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Cuento creado colectivamente por las participantes de la II Edición del Curso Internacional en Agroecología con el objetivo de contribuir a la promoción de prácticas agroecológicas y sustentables. Autoras principales: Teresa Mayorga, Selene González, Ana Isabel López- Lendínez, María López-Lendínez Ilustraciones: Ana López Lendínez, María López-Lendínez y María Nieto Arcos.

El Bosque en Lucha

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Cuento creado colectivamente por las participantes de la II Edición Curso Agroecología, impartido por GeoAlternativa.

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Cuento creado colectivamente por las participantes de la II Edición del Curso

Internacional en Agroecología con el objetivo de contribuir a la promoción de prácticas

agroecológicas y sustentables.

Autoras principales: Teresa Mayorga, Selene González, Ana Isabel López- Lendínez, María López-Lendínez

Ilustraciones: Ana López Lendínez, María López-Lendínez y María Nieto Arcos.

Había una vez una niña llamada Lupita, que le

encantaba pasear por el campo, recolectando

frutos y flores silvestres para llevarlos a su mamá.

De regreso a la aldea encontraba a su paso

personas que al verla le pedían probar de sus

frutos recolectados y que le admiraban sus bellas

flores.

Regularmente visitaba a su abuelita que vivía al

otro lado del bosque, llevándole regalos y

mostrándole sus hallazgos y recolecciones. La

abuelita, ya muy mayor, con su sabiduría infinita

y con una gran experiencia adquirida con los años,

le iba explicando los usos y las costumbres para

utilizar, aplicar y disfrutar de todo eso que Lupita

le llevaba.

En sus hermosos momentos de convivencia, al ver

todos aquellos tesoros que Lupita le traía, la

Abuela se remontaba a épocas de su pasado

recordando anécdotas y saberes recibidos de su

mamá, y ésta a su vez de su abuela. Durante estas

charlas Lupita iba aprendiendo que la tierra nos da

alimento, cobijo, belleza, descanso, medicina...

Un día Abuela le advirtió a la niña:

“Lupita, debes tener mucho

cuidado en tu caminar por el

bosque. Hace tiempo ha llegado

a la región un monstruo

llamado Modernidad y es muy

muy peligroso. Es un ogro

grande y feo que destruye

muchas cosas a su paso.

Aparece disfrazado de muchas maneras, algunas de

gran productividad, otras de eficiencia,

últimamente de Seguridad alimentaria, o de

hermosa tecnología. Debes de tener mucho

cuidado Lupita, pues a todos nos ha engañado muy

fácilmente con hermosas palabras y falsas

esperanzas. “

Lupita no entendía por qué algo tan bueno era en

el fondo tan peligroso…

“Hemos creído en él, y por eso ves devastado

grandes áreas de nuestros campos y también al

pasar, lugares sin árboles, donde antes eran

frondosos y tupidos bosques, pues los hemos

talado y no hemos reforestado. Ves también la

tierra seca y resquebrajada, pues le hemos extraído

sus nutrientes con tantos químicos que

modernidad nos dijo que usáramos para tener

mayor y mejor producción. También nos dijo que

podíamos aprovecharnos de los animales porque

ellos no sentían y ahora viven esclavizados. El agua

y el aire están siendo envenenados y esto ha

provocado la extinción de muchas especies

animales y vegetales que tú Lupita, nunca

conocerás.”

Al día siguiente, Lupita, en su paseo por el bosque

iba pensando en todo lo que su Abuela le contó,

mientras recogía flores, plantas y frutos para

llevarle a su abuelita. De repente vio que no había

árboles y que el camino que todos los días recorría

había sido destruido. Lupita se enojó mucho y

decidió ir a buscar al Monstruo llamado

Modernidad.

Quería hablar con él y pedirle que dejara su bosque

y todos los bosques vivir en paz.

En medio del paisaje desolador que encontraba a

su paso, Lupita vio a lo lejos una columna de humo

que salía de un gran edificio de hormigón, se

dirigió hacia allí segura de que en esa casa habitaba

el monstruo llamado Modernidad. Cuando llegó

una gran puerta de hierro le cerraba el paso, Lupita

empezó a llamar fuerte, gritando el nombre del

monstruo:

-“Modernidad!!, Modernidad, modernidad!!

Modernidad, ¿Por qué no me escuchas? ¿Por qué

destruiste nuestro bosque sin consultarnos?”

Pero no hubo respuesta, nadie contestaba

Sin esperarlo, Lupita vio

una mujer muy mayor que

se acercaba despacio hacia

ella. Arrastraba un largo

vestido hecho de plantas,

donde anidaban las abejas

y brotaban las flores y las

fresas y esta mujer le dijo:

-“No sigas llamando,

Modernidad nunca

contesta ni hace caso a

nadie”

-“¿Quién eres?”, Le preguntó Lupita

-“Soy AGROECOLOGÍA, el hada protectora del

campo y los campesinos, hija de la Pachamama.

Llevo mucho tiempo luchando contra Modernidad.

Ella nunca escucha, ella nunca intenta colaborar. Es

egoísta y cruel”.

-“Modernidad ha destruido nuestro bosque ¿Qué

podemos hacer Agroecología?”, pregunto Lupita-

“El primer paso mija ya lo has dado, viniendo hasta

aquí. Ahora tienes que regresar a tu aldea y hablar

con las demás personas para que entre todas

juntas podáis poner freno a Modernidad para que

no siga arrasando vuestra tierra”

Lupita, hizo caso al hada y volvió a su aldea, habló

con el panadero pero éste no quería saber nada

porque Modernidad le había traído un tractor

nuevo y muchas semillas que crecían muy rápido.

Luego habló con la campesina pero tampoco quiso

ayudarle porque Modernidad le había traído unos

tomates rojísimos y grandísimos que no se ponían

malos y los vendía muy bien en el mercado. Así

Lupita, tras hablar con todo el pueblo y no obtener

ayuda volvió al bosque y llamo al hada

Agroecología…

-“Agroecología, agroecología, agroecología!!”

Y esta apareció con una cesta y le dijo:

-“Este es tu regalo Lupita”

- Gracias Agroecología, y ¿Qué es?, pregunto

emocionada la niña

-“Estas son las semillas con las que repoblaras

nuestro bosque”

Lupita corrió muy emocionada hacia el pueblo para

compartir con todos el gran regalo que su hada

Agro le había dado. Tan feliz era ella que empezó a

cantar.

-“Vida tan linda, que nos necesitas, te traigo

semillas”…

Canto y canto cada vez más y más alto hasta que su

voz alcanzó la telaraña del gordinflón Merc Ado.

Este monstruito era mejor

amigo de Modernidad y cuando

escuchó a Lupita cantar se llenó

de asco, pues el gordinflón Merc

Ado se enfermaba cuando veía

felicidad.

A él no más le gustaba ver

malas noticias y la destrucción

de los bosques era su

pasatiempo favorito.

-“Ya verás niñita” susurro el gordinflón Merc Ado

“como te hare llorar”…

Pronto con una velocidad asombrarte para un

gordinflón, Merc Ado llego a la casa de Modernidad

y toco su puerta tres veces. De dentro surgió una

voz tan escalofriante que las flores cercanas se

congelaron.

“¿Quien me molesta?” Pregunto una voz desde el

interior

“Soy yo tu amigo el gordinflón Merc Ado. Tengo

una noticia jugosas que contarte, una esperanza

para eliminar!” exclamó él.

“Entra y me cuentas todo”

Esta era la parte favorita

del gordinflón Merc Ado,

cuando las puertas se

abrían y se podría ver una

ciudad completamente de

oro. Para él era lo más

bello. Más que el mismo sol.

Mercado entró a la ciudad dorada y caminó hasta el

palacio de modernidad, donde éste le esperaba

sentado en su trono automático. Allí los dos

malvados hablaron largo rato sobre ese nuevo

problema que se les presentaba.

-“No podemos permitir que lupita siembre esa

tierra. Esa tierra es nuestra, así como el agua y el

aire.” Dijo Modernidad con una voz tan profunda

como tenebrosa…

-“En esa tierra plantaremos monocultivo, de soja, o

de palma, o de maíz, patrón. Con tus técnicas tan

modernas nos haremos ricos y la ciudad dorada

será más grande y más brillante, más, más,

más...”exclamó el gordinflón Merc Ado.

-“Tenemos que engañar a la gente. Les

prometeremos dinero y prosperidad. Nuevas

máquinas para el trabajo.”

-“Eso ya lo tienen patrón. Hace falta algo más.

Tengo una idea mejor.” Y aquí Merc Ado expuso su

siniestro plan “Hablemos con mi primo, Mon Santo.

Es un mago diabólico capaz de controlar la vida de

las plantas. Tiene unas semillas mágicas, que

crecen más rápidas y más fuertes que las de la

hada Agroecología. Pero lo realmente mágico es

que destruyen a las demás. Se las cambiaremos por

las suyas. Y les regalaremos ¡Abonos e insecticidas

para sus cosechas!”

Y los dos monstros irrumpieron en siniestras

carcajadas que hicieron temblar a los árboles y

estremecerse a todos los animales del bosque.

Lupita llegó al pueblo, y mostró orgullosamente a

todos las semillas que el hada Agroecología le

había regalado.

-“Las plantaremos y repoblaremos nuestro

bosque” dijo a la gente que se arremolinaba junto a

ella en la plaza del mercado. “Plantaremos árboles

y arbustos, frutas y flores de colores. Haremos un

huerto para todo pueblo”

-“No” dijo una voz que salía de entre la gente. Era el

gordinflón Merc Ado. “. No desaprovechen ese

terreno. Será más productivo si lo plantan solo con

maíz. Crece rápido, y tiene muy buen precio en el

mercado. Yo se lo compraré.” Sugirió el malvado,

intentando convencer a los vecinos del pueblo. “

Además pueden usar estas semillas de última

generación. Es un tipo nuevo de maíz, que no se ve

afectado por las plagas, crece rápido y da más

fruto. Si lo hacen de esta manera tendrán trabajo

más gente del pueblo, y se beneficiarán con la

venta después” tanto les habló que la gente

entusiasmada le compró sus semillas mágicas

dejando de lado a Lupita.

Lupita corrió llorando, tan triste y decepcionada

que las lágrimas no le dejaban ver el camino, y así

sin querer llegó a casa de su abuela. Le contó lo

sucedido en el pueblo y le mostró a la anciana su

cesto de semillas.

-“No te preocupes, mija. No tienes que llorar. Esta

cesta es la vida, y el hada te la dio a ti. Debes de

estar orgullosa. Vamos a plantar estas semillas”

-“Pero, ¿Cómo? Y ¿Dónde?,” preguntó Lupita. “La

gente del pueblo no quiere plantarlas. Quieren

plantar maíz de las semillas del malvado Merc Ado.

Quieren hacer negocios con él. No quieren salvar el

bosque.”

- “El tiempo les demostrará como es ese Merc Ado

realmente. Mientras tanto tú y yo plantaremos

algunas semillas. Estas semillas necesitarán tiempo

para crecer, las plantaremos en semilleros y luego

en macetas. Yo te enseñaré. Haremos las dos juntas

un huerto en mi jardín”

Y así pasó el tiempo.

Lupita y la abuela plantaron las semillas de

árboles, flores y hortalizas. Y la gente de la aldea

plantó el maíz de Mon Santo. Pero primero

tuvieron que arar la tierra, y Merc Ado les

vendió un tractor.

Lupita y la abuela abonaron la

tierra con composta y agua de

ortigas. Y la gente de la aldea

compró a Merc Ado abonos

químicos que mataban la vida

que hay bajo la tierra y la

infestaban.

Lupita y la abuela usaban el

limón, el ajo, el clavo para acabar con las plagas.

“Planta el frijol y alrededor el maíz” le decía la

abuela. Y la gente del pueblo tuvo que comprar

fungicidas químicos a Merc Ado, que acabaron con

la vida de las abejas y las mariposas y los demás

seres que vivían sobre la tierra.

Al cabo del tiempo, la tierra que años atrás era un

frondoso bosque, se había convertido en tierra

muerta. Nada crecía allí, ni las malas hierbas. Solo

las semillas de Merc Ado que los aldeanos tenían

que comprar cada año a un precio cada vez mayor.

Sin embargo, el huerto de Lupita y su abuela había

crecido fértil, fuerte y frondoso y como él creció

Lupita, madura y sabia aprendiendo de su abuela y

de la naturaleza.

Las gentes del pueblo decepcionadas y arruinadas

fueron a hablar con Modernidad. Anduvieron por

el campo pedregoso y seco hasta el edificio de

hormigón y llamaron a la gran puerta de hierro. Y

llamaron dos veces y tres... Y no hubo respuesta. Y

vieron a una mujer que se acercaba despacio por el

camino.

-“No sigáis llamando, Modernidad nunca contesta

ni hace caso a nadie”.

Las mujeres y los hombres del pueblo

reconocieron a Lupita llevando un cesto lleno de

semillas.

-“Modernidad ha destruido nuestra tierra. Nos ha

engañado prometiéndonos falsas esperanzas. ¿Qué

podemos hacer?

- “Con estas semillas repoblaremos nuestra tierra

que volverá a ser rica y fértil. Pero debemos

trabajar todos juntos.”

-“¿Cómo? Gritaron las gentes.

- “Esta tierra es nuestra. Aquí hemos nacido y aquí

hemos crecido. No dependamos de Merc Ado ni de

su dinero para vivir. Vivamos de la tierra”

Lupita les enseñó el huerto que entre ella y su

abuela habían cultivado; les recordó cómo

preparar la tierra y hacerla de nuevo fértil. Juntos

sembraron un huerto donde crecía el tomate, la

ruda, la yuca y la yerbabuena y juntos convivían

con las abejas, los pollos y los conejos.

También juntos combatieron a Merc Ado, cuando

intentó de nuevo apropiarse de su tierra. Y con la

ayuda de Lupita aprendieron a cuidarla, a amarla y

a respetarla. Así como lo hicieron sus abuelos antes

que ellos.

PERSONAJES Y AUTORAS

ABUELITA (ANA ISABEL LÓPEZ LENDÍNEZ)

AGROECOLOGÍA Y LUPITA (MARÍA LÓPEZ-LENDÍNEZ)

MERCADO (MARÍA LÓPEZ-LENDÍNEZ Y MARTA BRAVO)

MODERNIDAD (MARÍA LÓPEZ-LENDÍNEZ)

MON SANTO (MARÍA NIETO ARCOS)