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Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Filosofía y Letras Licenciatura en Filosofía Clase de Estética Prof: Erika Linding Cisneros Alumno: Francisco Javier Hernández Villaverde Cta: 086285667 1 EL ANACRONISMO EN LA APRECIACIÓN ESTÉTICA. En las cuevas prehistóricas que dieron asilo a las primeras manifestaciones de la imagen hace más de 15,000 años A. C. existe un enorme documento artístico que puede ser útil para el propósito de este trabajo, en sus muros y techos encontramos la labor paciente de un talento sorprendente, puede observarse en los trazos figurativos de los muros adornados esa preocupación humana por la expresión estética. No vemos aquí tan solo la simple figura simbólica que puede interpretarse como una necesidad comunicativa y útil para la sobre vivencia en la precaria situación cavernícola como podría observarse desde un acercamiento histórico a este fenómeno, sino incluso la sorprendente aparición de la belleza en los trazos coloridos en la roca, “el incendio anacrónico” que hace refulgir la imagen en el tiempo (expresión al estilo Didi-Huberman) que resalta el trabajo del artista desconocido al que se intenta comprender e interpretar ya con una hermenéutica antropológica y arqueológica que no admite aún una capacidad estética digna del artista contemporáneo que juzga este trabajo milenario desde su computadora o mediante una mirada anacrónica que busca el aura que llama la mirada. El dilema estético de juzgar la obra con un método historicista como el que utiliza Baxandall para intentar comprender la pintura renacentista se convierte en un problema casi imposible cuando se intenta juzgar el trabajo de la prehistoria ya que no se encuentran documentos que permitan argumentos infalibles de los comos y porqués de la expresión estética prehistórica. El método de Baxandal en el que se intenta descubrir el valor de las pinturas en términos económicos descubriendo el precio de la obra en su totalidad e incluso el valor de cada color

El Anacronismo en La Apreciación Estética

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La historia en la filosofía de Walter Benjamin

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    Facultad de Filosofa y Letras

    Licenciatura en Filosofa Clase de Esttica Prof: Erika Linding Cisneros

    Alumno: Francisco Javier Hernndez Villaverde Cta: 086285667

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    EL ANACRONISMO EN LA APRECIACIN ESTTICA.

    En las cuevas prehistricas que dieron asilo a las primeras manifestaciones de la imagen hace

    ms de 15,000 aos A. C. existe un enorme documento artstico que puede ser til para el

    propsito de este trabajo, en sus muros y techos encontramos la labor paciente de un talento

    sorprendente, puede observarse en los trazos figurativos de los muros adornados esa

    preocupacin humana por la expresin esttica. No vemos aqu tan solo la simple figura

    simblica que puede interpretarse como una necesidad comunicativa y til para la sobre

    vivencia en la precaria situacin caverncola como podra observarse desde un acercamiento

    histrico a este fenmeno, sino incluso la sorprendente aparicin de la belleza en los trazos

    coloridos en la roca, el incendio anacrnico que hace refulgir la imagen en el tiempo

    (expresin al estilo Didi-Huberman) que resalta el trabajo del artista desconocido al que se

    intenta comprender e interpretar ya con una hermenutica antropolgica y arqueolgica que

    no admite an una capacidad esttica digna del artista contemporneo que juzga este trabajo

    milenario desde su computadora o mediante una mirada anacrnica que busca el aura que

    llama la mirada.

    El dilema esttico de juzgar la obra con un mtodo historicista como el que utiliza Baxandall

    para intentar comprender la pintura renacentista se convierte en un problema casi imposible

    cuando se intenta juzgar el trabajo de la prehistoria ya que no se encuentran documentos que

    permitan argumentos infalibles de los comos y porqus de la expresin esttica prehistrica.

    El mtodo de Baxandal en el que se intenta descubrir el valor de las pinturas en trminos

    econmicos descubriendo el precio de la obra en su totalidad e incluso el valor de cada color

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    de cada lienzo y del trabajo mismo del artista podra intentar equipararse con la dificultad que

    el hombre primitivo tendra para conseguir los materiales con que pudo crear su obra,

    minerales principalmente y vegetales con que se consigui el color para los muros

    cavernarios, los utensilios que hicieron de pinceles como pedazos de piel, hojas o ramas y por

    ltimo la mano de obra en la labor del artista prehistrico que sugiere un trabajo de un solo

    hombre en algunas locaciones de lo que se concluye la inversin de tiempo y espacio propios.

    Se podra suponer que fuera posible recolectar tales elementos y tal vez con ello acercarse un

    poco a la valoracin que aquellos hombres tenan de estas obras, el grado de dificultad

    necesario para reunir todo el material de trabajo y la calma y el tiempo necesarios para

    realizarla en un mbito en donde el peligro acecha todos los momentos de la vida natural y

    todava el hombre es demasiado vulnerable ante los elementos del ecosistema que habita,

    hace pensar que la construccin de aquellos bisontes tan bellos tenan un valor muy especial

    para sacrificar tiempo y recursos materiales y humanos en esta actividad pictrica.

    Esto no podra significar an que existe la certeza de que su valoracin fuera esttica ya que

    la interpretacin ms apegada al juicio arqueolgico y antropolgico lleva a pensar que los

    motivos del hombre cavernario eran ms ligados a lo mgico-religioso, es decir que seran un

    elemento til, segn la interpretacin tradicional, para propiciar una buena cacera y provecho

    para el grupo. Esta posible interpretacin, a pesar de referirse a un momento que se halla

    antes de la etapa histrica humana, utiliza la perspectiva del mtodo historicista en el sentido

    de que busca observar la obra desde el punto de vista del autor, trata de trasladarse a la

    poca en que la obra fue hecha, cosa utpica ya en principio ya que, an cuando fuese posible

    recrear el escenario y las condiciones de una poca tan lejana como la que nos referimos,

    todava queda el problema de saber cual sera el pensamiento del autor y los beneficiarios de

    la obra en el momento en que se realiz, el contexto cultural de una poca tan remota es tan

    solo una especulacin arriesgada.

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    Un acercamiento arqueolgico ortodoxo intentara convencernos de que los nicos motivos

    para crear una obra tan bella, tan elaborada en su detalle, en el trazo preciso e incluso el

    claroscuro y el color de la figura, no tena otro motivo que el de evocar el momento en que la

    tribu logra la cacera del bisonte, como si la representacin del momento influyera de algn

    mgico modo en la realizacin futura del evento como si este momento fuera tan celebre para

    el grupo que su representacin ldica pudiera propiciar la fortuna o asegurar beneficio al

    momento de la caza.

    Si tal cosa es cierta tal vez se tuvo necesidad de todo un rito envuelto en protocolos

    elaborados y construidos durante siglos de tradicin antes de ser dibujado cada muro de la

    caverna, tal vez existi toda una perorata memorizada que narraba el primer momento en que

    algn hroe inaugur la caza del bisonte que seguramente sera un animal sagrado y

    reverenciado por donar su carne al beneficio humano y que deba recitarse al grupo antes de

    iniciar los trabajos pictricos, o durante o al inaugurar estos muros milenarios, acompaados

    de msica prehistrica, cantos y danzas rituales. Seguramente estos muros fueron pintados

    bajo el influjo de psicotrpicos sagrados por la pura necesidad humana de crear realidades

    alternas e impregnados del misticismo y superchera antigua buscaban propiciar la fortuna y

    abundancia en la cacera en el entendido que la imagen, con su poder de evocar la realidad, de

    traer de regreso aquel momento valioso y fortuito perdido en el tiempo podra tambin

    propiciar su concrecin en el momento presente o en el momento futuro, confiados

    precisamente en el poder anacrnico de la imagen ldica. Si seguimos a Baxandall e

    intentamos seguir su trabajo en analoga quizs podramos sostener incluso que la actitud del

    bisonte, su pose o posicin, la direccin de su mirada, la posicin de su cola etc., tienen un

    simbolismo que ya no podemos comprender pero que existi y se tiene la conviccin de que

    podran interpretarse estas figuras fcilmente de conocer la cultura y forma de vida de estos

    hombres paleolticos.

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    Sin embargo ninguno de todos estos argumentos arqueolgicos o antropolgicos puede

    convencer ni de que el hombre primitivo no tena la capacidad de la apreciacin esttica de su

    obra ni de que esta obra no tuviera por tanto ningn objetivo ldico en s sino tan slo fines

    utilitarios. Incluso los lienzos renacentistas tuvieron fines utilitarios en su realizacin lo cual

    no merma de ningn modo los objetivos estticos que los pintores tuvieron al realizar su

    trabajo, el texto de Baxandall puede ayudarnos en esta conclusin cuando nos resea la forma

    en que era apreciada la maestra del pintor en la realizacin de su trabajo ponindole precio

    incluso a la destreza y habilidad de la mano del maestro. Todo ello nos habla siempre de una

    intencionalidad utilitarista en cada obra pictrica que cambia segn las necesidades de la

    poca y expresa un aprendizaje y una transformacin de la mirada y la forma como la mirada

    imita la realidad, ejerce el juicio valorativo en trminos que procuran la utopa de describir la

    experiencia visual con palabras y trminos anclados en una perspectiva que optimista piensa

    que es posible significar la realidad, una perspectiva que toma el devenir histrico como una

    avalancha voraz que consume el pasado y construye el futuro en un mpetu de causalidad y

    con una fuerza teleolgica que intenta alcanzar la perfeccin y evoluciona constantemente.

    Pero para Huberman, impresionado por el sentido anacrnico que descubre W. Benjamn en la

    historia del arte y la interpretacin de la obra artstica como un fenmeno singular en la

    corriente del tiempo, enfrentar la mirada con el estallido del espacio que detiene el tiempo

    en la experiencia, fenmeno que sucede claramente al observar los preciosos bisontes de

    Altamira, este mtodo de baxandall para aproximarse al fenmeno esttico no slo es

    insuficiente sino incluso equivocado por que se poya en una concepcin de la historia que

    sistematiza el anlisis en parmetros antropocntricos y europeocentristas perdiendo la

    oportunidad de valorar el trabajo increble del artista arcaico desconocido ya que su axioma

    terico, por menospreciar la capacidad intelectual de los autores, no aprecia las diferentes

    tcnicas que ostenta la obra cavernaria.

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    Del mismo modo que Didi-Huberman intentaba explicar el anacronismo del muro inferior a la

    pintura de Fra-Angelico (la virgen de la s sombras) mediante la lectura de Benjamn o el

    aura sorprendente de la escultura Africana mediante los textos de Einstein, podrase

    igualmente, aprovechando la analoga, aplicar los parmetros de este anlisis esttico a las

    pinturas rupestres de nuestro caso y buscar en esto tambin la justificacin al discurso que

    estos filsofos oponan a concepcin misma de historia, ya que, si ha de cambiar el criterio

    que interpreta los eventos del pasado hasta el punto de cuestionar incluso la ley de sucesin

    en el que se basan todos los contenidos de la historia occidental una de los mximos dilemas a

    resolver en esta paradoja que crea el arte con respecto a la historia es precisamente la

    existencia de una manifestacin tan exquisita de la creatividad humana incluso en los

    momentos ms remotos de su existencia.

    Pero necesitamos trminos ms claros para referirnos al fenmeno del arte, trminos que nos

    aclaren que significan expresiones tales como remolino en el curso de la historia, imagen-

    malicia, historia a contrapelo, metapsicologa del tiempo, el remontaje visual de las

    cosas, Aura resplandeciente, incendio y explosin de la imagen, imagen que te mira,

    ruptura del espacio, imagen-sntoma, encrucijada de estados lmites en movimiento, etc.

    y las categoras Aristotlicas, Freudianas o Marxistas son insuficientes para salvar la dialctica

    que se muestra en este fenmeno antropolgico que es la memoria histrica.

    Se trata de encontrar las palabras adecuadas para describir el fenmeno histrico, algo que

    hemos comprendido bien, es la utopa de la historia del arte segn lo demuestran los autores

    sugeridos. Sin embargo intentaremos esta travesa analizando el fenmeno de enfrentarse a

    una imagen esttica para utilizarla como documento que remonta al sujeto a un momento

    inexistente que intenta calcular, un espacio-tiempo particular que no puede ser atrapado con

    las palabras. Cmo podra ser descrito este fenmeno?. Podemos explicarlo diciendo que la

    vida humana esta compuesta de una secuencia continua de tiempo, un deslizamiento sutil y

    montono, un movimiento casi armnico, casi rtmico que proviene de la primera causa y

    viene empujando sin detenerse nunca y que pasara sin novedad alguna, sin dejar recuerdo en

    la memoria de no ser por esos fenmenos particulares, esas singularidades

    espaciotemporales, esos acontecimientos que forman la historia, esas maravillas estticas que

    detienen el tiempo para mostrar su esplendor en todo lugar y ante cualquier pblico, una

    perturbacin en el equilibrio que mantena estable y tranquila la cadena de los sucesos

    humanos cotidianos. Mi vida era estable y tranquila hasta que me sucedi algo que nunca

    olvidare esta es la expresin que se usa cuando narramos este tipo de acontecimientos que

    dejan huella en la historia personal. De manera anloga en la historia humana la vida de un

    pueblo o una comunidad o cultura sera montona y sin tropiezos, nada digno de revelar o de

    conservar en la memoria escrita de no ser por aquellos acontecimientos que perturban el

    estado cotidiano de las cosas y dejan huella memorable entre los habitantes de tal comunidad.

    En el caso de la historia del arte sucede otro tanto, la utilizacin de un estilo o tcnica de arte

    determinado en un poca se mantiene estable y se desarrolla con sus propias reglas y

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    protocolos hasta que surge de la mano de algn artista un criterio diferente, un trazo una

    tcnica, un estilo que sale del contexto y rompe con el estilo del momento dejando as como

    testimonio anacrnico la huella artstica en el camino histrico; la rudimentaria vida y

    extrema situacin en que los hombres cavernarios vivan en aquellos remotos tiempos se ve

    afectada por el fenmeno del arte cuando este se convierte en parte importante de la

    costumbre cultural, y llega a desarrollarse de tal modo que deja su huella en las cuevas

    prehistricas en donde se puede constatar la trascendencia de tal maestra pictrica al grado

    que no existe sentido jerrquico entre estas y ninguna obra moderna sino que salen del

    supuesto curso de la historia y permanecen anacrnicos en todas las pocas.

    Para dar cuenta de tal fenmeno en el devenir cotidiano del mundo es posible utilizar las

    herramientas que otros estudios han hecho de la historia desde enfoques diferentes. Por

    ejemplo el enfoque Marxista del materialismo cientfico, el psicoanaltico Freudiano de la

    dialctica del Eros y Tanathos, el Nietzcheano de la voluntad de podero y la dialctica entre lo

    Dionisiaco y lo Apolineo, incluso el de la Epistemologa gentica de Jean Piaget en donde el

    equilibrio epistemolgico de un individuo se mantiene hasta que surge una perturbacin que

    rompe el esquema ideolgico y busca una compensacin no sin antes dejar una huella en la

    mente que es base del aprendizaje. Estoy seguro de que este enfoque analtico puede ser muy

    interesante y enriquecedor, sin embargo debido a la limitacin del espacio dejaremos hasta

    aqu nuestras reflexiones y solo apuntaremos a la posibilidad de llegar a un enfoque distinto

    de la historia del arte mediante la utilizacin de tales sistemas tericos aunque corremos el

    riesgo de sistematizar tal concepcin del fenmeno artstico cosa que seguramente odiara

    Benjamin aunque tal vez an as ayudara a la comprensin esttica.

    Septiembre de 2011.