EL CIELO Y EL INFIERNO

Un hombre le pregunto a Dios sobre el cielo y el infierno. El

señor le dijo: “ven te mostrare el infierno”. Entraron a una

inmensa habitación en donde un grupo de personas se

encontraban alrededor de una olla de guisado.

Todos estaban desesperados y muertos de hambre. Cada

persona sostenía una cuchara que tocaba la olla, pero cada

cuchara tenía un mango mucho más largo que su propio brazo,

de tal manera que no podía utilizarse para llevar el guisado a su

boca. El sufrimiento era terrible.

“ven ahora te mostrare el cielo” dijo el señor después de un tiempo.

Entraron en una habitación idéntica a la

primera (la olla de guisado, el grupo de

personas, las mismas cucharas con mango

largo). Sin embargo allí todos estaban felices

y bien alimentados. “no comprendo”, - dijo el

hombre- “¿Por qué están felices aquí, si en la

otra habitación se sienten miserables y todo

es igual?”

El señor sonrió. ¡Ah, eso es sencillo!

Respondió.

Aquí aprendieron a alimentarse unos a otros

mudamente.

Es decir que mientras en el infierno cada uno

quiere comer con su cuchara y no es capaz

de compartir con los demás, en el cielo cada

uno piensa primero en el hermano y con su

propia cuchara lo alimenta.