que hacer cuando tienes

que hacerlas, llegará el día en que puedas hacer lo que quieras hacer cuando quieras

hacerlo». El psicólogo y filósofo William James expresó la idea más rigurosamente: «Toda

persona debería hacer en el día por lo menos dos cosas que detesta hacer, simplemente por

la práctica».

Con integridad uno puede disfrutar de libertad. No sólo será menos probable que te

esclavice el estrés que provocan las malas decisiones, las deudas, el engaño y otros asuntos

negativos del carácter, sino que estarás libre para influenciar a otros y añadirles valor de

una manera increíble. Tu integridad abre la puerta para que disfrutes del éxito continuado.

Page 25: El ABC de Las Relaciones

Si sabes por qué te mantienes firme y actúas en consecuencia, la gente puede confiar en

ti. Es un modelo del carácter y consistencia que otros admiran y quieren imitar. Habrás

puesto un buen cimiento, lo que te hará posible edificar relaciones personales positivas.

7

¿Cuál es mi relación personal más importante?

Triunfa en casa y todas las demás relaciones personales serán más fáciles.

l a r a algunas personas el matrimonio y la familia han llegado a ser víctimas aceptables en

la búsqueda del éxito. Pero muchos se están dando cuenta de que la esperanza de encontrar

la felicidad a costa de la ruptura de una familia es una ilusión. No se puede abandonar un

matrimonio o descuidar a los hijos y obtener un verdadero éxito. Edificar y mantener

familias fuertes nos beneficia en todo sentido y esto incluye la ayuda para triunfar. El

experto en vida familiar Nick Stinnet afirmó hace más de una década: «Cuando tienes una

vida familiar fuerte, recibes el mensaje de que eres importante, se te quiere y se te cuida. La

ingestión positiva de amor, afecto y respeto... te da los recursos internos para lidiar más

exitosamente con la vida».

CÓMO TRABAJAR PARA SEGUIR JUNTOS

Desde casi el comienzo de nuestro matrimonio, mi mujer y yo nos dimos cuenta de que

en mi carrera a menudo tendría la oportunidad de viajar. Decidimos que cada vez que

tuviera que ir a algún lugar especial o asistir a alguna reunión interesante, ella me acom-

pañaría, aunque fuera financieramente difícil. Con el correr de los años nos ha ido bastante

bien cumpliendo con ese compromiso.

Hemos estado con nuestros hijos en las capitales de Europa, en las selvas de América del

Sur, en las atiborradas ciudades de Corea, en la agreste zona remota de Australia y en

safaris en Sudáfrica. Hemos conocido personas maravillosas de todas las razas y de multi-

tud de nacionalidades. Hemos tenido la oportunidad de ver y hacer cosas que permanecerán

en nuestros recuerdos por el resto de nuestras vidas. Mi decisión fue muy temprana: ¿de

qué me serviría ganar todo el oro del mundo si perdía a mi familia?

Sé que no habría logrado ningún éxito en la vida sin mi esposa, pero mi gratitud a ella y a

nuestros hijos no brota de lo que me han dado. Viene de lo que significan para mí. Cuando

llegue al final de mis días no quiero que Margaret, Elizabeth o Joel Porter digan que fui un

buen autor, conferencista, pastor o líder. Mi deseo es que mis hijos piensen que fui un buen

padre y que Margaret considere que he sido un buen esposo. Eso es lo que más importa. Es

la medida del verdadero éxito.

Page 26: El ABC de Las Relaciones

PASOS PARA EDIFICAR UNA FAMILIA FUERTE

Los buenos matrimonios y las familias fuertes son una alegría, pero no se dan porque sí.

Si queremos tener familias sólidas y matrimonios saludables, tenemos que esforzarnos

arduamente para crearlos.

Si tienes familia o tienes la intención de tener una en el futuro, observa las siguientes

pautas. Han servido para la formación de mi propia familia, y creo que pueden ayudarte a

fortalecer la tuya.

Expresarse aprecio unos a otros

Una vez escuché que alguien bromeaba diciendo que el hogar es el lugar adonde los

miembros de la familia van cuando se han cansado de portarse bien con otras personas.

Desafortunadamente algunos hogares parecen funcionar de esa manera. Un vendedor pasa

todo el día tratando a sus clientes con la mayor amabilidad pero es rudo con su esposa al

llegar a casa. Una doctora en medicina pasa todo el día atendiendo con compasión a sus

pacientes, pero llega a su casa agotada y descuida a sus hijos.

Para edificar una familia fuerte tienes que hacer de tu hogar un ambiente de apoyo. El

psicólogo William James observaba: «En toda persona, desde la cuna hasta la tumba, hay

una profunda ansiedad de recibir aprecio». Cuando las personas se sienten apreciadas

muestran su mejor lado. Cuando ese aprecio tiene lugar en casa y va acompañado de

aceptación, amor y estímulo, los lazos entre los familiares crecen y el hogar se convierte en

un refugio seguro para todos.¿De qué me sirve ganar todo el oro del mundo si pierdo a mí familia?

He oído que por cada comentario negativo de un familiar, se necesitan cuatro comentarios

positivos de alguien extraño para contrarrestar el daño. Por eso es tan importante enfocarse

en los aspectos positivos de cada personalidad y expresar amor incondicional los unos por

los otros, tanto verbal como no verbalmente. De esa manera el hogar se convierte en un

ambiente positivo para todos.

ESTRUCTURAR LAS VIDAS PARA PASAR TIEMPO JUNTOS

Cuando yo era muchacho pasaba mucho tiempo con mis padres, mi hermano y mi

hermana. Salíamos de vacaciones en familia, por lo general, en automóvil. Como padre me

ha sido más difícil mantener viva esa tradición. Hemos sido buenos para planear y salir

juntos de vacaciones, pero a veces hemos tenido que ser creativos para pasar tiempo juntos.

Por ejemplo, cuando mis hijos eran pequeños, siempre trataba de llevarlos a la escuela por

la mañana, a fin de pasar algún rato con ellos. Con todas las cosas que tienen lugar en

nuestras atareadas vidas, nos dimos cuenta de que la única manera en que podíamos

compartir el tiempo era planeándolo cuidadosamente.

Page 27: El ABC de Las Relaciones

Todos los meses paso varias horas examinando mi itinerario de viajes, resolviendo qué

conferencias debo dar, pensando en los proyectos que tengo que

completar y cosas por el estilo. En ese momento planeo mi trabajo para todo el mes, pero

antes de marcar cualquier fecha para mi trabajo, anoto todas las que son importantes para la

familia. Dejo libre el tiempo para cumpleaños, aniversarios, juegos deportivos,

presentaciones de teatro, ceremonias de graduación, conciertos y cenas románticas.

También para salir a solas con mi mujer y con cada uno de nuestros hijos, para que

podamos continuar edificando nuestras relaciones personales. Una vez que he anotado todo

eso, entonces planifico mi horario de trabajo alrededor de lo ya anotado. Lo he hecho

durante años, y ha sido lo único que ha evitado que mi trabajo me obligara a dejar a mi

familia fuera de mi calendario. Comprendí que si no estructuro estratégicamente mi vida

para pasar tiempo con mi familia, no lo haré.

TRATA LA CRISIS DE UNA MANERA POSITIVA

Toda familia atraviesa problemas, pero no todas responden a ellos de la misma manera. Eso

a menudo diferencia a una familia que estrecha sus lazos de aquella que a duras penas logra

sobrevivir. He notado que algunas personas que buscan el éxito parecen evitar el ambiente

hogareño. Sospecho que una razón es que no son capaces de manejar bien las situaciones

de crisis en la familia. Encuentran más fácil evadir los problemas, pero esa no es la

solución.

M. Scott Peck, autor de The Road Less Traveled [El camino menos transitado] ofrece

algunas percepciones notables sobre el tema de los problemas y cómo manejarlos:En el proceso completo de enfrentar y resolver problemas, la vida cobra significado. Los problemas son el filo

cortante que distingue el éxito del fracaso. Exigen nuestro valor y sabiduría; en verdad crean nuestro valor y

sabiduría. Sólo debido a los problemas crecemos mental y espiritualmente... Aprendemos a través del dolor de

afrontarlos y resolverlos. Como dijo Benjamín Franklin: «Aquellas cosas que duelen, instruyen».

Si queremos crecer como familia y tener éxito en casa tanto como en otros aspectos de

nuestra vida, debemos aprender a enfrentar las dificultades que hallamos allí. Las siguientes

son algunas estrategias para ayudarte en el proceso de resolver problemas:

• Ataca el problema, nunca a la persona. La idea es respaldarse siempre unos a otros.

Todos están del mismo lado, por lo tanto, no descargues sobre las personas tus

frustraciones. Más bien, ataca el problema.

18. Busca toda la información. Nada puede causar más daño que sacar conclusiones

falsas en una crisis. No desperdicies tu energía emocional y física persiguiendo el

problema equivocado. Antes de tratar de buscar soluciones, asegúrate de saber qué está

sucediendo en realidad.

19. Haz una lista de todas las opciones. Esto puede parecer un poco analítico, pero en

realidad ayuda a mirar los temas emocionales con algo de objetividad. (Si tuvieras un

Page 28: El ABC de Las Relaciones

problema en tu trabajo, probablemente estarías dispuesto a seguir este proceso.) Dedica al

problema familiar por lo menos el mismo tiempo y energía que darías a algún problema

profesional.

20. Escoge la mejor solución. Al decidir alguna solución siempre recuerda que las

personas son tu prioridad. Toma tus decisiones de acuerdo a esto.

Busca los aspectos positivos del problema. Las cosas difíciles nos dan la oportunidad de

crecer. Sin que importe lo malas que parezcan las cosas en ese momento, siempre hay

algo positivo que puede resultar de ello.

• Nunca escatimes tu amor. Sin que importe lo mal que se pongan las cosas, o lo molesto

que te sientas, nunca contengas tu amor hacia tu cónyuge e hijos. Diles cómo te sientes y

reconoce los problemas, pero sigue amando incondicionalmente a tu familia a través de

todo el proceso.

Este último punto es el más importante de todos. Cuando uno se siente amado y apoyado

por su familia, puede soportar casi cualquier crisis. Y disfrutar mejor de los éxitos.

COMUNÍCATE CONTINUAMENTE

Leí un artículo en un periódico que informaba de que la pareja promedio casada durante

diez años o más dedica apenas treinta y siete minutos a la semana a la comunicación

significativa. Casi no podía creerlo. Compara eso con el hecho de que el ciudadano pro-

medio gasta casi cinco veces más tiempo viendo la televisión ¡todos los días! No sorprende

que muchos matrimonios tengan problemas. Al igual que casi todo lo demás, la buena

comunicación no surge porque sí. Tiene que ser desarrollada y ese proceso lleva tiempo y

esfuerzo. Las siguientes son algunas sugerencias para ayudarte a lograrla:

21.Desarrolla plataformas para la comunicación. Sé creativo para encontrar razones

para hablar el uno con el otro. Pasea con ellos, como familia, para poder conversar.

Llama a tu cónyuge un par de veces durante el día. Sal a almorzar en pareja una vez

por semana. Ofrécete a llevar a tus hijos al partido de fútbol para poder hablar con

ellos. La comunicación puede tener lugar casi en cualquier parte.

22. Controla a los asesinos de la comunicación. La televisión y el teléfono

probablemente se roban la mayor parte del tiempo de comunicación entre la familia.

Restringe el tiempo que les dedicas, y te sorprenderás al ver cuántas más oportunidades

tienes para hablar con ellos.

Alienta la honestidad y la transparencia en las conversaciones. Las diferencias de

opinión son saludables y normales en una familia. Anima a todos los miembros a decir

lo que piensan, y cuando lo hagan, nunca les critiques ni les ridiculices. • Adopta un

estilo positivo. Sé consciente de la manera en que interactúa tu familia. Quizá has

adoptado un estilo que asfixia la comunicación abierta. Si tienes el hábito de usar

Page 29: El ABC de Las Relaciones

cualquier otro estilo de comunicación que no sea de cooperación, empieza a trabajar de

inmediato para cambiarlo. Tendrás que hacer eso si quieres edificar la relación personal

con ellos.

COMPARTE LOS MISMOS VALORES

Hoy las familias no dan a los valores la misma prioridad o atención que se les daba en otras

épocas. William Kirkpatrick, profesor del Boston College dijo: «Existe el mito de que los

padres no tienen el derecho de inculcar sus valores en sus hijos. El dogma estándar parece

ser que los hijos deben crear sus propios valores. Pero ¿tiene algún sentido que los padres

permanezcan como espectadores neutrales cuando todos los demás, desde los escritores de

guiones de televisión, hasta comediantes, publicistas y profesores de educación sexual

venden sus propios valores a nuestros hijos?»1

Los valores comunes fortalecen a una familia y son benéficos para los hijos, en especial

al crecer. Un estudio demostró que en los hogares de un solo padre, los hijos cuyo padre o

madre expresa y obliga a cumplir las normas prosperan al doble del ritmo que aquellos en

cuyos hogares esos conceptos no se promueven de la misma manera.2 Y esto ni siquiera

toma en cuenta si los valores son los que podríamos considerar positivos.

La mejor forma de empezar a trabajar para compartir valores comunes en tu familia es

identificar aquellos que quieres inculcar. Si la tuya es como la mayoría de las familias,

entonces nunca antes has hecho esto. Pero para poder llevarlos a la práctica, primero tienes

que hallarlos. Seguramente existen de tres a siete cosas por las cuales estarías dispuesto a

jugártelo todo.

Permíteme darte una lista de las cinco que hemos identificado en la familia Maxwell para

que tengas una idea de a qué me refiero:

23. Compromiso con Dios

24. Compromiso con el crecimiento personal y de la familia

25. Experiencias comunes y compartidas

26. Confianza en nosotros mismos y en otros

27. El deseo de hacer una contribución en la vida

Los valores que escojas sin duda serán diferentes de los nuestros, pero debes identificarlos.

Dedica tiempo para hablar de valores con tu cónyuge e hijos. Si tus hijos son mayores,

incluyelos en el proceso de identificar los valores. Hazlo en forma de conversación. Nunca

titubees para asumir el papel de modelo y maestro de los valores de tu familia. Si no lo

haces, alguien más lo hará por ti.

Page 30: El ABC de Las Relaciones

CONSTRUYE TU MATRIMONIO

Si estás casado o vives en pareja de manera estable, lo mejor que puedes hacer para

fortalecer a tu familia es edificar tu relación con la persona elegida. Con certeza será lo

mejor que puedes hacer por ella, pero también tendrá un impacto enormemente positivo en

tus hijos. Josh McDowell sabiamente dijo: «Lo más grandioso que un padre puede hacer

por sus hijos es amar a la madre de ellos». Del mismo modo, lo mejor que una madre

puede hacer por sus hijos es amar al padre de ellos.

Un ingrediente que, por lo común, falta en muchos matrimonios es la dedicación a tratar

de que las cosas funcionen. Los matrimonios pueden empezar debido al amor, pero se

terminan debido a la falta de compromiso. Alfred Kinsey, investigador de la sexualidad,

quien estudió a seis mil matrimonios y a tres mil divorciados, reveló que «Tal vez no haya

nada más importante en un matrimonio que la determinación a que ese matrimonio persista.

Con una determinación así, los individuos se obligan a sí mismos a ajustarse y a aceptar

situaciones que parecerían suficiente motivo para una ruptura, si la continuación del

matrimonio no fuera el objetivo primordial». Si quieres ayudar a tu cónyuge, a tus hijos y a

ti mismo, comprométete a construir y sostener un matrimonio fuerte.

Existe una correlación entre el éxito familiar y el personal. Edificar relaciones personales

fuertes en la familia no sólo pone el cimiento para el éxito futuro, sino que le da a la vida un

significado más profundo.

Creo que pocas personas han logrado verdaderamente el éxito sin una familia positiva

que los apoye. Sin que importe lo grandes que sean los logros de las personas, creo que les

falta algo cuando trabajan sin el beneficio de estas relaciones personales estrechas. Es

cierto que algunas personas están llamadas a permanecer solteras, pero es poco común. Una

buena familia ayuda a la mayoría de la gente a saber su propósito, a desarrollar su

potencial, a disfrutar del peregrinaje en el camino con una intensidad que no es posible

encontrar de otra manera.

Cuando se trata de sembrar las semillas para el bien de los demás, ¿quién podría recibir

mayores beneficios de uno que los propios integrantes de nuestra familia?

Page 31: El ABC de Las Relaciones

8¿Cómo puedo dirigir y estar al servicio de las personas al mismo

tiempo?

Uno debe amar a su gente más que a su puesto.

Norman Schwarzkopf, general del ejército de los Estados Unidos, mostró capacidades de

liderazgo realmente inusuales. En Vietnam, introdujo procedimientos para reducir las bajas

y, cada vez que un soldado quedaba herido por una mina, iba personalmente a verlo, hacía

que lo evacuaran usando su helicóptero y hablaba con los demás para levantarles el ánimo.

En una ocasión un hombre fue herido por una mina y, el entonces coronel, voló hasta el

lugar del hecho. Mientras el helicóptero evacuaba al soldado herido, otro pisó una mina,

que le provocó una seria herida en la pierna. El hombre cayó a tierra, gimiendo de dolor.

En ese momento se dieron cuenta de que la mina no había sido una trampa solitaria, sino

que se encontraban en medio de un campo minado.

Schwarzkopf pensó que el soldado herido podría sobrevivir e incluso que lograría salvar

su pierna, pero sólo si dejaba de revolcarse por el suelo. Él debía llegar hasta donde estaba

el hombre e inmovilizarlo. Más tarde recordaría:Empecé a avanzar por el campo minado, dando un paso a la vez, muy lentamente, con los ojos clavados en el

suelo, buscando cualquier prominencia delatora o alambres que sobresalieran de la tierra. Las rodillas me

temblaban tan fuertemente que cada vez que daba un paso tenía que agarrarme la pierna con ambas manos para

calmarla antes de poder dar otro paso... Creo que tardé mil años en llegar hasta donde estaba aquel muchacho.

Schwarzkopf, quien había sido luchador y pesaba más de cien kilos, se echó sobre el

herido y lo inmovilizó. Eso le salvó la vida. Con la ayuda de un equipo de ingenieros sacó

al herido y a los demás del campo minado.

La cualidad que mostró se podría describir como heroísmo, valentía, o incluso, temeridad.

Pero creo que la expresión que mejor lo describe es actitud de servicio. Aquel día, la única

manera en que podía ser eficaz como líder era servir al soldado que estaba en problemas.

TEN UN CORAZÓN PREPARADO PARA SERVIR

Cuando piensas en actitud de servicio, ¿la concibes como desempeñada por personas

relativamente de poca habilidad, que se hallan en la parte más baja de la escalera de cargos?

Si piensas así, te equivocas. Esta actitud no tiene nada que ver con el cargo o la habilidad.

Sin duda habrás conocido personas que tienen una muy pobre actitud de servicio: el

empleado grosero de la agencia gubernamental, la camarera que no quiere molestarse en

recibir tu orden, el empleado que habla por teléfono con su amigo en lugar de atendernos.

Page 32: El ABC de Las Relaciones

Así como uno puede sentir cuando un trabajador no quiere servir a otros, también puede

detectar fácilmente cuando alguien no tiene el corazón listo para servir. La verdad es que

los mejores líderes desean servir a los demás, y no a sí mismos.

¿Qué hace un verdadero líder que sirve a los demás?

28. Pone a los otros por encima de su propia agenda

La primera característica de esta actitud es la capacidad de poner a otros por encima de

uno mismo y de los propios deseos personales. Significa más que estar dispuesto a dejar

momentáneamente a un lado su propia agenda. Quiere decir ser consciente de las

necesidades de los demás, estar dispuesto a ayudarlos, ser capaz de dar importancia a sus

deseos.

29. Posee la confianza para servir

La verdadera raíz de una actitud de servicio es la seguridad. Cualquier persona que cree

que es demasiado importante como para servir es básicamente insegura. La manera como

tratamos a otros es realmente un reflejo de lo que pensamos de nosotros mismos. El

filósofo y poeta Eric Hoffer captó ese pensamiento:Lo asombroso es que realmente amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos; hacemos a otros lo que nos

hacemos a nosotros mismos. Detestamos a otros cuando nos detestamos a nosotros mismos. Somos tolerantes

cuando nos toleramos. Perdonamos a otros cuando nos perdonamos. No es el amor a uno mismo, sino el odio

hacia uno mismo el que está en la raíz de los problemas que afligen a nuestro mundo.

Sólo los líderes seguros dan poder a otros. También es verdad que sólo las personas

seguras pueden exhibir una actitud de servicio.

30. Promueve el servicio a los demás

Casi cualquier persona servirá si se le obliga a hacerlo y algunos servirán en una crisis.

Pero se puede observar a simple vista el corazón de alguien que promueve el servicio hacia

los demás. Los grandes líderes ven la necesidad, aprovechan la oportunidad y sirven sin

esperar nada a cambio.

31. No está pendiente de la posición

Los líderes que sirven no se dejan limitar por el rango o la posición. Cuando el coronel

Schwarzkopf se vio en medio de ese campo minado, lo último en que pensó fue en su

rango. Era simplemente un individuo tratando de ayudar a otro. Ser líder le daba un mayor

sentido de obligación a servir.

32. Sirve por amor

La actitud de servicio no está motivada por manipulación o promoción de uno mismo. Está

alimentada por el amor. Finalmente, el alcance de su influencia y la cualidad de sus

relaciones personales dependen de la profundidad de su interés por los demás. Por eso es

tan importante que los líderes estén dispuestos a servir.

CÓMO LLEGAR A TENER ACTITUD DE SERVICIO Para mejorar esta actitud, haz lo siguiente:

Page 33: El ABC de Las Relaciones

1. Realiza actos pequeños. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste gestos de bondad hacia

otros? Empieza con los que están más cerca a ti: tu esposa o esposo, tus hijos, tus padres.

Busca hoy mismo maneras de hacer por los demás pequeñas cosas que muestran que te

interesas por ellos.

2. Aprende a andar lentamente en medio de la multitud. Aprendí de mi padre esta

gran lección. La llamo andar con paso lento en medio de la multitud. La próxima vez

que asistas a alguna función con varios clientes, colegas o empleados, proponte

relacionarte con otros circulando entre ellos y hablando con cada uno de ellos.

Concéntrate en cada persona que encuentres. Aprende su nombre si no lo sabes todavía.

Proponte enterarte de las necesidades, anhelos y deseos de cada uno. Después, procura

hacer algo benéfico a una media docena de ellos.3. Es verdad que quienes serán grandes deben ser como los menores y siervos de todos.

4. • Pasa a la acción. Si en tu vida está notablemente ausente una actitud de

servicio, la mejor manera de cambiar eso es empezar a servir. Empieza sirviendo

con tu cuerpo, y tu corazón a la larga lo alcanzará. Comprométete a servir a otros

durante seis meses, por ejemplo, en tu comunidad, una iglesia, una entidad de

barrio, una organización de voluntarios. Si tu actitud sigue sin mejorar al final del

período, hazlo de nuevo. Sigue haciéndolo hasta que tu corazón cambie.

5. ¿Dónde está tu corazón cuando se trata de servir a otros? ¿Deseas llegar a

ser un líder por las utilidades y los beneficios? ¿O te motiva el deseo de ayudar a los

demás?

6. Si realmente deseas llegar a ser la clase de líder que las personas quieren

seguir, tendrás que resolver esta cuestión de la actitud de servir. Si tu postura es ser

servido en lugar de servir, tendrás problemas. Es cierto que los que serán grandes

deben ser como el menor y siervos de todos.

7. Albert Schweitzer sabiamente dijo: «No sé cuál será tu destino, pero estoy

seguro de algo: aquellos que serán realmente felices son quienes han buscado y

encontrado cómo servir». Si quieres tener éxito al más alto nivel, estáte dispuesto a

servir al nivel más bajo. Ésa es la mejor manera de construir las relaciones

personales.

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