Personajes Principales del Cuento:

Tonta Bruja Mítipro

Gato Chiflado Sapo

Floramón Sapita

Boo Genio

Concurso De Música.

Todo estaba tranquilo en Quién Sabe Dónde… Disculpen… El autor se equivocó de adjetivo. Todo estaba totalmente lo contrario a tranquilo en la ciudad del castillo donde viven los monstruos más tontos y locos del mundo. La razón era que Tonta Bruja les había dado la noticia de que iba a haber un concurso de música en el cual el premio eran unas vacaciones muy lejos de esa ciudad y no les importaba dónde.

Las audiciones fueron difíciles para los jueces ya que todos eran terriblemente malos y no sabían a quién elegir por descarte. Los jueces de dicho evento fueron: Mítipro, quien le decía que no a todos; Calabazona, quién le decía que sí a todos y Genio, quién era el único coherente de los tres.

Tonta Bruja fue la primera en pasar porque según ella tenía el derecho y pasó a la final sólo porque le pagó a dos de los jueces y amenazó a Mítipro, quien no había aceptado el soborno. La siguiente en pasar a la final fue Floramón, porque recibió el voto obligatorio de su esposo. Y por último y no menos importante… Boo. A todos les sorprendió este último ya que el fantasma no hablaba casi nunca ¿cómo podía cantar? Todos ansiaban ver la final del concurso que sería en una semana y lo pasarían en vivo en un canal que sólo existe en Quién Sabe Dónde.

Las cosas se ponían tensas entre los participantes: hubo varias peleas, amenazas, llantos, gritos y otros conflictos para los que no se encuentran palabras. Hubo tantas emociones que Tonta Bruja se olvidó del cumpleaños de su hija, Sapita, para la cual todos los años realizaba una fiesta sorpresa con títeres y globos de color rosa.

Cuando faltaban dos días para la final Tonta Bruja amaneció en un bosque con una nota en su zapato que decía: “No podrás ganar este concurso si no te presentas. Atentamente, tu cuñada linda y con rico aroma, Floramón.”-No se saldrá con la suya. Regresaré al castillo aunque tenga que caminar en círculos por cinco horas para luego darme cuenta que esto no tiene sentido y que podría haber usado mi magia para teletransportarme y llegar rápidamente al castillo.

Se levantó del suelo, se sacudió un poco el vestido que estaba lleno de tierra y comenzó a caminar.-Veamos… Si mi zapato es marrón… ése debe ser el norte. Y si mi nariz es grande… ese debe ser el sur. Y si me pica el brazo… Quiere decir que debo rascarme. Vas bien, Tonta Bruja. Ya te veo ganando ese concurso y riéndote del oloroso llanto de tu cuñada envidiosa y olorosa con su maldito y oloroso trasero en el piso.

Lo más extraño de todo es que la bruja había acertado con los puntos cardinales, pero sólo caminó unos metros y se cansó.-Esto no es posible, no sé cómo hace El Grupo de Terror para llegar todos los días al castillo. Malditos humanos, nunca están cuando los necesito. Veamos, si como algo tal vez recupere un poco de energía, pero… ¿qué diablos es energía? Maldita hija traga libros, me incorpora palabras a mi vocabulario decadente y luego no tengo idea de lo que digo y lo acompaño con frases que no entiendo pero de alguna forma sorprendente adquieren sentido en un contexto político que come manzanas y… ¡Oh, Dios mío! ¿Cómo llegué aquí? Creo que tendré que comer algo para juntar energía.

Por fin terminó su aburrido monólogo sin sentido y trepó un árbol para alcanzar una sandía. Todos se preguntarán ¿qué hace una sandía en un árbol en el medio del bosque? Pues… sigan leyendo y se enterarán ¡vagos ansiosos!

Cuando casi estaba por tomar la fruta, un ave extraña y muy veloz la golpea en ojo, la bruja cae al piso, se golpea la cabeza y queda inconsciente mientras volvía a soñar con sus adorados pokemones.

Al despertarse se pone de pie rápidamente y se choca… ¡con el techo! Entonces se sienta en el piso y mira a su alrededor para darse cuenta de que esta en una especie de mini-casa. De repente, un duendecillo abre la puerta y se le acerca.-Hola, extraña bruja de nariz grande.-Oye, yo no te digo que tu barba está sucia.-Pero… no tengo barba.-Sí, claro. Y yo me chupo el dedo gordo del pie… el cual no veo hace mucho porque no recuerdo cuándo fue la última vez que me quité el zapato. ¿Sabes que las sandías son buenas para atraer a

los pájaros? Te recomiendo no comer una si estás arriba de un árbol. Sólo digo, claro…-Gracias por el consejo. Pero no podemos ser amigos.-¿Por qué? ¿Tu novia es celosa? No eres mi tipo.-No, no es por eso…-Oh, el barbudo sucio no tiene novia.-¡Cállate! ¡No tengo barba!-Sí, claro. Y yo me chupo el dedo gordo del pie… el cual no veo…-¡Ya entendí! ¡Por favor, cállate!-Está bien. Eres muy aburrido, barbudo.

El duende suspiró y se sirvió un poco de agua para tomar junto con un calmante. Nunca había estado tan nervioso pero nunca había pasado tanto tiempo con una persona como Tonta Bruja.-Bien, bruja tonta.-No… Soy Tonta Bruja. Al revés.-Como sea. Estás aquí porque debo encarcelarte hasta que el concurso musical acabe.-¡No podrás detenerme! ¡Chinfli Chonflo!

Nada sucedió cuando usó sus palabras mágicas y la bruja comenzó a preocuparse.-¿Qué sucede? ¿Por qué no puedo usar mi magia?-Estás bajo un hechizo muy poderoso.-¿Quién fue? ¿Jock Virlle? ¡Lo voy a matar!-Mira… He leído el primer capítulo de esta cosa y sé que él siempre comete los crímenes. Pero ¿Acaso te parece que él tiene algo que ver con todo este asunto del concurso? ¿No tenías una nota en tu zapato cuando despertaste?-¿Fue mi mamá?-¡No! ¡Fue Floramón! ¡Tonta!-Pero si Floramón no tiene magia poderosa… Espera… ¡Mítipro! ¡Lo voy a matar cuando lo encuentre!-Pues, será luego del concurso.

Tonta Bruja aplastó al pobre duendecito con sus manos y salió por la pequeña puerta pensando “¿Cómo hice para entrar aquí? Debo haber perdido peso con mi última dieta de dulces.” Cuando estaba afuera tuvo el mismo razonamiento de los puntos

cardinales y comenzó a caminar hacia el norte. Cuando se cansó de caminar comenzó a gritar desesperadamente:-¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Un lobo me persigue! Creo que estoy siendo un poco dramática, pero sólo así seré tomada en cuenta. Necesito mentir para sentirme importante y prometo que cuando haya una mentira… ¡Ahí estaré yo…! -¡Tonta Bruja! ¿Qué haces aquí?

Miró hacia atrás y vio a su amigo Genio.-¡Genio! ¡Estoy perdida! ¡Debes llevarme al castillo!-Está bien. Allí está.

Genio señaló con una de sus manos arácnidas y la bruja avergonzada vio el enorme castillo a unos pocos metros de allí.-Es que… la sandía me nubla la vista.-Sí, claro.

Cuando llegó al castillo fue directo a la cocina, pues, Genio le había dicho que estaban su hermano y su cuñada. Cuando Floramón la vio se sorprendió mucho y disimulando estar calmada le dijo:-¡Tonta Bruja! ¿Qué haces tan temprano por aquí?-Sé que tú lo hiciste… ¡Sé que te comiste mi pastel…! No, esperen… Eso no era. Tú… tú… ¡Tú me secuestraste para ganar el concurso!-No tienes pruebas.-Sí las tengo. Una nota con tu letra y tu firma que aún está en mi zapato, flor olorosa.-¿Cómo te atreves…?-¡Esto no se quedará así! ¡Vamos a juicio!-Tendremos que posponer el concurso- dijo Mítipro.-Si es necesario, no hay problema- dijo la bruja.

Mientras Tonta Bruja se alejaba de la cocina sonaba la canción de Rocky.-¡Apaga eso!- le gritaron todos a Sapo, quien había puesto esa canción en su reproductor de música para darle drama a la escena.

Al día siguiente todos estaban preparados en el living para llevar a cabo el juicio. Es necesario avisar que los juicios en Quién Sabe Dónde son un poco distintos a los del resto del mundo. Mítipro se sube al enorme sillón y comienza:

-¡De este lado…! Izquierda o derecha, no sé cuál es… ¡Tonta Bruja! Y del otro lado ¡Floramón!

Todos aplaudían y saltaban emocionados y quedaron en silencio cuando la bruja subió al sofá.-Bien, como soy la más inteligenta de las dos…-¡Cállate, bruja!- gritó Floramón.-¡Cállate tú, olorosa! Bien, sigo… Como soy la más inteligenta, yo daré mi explicación primero. Floramón me secuestró para que yo no pudiera ir al concierto. Tengo esta nota como prueba.-¡Pudiste usar tu magia para imitar mi letra!- gritó la flor monstruo.-No es cierto. Porque su esposo me quitó los poderes.-¡No tienes pruebas!-No. Pero tengo un testigo.

Todo el living gritó de asombro. Todos esperaban ansiosamente a que llegara dicho testigo pero nadie apareció.-¿Dónde está?- preguntó Mítipro enojado.-Pues, aquí… Junto a mi zapato.

Todos miraron hacia abajo y vieron al pequeño duende junto a la bruja. Floramón se acercó, lo miró con su “mirada amenazante” y luego le dijo gritando:-¡¿Cómo te atreves?!-Tonta Bruja me amenazó.-¡Pues, yo te amenazaré más!-Cállate, olorosa- le dijo Tonta Bruja-. Duende barbudo… ¿es verdad que Floramón me quitó los poderes?-Sí, es verdad.

Todos los monstruos volvieron a gritar enloquecidos y Mítipro subió al sillón y dijo:-Creo que fue suficiente. ¿Tienes algo para defenderte, Floramón?-Pues, sólo que… ¡Ayy, está bien! ¡Yo lo hice!-Entonces tendré que dejarte fuera del concurso- dijo Mítipro cubriéndose la cara.-¡Sí!- dijo Tonta Bruja.-¡Mítipro!- gritó Floramón- ¡Ya verás cuando estemos en la habitación! Te haré algo tan pero tan malo que desearás que Tonta Bruja y tú hayan sido siameses de por vida.-Creo que no podré ser juez del concurso- dijo Mítipro llorando.

-Ok, no hay problema. Cualquier bicho asqueroso podría ser mejor juez que tú- le dijo Tonta Bruja muy contenta por ganar el juicio.-Me enojaría contigo- le dijo su hermano-. Pero tengo demasiado miedo. ¡Adiós, mundo cruel!

Mítipro se fue corriendo con Floramón detrás de él y todos rodearon a Tonta Bruja para felicitarla.

Por fin llegó el día del concurso y todos estaban afuera en el patio delantero, donde mágicamente apareció un escenario enorme. Tonta Bruja fue la primera en subir y esto fue lo que cantó:

“Tú eres mío, te lo voy a cantar. Tú eres mío, y de nadie más… Sapo, estás conmigo y te quiero matar… Pero te amo, aunque hueles mal, yo te amo… Báñate una vez más y a tu lado yo me puedo quedar… Quiero más… Bla, bla, bla… Quiero más…”

Luego dio un súper grito agudo que rompió algunos vidrios del castillo y dejó sordo a algunos de los espectadores. Los monstruos gritaban emocionados y mientras la bruja bajaba del escenario le hacía gestos amenazadores a Boo, quien subía.

El tierno fantasmita lo único que cantó fue una linda canción pero sólo con uno de los pocos sonidos que sabía hacer: su peculiar “buu.” Cuando terminó de cantar había monstruos llorando de emoción, les había gustado mucho la actuación del fantasma.

Los jueces, es decir, Calabazona y Genio, ya que Mítipro estaba en el hospital, subieron al escenario y dijeron que era obvio que el ganador del concurso musical era Boo. -¡¡¡¿Qué?!!!- gritó Tonta Bruja-. ¡Sólo dijo “buu, buu, buu”! ¡Es imposible que eso haya sido mejor que mi gran canción!-Lo siento, Tonta Bruja- dijo Genio-. Pero el público ha hablado.-Pues, en el público son todos babosos.

Cuando dijo eso todos se callaron y miraron furiosos a la bruja.-Ups… Mejor me voy. ¡Chinfli Chinflo!

Tonta Bruja, quien había recuperado sus poderes, se teletransportó a un lugar más seguro donde nadie quería matarla: su habitación. Esperó allí hasta que todos se calmaron y cuando salió vio que Boo pasaba junto a Gato Chiflado.-¿Boo? ¿Por qué aún estás aquí? ¡Tú ganaste!-El concurso fue una farsa- dijo el gato.-Entonces… ¿no perdí?-Claro que sí. Sólo que no hubo premio para el ganador.-Eres bueno para subirme el ánimo, maldita mascota.-Gracias.-¿Quién inventó todo esto del concurso?-Tú nos diste la noticia. Trata de recordar quién te lo dijo.-¡Maldito Jock Virlle!-¡Olvídate de Jock Virlle! ¡Concéntrate!-Ok, tienes razón. Fue… fue… fue… ¡Sapita!-¿Sapita? Pues, ve a hablar con ella.

La bruja fue a la cocina, donde su hija estaba comiendo otro pastel de chocolate. Nadie sabe de dónde sacan esos pasteles. Se sentó junto a ella y le dijo:-¿Por qué me dijiste que Jock Virlle… Digo… Por qué me dijiste que había un concurso musical si no era cierto?-Porque sabía que tu mente no tenía espacio para dos cosas y así te olvidarías de mi cumpleaños.-¿Por qué querías que me olvide?-Porque siempre haces cosas tontas y me avergüenzas.-Pensé que te gustaban.-Ya no. Estoy demasiado grande para ciertas cosas.-Está bien, hija. Prometo que jamás volveré a comerme tu pastel de sandía. Lo juro.-Está bien, mamá. Al menos lo intentaste. El año que viene tendré que planear un concurso de baile. Adiós.

Tonta Bruja fue al living a decirles a todos los monstruos lo del concurso falso y cuando su hija apareció allí pusieron música y comida deliciosa para festejar su cumpleaños. Todo estaba saliendo bien hasta que la bruja apareció con su mini-teatro de títeres.