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1 Entre la Tradición y la Historia : El caso de Antonio Valeriano y el Nican Mopohua José Antonio González Gómez Programa Maestría-Doctorado de Historia-Etnohistoria ENAH - México gogantonio @ yahoo.com.mx Ponencia presentada en el IV Encuentro Interdisciplinario de Antropología e Historia del Guadalupanismo celebrado el 17,18 y 19 de septiembre de 2003 en la ENAH, México, DF Presentación El presente ensayo es parte del Proyecto de Investigación “Antropología e historia de Azcapotzalco” que se realiza dentro del Programa Integrado de Maestría-Doctorado en Historia-Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Consideramos que el caso del indígena Antonio Valeriano es un ejemplo de la mezcla de asuntos históricos y antropológicos. La trayectoria social y política de Antonio Valeriano es una interesante muestra para entender el origen y funcionamiento de los nuevos gobernantes indígenas-hispanizados que ayudaron a estabilizar el poder colonial en la Nueva España entre los siglos XVI y XVII, a la par que la existencia y características de A. Valeriano propuestas por los historiadores novohispanos y modernos de corte aparicionista, ( historiadores que sostienen la verdad histórica de las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indígena Juan Diego en el Tepeyac en 1531 ) es fundamental para sostener la estructura ideológica formal de las apariciones guadalupanas, punta de lanza de la actual política de evangelización de la Iglesia Católica. La intención del presente texto, no es cuestionar históricamente las apariciones marianas de Guadalupe de 1531, tema ampliamente tratado entre historiadores de talla como De la Maza, O´Gorman, D. Brading, etc.. Nuestra intención es analizar, por que se eligió a Antonio Valeriano como el autor “oficial” de la relación en nahuatl conocida como “Nican Mopohua” , presentada por vez primera en 1649 por el padre Luis Lasso de la Vega y por que esta tradición de considerar a Antonio Valeriano como el verdadero autor del “Nican Mopohua” y coetáneo de Juan Diego ( y hasta pariente de este, según algunos aparicionistas ) , ha sido incorporada dentro del actual cuerpo ideológico que gira en torno a las apariciones guadalupanas, oficializadas por la alta jerarquía católica. Para desarrollar nuestro tema, presentaremos a Antonio Valeriano como figura histórica, como elemento clave en la tradición aparicionista guadalupana y su papel en la actual política de evangelización católica.

El caso de Antonio Valeriano y el Nican Mopohua: Entre la Historia y la Tradición

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Ponencia presentada en el IV Encuentro Interdisciplinario de Antropología e Historia del Guadalupanismo en 2003, donde se analiza la relación entre Antonio Valeriano y el texto nahua de las apariciones guadalupanas (Nican Mopohua)

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Entre la Tradición y la Historia : El caso de Antonio Valeriano y el Nican Mopohua

José Antonio González Gómez Programa Maestría-Doctorado de Historia-Etnohistoria

ENAH - México gogantonio @ yahoo.com.mx

Ponencia presentada en el IV Encuentro Interdisciplinario de

Antropología e Historia del Guadalupanismo celebrado el 17,18 y 19 de septiembre de 2003 en la ENAH, México, DF

Presentación El presente ensayo es parte del Proyecto de Investigación “Antropología e historia de Azcapotzalco” que se realiza dentro del Programa Integrado de Maestría-Doctorado en Historia-Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Consideramos que el caso del indígena Antonio Valeriano es un ejemplo de la mezcla de asuntos históricos y antropológicos. La trayectoria social y política de Antonio Valeriano es una interesante muestra para entender el origen y funcionamiento de los nuevos gobernantes indígenas-hispanizados que ayudaron a estabilizar el poder colonial en la Nueva España entre los siglos XVI y XVII, a la par que la existencia y características de A. Valeriano propuestas por los historiadores novohispanos y modernos de corte aparicionista, ( historiadores que sostienen la verdad histórica de las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indígena Juan Diego en el Tepeyac en 1531 ) es fundamental para sostener la estructura ideológica formal de las apariciones guadalupanas, punta de lanza de la actual política de evangelización de la Iglesia Católica. La intención del presente texto, no es cuestionar históricamente las apariciones marianas de Guadalupe de 1531, tema ampliamente tratado entre historiadores de talla como De la Maza, O´Gorman, D. Brading, etc.. Nuestra intención es analizar, por que se eligió a Antonio Valeriano como el autor “oficial” de la relación en nahuatl conocida como “Nican Mopohua” , presentada por vez primera en 1649 por el padre Luis Lasso de la Vega y por que esta tradición de considerar a Antonio Valeriano como el verdadero autor del “Nican Mopohua” y coetáneo de Juan Diego ( y hasta pariente de este, según algunos aparicionistas ) , ha sido incorporada dentro del actual cuerpo ideológico que gira en torno a las apariciones guadalupanas, oficializadas por la alta jerarquía católica. Para desarrollar nuestro tema, presentaremos a Antonio Valeriano como figura histórica, como elemento clave en la tradición aparicionista guadalupana y su papel en la actual política de evangelización católica.

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Antonio Valeriano como figura histórica en la sociedad colonial del siglo XVI En 1536 fue la apertura oficial y solemne del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco. ( O´Gorman,1985;10 ). Los estudiantes que ingresaban – hijos de caciques y principales de entre los diez y los doce años de edad ) recibían una enseñanza humanista ( lecto-escritura en español, latín, lógica, filosofía y teología ) ( Gibson,2000;391 ). El propósito principal de la instalación del Colegio por parte de la orden seráfica de San Francisco, no fue el de crear un clero nativo ( la restricción del ingreso a los conversos y sus descendientes hasta la quinta generación estaba aún vigente ), sino el de formar un cuerpo de ayudantes y funcionarios indígenas que auxiliaran en la administración y gobierno espiritual-político del nuevo orden colonial. De acuerdo con esto, podemos entender el futuro papel de los egresados del Colegio y en menor medida, el de los estudiantes de las posteriores escuelas y colegios de indios y mestizos en la segunda mitad del siglo XVI. De acuerdo con los datos históricos, es posible proponer que Antonio Valeriano era de las primeras generaciones de estudiantes. Posiblemente habría nacido en la segunda década del siglo XVI y en Azcapotzalco, entre 1524 y 1528. ( Vazquez,2003;30 ). De origen macehual, tendría residencia y familia en Azcapotzalco y por sus estudios en el Colegio de Santa Cruz, se le consideraría lengua en latín y gran sabio ( Tezozomoc,1975 ; / Gibson,2000;391 ) Una pregunta queda pendiente; ¿Cómo un niño de origen macehual , no noble, como Antonio Valeriano logró entrar en la primera generación de estudiantes del Colegio de Santa Cruz ? . Una hipótesis provisional era de que provenía de una familia relativamente acomodada de la parcialidad nahua de Azcapotzalco, probablemente comerciante y que tuvo los suficientes contactos con los religiosos franciscanos que en esa época asistían doctrinalmente a la cabecera de Azcapotzalco, como para permitirle la inscripción con el probable fin de lograr un ascenso social , posible en la nueva situación colonial.

Durante y después de su aprendizaje como alumno, Antonio Valeriano fue informante del Padre Fray Bernardino de Sahagún ( responsable de transcribir testimonios orales nahuas en textos escritos en español y nahuatl ) y después al parecer, maestro de gramática y nahuatl en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, donde al parecer fue preceptor de la lengua nahuatl del padre Fray Juan de Torquemada. Se ha propuesto que entre 1544 y 1548, cuando Valeriano contaba con 20 años, se hubiera casado con Isabel Huanitzín, séptima u octava hija de Diego de Alvarado Huanitzín que para entonces había fallecido. ( Vázquez,2003;30 ) . Este matrimonio le permitiría primero, ser considerado parte de la familia dinástica méxica y segundo, ser considerado principal, esto es pilli o noble, y por lo tanto con posibilidades de usufructar puestos públicos ( como alcalde, juez gobernador, fiscal, etc. ) dentro de la República de Indios, estructura de poder que controlaba pueblos y barrios indígenas dentro del sistema político-social del virreinato novohispano.

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El investigador Peter Gerhard menciona que en el expediente 182 del 23 de septiembre de 1552, que pertenece al manuscrito Ayer 1211 ( localizado en la Biblioteca Newberry de Chicago, EUA ), se encuentra la licencia del virrey A. de Mendoza a Antonio Valeriano, natural de Ascapucalco ( Azcapotzalco ) para andar en jaca - yegua – en atención de que es preceptor de españoles y para que pueda vestir como español. En la licencia se anota también que Antonio Valeriano es colegial del Colegio de Santiago en la Ciudad de México y preceptor del Colegio de San Juan Bautista. ( Gerhard,1992;51 ). Es posible que el Colegio de San Juan Bautista correspondiera al Colegio de San Juan de Letrán, que era un colegio para mestizos establecido en 1548, donde se enseñaba lectura, escritura, gramática, doctrina cristiana y un oficio, aparte a pedir limosna. El desempeño fue pobre para el siglo XVI. Gibson señala que en 1579 solo ochenta estudiantes mestizos asistían y la mayoría de ellos no terminó el primer año. ( Gibson,2000;392 ). Pero también podemos especular que fuera la escuela o colegio que funcionaba en el convento dominico de San Juan Bautista Coyoacán, donde a semejanza de otros establecimientos conventuales contemporáneos ( como el de San Francisco de México ) se enseñaba solo lectura, escritura, canto religioso y doctrina católica. Sugerimos esto por la posible relación de A. Valeriano con los dominicos de Azcapotzalco que bien pudieron haber intercedido por él con sus hermanos de Coyoacán. ( Lockhart,1999;648 / Vázquez,2003;31 ) Junto con sus clases en Tlatelolco y San Juan de Letrán es muy probable que Antonio Valeriano enseñase a domicilio a los hijos de españoles acomodados. En este contexto, el 8 de septiembre de 1556 se produjo el sermón del provincial franciscano Fray Francisco de Bustamante contra el creciente culto y devoción en la ermita de la Virgen de Guadalupe. ( O´Gorman,1985;12 ) . Cerca de 1557, el arzobispo Montufar reedifico y amplio la ermita de la Virgen de Guadalupe ( O´Gorman,1985;12 ). Esta reedificación afecto a varios núcleos indígenas, entre ellos al de Azcapotzalco, lugar a donde seguramente Valeriano vivia con su esposa y familia. Es probable que en esos años, Antonio Valeriano ya participase en la estructura política de la cabecera de Azcapotzalco fuera como fiscal, alcalde o escribano, rotandose en esos cargos. En 1561, Antonio Valeriano probablemente en su carácter de escribano, redacto y escribió de su puño y letra, una carta peticionaria de los nobles y funcionarios nahuas y tepanecas de Azcapotzalco dirigida al Rey. La carta de 1561 dirigida a Felipe II – manuscrita en latín -,contiene diversas peticiones y quejas de los gobernadores, alcaldes, regidores y escribanos de la república de Indios de Azcapotzalco ( entre ellos Francisco Placido y Antonio Valeriano ) que piden entre otras cosas, dos que son de suma importancia para el presente estudio :

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A) La fundación de un colegio en la cabecera de Azcapotzalco ( a semejanza del de Santa Cruz en Santiago Tlatelolco ) para que en él se enseñen entre otras ciencias, la gramática y la lengua española, adscribiendo allí como maestros, a los indígenas azcapotzalcas que conocen el latín y el español. ( Miranda,2001; 491 )

B) La disminución de los servicios públicos prestados entre otras cosas en la

construcción de templos. Se anota que esto es una gran vejación. Citan entre otros ejemplos, la obligación de enviar en repartimiento semanal a cinco indios azcapotzalcas para hacer el templo a la Virgen que vulgarmente se conoce como Guadalupe, quejandose que por este y otros servicios, Azcapotzalco no ha podido terminar su propia iglesia y el monasterio que necesitan los frailes dominicos que atienden a los indios azcapotzalcas. ( Miranda, 2001;490 )

Posiblemente copias manuscritas de esta carta en latín se conservaron y de alguna manera para fines del siglo XVII, al menos una estaba en poder del padre Agustín de Betancourt. Según esto, Betancourt conocía por esta carta latina de Antonio Valeriano, el pulcro y primoroso talento de su autor. ( De Mier, Carta a Juan Bautista Muñoz)

Posiblemente a la par que se desempeña como maestro, era el escribano del cabildo indígena de Azcapotzalco, de la parcialidad de mexicanos ( Azcapotzalco Mexicapan ). Esta situación le permitirá adquirir experiencia administrativa y de gestión que utilizara cuando se le nombre gobernador indígena en la Cd. de México.

En el Códice Aubin, en la lámina correspondiente al año de 1573 ( año 3 Casa ) se anota que Antonio Valeriano, ( Antón Valeriano en la glosa ) llegó a ser Juez de Tenochtitlán y empezó su cargo el día domingo 18 de enero . A la derecha de la glosa en nahuatl, se ve una figura en un icpalli o silla de petate con respaldo. La figura es masculina y tiene una tilma con banda en la orilla . Tiene también orejeras y una diadema. Todos estos eran símbolos de poder en la antigua iconografía prehispánica. La figura de Antón Valeriano empuña una vara, símbolo español de cargo y de autoridad. Sobre el conjunto, esta un glifo que en la interpretación del investigador James Lockhart, simboliza el nombre de Antón ( una cabeza de pájaro de la cual se desprende una corriente de agua, conjunto que combinando a(tl )-to(totl) , ( agua y pájaro ) fonéticamente proporcionan aton para el nombre propio del nuevo juez, Antón. ( Lockhart,1999;502 ) Para diciembre de 1596 por disposición del virrey, fue nombrado Don Juan Martín teniente para ayudar en la gobernación de México, al gobernador Don Antonio Valeriano, que era ya muy anciano y no oía bien. El nombramiento se hizo en el Tecpan; allí el virrey dio la vara e instrucciones a Juan Martín; este era juez en Acolman durante dos años y cinco meses ( Chimalpahin,2001;67 ).

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En 1599 fue nombrado juez gobernador de México-Tenochtitlan, Jerónimo López ( mestizo natural de Xaltocan ) , dejando su cargo de juez gobernador Antonio Valeriano, que había gobernado a Tenochtitlán durante 27 años. Juan Martín que había sido teniente para auxiliar a Valeriano durante 2 años y 8 meses se fue a Tlatelolco como juez gobernador. ( Chimalpahin,2001;179 )

Sin embargo Antonio Valeriano continuó ostentandose como gobernador y asistió a diversas ceremonias y eventos como gobernador con los funcionarios de la República de Indios como en la dedicación del nuevo templo de San Francisco en marzo de 1601. ( Chimalpahin,2001;73,83 )

Para agosto de 1605 Antonio Valeriano fallece. Chimalpain acota que al morir estaba relevado de sus obligaciones como gobernador, pues hacia cerca de diez años había dejado el oficio de la gobernación en manos de Juan Martín ( Chimalpahin,2001; 101 ) Su nieto Antonio Valeriano “El Joven”, entre 1608 o 1609 fue nombrado por primera vez, segundo alcalde de Moyotlan. Para entonces este habitaba en la parcialidad de San Juan Moyotlan ( Chimalpahin,2001;131 ). Para 1610, Antonio Valeriano “El Joven”, era fiscal del barrio de San José en la parcialidad de México-Tenochtitlán, pero en 1611, fue nombrado primero, en enero fiscal para el barrio de Tequicaltitlán en Tenochtitlán y meses después en noviembre, juez gobernador de Azcapotzalco, cabecera a donde se traslado, probablemente también con su familia. ( Chimalpahin,2001;222,223,251 ). Años después, por 1620 según Gibson consigue el cargo de juez gobernador de la parcialidad indígena de Tenochtitlán ( Gibson,2000;172 ) Es interesante aclarar que tanto Antonio Valeriano “el Viejo “, y su hijo Diego Valeriano nacieron en Azcapotzalco; asimismo allí nacieron también la esposa de Antonio Valeriano, Isabel Huanitzín, la esposa de Diego Valeriano, María Tezozomoctzín y al parecer también la esposa de Domingo Valeriano “el Joven”, Bárbara. Todas estas mujeres eran hijas de pillis o nobles mexica. La primera era hija de un segundo matrimonio de Diego de Alvarado Huanitzín, nieto del tlatoani Axayacatl y hermano del señor de Azcapotzalco Mexicapan en 1521. La segunda era hija del señor de Azcapotzalco Mexicapan, Alonso Tezozomoctzín y la tercera era bisnieta también de Diego de Alvarado Huanitzín - como su propio esposo ( Tezozomoc,1975 ; / Chimalpahin,2001;215,251 ). Esto es, la familia Valeriano en su conjunto, eran parientes del historiador indígena Fernando Alvarado Tezozomoc, dado que este era hijo de Diego Alvarado Huanitzin ( y nieto por parte de madre del tlatoani Moctezuma II ) y por lo tanto cuñado de Antonio Valeriano el Viejo, tío materno de Diego Valeriano y tío abuelo de Antonio Valeriano El Joven.

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Al parecer Fernando de Alvarado Tezozomoc siempre albergo un desprecio clasista por su cuñado, pues lo consideraba ejemplo de lo que para los descendientes directos de la antigua nobleza indígena , eran los usurpadores plebeyos que solo por ser gramáticos y que valiendose de enlaces matrimoniales adecuados se apoderaban de cargos y rangos a los que originalmente no tenían derecho, sirviendo con fidelidad a la autoridad y a las instituciones novohispanas ( Vázquez,2003;30,37 ) No solo eso, sino que es probable que otros miembros de la familia Valeriano ( tentativamente proponemos que la fama de Antonio Valeriano “El Viejo”, hizo que su segundo nombre, se transformara en apellido a la usanza española ) vivieran y/u ocuparan cargos en Azcapotzalco. Ejemplos de esto es la mención de un tal Pedro Valeriano – asociado a la fecha de 1574 - en el documento colonial denominado “Códice Valeriano” ( donado en 1940 por la Vda. de Luis González Obregón a la Biblioteca Nacional de Antropología y que posiblemente es un manuscrito pictográfico tardío referente a la propiedad ¿ tal vez en Azcapotzalco ?) ( Enciclopedia,1985;293 ) y el nombramiento en 1583 a un tal Domingo Valeriano, considerado “indio principal de Azcapotzalco” por la autoridad española, como inspector anual de los plateros, a fin de vigilar que no usaran en su trabajo, plata sin quintar ( AGN, Indios, V.2,exp.713-714,f.161-162,1583 ). Obviamente este era un puesto de gran confianza, que permitía supervisar el control de la plata, evitando el contrabando de metal, que salía subrepticiamente sin descontar de este, la parte real.

Todavía en marzo de 1709, en una diligencia sobre la extensión de tierras comunales en Azcapotzalco, aparece como interprete, Don Antonio Valeriano, quien interpretó además un mapa de extensión y lindero de tierras ( Sanchéz,1974 ) En opinión de Charles Gibson , Antonio Valeriano reflejaba plenamente la nueva cultura indígena hispanizada, pues nació macehual ( amo pilli , no noble ), pero por sus conocimientos, habilidades y relaciones en la nueva sociedad ( una sociedad que consideraba que para hablar y escribir realmente bien, para garantizar un alto desempeño administrativo e intelectual, era necesario e indispensable saber latín, la lengua culta por excelencia ) a tal grado que se puede unir a una familia dinástica mexica, al casarse con la hija de Diego Huanitzín y ocupar puestos políticos que antes estaban reservados a los descendientes de los antiguos nobles, todo en el marco de una política de estado de reestructuración de las cuotas de poder local y regional ( Morquecho,1995; 177-178 / Gibsón,2000;172 ) . Valeriano es pues, solo uno de los tantos nuevos pillis, que de orígenes humildes y con formación académica y religiosa europea, estaban acostumbrados desde niños a usar ropa e instrumentos europeos y estaban también familiarizados con los nuevos usos y costumbres. Ellos servirían de intermediarios en la estructura colonial, permitiendo una estabilidad en el gobierno y control de las numerosas comunidades indígenas en el reino de la Nueva España y fundarían un sector social que conformaría la nueva sociedad colonial del siglo XVII y XVIII.

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Antonio Valeriano como autor del Nican Mopohua en la tradición guadalupana del XVII-XVIII La presencia de Antonio Valeriano en la tradición guadalupana, no comienza como se supone con la aparición publica del Nican Mopohua, sino un poco más tarde y en forma polémica. Luego de la publicación en 1649 del Nican Mopohua por Laso de la Vega, este no menciona el autor de semejante relato en nahuatl. En opinión del historiador De la Maza, Lasso de la Vega había escrito desde 1646 el Nican Mopohua entre otros motivos, para que los indios pudieran leer la historia de las apariciones en su lengua y esta fuera suya, su manual de historia guadalupana. Para esto, De la Maza cree que Laso de la Vega utilizó la relación completa de las apariciones de Guadalupe del padre Miguel Sánchez de 1648 ( escrita entre 1645 y 1646 ) así como diferentes datos que colecto de varios documentos ( De la Maza, 1981; 49,74-78 ) Luego de la publicación de Lasso, el padre Luis Becerra Tanco afirmó en un folleto publicado en 1666 ( Origen milagrosos del santuario de nuestra señora de Guadalupe ) que el había visto una relación manuscrita en nahuatl, obra de un indio, que contenía la historia de las 5 apariciones de la Guadalupe y que esta relación era la que había impreso Lasso de la Vega. Sin embargo, en la siguiente publicación de Becerra Tanco ( Felicidad de México en el principio y milagroso origen del santuario de la Virgen María de Guadalupe ) de 1675, donde se retoma casi todo el texto del Origen . . ., se suprimió esta aclaración sobre el origen de la relación. En opinión de De la Maza, esto se debió al reclamo de Lasso de la Vega a Becerra Tanco ( De la Maza,1981;75 ) Luego en las informaciones de 1666, donde varios informantes lo mencionan como autor de una relación sobre las apariciones, pero dandole el nombre de Pablo Valeriano o Juan Valeriano, etc. Al parecer estas afirmaciones estaban basadas en la propagación de las afirmaciones de Becerra Tanco y sus seguidores, que habían impresionado grandemente a casi todas las capas de la población novohispana. En cuanto a la relación en nahuatl, al parecer había estado en propiedad del historiador Fernando de Alva Ixtlixochitl, que en vida había colectado innumerables documentos en español y nahuatl ( donde al parecer se hallaba el cantar que después se asignaría a Francisco Placido, dentro de los Romances de los Señores de la Nueva España ) y que al fallecer en 1650, su hijo y heredero dio buena parte de esta documentación manuscrita al historiador Carlos de Sigüenza y Góngora . Este, en 1689 al publicar un libro ( Piedad heroica de Hernan Cortes ), Carlos de Sigüenza y Góngora, afirmó que Antonio Valeriano, indio natural de Azcapotzalco, maestro de Gramática en el Colegio de Santiago Tlatelolco y gobernador de la parcialidad indígena de la Cd. de México por cerca de 40 años, escribió la historia de las apariciones de la Virgen de Guadalupe y aseguraba bajo juramento haber tenido el original del manuscrito, de puño y letra de Antonio Valeriano, concluyendo que Lasso de la Vega, plagió la relación de Valeriano y la imprimió con su nombre.

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Según Sigüenza y Góngora, la relación de Valeriano en nahuatl de las apariciones de la Guadalupe estaban en un cuadernillo y añadidos en este, estaba otra relación en nahuatl de milagros realizados por la Virgen, anotados por Fernando de Alva Ixtlixochitl. Las afirmaciones de la autoría de Valeriano prosiguen con el italiano Lorenzo Boturini. El también es uno de los que afirma que el Nican Mopohua es obra de Antonio Valeriano o de otro alumno del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, contemporáneos de las apariciones guadalupanas. Boturini sostiene esto, en base a la afirmación de Carlos de Sigüenza y Góngora y por el hecho de que en la historia impresa por Lasso de la Vega se mencionan los milagros realizados por la Guadalupe, resaltando en particular, el arrepentimiento en 1558 de los indios amotinados de San Juan Teotihuacan y que estaban escondidos en Azcapotzalco. Para Boturini, esto es prueba de que el autor de tales relaciones fue indio y de Azcapotzalco, ¿y quien si no cubre estos requisitos sino Antonio Valeriano “ El Viejo “ ? ( Boturini, 1978;86,81 ) El Padre Francisco de Florencia en su obra La estrella del Polo Ártico de México o Historia de Nuestra Señora de Guadalupe de 1688, menciona a Francisco Placido como señor de Azcapotzalco y contemporáneo de las apariciones. Según el escrito de Florencia, para conmemorar las apariciones y la colocación de la primera ermita de Guadalupe, Francisco Placido compuso un cantar en nahuatl. Según esto, el cantar fue transcrito en documento y este se halló entre los papeles de Domingo de San Antón Chimalpahin. Según el autor, el manuscrito llegó a poder de Sigüenza y Góngora, mismo que prestó dicho documento para que lo viera el padre Florencia, mismo que solo lo menciona sin traducirlo o transcribirlo, pues lo devolvió a su dueño en seguida. ( Boturini,1978;87 ). En el mismo sentido, Francisco Javier Clavijero mencionó en el siglo XVIII, que Francisco Placido –indio noble y gobernador de Azcapotzalco – compuso poesías en nahuatl y el día de la traslación de la imagen de Guadalupe, las cantó el mismo en el santuario, bailando en compañía de sus paisanos y por más de un siglo, siguió la costumbre de cantar esas poesías. ( Clavijero; Imagen de Nstra Sra de Guadalupe, citada en ….., 1999;590 ) De esta forma, tenemos que para el siglo XVIII, se consideró entre el circulo de los historiadores novohispanos, deseosos de trascender la mera tradición o relato popular y oral por una sólida base histórica ( al tono del Siglo de las Luces ), que dos indios, nobles, oriundos de Azcapotzalco, contemporáneos de las apariciones, devotos de la Virgen de Guadalupe y que además tuvieron importantes cargos politicos, demostraron su devoción y su fe en la aparición mariana de la Guadalupana, uno escribiendo la relación de las apariciones guadalupanas y otro componiendo un cantar a la virgen, ambos en nahuatl., aunque en presentaciones literarias distintas.

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Antonio Valeriano y la posición aparicionista oficial en el siglo XX En opinión de de la Maza, la autoría de Antonio Valeriano no fue aceptada de manera universal entre los historiadores aparicionistas y entre la jerarquía católica. Se consideraba por lo general que el Nican Mopohua era una relación veraz pero que en ella estaban fusionadas varias relaciones; esta interpretación ( presente en el siglo XIX y principios del XX ) poco a poco perdió terreno. Una versión de esta interpretación mencionaba que estas antiguas relaciones, una era muy antigua y contemporánea de los hechos y de carácter anónimo. Esta, fue refundida con otros documentos y revestida de ropaje literario y estilístico netamente nahuas, constando de esta forma, de varias partes, siendo la primera la relación primitiva y algunas viejas relaciones parciales de hechos subsiguientes. ( Garibay,1964;3665 ) Sin embargo para 1931, luego de acabar el conflicto religioso de 1925-1929, durante el IV Centenario Guadalupano, la posición de eclesiásticos e historiadores aparicionistas se había endurecido y era unánime : La versión prevaleciente fue de que Lasso de la Vega había plagiado la relación nahuatl de Valeriano y este había sido contemporáneo y devoto de la Virgen de Guadalupe. ( De la Vega,1981;77-78 ) Durante casi 70 años, lentamente se fue estructurando la idea entre los círculos eclesiásticos y académicos confesionales, que : “ Don Antonio Valeriano como representante de la nueva cultura indígena hispanizada, pudo captar el sentido profundo de los numerosos símbolos de las apariciones y el significado de las palabras de la Virgen María, de Fray Juan de Zumarraga y de Juan Diego, y no solo eso, sino que también debió ser testigo del primer milagro público de la Guadalupana, quien sanó a un cacique atravesado por una flecha envenenada durante el traslado de la imagen a la primera ermita el domingo 26 de diciembre de 1531, mientras se escuchaba la música y a la multitud con el tañer del huehuetl y el cantar compuesto por Francisco Placido, señor de Azcapotzalco. ” ( Urdapilleta,1999;17 ) La posición de considerar al Nican Mopohua como un texto anónimo, perdió terreno ante los procesos de beatificación y canonización de Juan Diego y las cuestionables pesquisas históricas realizadas por la jerarquía católica, dentro de la política de re-evangelización de la población mexicana, impulsadas por Juan Pablo II. Estas investigaciones presentaron entre varias cosas, una relación en nahuatl semejante al Nican Mopohua, a la que se llamó Nican Motecpana y que se considero era la relación de Alva Ixtlixochitl. Junto con esta, apareció el polémico Códice de 1548, donde el padre Xavier Escalada, al publicarlo y comentarlo, afirma que Antonio Valeriano esta dibujado en forma muy semejante a la representada en el Códice Aubin y esta siendo testigo de las apariciones marianas de Guadalupe y de la muerte de Juan Diego, apareciendo además su firma junto con la del Padre Sahagún.

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No deteniendose en eso, Escalada afirma en su Enciclopedia Guadalupana , que Antonio Valeriano era un indígena tepaneca de raza pura, que habia nacido en 1520 en Azcapotzalco , pero que vivio en la Cd. de México desde 1526. Que fue alumno del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco y gobernador de Azcapotzalco durante 35 años. Gran sabio, se graduó en latín y griego y fue ampliamente reconocido y admirado por la sociedad colonial a tal grado que recibió honores de Felipe II. Además, su padre fue contemporáneo de Juan Diego y él mismo lo fue, de modo que pudo escuchar de sus labios la historia de las apariciones de Guadalupe, escribiendo su historia cuando aun vivían muchos de los testigos del gran acontecimiento. En el mismo tenor, el postulador de la canonización de Juan Diego y director del Instituto de Estudios Teológicos e Históricos Guadalupanos, el monseñor José Luis G. Guerrero comentó en su obra de 2002, que : a) Según los datos conocidos, el Nican Mopohua es obra de Antonio Valeriano, gran

sabio indio de la primera generación cristiana quien supo plasmar en la relación la vivencia de los indígenas ante la aparición de la Virgen de Guadalupe. ( Guerrero,2002;7 )

b) Que Antonio Valeriano realizó el Nican Mopohua en el Colegio de Santa Cruz de

Tlatelolco, quien fue alumno, maestro y rector de esa institución ( Guerrero,2002;46)

c) Antonio Valeriano escribió el Nican Mopohua de cómo lo oyo del mismo Juan Diego, de quien era primo, y no solo eso sino que quizá tuvo la oportunidad de conversar con Fray Juan de Zumarraga, testigo del milagro de las rosas y fundador de su colegio ( Urdapilleta,1999;17 ).

De esta forma, la aparición mariana de Guadalupe se realizo ante dos indios, ( Juan Diego y Juan Bernardino ) nobles y que fue relatada por un contemporáneo, Antonio Valeriano, un indio noble, alumno de Zumarraga y hasta pariente de Juan Diego que conmovido transcribió de boca de Juan Diego el relato verdadero y que en compañía de Francisco Placido forman la pareja que celebro en prosa y verso a la Virgen de Guadalupe. Todos juntos forman la base ya no de la tradición sino de la historia , que fundamenta un culto que en la perspectiva de la jerarquía católica, asegura su presencia y representatividad entre la inmensa mayoría de la sociedad mexicana.

Bibliografía

Boturini Lorenzo “ Catalogo del Museo Histórico Indiano del caballero Lorenzo 1978 Boturini Benaduchi “ en Historia de la América Septentrional Edición Innovación , México

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