Erick Hélmuth Echeverría de León

“EL CONCEPTO DE PERSONA EN JUAN JOSÉ ARÉVALO”

Asesor: Dr. Francisco Márquez

Universidad de San Carlos de Guatemala FACULTAD DE HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA Guatemala, julio de 2014

Este trabajo fue presentado por el autor como trabajo de tesis Licenciado en: Filosofía

ÍNDICE

EL CONCEPTO DE PERSONA EN JUAN JOSÉ ARÉVALO

1. INTRODUCCIÓN Página I 2. ESQUEMA GENERAL DE LA TESIS “ 1 3. CAPÍTULO I Biografía de Juan José Arévalo “ 2 4. CAPÍTULO II El planteamiento del problema de la persona “ 5 A. La persona como ente Metafísico “ 9 B. La persona como ente Social “ 11 C. La persona como ente Axiológico “ 14 5. CAPÍTULO III: El concepto de persona en en Juan José Arévalo “ 20 A. Definición de persona “ 20 B. Características de la persona “ 23

C. Proceso para llegar a ser persona “ 26 D. Integrantes de la formación de la persona “ 29 E. Persona y valores. “ 32 6. CAPÍTULO IV: Semejanzas y divergencias del concepto de persona en Juan José Arévalo y Max Scheler “ 40

7. CAPÍTULO V: El concepto de persona y sus implicaciones educativas sociales y políticas en Juan

Juan José Arévalo “ 47 A. Implicaciones educativas “ 47 B. Implicaciones sociales “ 50 C. Implicaciones políticas “ 51

8. CAPÍTULO VI: Crítica al concepto de persona de Juan José Arévalo “ 55

9. CAPÍTULO VII: Actualidad del concepto de persona

en el pensamiento de Juan José Arévalo Página 60 10. CONCLUSIONES “ 68 11. BIBLIOGRAFÍA “ 70

i

INTRODUCCIÓN

El presente estudio versa sobre el concepto de “persona” en el pensamiento de Juan José Arévalo. El trabajo incluye siete capítulos en los cuales se analiza la dimensión filosófica del término persona y se revisa a grandes rasgos las posturas tocante el tema de la persona que se han dado a través de la historia de la Filosofía. También se hace una comparación de Juan José Arévalo con otros autores, para ver las aportaciones y diferencias que Juan José Arévalo propone a este término.

Para la realización de este trabajo se consultaron todas las obras de contenido filosófico

y otras de diversa temática del mismo autor, con el propósito de tener una visión más completa o global acerca de su pensamiento.

La investigación inicial procuraba centrarse en las ideas filosóficas propuestas por Juan

José Arévalo, dentro de la corriente del Espiritualismo, doctrina dentro de la cual puede ubicársele. El tema se limitó posteriormente a las ideas filosóficas relacionadas con la Axiología pero al final el estudio se delimitó al concepto de persona propuesto por Juan José Arévalo, en el marco de la temática de los valores, que es donde adquiere sentido e importancia su pensamiento filosófico.

¿Por qué elegir a Juan José Arévalo para elaborar una tesis de filosofía? ¿ Se justifica

una investigación acerca de su pensamiento filosófico ?. La personalidad de Juan José Arévalo impresiona. Empezando por su proyección como estadista, donde obtuvo logros como primer mandatario de la nación, que permitieron modernizar el país; luego, su profesión de maestro, que le proporcionó un conocimiento general acerca de las necesidades educativas de la nación; finalmente sus aportaciones como escritor, en las diversas disciplinas humanísticas, que han tenido gran influencia en los círculos académicos, especialmente por su contenido social y educativo con visión filosófica.

Al investigar sus estudios universitarios, se descubre que sus inclinaciones son la Filosofía y la Pedagogía. Su tesis para obtener el título de Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación versa sobre la Pedagogía de la Personalidad.

Al ingresar al departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades de la

Universidad de San Carlos, se informa que el fundador de esta facultad es Juan José Arévalo. Todos estos hechos generan el deseo de conocer a profundidad su pensamiento y descubrir en él sus principales ideas filosóficas.

En algunos círculos académicos ronda la idea que Juan José Arévalo no es filósofo, sino

un simple epígono de la filosofía sin ninguna aportación en esta disciplina. Son estas razones las que impulsan esta investigación, con el interés de averiguar qué hay de cierto en estas afirmaciones, y analizar la contribución que pueda tener a la filosofía.

La respuesta inicial del autor de esta tesis es que el pensamiento filosófico de Juan José Arévalo es poco conocido, razón por la cual es necesario e imprescindible hacer un “ajuste de cuentas filosófico”, entre el departamento de Filosofía de esta Facultad, con el personaje que fundó esta unidad académica y a quien probablemente no se le ha dado el lugar prominente que se merece.

ii

Las interrogantes que surgen al estudiar el concepto de persona en Juan José Arévalo son

las siguientes:¿Es el concepto de persona un término filosófico? ¿Tiene alguna aportación original Arévalo respecto a este tema? ¿Es el concepto de persona la temática filosófica central en Arévalo? ¿Qué influencias principales acusa en su pensamiento filosófico? ¿Qué proyecciones ha tenido su pensamiento en esta disciplina? Estas son las interrogantes que tratarán de responderse en esta investigación.

El tema de la persona parecía no habérsele dado la importancia necesaria a través de la Historia de la Filosofía y esto porque parecía este concepto no tener connotaciones filosóficas. Al introducirse en la lecturas sobre Juan José Arévalo, se descubre que todo su pensamiento aún el no filosófico, como el pedagógico o psicológico, giraba siempre alrededor tema de la Persona. Al realizar el recorrido por la historia de la Filosofía se constata que este tema ya había sido abordado en varios momentos desde el punto de vista filosófico y lo que hace Juan José Arévalo es reactualizar este término, al cual desde hacía mucho tiempo no se le había dado la importancia necesaria.

Al estudiar el tema de la persona, Juan José Arévalo realiza varias aportaciones que son el contenido de esta investigación.

Se establece entonces para objeto de este estudio el siguiente cuestionamiento:¿Tiene el pensamiento de Juan José Arévalo una aportación original para la Filosofía en cuanto al concepto de persona?

Ahora bien, ¿en qué radica que el tema de la persona humana cobre importancia y Juan José Arévalo también profundice en él? La razón estriba en que este concepto tiene varias connotaciones filosóficas. De allí entonces que se establezca una diferencia entre hombre y persona. Todos los seres humanos son hombres por pertenecer a esta especie, pero no todos los hombres son personas, ya que la persona posee características especiales y actividades concretas que la diferencian de los demás.

El tema de la persona ha cobrado mucha importancia por el interés acerca de los derechos humanos, donde el énfasis recae sobre dicho concepto de persona. Asimismo, en los terrenos educativo y jurídico se resalta y diferencia lo que es un simple individuo y lo que es una persona.

Para presentar entonces la investigación acerca de la persona en Juan José Arévalo, este estudio queda estructurado de la manera siguiente: El primer capítulo contiene una pequeña biografía de Juan José Arévalo, que destaca principalmente sus logros académicos, su trayectoria política y educativa. Termina este capítulo con una lista de las obras escritas por Juan José Arévalo.

En el segundo capítulo, se plantea el problema de la persona, es decir, se analiza cómo

surgió el tema de la persona humana y el enfoque filosófico que ha tenido. Se mencionan a los griegos que son los primeros que acuñan el término persona. En este mismo capítulo se hace una mención breve de los filósofos y teólogos medievales que sientan ya las bases filosóficas de lo que es la persona.

iii

Además se mencionan en forma general las concepciones sobre persona en la Filosofía moderna. También en este capítulo se colocan los filósofos y las corrientes del siglo XIX que enfocaron su interés filosófico en el término persona.

Termina el capítulo con una clasificación que ha tenido el término persona como ente metafísico, como ente social y axiológico.

En el tercer capítulo, se plantea el pensamiento de Juan José Arévalo respecto al concepto

de persona. Se muestran las nociones de este autor sobre la persona, sus características y el proceso que debe realizarse para ser persona.

Además se incluye las áreas donde se manifiesta la persona y las disciplinas que

contribuyen para formarla. Termina el capítulo con una pirámide axiológica en donde Juan José Arévalo establece una estrecha relación entre la persona y los valores.

En el cuarto capítulo, se hace una comparación del pensamiento de Juan José Arévalo con

el de Max Scheler. Esta comparación se hace porque una de las mayores influencias del autor investigado, junto con Rodolfo Eucken, es este filósofo alemán que resalta el tema de los valores y la persona. Se muestran los puntos en común que tienen dichos autores y las divergencias que también muestran sus ideas respecto a este tema.

En el quinto capítulo se enumeran las implicaciones que puede tener el concepto de

persona. Como se ha mencionado anteriormente, el tema de la persona es el eje central del pensamiento de Juan José Arévalo y esto implica que este término esté conectado con las diferentes áreas del saber humano, en especial la educativa, la social y política.

En el sexto capítulo, se presentan las críticas que pueden hacerse al pensamiento de Juan

José Arévalo, respecto al tema de la persona. El propósito aquí es realizar una crítica sus ideas, con el fin de que su pensamiento quede más explícito.

En el sétimo capítulo, se hace un análisis del concepto de persona en la actualidad y su

relación con el concepto de persona en Juan José Arévalo. Se enumeran las similitudes y diferencias que posee el concepto de persona el día de hoy con las ideas de persona que plantea el autor investigado. Se incluye en este capítulo también las nociones de persona que postula este autor que pueden cobrar vigencia el día de hoy.

Termina esta investigación con las conclusiones finales a las que se han llegado entre las

cuales se pueden citar que la temática filosófica central de Juan José Arévalo son la persona y los valores.

Sus principales aportaciones respecto a este tema son los valores propuestos en su

pirámide axiológica y la clasificación de las personas en seres pre-personales, cuasi personales y seres personales, lo cual aparece detallado a lo largo del trabajo.

El método filosófico utilizado para esta investigación es el hermenéutico, en el cual se hizo

una recolección general de las ideas del autor investigado; posteriormente se procedió a interpretar las ideas de Juan José Arévalo dentro de su contexto y explicándolas a la luz de la realidad actual. Por último, se hace una aportación personal para enriquecer el contenido axiológico que plantea en sus escritos Juan José Arévalo

iv

En forma particular se utilizaron los métodos inductivo-deductivo para inferir conclusiones generales sobre el pensamiento axiológico y vislumbrar algunas consecuencias relativas al tema de la persona.

Al final de la investigación se enumera todo el material bibliográfico que se consultó para la

elaboración de esta tesis.

1

2

CAPÍTULO I

BIOGRAFÍA DEL DR. JUAN JOSÉ ARÉVALO BERMEJO

Juan José Arévalo Bermejo nace el 10 de septiembre de 1904 en el municipio de Taxisco, departamento de Santa Rosa, Guatemala. Sus padres fueron don Mariano Arévalo, finquero de profesión y doña Elena Bermejo de Arévalo quien fue maestra. Sus estudios primarios los realizó en Taxisco y en Chiquimula.

En el año de 1922 se graduó de maestro de Educación Primaria en la

Escuela Normal Central de varones de la Ciudad de Guatemala. En el año 1924 es nombrado Inspector General del Instituto Centroamericano de Jalapa. En este Instituto sirve las clases de Geografía e Historia y aprovecha para estudiar la carrera de Bachiller en Ciencias y Letras.

En el año de 1927 recibe una beca de parte del gobierno del Presidente

Lázaro Chacón, para estudiar en Buenos Aires Argentina, en la Facultad de Humanidades de la Universidad de la Plata. En el año 1931 se gradúa como Profesor de Segunda Enseñanza en Filosofía y Pedagogía. En el año 1934 obtiene el título de Doctor en Filosofía y Pedagogía.

Su tesis de graduación se tituló “La Pedagogía de la Personalidad”, la

cual es calificada de brillante por lo cual la Universidad de la Plata hace pública su producción.

Respecto a su actividad profesional, Juan José Arévalo trabajó como

maestro en la escuela primaria anexa a la Escuela Normal en el año 1923.Al año siguiente fue nombrado director departamental del departamento de Escuintla por parte del Ministerio de Educación. Estuvo allí por poco tiempo ya que ese mismo año fue nombrado Jefe del Almacén Escolar del Ministerio de Educación.

En el año 1925 fue nombrado Inspector General del Instituto

Centroamericano para Varones en la ciudad de Jalapa. Impartió varias cátedras en este establecimiento. En el año 1926 fue nombrado Secretario y Tesorero de la Escuela Normal Central para Varones, donde también se desempeño como catedrático.

Al haberse graduado en Argentina, regresa a Guatemala en el año de 1934

y es nombrado oficial mayor del Ministerio de Educación, en el Gobierno de Jorge Ubico. Estando en este puesto decide implementar varios cursillos de Filosofía pero recibe la “orden superior” de que se dedique únicamente a las actividades inherentes a su cargo. Debido a estas discrepancias renuncia a este cargo.

En el año 1937 es llamado por la Universidad Nacional de Tucumán en

Argentina para impartir las clases de Filosofía, Literatura y Ética. Imparte también clases en la Escuela Normal de Señoritas “Sarmiento”, adjunto a dicha universidad.

3

En el año 1938 es nombrado Secretario General de la Facultad de

Humanidades de la Universidad de la Plata. En el año 1939 gana por oposición la plaza de Catedrático del curso de Ciencias de la Educación en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Es designado también como Director del Seminario de Psicología del Adolescente en el Instituto de Didáctica de la misma Universidad.

Debido a su notable trayectoria docente universitaria en varias Universidades argentinas, Juan José Arévalo es invitado para dirigir la Escuela Normal de Maestros Juan Pascual Pringles, que pertenecía a la Universidad Nacional de Cuyo .Esto ocurre en 1942. En ese mismo año es nombrado director del Instituto Pedagógico de San Luis, provincia que pertenece también a Cuyo. En ese Instituto sirve la cátedra de Introducción a la Pedagogía.

En 1943 se traslada a la provincia de Mendoza para impartir las cátedras de Pedagogía Superior en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Mendoza. Es nombrado además Inspector de los Colegios Secundarios de la Universidad e Inspector General de las escuelas de Mendoza.

En el año de 1944 es invitado a servir cátedras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Nacional de Tucumán. Estando en esta Universidad es invitado por diversos partidos políticos para ser su candidato presidencial en Guatemala. En estos momentos se dan los acontecimientos políticos relativos a la renuncia presidencial del General Jorge Ubico y la toma de poder que realizó el General Federico Ponce Vaides.

Participa el Doctor Arévalo en la destacada Revolución del 20 de octubre que abre camino para las elecciones presidenciales en donde participa como candidato. Se realiza el proceso eleccionario y Juan José Arévalo gana las elecciones presidenciales en forma abrumadora el 15 de marzo de 1945 para el período 1945-1951.

Sería largo enumerar todas las acciones, decretos, obra material y espiritual que logró realizar Juan José Arévalo. De todos es sabida las innumerables obras realizadas por él y para fines de esta tesis, se resalta únicamente la creación de la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos y el impulso que le dio a los estudios filosóficos. Es importante mencionar que Juan José Arévalo ganó las elecciones presidenciales con el 86% de los votos de la población y que según sondeos hechos por los diarios de aquella época salió con el 94% de la aprobación del pueblo guatemalteco.

Al dejar la presidencia es nombrado en el año 1951 embajador sin sede por parte del presidente Jacobo Árbenz Guzmán. En 1959 fue contratado por la Universidad Central de Venezuela para impartir cátedras en la Facultad de Humanidades de dicha Universidad. Posteriormente toma como residencia la ciudad de México.

4

En el año 1963 es proclamado como candidato presidencial nuevamente para las elecciones de ese año y viene a Guatemala. Las elecciones son canceladas por el golpe militar que derrocó al entonces presidente de Guatemala Miguel Ydígoras Fuentes. Juan José Arévalo entonces se regresa a México.

En el año 1964 es contratado por la Unesco como especialista de la Educación dando cursos y conferencias por varios países de América. En el año 1969 el tercer gobierno de la revolución presidido por Julio César Méndez Montenegro, nombra a Juan José Arévalo Embajador de Guatemala ante el gobierno Chileno.

En 1977 el gobierno del General Kjell Eugenio Laugerud García lo nombra

embajador de Guatemala ante la nación de Israel. Asimismo es contratado por la OEA para dictar conferencias por varios países de América. A partir de la década de los ochenta se retira de la vida pública y fallece el 7 de octubre de 1990 en la Ciudad de Guatemala.

Se presenta a continuación los libros que escribió el Dr. Juan José Arévalo. 1) Método Nacional para aprender simultáneamente Dibujo, Escritura y Lectura (primer libro de Juan José Arévalo) 2) La Pedagogía de la Personalidad (Tesis doctoral) 3) Viajar es Vivir 4) La Adolescencia como Evasión y Retorno

5) Memorias de Aldea 6) La Inquietud Normalista

7) La Argentina que yo viví

8) Discursos en la Presidencia

9) Fábula del Tiburón y las Sardinas

10) El Concepto de Amistad

11) Escritos Complementarios

12) Guatemala la Democracia y El Imperio

13) Discursos en la Presidencia

14) La Personalidad, La Adolescencia, Los Valores

15) El Candidato Blanco y El Huracán

16) Despacho Presidencial

17) Istmania o la unidad revolucionaria de Centroamérica

18) Antikomunismo en América Latina.

Es conveniente pues realizar una investigación sobre el pensamiento de

Juan José Arévalo ya que dadas las situaciones por las que está pasando Guatemala, las ideas en cuanto a persona que sostiene Arévalo, su forma de gobernar, su carácter intachable, sus ideas filosóficas, pedagógicas y políticas, pueden ser un aporte para resolver la problemática nacional.

5

CAPÍTULO II

EL PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DEL CONCEPTO DE PERSONA

A través de la historia de la Filosofía se puede ver que el concepto de persona ha sido tema de interés y de discusión por parte de filósofos y de las distintas corrientes personalistas y existencialistas, que más adelante se precisará.

El tema ha cobrado mayor vigencia en los últimos tiempos, a partir del siglo XX en donde surgen las inquietudes acerca de a quién debemos llamar persona, cuál es la diferencia entre el hombre y persona el término persona es referido sólo a los humanos etc.

En este capítulo se hace un pequeño esbozo histórico acerca del concepto

de persona a través de la historia de la Filosofía hasta culminar en los tres significados esenciales que principalmente ha adquirido este término en el ámbito de la filosofía. Posteriormente se plantea la noción de persona en Juan José Arévalo y la importancia que ésta tiene dentro de su pensamiento.

En la etapa inicial de su cultura los griegos no usaron el término persona en un sentido específicamente filosófico sino más bien artístico. Esta palabra (en griego “prosopon”) significa máscara o antifaz. La máscara era un objeto que usaban los griegos en el teatro y que los actores se colocaban para interpretar los diversos personajes, especialmente en las tragedias. El equivalente del latín es “personare” y significa resonar a través de (PER- SONARE) es decir algo que tenga un orificio o concavidad para ampliar la voz a través de la máscara. De acuerdo con las etimologías griegas y latinas, persona es una máscara que habla, de ahí viene el uso común en definir a un individuo como persona cuando adopta distintos papeles en su quehacer cotidiano.

Desde el punto de vista filosófico, Aristóteles lo usa en el sentido de hombre o individuo; Sócrates tenía ya una cierta intuición del concepto persona, como aquel hombre que trasciende su ser. 1

El término persona fue introducido en el lenguaje filosófico por el estoicismo para indicar los papeles representados en la vida del hombre. Se nota aquí entonces la idea de persona como función, es decir, como relación. Una función no es otra cosa que un conjunto de relaciones que atan al hombre a una determinada situación y lo definen como tal.2

1 Franco Tarragó, Omar(2003) Introducción a la Ética profesional.www.ucu.Edu/ética.Consultado

15 mayo 2013. 2 Abagnano, N(1963) Diccionario de Filosofía .México: Editorial Fondo de Cultura Económica

Pag. 909

6

Se percibe entonces que al inicio el concepto persona significó algo muy simple y dio la idea de actuación, de representación y no algo profundo o esencial del sujeto que más tarde tendría.

Un momento importante en el desarrollo de la noción de persona fue dentro

de la iglesia cristiana en la Edad Media. Quienes elaboraron la definición de persona fueron los teólogos cristianos. En el concilio de Nicea del año 325 se vieron obligados, ante el inicio de muchas herejías respecto a Cristo, a distinguir en él la naturaleza, es decir lo que hace lo igual a otros de su misma especie, y la persona que es lo propio y exclusivo suyo. De ahí entonces que Dios es, en esencia uno, pero se manifiesta en tres personas o papeles diferentes; Cristo era de la misma naturaleza con el Padre, pero distinta persona en la trinidad.

La categoría de persona fue para los teólogos lo que permitió unir en un

individuo, lo humano y lo divino, lo inmanente y lo trascendente, lo material y lo espiritual.

Puedo afirmar que esta noción de “persona” quedó limitada, porque no se

ve que estos teólogos ampliarán el concepto hacia la humanidad, y se limitase únicamente a Dios como ser tripartito; el término podría atribuírsele también al ser humano o quizá a los ángeles.

Más adelante, Boecio, retoma el concepto de persona y su noción influenció

notablemente en toda la Edad Media. Para Boecio, el sentido de persona como máscara sólo es el punto de partida. En su libro De Duabus naturis et una persona ” define a la persona como:”es naturae rationalis Individuale Sustancia.3

La persona es una sustancia individual de naturaleza racional. Es una

sustancia que existe por derecho propio(Sui Juris) y es perfectamente incomunicable, o sea que no puede dar a conocer plenamente lo que es como sustancia.

Otro filósofo y teólogo que aborda el tema de la persona es San Agustín. El

afirmaba que las personas además de ser sustancias, son un núcleo único de relaciones que constituye su experiencia intransferible e íntima. Con San Agustín el concepto de “persona” adquiere otro matiz, ya que enfatiza la intimidad y deja de tener sólo la connotación de exterioridad como se veía en la idea de persona como conjunto de relaciones.

Según San Agustín desde esa intimidad se relaciona la persona

experiencialmente con los demás, especialmente con Dios. Así pues, para este autor la persona es aquella dimensión exclusiva e irrepetible que tiene cada miembro del género humano.4

3 Ibíd. página 910

4 Gómez, E (1950) Más sobre la noción de persona.Dialnet.unirioja.es/Servet. Consultado 14 agosto

2013

7

Santo Tomás de Aquino restablece el significado de persona como relación y elimina el de sustancia. El individuo es indistinto, es decir no se puede distinguir claramente quien es, pero persona , cualquiera que sea su naturaleza(humana o divina) significa lo que es distinto en aquella naturaleza, y así en esta naturaleza humana significa esta carne, estos huesos, esta alma que son los principios que individúan al hombre.5 La persona es entonces según Santo Tomás, distinción y relación, es decir aquellas características que lo distinguen de los demás y las relaciones que pueda tener con los demás.

Siempre en la Edad Media, Ricardo de San Víctor se opone al concepto de

persona como sustancia formulado por Boecio y afirma que persona es alguien que es algo por ella tenido para sí.6 En Ricardo de San Víctor lo personal no es como en Boecio una particularización de lo común sino lo que las personas tienen en común es el modo como se realiza lo personal.

La comunidad se realiza solamente en la medida en que cada persona se

realiza a sí misma, y la persona solamente se realiza en una relación que tiene su origen en la comunidad. Como se observa en el pensamiento de Ricardo de San Víctor, se ve el aspecto social del concepto de persona, que tendrá relevancia en algunas doctrinas de corte personalista como Emmanuel Mounier.

En la Filosofía Moderna se acentúa el concepto de persona como relación,

pero con un agregado importante; esta relación se convierte en una autorrelación o relación del hombre consigo mismo. En el desarrollo histórico del concepto de persona se considera que esta característica es esencial porque dará como fundamento el identificar a la persona como alguien que tiene conocimiento de sí mismo. El concepto de persona en este sentido se identifica con el yo como conciencia, que será más adelante el soporte de las doctrinas idealistas.

Por su parte Locke afirma que la persona es: “un ser pensante inteligente

dotado de razón, reflexión y que puede considerarse a sí mismo, como el mismo como una misma cosa pensante en diferentes tiempos y lugares”.7 Esta definición naturalmente enfatiza el aspecto racional o intelectual, pero la definición va más allá de esto. Debe recordarse que siempre lo racional está vinculado íntimamente para definir al hombre, pero no necesariamente para definir a la persona.

Leibniz está de acuerdo con esta definición de persona pero insiste también

en la identidad física real como otro componente de la persona, aparte de la identidad moral o de la conciencia. Esta capacidad de considerarse a sí mismo lo efectúa el hombre no sólo con la razón sino también por medio del sentimiento que posee de sus propias acciones.

Dentro de la doctrina kantiana, se encuentra también el análisis de lo que

sea la persona. Para Kant se es un individuo humano en tanto se está

5 Gómez, E(1950) Ibíd. Consultado 16 agosto 2013

6 Abagnano, N(1978) Historia de la Filosofía. Barcelona: Editorial Montaner y Simón. Pag. 388

7 Abagnano, N(1963) Diccionario de Filosofía .México: Editorial Fondo de Cultura Económica

Pag. 910

8

determinado o prefijado en el ser. La persona en cambio es lo libre, y su ser consiste precisamente en esa libertad. Mientras que el individuo sería lo prefijado la persona sería lo capaz de obrar éticamente.

Kant definió a la persona como:”la libertad e independencia frente al

mecanismo de la naturaleza entera, consideradas a la vez como la facultad de un ser sometido a normas propias, es decir principios prácticos establecidos por su propia razón”.8Esto implica que es un ser especial con cualidades propias.

La persona sería entonces un ser libre, racional que tiene la capacidad de

crear sus propias leyes morales y someterse a ellas. La noción de persona va adquiriendo aquí con Kant una connotación fundamental, que anteriormente no había tenido y es el de la moralidad.

Esta definición concuerda con la noción que se tiene en los campos

jurídicos y de derechos humanos, donde se identifica a la persona como una entidad física o moral capaz de derechos y obligaciones. Esta capacidad de tener conciencia de sí y de proponerse leyes morales para sí mismo hace que el hombre, según Kant y Scheler, pueda elevarse sobre todos los otros seres vivientes de la tierra, por eso es una persona.

Las ideas de relación y autorrelación respecto al concepto de persona se

repiten en el siglo XIX, especialmente en Lotze y Renouvier. Este último fue quien utilizó por primera vez el término personalismo y afirmó que la conciencia toma el nombre de persona cuando es llevada al mismo tiempo a ese grado superior de distinción y de extensión por el cual toma el conocimiento de sí y de lo universal

Con Max Scheler, el concepto de persona adquiere una nueva significación

y mayor atención por parte de los filósofos, especialmente de los axiólogos. Para este filósofo la persona es un centro dinámico de actos y la que da unidad a estos actos que son a la vez exteriores e íntimos, pero siempre en una dimensión axiológica. La persona además no se identifica o caracteriza por tener cuerpo, alma, psiquismo. El fenómeno de la persona está destinado a aquellos hombres en quienes se manifiesta el señorío sobre su cuerpo de un modo inmediato, sabiéndose, y viviéndose a sí mismo.

Por eso es que Max Scheler señala que:” el esclavo no obstante, tenía yo,

alma, cuerpo, conciencia de sí mismo, pero no era persona. “9Las ideas de Max Scheler, especialmente las nociones de valor y persona, serán elementos inseparables, que más adelante influenciarán la doctrina de la persona de Juan José Arévalo.

En resumen acerca de la noción de persona se pueden distinguir ideas

relativas a la persona como sustancia, relación, conciencia. Ahora bien, atendiendo a un análisis un poco más detallado acerca de lo que signifique el

8 Abagnano, N (1978) Historia de la Filosofía. Barcelona: Editorial Montaner y Simón. Pag. 911

9 Scheler, M (1948) Ética. Buenos Aires. Editorial Revista de Occidente.Tomo1. Págs. 281-282

9

término persona, se han clasificado tres orientaciones diferentes por las cuales este término cobra vigencia y son los siguientes:

A. Persona como ente metafísico B. Persona como ente social C. Persona como fundamento axiológico.

A. Persona como ente metafísico

Cuando se indica que el concepto de persona se reconoce como ente metafísico, se hace referencia a varias características y una de ellas relacionada a la conciencia. Aquí se identifica persona como aquel individuo que reconoce en si mismo, algo más que su cuerpo es decir, tiene conciencia de la existencia de un elemento espiritual. Se identifica el concepto de persona como una relación consigo mismo o lo que se podría llamar autorrelación.

Se reconoce a la persona como ente metafísico porque lo primordial de la

persona es el conocimiento de su esencia, es decir, lo que es y no tanto en lo que hace. Una persona no se caracteriza por tener cuerpo sino porque posee algo diferente a lo físico y esto es lo espiritual. En este sentido se identifica a Dios como persona, y así el término no es referido sólo a los humanos sino a otros seres.

Es de noción popular identificar a una persona, a diferencia de un individuo,

porque posee entendimiento, sentimientos y voluntad. Esto significa que para denominar a alguien dentro de la categoría de persona, se requiere que tenga razonamiento, capacidad de pensar, que posea emociones y por último la capacidad de actuar por sí mismo.

Por eso es que puede identificarse a Dios como persona, ya que es un ser

pensante, es además un ser capaz de mostrar sus emociones; en la Biblia se muestran ocasiones en las cuales Dios puede enojarse, alegrarse y hasta conmoverse.10La persona se caracteriza también por la voluntad, es decir la capacidad de actuar en forma consciente y libre; este elemento puede atribuírsele también a Dios.

La racionalidad, emotividad y voluntad son los elementos que identifican a

una persona. Se excluye como una característica especial su corporeidad. Estos elementos identifican a la persona y no al hombre; significa esto que

dentro del conglomerado humano aquel individuo que no posea estos elementos es hombre y no persona. Se considera entonces que el término persona, al tomar en cuenta estos tres elementos, está en un rango superior al término hombre. Este es referido más a lo general o relacionado con la escala biológica, y el término persona a una clase de hombre especial.

10

Santa Biblia(1993) Traducción de 1960.Estados Unidos de América: Editorial Sociedades Bíblicas

Unidas. Pag. 1512

10

La espiritualidad es un aspecto ligado también al concepto de persona como ente metafísico. Para las corrientes espiritualistas la persona es aquel sujeto en quien la espiritualidad domina sobre lo corpóreo y quien no esté en esa condición, será hombre, individuo pero no persona.

Esta característica es fundamental en el concepto de persona del pensador

argentino Juan Mantovani, que tiene influjo fuerte sobre las ideas de Juan José Arévalo. Refiriéndose a la educación y el enfoque que esta debe tener,

Afirma Mantovani que la educación no mira al individuo, sino a lo humano

absoluto y universal, y esto es espíritu.11 El pensamiento que aflora en Mantovani radica en que la tarea educativa

consiste en formar personalidades o personas, y esto se consigue desarrollando lo espiritual que hay en el individuo en formación. Individuo es aquel en el que sólo predomina lo biológico, lo natural, es sencillamente un hombre. Pero una persona será aquella en que lo espiritual predomine y gobierne sobre lo material y biológico que posea.

Sostiene esta misma idea el filósofo alemán Rodolfo Eucken, quien junto

con Max Scheler, son las más grandes influencias que tiene Juan José Arévalo respecto a la concepción de persona. Rodolfo Eucken está inmerso dentro de la corriente del Espiritualismo y Max Scheler dentro del Personalismo o dentro de la Fenomenología por la influencia que tuvo de Edmundo Husserl. Espiritualidad y valores son temas inherentes a la persona según Juan José Arévalo, cuyas bases están tomadas de estos dos autores; la espiritualidad planteada por Eucken y los valores por Max Scheler.

El papel que desempeña la persona en el sistema filosófico de Eucken es

muy importante y se funda en la la vida espiritual. Eucken afirma que la personalidad no debe considerarse como algo dado, sino más bien como un fin, como un propósito, como el propósito moral del hombre de llegar a ser personalidad.12

El individuo para poder convertirse en persona requiere de apropiarse de lo

espiritual. Este proceso será de toda la vida y será siempre una lucha constante con lo natural o animal que haya en nosotros, según Eucken.

Se debe aclarar que en el pensamiento final de Eucken, esta espiritualidad

será identificada con lo religioso y el encuentro de la persona con Dios. La identificación de la persona con la espiritualidad teniendo como punto

central Rodolfo Eucken, dio como resultado lo que se denominó Pedagogía de la Personalidad, y cuyos máximos representantes, aparte de Eucken, fueron Hugo Gaudig Gerardo Budde y Kurt Kesseler.Juan José Arévalo estudia esta corriente

11

Mantovani, J (1985) La Educación y sus tres problemas. Buenos Aires: Editorial Kapeluz 12

Eucken, R (1912) La Vida su valor y su significado. Madrid: Editorial Daniel Jorro. Pag. 30

11

filosófica-pedagógica en su tesis doctoral titulada “La Pedagogía de la Personalidad, en donde se manifiesta a favor de esta corriente.13

La última característica de la persona como ente metafísico es la idea de

sustancia. Se ha mencionado que la definición de Boecio dominó en buena parte de la Edad Media, al considerar a la persona como sustancia. Boecio parte de la noción que la persona es sustancia y esto significa que existe en el individuo elementos propios y específicos que lo diferencian de otros, lo que determina su diferencia específica.

San Agustín se identifica con la idea de persona como sustancia, ya que

además de identificar a la persona con esa intimidad que posee, dice también que persona significa simplemente sustancia. Por ende el Padre, dentro del concepto de la Trinidad, es persona con respecto a sí mismo.

En esta idea se nota pues que la persona está constituida por elementos

peculiares y queda fuera de ella aquellos elementos accidentales que son comunes al resto de individuos.

B. La persona como ente social Dentro de esta clasificación, el concepto de persona es diferente. Aquí

persona está ligado a las ideas de comunidad, acción, medios de producción, derecho y de existencia concreta.

En esta orientación, una de las ideas centrales es la de identificación de

persona con comunidad y es representada por las corrientes filosóficas a las que se les ha denominado personalismo. Una figura principal dentro de estas corrientes es el pensador francés Emmanuel Mounier. Es conveniente aclarar que este personalismo es bastante diferente al personalismo planteado por Max Scheler y Juan José Arévalo, ya que en ellos la base o fundamento de la persona radica en los valores o en el espíritu y en este personalismo la base es lo interpersonal.

¿Qué relación fundamental existe entre la persona y la comunidad? Para

Emmanuel Mounier, la persona es aquella que vive y convive con los demás, con los otros. Por eso es que en esta línea se identifica a la persona como ente social

Esto constituye lo fundamental de la persona. No es la espiritualidad, ni la

esencia, sino su convivencia con los otros. Emmanuel Mounier afirma que los demás no son un obstáculo para la persona sino su fundamento. Este autor dice:”Las otras personas no la limitan, la hacen ser y crecer. Ella no existe sino hacia los otros, no se conoce, sino por los otros, no se encuentra sino en los otros. La experiencia primitiva de la persona es la experiencia de la segunda persona. El tú y en él, preceden del yo, o al menos lo acompañan.14

13

Arévalo, J (1948) La Pedagogía de la Personalidad. Guatemala: Editorial Tipografía Nacional

Página. 15 14

Mounier, E (1989) El Personalismo. Bogotá, Colombia: Editorial Nueva América. Pag. 53

12

Por esta idea es que Emmanuel Mounier afirma que resulta un pleonasmo

designar a la civilización que él persigue como personalista y comunitaria. Lo primero que hace el hombre es suscitar con otros una sociedad de

personas. En este sentido individuo es el que se aísla, el que se aparta de la sociedad y de los demás hombres. La persona es originariamente un movimiento hacia el otro, no es algo que uno se encuentra en el fondo del análisis, ni una combinación de rasgos; es un adentro que tiene necesidad del afuera.15

Esta idea de la identificación de la persona con la comunidad suscita en la

identificación de este término connotaciones obviamente sociales y especialmente políticas, como lo expresó en sus escritos Emmanuel Mounier. La persona por ser un ente social, participa en forma activa en la sociedad y en su comunidad.

No es el que se aísla, sino aquel que se identifica con los problemas

sociales y económicos de sus congéneres, que son al mismo tiempo personas. Para Luis José González, quien hace el prólogo del libro titulado “El

Personalismo” de Emmanuel Mounier señala que el pensamiento personalista de Mounier es un conjunto de doctrinas filosóficas, ya que en él se dan la mano el Neotomismo, el Marxismo y el Existencialismo.16

Del marxismo toma Mounier todo el valor de lo material, el puesto de la

economía en la problemática social, la lucha de los grupos explotados. Del existencialismo toma ese dramatismo de la vida concreta y del Neotomismo, representado sobre todo por Maritain toma los elementos de la singularidad de cada ser humano, su dignidad y la comunicación universal.17 Aquí debe hacerse notar que el concepto de persona propuesto por Mounier difiere al de Juan José Arévalo. En el Personalismo de Mounier se hace énfasis en lo material y concreto, en cambio en Juan José Arévalo lo fundamental de la persona es lo axiológico y lo espiritual.

Otra idea principal de esta línea de concepción de la persona como ente

social es la acción. La determinación de lo que sea persona no es lo ontológico sino el hacer, el actuar, el proyectarse hacia los otros. Personalismo para Mounier es acción y esta acción política y social. Significa inmiscuirse en los problemas de la sociedad y buscarles una solución.

Mounier llamaría a esta característica una Filosofía de la acción, que se

identifica con las ideas de Maurice Blondel, y quiere ser este pensamiento una perspectiva de los problemas humanos y acentuar su solución. Aunque el concepto de persona y comunidad se presenta interesante, el autor de esta tesis, considera que el concepto de persona pierde dignidad ya que no se necesita tanto de la sociedad para ser persona. La persona está más cercana al propio sujeto que a la comunidad. Para Juan José Arévalo la persona

15

Ibíd. pag. 73 16

Ibíd. pag. 15 17

Ibíd. pag. 16

13

es un punto intermedio entre comunidad e individuo, enfocándose más hacia el individuo. La persona está más ligada a la conciencia y a la espiritualidad. La persona no se confunde dentro de la comunidad sino que se distingue entre ella.

A partir del Hegelianismo de izquierda se analiza también el concepto de

persona en esta línea social, dando una reforma al concepto de persona por lo cual es constituida o condicionada por las relaciones de trabajo y producción.

Aquí se centra siempre en la concepción de relación, pero no es una

relación consigo mismo (autorrelación) sino una heterorrelación, es decir una relación con el mundo, pero específicamente cuando el hombre está constituido por las relaciones con la naturaleza y con los demás hombres para satisfacer sus necesidades materiales. Es aquí donde surge el conflicto entre los trabajadores y los patronos, relación en que se señala que al individuo debe vérsele como a una persona y no como una cosa.

Esta distinción ha sido influyente en la sociedad, porque se considera que a

partir de estas ideas de la persona como ente social, se ha propiciado distinguir entre persona y cosa. La persona no es otro de los muchos objetos de la naturaleza, sino un ser diferente respecto a todas las demás cosas.

El personalismo de Mounier señala que no se puede esperar una definición

específica de lo que sea la persona, ya que sólo se definen los objetos exteriores al hombre y que se pueden poner ante su mirada. La persona humana no es un objeto. Es precisamente aquello que en cada hombre no puede ser tratado como un objeto. El hombre se ve relacionado ante los demás en su lucha por ganarse la vida y persona será aquella que ve en los otros la dignidad que le es inherente por el hecho mismo de relacionarse con individuos de la misma especie.

Otra característica que se incluye dentro del concepto de persona como

ente social es la de constituir una realidad concreta. En este punto es donde pueden encajar las corrientes existencialistas. El mismo Emmanuel Mounier reconoce que:”El existencialismo ha contribuido en gran medida a reanimar los problemas personalistas: la libertad, la interioridad, la comunicación, el sentido de la historia”.18 Y es que en esta concepción de la persona como ente social, es decir, vista como comunidad, acción y como relación de medios de producción y trabajo, la persona es alguien concreto, material y específico.

Las corrientes personalistas de este tipo (no la Scheleriana o Euckeniana)

rechazan de alguna forma el espiritualismo; porque su énfasis es más en un transpersonalismo, es decir la proyección del sujeto hacia lo social y no hacia una transcendencia espiritual De aquí su identificación con corrientes existencialistas al señalar que una de las características de la persona sea su concretidad y no su aspecto espiritual.

Por último cabe señalar dentro del concepto de persona como ente social,

su dignidad. Dentro de este punto se puede incluir el pensamiento de Maritain. El tema de la persona humana es tratado por Jacques Maritain en diversas obras y

18

Mounier, E (1989) op. cit Página 32

14

en estas se señala la idea de dignidad como una expresión que no quiere decir nada sino significa que por ley natural la persona humana tiene derecho a ser respetada y es objeto de derechos.

Esta identificación de persona como dignidad ha cobrado mucha fuerza

sobre todo en las corrientes sociales relativas a la protección de los derechos humanos, donde el centro de los derechos y obligaciones del hombre se enfocan en el concepto de persona.

Atendiendo, según Maritain, a derechos específicos él distingue los actos

de la persona humana, de la persona cívica y de la persona obrera.19 Al comparar a Maritain y a Juan José Arévalo, la diferencia es clara ya que para Arévalo persona será sólo una y es aquella que practica valores mientras que en Maritain serán diversas clases de actos personales atendiendo a su relación con la humanidad, el país o el trabajo.

Se pueden interpretar estos tipos de actos humanos de la siguiente forma;

el acto cívico es aquel que se identifica con un pueblo o una nación dentro de la cual debe cumplir responsabilidades, así también gozar de derechos. El acto obrero es aquel que se identifica con un trabajo, en la relación patrono- trabajador, o también aquel acto en el que se realizan actividades laborales en forma privada, pero que está ligada siempre a la sociedad. El acto humano es aquel que es digno por el simple hecho de pertenecer a esta misma especie humana.

Para Maritain tanto el individualismo como el materialismo y el totalitarismo

se apoyan en la negación de la persona por lo tanto en su destino y dignidad. En el individualismo porque descuida el aspecto social que es fundamental en el concepto de persona. La persona no es tal sino en función de otros. Y en el materialismo por hacer énfasis únicamente en la parte corporal del sujeto y descuida sus valores morales. Para Maritain la persona es la tercera vía entre capitalismo y comunismo; la primera enfatizando la individualidad y los bienes materiales y la otra apoyando más a la masa y despreciando lo espiritual y cristiano.

Estas son pues, las características de la noción de persona al considerarla

como un ente social.

C. La persona como ente axiológico La última división que se ha realizado en esta investigación clasifica a

aquellas corrientes que identifican a la persona prioritariamente como un ente axiológico y es donde encaja el pensamiento de Juan José Arévalo. Dentro de esta noción de identificar a la persona con los valores están la mayoría de filósofos que enfocaron el estudio de la Filosofía hacia la Axiología. Entre ellos podemos citar a Hugo Munsterberg, que en su doctrina señala que todas las personas tienden a diversas clases de valores, unos más altos que otros.

19

Díaz, A (2006) La concepción de persona en Jacques Maritain.www.polis.revues.org. Consultado

4 agosto 2012.

15

La aspiración del ser humano es realizar aquellos valores absolutos sin referencia al placer.

Munsterberg señala que sólo buscando este mundo fijo de valores se podrá

vencer el carácter mudable y pasajero de la vida. La realización de estos valores nos hace valiosos, su realización es un deber. Es más, el ideal supremo de las acciones humanas es la realización de valores absolutos y en esta realización de valores se nos da el carácter de personalidades. Para Munsterberg estos valores absolutos son de cuatro órdenes: lógicos, estéticos, éticos y religiosos.20

Dentro de la línea de la noción de persona como ente axiológico se pueden

encontrar las siguientes ideas: La persona como portadora y realizadora de valores, el proceso del individuo para llegar a ser persona, la valorización de valores y la espiritualidad como elemento axiológico de la personal.

La primera característica entonces de la identificación de persona como

ente axiológico consiste en que se le puede denominar únicamente con el nombre de persona a aquel individuo que es depositario de valores. Quien no realice valores se le podrá llamar individuo, hombre, pero no persona.

Aquí se debe aclarar que se refiere al hecho de realizar valores positivos,

ya que para todos es sabido que una de las características de los valores, lo constituye el hecho de la polaridad. Esto significa que a cada valor le corresponde un anti valor. Siguiendo entonces con esta idea, es persona la realizadora de valores positivos ya que si fuera cualquier valor, todos los individuos serían personas.

Viene a constituir entonces el concepto persona un escalón superior en la

especie humana. Por la realización de valores existen seres humanos superiores a otros. Y dentro de las personas habrá aún jerarquías atendiendo al tipo de valores que realicen.

Esta postura de identificar a la persona como realizadora de valores, trae

naturalmente varios cuestionamientos. Por ejemplo, si a los discapacitados mentales, los niños o un individuo que se encuentre en un estado vegetativo, etc., puede dársele el calificativo de persona. Esto es debido a si se ha identificado a la persona como alguien racional que practique valores, las clases de individuos mencionados no serían personas sino únicamente sujetos.

Son varias las respuestas a estas interrogantes, que más adelante se

estudiarán en forma detallada, por el momento se puede decir que a estos individuos se les podrá nombrar como seres cuasipersonales o en el caso de los niños como seres en proceso de llegar a ser persona.

Un aspecto importante que resalta dentro de esta postura, es el hecho de

que el elemento más importante para la captación de los valores no es la razón, sino el sentimiento. Debido a ello a la mayoría de las corrientes axiológicas se les

20

Arévalo, J (1974) La Personalidad, la adolescencia y los valores. Guatemala: Editorial José de

Pineda. Pag. 428

16

han denominado irracionalismos. Max Scheler admite un a priori emocional que es el órgano de la intuición de lo valioso.21 Y esto no constituye una ética material de valores o empírica, sino que esto es algo a priori de nuestro ser por medio del cual captamos los valores.

Dentro de esa captación emotiva de los valores se debe mencionar entonces que la persona es la depositaria de estos y en ella radican dos elementos principales en cuanto a la relación misma con los valores: el primero la capacidad de poder realizarlos y el segundo el de la libertad de poder ejecutarlos.

Para la mayoría de los axiólogos es posible la realización de los valores. Sin

duda que su realización no es tarea fácil, ya que existe una jerarquía de valores y habrá algunos más difíciles de poder realizar. El primer elemento entonces para la captación de los valores es el sentimiento.

El segundo elemento, es decir, el de la libertad de poder realizarlos, es

fundamental ya que se plantea la posibilidad de elegir si se desean realizar los valores o no. Por eso es que Nicolai Hartmann, establece que desde el punto de vista ético la persona puede ser caracterizada en función de dos notas. La primera está en la libertad del sujeto de realizar valores. El hombre puede cumplir o desatender las exigencias normativas.

Él decide si quiere llevar a la vida real el cumplimiento de los valores. La

libertad es pues un valor fundamental en la persona misma. La otra característica consiste en la capacidad intrínseca que posea el sujeto para cumplir los valores.

El tercer elemento de la identificación de la persona como ente axiológico,

es el proceso que debe realizar para convertirse en persona misma. Muchos de los filósofos que profundizaron el estudio de la Axiología, son también pedagogos y por eso ven la importancia que tiene la educación en la formación de la persona

El proceso para llegar a ser persona es una tarea compleja y que estará en

toda la vida del sujeto. Esto es así porque requiere de una lucha constante contra la misma tendencia biológica hacia lo natural y el proceso hacia la persona, apunta no a lo corpóreo sino hacia algo que trasciende y esto es la espiritualidad. Juan José Arévalo, citando a Julio Wagner afirma que la educación debe proponerse entregar a la colectividad hombres llenos de valores, capaces de formar valores en sus creaciones, en el sentido del ideal de la cultura.22

Por eso señala constantemente Juan José Arévalo en sus escritos que en

la escuela es donde está el vertedero de la afloración de los valores, con un individuo en proceso de llegar a ser persona es decir el alumno, y una persona ya formada que anima a sus discípulos para que lleguen a ser personas, o sea el maestro. En resumen pues se requiere de un proceso para llegar a ser persona, no es algo dado, y la educación cumple una tarea fundamental en este proceso.

21

García Máynez, E (1982) Ética .México. D.F: Editorial Porrúa. Pag. 242 22

Arévalo, J (1974) Op. Cit. Pag. 448

17

Dentro de este proceso, aparte de la educación, la familia constituye otro pilar que contribuye a la formación de la persona. Es en el hogar donde los niños reciben sus primeras orientaciones axiológicas y lo que allí se forme será trascendental para que el individuo pueda llegar a ser persona.

La noción de persona como ente axiológico supone también una

valorización de los valores. No sólo es pues que la persona realice cualquier clase de valores, sino que haga una elección de valores y apunte hacia los mejores.

Todo el mundo hace Axiología sin saberlo afirma Juan José Arévalo:

“....desde aquel limpiabotas que al ganar 20 centavos en su trabajo, prefiere gastarlos en ir al cine que en comprar un pan. Prefirió satisfacer su alma, más que su estómago.23

Ahora bien, lo fundamental es que dentro de esa gama de valores que

existen se puedan escoger de ellos los mejores y encaminarse hacia esa lucha por alcanzarlos. Para Juan José Arévalo aquí está la diferencia entre las personas, es decir, atendiendo al tipo de valor que hayan escogido realizar.

Juan José Arévalo presenta un bosquejo histórico de algunas jerarquías de

valores presentadas por algunos filósofos de la Axiología. Entre ellos las de Hugo Munsterberg, el cual clasifica los valores en lógicos, estéticos, éticos y morales y a partir de ellos surgen divisiones menores.

Señala de importancia Juan José Arévalo también la jerarquía propuesta

por Ehrenfels, quien destaca los valores económicos y morales. Todas estas alusiones relativas a las jerarquías de valores propuestas por varios autores tienen el propósito de que la persona escoja y establezca su propia jerarquía de valores y se dedique a practicar los más importantes.

La última característica relacionada con la noción de persona como ente

axiológico es la importancia de la espiritualidad. Parece establecerse un triángulo entre lo que sea la persona, valores y espiritualidad.

Los filósofos que identifican a la persona con los valores, también señalan

que la realización de los valores apunta al pleno desarrollo de la espiritualidad. En Rodolfo Eucken, la personalidad se funda en la libertad y en la

interioridad de la vida espiritual. La personalidad no debe considerarse como algo dado, sino más bien como un fin, como un propósito de llegar a ser personalidad espiritual .Para Eucken, valores como el criterio personal, la convicción, el carácter deben ejercer también su influencia para el desarrollo de la vida espiritual.24

En la misma línea de Eucken, está la de Guido Della Valle. En su obra “Teoría generale e formale del valore come fondamento Di una pedagogía

23

Arévalo, J (1974) op.cit. Pag. 357 24

Eucken, R (1912) op. cit Pag. 205

18

filosófica” citada por Juan José Arévalo25 plantea la educación como un desarrollo de energía espiritual para conquista de los bienes. Esto significa que la persona al realizar valores, tiene como propósito alcanzar la espiritualidad, es decir, buscar la trascendencia. En esta característica coinciden de alguna manera, los que ven a la persona, como un ente metafísico y los que la identifican como ente axiológico.

Dentro de esta última clasificación de la noción de persona como ente

axiológico, puede incluirse el pensamiento de Max Scheler, el que se abordará en otro capítulo.

En resumen, se puede afirmar que estas nociones de persona están

relacionadas con las ideas de sustancia, relación, conciencia, comunidad, valores, etc. Y se ha clasificado las distintas concepciones de persona como un ente metafísico o ser de autoconciencia; como ente social que necesita de la comunidad, de los otros, para ser persona y por último la identificación de persona como sujeto depositario de valores.

25

Arévalo, J (1974) op. cit. Pag. 443

19

20

CAPITULO III

EL CONCEPTO DE PERSONA EN JUAN JOSÉ ARÉVALO

A. Definición de persona En el primer capítulo se han presentado tres orientaciones que a lo

largo de la historia ha tenido el concepto de persona. El pensamiento de Juan José Arévalo encaja dentro de la concepción axiológica.

Es natural que dentro de esta misma concepción existan diferencias, por lo

que se recoge en este apartado lo específico que entiende Juan José Arévalo por este concepto. Lo fundamental en el pensamiento de Arévalo respecto al concepto de persona, es el elemento axiológico. Persona para Arévalo es aquel individuo que es portador y ejecutor de valores. Se mencionan los dos aspectos de portación y ejecución de valores debido a que sólo uno no basta.

Para Arévalo la persona es aquel sujeto que lleva en sí, por el hecho de ser

un humano, la capacidad de realizar valores, pero que además de tener la capacidad, los ejecuta y los lleva a cabo.

Uno de los cuestionamientos que se hace dentro de la Ética Valorativa

consiste en preguntarse si se pueden llevar a cabo los valores. Para algunos autores los valores son entes ideales, son las aspiraciones que tiene el ser humano, pero que no pueden llegar a cumplirse. Para otros, los valores, aunque estén en una posición ideal muy alta sí pueden cumplirse pero en forma limitada. Para Juan José Arévalo, la respuesta es un sí rotundo, ya que identifica a la persona como aquel individuo que ejecuta valores. El hombre tiene la capacidad de cumplir a los valores en forma completa.

Una contribución de Arévalo a la Filosofía, es enseñar en nuestra cultura lo

filosófico que posee el término persona, es decir el énfasis en lo axiológico y no meramente el aspecto psicológico que consiste únicamente en identificar el concepto de persona como la forma de ser que se demuestra ante los demás.

Juan José Arévalo toma como sinónimos persona y personalidad y los usa

indistintamente. A través de la historia de la Filosofía muchos filósofos lo identifican de la misma manera. En la actualidad el término persona se identifica más con lo filosófico, jurídico o social y el término personalidad con lo psicológico.

Con el desarrollo de la Psicología experimental, el término personalidad fue

identificado casi únicamente con la Psicología. En la actualidad todavía encontramos resabios de esta identificación. Dentro del terreno de la Psicología se ha entendido la personalidad como el modo de ser de un individuo, o como el rostro que se muestra ante los demás. Tim Lahaye, psicólogo norteamericano, define la personalidad como la suma del carácter, temperamento y medio ambiente que determina lo que un sujeto es.1

1 Lahaye, T (1986) Temperamentos Transformados por el espíritu. Miami, EUA .Edit. Unilit Pag.11.

21

Estas ideas han permeado en el campo intelectual y Juan José Arévalo

trata de demostrar que el término persona lleva implícito ideas filosóficas relacionadas al ámbito axiológico, teleológico y metafísico. No todos los hombres son personas. Este término es destinado a aquellos individuos que son portadores y ejecutores de valores.

Se desprende entonces que existan seres humanos que no ejecutan valores o que practican anti valores y están excluidos dentro de la categoría de persona. Es más, para el autor que se investiga en esta tesis habrán diferentes tipos de personas, según los valores que practiquen en su vida. Este punto se verá en el inciso D.

Por otro lado sitúa a la persona como punto medio entre el individualismo y

el colectivismo y la define como la intercepción de lo individual subjetivo con lo supra individual objetivo. En otras palabras es la superación de lo individual, aunada con elementos de la colectividad, pero sin confundirle con ella.

Obviamente lo axiológico es lo más importante de la persona y este aspecto de término medio entre individualismo y colectivismo, representa, para el autor de esta investigación, un complemento de lo que sea la persona. Esto se afirma porque el mismo Juan José Arévalo menciona que la persona no se sitúa exactamente en la línea divisoria entre el individualismo y el colectivismo, sino que tiende a orientarse más hacia el individualismo.2

Por ennoblecida y por superada que parezca la individualidad en la

categoría de persona, lo que en ella se ha eliminado es lo natural, lo primitivo, pero nunca ella misma. El término persona quiere situarse entre lo social y lo individual, pero acercándose más a lo individual ya que lo espiritual, que es propio también de la persona, muchas veces entra en conflicto con la sociedad humana.

Se entiende así a la persona como una individualidad ennoblecida por lo

espiritual. Esto no significa que un hombre que posea individualidad sea persona, ya que alguien puede tener su propia individualidad, pero esta puede ser inmoral, mala y egoísta. Por eso se requiere que el individuo esté saturado de valores para convertirse en persona.

El concepto de persona entonces parece guardar un espacio existencial que le es propio, ya que procura que esta tenga sus reservas y trate de no entregarse íntegramente a otras personas, transformando el nosotros en un yo y vosotros. Naturalmente la persona reconoce la dignidad de otras personas, pero no necesita de ellas para ser una de ellas.

Otro elemento que define a la persona en el pensamiento de Juan José

Arévalo es la espiritualidad. La persona viene a ser también un individuo que ha superado su aspecto material y ha alcanzado un nivel superior. La base del

2 Arévalo, J (1948) La Pedagogía de la personalidad. Guatemala: Editorial Tipografía Nacional. Pag.

224

22

concepto de persona se fundamenta en lo axiológico, y también en lo noológico, es decir arraigado en la vida espiritual. La espiritualidad se entiende como un vínculo que conecta al individuo con lo divino.

En este sentido persona es aquel que ha superado su individualidad y que

posee y se desarrolla en una espiritualidad. Esta idea de persona con raigambre espiritual, es tomada, del pensamiento de Rodolfo Eucken, quien enfatiza la espiritualidad como elemento esencial de la persona.

Arévalo citando a Eucken afirma que esta vida espiritual debe ser

diferenciada de la vida psíquica individual y además el trabajo espiritual contiene en todas sus ramificaciones el impulso de elevar al hombre sobre la condición meramente humana y lograr un ansia de vivir la infinitud y profundidad del universo.3

Ahora bien, se identifica a la persona con la espiritualidad no porque la

posea, sino porque esa parte espiritual sea la que domine el ser de la persona. Juan José Arévalo se identifica con el espiritualismo. Como se sabe dicha doctrina divide al hombre en un ser dual: espíritu y cuerpo. En ese sentido, si todos los hombres tienen lo espiritual, serían también personas. Pero la idea radica en que la persona, no sólo tiene lo espiritual, sino que además esta domina todo su ser.

Como consecuencia de este dominio espiritual, la persona trasciende su ser

y se integra a una espiritualidad universal. Aquí radica una diferencia entre individuo y persona. El individuo está dominado por lo material o animal que hay en él y la persona domina la parte corporal que tiene en su ser. En ese sentido puede verse que la tarea de un individuo es vencer por un lado, lo natural y por otro libertar lo espiritual.

Por último se señala el aspecto teleológico, mediante el cual Arévalo define también a la persona. La idea de persona presenta también un fin, pues persona significa una lucha por un valor más alto.4 Se interpreta esta idea en el sentido de que la persona es aquel sujeto que se propone fines o metas por alcanzar y que en este caso quiere alcanzar un valor superior.

Arévalo identifica como sinónimos los valores con los fines, de ahí entonces

que los elementos axiológicos y teleológicos se unen. Una persona es aquella que tiene como propósito en su vida alcanzar un fin superior, que vendría a ser un valor espiritual. Al tomar en cuenta el aspecto teleológico, Arévalo define a la persona como el hombre que se domina a sí mismo, que concentra las fuerzas de su naturaleza en la realización del ideal de su individualidad, que se determina por sí mismo en todos los terrenos de la vida.5

La persona se determina según los fines a que tiende, y a su vez, los fines

son aceptados según el grado de valor que nos ofrecen. Por eso personas son

3 Arévalo, J (1948) op. cit. Pag. 48

4 Ibíd. pag. 48

5 Ibíd. Pag 15

23

aquellos individuos que han propuesto a su vida un fin valioso como norma. No existe un fin o un valor idéntico para todas las personas. Cada persona tenderá a diversos fines o valores, que quiera alcanzar como meta final de su vida. Lo importante no es el fin que se haya propuesto sino el deseo de proponerse un fin y las acciones que hará para poder alcanzarlo.

En resumen Juan José Arévalo define a la persona en base a tres

elementos principales: lo axiológico (que es lo principal), lo noológico y lo teleológico. Estos elementos son la esencia de la persona.

B. Características de la persona De las definiciones o nociones que plantea Juan José Arévalo sobre la

persona se pueden deducir algunas características que son las siguientes: 1. Axiológica. Este elemento es necesario, si se ha definido a la persona

como un ente portador y ejecutor de valores. Esta es la característica central que presenta Juan José Arévalo. Una persona para caracterizarse como tal debe estar cargada de valores y debe realizarlos con la mayor plenitud posible. La diferencia radicará únicamente en los diferentes valores que las personas se dediquen a realizar. Esto dará como resultado una clasificación de las personas atendiendo al valor que realicen.

2. Noológica. Con este término designa Juan José Arévalo lo espiritual. La

palabra es tomada de los pensadores que se centraron alrededor de Rodolfo Eucken. 6Juan José Arévalo reconoce que una de las características de la persona es su espiritualidad, es decir, esa trascendencia del individuo más allá de su cuerpo. Es una elevación del ser mismo, para no quedarse únicamente en lo material. Pero esa elevación no significa separación del mundo, ni una colocación en un mundo aparte como el platónico. Significa, armonizar la vida material con la espiritual, pero que lo principal del ser de la persona sea lo espiritual.

La persona entonces pertenece a dos mundos; por un lado, al mundo

espiritual que representa un mundo superior a él, pero que puede ser alcanzado y apropiado y por otro, al mundo de la experiencia en la naturaleza.

Empero el mundo espiritual no se da en un sentido religioso. Para Juan

José Arévalo, es una compenetración más allá de lo material por lo cual una persona trasciende lo corpóreo y se centra en una dimensión espiritual entrado en contacto con otras personas que han llegado a esa misma dimensión.

Este mundo espiritual no es en el más allá, sino un mundo espiritual

terrenal, en el cual las personas han superado a aquellos individuos que están dominados sólo por su parte corporal. 3.Totalizante. Con este término se da a entender que con el concepto de

persona se abarca la totalidad del sujeto en todos sus aspectos: físico, moral,

6 Arévalo, J (1948) op. cit. Pag 24

24

intelectual, estético, volitivo, etc. En la persona se ve el ser global del hombre. Para Arévalo esto es muy importante porque las disciplinas relacionadas con el hombre ya sea ciencia, filosofía, arte deben ver al hombre como un ser total, global y no centrarse en un solo aspecto de su ser.

Muchas áreas humanísticas sólo han hecho hincapié en un aspecto del ser

humano. Un ejemplo de ello son las corrientes derivadas del pensamiento hegeliano que hicieron énfasis sólo en lo intelectual, sin señalar en los seres humanos sus emociones, fantasías o habilidades tanto físicas como artísticas, etc.

La persona es un todo completo que debe ser entendida como algo global

que incluye una compleja serie de aristas que no deben ser descuidadas 4. Única. Esta característica pareciera obvia ya que para muchos lo

esencial de la persona es distinguirse del resto de los demás. Juan José Arévalo piensa esto, pero se observa que la idea va más allá de esa singularidad.

Es evidente que la persona se distingue por una serie de hechos, a lo que

se le ha denominado su singularidad. Pero la idea de Juan José Arévalo radica en que la persona es única por el hecho de que cada quien tiende a un modelo diferente. Se ha mencionado que Arévalo identifica fines con valores y que la persona es el individuo que apunta hacia un fin y trata de alcanzarlo. La persona entonces, es única porque apunta hacia fines y valores distintos.

El concepto de persona adquiere una nota de peculiaridad puesto que no

existe una única persona a formar, sino que cada quien debe formar la propia. Como la persona está ligada siempre a los valores, según Juan José

Arévalo, cada quien establece o debe establecer su propia jerarquía de valores, los cuales trata de realizar en su vida.

5. Racional. En esta tesis no se pretende dejar la imagen de que Juan José

Arévalo desecha o menosprecia la racionalidad en el ser humano. No es así; lo que trata de mostrar Arévalo es que lo racional es sólo un área de las múltiples del individuo, pero no es la única.

La persona se caracteriza también por su racionalidad, por el uso de su

intelecto. Para Juan José Arévalo, la racionalidad es una característica de la persona. En este punto se coincide plenamente con Arévalo, porque no se puede imaginar a alguien que se le identifique como de persona y que no posea o use su racionalidad.

6. Activa. Sin actividad el sujeto no sería persona, sino cosa. La persona se

identifica con la actividad, el hacer, el actuar. La persona es portadora de valores espirituales y es portadora de una estructura biológica con la cual se mueve. No es un ser pasivo, sino activo y beligerante frente al medio, frente a los demás y frente a sí mismo.

25

Aquí la idea de actividad está relacionada con la lucha que debe hacer la persona para ir apropiándose cada día de la espiritualidad y acercarse más a los valores que se ha propuesto alcanzar.

La persona debe ser considerada como portadora de valores morales y

espirituales. Esto significa la posesión de principios por medios de los cuales obre correctamente y virtudes que lo conecten con lo divino. La persona no es un instrumento de producción pasivo expectante del mundo, sino como un creador y revolucionador de su medio. La persona produce obras y puede verse el resultado de su trabajo. Juan José Arévalo toma la frase cartesiana del “Cogito ergo sum” y la traslada a la actividad, expresándose así: “Yo produzco algo, luego existo, he creado algo, luego soy”.7La persona es un ente activo que se percibe ante el mundo por las obras que dejan huella en el mundo.

Se establece entonces nuevamente que Juan José Arévalo hace una

distinción entre los simples individuos y las personas. Arévalo acota que no se debe exigir a todos los individuos que tengan clara conciencia de su capacidad creadora. Muchos hombres pasarán su vida en un simple activismo, sin propósitos ni objetivos, harán simplemente un hacer por hacer. En cambio, la persona hará una actividad y una producción consciente para alcanzar un fin determinado y ese fin será en última instancia un valor superior dentro de las jerarquías de valor que ella se ha trazado.

7. Irracional. Esta característica no contradice a la señalada en incisos

anteriores respecto a que la persona sea racional. Lo que quiere señalar Arévalo es que una de las características de la persona es la posesión de una serie de elementos que son irracionales como la emoción, el sentimiento, la fantasía.

Estos aspectos son fundamentales en la persona y por mucho tiempo se les

ha descuidado. Siempre se ha hecho mucho énfasis en la racionalidad como lo más importante de la persona y Arévalo dice que estas áreas son tan importantes como la razón. De hecho afirma Arévalo que siendo la persona caracterizada por la acción de captar y realizar valores, el elemento principal para captar los valores no es la razón sino el sentimiento.

8. Libertad. Sin duda algo esencial también dentro del concepto de persona

es la libertad. Juan José Arévalo no profundiza demasiado en el tema de la libertad y se refiere a ella en sentido global, pero enfatiza que la persona tiene la capacidad de obrar de acuerdo a su propia voluntad, en todas las áreas de su existencia. Una libertad de pleno desarrollo, es decir donde el sujeto pueda ser libre de transformarse de individuo a persona misma. La persona es portadora de valores, pero tiene que ser también plenamente humano, es decir, capaz de una existencia sin limitaciones. Para que cumpla con esos valores que se ha propuesto y descubierto necesita libertad de autodeterminación y capacidad de escogencia.

Señaladas hasta aquí las características de la persona se procederá a

presentar el proceso, según Arévalo, que se requiere para llegar a ser persona.

7 Arévalo, J (1991) Equipos Sociales y no clases sociales. Guatemala: Editorial Cenaltex. Pag. 89

26

C. Proceso para llegar a ser persona En el complejo mundo del ser humano existe un proceso para poder

llegar a ser persona. Como se ha explicado, en el pensamiento de Juan José Arévalo, el término persona no se da a cualquier individuo por el hecho de pertenecer a la especie humana. Se requiere de todo un proceso para poder alcanzar la categoría de persona. Según Arévalo dicho proceso se desarrolla en tres fases: elevación, lucha y superación.

A continuación qué significan estos tres momentos para poder llegar a ser

persona. Elevación:

El primer elemento del proceso para llegar a ser persona, según Juan José

Arévalo es la elevación; esta consiste en que el individuo logre superar el ámbito natural y material y pueda elevarse hacia lo espiritual.

Quien desee llegar a ser persona debe estar consciente de su realidad actual física, pero además debe elevarse y no quedarse únicamente con las cosas terrenas. Se nota entonces, en este punto un exceso metafísico, ya que se pide casi una separación de las cosas materiales para ahondar en la superficie de la espiritualidad.

Según Juan José Arévalo esta tarea no es fácil; esto, porque para llegar a

ser persona no basta el simple despertamiento del yo, o una reflexión íntima sobre mi ser. Para llegar a ser persona se debe poner los puntos de la vida en conexión con un nuevo modo de ser, con un nuevo modo de práctica vital que va a estar determinado por lo espiritual Debe existir un control sobre los instintos y placeres que por naturaleza tiene el individuo.

El individuo para llegar a ser persona debe reconocer que hay una tarea

espiritual que cumplir y que consiste en la elección de la vida por encima de la naturaleza. Como se entiende a Juan José Arévalo en este primer paso hacia la personalización es que el individuo no debe quedarse como un ser humano más que centra su atención sólo en su corporeidad y en su medio ambiente natural.

El individuo debe reconocer que tiene una parte espiritual y que hay que

desarrollarla; como resultado de ello el individuo trascenderá su ser y se convertirá en persona.

Aunque Arévalo no lo dice literalmente, pero está implícito en su

pensamiento, que los individuos que han trascendido a través de la historia de la humanidad son aquellos que han dado este paso y como resultado sus obras y sus ideas permanecen.

Lucha: El segundo proceso es la lucha. Una vez conocida la tarea espiritual y al

elevarse por encima de lo material, debe iniciarse una lucha en el reino de la

27

naturaleza que ofrece duras resistencias frente a las exigencias de la vida espiritual. La idea aquí consiste en ir desprendiéndose de todo lo experimental y material para enfocarse en lo espiritual. Se puede notar aquí nuevamente la influencia poderosa de Rodolfo Eucken en Juan José Arévalo, en el sentido que el individuo se desprenda de las cosas materiales y se oriente hacia lo espiritual.8

Es necesario hacer dos acotaciones respecto a esta idea. La primera es,

que como se mencionó anteriormente, existe un exceso metafísico respecto a la lucha del individuo para llegar a ser persona. Quien lee a Juan José Arévalo quedará con la idea de que ser persona es permanecer en una esfera celestial donde se ha apartado del mundo, pero lo que el da a entender es que en esa lucha de superar lo material y enfocarse en lo espiritual, esta parte es la que debe dominar y armonizar con lo material. No es una separación mística en la que el individuo se aísla del mundo.

La otra aclaración es, que esta espiritualidad no la identifica

necesariamente Juan José Arévalo con una religiosidad dogmática, sino más bien a un orden espiritual universal al que pertenecen todos los individuos que se han convertido en personas. Como resultado de esa lucha se llegará hacia la espiritualización misma de la existencia, es decir, a una superación del reino de la experiencia. En esta etapa el espíritu queda triunfante.

Se considera que este rechazo hacia lo material y natural propuesto por

Arévalo radica en el hecho de que cuando fue estudiante de Filosofía, el positivismo dominaba las universidades argentinas, lo que produjo una repulsión a estas doctrinas y se dio una vuelta a las filosofías de corte espiritualista. Arévalo manifiesta que este proceso hacia la persona se ve obstruido por la cultura social que valora al individuo según su utilidad y lo considera como instrumento. Esto implica que quien desee convertirse en persona, debe librar una batalla muy fuerte.

Superación: El tercero y último elemento del proceso para llegar a ser persona es la

superación. Para Arévalo el destino del hombre es devenir personalidad, cosa que debe hacerse en el transcurso de toda la vida; no hay punto fijo en el cual debe quedarse estancado y no haya más que hacer.

Este último paso consiste en que el individuo se ha elevado, ha luchado por

ser persona y ahora ha alcanzado una postura diferente frente a los demás y debe despojarse de aquellos elementos que le impidan ser una persona auténtica.

Este proceso para llegar a ser persona, que como se ha dicho es una lucha,

no se puede llevar a todos los individuos al mismo sitio. Esto porque no existe una persona única y porque no todos eligen los mismos fines y valores.

Este desarrollo para apropiarse de la persona abarca tres niveles y Juan

José Arévalo establece una jerarquía de la persona respecto al nivel en que se

8 Eucken, R(1912) op. cit. pag. 25

28

encuentre un sujeto. Existen para Arévalo seres pre-personales, cuasipersonales y seres personales. Los seres pre-personales están caracterizados por la individualidad natural, no son personas sino individuos que no han iniciado el camino hacia la personalidad. Seres cuasipersonales son aquellos que ya se han iniciado en la lucha y están en el proceso de espiritualización.

Por último están los seres personales que son los que han alcanzado la

personalidad, que han vencido la individualidad y están dominados por la espiritualidad. Esta clasificación de los seres de acuerdo a su posición en el camino para llegar a ser persona es una de las aportaciones más novedosas de Arévalo respecto a este tema. El último paso de la lucha para llegar a ser persona, no implica un estancamiento ya que como se ha mencionado, el hombre debe devenir siempre personalidad. Estando en este último peldaño, se debe lograr siempre tener cada día una personalidad más ennoblecida y más espiritual.

El elemento constante que debe haber en estos tres procesos es la actividad. Arévalo destaca en este punto la tarea de la educación, que debe procurar que el alumno esté en constante actividad para poder desarrollar su persona. Claro está que dicha actividad debe ser orientada y debe tener un propósito específico. No es un activismo, ya que según Arévalo hay momentos en que la persona de define por la expectación, que es actitud intensa, pero no es actividad.9

Para fines didácticos se presenta un esquema sobre este proceso hacia la persona. Arévalo no lo expone gráficamente así, pero aquí se muestra de esta manera para aclarar el proceso y la clasificación de los seres respecto a su posición para llegar a ser persona; y se llega a este punto cuando el individuo elabora su propia jerarquía de valores y los practica.

9 Arévalo, J (1948) La Pedagogía de la personalidad. Guatemala: Editorial Tipografía Nacional.

Pag. 240

29

PROCESO HACIA LA PERSONA SEGÚN

JUAN JOSÉ ARÉVALO

INDIVIDUALIDAD PROCESO DE PERSONA

NATURAL ESPIRITUALIZACIÓN ESPIRITUAL

C

B

A

SERES SERES SERES

PRE-PERSONALES CUASIPERSONALES PERSONALES

D. Integrantes de la formación de la persona

30

Dentro de este apartado se presentan dos elementos; el primero las disciplinas que ayudan a formar a una persona y segundo las áreas que deben ser nutridas y fortalecidas en el individuo para que pueda llegar a ser persona.

Para que se desarrolle y manifieste la vida espiritual y el individuo se transforme en persona, se necesita de las disciplinas de la Religión, Moral, Arte, Ciencia y Filosofía.

Para poder desarrollarse la persona necesita de la religión. Aquí Juan

José Arévalo relaciona nuevamente persona y educación. Se debe enseñar religión para ayudar al individuo a que se convierta en persona. Ahora bien, ¿cómo logra esto la religión? Poniendo al individuo en contacto con lo espiritual y divino. La religión debe hacerle ver al individuo que existe algo más que lo corporal y lo material y que en tanto humano que es, forma parte de este mundo cósmico.

Según Juan José Arévalo no se trata de enseñar religión en forma

dogmática. No es enseñar una religión específica o una serie de doctrinas sino en poner en contacto al individuo con la espiritualidad, con la reflexión acerca de un ser divino y un mundo espiritual.

Otra disciplina que logra transformar al individuo en persona es la moral; se

deben inculcar no sólo conocimientos, sino que se deben transmitir actitudes, sentimientos, valores y formas de vida, etc. Esto se hace con el propósito de que el individuo tenga la capacidad de poder diferenciar lo bueno de lo malo y pueda actuar, teniendo decisiones propias. La ciencia contribuye también al logro de la persona, ya que la incorporación de conocimientos acerca de la naturaleza y del ser humano puede ayudar al individuo al desarrollo de su intelecto. Además el conocimiento del mundo exterior, ayudará al sujeto a comprender que es un ser diferente a las cosas.

Un área importante y quizá descuidada muchas veces en el ser humano, es el arte. Aquí es donde puede expresar y exteriorizar sus sentimientos para crear belleza. Con el arte se espera que en el individuo se desarrolle plenamente la creatividad y la emotividad, que son aspectos necesarios para la captación de los valores, que hace de un individuo una persona.

La última disciplina que para Arévalo contribuye al logro de la persona es la

Filosofía. Para formar una persona es necesaria la adquisición de conocimientos filosóficos mediante los cuales el ser humano pueda pensar, reflexionar y crear.

Aquí es donde entra en juego la Axiología y la Pedagogía. Arévalo ha

señalado que los seres humanos hacen sin quererlo Axiología, porque continuamente están haciendo elecciones y preferencias, pero el conocimiento preciso de la Axiología como parte de la Filosofía, ayudará en que el individuo haga una jerarquía mejor de valores. El conocimiento de la axiología, permitirá al individuo saber que existen diversas tablas de valores, quizá más altos que los que actualmente sabe o practica.

Por esta situación es que Juan José Arévalo, enfatiza el estudio de la

Filosofía dentro de las instituciones educativas. Los maestros, cualquiera que sea

31

su área, debe recibir y tener conocimientos filosóficos. En la escuela secundaria y en la universidad la Filosofía debe ocupar un lugar primordial. Es más, aún en la escuela primaria, se debe proveer en forma mínima y simple, momentos en los cuales los alumnos tengan la oportunidad de pensar y reflexionar en forma intencionada y que la enseñanza no consista en la memorización de datos.

Todas estas disciplinas tienen como característica común la actividad y el trabajo. Gaudig, representante de la Pedagogía de la personalidad, afirmó: “personalidad y trabajo no son exclusivos; no hay personalidad ahí donde no hay auto actividad”.10

El trabajo es la señal donde hay una educación de la personalidad. La

personalidad se va realizando y haciendo constantemente con arduo trabajo y actividad. Se considera pues que para Juan José Arévalo no se es persona sólo por ser un humano, sino que es todo un proceso, una actividad que necesita de la religión, de la moral, el arte, la ciencia y la filosofía.

Estas disciplinas llevarán al individuo a una auto actividad que culminará en

convertirlo en persona. Establecidas las disciplinas que contribuyen al logro de la personalidad, se muestra las áreas donde se manifiesta la persona, que es el segundo aspecto que se pretende explicar. Las fuentes de la vida espiritual donde se desarrolla la personalidad son: la voluntad, emoción, fantasía e intelecto.

Estas áreas están ligadas íntimamente con las disciplinas que contribuyen a formar la persona. Así pues si se ha proporcionado una base moral y religiosa, se podrá desarrollar la voluntad. Esto consiste en que el sujeto realice una actividad consciente, una decisión y una conducta correcta en la vida.

Si se ha enseñado arte, se podrá desarrollar la emoción y la fantasía en el

individuo. Si se orienta al sujeto hacia actividades artísticas, tendrá la oportunidad de exteriorizar sus sentimientos y dar rienda suelta a su imaginación y creatividad.

Por último, si se le proporciona al individuo conocimientos de la ciencia y la

filosofía, podrá desarrollar su intelecto y así contribuir también al logro de ser persona. Al lograr la incorporación de estas disciplinas, como producto de ello, se desarrollarán las áreas mencionadas, surgirá la espiritualidad y redundará en la transformación de un individuo en persona.

Una aclaración debe hacerse en defensa del pensamiento de Juan José

Arévalo, que parece necesaria. Un moralista, un religioso, un científico o aún un filósofo, por el hecho de su profesión no implica que sean ya personas. Lo que ha mostrado Arévalo en su pensamiento es que estas disciplinas contribuyen a formar a la persona. Siguiendo el concepto de persona que presenta Arévalo, muchos científicos, artistas o filósofos, no son personas, en el uso arevalista del término.

Para que pueda identificárseles como personas se requiere haber escalado

una jerarquía axiológica donde se haga evidente la práctica de una serie de

10

Arévalo, J (1948) op. cit. Pag. 157

32

valores, es decir, que haya construido una escala de valores personal y que la practique en su vida. Valga pues esta aclaración, para que el pensamiento de Arévalo pueda ser bien comprendido.

Como se explicó anteriormente, para fines didácticos, se presenta una

gráfica donde se puede ver el enlace de las áreas donde se manifiesta la persona y las disciplinas que contribuyen para que alguien pueda ser persona.

PERSONA

ESPIRITUALIDAD

VOLUNTAD EMOCIÓN FANTASÍA INTELECTO

MORAL ARTE FILOSOFÍA

RELIGIÓN CIENCIA

DISCIPLINAS QUE LOGRAN DESARROLLAR LA PERSONA

D. Persona y valores

A lo largo de esta investigación, se ha destacado que lo toral respecto a la

persona es lo axiológico. Así que en este último apartado se muestra la relación entre la persona y los diversos valores a los que tiende.

Para comenzar, es preciso indicar primeramente lo que Juan José Arévalo

entiende por valor, y antes de presentar su concepto, elabora un bosquejo histórico de lo que se ha entendido por valor y por su captación.

VOLUNTAD

33

Señala a Dietzel como el primero que llamó la atención sobre la importancia de los juicios de valor en la disputa sobre la naturaleza de los valores económicos. Más adelante Arévalo señala que al principio el término valor se concibió como un resplandor que percibimos en determinados objetos (definición de Shuwerack). Con la cual él no está de acuerdo.11

Se da un avance en la definición de Alexius Meinog ya que éste afirma que

los sentimientos de valor son sentimientos existenciales y consisten en el placer o dolor con que se advierte la existencia, o no, de una cosa.12

La importancia de esta definición, para Arévalo, es el hecho de introducir

la noción de la importancia del sentimiento para los valores, ya que el sentimiento es fundamental en la captación de los valores.

Para Juan José Arévalo las valores no son simplemente entes lógicos, sino

elementos donde el sentimiento juega un valor preponderante. Arévalo analiza también el concepto de valor en Ehrenfels, que lo considera como una esencia de las cosas independientes de la actitud subjetiva del hombre. Este concepto se asemeja al presentado por Julio Wagner al afirmar que el valor no es otra cosa que una relación subjetiva entre persona y cosa.

Así mismo analiza Arévalo los conceptos de valor propuestos por Hugo

Munsterberg, Ricardo Muller-Freinfels, Max Scheler, Guillermo Windelband, Ernesto Durr, Guido Della Valle, antes de presentar su postura acerca de la noción de valor. Juan José Arévalo diferencia también entre valor y bien y afirma:

”Llamamos bien a lo que perece, a lo que se consume, lo que puede lograrse, lo que se consigue en el plano de nuestra vida, de nuestra acción y llamamos valor, a cierto tipos de realidades espirituales que nos arrastran, que nos guían, que nos incitan y a las cuales no llegamos nunca, como la verdad, el bien, la justicia”.13

Lo central en esta definición es el énfasis que hace de lo espiritual, ya que

en otra parte de sus escritos los define como plásticas creaciones espirituales, obras del género humano que se imponen como desde fuera de las conciencias individuales.14

11

Arévalo, J (1974) La Personalidad, la adolescencia y los valores. Guatemala: Editorial José de

Pineda. Pag. 358

12

Ibíd. Pag. 360 13

Arévalo J (1989) Escritos Complementarios .Guatemala: Editorial Cenaltex. Pag. 363 14

Arévalo, J (1974) La Personalidad, la adolescencia y los valores. Guatemala: Editorial José de

Pineda. Pag. 368

34

Los define también como entidades proyectadas en bienes flotantes por encima y más allá de los bienes mismos que son objetos y cualidades o ideas a las que se les ha convenido en llamar valores. Puede notarse en estas definiciones que para Juan José Arévalo, los valores son creaciones humanas y no entidades independientes.

Una vez expuesta la idea que tiene Juan José Arévalo sobre los valores, se presenta la clasificación que él hace y la jerarquización de los distintos tipos de persona según los valores que practiquen. Señala Juan José Arévalo que siempre se ha identificado como valores superiores a la santidad, la verdad, belleza, justicia, felicidad porque ciertas actividades del ser humano coinciden con la exaltación de estos valores( religión, arte, ciencia, filosofía). Otra razón puede ser que quizá sean muy populares y de ahí que se consideran los más importantes.

Juan José Arévalo muestra que los principales valores son los espirituales,

por lo que se identifica precisamente con el espiritualismo filosófico que sostiene que se debe dejar a cada hombre en libertad para establecer su propia escala de valores.

Al realizar estas aclaraciones Juan José Arévalo presenta una pirámide

axiológica, que muestra, a criterio de él, los principales valores a los que tienden los individuos y que coinciden con los diversos tipos de persona.

Así pues fines o valores, dice Juan José Arévalo, de alta jerarquía cuatro

conocemos a cuya conquista se disponen las vidas humanas y son: placer, poder, saber y ser.15 Se identifica a los valores con los fines, que son los objetivos finales que desea el ser humano; y la mayoría de individuos tienden a buscar el valor placer, que son la mayoría, otros el valor poder, otros el saber y por último algunos tienden a buscar el valor Ser.

Como es una pirámide, el valor placer es el más bajo y desde allí se debe

escalar. Para algunos sujetos su valor máximo es el placer, es decir el goce y deleite en la vida, pudiendo ser esos placeres nobles o bajos. En un escalón más alto está el valor poder, que es la aspiración de aquellos seres humanos que anhelan el dominio sobre los demás, entendiéndose que ya han pasado por el valor placer.

Más arriba está el valor saber, el cual pertenece a aquellos que ahondan en

el campo del conocimiento. El último y más alto valor es ser y corresponde a los sujetos que han superado los valores anteriores (placer, poder y saber) y son seres humanos superiores a los demás.

El valor Ser se identifica como ser alguien espiritual, es decir, que trascienda su parte material y natural Por supuesto que el valor Ser al igual que otros valores no se puede poseer absolutamente, porque como ha dicho Arévalo,

15

Arévalo, J (1948) La Pedagogía de la personalidad. Guatemala: Editorial Tipografía Nacional.

Pag. 255

35

a estos valores no se les puede llegar nunca en forma total. Por ser ideales, nos acercaremos, nos aproximaremos, pero nunca los alcanzaremos plenamente

Podrán haber varias personalidades atendiendo al valor que se desee, pero

en el sentido completo y exacto de la palabra persona, será aquella que su valor sea Ser. A cada uno de estos valores corresponde cierta área del ser humano, la cual predominará si se escoge ese valor. Existe siempre un aspecto en el individuo que ejerce hegemonía sobre los demás.

Así, la persona organizada según el valor placer, tiene el imperio de la

sensualidad que da tono a su conducta; la persona que valora como cosa suprema al poder, admite un predominio notable de la voluntad, que será su mejor instrumento.

La persona que su vida es un anhelo constante de saber, concede a la

inteligencia la total administración de sus actos. Finalmente quien busca una pura realización de su ser, lo supedita todo a dominio del espíritu puro.

De esta forma presenta Juan José Arévalo su pirámide axiológica:

SER (Espíritu)

SABER (Conocimiento)

PODER (dominio) PLACER (sensualidad) Esta pirámide axiológica es inversamente proporcional al número de

personas; mientras más alto sea el valor, menor será el número de seres que pertenezcan a él. Esto se debe a que en la escala de los valores como el placer y

36

el poder son más fáciles de practicar y por ello muchos hombres se encuentran allí. Mientras que los valores más altos como el saber y el Ser, requieren un esfuerzo mayor y por ellos pocos seres humanos llegan a esa posición.

Arévalo afirma que la categoría de placer arrastra habitualmente a la gran

mayoría de los sujetos y como ejemplo concreto puede identificarse a las masas, cuyo objetivo de vida es el deleite y la sensualidad. El poder, es ambición suprema de muchos, pero en la realidad es menor la cantidad de individuos que pertenecen a él. Aquí pueden incluirse a los políticos que buscan posiciones estatales o cualquier otro individuo que anhela puestos de jerarquía en diferentes lugares para tener el control sobre los demás.

El valor saber es ya un valor más alto. Puede identificarse aquí a la clase

intelectual que tiene el anhelo de saber y a nivel general, comparado con el resto de la población, son pocos los sujetos que buscan el conocimiento por el conocimiento mismo.

Finalmente la adquisición del valor Ser, es ya síntoma de la más pura

elevación humana, es finalidad que se fijan ya la cual se asoman muy pocas almas y se encuentran en un nivel mucho más alto que el resto de los seres humanos. La razón estriba en que para llegar a este nivel se requiere haber escalado la pirámide con sus valores anteriores y además porque se requiere de una lucha constante para superar todos los instintos naturales. No sólo se requiere llegar hasta este valor ser sino además mantenerse en constante actividad para permanecer en ese sitio.

Como se ha dicho reiteradamente la persona y los valores van de la mano;

la persona se determina según los fines a que tiende, y a su vez los fines son aceptados según el grado de valor que nos ofrecen. Esto significa que según la escogencia de valores que se tenga, así será la personalidad del sujeto y como existe una jerarquía de valores, es decir, unos valores más altos que otros, habrán entonces personas altas y otras de menor rango moral(aunque debe destinarse el término persona específicamente al que esté dominado por el valor ser).

Aquel fin o valor supremo que se escoja y se practique nos define como

persona. Si se sigue la línea de la jerarquía explicada anteriormente, existirán entonces cuatro clases de personalidades. Unos cuyo valor supremo será el placer, otras el valor poder, otras el valor saber y una personalidad mayor cuyo valor supremo será ser.

Existirán entonces seres pre-personales, cuasipersonales y seres específicamente personales. Surge aquí la pregunta: ¿el valor determina a la persona o la persona determina al valor?. En cierto sentido se ve uno inclinado a la escogencia de cierto valor y de ahí se podría pensar que el valor podría determinar a la persona.

Esto se manifiesta respecto únicamente al valor supremo que se haya

escogido como meta final, pero dentro de las cuatro categorías de la persona (según la pirámide) pueden existir otros valores. Dentro de cada categoría hay una

37

nueva jerarquización de fines o valores subalternos que presentan también una ordenación.

En el plano de estos valores subalternos, la persona es ya un poco más

capaz de tener libertad frente a los valores supremos. Es menester aclarar que al interpretar el pensamiento de Juan José Arévalo, se nota que existe una especie de predestinación axiológica, respecto a los valores supremos .Esto significa que los individuos vienen ya predispuestos para la escogencia de los valores más altos. El individuo se siente inclinado a la escogencia de cierto valor. Por esto afirma nuestro autor que en los valores subalternos como justicia, verdad, belleza, etc., la persona es ya más libre para escogerlos y practicarlos. Con tal de realizar el valor supremo (supremo para cada quien) se pueden preferir diversos valores subalternos. Es en este punto donde Juan José Arévalo le da mayor importancia a la razón para la escogencia y preferencia de estos valores, es decir aquellos valores intermedios que sirven para alcanzar los valores más altos.

En cambio la escogencia del valor supremo es más asunto del sentimiento que la razón. Esto se debe a que a ciertos valores nos atraen, nos impresionan y no se racionaliza tanto esos valores porque sean unos mejor que otros. Simplemente nos llaman la atención y el medio por el cual nos atraen es el sentimiento. Arévalo comparte con su maestro Juan Mantovani, ese hecho de que el hombre es persona en cuanto es portador de valores espirituales y ese reino de los valores hace que nos veamos transformados.16

Ese tránsito desde un yo meramente natural a un yo eminentemente

espiritual está determinado por los valores. La persona está íntimamente ligada al terreno moral, por ser hacedora de valores. Como seres humanos se tiene que saber que nuestra aspiración en la vida es la de realizar aquellos valores absolutos y no tanto aquellos que hacen referencia al placer ( puro sensualismo).

La realización de ellos es un deber, ya que nos hace valiosos; es más, el

ideal supremo de las acciones humanas es la realización de los valores absolutos y el concurso de esta obra da el carácter de persona, según el pensamiento arevalista.

Se finaliza entonces este capítulo con una pirámide múltiple que engloba el

pensamiento de Arévalo, que une los valores, los tipos de personas, el área donde se manifiesta el valor y la proporción de personas que tienden a esos valores. Los que practican los valores placer y poder, por ser los más bajos, están clasificados ambos en la categoría de seres pre-personales, es decir sujetos que no han empezado el proceso para llegar ser personas.

Los que practican el valor saber son llamados seres cuasipersonales ya que

este valor es más elevado y es señal que el individuo puede ya encaminarse hacia

16 Mantovani, J (1985) La Educación y sus tres problemas. Buenos Aires: Editorial Kapeluz. Pag. 20

38

el proceso de ser persona. Finalmente los que llegan al valor “Ser” son los que específicamente puede llamárseles personas, según el pensamiento arevalista.

PIRÁMIDE MÚLTIPLE AXIOLÓGICA PERSONAL

.

Personas Ser Espíritu Escasos

Cuasipersonales Saber Inteligencia Algunos

Pre-personales Poder Voluntad Pocos

Pre-personales Placer Sensualidad Muchos

Tipos de Personas Tipo de Área del Cantidad de

Valor ser humano Individuos

39

40

CAPÍTULO IV

SEMEJANZAS Y DIVERGENCIAS DEL CONCEPTO PERSONA

EN JUAN JOSÉ ARÉVALO Y MAX SCHELER

El propósito de comparar a Juan José Arévalo con Max Scheler radica en el hecho de que este autor junto con Rodolfo Eucken, son los filósofos más influyentes en el pensamiento de Arévalo. Eucken influye en Arévalo acerca de la espiritualidad, pero Max Scheler influye más respecto al concepto de persona y los valores.

Se pretende pues descubrir los elementos comunes y las divergencias entre Scheler y las posibles aportaciones que haya dado Juan José Arévalo respecto al concepto de persona.

1. Similitudes con Max Scheler 1.1 La persona como ser espiritual En ambos pensadores lo espiritual aparece como un elemento

indispensable de lo que sea persona. Para Juan José Arévalo persona es aquel individuo que está dominado por lo espiritual. En su pirámide axiológica otorga la categoría de persona al sujeto que se apropia del valor ser y este valor pertenece al área espiritual.

Por su lado Max Scheler refiriéndose a la diferencia del hombre con el resto

de los seres vivos, afirma que existe un principio que lo singulariza y aparta situándole en un solitario recinto del cosmos que en exclusividad le pertenece.

Este principio es el espíritu y denomina: “persona al centro activo en que el espíritu se manifiesta dentro de las esferas del ser infinito”.1

Aquí aparece la influencia en ambos pensadores de Rodolfo Eucken, al

resaltar la espiritualidad como elemento esencial de la persona. Arévalo fue un estudioso de Rodolfo Eucken y Max Scheler fue alumno de Eucken. Nótese que en esta definición de Max Scheler, que la persona es el receptáculo en donde el espíritu puede manifestarse plenamente.

Se puede destacar entonces que tanto Juan José Arévalo como Max Scheler, establecen que la persona se caracteriza por lo espiritual.

1.2. La persona como ser axiológico En ambos pensadores los valores representan algo fundamental en la

persona. Juan José Arévalo ha dicho que persona es el individuo que ejecuta valores. Por su parte Max Scheler afirma que: “ el espíritu a su vez se define por su capacidad para volverse hacia ese mundo sui géneris de los valores y las

1 Scheler, M (1994) El puesto del hombre en el cosmos. Buenos Aires: Editorial Losada. Pag. 55

41

esencias. 2 Muestra entonces Scheler que si el espíritu se orienta hacia los valores, y el centro donde el espíritu opera es la persona, la persona misma es un ser depositario y ejecutador de valores.

1.3. La persona como ser único Aunque en aristas diversas Arévalo y Scheler presentan a la persona como

un ser único. Juan José Arévalo le da esta característica por que no hay dos personas iguales; la razón de ello radica en que cada persona tiende hacia valores distintos y establece su propia jerarquía de valores. Cada persona tiene un modelo o paradigma distinto que seguir y en ese sentido las personas son únicas.

Por su parte Max Scheler enfatiza lo único de la persona en la realización de sus actos, en la singularidad que estos poseen. Scheler señala que toda persona es una individualidad singular, diversa y distinta de los otros, pero nunca está encerrada en sí misma. La persona es una unidad concreta de actos esencialmente diversos y el fundamento de los mismos actos.3

En Juan José Arévalo la persona es única por su elección de valores y en

Scheler por la singularidad de sus actos, pero los dos coinciden en la unicidad que posee el término persona.

Por otro lado, ambos autores manifiestan que la persona se nutre y se desarrolla en la reunión de otras personas, pero nunca se confunde con ellas.

Arévalo ha marcado a la persona como punto intermedio entre

individualismo y colectivismo, en donde la persona al relacionarse con otros conserva su propia esencialidad y no le es imprescindible la presencia de otras personas. Por su parte Scheler hace notar que la relación que la persona pueda tener con la sociedad, puede generar la creación de personas colectivas o comunitarias, pero en esencia habrá personas únicas.

2. Diferencias entre Juan José Arévalo y Max Scheler respecto a la Persona.

Al comparar el pensamiento de Arévalo y el de Scheler se puede notar que

no existe una diferencia abismal, en torno al concepto de persona, pero sí algunas discrepancias que resaltan las aportaciones dadas por Juan José Arévalo.

Las principales diferencias son las siguientes: 2.1Tipos de Personas. En el pensamiento de Max Scheler no se

encuentran diferentes tipos de personas dependiendo la clase de valor que practiquen. A lo sumo pueden encontrarse diversas ocupaciones o profesiones atendiendo a los valores principales que se realicen.

2 Scheler, M (1994) op. cit. Pag. 15

3 Abagnano, N (1978) Historia de la Filosofía. Barcelona: Editorial Montaner y Simón. Pag. 718

42

Así Max Scheler indica que pueden surgir diversas ocupaciones, tal como la del santo, el genio, el artista 4 atendiendo a la relación entre los valores tales como de la santidad, los valores espirituales o estéticos, etc.

Para Max Scheler un sujeto es o no es persona; no existen niveles de

personas; no hay un proceso de alguien que no era persona y que se convierta en tal. Para Juan José Arévalo existe una jerarquía de la personalidad, desde un nivel de seres pre personales, pasando por seres cuasipersonales hasta llegar al ser personal. La diferencia entre cada uno de ellos es el valor que hayan escogido y practiquen.

2.2. La objetividad de los valores y la persona.

Aquí existe una diferencia bien marcada. Para Juan José Arévalo los

valores son de creación humana, aunque pertenezcan al ámbito de la espiritualidad tienen su origen en lo humano. Juan José Arévalo define a los valores así:

”los valores son plásticas creaciones espirituales obras del género humano que se imponen como desde fuera de las conciencias individuales, pero que viven expuestas a experimentar las rectificaciones que individuos extraordinarios (talentos y genios) les impongan en audaz contribución por el progreso del espíritu.5

Aunque pareciera que los valores están en la exterioridad presentándose al

sujeto, en última instancia es la persona que ha creado los valores por medio de la cultura y la moral que se ha venido formando a través de la historia. Esta creación se ha debido, según, Arévalo, a seres humanos extraordinarios. Los valores a través de la historia se han venido acumulando.

Para Max Scheler el panorama es distinto. Los valores son enteramente

objetivos. No son creación humana y son independientes completamente. En la axiología de Max Scheler los valores aparecen personalizados ante el género humano.

Lo único que hace la persona es ser un descubridor, depositario y

practicante de dichos valores, pero los valores existen aun cuando no sean descubiertos, depositados o practicados por ninguna persona. Los valores para

4 Scheler, M (1948) Ética. Buenos Aires. Editorial Revista de Occidente.Tomo1. Pag. 74

5 Arévalo, J (1974) La Personalidad, la adolescencia y los valores. Guatemala: Editorial José de

Pineda. Pag. 455

43

Scheler no pueden ser creados ni aniquilados. Los valores existen con independencia de toda organización de un ser espiritual determinado.6

Afirma además Scheler que los valores constituyen un orden de

resistencias objetivas y absolutas de momentos definidos por una validez y prestigio ajenos a cualquier condicionalidad, a cualquier relatividad y contingencia.7

Al presentarse esta diferencia del origen del valor, surge la discrepancia

entre estos autores. Aunque Arévalo no lo expresa literalmente, él presenta a los valores como Antropinos. Los valores son netamente humanos. Es el ser humano quien hace las valoraciones de las cosas, de las acciones, y establece donde radican los valores. En ese sentido pues los animales, no practicarían valores, ni pueden establecer jerarquías de valores ¿Por qué no pueden hacerlo? La respuesta sería por la carencia de espiritualidad y racionalidad en ellos.

Para Max Scheler el panorama es distinto. Los valores son instancias objetivas que se presentan ante los seres vivos y ciertos valores pueden tener como depositarios a los animales. Max Scheler afirma:”los valores noble y vulgar o ruin también, esencialmente, tiene por depositarios a seres vivos... son por su esencia, valores de la vida o valores vitales. Por lo tanto no son propios tan sólo de los hombres, sino también de los animales y las plantas, es decir, de todos los seres vivos.”8

La incorporación de los valores no sólo a los humanos en Scheler es por el

establecimiento de la clasificación de los valores por él constituida. Así pues lo vital será obviamente un valor perteneciente a todos los seres vivos. Habrá valores que pertenecerán únicamente a las personas como los valores morales, pero habrán otros valores que serán compartidos por otros seres vivos.

Se interpreta esta idea de Scheler en el sentido de que por ejemplo los

animales no es que realicen una práctica literal de valores, sino en el modo de que pueden sentir los valores( de lo agradable y desagradable, útil o perjudicial) y esto porque los valores existen en toda la naturaleza.

2.3 La libertad de la persona frente a los valores Como última divergencia entre Arévalo y Max Scheler se expone el

problema de la libertad de la persona frente a la realización de los valores. La divergencia no radica en el hecho de que si se puede o no realizar los valores, sino en la voluntad de la persona para realizarlos.

6 Scheler, M (1948) op. cit. Pag. 32

7 Scheler, M (1994) El puesto del hombre en el cosmos. Buenos, Aires: Editorial Losada. Pag. 15

8 Scheler, M (1948) Ética. Buenos Aires. Editorial Revista de Occidente.Tomo2. Pag. 129

44

El pensamiento de Juan José Arévalo presenta una postura a la que el

autor de esta tesis denomina predestinación axiológica. Esto significa que la persona tiene una inclinación, una tendencia hacia la realización de un valor superior. En este caso sería la tendencia hacia al placer, el poder, el saber o el ser.

Juan José Arévalo señala que aún antes de que el individuo empiece el

proceso para convertirse en persona ya siente la inclinación hacia un determinado valor. Existe una especie de orientación donde la persona viene ya prefijada para realizar un valor superior.

Esta idea tiene una implicación muy fuerte, sobre todo en el terreno

educativo; Arévalo indica que la tarea de la educación consiste en desarrollar la personalidad en potencia que el niño posea. Esto se logra orientándole para que empiece a practicar ese valor hacia el cual el niño tiene inclinación.

La tarea educativa no consistirá en imponerle a los educandos la práctica

de una serie de valores sino que el maestro debe detectar la tendencia valorativa del niño y desarrollarla. Además debe procurar inducir al educando a que descubra el valor hacia el cual tiene tendencia.

Debido a estos razonamientos es que se puede afirmar que en el

pensamiento de Arévalo existe una restricción de la persona hacia la escogencia de un valor superior. En donde existe mayor libertad es en la escogencia y práctica de valores intermedios que sirven para la realización de un valor mayor.

Arévalo insiste en que como adherente al espiritualismo deja en libertad a

cada individuo de elaborar su propia jerarquía de valores, pero al final de cuentas, los sujetos ya vienen predispuestos para la escogencia de determinados valores.

La postura scheleriana es diferente. En primer lugar no existe ninguna

tendencia hacia determinado valor cuando indica:”Si pues el tener valores no va unido de ningún modo a una tendencia”.9 Lo que si puede influir en la escogencia de los valores, según Scheler, es la tradición, la imposición y la invitación, pero ninguna tendencia o inclinación.

Lo que sí se ejecuta dentro de la persona es una preferencia ya sea de

valores, de cosas o acciones. Pero este preferir emocional es algo meramente espontáneo y no predeterminado. Afirma Max Scheler que se puede muy bien aprehender los valores, que en general, no son realizables por ninguna tendencia. 10

El segundo elemento es la libertad tocante a los valores. Dentro de la Ética

valorativa se señala a la libertad como un fundamento esencial para la realización de los valores. La persona tiene la facultad aún de decidir si quiere realizar valores o no. Esta postura es criticable también, porque cabría la duda de si se puede

9 Scheler, M (1948) op. cit Tomo I. Pag. 33

10 Scheler, M (1948) op. cit. Pag. 84

45

entonces llamar persona a aquel individuo que ha decidido por voluntad propia no realizar ningún valor ya que dentro del pensamiento de Max Scheler es persona quien ejecuta valores.

Se ve entonces posturas divergentes tocantes a la libertad. Para Arévalo

existe una libertad limitada respecto a la ejecución y escogencia de los valores. Está predeterminada la persona en alguna forma en la elección de un valor

superior y es más libre en la escogencia de valores intermedios para alcanzar el valor superior. En tanto en Max Scheler existe plena libertad para la escogencia y ejecución de valores, sean estos superiores o inferiores,

En Juan José Arévalo no existe más remedio que realizar valores, porque el

sujeto viene predispuesto a cumplirlos y por otro lado otros individuos no vendrán con esa capacidad de realizarlos y no podrán ser catalogados como personas.

46

47

CAPÍTULO V

EL CONCEPTO DE PERSONA Y SUS IMPLICACIONES EDUCATIVAS,

SOCIALES, Y POLÍTICAS La noción de persona como ente axiológico, noológico y otras

características que presenta Juan José Arévalo son elementos filosóficos que este concepto posee. De aquí se desprende entonces que desde estos aspectos existen derivaciones educativas, sociales y políticas

Se presenta por lo tanto las repercusiones que pueda tener el concepto de

persona en Juan José Arévalo. 1. Implicaciones educativas del concepto persona La figura del Dr. Juan José Arévalo es multifacética. El fue un literato,

político, educador, Jefe de Estado y sus ideas de persona y valor que son terminología filosófica, trata de enlazarlas con otras disciplinas del ser humano, entre ellas la Pedagogía. Arévalo procura formar una unión perenne entre Pedagogía y Filosofía y esto se logra por medio de la Axiología. La tarea educativa es al fin de cuentas una Pedagogía de los valores.

Es aquí donde entran en juego las ideas de persona y valor. Este enlace es

necesario para Juan José Arévalo porque para él la Filosofía ha estado alejada de los problemas humanos. La Filosofía, especialmente en nuestro medio, se ha convertido únicamente en una teoría estudiada por muy pocas personas. De ahí que la Axiología, unida con la Pedagogía, sea una forma de acercar a la Filosofía con la realidad humana.

En primer lugar el concepto de persona tiene implicaciones educativas en

el sentido de considerar la tarea educativa como el encuentro de personas y no de individuos.

Arévalo ve en el alumno y en el maestro, el encuentro de una persona en formación y una persona formada. Para Arévalo la tarea educativa no es el encuentro entre cerebro y cerebro sino el encuentro de maestros con individuos en formación para llegar a ser personas; no es tanto una imagen racionalista sino un diálogo emotivo.

Este hecho de considerar la tarea educativa como el encuentro de personas

requiere también entonces una condición previa y consiste en que el maestro debe ser un ser personal. El maestro debe estar cargado de valores para que esta tarea educativa se lleve a feliz término. ¿Qué puede ocurrir si el maestro es sólo un hombre, un individuo nada más? Naturalmente no podrá lograr que sus alumnos lleguen a ser personas, sino que se quedarán únicamente en la categoría de individuos.

48

Otra implicación de la persona como ente axiológico en la educación, consiste en que dentro de la escuela se debe dar un descubrimiento, aprehensión y valorización de valores. Esto significa que no solo debe valorarse las acciones, las personas o las cosas, sino también valorar los mismos valores, darles el lugar que les corresponden. Juan José Arévalo menciona que el proceso axiológico en el ser humano consiste de tres pasos: valoración, valor y jerarquía.

En primer lugar se hace una preferencia, una elección de los individuos, las

cosas, los hechos y las ideas. Después se percibe en estos elementos el valor que poseen, que es independiente del objeto o individuo mismo. Por último se establece una jerarquía de valores en donde se clasifican los valores según nuestros propios criterios y se enfatiza luego en la práctica de esos valores.

La implicación educativa consiste en el hecho de que el maestro debe

lograr que el alumno realice este triángulo axiológico. Si se considera a la persona como portadora y ejecutora de valores, dentro de la escuela se debe lograr que el alumno se convierta en persona y esto se logrará cuando el alumno sea practicante de valores.

Esta gráfica nos ilustra el triángulo axiológico que debe lograrse dentro de

la tarea educativa.

1 2

1

3 Otra implicación educativa respecto al concepto de persona en Juan José

Arévalo, consiste en que la escuela debe enfatizar lo noológico en el hombre. La doctrina de Juan José Arévalo puede situarse dentro del Espiritualismo y

esta corriente enfatiza en el hombre dos realidades: la materia y el espíritu. Ahora bien, la tarea educativa consiste también en que el individuo pueda desarrollar esta parte espiritual para que pueda convertirse en persona.

49

Como se ha afirmado anteriormente el individuo no es persona sólo por el hecho de tener una parte espiritual; se es persona cuando esta parte espiritual domina al sujeto. Esta debe ser la tarea educativa aunque por supuesto no debe descuidar las otras esferas que constituyen lo humano. Esta tarea educativa de enfatizar lo espiritual no debe quedarse sólo en la persona. Para Arévalo la educación es el instrumento de las sociedades y de los Estados, para poder conservar la riqueza de la nación y que la nación misma sea considerada como una gran espiritualidad.

Esta fue una de las consignas que se dieron dentro del movimiento social y

político denominado Arevalismo el cual propugnaba lo siguiente:”El pleno desarrollo de cada personalidad y el pleno desarrollo de cada nación”. 1Aquí el desarrollo está referido al aspecto noológico.

Una de las consecuencias también que surge del concepto de persona en

Arévalo y tiene implicaciones en el terreno de la educación, es el enfoque de diversas áreas del conocimiento humano. En el capítulo dos se ha expuesto que según Juan José Arévalo las disciplinas que logran desarrollar a la persona son la moral, la ciencia, la religión, el arte y la filosofía. El sistema educativo entonces debe tener un equilibrio en el sentido de incluir dentro del plan de estudios cada una de estas disciplinas.

Es necesario acotar aquí que dentro de la administración presidencial de

Arévalo se dieron énfasis a estas disciplinas y especialmente dos que estaban muy descuidadas. Una la Filosofía y la otra el Arte. Un solo ejemplo nos basta para corroborar esta afirmación y es la creación de la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos, con su departamento de Filosofía.

Una consecuencia que se deriva de fomentar las disciplinas que logran

formar a la persona es también el impulsar las áreas donde se manifiesta la espiritualidad .Menciona Juan José Arévalo que la escuela ha sido el lugar que ha nulificado las potencialidades del niño, donde no se le permite crear y desarrollar su imaginación.

Por eso entonces la educación debe incluir dentro de su planificación una

serie de actividades donde el alumno desarrolle su imaginación, creatividad y fantasía.

La última implicación educativa que surge del concepto de persona en Juan José Arévalo es el planteamiento de los fines de la educación. Si la educación tiene como fin principal convertir a los individuos en personas, entonces debe fijarse objetivos que cumplan con esa finalidad. Arévalo comparte con Gerardo Budde, que los objetivos que cumplen esta función son el fin humanístico, el fin social y el fin natural.2

1 Arévalo, J (1989) Escritos Complementarios.(2 edición) Guatemala:Editorial Cenaltex. Pag.351

2 Arévalo, J (1948) La Pedagogía de la personalidad. Guatemala: Editorial Tipografía Nacional.

50

Aunque estos tres objetivos cumplen el fin último de la educación que es desarrollar a la persona, quien más cumple su función es el humanístico. Ese fin implica el propósito de alcanzar la espiritualidad y conducir al hombre a que sea plenamente humano.

El fin social incluye conducir al individuo a relacionarse plenamente con sus

semejantes y que pueda desarrollarse en la sociedad a la que pertenece. El objetivo natural tiene como propósito que el individuo conozca a plenitud la naturaleza y la domine; se incluye también aquí el conocimiento y cuidado del cuerpo.

2. Implicaciones sociales del concepto de persona en Juan José

Arévalo El concepto de persona tiene implicaciones sociales. En primer lugar como

reconocimiento de la dignidad. La persona como portadora de valores de diversa índole como moral, social, etc., reconoce en los otros la dignidad que poseen otros sujetos por ser personas o porque pueden llegar a serlo. Además la persona, según Juan José Arévalo, reconoce el valor que tienen aún los individuos que no pueden catalogarse como personas.

Este reconocimiento puede hacerlo ya que por ser persona se está en un

nivel superior y respetará el ser de todos los individuos sean o no personas. En la formulación doctrinaria del movimiento que surgió alrededor de Juan José Arévalo denominado Arevalismo, se establece como principio ideológico que esta doctrina será socializante en el sentido de adoptar principios socialistas, pero sin avasallar a las personalidades.3

Del concepto de persona se desprende también otra implicación social en el

sentido de valorar socialmente las cosas, las personas, las acciones y las ideas. Este proceso de valoración que Juan José Arévalo ha establecido se aplica

en la forma en que la persona por ser creadora, descubridora y ejecutadora de valores tendrá la capacidad de estimar las cosas, las acciones y las ideas que se den dentro de la sociedad de una forma madura y equilibrada.

Un problema que puede plantearse en esta valoración para Juan José

Arévalo, aunque sólo en algunos casos, será el resentimiento que pueda quedar en la persona misma como ente subjetivo al realizar estas preferencias .Pero al fin de cuentas ya la persona por estar en un nivel superior irá despojándose de este resentimiento y cada vez hará sus valoraciones de mejor manera.

Otra implicación social del concepto de persona es el reconocimiento de los

valores y las personas. Para Juan José Arévalo es importante socialmente el reconocimiento y valoración de las personas que precedieron porque ellas formularon la mayoría de valores que las generaciones actuales practican.

3 Arévalo, J (1989) Escritos Complementarios. Guatemala: Editorial Cenaltex. Pag. 261

51

También debe reconocerse los valores que han tenido las generaciones anteriores como sociedades. En este punto comparte Arévalo con Scheler que los valores pueden darse en el individuo por la tradición, la imposición o la invitación.

Se establece también una implicación social del concepto de persona en el

hecho de la trascendencia en la sociedad. Si bien se ha recalcado que la idea de persona se enfoca más hacia lo individual, la persona no se queda ensimismada sino que se proyecta a la sociedad y trasciende en ella. Dentro de la sociedad la persona realiza muchos valores que la pueden diferenciar de los simplemente hombres o individuos.

La última implicación social del concepto de persona que se puede

encontrar estriba en el hecho de que se concibe a la sociedad de una manera distinta. El enfoque dentro de esta concepción no es ver a la sociedad como un conjunto de individuos separados entre sí; tampoco ve a la sociedad como un conjunto de sujetos identificados como cosas ni ve a la sociedad a un grupo de individuos que se dedican al trabajo.

Se trata de ver a la sociedad como un encuentro de personas espirituales

en potencia; se sabe y se reconoce que no todos los individuos son personas, pero sí cree y procura que la sociedad y la nación pueda convertirse en una gran persona espiritual de trascendencia mayor.

3. Implicaciones políticas del concepto de persona en Arévalo Una de las primeras implicaciones políticas del concepto de persona en

Arévalo consiste en el sentido de que el Estado debe velar por el aspecto espiritual y cultural de los individuos tomando en cuenta que son o pueden llegar a ser personas. El Estado debe enfocarse no sólo en proveer lo material como función esencial sino suplir otras necesidades de los ciudadanos, como las espirituales, culturales, artísticas, etc.

Respecto al enfoque político presentado bajo su administración Juan José

Arévalo dice: ”No creemos que el hombre sea primordialmente estómago. Creemos que el hombre es ante todas las cosas una voluntad de dignidad. Ser dignamente un hombre o no ser nada. Nuestro socialismo no va por eso, la ingenua repartición de los bienes materiales, a la tonta equiparación económica de los hombres económicamente diferentes”4

4 Arévalo, J (1984) El Candidato blanco y el huracán. Guatemala: Editorial Académica

Centroamericana. Pag. 368

52

En esta cita se puede ver caramente el enfoque político de Arévalo al dirigirse no sólo a lo material sino en otras áreas del ser humano como la emocional, espiritual o axiológica.

Como confirmación a esta idea se puede mencionar el empuje que dio

como gobernante Juan José Arévalo al aspecto cultural y espiritual de los individuos al fomentar las escuelas, las artes y en fin todas aquellas disciplinas que se han mencionado y que contribuyen a formar a la persona.

Al postular el Socialismo Espiritualista como doctrina política señala

también Arévalo la prioridad dentro del hombre que debe satisfacerse primero. Arévalo dice:”El Socialismo que yo propongo, es uno espiritualista porque da supremacía al pensamiento, a las necesidades del alma, antes que a las exigencias económicas.5

El interés de Juan José Arévalo de enfocarse políticamente a la sociedad

para satisfacer necesidades espirituales antes que materiales, reside en el hecho de que gobiernos anteriores (Ubico, Ponce Vaides) menoscabaron la dignidad humana y él quiere devolver a los ciudadanos la integridad espiritual que habían negado el liberalismo y el conservadurismo.

Otra implicación política del concepto de persona en Arévalo es la relación

de persona y trabajo. Si se considera a los hombres como personas en potencia, se debe propiciar una fuente de trabajo en donde el sujeto pueda desarrollarse plenamente. El trabajo debe ser una fuente de felicidad y armonía y no una tarea tortuosa.

En honor a Juan José Arévalo debe mencionarse también que bajo su mando presidencial las condiciones laborales de campesinos, obreros, maestros, etc. mejoraron ostensiblemente. Quizá antes se veía a los trabajadores como animales o cosas y a partir de Arévalo empieza a vérseles como personas en potencia.

El hecho que demostró este cambio fue la creación durante el gobierno de Arévalo el famoso Código de Trabajo y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. Estas leyes y esta institución vinieron a dignificar al trabajador guatemalteco. Debido a esto es que para Juan José Arévalo un individuo que ya es persona está en mejores condiciones de dar más rendimiento económico y espiritual.

La última implicación política del concepto de persona en Juan José Arévalo

está relacionada con los fines el Estado. Esto implica que la tarea política debe centrarse antes en la persona que en la sociedad. Mejorar las condiciones personales para mejorar después las condiciones sociales.

A través de la historia, la función del Estado ha sido mantener un régimen

establecido, ser un instrumento de dominación hacia la nación o un elemento para adoctrinar a los ciudadanos.

5 Arévalo, J (1989) Escritos Complementarios .Guatemala: Editorial Cenaltex. Pag. 359

53

Dentro de la concepción arevalista la tarea del Estado debe ser crear las

condiciones necesarias para que los individuos se vayan transformando en personas.

Para Juan José Arévalo el valor poder que está relacionado con la política,

sólo es un valor inferior a los valores de saber y ser. La aspiración de los individuos no debe quedarse con querer dominar a los demás sino apropiarse de lo noológico y por lo mismo convertir a la nación en una entidad espiritual.

54

55

CAPÍTULO VI

CRÍTICAS AL CONCEPTO DE PERSONA DE JUAN JOSÉ ARÉVALO

En este capítulo se pretende plantear algunas observaciones y críticas

respecto al concepto de persona en Arévalo. Es una crítica que busca señalar algunos errores, pero también aportar algunos elementos que vayan en dirección de mejorar la propuesta de Juan José Arévalo.

A. La inexactitud del término “persona” en la pirámide axiológica La primera crítica que debe hacerse a Juan José Arévalo respecto al

concepto de persona es la falta de definición exacta de lo que sea la persona en la jerarquía de valores. Esta crítica va dirigida no en cuanto a la definición de lo que sea la persona como portadora de valores sino a la inexactitud del término en la pirámide axiológica propuesta por Juan José Arévalo.

Por un lado se considera sólo persona al que posee valor ser, y por otro se

dice que son personas aquellos que practican valores como el placer, el poder, el saber o el ser. Pero en el caso de la pirámide axiológica se les denomina seres pre-personales o cuasipersonales.

Aquel individuo que practica constantemente el valor placer, por ejemplo,

¿es persona o es pre-persona? La respuesta no queda clara porque por un lado está practicando un valor y todo el que practica valores es persona, según ha dicho Juan José Arévalo. Pero por otro en la pirámide, está clasificado como ser pre-personal.

La clasificación que hace Juan José Arévalo de seres pre-personales,

cuasipersonales y personales, nos parece adecuada. Lo que debe corregirse es a quien se le debe otorgar el nombre de persona.

La orientación sería identificar específicamente a la persona con el que ha alcanzado el valor ser. Pero Juan José Arévalo no lo hace y por eso la inexactitud de identificar a los sujetos con el término persona.

La solución que se propone en esta tesis sería una aclaración de términos

respecto a lo que sea personalidad y persona, únicamente en la pirámide axiológica. Para evitar esa confusión debería identificarse con el término persona a todo aquel individuo que practique valores y designar con el término personalidad a aquella persona que Juan José Arévalo ha identificado con el valor ser. Otra sugerencia sería identificar con el término de seres pre personales a aquellos individuos que practican valores intermedios, e identificar con el término persona a los que practican valores supremos. Debe recordarse que existen jerarquías de valores; unos valores son más altos que otros, por eso se plantea esta aportación.

56

De esta manera no habría confusión a quien debe dársele el nombre de persona. Como se ha mencionado anteriormente el pensamiento de Arévalo respecto al término persona está claro ya que identifica con este término al individuo que practica valores. La confusión radica únicamente en la pirámide axiológica, en donde existe una clasificación de individuos atendiendo al valor que practiquen.

B. La definición exacta del valor ser.

Se objeta también a Juan José Arévalo la falta de claridad del último y

supremo valor de la pirámide axiológica que él ha denominado ser. ¿Qué se que quiere dar a entender con el término ser? ¿Se refiere a ser un profesional, algún personaje famoso, o a un moralista, a alguien que haya dejado huella en el mundo?

Se entiende que Juan José Arévalo señala el valor ser como un ser

noológico o axiológico, pero aun mencionando estos elementos el término queda aún confuso y no está plenamente definido. La orientación de Arévalo no parece encaminarse a identificar al ser como algo predicativo o algo existencial, es decir a lo ontológico, sino al ser axiológico, pero también así, hace falta un complemento de lo que se entienda por ser en la pirámide axiológica.

Algunos individuos pueden estar llenos de lo espiritual o practicar valores y

no optar a la categoría suprema de ser debido a que no han escalado la pirámide axiológica. Arévalo coloca entonces el valor ser a secas sin especificar qué quiere identificar con ese término.

Esta pirámide, que si bien parece interesante, hace falta en ella la inclusión

específica de los valores morales. Los valores de placer, poder, saber y ser, que si bien obviamente son valores, no están plenamente identificados con la moralidad.

Arévalo debió identificar el último valor de su pirámide que es ser con el

agregado de ser moral, lo cual se identifica plenamente con lo noológico y axiológico que posee la persona.

Aquí debe hacerse una modificación; porque esta clasificación axiológica propuesta por Juan José Arévalo, deja afuera a aquellos individuos que si bien pueden practicar valores morales, no podrán ser incluidos como personas.

En este ascenso hacia la persona propuesto por Juan José Arévalo,

pareciera identificarla como un individuo destacado. Por eso debe, acuñarse la categoría de ser moral, en el último escalón de la pirámide axiológica. Esto se plantea porque hay individuos que pueden catalogarse como personas, sin haber necesariamente pasado por la categoría de poder o saber.

Podrán haber sujetos que tal vez no sepan leer ni escribir y no hayan

ejercido ninguna clase de poder y sin embargo, por sus actitudes y su ejecución de valores morales, sí pueden catalogarse como personas.

C. Crítica a la identificación de los fines con los valores

57

En sus escritos Juan José Arévalo identifica plenamente a los fines con los valores respecto a la aspiración que debe tener la persona. Arévalo señala lo siguiente:”El valor es aquello que debe ser deseado, esto es, que debe ser fin. En otros términos, el valor es siempre un fin porque es siempre un deber ser.1

Puede haber en algún momento determinado una identificación del fin con

el valor, pero hay diferencias bien marcadas. El valor es algo más espiritual y moral, mientras que el fin es algo más práctico, que pertenece más a lo metodológico, administrativo o pedagógico. A nuestro criterio los valores orientan la vida para que ésta sea más noble, más moral. Los fines son metas que se desean alcanzar pero que no implican necesariamente un propósito axiológico.

Un individuo puede muy bien proponerse determinados fines o enunciados

para su vida, pero no necesariamente pueden tener un aspecto moral, o ser valores. Que se propongan valores supremos para cumplirlos, no implica que los valores sean en sí, fines. Los valores son más interioridades morales que la conciencia invita a practicar mientras que los fines son metas últimas que se desean alcanzar.

Con los fines se desea obtener un resultado preciso, pero con los valores

se anhela una satisfacción moral sin buscar un beneficio propio. D. La predestinación axiológica Otra objeción que debe señalarse a Juan José Arévalo es el planteamiento

de una predestinación axiológica. Este nombre se le da porque Juan José Arévalo indica que de alguna manera los individuos vienen predispuestos a realizar determinados valores en su vida.

Se ha prefijado, predeterminado o dispuesto los valores a que tiende el

sujeto para convertirse en persona. Esto trae como consecuencia tres problemas principales. El primero, la

poca eficiencia que pudiera tener la educación respecto a la inducción o formación de los individuos en el terreno axiológico. Esto porque sería un poco inútil inculcarle ciertos valores a una persona en formación, sabiendo que cumplirá únicamente aquellos valores para los cuales viene determinado, cayendo entonces en un determinismo axiológico.

El segundo problema, consistirá en la responsabilidad moral en la ejecución

de los valores. La persona podría objetar que no cumple ciertos valores porque no viene predispuesto a realizarlos y no se le puede obligar a cumplir otros valores porque no está capacitado ni predestinado para llevarlos a cabo.

1 Arévalo, J (1974) La Personalidad, la adolescencia y los valores. Guatemala: Editorial José de

Pineda. Pag. 444

58

El tercer problema, es de la libertad para la realización de los valores. Se entiende que Juan José Arévalo no plantea una predestinación axiológica necesaria y obligatoria, pero si plantea una inclinación o disposición muy fuerte hacia la realización de determinados valores. Esto significa que el individuo al llegar a la categoría de persona ha alcanzado una libertad plena, aunque sintiéndose inclinada a la realización y ejecución de ciertos valores, por lo que entonces la libertad se ve empañada.

Una de las características de la persona que se ha mencionado, según Juan José Arévalo es la libertad y con esta predestinación axiológica, pareciera que la libertad queda coartada. Si se ha identificado a la persona con lo noológico y lo axiológico, como elementos fundamentales, un factor determinante para ambos es la libertad. Una inclinación o predisposición muy fuerte en la ejecución de los valores, podría coartar una característica fundamental de la persona que es su propia libertad.

Al tomar como ejemplo la pirámide axiológica propuesta por Arévalo,

muchos individuos tienen la inclinación al valor placer; no es que necesariamente ellos lo busquen sino que se sienten inclinados a ese valor. Así podría decirse de los otros valores como el poder, saber y Ser. No existiría una elección sino una predestinación a practicar determinados valores.

Dentro de las características de la persona, Arévalo ha mencionado que

una de las características de la persona es la libertad y con esta inclinación axiológica pareciera entonces que la libertad no es plena.

59

60

CAPÍTULO VlI

ACTUALIDAD DEL CONCEPTO DE PERSONA EN EL PENSAMIENTO

DE JUAN JOSÉ ARÉVALO En este capítulo se hace una comparación entre las ideas centrales que

posee el concepto de persona en Juan José Arévalo y los significados que se manejan en la actualidad en cuanto a este concepto.

Las nociones de persona que se expondrán a continuación son algunas de

las que a nivel general se entienden por persona y no el concepto de una corriente filosófica actual, ni tampoco la comparación del concepto de persona de un filósofo específico ya que esto implicaría un estudio extenso con todas las nociones que se tienen acerca de la persona hoy en día.

La comparación de las ideas de persona que presenta Juan José Arévalo y

su relación con los conceptos de persona en la actualidad, serán analizadas en los siguientes aspectos:

A) Similitudes del concepto de persona de Juan José Arévalo y los que se

manejan hoy día sobre la idea de persona. B) Diferencias que posee el término de persona en Juan José Arévalo y los conceptos de persona en la actualidad.

C) Ideas de Juan José Arévalo tocante al tema de la persona que pueden cobrar vigencia hoy en día.

1. Similitudes del concepto de persona en Juan José Arévalo y los conceptos actuales de persona.

En el capítulo dos de esta tesis se presentaron las ideas de persona que presenta Juan José Arévalo así como sus características. En este apartado se resaltan cuatro aspectos que él destaca sobre el concepto de persona y la coincidencia que tienen esos conceptos en la actualidad que son:

61

Juan José Arévalo presenta cuatro ideas principales, y otras secundarias,

respecto al concepto de persona. La primera de ellas es lo axiológico; esto significa la enorme carga valorativa que posee el término persona y de allí pues que Juan José Arévalo identifique a la persona como un concepto filosófico, porque la persona es un ser que tiene la capacidad de practicar valores.

Este es un factor esencial en el concepto de persona. Juan José Arévalo ha

dicho que persona es aquel individuo que es poseedor y ejecutor de valores; persona es aquel sujeto que lleva en sí, por el hecho de ser un humano, la capacidad de realizar valores, pero que además de tener la capacidad de practicar valores, los ejecuta y los lleva a cabo.

Es conveniente hacer la distinción entre la capacidad y la ejecución de los

valores en Juan José Arévalo; porque podrán existir seres humanos que tienen la capacidad de practicar valores, pero por su propia voluntad no los practican y en ese sentido no son personas, ya que se requieren dos condiciones: la capacidad de poder realizarlos y la otra el poder ejecutarlos.

Otra característica principal en Arévalo es lo noológico que posee la

persona. Como se ha explicado anteriormente este término se refiere a lo espiritual. La persona está dominada por lo espiritual; ha superado el aspecto material de su ser y se conecta con el espíritu. Es aquí donde la persona busca la trascendencia al encajarse con lo absoluto, lo espiritual que es inmortal.

Puede decirse entonces que la persona deja de ser con la muerte del ser

humano, pero trasciende con las obras que ha hecho y permanece ligada al

LA PERSONA

LO AXIOLÓGICO

LO NOOLÓGICO

LA LIBERTAD

LO TELEOLÓGICO

62

espíritu. Por esta conexión con lo espiritual es que Juan José Arévalo ha definido también a la persona como una individualidad ennoblecida por lo espiritual.

Otra característica principal en Arévalo es el de la libertad. Al hablar del

concepto de libertad se refiere a todas las áreas del ser humano como lo físico, social, político, moral, etc., es decir libertad en todo, pero el énfasis central que resalta Juan José Arévalo es en la libertad de la persona de practicar valores y esto puede analizarse en dos sentidos: El primero radica en la decisión del ser humano si practica los valores. Se tiene la capacidad de practicar valores, pero se debe elegir libremente si se quieren practicar los valores. Es allí en donde el ser humano se convierte en persona.

Todos los seres humanos tienen la capacidad de practicar valores pero se

convierten en personas cuando voluntariamente deciden ejecutarlos. El segundo elemento es la escogencia o jerarquía de valores a practicar. Una vez que la persona ha decidido practicar valores no se le debe imponer qué valores tiene que practicar.

Por esta razón es que Arévalo no establece una jerarquía de los valores

que se deben practicar sino que establece un triángulo axiológico en el cual la persona valora a los individuos, acciones u objetos, detecta en ellos los valores que poseen y por último establece su propia jerarquía de valores a practicar.

Aunque puedan haber valores superiores a otros, no todas las personas

van a practicar los mismos valores o le darán la misma importancia a ciertos valores, porque cada persona escoge su propia jerarquía de valores por el hecho de ser libre y eso implica la libertad de escoger los valores que quiera practicar y el orden de importancia que tengan dichos valores.

Juan José Arévalo si plantea una pirámide axiológica en donde señala los

valores a los que tienden los seres humanos, pero no está imponiendo que esos valores sean los principales que deban practicarse.

La libertad es fundamental respecto al proceso axiológico, porque aunque el

mismo Juan José Arévalo ha afirmado que se tiene cierta predestinación a practicar determinados valores, la persona es completamente libre en escoger los valores que deba practicar y establecer su propia jerarquía de aquellos valores que sean más importantes que otros para él.

La última característica principal es lo teleológico. Esto significa que la

persona como tal se propone fines, metas para alcanzar en la vida. Radica allí la diferencia entre un individuo y una persona. Un individuo será alguien de la especie humana que nace, crece, se reproduce y muere, como otros seres de los distintos reinos de la naturaleza. En cambio la persona, se propone metas por alcanzar a lo largo de su vida y esas metas son la razón de su vida.

Por esta razón es que Arévalo señala que el concepto de persona

representa un ideal, pues persona significa una lucha por un valor más alto, es un sujeto que se propone fines por alcanzar. Arévalo define también a la persona como el hombre que se domina a sí mismo, que concentra las fuerzas de su

63

naturaleza en la realización del ideal de su individualidad, que se determina por sí mismo en todos los terrenos de la vida.

La persona entonces sabe lo que quiere en la vida; no es un ser humano

más que solo realiza lo cotidiano, lo que le toca por realizar sino que todas sus acciones se enfocan en alcanzar un meta y dentro de esas metas será alcanzar la perfectibilidad de su persona, esto significa que una de las metas del propio ser humano consiste en llegar a ser persona, ya que se nace humano, pero se hace persona.

Estos cuatro elementos que presenta Juan José Arévalo como principales

características de la persona, se hacen evidentes el día de hoy respecto a lo que se entiende por persona. Se entiende por persona hoy día como una sustancia singular no comunicable, de naturaleza racional y que constituye una unidad sustancial compuesta de cuerpo y alma. Y los atributos esenciales de la persona humana son sustancialidad, la racionalidad, la libertad y la perfectibilidad.

De estos conceptos planteados arriba se puede destacar la libertad, que es

uno de las características principales que plantea Juan José Arévalo en sus escritos.

Otro de los conceptos actuales de persona es identificarla como un conjunto

unido de características biológicas, psicológicas, sociales y espirituales; un ser único e irrepetible, que de manera individual posee principios y valores como son la dignidad, la libertad y la autonomía, la unicidad y la apertura. Se ve en estas definiciones las características de la espiritualidad, la libertad, autonomía que Juan José Arévalo ha mencionado como elementos principales de lo que sea la persona.

También se denomina en la actualidad a la persona como un ser individual,

animado y racional, que desde que nace cumple du desarrollo biológico y espiritual hasta que le acontece la muerte. Aquí convergen dos características presentadas por Juan José Arévalo. La primera porque en esta definición afirma que cumple su desarrollo espiritual y una de las características principales de la persona es la espiritualidad. Juan José Arévalo ha dicho que la persona es una individualidad ennoblecida por lo espiritual.

El otro aspecto convergente de estos conceptos actuales de persona y Juan

José Arévalo es lo teleológico. Ya que en la definición antes mencionada se afirma que cumple su desarrollo biológico y espiritual; esto implica que la persona tiene una finalidad, un propósito que cumplir. Una de las diferencias entre individuo y persona que señala Juan José Arévalo es que el individuo vive sin saber porque vive; en cambio la persona tiene un propósito en la vida y trata de cumplirlo

2 .Divergencias que posee el concepto de persona en Juan José Arévalo y los conceptos de persona en la actualidad.

Una de las diferencias del concepto de persona en Arévalo y los conceptos

que se manejan el día de hoy es el aspecto social. La mayoría de ideas respecto a la persona enfatizan el aspecto social, y aunque Arévalo no lo

64

desestima tampoco lo prioriza. Muchas de las definiciones hoy en día, señalan que una de las características principales de la persona es lo social. Señalan a la persona como un ser consciente, racional, libre y también social, que solo en la compañía de sus semejantes encuentra las condiciones necesarias para el desarrollo de su conciencia.

En este sentido la persona necesitará de los otros para desarrollarse

plenamente. Arévalo sitúa el concepto de persona entre el individualismo y el colectivismo, pero con orientación más hacia lo individual en donde puede darse una conciencia y una espiritualidad mayor .La persona no se confunde dentro de la comunidad sino que se distingue entre ella. Juan José Arévalo admite que una persona puede reconocer la dignidad de otras personas o de individuos que están en proceso de ser personas, pero esto no implica renunciar a su misma persona a favor de otras.

Otra diferencia entre el concepto de persona propuesto por Arévalo y las

ideas actuales de persona estriba en la identificación de persona y humano.El hace una diferencia entre la persona y el ser humano como tal. La persona es un ser humano que practica valores, tiene conciencia, es libre, es dominado por lo espiritual. En cambio un humano va más por lo biológico, por pertenecer a esta especie, por haber nacido de otros seres humanos, pero no todos los seres humanos son personas, por el hecho de haber nacido hombre no se es persona.

Se requiere de todo un proceso para llegar a ser persona y ese proceso es

de toda la vida. Se ha de reconocer en este punto que Juan José Arévalo difiere notablemente con muchos pensadores de la actualidad, sobre todo con aquellos que enfatizan el respeto de los Derechos Humanos, donde la mayoría identifica al humano con el hombre que pertenece a esta especie.

Si él estuviera presente diría que los hombres por el hecho de ser seres

humanos tienen derechos y responsabilidades que cumplir, pero que la persona es un ser que tiene más dignidad que los otros hombres, por lo tanto el tiene el derecho de ser tratado en una forma más especial.

La última diferencia del concepto de persona es su finalidad. Para Arévalo

el propósito mayor de un ser humano es practicar valores, acogerse de lo espiritual y llegar a ser persona. Así la finalidad de la vida humana será el perfeccionamiento de la persona misma; realizará una serie de actividades para mejorar su propio ser.

En la actualidad se prepara a la “persona” para que sirva a los intereses de

una sociedad, de una institución o de otros individuos con lo cual la “persona” se enajena. El trabajo hoy en día constituye un elemento que desvaloriza a la persona, ya que la convierte en un ser especializado para realizar una determinada actividad en la sociedad y no una serie de acciones que contribuyan al individuo para que se convierta en persona.

65

Por esto Max Müller afirma lo siguiente: ….”el trabajo así concebido en el mundo moderno del trabajo no conduce a la experiencia y a la formación de la persona, sino precisamente a su desaparición”.1

3. Ideas de Juan José Arévalo tocante al tema de la persona que pueden cobrar vigencia hoy en día.

A lo largo de la investigación respecto al concepto de persona puede

mencionarse muchas ideas que pueden tener vigencia hoy en día, pero se limitarán a 5 aspectos principales.

La primera de ellas es el rescate del término persona como concepto filosófico. Cuando menciona Arévalo los aspectos de lo axiológico, lo noológico, lo teleológico se está dentro del campo de la Filosofía. Aunque si bien algunos pensadores actuales se refieren a la idea de persona como concepto filosófico, la mayoría no lo hacen y se refieren al concepto de persona más que todo en los aspectos sociales, psicológicos, jurídicos, culturales o semánticos. Debe abordarse el concepto de persona como una idea filosófica.

La segunda idea que puede cobrar vigencia hoy en día es el énfasis de los

valores en la persona. Si bien es cierto que Juan José Arévalo no es el primero en identificar a la persona con la práctica de valores, él señala que un sujeto es persona por el hecho de ser portador y ejecutor de valores.

Se ve hoy en día una sociedad carente de valores donde muchos afirman

que “se han perdido los valores”, pero no se hace mucho al respecto. Se debe proporcionar a los individuos una serie de herramientas, sobre todo valores para que se conviertan en persona y así se tendrá una sociedad más moral.

La tercera idea que puede tener vigencia hoy en día son las disciplinas que

contribuyen a la formación de la persona y estas son la filosofía, la ciencia, el arte, la moral y la religión. Durante la gestión del Dr. Juan José Arévalo se procuró el desarrollo de estas disciplinas y que sin lugar a dudas esto contribuyó a que pudieran haber individuos más nobles, es decir, personas que contribuyeran al desarrollo de la nación. Se está a casi 70 años de que el gobernó de y se ve que todavía hace falta mucha filosofía, ciencia, moral, mucho arte y una religión bien orientada para que contribuyan a la formación de la persona.

La cuarta idea que puede tener vigencia hoy en día es el análisis de la

pirámide axiológica propuesta por él. Como se ha mencionado en esta tesis, esta pirámide establece los cuatro valores a los cuales tiende la mayoría de individuos en su vida cotidiana. Para Juan José Arévalo esta tendencia se evidencia notablemente en la sociedad guatemalteca; estos valores son placer, poder, saber y ser. En nuestro contexto muchos guatemaltecos tienden al placer, bastantes al poder algunos al saber y muy pocos al ser.

Esta pirámide axiológica puede ser una radiografía moral que nos muestre

1 Müller, M (1965) Persona y Educación. México, D.F: Editorial Centro de Estudios Filosóficos,

Unam.

66

la realidad ética del guatemalteco y a partir de allí hacer los cambios necesarios para una transformación moral de nuestro pueblo.

La quinta y última idea que puede tener vigencia hoy en día propuesta por

Juan José Arévalo, es el proceso para ser persona y como los individuos establecen su propia jerarquía de valores. Se debe reconocer que muchos pensadores y académicos sostienen que un individuo es, o no es persona. Para Juan José Arévalo no es así.

La persona se hace no nace; es todo un proceso complejo que llevar a

alguien de ser un simple individuo hasta convertirse en persona como tal. Por eso señaló Juan José Arévalo que la meta de la educación es convertir a los individuos en personas; la tarea fundamental del Estado es el fortalecimiento y protección de la persona. Esto se evidenció en el mandato del Dr. Juan José Arévalo al considerar a los trabajadores, como seres personales o en proceso de ser personas y se les dio la dignidad que deberían de tener.

Si bien no se puede afirmar que muchos pensadores sigan el pensamiento

de Juan José Arévalo respecto al tema de la persona el día de hoy varios seguidores de Jacques Maritain tienen ideas similares en la actualidad y es donde puede establecerse el nexo de estos conceptos que formuló Arévalo y su presencia en la actualidad.

Un caso específico es el de de Arturo Díaz, estudioso del pensamiento de

Jacques Maritain quien afirma lo siguiente: “ La personalidad es la manifestación de la raíz espiritual del hombre. Es lo que hace persona al sujeto humano y no solo individuo material, pues en ella residen tanto la individualidad material como la personalidad espiritual, constituyendo, de este modo, un mismo y único ser”.2

Varios países de Latinoamérica en sus Constituciones resaltan el valor de la

persona, tal como lo plasmó Juan José Arévalo y por esto se termina este capítulo con el comentario que hace a la Reforma de la Constitución en Perú en el año de 1993 el Dr. Marcial Rubio Correa que afirma:

“La persona humana: fin supremo de la sociedad y El Estado… esto hace que la persona humana adquiera vital importancia ya que representa la esencia y la razón de ser y existir de la sociedad y el Estado, por lo que se constituye en fin supremo de ambos. Es decir respetarla, velar por su realización, protegerla y proporcionarle todo lo necesario para su desenvolvimiento fraterno y armónico dentro del mundo social… la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.3

2 Díaz, A (2006) La concepción de persona en Jacques Maritain.www.polis.revues.org. Consultado

4 agosto 2012.

3 Rubio Correa, M (1999)Estudio de la Constitución Política de 1993. Http// Biblioteca

pucp. Edu .pedocs_ pucp /rubio. Consultado 5 abril 2013.

67

68

CONCLUSIONES Al realizar la investigación sobre el pensamiento de Juan José Arévalo se

puede comprobar que posee abundantes ideas en el terreno de la Filosofía, especialmente en el terreno de la Axiología.

De forma usual se identifican tres clases de filósofos; en primer lugar

puede identificarse a un individuo como filósofo a aquél que formula reflexiones sobre los problemas fundamentales de la existencia del ser humano, En este sentido se puede afirmar que en algún momento de la vida todos son filósofos al plantearse estos cuestionamientos.

Por otro lado existen filósofos de carrera, es decir, aquellos individuos que

han hecho del estudio de la Filosofía una carrera profesional. Y en último lugar están los filósofos que han creado todo un sistema

filosófico de trascendencia universal. Juan José Arévalo puede identificársele como un filósofo de carrera.

Posiblemente no sea el creador de todo un sistema filosófico originalísimo, pero en sus escritos se encuentran diversas ideas filosóficas que merecen ser estudiadas.

Pero hay otro aspecto interesante sobre las características de un verdadero

filósofo. En los Diálogos de Platón, en el libro sexto de la República, plantea las señales que identifican a un verdadero filósofo.

Las características en forma resumida son las siguientes: Amor profundo

por el conocimiento; que busca siempre la verdad y le tenga horror a la mentira, que en forma resumida sería la práctica del valor integridad; no estar dominado por los placeres del cuerpo sino por los del alma; que no le tema a la muerte; que posea un análisis profundo sobre la esencia de las cosas; y la última es que por su sabiduría esté orientado a dirigir el Estado.

Al pensar en la obra y persona de Juan José Arévalo se ve que coincide

con las características que plantea Platón. Juan José Arévalo es un intelectual amante del conocimiento, no sólo de la Filosofía sino de muchas otras áreas del saber humano. Como persona Juan José Arévalo fue un hombre íntegro, buscador de la verdad y como gobernante un hombre probo y honrado.

Su vida estuvo orientada a la satisfacción de los placeres del alma

(intelectuales) y estuvo alejado de las posturas hedonistas. Por último en Juan José Arévalo se cumple el ideal platónico de que los

filósofos son los individuos que deben gobernar a las naciones. Juan José Arévalo gobernó Guatemala y por su sabiduría y por sus acciones está catalogado como uno de los mejores presidentes que ha tenido Guatemala.

Al profundizar en el pensamiento de Juan José Arévalo y descubrir que su

temática se centraba en los temas de persona y valores, surge la idea de que Arévalo era uno de los pioneros en el estudio de la persona, desde el punto de

69

vista filosófico. Esta idea se fue desvaneciendo poco a poco y se comprueba que el estudio y el análisis de la persona había sido ya abordado muchas veces por bastantes filósofos a lo largo de la Historia, como se ve en el capítulo primero de esta tesis.

Pero se puede notar que Juan José Arévalo da aportaciones filosóficas importantes acerca de la persona y los valores en los cuales se centró esta tesis.

Por supuesto que Juan José Arévalo no es el creador de todo un sistema

filosófico ni es el expositor de una doctrina originalísima respecto a los temas planteados. Pero con sus aportaciones puede incluírsele entre los grandes pensadores guatemaltecos respecto a la temática filosófica.

Las conclusiones que se desprendieron del estudio del pensamiento de Juan José Arévalo son las siguientes:

1. Las aportaciones de Juan José Arévalo en el terreno de la Filosofía se centran en el concepto de persona y los valores. Ya que la mayoría de sus ideas caen en la identificación de los individuos como personas y en la práctica de los valores.

2. Los conceptos de persona y valores están íntimamente ligados en el

sentido de que al hablar del término persona se hace mención a un ser eminentemente axiológico. Al referirse al tema de los valores en cuanto a su descubrimiento y a su práctica se requiere de una persona para llevarlos a cabo

3. En Juan José Arévalo las características esenciales de la persona son lo

axiológico y lo noológico. Se identifica a la persona como aquel sujeto que es descubridor y practicante de valores y asimismo su ser está dominado por lo espiritual.

4. La aportación más importante de Juan José Arévalo respecto al tema de

la persona es la clasificación de los individuos en seres pre- personales, cuasipersonales y personales.

5. El concepto de persona dentro del pensamiento de Juan José Arévalo

tiene una excesiva dosis metafísica que en determinados momentos descuida otras áreas de la persona.

6. La pirámide axiológica de Juan José Arévalo que identifica a los

individuos con el tipo de valor que practican, es decir, placer, poder, saber y ser, se hace evidente dentro de la sociedad.

7 La postulación del concepto de persona como ente axiológico hace que el

pensamiento ético de Juan José Arévalo pueda ser clasificado dentro de la ética valorativa, especialmente con los postulados del personalismo ético sustentado por Max Scheler.

70

BIBLIOGRAFÍA

1) Abagnano, N (1963) Diccionario de filosofía. México: Editorial Fondo de Cultura Económica. 2) Abagnano, N (1978) Historia de la filosofía. (3 edición). Barcelona: Editorial Montaner & Simón. 3) Arévalo, J (1984) El Candidato blanco y el Huracán. Guatemala: Editorial Académica Centroamericana. 4) Arévalo, J (1991) Equipos sociales y no clases sociales.Guatemala: Editorial Cenaltex.

5) Arévalo, J (1988) Escritos complementarios. Guatemala: Editorial Cenaltex. 6) Arévalo, J (1945) Escritos pedagógicos y filosóficos. Guatemala: Editorial Tipografía Nacional. 7) Arévalo, J (1948) La pedagogía de la personalidad. Guatemala: Editorial Tipografía Nacional. 8) Arévalo, J (1974) La personalidad, la adolescencia, los valores. Guatemala: Editorial José de Pineda Ibarra. 9) Arévalo, J (1987) Seis Años de Gobierno. (Tomo 1 y 2).Guatemala: Editorial Cenaltex. 10) Barrios, J (1987) Biografía mínima del doctor Juan José Arévalo Bermejo. Guatemala: Editorial Cenaltex. 11) Díaz, A (2006) La Concepción de persona en Jacques Maritain www.polis.revues.org. Consultado 4 agosto 2012 12) Eucken, R (1912) La vida su valor y su significado. Madrid: Editorial Daniel Jorro. 13) Franco, O (2003) Introducción a la Ética Profesional.www.edu./ética. Consultado 15 mayo 2013. 14) García, E (1982) Ética. (24 edición) México. D.F: Editorial Porrúa 15) Gómez, E (1950) Más sobre la noción de persona.Dialnet.unirioja.es/Servet Consultado 14 abril 2013. 16) Lahaye, T (1986) Temperamentos transformados por el espíritu. Miami: Editorial Unilit.

71

17) Mantovani, J (1985) La Educación y sus tres problemas. Buenos Aires: Editorial Kapeluz. 18) Mounier, E (1989) El personalismo. Bogotá: Editorial Nueva América. 19) Müller, M (1965) Persona y Educación. México. D.F: Editorial Centro de Estudios Filosóficos Unam. 20) Rubio, M (1999) Estudio de la Constitución Política de 1993.Http// Bibliotcapucp.Edu.pedocs_ pucp/rubio. Consultado 5 abril de 2013. 21) Santa Biblia (1993) Traducción de 1960. Estados Unidos de América Editorial Sociedades Bíblicas Unidas. 22) Scheler, M (1948) Ética. (Tomo 1)Buenos Aires: Editorial Revista de de Occidente. 23) Scheler, M (1948) Ética. (Tomo 2) Buenos Aires: Editorial Revista de

De Occidente.

24) Scheler, M (1994) El puesto del hombre en el cosmos. Buenos Aires: Editorial Losada.