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¿Por qué son importantes las relaciones personales para el éxito?
Las relaciones personales son la base que mantiene unidos a los miembros de un equipo.
Michael Deaver, jefe de personal de Ronald Reagan, cuenta que admiraba muchas cosas
del hombre con el que trabajó treinta años: sus convicciones, su comprensión, su habilidad
como comunicador y su transparencia. Pero lo que más le impresionaba era su capacidad
para relacionarse con los demás.
Reagan podía tratar con toda clase de gente, ya l ucra un jefe de estado, un obrero de
alguna fábrica o un periodista inquisitivo. Parte de su destreza brotaba del carisma natural y
de la habilidad verbal que había desarrollado como actor de Hollywood, pero su capacidad
para relacionarse era aún mayor. Se dice que podía hacer sentir a cualquier persona como si
fuera su mejor amigo, aunque nunca antes lo hubiese visto. Y más todavía, cuando se
trataba de los que formaban su equipo. -«El jefe de personal, el jardinero o un ministro de
estado recibían igual trato, en lo que a él correspondía», recuerda Deaver. «Todos eran
importantes».1
Cierto episodio dice mucho respecto a la conexión que existía entre ambos. En 1975,
Reagan pronunció un discurso y quienes habían organizado el evento le regalaron después
un pequeño león de bronce. Al verlo, Deaver lo admiró y le dijo que le parecía muy bonito.
Diez años más tarde, cuando Deaver estaba a punto de retirarse, Reagan le pidió que
fuera al Despacho Oval. Cuando entró, el presidente se puso de pie frente a su escritorio
para recibirlo.
-Mike -le dijo-, he estado pensando en qué podría ciarte... algún recuerdo de las muchas
ocasiones estupendas que hemos pasado juntos—. Entonces buscó algo en su escritorio. -Si
mal no recuerdo, te encantó
esia estatuilla -dijo el presidente, con los ojos humedecidos. Le entregó el león de bronce.
Deaver quedó completamente anonadado. No podía creer que hubiera recordado eso
después de tantos años. Desde cnionces ese león ha permanecido en un lugar de honor en
su casa.
RELACIONES PERSONALES SÓLIDAS
Ronald Reagan comprendía que las relaciones personales son lo que mantiene unidos a
los miembros del equipo; mientras más sólidas son las relaciones personales, más cohesivo
es el grupo.
Casi todo lo que uno hace depende de un trabajo j'rupal. No importa si se trata de un
dirigente o un empleado, entrenador o jugador, maestro o alumno, patlrc o hijo, gerente u
obrero; siempre interactuamos con otras personas. La pregunta es: ¿tendrá éxito nuestra
interacción con otros? Un liderazgo exitoso depende de relacionarse bien con los que
forman parle del equipo.
Para saber si has cultivado relaciones sólidas con las personas, busca las siguientes cinco
características en tus relaciones:
1.Respeto
Cuando se trata de relaciones personales todo empieza con el respeto, con el deseo de
considerar valiosos a los demás. Les Giblin, al escribir sobre las relaciones humanas, dijo:
«No puedes hacer que el otro se sienta importante en tu presencia si secretamente piensas
que es un don nadie».
La clave del respeto es que debes mostrárselo a los demás (incluso antes de que hayan
hecho algo para merecerlo) sencillamente porque son seres humanos. Pero, al mismo
tiempo, siempre debes ganártelo tú también de ellos, y donde más rápidamente lo con-
seguirás es sobre el terreno difícil.
2. Experiencias compartidas
El respeto puede poner el cimiento para unas buenas relaciones personales, pero por sí solo
no basta. No puedes tener relaciones personales con alguien que no conoces. Se requiere
haber compartido experiencias durante un tiempo y eso no siempre es fácil de lograr. Por
ejemplo, a Brian Billick, entrenador de fútbol americano, le preguntaron, después de ganar
un campeonato, qué probabilidades tenía el equipo de ganar otro. Él contestó que sería muy
difícil. ¿Por qué? Porque aproximadamente un 30% del equipo cambia cada año. Los
jugadores nuevos no tienen las experiencias compartidas que son necesarias para triunfar.
5. Confianza
Cuando respetas a las personas y pasas con ellas (Tiempo suficiente como para cultivar
experiencias compartidas, estás en posición de ganar confianza. I 'sto es esencial en todas
las buenas relaciones personales. El poeta escocés George MacDonald observaba: «Que
confíen en uno es mayor elogio que ser querido». Sin la confianza no se puede sostener
ningún tipo de relación personal.
4. Reciprocidad
Las relaciones unilaterales no duran. Si una persona siempre da y la otra siempre recibe, esa
relación linealmente se desintegrará. Esto es cierto también para los vínculos que se dan en
un equipo. Para mejorarlos tiene que haber un «toma y dame» de modo que todos se
beneficien a la par. Recordemos preguntar a nuestros compañeros, colegas y amigos acerca
de sus esperanzas, deseos y objetivos. Demos a las personas nuestra atención completa.
Mostremos a los demás que nos interesamos por ellos.
5. Placer mutuo
Cuando las relaciones personales crecen y empiezan a afirmarse, las personas
involucradas comienzan a disfrutarse mutuamente. El simple hecho de estar juntas puede
convertir tareas desagradables en experiencias positivas.
¿Cómo ves este tema de las relaciones personales? ¿Dedicas bastante tiempo y energía
para cultivar vínculos sólidos, o estás tan concentrado en los resultados que tienes
tendencia a menospreciar a los demás? Si esto último es cierto, piensa en las palabras
sabias de George Kienzle y Edward Daré en Climbing the Executive Ladder [Como
subir por la escalera ejecutiva]: «Pocas cosas te pagarán mejores dividendos que el
tiempo y el esfuerzo que dedicas a entender a la gente. Casi nada añadirá más a tu esta-
tura como profesional y como persona. Nada te dará mayor satisfacción o más
felicidad». Llegar a ser una persona experta en relaciones personales te dará éxito
individual y de equipo.
Cuando se trata de relaciones personales todo empieza fon el respeto, con el deseo de considerar valiosos
a los demás.
2¿Qué necesito saber acerca de los demás?
A las personas no les importa cuánto sabemos hasta que saben cuánto nos interesamos en ellas.
Si deseas triunfar y tener una influencia positiva en tu mundo, necesitas la capacidad de
entender a los demás. Comprenderlos te da el potencial para influir en todos los aspectos de
la vida, no sólo en el mundo de los negocios. Con ello aumenta tu capacidad para
comunicarte.
David Burns, médico y profesor de psiquiatría en la Universidad de Pennsylvania, dijo:
«La equivocación más grande que se puede cometer al tratar de hablar convincentemente
es considerar que la máxima prioridad corresponde a expresar tus ideas y sentimientos.
Lo que la mayoría de las personas realmente quiere es que las escuchen, las respeten y las
entiendan. Ver que son comprendidas las motiva más para entender tu propio punto de
vista». Si podemos aprender a entender a las personas, cómo piensan, qué sienten, qué las
inspira, cómo es probable que actúen y reaccionen en una situación dada, podremos
motivarlas e influenciarlas de una manera positiva.
POR QUÉ NO LOGRAMOS COMPRENDER A LOS DEMÁS La falta de comprensión es una
fuente constante de tensión en nuestra sociedad. Una vez escuché decir a un abogado: «La
mitad de todas las controversias y conflictos que surgen entre las personas no son causados
por diferencias de opiniones o porque no puedan ponerse de acuerdo, sino porque no
pueden comprenderse unos a otros». Si pudiéramos reducir la cantidad de malos
entendidos, los tribunales no estarían tan atiborrados, habría menos crímenes violentos, la
tasa de divorcios disminuiría y la cantidad de estrés cotidiano que experimenta la mayoría
se reduciría notablemente.
Si la comprensión es tan valiosa, ¿por qué no la practicamos más? Existen muchas
razones:
temor
Cuando las personas no se entienden entre sí, a menudo reaccionan con miedo. Una vez
que empiezan a temer a los demás, rara vez tratan de superar su le mor para aprender más
de ellos. Se convierte en un círculo vicioso.
Desgraciadamente, el miedo es evidente en el lugar ile trabajo, cuando se trata de las
reacciones de los empleados hacia sus jefes. Con todo, en un ambiente laboral saludable, si
uno da a los demás el beneficio ile la duda y reemplaza el temor por la comprensión, lodos
pueden trabajar juntos positivamente. Harry human decía: «Cuando comprendemos el
punto de vista del otro y entendemos lo que intenta hacer, comprobamos que nueve de cada
diez veces esa persona está tratando de hacer lo correcto».
Igocentrismo
Cuando el temor no es la piedra de tropiezo, con freía icncia lo es el egocentrismo. Las
personas no son egocéntricas a propósito; simplemente forma parte ele la naturaleza
humana pensar en sus propios intereses primero. Verás un ejemplo de esto jugando con un
niño de dos años. Él escogerá naturalmente los mejores juguetes e insistirá en salirse con la
suya.
Una manera de superar nuestro egocentrismo natural es tratar de ver las cosas desde la
perspectiva del otro. Hablando a un grupo de vendedores, Art Mortell, autor de World
Class Selling [Ventas de primera clase] dijo: «Cada vez que me encuentro perdiendo al
ajedrez, me detengo, me pongo detrás de mi contrincante y veo el tablero desde su lado.
Entonces descubro los movimientos insensatos que he hecho porque puedo verlos desde su
punto de vista. El reto del vendedor es ver el mundo desde la perspectiva del posible
cliente».1
Ése es nuestro reto, sea cual sea nuestra profesión. La siguiente cita nos recuerda cuáles
deben ser nuestras prioridades al tratar a los demás:La palabra menos importante: yoI.a palabra más importante: nosotrosl .as dos palabras más importantes: Muchas graciasl as (res palabras más importantes: Todo queda perdonadoLas cuatro palabras más importantes: ¿Cuál es tu opinión? Las cinco palabras más importantes: Has hecho un buen trabajo
Incapacidad para valorar las diferencias
El siguiente paso lógico, después de dejar atrás el egocentrismo, es aprender a reconocer
y respetar las cualidades singulares de cada uno. En lugar de tratar de moldear a los demás
a nuestra imagen, debemos aprender a valorar lo que nos diferencia. Si alguien tiene un
talento que yo no tengo: ;excelente! Cada uno puede fortalecer los puntos débiles del otro.
Si alguien proviene de una cultura diferente, ampliará mis horizontes y aprenderé de él lo
que pueda. Este nuevo conocimiento puede ayudarnos a relacionarnos, no sólo con esa
persona, sino también con otras.
Cuando uno aprende a valorar las diferencias, se da cuenta de que hay muchas respuestas
al liderazgo y a la motivación. Joseph Beck reconoció esa verdad cuando dijo: «Cada
persona es distinta y se la motiva de manera diferente. Un buen entrenador, por ejemplo,
sabe cuándo un jugador necesita una "patada en el trasero". La principal diferencia es que
todos los jugadores necesitan aliento y sólo unos pocos necesitan la patada».
Incapacidad para reconocer las similitudes
Todos tenemos reacciones emocionales ante lo que sucede en nuestro entorno. Para
fomentar la comprensión piensa en lo que serían tus emociones si te hallaras en la misma
posición que la persona con quien interactúas. Todos sabemos lo que quisiéramos que
sucediera en una situación dada. Lo más probable es que la persona con quien estás
interactuando sienta, en gran parte, lo mismo.Si tratas a cada persona como si fuera la más importante del mundo te demostrará que esto es verdad... para tí.
COSAS QUE TODO INDIVIDUO TIENE QUE COMPRENDER
ACERCA DE LOS DEMÁS.
Saber lo que las personas necesitan es la clave para comprenderlas. Si lo logramos,
podemos influir en ellas e impactar en sus vidas de una manera positiva. Lo que sé acerca
de comprender a los demás se puede resumir en la siguiente lista:
1. Todos queremos ser alguien
No hay ni una sola persona en el mundo que no tenga el deseo de ser alguien, de tener
importancia.
Incluso la menos ambiciosa y más modesta quiere que los demás la tengan en alta estima.
Recuerdo la primera vez que estos sentimientos se movilizaron fuertemente en mí.
Sucedió cuando estaba en cuarto grado y fui por primera vez a ver un partido de baloncesto.
Lo que más recuerdo no fue el juego, sino el anuncio de la alineación de los equipos al
comienzo. Apagaron todas las luces y encendieron algunos reflectores. El anunciador decía
el nombre de los jugadores que empezarían el partido, y cada uno corría al centro de la
cancha mientras todos los presentes le vitoreaban.
En ese momento pensé: «Cómo me gustaría que eso me sucediera a mí». Cuando se
acabaron las presentaciones, miré a un amigo y le dije: «Algún día también anunciarán mi
nombre, y saldré corriendo bajo esos reflectores hasta el centro de la cancha. La ^ente me
vitoreará porque seré alguien».
Esa noche le dije a mi padre: «Quiero ser jugador de baloncesto».
Es curioso cómo esa clase de sueño puede impactar en nuestras vidas. Años más tarde yo
jugaba en los campeonatos internos. Nuestro equipo ganó un par de torneos y fuimos al
mismo gimnasio donde había visto aquel partido. Cuando llegamos, en lugar de ir a la can-
cha con el resto de los jugadores, me senté en las gradas y cerré los ojos (el equivalente de
apagar las luces en el gimnasio). Luego, mentalmente escuché que anunciaban mi nombre,
y corrí hasta el centro de la cancha.
Me sentí tan bien oyendo el aplauso imaginario que pensé: ¡Voy a hacerlo de nuevo! Lo
hice. De hecho, repetí tres veces, y de pronto me di cuenta de que mis compañeros me
contemplaban incrédulos. No me importó, porque yo estaba un paso más cerca de
convertirme en la persona que había soñado ser.
Todos queremos que los demás nos consideren y nos valoren. En otras palabras, todos
queremos ser alguien. Una vez que esto llegue a formar parte de tu pensamiento diario,
adquirirás una noción acertada de por qué las personas hacen lo que hacen. Si tratas a cada
persona como si fuera la más importante del mundo te demostrará que esto es verdad...
para ti.
2. A nadie le importa cuánto sabemos hasta que sabe cuánto nos interesamos en él
En el momento en que las personas saben cuánto nos interesamos en ellas, cambia su
manera de pensar acerca de nosotros. Mostrar a otros que te interesas no siempre es fácil.
Sus mejores recuerdos tienen que ver con personas, pero también los momentos más
difíciles, los más dolorosos o los más trágicos. I as personas son nuestros mejores recursos
y los más grandes tropiezos. El reto es seguir interesándose en ellas, cueste lo que cueste.
Transcribo esta cita interesante que encontré:
La gente es ilógica, irrazonable y egocéntrica; quiérela de todos modos.
Si haces el bien, te acusarán de tener motivos egoístas; haz el bien de todos modos.
Si triunfas, ganarás amigos falsos y enemigos verdaderos; triunfa de todos modos.
lil bien que haces hoy tal vez quede en el olvido mañana; haz el bien de todos modos. La honradez y la
franqueza te hacen vulnerable; sé honrado y sincero de todos modos.
IÜ hombre más grande, con las ideas más grandes, puede ser derribado por el más pequeño, con la mente más
pequeña; piensa en grande de todos modos.La gente favorece a los desamparados pero sigue sólo a los populares; lucha por los desamparados de todos modos. Lo que pasas años construyendo puede ser destruido de la noche a la mañana; construye de todos modos.La gente necesita ayuda pero puede atacarte si se la das; ayúdales de todos modos.Da al mundo lo mejor de ti y quizá consigas sólo rechazos; da almundo lo mejor de ti, de todos modos.Si lo mejor es posible, entonces, lo bueno no basta.
Esta es la manera correcta de tratar a las personas. Además, uno nunca sabe quién surgirá
en su esfera de influencia y marcará una diferencia en su vida o en las vidas de otros.
3. Todos necesitamos de alguien
Al contrario de la creencia popular, no existen un hombre o una mujer que se hayan hecho
a sí mismos. Todos necesitamos amistad, estímulo y ayuda. Lo que la gente puede lograr
por sí misma no es nada comparado con su potencial al trabajar con otros. Hacer cosas en
equipo tiende a darnos gran satisfacción. Además, los Llaneros Solitarios raras veces son
personas felices. El rey Salomón, del antiguo Israel, explicó el valor de trabajar juntos de
esta manera:
«Mejor son dos que uno, porque tienen mejor paga por su trabajo. Además, si uno se cayera, el otro lo levantaría; pero hay de la persona sola! Si se cae no tendrá un compañero que la ayude. Incluso si alguien atacara a uno de ellos, los dos resistirían; y un t nrdón de tres dobleces es más difícil de romper».2
Todos necesitamos de alguien que se ponga a nuestro lado y nos ayude. Si comprendes
esto, si estás dispuesto a dar y ayudar a otros, por los motivos correctos, tu vida y la de
ellos puede cambiar.
4. Toda persona puede ser alguien cuando otro la comprende y cree en ella
Cuando entendemos a las personas y creemos en ellas, pueden realmente llegar a ser
alguien. No lleva mucho esfuerzo ayudar a otros a sentirse importantes. Incluso los detalles
pequeños, hechos deliberadamente en el momento apropiado, pueden crear una gran
diferencia.
¿Cuándo fue la última vez que hiciste más de lo que le correspondía para que alguien se
sintiera especial, como si realmente lo fuera? La inversión exigida de tu parte quedará
totalmente eclipsada por el impacto que hará en ella. Cada persona tiene el potencial de ser
alguien importante en la vida de otros. Todos necesitamos estímulo y motivación para
alcanzarlo.
5. Toda persona que ayuda a otra influye en muchas
Lo último que es necesario entender acerca de la gente es que, cuando uno ayuda a otro, en
realidad está influyendo sobre muchos. Lo que se le da a una persona repercute en las vidas
de todas aquellas con las que ese individuo se relaciona. La naturaleza misma de la
influencia es la multiplicación. Cuando ayudas a otros y tus motivos son puros, siempre
recibes más de lo que das. La mayoría de las personas quedan tan genuinamente
agradecidas cuando alguien las hace sentirse especiales, que nunca se cansan de mostrar su
gratitud.
DECIDE ENTENDER A LOS DEMÁS
Finalmente entonces, la capacidad para entender a las personas resulta una decisión. Es
cierto que algunos nacen con una gran intuición que les permite comprender cómo piensan
y sienten los demás, pero aunque uno no sea una persona instintivamente inclinada a la
gente, puede mejorar su capacidad de trabajar con los otros. Todos somos capaces de tener
la aptitud para entender, motivar e influir sobre los demás.
PARTE II Los elementos básicos de las relaciones personales
3¿Cómo puedo alentar a otros?
Creer en las personas antes de que ellas demuestren su valor es la clave para motivarlas a alcanzar su potencial.
/\ todos nos gusta recibir aliento. Un estímulo y una motivación cuando nos sentimos
decaídos. Para ser alentador uno tiene que creer lo mejor de las personas, tener fe en ellas. De
hecho, la fe es esencial para fomentar y mantener positivas las relaciones personales y, sin
embargo, es un bien escaso actualmente,
istas son las cuatro realidades acerca de la fe:
I. La mayoría de las personas no tienen fe en sí mismas
No hace mucho escuché decir a alguien: «Cuando se trata de creer en mí mismo, soy
agnóstico».
Así es como muchos se sienten hoy. Les cuesta creer en sí mismos. Piensan que van a
fracasar. Aunque vean la luz al otro lado del túnel, están convencidos de que es un tren. En
toda responsabilidad ven un obstáculo, pero la realidad es que las dificultades rara vez les
derrotan; les vence la falta de fe en sí mismos. Con un poco de confianza pueden hacer
cosas milagrosas. Pero sin ella, en realidad se enfrentan a grandes dificultades.
2. La mayoría de las personas no tienen a alguien que tenga fe en ellas
El escritor James Keller relata: «Un florista que tenía un puesto en una esquina no vendía
casi nada. De repente se le ocurrió una feliz idea y escribió un letrero: "Por diez centavos
esta gardenia le hará sentirse importante todo el día". Al instante sus ventas empezaron a
aumentar».
En nuestra sociedad, la mayoría de las personas se sienten aisladas. El fuerte sentido de
comunidad que en una época se disfrutaba se ha vuelto raro. Muchos no tienen el respaldo
familiar que era más común treinta o cuarenta años atrás.
La mayoría de las personas sabe cuándo alguien {¡ene fe en ellas
El instinto de las personas es bastante acertado para saber cuándo otros tienen fe en ellos.
Pueden percibir si su creencia es genuina o fingida. Tener verdaderamente Ce en alguien
puede cambiar la vida de esa persona.
Recuerda siempre que tu objetivo no es conseguir que la gente piense mejor de ti, sino
lograr que ellos piensen mejor de sí mismos. Ten fe en ellos y empezarán a compartirla.
4. La mayoría de las personas hará casi cualquier cosa para vivir a la altura de la fe que
otro depositó en ellas Las personas tienden a actuar de acuerdo con el nivel de expectativa
que otro ha puesto en ellas. Si uno expresa escepticismo y dudas en alguien, nos pagará con
mediocridad esa falta de confianza. Pero si creemos en esa persona y esperamos que haga
algo bien, tratará de hacerlo. En el proceso, ambos nos beneficiaremos. John H. Spalding lo
expresó así: «Los que creen en nuestra capacidad hacen más que estimularnos. Crean para
nosotros una atmósfera en la cual es más fácil triunfar».
CÓMO LLEGAR A CREER EN LAS PERSONAS
Soy afortunado porque crecí en un ambiente positivo. Como resultado me ha sido fácil
creer en los demás y expresar esa creencia. Pero me doy cuenta de que no todos tienen el
beneficio de una crianza así. La mayoría de las personas tienen que aprender a tener fe en
otros. Para desarrollarla, trata de usar estas sugerencias:
Cree en ellos antes de que triunfen
A todos nos agrada un ganador. Es fácil tener fe en personas que ya han demostrado lo
que valen. Es mucho más duro creer en las personas antes de que hayan demostrado su
valor, pero ésa es la clave para motivarlas a que alcancen su potencial. Primero tienes que
creer tú en ellas antes de que triunfen y, a veces, antes de que puedas persuadirlas a que
crean en sí mismas.
Algunos individuos quieren creer desesperadamente en sí mismos pero tienen muy poca
esperanza. Al interactuar con ellos, recuerda el lema de Marshal Ferdinand Foch, héroe
francés de la Primera Guerra Mundial: «No hay situaciones sin esperanza; todo lo que hay
son hombres y mujeres que han perdido la esperanza en sí mismos». Todas las personas
guardan en sí mismas semillas de grandeza, aunque en el presente tal vez estén dormidas.
Pero cuando uno cree en ellas, riega esas semillas y les da la oportunidad de crecer.
Enfatiza sus puntos fuertes
Muchos piensan erróneamente que para influir sobre los demás tienen que comportarse
como una autoridad y destacar las deficiencias de éstos.
El camino para cultivar relaciones personales positivas se halla en la dirección exactamente
opuesta. La mejor manera de mostrar a las personas tu fe en ellas y motivarlas es enfocar tu
atención en sus puntos fuertes. Según el autor y ejecutivo de publicidad Bruce Barton:
«Los que se atreven a creer que algo dentro de sí mismos es superior a las circunstancias
logran resultados fuera de lo común». Al recalcar los puntos fuertes de las personas, les
estarás ayudando a creer que poseen lo que se necesita para triunfar.
Creer en las personas antes de que ellas demuestren su valía es la clave para motivarlas a alcanzar su potencial.
Elogíalas por lo que hacen bien, tanto en privado como públicamente. Diles cuánto
aprecias sus cualidades positivas y sus habilidades. Cada vez que tengas la oportunidad de
elogiarlas y felicitarlas en presencia de familia o amigos, hazlo.
Compila sus triunfos pasados
Aunque recalques los puntos fuertes de las personas, tal vez necesiten más estímulo que
les demuestre que crees en ellas y, así, logres motivarlas. La empresaria Mary Kay Ash,
fundadora de la empresa de cosméticos que lleva su nombre, aconsejaba: «Toda persona
tiene un letrero invisible colgado al cuello, que dice: "¡Hazme sentir importante!" No
olvides nunca este mensaje al trabajar con personas». Una de las mejores maneras de
hacerlo es ayudarlas a recordar sus éxitos pasados.
El relato bíblico de David y Goliat presenta un ejemplo clásico de cómo los éxitos pasados
pueden ayudar a una persona a tener fe en sí misma. Seguramente lo recordarás. Un paladín
filisteo de más de dos metros de estatura llamado Goliat se burló del ejército de Israel
durante cuarenta días, desaliándolo a que escogiera un guerrero que peleara contra él. El día
cuarenta, un joven pastor llamado David llegó a las líneas del frente llevando comida para
sus hermanos, que formaban parte del ejército. Mientras estaba allí presenció las
fanfarronerías y desplantes del gigante. David se enfureció tanto que le dijo al rey Saúl que
quería luchar contra Goliat. Esto es lo que ocurrió después:
Dijo Saúl a David: No podrás ir contra aquel filisteo, para pelear con él, porque eres un muchacho y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él y lo hería y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo lo mataba. Fuese león u oso, tu siervo lo mataba... Jehová, que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de este filisteo.'
David miraba sus triunfos pasados y tenía confianza en sus acciones futuras. Por
supuesto, cuando se enfrentó al gigante lo derribó como si fuera un árbol, usando nada más
que una piedra. Cuando le cortó la cabeza a Goliat, su triunfo inspiró a sus compatriotas y
éstos derrotaron al ejército filisteo.
No todos tienen la capacidad natural para reconocer los triunfos pasados y cultivar la
confianza a partir de ellos. Algunos necesitan ayuda. Si les muestras lo que han hecho bien
en el pasado y les ayudas a ver que sus victorias han pavimentado el camino para triunfos
futuros, ellos podrán pasar mejor a la acción. Mencionar los triunfos anteriores ayuda a
otros a creer en sí mismos.
Infunde confianza cuando fracasan
Cuando uno ha alentado a las personas, ha puesto su fe en ellas, y empiezan a creer que
pueden triunfar en la vida, pronto llegan a una encrucijada crítica. La primera vez, o las
primeras dos, que fracasen (y fracasarán porque eso es parte de la vida), tendrán dos
alternativas: darse por vencidas o seguir avanzando.
Algunos son resistentes y estarán dispuestos a seguir intentando triunfar, aunque no vean
los progresos de inmediato. Pero otros no son tan decididos. Muchos se derrumbarán a la
primera señal de problemas. Para darles un empujón e inspirarles se debe seguir mostrando
confianza en ellos, incluso cuando cometan equivocaciones o rindan muy poco.
Una de las maneras de hacerlo es contarles tus propios problemas y traumas pasados. A
veces la gente piensa que si tú tienes éxito en el presente es porque siempre lo has tenido.
No se dan cuenta de que también tienes tu historial de errores, fracasos y tropiezos.
Muéstrales que el éxito es un peregrinaje, un proceso, y no un destino. Cuando se den
cuenta de que también has fracasado y, sin embargo, te las arreglaste para triunfar,
comprenderán que se puede fallar. Pero conservarán intacta su confianza.
Experimenta algunas victorias con ellos
No es suficiente saber que el fracaso es parte del avanzar en la vida. Para sentirse
realmente motivadas a triunfar, las personas necesitan creer que pueden ganar.
Ganar es motivación. El novelista David Ambrose reconoció esta verdad: «Si tienes la
voluntad de ganar, ya has logrado la mitad de tu éxito; si no la tienes, ya has obtenido la
mitad de tu fracaso». Ponerse al lado de otros para ayudarlos a experimentar algunas victo-
rias juntos les da razones para creer que triunfarán. En el proceso, percibirán la victoria y
en ese momento comenzarán a suceder cosas increíbles en sus vidas.
Anímalos a desempeñar tareas o a asumir responsabilidades que sabes que pueden manejar
y hacer bien. Dales también la ayuda que necesitan para triunfar. Con el tiempo, a medida
que crezca su confianza, asumirán retos más y más difíciles, pero podrán hacerlo con
confianza y competencia gracias al historial positivo que están cultivando.
Visualiza el triunfo futuro de ellos
Un experimento con ratas de laboratorio midió su motivación para vivir bajo diferentes
circunstancias. Los científicos echaron una rata en una jarra de agua colocada en un lugar
completamente oscuro, luego midieron el tiempo que insistía en nadar antes de darse por
vencida y ahogarse. Hallaron que luchaba poco más de tres minutos.
Luego echaron otra en el mismo frasco, pero en lugar de colocarla en total oscuridad,
permitieron que un rayo de luz la iluminara. En esas circunstancias la rata siguió nadando
durante treinta y seis horas. Esto significa alrededor de setecientas veces más tiempo que la
que estuvo en la oscuridad. La rata siguió manteniendo la esperanza debido a que podía ver.
Si eso es cierto en animales de laboratorio, piensa en el fuerte efecto que la visualización
puede ejercer sobre los seres humanos, que son capaces de un razonamiento mucho más
elevado. Se ha dicho que una persona puede vivir cuarenta días sin comida, cuatro días sin
agua, cuatro minutos sin aire, pero sólo cuatro segundos sin esperanza. Cada vez que forjas
una visión para otros y pintas un cuadro de su éxito futuro, los edificas, los motivas y les
das razón para seguir avanzando.
Espera un nuevo nivel de vida
El estadista alemán Konrad Adenauer observó: «Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero
no todos tenemos el mismo horizonte». Haz que tu objetivo sea ayudar a otros a ver más
allá del hoy y de sus circunstancias presentes, y a soñar grandes sueños. Cuando depositas
tu fe en los demás, les ayudas a ampliar sus horizontes y les motivas a subir a un nuevo
nivel de vida.
Depositar tu fe en otro incluye correr un riesgo, pero las recompensas superan a los
riesgos. Robert Louis Stevenson dijo: «Ser lo que somos, y llegar a ser lo que somos
capaces de llegar a ser es el único fin de la vida». Cuando depositamos nuestra fe en otros
les ayudamos a alcanzar su potencial. Nos convertimos en una relación personal importante
en sus vidas y ellos, en la nuestra.
4¿ C ó m o puedo relacionarme con las personas?
Recuerda siempre: el corazón viene antes que la cabeza.
M e gusta comunicarme. Es una de mis pasiones. Aunque he pasado más de treinta años
como conferencista profesional, siempre busco maneras de crecer y seguir mejorando en
este aspecto.
Elizabeth Dole es abogada de profesión, fue miembro del gabinete de las administraciones
de Reagan y Bush, y presidenta de la Cruz Roja norteamericana, lis una comunicadora
maravillosa. Su don particular, que presencié personalmente, consiste en hacer scnlir Í\ su
público que, en realidad, es su amiga. Ella sabe cómo relacionarse con las personas.
En 1996 demostró esa destreza durante una convención de su partido político. Cuando
terminó de hablar, la hubiera seguido adonde fuera.
En esa convención también estaba Bob Dole, esposo de Elizabeth, que era el candidato
republicano para la elección presidencial. Había una notable diferencia entre las destrezas
de comunicación de ambos oradores. Mientras ella era cálida y abordable, Bob se veía
severo y distante. En toda la campaña nunca pareció poder lograr una comunicación
efectiva.
Hay muchos factores que entran en juego en la elección de un presidente, pero el menor
de ellos no es la capacidad del candidato para relacionarse con su público. Mucho se ha
escrito sobre los debates entre Kennedy y Nixon en la elección de 1960. Una de las razones
por las que John E Kennedy triunfó fue porque pudo lograr que los televidentes se sintieran
relacionados con él. En la elección de 1992, Bill Clinton se esforzó por cultivar un sentido
de conexión con el pueblo; para lograrlo, incluso apareció en un programa de opinión y
tocó el saxofón.No puedes impulsar a las personas a la acción a menos que primero /ds conmuevas con la emoción. El corazón viene antes que la cabeza.
EL CORAZÓN VIENE PRIMERO
Uno tiene que tocar primero el corazón de las personas antes de pedirles una mano. Todos
los grandes comunicadores reconocen esta verdad y la ponen en práctica casi
instintivamente. Tú no puedes impulsar a la gente a la acción si primero no la conmueves
con !a emoción. El corazón viene antes que la cabeza.
CÓMO RELACIONARSE EN PÚBLICO Y EN PRIVADO
La buena relación con los demás no sólo sucede cuando uno se comunica con grupos.
Tiene que ocurrir también con individuos. Cuanto más fuerte sea la relación entre las
personas, más beneficiosa será. También es más probable que, de esa manera, el seguidor
quiera ayudar al líder. Éste es uno de los principios más importantes que he enseñado a mis
empleados a través de los años. Ellos solían refunfuñar cada vez que decía: «A la gente no
le importa cuánto sabes mientras no vean cuánto te interesas por ellos», pero sabían que era
verdad. Uno puede cultivar credibilidad cuando se relaciona con ellos y les muestra que
genuinamente quiere ayudarles.RELACIÓNATE CON LAS PERSONAS, UNA POR UNA
Una clave para relacionarse con otros es reconocer que, incluso en un grupo, hay que
relacionarse con las personas como individuos. Ésa es la única manera de hacerlo bien. El
general Norman Schwarzkopf comentó: «He visto líderes competentes que, frente a su
pelotón, todo lo que vieron fue un pelotón. Pero los grandes dirigentes, frente a su pelotón,
ven a cuarenta y cuatro individuos, cada uno de los cuales tiene aspiraciones, quiere vivir,
quiere hacer lo mejor».1 Ésta es la única manera de relacionarse con las personas.
PON UN «SOBRESALIENTE» EN LA CABEZA DE CADA PERSONA
Una de las mejores cosas que puedes hacer por los demás es esperar lo mejor de ellos. Yo
llamo a esto poner un «Sobresaliente» en la cabeza de cada persona. Esto ayuda a otros a
pensar mejor de sí mismos y, a la vez, te ayuda a ti. Según Jacques Wiesel: «Un estudio de
cien millonarios mostró un común denominador: esos hombres y mujeres de gran éxito
podían ver el lado bueno de los demás».
Benjamín Disraeli comprendió y practicó este concepto, y fue uno de los secretos de su
carisma. Una vez dijo: «El mayor bien que uno puede hacer por otro no es simplemente
darle sus riquezas sino revelarle las que él tiene». Si aprecias a otros, les animas y les
ayudas a alcanzar su potencial, ellos se relacionarán mejor contigo.
CUANTO MÁS DIFÍCIL ES EL RETO, MEJOR ES LA CONEXIÓN Nunca subestimes el poder
de desarrollar las relaciones personales. Leí que durante la Primera Guerra Mundial en
Francia, el general Douglas MacArthur dijo a un comandante de batallón antes de un duro
combate: «Mayor, cuando venga la señal desde la cumbre, quiero que usted vaya primero,
delante de sus hombres. Si lo hace, ellos le seguirán».. Después, MacArthur se quitó de su
uniforme la Cruz de Servicio Distinguido y se la puso al mayor. Le premiaba por su
heroísmo antes de pedirle que lo exhibiera. Por supuesto, el mayor dirigió a sus hombres,
quienes lo siguieron hasta la cumbre y lograron su objetivo.
EL RESULTADO DE LA CONEXIÓN EN EL LUGAR DE TRABAJO
Se puede ver cuándo un líder ha hecho el trabajo de relacionarse con su gente en la
manera como funciona su organización. Entre sus empleados existirá una fuerte lealtad y
una clara ética de trabajo. La visión del líder se vuelve la aspiración de las personas. El
impacto es poderoso.
Nunca subestimes la importancia de construir puentes de relaciones personales entre tú y
los que te rodean. Hay un antiguo adagio que dice: «Para dirigirte tú mismo, usa tu cabeza;
para dirigir a otros, usa tu corazón». Toca siempre el corazón de la persona antes de pedirle
una mano.
5¿Cómo puedo aprender a escuchar?
Trata a toda persona como si fuera la más importante del mundo.
/\lguna vez escuché esta broma: «Nadie escucharía hablar a uno si no supiera que después le
toca hablar a él». Por desgracia, eso describe acertadamente la manera en que muchos abordan
la comunicación: están demasiado ocupados esperando su lurno como para escuchar realmente
a otros. Los triunfadores, en cambio, comprenden el valor de lle- gur a ser buenos oyentes.
.a capacidad para escuchar hábilmente es el cimien- 1o para el cultivo de las relaciones
personales positivas. I n una oficina he visto este letrero: «No aprendes nada cuando tú eres
el único que habla».
EL VALOR DE ESCUCHAR Considera los siguientes beneficios de escuchar:
Cuando se escucha se muestra respeto
Un error que se comete a menudo al comunicarse es tratar a toda costa de impresionar a la
otra persona. Las personas tratan de parecer inteligentes, ocurrentes o divertidas. Pero si
uno quiere relacionarse bien con los demás, tiene que estar dispuesto a enfocarse en lo que
ellos tienen que ofrecer. Muéstrate impresionado e interesado, no impresionante e
interesante. El poeta y filósofo Ralph Waldo Emerson reconocía: «Todo hombre que
conozco es de alguna manera mi superior, y puedo aprender de él». Recuerda eso y
escucha, y las líneas de comunicación realmente se abrirán.
Cuando se escucha se edifican las relaciones personales Dale Carnegie, autor del libro
Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, aconsejaba: «Puedes ganar más amigos en
dos semanas siendo un buen oyente que los que podrías hacer en dos años tratando de que
la gente se interese en ti». Él mismo tenía un talento inusual para entender las relaciones
personales. Reconocía que las personas que se centran en sí mismas y que sólo hablan de
ellas y de sus preocupaciones todo el tiempo, rara vez desarrollan relaciones fuertes con
otros. David Schwartz anotó en The Magic of Thínking Big [La magia de pensar en
grande]: «Las personas grandes monopolizan el escuchar. La gente pequeña monopoliza el
hablar».
Al llegar a ser un buen oyente, serás capaz de relacionarte con otros en más niveles y
desarrollar relaciones personales más fuertes y profundas, porque estás supliendo una
necesidad. Cuando nos convertimos en ese oyente, ayudamos a esa persona.
Cuando se escucha se aumenta el conocimiento
Wilson Mizner dijo: «Un buen oyente no sólo es popular en todas partes, sino que después
de un liempo sabe algo». Es asombroso cuánto puedes aprender acerca de los amigos y la
familia, el trabajo, la organización para la que trabajas y de ti mismo, cuando decides
realmente escuchar a los demás. Pero no todos captan este beneficio. Por ejemplo, una vez
escuché un relato sobre un tenista profesional que daba una lección a un nuevo alumno.
Después de observarle dar algunos golpes con la raqueta a la pelota, el profesional le
detuvo y le sugirió diversas maneras para mejorar su golpe. Pero cada vez que lo hacía, el
alumno interrumpía y daba una opinión diferente del problema, además de decirle cómo
había que resolverlo. Después de varias interrupciones, el profesional empezó a asentir con
su cabeza.
Cuando la lección terminó, una mujer que había estado observando todo dijo al
instructor: «¿Por qué se dejó arrastrar por las necias sugerencias de ese arrogante?». El
profesional sonrió y replicó: «Aprendí hace mucho tiempo que es una pérdida de tiempo
tratar de vender respuestas reales a alguien que todo lo que quiere comprar son ecos».
Cuídate de ponerte en una situación en la que creas que tienes todas las respuestas.
Cuando lo haces, te encuentras en peligro. Es casi imposible pensar de uno mismo como
«el experto» y seguir creciendo y aprendiendo al mismo tiempo. Los grandes aprendices
son grandes oyentes.
A medida que las personas adquieren mayor autoridad, un problema común es que a
menudo escuchan menos a los demás, especialmente a sus subalternos.
Aunque es cierto que cuanto más alto subes, menos se te exige escuchar a los demás,
también es cieno que aumenta tu necesidad de poseer mejores habilidades para ello. Cuanto
más lejos estás de la línea del frente, más tienes que depender de otros para obtener
información confiable. Sólo si desarrollas desde temprano buenas habilidades para escuchar
y luego sigues usándolas, podrás reunir la información que necesitas para triunfar.
Al avanzar por la vida y lograr más éxito, no pierdas de vista tu necesidad personal de
seguir creciendo y mejorando. Recuerda: un oído sordo es evidencia de una mente cerrada.
Cuando se escucha se generan ideas
Las buenas empresas tienen reputación de escuchar a su gente. Lo que es bueno para ellas
es bueno para los individuos.
Cuando uno adquiere el hábito de escuchar a otros nunca le faltan ideas. A la gente le
encanta contribuir, especialmente cuando su líder comparte con ellos el crédito. Si les das
la oportunidad de expresar sus pensamientos y les escuchas con una mente abierta, siempre
habrá un flujo de nuevas ideas. Incluso cuando éstas no sirvan, el simple hecho de
escucharles puede a menudo inspirar otros pensamientos creativos en ti y en los demás.
Nunca sabrás lo cerca que estás de una idea de un millón de dólares a menos que estés
dispuesto a escuchar a los demás.
Cuando se escucha se construye lealtad
Cuando no haces una práctica de escuchar a los demás, ellos buscarán a otros que lo
hagan. En el momento en que empleados, cónyuge, colegas, hijos o amigos dejan de creer
que les estás escuchando, buscan a otras personas que les den lo que necesitan. A veces las
consecuencias pueden ser desastrosas: el fin de una amistad, la falta de autoridad en el
trabajo, la reducción en la influencia paterna o la ruptura de un matrimonio.
Por otro lado, la práctica de buenas habilidades para escuchar atrae a la gente. A todos nos
encanta un buen oyente y nos sentimos atraídos por él o ella. Si uno escucha con constancia
a los demás, valorándoles en alto grado así como lo que tienen para ofrecer, es más
probable que ellos desarrollen una fuerte lealtad hacia uno, aun cuando nuestra autoridad
sobre ellos sea no oficial o informal.
Escuchar es una gran manera de ayudar a otros y a uno mismo.
Roger G. Imhoff instaba: «Deja que otros confíen en ti. Tal vez a ti no te ayude, pero con
toda certeza les ayuda a ellos». A primera vista escuchar a otros puede parecer que sólo
beneficia a los demás, pero cuando uno se convierte en un buen oyente se pone en posición
de ayudarse también. Tiene la capacidad ele desarrollar relaciones personales fuertes, reunir
Información valiosa y aumentar su comprensión de sí mismo y de los otros.
CÓMO DESARROLLAR HABILIDADES PARA ESCUCHAR
Para llegar a ser un buen oyente uno tiene que querer escuchar, pero también necesita
algunas habilidades que le ayudarán. Las siguientes nueve sugerencias pueden ayudarte a
mejorar en ese aspecto:
/. Mira al que habla
1:1 proceso entero de escuchar empieza cuando pres- tus toda tu atención a la otra
persona. Al interactuar con alguien, no te pongas al día en otro trabajo, ni revuelvas
papeles, ni laves los platos, ni veas la televisión. Dedica el tiempo necesario para
concentrarte sólo en la otra persona. Si no tienes tiempo en ese momento, entonces busca
hacerlo tan pronto como puedas.
2. No interrumpas
La mayoría de las personas reacciona mal cuando se las interrumpe. Les hace sentir que
se les ha faltado al respeto.
Los que tienen la tendencia de interrumpir a otros por lo general lo hacen por una de estas
razones:
3. No asignan suficiente valor a lo que el otro tiene que decir.
4. Quieren impresionar a los demás demostrando lo listos e intuitivos que son.
5. Están demasiado entusiasmados con la conversación como para dejar que el otro
termine de hablar.
Si tienes el hábito de interrumpir a los demás, examina tus motivos y decide cambiar. Da a
los otros el tiempo que necesitan para expresarse. No pienses que tienes que ser tú quien
habla todo el tiempo. Ciertos períodos de silencio pueden darte la oportunidad de
reflexionar sobre lo que se está diciendo para responder apropiadamente.
3. Concéntrate en entender
¿Has notado lo rápido que la mayoría de las personas olvidan lo que han oído? Se han
hecho estudios en importantes universidades norteamericanas que indican que la mayoría
de las personas puede traer a colación sólo el 50% de lo que oye, inmediatamente después
de oírlo. Conforme pasa el tiempo, su capacidad para recordar sigue reduciéndose. Para el
día siguiente su retención, por lo general, cae al 25%.
Una manera de combatir esa tendencia es buscar entender antes que simplemente recordar
datos. Herb Cohén, abogado, conferencista y autor, enfatizaba: «Escuchar eficazmente
requiere algo más que oír las palabras que se transmiten. Exige que uno encuentre
significado y entienda lo que se está diciendo. Después de todo el significado no está en las
palabras, sino en las personas».
5.Determina la necesidad del momento
Muchos hombres y mujeres entran en conflicto porque, en ocasiones, se comunican sobre
cosas diferentes. Descuidan determinar la necesidad de la otra persona en el momento de la
interacción. Los hombres por lo general quieren resolver cualquier problema que traten; su
necesidad es la resolución. Las mujeres, por su parte, con mayor probabilidad le contarán el
problema simplemente por contarlo, pero no piden ni desean soluciones.Si muestras a las personas lo mucho que te interesan y les haces preguntas de una manera que no las amenace, te
asombrarás de lo mucho que te dicen.
Cada vez que es posible determinar la necesidad presente de los que están comunicándose
con uno, se puede poner en su contexto apropiado lo que digan. Así podrás entenderlos
mejor.
5.Controla tus emociones
La mayoría de las personas arrastran su propio lastre emocional que las hace reaccionar
ante ciertas personas o situaciones. Sigmund Freud afirmó: «Un hombre al que le duele una
muela no puede estar enamorado». Quería decir que el dolor de muelas no le permite notar
nada aparte de su sufrimiento. De manera similar, siempre que un individuo tiene intereses
personales, las palabras de los demás mueren ahogadas por el ruido de sus propios
pensamientos.
Cada vez que te involucres emocionalmente en alto grado al escuchar a otro, controla tus
emociones, especialmente si tu reacción parece ser más fuerte de lo que amerita la
situación. No querrás convertir a una persona confiada en blanco de tu desahogo. Además,
aunque tus reacciones no se deban a algún evento de tu pasado, siempre debes dejar que los
demás terminen de explicar su punto de vista, sus ideas o sus convicciones, antes de
expresar las tuyas.
6. Suspende tu juicio
¿Alguna vez has empezado a escuchar a otra persona que te contaba su historia y la has
interrumpido para darle una respuesta antes de que haya terminado? Casi todos lo hemos
hecho, pero la verdad es que uno no puede sacar conclusiones y ser un buen oyente al
mismo tiempo. Cuando estés hablando con otros espera hasta haber escuchado toda la
historia antes de responder. Si no lo haces así, quizás te pierdas lo más importante que ellos
quieren decir.
5.Haz un resumen a intervalos regulares
Los expertos concuerdan en que escuchar es más eficaz cuando se hace activamente. John
H. Melchinger sugiere: «Comenta sobre lo que escuchas, e individualiza tus comentarios.
Por ejemplo, puedes decir: "Claro, eso obviamente es importante para ti". Ve más allá del
"qué interesante". Si te entrenas a ti mismo para comentar significativamente, el que habla
sabrá que le estás escuchando y te dará más información».
Un método para escuchar activamente es hacer un resumen de lo que el otro está
diciendo, haciendo un comentario a intervalos regulares. Cuando el que habla termina un
asunto, parafrasea sus puntos principales o ideas, antes de que pase al siguiente, y verifica
que has recibido el mensaje correcto. Hacerlo así da confianza a la persona y te ayuda a
mantener tu concentración en lo que el otro está tratando de comunicarte.
5.Pregunta para entender mejor
¿Has notado alguna vez que los mejores periodistas son excelentes oyentes? Miran al que
habla, se centran en entender, suspenden el juicio y hacen un resumen de lo que la persona
tiene que decir. La gente confía en ellos y parece estar dispuesta a decirles casi cualquier
cosa. Otra destreza que les ayuda a reunir más información y a aumentar su comprensión de
la persona a la que están entrevistando es que hacen buenas preguntas.
Si quieres llegar a ser un oyente eficaz, conviértete en un buen periodista, no como
aquellos que ponen el micrófono en las narices mientras interrogan, sino como aquellos que
con cortesía hacen preguntas y buscan comprender mejor. Si muestras cuánto te interesas e
interrogas de una manera no amenazadora, te asombrarás de lo mucho que te dirán.
9. Siempre haz del escuchar tu prioridad
Por último, debes recordar hacer de la capacidad para escuchar una prioridad, sin
importar lo ocupado que estés o cuánto hayas subido en tu organización.
Un ejemplo impresionante de un ejecutivo ocupado que se daba tiempo para escuchar es
Sam Walton, fundador de Wal-Mart, uno de los hombres más ricos del mundo. Él creía en
la importancia de escuchar lo que los demás tenían que decir, especialmente sus empleados.
Cierta vez voló a Texas, aterrizó y le dio a su copi- loto instrucciones para encontrarle
ciento cincuenta kilómetros más adelante, en cierta carretera. Después hizo el recorrido en
un automóvil de su empresa, simplemente para poder conversar con el conductor. Debemos
dar al escuchar esta clase de prioridad.
Muchos dan por sentada esta capacidad. Creen que escuchar es fácil, y se consideran a sí
mismos como oyentes bastante buenos. Aunque es cierto que la mayoría de las personas
puede oír, pocos son realmente capaces de escuchar. Sin embargo, nunca es demasiado
tarde para convertirse en un buen oyente. Puedes cambiar tu vida y la de los demás.
PARTE I I I
El crecimiento de las relaciones personales
6¿Cómo puedo cultivar la confianza en otros?
Cuando tus palabras igualan a tus acciones, las personas saben que pueden confiar en ti.
E n su best seller Los siete hábitos de las personas altamente eficaces, Steven Covey
escribió sobre la importancia de la integridad para el éxito de una persona:Si trato de usar estrategias y técnicas para lograr que otros hagan lo que quiero, que trabajen mejor, que se
motiven más, que me quieran y se quieran entre sí, mientras mi carácter es fundamentalmente malo, marcado por
la duplicidad y la falta de sinceridad, no puedo tener éxito. Mi doble mensaje fomentará la desconfianza; todo lo
que haga, incluso usar las llamadas tácticas de relaciones humanas, se percibirá como manipulación.
Sencillamente no hay ninguna diferencia entre lo buena que sea la retórica o incluso lo buenas que sean las
intenciones; si haypoco o nada de confianza, no habrá cimiento ni éxito permanente. Sólo la bondad básica da
vida a la técnica.1
La integridad es vital para el éxito personal y para los negocios. Durante un estudio
realizado por la Escuela para Graduados en Administración de la UCLA y la consultora
Korn-Ferry de Nueva York se hizo una encuesta entre mil trescientos altos ejecutivos. El
71% de ellos dijeron que la integridad es la cualidad más necesaria para triunfar en los
negocios.
LA INTEGRIDAD TIENE QUE VER CON COSAS PEQUEÑAS
La integridad es importante para desarrollar las relaciones personales. Es también el
cimiento sobre el que se edifican muchas de las otras cualidades para el éxito, tales como el
respeto, la dignidad y la confianza. Si el cimiento de la integridad es débil o fun-
damentalmente defectuoso, entonces el éxito se hace imposible. La escritora Cheryl Biehl
recalca: «Una de las realidades de la vida es que si no se puede confiar en una persona en
todos los sentidos, no se puede confiar en ninguno». Incluso las personas que logran
esconder su falta de integridad por un tiempo, finalmente fracasarán y también sus
relaciones.
Es esencial mantener la integridad atendiendo a las cosas pequeñas. Muchos no
comprenden esto. Creen que pueden hacer lo que quieran cuando se trata de cosas
pequeñas, porque piensan que en tanto y en cuanto no cometan grandes fraudes, todo les irá
bien. Pero los principios éticos no son flexibles. Una mentira blanca o piadosa sigue siendo
una mentira. El robo es robo, ya se trate de una moneda o de miles de billetes. La
integridad compromete al carácter sobre la ganancia personal, a las personas sobre las
cosas, al servicio sobre el poder, al principio sobre la conveniencia, a la noción de largo
alcance sobre la inmediata.
Phillips Brooks, clérigo del siglo XIX, decía: «El carácter se forja en los pequeños
momentos de nuestras vidas». Siempre que se rompe un principio moral, se crea una
pequeña grieta en el cimiento de la integridad de uno, y cuando las cosas se ponen feas, es
más duro actuar con integridad, y no más fácil. El carácter no se crea en una crisis, sólo
sale a la luz.
Todo lo que se ha hecho en el pasado, y lo que se ha dejado de hacer, sale a relucir cuando
se está bajo presión.
Desarrollar y mantener la integridad requiere atención constante. Una regla sencilla que
he escuchado dice: «No hagas aquello que no te gustaría leer en los periódicos al día
siguiente». Ésta es una buena norma que todos deberíamos observar.
LA INTEGRIDAD ES UN ASUNTO INTERNO
Muchos luchan con cuestiones de integridad, entre otras cosas, porque tienden a mirar
fuera de sí mismos para explicar sus deficiencias de carácter. Pero el desarrollo de la
integridad es un asunto interno. Observa las tres verdades sobre la integridad que van en
contra del pensamiento común:1. La integridad no está determinada por las circunstancias
Es cierto que nuestra crianza y circunstancias influyen en lo que somos, especialmente
cuando somos jóvenes. Pero conforme pasan los años, mayor es el número de decisiones
que tomamos, para bien o para mal. Dos personas pueden crecer en el mismo ambiente,
incluso en la misma familia, pero una puede tener integridad y la otra, no. Tus
circunstancias son tan responsables de tu carácter como el espejo lo es de tu aspecto. Lo
que ves sólo refleja lo que eres.
2. La integridad no se basa en credenciales
En tiempos antiguos, los alfareros, grabadores y otros artesanos solían usar un símbolo
para marcar lo que habían creado. El símbolo que cada uno usaba era su «carácter». El
valor del trabajo iba en proporción a la destreza con que se había hecho el objeto, y sólo si
la calidad del trabajo era alta, se estimaba el carácter. En otras palabras, la calidad de la
persona y su trabajo daban valor a sus títulos. Si el trabajo era bueno, bueno era su carácter.
Si era malo, entonces se veía su carácter como deficiente.
Lo mismo es válido para nosotros hoy. El carácter viene de lo que somos. No obstante,
algunos quieren que se les juzgue no por lo que son, sino por los diplomas que se han
ganado o el cargo que ocupan, sin que importe la naturaleza de su carácter. Su deseo es
influir en otros por el peso de sus credenciales antes que por la fuerza de su carácter,
pero jamás pueden lograr lo mismo. Observa algunas de las diferencias que hay entre los
dos:
CREDENCIALES
6. Son transitorias
7. Resaltan los derechos
8. Añaden valor
a una sola persona
9. Miran los logros pasados
10. A menudo provocan celos en otros
11. Pueden sólo colocarlo en la puertaCARÁCTER
12. Es permanente
13. Mantiene el enfoqueen las responsabilidades
14. Añade valora muchas personas
15. Construye un legado para el futuro
16. Genera respeto e integridad
17. Lo mantiene allí
Cuando se trata del poder para influir en los demás, ninguna cantidad de títulos, grados,
oficios, designaciones, galardones, licenciaturas ni otras credenciales puede reemplazar a
la integridad básica y honrada.
3. No hay que confundir integridad con reputación
Ciertamente una buena reputación es valiosa. El rey Salomón decía: «De más estima es
el buen nombre que las muchas riquezas».2 Pero una buena reputación existe porque es
un reflejo del carácter de la persona. Si una buena reputación es como oro, entonces el
tener integridad es como ser dueño de la mina. Preocúpate menos por lo que otros
piensan y presta atención a tu carácter. D. L. Moody escribió: «Si cuido de mi carácter,
mi reputación se cuidará a sí misma».
Si uno lucha por mantener su integridad y hace lo debido por fuera, pero así y todo está
logrando resultados incorrectos, algo anda mal en uno, todavía necesita un cambio
interior. Las siguientes preguntas te ayudarán a descubrir los aspectos que necesitan
atención.
PREGUNTAS PARA AYUDARTE A MEDIR TU INTEGRIDAD
17. ¿Cómo trato a las personas si no tengo nada que ganar?
17. ¿Soy transparente ante los demás?
17. ¿Ajusto mi papel según la persona o personas con quienes estoy?
17. ¿Soy la misma persona bajo los reflectores que cuando estoy a solas?
1. ¿Admito rápidamente mis errores sin que me presionen para hacerlo?
1. ¿Pongo a las personas por delante de mi agenda personal?
1. ¿Tengo una norma inmutable para las decisiones morales o dejo que las circunstancias
determinen mi decisión?
1. ¿Tomo decisiones difíciles, aunque me cuesten en lo personal?
1. Cuando tengo algo que decir acerca de otra persona, ¿hablo con ella o de ella?
1. ¿Rindo cuentas por lo menos a alguien por lo que pienso, digo y hago?
No te apresures a responder. Si el desarrollo del carácter es un área de necesidad seria en
tu vida, tu tendencia puede ser leer por encima las preguntas, dando las respuestas que
describirían lo que a ti te gustaría ser en lugar de lo que realmente eres. Dedica tiempo
para reflexionar sobre cada una, considerándola seriamente antes de responder. Después
trabaja las áreas en las que tengas más problemas.
LA INTEGRIDAD ES TU MEJOR AMIGA
La integridad es tu mejor amiga. Jamás te traicionará ni te pondrá en una situación
comprometedora. Mantendrá tus prioridades en orden. Cuando te veas tentado a tomar
atajos, te ayudará a seguir el curso debido. Cuando otros te critiquen injustamente, te
ayudará a seguir avanzando y a tomar el camino superior de no vengarte. Cuando las
críticas de otros sean válidas, la integridad te ayudará a aceptar lo que dicen, aprenderás de
ello y seguirás creciendo.Si una buena reputación es como oro, entonces, el tener integridad es ser dueño de la mina.
Abraham Lincoln dijo una vez: «Cuando entregue las riendas de mi administración quiero
que me quede un amigo, y ese amigo está dentro de mí mismo». La integridad de Lincoln
fue su mejor amiga mientras estuvo en la presidencia, aunque fue criticado muy
cruelmente.
LA INTEGRIDAD ES LA MEJOR AMIGA DE TU AMIGO
La integridad es tu mejor amiga. Y también es la mejor amiga de tu amigo. Cuando los que
te rodean sepan que eres una persona de integridad, sabrán que quieres influenciarles para
añadir valor a sus vidas. No tendrán que preocuparse por tus motivos.
Se ha dicho que no se conoce realmente a una persona mientras no se la haya observado
interactuar con un niño, cuando una llanta de su automóvil se desinfle, cuando el jefe esté
ausente y cuando piensa que nadie la ve. Pero las personas con integridad nunca tienen que
preocuparse por eso. Sin que importe dónde estén, con quién, o en qué situación, son
coherentes y viven según sus principios.
CONVIÉRTETE EN UNA PERSONA DE INTEGRIDAD
A fin de cuentas, puedes desviar tus acciones para que se ajusten a tus principios, o
puedes doblar tus principios para que se adecúen a tus acciones. Es una decisión que tienes
que tomar. Si quieres tener éxito, será mejor que escojas la senda de la integridad, porque
todos los demás caminos, finalmente, llevan a la ruina.
Para llegar a ser una persona de integridad necesitas regresar a lo básico. Tienes que
tomar algunas decisiones serias, pero valdrán la pena.COMPROMÉTETE A LA HONRADEZ, LA CONFIABII I DAD
Y LA CONFIDENCIALIDAD
La integridad empieza con una decisión específica y consciente. Si esperas hasta que surja
la crisis antes de establecer las cuestiones de integridad, te dispones a fracasar. Escoge hoy
vivir siguiendo un código moral estricto, y determina apegarte a él pase lo que pase.
DECIDE DE ANTEMANO QUE NO TE VENDES
Washington dijo que «pocos hombres tienen la virtud de resistir la oferta más alta».
Algunos se dejan comprar porque no han resuelto la cuestión del dinero antes del momento
de la tentación. La mejor manera de guardarte contra una ruptura de la integridad es tomar
hoy la decisión de que no venderás tu integridad ni por poder, ni por venganza, ni por
orgullo, ni por dinero; por ninguna cantidad.
CADA DÍA HAZ «LO QUE DEBES» ANTES QUE «LO QUE QUIERES» HACER
Gran parte de la integridad consiste en cumplir hasta terminar consecuentemente nuestras
responsabilidades. Zig Ziglar dice: «Si haces las cosas que tienes que hacer cuando tienes
que hacerlas, llegará el día en que puedas hacer lo que quieras hacer cuando quieras
hacerlo». El psicólogo y filósofo William James expresó la idea más rigurosamente: «Toda
persona debería hacer en el día por lo menos dos cosas que detesta hacer, simplemente por
la práctica».
Con integridad uno puede disfrutar de libertad. No sólo será menos probable que te
esclavice el estrés que provocan las malas decisiones, las deudas, el engaño y otros asuntos
negativos del carácter, sino que estarás libre para influenciar a otros y añadirles valor de
una manera increíble. Tu integridad abre la puerta para que disfrutes del éxito continuado.
Si sabes por qué te mantienes firme y actúas en consecuencia, la gente puede confiar en
ti. Es un modelo del carácter y consistencia que otros admiran y quieren imitar. Habrás
puesto un buen cimiento, lo que te hará posible edificar relaciones personales positivas.
7
¿Cuál es mi relación personal más importante?
Triunfa en casa y todas las demás relaciones personales serán más fáciles.
l a r a algunas personas el matrimonio y la familia han llegado a ser víctimas aceptables en
la búsqueda del éxito. Pero muchos se están dando cuenta de que la esperanza de encontrar
la felicidad a costa de la ruptura de una familia es una ilusión. No se puede abandonar un
matrimonio o descuidar a los hijos y obtener un verdadero éxito. Edificar y mantener
familias fuertes nos beneficia en todo sentido y esto incluye la ayuda para triunfar. El
experto en vida familiar Nick Stinnet afirmó hace más de una década: «Cuando tienes una
vida familiar fuerte, recibes el mensaje de que eres importante, se te quiere y se te cuida. La
ingestión positiva de amor, afecto y respeto... te da los recursos internos para lidiar más
exitosamente con la vida».
CÓMO TRABAJAR PARA SEGUIR JUNTOS
Desde casi el comienzo de nuestro matrimonio, mi mujer y yo nos dimos cuenta de que
en mi carrera a menudo tendría la oportunidad de viajar. Decidimos que cada vez que
tuviera que ir a algún lugar especial o asistir a alguna reunión interesante, ella me acom-
pañaría, aunque fuera financieramente difícil. Con el correr de los años nos ha ido bastante
bien cumpliendo con ese compromiso.
Hemos estado con nuestros hijos en las capitales de Europa, en las selvas de América del
Sur, en las atiborradas ciudades de Corea, en la agreste zona remota de Australia y en
safaris en Sudáfrica. Hemos conocido personas maravillosas de todas las razas y de multi-
tud de nacionalidades. Hemos tenido la oportunidad de ver y hacer cosas que permanecerán
en nuestros recuerdos por el resto de nuestras vidas. Mi decisión fue muy temprana: ¿de
qué me serviría ganar todo el oro del mundo si perdía a mi familia?
Sé que no habría logrado ningún éxito en la vida sin mi esposa, pero mi gratitud a ella y a
nuestros hijos no brota de lo que me han dado. Viene de lo que significan para mí. Cuando
llegue al final de mis días no quiero que Margaret, Elizabeth o Joel Porter digan que fui un
buen autor, conferencista, pastor o líder. Mi deseo es que mis hijos piensen que fui un buen
padre y que Margaret considere que he sido un buen esposo. Eso es lo que más importa. Es
la medida del verdadero éxito.
PASOS PARA EDIFICAR UNA FAMILIA FUERTE
Los buenos matrimonios y las familias fuertes son una alegría, pero no se dan porque sí.
Si queremos tener familias sólidas y matrimonios saludables, tenemos que esforzarnos
arduamente para crearlos.
Si tienes familia o tienes la intención de tener una en el futuro, observa las siguientes
pautas. Han servido para la formación de mi propia familia, y creo que pueden ayudarte a
fortalecer la tuya.
Expresarse aprecio unos a otros
Una vez escuché que alguien bromeaba diciendo que el hogar es el lugar adonde los
miembros de la familia van cuando se han cansado de portarse bien con otras personas.
Desafortunadamente algunos hogares parecen funcionar de esa manera. Un vendedor pasa
todo el día tratando a sus clientes con la mayor amabilidad pero es rudo con su esposa al
llegar a casa. Una doctora en medicina pasa todo el día atendiendo con compasión a sus
pacientes, pero llega a su casa agotada y descuida a sus hijos.
Para edificar una familia fuerte tienes que hacer de tu hogar un ambiente de apoyo. El
psicólogo William James observaba: «En toda persona, desde la cuna hasta la tumba, hay
una profunda ansiedad de recibir aprecio». Cuando las personas se sienten apreciadas
muestran su mejor lado. Cuando ese aprecio tiene lugar en casa y va acompañado de
aceptación, amor y estímulo, los lazos entre los familiares crecen y el hogar se convierte en
un refugio seguro para todos.¿De qué me sirve ganar todo el oro del mundo si pierdo a mí familia?
He oído que por cada comentario negativo de un familiar, se necesitan cuatro comentarios
positivos de alguien extraño para contrarrestar el daño. Por eso es tan importante enfocarse
en los aspectos positivos de cada personalidad y expresar amor incondicional los unos por
los otros, tanto verbal como no verbalmente. De esa manera el hogar se convierte en un
ambiente positivo para todos.
ESTRUCTURAR LAS VIDAS PARA PASAR TIEMPO JUNTOS
Cuando yo era muchacho pasaba mucho tiempo con mis padres, mi hermano y mi
hermana. Salíamos de vacaciones en familia, por lo general, en automóvil. Como padre me
ha sido más difícil mantener viva esa tradición. Hemos sido buenos para planear y salir
juntos de vacaciones, pero a veces hemos tenido que ser creativos para pasar tiempo juntos.
Por ejemplo, cuando mis hijos eran pequeños, siempre trataba de llevarlos a la escuela por
la mañana, a fin de pasar algún rato con ellos. Con todas las cosas que tienen lugar en
nuestras atareadas vidas, nos dimos cuenta de que la única manera en que podíamos
compartir el tiempo era planeándolo cuidadosamente.
Todos los meses paso varias horas examinando mi itinerario de viajes, resolviendo qué
conferencias debo dar, pensando en los proyectos que tengo que
completar y cosas por el estilo. En ese momento planeo mi trabajo para todo el mes, pero
antes de marcar cualquier fecha para mi trabajo, anoto todas las que son importantes para la
familia. Dejo libre el tiempo para cumpleaños, aniversarios, juegos deportivos,
presentaciones de teatro, ceremonias de graduación, conciertos y cenas románticas.
También para salir a solas con mi mujer y con cada uno de nuestros hijos, para que
podamos continuar edificando nuestras relaciones personales. Una vez que he anotado todo
eso, entonces planifico mi horario de trabajo alrededor de lo ya anotado. Lo he hecho
durante años, y ha sido lo único que ha evitado que mi trabajo me obligara a dejar a mi
familia fuera de mi calendario. Comprendí que si no estructuro estratégicamente mi vida
para pasar tiempo con mi familia, no lo haré.
TRATA LA CRISIS DE UNA MANERA POSITIVA
Toda familia atraviesa problemas, pero no todas responden a ellos de la misma manera. Eso
a menudo diferencia a una familia que estrecha sus lazos de aquella que a duras penas logra
sobrevivir. He notado que algunas personas que buscan el éxito parecen evitar el ambiente
hogareño. Sospecho que una razón es que no son capaces de manejar bien las situaciones
de crisis en la familia. Encuentran más fácil evadir los problemas, pero esa no es la
solución.
M. Scott Peck, autor de The Road Less Traveled [El camino menos transitado] ofrece
algunas percepciones notables sobre el tema de los problemas y cómo manejarlos:En el proceso completo de enfrentar y resolver problemas, la vida cobra significado. Los problemas son el filo
cortante que distingue el éxito del fracaso. Exigen nuestro valor y sabiduría; en verdad crean nuestro valor y
sabiduría. Sólo debido a los problemas crecemos mental y espiritualmente... Aprendemos a través del dolor de
afrontarlos y resolverlos. Como dijo Benjamín Franklin: «Aquellas cosas que duelen, instruyen».
Si queremos crecer como familia y tener éxito en casa tanto como en otros aspectos de
nuestra vida, debemos aprender a enfrentar las dificultades que hallamos allí. Las siguientes
son algunas estrategias para ayudarte en el proceso de resolver problemas:
• Ataca el problema, nunca a la persona. La idea es respaldarse siempre unos a otros.
Todos están del mismo lado, por lo tanto, no descargues sobre las personas tus
frustraciones. Más bien, ataca el problema.
18. Busca toda la información. Nada puede causar más daño que sacar conclusiones
falsas en una crisis. No desperdicies tu energía emocional y física persiguiendo el
problema equivocado. Antes de tratar de buscar soluciones, asegúrate de saber qué está
sucediendo en realidad.
19. Haz una lista de todas las opciones. Esto puede parecer un poco analítico, pero en
realidad ayuda a mirar los temas emocionales con algo de objetividad. (Si tuvieras un
problema en tu trabajo, probablemente estarías dispuesto a seguir este proceso.) Dedica al
problema familiar por lo menos el mismo tiempo y energía que darías a algún problema
profesional.
20. Escoge la mejor solución. Al decidir alguna solución siempre recuerda que las
personas son tu prioridad. Toma tus decisiones de acuerdo a esto.
Busca los aspectos positivos del problema. Las cosas difíciles nos dan la oportunidad de
crecer. Sin que importe lo malas que parezcan las cosas en ese momento, siempre hay
algo positivo que puede resultar de ello.
• Nunca escatimes tu amor. Sin que importe lo mal que se pongan las cosas, o lo molesto
que te sientas, nunca contengas tu amor hacia tu cónyuge e hijos. Diles cómo te sientes y
reconoce los problemas, pero sigue amando incondicionalmente a tu familia a través de
todo el proceso.
Este último punto es el más importante de todos. Cuando uno se siente amado y apoyado
por su familia, puede soportar casi cualquier crisis. Y disfrutar mejor de los éxitos.
COMUNÍCATE CONTINUAMENTE
Leí un artículo en un periódico que informaba de que la pareja promedio casada durante
diez años o más dedica apenas treinta y siete minutos a la semana a la comunicación
significativa. Casi no podía creerlo. Compara eso con el hecho de que el ciudadano pro-
medio gasta casi cinco veces más tiempo viendo la televisión ¡todos los días! No sorprende
que muchos matrimonios tengan problemas. Al igual que casi todo lo demás, la buena
comunicación no surge porque sí. Tiene que ser desarrollada y ese proceso lleva tiempo y
esfuerzo. Las siguientes son algunas sugerencias para ayudarte a lograrla:
21.Desarrolla plataformas para la comunicación. Sé creativo para encontrar razones
para hablar el uno con el otro. Pasea con ellos, como familia, para poder conversar.
Llama a tu cónyuge un par de veces durante el día. Sal a almorzar en pareja una vez
por semana. Ofrécete a llevar a tus hijos al partido de fútbol para poder hablar con
ellos. La comunicación puede tener lugar casi en cualquier parte.
22. Controla a los asesinos de la comunicación. La televisión y el teléfono
probablemente se roban la mayor parte del tiempo de comunicación entre la familia.
Restringe el tiempo que les dedicas, y te sorprenderás al ver cuántas más oportunidades
tienes para hablar con ellos.
Alienta la honestidad y la transparencia en las conversaciones. Las diferencias de
opinión son saludables y normales en una familia. Anima a todos los miembros a decir
lo que piensan, y cuando lo hagan, nunca les critiques ni les ridiculices. • Adopta un
estilo positivo. Sé consciente de la manera en que interactúa tu familia. Quizá has
adoptado un estilo que asfixia la comunicación abierta. Si tienes el hábito de usar
cualquier otro estilo de comunicación que no sea de cooperación, empieza a trabajar de
inmediato para cambiarlo. Tendrás que hacer eso si quieres edificar la relación personal
con ellos.
COMPARTE LOS MISMOS VALORES
Hoy las familias no dan a los valores la misma prioridad o atención que se les daba en otras
épocas. William Kirkpatrick, profesor del Boston College dijo: «Existe el mito de que los
padres no tienen el derecho de inculcar sus valores en sus hijos. El dogma estándar parece
ser que los hijos deben crear sus propios valores. Pero ¿tiene algún sentido que los padres
permanezcan como espectadores neutrales cuando todos los demás, desde los escritores de
guiones de televisión, hasta comediantes, publicistas y profesores de educación sexual
venden sus propios valores a nuestros hijos?»1
Los valores comunes fortalecen a una familia y son benéficos para los hijos, en especial
al crecer. Un estudio demostró que en los hogares de un solo padre, los hijos cuyo padre o
madre expresa y obliga a cumplir las normas prosperan al doble del ritmo que aquellos en
cuyos hogares esos conceptos no se promueven de la misma manera.2 Y esto ni siquiera
toma en cuenta si los valores son los que podríamos considerar positivos.
La mejor forma de empezar a trabajar para compartir valores comunes en tu familia es
identificar aquellos que quieres inculcar. Si la tuya es como la mayoría de las familias,
entonces nunca antes has hecho esto. Pero para poder llevarlos a la práctica, primero tienes
que hallarlos. Seguramente existen de tres a siete cosas por las cuales estarías dispuesto a
jugártelo todo.
Permíteme darte una lista de las cinco que hemos identificado en la familia Maxwell para
que tengas una idea de a qué me refiero:
23. Compromiso con Dios
24. Compromiso con el crecimiento personal y de la familia
25. Experiencias comunes y compartidas
26. Confianza en nosotros mismos y en otros
27. El deseo de hacer una contribución en la vida
Los valores que escojas sin duda serán diferentes de los nuestros, pero debes identificarlos.
Dedica tiempo para hablar de valores con tu cónyuge e hijos. Si tus hijos son mayores,
incluyelos en el proceso de identificar los valores. Hazlo en forma de conversación. Nunca
titubees para asumir el papel de modelo y maestro de los valores de tu familia. Si no lo
haces, alguien más lo hará por ti.
CONSTRUYE TU MATRIMONIO
Si estás casado o vives en pareja de manera estable, lo mejor que puedes hacer para
fortalecer a tu familia es edificar tu relación con la persona elegida. Con certeza será lo
mejor que puedes hacer por ella, pero también tendrá un impacto enormemente positivo en
tus hijos. Josh McDowell sabiamente dijo: «Lo más grandioso que un padre puede hacer
por sus hijos es amar a la madre de ellos». Del mismo modo, lo mejor que una madre
puede hacer por sus hijos es amar al padre de ellos.
Un ingrediente que, por lo común, falta en muchos matrimonios es la dedicación a tratar
de que las cosas funcionen. Los matrimonios pueden empezar debido al amor, pero se
terminan debido a la falta de compromiso. Alfred Kinsey, investigador de la sexualidad,
quien estudió a seis mil matrimonios y a tres mil divorciados, reveló que «Tal vez no haya
nada más importante en un matrimonio que la determinación a que ese matrimonio persista.
Con una determinación así, los individuos se obligan a sí mismos a ajustarse y a aceptar
situaciones que parecerían suficiente motivo para una ruptura, si la continuación del
matrimonio no fuera el objetivo primordial». Si quieres ayudar a tu cónyuge, a tus hijos y a
ti mismo, comprométete a construir y sostener un matrimonio fuerte.
Existe una correlación entre el éxito familiar y el personal. Edificar relaciones personales
fuertes en la familia no sólo pone el cimiento para el éxito futuro, sino que le da a la vida un
significado más profundo.
Creo que pocas personas han logrado verdaderamente el éxito sin una familia positiva
que los apoye. Sin que importe lo grandes que sean los logros de las personas, creo que les
falta algo cuando trabajan sin el beneficio de estas relaciones personales estrechas. Es
cierto que algunas personas están llamadas a permanecer solteras, pero es poco común. Una
buena familia ayuda a la mayoría de la gente a saber su propósito, a desarrollar su
potencial, a disfrutar del peregrinaje en el camino con una intensidad que no es posible
encontrar de otra manera.
Cuando se trata de sembrar las semillas para el bien de los demás, ¿quién podría recibir
mayores beneficios de uno que los propios integrantes de nuestra familia?
8¿Cómo puedo dirigir y estar al servicio de las personas al mismo
tiempo?
Uno debe amar a su gente más que a su puesto.
Norman Schwarzkopf, general del ejército de los Estados Unidos, mostró capacidades de
liderazgo realmente inusuales. En Vietnam, introdujo procedimientos para reducir las bajas
y, cada vez que un soldado quedaba herido por una mina, iba personalmente a verlo, hacía
que lo evacuaran usando su helicóptero y hablaba con los demás para levantarles el ánimo.
En una ocasión un hombre fue herido por una mina y, el entonces coronel, voló hasta el
lugar del hecho. Mientras el helicóptero evacuaba al soldado herido, otro pisó una mina,
que le provocó una seria herida en la pierna. El hombre cayó a tierra, gimiendo de dolor.
En ese momento se dieron cuenta de que la mina no había sido una trampa solitaria, sino
que se encontraban en medio de un campo minado.
Schwarzkopf pensó que el soldado herido podría sobrevivir e incluso que lograría salvar
su pierna, pero sólo si dejaba de revolcarse por el suelo. Él debía llegar hasta donde estaba
el hombre e inmovilizarlo. Más tarde recordaría:Empecé a avanzar por el campo minado, dando un paso a la vez, muy lentamente, con los ojos clavados en el
suelo, buscando cualquier prominencia delatora o alambres que sobresalieran de la tierra. Las rodillas me
temblaban tan fuertemente que cada vez que daba un paso tenía que agarrarme la pierna con ambas manos para
calmarla antes de poder dar otro paso... Creo que tardé mil años en llegar hasta donde estaba aquel muchacho.
Schwarzkopf, quien había sido luchador y pesaba más de cien kilos, se echó sobre el
herido y lo inmovilizó. Eso le salvó la vida. Con la ayuda de un equipo de ingenieros sacó
al herido y a los demás del campo minado.
La cualidad que mostró se podría describir como heroísmo, valentía, o incluso, temeridad.
Pero creo que la expresión que mejor lo describe es actitud de servicio. Aquel día, la única
manera en que podía ser eficaz como líder era servir al soldado que estaba en problemas.
TEN UN CORAZÓN PREPARADO PARA SERVIR
Cuando piensas en actitud de servicio, ¿la concibes como desempeñada por personas
relativamente de poca habilidad, que se hallan en la parte más baja de la escalera de cargos?
Si piensas así, te equivocas. Esta actitud no tiene nada que ver con el cargo o la habilidad.
Sin duda habrás conocido personas que tienen una muy pobre actitud de servicio: el
empleado grosero de la agencia gubernamental, la camarera que no quiere molestarse en
recibir tu orden, el empleado que habla por teléfono con su amigo en lugar de atendernos.
Así como uno puede sentir cuando un trabajador no quiere servir a otros, también puede
detectar fácilmente cuando alguien no tiene el corazón listo para servir. La verdad es que
los mejores líderes desean servir a los demás, y no a sí mismos.
¿Qué hace un verdadero líder que sirve a los demás?
28. Pone a los otros por encima de su propia agenda
La primera característica de esta actitud es la capacidad de poner a otros por encima de
uno mismo y de los propios deseos personales. Significa más que estar dispuesto a dejar
momentáneamente a un lado su propia agenda. Quiere decir ser consciente de las
necesidades de los demás, estar dispuesto a ayudarlos, ser capaz de dar importancia a sus
deseos.
29. Posee la confianza para servir
La verdadera raíz de una actitud de servicio es la seguridad. Cualquier persona que cree
que es demasiado importante como para servir es básicamente insegura. La manera como
tratamos a otros es realmente un reflejo de lo que pensamos de nosotros mismos. El
filósofo y poeta Eric Hoffer captó ese pensamiento:Lo asombroso es que realmente amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos; hacemos a otros lo que nos
hacemos a nosotros mismos. Detestamos a otros cuando nos detestamos a nosotros mismos. Somos tolerantes
cuando nos toleramos. Perdonamos a otros cuando nos perdonamos. No es el amor a uno mismo, sino el odio
hacia uno mismo el que está en la raíz de los problemas que afligen a nuestro mundo.
Sólo los líderes seguros dan poder a otros. También es verdad que sólo las personas
seguras pueden exhibir una actitud de servicio.
30. Promueve el servicio a los demás
Casi cualquier persona servirá si se le obliga a hacerlo y algunos servirán en una crisis.
Pero se puede observar a simple vista el corazón de alguien que promueve el servicio hacia
los demás. Los grandes líderes ven la necesidad, aprovechan la oportunidad y sirven sin
esperar nada a cambio.
31. No está pendiente de la posición
Los líderes que sirven no se dejan limitar por el rango o la posición. Cuando el coronel
Schwarzkopf se vio en medio de ese campo minado, lo último en que pensó fue en su
rango. Era simplemente un individuo tratando de ayudar a otro. Ser líder le daba un mayor
sentido de obligación a servir.
32. Sirve por amor
La actitud de servicio no está motivada por manipulación o promoción de uno mismo. Está
alimentada por el amor. Finalmente, el alcance de su influencia y la cualidad de sus
relaciones personales dependen de la profundidad de su interés por los demás. Por eso es
tan importante que los líderes estén dispuestos a servir.
CÓMO LLEGAR A TENER ACTITUD DE SERVICIO Para mejorar esta actitud, haz lo siguiente:
1. Realiza actos pequeños. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste gestos de bondad hacia
otros? Empieza con los que están más cerca a ti: tu esposa o esposo, tus hijos, tus padres.
Busca hoy mismo maneras de hacer por los demás pequeñas cosas que muestran que te
interesas por ellos.
2. Aprende a andar lentamente en medio de la multitud. Aprendí de mi padre esta
gran lección. La llamo andar con paso lento en medio de la multitud. La próxima vez
que asistas a alguna función con varios clientes, colegas o empleados, proponte
relacionarte con otros circulando entre ellos y hablando con cada uno de ellos.
Concéntrate en cada persona que encuentres. Aprende su nombre si no lo sabes todavía.
Proponte enterarte de las necesidades, anhelos y deseos de cada uno. Después, procura
hacer algo benéfico a una media docena de ellos.3. Es verdad que quienes serán grandes deben ser como los menores y siervos de todos.
4. • Pasa a la acción. Si en tu vida está notablemente ausente una actitud de
servicio, la mejor manera de cambiar eso es empezar a servir. Empieza sirviendo
con tu cuerpo, y tu corazón a la larga lo alcanzará. Comprométete a servir a otros
durante seis meses, por ejemplo, en tu comunidad, una iglesia, una entidad de
barrio, una organización de voluntarios. Si tu actitud sigue sin mejorar al final del
período, hazlo de nuevo. Sigue haciéndolo hasta que tu corazón cambie.
5. ¿Dónde está tu corazón cuando se trata de servir a otros? ¿Deseas llegar a
ser un líder por las utilidades y los beneficios? ¿O te motiva el deseo de ayudar a los
demás?
6. Si realmente deseas llegar a ser la clase de líder que las personas quieren
seguir, tendrás que resolver esta cuestión de la actitud de servir. Si tu postura es ser
servido en lugar de servir, tendrás problemas. Es cierto que los que serán grandes
deben ser como el menor y siervos de todos.
7. Albert Schweitzer sabiamente dijo: «No sé cuál será tu destino, pero estoy
seguro de algo: aquellos que serán realmente felices son quienes han buscado y
encontrado cómo servir». Si quieres tener éxito al más alto nivel, estáte dispuesto a
servir al nivel más bajo. Ésa es la mejor manera de construir las relaciones
personales.