54
\ '> -' Séctefaría de @úlhíra - ------·····-·-··-·····-··--·····----·····- - : Facultad de Psícolo ía « Gfícina de Publicaéiones ' .,,J OJa dista11cit1 er1rre lc)S supuestc)s previos y la experie11cia er1 terrc11t1 1 así con10 la crítica de los supuestos por la experiencia, constituye una situación buscada con el objetiV<l de descentrar las miradas instituidas, Dichas miradas o esquemas co11ceptu3les, ert gr8n n1edícl8i se configurar1 en el espacio de la Faculrnd de Psicología, es decir) se cor1srituyer1 er1 relaci1)11 a un n1arco i11stitucional específico; ¿de qué n1anera criticar estos esc1uen1cis corlceptuales? He aquí el i>bjetlvo, crear mejores ,··cnndicior1es ¡)arel i11ct)rporar a las actividades acndé1rticas 1 la refl.exió11 1 discusíó11 y CtH1ceptualizació11 ele dispositi\'OS de tr<.:ihaJo de diversos can1pos) haciendo centro en b problemática y en las din1cn:;iones de la psic(_\l()gÍ<-l institúcional. Los dispositivos de traha¡o en salud 1ri.c.1.1t<-d Z\11alizadus e11 esta pu1:•licació11 scln "Radio La Coliforn", "Frenrc de Artistas del Borda)) y ((f\-c)gran1a CuiclC1r Cuida11don. ,/;-: /

el b y - bibliopsi.org · pación civil que funciona dentro del Hospital, ... Dichas miradas o esquemas conceptuales, ... Este desplazamiento llevó al procesa de análisis de los

Embed Size (px)

Citation preview

\

'> - ' Séctefaría de @úlhíra -------·····-·-··-·····-··--·····----·····-

- : Facultad de Psícolo ía «

Gfícina de Publicaéiones '

.,,J

OJa dista11cit1 er1rre lc)S supuestc)s previos y la experie11cia er1 terrc11t1 1 así con10 la

crítica de los supuestos por la experiencia, constituye una situación buscada con el

objetiV<l de descentrar las miradas instituidas, Dichas miradas o esquemas

co11ceptu3les, ert gr8n n1edícl8i se configurar1 en el espacio de la Faculrnd de Psicología, es decir) se cor1srituyer1 er1 relaci1)11 a un n1arco

i11stitucional específico; ¿de qué n1anera criticar estos esc1uen1cis corlceptuales?

He aquí el i>bjetlvo, crear mejores ,··cnndicior1es ¡)arel i11ct)rporar a las

actividades acndé1rticas 1 la refl.exió11 1

discusíó11 y CtH1ceptualizació11 ele dispositi\'OS de tr<.:ihaJo de diversos can1pos)

haciendo centro en b problemática y en las din1cn:;iones de la psic(_\l()gÍ<-l institúcional.

Los dispositivos de traha¡o en salud 1ri.c.1.1t<-d Z\11alizadus e11 esta pu1:•licació11 scln

"Radio La Coliforn", "Frenrc de Artistas del Borda)) y ((f\-c)gran1a CuiclC1r Cuida11don.

,/;-: /

i::; ::

INDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN .•.••.•..•.••....•.••..•.••...•..••..•..........•.•......................••.......... ' ......... 9

Jaime Alazraqui y Daniel Pérez Sucunza

MDIO LA CoLIFATA ····••·•··•••·••··•······••··•·•···············•··•···················••·····•·•···· 13

Presentación y entrevista a Alfredo Olivera

Jeannette Oyarzun, Isabel Recondo

María Rosa Rothar y Andrea Sáenz

FRENTE DE ARTISTAS DEL BoRDA .....••.............••............................•..•........... 45

Presentación y entrevistas a Alberto Sava,

Paola Peters y Diego Curatella

Carlos Freiws, Graciela Ramirez, Carina Gonzalez y Sandra Bemabé

PRooRAMA CUIDAR CUIDANDO .................................................................. 69

Presentación

!vana Kirie Entrevistas a Vicente De Gemmis,

Nora Maggiore y Juan Carlos Vasen

María Isabel Colella, Mónica Graciela Disalvo, Paula Alemán, Daniel Maggi, Andrea Silvia Vega

y Liliana Colien

ELEMENTOS PARA UNA PERSPECTIVA lNSTlTUCIONAL .................................... 103

Jaime Alazraquiy Daniel PérezSucunza

3

l f

INTRODUCCIÓN

_ Esta publicaci6n es un emprendirniento tripartito: docentes de la materia Psicología Institucional l de la Facultad de Psicología de la UBA, estudiantes cursantes de la materia, y los dispositivos de trabajo en salud mental "Radio La Colifata", "Frente .de Artistas del Borda" y "Programa Cuidar Cuidando".

Comprende cuatro partes: esta introducción general, realizada por docentes; una presentación de cada dispositivo, a cargo de los estu, diantes que llevaron a cabo el trabajo de investigación; las entrevistas a los coordinadores de los mencionados dispositivos; y como último punto, incluirnos algunas dimensiones de análisis sobre el conjunto del material que nos parecen importantes desde una perspectiva de análi, sis institucional.

Las entrevistas son parte de los trabajos de investigación realizados por los estudiantes durante el desarrollo de la materia, y se enmarcan dentro de lo que genéricamente se denomina "prácticas alternativas en salud mental".

La Radio La Colifata es un dispositivo que convoca a los coordina, dores y pacientes para la producción semanal de un programa radial con salida al "aire", articulando los procesos de comunicación social y reha, bilitación. Desarrolla sus actividades en los jardines del Hospital Borda por propia iniciativa de los participantes, dado que las mismas no están incluidas en el organigrama del Hospital.

~*'·

~1

-t " <

~ iV

1 l.• .. ·. g

I•.·. I~ •.. ~ .. ~ i~ I' ~ lf lf 1'' I~ 11 11

11 ,¡

¡: . ' ,.,

11

!\-

1

'~

:~ ¡

Similares características guarda el Frente de Artistas del Borda, agru­pación civil que funciona dentro del Hospital, conformada por internos, externados y por los coordinadores artísticos y psicológicos. El eje de sus actividades -cuya perspectiva se enmarca en las prácticas de desmanicomialización~ es la producción artística y su articulación con el

medio social y cultural. El Programa Cuidar Cuidando es resultado de un convenio entre el ·

Hospital Neuropsiquiátrico Tobar García y el Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires. El aprendizaje y el trabajo en el cuidado de animales del Zoo funcionan como los pilares del Programa, que busca constituirse como espacio de habilitación social.

El material de las entrevistas -eje de esta publicación- se elaboró en 1995 (Programa Cuidar Cuidando) y durante el primer cuatrimestre de 1996 (Radio La Colifata y Frente de Artistas del Borda). Mientras se realizaba la discusión colectiva de los trabajos de investigación de los distintos grupos de estudiantes, o más precisamente, cuando se confronta­ban los supuestos previos de cada grupo (el "qué esperaban encontrar") con la experiencia en terreno (que constaba de entrevistas y observacio­nes) empezamos a calibrar la magnitud del efecto "perturbador" que pro­

ducía esta experiencia en aquellos supuestos. Se imponía entender esos "desajustes" ...

Esta distancia entre los supuestos previos y la experiencia en terre­no, o de manera más directa, la crítica de los supuestos por la experien­cia en terreno, constituía una situación buscada desde la coordinación docente, cuyo objetivo es descentrar las miradas instituidas.

Dichas miradas o esquemas conceptuales, en gran medida, se configu­ran en el espacio de la Facultad, es decir, se desarrollan en relación a un orden institucional específica. con una l1istoria) con sujetos que tienen perte;

nencias sociales 1 culturales y teóricas concretas) y que disputan entre sí. Nos preguntábamos: ¡de qué manera se pueden criticar estos esquemas conceptuales?

He aquí la hipótesis de trabajo: Criticar -en el sentido de enriquecer, de construir una relación más rigurosa- las distintas miradas instituidas en la Facultad de Psicología, exige confrontarlas prácticamente con la lógica y las miradas de otros campos.

Así surge la idea de la publicación: crear mejores condiciones para incorporar a las actividades académicas de la Facultad, la reflexión, dis-

, '

J.

~-' ''.1 ~~r .

. ·.J :;:.,

~

cusión y conceptualización de dispositivos de trabajo de diversos caxn; pos, haciendo centro en la problemática y en las dimensiones de la psi­

cología institucional.

La temática: "Modalidades comunitarias

de trabajo en salud mental"

A fin de poder trabajar más profundamente con los ejercicios de inves­

tigación, las comisiones de trabajos prácticos de la materia se organizaron de acuerdo a diferentes temáticas. La que incluye a los dispositivos de esta publicación es "Modalidades comunitarias de trabajo en salud mental".

Desde el punto de vista docente, esta organización implicó una de­

cisión y un compromiso investigativo concreto con una temática parti; cular, seguida cuatrimestre a cuatrimestre. Y lo buscado respecro a los estudiantes mantiene el mismo supuesto: las características propias de toda tarea investigativa

1 lo que pone en juego, por aproximativa y hu~

milde que sea1

exige un compromiso que se torna relativo si no media

una elección en el qué investigar. Como si la realidad quisiera confirmar que el desarrollo de una in­

vestigación es una permanente confrontación con obstáculos de muy distinto tipo (no solamente intelectuales), esta propuesta produjo "de hecho" un conflicto con el orden administrativo curricular de la Facul­

tad: la inscripción de los estudiantes en los prácticos no contempla la posibilidad de una elección temática, a lo que se agrega la dificultad de realizar tareas investigativas con una cantidad excesiva de personas por

comisión. No vamos a desarrollar aquí esta cues~ión, pero nos preguntamos:

en la formación de grado, ¡qué lugar ocupa la producción de conoci­mientos? La propia transmisión de conocimientos, ¡es posible al margen

de la producción? Bien, volviendo a la temática, nuestra primera pregunta fue:

¡qué entendemos por "Modalidades comunitarias de rrabajo en

salud mental"!

CÁ TErnA SHE)TER

Similares características guarda el Frente de Artistas del Borda, agru­pación civil que funciona dentro del Hospital, conformada por internos, externados y por los coordinadores artísticos y psicológicos. El eje de sus actividades -cuya perspectiva se enmarca en las prácticas de desmanicomialización- es la producción artística y su articulación con el medio social y cultural.

El Programa Cuidar Cuidando es resultado de un convenio entre el· Hospital Neuropsiquiátrico Tobar García y el Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires. El aprendizaje y el ~rabajo en el cuidado de animales del Zoo funcionan como los pilares del Programa, que busca constituirse como espacio de habilitación social.

El material de las entrevistas -eje de esta publicación- se elaboró en 1995 (Programa Cuidar Cuidando) y durante el primer cuatrimestre de

1996 (Radio La Colifata y Frente de Artistas del Borda). Mientras se realizaba la discusión colectiva de los trabajos de investigación de los distintos grupos de estudiantes, o más precisamente, cuando se confronta­ban los supuestos previos de cada grupo (el "qué esperaban encontrar") con la experiencia en terreno (que constaba de entrevistas y observacio­nes) empezamos a calibrar la magnitud del efecto ''perturbador" que pro­ducía esta experiencia en aquellos supuestos. Se imponía entender esos "desajustes" ...

Esta distancia entre los supuestos previos y la experiencia en terre~ no, o de manera más directa, la crítica de los supuestos por la experien~ cía en terreno, constituía una situación buscada desde la coordinación docente, cuyo objetivo es descentrar las miradas instituidas.

Dichas miradas o esquemas conceptuales, en gran medida, se configu­ran en el espacio de la Facultad, es decir, se desarrollan en relación a un orden institucional específica. con una historia, con sujetos que tienen perte~ nencias sociales, culturales y teóricas concretas

1 y que disputan entre sí.

Nos preguntábamos: ¿de qué manera se pueden criticar estos esquemas conceptuales?

He aquí la hipótesis de trabajo: Criticar -en e! sentido de enriquecer, de construir una relación más rigurosa- las distintas miradas instituidas en la Facultad de Psicología, exige confrontarlas prácticamente con la lógica y las miradas de otros campos.

Así surge la idea de la publicación: crear mejores condiciones para incorporar a las actividades académicas de la Facultad, la reflexión, dis-

' '

J

-~i

f t

. }ll<>

,, t;

;~

J

DISPUTAS fN EL CAMFO DE LA SALUD MI:NTAL

cusión y conceptualización de dispositivos de trabajo de diversos cam­pos, haciendo centro en la problemática y en las dimensiones de la psi­

cología institucional.

La temática: "Modalidades comunitarias

de trabajo en salud menta!"

A fin de poder trabajar más profundamente con los_ ejercicios de inves­tigación, las comisiones de trabajos prácticos de la materia se organizaron de acuerdo a diferentes temáticas. La que incluye a los dispositivos de esta publicación es "Modalidades comunitarias de trabajo en salud mental".

Desde el punto de vista docente, esta organización implicó una de­cisión y un compromiso investigativo concreto con una temática partí~ cular, seguida cuatrimestre a cuatrimestre. Y lo buscado respecto a los estudiantes mantiene el mismo supuesto: las características propias de toda tarea investigativa, lo que pone en juego, por aproximativa y hu­milde que sea, exige un compromiso que se torna Telativo si no media una elección en el qué investigar.

Como si la realidad quisiera confirmar que el desarrollo de una in­vestigación es una permanente confrontación con obstáculos de muy distinto tipo (no solamente intelectuales), esta propuesta produjo "de hecho" un conflicto con el orden administrativo curricular de la Facul­tad: la inscripción de los estudiantes en los prácticos no contempla la posibilidad de una elección temática, a lo que se agrega la dificultad de realizar tareas investigativas con una cantidad excesiva· de personas por comisión.

No vamos a desarrollar aquí esta cues~ión, pero nos preguntamos: en la formación de grado, ¡qué lugar ocupa la producción de conoci­mientos? La propia transmisión de conocimientos, ¡es posible al margen

de la producción? Bien, volviendo a la temática, nuestra primera pregunta fue:

¿qué en~endemos por "Modalidades comunitarias de trabajo en

salud mental"!

Una de las maneras que tuvimos de empezar a enfrentarla consistió en desplazar el llqué 11 hacia el "cómo"; es decir, en lugar de preguntarnos

qué serían ¡:lichas modalidades, lo que guió nuestro trabajo fue:

¡cuáles y cómo son las prácticas que se inscriben en esta temática?

Este desplazamiento llevó al procesa de análisis de los dispositivos e instituciones investigados por los estudiantes. Así, se fue perfilando un 11 n1apa", no de la temática en sí, sino de las relaciones que mantenemos

-en el marco de la Facultad- con la temática, a través de los contactos establecidos con los dispositivos por docentes· y alumnos.

Nuestra orientación intelectual nos llevaba a preguntamos si estos dispositivas guardaban una relación entre sí, aparte de estar agrupados bajo un mismo título temático ...

Es decir: ¿están mutuamente determinados? ¿Se inscriben en una historia particular? ¿Disputan un mismo "capital"? ¿Constituyen un espa~

cío de relaciones más o menos autónomo? En términos de Pierre Bour­dieu: ¿se trata de un campo?

Al mismo tiempo que nos hacíamos estas preguntas, nos fueron "impactando" algunos dispositivos más que otros: nos atraía el tipa de experiencia de trabajo en salud mental que ponían en juego, donde co­braba centralidad la relación con un "afuera" de las disciplinas psicológi­cas o médicas, que tenía el efecto de redefinir estructuralmente las prác­ticas terapéuticas. Por esto místno, cuestionaban fuertemente nuestra propia posición. Esta fue la primera razón: inconciente en su momento 1

en la elección de los dispositivos que incluiría esta publicación. La otra razón tuvo que ver con que todas estas experiencias se desa­

rrollaban en el marco del hospital psiquiátrico, que se constituía para

nosotros como espacio privilegiado para observar la confrontación de distintas perspectivas en el campo de la salud mental. El hospital psi­quiátrico se nos presentaba como el i'ñúcl~o duran del campo 1 de sus

disputas. Y de nuestra posición.

6

¡ f

t 1

! 1

1 1

RArno LA CouFATA

rr

_ Ante la consigna de elegir un dispositivo comunitaria en Salud Men­

tal, fue la curiosidad la que nos llevó a escoger una radio que funcionaba dentro del Hospital Neuropsiquiátrico J .T. Borda. Nos preguntábamos cómo sería una radio donde participaban sus internos.

Nuestros supuestos previos sostenían preguntas tales como: ¡los pa­cientes deben reunir determinados requisitos médicos para ingresar? ¡Esta radio produce efectos en los pacientes y en la comunidad? ¡Cuál es la

finalidad de la radio? ¡Tiene apoyo institucionall Fuimos esclareciendo nuestros interrogantes cuando gradualmente co­

menzamos a acercamos a nuestro objeto de investigación. Realizamos en­

trevistas a uno de los coordinadores de la radio, a un comunicador social y a un ex interno del Borda. Leímos una serie de notas periodísticas realizadas a la gente de la radío. Visitamos el Hospital Borda y participamos de la Radío.

Esto nos permitió ver nuestros prejuicios, propios del imaginario colectivo ... Allí donde se instala la certeza de la ecuación loco;violenro.

Acercarnos al funcionamiento de la radio fue operar con nuestras propias resistencias y miedos. El resultado fue la fascinación que nos pro­

dujo el trabajo comunitario de este grupo de gente que apuesta a La Colifata como una nueva alternativa, que puede cambiar la historia en

el campo de la Salud Mental. Observamos el trabajo de los coordinadores de la radio, quienes

propician la recuperación de los enfermos a través de la potencialización

!

·¡.

'l {< l

" l!i ¡:

,, 1¡

i!

de sus aptitudes artísticas y culturales en forma singular. Proponen un

r rescate de la subjetividad en la expresión de canciones, poemas 1 cuentos

o comentarios sobre temas de actualidad, con el objetivo central de res· tablecer el lazo social perdido. Lazo social coartado por el estigma que la locura denota en nuestra sociedad.

La intención de los coordinadores y de los comunicadores sociales como Lalo Mir, entre otros, es abrir una puerta tras el muro. Provocar una dialéctica entre los enfermos y la comunidad.

Realizar esta experiencia institucional, nos movilizó en diferentes sen~ tidos: pudimos contrastar nuestros interrogantes iniciales con la realidad.

El campo se nos mostró con sus éxitos y limitaciones. Hay sin duda efectos en los pacientes y en la comunidad. La radio es un espacio en el que los internos pueden desplegar la subjetividad y ser escuchados en lo que tienen para decir. Sienten que tienen un lugar y el reconocimiento como personas de los otros.

Los efectos en la sociedad son el recuperar la capacidad de partid· pación bajo las formas de caridad, ,¿lidarid~d u otorgándole un lugar a la palabra de un sujeto que ·sufre, generando un espacio apto para su reinserción en la comunidad. .

Algunas de las limitaciones son la falta de apoyo económico y de reconocimiento por parte de las instituciones puestas en juego.

Hacer una visita al Hospital Borda no es una experiencia carente de sentido. Participar de la radio La Colifata tampoco lo es. Los invitamos a aproximarse a esta nueva práctica en el carrípo de la Salud.

;;;· +

ENTREVlSTA A ALFREDO ÜLIVERA

CooRDINADOR G8'BW. D~ u, RADIO "LA CoLIFATA''"

e: ¡Qué lejos queda tu casa! Pensé que iba a ser más fácil llegar.

E: ¡Tomaste tren?

e: No. Vine en micro. No puedo creer que tardé casi dos horas.

e: ¡Vos rea\izás otras actividades aparte de la radio? e

E: Sí. Soy estudiante de psicología. ¿Para qué materia es este trabajo?

e: Para Institucional.

E: ¿Y con qué cátedra? Yo la voy a cursar el cuatrimestre que viene.

e: Son dos. Una es Mezzano y ésta es Schejter.

E: ¿Y ustedes toman a 11La Col-ifata" como una institución; cómo es? ¿Den~ tro del Borda, como un grupo ... ?

* E: entrevistado, e: entrevistador

¡ 1 I' '·

r ~ .

' ¡.\:

H w 'h ¡¡¡

'f! ~~

' ¡¡ 1 r; ~j

e: O sea, es indagar qué es instiru.ción.

e: Bueno, y en relación a la radio, ¿cómo es su historia, cómo son tus comienzos?

E: Yo fui al Borda en el año '90, después de haber visto un video sobre "Cooperanza". Cooperanza es el grupo donde nace La Colifata. Actual­mente compartimos el espacio pero ya somos autónomos; funcionamos en forma independiente por diversas razones.

e: ¿Qué es Cooperanza:?

E: Cooperanza se autodefine como una práctica alternativa al modelo manicomial. El modo de trabajo es a través de talleres de expresión. Funciona los días sábados en un espacio abierto que posibilita que se acerque todo aquel interno que quiera participar. De mínima pasan 80 personas por sábado y de máxima 120.

Es un voluntariado de la comunidad en el Borda. Va el que quiere. Empiezan participando primero de los talleres en calidad de colabora­dores y con el tiempo pasan a coordinarlos. El dispositivo es abierto y poco específico. Hay una coordinadora general que se llama Lea y des­pués, los coordinadores de cada taller.

e: ¡Cómo nace La Colifatal

E: Yo fonno parte de esa comunidad que ingresa al Borda a partir de la propuesta abierta de Cooperanza. Su propuesta es recrear en ese espacio el lazo social perdido. Se produce un encuentro; en la base está lo afec­tivo. No trabajan desde la patología sino en el intento del rescate de la subjetividad. Hay un encuadre pero no es muy técnico. La Colifata nace como un taller dentro de Cooperanza.

e: ¡Cómo empezaste en Cooperanza?

E: Bueno, lo que me convocó fue un video; me conmovió, me sacudió muy fuerte. El hecho de ver cómo venía la gente de afuera y de igual a igual entablaba una relación con los internos. Así como la ternura y simpatía que despertó en mí la gente que estaba internada.

o

LJl!:>t-'LI lA:::. !:l" t:.L Lt\l'>~IV Ut. LA. ~LUD MENT.;,..L

e: ¿Vos ya eras estudiante de psicología?

E: Sí. Yo estaba empezando.

e: ¿Y cómo viste el video? ¡Dentro del medio de psicología?

E: No. Nada que ver. Yo en el '85 trabajaba en el Plan de Alfabetización y tuve mis primeras experiencias en lo comunitario.

En lo personal me metí tanto, tanto en eso1 que me volví un ser humano resentido. La mayor parte del día estaba en la villa y casi había perdido todos mis referentes afectivos. En relación al trabajo me permitían moverme con mucha libertad, pero a su vez me deja­ban muy solo; me refiero al Plan de Alfabetización como estructura que sostenga y contenga mi accionar. De repente roda la construc­ción se derrumbó y en ese momento pensé que nunca más iba a hacer

nada comunitario. Con el paso del tiempo ingreso en un grupo de video autogestivo;

éramos catorce personas. Y en· estas reuniones 1 un día uno traé- el video del Borda con Cooperanza. Yo lo veo, me impacta muého y al tiempo una compañera de facultad me comenta que va al Borda, que va a Cooperanza; yo le digo que había visto un video, y comienzo a ir. Al principio muy de a poco, después cada quince días y después todos .los sábados. Durante ocho meses me dediqué más que nada a recorrer los distintos talleres y hacerme de un ámbito de gente conocida. Recono­ciéndome con los internos, reconociéndolos también. Y lo que veía era que todo eso podía ser interesante pero nada y morfa cada sábado y no

tenía ningún impacto fuera del Borda. Pienso que para trabajar en salud mental hay que tener muy en cuenta

no sólo el problema clínico de la psicosis sino también la dimensión social del problema, lo que significa entender el proceso de estigma­tización que se carga en la figura del llamado "loco" y sus consecuencias marginatorias. Desde allí pensaba que había que encontrar modos de tirar puentes hacia la comunidad; me preocupaba el problema de la so­ledad y el aislamiento, y pensaba que por más que se generen cambios

clínicos en el paciente, si no hay una sociedad receptiva que replantee su mirar, la reinserción sería mucho más difícil, si no nula. Esto lo pienso ahora¡ en ese momento era más difuso 1 era una cuestión n1ás intuitiva.

Ji

'i' '

.¡¡r

CÁTEDRA SHEJTER

e: ¡Cómo comienza la radio?

E: Conozco a un chico que conducía un programa de radio en F.M. de San Andrés. El recién estaba empezando la carrera de Comunica­ción. Era su primera experiencia en radio y me comenta que tenía un programa donde en cada emisión trataban un tema en particular. Yo le cuento que voy al Borda, a Cooperanza ... Entonces se le ocurre que podría hacer un especial sobre la locura. Y me dice: ¡por qué no venís vos y la gente de Cooperanza? Era un programa que pretendía acercar la participación comunitaria a través deÍ teléfono. La gente llamaba y sumaba su opinión. Le pr¿pongo que en vez de ir nosotros a hablar de la locura, era mejor generar un modo de inclusión para los internos, que sean ellos los que hablen. Los internos grabarían sus opiniones que luego serían emitidas al aire. Ese sábado me fu¡ con un grabador al Borda, nos sentamos alrededor de una mesa, les conté a los internos lo mismo que te estoy contando a vos. Les comento que la idea era comunicarse con gente de afuera y que la gente de afuera se comuniq'ue con ellos. La idea les gustó, así fue que salió como primer tema "la mujer". Uno planteó y dijo: "a mí me gustaría hablar de ¡por qué la mujer es un bichito raro?, la mujer es muy mala." Así se armó el debate sobre la mujer. Se estaba grabando todo, después de un rato pedían frenar el grabador y rebobinar para escucharse. Primero fue la fascinación que les provocaba y sus distintas reacciones; algunos decían: "ah, ése no soy yo". Otros se asombraban al recono­cer a sus compañeros. Cuando se agoraba el debate yo les pregunta­ba: bueno, ¿quién quiere salir de corresponsal? Uno agarraba el gra­bador e iba a los otros talleres a preguntar sobre la mujer. Volvía, lo escuchábamos, se retroalimentaba el debate y seguía la historia. Bue­no, el primer taller fue muy productivo; hubo un compromiso e inte­rés de los internos muy grande.

En esta grabación había una fuerza inicial que me entusiasmó en pensar en qué posibilidades había con todo esto.

e: ¿Y en ese momento lo transmitías por la radio San Andrés?

E: No. Estaba la propuesta. Aún tenían que responderme.

""

¡

i.

1 ¡

q ! . t

ÜJSPUTAS 8-.l EL CAMro DE lA SALUD l>t.EN'TAL

e: ¡Lo estabas armando para llevarlo?

E: Claro. Realicé una edición precaria del primer tema tratado e inme­diatamente se instala lo que en sus principios llamamos "la columna del Borda". La idea era poder incluir la voz de aquellos que estaban exclui­dos socialmente y además en recuperar un espacio en lo simbólico a través de votes vivas circulando, dándole movimiento a ese espacio detenido, cristalizado en el estigma. incluirlos en un contexto mayor que los contuviera, en este caso un programa de radio donde la partici­pación del interno del Borda se ubicaba en un mismo plano o en un plano similar a la participación de la comunidad. La gente de afuera, el medio que utilizaba para ocupar ese espacio era el teléfono; los del Bor­da utilizarían las grabaciones. Así nace "la columna del Borda", todavía no se pensaba en una radio. Ni en nombre.

Espontáneamente empezó a llamar gente a la radio y nosotros promo­víamos que les hagan preguntas a los internos al aire. Las primeras fue­ron: ¡cómo los traranr¿Cómo es vivir dentro del Borda? Tenían que ver con develar el misterio detrás del muro.

Esa grabación al sábado siguiente era escuchada en el Borda; obraba como organizadora de la tarea: los internos contestaban las preguntas que les hada la comunidad. Demandaba cierta organización el contes­tarlas: el debate, definir quiénes serían los corresponsales del día, aquellos que llevarían las preguntas de los oyentes al resto de los internos, ere.

Todo eso yo después lo llevaba a lo de una amiga que tenía doble cassettera. Escuchaba las tres horas grabadas durante el taller y rescatan­do el espíritu de lo que se había tratado, editaba la mayor cantidad de voces posibles e intentaba no cortar las frases en relación al sentido que ellos habían pretendido darle, aunque muchas veces no existe ese tal pretendido sentido. Y uno se encuentra con frases que aparentemente no pretenden decir nada, que han perdido la intención; te encontrál con un "ser hablado'\ y en ese caso la tarea de edición será otra, la operación

a realizar será otra. Luego se suma otro programa de otra radio y adoptan la misma

metodología. Un correo de ida y vuelta de preguntas, mensajes, respues­tas entre la comunidad y los internos. Lo importante es que esto comien­za a multiplicarse y me permite pensar en la posibilidad de producciones independientes a cargo de los internos más allá de una columna fija.

'-'''''-'"'-''U! lLJ ! W\

e: {Esta reacción fue espontánea o vos buscabas que las radios se intere~

saran en tu proyecto?

E: Nosotros salíamos a ofrecer. Y al principio muchos decían: "¡esto qué

es?" Claro, había que entender que se trataba de una propuesta total­mente nueva; insanos hablando por radio; aparte técnicamente la edi­ción tenía muchos defectos. Más de uno decía: uno sé ... ". Y nosotros insistir, insistir1 insistir.

e: ¡Quiénes más eran?

E: En ese momento estaba Jorge, que era trabajador social y Karina, que estudiaba sociología y venía del taller literario.

Jorge coordinaba un taller de periodismo donde se leían los diarios. Cuando nace el proyecto de La Colifata coincide con que él había dejado de venir durante un mes. Yo ocupo ese espacio (taller de periodismo) pero hago otra cosa, un proyecto de radio. A su regreso se interesa por la novedad y se suma, está durante un tiempo. Pasó bastante gente a través de estos cinco años; yo diría que hubo tres o cuatro grupos.

e: ¡Y los internos, también fueron rotando?

E: La radio es un dispositivo abierto del cual forman parte tanro pacien­tes agudos como crónicos o cronificados por la institución. Además participan algunos ex internos; en general se conforman grupos relativa­mente estables que duran cierto tiempo, yo diría siempre más de un año. Aunque hay muchos que están desde el principio. Por ejemplo V., E., M., M. o E. ºel boliviano", que es como una institución.

Hay varios que se fueron de alta y no volvieron; hay otros que aún estando de al ta siguen demandando este espacio y a otros los han reinternado. Como el vasquito por ejemplo. Lo del vasquito es intere­sante comentarlo; él recupera el contacto con la familia a través de la radio, en el espacio que brinda Nelson Castro. Hacía más de un año que no lo venían a ver y su presencia como columnista en la radio (a partir de que un otro lo nombra como tal) logró movilizar a la familia. Ahí aparece claramente la función del comunicador social que opera como tercero que valoriza y hace un lugar a la subjetividad del interno

(2l

u1::i1·u11\~ t.N J::L LA.M!U Ul:LA ~ALUU Ml:NlAL

rescatando su palabra. A veces es necesario que aparezca un tercero y si

ese tercero tiene prestigio social mejor1 para que ~corno en su caso­aparezcan el papá1 la mamá, unas primas, unas tías ... La familia se acercó

al hospital, lo que pudo haber facilitado una estrategia de externación por parte de los médicos. En cuatro meses salió de alta. Pero evidentemente no se trabajó profundamente el vínculo con la familia, tampoco se trabajó de qué modo él se iba a reinsertar. O sea que salió del hospital, pero al año aproximadamente vuelve a ingresar.

e: ¡Ustedes hacen un seguimiento?

E: Nosotros tratamos de hacer un seguimiento. Lo que pasa es que todo esto no tiene un marco institucional definido, no hay un acuerdo formal estable­cido y La Colifata, como organización autónoma, no ha podido desarrollar la infraestructura necesaria como para sostener un plan de rehabilitación.

Y aquí aparece una contradicción. Por un lado surge la necesidad de generar acciones. complementarías con el cuerpo de profesionales de la institución teniendo el objeto de, por ejemplo, hacer un seguimiento. Pero si decimos que la institución es total, de tipo asilar con efectos despersonalizantes en los pacientes ... ¡con quién acordamos y qué tipo de acuerdo establecemos? ¡Hay espacio para la complementariedad? Es difícil este punto. Si pensamos en términos de opuestos,. la relación de fuerzas es absolutamente dispar; además por más obvio que parezca, La Colifata es una radio con fines -entre otros- terapéuticos; es un modo de abordaje para la atención en salud, no es el alter-Borda soñado; pensarlo así sería pecar de omnipotentes pero sobre todo de ingenuos. Y l~ insti­tución no es un cuerpo homogéneo con un cerebro _que lo comanda.

En relación al seguimiento que vos preguntabas, es curioso, porque sostenemos un modo de relación permanente con los servicios al cual pertenece cada uno que viene a la ~adio. Somos nosotros quienes nos acercamos al médico psiquiatra para comentarle que su paciente está participando en la radio y de qué manera lo hace.

En general los pacientes cronificados no tienen ningún tipo de trata­miento más allá del farmacológico. También nos hemos encontrado con

la sorpresa de que hay servicios que no tienen psicólogos en su plantel. Nos ha pasado que al demostrar interés en el estado de un paciente,

el acercarnos al médico para comentar alguna situación significante que

CATEDRA SHEJTER

breve y pabellones para crónicos. Pero hasta hace dos años esto estaba totalmente mezclado y desvirtuado. Su terapia a grandes rasgos es psicofarmacológica y al poco tiempo deja de tener actividades. Donde lo que prima es la patología por sobre la persona. Para que vos veas, es muy común escuchar en La Colifara, cuando se presentan, quien está conduciendo dice: '(¿nombre y servicio!11

1 "soy fulano de tal 1 servicio

tal". Y a veces se signan a sí mismos apareciendo antes el diagnóstico psicopatológico que el nombre.

En definitiva lo que ubiqué bajo el título de monstruo no es otra cosa que el intento de definir un tipo de institución1 y erl este ir1tento existe el riesgo de caer en un reduccionismo al abordar de un modo grotesco y simple una realidad compleja y en movimiento.

Si te metés por los servicios ves gente excesivamente medicada, durmiendo, durmiendo, lo único que marca la dimensión del tiempo es la hora de la medicación y de la comida, se pierde toda perspectiva de vida y por más que ahora se pretenda hacer un hospital que se replantee la reinserción, es muy difícil que una persona que perdió todos los refe­rentes sociales, quiera volver a salir.

Las variables que nosotros tenemos en cuenta para trabajar1 operan~

do sobre la relación establecida entre las mismas son: el discurso cientí­fico, el imaginario social, y el tipo de institución donde se desarrolla nuestra tarea.

e: ¿Cómo definirías a la institución?

E: Es una institución de tipo asilar. Entre otras cosas porque hay un discurso científico que le da fundamento, y desde lo social hay un nivel de representación que la legitima.

e: ¿Para qué fue concebida?

E: Es una 'respuesta difícil de contestar dado que el problema es comple­jo. En principio podría decir que parece ser un depósito donde se separa un adentro de un afuera. Y se protege al afuera del adentro. De igual modo ésa es una mirada posible aunque no la única.

Además, por otro lado, mantener el Borda como institución es carísimo.

1 1/

l

1

1

i

1

1

D1srurAS &l EL CAMro DE LA SA.l.UD MENTAL

e: ¡A qué te referís con carísimo?

E: Tengo entendido que cada paciente le cuesta al Estado cerca de 1.000 pesos mensuales, es decir que tampoco conviene.

El problema es que ahora, en este intento de reconversión, se en­cuentran con que el 60% de la población del Borda es considerada crónica o tiene más ele diez años de internación; entonces es muy difícil cambiar

esta situación.

e: Volviendo a La Colifata en sí1 vos nos estabas comentando cómo pasa

de ser una columna a transformarse en una radio.

E:· Bueno, ahora te cuento. Pero quería comentarte que, en este contex,

to, nacemos como un grupo de voluntarios que va al Borda, que no tiene ningún nivel de inscripción institucional, nada más que un dere­cho a "estar" ganado por el grupo Cooperanza, en su momento por Alfredo Moffat, la psicología social, Pichón Riviere; digamos ésa sería la línea. Somos herederos de esta tradición.

Pero a mi entender, para desarrollar, construir y pensar el proyecto de La Colifata tenemos que nutrimos de otras corrientes y escuelas, así como de la enseñanza que podamos extraer en la especificidad de nuestra práctica.

e: ¡En ese momento dependían de Cooperanza?

E: La Colifata nace como un taller de Cooperanza. Esta se plantea como una comunidad terapéutica. Una cosa es lo que se dice y otra en realidad lo que creo que es.

e.: Nosotros no conocemos ninguna de las dos cosas.

E: A mí me cuesta decir, lo que se dice y lo que creo es. Se planteaba y se plantea como una comunidad terapéutica.

e: ¡Se manejaban por lo afectivo? Creo que lo habías dicho.

E: Claro, eso era el principal motor para el desarrollo de la tarea, pero que a mi entender se quedaba corto en el trabajo hacia afuera, además

ha ocurrido en la radio, despierta en él atención. En la mayoría de los casos los profesionales con los que tratamos se muestran interesados en que sus pacientes participen en la radio porque notan cambios que aportan a su recuperación.

Hacemos un intercambio, en algunos casos concreto y efectivo con sectores de la institución (jefes de servicio y/o psicólogos de planta) pu· diendo así realizar un seguimiento, midiendo siempre la evolución del pa·

ciente a través de su participación en el dispositivo radial, pero informa­dos y complementados en su proceso y evolución global. Pero no tiene un marco institucional. No está institucional izado. De facto ocurre, pero ...

Nuestra inscripción institucional es ia siguiente: dependemos del área de rehabilitación, estamos tramitando la personería jurídica, pero no salimos publicados en el boletín oficial en forma regular ni como servicio, ni como área1 ni como nada.

e: ¿Por qué?

E: Respecto al monstruo que es el Borda siempre tuvimos cautela y nos fuimos acercando de a poco. Buscamos niveles de conexión desde lo fáctico con aquellos profesionales que se interesaban. Pero guardábamos bastante distancia de lo que tiene que ver con las autoridades mayores, porque abrir espacios nuevos y sobre todo de esta naturaleza que implica que acá el protagonista es el interno, es el dueño de su palabra y está libre para decir lo que se le ocurra, esto aparece para algunos sectores de la institución como amenazante. Sobre todo porque a priori tienden a

ubicar a este tipo de grupos que se plantean como alternativa como contestatarios y adoptan entonces una posición de resistencia. Esta resisw tencia puede expresarse de muy diversos modos: intentos de boicot, anu·

lación y marginación dentro de la institución, intentos de asimilación; es decir, hacer ingresar en el circuito burocrático esta experiencia

1

institucionalizarla para tener control sobre la misma y a la vez obtener de un modo directo los beneficios de una buena prensa, de lo que implica la inquietud creciente por parte de sectores académicos, etc., etc. Otro modo en que la resistencia puede expresarse es el intentar crear una estructura paralela con el sello de lo oficial, una FM Borda; sabemos que

hace ya algunos años intentaron crear una radio paralela a La Colifata, incluso construyeron un estudio de radio ...

10

1 e: ¡Por qué decías que el Borda es un monstruo?

E: Y sí, es un monstruo. Es una institución total. Tiene cerca de 1.300 internos. Fue diseñado en realidad como depósito por más que se

autodefina como un lugar donde se supone que la gente va a curarse o rehabilitarse. En realidad es muy salvaje decirlo así todo tan rápido, sin tener en cuenta el proceso que va teniendo la institución. Pero de todas maneras ésta es nuestra opinión como grupo.

e: ¡Pensás que tiene relación esta idea de resultar amenazante para la

institución con el no reconocimiento institucional?

E: Hay toda una historia en relación a esto. Si pensamos en los orígenes,

sí. Hablar de institución, ¡qué es? ¿Un señor con cara de institución? Al principio, desde nuestro desconocimiento, veíamos a la institu·

ción como un todo homogéneo, pero a medida que te vas metiendo te das cuenta que no, que hay personas, .y que hay distintas políticas y co­rrientes de pensamiento dentro de la institución. Y en cada sector se da una política diferente respecto a nosotros. Poder entender esto es

importante. Tenemos la fuerza de lo instituyente. Pero como referente comunita·

rio, La Colifata ¡no es una institución? Como práctica está absolutamente legitimada, si vos ves el nivel de impacto social y el compromiso que tienen los diferentes medios, la movilización que genera en la comunidad; es un espacio absolutamente legitimado, tomado además corno referencia

del Borda. Yo estoy mezclando cosas ... Vos me preguntaste la institución como

monstruo ... Para nosotros y creo que para la mayoría, los manicomios son iatrogenizantes: al padecimiento mental se le suma la hospital.lzación. Pero también ocurre en el Borda que una persona sea atendida el tiempo necesario y luego obtenga el alta. Un factor importante que influye en

esto es el sostén de sus lazos sociales previos y en el momento de crisis. Regido por el modelo médico hegemónico, cualquier persona que

entra al Borda pasa por distintos dispositivos de admisión, donde hay

que darle un psicodiagnóstico. Luego, pasan a un servicio donde hay 40

camas de promedio, una al lado de la otra. Recién ahora están tratando de volver a hacer servicios para agudos con un giro cama de internación

CkruJRA SHEJTER

de ofrecer un dispositivo poco preciso hacia adentro. Yo prefiero que en lo referente a Cooperama sean ellos los que contesten, sólo puedo decir que históricamente ha tenido una mala relación con el resto de la institución. Ha sido un grupo muy marginal dentro del Borda. Nosotros nacemos en ese contexto. Recién cuando la radio cumple un año co, mienzan las primeras notas periodísticas; ahf despiertan, no la institución, sino distintos sectores de la institución y cada uno se da una política distinta con respecto a nosotros. Paralelamente nosotros supimos ir captando o ir viendo las grietas, para ir desarrollando nuestra práctica.

e: Hablanos de esas políticas a las que hacés referencia.

E: Creo que algo dije en relación a esto. Había básicamente tres políticas que se dieron desde las autoridades del hospital.

Una tenía que ver con la idea de "éstos son peligrosos, cuanto mep nos duren mejor, tratemos de aislarlos."

Otra era: "ésta es una buena idea. A nosotros nos interesa, tratemos de incorporarla, pero que respondan a lo que nosotros decimos que hagan."

Otra línea que fue la que más o menos anduvo1 fue una buena transacp

ción, era la línea del actual director Ktroba: "dejémoslos trabajar con libertad, no es conveniente su institucionalización, serían tragados por la burocracia hospitalaria, que conserven el nivel de espontaneidad que tienen1 porque a nosotros nos trae un beneficio indirecto."

Porque por más que esta práctica se plantee como una alternativa rnanicomíal o una crítica al modelo manicomial, en definitiva es refe~ renda del hospital Borda y ayuda a cambiar la imagen que el hospital tiene en la comunidad, queramos o no. La operación sobre el imaginario social no tiene sólo efectos al nivel del significante "locura", sino que se pone en juego también la imagen de "institución'', y esto de un modo indirecto beneficia al hospital. Además es valorable que una institución como el Borda, con una pesada tradición, permita el desarrollo de expe­riencias absolutamente diferentes a la práctica psiquiátrica ortodoxa. Entonces el acuerdo es: "nosotros los dejamos trabajar, no los censura­mos, pero tampoco los ayudamos."

e: ;Esto fue así?

/ }l

l ! l l '

1

DISPlITAS EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL

E: Este es un acuerdo tácito y provisorio, habrá que ver en el futuro si al hospital le conviene. No obstante, y continuando con el efecto imaginario, si bien "La Colifata" es referencia de un hospital psiquiátrico de irata­rniento más "humano", no deja de remitimos a un estado de enci

1

Jrro y marginación. Sobre todo si los "encerrados" dicen cosas lúcidas o sensi~ bles, más se reafirma la sensación en la gente de injusticia: "ése que dijo aquello que a .mí me gustaría decir está encerrado por loco." Lo que en definitiva queda de manifiesto es que frente al sufrimiento mental la respuesta del cuerpo social se materializa en instituciones que castigan y no ayudan a la recuperación.

Esto dicho desde una perspectiva política, pero en la base, a mi entender hay una cuestión más profunda. Me refiero a una dimensión antropológica y es en ésta donde encontramos lo que creo es lo intere­sante y novedoso de la propuesta de La Colifata. Si el "loco" expresa algo en lo que el "cuerdo" pueda rec~nocerse, la palabra del psicótico se torna funcional al cuerpo social. Aquí tenemos que detenemos y pensar: jurídicamente la figura del loco es la del alienado, alguien fuera d¡: sí y por tanto no responsable de sus actos. lnimputable. Desde cierta tradlción psicopatológica el delirio es la expresión de un "ser hablado", aquí la alienación también está presente, etc. Nos cabe preguntarnos lo siguien­te: ¡cuando un loco habla, quién habla? Si el yo está roto, dañado, y hay un otro que irrumpe y no encuentra Un espacio, no encuentra un audito~

rio, se expresa en el delirio haciendo del loco un decir y un hacer no responsable, fuera de sf... ¿quién habla? Algo de la cultura y su tiempo emerge, crudo, desprolijo, sin filtros, inocente y bestial. Y este modo particular de ser hablado por la cultura que se expresa a través del meca­nismo de la psicosis es funcional a lo social, porque expresa algo en don­de todos podemos reconocernos.

Los manicomios son reservorios simbólicos de enorme valor antropológico; allí encontramos a nivel de superficie lo que en el "afue­ra" (por llamarlo de algún modo) ha decantado. Es como el Valle de la Luna; allí encontramos en superficie -no hay que excavar- rastros de un pasado que nos acerca datos sobre la evolución de la vida en la tierra. En el Borda encontramos al descubierto datos simbólicos de nuestra identidad

como cultura. Sé que es desprolijo y poco preciso mi modo de tratar de definir el

"por qué" de la funcionalidad de la palabra de los locos para el cuerpo

27

o. TE!"RA SHEITT"R

social. Habría una especie de sobrecapacidad involuntaria) i10 responsa~

ble, determinada por el mecanismo de la psicosis que es útil como espejo

de la cultura. Pero en el movimiento de articulación entre l~ palabra de los inter­

nos y quien escucha y contesta, vamos tejiendo otra posibilidad, lo que llamaríamos terapéutico. El pasaje del ser hablado al hablar por sí, la dimensión de la responsabilidad en el intento de recuperar un sujeto. La Colifata como dispositivo abierto permite ingresar a un otro que al nombrar re-inscribe en lo simbólico a las personas que padecen sufri· miento mental y esto trae efectos t~rapéuticos positivos en los inEemos.

e: ¡Nos podés hablar del perfil de la radio?

E: Al principio era un taller que podría ser llamado de charla y reflexión donde cada participante a la vez que le hablaba a sus compañeros tomaba en sus manos a un tercero que era el grabador. De este modo, de los debates y charlas quedaba un registro que luego era escuchado por todos. Nosotros interveníamos sosteniendo la palabra, facilitando su circulación, subrayando o repitiendo lo que alguno había dicho hasta que se instalaba el debate. Cuando ellos solos podían mantener el nivel de intercambio de unos y otros, nos retirábamos hasta que considerábamos volver a intervenir. No desde la interpretación sino devolviendo como espejo la palabra, relanzándola. Lo nuevo es que ese espacio se grababa y empezaba a tener una salida en F.M. Retornando información desde afuera tam· bién. Ese tercero que era el grabador no sólo registraba sino que comenzaba a emitir información en dos direcciones 1 situaciones grupales que se ubicaban en un lugar "la columna del Borda" hacia afuera y men· sajes que comenzaban a llegar a la mesa de taller; eso era dinami.zador de la tarea. Poco a poco comenzamos a sumarle técnicas periodísticas.

e: Contanos un poco más de esto.

E: Nosotros decimos que La Colifata es, a grandes rasgos, una práctica de inclusión de la voz de los locos implementada a t~avés de un mecanismo

específico. Pero también podemos hablar de inclusión como una técnica en el dispositivo de taller. ¡Cómo se incluyen temáticas delirantes? ¡Cómo se inserta en el dispositivo a gente que está subida a su castillo mental,

13

[)ISPUfAS EN El ('...AMPO DE LA SALlJf)J.!ENTAL

internada en su delirio? ¡Cómo obtiene un lugar de sí cuando es hablado en su delirio? ¡Cómo se incluye eso?

Fuimos encontrando cómo algunas técnicas permitían trabajar en

ese sentido, logrando lo que llamamos efectos de inclusión. Por ejemplo,

al principio, una de las técnicas que utilizábamos era la de corresponsa· les, entonces teníamos el corresponsal de Cristo en la tierra (una persona con delirio místico tal vez), pero que el grupo, el resto de los internos, le hacía un lugar. Operaba una sanción cuya marca no es el delirio en sí sino la inclusión y sus efectos.

Nos podrían cuestionar, pero ustedes están ponierldo el acento en el delirio, lo están enquistando en ese lugar. Es niucho más fuerte, el efecto positivo que trae la inclusión de esa persona en la trama grnpal que el delirio en sí. El delirio en algunos casos es la puerta de entrada desde donde comenzamos a trabajar.

Desde allí usamos ciertas técnicas periodísticas y las cruzamos con técnicas de inclusión de temáticas delirantes. Esta gente a lo largo del tiempo quizás conserve su sitial, allí en su delirio, su ser hablado, ipero vemos que como efecto paralelamente empieza a ampliar la posibilidad de comunicación con el resto, su ser hablado se funde con el comienzo de una intención, dirigir su mensaje a otros. Hay un momento en el cual otros esperan el aporte del que va a hablar, y lo más importante es que el que habla, habla porque es nombrado. La palabra empieza a ser revalorizada por otro. Tiene un lugar simbólico dentro del grupo, un lugar que al principio trae la marca del delirio, un lugar si se quiere provisorio pero necesario para empezar el proceso de inclusión. Al prin· cipio era corresponsal del cielo y a los dos años ya era corresponsal de La Colifata en la marcha de los jubilados.

Yo siempre cuento este ejemplo porque me parece que es el más para­digmático. A Don H. S., que siempre venía a la radio, no le importaba lo que se hablaba, era un santiagueño y cantaba canciones folklóricas que te· nían que ver con la cárcel. Esto empezó a traer problemas porque él quería

cantar todo el tiempo, entonces nos preguntarnos: ¡qué podemos hacer? Los muchachos del grupo propusieron que sea el "corresponsal cantor" y así fue. Se le hizo una credencial con su nombre que decía "corresponsal cantor". El

acordó con esto, tenía una función a desarrollar, a cambio le pedimos que esperara a la tanda para hacer su número. Cuando terminaba el debate, el locutor, un interno lo anunciaba: el corresponsal cantor ...

Entonces él ya podía empezar a cantar. Con el tiempo comenzó a

cantar canciones que tenían que ver con la ten1átíca que se estaba tratando. Por ejemplo, sobre la mujer. La cárcel ya no era el único tema, estaba empezando a escuchar. Con el tiempo empezó a hacer su programa que se llamó "La Colifata interior", donde justamente lo que le ofrecía­mos era un soporte. Le traíamos música, chacarera fundamentalmente,

porque él era de Santiago del Estero. Tenfa una cortina de identificación de su programa que se encargaba de reclamar antes del inicio de su espa­cio. Lo que trabajamos ahí, era ir recuperando su lugar perdido, Santia­go. Cantaba cuando trabajaba, cuando .estaba con los caballos en la doma; sus historia;; se recreaban en un contexto que incluía su voz. El empezó cantando, y ya tenía su programa destinado a otros. Dirigía su mensaje. Más tarde empezó a utilizar la radio para buscar a Blanca, su hermana, que hada 30 años que no la veía. Empezaba a ampliarse su posibilidad de comunicación, a la vez que estaba recuperando su interés por el presente. Tenía un espacio que era esperado por otros, sus compañeros de radio, los internos que se acercaban a escuchar y los oyentes, la sociedad.

Fuimos construyendo espacios radiales, ~n función a la realidad que planteaba esa gente que estaba internada con niveles muy distintos de patología, aptitudes, capacidades.

e: ¡Cómo se pru;ó del taller a la radio?

E: Los conductores del programa de la EM. de San Andrés pidieron que le pusieran un nombre a la columna. Ellos escucharon este pedido, salie­ron a buscar el nombre. El corresponsal ese día fue gritando: ¡qué nom­bre le pondrías a la radio?

e: ¿Cuál fue la reacción que provocó?.

E: Los internos decían distintos nombres: radio del Plata, radio Piluso, Westinghouse, Carlos Gardel, etc. Escucharnos ahí la grabación, no se ponían de acuerdo en elegir un nombre. Uno de los internos propuso que fueran los mismos oyentes de la EM. San Andrés los que votaran un nombre para la radio y eso fue a'c~ptado. Es decir, que ya desde el nacimiento de la radio está presente la participación comunitaria. Es

14 -

elegido ese nombre entre otros 40 posibles y lo elige la comunidad. Así nace La Colifata. Propuesta por uno de los internos, pero varada por los oyentes de este espacio de la Radio San Andrés.

Esto se dio junto con que le llevarnos una cinta a Lalo Mir e inme­

diatamente él comienza a presentarla como la radio de los internos del Borda. Lo interesante es que desde el comienzo la empiezan a pasar corno la radio de los internos del Borda, cuando en realidad todavía no era realmente una radio, pero eso marcó rumbos. Los invitaron a que hagan tres programas en vivo en el marco de la Bienal de arte joven que se realizó en Puerto Madero, y estuvimos yendo a EM. La Boca, con los internos para practicar, ahí más o menos diez o doce personas empezaron

a tornar tiempos radiales. Comienza cierta distribución de roles.

e: ¡Ellos distribuían los roles?

E: Según cómo se ofrecían. Yo quiero ser locutor; a mí me gusta opinar1

yo hago aforismos. Esto fue en diciembre del '91. Estos diez o doce volvieron al Borda, pero ya agarraron el grabadorcito y decíam "trans­mite L.T. 22 radio La Colifata"; fue lento el proceso de charla y debate a un formato un poco más radial; además fueron cambiando las tecnolo­gías porque, primero, era nada más que un grabador, después grabador de periodista, más un radio grabador que pasaba música. Uno era el operador que subía o bajaba el volumen y acercaba el pequeño grabador de periodista al centro musical que emitía música.

Después empezamos a hacer festivales 1 ya era más o menos conocida

la radio, entonces podíamos recaudar plata y con eso ya empezamos a comprar equipos. Es largo ir contando cada parte, lo interesante es que en base a la carencia, que era la ausencia de una radio técnicamente hablando, nació esta otra metodología de enlace con la comunidad; me parece que hasta hoy es el aspecto más rico de toda esta experiencia. Porque posibilita espacios para la participación de gente que no está directamente vinculada con la problemática de la salud mental, y en el caso de los comunicadores, empiezan a ser operadores no convencio_nales

en salud mental. Operan corno nexo entre los oyentes y los internos. En síntesis sería asf. La utilización de los medios de comunicación en

procesos de rehabilitación. También podría pensarse un tratamiento para gente en principio marginada y en segundo lugar con sufrimiento mental,

,¡,

que mediante la utilización de los medios de comunicación empieza a recuperarse. Tendríamos que definir qué entendemos por rehabilitación, definir qué es terapéutico para nosotros.

e: Lo que nosotros nos planteábamos era preguntarte, si para vos tiene efectos terapéuticos.

E: Nosotros hablamos de efectos terapéuticos, no podemos decir que es una terapia en sí. Primero porque yo no soy profesional aún. Por otro lado es un dispositivo nuevo que tiene fallas, que funciona como prácti­ca sistematizada¡ eso sí, tiene criterios bastante precisos 1 en cuanto a su funcionamiento, y vemos que tiene un nivel de impacto tanto en lo comunitario como en los mismos internos. Se ven resultados. La Colifata nace en principio como respuesta a un estado de marginación, responde al aislamiento, pero su práctica y su metodología de enlace con la comunidad trae efectos terapéuticos positivos para los pacientes y también efectos en la comunidad.

En relación a los mitos y prejuicios. Se alojan como representación en la comunidad haciendo de la idea de "loco" una cristalización de sentido, habilitando prácticas de discriminación en lo cotidiano por parte de la gente y a su vez, permitiendo y legitimando que haya este tipo de instituciones que separan a unos de otros. Al operar sobre el imaginario social, lo que hacemos es instalar una pregunta allí donde había una certeza: "loco igual violento", •jinsensatez perrnanente"1

41 improductivi.­dad", etc.

Ahí podríamos hablar de un modo de intervenir en el plano social. Podríamos pensar que en definitiva nuestro trabajo tiene que ver con la rehabilitación pero en dos sentidos: rehabilitación en cuanto a capaci­dades y funciones que pueden tener aquellos que están internados, y por el lado de la sociedad, la comunidad rehabilitándose di: prácticas enfermas tales como la discriminación, el prejuicio y la marginación. En definitiva lo que se hace no es sólo rehabilitar, sino sobre todo habilitar un nuevo espacio que tiene que ver con la salud.

El escenario donde nace este nuevo espacio es a través de los medios de comunicación, donde cada uno de los actores dentro de un circuito comunicacional juega un rol importante. Los actores en esta cadena son: internos, coordinadores, comunicadores y oyentes en general, participan

16

activamente en la construcción de espacios de salud. Y si estamos hablando de espacios de salud, creemos que la salud comunitaria tiene que ver entre otras cosas con que la sociedad pueda ir encontrando y creando soluciones nuevas a sus antiguos problemas. La Colifata no scílo responde a una necesidad por parte de los internos sino a otra gran nece­sidad que es de todos. Crear espacios de encuentro en el intento de modificar algo de la realidad. En este sentido es que hablo de salud.

Los que tiran la primera piedra se supone que son los que carecen, sin embargo ofrecen desde allí parte de la posibilidad del intercambio en la cadena. Vamos viendo gente que al principio dona discos, trae ropa vieja, poco a poco se va implicando de otro modo. Se empieza a jugar algo de la subjetividad del oyen¡e en estos espacios de ~onstruccicín de salud. El oyente quizás es uno más de aquellos que tienen cierto desconoci­miento sobre esta enfermedad, revestida de misterio. ¡Qué es la locura, la psicosis? Creo que se puede ir cambiando este miedo inicial por otro modo de participación, que .en este caso se da a través de la cadena comunicacional que ofrece La Colifata y entra en actividad por un modo de intervenir. Dándole la palabra y el lugar de persona de aquél que está internado. Es darle la posibilidad a la gente de reparar. Creo que ésa es una palabra clave, reparar y pensar qué le pasa a cada uno que se acerca y, de alguna manera, da.

Nosotros 1 pa.ra medir esto, tomamos dos extremos de un mismo movimiento: el de la caridad y en el otro, todo lo que tiene que ver con la solidaridad. La solidaridad tiene que ver con el intercambio, tiene que ver con poner en juego algo de uno, en función del otro.

A lo largo de estos cinco años pudimos ver que al principio la respues­ta de la comunidad era darles objetos que ya no usaban a aquellos que suponían no tenían y necesitaban. Poco a poco los niveles de compromiso fueron creciendo, y empezó a haber otros niveles de participación.

Otro modo de participación es ir a la radio los días sábado, y entre tantos estudiantes de psicología, también vienen bastantes oyentes que nada tienen que ver con el ámbito psi. Otro modo es proponer activida­des en conjunto. Esto es lo que tiene que ver con el macro, con la comunidad en general y con los oyentes en particular y los modos que tienen de participar.

e: ¡De qué manera?

1' :/ ~ i 1

t 1'. '

L.ATEl'l!l .. :\ 0!-1!:]1 !:1-\

E: Nuestra tarea es que el nivel de participación cornunitaria que se da a través de otras radios tenga valor de intervención. Es decir, hacer el pasaje de lo que es participación comunitaria a intervención en el dispositivo

de taller con la intención de generar efectos en lo grupal pero también en ·-le> individual, en la persona. Participación comunitaria transforn1ada. en intervención a partir de [a operación del coordinador, ubicándome como vector entre la participación de la gente y el dispositivo de taller, incluyendo el mensaje de la comunidad en un momento determinado para que genere determinados efectos. La radio inaugura el camino de volver a ser protagonistas de la propi~ palabra e ingresar en un dispositivo. de taller que les hace un lugar, con distintas técnicas de inclusión donde vuelve a ponerse en juego y en palabra la historia del sujeto.

e: ¿Cuántos comunicadores participan del proyecto?

E: Por ahora La Colifata está saliendo por treinta radios. Ahora se estuvieron sumando muchas. Está F.M. de Universidad de Río Cuarto, F.M. Universidad de La Plata, P.M. Universidad de Bariloche, F.M. de Viedma, F.M. de Bahía Blanca, F.M.8 de Bariloche, F.M. La Tribu de Capital y otras, no sé. Bueno, cada uno de los conductores del programa tiene un modo particular de trabajar, nosotros, cuando entregamos los microprogramas, que son ediciones de lo hecho en el hospital, van acom· pañados de una hoja que es un instructivo, les sugerimos ciertas pautas para sacarlos al aire; en algunos casos les sugerimos que le hablen a algu· no de los internos en particular. No nos olvidemos que esa salida al aire

se graba. En otros casos proponemos preguntas, es un modo de abrir ciertos

interrogantes, pero hacia la comunidad, y les pedimos que fomenten la afluencia de llamados. Según el contenido del micro y del formato que tiene, y según aquel aspecto que nosotros queremos trabajar, el comunicador recibe una hoja donde más o menos tiene cierta orienta;

ción respecto a lo que va a escuchar. Sus palabras se dirigen tanto a los internos como a la comunidad y son los que recepcionan los mensajes de la comunidad. Todo eso nosotros lo grabamos y los internos lo vuelven a

escuchar de todos modos; ¡qué escuchan los internos? Hay un cassette que emite voces, gente que los nombra, que les habla, etc. No todos pueden representarse esa situación, comprender el proceso sufrido. Le

!t J

UISPVTAS .EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL

ponés un cassette) y otro está hablando para éL y ese otro quizás viva en Ushuaia, San Juan, o el Chaco. Lo importante, insisto, es que haya. otro que los nombre porque al nombrarlos se les devuelve el status de exis­tentes.

También es importante el ¡¡cara a cara'\ porque hace de este fenóme~ no de la comunicación algo tangible 1 ese otro existe, esta ahí y se lo dice. Es como ahora tener la antena puesta en el Borda, ahora es una radio en sí misma1 transmite tres horas los sábados¡ eso les permite a los internos ver todo el proceso de. la radio en vivo, en directo y concretamente.

e: El horario de la radio, ¿quién lo decidió?

E: Se heredó, porque Cooperanza trabajaba en ese horario y como nosotros nacimos ahí, trabajamos ahí.

e: ¡Cooperanza sigue funcionando?

E: Si, pero nosotros ya no trabajamos dentro de su ámbito. Hablé de la comunidad, de los comunicadores, un poquito de los

internos. Yo así desordenado y en forma salpicada les dije algunas técni· cas de inclusión, pero ...

e: ¿Cuál es el marco teórico de referencia desde el que ustedes trabajan?

E: Esto nace como una práctica que tuvo y tiene que ver con un estado de necesidad. Después empecé a preguntarme de qué' se trataba. Voy tomando algunas cosas del psic~análisis, otras de la psicología social, la dinámica de grupo, etc.; en realidad las preguntas surgen de la práctica misma. Me parece importante ser rigurosos a la hora de situar los proble­mas, de caracterizar situaciones y sobre todo saber preguntar. Ser metó· dico en eso. Me refiero a saber ubicar un problema, no importa si lo decís con las palabras de tal autor o tal otro; en fin tal vez me esté justificando. A veces adscribir a un determinado marco teórico nos permite no perder tiempo en cosas que ya han pensado y experimentado

otros y eso es bueno dado que no se puede pretender inventar la pólvora cada 5 minutos. Yo no podría decir que nuestro marco teórico de referencia es tal o cual, realmente no lo sé.

!!

;¡ f;

Ji

No existe ningün dispositivo que pretenda ser terapéutico, que ten~

ga este rnodo de tr<1bajo, u11 espacio abierto donde participa el que quie~

re y donde se introduce un tercero, la comunidad, el hombre común con la idea que en h1 dinámica del intercambio se produzcan modificaciones mutuas. Estamos trnbajando con la comunicación en el área de la salud, y con la salud en el área de los medios de comunicación. Trabajando con psicóticos. Intentaremos abrir un espacio clínico, desde el dispositivo

•grupal (algo hablé de las técnicas de inclusión, etc.) y creemos estar haciendo aportes a una nueva corriente algo difusa dada en llamar salud mental comunitaria.

e: ¿Cómo miden los resultados?

E: Vamos viendo la evolución grupal e individual en.relación al compro­miso con el grupo y la tarea, la interacción con sus compañeros 1 vemos y medimos a través del tiempo la participación comunitaria en términos cualitativos y cuantitativos. Referente a lo cualitativo usamos como parámetro lo que en un. extremo sería 11caridad" y en el otro "solidari~ dadn. Y lo cuantitativo: números de llamados, visitas 1 concurrencia a

festivales, etc. Volviendo al tema del marco teórico, quizás sirva contarles algún

ejemplo de nuestra practica. A.V. fu• elegido entre sus compañeros para recibir la plaqueta del Martín Fierro; paralelamente una periodista le hizo una nota donde recuerda su Bragado natal y la publicó al día siguiente de la entrega del premio, en primera plana del diario más importante de

Bragado. Después de esta publicación apareció mucha gente queriendo conectarse con A.V. Entre otros apareció la hermana y también la hija con la intención de verlo y para que conozca a sus nietos.

Bueno, ¿qué hacemos con todo eso? C.;ímo cuidar a A.V. para que esta nueva siruación no to desborde emocionalmente. Y a la vez ¿cómo lograr que la posibilidad del reencuentro no sea efímera? Quisimos ar­mar una estrategia, con el objetivo de que de esto resulte una relación perdurable en el tiempo. Sabemos que es casi imposible que termine con su internación ya que A.Y. tiene 63 años y 3 7 años de hospital, entonces, ¿qué se hace? La periodista que fue la que hizo todo este contacto habla con nosotros y nos dice: "yo necesito que ustedes me orienten, no sé si estoy haciendo bien o mal".

I :¡ 18

e: ¡Ella te consultó antes de hacer la nota?

E: Sí, y fue pactado que la nota terminaba diciendo "si alguien quiere comunicarse con A.V., que lleven cartas o lo que quieran al periódico

de Bragado". Comenzaron a llegar cartas, cigarrillos, ropa, cassettes gra­bados con saludos de amigos que no lo veían hace más de 40 años -algunos de ellos le comentaban que creían que había muerto-, etc. Cada objeto re­presentaba un nivel de proximidad diverso y provocaría en A. V. reac­ciones distintas. Decidimos trabajar en forma gradual, comenzando por la relación detenida en el tiempo que él tenía con Bragado. Había que comenzar desde allí, A.V. se encontraba con un diario de Bragado en la mano y en la tapa estaba él, presentado como un ilustre bragadense. La primera entrega de objetos fue el día sábado. A.V. se enteró de la nota y lo que nosotros le dimos fue "lo que Bragado le enviaba", yerba, azúcar, jabón, toallas. Es decir objetos provenientes de anónimos bragadenses. La consigna que le dimos a A.V. en la semana era que él pueda escribir todo lo que tenga que ver con su pueblo porque lo que veíamos es que se había quedado con una imagen detenida en el tiempo con urr Bragado de hace 37 años, no el de hoy. Gratamente este hombre nos sorprendió, no sólo había leído su nota sino que leyó el diario entero sorprendién­dose, al ver las propagandas, " ... la cantidad de negocios que él no co­nocía y que hoy hacían propaganda". Se preguntó si este Bragado de hoy -que ya no era pueblo sino ciudad- lo reconocerla. Nos comentó que por momentos le daban ganas de llorar, que era tanta la emoción, lloraba y después se sentía mejor. Esta información la daba a través de su programa de radio "el Borda tango club"; el dispositivo radial le sirve para poner en palabras aquello que estaba viviendo.

Luego le entregamos una carta proveniente de un Comité de la UCR y otra del Intendente felicitándolo por la nota publicada. Aquí no hay una relación muy próxima, ni familiar, pero sí personal, ya no anónimos;

representantes de un pueblo con nombre y apellido. Así fuimos avan­zando gradualmente dándole a A.V. tiempo para ir elaborando la aproximación. Recordemos que hace 3 7 años que perdió la relación.

Luego vino la e.arta del diariero amigo de la juvenrud, los cigarrillos del florista acompañados por una corta esquela recordando una esquina. Un cassette preparado por la barra del Club porteño de Bragado hablándole en forma personal y directa al viejo amigo del cual creían

que estaba ya muerto {la figura del loco a veces se asemeja a la de un "muerto"i o lo que es peor1 a la de un "desaparecido", en este caso tras

los muros). El mensaje también grabado de una de sus hermanas dírigído a "Chichín", donde promete ir a visitarlo. La noticia de una hija que

vive en Junín y que manifiesta querer reencontrarse y hacerle conocer a sus dos nietos.

Esta situación provocada por un dispositivo. de radio abierto a la comunidad abre por lo menos dos espacios a transitar. Uno es el tera­péutico, el de la palabra, y allí está la radío que a la vez que se ofrece como µn lugar de contención y de elaboración de situaciones de vida, agrega además, la posibilidad de la comunicación. El otro espacio a transitar es tangible, concreto y material. Se trata de operar en el sentido de tirar pueñ.te~ para reconstruir una red 1 una operación de sutura vincular, reconstruir lazos sociales y familiares.

Lo que hacemos es (y esto lo hacemos en cada caso en particular) hablar con el psiquiatra. A.V. no tiene ninguna atención psicoterapéuríca; sólo farmacológica. Hablamos con el psiquiatra, ellos miden la cuestión en términos de grado de excitacióni si está más excitado, entonces le damos una pastilla más o menos: le planteamos esta situación, que se podía venir una pelota muy grande y difícil de manejar y que lo que aparecía como auspicioso sí no era bien trabajado podría Hegar a hacerle mal a A. V. Le comunicarnos que pensábamos que había que dad.e un tratamiento prolongado en el tiempo, y dosificado. Ofrecimos utilizar el espacio de la radio para que él pueda ir poniendo en palabras todo lo que implicaba esto.

A mí, un poco me hace gracia toda esta cuestión de lo académico, lo médico, qué es el criterio válido, lo exacto, porque cuando nosotros íbamos a hablar con los psiquiatras, muchas veces nos pasaba que veíamos que no sabían mucho de los pacientes que están atendiendo (es­pecialmente los crónicos) y que cuando aparecen estas posibilidades tam­poco las terminan de entender en su dimensión. En el caso particular del psiquiatra de A.V., nos trató de la mejor manera, nos felicitó por el modo en que encarábamos este problema y acto seguido le aumentó la medi­cación, cosa que a nuestro entender no está necesariamente mal si forma

parte de una estrategia terapéutica global. Insisto: nuestra relación con

este psiquiatra es excelente, tiene buena voluntad pero a mi entender hay algo inercial a toda institución gigante que se impone, que es la

'

:1,

I \7

inconexión e incoordinación entre sus partes. Digo esto porque rne pre­

gunto por ejemplo por qué no le derivó toda esta información al Servicio Social del Borda, donde hay profesionales contratados para ocuparse de Casos como éste.

Estábamos cuestionándonos y preguntándonos cómo La Colifata mide sus resultados y si nuestra propuesta de trabajo trae efectos terapéuti­cos. Abrí el ejemplo de A. V. para poder pensar estas cosas. Hablé en principio de dos espacios de acción. Uno es el terapéutico en sí, el de la palabra, el de la elaboración. El proceso individual que experimenta el interno dentro de un dispositivo grupal. El espacio de la palabra para. que él pueda ir elaborando, de alguna manera, trayendo recuerdos y empezando a poner en movimiento aquello que está detenido y, poco a poco, ir viendo la posibilidad de volver a conectarse con su pueblo sin que la situación lo desborde emocionalmente, etc.

El otro espacio a tener en cuenta es el aspecto que concierne a la reinsercíón concreta y específica. Queda claro entonces que no hay que confundir estos dos espacios que rnencioné 1 pero sí es necesario articularlos 1 y la radio es un instrumento idóneo en esa tarea. Tal vez nuestro deseo sea que se encue11tre con su hija, que la hija venga) conozca

a sus nietos y si es posible 1 empiece a tener un régimen de visitas. El está pensionado, así que puede viajar una vez por mes a Bragado. Trabajare­mos en el sentido de lograr que la relación que se intenta recuperar pueda perdurar en el tiempo.

e: ¡Cuál es la reacción de ustedes como gnipo a partir de la amplia difusión obtenida?

E: Con el boom periodístico a partir de la obtención del Martín Fierro pentre otras cosas- estábamos un tanto desbordados 1 comenzamos a

sufrir un grado de exposición muy grande. Un poco antes de lo del Mar­tín Fierro ya eran publicadas notas en el exterior: New York Times, re­

vista Ttme, Sunday Ttmes de Londres, Le Monde de París, Ard TV ale­mana, ofrecimientos de documentales, películas, etc. 1 etc., etc. Los estu~

diantes se acercaban de a docenas para hacer trabajos. Gente de comu­

nicación, de psicología, de periodismo, de trabajo social, carreras audio­visuales, etc. Imagínense veinte estudiantes de nuestra facultad anotan­do, trayendo esta cultura propia del mundo psi que es: observar y anotar,

no participar. Hacer de cuenta que no se está o que la presencia no influye. Es imposible la asepsia. Los internos estaban sobreexcitados, so­bre todo percibíamos una tensión muy fuerte por parte de los visitantes, gente que en muchos casos por primera vez iba al Borda.

Nosotros seis estábamos desbordados. Me refiero a quienes compo­nemos el equipo. Está María Celia Vieira, que es psicóloga social, acompa­ñante terapéutica y psicodramatista. Antonio García, estudiante de ciencias de la comunicación y aprende además producción en radio. Patricia, es periodista. Laura, que recientemente ingresó, es Psicóloga recibida en la UBA. Andrea, que estudia producción en cine, y yo, que espero ser psicólogo si el tiempo me lo permite, y si realmente tomo la decisión de pásar la facultad a primer plano. Lo que debería es poder . compatibilizar ambas cosas, la facultad y la radio, además del trabajo que me da de comer que es hacer encuestas para el Indec me faltan siete

materias. Con respecto a nuestra relación con Cooperanza sucedió que el pro­

yecto de la radio fue madurando y creciendo poco a poco y naturalmente se fue inidando un lento y largo proceso de separación; no obstante termi­nó abr{¡ptamente. La Colifata fue invitada a participar de unas jornadas de intercambio con los usuarios del servici0 de salud mental de Río Negro. En esa provincia hay otro sistema de atención en salud mental, que abolió el sistema manicomial amparado por una ley aprobada por el Poder Legis­lativo. Son el referente de Latinoamérica. Ellos nos pagaron los viajes a los coordinadores y a los internos. Viajamos diez. En la preparación de este viaje tuvo mucho que ver EM. Libre de Viedma, que desde hace casi dos años transmite los programas de La Colifata. Fue muy interesante y muy lindo el viaje. Nos alojaron en casas de medio camino. Las jornadas dura­ron dos días. Se transmitió por radio junto al equipo de salud mental de allí, los que conducían eran los internos. El día domingo se transmitió por F.M. Libre; nos dimos cuenta que es inmensa la cantidad de oyentes que ellos ya tienen, porque La Colifata se retransmite desde hace dos años en esa misma emisora. La gente llamaba por teléfono o venía hasta la radio. Se decidió transmitir desde la vereda. Había veinte o veinticinco oyentes que además ya los identificaban a A.V., a R.G. Fue una linda experiencia. Cuando volvimos nos dimos cuenta que este viaje había provocado rece­los, se mezcló lo político, se mezclaron muchas cosas. El resultado fue la separación de Cooperanza. Bueno, esto es larguísimo.

i °'

A partir de allí pensarnos en la necesidad de constituirnos como una asociación civi! sin fines de lucro. Tener existencia jurfdica para desde allí establecer acuerdos con la institución, como programas de acción en rehabilitación por ejemplo. La Colifata tiene en trámite su personería

jurídica y desde ese lugar establece un acuerdo con el departamento de rehabilitación del hospital Borda para complementar modos de interacción. Se trataría de diseñar programas de rehabilitación. y ejecu-tarlos en conjunto sin perder por ello la individualidad. .

.Nosotros, con cinco años1 todavía no tenemos un espacio físico asig~

nado en el Borda. No alcanzó ni el Martín Fierro, ni las notas en diarios de todo el mundo, ni la carta enviada por lssak Levhav felicitándonos desde la Organización Panamericana de la Salud. Nada de eso alcanzó.

e: ¿Creo que vos decías antes que la atención psicoterapéutica era escasa?

E: Sí, porque el 60% del presupuesto se va en gastos de psicofármacos y porque en definitiva, ¡cuál es el nuevo problema de hoy? Es que se dan altas indiscriminadas, empiezan a darse seguidas; un tipo está compensado, está estabilizado y afuera, no hay una política desde el Borda de acompañamiento en el ámbito social. El hospital sigue siendo receptor, nosotros recibimos una cantidad de gente en ese estado, gente que ha sido dada de alta pero que afuera no tienen referencias. Vuelven con su mamá, o no tienen plata para viajar, por ejemplo, se vuelve a generar la m.isma situación conflictiva que tenían y sin ningún tipo de actividad afuera, entonces usan de marco referencial La Colifata, como organizador de actividades. Le organiza más o menos la semana; además es una referencia afectiva muy importante, es un lugar de identidad. Entonces ésa es una de las limitaciones del hospital y tiene que ver con la mala distribución de recursos.

e: ¡Por qué?

E: La medicación puede ser útil, pero en función de una estrategia terapéutica y no como una estrategia en sí misma, como un fin en sí

mismo. A esto hay que sumarle que .el Borda era un hospital nacional, entonces heredó todos estos pacientes de las provincias, inclusive de los países limítrofes; esa gente no tiene referencia familiar hoy en día. Estoy

¡ l í t '1

1 1 1 ¡. r

haciendo una pasantía en el Borda Y vamos vie11do distintos servicios y en consultorios externos se observa una sobredemanda. Los consultorios

externos ya no tienen espacio físico para atender a los pacientes. A la

persona que va en búsqueda de ayuda 1 la atienden veinte minutos~ y en

esos veinte minutos la puerta del consultorio no para de ser golpeada por otros profesionales que buscan consultorios vacíos para atender) y una vez que lo encuentran no pueden atender porque la puerta del consultorio no para de ser golpeada por otros profesionales que buscan consultorios vados para atender. El 80% de la planta de consultorios externos son psicólogos y todos de formación psicoanalítica.

Por otro lado hay un corrimiento en las clases que demandan; em­pieza la clase ~~dia también a atenderse. Paralo que nos forman en la facultad, para hacer clínica en nuestro consultorio privado, ya no hay mercado. Los mismos psicólogos se refugian en las instituciones públicas (en las privadas también). Los estratos más bajos de la población ya ni siquiera van, o empiezan a ir menos al hospital público, se caen del sistema. Hay un desplazamiento, comienza h1 clase media a atenderse, entonces los psicólogos se rompen la cabeza por saber si es válida una interven· ción psicoanalítica en estas condiciones. Veinte minutos por sesión, en un lugar que no es fijo, con obras sociales que cubren sólo algunas sesiones, en instituciones que se caen, etc. 1 etc.

Bueno, del Borda podemos hablar horas y horas. Nosotros estuvi· mos antes de lo del Martín Fierro en Holanda en un congreso organizado por la Asociación Mundial de Rehabilitación Psicosocial. Llevamos un trabajo titulado "Práctica de inclusión entre hospital psiquiátrico y la comunidad'\ y el subtítulo era "Utilización de medios de con1unicación

en procesos de rehabilitación". Entendiendo, a grandes rasgos, la rehabi­litación en este doble movimiento. Uno, el rescate de la subjetividad del paciente trabajando desde sus capacidades y potenciándolas. Y en rela­ción a la comunidad -esto dicho medio en joda, medio en serio- que la misma se rehabilite de prácticas cotidianas que son enfermas tales como la discriminación, el prejuicio y las prácticas marginatorias. Y por sobre todo intentamos articular ambos terrenos no rehabilitando sino habili­tando un nuevo espacio donde se pueda construir salud utilizando los medios de comunicación en ese sentido. Llevamos ese modelo de comu·

nicación allá, presentamos un poster como modo de presentación de trabajos. Hubo mil doscientos delegados de todo el mundo. Es una aso-

Jo

ciación muy grande en el mundo, pero pequeña en la Argentina. Había representantes de sesenta y seis países (el otro día estuvimos haciendo la

estadística). De Asia, Africa, de todos lados. El tema central era pensar la rehabilitación.

Tuvimos la suerte de que nuestro trabajo, entre ciento veintisiete

posters que se presentaron, fuera elegido el mejor poster del congreso,

nos pagaron trescientos dólares, y subimos a recibir el premio durante la ceremonia de cierre.

En realidad fue un estímulo muy grande para tratar de pensar nues­tra práctica no sólo como un fenómeno social de movilización de gente y nada más, sino tratar de pensarla en términos científicos. Recién empe~ zamos, nos falta mucho, yo lo sé. Bueno, pero el desafío está porque es algo nuevo trabajar de este modo con psicosis dentro del campo de la comunicación. Me olvidaba1 además tenemos un programa en vivo, en

F.M. de Saavedra, donde van aquellos que están más avanzados en el proceso de resocialización y rehabilitación.

e: ¿Qué días son?

E: Los martes de 17 a 18 horas; ellos, durante una hora, conducen y producen el programa. Implica un nivel de responsabilidad totalmente distinto de lo que es la actividad en el Borda. Ellos ahí tienen que sostener el programa una hora al aire 1 tienen que respetar las pautas comerciales, de tanda, presentar los temas ... Tratamos de que vayan logrando niveles de .autonomía cada vez mayores. Después l1ay una versión gráfica

1 que es

lo mismo que la radio, pero como medio gráfico, que es llamado Multimedia Califato. En vez de tener una revista de los locos del Borda, escriben notas y se publican en periódicos zonales de Belgrano y Saavedra, de interés general, que no tienen nada que ver con la salud mental. De este modo se llega al hombre común, así llegan a la comunidad. Bueno, esto es para hablar mucho más.

j

i 1.

! . .

tJ f

FRENTE DE ARTISTAS DEL BORDA

_ Estt trabajo surg.e a partir de la propuesta de la cátedra que sugiere como marco el Trabajo Comunitario en Salud Mental. En tomo a él aparecieron interrogantes en relación a nuestros supuestos sobre el tema y en cuya dilucidación aparece la posibilidad de realizar el trabajo de campo sobre el Frente de Artistas del Borda (FAB}. . ¡¿

Se acordó para el abordaje el trabajo sobre ciertos ejes alre~edor de los cuales giraría la indagación de las entrevistas. Entre todos los talleres que componen el FAB, elegimos trabajar sobre el taller de Letras.

Como primer punto nos propusimos interiorizarnos respecto de la historia del FAB y su estructura formal y funcional.

En segundo lugar investigamos acerca de sus objetivos y los entre­cruzamientos discursivos entre los distintos actores del dispositivo.

Contando con ciertos paradigmas en relación a la problemática de la psicosis y su abordaje terapéutico, nos cuestionábamos acerca de qué lugar ocuparía el "paciente'' para el FAB; ¡sería tratado como paciente al igual que en el hospital, o le sería asignado un lugar dife­rente?

La respuesta a estos interrogantes y a tantos otros que fueron sur­giendo sobre el transcurso de la elaboración de nuestro trabajo, fueron respondidos en las entrevistas realizadas al coordinador general y a los coordinadores psicológico y artístico del Taller de Letras, las cuales se presentan a continuación de esta introducción .

...._,,,.' LL~V\ vnq ¡ =

si bien no hay impedimentos, no tenemos ningún tipo de apoyo desde el

Hospital, no así de la Cooperadora con la que se gestiona, de vez en cuando, algún pedido de dinero para solventar los gastos de transporte y material.

e: ¡Cómo se programa la actividad del Frente, cómo funciona?

E: Nosotros tenemos una instancia de programación general que es la Asamblea, en donde participan todos los talleristas y coordinadores para proponer, discutir y programar todas las tareas que el Frente desarro!!a. Luego, una vez diagramado el organigrama nos juntamos los tres coordi­nadores generales, que somos el coordinador psicológico, el coordina­dor artístico y un coordinador por los pacientes. Somos los responsables en operativizar durante la semana cada uno de los talleres y de las demás actividades y propuestas del FAB. Partimos de la base de que ésta es una organización horizontal, de estructura llana y no piramidal; mantenien· do en cuanto a lo organizativo roles diferenciales: están los talleristas, que son pacientes internados y externos del Hospital, los coordinadores de cada taller y los coordinadores generales de cada área. Cada quince días se tiene una supervisión institucional y psicológica.

e: ¿Cómo se articula el arte con la Salud Mental?

E: Existen dos tipos de artistas, los que por vocación han estudiado y se

han dedicado al teatro o al arte en general por intereses individuales, trabajando en distintos niveles del campo de las artes, los que serían los artistas tradicionales; y están los artistas comprometidos con lo social que ven a la actividad artística como un instrumento de carnbio, como

una henamienta de transformaciones que llevan a un cambio cualitativo de las actuales estructur~s del poder, que implica a todo un movimiento revolucionario que tiene objetivos que van más allá de los meramente individuales; dentro de los cuales yo me enrolo, no sin problemas. Porque somos trabajadores, trabajadores de la cultura. La sociedad tiene una concepción elitista y snob del arte, a la cual se adhieren gran cantidad de

artistas o la gran mayoría, lo que los sostiene en este lugar elitista que tiene un artista en una sociedad o sistema complaciente como éste. Habrá un reconocimiento mucho mayor del Frente a medida que pase el tiempo;

,') .....

·:,:;;; '';!

U!:il'UTAS 8-l EL CAMJDUE LA SAl.UD M&ITAL

para el sisteina el artista tiene un rol deter1ninado) tiene que estar en ur1

teatro, en una sala de exposiciones. Y si no sale de esa estructura co1uercial y se adapta a ciertas ventajas económicas o teorías de empresa que cola~

boran, lo premian, etc. Si el arte del artista está comprometido con una realidad social, en esa

actitud transformadora 1 yo creo q11e tiene que mezclarse, meterse 1

entramarse con grupos o instituciones, o sea1 tiene que estar mezclado con la vida, y por lo tanto, tiene que ser parte del proceso, de ese gmpo, de esa institución, o de ese sector de la comunidad y entonces tiene que pensar en cómo se mete en ese lugar y cómo 1 artict1ladamente a otro sector de ese lugar, comienza a pensar para producir cambios para "sC' y para los demás. Para mí el arte tiene esa función en este momento, no sólo adhie­re o se entrelaza con el tema de la Salud Mental, puede darse en otro sector o campo de cualquier actividad humana en que el arte sirva para el crecimiento o el cambio de ese grupo humano o social. Eso como línea base o de pensamiento ideológico, pensamiento diferente, no el arte complaciente, sino el arte que aporte al cambio, crecer, transformar ese sector humano; esta experiencia del FAB tiene que ver ento~ces con el campo de la Salud Mental. Nosotros partimos de la idea de que el arte puede producir estas transfonnaciones y más específicamente en el cam­po de la Salud Mental, y esto lo hemos demostrado con el Frente de Artistas del Borda, que en principio produce una restitución de esta per· sona olvidada en el manicomio que casi es un objeto, un número clíni· co, donde es maltratado, violentado, se le quita ese rol de sujew, esa

posibilidad de poder pensar y sentir. El arte lo que hace es restituir estas capacidades de poder hacer, pensar y combatir ese objeto que !entamen· te se va muriendo, y al misn10 tiempo 1 el arte lo que h.ace en este caso es restituirlo como sujeto con todas estas capacidades: pensar, crear y que produce un lazo social, produce una circulación de este sujeto en la cul­tura. Entonces de esta actitud de muerte que tiene el manicomio se pasa a una actitud de vida. El arte produce esta restitución de objeto a ser, y

diremos de ser a la sociedad, en un proceso de re-socialización (como término más común o un lazo social}, como una posibilidad de producir cambios por él mismo y por los demás. Cosa que adentro del Borda en

esa calidad de objeto maltratado, abandonado, aislado, no tiene una capacidad de producir cambios. Es un sujeto vegetativo que progresiva·

mente va muriendo. Esto en síntesis, produce el arte.

~:

'* r

r.·., i ¡; l

A modo de presentación, comentamos que el Frente de Artistas del Borda es una agrupación civil que fu.nciona dentro del Hospital Neuropsiquiátrico José T. Borda y está conformado por internos y externados del Hospital y coordinados por Alberto Sava junto a un grupo de artistas de diferentes disciplinas y de psicólogos.

Como Dispositivo Comunitario en Salud Mental, el FAB se propo· ne objetivos transformadores enmarcados dentro de los conceptos de desmanicomialización. -

Los efectos de estos objetivos se plantean en tres niveles: el de los imaginarios colectivos que la sociedad .sostiene en relación a la locura y a las instituciones psiquiátricas en general (nivel social), el de la institución hospitalaria propiamente dicha (nivel Institucional), y el de la particulari· dad del paciente en cuanto a su subjetividad (nivel terapéutico).

La producción artística es el instrumento por medio del cual y a través de su circulación en la cultura, el Frente de Artistas del Borda se plantea el sostenimiento y logro de sus objetivos.

Creemos importante que el trabajo de este dispositivo comunitario se conozca en el ámbito universitario, ya que el mismo propicia la pro· ducción artística a través de la cual los talleristas pueden dar cuenta de sus vivencias y sentires que la institución manicomial enmudece, y de esta manera romper el silencio que en su cuerpo habita. Restituir la palabra, el decir.

El arte en cuanto taller le ofrece el soporte comunitario para el des­pliegue intersubjetiva roto y vedado por el manicomio, en donde los pacientes son objetivados detrás de una uhistoria clínica", historia que sólo da cuenta de su padecer, de su enfermedad, petrificándolo así con el sello de lo irreversible.

() /¡

ENTREVISTA A ALBERTO SAYA

COORDTNAOOR GENERAL DEL ÁREA ARlÍSTICA

DEL FRENTE DE ARTISTAS DEL BoRDA'

e: ;Qué tarea específica desarrolla dentro del Frente de Artistas?

E: Soy Coordinador General del área artística, soy actor y también psicólogo social, recibido en la escuela de Psicología Social de Pichón Riviere; y a mi vez, estoy a cargo del taller de mimo. Cumplo esta función desde la creación del Frente de Artistas en 1984, cuando era Director Grandinetti (interventor en ese momento), y estaba en plena diS'cusión dentro de la Salud Mental el concepto de desmanicomializacióri) como la experiencia de Río Negro y Trieste. Dentro de este marco, ar cual el Director adhería, se propusieron una serie de tiempos y espacios dentro de los cuales estaba el Frente de Artistas; fui convocado por el Director, o sea que formo parte de la planta estable del Hospital con un nombramiento; soy el único que está nombrado. Era un momento muy particular, recién salíamos del proceso y había tin gran movimiento progresista que alentaba todo este proyecto, lo que significaba desde la dirección del Hospital un apoyo económico e ideológico. Con el tiempo, esto fue decayendo, la dirección del Hospital cambió y en la actualidad,

* E: entrevistado, e: entrevistador

A

1 1 ¡: [,¡,

~f, i ~ 1

1•;

'

l;i:

¡·

''¡

1: ,. 1 ¡:, ¡;

' ' ··~ ¡ i r ¡; ~ 1· . . t.

e: ¡Usted considera que el arte como producción activa del sujeto tam­bién tiene un objetivo terapéutico?

E: El Frente no tiene una estructura terapéutica convencional, el arte en

lo~ tnanicomios sie1npre se usó, no es que el Frente de Artistas implernentó

la instancia del arte como primera vez 1 siempre se usó, pero se usó ... Printero que no eran artistas1 eran profesionales, psicólogos o psiquiatras,

alguna relación con el arte han tenido o tienen, ya sea como labor de terapia 1 o sea que utilizaron esa actividad artística o esa disciplina como una excusa para hacer una terapia determinada, es decir, por ejemplo si

vos utilizás una obra de teatro y vos elegiste hacer de padre, ¡por qué elegiste hacer de padre l El padre te remite a tu historia personal, eso es una estructura clínica de un seguimiento clínico; el Frente de Artistas no tiene esa estructura, ·no tiene esa actitud. El Frente crea arte como cual~

quier grupo; PC?f ejemplo nos reunimos nosotros, somos, nos gusta el teatro, vamos a elegir una obra de teatro, podemos estudiar, podemos perfeccionamos con cualquier grupo. Además está coordinado por artistas. Nosotros pensamos que el artista, que él solo sabe; primero que conoC:e el paño, conoce la técnica en mayor o menor medida, su experiencia

viene de ese campo. Segundo, si querernos que esa producción artística

circule en el afuera, circular por afuera es conectarse con los dueños de los· teatros 1 con los secretarios de cultura, con los funcionarios de distinta

índole a nivel cultural, el artista sabe cuáles son los códigos que se manejan, entonces puede llevar ese proyecto hasta sus últimas c~nse~ cuencias.

A diferencia de antes, que era casi lo mismo hacer teatro que múS!­ca, como en realidad no se éstaba haciendo ni teatro ni música; entonces acá la idea es que el arte sea, cumpla su rol, su función específica que es hacer arte 1 con todas sus diferencias y matices. Ahí nosotros creemos

que eso en sí es terapéutico; es terapéutico por lo que te decía anterior ..

mente: si uno conecta a esta persona con un deseo, lo vincula grupalmente,

socialmente y lo restituye en esta tarea de objeto o sujeto; si eso no es terapéutico, olvidate ...

Entonces, aunque no hay una estructura clínica, igualmente el Fren­te tiene efectos clínicos, porque hay otra cuestión: en el Hospital no son pacientes nuestros con "comillas"1 porque·acá se usa umi paciente", '1nues~

tro paciente". Son pacientes que pertenecen a otro servicio que tiene

5' 1 '

una estructura clínica, entre 11comillas", también, un jefe rnédico1

jefe psicológico, un grupo terapéutico.

e: ¡Cómo llegan los pacientes al Frente?

E: Ellos vienen aquí, aparentemente atendidos (desde mí punto de vista no); pero hay pacientes que demandan, ''mirá, a mí en el servicio no me

atienden, me atienden mal, no estoy conforme, no me gusta". Entonces

nosotros, a través de ..los psicólogos del Frente, armamos una pequeña estructura clínica, un seguimiento y tener alguna relación con el profesional que atiende al paciente.

Bueno 1 ·a tu pregunta1 creemos que es una experiencia clínica, ·tam· bién; aunque en realidad no es nuestro objetivo central. Lo que sí es nuestro objetivo central, nosotros decimos el Frente produce tres efec­tos: un efecto clínico que es el que te digo, un efecto institucional porque tenemos una línea ideológica que quiere tener un proyecto con respecto a la institución; cada vez que sale el Frente: no sólo sale su producción artística sino que salen persOnas·, estas personas denuncian cosas, Porque en los debates, reportajes, en las notas, radios, TV, ahora no tanto, pero en los primeros años el frente era ir a los programas todos los días, entonces, todo esto que se denuncia, el maltrato, la comida, la sobremedicación, la no flexibilidad ...

Esto vuelve a la institución y produce un terremoto, en.tonces están aquellos que se ponen para un lado o para el otro, en fu.vor o en contra, esto es un efecto institucional. Produce un tercer efecto que es so~ial, a medida que el Frente sale, que se conecta con ustedes, con el ptÍblico, con el televidente, con las experiencias, con la producción artística, esta információn,'este imaginário colectivo que hay con respecto a la locura, a la psicosis y·á los manicomios tienden a dar una nueva información, por lo tanto, un nuevo espacio para la reflexión, entonces produce efectos clínicos, institucionales y un efecto social.

e: ¡Cómo llega la gente al Frente? ¡Qué hacen ustedes?

E: Fundamentalmente por boca a boca, por conexión, por transmitirse entre ellos la experiencia "mirá, yo voy al Frente, hago tal cosa, ¡por qué no venís?" Algunos son derivados por los propios profesionales, por pro-

fesionales progresistas, que saben que esta experiencia es válida, que le va a servir al paciente 1 no sólo lo derivan sino que a veces va11 a la:s

funciones o espectáculos ... Y distintas informaciones directas o indirectas a través de carteles o papeles en los servicios, o los servicios nos invitan 1

o vamos nosotros a proponemos para charlar de lo que hace el Frente. Hay distintas formas de hacer llegar la información.

e: Recién hablaste (al principio inclusive) sobre los obstáculos que genera esta salida del Hospital en relación a lo social, ¡no? Hablaste de obstáculos, ¡cuáles son esos obstáculos?

. E: En principio, cuando uno saca (sacar es el término) a un internado a la calle es toda una historia, no es fácil, acá aducen que todos los pacientes están bajo juez y que eso puede tener algún problema. Por ejemplo, que un paciente tenga algún accidente en la calle o lo vean los familiares actuando en TV, o se pierde, esos son obstáculos sobre los cuales nos hemos hecho asesorar y no son tales. Hay tres categorías de pacientes: los que están internados, que son los que no pueden hacer nada por sí solos, están bajo tutela del juez; después están los otros, que pueden hacer algo junto con algún familiar que firme por él, ya sea una boleta, una factura, compras, vender o casarse; y están aquellos que pueden tener decisión propia. Nosotros nos asesoramos con el juez para hacerlo sacar, para que lo pueda correr de esta categoría hasta su extemación; desde el Hospital, desde la dirección, desde el servicio, se le tiene que demostrar al juez que este paciente va evolucionando. Estas actividades

nuestras, teóricamente 1 tienen que ayudar a este proceso de extemación. Acá en el Hospital se toma al revés, es decir, que no salga porque si no el juez nos va a traer problemas, va a censurar la salida. El Hospital está autorizado a hacer estas cosas, pero como hay una actitud tan fascista en muchos de los profesionales, tan conservadora que no arriesgan nada, no quieren arriesgar lo mínimo. Para ellos lo único que sirve es la sobremedicación 1 el aislamiento, el encierro y creen que con eso solu~ donan el problema.

e: Pe11sando en esta idea de -manicomio, que entre otras funciones sería

sacar a los locos de la sociedad y aislarlos, y en la medida que esto vuelve es co1no un síntoma, está cuestionando de alguna forma ...

:? ,.,

E: Además vuelve públicamente, vuelve cuando se hace notar, se hace

notar con todo y los ponen a ellos en situación de juzgar su actívidad1

porque realmente lo que habría que censurar es a una institucíón1

así sería un lugar de cura, de buen trato y lo que menos hay es eso, es lugar

de hacinamiento, sobremedicación y castigos corporales en algún caso. Ya no está el electroshock, pero el psicofármaco cumple la misma función en algunos casos. Entonces, como contaba la experiencia en Rlo Negro y también lo decía Basaglia;, que un paciente toma 80% más de medicación1 o sea, aquél que tomó veinte pastillas diarias que es pro1nedio

1

a tomar cinco o cuatro, vos fíjate la millonada de dólares que representa para los laboratorios1 por eso es éste un juego de intereses económicos fabulosos, también desde la estructura social esto favorece que los mani­comios sigan existiendo, además por todos los negocios internos que hay, por ejemplo, la comida, la ropa, los contratos de limpieza que no es sólo en los manicomios, sino también en todas las instituciones rnás o menos estatales o privadas en algunos casos.

e: Vos estabas hablando de Río Negro, ¡ustedes tienen relaciohes con algunas otras instituciones que están dentro de la misma línea?

E: SC nosotros en principio pensamos al Frente de Artistas y con esta actitud y este pensamiento y acción ideológica, también la creación del Frente Latinoamericano, el Frente de Artistas creó los festivales latinoamericanos de artistas internados en hospitales psiquiátricos que se hacen cada dos años 1 primero fueron doce delegacíones 1 luego fueron

quince 1 al tercero fueron veintidós, al cuarto veintinueve; esto l1abla de

un interés creciente para participar de esta experiencia de desmanicomialización para ponerle un término general, ya sea por simple simpatía, por entrecruzamiento de Jos contactos y por estas-. experiencias en conjunto. Tenemos permanente contacto con ellos 1 incluso se creó una red nacional de arte y salud mental, donde estamos divididos en regionales y nos estamos entrecruzando con actividades comunes y proyectos compartidos, ahí estamos en contacto permanente con todo.

e: ¡Qué papel desempeña cada integrante del taller o del Frente y

cuántos son?

E: ¡Vos decís coordinadores o pacientes? Pacientes son unos 100 en

todos los talleres, algunos se repiten en la participación de talleres, y otros van a un solo taller. Las categorizaciones de los diagnósticos a la cual nosotros no hacemos mucho caso .... son diversas; acá vienen pa~ cientes crónicos que hace quince o veinte años que están internados y que de su enfermedad se olvidaron, y pacientes recientes que todavía están en la sala de admisión, Nosotros no elegimos por categoría o diagnóstico médico,

e: ¡La idea es que venga!

•E: La idea es que vengan aquellos que tienen la actitud para hacer algo artístico y enrolarse en este proyecto, porque el nombre del Frente de Artistas fue puesto por un paciente que dijo: con esto vamos al frente, con eso nos ponemos al frente; toda persona que viene al Frente viene con una actitud ideológica, y después las actitudes artísticas se trabajan en los talleres,

e: La idea de cómo conceptualizan ustedes a los "pacientes" (digo pa­cientes entre comillas), ¡son alumnos, participantes,,,?

E: Nosotros llamamos talleristas, o sea, participantes de un taller creativo,

e: Vos hoy hablaste de una organización horizontal, ¡existe alguna jerarquía dentro del taller en relación a los coordinadores?

E: Cada tallerista cumple un rol, el ~oo;dinador artístico es aquel que da la técnica que va guiando un proceso creador; el coordinador psicológi­

co es aquel que va acompañando la intervención del arte en el campo de la psicosis, ya que eso produce un movimiento, en algunos pacientes más o menos, Te digo como artista, no es fácil hacer una función, arriba en el escenario, aparecen una cantidad de cosas que en la vida cotidiana a veces es una sobreexigencia, casi sobrenatural donde ahí el coordinador psicológico tiene que estar muy atento, nó sólo en ese momento sino también en el proceso previo. Ahí se juegan muchas cosas, el éxito, el fracaso, si sirve o no, lo que van a pensar, ése es el rol del coordinador psicológico; y el tallerista es el artista, es el creador, cada uno tiene su

:? (" / ~ ,...,

JJB

rol, a niv~l del grupo se resuelve entre las tres partes, o sea 1 las tres partes:

coordinador artístico, ta!lerista y el coordinador psicológico, y entre ellos resuelven qué obra van a dar o no 1 quién va a actuar1 cada uno en su rol.

A veces ocurre que un coordinador participa de un elenco o actúa en el

elenco; a veces frente a la falta de una mujer, actúa por ejemplo la coor­dinadorn psic,,l,\gica. Es una mujer que integra el elenco pero no deja de cumplir su rol profesional.

e: ¡Se hace algún tipo de admisión?

E: A los pacientes no, ninguna,

e: Frente a alguien que tenga la intención visible de participar y no puede

articularse en grupo, que no puede producir, ;qué pasa?

E: Eso se habla en general cuando entra un tallerista al taller, se intenta tener un contacto con el profesional, este coordinador, o este equipo de coordinación, tiene información de quién es este paciente 1 por q,ué está internado acá o cuáles son los motivos, o los diagnósticos, porque a veces

en la historia clínica aparecen cinco diagnósticos distintos; para tener algún dato de cómo actuar para no meter la pata, porque a veces hemos tenido, sobre todo en nuestras supervisiones 1 algunas críticas 1 .por actitudes

o intervenciones 11salvajes" o por desconocer la problemática del pa~ ciente en ese momento, y uno se manda una que no corresponde; por

eso la idea nuestra es que los coordinadores tengamos supervisiones para

ir por un camino, para que no se produzcan zafarranchos.

e: A partir de los objetivos del Frente, ¡cómo evalúan los resi1,1tados? Hace doce años que están trabajando, ¡cómo han operativizado esta forma de evaluar la efectividad de los objetivos?

E: Decir que hacemos una evaluación positiva me parece una falta, pero los hechos lo demuestran, el hecho que se haya sostenido la experiencia por doce años, el hecho que tenga un reconocimiento de otras instituciones, que se hayan abierto otras experiencias a partir del Frente

en todo el país, el hecho que se crea un festival latinoamericano y que participan otros países vecinos, el hecho que se crea una red de arte y

'

salud mental y participan todos los hospitales del país, con material teó­rico, como el de Norberto Mazolini, que él fue coordinador psicológico hasta el año pasado. Todo eso habla de una especie de influencia muy grande de esta experiencia no sólo en los hospitales sino también en la sociedad.

e: ¿Aumentó la comunidad del Frente?

E: Al principio eran diez o doce ralleristas, y hoy no bajan de cien o ciento veinte, podrían ser más si nosotros tuviéramos más tiempo 1 si todo el hospital tuviera una actitud positiva hacia la experiencia del Frente 1 si· se estimulara la participación, si no se pusieran tantos obstácu; los. Pero no a todo el mundo le interesa trabajar con el arte, acá hay mil doscientas personas viviendo y seguramente 1 si' se estimulara mucho más, quizás el 30 o 40% podría participar. Nosotros creemos que la experien­cia del Frente marcó un camino, una línea que es válida seguir soste­niéndola, yo creo que va a ser un reconocimiento mucho mayor a medi; da que pase el tiempo.

e: Muchas gracias por su tiempo.

r, ·'),

ENTREVISTA A PAOLA PETERS

COORDINADORA GENERAL PSiOOLó:JICA

DEL FRENTE DE ARTISTAS DEL BoRDA,

e: Como te mencionamos el día de la Asamblea, el trabajo que tenemos que hacer para Psicología Institucional se basa en Modalidades de Trabajo Comunitario en Salud Mental. Tengo entendido que vos' sos la Coordinadora Psicológica General del Frente de Artistas. ¿Por qué no me contás cuánto hace que trabajás ahí y cómo obtuviste este cargo?

E: Yo hace dos años que trabajo en el Frente. Entré en el taller de Letras como coordinadora psicológica de ese taller. En ese momento, la coordi­nación general artística y psicológica del Frente estaba a cargo de dos personas que ya no están más. Al principio de este año, en una Asamblea de coordinadores, fu¡ elegida Coordinadora General Psicológica.

e: ¿Seguís siendo Coordinadora Psicológica del Taller de Letras?

E: Por ahora sf, pero estamos tratando (habrás visto los carteles por los que pedimos psicólogos o estudiantes avanzados de psicología) que cada taller tenga su coordinador psicológico y así yo quedaría sólo como coor­dinadora psicológica general.

*E: entrevistado, e: entrevistador

CÁTEDRA SHEfrER

e: ¡Cuál es tu trabajo específico, la tarea que reahzás?

E: En este momento, vengo de ahí, estoy tratando de leer las historias clínicas de cada paciente y tratar de hacer un resumen de cada uno, lo cual es un trabajo más costoso de lo que yo pensaba. Esto va a formar parte del material del Frente. Mi idea es que cada coordinador conozca acerca de estas historias clínicas y explicarle de qué se trata cada patología a los. coordinadores artísticos. Pero bueno, recién estoy empezando y las primeras que empecé a consultar son de los pacientes del taller de Letras

que son con los que trabajo directamente.

e: ¡De qué manera son considerados estos pacientes por el Frente? ¡Se

tiene en cuenta la enfennedad mental?

E: Mirá, el Frente, en general, no habla de paclentes, los llama talleristas. Yo, como psicóloga, no puedo dejar de considerarlos pacientes. Además, hay que tener en cuenta que estamos trabajando dentro de un hospital

11europsiquiátrico. Cuando tomamos a un coordinador artístico, lo primero que le

indicamos es que acá no se puede trabajar de cualquier manera, hay que tener en cuenta en cada actividad lo que ésta puede producir en el paciente. Por eso

1 yo insisto tanto en la parricipació'n activa del coordi~

nadar psicológico dentro de cada taller; tiene que ser consultado por el coordinador artístico antes de realizarse una actividad, ya que hay rareas que pueden desestabilizar a algún paciente, o crearle algún conflicto, y

ése no es el fin.

e: ¡Se podría hablar de efectos terapéuticos?

E: El arte, el poder expresarse a través de la pintura, del teatro, de un escrito, de por sí tiene efectos terapéuticos. Hay un paciente depresivo que en todas sus poesías volcaba su padecer, su sufrimiento y día a día esto se notaba más; un día se propuso escribir cuentos y se notó en él un cambio notable, empezó a escribir algo más positivo, incluso cambió su estado de ánimo, y creo que de esto se trata. Hay que tratar de lograr esto. Por eso te decía de la coordinadora psicológica, como tan importante. Una vez en el taller de Letras ·siempre hablo del de Letras porque es el

DISPVTAS EN EL CAMPO DELA SALUD Mf..WAL

que conozco más de cerca- los pacientes propusieron hablar de la muer· te, y por las condiciones de algunos de ellos, me parecía que no era conveníente tocar ese tema y bueno, sutilmente propuse dejar ese tema para la otra semana y trabajar otra cosa. Hay que estar en todo esto, incluso desde lo más simple; en lo que hace a lo administrativo, yo llevo una carpeta con la producción de cada paciente, la paso a máquina y la ordeno de determinada manera. Ellos saben esto y conocen la carpeta, por eso tengo que tratar que nada se pierda o que no esté desordenado para evitar que se hagan vaya a saber qué historias detrás de eso.

e: ¡Cuál es el objetivo del Frente de Artistas?

E: El objetivo del Frente es la desmanicomialización y por esa razón pre· tende darse a conocer, siempre tratamos de buscar dónde exponer las obras.

e:. ¡Qué es lo que se expone?

E: Cada taller expone su producción, pero no absolutamente todo. Hacemos una selección de las mejores producciones para exponer. Además, consideramos al participante que trabaja en forma permanen· te. A la hora de exponer todos quieren salir, pero nosotros le damos prioridad al paciente que trabaja en forma regular en el taller. También se hace una selección de las mejores poesías, de los que mejor cantan, no todos pueden exponer. Hay, por ejemplo, un paciente que para los demás escribe maravillosamente, pero que realmente no tiene sentido; son una serie de palabras sin lógica y esto qo se puede ir a exponer. Tampoco se lo desvaloriza, nunca hacemos resaltar una obra o corregir otra; en el grupo se le da el mismo valor a todos.

e: ¡Cómo se trabaja en un taller? ¡Hay un diagrama organizador o es una tarea libre?

E: La producción se deja librada a la libre expresión, pero pennanen· temente se trata de implementar una técnica de trabajo, cada taller implementa su técnica y organiza sus actividades. Además, se hace hincapié en el tema del orden, de hablar de a uno, escuchar al compañe· ro, cumplir con las consignas propuestas; se trata 1 en cierto modo, de

'1~ 9

' ,·!;

'1'·1:

' .,, ,,

irnponer una ley\ armar un encuadre para trabajar. Esto difiere de lo que pasa en los talleres de otros servicios, donde se deja todo librado a la

libre expresión. Incluso, se pide una regularidad en la asistencia y un cumplimiento

en los horarios. A veces, pasa que llega uno con algo para leer cuando falta media hora para terminar el taller y se le pide que venga la próxima semana y lo lea, que en ese momento se está trabajando sobre otra cosa.

e: Vos mencionaste que en ctros servicios del hospital también hay talleres. ¡Cuál es la relación del Frente de Artistas con los otros servicios

o cor1 el resto de la institución!

E: En general, tenemos buenas relaciones. Como te comentaba antes respecto de las historias clínicas de los pacientes, yo trato de hablar con los psicólogos de ellos, si lo tienen, ya que no todos tienen psicólogo. También vamos por los servicios mostrando las obras de teatro, poesía, música, para que nos conozcan y para trata~ que vengan al Frente. Si de cada presentación logramos que vengan uno o dos al menos 1 nos sentimos

satisfechos. También vamos a difundir el Frente en el Moyana.

e: ¡De la institución hospital reciben algún tipo de subsidio?

E: No, no. La institución no nos provee ningún tipo de subsidio. En algún momento, creo que los coordinadores artísticos sí recibían un dinero para viáticos 1 pero ahora no, y estamos tratando de conseguirlo otra vez,

pero es difícil. Lo más costoso es pagarlos materiales del taller de pintura o de plástica y muchas veces nosotros terminamos pagando de nuestros bolsillos los gastos. Por eso es importante que podamos conseguir lugares donde exponer. Cuando termina la exposicrión, se pasa la gorra y lo recaudado se reparte 80% entre los que participaron, 10% para los gastos de viaje y comida -ya que como, por lo general, las presentaciones son de noche, se pierden la comida del hospital y tenemos que darles de comer- y otro 10% es para el Frente, para los gastos de los talleres, para la revista.

e! ¡Podrías definir al trabajo del Frente de Artistas como un trabajo comu11itario?

.2 ~

E: Te podría decir que sí. El Frente, en las presentaciones) se presenta como grupo: "Estos son los trabajos del Frente". Además, tratamos de borrar las diferencias entre el interior y el exterior. Todo lo que hacemos es para que el exterior nos conozca1 es nuestro principal interés el darnos

a conocer. No sé si sabés que el Frente nació como demanda de los pacientes1 los que querían 11 ir al Frente", decían: que la.sociedad conozca

qué es lo que pueden hacer más allá de su enfermedad. Cuando vamos a alguna exposición, pasa que el paciente, algunos de ellos, se presentan como por ejemplo, "Juan Pérez Borda", para lo cual hacemos hincapié en que ellos sólo deben mencionar su nombre o seudónimo, exponer desde ellos mismos y no desde ellos como pertenecientes al hospital. Igualmente, el público siempre sabe que son del Frente de Artistas del Borda; incluso, muchas obras de teatro o poesías hablan de locura; pasa que cuando vamos en el colectivo rios miran con miedo y los pacientes lo perciben, pero desde el Frente tratamos que no se note una diferencia tan tajante.

e: Muchas gracias.

:? ~~

LJ"l t t\.t. Vl2' JA A UIEGO LURATELLA

CooRDINADOR AR1ÍSTICO DEL TALLER DE Lm<AS

DEL FRENTE DE ARTISTAS DEL OORDA.

e: ¡Cuánto hace que trabajás en el FAB, cómo surge la idea de trabajo ahí?

E: Yo vengo de trabajar con gente marginal, con un grupo de adolescentes con SIDA, también con chicos de la calle y finalmente me encuentro a Paola que era amiga mía y me invitó a trabajar acá hace 2 años. Estoy traba­jando en el taller de poesía, a mí me interesaba mucho el tema de la palabra, antes hada teatro pero el tema de la palabra me había apasionado más.

e: ¡Cuál es tu tarea específica dentro del taller?

E: Yo coordino el taller de poesía, cada vez que nos encontramos yo presento al autor que vamos a leer, lo ubicamos un poco bibliográfica­mente, históricamente, quién era, y a veces te sorprendés porque te das cuenta que algunos (pacientes) saben más que vos. Leemos el poema, en general trabajamos poemas para que sean cosas cortas, porque lo demás hay que fragmentarlo y hay que introducir de dónde venía tal pedazo de una novela¡ entonces, siempre trabajamos con poesía o a veces poesías teatrales. Después comentamos cuál es el mensaje que dejó esta poesía en concreto y cada uno escribe en base a eso que le significó. Por ejem-

* E: entrevistado, e: entrevistador

t,í

t:

: '

¡: 1

1

! 1:

plo 1 una vez leimos ... Te cuento un caso concreto1 leímos ºNanas de la Cebolla", de Miguel Hernández, entonces cada uno le escribió un poe­ma; "Nanas de la Cebolla" es un poema de Miguel Hemández que le escribe para su hijo que está afuera, él está preso durante la Guerra Civil Española; entonces bueno, cada uno escribió algo a alguna persona que esrnba del otro lado del Borda, en la sociedad, como si en ese momento saliera.

e: ¿Ese trabajo ya lo traés armado?

E: En realidad yo ya voy con la idea armada, salvo que en el momento ... Porque siempre te encontrás con alguna novedad del estado de los pacientes, puede llegar a variar, pero en general no. Lo que se tiene que tener en cuenta, lo principal a tener en cuenta es que estás trabajando con personas psicóticas y entonces hay cosas que no se pueden trabajar, hay que tener cuidado en eso, reconocer que estás trabajando con otros, con otras personas.

e: ¡Y eso cómo lo manejás?

E: Y por ejemplo ... Te cuento un caso concreto. Una vez estábamos a punto de trabajar el tema de la muerte y me acordé ... Claro, yo a veces trabajando, preparo el trabajo apasionadamente, lo voy armando y después de golpe pienso: "Ah, pero no conviene trabajar esto", como esa vez que estábamos, te decfa, por trabajar el tema de la muerte y

hacía poco tiempo había fallecido un paciente y otros se habían querido " suicidar, entonces tuve que cambiarlo, porque eso podía producir un recuerdo, una emoción y podía llegar a crear un conflicto ahí.

e: ¿Los preparan a ustedes acerca de esto que se puede producir ·en el paciente?

E: En realidad nosotros trabajamos dos viernes por mes con una coordi­nación clínica y otra coordinación institucional, y más o menos estamos

al tanto de la historia, hasta donde se sabe, de cada paciente. Las patologías de cada uno, para saber qué cosas podés hacer y qué no, a veces notás cierta sintomarología que no sabés qué pasa, y así con la psicóloga te

':Z 1

enterás bien de qué está pasando. Por eso cada taller tiene un coordinador psicológico y uno artístico para que las dos cosas vayan unidas. Una cosa que tenemos que tener muy claro es que una cosa es trabajar libremente la expresión artística 1 que trabajes vos, que la trabaje yo 1 y otra cosa es

que la trabaje una persona psicótica; y otra cosa, además, que esa persona psicótica esté dentro de una institución como el Borda, donde vos te fuiste y la dejaste dentro de una institución teatralmente torturadora, y también eso hay que tenerlo en cuenta. Yo lo que tengo en claro cuando preparo el trabajo, es que pueden surgir estos problemas como los que te mencioné, cuando estoy con ellos, estoy realmente como con un amigo o lo que fuera, pero antes tengo que tener esa precaución.

e: ¡Cuál es el objetivo de tu trabajo en el taller?

E: Que puedan volcar ante la palabra un montón de cosas que a veces quedan realmente en el monólogo interno, porque no importa de esta situación a quien los escucha; aparte en el taller lo que se nota siempre y mucho es que hay una palabra que el discurso de la sociedad en donde vivimos no te lo recibe, vivimos en una sociedad donde la palabra se escucha siempre desde un "gran circo" donde todo está muy bien, que vamos bárbaro y que es todo una gran joda. Cuando llegás al hospital encontrás una palabra de un ser humano que está ahí perdido y está internado.

e: ¿Qué relación encontrás o qué significado tiene la relación entre la salud mental y el arte?

E: Creo que sí, que hay relación en el sentido que hoy es un momento de, digamos, aflojar por un momento la soga del cuello, estos pacientes que viven en un ambiente pésimo que en el taller a partir del arre puedan tener esa posibilidad de vivir realmente como un ser humano todo el tiempo. Eso lo pensamos una vez en el taller por una carta que les mandó Ernesto Sábato a ellos, donde decía "yo escribí para un enigma de triste­za"; era una situación de ésas. También Ernesto había puesto en un libro suyo precisamente lo que el ser humano puede vivir en una realidad atroz y horrible y que el creador y el artista es el que tiene la posibilidad de volver a optar, es decir, si el mundo que lo rodea es tan horrible como

CÁTEDRA SHEJTER '

el del Borda, que en la creaclón artística ellos puedan crear algo hermo­so, por ese rno1nento cambiar la realidad. Sería una cosa fugaz 1 ser COffl.O

el absoluto que es muy fugaz, pero bueno fue ese momento.

' e: ¿Cuál es tu profesión, tu relación con las letras?

E: Yo estudio Letras, en realidad yo también tengo una relación con Ernesto Sábato y estoy viendo la posibilidad de hacer un trabajo junto a Ernesto sobre los pacientes, pensado como algo a largo plazo, por ahora estoy trabajando. De ahí vino un poco mi conocimiento y después de leer mucho. Aparte, como un pintor desde chico pinta, bueno, desde muy chico siempre me apasionó la lectura y libro que veía por ahí, de lo que fuera, lo agarraba y lo leía. .

e: En cuanto al trabajo específico del FAB, más allá de lo que contaste de las patologías, encontrás algún obstáculo en relación a la instituCión Borda en general?

E: Sí, muchos pacientes que de pronto no los dejan venir, los llenan a veces de medicación y no pueden asistir. Pacientes que los vamos a buscar y están muy dopados, y aparte lo que se siente y está muy claro, es lo bien que les hace a ellos estar fuera del hospital. El año pasado en el Festival Latinoamericano que duró una semana 1 estuvieron los pacientes una semana afuera, iban a la noche a dormir al hospital, pero durante el día estaban con nosotros y se los veía bárbaro, y en realidad allá los encontrás de pronto abatidos, a veces pasás por los sectores y los ves muy mal.

e: Nuestro trabajo de investigación se llama "modalidades comunitarias de trabajo en salud mental"; ¿se puede definir al trabajo de ustedes como comunitario?

E: Trabajás mucho con un montón de cosas que compartimos, como ser distintas áreas de las artes que están trabajando en conjunto y aparte con

una gran escucha de la situación de cada taller, no es que cada taller es una isla. Es muy importante saber si un paciente no anda bien en el taller de poesía, qué pasa en el taller de pintura, si hay algo que lo esté expresando

"" e -j 2

D!mrrAS EN EL CAMfü DE LA SALUD MENTAL

de otra manera y mejor en otro lugar, entonces1 es importante esa comuní~ dad sin duda. Aparte, realmente, no sólo desde la salud mental, sino desde todo, cuando recupera sentido el querer trabajar en comunidad es mejor,

sino siempre es como que queda todo apilado, sin importar nada.

e: ¿Cómo podés definir un "taller", por qué hablan de talleres y no de

otra cosa?

E: ¿Un taller? Eso es como cuando vos te querés anotar en un taller para hacer algo; no tiene sentido ideológico, en ese sentido es un grupo donde se trabajan unas técnicas particulares de cada una de las distintas áreas artísticas de las 'que están en el FAB, no es por ningún otro motivo. Si ustedes quieren mañana hacer danzas van a tener que ir a un taller de danzas. Nunca me lo había planteado, tal vez venga bien para planteárselo, en eso no te puedo ayudar mucho, quizás en ese tipo de cosas tenga más idea Alberto, que está desde el nacimiento del Frente, y sabe por qué se le puso taller. Lo que te puedo decir es que quizás a mí lo que me 'vinculó al deseo de estar con esta gente no fue nada de lo estructural del Frente, no en principio, sino el deseo de hacer algo con la gente que está mal.

e: Muchas gracias.

h' i'

,;3

PROGRAMA CutDAR Cu1DANOO

_El Programa "Cuidar Cuidando" -propuesta de un grupo de profesiona· les del Hospital Tobar García- logra, a partir de un convenio con el Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires, poner en marcha un disposi· tivo que se inscribe como intento de encontrar una continuidad entre el adentro institucional y el ''afuera".

Este dispositivo, por medio del aprendizaje de un oficio (el cuidado de ªfl:lmales), intenta que niños y jóvenes con trastornos severos pue­dan, en un espacio diferente no asignado culturalmente a la enfermedad sino a la infancia, acceder al desarrollo de una actividad social: el trabajo.

En el caso del trabajo de investigación sobre este Programa (base de

las entrevistas presentadas) no logramos -desde los docentes de la cátedra­comunicamos con los estudiantes que lo llevaron a cabo. Esto impidió, primero, contar con su acuerdo en la idea de la publicación; y segundo, como en los anteriores casos, contar con su participaC:ión activa en la construcción de todo el material y de esta presentación en particular. Mediando las disculpas a los autores del trabajo, tomamos la decisión de incluir en la publicación las entrevistas realizadas, ya que el principio que rige nuestra actividad docente y de coordinación de las investiga­ciones es la socialización de lo producido. Evitando asumir un carácter expropiatorio en primer lugar, para las instituciones y dispositivos inves­tigados; y en segundo lugar, respecto de la comunidad académica, favo­reciendo que lo producido se potencie por su alcance colectivo.

y

i :

' ';

; !:''

-~ r-.,, f r

ENTREVISTA A VICENTE DE ÜEMMIS

PsicóLooo·

e: Queríamos saber la posibilidad de hacerte una entrevista.

E: Dale.

e: ¡Vos formás parte del equipo?

E: Claro, el equipo es así: somos cinco miembros fundadores, es la Dirección Adjunta del Programa. Está el Dr. Hugo Massei, que es del Area clínica; el Dr. Juan Carlos Vasen se encarga del Area Docencia; la Lic. Nora Maggiore se encarga del Area Social; la Lic. Soledad Calveyra se encarga del Area Ocupacional; y yo, Vicente, que soy psicólogo, me encargo del Area del trabajo en el zoológico con los acompañantes de los chicos.

e: ¡Acompañantes Terapéuticos?

E: Sí, que generalmente son estudiantes de psicología que luego de realizar una pasantía en la Facultad se incorporan al Programa.

'* E: entrevistado, e: entrevistadora

f.',I

e: ¡Cuánto hace que están con el Programa?

E: El Programa ya tiene siete años, está auspiciado por Unicef y decla­rado de interés nacional y municipal. Tiene dos supervisores externos que son el Lic. M. C. y el Dr. ] . M., y tuvimos una supervisión del equipo

H8 que duró dos años.

e: Y digamos, desde los orígenes hasta el momento, ¡el plantel fue el

mismo o se fue modificando?

E: Hubo algunas modificaciones, con los acompañantes ... Ahora empe­zamos a hacer un contrato que es por un año. Un acompañante viene por un año, se forma y después van a buscar otros lugares de trabajo.

e: ¡El contrato quién lo hace?

E: Nosotros con el ·acompañante. No es un contrato escrito, es un con~ trato de palabra, el cual establece que si quiere entrar en el Programa tiene que comprometerse por .lo menos un año, después puede quedarse

más tiempo¡ pero como mínimo ...

e: O sea que ...

E: Dispuesto a pensar que de acá a un año va a estar en el Programa.

e: O sea que los acompañantes van rotando.

E: En general van rotando, sí.

e: ¡Van rotando y reciben algún tipo de sueldo?

E: En un momento tuvieron una especie de viático que habíamos conse­guido a través de un subsidio, pero ahora no. Nosotros ahora tenemos ... Los miembros fundadores estamos pagados o por el zoo o por el hospital, y lo que no conseguimos es sueldo para los acompañantes. En un mo­mento conseguimos, un tiempito, hubo casi dos años que cobraron, pero

bueno, ahora el subsidio lo perdimos y no cobran más. Lo que tenemos

<; ,Z;

1

1

son unas becas que se les pagan, pero a los chicos) el zoo les paga a

algunos chicos.

e: ¿Y a vos cuándo te contrató el zoo?

E: Yo estoy desde antes dei Programa, yo trabajaba en visitas con discapacitados, después en un determinado mo1nento nos juntamos con

la gente del hospital y armamos el Programa.

e: ¡Y quiénes fueron los que empezaron con este Programa y por qué? ¿Cómo surgió la idea de hacer este Programa y a quién se le ocurrió?

E: Los que empezamos fuimos Hugo Massei, Juan Vasen, Nora Maggiore; yo y hubo un par, dos personas más que ahora no están, que estuvieron en ese momento. En el inicio hubo un encuentro entre el Dr. Massei y el Director del zoo en el cual surgió la posibilidad de utilizar este espacio y ante 1a necesidad de buscar un puente entre las instituciones de salud mental y el afuera, dio comienzo el Programa. Para que no pasara esto que pasa muchas veces en los hospitales: que los chicos salen de al~a y no pueden integrarse socialmente, entonces reingresan; lo que busca el Programa es hacer eso, un espacio transicional.

e: Y digamos, desde lo que se propusieron en un inicio hasta est'e momento, que pasaron siete años: ¡la idea inicial tuvo algún tipo de modificación a partir de la implementación concreta del plan?

E: Se fueron modificando muchas cosas, sí.

e: ¡Qué cosas?

E: Primero, empezamos con un solo día de trabajo; los chicos trabajan

directamente con los cuidadores. Después incorporamos otro día más y después otro más; ahora están viniendo tres veces a la semana. Un día especial para chicos con patologías más graves, más chiquititos, que vienen cada uno con un acompañante, ésos son los días lunes¡ los otros días trabajan, algunos con los cuidadores y otros con acompañantes. Esa fue una modificación, hubo lugares, esto igual en el ateneo que presentamos

CÁ TEl1RA SH.EJTER

está explicado un poco, cómo fue a través de un chico que se modificó esto, un chico que había empezado a venir al Programa y en un mamen· to no podía trabajar con el cuidador, el tema de la relación con el cuida­dor es que tiene que haber una relación de intercambio, el cuidador enseña y el chico tiene que aprender algo de esto, si no se cansa el cuida­dor y se frustra la relación, no se sostiene el interés; este chico no pudo venir más en ese momento porque no podía, pero él insistía en el hospi· tal, estaba en el hospital e insistía en volver; entonces lo que hicimos nosotros a partir de ese pedido es agregar un día más, el lunes, para que venga pero con el acompañante.

e: O sea que no trabajan con el cuidador esos chicos.

E: Claro, trabajan; como primer paso empiezan a trabajat con el acom· pañante, después de un tiempo, pueden empezar a trabajar con el cuidador.

e: Ahora, en general, los casos de las problemáticas que tienen los chicos que vienen acá1 ¿cuál es?

E: Y, hay todo tipo de problemáticas.

e: ¡Qué tipo de patologías?

E: Chicos con trastornos, nosotros decimos trastornos emocionales severos.

e: ¡Allá en el Tobar García, tienen sus analistas, sus psicólogos que trabajan ... ?

E: Sí, en el Tobar García o en otras instituciones.

e: ¿Vienen de otras instituciones?

E: También vienen de otras instituciones, de otros lugares; del Centes (centros educativos para niños con trastornos emocionales severos), escuelas municipales, del Pirovano, del Gandolfo.

/ /

U!::>!'l.llf\::l tN 1:1...<...-tU'<Jru LJt: U'\ ;:./\.l,UW JVlJ:,.l'li/'\j_

e: Y los chicos 1 ¿cómo l1acen ustedes? Porque ahí tienen un seguirniento

con el psicólogo que está trabajando en esas instituciones, y después el trabajo que ustedes hacen acá.

E: Sí.

e: ¡Cómo es el intercambio, si hay intercambio?

E: Sí, en general tratamos que vengan los psicólogos, lo que pasa es que a veces no tienen tiempo de venir, generalmente tratamos de que ven~ gan a conocer el Programa, si no los citamos cuando estamos en el hos­pital para charlar sobre el chico; tratamos de integrarlos.

e: ¡Y cómo es la actitud de ellos?

E: Hay algunos que se integran mucho, otros no.

e: ¡Otros que no?

E: No, porque no tienen tiempo o por otras cuestiones. En general la derivación la hace el terapeuta con el consentimiento del chico, y creemos que es necesario que tengan su terapia. Como éste es un espacio que es conflictivo 1 que intentamos que se produzca un des~ pliegue simbólico, que logren expresarse, lo cual también genera con­flicto, problemas, y es interesante que esto pueda ser trabajado en una terapia.

e: Y con respecto a la cuestió11 transferenciaL hay ciertas teorfas que plantean que la transferencia, cuando se habla de psicosis, tiene que estar distribuida, porque si hay uno que ...

E: Para que no sea masiva.

e: Exactamente, sí.

E: Puede ser que ayude el Programa a eso también.

e: En el caso del cuidador, que es alguien que está enseñando algo, y

que aparentemente tiene con10 ur1 saber; ¿cómo se trabaja con toda

esa cuestión?

E: Nosotros lo que tratamos ... El equipo nuestro es interdisciplinario, con una dimensión que no es disciplinaria, que es la de los cuidadores y las personas del zoo que no están dentro de una disciplina y un saber psi: lo que tratamos es de no inculcarles nuestro saber, no disciplinarlos tampoco. No es que tenemos reuniones y les enseñamos cosas sino que

charlamos sobre los diversos problemas que apa~ecen en el trabajo.

e: El actúa a su tnanera.

E: A su manera enseñan un oficio.

e: ¿Y no hubo nunca un conflicto o una agresión?

E: Con los cuidadores no. Hubo una vez con un acompañante, un chico que le pegó a una acompañante ... Con nosotros también ... Capaz que nos. gritan o cosas así, pero nunca hubo problemas con un cuidador, es una cosa muy rara; los tienen muy idealizados los chicos a los cuidadores, quieren ser como ellos, se ponen la ropa de los cuidadores; acá la ropa

que tienen son ropa de los cuidadores.

~: Los tienen muy idealizados, por eso no se les torna persecutorio en

ningún Inomento.

E! No. En general) es más) cuando se pelean con nosotros van a comen;

tarles· a los cuidadores; generalmente es el espacio donde ellos van a hablar y lo tienen como un amigo, muchas veces, o como ... Según la

edad, como el padre o el maestro.

e: ¡Entre qué edades oscilan?

E: Los chicos, desde los ocho años, que hay en el grupo de los lunes, hay uno de veintitrés aflos; en general ingresan hasta los dieciocho, dieci­nueve. Hay desde el inicio del Programa un planteo que lo desarrolla-

::; 7

mos en el ateneo que tiene que ver con que ante la situación ·social que

vive el país es muy difícil a veces )nsertarlos socialmente\ entonces a veces se acumulan en este puente que decimos que somos. Hay cl1icos

que hace cinco aflos que están en el Programa y no conseguimos egresarlos

satisfactoriamente.

e: ¡Y cómo hacen ustedes ese trabajo para que se reinserten, qué tentativas/

E: Es todo un cambio que hay en el Programa, porque antes pensábamos que nosotros les dábamos la herramienta y el chico por su cuenta tenía que buscar el can1ino; y ahora, a partir de estos problemas que fuimos teniendo, pensarnos que l1ay un área ~que creamos 1 nu~va.- para buscar

instituciones. Ahora estamos en contacto con una institución que se llama D, que contrata chicos para McDcmald's; estamos empezando a buscar distintas instituciones para ayudarlos en este traspaso.

e: ¡Cuáles problemas?

E: Y, problemas a pesar de todo el trabajo que hacemos en este Progra­ma; muchos chicos no logran insertarse socialmente,--no logran encontrar

trabajo, algunos sí, pero otros vemos que no. Entonces estamos t5arando de ver, nosotros mismos también ocuparnos de esoi algo que afttes no

queríamos hacer.

e: ¿En dónde termina la tarea entonces?

E: Acá en el Programa.

e: ;Ustedes les daban de alta/

E: No, nos dimos cuenta que tenemos que encargamos más nosotros en

buscar instituciones. Antes, muchos chicos que de golpe pasaban por el Programa, se reescolarizaban; empezaban el colegio y dejaban el Programa. Eso sería lo que buscábamos en un momento, claro, que consiguieran !aburo en otro lugar. Pero bueno, vemos que esto es bas­tante difícil, más que por los chicos por la situación social, con tantos desocupados, tanta gente marginada.

¡,-· '.¡ -r ::'

a TEDRA SHEJTER

e: Sí, se hace mucho más difícil.

E: Es más difícil.

e: ¿Esto tiene que ver con las expectativas con que empezaron et Programa?

E: Claro, las expectativas se fueron modificando, también hubo modifi­caciones: por ejemplo, en los lugares de trabajo, hubo a partir de iniciativas de los chicos ... Se empezaron a ver otros lugares, por ejemplo, en Plaza Italia en la venta de entradas; antes no se nos había ocurrido ese lugar y a partir de que un chico empezó a ir ahí, se hizo amigo de la gente y con el tiempo empezó a trabajar ahí.

e: ¿Ustedes tienen algún tipo de reunión con los cuidadores, personal o de algún tipo?

E: Cada tanto nos reunimos informalmente y aparte recorremos, vemos cómo trabajan, vemos cómo trabajan los chicos, y les preguntamos a los cuidadores cómo andan ... Informalmente tenemos mucho contacto con los cuidadores.

e: ¿Y digamos, de la hisroria, desde que empezaron hasta ahora? (Aparecen un acompañante con cuatro chicos.)

E: Acá hay dos chlcos del Programa, van a pintar, tienen que pintar la huerta; elia es S., está con dos chicos nuevos que están recorríendo, el primer día lo que hacen los chicos ...

Ellas son dos estudiantes de Psicología Institucional que vienen a conocer el Programa.

e: Hola, ¿qué tal!

E: Ella es de la pasantía (presentándoles a otra persona}. Ella viene los viernes.

(Conversación entre e y S., sin personas del Programa; el entrevista­do relata el caso de un chico que tuvo un accidente en el colegio, le rompieron la nariz con un banco, por lo cual estuvo internado y tuvo

~ ~

1

¡ i

1

1

U/SPUI/'\.;:, l:.N t.L l.-/'.M¡-1..., ~ ... ""'"'"'"-V•-'

que dejar el Programa; luego reingresó Inuy tranquilo1

supuesramenre estaba muy medicado.)

e: ¿Cómo se manejan con la medicación?

E: Según cada caso en particular; nosotros no medicamos pero si cree~ mes que nece_sita ser medicado o no, nos reunin1os con ia gente que lo atiende. Por ejemplo J., ¡vieron e1 que me saludaba en la oficina? Ese chico ahora tiene medicación, poca pero tiene, y cuando empezó el Programa no tenía.

e: Yo lo vi cuando empezó el Programa.

E: Sí. Le pegó una trompada a la madre que lo trajo, y no se podía enganchar en ninguna actividad.

e: Sí, está re cambiado.

E: Sí, está cambiado. El primer día que vino rompió un quiosco, hizo un quilombo ... En esos casos, capaz una pequeña medicación le permita relacionarse y trabajar ...

e: ¿Y qué tipo de medicación le dan?

E: De eso se encarga el psiquiatra, que no es del Programa.

e: A nosotros nos dieron un material de acá, y hablaba de ciertas cues­tiones del Tobar García, y hablaban de la cuestión delirante. ¿Hay algunos chicos que tengan algún delirio desarrollado?

E: Pasa cuando están más descompensados, hay chicos gue entran con cuestiones delirantes.

e: ¿Y ustedes cómo toman la cuestión del delirio?

E: Si el delirio le impide venir, se lo suspende por un tiempo. Sí es un delirio que no lo lleva a meterse en la jaula de los leones, se puede traba-

jar; si no lo pone en una situación de riesgo, acá en el zoo no habría problemas. A lo sumo llamaremos al terapeuta para charlar.

e: Yo pensaba como lo veían ustedes, porque hay grupos que toman al delirio como una restitución, como una implementación más a nivel subjetivo, aparte de otras cosas. Hay otros que lo toman como algo no deseable, que puede ser sustituido por otra alternativa, por eso te hacía la pregunta.·

E: Está bien lo que decís, nosotros intentamos que se produzca un despliegue simbólico en el chico, pero acotado a que no se tome en una situación de riesgo y a los límites del funcionamiento del Programa, que se plantea entre sus objetivos el de entrenamiento laboral.

e: No para hacer algo; a veces ciertas alternativas prácticas, que tienen un fin terapéutico, no en sí rnismo 1 pero que la práctica misma ... Ustedes están hablando de resocialización que lleva a un cambio. ¡Qué lugar ocupa el delirio? No en el sentido de qué van a hacer con el delirio, sino si es algo que vieron en las prácticas y que se modificó en la práctica misma en la institución.

E: El equipo nuestro es interdisciplinario, en general charlamos, en cada momento en que se afronta una situación problemática, hay como una creación conceptual y una estrategia a adoptar en cada caso particular.

e: ¿En ese momento? '

E: Claro, nos reunimos los martes y empezamos a charlar, y todos opinamos y vamos tratando de armar, con el supervisor también, qué estrategia seguir con cada chico. Capaz que en ese sentido no pensamos tanto qué hacemos con el delirio.

e: Algo previo.

E: Claro.

e: Ustedes van pensando en el momento, según la situación.

.:..,) <.(}

í(o

E: Vamos armando una estrategia, pero a partir de cada caso en particular.

e: O sea que los seguimientos son particulares y no generales.

E: Claro, el tema de la interdisciplina es así, siempre está dada por la creación conceptual que se da en cada caso, ésa es la diferencia que se da con la disciplina que intenta abarcar todo, dar respuesta a todo; uno se da cuenta que desde la psicología no puede con todo, entonces tiene que trabajar con otras disciplinas, la certeza lleva a la repetición, la duda al interrogante.

e: ¿Y se manejan con alguna herramienta en especial, un marco teórico como para llevar a cabo una estrategia?

E: El marco teórico tiene que ver con la interdisciplina, es esto que decía.

e: ¡Cuál es la contribución de los asistentes sociales?

E: Se charla en equipo, a veces hay contribuciones especfficás. Trata­mos1 cuando citarnos a un padre, que esté presente la asistente social; después hace un informe social en general, después si querés preguntále a ella.

e: ¿Y la participación de los padres es activa? '~

'S:

E: Sí, bastante.

e: ¿Y proponen algún tipo de alternativa con respecto a la resocialización?

E: A veces sí.

e: ¿Y hay casos de chicos que quizás no tienen un trastorno severo, pero que son derivados por causas judiciales o por otro tipo de cosas?

E: Sf, hay casos por adicciones ... En el hospital pasa eso.

e: ¡Y acá también?

'!'

1

:;

E: Claro, como nosotros trabajamos con el hospital...

e: ¡Qué cantidad de chicos hay ahora?

E: Treinta y pico de chicos más o menos.

e: Y con respecto al hospital, como institución, ¡cuáles fueron las cosas buenas en l.a relación, ya que por un lado ustedes dependen del zoo?

E: El zoo aporta las becas para los chicos (en este momento hay siete becas), la comida de los mediodías, el uniforme, y a mí me paga el sueldo; también gastos especiales como de fin de año, donde entregamos los diplomas. El hospital paga el sueldo de cuatro profesionales, dos de los cuales están dedicados al Programa exclusivamente, y un asistente social ' que está dedicado al Programa y al hospital.

e: ¡Y a nivel reconocimiento o de conflictos o de cosas agradables con respecto a la institución, o sea, con respecto al Tobar García con el Zoo?

E: ¡En qué sentido?

e: Cuando uno trabaja en. una institución, dependiendo de ella, a veces pasan cosas lindas, cosas feas 1 cosas más dificultosas ...

E: En general tuvimos buena relación. En el zoo desde hace un par de años

hay un nuevo director, se llama M.O., que en general brindó bastante apoyo, se interesó 1 donó unas tierras de él en Marcos Paz, 5 hectáreas, y tenemos la idea de hacer ahí un microemprendimiento, hacer una activi· dad productiva con los chicos, para que ciertos chicos que no tienen don· de vivir puedan armar su casa ahí. De este director hay bastante apoyo, y del hospital también; hay de todo, gente que apoya más y gente que no.

4o

lf I

ENTREVISTA A NORA MAGGIORE

ASISTENTE SOCIAL

e: ¡Cuál es tu función dentro del Programa?

E: Mi función es operar en la relación de los chicos con el medio, con lo social. A partir de la incorporación de ellos al Programa apunto esencialmente a las· situaciones relativas al trabajo que influyen en las relaciones con otros, en la estimulación de hábitos, la adquisición de responsabilidades ... Se establece cuál es la posición en que se encuentra con respecto al área escolar, familiar, legal, de relación, intentando modificar aquellas que puedan incidir en su problemática. A lo largo del pasaje por el Programa los vamos acompañando, apoyando y orientando. En esto involucramos a la familia, si la tiene, o la Institución sustituta que lo aloje, trabajando los cambios, logros y fracasos que vayan apareciendo. En el caso de no haber familia y sí otra institución, recabamos las características de la misma y la proyección de futuro que el menor tiene dentro de ellas. A partir de los plazos se· prevén estrategias.

e: ¡Ustedes son los que les buscan trabajo a los chicos?

*E: entrevistado, e: entrevistadora

;.) ~ :.:

1 .•

ti

f ' ,.-,:

E: ¡Como una bolsa de trabajo? No. Hemos iniciado recién una cone· xión con Discard, entidad que prepara chicos discapacitados (con síndrome de Down) para trabajar en McDonald's. Como existía la posi· bilidad de abarcar otras discapacidades, varios de nuestros chicos se

incorporaron a una lista. Hay una intencionalidad por parte de ellos de cor1veniar con otras empresas. De todas maneras, digamos que no es función del Programa la salida laboral sino la preparación para ella, y no para todos los chicos. Para algunos, nuestros objetivos apuntan a lo escolar o al lugar que ocupa en la familia. De hecho intentamos involucrar a la familia en resolver estas cuestiones.

Por otro lado tenemos muy claro que la realidad nos supera. No tenemos espacios con los cuales ge,st.k>nar empleos y la situación socioeconómica general dificulta la incorporación de nuestros chicos en el mercado de la competencia. No hemos logrado concretar ninguna contratación de empleo en el zoo, por ejemplo, si bien había voluntad por parte del mismo cuando. iniciamos el Programa. Supongo que en esto los prejuicios juegan algún papel, y que el hecho de ser chicos del Programa también dificultaría los despidos o exigencias ... No sé. De todas maneras son muy pocos los chicos que en términos generales estarían preparados para una contratación real a nivel Faboral, capaces de soportar las presiones y las competencias o de tener un rendimiento parejo y

sostenido. Cuesta pensarlos en situación de una entrevista de trabajo, presentando sus antecedentes y ofreciendo sus capacidades. La salida laboral es un tema complejo y difícil de manejar, que de alguna manera

nos inmoviliza a todos.

·e: ¿Cuál es el rol de la familia? ¡Hay un acercamiento?

E: Tenemos el primer contacto con la familia en el momento del posible ingreso. Donde además de que nos "presenten" al hijo, evaluamos la idea que tienen sobre el Programa, sobre las condiciones en que ven al hijo, qué expectativas recaen sobre él, cuál es la apuesta o no que hacen. De la familia esperamos que reconozcan al zoo como el lugar de trabajo del hijo y lo acompañen igual que nosotros en ese proceso. Citamos a la familia cuando motivos puntuales lo requieren y viceversa. Lo que im· plemento para trabajar con ellas son reuniones grupales, donde se pro· pone trabajar con situaciones que suelen ser conflictivas para ellos o

4 (

para el hijo. Tres encuentros en el año con objetivos específicos cada

uno de ellos. Por ejemplo el cobro de becas, la discapacidad, etc. En ellas recogemos las inquietudes de los padres y la transmisión que hacen los chicos.

De ninguna manera hacemos terapia familiar, ni intentamos involu­crarnos en la problemática de la pareja, salvo que interfiera en la activi· dad del chic.o o si no tiene sus propios espacios de reflexión. En todo caso orientamos para ello. Trabajamos sobre la mirada que se tiene del hijo. A veces éste es el "discapacitado" que nunca podrá lograr nada, con lo que ya tiene cortado desde lo familiar cualquier proyecto de futuro, por acotado que sea. El hecho de verlo lograr cosas, relacionarse y abrirse un lugar por sí mismo lo ubica en otro lugar. La familia reacciona entre pensar que todo está bien y puede catapultarlo hacia la universidad, o sistematizar un boicot tal que logre que vuelva a ser el que era. La tarea nuestra con ia familia es nivelar ambas cosas.

e: ¡Tenés una idea del porcentaje de familias que hacen boicot y quienes catapultan a la universidad?

E: No lo tengo en números. Eso aún es un proyecto. Pero en. general son más los que siguen el proceso en más~ o sea que intentan ver un hijo sin dificultades y en igualdad de condiciones que el resto, que los que boicotean su creci1niento.

e: ¡El otro polo cómo sería?

E: Cuando los chicos comienzan a ver sus logros y a reconocer sus posibilidades, comienzan a demandar mejorar en lo relativo al trabajo. Si están en la escuela, en general mejoran el rendimiento, y si la han abandonado comienzan a reclamarla. Quizás la expectativa de contrata· ción es un motivo fuerte, ya que corno mínimo para ser empleado del zoo se debe tener séptimo grado. Esto aparece a partir de los cuidadores, que hacen bastante hincapié en lo escolar. Por ejemplo, hay algunos cuidadores que dejan mensajes escritos a sus "aprendices" que los obliga a esforzarse por leer y mejorar para poder hacerlo, o a realizar cálculos simples. Pasó por el Programa un chico derivado de escuela especial que· durante años se negó a situarse como alumno. Era imposible para la

l/l

¡ t-: ·1

L

i,;'

~ i

11

r

h) ~¡,

'j¡; .¡:

":'.

maestra evaiuar si sabla o no ya que jamás escribía o realizaba operaciones.

Todos presumían que tenía posibilidades y potencial para aprender, pero

no lo despleg;tba. Esto se le comentó al cuidador que se había interesado

en la escolaridad del joven. Para ayudarlo, le dejaba la dieta del animal

que cuidaban escrita, con las cantidades exactas que debía usar ... Si no

resolvía el mensaje el hipopótamo no comía ... Esta iniciativa del cuidador

dio frutos y al año siguiente ingresó en la escuela para adultos del Hospi·

tal Femández. No es el único caso, ya que muchos chicos terminaron a

partir del Programa su séptimo grado.

e: ¡Hacen un seguimiento de los chicos!

E: En la medida de nuestras posibilidades, sí. Tenemos registro de los

lugares por donde van transitando en la mayoría de los casos, pero aún

no logramos sistematizarlo.

Esbozamos un proyecto de seguimiento y junto con él surgió la posi­

bilidad de iniciar una investigación, que se haría el año que viene. Básicamente nos pefmitiría una autorregulación. Una evaluación para

autorregular. En salud mental es difícil pensar qué medir; ¡qué es lo.que

querés medir? ¡Cómo lo hacés? ¿Cómo medir en términos de salud que

sean válidos universalmente?

e: ¡Ustedes a qué atribuyen el progreso de los chicos?

E: Creo que una de las apuestas que todos teníamos era a tomar al trabajo

como un organizador ... Un organizador general por excelencia. Es un

status importante en sí mismo ser un trabajador ... Si tenemos en cuenta

que en lo escolar generalmente nuestros chicos fracasan, queda

engancharlos por el lado del trabajo, para no terminar de marginarlos o

intentar desmarginalizarlos aunque sea un poco o por un rato ...

El ámbito dor¡de llevamos a cabo este proyecto es otro punto impor­

tante. Es un espacio comunitario pensado para la diversión, no para la

enfermedad. La misma idea la llevil.mos a cabo desde Servicio Social en

el Hospital, con chicos que estaban ya para ser dados de alta, y si bien

estaban mejor que cuando sólo eran pacientes 1 no eran ni vistos ni

considerados como trabajadores. El trabajo que hacían no era de "ver­

dad", ni para ellos, ni para nadie, dejaban de ser pacientes. El zoo tiene

4J

1 i.

J 1

- •-- - • '" "-VC' ""'°'~ Jr\.L

adem8.s la ve11raja. de ser un lugar de reconocimiento y esto faciliLa que

los padres que se resistían a ir al hospital para l1ablar de su l1iju1 sí concu­rren a nuestras reuniones en el zoo.

e: ¡Dónde hacen las reuniones'

S: No tenemos un espacio fijo. Depende de la actividad propuesta. En

general utilizamos los Patios de Comida, que no están abiertos al público.

e: ¡Para la resocialización de los chicos es fundamental la participación

de la familia?

S: Sí, es fundamental. En esto es interesante cómo se incide en la familia.

El programa es un lugar que- la familia preserva. No es lo mismo decir

que el hijo va a trabajar al zoo que a tratarse a un neuropsiquiátrico.

Además el hecho de que pueda acceder a una beca es tentador tanto por

lo económico como por .el status. Por ejemplo 1 tenemos como condición

que el chico renga terapia para participar del Programa. No irqporta

dónde, pero sí que tenga su propio espacio. Esto obliga a los padres a 1

mantener ese espaci'O terapéutico, y a veces, hasta acceder ·as( ·al propio.

Cuando se producen modificaciones en la situación del chico, la familia

también se modifica, e intentamos que a la familia también se la contenga,

si es 11ecesario1 con un tratamiento.

113

e: ¡Qué pasa si hay algún conflicto entre el cuidador y los chicos? ¡Ustedes

intervienen? ¿Cómo?

S: Si no surge del cuidador acercarse a hablarlo, vamos observando qué

va pasando, pero dejamos que lo resuelvan entre ellos. Lo han hecho

muchas veces. Intervenimos si el. cuidador nos plantea una situación que

no puede resolver él. \

Nunca la indicación es que el cuidador intervenga en el lugar de una

cuestión interpretativa, sino que sea una intervención más bien ligada al

régimen laboraC o sea, premios, sanciones) etc. Podemos orientarlo en relación

al chico o darle alguna idea de qué actitud tomar, pero nada más. No han

surgido grandes conflictos entre cuidadores y chicos. Además, a esta altura

podemos perfilar qué cuidador puede llevarse mejor con tal o cual chico.

4' <"""

ENTREVISTA A )UAN CARLOS VASEN

PSICOANALISTA, ESPECIALISTA EN PSIQUIATiliA INFANTIL'

e: ¡Qué posibilidades de trabajo existen al salir del Programa?

E: Estarnos estableciendo relaciones con instituciones que podrían ofrecer trabajo a los chicos que están actualmente acá, esto es algo reciente. Producto de habernos dado cuenta que les es enormemente difícil gestionar esto por sí solos.

e: ¡Qué puede aportamos sobre la idea de resocialización?

E: Entiendo por socialización al proceso a través del cual una cría humana se constituye corno ser de sociedad e historia. Proceso erógeno del que resultará un ser parlante, escindido y deseante.

Proceso fundante al que el Programa abre una ventana en este -escena­rio p8.ra propiciar una segunda vuelta. Por eso el "re" no como 'fetorno sino como re~escenificación.

Las fallas de ese proceso dificultan la integración plena a los espacios y tramas sociales compartidas. Resocializar no es sólo resociabilizar, quiere ser más que insertar. Apunta a integrar, aun cuando no lo logremos.

>1< E: entrevistado, e: entrevistadora

L¡!J . 1

Habitualmente pensamos que en relación a la cura> la reínsercíón se

va dando por añadidura. Y esto en general es así, cuando los niveles a los que puede acceder un niño o joven 1 cuando mejora, son socialmente aceptables y se acercan a los estándares habituales. Entonces se podría

decir que hace su propio camino, va mejorando y se va reinsertando. El probletna es cuando esos niveles socialmente aceptados no se alcanzan a

través de la cura. Allí aparece la categoría "discapacitado", donde se ubica o amontona a los chicos que quedaron por debajo de los estándares socialmente aceptados para su edad.

Tomemos por ejemplo una chica internada en el Tobar. En una asam­blea, la estaban despidiendo porque se iba de alta del hospital después de un· tratamiento. Todos la saludaban y le habían hecho una torta. Entonces ella pregunta: ¡por qué tanto festejo, si yo dentro de dos o tres semanas voy a estar de nuevo acál Ahí hay un punto. Y es que se rebota si no hay dónde anclarse de nuevo. Me gusta decir "reumbilicación sim­bólica". Si no se da, es como si anduviera con el cordón revoleándolo por ah(, sin tener donde enchufarse. Entonces ése es el punto que noso­tros vimos. Había que hacer algo en función de esa brecha que se crea. Pero ese algo tampoco podía ser algo pautado, adaptativo, robótica o automático donde quedaran alienados en aras de la eficiencia. La idea es aminorar el desencuentro entre los rendimientos .y los deseos. Que en todo caso, los rendimientos que pudieran alcanzar estuvieran sostenidos

por algún deseo que pueda animarlos. Si no, surge una especie de autómata1 no un sujeto.

Entonces ahí va el tema de lo afectivo, no se trata de que los chicos

accedan a ciertos rendimientos estandarizados y punto ... Sino que en esta experiencia se ponen en juego dimensiones de lo afectivo que harían que esos rendimientos no se desliguen de los deseos que podrían sostenerlos con alguna creatividad.

Entonces, la experiencia moviliza afectos de muy diversa índole, pone en movimiento representaciones e investiduras.

Cuando no es así, es un problema ... Habrá que ver cuáles son los matices en esto, los afectos pueden estar ligados a lo identificatorio por el lado de los cuidadores, por el lado de los ideales y de la función parental que de alguna manera se proponen. Por el lado de la adopción que supone

el trato que los cuidadores le dan a los chicos en muchos casos. Ese es un nivel: lo identificatorio.

/.., /,

Hay otra dimensión ligada a lo objeta!, y esto tiene que ver con el lugar que ocupan los animales. Cuando se trata de trabajar con anima­les, no todos quieren. El lugar del animal es el de ser soporte de metáforas, la naturaleza como metáfora de lo excedente pulsional, del exceso. De

aquello que no se puede tramitar o simbolizar, y que aquí encuentra un soporte. Es puesto afuera proyectivamente sobre un cuerpo animal, una especie de real sobre el cual habrá que elaborar cuestiones ligadas al cautiverio, a la cultura, a los ritmos1 a cómo se alimenta. Ahí se ponen en juego dimensiones de la oralidad, de la analidad, de la fiereza, del dominio. Sobre eso ellos pueden trabajar regulándolo, dominándolo, con elementos que los cuidadores ies proveen a través del aprer1dizaje y ·la transmisión. Entonces con ese bagaje ellos pueden intervenir sobre '"Eso,,,

Esto produce efectos sobre sus propias posibilidades de subjetivar y ofrecer alguna oposición a ser arrastrados por la pulsión1 a ser a veces arrasados. Entonces invertimos la cuestión. La resocialización favorece la cura.

e: En el sentido de ser arrasados, en el sentido de la identificación; al estar el cuidador -que es el tema que más nos interesa a nosotros- como maestro, como el que .t.i.ene .. el-saber en un sentido con respecto a los animales, ;no se corre riesgo? ¡Hubo algún caso o se lo plantearon ustedes como u~a cosa posible que pueda pasar una identificación de tipc masiva con el cuidador, tipo otorgándole un lugar demasiado importante por algunos casos severos que ustedes tienen?

e: Claro, que se puedan quedar pegados a eso.

E: Una especie de Dlos.

e: Una cosa así.

E: No se dio; podría haberse dado. Lo que amortigua es que no es solamente una relación con los cuidadores, sino que hay una relación privilegiada entre un chico y un cuidador, pero a la vez hay una relación horizontal entre pares, que son puntos de referencia como semejantes.

Entonces eso permite que se contrabalancee lo que tendría que ver con un lugar, no de supuesto saber, sino de saber absoluto ubicado en el

cuidador devenido Tótem. La relación con lps pares permite que ellos

puedan decir: ¡viste que fulano, el cuidador tal o tal es un boludo? ¡Viste que aquél es un hinchapelotas? ¡Quién se cree que es? Esto amortigua la verticalidad del asunto, lo horizontaliza un poco.

e: ¡Y la presencia de los acompañantes puede ser que también contribu­ya? ¡Que no esté todo centrado en los cuidadores?

E: Sí, porque los acompañantes los ayudan a tramitar esa cuestión con los cuidadores.

. e: ¡Y de qué manera?

E: Bueno, por lo menos el aprendiz puede comentar -sobre todo al comienzo, y también después- qué le pasa con el cuidador. Por ejemplo, la otra vez un chico que se fue de alta nos decía que se había ido porque ya había estado dos o tres años con nosotros y había llegado como a un techo, él sentía que quería hacer otras cosas. Pero además pensaba que lo habíamos dejado un poco solo con un cuidador, que era muy exigente y un poco hosco. El nos criticaba eso, sólo al final, al comienzo no, pero sí al final. Después de dos o tres años; cometimos el error de creer que si fulanito tenía algún problema con el cuidador nos lo iba a contar, y nos íbamos a ·enterar.

Bueno no, parece que no fue así, se lo guardó y nos lo dijo al final. Nos lo tiró por la cabeza. Entonces los acompañantes están ahí para

tomar el pulso del asunto, para ver qué es lo que está pasando. El acompañante regula mucho esto.

Por ejemplo, si sabemos que hay un cuidador que es muy exigente, no le vamos a poner un chico con el que seguramente va a tener proble­

mas porque es muy disperso o despelotado. Hay que intentar armonizar. Además hay ciertos trabajos que requieren más meticulosidad o más cuidado o más puntillosídad.

Bueno, no vamos a poner allí a quien es muy desprolijo o torpe. Ese iría a otro lado adonde eso a lo mejor le sirva; no pretendemos hacer del obsesivo un cortador de frutas y que se fije allí.

Tratamos de que eso no pase. Tampoco vamos a ubicar a quien tiene dismetrías para cortar fruta, porque no va a andar.

Le: L/6

Sl tiene que cortar la fruta chiquitita a los canarios 1 bueno! no puede

ir allí uno que apenas puede agarrar el cuchillo.

e: Y digamos, que esa cuestión del deseo y las diferentes actividades,

ustedes van tanteando, si cuando una vez que está el chico incorporado

a una actividad le gusta o no le gusta.

e: ¡Qué grado de participación tienen los cuidadores en el Programa?

E: Ellos pueden decir este chico sí, este chico no. Pueden elegir también .

e: ¿Lo toman en cuenta?

E: Sí, hablamos todo el tiempo con los cuidadores. Lo que no hacemos, no intentamos, es domesticar a los cuidadores. Convertirlos en psiquiatras o en psicoanalistas o psicólogos. No hacemos grupos de reflexión con los cuidadores, tratamos de mantener eso como lo que para nosotros es, como· una de las dimensiones no disciplinarias del Programa. Un eje del Programa alrededor del cual nos organizamos las demás disciplinas. Si uno quiere disciplinar eso es como matar la gallina de los huevos de oro.

Armar un "zoo psi'1; ese no es nUestro interés. Entonces lo que noso~

tras tratamos es de estar en contacto éon ellos, vamos a hablar con ellos, pero no los reunimos. A veces pensamos que sería necesario~ a veces nos lo reprochan, pero en general nos mantenemos por ahora en este lugar

de no hacerlo ..

e: Claro, porque los chicos pasan la mayor cantidad de tiempo con ellos

prácticamente ...

E: Sí.

e: ¡Quiénes lo reprochan?

E: A veces desde afuera comentan que deberíamos hacerlo; a veces desde

adentro surge alguna necesidad, a veces requiere una mayor frecuencia

en relación a algún pibe o alguna situación. Tratamos de resolverlo de la misma manera.

e ¡Y qué ven de enriquecedor en que haya una dimensión no disciplina·

ria? Eso de que haya dimensiones disciplinarias y ese eje que no sea disci·

plinario1

{cuál es la ventaja que ven?

E: La ventaja es fundamental, la ventaja .es que esto es el afuera, esto no es una institución de salud mental; si esto fuera un lugar donde estamos todos los psi reunidos, sería una institución de salud mental. Nosotros pensamos que ésta es una actividad que desde salud mental hacemos en una institución, que no es de ·salud mental y si algo tiene de importante esto es que resignifica a los pibes, no como pacientes sino como chicos, como trabajadores, como aprendices, como visitantes del zoo; los resignifica. Y una de las cosas con qúe nosotros insistimos es que hay que pasar de la HresignaciÓn" a una "re .. signación11: resignificar significa vol .. ver a nombrar, y este volver a nombrar tiene que ver, no únicamente, pero tiene mucho que ver, con que se ofrezca un espacio distinto, con· que el chico pueda entrar en otra trama de significaciones. Acá no hay ningún terapeuta, ningún paciente, a pesar de que haya ciertos matices diferenciales entre los chicos y otra gente y entre los chicos y los cuidadores,

Este es un espacio integrado, por esta cualidad es tan importante. Si no existiera esa dimensión (no disciplinaria) esto sería un adentro, no

sería un afuera.

e: Un hospital al aire libre.

E: Claro, porque hay otra gente que ha llevado animales a una institu·

ción psiquiátrica para trabajar. Y decían que lo que habían logrado no era curar a los locos sino enloquecer a los animales, institucionalizarlos.

Además esto tiene que ver con la totalización institucional, a noso·

tros, dicho en lacaniano1

como institución, nos hace falta el afuera 1 no f somos completitos; si nos lo creemos vamos fritos. Entonces nos hace

falta que algo permanezca siendo extranjero a nuestros dominios, aun

cuando lo hayamos incorporado a nuestro campo: ésos son los cuidadores y los animales. En la medida en que nosotros nos engullimos eso, entramos en la completud narcisística y se nos acabó la posibilidad de estar fuera, y para los pibes que haya un afuera es esenciaL Nosotros trabajamos

mucho un artículo de R. Rodulfo sobre el pasear, donde plantea que hay

que eyectar el afuera, que hay que inventar el afuera.

l 1 r 'l"t-

El zoo es un espacio para que ellos lo puedan inventar. Si fuern un adentro sería más difíciL El problema para nosotros es que necesitamos empezar a invent~r otros afuera porque nosotros estamos más afuera pero los chicos necesitan otros afueras, si no se quedan adentro del z~:

e: ¡Es ese intento que están haci;ondo, de que trabajen en otros lugares?

E: Hacer una red; ahora contacta;,,os con Discard que es la gente que trabaja con McDonald's y con la Fundación Espacios. Tenemos algunas puntas. Hemos destinado (cosa que antes no había, porque pensábamos que se iba a dar por añadidura) una, dos o tres personas para que se ocupen estrictamente de hacer .estas relaciones: una terapista ocupacional y una asistente social que se ocupan de eso, de facilitar esa salida; porque nosotros pensábamos (deseábamos, más bien) que esa salida iba a pare­cerse a un paseo,

Una vez que el chico estuviera mejor, por añadidura iba a ir consi~ guiendo un espacio afuera, Y esto no es así, lament~blemente no por los chicos, muchas veces, sino por el afuera que les cierra todas lás puertas en las narices.

Se le cierran . .a .. ellos y al 20% de la población argentina, entonces esa salida más que un paseo debe ser una visita guiada. Tienen que ir de la mano de alguien, no hay caso. Si hubiera un 1 % de desocupados alguien les va a ofrecer un trabajo, a alguien les van a ser útiles ... Entonces en eso estamos ahora, tratar de abrir senderos en relación al afuera.

e: ¿Y qué porcentaje de chicos que vienen acá están internados en el Tobar García y qué porcentaje vive en sus casas?

E: Y, no te puedo decir exactamente, pero en general nosotros solemos tener un grupito de ... Ponéle que en el Programa habrá 3 5 pibes, 40. De esos habrá unos 10 que todavía están internados, pero en general ya no están internados, porque este Programa se ubica en relación a los procesos de salida, de desinstitucionalización de los chicos.

Cuando un chico está en condiciones de venir al zoo es porque ya está en condiciones de no estar internado. Entonces en general tenemos pibes

que están internados durante uno, dos o tres meses desde que vienen al zoo, después se van de la internación y continúan su tratamiento ambulatorio.

('

:'i:

;·,¡

~'::

;1'

,'ii

En algunos casos tenemos que lidiar con instituciones, hogares, residen· cias terapéuticas, arras cuestiones, donde están los adolescentes que no siem· pre tienen sus hogares. Cuando los tienen -además a veces están bast.nltc desbaratados, a veces no- tenemos posibilidad de tener contacto con los

padres, los familiares.

e: ¡Cómo intervienen los familiares, tienen participación?

E: Y sí, todas estas entrevistas que estamos haciendo hoy tienen que ver con eso. Vienen, les explicamos de qué se trata y "tiramos" de ellos para que vengan en otros momentos, cuando los necesitamos.

Cuando no hay familia es más difícil, como para cualquier pibe que no tiene familiares. Cuando no están en tratamiento individual también

es más difícil ...

e: ¡Por qué no tienen tratamiento individual?

E: Porque una vez que dejan el hospital, el tratamiento se abandona muchas veces y después es muy complicado retomar. Somos nosotros quienes les planteamos a ellos que retomen. Intentamos ayudarlos a generar una demanda de tratamiento, en parte, en función de los conflictos

que se les presentan acá en el zoo. Esta es una de las veras de trabajo. El curso de un tratamiento en un

adolescente suele ser más irregular, tenemos eso en cuenta. Dado lo estructural de la repetición, todos vari (vamos) a rtopezar con la piedra, pero estos pibes cuando tropiezan se rompen la cabeza. Entonces tenemos que tratar de ayudarlos a que retomen la conexión con su propia necesidad

de análisis, que muchos soslayan.

e: ¡Ttenen la posibilidad de estar en consultorios externos?

E: Claro, los derivamos a otros lados, a distintos lugares.

e: ¡El Tobar García no tiene consultorios externos?

E: Sí, también, pero pasa que para quienes han estado internados en el Tobar García volver es complejo, porque no terminan de salir de allí.

IJ 7_

1./8

Mucl1as veces lo que se nos planrea es que tengan un tratamiento en otro lado, ésta es la idea y esto lo hacemos si podemos. Pasa que es muy difícil. Además, en general acá funcionan bien, se integran, se agrupan, disfrutan su tarea. El golpe lo ;ecibimos cuando los derivamos a otro lado y nos dicen algo así como: ¡Qué me mandaste?

e: ¡Por qué?

E: Y porque están graves, porque son difíciles, son pibes que tienen dificultades bastante importantes, aunque acá estén bien. Entonces en general hay muchos problemas: ¡qué me mandaste?

Se encuentran con algún lacaniano ultra y sonaste: ¡dónde está la demanda de análisis? No va ... Y en todo caso se trata de que se encuen· tre con esa demanda si no la tiene, ése es el trabajo a hacer.

Ellos están en general mejorados, pero con dificultades importantes, es posible atenderlos ambulatoriamente, pero son difíciles, complicados, c~n limitaciones intelectuales a veces. Acá 116 ·viene un chico que se hace pis en la cama y está todo más o menos bien en la casa. Este es un Programa para chicos con dificultades muy importantes.

e: Una de las cosas que nos comentó Vicente con respecto a la proble­mática que tienen los chicos, es que ustedes son más de hablar de trastornos severos y no en términos de psicosis y neurosis.

E: ¡Sabés por qué? Lo que pasa es que depende a quién se le hable. Yo creo que hay psicosis, creo que hay psicóticos y creo que la psicosis infantil es un cuadro delimitable. Las psicosis en plural y no la psicosis en singular. Tampoco ubico esto como una especie de cuestión ligada solamente a la problemática de los padres, donde sería un mero producto reformulable, a partir de una cierta ilusión de que trabajando con los padres esto se va a reorganizar. Hay condiciones temporales de estructuración, marcas. Pasado cierto tiempo, por más que frotes la lámpara no sacás chispas, entonces hay un pibe 8, 9 años que no habla, ni habló.

Desde hospital de día y desde el Programa organizarnos algunos se­guimientos, y después de años de tratamiento encontramos que hay daños perdurables, no sólo conflicto.

CP.-r::-..LfL~. SHEJTER

e: Claro, por eso me extraña \a cuestión de \a demanda, porque tratán·

dose de un psicótico ... A \os psicóticos en general hay alguien que \os

acompaña cuando van a una institución, no es que solos agarran y dicen:·

quiero saber qué duda tengo sobre \a vida. Es como que ... ¡No se supon·

dría que más bien parten de una certeza más que de alguna duda?

e: Sí, pero no es una demanda.

E: No; esa certeza no configura una demanda, en todo caso \a demanda

que configura es que \e ayuden a sostener esa certeza. Te cuento mi

ubicación persona\. Yo pienso que hablar en términos de estructura

conlleva importantes limitaciones. Me parece mejor hablar de sube·s· .

tructuras. En todo caso cada cuadro clínico es efecto de una formación

e\ ínica que está entramada por la coexistencia de subestructuras. Freud

habla de corrientes de vida anímica. Cada una está constin¡ida por imagos, fantasmas y una operación: la

forc\usión, \a represión o la desmentida; esto coexiste en todos. Pero en esta coexistencia hay frmcos predominios; uno puede decir

que es formalmente neurótico, eso no quiere decir que no tengamos

momentos "psicóticos,, o "perversos" 1 efectoS de esas subestructuras. Si esto toma comando a partir o favorecido por ctrcunstancias 1 ca~

rencias o \o que fuera, ahí se dan vuelta las predominancias y viene el brote

1

viene la descompaginación 1 viene el retraimiento. Aquí nos encontramos con chicos que se van estructurando de cier­

to modo. En \os más chiquitos son perceptibles las posibilidades que

tienen de ir armando corrientes que metaforicen frente a corrientes que

quedan pegadas a la letra y a lo real. Si predominan \as últimas el pibe queda delirado. Esta coexistencia

permite pasar de "el" psicótico no tiene demanda, a decir "desde la co­

rriente psicótica no hay demanda", sin que eso sea la totalidad de lo que

puede poner ese sujeto en juego. Esa heterogeneidad permite que desde

otros lugares él rambién pueda empezar a ponerlo en juego y en todo caso verá cómo hace pasar a segundo plano esa dimensión psicótica que

en algún momento es predominante y paralizante.

e: Eso es \o que ustedes tratan de desarrollar para que ellos tengan una

demanda a seguir e\ tratamiento. ~ f o/'J

E: Lo que nosotros intentamos es evitar que eludan cortílictuarse. En

todo caso apostamos a redefinir que ellos puedan plantearse acá en tér­

minos de co11flictos intrapersonales. Esto no apunta a '1neurótlzarlos" sino

a activar las dimensiones neuróticas que ellos puedan tener potencial·

mente jugadas, porque salvo un autista todos las tenemos. Entonces no

es neurotizarlos. No se !1inyectan neurosis 1 se abre camino para que esas

di1nen.siónes pasen a planos más hegemónicos. Apuntar a que un chico se pregunte·. implica conflicto 1 im11lica con­

tradicción, contrariedad. Implica 1'esto me pasa a n1l'; esto no es que ·tal .es

malo (aunque también \o sea) y yo de acá me quiero ir porque la vida me

ha hecho mal; y toda esta historia implica que yo renga algún problema.

Digo yo, nosotros también nos ptoblematizamos con él. Eso intentamos, por supuesto con todas las limitaciones del caso.

Lo que no hacernos es e\ caldo gordo a \o otro, a que masivamente

se proyecte o localice en algo o en alguien cosas que tienen que ver con

él. Y si nosotros (equipo) o un.compañero somos blanco de eso, lo traba­

jamos en conjunto. Es nuesfro problema. Un problema de\ Program-a. Así, tratamos de devolverle \a proyección, trabajada,,que se inrro·

yecte de nuevo de a poquito. Por eso éste no es un Programa "para,~

psicóticos. Es un programa para chicos graves! muCh.os de estos chicos

graves no son predominantemente psicóticos 1 pero algunos io han sido :y

algunos se han brotado.

e: ¡Algunos chicos que estuvieron acá?

E: Sí1

además tuvimos chicos que estuvíeron acá y que se han'·,brotado

nuevamente 1 no quiere decir que cuando ...

e: Entonces vos decís que la estructura -de base es psicótica) podrías pen; sar que a lo mejor e\ predominio psicótico y en ciertos momentos fun·

clonan de otra manera, tenés que tener presente que la evolución de un

pibe que se ha brotado una vez, se puede brotar de nuevo; esto, podría

decirse, que tal vez hagas lo que hagas no lo vas a poder evitar, lo que no

quiere decir que no puedas hacer muchísimo para que mientras tanto

enriquezcas su vida y que en cada caso cada brote sea más tenue1 cada

situación la pueda manejar con mayores elementos simbólicos y mayo·

res ... Más espaciados por lo menos.

0f\ 1 tV!V'i Jrtt:.J 1 !:!\

E: Por supuesto 1 y eso seguro que es así¡ por ejemplo, ahora J se brotó, se creía Clark Kent, él veía a Superman y Barman y llegó un momento en que se creía Clark Kent, se creía Axe! Rose y entonces se brotó ... Alienado

completamente en el personaje.

e: Alienado en el personaje con brote, no digamos una cosa delirante

más tranquila.

E: Estaba muy violento, rompía todo, rompía los vidrios, rayaba las paredes.

e: La cuestión del delirio, como hablaste de lo real, el delirio, ¡cómo lo toman ustedes? El delirio, no como lo toman a nivel teórico, sino como algo deseable, algo que ustedes tratan de reemplazar con otras cosas, algo que si representa algo de subjetividad, ¡qué lugar ocuparía?

E: Sí, aproximadamente así en la teoría, pero aquí, en el zoo, un pibe qué está delirando no puede estar mucho tiempo.

En la medida en que el delirio implica una certeza delirante el chico no puede estar acá1 si cree que ese árbol se le va a venir encima o los patos se lo van a comer1 no puede estar acá, sale corriendo, horrorizado. Nosotros no podemos trabajar aquí con chicos que estén en brote.

e: No en brote, no; digo por ejemplo, un chico que diga yo soy la Virgen María, me encanta estar acá porque cuido a los animales, como un delirio más bien acotado en el sentido de que ese delirio ... O no sé, yo soy el creador de todos los animales, suponete, pero no en el momento del brote que es algo violento, que aparecen alucinaciones, sino en el momento más estabilizado, que hay una producción delirante.

E: Cada delirio transporta grados de 'verdad; cada delirio supone una metáfora organizada, una metáfora delirante que reemplaza a otra metáfora. Si funciona en un orden simbólico lo ubicaría del lado de la represión; y si así fuera, no estaría circulando por aquí. Nosotros, en la

medida que hay posibilidades, intentamos hacer entrar eso delirante en alguna veta lúdica compartible por el chico con otro chico, o con nosotros.

'ÍP So

G. Se 12 pas2 haciendo personajes todo el tiempo) ·uno sale y entra. de eso, le juega en algún momento a los personajes, sale y le dice: mirá, cortala, se terminó. Los otros chicos entran y salen de eso, pero esto ya reduce, lo que dice Winnicott es que el delirio tiene que ver con el querer convencer a los demás de lo que uno fantasea.

e: Más compartido también.

E: Ese es el punto central, si es compartido ... Y si el compartir no implica tomar a la otra persona como objeto del delirio. Es lo que hace G., él dice: vos hacé tal cosa; él no está delirando, está armando una escena.

e: Como hacen los chicos ...

E: Sí, pero la diferencia es que no se puede bajar de la escena. En todo caso arma esa escena porque lo sostiene, si no la tiene se desbarranca. Entonces hay una violencia en sostener esa escena y en tomar a los demás como parte de esa escena, si no formás parte de esa escena se la rompés, se la rompés y él se desespera, entonces te agarra.

Esto ha sido tema de muchísimo trabajo con él; hemos jugado y ahora él te puede pedir: dale, hacé tal cosa; antes te agarraba y si no lo hacías se desesperaba.

e: ¡Y qué hacían ustedes, ahí cuando se desesperaba?

E: Entrábamos y salíamos. Yo en general adopto esa actitud y la he transmitido. Una actitud más bien lúdica, de favorecer re-ensamblajes hacia un nuevo circuito de significaciones, a partir de las ocurrencias de'\ momento. No a partir de algo que uno prepara, a partir de ciertas ocu­rrencias del momento.

A veces esto sirve para legitimar que el disparate existe. Nosotros también decimos disparates, cuando jugamos o bromeamos con ellos.

Esta dimensión lúdica, de juegos de palabras, es esencial. Y tal vez, tiene que ver con el Programa. Que los chicos puedan crearse un espacio· para que sus disparates entren en un relati'vo cautiverio interior. Y a veces les abramos la puerta para que salgan a jugar.

~~

ti '·

,5o

ELEMENTOS PARA UNA PERSPECTIVA INSTITUCIONAL

111115111 A partir del material recogido en las entrevistas, intentaremos señalar algunos aspectos que nos ayuden a una lectura institucional. Este intento coincide con el decir de Gilles Deleuze: 1

HEso es: una teoría es .exactamente cama una caja de herramientas. Ninguna relación con el significante ... Es preciso que sirva, que fun­cione. Y no para uno mismo. Si no hay personas para utilizarla, comenzando por el teórico mismo, que deja entonces de ser teórico, es que no vale nada, o que el momento no llegó aún. No se vuelve sobre una teoría 1 se hacen otras 1 hay otras a hacer. Es curioso que sea un autor que pasa por un puro intelectual, Proust, que lo haya dicho tan claramente: tratad mi libro como un par de lentes dirigidos al exterior, y bien, si no os sirven tomad otros, encontrad vosotros misn1os vuestro aparato que es necesariamente un -aparato de con1~

bate."

Nuestra perspectiva de análisis indaga dimensiones que puedan orien­tar en la comprensión de una determinada forma organizacional, en este

l. "Los intelectuales y el poder", conversación con Michel Foucau!t en Microffsica del Poder.

.. \¡ ·, <'

caso el hospital psiquiátrico. La organización entendida como un modo específico de comprender la realidad y de actuar sobre ella, construido hi;tóricamente y determinado por variables complejas.

Como los dispositivos presentados aparecen como innovadores den­

tro del marco del hospital psiquiátrico, y como penniten -como señalára· mos en la introducción- observar la confrontación de distintas perspecti· vas de trabajo en el campo de la salud mental, intentaremos situar

elementos que nos permitan clarificar qué se disputa.

Acerca del campo: la disputa

Nuestro primer supuesto es la pertenencia del hospital psiquiátrico como forma particular al "campo" -en el sentido que lo utiliza Pierre Bourdieu- de la salud mental, con el qne· mantiene relaciones de mutua

determinación. . Nuestras principales preguntas son: ¡cuáles son las posiciones que

ocupan los participantes del campo? ¡Cuáles las inversiones realizadas? ;En pugna de qué capital específico se establece la disputa? ¡Por qué se

disputa? En términos generales, creemos que hay varios aspectos en que se

expresa la disputa: , - entre disciplinas: por ejemplo, psicoanálisis versus psiquiatría; - adherencias a diferentes escuelas teóricas dentro de una misma

disciplina; , las técnicas: en relación a la instrumentalización de terapéuticas.

Seguramente estos aspectos involucran disputas dentro del campo, pero no es directa su expresión en la práctica. En el caso del hospital psiquiátrico, pareciera que el dinamismo del campo queda como "conge­lado" por la pregnancia del funcionamiento instituido en él. Se podría hablar así de cierto "estado patológico", vale decir, cierta unificación de

las prácticas, cierta inmovilización. Es abundante el material bibliográfico que examina los efectos

iatrogénicos de las instituciones totales y sus efectos sobre los que desarrollan su práctica profesional en este ámbito. Es aquí donde ubica-

~

mos la importancia de los dispositivos trabajados en esta publicación, ya que con el aporte de otros campos -el arte, la comunicáción sociaC el trabajo- introducen otra mirada.

¿Cómo entender esta articulación de campos tan disímiles?

¡Cómo pensar el cambio de perspectiva en la significación de loco igual encerrado, que por el accionar de los dispositivos muta y se trans­forma en artista o cuidador de animales?

De aquí se desprende una práctica que cuestiona el orden instituido y un sistema de significaciones acerca de la locura. La consecuencia es la distinción entre el problema psicopatológico y el aislamiento social: estos dispositivos. no se proponen como "terapias'\ aunque se proponen desa~

rrollar un proceso de recuperación subjetiva a través de actividades que recuperen el lazo social.

Esta transformación de las prácticas y las significaciones lleva implí­cita una perspectiva institucional: no se incide en cada sujeto si no se incide. en la institución, como dos partes de un mismo proceso. Lo que

nos conduce a un "objeto" diferente: se da un pasaje donde ya t¡o es el interno el único que necesita tratamiento, y hay un viraje a las dimensiones enfermantes de la organización hospital psiquiátrico. Para decirlo más claramente: intervienen sobre lo enfermante de la organización.

Así, estos dispositivos incidirían por tres vías: en primera instancia,

a nivel institucional, develando lo iatrogénico del tratamiento social de la locura; a nivel social, generando situaciones de trabajo, de espectácu­los o de comunicación que permiten acercar y descubrir al semejante en el loco; y por otra parte, los efectos directos en lo referente a la recuperación del lazo social por los intemos.

A su vez, lo novedoso de las prácticas puestas en juego dan muestras de un proceso creativo, donde lo que se hace es articular dos elementos preexistentes: el zoológico, la creación artística y la comunicación social son existentes; el neuropsiquiátrico también. Faltaba que a alguien se le ocurrie­ra su combinatoria. Y justamente, lo que permite modificar las posiciones más instituidas o anquilosadas del campo de la salud mental es el encuentro con la lógica de otro campo: de loco o inhabilitado a artista, comunicador o trabajador. Otra< categorías aluden a un modo de clasificación distinto, a otra denominación. La lucha puesta en escena es por el poder de definir. Definir las reglas del juego (salidas, medicación, etcétera) y qué es lo que cura. En última instancia qué padece y qué es el interno.

' :i q

\

¡,· ',1

Como efecto, podemos inferir un cuestionamiento de ciertas significa­

ctones sociales en relación a la locura y una modificación de las relaciones preexistentes en el hospital psiquiátrico y en el campo de la salud mental.

La institución de lo asilar

Con esta aproximación inicial, tenemos la siguiente hipótesis de trabajo:

estos dispositivos funcionan comoanaHzadores·de la institución de lo asilar, ya que descomponen lo que de lo contrario queda en el esta tu·

to de lo naturalizado.

El carácter de analizador de estos dispositivos estaría dado porque permiten leer algo de las relaciones que se establecen en las prácticas instituidas en el manicomio. Creemos que en las entrevistas están presentes varios indicadores. ,

Uno de ellos es que quedaría develada la contradicción de la organi­zación manicomial, que se propone como asistencial pero aparece como la instrumentalización del aislamiento. Por ejemplo, tornando las entrevistas a la radio La Colifata y al Frente de Artistas del Borda: si reciben algún paciente que dice no estar tratado, o que el tratamiento es únicamente farmacológico, no se proponen corno tratamiento alterna­tivo, slno que se relacionan con los profesionales del servicio al que pertenece el paciente. En este proceso, no solamente a veces 11 provo; can" la atención del paciente, sino que develan los aspectos cronificantes

del sistema institucional. Intuirnos que este efecto cotidiano puede producir cuestionamientos

en profesionales de los servicios, fundamentalmente en los espacios inconcientes de la institución, sostenidos en el ºimaginarioº y que con~

llevan a prácticas estereotípicas. Hablarnos de la percepción que se hace presente en el actor institucional en relación a lo impensado de su prác· tica. Como ejemplo (siguiendo La Colifata y del Frente de Artistas del

Borda) tornamos el cuestionamiento de la administración psicofar­macológica, en lo que en las entrevistas aparece corno sobrernedicación.

(, 1

Existe aquí la presunción de algo agregado al acto médico, y la práctica de los dispositivos señalan la existencia de un sujeto más allá de un cuerpo a medicar y determinada sintomatología a erradicar.

Asimismo existe un correlato en relación a la situación de aísla~ miento de los internos: con la jerarquización del vínculo social, a través de las actividades propuestas por los dispositivos, aparece la importan­cia del sujeto entendido como social allí donde había algo a encerrar.

De la neutralidad a la implicación

Los propósitos de esta publicación fueron delineados en la introduc­ción, pero a través de todo el trabajo de preparación de la misma nos surgieron elementos que queremos señalar.

Uno, es sumarnos al intento de cambiar las formas dominantes de entender la práctica docente en materias de grado, donde los ejercicios de investigación cuestionan tanto la manera en que se aborda el apren~ dizaje de la teoría, como el lugar anulatorio que ésta puede ocupar si en vez de prisma y herramienta se transforma en discurso totalizanXe.

Además, la producción de los estudiantes en la construcción de conocimiento ayuda a romper con la clásica relación de los que vienen a enseñar y a aprender. Cuestión dificultosa ya que continuamente nos vemos tentados a ocupar estos lugares instituidos.

Por otro lado, ia participación de los dispositivos en la construcción y en el material publicado funciona para nosotros como restitución, en el sentido de socializar lo producido y restar el valor expropiatorio que muchas veces adquieren Ias prácticas universitarias en las instituciones.

Por último, si bien empezarnos hablando del hospital psiquiátrico, nos damos cuenta de que empezamos a hablar de nosotros mismos, de nuestra actividad en la Facultad, de nuestra posición en el campo de la salud mental. La Facultad también tiende a organizarse evitando los efec­tos perturbadores de las prácticas del afuera, resguardada en una supues­ta línea teórica, excluyendo otros modos de entender las cosas, que no

nos permite establecer una relación abierta de intercambio, crítica y creativa con nosotros mismos y con los actores institucionales.