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MARTES 27 DE OCTUBRE DEL 2015 A22. EL COMERCIO Colecciones El Comercio @elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286 S e ha convertido en una tradición para Martin Hutchinson visitar los medios de las ciudades por las que pasa. Du- rante su visita por Lima llegó al diario El Comercio. “Yo soy el caminante y he recorrido toda Sudamérica”, nos dijo. —¿Cómo inició esta aventura? En el 2006 estuve en Cancún, México, y caminé 22 kilómetros en un día. No fue planeado, bus- caba un aventón. Pasó un día, pasó otro día y no conseguí quién me jalara, así que decidí seguir caminando. He caminado 34 mil kilómetros, he POSDATA ALESSANDRO CURRARINO “He caminado 34 mil kilómetros, he cruzado 21 países” RENZO GINER VáSQUEZ Martin Hutchinson siempre quiso tener una gran aventura. En los últimos 9 años ha gas- tado 31 pares de zapatos caminando por 21 países, un total de 34 mil kilómetros. El ga- lés decidió gastar sus ahorros para enviar un mensaje: cuidemos el medio ambiente. cruzado 21 países, todo eso en 8 años y 8 meses y he usado 31 pares de zapatos para eso. Hasta ahora he gastado cerca de US$7 mil dólares en todo el viaje. Ahorro mucho en alojamiento por- que he dormido en casas, estaciones de bombe- ros, incluso en parques o en las calles. —¿Cómo llegó a México? Fue el viaje más barato que encontré [risas]. Quería venir a América, así que tomé un avión hacia Cancún. No conocía nada de ahí. —¿Por qué ese deseo de salir de Londres? He estado por todo el mundo. La primera vez que intenté llegar a Sudamérica fue navegando, qui- se atravesar el océano y llegar hasta Brasil, pero me perdí en el viaje y terminé en la costa africa- na. Fue mi primer intento. —¿Escapaba de algo? Mi madre y dos hermanos murieron por una enfermedad cardíaca. Había altas posibilida- des de que en el futuro yo sufriera de eso y ser un bombero no era la mejor idea, así que decidí convertirme en carpintero. Cuando era bom- bero acumulaba mis días libres y salía de viaje a conocer más de Europa, incluso llegue hasta la India. Pero siempre quise tener una gran aventura. —Al inicio de su viaje no quiso hablar con los medios. ¿Qué cambió ahora? Cuando llegué a Chile y Bolivia vi los ríos lle- nos de basura. Era algo que ya había visto an- tes, pero en Bolivia noté que era algo alarman- te. Ahí decidí acercarme a los medios. En todos los países veía un gran problema: los restos de plástico tirados en la naturaleza. La gente trata su propio país como un basurero, debo decir que los chilenos son los más flojos en cuanto a basura se refiere. Vas por las calles y encuentras basura por todos lados. —¿Cómo decidió enfrentar eso? He pasado por más de 600 escuelas y universi- dades para mostrar todo lo que he encontrado en mis viajes y concientizarlos sobre la contami- nación que se comete en estos lugares. Ahora es más obvio que nunca en la historia de la huma- nidad de que algo está yendo mal. Tenemos la tecnología para hacer algo, pero no nos importa porque no se consigue dinero con eso. Quizás no nos afecte a nosotros directamente pero nues- tros hijos pagarán las consecuencias. Es una ac- titud muy egoísta, es una falta total de respeto cubrir los ríos y lagos de plástico. Mientras las ciudades se vuelven más grandes, los lagos se vuelven más pequeños por la contaminación. —¿Qué ha sido lo más triste que ha visto? Estaba en Nasca y eran las 11 de la mañana, vi que un grupo de personas se acercaban a un hombre asesinado de 8 disparos para robarle po- co más de US$20. Eso me demostró que la vida es barata, fue muy triste notar eso. —¿Y desde el lado ambiental? Cuando estaba en Guyana Francesa un mono fue atropellado por un carro y se había roto la pierna. Lo saqué de la vía principal, y me iba y re- gresaba para intentar salvarlo. Lo hice como tres veces y todas las veces lloré como un niño. No po- día llevármelo, fue lo más triste que vi. —Debe haber enfrentado momentos peligro- sos también… También en Guyana Francesa, fui atacado por abejas asesinas brasileñas. Son muy agresivas, matan personas, perros o vacas. Intenté escapar de ellas pero fue casi imposible. Uno de los pobla- dores me ayudó finalmente con un repelente que tenía. Además, fui asaltado tres veces. En Ecua- dor dos hombres me golpearon en la cabeza para llevarse mi cámara. En Venezuela, dos niños de 11 y 12 años me asaltaron con una pistola pero logré escapar. La tercera fue en Brasil, dos hom- bres fueron detrás de mí con un hacha. Afortuna- damente solo me cortaron el codo. —Cada país posee culturas diferentes. ¿Pasó al- gún momento incómodo? Lo más raro fue cuando comí mono en Surinam. Primero me cocinaron un cocodrilo para el desa- yuno. Fue delicioso. Mi anfitriona me pidió que me quedara porque tenía algo especial para la cena. Fue a la refrigeradora y sacó un mono con- gelado. Fue muy perturbador verlo. Mientras las ciudades se vuelven más grandes, los lagos se vuelven más pequeños debido a la contaminación”. He pasado por más de 600 escuelas y universidades para concientizar sobre la contaminación. Ahora es más obvio que nunca en la historia que algo está yendo mal”. Nací hace 54 años en Gales. Estudié en el Instituto de Bomberos y trabajé como uno por 15 años. Este viaje me ha enseñado lo vulnerable que podemos ser ante la naturaleza, pero también las cosas maravillosas que este planeta nos ofrece. Si le sorprende la cantidad de zapatos que he usado, debe saber que cada par soporta 5 mil kilómetros de caminata gracias a la suela reforzada que uso. Mi próxima aventura comenzará en abril del 2016, regresaré a Inglaterra, compraré una bicicleta y viajaré a la India. ¿Cuál es mi mayor virtud? La perseverancia, no acepto algo con lo que no estoy de acuerdo. ¿Mi peor defecto? Frustrarme demasiado al ver que la gente no le toma importancia al ambiente. Puede conocer más sobre mí en Facebook o You Tube. Martin Hutchinson Caminante -- DE VUELTA -- El 4 de diciembre estará en Lima para hablar en las escuelas interesadas. EDUCAR. Hutchinson visita sin cobrar un centavo las escuelas de las ciudades por las que pasa para enseñar sobre el cuidado ambiental.

El Comercio

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Entrevista a Martin Hutchinson: Caminante y educador en cuidado del medio ambiente

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martes 27 de octubre del 2015A22. el comercio

Posdata

Colecciones El Comercio

@elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286

s e ha convertido en una tradición para Martin Hutchinson visitar los medios de las ciudades por las que pasa. Du-rante su visita por Lima llegó al diario El Comercio. “Yo soy el caminante y

he recorrido toda Sudamérica”, nos dijo.—¿Cómo inició esta aventura?En el 2006 estuve en Cancún, México, y caminé 22 kilómetros en un día. No fue planeado, bus-caba un aventón. Pasó un día, pasó otro día y no conseguí quién me jalara, así que decidí seguir caminando. He caminado 34 mil kilómetros, he

posdata

alessandro currarino

“He caminado 34 mil kilómetros, he cruzado 21 países”

rENzo giNEr váSquEz

Martin Hutchinson siempre quiso tener una gran aventura. En los últimos 9 años ha gas-tado 31 pares de zapatos caminando por 21 países, un total de 34 mil kilómetros. El ga-lés decidió gastar sus ahorros para enviar un mensaje: cuidemos el medio ambiente.

cruzado 21 países, todo eso en 8 años y 8 meses y he usado 31 pares de zapatos para eso. Hasta ahora he gastado cerca de uS$7 mil dólares en todo el viaje. Ahorro mucho en alojamiento por-que he dormido en casas, estaciones de bombe-ros, incluso en parques o en las calles. —¿Cómo llegó a México?Fue el viaje más barato que encontré [risas]. quería venir a América, así que tomé un avión hacia Cancún. No conocía nada de ahí.—¿Por qué ese deseo de salir de Londres?He estado por todo el mundo. La primera vez que intenté llegar a Sudamérica fue navegando, qui-se atravesar el océano y llegar hasta Brasil, pero me perdí en el viaje y terminé en la costa africa-na. Fue mi primer intento. —¿Escapaba de algo?Mi madre y dos hermanos murieron por una enfermedad cardíaca. Había altas posibilida-des de que en el futuro yo sufriera de eso y ser un bombero no era la mejor idea, así que decidí convertirme en carpintero. Cuando era bom-bero acumulaba mis días libres y salía de viaje a

conocer más de Europa, incluso llegue hasta la india. Pero siempre quise tener una gran aventura.—Al inicio de su viaje no quiso hablar con los medios. ¿Qué cambió ahora?Cuando llegué a Chile y Bolivia vi los ríos lle-

nos de basura. Era algo que ya había visto an-tes, pero en Bolivia noté que era algo alarman-

te. Ahí decidí acercarme a los medios. En todos los países veía un gran problema: los restos de plástico tirados en la naturaleza. La gente trata su propio país como un basurero, debo decir que los chilenos son los más flojos en cuanto a basura se refiere. vas por las calles y encuentras basura por todos lados. —¿Cómo decidió enfrentar eso?He pasado por más de 600 escuelas y universi-dades para mostrar todo lo que he encontrado en mis viajes y concientizarlos sobre la contami-nación que se comete en estos lugares. Ahora es más obvio que nunca en la historia de la huma-nidad de que algo está yendo mal. Tenemos la tecnología para hacer algo, pero no nos importa porque no se consigue dinero con eso. quizás no nos afecte a nosotros directamente pero nues-tros hijos pagarán las consecuencias. Es una ac-titud muy egoísta, es una falta total de respeto cubrir los ríos y lagos de plástico. Mientras las ciudades se vuelven más grandes, los lagos se vuelven más pequeños por la contaminación.—¿Qué ha sido lo más triste que ha visto?Estaba en Nasca y eran las 11 de la mañana, vi que un grupo de personas se acercaban a un hombre asesinado de 8 disparos para robarle po-co más de uS$20. Eso me demostró que la vida es barata, fue muy triste notar eso.—¿Y desde el lado ambiental?Cuando estaba en guyana Francesa un mono fue atropellado por un carro y se había roto la pierna. Lo saqué de la vía principal, y me iba y re-gresaba para intentar salvarlo. Lo hice como tres veces y todas las veces lloré como un niño. No po-día llevármelo, fue lo más triste que vi.—Debe haber enfrentado momentos peligro-sos también…También en guyana Francesa, fui atacado por abejas asesinas brasileñas. Son muy agresivas, matan personas, perros o vacas. intenté escapar de ellas pero fue casi imposible. uno de los pobla-dores me ayudó finalmente con un repelente que tenía. Además, fui asaltado tres veces. En Ecua-dor dos hombres me golpearon en la cabeza para llevarse mi cámara. En venezuela, dos niños de 11 y 12 años me asaltaron con una pistola pero logré escapar. La tercera fue en Brasil, dos hom-bres fueron detrás de mí con un hacha. Afortuna-damente solo me cortaron el codo. —Cada país posee culturas diferentes. ¿Pasó al-gún momento incómodo?Lo más raro fue cuando comí mono en Surinam. Primero me cocinaron un cocodrilo para el desa-yuno. Fue delicioso. Mi anfitriona me pidió que me quedara porque tenía algo especial para la cena. Fue a la refrigeradora y sacó un mono con-gelado. Fue muy perturbador verlo.

“ Mientras las ciudades se vuelven más grandes, los lagos se vuelven más pequeños debido a la contaminación”.

“ He pasado por más de 600 escuelas y universidades para concientizar sobre la contaminación. Ahora es más obvio que nunca en la historia que algo está yendo mal”.

Nací hace 54 años en Gales. Estudié en el Instituto de Bomberos y trabajé como uno por 15 años. Este viaje me ha enseñado lo vulnerable que podemos ser ante la naturaleza, pero también las cosas maravillosas que este planeta nos ofrece. Si le sorprende la cantidad de zapatos que he usado, debe saber que cada par soporta 5 mil kilómetros

de caminata gracias a la suela reforzada que uso. Mi próxima aventura comenzará en abril del 2016, regresaré a Inglaterra, compraré una bicicleta y viajaré a la India. ¿Cuál es mi mayor virtud? La perseverancia, no acepto algo

con lo que no estoy de acuerdo. ¿Mi peor defecto? Frustrarme demasiado al ver que la gente no le toma importancia al ambiente. Puede conocer más sobre mí en Facebook o You Tube.

Martin HutchinsonCaminante

--de vueltA

--El 4 de diciembre estará en Lima para hablar en

las escuelas interesadas.

EduCar. Hutchinson visita sin cobrar un centavo las escuelas de las ciudades por las que pasa para enseñar sobre el cuidado ambiental.