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El camino de la transición agroecológica - INTA CIPAF

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La AGROECOLOGÍA, como ciencia, busca establecer relaciones con los sistemas científicos y tecnológicos, pero su validación depende además del contexto socioproductivo y ambiental en que los agricultores se desempeñan.

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  • Publicaciones IPAF Regin PampeanaEl Camino de la Transicin Agroecolgica

    Proyecto Especfico: Investigacin Accin Participativa de los Procesos de Transi-cin hacia Sistemas de Produccin Agroecolgicos AERN 296022

    Proyecto Propio de la Red: Red para la generacin y desarrollo de Tecnologas con Base Agroecolgica y de Produccin Orgnica AERN 296002

    rea Estratgica de Recursos NaturalesIPAF Regin PAMPEANA. Instituto de Investigacin para el Desarrollo Tecnolgico para la Pequea Agricultura FamiliarTE. O221- 4871633 / 4871079www.inta.gob.ar/cipafCalle 403 (ex Santa Rosa) e/Camino Centenario y Calle 6 (ex 12)CP 1894 Villa Elisa La Plata Provincia de Buenos Aires

    INTAEdiciones INTAArgentina Marzo de 20122000 ejemplaresSe autoriza su reproduccin total o parcial citando la fuente.

    Fecha de catalogacin: 12/03/2012

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    ica El camino de la transicin agroecolgica / Mariana Edith Marasas ... [et.al.]. - 1a ed.

    Ciudad Autnoma de Buenos Aires : Ediciones INTA, 2012.90 p. ; 21x15 cm.ISBN 978-987-679-104-51. Ecologa Agrcola. I. Marasas , Mariana EdithCDD 577.55

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    INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGA AGROPECUARIA

    PresidenteIng. Agr. Carlos Casamiquela

    VicepresidenteFrancisco Anglesio

    Director NacionalIng. Agr. Eliseo Monti

    Director CIPAFIng. Agr. (MsC) Jos Catalano

    Director IPAF Regin PAMPEANADr. Gustavo Tito

    Coordinacin EditorialClaudia Palioff - CIPAFCora Gornitzky - IPAF Regin Pampeana

    Diseo GrficoVernica HerediaEdgardo A. Kevorkian

    Correccin y EstiloDiana Gamarnik

    FotografasRafael SantosCIPAF - IPAF Regin Pampeana - INTA

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    CompiladoraMariana Marasas1

    AutoresGuillermo Cap2Laura De Luca3

    Mariana Marasas1Maximiliano Prez4

    Ral Prez5

    1 Dra. en Cs. Naturales y Lic. en Biologa (UNLP). Coordinadora del Proyecto Investigacin- Accin Participati-va de los procesos de transicin hacia sistemas de produccin agroecolgica. Investigadora del IPAF Regin Pampeana.2 Ph.D Plant Pathology e Ing. Agrnomo (UNLP). Investigador IPAF Regin Pampeana. Actualmente se desempea como Investigador de EEA INTA Balcarce.3 Mg. en Agroecologa y Desarrollo Sustentable para Amrica Latina y el Caribe (U.I.Andaluca) e Ing. Agr-noma (UNLP). Investigadora del IPAF Regin Pampeana.4 M.Sc en Procesos Locales de Innovacin y Desarrollo Rural y Lic. en Biologa (UNLP) . Investigador del IPAF Regin Pampeana 5 Magister en Desarrollo e Ing. Agrnomo (UNLP). Investigador del IPAF Regin Pampeana.

    El Camino de la Transicin

    Agroecolgica

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    Prlogo

    La AGROECOLOGA, como ciencia, busca establecer relaciones con los sis-temas cientficos y tecnolgicos, pero su validacin depende adems del con-texto socioproductivo y ambiental en que los agricultores se desempean.La ciencia agroecolgica tiene riqueza conceptual y emprica, y se desarrolla en universidades, centros de estudios, estaciones experimentales, foros in-ternacionales y sociedades cientficas. A su vez, tambin es una herramienta prctica de los sistemas de extensin en los territorios que estos operan, en la medida en que los agricultores le dan vida y sustento a la aplicabilidad de nue-vos conocimientos. Este nuevo enfoque interdisciplinario, que abarca desde formas participativas de investigacin-accin hasta metodologas que permi-tan comprender mejor la complejidad experimental en que la AGROECO-LOGIA se desenvuelve, motiva a los investigadores a generar nuevos cono-cimientos y a los agricultores a cambiar paulatinamente viejos paradigmas. El proceso complejo de transicin, detallado en este libro, analiza la trama de variables y actores que participan en l en relacin con los objetivos trazados en el Proyecto Especfico AERN-296022, Investigacin Accin Participativa de los procesos de transicin hacia sistemas de produccin agroecolgicos. Sin duda esta obra representa, desde nuestra institucin, un aporte ms a la sustentabilidad, al rediseo de los agroecosistemas y a la convivencia de va-riadas formas de agriculturas y agricultores.

    Ing. Agr. Jorge Ull (MsC)Coordinador Red para la generacin

    y desarrollo de tecnologas con base agroecolgicay de produccin orgnica AERN 296002

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    ndicePARTE I CONCEPTOS01. Introduccin: Por qu pensar en la transicin agroecolgica 02. La agroecologa como prctica productiva, como disciplina cientfica y como movimiento social03. La generacin colectiva del conocimiento 04. Qu es la transicin agroecolgica para la agricultura familiar05. Qu componentes del agroecosistema son prioritarios para la transi-cin agroecolgica?5.1. Suelo y Biodiversidad: Dos pilares claves del manejo de base agroeco-lgico06. Qu caractersticas tienen los productores familiares de la regin pam-peana, y cual sera la relacin de las mismas con el proceso de transicin07. Cmo iniciar el proceso de transicin agroecolgica? 7.1. Existen etapas en la transicin?7.2. Otras alternativas son posibles. Algunos ejemplos a partir de experien-cias locales 08. Algunos elementos que condicionan el proceso de transicin 09. El desafo10. Bibliografa

    PARTE II EXPERIENCIAS El suico (Tagetes minuta L.) como repelente de insectos en Producciones Agroecolgicas Utilizacin de cola de caballo (Equisetum giganteum) como controlador de hongos del suelo Biofumigacin en el manejo agroecolgico de nematodos parsitos de vegetales (MANPV) Utilizacin de sustratos caseros para las plantineras de especies hortcolas y florcolas Rescate, seleccin, caracterizacin y multiplicacin de semilla criolla o ecotipos locales. Caso del tomate platense, en el cinturn hortcola platense IAP Mejora de la oferta forrajera en los predios de pequeos productores tamberos del rea Metropolitana de Buenos Aires con enfoque sistmico y agroecolgico La agrobiodiversidad y su aporte para la transicin

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  • ConceptosParte I

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    En las ltimas dcadas se ha producido en Argentina un gran desarrollo tecnol-gico, centrado principalmente en tecnologa de insumos y capital intensiva que favoreci las economas de escala (Cittadini et al., 2005). Sin embargo, algo ms de la mitad de los establecimientos de la regin pampeana pertenecen a pe-queos productores familiares (Obschatko, 2007). Este desarrollo tecnolgico generado no siempre ha satisfecho las necesidades del sector de la agricultura familiar (Cittadini et al., 2005) y en consecuencia se ha planteado una demanda creciente de nuevas alternativas de produccin. En este contexto, agricultores familiares y profesionales han encontrado en el enfoque agroecolgico las herramientas y conocimientos que favorezcan el de-sarrollo de tecnologas apropiadas para la permanencia del sector en la activi-dad. Estas estrategias, principalmente productivas, organizacionales y econ-micas, estimulan prcticas que reducen o eliminan el uso de insumos qumicos contaminantes, disminuyen la dependencia de insumos externos, promueven el consumo de alimentos sanos para la poblacin y generan variadas alternativas para la comercializacin de dichos productos.Este enfoque ya no tiene como objetivo maximizar los rendimientos y la ganan-cia, sino que se prioriza la optimizacin de la productividad del sistema, a partir de mejorar el aprovechamiento de los recursos y obtener rendimientos suficien-tes para garantizar la calidad de vida de la familia productora. Se trata de lograr un equilibrio en el manejo del agroecosistema que permita minimizar varios de los problemas que se presentan, a partir del diseo de agriculturas biodiversas, sustentables, resilientes y eficientes. Para lograrlo, se requiere romper con el hbito de la dependencia de insumos a la hora de hallar una solucin a los problemas como por ejemplo insecticidas

    01. INTRODUCCINPOR QU PENSAR EN LA TRANSICIN AGROECOLGICA?

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    sintticos para el control de plagas, para pasar a mirar el sistema y encontrar las estrategias que recuperen los mecanismos de regulacin bitica como por ejemplo estimular la presencia de enemigos naturales a partir del manejo de la agrobiodiversidad. Esto significa que ms que resolver las consecuencias negativas de determinada prctica, se pretende prevenirlas minimizando los riesgos y los problemas antes mencionados. En el Cuadro 1 se sintetizan las diferencias entre el modelo convencional y el enfoque agroecolgico.

    Cuadro 1: Diferencias entre el enfoque convencional y el enfoque agroecolgico

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    En este marco, la produccin de alimentos no solo es factible en trminos de calidad y cantidad, sino que tiene tambin la posibilidad de atender las necesi-dades alimenticias de la familia productora y de la promocin de productos en las propias comunidades. Es un enfoque que privilegia lo local, pensado en el abastecimiento de los mercados locales que acortan los circuitos de produccin-distribucin-consumo de alimentos frescos de calidad real. Sin embargo, para avanzar en un proceso de transicin hacia sistemas agroeco-lgicos de produccin en el contexto actual, es importante reconocer que no alcanzan solo un conjunto de tecnologas apropiadas, sino que se requieren, por un lado, conocer los argumentos y las variables que influyen en la toma de decisiones de los productores, las estrategias colectivas de organizacin que fortalezcan las decisiones que se vayan tomando y el poder de negociacin con otros actores, y por el otro, polticas pblicas y redes institucionales que esti-mulen y generen una estructura de sostn para la perdurabilidad y sustentabili-dad de dichas experiencias. Esto variar segn el contexto histrico y poltico.

    El proyecto Investigacin Accin Participativa de los procesos de transicin hacia sistemas de produccin agroecolgicos (AERN-296022), aprobado por el INTA en 2010, se propone en sus objetivos estudiar el proceso de transicin agroecolgica para la agricultura familiar y generar conocimientos que aporten al desarrollo de prcticas agrcolas sustentables, a partir de 1) generar, rescatar y validar tecnologas de procesos productivos apropiadas para la agricultura familiar, 2) estudiar los componentes del agroecosistema y las prcticas que condicionan su estructura y funcionamiento, y 3) construir una red de fincas de referencia para el fortalecimiento del proceso de transicin agroecolgica. Para consolidar estos objetivos y ayudar en la socializacin de las experiencias de produccin agroecolgica, este documento se propone aportar algunos ele-mentos tericos, hacer un anlisis crtico de la transicin agroecolgica desde la prctica, compartir nuevas ideas y presentar resultados de investigaciones participativas a partir de las actividades realizadas en estos dos aos de trabajo con agricultores familiares, extensionistas e investigadores. Es importante aclarar que en esta publicacin ponemos el foco en los elementos productivos, ecolgicos y tecnolgicos que puedan ser tiles para avanzar en este proceso. Entendemos que la transicin es un proceso mucho ms complejo y que comprende en forma integrada la realidad productiva, e incluye aspectos socioeconmicos, socioculturales, ticos y polticos. Sin embargo, en este tra-bajo recortamos esta realidad, priorizando las acciones realizadas en el marco del proyecto AERN 296022.

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    La propuesta agroecolgica, que hoy es tomada desde distintos mbitos y bajo distintas concepciones, es pensada como una propuesta que sienta las bases para la construccin de un modelo de agricultura sustentable6.Resulta comn escuchar que la agroecologa (AE) es una forma de hacer agri-cultura o un conjunto de tcnicas ambientalmente adecuadas caracterizadas so-bre todo por la ausencia de agrotxicos. Sin embargo, este concepto es algo ms complejo y por lo tanto merece una breve discusin.Como prctica productiva, la AE tiene su origen y una historia vinculada al manejo que el campesinado y las comunidades originarias latinoamericanas han realizado durante siglos, pues estas prcticas han mantenido la produccin, incluso en ecosistemas frgiles como los andinos, las zonas con grandes pen-dientes o inundables. Esta capacidad productiva sostenida en el tiempo fue ana-lizada en los mbitos acadmicos desde comienzos de los aos 80 por Stephen Gliessman, Vctor Toledo, Miguel Altieri, Eduardo Sevilla Guzmn, Roberto Garca Trujillo, Joao Costa Gomes, Francisco Caporal, entre otros, bajo la de-nominacin genrica de agroecologa. Esta concepcin de la AE es particular-mente reconocida en Latinoamrica. No obstante, es necesario destacar que en

    6 Agricultura sustentable es aquella que permite mantener en el tiempo un flujo de bienes y servicios que satisfagan las necesidades socioeconmicas y culturales de la poblacin, dentro de los lmites biofsicos que establece el correcto funcionamiento de los sistemas naturales (agroecosistemas) que lo soportan (Sarandn, 2002).

    02. LA AGROECOLOGA COMO PRCTICA PRODUCTIVA, COMO MOVIMIENTO SOCIAL Y COMO CIENCIA

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    la regin pampeana existe una gran diversidad de productores, cada uno con sus particularidades, como por ejemplo, los chacareros familiares, los horticul-tores de zonas periurbanas y otros agricultores que realizan prcticas de manejo basadas en bajos insumos externos, no contaminantes, con saberes heredados de generaciones anteriores y que mantienen an sus tradiciones. En su mayo-ra son productores que no poseen un origen campesino e indgena, pero que poseen ms de una de las caractersticas definidas en los prrafos anteriores. Estas caractersticas revelan que consciente o inconscientemente se ponen en valor algunos de los principios de la AE y merecen especial atencin a la hora de comprender la lgica de sus prcticas y por lo tanto, su capacidad de perma-nencia en la regin.Desde los mbitos acadmicos, la agroecologa es considerada una disciplina cientfica que provee los conocimientos para la utilizacin de principios ecol-gicos bsicos que permiten estudiar, disear y manejar agroecosistemas (Altieri

    y Nicholls, 2000). Esta disciplina se desarroll en la bsqueda de nuevos conocimientos para la construccin de agriculturas ms sustentables. Sevilla Guzmn (2006) com-plejiza la definicin anterior y la describe como el manejo ecolgico de los recursos naturales a travs de formas de accin social colectiva que presentan alternativas al actual modelo de manejo industrial de los recursos naturales me-

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    diante propuestas surgidas del potencial endgeno comunitario7.Algunos movimientos sociales crticos al modelo agropecuario actual han adoptado el enfoque agroecolgico como estrategia en la construccin de So-berana Alimentaria. Es el caso de la Va campesina, movimiento internacional que nuclea organizaciones de productores familiares y campesinos y que han ratificado el enfoque agroecolgico para lograr la soberana alimentaria (Va campesina, 2011).En el mbito argentino, la Mesa Provincial de Productores Familiares de Bue-nos Aires8, el Movimiento Agroecolgico Chaqueo9, el Movimiento Nacional Campesino Indgena10, el Movimiento Campesino de Liberacin11, el Foro Na-cional de la Agricultura Familiar12, entre otros, consideran a la agroecologa como el encuadre apropiado no solo para que el desarrollo de sus actividades alcance mejores niveles de sustentabilidad, sino tambin como una herramienta ms en la disputa por la Soberana Alimentaria. Esta compleja interaccin (la agroecologa como ciencia, como movimiento social y como prctica) resulta un aporte muy valioso en la discusin de estra-tegias para el desarrollo rural sustentable. En definitiva, debe considerarse que son diversos los modos en que los actores sociales entienden a la AE. Ms all de eso, la AE es eminentemente local y po-see hacia su interior sus propios y numerosos modos de desarrollar las prcticas y los conocimientos. Prcticas y conocimientos que los productores adoptan y adaptan a sus necesidades y realidad segn las condiciones agroecolgicas y socioculturales locales.

    7 Camargo (2006) resalta el potencial endgeno en el territorio, contempla la accin global de movilizacin de los actores locales, con el fin de valorizar los recursos humanos y materiales de un territorio dado, manteniendo una negociacin o dilogo con los centros de decisin econmicos, sociales y polticos en donde se integran y de los que dependen. Su consecucin requiere de la aplicacin de instrumentos o mecanismos innovadores de organizacin y participacin. En tal sentido, el desarrollo endgeno est condicionado por un conjunto de factores sociales, econmicos y culturales que determinan las potencialidades que alcance el crecimiento, que pueden llegar a ser productivas y competitivas para impulsar el desarrollo econmico y social de una localidad, satisfaciendo las demandas de la poblacin y reanimando la economa local. 8 http://www.mesapopfam.org.ar/9 Documentos Movimiento Agroecolgico del Chaco, Argentina. www.altaalegremia.com.ar/.../Movimiento_Agroecologico_Chaco.html. 10 Movimiento Nacional Campesino Indgena: Acampe por la Soberana Alimentaria y contra los Agronegocios en lnea: . Movimiento Nacional Campesino Indgena: La Agroecologa puede duplicar la produccin alimentaria en 10 aos, segn el nuevo informe de la ONU, abril 2011, en lnea: . 11 Revista Accin, edicin 1070 en lnea: .12 Foro Nacional de la Agricultura Familiar. 2006. Documento de los lineamientos generales de polticas pblicas orientadas a la elaboracin de un plan estratgico para la agricultura familiar.

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    El enfoque agroecolgico considera que el conocimiento generado en centros de investigacin y laboratorios debe complementarse con la propia percepcin y conocimientos de los agricultores. El conocimiento sobre el funcionamiento y manejo de los agroecosistemas y la generacin de tecnologa se enriquece al desarrollarse a partir del dilogo de saberes entre el saber profesional y el de los agricultores, en un proceso de interaccin creativa dentro de las comunidades rurales. A partir de la sinergia entre el conocimiento local y el cientfico, se pretende encontrar soluciones a los problemas de los productores. Este proce-dimiento, llamado Investigacin Accin Participativa (IAP), permite generar tecnologas apropiadas localmente que no son recetas replicables para cualquier otro contexto, sino que son experiencias recreables segn las distintas situacio-nes, los recursos disponibles y los objetivos de cada comunidad. Por otro lado, socializar y debatir acerca de la metodologa y los resultados de cada experiencia de investigacin participativa permite crear espacios para el fortalecimiento y complementacin tanto de los conocimientos como de las organizaciones de productores y de la tarea de investigacin, y posibilita mul-tiplicar y retroalimentar las acciones para el logro de mayores avances en los procesos de transicin agroecolgica. La agroecologa enfatiza la capacidad de las comunidades locales para experimentar y evaluar, a partir de los problemas y las demandas identificadas, las alternativas posibles hasta encontrar la solu-cin a los mismos.Las preguntas ms frecuentes de los agricultores y tcnicos son formuladas ge-neralmente desde la necesidad de resolver problemas o limitaciones cotidianas que tienen un emergente puntual. Son en algunos casos de carcter econmico-comercial (el elevado precio de insumos agropecuarios, los bajos valores de venta de la produccin, o la posibilidad de insertarse en mercados alternativos);

    03. LA GENERACIN COLECTIVA DEL CONOCIMIENTO

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    de tipo ecolgico-productivo (plagas difciles de manejar o suelos degradados); o bien de tipo sociales (conflictos por fumigaciones vecinas o problemticas sanitarias de los alimentos). Los temas a investigar son acordados entre los productores, investigadores y tcnicos extensionistas. Se hace a partir de un trabajo participativo donde la experimentacin se realiza en campos de productores (fincas de referencia) ar-ticulando propuestas e intereses de sus organizaciones y de las instituciones de investigacin y desarrollo. Esto tiene un importante potencial multiplicador dentro y fuera de las organizaciones e instituciones y resulta un aporte a la cons-truccin colectiva de un proceso de transformacin socioproductivo complejo y necesario. El presente texto surge como un aporte al fortalecimiento de estas iniciativas.

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    Desde una definicin muy simple podemos considerar la transicin agroeco-lgica como el proceso de transformacin de los sistemas convencionales de produccin hacia sistemas de base agroecolgica. Este proceso comprende no solo elementos tcnicos, productivos y ecolgicos, sino tambin aspectos so-cioculturales y econmicos del agricultor, su familia y su comunidad. Por lo tanto, el concepto de transicin agroecolgica debe entenderse como un proce-so multilineal de cambio que ocurre a travs del tiempo (Caporal y Costabeber, 2004). Cuando analizamos este proceso, es importante evitar el reduccionis-mo que considera la transicin agroecolgica como un proceso solo tcnico. La produccin est ntimamente relacionada con las condiciones ambientales de cada agroecosistema y debe adaptarse a dicha realidad, pero a su vez, est profundamente comprometida y condicionada por los procesos sociocultura-les y organizativos. Por ejemplo, no se puede concebir la actividad productiva en forma separada de los procesos de comercializacin u organizativos de la comunidad, aspectos que deben considerarse como parte de los procesos de Transicin Agroecolgica (TA). La TA implicar por lo tanto una discusin y confrontacin de intereses dis-tintos y posiblemente contradictorios de los actores involucrados. La consoli-dacin de este proceso depender, por un lado, de la generacin y validacin de alternativas tecnolgicas apropiadas y apropiables para la resolucin de las urgencias y de la generacin de mayores conocimientos acerca del funciona-miento de los agroecosistemas y por el otro, de la resolucin de aquellos con-flictos de intereses que dinamicen los procesos de resistencia, confrontacin y finalmente adaptacin social (Sevilla Guzmn et al., 2006). Para avanzar en un proceso de TA y lograr el diseo y consolidacin de sistemas agroecolgicos, deben considerarse ciertos criterios generales. Estos no impli-can exclusivamente el abordaje de elementos tcnicos y productivos, sino que son criterios generales que intentan abordar la complejidad del agroecosistema en su conjunto. Estos criterios deberan ser considerados y estar presentes a lo

    04. QU ES LA TRANSICIN AGROECOLGICA

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    largo del proceso, ya que deben ser el hilo conductor que permitir avanzar, sin perder el objetivo ltimo ante las mltiples circunstancias que se presentan durante el trabajo participativo.

    4.1 Criterios para considerar en el proceso de tran-sicin agroecolgica en la agricultura familiar. Mirada sistmicaSe requiere el abordaje acerca de los sistemas productivos para partir de una mi-rada de sistemas, con la distincin (pero no aislamiento) de sus elementos, sus interrelaciones y sus propiedades emergentes. Entender cmo estos componen-tes se relacionan y son interdependientes es un punto de inicio para poder po-tenciar los recursos locales, hacer ms eficiente el funcionamiento del sistema, optimizar la productividad, minimizar los riesgos y garantizar su estabilidad y resiliencia (Grfico 1). La mirada sistmica incluye al hombre (como actor so-cial) y su familia como sujetos clave que actan modificando el agroecosistema y su intervencin y decisiones juegan un rol determinante a la hora de compren-der la lgica del funcionamiento del mismo.

    Grfico 1: Diagrama del funcionamiento de un agroecosistema. Componentes, relaciones e interacciones. Modificado del curso de agroecologa de la FCAyF-UNLP.

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    Sistemas autnomosEl aumento de la autonoma de los agroecosistemas debe manifestarse tanto en trminos energticos como econmicos, de conocimientos, de insumos, y de todo tipo de intermediaciones. Dicho de otra forma, el proceso de transicin agroecolgica debe tender a lograr la reduccin de todas las formas de dependencia que los agricultores y sus siste-mas puedan tener, como por ejemplo dependencias de germoplasma comercial, de saberes tcnicos altamente especializados, de energa fsil, de agroqumicos, de mercados oligoplicos, entre otras. Esto no implica la eliminacin total de estos insumos, pero s una significativa reduccin en la medida de lo posible para cada caso particular. El proceso de transicin debe contemplar acciones que permitan la ruptura con estas formas de dependencia que ponen en peligro los mecanismos de perma-nencia del productor y su familia, sean estas de naturaleza ecolgica, socioeco-nmica y/o poltica.

    Sistemas de bajo riesgoEl proceso de transicin agroecolgica debe avanzar hacia agroecosistemas de bajo riesgos no solo para los agricultores, sino tambin para la comunidad en la cual estn insertos y la sociedad en su conjunto. Esto implica minimizar la in-certidumbre en trminos tanto socioeconmicos, ambientales como culturales. En trminos econmicos, se considera la diversificacin de las fuentes de ingre-sos y de los canales de comercializacin, como la valoracin de la mano de obra familiar que, entre otros aspectos, permiten cierta flexibilidad en momentos de crisis. Pero a la vez, se pretende la minimizacin de las externalidades negati-vas asociadas a la contaminacin del ambiente y los alimentos. Se considera el desafo de lograr una mayor estabilidad de los sistemas agroalimentarios, sin ocasionar riesgos ambientales ni sanitarios tanto para las familias agricultoras, como para los consumidores de los productos agropecuarios.

    Optimizar los recursos locales El proceso de transicin agroecolgica debe poner en valor los recursos pro-pios, locales y regionales. El manejo productivo debe realizarse considerando y valorando las caractersticas del propio sistema, los recursos presentes en l y los conocimientos del productor. Esto implica que los elementos del agroeco-sistema deben poder integrarse de formas novedosas mediante el manejo que realiza el agricultor para favorecer la produccin menos dependiente de insu-mos externos. Esto no quiere decir que haya un rechazo a lo externo y a la informacin que provenga de otros mbitos, sino que esta es asimilada y adaptada a su propia lgica y al contexto particular.

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    Sistemas diversificadosFrente a la uniformidad como caracterstica preponderante del paisaje agrope-cuario, el proceso de transicin requiere avanzar hacia sistemas que contemplen la heterogeneidad de sus componentes y de la agrobiodiversidad en particular. La agrobiodiversidad es esencial para la agricultura como proveedora de bienes y de servicios ecolgicos (Martin-Lopez et al. 2007). Adems, la bsqueda de una mayor complejidad ecolgica de los sistemas de produccin permite: La optimizacin del ciclo de los nutrientes y de la materia orgnica. La promocin de la actividad biolgica de los suelos. La regulacin bitica a travs del fomento de interacciones biolgicas y siner-gias positivas entre los componentes del agroecosistemas. El aprovechamiento eficiente de la energa La conservacin de materia orgnica y el aumento de la produccin de bio-masa total. La biodiversidad promueve interacciones en beneficio de los cultivos y los animales con miras a reducir el uso de insumos externos y ser capaz de mejorar la eficiencia de los agroecosistemas

    Los criterios generales presentados deben considerarse al abordar los procesos de transicin agroecolgica. Es importante destacar que todos estos criterios son interdependientes y se retroalimentan entre s.

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    El anlisis del proceso de transicin mirado desde sus aspectos productivos y ecolgicos nos permitir profundizar en aquellas reas que actualmente poseen un mayor desarrollo en el mbito de la agroecologa y que pueden ofrecer res-puestas a las problemticas productivas hoy demandadas.

    5.1 SUELO Y AGROBIODIVERSIDAD: DOS PILARES CLA-VES DEL MANEJO DE BASE AGROECOLGICO13

    Suelo de calidad: El suelo es un componente del agroecosistema complejo, viviente y dinmico (Gliessman, 2002). Los diversos factores que determinan la calidad del suelo son esencialmente aquellas propiedades fsicas, qumicas y biolgicas que in-fluyen en el desarrollo de los cultivos, como la profundidad del suelo, textura, estabilidad de agregados, infiltracin, disponibilidad de nutrientes, pH, salini-dad, capacidad de intercambio catinico, biomasa microbiana y nitrgeno mi-neralizable, principalmente (Magdoff, 2004). La materia orgnica influye en casi todas las propiedades importantes que con-tribuyen a la calidad del suelo y es, de este modo, el elemento esencial para el correcto desarrollo de los cultivos. La presencia adecuada de cantidad y calidad de materia orgnica permite que los microorganismos del suelo acten en la descomposicin y ciclado de la materia, manteniendo la fertilidad, la fijacin de nitrgeno e incluso la produccin de sustancias de crecimiento (Primavesi, 1984). Pero tambin, la materia orgnica permite mantener una diversidad bio-

    13 Este apartado se basa en la tesis Horticultura de base ecolgica en el cordn bonaerense sur. Una aproximacin desde sus prcticas. Prez, Maximiliano, 2010. UNLP, La Plata, Argentina.

    05. QU COMPONENTES DE LOS AGROECOSISTEMAS SON PRIORITARIOS PARA LA TRANSICIN AGROECOLGICA?

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    lgica compuesta por la meso- y macrofauna edfica, componentes importantes que intervienen, adems, en la incorporacin de dicha materia orgnica en sus fases iniciales (formas fitfagas) e intermedias (formas detritvoras). Asimismo, a travs de sus secreciones y deyecciones promueven la activacin de la micro-vida, y colaboran en la movilizacin de nutrientes y en la estructura del suelo (Marasas, 2002). Muchos, con la formacin de cuevas y galeras, mejoran la estructura del suelo al aumentar la aireacin, infiltracin del agua y penetracin de las races (Gassen, 2000). Todos ellos actan, por lo tanto, en la degradacin y descomposicin de la materia orgnica y, por ende, en el reciclado de nutrien-tes del suelo. El mejoramiento de la calidad del suelo es un aspecto fundamental del manejo de los sistemas productivos, ya que reduce la susceptibilidad del cultivo a los insectos plaga, debido a que una planta bien nutrida posee menos posibilidades de enfermarse. Esto se explica porque, por un lado, las plantas se hacen ms resistentes al ataque de los mismos, y por el otro, se altera la aceptabilidad de algunas plantas por ciertos herbvoros (Primavesi, 1984; Altieri y Nicholls, 2007). La teora que explica este fenmeno se llama trofobiosis y se analiza en el Grfico 2.

    Agrobiodiversidad: Desde el enfoque agroecolgico, la agrobiodiversidad es un componente fun-

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    damental de los agroecosistemas no solo por ser fuente de alimentos humano y animal, medicinas, maderas, y dems productos, sino tambin por otros aspec-tos que la hacen relevante desde el punto de vista de la sustentabilidad. En lo que respecta a los sistemas agrcolas, reconocemos dos subcomponentes de la biodiversidad agroecosistmica: por un lado, la biodiversidad productiva o planificada, esto es, los cultivos y animales incluidos por los agricultores en sus sistemas. Por otro lado, la biodiversidad asociada que incluye la flora o ve-getacin arvense en el lote cultivado y en los ambientes circundantes y la fauna, como los herbvoros, descomponedores y depredadores, que colonizan y que permanecen en el agroecosistema dependiendo del tipo de manejo realizado.La promocin de la biodiversidad en los sistemas y paisajes agrcolas est sien-do revalorizada actualmente como piedra fundamental para el funcionamiento del agroecosistema (Fischer et al., 2006). Entre los valores que se reconoce que posee la biodiversidad, el valor funcional (Swift et al., 2004; Gliessman, 2002) requiere especial inters sobre todo cuando se analiza su rol en el diseo y de-sarrollo de agroecosistemas ecolgicamente sustentables. Este valor est vincu-lado a la promocin de ciertos servicios ecolgicos de regulacin14 (Cuadro 2) y a la contribucin al mantenimiento de los principales procesos ecosistmicos (reciclado de material orgnica y nutrientes; flujo de la energa; mecanismos de regulacin bitica), que garantizan la preservacin de la estructura, estabilidad y resiliencia del sistema. Esta afirmacin podra explicarse por ejemplo, por la presencia de diversidad vegetal que genera la disponibilidad de numerosos y di-versos nichos ecolgicos que alojan una gran variedad de animales (herbvoros y depredadores) que se autorregulan entre s y mantiene un equilibrio dinmico que impide que una determinada poblacin de herbvoros se transforme en pla-ga, ya que siempre est/n presente/s el o los depredadores (enemigos naturales) que se alimentarn de los mismos.Como tales, los servicios ecolgicos redundan directamente en beneficios para el manejo del agroecosistema por parte del productor, resolviendo problemti-cas de la produccin, pero que generalmente no se consideran o son invisibles por no poseer valor de mercado.

    14 Se consideran servicios ecolgicos de regulacin aquellos beneficios asociados a la capacidad que tiene la biodiversidad para asegurar los procesos ecosistmicos (Prez, M., 2010).

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    Cuadro 2: Los servicios ecolgicos de regulacin ms importantes modificado de Moonen y

    Brberi (2008).

    A partir de estos conceptos tericos y reconociendo la experiencia de producto-res convencionales y agroecolgicos, nos hacemos la siguiente pregunta:

    Por qu el monocultivo es ms susceptible a ser atacado por plagas que los sistemas ms diversificados?Hay dos supuestos que responden a esta pregunta:1. Las poblaciones de herbvoros (plagas) se encuentran atradas cuando el re-curso est concentrado y distribuido en condiciones fsicamente homogneas (el monocultivo). Esto es, a la plaga le resulta ms fcil encontrar el alimento (Hiptesis de Concentracin del Recurso, Altieri, 1992).2. Los enemigos naturales son ms abundantes en sistemas diversificados por-que al ser ambientes ms complejos hay una mayor diversidad de hbitat para refugio, la oferta de gran variedad de alimentos (fuente de nctar y polen) para depredadores y parasitoides adultos que garantizan su permanencia, adems de disponer tambin de variada disponibilidad de presas. (Hiptesis de Enemigos Naturales, Altieri, 1992).

    El Grfico 3 sintetiza lo expuesto en este punto y expresa la necesidad de mirar el sistema desde estos dos pilares claves en simultneo (suelo y biodiversidad), para garantizar los sinergismos que promuevan la capacidad de activar y apro-vechar los procesos ecosistmicos.

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    Grafico 3: la importancia de la interaccin entre el manejo del suelo y la biodiversidad (Prez,

    M., 2010).

    Por otro lado, es importante destacar las prcticas de manejo que los produc-tores de la regin pampeana implementan y su relacin con los servicios eco-lgicos que ocurren en los agroecosistemas (Cuadro 3). Muchas veces suele ocurrir que no se tiene conciencia de esta potencialidad, no solo por parte de los productores, sino tambin por los tcnicos de terreno e investigadores.

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    CUADRO 3: Prcticas de manejo de la biodiversidad y servicios ecolgicos de regulacin (modificado de Prez, M., 2010)

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    Si miramos el agroecosistema como un sistema, indefectiblemente la accin a partir de una prctica de manejo sobre un componente determinado del sistema repercute o modifica otros (Grfico 1), con lo cual se producen sinergias positi-vas y negativas que potencian u obstaculizan los procesos y servicios ecolgi-cos antes mencionados. Estas complejas relaciones, intensivas en conocimientos, que requieren obser-vacin, comprensin del funcionamiento de los sistemas productivos e imple-mentacin de estrategias de manejo que potencien los servicios de regulacin, se denominan tecnologas de procesos.

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    Para pensar y avanzar en la transicin agroecolgica deben reconocerse la he-terogeneidad de contextos y ambientes, y caracterizar la situacin de los pro-ductores familiares que estn dispuestos a iniciar esta transformacin. Los pro-ductores familiares capitalizados que han apostado a la tecnificacin, que han podido adoptar en gran medida el paquete tecnolgico convencional, poseen ca-ractersticas que muy probablemente dificulten un cambio. No es fcil despren-derse de los hbitos adquiridos para manejar el sistema. Se requiere un proceso, primero, de concientizacin del buen uso de agroqumicos y posteriormente, de familiarizacin y confianza en alternativas tecnolgicas que no pongan en riesgo (principalmente desde el punto de vista econmico) su produccin.El caso de los agricultores familiares menos capitalizados, que ya utilizan como estrategia la diversificacin productiva o que usan menor cantidad de agroqu-micos es un poco distinto. La situacin econmica en general les impide adop-tar los paquetes tecnolgicos completos. Esta realidad los pone en desventaja ocasionndoles una serie de perjuicios productivos (siguen sin resolver los pro-blemas de plagas, malezas y enfermedades), pero tambin socioambientales (en muchos casos aplicando qumicos muy txicos y de amplio espectro que suelen ser ms econmicos, pero a su vez ms peligrosos). En este escenario, caracte-rstico de los horticultores familiares, la mayora de ellos aplican agroqumicos de modo eventual para minimizar costos. Recurren a semillas comerciales (h-bridas o transgnicas), pero es usual encontrar algn cultivo producido a partir de gentica propia con aos de seleccin local. En general, trabajan superficies menores y suelen realizar producciones ms diversificadas manteniendo mucha

    06. QU CARACTERSTICAS TIENEN LOS PRODUCTORES FAMILIARES DE LA REGIN PAMPEANA, Y CUAL SERA LA RELACIN CON EL PROCESO DE TRANSICIN

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    de la vegetacin espontnea que crece en el agroecosistema, con frecuencia aprovechada por animales menores o de pastoreo que aumentan la diversifi-cacin del sistema. Habitualmente, bajo esta lgica de adopcin hibrida del paquete tecnolgico (Prividera, 2011), se encuentran tambin los productores familiares tradicionales, tanto ganaderos como mixtos de la regin pampeana, que han resistido el avance de la agriculturizacin y permanecen en sus campos sobre todo desarrollando una actividad agrcola y ganadera de bajos insumos, con un manejo de las pasturas naturales y cultivadas, rotaciones y diversifica-cin productiva, que les ha permitido sobrevivir al modelo. Los sistemas tra-dicionales son en general muy seguros, resilientes y flexibles. Los productores pueden, sobre la base de sus conocimientos profundos y complejos acerca de sistemas diseados por ellos y/o sus antecesores, hacer las correcciones necesa-rias para que sigan funcionando (Bilello G. et al., 2011). Haciendo un anlisis objetivo, sus sistemas poseen diversidad cultivada y aso-ciada, menor utilizacin de insumos, algunos de los cuales fueron sustituidos ya por estrategias locales y un alto componente afectivo, con una carga valorativa que no se relaciona en forma lineal con lo que impone el mercado. Con estos productores familiares de bajos insumos, en situaciones hbridas en cuanto a la adopcin tecnolgica, se plantea el desafo de poner en valor las prcticas que se estn haciendo, resignificarlas en un contexto de cambio hacia la consolidacin de un enfoque agroecolgico y generar innovaciones tecnol-gicas que faciliten este transitar. El reto es poder considerar esta heterognea realidad y poner en valor las potencialidades del agroecosistema (la diversi-ficacin productiva, los bajos insumos externos, la heterogeneidad ambiental, etc.) que a veces se mantienen ocultas a los ojos de los productores y de los tcnicos. Comprender estos escenarios, conocerlos, discutirlos con las organizaciones de productores nos permitir pensar estrategias para la transicin lo ms apropia-das posible, minimizar el riesgo a fracasar en el intento y avanzar desde una situacin de diagnstico clara.

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    El abordaje del proceso de transicin implicar diferentes prcticas, estrategias o acciones en terreno, sin que haya una forma nica de alcanzarlas. Iniciar un proceso de transicin y su perdurabilidad en el tiempo depende en gran medida del convencimiento, ganas, necesidades y predisposicin que ten-gan los actores involucrados en forma directa (productores, extensionistas e investigadores). Comenzar a hablar de otra forma de produccin resulta ms difcil cuando las propuestas o el inters en iniciar este proceso no provienen de los productores, y los extensionistas e investigadores deben recrear estrategias de motivacin. Hay que pensar que a los agricultores muchas veces se los invita a realizar un cambio que parte del cuestionamiento a una forma de trabajo que han llevado a cabo durante aos, muy influenciados por el modelo convencio-nal ampliamente generalizado y consolidado en la regin y, a su vez, estimulado por las empresas y los medios de comunicacin. Sin embargo, en este contexto encontramos que existe gran diversidad de si-tuaciones donde la realidad muestra debilidades que se expresan, por un lado, en la disconformidad del sector de la agricultura familiar y por el otro, en un contexto muchas veces externo al propio sistema productivo que favorece la posibilidad de algunos cambios. Las oportunidades para promover el cambio son, por ejemplo:

    Apreciacin del deterioro del suelo debido al manejo realizado. Apreciacin de la falta de soluciones al problema de plagas y enfermedades. Problemas de intoxicaciones graves con agroqumicos en la familia o la co-munidad. La imposibilidad de fijar precios de su propia produccin debido a la dinmi-ca de los mercados concentradores. Aumento de los costos de produccin por la necesidad de acceso al paquete tecnolgico.

    07. CMO INICIAR EL PROCESO DE TRANSICIN AGROECOLGICA?

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    Ciclos de endeudamiento sin progreso econmico para el ncleo familiar. Desvalorizacin de la produccin por vaivenes del mercado que obligan a desechar lo producido. Aparicin de alternativas de comercializacin: mercados y ferias con produc-tos diferenciados como los agroecolgicos o libres de qumicos entre otros, que exigen cambios en el manejo productivo. Ordenanzas municipales que limitan el uso de agroqumicos.

    Estas son situaciones que se imponen como un punto de inflexin a partir del cual se puede comenzar a repensar un modelo productivo dependiente de insu-mos y que en algunos casos es cuestionado por la misma sociedad. Encontrar estos puntos de inflexin facilita el inicio del proceso de transicin y la bsque-da de alternativas para la resolucin de estos cuellos de botella que se presen-tan, equivocadamente, como una consecuencia muchas veces inevitable para el sector de la agricultura familiar.

    7.1. Existen etapas en la transicin?Muchos autores han trabajado en el estudio del proceso de transicin teniendo en cuenta la multidimensin y la complejidad que involucra. Gliessman (2007) considera que la transicin puede explicarse como una serie de etapas o niveles sucesivos, a saber:Nivel 1: Incrementar la eficiencia de prcticas convencionales para reducir el consumo y uso de insumos costosos, escasos, o ambientalmente nocivos. Como ejemplo se pueden mencionar dosis y frecuencia de aplicacin adecuada y se-gn marbete de los agroqumicos, densidades ptimas de siembra, maquinaria renovada, monitoreo de plagas para una mejor aplicacin de los plaguicidas, optimizacin de las operaciones agrcolas as como oportunidad y precisin en la aplicacin de fertilizantes y riego. Aunque este tipo de esfuerzos reducen los impactos negativos de la agricultura convencional, no ayudan a romper su dependencia de insumos externos.Nivel 2: Sustituir prcticas e insumos convencionales por prcticas alternati-vas sostenibles. Como ejemplos de prcticas alternativas se puede incluir el uso de fijadores de nitrgeno para reemplazar fertilizantes sintticos nitrogenados, el uso de agentes del control biolgico en lugar de plaguicidas, y el cambio a la labranza mnima o reducida. En este nivel, la estructura bsica del agroecosis-tema no se altera considerablemente, por lo que muchos de los problemas que se observan en los sistemas convencionales tambin estn presentes en aquellos que solo sustituyen insumos.Nivel 3: Rediseo del agroecosistema de forma tal que funcione sobre las ba-ses de un nuevo conjunto de procesos ecolgicos. El diseo del sistema en su

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    conjunto en este nivel elimina de raz las causas de muchos problemas que existen todava en los niveles 1 y 2. As, ms que encontrar formas ms sanas de resolver problemas, como plagas y/o enfermedades, se previene su aparicin. Se plantea el diseo y manejo interno y tiempos establecidos en lugar de apli-car insumos externos. Un ejemplo es la diversificacin del manejo y estructura de la unidad de produccin mediante el uso de rotaciones, cultivos mltiples, agroforestera, borduras.Nivel 4: Cambio de tica y de valores. Una transicin hace una cultura de sus-tentabilidad. La sustentabilidad como concepto tiene el enorme potencial de servir como punto de vnculo entre los dos componentes ms importantes de los sistemas alimentarios los que producen los alimentos por un lado y los que consumen los productos por el otro. En cierto grado estamos hablando de la reintroduccin del componente cultura dentro de la agricultura.

    Estas etapas son pensadas de modo secuencial, en especial las tres primeras (Reducir-Sustituir-Redisear). En muchas oportunidades se requiere apelar a esta estrategia secuencial para avanzar en la transicin. Esto es comn en el tipo de productor familiar capita-lizado. El proceso de transicin requiere de gradualidad en las acciones, no solo para permitir que el productor pierda algunos prejuicios y vaya aceptando con ms tranquilidad la propuesta, sino para tener el tiempo necesario para empezar a desintoxicar el sistema productivo y recuperar algunas de las propiedades ecolgicas que permitan avanzar hacia un sistema ms equilibrado.

    7.2. Otras alternativas son posibles. Algunos ejem-plos a partir de experiencias localesLa heterogeneidad de situaciones presentes en la agricultura familiar nos permite reflexionar que muchas veces no es necesario avanzar de modo secuencial como plantea Gliessman para la transicin. Principalmente, para el caso de los productores familiares ms descapitalizados, comenzar simplemente por una reduccin o un buen uso de insumos agrotxi-cos puede no ser una estrategia adecuada. Muchos agricultores familiares ya ha-cen un uso limitado de estos (lo que no implica necesariamente un uso correcto). Es frecuente encontrar situaciones en la horticultura familiar que, frente a pro-blemas como la presencia de plagas, exista la posibilidad de abordar soluciones mediante estrategias combinadas de uso de agroqumicos con algunos preparados sobre la base de recursos locales. Algunos productores que estn dispuestos a comenzar la transicin generalmente se sienten ms seguros si inician la experiencia a partir del reemplazo gradual de insumos qumicos por otros biolgicos o de menor toxicidad y les permite tomar

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    confianza y habilita la posibilidad de empezar a evaluar el sistema y las potencia-lidades que aparecen cuando hay una menor presin por el uso de qumicos. Es muy comn que los pequeos productores familiares estn dispuestos a elaborar preparados de origen botnico a partir de recursos locales, como por ejemplo, la preparacin de purines, macerados o ts para el control de plagas o como biofertilizantes. Adems, se generan espacios interesantes de discusin acerca de las potencialidades de estas prcticas. Algunas experiencias locales han avanzado en la validacin participativa de purines de ortiga (Urtica urens) y sui-co (Tagetes minuta) para el control de plagas o bien purines con cola de caballo (Equisetum giganteum) como biofertilizante en plantineras y de acacia (Gldi-tzia triacantos) como fertilizante nitrogenado en pasturas. (Ver parte II, pg. 50)

    En otros casos se aprovecha la predisposicin a incorporar algunos recursos locales como semillas que los productores comienzan a seleccionar y producir tomando en consideracin aquellos cultivos ms simples de hacer y que hayan observado que se adaptan mejor por alguna particularidad, determinada por ejem-plo por la resistencia a ciertas enfermedades, su rusticidad, etc. As, podemos mencionar a muchos productores extensivos que utilizan maz de variedades de polinizacin libre o hijos de hbridos para cultivar. En el caso de la horticultura el avance con el tomate platense, una variedad de ms de 50 aos, de alta rusticidad y ms resistente a enfermedades, hoy est volviendo a ser incorporada al esquema productivo.

    En aquellos productores ms incentivados, la posibilidad de plantear un diagrama de produccin ms diversificada en el espacio y con rotaciones de cultivos en el tiempo es posible en la medida en que se planifiquen las tareas y no compliquen demasiado las labores que estn acostumbrados a realizar. Hay mucha ms pre-disposicin a sembrar flores y plantas repelentes en las borduras o bien mantener los bordes con vegetacin espontnea en los lotes cultivados, que a plantear aso-ciaciones de cultivos dentro del lote.

    Por otra parte, puede ocurrir que estn dispuestos a iniciar el proceso en todo su establecimiento o bien prefieran seleccionar un sector del predio y hacerlo agroecolgico. En este caso, la mejor manera de avanzar con estas acciones es escoger una zona del predio para ir probando los diferentes cambios propuestos y acordados. Esta es una decisin conjunta entre el productor y sus asesores tcni-cos. El sector de prueba debe ser lo suficientemente grande como para evaluar y sacar conclusiones sobre algunas alternativas. Dado que cualquier cambio puede implicar riesgos e incertidumbres, en muchos casos los comienzos del proceso pondrn a prueba aquellos cultivos que no son considerados centrales en la estra-tegia del productor.

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    El agricultor que est produciendo y evaluando los resultados de estas innovacio-nes solo en un sector de su sistema estar en proceso de Transicin Agroecolgica y el avance se medir en funcin del xito de la experiencia y a medida que se incorpore mayor superficie con esta forma de trabajo.

    Tambin puede que exista alguna problemtica que no est siendo abordada por el productor, como deficiencias en la fertilidad del suelo (carencia de determinados nutrientes, acidez del suelo, etc.). Esto implica pensar la fertilidad del suelo revi-sando el uso de fertilizantes qumicos de sntesis (tipo, momento de aplicacin, dosis, etc.), pero a su vez analizar la importancia de la incorporacin de abonos o rastrojos como mejoradores de la estructura y biologa del suelo y, por ende, de su fertilidad. Una prctica validada por los productores que tienden a resolver el problema de nematodos del suelo, pero que tambin aporta a la calidad del mismo se observa en el anexo de biofumigacin. Si a esto le sumamos hacerlo a partir de recursos locales (pensar los recursos disponibles, cantidades, formas de aplicacin, etc.), estamos poniendo en valor todos los recursos disponibles por el productor.

    De este modo se establece desde el comienzo del proceso una necesidad combi-nada de reducir y sustituir insumos, pero tambin, de forma simultnea, incorpo-rar o poner en valor tecnologas de procesos ya existentes.(Ver parte II, pg. 85)

    Este nivel de avance en la interpretacin de las alternativas posibles como estrate-gias de manejo que consoliden la transicin nos lleva directamente a pensar en el rediseo del sistema de produccin.

    Redisear implica la gradual recuperacin de los componentes claves del agroecosistema y pensar en una distribucin espacial y temporal de los mismos que potencie las interrelaciones y sus sinergias positivas. En muchos casos, existe la posibilidad de manejar de modo beneficioso la biodiversidad ya existente. La misma podra ejercer su potencialidad como reguladora de plagas con algunos cambios en el manejo del sistema (Ver parte II, pg. 92)

    Reducir ciertos insumos, sustituir algunos de ellos por otros y redi-sear el sistema son acciones que durante el proceso de transicin en los campos de productores familiares debieran ir realizndose en cierto modo de forma simultnea, segn el caso en particular.

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    Muchos pequeos productores mantienen cierto grado de biodiversidad tanto cul-tivada (por una estrategia de minimizar el riesgo en el mercado al aumentar la diversificacin de productos), como asociada: borduras, arvenses dentro del lote cultivado y ambientes poco disturbados del mismo establecimiento (esto se debe, probablemente, a que no tiene la capacidad de mantener productiva la totalidad de la superficie, no disponen de dinero para herbicidas o mano de obra para labores de desmalezado, o para el caso de los sistemas ganaderos, hay pastizales naturales para pastoreo, etc.). Esta situacin presenta un escenario propicio para avanzar en el rediseo del sistema poniendo en valor su propia diversidad.Estas acciones deben ir acompaadas por la revalorizacin de la biodiversidad del sistema tanto por parte del productor como del tcnico, a partir de reconocer el rol que cumple la misma, ntimamente vinculada a los servicios ecolgicos que provee y que an siguen siendo subestimados. Por eso, consideramos que es difcil proponer pasos o etapas para alcan-zar agroecosistemas sustentables, sino que el proceso de transicin agroeco-lgica tendr sus propias particularidades en cada caso, segn el escenario inicial y las situaciones que vayan aconteciendo en su transcurso.

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    1) Asesoramiento y acompaamiento del Estado: Como dice Costabeber (1998), se abre una brecha entre agricultores que pueden contar con aseso-ramiento para el cambio tecnolgico y conquistar mercados diferenciados que remunere la produccin ecolgica, y los que no tienen esa capacidad. En igual sentido se expresa Caporal (2009), quien considera que el proceso de transicin agroecolgica requiere una participacin fuerte del Estado a travs de polticas pblicas, programas y planes que den soporte a los procesos de cambio, como fue la decisin brasilera a partir del 2002. En estos casos los productores pueden contar con mayor informacin tcnica, como as tambin otros recursos para afrontar el proceso. La experiencia cubana muestra que la conversin de los sistemas agrarios de intensivos a sistemas agroecolgicos es un proceso que requiere voluntad poltica, participacin, educacin e innovacin de parte de los diversos actores del sector agrario. Lgicamente los tcnicos y profesionales implicados deben estar formados en agroecologa para poder acompaar estos procesos de forma eficiente. En nuestro pas tenemos una importante experien-cia que fue abordada por el sistema de extensin de INTA, sobre todo a partir del programa Pro-Huerta, que hoy con la creacin del CIPAF, sus IPAF y los proyectos nacionales de investigacin (PPR y PE) se ve en proceso de profun-dizacin, aunque an de manera incipiente.

    2) Mercados alternativos: Los sistemas de comercializacin precarios gene-ran incertidumbres que constituyen una de las principales barreras a la transi-cin agroecolgica (Prez, M., 2010). Contar con mercados que reconozcan el valor real de la produccin y que se adecuen a la realidad socioeconmica del productor familiar, puede ser un modo acertado de favorecer la biodiversifica-cin general del sistema. Activar mercados locales y cadenas cortas de comer-cializacin descentralizadas que valoricen estas producciones tiene adems una relacin directa con la seguridad y la soberana alimentaria.

    08. ALGUNOS ELEMENTOS QUE CONDICIONAN EL PROCESO DE TRANSICIN

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    3) La organizacin comunitaria: Integrar grupos u organizaciones de agri-cultores partcipes conjuntos del proceso de transicin agroecolgica es un ele-mento que facilita el avance de cada uno de los productores individuales. El intercambio de experiencias y conocimientos acumulados, como as tambin el agrupamiento para la obtencin de recursos (sean econmicos, asesoramiento, o de otro tipo), es uno de los beneficios de la organizacin para avanzar en el proceso. Se requiere de metodologas participativas y estrategias organiza-cionales para alcanzar los objetivos y las metas que se establezcan (Caporal y Costabeber, 2004).

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    Queremos resaltar que existen en el pas innumerables experiencias de prcticas e innovaciones tecnolgicas que han sido desarrolladas para lograr sistemas de produccin familiar con enfoque agroecolgico. Sera un interesante desa-fo sistematizar estas experiencias de manera de juntar toda la informacin y conocimientos generados a partir de ellas y que circulan a travs de las orga-nizaciones y tcnicos de terreno. A su vez, esta sistematizacin debera lograr organizarse con un criterio que permita potenciar las bondades de dichas prc-ticas para la transicin agroecolgica. Esto quiere decir tomar estos conceptos, reinterpretarlos y ver cmo la prctica activa o desactiva los principios y crite-rios arriba expuestos.Se requiere profundizar los conocimientos tericos acerca del manejo agroeco-lgico de los sistemas productivos. En este escenario sera necesario armar equi-pos interdisciplinarios que puedan trabajar en el estudio de la agrobiodiversidad en fincas de productores, para lo cual se requiere fortalecer, por un lado, equipos de investigacin slidos, que acuerden el marco terico desde donde se desarro-lla la investigacin. Tambin, por el otro, se requieren tcnicos de terreno que comprendan esta propuesta y estn dispuestos a comprometerse en ella. Uno de los desafos ms importantes que desde este nuevo enfoque se propone es la necesidad de comprender que lo que se transmite no son recetas, ya que stas no funcionan siempre para la heterognea realidad de la agricultura fami-liar. Lo importante es entender el problema, identificar correctamente las causas que lo generan y buscar las mltiples alternativas posibles en funcin de los criterios antes expuestos, para encontrar la solucin. A partir de estos estudios, validados en las fincas con los productores, deberamos estar en condiciones de poder plantear esquemas agroecolgicos que permitan, sin ser recetas, recrear alternativas productivas para distintas realidades como son la horticultura fami-liar, la ganadera familiar, etc.

    09. EL DESAFO

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    En la parte II de este cuaderno se inicia la serie de casos de investigacin ac-cin participativa (IAP) para la validacin de tecnologa para la transicin. En este apartado se muestran las experiencias IAP llevadas a cabo en el marco del proyecto mencionado. Se pretende vincular la teora y la prctica, rescatar la experiencia puntual, pero intentar lograr generalizarla a partir de identificar la esencia del proceso y los principios replicables para otras experiencias que consideran avanzar hacia la transicin a sistemas agroecolgicos de produc-cin. Estos esquemas sern aplicables con distintas estrategias segn el tipo de produccin, el tipo de productor, la realidad agroecolgica y de contexto existente. Por ltimo, estos esquemas agroecolgicos debern ser validados, modificados y recreados por los grupos de productores que estn dispuestos a iniciar este desafo. El enfoque agroecolgico es una ciencia dinmica, que se retroalimenta a partir de los conocimientos que son recreados por los actores que la practican. En este contexto, otro gran desafo ser consolidar la red en agroecologa. Esto permi-tir multiplicar experiencias e ir insertando el tema en las distintas instituciones vinculadas al sector.

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    El suico (Tagetes minuta L.) como repelente de insectos en Producciones Agroecolgicas

    EQUIPO DE INVESTIGACINMiembros de la Cooperativa Agropecuaria de Productores Familiares de Flo-rencio Varela (A.P.F.) y productores vecinos, junto con extensionistas e inves-tigadores de INTA.Luego del diagnstico participativo, el grupo defini el problema de investi-gacin1.

    EL PROBLEMAEl bicho moro (Epicauta adspersa Klug.) es un insecto que ataca sobre todo las solanceas (papa, tomate, pimientos o berenjena), pero tambin otras es-pecies como acelga, espinaca, remolacha. En aos secos es especialmente problemtico a partir de la floracin (Sosa, 2006). En el cordn hortcola bonaerense resulta una de las plagas difciles de manejar, en particular en cultivos de morrn, acelga y tomate. Dada su vo-racidad, los tratamientos usualmente propuestos son a base de agroqumicos de alta toxicidad.

    1 Carlos Vesna; Julia Ros; Leonardo Davies; Maximiliano Prez; Reina Aguirre; Silvia Cappa; Victoria Daz; Mariana Marasas.

    OBJETIVO: Control del bicho moroLA PRCTICA PROBADA POR LOS PRODUCTORES: Asociacin de cultivos con sui-co: el suico en la periferia del lote cultivadoPURN DE SUICO: 3 kg de hojas y tallos verdes desmenuzados en 100 litros de agua. Dejar descomponer durante 5 das.APLICACIN: colar 5 litros de purn y diluirlo en la mochila en 15 litros de agua. Aplicacin foliar.

    El bicho moro es un coleptero de 1 a 1,5 cm de largo. Es benfico en estado larval, ya que se alimenta de huevos de langostas y tucuras; y perjudicial en estado adulto, cuando se alimen-ta de vegetales y es de marcada voracidad. Ata-ca principalmente las solanceas (papa, tomate, pimientos o berenjena). Tambin otras especies como acelga, espinaca, remolacha.

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    LA PROPUESTA AGROECOLGICA EVALUADALa propuesta fue resolver la problemtica productiva a partir de la visibili-zacin y puesta en valor de recursos locales. Para ello se implement la uti-lizacin de una planta espontnea, el suico o chinchilla (Tagetes minuta L.), hierba erecta nativa y anual de hasta dos metros de altura que cumple su ciclo en el verano (Soule, 1993). Rica en aceites aromticos, es utilizada como repelente de insectos. Los componentes dominantes de sus aceites esenciales son tagetonas, ocimenonas y sesquiterpeno spathulenol (Lpez et al., 2009). El anlisis de los efectos fitotxicos de estos compuestos indican que puede ser una especie efectiva para repeler insectos plaga (Zunino et al., 2005, en Lpez et al., 2009).

    Previamente a la implementacin de la experiencia, solo una productora haba probado el efecto del suico desmenuzndolo y esparciendo sus restos verdes sobre los cultivos, con resultados aceptables. A partir de este conocimiento sobre la repelencia del suico, se plante como objetivo evaluar sus efectos para controlar el bicho moro utilizndolo de otros modos. Algunos producto-res pensaban que poda funcionar no como repelente, sino como cultivo trampa (esto es que los bichos moros seran atrados por el suico y no ataca-ran los cultivos). DISEO DEL ENSAYO PARTICIPATIVODebido al tamao de la quinta seleccionada por el grupo para hacer un ensa-yo de prueba, se acord ajustar las dimensiones del ensayo a dos cuadros de morrn (Capsicum annuum), uno sembrado solo y otro rodeado de plantas de suico. Ambos cuadros contaban con tres lneas de 15 plantas de morrn cada una, espaciadas unos 25 cm. Plantas de suico que crecieron espontneamente en la quinta fueron trasplantadas y utilizadas para el ensayo.

    Se realizaron 8 monitoreos de insectos tanto sobre las plantas de morrn como sobre las plantas de suico. Estos fueron de frecuencia semanal y comenzaron a los 15 das de realizado el trasplante del cultivo. La planilla para el releva-miento de datos se construy grupalmente.

    El suico es fuente de aceites aromticos usa-dos en perfumes, como condimento y como repelente de insectos (Neher, 1968: En Soule, 1993). En Crdoba y San Luis se utiliza como repelente de hormigas y mosquitos, incluso es larvicida contra Aedes aegypti, el mosquito del dengue (Ricciardi y Esquivel, 1986).

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    RESULTADOSDurante las 8 semanas de muestreos no se observ presencia de bicho moro sobre el ensayo. Sin embargo, en otro sector de la quinta, dentro del invern-culo, otras plantas de morrn y acelga fueron fuertemente atacadas, contabi-lizndose entre 3 y 12 individuos por planta, sobre un total de 20 plantas de ambos cultivos. El hecho de que sobre el tratamiento testigo no fuesen encon-trados bichos moro pudo deberse a la cercana con el tratamiento asociado, el cual pudo influir sobre el testigo, dado que ambos tratamientos se ubicaron a una distancia de 3 metros entre s. Por otro lado, en el invernculo, el efecto de las altas temperaturas y las con-diciones de humedad bajo la cubierta plstica pueden sugerir un mejor hbitat para la reproduccin del bicho moro, al jugar un rol importante en la seleccin de plantas por parte de los fitfagos.

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    CONOCIMIENTOS OBTENIDOSA pesar de no haber existido diferencias apreciables en la prueba realizada (pero s ataques en cultivos externos a la misma), el efecto repelente del suico como especie asociada sigue siendo valorado por los productores.Si bien se trat de un ensayo en un pequeo sector de la quinta, la experiencia permiti el desarrollo de una estrategia para reducir los daos por plagas, basadas en la observacin y utilizacin de recursos internos del predio, sin costos monetarios para el agricultor y que afianzan la produccin sin agroqu-micos en la zona al brindar alternativas concretas. Los productores concluyeron que:

    El suico actuara como repelente de insectos. El suico no es un cultivo trampa del bicho moro, o sea que no atrae a este insecto. El suico como especie asociada constituye un recurso local efectivo para el manejo del bicho moro. Los productores sostienen esto en funcin de su experiencia previa y del ensayo.

    OTROS CONOCIMIENTOS QUE SE GENERARON Este trabajo permiti la discusin y prueba de otras opciones para la utili-zacin del suico, no solo contra el bicho moro, sino tambin contra otras plagas: Purn de suico: desarrollado y evaluado por una de las productoras del equipo. Utiliz 3 kg de hojas y tallos verdes desmenuzados en 100 litros de agua. Luego de 5 das de descomposicin, se diluyen 5 litros de purn en la mochila con 15 litros de agua. Se aplic foliar. En acelga repela al bicho moro. Los productores transplantaron suico rodeando el invernculo para evitar el ingreso de plagas por accin repelente y debido a la barrera fsica que con-forman las plantas. Se realiz un destilado de suico para conservarlo durante el invierno y poder aplicarlo con mochila, diluido, cuando fuera necesario. Algunos productores lo probaron para controlar otros insectos considerados plagas como los pulgones y funcion. Por ser un Tagetes, se considera un recurso local que puede evitar el dao causado por los nematodos si es sembrado entre los cultivos, ya que sus races liberan un exudado nematicida.

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    LOS AVANCES EN LA TRANSICIN AGROECOLGICACon el objeto de desarrollar alternativas para la resolucin de un problema productivo determinado, se comenz por el reconocimiento de los elementos presentes en los agroecosistemas, en especial los recursos naturales locales, poniendo en valor el enfoque de sistemas.A partir de estas experiencias, los productores se identifican como poseedores de un nuevo saber construido en conjunto con los tcnicos, diferente al saber tradicional, pero complementario y necesario. Esta situacin los ubica como referentes ante otros pares en encuentros y jornadas tcnicas, donde han co-

    ESTA IAP FORTALECE LA TRANSICIN AL:-Desarrollar un mtodo para manejar un insecto de gran voracidad con unrecurso propio.-Promover la autonoma del sistema al resolver un problema productivo sincostos adicionales.-Valorar la diversidad vegetal local.-Disminuir el riesgo ambiental y sanitario al emplear preparados botnicospara manejo de plagas y obtener as alimentos sin residuos de agrotxicos.

    Registro en el tratamiento testigo

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    mentado y discutido sus experiencias. Estos espacios no se centran solo en la difusin de los resultados concretos de sus experimentaciones, sino tambin en la forma de trabajo implementada, en la articulacin con los profesiona-les y en la consideracin de los componentes presentes en el agroecosistema como fuente de recursos endgenos donde indagar y buscar respuestas a las problemticas que se les presentan.

    BIBLIOGRAFALPEZ M. L., N. E. BONZANI y J. A. ZYGADLO (2009). Allelopathic poten-tial of Tagetes minuta terpenes by a chemical, anatomical and phytotoxic appro-ach. Biochemical Systematics and Ecology. 36 882-890.RICCIARDI A. I. A. y G. A. ESQUIVEL (1986). Plantas de posible utilidad en el control de insectos. En S.A.I.P.A. Buenos Aires. 40-64.SOSA, M. A. (2006). El bicho moro (Epicauta adspersa Klug) (Coleptera: Meloidae) en el cultivo de soja. Descripcin, biologa y hbitos alimenticios. Disponible en: . ltimo acceso: 14 de abril de 2010. SOULE, J. A. (1993). Tagetes minuta: A potential new herb from South America. p. 649-654. In: J. Janick and J. E. Simon (eds.), New crops. Wiley, New York.

    Preparacin del destilado de suico

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    Utilizacin de cola de caballo (Equisetum gigan-teum) como controlador de hongos del suelo

    EQUIPO DE INVESTIGACIN2

    Este proceso de Investigacin Accin fue llevado a cabo por los participantes delcurso de Jardinera del CFP 402 de Mar de Aj, durante los aos 2008 y 20092 por el IPAF Regin Pampena3.

    EL PROBLEMAEntre las dificultades que enfrenta el horticultor durante la etapa de almcigo(etapa que comprende desde la siembra hasta que las plntulas alcanzan las cuatro hojas), encontramos el mal de los almcigos o damping off, una en-fermedad causada por un complejo de hongos del suelo, que incide negati-vamente en el desarrollo normal de las plantas. Las propuestas habituales para su control son de carcter qumico (bromuro de metilo, dazomet, etc.) o fsico (solarizacin, vapor de agua), procedimiento que comnmente se llama esterilizacin.Estas propuestas convencionales no encajan en el marco terico de las ca-pacitacionesbrindadas a productores familiares por el CFP 402, las cuales poseenuna orientacin agroecolgica.La propuesta para este trabajo fue encontrar un tratamiento adecuado sin trai-cionar el marco agroecolgico.

    2 Isabel Ocampo, M. Delia Varela, Eva Roxana Tosto, M. Ins Castillo, Hilda Fernndez.3 Ing. Agr. (Mg) Laura De Luca.

    OBJETIVO: Control de hongos del sueloLA PRCTICA PROBADA POR LOS PRODUCTORES: Decoccin de cola de caballo como funguicida y fertilizante foliarPREPARACIN: 35 g de cola de caballo fresca, con la parte area cortada en trozos, hervida en un litro de agua, hasta reducirla al 50 %, una vez fra se completa el litro con agua de red.APLICACIN: 1- Solamente al inicio: regado con decoccin de cola de caballo 48 horas antes de la siembra y luego con agua de red.2- Continuo: regado 48 horas antes de la siembra y durante toda la experiencia.

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    PROPUESTA AGROECOLGICA EVALUADATanto el saber popular como experiencias cientficas citan al Equisetum sp., vulgarmente llamado cola de caballo, hierba del platero, limpiaplata o cabay rugai, como fungicida orgnico. Los preparados fungicidas son generalmente preventivos, es decir que deben aplicarse antes de surgir la en-fermedad. En el caso del Equisetum, puede ser utilizado cuando la enfer-medad ya hizo su aparicin. Adems constituye un recurso local ya que las condiciones climticas de la regin hacen que este helecho se desarrolle en forma espontnea en la regin costera bonaerense.

    DISEO DEL ENSAYO PARTICIPATIVOPara realizar almcigos existen tres elementos para tener en cuenta: contar consemillas de buena calidad, recipientes inocuos y sustratos esterilizados.Los fungicidas permitidos en la produccin orgnica son generalmente preven-tivos, es decir que deben aplicarse antes de surgir la enfermedad. Por tal razn se denominan fungistticos, ya que inhiben la germinacin de esporas del hon-go. Para evaluar el poder germinativo se utilizaron 100 semillas de lechuga (Lactuca sativa) por ser una de las ms susceptibles a las enfermedades en el periodo de almcigo. El resultado obtenido fue del 87 %.

    4 Catlogo de plantas vasculares del Cono Sur (Argentina, Sur de Brasil, Uruguay y Paraguay). Volumen 1 Pteidophyta, Gymnospermae, Monocotyledoneae. Fernando O. Zuloaga, Osvaldo Morrone, M. Belgrano Editores. 2008.

    Segn el sistema de informacin botnica de la Administracin de Parques Nacionales (http://www.sib.gov.ar) se registran en Argentina las siguientes variedades: Equisetum palustris, E. bogotensis, E. gi-ganteum, E. arvensis, aunque no todas las variedades se encuentran debidamente identificadas. Lo que s puede aseverarse es que su dis-tribucin es muy amplia y abarca desde Jujuy hasta Chubut, siempre ligado a zonas de mallines, lacustres o costeras marinas. La variedad utilizada en esta experiencia fue Equisetum giganteum L4.El Equisetum es un helecho primitivo de la era paleozoica. Planta her-bcea entre 0,20 y 5 metros de altura, sin reproduccin sexual aparente, que, como todo helecho, se reproduce mediante esporas (criptgama).

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    Preparacin del sustrato: en una batea se coloc tierra ms restos orgnicos endescomposicin para garantizar la carga microbiana, luego se dividi en cincopartes iguales.

    Tratamientos1. Tratamiento testigo positivo: no recibi ningn tratamiento.2. Tratamiento qumico (formol al 37 %): se diluyeron 20 cc en un litro de agua, se reg el sustrato, para potenciar su efecto se cubri con nylon y se dej reposar 48 horas. 3. Tratamiento fsico: fue tratado con calor seco, y se llev el sustrato a horno entre 120 C y 180 C por el trmino de 30 minutos.4. Tratamiento cola de caballo solamente al inicio: regado con decoccin de cola de caballo 48 horas antes de la siembra.5. Tratamiento cola de caballo continuo: regado con decoccin de cola de caba-llo 48 horas antes de la siembra y durante toda la experiencia.Tratamiento testigo negativo: se utiliz solamente perlita.

    Decoccin de cola de caballoSe utilizaron 35 g de cola de caballo fresca, con tallos y hojas de la parte area cortada en trozos, hervida en un litro de agua, hasta reducirla al 50 %, una vez fra se complet el litro con agua de red. Se realizaron 6 repeticiones por tra-tamiento. Se sembraron 6 semillas de lechuga por tratamiento en invernadero. Los recipientes se colocaron en forma aleatoria. En cuanto al riego, este se realiz con agua de red a lo largo de la experiencia, excepto el tratamiento 5, que tuvo riego continuo con decoccin de cola de caballo. El criterio utilizado para la frecuencia de riego fue a travs de la observacin, se mantuvo en toda la experiencia la humedad constante y se regaba cada vez que era necesario.

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    RESULTADOSSe observ que para la lechuga el riego con decoccin durante la etapa del al-mcigo favoreci el crecimiento de los plantines, respecto a los mtodos tra-dicionales de esterilizacin de sustrato (esterilizacin con mtodos qumicos o con calor). No se observaron diferencias significativas entre los tratamientos 3, 4 y 5 en cuanto a la presencia de la enfermedad, pero s se visualizaron dife-rencias en cuanto a crecimiento y desarrollo de las plantas de lechuga. Como un resultado inesperado, encontramos que el riego con decoccin de Equise-tum provoc un aumento en el tamao de hoja de las plantas de lechuga.

    CONOCIMIENTOS OBTENIDOSSi bien el replanteo del predio bajo una ptica agroecolgica implica un an-lisis de cada sistema en particular ms que una mera aplicacin de recetas, es til contar con algunas estrategias que aporten al fortalecimiento de los ciclos internos de dicho sistema, de manera que reduzcan los organismos nocivos y no modifiquen las poblaciones de organismos (plantas o animales) que be-neficien a nuestro sistema. Los preparados y purines, tanto para el manejo de enfermedades y plagas como para el fortalecimiento del suelo, son prcticas utilizadas por los agricultores que cuentan con escasa o nula divulgacin. Considerados saberes populares, son convalidados por la prctica reiterada en el espacio y el tiempo como es el caso de la decoccin de Equisetum tanto para su utilizacin en plantineras como para tratamientos foliares.

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    LOS AVANCES EN LA TRANSICINEl Equisetum resulta apto para el manejo de algunas enfermedades fngicas. Pero a su vez como parte del sistema, es una planta altamente decorativa que con sus rizomas remueve el suelo. Difcilmente se transforma en maleza, prefiere los huertos soleados pero de suelo hmedo y resulta til en conso-ciaciones vegetales para bordes y manchones de biodiversidad, debido a que es una planta autctona. Adems, aportado en el agua de riego colabora en el fortalecimiento de las hojas, las cuales aumentan en resistencia y dimensin, sobre todo en las verduras de hoja.En decoccin, es utilizado de manera foliar sobre plantas ornamentales, para combatir la roya de los malvones y el oidio de las dalias y como preventivo ante enfermedades fngicas. Tambin es utilizado en combinacin con la or-tiga como insecticida dentro de la agricultura biodinmica.A modo de ejemplo de utilizacin comprobada cientficamente por otros gru-pos de trabajo, podemos citar el uso de extractos de cola de caballo en el cultivo de la papa para el control de la enfermedad del tizn tardo.

    BIBLIOGRAFABASTIDA, C. (2009). Cola de caballo menor usos y virtudes. Revista La Fertilidad de la Tierra N 16 pp. 24-27.EGUIVAR, R. D. y W. GARCA (2006). Alternativa agroecolgica para el control del tizn tardo, Phytophthora infestans, de la papa en Coloma - Boli-via. ACTA NOVA Vol. 3, N 3, dic. 2006.ROBLEDO, A.; Miguel E. GARCA, S. GODNEZ VARGAS, D. GUERRA RAMREZ; B. TREJO REYES; M. ROBLEDO y MONTERRUBIO (2006). Efecto fungicida de extracto hexnico de Equisetum giganteum en Fusarium solana. V Semana Cientfica del CATIE.

    ESTA IAP FORTALECE LA TRANSICIN AL:-Disminuir el riesgo del emprendimiento controlando una enfermedad fngica im-portante con un recurso propio.-Optimizar recursos locales ya que valora una especie autctona vista solo como ornamental.-Valorar la diversidad vegetal y estimular su cultivo.-Promover la autonoma del sistema al resolver un problema productivo sin costo adicional.

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    Biofumigacin en el manejo agroecolgico de nematodos parsitos de vegetales (MANPV)

    EQUIPO DE INVESTIGACINMiembros de la Cooperativa de Trabajo Agrcola de Hudson y Pereyra (Co-TraHyP), Cambio Rural Bonaerense-MAA, Ctedra de Agroecologa FCAyF-UNLP, Centro de Investigacin y Desarrollo en Criotecnologa de Alimentos-FCE-UNLP, e investigadores del IPAF Pampeana-INTA35.

    EL PROBLEMALos productores del rea hortcola bonaerense observan con frecuencia de-bilitamiento de las plantas, amarillamiento y en casos extremos la muerte de estas asociada a la presencia de ndulos en las races de sus cultivos. Estas papitas, ndulos o rosarios en las races son producidos por nematodos parsitos de vegetales, NPV, que constituyen una plaga de importancia am-pliamente distribuida en el rea hortcola. Entre los NPV detectados, los for-madores de ndulos en las races, Meloidogyne spp. y Nacobbu