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1 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD XOCHIMILCO DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES POSGRADO EN DESARROLLO RURAL NIVEL DOCTORADO EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL Y LA PROPUESTA DE EDUCACIÓN Y CULTURA AMBIENTAL EN LA GESTIÓN EJIDAL ECOTURÍSTICA DEL PARQUE SAN NICOLÁS TOTOLAPAN, CIUDAD DE MÉXICO T E S I S QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE DOCTORA EN DESARROLLO RURAL P R E S E N T A GLORIA MIRANDA ZAMBRANO DIRECTORA: DRA. SONIA COMBONI SALINAS COMITÉ TUTORIAL: DRA. MARÍA TARRÍO GARCÍA DRA. LUISA PARÉ QUELLET MÉXICO, D.F. DICIEMBRE 2008

El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD XOCHIMILCO

DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

POSGRADO EN DESARROLLO RURAL NIVEL DOCTORADO

EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL Y LA PROPUESTA DE EDUCACIÓN Y CULTURA AMBIENTAL EN LA GESTIÓN EJIDAL

ECOTURÍSTICA DEL PARQUE SAN NICOLÁS TOTOLAPAN, CIUDAD DE MÉXICO

T E S I S

QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE

DOCTORA EN DESARROLLO RURAL

P R E S E N T A

GLORIA MIRANDA ZAMBRANO

DIRECTORA: DRA. SONIA COMBONI SALINAS

COMITÉ TUTORIAL: DRA. MARÍA TARRÍO GARCÍA

DRA. LUISA PARÉ QUELLET MÉXICO, D.F. DICIEMBRE 2008

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Reconocimiento y lealtad Emblemáticamente en la persona de

Don Ambrosio Tenorio Chavero,

a todos quienes captan con “toda la vida”

y no sólo con los sentidos y el entendimiento,

a los sabios fundadores y conductores del

“Parque Ejidal Ecoturístico San Nicolás Totolapan”

Para Narda Lucía

compañera de experiencias y sueños

Para Tania quién transita por un camino

siempre renovado

Para Denjiro, la inspiración plena de la vida

Para mi padre y madre que ascendidos reafirman mi ser

Para Leonor Guadarrama, luz de realidad y equilibrio

A la VIDA maravillosa

que me sigue enalteciendo

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AGRADECIMENTOS

Quiero expresar mi gratitud plena por sus valiosos comentarios, observaciones y sugerencias a los Doctores Luisa Paré, Gisela Landázuri, Yolanda Massieu, Guillermo Almeyra y María Tarrío. Fue una grata distinción y placer tenerlos cerca y conocer la academia mexicana en su dimensión por demás objetiva y de rigor científico. A mis maestros de los distintos cursos que supieron moldear mi espíritu andino, para ampliarlo al complejo mundo del desarrollo rural y humano mexicano, los Doctores: Gisela Espinosa, Roberto Diego, Carlos Rodríguez, Arturo León, Carlos Cortez, Antonio Paoli, Armando Bartra, Beatriz Canabal, y de manera muy especial al Maestro Luciano Concheiro por su vehemencia en hacer realidad un mundo diverso. Al Doctor Víctor M. Toledo de quien abracé opciones iluminadoras para el tema y su relevancia actual, confiando en el compromiso de que también incursionará en la cultura andina. Nuestra más amplia gratitud a la Doctora Sonia Comboni Salinas, mi Directora de tesis por su dedicación a mi trabajo, habiendo recibido de ella siempre orientaciones precisas en el campo de la construcción del conocimiento, la metodología y teoría, afirmando con ello mi compromiso con la investigación y la academia. A ella mi profunda admiración por su destacada trayectoria académica y sensibilidad humana. Los sentimientos de cariño y “calor de hogar” que sentí desde el primer momento de mi compromiso con la investigación y compartir el tema y su aliento, me lo regalaron mis amigos y compañeros de trabajo de México y Perú: Juan José García, Juan Ojeda, José Antonio Foronda, Miguel Hinojosa, Gregorio Pérez, Silvia Nader, Lilí Juárez, Antonio Estrella, Víctor Espinosa, Miguel Antignani, Víctor Guadarrama, Jorge Arellano, Miguel Ángel Villafuerte, Aníbal Quispe, Soledad Bravo, Gilberto Kapelmann, Francisco Romero, Ana Sokolova, Áura López, Germán de la Reza, Tomas Flores, Ricardo Melgar, Claudia Brunel, Raúl Santana, Luis Bustamante, Noelle Romero, Arnold Ricalde, Boris Marañón, y Maribel Romero. A todos ellos, mi gratitud, seguimos en el compromiso del ayni andino (hoy por mí, mañana por ti).De manera muy especial mi cariño y agradecimiento a Valentín de la Rosa Sánchez, Rebeca Gutiérrez, Norma Viñas y Ambrosio Tenorio, con quienes compenetramos intensamente y de diferente manera el presente trabajo. A mis hermanos: Carlos, Willy, Lucy, Nora, Rosy, Walter y Yonel de quienes recibo su aliento a pesar de la lejanía. Asimismo agradecer a todos mis compañeros y amigos del doctorado Mindahi Bastidas, Tonantzin Ortiz, Hozumi Takuo, Rosalía Vázquez y Mayra Nieves, que en los diferentes cursos impulsaron y apoyaron mi labor, sin la cual esta entrega difícilmente hubiera madurado. Finalmente, y no por ello menos meritorio, reconocer a la Secretaría de Relaciones Exteriores de México por su apoyo financiero que facilitó mi estancia en la Ciudad de México y lograr cumplir con satisfacción este compromiso.

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Abreviaturas CEDEREC: Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las

Comunidades CDI: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos

Indígenas CONABIO Comisión nacional para el Conocimiento y uso de la

Biodiversidad CONACULTA: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes CORENA: Comisión de Recursos Naturales CONAFOR: Comisión Nacional Forestal CT: Conocimiento Tradicional DS: Desarrollo Sustentable ECS: Ecoturismo Comunitario Sustentable EFC Empresas Forestales Comunitarias INE: Instituto Nacional de Ecología INEGIL: Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática FONAES: Fondo Nacional de Artesanías y Ecoturismo FOCONDES: Fondo Nacional para la Conservación y el Desarrollo

Sustentable ONG: Organización No Gubernamental PAOT: Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial PEC: Pedagogía Eco turística Comunitaria PEESNT: Proyecto Ecoturístico Ejidal “San Nicolás Totolapan” PREC: Programa de Reserva Ecológica Comunitaria PROCAMPO: Programa de capitalización del campo PROFEPA: Procuraduría de Protección al Medio Ambiente SAGARPA: Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural,

Pesca y Alimentos SECTUR: Secretaría de Turismo SEMANART: Secretaría del Medio Ambiente Y Recursos Naturales UAM-X: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco UNAM: Universidad Nacional Autónoma de México INP: Instituto Nacional Politécnico

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ÍNDICE

Página Presentación 6

Introducción 8

CAPÍTULO I EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL Y EL ECOTURISMO SUSTENTABLE EN LA ARENA Y DEBATE ACTUAL

26

I. El Conocimiento Tradicional y sus implicancias 26 1.1. El Conocimiento: antecedentes y enfoque 27 1.2. Despojo y relevancia 33 1.3. La definición y orientación del CT 36 1.4. El Conocimiento Tradicional: resignificación y

empoderamiento 41

1.5. El engarce de enfoques: el modelo occidental y el tradicional en relación al CT

1.6. El Conocimiento Tradicional y la sustentabilidad II. El turismo como eje y tendencia de desarrollo 2.1. La importancia del turismo y ciertas inequidades

43

2.2. El turismo sustentable como enfoque alternativo 43

46 2.3. La pobreza/riqueza: acercándonos a la re-dignificación de los

actores sociales 57

2.4. Los límites de la estrategia del “gato en el despensero” (el turista en casa del anfitrión)

63

CAPÍTULO II EL EJIDO DE SAN NICOLÁS TOTOLAPAN: ENTRE RESISTENCIAS Y RE- SIGNIFICACIONES

65

2.1. El legado de su historia 65 2.2. Raíces sentidas: El antiguo Totolapan 67 2.3. Una historia de pujante mestizaje 74 2.4. Crónica de su historia reciente y actual 77 2.5. Construyendo una renovada identidad 85 CAPÍTULO III EL BOSQUE Y PARQUE ECOTURÍSTICO: PROCESOS DE

89

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6

RESISTENCIA Y EMPODERAMIENTO 3.1. Una lectura obligada del “hinterland” del Bosque 89 3.2. El Bosque de San Nicolás Totolapan 92

3.2.1. Su preeminencia más allá de las fronteras internas 92 3.2.2. El Bosque de San Nicolás y su estirpe como fuente de agua 94 3.2.3. Singularidades de la cultura forestal y simbólica 100

3.3. Cohabitando la amenaza de las externalidades 104 3.4. Preludio de la construcción del Proyecto Ejidal Ecoturístico 106

3.4.1. Las implicancias del despegue del desarrollo de la Ciudad de México 107

3.4.2. En defensa a la propuesta del denominado “Museo del Árbol” 112

3.4.3. “Lo que fue un problema…, nos benefició” 114 3.5. Elaborando el Proyecto Ecoturístico Ejidal 117

3.5.1. La instalación y dimensionalidad institucional del Proyecto 125 3.5.2. La apropiación del PEESNT por los actores 129 3.5.3. El perfil de sus visitantes y el mercado ecoturístico 129

3.6. Los actores y el conflicto como expresión de poder 137 3.7. El Programa de “Reserva Ecológica Comunitaria” en el Bosque 149

3.7.1. Los desafueros del “pago por servicios ambientales” 157 CAPÍTULO IV EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL EN LA ADMINISTRACIÓN DEL RECURSO FORESTAL

161

4.1. Contribuciones del Conocimiento Tradicional en la identidad del Bosque 161

4.1.1. El CT en la vida animal silvestre 161 4.1.2. Manifestaciones del CT en el recurso forestal 166

4.1.2.1. El oyamel como colector de agua” 171 4.1.2.2. El renovado camino de la experimentación del CT:

casos símbolo de la recuperación del bosque 177

4.1.2.2.1. “El método ATCH de reforestación del oyamel” 177

4.1.2.2.2. La técnica de reforestación con “esferitas de barro” 178

4.1.2.2.3. El “Vivero Forestal Potreritos” 182 4.1.2.3. Una mirada diferente sobre el fuego y humo 185

4.1.3. Lectura de elementos cósmicos y comportamientos de la Naturaleza en la conducción del recurso forestal 187

4.1.4. El CT en las expresiones y disputas por el poder 192 4.1.4.1. Discordancias y conflictos: el caso del Programa de

la Reserva Ecológica Comunitaria (PREC) 192

4.1.4.2. Desdibujando al CT y sus habilidades 195 4.1.5. Algunas reflexiones al respecto 198 4.1.6. Entre acercamientos y diálogos 199

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7

4.2. El CT en la encrucijada de la ciencia 205 4.3. La contribución de la forestería comunitaria a partir del estudio caso

del Bosque de San Nicolás 208

4.4. A manera de conclusión sobre el manejo del CT en el referente forestal 210 CAPÍTULO V RE-SIGNIFICANDO EL ECOTURISMO Y LA SUSTENTABILIDAD

213

5.1. La intención dialógica de la labor ecoturística 213 5.2. La “Pedagogía Ecoturística Comunitaria” (PEC) como propuesta

de educación ambiental 216

5.2.1. “Aprendan a observar y amar lo nuestro!”: La experiencia del guiado 216

5.2.2. La cantera de la experiencia e intencionalidad de la PEC: el guiado ejidal 217

5.2.3. Vigorizando la propuesta de “de campesino a campesino” 227 5.2.4. “No saben, ni valoran lo que tienen”. La invisibilidad a la

PEC 231

5.2.5. Contribuciones en la arena ecoturística 232 5.3. El andamiaje identitario de la PEC, más allá del modelo académico

sustentable 236

5.3.1. La sustentabilidad campesina: El valor de la relación Ser Humano-Naturaleza 236

5.3.2. Sinopsis de las contribuciones de la PEC 244 5.4. Un proyecto empoderado y con liderazgo…pero” 247 5.5. Re-significando al campesinado 251 5.6. Diferentes miradas, diferentes advertencias 253 5.7. La empresa, lo colectivo 254 5.8. El futuro del Bosque: las dimensiones imaginarias, los sueños, las

utopías 258

5.8.1. Empoderamiento, resistencia y re-significación 262 5.8.2. La vía campesina una propuesta a considerar 264 5.8.3. En el escenario ecoturístico sustentable 267

CONCLUSIONES 268

BIBLIOGRAFÍA 281 ANEXOS

ÍNDICE DE CUADROS Y GRAFICOS

CUADROS

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No. 1: Contrastes entre la cultura y cosmovisión andina y la racionalidad occidental...31 No. 2: Conocimiento campesino y de los pueblos originarios: ejes de orientación

y criterios de concepción de las prácticas y estrategias para la apropiación de la Naturaleza 39

No. 3: Asimetrías entre comunidades que gestiona el ecoturismo 57 No. 4: Analogía de enfoques para el análisis de las comunidades rurales y sus contribuciones 61 No. 5: Parajes del Bosque de San Nicolás de Totolapan 95 No. 6: El saber local en la vida de las aves del Bosque de San Nicolás 162 No. 7: Repertorio de principales plantas medicinales utilizadas por los actores

de San Nicolás 167 No. 8: Cuadro No. 8: Calendario de manejo Forestal del Bosque 190 No. 9: Diferencias de orientación y manejo entre la forestería convencional del bosque y la forestería comunitaria a partir del caso de San Nicolás Totolapan 208 No. 10: Elementos de identificación y alcance general de la Pedagogía Ecoturística Comunitaria de San Nicolás Totolapan 245 No. 11: Ejes de intervención y contribuciones de la Pedagogía Eco turística Comunitaria de San Nicolás Totolapan 245 GRÁFICOS

No. 1: Componentes de vida en las culturas indígenas milenarias 38

No. 2: PEA ocupada por sector 80

No. 3: Ocupación 80

No. 4. Nivel Educativo 83

No. 5: Detección y denuncia de delitos ambientales 2006 153

No. 6: Número de incendios y superficie quemada 154

No. 7: Superficie reforestada 155

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INTRODUCCIÓN

1. El problema y los objetivos de la investigación

El tema de la presente tesis, titulada “El Conocimiento Tradicional y la propuesta de

Educación y Cultura Ambiental en la gestión Ejidal Ecoturística del Parque San Nicolás

Totolapan, Ciudad de México”, es producto de largos años de reflexión personal sobre la

validez y pertinencia que encierran las contribuciones cognoscitivas de los pueblos

originarios y campesinos al mundo actual.

Analizando la orientación de temas de interés e iniciativas de la labor en la casi última

década del nuevo milenio sobre el quehacer del desarrollo rural, puedo afirmar que

adquiere una importancia creciente el abordar temas del desarrollo sustentable en sus

diferentes aristas, uno de ellos, el turismo en voz y experiencia de los pueblos originarios,

comunidades campesinas y ejidos.

La tendencia viene expresándose con un interés marcado por medir impactos,

especialmente económico-productivos y del medio ambiente. Monitorear infraestructuras

instaladas, los ingresos y reportes pecuniarios, los cambios en la actividad productiva, así

como ventajas, limitaciones y problemáticas que ha generado seguir determinado modelo.

Se plantean nuevos conceptos, se redefinen presupuestos teóricos y metodologías de

intervención sobre el tema y las comunidades. El interés se asienta en los aportes que

vienen desarrollando especialistas en naturaleza, biodiversidad y turismo. No en vano,

México se distingue por ser un país con características sui generis en lo biológico,

expresando un liderazgo mundial en asunto de megadiversidades.

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Asimismo, en íntima simbiosis con este perfil, el país detenta ser una sociedad multicultural

y multicosmovisional con pueblos originarios que manifiestan su vigencia. Características

que, a pesar de detonar interés en la actual coyuntura como bastión que resume

contribuciones a la sustentabilidad, manifiestan la existencia de un velado sesgo y primacía

por atender propuestas conservacionistas sobre el manejo de los recursos naturales,1 en

detrimento del interés y abordaje por los aspectos socio-culturales del turismo en el seno de

las poblaciones locales que gestionan sus recursos. Es decir, a las complejas formas y

maneras sobre cómo intervienen y administran tales recursos, con base en sus amplios

repertorios o cuerpo de conocimientos propios de su cultura y sociedad local, al que

denominamos por razones explicadas más adelante, como conocimiento tradicional (CT).

Estos repertorios no sólo son técnicos, sino que integran componentes mayores que es

preciso analizar, pues el CT encierra secretos de las búsquedas prioritarias que viene

detentando hoy la humanidad2 en términos de respuestas a la seguridad alimentaria, manejo

sostenible de los ecosistemas, la biodiversidad y, valores humanos que se encuentran sobre

la base de la reciprocidad, entre otros. Por inverosímil que parezca, tenemos aún un

patrimonio cultural que se desenvuelve cotidianamente con base en sus componentes

simbólico, histórico, identitario, como memoria colectiva que viene convirtiéndose en

potencial “capitalizable” para los mismos pueblos, la urbe y la humanidad. Empero, insisto,

poco se asume del tema por concepciones que insisten en pensar que ralamente o nada

aportan estos pueblos, como afirma Carlos Lenkersdorf (1999:62) aún son “mal conocidos,

dominados, subyugados, oprimidos y discriminados. De ahí el primer reto de conocerlos;

de aprender de aquellos a quienes nadie consideró maestros.”

1 En el nivel mundial se ha priorizado la catalogación de especies, enunciados de cifras globales, mapas, ecosistemas localizados, análisis comparativos, territorios megadiversos, etc. Más aún, se han determinado áreas protegidas expresadas en: Reservas Nacionales, Parques Nacionales, Santuarios Nacionales e Históricos, Zonas Reservadas, Bosques Nacionales, Bosques de Protección, Cotos de Caza y Reservas de Biosfera, entre otros. Estas definiciones no consideran claramente a las culturas asentadas es esos contextos, tampoco la diversidad étnica y expresiones variadas y diversas que encierra su cultura viva y antecesora. 2 El interés mundial por las poblaciones con cultura indígena se evidencia en el aumento de la institucionalización de entes y proyectos nacionales e internacionales, asimismo eventos mundiales como Yunán-China (2000), Bolivia (2001) y otros en Latinoamérica, especialmente México, Ecuador y Perú.

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De igual manera, si queremos entrar al recurso teórico-metodológico de la

complementariedad, transdisciplinariedad e interdisciplinariedad de las ciencias, el aporte

de la mirada de las ciencias sociales al ecoturismo sustentable suena recurrente en el

camino de adentrarnos (vulnerando la hasta ahora impenetrabilidad) a sus interioridades y

especificidades, a partir de la experiencia sociocultural subyacente que todo proyecto de tal

envergadura evidencia. Es abordarla desde la compleja abstracción que presenta la praxis

turística, lo cual significa identificar controversias, cambios, perspectivas, propuestas,

limitaciones, aportes y posibilidades de los actores y poblaciones protagonistas de la

gestión.

En la lógica de conocer, entender y ampliar las peculiaridades del tema, inmiscuí la

reflexión teórica imbuyéndome en el ejido San Nicolás Totolapan, espacio periurbano

colindante con la gran Ciudad de México, donde 336 ejidatarios vienen administrando

2,304 has de tierras, en ellas el bosque, ahora orientado a la gestión por más de una década

con el proyecto “Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás Totolapan” (PEESNT).

Aparte de las actividades productivas propias del bosque, los pobladores se dedican a la

producción, en su mayoría, agropecuaria, orientada al autoconsumo familiar, al mercado

local y a las zonas de influencia fronterizas con la mega ciudad. Viven de la terciarización

y multiactividad de su economía, expresando una amplia gama de servicios y venta de

fuerza de trabajo, que cual mano de obra barata, expresa al mismo tiempo cierto matiz

‘armónico’ entre la producción de corte tradicional y lo “moderno”. Por su parte el turismo,

en la actual coyuntura del ejido, es el proyecto político-administrativo fundamental que

viene gestionándose.

La experiencia de la gestión ecoturística de San Nicolás engarza, en la práctica,

precisamente los dos ejes de interés de análisis que vengo planteando: gestionar el

ecoturismo a partir de sus implicancias socio-culturales, manifestando con ello la presencia,

valor, dimensión y versatilidad del CT. Eso fue lo que percibí en las primeras incursiones al

proyecto, por ello mi interés de quedarme en el mismo. Estaba ante los ejes fundamentales

de mi reflexión y análisis teórico que me permitiría dilucidar, a partir del “ejido caso”,

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sobre cómo los pueblos están en la búsqueda de renovadas actividades, imprescindibles en

la respuesta a la diversificación de su economía, pero a la vez reconociendo sus

potencialidades en la orientación de evitar la explotación de sus recursos como mecanismo

de destrucción de la Naturaleza.

Más adelante pude percibir que los actores protagonistas, quienes conducen el PEESNT,

expresaban una versatilidad de conocimientos en el manejo de la vida del bosque y sus

recursos, perviviendo de alguna manera connotaciones y compromiso de resistencia por su

patrimonio a pesar de la cercanía y cambios que impone la megaciudad. Me percaté

durante los recorridos por los circuitos turísticos que los protagonistas de su conducción

operativa expresaban un repertorio de saberes, creencias y habilidades, como pilar

fundamental y explicación de “fondo”, pero éstos no eran evidenciados en su real

connotación. Así se apreciaba que quienes protagonizaban el servicio turístico se sentían

parte del mismo y explayaban lo “mejor de sí mismos”.

Sin embargo, por parte de la dirigencia política se percibía una suerte de subvaloración por

el trabajo, ya que algunos líderes y dirigentes al priorizar sus ambiciones políticas e

intereses económicos evadían el sentido de inclusión y equidad social que tiene como

principio el ecoturismo sustentable.

De tal forma que, era evidente que el ejido venía atravesando una crisis en el manejo de sus

políticas internas. Históricamente ha vivido también en amenaza constante y lucha

perseverante por la permanencia en su territorio y el acceso al manejo de sus recursos

forestales, frente a la presión de agentes y fenómenos externos que tienen

predominantemente intereses per se de crecimiento y desarrollo económico, por ello la

insistencia de sus actores sociales en mantener su bosque. Finalmente, pude advertir que

como PEESNT y como ejido se vive una suerte de incertidumbre por la falta de adherencia

y compromiso en el manejo del bosque por parte de las nuevas generaciones, además de

tener entre sus retos internos y presión externa “ser modelo” para otras comunidades

similares y, además, avanzar en el modelo de sustentabilidad.

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Así, la lectura inicial de este panorama me fue centrando a reflexionar sobre las siguientes

preguntas que luego orientarían la investigación:

¿Cuáles son esos conocimientos tradicionales, capacidades y habilidades de la cultura local

que se detentan en la administración y servicio del PEESNT y desde dónde se construyen,

organizan, reconocen, valoran y mantienen? ¿Es legado y base de la gestión eco turística

ejidal y en qué dimensión?

¿Qué procesos de enfrentamiento se vienen desarrollado contra la lógica occidental que

impone un tipo de conocimiento, la gestión del modelo empresarial ecoturístico sustentable

conservacionista, y una concepción diferente de vida, exteriorizados en relaciones de poder

desatadas entre los miembros que vienen apropiándose del proyecto?

¿Cuáles son esas actitudes, relaciones y decisiones de poder por parte de quienes deciden

políticamente el PEESNT, cuáles son las raíces de los conflictos, y cómo se expresan en el

usufructo y redistribución de bienes y servicios entre los ejidatarios que prestan sus

servicios laborales en el Parque?

¿Cuáles son las actividades desarrolladas y los resultados que evidencian su aporte al

compromiso de sustentabilidad en la gestión del bosque que permitan demostrar la

construcción, asimilación y apropiación del Proyecto en términos propios y con las

características de su cultura local?

¿Cuáles deben ser las estrategias de gestión que garanticen la supervivencia del bosque en

el marco de su contribución al desarrollo ecoturístico sustentable desde la necesidad y

particularidades de la comunidad y que sean además alternativa a contextos con realidades

culturales y territoriales similares?

Así, convencida de que en lo general el escenario presentaba realidades complejas y

múltiples aristas en la gestión y la presencia de sus actores, que denotaban controversias y

carencias y, dado que existe cierta invisibilidad y falta de reconocimiento del potencial del

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CT en la cultura local, se han dado procesos de enfrentamiento entre la lógica tradicional y

la occidental en la aplicación del modelo conservacionista, relaciones de poder y un futuro

de incertidumbre; así como la necesidad de construir alternativas viables de acuerdo a las

prioridades y particularidades del ejido. El objetivo general que me planteé fue incursionar

en la investigación sobre los aportes del CT y las capacidades y habilidades de la cultura

local en la gestión y manejo del recurso forestal del PEESNT, tomando en cuenta las

relaciones de fuerza existentes y los procesos de enfrentamiento, permanencia y afirmación

en la construcción de una propuesta ecoturística sustentable alternativa.

De manera precisa discurría que, si consideraba que los ejidatarios reúnen potenciales de su

cultura local, plausibles para gestionar el bosque, entonces era necesario conocer el “corpus

cognoscitivo” y elementos culturales propios referidos al conocimiento tradicional y

capacidades y habilidades de la cultura local que sean útiles, integren y aporten al manejo

forestal del recurso durante la gestión ecoturística. Asimismo, si el PEESNT con más de

una década de labor, en la cual venía acumulado una amplia experiencia de aportes

cognitivos, cosmovisionales, técnicos y pedagógicos de la cultura local, que persisten en la

actualidad en un marco predominantemente capitalista occidental, entonces se hacía

necesario investigar cómo viene desarrollándose la asimilación y apropiación del proyecto

por parte de los ejidatarios. Lo importante fue ir evidenciando procesos de enfrentamiento,

permanencia y afirmación del CT en su cultura local, frente a la lógica occidental y del

ecoturismo conservacionista, expresadas en relaciones de poder entre los miembros que

vienen gestionando el proyecto.

Por otro lado, me acercaba cada vez más a considerar que el PEESNT venía funcionando

con base en decisiones operativas producto de las políticas internas de las autoridades del

ejido, las mismas que venían desatando cierta crisis interna debido a la desconfianza por un

lado y descontento de la otra parte, lo cual ha constituido una amenaza para la continuidad

del Proyecto. Por ello fue necesario identificar cómo se manifestaban las actitudes,

relaciones y decisiones de poder en el usufructo de bienes y servicios entre los ejidatarios

operadores del Proyecto y cómo impactaban en su calidad de vida.

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Asimismo, planeé recapitular la historia del ejido que desde ya evidenciaba una tradición de

resistencia por sus tierras, y el bosque en particular. Por ello, se planteaba necesario

conocer la labor desarrollada en la gestión ecoturística evidenciando la aplicación, límites y

recreación del modelo conservacionista a las necesidades y particularidades propias de la

comunidad, la misma que expresara su compromiso de sustentabilidad en la práctica.

Finalmente, teniendo como lectura previa de que el PEESNT mostraba cierta incertidumbre

en la gestión del Parque a mediano y largo plazos con resultados viables y sostenibles,

correlativo a la realidad compleja y propia del ejido y teniendo como reto promocionar la

experiencia para realidades similares, me plantee identificar y ‘jalar’ evidencias que habían

respecto a la sostenibilidad del mismo que se tradujeran acaso en alternativas de gestión a

partir de las capacidades y habilidades de la cultura local y que, con el tiempo, manifestaran

contribuir en la propuesta del turismo comunitario sustentable, útil para espacios

socioculturales y ambientales similares. Quién diría que la realidad me condujo a mucho

más de las inquietudes inicialmente bosquejadas.

Plasmados los objetivos de intervención, pude reconfirmar los ejes generales de la

investigación, a saber, el CT y las habilidades y capacidades de los actores sociales que lo

detentan, y el ecoturismo comunitario sustentable. Complementario a ello, la dimensión

teórica del significado y pertinencia de la cultura, identidad, cosmovisión, territorio y

territorialidad, la dimensión del conocimiento occidental en la mundialización neoliberal.

Temas que de ninguna manera son enteramente nuevos en la discusión de las ciencias

sociales, sin embargo, varios de ellos se plantean en términos renovados justamente por su

aplicación en el escenario de la Nueva Ruralidad (NR), como a continuación examino.

2. Salir de la mirada unidireccional del campo a partir de la Nueva

Ruralidad

La revisión documental sobre la realidad rural mexicana y otros países de América Latina

en las últimas décadas arroja un vasto énfasis de atención a la problemática del agro

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especialmente.3 La ausencia de miradas sobre la ‘pluriactividad’ económico-productiva

asumidas por familias y comunidades que desde ya dan muestras de resistencia o

innovación por las actividades no tradicionales, fueron desatendidas debido a la orientación

privilegiada de investigar a la agricultura sustancialmente.4 Esto, de alguna manera

evidenció (al igual que en el tema del ecoturismo sustentable en comunidades) un vacío de

análisis al concebir y enfatizar el campo unidireccionalmente, siendo que el mismo es un

universo diverso, complejo y versátil. Se perdía de alguna manera, la oportunidad de entrar

a las profundidades y laberintos que expresa el escenario integral de la vida rural.

El gran error de las políticas y de los estudios del período del desarrollismo fue el énfasis

en integrar a las sociedades rurales como exclusivamente productoras agropecuarias. Los

programas productivistas y asistenciales canalizaron la asistencia técnica y los recursos

para elevar la productividad agropecuaria a expensas de otras actividades. Al privilegiar los

valores agropecuarios del mercado, se castigó el carácter diversificado de sus sociedades y

de su producción, mientras se ignoraba la importancia de la producción no mercantil

relacionada con sus ecosistemas, así como con sus sistemas sociales y culturales.5 Como

corolario, se evaluaba a los productores como individuales, como maximizadores de la

rentabilidad parcelaria, en vez de respetar su pertenencia a sociedades complejas que

funcionaban de manera colectiva, como gestores de sus sistemas ambientales y productivos

(Ramírez, 2003:159; Barkin, 2001:61).

Mas aún, en esta mirada restringida de abordaje y análisis del panorama rural, se priorizan

y destacan problemas, turbulencias, limitaciones, crisis, relaciones de poder (en conflicto,

contienda y resistencia), vacíos e invalidaciones para y con el campo. “(...) lo cierto es que

los campesinos en el hemisferio están viviendo un periodo de turbulencia sin precedentes

(por lo menos en el contexto de los últimos 50 años)” (Barkin, 2001:62). 3 Esta aseveración se fue concluyendo en la medida que abundábamos sobre la información para el tema convocado, asimismo por las actividades previas que durante más de 15 años realicé a favor del desarrollo rural en el Perú, mi país de origen, mediante la promoción, investigación y labores académicas. 4 Investigaciones y trabajos orientados especialmente a develar los límites / desencuentros y aciertos / ventajas de la agricultura tradicional: su economía productiva, procesos y ciclos, organización en la producción, relaciones con el mercado y el estado, manejo de la biodiversidad de cultivos y, aspectos socioculturales y expresiones lingüísticas y de espiritualidad, separadas de su escenario mayor: la Naturaleza y el medio ambiente. 5 El subrayado es mío.

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Es, en la disposición de reconocer la realidad diversificada de la producción y desbordar la

mirada del panorama caótico que viene incurriéndose sobre el mismo, que inscribo la

presente investigación, en el entendido de evidenciar que en este escenario hay también

arenas y caminos recorridos que convocan aspectos productivos (mas allá de la agricultura)

aunados a sistemas ambientales, sociales y culturales significativos que ahora, con su

presencia, vienen re-significando al campo.

Son contribuciones que hablan tanto de éxitos como de fracasos; de disputa, apropiación,

recreación, resistencia, y reconocimientos, como es el caso del PEESNT tema y lugar que

convoca la presente investigación. Estas comunidades -como afirma E. Ostrom (2000: 32-

47), son potencialmente capaces de construir reglas para el uso de los recursos comunales y

propios haciendo viable el uso sostenido y la permanencia de los mismos en el largo plazo.

Es hablar de una nueva realidad o más específicamente de una “nueva ruralidad (NR)

campesina” que no cae en la redención de casos importantes para sí, sino que toma ventaja

de la misma para mostrar salidas y convicciones gestionadas y departidas por sus actores en

el camino de la autogestión comunitaria, construida sobre la base cultural y de los recursos

de la comunidad y la región para su desarrollo. “¡Y venimos a contradecir!”, pareciera

expresarnos San Nicolás Totolapan, disociando el curso de la historia “habitual” al que

“nos tiene acostumbrado” el campo.

La NR es un enfoque de interpretación del campo en este nuevo milenio, a la luz de una

epistemología y temáticas renovadas, las cuales vienen debatiendo la academia, los actores

sociales y el Estado, entre otros escenarios. Sustenta su discurso especialmente en el

campo, en denominaciones y propuestas como:

(…) modernidad alternativa, posmodernidad, aldea global, futuro común, ciudadano mundial, mundialización, desarrollo sustentable, desestructuración, fragmentación, transnacionalización, modernidad-tradición, desterritorialización, espacios transnacionales, nuevos movimientos sociales, pérdida de sentido, el retorno del milenarismo, etc., a las que se recurre para tratar de comprender las profundas transformaciones que desde hace cerca de un cuarto de siglo operan en el mundo y

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que de manera directa e indirecta, inmediata o a mediano y largo plazo, inciden y afectan, a todos los ámbitos del quehacer humano (Santos 2005:169).

Dicha mirada no es exclusiva de México, sino también preocupación de países del norte y

sur, en particular de América Latina.6

Autores varios inician el análisis de la NR identificando las diferentes denominaciones que

han hecho estudiosos del crecimiento de las ciudades y su nueva articulación territorial y

poblacional, fenómenos identificados como: “oposición campo-ciudad”, “nueva periferia”,

“agricultura urbana”, “urbanización del campo”, “urbanización periférica” y, “urbanización

regional”. Para el caso del presente estudio, refiriéndose al crecimiento desmesurado de la

Ciudad de México, -subrepticiamente aludiendo al ejido de San Nicolás Totolapan, objeto

de estudio-, alcanza algunos referentes a manera de denominaciones (útiles para identificar

mejor la relación campo-ciudad entre San Nicolás y la megaciudad) como son: “corona

regional de la ciudad de México”, “conurbaciones”, “metrópolis” y “megalópolis”.

Muchas de estas denominaciones no se ajustan a nuestra realidad por ser terminologías

importadas de otras realidades o ser préstamos de otras disciplinas como el urbanismo,

como sostiene la autora. Por ejemplo Linck (2001:37) presenta su análisis a partir de

experiencias desarrolladas en Europa “(…) hasta podría afirmarse que cualquier país de

Europa Occidental conforma en sí una extensa área conurbana”. Al respecto Luís Llambí

(2001:47) -y me aúno al debate de no interpretar la realidad latinoamericana con

experiencias disímiles-, sostiene que “ (…) la ruralidad europea es totalmente diferente a la

latinoamericana, por lo tanto nuestro desarrollo rural, aunque se alimente de las ideas ricas

6 Un evento importante fue el desarrollado en Bogotá, Colombia, donde se realizó el Seminario Internacional “La Nueva Ruralidad en América Latina”, organizado por la Maestría en Desarrollo Rural de la Pontificia Universidad Javeriana de Estudios Ambientales y Rurales. Departamento de Desarrollo Rural y Regional en el 2001. En México, un importante trabajo de recopilación de investigaciones últimas sobre el tema –venido del Estado-, es la reciente publicación del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA), Cámara de Diputados LX Legislatura: Nueva Ruralidad, enfoques y propuestas para América Latina, misma que tiene como objetivo avanzar “en la integración de los desarrollos conceptuales y políticos de las últimas décadas en sus posibilidades de instrumentación, como herramienta que potencien la gestión de instituciones y gobiernos y permitan nuevos debates, la inclusión frente a la exclusión; la equidad frente a las desigualdades sociales, étnicas y de género y la revalorización de los espacios rurales como un continuo de lo urbano” (2006:11).

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y valiosas venidas de Europa, tiene que ser concebida en función a los procesos de

valoración del capital social rural que se está dando en América Latina, y solamente es en

ese sentido que lo podemos ver” (sic). Son aspectos que ayudaron a identificar por dónde y

cómo debía concebir el tema.

Pérez y Silva (2005:148) plantean que la NR no es una nueva teoría para comprender el

campo sino un planteamiento para erigir un nuevo paradigma de la construcción de lo rural.

Definen la existencia de dos grandes enfoques: el primero que proviene de los centros de

poder (trasnacionales y organismos financieros), y el segundo alternativo (actores sociales e

intelectuales), aunque a simple vista parecieran inexistentes dichas diferencias. Entonces, el

optar por un determinado enfoque ayuda a distinguir cómo y con quiénes orientar los

préstamos y apoyos conceptuales y metodológicos.

La primera noción insiste en que el campo es un tema de atención porque “permite a más

de la mitad de la población rural hoy excluida, la oportunidad de insertarse en forma

productiva, eficiente y justa dentro de un nuevo modelo de desarrollo” (Pérez y Silva,

2005:148), por medio de la política del neoliberalismo. De esta manera la NR se define

como un nuevo modelo de inclusión económico, político y social, donde el sector rural se

inserta en la aldea global y está determinado por condiciones de alta complejidad, de

significativas restricciones en los procesos de integración económica global y de altísimos

riesgos, con la precaria esperanza de ser solución real de las poblaciones marginales.

En este enfoque, tenemos a las instituciones generadoras de políticas globales7 quienes

muestran su atención hacia aspectos materiales insatisfechos de las poblaciones, es decir la

forma, subordinando el fondo pretendiendo renuentemente incluir a las comunidades bajo

sus propias reglas y demandas. Huelgan esclarecimientos que sostengan por ejemplo que el

empobrecimento es producto de las políticas de dominación por parte de los países del

7 Por ejemplo el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) quien inicia su análisis de la situación de pobreza que vienen pasando América Latina y El Caribe. Según la CEPAL, “la situación de pobreza alcanzó en 1994 a un 39% de los hogares, incluidos en 98.3 millones en extrema pobreza, de los cuales 73.9 millones son pobres en el medio rural y de ellos 46.4 millones en extrema pobreza.”(sic). Asimismo, hace un análisis de las políticas del Banco Mundial y PNUMA, entre otros.

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norte, del enfoque eurocentrista y colonialista que hace siglos vienen sosteniendo;

constituyendo la raíz de dicha problemática, tema de fondo del presente estudio.

El segundo enfoque siguiendo a Pérez y Silva (2005:139-149), muestra una mirada

histórica y dinámica al reconocer las luchas por el control del mundo rural, siendo una

alternativa incluyente y sustentable. Trata de responder a los grandes cambios que expresa

el sector rural y explicar la situación actual de sus actores y sujetos sociales, ante la frontera

del libre comercio que ha generado mayor pobreza, desigualdad social e injusticia.

Asimismo, plantea alternativas a mediano y futuro plazos a partir de las luchas y metas de

sus propios actores sociales del campo y sus manifestaciones de resistencia y rebeldía

popular.

Esta mirada y otras, con tinte de compromiso y perspectiva de servicio para las poblaciones

mayoritarias, en la cual inscribimos el presente estudio, a mi juicio adolecen de ciertas

limitaciones. Pretendo complementar el análisis que hacen autores como Santos (2005),

Llambí (2001), IICA (2001) Delgado (1999), Echeverri (2001), Bahrein (2001), Pérez. y

Silva (2005), al abordar la importancia de estos pueblos en el mundo actual, concretamente

en espacios periurbanos, como es el núcleo de la Ciudad de México, donde se vive un

fenómeno de hiperurbanización, rebasando los límites de la propiedad privada, donde prima

la incorporación de las tierras agrícolas a la gran urbe (Barkin, 2001:22).

En ese escenario renace la mirada hacia las sociedades rurales por el potencial que

conllevan en la conducción de sus recursos; lo que sustentan cada vez estudios orientados a

la pertinencia del CT,8 en la búsqueda de alternativas, aspectos que abordamos en parte del

primer capítulo, y en el cuarto como tema central de la presente tesis.

Las salidas que se plantean son esperanzadoras, en la medida que recogen estrategias que

las mismas comunidades vienen desarrollando, como son autonomía, autosuficiencia y

diversificación productiva. Enjuicia que los campesinos no son actores atrasados o están

8 Para el caso mexicano y de otros países, entre los más destacados tenemos a Leff, Toledo, Boege, Barkin, Bonfil, Pérez Avilés, Massieu, Chapela, Perales, Altieri, Rasmausen, Alcorn, Ortega, Argueta, Benx, Terán, etc. En el capítulo I explico las contribuciones más importantes relacionadas al tema convocado.

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ensimismados en un compromiso férreo con el pasado, sino que son gestores de sistemas

sociales y productivos complejos. El panorama hace comprender mejor los procesos

desencadenados en el campo y especialmente cuando abordo el caso del ejido San Nicolás

Totolapan, quien con su estrategia, viene consolidando su realidad emergente.

A nivel nacional el tema de la NR viene ligado a grandes cambios que presentan los

estudios de la misma. Según los analistas sobre el tema, la globalización económica

implica la inserción subordinada de la producción campesina nacional al modelo mundial

de producción y consumo cada vez más especializado y excluyente, por lo cual se pone en

riesgo el futuro de los actores sociales agrarios y, con ello, la soberanía alimentaria y la

generación de problemas ambientales y de la sociedad en general.

En este contexto, un aspecto de relevancia en el tema de estudio es el reconocimiento del

papel que juega el Estado, quien al desarrollar políticas neoliberales hacia el campo,

reorienta la reestructuración productiva a fin de insertarla al mercado internacional. Ello

reduce su intervención, para dejar en manos del libre mercado a los actores sociales del

campo. Así, el mercado es ahora el ‘gran y único’ mecanismo para dinamizar el círculo

productivo y mejor canal para enmendar problemas económicos y sociales. Aquí es cuando

las comunidades campesinas y de pueblos originarios -como sucede con San Nicolás

Totolapan-, empiezan a cambiar sus estrategias comunales y organizativas para entrar al

mercado de los servicios, en este caso del negocio ecoturístico, insospechado poco tiempo

atrás en el ejido.

La mirada a las comunidades del campo que pretendo incorporar –reconociendo el aporte

de los demás autores-, parte de concebirlo (ahora más que antes) desde su potencial, de sus

capacidades y habilidades, construcciones éstas que por un momento pretenden alejarnos

del marco rígido que se detiene en resaltar impactos negativos, expresados en la “pobreza y

pauperización” de las mismas, cual víctimas atroces del sistema socioeconómico mundial

imperante.

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Dicho enfoque implica necesariamente el interés por un alejamiento del -cuasi único hasta

ahora- enfoque occidental que sostiene que dichas poblaciones sólo resumen decadencia e

inválida calidad de vida. Si bien estas poblaciones vienen afrontando limitaciones,

especialmente de seguridad alimentaria, desestructuración y cambios en sus principales

organizaciones rectoras (familia y comunidad), ingresos monetarios sostenidos, deterioro

ambiental, migración, insatisfacción de los principales servicios básicos (educación,

vivienda, salubridad, entre otros), es limitante detenerse y reducir el análisis a

problemáticas exclusivamente producto de su situación económica, como si fuera el único

objetivo en el desarrollo de sus capacidades en la vida de estas poblaciones.

“El mundo entero” al presente, tiene expectativas sobre cómo generar conocimientos,

tecnologías y valores sustentables para dar respuesta a la gran encrucijada de salvar al

planeta; empero, paradójicamente, desconoce (o invisibiliza) que son estas poblaciones

quienes reúnen incontables ‘llaves’ y “secretos” que dan respuesta al reto planteado.

Entonces, no podemos darnos el lujo académico de sólo abordarlos bajo el lente y análisis

del perfil caótico. Además, para el tema de comunidades que trabajan el ecoturismo

comunitario, como es el caso de San Nicolás, si ingresan al turismo es porque tienen algo

que mostrar, y precisamente no son falencias y degradaciones.

Entonces ¿cuál es el “quid del asunto” que diferencia los análisis del antes y ahora? ¿Cómo

relacionamos nuestros grandes ejes temáticos (el conocimiento tradicional y el ecoturismo

sustentable) en la propuesta de la NR?

La respuesta es tácita, el abordarlos desde el tamiz de la NR es entender, analizar,

interiorizar y comprometerse con los temas del campo y sus actores sociales, de manera

renovada y diferente, epistemológicamente. Teniendo como telón de fondo y magia

envolvente los cambios e impactos sin límites (especialmente tecnológicos y de

conocimientos)9 que viene acarreando el fenómeno de la mundialización neoliberal.

Entender que es entrar al fenómeno social, conjugando experiencias desde el aporte de otras

9 Los especialistas mencionan que en los últimos 20 años, en el nivel tecnológico, se ha avanzado lo que en épocas anteriores históricamente la humanidad invirtió siglos en sus descubrimientos.

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disciplinas, ponerse en “persona” del sujeto y actor social (enfoque desde donde abordamos

la tesis). Conjugar oportunidades de la coyuntura, alejarse de la unidireccionalidad de las

ciencias, reconocer en los actores sociales compromisos y servicios más allá de lo

académico. Asimismo, renovar metodologías y enfoques y, distinguir que los actores tienen

potencialidades expresadas en sus planteamientos propios y demandas diferentes a las

nuestras, mismas que valen y merecen respeto.10

Es en este horizonte de la NR que incursiono el estudio del ejido de San Nicolás Totolapan,

quien refleja una realidad compleja en su problemática, pero al mismo tiempo resume

potenciales, fortalezas y posibilidades. Dado que el objetivo de la investigación es centrar

el estudio a escala local comunitaria, intento contextualizarlo en sus interrelaciones

espaciales y temporales complejas. Esto es, presentar al pueblo en su argumento dinámico,

diverso y cambiante, vivificando su historia, siempre en disputa por el cambio y

pertenencia a su territorio.

Hoy el núcleo local -producto de la historia que le ha tocado vivir- enfrenta uno de sus

mayores retos: dar continuidad a la gestión del PEESNT de su propiedad, en medio de

desencuentros, disputas, presiones, resistencias; pero también de oportunidades,

reconocimientos y contribuciones. En esa orientación, el lector no pretenderá encontrar

purismos primigenios e intactos respeto al tema central (CT), todo lo contrario el esfuerzo

se da por presentar un acercamiento al diálogo, a la convergencia múltiple de renovados

espacios donde conviven “lo moderno” y “lo tradicional” en una suerte de apuesta que tiene

como objetivo optimizar la conducción y uso de los recursos naturales.

10 En el análisis de la NR, quedan aún múltiples reflexiones. En realidad, ¿qué es lo “nuevo”?, ¿cómo “distinguir” los cambios “nuevos” que suceden en el campo?; ¿cómo se distingue de otras etapas?, ¿es apropiada dicha denominación? ¿Todos los momentos históricos tuvieron su “nueva ruralidad”? Quizás el calificativo esté demostrando limitaciones si se aplica en el contexto actual. Entonces podríamos hablar de ¿“globaruralidad” o “neoliberalismo rural”?… En esta discusión Llambí (2001:45) sostiene que “(…) hubo una ruralidad vinculada en América Latina al periodo primario de importación. Otra al periodo del crecimiento hacia dentro, capitalino, desarrollista, y hoy una nueva ruralidad vinculada a la globalización (…)”. Entonces, lo importante ahora es acuñar terminologías que califiquen y estigmaticen positivamente los periodos que acontecen y los que están por venir, la mundialización es una etapa del posicionamiento de íconos, entonces sirvámonos de ello. Debe entenderse que tampoco es cuestión de búsqueda de exquisiteces de corte semántico.

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El balance de los resultados de la investigación señala que la realidad excedió los

planteamientos iniciales, San Nicolás sintetiza una unidad compleja y cambiante realidad,

producto de la diversidad interaccional, expresada en sus múltiples relaciones (eventos,

interacciones, contradicciones, determinaciones, apropiaciones y re-significaciones)

expresadas en su tejido y acciones sociales, enunciados al interno y externo. Allí el CT

sintetiza una mirada, una disquisición que entronca el pasado con el presente.

Inserto en esa arena, el presente trabajo de investigación -a mi entender- devela

heterogéneos hallazgos y contribuciones, tanto del Proyecto, del Bosque como escenario

mayor y de sus actores sociales sintetizados en, a saber: la evidencia del CT como columna

vertebral en la conducción del Bosque y PEESNT, el mantener los términos de una

forestería social comunitaria, el (mantenimiento de) conservar su espacio territorial como

expresión de resistencia social, cultural y política, la autogestión empresarial, afirmar y

renovar los términos de la sustentabilidad campesina, re-significar y dignificar al campo y

los actores sociales, la factibilidad de afirmar un diálogo intercultural de saberes, y,

especialmente, haber construido y proyectar una propuesta de educación y cultura

ambiental. Todo ello re-vivificando y manteniendo la propuesta de una cultura comunitaria

y forestal denominada en espacios “periurbanos”, haciendo posible una “agricultura

urbana” y “urbanización del campo”, entre otros productos. Éste último aspecto es de

importancia estratégica, pues además de contribuir a la recarga del manto acuífero como

tributario de agua y mejoramiento del clima de la Ciudad de México, colabora para que el

principal corredor biológico, hidrológico y climático de la zona conurbana, siga en pie.

Los capítulos que muestro son cinco. El primero, “El Conocimiento Tradicional y

Ecoturismo Sustentable en la arena y debate actual”, sintetiza el debate teórico actual de

los temas ejes de la presente tesis: el “Conocimiento Tradicional” (CT) y el “Ecoturismo

Comunitario Sustentable” (ECS), con el objetivo de introducir al lector a forjarse una

mirada de la asociación temática de sus controvertidas aristas. Luego de una revisión de los

caminos transitados por el CT, que explica ¿la disputa? en íntima simbiosis con otros

aportes cognoscitivos, se arriba a la construcción de una definición propia del CT, útil para

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entender la relevancia del tema, aplicado al ejido de estudio; además de descubrirse como

tema de sustancial importancia para la construcción del enfoque y alternativas sustentables

del ecoturismo social. De otro lado, en el ECS a partir del análisis de sus antecedentes e

importancia del turismo actual, se destapan inequidades que se suceden en su seno, lo que

contradice y vulnera sus objetivos primigenios. Aspectos que luego son antesala para la

creación del ECS. De esta forma, el análisis arriba al cuestionamiento de la discordancia en

señalar a las comunidades con patrimonios y potenciales turísticos como ‘pobres o

decadentes’, desvirtuando los atributos reales que justamente poseen para enfrentarse a

proyectos de este arquetipo.

El capítulo II, “El Ejido de San Nicolás Totolapan: entre resistencias y re-

significaciones”, resume una historia de codicia en la lógica de despojo y acaparamiento de

las tierras del ejido, desde la colonización, luego con la presencia de las haciendas y

finalmente la Revolución mexicana que provocó el proceso de dotación de tierras. De la

presencia europea, se ha heredado una cultura mestiza, pero su ascendencia tiene raíz de

pueblo originario y campesino, además de ejidatario. Raíz que manifiesta la condensación

de varias identidades, entre ellas la controversial vigencia de ostentar un repertorio de

conocimientos tradicionales y habilidades expresadas en la administración, a lo largo del

tiempo, de su principal recurso natural. Se abordan tradiciones, actividades productivas, la

pluriactividad económica, sus servicios etc., relevando la importancia de la resistencia de

los actores por la defensa de la tierra, en particular del Bosque, experiencias que

entremezclan el sentir de su cotidianidad, integrando y transformando su habitus como diría

Bourdieu.

El capítulo III, “El Bosque y Parque Ecoturístico: procesos de resistencia y

empoderamiento”, da a conocer cómo una población ejidal pasa a instalar y apropiarse de

un proyecto novísimo para ellos denominado “Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás

Totolapan”. En una primera instancia, el balance del recurso natural en su estirpe de fuente

de agua para el interés externo. Más adelante, en la búsqueda de opciones para la

conservación del mismo, queriendo frenar el curso de una historia de atropellos y

contiendas por la tierra y el Bosque. En un segundo momento, la construcción del proyecto

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ejidal y el empoderamiento y apropiación del ECS en sus propios términos de los actores.

Los servicios que presta, el perfil de sus visitantes, su posicionamiento en el mercado

ecoturístico, los proyectos productivos y, el recuento del repartimiento de utilidades,

hechos, junto con otros, propiciadores de conflictos como expresión de poder; mostrando,

que lo que está en disputa es precisamente la conducción del Bosque y el PEESNT.

El capítulo IV, “El Conocimiento Tradicional en la administración del recurso

forestal”, tema central de la investigación, asume cómo se manifiesta y desenvuelve el CT

y las habilidades y capacidades de la cultura local en el manejo del recurso forestal, cual

andamiaje cognoscitivo, tecnológico y simbólico para el Proyecto.

Abordamos cómo se evidencia el repertorio de saberes en el manejo de la foresta, la vida

animal silvestre y lectura de elementos cosmológicos y la presentación de ‘hitos símbolo’,

reconociendo la existencia de una cultura forestal. Lo importante, además de los hallazgos

del CT y su connotación de intersubjetividad que va más allá del enfoque de sustentabilidad

convencional, es explicar que el CT se encuentra encarnado a expresiones de disputa por el

poder en un escenario de discordancias y conflictos, donde vive la amenaza a desdibujarse.

Se culmina con algunas reflexiones sobre la contribución de la forestería comunitaria a

partir del estudio caso.

Posteriormente, el capítulo V, “Re-significando el ecoturismo y la sustentabilidad”,

tiene como objetivo evidenciar la contribución de sus actores a partir de la experiencia de

gestión. Dejamos entrever cómo la actuación de sus protagonistas, en 12 años de servicio,

se ha convertido en icono de la gestión ecoturística ejidataria a escala local y más allá de

ella, logrando perfilar un aporte consustancial manifestado en lo que denominamos

“Pedagogía Ecoturística Ejidataria”, que está sobre la base del CT y enfoque de

sustentabilidad campesina (relación Ser humano- Naturaleza). Exteriorizamos cómo las

labores del guiado turístico y el estilo de intervención y formación de “campesino a

campesino”, son los pilares de ella y, por ende, de la propuesta de educación y cultura

ambiental a partir de los actores sociales. No dejamos de lado la situación de conflicto y

rivalidad con otros sujetos sociales adheridos al proyecto, empero, lo que despunta es la

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mirada de re-significación al campesinado, concluyendo con una reflexión sobre las

dimensiones imaginarias y utopías de sus actores, para arribar a algunas alternativas de la

vía campesina, como propuesta a considerar.

Finalmente, es preciso aclarar varios aspectos. Por un lado, el uso del término ‘nicolaíta’

que asumo a lo largo de la tesis, es un préstamo de la obra de Camacho (2007)11 al no

encontrar otra representación adecuada para denominar a los actores y sujetos sociales del

ejido, pues el trabajo que alcanzo, no encierra referencia exclusiva a los actores que

protagonizan el PEESNT, tampoco sólo al total de ejidatarios asociados; en reiterados casos

en referencia al pueblo.

Asimismo, esclarecer que inscribo los términos “Bosque” y “Naturaleza con mayúscula,

por razones que lindan en lo personal; ‘inconscientemente’, fui ‘jalada’ por la idea de

exteriorizar y aperturar renovadas miradas, que vayan más lejos que el sólo identificar

superlativamente representaciones religiosas convencionales, instituciones o personajes.

Espero pueda entenderse.12

Finalmente, el lenguaje presentado a lo largo y ancho de la tesis, por lo general, no es en

primera persona. Consideramos que una investigación de ningún modo es producto de la

labor individual; es consecuencia de la interacción y reflexión colectiva, interviniendo los

actores, los sujetos sociales, asesores, pares intelectuales e instituciones, entre otros. La

mayoría de las veces me he sentido portavoz y relatora de demandas, protestas y

sentimientos encontrados, por ello creemos que en esta tarea, todos somos investigadores.

Sin embargo, sin dejar de reconocer que estamos en ‘co-autoría’ con los demás sujetos que

protagonizaron la presente tesis, es lícito admitir que asumimos un diferente nivel de

responsabilidad. 11 Según el autor (quien tuvo la misma dificultad para hacer la deferencia apelativa de toda la población) en San Nicolás se autodenominan ‘pobladores del lugar’, no habiendo otro apelativo. La salida fue inaugurar un término emulando a los nativos de la Magdalena Contreras, a quienes se les denomina ‘magdalenos’. ‘Totolapas’ no sería adecuado, pues el ejido está mas cerca de la cultura mestiza donde el patrón religioso del pueblo (San Nicolás), tiene mayor relevancia en la comunidad, sostuvo Camacho en una entrevista. 12 Participar en las enseñanzas del mundo andino (raíz de mi cultura originaria) y el trabajo desarrollado a lo largo de años en ese panorama, me enseñó a expresar una relación consagrada por la Madre Tierra (‘Pacha Mama’). Si bien es cierto que el objetivo del presente trabajo expresa prevalencia académica, confieso que me fue imposible disociar este aspecto, tratando a estas instancias como un elemento más del análisis.

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3. El camino metodológico de la investigación

En este apartado explico cómo fue la relación entre los conceptos y el método aplicado en

la construcción del conocimiento del tema que nos convoca. Cómo se logra, a partir de las

herramientas conceptuales (producto de debate y orientación teórico-metodológica)

identificar los aportes teóricos y beneficios hermenéuticos del método cualitativo. Se

revela, por qué el apoyo en algunas teorías y autores y, por qué se elaboran determinados

instrumentos y técnicas de intervención para el proceso de investigación, aparte de

(informar) dar cuenta cómo fue la exposición de la información.

3.1. Construyendo método y metodología: la experiencia de investigación

y exposición de la información

1. Los aportes de diversos autores (Bachelard (1997), Morin (2004), Beltrán (1994),

Borsotti (2005), Cortez (2000), Wallerstein (1998), Canales (2005), Fernández (2006),

Rodríguez (1999), Bourdieu et al. (1972), Schaft (1974), Tarrés (2001), Giménez (2005),

Balandier (1994) y otros, asumen un análisis sobre la epistemología del conocimiento y en

ella las implicancias de la investigación científica (problemas del enfoque, la construcción

del conocimiento, la objetividad, la temporalidad y delimitación, y la interpretación).

Asimismo, haber identificado trabajos que informan -con resultados exitosos- sobre

metodologías e instrumentos de intervención aplicados en temáticas afines en México (Paré

y Lazos, 2003; Paré, 2003 y otros), motivó al compromiso de involucrarnos en la

investigación desde la mirada y espíritu científico de nuestro objeto de estudio.

En esa orientación el apoyo en Bourdieu (1972:15), cuando sostiene que la investigación

científica es concretar en preceptos prácticos el principio de vigilancia epistemológica y

metodológica, que significa tener como base la razón científica, asumiendo con extremo

rigor su proceso, evitando la lógica del error. Entender que una investigación no es el

producto de la aplicación de la suma de técnicas o instrumentos de intervención, sino es un

hecho que se conquista, construye y comprueba. Que el mismo proceso debe a la vez

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cuestionarse, negándose como saber definitivo. De tal manera que, sólo cuestionando los

principios de nuestras construcciones se podrá ir en contra del saber definitivo (ruptura

epistemológica). En síntesis, “abandonar la investigación de esos objetos preconstruidos,

hechos sociales demarcados, percibidos y calificados por la sociología espontánea”.

Se hizo un esfuerzo por involucrarnos al recorrido de construcción del conocimiento hasta

llegar a la abstracción, con mirada profunda, buscando las esencias, atreviéndonos a

descubrir -como señala Bachelard (1997) y demás autores-, que detrás de un objeto en

realidad hay un mundo de cosas por analizar. Historia, evolución, relaciones, concreciones,

abstracciones, contracciones, involuciones, crisis, éxitos, fracasos, necesidades e hipótesis;

es decir analizar nuestro objeto de investigación en sus relaciones esenciales.

El objetivo fue subsanar obstáculos epistemológicos en el proceso de invertir en el saber

local, empírico, local o común, para llegar a descubrir y abstraer el fenómeno en forma

dialéctica, proceso en el cual la realidad nos fue llevando de la mano, evitando

encasillamientos en el método. Para abordar este proceso se fue construyendo una propia

metodología (enfoque e instrumentos) que nos acompañó desde la recuperación de datos

hasta la construcción de conceptos y la teoría. En esa oscilación, fuimos apropiándonos del

tema en una espiral dinámica que fue arrojando respuestas sobre la recuperación, recreación

y construcción de nuevos conocimientos sobre el tema de estudio.

Concluimos que para llegar a la profundidad del conocimiento (a manera de un

psicoanálisis), hallando la alquimia en la epistemología, hay la necesidad de examinar

‘todos’ los componentes e implicaciones de la realidad, por ello consideramos que es

importante la mirada que debemos tener como investigadores, la cual exige, hasta cierto

punto, una catarsis intelectual y afectiva (Bachelard, 1997).

2. Analizando los aportes epistemológicos y metodológicos de los diferentes enfoques de la

investigación social, consideramos oportuno apoyarnos en la investigación cualitativa,

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30

debido a la naturaleza y carácter que expresa nuestro objeto de estudio, pues la misma

encierra análogamente diversos enfoques y metodologías.13

Hablar de enfoque de la investigación cualitativa es remitirnos al origen y debate de los

conceptos. De hecho, la investigación cualitativa tiene como precedente haber nacido de las

entrañas de la investigación cuantitativa. La investigación cuantitativa es “propia” de las

ciencias puras y exactas. Algunos autores coinciden en afirmar que su carácter es numérico

dando prioridad al análisis de la repetición, distribución y cálculos. En cambio, la

investigación cualitativa tiene como orientación analítica buscar la comprensión de los

significados del hecho social o fenómeno (Rodríguez, 1999), por lo cual la investigación

cualitativa es para la hermenéutica y ciencias sociales, y la investigación cuantitativa para

el positivismo y las ciencias puras. Empero, la realidad social no es cualitativa ni

cuantitativa, ella se presenta compleja y la investigación científica recurre a ambas. Se

distinguen en la forma de tomar la información y en cómo construyen sus conceptos,

establecen su validez y cómo interpretan, es decir cómo enfocan o perciben al hecho

social.14 Sin embargo, la acepción de enfoque es amplia,15 muchas veces se la confunde o

hace alusión sin la menor consideración de su distinción.

La metodología entendida como la aplicación coherente del método y que expresa una

forma de abordar e interpretar la realidad (enfoque), pertenece a un modelo, escuela,

paradigma o teoría. “Orientación o posición asumida al analizar las relaciones entre 13 Rodríguez (1999) de manera resumida considera a la etnometodología, fenomenología, teoría crítica, feminismo, romanticismo cultural, interaccionismo simbólico, pospositivismo simbólico, construccionismo, fenomenología critica (marxista), semiótica, posestructuralismo, neopositivismo, neomarxismo, teorías rituales del drama y la cultura. Modelos que han recorrido diferentes momentos históricos ligados a contextos y acontecimientos determinados desde 1980 a la actualidad (aunque en realidad -afirma el autor-, es desde 1600 con la etnografía primitiva). Al presente, podemos caracterizarlo como multiparadigmático y multimetódico en su enfoque y metodología, buscando además alianzas con las humanidades, las ciencias sociales y las físicas. La investigación cualitativa es resultado de un proceso intercultural, donde su principal característica es haber tomado distancia de la posición positivista, neutral, cuantitativa pura, entrando en la actualidad con temas como clase, etnicidad, raza y género. 14 Se critica el enfoque de la investigación cualitativa por ser “descriptiva”, “precientífica”, “subjetiva”, “especulativa” y que utiliza datos suaves. De manera contraria el enfoque cuantitativo es cuestionado por ser “ahistórico”, “neutro” y “positivista”. Pero lo cierto es que actualmente cada vez hay mayor conciencia de la complementariedad de ambas. 15 Por lo general está asociada o se entiende de manera sinónima a: “paradigma”, “análisis interpretativo”, “percepción”, “mirada”, “tendencia”, “interpretación”, “punto de vista”, “óptica teórica-metodológica”, “escuela”, “corriente”, “modelo”, “marco teórico”, “teoría”, “lógica”, “filosofía”, “cosmovisión” e “ideología”.

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conceptos que provienen de esquemas teóricos previos para comprender la realidad

(construcción de un objeto de investigación, orientar los diseños de la investigación y

apoyar la interpretación de la investigación)”. Es el concepto de enfoque que ultimamos,16

porque se ajusta más a nuestro objetivo de estudio.

Entonces, se utiliza el método cualitativo porque nuestro objeto de estudio no analiza la

vertiente material -recurso forestal-; el tema eje se apuntala en lo social, cultural y

simbólico, por lo cual fue importante analizar los discursos y actividades elaborados por

los sujetos sociales y sus relaciones. En esa dinámica se fue comprendiendo cómo se

fueron articulando los elementos para hacer posible la gestión del Bosque y Parque

Ecoturístico y, cómo fue impactando y re-significando en la vida de sus actores.

Es, como sustenta Morin (2004), entrar a través del lenguaje y la relación interpersonal y

grupal al inconsciente de los interlocutores. Así, se indagó sobre cómo cumplían sus

metas, objetivos y prioridades. Cómo se dibuja y desdibuja el aporte del conocimiento

tradicional y las capacidades y habilidades de su cultura en el proceso de enfrentamiento-

afirmación de la misma. El identificar cómo se fueron dando las relaciones sociales entre

los actores, y cómo se fue configurando el proyecto en el ejido para el avance de sus

objetivos mayores. En el recorrido del proceso metodológico fue importante contar con el

trabajo de Rodríguez (1999), quien explica que es necesario pasar por un análisis de los

diferentes niveles que resume la investigación cualitativa. Esto es, el nivel ontológico (la

forma y naturaleza de la realidad social), el nivel epistemológico (la teorización), lo

metodológico (formas y maneras de investigar) y lo técnico instrumental (técnicas e

instrumentos).

2. La orientación del método cualitativo e permitió estar cerca del sujeto, percibiendo su

proceso de asimilación y apropiación del proyecto. Fui conociéndolo en la medida de la

convivencia en el Bosque, donde la articulación al mismo fue cada vez a la interioridad de

16 Concepto elaborado con Tonantzin Rodríguez (compañera del doctorado) y mi persona, a propósito de la exposición que presentamos sobre la “Problemática del Enfoque de la Investigación” durante el Tercer Módulo del doctorado.

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los actores, el ejido y el proyecto.17 A partir de ello, fui aplicando la observación

participante, que permitió recoger la información más cuantiosa, más inmediata, más

relevante, más recóndita y más compleja, en una suerte de recolección sistemática de la

información. En esa orientación se fueron captando los significados del conocimiento

tradicional, la identidad y cultura, el habitus de la comunidad, la resistencia de su

movimiento social, las relaciones de poder acuñadas en las jerarquías sociales y la forma de

organización; tratando de deducir los significados y sentidos que otorgan los sujetos a su

accionar.

3. Lo importante fue dar lectura de los hechos simbólicos que producen los sujetos a partir

de su experiencia próxima del hecho. No era tratar de meterse en la piel de los informantes

o mirar desde el punto de vista nativo, sino de analizar sus medios de comunicación

simbólica y sus significados (Gundermann, 2001:277). La observación participante,

entonces, se entiende como un tipo especial de observación en la que, se es algo más que un

observador pasivo. El observador asume ciertos roles que lo transforman en partícipe de los

sucesos estudiados

De manera práctica hice el ejercicio de abstraer los procesos de enfrentamiento/afirmación

del conocimiento tradicional y demás habilidades de la cultura local. Fui identificando las

expresiones del comportamiento de la lógica occidental del ecoturismo conservacionista,

frente al conocimiento tradicional y traté de inspeccionar las relaciones de poder entre los

miembros que vienen gestionando el PEESNT. Asimismo, hice la lectura de cómo se

aplicaban los límites y recreación del modelo conservacionista a las necesidades y

particularidades propias de la comunidad en el compromiso de sustentabilidad.

4. El objetivo metodológico fue desarrollar la investigación cualitativa articulada al enfoque

participativo, que involucra que el sujeto social se integre y comprometa dinámicamente

con la investigación con actores clave. Vi, involucrados en la investigación a autoridades,

17 La especialidad de Turismo (Maestría) y la experiencia en la gestión de proyectos sustentables a partir de comunidades campesinas durante 15 años en contextos andinos, creemos fue el atractivo para que San Nicolás de Totolapan nos adoptara; aunque a decir verdad aprendimos más de la experiencia, que de haber socializado sostenidamente nuestros temas de interés, como fue la intención.

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ejidatarios del Proyecto, familias e instituciones, recolectando información de primera

mano, tratando siempre de ingresar a ‘lo profundo’ del discurso (objetivo y oculto) de los

actores protagonistas. El uso de diferentes técnicas de investigación cualitativa como

estrategia de triangulación, me ayudó a complementar la observación participante y

enfoque participativo, las historias de vida y la etnografía.18

5. Para conocer el “corpus cognoscitivo” y elementos culturales propios referidos al

conocimiento tradicional y capacidades de la cultura local útiles al manejo forestal, se

elaboró la “Ficha de Registro Etnográfico del Conocimiento Tradicional en el manejo del

Recurso Forestal”,19 que fue aplicado en promedio a 10 actores sociales de edad madura,

quienes exteriorizaban conocer significativamente el tema central de la investigación, en

claro engarce con los sucesos históricos vivenciados en San Nicolás. Elaboramos un

borrador a manera de “sábana de datos” donde vertí la información, en el objetivo de

comparar registro por registro, para luego armar las nociones. En ese ejercicio, visualizaba

los rostros de los actores cuando informaban sobre determinado tema. “Don Ambrosio

Tenorio pondría énfasis en ¡esto o aquello¡ a él le gustaría así” indicaba.

De igual modo, la elaboración de dos cuestionarios denominados “Guía de preguntas para

entrevistas abiertas”20 (primera y segunda etapa), mismo que servía de base para conducir

entrevistas a profundidad. Fueron aplicadas a 6 de los 10 fundadores del proyecto,

autoridades, actores con cargos y responsabilidades en el ejido y Proyecto, actores del

común del pueblo, etc., en un total de aproximadamente 60. Asimismo, la aplicación de las

guías durante la visita a instituciones asociadas al ejido, visitantes ‘turistas’, actores de

comunidades vecinas, y pueblo en general que manifestaron enlace con San Nicolás,

haciendo también un promedio de 60 personas. Cada entrevistado fue elegido por reunir

18 Al reorganizar y recuperar parte de su historia, también les devolveremos su sentido de pertenencia al ejido y reconocerse que tienen historia, raíces de lucha, de resistencia. No quisimos ser “utilitaristas con nuestra presencia en la labor de campo” como sostiene la Doctora Paré, sino evaluar realmente su (y mi) pertinencia en el ejido. Finalmente lo más importante es que el aporte final, sirva para generar políticas en el tema para San Nicolás y otros pueblos. Con ello de alguna manera fui evitando la presión de construir alternativas inmediatas para la localidad. Finalmente concluí que mi labor no es política más sí académica. 19 Ver en el acápite de Anexos el modelo. 20 Ver en el acápite de Anexos el modelo.

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cualidades en un determinado tema, según mi objetivo de salida planteado: el conocimiento

tradicional, la historia del ejido, su tejido social, la movilidad de la tierra (luchas y

resistencia en torno a ella), actividades y proyectos productivos, significado natural y

simbólico del Bosque, etc. Su aplicación me llevó a vivenciar un círculo de intervención

explicitado en un constante y repetitivo: “ir-observar-reflexionar-cuestionar-anotar-

sistematizar-regresar”.

6. Para la elección de los sujetos sociales y población intervenida, nos apoyamos en los

tipos de muestreo cualitativo que Rolando Sánchez (2001:97-131) especifica para la

investigación cualitativa. Aplicable para los determinados instrumentos o técnicas de

investigación, ya señaladas.

a) El muestreo opinático que consistió en identificar dentro del pueblo a grupos y

personas, los detentores de información, o sujetos centrales dentro de la estructura

social del pueblo. Para el caso, fueron las personas mayores, las autoridades y los

ejidatarios comisionados y no comisionados en la gestión del PEESNT.

b) El muestreo estratégico que consistió en la ubicación de protagonistas o testigos de

excepción que disponían de mucha información, con riqueza de contenido.

Identificamos a 6 de los 10 socios fundadores del Proyecto del Parque.

c) El muestreo accidental, cuando encontramos de manera espontánea contextos o sujetos

sociales de relevante importancia para la investigación. Sirvió para complementar,

redondear y madurar los diferentes temas señalados en el capitulado.

En la práctica, algunas veces fueron los mismos actores los interpelados, pero expresando

diferentes temas; sólo para el tema central se enfatizó a actores de avanzada edad. La

preocupación conjunta por lograr la información fidedigna nos hace entender que la

investigación no es un proceso personal, sino social y participativo.

Para el caso de Don Ambrosio Tenorio Chavero desarrollamos una historia de vida, en el

entendido de ser el ‘personaje símbolo vivo’ del ejido, respecto a la recuperación del

Bosque con base en el saber local. El caso no lo presentamos individualizado, más bien

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preferimos matizar su experiencia entendiendo que “(...) hay que demostrar que el sujeto de

la biografía no es uno, sino múltiples a lo largo del relato, donde la vida del mismo no está

necesariamente dotada de un sentido último y en todo caso existen varias historias de vida

posibles” (Reséndiz, 2001:155). Igualmente, en el entendido que la realidad micro de la

historia de vida se dimensiona en lo social como un nuevo ´retorno del sujeto` al análisis

social y el reconocimiento de que el saber del hombre ordinario tiene valor sociológico

(Rojas, 2001:182).

Si el concepto de habitus al que hace alusión Bourdieu et al. (1972:160) como una suerte

de bagaje individual que se proyecta en la praxis del sujeto y que es el resultado de la

internalización especifica de las estructuras y sistemas de valores socioculturales, fruto del

proceso de socialización -y diríamos, producto y en relación con su cosmovisión-, entonces

la historia de vida permite captar el proceso mediante el cual una vida se apropia de lo

estructural, lo interioriza y lo retraduce en estructuras psicológicas.

Se resalta que esta herramienta metodológica es subjetiva, y que al serlo lleva intrínseco y

construye elementos de afectividad, (que confieso me llevó algunas veces en la historia de

vida aludida) en relaciones emocionales y éticas entre el sujeto y el investigador. Es cierto,

con afectividad salen a relucir informes más profundos, pero también se debe guardar la

postura de neutralidad y vigilancia epistemológica. Para la interpretación de la información,

me apoyé en Gilberto Giménez (2005:145), quien sostiene que los hechos deben procurarse

reconstruir por vía etnográfica, donde la interpretación cotidiana de las formas simbólicas

en la vida social, es parte del análisis de la hermenéutica profunda, descentrando el lado

personal.21

21 Más allá de la propuesta de Giménez, ¿qué ayudó para mi inserción definitiva en la investigación? Transmitir que estoy comprometida con el tema y haberles confesado que vengo trabajando prolongados años en el mismo, aunque en dimensión diferente. Que el tema y los actores sociales son importantes coyunturalmente a pesar que aparentemente la “modernidad” y la mundialización neoliberal pretende sofocar sus aportes. Anunciar que el CT está en agenda y debate internacional, hizo que se soltaran y expresen que saben esto y aquello con mayor entusiasmo en una suerte de sutil e insospechada competencia. Por otro lado, ser conocedora y portadora del saber del mundo andino del Perú. Les hablé de ello y mostraron interés en conocer, saber como piensan sienten y hacen los “compañeros de allá”. Entregarles “Minka” (Revista de ciencia y tecnología andina, editada por el “Grupo Talpuy” con quienes editamos 20 ediciones), definitivamente me abrió las puertas al ejido. “Usted no viene a aprender. Usted viene a enseñarnos”. Efectivamente se interesaron por la labor del campo que hacen las comunidades de mi país, su mirada me

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7. Respecto de la recuperación del “corpus cognoscitivo”, no se trató de trasladar sus

manifestaciones tal cual, sino guardar un justo equilibrio del cómo, dónde y para qué

incorporarlas y cuáles fueron de mayor utilidad. Entendiendo que son expresiones que

resumen un contenido mucho más amplio detrás de lo que expresan a primera vista. No

basta “(…) que se escuche a los sujetos, registre fielmente sus palabras y razones para

explicar su conducta y aún las justificaciones que proponen: al hacerlo, se corre el riesgo de

sustituir lisa y llanamente a sus propias prenociones por las prenociones de quienes estudia

o por una mezcla falsamente científica y falsamente objetiva de la sociología espontánea de

su objeto” (Bourdieu et al., 1972:57).

El mismo autor señala que debe evitarse el etnocentrismo de cualquiera de los dos lados y

reflexionar sobre cómo universalizar el hecho singular. Por su parte, Rodríguez (1999:33) y

otros autores sostienen que los investigadores cualitativos estudian la realidad en su

contexto natural, tal y como sucede intentando sacar sentido de o interpretar los fenómenos

de acuerdo con los significados que tienen para las personas implicadas”. Por ello,

denominan a la investigación cualitativa también como “investigación naturalista”; es decir

porque prefieren poner las propias palabras de las personas, habladas o escritas y la

conducta observable.22 Para ceñirse a este “naturalismo” añadimos que para entrar

realmente “a jugar” en el nivel de la objetividad científica, es necesario que el investigador

conozca, además, las particularidades de la cosmovisión local con cierta profundidad,

evitando así recurrir a interpretaciones propias, juicios o categorías de su cultura.23

decía que entendían mi compromiso como ellos decían “de cuidar la cultura y el medio ambiente”, adivinando que queríamos ir más lejos del ejercicio académico. 22 En los diferentes temas abordados, excepto en el aspecto histórico, nos apoyamos en las expresiones de los mismos actores. Ello aparte de darle un sentido vivo a la información y expresar menos formalidad del texto, ayudó a traslucir el nivel de protagonismo que quiero reconocer en los actores. “Pasarles el micrófono a los actores” como reiteraba mi maestro el Doctor Roberto Diego en las sesiones del doctorado. 23 Nos referimos al conocimiento del significado de la vida, de la Naturaleza, del universo, del ser humano, del trabajo, de la producción, de sus manejos tecnológicos, de su ser productivo, espiritual y social, entre otros, que toda sociedad no occidental interioriza y maneja. Lo reconocemos importante en la medida que determina el enfoque que tiene de su vida y el orden de las cosas, la misma que, al cruzar “la vida” del sujeto social, determina la dinámica de su accionar cotidiano y de ella en sus respuestas dialógicas. Un entendimiento más o menos profundo de la cosmovisión parte del compromiso del conocimiento de la lengua local (que no es precisamente la lengua original) del investigador.

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8. El método histórico lo asumí en la medida de entender los antecedentes del PEESNT.

Con el planteamiento del cómo, por qué, quiénes, desde cuándo y para qué, se arribó al

mismo; de igual modo, entender que el tema eje de estudio (CT), necesariamente estaba

enlazado al pasado del pueblo y del Bosque por propia vocación. La idea fue ir buscando

motivaciones de fondo para (explicar) entender (de dónde venía la motivación) el origen

del Proyecto y explicarnos el por qué de su orientación y curso actual. Parafraseando a

Beltrán (2000:21) “explorar la variedad de instancias que hayan podido condicionar o

determinar el fenómeno de estudio (...), en el entramado total de sus conexiones, en el

sentido de que lo que somos es sencillamente lo que hemos hecho”.

Para el acopio y revisión de material para la investigación bibliográfica y de fuentes

documentales (propiamente labor de gabinete) se revisaron fuentes de segunda mano.

Archivos del ejido, de entidades turísticas oficiales y privadas y trabajos de investigación

realizados por estudiosos respecto al lugar y tema. La visita a la biblioteca del pueblo,

Internet y la consulta con especialistas en turismo, biodiversidad, antropología, sociología,

derechos y ecología, especialmente. Asimismo, el análisis de informes, trípticos, vídeos,

guías turísticas, certámenes, cartillas de capacitación, fotos, afiches, croquis, mapas, entre

otros, sobre el tema y producidos en varios casos por el PEESNT.

En el objetivo de vivenciar y conocer la capacitación de propuestas ecoturísticas y su

impacto en la población y el tema, participamos de algunos eventos que se desarrollaron in

situ en el Parque tanto para la capacitación de los actores, como talleres de intercambios de

experiencias de “campesino a campesino” que los mismos actores desplegaron. La

participación en varios tours donde los actores explicaban los atractivos del Parque a los

visitantes, con base en su experiencia personal de vida (CT) y poco menos del discurso

ecoturístico sustentable.

9. Para la organización e interpretación de la información se trataron de ‘armonizar’ las

diferentes formas de análisis. Descriptiva, interpretativa o analítica, en el entendimiento que

es una actividad reflexiva, que mantiene conexión, y que están ordenadas según unidades

significativas. En momentos hubo dudas si parafraseando testimonios se asumía el

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etnocentrismo de los actores o se caía en los cuestionamientos que se le otorgan a la

investigación cualitativa, como el ser “descriptiva”, “pre-científica”, “subjetiva”,

“especulativa” y que, por lo general, utiliza datos suaves. Siempre estuvo presente el

cuestionamiento de ¿estaré encarnando bien la interpretación, la reconstrucción y la

contrastación? Empero, se eligió el ejercicio de relacionar los datos con los conceptos y

teorías. Entonces, el ordenamiento de los datos es un ejercicio que se da de manera

secuencial y sincronizada, pero perenne, como espacio de abstracción continua: registro-

síntesis-relacionamiento= sintetizar-proponer-interpretar.

10. En todo momento se consideraba propio referirnos a los actores sociales como guías en

el trabajo, exteriorizando una actitud de respeto, aprendizaje y acompañamiento, buscando

llegar a la ‘introspección interpersonal’, más que tomar una actitud centrada en la

investigación por la investigación.

Entendí, que aprendemos de los actores sociales, tratando siempre de articular un

aprendizaje y apoyo mutuos, además de considerar que estuvieron en pleno acuerdo de la

aplicación de los registros que desplegábamos. La idea era reconocer a los actores como los

“intelectuales orgánicos” del Proyecto y del ejido, en alusión a la propuesta de Gramsci.

Es bueno resaltar que ninguno de los autores del campo metodológico y epistemológico

consultado, asumen una posición renovada respecto a la dimensión del papel del sujeto

social en la investigación, lo cual no quiere decir que no se haya incursionado en posturas

renovadas. Se le concibe como “informante”, lo cual expresa una mirada que trasluce un

enfoque de “expropiación” de datos (experiencias y conocimientos). La propuesta de la

presente tesis se inclina por señalarlos como “acompañantes”, “autores”, “protagonistas”,

“co-responsables” o “co-participantes”, lo cual enriquecería y tornaría más dinámico el

compromiso y proceso del accionar de la investigación.

El asunto de fondo es la horizontalidad entre investigador y sujeto social, evitando

preconcebir o pre-conceptualizar; avanzar hacia una motivación compartida por la

investigación y los resultados esperados, mismos que traerían mejores ventajas, tanto al

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objetivo del investigador como a la población involucrada. En esta orientación, estamos en

desacuerdo con lo expresado por Beltrán (2000:16), por más actitud crítica que enuncia,

cuando sostiene que a nuestros interlocutores, tenemos la “obligación de examinarlos por

arriba y por abajo, por dentro y por fuera, por el antes y por el después, desde cerca y desde

lejos, pensarlo, medirlo, escucharlo, extenderlo, comprenderlo, historiarlo, describirlo y

explorarlo”.

3.2. Vicisitudes de trabajar hoy el ejido

La aventura metodológica de trabajar la investigación en San Nicolás, donde se observaba a

los actores inaugurar un nuevo estilo de trabajo con el PEESNT, me arrastró a ‘fundar’

paralelo al mismo, una renovada metodología de intervención, diferente a la que hasta

entonces experimentaba el campo. Tema propicio para el acercamiento metodológico del

paradigma de la Nueva Ruralidad.

Así como desplegaba entrevistas al calor de un día soleado en el patio, la milpa, el vivero,

el edificio ejidal, el tianguis, la calle o al pie del árbol teniendo como escenario de fondo el

gran Bosque; se tuvieron entrevistas en restaurantes ‘clasemedieros’, como en ‘Peri Sur’.

Disfruté lo mismo de un “tlacoyo” en el tianguis, que un ‘manjar maya’ en el ‘Tooks’.

Confieso que algunas veces los actores –especialmente autoridades- me convocaron para

aprovechar la tranquilidad del lugar, abreviando además la entrevista en un celular, una

‘laptop’ o un coche. Asimismo, en las vicisitudes de mi labor, algunas veces fungí de

‘terapeuta’ de los problemas que resumía la administración ejidal y no pocos actores

sociales, pero felizmente antecedió la idea de considerarme ‘abogada del diablo’ de San

Nicolás.

Reconozco que pretendí ser “totolapóloga”, cuando me fui insertando íntimamente al

pueblo. Considerables veces sentimos regocijo por la experiencia autogestionaria de San

Nicolás, estaba involucrada en un modelo de gestión comunal, acariciado por años

juntamente con profesionales al servicio del campo rural andino en mi país de origen.

América Latina viene persiguiendo por más de 50 años la propuesta de autogestión

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comunal y ¡la tenía cerca! Con esa mirada al ejido, reconocimos el protagonismo, la

recreación y la apropiación de los modelos campesinos. Por lo mismo, no creemos que sea

justo minimizar logros y avances como éstos.

Finalmente, creo que aún no se ha logrado en la presente tesis, la labor de verificación de

vocablos y expresiones del lenguaje propio (localismos) de mi país asociado a la cultura

andina. Por ello, pido permiso y comprensión por hablar y escribir de una experiencia que

quizás no me corresponde hacerlo y que, sin embargo, lo asumo con el mayor respeto y

objetividad posibles.

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CAPÍTULO I

EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL Y EL ECOTURISMO

SUSTENTABLE EN LA ARENA Y DEBATE ACTUAL

I. El Conocimiento Tradicional y sus implicancias

El análisis sobre el Conocimiento Tradicional (CT) ha entrado en el presente milenio con

una importancia sorprendente, producto del interés de investigadores, el Estado,

académicos, organismos de la cooperación internacional, empresariado, productores y

organizaciones de la población involucrada, entre otros, teniendo diferentes abordajes e

intereses en aspectos como lo legal, lo ambiental, autorías, patentes, identidad, cultura,

potencial económico, ecoturístico, de recuperación de las identidades, espiritualidad, y

como expresión de fondo de la diversidad cultural. En este movimiento mundial destaca el

interés por la importancia del tema, la alerta, la denuncia y la legislación a favor del

exterminio del robo de los conocimientos de los pueblos originarios (biopiratería).24

La revisión documental acerca del CT que vienen trabajando autores y analistas del mundo

(de antes y ahora), y en particular los de México25 (cada uno con sus diferentes atingencias

pero en la orientación de acreditar al CT como a continuación asumimos), además de

instituciones26 y organizaciones de base y educativas de los pueblos aludidos, y de

organismos oficiales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la

24 “Estamos en la guerra del biopoder; la apropiación de los recursos genéticos por parte de los corporativos tienen graves implicaciones para la humanidad en general y en particular para las clases subalternas, los desposeídos del poder, las cuales son justificadas ideológicamente con el discurso de la globalización y el libre mercado, legitimando el despojo al margen de las consideraciones éticas” (Tarrío, Comboni y Diego, 2007:190). 25 Pérez Avilés (2006), Concheiro y López (2006), Bellón (s/f), Massieu y Chapela (2006), Rodarte (2005), Toledo (1996, 1999, 2000), García (1996), Boege (2003), Miranda (2002), Van Kessel (1997), Bastidas (2001), Guash e Hinostroza (2005), Leff (2002, 2005), Martínez Alier, Altieri y Nichls (2002), Vandana (2004,), Villoro (2004), Lenkersdorf (1999), Landázuri (2002), Levi-Strauss (1988) y Geertz (1994). 26 AGRUCO (2000), COMPAS (2000), Grupo TALPUY (1986-98), PRATEC (1999), Boletín Indigenous knowledge del ILEIA (LEISA Revista de Agroecología en español, Lima, Perú). Revista Etnoecológica, México.

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Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la

Educación y la Cultura (Unesco), el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de

Desarrollo (BID) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), dan cuenta de un debate

agudo y versátil, además de complementario en la búsqueda de salidas al tema.

Insólitamente diríamos al inicio del tercer milenio, cuando el mundo se esfuerza por

expresar una “supra modernidad” articulada a un hiper capitalismo ¿Será una de la cartas

fuertes y definitivas -acaso de las últimas-, para sustentar las posibilidades del desarrollo

rural y más allá de él?

1.1. El Conocimiento: antecedentes y enfoques

El CT no es la panacea, pero tampoco inservible por arcaico, no obstante resaltamos sus

manifestaciones en íntima simbiosis que lleva con las demás contribuciones cognoscentes.

Pero, ¿dónde se inscribe el CT y cuál fue su proceso?, ¿qué entendemos por CT y cuáles

son sus laberintos epistemológicos? Antes de ello, es importante explicar qué se entiende

por conocimiento a la luz de cómo se estructura y construye, y así evidenciar las

disquisiciones que presenta.

Es notoria la existencia de una corriente teórica -de antes y ahora- que viene evidenciando

la existencia de diferentes maneras de abordar la construcción del conocimiento, además de

la aún hegemónica racionalidad occidental. Por su parte, Lenkersdorf (1999) explica -a

partir del estudio de las estructuras lingüísticas y sociales de la cultura maya/tojolobal- que

los pueblos indígenas u originarios construyen sus conocimientos a partir de acciones

bidireccionales (1999:57), y que “aquello que queremos conocer, abandona la condición de

objeto para hacerse sujeto y en colaboración con nosotros se hace conocimiento”

(1999:103). Tal afirmación tiene como base el distinguir que los tojolabales (como sucede

también en la mayoría de los pueblos originarios), explican su realidad como un conjunto

interrelacionado a partir de que todas las cosas y todas las personas tienen la calidad de

sujetos, aunque de diferente clase (intersubjetividad). Similar orientación mantienen Geertz

(1994) y Levi-Strauss (1988) en el tema, cuando enfatizan que el conocimiento local y

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43

pensamiento salvaje o mítico, respectivamente, tienen diferentes maneras de estructurarse y

que ello reposa sobre la cosmovisión y cultura local, por lo cual la construcción del

conocimiento en los individuos, pueblos y sociedades, no tienen una forma única o global

de hacerse.

Este análisis cuestiona lo que en siglos occidente ‘hizo creer’ a la humanidad, respecto a la

invalidez de otras formas de configuración del conocimiento que no sea aquella que

interpreta que “todas las cosas y seres están separados y que dicho proceso se realiza por la

acción del sujeto conocedor que somete al objeto a su acción de conocer; siendo un proceso

unidireccional, donde el objeto por conocer es pasivo” (Lenkersdorf, 1999:124). Long

(2007) lo señala cuando manifiesta que este proceso conlleva una carga de intereses de

poder; aunque algunos autores como Levi-Strauss, Geertz (1994), Landázuri (2002) y

Villoro (2004) enfaticen la diferencia con la racionalidad occidental y, sobre todo, el valor

y las singularidades que encierran los diferentes procesos de construcción del conocimiento

local o tradicional.

El estudio sobre la comprensión del conocimiento varía según la arista por la que cada

quien la aborda. La referencia general indica que es un proceso de elaboración

esencialmente humano cualquiera que sea la cultura a la que se pertenezca, que está

constituido por “las maneras en que los individuos y grupos sociales clasifican, codifican,

procesan y otorgan significado a sus experiencias. Es algo que todo individuo posee, aún si

los fundamentos de la creencia y los procedimientos para establecer su validez varían”

(Long, 2007:349). El aporte hasta ahí es diríamos conocido; sin embargo, el autor va más

allá en su análisis cuando identifica que es en el “encuentro de horizontes” donde se

construye el conocimiento, y que hay continuidades que surgen en los puntos de

intersección entre los mundos de vida27 de los actores (2007:342). Asimismo, quienes

producen los “procesos del conocimiento están encarnados en procesos sociales que

implican aspectos de poder, autoridad y legitimación, y tan pueden reflejar y contribuir al

27 Término que según el autor es todo aquello que produce procesos constantes de reordenamiento y re-evaluación de relaciones y experiencias por parte del individuo. Incluyen acciones, interacciones y significados, y se identifican en espacios socio-geográficos específicos, así como con historias de vida, expresado en la vida cotidiana (Long, 2007: 443).

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44

conflicto entre grupos sociales, como llevar el establecimiento de percepciones e intereses

comunes” (2007:338). Es decir, la reflexión alerta a tener en cuenta que las construcciones

sociales del conocimiento tienen la posibilidad de evidenciar “encuentros y desencuentros”,

como diría Lándázuri (2002), en la construcción del mismo.

Al respecto, es interesante cómo Landázuri (2002:151), con base en el análisis del

conocimiento local que hacen Geertz (1994) y otros autores, concluye –y con ello alcanza

una orientación más acabada al tema– que el conocimiento viene a re-configurarse y

renovarse cada vez, desde la integralidad de la cultura y del sujeto, según tiempo y espacios

determinados y que el mismo se

(…) manifiesta en experiencias cotidianas, hábitos y estructuras de pensamiento que ordenan la vida social. Esto nos remite a la historia, valores, creencias, deseos, sabiduría, formas de organización familiar, comunitaria y relaciones inter y extracomunitarias, elementos estos que conforman su universo de conocimientos, en constante diversificación, actualización y transformación… Son la huella que remite a su historia, a sus identidades a sus visiones del mundo, a los sentidos que se les confieren a una acción. Son también elementos subjetivos, como las percepciones, los valores, los afectos y las representaciones sociales que se asientan en el imaginario social.

Como vemos, a pesar de explicarse el conocimiento de los pueblos originarios como

‘profundo y completo’ desde sus contenidos, construcción y alcance (como lo sustenta la

explicación que antecede y que más adelante retomamos), aún es poco valorado y

distinguido en su justa dimensión. Lo reflejan las denominaciones y matices, muchas veces

con carga peyorativa, subjetiva y comparativa cuando sostiene que es o está relacionado al

conocimiento “popular”, “común”, “atrasado”, “vulgar”, “profano”, “campesino”,

“acientífico”, “general”, “espontáneo”, “premoderno”, “marginal”, “decadente”,

“ancestral”, “indígena”, “primitivo”, “vernáculo” y, “autóctono”. Lo cierto es que cada

denominación encierra una mirada inscrita en determinado paradigma ideológico-político

sobre las sociedades y sus culturas.

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45

En el otro horizonte, están los estudios que identifican las contribuciones de los pueblos

originarios como “saberes locales”, “conocimiento campesino”,28 “creencias”, “folklore”,

“sabiduría popular”, “ciencia indígena”,29 “etnociencia”, “ciencias nativas”,30 “ciencia del

pueblo”, “saberes subyugados”, “tradición indígena no occidental”, “conocimiento

popular”, “ciencia del pueblo”,31 “ciencia emergente”, “macrosistemas”,32 “conocimiento

salvaje o ciencia de lo concreto”,33 “conocimiento local”34 y, por supuesto, “conocimiento

tradicional”. Puede entenderse que siempre ha estado y está presente, latente y manifiesto

en el ámbito académico y fuera de él. Es decir, mientras más avanzaba la ciencia –y con

ella sus grandes aciertos, límites y desaciertos-, más debate fue levantando en el camino de

su oficialización. Había que justificarse y arraigarse en función a otro, que de alguna

manera “no manifestaba impacto y trascendencia” como aquel que se erigía.

Leff (2006:5) hace una revisión del tema sosteniendo que “los saberes de las comunidades

son parte de un conjunto mayor que se denomina “saberes locales”, “sabiduría popular”,

“folklore”, o en formas más precisas , “ciencia indígena” (De Gortari, 1963),

“macrosistemas” (López-Luján y López Austin, 1996), “ciencias nativas” (Cardona 1986),

“conocimiento popular y ciencia del pueblo” (Fals Borda, 1981, 1987), “conocimiento

campesino” (Toledo, 1994), y que a su vez son incluidos en dominios más amplios tales

como “saberes subyugados”, “tradición científica no occidental” o “ciencia emergente”,

además, según la literatura anglosajona denominado como: “traditional Know-ledge, non

western knowledge o traditional ecological knowledge”.

El balance de las variopintas denominaciones nos lleva a concluir un panorama de riqueza y

versatilidad de entradas que nos hablan por sí solas de complejas interpretaciones, muchas

veces refiriéndose a lo mismo. Los estudios no reflejan mayor análisis sobre las

distinciones propiamente dichas de tal o cual denominación, menos sus fundamentos. Lo

cierto es que no vemos trascendental detenernos en el debate de denominaciones y

28 Toledo, 1994, en Toledo (2005:5). 29 De Gortari, 1963, en Toledo (2005:5). 30 Cardona, 1986, en Toledo (2005:5). 31 Fals Borda 1981, 1987, en Toledo (2005:5). 32 López Luján y López Austin, 1996, en Toledo (2005:5.) 33 Levi –Strauss (1988). 34 Clifford Geertz (1994).

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46

terminologías con respecto a los sistemas de conocimientos de los pueblos originarios, lo

importante es ponernos de acuerdo en el alcance y utilidad que pretendan procurársele.

Aquí, es importante admitir que adoptamos la denominación “conocimiento tradicional”

(CT) en esta investigación por razones de “costumbre académica” y “seguimiento al

discurso establecido e institucionalizado”, ya que está inscrito con esa denominación en la

mayoría de los espacios y ámbitos (nacional e internacional, popular y académico, de facto

y de jure). Dos aclaraciones: primero, enunciarlo “tradicional” no significa necesariamente

hacer referencia a su antigüedad, sino a la forma en que es adquirido y utilizado,

reconociendo que se re-elabora socialmente a través de la historia de los pueblos, por ello

es que se vuelve “tradicional” (más adelante retomamos el tema cuando arribamos a la

construcción de la definición que orienta el presente trabajo). Segundo, está demás advertir

que tal adopción no significa que perdamos el norte de vinculación y compromiso censor

sobre el tema.

1.2. Despojo y relevancia

El CT tuvo una historia ligada al despojo e imposición de la cultura occidental, en la

orientación de instaurar su propio modelo económico, político, cultural, ideológico, y por

supuesto cognoscitivo en detrimento de las culturas “no occidentales”, “premodernas” e

“indígenas” (Toledo, 1996; Concheiro y López, 2006 y Leff, 2005). Occidente cada vez

fue haciéndose más hegemónico, hasta llegar al capitalismo actual, basando su expansión y

dominio en su enfoque cognoscitivo. Desde entonces, se instalaron actitudes

“descalificadoras de los conocimientos, capacidades y creencias de los indios, o mejor

dicho de los ámbitos culturales, diferentes a los propios (…)” (Geertz, en Landázuri,

2002:54).

La presencia de los saberes y conocimientos de los pueblos locales nacen a raíz de

identificar que existían pueblos y seres humanos diferentes al modo y estilo de vida

occidental, con menor rango y categoría porque eran “faltos de razón, consistencia y

conciencia”. Era la visión de quienes colonizaban y sometían nuevos territorios y culturas.

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47

Así, pensadores, misioneros, navegantes, clérigos, naturalistas, historiadores, gobernantes y

estadistas, y más adelante inclusive científicos, fueron estableciendo conceptos, enfoques,

principios, metodologías y teorías de cómo estaba ordenado y funcionaba el mundo y esas

poblaciones. Habían nacido las bases de una visión antropocéntrica, universalista y

unidimensional que explicaría –y luego impondría a partir de esa mirada– lo que pasaba y

cómo debería funcionar y ordenarse el mundo. Con ello ha surgido la situación de

desventaja anodina (pero subversiva con el tiempo del CT) de los pueblos precisamente no

ordenados ni alienados al modelo occidental. (Concheiro et al., 2006:39-77).

Podemos identificar a diferentes líderes de la corriente epistemológica occidental, según sus

influencias en las diferentes etapas históricas de expansión territorial en el mundo.

Tenemos una época donde se vio a las culturas no occidentales como inferiores35 liderados

por David Hume, Bacon, Buffon, Galton, Darwin, Humbolt, Voltaire, Comte, Hegel e

inclusive algunos antropólogos; en México con Sepúlveda y Acosta. Otra etapa los

reconoce como indígenas endemoniados36 (Fray Bernardino de Sahagún para el caso de

México, por ejemplo). Otra no menos importante mira a los actores sociales “descubiertos”

como ineficientes, sustentado con los evolucionistas y genetistas venidos de Europa y

Estados Unidos (Toledo, s/f: 10-11). Esta mirada construye el enfoque antropocéntrico,

inicio del hilo donde se anida la explicación de la lógica y racionalidad de vida occidental,

que se fundamenta en un poder “delegado” por Dios para asumirse como la figura superior

de la creación y, por lo tanto, para ejercer dominación sobre los demás seres del universo.

Mucho tiene que ver en ello la influencia de las religiones, especialmente la judeocristiana.

35 Según el mismo autor las ideologías del siglo XVII, XVIII y XIX que actuaron bajo dos baluartes: lo económico y la ciencia y la técnica. Tenemos la teoría de Buffon que influyó demasiado en naturalistas, especialmente al sostener la teoría de la inferioridad de la naturaleza americana, que establecía la inmadurez, debilidad y degeneración de los seres vivos de América, los cuales daban lugar a una naturaleza insalubre tanto para los animales superiores como para los pueblos civilizados. La teoría se basaba en hechos como la menor talla de los mamíferos americanos en relación con los europeos, la ausencia en América de animales de gran talla y el achicamiento o encogimiento de animales domésticos de Europa llevados a América. Esta teoría fue de inmediato aplicada a los indígenas americanos. Voltaire los consideró estúpidos, poco industriosos y de menos sensibilidad, menos humanidad, menos gusto e instinto (Toledo, s/f: 10-11). 36 Los indígenas son concebidos -y con ello sus conocimientos y saberes- como la raza satánica, por ello se destruyeron ídolos fiestas, ritos y creencias a través de la conversión, la salvación y rescate de las “almas perdidas” (Toledo, s/f: 8).

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48

A la fecha, este último enfoque continúa encarnado en la visión e ideología de numerosos

académicos e investigadores de las ciencias naturales y sociales, gobernantes, la

cooperación internacional, organismos mundiales que diseñan políticas para los pueblos

originarios; asimismo, en no pocos casos, en la auto percepción de los mismos. Lo peor de

todo es que actualmente prevalece la idea de Bacon y Locke (¡ gestadas en los siglos XV y

XVI !), al concebir a los pueblos y culturas originarias como inferiores, porque sostienen

que son ‘incapaces’ de dominar el método científico, reconociéndolo como la única manera

de avanzar por las rutas del progreso humano y social. He ahí, por qué es importante

identificar qué hacen al presente y cuál es su contribución actual, y particularmente la de la

comunidad de estudio que nos convoca.

Se sabe que actualmente los países y culturas aún calificadas como “pobres”, “salvajes” o

“atrasadas” vienen contribuyendo en gran medida con conocimientos valiosos sobre la

relación del ser humano con la Naturaleza y el medio ambiente. “La Tierra no nos

pertenece, nosotros pertenecemos a ella”, “Todo va enlazado, como la sangre que une a

una familia”. Son afirmaciones comunes entre las formas de pensar de muchos pueblos del

pasado y del presente. Entre ellos se encuentran las culturas mesoamericanas en las

regiones Maya y Azteca; las culturas Guaraní, Mapuche, Quechua, Aymara, Otavalo,

Apache y Sioux en América; Sun Kung en África, las de la India, Nepal en Asia, así como

las culturas aborígenes en Australia y tantas más.

Los saberes y conocimientos de estos pueblos vienen especialmente tributando a la

humanidad con un banco de semillas que hoy son alimento del mundo. La mayoría de ellos

están asentados en los sistemas de montañas denominados como países del sur, son los

centros de mayor megabiodiversidad del planeta debido a la diversidad ecogeográfica que

encierran (Tapia, 1993 y Minka, 1993:9-10), o los denominados trópicos húmedos en

referencia a la región americana (Toledo, 1996:7-8). Ingenua y/o mordazmente hoy

llamados ‘pobres’, pero que reúnen características ambientales, socioeconómicas y

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culturales propias debido a su oferta totalmente diferente a las culturas asentadas en países

planos conocidos como países del norte, hoy distinguidos como “ricos”.37

Esta diversidad ecogeográfica fue correspondida con una gran variedad de culturas. Se

estima que en el mundo hay alrededor de 5000 lenguas indígenas, mismas que expresan las

tradiciones y conocimientos cotidianos de sus hablantes, por ello se denominan ‘lenguas

vivas’. México ocupa el segundo lugar en el mundo por su diversidad cultural y lingüística

con 62 lenguas, siguiendo la India (con 64); en Perú y China se hablan 56 y 54 lenguas

regionales, respectivamente... En el momento del contacto europeo había más de 1,600

culturas originarias, pero el genocidio y etnocidio desentrañado de la colonización logró

extinguir muchas de ellas y someter otras (Toledo, s/f: 7).

En la actualidad, en América Latina solamente han sido registradas un poco más de 400

lenguas originarias, es decir la diversidad cultural identificada a través de este rasgo se

redujo en 500 años a un 25%. Como contraparte, un inesperado movimiento de resistencia

bicultural ha hecho que la población originaria de Latinoamérica se haya incrementado, al

pasar de 13.4 millones en 1962 a 26.4 millones en 1978, y a casi 40 millones en 1998

(Toledo, s/f: 7). México es el país con mayor población de pueblos originarios del

continente americano. Para el año 2006 la Comisión Nacional de los Pueblos (CDI) reporta

más de 12 millones de habitantes indígenas, cifra que representa 13% del total de la

población mexicana, y se caracteriza por hablar más de 60 lenguas diferentes al español38.

Los pueblos que más destacan entre hablantes de lenguas originarias y por sus saberes

tradicionales en el país son los pueblos náhuatl, maya, zapoteco, mixteco, otomí, tseltal,

tzotzil y totonaca.39 Veamos cómo se concibe hoy al CT y qué se entiende por el mismo.

1.3. Las definiciones y orientación del CT

37 Ver en el acápite “Ecoturismo Sustentable” del presente capítulo la discusión y propuesta sobre la dicotomía ricos-pobres y entre empobrecimiento-enriquecimiento. 38 Programa Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 2001-2006. http://www.cdi.gob.mx/index.php?id_seccion=167 39 Pérez Avilés et al. (2006:179)

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Según el estudio de Pérez Avilés et al. (2006:179) distinguimos dos enfoques con respecto

a la definición del CT. Sostiene que este concepto no es una denominación apropiada

porque proviene del interés de los grupos dominantes, quienes insertaron la discusión a las

poblaciones aludidas bajo sus propias reglas de juego. Identificarlo como “tradicional”

implica que existe un conocimiento dominante definido como moderno (oficial) lo que

puede llevar a reivindicar el estigma como signo de identidad, de esa manera incorporando

per se el rasgo de dominación que conlleva. Por ello surgen también las denominaciones

“científica”, “moderna”, “desarrollada”, “completa”, “actual”, “sistematizada”, “oficial” y

“académica”. Así entendido, el CT es más bien “la imposición de un nuevo tipo de mirada,

es decir desde la ciencia, la cultura, la producción y el mercado dominantes, se define (de

acuerdo a lo que se pretende) que es el conocimiento verdadero, se indica a los creadores

calificados y se norma la aplicación de este conocimiento en el desarrollo y reproducción

de la vida. Cuestionarlo, es evitar dar continuidad al tufo colonialista que conlleva”.

Para los autores, lo correcto es la denominación de conocimiento campesino e indígena,

que

(…) representa un capital cultural y no simples prejuicios; no dominado sino desafiante, que representa un campo más de una oposición que resiste al capitalismo dominante y no una forma de sumisión ante el mundo moderno. Con este conocimiento excluido del campo de la ciencia, las clases populares enfrentan y resisten a la exclusión que se les hace en los demás campos, pero no sólo resisten sino que se presentan como un contracampo alternativo de existencia (Pérez Avilés et al., 2006:179).

La posición de la propuesta no deja de ser interesante, siendo hasta cierto punto radical en

su análisis (en el panorama conceptual del tema), en comparación con lo que la ley o los

alcances de las instituciones oficiales vienen manejando. Los organismos públicos oficiales

e internacionales invisibilizan esta mirada pero, per se, se adentran a considerar aspectos y

objetivos de forma sobre el CT, dejando de lado las aristas políticas e ideológicas que

conlleva. He ahí la razón de fondo del por qué tanto ruido trae el CT en el debate de la

agenda mundial. Por ejemplo, la propuesta de Ley de Acceso y Aprovechamiento de

Recursos Genéticos en México define el Conocimiento Tradicional como:

Conocimientos, innovaciones y prácticas, desarrolladas y conservadas de forma colectiva o individual por agricultores, médicos tradicionales, pueblos indígenas,

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ejidos, comunidades y demás personas que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación y la utilización sustentable de la diversidad biológica (Artículo 10, fracción XII) Concheiro y López, 2006:93).

Lógicamente, a estos organismos se les escapa la carga y mirada política e ideológica que

comporta el CT, prefiriendo quedarse en el ámbito de listar acciones y actores. Por su parte,

la ONU lo define como “todo lo que pertenece a la identidad característica de un pueblo,

que puede compartir, si lo desea, con otros pueblos. Esta expresión abarca todo lo que en la

legislación internacional se considera como creación del pensamiento y de la destreza del

ser humano, como, por ejemplo, canciones, historias, conocimiento científico y obras de

arte. Incluye también el patrimonio histórico y natural, como los restos humanos, las

características naturales del paisaje y las especies vegetales y animales autóctonas con las

cuales un pueblo ha estado tradicionalmente vinculado (Alfonso, 2006: 79-99). El mismo

trabajo en referencia, explica que hay dos maneras de abordar el CT, especialmente en

cuanto a la regulación del CT, una conservacionista, representada en el Convenio sobre la

Diversidad Biológica y otra comercial, formulada desde la Organización Mundial del

Comercio y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Estos aspectos sólo se

consideran como referencia para ver los términos de la importancia del tema.

Si se analizan un poco dichas propuestas esquivan la inclusión dentro del panorama de la

ciencia y tecnología oficiales, su carácter de poder, dominación e interés político a dichos

aportes. Si quisiéramos tomar posición con respecto a la denominación con la cual nos

identificamos, afirmamos categóricamente, que es con aquella que cuestiona los signos de

dominación subliminal que encierra identificarla como CT.

El objetivo es alejarnos de la concepción e intención que aún se tiene sobre el CT y su

relación con el desarrollo y no desarrollo. Creemos que es necesario dejar de estar

integrando las filas (la mayoría de veces ingenua y ciegamente) de Douglas Lee (del

Consejo de Relaciones Internacionales de los Estados Unidos), que en 1957 afirmaba en su

libro Climate an Economic Development in the tropics, sobre la existencia de la trilogía:

conservadurismo-ignorancia-pobreza, donde sustenta que los campesinos tropicales son

“demasiado pobres para aprender, demasiado ignorantes para progresar, y demasiado

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temerosos para arriesgar (…) en conjunto están condenados al círculo vicioso de la

pobreza” (Toledo, 2006:13).

Mauricio Bellón (s/f: 298) hace un listado de autores de México y fuera del país que

abordan el tema, asumiéndolo como manejo tradicional, y de autores que reconocen que los

campesinos tienen un acervo de conocimientos. Señala su importancia en la medida en que

“los manejos tradicionales pueden jugar un papel importante en la generación de nuevas

tecnologías y estrategias de desarrollo, que sean eficientes energéticamente, sostenibles y

apropiadas para productores pobres,40 (...) por ello es importante recuperar las técnicas y

estrategias tradicionales”.

El autor reconoce que estos aportes son por el lado biótico, reflejando, hasta cierto punto -

en esta parte-, un desconocimiento con respecto a que el CT no se presenta

unidireccionalmente, sino que está en íntima simbiosis con la cosmovisión, cultura,

identidad, espiritualidad, historia, lengua, producción, tecnologías, etc., siendo resultado de

las mismas. Asimismo, afirma que es importante reconocer su vigencia, pero teniendo

cuidando de no idealizarlo y querer “evaluar”41 su papel en el manejo de los recursos. Que

debe “demostrarse científicamente” cómo se traducen en manejos específicos; que es

fundamental “ver si es lo suficientemente importante”, y cuidarse de no hacer teorías de

“conocimientos obsoletos”.

Parece impropio lo referente a la evaluación y demás expresiones, porque refleja un sesgo

de balance con respecto a los parámetros de la ciencia occidental, más aún una connotación

antiética y sobre ideologizada del CT. La sencillísima razón es porque éste ha demostrado

utilidad en miles de años y en cientos de culturas originarias, por ello su pervivencia en

contextos actuales.42 También notamos cierta contradicción cuando se expresa que estos

40 El sombreado es mío. 41 Bellón (s/f :298). 42 Estas afirmaciones con las cuales no concordamos me recuerdan a los médicos alópatas peruanos cuando en un congreso, incrédulos, afirmaban sobre las curaciones efectivas de los médicos tradicionales diciéndoles “demuestren científicamente que el espíritu sagrado de las montañas curaron al paciente”. Personalmente, en más de 15 años de labor como investigadora de los saberes y tecnologías andinas, confieso que al culminar una investigación sobre determinado tema del mundo andino me quedaba con un sabor de insuficiencia terrible sobre su profundización y comprensión íntegra del tema. ¡Podría haberme pasado toda la vida

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manejos deben ser apropiados para productores pobres,43 siendo que si se han desarrollado

en miles de años es porque pertenecen a la misma sociedad, ahora identificada por el autor

(y el sistema dominante) como pobre.

Por otro lado, -como precisé en la Introducción-, es notoria la atención preferencial por

parte de las ciencias naturales en relación con la de las ciencias sociales para tratar el tema.

Este hecho que es meritorio para el primero, viene motivando incursionar con respuestas de

tipo sociológico. Es decir, si se asume el CT, entonces, no es sólo para conocer su ángulo

productivo y tecnológico, base de la producción económica-, sino para involucrarse a los

otros componentes del CT que son: el lenguaje, la cosmovisión, la historia prehispánica, la

cultura, la relación consagrada y de intersubejtividad con la Naturaleza, el derecho

consuetudinario, la noción de trabajo, riqueza y propiedad, etc.44 He ahí la importancia del

compromiso de trabajar en conjunto ambas ciencias, conjugando visiones y metodologías.

Habría que ver que los pueblos originarios, no sólo persiguen fines productivos y materiales

para la reproducción de su vida, también consideran las “necesidades humanas básicas

tales como el autoestima, el amor propio, un firme sentido de identidad, la cohesión del

grupo, la creatividad y la libertad de expresión” (Kleymeyer en Landázuri, 2002:52).

Entonces, arribando a la construcción del significado del CT que orientará el presente

trabajo, lo entendemos como el resultado de un proceso socialmente estructurado por un

grupo o pueblo para construir aprendizajes y representaciones significativas, orientado “por

el sentido común” (Geertz, 1994) para hacer posible la preservación del medio ambiente,

identidad y cultura que encierran y rodean éstos pueblos. El CT, tiene como escenario y

pilares que lo sustentan y retroalimentan a: la diversidad geográfica y ambiental,

cosmovisión, cultura, identidad, organizaciones naturales (familia y comunidad),

tratando de completar mis conocimientos, habíamos abierto brechas inmensas sobre temas relacionados. Ahí todo era valedero, todo estaba interrelacionado, los actores inmersos en sus propias formas de explicarse la vida y el cosmos! Entonces, ¡¿será ético evaluar el conocimiento tradicional con códigos o procedimientos occidentales?!... 43 El concepto de “pobres” y “pobreza” lo abordamos más adelante, concluyendo que discrepamos del mismo por el sesgo economicista y desarrollista que viene asumiendo. 44 En un estudio que hicimos sobre medicina tradicional se recomendó trabajar además del tema como tal, lo siguiente: historia prehispánica, ecología andina, cosmovisión, lingüística andina, tecnologías andinas, cultura, relaciones y organización social, entre otros. Los cambios en la visión de los alópatas, cuando se inmiscuyeron en ello, fueron sorprendentes en su valoración y reconocimiento.

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espiritualidad, historia, lengua, producción y tecnologías. Mismas que se exteriorizan y

convergen a través de las actividades productivas como son la agricultura, ganadería,

forestería, horticultura, artesanía, arquitectura, medicina, etc. Al CT lo sustenta toda una

filosofía, ideología y práctica de vida histórica pública, privada y cotidiana, que se

fundamenta en un virtual compromiso entre el ser humano y la Naturaleza, articuladas a

prácticas organizativas y productivas determinadas y de servicio. Se “remite a su historia, a

sus identidades, a sus visiones del mundo, a los sentidos que se les confieren a una acción.

Son también elementos subjetivos, como las percepciones, los valores los afectos y las

representaciones sociales que se asientan en el imaginario social” (Landázuri, 2002:151).

Así, el CT se erige como un “corpus cognoscitivo”, habilidades, capacidades y destrezas,

propias, innovadas y adaptadas a una determinada realidad por su utilidad y beneficio.

Sin embargo, siendo importante el reconocimiento de su vigencia, debemos tener cuidado

de no idealizarlo, ni asumirlo modélico, especialmente en el papel de manejo y

administración de los recursos naturales (forestal especialmente), que es el asunto que nos

convoca.

1.4. El Conocimiento Tradicional: re-significación y empoderamiento

La revisión documental sobre el tema45 identifica un diagnóstico general de decadencia

humana y natural sin precedentes que vive afrontando el planeta. Algunos autores la

denominan “sociedad del riesgo” o “caóticas”,46 por los cambios climáticos inesperados

debido al calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, enfermedades de connotación

epidémica, tecnologías que atentan con la vida natural, desertificación y, un desarrollo

inhumano entre los aspectos relevantes. Sin embargo, orillándonos a las propuestas

esperanzadoras, asistimos también a un movimiento de reconversión del fenómeno; los

más, motivando a hacer una disensión declarada al deterioro del planeta enmarcados en la

45 Ver primera página del presente capítulo. 46 Términos que empieza a utilizar Beck y que algunos analistas de las ciencias sociales y naturales han empezado a apropiarse cuando identifican cómo la globalización del sistema mundo provoca una extensión del riesgo, de los peligros, de la incertidumbre, del miedo, mismos que se han intensificado desde mediados de los ochenta. Víctor Toledo y algunos autores consultados también hacen alusión al tema. (¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización. Paidos, Barcelona, España, 1998).

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re-significación del CT y el diálogo de integración multicultural con el conocimiento

científico -aunque no podemos soslayar-, forzado en medio de disputas y resistencias entre

uno y otro.

La re-significancia del CT podemos resumirla en estos últimos años, a partir de tres

factores esenciales. Por un lado, la amenaza del deterioro ambiental en el nivel global;

segundo, el interés por el desarrollo de la biotecnología, también mundial y, por último,

debido la atención a la búsqueda de salidas para el mejoramiento de la calidad de vida de

las poblaciones involucradas. Massieu y Chapela (2006:329) especifican que eso se produjo

a raíz “del inicio de la nueva biotecnología y la ingeniería genética, dado que es la principal

fuente de material genético para elaborar nuevos productos biotecnológicos como medicina

y alimentos”. En este orden de cosas el CT viene a desempeñar un papel esperanzador para

dichos aspectos. De la misma manera, los autores sostienen que el CT es importante en la

medida que es parte esencial para mejorar y conservar la calidad de vida de los actores

sociales y de las sociedades con quienes interactúan.

Por otro lado, el tema en referencia asume un atento debate en el marco del Convenio sobre

Diversidad Biológica, por estar ligado al Derecho de Propiedad Intelectual, temas

destapados a nivel nacional y mundial a raíz de la recurrencia de insumos para la

elaboración de medicamentos derivados de plantas cuyo uso conocen las comunidades que

viven en estrecha relación con la Naturaleza. Ahí renace la preocupación por los pueblos

originarios, aprobándose leyes concernientes a la propiedad de sus conocimientos, y hace

tres décadas sobre el conocimiento para el manejo y aprovechamiento de bosques y de

técnicas agrícolas. Hay posiciones encontradas, aquéllas que están a favor de reconocerles

sus derechos integralmente, otras con soluciones unilaterales, y no pocas proponiendo un

amplio debate participativo con la presencia de sus actores sociales para definir políticas.

Lo cierto es que, según informes (de las instancias competentes) sigue reportándose pérdida

de la biodiversidad tanto biológica como social.

Elena Rodarte (2005:12) señala que los temas protagonistas del debate son

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(...) los relacionados con la participación social en el desarrollo de estrategias para la conservación, el uso sostenible de la diversidad biológica, la distribución equitativa de los beneficios, el acceso a los recursos genéticos, la propiedad intelectual de los conocimientos, innovaciones y prácticas, el garantizar a la población beneficiaria y usuaria de todos esos componentes, el acceso a los espacios en la toma de decisiones, el respeto a sus diferencias culturales, y en general a ser tomados en cuenta por las otras partes (gobiernos, instituciones académicas, de investigación y de sectores social y privado).

Son planteamientos que dirigen su atención al amplio abanico de aspectos que integran per

se el tema; sin embargo, lo requerido es su pronta aplicación, gestión y administración por

los actores involucrados. La perspectiva de los pueblos originarios ha sido manifestada en

diversos foros mundiales y del país, vienen trabajándose recomendaciones desde varios

frentes, pero aún no se plasman los acuerdos definitivos por la ausencia de estos en las

negociaciones.47

Es de reconocer que los expertos en crianza48 del recurso forestal (que involucra la

totalidad del manejo de los recursos naturales), son las comunidades –no el Estado, los

centros de investigación, o nosotros los profesionistas–. Son ellos quienes sustentan una

relación con el medio, el hábitat, las formas de vida, es decir de los cultivos, la cría de

animales o de lugares para pesca, cacería de extracción de recursos, de extracción de

recursos para el bosque, a la vez de lugares sagrados, es decir un ordenamiento del sistema

productivo en armonía con el medio ambiente (Concheiro y López, 2006).

Del reconocimiento de estas habilidades y capacidades integrales y holísticas en las esferas

oficiales y demás, depende la inclusión social tanto de estas poblaciones como del recurso

forestal; son los términos renovados de asumir al sector, no hay de otra.

47 En el Foro sobre “Aprovechamiento de los Recursos Genéticos” desarrollado el 1º de marzo del 2006, en el Congreso de la Unión (donde se debatió con expertos sobre el tema y en el cual se presentaron propuestas sobre la Minuta del Proyecto de Decreto para la Ley Federal de Acceso y Aprovechamiento de los Recursos Genéticos), no estaban presentes representantes de las comunidades campesinas e indígenas, hecho que algunos especialistas fustigamos. 48 El término es un préstamo que hago de las comunidades andinas del Perú, cuando refieren que “criamos al suelo, a los cultivos, al agua, a los cerros, a nuestros hijos…” en franca alusión de concebir y sentir a los ‘recursos’ como miembros de la gran familia denominada ‘Pachamama’, a la que hay que “cuidar y querer”.

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57

El tema amerita un amplio análisis, considerando que ahí convergen necesariamente otros

aspectos como territorio, generación del conocimiento, resistencia, costo-beneficio, cultura,

etc., vinculados a aspectos legales (a nivel nacional e internacional) como la Ley Agraria,

Ley de Desarrollo Forestal Sustentable, Convenio sobre Diversidad Biológica, Ley de

Propiedad Industrial, Protocolo de Bioseguridad y, Declaración de los Derechos de los

Pueblos Indígenas, entre otros.49

1.5. El engarce de enfoques: el modelo occidental y el tradicional en

relación al CT

Como advertimos en el acápite anterior, el tema data una larga historia; se evidenció mucho

más desde qué países, ahora con poder económico en el mundo, empezaron a tener

conciencia de que existían sociedades y culturas diferentes a las suyas, a las que sometían

con intenciones colonialistas para despojarlas de sus territorios. De ahí se evidencia la

supremacía y empoderamiento por hacer que se reconozca la ciencia, la tecnología, las

relaciones de mercado, las artes, los conocimientos y los estilos de vida, entre otros

aspectos, que venían consolidando. Fue estableciéndose la idea de que los otros

conocimientos, el de los pueblos originarios o de las culturas locales –siempre en franco

proceso de sometimiento–, eran retrógrados y pasadistas, es decir atrasados.

Últimamente, con el fenómeno de la mundialización neoliberal vienen anunciándose los

límites y las grandes secuelas que irremediablemente tendríamos si viviera todo el mundo

insertado en el modelo de vida occidental. En algún momento también los conocimientos

pertenecientes a esta cultura fueron tradicionales, lo que pasa es que su expansión

hegemónica fue haciéndole perder ese perfil. El cuestionamiento al imperialismo y

hegemonía de la cultura y conocimiento occidental, está descubriéndose justamente porque

vienen mostrando límites expresados en desastres mundiales en lo ambiental, económico, 49 Los estudios de Bray y Merino señalan el potencial que tienen las comunidades en el tema forestal. (Bray David y Merino Patricia, Experiencias de las comunidades forestales en México, INE, México DF, 2004. http://www.mexicoforestal.gob.mx/editorial.php?id=60&laPublicacion=55. Asimismo ver n el capítulo IV Cuadro No. 9, las contribuciones de la forestería social comunitaria y la empresa forestal comunitaria en Bray et al., (2007).

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58

cultural y en la calidad de vida, principalmente, aspectos debatidos hasta el cansancio en los

últimos tiempos.

Para ‘objetivizar’ al CT en su real dimensión es necesario contextualizarlo, uno de los hilos

conductores para acercarnos es evidenciar las diferencias entre el enfoque de vida

occidental y el de los pueblos originarios. Lo traslucen los trabajos que venimos

consultando,50 pero a la luz del trabajo que hizo García (1996) quien explica las diferencias

entre la cultura y cosmovisión andina frente a la racionalidad de la cultura occidental,

precisamos las singularidades de estas culturas. Los expertos en culturas originarias del

mundo afirman que comparten similar filosofía de vida, cosmovisión y patrones de vida,

además de ser reconocidas como vanguardistas del modelo de sustentabilidad

Cuadro No. 1 Contrastes entre la cultura y cosmovisión andina y la racionalidad occidental

Criterios

Comparativos Cultura Andina Cultura occidental

Fuente de vida Es la Pachamama Madre Naturaleza. Tiene vida y da vida. Tiene condición Humana.

Dios Todopoderoso hacedor del mundo. Tiene condición divina “El verbo se hizo carne”.

Concepción sobre la

Naturaleza

Pacarina. Origen y morada final del hombre. Es sagrado y por ende se le respeta, protege y tributa como reciprocidad por lo que se recibe. El hombre convive con la Naturaleza.

Recurso explotable, susceptibles de apropiación desmedida. Se usa intensamente y se la depreda. El hombre lucha y domina la Naturaleza en su beneficio.

Percepción acerca de la

Producción

El ser humano usa racionalmente lo que la Pachamama le ofrece. El ayllu y la comunidad constituyen unidad de producción y de consumo. El fin es la reproducción social y cultural del hombre.

Uso intensivo de los recursos. Sistema de producción que genera renta y permite la reproducción social, cultural, económica y política, sobre la base del ejercicio del poder.

Percepción acerca del

trabajo

Convocatoria festiva para ejecutar labores del ciclo de la producción y obras de bien común. Congrega y une democráticamente a los comuneros. Cooperación, reciprocidad, solidaridad.

Producto del castigo divino. “Comerás con el sudor de tu frente”. Sistema contractual coercitivo. Sistema de explotación para obtención de la renta y la plusvalía.

50 Levi- Strauss (1988), Lenkersdorf (1999), Geertz (1994), Leff (1995, 2002, 2005), Toledo (1996, 1999, 2000, 2005, 2006) y, Concheiro y López (2007), principalmente.

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59

Relaciones entre los hombres

Alianza de sangre, afinidad espiritualidad, comunal étnica ayllu, la etnia, lo colectivo. Su normatividad desarrolla la cultura del compartir. Cohesión, solidaridad reciprocidad

Alianza de sangre, afinidad económica y poder en función de intereses. Desigualdad, discriminación, marginación, dominación, sojuzgamiento.

Fuente: Tomado de García, 1996, p. 39.

Varios de los estudiosos de las culturas (señalados en la primera página del presente

capítulo) expresan que el hilo conductor que mueve la vida de estas sociedades no es

exclusiva o predominantemente el interés comercial, productivo, material o económico,

sino son más bien los componentes sociales y espirituales que, interrelacionados,

dinamizan todas las esferas de la vida humana comunitaria, como se sintetiza en el

siguiente gráfico.

Gráfico No. 1

Componentes de vida en las culturas indígenas milenarias

Fuente: Elaboración con base en Rist y otros (1998:40). La forma en que se conectan los diferentes mundos lleva a la reciprocidad y autosostenibilidad (García, 1996).

Vida material Paisaje

Vida social Hombre-Sociedad

Vida espiritual Seres

Cosmos, Naturaleza PACHAMAMA

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60

No se privilegia la vida, esfera o ámbito económico-productivo, los aspectos social y

espiritual tienen el mismo grado de importancia. Lógicamente, hay culturas donde se

privilegia más la vida espiritual (como es el caso de comunidades de la India, por ejemplo)

o el aspecto productivo-económico, como sucede con sociedades de perfil occidental. El

esquema de vida de los pueblos con raíz cosmovisional, reflejado en la identidad, es a su

vez la raíz y fondo para explicar las diferencias entre las sociedades y culturas originarias, y

las de corte occidental moderno. Para el caso de estudio, dicho aspecto, explica el origen

del por qué el servicio que brindan los guías del PEESNT es sustancialmente diferente al

guiado de cualquier especialista del ramo (ver referencia en el último capítulo). Al tener

como base y fundir este enfoque de vida con los servicios que despliegan, marcando

diferencias con proyectos ecoturísticos convencionales, ya que cuestionan y van más allá de

los parámetros y conceptos que establece el servicio turístico sustentable; he ahí su aporte.

Para el caso mexicano, Guash e Hinostroza (2005) señalan similares características sobre la

cosmovisión mesoamericana, que concibe el mundo formado por dos mitades. El cielo y el

inframundo (el arriba y el abajo), hecho todo por un ser supremo denominado ‘Ometèotl’

para los nahuas, ‘Hunab Ku’ para los mayas, y ‘Coqui Xee’ para los zapotecas.

La contribución de Pérez et al. (2006:391-444) sobre estudios etnoecológicos realizados en

varias culturas quien menciona que en diferentes hábitats del planeta, es posible establecer

algunos rasgos generales de cómo los pueblos campesinos e indígenas del mundo

contemporáneo conciben, conocen y utilizan a la naturaleza y sus recursos. Es la plataforma

para construir el campo y las reglas del juego sobre las que se arma y mueve el

conocimiento campesino e indígena. Los autores resumen en un esquema las características

evidenciadas del CT junto con otras que incorporamos, muestra la trascendencia,

complejidad y profundidad del CT. El esquema no hace sino complementar la contribución

que hace García (1996) presentado en páginas precedentes.

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61

Cuadro No. 2 Conocimiento campesino y de los pueblos originarios: ejes de orientación y criterios

de concepción de las prácticas- y estrategias para la apropiación de la Naturaleza

Ejes de orientación Criterios de concepción de prácticas y estrategias

Por su territorialidad: Culturas milenarias originarias

Por su concepción: Sagrada y natural.

Por su contenido: Ecológico y territorial.

Por su generación: Sabiduría personal y creación colectiva.

Por su comprensión: Holístico y sistémico.

Por su utilización: Apropiación comunal e individual no comercial.

Por su transmisión: Oral y directo.

Por su desarrollo: Histórico e innovador

Por su apropiación: Abierto y comunicable, valor de uso y no de cambio.

Por su validación: Ensayo y error.

Por su valor: Patrimonio cultural y no capital fincado en la naturaleza.

Por su apuesta: Al diálogo multi, inter y transcultural.

Por su compromiso: Político y de servicio a poblaciones empobrecidas.

Por su enfoque de desarrollo: Sustentable y Humano. Cuadro complementado con base en Pérez et al (2006:400).

El cuadro precedente y el anterior contribuyen a darnos luces para certificar que las culturas

campesinas y pueblos originarios son diferentes a la cultura occidental u otras,

entendiendo que no son mejores ni peores que otras culturas, cosmovisiones, lenguas

y/o racionalidades. En el interés de afrontar los complejos problemas sobre el medio

ambiente y el futuro del planeta, cada aporte es importante, cada uno tiene sus identidades e

intereses conformados por conocimientos y saberes diferenciados. Asimismo, deja de ser

ético, cayendo en una gnoseología cuestionada, establecer comparaciones entre las mismas.

Es desalentador que las unidades de análisis y parámetros, interpretaciones, evaluaciones o

seguimientos recojan e interpreten la realidad desde argumentos distintos, cayéndose en la

lógica de considerar lo occidental como la única vía para las construcciones

epistemológicas o referirnos al CT de los pueblos originarios como una “forma tímida y

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62

balbuceante de la ciencia: porque nos privaríamos de todo medio por comprender el

pensamiento mágico, si pretendiésemos reducirlo a un momento o a una etapa, de la

evolución técnica y científica” (Levi-Strauss, 1988:31).

De tal forma que, se concibe al ser humano como un todo, no se pueden separar cuerpo,

mente y espíritu, son varias facetas de una misma realidad, y cada una de las partes del

cuerpo tiene que ver con las restantes. Por lo demás, el ser humano está siempre en íntima

relación con la sociedad, con las plantas, animales, objetos, entre personas, así como con

los elementos de la Naturaleza: el aire, el agua, la tierra, las divinidades, los planetas y el

cosmos (Guash e Hinostroza, 2005:77-78), manifestando una relación de

“intersubjetividad” (Lenkersdorf, 1999:114); donde además la pluralidad de la vida nos

conduce a reconocer que todas las cosas tienen vida y corazón.

Las propuestas –tanto la mesoamericana como la andina– explican que ambas son

sociedades en las que están presentes los elementos de la Naturaleza, todos ellos dadores de

vida y animados. Expresan la íntima simbiosis en las que viven y reproducen su mundo, su

sociedad, y que es la convivencia entre todos los seres lo que cualifica a este tipo de

sociedades. Algunos autores reconocen que sus grandes logros tecnológicos tienen sustento

y se siguen estableciendo con base en ese sentido cooperativo y visión holística de la

concepción de la vida y las cosas. Toledo, reafirma la concepción “consagrada” de la

Naturaleza cuando expresa que “los seres vivos se encuentran dotados no sólo de un alma

sino también de un comportamiento particular; plantas que se enojan, monos que conocen

los celos, colibríes convertidos en maestros de la galantería, hormigas solidarias, tucanes

glamorosos, anacondas temibles” (2000:127).

Estos aportes –tanto de la cosmovisión mesoamericana, como la andina–, por lo general,

son desconocidos o desentendidos por los actores exógenos. He ahí el inicio de la

problemática entre los dos mundos: entre aquellos que pertenecen y/o reconocen el aporte

de CT y aquellos que no. La lectura de las contribuciones de Leff (1995, 2002), Toledo

(2000, 2005, 2006) , Lenkersdorf (1999) Long (2007), Geertz (1994) y Concheiro y López

(2006) sobre el tema, nos persuade a considerar que el desarrollo social tiene que llevarse a

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63

cabo para y por los propios pueblos mejorando la educación, la salud y demás aspectos que

integran la vida humana, dentro de su propio contexto cultural y empleando sus propios

sistemas con autosuficiencia y en armonía con la Naturaleza. Nuestro enfoque se identifica

con esta mirada que integra las contribuciones de la sustentabilidad per se de los actores

sociales, a la vez que se re-articulan, dialogan y disputan escenarios con las demás ciencias

y contribuciones.

1.6. El Conocimiento Tradicional y la sustentabilidad

Según Long (1996) las dimensiones más relevantes que están en juego en el presente

milenio y que constituyen ejes del cambio son: la diseminación de los conocimientos

científicos y la tecnología,51 la cultura y la comunicación, la reestructuración del trabajo, la

industria y la vida económica, y la fragmentación y dominación de los dominios del poder,

las mismas que dan lugar a nuevas identidades sociales y políticas. San Nicolás Totolapan

no se excluye de estas implicancias, pero en lo que vamos a detenernos es en el

conocimiento tradicional en sí.

Este campo también abarca la generación, diseminación, utilización y transformación del conocimiento; el encuentro entre los así llamados modos “expertos” y “locales” del conocimiento; los choques y acoplamientos entre marcos epistemológicos y culturales contrastantes; el reforzamiento de los “poderes de la ciencia” para transformar la vida social y canalizar el cambio; y la transformación del conocimiento y la tecnología en la interfase entre las instituciones del “desarrollo” interventoras y así sus llamados grupos “receptores” (Long, 1996:38).

Sobre este telón de fondo que exterioriza encuentros y desencuentros, e impactos que

orillan y trascienden al cambio a los actores sociales, es con el que inscribimos la presencia

y contribución del CT en San Nicolás, como aspecto vigorizante para propuestas externas

interventoras.

Entonces, la opción de recuperación y mantenimiento del Bosque y espacios símiles no es

una propuesta que escapa a la tendencia mundial del tema aludido. Más aún, debemos 51 El subrayado es mío.

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64

entender que el CT está dentro de la “(…) compleja dinámica interrelacionada a través de la

cual los procesos globalizantes y localizantes generan nuevos modos de organización y

sobrevivencia económica, nuevas identidades, alianzas y luchas por espacio y poder, y

nuevos repertorios culturales y de conocimiento” (Long, 1996:51).

Del mismo modo, también el CT está alineado en el marco de trabajar con alternativas al

tema –prioritario de la agenda mundial– sobre la recuperación de la amenaza de la VIDA

del planeta, por eso ahora cobra renovada importancia.

En la actualidad, a nivel mundial, el 45% de los ecosistemas naturales están severamente impactados y han dejado de ser funcionales, el 55% de los ecosistemas naturales restantes sostienen los servicios ambientales, esto es, la vida del planeta. Se calcula que para el año 2025 esta cifra de 55% se reducirá a un 30%. La alta tasa de deterioro ambiental en el México contemporáneo vaticina una reducción drástica de los recursos naturales en las primeras décadas del sigo XXI. De tal manera que en el año 2021 sobrevivirán sólo el 30% de la vegetación primaria, incluyendo vegetación de las zonas desérticas (Velásquez et al., 2002).

Por su parte, E. Boege confirma que esta tendencia

(…) no sólo implica la pérdida de la biodiversidad de un país megadiverso, sino que incluye suelos, captura de agua, recursos genéticos, contaminación química y biológica de regiones completas, lo que afecta los servicios ambientales básicos para la sobrevivencia de la población de nuestro país. En este momento son enormes las amenazas de perder esta riqueza indígena, nacional y mundial de la humanidad. El país no se ha preparado ante tal reto (2006:239).

Ante este panorama, últimamente el gobierno de la Ciudad de México ha desarrollado una

estrategia de concentración y limitación al avance de la mancha urbana, apoyando

promocional y financieramente a los pueblos que entren a la agricultura ecológica y el

turismo alternativo con el enfoque de protección y conservación. Es en esta coyuntura que

San Nicolás Totolapan engarza su proyecto, como sostenemos en el tercer capítulo. Si bien

es cierto que el enfoque sustentable sigue dando prioridad al recurso biótico (de mirada

proteccionista), cuán lejos y cerca se está aún de reconocer el potencial que la población

encierra en la comprensión y manejo del mismo con el CT, además de reconocer que sólo

Page 65: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

65

es posible que mediante la simbiosis pueblo-naturaleza es posible siga dándose vida y

sentido al mundo simbólico, económico, político, social y espiritual de estas poblaciones.

Las limitaciones que se tienen no descansan sólo sobre la poca “estima identitaria y valor a

lo que hacen” los actores, o mas bien la situación está engarzada a las políticas del país

sobre el tema, e inclusive de la influencia de los países del norte. Massieu y Chapela

(2006:334) expresan que el fenómeno está íntimamente engarzado al sistema mayor

dominante. Sostienen que se derivó de la situación anterior, por la concepción de

conservación que ha adoptado el Estado mexicano, imitando el modelo norteamericano,

que no resulta adecuado para el manejo de las zonas de alta biodiversidad del país y que, en

muchos casos, vienen siendo habitadas por comunidades indígenas desde hace cientos o

miles de años. El acaudalado CT que poseen, es así ignorado y desperdiciado, mientras que

se crean numerosos conflictos con la imposición burocrática de los programas denominados

“Áreas Naturales Protegidas”.

En cuanto a enfoques, la idea es alejarse del dualismo excluyente, que proponía Miguel

Ángel de Quevedo52 hace muchos años –quien tuvo una acción conservacionista loable y

considerable en México–, fundamentaba “que la única vía de interacción entre el hombre y

su medio se da sólo a través de la contemplación y en la admiración de los prodigios de la

Naturaleza” (Rico, 2005:22). En ello de asumir diferentes enfoques sobre el quehacer con

los bosques –y en ese contexto con el ejido y Bosque de estudio– y las poblaciones

inherentes a ella, también existen propuestas diversas, como aquella que sustenta que la

administración de las áreas protegidas representan un negocio, una modalidad mercantilista

en la medida que los usuarios son los “consumidores” (el mercado), y la administración de

estos recursos representa un “negocio”. Otra mirada es la de priorizar el Bosque porque “es

un laboratorio para la investigación viva” (academicista).

Satisfactoriamente viene revisándose también la mirada que hicieron y siguen desplegando

los pueblos en el curso de su historia: vivir el diálogo íntimo naturaleza-sociedad y

viceversa. Ahora interpretado en términos del enfoque del desarrollo sustentable. Como

52 Producto de su especialización como ingeniero de proyectos hidráulicos en Francia.

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66

sostiene Rico (2005), recientemente el acento de las políticas de protección y conservación

del medio ambiente se ha puesto en la integración y participación de la sociedad. Lejos de

promover el aislamiento y la preservación prístina de los ecosistemas como fuentes

exclusivas de valor del CT, se buscan formas de interacción “sustentables” que redunden en

el desarrollo económico y en la conservación ambiental.

¿Qué hacer entonces para alejarnos del neocolonialismo ecológico?

Habría que recordar que en esto de ‘adopción de nuevos términos’ (desarrollo sustentable y

demás), que es el asunto de fondo que nos convoca, tiene una carga de intervención e

imposición subliminal el sistema especialmente económico, ideológico y político. Tan

claras están las intenciones de exclusión y dominación histórica que sufren las culturas

originarias que no hace sino recordarnos que siguen los intereses de fondo. Pues, así “como

su medicina erradicó otras medicinas, y sus semillas desplazaron otras semillas, de la

misma forma su proyecto del conocimiento (…), intenta ridiculizar y borrar todas las otras

formas de ver, hacer y tener (que existían en el mundo)” (Álvarez en Sachs, 1996:46). Lo

preocupante ahora es que numerosas veces estas propuestas no siempre son manifiestas o

mejor dicho explícitas en sus intenciones; debido a que considerables veces vienen

disfrazadas del discurso y ropaje ‘ambientalista’, ‘verde’, ‘ecológico’, ‘alternativo’ o

‘sustentable academicista’; requiriendo para transitar estos temas, hilar muy fino.

Pero la historia y sus arenas en el tema no sólo es de los dominantes o científicos, también

es escaparate y escenario de los actores sociales53 quienes manifiestan y hacen suyas otras

formas de resistencia y re-significación con el CT en su existencia.

Un claro ejemplo se tiene con el ejido que venimos estudiando. El Parque Ejidatario San

Nicolás Totolapan, además de seguir posesionándose en el gran mercado de posibilidades 53 Otros la denominan “vencidos”, “pobres”, “beneficiarios”, “desposeídos” y demás, apelativos que abordamos en los acápites titulados: “Un movimiento de resignificación del campo”, y “La estrategia del “gato en el despensero”.

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67

que le impone la coyuntura, viene enfrentando el desafío de cómo seguir avanzando en el

enfoque de sustentabilidad que ha desatado.

En esa dinámica, vive una suerte de dicotomía, por un lado expresa un autoreconocimiento

–especialmente por parte de los actores que trabajan los servicios del Proyecto– del valor

intrínseco del CT como tal; por otro, una suerte de rechazo/invalidación del mismo por

parte de directivos y agentes externos en la concepción de que el aporte local resume un

tono poco significativo para enfrentar los retos que impone la actualidad (como asumimos

más adelante). Sabemos que el conocimiento es poder y quien maneja el poder detenta

conocimiento. Lo irónico para el caso de San Nicolás es que el enfrentamiento parte de sus

propios dirigentes -líderes oficiales- quienes como es de esperar representan, sin saberlo

claro, al sistema de conocimiento dominante. En esa consideración, el ejido viene gestando

un estilo propio de apropiación del Proyecto, mediante una respuesta creativa y

contestataria al modelo gerencial empresarial sustentable per se (académico), que se trató

de implantar desde el inicio.

Habría que entender que el PEESNT no está desligado de las experiencias previas que trajo

el pueblo, va más allá del sólo el interés de la permanencia sustentable del Bosque. El

pueblo tiene un camino histórico recorrido en la defensa y resistencia al despojo de su

Bosque, basado significativamente en el saber local. Hubo iniciativas locales de experiencia

y visión compartida en el manejo del recurso forestal que ayudaron a irrumpir el Proyecto.

Ahí, el CT es la plataforma ideológica, cultural y simbólica, junto con otras contribuciones,

producto de la apropiación de sus actores que vienen dando continuidad al mismo.

Emprender el camino sin el CT hubiera sido por demás limitante y diferente.

Veamos qué significados e implicaciones tiene el turismo comunitario sustentable (TCS)

para entender cómo se manifiesta la presencia, validez y entramados finos del CT en el

Bosque y Proyecto Parque.

2. El turismo como eje y tendencia del desarrollo

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68

2.1. La importancia del turismo y ciertas inequidades

Teniendo como escenario el neoliberalismo globalizado, el tema turístico es uno de los ejes

relevantes que mueve a las economías, las sociedades y culturas e incluso ahora la ecología

mundial; está en la agenda de los países como alternativa, inversión y normatividad. Qué

pequeño e irónico resultó habérsele denominado la “industria sin chimeneas”. El interés

planteado se ha agudizado estos últimos años,54 mismo que es demostrable por la amplia

información que viene divulgándose sobre sus bondades, limitaciones, impactos, cambios,

cifras, perspectivas, tendencias, eventos, proyectos, planes estratégicos, normatividad,

nuevas rutas en corredores turísticos, denuncias y, alternativas. Las maneras de concebirlo

y gestionarlo expresan que, a la zaga, hay diferentes enfoques, metodologías de

intervención e intereses puestos.

Efectivamente, las tendencias y cifras mundiales explican que el turismo es hoy la industria

de servicios más grande del mundo, superior a la del automóvil, los hidrocarburos,

productos electrónicos y la agricultura (Consejo Mundial de Turismo y Viajes, Sectur,

2006).55 La Organización Mundial del Turismo advierte que “la tendencia del crecimiento

turístico va a continuar. En su informe mundial “Turismo: visión 2020” asegura un

aumento de llegadas turísticas del 200% entre los años 2000 y 2020” (Salas, en Miranda,

2000:5). Asimismo, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo considera que en el año 1999,

el total de empleos generados por la economía de los viajes y el turismo fue de 192.3

millones de dólares, equivalentes al 8.2% del total mundial. Como generador de empleo e

ingresos es una alternativa significativa para gran parte de la población “El turismo ocupa,

actualmente, el 7% de los trabajadores en el plano mundial (WTTC y WTO) y representa

6.9% del gasto público mundial (López Pardo y Palomino, en Paré y Lazos, 2003:269).

54 En la tesis de Maestría de mi autoría (Miranda, 2002) analizamos la situación del turismo a nivel mundial donde avizoramos su mayor presencia e impacto en la economía, cultura y medio ambiente. El tema se viene complejizando, a pesar de los esfuerzos de frenar y revertir su tendencia globalizante, no deja de expresar su espíritu economicista. 55 En 1999 el turismo internacional representó el 8% de los ingresos mundiales totales por exportaciones y el 37% de las exportaciones del sector servicios (Sectur, 2006).

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69

La tendencia es a la desconcentración de destinos turísticos, donde el interés mayor es por

Latinoamérica y otros países del hemisferio sur. En este mismo lapso Sudamérica mostró

una tasa de incremento del 10% de turistas internacionales, vaticinándose que las Américas

duplicarán el número de turistas internacionales al 2020 (Salas, en Miranda, 2000).

Coincidentemente, el hemisferio sur se arroga la mayoría de los pueblos originarios,

quienes revelan contribuciones a los temas que mayor discusión asume la sociedad civil

mundial.56

Para el caso mexicano el turismo es una de las industrias más redituables, la tercera en

importancia, después del petróleo y de las manufacturas. Los ingresos por visitantes

internacionales en el año 2000 alcanzaron la cifra de 8,295 millones de dólares, 14.8% más

que en 1999 y equivalentes a la mitad del déficit de la Cuenta Corriente de la Balanza de

Pagos (17,690 millones de dólares) (Sectur, 2006).

A finales del año 2000, “el turismo brindaba ocupación directa a un millón 800 mil

hombres y mujeres y generaba 8.5% del producto nacional”. Se estima que el turismo en

2005 en México generó alrededor de 1’820,000 empleos de tiempo completo, ocupados por

dos millones de trabajadores (Sectur, 2006). Actualmente, el ingreso que proviene de esa

actividad representa más de 8,000 millones de dólares (Barkin en Paré y Lazos, 2003:268).

Cifras preliminares de Sectur (2006) muestran que en el año 2005 arribaron a México

21’915,000 turistas internacionales, de los cuales 12’534,000 se desplazaron en la zona

fronteriza y, el resto, 9’381,000, en el interior del país. Como ocurrió en casi todos los

países del sur, a finales del siglo XX México vivió el lanzamiento del turismo alternativo.

Actualmente se pueden encontrar más de mil destinos ecoturísticos, de aventura y de

turismo rural, cuyos servicios son prestados por operadores privados y empresa

comunitarias (Semarnat, 2006).

La experiencia en cifras, el interés y las tendencias creciente del turismo a nivel mundial y

nacional, alertan a considerar que, aparte de los objetivos inherentes y propios del turismo

–como son distracción, capitalización, empleos, ingresos, crecimiento empresarial, 56 Ver acápite teórico sobre el CT.

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70

comunicación globalizada, etc.–, efectivamente es un movimiento que crece

considerablemente, acaso queriendo afirmar que “nada ni nadie” podría revertir su perfil de

despegue amenazante, cual expresión mayúscula del capitalismo, tanto para el turismo de

masas, como para el alternativo ecológico e inclusive el turismo comunitario que se

involucra en el contexto neoliberal. Para ello, existe un escenario de intereses políticos que

facilita y aventaja los mandatos del objetivo económico, sin considerar que viene y seguirá

afectando globalmente el escenario de fondo donde se despliega, es decir al medio

ambiente, las sociedades y las culturas que en ella habitan. Es el mandato del

funcionamiento de la economía mundial y la planetarización de las migraciones y los

mestizajes culturales, debido al dominio de la racionalidad económica sobre los demás

procesos de la mundialización (Leff et al., 2002).

Teniendo esa mirada y ambición, no pocas veces el turismo ha entrado a mostrar sus

inequidades, lo cual estaría desvirtuando su objetivo inicial de brindar solaz, esparcimiento

y diversión; no en vano se vienen desarrollado ‘nuevos productos aprovechando recursos

existentes’, resultando de ello, ofertas que suelen cuestionarse desde el punto de vista ético.

Es el caso de los paquetes ofrecidos en Londres para viajar a Camboya, a Ruanda o a

Bosnia, con el propósito de experimentar ‘emociones fuertes’ o un escenario real de guerra.

Por un sobreprecio, es posible obtener que los turistas operen y disparen un cañón desde

unas de las fuerzas en conflicto hacia la otra (Molina, 2006:71).

De igual forma, Lagunas (2007:23) advierte que pocas cosas escapan a la vorágine turística,

no sólo el espacio exterior, sino que asistimos a fenómenos turísticos sorprendentes como el

turismo de catástrofes (inundaciones, etc.), o el turismo de la muerte en campos de

concentración. Es el turismo del caos, como advertirían algunos autores (en términos de

Morin, Balandier) que después de la crisis, de la incoherencia; los sistemas evolucionan

hacia una nueva estructura y conductas. Está también el caso del posturismo57 que viene

57 Molina denomina ‘posturismo’ al nuevo paradigma del turismo del siglo XXI donde se hace una ruptura de los turismos tradicionales, dándose luz verde a los atractivos que son ‘verdaderos complejos arquitectónicos concentrados’, con todos los servicios de recreación, según temáticas idealistas objetivadas: ciudades medioevales, la selva africana en Europa y, pueblos y culturas replicadas, todo con tecnologías de punta sorprendentes. Habría que advertir que el posturismo plantea para las naciones latinoamericanas, una serie de dificultades, retos y amenazas, al igual que oportunidades, que es preciso valorar (Molina, 2006:43). Lo preocupante, es que en los lugares donde se han instalado no hacen contacto con la cultura local y sólo

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apropiándose de nuevos escenarios, pero que requiere de nuevos argumentos, hipótesis y

leyes (Molina, 2006:84).

Así, en no pocos casos, se contemplan secuelas alarmantes de despojo y destrucción de los

recursos naturales y sus poblaciones, especialmente con el turismo convencional,58 los

ejemplos saltan a la palestra tanto en país,59 como las demás latitudes. Algunos lugares han

sido afectados, numerosas veces advirtiendo que paisajes y playas empiezan a convertirse

en sumideros y las culturas locales ingresando a un proceso de exclusión y

‘mendiguización,60 como resultado de la ‘cosificación’ de la naturaleza y las poblaciones

convertidas en materia prima de los procesos económicos.

2.2. El turismo sustentable como enfoque alternativo

Al presente, con una ‘sobre-economización del mundo’ (Leff, 2006), el fenómeno de la

mundialización viene mostrando límites al centralismo económico y concentración del

poder. En el ámbito turístico, el proceso manifiesta ciertos cambios hacia la

descentralización económica, virtualmente queriendo corregir inequidades y con ello

emerger nuevos destinos turísticos en la pretensión de reorientar el curso de los excesos

actuados.

Es el caso del ‘neo-turismo’ (turismo alternativo o ecológico) que desde la última década

viene entrando con fuerza inusitada bajo la modalidad de ‘ecológica o sustentable’.

Veamos, a qué corresponde su surgimiento, sus principales postulados y las ventajas y

desventajas que presenta, según los planteamientos teóricos que lo justifican.

requiere mano de obra altamente calificada. Por lo mismo, se advierte que, si en el turismo convencional y sustentable se utiliza mano de obra local (que de alguna manera insertaba al mercado laboral a los locales) con el posturismo se complica su inserción en estos servicios. 58 También conocido como turismo de masas. Es de vieja data en tanto actividad económico-sociocultural; brinda múltiples beneficios como: generación de empleos e ingresos, acercamiento intercultural, creación de empresas, servicios de esparcimiento, impulso a los medios masivos de transporte y comunicación, divisas para países receptores, etc. Empero, de manera paralela e infaustamente, viene arrojando impactos negativos debido a sus excesos. Entonces, lo que motiva su reflexión no es para estigmatizarlo, la idea es explorarlo en el contexto de la mundialización neoliberal, en el camino de identificar por qué y cómo se apertura el turismo alternativo, tema de la presente investigación. 59 Para muestra, está la experiencia de los hoteles de categoría “Gran Turismo” en México, quienes llegan a consumir un promedio de 1,500 litros por habitación y día; en los de 4 y 5 estrellas, el consumo promedio oscila entre 1,200 y 1,300 y, en los de 3 estrellas gastan de 800 a 900 litros de agua (Semarnat, 2006:11). 60 Ser indigente en su propio territorio a pesar de contar con múltiples riquezas de índole patrimonial.

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72

El interés por el tema surgió luego de Eco 92 con la “Cumbre de la Tierra” y convenciones

y acuerdos de trascendencia mundial, donde el turismo convencional, debido a la

problemática planteada, queda en tregua, con el objetivo de brindar al turismo sustentable

la oportunidad de poner en práctica la propuesta conciliadora: economía-ecología. A partir

de ello, mundialmente se reconoce como tema en primacía, instalándose su prioridad en la

agenda internacional. Así, la ONU –con el apoyo de la OMT y la PNUMA– declara al

2002: “Año Internacional del Ecoturismo”. De la misma forma, la Unesco declara también

al 2002 como el “Año Internacional de la Protección del Patrimonio”, enmarcado en el

decenio de la Cultura de Paz y la conmemoración de los 30 años de la Convención del

Patrimonio Mundial.

Al arquetipo se le asocia con el “ecoturismo”, “turismo rural”, “etnoturismo”, “turismo de

naturaleza”, “turismo de aventura” (andinismo y montañismo), “turismo cultural”,

“agroturismo/‘agri-turismo”, “turismo vivencial”, “turismo verde”, “turismo científico”,

“turismo blando” y, “turismo comunitario” (segmento de interés de la presente tesis),

entre otros. Algunos segmentos están subsumidos, otros redundan en la misma

denominación. Lo evidente, es que aún adolece de sustentos documentados para un mejor

análisis, pues dependen para su evolución, de la correlación con determinada(s)

disciplina(s) con las que enlazan su labor, llámese biología, antropología, sociología,

agronomía o geografía. Su enfoque de trabajo pone un mayor énfasis e interés por el campo

y sus recursos, patrimonios y población, hecho que marca diferencias frente al turismo

convencional, quien basa su expansión en la gran infraestructura, especialmente hotelería y

el segmento de sol y playa (Miranda, 2002:29-30).

Santana (2006:16), considera que el turismo representa un terreno que es cruzado

transversalmente por múltiples campos disciplinares “La dependencia de problemas

comunes y la necesidad de su estudio en condiciones de rechazo, desprecio o permisiva

tolerancia académica, impulso como consecuencia inmediata al empelo de conceptos y

técnicas de investigación, que normalmente, sin caer en el eclecticismo metodológico,

apuntaron hacia criterios de multidiciplinariedad, dando forma a una extensa bibliografía.”

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La revisión documental desplegada sobre el tema, enuncia avances significativos en la

formulación de lineamientos estratégicos para su planificación y múltiples mecanismos de

concertación y promoción multisectorial. Comenzando con inventarios sostenibles,

capacidad de carga de los destinos turísticos, diseños arquitectónicos, capacitación,

promoción, comercialización y marketing, estrategias de autofinanciamiento, propuestas de

planificación, herramientas de intervención para el monitoreo y variables de evaluación,

marcos normativos (propuestas de ley, cartas de intención, códigos de ética, propuestas de

planificación, variables de evaluación e incluso herramientas de intervención para el

monitoreo, etcétera.

El balance de los temas abordados refleja mayor atención del medio ambiente, en

detrimento por las poblaciones y sus culturas. En otras palabras, es insuficiente la respuesta

sobre cómo y hasta dónde intervenir, a partir de las particularidades y entramados finos que

encierran las culturas y organizaciones campesinas en la gestión del servicio turístico, en el

objetivo de preservar su biodiversidad natural y cultural.61

Mediante la revisión de los trabajos de algunos autores que analizan el tema (de manera

primordial o relacionada) respecto al enfoque de intervención del turismo sustentable y, en

particular del turismo comunitario (Vigna, 2006; Pera Mc Laren, 2005; Paré y Lazos, 2003;

Miranda, 2002; Maldonado, 2006; Lagunas, 2007; Santana, 2006; y Molina, 2006), y de

organismos de la cooperación internacional, equiparamos dos tendencias de análisis. Por un

lado, aquellos que la defienden, identificando valores y contribuciones, propugnándola sin

mayor análisis como arquetipo a seguir. Por otro, aquellos que desnudan sus intenciones e

intereses, advirtiendo definitivamente que hay un discurso oculto y amenazante, pues el

contexto del capitalismo neoliberal donde se desarrolla (en su mandato como sistema

mundial) tiene en oculta finalidad el despojo (otra vez) de la naturaleza y las culturas.

Para llevar a cabo tal intención, sea de financiamiento, regulación o normatividad, está la

presencia de entidades internacionales y del Estado, llámese Unesco, OIT, ONU, PNUD, 61 No se dejan de reconocer los esfuerzos por elaborar manuales y folletería sobre cómo intervenir el tema, sin embargo, la mayoría parte del enfoque de capacitación, anulando toda expectativa que propicie el diálogo de saberes.

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WWF, BID, BM, OMT, Semarnat, Sectur, etc., que en cierta medida apoyarían a la primera

tendencia. La segunda opción viene perfilando su interés por mostrar resultados de

experiencias ecoturísticas comunitarias sustentables, distinguiéndose cierto interés por

referir experiencias de empoderamiento y/o defensa y resistencia por los recursos y

patrimonio que sustentan los pueblos. México ha desatado cierta corriente de interés por el

tema, algunas universidades con especializaciones e investigaciones (CLACSO, UNAM,

UAM, Politécnico) entre otras. Asimismo, analistas como Pera y McLaren (2005), Paré y

Lazos (2003), Bringas y Ojeda (2000), Vigna (2006), Blázquez (2007), Cordero (2006),

Miranda (2002), Molina (2006), Lagunas (2007) y ONG y redes, en el país y externamente.

En el Distrito Federal, iniciativas de asociaciones de ejidos y comunidades, por ejemplo la

red “Unión de Grupos Rurales Ecoturísticos del Distrito Federal AC” que integra 12 ejidos,

entre ellos, el “Parque Eco turístico Ejidal San Nicolás Totolapan”, objeto del presente

estudio.

La “Unión Mundial para la Naturaleza” define al turismo sustentable como:

(…) aquella modalidad de turismo ambientalmente responsable sin disturbar, con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales (paisaje, flora y fauna silvestres) que puedan encontrarse allí, a través de un proceso que promueva la conservación, tenga bajo impacto ambiental y cultural y propicie un involucramiento activo y socioeconómico benéfico a las sociedades locales (Cevallos-Lascuaráin, 1993:7, en Miranda, 2002).

Empero, lo cierto es que no está claramente definido ni delimitado el turismo sustentable,

existiendo áreas en las que se sobreponen entre sí. Además de reflejar “(…) una vaga

delimitación que crea cierta confusión, se ha utilizado el término “ecoturismo” de manera

indiscriminada como producto comercial o ‘gancho’ (sic) para hacer creer que es benéfica

para el medio ambiente, lo que no es necesariamente cierto” (Bringas y Ojeda 2000:378).

Nos referimos a determinados proyectos de gran envergadura e inversión que, pretendiendo

trabajar con rostro sustentable y haberse ‘maquillado’ diferente, encierran equivalentes o

mayores desaciertos que su antecesora (Pera Mac Laren, 2005; Vigna, 2006; Maldonado,

2006; Miranda, 2002; y Santana, 2006). El turismo sustentable a pequeña escala también

deja secuelas, aunque diferentes, como sustentamos a lo largo de la tesis. Lo que no

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queremos dejar de lado es identificar que, en general, el turismo continúa en el marco del

interés de la globalización que promueve “la distribución espacial de su lógica

autocentrada, penetrando cada territorio, cada ecosistema, cada cultura y cada individuo”

(Leff et al., 2002). Inclusive se da a la industria turística la denominación de ecológica. De

tal forma que, en la era de la economía ‘ecologizada’ la naturaleza ha dejado de ser un

objeto del proceso de trabajo para ser codificada en términos de capital (Leff et al., 2002 y

2005; Miranda, 2002 y; Toledo, 2000).

En esa orientación, el turismo sustentable representa cierta analogía con la trayectoria ‘de

los otros sustentables’, es decir con proyectos productivos desarrollistas (agrícolas,

ganaderos, forestales), plasmando limitaciones y problemas similares (economía

ecologizada). Mediante este perfil, el turismo sustentable se subsume al debate existente

sobre ‘desarrollo-sustentabilidad’ o ‘economía-ecología’.62 Para el tema que convocado,

enunciado en la díada ‘turismo de masas-turismo sustentable’, o lo que es lo mismo,

‘turismo convencional-turismo alternativo’.

Pera y McLaren (2005), afirman que el desarrollo implementado por el BM y el FMI tratan

de conciliar a la economía con la ecología sobre el nivel epistemológico y político. Tal

reconciliación intenta crear la idea de ser necesarias sólo correcciones menores al sistema

de mercados, para lograr un período de armonía socio-ambiental. Escondiendo el hecho de

que la estructura económica no puede incluir preocupaciones ambientales y sociales sin una

reforma sustancial. Más bien, habría que señalar que así presentado el turismo sustentable

es:

(…) una nueva estrategia de apropiación de los recursos basada en una ideología que legitima las políticas intervencionistas en nombre del Medio Ambiente. Así, nuevamente se definieron los problemas y se formulaban las soluciones no dentro de las sociedades en cuestión, sino desde fuera. En ese sentido también se señala que el turismo sustentable, puede convertirse en una nueva forma de apropiación del ambiente natural y de las culturas en los países ofertantes (”) (Miranda 2002:1-7).

Aunque no desmerecemos las experiencias sostenibles como planteamos posteriormente.

62 Tan discutido luego de reflexionarse -a partir del Informe Brundtland (ONU 1987)-, la posibilidad del desarrollo conciliando intereses economicistas con la preservación de la naturaleza.

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Los ejemplos de imputación al turismo sustentable –especialmente macros– son cada vez

mayores, pero teniendo el interés de obtener ganancias en el menor tiempo posible, no se

ajustan a los ciclos que tiene que cumplir la Naturaleza (tiempo y espacio para reciclarse).

Asimismo, se imponen otras formas ‘ecológicas’ del manejo del medio ambiente a

poblaciones locales, quienes se han apropiado en cientos de miles de años de la Naturaleza

en sus propios términos y con base en una racionalidad ambiental (Leff et al., 2005).

Sucede así, por ejemplo, cuando se declaran reservas y parques, quienes al imponer

‘modelos sustentables científicos’ de otros países a las poblaciones, enfrentan modelos de

‘ecología popular’ o ‘ecologismo de los pobres’ como diría Leff et al., (2005) y Martínez

Alier (s/f), respectivamente; aunque se puede declarar que hay experiencias comunitarias

que vienen beneficiándose significativamente, como es el caso del programa que trabaja el

ejido que nos convoca.

Muchas veces, el turismo sustentable busca trasladarse a lugares intactos, o por lo menos en

los cuales la presencia humana se encuentra en su mínima expresión. Ahí se propone (lejos

del estrés y la masificación de los centros urbanos), conocer fenómenos y ámbitos

naturales, manteniendo con el hábitat natural una relación directa (Lagunas, 2007:40). En

esa búsqueda no pocas veces se vienen perpetrando de forma irracional? santuarios que en

el tiempo y espacio permanecieron incólumes a la presencia humana.

Entre los casos más destacados sobre turismo sustentable están los que vienen

incursionando en las reservas de biosfera. Con respecto a ello está la denuncia que hacen

Bringas y Ojeda (2000) en la península de Baja California, México, donde en nombre del

turismo alternativo se hacen encuentros deportivos con alto impacto ambiental.63 Por otro

lado, el caso de turismo naturalista: “observación de la ballena gris” en la Reserva de la 63 Este tipo de turismo fue moda en los desiertos del estado de California, en los Estados Unidos, pero por las perturbaciones que ejercía sobre (los desiertos) ellos, los grupos ecologistas presionaron para darlos de baja, es entonces que los organizadores miran a México como un paraíso para tales prácticas. ‘Con carreras fuera de carretera’ (sic) para lograr mayor aventura y adrenalina, aprovechando lo accidentado y abrupto de los caminos. Con ello “se empezó a disturbar la diversidad de paisajes y lo prístino de sus tierras” (sic). Las carreras invaden especialmente tierras ejidales, todo a cambio de unos cuantos dólares ($32.00 por milla, en 1989 y en 1999 sólo 25 dólares), mientras que las ganancias de los organizadores (Score Internacional) y los promotores (Nissan, Toyota, Good Year y Firestone) regresan a su país de origen. Lo importante aquí es el impacto ambiental, se sabe que el constante paso de vehículos destruye la vegetación y aumenta la susceptibilidad del suelo a la erosión; asimismo, la flora y fauna sobreviven en un ambiente hostil, muchos de ellos alterando sus ciclos vegetativos o en el peor de los casos inhibiendo el crecimiento y reproducción de los mismos (Dregne, 1983, en Bringas y Ojeda 2000:390).

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Biosfera del Vizcaíno (Baja California, Pacífico Norte),64 ambos dañando el ambiente. No

se sabe aún las implicancias ecológicas en estos santuarios, pero lo absurdo es que hacen

referencia de especies a proteger (Bringas y Ojeda, 2000:393). Otros son los casos que

denuncia Vigna (2006) donde el Proyecto “Mundo Maya” apoyado bajo el sello del

ecoturismo y amparado por el Plan Puebla Panamá y el BID, instalan proyectos

ecoturísticos ‘para beneficiar al medio ambiente y las comunidades’,65 pero ocurre todo lo

contrario, en estos ejemplos “la naturaleza es vendida y explotada, exactamente como fue la

bahía de Acapulco en México hace 40 años, destacando ‘los coyotes del turismo’ quienes

compran terrenos a bajos precios, extinguiendo las últimas joyas intactas del planeta”.

En la actividad turística –como en muchas otras áreas productivas– se resaltan los atributos

económicos que propicia, olvidándose que los costos sociales y ecológicos que su práctica

trae consigo, resultados más elevados e irreversibles que los beneficios económicos que

puedan generar. Lamentablemente, en países como México, el prefijo “eco” del turismo, no

garantiza la sustentabilidad ni el respeto a la naturaleza (Bringas y Ojeda, 2000:394).

¿Son contrapuestas las propuestas ‘sustentables’? No existen respuestas definitivas y

únicas.

Resulta casi imposible conciliar el enfoque capitalista (que concibe a la Naturaleza y las

culturas como “recurso o producto a explotar”), con proyectos realmente ecológicos. Lo

que llama la atención es que la implementación y gestión de proyectos so pretexto de la

‘sostenibilidad’, evadan incorporar ponderadamente a los actores sociales (comunidades

campesinas, pueblos originarios y ejidos); por lo contrario, hay evidencias de exclusión y

64 El objetivo turístico es la observación de la procreación de ballenatos, actividad que estos años se ha multiplicado en diversa reservas en el mundo. Según Bringas y Ojeda (2000:393), en los años ochenta generaba 5 millones de dólares a 10 países, actualmente arroja más de 500 millones de dólares. Se estima que en México se ha incrementado en un 300% entre 1993 y 1994. Asimismo, para 1994 confluyeron más de 10,000 visitantes, y para 1996 se esperaban 20,000; alarmante por tratarse de una bahía pequeña. Lo peor de todo es que el 99.3% de las ganancias se regresan a los tours operadores de California (Estados Unidos), mientras que las comunidades locales de México, sólo reciben el 1% (0.7%). 65 Se pretendió crear vías de comunicación entre los emplazamientos de Palenque y Tulum en México, Tikal en Guatemala y Capón en Honduras, comprometiéndose a respetar el medio ambiente, cuyos beneficios permitirían combatir la pobreza. Por su parte, el proyecto “Micos Beach”, en Honduras donde se expropiaron las tierras de la población afro-criolla instalada desde 1880, para dar paso a un campo de golf de 25 has, 2,000 cuartos de hotel, 170 mansiones, un centro de convenciones, un club náutico, entre otros (Vigna, 2006: 2-5).

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despojo. Por otro lado –y adelantando respuestas al estudio presente–, se asiste al interés de

los espacios políticos y académicos por reconocer la contribución sustentable de las

comunidades y del modelo de racionalidad ambiental que muchas resumen.

Teniendo como motivación la reapropiación de los recursos naturales en un escenario de

cambio, las comunidades campesinas, pueblos originarios y ejidos, vienen probando

renovadas opciones productivas, una de ellas es su incorporación al ecoturismo sustentable,

por ello la denominación de “ecoturismo comunitario sustentable” (ECS). Con aún

mínimas experiencias, este segmento viene brindando aportes para la construcción de

marcos conceptuales y enfoques ajustados a las particularidades y especificidades que

encierran las comunidades y ejidos del país. En estos espacios, sus conocimientos y

habilidades son significativos para el desenvolvimiento del proyecto; el objetivo no es sólo

dinamizar la economía, sino que están implícitas la conservación y restauración de los

recursos naturales, y el fortalecimiento de los valores culturales y simbólicos de sus

poblaciones,66 como pasa con nuestra comunidad de estudio y demás pueblos que vienen

incursionando en el tema.

Al ECS lo ubicamos en el mundo del turismo alternativo rural, específicamente. Parte de

las canteras del denominado “etnoturismo”, ‘turismo indígena’ o ‘turismo étnico’. En el

mundo comercial el “etnoturismo” es entendido como una “nueva modalidad de turismo

sostenible” y viene posesionándose, especialmente entre aficionados, antropólogos,

arqueólogos y profesionales de las ciencias biológicas, operadores y guías y técnicos en

turismo, y cómo no comunidades del campo, quienes vienen lanzando dicho segmento

apoyado por la informática y tecnologías de punta de la comunicación (masmediática).

Lagunas (2007:21), sostiene que este tipo de turismo es muchas veces contemplado como 66 Está el caso del Perú, quien viene atravesando similar problemática, el Estado bajo el discurso de promover el desarrollo sostenible, suscita la entrega del patrimonio común a grandes capitales privados mediante la ejecución de proyectos mineros, petroleros, energéticos, forestales, entre otros. Sin embargo, su aplicación no ha distinguido mejoras significativas en la calidad de vida de las poblaciones, y viene causando graves conflictos sociales y deterioro ambiental. Esta orientación neoliberal del desarrollo turístico llega a su cúspide con la reciente promulgación de la Ley 29164, denominada Ley de Promoción del Desarrollo Sostenible de Servicios Turísticos en los Bienes Inmuebles Integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación. Se amenaza privatizar el usufructo de las principales manifestaciones de sus principales patrimonios, discriminando la participación de las comunidades y población en general. Una de las respuestas de las comunidades fue la “Cumbre de los pueblos, enlazando alternativas: Comunidades y Patrimonio Cultural” acontecido en mayo último.

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única alternativa viable a la generación de riqueza, pero lo cierto es que siendo

significativas las experiencias, aún es prematuro generalizar resultados, pues la realidad

viene configurando una serie de experiencias complejas que revelan avances y regresiones.

Si se quiere ubicar este modelo en el debate académico, son pocos los autores que hacen

referencia explícita al mismo. La OMT (Miranda, 2002 y OMT, 1999ª) identifica al

“etnoturismo” como “aquel que acarrea visitas a lugares de procedencia propia, ancestral o

milenaria, asentada en el espacio rural, además que se administra bajo los principios de la

sustentabilidad”.

Lo expuesto se orienta más al territorio y muestra limitaciones para la dinámica y análisis

del CT y su incursión en el contexto de la mundialización neoliberal. La diferencia que

ubicamos con la propuesta del ECS –que encarna nuestro objeto de estudio–, es que el

“etnoturismo” se inscribe e involucra, exclusivamente, en las poblaciones con pueblos

originarios y grupos étnicos, por ello tal denominación. Su análisis se inscribe dentro de los

diferentes objetivos, estilos y formas de intervención, apegadas a la influencia de las

externalidades, la misma que tiene carácter excluyente, motivando se invaliden gestiones

que propicien y promuevan nuevas identidades culturales que re-signifiquen el campo.

Por ello, se entiende que el ECS es más amplio, involucra además de los pueblos

originarios, campesinos y ejidatarios, a toda población, sujetos y actores sociales que se

organizan y articulan comunalmente, como por ejemplo el sector urbano-marginal,

organizaciones de emigrantes, entre otros, quienes a partir de una visión colectiva

consideran al turismo como una oportunidad de gestión popular y colectiva, al condensar

competencias y habilidades especiales, y de mayor ventaja por el arraigo propio de su

racionalidad, cultura e historia.

Estas racionalidades culturales comprenden un complejo sistema de ideologías, valores, significados, prácticas productivas y estilos de vida que se han desarrollado a lo largo de la historia, que se especifican en diferentes contextos geográficos y ecológicos y que se actualizan como estrategias alternativas de sustentabilidad frente a la racionalidad imperante del mercado global (Leff et al., 2005:1).

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Es innegable que el ECS se ha convertido en un mercado emergente. Empero, en estos

tiempos no sólo se trata de reconocer que las comunidades tienen una oferta valiosa que

ofrecer, el tema de fondo en el mundo de los servicios donde ‘todo’ es compra-venta, va

por responder –reflexionando instrumentos metodológicos apropiados a los nuevos retos

que enfrenta el ECS- sobre: qué, hasta dónde, cómo, para qué, cuáles, por qué y, a

quién(es), ofrecer estos servicios con base en los “sui generis” patrimonios. Se sabe que el

valor de los mismos, es indiscutible, incalculable e indescifrable, pero también que los

proyectos enfrentan problemas financieros, técnicos y de comercialización, lo cual impiden

su consolidación como alternativa de las comunidades y como alternativa para la

conservación de la Naturaleza.

Algunos autores desconocen el potencial en servicios que reúnen las comunidades, cuando

sostienen que el ECS requiere personal “relativamente de bajo nivel de cualificación; de ese

modo puede absorber una gran proporción de la fuerza de trabajo de los sectores

tradicionales de la economía con un mínimo de preparación” (Santana, 2006:77). Es decir,

se invisibiliza e invalidan los saberes y habilidades de la cultura local, sorprendente para el

caso, pues el autor, supone en su estudio un amplio conocimiento de los actores sociales y

sus poblaciones.67

Con el ECS vislumbramos una discusión académica sobre la existencia y la posibilidad de

reconocer que las propias comunidades pueden (o no) empoderarse y re-significar los

proyectos sustentables. ¿Qué procesos de enfrentamiento vienen resistiendo las

comunidades, con el modelo de gestión empresarial ecoturística? ¿Cómo se da la

distribución de bienes y servicios entre los beneficiarios con el modelo sustentable? ¿Cómo

aportan los actores a la construcción, asimilación y apropiación del ECS en términos de su

cultura local? San Nicolás Totolapan, ¿preserva su recurso forestal sustentablemente

garantizando la viabilidad del arquetipo comunitario sustentable? Con respecto a estas

interrogantes reflexionaremos a lo largo de la presente tesis.

67 Su trabajo versa sobre la antropología y el turismo: ¿Viejas hordas, nuevas culturas? (1997-2006).

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Si nos detenemos a observar cómo es la gestión de las experiencias en ECS en México y

países símiles, se concluye que hay insuficientes avances en la construcción del modelo y

sistematización de experiencias, por lo mismo exiguas luces para articular y debatir teorías,

conceptos y metodologías e incluso generar alternativas teórico-metodológicas apropiadas

para el modelo considerado, por ello el interés por contribuir al mismo.

Sabemos de experiencias pioneras y empoderadas –como es el caso de la comunidad de

estudio-, pero también experiencias en proceso, frustradas, confusas y apagadas. Muchas de

la mano o encarnadas a proyectos externos, dependiendo de sus intereses acuñados en el

discurso “eco” y “sustentable”; otros, ‘re-significando’ y ‘re-dignificando’ el campo

viviendo experiencias inéditas con base en su racionalidad ambiental y organizaciones

naturales (la comunidad, la familia, el ejido).

Lo interesante es que las mismas vienen dando eficaces luces para la denuncia, valoración y

nuevas perspectivas para trabajar metodologías, indicadores y marcos teóricos. Estamos de

acuerdo con las consideraciones de Leff et al. (2006:14) cuando sostiene que

(…) las invenciones de la humanidad grabadas en la memoria colectiva de los pueblos emergen hoy dentro de los procesos de resignificación, reafirmación y actualización de las identidades de los pueblos como una “re-localización” de sus mundos de vida. Los “entes culturales” están siendo re-codificados, recobrando aquello que alguna vez fue depositado en la memoria de la cultura, desenredando la madeja del tiempo y forjando un nuevo vínculo entre el pasado y el futuro.

Los anteriores son aspectos que se abordan en el acápite siguiente cuando se analiza la

importancia de las comunidades.

En México, los trabajos pioneros de sistematización de Daltabuit68 (2000), Alicia

Castellanos69, Mauricio Guzmán70, Anne Vigna71 Asimismo, son sobresalientes las

experiencias de “Pueblos Mancomunados” (Oaxaca), “El Parque San Nicolás Totolapan”

(objeto y sujeto de estudio), “Parque Tepozán” (Distrito Federal), “Selva del Marinero”

Mun, Catemaco, Ver., Proyecto Comunitario de Taselotzin (Puebla) (Semarnat, 2006:99-

68Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM. 69 Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. 70 Colegio de San Luis Potosí. 71 Asociación francesa EchoWay.

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11), Isla Yunén y Maruata (Michoacán), Escudo Yahuar y Aru Macao, Misol-Ha, Agua

Clara, Welib-Ha (Chiapas),Hostal indígena Guitayvo, Barrancas de Uruachi, Arareco

(Chihuahua), Ixtlan de Juárez, Isla Soyaltepec (Oaxaca) (WWF:2002), y la Red de

Ecoturismo de Los Tuxtlas72 (Veracruz). Asimismo, a nivel de América Latina hay

experiencias en Ecuador,73 Perú,74 Panamá, Costa Rica,75 Guatemala, Cuba, Brasil,

Argentina, Bolivia, etc. Muchas están en proceso inicial, otras en consolidación y no pocas

asumiendo ser “modelos paradigmáticos”.76

La mayoría de los trabajos de hace unos 10 años estaban influenciados por Cevallos-

Lascuaráin quien exaltaba la tendencia ecologista ligada al impacto económico, por lo que

sus parámetros de impacto y beneficio no siempre se ajustan a la realidad excluyente y de

cambio producto de la mundialización neoliberal que sufren los actores sociales del campo

que desarrollan estos proyectos. Los trabajos pioneros de sistematización donde se

identifica la problemática de los actores, especialmente por la falta de un modelo

alternativo de hacia dónde ir, son los de Paré y Lazos y la Red de Ecologistas, para el caso

de México “(…) la mayoría de las experiencias de turismo social o comunitario se han

desarrollado en medio de grandes dificultades financieras, problemas de diseño, falta de

normatividad, promoción adecuada y muchas veces en un contexto político hostil y de poca

comprensión por parte de empresas particulares que compiten por el mercado” (2003:270).

72 Labor impulsada desde 1991 por el Proyecto Sierra de Santa Marta y el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, en su inicio para la conservación y el desarrollo sustentable, tendientes a reducir la presión sobre las áreas forestales (Paré y Lazos, 2003:273). 73 Red Indígena de ecoturismo de la amazonía, ecuatoriana, “Turismo comunitario en Pungohuayco Kichawa Llanta e Inbarura”, “Ecoturismo en la Comunidad de Salinas, Bolívar, “Municipio de Cotachi”, entre otras (OIT 2002). 74 Destacan los proyectos de Uros y Capachica (Puno); Comunidades del Valle Sagrado de Los Incas (Cusco); Valle del Mantaro; Comunidad Ashaninka de Pampamichi (Junín); Cooperativa Granja Agraria Porcón (Cajamarca); y los de la amazonía peruana, entre otros. 75 Destaca el proyecto asistido por el Programa de pequeñas donaciones (PNUD) denominado “Ecoturismo comunal como una alternativa económica para la protección del suelo, agua, aire, y la biodiversidad en la microcuenca de Quebrada de Arroyo, Savegre”. En Costa Rica el crecimiento de este sector fue de un 400% sólo de un año a otro (entre el 2002-2003). Colin France-Lise e Iñigo Aldekozea (2004) Sistematización de la experiencia del Ecoturismo comunal como una alternativa económica para la protección del suelo, agua, aire, y la biodiversidad en la microcuenca de Quebrada de Arroyo, Savegre”. PNUD, Costa Rica. 76 Muchas de estas experiencias están enlazadas o encarnadas a proyectos estatales o privados, ONGs, redes o cooperativas. Asimismo, la mayoría de las instituciones estatales y privadas ligadas al campo ofrecen servicios indistintos al turismo comunitario (Semanart, Coimbio, Conabio, Sectur, Secadezu, Conafor). Entre las redes más importantes está “Bioplaneta”, que agrupa a 68 organizaciones comunitarias en 14 estados del país. “Más de 10 mil jefes de familia articulados a su labor con el campo entre ellos el ecoturismo” (sic) Macellí (2006:99-100).

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83

Un aspecto en debate –en la misma orientación y símil escenario institucional que el CT ha

desatado-, es si los estilos y formas de vida y la cultura que resumen las poblaciones

campesinas y pueblos originarios deben ser considerados como mercancía o producto

turístico. La visión mercantilista de los operadores de turismo convencional, inversionistas

e inclusive estudiosos, anclados en el modelo desarrollista occidental opinan a favor de la

venta de la cultura, en la misma condición que los patrimonios materiales, como pueden ser

patrimonios arqueológicos o de Naturaleza.

El debate refleja posiciones que requieren mayor análisis, como explica Ortiz (2005:164)

cuando sostiene:

(...) de tal manera que lo que proporcionan a los turistas va más allá de los servicios como lo haría un empresario común en el ramo. Aportan sus experiencias de vida, los cuales deben ser valorizados para que entren a un mercado de oferta y demanda turística, aquí radica un problema fundamental en términos culturales y de lógica de reproducción”.

Asimismo, sustenta que si se convierte la cultura en mercancía ¿cuál sería el precio “justo”,

lo que les obliga a ser más competitivos, sin perder su sentido moral el cual compite con su

calidad de vida a la cual hacemos referencia? Aquí encontramos algunas divergencias dado

que en nuestra opinión no es posible considerar a la cultura viva como producto o

mercancía, aspecto que adelante expondremos.

La misma autora propone trabajar el turismo en comunidades a partir del desarrollo

compatible, advirtiendo que el enfoque desarrollista y el sostenible vienen exteriorizando

subyacentes intenciones como sistema hegemónico, lo cual debe llevarnos a trabajar

especialmente estrategias:

El desarrollo compatible es un modelo paradigmático alternativo más adecuado para comprender la realidad investigada, debe ser debatida mediante su aplicación metodológica en la práctica concreta. Es contraria a la homogenización cultural y económica del desarrollo dominante, propone basarse en la máxima diversidad y compatibilidad intra e intercultural, por lo cual es un modelo relativista y regionalizador de autonomía cultural, abierto a los desarrollos creativos cuya

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84

práctica se legitima democráticamente, en donde la evaluación y decisión de los implicados es fundamental para su funcionamiento” (Medina, 1999:117 y Ortiz, 2005:132).

La propuesta señala, que es mejor trabajar el desarrollo turístico desde los mismos sujetos y

actores sociales colectivamente organizados, que parta de lo endógeno afín a su cultura, en

un proceso de relaciones complementarias e integrales entre lo económico y productivo,

siendo compatible integralmente para un desarrollo de toda la sociedad en su conjunto. El

enfoque es interesante, por la afinidad con el ECS en la orientación de reconocer a los

actores sociales como ‘constructores’ de sus propios proyectos de vida y sociales, donde se

deben privilegiar sus potenciales, explicitados en sus habilidades y capacidades, entre ellas

el CT.

En esa consideración, como aporte de una construcción propia, definimos al ECS como:

una modalidad del turismo sustentable alternativo rural que parte del reconocimiento

de los actores sociales como portadores de conocimientos, capacidades y habilidades

propias producto de su cultura local capaces de orientar, sostener, determinar o

influir la gestión y administración de recursos colectivos orientados al turismo. La

generación de empleo digno e ingresos en su propio territorio asociado a la

recuperación de su dignidad como sector incluyente en términos renovados a la

sociedad mayor. Aún más, promoverse en “áreas no invadidas”, ser minoritario y a través

de encuentros espontáneos y la participación, promoviéndose el contacto intercultural

(Santana, 2006:44).

La afirmación y arraigo de la identidad cultural, la preservación y manejo sostenido del

medio ambiente y la participación local compartida y responsable, son otros aspectos a

considerar orientado al mejoramiento de la calidad de vida de sus protagonistas,

asumiéndose sujetos de su propio desarrollo. Los proyectos y propuestas deben ser

conducidos para el beneficio de la organización local y sus actores, recuperando sus

capacidades endógeno-colectivas de gestión. Su potencialidad descansa en el

reconocimiento y auto-reconocimiento de ser propietarios de sui géneris (exóticos para los

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85

visitantes) recursos naturales y habilidades cognitivas, organizativas, de producción,

distribución y consumo.

En el Cuadro No. 3 reflexionamos sobre las diferencias y ventajas que expresa la gestión

del ECS a partir de la autogestión, en relación con proyectos comunales que trabajando

también el ecoturismo se han instalado en la dependencia y exclusión. Siendo ambas de

perfil y motivación sustentable arrojan diferencias sustanciales, tanto en los procesos de

gestión, como en los impactos y resultados. En el marco de la segunda propuesta

inscribimos la experiencia de ECS (objeto del presente estudio) denominado “Parque Eco

turístico Ejidal San Nicolás Totolapan”, quien con base en su experiencia vertida en 12

años de labor en el ECS alcanza elementos para orientar la reflexión epistemológica y de

sistematización.

Cuadro No. 3

Asimetrías entre comunidades que gestionan el ecoturismo

Comunidades Ecoturísticas en la exclusión

Comunidades Ecoturísticas autogestionarias

1. Los ingresos monetarios se reinvierten en los tours operadores y mínima o nula parte a la población local.

1. Las autoridades y responsables del proyecto administran los fondos e ingresos económicos, capitalizando para revertir los ingresos en la comunidad y el proyecto.

2. El proyecto es de mediana y gran inversión, por lo que es el interés externo y la influencia de las externalidades orientan, gestionan y norman el proyecto.

2. El proyecto nace como necesidad comunitaria, los actores sociales son propietarios del proyecto, por ende se gestiona y norma según su organización local y sus objetivos comunales.

3. Se desconocen habilidades y saberes locales, por lo que dependen de las capacitaciones externas (ecoturismo científico) para ofrecer el servicio.

3. El proyecto tiene como plataforma al “corpus cognoscitivo” y habilidades y capacidades en la gestión y servicio, las mismas que incorporan aportes externos, posibilitando el diálogo intercultural.

4. Participan del proyecto individuos, familias, o núcleos que se vinculan individuamente con el proyecto. Como resultado se tiene un desarrollo individual o fragmentado

4. Participan núcleos, familias y comunidades, partiendo de una organización común, con base en un proyecto, organigrama y plan de trabajo. El resultado es la cohesión y el fortalecimiento comunitario.

5. Son fácilmente “engañables” por sujetos y personas e influencias externas ONG ilegales, “coyotes del turismo”, remuneraciones mínimas por sus servicios, etcétera.).

5. Las instancias externas los toman en cuenta y seriedad. Son sujetos a convocatorias para apoyos financieros, promocionales, capacitación, etcétera.

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6. Persisten en depender del asistencialismo y paternalismo. Se persiste en mantener el perfil de actor social “pobre” y “dependiente”.

6. Vienen re-significando y re-dignificando al actor social con renovado rostro. Se dignifican como personas y al campo, procurando ser responsables de ellos y sus destinos a partir del valor de su trabajo.

7. El objetivo primario en la participación del proyecto es la generación de ingresos y empleo, consecutivamente preservar el medio ambiente y la cultura. Se ha venido erosionando la concepción y racionalidad consagrada de la Naturaleza.

7. Existe un compromiso social, histórico y humano por la preservación de la Naturaleza y las culturas. De alguna manera se expresa el sentido de concebir y sentir a la Naturaleza como parte del universo consagrado.

Fuente: Elaboración propia, septiembre del 2007.

2.3. La pobreza/riqueza: acercándonos a la re-dignificación de los

actores sociales

Si en acápites anteriores se evidencia una renovada realidad e identidad de los actores, o

por mostrar espacios con “nuevas identidades sociales y políticas” (Long), lo que llama la

atención es que aún varios analistas del desarrollo rural, el ecoturismo y la sustentabilidad

sigan urdiendo sus análisis identificando al grueso de los actores del campo como “pobres”,

a las poblaciones como “sociedades pobres”, o si se trata de países, como “naciones

pobres”. Inclusive, sin arribar a explicaciones mayores y complejas, identifican a

determinados espacios globales como “latitudes donde están los países pobres o

subdesarrollados”. Entendiendo que el mismo es un tema que compete claramente a la

discusión sobre enfoques y arquetipos de desarrollo, sus objetivos y demás, por el momento

preferimos dejarlo, estando el interés por orientar la discusión al tema turístico, que es el

asunto que nos convoca.

¿Hay un sesgo occidental en estos abordajes que tratamos de no evidenciar?, ¿por qué

generalizar o seguir asumiéndolos como “pobres” (aceptando la dicotomía ricos-pobres)?

Más aún, ¿el camino del desarrollo rural soterradamente insiste en hacer “ricos” a los

“pobres” al estilo del modelo impuesto por occidente?, ¿por qué sesgar la mirada que

hacemos del campo sólo identificando perfiles y logros mercantiles y económicos de las

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87

personas y sociedades, siendo que hay otros referentes que también son consustanciales

para estas sociedades?

Lo que llama la atención es que, asistiendo a escenarios diferentes, que nos muestran

nuevas identidades de los actores del campo, se persista en seguir estigmatizándolos como

seres humanos sumidos en carencias y restricciones (muchas veces con la idea de absoluta

pobreza), encarnando un mensaje y sentencia al no cambio. Inequívocamente, admitir

ciegamente tales acepciones conlleva todo un enfoque ideológico, filosófico,

socioantropológico y cultural de cómo concebimos a los actores de campo.

Afortunadamente, algunos autores vienen haciendo distinciones respecto al significado de

“la pobreza” y “lo pobre”, refiriéndose específicamente a ello cuando se abordan las

carencias materiales y problemática aguda de limitaciones, especialmente económicas que

vive el campo, designándolos “pobres económicamente” y/o “empobrecidos por el

sistema”.

Para el turismo comunitario es importante esta distinción en la medida que siendo una

actividad de distracción, entretenimiento y servicios, las organizaciones comunitarias lo que

no deben hacer es precisamente mostrar debilidades, sino más bien capacidades y atributos,

en el entendido de que el visitante no es quién para interpretar o compadecerse de su

problemática de “pobre”.

Para el “Manual de negocios turísticos para comunidades” elaborado por la OIT

(Maldonado, 2006) y el documento: “Introducción al ecoturismo comunitario” (Semanart,

2006), y no pocos documentos oficiales y no oficiales símiles, es importante sostener que

su contribución para la capacitación está destinada a las poblaciones comunitarias del

campo quienes “están sumidas en pobreza crónica y ser pobres”,77 tal calificación

justifica su acción para llevar e impulsar a las comunidades el turismo comunitario

sustentable. De igual modo, “el mapa de la pobreza en América Latina revela dos grandes

tendencias respecto a su distribución geográfica y social: una fuerte concentración del

77 El sombreado es mío.

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88

fenómeno en las áreas rurales y unos indicadores de indigencia que afectan mayormente a

los pueblos indígenas” (Maldonado, 2006:4-9).

Sin embargo, al ser el turismo una actividad orientada a la distracción y sosiego, se

evidencia una suerte de contradicción en la justificación para trabajar el mismo. Es decir, se

señala por un lado carencias y limitaciones, pero también se concibe que las mismas

(poblaciones) administran un acervo importante del patrimonio natural y cultural, cual

capital propio y apropiado. “Las ‘culturas autóctonas’ son portadoras de valores de

significado histórico y de la identidad (…) realizando contribuciones significativas para el

mantenimiento de muchos de los ecosistemas más frágiles del planeta a través de las

prácticas de usos sustentable de los recursos basados en su cultura" (Maldonado, 2006:4-7).

¿Cómo afecta este binomio contradictorio de reconocimiento “pobreza”-“riqueza” en la

gestión ecoturística comunitaria?

La respuesta es compleja y se expresa de los dos lados: los turistas y los actores sociales.

Desde el aprovechamiento que hacen los visitantes incursionando en la biopiratería (saberes

locales, genes, tecnologías...), “la ayuda humanitaria” (con historia de despojo), hasta la

penetración cultural sin el mínimo respeto hacia estos grupos y sus servicios y ambientes.

Por otro lado, los grupos locales desarrollado una “cultura de la pobreza” para seguir

succionando, inmovilizados, para crear salidas virtuosas que busquen romper el círculo

vicioso de dependencia.78 Entonces, identificar como “pobres” estigmatiza a las

poblaciones invalidando sus demás capacidades humanas, identitarias, tecnológicas y

sustentables y, por otro lado, se propicia a ejercer justificadamente la intervención y

despojo de estas poblaciones. Asimismo, si bien es cierto que hay un interés por el capital

78 Me viene a la memoria la experiencia que hace algunos años tuvimos los peruanos en la etapa del terrorismo generalizado, ¡estábamos vulnerados por varios frentes!: la izquierda radical alzada en armas -especialmente ‘Sendero Luminoso’-, el ejército, la delincuencia y el narcotráfico. Para poder subsistir, la sociedad civil optó por abrazar la “cultura de la pobreza” y así evitar el pago de ‘cupos de guerra’, ser secuestrados, pagar impuestos, perder el empleo o tener derecho al mismo. Se empezó a ver cómo las empresas y oficinas se desmantelaban, los escaparates y vitrinas exhibiendo acaso estropajos, la gente caminaba con ropas muy usadas, los frontis de las viviendas a propósito ensuciadas y abandonadas. Dejando atrás, todo signo exterior de riqueza, se concibió soslayar ser blanco de saqueos y robos. Es decir, la sociedad civil rápidamente adquirió los “modos y costumbres de los pobres”. Irónicamente, vivir estratégicamente de la pobreza alivió de alguna manera la vida de los peruanos, felizmente, hoy el país vive otros momentos. Me pregunto, ¿los seres humanos requerimos vivir en, y de la pobreza, estigmatizados por siempre? ¿A qué nos conduce, qué intereses encierra y, a quién(es) beneficia cultivar una “cultura y enfoque de la pobreza”?

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89

sociocultural-ecológico de sus actores y que el turismo comunitario sostiene y tiene como

base sus atractivos, productos y segmentos del servicio turístico en ello, entonces, no es

posible seguir abrazando este enfoque.

La justificación de la pobreza es otro intento para seguir obteniendo de la Naturaleza, ahora

a través de los proyectos sustentables comunitarios, como es el caso del primer segmento

presentado en el cuadro No. 3, cuando hacemos referencia a las comunidades ecoturísticas

en la exclusión. Es una manera renovada de despojar fácilmente de su patrimonio a las

comunidades. La idea versa en relación a que: “si son ‘pobres’ lo justo es pagarles menos

de lo que ofrece el mercado; están acostumbrados a vivir con carencias y limitaciones.

Otro rango del turismo comunitario es la preservación de la identidad étnica. “(…) es

innegable la fascinación que ejerce la realidad indígena en el imaginario del turista

internacional y en las motivaciones personales de los viajeros” (Maldonado, 2006: 2-6).

Entonces, en un panorama de venta de servicios y productos turísticos, la pobreza queda

arrinconada y más bien la cultura de los pueblos originarios tendría que envilecerse so

pretexto que son comunidades que deben guardar la originalidad de sus culturas.

¿‘Zoologizar’ a las culturas so pretexto del turismo? Felizmente, el interés sobre el campo

viene cambiando.

Las ultimas entregas bibliográficas -la mayoría abordadas multidisciplinariamente- que

analizan la sustentabilidad, el desarrollo rural, la nueva ruralidad, el conocimiento

tradicional y especialmente el ECS y temas afines, expresan una proximidad al

reconocimiento a los diversas culturas que han logrado desarrollar sofisticadas experiencias

sustentables en íntima simbiosis productiva y tecnológica basadas en una organización

social ad hoc.

“(…) muchos de estos grupos todavía atesoran gran parte de la experiencia que han sido

transmitidas a través de generaciones. Las investigaciones recientes en el tercer mundo

sobre etnobotánica, etnobiología, agrobiología y agrosilvicultura están intentando captar

algo de esta sabiduría” (Barkin, s/f:92). Pero, no es posible afirmar que sea un neo-

movimiento, en décadas pasadas varios estudios se interesaron por los saberes de estas

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sociedades, anticipando el valor de las mismas.79 Las comunidades establecen un sistema

de relaciones sociales y ecológicas de producción que dan soporte a las prácticas

alternativas de manejo sustentable de los recursos naturales. Un complejo sistema de

valores, ideologías, significados, prácticas productivas y estilo de vida. Es decir, viven en

una suerte de cumplir múltiples actividades y funciones, como los tipifica Bartra (2006),

son “polifuncionales”. Existe un vasto repertorio de conocimientos técnicos y prácticas

productivas con base en una racionalidad expresada en simbolismos e identidades; lo más

importante es que algunas de ellas siguen en uso cotidiano e incursionando en el turismo

comunitario. Un resumen de ello es el siguiente:80

• concepción sagrada de la naturaleza y de ‘intersubjetividad’ entre los seres que la

habitan,

• manejo armónico de las complementariedades de la diversidad ecológica y los

espacios geográficos (integrando regiones),

• optimizar la oferta ecológica de diversas geografías,

• uso estacional de los espacios productivos y de la fuerza de trabajo,

• manejo de los ciclos y pisos ecológicos (vertical y de laderas),

• fertilidad de la tierra y los tiempos y procesos de la regeneración de recursos,

• estrategias de poli cultivos, múltiples y combinados,

• integrar la producción local al espacio territorial mediante el comercio interregional

y al intercambio ínter comunal de excedentes económicos,

• formas de gobierno con interés en el bienestar de la familia y la comunidad,

• preservación de patrimonios culturales tangibles e intangibles (que definen el perfil

identitario e histórico de pueblos y naciones),

• organización social, con base en una cultura del compartir y la cooperación,

• diferentes estrategias de aprovechamiento sustentable del bosque tropical, mediante

el manejo de sucesión secundaria de los ecosistemas y la regeneración selectiva de

los recursos,

79 Ver acápite anterior sobre el CT. 80 Con base en Leff y Boege et al. (2002, 2005), Toledo (2000), Barkin (2001, s/f), Bartra (2006), Miranda (2002). Para ampliar la información sobre especialistas e instituciones que vienen trabajando el tema, ver el acápite sobre el Conocimiento Tradicional.

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• sustento material y espiritual para la nación, y

• la producción diversa por naturaleza, antepone el bienestar a la ganancia.

Entonces, ¿por qué seguir estigmatizando como “pobres” a estas sociedades, lo cual

conlleva invisibilizar sus conocimientos y habilidades?

El problema de fondo es reflexionar si el ECS afecta, altera o devasta estas heredades, pues

como se ve en páginas previas, en el turismo hay una tendencia a expandirse con la

amenaza de recrudecer la problemática que conlleva.

Si se sigue sólo visibilizando la pobreza económica de la comunidades, entonces el ECS e

inclusive el turismo alternativo en sí, no podrá redimensionarse y reencausar el objetivo de

beneficiar a sus actores sociales como principales benefactores. Aquí el binomio “pobreza-

riqueza” sigue dando pie a la confusión.

En el siguiente cuadro se intenta, resumidamente, hacer un comparativo de las dos miradas

sobre el campo: una con la cultura de la exclusión ligada al enfoque de pobreza, y la otra

con base en el reconocimiento de sus potenciales y habilidades. Puede servir tanto para los

proyectos turísticos como para temáticas afines en el medio rural.

Cuadro No. 4

Analogía de enfoques para el análisis de las comunidades rurales y sus contribuciones81

Sobrevaloración de carencias y limitaciones económicas

Reconocimiento de potenciales y habilidades

1. Se las perciben como “pobres”: pobreza crónica, histórica, mapas de pobreza. A los países que los integran se les tipifica como “pobres”, “atrasados”, “subdesarrollados”, “tercer mundo”, etc., invalidándose otros potenciales.

1. Son sociedades y pueblos “empobrecidos” y excluidos del sistema. Integran países y continentes con potenciales diferentes y propios que parten de la oferta peculiar de su medio ambiente y sus culturas.

2. Son principales actores que depredan y erosionan el medio ambiente, por ello el planeta está en una insostenibilidad ambiental.

2. Se les reconoce como culturas sostenibles, cultivadas históricamente en simbiosis con una racionalidad de respeto y lazos de espiritualidad

81 En referencia a las comunidades campesinas, indígenas, de pueblos originarios y, organizaciones ejidales, entre otras.

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por la Naturaleza. 3. No se reconocen saberes y habilidades de manejo y preservación del medio ambiente. Deben ‘progresar’, ‘desarrollarse’ e insertarse al modelo neoliberal imperante.

3. Se reconoce un ‘ecologismo popular’ o ‘ecología de los pobres.’82 Sus aportes son notables y básicos para seguir urdiendo alternativas al campo y los problemas globales del medio ambiente.

4. Su análisis sobre los actores del campo parte de trasladar y yuxtaponer la visión economicista occidental a la vida de los actores del campo, homogenizando que el logro económico es el principal eje de realización de la vida de los seres humanos, a pesar de que la realidad podría mostrase distinta.

4. Se reconoce que los actores del campo tienen una visión holística de la vida y la producción. Que el logro humano es encontrar el equilibrio entre los aspectos: social (relaciones sociales), lo material (económico-productivo), lo emocional (cómo me siento) y lo espiritual (entidades y seres sagrados).

5. El enfoque de pobreza especialmente es utilizado por organismos de la cooperación internacional, empresariales, el estado, y la academia científica y profesional que desconocen, con cierta profundidad, la realidad objetiva de los actores. La mayoría de las veces para justificar su labor de intervención en el campo. No pocas veces, es referida de manera inadvertida.

5. Actualmente, cada vez se nota la incursión de intelectuales, proyectos alternativos, líderes de las organizaciones comunitarias, entre otros, insertándose a trabajos inter, trans, y multidisciplinarios, reconociendo habilidades y capacidades a estas sociedades, e interpretarlas según sus propios indicadores y prioridades para abordarlas y entenderlas.

6. Este enfoque impide, obstaculiza y/o reorienta los resultados de cualquier estudio o propuesta para el campo. Lo revelan los resultados de intervención: sigue agudizándose su problemática en más de 50 años bajo el arquetipo del desarrollo.

6. Contribuye a mostrarnos la realidad del campo como es. Se elaboran alternativas que articulan otros aportes con lo “que saben hacer”, propiciando un “diálogo de saberes”.

7. No se asegura que las comunidades se responsabilicen y se apropien de sus proyectos. No nace de sus considerandos y potencialidades. Al destacar carencias deben aprender ‘forzadamente’ sin comprometerse.

7. Al reconocerse capacidades y habilidades de la comunidad local, hay motivación transformada luego en una autoestima personal y sociocultural. Se configura una disponibilidad a la apropiación de nuevos proyectos y reapropiación de sus patrimonios.

8. Identificar a los actores sociales como “pobres” los ‘estigmatiza en el tiempo y espacio como tales’. Inevitablemente, se invade con esa calificativo otros componentes de su vida como seres humanos, lo cual complejiza el escenario.

8. Al señalar que son sectores de la sociedad con problemas y limitaciones de orden económico, se motiva a crear un halo de autoconfianza, por lo que son y saben hacer. La comunidad se valora se “re-significa” y “re-dignifica”.

9. Se ha motivado que las comunidades que se autodefinen “pobres” creen lazos de codependencia económica y social, abrazando la “cultura de la pobreza”. Esta se manifiesta en mayor exigencia de auspicios, donaciones y similares a instituciones mayores. En el peor de los casos la cultura de la pobreza decae en

9. Si se reconocen habilidades, aptitudes, resistencia, historia, organización local, tecnologías, racionalidad propia, lengua, cultura sustentable, etc., y que son culturas diferentes y no “pobres”, se puede propiciar mayores alcances y evolución de sus aportes. El campo necesita consolidarse, empoderarse y re-

82 Terminología acuñada por Martínez Alier (s/f) que, sin tener la intención de invalidar los aportes de estas poblaciones la denomina así, en el entendido de diferenciar que tenemos otros movimientos ecológicos: aquellos con “un culto a lo silvestre”, el “ecologismo científico” (ecoeficiencia) y el “ecologismo de los pobres”.

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violencia, delincuencia, etcétera. dignificarse reconstruyendo su identidad. 10. Al objetivarse la mirada de pobreza a las comunidades locales que confiere más exenciones que el desenvolvimiento de saberes y habilidades (mismas que tienden a ser frenadas), hay la predisposición de invalidar su trascendencia como cultura con vocación sustentable y de la diversidad.

Por lo general se viene reconociendo a estas culturas como las portadoras de los ‘secretos’, ‘llaves’ y ‘códigos’ (Leff, Toledo, Bartra) del manejo de la sustentablidad, que podría conformar significativamente parte del repertorio de alternativas para la solución del problema medioambiental que atraviesa el planeta.

Fuente: Elaboración propia, septiembre 2007.

2.4. Los límites de la estrategia del “gato en el despensero” (el turista en

casa del anfitrión)

“Queremos que nuestra cultura y sus diversas formas de expresión permanezcan vivas y

auténticas y se revitalicen gracias a los encuentros interculturales que propiciamos.

Abrigamos la esperanza de que el diálogo entre diferentes culturas contribuya al

entendimiento entre los pueblos y a la edificación de una cultura universal de paz”

(Maldonado, 2006:12). En esa orientación y afán de ampliar e impactar mejor los servicios

turísticos –que no desdice la real intención por evolucionar el espíritu de contribución al

tema–, el turismo comunitario estaría a la par, vulnerando la existencia de la cultura local.

Es decir, al desarrollar el ECS que tiene como estilo de servicio el involucramiento y

proximidad del turista en la vivienda, familia, acceso a repertorio de saberes y demás

patrimonios, estaría amenazando la seguridad de los mismos. “Al tratarse de zonas que son

fácilmente accesibles, pueden darse serias tensiones entre turistas y locales, que no suelen

estar dispuestos a dejar su intimidad como un atractivo público turístico” (Santana,

2006:37). El turista observa y participa en comidas y fiestas rústicas, en el folklore, e

incluso en deportes populares, donde siempre está presente la cámara fotográfica (…) El

visitante “pretende informarse lo mejor posible sobre esos “otros atractivos” (sic). Por lo

mismo, y asumiendo que la práctica del servicio turístico es compleja en la fijación de

límites y en una normatividad que detente la ‘convivencia invariablemente ética’ entre

invitados y anfitriones, no pocas experiencias vienen manifestando desencantos y

desencuentros en este servicio.

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94

Por su parte, respecto a las comunidades (a las cuales habría que señalar que es necesaria la

denuncia) va por señalar que vienen enunciando perfiles de tamiz “ingenuos y

“entreguistas”, so pretexto de haber encontrado la oportunidad de generación de ingresos y

trabajo en una coyuntura que desde ya promete ‘aperturarse y expandirse’ al sistema

mundo planetario.

Sin embargo, las condiciones de vulnerabilidad empezaron a manifestarse, pues el contexto

del ecoturismo comunitario podría convertirse (sin haberse formulado expreso), en un canal

acaso ‘perverso’ y ad hoc para el ‘robo blanco’ del patrimonio local. Como se advierte,

tener a los invitados (turistas) en lo íntimo de la vivienda y la convivencia con la familia, no

siempre resulta inocuo como parece. Como sostiene Pera y Mc Laren (2005:2-5), hay una

suerte de “tendida de escenario” propicio para el robo de saberes y conocimientos o ejercer

la biopiratería al entrar el visitante ‘por derecho hasta el alma de la convivencia’ (cocina,

recámara, comedor o platicar con los padres, los ancianos, etc.), con la familia y

comunidad, instancias donde se resguardan y reproducen precisamente los valores, saberes

y conocimiento, es decir los patrimonios.

En el trabajo de Vigna (2006:10), expresa que los locales entregan ‘todo’ a los turistas,

primando que lo importante es “hacer un viaje fenomenal hacia el corazón de la realidad

indígena de Oaxaca”. El canal para este objetivo es entregar la convivencia tal cual de la

cultura local, por ello “duermen, viven, comen con familias (…) y en las mismas

condiciones. Vienen a nuestra casa, cosechan de maíz, participan en la recolección de miel,

pesca o preparación de tortillas, en función de la estación o del entorno (…)”

De la misma forma, están los casos de varias comunidades campesinas del Valle del

Mantaro (Perú), quienes se quejan de que las visitas con el ECS (vivencial) no fueron nada

éticas. Producto de reiteradas visitas de acompañamiento a las viviendas de las familias, los

turistas aprendieron los secretos esenciales de las técnicas de la crianza de alpacas y llamas,

asimismo del arte de teñidos y telar en la elaboración de prendas selectas que realizan. “Eso

ocurrió hace años, ahora nos enteramos muy extrañados y desalentados que los gringos

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95

crían nuestras alpacas en Nueva Zelanda e Inglaterra; asimismo, que tiñen y tejen

chompas83 como nosotros lo hacemos, ¡son ahora nuestra competencia!”.84

En otro momento (acaso de franca ingenuidad sobre los acontecimientos actuales respecto a

la biopiratería y demás), un actor social sostiene que es mejor el turismo vivencial que

comercializar artesanías, “(…) quieren que vendamos souvenirs, pero preferimos pasearlos

por la selva y describir nuestro trabajo. El turismo limitado y manejado por la comunidad es

un complemento interesante de nuestra actividad forestal, que por otra parte presentamos al

visitante” (Vigna, 2006:10). Otro caso, en el que los promotores del turismo comunitario

capacitan sobre cómo debe llevarse el turismo en las comunidades: “Los comuneros deben

ser actores principales en el turismo rural, deben interpretar lo que saben y ofrecer lo que

tienen. Todas las manifestaciones culturales deben transformarse en novedad para el turista.

A los visitantes debemos considerarlos nuestros hermanos, (…) hay que ofrecerles una

atención personalizada” (Ruraltur, 1998:2-3).

El escenario no exhibe un mismo nivel del diálogo de intereses, tampoco están establecidas

las reglas del juego. Lo que se ha hecho en los casos de aberración del ECS es tender

escenarios propicios para la piratería o sustracción de conocimientos y habilidades por parte

de los visitantes, es decir poner al “gato en el despensero”, quien viene apropiándose (“robo

blanco”) de patrimonios que no le pertenecen. Este panorama lleva a exigir una lectura

subterránea y acaso sagaz del tejido complejo que representa el turismo, y sus efectos y

complicaciones. Por lo mismo, el ECS no puede ser medido sólo en términos económicos,85

de generación de empleo o nivel de contaminación. Están los otros impactos, cambios y

mermas de tipo social, cultural, identitario, ético, histórico y hasta psicológico. Ir más allá

de lo que considera Santana (2006:91) cuando explica que los impactos sólo son

evidenciados en la población, dejando fuera al impacto de la alteración por sustracción

83 ‘Suéter’ en el lenguaje mexicano. 84 Entrevista a artesano de Hualhuas, Junín, Perú. Marzo del 2002. 85 La mayoría de estos estudios enfatizan el aumento de los beneficios económicos en las áreas de destino, a través del desarrollo de bienes y servicios que revierten positivamente a escala local. Pero a lo que dan más interés los investigadores sobre este impacto es en relación a cómo tal desarrollo, acompañado por la cobertura de actividades recreacionales se convierte en la mayor contribución a la balanza de pagos nacional y en una manera de redirigir la disparidad regional tanto de ingresos como de empleos, causada por la elección turística y las posibilidades reales para llevar a buen término otras industrias (Santana, 2006:70).

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96

indebida del patrimonio cognitivo de las comunidades: “…el impacto social incluye los

cambios más inmediatos en la calidad de vida y el ajuste a la actividad de las comunidades

de destino”. O como sostiene Butler (Santana, 2006:40), quien va por destacar los impactos

a problemas e implicaciones socioculturales, pérdida de la propiedad, dependencia a las

subvenciones estatales, y supraestatales y baja rentabilidad.86

Estarían pendientes, entonces, estudios que conduzcan a la contemplación e integración de

la complejidad de fenómenos que expresa la actividad turística en las comunidades,

evitando la entrega ‘cegada y sesgada” de repertorios y patrimonios.

Estamos de acuerdo con Santana (2006) y otros autores, de que tales problemas no

invalidan al ECS, que aunque no es la panacea de bienestar, puede ser planteado como una

forma factible de aplicación en ciertas áreas, siempre y cuando se atenga a una

planificación global, previa de las áreas (que suelen ser de extrema fragilidad natural y

cultural), un control y corrección de impactos y que evite la dependencia exclusiva del

mismo, además, claro, de encarnar un espíritu ético inherente.

Finalmente, es imposible negar las ventajas económicas (con frecuencia inevitables y

favorables), que el desarrollo de este tipo de turismo brinda a los locales, como es la

posibilidad de abrirse al mundo exterior promocionando su identidad cultural. Para el caso,

mostrando la vigencia del CT en la conducción del recurso forestal.

86 De acuerdo a los trabajos revisados sobre el tema, hay mayor énfasis de estudios sobre los efectos económicos del turismo, debido a que son relativamente fáciles de medir, producto de la creencia de que el turismo puede extender rápidas y considerables ganancias, que lo constituyen como una fuerza positiva para la solución de problemas económicos en corto plazo.

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97

CAPÍTULO II

EL EJIDO DE SAN NICOLÁS TOTOLAPAN: ENTRE RESISTENCIAS

Y RE-SIGNIFICACIONES

2.1. El legado de su historia

¿Tiene el Bosque de San Nicolás Totolapan un pasado inmemorial? ¿Cuáles son las raíces

del por qué y cómo resistieron los nicolaítas su Bosque? y, ¿cuál es el contexto que

antecede al conocimiento tradicional (CT) vigente para desenvolverse en la conducción del

recurso forestal?

En esta sección exteriorizamos al antiguo Totolapan y los procesos de un pujante mestizaje,

hasta llegar a la crónica de su historia reciente y actual que antecede a la creación del

Parque Ecoturístico Ejidal.

San Nicolás Totolapan es un pueblo con historia milenaria donde podemos destacar la

amenaza constante y la lucha perseverante por asegurar su sentido de pertenencia e

identidad por su territorio, expresado especialmente en el acceso al manejo de sus recursos,

especialmente el forestal. Es importante graficar su historia, el origen, lo cual permita

comprender los lazos que unen a la comunidad y, a la vez, levantar los acontecimientos que

crearon disrupción, con acciones y pensamientos de ruptura o de cambio (Villoro,

1998:43). En San Nicolás sucede esta bifurcación, no en vano lo que ha estado en disputa

son las 2,304 hectáreas que lo integran como Bosque y como ejido, y que lo ostentan como

el más grande, territorialmente, de la gran Ciudad de México (dentro de los límites de la

Delegación Magdalena Contreras). Cohabitar la ciudad fue y es todo un reto de lucha

territorial y por su sentido de pertenencia identitaria. San Nicolás es una de las

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98

comunidades que la gran ciudad ha venido absorbiendo. “La ciudad ha crecido 315% en tan

sólo 40 años, principalmente en áreas de vocación forestal y agropecuarias”.87

Con el develamiento de su historia y contexto económico productivo y social se pretende

hacer evidente el por qué de la persistencia del panorama actual ‘tradicional’, demostrando

que el pueblo tiene otros sustentos cognoscitivos y operativos que van mucho más allá de la

aseveración subrayada por el párroco del pueblo cuando sostiene, en su Plan Pastoral de la

Nueva Evangelización (2007), que “actualmente sólo nuestros difuntos nos mantienen

unidos”. Hoy, San Nicolás Totolapan maneja y decide su gestión tanto como pueblo y

como Parque Ecoturístico, a partir del aporte y fuerza de sus tradiciones y la adopción de

nuevos estilos y formas de vida, en donde hay un rompimiento del tejido social y donde

persisten, a pesar de las relaciones de poder, los conflictos y problemas, mismos que

implican cambios y resistencias.

Los hechos pretenden explicar cómo se ha propiciado la integración y cómo ha perdurado

el grupo como colectividad, dotando de una determinada conciencia sobre la propia

identidad, además de reforzar actitudes de defensa y de lucha frente a los grupos externos,

donde ‘el pasado da razón al presente’ (Villoro, 1998:44).

2.2. Raíces sentidas: El antiguo Totolapan88 87 Proyecto para la justificación del “Parque Ecológico de San Nicolás de Totolapan, México, DF”. Presidente Ejidal de la gestión administrativa, Señor Julián Escalona Mendoza (1999), con base en el proyecto Madre, asumido por Balam SC (1996). Sobre cómo afecto eso a San Nicolás, lo analizamos en el capítulo siguiente. 88 La Investigación del presente acápite se realizó con base en entrevistas a autoridades y pobladores, consulta a documentos oficiales del ejido, consulta de artículos publicados a la fecha: biblioteca local, parroquia, Delegación Magdalena Contreras, y publicaciones en diarios y revistas. Asimismo, informes de avances del Proyecto Ejidal Ecoturístico, visitas de reconocimiento a la zona urbano-rural del pueblo y del mismo Parque. La reciente publicación (Camacho, 2007) sobre San Nicolás nos da luces al respecto de una historia de intervención y movilización del pueblo en la cruzada zapatista, donde San Nicolás asume un rol significativo. Así también, la investigación que desarrolló Rico (2005), en donde accede a documentos de instituciones oficiales que trabajan temas afines para establecer el ordenamiento territorial del área metropolitana y poblados adyacentes. La autora analiza la identidad urbano–rural en las nuevas condiciones de San Nicolás Totolapan (tanto con el Proyecto Ecoturístico como por la influencia de la gran ciudad), con base en el espacio ambiental como la principal fuerza de su estructuración, y el espacio económico en lo que respecta al cambio de orientación de uso del territorio, ello como tema de análisis de su tesis de Maestría en Antropología (CIESAS, DF). Cabe destacar que, el testimonio de algunos sabios ancianos, maestros de la comunidad denominados “principales” (“amautas” en el mundo andino), quienes queriendo demostrar la autenticidad de su memoria sobre los hitos más importantes de la historia del pueblo, nos mostraron copias de códices y

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99

Territorial y políticamente el ejido de San Nicolás Totolapan, se ubica actualmente en la

Delegación La Magdalena Contreras del Distrito Federal, estableciendo los siguientes

límites: al Norte con la colonia La Carbonera; al Oriente con el Pueblo La Magdalena

Atlitic y la colonia (de) La Concepción; hacia el Sur-Oriente con las colonias Héroes y

Torres de Padierna (pertenecientes a la Delegación Tlalpan). Además, en dicha zona,

colinda con el Pueblo Santo Tomás Ajusco, y al Poniente con los Pueblos Atlapulco,

Jalatlaco y San Miguel Almaya, pueblos con los cuales ha establecido constreñidas

relaciones de amistad. Estos pueblos pertenecen al Municipio de Xalatlaco, Estado de

México (Levario y Fuentes, s/f: 48).

La ruta de esta zona conforma la conexión natural entre los bosques de las Delegaciones

Cuajimalpa y Álvaro Obregón (v. gr. Parque Cultural y Recreativo Desierto de los Leones y

Cañadas de los Dínamos en la Delegación Contreras), y los bosques de la Delegación

Tlalpan (v. gr. Sierra del Ajusco). Integran la parte noroeste de la conformación boscosa del

sur de la Cuenca de México, y forman parte de la región central del Eje Neovolcánico

Transversal, siendo ésta una zona de transición entre las dos regiones biogeográficas del

Continente Americano: Neártica y Neotropical, lo que les confiere una significativa

relevancia biológica.89

El ejido guarda un perfil pueblerino típico de la sierra mexicana, expresado en la

arquitectura de sus calles y construcciones, el ordenamiento territorial, la representación y

gobierno político personificado por el Comisariado Ejidal, la seguridad ciudadana con

presencia de la policía montada, los servicios públicos de educación y salud básicos que

presta, entre otros. Su vida transcurre cotidianamente enfrentando los beneficios y

limitaciones de ser vecino de una de las más imponentes y extensas ciudades del mundo, la

Ciudad de México. Su legado histórico, manifiesta su presente.

documentos guardados en años, cual herencia comunal histórica invalorable. Uno de ellos, Don Pascual Ruiz ha solicitado que la UAM le otorgue un reconocimiento sobre su contribución a la construcción de la historia del pueblo. 89 Balam SC. 1998.

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100

Resume una tradición multicultural de data ancestral. Según la historia explicitada por

diversas fuentes documentales y contada por los propios actores,90 sostienen que el pueblo

fue fundado por descendientes directos de una de las siete tribus nahuatlacas que llegaron al

valle de México: Xochimilcas, Tlahuicas, Chalcas, Tepanecas, Collhuas, Tlaxcaltecas, y

Mexicas (Camacho, 2007:7). El común de las personas refiere, en cambio, que son

descendientes especialmente de aztecas, tlaxcaltecas y otomíes, enriquecidos luego, como

es de ver, con una cultura imbricada con el mestizaje a partir de la presencia europea.

El nombre del pueblo proviene del náhuatl Totolapan que significa lugar de guajolotes,91 y

fue habitado por los naturales identificados como Totolapas, quienes llegaron antes que

los Aztecas y los Nahuas. Hasta ahora, es posible encontrar en las parcelas y milpas puntas

de lanza y cuchillos de esas culturas. Los nativos se asentaron ahí, libres de la erupción del

volcán Xitle que afectó a pueblos aledaños y Cuicuilco cubriendo la pirámide de este

último con lava. Hoy el pueblo se asienta en parte de las 7,000 varas de tierras adjudicadas,

hace más de 500 años.

Sus primeras familias eran ramificaciones de los aztecas de diferentes pueblos. Éstos –en

ese entonces–, acostumbraban hacer sacrificios humanos en el Templo de Teotihuacán, en

un ritual de ofrenda al sol y a la luna. Junto con los Xochimilcas apoyaron en la

construcción del Templo Mayor del Centro Histórico de México. Antes del arribo europeo,

Totolapan era dominado por toltecas, tlaxcaltecas y aztecas, pero los españoles dominaron

la zona porque los tlaxcaltecas denunciaron a los aztecas, uniéndose con los españoles. De

esa manera, se logra el dominio español. El Bosque para ese entonces ya existía como obra

evolutiva de la propia Naturaleza.

En 1524 llegaron frailes Franciscanos y, en 1526 los frailes Dominicos. Interesado Hernán

Cortés en ampliar sus dominios encomienda evangelizar Coyoacán. Fue así que la iglesia

90 Raíz y Razón de Totolapan. El drama de la guerra zapatista; publicación de significativa importancia histórica que recientemente presentaron un equipo de investigadores oriundos de San Nicolás, donde dan cuenta de la histórica participación en la lucha zapatista. Su contribución es plantear los acontecimientos desde la perspectiva del actor (tradición de los vencidos), identificando la historia del pueblo como una herencia distinta a la visión de la historia oficial (Camacho, 2007:7-10). 91 “Totol”: gallina mexicana; “apan”: agua.

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tuvo acceso para evangelizar a varios pueblos pequeños de la zona montañosa, prolongando

su trabajo hasta 1534. Ya evangelizados –entre ellos Totolapan–, se les asignó el nombre de

“Santo” bajo cuya advocación quedaría como San Nicolás Tolentino, mencionándose

primero la denominación del Santo después el nombre del pueblo. Así, la denominación del

pueblo quedó establecida como: San Nicolás Tolentino de Totolapan. En el siglo XVI el

pueblo acepta la evangelización sin olvidar sus raíces indígenas, así como sus creencias y

rituales.92

Corroboran en la posición de fundación española la versión de algunos ejidatarios. En 1535

se fundó una encomienda, y en 1563 recibió la Merced Real otorgada por Don Luis de

Velasco, entonces Virrey de la Nueva España, con 7,000 varas radiales de fondo legal.93

Eran las tierras de lo que antes fue la Fábrica Loreto y Peña Pobre, hoy zona icono de la

industria modernizada y comercial del suroeste de la Ciudad de México. Más aún, verifica

ello un escrito en náhuatl donde se menciona que en el año de 1535 –sólo trece años y diez

meses de consumada la colonización, especialmente ideológica y política de España sobre

México en Tenochtitlan–, en un párrafo se hace referencia a la fundación del pueblo:

“ahora que sobre nosotros ha llegado la fe y la creencia católica a estos pueblos, les

fueron repartidos heredades” (Camacho, 2007:7).

Durante años transcurrió la vida de los nativos ligada a la dominación e imposición, siendo

sujetos a la dependencia y por ende resistencia. Así por ejemplo, antes de recoger las

cosechas se mandaba a cobrar los diezmos para el gobernador y la iglesia. Nadie era el

dueño absoluto de las tierras del pueblo y del Bosque, sin embargo, había la tradición de

trabajar en “tequio”94 para las labores agrícolas entre comuneros. En los tres siglos que

92Archivos del Plan Pastoral de la parroquia del pueblo. 93 Archivo de códices originales de la fundación del pueblo, pertenecientes a dos sabios ejidatarios respetados por sus cualidades de historiadores autodidactas, como son Don Pascual Ruiz Escalona y Don Fidencio Camacho Zúñiga. 94 Trabajo en cooperación y ayuda mutua. Es interesante reconocer cómo en las culturas y cosmovisiones de culturas no occidentales, como por ejemplo la andina, el esplendoroso auge de su desarrollo agrícola con los subsiguientes aportes que hace al mundo con cultivos altamente nutritivos y tecnologías sustentables, entre otros, tiene como soporte de reproducción de sus relaciones sociales, a la reciprocidad y cooperación mutua, expresadas según el momento, la persona, la entidad, la relación familiar, el tipo de evento, la conmemoración, entre otros. No en vano algunos autores la denominan “la cultura del compartir”. En este contexto, el cuidado del bosque, también se relaciona con la reciprocidad. La economía andina nunca fue autárquica, pues nadie en la sierra podía vivir con el único recurso generado internamente en un mismo piso

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comprendió el período colonial la región se convirtió en depositaria de grandes haciendas

de explotación forestal y de bulliciosos obrajes que aprovechaban sus abundantes corrientes

de agua (Rico, 2005:29). Pronto su establecimiento hizo reclamo a la tenencia de la tierra y

las formas de uso y acceso al Bosque por parte de los nicolaítas.

La instalación de la Hacienda Eslava, diríamos el principal centro productivo y aglutinador

de conflictos, funcionaba especialmente como aserradero, usaba buena cantidad de los

recursos forestales, leña, carbón vegetal y el agua especialmente. El hacendado y los

administradores se enfrentaban con los peones acasillados por el acceso a los mismos,

llegando a extremos como el despojo de sus propiedades y recursos, y hasta asesinatos. Con

el tiempo –quién lo diría–, estas condiciones de vida fueron convirtiéndose en el latente

andamiaje ideológico-político-identitario de hoy, en la lucha por la defensa de la tierra y

como plataforma histórica para seguir resistiendo su territorio, especialmente su Bosque.

La generalidad de los documentos consultados sobre esta etapa, y especialmente la

contribución de Camacho (2007), dan cuenta por un lado, de una historia de agravios,

vejaciones y humillaciones por parte de quienes eran los nuevos dueños de la tierra; por

otro lado, pone en vitrina la lucha y tenacidad de los pobladores originarios por resistir su

tierra. La historia expresa la existencia de la movilidad de las tierras del ejido, donde están

presentes enfrentamientos velados y visibles. A la luz de la versión de los actores y sujetos

sociales, que esboza Camacho, se recrea un breve resumen del mismo, donde optimizamos

la presencia de los actores protagonistas, la disputa y defensa del Bosque.

La primera información sobre la existencia de la Hacienda Eslava data de 1563, donde se

otorgan tierras del cerro de Quaitlaca, conocido como de Arriaga, y una segunda cañada.

Ahí dos importantes haciendas, San Nicolás Mipulco (Eslava) y La Cañada ocuparon estos

lugares. En 1662 la hacienda mejor conocida como Eslava, era una de las más grandes del

sur de la cuenca de México, surgiendo en ella los primeros sistemas de cacicazgo y peonaje

del contexto, como estrategia administrativa y manejo de los principales recursos como la

ecológico. Entre la tendencia a adaptar especies arbóreas de un piso a otro, y la de optimizar cada especie en función del piso que le era más favorable, la segunda estrategia parece que fue la que más predominó (Ansión, 1986).

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tierra, la foresta y el agua; incluido el volcán ‘Xitle’ y parte del río Magdalena que eran

parte de la propiedad de la hacienda. La misma, era tan extendida que comprendía montes,

bosques y numerosos ranchos de Totolapan y “Chichicaspatl”. “El principal afectado en la

acumulación y usurpación de tierras, fue el pueblo de San Nicolás de Totolapan”

(Percheron en Rico, 2005:31).

Por sus tierras atravesaban las aguas del ‘Chichicaspatl’, ‘Agua Encontrada’, ‘Monte

Alegre’ y del Ajusco, por ello se convirtió en centro de discordia entre otros hacendados,

quienes enfrentados, forzaron a vender sus tierras a los nativos de los pueblos de

Magdalena Atlitic y San Nicolás de Totolapan, privándolos del acceso al carbón, la leña y

el agua que les confería el Bosque.

En 1709 se adjudicó a las haciendas Rancho Alegre y Llano Grande y demás parajes del

Ajusco donde los pobladores obtenían leña, carbón y agua. El enfrentamiento no cesó, muy

por el contrario continuaron las vejaciones por parte de los hacendados, quienes ahora

vendían carbón, leña y madera a precios excesivos a los pobladores. La historia da cuenta

de levantamientos nativos (1755), debido a las reiteradas vejaciones por forzarlos a trabajar,

y los excesivos cobros por los recursos extraídos del Bosque. Percheron (en Rico, 2005:47)

y Camacho (2007) sostienen que en 1782 hubo un movimiento armado que enfrentaban las

comunidades del Ajusco y de San Nicolás Totolapan en contra de los propietarios de la

Hacienda Mipulco (Eslava). El descontento se presentó a causa de las onerosas cuotas que

los pobladores tenían que pagar para tener acceso a los recursos del Bosque.

Pero estos hechos no obtuvieron logros significativos, muy por el contrario, las autoridades

descalificaron aplicando severos castigos a los insurgentes, expresados principalmente en

litigios por tierras, haciendo imputaciones por destruir parte del monte, cortar madera y

labrar carbón, tablas y vigas. La política de la hacienda fue persistir en el incremento de

tierras, producto de impensadas estrategias, como por ejemplo la destrucción de las

viviendas de los nativos y la sumisión de los trabajadores, asociado el apoyo ideológico de

la iglesia.

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En “1840 la hacienda hizo una detallada descripción de las tierras que le pertenecían: más

de doce ranchos, huertas e inclusive continuaba en su poder el volcán Xitle. La hacienda

contaba con dos mil 688 hectáreas” (Camacho, 2007:15). El dato no hace otra cosa sino

verificar que su ampliación era producto del despojo de las tierras a comunidades vecinas,

entre ellas San Nicolás.

Con el tiempo, el estilo de trabajo y administración que mantenía la hacienda donde las

relaciones de poder entre hacendado/administradores y peones/trabajadores se daban sobre

la base de objeciones, fueron agudizándose. A la par de que cambiaba de propietarios la

hacienda, se aplicaban políticas cada vez más acaparadoras y de sojuzgamiento a los

trabajadores. La disputa fue cada vez más cruenta, por medio estaba la avidez de ocupar las

tierras más productivas y con ello los abundantes depósitos de agua que encerraba el

Bosque.

En 1868, “los 800 vecinos de Totolapan denunciaron los males tratos del administrador y

la invasión de varios parajes que albergaban espesos bosques de maderas finas, razón por

lo cual eran codiciados” (Camacho, 2007:21). Ejemplos como estos predominaron a lo

largo de los años, culminando el siglo XIX con litigios, diligencias y enfrentamientos. San

Nicolás no era una isla de conflictos hacienda-peonaje, el perfil de caciquismo se repetía

por casi todo el territorio, y pronto se generalizaron los descontentos más allá de la lucha

por las mejores condiciones del campo.

La Revolución Mexicana, entre 1910 y 1920, fue un periodo de crueles enfrentamientos

entre la vieja burguesía porfirista, que defendía sus privilegios, y otros sectores sociales,

fundamentalmente campesinos, que demandaban mayor participación en la distribución de

la riqueza nacional.95 Entrada la primera década de 1900, en México se vivía una

insurgencia popular debido al descontento por las elecciones presidenciales, sumándose al

maderismo y en contra de la reelección de Porfirio Díaz, quien representaba a los grupos de

poder dominante. Los caciques de los pueblos, los amos y mayordomos de las haciendas se

95 http://www.conacyt.mx/comunicacion/revista/208/Articulos/CRM/CRM01.htm 18 de abril del 2008

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ponían a salvo de la peonada, pero muy pronto toda la República estaba envuelta en la

Revolución Maderista (Camacho, 2007:21).

San Nicolás participó activamente en este movimiento, era el paso obligado de las fuerzas

revolucionarias a la ciudad de México. “Dadas las relaciones culturales, familiares,

comerciales existentes desde siempre entre el pueblo del Ajusco y el pueblo de San Nicolás,

podemos suponer que esta actividad política se presentó también en Totolapan”.96 Aunque

el autor hace referencia a una suposición, en realidad demuestra con información precisa

(cual objetivo y finalidad del documento), la participación de San Nicolás en la lucha

armada zapatista. El hoy ejido ocultó precisamente en sus montes y Bosque a los

revolucionarios que apostaban y resistían al cambio.

Para 1911 los rebeldes eran agredidos por el gobierno de Díaz, quien seguía en la

obstinación de acabar con los insurrectos. La disputa por la tierra cada vez se mostraba

irrebatible. El liderazgo del general Zapata y la propuesta alternativa esbozada en el “Plan

de Ayala” era contundente: “la revolución no concluiría hasta que las tierras arrebatadas

de los pueblos, les fuesen devueltas, hasta que cada cacique de cada pueblo sea expulsado

de cada pueblo, hasta que las comunidades retomasen su estructura social construida

durante siglos, y hasta que el mal de los hacendados y latifundistas fuera extirpado de

México” (sic).

En la cruzada, Zapata fue apoyado por los rebeldes de las serranías del Ajusco que cada vez

se sumaba en miles, sirviéndoles los montes de Totolapan y sus actores: “Estos zapatistas

eran en su mayoría de Totolapan, Ajusco y Contreras. Eran peones, arrieros, eran los

nietos y los hijos de los que habían sufrido los malos tratos de los dueños de Eslava”

(Camacho, 2007:28). Cabe destacar que entre los nicolaítas que apoyaron esta causa, la

figura de Pablo Vértiz, Julián Gallegos y sus hermanos, José y Primitivo, quienes

96 Camacho (2007:24-25). se refiere a las reuniones que tenían con los intelectuales del pensamiento socialista que apoyaban la revolución (hermanos Flores Magón, Antonio Villarreal, Díaz Soto y Gama y los adeptos de la localidad Leonardo Eslava, y Manuel y Valentín Reyes Nava). Los mismos organizaron reuniones de debate de la problemática rural del país y contribuyeron con presentar nexos del sur de la Ciudad de México, a los líderes de la revolución. Hecho que de alguna manera cobró influencia identitaria por la revolución en el pueblo.

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concientizaron e incorporaron a rebeldes a la causa libertaria, estos últimos además,

¡guardaban los Títulos Primordiales de 1535 del pueblo! El autor menciona que, el monte

de San Nicolás fue testigo mudo del resguardo en años de lucha de los rebeldes, de

militares y autoridades ilegítimas, brindando protección a los campamentos zapatistas, a

quienes les era imposible volver al pueblo (2007:47).

En 1913, luego de varios intentos de la toma de la hacienda Eslava, finalmente fue

arrebatada por los zapatistas, acompañaron al grupo levantado especialmente nicolaítas.

Luego del hecho, se ajusticiaron a administradores, caciques y hacendados. Camacho da

testimonio en ‘lenguaje sentido’ del momento crucial: “El olor de los tepozanes y los

encinos, el silencio de la noche que era interrumpido por el ajetreo del agua del río Eslava,

dieron pauta al momento, que tanto tiempo había sido esperado y que estaba bien

justificado” (2007:33).

Por su parte, los actores sociales siguieron apoyando la causa zapatista, cada vez más

alentada en la región y país, teniendo en sus filas a varios héroes anónimos que lucharon

por la defensa de los pueblos y la restitución de sus tierras. Muchos fueron colgados en el

pueblo para amedrentar a los rebeldes, pero ni eso opaco la resistencia que tuvieron los

nicolaítas. Tenían una ventaja, conocían el “terreno por haber crecido ahí, trabajado toda

su vida en la tierra por la cual hoy peleaban, simplemente esquivaban las expediciones

federales, las cuales nunca entraban realmente a los montes, sino se limitaban a las zonas

cercanas a la cabecera de los pueblos” (Camacho, 2007:40).

En ese transitar, también el pueblo y Bosque sufrieron las ofensivas de los federales.

Alguna vez fueron incendiados, según Camacho:

Las llamas rápidamente se extendieron al oyametal cercano y el espectáculo funesto se apreciaba desde la capital. Los diarios (que eran voz de los gobernantes de turno) llegaron a publicar que la ‘madriguera de los zapatistas’ estaba destruida. En 1914 culminó la dictadura de Victoriano Huerta y el zapatismo entró triunfante al lado de la flamante División del Norte de Francisco Villa, después de desalojar a los carrancistas (2007:43).

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Varios nicolaítas estuvieron en la escolta personal del general Zapata97 y no pocos

sobresalieron en su labor revolucionaria zapatista, como por ejemplo el general Genovevo

de la O y Valentín Reyes. Empero, luego de la revolución (lamentable por cierto) la

mayoría de los zapatistas terminaron sus vidas ignorados, en la pobreza económica, el

encarcelamiento o, como rajeros en el Bosque. Nuevamente el gobierno los acusaba de

delitos que no cometieron, por ello prefirieron el anonimato. “Pocas son las familias que

cuentan actualmente con un zapatista en su árbol genealógico o por lo menos lo

reconocen” (Camacho, 2007:103).

Pese a todo ello, San Nicolás tiene latente en el espíritu y voluntad de sus actores la

permanencia en su territorio, ensayando renovados proyectos que no son otra cosa que

refrescadas formas de resistencia para dar continuidad a su posicionamiento y, con ello, re-

significar su territorio, su identidad e historia. Empero, el espíritu guerrero y provocativo no

ha dejado de manifestarse, como bien sustenta Camacho, cuando culmina su obra: “(…) hoy

el oyametal y el encimal guardan sus voces que le claman justicia a la historia. Hoy a

veces los llanos todavía huelen a campamento. Hoy, la Plaza de Gallos y las Sepulturas

nos dicen: “soy Campo Santo y guardo zapatistas” (2007:103).

Actualmente las luchas y conflictos propiamente territoriales tienen un final orientado más

a la justicia de las demandas populares, “no en vano se produjeron cuando entró en

conflicto la relación entre las distintas percepciones de pertenencia, dominio y soberanía

sobre el espacio” (Zambrano, 2001:44). En estas circunstancias, los zapatistas –y con ellos

los nicolaítas– obtuvieron justicia a sus reclamos y resistencia de cientos de años.

Con los sucesos presentados, legitimamos que San Nicolás tuvo una historia de disputa de

tierras y demás recursos de ella, lo cual, constituye el andamiaje y arena identitaria e

histórica (además de político e ideológico) donde reposa la identidad territorial que hoy

manifiestan sus actores y, lo más importante, que en la actualidad demuestra latencia.98

97 Capitanes Atilano Gallegos y Jesús Gallegos (Camacho, 2007:100). 98 A lo largo de la tesis mostraremos complejos signos de afianzamiento a su territorio, por parte de los actores que conducen el ejido.

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La experiencia expresa que son las condiciones de conflicto y disputa, las que más

contribuyen desde el punto de vista ideológico-identitaria y ofrecen elementos para permear

en la conciencia de los pueblos, acaso advirtiendo que unidos son capaces de cambiar el

curso de la historia, como cuando irrumpen, por ejemplo ahora, con el compromiso del

“Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás Totolapan”. Su trascendencia se manifiesta hasta

haberlos convertido en la unidad e identidad ejidal compleja y diversa que al presente

manifiesta el pueblo como referente colectivo. Que la persistencia al territorio –llámese

pueblo, bosque e incluso territorios colindantes– es lo que ha contribuido a forjar la

identidad de resistencia, pujanza y tenacidad para permanecer en lo que consideran suyo.

Como afirma Boege, el espacio natural vivido (histórico para nuestro caso) está

indisolublemente atado a la identidad humana.99

“Mi padre peleó junto a Zapata”, “de chamaco vi cómo murieron muchos hermanos”,

“tengo en mi poder las partencias de mis familias que estuvieron en la lucha”. Son

expresiones potenciales que guarda la memoria del pueblo. Haber participado en un

levantamiento de significado vasto para el poblado, región y país, no hace sino acrecentar y

afirmar la legitimidad por su identidad, y por parte de sus actores. A su manera, la

oficialidad y sociedad civil, también rememoran estos acontecimientos: el mural con

gráficos de la lucha zapatista,100 en el frontis del edificio ejidal y las exposiciones

fotográficas por temporadas, muestran tales sucesos en el centro del pueblo, acaso para

revivir la historia y ‘encarnar conciencia’ entre los que no tuvieron acceso a ella. Los

hechos expresan que el territorio es quien acopla las nociones de orden interno, las

dinámicas de la sociedad, del estado (…) y de las identidades colectivas (Zambrano,

2001:26).

Sujetos a la actual realidad, no es posible dejar de reflexionar si el ideal zapatista, abreviado

en el ‘sacrosanto’ Plan de Ayala, propugnó porque los actores de San Nicolás

exteriorizaran las diferencias que, de manera individual y comunal, expresan hoy sus

99 Boege (1996) explica que al construirse la presa Miguel Alemán, murieron tantos mazatecos de "tristeza" a causa de las re-localizaciones, lo cual manifiesta la identidad profunda que tienen las poblaciones por su territorio. 100 Mural trabajado en solemnidad artística por el reconocido muralista Maestro Ariosto.

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109

actores a partir de la tenencia y acceso a sus tierras, olvidándose de quienes siguen labrando

la tierra y el Bosque, pero que no tienen decisión o propiedad sobre ella.

¿Por qué degeneró en este tipo de salida, favoreciendo al grueso de ejidatarios ‘exitosos’, al

Estado, a las inmobiliarias citadinas y no en las mayorías campesinas? Pensamos,

apoyados en la reflexión de Zambrano, que es necesario imponer la mirada histórica, para

entender cómo las luchas sociales derivan en re-definiciones identitarias que a la vez

redefinen territorios, adscripciones y pertenencias a las colectividades (2001:20).101 Estos

acontecimientos históricos no se han extinguido, perviven de alguna manera en lo profundo

de la vida de quienes se relacionan con la vida del Bosque, con expresiones y compromisos,

diríamos de connotación implicada al perseverar el pueblo, el Bosque. Continuemos con el

curso de la historia.

La revisión de la historia que cuentan muy pocos actores y la que hace Rico (2005:33)

informa que en el último tercio del siglo XIX la fisonomía de la región empieza a

renovarse. El perfil de las haciendas y los terratenientes es cambiado por la burguesía,

atenta ahora para producir industrialmente, como es el caso de de la ex hacienda en San

Nicolás, donde se instala la fábrica de celulosa de Loreto y Peña Pobre. Pero también hubo

interés en crear parques nacionales como el Desierto de los Leones y Cumbres del Ajusco,

al oeste y al sur de la ciudad. La creación de estos parques buscaba, entre otras cosas,

proteger las laderas de la cuenca de la deforestación. “Desafortunadamente, durante la

presidencia de Miguel Alemán (1946-1952), una buena parte del Parque Nacional Cumbres

del Ajusco fue cedido a las industrias papeleras Loreto y Peña Pobre, las que comenzaron

un ambicioso programa de tala forestal. Entre ellas estaba el Bosque de San Nicolás.102

Aunque estas compañías se comprometieron a plantar algunos árboles como compensación,

la eliminación del Parque Nacional y la deforestación de zonas boscosas cercanas a la

101 Reflexiones que trataremos de responder en el siguiente capítulo y dar enlace a los sucesos posteriores al zapatismo. A nuestro entender, es un buen filón de investigación que nos gustaría profundizar en próximos estudios para entender la movilidad de la tierra en el ejido y zona circundante. 102 Aspectos al que hacemos referencia en el segundo capítulo, en el acápite que antecede específicamente a la instalación del Proyecto Ecoturístico: “Las implicancias del despegue del desarrollo de la Ciudad de México”.

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110

ciudad abrieron el camino para la expansión de la traza urbana sobre importantes tierras

forestales.103

2.3. Una historia de pujante mestizaje

Después de la revolución y el reparto agrario, el 6 de abril de 1924 se creó propiamente

como ejido, cuando el pueblo recibió (siendo presidente de la República el general Álvaro

Obregón) la primera dotación de tierras que sintetizaban 1,300 has, las cuales provenían de

las 4,642 has de la ex hacienda Eslava. En 1939, durante el gobierno del presidente Lázaro

Cárdenas y luego de engorrosos trámites, el ejido acogió una segunda dotación junto con

otros pueblos vecinos,104 esta vez con 1,375 has. En resumen, luego de su participación en

la revolución agraria, San Nicolás acogió 2,654.83 has de tierras (Rivera en Rico,

2007:34).105

Con estas dotaciones, queda claro que los pueblos y comunidades buscan siempre la

soberanía sobre su territorio y ejercer la autoridad política del mismo (Zambrano, 2001:45).

Mantenerla, transformarla, transferirla o cambiarla, es decir movilizarla de su uso original

es otro tema. Lo importante es que las tierras respaldadas por la titulación y formalidades

de tipo legal, le ofreció la certidumbre necesaria para empezar el siguiente capítulo de su

historia, ahora con el ecoturismo comunitario, como veremos más adelante.

No quiere decir que actualmente San Nicolás no mantenga problemas de indefinición legal,

básicamente por invasiones a sus tierras. En la región varias comunidades tienen

problemáticas similares debido a litigios no resueltos con los límites de colindancias.106 Sin

embargo, lo que persiste es el régimen ejidal en la tenencia de la tierra, reconocido en las

dependencias legales, como se hace constar en las resoluciones presidenciales. Sigamos con 103 http://www.conacyt.mx/comunicacion/revista/208/Articulos/CRM/CRM01.htm 104 “Tanto San Nicolás Totolapan como San Andrés Totoltepec, La Magdalena Petlacalco, Padierna y San Bartolo Ameyalco, resultaron beneficiados con la fragmentación de la Hacienda Mipulco-Eslava” (Rico, 2007:34). 105 Se reconoce la tenencia de la tierra mediante las Resoluciones publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 24 de mayo de 1924 y el 5 de noviembre de 1938, respectivamente (Rico 2005:34) y, por los títulos de propiedad que actualmente mantiene en recaudo el ejido. 106 Balam SC, 1998. Como veremos en el tercer capítulo sobre el Bosque de San Nicolás.

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111

los demás antecedentes del conjunto del pueblo para explicarnos el fondo y sentido de la

‘tradicionalidad’ de los saberes y capacidades que sus actores expresan en la conducción

del Bosque y luego proyecto ecoturístico.

Desde la presencia europea, el pueblo es productor de habas, chícharos, avena, cebada,

maguey (para pulque), maíz y zacate, aunque su tradición agrícola es “ser pueblo maicero”,

preferentemente del maíz cacahuazintle, entre otros. Había abundante producción de maíz,

“¡alcanzaban para vender en el ferrocarril!”. Asimismo, existían dos tipos de papa, una

variedad que se comía cruda y otra denominada cimarrona; las tierras de cultivo eran en su

mayoría de secano y riego. Se cosechaban ‘ingentes’ cantidades de flor de calabaza y

variedad de hongos, que crecían en la humedad del Bosque; frutas endémicas, abundaban el

tejocote y el capulín. En las milpas, parcelas y melgas cohabitaban el ganado caprino y

acémilas, especialmente mulas y caballos, los mismos que servían para la trilla.

En el pueblo, hace más de 50 años se hacía el trueque o cambalache. Las familias se iban a

Coyoacán a adquirir verduras y cambiaban mazorcas de maíz por carne. Un cuartillo de

maíz (equivalente a 1 kilo y medio) por 1 kilo de carne. También la manteca era abundante

y se cambiaba. No se conocían las unidades de medida ni de peso actuales, así que el

cálculo y la confianza era lo que determinaban los intercambios.107

San Nicolás y pueblos aledaños satisfacían sus necesidades de consumo de agua en los

‘ojos de agua’ adyacentes al río Magdalena y en el mismo río. En la parte alta había un

tanque que servía también para el riego, se llenaba de noche y en el día se distribuía por el

pueblo, cuyo servicio era gratuito. Se recuerda que en los escurrimientos que tributaban al

río Magdalena, y en este mismo, había truchas, ajolotes108 y tejones.

La abundancia de agua permitía la producción de flores de todo tipo, especialmente clavel,

violeta y margarita. Como la producción era copiosa se destinaba al mercado y otro tanto

para el ornato de la localidad. Se sabe que San Nicolás desde la etapa colonial siempre fue

107 Entrevista a Ambrosio Tenorio y Cruz Amaya. San Nicolás de Totolapan, septiembre del 2006. 108 Tipo salamandra, endémico del valle del México.

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112

considerada como fuente de abundancia de agua, y por ende de fertilidad en sus tierras

(Camacho, 2007:11).

Según recuerdan los actores de mayor edad entrevistados, las calles del pueblo estaban

empedradas con “piedras boluditas”, sus nombres se identificaban según parajes, muchos

de ellos en relación toponímica; teniendo los parajes de: “Teximaloya” ( ahora El Paraíso),

“Posotrilla” (ahora Dos de abril), “Tlacoshcalco”, “Puente Cuadritos”, “Cinco de Mayo”

(por el panteón hacia abajo), “Xentlapa” (zona plana propicia para producir maíz),

“Tlaquipitongo”, “Tepetales”, “Tlatempa” (ahora Buenavista), entre otros. El centro del

pueblo resaltaba porque había milpas, melgas y huertos de diferentes tamaños; ahí se

producían también variedad de productos de pan llevar. Pronto el agua fue entubada y en

cada esquina había ‘hidrantes’ con cañerías en las esquinas, de ahí se llevaba a las casas.

Estas cañerías tenían un tanquecito con agua para los animales.

No había luz eléctrica. Las casas eran alumbradas con parafina y ocote.109 Las familias

dormían cuando empezaba a oscurecer y se levantaban a las 4.00 am. La luz eléctrica se fue

instalando poco a poco, “inaugurándose en los años 50 del siglo XX” (Camacho 2007:9).

Al principio fue reglamentada a dos focos, no pudiéndose adquirir más. Pronto los postes

de madera fueron cambiándose por los de metal, y ahora por los de cemento.

Como es conocido, al igual que en todos los pueblos sometidos por el colonialismo

europeo,110 la evangelización tuvo una política de sustitución de la cultura e identidad de

nuestros pueblos. En México en muchas escuelas primarias se prohibía hablar el náhuatl.

Recuerdan algunos ancianos cómo en las escuelas –hace más de 60 años– les prohibían

hablar su idioma nativo. “Apantle…¡no!!, ¡es la calle San Francisco!!”; “Xontle, ¡¡¡no!!!,

es el número 100!!!”.111

Pero lo que cambió el estilo de vida cotidiano y perfil pueblerino tradicional fue la

instalación de la fábrica de Loreto y Peña Pobre, para la explotación de madera del Bosque

109 Leña de pino con resina. 110 Pueblos originarios de América especialmente. 111 Entrevista a Don Pascual Ruiz, agosto de 2006.

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113

destinada a la producción de papel.112 La mayoría de los campesinos eran trabajadores de la

fábrica, producían rajas del “ayle”, “ocote” y “oyamel” para carbón. Los empleados

ganaban $1.00 peso y mantenían con regularidad a sus familias. Los hogares tenían muchos

hijos y era “normal” que algunos esposos tuvieran varias parejas.113 “Antes, las familias no

planificaban el número de hijos; había familias de hasta 20 hijos, pero, según los lugareños

“para todos había alimento”. Las mujeres se controlaban identificando fechas de su

temporada fértil, además de tomar yerbas; los partos eran atendidos por las “xihuatas”.114

Hasta ese entonces la vestimenta era tradicional. Los varones desconocían el pantalón y

usaban calzones blancos. En cambio, las mujeres se vestían con nahuas y las damas

indígenas preferían el “xhicuete”.115 La población de San Nicolás de Totolapan empezó a

usar pantalones y vestidos sólo cuando los varones empezaron a ganar dinero. Es entonces

cuando empiezan a comprar telas y se confeccionan los primeros atuendos citadinos. Con

esos ingresos se empezó a comprar ropa, cobijas, zapatos y enseres de la casa.

Así contada la historia –aún viva en la memoria de varios de sus actores–, ofrece la

posibilidad de trascender su vida personal y como una forma de perdurar la vida de la

comunidad. Hecho que coadyuva para tomar conciencia de su pertenencia a su territorio, es

decir, que pueden hablar y referirse a una territorialidad concreta, de su comunidad, de su

ejido. Creemos que ha servido para alentar su conciencia de identidad frente a ‘los otros’ y

mantener vivos sus anhelos libertarios (Villoro, 1999:46-49).

2.4. Crónica de su historia reciente y actual

El pueblo no es una unidad homogénea, ni se habla en una sola voz, la heterogeneidad y

estratificación social es su variante, al igual que las demás comunidades y pueblos del país.

La heterogeneidad puede referirse a una gran variedad de condiciones: nivel educativo, 112 Aspecto histórico importante que volveremos a abordar en el siguiente capítulo, anexado a las implicancias del despegue del desarrollo económico de la Ciudad de México y su relación con la explotación forestal. 113 En tono jocoso algunos lugareños expresaron que como padres y esposos esos varones “eran muy hogareños” o tenían su “segundo frente”. 114 Parteras. 115 Tela hecha en telar, que se envolvía desde la cintura hasta los tobillos, simulando una falda.

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114

ocupación, diferencias religiosas, étnicas, culturales de género, de generación, las mismas

que pueden o no tener una acción directa sobre las instituciones comunitarias (Ostrom,

1997:32-47). En el pueblo se percibe la existencia de dos categorías de pobladores: los

nativos, personas “descendientes” de los pueblos originarios precolombinos y campesinos,

y los avecindados, establecidos “recientemente”. Los primeros gozan de ciertos derechos y

privilegios en la zona, ocupando cargos políticos, administrativos y religiosos. En 1990,

según el censo de población del ejido arrojaba la cifra de 6,517 habitantes nativos y 5,009

habitantes avecindados. La diferencia entre nativo y avecindado no está muy marcada en lo

que se refiere a la división espacial del pueblo, sin embargo, en lo que se refiere a los

asuntos de política y estructura interna del sistema de cargos, sí hay una marcada

diferencia. (…) las únicas personas que pueden ocupar esos cargos son los nativos (Levario

y Fuentes, s/f: 49).

Es interesante notar la autopercepción de sentirse pueblo, como sostiene un anciano

ejidatario,116 Don Ambrosio Tenorio en la siguiente consideración: “Seguimos trabajando

la agricultura y no hemos dejado de sentir lo que nuestros padres nos enseñaron,

trabajamos por el pueblo también, a pesar de que muchos lo han dejado y hay muchos

cambios.”

San Nicolás Totolapan vive hoy la suerte del resultado de sus luchas, de sus opciones que le

impuso el vaivén histórico, siempre en la orientación de disputa de su territorio, de su

sentido de pertenencia, y ahora el reto que le impone la mundialización neoliberal con la

adopción forzada a ‘lo moderno’, ‘al cambio’, como lo entienden Don Ambrosio y muchos

actores más. Ahí, los saberes, habilidades y destrezas en el manejo de su principal

patrimonio, el Bosque, se manifiesta entre la pujanza y el cambio. Es evidente su capacidad

de comprensión de gran parte de los procesos de globalización, así que están adoptando

medidas para afrontar estos cambios, adaptándolos a sus organizaciones y tradiciones para

resistir a su incorporación desventajosa en una sociedad polarizada (Barkin, 200:68).

116 Personaje de destacada sapiencia y reconocido por el pueblo. Como él, hay varios ancianos que siguen fungiendo como autoridad moral, pues encarnan saberes y sentimientos de valor y connotación históricos. En los países andinos los denominamos “Amautas”.

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115

En el pueblo habitan actualmente 15,000 personas en sus respectivas familias, los

propietarios del Bosque son 336 ejidatarios; los demás participan del ejido de manera

indistinta (peones, avecindados); otros viven el impacto de la presencia y actividades del

Bosque sin tener acceso a este recurso ni trabajarlo, y no pocos ignoran la presencia del

mismo.117

Algunas áreas agrícolas han sido habilitadas en zonas más altas (alrededor de los 2,750 m)

y en pequeñas depresiones orográficas o pequeños valles como La Joya y Rancho Viejo,

inclusive en zonas todavía más altas como en el Llano de Montealegre.118 Aparte de las

actividades productivas propias del Bosque, el pueblo se dedica a la agricultura de

orientación tradicional de temporal y de riego, se cultivan maíz, fríjol, avena, haba y papa,

principalmente; además de hortalizas y vegetales como el nopal119 y frutales, donde el uso

de agroquímicos y semillas “mejoradas”120 es lo usual. Sin embargo, los cultivos son en

pequeñas extensiones de superficie ubicadas dentro del Bosque y ejido. Con respecto a la

ganadería es extensiva, principalmente, con crianzas de ganado vacuno, equino, porcino,

bovino, caprino y conejos, aunque cada vez con menor importancia. La ganadería mayor

(reses y caballos) es utilizada en el consumo (reses), como transporte y en las

“charrerías”;121 el ganado menor se destina al autoconsumo y colocación en comercios de

poblados aledaños. La ganadería extensiva, especialmente caprina, ha colaborado en la

deforestación del Bosque, siendo en este caso cada vez más vulnerable por presentar en

general pendientes mayores a los 45º de inclinación.122

117 Especialmente jóvenes o personas afincadas allí. Habitan el lugar en el objetivo de reducir costos de inversión en vivienda y sus servicios, convirtiendo muchas veces a San Nicolás, en un ‘pueblo dormitorio’. 118 Balam, SC., 1998. 119 Actualmente San Nicolás destaca, junto con la comunidad de Milpa Alta, en la producción de nopales para consumo humano y tiene en perspectiva la industria de transformación orientada a la exportación. Don Pascual Ruiz Escalona es uno de los reconocidos productores de nopal, tanto fresco como en preparados. 120 El término “mejorado” actualmente es cuestionado por la agricultura orgánica y las propuestas de defensa del conocimiento tradicional que reconocen más bien “crianzas” de semillas nativas, en la explicación de que en lugar de haberse mejorado, se viene alterando su esencia genética. 121 Fiesta costumbrista mexicana donde se hace gala del manejo artístico de la reata a caballos.

122 “Se ha observado un pastoreo intensivo de manadas de vacas y borregos en el Llano de Montealegre, y en menor proporción a lo largo de la Cañada de las Regaderas y, respectivamente, hasta Plaza de Gallos por arriba de los 3,500 msnm. Hacia el este del Llano de Montealegre y limítrofe a las comunidades de San Miguel y Santo Tomás Ajusco se han observado pequeñas manadas de cabras, inclusive”, Balam, SC., 1998.

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116

Estas actividades productivas tradicionales (limitadas por la presencia de la zona boscosa123

en el pueblo) ocupan principalmente la fuerza de trabajo familiar, aunque la mayoría de las

familias combinan la mano de obra familiar con la asalariada. En la agricultura, el maíz es

el principal cultivo, su ciclo es de marzo a agosto. Se inicia con el barbecho y la siembra,

luego viene el mateado (echar abono a cada matita) y más adelante el aradillo (revolver la

tierra). Cuando están un tanto grandecitas –las plantas–, se cubren con tierra encima para

que enraícen bien las matas y, finalmente, la cosecha. Habría que destacar que la actividad

agropecuaria cada vez es menos significativa, por razón del cambio y movilidad del uso del

suelo, debido a la presión externa e interna sobre la misma. La producción –mayormente

agropecuaria y hortícola– está orientada al autoconsumo familiar, al mercado local y a las

zonas de influencia colindantes con el Distrito Federal y, en pocos casos, se destina a la

Central de Abastos.

Dentro del Bosque, de unos años a la fecha, se vienen instalando proyectos productivos

para la producción de hortalizas (col, repollo, jitomate, brócoli, etc.), en aproximadamente

50 viveros orientados al mercado especialmente orgánico, como la “Green Corner”124

dentro de la Ciudad de México. Igualmente, la instalación del Proyecto productivo forestal,

denominado “árbol de navidad” cuya actividad comercial reporta una producción anual de

más de 50 mil plantas y la venta de más de 5 mil pinos en temporada navideña.

A decir de los lugareños, el uso de la tierra está ligado a la actividad agropecuaria y el

usufructo del Bosque, siendo la ocupación principal del ejido, pues la influencia rural

siempre ha predominado en sus usos y costumbres. “Aunque la revolución industrial llegó

tempranamente a nosotros, los cultivos tradicionales y el usufructo del bosque han sido una

actividad constante que nos distingue orgullosamente de los demás pueblos de la

demarcación” (Camacho, 2007:9).

123 En capítulo aparte presentaremos las características del Bosque en sí.

124 La generalidad de productores orgánicos del ejido quiere relacionarse con la “Green Corner” debido a que se han informado que viene apoyando en la comercialización a pequeños productores nacionales como: empresas familiares (El Amate, Manantial de las Flores, Pan del Artesano), cooperativas (Frutos de Tlayacapan, Paluch'en, Maya Magic) y, campesinos y grupos indígenas (Tosepan Paluch'en, Café Fértil, Kiee Lu'u, Maya Magic, Ecotierra). Algunos nicolaítas ya vienen comercializando sus productos con tal empresa.

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117

Según el Censo de 1990, las características de la Población Económicamente Activa

(Levario y Fuentes, s/f) del pueblo, resume que el 97% especificaba ocupación, y el 3% se

encontraba desocupada.125 La PEA se distribuía en los diferentes sectores productivos,

según la siguiente gráfica.

Gráfica No. 2

P.E.A. OCUPADA POR SECTOR

PRIMARIO6%

SECUNDARIO32%

TERCIARIO62%

En los años noventa la población local se empleaba principalmente como obrera y

empleada, le seguían los que laboraban de manera independiente y, en menor porcentaje,

los que se dedicaban a las labores agrícolas (Ver gráfica No. 3).

Gráfica Nº 3

125 De acuerdo al INEGI (visita en febrero del 2008) y considerando los datos del 2000 y del 2005, aparecen cifras contradictorias a estas tendencias. Por ejemplo, en el año 2005 la población de la Magdalena Conteras (a la cual está adscrita territorialmente el ejido), alcanzaba 228, 927 pobladores, de los cuales 109,649 son hombres y 119,278 son mujeres, mostrando un total de 58,524 viviendas. Por su parte, en el ejido– esta fuente informa que tiene como población 149 personas de los cuales 73 son hombres y 76 son mujeres, se registran 35 viviendas. En el Censo del 2000, en último lugar están registradas 77 personas con 21 viviendas y con una PEA de 31 personas. En conclusión, estos datos demuestran la dificultad en las cifras y los problemas que existen para definir demográficamente a la población de Nicolás de Totolapan que es fundamentalmente migrante, y que expresa su residencia censal en el núcleo central de la Delegación.

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118

OCUPACIÓN

Empleado/obrero, 746

Jornalero/peón, 50Por cuenta propia,

2630200400600800

Empleado/obrero Jornalero/peón Por cuenta propia

A más de 15 años las actividades han variado, enfatizándose más aún la diversificación de

su economía, lo que significa una mayor dinamización de la economía familiar y local,

sustentada en la pluriactividad económica. La familia campesina ejidataria tiene como

estrategia de generación de ingresos y reproducción de su economía, la multiactividad

económica, construyendo un perfil propio entre la producción de corte tradicional y lo

“moderno”. Son estrategias familiares de diversificación articuladas a opciones

productivas, comerciales y de autoconsumo familiares y asociativas (Bartra, 2006:368).

La terciarización de su economía, expresada en una amplia gama de servicios y venta de su

fuerza de trabajo, cual mano de obra barata para la gran ciudad, viene brindando cambios

significativos en la organización familiar, entre los más relevantes encontramos la

intensificación de la incorporación de un mayor número de miembros de la familia al

mercado de trabajo asalariado (Rodríguez, 2001:294). En San Nicolás, aproximadamente el

90% de las unidades domésticas desarrollan actividades complementarias diferentes a la

tradicional, como: peones, comerciantes (ambulatorios y establecidos), pintores,

electricistas, albañiles, vigilantes, empleados de servicio doméstico, jardineros y

caballerangos, entre otros. No se constatan casos de extrema pobreza económica y

pauperización humana, aunque hay familias “recién llegadas” que habitan zonas

marginales, quienes resumen carencias en su calidad de vida (atención a servicios básicos

especialmente).

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119

Como se ve, las familias resuelven creativamente sus condiciones económicas

diversificando sus fuerzas productivas, en el caso, usufructuando beneficios de su

colindancia con la gran ciudad. “Las personas desarrollan sus propias estrategias para

resolver los problemas que enfrentan (…). No responden meramente a programas o

servicios proveídos por intereses privados o “externos” tampoco reaccionan simplemente a

las condiciones lejanas del mercado” (Long, 1996:45), más bien se apropian de ellas y las

sujetan cada vez más cerca a sus conveniencias. Un ejemplo que grafica la diversificación

de estrategias que señala Long es el caso de uno de nuestros actores cuando expresa:

Afortunadamente yo si te podría decir con todo respeto que yo me siento un hombre versátil. Porque lo mismo me puedo mover en una parcela que en un invernadero cultivando verduras, que en un rancho limpiando las vacas, ordeñando e ir a vender leche. O lo mismo me puedo ir a la ciudad a manejar un taxi, o a una obra a decorar una casa. O lo mismo irme a un salón de baile y ganarme un primer lugar de baile. O lo mismo agarrar a una quinceañera y decirle: la música ahí no marca ocho tiempos. Yo me considero una persona versátil, y me considero a gusto, soy feliz como vivo126 (Rico, 2005).

Otro ejemplo de la concreción de alternativas de reproducción socioeconómica

heterogéneas, en términos de estrategias para resolver dificultades de reproducción

económica, son los empleos en las caballerizas. Además, expone cómo los actores vienen

vertiendo los potenciales de su conocimiento tradicional y habilidades, en el mercado de

oportunidades remunerativas que oferta la gran ciudad. Ocurre que hace aproximadamente

10 años los propietarios de caballos, gente millonaria que vive en el DF en zonas

residenciales, fueron limitando la tenencia de estos animales cerca de su domicilio. La

salida fue alejarlos de la urbe; así varios pueblos, especialmente del Ajusco –entre ellos San

Nicolás Totolapan–, fueron escogidos para la compra de terrenos e instalación de

caballerizas.127 El entendido fue disponer de espacios más amplios, y reconocer que los

lugareños reúnen saberes tradicionales en el manejo y cuidado de estos animales. De esta

forma, se establecieron propietarios de caballerizas por encargo, que vienen los fines de

126 Aquí lo interesante es hacer notar –no siendo tema de nuestro análisis–, cómo los actores manifiestan conformidad con su calidad de vida, aceptando lo “que las oportunidades y la vida les otorga”. No hay lamentación, queja, incomodidad e inseguridad, más bien sentido de logro, reconocimiento y orgullo por lo que se consigue, por lo que se tiene y es. Notable diferencia con otros pobladores que al no aceptar “su condición” viven en constante lucha y terminan por no aceptarse ni aceptar a los demás. 127 En el Ajusco hay alrededor de 100 caballerizas y en el pueblo 10.

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120

semana a entretenerse y, por otro lado, los caballerangos128 que además de cumplir

funciones propias en las caballerizas, realizan la labor de guiado por la localidad.

Finalmente, es una actividad que también beneficia a la agricultura por el estiércol utilizado

como abono.

Otro caso, con el añadido de orientación empresarial –pionera en su género–, es el de las

mujeres de la Microempresa Autofinanciada Transformadora de Productos Nutricionales

“Flor de Amaranto”.129 Ellas elaboran dulces nutritivos (palanquetas, galletas, granola,

soya) con ingredientes de la zona, habiendo logrado posesionarse exitosamente del mercado

local y de algunas ferias y tianguis del Distrito Federal. Parafraseando a Long (1996:37)

diríamos que “(…) observamos las maneras en que las nociones de “trabajo” y “estatus

ocupacional” cambian constantemente en gran parte como resultado del creciente

desempleo, del empleo parcial y de una reorganización de la división de trabajo (…).

Finalmente, se presenta un movimiento hacia una mayor “informalización” y

fragmentación de la vida económica dentro de las familias/hogares, las microempresas y las

comunidades locales de apoyo mutuo y solidaridad social”.

Las comunidades, como el ejido de estudio, hoy han incrementado sus estrategias de

sobrevivencia, complejizando más sus interrelaciones (redes), espacios y dinámica local.

Viven sujetas a las oportunidades que les brinda la gran ciudad; en ese acontecer enfrentan

una suerte de conjugación de direccionalidad y desaciertos, de apuestas y negaciones, de

confianzas y desconfianzas en su vida cotidiana. La pluriactividad económica es y será la

salida para la sobrevivencia en el clima rural-urbano.

Otra expresión que refleja la pluriactividad económica, además de expresar la simbiosis

tradicionalidad-modernidad, es el “tianguis”,130 prototipo emblemático del pueblo, donde

128 Empleados de las caballerizas. 129 Según las socias, el negocio se inició con $ 100.00 pesos por parte de cada una de las 15 mujeres gestoras del Proyecto. 130 Feria local que constituye en ambulante y particularizada presentación la venta de artículos de: belleza, dulces, ropa interior, ropa de niños, de mujeres, de mayores y escolares; juguetería, mercería, composturas de menaje de cocina, legumbres, carnicería y lácteos, chiles secos, comida para perros y gatos, abarrotes, jarcería (escobas, estropajos...) y perfumería contrastando con la venta y refacción de celulares, televisores, equipos de sonido, juguetes electrónicos, y venta de películas y programas “piratas y clonados” entre otros. La exposición de los puestos adolece de un

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121

observamos cómo vienen transformándose las maneras en que las nociones de “trabajo” y

“estatus ocupacional” se renuevan constantemente, en gran parte, como resultado del

creciente desempleo, del empleo parcial, y de una reorganización en la división del trabajo

(Long 1994:37) de sus actores, quienes ofrecen sus más variados servicios. El panorama

hace una lectura, fácil diríamos, de un movimiento y crecimiento de la “informalidad”

laboral, y de cómo los actores sociales redoblan sus estrategias de vida para generarse

ingresos, unas veces complementarios, otras como fuente principal de manutención de sus

familias y hogares. La venta en el suelo, a la entrada del “tianguis” lo hacen señoras del

pueblo ofreciendo productos como hongos, plantas medicinales y verduras de recolección

del Bosque o espacios análogos).131 El contexto nos lleva a concluir que el pueblo es el

‘caso tipo’ para examinarlo dentro del marco teórico de la nueva ruralidad. Estamos en un

territorio donde es casi imposible reconocer los límites entre el campo y la ciudad, pues la

difusión de nuevos patrones de consumo y hábitos de vida, y la creciente movilidad de la

población han modificado radicalmente el patrón de organización del territorio,

desplazando casi por completo las fronteras entre lo rural y lo urbano (Linck, 2001:57).

Lo extraordinario es que, en el contexto de movilidad conurbana, no ha resquebrajado o

invalidado el repertorio de conocimientos y habilidades arraigados en la tradición de sus

actores para seguir conduciendo el Bosque.132

Es evidente que en este espacio de encuentro los actores sociales usan sus redes

interpersonales, comunitarias, de barrios e instituciones para la permanencia en uno y otro

puesto, además de ser espacio modélico ideal para sectores del pueblo sin acceso a trabajo

ni calificación alguna.

ordenamiento por materiales u objetos de consumo. Su “estilo” es para que el público visitante pueda recorrer todo el tianguis, porque “si estuviese por partes ya no entraría a otro lugar y solo unos pocos se beneficiarían”. No faltan en las esquinas los muebles de madera (no lugareña) y la venta de chicharrones, “mixiotes”, barbacoa y demás frituras, junto con licuados, refrescos y los demandados antojitos y comidas de la zona 131 Los “tianguis” cada vez venden menos porque el Gobierno está reconociendo haberes de obreros y empleados -a través de vales-, para que puedan adquirir en tiendas y supermercados exclusivos los productos del hogar. El tianguis pertenece en su administración a la Delegación Magdalena Contreras, a quienes pagan sus impuestos cada tres meses; las cuotas varían según el producto que se expende. Por ejemplo 200 pesos cuando se trata de perfumería. Los que pagan más son los que ofrecen carnes y lácteos. 132 Aspecto que asumimos en el capítulo tercero.

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122

En lo que respecta a la cuestión educativa, en San Nicolás casi se ha erradicado el

analfabetismo, según el Censo de Población de 1990, la gran mayoría ha culminado la

educación primaria y secundaria (ver Gráfica No. 4) (Levario y Fuentes, s/f).

Gráfica Nº 4

NIVEL EDUCATIVO

Primaria40%

Secundaria54%

Más instrucción6%

Actualmente ofrecen servicios educativos la Escuela Primaria “Luz María Chacón Durán”,

las Escuelas Primarias Oficiales “Enrique Rodríguez Cano”, la Escuela Primaria “Catalina

Cardona Nava” y la Secundaria Técnica No 45. Asimismo, dos Jardines de infancia. No

pocos se califican académicamente en escuelas ubicadas en las intersecciones del pueblo,

de la Delegación y del mismo Distrito Federal.

Cabe señalar también que existe un número importante de profesionales con carreras de

mando técnico y universitario (profesores, enfermeras, abogados e ingenieros) quienes, en

su mayoría, prestan sus servicios al Bosque. Últimamente, como expresión de salvaguarda

y desarrollo del recurso forestal por los propios ejidatarios, se vienen calificando en

carreras como biología, agronomía y turismo, entre otros.

Asimismo, son las especializaciones y ocupaciones, y los cargos político-administrativos

del ejido los que han generando diferencias en los niveles socioeconómicos y de poder

entre las familias. Los antagonismos no se han dejado esperar, especialmente entre quienes

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123

dirigen el ejido y el Proyecto del Parque Ecoturístico y, aquellos que son de oposición o no

participan en el mismo, aspecto que más adelante abordaremos con detenimiento.

Diferente representación que sintetiza el sentido de tradición e identidad en el pueblo, es el

espacio de festividad y jolgorio, expresado en el calendario cívico-religioso establecido.

Ahí destaca el día 9 de septiembre, fecha en la que se celebra la fiesta del pueblo de San

Nicolás Totolapan. Aunque cada vez se siente mayor significancia de los usos y costumbres

citadinos y de la ‘modernidad’. La descripción que nos refiere Levario y Fuentes (s/f: 62)

nos acerca al sentimiento identitario y simbólico del festejo patronal del pueblo:

Las fiestas religiosas y el calendario de correspondencias, son los eventos que rompen con lo cotidiano y que nos aportan un mayor número de elementos socioculturales de identificación y cohesión interna, que muestran la organización social de la comunidad y su relación con los pueblos vecinos. … El sonido de los cohetes marca el inicio del espacio sagrado para los lugareños y comunidades vecinas. La Comisión de Festejos del pueblo es ahora la anfitriona de sus vecinos.

Por lo general, el pueblo festeja con música y baile gratuito durante una semana. La

celebración se engarza con la celebración del Programa de Fiestas Patrias, siendo el

momento prominente ‘El Grito’, ejecutado a las 8 pm; luego hay una fiesta general

presidida por la reina del pueblo y la charrería. En el día hay jaripeo en el ‘Lienzo Charro’

(arriba en la plaza del pueblo), con 10 toros que los montan jóvenes, especialmente. Sin

embargo, llama la atención que cada vez sea más deslucida y que haya menor concurrencia

del pueblo a las fiestas, porque “se está haciendo costumbre que haya peleas y hasta

muertos” o “cuando están enfiestados y pelean entre ellos entonces sacan sus pistolas y

disparan”. La agresión y las disputas callejeras vienen acaso ganando el sentido y

expresión de la devoción de la fiesta.

La lectura sobre la economía productiva y realidad socio-cultural de San Nicolás

demuestra el camino hacia la maximización de la fuerza de trabajo rural y,

consecuentemente, la mayor diversificación de actividades de la vida rural. En términos de

Ostrom (2001) y Kay (2005), los nicolaítas viven ahora de potenciar los diversos capitales

que encierran. El capital natural expresado en su oferta ambiental (Bosque, tierras, agua),

capital físico o producido (infraestructura, especialmente del Parque, herramientas, obras),

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124

su capital humano (conocimientos, habilidades y destrezas, calificación y educación);

capital financiero y, el capital social que son las redes sociales que maneja dentro y fuera

como Bosque y Parque.

Cabe resaltar que las actividades de apropiación, producción, servicios y provisión de

bienes comunes, y la forma de participación y gobierno que desarrolla San Nicolás, se

desarrollan en el marco de su sistema de organización y relaciones sociales,

predominantemente tradicionales, aunque las adopciones “modernas” no son de extrañar.

Es decir, su sistema de cargos, como los usos y costumbres comunales se explicitan en

costumbres ancestrales arraigadas, con base en la cooperación, reciprocidad y participación,

donde la apuesta y compromiso es servir mejor al pueblo, y ahora a sus proyectos en

camino. El capital social, expresado en este tipo de relaciones sociales, hace que sigan

fluyendo y dinamizando los saberes y habilidades locales, entre ellos el CT en el manejo

del recurso forestal.

Sorprendente e insólito para muchos (por ello lo seductivo del tema y objeto de estudio) es

que San Nicolás, viviendo en simbiosis cotidiana con la Ciudad de México, megalópolis de

megalópolis, donde precisamente está en cuestionamiento el fenómeno de

deshumanización, producto de desvalores como el individualismo y la corrupción más

censurada, pueda mantener a inicios del siglo XXI, esta forma de capital social y además

ser sustento del manejo viable de su Bosque, ahora Parque Ecoturístico. No pretendemos

afirmar que el ejido esté exento de relaciones de poder que expresen enfrentamientos,

discordias y disputas veladas. Todo lo contrario, al interno, en su más íntimo tejido

manifiesta disputas por el poder, especialmente en la conducción del ahora PEESNT, como

expresión de resistencia que expresa finalmente estrategias de permanencia y defensa por lo

suyo (Bonfil, 1990).

San Nicolás resume de alguna manera un escenario con sinergias alentadoras, y

desarmonías acaso insustanciales. Su reto es mantenerse y recrearse respondiendo las

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125

expectativas que ha levantado hoy por hoy con el denominado Parque Ecoturístico.133

Sabemos que para que las instituciones comunales acoplen proyectos en común e ingresen

al camino de la viabilidad es necesario ver cómo es el interno de éstas, puesto que si están

sólidas “(…) se construyen sobre la base de normas de confianza y reciprocidad, de las

visiones compartidas sobre los recursos comunes y de las experiencias de organización de

los grupos. A su vez, la operación de instituciones sólidas favorece la existencia de

sinergias que mantienen las relaciones de confianza, y en general, las condiciones para que

el desarrollo de experiencias de organización colectiva sea viable” (Merino, 2004:134).

2.5. Construyendo una renovada identidad

En San Nicolás Totolapan la estructura de gestión del ejido está definida por el reglamento

agrario que establecen dos órganos de representación, el Comisariado Ejidal o de Bienes

Comunales y el Comité de Vigilancia, en el que existen los mismos cargos para el

funcionamiento del PEESNT. No siempre hay una correspondencia exitosa entre la

administración del Bosque y el PEESNT. Las autoridades se mantienen entre la crítica y

reconocimiento, especialmente por la administración del Bosque. Actualmente el Proyecto

Ecoturístico es el eje principal de actividad que orienta y moviliza las acciones entre

autoridades y ejidatarios, de tal forma que es lo que marca el interés por el poder,

soslayando diferencias y resistencias entre actores.134

Con respecto a la establecida amenaza de la tendencia de la apropiación de los recursos que

otros consideran bienes de uso común, con la consiguiente amenaza de su deterioro y

extinción, reflexionamos a la luz de la propuesta de Hardin (1978:47-57), quien dice que

seguirá en crecimiento si no se pone un alto y se revisa el significado de la libertad del uso

de los bienes comunes por parte de los actores externos. Lo que podría pasar es, en

términos de Hardin, que estamos caminando aceleradamente hacia una “tragedia de la

pérdida de los bienes comunes” (recursos naturales), si la sociedad sigue apropiándose de

los recursos naturales que ahora se reconocen finitos. Aunque la autora cae en la 133 Aspectos que abordamos en el capítulo tercero sobre el Bosque y el Proyecto Ecoturístico. 134 Aspecto que abordamos en el capitulo tercero, pues en el presente acápite solo abordamos lo que acontece en el pueblo, más no en el Proyecto Ecoturístico.

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126

cuestionada critica por estar a favor del neomaltusianismo y privatización de tierras, para

el caso el crecimiento del Distrito Federal nos sirve de alerta sobre la amenaza que

representa para las comunidades orilladas a su presencia. San Nicolás no es excluyente, lo

es en la medida que es parte de la zona conurbana que integra la megalópolis. La población

que amenaza su territorio no ha aplacado aún sus estrategias de apoderarse de “mil

maneras” de sus tierras colindantes e inclusive de las tierras ejidales que les pertenecen,

como lo advertimos más adelante.

Tampoco hay asistencia técnica ni promoción sostenida al campo, o si las había no llegaban

a los pueblos más desprovistos. Hoy, estas limitaciones vienen subsanándose, de alguna

manera, con la presencia e intervención de organismos rectores oficiales. Algunos

productores de San Nicolás cuentan con subsidios por parte del Programa de Capitalización

al Campo (Procampo), perteneciente al Gobierno Federal, quien reconoce con $1,500.00

pesos por cada hectárea, a quienes siembran productos tradicionales como maíz y frijol. La

Corena los apoya con mano de obra para la pizca del maíz, y la Delegación Magdalena

Contreras otorga 5 kilos de semillas de habas o avena por cada campaña agrícola.135

Por otro lado, las lamentaciones y conflictos habituales vienen de la convivencia cotidiana

con los propietarios de los condominios, quienes mediante empresas constructoras

usufructuaron terrenos a precios reducidos construyendo sus viviendas en pleno centro del

pueblo.136 Con ello, San Nicolás despegó un perfil sui generis. Así, junto a las casas de

adobe y techos de teja irrumpen viviendas y condominios imponentes con todas las

comodidades citadinas, incluidas campos de tenis y albercas.137 La gente recuerda que los

135 A diferencia de Perú (donde el campo viene ‘inundándose’ de políticas asistencialistas y los pueblos del Ande escogen a las instituciones dependiendo de quién les paga o regala más), estimamos que el campo mexicano no ha llegado a extremos de trabajar sus milpas y parcelas sólo si a cambio de ello recibe remuneración alguna. 136 La familia de Don Macario Camacho (cacique de pueblo, ya fallecido) quien acaparó la mayoría de las tierras del centro de pueblo), fueron vendidas cambiando el rostro del pueblo. Más adelante abordaremos el tema de disputa de tierras en San Nicolás. 137 Para ejemplo, algunas personas destacadas del espectáculo y la política que tienen residencia o han vivido en San Nicolás de Totolapan son: Ignacio López Tarso, Humberto Zurita, Ana Martin, Guadalupe Pineda y la hija de Vicente Fox (ex-presidente de México), y la hermana de Ernesto Cedillo. El ejido se ha vuelto un “rinconcito” obligado para visitar o vivir en el mismo. Hay una tendencia a repetir la tendencia ‘Coyoacán’ y tantos pueblitos pintorescos como Malinalco o Tepoztlán, pero con las ventajas de beneficiarse de los servicios de la megaciudad.

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127

terrenos de la Hacienda Eslava (que es la parte más plana del suelo del ejido) fueron

vendidos, construyéndose las residencias aludidas “En el pueblo hay una zona residencial

con 30 casas que están resguardadas. Si entras allí te matan, tiene órdenes de disparar.

Son casas muy lujosas, de gente muy adinerada. Parece que son de descanso porque la

mayoría son gente de la tercera edad”.138 El beneficio de los externos pasa por la

consideración de que por ser pueblo sean reducidos los pagos por los servicios básicos.

Estar en San Nicolás es vivir entre la impuesta modernidad y la insistente tradicionalidad,

en otras palabras, entre el reto de ‘retozar el pueblito’ y la gran ciudad.

El costo de vida se ha encarecido, el incremento de pago por arbitrios y la falta de agua,

son el problema fundamental. Anteriormente, en el pueblo había abundante agua

procedente de los manantiales del mismo pueblo,139 ahora se comparte, además de con los

avecindados, con los pobladores de los condominios y Milpa Alta. “Además de consumir

nuestra agua, viven de espaldas a lo que hacemos, no participan de nuestras costumbres

(...) Hace pocos años, hasta hubo un muerto en un enfrenamiento con ellos”. Cabe resaltar

que la labor parroquial viene trabajando a favor de “armonizar el distanciamiento” entre

condóminos y habitantes nativos.140 Dicha tendencia inflacionaria establece presión, ya sea

sobre los recursos, a menudo insustituibles (suelo), o bien en torno a precios e impuestos

que afectan directamente a la población local, normalmente sin tener en cuenta los usos y

costumbres interiores (Santana, 2006:72).

Así, actualmente el pueblo vive su cotidianeidad entretejida en sus tradiciones y la pujanza

de la modernidad, donde la agricultura aún persiste, porque “nomás sembramos por el puro

gusto, por costumbre, pues el campo nunca ha dado… pero, allí estamos”. La vida de los

barrios tradicionales como Atongo, Piedra Grande (arriba de Cazulco), Hacienda de Eslava,

Puente Cuadritos, Las Minas (abajo), Barrio de Chisto, Las Colonias, El Molinito, La

138 En el siguiente capítulo abordaremos este tema con mayor profundidad. 139 Entre las fuentes de agua están: El saúco (el más grande del pueblo), El Potrero (que actualmente sostiene al pueblo), Rancho Tuerto y Manzanasicla 140 Cabe reflexionar sobre la labor parroquial que actualmente viene cobrando importancia en el pueblo. Si bien su párroco le viene inyectado un renovado dinamismo, son menos los parroquianos que no colaboran y participan de la iglesia. Este hecho que parecería tener una orientación en el avance en la calidad de vida de la población, subliminalmente acaso, viene contribuyendo a desestructurar cada vez las tradiciones del pueblo configurándolo a la ‘modernidad’.

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Cuesta, Las Retamas, El Tanque, El Centro de San Nicolás de Totolapan y Las Huertas, se

viene entremezclando con el estilo de vida de la gran ciudad. Los servicios que día a día se

crean en el pueblo, emulan a la gran ciudad.141

A manera de conclusión, se sustenta que el acercamiento histórico social del pueblo, no

hace sino explicar el sentido (a manera de reconstrucción) de las condiciones de producción

y reproducción de las formas sociales y políticas de resistencia, cual discursos objetivos u

ocultos por los que ha atravesado y viene surcando San Nicolás. Cómo se han venido

identificando y manifestando los elementos que están detrás y a la vez arman el escenario

donde se manifiesta la ‘tradicionalidad’ del pueblo que, correlativo a ello, manifiesta un

repertorio de defensa de su territorio y, con ello, subyacentemente del repertorio de saberes

y habilidades en la conducción del Bosque, como patrimonio principal del ejido. Sustancial

para el presente estudio, en la medida que acerca a entender desde cuándo, dónde, por qué,

con y entre quiénes, anidan las relaciones de fuerza existentes y los procesos de adaptación,

permanencia, afirmación y apropiación de sus actores, para arrancar el proyecto comunal

Ecoturístico.

El desenlace no ha culminado, todo lo contrario, ha iniciado un nuevo desafío en las tierras

que viene defendido. San Nicolás Totolapan es un pueblo con una compleja historia, se han

analizado sólo algunas de sus líneas de vida encarnadas al Bosque, para de ahí privilegiar el

lugar que le atañe al CT; por lo demás, consideramos que hay indistintos filones para

continuar la investigación.

Finalmente, el imaginario social del pueblo nunca pudo figurarse sino más adelante, a

iniciativa de los propios comuneros, con la propuesta de que se creara un nuevo Proyecto,

141 El ejido cuenta con servicios de Internet, telefonía pública, el edificio ejidal, kiosco, biblioteca, una escuela secundaria, dos escuelas primarias, kinder (3 particulares y uno del gobierno), tianguis (martes y jueves), iglesia y su parroquia, campo deportivo (para football rápido), Centro de Salud y la Subestación Eléctrica. Asimismo, cuenta con servicios de drenaje, agua potable y energía eléctrica, limpieza y seguridad, esta última viene de la Magdalena Contreras. Disfruta de las actividades culturales de la Iglesia “La Conchita”, la Casa de la Cultura y el Foro Cultural de la Magdalena Contreras. El pueblo se une por lo general para realizar actividades cívicas y festivas con los pueblos de San Bernabé y otros vecinos.

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129

ingresando a un episodio inédito, quizás el más importante de su vida colectiva vigente,

aspectos que abordaremos en el siguiente capítulo.

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130

CAPÍTULO III

EL BOSQUE Y PARQUE ECOTURÍSTICO, PROCESOS DE

RESISTENCIA Y EMPODERAMIENTO

El presente capítulo no es una historia técnica o productiva del Bosque, todo lo contrario,

pretende mostrarlo como la arena propicia donde se develará cómo se desenvuelve el

potencial natural y, por medio de él, en íntima simbiosis, las manifestaciones del tejido

social, cultural, político y simbólico que detentan los actores protagonistas de su

conducción. La finalidad es alcanzar a visibilizar a sus actores sociales dirigiendo el ahora

“Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás Totolapan” (PEESNT), en la pretendida alusión de

dejar atrás el reconocerlos sólo, como héroes anónimos, pues su contribución ofrece –junto

con otras comunidades– determinados servicios a sí mismos y a la Ciudad de México.

Trataremos de recuperar la historia reciente del ejido, mostrando la lucha a favor de su

territorio, explicando cómo y por qué llegan al PEESNT. Mostraremos el interés de las

externalidades sobre su área boscosa, misma que expresa que el principal objetivo de la

intervención es la disputa por el acceso a la tierra y sus recursos, privilegiando sus

objetivos. Asimismo, pretendemos exteriorizar cómo los actores sociales se fueron

apropiando del PEESNT y, dentro del mismo, las manifestaciones de resistencia y

expresiones de disputa en el control del poder por las decisiones en su conducción,

graficando la desigualdad de oportunidades que hay en la administración del proyecto.

Además de analizar cómo detrás del acceso al poder, subyace veladamente una disputa

ideológico-filosófica sobre el CT, pues los actores, quienes conducen operativamente los

servicios del Parque, resumen mayor expresión del mismo.

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131

La síntesis narrativa que presentamos en el siguiente acápite, es una descripción del

panorama socio-territorial del Bosque, en el objetivo de pretender ubicarlo en la dialéctica

de vivir la vecindad con la gran Ciudad de México. El fenómeno viene configurando una

serie de procesos y relaciones sociales producto de las diferentes miradas y arquetipos

sobre lo que es “el progreso”, “la modernidad” y “el desarrollo”. Mostramos de esta forma

un territorio amenazado y enfrentado, pero a la vez propositivo a partir de la decisión de los

actores de San Nicolás por irrumpir en un proyecto inédito para ellos.

3.1. Una lectura obligada del hinterland142 del Bosque

¿Qué tendrá de diferente el Bosque de San Nicolás de Totolapan para atraer a su

visitantes?, ¿Qué existe detrás del Proyecto, denominado “Parque Ecoturístico Ejidal”?

Como visitante se hace latente la inquietud de querer descubrir siempre lo nuevo, lo

inverosímil, lo diferente.

Poco a poco nos vamos apartando de la gran ciudad. Del periférico, Perisur, “Six Flags”,

“Chedraui”, la gran hotelería y los servicios de franquicias mundiales, entremezclado con

los infaltables autoservicios OXXO. Imponentes expresiones e iconos de la libre empresa y

el mercado, del crecimiento urbano acelerado. Estamos ante la gran inversión orientada al

comercio, los servicios y la diversión.

Cerca del Bosque, múltiples carteles de inmobiliarias anunciando la mejor ruta del Distrito

Federal para vivir mejor, con aire puro y abundante y áreas verdes, entre otros. El

marketing empresarial se descubre orientando sus objetivos a recuperar la vida natural,

sosteniéndose en algo que viene perdiendo la megaciudad: vivir naturalmente en medio de

la modernidad, que implica tener albercas atemperadas, campos de tenis, entre otros

servicios… “Construir o edificar está prohibido por la ley”, afirman otros anuncios –

últimamente difundidos– como contradiciendo las promesas de las inmobiliarias. Anuncia

el Gobierno Federal que la zona es de propiedad privada y ejidal, por ello la prohibición de

142 Este concepto es entendido como al área de influencia que antecede y circunda a la comunidad en referencia.

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132

compra de terrenos cerca del “Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás Totolapan” y zonas

de bosque en general.

Pero esos anuncios, en realidad, no llegan a las grandes inmobiliarias, van dirigidos a los

pobladores que componen las urbanizaciones populares, ante la aún viva arremetida del

crecimiento de la mancha urbana. El objetivo es la prevención de problemas limítrofes y de

suelos, el mismo que resume una larga historia de conflictos en esta zona. Nos preguntamos

¿cómo conseguir el equilibrio-armonía ante las infaltables amenazas que profundizan el

delito ambiental?

Combinan el paisaje de antesala al Bosque, indistintos servicios de mecánica para coches,

casa de descanso, salones de baile, cantinas, antros de diversión, gimnasios, entre otros,

dando un perfil conurbano. Camino de la carretera panorámica del Ajusco, por ambos lados

nos acompaña el sotobosque que hace las veces de cortinas naturales para esconder grandes

poblados precarios anexados a la gran ciudad. La mayoría de ellos tienen su origen como

asentamiento irregular entre 10 y 40 años atrás.

Sin embargo, es inevitable, ya más cerca, recorrer nuestra mirada por una zona cada vez

más amplia de viviendas precarias, establecidas en colonias populares, producto de la

adquisición de terrenos la mayoría de las veces ilegal, otros con promesa de

documentación legal para la titulación en dichos suelos. El asentamiento humano San

Nicolás II y otros, son ejemplo explícito de ello.

Resaltan varios negocios, especialmente de venta de alimentos de huerto, frutales, miel y

dulces caseros. La infaltables artesanías de muebles y alfarería, otra vez mecánicas para

coches y bicicletas, y el expendio de comida típica dominguera al aire libre de carnitas,

barbacoa, pozole y birria. Todo ello se entremezcla con árboles, arbustos y sotobosque que

aún quedan en zonas de pedregal.

Ahí, lo que resaltan son las viviendas precarias, pequeñas, adustas; nos dicen que aún están

en construcción, son producto del reto de construir de ladrillo en ladrillo, de piso en piso.

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133

Casitas de una sola habitación con ladrillos superpuestos, nos anuncian su construcción

provisional, aspirando algún día ser definitivas. Muchas, sin los servicios básicos de

saneamiento.

Es imposible no percibir con sentimiento de sorpresa, amenaza y preocupación que a lo

lejos –en la parte que cada vez se hace más baja– una capa humosa de ceniciento y opaco

color, que a pocos metros de altura recorre amplia y desafiante por toda la gran ciudad. Es

la capa de concentración de gases y humos que sintetiza la contaminación de la megaciudad

de México, la más grande del mundo. Cuesta arriba como contradiciendo dicha amenaza y

sosteniendo que todavía hay esperanza para una vida mejor, nos invaden los rayos amarillo

dorado del sol que combinan cada vez más con el verdor del monte y el claro azul del cielo.

Estamos en pleno cerro del Ajusco.

Del sueño del análisis, en una suerte de ruptura abrupta, despertamos de pensar en el clima

complejo y caótico que impone vivir sobre la disparidad de las contradicciones en la gran

ciudad; de cómo avanzar hacia su certidumbre, de cómo se ordena y ordenaría mejor esta

realidad. Concluimos que es la población, sus actores quienes tejen sus propias estrategias

de supervivencia aun en riesgo de su propia seguridad. Ciclistas equipados con cascos y

ropa especial recorren la subida del Ajusco; coches que llevan en sus cajuelas y al aire libre

bicicletas montañeras; vemos cada vez más, anuncios de tramo en tramo, sobre los

servicios que ofrece el Parque, sus especialidades y segmentos comparativos. Unos pocos

metros y estamos en el ingreso al “Parque Ecoturístico Ejidal de San Nicolás de

Totolapan”. Su cartel de bienvenida pareciera decirnos que, a pesar de todo hay salidas, que

una de ellas somos nosotros, por ello, ¡Visítenos!

Llegamos al Parque, y nos recibe un imponente arco de ladrillos estilo colonial-moderno

– recientemente inaugurado–, es la caseta de información y peaje del nuevo Proyecto, llama

la atención autodenominarse: “De propiedad y administración ejidal”. Queda lejos la

sensación de vivir en la gran ciudad, imponente, diversa e ilimitada ante nuestros ojos ya.

La zona boscosa de uso común, con diversidad de plantas silvestres, arbustos y árboles es

nuestro plan por ahora.

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134

Inmediatamente reconocemos que las sociedades son caóticas y que están en constante

movimiento, que estamos viviendo una época de caídas y construcción de paradigmas.

Hace unos 20 años no hubiéramos imaginado que el Bosque de San Nicolás estaría

dinamizando, de alguna manera, la economía de su hinterland con vendedores ambulantes

que ofertan ‘alegrías’,143 helados y nieves, alquiler de caballos, bicicletas, líneas de

peseros, y venta de comida al paso.

Habría que reflexionar sobre la tendencia y futuro que tienen los espacios comunes cerca

de la ciudad, en claro cuestionamiento de lo que propone Garret Hardin (1968:47-57), el

Bosque, ahora Proyecto Parque, no tiene por qué seguir bajo la amenaza de ser privatizado,

invadido, tomado, tragado, absorbido y subsumido por la fuerza de la gran ciudad, por la

desidia e intereses de actores y agentes externos. Pero sí, se debe considerar que el Proyecto

no sólo dinamiza la economía del lugar sobre la base de las habilidades y potenciales de la

localidad, sino que está engarzado ante una realidad externa que podría en cualquier

momento cambiar el curso de su historia, muy a pesar de la disputa, resistencia y re-

significación por parte de su grupo local. La multifuncionalidad de los espacios y la

pluriactividad de los actores no hacen otra cosa sino decirnos que, el ejido viene cediendo

a la transformación de su territorio.

3.2. El Bosque de San Nicolás Totolapan

3.2.1. Su preeminencia más allá de las fronteras internas

Separado físicamente del pueblo por una corta distancia, el Bosque de San Nicolás está

ubicado en el sur oeste de la zona metropolitana de la Ciudad de México, perteneciente a la

sierra del Ajusco. Tiene una extensión aproximada de 1,700 has, ubicándolo entre los

paralelos 19º13´30´´ y 19º16´20´´ de latitud norte y los meridianos 99º14´45´´ y 99º19´00´´

de longitud oeste.

143 Dulces típicos elaborados con base en el amaranto.

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135

Colinda al norte con las Cañadas de los Dínamos (Delegación Magdalena Contreras), al sur

con el Volcán Ajusco y los Ejidos de San Miguel y Santo Tomás Ajusco (Delegación

Tlalpan), al oeste con los Municipios de Ocoyoacac, Calpuhuac y Jalatlaco (Estado de

México) y, al este con las Colonias Bosques del Pedregal, Héroes de Padierna y Héroes de

1910 (Delegación Tlalpan).144 San Nicolás y su Bosque pertenecen a la jurisdicción

metropolitana de la Ciudad de México.

Forma parte de la región central del eje neo-volcánico transversal, siendo una zona de

transición entre las dos regiones biogeográficas del continente americano: Neártica y

Neotropical, por ello tiene un rango altitudinal que va de los 2,700 msnm (hacia el Arroyo

Chichicaspa), a los 3,740 msnm (Cerro Nezehuiloya). Es poseedor de un clima anual

templado, semifrío y subhúmedo, que varía entre los 5º y 18º C con lluvias en el verano,

que es fresco y largo, y un porcentaje bajo de lluvias en invierno, cuya precipitación anual

es del orden de los 1,200 a los 1,500 mm.145

Debido a la conformación irregular del terreno, la formación de arroyos temporales es muy

frecuente en toda la superficie de los bosques del Ejido, sobre todo en las cañadas y

barrancas. Estos arroyos (que son de tipo torrencial) carecen de agua durante casi todo el

año, aunque existen algunos que siempre la conservan. Entre estos últimos, destacan por su

importancia el Arroyo ‘Chichicaspa’ que se origina hacia el cerro ‘El Aguajito’ y recorre la

cañada ‘Tlalpuente’ al noreste de los bosques del Ejido y, el arroyo ‘Agua Escondida’

(Balam SC, 1998).

Según el ordenamiento territorial en materia de uso de suelo, la demarcación de la Ciudad

de México está dividida por dos sistemas topomorfos contrastantes: la sierra y la llanura. La

primera está orientada a la conservación y la segunda destinada a suelo urbano. Romero y

Velázquez (1999),146 la denomina Región de Montaña del Sur de la Cuenca de México, que

involucra además partes del Estado de México y Morelos. La zona resume una importancia

144 Balam, SC, 1998. 145 Balam, SC, 1998. Rico, 2005. 146 Biólogo con estudios y proyectos de la zona, Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco, México, DF.

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136

estratégica de conservación que radica en su potencial biótico como fuente de biodiversidad

biológica; alberga especies amenazadas o en peligro de extinción.147

Empero, la zona hinterland148 y donde está encarnado más cercanamente el Bosque de San

Nicolás Totolapan es conocida como “Gran Bosque de Agua”, el mismo tiene importancia

estratégica para la Ciudad de México, como principal corredor biológico que envuelve a la

Zona Metropolitana.149 Actualmente, este bosque abastece con el 7% del agua que consume

el Distrito Federal. El "Gran Bosque de Agua" es una superficie de 1,200 km2,

comprendida por las sierras Las Cruces, El Ajusco, Chichinautzin, Lagunas de Zempoala y

Cadena.150

La oferta ambiental que resume el mismo es como sigue151:

• 3 mil especies de plantas • 195 especies de aves • 350 especies de mamíferos, reptiles y anfibios • 2 de las 6 especies de felinos que habitan en México • 24 especies de anfibios, 80% son endémicos • 56 especies de reptiles, 8% de las existentes en México, 40 de ellas endémicas de la

región • 132 especies de mariposas • 22 especies de arañas • 47 especies de libélulas • Integra 300 volcanes • 2 de cada 100 especies conocidas en el mundo viven en esta región • Concentra el10% de las especies que no se encuentran en ninguna otra parte del

mundo (endémicas)

147 Según los autores, tenemos por ejemplo: la codorniz, “pachacahua” orejón, colibrí (cuatro especies), pájaro carpintero (tres especies), “papamoscas”, el “reyesuelo primavera”, “huitlacoche”, “verdín”, “orejas de pata”, gallinita de monte, “tangara de cabeza roja”, pinzón, gorrión “zacatonero”, zorzal rayado y, el “teporingo”. 148El concepto hinterland se refiere al área de influencia de una ciudad en una región o como la zona circundante al pueblo. 149 Ver Flores Rodríguez (2007: 41-47). 150 La Sierra del Chichinautzin es una "esponja" que capta las aguas pluviales que caen entre la cuenca del Valle de México y el Valle de Cuernavaca. Debido a su formación tectónica da origen al acuífero superior que alimenta a gran parte del Estado de Morelos y a la Ciudad de México. Ahí nace el río Lerma, que posteriormente desemboca en el Lago de Chapala en Jalisco (Flores Rodríguez, 2007: 41-47). 151 Grenpeace México, El gran bosque de agua. Distrito Federal, México, 2006. www.greenpeace.org.mx

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137

De tal forma que se habla de un territorio de significativa importancia geográfica y natural,

tanto por concentrar recursos naturales endémicos (fauna, flora, microorganismos, suelos,

agua), como por la diversidad y cuantía de las mismas. En México, 50% de las coníferas

registradas en el territorio nacional son endémicas.

De las cerca de 100 especies de pinos conocidas en el planeta, México concentra

aproximadamente 50 de ellas, pero alrededor de 10 están en peligro de extinción.152 San

Nicolás, está dentro del área forestal que alberga casi la mitad de especies conocidas de

pinos en el mundo, por lo que tiene, en el país, el primer lugar en cuanto a esta riqueza.

La zona a la que pertenece San Nicolás se considera un fragmento notable de naturaleza

viva, aunque ahora con abruptos cambios que vienen impactando sus características

propias.

3.2.2. El Bosque de San Nicolás y su estirpe como fuente de agua

La constitución del Bosque fue obra natural, como efecto de las semillas que llegaron por

vientos y aves migratorias procedentes de Canadá. La sierra de San Nicolás Totolapan,

zona fisiográfica apropiada, por su clima, especialmente para los oyameles, cobijó y se

apropió de estas semillas y foresta. El Bosque tendría aproximadamente 5,000 años de

antigüedad153 y, en su conjunto, resume las características de los bosques templados de la

región, los mismos que incluyen diversos tipos de vegetación, entre encinares, pinares

pastizales y, principalmente oyameles, además del sotobosque, que forman una extensión

aproximada de 1,700 has, con alturas que van desde los 2,700 msnm en las partes bajas, y

hasta los 3,740 msnm en las zonas altas.

152 Daniel Piñero, Jefe del Departamento de Ecología Evolutiva del Instituto de Ecología de la UNAM, Gaceta de la UNAM, pp. 6. http://www.dgcs. unam.mx/gacetawe b/2007/070129/ gaceta.pdf 153 Biólogos de la UNAM hablaron sobre la antigüedad del Bosque. Es necesario seguir documentado la información, para corroborar la fuente.

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138

En general, sus suelos son accidentados, presentando pendientes mayores de los 45º, con

una formación frecuente de cañadas y barrancas, algunas de las cuales son profundas. Estos

desfiladeros son mayores a los 100 metros, destacando las “Regaderas”, la “Barranca de La

Leona”, “Tejocote” y “Tlalpuente”; también pequeños valles con pastizales subalpinos

como la “Plaza de gallos” (3,630 m) y “El aguaje” (a 3,370 m) (Balam, SC).

Actualmente, aglutina más de 100 parajes y fuentes (‘ojos’) de agua, cada uno encerrando

una historia propia, expresados en las toponimias que enuncian. Nombres con rostro

acercados a lo humano, producto de hechos históricos, productivos o simplemente

recogiendo emblemáticos comportamientos culturales del entorno. Los parajes más

destacados con que cuenta el Bosque, se resumen en el cuadro siguiente:

Cuadro No. 5

Parajes del Bosque de San Nicolás de Totolapan

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139

1. Aguajito

2. La Agüita 3. Atongo 4. Barranca de la Leona. 5. La Campana 6. Las Canoas 7. Los Cardos 8. Los Cedros 9. Clachichilpa

10. Cuevita de la Leona 11. Cerro del Coyote

12. Chichilpa 13. Las Era 14. Las Estacas 15. Jarillal 16. El Jazmín 17. Xtlahunatongo 18. La Guaje 19. El Guarache 20. Las Llantas 21. Los Gavilanes 22. Lomas del Coyote 23. Lomas de los Caballos 24. Lomas del Ocote 25. Manopintada (agricultura) 26. Mirador de Rancho Tuerto

(parte alta) 27. Mirador de las Palmas

28. Montealegre (pastos pulguilla escobas de popote)

29. Las Palmas

30. Las Palmitas 31. Los Peñotes 32. El Perliyar (pastos para escobas) 33. Piedra del Agua 34. Piedras Encinadas

35. Piñata del Diablo 35. Plaza de Gallos 36. El Pocito (ojo de agua) 37. Los Pozitos 38. Potreritos o Los Potreritos

39. Rancho Viejo 40. El Resumidero 41. El Rincón 42. Las Sepulturas (por la Revolución

de 1910) 43. El Tejocote 44. Tecutlalpa 45. Teojil 46. Tolalpuente 47.. Totolapan 48. Tierra Negra 49. Tres Piedras

50. Los Trementineros 51. Tronco de Agua

53. Tlalmonte 54. Tlantitiloya 55. El Tlachinol 56. Tlapehuala (terrenos agrícolas) 57. Vía Chiquita 58. Virgen de Guadalupe 59. El Zacató

Fuente: Elaboración propia, diciembre de 2006. Como se advierte en el capítulo IV, sobre el repertorio de conocimientos y habilidades en el

manejo del Bosque, los actores del Bosque han desarrollado una cultura sobre la

Naturaleza, alrededor de la foresta, el agua, y principalmente del oyamel. En estos parajes,

manifiesta un significativo valor como colector de agua, manteniendo la humedad ‘así a su

alrededor esté seco’. Expresan que donde hay oyamel se encuentran los ‘ojos de agua’.

“Siempre están ahí, aunque antes había más agua”. El Bosque resume 16 ‘ojos de agua’,

todos con sugerentes denominaciones identificados como:

1. “Potrero” 2. “Aguaje”

3. “Cruz de Atongo” 4. “Rancho Tuerto”

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140

5. “El Sauco” 6. “El Pocito”

7. “Cantintiloya” 8. “Manzanazticla”

9. “Agua de la borrega” 10. “Pantano Grande” 11. “Llano de Monte”

12. “La Barranca” 13. “El Caminito” 14. “Tejaman

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141

Muchas de las yerbas y arbustos que crecen al pie de los ‘ojos de agua’ y los árboles

grandes constituyen, según estaciones, fuente de leña, parte de la alimentación y ser

“farmacia natural” a la que recurren propios y extraños. Esta última, teniendo uso

medicinal tanto humano, como para animales domésticos y del corral campesino.154 El

Bosque del ejido se distingue por ser una zona cargada de diversidad biológica e

hidrológica, como escenario vivo de sus atributos fisiográficos. En el capítulo IV

abordamos la diversidad y particularidades de las expresiones de la vida animal y

vegetal silvestre y conducida, en íntima asociación al comportamiento de la Naturaleza

y usufructo del Bosque, por sus actores, además del amplio repertorio de conocimientos

y habilidades que apoyan la conducción del Bosque por parte de sus actores.

El Bosque de San Nicolás Totolapan, integrado a la región, no sólo es importante por su

biodiversidad zoológica y forestal sino porque viene puntualizándose como un corredor

ecológico de trascendental importancia debido a los servicios ambientales (forestales,

climáticos e hidrológicos) que suministra a las poblaciones urbano-marginales a su

alrededor155 y a la Ciudad de México, especialmente. Así, su importancia radica en:

1. Su contribución al ciclo hidrológico de la cuenca de México (junto con la del río Lerma y del Amacuzac, que conforman una de las tres cuencas más importantes de la región)

2. Su contribución como fuente de recarga de los mantos acuíferos de la cuenca de

México (debido a los índices de precipitación registrados).

3. Debido a que tiene un clima templado y semifrío–subhúmedo, propio de la sierra, beneficia al clima semiseco y templado predominante del valle.

4. Cumple un papel relevante en la captación del dióxido de carbono proveniente

de la zona metropolitana del Distrito federal y empujados por los vientos locales del noreste.

Por estas y otras consideraciones de importancia estratégica, el Bosque y zonas

circundantes han vivenciado el curso de una temporalidad y contexto políticos

154Amerita testimoniar que me impresionó -desde el inicio de la investigación de campo- la sabiduría de los actores respecto a su conocimiento y conducción de la foresta y demás recursos naturales del Bosque. Sus usos, combinaciones y la identificación de lugares de procedencia; aspectos que profundizaremos en el capítulo IV sobre el conocimiento tradicional. 155 Según el biólogo Raúl García Barrios, investigador del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Autónoma de México, y responsable del proyecto “Corredor Ajusco-Chichinautzin-Barrancas de Buenavista, de Restauración Ambiental Comunitaria”, DF, mayo de 2008.

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142

diferentes en una larga historia subsumida a políticas de expropiación, conservación,

venta, protección y resistencia, entre otros. La historia del Bosque es en mucho la

historia del ejido, y de varios pueblos circundantes que vivieron y enfrentan hoy

procesos y retos similares.

Así, como propietarios de la tierra, del recurso forestal (y en ella el agua), el Bosque de

San Nicolás tiene una importancia mayor a aquella referida sólo a su población.156 Más

ahora, por la problemática ambiental mundial que busca salidas sustentables y es en este

contexto que “(…) las tierras que poseen los indígenas y campesinos cobran relevancia,

dado que en esos territorios se almacena el agua con el que se abastece a los centro

urbanos y se hallan las fuentes de minerales y materias primas que requieren las

grandes industrias” (Ochoa y Espinosa, 2006:209). Las poblaciones al asumirlas

transforman su economía y modo de vida, apropiándose de identidades renovadas y

posesionando estrategias alternativas, en una suerte de “ecologismo popular”

(Concheiro 2006:19; Toledo, 2000; Martínez Alier, s/f), lo cual viene a re-significar el

campo.

Un breve recuento del historial de dispositivos oficiales, en asociación con diferentes

políticas, refleja la importancia ambiental estratégica (y económico-política) del Bosque

y su contexto. En la mayoría de los casos se asocia a la pretensión de ‘procurar el

beneficio de los actores’, no obstante, no dejan de estar lejos de la verdad.

1. Durante la administración del Miguel Ángel de Quevedo (gobierno cardenista), se crean 8 Áreas Naturales Protegidas en la región considerada ‘Parque Nacional Cumbres del Ajusco’ (1936).

2. En 1988 se decreta que los Parques Nacionales, entre ellos El Ajusco, son parte

del corredor biológico de la Ciudad de México, con el objetivo de integrar en una sola categoría de manejo a la región en su conjunto. La idea fue la conservación forestal y del agua.157 No en vano es “la zona más extensa de oyamel158 en el país”.159

156 Cuando abordemos aspectos referidos a la instalación del Proyecto Ecoturístico, se podrá observar cómo finalmente priman los intereses externos sobre lo local, a pesar del discurso que aparentemente podría reflejar que son los actores locales los principales beneficiarios de los proyectos conservacionistas. 157 El sombreado es nuestro. 158 Especie endémica del país, en peligro de extinción. 159 Afirma el biólogo Raúl García Barrios, investigador del (Centro de Investigaciones Multidisciplinarías de la Universidad Autónoma de México (CRIM), miembro del equipo de especialistas consultores para la elaboración de tal Decreto.

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143

3. En el año 2000 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó el Programa Nacional de Ordenamiento Ecológico, en razón a la clasificación del uso del suelo. Las comunidades y ejidos deben desarrollar actividades productivas, recargar el manto acuífero y conservar la biodiversidad existente. La idea es que se fuera institucionalizando la conservación y restauración de los bosques.

4. Forma parte del Proyecto para el establecimiento de la Reserva de la Biosfera

del Anáhuac, sustentado por el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM (2005).

5. Hace cuatro meses el Parque Ejidal San Nicolás Totolapan fue decretado por la

Secretaría del Medio Ambiente, a través de la Comisión de Recursos Naturales (Corena) como “Reserva Ecológica Comunitaria”, condición que le confiere “autonomía para decidir sobre sus proyectos y obliga tanto al gobierno local como federal a otorgar recursos” (Viñas, 2006 b).160

Es claro que las medidas y actividades señaladas pertenecen a tiempos y contextos

diferentes, por lo mismo reflejan diferentes políticas tanto externas como internas,

orientando en prioridad significativa la protección, restauración y recuperación del

recurso biótico, asentada en la investigación científica.

Sin embargo, lo que también queda claro es que esta mirada esquiva una posición

concluyente sobre cómo tomar en cuenta a las poblaciones que viven o están

involucradas en dicho espacio y recurso. He ahí la controversia y debate actual. ¿Qué

hacer con ellas? ¿Incorporarlas como sujetos que componen parte del atractivo turístico

“zoologizándolas”? ¿Reconocer su potencial y acervo cognitivo para seguir

manteniendo el Bosque? ¿Deben remunerase estos servicios porque los actores sociales

contribuyen con la recarga de los mantos acuíferos para el consumo de la gran ciudad?

¿Los actores manejan propuestas apropiadas y plausibles que respondan a dichas

reflexiones y con ello entrar a converger hacia una efectiva sustentabilidad?

Se reconoce que México tiene condiciones y estrategias para el desarrollo rural

alternativo a partir del manejo colectivo de los recursos naturales, uno de ellos a

partir de la forestería social comunitaria, la misma que está bajo el régimen de uso o

bienes comunes con la modalidad de tenencia de la tierra ejidal y comunal. Se habla de

500 mil hectáreas de tierra de uso común, evaluadas por su buen manejo por la

160 A pesar que en lo programático el Proyecto “beneficia a sus propietarios”, en realidad tiene toda una lógica y enfoque subyacente de privilegio a los actores externos y despojo a los actores de la localidad, como lo asumiremos más adelante.

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144

Dirección de Certificación del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible

bajo el protocolo del ‘Forest Stewardship Council’ (Massieu et al., 2006:11). De esta

forma, se ve a la forestaría social y a la conducción comunitaria como un valor

intrínseco. San Nicolás lo representa, pero sigue aguardando se la valore, se la atienda.

Es sabido que el país adolece aún de una política forestal racional que parta de las

contribuciones y beneficie a sus actores mayoritarios, aunque sus ingentes iniciativas

estatales y privadas estén enmarcadas bajo el rubro sustentable y tengan una

representatividad y promesa por el tema del agua, como veremos más adelante ¿Ironías

del destino?

Las aseveraciones que a continuación hace Merino (2004) para las demás comunidades

campesinas que manejan recursos forestales, son apropiadas para lo que ocurre en San

Nicolás. No son dueños absolutos ni deciden autónomamente qué hacer con dicho

capital físico.

Lo cierto es que en México el uso de los recursos forestales está sujeto a distintos niveles y tipos de reglas. Desde las primeras décadas del siglo XX, el estado ha considerado a los bosques como recursos de interés patrimonial para la nación, en consecuencia el manejo de los recursos forestales ha estado sujeto a una fuerte intervención gubernamental. El nivel de regulación oficial para el uso de los Bosques es significativamente mayor al que se aplica a las actividades agropecuarias. El aprovechamiento maderable de los recursos forestales tiene que ser autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semanart). Para obtener el permiso de aprovechamiento los productores deben presentar un Programa de manejo forestal, basado en inventarios forestales y en algunos casos también manifestación de impacto ambiental (Ley Forestal 1997, artículos 11 y 12) (Merino, 2004:137).

San Nicolás está dentro de esta consideración, ya que el manejo del Bosque está

monitoreado por los organismos estatales competentes, invalidando el aprovechamiento

maderable y demás usos, según usos y costumbres de la localidad, desconociendo lo

profundo de la racionalidad y cultura sustentable que maneja la población que conduce

el Bosque.

Siguiendo a Toledo y otros intelectuales e instituciones que trabajan el tema, la

preservación de los recursos debe reconocerse no sólo en espacios políticos de nivel

local, regional y nacional, sino trascender lo internacional. Alejarnos de declaratorias y

verborréicos reconocimientos que hasta el momento sólo han motivado expectativas y

Page 145: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

145

engaño. Lo que hacen estas comunidades en realidad es brindar un servicio más allá de

los límites de su territorio.

(...) la presencia de masas de vegetación arbórea mantenida por las comunidades como reservas o áreas de manejo agroforestal (…), ofrece un servicio a la nación (y al mundo), porque preservan la diversidad biológica, mantienen los mecanismos de captación de agua (cuencas hidrológicas) y capturan hidróxido de carbono de la atmósfera, contribuyendo así a mantener la salud climática del planeta. Estos servicios deben ser pagados por el gobierno y/o las Naciones Unidas (Toledo, 2000:175).

El ejido viene asumiendo esta labor y servicio en el curso de su historia, ahora con la

propuesta renovada de conducción sustentable construida en sus propios términos,

denominada “Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás Totolapan” (PEESNT) y, además

de ello, ser partícipe del “Programa de Reserva Ecológica Comunitaria” (PREC),

aspecto este que es pertinente presentar en el último acápite del presente capítulo,

debido a que es un programa de reciente lanzamiento. Ambos proyectos tienen

diferentes objetivos, pero actualmente trabajan de manera paralela teniendo como

escenario mayor el Bosque de San Nicolás. El primero es de autogestión comunitaria y,

el segundo depende de la instancia oficial que lo financia, pero ambos laboran a favor

de la preservación del recurso forestal; y tienen como finalidad ulterior mejorar las

condiciones hidrográficas del suelo de conservación del Bosque para tributarlo a la gran

ciudad.

Se adelanta que ambos proyectos tienen como finalidad la conservación de los recursos

del ejido, pero cada proyecto, sujeto a sus objetivos y modalidades de intervención,

estiman contribuir contrarrestar el impacto de posibles delitos ambientales. En algunos

momentos tienden a complementarse y en otros manifiestan enfrentamiento y

competencia velados. La disputa (entre el PEESNT y el PREC), la asumimos en el

capítulo IV, cuando configuramos el repertorio de conocimientos y habilidades en la

conducción forestal, misma que además enfrenta expresiones de discordancia y

conflicto con otras instancias, que no hacen sino desdibujar al corpus cognoscitivo local

en el manejo forestal de los actores sociales, tema de la presente investigación.

Continuemos con la presentación del Bosque, ahora encarnando a los actores que lo

conducen.

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146

3.2.3. Singularidades de la cultura forestal y simbólica

El Bosque al que hacemos alusión es para los nicolaítas “su gran casa común”. Según

Fernández de Rota (1991:393 y 399) los actores de los bosques:

(…) son capaces de ver los distintos tamaños de cada serie de árboles, la mayor o menor densidad de sus copas, y distinguir con toda claridad las distintas parcelas (…), saben perfectamente bien cuál es cada uno de sus propietarios, sabe cuándo plantó o cortó árboles y por qué, saben la historia reciente de herencias, particiones, ventas, conflictos. Conocen la historia interna de cada una de ellas. Son ellos los que reconstruyen, transforman, reordenan y contemplan una y otra vez con sentido, el paisaje.

El texto describe adecuadamente y se ajusta a la sabiduría e identidad que manifiestan

los actores de San Nicolás. Empero, quienes lo conducen distinguen además las

bondades de su producción, los ciclos vegetativos de la foresta, los peligros y pérdidas

del monte, las zonas más calientes, frías o erosionadas y los espacios más productivos.

De la misma forma, los cambios del clima, de los árboles, arbustos y yerbas, de los

diferentes colores de la foresta, de la calidad de los suelos (por el color, textura, forma,

tamaño), todo ello enlazado a los cambios estacionales del ecosistema y su relación con

su pasado histórico y reciente. “Tenemos diferentes colores de verde, no todo es igual,

van cambiando según su crecimiento, su variedad, la estación”,161 Ahí disfrutan,

caminan, trabajan, se inspiran, sufren, ríen, envejecen y reviven día con día sus actores

sociales.

No se tiene referencia si ancestralmente hubo festividad alguna relacionada con el

Bosque. El recuerdo popular expresa que en la época cuando era concesionaria del

Bosque la Fábrica de papel “Loreto y Peña Pobre” se celebraba el “Día del Árbol” (15

de julio) como parte de las conmemoraciones cívicas. Había premiaciones a los niños

que presentaban poesías y recitaciones recopiladas o inéditas, en el marco de concursos

161 Entrevista a Reinaldo Camacho, San Nicolás, 20 de febrero de 2008. Recordaba que alguna vez escuché valorar la sabiduría que tienen los niños de algunas etnias de la amazonia peruana, quienes distinguen más de 40 tipos de color verde. Asimismo, de las investigaciones que desarrollamos en comunidades andinas horticultoras de los Andes centrales del Perú, cuando refieren que sintetizan una cultura y vida asociada a la producción de diversidad y multiplicidad de especies. “(…) siembran 16 verduras diferentes, además de 10 cultivos anuales. Junto con estas 26 especies vegetales, producen por lo menos 7 yerbas aromáticas y condimentos. Sin contar con el control de por lo menos otras 7 especies de verduras y yerbas de campo que crecen espontáneamente. Es decir, 33 cultivos diferentes que una familia pucarina domina, en un promedio de 15 miniparcelas por familia. Ellos, antes de anularse por la propiedad fragmentada, sacan provecho de esta ventaja aparente” (Minka, 1984:3). No cabe duda que las comunidades siguen manteniendo el perfil como ‘culturas de la diversidad’.

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147

anuales sobre el árbol. “La Vieja Nahua`, ¡siempre ganó…cuenta las historias del

Bosque de antes y ahora!”.

En cambio, últimamente, cada 12 de diciembre en el ahora PEESNT (paraje ‘Loma de

los Caballos’), se realiza una misa y un ritual de agradecimiento y tributo a la Tierra, en

nombre de la Virgen de Guadalupe Tlatoani. El pueblo le ha construido una gruta, y en

su fe reconoce que a partir de ello, “hay más bendiciones al Bosque y Parque”. En el

transcurso de la fiesta y el jolgorio se reparte pan y sal como símbolo de la abundancia

de los alimentos, a la vez que los participantes socializan la comida, el agua y el aire

fresco. En un afán de emulación y rescate de sentimientos de espiritualidad hacia el

Bosque, estos últimos años la ONG “Orgáni-K” viene apoyando la celebración de este

rito de agradecimiento a la Madre Tierra. “Se agradece para tener cada vez más agua y

tierra”. Este acontecimiento contribuye a conservar y valorar el arraigo a la tierra e

indirectamente al conocimiento tradicional en la conducción tecnológica de la foresta.

Las expresiones simbólicas de identidad-espiritual, no se manifiestan con ritos, cantos,

ofrendas y cuidados al estilo de la tradicionalidad emblemática de los pueblos

originarios de América, lo interesante más bien es identificar, cómo a través de estas

prácticas se alcanzan a distinguir mensajes simbólicos que no conviene invisibilizar,

pues son parte del sentido de lucha y resistencia por conservar y vivir el Bosque, en el

marco de una cosmovisión que parte de reconocerse como segmento de la naturaleza,

recibiendo y dando vida recíprocamente, en un plano de inter-subjetividad. Como

sostienen Lenkersdorf y García (1999, 1996) cuando afirman que la ínter-subjetividad

bio-cósmica es el reconocimiento de que somos una especie entre otras, ocupando cada

uno el lugar que le corresponde. Obviamente, a esta cosmovisión corresponden

prácticas determinadas fundadas en el respeto y reciprocidad, incluida la Naturaleza.

Cierto que San Nicolás tiene latente una cultura ligada a la espiritualidad mestiza,

muchas veces invisibles a la lectura de los demás; sin embargo, estas “prácticas y

creencias” no construyen un discurso inconexo y absurdo planteado a la actualidad, todo

lo contrario, recluye su propia lógica y coherencia interna. Los personajes que aparecen

(como la Virgen), expresan sentimientos articulados entre sí de arraigo y resistencia por

conservar lo suyo ante el arrebato y presión constantes de las externalidades. Además,

reconoce la existencia de una racionalidad en el manejo del recurso forestal que debe

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148

salvaguardarse a pesar de la modernidad y la mercantilización de la Naturaleza; en este

sentido, el ejido enfrentó serios embates que su historia de resistencia la explicita como

una racionalidad socio-cultural, aspectos que desarrollamos en acápite posterior.

Por su parte, Toledo registra en su estudio sobre los indígenas chiapanecos, que

mantienen una connotación consagrada por la (su) Naturaleza, la misma que lleva al

autor a brindarnos reflexiones categóricas respecto a las acciones mercantilizadas del

hombre y la cultura occidental. “Desde la visión indígena el bosque tropical es una selva

de símbolos, un inmenso coro de voces, un refugio de deidades, demonios y espíritus.

En tal concepción, toda operación dirigida al uso de la Naturaleza (es decir todo proceso

productivo) se vuelve, fundamentalmente un acto de profanación de la selva

consagrada” (Toledo, 2000:128).

Aún más,

Para el ojo profano, calculador, cuantitativo y pragmático del impetuoso gestor del progreso que la moderna civilización occidental ha cobijado, la selva tropical húmeda aparece como un recurso potencial de riqueza económica que hay que explotar.162 Para ello se hace necesario investigarla, medirla, cualificarla, escudriñarla, hasta en sus más íntimos detalles como lo haría un relojero. Dejada atrás toda imagen religiosa de la naturaleza, la selva desacralizada se convierte en un “sistema exterior” del que los hombres ya no forman parte, y en donde sus componentes son justamente eso, elementos de una enorme maquinaria movida por el sol (Toledo, 2000:130).

En el PEESNT, la visión y acciones de estilo “mercantilista cerrado” están de alguna

manera latente, por lo cual ello no inhibe el estar vigilante de la “orientación

empresarial radical” que se quiere instaurar, tanto al “Parque Eco turístico Ejidal” como

a los “Proyectos Productivos” desarrollados en el contexto del Bosque, como se

presenta más adelante. La pregunta es: ¿Será por la implicancia del “sistema exterior o

la influencia de las externalidades”, como señala Toledo, que los actores hoy en día,

expresan veladamente o de manera diferente163 las consideraciones consagradas por su

Bosque? En los capítulos IV y V se aborda a profundidad la valoración cultural y

simbólica que tiene el Bosque para sus actores, en la medida que en primer lugar está

asociada al repertorio de conocimientos y habilidades expresados en la conducción

tecnológica y productiva de dicho espacio territorial. En segundo término, guarda 162 El sombreado es mío. 163 Más adelante lo identificamos como ‘bien espiritual’.

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149

relación con una cultura de intersubjetividad con la Naturaleza por parte de sus actores,

lo cual constituye la plataforma ideológica de la racionalidad y cosmovisión del mensaje

pedagógico transmitido en la labor del guiado turístico entre los visitantes que arriban al

PEESNT.

Lo que sí es ostensible es la permanencia a disputar y resistir el Bosque. Es su bien

natural, y lo ambicionan como tal. Muy lejos se siente lo que viene ocurriendo en otras

comunidades de Latinoamérica, que so pretexto de generación de ingresos a la

comunidad, el Bosque se ha convertido en una actividad de monocultivo para la

producción de celulosa y papel, materia prima barata del Sur para el Norte, en el marco

de la estrategia de la industria poderosa de la papelera mundial, como ocurre con el caso

tristemente emblemático del Uruguay.164

Como se ve el Bosque es el capital físico y cultural de San Nicolás; pero la floresta no

es un terreno virgen, aislado de la población. Todo lo contrario, se manifiesta en íntima

y dinámica simbiosis con sus propietarios, quienes han venido construyendo y

apropiándose del mismo, para conformar una cultura forestal.

La misma, tiene como principal característica haber configurado y desenvuelto un

amplio repertorio de conocimientos tecnológicos para su sostenibilidad. Es la arena para

el desenvolvimiento de la infraestructura natural, cultural y simbólica, transformada

para el intercambio y consumo de bienes y servicios, espacio donde se despliegan

variopintas actividades productivas, ahora con el PEESNT. El capital físico y cultura

forestal, es escenario propicio para desarrollar el capital social donde se llevan a cabo

redes y relaciones sociales complejas a lo interno y externo, en la cual se expresa y

fluyen las destrezas y habilidades múltiples de sus actores sociales –entre ellas del

CT.165

Empero, estar ubicado en vecindad con la gran megalópolis que es la Ciudad de

México, es asumir una suerte de fuerza amenazante al cambio desarrollista que plantea

164 Paralelo de lucha que viene haciendo Eduardo Galeano, aspectos que veremos más adelante. 165 Se incorpora el concepto bien espiritual que condensan los actores responsables del Bosque. Ver capítulo V aspectos sobre el valor de la relación Ser humano- Naturaleza.

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150

una trascendencia que va más allá de sus propios límites y voluntades; en esa dinámica

enfrenta retos insospechados, como a continuación asumimos.

3.3. Cohabitando la amenaza de las externalidades

El problema principal del Bosque de SNT y su hinterland cual amenaza sostenida, es

el desequilibrio hidrológico y de suelos debido a la explotación forestal, erosión y

extracción de suelos, escorrentía de aguas y la invasión humana, como resultado del

desarrollismo urbano.

Según datos de la Comisión Especial para la Gestión Integral del Agua, el déficit de

agua del Distrito Federal crecerá de 7m3 por segundo a más de 18 en sólo una década,

como consecuencia del crecimiento de la población y la deforestación. De cada

hectárea que se ocupa en la sierra del Chichinautzin, la recarga pierde 2.5 millones de

litros del líquido no renovable al año.166

Es trillado saber que el Distrito Federal tiene como problema fundamental el

suministro del agua a toda su población. “No hay agua para todos. El problema del

agua es el principal asunto ambiental del Valle de México” sostiene el Procurador

Ambiental y del Ordenamiento Territorial del Distrito Federal, Enrique Provencio.

Explica que hay sobreexplotación de los mantos acuíferos, alcanzando niveles muy

altos. "Se extrae más del doble de lo que el acuífero se recarga. La Ciudad de México

depende del agua que extrae del subsuelo y no sólo de la que proviene de las cuencas.

La mayor parte del agua se infiltra en el suelo de conservación y éste se está

agotando por estar urbanizando y deforestando”.167

Afirman quienes viven en la Ciudad de México que el tema no es novedad. La capital

mexicana "dejó de ser autosuficiente en materia de agua desde mediados del Siglo

XX. A principios de la década de los cincuenta fue necesario traer agua de cuencas

externas y luego de los acuíferos de Xochimilco, que hoy es una de las zonas más

hundidas del Valle: después se trajo del Río Lerma y a mediados de los ochenta del

166 Ver Flores Rodríguez (2007, 41-47). 167 Ver Flores Rodríguez (2007, 41-47).

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151

Cutzamala. Hay quienes están planeando traerla de cuencas más lejanas como la de

Guerrero, por ejemplo, pero traerla de lugares más lejanos no es la solución.168

Para los propios nicolaítas, –además del cuidado del Bosque para fines propios–, el

cuidado del Bosque es el cuidado del agua para la ciudad de México, están en ese

compromiso. No hay de otra. ¿Qué ha realizado el Estado al respecto? Lo ejecutado es

insuficiente porque el problema con los bosques –fuentes de recarga del acuífero–,

continúa. Se adolece de vigilancia regular en toda la zona, por ello continúa la tala

ilegal, invasiones, deforestación y erosión de los mismos. Las autoridades circunscritas

al Bosque de San Nicolás –Estados de Morelos, Estado de México y el Distrito Federal–

, no constriñen efectivas coordinaciones, peor aún, se desconocen los límites

territoriales del área boscosa de cada una. Al final termina instituyéndose un círculo

vicioso: se erosionan los suelos-disminuye el agua-cambia el clima y así cíclicamente.

El propio San Nicolás ignora cuáles son los linderos reales que posee con los pueblos de

San Andrés, el Ajusco y el Estado de México. No obstante, alienta saber que, como

medida para evitar los asentamientos irregulares en el Bosque, la Conafor viene

apoyando económicamente al ejido con el ordenamiento territorial y establecimiento de

hitos, donde la comunidad viene asumiendo la conducción de su compromiso, bajo la

modalidad de faena comunal o ‘tequio’.169 Asimismo, en el interés de impulsar políticas

de vigilancia ambiental para esta zona, el gobierno federal, viene apoyando a San

Nicolás con acciones orientadas a la prevención y control de incendios, trabajos de

conservación de suelo y agua, retiro de residuos sólidos y monitoreo de flora y fauna en

el marco del “Programa de Reserva Ecológica Comunitaria” (PREC) de la cual

hablaremos más adelante.

El deterioro que sufre el Bosque es a un ritmo de 2% anual, es decir 2,400 has por

año, variación que ha avanzado de manera desmedida desde la década de los setenta.

168Aún más, el problema de consumo del agua por individuo en el DF tiene contrastes. Hoy una persona consume más de 310 litros al día pero las zonas del suroeste como Iztapalapa, Iztacalco o Tláhuac menos de l00 al día, y en otras del poniente como Miguel Hidalgo o Cuajimalpa, en las que se ubican 4 zonas de Polanco, Bosques o Pedregal, consumen más de 400 litros al día por persona:” Hay ciudades densamente pobladas como París, por ejemplo, donde el promedio de litros usados por persona es de 200 además de que el abastecimiento es más equitativo. El tema es que en otros sitios hay mejor distribución y mayor eficiencia. Se trata el agua y se reutiliza. En México es muy bajo el porcentaje de agua reutilizada y cada vez es más cara. 169 Forma de trabajo prehispánica. “Llamamos a las personas entendidas grandes: Andrés de la Rosa, Victoriano Luna, Joel Camacho, entre otros”, afirma el comisariado ejidal. Distrito Federal 6 de febrero del 2008.

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152

De tal forma que, de seguir el mismo ritmo, en el 2056 simplemente dejará de existir y

los efectos de ello serán irremediables e irreversibles para el suministro del agua en la

zona central del país, además de otros efectos ecológicos. El principal azote de esta

área boscosa es la tala ilegal y el aumento de la urbanización: la Ciudad de México

avanza, lo equivalente a una cancha de fútbol al día hacia las delegaciones sureñas de

Milpa Alta, Magdalena Contreras y Tlalpan.170

A la fecha, quienes generan las políticas y tienen el poder de decisión en el tema

ambiental, no han conseguido identificar estrategias viables para la recuperación,

restauración y defensa de los recursos naturales, especialmente la foresta, agua y suelos

de conservación a nivel masivo y sostenido. Las autoridades y políticos de las

Delegaciones, el Gobierno Federal, las ONG ambientalistas y las universidades,

proponen planes y proyectos, algunas enfrentadas, muchas coherentes y, no pocas, de

elevadísimos costos. La revisión de algunas de ellas circuladas últimamente en la

Ciudad de México, refleja que el tema asume un carácter de emergencia, pero los

resultados significativos estarían por llegar.

Se tiene por ejemplo (en los tres últimos años del presente estudio), la apertura y

propuesta para la zona de proyectos como: recuperación de tierras invadidas;

propagación de invernaderos y viveros ecológicos; reforestación y restauración masiva;

plan de rescate del río Magdalena;171 monitoreo satelital del suelo de conservación;172

instalación de microplantas limpiadoras en 347 drenajes domiciliarios;173 planta

potabilizadora y planta de tratamiento de aguas negras y, el “Programa de Reserva

Ecológica Comunitaria”, entre otros. Además de promover y reforzar instituciones y

programas que realizan las instituciones que trabajan oficialmente el tema.

Como aún no se muestran avances reveladores, el panorama reitera padecer cierta

invalidez del concurso de proyectos de conservación masivos, de impacto y sostenidos,

tanto para los bosques como los demás recursos naturales. Mas aún, la mayoría de

170Héctor Magallón coordinador de la Campaña de Bosques de Greenpeace México. “Día siete” Semanario No. 293 pp. 41-47 Suplemento del Diario "El Despertador” SA. de CV. Febrero del 2007 171Arnold Ricalde de la fundación enCause, es la agrupación que actualmente trabaja en el rescate del afluente, Heraldo de México, DF, 6 febrero 2007. 172 Arnold Ricalde (de la ONG Organi-K) y Alejandro Loera, ingeniero ambiental, propusieron realizar un monitoreo satelital del suelo de conservación. Me tocó estar en la reunión en el Bosque de San Nicolás Totolapan, donde participaron autoridades de la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT). 173 Propuesta del diputado Arnold Ricalde y la ONG Organi-K, Heraldo de México, DF, 6 febrero 2007.

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153

propuestas no consideran de manera explícita la participación de los actores sociales,

para así generar respuestas a partir de sus potenciales (conocimientos y habilidades)

reconociendo que como sector social reúnen alternativas para tal problemática.

Habría que reconocer que el tema es considerablemente complejo, cruza asuntos

medulares como invasiones, deforestación, tala clandestina, movilizaciones, intereses

políticos, etc., que reflejan la intensificación física y social de las relaciones campo-

ciudad por la multifuncionalidad de los espacios. Un ejemplo que grafica cómo el

Estado adolece de estrategias efectivas para la recuperación de espacios en despojo y

disputa por la tierra y sus recursos, es el caso de Aldo Zamora Gómez, ‘caso símbolo’

en el asunto, que a la fecha desconoce respuesta significativa que contribuya a lograr

cambios estructurales al tema y cuestión en particular.174

La deforestación, las invasiones de tierras y la movilidad de la misma en sus distintas

formas (despojo, invasión, compra-venta, litigios), son acontecimientos que no son de

efecto reciente en la Ciudad de México y específicamente la zona de estudio, por lo

menos –en su etapa y expresión intensiva–, data de dos décadas atrás, como veremos en

acápite posterior.

3.4. Preludio de la construcción del Proyecto Ejidal Ecoturístico

Se aprecia que el México rural vive una de sus más significativas crisis, como resultado

de las políticas neoliberales orientadas e implementadas para favorecer la privatización

y la gran inversión. Las relaciones de acceso al poder manifiestan subordinación,

dependencia y exclusión de los actores sociales.

174 El asunto del joven campesino quien murió defendiendo el Parque Nacional Lagunas de Zempoala recrudece el enfrentamiento al panorama de las invasiones y talas clandestinas a favor de la lucha por la recuperación de los bosques y suelos de conservación del país. Trató –junto a su comunidad-, nada menos que de evitar la disminución considerable de caudal o la desaparición de más de 100 manantiales de la zona, a través de la tala indiscriminada en los bosques de su ayuntamiento. Este caso ha movilizado a las autoridades de manera unificada, participando las secretarías de la Defensa Nacional, de Ecología, Medio Ambiente y Pesca, y de Seguridad Pública Federal, así como las procuradurías Federal del Medio Ambiente (Profepa Procuraduría General de la República (PGR). Se aplicó el operativo ‘cero tolerancia’, pero a la fecha no se ha esclarecido, tampoco se han mejorado respuestas a la conservación de los recursos en la zona. ¿Cual será el límite de la impunidad para estos casos? Si ha pasado en Zempoala, ¡podría pasar en cualquiera de los bosques del país!

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154

En este argumento y contexto se inscribe la experiencia de construcción del Proyecto

Ecoturístico Ejidal de San Nicolás Totolapan (PEESNT). Si bien actualmente viene

cambiando su panorama de marginación y exclusión, vivieron lo suyo como secuela

de la orientación clara del modelo de desarrollo que se fue implantando en el país. Se

ha incorporado al despliegue urbanizador e irrupción económica impulsado a partir

del crecimiento de la ciudad de México, vertiginoso desde hace más de cinco décadas,

ahora convertida en una de los contextos citadinos magnánimos del mundo. Al ejido,

justamente le toca vivir las grandes contradicciones de cohabitar su vecindad. Barkin

(2001:67) sostiene que:

(…) las comunidades vienen adaptándose a sus organizaciones y tradiciones para resistir su incorporación desventajosa en una sociedad polarizada. Como gestores de sistemas colectivos de sistemas sociales y ambientales complejos, están adquiriendo una creciente sensibilidad a la necesidad de fortalecer a sus organizaciones comunales para defender su cultura. Tenemos que aprender de las estrategias que actualmente tratan de aplicar las comunidades campesinas frente a la globalización. Su lógica de manejo sustentable de los recursos regionales como alternativa al empobrecimiento individual y degradación ambiental descansa en tres principios mínimos: autonomía, autosuficiencia y diversificación productiva.175

Siguiendo la interpretación del autor, la orientación de diversificación de estrategias

productivas fue asumiéndose precisamente en el proceso que vivieron los actores con la

instalación del PEESNT, luego el mismo fue reposando sobre la marcha del

“descubrimiento” y la aplicación de estos principios (y otros).

San Nicolás y otras comunidades vienen adoptando medidas para afrontar estos

cambios. Una característica que explicita esta estrategia, es reconocer que se ha

desatado un sentimiento y actitud de valoración de sus potenciales y fortalezas, con base

en sus propios patrones socioculturales por los actores para aplicarlos en la gestión del

Proyecto. ¿Estaremos avanzando la etapa de auto-resignificación y auto-revaloración

de los saberes, habilidades y destrezas de las comunidades otrora auto-menoscababa?

Veamos cómo se desenvolvió la historia sociopolítica del país y de la zona que integra

el Bosque, antecedente del escenario mayor que favoreció la creación del proyecto

desde su inicio.

175 El sombreado es mío.

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155

3.4.1. Las implicancias del despegue del desarrollo de la Ciudad de

México

El ejido prácticamente se engarzó a la dinámica política y productiva de su contexto.

Durante los siglos XIX y XX, varias fábricas se asentaron a las orillas del río

Magdalena para aprovechar los recursos que les proveía, unas del ramo textil y otras

para la fabricación de papel, también ahí se apertura “Los Dínamos”, que generó en su

momento electricidad para la zona.176

Se instalaba,

(…) el desarrollo económico industrial a través del modelo de sustitución de importaciones en los cuarenta. El rentismo fraudulento de los veinte y treinta de los bosques, trueca con una política oficial de apoyo a las grandes empresas en la forma de concesiones de 25 años en promedio. Como resultado, el gobierno de Ávila Camacho otorgó finalmente la concesión para explotar los Bosques del Distrito Federal a las fábricas de papel Loreto y Peña Pobre, a través de la figura jurídica de ‘unidad industrial de explotación forestal’ (Rico, 2000:38).

El Bosque de San Nicolás integraba dicha consideración.

Al correr de los años, la política conservacionista del gobierno federal fue rápidamente

eclipsada por el ‘bienestar y el progreso de la nación’. El Bosque en estudio, junto con

otros, fue orientado a la explotación de madera como insumo para la producción de

materia prima para papel, lo cual conllevó su deforestación y degradación durante

largos años. “Dichas empresas promovieron importantes cambios en el desarrollo de los

pueblos colindantes, ya que se empleó a un sector de la población como obreros,

algunos de los cuales habían sido campesinos y recolectores”177 Sus pobladores fueron

mano de obra para la fábrica, dedicando su vida al servicio de la misma. A la par, iban

tejiendo también una historia de defensa y resistencia a los usos y beneficios de su

Bosque y otros del Distrito Federal. Si bien no se pudo obtener información acerca del

uso que se dio al Bosque antes y durante los primeros años de dotación del ejido, se

sabe que en ese entonces el gobierno era quién fijaba el precio para que esta compañía

176 http://www.conacyt.mx/comunicacion/revista/208/Articulos/CRM/CRM01.htm 27 Febrero 2008. 177 http://www.conacyt.mx/comunicacion/revista/208/Articulos/CRM/CRM01.htm 27 Febrero 2008.

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156

pague a los ejidatarios, quienes sólo hasta 1982 lograron obtener mejores precios por la

madera, aunque estos sólo cubrieron los salarios de los trabajadores178

En ese proceso hubo enfrentamientos cruentos durante largos años; los pueblos de la

sierra defendieron sus bosques en una guerra silenciosa con firme autodeterminación.

La historia habla de grupos, de destituciones a Presidentes Comunales por ‘ventas’

ficticias de bosques, suspensión de explotación particular, confiscación de leña, toma de

astilleros y linchamientos, entre otras acciones por parte de las comunidades y ejidos de

San Bernabé Ocotepec, Santo Tomás y San Miguel Ajusco, y Milpa Alta durante 1959 a

1980 (Salvia, 1989, en Rico, 2005:39).

Finalmente, en 1982 por Decreto Presidencial se canceló la unidad industrial de las

Fábricas de papel de Loreto y Peña Pobre, feneciendo la explotación industrial del

Bosque.

Desenvueltamente, a la fecha circula también la información de la otra historia de la

fábrica (la oficial), que expresa que a principios de nuestro siglo, fue escenario de un

incendio que devastó la maquinaria, adquiriéndola Alberto Lenz quien ‘fue benefactor

de sus trabajadores’;179 continuando sus actividades hasta los años ochenta. Luego se

trasladó a Tlaxcala y de ahí para adelante se “transformó en una zona de rescate

ecológico, urbano e histórico”, siendo hoy uno de los centros comerciales más

distinguidos de la Ciudad de México.180

Es innegable que la historia de la fábrica está ligada a la trayectoria –y también aporte–

de la manufactura del papel en México, los insumos químicos, la energía eléctrica;

asimismo, el acceso a los recursos e insumos que le permitieron producir, como el agua, 178 Salazar (2000:299) 179 “La fábrica de dueños alemanes era la única que en el día de los Reyes Magos regalaba juguetes a todos los niños del pueblo después de realizar unas hermosas fiestas desde el 24 de diciembre y en honor también a la Divina Providencia, porque también tenía su capilla”. http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n275096.html 180 “Plaza Loreto” es un inmueble histórico que alberga la colección de arte del Museo Soumaya, donde está en exhibición la colección más grande en Latinoamérica del escultor francés Auguste Rodin y esculturas como Degas, Camile Claudell y Emile Antoine Bourdelle junto con otros de los siglos XIX y XX. http://www.soumaya.com.mx/contactanos/ploreto.html

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157

la foresta y, por supuesto, la labor de los actores que convoca el tema en cuestión. Su

cierre cambió de orientación y rumbo la vida de muchos de los nicolaítas, –jóvenes en

ese entonces–, desterrándolos hacia la pluriactividad económica (como se asume en el

capítulo anterior). Actualmente, las luchas continúan por las mismas tierras, de las que

felizmente está exento San Nicolás con la ex fábrica, pero algunas comunidades y ejidos

vecinos vienen disputando sus tierras con gigantescos consorcios capitalistas de

México, que sustentan ser propietarios de los terrenos de la ex fábrica Loreto y Peña

Pobre.181

Por su parte, el Bosque que ya había dado tanto de sí, se encontraba enfermo, con

plagas, deforestado, en total agotamiento. “De 1940 a 1980, los bosques sufrieron una

mayor extracción forestal debido al aprovechamiento que se hizo para la fábrica de

papel Loreto y Peña Pobre”.182 Era el nivel de explotación forestal más significativo de

todos los tiempos. Es importante mencionar que a pesar de que los bosques del valle de

México se han manejado desde la época prehispánica, fue hasta finales del siglo XX

cuando sufrieron el mayor impacto debido al acelerado crecimiento de la población.183

Ese tiempo (entre 1950 y 1970, posterior a la Segunda Guerra Mundial) también

coincidía con el crecimiento de la Ciudad de México, orientada ahora al mundo

económico empresarial y de los servicios.

181 Algunos medios de denuncia, informan que es nada menos que Carlos Slim Helú (‘el hombre más rico económicamente de México’), quien a través del Grupo Sanborns sostiene ser el propietario de la zona. “El poder político ha sucumbido al poder económico: el millonario libanés-mexicano ha realizado varios movimientos para ir limpiando la propiedad, pues primero la adquirió la empresa Fábricas de Papel Loreto y Peña Pobre, y luego pasó a manos del “Grupo Sanborns”, que le vendió 54 hectáreas a ejecutivos del Grupo de Televisa. Cercadas en un 90%, las 306 hectáreas, que van desde el pueblo de Chimalpa y colindan con las colonias Centlapa, Loma del Padre y La Venta, son parte del Desierto de los Leones. Esa superficie también colinda con el Monte de las Cruces y La Marquesa, por el Estado de México. Los lugareños afirman que van a demostrar que la comunidad de Cuajimalpa es la auténtica propietaria de las 1,954 hectáreas, entre ellas las 306 hectáreas que detenta Slim”. Miguel Nava, dirigente de la CODEBO que integra Cuajimalpa, comunidad con quien está en la disputa de tierra, sostiene: ‘sabe que mientras nosotros vivamos no lo vamos a permitir, y varias veces hemos impedido que ahí se construya. A mí no me digan que Slim va a conservar los bosques; por el uso del suelo no pueden hacer nada; el negocio es a futuro. Ahorita falta agua, hay contaminación; los bosques van a tener un valor inconmensurable, y Carlos Slim es negociante, no es una hermanita de la caridad. Se le puede acusar de cualquier cosa, pero no de inhábil para los negocios. Pero está despojando a Cuajimalpa” (Ramírez, 2007). 182 http://www.conacyt.mx/comunicacion/revista/208/Articulos/CRM/CRM01.htm. 8 de febrero del 2008. 183 http://www.conacyt.mx/comunicacion/revista/208/Articulos/CRM/CRM01.htm 3 de abril del 2008.

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La acumulación de capital de tipo fordista se implementó en México desde la década de los cuarenta hasta los 70, vía el modelo de sustitución de importaciones. Las exigencias de este modelo llevaron a la formación de “economías de aglomeración” en donde las plantas o distritos industriales al demandar infraestructura adecuada, mano de obra barata y un mercado atractivo y casi inmediato, fungían como espacios concentradores y polos de atracción (Salvia, 1989, en Rico, 2005:39).

Pronto nació el interés del asentamiento urbano, especialmente periférico, por aquellos

pobladores dedicados al servicio del crecimiento del gran capital (obreros, albañiles,

jardineros, vigilantes, mucamas, etcétera).184

En la memoria de algunos defensores del Bosque están todavía nítidos los

acontecimientos de la exigencia al cambio producto de la visión del desarrollo

imperante. Don Ambrosio Tenorio Chavero185 resume:

En ese entonces venía trabajando en concesión Loreto y Peña Pobre por 90 años, ellos ponían los precios, nosotros hacíamos que el bosque sea productivo. Cuando llegó la plaga entonces se acabó la explotación… ahí me salí de esa empresa…Veía cómo el gusano desfoliador del pino y oyamel, se acababan el follaje. Ya sin la empresa y el bosque enfermo, a la gente no le interesaba, gentes que se decían defensoras de la comunidad, vendían los terrenos. Ahí empezó la plaga urbana y de bichos, avanzaban.

La venta de la tierra estaba condicionada a la demanda y exigencias de fuera: las

empresas inmobiliarias, las obras de gran infraestructura que empezaba a demandar la

ciudad. El Distrito Federal había entrado al rubro de los servicios, dejando la

manufactura que otrora fue pilar de su emergencia. “Este fenómeno ocupó de manera

importante los ejidos que para aquella década se encontraban en los límites de la urbe.

“De 1960 a 1976 las colonias populares ocuparon aproximadamente 4,523 ha, que

representa el 67% del total de tierras ejidales urbanizadas en este periodo y se

localizaban principalmente en las delegaciones de Iztapalapa, Iztacalco, Azcapotzalco,

Gustavo A. Madero y Magdalena Contreras" (Cruz, 1982:39).186

184 Aspectos de la pluriactividad económica que abordamos en el capítulo anterior. 185 Anciano sabio de 75 años, reconocido por el pueblo como líder histórico por la recuperación del Bosque. 186 En Rodríguez (2001:197).

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La memoria colectiva refiere que la construcción de la carretera panorámica del Ajusco

(1974)187 fue el suceso mayor que desdibujó al ejido y Bosque, perturbándolo en su

perfil y patrones de vida. A partir de tal acontecimiento la mancha urbana detonó: “A

partir de ese hecho unos compraban, otros vendían. ¡Compraban para vender a más

precio! Como estrategia el ejido empezó a reforestar más y más”. “Con ello y las tinas

ciegas se detuvo un poco la deforestación e invasión. En las partes bajas luego se

fueron construyendo mansiones”.188

El recuerdo colectivo certifica que la mayoría vendía sus tierras y se retiraban a las

partes altas como Cazulco, donde hay agua de manantial, codiciada por su sabor. En el

ejido, quienes transfirieron más sus tierras fueron las familias Castro, Villanueva,

Camacho y Fuentes en el marco de “la venta de tierras es legal, pero ilegítima”.

La invasión de tierras, en ese entonces estuvo apoyada por políticos189 quienes

apuntalaron para invadir ‘El Ocotal’, ‘Uayatla’, ‘El Ermitaño’, ‘10 de Junio’, y ‘La

Carbonera’, entre otros. A partir de ello, se trastocó la moral de los ejidatarios, había

gente que vendía la tierra varias veces, lucrando a pesar de estar prohibido. “Hay

familias que viven en las orillas de las barrancas en terrenos de 500 metros luego

venden 250 y se quedan con la mitad. A veces se les confunde porque viven mal, pero

se mantienen ahí mientras regularizan sus terrenos” (Ambrosio Tenorio).

Este panorama se agudizó por los asentamientos humanos que ocuparon tierras del

ejido, como sucedió con “Bosque del Pedregal”, “2 de Octubre” y “Lomas de

Cuilotepec”; algunos, como “San Nicolás II y “Pedregal de San Nicolás” contaron con

el permiso del ejido debido a la presión por invasiones a terrenos pedregosos, dándose

187 “Por el lado de las agencias inmobiliarias se observa una especie de contubernio con el gobierno en vista del lucrativo ‘valor ambiental’ que presenta la zona. Valor que va más allá del interés público por conservar la tierra, mismo que ha redundado en su usufructo individual o sectorial. Así el gobierno, fungió como uno de los agentes urbanizadores desde un inicio con la construcción de la carretera Panorámica del Ajusco en 1974. El entonces Secretario Obras Públicas, Armando Bracamontes ordenó su construcción para contar con el mayor acceso a su finca residencial ubicada en las inmediaciones”. Similar medida de protección por el gobierno corrieron la construcción de Reino Aventura (hoy Six Flags), el fraccionamiento Jardines de la Montaña, y tantos otros del circuito (Juárez 1998:113, en Rico 2005). 188 Entrevista a Cruz Amaya y Ambrosio Tenorio, San Nicolás Totolapan, 10 de enero de 2008. 189 Se menciona al político de apellido Juárez, como líder intelectual de tales invasiones, quién se apoyo de “mucha gente contratada para enfrentar la defensa que hacia San Nicolás”.

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preferencia a hijos de ejidatarios y avecindados.190 Rodríguez (2001:195) explica que a

partir de la década de los sesenta se perfiló una significativa ocupación de ejidos del sur

del DF para colonias populares. “La formación de asentamientos irregulares en terrenos

ejidales se fue consolidando como un proceso que expresaba la imposibilidad de los

sectores populares de acceder a una vivienda en el mercado inmobiliarios formal. Las

colonias populares se convirtieron en el principal agente urbanizador de los ejidos

suburbanos”. El fenómeno del proceso urbano tiene connotaciones diferentes,

encontrando fraccionadores clandestinos, compañías inmobiliarias, instituciones

públicas de vivienda, colonos, etc. Las formas de ocupación del espacio han sido

diversas, pero se puede afirmar que la posibilidad de comprar o vender libremente es

una característica primordial de la propiedad privada (y ejidal) que sustenta el fenómeno

urbano.

La ciudad cada vez se veía polarizada, agravando su dualización entre gente acaudalada

y pueblo sometido, dependiente, excluido de la bonanza del desarrollo capitalista. Los

primeros necesitaban de los servicios de los segundos, en la medida que sus estilos de

vida lo demandaban. Todo ello produjo una re-configuración espacial, el perfil de la

ciudad fue definiéndose cada vez más. Los asentamientos de las colonias de los sectores

pudientes por un lado, segregando más a los pueblos y comunidades aledañas, y por

otro, las invasiones (Rico, 2005:44). Ahí las comunidades y ejidos cercanos al Distrito

Federal entraban a la informalidad e incertidumbre de las tierras que poseían, ante la

posibilidad de arrendar o vender. Más adelante con el Procede191 se ingresa a la lógica

190Las tierras invadidas del ejido suman aproximadamente más de 500 has. El ejido no recuperará sus tierras, tampoco el usufructo económico real. La Corett -quien viene legalizando las tierras-, alcanzará una indemnización del 2%, que pagan los colonos por la regularización de las tierras invadidas. (Ver programa de suelos libres de la Corett: www.corett.gob.mx). Por otro lado, el Gobierno Federal al crear el programa “Vivienda Rural” para reconocer asentamientos humanos y no expropiar, adquieren beneficios (servicios públicos como agua, energía eléctrica, etc.) de San Nicolás, usufructuando un porcentaje de agua. Se informa que el Gobierno le da ese beneficio, porque ‘queman votos’ de esa población para próximas elecciones de la Magdalena Contreras”. Se informa también que los demás asentamientos poblacionales fueron promovidos por políticos, haciendo algunos diputados carrera con esas invasiones. Azuela (en Rodríguez, 2001:207) sostiene que el proceso de regularización de la Corett se llevó a cabo siempre con la lógica y el control de la burocracia agraria, dando pie a una intervención directa de los funcionarios agrarios en el mercado del suelo periférico. Ello ha permitido que grandes extensiones de tierras queden en manos de este organismo y que la venta de los mismos sea promocionada directamente por él, de aquí que se le considere actualmente como el terrateniente urbano más importante del país. 191 El Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (Procede), es un instrumento que el Gobierno de la República pone al servicio de los núcleos agrarios para llevar a cabo la regularización de la propiedad social. El objetivo principal del Programa es dar certidumbre jurídica a la tenencia de la tierra a través de la entrega de certificados parcelarios y/o certificados de derechos de uso común, o ambos según sea el caso, así como de los títulos de solares en favor de los individuos con

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161

mercantil de la propiedad, que prácticamente transforma los usos rurales (Rodríguez,

2001:195).192

A la par del crecimiento urbano y sub-urbano, empezaba a germinar el problema de la

amenaza a las tierras de conservación y reserva que tiene el DF, siendo blanco de

urbanizadoras, inmobiliarias, políticos en turno, invasores ‘hormiga’, etc., con escasa

diferencia, diríamos, de como sucede en la actualidad. “El pretexto que los

fraccionadores señalan para la preservación ecológica del lugar193 es el que cada

propietario construya en un espacio que representa la cuarta parte del terreno adquirido

(hay terrenos de hasta 4,000 m2). Hoy, la movilización de la tierra por invasión en la

delegación Magdalena Contreras (donde está adscrito San Nicolás) se ha recrudecido, es

una modalidad que expresan las orillas del DF.

Así surgen y siguen apareciendo mansiones lujosas, sofisticadas, que cuentan con

enormes cisternas para el almacenamiento de agua194 (Siller, 1981). Se había entrado a

¡la apropiación de terrenos y sus beneficios, teniendo como pretexto el enfoque

ecológico y de preservación, pero sirviendo a intereses disímiles! Un ejemplo más de la

irreconciliable dicotomía desarrollo-naturaleza. De tal forma que nos preguntamos,

¿será posible un capitalismo sustentable o una sustentabilidad con desarrollo

económico, crecimiento y expansión?

Como el Bosque ya no contaba con vigilancia, paralelo a dicha problemática, también

empezó la cultura de depredación y extracción hacia este bien por propios y extraños.

Los ejidatarios buscaron durante varios años qué hacer con el Bosque, se tomaron

medidas de reforestación, unos cumplían otros no, no pocos abandonaron el campo. En

poco tiempo el Bosque ‘era tierra de nadie’, los esfuerzos de los ejidatarios eran

insuficientes, las plagas y las amenazas de las externalidades aumentaban cada vez.

derechos que integran los núcleos agrarios que así lo aprueben y soliciten. Se desarrolla en el marco normativo de la reforma al Artículo 27 Constitucional y de la promulgación de la Ley Agraria y su Reglamento en Materia de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares, así como de las Normas Técnicas para la Delimitación de las Tierras al Interior de Ejido http://www.pa.gob.mx/Procede/info_procede.htm. 15 de enero de 2008. 192 Con la ley del Procede, los ejidatarios son plenamente reconocidos como propietarios de la tierra, con capacidad para garantizar la transmisión de la posesión a otros agentes sin que se llegue a sancionar la venta “ilegal” que ellos mismos han llevado a cabo (Rico, 2004:196). 193 El sombreado es mío. 194 Incluso, el fabricante más renombrado de muebles del país construyó “(…) una cascada artificial, con lagos pequeños habitados por aves acuícolas (gansos, cisnes, garzas, etc.) (Rico, 2005:47).

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Todo era sacar y sacar del bosque, se mete arena usada, se metía borregos, cabríos … Todos los arbolitos que prendían se echaban a perder, otros querían hacer tierras de cultivo, teníamos que ver la forma que esas tierras se reforestaran. Todo ello sirvió para que cada quien se responsabilizara de reforestar... a mi me tocó una parte. Hay algunas gentes que van y le prendían cerrillo, no sé por qué. 195

La búsqueda anhelada era generar empleo e ingresos convirtiendo a dicho patrimonio

en fuente de recursos, de alguna manera estables, y afrontar su desatención, debido

especialmente a la migración y cambio de actividad productiva de sus propietarios. Las

posibilidades de encontrar nuevas formas de aprovechar su patrimonio natural estaban

tendidas. Al respecto, no estaba lejos la idea visionaria de Cristóbal Kay cuando

afirmaba en relación a los cambios o giros que darían las comunidades respecto a sus

labores tradicionales.

En un sentido muy amplio, la reconversión aspira a capacitar y mejorar la habilidad de la agricultura campesina para adaptarse a la creciente competencia global y para entrar al mercado global más dinámico. Esto se logrará a través de una serie de programas campesinos específicos con el propósito de elevar la productividad, reforzar la eficiencia, y cambiar la estructura de la producción tradicional y los patrones de los usos de la tierra hacia productos nuevos con mercados más dinámicos y más rentables, incrementando así la competitividad de los campesinos (Kay, 2005:21).

San Nicolás estaba entre las comunidades que auguraban cambios en el uso del suelo y

actividad productiva. Quería renovar significativamente su esquema productivo

tradicional, reconvertir su economía e ingresar a mercados dinámicos que el mundo

ahora globalizado le ofrecía. No estaba lejos de ello; recibió ofertas variadas para

trabajar el Bosque, uno de los ofrecimientos significativos fue la propuesta conocida

popularmente como ‘museo del árbol’.

3.4.2. En defensa de la propuesta del denominado “Museo del

Árbol”196

195 Entrevista a Cruz Amaya, San Nicolás Totolapan, enero de 2008. 196 Con base en la entrevista realizada a Gerardo Camacho Molina, líder del grupo de oposición al gobierno ejidal autodenominado de “Izquierda” y del que algunos ejidatarios prefieren el anonimato, San Nicolás, febrero de 2008.

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Cuando San Nicolás estaba en un desconcierto y caos, producto de las amenazantes

invasiones, en 1997 recibieron la propuesta para trabajar un megaproyecto en su

territorio, liderado y respaldado por el actor Julio Alemán, la Delegación Magdalena

Contreras, el Colegio de Posgraduados, además de intervenir empresas beneficiarias

como la ‘Coca Cola’, ‘General Motors’ y la ‘Chrysler’, entre otras. Consideraba 26

proyectos, entre los cuales se instalarían varios museos como por ejemplo ‘del árbol’,

‘del automóvil’, ‘del pulque’, ‘de la tauromaquia’, etc. El convenio estaría sobre la base

de en una concesión donde se otorgaban, por 99 años, 1,500 hectáreas de tierras del

ejido mediante la figura asociativa de Sociedad Civil. La promotora recuperaría su

inversión en ese plazo, y luego de culminado, San Nicolás se incorporaría como

propietario. La propuesta produjo gran desconcierto y enfrentamiento al interior de la

Asamblea Ejidal y pueblo; la especulación la consideraba como una forma estratégica

de aprovecharse de las tierras en una suerte de invasión camuflada.

El ejido se encontraba en polarizada reflexión. Por un lado la presión de quienes querían

invadir violentando las circunstancias; por otro, la propuesta de la Promotora, que era

como adjudicar el ejido. Finalmente, luego de las desavenencias que tardaron 3 meses,

San Nicolás ganó el juicio en 1997 en contra del megaproyecto.197 Sostienen los

ejidatarios, que de haberse llevado a cabo este convenio, el resultado “hubiera sido

brutal porque prácticamente se despojaba las tierras del ejido ¡en nuestros ojos ¡”.

Zambrano (2001:40) sostiene que cuando se manifiesta un conflicto, hay un tránsito del

territorio cultural al territorio político donde los sujetos son quienes definen

colectivamente los contornos múltiples del territorio. Para el caso convocado estaríamos

hablando de un tránsito cultural (formulado en las expresiones de resistencia que

condensa San Nicolás) al político; es decir, se defendió políticamente (oficial y

públicamente) el territorio.

Al presente, la memoria colectiva evoca el hecho como una incursión comunitaria,

librada a partir de la lucha unificada de la población ejidal, fustigando a quienes –por

parte del ejido–estuvieron a favor de tal propuesta. Con este ejemplo, San Nicolás

manifestó que ante “el frenesí de la globalización” con el pretendido desdibujamiento

del lugar (Escobar, 2007:2), hay detrás de la aparente ‘sencillez’ rur-urbana que

197 Se comenta que el abogado quien libró la defensa fue el Lic. Andrés de la Rosa.

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presenta el ejido, una cultura, conocimientos, naturaleza y visión económica sobre el

quehacer y futuro del espacio territorial. El ejido no es una comunidad desdibujada, e

incluso incauta, demostró finalmente que sigue en pie la ‘raíz y razón de Totolapan’.198

Como diría Zambrano (2002) los nicolaítas requerían imaginar su territorio para seguir

legitimándolo y seguir poseyéndolo.

Hoy, el ejido sigue tejiendo sus propias alternativas para solucionar sustentablemente

los problemas de amenaza a sus tierras. Aparte del PEESNT, una congregación de 40

ejidatarios (propietarios de 70 hectáreas de tierras ejidales donde vienen sembrando

maíz, avena, chícharo, fríjol y habas) pretenden conducir un “Camposanto Ecológico”

en la parte alta del ejido (Cazulco). La finalidad es seguir usufructuando el suelo, pero

disminuyendo al límite la utilización del agua. Han obtenido el permiso de cambio del

uso del suelo y han regularizado los títulos de propiedad de las tierras. Este tipo de

medidas permiten, por una parte, conservar las tierras ejidales ‘productivamente’, y por

otra, mantener la “identidad física del pueblo” (Rodríguez, 2001:322), re-

dimensionando el uso del suelo por sus propietarios.

Lejos, acaso quedó el objetivo de conllevar la penetración de capitales e intereses

financieros foráneos, conduciendo a la pérdida de control sobre la actividad que crece

desproporcionadamente y desarticula los otros sectores productivos tradicionales

(Santana, 2006:72). Acciones como ésta, no hacen sino contribuir a la reivindicación del

ejido en su espíritu vigía, dando continuidad al curso de su historia.

3.4.3. “Lo que fue un problema…, nos benefició”

Se coincide, como la mayoría de los autores, que la pobreza económica es el perfil

dominante del campo mexicano con la exclusión de las mayorías. Se sostiene que el

problema de la estrechez económica seguirá siendo el tema central, si no se da paso a

acciones o agendas alternativas con políticas de renovación estructural del sector

198 Dicha frase alude a la expresión que hace Jesús Sotelo Inclán en su obra “Raíz y Razón de Zapata” (1936) y que sabiamente recoge Gerardo Camacho de la Rosa, en su reciente contribución denominada “Raíz y Razón de Totolapan” (2007), en virtud de querer demostrar que los pueblos tienden a repetir la historia, en un paralelo de despojo, pero también de resistencia y de renovar cambios para el acceso al poder. San Nicolás parece decirnos que mantiene latente ese sentir y mirada de su historia y de la que viene.

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(Cortez (2007), Bartra (2006), Toledo (2006), Masseiu (2006), Rodríguez 2005), Sachs

(1996), Chambers 2005).

Lo que cuestionan los autores –y nos adherimos a ello–, son las políticas equivocadas

que arremeten contra el campo so pretexto del desarrollo para beneficiar a los sectores

mayoritarios. En el caso de San Nicolás se apoyó con políticas asistencialistas ‘para

extinguir las plagas del Bosque’, el gusano barrenador199 y descortezador que habitaba

en oyameles y pinos, y que atacaron entre 1968 y 1970. Así el bosque fue fumigado con

insecticidas, DDT y otros químicos por cierta etapa, al mismo tiempo que se empezaba

a reforestar con plantas traídas de fuera.

El ataque a las plagas no dio resultado, las plagas continuaban, se hacían más resistentes

y ‘venían otro tipo de bichos’. Tampoco los almácigos prendieron, y los arbolitos no

enraizaban; los actores testimoniaron cómo el Bosque se “¡iba cayendo a pedazos ¡’”.

La memoria colectiva de San Nicolás recuerda este hecho como el hito más

significativo por la defensa de la biodiversidad del Bosque, especialmente la población

de aves, la cual disminuyó drásticamente por la presencia de las plagas. El

descortezador, atacó principalmente al oyamel comiéndose las hojas desde la punta

hasta la parte baja del árbol. “Era abundante, “¡caían como llovizna de arroz!”. Según

los lugareños, la plaga del descortezador (desfoliador) viene del Desierto de ‘Los

Leones’ porque “ahí hay árboles muy viejos que no tienen mantenimiento”. El

barrenador en cambio ataca más al pino, entra por su corteza y hace túneles que

finalmente destrozan el árbol. Se expandieron porque el pájaro carpintero –que es su

principal controlador y depredador natural– había disminuido. Según los biólogos, en

realidad el Bosque siempre presenta plagas formando parte del margen de su

normalidad; de ahí que recomiendan eliminar árboles derribados, de manera contraria se

transforman en focos propiciatorios para ello.200

199 Altera el ciclo de la savia de los árboles, secándolos poco a poco. 200 En el capítulo III sobre el CT explicamos cómo se recuperó el Bosque con base en alternativas comunitarias, y que se fundamentan en las iniciativas del saber local.

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“Tuvimos que elegir entre, ¡¡salvar árboles o animalitos!! ¡Fue una gran pérdida!”.

Existieron incendios forestales y otros atropellos al Bosque, pero la fumigación201

marcó la historia de mayor decadencia en la expresión de VIDA del Bosque. En la

actualidad viene recuperándose, han vuelto los animalitos y los árboles y arbustos han

cobrado copiosidad y humedad, recuperando su perfil propio; pero, según sus actores

“aún, no es el de antes”.202

Para el caso de la amenaza del recurso forestal y biodiversidad en general, es importante

distinguir cómo impacta la direccionalidad que venía desplegando dicha problemática,

especialmente para sus actores y agentes del desarrollo del Bosque. Por un lado, la

orientación que daba el Estado, tratando de integrar con políticas masificadoras y

homogenizadoras al campo, y con una asistencia técnica ignorante de la biodiversidad

endémica, el peor de los aportes técnicos y conocimientos sobre la significancia de los

actores sociales en relación con el recurso forestal. En la otra vertiente, los ejidatarios

actores, con sus prioridades, su identidad y su encargo de salvar lo que consideran suyo:

el Bosque.

Si bien la problemática del Bosque que vivió San Nicolás no fue con la intención

declarada de ingresar al monocultivo forestal, como sucede ahora con algunos proyectos

forestales en algunos países, se vivió dicha amenaza, no en vano el comportamiento del

mercado neoliberal con su interés en la sustitución de la diversidad de los bosques para

abrazar el monocultivo, y que está aplicándose desde hace algunos años en los casos de

Uruguay, Argentina, Chile y la India, entro otros países del sur.

Galeano (2005), advierte que el destino final de la mayoría de esos monocultivos de

árboles es la producción de celulosa, orientada al mercado del norte, territorio donde

201 Agroquímico altamente venenoso en el combate de plagas, cuyo efecto residual tiene ahora un impacto controvertido. “De ser un benefactor de la humanidad pasó a ser enemigo público entre los años que van de 1970 a 1980, llegando a prohibirlo. http://www.tecnun.es/asignaturas/ecologia/hipertexto/09prodqui/112tipospest.htm#el%20caso%20del%2DDT 15 de febrero de 2008. Según “Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente”, el DDT está siendo usado nuevamente en 34 países del mundo, con resultados sorprendentes en el control del paludismo o malaria. En América, Ecuador es el único país que no dejó de usarlo y que está libre de la malaria, y aves y animales no han mostrado padecer mal alguno. http://mitosyfraudes.8k.com/Articulos/DDT-Faq-Esp.html, 15 de febrero de 2008. 202 En el capítulo IV veremos cómo con base en la estrategia de los conocimientos tecnológicos de los actores se logró recuperar el Bosque.

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legalmente hay prohibición para el monocultivo en aras de la protección de ¡su

biodiversidad! “Dentro de la estrategia de la industria papelera, el primer paso es la

producción de materia prima barata en el Sur para la producción de celulosa y papel en

el Norte. El segundo paso es el traslado de la parte más contaminante del proceso (la

producción de celulosa) a los países del Sur. Esto es lo que actualmente está

aconteciendo en el Uruguay”.203

El caso de Uruguay es un caso símbolo, podría pasar en no poco tiempo en el país y,

hasta específicamente en nuestra zona de estudio. El gran “Bosque de Agua” al que está

adscrito naturalmente San Nicolás Totolapan se encuentra dentro del corredor ecológico

y acuífero que solventa la reproducción de la vida del Distrito Federal a través del agua,

aire, suelos y biodiversidad, especialmente. Para el interés de las empresas

inversionistas y acciones políticas tales argumentos son de cuestionada relevancia.

Siguiendo con el momento que se vivía en San Nicolás Totolapan, preámbulo para

recuperar el Bosque, las acciones de recuperación se intensificaron por parte de sus

actores, era ahora o nunca ¡“Como la mancha urbana y la deforestación avanzaba

reforestamos desde ‘Trompo de Agua’, hicimos cortinas verdes, cada uno lo que

podía”.204

Lo que fue un problema, fue también resolviéndose por ellos mismos, con estrategias

cuyo fundamento está en sus saberes y tradiciones. La comunidad se empezó a unir

cuando se cuestionó los apoyos que daba el Estado con otras especies de arbolitos,

¡no servían para el tipo de microclimas y tierras del Bosque! Se empezó a identificar

que el monte quería sus propias semillas, sus arbolitos y acaso el cuidado sostenido de

sus labradores. La experiencia de mayor significado que contribuyó a la recuperación

203 “Fast food, fast wood: los bosques artificiales crecen en un ratito y se venden en un santiamén. Fuentes de divisas, ejemplos de desarrollo, símbolos del progreso, estos criaderos de madera resecan la tierra y arruinan los suelos. En ellos no cantan los pájaros. La gente los llama bosques del silencio o desiertos verdes”. José Artigas decía: No venderemos el rico patrimonio de los uruguayos al bajo precio de la necesidad (Galeano, 2005). Por otro lado, el autor viene enarbolando la denuncia del engaño que sufren las comunidades de su país. Resulta “(…) que los banqueros vienen abandonando la usura para consagrarse a la ecología, “(…) el Banco Mundial otorga generosos créditos para forestación, planta árboles y cosecha prestigio en un mundo escandalizado por el arrasamiento de sus bosques. Conmovedora historia, digna de ser llevada a la televisión: el destripador distribuye miembros ortopédicos entre las víctimas de sus mutilaciones. http://www.guayubira.org.uy/celulosa/Galeano.html y http://www.wrm.org.uy. Septiembre de 2007. 204 Entrevista a Pascual Ruiz, San Nicolás Totolapan, marzo de 2006.

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del Bosque fue la instalación del vivero Potreritos, propagándose por primera vez la

semilla de oyamel y otros árboles endémicos, liderados por uno de sus más respetados

sabios en la materia, Don Ambrosio Tenorio Chavero.205

Con la intención de recuperar el Bosque, la organización del ejido empezó a mejorar,

las discrepancias, la desatención pronto fueron decayendo, por lo que podemos concluir

que la respuesta a las políticas de desarrollo convencional que trajo el Estado fue lo que

desató y motivó que San Nicolás saliera de su crisis ecológica. Con el correr del tiempo,

el Bosque fue recuperando su perfil copioso, diverso, multifacético, propiciando que la

población conurbana lo visitara con afanes de recreación. Quién diría que dicho

fenómeno sería el sustento a priori que sentaría las bases al turismo alternativo a

posteriori que pronto abrazarían.

3.5. Elaborando el Proyecto Ecoturístico Ejidal

Si el desarrollo sustentable ha traído algún beneficio, es de reconocer que ha priorizado

el debate sobre el reconocimiento a los actores sociales del campo llegando a

reconocerlos como hábiles estrategas del uso múltiple en el que se incluye el manejo

agrícola, agroforestal, la pesca, la caza, la recolección, y la ganadería a pequeña escala

(Toledo, 2000:129).

En esa concepción de reconocimiento de habilidades y capacidades a los actores

sociales, la Consultora Balam, SC ha identificado comunidades campesinas y ejidatarias

dentro del Distrito Federal, donde poder establecer las propuestas sustentables que ha

venido trabajando. México vivía adscrito al marco del boom de la sustentabilidad, con la

aparición de nuevos movimientos sociales e identidades sociopolíticas. Por su parte, el

Estado mostraba cierto “debilitamiento” al ceder muchas de sus funciones a cuerpos no

estatales.

Balam SC., se propuso obtener financiamiento para un proyecto de servicios turísticos en las zonas urbanas de la Ciudad de México como instrumento para detener el crecimiento de la mancha urbana y conservar los recursos naturales del Valle de México, en el marco del enfoque sustentable. Dicho proyecto consideraba prioritario que las empresas prestadoras de servicios fuesen

205 En el capítulo IV sobre el CT, se abordan ésta y otras ‘experiencias símbolo’ de reforestación, con base en las habilidades y destrezas de la comunidad que finalmente permitió salvaguardar el monte.

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propiedad de los dueños de los terrenos rurales del Distrito Federal, ya fueran comuneros o ejidatarios.206

San Nicolás por su parte empezaba a buscar una manera eficiente de salvaguardar su

recurso forestal y alejarse de las presiones, invasiones, violencia, delincuencia, usura e

incertidumbre que aún existía sobre el Bosque. La ‘mancha urbana’ de la Ciudad de

México se venía convirtiendo en una amenaza cada vez más demoledora. Hacía casi 50

años que sus terrenos no dejaban ningún ingreso económico a los ejidatarios, por ello

estaban ante la búsqueda de opciones, había que hacer ‘algo impactante y sostenido’ con

sus tierras.

Tras algunos meses de concertación, Balam, SC y el ejido de San Nicolás207 unieron sus

esfuerzos para la instalación de una empresa prestadora de servicios turísticos de

Naturaleza con enfoque sustentable. Después de tal acercamiento, irrumpieron

diferentes opiniones e intereses de propios y extraños. El conflicto, las desavenencias y

la rivalidad a favor y en contra de la propuesta no tardaron en manifestarse. Por un lado

se sostenía que estaban “vendiendo a extraños” y que era “puro cuento”; las

autoridades manifestaban que habían recibido amenazas anónimas. Los medios masivos

de comunicación social de la Ciudad de México divulgaron las noticias, creando mayor

confusión entre los ejidatarios. El “Diario Reforma” se mostró irreverente, estaba a

favor de algunos ejidatarios que no querían adjudicarse la propuesta. Por otro lado,

había confianza por la propuesta, el factor atrayente era la autogestión comunitaria de

tal empresa y no la entrega servil de la misma.208 La disputa por el Bosque otra vez se

hacía latente, ahora que venía recuperando su perfil boscoso. Sin embargo, la decisión

estaba tomada.

La elaboración del proyecto corrió por parte de la Consultora (bajo la asesoría técnica

del Biólogo Francisco Romero del Departamento de El Hombre y su Ambiente, de la

UAM-X), quien sometió a revisión por parte de las autoridades ejidales, siendo

206 “Manual para la planeación de un turismo responsable en áreas naturales comunales y ejidales basado en la experiencia del Parque Ejidal San Nicolás Totolapan” (Balam SC, 1998). 207 Es de destacar que el entonces Presidente de los Ambientalistas de América Latina, Señor Luis Bustamante, fue quien facilitó que ambas instancias se conocieran; inclusive otorgó una primera donación voluntaria de 40,000 mil pesos para el Proyecto, lo cual irrumpió la motivación por el turismo rural. 208 Además de ello, el otro factor que despertó seguridad tanto por la propuesta eco turística a emprender, como de la calidad institucional de la Consultora Balam SC fue la confianza depositada en el Ecologista Luís Bustamante, quien como antecedemos, fue el enlace para con las autoridades de San Nicolás.

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aprobada en Asamblea General de Ejidatarios, en mayo de 1997, como “Parque

Ecoturístico Ejidal San Nicolás de Totolapan” (PEESNT). Un año duraron los

preparativos para la instalación y apertura del proyecto de los 336 ejidatarios

responsables del proyecto, siendo ocho los voluntarios favorecidos para la conducción

del servicio ecoturístico209 en la etapa de apertura.

Llama a la reflexión el que en los informes tal entidad sustente que el ejido ‘no tenía la

menor idea de lo que era el turismo de naturaleza’; sin embargo, constatamos que los

testimonios de los actores desmerecen tal aseveración. Antes que ingresaran al

PEESNT, el ejido y las comunidades adyacentes ya recibían visitantes, aunque claro sin

la denominación aludida y organización expedita y experta como la que orientó Balam,

SC.

Los postulados y justificación del Proyecto se dieron sobre la base de brindar pautas

para la generación de un modelo de uso racional de los bosques del Distrito Federal,

vitales para la recarga de los mantos acuíferos y la generación de oxígeno. Por ello, el

objetivo central fue “desarrollar y poner en marcha un modelo de empresa ejidal basada

en el turismo responsable en la naturaleza, capaz de promover efectivamente la

conservación de los bosques del área rural del DF por parte de sus propietarios”.210

Asimismo, “dotar a la Ciudad de México de un parque donde se pueda convivir con la

naturaleza en un ambiente seguro y formativo; cohesionar a la comunidad alrededor de

un proyecto de conservación de recursos naturales a través de la generación de empleos

y la elevación sustancial del nivel de vida y; promover entre los visitantes y habitantes

de la región una cultura conservacionista”.

Si analizamos la propuesta, prioriza y privilegia, además del beneficio interno, también

el impacto externo.211 Es decir, conlleva un compromiso de servicio de los actores

protagonistas del proyecto, al comprometerlos a trabajar ‘anónimamente’ también para

satisfacer necesidades de la población del Distrito Federal, quien debería beneficiarse

con ‘aire puro y verdor’ producto de la recuperación del manto acuífero contiguo que

209 El término entendido no tanto por recibir a “turistas” como tales, sino en referencia a recibir visitantes que arriban al PEESNT por razones de esparcimiento, entretenimiento y descanso, la mayoría de veces sin pernoctar. En el lenguaje académico del servicio turístico se considera turista, a quien pernocta una noche y hace uso de los servicios que ofrece la institución anfitriona, es decir no menos de 24 horas. 210 Balam SC. 211 Por supuesto, sin poner en tela de juicio, los beneficios grosso modo de generación de ingresos y empleo que propicia el Parque de ese entonces a la actualidad.

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ofrece San Nicolás, lo cual por demás es loable. Así escenificado este universo, la

pregunta sería: ¿Por qué no reconocer integralmente la contribución que brindan las

comunidades que trabajan la recuperación de los mantos acuíferos, con propuestas que

superen la idea de que la sociedad mayor establece estrategias de intervención de los

recursos con base en una ideología que legitima políticas en nombre del medio

ambiente?

Es decir, a pesar que la propuesta del Proyecto fue discutida con los ejidatarios,

conllevando la intención de generación de empleo e ingresos y consiguiente mejora de

la calidad de vida, que es lo que motivó y cautivó a los ‘beneficiarios’; sobre sus

hombros, otra vez,212 se recargaba la responsabilidad de conservar, reforestar y restaurar

el Bosque para el disfrute ‘externo’,213 formulándose compromisos que quizás no fueron

claros en la sociedad en cuestión y sus actores. En ese sentido, el ecoturismo –o turismo

sustentable comunitario– puede también evidenciar que sostiene una renovada forma de

compromiso por la recuperación del ambiente natural y cultural, tanto para el disfrute

interno como externo.

Sustenta lo anterior, los estudios de “Opinión sobre Áreas Recreativas por parte de

potenciales visitantes (1997), para exteriorizar la capacidad de gasto que tenían”,214

aplicándose 457 entrevistas. “Analizando por estratos, podremos observar que el 30%

optan por pagar (por ingreso al bosque) 5 pesos y el 21% por pagar 10 a 12 pesos; en

general, podemos inferir que el 60% de los entrevistados pagarán más de 5 pesos y

menos de 10 pesos, mientras que sólo el 20% de ellos, pagaría entre 10 y 20 pesos, y el

30% pagaría menos de 5 pesos” (Balam, SC, 1998).

212 Este hecho parecería contradictorio en el sentido de que, si la instalación del Proyecto fue decisión de la Asamblea, entonces, ¿Por qué -como sustentamos- la orientación del beneficio es al externo? Como sabemos, desde siempre a los actores del campo les ha tocado ser mano de obra barata en la producción de alimentos y demás. Lo irónico es que, reconociéndose que sobre sus hombros reposa la seguridad alimentaria del planeta, todavía suena lejana la inversión de esta figura. Asimismo, huelga aclarar que San Nicolás desde siempre tuvo al Bosque en disputa o trabajándolo lejos de su propio beneficio integral. 213 Más adelante advertimos cómo en la percepción actual de los ejidatarios (ojo, no los actores responsables del servicio), ya no sienten suyo el Bosque “ya nomás son de los ciclistas, de la gente ‘güera’ que viene a distraerse…” 214 “Tipo de Muestreo: Aleatorio Simple con puntos de inicio definidos. Se eligieron estos, con base en un análisis y sugerencia del Cliente, en los 10 lugares con mayor posibilidad de encontrar a la población que acostumbra con mayor frecuencia asistir a lugares recreativos de tipo naturaleza y bosque” (Balam SC, 1998). Gente de clase media, profesionistas, comerciantes, empresarios, estudiantes, pero no comunidades circundantes.

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Entre las actividades que se establecen son las de “relajación y descanso (caminatas,

paseos, días de campo y observación de flora y Fauna) ocupando el 60% de

preferencias. Asimismo, actividades medias deportivas como correr, trotar, campismo,

montar a caballo, etc., ocupando el 20% y, las actividades deportivas de alto esfuerzo

(bicicleta de montaña, fútbol, etc.) ocupan el otro 20%.” Las comunidades aledañas de

ningún modo fueron consultadas al respecto, peor los mismos ejidatarios para hacer de

ellos también beneficiarios de las próximas instalaciones que debían erigirse.

Corrobora el interés de privilegiar el objetivo externo, el estudio sobre “Antecedentes

sociales y ambientales”, donde se analizaron las demandas de los ciudadanos del

Distrito Federal, concluyendo que “actualmente las áreas rurales y boscosas del Distrito

Federal suman 86 mil hectáreas, 57% del total del territorio de la entidad. Muchas son

visitadas de manera descontrolada, dado que no existen planes de manejo u orientación

alguna para realizar actividades no depredadoras” ((Balam, SC, 1998). El interés por

San Nicolás de Totolapan, ¡estaba justificado!

El informe gráfico que desarrolla Viñas (2006) con base en el Estudio de opinión

Pública sobre el Ecoturismo del 2002, sobre la base de 840 encuestados aplicado a la

Ciudad de México, Guadalajara, y Monterrey, arroja también luces con respecto215 de

las actividades ecoturísticas con mayor publicidad, destinos ecoturísticos más visitados

en México y, las motivaciones para realizar viajes en estos tres Estados, que inclusive

tiene utilidad para identificar ventajas comparativas del Bosque a la fecha.

Dentro de las actividades de mayor interés en publicidad (Gráfica No.1) están

consideradas las caminatas y ciclismo de montaña con un 6.7% y 2.2%,

respectivamente, servicios que ofrece el PEESNT. Asimismo, El Ajusco está

considerado como uno de los destinos Ecoturísticos más visitados (Grafica No. 2),

ciertamente el último en el grafico, pero aparece con un 1.0% en relación con Veracruz

por ejemplo que es visitado con un 9.7%, más delante de Acapulco y Cancún.

Considerando que el Bosque de San Nicolás está en la demarcación del Ajusco,

entonces, era propicio su lanzamiento y sigue en curso de importancia a la fecha.

215 Ver gráficos en el Anexo I.

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Respecto a la motivaciones que tienen los visitantes para visitar lugares Ecoturísticos

(Grafica No. 3), hay una preferencia significativa sobre la convivencia con la

Naturaleza, con un 12% en el interés, que es el segmento principal que ofrece el

Proyecto, pero también está el descanso con un 25%, divertirse con un 24%, y realizar

una actividad con un 15%; actividades todas que debían (hoy lo desarrolla) potenciarse

en el Bosque a través de sus servicios.

Asimismo, si bien es cierto que la Consultora, reconoce las capacidades como población

y organización ejidal (por ello la preferencia a la convocatoria de la organización

comunitaria), refleja cierto desconocimiento en cuanto a que la comunidad ejidal

mantenía una organización empoderada de resistencia a su territorio (demostrado en su

pasado histórico de lucha y acceso al poder por sus propias audacias), con base en sus

usos y costumbres tradicionales, misma que le permitió tener convocatoria, decidir,

organizarse y, más adelante, construir en sus propios términos y apropiarse del

Proyecto.216 Es un tanto ‘displicente de las capacidades locales’ aducir que sólo a partir

de la gestión del proyecto ecoturístico la comunidad debería cohesionarse. Igualmente,

el objetivo de “promover una cultura conservacionista” de alguna manera refleja cierto

desconocimiento sobre que el ejido ya poseía un ancestral racionalidad y cultura

sustentable arraigada en su forma peculiar de conducción del Bosque. Encarnado éste en

su sentido de identidad y pertenencia por su territorio y territorialidad,217 cuya

significancia iría, mucho más allá de solamente el sentido conservacionista de la

propuesta, aspectos que demostramos en los dos últimos capítulos.

216Antes que Balam, SC definiera su labor junto a San Nicolás, ya había ‘fracasado’ con un ejido de la Ciudad de México. La desorganización y conflictos internos mayores y nula apuesta por la preservación de sus recursos, hizo romper definitivamente coordinaciones y labor conjunta entre ambas instancias. Según los mismos consultores “se encontraba empantanado por cuestiones de organización interna de la propia comunidad”. En cambio, San Nicolás exteriorizaba condiciones internas favorables para su despegue. 217 Para el presente estudio sirven las explicaciones teóricas (a las cuales nos acogemos) que hacen Zambrano (2001), Escobar (2007), (Fernández de Rota, 1992), Rodríguez (2001) y García (2000) quienes analizan la importancia del espacio que ocupan las comunidades en términos antropológicos, políticos, ecológicos y simbólicos, especificando referentes sobre la importancia del significado de territorio y territorialidad. Según García (2000:410) y Zambrano (2001:20, 40, 28) el territorio es un espacio que brinda cohesión social. La pertenencia al grupo en el requiere de una elaboración cultural, social y simbólica, la cual genera un sentido de pertenencia al mismo, teniendo el objetivo latente de confrontar con los territorios de otros. La lógica territorial, según el mismo autor “es el modo de producir en el territorio y actuar en él, en que la pertenencia al lugar desarrolla formas concretas de dominio y jurisdicción sobre el espacio”. Sostiene que, si bien la propiedad es el dispositivo que lanza a las personas a la conquista de las tierras, la de pertenencia las conduce a la producción de órdenes sociales y políticos y convierte al espacio en cultura e identidad.

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174

Así, los objetivos, metas, prácticas y simulacros acontecidos en la etapa de capacitación

previa, de alguna manera ignoraban las capacidades y habilidades de conocimientos y

saberes acumulados por generaciones por parte de los actores respecto a la conducción

de su Bosque. Es decir, no aparecen como punto de partida, tampoco cuando se abordan

estudios de los “aspectos sociales y comunitarios”. Para el caso, el objetivo prioriza el

enfoque económico (de inversión-recuperación y de costo-beneficio) que especifica el

enfoque empresarial. Un tanto preocupante diríamos por tratarse de una propuesta que

justamente se puntualizaba como alternativa, a partir del enfoque de la sustentabilidad.

Sin embargo, es lícito aclarar que no creemos que la ‘invisibilización’ haya sido blanco

explícito para intervenir metodológicamente al ejido, invalidando capacidades; todo lo

contrario, fue cuestión del establecimiento de prioridades. Los interventores externos,

no siempre están en la obligación de conocer a profundidad la complejidad de temas que

concentra el escenario de la Nueva Ruralidad, más aún en el caso de la Consultora que

tenía para ese entonces, escaso tiempo de existencia institucional.

Ocurre que, a veces hay ‘deslices metodológicos’ (incluso en proyectos alternativos con

propósitos afables, como es el caso) que pretenden prevalecer signos de dependencia y

exclusión para los actores, porque esa es la mirada ‘inconciente’ (histórica) que se tiene

del campo. “Son miradas que en el fondo, aún tienen concordancia con las

connotaciones intervencionistas. Propias de enfoque ‘tradicional’ de la intervención del

modelo de intervenir el desarrollo. Es decir tienden a evocar una imagen de los

‘externos’ como ‘más conocedores y poderosos’, quienes ‘ayudan’ a la gente ‘menos

entendida y desposeída de poder” (Long y Villarreal, 1993:33) y Miranda (2002).218

Sigamos con lo que plantea en su momento inicial.

El Proyecto define al turismo sustentable como “la actividad turística que se desarrolla

en una región atractiva por su estado natural, en la cual se promueven simultáneamente

la educación ambiental, la conservación de los recursos naturales y el desarrollo

socioeconómico de los habitantes locales”. Se ajusta diríamos a los principios que la

218 Ver “La Comunicación con campesinos” (Grupo Talpuy-Minka, 1991) donde apoyamos la investigación y sistematización del tema aludido hace más de quince años, y el cotejo de la misma a la actualidad, nos lleva a concluir que poco se ha avanzado sobre el enfoque metodológico de intervención en las comunidades. Sin embargo, es legítimo reconocer que hay renovación teórica y epistemológica sobre propuestas para ‘desarrollar’ el campo.

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175

OMT y Unión Mundial para la Naturaleza difundió hace más dos décadas219, donde

todavía no se consideraba al turismo sustentable en la dimensión actual.

Los puntos esenciales que considera el turismo sustentable comunitario se resumen en:

a) protege y preserva el medio ambiente, b) genera empleo digno de la población local,

c) asegura la participación equitativa de las poblaciones en la toma de decisiones,

gestión y regalías y, d) afirma la identidad cultural de los pueblos con base en sus

potenciales culturales e identitarios locales.220 Entonces, lejos estaría la consideración

que venía haciéndose sobre el principio evolucionado del enfoque sustentable, que

declara que cualquier proyecto de corte sustentable debe partir primigeneamente del

reconocimiento de las capacidades y habilidades de la cultura local.

No se pretende sostener que el Proyecto propuesto es uno más que explica los

lineamientos estratégicos de cómo hacer un proyecto sustentable convencional. Por las

consideraciones que se vienen desarrollando en la práctica, visualizamos la pretensión

de alejarse de tal afirmación. En el turismo alternativo se ha caminado

considerablemente en el tema, habiendo demasiada labor al respecto.221 Trabajos para

su planificación, mecanismos de concertación multisectorial, cómo involucrar a la

población de base, inventarios sostenibles, capacidad de carga de destinos turísticos,

diseño arquitectónico, capacitación, promoción, comercialización y marketing,

estrategias de autofinanciamiento, propuestas de ley, cartas de intención, códigos de

ética, principios, estrategias, propuestas de planificación, variables de evaluación e

incluso herramientas de intervención para el monitoreo. Todo ello refleja mayor

dedicación por el medio ambiente y los servicios que debe brindar la población local.222

Sin embargo, de lo que se adolece como respuesta, es cómo comprender y acceder a las

particularidades y entramados finos y diversos que encierra la cultura campesina, a las

219 Se definía al ecoturismo sustentable como “(…) aquella modalidad de turismo ambientalmente responsable sin disturbar, con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales (paisaje, flora y fauna silvestres) que puedan encontrarse allí, a través de un proceso que promueva la conservación, tenga bajo impacto ambiental y cultural y propicie un involucramiento activo y socioeconómico en beneficio a las sociedades locales” (Cevallos-Lascuaráin 1993:7). 220 Ver documento de nuestra autoría que analiza el tema. Miranda (2002) 221 La revisión documental tanto para el caso de México (según el espacio temporal de los estudios que venimos desarrollando (2005-2008), como el peruano (2002-2008, temporada de investigación de la tesis de maestría en el tema) arroja este dato. 222 En “Cultura Andina-Cultura Empresarial, una apuesta para la complementariedad” (Miranda, 2000) se plantean precisamente las posibilidades que tiene la cultura campesina para la labor empresarial, demostrando un aparente enfrentamiento, pero en realidad tienen visos de complementariedad.

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habilidades y capacidades de sus actores para ponerlas al servicio del ecoturismo. ¿Qué

elementos de la cultura campesina compatibilizan con la cultura del servicio turístico?,

¿Cuáles son los límites que la cultura campesina –y con ello los secretos de los

conocimientos tradicionales– debe tener cuando se privilegia ‘la venta’ del servicio

turístico con sentido empresarial?223

La experiencia de San Nicolás enuncia que, a pesar que fueron entrenados en la

propuesta sustentable de la consultora, llegaron mucho más allá del planteamiento

inicial, justamente con base en sus capacidades y habilidades sobre el manejo y

conducción del Bosque (tema de los siguientes capítulos). ¿Sería el develamiento de las

capacidades y habilidades que manifestó in situ San Nicolás, lo que motivó que Balam

entrara en retirada de su interés inicial de co-conducir el proyecto?

Habría que recordar que los guiados cotidianos y servicio que ofrecen los actores están

sobre la base de su cultura local ancestral, en diálogo con los conocimientos adquiridos

en el año o más de capacitación224 que recibieron de la consultora. Lo dicen ellos

mismos “Nosotros ya teníamos nuestros caminos, hacíamos vigilancia, conocíamos

bien las huellas de los animales, nos entendíamos con el Bosque, mal que bien ¡…Sobre

el camino andado es que construimos el Proyecto, no es justo que Balam se quieran

llevar todos los reconocimientos, lo hicimos juntos!”.225 Por su parte, Pedro Rivera (uno

de los fundadores del Parque) expresa, “Quisimos aprovechar todo ese potencial de la

gente,226 convencerla de que dejara su escopeta y que toda su capacidad y

conocimientos se la retransmitiera a la gente que va arriba. Afortunadamente los

convencimos y ahora ellos son nuestros guías de las visitas de las escuelas y eso

enriquece más el producto, es gente de la comunidad”227 (Rivera, 2006:84).

De esta forma quiere decir que el proyecto sustentable no hubiera emergido si se

adolecía del perspicaz repertorio de conocimientos (como se aborda más adelante) y

demás habilidades y capacidades que detentan sus ejidatarios. Aún más, aparte del

223 Ver documento de nuestra autoría que analiza el tema (Miranda, 2000). 224 Conocemos de un Proyecto de Etnoturismo (Perú) que tuvo como acción primigenia listar a los ‘ecólogos’, ‘biólogos’ y ‘guías del campo’, que tenía la comunidad. El reconocimiento de la experiencia precedente fue decisivo para socializarla, haciendo que la comunidad terminara por involucrarse de manera sostenida. 225 Entrevista a Valentín de la Rosa. San Nicolás Totolapan, 11 de febrero de 2006. 226 El sombreado es mío. 227 El sombreado es mío.

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177

capital social, el ejido aportó con un capital económico, expresado en tierra y territorio y

los servicios que prestaba desde ya (caminos, senderos, señales…), cual infraestructura

básica para el nuevo Proyecto. “Las principales actividades del Parque se hacen en sus

senderos y en San Nicolás, no hicimos nada nuevo, a los senderos llamados de

herradura nada más se le dio mantenimiento, se señalizaron y es lo que estamos

utilizando, los senderos que están un poco maltratados se cierran para mantenimiento,

“re-vegetación” y tenemos otros alternos (Rivera, 2006:84).228

Finalmente, la consultora (en ese entonces) partió de la idea que entre la mayoría de los

ejidatarios de San Nicolás había restricciones en sus capacidades, calificación y

formación en general, en ello de convertirlos en ‘empresarios de la conservación’,

siendo que la mayoría de ellos tienen instrucción y calificaciones diversas cual

benefactores de colindar con la Ciudad de México.229 “(…) son personas los

(ejidatarios de San Nicolás) que tradicionalmente han vivido del campo o como

empleados y que tienen una imagen de sí mismos que no les permite imaginar

fácilmente una nueva empresa de este tipo exitosa (…)”.230 Entendible, en la medida

que en sus inicios el Proyecto adolecía de la gama de personal calificado que hoy

concentra el Proyecto, pero la comunidad no lo entiende así, por ello la suerte de

discrepancias.

Así, lo importante es reconocer que hay una suerte de negación de propuestas externas

en la idea de forjar identidades internas. La relación identidad-negación como es el caso

del ejido es una característica propia de los pueblos al paso del tiempo, anulándose

muchas veces las propuestas externas como la de Balam, SC, en el entendido que a 12

años de distancia han re-descubierto capacidades y habilidades propias, tema que calza

en lo que son los mitos de origen, lo del ‘antes, después’. Al respecto, Fridman habla de

la identidad cultural como un proceso ligado a la historia (…), sosteniendo que la

historia es un proceso social en el que los sujetos particulares participan en un

determinado contexto, atribuyendo significados a lo que realizan. Este autor privilegia,

228 Se entiende que los compromisos son compartidos. Ninguna comunidad ingresa a ‘ciegas’ a un compromiso, tampoco toda institución que interviene tiene objetivos ‘maquiavélicos’. Por lo demás, creemos –parafraseando a la Dra. Luisa Paré– que de no haber intervenido esta institución, lo habrían hecho otras instancias. 229 Ver acápite de escolaridad y calificación laboral de los ejidatarios; el ejido resume entre sus autoridades y otros, calificaciones universitarias. 230 Balam, SC, 1998.

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178

en consecuencia, la posición del sujeto en cuanto se auto-identifica con su pasado y lo

proyecta. De ese modo, la identidad cultural parte del sentimiento del auto-

reconocimiento, más que del reconocimiento que “otros” pueden hacer de él.231

Este hecho, en la actualidad, sigue perturbando a algunos de los actores responsables del

Proyecto, lo cual ha causado cierto distanciamiento entre San Nicolás y la Consultora.

“No es así, a nosotros nos costó llevarlo desde el principio. En todo caso, hablan así

porque consiguen financiamientos cuando dicen que son autores del éxito de nuestro

proyecto”.232 A la fecha, el PEESNT camina ya de manera independiente de Balam, SC,

finalmente cumpliendo con uno de los objetivos sustentables: trabajar a favor del

empoderamiento del Proyecto por parte de sus actores. Los nicolaítas, no por ello dejan

de reconocerlos, hay todavía visitas de coordinación y apoyo interinstitucional entre los

mismos.

Por otro lado, el presente análisis, no pretende dejar de reconocer –entre otros aportes–

la labor de concertación que hizo la entidad en el pueblo y Bosque. La propuesta Balam,

SC ‘fue punta de lanza’ para iniciar y posteriormente legitimar un proyecto de visión

sustentable en un territorio conflictuado por amenazas de despojo y deterioro de sus

recursos. Es el aporte cardinal. Asimismo, el ejido aperturaba al tema de los servicios y

mercado eco turístico comunitario, inédito entre los propietarios del Bosque, tomando

ventaja sobre otros en el mercado del rubro, a la vez que despertó renovadas miradas de

los recursos del ejido (puesta en valor), en su pretendida ilusión de promover el

‘desarrollo desde abajo’.

Del mismo modo, estuvo lejos del modelo ‘tradicional’ de imposición mecánica y

autoritaria de concertación (que generalmente toleran las comunidades), al elaborar un

proyecto y lograr su aprobación en tiempos nada fáciles en el ejido. San Nicolás estaba

recuperándose de un momento crítico de sensibilidad social y política acaecidos antes

de la concertación.233 Con los años, el ejido ha tomado poder, autoridad y legitimación,

eso es otra cosa, lo que queremos remarcar es la simiente y créditos, como arena

ideológica para el despegue ejidal con la presencia de Balam, SC.

231 Guerrero (1993:25) 232 Ricardo Fuentes, Comisariado Ejidal de San Nicolás Totolapan. 233 Con el caso del denominado “Museo del árbol” del presente capítulo.

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179

3.5.1. La instalación y dimensión institucional del Proyecto

Luego de más de un año de búsqueda sostenida de recursos para su financiamiento, el

Fondo para la Conservación de la Naturaleza accedió a apoyar el Proyecto Ecoturístico,

con un monto básico que significaría su despegue. Finalmente, en mayo de 1998 se

inauguró el “Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás Totolapan” (PEESNT). Se inició

como una gestión compartida entre los ejidatarios de San Nicolás y la Consultora

Balam, SC, y luego de poco tiempo fue desligándose la segunda.234

La labor que desarrollaron de manera personal 8 ejidatarios al inicio del Proyecto (de un

total de 336, quienes tuvieron una participación vigilante del mismo) estaba decidida

sobre la base de un compromiso invulnerable de apostar por lo suyo, a cambio del

compromiso sostenido, como ‘anónima’ contribución a la sustentabilidad y como hecho

que articuló intereses variados. Ahí, la propuesta externa, en diálogo con la motivación

interna, fue el hito que desencadenó el inicio de procesos complejos que advertía el

Bosque. Los cuadros campesinos, en cuya responsabilidad operativa se estableció el

PEESNT fueron 8, constituyéndose en miembros fundadores (además de los 328

restantes ejidatarios gestores) y los que actualmente desarrollan indistintos cargos y

responsabilidades, fueron:235

• Alejandro Tenorio. Especialista del Bosque (conocimiento y manejo); hoy

administrador del Parque.

• Valentín de la Rosa. Hoy, responsable de proyectos y programas del Parque.

• Reinaldo Camacho. Diseño de senderos y experto en bosques y sotobosques.

Labora para el PREC236 de San Nicolás.

• Pedro Rivera. Actualmente responsable de la promoción turística del Parque.

• Santiago Martínez. Hoy, labora en el PREC.

• Miguel Ángel López Clemente. Hoy, responsable del vivero ‘Potrerito’ en el

Bosque.

• Julián Escalona. Hoy en el cargo de diseño de proyectos, señalización y

conservación de infraestructura. 234 En la actualidad el PEESNT coordina eventualmente actividades referidas a sus objetivos, llevando una relación de afabilidad. 235 Además de Leonardo Rivera y Vicente Constantino ya fallecidos. 236 “Programa de Reserva Ecológica Comunitaria”, que abordaremos en el acápite final.

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La presidencia del comisariado ejidal estuvo bajo la responsabilidad de Ricardo

Fuentes, quien, a decir de los propios actores ‘arriesgó con entrega’ los destinos del

ejido en un proyecto por demás primigenio. Se sumaron a la cruzada la labor de

Yolanda Huaracha, Victoriano Luna y otras personas que hoy, de manera directa e

indirecta, alientan el trabajo. Queda claro que la responsabilidad del PEESNT es del

ejido que, como reiteramos, es conducido en su destino político-administrativo por 336

ejidatarios, pero la gestión operativa del Bosque-Parque recae aproximadamente en 100

personas en su mayoría ejidatarios, familiares allegados y autoridades.

Junto con los demás locales, el grupo de pioneros transformaron el perfil que tenían,

pasando de pobladores individuales de proyectos previos anteriores, a actores y sujetos

sociales, protagonistas de su propio desarrollo e historia. Inauguraron una historia de

esfuerzo, apuesta y resistencia. “Soportamos vivir casi dos años sin salario, fue

durísimo especialmente para nuestras familias, pero los 8,237 cual guerreros,

culminamos con la capacitación, sorteando múltiples dificultades, sobre todo en lo

económico”.238 Fue más fuerte el sentido de pertenencia a su territorio y resistencia

histórica de sus actores, expresado en el “¡Yo siento al Bosque!”. “Me dije, hay que

echarle la mano al planeta, si no ¿quién lo hará en verdad?, el bosque es nuestro, y

ahora o nunca!”, comentaban algunos comisionados, trasluciendo un compromiso,

diríamos como héroes ambientalistas anónimos, cuya tenacidad se evidencia, muy a

pesar de un panorama que parecía escenificarse –en ese entonces–, adverso.

El grupo de ejidatarios capacitado inició el Proyecto como responsable del mismo,

teniendo una infraestructura elemental. La vigilancia era a caballo (de propiedad de los

guías ejidatarios), una camioneta (con recursos del Fondo para la Conservación de la

Naturaleza y propios), una computadora, unas cuantas cabañas, 2 tractores con

remolque, oficina de administración, una caseta, baño ciego y uniformes para los guías

y vigilantes. Antes de abrir los servicios como Parque, se hicieron simulacros para ver

quién debía asumir determinada responsabilidad, según afinidad.

237 Según Francisco Romero (asesor del Proyecto, por parte de Balam, SC, y de la UAM-X) algunos pioneros eran “gente desempleada, con poca credibilidad”. Apostar por ellos, fue todo un reto.

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Al inicio, cuando cobraban $5.00 pesos por el ingreso al Parque la gente se resistía, se

enfrentaba con la seguridad del Bosque. Poco a poco fue cediéndose en el

reconocimiento como Parque, por parte de propios y extraños. Se dieron cuenta que era

mejor tener vigilado el Bosque. Se paró la delincuencia y entonces decían: “¡Cobren

más!”. Enfrentaron todo tipo de problemas, desde no saber qué hacer con tantos niños

visitantes, hasta el enfrentamiento con delincuentes e invasores. Con la creación del

PEESNT, el fenómeno del crecimiento de la “mancha urbana” había quedado por el

momento en un ‘aguzar de los sentidos’ por la defensa del Bosque y su conservación a

partir del Proyecto Ecoturístico. El acometido de fondo del pueblo, aguardaba seguir

resistiendo su tierra y Bosque. Empero, la disputa no ha cesado en la actualidad, tal

como lo expresan la persistente instalación de letreros de prohibición punitiva por la

‘compra’ o invasión de terrenos de los ejidos en las riberas del Bosque.239

El Proyecto, aparte de la preservación y cuidado del Bosque, como objetivo per se, se

creó con la idea de generar ingresos, empleo y el mejoramiento de la calidad de vida de

sus propietarios. A la fecha, el Parque ha recibido una veintena de subvenciones

económico-financiero de diferentes entidades (de gobierno y privadas).240

La primera remesa otorgada por el Fondo Mexicano para la Conservación de la

Naturaleza fue de $ 450,000.00 pesos, de los cuales el 80% se destinaron para

capacitación y el 20% restante para infraestructura (instalación inicial básica, radios,

linternas y uniformes). La segunda asignación, también de la misma instancia de

gobierno fue de $ 900,000.00 pesos, cuyo gasto fue consignado en mayor proporción a

la capacitación. La intervención de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad

Xochimilco,241 tuvo un papel importante para la vinculación con otros organismos como

Corena, Semanart y otras ONG y universidades con las cuales articuló proyectos afines,

sobre todo de instalación de infraestructura de servicios básicos, donde los ejidatarios

mediante su mano de obra apoyaron con el 50% de la inversión.

239 Especialmente en las inmediaciones del ingreso del Parque, contradiciendo la realidad que se muestra perspicazmente adversa. 240 Ver páginas siguientes. 241 A través del Departamento “El Hombre y su Ambiente” CBS, en la persona del Biólogo Francisco Romero.

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“Las nuevas microempresas han sido promovidas y favorecidas desde el Estado como

parte de su estrategia de combate a la pobreza, si bien muchas de ellas surgen por propia

iniciativa (Massieu et al., 2006:13). A San Nicolás le ha tocado ser beneficiario de las

políticas de financiamiento que otorga el Estado para paliar la ‘creciente pobreza’ del

campo. A la fecha, el ejido se ha convertido en sujeto de confianza para financiamientos

y créditos que otorga el gobierno y otras instituciones que orientan sus acciones a la

conservación y preservación del Bosque y medio ambiente en general. “Ellos nos

llaman, nos dicen tenemos tal cantidad, preséntense pueden ganar esta convocatoria.

Nos toman como ejemplo vivo para sus otros proyectos”. En algunos casos, también

reciben donaciones de empresas que trabajan bajo la figura explícita del canje de

‘impuestos por contribuciones’.

La amplia vinculación con diferentes instancias de gobierno y privadas ha servido como

base para seguir expandiendo su apropiación y empoderamiento del Proyecto, tal como

lo expresa el listado que a continuación presentamos:242

• Instituto Nacional de Ecología (reciclaje de basura para elaborar productos de

desecho sólido y orgánico). • Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentos, con

el Programa Alianza-Campo otorgando descuentos en fertilizantes, animales, insumos y semillas.

• Secretaría de Turismo (apoyos esporádicos en la promoción y difusión de

calendarios y trípticos sobre ecoturismo).

• Secretaría de Desarrollo Social (a través del Fondo Nacional de Artesanías y Ecoturismo, con préstamos para empresas sociales y eco turísticas).

• Secretaría del Medio Ambiente (Comisión de Recursos Naturales, con proyectos

agrícolas, pecuarios y eco turísticos. Maquinaria y equipo).

• Fondos para la Conservación de Desarrollo Sustentable

• Fideicomiso para apoyar el pago de mano de obra, programas de desarrollo sustentable (FIEPS).

• Delegación Magdalena Contreras (apoyos económicos, promoción, capacitación.

Apoyaron en el diseño de las cabañas, asimismo con el co-financiamiento del arco de ingreso al Parque, entre otros).

242 En base a datos de Viñas (2006) e información de las actuales autoridades.

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• Comisión de Recursos Naturales, gestionan el Programa “Reserva Ecológica

Comunitaria” en el Bosque.

• Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (en 1996 otorgó 450 mil pesos para despegar el proyecto).

• Fundación para la Conservación de los Recursos Naturales y Embajada de

Estados Unidos (apoyos económicos para contratación de expertos, capacitadores y pago a consultorías).

• “Green Peace” (con la difusión en eventos, promoviendo el enfoque

Ecoturístico).

• Fundación Hombre- Naturaleza (con la difusión en eventos).

• Mexicana de Aviación (brindando gratuitamente espacios en su revista).

• CARACORUM (con créditos y descuentos en ropa de Alta Montaña).

• Motorola (con créditos y descuentos para equipos de comunicación central).

• El Instituto Politécnico Nacional (cada año apoya levantando encuestas sobre los servicios que presta el Parque).

• La Universidad Anáhuac (otorgaron becas en administración).

• Facultad de Ingeniería de la UNAM (asesoramiento en manejo de biodigestores

para los servicios higiénicos del Parque).

• Comisión Nacional Forestal (Conafor) (apoyos para el manejo forestal: ‘chaponeo’, intercambio de tecnologías, intercambio de experiencias en ecoturismo, saneamiento y limpia de plagas y en la promoción de las Cadenas Productivas a nivel nacional, entre otros).

• Conafor, Secretaría del Medio Ambiente (estímulos a empleados por servicio

ambiental).

• Cuenta con asesores de diferentes entidades para la elaboración de proyectos.243

• Comisión Nacional de los Pueblos Indígenas. Subvención económica de la “Sala de usos múltiples” (en ejecución).

• La Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco. Estudios y

proyectos a favor de la recuperación de la biodiversidad y recursos de Bosque. Departamento de El Hombre y su Ambiente. Conjuntamente, en el acompañamiento en la etapa inicial del PEESNT.

243 El Biólogo García Gonzáles plantea un proyecto para prevención de incendios y el Ing. Agustín Rubí un proyecto de reconversión de cultivos en el ejido (cultivos orgánicos: hortalizas).

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El ‘lobby’ y vinculación múltiple que desarrolló y viene desplegando indistintamente

San Nicolás es destacable. Expresa amplia experiencia en mantener vínculos no

homogéneos con una red social amplia de relaciones complejas y alianzas externas

múltiples. Manifiesta (según orden de importancia) el predominio de proyectos que

acogen recursos económicos (tendido de infraestructura especialmente), luego

capacitación, promoción, investigación y, monitoreo del mismo. No se trata de

iniciativas por enlazar o hacer, es el resultado de relaciones multi, inter y trans-

institucionales acontecidas, con resultados visibles que reflejan la madurez gerencial

que viene adquiriendo el ejido, donde el mismo aparece como gestor protagonista,

sustentando direccionalidad sobre lo que quiere ser y mantener.

Sus actores no pecan de ignorancia para beneficiarse de las ventajas que arroja vivir la

vecindad con la gran Ciudad de México. Empero, declaran que la concertación no fue

nada fácil. Hubo momentos que las ‘externalidades’ fueron ‘camisa de fuerza’ para los

objetivos y finalidad del PEESNT. “Algunas trabajan con ¡¡ nuestro prestigio!!”.244

Hubieron ciertos momentos de un acompañamiento ‘presionante’ de las instituciones

cooperantes, queriendo imponer sus condiciones operativas, marcos políticos e

ideológicos, enfrentando la disyuntiva de elegir la ‘inclusión’ o ‘exclusión’ en la medida

que ‘sus’ y ‘los’ intereses deben ser claramente establecidos. “Antes gestionábamos por

años el financiamiento de tal o cual infraestructura, aprendimos a no dejarnos engañar

con lo que ellos querían, sino con lo que queríamos nosotros”. Ahora, analizan a

quién(es) los van a beneficiar, de qué manera, plazos y presupuestos. Si son propuestas

significativas, la decisión se toma en asamblea ejidal.

La apertura a la concertación no es un tendido de ganancias y repartimientos

democráticos como quisiera el ejido; es un espacio propiciatorio a las relaciones de

poder antagónicas, donde los beneficios vienen orientándose a concentrarse en un solo

grupo, o en el poder que ejerce la administración política del ejido, que es la misma para

el PEESNT.245 Según los actores, hay cierto monopolio en el manejo de oportunidades

para apoyos en proyectos productivos, acceso a fuentes de trabajo, información y

244 Aspecto que volveremos a abordar en el capítulo IV con el tema: “Un proyecto empoderado y con liderazgo…pero”. 245 Más adelante, se asume el tema; asimismo, en los capítulos IV y V asociados al CT.

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185

oportunidades de capacitación, entre otros, muy a pesar de haber ampliado las

oportunidades, especialmente laborales, a segmentos de la población de San Nicolás que

antes no tenían acceso a ello.246

A pesar de la influencia de las externalidades oficiales y privadas (en comparación con

ejidos apartados), San Nicolás no ha perdido la esencia de seguir construyendo y

apropiándose del PEESNT, fomentando y renovando sus capacidades y habilidades a

partir de su potencial local. Las relaciones externas sirven más bien para afirmar el

proyecto de vida de sus actores, cual renovada estrategia de resistencia identitaria y

comunal. Son, ‘viejos zorros en el manejo de la vida del monte y, ahora en el

ecoturismo’, como bien hacen referencia de sí mismos.

3.5.2. La apropiación del PEESNT por los actores y sus límites A 12 años de gestión, el Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás de Totolapan, viene

funcionando internamente en el Bosque, con base en el aprendizaje que sobre

administración, guiado de circuitos, seguridad, primeros auxilios, demarcación

territorial, construcción de infraestructura, promoción, mantenimiento y estrategias de

posicionamiento, entre otros, fueron adquiriendo en múltiples escenarios de

capacitación.

Sin embargo, a pesar de haber incorporado una serie de servicios, lo que sostiene su

obstinación al proceso de adjudicación al mismo es la identidad al territorio, expresado

en la resistencia comunal para el control de sus recursos, su organización social, sus

conocimientos y su sistema simbólico, con renovados principios por la valorización del

ambiente y la reapropiación de la Naturaleza (Bonfil, 1990, Leff, 1995, Toledo, 2005),

por ello dan continuidad a sus compromisos con el PEESNT. El estudio de caso expresa

que estamos ante un fenómeno de arraigo de renovadas identidades, quien señala que se

ha establecido una relación que va más allá de lo que implicaría una gestión llana y

cerrada del ecoturismo, evidenciando una lógica de construcción sustancial hacia el

compromiso por la comunidad y los recursos.

246 Brindar trabajo como peones, guías y profesionistas entre otros, a descendientes de ejidatarios.

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186

Por ello, para los nicolaítas es ‘accesible de subsanar’ limitaciones y necesidades

económicas, de infraestructura y del manejo técnico y humano del Proyecto. Vivencian

‘el servicio en el furor de la práctica’ y ahí, vienen allanando procesos distintos de

interrelación que conllevan a seguir habituándose en el mismo.

En versión de propios y extraños, actualmente el Proyecto tiene una curva ascendente al

empoderamiento y liderazgo en el tema.247 Sintetiza servicios turísticos que ofrecen en

segmentos atractivos para visitantes que buscan cambios rápidos de rutina y aventura

para evadirse de la gran ciudad ‘inhumana y contaminada’, como la catalogan quienes

viven el Distrito Federal.

Vienen estableciéndose cada vez más actividades y proyectos productivos para la

generación de ingresos alrededor y/o potenciado la oferta ambiental principal que es su

foresta (y los derivados de ella). La creatividad, innovación, la gerencia y monitoreo del

mismo, apoyan esta labor. La cabalgata, el campismo, ciclismo de montaña,

observación de aves, granja didáctica, gastronomía y pesca de truchas de su propia

piscigranja, y especialmente el circuito de explicación del recurso forestal, entre otros,

sintetizan sus atractivos, además de agregar valor a la oferta Naturaleza “¡Trucha fresca

y cascada junto al periférico!” es el slogan que sintetiza la promoción, haciendo una

mirada como invitando a salir de lo verosímil. El Bosque tiene su encanto cualquier

fecha del año. De noche o de día, o en cualquier estación. Inclusive en invierno observar

en los amaneceres las “cortinas” de hielo y rocío petrificado entre árbol y árbol.

Según rezan los postulados del Proyecto madre, los proyectos productivos deben

contribuir a la sostenibilidad del Bosque y de ningún modo romper el objetivo

conservacionista y de protección de los recursos. Para sus actores, aparte de cumplir el

objetivo mercantil, debe coadyuvar al perfil de identidad del pueblo, sus costumbres, su

ciencia y tecnología, su sistema simbólico, sus relaciones sociales; es decir, seguir el

curso en la construcción de la historia viva del pueblo, en una versión inédita. Entre los

proyectos productivos que tienen por objetivo la generación de empleo e ingresos en el

Parque (anexado al Bosque) y pueblo, se encuentran:

247 Ver ítems del capítulo V: “Re-significando al campesinado” y “Un proyecto empoderado y con liderazgo…pero”.

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187

1. Producción de trucha (una tonelada anual, siendo su peso comercial 300 grs y 30 cm de largo)

2. Invernadero y/o vivero de hortalizas248

3. Restaurante

4. Vivero “Potreritos”

5. Composta. Se viene produciendo abono orgánico a través de lombricultura

6. Hospedaje249

7. Proyecto “Arbolito de Navidad”

8. Granja Didáctica para escolares

9. Palapa para antojitos mexicanos y cafetería (2)

10. Restaurante Las Truchas250 y pesca deportiva

11. Proyecto de elaboración de artesanías (conducido por mujeres con el reciclado de desechos)

12. Charrería y gallos de pelea251

13. Imprenta252

Lo proyectos productivos que, la mayoría de veces, conforman parte de los servicios

que ofrece el PEESNT, son conducidos por los mismos actores del Proyecto. La

cantidad de personas involucradas laboralmente es mínima (dos, tres, cinco o más),

dependiendo de si es del PEESNT o un proyecto familiar; el hecho es que funcionan

dentro del Bosque. Esto explica que las tierras ejidales no comunales, según acuerdo

interno del ejido, pueden ser usufructuados en la línea de los Proyectos Productivos,

siempre y cuando estén alineados y contribuyan al enfoque de promover la autogestión

248 Hay pocos que funcionan en el Bosque, aún sin trascendencia productiva y empresarial, como sí lo es, por ejemplo, el vivero de la familia ejidataria Camacho Molina con la empresa de producción orgánica de fresas, jitomate, brócoli, pimiento y lechuga. “SPR Xochimancas, Productos del campo y para el campo”, fue distinguida con la certificación ‘Sello Verde’ que garantiza que sus productos están libres de químicos. Además del cultivo de hortalizas, elabora fertilizantes con base en microorganismos. Últimamente incursionando en la enseñanza de sus experiencias (La Jornada, lunes 21 de mayo de 2007). 249 Emulando la tipología y segmentación de servicios, según estrellas de la gran hotelería, las cabañas del proyecto se determinan según “pinitos”. Cabaña de 2 pinitos: $ 500.00 la noche, cuatro pinitos $800.00 y de cinco pinitos $900.00 pesos, que incluye los servicios básicos. El precio por persona equivaldría aproximadamente a $120 pesos. Hay servicio de vigilancia y seguridad (protegido con malla ciclónica) y asistencia de primeros auxilios, con personal capacitado y en constante comunicación por radio en circuito cerrado. Cuenta con wc, regaderas con agua caliente, seis asadores, tres zonas de fogata, casas de campaña para 6 personas cada una, y estacionamiento vigilado. El campamento está diseñado para un mínimo de 30 participantes y un máximo de 100. 250 El platillo principal es la ‘trucha empapelada’ con un costo de $50.00 pesos. Hay renta de caña para pescar: $15.00 y por cada kilo de trucha 50.00 pesos. Hay servicio de pesca para el consumo inmediato. El restaurante, actualmente ha dejado de prestar sus servicios. 251 Proyecto en construcción, mientras tanto forma parte del tour ofrecido especialmente a los escolares. 252 La misma le permite hacer sus materiales de promoción turística y boletaje.

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188

en la preservación del medio ambiente y recursos que encierra el patrimonio. No son de

administración ejidal como el Bosque, son de propiedad ejidal de los actores.

La mayoría de ellos se enarbolan con base en el encuentro de la experiencia (saberes y

habilidades) local y la calificación técnica que vienen recibiendo de instituciones

especializadas. A veces estos proyectos establecen contradicciones para el propio

proyecto madre, como queriendo rebasar los límites de crecimiento y entrar a una suerte

de competencia inusitada, como es el caso de los ‘gotchas’ (que asumiremos más

adelante) o la Granja Ecológica Didáctica “La Campana”. Santana (2006:88), explica

que es necesario considerar que la actividad de reestructuración del suelo, es necesaria

analizarla como proceso que resulta de la acción económica en la que cada uno de los

implicados lucha por conseguir la combinación más favorable de variables como

localización y cantidad de espacio, tal como sucede en el ejido y Bosque.

Uno de los ejidatarios arrendó sus tierras a dicho proyecto joven de Granja Escolar,

quien contando con buen equipo en sus instalaciones y sostenida promoción, tiene la

mayor demanda en el rubro de ‘granjas didácticas’.253 Así, irónicamente vienen a ser su

más cercano competidor en el segmento, en el propio territorio de San Nicolás. Otro

caso flagrante es el del restaurante “La Subidita del Ajusco” (negocio de una familia

ejidataria), situado a la entrada del ingreso principal y dentro del Parque es el servicio

que mayor demanda posee por parte de los visitantes. Dicha prestación prácticamente

‘quebró’ al restaurante ejidal, quien alejado de la congregación de los visitantes y

desprovisto de experiencia cerró sus puertas, mientras que el otro servicio crece

vertiginoso en la medida que prospera la demanda del Proyecto. ¿Quién(es), por qué y

hasta cuándo se sostendrán estas relaciones, de desigualdad de oportunidades y

exclusión de la mayoría de los ejidatarios? Más adelante se pretende responder la

reflexión.

253 La Granja recibe a preescolares cobrando por niño (y adulto que visite) $45.00 pesos; se debe integrar un grupo de no menos de 20 escolares, para optar por el servicio. La capacidad o límite de carga de la Granja es de 350 niños por mañana. El local también es propicio para fiestas infantiles, cobrando $3,000.00 pesos por el servicio durante 4 horas. Los fines de semana reciben visitas para acampar y pasear (sin programa alguno), siendo el pago por ingreso de $10.00 pesos por persona.

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El ímpetu entre los ejidatarios por generar ingresos a partir del Parque va en

ascendencia, entendiéndose que detrás de ello hubo experiencias de ensayo y error.

Algunos proyectos se han cerrado, otros progresan. Por ejemplo, lo que más resuena en

el pueblo es la construcción de palapas para la venta de artesanías, que no resultó a

pesar del compromiso que pusieron las mujeres ejidatarias. Tuvo que cerrarse por

ventas cero. “Preguntando, preguntando qué querían -los aún pocos turistas-, nos

dimos cuenta que querían comer”.254 Así hoy, en las mismas palapas funciona la venta

de comidas. Uno de los casos empoderados y exitosos, es el de la esposa de un

ejidatario quien en fines de semana o feriados (fechas de mayor concurrencia) obtiene

ganancias por día, de hasta $ 4,000.00 pesos por la venta de antojitos mexicanos. Sus

primeras incursiones fueron de $ 450.00 pesos en días similares y, posteriormente,

$1,500.00. Este ejemplo, aparte de ser destacado de la labor femenina en el Proyecto,

grafica también la desigualdad de oportunidades que hay en la administración del

mismo, al privilegiar la ocupación de una de las palapas, por tratarse de la esposa de un

excomisariado fundador del Proyecto.

Dentro de la orientación de poder generar utilidades para el Proyecto y el mejoramiento

del servicio que debe beneficiar a los ejidatarios y al Proyecto, se cuenta con los

siguientes servicios, algunos en proyecto, otros instalados y no pocos en consolidación:

1. Granja Didáctica (con vacas, caballos, conejos, gallinas, burros, chivos)

2. Portal de ingreso y boletería (de reciente inauguración)

3. Tours diversificados

4. Sanitario (incorporado a un biodigestor de bacterias)255

5. Vivero Educativo “Potreritos”

6. Talleres de pintura para niños256

7. Teatro libre para títeres guiñol. Obras con contenido de recuperación de la

identidad sobre el medio ambiente

8. Vivero para niños para enseñanza de siembra y plantación de hortalizas

9. Obtención de agua de pozo

254 Entrevista a un grupo de señoras del ejido San Nicolás Totolapan, 14 de abril del 2006. 255 Actualmente, el Parque recibe un promedio de 1,500 personas al mes, por ello se viene evaluando la necesidad de otro servicio de este tipo con mayor envergadura y calidad, guardando los principios de sostenibilidad ecológica del Proyecto. 256 A partir del apartado seis, son los servicios que oferta la Granja Didáctica.

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10. Kiosco para actividades de recreación y bailes

11. Árbol para escalada (con ramas de protección)

12. Museo de la agricultura257

13. Vigilancia258

14. Pagina Web259

El Proyecto se ha planteado, en poco tiempo, establecer todos los servicios de

infraestructura especializada para proyectos de este tipo, desarrollando un Programa

Concurrente que mejore y remodele el Parque, especialmente en la zona de campismo,

juegos para la granja, mejoras en la zona de cabañas. Además de proyectos como el

‘muro ecológico’ (delimitar la zona ecológica con bardas), el terraceo con trabajos de

conservación en 110 hectáreas y un proyecto de gaviones.260 La infraestructura instalada

es producto de la reinversión que hace el Proyecto de sus ingresos por servicios eco-

turísticos y del subsidio de diferentes instituciones del gobierno y privadas (como vimos

en el apartado de vinculación institucional). Un ejemplo tipo del concurso de

subvenciones es el nuevo arco de ingreso y cabaña de vigilancia, donde se han invertido

$ 1´200,000.00 pesos.

Habría que destacar que el PEESNT no siempre brinda servicios ‘de primera’, pues

algunas veces (en papel de visitante incógnita) observamos cierta informalidad en la

atención al visitante, así como el cierre de determinado servicio sin explicación alguna o

por ‘estar de fiesta el pueblo’, dejando en la incertidumbre y consiguiente desconfianza

al visitante.261 Si bien, aún es banal el problema, lo cierto es que el afán y el ‘buen

rostro’ por el servicio es lo que impera. “Nosotros aplicamos el sentido común; si hay 257 Está en proceso de instalación, la idea es exponer arados, hachas y similares, además de una cocina tradicional interactiva con pieza antiguas que los ejidatarios vienen entregando (cocina de leña, mesa para el nixtamal, comal, molcajete...). El objetivo es que los niños preparen tortillas y las degusten, en un afán de interacción, a la vez que conocen, valoran y avanzan en su sentido de identidad cultural. Lo ocurrente, es que estando en un Bosque, no se haya considerado montar un museo del mismo, con objetos y herramientas que se usaban en su manejo y que explicaran sus beneficios a la población. Resta decir que lo importante es no perder el enfoque, puesto que se trata del Bosque y no de la agricultura o la gastronomía mexicana. En todo caso, de manera recurrente, se preparan platillos con base en lo que brinda el Bosque, incorporando ingredientes como hongos, flor de calabaza, nopales, etcétera. 258 Las 24 horas, los días sábados y domingos hay refuerzos con jóvenes del pueblo a quienes se les reconoce con propinas. 259 www.parquesannicolas.com.mx 260 Estos últimos cuentan con financiamiento por parte de entidades del gobierno. Entrevista al actual comisariado ejidal, 6 de febrero de 2008. 261 Pasó por ejemplo con la ‘Granja Didáctica’, donde en algunas oportunidades fue difícil encontrar a sus responsables, o en el caso de la piscigranja de truchas, no poseer truchas, etc. Este aspecto se aborda con mayor detalle en el acápite sobre condiciones laborales de los trabajadores del Parque.

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frío les damos una cálida bienvenida”. Efectivamente, en inviernos gélidos logramos

distinguir de madrugada a los actores en sus puestos de trabajo y, lo mejor de todo, con

sugestiva disponibilidad al servicio.

Respecto a los proyectos productivos, desde la mirada de la sustentabilidad, caben las

siguientes reflexiones: ¿Cuántos proyectos productivos más (con sus capacidades

mercantiles abiertas) resistirá el Bosque a futuro y cuál es su capacidad de carga

económica y turística?, ¿cuántos proyectos más de arbolitos de navidad?, ¿cuál es el

límite de producción y venta de truchas?, ¿el PEESNT podrá concordar y encarnar la

conservación-producción en los términos y requerimientos que hoy exige la

sustentabilidad-modernidad? Muestra extrañeza que el Proyecto no se haya planteado

estas interrogantes, a pesar de haberlo indagado no se obtuvo respuesta documentada.

Con respecto a este tema, La Unión de Comunidades y Ejidos Forestales de Oaxaca

(UCEFO) fue una organización pionera en plantearse estas reflexiones, llevando a cabo

significativos esfuerzos y avances que colocaron a Oaxaca en una posición de liderazgo

a nivel mundial en relación con la forestería comunitaria, además de constituirse en

modelo de cómo las comunidades locales pueden asumir la custodia directa de sus

recursos forestales.262 La sentencia que hace Toledo cuando sostiene aquello de

“producir conservando y conservar produciendo” es un reto para San Nicolás. Lo

importante es responderse tanto al interno y externo de las comunidades, si la

intervención es para planeación, ordenamiento, organización, asesoría o

acompañamiento a las mismas.

262 A pesar de que la UCEFO sucumbió a las tensiones internas y externas, después de 10 años de existencia, resume los siguientes logros: • Haber constituido la primera organización forestal en el país, cuya figura jurídica y legal (Sociedad Civil) permitió una autonomía e independencia de la SRA y del gobierno federal y estatal. • Haber sido base para la nueva ley forestal de 1986, que proscribió las concesiones forestales y permitió a las comunidades administrar directamente sus propios servicios técnicos forestales. • Ser la primera organización forestal en el país que obtuvo la concesión de los servicios técnicos forestales. • Haber realizado el primer estudio de manejo silvícola integral a nivel estatal nacional. • Premio al Mérito Forestal Nacional, 1986. Sin embargo, a pesar de estos logros, el impacto histórico en años recientes no es muy evidente. Aunque ha mejorado notoriamente la infraestructura comunitaria, no parece haber mejorado la calidad de vida de las familias ni de las comunidades. No obstante, la UCEFO fue un pionero importante en Oaxaca y, a nivel nacional, fuente de inspiración para muchas otras iniciativas a lo largo del país (López-Arzola, s/f).

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En el enfoque de sustentabilidad, evidenciamos limitaciones que azuzan a vaticinar la

falta de sintonía entre el desarrollo económico con el medio ambiente, creyendo que

(...) sólo son necesarias correcciones menores al sistema para lograr una era de armonía socio-ambiental, escondiendo el hecho de que la estructura económica no puede incluir preocupaciones ambientales y sociales sin una reforma sustancial. En ese sentido también se señala que el ecoturismo -o turismo sostenible-, también puede convertirse en una nueva forma de apropiación del ambiente natural (…) (Pera y McLaren, 2002:1-7).263

El desafío es crear conciencia entre los actores, autoridades y funcionarios, población

civil, académica y demás, sobre los límites del enfoque sustentable y evitar arrogarla

como única o definitiva. Lo importante para el ejido es identificar que hay límites

para los proyectos productivos y sus servicios, muy a pesar que sus actores se

declaran en sintonía con la sustentabilidad del Bosque.

Algunos autores ecologistas como Toledo (2000), afirman que existen comunidades que

han logrado resistir en largos años la modernización rural, intercalando mosaicos

productivos de alta diversidad biológica dirigidos a producir tanto para lo auto

subsistencia como para el mercado. Esta resistencia se fundamenta en la aprehensión de

estrategias de uso múltiple que mantiene equilibradamente la producción como la

conservación, además de la subsistencia y el mercado. Es el reto que vienen

vivenciando los actores de San Nicolás. Pero habría que recordar que no sólo se trata de

repetir la estrategia de producción autoconsumo-mercado, como tradicionalmente

vienen forjando las comunidades. La exigencia es diferente, se trata de proyectos

productivos y servicios, dentro y en los límites que plantea el PEESNT, con visión

sustentable. En resumidas cuentas, es alinearse a la capacidad de carga y límites que

exige el Bosque. Decidir, qué debo producir y ofertar sin irme contra mi propia casa

común.

3.5. 3. El perfil de sus visitantes y el mercado ecoturístico

Del Distrito Federal, especialmente, y de las provincias del país, de Japón, Estados

Unidos, China, Francia, y Sudamérica, es la procedencia de quienes han arribado estos

263 Estamos conscientes de que el tema amerita una amplia discusión; la retomaremos en otros apartados.

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últimos años al PEESNT. Algunas son delegaciones importantes, que ameritan que el

mismo comisariado sea quien lleve el guiado, como sucedió últimamente con la

delegación de China, donde me tocó participar.

Los visitantes pueden disfrutar de ciclismo de montaña, paseos a caballo, conocer la

Granja Didáctica, acampar y conocer los viveros, donde se producen hortalizas

orgánicas regadas con agua de manantiales; todo en un ambiente cargado de árboles de

coníferas y clima templado, cuya altura va de los 2,700 a los 3,750 msnm. El Parque

cuenta con vigilancia las 24 horas del día.

A ojos de los administradores en realidad ‘los dueños’ del Parque son los visitantes,

porque son quienes disfrutan de sus servicios, la limpieza, la seguridad, el paisaje

escénico, sus servicios y, especialmente las connotaciones que configuran su

naturalidad. En una entrevista que sostuvimos con la administradora,264 aducía: “Aquí

quien manda es la Naturaleza, no la administración ni las autoridades, (…)”.

La presencia de los visitantes es variada, mostrándose heterogénea según la temporada

(fin de semana, feriados o días de semana). Los sábados y domingos son fechas que

aglutinan mayor número de visitantes, especialmente ciclistas. El Parque recibe en

promedio un fin de semana: 200 caminantes, 250 ciclistas, 200 coches, 3 autobuses, y

40 perros. Algunos fines de semana hay aglomeración de visitantes con coches que

quieren ingresar al Bosque. No pocas veces, la administración ha rechazado dinero

ofrecido en calidad de soborno, otros casos se tuvo que utilizar la fuerza para poner

orden. Los ingresos del Parque, en una ‘semana normal’, ascienden aproximadamente a

$15,000.00 pesos, monto que no cubre la planilla y los gastos ejecutados en la semana,

pero los días festivos se llega a elevar la cifra.

Por su parte, las quejas de los visitantes van más por la falta de señalización adecuada y

el establecimiento de senderos especializados para caminantes, ciclistas y personas con

capacidades especiales (incapacitados y grupos de la tercera edad). Otras, por no

disponer de basureros a lo largo del Bosque, desconociendo que la política del Proyecto

es conservar al máximo la naturalidad de la belleza escénica. Sin embargo, no podemos

264 Yolanda Huaracha. Bosque de San Nicolás, noviembre del 2006.

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dejar de destacar la presencia de visitantes con perfil ecologista, quienes contribuyen al

cuidado del Parque,265 además de desarrollar una labor de promoción reveladora.

Los pagos por los servicios –estipulados por la misma dirigencia tiempo atrás–,

últimamente no satisfacen a sus administradores, sintiendo que es desacertado por la

envergadura del servicio, estando en la perspectiva de considerar el establecimiento de

nuevos precios a medida que incrementen la calidad de la infraestructura y sus servicios.

“Por pagar 15.00 pesos por estacionamiento de sus coches, 5.00 pesos por el ingreso

de perros mascota, y pagar 10.00 pesos por cada visitante sin guiado, hay mucha

exigencia, cuando es una pequeña cantidad, en otros lugares el pago es al doble y lo

pagan”.266 Es claro advertir que lo que pasa con los precios de los productos que

ofrecen las comunidades tiene la misma tendencia de estandarizar costes minúsculos

(como sucede con los precios de la mayoría de productos que ofrecen los agricultores en

el mercado, en la lógica de contabilizar sólo parte de su inversión –especialmente mano

de obra remunerada e insumos– y no el trabajo familiar (aperos agrícolas o la tierra),

aspectos que sí considera el empresariado rural. O, para el caso del turismo, los demás

Parques, Granjas Didácticas y empresas similares.

Habría que pensar las estrategias a futuro en el mercado global, y además incorporar

renovadas alternativas. Esto es, procurar “(…) mecanismos para asegurar una

remuneración justa para los productos que ofrecen en los mercados locales e

internacionales y un reconocimiento de los servicios ambientales que tanto requerimos

los que estamos encerrados en ambientes globalizados” (Barkin, 2001:70).

En otro orden de cosas, durante nuestra estadía se advirtió que el manejo económico no

expresa claridad; asimismo, los servicios del Proyecto. Debido a ello se presenciaban

descréditos a autoridades y trabajadores, discursos de desavenencia, discordia y

conflictos velados, sustancialmente respecto a sueldos y salarios, costos de insumos,

etc., aspectos que abordaremos en el siguiente acápite. Por ejemplo, la imputación de un

trabajador que indignado comentaba: “Creo que hay cobros ‘equivocados’ por el

ingreso. Por ejemplo hace unos días me enteré que se cobró 15 pesos por persona, en 265 En el capitulo IV abordamos las opiniones sobre la labor del servicio del guiado por parte de visitantes. 266 Entrevista a Yolanda Huaracha, San Nicolás Totolapan, abril de 2007. Actualmente se viene gestionando para que los precios se determinen según segmento o tipo de servicio.

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vez de los 10.00 pesos sin guiado que está en el boletaje. No sé si es robo u otra cosa,

pero no me respondieron nada claro. Se habían equivocado, me dijeron cuando les

pregunté. Eso perjudica a la imagen del Parque”.267

Paralelo a denuncias de este tipo, se advertía que la responsabilidad de los

administradores y el personal que labora en taquilla, es cada vez mayor debido a la

recargada labor que realizan. Por lo mismo, se ha hecho impostergable la reelaboración

de un reglamento de administración interna y externa del PEESNT. El asunto es que el

mismo debe pasar por la aprobación de la asamblea ejidal y ello tiene su curso

administrativo. En el mejor de los casos, habría que esperar mejores consensos para dar

continuidad al curso del PEESNT, y la asamblea ejidal no siempre expresa esta

disponibilidad.

Los mayores problemas que enfrenta el Parque con los visitantes es la falta de una

cultura ecoturística. “Llevan escopetas, resorteras, dejan basura y exigen demasiado

por el mínimo precio que pagan. Los problemas más álgidos son con los desechos de

sus mascotas, y la presión que ejercen los visitantes por ingresar al Parque con sus

coches”.268 Un trabajador explicaba haber visto abandonar perros en el monte, por ello

se ven estos animales deambulando “Son animales que crecen en azotea, al no poder

mantenerlos los abandonan”.

De la misma forma, el grueso de los ejidatarios entrevistados, sostienen que los

visitantes erosionan el Parque, “Todo cambia desde que se mueve una piedra. Lo que

más afecta es el ciclismo ‘drodwil’ porque cuando descienden es con una bicicleta tipo

moto. El paraje más afectado es el ‘Tlaltintiloya’ donde el descenso es estilo tobogán,

siguiendo las márgenes del río “La Barranca de la Luna”.269 Los detractores del

Proyecto a nivel interno (ejidal), se sujetan a este tipo de denuncias para cuestionar la

administración de las autoridades en turno. Estas expresiones que denotan denuncia y

enjuiciamiento se unen al pedido de los demás actores, quienes manifiestan

incansablemente seguir reordenando el Bosque y dotarlo de mayores servicios,

principalmente señalamientos e infraestructura privativa para los ciclistas.

267 Preferimos guardar el anonimato del actor, Bosque de San Nicolás, 14 de febrero de 2008. 268 Yolanda Huaracha, Bosque de San Nicolás, 22 de febrero de 2006. 269 Entrevista a Miguel Ángel López, Distrito Federal, 18 de enero de 2008.

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Sin embargo, a la fecha el PEESNT ha ganado cierto posicionamiento en el escenario de

proyectos ecoturísticos sustentables a nivel nacional, lo cual genera un mayor

compromiso y presión laboral y humana de los conductores del proyecto, como

veremos.

“Estamos en la National Geografic, nos visita gente de varios lados del mundo, valoran

nuestro trabajo.270 En la lista de Proyectos exitosos de ecoturismo comunal, que informa

la Conferencia electrónica de la Ron Nader Planet (Paré, 2003:269), presenta al Parque

entre los más exitosos a nivel nacional; asimismo, académicos que estudian el tema y

organismos de la cooperación internacional lo reconocen como tal. Así, actores sociales

de proyectos comunitarios los visitan con el objetivo de emular el modelo, en una suerte

de retroalimentación en sus mismas instalaciones.271 Otros pueblos cercanos siguen

especialmente sus procesos metodológicos y de concertación financiera. Están en las

web de la Sectur y en la mayoría de las páginas de ecoturismo comunitario de prestigio

nacional e internacional, tienen comprometido un convenio con la SEP para el

desarrollo de actividades curriculares por medio de la Granja Didáctica y demás

servicios que ofrece el Parque.

Esto, que es un estímulo, también se ha convertido en una suerte de presión para el

grupo, quien debe demostrar la viabilidad de su experiencia en la propuesta ecoturística,

como lo veremos en el capítulo IV.

3.6. Los actores y el conflicto como expresión de poder

¿Cuáles son los signos que exteriorizan las relaciones de poder en la gestión operativa

del Parque? ¿Qué implicaciones tienen en la sostenibilidad organizativa y de gestión del

Proyecto? ¿Cómo se conciben el conocimiento tradicional y las habilidades y

capacidades en la gestión y cómo se valoran y reconocen? Son algunas interrogantes

que tratamos de resolver aproximándonos a conocer el manejo institucional interno que

enfrentan los actores. Aunque habría que tener en cuenta que siendo el PEESNT la 270 Es la explicación frecuente de entrada que, por lo general, brindan los comisionados a todo visitante, con un sentido de orgullo y pertenencia. 271 En el capítulo V se aborda la labor de socialización de experiencias con el método de “campesino a campesino”.

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principal actividad que afronta el ejido, viene apropiándose de un perfil político-

administrativo con base en la heterogeneidad política y social de sus miembros, por ello

los espacios de decisión son concluyentes.

La administración del Parque pasa por la organización ejidal, donde participan 336

ejidatarios.272 La máxima autoridad es la asamblea, cumpliendo sus funciones de

acuerdo al reglamento interno, es quien estipula la renovación de sus autoridades cada

tres años. Sus juntas se realizan el último domingo de cada mes con asistencia

obligatoria, y quien ejecuta los acuerdos es el Presidente del Comisariado, apoyado por

autoridades colegiadas y suplentes. El Consejo de Vigilancia, el Primer y Segundo

Secretarios y sus suplentes, se encargan de que el Comisariado haga efectivos los

acuerdos.

Aparte de dar cumplimiento a sus actividades propias, el cuerpo de autoridades del ejido

(secretario, tesorero y vocales) se asumen además como autoridades del PEESNT. El

Consejo de Vigilancia apoya orgánicamente la gestión del Bosque, es de quien depende

el aspecto forestal y de esta instancia un equipo de vigilantes, que en fechas de mayor

concurrencia suman hasta 20 personas. Dependen del Tesorero –quien se ocupa de los

bienes del Parque y por su puesto del ejido–, el Administrador y el Jefe de Operación.

El tipo de administración ejidal actualmente ha entrado a mostrar límites, no siempre se

adecua a las exigencias y requerimientos que conlleva conducir un proyecto con visión

y reto empresarial. Podrían beneficiarse de formas más amplias de organización en vista

de la realidad y movilización de sus integrantes, superando la estructura vigente. Por

ejemplo, la “camisa de fuerza” que vive el Comisariado –quien tiene por derecho propio

administrar el Parque y elegir a un responsable dentro de los asociados– se expresa,

cuando no siempre acierta llevar una administración calificada, lo que genera conflictos

entre los demás ejidatarios, además por depositar en el mismo personaje político el

derecho de decisión en la gestión cotidiana del Parque. Los demás ejidatarios se

272 Para un estudio posterior, habría que reflexionar que, debido a la movilidad de las tierras, el ejido tendría que entrar a un estado de reconversión de sus integrantes. Del total de los ejidatarios asociados, hay algunos ‘sólo de nombre’ debido a que algunos de ellos ya no son propietarios de tierras. Esto empeora el problema de participación pues, “en muchos casos son jóvenes que desconocen lo que es el ejido”.

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reservan el derecho de entender hasta dónde es importante la presencia de una autoridad

ejidal o preferir un técnico calificado para tales menesteres.273

La importancia de emprender una nueva normatividad flexible a los cambios y

acontecimientos actuales se hace relevante hoy. Los teóricos, especialmente quienes

vienen trabajando los marcos reglamentarios de los temas del campo ajustados a la NR

(CEDRSSA, 2006; Concheiro et al., 2007 y Rodarte, 2003, entre otros), sostienen que

es imprescindible e “imperante construir criterios de definición lo suficientemente

flexibles y articuladores para dar cuenta de los cambios y continuidades de las

sociedades rurales, y poder reposicionar lo rural (…)”.274 A San Nicolás le apremia

asumir estas medidas.

Al no tener salidas eficaces a la reglamentación y normatividad y, ahora que el ejido

maneja un proyecto de envergadura como es el PEESNT, las diferencias, según

opciones divergentes, no se han dejado esperar. “Antes se presentaba un solo candidato

para la elección del Comisariado Ejidal, ahora son cuatro, ¡hay mucho interés por lo

que representa el Parque!”.275 En la conducción de la organización hay ejidatarios que

se autodenominan de “derecha” e “izquierda;276 así, el recientemente elegido

comisariado, tiene el desafío de poner ‘orden’ a los disímiles intereses que vienen

surgiendo, tanto por ser merecedores a proyectos o programas, o ser considerados en la

demanda laboral a los mismos dentro o fuera del ejido. “Todos se creen arquitectos,

273 Por ejemplo, es impropio que la asamblea ejidal apruebe el reglamento interno para los visitantes al PEESNT. Aparte de “cansar” y dilatar tiempos, los asambleístas no manejan los mejores criterios técnicos para el caso. 274 Ver Alex Anagua (2006:133). 275 Expresión que hace referencia a la última contienda electoral. Vienen quedando cada vez con menor atención los “otros pendientes”, como son los juicios contra otras comunidades por cuestiones limítrofes, a pesar de representar la raíz de las divisiones entre ejidatarios y agentes externos. “Se llegaron a extremos donde el mismo comisariado vendía las tierras en otras administraciones”. “San Nicolás llegaba ¡hasta el periférico, ¡ahí está su lindero natural aún. San Francisco y San Jerónimo también llegaban hasta ahí”. La historia de disputa y resistencia por la tenencia de su territorio (Bosque y pueblo), sigue en latencia. Los ejidatarios sienten cada vez más que el posicionamiento de sus tierras demanda renovadas estrategias para seguir en ella. Entrevista a Ángel Tenorio. San Nicolás Totolapan, mayo de 2007. 276 No se trata de opciones político-partidarias, tampoco de línea ideológico-política de derecha o izquierda. La denominación de ambas agrupaciones es con base en las manifestaciones de oposición que hace un grupo reducido (pero firme y curtido) con respecto a la propuesta mayoritaria de la conducción del ejido. El líder de oposición, Señor Gerardo Camacho sostiene que reúnen entre 40 y 60 ejidatarios del total de 336. Se presentaron en las elecciones ejidales del año anterior con Gerardo como candidato a la Presidencia en el grupo de “Alianza de ejidatarios de Izquierda”. No ganó porque “su principal contrincante continúa en el poder”. Se considera crítico generador del cambio porque su labor tiene impacto especialmente al interior del ejido.

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ingenieros, además todos quieren decidir. También hay celo cuando se da oportunidad

a la gente nueva”. Por otro lado, el envejecimiento de los ejidatarios –quienes estarían

acercándose al final de su actividad productiva pública, estimando que están en las

décadas de los 60 a 75 años de edad–, ha desatado cierta preocupación; sin embargo, el

tema no es trascendental debido a que las estrategias de participación vienen

cambiando: delegar la representatividad a sus hijos más cercanos que están en actividad

productiva relacionada al Bosque. Aunque es innegable que los líderes ejidatarios de

mediana edad tienen mayor poder de decisión y conducción, no obstante subsiste el

problema de que la “mayoría son ancianos y sólo asisten a dormirse…Muchas veces se

toman decisiones importantes cuando están dormitando”.277

Por su parte, la dirigencia plantea que el problema es la renuencia de algunos actores

por el cambio. En otros casos, por ambiciones políticas, al no querer reconocer que una

determinada gestión deba tener éxito. “(...) muchas empresas sociales no tropiezan por

los obstáculos que encuentran en el camino, sino con sus propios pies, o sea no

prosperan como consecuencia de un manejo inadecuado de sus mecanismos

organizativos internos” (Pozas, 1992:68, en Rico, 2005:57). Algunos ex comisariados

son críticos a la labor presente, no reconocen la ‘obra’ actual, afirmando que son

pequeñas, “Tienen la mesa servida, siguen los mismos servicios que hemos dejado.

Nosotros instalamos la infraestructura básica, hoy sigue casi igual”. Actualmente, está

en debate la venta del campo deportivo de su propiedad en 24 millones de pesos. “No

brinda ingresos, más bien es fuente de conflictos”.278

La mayoría de personal que trabaja en el Parque pertenece al ejido (hijos y

descendientes de ejidatarios) generando el PEESNT más de 100 empleos directos,

últimamente la mayoría de ellos sustentados, laboralmente, por el “Programa de

Reserva Ecológica Comunitaria” –que labora en el Bosque de manera autónoma y

paralela–, y otros con contrataciones temporales. Este Programa tiene a su cargo 33

empleados, organizados en 3 brigadas de vigilancia ambiental, cumpliendo servicios

todo el año, según el calendario forestal, objetivos y metas. Hay monitoreo,

277 No pretendemos con ello negar que en el campo el envejecimiento de los propietarios de la tierra no sea un problema que requiera atención, la normatividad debe replantearse, debido a que muchas veces los titulares de las tierras (justamente por razones de edad) no pueden o tienen dificultades para obtener financiamientos, acceso a tecnologías y otros, de los cuales podrían beneficiarse. 278 Líder de la administración política actual de San Nicolás que prefiere el anonimato.

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evaluaciones y reportes mensuales. Los empleados del PREC cubren cerca del 50% de

ejidatarios titulares, los demás son familiares y allegados de los socios.279

Los actores que vienen prestando sus servicios como guías ejidales en el Parque –que

vendrían a ser los protagonistas del Bosque y el PEESNT– reciben una remuneración

que oscila entre 3 y 4 salarios mínimos por mes. Según las autoridades se les reconoce

el doble en días festivos, además de aguinaldo, medicamentos (en caso de enfermedad)

y permisos por salud sin descuento de haberes. Se paga a los guías externos $150.00

pesos y a los guías del ejido $100.00 por conducción. Si hubo demanda de sus servicios

y la labor fue recargada, se les brinda compensación a su trabajo. Por ejemplo, por dos

guiados a la semana se les subsana con $ 200.00 pesos, y si fueron tres veces con $

600.00 pesos acumulables, cifra que se añade a su salario mensual.

No obstante, los actores del PEESNT manifiestan disconformidad por la remuneración,

especialmente los jóvenes, así, el Parque viene siendo atendido especialmente por

personas adultas. “Qué hago yo aquí en el Bosque si abajo ¡gano más!”. El clamor por

parte de los guías ejidales y trabajadores del Parque, va por el cuestionamiento al ‘bajo’

reconocimiento pecuniario y social de su labor. Asimismo, el desconocimiento de

algunos de sus derechos laborales, como sobretiempos, aspectos que contradicen lo

sustentado por las autoridades. Empeora la situación, la contratación ocasional de

personal externo como guías u obreros, pues éstos –a decir de los ejidatarios– laboran

“sólo por cumplir”, lo cual es una amenaza a la calidad y sostenibilidad del servicio,

aspecto que profundizaremos más adelante.

Otro caso de incomodidad por el aspecto remunerativo es el de los trabajadores del

vivero forestal “Potrerito”, quien funciona dentro del Bosque, estando adscrito a la 279 Entre los empleados integrantes de las brigadas de vigilancia y conservación están: Ayala Cuevas Antonio, Camacho Aguilar Cristina, Camacho Aguilar Higinio, Camacho Martínez Luis Fidencio, Camacho Rosas Apolinar, Camacho Quiroz Arturo, Chavero Escalona Ramón, De La Rosa Jardón Leonardo (Ejidatario) , Gallegos De La Rosa Jorge, Gallegos, Gallegos J Refugio ( Ejidatario) , Gallegos Gutiérrez Francisco, Gallegos Gutiérrez Luis Manuel, Gallegos Monroy Inocente (Ejidatario) , González Díaz Germán, Luna Chávez Ricardo ( Ejidatario) , Luna Uribe Victoriano (Ejidatario ) , Martínez Amaya María (Ejidataria) , Martínez Castro Santiago, Martínez Parra Federico ( Ejidatario) , Mendoza Camacho Reinaldo, Motte Camacho Julio (Ejidatario) , Muciño De La Rosa Tiburcio ( Ejidatario) , Peña Muciño Fernando (Ejidatario) , Quezada Cuevas Adrián, Quezada Pérez Rogelio, Quezada Ruiz Eugenio (Ejidatario) , Rosas Flores Freddy Roberto, Rojas Rodríguez Marcos, Rubí Velásquez Gilberto, Ruiz García Rafael (Ejidatario) , Ruiz Escalona J. Merced (Ejidatario) , Ruiz Gallegos Octaviano, Tenorio Eslava A. Ambrosio. En la parte penúltima del presente capítulo abordaremos la labor del PREC y sus implicancias en relación con el PEESNT.

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Delegación Magdalena Contreras, algunos de sus trabajadores son del ejido. El vivero

es conducido hace 5 años bajo la responsabilidad de Miguel Ángel López y 20

trabajadores (10 varones y 10 damas), mismos que recrean sus labores cotidianas y

experimentos, conjugando un proceso de re-significación del conocimiento tradicional

forestal. Su responsable es remunerado por 7 horas de trabajo diario con $3,000.00, al

mes. En el caso de Miguel, también podemos advertir una suerte de insatisfacción por la

baja remuneración de su equipo.

Si se compara con los ingresos que perciben los Brigadistas, Jefes de Brigada y

Coordinador, quienes laboran en el “Programa de Reserva Ecológica Comunitaria”

(PREC), con una remuneración de $3, 000.00, 5,000.00 y 10,000.00 pesos mensuales,

respectivamente, es hasta cierto punto el equivalente a las remuneraciones pecuniarias

de los trabajadores del Parque. Empero, hemos notado cierta rivalidad entre los

trabajadores de ambos proyectos. La ‘rivalidad’ podría venir de las oportunidades de

acceso laboral que se tendió a los del PREC (no están todos los ejidatarios por razones

presupuestales del PREC), pues tampoco es secreto que “las autoridades de turno

eligieron para esos puestos a sus allegados”.

Habría que destacar, que algunos de los integrantes del PREC reúnen mayor

calificación, como es el caso, por ejemplo, de su coordinador280 y otros. La pregunta de

fondo sería, ¿por qué perseveran y resisten los guías ejidatarios en el Bosque a pesar de

la inconformidad pecuniaria y las relaciones sociales desiguales y excluyentes? La

respuesta va por otro orden de cosas, a nuestro entender por la configuración de ‘otros

gratificantes’ que denota su sentido de identidad y pertenencia por el territorio y

territorialidad, unido a sus saberes y habilidades en la conducción del Bosque, aspectos

que abordaremos en los subsiguientes capítulos.

Otras oportunidades para la generación de ingresos que tienen los guías, y en general los

ejidatarios, es la conducción de proyectos productivos que ofrecen Conafor, Corena y

otras instancias. Son convocatorias para proyectos familiares o individuales como:

producción de viveros, nopal, arbolitos de navidad o, productos de traspatio (crianza de

conejos, borregos). En convenio, los técnicos elaboran el proyecto según las

280 Biólogo egresado de la UNAM.

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202

condiciones y necesidades de los ejidatarios, beneficiando tanto al responsable, como al

ejido. Es “otra forma de tener productiva la tierra y bajo vigilancia”.

Las autoridades sustentan que las convocatorias son por licitación, notificándose a los

asociados por igual; pero lo que decide es la “experiencia de la persona”. Es notorio

cierto celo al cumplimiento del convenio, principalmente por el lado económico; San

Nicolás ha pasado por experiencias de malversación de dinero.281 De igual forma, hay

preocupación para el cumplimiento de los plazos de los convenios, siendo aval el ejido,

tiene responsabilidad en la conducción del proyecto. “Hay un asociado con su equipo,

que ha recibido un millón y medio de pesos para un proyecto grande, y otro más, pero

no demuestra resultados. Ya tiene su oportunidad, pero sigue en la crítica. Tiene sus

problemas anteriores, antes vendía lotes de terrenos”.282

No se quiere señalar que los proyectos productivos expresen sólo cuestionamientos,

hay casos de reconocimientos a los socios. Por ejemplo, Corena destacó últimamente el

trabajo del Coordinador del PREC (conducción técnica-administrativa y lo económico).

Por su parte, el discurso colectivo manifiesta descontento por la labor de la dirigencia,

alegándose favoritismos a allegados y familiares y, el cuestionamiento a la labor de los

representantes y cómo conducen el poder.

En otro orden de cosas, aparte de los salarios individuales como empleados del Parque,

el núcleo agrario de San Nicolás Totolapan recibe diferentes incentivos de instituciones

estatales. Por ejemplo, el pago por servicios ambientales que se hace a las comunidades

rurales. Según informe del comisariado, en el año 2007 San Nicolás recibió de estímulo

anual por cada hectárea preservada de Bosque $400.00, sumando la cantidad total de

$700,000, misma que fue redistribuida de manera proporcional entre sus asociados.

Anteriormente, hasta el mes de mayo del año pasado, los agricultores ejidatarios

recibían una retribución por estímulo a la agricultura, cuya cantidad dependía del

tamaño de terreno y siembra. La mayoría recibía de $200.00 a $500.00, mientras que un

ejidatario llegó a los $5,000.00

281 Está el caso de Alejandro Gómez, quien recibió dinero para un proyecto de invernadero y no invirtió en ello, estando ventilado su caso en el poder judicial. 282 Entrevista a una autoridad del ejido. Razones de fuerza mayor impiden identificarlo. San Nicolás de Totolapan, febrero de 2008.

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Aparte están las utilidades del PEESNT, que durante años estuvo reinvirtiendo sus

entonces ‘magras utilidades’ especialmente en obras de equipamiento, infraestructura y

mantenimiento, además de salarios y gastos de operación. Es a partir de 2004 que el

ejido por primera vez realizó un reparto de utilidades entre sus asociados. Se

distribuyeron $1,000.00 por cada ejidatario para dicho año; le siguió el 2005 con

$2,000.00; mientras que para el 2006 y 2007 se autorizaron $3,000.00, igualmente para

cada asociado. Según sus autoridades, para diciembre de 2007 el PEESNT reportó un

ingreso de 1’000,5000 pesos, siendo cada vez mejor las utilidades.283 El desembolso, es

entregado cada fin de año en acto oficial, con informes y balance presupuestal,

culminando el evento, con presentes y reunión de camaradería.

Cabe destacar que la mayoría de los socios entrevistados reciben con aprobación y

beneplácito tales remesas, alentando y reconociendo que los usufructos son cada vez

mejores. Sin embargo, el grupo de oposición (de ‘izquierda’), considera irrisorio y hasta

ofensivo recibir esas cifras por concepto de utilidad del proyecto: viene de un proyecto

considerado líder nacional en el sector, y adolecen de claridad los informes, inclusive

algunos mencionaron no haber recogido tal estipendio. “Lo que se alcanza son

lineamientos generales y como la mayoría no lo entiende lo pasan y ya. No nos pueden

callar dándonos esa cantidad”. Es sabido, que el informe económico se presenta el

mismo día de la elección de autoridades, aprobándose el cometido ‘por cansancio’ y

discusión de una agenda cargada, propia de la culminación del año.

Ante la crítica a la oficialidad, el grupo opositor manifiesta recibir represalias por parte

de las autoridades, expresadas en: “retener información sobre beneficios de programas

rurales y críticas y cuestionamientos al trabajo que desarrollan”. Sin embargo, el grupo

entiende que las disputas por el poder son parte del reto que se tiene en el camino de

construir una mejor propuesta, pues aspiran asumir la administración en próximas

elecciones.

Ante los hechos, lo notorio es que el ejido viene exteriorizando un clima soterrado de

conflicto que parte de la desconfianza de la gestión del PEESNT, quien por su lado

aparece configurando cada vez mayor complejidad y envergadura como tal. Debido a

283 Se sostiene que actualmente los ingresos gruesos del PEESNT son destinados a su propia reinversión, dándose prioridad a los gastos de mantenimiento, salarios y equipamiento.

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ello, es factible que la dirigencia no haya podido socializar las actividades y resultados

con informes de impacto y sostenidos, evitando sospechas por manejos incorrectos y

corrupción. Tampoco se sabe de denuncias formales por tal discordia, son inexistentes

las pruebas categóricas con las cuales refutar. Coronando tales desavenencias está el

cuestionamiento sobre el destino que se da a los ingentes ingresos por donaciones, para

nadie es un secreto que San Nicolás es el ejido (entre las comunidades rurales del

Distrito Federal) que ‘más acoge’ financiamientos externos.

Las controversias, generalmente agrias respecto al reparto de utilidades netas del

Parque, es uno de los temas más sensibles que advertimos al interior y exterior del ejido,

además de ser lo más comentado, en tanto que sus autoridades pretenden guardar

sagazmente dicha información y/o asumir la política de la indiferencia. El tema es

controvertido, Santana (2006:76) sostiene respecto a la generación de empleo “que si

bien reduce la figura del desempleo en su conjunto, lo son a tiempo parcial

(estacionales) o, cuando más a tiempo completo pero temporalmente inestables (pocos

trabajadores fijos en planilla) y siempre de carácter cíclico”. En el ejido el tema contrato

salarial, temporalidad y montos de ingresos, atraviesa también una atmósfera de

incertidumbre, además de manifestar aún un carácter endeble.

En otro orden de cosas, se logró dar cuenta de otros derechos y beneficios destinados a

los socios del ejido, por parte del ejido y como PEESNT, en coordinación con los

reglamentos de las instituciones competentes, tenemos:

• La venta de madera de desecho (caídos por el viento o “por viejos”...) a empresas,

para la fabricación de celulosa. Semarnat es quien designa las cantidades a vender

y el tipo de especies elegidas en la foresta.

• Utilizar madera en la construcción de cabañas para los proyectos productivos que

son individuales (privados).

• Para los proyectos productivos particulares, todos los excedentes son para el

ejidatario. Cuando se extrae madera para venta, la utilidad es en partes iguales.

• No hay prohibición para alquilar tierras de propiedad individual ejidal a diferentes

empresas o para actividades indistintas como los “gotcha”, fútbol, granja

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didáctica, etcétera; aunque la decisión debe ser avalada por el ejido e informar

sobre los cambios en el uso del suelo.

• Todos los que tienen terrenos deben emprender actividades que estén articuladas

al Parque y su preservación.284

• En las tierras de bien común se puede vender leña y tablas. La repartición es

proporcional, según porcentaje.

• A cada ejidatario como “derecho de monte” se le reconoce un topo de madera en

raja, como producto del trabajo comunitario en la tala del Bosque.285

• Los ingresos que hacen Televisa o TV Azteca (quienes remuneran con 3 a 5 mil

pesos por cada grabación) son para reinvertirse en infraestructura.

En este contexto, los guías ejidales del Parque vienen resolviendo sus problemas de

mejor remuneración e ingresos recurriendo a la pluriactividad económica,286 pero

anteponiendo su compromiso con el Bosque y el PEESNT.287 “(…) eso sí, todos somos

guerreros, todos somos de lucha, buscamos que persista el Bosque, en la lucha nos

encontramos”. Los guías ejidales, complementan su ingreso con labores como: maestro

de baile, (vals para fiestas de 15 años),288 decoración con yeso en viviendas, por recibir

una jubilación; administrar ‘una micro’ de pasajeros, trabajar en la UNAM como

velador, ser propietario de un restaurante, arreglo de electrodomésticos, etc. Uno de los

trabajadores del Parque, diríamos el más exitoso económicamente, goza de diferentes

ingresos: como guía, propietario de su restaurante y por brindar asesorías a proyectos

ecoturísticos comunitarios.

¿‘Pobres’ los ejidatarios de San Nicolás? Los actores que entrevistamos no se

consideran pobres económicamente,289 porque son ejidatarios y conducen un proyecto

como el PEESNT. Por descontada está la renovada calificación de algunos (biólogos,

284 Está reglamentado en las consideraciones del Proyecto Ecoturístico Sustentable. 285 Algunos ejidatarios que no van al trabajo comunal dan a otro para que trabajen a la mitad. El trabajo se da en febrero o marzo de cada año. 286 Como se explica en el capítulo II. 287 En el capítulo II y IV se desarrolla este aspecto. 288 El ejidatario Martínez recibe por toda la capacitación $1,000.00 pesos. 289 Ver: “La pobreza-riqueza: acercándonos a la re-significación de los actores sociales” (Capítulo I) y “Re-significando al campesinado” (Capítulo V).

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agrónomos, forestales, profesionales en turismo), condición que beneficia su acceso al

mercado de trabajo y favorece al ejido. Saber elaborar programas, proyectos, informes,

manejo de tecnologías mediáticas o, hacer evaluaciones, beneficia y procura el

cumplimento de los objetivos del Parque, alejándose de la dependencia como sucede

con otras comunidades del campo. Es decir, acuden a otras fuentes de ingresos, fincado

en otros beneficios y, en ese camino, vienen inaugurando un nuevo estilo de trabajo

ejidal.290

Por otra parte están los trabajadores del PEESNT, guías de turismo y trabajadores de los

servicios (de quienes se viene haciendo especial referencia en la presente tesis), quienes

reflejan en un discurso velado, el cuestionamiento a las relaciones sociales diferentes,

con una percepción de dominio e inicial política de exclusión por parte del sector más

favorecido. Son quienes perciben menos ingresos, no gerencian proyectos y trabajan la

tierra “por puro gusto y no se van a mover de ella”.

En otras palabras, existen diferentes sectores de ejidatarios adheridos al PEESNT.

Algunos más solventes, (diríamos) económica y socialmente, pertenecen a la dirigencia;

son profesionistas que han heredado tierras de sus padres, y en ellas han establecido

indistintos proyectos. Aparte, sus familiares conducen algún servicio en el pueblo o

Parque. Vienen desarrollando las mismas estrategias económicas de la multiactividad

económica, con la diferencia que tienen acceso al poder de decisión en la conducción

del PEESNT y el ejido. Su discurso se justifica alegando que están en la dirigencia por

‘el afán de servicio’, por ello es frecuente escuchar: “(…) yo no vengo a enriquecerme,

yo tengo arreglada mi vida, mis ingresos, vivo de mi trabajo”. Son, de alguna manera,

los nuevos sectores ‘pudientes y empoderados’ del pueblo. Se distinguen de otros

campesinos que viven de la tierra, pero que no son propietarios o tienen acceso y

decisión sobre ella. La gestión aparentemente viable y exitosa, últimamente ha entrado

en cierto conflicto producto de la ambición por parte de algunos líderes, sujetos que

consideran que el proyecto debe beneficiarlos más.

290 En “Re-significando al campesinado”, Capítulo V, abordamos este aspecto con mayor detenimiento.

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Como se puede ver, las intervenciones de los actores en el campo laboral y en la

repartición de utilidades, en donde se vienen configurando una serie de relaciones

sociales, es un tema que muestra aún poca claridad, y es poco convincente para un

sector de ejidatarios. La alternativa de trabajar un proyecto sustentable con el PEESNT

y los proyectos adyacentes no es tan simple como reflejaban los actores en su discurso

inicial. De no aclararse estos nodos, creemos que los discursos ocultos de

enfrentamiento, podrían agudizarse. Recordemos que el proyecto es considerado –en el

discurso oculto–, como un proyecto político, tanto al interno como al externo. Aquí, la

lucha por el poder del proyecto depende de las alianzas establecidas y las estrategias

generadas, donde el poderío de la autoridad es el andamiaje para reproducir el sistema

de poder en el ejido.

En otro orden de cosas, como resultado del libre mercado, hace pocos años viene

notándose una corriente de competencia por posicionarse de espacios colindantes al

PEESNT, en franca competencia a proyectos de perfil ecoturístico, inclusive del propio

San Nicolás, ofreciendo similar servicio (granja didácticas, ecoturismo) e inclusive los

crecientes “gotcha”,291 que vienen jalando competitivamente a indecisos visitantes, e

inclusive campismo con venta ambulante de comidas típicas externas al ejido. El

movimiento económico que se ha desatado alrededor del Parque, es de negocios ajenos

al ejido, o en su defecto instalaciones que se vienen estableciendo en terrenos ejidales

de propiedad privada, pero usufructuado por arriendo.

Respecto a los “gotcha” (6 en tierra ejidal) se hizo notorio que a través de este servicio

se hayan develado disputas internas entre ejidatarios. La más sonada es la relacionada

con el anterior comisariado, acusándolo por parte de la “Alianza de Ejidatarios de

Izquierda de San Nicolás Totolapan292 de “ser dueño de un ‘gotcha’ que señala Raúl

291 “Deporte” bélico que emula los entrenamientos militares del ejército de los Estados Unidos. La diversión consiste en disparar cápsulas de pintura, haciendo que el “riesgo y la aventura por lo impredecible, te ponga la adrenalina al mil por ciento” (cliente gotcha).

292 Firmantes: Gerardo Camacho Molina, Teodoro Barranco R., Juan E. Torres C., Gabriel Mendoza, Clementina Jiménez, Concepción Correa, J. Camacho Fuentes, Alejo Gómez Romero, Andrés de la Rosa R., José Escalona F., Emeteria Molina viuda de Camacho, Santiago Gallegos de la Cruz, Luis Ángel Vértiz, Adán Gallegos Ortega, Silviano Colín Fuentes y S. Pérez . “La Jornada”, sábado 14 de abril del 2007.

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Llanos Samaniego en su nota "Juegos de guerra devastan el Ajusco” (La Jornada, 29 y

30 de noviembre del 2005), que administra un ex militar veterano de la penosa guerra

sucia (Proceso, 22 de octubre de 2006)”. Por su lado, las autoridades sostienen que los

negocios se han instalado en espacios no aptos para la agricultura (pedregales) contando

con el permiso del Programa de Medio Ambiente, por lo tanto, no impactan al medio

ambiente. “Es una fuente de trabajo como cualquier otra, genera ingresos a quienes

han invertido”, pero por los problemas “no otorgaremos un solo permiso más para

nuevos negocios”. Los ‘gotcha’, con ello la ‘gotchamanía’ es un servicio que prosperó

a orillas del Bosque, algunos en terrenos ejidales declarados irónicamente para este

caso, como ‘Reserva Ecológica’ estando el servicio muy lejos de los parámetros de lo

que exigen los postulados de carácter sustentable. La ambición por el ‘dinero rápido y

el negocio’ como parte del delito ambiental, es tema que amerita mayor investigación.

La confrontación y análisis de resultados nos lleva a la siguiente reflexión. El panorama

de conflicto subterráneo y explícito que expresa el ejido al presente, provoca presagiar

que los ingresos del PEESNT adolecerían de una redistribución democrática,

expresando cierto beneficio de unos cuantos actores que tienen acceso al poder de

decisión en la gestión del proyecto. Además, que el grupo de poder del pueblo –mismo

que mantiene el control oficial– estaría apoyado por apéndices de representantes del

gobierno quienes beneficiarían a algunos ejidatarios o autoridades. Ventajas y

beneficios que hacen la diferencia con los guías ejidales, quienes justamente adolecen

de representación alguna en cargos del gobierno ejidal.

Cabe reflexionar, si las relaciones de poder en San Nicolás implican renovados sectores

con acceso al poder y prosperidad económica de algunos, de manera individual y

familiar, ¿en qué momento se desdibujó el ideal zapatista, siendo que los nicolaítas

participaron en el plan de reivindicación popular (planteado en el segundo capítulo),

dejando de lado al sector que sigue labrando la tierra y con menos recursos y acceso al

poder, y además de no tener decisión o propiedad sobre ella? Todo hace prever que el

panorama no siempre presenta alternativas y caminos compatibles y concurrentes entre

la población que conforma el ejido.

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Lo importante es –sin dejar la reflexión crítica antepuesta– distinguir que detrás de la

experiencia y problemática de acceso al poder (que expresan diferentes percepciones,

algunas incompatibles entre sí, unas exitosas y otras menos), en el fondo, tanto por parte

de sus autoridades como de los trabajadores del Bosque y Parque, se sigue manteniendo

la lógica de evitar la mercantilización de sus recursos naturales, orientándolo a sus usos

y costumbres. En otras palabras, la finalidad como ejidatarios y actores del PEESNT, no

es únicamente volverse ‘empresarios del campo’, sino establecer una relación de

diálogo entre el crecimiento personal, familiar, ejidal, empresarial; pero en simbiosis al

objetivo de resistencia al territorio y territorialidad.

Para conseguir desarrollar este aspecto, es necesario conocer la valoración que se tiene

sobre los saberes (‘corpus cognoscitivo’) y las habilidades y capacidades de los actores

en la conducción del Bosque, en el entendido de que las diferencias políticas (manejo

del poder) y sociales son influyentes, tanto a actores, como al PEESNT. Es decir, detrás

de las disputas y conflictos de acceso al poder, subyace una disputa ideológico-

filosófica al CT, pues los actores (quienes conducen operativa y cotidianamente el

PEESNT) son quienes resumen mayor expresión del mismo, producto de su identidad y

sentido de pertenencia al territorio; más no, quienes conducen políticamente el proyecto.

Específicamente, el CT que manifiestan los actores en su labor operativa de guiado y

conducción del Parque, que adolece de un reconocimiento pecuniario ‘específico’ de la

labor desarrollada.

Esto quiere decir que lo que subyace es que el CT no es reconocido en su efectiva

dimensión. Sin embargo, el repertorio de saberes (¡cual expresión incongruente a las

actitudes de reconocer su validez y vigencia!) constituyen y son el escenario y soporte

ideológico, tecnológico y simbólico para el PEESNT, entre los ejidatarios y

funcionarios. Por ello, es parte importante (aunque velado desde sus inicios) en las

capacitaciones del servicio de guiado.

Se destaca que “Don Ambrosio Tenorio explicaba todo sobre el Bosque, de antes y

ahora. Sabe mucho, capacitó a los ejidatarios sobre el manejo y la historia del

Bosque”. Estos aportes no recibieron reconocimiento económico alguno o similares,

invalidando al CT en su justa contribución. Así, al interior del grupo de actores, entre

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quienes operan el proyecto, se trasluce una suerte de hondo desasosiego, hastío y

preocupación. No acaban de entender por qué sus conocimientos en la conducción del

recurso forestal y sus capacidades y habilidades locales legados de su cultura, no son

valorados y evidenciados en la gestión del Bosque por sus mismos compañeros de

historia de vida, agentes externos y, diríamos en algunos casos, por ellos mismos. Que

sus aportes han entrado en un proceso de erosión, y no pocas veces en conflicto con el

esquema y orientación con lo que vienen aprendiendo en las capacitaciones

ecoturísticas.

El problema no es actual, se ha venido gestando casi desde el inicio del PEESNT. Uno

de los actores comentaba hace algunos años: “Por eso me da tristeza que esto esté

decayendo, que esto está en declive, cuando esto debería estar en la cima, en la cima

como un vergel que esta produciendo” (Rico, 2005). ¿Hasta cuándo las habilidades y

capacidades de la localidad mostrarán limitaciones para su reconocimiento, a pesar de

ser el sustento cognoscitivo principal en la conducción del Bosque y PEESNT? Paré y

Lazos (2003:266) explican que “(…) para que el ecoturismo pueda contribuir al

desarrollo local (...), es necesario sea incluyente y represente la mayor equidad social

posible. Si no se integra la dimensión de equidad social y sólo se dan procesos de

apropiación por unos pocos del bien común, o de los ingresos generados, el ecoturismo

no logrará (...) ser justo con las alternativas planteadas”.

Teniendo en consideración que las disposiciones técnicas que establece la OMT

(1999b:17-23) para el turismo comunitario sustentable, especifican pilares

fundamentales que sirven para establecer parámetros de análisis y variables de

evaluación como: a) la sostenibilidad y eficacia económica, b) la sostenibilidad

ambiental y, c) la sostenibilidad y equidad socio-cultural).293 Sin embargo, para el

293 La sostenibilidad y eficacia económica debe darse siempre en la orientación de seguir generando y estableciendo empleo -de ser posible especializado-, y con ello aumentar los porcentajes de ingresos de la economía de las familias que son prestadoras de estos servicios. Las variables que permiten medir el proceso de sostenibilidad y eficacia económica son: la diversificación económica (proyectos productivos en el ejido); valor agregado; aumento de la producción y de la productividad; consolidación de la rentabilidad; generación e incremento de puestos de trabajo; incremento del ingreso familiar. Con el PEESNT, el ejido viene dando cumplimiento a la mayoría de esas consideraciones en menor o mayor medida. La sostenibilidad ambiental implica la protección de la Naturaleza y, con ello, la conservación y respeto por los recursos, valores y patrimonios naturales. En San Nicolás se viene trabajando a favor de la recuperación y conservación del Bosque, reuniendo a la fecha resultados significativos, no en vano por su perfil recuperado, el Bosque es considerado como atractivo turístico de primer orden. Las variables que permiten evaluar la sostenibilidad ambiental de los proyectos como son: protección, conservación y

Page 211: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

211

objetivo del presente estudio, creemos innecesario detenernos en hacer una evaluación

del proyecto en términos sustentables, pues el tema que nos convoca va por enfatizar el

valor del CT y las capacidades de sus actores en la gestión y apropiación del PEESNT,

tomando en cuenta las relaciones de fuerza existentes para su afirmación, aspectos que

desarrollamos a lo largo del estudio.

No obstante, se podría señalar que el proyecto aún no ha propiciado una reconversión

productiva total, aunque denota avances significativos en términos de sustentabilidad

económica y medio ambiental. Según la OMT (1999b:17-23), el objetivo no es la

rentabilidad inmediata de las operaciones, el reto está en la consolidación productiva y

social y en su aporte al desarrollo socioeconómico de las poblaciones, la protección y

conservación de los recursos y los patrimonios naturales. San Nicolás sustenta

significativamente tales argumentos, pero estaría agraviando la consideración del

respeto por la sustentabilidad socio-cultural, la cual va por la “afirmación y

vigorización de sus particularidades culturales, como mejor carta de presentación

para este tipo de turismo”.294 Los actores, quienes vienen empoderando al PEESNT

sobre la base del CT, no sienten que la dirigencia del proyecto venga otorgando el valor

real a sus particularidades culturales (expresado en el CT y demás habilidades), como

veremos en los capítulos siguientes.

Así mostrado, el ejido viene vivenciando una suerte de orden-desorden-organización,

como diría Morin (2004), que no es “solamente antagónica, sino complementaria y en

esa dialéctica de complementariedad y de antagonismo es donde se encuentra la

complejidad”. San Nicolás, históricamente vivencia ciclos en esos términos, de un

desorden-orden; es decir, durante las etapas que le tocó vivir alrededor del manejo del respeto a la Naturaleza; recuperación y ampliación de la biodiversidad; control y manejo de deshechos orgánicos e inorgánicos; señalización e información de áreas según vocación (para el caso forestal), vienen aplicándose sostenidamente en el manejo del recurso por los actores sociales del ejido. La sostenibilidad y equidad socio-cultural, en cambio, se expresa en sellar entre los mismos actores los perfiles propios de identidad cultural que tienen. La idea es que se conviertan en sujetos del desarrollo turístico y no en objetos de consumo, tal y como lo expresa el ejido, producto de su autogestión. La afirmación y vigorización de sus particularidades culturales son su mejor carta de presentación. Las variables para la evaluación de la sostenibilidad sociocultural se traduce en reconocer la existencia de un reconocimiento de saberes endógenos; autoestima sociocultural y lingüístico; participación comprometida de la población local.; distribución equitativa de los beneficios; diálogo intercultural equilibrado; afirmación y vigorización de la propia cultura; afianzamiento de valores morales y éticos de la cultura local (Miranda, 2002:31-33). Para el caso de San Nicolás, las variables anunciadas vienen cumpliéndose en menor y mayor proporción, aunque expresan limitaciones en lo que respecta a la distribución equitativa de los beneficios del PEESNT, como enunciamos. 294 El sombreado es mío.

Page 212: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

212

recurso forestal, llegando a la propuesta del PEESNT, ahí ingresa a un proceso de

organización (orden). Habiendo consumado ciertos logros (orden), actualmente, a lo

interno detenta cierto desorden, sumado a la preocupación de entrar a una nueva etapa

de organización que supere este panorama. Es la expresión de cómo se vienen

instalando maneras complejas de apropiarse del territorio y Proyecto, en las cuales las

formas locales de organización y conocimiento son constantemente re-trabajadas, en

interacción con las condiciones externas cambiantes.

Para superar estas contradicciones, se requiere que el grupo resuelva las contradicciones

por el control a los recursos, la redistribución de las utilidades y reconocimiento y

valoración del CT. A nada positivo llevará priorizar ambiciones políticas e intereses

económicos, evadiendo el sentido de inclusión y equidad social que tiene como

principio el ecoturismo sustentable.

3.7. El Programa de “Reserva Ecológica Comunitaria” en el Bosque

Llegando al límite de ver que la utilización del suelo ha sido en forma irracional y con

alta presión de la mancha urbana, a petición de los núcleos agrarios, en el año 2002 el

gobierno del Distrito Federal decide la conveniencia de establecer el “Programa de

Reservas Ecológicas Comunitarias”, con el propósito de forestar y restaurar el suelo de

conservación del DF, que cuenta con una gran riqueza en recursos naturales y

proporciona bienes y servicios ambientales (Rojas, 2007).

Al parecer, y luego de ingentes ensayos por parte del Estado, se deja de poner en tela de

juicio que el futuro de la humanidad debería estar sobre la base del uso racional de los

recursos naturales y la recuperación de conocimientos y prácticas que venían

registrándose obsoletos para el manejo de la agricultura, el bosque y sotobosque295 y

otros, en torno a la ciudad, sus periferias y áreas intraurbanas. Tal disposición se

engarzaba en el interés y ‘boom’ de querer llevar la sustentabilidad a territorios más

allá de lo rural.

295 El sombreado es mío.

Page 213: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

213

En esa orientación, no es casual asistir al levantamiento de programas y proyectos de

promoción y gestión institucional estatal, privada y de la sociedad civil, apostando

decididamente en modelos de ‘conservación’, ‘preservación’, ‘reforestación’ y

‘restauración’ de áreas boscosas de la gran ciudad. Empero, ¿Qué detentan las acciones

que se viene impulsando y cómo intervienen los actores sociales en la complejidad que

resume el tema de recuperación del medio ambiente para la gran ciudad?

El interés de tal argumento, por parte de las instancias de decisión política en la

megaciudad, lo testimonian las acciones que recientemente forjó el actual Secretario

del Medio Ambiente, Rafael Elvira, quien inauguró el operativo “Cero Tolerancia”

contra la tala ilegal de bosques del Ajusco,296 con el objetivo de proteger el Corredor

Biológico del ‘Chichinautzin’, coincidentemente donde se ubica San Nicolás de

Totolapan. De la misma forma, la Conafor ha destinado (de 2004 al 2006), un millón 60

mil pesos en la restauración de 1,360 hectáreas de suelos forestales del DF, con lo cual

se sembraron 400 mil plantas. Conjuntamente, el gobierno Federal aplicó para el año

2007; 250 millones de pesos en la retribución por “servicios forestales” como una forma

de mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales y evitar la devastación

del Bosque.297

Para la sociedad civil, lo preocupante es que los operativos y programas destinen

ingentes inversiones (monetaria y humana). Por ejemplo, la labor de vigilancia e

investigación del operativo ‘Cero Tolerancia’ se lleva a cabo con el apoyo de imágenes

en satélite, sobrevuelos, presencia del Ejército Mexicano, cuerpos policíacos federales y

estatales, así como el trabajo de inteligencia que realizan la Semanart y la Procuraduría

Federal de Protección al Medio Ambiente.298

El balance, ante estos hechos, evidencia que la práctica es encendida por expresiones de

lucha y enfrentamientos ocultos y deliberados a favor y en contra entre múltiples actores

que intervienen. Por un lado está la recuperación y resistencia de territorios para

proteger el medio ambiente y, por otro lado, la apropiación ilícita por parte de agentes

también heterogéneos. Ante el escenario de complejidad de la problemática ambiental,

296 Asimismo, establecidos en Morelos y el Estado de México (Reforma, 2007:17). 297 Alejandro Soto, gerente Regional de Conafor, Valle de México (Reforma, 2007). 298 (Reforma, 2007:17).

Page 214: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

214

el ámbito gubernamental procuró como salida estratégica y justificatoria la creación de

las “Reservas Ecológicas Comunitarias”. Así, las comunidades rurales que están a las

orillas de la megaciudad –como es el caso del ejido en estudio–, saltan a la palestra en la

idea de ser quienes configuren protagónicamente la propuesta y encarnar masivamente

sus objetivos.

A casi 12 años de gestión en el PEESNT y de haber sido reconocido por diversos

espacios como un proyecto empoderado en el rubro ‘ecoturístico ejidal’ a nivel

conurbano, San Nicolás fue elegido inéditamente para desarrollar el “Programa de

Reserva Ecológica Comunitaria” (PREC). La denominación pasó por algunos años de

gestión, lo expresa la breve cronología que asumió la comunidad, según informa el

responsable del PREC de San Nicolás.299

• El ejido acuerda en asamblea general (6 de febrero del 2005), su inclusión al

programa de retribución por la conservación de servicios ambientales en

reservas ecológicas comunitarias. Fue ratificado en asamblea el 25 de

septiembre del 2005.

• El 19 de octubre del 2005 se expide el acuerdo en la gaceta oficial del DF del

Programa de Retribución por la Conservación de Servicios Ambientales en

Reservas Ecológicas Comunitarias.

• El 25 de octubre del 2005 la Dirección de Áreas Naturales protegidas dictamina

procedente otorgar el apoyo económico al ejido por cumplir con los requisitos

establecidos.

• El 27 de octubre del 2006 se firma el convenio de concertación de acciones de

vigilancia y conservación de recursos naturales, entre el ejido y la

DGCorenader300 estableciendo el compromiso de declarar un PREC y mantener

su conservación.

• El 29 de noviembre del 2006 se emite el decreto que declara como área natural

protegida la superficie de 1,984.70 has del ejido, en la categoría de “Reserva

Ecológica Comunitaria” denominada: “San Nicolás Totolapan”. Se especifica

que la finalidad es la conservación de la diversidad biológica (lo cual no 299 Con base en Rojas (2007). 300 Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Social, DF, México.

Page 215: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

215

prejuzga, modifica, ni pretende modificar el régimen de propiedad actual),

asimismo, que tendrá a su cargo la administración del mismo y participará en la

elaboración del programa de manejo (planificación y normatividad). Las

funciones que cumple a través del establecimiento de brigadas son:

• Vigilancia ambiental

• Prevención y control de incendios

• Trabajos de conservación de suelo y agua

• Retiro de residuos sólidos

• Monitoreo de flora y fauna

En la operación del PREC en San Nicolás, hay un reconocimiento pecuniario por tales

servicios,301 los mismos que se asume en el rubro de “pagos ambientales”. Empero, en

orden prioritario lo que llama la atención, es que las funciones que establece el PREC

no resumen significativa diferencia con las actividades que ha venido trabajando San

Nicolás en más de una década de labor en la díada ejido-Bosque, tanto como Parque

Ecoturístico. En otras palabras, el programa adolece de la estipulación de ‘nuevas’ e

‘inéditas’ acciones a desarrollar por los actores sociales del Bosque, lo cual más bien lo

convertiría acaso en detentar ser el marco normativo del ejido, respecto al uso y

resguardo –tan debatido– de los recursos del Bosque. La disposición de restricciones y

obligaciones es análoga –como señalamos– a las asumidas por el PEESNT. A saber:

• El establecimiento de cualquier asentamiento humano irregular y de nuevos

asentamientos regulares o su expansión territorial.

• La realización de actividades que afecten los ecosistemas del área de acuerdo

con la ley, las normas oficiales mexicanas, las normas ambientales para el

DF y el plan de manejo.

• El depósito de cualquier tipo de residuos.

• La extracción de suelo o materiales del subsuelo con fines distintos a los

establecidos en el programa de manejo.

301 Expresado en el presente capítulo, cuando abordamos el tema sobre remuneraciones de los actores del Proyecto.

Page 216: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

216

• La realización de actividades cinegéticas o de explotación ilícita de especies

de flora y fauna silvestres.

Con el establecimiento del programa, el Estado participaría como benefactor e

interventor ambiental, empero, en la práctica viene desatando ‘cierta figura de

expropiación’ a los dueños de los recursos, debido a que establece una serie de

regulaciones y normas en la orientación de preservar esas áreas para el bien de las

metrópolis en la disposición de querer llevar ‘a todos a un ecologismo popular’. No en

vano los ejidatarios expresan que lo que prioriza el PREC es “reproducir espacios

recreativos y de generación de recargue de oxígeno”,302 pensándose más en el servicio

ambiental a los demás, que a la población local y limítrofe.

Sin embargo, habría que pensar que el empeño estatal en su renovada política de

inclusión circunscribe igualmente a estas poblaciones dentro del territorio mayor a

beneficiar, pues tales lineamientos fueron elaborados con la intensión de inhibir la

expansión urbana y la tala ilegal (basada en la observancia de las leyes forestal,

ambiental, y otras). El problema de fondo es más bien que no se ofrecen otras

alternativas de empleo en la megaciudad, por lo que aparentemente no conviene esta

iniciativa que impide actividades ilegales, en un contexto de ilegalidades y de

corrupción por todos lados.

Los actores sociales del ejido expresan: “ya no somos dueños de lo que tenemos. Ya no

puedes hacer nada: no talar, no producir en tus tierras como quieres, vender incluso;

sólo tienes que conservar según las indicaciones de programa, para beneficio de los

demás”.303 La lectura que hacemos es que el campo a pesar de la buena intensión de las

políticas estatales, sigue sometido a las condiciones, presiones y demandas externas

poco claras, habiéndose autoimpuesto acaso una ‘camisa de fuerza’ que sofoca sus

propias expectativas

Cabe preguntarse: ¿Por qué no sintetiza aún la PREC una propuesta realmente

alternativa, recurrente y compatible con el campo y sus actores? ¿Por qué se rescinde

subliminalmente la atención objetiva al campo, recurriendo –otra vez– a los actores en

302 Rojas (2007). Si bien hay resultados alentadores. 303 Rojas (2007).

Page 217: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

217

sólo determinadas habilidades? Volveremos a reflexionar el tema cuando abordemos el

acápite sobre el pago por servicios ambientales.

Por otro lado, cabe reflexionar, sobre si el PREC tiene un marco normativo y acciones

establecidas, es posible que venga duplicando acciones que otras comunidades

propietarias de Bosques de la jurisdicción del Ajusco (donde está ubicada la comunidad

de estudio y otras que colindan con la gran ciudad) quienes programáticamente realizan

acciones similares de vigilancia, claro a espaldas del PREC. Entonces, ¿justifica

‘perseguir’ a talamontes artesanales (que las comunidades los tienen identificados,

inclusive sancionan)? ¿Qué hay detrás de los operativos de ‘protección’? Siendo el

PREC una propuesta que trabaja con los actores sociales del medio rural, ¿Por qué no

son percibidas las contribuciones de autogestión con base en las habilidades y saberes

del grupo local?304 Son algunas preocupaciones, ahora que se asiste a un escenario de

‘exaltación desacostumbrada’ por recuperar la ciudad y ‘hinterland’ benefactor. En ese

camino se advierte que hay ejemplos de avances que a veces contradicen las

declaraciones oficiales y sus resultados.

La siguiente gráfica refuta las expectativas del programa del operativo “Cero

Tolerancia” (ver página anterior) donde la Semarnat sostiene que sus acciones son

contra los “robos de madera, cortar árboles, venta ilegal de productos y la

transformación de los mismos sin la autorización requerida”, sustentando que el

problema principal ambiental de los Bosques del Ajusco es la tala ilegal. Tal

declaración desconoce que el problema es más bien la evacuación de desmonte,305 como

lo sostiene el siguiente cuadro estadístico comparativo desarrollado por el propio

Coordinador de la PREC306 del ejido (ver gráfica No. 5). Le sigue, en segundo lugar,

además de la tala ilegal, la tira de cascajo, la presencia amenazante de asentamientos

humanos y la extracción de flora y fauna silvestre.

304 Que se asume en los capítulos IV y V. 305 “Hacer claros en el bosque, desmontando encinos, oyamel, ocote, para invadir poco a poco, ganando terreno para construcciones provisionales”, Ángel Tenorio, brigadista de la PREC, San Nicolás Totolapan, junio del 2007. 306 Rojas (2006).

Page 218: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

218

GRÁFICA No. 5

Elaboración: Rojas, 2006. Fuente: Tomado de Rojas, 2006. Es cierto que con el PREC el Bosque ha contrarrestado significativamente las amenazas

que vivía previo a su instalación, esa es una de sus principales contribuciones

irrefutables. El reporte oficial que hace el Programa así lo estipula, tanto en la atención

a los incendios, la superficie de la superficie reforestada y la detección y denuncia de

delitos (desmontes, tala ilegal, tira de cascajo, asentamientos humanos y extracción de

flora y fauna) sobre el Bosque, como a continuación presentamos en las gráficas No. 6 y

7, y anteriormente en el Cuadro No. 5.

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DETECCIÓN Y DENUNCIA DE DELITOS AMBIENTALES 2006

DETECCIÓN Y DENUNCIA DE DELITOS AMBIENTALES 2006CANTIDAD

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GRÁFICA No. 6 Gráfica No. 6 Fuente: Tomado de Rojas, 2006. Fuente: Tomado de Rojas, 2006.

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220

GRÁFICA No. 7 Fuente: Tomado de Rojas, 2006. Fuente: Tomado de Rojas, 2006. Sin embargo, el PREC tiene limitaciones que le urge resolver, especialmente en lo que

respecta a la infraestructura y recursos humanos. Considerando que una brigada,

compuesta por 11 trabajadores, es el personal mínimo para vigilar 500 hectáreas, al

Bosque le faltarían aproximadamente dos brigadas para cubrir las necesidades de

vigilancia,307 lo cual hace que la labor de los brigaditas sea más esforzada.

307 Otro vehículo, más radios, personal, equipos para combatir incendios, herramientas, instalación de red de casetas en puntos clave y capacitación. Informe Raimundo Rojas. Entrevista, junio de 2007, San Nicolás Totolapan.

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SUPERFICIE REFORESTADA

Page 221: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

221

Por otro lado, la falta de una cultura de cuidado y protección del Bosque, extendida

entre los ejidatarios que no laboran en el PEESNT ni el PREC y pobladores en

vecindad, es otra de las luchas desencantadas que asumen los brigadistas, propiciando

enfrentamientos. “¡¡Yo puedo tirar basura porque es mi terreno!!” “yo siempre lo hice

así, y no me vengan con cambios”. “El bosque nunca se va a acabar, se reproduce

solo”.308 Por su parte, los brigadista sostienen: “Creen que por ser dueños deben hacer

lo que quieren. Cada mes se denuncian de 3 a 4 árboles talados que implican de 5 a 6

metros cúbicos de madera por cada árbol”. Es factible reconocer que, entre los

ejidatarios, existe un segmento que adolece de un total desconocimiento del sentido de

identificación por la conservación del patrimonio, y del nuevo marco legal que cataloga

como delito ambiental dichas acciones.

Con las actividades de protección, preservación, restauración, y aprovechamiento

sustentable de los recursos naturales (Rojas, 2006) asumidos por el PREC, en menor o

mayor proporción, e inclusive las restricciones que hace como Programa, es plausible

reconocer la contribución que hace el PREC y ejido a la satisfacción de necesidades

ambientales –además de las propias que escasamente las identifica-, para la gran ciudad.

Es decir, al asumir la propuesta federal (mantener el Bosque especialmente para la

recarga del manto acuífero y otros), los actores sociales de San Nicolás contribuyen con

sus servicios ambientales a la megaciudad y, en esa labor, sacrifica en menor o mayor

proporción los beneficios de usufructo de utilidades al cual estaba tradicionalmente

acostumbrado, como sucedía previamente a la instalación del PREC e inclusive del

PEESNT.

Se estaría reconociendo la labor de las comunidades de zonas conurbanas al servicio del

sector mayoritario: la Ciudad de México, quien exhorta en su ya ajetreado discurso,

‘mejores aires’ que sustituyan la contaminación en la que está subsumida.

Así, ‘extraña y coincidentemente’ el servicio ambiental que brinda el ejido a la gran

ciudad, se repite a 12 años de distancia, a planteamientos análogos que señalamos en las

consideraciones previas a la instalación del Proyecto Ecoturístico Sustentable con la

Consultora Balam, SC. Otra vez San Nicolás, prioriza la labor ambiental ante la presión

308 Entrevista Raimundo Rojas, junio de 2007.

Page 222: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

222

política y de la sociedad civil encarnada en la megaciudad. A nuestro juicio, esta sería

una de la mayores contribuciones, aparte claro de otros hallazgos y aciertos que viene

enarbolando, aspectos que asumimos más adelante. En el capítulo IV retomaremos al

PREC, pero en su perfil de configuración de una serie de relaciones sociales de poder y

disputa frente al CT.

3.7.1. Los desafueros del “pago por servicios ambientales”

¿Por qué recompensar los servicios ambientales?, ¿Cuál debe ser la justa medida? Y lo

más importante (en la aspiración de responder el objetivo de la presente investigación),

¿Se visibiliza y valora que los actores configuren habilidades y capacidades más allá del

manejo de los recursos naturales? ¿Cómo se identifica y califica al CT?

Al inicio del presente apartado, se reflexiona junto con Bartra (2006) que debido a que

vivimos la amenaza ambiental en la ciudad y resto del país y que la ‘marginalidad

urbana está a punto de reventar’, se ha vuelto la mirada y se han hecho visibles las

virtudes campesinas, esta vez para ‘reconocerlas’ pecuniariamente. Efectivamente, se

habla de “costo de oportunidad” que significa cuánto ingreso se deja de percibir por

conservar los recursos en vez de caer en la lógica de explotación y en otras propuestas

como “deuda por naturaleza” o “pago por servicios ambientales”. Todo expresa la

existencia de un interés por la conservación del medio ambiente, con la participación de

los actores sociales. Inclusive, este es el marco donde se orienta el tema ecoturístico

ejidal, como sucede con el PEESNT que venimos estudiando.

El PREC tiene como política general, remunerar con $300 a $400 por hectárea de

bosque recuperado a quienes cumplen la labor de administración, claro, siempre y

cuando sigan el plan de manejo forestal autorizado por el gobierno.309 Según informe

del cuerpo de sus brigadistas,310 las remuneraciones que perciben son retribuciones

básicas. Empero, el raciocinio estatal de la política de “pago por servicios ambientales”

sustenta que convertirán a los actores del campo “en empresarios del agua y del

bosque” (Conafor). Corrobora esta afirmación la declaración del actual Presidente de la

309 Ribeiro (2005). 310 Abordado en el acápite: “Los actores y el conflicto como expresión de poder”.

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223

República cuando sostiene que “los bosques son empresas productoras de oxígeno y

agua”.311

Sobra decir que con tal retribución monetaria es imposible que alguien pueda

convertirse en ‘empresario’, cayéndose prácticamente -por decir lo menos-, en burla al

sector, y sobre todo convertir la gestión y manejo del bosque en mercancía,

sometiéndolo a las reglas del mercado.312 Huelga también decir, que hay un

desconocimiento profundo por parte de quienes generan las políticas de apoyo a este

sector sobre las contribuciones sustanciales que hacen las comunidades a la

sustentabilidad, aspectos que abordaremos en el cuarto y último capítulo.

El tema más bien va en el sentido de que es prácticamente imposible poner precio al

trabajo que realizan los actores en el campo. ¿Cómo identificar y cotizar estas múltiples

aportaciones, logrando su justa retribución?

Reconocerlos afrenta a los principios del absolutismo mercantil, un sistema que no concede valor de cambio a bienes sociales, culturales y ambientales que no pueden ser privatizados y por ende ser lucrativos. Admitir que la sociedad debe retribuir el fortalecimiento de valores con la equidad, la armonía y la diversidad cultural o que deba pagar por la preservación y restauración de bienes, que por otra parte se reivindican como colectivos y no privatizables como los recursos naturales y la biodiversidad, es un hueso duro de roer para los integristas de la libre concurrencia (Bartra, 2006:377).

El tema manifiesta controvertidas discrepancias que recaen en seguir diseñando

salidas especialmente integrales a partir de las propuestas de los actores internos y

externos en el camino de reconocer conocimientos, habilidades y capacidades

locales.

311 Existe el interés del presidente de México por incorporar el Programa PROÁRBOL -que depende de la Semarnat, apoyado por la SEP-, para comprometer a la sociedad civil a participar forestando el DF. Reconoce que el desarrollo sustentable no está peleado con el quehacer empresarial objetivado en la Naturaleza. “Las empresas deben ser sustentables y quienes cuiden el medio ambiente. El gobierno les paga para que se dediquen a esas actividades”. Declaraciones Programa de Noticias Hechos. TV Azteca, 18 de mayo de 2007, DF. 312 Sería inaudito no pensar que los recursos de que dispone la Conafor (que son préstamos que entregan el Banco Mundial y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, principales promotores de estas políticas, con el objetivo de consolidar “mercados” de servicios ambientales), no persiga solamente pagos, sino también cobros por servicios ambientales. Bajo el aparente reconocimiento de los beneficios que aportan quienes cuidan desde hace siglos los bosques, ríos y biodiversidad, se introduce que bienes comunes, como agua y aire, tendrán que ser pagados por todos los pobladores, además de pagar primero los préstamos que toma el gobierno del Banco Mundial, que engrosan la deuda externa pública. Quien no pueda hacerlo, no tendrá derecho a ello (Ribeiro, 2005).

Page 224: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

224

Asimismo, es necesario advertir que el tema está vinculado al derecho intelectual y de

autoría del conocimiento tradicional (CT) que viene debatiéndose en diferentes

escenarios a nivel nacional y mundial. Los PREC, apegados al enfoque sustentable

‘convencional’, de alguna manera frenan los usos y costumbres de las comunidades

rurales y, con ello, al CT desconociéndolo de manera indirecta, aunque los actores

sustentan que en la práctica forestal lo que aplican son sus saberes locales.313 Son

formas donde las expresiones locales del conocimiento son constantemente re-

trabajadas a partir de la interacción con las condiciones externas cambiantes. Lo cual no

quiere decir que entre las aplicaciones del CT y los mandatos del Programa no haya

pugnas y discursos ocultos de poder, como lo veremos más adelante.314

Por otro lado, estos Programas de alguna manera dividen a los ejidatarios entre quienes

están en el PREC y quienes no lo están, separando la atención del Bosque, “del manejo

colectivo y autogestionario que ejercen sobre su territorio, sus formas de vida y

organización,315 cultura simbólica, historia, habilidades y capacidades locales, entre

ellas su conocimiento local compartido sobre el manejo del Bosque.”

Entonces, si se registra que es “alentador el reconocimiento que se hace al retorno

sofisticado y creativo a las ancestrales estrategias campesinas, entre ellas el

conocimiento tradicional que hace posible el manejo del los recursos forestales

especialmente” (Concheiro, 2006), debe intervenirse en términos amplios estos aportes

y no solamente en aspectos limitados (vigilancia ambiental, labores de conservación y

restauración del suelo y agua, retiro de basura y desechos sólidos, control y prevención

de incendios y monitoreo de flora y fauna), siendo que los actores de San Nicolás

conciben y trabajan de manera holística y sostenida su Bosque, habiendo configurado

toda una cultura forestal.316 Por ello se dice que el incipiente mercado de servicios

313 El personal que labora en el PREC es adulto, y lo que aplican más, son sus saberes y habilidades tradicionales. “Conocen las huellas del venado, el canto de las aves que anuncian diferentes cosas, conocen muy bien el bosque ¡Son personas con mayor experiencia con base en su práctica y tradiciones. Ellos saben mucho del manejo de flora y fauna”, Entrevista a Raimundo Rojas, junio de 2007, San Nicolás Totolapan. 314 Capítulo IV. 315 (Ribeiro, 2005). 316 Conafor destina para la reforestación de DF un promedio de 6.6. salarios mínimos por hectárea al año. En este marco vienen pagando a comuneros $750.00 pesos semanales, $150.00 por día y $3,750.00 al mes por 9 horas diarias de trabajo, lo cual evidentemente refleja que está sólo pagando por actividades técnicas de reforestación y restauración, sin considerar los otros aportes que tienen los campesinos

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225

ambientales no retribuye significativamente las funciones socio-ambientales decisivas

prestadas por la economía campesina y la comunidad rural (Bartra, 2006:377).

Mostrado el panorama del PREC en San Nicolás, sería inaudito dejar de preguntarse:

¿Por qué los ‘beneficiarios’ del Proyecto vienen convirtiéndose en decididos

promotores del PREC? ¿Por qué no perciben que la propuesta pertenece a un proyecto

de intereses más amplios, donde su contribución va mucho más allá de lo meramente

ambiental?317

Son reflexiones que seguiremos hurgando, pero más interesante será analizar cómo el

PREC al interno del ejido y como producto de su labor descoordinada con el Parque

Ecoturístico, ha logrado levantar discordancias y conflictos al interior de los actores del

ejido; es decir, entre quienes laboran en el PEESNT, actores protagonistas del presente

estudio.318

No creemos estar asistiendo a disputas extremadamente diferenciadas, lo que es cierto,

es la existencia de relaciones de poder frente al acceso de los recursos y beneficios

comunes, estimándose desigualdad en el acceso a los mismos. Tampoco estamos ante

una ‘elite’ cerrada que entorpece la gestión del Parque, ni creemos que las

contradicciones sean irreconciliables. Lo que prevalece, a pesar de las diferencias, es el

clima de motivación y apuesta por el PREC y PEESNT, resistiendo y sobrellevando las

presiones y disputas internas, pero eso si, dispuesta a enfrentar amenazas y presiones

externas.

Igualmente, aunque la disputa se manifiesta hasta cierto nivel objetiva entre los actores

sociales, el aspecto de fondo es la velada obstinación por invisibilizar el CT en la

conducción del Bosque, recinto representativo del amplio repertorio de saberes y

habilidades, como fundamentamos en el siguiente capítulo. El CT que nos muestran los

asentados en el DF, como son sus demás habilidades, con las cuales contribuye además de con el aspecto técnico. Bartra sostiene que estos pueblos además de brindar productos baratos y sin subsidio, sustentan al país beneficios: societario, cultural y ambiental (2006:375). 317 Motivadas en las reflexiones que hace Luisa Paré (2003: 222). 318 Desavenencias que abordaremos en el capítulo V. “Discordancias y conflictos: el caso del Programa de la Reserva Ecológica Comunitaria (PREC)”.

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226

ejidatarios de San Nicolás no es sólo un listado o repertorio suelto de saberes y

habilidades que expresan hacia su monte, es una contribución mucho más compleja y de

múltiples entradas en su análisis.

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227

CAPÍTULO IV

CONTRIBUCIONES DEL CONOCIMIENTO TRADICIONAL EN

LA ADMINISTRACIÓN DEL BOSQUE

4.1. El Conocimiento Tradicional en la identidad del Bosque

A pesar de la cercanía y los cambios que impone vivir la vorágine de la gran ciudad

expresada en relaciones y oportunidades de cambio propiciatorio hacia una nueva

identidad plausible de perfilarse ‘moderna’ y ‘modernizante’, el CT en la conducción

del Bosque de San Nicolás Totolapan manifiesta vigencia.

Estos saberes están encarnados y se expresan en la conducción de distintos ciclos

vegetativos del manejo de la foresta, en las particularidades de cada especie, la

asociación de los mismos, los suelos, agua, clima, pendientes, lecturas cosmológicas,

entre otros, por parte de quienes administran el Proyecto. Se expone cotidianamente en

los diferentes lenguajes que se tienen con el Bosque. Disfrutar de una “lluvia de

luciérnagas” en noches heladas y muy oscuras, diferenciar ‘al ojo’ los tipos de suelo, dar

lectura de las señas que da la Naturaleza y del cosmos latentes cuando el Bosque está

“alterado”, saber propagar especies nativas, sentir la demanda de la tierra cuando

necesita abono, en la alegría y entrega al transmitir estos secretos a los visitantes, y

tantos otros ejemplos más.

¿Qué tanto saben los actores del manejo del Bosque en términos tradicionales? ¿Cómo

se construyeron esos conocimientos y qué detentan en la actualidad? ¿Cuál es el espíritu

del aporte del CT y de las capacidades y habilidades de los actores sociales al Proyecto?

¿Cómo se evidencia, reconoce y valora esa contribución subyacente que soporta la

viabilidad hasta ahora alcanzada?

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228

Es difícil e imperfecta la cuantificación o cualificación del conocimiento y su impacto

sobre el manejo de los recursos, por lo que es necesario abrir nuevas perspectivas para

comprenderlo más allá de la relación trinómica cultura-medioambiente-proyecto

ecoturístico que detenta. No se trata de evaluar, cuantificar, listar, o hacer un balance a

favor o en contra del CT en la zona de estudio, tampoco monitorear lo que acontece, lo

que le falta o sobra a sus actores, sus problemáticas, sus sin salidas, sus retos y sus

contribuciones. Es más bien un ejercicio para evidenciar los aportes del CT y las

capacidades y habilidades de la cultura local en la gestión y manejo del recurso forestal.

Aprender a reconocer ese “corpus cognoscitivo” y elementos culturales propios de la

cultura local que integran y aportan en el manejo forestal durante la gestión ecoturística

del PEESNT. Develar su vigencia tal cual, permite afirmar la fuerza de sus cambios,

presencia y resignificación del mismo CT y de los actores sociales que la detentan,

proyectando renovadas reflexiones sobre su valor en el contexto actual urbano de la

cultura local. Esto es, una revalorización del valor del bosque para los actores urbanos.

Permitirnos reconocer y asumir que el CT por los procesos que vive, dinamiza y recrea

a fuerza diríamos una epistemología como ciencia tradicional,319 articulada a un

compromiso de servicio de intenciones sustentables. Es inmiscuirse en las perspectivas

de paradigmas y temáticas sobre el desarrollo rural que expresan en interacción un

abanico de componentes o temas (identidad, territorio, nueva ruralidad, temporalidad,

desarrollo sustentable, cultura, espiritualidad, organización, tradición, familia,

comunidad, agentes y actores externos, entre otros), mismos que sirven para entender

sus procesos de manera articulada, explicándonos por qué se dan, por qué cambian y por

qué vienen re-significándose a la actualidad.

El CT inmerso en el proyecto ecoturístico de San Nicolás Totolapan es el pretexto para

entender el complejo proceso de la nueva ruralidad. Acerquémonos a ese gran

319 La denominación ‘a fuerza’ es en el sentido de orientar el privilegio y reconocimiento que tuvo la historia de la ciencia desarrollada a partir del conocimiento eurocentrista y arquetipo positivista (ver discusión en el capítulo I), donde esta tendencia desconoce los aportes cognoscitivos de las culturas no occidentales. En la actualidad hay un debate anclado en considerar o no los conocimientos tradicionales como científicos. Desde nuestra mirada creemos que toda cultura ha desarrollado conocimientos sustentados en una ciencia y tecnología apropiadas a un tiempo y espacio, útiles en la administración de sus recursos y construcción de culturas también milenarias como Europa y que vienen aportando al desarrollo de la humanidad, por lo tanto son científicos. Las mismas sustentan otros parámetros, indicadores, mediciones y metodologías que la mayoría de veces la ciencia oficial no las reconoce o las entiende en su real dimensión.

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229

escaparate que ofrece el Bosque de San Nicolás, a partir del repertorio de los

conocimimientos, habilidades y capacidades que detentan sus actores.

4.1.1. El CT en la vida animal silvestre

El comportamiento de los animales en relación con las pautas o cambios la Naturaleza

local y medio ambiente debido a la presencia innovada de los fenómenos atmosféricos y

climáticos, entre otros, son señales e indicadores biológicos que a la fecha siguen siendo

útiles para la mejor atención y servicio al recurso forestal. Asimismo, para la

agricultura, la ganadería, la horticultura, la piscicultura, la recolección, la medicina

tradicional y ahora el ecoturismo comunitario.

La vida del Bosque brinda un escenario objetivado para el despliegue de conocimientos

sobre su percepción, manejo y administración, mismos que vienen re-significándose.

Por ejemplo, cuando sostienen que algunas aves “(…) aparecen y se van de tiempo en

tiempo” o “a veces se van lejos, migran, pero regresan no sabemos de dónde”, han

incluido el indicador ‘migración’ para explicar la presencia y ausencia temporal de

ciertas aves. Son saberes sobre el comportamiento cíclico de las aves encarnados en el

tiempo y su territorio con base en un patrimonio cognoscitivo tradicional. Mismo que

difiere del estudio que hace Romero y Velázquez (1999) cuando identifica el potencial

biótico de la Región de Montaña del Sur de la Cuenca de México, señalando la

existencia de especies en peligro de extinción (capítulo sobre el Bosque). Sin embargo,

la permanencia de los actores viviendo su territorio y territorialidad les da la certeza de

que efectivamente “esas aves ¡volverán!” o “siempre regresa, cuando ya no lo

esperamos”320.

Entre la biodiversidad natural de animales silvestres que encierra el Bosque, listada

sueltamente por los actores, y en muchos casos señalando comportamientos o rasgos

‘emocionales’ de los mismos, destacan en el repertorio de saberes sobre su distinción e

identificación: el venado de cola blanca (en cautiverio y silvestre) el tejón, el cuyo, el

armadillo, la ardilla, el ratón de campo y castellano, el coyote , el lobo (extinguido), el

320 No queremos con ello contradecir la alerta que hacen los autores sobre la amenaza de extinción. La moción iría más bien por complementar dicha aseveración.

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230

tlacuache o zarigueya , el puerco espín , el armadillo , el zorrillo , la tuza, el cacomixtle

(especie de gato), el gato montés , el hurón dorado o unza y el conejo montés.

Entre las aves el saber popular se distingue al zopilote, el kakolite, el águila de cabeza

blanca, el correcaminos, el pájaro azul-negro (pata seca), la gallina de monte, la

codorniz, la aguililla, el cuervo, el búho o tecolote, el halcón, el gavilán zezeto, el pájaro

carpintero, la calandria, el caitolé, el azulejo, el zopilote, la chachalaca y el colibrí o

‘chupamirto’. Además variadas pequeñas avecillas como el dominico, el zorzal, el

pájaro chinito , el jilguero, el arriero y diferentes clases de palomas.

La sabiduría popular reconoce que algunas de las especies de estas aves tienen una

mayor población (como las avecillas) y otras en disminución (como el pájaro

carpintero). En el imaginario de los actores cada especie representa un significado y

referente simbólico distinto, según los comportamientos, diferencias físicas,

preferencias, ciclos o cadenas alimenticias de los animales que habitan en el Bosque.

El siguiente repertorio, sintetizado en el Cuadro No.6 da cuenta de la lectura particular

que hacen los nicolaítas sobre su monte, manifestaciones que dicen cómo a través de

estas miradas se manifiesta el control y manejo de los recursos naturales, cual hábiles

estrategas del uso múltiple que debe mantener el monte, donde quepan animales,

plantas, seres humanos y todo ser vivo ahí manifestado.

Cuadro No. 6

EL SABER LOCAL EN LA VIDA DE LAS AVES DEL BOSQUE DE SAN NICOLÁS

Aves y otros Comportamientos, relación con otros animales, características físicas,

gustos y otros Cuervo “Es un animal muy inteligente; acarrean los elotes y los esconden para

alimentarse otros días”. Gavilán ‘zezeto’

Se alimenta de pajarillos y pollitos del traspatio. El ave que defiende a los pajarillos es el colibrí “quien a pesar de ser pequeño le pega al zezeto”.

Azulejo Son del tamaño de las urracas y no les gusta el frío. Le gustan los agaves “El macho se distingue de la hembra porque porta un copete”.

Carpintero Son los controladores biológicos de las plagas del oyamel. “Hacen agujeros idénticos en una cuadrícula perfecta. Su apariencia es bella”.

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231

Tecolote (Búho)

Se alimenta del conejo y ratones de campo. “Por lo general baja con su hembra por los pedregales; y a las 4 am. van de regreso. Es tipo cabeza de gato”.

Caitolé Es más grande que la paloma. “Se le dice también pájaro del camino, porque ponen sus huevos en el camino sin hacer nidos”.

Zopilote Es más pequeño que el cóndor y su población ha disminuido. “Es majestuoso en el viento… planeando en el aire”.

Gallina del monte

“Chilla fuerte anunciando la lluvia. De un cerro a otro se escucha.

Ardilla gris, parda y rojiza

Se alimentan de garrapiñas y piñones; y se reproducen excesivamente en el Bosque, convirtiéndose a veces en plaga. “Viven en grupos grandes ¡20 animalitos más o menos! Cuando se pelean entre machos, enrollan sus cuerpos”.

Cacomixtle Se parece al gato montes, pero con cola parecida a la ardilla, esponjosa con anillos de color blanco. “Se alimenta de gallinas quitándoles la cabeza”.

Fuente: Elaboración propia con base en las entrevistas realizadas a Juan Ruiz, Ambrosio Tenorio, Valentín de la Rosa, Cruz Amaya, Roque Nava y Alejandro Cano, febrero de 2008. La observación reiterada de una infancia ‘correteada’ en el Bosque, despertó acaso

afectos e identidades con los animales. La existencia de una relación de cercanía,

identidad, observación e interpretación, respeto a cada ser vivo, identificando

emociones afectivas hacia determinados animales y plantas, y al Bosque en su conjunto,

establecidas en el tiempo y el espacio. Por ello, los actores conjeturan –sobre los

animales– lecturas sobre ‘su inteligencia’, fuerza, poder de los unos sobre los otros,

resguardo de los débiles ante los más fuertes, los gustos de alimentos que tienen,

diferencias físicas entre sexos de una misma especie, identificar controladores naturales

según variedad, analogías con otro animales, diferencias de actitudes o conducta entre

machos y hembras, diligencias nocturnas y diurnas, así como características peculiares

de la ‘personalidad’ de los animales, expresadas en majestuosidad, belleza, astucia o

arrogancia. En este caso, el CT de los actores, nos hace entender que “todo ser vivo

responde a una razón de ser”.

A fuerza de la convivencia han logrado recuperar y dar lectura sobre comportamientos,

emociones, hábitos, cambios y preferencias; cual expertos en psicología animal. Todo

ello, según tamaño, sexo, edad aproximada, preferencias en comidas, animalitos

protectores de su cadena alimenticia y demás. Cabe preguntarnos, ¿Podemos acaso

invalidar este escenario y banco de conocimientos de mirada persistente, aguda, y por

demás acuciosa, que manifiestan los actores, a despecho de asimilar el Bosque sólo

como una reserva justificadora para mantener uno de los mantos acuíferos y/o

proporcionar oxígeno a la megaciudad de México? O justificar la perseverancia del

mismo, ¿sólo porque genera ingresos económicos al ejido con el Proyecto Ecoturístico?

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232

Asimismo, estos reductos vivos de tradicionalidad, apoyados en los saberes locales,

enseñan a ‘sentir la vida’ a los ‘dueños de la tierra’ (sus actores), cuando dan cuenta de

la lectura del canto y movimiento de aves y demás animales. Ahí se produce una suerte

de enamoramiento ‘Ser Humano-Naturaleza’, por ello saben ‘deslumbrarse por cosas y

hechos sencillos’, demostrado al ‘sentir el paisaje’ como tal. Son contribuciones –las

formas de ver y sentir la vida–, que van mucho más allá de encasillados económicistas,

tecnológicos o de la propuesta sustentable de mirada academicista, muchas veces

excluyente de estos aspectos.

Entonces, esta forma viva de dar lectura a la Naturaleza, señala que el CT está ligado a

desatar y verter emociones y sensibilidades de la esencia humana como tal, recreándolos

y expandiéndolos. Cualidad que expresa además que el CT brinda una alternativa que

está lejos de percibir, sentir y recrear la vida, dejando de privilegiar el ángulo

meramente materialista. Lo más insólito, en escenarios de perfil urbano, urbano-rural o

periféricos, inclusive desafiando megalópolis, como sucede con el presente estudio de

caso.

Es decir, reconocer que hay indistintas maneras de encontrar regocijo, distracción y

hasta pasatiempos por parte de los actores sociales, inclusive ahora para los visitantes,

que al conducir el Bosque encuentran, además del beneficio económico, satisfactores

mucho más profundos, pues establecer ‘alianzas de vida’ con las criaturas del Bosque,

definitivamente vigoriza su expectativas de crecimiento espiritual.321 Las expresiones

como: “el Bosque le habla a uno, hay que saber escucharlo”, “encuentro mi paz

interna”, “siento el regocijo de la vida” o “allí vivo la vida” testimonian esta mirada.

El Bosque de los nicolaítas, como se observa, va mucho más allá. Tiene diferentes

aristas que habría que empezar a valorar empezando por reconocer que lo que sienten,

saben y piensan sus actores, constituye parte de su identidad y sujeción viva y

vivificante hacia y con el Bosque. En otras palabras, el Bosque, su Bosque, es atrayente

porque en él se puede dialogar y sentir la vida en el lenguaje de sus actores, tal como

321 Se vuelve a asumir este aspecto en capítulo V. La mayoría de los Guías Ejidatarios, no sustentan su persistencia en el Bosque en el interés económico sino porque encuentran beneficios trascendentes, como la identidad personal y espiritual.

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233

ellos se han apropiado y vienen resignificandolo. Así, de esa manera sienten

involucrarse con la VIDA misma, proceso que además recrea sus identidades hacia la

Naturaleza, irrumpiendo un espacio natural propicio para el diálogo ser humano-ser

animal. Como diría Descola (en Toledo 2000:127), aperturando una relación de inter

subjetividades.

¿Podrá subsistir el Bosque sin los actores que lo sustentan? O mejor todavía, ¿qué

pasará con el ‘sentir de vida’ de los actores de San Nicolás Totolapan si el Bosque es

subsumido por la megaciudad?322 ¿Será este ‘sentido de vida’ (con trasfondo espiritual)

el referente principal por el cual sus actores vienen movilizándose estoicamente por la

defensa de su territorio? Más adelante volveremos sobre el tema, continuemos con los

animales que integran el Bosque, según el saber popular.

Entre los reptiles que habitan la floresta, según reporte de los locales, tenemos la víbora

de cascabel, el camaleón y entre los batracios, el sapo. Este último a decir de los

ancianos ha bajado su población “había harta población en las milpas”. En décadas

anteriores existían truchas silvestres que habitaban el río La Magdalena, que si bien se

extinguieron, ahora han sido recuperadas en la piscigranja como parte del atractivo de

pesca que puso en servicio el Parque Ecoturístico. Por último, en cuanto a insectos

destacan las luciérnagas, mariposas y las abejas.323 La población de insectos,

microorganismos y toda expresión de vida en el Bosque son variadas y aún incontables,

por lo cual es impostergable un estudio completo de la expresión de biodiversidad que

encierra. Sin embargo, alienta saber que aún están presentes los recuerdos del

consumo324 de algunos insectos que proporciona el monte, especialmente en temporadas

de agua. De los ‘chapulines’, las ‘hormigas rojas’, los ‘tlaconetes’, los caracoles, los

gusanos de maguey, del ‘chimicuil’, el ‘madroño’”, el “tepozán” y las ‘chías de jarilla’

(similar al gusano de maguey).325

La descripción que hacen los actores acerca a entender la vida silvestre, sus lazos,

conexiones, comportamientos, tamaños, interdependencias y lecturas de amenazas a

322 En el entendido de que el Bosque está articulado a la gran ciudad, pero definitivamente no está subsumido a ella. 323 Antiguamente se consumía miel silvestre del Bosque. 324 En la actualidad ha bajado significativamente su población. 325 Quienes viven en la rama del tepozán y la jarilla.

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234

posibles desapariciones. “La víbora de cascabel, se mete debajo de las zarzamoras y

ahí atrapa a los pajarillos que vienen a alimentarse. Son venenosas, miden medio metro

y son gruesas. Se alimentan además de tuzas y ratas. Viene desapareciendo porque se

viene usando para curaciones de enfermedades reumáticas”.326 Cabe destacar que

rompiendo la armonía de la vida silvestre en que coexisten los animales del Bosque

–excepto los venados en cautiverio–, viven enjaulados un gato montés y un joven zorro

plateado. La instalación de jaulas se ha realizado emulando a los zoológicos

convencionales.

Entre todos los animales destaca el venado de cola blanca, es parte principal del

atractivo del recorrido de observación. Su población ha ido creciendo debido al atinado

manejo de los ejidatarios, quienes sobre la base del CT y los aportes de la ingeniería

zootecnia, lograron aumentar su población. Originariamente habitaban el Bosque pero

fueron extinguiéndose. “Cuando se instala el Parque, el Proyecto adquirió venados de

cola blanca de Oaxaca y Morelos que eran más agresivos, en cambio los de ahora son

mansitos. Actualmente el Parque ha vendido a la Comunidad de San Bernabé 17

venados que se reprodujeron en cautiverio”.327 El PEESNT ha destinado 4 hectáreas

para el venadario. El costo de un venado de 4 a 5 años oscila entre los $5,000.00 pesos,

aproximadamente, teniendo por lo general el venado hembra mayor costo. Las hembras

del venadario por lo general viven 8 años y en su mayoría son “cuateras”.328

Se les alimentan dos veces al día, con alimento de caballo principalmente que es el “pill

rol”. A ello se le agrega maíz molido y fruta o legumbres (manzana, pera y papa) y

también alfalfa. Se les desparasita dos veces al año, agregando el medicamento al agua

que beben. Están protegidos con una barda de alambre de 3.50 metros de alto para evitar

la depredación del coyote que es su predador natural.

“Son como de nuestra familia”, “con nuestro cariño aumentan”, “están creciendo en

nuestro ojos como mis hijos”. Es interesante destacar las expresiones de ternura e

‘identidad humana’ hacia los animales entre los responsables del cuidado del venadario,

que no hacen sino explicar emociones y sentimientos, que están sobre la base de una

326 Entrevista a Juan Ruiz González. Pueblo de San Nicolás Totolapan. Febrero del 2007. 327 Versión de Don Alejandro Tenorio. Entrevista realizada en el Bosque, marzo de 2006. 328 Paren nacimientos dobles.

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235

diferente estructuración, forma de percepción y apropiación cognoscitiva de la

Naturaleza.

Asimismo, es interesante notar que la atención de estos animales se da en simbiosis

entre las contribuciones de la zootecnia académica y las prácticas tradicionales. No

implica desechar los aportes externos, tampoco "cientifizar" el saber tradicional. Este

caso de eficiencia se sostiene en un diálogo de saberes donde ambos conocimientos

coinciden y se complementan, teniendo como base un propósito: dar calidad de vida a

los venados y aumentar su población.

Los actores no han discernido si su saber tradicional o el de los zootecnistas es mejor, lo

utilizan y se apropian del mismo re-significando un estilo propio, diferente a lo

estrictamente recomendado por la zootecnia y veterinaria académicas. Se sabe que el

CT por naturaleza se renueva, cambia y se adapta a nuevos conocimientos, lo

importante es reconocer que no está en contienda con la ciencia occidental. Más bien su

proceso contribuye a la investigación y desarrollo de la ciencia específica, en este caso

de la zootecnia y veterinaria, recreándola y enriqueciéndola al mismo tiempo, además

de fortalecer la capacidad de autogestión sobre sus recursos productivos.

Listar la expresión de vida de la fauna y los cuidados y atención reproductiva de

algunos, no hace sino mostrarnos que se tiene un Bosque recuperado, vivo y además

productivo, expresando que, detrás de este escenario existe toda una labor de

organización, manejo, administración, identidad y compromiso por el Bosque. Ahí el

“corpus cognoscitivo” contribuye a sustentar y reproducir dicho conjunto.

Pero la vida de la fauna silvestre no es expresión individual, se manifiesta en íntima

simbiosis con la vida forestal (elemento central del Bosque) junto con el agua, el suelo,

el clima, sus cambios y, sobre todo, la presencia de sus pobladores, quienes han hecho

un hábito cotidiano el vivir para y con el Bosque.

4.1.2. Manifestaciones del CT en el recurso forestal

“El chiste del Bosque no es plantar sino mantener las plantaciones en general”,

afirmaba uno de los actores del Proyecto, cual sabio conocedor del monte, a quien le

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236

brindó más de 30 años de su vida.329 Efectivamente, qué duda cabe, es producto de un

compromiso arraigado de indeterminadas generaciones, donde el conocimiento popular

se esgrime al máximo, encarnando cambios y re-significancias.

Al tener el Bosque de San Nicolás una orientación comunitaria en su manejo y

administración, el “corpus cognoscitivo tradicional” del eje forestal es el componente

vertebral de su sistema productivo. Así se revela en el ciclo vegetativo y productivo de

las diferentes especies, en el manejo y control de plagas y enfermedades, manejo de

semillas, variedades y especies de plantas, reproducción, reforestación, manejo de

suelos y pendientes, asociación de especies, la plantas del sotobosque, sobre el clima,

sus cambios, abonamiento y fertilización, lectura de señas y, comportamientos de la

vida del Bosque, entre otros. Hay que destacar también que el CT, no es la única

contribución cognitiva y tecnológica, está imbricado y asociado a aportes externos

indistintos, especialmente de la ciencia occidental. Actualmente vive en simbiosis con

ella, en momentos enfrentado, en momentos invisibilizado pero, a la par, recreando la

vida de la foresta.

Aproximadamente el 80% del Bosque está cubierto por floresta mixta. Entre las

especies que destacan con mayor población se encuentran el “oyamel”, “oyacahuite”,

“petula”, encino pino, cedro blanco, encino o roble blanco, pino y “ocote”, y también el

laurelillo.

Los actores distinguen diferentes tipos de suelos del Bosque: “catahuatuda” especial

para maíz, haba y fríjol, “ponza” que es negra, especial para maíz y, la “barraza”,

especial para frijol, conocimientos que aplican en las milpas cercanas al Bosque o que

integran al mismo.

Igualmente, entre los árboles que pueblan la foresta están tres clases de pino: “rudis”,

“patula ” y “ayacahuite ”. Los dos primeros orientados a la explotación comercial y el

último más utilizado en el proyecto de “arbolitos de navidad”. “De todos ellos el oyamel

es el árbol que más tenemos en el Bosque,330 pero también es el más difícil de producir

y en la ciudad se estresa mucho. El oyamel puede crecer hasta 50 metros”.

329 Lázaro Camacho, Ejidatario. 330 En acápite aparte abordamos la trascendencia del oyamel.

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237

Del mismo modo, hay otras plantas útiles como medicamento, “En el sotobosque hay

muchas plantas medicinales, las más conocidas son 36 especies que crecen debajo de

los árboles. Sirven también para hacer humus en la composta”.

En San Nicolás el conocimiento etnobotánico centra su expresión práctica en la

herbolaria medicinal, aunque los requerimientos de las plantas, especialmente del

sotobosque, de acuerdo al conocimiento de sus bondades y presencia era más empleada

décadas atrás, ya que necesariamente se debía recurrir a remedios ‘caseros’; la

proliferación de la medicina alopática es de hoy. Actualmente tiene una acepción y

simbolismo terapéutico, dando continuidad al significado de ser la ‘farmacia natural’,

aunque el conocimiento deja de ser relevante y consistente en relación con otros campos

de la matriz del CT (área del conocimiento forestal, especialmente). Los actores

explicaron que el monte produce yerbas para todo: males para el sistema nervioso,

digestivo, padecimientos de la mujer, del hígado, del estómago, para el dolor de cabeza,

etc., pero no supieron explicar con mayor precisión y detalle los mismos (ver cuadro

No. 7). Son los ejidatarios más entrados en edad, quienes sí testimonian mayor

sapiencia, como es el caso de Ambrosio Tenorio,331 quien tarareando la estrofilla, “yo

bebo en tragos largos… las pócimas del recuerdo” nos ofreció información para

elaborar el siguiente cuadro. El resumen, hasta cierto punto incompleto, advierte cierta

erosión del conocimiento al respecto.

331 Entrevista a Ambrosio Tenorio, San Nicolás Totolapan, 10 de diciembre de 2007.

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238

Cuadro No. 7

REPERTORIO DE LAS PRINCIPALES PLANTAS MEDICINALES UTILIZADAS POR LOS ACTORES DE SAN NICOLÁS

Flor de saúco Enfermedades respiratorias Flor de ocote o muérdago Enfermedades respiratorias Cardososanto plateado Enfermedades respiratorias Gordolobo Enfermedades respiratorias Epazote zorrillo Enfermedades respiratorias Epazote de zorrillo o perro Enfermedades respiratorias Tabaquillo Para té, parecido a la canela Tememecate Para el moquillo del burro Grupo de flores (favoritos del mirlo y colibrí)

Sirven para preparar té

Poleo Relajante “duerme a niños chillones y personas adultas”

Camizillo o cola de caballo Para males del riñón Árnica Para lavar heridas Hierba mora Para lavar heridas Gedenilla Para curar golpes Manrubio Es amarga, malestares del hígado La prodigiosa Es amarga, malestares del hígado Hierba del Ángel Es amarga, malestares del hígado Las sindivias Para males del estómago Chipule Para casos de disentería Anís de campo Dolor de estómago

Tomate Brinda alegría y ganas de reír. Bueno para momentos de relajamiento

Chichicastle Tipo ortiga u ortiguilla, o hierba de perro

Noche buena Ornamentación

Flor de muertos Celebraciones festivas según calendario festivo y ritual

Santa María No señalado Yerbas de venado No señalado Tabaquillo guinda No señalado Tabaquillo chico No señalado

Fuente: Elaboración propia con base en entrevistas realizadas a: Ambrosio Tenorio, Cruz Amaya y Roque Nava, febrero 2007

Por otro lado, hay especies arbustivas como el saúco , “huejote ” y el “ahuejote ” que se

da en partes húmedas. Las flores del “xayolistle” son codiciadas por las abejas para

hacer sus “xayolis” (panales).

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239

El Bosque tiene años “semilleros y otros de “descanso”. Los preferidos son los años

lluviosos, porque es temporada semillera, entonces el Bosque se llena de garrapiñas y

conos, se propagan las semillas de manera natural. El conocimiento local establece

diferencias sobre la utilidad, tamaño de las especies, rendimientos. “Hay una diferencia

entre sembrar y plantar, la siembra es en invernaderos”. “Las garrapiñas de la parte

alta son más pequeñas que las de abajo, esas se desarrollan más grandes por el calor”

Es interesante la percepción que tienen los actores responsables y guías del Bosque

sobre la vida de las semillas, hacen una relación análoga a la de los seres humanos,

como lo planteamos cuando abordamos el tema en el caso de los animales. “Es de ella, y

vuelve a su madre”. También hay saberes sobre la diversidad y las particularidades de

cada quien. “Cada árbol tiene su hábitat, su altura conforme van subiendo hasta los

3,550 msnm. Es sólo observar, considerar que hay diversidad, que nada es igual. Que

hay plantas que crecen aquí y no más arriba, y si lo hacen, no se dan como aquí”. Si

crece en la sombra desarrolla menos, los demás árboles no la dejan crecer. Mirando un

conjunto de árboles jóvenes, Reinaldo Camacho expresa,332 “estos se han plantado en el

mismo tiempo, pero éste está más pequeño por la sombra, algunos solos se eliminan.

Los más ganones son los que quedan ¡Tu te mueres y yo me voy para arriba! Así son”.

Distinguen diferentes tonos de color verde que tiene el Bosque, aunque la mayoría de

los interlocutores no lo manifestaron, aduciendo que sería difícil explicarlo. En cambio,

si hicieron hincapié en la afirmación de la importancia y validez del conjunto de plantas

sea del monte o sotobosque, concluyendo que “todo tiene su por qué” y, sobre todo, los

cuidados que merece el Bosque según su momento. “(…) al Bosque hay que trabajarlo,

cosecharlo no sólo es para verlo. Hay que cuidarlo en la medida que hay que

renovarlo, los árboles viejos, secos y caídos hay que estar quitándolos. Siempre es

así”.333

Cavilaba, ¿la conducción integral del Bosque de San Nicolás, llega a los niveles de ser

todo un arte de conducción forestal, de la Naturaleza, del clima, del suelo, de las

pendientes, de la humedad, aparte de manifestar un sentido y ‘relación humana’ por los

332 Entrevista en el Bosque, 2 de febrero de 2008. 333 Entrevista a Lázaro Camacho, San Nicolás Totolapan, 26 febrero de 2006.

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240

elementos de la Naturaleza? Confieso que cuanta más información absorbía más

ignorancia empezaba a manifestar.334

Muchos sostienen que la vida del Bosque viene perturbándose debido al cambio

climático. Los ciclos vegetativos y productivos han cambiado. “Por ejemplo, la

calabaza antes se cosechaba en enero, ahora por los cambios se saca en febrero y

marzo”. “Asimismo, se han hecho más fuertes las heladas y el intenso sol que no había

antes en el bosque.”335 “Mayo es caliente, en cambio noviembre, diciembre, enero, es

frío, hay heladas. “Antes el bosque era un tanto mas frío, ahora ha entrado a una etapa

de calor prolongado”.

Se sabe que el fenómeno del cambio climático está provocando alteraciones y una

redistribución vegetativa-productiva en organismos animales y vegetales quienes vienen

desplazándose y modificando sus hábitats. Los actores sociales han identificado

cambios importantes y temen que los mismos aumenten o los afecte la influencia de

fenómenos fuera del Bosque (inundaciones, sequías, olas de calor, etc.) Según algunos

expertos en el cambio climático, sostienen que empieza a ser un factor determinante en

la pérdida de la biodiversidad y que su influencia será mayor cuanto más se agraven sus

efectos sobre el planeta. Esta pérdida de biodiversidad es una amenaza tanto o más

importante que el cambio climático.336 San Nicolás sabe y sufre este fenómeno, aunque

no lo expresen explícitamente, pero sí veladamente, conforma una de las motivaciones

para seguir insistiendo –cual amortiguador– en la conducción del Bosque, como

mensaje de “no dejarse vencer ante las adversidades”.

334 Debo confesar que similar hecho me ocurrió cuando me ‘solté’ a la sabiduría del mundo de la ciencia y tecnología andina, hace algunos años durante las investigaciones que desplegué en mi país en los Andes centrales del Perú. 335 Más adelante, en acápite aparte se abordan aspectos sobre lecturas de señas cósmicas. 336 La desaparición de las especies está ocurriendo de cien a mil veces más rápido que en el pasado, al final del siglo la pérdida de la biodiversidad será una amenaza mayor que el cambio climático. El aumento de la concentración de los llamados gases de efecto invernadero, como el bióxido de carbono o metano, aumentará la cantidad de energía atrapada en la atmósfera, con lo que la temperatura del planeta tenderá a subir. De continuar las emisiones de estos contaminantes el planeta se seguirá calentando. ¿Cómo repercute ello en los bosques de México? La última sequía (1097-1998) reportó record de incendios forestales. Por ello, ahora la mirada está en la recuperación de los bosques (conservación, reforestación y captura del carbono) y agua (de acuíferos y saneamientos de cuerpos de aguas superficiales. Instituto Nacional de Ecología http://cambio_climatico.ine.gob.mx/anim.html. ). He ahí la trascendencia de lo que haga o deje de hacer el Bosque de San Nicolás, 20 de febrero de 2008.

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241

Por otro lado, habría que destacar que el Bosque es un reducto de la producción de

frutos no maderables; en este caso productos alimenticios, como por ejemplo

hongos, flores, quelites y algunos frutos.

Para el caso de los hongos, el saber local distingue según tamaños, formas,

coloración, sabor y temporadas de cosecha. En algunas temporadas donde hay más

humedad son tan abundantes que se comercializan en ‘tianguis’ y establecimientos

cercanos. “Tenemos considerable cantidad de hongos comestibles, aunque hace

unas décadas abundaban más”. Los nicolaítas diferencian más de una docena de

hongos, todos ellos con nombres coloridos y sugerentes como: “clavitos

enchilados”, “patitas de pájaro”, “gachupines”, “negritos”, “pambazos”,

“sanjuanero”, “guapalillo”, “tlacaloquite”, “pata de payaso”, “trompeta”, “pancitos

(para relleno)”, “venado”, “durazno” (olor a esa fruta) y “xochilillo”.

Reconocen que no todos son comestibles, lo contrastante es que cada hongo

alimenticio tiene ‘su par’ análogo a otro venenoso. La aguda observación sobre el

cambio de coloración al recogerlo y evaluar si tiene gusanos o no, determinará si va

a la olla o no. Las expresiones de preferencias al paladar no se dejan esperar. “El

hongo de ocote no sirve, ¡es amargazo!…en cambio el hongo del oyamel ¡es muy

sabroso!”. “Todos los hongos son sabrosos, una sopa de hongos¡¡ uyuyuy!!”.

Desde hace unas décadas el Bosque ha disminuido su población de flores, hongos y

plantas medicinales, aunque la temporada de aguas sigue siendo esperada. En

cuanto a flores, se tienen las de calabaza , del maguey, del colorín y el quiote (flor

amarilla). El tiempo de humedad, igualmente es el período de los ‘quelites’ donde

el consumo de flores, hojas y semillas es del deleite de los lugareños. Los quelites

son diferentes yerbas silvestres que crecen en el Bosque. “Para nosotros son como

la espinaca, pero mucho mejor porque son ¡muy sabrosas!”. Los ‘quelites’ son de

diversas variedades; los más conocidos son el “cenizo”, “quintonil”, “malva”,

“vinagrera”, “nabo”, “huauzontle”, “verdolaga”, “paletarca” y “berro”, entre otros.

El saber local distingue cuáles son los apropiados para degustarlos en guisos,

capeados o en sopas.

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242

De igual forma, entre los frutos que ofrece este escenario – se encuentran el

“tejocote”, “jaltomate”, fresa silvestre y capulín. En la parte baja hay producción de

durazno, pera, manzana, chabacano, higo, tejocote, breba, membrillo, granada,

nuez de castilla, zapote blanco, uva, limón, naranja y mandarina, entre otros.

Al culminar este acápite reflexionábamos sobre las enseñanzas que nos deja

Enrique Leff cuando sostiene que las culturas tradicionales asignan valores

significando a la naturaleza a través de sus formas de cognición, de sus modos de

nominación y de sus estrategias de apropiación de los recursos (Leff et al.,

2002:500). Lo leemos en las denominaciones que le dan a los productos del

Bosque, las taxonomías a sus recursos, a los espacios, los sentimientos a los seres

que en ella habitan, mismos que expresan una apropiación humanizada y

sustentable de la Naturaleza. Volveremos más adelante a abordar el tema.

4.4.2.1. El oyamel como “colector de agua”337

El árbol de oyamel es endémico, compone la mayor parte de la población forestal

desde antaño en el Bosque –le sigue el ayacahuite–, por ello resume un mejor

conocimiento y manejo por parte de nuestros actores. Todos los árboles son

importantes en el Bosque, sin embargo, el oyamel lo es más.

Crece a un altura de 1,700 a 3,900 msnm. En febrero están en semilla; su “ocono”

se abre y empiezan a botar sus semillas, si caen en tierra fértil brota solo. En junio,

julio y agosto enraíza por el riego favorecido por las lluvias. En agosto, si acaso

prende, se la puede replantar. El oyamel vive dos años en almácigo. Ahí se hacen

más fuertes para que compitan con otros árboles, arbustos y demás malezas del

monte. En un año y medio crece por lo general medio metro, siendo lento “luego se

dispara”.

Posteriormente viene el “chaponeo”, que consiste en cortar la maleza. Se le abona

con hojarasca (salido de sus propios nutrientes) y se riega con agua limpia. Se

comprueba su edad por los anillos que traen en la longitud y perímetro de su

337 Con base en la sapiencia de los ejidatarios (según orden alfabético): Cruz Amaya, Reinaldo Camacho, Julián Escalona, Miguel Ángel López y Ambrosio Tenorio.

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243

corteza. Cada anillo responde a un año de duración. La antigüedad de los árboles

se reconoce por el grosor y diámetro. No solamente del oyamel sino todo árbol en

general. “Si tiene por ejemplo 90 cm de diámetro y 20 cm de corazón, el árbol

tiene de 120 a 130 años de antigüedad. ¡Siempre al grosor nos vamos¡”

La producción del oyamel al natural y en vivero, requiere de mayor cuidado que los

demás arbolitos. Para su conservación deben evitarse las corrientes de aire sino se

‘estresa’. Don Ambrosio Tenorio explica que un arbolito está estresado cuando

“agarra un color verde oscuro, no está frondoso, sano, se hace ramadito (enrama

en lugar de crecer). En cambio cuando está sano tiene sus puntitas verde limón,

¡esta contento! Los arbolitos no prenden solos, hay que acompañarlos con otros

árboles que le hacen compañía”.

La característica principal del oyamel es concentrar cierta cantidad de agua. En

relación a los demás árboles y arbustos, es un macizo que traslada más agua y aire

al Bosque por la altura que alcanza. Sólo los grandes tienen agua, los de 80 años

resumen mucho más. “Uno de 40 años junta más o menos 3 botes de agua de 20

litros cada uno. El agua está en todo el árbol distribuido. “Al tirarlo suelta un

chorro de agua, como la sangre cuando se mata una res. Es como un recipiente, en

lugar de correr la almacena, por ello en su pie crece musgo”. Algunos le han

encontrado propiedades curativas a este fluido para curarse malestares del riñón, y

algunos elaboran una especie de alcohol.

El oyamel destaca también porque siempre expresa verdor, incluso en tiempo de

estiaje. “Es como la sangre del hombre que corre por todo el cuerpo, por eso está

verde”.338

Este árbol ha marcado la historia y el sentimiento en la vida de los actores, por ello

hay expresiones como “el oyamel es un árbol que lo queremos mucho porque

siempre ha estado con nosotros. A pesar de todo, ¡no nos deja!”339 “El oyamel me

338 Ver en el Capítulo III, en la presentación sobre los recursos del Bosque, especialmente ‘ojos de agua’. 339 En referencia a los problemas de plagas, incendios y explotación forestal que ha sufrido en muchos años de su historia el Bosque.

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244

gusta más porque es hermoso, viene así como dibujado. Los otros tienen mucha

ramazón”.

Al oyamel se le vienen dando variados usos además de la sombra que brinda.

Especialmente para ser árbol de navidad (junto con el pino ayacahuite), como

madera, sus semillas (piñas con mazorcas grandes) y porque cubre necesidades de

bienestar a través de la belleza que expresa. “¡Es muy bello ese árbol!”.

Lo cierto es que a partir de la restauración del Bosque con oyamel, éste fue

cobrando mayor importancia, tanto por la tecnología de propagación que idearon

algunos sabios responsables del Bosque, como por la restauración que se hizo y

viene haciéndose a partir del oyamel. La especie fue propagada en el vivero del

Bosque, y a partir de esa contribución se hizo conocido San Nicolás. Lo visitaron

personajes de relevancia política y económica de ese entonces; posteriormente de

ahí nació el interés por instalar el Proyecto Parque Ecoturístico. “En realidad el

vivero que instalamos fue muy visitado inclusive por las autoridades de la

Delegación y del gobierno de México, y hasta presidentes de México”.

Nada hacía presagiar que más adelante el vivero se convertiría en la arena prístina

y propicia para empezar a reconocerse y validar al CT de los actores de San

Nicolás. “Ya con el vivero, a mi me ocupaban para explicar lo del oyamel”340.

“Aquí mismo doy conferencias a universitarios e ingenieros”.341

En otro orden de cosas, el CT aplicado para la repoblación del caso del oyamel (así

como de los otros árboles y arbustos del monte de San Nicolás), no fue de resultado

por demás fluido. Lograr el reconocimiento empoderado y sobresaliente en la

conducción forestal que hoy tiene, resume una camino espinoso y con

contradicciones con quienes tienen aún la lógica de imposición de ‘reforestar por

reforestar’ o ‘reforestar a como de lugar’ (entidades del gobierno). “(...) para

simular que cumplieron sus objetivos de reforestación, siembran los arbolitos, les

sacan fotografías y luego los abandonan”. “Hubo el caso de unos ingenieros que 340 Ver el caso del método ATCH y otros en el presente capítulo, y en el acápite sobre diálogo de saberes. 341 Miguel Ángel López, encargado del vivero local, en clara alusión de las explicaciones que hace sobre el manejo del oyamel y demás plantíos con base en el CT.

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245

trajeron plásticos para hacer bolsitas para almácigos, hicieron su labor, pero al

ver que faltaba el tiempo, enterraron las bolsitas… ¡sin almácigos!… pero

informaron que habían cumplido con la forestación”. No pocos cuestionan la

imposición de plantitas para la reforestación del Bosque, procedentes de viveros de

Morelos, “(...) esos arbolitos no prenden, ¡deberían apoyarnos para que nosotros

mismos desarrollemos dicha labor en el Bosque!”342. Asimismo, se discrepa el

hecho de que sin mayor cuestionamiento hayan sido incorporados al monte árboles

como el cedro, eucalipto, y otros que no son de su vocación natural forestal. Aquí

lo importante es distinguir la prevalencia de una lógica intervencionista y por otro

lado la lógica de sustentabilidad campesina que aún impera en el estudio caso.

Sostienen que el cedro blanco, por ejemplo, no debió ser impuesto, tampoco el

eucalipto, porque produce mayor erosión al suelo. “El cedro es un árbol que

elimina el sotobosque, no da agua, reseca la tierra”. Los del gobierno no quieren

repoblar con oyamel porque no saben cómo hacerlo. Los actores manifiestan que al

Bosque hay que zonificarlo; que no se puede meter en zonas de oyamel, ocote,

ayacahuite y viceversa, pues con el tiempo gana el ayacahuite, y los demás no

crecen como debe ser. En cambio en montes mixtos sí se puede plantar un poco de

todo, aunque sin dejar de considerar qué especie acompaña a quien, porque entre

ellos luego despiertan competencias: se quitan el agua, los nutrientes, se hacen

sombra, “Si se mete un árbol que no es de la zona, a lo mejor se dé, pero le cambió

su vida”. Generalmente difunden que se reforeste más con ocote, porque crece más

rápido. Se paga por árbol prendido. En el 2007 se introdujo más ocote, aunque

también oyamel.

Es cierto que el eucalipto343 (por ser un árbol que no propicia plagas por el olor

fuerte que expulsa), fue una alternativa recurrente para la reposición de la foresta

en la temporada de recuperación del Bosque; inclusive por parte de los actores

sociales en cuestión. Pero de ahí, a querer seguir hoy en día expandiendo por las

342 Entrevista a Ambrosio Tenorio, Miguel López y Alejandro Cano, febrero de 2007. En el capítulo V se profundiza sobre el tema. 343 Especie controvertida respecto a su propagación. Hay algunos pueblos, como en el caso de la India (Shiva, 2004), quien viene erradicándolo por nocivo y perjudicial, especialmente en tierras de opción agrícola y forestal de espacies endémicas. Sin embargo, otros la prefieren por la producción de madera en las construcciones de viviendas populares (fustes largos para durmientes).

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246

entidades, por no saber el manejo masivo del oyamel, no es del asentimiento de los

ejidatarios.

El enfrentamiento entre el CT y las políticas de reforestación por parte del

gobierno no dejan de manifestarse, un ejemplo claro es la actitud de

desconocimiento y descoordinación que viene asumiendo el Programa de la

Reserva Ecológica Comunitaria (PREC) –que funciona dentro del Bosque–, en

relación con las contribuciones que viene haciendo el vivero forestal emporio de la

propagación de oyamel y además con base en el CT.

Es decir, el PREC haciendo el mismo trabajo de reforestación y restauración para

el Bosque, prefiere implementar las directivas de la institución auspiciadora

(Corena), que trabajar en coordinación con el vivero local. Es decir, tal institución

no siempre cubre las expectativas de la localidad en el tema forestal.

En general, el objetivo de los Programas de forestación en el Bosque, auspiciados

por empresas como Televisa, el gobierno u otras, no han asumido aún la

reforestación como una actividad seria, que orille a obtener resultados categóricos a

favor del Bosque (incorporando especies de vocación ecológica determinada,

métodos de manejo adecuados a los mismos, etc.). La lectura de sus señala que sus

acciones van por obtener resultados especialmente cuantitativos ‘a como de lugar’.

Lo saben los ejidatarios, porque varios tienen como fuente de trabajo al PREC. Lo

ignominioso es que muchos de ellos, por mantener su trabajo o percibir ganancias

económicas, apoyan labores de reforestación que van en contra de su saber local o

beneficio para el Bosque (como por ejemplo reforestar con especies que no

corresponden a la vocación natural, hacer zanjas de menos tamaño, etc.), so

pretexto de que el trabajo continúe y el dinero ‘chorree’. Hay una suerte de círculo

vicioso explicitado como: necesidad-exigencia-cumplimiento, por parte de los

Programas y algunos actores que se someten a ello. “Lo hacen más bien para

recibir más dinero, nosotros sabemos que es así. A ellos les exigen y ellos nos

exigen a nosotros cumplir; se pagan mayores incentivos”.344

344 Se volverá a abordar el tema, en el acápite sobre disputas.

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247

Por parte de las instituciones que diseñan las políticas, en el fondo aún prevalecen

las ideas de que “las culturas indígenas son inferiores por diferentes razones, pero

fundamentalmente porque son incapaces de dominar el método científico, única

manera de dominar a la naturaleza y avanzar por las rutas del progreso humano y

social”, y “Que prevalece la tradición de la “falsa conciencia” o de cientificismo

que se conserva hasta nuestros días” (Toledo, 2003:11). Es por ello, además de lo

mencionado, que se sigue insistiendo en ignorar el aporte local de la forestería

social de San Nicolás, manifestándose acaso en relaciones de poder, esta vez a

través del discurso de la ciencia occidental.

Como vemos el CT tiene un enfoque y lógica de considerar las particularidades y

necesidades según comportamientos de las plantas, como explicamos en líneas

anteriores; de igual forma para el caso de los animales. Mientras el saber local hace

una lectura de las necesidades de las plantas según su perfil particular, mismas que

al atenderlas cubren las necesidades de los actores sociales, como por ejemplo

sombra, compañía, frondosidad, belleza o, insistir en la presencia del sotobosque

por ser parte de la ‘farmacia natural’ (‘maleza’ para los técnicos) entre otros. Al

respecto, los externos hacen caso omiso de estas consideraciones porque en su

lógica prevalece el enfoque de lograr cantidad más que calidad. “A ellos les pagan,

por la cantidad”.

Lamentablemente, las consideraciones precedentes sobre la mirada que hacen sus

actores del Bosque y otros, son poco estimados por los técnicos externos. Como

sostiene Toledo “(…) los saberes occidentales y los saberes indígenas conforman

sistemas de saberes o conocimientos que parten de perspectivas distintas, operan

bajo procesos diferentes y sirven a propósitos distintos” (2002:508). Como

manifestamos en líneas precedentes son relaciones de poder subyacentes entre la

una y la otra.

Fue y es la constante que marcan las diferencias y disputas entre una y otra mirada;

a nuestro entender existe la amenaza del objetivo velado. Al seguir oficializándose

podría seguir apropiándose cada vez más de mayores espacios en el manejo de la

foresta de San Nicolás. Si revisamos la presencia de las instituciones en el monte,

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248

sigue prevaleciendo la mirada anodina y de desavenencia hacia el CT por parte de

las externalidades. De tal forma que es una constante que ha marcado diferencias

entre el CT y las contribuciones externas. Por su parte, los actores sociales, han

identificado que hay vacíos de conocimiento por parte de las instituciones

visitantes, aspecto que les permite asentarse y reforzar más su propuesta. “¡¡Los

que vienen no saben!!” No les da resultados, porque traen arbolitos de raíz

desnuda… y como el clima es mas frío… el árbol se estresa y no prende. Pueden

estar años, no crecen y están pequeños en años. Es porque no lo atendieron como

debe ser según su tiempo, su necesidad”.

Entonces, la mirada y objetivo de los externos no es precisamente la reforestación

como contribución mayor, y con ello ostentar la permanencia del Bosque, aparte

claro de la frondosidad y belleza del monte, como esperan e ilusionan los

lugareños. La reforestación con cedro –aparte de los logros de cantidad– obedece al

objetivo y política de limitar las invasiones y, con ello, el crecimiento de la

‘mancha urbana’, pues el cedro crece más rápido y no se seca. Pero también hay

que considerar que el tema resume opiniones divergentes, algunos actores piensan

que el cedro es relevante porque no le entra la plaga, más bien la ahuyenta. Sin

embargo, lo persistente entre los actores entrevistados es el recomendar la

restauración del Bosque con oyamel, por sus característica sui géneris que

presentamos. Empero, habría que manifestar que no sólo son en los espacios

internos (ejido) que manifiestan posiciones encontradas respecto a perdurar la

cultura del agua, son los espacios externos que al desconocer las particularidades

de los bosques, manifiestan imponentes amenazas para su destrucción. Si vemos de

manera global el problema, todas las zonas de reserva forestal que están en el DF

estarían viviendo una suerte de amenaza perenne de su territorio.

Hay ejemplos de estrechez visionaria entre los personajes con poder de decisión en

espacios políticos de la ciudad, quienes desconociendo las contribuciones de

pueblos como San Nicolás, que fomentan la continuidad de la producción del agua,

a través de la ‘crianza’ del oyamel u otras especies, pretenden borrar ‘de un solo

tirón’ estas contribuciones. Es el caso que viene ventilándose públicamente sobre la

amenaza de expropiación de la zona y adyacente para la instalación del

‘megaproyecto de desarrollo’ “Autopista en el tramo Lerma-Tres Marías y Ramal

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Tenango, Estados de México y Morelos” y adyacentes. La misma atravesaría las

áreas naturales protegidas del Corredor Biológico Ajusco-Chichinautzin-Zempoala,

del Parque Nacional Lagunas de Zempoala, la Zona Protectora Forestal del Cerro

Pelado y de la Reserva Estatal Otomí-Mexica.

Así, el Bosque de San Nicolás y contiguos siguen en amenaza; como sustentamos

(en el capítulo III) la zona –y en ella el Bosque de estudio–, tiene una importancia

estratégica por ser la mayor cuenca hidrológica endorreica que abastece de agua a

los habitantes de las ciudades de México, Toluca y Cuernavaca. El área en amenaza

provee el 75% del agua que se extrae y consume en la Ciudad de México, (el otro

25% proviene de la cabecera del Lerma) y 100% del agua que se utiliza en

Cuernavaca y el poniente de Morelos, colateral a esta contribución, conserva la

biodiversidad endémica de la zona y país.345

En este escenario, la contribución del ejido de San Nicolás Tototolapan al resistir la

conducción del Bosque en términos de su propia sustentabilidad es significativa,

tanto como espacio de reproducción de su propia vida, como en la contribución

(junto con otras comunidades) para el externo (poblaciones adyacentes y Ciudad de

México). Sustancialmente, brindando la oportunidad para la reproducción del ciclo

hidrológico que asegura el abastecimiento del agua de consumo; además, claro, de

conservar la biodiversidad natural y cultural que sustenta el Bosque.

345 Observaciones a la manifestación del impacto ambiental de la autopista enviadas por el Raúl García Barrios al Director General de Impacto y Riesgo Ambiental la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ing. Eduardo Enríquez González Hernández. Academia de Ciencias de Morelos. http://www.acmor.org.mx/ver_articulo. 17 de mayo de 2008. También viene desarrollándose una campaña sostenida de denuncia a menos de una semana que vence el plazo para que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) emita su fallo sobre la Autopista Lerma- Tres Marías. 40 organizaciones y ambientalistas de distintos países, entre ellas Sierra Club, Conservación Internacional, Defenders of Wildlife y Ecologistas en Acción, enviaron una carta al presidente Felipe Calderón en la que solicitan que se “cancele definitivamente el proyecto carretero. En la carta, a la cual se sumaron más de 80 organizaciones no gubernamentales mexicanas, los ambientalistas explican que “la imagen internacional de México se vio favorecida por su clara intención de contribuir a mitigar el cambio climático, así como por su compromiso de adoptar, entre otras medidas, los “Principios REDD” (Reducir Emisiones por Degradación y Deforestación). El no alterar áreas silvestres es una respuesta clave estratégica ante el calentamiento global que hoy más que nunca hace que la conservación de bosques sea de capital importancia. Sin embargo, existe una contradicción entre esta intención y el atentado que el proyecto carretero Lerma-Tres Marías representa en contra del Gran Bosque de Agua”. http://www.infoveracruz.com. 3 de junio de 2008.

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250

El camino falta aún por transitar. Primero, aceptar que se tiene una realidad de

convivencia de diferentes matrices de racionalidad ambiental, cultural e ideológica.

Aceptando ello, y partiendo por lo que se tiene, se empezarían a explorar puntos de

convergencia y articulación sin subordinaciones por parte de ambas propuestas. El

compromiso de quienes estamos en el tema es seguir confluyendo posibilidades

para la convivencia de lo diverso, de lo inédito.

4.4.2.2. El renovado camino de la experimentación del CT: casos

símbolo de la recuperación del Bosque

El Bosque de San Nicolás resume historias inéditas de reforestación comunitaria.

Luego de la amenaza de plagas y el combate con DDT acontecidos en 1957 y

1968-1970, y los intentos de reforestación por parte de entidades del gobierno sin

el desempeño cabal de sus objetivos, destaca el carácter estoico de sus actores por

recuperar el Bosque, que no tuvo límites a la inspiración y creatividad.

La idea era redimir la foresta a como diera lugar; ahí la astucia y arrojo de sus

actores fue trascendental. Es el caso de Don Ambrosio Tenorio Chavero líder de las

contribuciones de la ‘forestería social del Bosque’, quien acompañado por un grupo

de ejidatarios desarrolló el “método ATCH de reforestación del oyamel en vivero”,

“la técnica de reforestación ‘esferitas de barro’ y la instalación en el Bosque del

“Vivero forestal Potreritos”.

4.4.2.2.1 “El método ATCH de reforestación del oyamel”

Hace aproximadamente 50 años, eran tiempos donde la asistencia técnica a los

países ‘subdesarrollados’ se proporcionaba con base en los componentes “del

paquete tecnológico occidental” definidos como la panacea que desarrollaría el

campo en sus aspectos productivos. Se pensaba que el uso de insecticidas era la

única alternativa y vía tecnológica primordial para el combate de plagas y

enfermedades.

Luego que llegaron las plagas… el estado aplicaba DDT; en poco tiempo caían a montones en el papel la plaga; pero cuando

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251

comenzábamos a darnos cuenta, vimos que no sólo llegaba a los gusanos, sino armadillos, zorrillos, pájaros carpinteros,…por la cadena alimenticia…El zorro se comía al armadillo y el armadillo al pájaro y todos morían…Pero después caían los carpinteros, los zorros estaban boca arriba, todos, hasta las vacas morían. ¡¡Qué gran desilusión y pena vivimos!!…Entonces ahí nos dimos cuenta que esa no era la solución, nunca más echamos esos insecticidas, empezamos a entender que nosotros mismos…¡¡ debíamos hacer algo!!346

A fuerza de la presión de ver cómo entraba el Bosque a un estado casi total de

decrepitud, los actores intentaron dar respuesta desde su tradición, habilidades y

destrezas; condicionada a la realidad en que vivían. Empezaron a experimentar y

probar insecticidas caseros y, lo más importante, a atender ellos mismos

reforestando y vigilando; nada era suficiente. Era preciso reforestar, pero se

desconocía cómo propagar el oyamel en vivero y masivamente.

Una de las acciones que enfrentó el problema de deforestación fue propagar el

oyamel, por vez primera por parte de los actores sociales, acto que expresa la

pericia del CT y la sagacidad de sus actores por reforestar, situación que a la vez

grafica la disputa entre los aportes técnicos externos y resistencia del CT.

Luego de varios intentos de los funcionarios del ramo, quienes habían invertido

ingentes cantidades de dinero para recuperar el Bosque, nada daba resultado.

Prácticamente, la totalidad de la vida del Bosque estaba amenazada. Según versión

de los ejidatarios, la situación empeoraba debido al tono despectivo y de

incredulidad que tenían los técnicos externos respecto a los saberes y aportes de sus

actores sociales para la recuperación del Bosque. “Los técnicos insistían que el

manejo técnico tradicional de propagación no servía”.

Con el correr del tiempo, invalidando las críticas, pero fortalecido en la

inspiración de sus habilidades y destrezas por la forestería que desde ya resumía,

Don Ambrosio Tenorio Chavero347 y sus seguidores, luego de varios intentos de

ensayo y error, durante más de un año, finalmente lograron ¡propagar

masivamente el oyamel! Esta contribución aseguró la vida del Bosque. En la

346 Entrevista desarrollada en San Nicolás Totolapan, 5 de mayo de 2006 y 3 de febrero de 2008. 347 Ejidatario que hoy es símbolo del cuidado del Bosque; desde hace algunos años recluido en su aposento debido a la pérdida de la visión y una pierna, producto de la enfermedad de la diabetes.

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memoria popular de San Nicolás este hecho marcó el hito ‘socio-forestal

comunitario’ por excelencia, quedando grabado como el “método de

reforestación del oyamel ATCH”; en clara alusión a las iniciales del nombre de

su autor y la inversión familiar voluntaria que hizo al respecto (tiempo de

trabajo, insumos, mano de obra familiar, etc.). Este hecho además significó

valorar colectivamente el CT, alentando una actitud de validación y

reconocimiento, cuestionadora y crítica, desde entonces, a la influencia externa

impuesta per se.

También nos dimos cuenta que con los plaguicidas y los arbolitos que quería el gobierno que plantáramos no prendían… ¡¡no crecía ni uno..!! no se tenía la técnica adecuada…Todo aprendimos sobre la marcha. El comité de vigilancia no cumplía con sus responsabilidades…, las autoridades no siempre se ponían de acuerdo. ¡¡El bosque se defiende solo!!…nosotros decíamos, ¡¡pero hay que ayudarlo!!…Poco a poco nos fuimos agrupando con gentes que querían de verdad al bosque”.

En 1985 le plantee al comisariato que los árboles que nos traen no se logra porque no son de acá, son de refrigerador…si traemos árboles de la misma especie de aquí, y lo llevamos a incorporar podremos recuperar al bosque… Deben ser de aquí… tenemos que hacerlos porque se va a quedar pelón el bosque”.

Yo comencé a germinar el oyamel en un vivero que por primera vez instalé dentro del bosque, con las mismas especies de aquí… Con el cedro crece rápido y la plaga huye rápido… con los eucaliptos también. Comenzamos a entreverar el eucalipto y la plaga se iba porque no les gusta el olor del eucalipto, entonces a ese no le entra la plaga. Algunos jóvenes se acercaban y nos apoyaban”348

Este acontecimiento de apariencia habitual en el mundo campesino, “puso fin y

solucionó” la amenaza de extinción del Bosque. Si quisiéramos ver desde el lente

de equidad la contribución de los actores a la forestería comunitaria y el valor de

sus habilidades, destrezas y saberes elaborado en el gran escenario del CT, mismo

que en el ámbito académico y legal se conoce como autoría al derecho intelectual,

tal contribución, tendría que tener un reconocimiento pecuniario y otros, al sabio y

su equipo de trabajo (familia especialmente).

348 Entrevista desarrollada a Ambrosio Tenorio Chavero en San Nicolás Totolapan, 5 de mayo de 2006 y 3 de febrero de 2008.

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253

Ellos testimonian que hubo inversión de tiempo, materiales, calificación técnica,

entre otros aportes, para lograr la propagación in situ y ex situ del oyamel. ¿Por qué

seguir reconociendo (especialmente en lo pecuniario) las contribuciones sólo de los

técnicos que vienen de fuera? ¿Qué requieren hacer los sujetos sociales para poder

evadirse del anonimato y saltar a la palestra de la justicia? ¡La recuperación del

Bosque benefició no solo la intermediación del mismo y pueblo, sino a la

mismísima población colindante de la Ciudad de México y de ella misma!

La lógica occidental arroja esta verdad, pero más inverosímil resulta reconocer que

la lógica campesina, sea quien excluya y arrincone la trascendencia y

reconocimiento de tal contribución. Es decir, tampoco al interno del ejido hay la

voluntad de validación y efectividad de fomentar las contribuciones del saber

tecnológico local, a pesar de saber que el sabio ejidatario se encuentra postrado

viviendo los últimos años de su vida. Hace unos pocos años, quiso hacerse un

mural en el vivero actual del Bosque teniendo como tema de fondo ‘la contribución

ATCH’, pero lastimosamente quedó en intención. Hoy el sabio no espera nada

pecuniario, sólo saber que el Bosque está en buen recaudo.

En términos del reconocimiento del derecho intelectual prácticamente sería “un

robo” no reconocer económicamente esta aportación.

Este se ha logrado a partir de la producción por parte del trabajador de un plusvalor que es apropiado por el capitalista sin retribución alguna a la fuerza de trabajo.349 Es decir, una parte del valor de la producción, generada por el trabajador mediante su fuerza de trabajo, no es retribuida de ninguna forma. Simplemente el capital se lo apropia, cometiendo un acto de injusticia y un robo (Concheiro et al., 2006).

Sostenemos, junto con el autor, que es necesario renovar o establecer nuevos

marcos conceptuales, parámetros, indicadores y referencias para poder llevar a

buen término estas valoraciones. A partir de tales discusiones, es factible enunciar

la necesidad de inéditos conceptos que expliquen, desde la realidad, políticas que

sean incluyentes con tales reconocimientos. Más aún ahora que estamos asistiendo

349 El sombreado es mío.

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254

a un movimiento ‘in creciente’, acaso afiebrado, por la reforestación de la Ciudad

de México.350

4.4.2.2.2. La técnica de reforestación con “esferitas de barro”

La estrategia y experiencia fue colateral a la anterior. Al ver que lo que se

reforestaba en el Bosque no resultaba debido al desconocimiento y manejo

equivocado del hábitat, del tipo de semilla, del clima y suelo, del lugar (por parte

de iniciativas externas que cumpliendo la mayoría de veces metas y no objetivos, y

ver los nicolaítas que resultaban insustanciales tales esfuerzos), probaron asimismo,

indistintas maneras de cómo hacer efectivo el trabajo, tanto en la plantación, la

germinación de la semilla, su arraigamiento y humedad. Finalmente, el esfuerzo

dio resultados, se llegaron a reforestar 26,000 árboles de oyamel en los parajes muy

alejados del Bosque, especialmente en “Los coyotes”, “Las Sepulturas” y “Rancho

Tuerto”.

Como traían semillas de otros viveros de temperaturas más altas y no prosperaba. Yo capté las semillas de la misma especie, con la misma temperatura, la sepa. Tanta fue nuestra preocupación por reforestar, que ideamos hacer esferitas de barro, con semilla de oyamel dentro, lista para germinar. Probamos diferentes tipos de tierra; la tierra negra no sirvió…Algunas eran duras, otras se deshacían rápido…en cambio, con la tierra amarilla… ¡si funcionó! Ese barro requiere poca humedad.

350 En el país y la Ciudad de México, especialmente, en los últimos años, se ha desatado un interés inusual por la reforestación y restauración de áreas boscosas o que quieran ingresar a serlo. A esta campaña vienen uniéndose a la corriente compañías trasnacionales como la ‘Coca Cola’, ‘Bimbo’ y otras, apoyando las iniciativas del actual presidente con diferentes acciones ‘ad hoc’ como es el caso de programas especiales que vienen desarrollando PROARBOL, Corena, Semarnat, Pronatura, etc. ‘Spots’ en los medios masivos de comunicación, (cine, carteles, Internet, la radio, televisión, paneles, etc.) invitando a ‘salvar el planeta’ y alentando a sumarse a la causa ciudadana. Tenemos a la ‘Coca Cola’ (quien invertirá seis millones de dólares) y la Comisión Nacional Forestal y Pronatura México quienes, firmaron un acuerdo para reforestar ecosistemas prioritarios que sirven de abastecimiento de agua a diferentes poblaciones del país. “El proyecto proporcionará 30 millones de árboles, cubriendo alrededor del 10% de los objetivos planteados para el año de la gestión presidencial”. http://www.planetaazul.com.mx/www/2007/07/16 La Coca Cola, como es sabido, viene desde antaño utilizando todos los aparatos estratégicos para apoderarse del agua en múltiples rincones del planeta. http://www.planetaazul.com.mx/www/2007/03/21/gestionar-el-agua-la-prioridad-de-coca-cola/ Es una situación imposible de ocultar. Habría que estar atentos para corroborar que no es sino una política de empresa por intentar mejorar su imagen el financiar proyectos de agua potable en los países del sur. ¿Todos venimos maltratando de igual manera los recursos naturales o tenemos las mismas necesidades ‘imperiosas’ de trabajar con el agua como es el caso de la ‘Coca Cola’?. ¿Se querrá realmente subsanar la política nefasta de ‘reforestar por reforestar’ (‘hay dinero para ello y hay que gastarlo’) dando paso a nuevos tiempos para escuchar a quienes saben por tradición de tales lides? Tenemos el beneficio de la duda.

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Entonces las bolitas se hicieron en el vivero para reforestar las partes alejadas del monte. Primero llevamos 8 mil esferitas para reforestar al boleo, a pie, como lo hacemos con la semilla de avena. ¡Dio resultado!…los oyamelitos empezaron a germinar. Luego le contamos de esa experiencia a la PGR351 y nos llevaron en helicóptero, allí de lo alto tiramos ¡¡¡18 mil esferitas!!! Entonces reforestamos pos los paraje de ‘Los Coyotes’, ‘Sepulturas’ y ‘Rancho Tuerto’. Un señora que nos acompañaba no tenía miedo, era la que más entusiasmada. ¡¡Tiraba de lo alto las esferitas!! A mi me daba miedo. Todo lo que está reforestado en la parte alta se debe a esa labor. Salieron bien bonitos, ahora está ¡¡¡ lleno de oyamelitos!!! El barro amarillo agarra el rocío de la noche, luego humedece y deshace la esferita y allí el oyamelito empieza a germinar! Todo fue nuestro ingenio…352

La experiencia de reforestación “esferitas de barro” manifiesta la existencia de un

conocimiento local consistente, creativo y reiterativo, mismo que a la vez expresó

en su momento resistencia a perder la partida de la decadencia del Bosque. Estaba

en juego la figura polarizada que ostentaba: arruinarse o reverdecer.

Refleja también la existencia de un espíritu forestal encarnado en los actores

sociales sobre manejos técnicos diversos. Sobre semillas, suelos, clima, riego y

demás. Mismos que al haberse manifestado expresó la confianza para entrar a sui

géneris experiencia tanto en el proceso, como en las acciones finales, o de manera

contraria el experimento no hubiera culminado exitosamente. Manifiesta además

que el CT en San Nicolás resume un espíritu crítico, comparativo y abierto al

cambio.

Si los nicolaítas se hubieran quedado certificando pasivamente que ‘no se podía

reforestar’ sea porque son lugares alejados, o que es difícil el enraizamiento de

semillas sin una buena plantación, o que faltaría humedad; la aventura de la

reforestación habría claudicado antes de engendrarse. Sin duda, los modelos locales

son “experimentos en vivo”, que se desarrollan mediante la investigación y

práctica, ahí el CT realiza conversiones más amplias.

Asimismo, el espíritu crítico del CT se manifiesta cuando cuestionan la

intervención de las instituciones externas dedicadas a la forestación. Que les 351 Procuraduría General de la República, en la Ciudad de México. 352 Entrevista en el pueblo a Don Ambrosio Tenorio, 3 enero de 2008.

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interesa más la cantidad, aunque luego se desequen los arbolitos. La insistencia por

afirmar cuál es el proceso de las plantaciones, porque conocen como es, es otra de

sus contribuciones. “Yo le decía que menos cantidad, para que se lograra, eso era

lo que yo quería… Yo le decía cómo deben protegerse los oyameles y demás

árboles…Se le hace un tutor para que crezcan derechos…Les hicimos los

seguimientos, quitar ramas…”.

La reforestación externa que acoge el Bosque de manera regular, solapada por las

políticas inconsistentes de invisibilización del CT local, misma que no da los

resultados esperados por falta de conocimiento, dedicación y seguimiento a la

plantación, aspectos que sustentan la sapiencia local, sigue siendo el problema

fundamental de la reforestación en el Bosque. “Los ingenieros hacen la sepa de

manera cuadrada y meten la bolsa incluso con basura y no lo compactan, lo

plantan y se van”. Sabemos que la reforestación no arroja para quienes la

intervienen significados parejos, por lo menos en la arena de su práctica. “Los

saberes occidentales y los saberes indígenas conforman sistemas de saberes o

conocimientos que parten de perspectivas distintas, operan desde procesos

diferentes y sirven a propósitos distintos” (Leff et al., 2002:510).

En cambio, la labor de reforestación a informe de sus protagonistas conductores es

redituable. “De 100 arbolitos prosperan 95… casi el 100% ¡Esos 5 que no

prosperan es porque lo pisaron una mula o las personas que no se fijan… ¡nunca

porque lo plantamos mal!”.

Presentamos resumidamente el arte del cultivo de los árboles para la reforestación

que forjaron los protagonistas de San Nicolás Totolapan en sus propios términos:

1. Se prepara el cajete o sepa, es decir se quita el suelo.

2. Se siembra el arbolito así tiene ‘chance’ de echar raíces y conservarse.

3. Para plantar un arbolito debe compactarse bien el suelo, esa es la técnica.

4. Ver que lleven densidad entre árbol y árbol. Hacer un azadón entre sepa y

sepa.

5. No se riega la plantación, se hace en tiempo de lluvia.

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Pero las inequidades sobre la reforestación en el Distrito Federal siguen en pie.

“Dicen las noticias que de la Magdalena Contreras vienen 2 millones de arbolitos,

pero son puros halagos y ¿dónde están? En el Ajusco forestaron 2 millones de

arbolitos, lo hacen los soldados y no prendió ¡¡ni uno!! De todo esos

aprendimos”.353

¿Cuánto de inversión económica y humana estará costando a la sociedad mexicana

el hecho de seguir desconociendo e invisibilizando el aporte de los saberes locales

y sus habilidades? Nos alienta seguir la tarea de identificar estrategias y propuestas

para que la experiencia local pueda materializarse como parte constituyente de un

modelo de pretensión mayor, que soslaye los límites de San Nicolás.

Sobra decir que aparte de los beneficios sobre el hábitat que conlleva la

reforestación, la experiencia fue importante porque menguó el espíritu progresivo

de invasión de terrenos para instalar jacales o abrir con tractor los terrenos para

hacer milpas.

4.4.2.2.3. El Vivero Forestal “Potreritos”

Es de propiedad del ejido y cuenta con una hectárea y media de extensión. Su

objetivo es la autoreforestación del Bosque a través de actividades de siembra,

trasplante, abonamiento, riego, selección y otros. Cuenta con espacios para

desprendimiento de semillas (piñas y garrapiñas) y hay zonas de composta teniendo

como insumo principal la hojarasca. Aparte de desarrollar acciones propias de un

vivero, “Potreritos” ha emprendido una labor pedagógica in situ brindada a los

visitantes.354

353 Entrevista a Don Ambrosio Tenorio, San Nicolás Totolapan, 5 de mayo de 2007 y 3 enero de 2008. 354 La cual hemos denominado “Pedagogía Ecoturística Comunitaria” (Ver capítulo V). Al ingresar, especialmente los niños, se les recibe -cual aula escolar- para ofrecer una clase modelo de lo que es el Bosque: qué produce, cómo es su proceso, actividades de recolección, identificación de especies según diferencias, trasplante y mantenimiento. La idea es que los visitantes se sientan motivados y planten por lo menos un arbolito.

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258

Desde hace 5 años es conducido y está bajo la responsabilidad de Miguel Ángel

López355 y 20 trabajadores más, mismos que recrean sus labores cotidianas y

experimentos, conjugando un proceso de re-significación del CT.

Son las mujeres quienes hacen el trabajo delicado y fino de trasplante (siembra de

almácigos y separación de brotes en bolsitas). Sus manos “hábiles, finas y

pequeñas de las mujeres”356 son preferidas. Anteriormente, los que trabajaban eran

varones, entonces había una mortandad del 10 al 15% de plantitas, en cambio ahora

se logra el 100% del trabajo forestal, según el informe de su responsable.

El vivero, situado en las entrañas del Bosque, fue fundado por Don Ambrosio

Tenorio Chavero hace más de una década; ahora depende administrativa y

económicamente de la Delegación La Magdalena Contreras, quien tiene autonomía

en el manejo del personal y en las acciones realizadas en el mismo. El jefe

inmediato del responsable del vivero (correspondiente a la Delegación) es

especialista en Administración, quien al carecer de formación técnica sobre el

tema, no ofrece dirección o lecciones sobre el tema. La entidad lo remunera por 7

horas de trabajo diario con $3,000.00 pesos al mes.

Reflexionaba sobre la ironía de la jefatura y puesto de trabajo del jefe de Miguel

Ángel, sin embargo, por la firmeza y emoción de sus palabras, concluí que su

labor sobrepasaba el objetivo de sólo trabajar por una determinada remuneración,

misma que pudimos advertir como insuficiente debido a la responsabilidad y mayor

número de horas dedicadas a dicha labor, además de ser el consenso de los

trabajadores sobre la baja remuneración que tienen.357 Entendimos que Miguel

Ángel había encontrado otros satisfactores al estar ahí, le permite desarrollar

investigaciones con diferentes semillas y especies, propagando y regenerando

VIDA. “Ya tengo algunos resultados que pronto van a saber”.

355 Joven de 38 años, yerno de ejidataria. Conocido en el Parque como el sucesor de Don Ambrosio, Miguel Ángel, fue becado en el 2004 por el Departamento “El Hombre y su Ambiente” de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco para estudiar durante 3 años Biología. Entrevista desarrollada a Miguel Ángel en el vivero y la Ciudad de México el 8 y 11 febrero de 2008, respectivamente. 356 La expresión como tal podría interpretarse acaso como una visión misógina (¿las mujeres están consideradas sólo para desarrollar este tipo de trabajo?) Es entendido más bien como producto de la división de trabajo a nivel interno, según capacidades y habilidades. 357 Como explicamos en el capítulo III.

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El vivero tiene como objetivo la producción de plantas para la Delegación y San

Nicolás. En el 2007 entregaron 25,000 plantas y para el 2008 tienen la meta de

proporcionar 35,000. Sin embargo, los arbolitos que entrega el vivero no son

suficientes para reforestar el Bosque local, por lo que el ejido gestiona aparte

plantoncitos de Corena y la Semanart. Últimamente han entregado 12,000 arbolitos

para reforestar con ello el Bosque.

La conducción técnica del vivero que desarrolla Miguel Ángel, descansa sobre las

enseñanzas recibidas por Don Ambrosio y el ‘Método ATCH’. “Él me dio la

oportunidad de aprender. Le preguntaba y él me decía todo. Lo que se hace en el

vivero es de él. Me dejó escuela”. El vivero se conduce en un 90% sobre la base del

saber local y un 10% con los aportes técnicos externos, según afirma el

responsable. El siguiente repertorio de técnicas y prácticas elaboradas con base en

el CT testimonia su validación y consistencia.

1. En la producción de semillas de todas las especies de árboles. Ahí se cortan

conos para secar y extraer semillas. Primero se seleccionan los árboles más

gruesos, frondosos y derechos para extraer las semillas. “Lo importante es

saber si están maduras las semillas. No se puede recoger del suelo porque

no se sabe cuánto tiempo estuvieron, tiene el riesgo de no abrir”.

2. Extraer tierra y seleccionar tipos de suelos.

3. Recolección del “ocoshal” (hoja caídas de la foresta) para cubrir las

semillas recién sembradas.

4. Arneo de tierra en tambores de cama, a manera de colador.

5. Extracción y combinación de diferentes tipos de suelo (sustratos). “Hay

tierra ligera, pesada y de composta. Ponemos la medida exacta, según

medidas. Tampoco hay que poner harto de algunas. La consistencia de la

tierra debe ser porosa, ligera”.

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6. Germinación de semillas. “En el suelo se hace una cama con costeras de

manera rectangular. Ahí se coloca la tierra y luego se le avienta la semilla.

Luego se le cubre con “ocoshal.”

7. Se dan cuidados a la plantita una vez que empiezan a brotar. “Tenemos que

cuidar que no se metan las aves, que tengan humedad. Se le cuida según los

días que tienen y pasan”.

8. Sobre las semillas sembradas en almácigo: el “oyamel” nace en 42 días, el

“pino patula” en 56 días, el “ocote” en 63, y el “ayucahuite” entre 70 y 72

días.

El caso de Miguel Ángel, al igual que el de la mayoría de los demás guías

ejidatarios, testimonia la imbricación que tiene el CT con las identidades por el

territorio, misma que parte de la espiritualidad campesina por la Naturaleza. Por

ello, a pesar de haber cierto desagrado por el aspecto salarial (que insistimos, no

cubre las necesidades de los actores y sus familias, por ello su multiactividad

económico-productiva), siguen permaneciendo en el Bosque. Esta manifestación de

arraigo por el territorio es ‘aprovechada’ por instituciones o líderes de la política

local de manera indistinta .

Percibimos que hay afinidad por aprovechar el valioso reservorio de experiencias

que a lo largo de su historia viene acumulando el vivero. Su trabajo creativo,

reconocido por propios y extraños, quienes visitan el vivero es notable. No cabe

duda que está en el puesto merecido, como sucesor de Ambrosio Tenorio y el

‘Método ATCH’. Tal es la motivación de Miguel Ángel, quien viene acumulando

información para publicar sus experiencias sobre los procesos productivos del

vivero forestal (dirigido a campesinos) y Guías de campo de la flora y la fauna del

Bosque.358

Su trabajo simboliza la aplicación del diálogo entre en el CT y el conocimiento

científico contemporáneo. Es decir, si bien hay cierta dicotomía entre el saber local

y el externo (como lo veremos más adelante), este caso asocia una suerte de 358 Viene buscando los auspicios de la UAM y la Conabio. Por lo pronto ha acumulado información en fichas, fotos y apuntes de todo lo que acontece en el vivero.

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simbiosis subjetivada entre el CT y su contribución en la administración forestal,

con las enseñanzas tecnológicas de nivel universitario. “Yo he aprendido del

conocimiento como campesino y de la universidad. El campesino tiene el

conocimiento en las manos y lo tiene en generaciones”. Si tú cambias un árbol

todo cambia…no sólo alteramos a una sola comunidad sino a todo un sistema. Eso

lo aprendí en la universidad”. Asimismo, debo confesar mi sorpresa cuando ‘me

recitó’ un repertorio de nombres científicos de los árboles del Bosque, explicando

que ‘batalló’ demasiado en memorizarlos; mismos que son importantes para

explicar cuando da conferencias a visitantes extranjeros o del país sobre las

experiencias del vivero.

Es notoria la tendencia de percatar que el saber local y externo establecen puntos

de articulación a manera de diálogo entre el CT y los aportes tecnológicos de las

instituciones. O mejor dicho, el CT re-significándose en espacios nunca antes

reconocidos y explorados. Por otro lado, la validación y valoración del CT se da

cuando los técnicos de diferentes instituciones trabajan reconociendo la sapiencia

local y el de ellos.

Actualmente, se utiliza el método ATCH para reforestar el oyamel en otros

espacios o bien solicitan al encargado explicar las técnicas del manejo de semillas y

demás a ingenieros y alumnos de universidades. “Yo les decía inclusive sobre cómo

son las corrientes de aire del bosque ellos ni saben de esto, no lo consideran”.

Alienta saber que el saber local viene empoderándose de espacios nunca antes

imaginados. Leff al respecto sostiene que “(…) en ese sentido los pueblos

indígenas avanzan en la constitución de sus saberes como conocimientos explícitos

que reconocen su saber y lo expresan frente a los otros conocimientos” (Leff et al.,

2002:510). Volveremos a abordar el tema en el acápite titulado “Entre

acercamientos y diálogos”.

Diríamos, que el reconocimiento parcial y hasta simbólico del CT es un avance

significativo, sin embargo el problema de las contradicciones no está resuelto en su

integridad como lo veremos más adelante. Existe cierta resistencia al CT, a su

empoderamiento fuera del vivero oficial y a sus distinciones, debido a causas que

van más allá de aspectos meramente técnicos. Al respecto sostiene Enrique Leff:

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(…) Sin embargo, no significa que ello haya cambiado las relaciones de poder en el saber que continúa determinando la subordinación de los pueblos indígenas; (…) ya que el fortalecimiento y la transformación de los sistemas de saberes indígenas está vinculado al desarrollo social, económico, político y jurídico de los pueblos indígenas” (Leff et al., 2002:508).

4.4.2.3. Una mirada diferente sobre el fuego y humo

“Ahora es tiempo de sanear, limpiarlo… porque no hay agua… ¡que chulada

queda el Bosque!”, sostiene Reinaldo Camacho, gran conocedor del monte. Una de

las recomendaciones que señala es el apropiado manejo del fuego o lumbre en el

Bosque. Manejar el fuego y humo es sustancial para los actores sociales, lo cual

está en relación con la limpieza del Bosque; aspectos que, como veremos, difieren

de la percepción externa en el manejo del mismo.

Para evitar que se plaguen y antes de reforestar, se quema todo lo inservible:

árboles viejos, enfermos y aquellos que no producen. Amontonándolos sobre su

tronco se quema todo y luego se procede a enterrar sus cenizas. A partir de esa

práctica recién puede iniciarse la reforestación. “No debe haber ramajo antes de

reforestar, para que el repollo tenga donde salir”. Empero, esta práctica debe

cuidarse en extremo para evitar que “los clachinoles” (incendios) se propaguen.359

“El humo corretea a todos los gusanos, incluso cuando hay plaga de la mariposa”

Entre los actores sociales del Bosque es recurrente utilizar el humo que producen

los ramajos del fuego, es una estrategia usualmente socorrida para controlar de

manera natural plagas y enfermedades; especialmente para “la paloma” (plaga de

gusano barrenador). Para controlar la plaga del gusano barrenador en el ocote,

nosotros juntamos bastante “ocoshal” (hojas caídas, pajitas, etc.), lo juntamos

alrededor de los árboles y le prendemos fuego ¡¡con el puro humo se va el

gusano!! y los árboles se recuperan”.

359 Entrevista a Don Cruz Amaya (93 años), en San Nicolás Totolapan, 5 de febrero de 2008.

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Los ingenieros querían que fumiguemos con insecticidas. No les hicimos caso y

ya ve, ¡¡se recuperaron!! No le dijimos nada a los de la Reserva (PREC)”. Otra

vez las discrepancias de dos enfoques tecnológicos. Los locales resistiendo aplicar

tecnologías de menor impacto ambiental al Bosque y, del otro lado, insistiendo

aplicar cegadamente “tecnologías modernas y efectivas”. “Por lo general ellos

viene a darnos en la torre, tanto para los animalitos, como para el sotobosque. El

humo da mejores resultados para todo lo que es la plaga, con esto les dijimos no, a

los insecticidas…”

El PREC y demás programas de protección al Bosque tienen como política prohibir

hacer fuego en el Bosque. Sin embargo, los nicolaítas no dejan de hacerlo, aunque

tienen excesivo cuidado para no propagarlo y convertirlo en “clachinol” (incendio

mayor). Insisten en que no es el fuego prendido el que expande el fuego hasta

convertirlo en incendio, sino es la leña seca tendida, aquella que no dejan sacar a

los ejidatarios. “Ahora no dejan sacar leña. Hacen mal porque trepa la llamarada

a los árboles y si tiene trementina, entonces es peor, avanza más el fuego. El aire

viene recio y ¡se propaga!”.360

Los lugareños saben controlar el fuego abriendo brechas de 2 metros en el suelo,

lejos de donde estaba la lumbrera, evitando que cuando venga el aire vuele más la

candela. Es una medida efectiva. En disputa, los técnicos externos sugieren que las

medidas de las brechas sean escuetas y que haya más cantidad de brechas. “Ellos

no entienden por qué hacemos brechas anchas, ¡no es así…!” La memoria popular

recuerda haber visto llamaradas de hasta 20 y 30 metros de alto. Saben controlar el

fuego aventando palas de tierra sobre el fuego. “El fuego avanza rápido porque

debajo de la tierra hay pedazos de madera que no se ha quemado… y así sigue la

lumbre”.

El incendio también se propaga en los árboles frescos y ramas frescas, se extiende a

ellas por la fuerza del calor. Para que no se robustezca el viento, algunos le dan

“vivas, y así cambia el viento”.

360 Entrevista a Cruz Amaya en San Nicolás Totolapan, 5 de febrero 2008.

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264

Como resultado de años de observación, han dado respuesta al por qué los

incendios de copa son difíciles de apagar. Se producen porque las hojas de la parte

alta están enmieladas. “Ocurre que hay unos piojos que chupan las gotas dulces,

casi invisibles del oyamel. Las hormigas estrujan a los piojos, las depredan y luego

“elaboran un vino”. Entonces los incendios de copa se producen por el dulce que es

combustible, dejado por las hormigas a través de los piojos. “Yo me doy cuenta

porque vengo observando, he seguido a los piojos y las hormigas ¡tanto

tiempo!”.361

A pesar de la importancia que tiene el Bosque para el ejido, varios de los

ejidatarios perciben que sus autoridades no establecen las políticas y medidas

necesarias para apoyar con un mantenimiento que asegure los principios de

sustentabilidad planteado por el Proyecto.

Antes, cuando estaba en concesión, se tenían 30 forestales que eran designados por el Gobierno Federal para evitar incendios y su manejo en general. Ahora es mínimo el personal destinado a ello, cuando alertamos de un incendio, tenemos poco apoyo. Felizmente ha mejorado ello, (…) incluso se paga por atender incendios forestales, pero aún es insuficiente el personal362

Con respecto a la presencia de agentes externos (influencia de las externalidades)

ultimamos que estos acontecimientos son producto y consecuencia de años de un

oficializado, y acaso desalmado, enfrentamiento entre el CT y el conocimiento

occidental, hecho que se manifiesta por parte de los actores internos en actitudes,

actos y lenguajes cotidianos de defensa y resistencia por lo que saben hacer,

conformando parte de su habitus. Por su parte, los agentes externos o ecócratas, en

términos de Sachs Wolfang, siguen manejando el discurso burocrático con

prominencia sesgada, donde la ciencia, occidental, se declara indispensable,

prometiendo prevenir lo peor a través de la mejor ingeniería. A los tecnócratas,

sólo les queda la necesidad de sincronizar la sociedad, con destreza, previsión y

herramientas que el avance de la tecnología pueda ofrecer (1996:127).

361 Entrevista a Juan Ruiz en San Nicolás Totolapan, junio de 2007. 362 Entrevista a Juan Ruiz en San Nicolás Totolapan, junio de 2007.

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265

Por parte de los actores sociales, la apuesta por la reapropiación de la Naturaleza es

transitando diferente por el Bosque, por el pueblo y fuera de él. Es notorio el

desafío por su Proyecto que sustenta significados y valores propios, donde insisten

en expresar que tienen el control de su territorio que es su espacio ecológico,

productivo, sociocultural, fuente de conocimientos y soporte espiritual; trabajando

una suerte de forestería social o comunitaria urbano-rural como se presenta en el

capítulo I. Esta connotación ofrece entre los ejidatarios una renovada identidad y

arraigo, sustentos que convergen en lo que denominamos hoy como nueva

ruralidad.

4.5.3. Lectura de elementos cósmicos y comportamientos de la

Naturaleza en la conducción del recurso forestal363

Como se explica, la conducción del Bosque de San Nicolás se fundamenta –aparte

del CT– en la visión sostenida de identidades y emociones subterráneas reflejadas

en el especial respeto y su adhesión, aspectos que rebasan la consideración de

sustentabilidad tradicional académica. Aquí es importante distinguir que este

modelo habla de ‘manejo’, entendiéndose éste como conducción, dirección y

maniobra impuesta por quien(es) lo dirigen.

En el entendimiento y sentir de las comunidades el manejo se entiende como

crianza, apoyo, adhesión, cuidado, compromiso y sentimiento mutuo, por ello en

San Nicolás es común escuchar aquello de “me duele cuando tiran los árboles así

por así”. “No me creo ni soy dueño del bosque”.

En la cultura andina campesina la misma consideración suele expresarse como:

“estoy criando mi chacra” (parcela), “ahora ella (la tierra) quiera su fruta, su

ofrenda”, “primero pedimos permiso a la Pachamama para sembrar”. Esta

aseveración y la de los actores del Bosque de SNT están lejos de entender la

363 Compilación generada a partir de entrevistas realizadas a Cruz Amaya (en el pueblo San Nicolás Totolapan, 6 de febrero de 2008.); Reinaldo Camacho (en el Bosque, 2 de febrero de 2008); Julián Escalona (en el Bosque, 25 de enero de 2008); Roque Nava (en el pueblo, 6 de enero de 2008); Alejandro Cano (en el Bosque, el 10 diciembre de 2007); y Ambrosio Tenorio (en el pueblo San Nicolás Totolapan, 10 de diciembre de 2007).

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relación del ser humano-Naturaleza, sólo como de manejo. En los países andinos se

viene revisando –y con ello re-significando– determinadas expresiones y referentes

que en mucho tiempo el mundo académico las concibió intrascendentes, cayendo

en la unidireccionalidad de creer que existe una sola forma de entender, sentir y

relacionarse con la Naturaleza. Como si el campo y los interventores externos

pensáramos, actuáramos y sintiéramos la realidad, como una sola unidad. “Recurso

explotable donde se ejerce dominio y apropiación utilizando conocimientos y

tecnologías depredadoras que deterioran el equilibrio de las relaciones entre el ser

humano y la naturaleza” (García, 1996:41).

Si se analiza brevemente qué considera importante el Ecoturismo Sustentable

(versión de la Organización Mundial de Turismo, OMT 1999a:17-23) los

parámetros de sustentabilidad ignoran los aspectos antes planteados. Sólo interesa

la eficacia y sostenibilidad económica, ambiental y equidad socio-cultural,364

ignorando que lo que hará posible su afianzamiento es lo que identificamos como

‘sentimiento de vida’ hacia el Bosque que recae en un bienestar espiritual,365

además, claro está, de los otros aspectos que confluyen para la prosperidad de la

forestería comunitaria.

Es en este sentido un bien que rebasa al bien físico, social y humano, aquel donde

el actor expresa sentimientos de apego, amor e identidad por la (su) Naturaleza,

sintiéndola VIVA. Si nos detenemos a pensar, es esto lo que finalmente detiene a

los actores a quedarse en su territorio forjando resistencia, aparte claro del arraigo

social, cultural e histórico que se entremezcla con ello. Así, de esta manera, los

actores del PEESNT vienen recreando los límites del enfoque sustentable como tal,

cuando incorporan otras consideraciones que éste no contempla. Más adelante se

verá cómo al apropiarse del enfoque del servicio Ecoturístico Sustentable, también

van mucho más allá de lo que el servicio exige.

364 Ver apartado “Los actores y el conflicto como expresión de poder” en el Capítulo III donde se sustentan los indicadores de la sustentabilidad ‘oficial’. En este planteamiento, sobra decir que las consideraciones emocionales y de identidad acerca de la Naturaleza, no aparecen como aspectos importantes a considerar. 365 Aspecto que abordamos en el acápite anterior. Asimismo, ver Capítulo V “Resignificando el Ecoturismo y la sostenibilidad.”

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267

El siguiente repertorio del “corpus cognoscitivo” testimonia la racionalidad

ecológica que acontece en el Bosque de San Nicolás, más allá del enfoque

academicista sustentable. Deja ver cómo los actores articulan sus identidades

culturales con lo productivo e incluso cosmológico. Así también, cómo a partir de

algunos conocimientos expresan habilidades para interpretar y hacer una lectura

sobre las señales que emite el Bosque. Al presentarlos, el objetivo no es redimirlos

sino tomar ventaja y reconocer vigente una herencia cultural como la base del

sostenimiento del Bosque, no sólo de San Nicolás sino como una contribución para

las demás poblaciones que integran la sustentabilidad social.

1. Hay el reconocimiento de que los movimientos de la luna influyen en la

semilla y las siembra de árboles y arbustos, recomendándose emprender dicha actividad cuando la luna está llena o cuando se encuentre en cuarto menguante o cuarto creciente. “Cuando la luna es tierna no debe sembrarse nada,…no se da nada, nada, nada… debe esperarse la luna madura” Igualmente, cuando se tira un árbol en luna tierna tarda mucho tiempo en secarse, en cambio si está maciza (la luna), llega a secarse rápido el árbol. La luna es importante por la luz que filtra durante la noche, reconociéndose que tanto la luna como el sol manifiestan una influencia decisiva en el Bosque. Para la copa de los árboles, sus hojas, sus semillas, dándoles vida, junto con el agua.

2. Sobre las heladas, se conoce a los animales que la anuncian. “El gavilán

cuando chilla y grazna sabemos que viene la helada; es el hielero, anuncia que vienen las heladas a las cosechas o piscas. Sabemos que hay que apurarnos, si no (la cosecha) se quema con las heladas”. La helada es temida, porque “se come al bosque, a la planta chica, quema los alimentos”. Asimismo, hay la conciencia de que aún no se pueden controlar las heladas. Es tan fuerte en algunos años, que hasta desaparecen las luciérnagas que salen especialmente por la noche. Para plantar un árbol debe ser entre mayo y septiembre, más tarde no, porque al irse las aguas, las plantas resienten y se secan. Puede enganchar raíz la plantita, pero viene el hielo y la seca.

3. Igualmente, hay una lectura sobre el comportamiento de los animales; de

sus cantos y cambio en su proceder que anuncian la llegada de las lluvias. “Cuando la gallina de monte canta, llama al agua”. Otras veces se interpretan los tonos del chiflido “triste” de los cantos del zorzal, el jilguero, o cuando el tecolote insiste en cantar exageradamente.

4. Conjuntamente al comportamiento de los animales anunciando la llegada

del agua –que es lo que con mayor sapiencia exteriorizan los actores consultados–, el anuncio de la llegada de la lluvia también se manifiesta haciendo una lectura de las entrañas de la luna. Cuando “trae manchas en su corazón es que vienen buena, trae mucha agua, ¡¡¡reteharta agua!!! Si viene seca, igual no habrá agua”…Entonces en el Bosque y pueblo se

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apresuran a realizar actividades propias que facilitan la humedad o resguardarse de la misma en otros casos. En otros casos, cuando no hay suficiente agua, reconocen que el rocío es bueno, porque su presencia hace que dure la humedad y que por ello es posible que el sotobosque se mantenga. “Guarda la hierba muy chaparra, cae al suelo …y así se mantiene la tierra”.

5. Del mismo modo, los animales anuncian cuándo se presentarán las nevadas.

Si observan que bajan antes de su hora acostumbrada o se meten en las cuevas, entonces no tarda en venir la nevada. “Todas las avecillas ahí se protegen, porque si no mueren”. Pero la nevada no es tan temida porque ahora ha descendido, antes había nevadas que llegaban al medio metro. Lo que sigue temiéndose es a las tempestades que vienen con aire y lluvia o las granizadas, mismas que consiguen causar destrozos al Bosque. “Algunas veces llegan a aflojarse las raíces de los árboles, llegando a voltear a los árboles”.

Otras manifestaciones sobre la lectura a las expresiones de la Naturaleza es lo

siguiente:

1. Si víboras o escarabajos se cruzan en el camino de norte a sur o viceversa, anuncian el cambio de temporal.

2. Para hacer un diálogo de convivencia con el bosque es necesario conocer

los ciclos de los árboles, su comportamiento, cada labor debe ser en su tiempo y espacio preciso si no la siguiente acción tendrá problemas.

3. Si una persona se pierde en el Bosque, debe hacer una lectura de los árboles

adultos. Los árboles que tienen musgo en la mitad de la parte derecha expresan más humedad, entonces esa parte corresponde a occidente, el lado izquierdo a oriente. El lado superior al lado norte y, la parte baja del árbol al sur.

4. Luego de la siembra se acostumbra tapar las semillas con la hojarasca, así

se evita que se las coman los pájaros o el viento las difumine.

5. Para fumigar no se requiere de DDT, un insecticida natural con buenos resultados se hace licuando chile, ajo y jabón.

6. Septiembre es para “chaponear” (desyerbar), después no porque se estaría

más bien sembrando la maleza, porque sus semillas están maduras.

7. Para evitar la erosión de la tierra a causa de la escorrentía de las lluvias, y con ello que las raíces de los árboles se debiliten, con su consiguiente caída, se acostumbra la instalación de tinas de captación o ciegas, tipo diagrama. Los saberes relativos a técnicas de manejo del suelo y agua, son adaptaciones de enseñanzas exógenas al conocimiento local.

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8. Otra técnica de manejo de suelos y pendientes son los cortes escarpados (de 10º) sobre el talud del suelo. En el Bosque estas técnicas de conservación son prácticas de rigor continuo para evitar deslizamientos del monte.

9. Respecto a la conservación del agua en el Bosque, es mejor dejar que “se

defienda solo”. Ello significa confiar que bien cuidado se reproduce por sí mismo el “pashque”, musgo plateado a manera de esponja de agua, que se queda “como riachuelo escondido en esos lugares”. Con ese musgo, que crece en invierno, los arbolitos pequeños agarran consistencia, se mantiene el agua y perdura el verdor del Bosque.

Empero, los actores están comprometidos con la preservación de la foresta, de los

suelos, del agua, en sí de todo el ecosistema, no en vano algunos ambientalistas los

refieren como “salvadores del planeta”.

La síntesis del manejo del Bosque, según el saber popular, se centra en haber

establecido un calendario de actividades regulares en el Bosque, año tras año. En el

cuadro No. 8 se hace una aproximación del mismo, aunque cabe aclarar que éste ha

cambiado debido especialmente a influencias climáticas globales, como lo

manifestamos anteriormente. No se trata de que el mismo exprese rigidez y

exactitud, más bien es movible hasta cierto punto, obedeciendo especialmente a

aspectos y compromisos socio-culturales.

Cuadro No. 8

Calendario de manejo Forestal del Bosque Meses

Nov.

Dic.

Ene.

Feb.

Mzo.

Abr.

May.

Jun.

Jul.

Ago.

Sep/Oct

Actividades Recolección de semillas de los árboles

Brechas contra fuego Arreglar tinas ciegas Arreglar caminos

Reforestar el Bosque

Chaponear (desyerbar)

Fuente: Elaboración propia, diciembre de 2006.

La lectura de los movimientos astrológicos adecuándolos al manejo de las semillas,

al comportamiento de los animales, que cambia con el clima, y al inicio de

adecuados ciclos vegetativos, según temporadas y respeto por los mismos,

manifiesta que existe una racionalidad ambiental y que siguen vivas las entidades

culturales entrelazadas con una identidad ecológica, tendiente a un ‘ecologismo

popular’, como diría Martínez Alier (s/f) donde la valoración de la naturaleza que

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270

les ha tocado a los actores del ejido tiene connotaciones propias y múltiples

entradas.

Con respecto a la amplitud, complejidad y vigencia del CT, Bellón (s/f:323)

sostiene que es difícil e imperfecta su cuantificación e impacto sobre el manejo de

los recursos pero que, sin embargo, abre nuevas perspectivas para comprender la

relación entre la cultura y el medio ambiente. En realidad la visión del autor en

este aspecto muestra cierta limitación, en el sentido de que abordar el CT implica

mucho más que sólo dos aristas (la cultura y el medio ambiente); su atención debe

reorientar al reconocimiento de contribuciones más allá que lo determinado por la

ciencia occidental y los modelos y paradigmas del desarrollo rural, que aún insisten

en explicaciones de índole unidireccional a partir de los saberes presentados. Como

se ve, el CT es amplio por lo subjetivo y complejo de sus componentes.366

Es importante reconocer el CT y sus procesos de valoración cultural relativos a los

recursos biológicos, pues cada sociedad rural, como sucede con los actores de San

Nicolás, conoce distintos eslabones sobre el funcionamiento y utilización de sus

recursos biológicos, con base en su contacto cotidiano con diferentes habitats y

ecosistemas. Esto ha contribuido a mantener, incrementar y favorecer la

biodiversidad, de ahí la importancia invaluable de la presencia de estos

conocimientos y culturas. Entonces, deducimos que mediante el CT las

percepciones e imaginario de los actores sociales sobre el Bosque y la Naturaleza

en sí, pueden alcanzar y descifrar considerables claves para una mejor relación y

manejo de los recursos como contribución a la solución de la crisis ecológica que

vive el planeta.

4.5.4. El CT en las expresiones de disputa por el poder367

A lo largo de la presente tesis se viene demostrando la existencia de un repertorio

sugerente del ‘corpus cognoscitivo’, como un escaparate diverso y vivo donde los

aciertos y avances del CT aplicados en el manejo y administración del Bosque

366 Testimonia el acápite sobre “El CT en la identidad del Bosque”, del presente capítulo. 367 Por motivos de fuerza mayor, en el presente acápite no aparece la identidad de la mayoría de los actores entrevistados. Sin embargo, se tratará en lo posible de reflejar sus desavenencias, cuestionamientos y demandas.

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271

conforman el gran escenario y soporte cognoscitivo, ideológico, cultural y

filosófico para desarrollar el Proyecto Ecoturístico de San Nicolás. Asimismo,

mostramos la vorágine de sus cambios y adaptaciones al mundo actual, la

resistencia y re-significación que hacen sus actores para permanecer en sus

contribuciones y retos.

En ese proceso se han ido forjando expresiones insalvables de acercamientos,

diálogos, silencios, adaptaciones, identidades y aprobaciones, todo en un esfuerzo

de contribución hacia el engrandecimiento del proyecto ecoturístico sustentable.

Pero, como queriendo decir que no son posibles los diálogos con acercamientos y

conquistas siempre dúctiles, la historia del empoderamiento y vigencia del CT en el

Bosque viene matizado, enriquecido, cruzado y yerto con relaciones de poder entre

los miembros que vienen gestionando el proyecto. En este sentido, a lo largo de mi

permanencia en el Bosque y pueblo de San Nicolás, alcancé a dar lectura sobre las

discrepancias, disputas, conflictos, desavenencias, rivalidades y pugnas que se dan

en la arena interna, entre los protagonistas del Proyecto, con los externos y

viceversa.

La idea no es separar diálogos y conflictos, porque la realidad expresa que se dan

en íntima asociación, manifestándose una tras otra invariablemente. Simplemente,

por razones de exploración se destacan algunos hechos que expresen, por sí

mismos, contienda, competición y pugna. Pero en realidad los encuentros y

desencuentros, la inclusión y exclusión, así como la falta de equidad, ocurren

entretejidos con los diálogos y acuerdos, como se destaca a lo largo de la tesis.

Hay disímiles hechos donde está latente la rivalidad y desavenencia entre

autoridades versus actores sociales, protagonistas versus protagonistas, actuaciones

explícitas e ‘involuntarias’ en contra del objetivo del Bosque, del Proyecto y hasta

del ejido. Todo ello no hace sino reflejar discursos ocultos de resistencia sobre

quién tiene el poder, hacia dónde va y cuáles son sus intereses. Develémoslo con

algunos ejemplos.

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272

4.5.4.1. Discordancias y conflictos: el caso del Programa de la

Reserva Ecológica Comunitaria (PREC) y otros

En el capítulo III presentamos la labor que desarrolla el PREC en el manejo del

Bosque, sus perspectivas y alcances. Según la mirada de sus integrantes, ellos

gestionan significativamente su labor, sin embargo, al externo no dejan de

manifestar relaciones de fuerza existentes y procesos de enfrentamiento con el CT.

Entre las principales sentencias imputadas a dicho programa –a nuestro juicio

desavenencias internas que no dejan de ser enérgicas– están, a saber: la ausencia de

un plan maestro a favor del Bosque del que dependa también la labor que realiza el

PREC, la creación de un consejo de ejidatarios que oriente al PREC, la falta de

coordinación con el vivero local –recinto representativo del CT–, haber

conformado un equipo de trabajo que ‘desconoce’ el enfoque holístico campesino

del Bosque, nepotismo, corrupción368 y, especialmente, aplicar directivas y labores

técnicas que la mayoría de las veces atentan contra la integridad y estabilidad del

Bosque, “Alguno de mis compañeros están matando la gallina de los huevos de

oro… eso está haciendo la PREC”.

Empero, el principal cuestionamiento y origen de los mismos es que el Programa

evade la coordinación con las demás instancias que funcionan en el Bosque, y el

que sus trabajadores se han convertido en una suerte de ‘peones’ del Corena

(institución que auspicia y financia al programa).

El interés de fondo estaría por mantener oportunidades de trabajo e ingresos

económicos que ofrece el Corena a un grupo de trabajadores y no así el objetivo

sustentable del Bosque. Si el hecho explica de esa manera la presencia del PREC

en el Bosque se estaría, en un plazo indeterminado, contribuyendo a desdibujar y

por ende resquebrajar al CT y, con ello, la integridad del Bosque. Es decir, la

presencia del programa estaría tornándose en la problemática mayor y preocupante

de estos tiempos para el Bosque.

368 Por ejemplo en la adquisición, uso de vehículos y beneficios (gasolina por ejemplo).

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273

Pero los cuestionamientos que se imputan al PREC no se manifiestan de manera

abierta, inclusive sus mismos líderes que asumen el programa suelen desconocer o

‘no quieren’ entender y asumirlos. Igual fenómeno sucede con las autoridades

internas que, al desconocer la suma del repertorio de ideas y percepciones del

sistema cognoscitivo y la vigencia de su contribución, apoyan confundidamente las

operaciones que hace el PREC en el Bosque. Se ha llegado a manifestar que su

encargado en San Nicolás ‘maquilla su informe para quedar bien’, por ello es

elogiado por la institución que la auspicia. “Sólo cumplen directivas de ellos, lo

peor de todo es que creen que su trabajo está bien hecho”.

Lo inadmisible es que algunas personas que laboran en el Programa, en su mayoría

conspicuos conocedores del manejo y administración forestal del monte, sean

quienes ‘callen’ y prescindan de manera intencionada o inintencionadamente de su

saber, para dar paso a lo que advierte el PREC, manifestando un claro enfoque de

oposición al saber local. “ (…) nos dicen que debemos hacer la brecha corta (para

controlar el fuego en casos de incendios) todo derecho y pequeño que mida en total

7 metros de largo; también dejar todo limpio de arbustos y yerbas. Nosotros

sabemos que debe ser grande y sigzagueante para reducir si hay incendio que se

propague más rápido, hasta de 12 metros. También que debemos dejar algunos

arbolitos porque son importantes, sea porque brota su semilla, o allí anidan

animalitos o son medicinales. Pero, tenemos que hacerles caso a ellos, porque ¡no

queremos tener problemas en el trabajo!”.

Afortunadamente no siempre ocurren así las cosas, otras veces se impone el CT de

los actores expresando conciencia y compromiso forestal, donde el

autoreconocimiento de su saber tiene visos imponentes de resistencia. “(…)

nosotros no les hacemos caso, finalmente imponemos, es nuestro Bosque,

finalmente aceptan. Nosotros sabemos por inercia, nos agarramos de lo que

aprendimos que conserva el Bosque”. “No saben tanto como nosotros, les damos la

vuelta, sabemos de las zonas de más riesgo”.

Como podemos ver, ambos casos –el sometimiento a la directiva externa, y la

resistencia interna–, expresan que lo está debajo del objetivo de ambas miradas es

una disputa de intereses, por un lado del Programa que exige cantidad de árboles

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274

reforestados a partir de un manejo tecnicista y, por otro, de los actores persistiendo

estoicamente en la defensa de su monte aún en el desafío de perder su fuente de

trabajo.

Manifiestan la misma tendencia los hechos que acontecen respecto a la intención

del sistema de vigilancia que aplica el programa, mismo que conlleva un sistema

de multas/ beneficio para el caso de la leña que brinda el Bosque. El PREC sostiene

que el sistema de multas a quienes acceden al monte debe ser aplicado a todos en

términos similares, sin restricción a nadie. En cambio, la lógica de los actores

expresa que no es necesario multar a quienes recogen leña por necesidad familiar.

“Hay gente que de verdad lo necesita, y nosotros lo sabemos”. Además de

considerar que la recolección de restantes contribuye al saneamiento anticipando

del Bosque, evitando la propagación de plagas, enfermedades y hasta incendios.

La actitud de despojo sobre la redistribución del beneficio social que debe otorgar

el monte no es reciente, trae impregnada una larga historia de control y contienda.

Un anciano ejidatario, Don Cruz Amaya369 recordaba vívidamente sus experiencias

al respecto cuando sostenía que era costumbre decomisar hachas, serrotes y hasta

animales, por parte de la vigilancia forestal allá cuando existía la fábrica Loreto y

Peña Pobre, misma que había estipulado que debían sacarse sólo rajas de madera

para la fabricación de papel.370

Una vez cuando me llevaron todo y animales a la Delegación (Magdalena Contreras) diciendo que mi carga tenía leña viva. Mentira, son puros gallos, quieren que tengamos permiso, son tercos, son barbajones que no saben de lo que dicen... Me iban a llevar preso, estaba encorajinado, les dije que traía (leña) ¡¡muerta!! y… que no se lleven mis animales. ¡¡Métanse conmigo y no con mis animales!! Mis animales estaban cargando, pobrecitos de ellos, comían por otro lado.

Esta mirada ofrece alternativas discordantes e incompatibles entre sí. Nos expresa

una lógica tecnocrática, por demás fragmentaria, sobre el monte por parte de

quienes desconocen la gestión social que impera en él desde ya, misma donde

subyace una cultura forestal de redistribución social de sus beneficios. ¿Será acaso

369 Entrevista en el pueblo. 6 de febrero de 2008. 370 Ver capítulo II sobre la Historia de San Nicolás Totolapan, y el capítulo III sobre el Bosque.

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275

que sigue prevaleciendo la idea de ‘uniformizar’ al estilo mercantilista las

necesidades de la gente que vive del Bosque y de paso con ello a los recursos

naturales que tienen las comunidades?

Asimismo, algunos actores del Proyecto reflejan un discurso de reprimenda al

Programa porque es “irrespetuoso de la reforestación natural” del monte, sus

ciclos, sus especies y, las manifestaciones de diversidad de vida que encierra. Uno

de los líderes de oposición al proyecto ecoturístico alegaba que el método ATCH es

la forma más idónea de retomar la propagación y hábitat natural del Bosque,

porque “son árboles sacados de su lugar”. Se discrepa inclusive con las

forestaciones que realiza el Ejército Mexicano quienes “hacen barbaridades como

plantar arbolitos con todo su plástico”

Por otro lado, se fustiga el hecho de que personas internas y externas al ejido se

beneficien del Proyecto y hasta ‘vivan’ de la notoriedad que se le imputa. “Al

Bosque muchos lo toman como caballito de batalla, para escalar mejores puestos’.

Por ejemplo, el ex comisariado viene desempeñándose como director de medio

ambiente en una entidad oficial. “Lo contratan porque San Nicolás es campeón en

lo forestal. ¡Eso lo saben!”. Entonces, trabajar en territorio nicolaíta es dividendo si

se quiere político, pues el Parque –como lo señalamos en acápites anteriores– goza

de cierto prestigio, considerándolo como proyecto símbolo para instituciones que

brindan financiamiento.371

No creemos que el CT deba ser analizado con la racionalidad del paradigma

occidental o bajo disímiles intereses, pues su propuesta conlleva y reúne las llaves,

códigos y secretos al acceso de realidades diferenciadas sustentables desde la

mirada socio-cultural, que muy difícilmente podrían aportar otras instancias no

campesinas, pero al detenerse en los hechos que se mencionan pierde su esencia.

4.5.4.2. Desdibujando al CT y sus habilidades372

371 Habría que recordar que, en México, el presupuesto para reforestar es prioridad por parte del gobierno, pero no es posible saber cifras exactas, porque como se conceptúa en San Nicolás, se siembra pero realmente no se sabe cuántos plantoncitos prenderán de por vida. 372 Por razones de fuerza mayor, este apartado también adolece de identificar a las personas conocidas en el Proyecto, por sus respectivos nombres o apelativos.

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276

Cual contienda de fondo para invisibilizar y descalificar los atributos que

sustentamos sobre la vigencia del CT que manifiestan los actores en el

desenvolvimiento y desarrollo de la labor cotidiana, existe una suerte de

enfrentamiento entre los guías ejidatarios y los apoyos de personal técnico externo.

Este descontento es por la labor de las guías externas373 y especialmente la

profesional quien viene incursionando como responsable de la Granja Didáctica del

Proyecto. La contrariedad es porque este personal acogería ‘preferencias’ en el

trato, mejor remuneración y mayores oportunidades de trabajo y de relacionarse al

externo e interno del Proyecto Ecoturístico.

Al ser ocasional la presencia de las guías externas, hubo enfrentamientos velados.

Los guías ejidatarios cuestionan que aquellas no asumían bien su función de guiado

debido a que no resumen sus atributos, es decir desconocen el sentido, enfoque

totalizador y compromiso que tienen ellos sobre el manejo y administración del

Bosque, aduciendo que sus explicaciones son escuetas y poco motivadoras. Tal

situación manifestó preocupación por parte de los primeros, ya que podría

desalentar las visitas al PEESNT, lo cual iría en detrimento del mismo. “No les dio

resultado no tenían ni idea de lo que hacían y no duraron al ver que nadie les

hacía caso”. El descontento mayor se dio cuando la profesional externa trajo a sus

propios guías (docentes) en la anterior gestión, pero favorablemente la actual

administración repuso a los guías del ejido. Incluso se censura que la profesional

‘constantemente’ contrate a un familiar y chofer para apoyar su labor.

Pero la discordia mayor es porque la misma –quien hace las coordinaciones e

informes a la Secretaría de Educación Pública (SEP) sobre las actividades

educativas en el Parque– recaudaría cinco pesos por cada niño que visita el Parque,

existiendo complicidad con las autoridades salientes y actuales sobre el supuesto

hecho. De ser cierto, tal despropósito sería la razón de fondo de la ansiada

explicación (para los trabajadores del Parque) de por qué la permanencia y

continuidad de dicha persona en el Proyecto. Las autoridades han impugnado tal

373 Las guías externas, por lo general son educadoras no tituladas.

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testimonio,374 pero el cuestionamiento de carácter generalizado sigue en pie, como

denuncia principal que no deja de ser un tema de discordia.

Algunos actores incluso desaprueban y condenan por qué algunos ejidatarios no

cuestionan el supuesto hecho o profundizan averiguaciones al respecto.375 De ser

cierta tal situación, habría que pensar cuánto dinero se estaría recaudando, pues el

Parque en días de afluencia recibe entre cinco y más autobuses repletos de niños.376

Lo cierto es que se remunera mejor al guía externo con un salario que oscila entre

600 a 1,000 pesos semanales, más incentivos por guiado. En cambio, el guía local

recibe de 400 a 800 pesos (dependiendo de su labor y cargo), más incentivos por

guiado (150 pesos por grupo). Por ello, los locales informan que han planteado a

las autoridades en repetidas oportunidades los apoyen con 1500 pesos por semana,

de manera fija, incluyendo el guiado, pero la solicitud sigue en pie de espera.

Existen otros ejemplos del enfrentamiento velado entre el CT y la presencia de los

aportes externos, en el supuesto de que los primeros tienen mayor validez y aporte,

diríamos se acomoda a la historia de invalidaciones que le ha tocado vivir al

conocimiento local. Sumado a ello, y como queriendo recrudecer su problemática,

algunos hechos manifiestan que hay intenciones acaso ‘veladas’ de descalificación

y contienda con estas habilidades.

Es decir, existe aún la idea subterránea de no reconocer a los protagonistas

experimentados pecuniariamente y demás. Por ejemplo, ocurre que uno de los

actores descubrió casualmente varias constancias de felicitación elaboradas por la

Secretaría de Educación Pública para algunos guías ejidatarios, donde se

destacaban sus contribuciones a favor de la educación ambiental. “No nos

entregaron a tiempo porque decían que si sabemos de ello, íbamos a ¡cotizarnos

más!”. Otras veces no se gestionan o entregan a tiempo documentos que hacen los

374 Cabe aclarar que en repetidas ocasiones se concertó una entrevista con dicha profesional, pero lastimosamente no pudo concretarse. 375 La misma es también cuestionada porque no brinda información clara sobre la recepción y manejos pecuniarios a nombre de los actores sociales del proyecto. “En una ocasión recibió dinero para capacitar a los guías; justificó hablando a dos o tres monigotes y ¡se llevó el dinero!”. 376 Ver capítulo III sobre el Bosque.

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278

trabajadores del Proyecto, como queriendo desautorizar e invisibilizar sus

contribuciones ante los demás.

“Nosotros estamos en el Bosque, llueva, truene o relampaguee, entonces no es

bueno que otro que vaya algunas veces se beneficie, ¡no es justo!”. “Nosotros no

nos hemos sacrificado tanto para que otros vengan y hagan su antojo”. Existe el

constante cuestionamiento por parte de los actores, a favor de desenmascarar a

quienes pretenden restar importancia a su labor, conocimientos y compromiso con

el monte, mismos que se ajustan al ideario establecido desde cuando se fundó el

Parque: dar oportunidad de empleo e ingresos a los ejidatarios.

Al ver que la lucha por el reconocimiento de su labor con base en sus

conocimientos, habilidades y destrezas es minimizada –cual soporte esencial

cognitivo en la labor del guiado–, es notable una suerte de desaliento y acaso

motivación para retirarse del proyecto. El problema de remuneración insatisfecha

por servicios es latente en la mayoría de los servidores del Proyecto, por lo cual

algunos han empezado a migrar en busca de mejores oportunidades pecuniarias.

Agudiza el panorama la lucha por demandas y conquistas laborales que viene

estableciéndose de manera individual, dejando atrás resistencias que solían hacerse

por el grupo. “Ahora cada uno está peleando por sus beneficios, ya no en grupo”.

Así, hay quienes lograron conseguir puestos de trabajo a sus familiares en el

proyecto los fines de semana, rentar sus tierras que están dentro del PEESNT,

establecer un proyecto productivo familiar, ser favorecido para dirigir un proyecto

complementario dentro del Parque, o trabajar doble o triple jornada dentro y fuera

del Bosque. En la agricultura, ganadería, conduciendo un taxi o emplearse en

vigilancias nocturnas, vender forrajes, cuidar caballos, etc. Por su parte, la

autoridad insiste en que se les brindan oportunidades para mejorar sus ingresos en

el Bosque y que tienen otras posibilidades y consideraciones que ofrece el

Proyecto.

La baja remuneración ha desatado también una suerte de competencia y exclusión

entre guías ejidales. “Los jefes se agarran más las visitas, ellos hacen los guiados

y sacan más”. En otros momentos se oculta información sobre las visitas del día o

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279

se les da ocupaciones ‘fuertes’377 para no darles oportunidad del guiado. Uno de los

guías informaba que un grupo visitante pidió sus servicios porque les gustó su

trabajo, pero le notificaron ‘erradamente’ que había faltado ese día. Por tales

expresiones y por la lectura que manifiestan los comportamientos de algunos guías,

se considera que existe una suerte de competencia velada por “quién agarra más

niños”.

Estos hechos ¿podrían estar distorsionando el objetivo primigenio del servicio y

educación ambiental para dar paso al interés comercial, y con ello el inicio de su

resquebrajamiento y contribución del Bosque y Proyecto a la sustentabilidad tanto

al interno como al externo? ¿Se impondrá la mirada de ‘cosificar’ al turista o

visitante cual mercancía, basando la relación en aspectos estrictamente

económicos? Son reflexiones que saltan a la palestra en la medida que vienen

desatándose experiencias inéditas.

El mayor cuestionamiento de los guías es sobre los ingresos que percibe el Parque

y que, según su mirada, no es distribuido equitativamente.378 Los actores saben que

el Proyecto ocupa en importancia el cuarto lugar en el mundo y el primero en

Latinoamérica “(…) manejado por campesinos, entonces tiene harto ingreso ¡Eso

es inadmisible!”. “Con eso nos tienen amarrados”. Las autoridades han llegado a

pensar que los ejidatarios insubordinados son sujetos confabulados y su intento de

transformar las cosas es como una trasgresión al mismo, por ello manifiestan que,

de continuar la inconformidad, lo reportarían a la SEP. Acto que a nuestro entender

se convertiría en una auto-amenaza y acaso –otra vez–, en el inicio del

desmoronamiento del PEESNT.

Hay disputas internas, el uso de zancadillas por lograr quien se beneficia más. “Me

tiene odio porque a él no le eligieron cuando se convocó la beca, quería que lo

elijan a él, como no salió se convirtió en mi enemigo”. En una ocasión la Corena

ofreció plazas de trabajo para los ‘ocho locos’ (pioneros del Proyecto), un

ejidatario que no era del grupo fundador del proyecto pretendió ubicar en esos

377 Desarrollar trabajos de mayor esfuerzo físico en el mantenimiento o acciones de limpieza de la infraestructura del Bosque y el PEESNT. 378 Ver en el capítulo III, acápite sobre ingresos económicos que percibe el Proyecto Ecoturístico.

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280

puestos a su familia, por lo cual “se perdieron las plazas para todos”. En otros

momentos se han escondido documentos o información precisa sobre aspectos o

propuestas que podrían beneficiar al Proyecto y sus actores.

La contienda y rivalidad entre los actores no hacen sino manifestarnos que detrás

de estos conflictos subyace una disputa política y también ideológico-filosófica

entre el CT y la lógica del mundo neoliberal. No se acepta la valía de las

habilidades y capacidades debido a que hay un enfrentamiento estructural sobre la

eficacia de los mismos. Se verbaliza que el CT es valorado, ‘que tiene su lugar’,

‘que se quiere recuperarlo’,379 pero en el fondo esta mirada expresa un concepto

insustancial del mismo, especialmente entre los ejidatarios con mayor calificación

académica y autoridades.

Algunos asambleístas del ejido expresan que el CT “ya no vale y que está pasado

de moda”. Lo irónico es que el enfrentamiento parte de sus propios dirigentes que,

como es de esperar, representan al sistema del conocimiento dominante. Su

imaginario, focalizado en su contexto inmediato, no les permite aperturar un

sentido de real valoración, extraña e insólitamente aspectos que en arenas externas

viene afianzándose y ganando cada vez mayor terreno. Entre los ejidatarios la

mayoría desconoce que el CT de sus actores confina un valor como capital

humano. Parafraseando a Antonio Raymondi380 –refiriéndose al caso peruano de

país megadiverso pero que se autodefinía “pobre”, como se ha estigmatizado a los

sectores no pertenecientes a países del norte–, los actores del Parque están sentados

en el banco de oro del conocimiento y por consiguiente tienen poder, pero auto-

desconocen y descalifican su aporte, más aún, ignoran que el conocimiento es un

arma de poder. Como afirma Lyotard (1990:17). “En su forma de mercancía

informacional indispensable para la potencia productiva, el saber ya es, y lo será

aún más un envite mayor, quizás el más importante en la competición mayor por el

poder (…). Después (de) dominar la disposición y explotación de materias primas y

379 Una de las autoridades informaba que su mayor preocupación ante el envejecimiento de los sabios que manejan el monte y los ejidatarios en general es construirles una casa de descanso para atender todas sus demandas. 380 Quien sostuvo en el siglo pasado que el “Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”, haciendo referencia a sus múltiples riquezas naturales, pero que estaba sumido en una envilecida pobreza económica.

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281

de mano de obra barata, es pensable que se peleen en el porvenir para dominar las

informaciones.”

No es casual que las autoridades sean profesionales y que por esa calificación estén

cada vez más lejos de vivir y sentir el Bosque, en la media que la tienen sus

trabajadores y que, por ello, el CT en el Bosque sigue aconteciendo y resistiendo

un franco proceso de sometimiento. La idea prevaleciente es que los conocimientos

de las culturas locales son retrógrados (al mismo estilo e intención de Bacon o

Locke en el siglo XVI, como lo planteamos en el primer capítulo); de tal forma que

pensar de manera contraria se ha vuelto un verdadero desafío para estos tiempos

entre quienes gerencian en términos operativos el Proyecto.

Esta dinámica encierra una suerte de dicotomía, por un lado expresa un auto-

reconocimiento –especialmente por parte de los actores que trabajan los servicios

del Proyecto– del valor intrínseco del CT tal cual; por otro, una suerte de

rechazo/invalidación del mismo por parte de directivos y agentes externos en la

concepción de que el aporte local resume un tono poco significativo para enfrentar

los retos que impone la modernidad. Si embargo, planteados estos aspectos, es

factible, que la comunidad local de San Nicolás no espere del turismo sólo una

posibilidad de empleo, de generación de ingresos y la ocasión para participar en

decisiones sobre el tipo de proyecto a conducir o el tipo de turistas con los cuales

compartir su propio espacio. Esperan sobre todo trascender la recuperación de su

Bosque y apropiación de los nuevos términos administrativos que le impone el

arquetipo de ecoturismo comunitario sustentable (ECS).

Es en esa consideración que el ejido viene gestando un estilo propio de apropiación

del PEESNT con respuestas enfrentadas, otras veces creativa o contestataria al

conocimiento y habilidades que expresan los actores del proyecto.

4.5.5. Algunas reflexiones al respecto

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1. Es factible que detrás de estos conflictos subyace una disputa política e

ideológica entre el CT y la lógica del mundo neoliberal representada en este caso

por el Programa de Reserva Comunitaria (PREC). Son discursos ocultos de

resistencias, no como meras propuestas mecánicas, sino como permanencia de

actos políticos. Si se analiza un poco la propuesta de transferencia tecnológica

oficial, la misma esquiva la inclusión del CT dentro del panorama de la ciencia y

tecnología oficial, por lo cual de persistir, estaría confirmando ser uno de los

canales y espacios donde se reproduce y fortalece el carácter de poder, dominación

e interés de superioridad política del saber externo, en detrimento de la

contribución local.

Por su lado, el CT tratando de ser desdibujado en su aporte en el campo de la

oficialidad, y con ello sus actores; enfrenta y resiste la exclusión que hace el PREC

y demás programas. Empero, no sólo resiste sino que ha creado y recreado un

escenario alternativo para su permanencia.

Las acciones del PREC reflejan un panorama contradictorio; por un lado sus

persistencia a contribuir al desarrollo sustentable del Bosque, hecho que es sin duda

del espíritu y convencimiento de sus conductores, y por otro se sigue interpretando

la realidad y dando directivas desde sus argumentos y enfoque, cayéndose en el

entendimiento de considerar lo occidental como la única vía para la edificación de

la sustentabilidad del Bosque. Con el apoyo en Víctor Toledo, explicamos que lo

importante es distinguir “el perverso juego y sus reglas distorsionadas con el fin de

construir otro campo alternativo de juego, nuevas reglas que permitan la

incorporación del conocimiento popular y en definitiva un nuevo juego con un

sentido de igualdad y respeto hacia sus creadores y no como simple botín a saquear

al que cínicamente se pretende su apropiación y privatización” (Toledo, 2006: 13).

Del mismo modo, lo preocupante de las instituciones oficiales y su discurso, es que

no siempre manifiestan y explicitan sus reales intenciones. Muchas veces su

discurso es ‘ambientalista’, ‘ecológico’, ‘alternativo’ o ‘sustentable’ como lo

explicitan entidades como el PREC para el caso; pero en realidad nos dice que

subyace una intención diferente, requiriendo ser muy perspicaz para entender hacia

dónde se encaminan realmente dichas maniobras.

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En esa dinámica el conocimiento local y sus actores viven una suerte de dicotomía,

por un lado se les expresa reconocimiento -especialmente por parte de autoridades

y actores externos; por otro, una suerte de rechazo/invalidación, en la concepción

de que el aporte local es poco significativo para enfrentar los retos que impone la

coyuntura actual inmersa en la mundialización neoliberal. Lo irónico para el caso

de San Nicolás es que el enfrentamiento parte de sus propios dirigentes -líderes

oficiales-, que como es de esperar representan, al sistema de conocimiento

dominante.

Pero la historia y sus arenas, no es sólo de rivalidad, discordias y desavenencias,

también es también escaparate de diálogos y congruencias entre sus actores quienes

vienen manifestando hacer suyo sus formas de resistencia y resignificación en sus

diversos espacios.

4.5.6. Entre acercamientos y diálogos

En la orientación dialógica y re-educación de los aprendizajes, como plantea

Enrique Leff (et al., 2002:508) donde se señalan intereses comunes y explícitos

para desarrollar el diálogo intercultural sin subordinaciones y aprendizajes mutuos

entre los aportes locales y el conocimiento científico contemporáneo; en San

Nicolás se pueden notar experiencias de apertura y progresos en dicha orientación.

Se puede percibir entre las reiteradas proposiciones que tienen los actores del

Proyecto al exponer sus experiencias sobre su saber local en el manejo del Bosque

en indistintas arenas, internas y externas. En este sentido, Don Ambrosio Tenorio,

Alejandro Cano, Reinaldo Camacho, Miguel Ángel López, Pedro Rivera, Yolanda

Huaracha, Ricardo Fuentes, Valentín de la Rosa, Julián Escalona y Raimundo

Rojas, entre otros, comentaron sus experiencias (en un inicio aventuradas) de re-

significación del CT, desatando lo que calificamos como un diálogo de saberes y

re-educación de conocimientos. Como manifiestan los actores, “valen los dos. Si lo

conjuntamos vamos a llegar al éxito”. Exponemos algunos casos que retratan los

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acercamientos y diálogos que se han dado entre los repertorios que tienen como

base al CT y los aportes cognoscentes externos.

Es el caso de Miguel Ángel López,381 encargado del vivero forestal, quien ha

impartido disertaciones sobre la importancia de los recursos naturales y la

experiencia de San Nicolás en el Museo de Historia Natural, el Programa de

Ecología de la Comisión Federal de Electricidad, la UNAM, la UAM-X, el CETIS,

Colegio de Bachilleres y en Comunidades Campesinas. Experiencias todas que

conjugan y propician las posibilidades para la convivencia entre las dos lógicas y

epistemologías. Ahí su participación es reconocida con constancias, certificados y

diplomas, a pesar de que –como él lo señala– sólo tiene la secundaria culminada.

Su vocación como investigador nato, su identidad y contribución para el campo es

hacia con las plantas y la Naturaleza. “Me siento satisfecho, tengo miles de hijos;

soy parte de la cadena, me gusta, me siento bien… espero que alguien nos siga. Yo

los voy a colectar, yo los riego, yo los chuleo. Yo aprendí a hablarles”.

Miguel Ángel López ha desarrollado variaos ensayos y experiencias con base en la

sabiduría legada de antaño y lo aprendido en el claustro universitario.

Yo combino el conocimiento de los abuelos y de los ingenieros, los mejoro en muchos casos…Se dice que el alumno debe ser mejor que el profesor. Podemos producir plantas mas rápido. Hago germinar con tierra pesada, con tierra de hoja, combinado…así…Estoy produciendo plantas urbanas (para jardines y plantas interiores). El ‘ayle’ que es difícil de producir, ya tengo 90 ayles, están muy bonitos. Voy apuntando los días de germinación que se me da, con cual más se da, con cuál menos. Todo eso lo aprendí académicamente. El campesino no es dado a apuntar. Yo lo repito… en eso me sirvió la UAM-X.”

El caso de Miguel Ángel no es sui géneris, manifiesta lo que los demás actores del

Proyecto Ecoturístico también han vivenciado. Al inicio fue de grandes sorpresas y

miedos, pero luego los actores fueron empoderando sus conocimientos en

indistintos escenarios, hasta sentirse seguros de lo que saben y lo que hacen.

Miguel Ángel recientemente fue becado a la Universidad de La Habana, Cuba, para

capacitarse en viveros. “El ejido debía poner cinco mil pesos para el pasaje, lo

381 Entrevista en el Bosque y el Distrito Federal, febrero de 2008.

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285

demás, alimentación y hospedaje, aparte del curso, lo pone Cuba”. Para lograr la

beca elaboró un resumen de sus experiencias en el vivero y presentación en ‘Power

Point’, por lo cual le enviaron una constancia de reconocimiento a su labor. Pero,

desafortunadamente el ejido no lo apoya ‘por falta de posibilidades económicas’;

de tal forma que la duda y contrariedad por el desinterés en apoyar la promoción de

los actores del proyecto siguen latentes, como lo manifestamos en el anterior

acápite.

Otro caso es el de Alejandro Cano, quien a decir de sus conciudadanos es “maestro

de maestros del Bosque”, frecuentemente es invitando para dar capacitaciones en la

Semarnat y algunas universidades.

Me sorprendieron cuando los técnicos me dijeron: ‘nosotros somos los pendejos, usted es el maestro’. Efectivamente ellos no saben nada, yo les enseñé a reconocer por fuera, sin cortar, cuándo un árbol está plagado. Se nota en su color, su energía, su dureza, está cambiado. Eso se ve a simple vista, y además le puedo decir qué plaga está atacando su interior382.

Don Manuel Muriño explicaba383 que culminando su exposición escuchó que un

biólogo de la Semanart le dijo a su compañero “Te dio un baile de conocimientos

en la presentación…¡ellos son de lo mejor de México en lo forestal!”. Por su parte,

Don Ambrosio Tenorio, recuerda aquellos tiempos comentando: “Yo me ‘chiviava’

con los ingenieros, ante los biólogos, bien o mal lo traen, ellos se quemaron las

pestañas…, por eso no me gustaba que me dijeran que yo sabía más que ellos”.

Considerando lo anterior, debemos reconocer que fuera del ejido existen instancias

que reconocen el aporte del CT. “El mismo Semarnat y Corena, entre otras

instituciones de gobierno, utilizan las enseñanzas de Ambrosio Tenorio sobre

propagación del oyamel, con ello producen más de 150,000 plantas cada año”. “El

método ATCH se viene replicando y ello, ¡es orgullo para nosotros!”.384 Lo

testimonia también la vinculación que tienen con diferentes instituciones con las

cuales coordinan el PEESNT. 382 Entrevista a Alejandro Cano en el Bosque, 16 de noviembre de 2007. Cano fue elegido como Administrador del Bosque por el recién electo Comisariado Ejidal, quien en referencia a su experiencia se refiere al mismo como “lo máximo... quisiéramos tener muchos ‘Alejandros’ como él en el Bosque”. 383 Entrevista en el Bosque San Nicolás Totolapan, 6 de febrero de 2008. 384 Entrevista a Valentín de la Rosa, San Nicolás Totolapan, febrero de 2006.

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Este hecho lleva a sustentar que los aportes del CT pueden orientarse y darse para

cualquiera de los modelos y enfoques, sea en espacios tradicionales o no

tradicionales. En otras palabras, pueden ser apropiaciones del CT por parte de la

cultura occidental, o la cultura occidental apropiándose de los aportes del CT; en

ambos casos creemos que son custodias válidas. “El nuevo conocimiento y el viejo

se mezclan y se modifican entre sí, en un proceso semejante a la adopción de

nuevas tecnologías (…), por lo que distinguir entre conocimiento tradicional y

moderno no es tan importante, como entender cómo se combinan y crean algo

nuevo” (Bellón s/f: 321).

Otro caso explícito de voluntad hacia el diálogo de saberes lo expresa el caso de

Gregorio Bassoco,385 quien por reunir amplia experiencia en el control de tuzas386

en el monte y milpas (distinguido en el pueblo como ‘el mejor tuzero’), fue

contratado por el Comité de Sanidad Vegetal del Distrito Federal, México

(Cesavedf) perteneciente a la Sagarpa, para controlar a dichos roedores. El oficio lo

aprendió de una amistad y cada vez ha ido mejorando. Las trampas son ‘hechizas’

y las hace con madera de ‘huejote’ “que se presta para hacer las trampas”. Una

pala y azadón son suficientes para instalar las trampas.

Sus servicios trascienden las fronteras de San Nicolás, visitando Tláhuac y

Xoxhimilco, especialmente, para controlar tuzas que atacan las hortalizas. Su labor

es remunerada con $3,000 pesos al mes; y si lo hace de manera particular cobra

$20 pesos por tuza atrapada. Gregorio instala trampas a diario ayudado por sus

hijos. “Tengo 7 trampas, las vengo jalando de aquí para acá”. En los 8 años que

viene trabajando ha atrapado “como 700 tuzas”, y al mes registra entre 6 y 8 tuzas;

pero la idea no es exterminarlas, sólo controlar su desmedido crecimiento.

Atrapar tuzas no es una labor fácil; hay quienes lo trataron de imitar, incluso

ingenieros y técnicos, pero debido al riesgo que presentaba dejaron el intento para 385 Entrevista a Gregorio Bassoco en el pueblo San Nicolás Totolapan, 5 de febrero de 2008. 386 La tuza es un roedor que cuenta con cuatro incisivos pronunciados, mismos que al roer las raíces de las plantas prácticamente las tumba. En el monte de San Nicolás ataca principalmente árboles destinados a la comercialización en temporada navideña.

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finalmente contratarlo. Las tuzas aumentan en temporada de siembra y las trampas

es lo más seguro. Ante las constantes denuncias de campesinos a la Semarnat, los

técnicos trataron de controlar a los roedores con gas de cocina y trampas ‘mal

hechas’, pero la amenaza seguía. “Los ingenieros se asustaron porque les chispa

en la cara ¡Entonces ya no insisten porque se lastiman”. “Yo reemplazo a los

ingenieros, ellos…¡no saben de estas cosas!”.

La contribución del conocimiento local inmerso en la oficialidad que nos muestra

el caso de Gregorio; o en otras palabras tener en el corazón de una institución con

tradición –por lo general crítica al CT– a un trabajador que contribuya con sus

habilidades y destrezas en aspectos que ‘no pudieron dar solución’, manifiesta que

los conocimientos de ciertos actores tienen validez y vigencia fuera de sus espacios

territoriales. Que es posible que el saber local pueda encarnar en vacíos de

habilidades de los espacios institucionales formales.

El reconocimiento por parte de instancias externas hace que el CT siga

contribuyendo desde donde está y con lo que sabe hacer; aspectos que a la vez

propician y facilitan el diálogo de saberes. En otras palabras, el CT demuestra que

tiene posibilidades de convivencia en espacios y temáticas diversas, mismo que nos

lleva a afirmar que contribuye a forjar renovadas identidades, tanto para lo que es

el conocimiento tradicional como para las contribuciones externas.

El caso de Don Ambrosio Tenorio tiene una connotación especial respecto al

diálogo de saberes, misma que parte de formular expresiones de gratitud hacia el

CT. Como se anuncia líneas arriba, la contribución del sabio es apreciada por

propios y extraños. Debido a ello, en una de las asambleas del ejido –de la gestión

precedente y en coordinación con la Delegación Magdalena Conteras, el Delegado

Héctor Jijoza Mora–, se aprobó edificar un mural que resuma su experiencia y

contribución al Bosque. Desafortunadamente, la propuesta aún sigue en promesa

debido a cambios políticos de la administración pública. Don Ambrosio sigue

esperando y no deja de comentar la visita que le hizo el muralista Ariosto (autor del

mural del edificio ejidal) con quien tuvo una motivadora plática y sesión de

fotografías.

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Finalmente, siguiendo la orientación del diálogo, la experiencia que los actores

reconocen –y apoyaron dentro del Bosque– es la labor de un técnico forestal que

saneó 3,000 árboles a los cuales vacunaron con nutrientes por la parte baja de su

fuste.387 Así fue recuperándose el Bosque luego de la presencia de las plagas que la

invadieron, al cual hicimos referencia en páginas anteriores. Hubo desconfianza,

muchos pensaban que más bien el monte se acabaría. “La ignorancia de algunas

personas del ejido que están a favor de que no se haga nada en el Bosque

expresaba que estaban inyectando venenos y que en poco tiempo sucumbiría”.388

Sin embargo, el mismo se fue recuperando, salvaguardando su población mínima.

Las experiencias y precedentes nos llevan a las siguientes reflexiones, a saber:

1. No es posible negar que la calidad y prestancia que hoy vive el Bosque es

resultado también de contribuciones significativas externas, y que los actores han

ido incorporando a sus repertorios personales. Ello demuestra que el CT, por su

propia naturaleza, requiere de otras contribuciones; por lo que queda claro que no

hay saberes y conocimientos ‘puros’, más bien ambas se fortalecen y consolidan,

entrando esas contribuciones en un proceso de desecho-adopción y, apropiación-

resignificación. Muchas veces por parte de uno ellos (saber occidental o saber

local) puede haber discordancia, imposición, censura, cuestionamientos, pero

también, implícitamente, correspondencias y elogios.

Prima la idea de articular cada vez mejor los saberes locales con los aportes

técnicos externos. Por ejemplo, el uso de herramientas utilizadas antes en el monte,

llámese cerrote, hacha o sierra voladora, actualmente tiene un uso limitado. La

motosierra (símbolo del arrasamiento del monte en otros momentos) los ha

desplazado porque ofrece mayores facilidades para derribar árboles grandes. Es

decir, se vienen integrando avances tecnológicos recientes en las prácticas

tradicionales, con el propósito de mejorar la productividad y reducir la cantidad de

trabajo requerido. Además, concluimos que las tecnologías y conocimientos se

desechan, adoptan o combinan, según beneficios y facilidades brindadas y

provengan de donde provengan.

387 El costo de inyección por cada árbol fue de $ 100.00 pesos. 388 Entrevista a Alejandro Cano, Bosque de San Nicolás Totolapan, marzo de 2006.

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2. Estos hechos hacen deliberar que es posible un diálogo intercultural de saberes,

dejando sometimientos y prejuicios para dar paso a un real compromiso por el

desarrollo rural sustentable, fenómeno que a la larga debe seguir re-significando,

reafirmando y re-dignificando al campo. En otras palabras, los actores sociales de

San Nicolás están por la integración y articulación de las contribuciones externas

(conocimientos y habilidades) y, en ese proceso dejan de lado actitudes de

sumisión, exclusión y dependencia. Asimismo, anuncian que los portadores del

saber tradicional han entrado a un proceso de ‘despertar de conciencia’ al

identificar las bondades de sus repertorios, conjugados con el saber occidental.

Ante todo ello, habría un acercamiento a la aspiración de la posibilidad de construir

sociedades sustentables con la integración valorada de los actores sociales expertos.

Respecto a las contribuciones o adaptación de conocimientos al Bosque, los

portadores de saberes occidentales expresan diferentes posiciones sobre los saberes

tradicionales. Algunos los califican de obsoletos y arcaicos, otros apuestan por su

erradicación, no pocos los entienden de manera romántica articulándolos de forma

instrumental; y una cuarta posición los ve como fuente de aprendizaje para

fortalecer el intercambio y el diálogo de saberes (Leff et al., 2005:7). De esta

manera entendemos que las visiones (e intenciones) de los diferentes agentes

externos que confluyen en el Bosque son diversas, tanto como son variopintas las

instituciones que ahí confluyen.

3. Aquí habría que percibir que lo que reasaltan dichas experiencias –más allá del

encuentro del tema técnico en sí– es la transmisión de saberes encarnados en

diferentes y peculiares maneras de relacionarse con la Naturaleza, sobre la base de

la visión holística para estructurar el manejo de sus prácticas productivas. “La

principal aportación de estas culturas a la crisis actual ecológica del mundo

contemporáneo es de carácter epistemológico o filosófico, su manera de

relacionarse (material y espiritualmente con la naturaleza (…)” (Toledo 2000:177).

4. En San Nicolás el Bosque sigue dándose en la estrategia de uso múltiple de sus

recursos. La madera es sólo uno de los componentes, acaso otrora principal, pero

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ahora con los proyectos productivos y su continuidad en relación con la agricultura,

la ganadería, la recolección, los servicios. Así se entreteje el CT.

4.7. Reflexiones sobre el CT en la encrucijada de la ciencia

Agentes externos y los mismos actores del Proyecto ignoran que es en su propio

seno, en los aportes del conocimiento tradicional local del manejo del recurso

forestal y las capacidades y habilidades de su población, donde se resume el

potencial y segmento de diferenciación comparativa para orientar la añorada

competitividad y liderazgo sustentable.

Es sobre ello donde descansa el manejo de fondo tanto del recurso natural como de

la gestión del servicio. Pensamos que este legado viene trastocándose, presionado

por una lógica diferente de ver las cosas que preside el enfoque mundo capitalista,

aquel que nos señala Wallerstein (1998) cuando afirma que en todas las sociedades

de corte predominantemente capitalista se crea un ser superior (que concibe) a la

Naturaleza para combatir y luchar contra ella.

Es debido a este enfoque que los aportes del CT y las habilidades y destrezas se

vuelven improcedentes al conocimiento occidental, peor aún, en otros momentos se

enfrentan a éste, desconociéndose su validez. Correlativo a ello, habría que dar

cuenta que, dentro de la provocación de enfoques, seguimos involucrados en un

sistema que depende y prioriza sus acciones articuladas a las políticas y las leyes

del mercado.

Es la lógica del logro económico del sistema capitalista que orienta su actuar,

involucrando a las poblaciones dependientes de ella. En la economía de mercado el

principio organizador para la relación con la Naturaleza es la maximización de las

ganancias y de la acumulación del capital. Las necesidades humanas son manejadas

mediante mecanismos de mercado. La ideología del desarrollo se encuentra sobre

la base de llevar los productos de la Naturaleza (y los conocimientos sobre su

manejo) dentro de la economía de mercado como materias primas para la

producción de mercancías (Shiva, en Sachs, 1996:333). Es en este contexto de

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limitaciones tanto para los recursos naturales como de las poblaciones donde sigue

manifestándose el CT.

Habría que destacar también que en realidad el CT convive y armoniza con otros

aportes, siempre fue así, nadie puede demostrar “purezas o integridades”; ningún

conocimiento lo es. Siempre hay aportes de fuera, por la dinámica intrínseca de las

sociedades y las culturas. La experiencia histórica con el estudio caso del Bosque y

Proyecto ecoturístico nos señala: ‘lo que no es útil se desecha, lo que es se queda’.

Más aún, en los albores del siglo XXI lo que sigue es que ‘lo tradicional’ debe

hacer uso de tecnologías de punta porque él mismo debe tener cuadros

(especialistas líderes) que lo representen. Es interesante ver, por ejemplo, cómo

algunos líderes ejidatarios de San Nicolás han acogido tecnologías mediáticas y

computarizadas (disponer de correo electrónico, uso de telefonía celular y

computadoras ‘lap top’) en sus presentaciones sobre su labor en el Bosque.

Un destacado biólogo peruano sostenía –sin dejar de tener razón–, refiriéndose a

cómo dar prestigio a lo tradicional en el caso andino:

Lo ‘andino’ (tradicional) es parte de lo moderno, va a demandar a entrar temas de biotecnología porque esto ya no es el mercado mayorista (…), esto es un mercado de genes, estamos hablando de gourmet, estamos hablando de cepas, estamos hablando ya de otro nivel, un nivel muy fino (…). En el tema de la informática, nosotros estamos haciendo con dos computadoras una conferencia electrónica con doce países, utilizando nada más un ‘software’. Se puede usar un ‘software’ en Huancavelica (región altoandina apartada de la capital), ¿por qué no? No es excluyente ahí. Hoy en día podemos entrar al tema de los servicios ambientales desde las comunidades (Ricard, 2005:88).

En el Bosque hay una suerte de intercambio entre lo tradicional y los aportes

exógenos, aunque a expresión de los mismos actores, lo que tiene mayor

consistencia es el CT:

“Nosotros apostamos primero por la experiencia tradicional, cuando no nos

escuchan les sale mal”. A la ciencia la ocupan sólo cuando es necesario y saben de

qué apropiarse y de qué no. “Nos fusilamos los conocimientos de fuera sólo cuando

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es necesario. Escuchamos las propuestas de los biólogos, de los ingenieros, pero

en nuestra cabeza estamos pensando cómo lo adaptamos, nunca lo hacemos

igual”.

Aquí la afirmación de Bellón (s/f: 3002) se restringe cuando nos dice al respecto:

(…) cuando este conocimiento entra en contacto con el conocimiento científico occidental pueden suceder dos cosas: ambos sistemas permanecen aislados, el uno del otro, o el conocimiento campesino es considerado como inferior (…) lo que a su vez se traduce en una pérdida de confianza en él, entre sus poseedores y finalmente en una pérdida irreversible de este (…)389

Para el estudio de caso de San Nicolás creemos que el asunto no va en la

orientación de aislamiento sino de enriquecimiento, e inclusive mutuo como es el

caso de lo que ocurre con el método ATCH, como sostienen (líneas arriba) los

nicolaítas.390

Con el apoyo de la explicación de Toledo creemos que la alternativa es el

encuentro de los dos aportes, como diálogo intercultural. Ni imposición de

externalidades, ni purismos consagrados en el entendido de que ningún

conocimiento, hecho o aporte es mejor o peor, sino diferente y que su valoración

parte del hecho de sus beneficios en el mismo terreno. “Ello supone el encuentro o

la síntesis, no la sustitución de saberes, los de carácter diacrónico que han sido

acumulados por cientos, a veces por miles de años de experimentación empírica, y

los de carácter sincrónico generados por los investigadores y técnicos con base en

observaciones análisis y experimentos de carácter contemporáneo En suma, es a

través del diálogo entre los productores campesinos y los investigadores científicos,

que se permitirá la resolución de los problemas de una cierta realidad regional o

local” (2000:134).

El tema de la imposición del conocimiento occidental sobre el tradicional tiene

aspectos de fondo que explican esa coacción. García (1996:2-3) en la identificación

de las diferencias entre la cultura y cosmovisión andina frente a la racionalidad de

389 El sombreado es mío. 390 Bellón (s/f: 3002).

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293

la cultura occidental,391 ha puesto al descubierto diferencias sustanciales entre estas

dos miradas.392 Sustenta –contradiciendo la imposición de la lógica capitalista que

prioriza el logro económico– que, en la lógica de vida de las comunidades el

aspecto de reproducción material por ende económico no es prioridad, más bien

son los componentes de la vida social y espiritual, los mismos que se manifiestan

encarnados los unos a los otros.

Sin embargo, en el debate entre el CT y los otros aportes, no es cuestión de

enfrentamiento. No se trata de una pugna de paradigmas, en una suerte de

dicotomía insuperable. Tampoco es cuestionar y estigmatizarlo como caótico y

negativo, por el uso deliberado de sus cuadros técnicos. Lo importante es reconocer

que en la experiencia caso que venimos presentando, hay un hilván muy fino en el

comportamiento y adopción de ambos. Es por ello que nuestros actores afirman

“nos fusilamos lo que queremos, y lo que no, lo desechamos”.393

Long (1996:70) al respecto sostiene lo siguiente: “La perspectiva centrada en el

actor social nos ayuda a trascender las representaciones dicotomizadas que hacen

un hincapié exagerado en las diferencias entre la naturaleza y la aplicación de la

ciencia moderna y las formas de conocimiento local”. Por ello, es preciso estudiar

los encuentros entre los diversos tipos de conocimientos e ideologías para el

análisis del desarrollo rural; así como tomar posición en contra de la tendencia a

considerar la ciencia y el conocimiento cotidiano como si fueran ontológicamente

diferentes.

Reflexionando sobre el mismo, la investigación nos acerca a entender a los técnicos

ligados al desarrollo rural que llegan al campo pretendiendo ofrecer ‘progreso y

desarrollo’; ¿cómo pedirles que ipso facto, o en primera ‘justiprecien’ al CT del

área en intervención, si llegan con una ‘carga ideológica y racionalidad occidental’

sobre sus espaldas de cientos de generaciones que han negado, invalidado y

391 El autor señala que también estas consideraciones serían ajustables a las culturas originarias mesoamericanas. 392 Ver referencia al capítulo I. 393 Consultando los apuntes de algunos cursos que tomé en el “Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas” (PRATEC) del Perú, donde hacen referencia al tema, sostienen que “los campesinos incorporan lo que desean, siempre fue así. Por lo demás, lo toman, se apropian, lo andinizan, y lo que no, lo excretan”, Lima, Perú, 1999.

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294

excluido lo que saben estos pueblos? No restamos importancia en cuanto a que los

procesos con mirada de resignificación entre ambas contribuciones sigan

dimensionándose. Experiencias como la del Proyecto Ecoturístico San Nicolás son

realmente alentadoras en un panorama de histórica ignominia que sigue

enfrentando el CT.

Se concluye la evidencia de que hay una ciencia de los pueblos cuyo ‘corpus

cognoscitivo’ y fundamento es el CT, quien tiene su fuente de origen y recreación

principalmente en las culturas y pueblos originarios, manifestado en la esfera de la

vida cotidiana pública y privada de la familia, la comunidad, la milpa, etc. Así

como otro tipo de ciencia, que es la ciencia occidental y que está ligada al poder en

el mundo del mercado y la capitalización, misma que se desarrolla y divulga

(consciente e inconscientemente) en la academia e investigación expresas.

La ciencia que está al favor de progreso y desarrollo con la supremacía y expansión

de occidente, cayendo muchas veces en el ‘cientificismo’, desarrollando una ‘falsa

conciencia’ de la ciencia como tal, quien debería estar orientada al beneficio de la

sociedad y de los pueblos sin entregarse o supeditarse como ocurrió y ocurre en

algunos casos.394

Lo alentador es que esta historia encajada –del CT y la ciencia occidental– a la

actualidad, es un proceso que viene esforzándose a favor de la integración, o al

menos del reconocimiento de la contribución del CT en espacios de mayor

apertura.

4.8. La contribución de la forestería comunitaria a partir del

estudio caso del Bosque de San Nicolás

Con la experiencia de la gestión del Bosque de San Nicolás se legitima que la

mirada comunitaria del Bosque es innegablemente diferente a la concepción

394 La historia sobre la imposición del colonialismo cultural ha presentado “casos de científicos que han participado en proyectos socialmente inmorales. Por ejemplo, en 1985 mas de la mitad de los científicos norteamericanos estaban involucrados directa e indirectamente en proyectos militares” (Toledo, 2003:4).

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295

comercial-capitalista del Bosque, que inmersa y comprometida con el mercado

neoliberal establece recuperar en el menor plazo la inversión económica, por ello la

producción y productividad apremian. Ahí los ciclos, movimiento, la observación y

convivencia con la vida silvestre no tendrían oportunidad de desarrollarse. El

objetivo de esta lógica de ganancias es el sometimiento de la Naturaleza,

convirtiendo a los Bosques en meros ‘criaderos de madera’.395 Sin embargo la

experiencia del ejido en estudio estaría mas cerca de la orientación de la empresa

forestal comunitaria (EFC) basado en el “modelo forestal comunitario mexicano”

quien viene liderando a nivel global en la materia hace más de 30 años.396

Las empresas forestales comunitarias en México representan un caso único en el

mundo, donde cientos de comunidades están manejando bosques de propiedad

común para la producción comercial de la madera, demostrando que no tienen que

abandonar sus formas de organización y prácticas tradicionales, su cultura, ni sus

intereses comunales para ser competitivos en el mercado. En este modelo las

comunidades rurales han aprendido a negociar, mantienen el control del proceso,

además de ofrecer sus servicios ambientales a otras comunidades. Vienen

proporcionando beneficios económicos significativos a los miembros de las

comunidades, lo cual revela la formación de un capital humano y social sui

generis, con el consecuente efecto de restar los niveles de pobreza y marginación

en el campo (Bray et al, 2007).

De manera contraria, las experiencias de la forestería comercial de hoy en día,

como en los casos de países como el Uruguay,397 Argentina, Chile y la India,398 y

algunos territorios de México por tener tendencias cada vez más declaradas hacia

la forestería comercial de gran inversión, desarticulan las foresterías tradicionales y

emprededoras como son las EFC. El siguiente cuadro (No. 9) es un esfuerzo de

identificar los rostros distintivos de ambas, a partir de la experiencia de manejo y

administración comunitaria del caso del Bosque San Nicolás Totolapan y de las

EFC del modelo mexicano. El objetivo no es crear dicotomía entre ellas, tampoco

395 Ver Eduardo Galeano: http://www.guayubira.org.uy/celulosa/Galeano.html y http://www.wrm.org.uy 396 Ver Bray et al, (2007). 397 En el capítulo III, acápite: “Lo que fue un problema…, nos benefició”, abordamos el tema. 398 Ver “La mujer en el bosque” (Shiva, 2004).

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296

estigmatizar o apologizar una u otra, sino develar las contribuciones que brinda la

forestería comunitaria y el CT, en ella subsumido, al desarrollo rural y

sustentabilidad actual. Y, por qué no decirlo, a la megaciudad –nada circunspecta–

del Distrito Federal y fuera de los límites de ella. Sucede –como con la agricultura

y la ganadería– que distinguimos dos diferenciados enfoques, tipos de manejo y

tipos de intervención; miradas diferentes de ver la Naturaleza y al medio ambiente,

y con ello al recurso forestal.

Cuadro No. 9

Diferencias de orientación y manejo entre la forestería capitalista y la forestería comunitaria del bosque

De orientación capitalista De orientación comunitaria 1. Adolece de visón y enfoque

sustentable. 1. Integra y se compromete con elementos y una

visión sustentable del bosque y su hinterland (del mismo). “Dejar el bosque para que las futuras generaciones lo disfruten. Conservación del ecosistema y de los servicios forestales.

2. El objetivo empresarial del mercado neoliberal es recuperar en el menor plazo la inversión económica, por ello la producción y productividad es apremia. Requiere de grandes capitales económicos.

2. La forestería tradicional tiene como objetivo dinamizar la producción forestal equilibrando los componentes productivo, social, cultural, histórico, espiritual, alimenticio, medicinal, de ornato paisajístico, elaboración de artesanías, obtención de leña y madera, el mercado y ahora el turismo. Incursionando en la EFC, el bosque es visto como una empresa comunitaria forestal orientada a la producción de cultivos de subsistencia, cosecha de leña, forraje, productos forestales no maderables y su industrialización. Su capital es territorial, organizacional, social, y cognoscitivo.

3. Su tendencia productiva se basa en el monocultivo: árboles de una sola especie, tamaño, color, textura y forma para efecto de su fácil industrialización.

3. Es imprescindible mantener las diferentes variedades y especies de la flora, fauna y microorganismos que encierra el bosque y sotobosque. ‘Todo ser vivo responde a una razón de ser’. ‘Todo es importante’. Es imprescindible la disponibilidad de pastizales y cuencas de captación de agua

4. Son bosques “del silencio” o “desiertos verdes”, son criaderos de madera donde decaen los ciclos y movimiento de la vida

4. Mantiene un escenario de vida natural expresando la diversidad de las formas de vida forestal, faunística y de sus microorganismos..

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297

silvestre. 5. No atraen para el solaz y

desasosiego de visitantes. 5. Atraen por su belleza que está sobre la base de

la contemplación de la diversidad de formas de expresión de la vida. Trabaja para ser producto turístico.

6. Es manejada por empresas capitalistas en la lógica de ganancias y sometimiento de la naturaleza y recursos a sus intereses individuales. Se aleja de la realidad y necesidades de los pueblos.

6. Es administrada por actores sociales con indistintos intereses, con base en el beneficio comunitario, pre-distribución de utilidades (familia, ejido, comunidad, empresa asociativa, cooperativa). Disminuye riesgos y asegura ganancias. Su objetivo refleja la necesidad de dar máxima prioridad a las necesidades económicas de las familias y las comunidades.

7. Respaldada por la ciencia y tecnología del “paquete verde occidental” (semillas ‘mejoradas’, insecticidas, maquinaria pesada) sin importar el impacto medio ambiental. ‘Falsa conciencia’ de la ciencia.

7. Apoyado en los saberes y conocimiento tradicional recreado en generaciones, pero adoptando y adaptando otras contribuciones tecnológicas y de sustentabilidad. Con el enfoque de EFC, incorpora procesos complejos productivos, tecnologías sofisticadas y mayor inversión399.

8 Lo promueven la gran inversión capitalista, el Estado y agentes externos (deliberada o indeliberadamente).

8. Se basa en estructuras de gobernanza local que son representativas, democráticas y autónomas Se viene dimensionando a partir de los actores sociales que ven en ella un medio de vida y realización identitaria. Asimismo, Universidades, ONG e inclusive el Estado. En México, el cambio de las reglas de manejo de los recursos forestales ha sido dirigido por políticas gubernamentales acertadas.

9 Su enfoque es unidireccional y unidimensional. Va sobre la especie, los resultados.

9. Su enfoque es holístico, además de procurar la integración de todos los elementos y seres vivos, los relaciona con la agricultura, ganadería, recolección, caza, etcétera.

10 Agudiza la crisis de la salud medioambiental de la localidad y

10. Contribuye a oxigenar y multiplicar los beneficios que tienen los bosques a la

399 Las EFC con mayor capital, están invirtiendo en equipo modernizado, explorando nuevos mercados, invirtiendo en capital humano, y diversificando sus actividades en la venta de servicios ambientales y productos forestales no maderables de distintos tipos. Tenemos el caso del modelo de la Unión de Comunidades Zapoteco-Chinateca en Oaxaca, basado en la interdependencia de las familias, las comunidades y la organización, que permite el manejo integrado de casi 30,000 hectáreas de territorio comunal “(…) sin este sistema las tierras podrían haberse fragmentado, formando pequeñas fincas de 28 hectáreas en promedio, cada una con sus terrenos sembrados y sus áreas de pastoreo. En tal situación sería muy baja la posibilidad de proteger los hábitats de la fragmentación (Chapela, 2007:143). Asimismo viene creciendo la producción destinada a mercados renovados como es el caso del ejido el Balcón, Guerrero, que viene exportando madera a Estados Unidos con un claro liderazgo comunitario en la gestión de la empresa, al tiempo que le otorga un margen de decisión importante a los administradores profesionales de la misma (Bray et al., 2007:43)

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298

del planeta en lo general. comunidad local y externa. Se reconocen pagos por conservación ambiental.

El manejo forestal de gran inversión privada por lo general adquiere tierras de las comunidades, mayormente forzadas a vender, rentar o concesionar sus tierras.

El manejo forestal comunitario recupera y produce por parte de las comunidades y organizaciones intercomunitarias las tierras forestales para la cosecha de productos forestales maderables y no maderables..

Fuente: Elaboración propia, noviembre del 2007.

4.9. A manera de conclusión sobre el manejo forestal

La confrontación y análisis de los resultados nos expresa que el CT en el ejido es

una contribución útil en el manejo forestal del recurso en la gestión ecoturística del

Parque, mismo que se expresa articulado a las capacidades y habilidades de la

cultura local. Hablamos de un CT vigente en las diferentes arenas y agendas;

expresando su creatividad, pujanza, solidez y renovación, pero también subsumido,

contradictorio y excluido.

En ese proceso se ha asimilado y viene apropiándose del Proyecto, pero a la vez

vive sujeto, y en algún caso subsumido, a las relaciones de fuerza existentes que

expresan procesos de enfrentamiento, permanencia y afirmación en su mismo seno,

y entre los actores que vienen gestionándolo. Es decir, hace distinguir que existe un

enfrentamiento con la lógica occidental de manejo conservacionista, mismo que

pretende imponer relaciones de imposición/dominio en el Proyecto Ecoturístico y

Bosque, pero también, que es dúctil a los diálogos y acercamientos, mismos que los

re-significan para seguir construyendo una historia de apropiación y permanencia

actual en el Bosque y PEESNT.

Lo que muestran los ejidatarios de San Nicolás, no es sólo un listado o repertorio

suelto de saberes y habilidades que expresan hacia su monte, es una contribución

mucho más compleja. La lectura global de esta contribución se traduce, además, en

mostrarnos un manejo múltiple del ecosistema, expresado en la identificación y

comportamientos de un número extenso de especies, manejo de la cuenca, manejo

del agua, variaciones del clima, manejo del suelo, pisos ecológicos, ciclos

productivos y reproductivos, temporadas de veda, etc. En sí, el manejo de todo un

Page 299: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

299

sistema de reproducción de la vida misma, e ahí su importancia. Como explica

Bartra (2006:375) “Los campesinos son indispensables no tanto porque ‘producen

bienes baratos y sin subsidio’, sino porque reproducen la diversidad social y

natural, que es un valor de uso y no un valor de cambio”.400 San Nicolás es un

ejemplo vivo del valor, de cómo las comunidades al reproducir su Bosque son

además uno de las responsables directos de la reproducción de la biodiversidad

natural y social, engarzada a otras comunidades del país y del mundo.

Así, la conducción del Bosque, es un legado histórico importante para el desarrollo

del PEESNT. Es el sustento y telón de fondo fundamental para la explicación y

recorrido de los circuitos y gestión turística en general. En otras palabras, sin el

Bosque que ahora refleja un ‘buen manejo’, ostentando con ello una ‘presentación

bonita y atrayente’, ninguna de las otras actividades incitarían el interés externo,

nos referimos a los otros pilares (segmentos turísticos) del Proyecto como son la

granja didáctica, ciclismo, charrería, campamento, etcétera.

En el Bosque de San Nicolás Totolapan, acaso se ha detenido una percepción que

trasluce la concepción local propia (heredada) sobre sus recursos. Son miradas que

cruzan fronteras que van más allá de objetivos y utilidad exclusivamente

economicistas. Es el bienestar y calidad de vida que proporciona el Bosque a través

de sus elementos de ornato y belleza propios de su contexto paisajístico.

Don Lázaro Camacho –jubilado de la Reserva Forestal–401 sintetiza estas

identidades hacia el Bosque cuando expresa: “Después de limpiado y forestado…,

entonces viene lo más importante, se embellece y queda hermoso. Así favorecemos

la vida de los animalitos y todos lo disfrutamos”. Ahí se sintetiza además la versión

humanística que parte del cuidado que despliegan sus protagonistas, teniendo como

lógica concebir al Bosque en íntima relación con los demás seres humanos, las

plantas, animales, el aire, el agua, la tierra y el cosmos. Demostrando, de esta

forma, un sentido también espiritual en su relación con el Bosque, por ello su

permanencia a pesar de haber un cuestionamiento generalizado sobre la

compensación económica que les reditúa el Proyecto Parque.

400 El sombreado es mío. 401 Entrevista en el pueblo San Nicolás Totolapan, febrero de 2006.

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300

Los actores traslucen conocimientos de un manejo añoso y enfoque holístico sobre

el Bosque, y qué duda cabe, también de emociones vivas y vivificantes que dan y

reciben de él. En este caso, producto de su enfoque holístico,402 como característica

diferente a lo que sucede en empresas de producción forestal (bosques ‘muertos’)

donde se explican los acontecimientos, elementos y problemas unilinealmente,

porque el objetivo está enfocado al usufructo económico inmediato. En cambio, la

finalidad de la permanencia del Bosque de San Nicolás trasciende lo económico-

productivo y abraza en su manejo y administración el interés por lo social, cultural,

histórico, espiritual, educativo, de sustentabilidad, de ornato y, por supuesto, ahora

con énfasis en lo turístico. Son las grandes diferencias entre un bosque de

orientación comercial privado y un bosque de administración comunitaria con base

en la forestería social y la EFC, de acuerdo a como lo abordamos en el cuadro No.

9.

Quienes ostentan el saber local han desarrollado en largos años y en cientos de

generaciones, sobre la base de las experiencias de vida, un “corpus cognoscitivo

forestal” práctico y versátil, pilar trascendental inclusive de la propuesta

pedagógica ecoturística sustentable (PEC) al servicio de los visitantes.

El Proyecto Parque Ecoturístico se inscribe no sólo en el año de capacitación

previo a la instalación del PEESNT, sino en los cientos de generaciones que han

nutrido su espíritu y compromiso de arraigo en cada uno de los ejidatarios que hoy

lo conducen. De la aplicación de esas identidades como mensaje y compromiso

educativo ambiental hacia los visitantes al Parque, versará el siguiente capítulo.

402 Lo entendemos en la medida que el CT integra todos los elementos al percibir un hecho o fenómeno de manera interrelacionada, aunque se trate de entes individuales. Por ejemplo, para entender un árbol, necesariamente se le concibe constituido en su contexto e interrelacionado con los demás elementos del monte. Es decir, su presencia y estado se explica necesariamente con base en todos los componentes de ese escenario. Con los actores responsables de la conducción (técnica e inclusive de afectos y dedicación), el clima, el mercado, su asociación con otros entes de la foresta, ciclos vegetativos y productivos, la fauna silvestre, etcétera.

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301

CAPÍTULO V

RE-SIGNIFICANDO EL ECOTURISMO Y LA SUSTENTABILIDAD

El objetivo del presente capítulo es evidenciar las particularidades y contribuciones

que manifiestan los actores de San Nicolás al campo del ecoturístico comunitario, a

la educación y cultura ambiental y a la sustentabilidad, como resultado de procesos

vivenciales nutridos de canteras cosmovisionales y cognoscitivas. Asimismo, cómo

se manifiestan las diferentes dinámicas en las relaciones de fuerza existentes,

mostrando procesos de enfrentamiento, permanencia y afirmación en la

construcción y desarrollo de este proyecto.

En este capítulo se muestra que es posible apropiarse de la propuesta ecoturístico-

sustentable y recrearla conformando un paradigma local, mismo que manifiesta el

re-significar el tema y a los actores que en ella participan. Evidencia también cómo

este proceso arroja, como una de sus mayores contribuciones a la educación

ambiental, un modelo de formación que denominamos “Pedagogía Ejidataria

Ecoturística” (PEC), resultado de la entrega a visitantes, pares poblacionales y

actores externos (durante el guiado) la existencia de un andamiaje identitario

producto de la relación de ‘intersubjetividad’ que encierran con el escenario

exuberante, pretendiendo que la misma pueda re-dimensionarse.

Se demuestra que el Proyecto se ha empoderado y resume un liderazgo reconocido;

sin embargo, su horizonte no es llano, hay expresiones de disputa al interno y

externo que enfrentan y complejizan la marcha del PEESNT. Empero, la empresa

está ahí, vigente, empoderada, revelando evidencias que vienen re-significando al

campo, como cuando expresa un renovado estilo de trabajo y negociación, que no

hace otra cosa sino dignificar al campesino ejidatario.

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302

Finalmente, se reflexiona sobre la importancia de la resistencia y empoderamiento

de los actores, como una contribución a la construcción de la legitimidad de la vía

campesina. Propuesta que, desde el enfoque de los actores, parte de reconocer sus

capacidades, habilidades y cultura local, útil para espacios socioculturales y

ambientales similares que vienen administrando el turismo comunitario sustentable

y, por qué no, irrumpir con planteamientos para la generación de políticas al sector,

en el camino de reconocernos los interventores externos como actores que

conformamos parte de la red de relaciones y compromisos para con el campo.

5.1. La intención dialógica de la labor ecoturística

En la etapa del desarrollo, el enfoque sobre la percepción de las sociedades rurales

y sus actores fue reconocerlos predominantemente como productores

agropecuarios, por ello lo fundamental era (todavía lo es) desarrollar programas

productivistas-asistencialistas-mercantilistas.

Esta mirada, en más de medio siglo de intervención, imaginaba lo local, invadido

de carencias que habría que llenar capacitando mediante la transferencia de

conocimientos (para la generación de los mismos) o ‘construyendo obras’, para

alcanzar el “progreso” y la “modernidad”. Acciones y enfoque que utilizaban una

metodología de transferencia y forma de intervención, generalmente emulando

modelos escolásticos.

En términos de los expertos de la pedagogía alternativa, se cometían casi los

mismos errores de la ‘educación tradicional’ o ‘bancaria’.403 Cursos de

capacitación con papelógrafos, videos, calendarios, afiches, mapeos, parcelas

demostrativas, seminarios y ahora por último acetatos en ‘power point, entre otros,

son los principales medios y materiales para la comunicación entre actores internos

y externos del desarrollo rural.

403 Paulo Freire líder latinoamericano de la educación alternativa (y otros) fustigó este hecho en sus obras. Ver Pedagogia del oprimido (Freire, 1970).

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303

No se invalida la utilidad técnico- pedagógica de estos medios y materiales (que en

su momento apoyaron y tienen utilidad), el hecho está en que, por recurrir a ellos

sesgadamente fueron negándose y anulando las formas de comunicación local de

las comunidades intervenidas y, con ello, su ‘corpus cognoscitivo’, saberes y

habilidades. Fue un proceso donde hubo asimilación de información por parte de

unos a otros en un esfuerzo por crear el conocimiento. Es decir, no fueron ni son

siempre meras imposiciones mecánicas desde fuera, sino que expresan cierta

negociación de lógicas y conceptos. Sin embargo, la pregunta central sigue siendo:

¿En pueblos con miles de años de historia, será posible que no competan, o mejor

dicho se invaliden los conocimientos y con ello las formas comunicativas locales,

so pretexto de llevar alternativas de solución a los problemas y vacíos de

conocimientos en la administración de los recursos?

El objetivo es transferir y operar planes, programas y proyectos elaborados y

ejecutados por agentes externos tecnócratas (expertos, promotores, ingenieros,

asistentes, etc.), ignorando que esas sociedades funcionan de manera colectiva y

son gestores de sus sistemas ambientales, que están sobre la base de una

racionalidad y cosmovisión propias, misma que da lugar a una forma de concebir y

relacionarse con su entorno. Es decir, al privilegiar este aspecto se fueron

ignorando e invalidando los demás aspectos que integran el mundo rural, como son

los sistemas sociales, culturales y simbólicos, con ello la forma de comunicación e

interrelación que entretejen sus actores. “Estas racionalidades culturales

comprenden un sistema complejo de valores ideologías, significados, prácticas

productivas y estilos de vida que se han desarrollado a lo largo de la historia” (Leff

et al., 2002:495), mismas que habría que reconocerlas como objetivamente se

presentan.

Con la imposición se fue fomentando la dependencia, otra vez –al igual que pasa

con la actividad agrícola, pecuaria, forestal, el campo de la medicina, entre otros–,

descartando que estas sociedades son igualmente poseedoras de conocimientos y

habilidades, que se transmiten asociados e inscritos –además de la lengua como

componente fundamental– en un conjunto de lazos afectivos, emociones,

compromisos y sentimientos para que los mensajes internalicen su cometido. Así,

vemos que existen formas tradicionales de comunicación, educación, socialización,

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304

e interrelaciones entre los actores sociales, que difieren de la forma ‘bancaria’ que

lleva el modelo de intervención convencional. La forma de comunicación

campesina ha establecido una forma y modelo de comunicación (cotidiana, pública

o privada) que hace posible la reproducción y sostenimiento de sus sociedades.

La comunicación se da, como se aprendió desde siempre, con el diálogo que es lo

más importante, ahí se da lectura de la afabilidad o rigor de los acentos y tonos del

lenguaje. Pero igualmente están los actos, hechos, creaciones literarias, artísticas y

materiales que comunican mensajes. Así, se fomentan los cuentos, cantos,

leyendas, fábulas, poesía, himnos, sentencias, máximas y mitos. Las fiestas, las

artesanías,404 danzas, testimonios gráficos en tejidos o pinturas, los gestos,

silencios, predominancia en el uso de colores, las ayudas mutuas, visitas, ferias,

regalos, las bromas y la risa, que son también formas de comunicación campesina.

Valiosas porque permiten desarrollar saberes y conocimientos en relación con los

recursos naturales, además porque siempre se dan asociadas a la producción y al

trabajo. Es el sustento para seguir reproduciendo y asociando la cultura e identidad

de los pueblos,405 experiencias por demás valiosas, porque habría que reconocer:

vienen dándose a contracorriente.

Ocurre que estas últimas décadas y debido al cuestionamiento del modelo

desarrollista, algunas comunidades empiezan a abrazar modelos alternativos, para

el caso, sustentables de desarrollo. Al hacerlo –haciendo caso omiso de la supuesta

ineficiencia de sus sistemas productivos tradicionales y modificados– se dan cuenta

que han entrado a otra forma de organización para poder salir de la subsistencia e

ingresar a otras formas productivas más alentadoras, diversificando su economía

con la incursión en la producción agroecológica, la forestería social y el

ecoturismo, entre otros, como es el caso de la comunidad objeto de estudio.

Así, ahora tenemos experiencias empoderadas de pueblos y líderes con la intención

de convertirse en agentes para la transferencia de conocimientos, saberes y

habilidades hacia otros campesinos y demás actores de la sociedad mayor,

404 Llámese tejidos, tallados en madera, repujados de cuero, cornoplastía, orfebrería, bordados, etcétera. 405 Ver La comunicación con campesinos, Grupo Talpuy (1991).

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305

utilizando sus lenguajes y estilos de comunicación propios, con base en sus

“formas simbólicas de percepción, significación y relación con la naturaleza y sus

normas culturales y de organización social para la gestión de un desarrollo propio”

(Leff et al., 2002:503).

En la actualidad hay un claro interés por el reconocimiento de los saberes indígenas

por fortalecer su patrimonio cultural y sus cosmovisiones. Sin embargo, suena más

interesante si son los mismos actores quienes dimensionan estas contribuciones a

partir de sus propias formas simbólicas de percepción, significación y relación con

la Naturaleza.

Es en este perfil y reconocimiento en que se inscribe la experiencia de los

responsables que llevan el PEESNT al brindar sus saberes y conocimientos a los

visitantes (‘turistas’) y a otros actores del medio rural (de campesino a campesino)

y demás.

Estos intercambios dialógicos –sin haberse considerado expresa y concientemente–

tienen como base su forma de comunicación ‘natural’ asentada en

emociones/sentimientos, compromisos/identidades, como producto de su

cosmovisión e identidad socio-cultural. Expresiones que hemos denominado como

“Pedagogía Comunitaria Ecoturística” (PEC), misma que marca diferencias

consustanciales con el enfoque y las enseñanzas de los Guías Técnicos de Turismo

(del modelo de intervención desarrollista como Sectur, Foptur u otras que fomentan

la promoción turística), las cuales realizan labores equivalentes. Como sostiene

Habermas “(…) las acciones comunicativas no son sólo procesos de interpretación

en los cuales el conocimiento cultural se ‘pone a prueba frente al mundo’; al mismo

tiempo son procesos de integración social y de socialización” (Long, 1993:10).

5.2. La “Pedagogía Ecoturística Comunitaria” (PEC)

5.2.1 “¡Aprendan a observar y amar lo nuestro!”: La experiencia del guiado

ejidatario

Page 306: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

306

Un día cualquiera de la semana se tiene la visita de cuatro escuelas con niños y

adolescentes entre 6 y 15 años, respectivamente, provenientes del DF. Van

llegando poco a poco hasta las 10 AM, acompañados por sus maestros y algunos

padres de familia.

Los guías ya tienen la instrucción de recibirlos, están a la entrada de la capilla del

Parque, esperándolos horas antes. En el lugar hay movimiento por todos lados.

Cerca de cinco autobuses están arribando al gran estacionamiento del “Parque

Ejidal Ecoturísico”. Una empresa televisora que acostumbra su labor de filmación

pone la nota ‘folklórica’ de atención entre los jóvenes y niños, uno que otro artista

conocido atrae las miradas de los niños. Llegan los guías ejidales, el responsable de

los juegos, los charros con caballos vestidos, algunas autoridades, los vigilantes,

los administradores y, de paso, hasta algunos ambulantes de dulces y comidas.

Los guiados se hacen simultáneamente, cada guía tiene a su cargo cerca de 50

niños, en turnos diferentes de mañana y tarde. El recorrido empieza cuando el guía

explica que deben estar atentos a las explicaciones y, poniéndose la mano a la parte

izquierda de su pecho sostiene que las explicaciones van ‘de corazón a corazón’:

“¡Inlakesh, alakesh!”. En otros momentos, despiden su labor del guiado con las

mismas palabras en el objetivo pedagógico que sintetiza su identidad. Es como

decir ‘tu eres mi corazón, yo soy tu corazón’; así, la invitación está hecha, en la

pretensión soterrada de que ingresen a su mundo, a su cosmovisión.

Pasan al venadario, se explica la procedencia del venado, cómo lograron aumentar

su población en el Parque, su alimentación y sus costumbres. Pasan a observar a los

pecaríes y el zorro plateado. Los niños se muestran ansiosos ante la motivación de

los guías. En cada momento se reitera la importancia del Bosque, que es fuente de

vida, de oxígeno, de agua, que es un legado de nuestros antepasados... “Niños,

muchos de estos árboles pasan ¡los 100 años! Ya veremos más adelante, ¡cómo se

propagan!”.

Las explicaciones son breves, hay entrega, hay interés porque los mensajes lleguen,

no pocas veces hay reiteración. “¿Me entienden?, observen, ¡observen cada árbol!,

su tamaño, su color, su forma, dónde están, si es grueso, si es chaparro, su suelo,

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307

su clima, ¡¿con qué árboles están juntos…?! ¿Escuchan el canto de los pájaros?”.

“¡Yo quiero conocer al carpintero!, ¡yo a la lechuza!”. Entre caminata y caminata

siguen las respuestas a los visitantes inquietos. El trato es amigable.

Más adelante se llega a la granja didáctica, ahí la explicación es breve, más bien se

invita a conocer directamente los animales de la granja. Se dice que son animales

que crían los campesinos, su utilidad y que los consideran como de su familia, por

ello tienen su nombre cada uno. Los niños juegan, preguntan y hacen cariños a

cabras, borregos, mula, caballos, toro, vaca, gansos, y caballos “pony”. “¡¡Súbeme,

súbeme, yo quiero montarlo!!”, “¡¡yo primero!!”. “¿Podrás subirme? Sólo he

traído tres pesos ¡”. “Con cuidado, ¡¡sólo a los que estén formados!!”.

Todo es emoción en los rostros de niños y guías. A los niños es más fácil guiarlos,

se motivan más rápido, pero hay que tener cuidado con los más jovencitos que “de

por sí buscan escabullirse en los lugares más apartados” aprovechando el

alboroto.

Más adelante se presenta el espectáculo de la charrería y los gallos navajeros, como

expresión típica de las costumbres del campo mexicano. “Es nuestra historia,

¡debemos saber de historia!”. Todos los grupos de niños del turno de la mañana

participan de la presentación, hay música y emoción por todos lados. Al final hay

aplausos, se hacen cariños a los animales, y luego se invita a dar paseos en caballo.

Los guías hacen pasear a los niños, extremando cuidados, como si fueran sus

propios hijos.

Se anuncia la hora del refrigerio, todos los niños corren, saltan y gritan de euforia.

Hay satisfacción en los rostros de los guías. Los niños ‘están trepados’ literalmente

sobre ellos. “¿Por qué las cabritas no están con su mamá? ¿Por qué usas este

sombrero? ¿Cómo el Bosque tiene tantos árboles y donde vivo no?...”. Voces

cómplices, cada vez más tenues se escuchan de cuando en cuando, expresando,

“¡¡¡déjenlos en paz niños!!!”. Son las maestras que observan la labor del guía,

quieren apoyarlos, pero su descanso por ese día, apremia sus indulgencias.

Page 308: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

308

Culminado el almuerzo, entra Víctor –un joven scout que apoya en el Parque–

entretiene a los niños con diversos juegos. Cerca de dos horas transcurren los

juegos. Los niños están henchidos de alegría y cansancio. Les preguntan si quieren

ir al vivero y a las truchas, pero ya no dan más, por lo que el paseo con ese grupo

culmina hasta ahí.

El guía pasa a otro grupo de los más grandecitos, y en su recorrido hacen la visita

al vivero “Potrerito”, luego a las truchas.

En el vivero, sentados en los bancos de troncos y el suelo, trepándose algunos en

las camas y los invernaderos, escuchan la explicación sobre las diferentes semillas,

la diversidad de plantoncitos en las camas, los abonos, los tipos de suelo, cómo

plantar y lograr un arbolito, etc. Todos meten mano al ‘ocoshal’, juegan con los

‘oconos’, las bolsas de plástico y los arbolitos. “Toda esa franja de arbolitos

verdes de oyamel que ustedes ven allá, todo, todito, nosotros lo hemos reforestado”

“El bosque tiene su historia, nosotros lo cuidamos para que no entre la plaga y

tampoco siga ¡la mancha urbana!”. Los niños quieren llevarse los arbolitos más

tiernos, prometen que los harán prosperar. Los guías han entregado su entusiasmo y

cariño, pero aún están incansables al igual que los niños.

La visita ha culminado, los guías los acompañan a abordar los autobuses, el

recuento de los escolares es ineludible. Los maestros agradecen, los padres de

familia prometen que volverán con su familia, piden trípticos. “Me impresionó su

explicación; ¡¡¡Ay!!! hasta la piel se me puso chinita al ver cómo les explicó del

bosque a mis niños, ¡tanto sabe usted y ¡cómo se nota que quiere a mis bandidos

chamacos!…“Voy a regresar, ¡¡esto se debe difundir!!”. “Me gustaría que usted

mismo me haga el guiado. ¿Me da su nombre?...”

Por su parte los guías han culminado su labor, hay satisfacción en sus rostros. En

su balance inmediato prometen que no se olvidarán de los nombres científicos de

las plantas, que es mejor llevarlos por ese otro lado para que no se cansen tanto,

que deben hablar más fuerte, que sería mejor si les contarán la historia de cómo se

instaló el Bosque con ‘los ocho locos’…“¡Estamos rendidos,…trabajar con

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309

chamacos no es nada fácil!…, siempre terminamos así; pero nos gusta, ¡¡¡ese es

nuestro pago, nuestra satisfacción!!!”.

2.2.3. La cantera de la experiencia e intencionalidad de la PEC: el

guiado ejidal

En el capítulo anterior se sustentó que existe un ‘corpus cognoscitivo’ en la

conducción del Bosque y Proyecto como una construcción ideologizada y re-

significada. Concluimos que el escenario no es homogéneo para el CT, sus actores

y el PEESNT, que existen relaciones de fuerza y procesos de enfrentamiento,

permanencia y afirmación en los mismos en el proceso de construcción de la

propuesta ecoturística sustentable alternativa. Vimos cómo el poder y marginación

tanto del CT como en la relación entre los actores, marcan disputas, hecho que a la

vez –concordando con Bonfil–406 tiene un mensaje significativo, que no hace sino

mostrarnos expresiones de resistencia y control sobre sus recursos, su organización

social, sus conocimientos y su sistema simbólico que consideran suyo.

Por ello, la identidad y mirada consagrada por el Bosque y la Naturaleza no ha

fenecido, muy por el contrario, se manifiesta con sentido identitario, sentimientos,

simbolismos y valoraciones que se brinda al Bosque; y que todo ello constituye un

‘bien espiritual’ dador de vida y además vivificante en los actores del Proyecto.

Son estas manifestaciones emocionales e indentitarias lo que los guías vienen

entregando a los visitantes, aparte del recorrido e información meramente turística.

Todo ello conforma el soporte ideológico-cultural de lo que particularmente

denominamos como “Pedagogía Ecoturística Comunitaria de San Nicolás

Totolapan” (PEC). La misma, como una expresión y contribución más de las

habilidades y capacidades de la cultura local, adyacente al “corpus cognoscitivo”

que manejan sobre el recurso forestal. En 12 años de gestión, los mensajes

406 Ver Bonfil (1990).

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310

identitarios y la concepción consagrada por su patrimonio es la motivación de

fondo cuando los actores desarrollan su servicio de guiado.407

Vienen atendiendo diferentes tipos de visitas, siendo las necesidades de cada grupo

disímil y a la vez indeterminado, por lo que el servicio se orienta cada vez más a

tener nuevos contenidos y llegadas, además del reto pedagógico. Tienen que

atender a grupos de:

• Preescolares • Escolares (primaria y secundaria) • Estudiantes universitarios • Visitantes en familia • Grupos de discapacitados • Grupos de la tercera edad • Científicos nacionales y extranjeros • Comunidades y ejidos • Intercambio de experiencias • Instituciones oficiales del Estado e internacionales • Autoridades internas y externas • Visitantes en general

Aquí las enseñanzas y mensajes tienden a reconocer las diferencias en edad, sexo,

extracción social, problemas particulares y hasta motivaciones personales, en un

proceso de ir construyendo capacidades y adhiriéndose a lo inédito. Las lecciones

del guiado son colectivas, así como colectivos son los grupos distintos que

atienden. Vienen aprendiendo de los ‘visitantes difíciles’, de los que ‘no quieren

atender’, ‘de los eufóricos’, ‘de los que no escuchan’, ‘de los que recién conocen’,

‘de los que nada saben o contribuyen más’. De entender y satisfacer a la vez a los

niños, maestras, padres de familia, a iniciados y expertos técnicos visitantes y

autoridades que prometen más de lo que cumplen.

A los guías –para el caso de escolares–, se les capacitó sobre cómo debían hacer el

guiado y elegir el tema (Convenio con la Secretaría de Educación Pública);408 pero

en la práctica los contenidos y los mensajes se vienen sustentando, direccionando y

enriqueciendo con los aportes de su cultura local. “(…) le pusimos con lo que

407 Ver capítulo III: “El Bosque y Parque Ecoturístico: procesos de resistencia y empoderamiento”, en el que se hace una reconstrucción histórica de los 12 años de labor sostenida del Proyecto. 408 Ver acápite en donde abordamos el Convenio con la SEP.

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311

sabemos de lo rústico”. La vivencia cotidiana vigorizó el programa de enseñanza-

aprendizaje y objetivo educativo establecidos en el manejo de grupos, el dominio

de la disertación, la elección de temas de motivación, la seguridad del colectivo y

qué actividades lúdicas aplicar. La experiencia de Manuel Moriño da luces al

respecto.

Primero es la bienvenida. Miro el grupo, el tipo de gente, si son de dinero o no, si son grandes, si son discapacitados…Luego elijo en el momento el Programa que haré, lo adecuo a lo que dice la SEP, les hago juegos…Luego elijo la ruta , luego juegos y luego a comer. Debo hacer que la explicación sea más interesante según la edad. No es fácil tenerlos atentos. No deben hacerte perder el control. Por ejemplo a un compañero un grupo lo venció, salieron fuera del Bosque y los jóvenes… ¡volvieron en pesero! Ellos deben venir todos en conjunto. Me hago ayudar con un silbato para reunirnos, para retiro, orden, silencio, todo con juegos y bromas. ¡Hay que tener un don para manejar a los niños! 409

Se puede derivar que la PEC es una experiencia que se construye en el fragor de

obstinadas experiencias en el llano. La preparación previa del grupo con BALAM,

SC en ecoturismo, las directivas de la SEP y la auto capacitación, fue un sustento

valioso, pero no suficiente. “Al principio sudaba de miedo, temblaban mi voz, mis

pies”. O, en otros casos, cuando la experiencia del Proyecto tenía que exponerse

fuera de los límites del Parque, “Mis manos temblaban cuando de repente en

nuestra primera vez teníamos que hablar ante 300 personas. Como fuimos varios

de nosotros, lo pudimos hacer y luego nos fue gustando, por el cariño que tenemos

al Bosque. Ahora casi todos salimos a representar al ejido. También Sectur nos

enseñó cómo debíamos exponer y presentar nuestras experiencias”. Hoy,

diferentes espacios académicos y no académicos siguen convocándolos, incluso

hay publicaciones con artículos elaborados por los actores protagonistas.

Con el correr del tiempo se han venido adquiriendo destrezas y habilidades, como

experiencia que explicita una calificación personal. Para llegar a ‘ser guía muchos

se apuntaron para tener incrementos y reconocimientos en porcentaje’, pero en

realidad los que se quedaron fueron quienes manifestaron ese sentido identitario y

409 Entrevista a Manuel Moriño en el Bosque, 31 de enero de 2008.

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312

de resistencia por el campo. La misma, hecha introspección, es el medio que viene

otorgando resistencia a las eventualidades acontecidas en la labor turística, como lo

explicaremos más adelante.

Los guías ejidatarios enfrentan cotidianamente la adversidad, aprendiendo en la

improvisación de los fracasos, pero también de los aciertos y éxitos. En estas

circunstancias el andamiaje y telón de fondo donde descansa ese enfrentamiento

inédito y desconocido en la labor turística, es en el manejo de su Bosque, en los

conocimientos, habilidades y simbolismos que han desarrollado dentro y en torno

a él. “La motivación por intercambiar y enseñar nuestras experiencias sale de por

sí, como sabemos mucho del Bosque nos entra una seguridad”. Casos y

expresiones de fragor como éstas vienen fortaleciendo y brindando el perfil

educativo que ahora detenta el Proyecto.

“Le damos alegría a su corazón a como de lugar. Nosotros mismos a veces

estamos tristes o con algún problema, pero se impone nuestra misión, que es dar

entretenimiento”.

Se entiende que es también un espacio y oportunidad para desarrollar habilidades y

capacidades a partir de lo que saben, como base diríamos, para renovar

significaciones del servicio ecoturístico comunitario, pero también desde un

enfoque y compromiso por el dimensionamiento y difusión de la sustentabilidad

como a continuación se expresa:

• “Me interesa que cuando salgan sean mejor que ayer”. • “Yo quiero que entiendan que el Bosque no es de nosotros nomás, sino de

todos”. • “Estamos pagados cuando ustedes tienen éxito”. • “Queremos de corazón que el visitante se vaya alegre, cambiado, eso nos

llena, ¡¡¡ ese es nuestro mayor pago!!!”. • “Mi pago, mi triunfo, es sentir que sirvió”. • “Cuando regresan estamos mejor pagados, regresan porque valoran

nuestro trabajo”. • “No es nada más por tener visitantes y ya, es que de corazón queremos que

sientan lo que nosotros por el Parque. Daríamos nuestra vida por él”. Es propio distinguir que la totalidad de los guías sostienen que a doce años de

trabajo desarrollado en el PEESNT, lo que los motiva no sólo es brindar un buen

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313

servicio. La aspiración mayor es que los visitantes se atribuyan el mismo

compromiso identitario y cosmovisional410 que sienten y asumen por el Bosque, la

tierra y los recursos naturales en general. Es decir, un compromiso por la

sustentabilidad de los recursos naturales, más allá inclusive de sólo el Bosque y de

la comunidad ejidal que representa San Nicolás, propugnando, que están pagados

cuando los demás actores y comunidades sean sostenibles como lo afirman estos

testimonios. En nuestra mirada, ¡estaríamos ante un fenómeno social de cómo las

comunidades amparan la sustentablidad de la gran ciudad; sin embargo, por las

equivocadas políticas, se insiste en su invisibilidad!

Si en San Nicolás existe un repertorio de conocimientos acerca de la estructura y

los elementos de la Naturaleza, además de ello un compromiso por la

sustentabilidad, propio no sólo a nivel local, sino que “todavía sobreviven en las

mentes y en las manos de los miembros de las culturas rurales” (Toledo, 2005:8),

nos preguntamos, ¿Por qué seguir excluyendo y rechazando estas contribuciones y

desafío cuando ad portas se habla de amenazas mundiales en el tema ambiental?

Más aún, cuando existe por parte de los actores un compromiso de

redimensionamiento social que arroja propuestas de contribución al mismo

objetivo.

Víctor Toledo no deja de tener razón cuando sostiene con respecto a la

contribución coyuntural de los actores sociales y que la sociedad se esfuerza en

inadvertirlos. “(…) es en última instancia, en esos lenguajes milenarios, largamente

ignorados, desvalorizados o mal interpretados, donde se encuentran las claves

para remontar la actual crisis ecológica y social desencadenada por la revolución

industrial, la obsesión mercantil y el pensamiento racionalista” (Toledo, 2005:7-8).

Ahí fundamos la importancia de abordar el tema de estudio y la preeminencia de

seguir profundizando. La reflexión sigue en pie.

Por otro lado, los actores del PEESNT brindan servicios como asociación civil y

como Parque. Si bien es cierto que los ejidos, comunidades e instituciones que

requieren sus servicios cubren sus gastos y logística, no llegan a cobrar por el

410 Abordado en el capítulo IV sobre el Conocimiento Tradicional.

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314

servicio que prestan.411 Significa también cumplir con uno de los objetivos del

Proyecto: que sea exportable a realidades culturales y contextos territoriales

símiles, especialmente al externo de la región y país.

Estas expresiones dialógicas (tanto de los servicios voluntarios y el compromiso

del dimensionamiento o difusión de la sustentabilidad que manifestamos en líneas

anteriores), no hacen sino revelarnos que está presente entre los nicolaítas la

perseverancia de una sociedad con la ‘cultura del compartir’,412 manifestando con

ello, además, propósitos íntimos de resistencia de una identidad sustentable.

Si bien estas formas de intercambio no expresan ser estrategias de supervivencia

donde se comparte ‘todo o sino feneces’ (como lo es en la cultura andina y otros

pueblos originarios, por lo cual amerita tal denominación), las expresiones de

voluntariado y la pretensión de que los demás encarnen ‘los términos propios de la

sustentabilidad’, manifiestan el espíritu vigente de una cultura del compartir

sintetizada en pretender un acompañamiento y participación en lo que saben y

desean que perviva, para el bienestar del entorno comunal y más allá del mismo.

Con ello los nicolaítas manifiestan carecer de una percepción cerrada de su

realidad, sino más bien, abierta y dialogante. En este tipo de sociedades “el sistema

de percepciones de la realidad no aísla a la sociedad de la esfera familiar (…) más

bien se consideran las esferas individuo, familia, comunidad inmediata, comunidad

mediata, o si se quiere comunidad nacional, total o humanidad” (García, 1996:75).

Por ello, la pretensión de que sus adquisiciones y avances sustentables, puedan

dimensionarse.

Asimismo, considerar que tales argumentos procuren persistir, no hacen sino

expresar una forma de resistencia a las formas propias de la conducción de los

recursos, ligadas al desarrollo cognoscitivo y simbólico que se manifiestan por el

Bosque, expresión que a la vez expresa la presencia de una ‘intrincada red de

estrategias comunales’ explícita o implícitamente propugnadas (Bonfil, 1990). El

mismo autor sustenta que la resistencia india reside en el control que siguen 411 Nos referimos a los intercambios de ‘campesino a campesino’ que más adelante abundamos en detalle. Aquí sólo se pretende abordar la intencionalidad del servicio. 412 Aspecto abordado en el Capítulo IV y profundizado con García (1996). Asimismo, ver Delgado (1999).

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315

manteniendo sobre sus recursos, su organización social, sus conocimientos y su

sistema simbólico. Cuando se pierde este control, se desindianizan (1990:191).

Hechos y propósitos como estos muestran renovados desafíos que plantean las

comunidades rurales con brío sustentable hacia la cultura occidental. Advirtiendo

que es posible encontrar cada vez, muestras de la unidad Cultura/Naturaleza,

desterrando la idea de que ambos polos están completamente separados.

Por otro lado, la manera particular de gestión de los recursos naturales con apertura

al diálogo deja entre sus actores una forma de cimentar su individualidad expresada

en procesos de auto-eficiencia, la cual corrobora una mejor autoestima personal y

grupal, alentando una renovada identidad campesina. “La racionalidad ambiental

está siendo internalizada por nuevos actores sociales expresándose como una

demanda que guía nuevos principios para la valorización del ambiente y para la

reapropiación de la Naturaleza, arraigándose en nuevos territorios y nuevas

identidades” (Leff, 1995, en Leff et al., 2005:15). Más adelante volveremos a tocar

el tema del estilo de gestión. Continuemos con la intencionalidad del servicio.

Lo del amor por la tierra es una relación que va más allá de lo que implica la

gestión del turismo. Nos lleva a pensar en una lógica de construcción sustancial

hacia el compromiso por nuestros recursos y no una lógica cerrada sobre el

turismo. Es, a nuestro entender una de las contribuciones más significativas de las

comunidades campesinas ejidales a la sustentabilidad de los recursos naturales,

empero (insistimos), por estar invisibilizadas, sigue la exclusión de su real valor.

Ahí, el mensaje oculto para lograr esos objetivos es la pedagogía, fundada en

emociones de ternura y acogimiento. Su lenguaje es sencillo, siempre situándose en

la posición del otro. “El mensaje que queremos dar es que primero se conoce con

el corazón y al conocerla así, la amarán y respetarán (a la Naturaleza)”.413 “Para

llegar a ellos hay que llegar a ser niños otra vez. ¡Si ríen, hay que reír, si saltan

413 Expresión de Valentín de la Rosa, reconocido por los otros como uno de los ideólogos del Proyecto. “Soy un loco que sueña en grande. Puedo decir humildemente que muchas de mis ideas estamos haciendo realidad en el Parque”.

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316

hay que saltar! "como hacemos en nuestra vida del campo”.414 Van logrando un

sutil entendimiento cómplice, además que establecer la relación de servicio. Por

ejemplo, cuando tejen estrategias de intervención según grupos de edad, sexo y

condiciones físicas. Aspectos que logran despertar la motivación por el recorrido y

conocer el PEESNT y el Bosque en sí. Es una pedagogía que se aprende, se labra y

se construye en un proceso y diálogo interpersonal, donde cada día es diferente,

porque heterogénea es la metodología de intervención, las emociones, los grupos

que atienden y la temática motivadora.

Los actores lo identifican como “amor y afinidad en el trato y servicio, además de

paciencia”. En algunas oportunidades, había que atender a 400 niños por las

mañanas y 400 por las tardes. El “Halcón” (Santiago Martínez) atendió a 50 niños

en un tour, cuando el límite era de 30. Hay esfuerzos que no a pocas miradas

resultarían inexplicables.

“Es un turismo diferente, con educación, porque lo que realmente queremos decir

es que amamos la tierra, que ella tiene magia, costumbres, tradición. Somos parte

de la tierra…Porque tenemos una historia que decía que a cada paso se rendía

culto al sol, al agua, a la luna, a la muerte. Es otro mundo que muchos no quieren

ver en nosotros”.415 En esa visión, muestran y expresan lo mejor que tienen;

queriendo llegar al visitante (en el guiado turístico) a la esencia o alma de los

interlocutores. Buscan forjar identidades individuales y colectivas sobre el

significado y compromiso de los recursos naturales, la labor comunal, el trabajo

campesino, llevar una empresa social; aspectos, que van mucho más allá del

Bosque sólo como recurso natural. Es una intervención diferente, sustentada más

en un discurso con mensaje educativo-cultural que desarrollista.

Por ello, no están de acuerdo en que se les tipifique como actores que hacen

‘Turismo de Naturaleza’: “No es un turismo de Naturaleza donde sólo se debe

enseñar la recuperación de la biodiversidad, el agua, el suelo…sólo como aspectos

414 En clara alusión a cuando los guías atienden a escolares. Es decir, para llegar a ellos, se sitúan en el lugar de ellos, ‘sintiendo emocionalmente’ lo que registran. Entrevista a Santiago Martínez. San Nicolás Totolapan, abril de 2006 415 Entrevista a Valentín de la Rosa. Parque Ecoturístico Ejidal; agosto de 2006

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técnicos, como propone la Semanart en un manual que acaba de sacar. No somos

eso.”

A la intencionalidad de depositar y a la vez cimentar emociones constructivas en

los modelos educativos la denominan “pedagogía del amor”, “pedagogía de la

ternura”, “pedagogía de los afectos” y “educación del corazón”.416 Pero la PEC que

está en construcción va mucho más allá, como se evidencia en el apartado donde se

presenta la experiencia del guiado ejidatario (“¡Aprendan a observar y amar lo

nuestro!”).417 Ahí se descifra grosso modo, las particularidades de sus

características e intenciones.

No es una propuesta elaborada expresamente por expertos pedagogos, tampoco se

creó manifiestamente cimentada en sistematizaciones de una hermenéutica y

epistemología educativa. Se evidenció y fluye porque tenía que salir y

dimensionarse, porque al estar en la esencia de los guías ejidatarios, ‘eso que la

tradición, el sentimiento y la mirada deja’, ineludiblemente llega a transmitirse

elaborando un lenguaje propio hacia los demás, expresando mensajes humanos y

cultivados.

Así la PEC irrumpió, sin mayor preparación y contemplación previa, en la

naturalidad de lo que ‘se siente y saben hacer’. No nace de las canteras y

contribuciones explícitas de las otras pedagogías alternativas,418 pero diríamos trae,

416 “La ternura no es, no puede ser condescendencia, complicidad en la degradación, en la disminución de sí mismo, en la deshumanización y la barbarie. No, la ternura es hedonismo altruista, entrega y dedicación, pasión y lúdica, creatividad, imaginación y libertad galopante”. Ver: http://encolombia.com/pediatria35300gramatica.htm 417 Capítulo V. 418 Las escuelas de pedagogía alternativa popular han pasado por diferentes propuestas. Tenemos a la Pedagogía de la ternura, cuyo fundamento se encuentra en José Martí, con la cual se hace un llamado a ser reconocidos y recuperarnos como seres humanos, con sentimientos, emociones, pensamientos, saberes que hay que compartir; la Pedagogía de la liberación, sustentada principalmente por Paulo Freire, la cual brinda herramientas para reconocernos sujetos explotados posibilitando la acción para la liberación; y la Pedagogía de la cultura, en la que Amílcar Cabral insiste en el reconocimiento de la ideología colonial que somete, profundizando el reconocimiento de las raíces culturales y su importancia para el desarrollo de los pueblos. Asimismo, la Pedagogía del trabajo, iniciada por pedagogos soviéticos y retomada por las experiencias innovadoras en educación en el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil y Venezuela, con las misiones pedagógicas y culturales. Se reconoce al trabajo como el elemento que ha hecho posible la evolución del ser humano, pero también que puede reorganizar la economía de los pueblos; y la Pedagogía del movimiento social, con la cual se educa en el reconocimiento de la lucha por una vida digna. El ejemplo educa, se reconoce que todo ser humano tiene el derecho de

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reconoce y legitima mucho de ellas. El valor de todas ellas fue haber nacido

justamente de las necesidades de los actores sociales, retratando diferentes

coyunturas y contextos, importantes en sus momentos históricos vividos. En ese

contexto, también la PEC de San Nicolás recoge el calor del parto que trajeron sus

acontecimientos, por ello es diferente a las propuestas de los sistemas de educación

ambiental institucionalizados.

La PEC sigue en construcción y reflexión, y aunque se acerca más a la Pedagogía

de la Ternura es diferente a ella. Nace en el marco del interés por un mundo y

sociedades sustentables, queriendo afianzarse a la vez que trata de contrarrestar los

efectos del neoliberalismo mundializado y radical en la historia de la humanidad.

Donde ya no es posible resistir silenciosamente la expansión de la destrucción de la

vida, para nuestro caso, de la foresta, los suelos, el agua, la vida silvestre y fuente

de vida toda, por la amenaza de la intromisión de las externalidades y presión

urbana, acompañada de despojo e incertidumbre que tiene San Nicolás por los

recursos que posee.

Una propuesta que parte de reconocer los valores locales por el derecho de ser una

sociedad con historia forestal y sustentabilidad, donde el ‘corpus cognoscitivo’

local o tradicional de la sabiduría de los actores sociales tiene mucho que decir, al

mismo tiempo que valida contribuciones externas (tecnológicas, científicas…) en

procesos de ‘diálogos del saber’. La PEC es producto de la configuración de largos

procesos de asimilación de conocimientos y acontecimientos suscitados en San

Nicolás, llegando a vivir una renovada valorización de la Naturaleza y su

reapropiación.

La relación dialógica no siempre está sobre la base de las palabras. Como afirma

Long (1993:4) “sus nociones están enraizadas en las experiencias y la conciencia

cotidiana de hombres y mujeres ordinarios”, ahí son usuales los gestos, miradas

cálidas, risas cómplices, ternura, sencillez, naturalidad y espontaneidad. Es decir,

no requiere de grandes discursos, ni capacitación especial sobre cómo debe ser el

vivir con todo lo necesario para una vida plena. Ver: http://www.lajornadamichoacan.com.mx/2006/11/25/12n1soc.html

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319

guiado, ni su proceso. Se construye creativamente en lo cotidiano, ideando cómo

crear empatía con los visitantes en el menor tiempo posible.

Todo ello motiva identificar la existencia de una re-significación que expresa

conjeturar renovadas identidades de nuestros actores sociales. Como pueblo, como

territorio, como actividad productiva, como educadores, como mujeres y hombres

que tienen una misión que cumplir, asociados al Bosque. La propuesta de la PEC,

extiende un compromiso voluntario de querer enraizar una racionalidad ambiental

entre los visitantes turistas y no turistas al Proyecto.419

Entendemos que la PEC es compleja, se seguirá hablando de ella más adelante.

Pero queremos detenernos en las otras expresiones que dificultan el compromiso de

servicio y actividad laboral de los guías ejidales, mismos que ‘chocan’ y restan

importancia a lo que se han propuesto hacer a través del mensaje pedagógico.

Reparación de caminos, cortar leña (a pedido), limpieza de la infraestructura del

Bosque (barrer y pulir pisos y baños y similares), son también actividades que

hacen los guías en sus ratos libres aparte de la labor principal, que es el guiado.

Con ello, sienten que se complica la labor que atienden (que ya sienten saturada) y

que hay un desperdicio de sus capacidades y habilidades, ignorada por quienes

conducen políticamente el PEESNT.

Nos tocó escuchar y observar a uno de los líderes –diríamos el más perspicaz y

empoderado del proyecto– con la queja de que está mal utilizado en su trabajo: “me

mandan a limpiar pisos, tender camas y limpiar estufas de los campamentos…Yo

puedo seguir haciendo proyectos para el Bosque y para otros más ¡… pero…”.

“En los 12 años en el Parque me vienen rotando por todas partes, no me gusta,

antes trabajaba en el venadario”. “Yo quisiera hablar de mi experiencia a otros

como yo, me siento desaprovechado”.

419 No se asevera que ‘los 336 ejidatarios’ estén en el compromiso de educación y cultura ambiental; como se mostró en el capítulo III, los ejidatarios que no ofertan y gestionan este servicio viven de la polifuncionalidad económica.

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320

Efectivamente, son actividades que a la vista de cualquier visitante, y para ellos

mismos, resultan inexplicables. Son labores que contradicen el reconocimiento de

la existencia de la suma y repertorio de ideas y percepciones, calificación, visión y

experiencia que encierran sobre el CT sus actores y, por qué no decirlo, del

reconocimiento al mérito de ser fundadores del Proyecto. Peor aún, siendo gestores

de la PEC (misma que es invisibilizada por los propios guías y sus autoridades) la

problemática se agudiza al descalificarse su real importancia.

El cuestionamiento mencionado no sólo parte de nuestra mirada, lo testimonian los

resultados de una breve entrevista que sostuvimos con algunos visitantes al Parque.

Consideran que los guías hacen un servicio eficiente y novedoso (refiriéndose a las

explicaciones del mundo campesino), resultando en brindar en forma y contenido

‘más de lo esperado’. En varios casos dieron a entender que se trasluce que el

servicio de los guías no es bien remunerado420 por el Proyecto, pareciéndoles

injusto que algunos actores trabajen demás o que su presentación personal no

siempre sea la más adecuada.

No creemos que los visitantes arriben al Parque sólo para satisfacer necesidades

recreativas del segmento naturaleza, deducimos que hay una intención de búsqueda

de recepcionar el trato humanitario que han identificado de parte de los guías

ejidales. Por ello el interés de inmiscuirse en su problemática, y algunos de ellos

incluso apoyando labores que escapan a su competencia.421

Así, es notorio que comparten su agradecimiento, expresados en felicitaciones,

regalitos, propinas, ‘lobbys’, y ofrecimientos para seguir en contacto y

coordinación. “Saben mucho, y por lo que veo, el pago por el guiado es poco,

entonces deben pagarles poco”. Los actores por su parte reciben con beneplácito

tales distinciones. Sin embargo, este diálogo de cooperación, reciprocidad y

solidaridad no es abierto. Existe recelo y temor por parte de los actores a que las

420 Aspecto que se asume en el Capítulo II, cuando se describe a los actores protagonistas del Proyecto. 421 En una de las visitas al Bosque me tocó ver a algunos jóvenes turistas recolectar desechos inorgánicos en sus intermediaciones, poniéndolos en basureros del ingreso principal. Al preguntarles por qué lo hacían, respondieron –reflejando una motivada cultura ambiental- que deseaban ‘que el Bosque se mantenga’ y porque su personal no se da abasto para limpiarlo.

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321

autoridades del Proyecto evidencien tales hechos.422 Aquellos prohibieron recibir

propinas especialmente, en la intención de ‘no desvirtuar el objetivo de servicio’.

En ese orden de cosas, prevalece por un lado, la mirada de invisibilización de los

atributos y contribuciones de los actores tratándolos como ‘cualquier trabajador

más’ y por otro, la prevalencia de sucesos –como sustenta el caso con los externos–

de que hay una situación de apertura a la valoración de tales contribuciones. Por

demás está decir que ‘la otra carga de trabajo’ dificulta la calidad del compromiso

de servicio, y con ello el mensaje pedagógico.

Habría que considerar que sobre el recargado trabajo que muestran los actores en el

Proyecto está la multiactividad económica que desarrollan los actores para

completar sus ingresos familiares.423 Complica más la realidad el proceso de

envejecimiento de los mismos, muchos de ellos, especialmente quienes lideraron la

reforestación inicial del Bosque, son personas que pasan de los 70 años, y como

varios laboraron voluntariamente no tienen seguro de vida, peor aún, sin la

asistencia en servicios de salud. Las autoridades reconocen que “la mayoría de los

ejidatarios ya están viejos, pero es un problema difícil de abordar”.424

Relación de desavenencia que nos lleva a reflexionar ¿A qué conducirá en un

mediano y largo plazo el seguir insistiendo en la mirada de auto-negación e

invizibilización de las contribuciones de los actores primigenios del Proyecto? La

disputa por el poder interno (que debate pretensiones indeterminadas por establecer

modelos de gestión entre quienes conducen el Proyecto), ¿cómo afectará el proceso

422 El total de los trabajadores entrevistados ‘suplicó’ quedarse en el anonimato cuando abordemos el tema para no sufrir amonestaciones o complicar su situación laboral. “Un jovencito se fracturó la clavícula, lo trasladé a la puerta, me dieron 500 pesos y no los recibimos, porque mi trabajo era atenderlos. Tardó dos meses y me regaló unos lentes de bicicleta. Otros me regalaron un cuadro de bicicleta, y amortiguadores delanteros”. “Los viejitos me invitan manzanas, juguito”. Otro guía testimoniaba que su gran satisfacción es que al final se acercan y que muchos le dan propinas de manera voluntaria, incluso que es mucho más que su salario “Al principio no recibía, pero me di cuenta que es por mi trabajo, y me animaron a recibir”. “Me siento muy emocionado cuando los niños juntan voluntariamente sus propinas y ¡me alcanzan!”. 423 Como explicamos, los guías ejidales y trabajadores complementan sus ingresos con trabajos de electricidad, plomería, pegan azulejos, y dan servicio de taxi, entre otros, para complementar sus ingresos. Ver Capítulo II donde se explica la pluriactividad económica de los protagonistas del PEESNT. 424 Entrevista al presidente del comisariado ejidal. Distrito Federal, 8 de febrero de 2008.

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322

de edificación de la PEC? y, ¿cuál será el límite de los cuestionamientos y

resistencia?

A pesar de las desavenencias y su capacidad de manejo de la disputa, hoy en día se

puede notar que los constructos y cooperaciones por parte de los actores del

Proyecto, siguen en pie. Veamos cómo se expresa y evidencia la PEC entre actores

y sectores pares.

5.2.4. Vigorizando la propuesta “de campesino a campesino”

La PEC no sólo se expresa en el servicio de guiado a los visitantes, se da también

en la socialización de experiencias que brindan a otros campesinos, expresado

como “Intercambio de Experiencias de Campesino a Campesino” el cual no está

limitado sólo al ecoturismo, sino a cubrir temáticas diferentes que los pueblos

demandan, aunado a la oferta ambiental y recursos que detentan los pueblos

visitantes.

Los guías ejidatarios se trasladan a otros pueblos para levantar planes, programas y

proyectos. Sobre riego, reforestación, ganadería, medicina tradicional, acuíferos,

pesqueros, gestión de recursos y búsqueda de financiamiento. Brindan respuestas a

“cómo planear exitosas convocatorias y juntas, cómo entender la ley agraria,

cómo instalar infraestructuras…y lo más importante, ¡¡ cómo no tener miedo a

lanzarse!!”.425 Como se observa, los actores se sienten en la competencia de

orientar diferentes líneas de trabajo, que van mucho más allá de sólo entender el

ecoturismo comunitario sustentable como aspecto principal que convocan.

Aquí el CT es la sustancial contribución respecto a la reforestación o conducción

de los recursos naturales, pero también conforma la base intelectual del ‘paquete de

conocimientos para calificaciones externas’, y de las experiencias ganadas en

eventos de entrenamiento a lo largo de la década del Proyecto.426

425 Entrevista a Valentín de la Rosa en el Bosque, junio de 2006. 426 Los actores constantemente son calificados en temas afines al Proyecto, además claro de la calificación inicial ofrecida por las instancias institucionales que apostaron por el mismo.

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323

“Nosotros hablamos con la voz del agua que es la vida, de los indios, en cambio

los técnicos hablan con la voz del papel. Es reconocer al diálogo entregado con

afectividad interpersonal, como lo más apropiado, por ello lo denominan

“Intercambio de Experiencias y Capacidades”. Aquí, –otra vez–, el conocimiento

debe ir “primero a lo humano (el corazón) y luego a la razón”. Como sustentamos

en páginas precedentes, los contenidos y formas se enmarcan en la libertad

pedagógica de ir creando respuestas según necesidades y prioridades que plantea el

grupo interlocutor.

La comunicación se desarrolla entre giros lingüísticos familiares con sus pares. Ahí

hay dichos, bromas, sonrojadas, palabras ‘fuertes’, modismos, localismos y motes.

Un “¡éntrenle de una vez cabrones!” motiva y facilita la confianza de estar entre

pares.

En 12 años de labor todo ha sido ‘ganar práctica’, configurando procesos largos de

asimilación de conocimientos, expresados ahora en hábitos y habilidades para la

gestión turística. Apostar y construir lo inédito desde su mirada fue un desafío de

fondo, y en ello vienen acumulando modos y estilos de intervención, y llegada para

el desarrollo turístico de comunidades, misma que viene en creciente demanda. Sus

principales dirigentes vienen dando consultorías a proyectos comunitarios adscritos

a procesos de iniciación y monitoreo de los mismos.

Muestra de ello es la organización y conducción de los “Talleres de Intercambio de

Experiencias Ecoturísticas Campesinas” dentro y fuera del Parque. Un evento

reciente fue el “Taller-Tour sobre la experiencia de instalación del Parque Ejidal

Ecoturístico de San Nicolás Totolapan”, ofrecido a un grupo de 23 visitantes del

pueblo de Tepoztlán, Morelos, quienes pretenden emular lo aprendido, en su

localidad. Fueron convocados por las autoridades políticas y una ONG para hacer

que la comunidad interesada se “motive y reconozca que tienen potenciales qué

identificar y trabajar”. El Taller-Tour fue conducido por el Responsable de

Promoción Turística del Proyecto. Estos talleres se fueron implementando debido a

que otras comunidades quieren reproducir su experiencia: “antes venían solos,

ahora vienen en grupo y hay que servirlos”.

Page 324: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

324

De la misma forma, al enterarse de la calificación de los nicolaítas y considerando

que tienen análogas condiciones ambientales y socioculturales, más de 20

proyectos ecoturísticos de la ciudad de México y de otras entidades del país han

retomado la experiencia. Así, San Nicolás ha llevado su estilo de intervención a las

localidades de Uruapan, San Juan Nuevo (Michoacán), Hidalgo, Nevado de

Toluca, Valle de Bravo, Guanajuato, Baja California Sur, Tepic, Nayarit,

Guadalajara, San Luís Potosí, Veracruz, Sierra Norte de Oaxaca, Parque Nacional

El Chico, en Hidalgo, y Cola de Caballo, en Monterrey.

A estas organizaciones las asesoran en cuanto a fuentes y gestión de

financiamiento, manejo del Bosque, organización, diseño de perfiles de proyectos,

políticas públicas para el ecoturismo y planeación. Por ejemplo, el ejido Tepozán

(territorialmente cerca de San Nicolás) que se estableció después del PEESNT, ha

replicado la experiencia. Así, cada vez San Nicolás aparece estableciendo

posicionamiento en el mercado del ramo. “Nosotros no tememos a la competencia,

estamos más adelante”. Sectur lo ha promocionado en el Programa “24 pueblos

mágicos de México. “Nos agrada que nuestro proyecto pueda exportarse a otras

comunidades, vemos que está dando resultado a nivel nacional”.427

De acuerdo a lo anterior, se coincide con E. Ostrom (2000) cuando sostiene que

algunas comunidades han elaborado opciones de manejo técnico, organizativo y de

gestión adecuadas a sus condiciones sociales, culturales y ecológicas que, además

en el caso de San Nicolás, convoca a otras más allá de su propio territorio. Lo

importante “es identificar los factores que determinan esa vialidad –o el fracaso–

de estas instituciones en el manejo de los recursos comunitarios y la manera en que

estos factores se relacionan”. Agregaríamos, ¿de qué otros recursos y herramientas

cognoscitivas y organizativas se valen para seguir canalizando e innovando la

gestión? Son líneas de investigación que podrían darnos respuestas profundas y

acaso mucho más completas que van más allá del tema convocado.

En el PEESNT, este tipo de acontecimientos que tiene como finalidad reproducir la

experiencia ecoturística para terceros, viene recreando la propuesta metodológica

de intervención denominada de ‘campesino a campesino’. ‘Efectiva y útil’ en la 427 Ver: Luchas y resistencias del pueblo de San Nicolás Totolapan (La Jornada, 2007).

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325

percepción de anfitriones e invitados debido al mayor impacto logrado en relación

con la capacitación convencional técnico-campesino. Esta labor de intervención,

además del intercambio de conocimientos, ha propiciado una relación dialógica,

donde los nicolaítas también se ilustran de los otros.

Lo sugestivo de dicha actividad, es haber establecido un encuentro cognoscente

entre actores del campo. Por un lado, los interventores sociales externos al

Proyecto y, por otro, los responsables de la conducción de Proyecto. La propuesta

de intervención, no fue encargo del gobierno o instituciones privadas de desarrollo,

tampoco copia de la concepción y metodología conocida en la academia y

organismos de desarrollo rural como ‘de campesino a campesino’, especialmente

en países en exclusión. Tiene sus propias particularidades expresadas en la PEC, y

explícitamente en el CT, como se puede observar.

Al respecto del tema, se reúne una basta experiencia, sistematizada especialmente

por las ONG, mundo académico e instituciones de la cooperación internacional,

principalmente de América Latina. Considerables proyectos lo han adoptado y

adaptado por recomendación de las fuentes cooperantes, en el entendido de que

sería “la panacea y modelo definitivo de intervenir el campo”. El interés prendió

tanto, que incluso hubo reuniones mundiales sobre el tema, instituciones

autodenominadas con el sobrenombre de ‘Campesino a Campesino’, programas

internacionales, revistas, y demás.428 El principio es instruir primero a los actores

en el entendimiento de que a posteriori, “socializarían conocimientos y

habilidades”; estando de esa manera asegurada la sostenibilidad de los proyectos.

Pero no siempre suceden así las cosas, aunque no deja de ser una propuesta

interesante.

Si bien el Proyecto encierra contradicciones y disputas en su seno, también incluye

respuestas recurrentes como labor precursora y protagónica en el segmento 428 Están: el Programa Campesino a Campesino (CAC) que concibe en un primer plano a los campesinos y campesinas como actores de su propio desarrollo. ALTEMARES, AC.: Alternativas reales para el campo y el campesino http://www.alternare.org/sitio/content/view/13/29/. En Cuba, Villa Clara, donde se celebró del 26 al 28 de octubre del 2008, el Segundo Encuentro Nacional de Agroecología, presentándose resúmenes de la metodología “campesino a campesino” para la promoción de la agricultura sostenible. También, el V Encuentro Nacional de Productores Ecológicos del Perú. Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima, septiembre del 2000, y el Programa de Enlace Sur-Sur: http://www.laneta.apc.org/mexsursur/index.html, entre otros.

Page 326: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

326

ecoturístico comunitario, resultando expectante para otras comunidades y

organizaciones campesinas.

La experiencia de los guías ejidatarios educadores demuestra, igualmente, que el

campo no está ensimismado con el pasado, más bien se diría, está abierto a

insertarse a nuevos sucesos y demandas que exigen vivir la mundialización. Así, se

siguen gestando sistemas productivos y sociales complejos, recreándolo y al

hacerlo se resignifica a las comunidades y al campo en general. Con la experiencia

de San Nicolás en el ecoturismo y temas contiguos, identificamos que continúa el

empeño por divulgar la identidad, ligado al CT y demás habilidades y destrezas. El

uso de sus recursos locales, donde viene propiciándose un perfil propio del mensaje

sustentable.

No se trata de que los actores se hayan empoderado de la noche a la mañana, hubo

un proceso de maduración para mostrar la validez de sus contribuciones. En el

transcurso de ‘re-valorizacion’ y ‘re-destape’ hubo errores, discontinuidades y

aciertos. Tampoco se trata de ver a estos cuadros campesinos como ‘expertos

iluminados’, o ‘redentores de las comunidades’, son intérpretes que al pasar por

experiencias alternativas del manejo de su territorio por largos años, de manera

recreada y sostenida, tienen algo que decir, en el camino de generar supuestos

teóricos a partir de la mirada de los actores y en sincronía con intereses externos.

¿Campesinos científicos? No es posible afirmar que lo sean. Tampoco se pretende

sostener que la labor socializadora y pedagógica de conocimientos y habilidades

sean ‘creaciones nuevas’, desconociendo que le antecede una antiquísima

tradición.429 Los ‘principales’, como se denominan en México, o ‘sabios’ y

‘amautas’ en el mundo andino, siguen teniendo un lugar distintivo en sus

comunidades.

429 En el mundo andino durante la época Inca se les denominaba ‘kamayoq’. Se refería a un grupo de personas respetadas que podían predecir el clima y, debido a ello, eran responsables de recomendar fechas apropiadas para las actividades agrícolas. Como reconocimiento a su labor, los ‘kamayoq’ recibían alimentos y tierras del Estado. Hoy, el lenguaje ecologista los denomina “guardianes de los tesoros naturales y producidos del ecosistema.”

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327

Por otro lado, los procesos pedagógicos que presenta la PEC (tanto en el guiado

como en los encuentros entre campesinos, e inclusive las distinciones que se

reconocen al PEESNT como se analiza en el siguiente acápite), conforman parte

del diálogo de saberes entre el CT y el conocimiento occidental. Se entiende que el

conocimiento “(…) emerge de procesos de interacción social y es esencialmente un

producto conjunto del encuentro de horizontes” y necesidades; y que (…) los

encuentros de conocimientos involucran contribuciones a los ‘proyectos’

llevándolos a aceptar marcos de significados particulares y allegándose a sus

puntos de vista” (Long, 1996:29).

Los procesos de conocimiento están encarnados en procesos sociales que implican

aspectos de legitimación, inclusive poder como dice Long. Estamos concientes de

ello, pero por ahora no es el punto, lo que pretendemos es extractar la relación del

‘diálogo equilibrado’ que hacen para sí mismos los conductores del Proyecto. Es

decir, en la conducción del PEESNT incorporan aspectos y elementos de ambas

propuestas cognoscitivas, local y occidental, utilizando lo que es de utilidad y, si

no, la desechan o ignoran. Estaríamos ante un caso de diálogo intercultural de

saberes sin subordinaciones en vista de sentir la necesidad de aprendizajes nuevos,

donde hay la convivencia de diferentes matrices de racionalidad al abordar el

Proyecto.

5.2.5. “No saben, ni valoran lo que tienen”. La invisibilidad a la

PEC

Como se expresa, la mirada hacia la educación y cultura ambiental de los actores

del Proyecto –que es la contribución y objetivo principal de la PEC– manifiesta

significativas contribuciones entre sus actores. Empero, cabe destacar que como

proyecto articulado a sus contenidos, mensaje y contribución (repertorio de

conocimientos, habilidades y capacidades en la conducción con visión sustentable

y simbólica del Bosque y Proyecto Parque, aún no ha sido monitoreado, evaluado,

sistematizado y/o peor promocionado como tal, al interior y exterior del PEESNT.

En otras palabras, el conjunto de los actores del ejido no ha evidenciado la

trascendencia y configuración compleja de su existencia y, peor aún, brindado la

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328

validez como propuesta pedagógica, diríamos sui géneris con la que viene

asistiendo el ejido de San Nicolás en la labor ecoturística comunitaria y, por ende,

a la permanencia de la sustentabilidad.

Hechos que señalan lo apremiante que es arribar a una renovada mirada que

revalorice y redescubra tales contribuciones, no sólo en los espacios comunales,

sino en entidades de gobierno generadoras de políticas que trabajan el tema, pero

que adolecen de los resultados esperados.430

Cabe señalar, asimismo, que las enseñanzas desplegadas en la ‘Granja Didáctica’ y

demás recorrido in situ que hacen los escolares en el Parque, contempla proyectarse

en conformar una propuesta de enseñanza-aprendizaje para la educación ambiental

escolar, por lo menos en entidades oficiales del Distrito Federal. Este interés está

inscrito en el convenio establecido entre el ejido de San Nicolás y la Secretaría de

Educación Pública (SEP). Depende de esta última dar continuidad a dicha labor,

siempre y cuando justifique que los escolares desarrollen temas de educación

ambiental, exigidos en los diferentes planes curriculares de las escuelas que visitan

el Parque.

En este horizonte se da seguimiento al objetivo de sensibilización al tema

ambiental, según reza el objetivo del tema de la materia escolar. Por ejemplo,

conocer a los animales de una granja, describirlos, lo que brinda un bosque, o para

qué sirve un vivero forestal. El monitoreo es sólo por el lado del cumplimiento del

430 Por ejemplo, en medios informativos se cuestiona la evaluación al Programa “Proárbol”, quien perderá 90 por ciento de lo reforestado en el 2007 por deficiencias de conducción técnica y una política de desconocimiento a comunidades y ejidos que son quienes mejor saben de lides de reforestación, como se viene demostrando en la presente tesis. “La organización ambientalista Greenpeace sostiene que es un rotundo fracaso. El Programa Proárbol recibió 2 mil 700 millones de pesos en 2007 y fracasó en un 90 por ciento. “Eso significa que 2 mil 430 millones de pesos se tiraron a la basura, perdiendo la oportunidad de aprovechar esos recursos para resolver la grave crisis que viven nuestros bosques”. El presidente del país anunció que este año se plantarán 280 millones de árboles, 30 millones más que el año pasado, pero se sugiere que considere urgente un cambio en la política forestal. Es imposible aceptar que la reforestación sea la mejor estrategia para Proárbol. Nos dice el dirigente de Greanpeace que el “único camino adecuado para detener la crisis de nuestros bosques es destinar los recursos económicos a los programas que promueven la conservación y el uso sustentable de los bosques, a través del Manejo Forestal Sustentable (MFS) de comunidades y ejidos” (GIC. Agencia Nacional de Noticias Google Search Results http://galeriasiete.com/?p=985). Aquí lo importante es redescubrir el repertorio de saberes y mensaje sustentable de las comunidades en el tema forestal, para producir un re-destape que signifique la revaloración de dichas contribuciones en su real dimensión.

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329

objetivo escolar, que suena interesante porque es una experiencia in situ, pero

quedan fuera los mensajes que transmiten y reciben los escolares y visitantes

impregnados de la racionalidad ambiental y sustentable campesina de los actores de

San Nicolás. Más aún, las experiencias de la PEC que desarrollan los guías a

grupos pares y demás visitantes.

Habría que aclarar que la labor del recorrido que exige la SEP la asumen los

mismos guías ejidales de quienes se viene elaborando referencias. Como se señala,

la mayoría cumple con las indicaciones y objetivos llanos requeridos por el

convenio; sin embargo, en la práctica desbordan esos referentes, con mensajes

cognoscitivos y simbólicos de su racionalidad y empeño sustentable que reflejan

inherentemente.

Al igual que las autoridades políticas del ejido, tampoco la SEP (quienes

monitorean la labor educativa en el Parque) han evidenciado estas contribuciones,

resultado de ello son algunos altercados entre, no pocos guías del ejido y la

responsable (profesional externa) de la elaboración de los informes a la SEP. En

otras palabras, la instancia educativa oficial del desarrollo de la labor educativa de

enseñanza-aprendizaje en el Parque no ha logrado distinguir ‘en paquete’ las otras

connotaciones y contribuciones que encierra la propuesta holístico-sustentable que

denominamos como la PEC; o peor aún, la complejidad de su enfoque y

horizonte.431

5.2.6. Contribuciones en la arena ecoturística

En más de una década de labor, el Proyecto viene ganando prestigio. La

experiencia de los cuadros campesinos de San Nicolás es cada vez mas reconocido.

En la 8ª “Expo Aventura de Ecoturismo”, realizada del 2 al 4 de junio del 2006,

organizada por representantes selectos a nivel nacional e internacional en el tema,

fueron invitados para presentar la experiencia del ecoturismo a partir de las

comunidades.

431 Ver en este mismo capítulo, el acápite: “La sustentabilidad campesina: El valor de la relación Ser humano-Naturaleza”.

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330

Los siguientes reconocimientos y condecoraciones son producto del esfuerzo

común de sus actores que enuncia y destaca los heterogéneos aportes del ejido, y

ahora en el campo pedagógico. Se obtuvieron al calor de exposiciones, ponencias,

apoyo organizativo y logístico de seminarios, ferias y talleres; en otros casos, como

pioneros en la creación de instituciones concertadoras del ecoturismo comunitario.

- Del “Centro Cultural Justo Sierra” por su participación en la “6ª Jornada Turística. “El mundo globalizado”. Octubre del 2000.

- “Tradex Exposiciones Internacionales” reconoce a San Nicolás por haber

destacado en su presentación en la “Expo Aventura 2000”.

- Reconocimiento por su valioso apoyo en la “Jornada de Forestación 2005”.

- La “Federación Mexicana de Ciclismo AC” reconoce al ejido de San Nicolás de Totolapan, por su valiosa presentación en el “9º Campeonato Panamericano de Moontain Bike”. México, DF, 2005.

- Participación destacada en la “5ª Edición de Expo Montain y Ecoturismo

Tradex Exposición Internacional SC”. Junio de 1999.

- Participación en eventos como organizador y logística en la “Red de Museos y Organizaciones de Educación Ambiental de la Zona Metropolitana del Valle de México AC”, 2002.

- Reconocimiento de la “Red de Empresas Indígenas de Turismo al Parque

Ecoturístico Ejidal San Nicolás de Totolapan como miembro fundador de la Red de empresas Indígenas de Turismo”, 2002.

Hechos que expresan resultados de dinámicas locales afables, que expresan que

entre los actores del Proyecto hay entendimiento y conformidad en sus acuerdos

para llevar a cabo el cumplimiento de determinados compromisos que ponen en el

sitial especial expresado al Proyecto. Sin embargo, haber llegado a tales

consideraciones igualmente señala que hubo cierta confrontación y acaso

rivalidades y desavenencias en una contienda de poderes.

No es un secreto que las autoridades –quienes se apropian cada vez más del

PESSNT– quieran protagonizar departiendo las experiencias de los actores

primigenios de los hechos. Pude recoger algunas expresiones como: “Cómo él va a

hablar de lo que pasamos los ocho locos, si no sabe cómo fue. Siempre lo eligen a

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331

él y casi nunca a nosotros”. “De qué habrá escrito, si él no estuvo con nosotros”

Queda claro que hay competencia por parte de quienes detentan la

representatividad del mismo y los actores vanguardistas, expresando una vez más

la concentración de poder por parte de quienes representan políticamente tal

empresa.

En ese vaivén, San Nicolás ha entrado al camino del liderazgo en la labor

ecoturística. Es dirigente concertador de diferentes proyectos Promovidos por

Conafor. En el 2006 crearon 35 organizaciones dedicadas a la prestación de

servicios eco turísticos en los Bosques del DF, denominada “Unión de Grupos

Rurales Eco turísticos del Distrito Federal AC.”, donde el comisariado ejidal de

San Nicolás preside tal organización. La entidad tiene como finalidad contribuir al

“desarrollo armónico, justo y rentable de las instituciones asociadas con el turismo

de Naturaleza, desarrollando un pleno compromiso por la conservación y cuidado

de los recursos forestales del Distrito Federal. Asimismo, fomentar un compromiso

de participación de los grupos integrantes y de la sociedad en sus conjunto”432.

Estuvieron en el “Foro del Agua 2006” (alterno), teniendo el reconocimiento de

comunidades campesinas y ONG ambientalistas primordialmente. Programas

radiales y televisivos de Estados Unidos, vienen coberturando la experiencia “sui

géneris” de San Nicolás como “Guerreros del agua”. Lo sugestivo para quienes los

emplazan es subrayar que “una comunidad ejidataria preserva el agua para el DF a

través de un proyecto ejidatario sustentable exitoso”. En otras palabras, se habla de

la contribución de San Nicolás que –enraizado a una racionalidad ambiental con

sus prácticas ideológico-culturales y ahora pedagógicas–, viene motivando y/o

reafirmando identidades sustentables entre visitantes turistas y no turistas

Sus actividades se centran en establecer una cadena productiva ecoturística de la

Ciudad de México, la misma que integra 12 proyectos en marcha que comprenden,

a saber: el Parque Eco turístico de San Nicolás de Totolapan, Parque Ecoturistico

de San Bernabé Ecatepec, Paraje Los Llanos, Rancho El Polvorín, Centro de

Interpretación Ambiental Flor de Borrego, Parque Ecoturístico Jardines del Teoca,

432 Tríptico de presentación de la “Unión de Grupos Rurales Eco turísticos del Distrito Federal AC” México DF, 2006.

Page 332: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

332

Estaciones de Servicio en la Ciclovía de la Cuidad de México, Granja Escuela y

Parque Ecoturístico Arca de Sie, Parque Las maravillas, Parque Ecoturístico el

Potrero, Centro Ecoturístico Apatlaco, Puente de Urrutia, Campamento de

montaña La Cabaña y, el Centro Piloto de Árboles de Navidad Lomas de

Tepemecatl.

El responsable de promoción turística del Parque, considera que “la clave” de la

superación del Proyecto es ‘la organización y participación de la comunidad’. Es

también la percepción de la mayoría de los ejidatarios; que a nuestro entender es

una auto-percepción de mirada restringida, pues el Proyecto y sus actores sustentan

mucho más, como se plantea más adelante.

Otro factor que señala la reafirmación del empoderadamiento del Proyecto, es el

interés creciente por estudiar la experiencia sustentable por propios y extraños,

especialmente en tesis de investigaciones universitarias.433 Se abordan ítems

diversos relacionados a la conducción del Bosque, empero no son propuestas que

sirvan al ejido: no partieron del requerimiento ejidal. Asimismo, estudios

desarrollados por entidades del Estado y universidades especialmente de perfil

biológico-geográfico que integran la micro región y corredor, pero igualmente no

son aprovechados por desconocerse el paradero físico de tales aportaciones o estar

aún en estudio.

Contribuyendo a la vigorización de estas acciones, últimamente entre los actores,

se ha despertado el interés por calificarse en especialidades y postgrados afines al

Proyecto: Desarrollo Sustentable, Ecoturismo, Biología y algunas ingenierías como

Forestal y Zootecnia, con la finalidad de profundizar las habilidades del Proyecto.

Pedro Rivera, explica al respecto: “Estamos aprovechando toda la gente de la

comunidad que es profesionista. Por ejemplo, los veterinarios, los ingenieros

agrónomos, a todos ellos les estamos involucrando, para hacer nuevos proyecto.

433 Sobre arquitectura, derecho agrario, turismo y antropología. Lo que llama la atención es que la mayoría de dichos documentos no contribuyen en la conducción del Proyecto; no se conocen, peor aún, que se hayan inventariado o archivado. Sin embargo, cual sentimiento encontrado, me hicieron saber que les complace que mi persona, siendo estudiante peruana y doctorante de la UAM-X, tome interés por el proyecto que vienen llevando. Para ellos ser elegidos entre varios proyectos símiles es un indicador que les testimonia categoría.

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333

Estamos invitando a profesionistas de otras comunidades, esto enriquece más el

producto”.

Finalmente, los nuevos cargos que vienen acogiendo algunos guías en instituciones

públicas también es producto de la valorización y liderazgo que tiene San Nicolás

en el medio; como es el caso de Valentín de la Rosa, quien en la Comisión

Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, ocupa el cargo de Consejero

de los Pueblos Originarios y Nativos del Distrito Federal y Área Metropolitana,

además de Coordinador de la Mesa de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Las actividades, cargos, nominaciones, reconocimientos y demás lauros que viene

brindándose y asumiendo San Nicolás, no hacen sino expresar que el ejido, ha

cobrado importancia y con ello poder en el contexto regional mexicano y por qué

no nacional e internacional. He ahí una razón reveladora del porqué cada vez hay

mayor interés y disputa por el mismo entre sus actores del ejido. Un claro ejemplo

expresa el hecho que, en los últimos procesos electorales de renovación de

autoridades ejidales, hubo más candidaturas y la oposición demuestre mayores

desencuentros.434

No se puede señalar que entorno a ello podría haberse desatado cierto clientelaje

para la elección de representantes en las labores de gestión del PPESNT y el ejido.

Lo que sí es cierto, es que determinados hechos expresan discursos velados de

algunos actores que refutan que algunos protagonicen (aparezcan) más

seguidamente en representaciones y eventos. Asimismo, que no expresen

reconocimientos y meritos de los actores ‘del llano’ por sus labores destacadas al

externo.

Estos hechos demuestran de alguna manera la existencia de relaciones de poder, la

cual viene favoreciendo el aprovechamiento de oportunidades por parte de quienes

dirigen la experiencia. ¿Las relaciones sociales del PEESNT, se estarán

convirtiendo en un sistema de clientelismo? No se reúne la información suficiente

para la afirmación o negación de la misma. Empero, se ha venido notando en las

434 Ver mayor información en el capítulo II.

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334

negociaciones al exterior del Proyecto (con instituciones oficiales especialmente),

cierto interés y pretensión de manejo político al Proyecto, como se asume

posteriormente. Lo que si se asegura, es la existencia de una lucha velada por la

tenencia del poder del PEESNT, mismo que depende en gran medida, de las

alianzas internas y externas que se han establecido y las estrategias que vienen

tejiéndose.

Por ejemplo, es por todos conocido se fustigue el hecho que autoridades de la

últimas administraciones mantengan relaciones filiales y de familiaridad dentro del

mismo; de igual manera, no querer dejar el poder, por ello la persistencia de

protagonizar a través de otros. “Sólo se cambian las caras, pero en el fondo es lo

mismo”. También que al presiente ejidal se le cuestione que el anterior comisariado

lo maneje aún. “No se lo puede sacar de encima, todavía sigue gobernado”.

Habría que entender que el grupo que conduce políticamente el PEESNT, no

siempre satisface las necesidades y relaciones del pleno de los actores,

demostrando que hay confrontación entre quienes están en el grupo de dirigencia y

los que no; entre quienes se vienen beneficiando y quienes no tienen acceso al

mismo. Pervive la recriminación de los actores de base del Proyecto, los cuales a la

menor oportunidad tratan de resonar el objetivo para el cual fue creado el Proyecto.

Señalar el beneficio democrático hacia la totalidad de sus actores donde el sustento

cosmovisional y cultural que encierra el ejido, es el parteaguas para seguir

enrumbándolo.

5.3. La arena identitaria de la PEC, más allá del modelo del

desarrollo sustentable

5.3.1. La sustentabilidad campesina: El valor de la relación Ser

Humano-Naturaleza

Efectivamente, existen aportes cognoscitivos cosmovisionales y técnicos

importantes en el ejido, conformando el “banco” de saberes y conocimientos en el

manejo del recurso forestal. Que el mismo manifiesta en conjunto, poseer una

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335

cultura ecológica, condiciones de fondo para el desenvolvimiento del CT y,

manifestar aspectos que favorecen su construcción y consolidación como proyecto.

Cómo -gracias a su empoderamiento y posterior re-significación como

organización que contribuye al ecoturismo sustentable comunitario-, consigue ser

una propuesta “modélica” para otras comunidades. Sin embargo es necesario

preguntarse:

¿Desde dónde se construyen los conocimientos tradicionales, capacidades y

habilidades de la cultura local, y con ella el andamiaje de la PEC?435 ¿Qué fomenta

la resistencia y arraigo de los actores para permanecer en el Bosque?

• “Es como la semilla que necesita agua” (en clara alusión que la tierra necesita del ser humano y viceversa)

• “El Bosque necesita de mí, , como yo de él” • “Traemos la misión de cuidarla, protegerla, agradecerla, no sólo en base a

los usos y costumbre, sino en los sentimientos que tenemos hacia ella…ella nos devuelve siempre con más”436

• “El Bosque es mi mundo, es mi vida” • “Por inercia, yo no me voy” • “Es mi casa muy grande, respiras cuatro o cinco veces más, te mantienes

mejor” Son expresiones de una cultura identitaria por el Bosque, que expresa signos de

reciprocidad e intersubjetividad producto de una relación de arraigo desplegados

mutuamente entre Ser Humano–Naturaleza y Naturaleza-Ser Humano.

La crianza mutua de la que nos habla García (1996), Toledo (1999, 2000), Leff

(2002, 2005) y otros autores que vienen estudiando los signos de reciprocidad-

espiritualidad hacia la Naturaleza. Es recurrente la relación que tienen los actores

con la Naturaleza, trasluciendo respeto y convivencia. Ahí se instala una suerte de

licencia a la Naturaleza, que teniendo vida, tiene condición humana y terrena, y

como tal puede ‘abrigar’ análogas sensaciones de los seres humanos, por lo tanto 435 Correlativamente, cabe preguntarse: ¿Por qué la etapa más rigurosa de la mundialización neoliberal que vivimos no ha podido cambiar o eliminar al CT como soporte y significancia en la labor sustentable y en la PEC? 436 Expresiones registradas como respuesta a las preguntas: ¿Qué sientes por el Bosque?, ¿Por qué sigues en él, a pesar de…?. Entrevista estructurada. Mayo del 2006. San Nicolás Totolapan. Cruz Amaya, Valentín de la Rosa, Reinaldo Camacho, Juan Ruiz, Julián Escalona, Manuel Muriño y Miguel López.

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336

ella, necesita de sus cuidados. Por eso existe reciprocidad entre ambos; la madre

renueva la vida y el ser humano a cambio la protege y conserva. Es la “crianza

mutua” en términos de García (1996).

No se quiere distinguir ‘románticamente’ esta relación de compromiso compartido;

el entendido es recuperar la profundidad de la mirada de los actores sobre su

Bosque y Naturaleza. Aquella que “ (…) propone una utopía positiva, de una

modernidad distinta, entre otros principios básicos, en un vínculo renovado entre el

hombre y la naturaleza, apoyados en campos de pensamientos y sentimientos

morales presentes en un discurso poético, esto es ético y estético, como arma

eficiente para relativizar la “claridad científica” (Conchiero y Diego:2002:7).

Es cierto, que a la actualidad en San Nicolás no hay calendarios de ofrendas, ritos y

fiestas relacionados expresamente a sentir la Naturaleza consagrada; y que el

trabajo que se despliega sea cargado de ritualizaciones como suceden en

comunidades donde expresan con mayor expresividad la relación sagrada del ser

humano con su entorno, como sucede en los pueblos originarios mesoamericanos y

andinos por ejemplo. O más aún, el Bosque y en particular el árbol, ya no es para

San Nicolás el “(…) ‘xochinkuauit’, árbol enraizado en el corazón de la tierra que

representa el eje que ‘inaugura la posibilidad de efectuar la ruptura mágica del

tiempo y del espacio, el lugar de la hierofanía abertura que hace posible el transito

de una región cósmica a otra, entre el cielo, la tierra y el inframundo (Aramoni en

Conchiero y Diego, 2002:10).

Sin embargo, en algún momento de la historia de ejido se vivieron tales

expresiones, de manera contraria Alejandro Cano no tendría la costumbre de poner

“cada fin de mes o primeros días, una veladora con fruta en los ojos de agua” del

monte de San Nicolás. El sustento o explicación es “para que la tierra, siga

dándonos”437. Es el único ejemplo vigente que encontramos en San Nicolás, como

un hecho que sigue en la admiración y respeto entre sus pobladores.

437 Entrevista a Julián Escalona. Bosque 25 de enero del 2008.

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337

Por su parte, Don Ambrosio Tenorio438 recuerda que contaban sus abuelos que el

primer día de cada mes se dejaba ofrendas a las cumbres más señaladas y en los

ojos de agua.

Se ponía molito y fruta, como manzanas, duraznos, chabacanos. Todo metido en trastes y también se ponía unos muñequitos parecidos a los dioses. Todo se enterraba. Con el tiempo se ha perdido esta costumbre, ya no hay lugares apartados por todo lado están las casas y la gente empezó a destapar las ofrendas. Algunos se comían y se enfermaban. Se ponía ¡¡para que nunca falte agua en los manantiales!!

Los sentimientos siguen latentes, por ello hay rezos como el que expresa Cruz

Amaya439 cuando invoca a sus seres sagrados “Diosito lindo acompáñame y

déjame trabajar, que buena leña me llevo, también para los pobres”. También lo

testimonian las fiestas de la Cruz de Mayo y las ofrendas a la Virgen de

Guadalupe, acontecimientos destinados para enaltecer las milpas y el monte. No es

posible dejar de decir que tales expresiones vienen en declinación. Lo testimonia

Ambrosio, quien sostiene que no lo asume hoy en día, porque “no me gustaría que

me llamen idólatra”. Un ejemplo más de cómo la gran ciudad absorbe costumbres

y con ella identidades consagradas que trabajaron y sintieron una relación por el

Bosque diferente a los ejidatarios del común de hoy.

Las voces de los actores relatan también una forma de conciencia que adquiere

sentido cuando se refieren a ‘no dejarla’ o ‘necesita de mí y yo de ella’. Son

sentimientos propios que tocan su territorio. Un referente identitario y de

reciprocidad porque han nacido y crecido en ella, donde se ha gestado una

interacción de carácter personal; por ello se siente que hay un compromiso de

quererla, de cuidarla. Expresiones que de alguna manera renacen el sentido de la

espiritualidad de lo humano hacia la Naturaleza.

Desde la mirada de occidente se considera al capital físico, capital humano y

capital social (Ostrom, 2001; Kay, 2005; Merino, 2004) como componentes

primordiales en la existencia de las comunidades, asumiendo un énfasis en lo

económico-productivo y cultural-social. Sin embargo, las comunidades 438 Entrevista en el pueblo. 5 de febrero del 2008. 439Entrevista en el pueblo. 6 de febrero del 2008.

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338

campesinas, como se devela con el presente caso de San Nicolás, tiene entre sus

principales referentes de vida otro componente trascendental: el espiritual como

atributo de la expresión íntima que tienen los individuos en su relación con la

Naturaleza. Entonces, también ello constituye un bien, que lo identificamos como

‘bien espiritual’, siguiendo la dirección de E. Ostrom en ello de seguir

identificando los componentes de valor que integra y re-significan la vida de las

comunidades, inusual en la actual coyuntura y especialmente en áreas conurbanas,

como sucede con San Nicolás.

Este ‘bien’ es trascendental o quizás más revelador que el denominado capital

físico y social, es quién hace posible y sostiene a los anteriores. Este bien

inmiscuye al CT puesto que la cultura identitaria (arraigo e intersubjetividad por la

Naturaleza) tiene como uno de sus canales de expresión a los saberes y

conocimientos, manifestado en la relación con la foresta (aspectos que explicamos

en el IV capítulo).

Para quienes desconocen el valor de este componente es inexplicable responderse

porqué y qué mantiene a estos actores resistir su Bosque. “¡Por qué no lo han

vendido ¡ya!”, “¿Por qué no han cambiado a formas mas industriales de

explotación moderna, si el Bosque esta en pleno corazón del DF?”440 En el fondo

este bien espiritual expresado en la identidad y raíz identitaria sagrada no ha

fenecido en San Nicolás. Está empañada, remozada, cambiada, pero los actores

siguen siendo los “Guerreros del Bosque y del Agua”441 a pesar del paso del tiempo

y vivir la cercanía amenazante de occidente representada por la vecindad con la

megaciudad de México.

440 Al respecto, algunos visitantes que incursionan el Parque persisten en dicha pregunta. No encuentran coherente que los guías ejidales quienes expresan descontento (por su remuneración económica y trabajen sobre-tiempo), no les importe las relaciones de exclusión de algunos de sus líderes e inclusive en muchos casos, resten importancia a sus propias familias por permanecer en el Bosque. Otro ejemplo paralelo, es el que recibí de uno de mis maestros distinguidos del doctorado que comentó que sería bueno que “los ejidatarios de una vez vendan todo y se beneficien, en vez que los zopilotes arrasen en un futuro no muy lejano sus tierras…”. Confieso que dichas palabras me produjeron profundas cavilaciones sobre el futuro de San Nicolás. 441 Como suelen auto identificarse algunos Guías por pertenecer al “Bosque de Agua”, que integra el “hinterland” del Parque.

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339

Entonces, si se quiere responder a qué alega que los actores permanezcan y

resistan su Bosque, la explicación -aparte de seguir empoderando y re-significando

su Proyecto, fuente principal de trabajo-, la justificación va también por el lado de

recreación del ‘bien espiritual’, ahora imbricada en el compromiso de

diversificación de actividades y servicios que debe cumplir el Proyecto

Ecoturístico. Más aún, viene recreándose a partir de ello la contribución educativa

con lo que denominamos “Pedagogía Ecoturística Comunitaria” (PEC), tema que

seguiremos abordando en detalle más adelante.

Sigamos con las consideraciones de reafirmación y arraigo identitario que denotan

las visión de los actores de San Nicolás. Valentín de la Rosa, Alejandro Tenorio,

Pascual Ruiz, Pedro Rivera, Lázaro Camacho, Ambrosio Tenorio, Fidencio

Camacho, Julián Escalona, Santiago Martínez, Migue Ángel López, Cruz Amaya,

Manuel Moriño y, tantos otros sabios de la historia del pueblo y en ello del recurso

forestal, vienen brindando sus historias de vida como modelo de resistencia,

identidad y arraigo por el campo. Don Pascual Ruiz442 afirma:

“Nací en el pueblo y desde niño me he dedicado a guardar documentos de

la historia del pueblo. Mi padre me enseñó el amor a la historia, él estuvo al lado de Emiliano Zapata, por eso tengo en mi poder varios códices. (…) Tengo 8 hijos y con ellos he formado mi empresa de nopales, a pesar de haberles brindado estudios universitarios. Con esta empresa, doy trabajo a muchos jóvenes de la ciudad. El campo es la solución, no hay de otra. Tarde que temprano se vuelve a la tierra, es lo mas seguro, incluso para los que han decidido ser profesionistas”.

Don Lázaro, acota lo siguiente: “He enseñado a mis 6 hijos el amor y trabajo para con el Bosque. Tan es

así que todos mis hijos que tienen sus casas alrededor de esta su pobre casa, le han puesto madera a pesar de ser construcciones modernas… ¡allí usted las ve¡... Ellos trabajan en algo relacionado al cuidado de los bosques en instituciones del gobierno, no se han alejado de lo que les enseñe. Es su sustento, por eso estoy orgulloso”. ”. Don Pascual cumplió bodas de oro, acompañado de una amplia y unida familia.

No es la ‘intersubjetividad’ sólo para con el Bosque, sino el sentido de dejar estas

identidades para las generaciones que prolongarán este universo: hijos, familias,

442 Entrevista en el pueblo; junio del 2006

Page 340: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

340

comunidad, todos los que tendrán acceso al mismo. Lo importante es que la

identidad campesina y el sentido de pertenencia al campo, sigue arraigándose. “Ser

campesino es levantarse temprano, pensar que hay que sembrar para cosechar, ser

aguantador, ser como la semilla que necesita agua…Ahora con nuevos proyectos

que muchas veces tienen otro nombre, pero es de nosotros, lo conocemos”443 (en

referencia al ecoturismo sustentable).

La cultura ecológica que presentan los actores, integra reminiscencias de la

‘intersubjetividad’ que implica considerar que ‘todos’ tenemos que trabajar a favor

de la conservación del Bosque y la integralidad de los demás recursos ‘del mundo’.

Asimismo identificar la VIDA antes que al ser humano y el respeto a los demás

antes que ‘al mió propio’. En ello radica la persistencia y afán de dimensionar estas

identidades la cual refleja ser diferente a la racionalidad moderna sobre la

Naturaleza y los seres humanos.

En la “intersubjetividad” que plantea Lenkersdorf444 se da principalmente en

reconocer que los elementos materiales son sujetos y no simples ‘objetos’ de

intervención; en sus estudios del mundo tojolobal, encontró la inexistencia en la

distinción de denominar a las personas ‘sujetos’ y las cosas materiales ‘objetos’.

“Todos son sujetos, por lo tanto hay un respeto en la intervención a los recursos

naturales”. A nuestro entender, cuando se considera ‘objeto’ a los recursos

materiales es entonces que se interviene con la visión de explotación,

subordinación y allanamiento. Al reflexionar sobre el tema específico, los actores

de San Nicolás no consideran en términos ‘puros’ la intersubjetividad que refiere el

autor, es decir considerar a los elementos materiales como sujetos. La

intersubjetividad mas bien va por la perseverancia y previsión de hacer entender

que “todos debemos sentir y amar la Naturaleza”.

Estas expresiones destacan el significado del Bosque, del pueblo, de la tierra, de la

importancia de su legado histórico como una construcción territorial ideologizada y

re-significada en la historia, donde hay la esperanza de seguir viviendo de ella, de

443 Entrevista a Santiago Martínez. San Nicolás Totolapan, mayo del 2006. 444 La intersubjetividad que explica Lenkersdorf (1999) (vía la lingüística) donde lo importante, es acceder a la mirada de los actores sociales, conocer la visión del otro, como medio que posibilite la representación de "un mundo donde quepan muchos mundos".

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la seguridad que da cuando se la atiende y trabaja, que la tradición y vocación

continua. De alguna manera, se constata que ‘la Madrecita Tierra’ a la actualidad

sigue siendo –aunque de manera renovada-, el referente básico del ser campesino e

ejidatario, “de una forma de conciencia que adquiere sentido cuando se persiste

estar y cuidar de ella” (Kuassi en Conchiero y Diego, 2002: 7)

Empero, ¿De dónde nace este sentido identitario, sentimientos, simbolismos y

valoraciones?, ¿Cómo se forjan y arraigan en ‘el alma’ de los actores para

constituir su identidad asociada al campo? En el ejercicio de desentrañar estas

valoraciones y acercarnos a entender de dónde y cómo se establecen estas

sujeciones para constituir “seres del campo”, las reflexiones de Seeffó Luján

(2005:115) en su estudio sobre los agricultores, nos sirve como referencia para

asimilar los procesos socializadores de los actores de San Nicolás.

“El jornalero se forma desde la infancia, bajo la dirección de sus padres y

hermanos. Aprende a trabajar: discrimina texturas y colores del suelo y de sus frutos; cuenta las unidades cosechadas, estima distancias de surcos y superficies de terrenos; calcula pesos y volúmenes de repollos o brócolis cortados y cargados en los camiones, interactúa con sus semejantes, aprende a hacer amigos y eludir enemistades. En este camino de la vida y bajo el cobijo familiar, el niño-peón, va sufriendo una metamorfosis acelerada. ‘(…) Como capullos humanos, los ‘niños de la tierra’ experimentan el campo desde la lactancia (...). La familia es fundamental en la producción-reproducción biológica y social de los peones (…)”.

Los actores del Bosque no escapan a estas formas propedéuticas de inicio a la

identidad del Bosque que les brinda las unidad familiar entremezclada con los

saberes y conocimientos, el lenguaje, la historia, los simbolismos, la tradición y,

los sueños e ideales. Todos los actores testimonian que corretearon y sintieron del

monte su fuerza, sus ciclos, la vida, el calor, el frío, la incertidumbre, su sombra y,

hasta sus misterios. Ahí radica, sin duda, el proceso de apropiación simbólica e

imperecedera del Bosque y de su territorio como su universo vivencial. Entonces,

el Bosque como paisaje y casa propia y común, brinda no sólo un valor ecológico,

sino también una historia de vida personal y comunal donde se construyen y fijan

identidades e ideales ecológicos, ideológicos, espirituales y también laborales.

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342

Siguiendo la explicación de la relación simbiótica entre la Naturaleza-Ser humano,

es interesante percibir cómo al dialogar con los guías ejidatarios -en quienes se

sostiene la gestión operativa cotidiana del PEESNT-, un pleno compromiso

identitario y de servicio por el Bosque y el Proyecto Ecoturístico, enraizada en la

‘palpitante’ motivación de la labor cotidiana, actitud que no se pudo percibir en la

vibración de los demás actores (inclusive los sabios ancianos ejidatarios). Huelga

decir que la misma es contenido sustancial del andamiaje para los contenidos del

guiado turístico y por lo tanto de la PEC. Al ser una postura contagiante, hace que

los demás (especialmente visitantes) los sigan en sus sueños y propuestas en la

labor ecoturística y sustentable; no pocos los identifican como “(…) los locos”.

“…, y los somos, ¡¡por dar y entregarnos, ¡¡ nos dicen así!!”. Lo testimonian

expresiones como:

• “Yo amo a la madre naturaleza, no puedo vivir sin su agua de manantial,

respiro aire puro, cosecho de sus tierra, me da leña. Yo le debo mucho a SNT, no se cómo devolverle tanto a Dios. Podría trabajar aunque sea gratis y no moverme de esto, que para mí, es un paraíso.

• “Mi padre defendió los recursos naturales con su propia vida, murió

cuando era Presidente Ejidal…, yo nací bajo la higuera y mi madre es una yegua, con ello le digo mi amor por esto”.

• “Mi anterior matrimonio fracasó porque mi compañera no entendía mi

entrega a lo que es mi madre (el Bosque)” Más aún, no es mera casualidad que el total de los guías y trabajadores ejidatarios

sinteticen expresiones como “¡Yo trabajaría aquí, aun sin pago!” “¡mi vida es el

Bosque!”; “¡el Bosque es lo que me anima a levantarme cada día!; “¡el Bosque

me sano lo que ningún medico!” ;“antes estaba enfermo, no dormía, tenía los

nervios..., el Bosque me sanó todo, ahora duermo como un niño…¡muero sin el!”;

“así tenga mucha lana, ¡yo no dejaría mi Bosque, antes mejor, muero!”; “en la

electricidad me enferme porque trabajaba todo el día y empecé a sentirme mal. Me

dijeron que cambie de trabajo, en algo más descansado, que me despejara. Y el

Bosque me sanó. ¡Por eso estoy aquí!”

Son expresiones que facilitan y acercan al sustento explicativo del porqué los

actores resisten su Bosque a pesar de las disputa y contienda velada que enfrentan

(por poder político, por más tierras, o lograr beneficiarse de mayores servicios).

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Efectivamente, el conflicto hace surgir al adversario y forma la conciencia de los

actores presentes; asimismo, si lo hace de manera colectiva (acción colectiva) se

genera bajo la identidad, que es la definición que hace el actor sobre sí mismo,

otorgándole la posibilidad de actuar sobre él, como sobre la sociedad (Touraine

1988). Con el ejemplo de identidad (y resistencia) del Bosque en mención, los

nicolaítas no hacen sino encontrar cada vez renovadas significaciones,

transformadas cada vez en identidades, que al encarnarse en su vida y proyecto

personal, es posible su proyección a los demás, en este caso a los visitantes durante

el servicio. Aspectos que por cierto vienen a constituir el andamiaje ideológico de

la PEC.

En estas expresiones, es indudable que al Bosque -la Naturaleza-, se le asigne e

identifiquen cualidades imprevisibles desde la mirada endógena. Que el Bosque se

‘comporta’ como un ente dador de vida y además vivificante, por ello la

permanencia e ella. Que trasciende para conceder a quienes la perseveran, bienestar

y salud; componentes importantes que constituyen y contribuyen a la calidad de

vida de los actores. Al respecto el trabajo de Latour (2007) explica que los objetos

tienen parlamento445; en el caso abordado sustentaría que el Bosque está parlando

en lenguaje silencioso, que sabe brindar ‘ánimo’, ‘salud’; es decir está re-

significando la vida de quienes la habitan, por ello manifiestan adhesión.

Los actores no se imaginan en otro lugar, si no es disfrutando de la energía y vigor

del Bosque, del verdor y diversidad de vida que concede la foresta. Es un disfrute

de la vida, -aparte de la reproducción económica y social- “que se da en la poesía y

el canto (del Bosque) que permite acercarse a las raíces446, a una verdad de fuente y

de poder, lo que en náhuatl significa ‘Yolotalmanik’, al corazón de la tierra

(Concheiro y Diego 2002:6). 445 Al respecto, Bruno Latuor (2007) sostiene que los objetos tienen derechos y que hay un “parlamento de las cosas”. La modernidad a rechazado sistemáticamente tomar en consideración los derechos del objeto, en parte, por su continua propensión a pensar mediante el dualismo sujeto/objeto. Sólo si se cae en cuenta que el modo de clasificación moderno nunca ha correspondido con lo que realmente sucede en el pensamiento y práctica y, aceptamos que reconoce las consecuencias de tales prácticas de clasificación; se llegará a reconocer los derechos, la autonomía y la capacidad de acción del objeto. 446 Un ejemplo de ello es el caso de Cruz Amaya (92 años), quien debido a su identificación por el monte formo su grupo musical “Los leñadores del Sur”, junto con Ambrosio Tenorio Chavero. “Me gustó ese nombre porque yo era leñero. Fui algo famoso, trabaje cuando era joven el la “Doble U” al lado de Lucha Reyes, la Tariácuri y los Hermanos Huerta. Me salí porque tuve un accidente”.

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344

Ante el panorama de identidad y arraigo que resumen los actores sobre su

Bosque447, no es posible dejar de reflexionar: ¿Es ésta la razón de la permanencia

de los actores en el Proyecto a pesar del cuestionamiento e inconformidad por la

remuneración pecuniaria que perciben? Peor aún, ¿existe un sesgo de conveniencia

por parte de autoridades y actores externos al proyecto, que al saber de esta

consideración bosque/actores y actores/bosque, abusan o mejor dicho, se sustentan

y confían en los mismos para no reconocerlos pecuniarimente y demás

distinciones?; ¿Prevalece y se juega la idea ‘que de todos modos ellos

permanecerán ahí, ‘pase lo que pase’? Reflexiones que urgen respuesta, pues se

sabe de la adversidad económica que sustentan los actores.

Volviendo a las expresiones identitarias, los lideres y pueblos originarios sostienen

que sólo con el desarrollo de la vida espiritual podrá reestablecerse la armonía

cósmica y de la Tierra. “Por ello es importante transformar las conciencias de

quienes desde el poder se cierran a reconocer el potencialidad espiritual,

impidiendo la recuperación de la humanidad”.448

Son diferentes maneras de mirar, interpretar, sentir y disfrutar la vida del Bosque y

la Naturaleza, bienes que están cargados de valor cultural, ideológico y espiritual

que subyacen en el ser de los actores, que se exteriorizan y cobran forma y mensaje

cuando se transmiten a los visitantes o se quiere dejar huella en otros campesinos,

enarbolados en la practica cotidiana de la PEC.

447Me sobrecogió el hecho que uno de el responsables de la granja didáctica, quién a pesar de no estar conforme con su salario, permanece ahí porque le gustan los animales “¡los he visto nacer ¡…son como mis hijos”. Además sostiene que lo pusieron en ese servicio porque “soy una persona feliz, atiendo bien a los niños y todos los visitantes”. Sentí la identidad por el Bosque cuando abrazó y besó a varios hijos de ejidatarios que venían a remplazarlo. Luego al despedirnos, también me expreso su cariño anunciándome que le encantará vuelva a visitarlo.

448 Las instituciones de los pueblos originarios y campesinos vienen organizándose para resguardar estos patrimonios. Un resumen de las declaraciones del Discurso de los Líderes Espirituales de Abya Yala (América) donde se persevera la existencia del mundo espiritual es lo siguiente “1. La desprivatización y desmercantilización de nuestros lugares sagrados y ceremoniales y el derecho a que sean resguardados y administrados por nuestros propios pueblos originarios. 2. El profundo respeto a la práctica de nuestra espiritualidad, base y núcleo vital de nuestra organización económica, política, social y educativa. 3. Respeto y valoración de nuestra milenaria práctica ecológica. 4. Salud y medicina de la madre tierra y sus elementos componentes que en occidente llaman medio ambiente. 4. La no utilización de nuestros símbolos y nombres sagrados para fines comerciales, propagandísticos, mercantiles, militares, armamentistas y folclóricos” (http://www.maz.uasnet.mx/maryarena/octubre99/dicurso.htm

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Propuesta que como vemos, encierra miradas y mensajes diferentes y acaso más

complejos e imbricados que la propuesta de desarrollo sustentable y ecoturistico

expresada mayormente en términos académicos, de la que departimos al inicio del

presente trabajo.

5.3.2. Sinopsis de las contribuciones de la PEC a la educación y

cultura ambiental

1. La PEC ha surgido de la experiencia de la propuesta ecoturística y se asienta en la conducción de grupos diversificados en edad, sexo e intereses. Su andamiaje ideológico se basa en procesos configurados de asimilación de conocimientos, habilidades y destrezas, producto de una renovada valorización de la Naturaleza y su reapropiación.

2. La PEC, al basarse en contenidos cognoscitivos de la cultura milenaria que antecede a San Nicolás, conforma parte de las comunidades campesinas y de pueblos originarios quienes poseen propuestas de claves para revertir la crisis ecológica del planeta. 3. Esta cosmovisión de los autores de la PEC se basa en una cultura identitaria que expresa signos de reciprocidad e intersubjetividad entre Ser Humano–Naturaleza y Naturaleza-Ser Humano. Relación que sintetiza el reconocimiento de un bien espiritual trascendental, en la medida que hace posible se reproduzca y dinamice el ámbito material y social en la conducción del Bosque y PEESNT.

4. La propuesta de sus mensajes se basa en intercambios dialógicos motivadores entre anfitriones-visitantes, emulando la comunicación ‘natural’ de usos y costumbres, de la localidad, producto de la cosmovisión y identidad socio-cultural local. Mismas que expresan formas simbólicas de percepción, significación y relación con la Naturaleza, donde se expresan emociones/sentimientos y compromisos/identidades.

5. La pedagogía de los actores del Proyecto parten de emociones que grafican ternura y acogimiento, por ello podemos inscribirla como una contribución adyacente a la Pedagogía de la Ternura, expresada en entregar la sapiencia y habilidades con inteligencia emocional, solventada en la cosmovisión y sentido identitario de sus actores que conducen el Proyecto.

6. La orientación teórica de la PEC, se ajusta a mostrar, validar y potenciar los recursos y patrimonios que ostentan: cognoscitivo, natural, social, cosmogónico, tecnológico.

7. Se basa en despertar motivaciones, aprender a razonar y observar. ¿Qué se tiene?; ¿Qué me dará más?; ¿Cómo combinamos las cosas?; ¿Cómo somos más hermanos?, La ideas es advertir los problemas ambientales y sus alternativas.

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8. La PEC se basa en el enfoque de la racionalidad sustentable que salvaguardan los actores de Proyecto. Propuesta que no sólo pretende quedar al interno, sino que los visitantes se atribuyan el mismo compromiso identitario y cosmovisional que sienten y asumen por el Bosque, la tierra y los recursos naturales en general. Es decir, dotar a los demás de oportunidades para desarrollar habilidades sustentables que enseñen a otros a hacer lo mismo. Es una forma estratégica de resistir la cultura y racionalidad sustentable campesino-ejidal en contextos conurbanados.

9. La cultura y racionalidad ecológica que presentan los actores de San Nicolás integra evocaciones de ‘la cultura del compartir’ y la ‘intersubjetividad’ que implica considerar que ‘todos’ tenemos que trabajar a favor de la conservación del Bosque y la integralidad de los demás recursos del mundo. Manifiesta una lógica de construcción sustancial hacia el compromiso por la sustentabilidad de los recursos y no sólo a una lógica cerrada del turismo.

10. Su trascendencia, es haber formulado una propuesta (en términos de la PEC) más allá de su espacio territorial. Opción que viene elaborando respuestas de manejo técnico, organizativo y de gestión ecoturística, ambiental sustentable y empresarial, adecuadas a las condiciones sociales, culturales, ecológicas y cognoscitivas de comunidades y grupos símiles.

11. En la recreación de su sistema productivo y social la PEC, fomenta un diálogo de saberes entre el CT y la ciencia y tecnología moderna. Ahí el despertar de las tradiciones y la apertura al cambio, teje posibilidades para la coexistencia de lo diverso.

12. Pretende contribuir al ansiado modelo de sustentabilidad manteniendo la articulación del binomio biodiversidad-población local, acercando la convivencia armónica entre cultura/medio ambiente.

13. La peculiaridad de la PEC es haber ingresado a contribuir al dialogo articulador entre medio ambiente con la cultura, el conocimiento tradicional con la ciencia moderna y, la empresa con la Naturaleza, aspectos que el debate académico sigue discutiendo por las diferentes aristas de carácter polémico que presenta449.

14. Viene superando la orientación ‘conservacionista’ o ‘naturalista’ que algunos sectores y movimientos enfocan y pretenden de la Naturaleza, considerando en primer orden resolver las necesidades y expectativas de los grupos que la habitan y además la forma cómo la sociedad externa debe intervenirla. Propuesta que a la vez arroja luces para enfrentar problemas de exclusión/dominación que expresa la sociedad mayor y sistema, al sector campesino.

La propuesta, esta en su fase inicial, lo importante es haber desatado un renovado estilo de trabajo contribuyendo -sin habérselo propuesto (al intentar ir mas allá del simple guiado turístico)-, a orientar el enfoque y propuesta de educación y cultura ambiental.

449 Ver en la Introducción la discusión al respecto.

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En los siguientes cuadros (No. 11 y No.12) se puede visualizar de manera resumida las características y alcances de la PEC como contribución a la educación ambiental por parte de los actores de San Nicolás Totolapan en la conducción de su Proyecto “Parque Ejidal Ecoturistico”.

Cuadro No. 10 Elementos de identificación y alcance general de la Pedagogía Ecoturística

Comunitaria de San Nicolás Totolapan Elementos Alcances 1.Objetivo 1. Contribuir a la construcción de una

racionalidad ambiental. Educación y cultura ambiental

2. Destinatarios 2. Grupos heterogéneos 3.Origen metodológico 3. De la experiencia local, improvisación

fracasos, disputas y aciertos. Ensayo y error. 4.Contenido 4. En base al CT y contribuciones externas

de ciencia y tecnología. ‘Diálogos del saber’

5. Alcance 5. Crítico a modelos de intervención convencional al campo. Alternativo

6.Mensaje 6. Ideologizado y re-significado a partir de la cosmovisión latente y sentido de pertenencia por el Bosque

7. Enseñanza-Aprendizaje 7. Cargado de identidad, simbolismos, sentimientos y valoraciones

8. Bien espiritual 8. Intersubjetividad: crianza mutua Ser Humano-Naturaleza y viceversa.

9. Comunicación y lenguaje 10. Con sentimientos y afectos 11. Contribución 11. Educación y Cultura Ambiental Fuente: Elaboración propia. Noviembre de 2007.

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Cuadro No 11

Ejes de intervención y contribuciones de la Pedagogía Eco turística Comunitaria de San Nicolás Totolapan

Ejes de intervención Criterios pedagógicos 1.Explicación de tradiciones, modos y mundos de vida campesinos en base al CT

1. Forjar identidad ecológica, cultural e histórica

2.Recorridos por Bosque y vivero

2. Reconocer oferta variada y conducción de biodiversidad local, que contribuye a la reducción de su pérdida y además recursos (agua, suelos…)

3.Ilustración del Bosque según circuitos turísticos

3. Fomentar el PEC, aprendiendo en un escenario natural y en base a los afectos.

4. Presentar el PEESNT por los guías de la comunidad

4. Reorientar el concepto ‘convencional’ que se tiene de los actores (atrasados, pobres…), como actores, empresarios, autogestionarios, factibles de empoderarse

5. Trabajar la forestería social 5. Reconocimiento de campesinos cual protagonistas ‘anónimos’ vienen conservando los recursos naturales a pesar de adversidad.

6. Mostrar las vivencias y formas de vida del campo

6. Se establece una nueva forma de apropiación de la riqueza biológica y una renovada racionalidad ambiental y productiva.

7. Contribución como Proyecto 7. Da respuesta a que ‘sectores menos favorecidos’ pueden y están contribuyendo a redimir el medio ambiente.

8. Sobre la racionalidad 8.Cuestiona la racionalidad economicista y nos señala la efectividad de la racionalidad campesina sobre la conducción del medio ambiente

9. Espíritu de disputa del Proyecto

9. Cruza y es resultado de la resistencia y disputa por la defensa y permanencia de la tierra y territorio

Fuente: Elaboración propia. Noviembre de 2007. 5.4. Un proyecto empoderado y con liderazgo…pero

A pesar que entre los actores se da una realidad de conflicto -mayormente

subliminal y oculto-, el grueso de los actores enuncian que generalmente asumen

un nivel de unidad y conformidad al interno del Proyecto, siendo ésta la razón de

fondo para estar cada vez más empoderados de tal empresa. Ello, ha desembocado

en una auto- apreciación de sus logros, fortalezas, posibilidades y ventajas

competitivas y comparativas, en relación a proyectos equivalentes.

No sólo despuntan un ‘nicho’ en le mercado ecoturístico, sino también de una

conducción exitosa en el manejo de los recursos: forestal, aguas, suelos y como

empresa ejidal. Igualmente al externo, el ejido viene siendo reconocido como la

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349

propuesta que debe trascender. Son convocados para participar en eventos como

ponentes en talleres, concursos, etc., dentro y fuera del país. Asimismo entrevistas

de prensa, elaboración de artículos y promociones diversas vía Internet.

Algunos actores sostienen sobre su maestría:

• “Somos el único ejemplo exitoso en turismo trabajado por los mismos

dueños de la tierra y queremos que otros campesinos aprendan, ¡se avienten ya!”

• “Con este proyecto queremos que nos vean que si podemos administrar

nuestros recursos”.

• “Ya nuestro Proyecto Ecoturístico hay que anunciarlo, cacarearlo”. Son expresiones que señalan un empoderamiento colectivo, pero también que hay

interés por beneficiar socialmente a otras comunidades, entrando a jugar un rol de

modelo multiplicador, además claro, de la búsqueda de mayor consolidación de la

empresa.

Las distinciones no quedan ahí, vienen trascendiendo. Las instituciones del Estado

y privadas, vienen impulsando de San Nicolás la promoción de un perfil ‘modélico’

para otras comunidades. Por ello, -aprovechando la imagen ganada de San

Nicolás-, vienen desarrollando en el Parque diferentes eventos (de capacitación,

talleres, intercambios) dirigidos a campesino o pueblos originarios de la ciudad de

México, donde por supuesto San Nicolás es distinguido.

Por ejemplo en una entrega de recursos Focomdems y el Gobierno del Distrito

Federal quien apoyó con más de 8 millones a 76 organizaciones de cinco

delegaciones del suelo de conservación del Distrito Federal, beneficiando a mil 131

productores agrícolas, se expresó en el evento:

“Me da mucho gusto estar de nuevo aquí en San Nicolás Totolapan,

ejemplo de una comunidad que ha decidido aprovechar sus recursos naturales de manera sustentable, desarrollar un proyecto de ecoturismo que es exitoso, no sólo al nivel del Distrito Federal, sino a nivel nacional, así que muchas felicidades a San Nicolás Totolapan450.

450 Ver: http://cemefi.org/spanish/content/view/483/36/ http://www.mcontreras.df.gob.mx/noticias/detalleNoticias.html?id_noticia=712

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350

Por su parte Alejandro Calvillo, director de Greenpece México explica: “Esta zona, San Nicolás, es un ejemplo de lo que debemos hacer para

detener la destrucción de los bosques que nos brindan el agua. Esta comunidad ha logrado detener el avance de la mancha urbana, ha generado empleos, hace un aprovechamiento sustentable de sus recursos y con todo esto nos brinda enormes beneficios a quienes vivimos en los alrededores. Este modelo de buen manejo forestal comunitario es lo que las autoridades de todos los niveles deben promover y apoyar para que no sigamos perdiendo 2,400 hectáreas de este bosque”451.

Por otro lado, Serafín Paz Garibay, Delegado Estatal de la SAGARPA, durante el Encuentro de Ejidatarios, realizado en el Parque, donde asistieron más de 60 productores de los Estados de Tlaxcala y Morelos, explicaba:

Por ser ejemplo de organización comunitaria, que a logrado mantener un equilibrio entre el impulso de la actividad ecoturística y la conservación de los recursos naturales, evitando la expansión de la mancha urbana, el Proyecto Ecoturístico del Parque San Nicolás Totolapan, fue elegido por la SAGARPA, como el modelo multiplicador para otras comunidades rurales, por lo cual se difundirá a nivel nacional a través de un documental informativo, divulgativo, con las experiencias de los ejidatarios de esta comunidad.452

Una autoridad internacional de ciclismo de montaña revela:

A pesar de la dificultad que reviste realizar proyectos exitosos y económicamente viables, existen ya algunos casos que han logrado trascender y que están bien posicionados en nichos de mercado. Uno de estos casos es el Parque Ejidal San Nicolás Totolapan, en los bosques templados vecinos al Distrito Federal. A través de los últimos 5 años, el Parque Ejidal San Nicolás Totolapan se ha posicionado como el destino más importante para ciclismo de montaña a nivel nacional.

451 CEMEFI: “Concluyó este 9 de marzo la expedición de Greenpeace por el Corredor biológico Ajusco-Chichinautzin con un acuerdo entre el presidente del Instituto Nacional de Ecología (INE), Adrián Fernández, y la Secretaria de Medio Ambiente del DF, Claudia Sheinbaum, para unir y coordinar esfuerzos a fin de proteger al Gran Bosque de Agua. Este foro se realizó en el Ejido San Nicolás Totolapan, ejemplo de buen manejo forestal por parte de los integrantes de esa comunidad. Participaron la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal; Jazmín Aguilar, del Grupo de Estudios Ambientales (GEA) y Sergio Madrid, del Consejo Mexicano para la Silvicultura Sustentable. También estuvieron presentes el presidente del INE y ejidatarios de San Nicolás, de Huitzilac y de otros poblados de los alrededores”. México, DF a 15 de Marzo de 2006. 452 Mencionó que el objetivo general del proyecto en mención, es impulsar la educación ambiental, crear áreas de esparcimiento, deportivas, de protección a la flora y fauna y de contacto con la Naturaleza, capaz de promover efectivamente la conservación de los bosques, así como desarrollar y poner en marcha un modelo de empresa ejidal, promoviendo el turismo alternativo.

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351

Es incuestionable que el Proyecto esté atravesando una etapa de consolidación. Las

distinciones van por reconocer su aporte a frenar la marcha urbana a través de una

efectiva administración de el, durante estas últimas décadas. San Nicolás no está

lejos de percibir y estar fuera de estas arenas, convertidas muchas veces en

verdaderos campos de batalla controvertidos luchando contra fuerzas externas

poderosas para defender su individualidad, sus habilidades, mientras tratan de

satisfacer sus necesidades (Barkin b, 2002:84).

Es legítimo advertir en la expresión de algunos actores del Proyecto (y por algunas

visitas a instituciones que hicimos) concluir también que, detrás de ‘tanta

apología’ al ejido, existe cierta codicia al estilo de ‘querer vivir del éxito de los

demás’.

San Nicolás no escapa al entramado de intereses y pugnas externas, especialmente

ahora que manifiesta manejos significativos de proyectos, obras y actividades. Los

mismos ejidatarios señalan que el Proyecto es “un monstruo que va creciendo”,

que se puede “escapar de nuestras manos” por ello el interés externo. Lo

preocupante en todo caso, es que el ejido (por la percepción que tienen algunos de

sus líderes, puede sentir amenazada su autonomía.

Puede notarse ‘coincidencias’ de visitas al Parque con la agenda de políticos y

jefes de instituciones de gobierno para inaugurar sus proyectos. Escuchar,

‘nosotros apoyamos a San Nicolás, cuando nadie creía en ellos’, ahora échennos

la mano y hablen de nosotros’. Enviar visitas ‘sorpresivas’ para explicar cómo se

construyó el Proyecto, tomar demasiadas fotografías que quedaron sin retorno, o

hacerles promesas que aún en años esperan respuesta.

En algunos casos algunas, consultoras vienen tomando como ‘caballito de batalla’

para obtener financiamientos, atestiguando que vienen asesorando al Proyecto

‘exitoso de San Nicolás’. Sostienen que de alguna manera ‘apoyaron’, ‘donaron’,

‘intercedieron’, ‘recomendaron’ o que ‘colaboraron’ con el ejido. En otros

momentos, hay lamentos porque algunas instituciones y autoridades pretenden aún

‘imponerles’ sus intereses u objetivos de labor institucional, sin darse cuenta que

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352

los nicolaítas están ahora en el grupo de quienes detentan el poder de decisión y

que además exponen sus condiciones para llevar a cabo determinada propuesta:

Quieren imponernos cómo debemos trabajar. Por ejemplo en el rescate del río Eslava, que se quiere hacer conservación del suelo y agua con la reforestación, terraceo, aclaros, gaviones tanto en la parte alta y baja. En San Nicolás queremos que en conjunto veamos nuestras necesidades y ver en conjunto las necesidades de los demás. Por lo genera, no aceptamos si no está bien sustentado y convenza al ejido, a pesar que el gobierno da el recurso.453

Comprensibles en la medida que el Proyecto es resultado del concurso de variados

actores y agentes asociativos. Si bien son hechos que se dan, causan cierta

incomodidad entre los actores, que no dejan de declararlo. Es preocupante

mantener cierto discurso oculto de resistencia hacia fuera, pero lo es mucho más -

como se viene manifestando-, aparentar conformismo y sumisión al interno, entre

los actores que administran el Proyecto. Las controversias podrían descargar en

cualquier momento dándose lugar a la confrontación por parte de actores al interno

y al externo. Entonces, no tardaría en estar amenazada la pervivencia de tal

empresa.

Pero volvamos al tema del empoderamiento del Proyecto que, como resultado de

ello, viene re-dignificando a sus actores sociales.

5.5. Re-significando al campesinado

Sabemos hablar con gente de afuera, en las instituciones. Cambiamos el estilo tradicional de cómo se ve a los campesinos, sucios, borrachos… ahora nos presentamos sin sombrero, bien limpios, a la hora, como autoridad manejamos camioneta, muchos somos profesionales, usamos celular, tenemos nuestras secretarias, asistimos a reuniones importantes. (Por ello), nos invitan, nos llaman a todos los eventos importantes sobre ecoturismo rural y temas afines. Estamos bien presentaditos, ahora nos respetan. Hemos inaugurado un nuevo estilo de presentación de las autoridades.454

453 Entrevista a Hipólito Nava, presidente del comisariado ejidal. Distrito Federal 8 febrero de 2008. 454 Entrevista a una de las principales autoridades del ejido, quien sugirió no señalar su nombre, por razones personales, San Nicolás de Totolapan, agosto de 2007.

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Según las consideraciones que contempla la nueva ruralidad mexicana, los actores

del Proyecto no encajarían la esteriotipada característica del ‘campesino

tradicional’. Sucede que quienes son los responsables de gerenciar el PEESNT,

especialmente representantes públicos, tienen diferentes niveles de calificación

profesional y técnica. Lo que los define su ‘vuelta (presencia) al campo’ es el

compromiso de visión compartida que propugnan sobre le Proyecto. Como

sostiene Massieu (et al., 2006:5), los actores de San Nicolás recurrentemente se

‘envuelven’ con “nuevas expresiones de ciudadanía, como formas inéditas

resultante de la emergencia de nuevos fenómenos a partir de la mayor interacción

de lo global y de los nuevos arreglos de la actividad productiva”. En este caso, a

partir de calificaciones académicas y tecnológicas aprovechando la coyuntura que

da la modernidad, la ciencia y la tecnología.

El Proyecto brinda la oportunidad de un re-afianzamiento y dignificación de sector

rural; donde los actores desarrollan sus capacidades personales, hecho que refuta de

alguna manera el estigma tan arraigado de considéralos como ‘individuos

dependientes o incapaces de conducir su propio destino’. Asimismo expresa la

existencia de formas de cohesión social y autosuficiencia suscitadas en un proceso

de contribución solidaria desarrollada entre actores que buscan cubrir necesidades

indispensables. Estas expresiones, vienen permitiendo la continuidad de diferentes

poblaciones rurales, lo que re-significa el valor de su presencia y espacios en

escenarios públicos y de negociación donde por mucho tiempo fueron ignorados y

denigrados.

En sus expresiones hay un cambio en el juego de las relaciones sociales al externo.

En ello también se expresa un reclamo implícito y velado de querer ponderar la

dignidad de este sector, aparte de sus calificaciones. Mostrar que ahora son

diferentes, que evidenciemos sus cambios. “Yo tengo otro estilo, otro modo, no

somos huarachudos, somos tan capaces como ustedes”. “Yo llego de traje, sé de mi

capacidad. Yo he estado en reuniones con Ebrard”455. Como diría Long, en el

campo mexicano viene dándose lugar a nuevas identidades sociales y políticas,

455 Entrevista al comisariado ejidal actual, Distrito Federal, 6 de febrero de 2008.

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354

articuladas o producto de renovadas identidades económicas, como es el caso del

ecoturismo en San Nicolás y otras comunidades.456

Nos tocó vivenciar actos de negociaciones junto a algunas autoridades a propósito

de algunos acompañamientos que hicimos al ejido fomentando actividades de

promoción y asistencia técnica en instituciones locales. ‘¿Lo puedo tutear?’. “Voy

a ver cuando tengo tiempo”, escuché de los nicolaítas reiteradas veces cuando nos

presentábamos y se urdían agendas.457 Sin dejar de reconocer progresos propios de

sus actores, dichas elocuciones, no dejan de señalar un diálogo de poder acaso

invertido, nada usual por cierto entre los actores tradicionales del medio rural.

Hechos que eran actos de “renegociación discreto de las relaciones de poder”,

entendiendo que es otra forma de resistencia, misma que es todo un arte o

“infrapolítica”, donde son las practicas discursivas quienes mantienen dicho orden

(Scout, 2000:225).458 Un renovado estilo para ‘lobby’s” y redes sociales, ahora que

el ejido trabaja en alianzas estratégicas y formas de cooperación interinstitucional.

Señalar para si mismos, que “ya no somos los campesinos pobres y malhablados

que van a solicitar sin nada en las manos”. “Ahora queremos que nos respeten

como campesinos y como personas”. “Ellos ganan con nosotros, y nosotros con

ellos ¡” “Nosotros aportamos con nuestros éxitos, ellos con lo que saben hacer.

Los dos salimos ganando”. Las reacciones y relaciones no pueden de ser de otra

manera, los actores -especialmente sus dirigentes-, saben que la propuesta

ecoturística comunitaria que manejan es inédita en el contexto, de su importancia y

que además lideran el rubro de la propuesta. Hechos que hasta cierto punto reflejan

renovados términos de negociación, pero ahora invirtiéndose los libretos, donde

cada vez como dijimos, nos alejamos de percibir el esteriotipo de exclusión,

dependencia y sometimiento, tan arraigado en las relaciones de negociación que

llevaban (y aún llevan) numerosas comunidades del campo en sus relaciones con

las externalidades. 456 Ver aspectos relacionados en el acápite del presente capítulo “Los otros beneficios que arroja vivir el Proyecto”. 457 Confieso que en tantos años de labor y acompañamiento al campo, no me tocó presenciar hechos como estos. La sobrecargada humildad, nerviosismo y sobre todo desconfianza por parte de los actores del campo, era la constante acostumbrada. 458 En Resistencia y/o Revolución Catherine Héau hace un análisis de la obra de Scott, James (2000) [1990) Los dominados y el arte de la resistencia. México, Editorial Era. http://www.culturayrs.org.mx/revista/num2/Heau.htm

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Puede verse además, un escenario inicial que muestra una visible contienda de

poderes, en este caso por mantener nichos del mercado ecoturístico y de proyectos

sustentables comunitarios en el Distrito Federal. Entonces, también sería el espacio

externo donde se expresa otra de las disputas a atender, para seguir avanzando en el

posicionamiento de San Nicolás, pues en el nivel interno el Proyecto -como

mencionan algunos de sus líderes- “ya por inercia va seguir manejándose solo”.

“Va a seguir solo, a este monstruo, ¡ya, ¡no lo para nadie!”.

5.6. Diferentes miradas, diferentes advertencias

Al externo los renovados estilos son meritorios. Pero cabe preguntarse, ¿Qué

implicancias o más bien, qué lectura manifiestan los actores que no están presentes

en la lógica de re-significación al externo que se presenta?

La explicación va por mostrar cada vez cierta notoriedad de un binomio de perfiles

de actores. Por un lado, aquellos con mayor arraigo por el Bosque y su significado

simbólico, cognoscitivo y sustentable transmitida y hecha forma y síntesis al

externo a través de la PEC y; por otro -especialmente autoridades- queriendo

estampar una lógica de crecimiento empresarial al Parque, enunciado en

implementar más servicios y consiguiente infraestructura. Ambas miradas de

alguna manera vienen enfrentando una disputa velada por lograr quien opera su

lógica y racionalidad de trabajo en el PEESNT.

El siguiente ejemplo brinda luces al respecto. Ocurre que el ejido ha sido

beneficiado para la construcción de una sala de usos múltiples.459 Los actores guías

y trabajadores del ejido, no entienden porque viene instalándose en las entrañas del

Bosque, “rompiendo el paisaje natural” y además no haberse tomado en cuenta la

propuesta que hacia uno de sus líderes para la construcción del mismo. La idea era

que la obra podría hacerse convocando a la UNAM (grupo de arquitectos con

quienes hay enlaces, por lo mismo, podría haberse rebajado presupuestos) para 459 Según informe de las autoridades, San Nicolás fue favorecido con un millón y medio de pesos para la construcción de un ambiente de usos múltiples por la “Comisión para Desarrollo de los Pueblos Indígenas” (CDI). El proyecto fue elaborado por profesionales externos al ejido, hecho que fue cuestionado por algunos actores, sustentando tener capacidad para ello.

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356

hacer una construcción que sintetizara y recoja en sus muros, -además de sus

servicios-, la historia de resistencia de su Bosque y creación del Proyecto. En el

otro lado, están las autoridades, quienes decidieron la obra, su estilo, materiales,

presupuestos, etc., quienes muestran complacencia porque su gestión fue

reconocida económicamente por una institución oficial. Estos hechos muestran

cada vez miradas polarizadas, donde por un lado hay desánimo de los primeros y

en el lado opuesto, beneplácito para los segundos.

Lo preocupante de esta experiencia –y otras menos notorias– es que la misma

podría equipararse como la ‘experiencia límite’ para descubrir que en el ejido hay

un acceso desigual en la toma de decisiones en la conducción del Parque; donde

quienes tienen el poder acuñado en la responsabilidad política del Proyecto,

estarían propiciando aplicar enfoques e ideologías desarrollistas al Bosque

apoyado por las externalidades.

No es factible que el hecho refleje un esquema de ganadores y perdedores, no lo es,

pero de continuar estas discrepancias estaría poniéndose en riesgo toda una historia

de resistencia del Bosque expresada en una cosmovisión, con una cultura simbólica

y sustentable, representada por un repertorio de conocimientos, habilidades y

destrezas en la conducción holística de su Bosque.

Habría que pensar el futuro del mismo, si sus autoridades insisten en la ‘lógica de

las obras’, mismo que evidencia que el Proyecto, no es un ente uniforme y

coherente a los objetivos de creación enarbolado desde sus inicios. “Él, no sabe del

Bosque, ¡nunca se le ha visto de chamaco ni joven ¡”. “Está aprendiendo del

monte…, mientras lo hace ya culminará su gestión”. Son voces que no callan, que

advierten.

Cabe preguntarse en el mismo sentido que lo hacen Paré y Lazos (2003:65), y

aplicado especialmente a los dirigentes del Proyecto: ¿Será por las prestaciones y

apoyo que el gobierno ofrece a San Nicolás que sus actores persisten el Proyecto, o

es su sentido de identidad? ¿Qué pasaría si el gobierno les retirara todos los

apoyos?

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357

Sin embargo, el discurso declarativo es que el CT sirve, es válido y se le respeta.

Por ello ‘hay que hacer un asilo de ancianos’ y ‘un mural’, pero aún no se le

valora al CT como un eje de orientación tecnológico-ideológico-cultural en la

conducción oficial del Bosque. Expresión clara de ello es la falta de promoción de

sus expertos en el tema (guías ejidales y staff de ancianos sabios). Tampoco se han

establecido las reglas del juego claras, para quienes visitan o coordinan actividades

productivas en el Bosque; atreviéndose a sostener que el mismo se conduce bajo

los principios de los saberes y habilidades de sus pobladores, que ellos deciden la

pertinencia de aplicar o introducir tal o cual tecnología y propuesta. Así sería otra

cosa.

Es decir, San Nicolás viene desaprovechando capacidades y habilidades vigentes.

La experiencia de la racionalidad sustentable campesino-ejidal en zonas

conurbanas, podría convertirse en modelo de exportación y negociación hacia

otras comunidades, mas allá del tema ecoturismo que la mayoría de comunidades

visitantes pretenden emular. La inercia de algunos de sus dirigentes empeñados en

invisibilizar, vetar y actuar paternalistamente, viene sosegando tal vocación. Nos

preguntamos, ¿Cómo se daría esta vertiente si la situación se invertiría?

5.7. La empresa, lo colectivo Como se sostuvo anteriormente, el Proyecto ha inaugurado un renovado estilo de

administración, imagen y coordinación interinstitucional. Asimismo, la irrupción

cada vez más elocuente de discrepancias en la administración y decisiones del

Proyecto.

Sin embargo, en la lógica de afirmar que las experiencias empoderadas son

resultado de lógicas dialécticas, donde priman los avances y retrocesos, la unión y

la desunión; la labor del Proyecto no es consecuencia de la empresa individual o

dispersa de sus actores. Es resultado del colectivo, mismo que viene a ser otra de

las fortalezas y aciertos del mismo. Al respecto Ostrom (2001:97) identifica tres

características que expresan cómo los actores se organizan para poder gestionar sus

recursos con viabilidad. Los atributos de los actores que favorecen la construcción

de instituciones viables, expresan y en muchos casos, rebasan la misma.

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1. La presencia de normas de confianza (habitual)460 entre el grupo que utiliza el recurso determinado.

2. La existencia de un entendimiento común (habitualmente)461 sobre el

funcionamiento del sistema de recursos y las formas en que las acciones de los usuarios los afectan, así como de la visión compartida sobre la comunidad y sus problemas.

3. La existencia de experiencia organizativa previa entre el grupo.

El grupo que gestiona el PEESNT identifica su viabilidad como resultado de su

“tradición organizativa comunal y la unión” en la toma de decisiones y gestión del

Proyecto. Diríamos además de lo planteado por Ostrom (cual cuarto y quinto

atributo) que los actores tienen la necesidad de capitalizar y distribuir las utilidades

comunalmente y reinvertir en la misma empresa; además de ser –el Proyecto–

producto de una ‘cultura sustentable’ de arraigo en el ejido.

Debido a ello, resiste sus postulados de manera ideologizada y re-significada. Ahí,

el CT se manifiesta con simbolismos y valoraciones a partir del Bosque y la

Naturaleza. Todo ello constituye parte de las ‘fuerzas invisibles’ y en ella claro, la

espiritualidad de sus actores como sustento ideológico-cultural que sigue

consolidando la empresa.

Otra de las características como colectivo que viene empoderándose es la

aspiración a que el Proyecto sea reconocido como empresa. “Queremos que nos

vean como una empresa, somos ahora una empresa, y eso también nos reconocen”.

¿Una empresa social ejidataria? ¿La cultura del compartir en íntima simbiosis y

expresión de los objetivos empresariales (occidental) y los objetivos sociales y

comunales (no occidental)? ¿La empresa articulándose propiciadamente con los

objetivos sociales? ¿Un nuevo tipo de empresa ejidataria que va apropiándose en

sus términos más allá de los límites de la sustentabilidad promovida al externo de

los espacios campesinos?

460 Incorporación mía. 461 Incorporación mía.

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359

Se entiende que la trascendencia del Proyecto va mucho más allá, luego de venir

caminando por senderos inéditos para ellos. Veamos en que términos se enuncia la

empresa social.

En anterior acápite se dio testimonio a la lógica y racionalidad de la ‘cultura del

compartir’ en sociedades de vocación comunitaria, como una manifestación

significativa de sus relaciones sociales. Aplicada a la concepción empresarial, está

asociada el acto y trascendencia del compartir más allá de lo meramente

pecuniario. Es decir, no es la lógica meramente de ganancia al estilo de la empresa

comercial privada lo que motiva gestionarla sino los componentes económico,

cultural, cognitivo, educativo, simbólico, y por su puesto, la sujeción por la

sustentabilidad. San Nicolás, resume esos principios en la administración de su

empresa ejidal.

La gestión empresarial muchas veces se entremezcla entre cumplir con el espíritu

comunitario y las reglas que la cultura empresarial exige. Cumplir con la

productividad, rentabilidad y acumulación en términos económicos, pero también

custodiar y considerar las demandas socio-culturales de los ejidatarios, como pasa

con las empresas forestales comunitarias (EFC) que presentamos en el capítulo IV.

Al respecto es interesante advertir, cómo los ejidatarios que conducen la empresa,

viene articulado creativa y colectivamente algunos principios de la cultura

empresarial462 con los rasgos de su propia cultura. En base a la reciprocidad y

solidaridad rasgo propios de la cultura local, fomentan: ‘alianzas y socios

estratégicos’; la horizontalidad de la empresa se fundamenta en la organización

comunal; las exigencias de innovación tecnológica, se plasma en el carácter que

tiene la comunidad de ser por propia naturaleza abierta e influyente (por ello no

462 El artículo “Cultura Andina/Cultura Empresarial. Una apuesta para la complementariedad” de nuestra autoría (2000), resume un análisis de proximidad y complementariedad entre ambas. Claro, salvando las distancias abismales entre una lógica y otra. El objetivo fue desatar reflexiones brindando alcances al medio académico y no académico que sostenía que los ‘campesinos jamás podrían ser empresarios’. Asimismo mis estudios de Maestría en “Marketing Turístico y Hotelería” (1999-2000, Lima Perú), me aporto conocer los términos con los que hoy se conducen las empresas; además el fomento de la cultura empresarial en los proyectos con servicios turísticos. Experiencia que me permite establecer aspectos comparativos para el estudio caso de San Nicolás Totolapan.

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360

hay conocimientos ‘puros’). La exigencia de ‘estar orientada al cliente’ es

equivalente a la expresión: ‘los otros, los demás, son primero que uno’.

Se coincide con Long cuando sostiene que es el agricultor, o mas precisamente

quienes toman las decisiones en la empresa agrícola quienes deben problematizar

activamente sus situaciones, procesar la información y reunir los elementos

necesarios para la operación de la empresa agrícola. Son los que manejan las

empresas quienes desempeñan un papel importante en la construcción de su propio

mundo agrícola, aún al grado de internalizar racionalidades externas463 (Long,

1996:52). En el caso de los nicolaítas apropiándose del modelo empresarial para re-

significarlo y configurarlo comunitario-ejidal en un proceso de inter-asimilación de

propuestas. Se trata que los ejidatarios están de alguna manera contribuyendo en el

tan añorado anhelo de armonizar la empresa con la Naturaleza, aspectos que

abordamos en el debate que hicimos sobre el desarrollo y desarrollo sustentable.464

Se sabe, que la experiencia de los protagonistas del Proyecto de ninguna manera

‘es una isla en un mar de fracasos’. Todo lo contrario, se inscribe en lo que puede

denominarse la naciente de un movimiento de sociedades comunitarias que vienen

re-significando el objetivo económico y sustentable y en el contexto de la

mundialización neoliberal y, en ella México viene liderando a nivel global (Bray et

al., 2007).

Se dice que “México, como enorme porción del bosque, padece de

desorganización, por lo que se pierde rápidamente su riqueza forestal. Sólo en un

27.5% de los casos se tiene alguna organización, pero su manejo es regular y no

sustentable. Sólo el 4% maneja sus bosques de manera ejemplar, con

reglamentos internos, tiene legalizada su empresa, reinvierte su capital, realiza

auditorias internas, los socios participan activamente y hay la creación de fuentes

de trabajo. Además, cultiva el bosque de manera sustentable.465

463 El sombreado es nuestro. 464 Ver en la Introducción tal elocución. 465 Patricia Moguel y Víctor M. Toledo, 2001. El mérito ecológico: otra enseñanza indígena http://www.jornada.unam.mx/2001/jun01/010605/016a1pol.html

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361

San Nicolás, esta en este último grupo como lo están diferentes comunidades que

destacan en el “manejo y explotación de bosques templados (comunidad indígena

de San Juan Nuevo en Michoacán y Unión de Comunidades Forestales de Oaxaca);

manejo y explotación de selvas tropicales primarias (Unión de Ejidos Forestales de

la Zona Maya y Sociedad de Productores Forestales de Quintana Roo) y

secundarias (Unión de comunidades de Usila, Oaxaca), y producción de café

orgánico de exportación (encabezados por la Unión de Comunidades Indígenas de

la Región del Istmo o UCIRI e Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla o

ISMAM” (Toledo, 2002).

En muchos casos, éstas contribuciones vienen siendo estimulados por distinciones

y premios nacionales como por ejemplo el Premio Nacional al Mérito Ecológico,

pero la preocupación de los autores aludidos –y nuestra-, va por que se conduzca a

un “compromiso real por parte del gobierno (estímulos económicos y fiscales), las

instituciones y fundaciones (financiamiento a proyectos productivos sustentables),

el mercado (precios más justos) y los propios consumidores (a través del pago de

un sobreprecio) para impulsar a ésta y a las otras organizaciones.466

Igualmente, se destaca su atributo de eficiencia con el siguiente caso: “De las

acciones más notables que sobresalen, se encuentra el manejo y aprovechamiento

integral de los sistemas agroforestales cafetaleros que los productores de la

Tosepan han trabajado de manera colectiva. Los cafetales bajo sombra de estas

comunidades nahuas son verdaderos "jardines productivos", donde el cafeto se

combina con cerca de 200 especies de plantas, entre árboles, arbustos, hierbas y

epifitas.467

No se crea que vivir el sueño empresarial y sustentable sea de hacedera conversión

y un camino floreado para alcanzar ‘el éxito’. En nuestra estancia en San Nicolás se

pudo percibir y sentir entre los interlocutores –aparte de sentimientos de

hermandad y expresiones de comunalidad– relaciones enfrentadas expresadas en

disgustos, tristezas, preocupaciones, sobresaltos, ira, desgano, rumores, rencor,

466 Utopía y Naturaleza. El nuevo movimiento ecológico de los campesinos e indígenas de América Latina, Víctor M. Toledo, 1992. http://www.nuevasoc.org.ve/upload/anexos/foro_246.pdf 467 Utopía y Naturaleza. El nuevo movimiento ecológico de los campesinos e indígenas de América Latina, Víctor M. Toledo, 1992. http://www.nuevasoc.org.ve/upload/anexos/foro_246.pdf

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362

insatisfacción, envidia, distancias y diferencias. Aunque por debajo y sólida se

mantiene y prima la identidad colectiva. Aquella que “relaciona los lazos de

identificación y los afectos que se construyen entre los participantes, con un

discurso en el que se exponen las injusticias y las responsabilidades, así como la

definición compartida de un campo de posibilidades dentro del proyecto de

sociedad (proyecto ecoturístico)468 expresada como el conjunto de intereses

comunes, utopías y expectativas” (Rodríguez, 2005:195).

El ejido está creando una nueva forma de ‘cultura sustentable campesina’ (mucho

más completa que el mismo CT), a través de la empresa ejidal, donde no sólo

reivindica la cultura local, sino viene perfilando un renovado estilo de gestión

individual y empresarial, tomando ventaja del patrimonio natural y de sus

conocimientos (CT). Este andamiaje, se sostiene en la percepción e intervención

holística sobre la Naturaleza; misma que contribuye a la par, a un retroceso de la

pauperización del medio ambiente y la cultura. En términos dialécticos, lo que

aviva y hace prosperar la empresa y su cometido, son asimismo, los hechos

preñados de disputas y discrepancias al interno y externo del Proyecto.

Se concluye, que el pueblo viene generando una diferente forma de re-apropiación

de su Proyecto, en un dialogo mesurado con la contribuciones externas y ahí hacen

empresa. No es mínima dicha contribución, se trata de aportaciones que

contribuyen a brindar respuesta a uno de los temas más álgido de la agenda

mundial: la generación de ingresos y empleo en autogestión comunal, que a la vez

consideren vigilancia extrema en la recuperación del medio ambiente y los valores

humanos. Es un tema que da para más, acaso propio para convertirse en líneas de

investigación posterior.

5.8. El futuro del Bosque: las dimensiones imaginarias, los sueños,

las utopías

468 Inserción mía.

Page 363: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

363

En la estancia en San Nicolás, se pudo dar testimonio de cómo los actores

ventilaban y arrojaban sus sueños y utopías en pláticas profundas, muchas veces

preñadas de ilusión acaso inalcanzable.

¿Qué quisieras para el Bosque y el Parque? ¿Cómo visualizas tu Bosque en 20 años

a más? ¿Qué entiendes por desarrollo sustentable?

Los ejidatarios entrevistados al sentirse empoderados, en primer termino quisieran

que la experiencia y propuesta se difunda con fines y criterios más amplios.

• “Que sea un regalo para los campesinos del mundo”. • “Que se registre como un bosque modelo”. “Que nos ocupen para

diplomados aquí en el mismo Bosque” • “Queremos convertirnos en mensajeros de las propuestas campesinas”.

La claridad de sus expresiones, lleva seguir argumentando que permanece vigente

un creciente sentido de identidad que demanda propuestas para la unificación

campesina como se sostiene. La utopía de lo actores va mucho más allá de la

dimensión local, queriendo trascender a lo global, ser una contribución que marque

nuevos horizontes a la alternativa campesina.

Por eso su interés de consolidar con el Instituto Internacional de la Comunicación

Educativa- ILCE (Organismo Internacional que agrupa a la mayoría de los países

de las tres Américas), acciones de colaboración interinstitucional, estableciendo

entre otros beneficios mutuos, donde la experiencia del PEESNT pueda replicarse a

través de las redes de los proyectos productivo que a nivel internacional administra

el ILCE. También, cuando explican a investigadores que llegan de diferentes

latitudes469 sus experiencias y contribuciones en el objetivo de difundir a otras

regiones sus aportes.

Esto explica que los patrones de desarrollo en el campo están sujetos a los efectos

combinados de la globalización y localización. Es decir las situaciones “locales” se

transforman al querer convertirse en parte de los procesos y arenas “globales”, al 469 La Universidad de Yale de Estados Unidos y organismos mundiales como la FAO y la UNESCO, entre otros.

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364

tiempo que las dimensiones “globales” adquieren significado en relación con las

condiciones “locales” especificas y con los discernimientos y las estrategias de los

actores locales (Long, 1996:53).

El desafío de San Nicolás es tejer estrategias muy finas para ver cómo resuelve,

estas sus esperanzas al pretender ingresar de lo local a lo global. En buscar la forma

en que el ‘encuentro de los mundos’ sea en beneficio propio y por qué no,

recíproco. Es un tema a madurar, pues la mundialización como ‘fenómeno

totalizador’ es un proceso y realidad del que muy pocos pueden dejar de

involucrarse del poder que emana.

Pero volvamos a las percepciones sobre la visión del Proyecto en versión de sus

actores. Existe la inquietud de hacer una reestructuración del PEESNT en el

entendido de evitar pueda írseles de las manos; se ha “creado un monstruo… que

necesitamos ordenarlo”. Todo ellos representa una obligación que cada vez más, se

va emplazando.

1. De parte de Gobierno, implementar una política para que la población del Distrito Federal contribuya con un peso por el pago de los servicios ambientales que brinda el ejido. “Nosotros les damos aire, agua, suelo al DF. Sólo un peso, entonces el servicio ¡sería mejor!470” 2. Brindar mejores condiciones y calidad de vida a personas mayores del ejido que han aportado y aportan a la mejora y conducción óptima del Bosque. Propuesta que podría llevarse a cabo, a partir de convenios con instituciones educativas de la Ciudad de México y ambientalistas, quienes deben certificar el reconocimiento de sus capacidades y habilidades. 3. Establecer un consejo de expertos (profesionistas y campesinos expertos) en los diferentes temas que trabaja principalmente el Proyecto y el ejido, con la finalidad de brindar consultorías al interno y apoye la gestión ejidal actual, fortaleciendo su autogestión. 4. El establecimiento de un “Centro de Investigación y Educación Ambiental”, con hemeroteca, biblioteca con instalaciones de ultima tecnología. 6. Incrementar los proyectos productivos y de generación de ingresos, Entrar a la producción de ‘composta’ masivamente, el Bosque reúne suficiente suelo y follaje. “Lo importante es generar empleo”.

470 Entrevista al actual comisariado ejidal, San Nicolás de Totolapan, febrero de 2008.

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365

7. La instalación de una Fundación Indígena y Campesina para la Conservación de los Recursos Naturales tanto del Distrito Federal, como de México 8. En el terreno político administrativo, establecer una Dirección de Turismo y Medio Ambiente en la Delegación Magdalena Contreras. 9. “Soñamos que esto se convierta en una “Universidad Ecológica Ejidataria,”. Por los pasos que estamos dando, lo haremos”.471 10. Establecer oficialmente a través de la SEP, salidas de campismo los fines de semana con las escuelas que visitan. El resumen de las propuestas explica, que las expectativas se orientan más hacia un

dimensionamiento institucional y una mejor autogestión con convocatoria y

colaboración interinstitucional.

Empero, aparte de la dimensión imaginaria que trasciende del Parque y ejido,

algunos ejidatarios y sus familiares, viene tejiendo sus propias quimeras respecto a

que proyectos productivos desarrollar en las tierras ejidales que poseen. Buscan

salidas donde pueda armonizarse la racionalidad y cultura sustentable con el

desarrollo empresarial. La nuera de un viejo ejidatario, idealiza instalar un SPA

‘típico naturista’, aprovechando las tradiciones del pueblo mexicano y la conexión

de sus tierras al PEESNT, al Bosque y las fuentes de agua. El baño temascal,

masajes y rituales de armonización serían los principales referentes de la soñada

empresa.

Cual sentencia visionaria, uno de sus sabios e ideólogo del Proyecto Parque, expresa: “Yo veo más allá de todo lo que se ve aquí, y soy muy atrevido para ver lo

desconocido. Mi Parque para mi ya es pequeño, quiero verlo en cada uno de los

estados de mi país y no nos detendremos. La autogestión me gusta, porque nunca

es para depender de otros”…

Las dimensiones imaginarias expresan utopías arrojadas, ‘a lo grande’ pues en lo

profundo de su existencia, se auto-reconocen múltiples capacidades, como:

mantener un empoderamiento y liderazgo del Proyecto con un ‘nicho’ en el

mercado ecoturístico comunitario; tener vigente un ‘corpus cognoscitivo’ en el

471 Valentín de la Rosa Sánchez.

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366

manejo forestal; apertura al dialogo cognoscitivo con las contribuciones externas;

la conducción del Bosque en base a una racionalidad y cultura sustentable y, la

trascendencia de la Pedagogía Ecoturística Comunitaria que sabe de transmisión y

dimensionamiento de habilidades sustentables a los demás.

En la mirada académica, estos planteamientos contribuyen con renovados

planteamientos al desarrollo rural, la nueva ruralidad, el ecoturismo comunitario

sustentable y la gestión empresarial desde la visión de los actores sociales.

Procesos que vienen recreando nuevas identidades culturales para enraizar y

especificar las condiciones de sustentabilidad y re-significación del modelo

convencional sobre el campo y lo campesino.

Este bloque de contribuciones, sin embargo vive el filo de la incertidumbre con un

peligro latente de fondo: la amenaza de las externalidades a su territorio, a los

actores, al Proyecto en sí.

Es decir, si la población que contextualiza territorialmente a San Nicolás deja de

reconocer “que la libertad es el reconocimiento de la necesidad”, entonces podría

traer abajo los progresos y utopías mencionadas. Hardin en su trabajo ‘sobre la

tragedia de los comunes’, reafirma esta amenaza de los recursos naturales de uso

común debido a la reproducción ilimitada de la población. Parte de su contribución

hace ver la importancia que tiene el contexto mayor, sino se toman medidas

políticas mayores, pues como se repite, el Proyecto, no es una ‘isla de

acontecimientos individuales’, sino forma parte y esta integrada al contexto mayor,

misma que amenaza su pervivencia (1968:57).

Entonces, la alternativa al Proyecto no es sólo que los nicolaítas asuman

individualmente sus avances y propuestas; sino es un compromiso de la sociedad

toda, especialmente de quienes conducen política y administrativamente la zona.

La amenaza del crecimiento de la ‘mancha urbana’ (producto del interés de

políticos, inmobiliarias y la invasión ‘hormiga’ entre otros), se podría realizar en

cualquier momento, porque ‘los individuos por selección natural’ tienden a

mantenerse vivos a cualquier costo’ (Hardin). Aportando con la reflexión sobre la

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367

amenaza de las externalidades, no coincidimos con la autora –y sus seguidores–

cuando sostienen la privatización de tierras comunales y silvestres. Es decir que la

propiedad colectiva debe destruirse, mientras que la propiedad privada expandirse,

idearios que sostiene al neoliberalismo privatizador que sostiene el cambio de uso

de suelo actualmente, sosteniéndose en enunciados de 1960.

En esa misma dirección de sometimiento y exclusión de las contribuciones

comunales, tenemos la opinión de Ernesto S. Maurer (en su exposición sobre

medio ambiente en la ‘EnviroPro 2004’472 quien afirmaba que el problema de los

bosques en México se da porque se tienen la “‘idea arraigada que el árbol es

intocable y sagrado’, perdiendo por ello la maravillosa oportunidad de aprovechar

sus bosques y al mismo tiempo acabar con la pobreza en el campo y convertir al

país en una potencia mundial”. Propone una silvicultura comercial sustentable,

advirtiendo que entre ‘el 60 a 80% de las áreas boscosas se compone de predios

comunales o ejidales y este tipo de propiedad es quien contribuye al proceso de

degradación acelerado. Condenable, porque desconoce completamente las

contribuciones campesinas al tema, como las que viene forjando el ejido de San

Nicolás Totolapan.

Queda claro que, no son sólo las disputas internas por acceder al poder en el

Proyecto, el enfrentamiento o sublimación al CT y demás problemática planteada

lo que amenaza el Bosque y Parque, es el franco desconocimiento al tema por parte

de autoridades y personas que administran y generan políticas equivocadas sobre

salidas al tema forestal y que además administran recursos económicos.473 Por

último, también está la cada vez creciente amenaza de la población urbana y

suburbana que rodea al ejido.

¿La amenaza que vive del Parque, viene socavando sus bases para luego enfrentar

problemáticas más complejas e inéditas?

472 Planes de reforestación prolongan agonía de bosques. Teorema ambiental Domingo 18 noviembre 2007. http://www.teorema.com.mx/articulos.php?id_sec=49&id_art=1251&id_ejemplar=65 473 Huelga decir que tampoco hay claridad sobre el futuro a mediano y largo plazos del Bosque y PEESNT. Viendo que las actuales generaciones de ejidatarios están en proceso de envejecimiento, en algunas oportunidades se indagó sobre la participación de los niños y jóvenes en las actividades del Parque y Bosque, lamentablemente el grueso de las nuevas generaciones desconocen la existencia del PEESNT, inclusive el Bosque. Aspecto por demás ¡preocupante!...

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368

Tener un recurso común ambivalente (propiedad ejidal del Bosque: ser dueño, pero

no decidir sobre el, ‘ser y no ser’) ¿Cómo ayuda a no sujetarse a las amenazas

latentes del entorno?

Siendo el agua, el aire y, la tierra, recursos de uso común en la Ciudad de México y

el Bosque de San Nicolás ¿cómo afectaría la sostenibilidad de este último, si sigue

el crecimiento poblacional ilimitado e imperecedero?

Entonces, ¿Puede revertirse lo rural, convirtiéndose en un desarrollo agro-politano,

o tenemos que agriculturizar las ciudades? Sabemos que el tema rural-urbano tiene

cada vez mayores aristas e implicaciones a considerar.

¿Es otra ‘cortina de humo’ la propuesta de sustentabilidad (política y academicista)

de no considerarse los otros aspectos sustentables que sí revelan los actores en la

gestión del PEESNT?

Ligado a estas reflexiones, se indagó que entendían algunos de nuestros actores por

el término ‘sustentable’. La mayoría de las repuestas fueron vagas, algunas

confusas ligadas con el desarrollo rural y las acciones que desempeñan las

entidades oficiales en el ejido. La explicación que nos brindo Miguel Ángel López,

fue la más completa: “(…) el término es un poco chico para nosotros. Sustentable

no es solo llenarse la panza, es además educar, transmitir amor, cariño por el

Bosque, eso no está escrito en lo que dicen los documentos del proyecto cuando

dicen sustentable”.

La persistencia del PEESNT en el ejido no es individual; esta inscrito en la

esperanza de una sociedad con racionalidad sustentable donde se privilegien los

intereses comunitarios. Un camino que viene ganando terreno en el sueño añorado

y acaso final de la sustentabilidad campesina, donde las poblaciones puedan

convivir en condiciones dignas, en armonía con la Naturaleza, respetándola para

nosotros y las generaciones que vienen. Confieso que en años de convivencia en el

campo, observamos que las experiencias exitosas en el buen manejo del Bosque,

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369

parten de movimientos y luchas de los pueblos originarios y campesinos sea para

recuperarlos, sea para re-apropiarse, pero siempre encontramos halos de tenacidad.

San Nicolás es un ejemplo más que se adhiere a este movimiento.

5.8.1. Empoderamiento, resistencia y re-significación

Los ejidatarios de San Nicolás, al reconocerse “exitosos”, “autogestionarios”,

“autónomos” y “empoderados” y “con un renovado estilo de gestión”, testimonian

las posibilidades y las salidas para actores del medio rural, muy a pesar de no

representar el estereotipo tradicional de los mismos. Toledo (2002:140) sostiene

que es la “cónclave de sabidurías permeadas por el conocimiento científico

contemporáneo para lograr una nueva aleación cultural, nace el modelo

mesoamericano de apropiación de recursos naturales que es una propuesta

postindustrial y postmoderna que busca una vuelta a las raíces históricas de la

relación entre las culturas y la naturaleza tropical para de ahí, saltar por encima de

las limitantes agroindustriales y terminar navegando por las aguas novedosas de la

sustentabilidad”.

El caso San Nicolás, alienta pensar que es posible la construcción de la vía

ecológica sustentable a partir de sus actores y en sus propios términos. Audazmente

viene demostrando los indistintos potenciales y caminos que alude el autor; resume

aportes sobre el CT en el manejo del recurso forestal; habilidades, destrezas y

capacidades. Modificándolo, enriqueciéndolo y apropiándose del mismo dándole

un cariz y matiz propio al molde sustentable ejidatario en los años que lleva. Mas

aún, parafraseando a E. Ostrom (2000), como institución de instituciones, el ejido

de San Nicolás, viene construyendo instancias capaces de ir avanzando en resolver

los retos relacionados con la apropiación de las unidades de los recursos comunes y

propios y la previsión para el mantenimiento de sus mismos sistemas.

En efecto a diferencia de la “vía moderna” que de antemano califica los modos indígenas de apropiación de la naturaleza como formas atrasadas, improductivas y arcaicas, la vía ecológica-indígena reconoce en esos modelos tradicionales el punto de partida para la construcción de un desarrollo justo y duradero y sobre todo que no erosione o dilapide ni los fundamentos de las culturas locales ni los recursos que la naturaleza ofrece. Reconociendo el carácter ecológicamente apropiado de los sistemas

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370

campesinos, pero también sus limitaciones e insuficiencias, esta vía promueve el análisis, la comprensión y el mejoramiento de tales sistemas a través del empleo apropiado de la ciencia y la tecnología modernas (Toledo 2000:134).

La experiencia de empoderamiento de San Nicolás, demuestra que es posible

ambicionar la vía “ecológica-indígena” a la que alude Toledo (2000), pero en

términos más vigentes, insertado a los tentáculos de las tecnologías, los

conocimientos externos, las relaciones interinstitucionales y las metodologías que

reciben e imprimen del mundo actual.

Sin embargo, lo que más despunta de la contribución de los nicolaítas, no es el

listado o repertorio de conocimientos y manejo de tecnologías aplicadas al recurso

forestal. La contribución más importante, a nuestro entender, es su modelo de

gestión eco turística sustentable sobre la base de una filosofía de vida, y

epistemología que da vida al repertorio cognoscitivo y la propia PEC. Por ello, nos

atrevemos a hablar que es un proyecto con alma, asertivo, con sentimiento, vivo y

comprometido, rebasando convencionalismos sobre el significado convencional de

“lo campesino”, y “lo sustentable”. Los actores vienen posicionándose cada vez

como insertarse mejor al contexto nacional y global, bajo maneras y estilos

propios.

Se concuerda con el análisis de Kay cuando sostiene que “(…) los campesinos no

luchan por un pasado mítico y utópico. Rechazan sin embargo la modernidad con

sus procesos actuales neoliberales y globalizantes porque son excluyentes y a

menudo rechazan su sobrevivencia” (2005:32). Es decir, ellos no luchan por volver

a un pasado mítico y utópico, pero tampoco abrazan la modernidad en su proceso

actual de la mundialización neoliberal “a ciegas”. Saben, que el sistema es

excluyente e incluyente, y aprovechan y sortean lo mejor y peor de ella. Por ello

persisten en incorporar alternativas externas para apropiárselas y re-significarlas,

como sucede cuando deciden qué engarzar, qué incorporan y qué no, al interno del

Proyecto.

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371

Con el Proyecto Ecoturistico Comunitario, de alguna manera el ejido a aperturado

un camino en regresión a los problemas de empobrecimiento económico y

exclusión al que estaba acostumbrado tradicionalmente el campo. Ejemplos como

el de San Nicolás impugnan la afirmación de Kay ((2005:32), cuando sostiene que

“el campesinado esta lejos de desaparecer, pero tampoco está prosperando”.

Junto con E. Ostrom apostamos a que las comunidades sigan saliendo del añoso

estigma de marginados, pobres y atrasados a partir de su auto organización y

autogestión situándose y tomando muy en cuenta los referentes de su oferta

ecológica y cultural que le a tocado.

Consideramos con García (1996:27) que la tradición actúa como energía porque

“las comunidades no son estáticas, se sustentan en la tradición y cambio y en esta

radica su identidad”. Es decir tienen una identidad dinámica, cambiante, propia y

en proceso continuo de desarrollo. El caso de San Nicolás lo viene a demostrar.

5.8.2. La vía campesina, una propuesta a considerar

Bartra (2006:375-377), y demás autores que trabajan el tema rural, alertan sobre la

catástrofe medioambiental y su impacto en las culturas, persuadiendo a reconocer

que las sociedades de ahora viene subsistiendo entre “grandes disturbios

ambientales que dramatizan los límites del modelo prevaleciente de producción y

consumo”. Menciona, por las evidencias que hay pronto “se avecina una catástrofe

ecológica, donde la marginalidad urbana y rural están a punto de reventar”.

Concheiro (et al., 2006:23) por su parte sostiene que a pesar de que el desarrollo ha

logrado grandes avances en el campo científico, paradójicamente ha generado una

serie de problemas ambientales que, en su proyección a largo plazo, ponen en

peligro la misma sobrevivencia humana, siendo ‘la crisis ambiental planetaria’, uno

de los mayores problemas que enfrenta la humanidad. Es lo que se viene

denominando como ‘huella ecológica al planeta”, en ello de señalar que los

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372

humanos deterioramos y consumimos más de los recursos de los que a Tierra puede

desarrollar474

Este fenómeno, producto del desarrollo y desarrollismo, viene de alguna manera

haciendo visible las “virtudes campesinas”. Así, resaltan- con su presencia, los

valores de una economía y una socialidad más comunitarias, capaces de mantener y

desarrollar una relación mas armoniosa con la Naturaleza, anteponer el bienestar a

la ganancia y preservar y recrear la biodiversidad cultural y natural para un

aprovechamiento franco y compartido. Esta renovada mirada esta cada vez

haciendo presencia en espacios antes insospechados, como ocurre por ejemplo con

el caso de Bolivia, donde su presidente manifiesta que es a partir de las

contribuciones de los pueblos quienes conducen los recursos naturales, ver las

posibles salidas al tema ambiental mundial.

Estoy convencido de que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada recientemente después de tantos años de lucha, tiene que pasar del papel a la realidad para que nuestros conocimientos y nuestra participación nos ayuden a construir un nuevo futuro de esperanza para todos. Quién sino los pueblos indígenas podemos señalar el rumbo de la humanidad para la preservación de la naturaleza, de los recursos naturales y de los territorios475

Ante esta tendencia de afirmación, cabe la pregunta: si existe un tácito

reconocimiento a las bondades y ventajas del modo de producción económica de

campesinos y pueblos originarios en el país, misma que se basa en una racionalidad

y lógica que parte de concebir a la naturaleza como consagrada476 (por ello el

aporte campesino en su relación sociedad-naturaleza va mucho mas allá del

concepto y definición academicista, denominada “sustentable”), ¿Por qué seguir

474 El “Informe Planeta vivo 2006” (publicado por la WWF Internacional), sostiene que los ecosistemas naturales vienen degradándose a un ritmo sin precedentes en la historia de la humanidad. Es decir, en no más de 100 años y especialmente los últimos 50, se dilapida en ritmo acelerado lo que la Naturaleza y la humanidad le costo siglos construir. Excedemos la biocapacidad del planeta en un 25% de su oferta ambiental, donde los países del norte, encabezados por Estados Unidos, los emiratos árabes y China, son los que más deterioro hacen. Los desechos tóxicos, industrializados y la contaminación que emiten, son las principales causas. 475 Carta de Evo Morales Ayma, Presidente de la República de Bolivia a los representantes miembros de la Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente. En ‘Respetemos a nuestra Madre Tierra” 28 de septiembre del 2007. 476 Ver revisión bibliográfica presentada en la primera página del tercer capítulo, quienes reconocen vigente esta lógica y racionalidad en los actores del campo.

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373

dejando de lado la investigación, registro y validación seria y sostenida sobre los

saberes locales que oferta la multiculturalidad?

México, junto con Perú y otros, son países que ostentan ofertas como países del

mundo con mayores mega-diversidades a nivel cultural y de biodiversidad natural,

sin embargo comparten el mismo problema: aún no reúnen estudios significativos

que atiendan y brinden respuesta a su oferta peculiar ambiental y cultural.

Muy por el contrario, al haber identificado este vacío de atención por el Estado y

organismos oficiales, las transnacionales de los alimentos -a través de la

cooperación internacional y similares, vienen apuntalando programas de promoción

alimentaria, que en el fondo no hacen sino obtener información de primera mano

de la oferta de biodiversidad y cultura, niveles de producción, dietas alimenticias,

entre otros. Todo ello extractado del conocimiento tradicional que lo sustenta, y

que ¡por siglos vienen sosteniendo las comunidades ¡El interés es seguir

manteniendo –ahora con nuevos bríos– la cruzada de propagar el desarrollo y

desarrollismo que parte del norte hacia el sur. Es el caso de la “Fundación Kellogg”

por ejemplo, quien presta ‘ayuda’ a los países del sur, especialmente América

Latina y el Caribe.477

Igual interés se da a la alternativa de sustitución de la gasolina petroquímica por la

del etanol obtenida del maíz. Son los mismos gigantes corporativos, dueños de la

477 La “W.K.Kellog Foundation”, Programa “To help people help themselves”, tiene como intensión “contribuir a romper el ciclo de la pobreza en comunidades rurales” de 10 países de la región centro y sur de América Latina y el Caribe. Se parte del hecho que los pueblos rurales “adolecen de seguridad alimentaria, siendo el problema numero uno si se quiere resolver el ciclo de la pobreza que mantiene a las familias rurales sin opción para el futuro” (Informes de Perú y Brasil: “Evaluación de impacto socioeconómico del Proyecto: Conservación y transformación alimentos en comunidades campesinas del Valle del Mantaro, región Central del Perú” y, “Evaluación de Impacto socioeconómico del Proyecto Alternativas económicas para la diversificación de la dieta alimenticia en la comunidades rurales de Río Branco do Sul, Paraná, Brasil” respectivamente (Colegio de Posgraduados. México, 2002). Lo ilógico, es que tale documentos e iniciativas no reconocen a estas poblaciones como capaces de mantener y desarrollar una relación armoniosa con la Naturaleza, además de ser megadiversos cultural y biológicamente, además de tener una cultura histórica. Entonces, seguimos pensando que el ‘desarrollo’ de estas comunidades, ¿Debe pasar necesariamente por el financiamiento externo?, ¿Porqué las evaluaciones no parten del considerar que éstas poblaciones manejan un “corpus cognoscitivo” sobre producción y administración de alimentos? Que son producto de un país con cultura alimentaria histórica (Perú), muy a pesar que hoy pueden estar atravesando restricciones en su alimentación. Así, estas propuestas de desarrollo lo que hacen es acarrear mayor dependencia y exclusión. 477 La presente tesis tiene como pretensión aportar al vacío de atención a la temática recurrente, tanto en México como en Perú.

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374

producción automotriz más grande del mundo, quienes ahora “mostrándose a favor

de la lucha por la ecología” apoyan dicha substitución, a pesar que según los

expertos, dicho reemplazo reditúa mayor inversión y mayores riesgos al maíz como

cultivo. La razón de fondo estriba en que producirían nuevos coches adaptados al

etanol, asegurándose así, la venta de, ¡un nuevo mercado mundial de coches!

Entonces, si existen potenciales en el campo y sus actores, debemos reconocerlos

también indispensables, para resolver funciones de índole societaria, cultural y

ambiental (Bartra, 2006).

Ya no es posible verlos como actores que “producen bienes baratos y sin subsidio”

y solamente en su problemática y limitaciones. Todo lo contrario enfatizar la

atención por reconocer valores a sus aportes, conocimientos, habilidades y

capacidades para el manejo principalmente de la Naturaleza y en especial sobre el

recurso forestal como es el caso que se presenta. Para seguir cambiando el

panorama reivindicativo es preciso:

1. Alejarnos de calificar a los modos indígenas de apropiación de la Naturaleza como formas atrasadas, improductivas, primitivas o arcaicas, el aporte de los actores es más bien, el punto de partida para la construcción de un desarrollo rural justo y duradero, y sobretodo que no erosione o dilapide ni los fundamentos de las culturas locales, ni los recursos que ella ofrece. “Esta vía reconoce el carácter ecológicamente apropiado de los sistemas campesinos, pero también sus limitaciones e insuficiencias, promoviendo el análisis, la comprensión y el mejoramiento de estos sistemas a través del empleo apropiado de la ciencia y las tecnologías modernas” (Toledo, 2000:135).

2. Reconocer que es la vía campesina quien propone la multiplicación de

actores y sujetos que desde su cotidianidad se interconectan con espacios no tradicionalmente rurales, que transforman lo político en la política, porque construyen, deciden y ejecutan desde el ámbito social y desde el territorio, sumando prácticas democráticas con el ejercicio de espacios de autodeterminación (Concheiro, 2006:25).

3. Aquí es donde la forestería social y las empresas comunales, se insertan

como movimiento global que busca apartarse de modelo de producir el campo especializada y estandarizadamente, “buscando paradigmas amables con la naturaleza, socialmente justicieros y económicamente sustentables” (Bartra, s/f: 10). En estas prácticas, los manejos y decisiones que hagan los actores con sus recursos y recurso forestal en especial, es determinante en la medida que son componentes donde esta insertada y se manifiesta la

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375

reproducción de la VIDA en sí, la misma que a la vez hace posible la reproducción de las culturas.

4. El reto es el triunfo de una racionalidad productiva y de una filosofía de

producción y de vida, que al aplicarse busca “producir conservando y conservar produciendo” (Toledo, 2000), tal y como lo hacen los pequeños productores del medio rural.

5.8.3. En el escenario ecoturístico sustentable

No se pretende aislar la propuesta del ecoturismo comunitario de los otros

enfoques, lo importante es distinguir sus características y especificidades para

entrar a un dialogo intercultural. Es decir reconocer, valorar, acoger, promover y/o

fortalecer el aporte de los actores expresados como capacidades y habilidades para

el desarrollo turístico, pero que también puede y deba integrar componentes

conceptuales y metodológicos de otros aportes y modelos afines, en un dialogo

predominantemente de horizontalidad entre saberes. En este contexto, es

importante el establecimiento de políticas y acciones a favor de la preservación de

la biodiversidad natural-cultural cuidándose de que tal actividad debe contribuir al

empoderamiento y liderazgo de la cultura y de las formas organizativas locales y

no a su erosión (Paré y Lazos, 2003b:268).

Es reanimante que el interés por la propuesta de contribución ecoturística

comunitaria haya desatado acciones a favor del diálogo intercultural y de

complementariedad. Lo más alentador es que viene reconociéndose que ninguna

cultura es superior ni inferior a otra, sino diferentes.

Otra perspectiva para el fortalecimiento del ecoturismo comunitario es reflexionar

sobre la intangibilidad de los recursos turísticos considerándolos como patrimonio

común (herencia identitaria), mismos que reivindican con ello la dignidad de

campo y su sentido de pertenencia. Aspectos que van más allá de sólo las

cuestiones económicas generalmente demandadas en los proyectos.

Asimismo, reorientar consideraciones que siguen refiriendo a las poblaciones

involucradas como “capital económico”, “mercancía”, “producto turístico”, “bien

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376

tangible”, “rentable económicamente”. Igualmente a la Naturaleza calificarla como

“recurso a explotar o “explotarla racionalmente” (¡terrible contradicción!). Estas

denominaciones no son sino reflejo de la concepción desarrollista occidental que

inclusive subyace dentro de proyectos sustentables, como se anunció

anteriormente, que, navegando con bandera sustentable en el fondo traslucen

evidencias de dominación, aquellas que sus expresiones condenan.

“Naturaleza sagrada”, “armonizarse”, “estar en equilibrio”, “tener espíritu

festivo”, “ser uno con el universo, lo que hacemos aquí repercute allá”, “tomar

sólo lo necesario”, “reciprocidad y solidaridad”, “verlos como de nuestra familia”,

“echarle la mano a la Naturaleza”, “ser nosotros mismos” “cuando hablamos no

sólo hacemos el servicio, salen las intimidades”, “le ponemos corazón a lo que

contamos, ¡es nuestra vida de chamacos!”. etc. Estas son expresiones que pueden

acercarnos a estudios holistas, en el camino de ir reafirmando identidades y

enraizando una racionalidad ambiental entre visitantes y actores.

Reflexionar en relación a que las comunidades encierran miradas propias de sus

espacios y de la apropiación que vienen haciendo de sus proyectos sustentables.

Asimismo, que los modelos exógenos necesariamente deben recrearse con la

experiencia cultural y de vida de los actores sociales.

Page 377: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

377

CONCLUSIONES

“No queremos que veas al campo mexicano como una cajita de cristal donde todo

está bonito y ¡todos viven felices!”. Era la retórica que siempre recibía de la

mayoría de mis maestros y compañeros del posgrado, en insospechada

recomendación de ubicarme en la objetividad que exige la construcción de los

fundamentos y métodos del conocimiento científico. Efectivamente, es cierto que

el campo vive una crisis real y conmovedora, que sigue la tendencia a la exclusión,

al empobrecimiento, a la dependencia y exterminio de los pueblos y comunidades

campesinas a lo largo y ancho del país; el ejido de estudio no escapa a este

panorama.

No obstante, también es cierto que en San Nicolás Totolapan existen

conocimientos expertos, que tienen relevancia actual y que están presentes en el

Bosque, en el pueblo, y en el sentir y emoción de sus actores. La presente

investigación a pesar de haberme ‘abierto los ojos’ a la compleja problemática del

tema y sus actores’, también fue ‘jalándome’ a develar dimensiones más

constructivas que difíciles. Estábamos ante hallazgos de un ‘corpus cognoscitivo’ y

otras contribuciones latentes en el manejo y administración del Bosque y Parque,

que percibíamos prometían elementos para avanzar en la recuperación del deterioro

ecológico y humano, ganando espacios como contribución local a partir del

PEESNT.

A lo largo de este trabajo se ha mostrado la incursión del CT en más de una década

en las entrañas del PEESNT; sin embargo, no pretendo haber dado una lectura

completa del tema, creo que dejamos líneas de trabajo, temas de investigación,

pensamientos e ideas para seguir interviniendo en forma diferente al campo, y

aproximarse más a la sabiduría de los actores sociales. En un inicio, me quedaba

claro que había que intervenir tratando de acercarme a interpretar lo que los actores

Page 378: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

378

sociales distinguen de su entorno y cómo se perciben a sí mismos, sin dejar de

tener en cuenta lo que menciona Geertz cuando sostiene que “Sólo es posible

interpretar lo que uno ve sobre la base de las propias experiencias y de lo que uno

es” (Geertz en Landázuri, 2002:157) Lo importante es que presentamos al CT

desde su lado latente, personalizado y estoico, con un mensaje diríamos fustigador,

que aporta a la resistencia por sus tierras, identidad y cultura propia. De tal forma

que la conclusión principal a la que arribamos lo expresa: efectivamente el

proyecto “Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás Totolapan” reposa sobre un

amplio y complejo repertorio de saberes (‘corpus cognoscitivo’), asociado a los

componentes social, económico, cultural, tecnológico y cosmovisional que detenta

el ejido. Es decir, no hubiera conquistado el lugar que ha asumido sin el perspicaz

repertorio cognoscitivo que detentan como capital social, con sus actores sociales,

quienes gestionan cotidianamente el PEESNT; por lo cual el CT es fundamento y

pilar básico donde reposa tecnológica, identitaria y culturalmente el mismo.

Empero, la conclusión general de la tesis no queda allí, como producto de la

intervención y cercanía más estrechas, la realidad nos fue encarando a identificar

complementarias y heterogéneas contribuciones que identificamos en el quehacer

de los actores sociales que gestionan el Proyecto. En otras palabras, el objetivo

inicial quedó limitado ante la vorágine de acontecimientos que encarnaba la amplia

y por demás compleja realidad. Así tenemos: construir y proyectar una propuesta

de educación y cultura ambiental, la autogestión empresarial, la resistencia y

mantenimiento de su espacio territorial, afirmar y renovar los términos de la

sustentabilidad campesina, re-significar y dignificar al campo y a sus actores

sociales, la factibilidad de afirmar un diálogo intercultural de saberes y mantener

una cultura comunitaria y forestal, entre otras revelaciones. Este último aspecto de

importancia estratégica, pues San Nicolás Totolapan además de contribuir a la

recarga del manto acuífero como tributario de agua y mejoramiento del clima de la

Ciudad de México, colabora también a que el principal corredor biológico,

hidrológico y climático de la zona conurbanada siga en pie. En otras palabras,

viene ofreciendo servicios ambientales al Distrito Federal.

Detengámonos a desarrollar las especificidades de lo que consideramos de mayor

pertinencia en el presente trabajo.

Page 379: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

379

El Conocimiento Tradicional, su vigencia y contribución

La revisión y discusión teórica sobre el tema arroja la existencia de un debate

coyuntural sobre el significado, alcances, importancia, vigencia y contribuciones

del CT en arenas por demás complejas y no pocas veces, inéditas.

El cuestionamiento al imperialismo y hegemonía de la cultura y conocimiento

occidental viene descubriéndose porque evidencia, cada vez más, que originó

desastres mundiales, principalmente, en lo ambiental, lo económico, lo cultural y

en la calidad de vida. Ante esta realidad, la mirada liberadora va a las comunidades

y pueblos originarios (quienes comparten similar filosofía de vida, cosmovisión y

patrones de vida) al reconocerlos como depositarios per se en el campo

cognoscitivo y operativo del manejo del medio ambiente y la sustentabilidad, con

contribuciones sobre la relación del Ser Humano-Naturaleza y el medio ambiente.

La re-significancia se debe a la búsqueda de alternativas de la sociedad debido,

primero a la amenaza del deterioro ambiental a nivel global; segundo, por el interés

en el desarrollo de la biotecnología, también mundial y, por último, por la atención

a la búsqueda de salidas para el mejoramiento de la calidad de vida de estas

poblaciones.

Su trascendencia parte de reconocer a los actores que detentan el CT, como

expertos en la crianza del recurso forestal que involucra significativamente el

manejo de los recursos naturales, sustentando una relación cotidiana con el medio y

hábitat, conformando estilos propios de vida. Asimismo, se evidencia de manera

colateral, la erosión de sus conocimientos, complementariedad, cambio y

transformación de estos repertorios. Inusitado, toda vez que las sociedades y

culturas eran (o aún lo son, en algunos escenarios) calificadas como “pobres” o

“atrasadas”.

Page 380: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

380

Análogo a su re-significación, el CT mantiene la confrontación ideológica,

cosmovisional, filosófica, política, económica, social, cultural y espiritual con la

visión antropocéntrica, universalista y unidimensional que expresa el conocimiento

occidental impuesto hace siglos atrás. Esta mirada, aún está encarnada en la visión

e ideología de una corriente de académicos de las ciencias naturales y sociales, de

algunos gobernantes, de la cooperación internacional y de organismos mundiales

que diseñan políticas para estos pueblos y, con ello, sus formas tradicionales de

administrar los recursos naturales.

Es notoria la atención significativa por parte de las ciencias naturales para tratar el

CT a diferencia de los espacios de las ciencias sociales. Por ello, es inminente

informar, a partir de esta última, sobre las peculiaridades y complejidades del tema

orientado a identificar sus limitantes y contribuciones sociales, culturales, éticas,

normativas, identitarias, territoriales, simbólicas y cosmovisionales, y las

circunstancias de los actores sociales que la detentan. Este hecho resalta aspectos

que deben abordarse desde complejos ángulos, tratando de dar explicaciones de

fondo como: ¿Qué es lo que mueve, inmoviliza, impacta y explica la vigencia del

tema? ¿Qué lugar deben ocupar las culturas originarias, el CT y demás

contribuciones? ¿Cómo reconocerlas en su justa medida?

Se demuestra que la cosmovisión de estos pueblos que detentan el CT, no

privilegian la reproducción de su vida sólo en el ámbito económico-productivo, y

que los aspectos social y espiritual tienen el mismo grado de importancia. Es la raíz

y fondo para explicar las diferencias entre las sociedades y culturas originarias y las

de corte occidental moderno. Entendiendo que no son mejores ni peores que otras

culturas, cosmovisiones, lenguas y/o racionalidades. Asimismo, deja de ser ético,

cayendo en una gnoseología cuestionada, establecer comparaciones entre las

mismas.

Considerando que el abordaje del tema debe discurrir a partir del enfoque de la

integralidad y la holística, arribamos a la construcción de un planteamiento

conceptual para profundizar el mismo. Así, planteamos que el CT es resultado de

un proceso socialmente estructurado por un grupo o pueblo, para construir

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381

aprendizajes y representaciones significativas, orientado “por el sentido común”

(Geertz, 1994) para hacer posible la preservación del medio ambiente, identidad y

cultura que encierran y rodean estos pueblos. El CT tiene como escenario y pilares

que lo sustentan y retroalimentan a: la diversidad geográfica y ambiental,

cosmovisión, cultura, identidad, organizaciones naturales (familia y comunidad),

espiritualidad, historia, lengua, producción y tecnologías. Mismas que se

exteriorizan y convergen mediante las actividades productivas, como son la

agricultura, ganadería, forestaría, horticultura, artesanía, arquitectura, medicina,

etcétera.

Al CT lo sustenta toda una filosofía, ideología y práctica de vida histórica pública,

privada y cotidiana, que se fundamenta en un virtual compromiso entre el ser

humano y la Naturaleza, articuladas mediante las prácticas organizativas y

productivas determinadas, y de servicio. Se “remite a su historia, a sus identidades,

a sus visiones del mundo, a los sentidos que se les confieren a una acción. Son

también elementos subjetivos, como las percepciones, los valores los afectos y las

representaciones sociales que se asientan en el imaginario social” (Landázuri,

2002:151). Así, el CT se erige como un “corpus cognoscitivo”, habilidades,

capacidades y destrezas, propias, innovadas y adaptadas a una determinada realidad

por su utilidad y beneficio.

Es importante no idealizarlo, ni asumirlo modélico, especialmente en el papel de

manejo y administración de los recursos naturales, y en particular el forestal.

El turismo sustentable como tendencia del desarrollo

Con el turismo sustentable se vive un proceso que expresa ciertos cambios hacia la

descentralización económica, queriendo corregir inequidades y, con ello, emerger

nuevos destinos turísticos en la pretensión de reorientar el curso de los excesos

actuados por el turismo comercial. Sin embargo, hay denuncia e imputación al

mismo, especialmente en proyectos y políticas macro, por estar interesado en

obtener ganancias en el menor tiempo posible, evadiendo ajustarse a los ciclos de

la Naturaleza (tiempo y espacio para reciclarse), o por imponer otras formas

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382

ecológicas del manejo del medio ambiente a poblaciones locales, quienes reúnen

una racionalidad ambiental diferente, como venimos afirmando. Así, en Reservas y

Parques, se imponen ‘modelos sustentables’ a las poblaciones locales,

enfrentándose a los modelos de ‘ecología popular’. Sin embargo, hay que

reconocer que existen experiencias comunitarias sobre el tema, y que vienen

contribuyendo significativamente con renovadas propuestas de ecoturismo

comunitario sustentable (ECS), como es el caso del ejido en estudio.

Como pasa con el tema del CT, el balance con respecto a su atención se inclina por

mostrar un mayor interés sobre el medio ambiente y sus escenarios y atractivos

paisajísticos, en detrimento de las necesidades básicas de las poblaciones y sus

culturas. En otras palabras, es insuficiente la respuesta sobre cómo y hasta dónde

intervenir a partir de las particularidades y entramados finos que encierran las

culturas y organizaciones campesinas en la gestión del servicio turístico, con el

objetivo de preservar su biodiversidad natural y cultural.

El debate arroja posiciones encontradas, por un lado están quienes defienden el

turismo sustentable identificando valores y contribuciones, propugnándolo, sin

mayor análisis, como arquetipo a seguir. Por otro, aquellos que desnudan sus

intenciones e intereses, advirtiendo que hay un discurso oculto y amenazante, pues

en el contexto del capitalismo neoliberal donde se desarrolla, hay una finalidad

oculta de despojo (de nuevo) a la Naturaleza y a las culturas.

La definición divulgada lo concibe como una modalidad ambientalmente

responsable, con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales, a

través de procesos que promueven la conservación, tienen bajo impacto ambiental

y cultural, y propician un involucramiento activo benéfico de las sociedades

locales. Empero, lo cierto es que no está claramente asumido, ni delimitado, si se

considera que el término y el enfoque se han utilizado de manera indiscriminada

como producto comercial para hacer creer que es benéfico para el medio ambiente.

Así, mediante este perfil, el turismo sustentable se subsume al debate existente

sobre ‘desarrollo-sustentabilidad’ o ‘economía-ecología’.

Page 383: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

383

El debate insiste en demostrar que es casi imposible conciliar el enfoque capitalista

(que concibe a la Naturaleza y a las culturas como “recurso o producto a explotar”),

con proyectos realmente ecológicos. En tal contexto, lo que ambicionamos

denunciar es la implementación y gestión de proyectos que ‘so pretexto de la

sostenibilidad’, evadan incorporar ponderadamente a las comunidades locales,

habiendo evidencias de exclusión y despojo. Sin embargo, alienta también saber

que hay interés, en renovados espacios políticos y académicos, por reconocer la

contribución sustentable de las comunidades y del modelo de racionalidad

ambiental que considerables poblaciones resumen.

Con aún mínima experiencia, el ejido viene ofreciendo aportes para la

construcción de marcos conceptuales y enfoques ajustados a las particularidades y

especificidades que encierran las comunidades y ejidos del país. En este espacio,

los conocimientos y habilidades son significativos para el desenvolvimiento de sus

proyectos. Su objetivo no sólo es dinamizar la economía, sino la conservación y

restauración de los recursos naturales y el fortalecimiento de los valores culturales

y simbólicos de sus poblaciones, como resume la comunidad objeto de estudio.

El ECS se ha convertido en un mercado emergente, en estos tiempos donde se

reconoce que las comunidades tienen una oferta valiosa que ofrecer. Sin embargo,

estando en el mundo de los servicios donde ‘todo’ es compra-venta, concluimos

que el interés debe ir por responder aspectos del qué, hasta dónde, cómo, para qué,

cuáles, por qué, y a quién(es) ofrecer estos servicios con base en los sui generis

patrimonios, además, reflexionando instrumentos metodológicos apropiados a los

nuevos retos que enfrenta el ECS.

En esa consideración, como aporte de una construcción propia, definimos al ECS

como una modalidad del turismo sustentable alternativo rural que parte del

reconocimiento de los actores sociales como portadores de conocimientos,

capacidades y habilidades propias, producto de su cultura local; capaces de

orientar, sostener, determinar o influir la gestión y administración de recursos

colectivos orientados al turismo. La generación de empleo digno e ingresos en su

propio territorio, asociado a la recuperación de su dignidad como sector incluyente

en términos renovados a la sociedad mayor. Aún más, promoverse en “áreas no

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384

invadidas”, ser minoritario, y a través de encuentros espontáneos y la participación,

promoviéndose el contacto intercultural.

¿Qué procesos de enfrentamiento vienen resistiendo las comunidades con el

modelo de gestión empresarial ecoturística? ¿Cómo se da la distribución de bienes

y servicios entre los beneficiarios con el modelo sustentable? ¿Cómo aportan los

actores a la construcción, asimilación y apropiación del ECS en términos de su

cultura local? Son las mismas comunidades quienes vienen dando eficaces luces

para la denuncia, valoración y nuevas perspectivas para trabajar metodologías,

indicadores y marcos teóricos.

Un aspecto en debate –en la misma orientación que el CT ha desatado– es si los

estilos, formas de vida y la cultura que resumen estas poblaciones deben ser

considerados como mercancía o producto turístico. La propuesta mayoritaria señala

que es mejor trabajar el desarrollo turístico desde los mismos sujetos y actores

sociales colectivamente organizados, que parta de lo endógeno afín a su cultura, en

un proceso de relaciones complementarias e integrales entre lo económico y

productivo siendo compatible integralmente para un desarrollo de toda la sociedad

en su conjunto.

Lo que llama la atención es que, asistiendo a escenarios renovados sobre el campo

en el cual se vienen reconociendo nuevas identidades de los actores sociales, se

persista en seguir estigmatizándolos como seres humanos sumidos en carencias y

restricciones (muchas veces con la idea de absoluta pobreza), encarnando un

mensaje y sentencia al no cambio. Inequívocamente, admitir ciegamente tales

acepciones conlleva un enfoque ideológico, filosófico, socio/antropológico y

cultural de cómo se concibe a los pueblos originarios y comunidades del campo.

Para el turismo comunitario es importante marcar esta distinción, en la medida que

es una actividad de distracción, entretenimiento y servicios, lo que deben mostrar

los pueblos es precisamente capacidades y mejores atributos, en el entendido de

que el visitante no es quién para ‘compadecerse’ de la problemática de la

“pobreza”. Si sólo se destaca la condición de carencias y pauperización de los

actores sociales, entonces se correrá la suerte de seguir evidenciando antagonismos

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385

y contradicciones en el ECS. Es decir, señalar por un lado problemáticas, pero

también concebir que las mismas (poblaciones) administren un acervo importante

del patrimonio natural y cultural.

Asimismo, concluimos que hay amenazas para la gestión de la ECS por la

proximidad del turista en la vivienda y familia, por ende en su repertorio de

conocimientos y demás patrimonios. Sin haberse formulado expreso, es un canal

‘perverso’ y ad hoc para el ‘robo blanco’ del patrimonio local, como viene

advirtiéndose. El escenario, no exhibe un mismo nivel del diálogo de intereses,

tampoco están establecidas las reglas del juego, por lo que, poner al “gato en el

despensero” (turista en la intimidad de la vivienda del anfitrión) es un ambiente que

propicia irregularidades. Por lo mismo, el ECS no puede ser medido sólo en

términos económicos, de generación de empleo, o por niveles de contaminación.

Están los otros impactos, cambios y mermas de tipo social, cultural, identitario,

ético, histórico y como no, emocional.

Sin embargo, es imposible negar las ventajas económicas que el desarrollo de este

tipo de turismo brinda a los locales, como es la posibilidad de obtener algunos

ingresos además de abrirse al mundo exterior, promocionando su identidad

cultural, pero es justo tomar en cuenta tales precisiones.

San Nicolás Totolapan, comunidad bastión de resistencia y

empoderamiento

El ejido es una vitrina histórica que da cuenta de la lucha y tenacidad de los

nicolaítas por resistir su tierra y recursos, con hechos que aportan las evidencias de

un pasado, según etapas históricas. Ahí, la constante fue (aún lo es) de agravios y

humillaciones a los actores internos y externos por parte de quienes detentaban el

poder. Un hecho que grafica la fuerza y entrega de apuesta por lo que es suyo, es la

participación en los conflictos en la etapa de destierro de la hacienda y el

caciquismo, convirtiendo al monte en nada menos que en mudo testigo del

resguardo de luchadores sociales y héroes anónimos del movimiento zapatista,

antes de la toma de la gran ciudad. Actualmente, resistiendo la vecindad del

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386

crecimiento de la megaciudad de México que conlleva la invasión suburbana, la

tala clandestina, la deforestación y el aumento de la urbanización

fraudulenta, entre otros.

La persistente disputa y resistencia por la tierra y territorio a lo largo de años, y en

la actualidad gerenciando un renovado proyecto, muestra que el ejido supo evitar

cargas neo-colonialistas dando paso a la autogestión comunitaria. Con la

instalación del “Parque Ecoturístico Ejidal San Nicolás Totolapan” (PEESNT) se

evitó la continuidad de la especulación y movilidad ilícita de la tierra, además de su

negativa para abrirse al mercado exterior en condiciones desiguales y excluyentes.

Entendiendo que la capacidad para competir en el mercado competitivo del ECS

optó por entrar a la autogestión, en lugar de la ‘entrega a concesión y largos plazos’

de sus recursos naturales.

La experiencia de más de una década de labor en el ecoturismo explica cómo el

ejido ingresa al libre mercado, dinamizando su círculo productivo y apostando por

la autogestión que ha propiciado la generación de empleo e ingresos, además de la

preservación y conservación del Bosque y recursos adyacentes. La presencia de los

Proyectos Productivos (viveros, lombricultura y otros) contribuyen, en su mayoría,

a la diversificación de estrategias productivas y polifuncionalidad dejando la

orientación de una economía ‘tradicional’ al tratar de abrazar la dualización

económica, esto es, al equilibrar dos fuentes de ingresos: del ecoturismo

sustentable per se del PEESNT (servicio turístico y proyectos productivos) y, por

otro, de la poliactividad económica familiar. Así, San Nicolás no ha sustituido sus

actividades productivas, marginando más de lo deseable las actividades locales,

más bien ha incrementado el abanico de posibilidades económicas. Si bien el ejido

no ha resuelto el problema de empleo de sus miembros, viene brindando

oportunidades de alejamiento a la marginalidad de los mismos, aunque no su

eventualidad y competencia por conseguirlos y mantenerlos.

En esa orientación el PEESNT es una alternativa justificable en términos de

reivindicación del uso de la tierra y sus recursos, la diversificación y dinamización

de su economía, la afirmación de identidad y valores sustentables, cultura y

desarrollo humano. La propuesta va por el fortalecimiento del ejido, auque no es

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387

posible dejar de considerar la existencia de amenazas internas y de las

externalidades, producto de relaciones de poder desiguales.

En el objetivo de establecer ganancias pecuniarias y repartimientos significativos,

democráticos y regulares, como ambiciona el ejido, el reparto de utilidades que

genera el PEESNT, puede ser calificado como incipiente, pero con una inversión

esforzada para conquistarse. Esto es, los repartos pecuniarios en más de una década

de labor, son aún simbólicos o poco significativos bajo la mirada de quienes

constituyen el grupo de oposición al PEESNT, pero alentador para la mayoría de

actores que entienden que los entradas económicas deben recapitalizarse en el

Proyecto. Las controversias, generalmente agrias respecto al reparto de utilidades

netas de Parque, es uno de los temas más sensibles, en tanto que las autoridades

guardan sagazmente dicha información.

Agrava este hecho, el descontento de un sector de ejidatarios que no tienen acceso

directo a la administración política del proyecto, propiciando un clima de

relaciones de poder incompatibles y de desencuentro entre los asociados. Se fustiga

que ciertos beneficios del proyecto tiendan a concentrarse en la administración del

ejido, que es la misma para el PEESNT. El pretendido monopolio se expresaría en

el acceso a oportunidades para incursionar en proyectos productivos, fuentes de

trabajo, información y oportunidades de capacitación. Muy a pesar de que el

proyecto ha ampliado las oportunidades laborales a segmentos de asociados y a

algunos de sus familiares en el ejido, que precedentemente no tenían acceso al

mismo.

Así distinguimos que, al seno del ejido, viene exteriorizándose un clima soterrado

de conflicto que parte de la desconfianza de la gestión del PEESNT quien, por su

lado, ha configurado una mayor complejidad y envergadura como tal. La

dirigencia, por su lado, no puede dejar de evitar sospechas por manejos incorrectos

y corrupción, aunque tampoco se sabe de denuncias formales a refutar. Sensibiliza

más este panorama la poca claridad con que se maneja el destino que se da a los

ingresos por financiamientos externos.

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388

La repartición de utilidades y la intervención de los actores en el campo laboral es

un tema poco convincente para un sector de ejidatarios, por expresar insuficiente

claridad. De no dilucidarse estos nodos, podrían agudizarse los enfrentamientos.

Recordemos que el PEESNT es –según el discurso oculto– un proyecto de

aspiración política, donde la potestad de la autoridad es el andamiaje para

reproducir el sistema de poder en el ejido.

Actualmente, el tipo de administración ejidal ha entrado a mostrar límites en el

aspecto administrativo del PEESNT, pues no siempre la organización ejidal se

adecua a las exigencias y requerimientos que conlleva conducir un proyecto con

visión y reto empresarial. Es imprescindible construir criterios de definición lo

suficientemente flexibles y articuladores para dar cuenta de los cambios y

continuidades de este tipo de proyectos en comunidades de este tipo. Esto es, el

PEESNT podría beneficiarse de formas más amplias de organización en vista de la

realidad y movilización de sus integrantes, superando la estructura vigente.

Quienes generan las políticas y tienen el poder de decisión en el tema ambiental

que involucra al Bosque y en general a las comunidades rurales, no han conseguido

aún identificar estrategias viables masivas y sostenidas para la recuperación,

restauración y defensa de los recursos naturales, especialmente la foresta, agua y

suelos de conservación. El tema asume un carácter de emergencia y, bajo ese

panorama, las contribuciones que hace el ejido son una propuesta viable de labor

integral, en el camino de lograr resultados significativos y sustentables. Con ello se

da cuenta de que, una comunidad ejidal es capaz de funcionar de manera colectiva

como gestora de sus sistemas ambientales y productivos, dejando atrás la idea de

que las comunidades únicamente son ‘víctimas atroces’ del sistema

socioeconómico dominante.

El proyecto aún no ha propiciado una reconversión productiva total, aunque denota

avances significativos en términos de la sustentabilidad económica y medio

ambiental. Según la OMT, el objetivo no es la rentabilidad inmediata de las

operaciones, el reto más bien está en la consolidación productiva y social y su

aporte al desarrollo socioeconómico de las poblaciones, la protección y

conservación de los recursos y los patrimonios naturales. San Nicolás sustenta

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389

significativamente tales argumentos, pero estaría de alguna manera agraviando (en

el nivel de la política administrativa del Proyecto) la consideración del respeto por

la sustentabilidad socio-cultural, la cual vela por la afirmación y vigorización de las

particularidades culturales de sus actores. Los trabajadores del PEESNT y del

Bosque, quienes vienen empoderando al proyecto con base en el CT, no sienten la

retribución del real valor de sus contribuciones, especialmente en el ámbito laboral,

el cual justamente reposa en su particular calificación tecnológica, cultural,

identitaria y simbólica, respecto a la conducción del Bosque.

Por otro lado, es necesario resaltar –como una de las significativas contribuciones

del ejido– las actividades de protección, preservación, restauración y

aprovechamiento sustentable de los recursos naturales asumidos como ejido, como

PEESNT y como PREC; donde la finalidad ulterior es la mejora de las condiciones

hidrográficas del suelo de conservación del Bosque, para tributarlo a la gran

ciudad; pues perteneciendo al “Gran Bosque de Agua”, que abastece con el 7% del

agua que consume el Distrito Federal, la labor forestal que asume y sus servicios,

resume ser de importancia estratégica. Es decir, además de contribuir a la recarga

del manto acuífero para la gran ciudad, contribuye a que el principal corredor

biológico, hidrológico y climático del Distrito Federal siga en pie. Con tal

contribución, se viene preservando colateralmente la diversidad biológica, los

mecanismos de captación de agua y captura de hidróxido de carbono de la

atmósfera que contribuyen a mantener la salud climática del entorno.

La contribución del CT está alineada al marco de trabajar alternativas, al tema

prioritario de la agenda mundial, sobre la recuperación de la amenaza de la VIDA

del planeta, por eso ahora cobra renovada importancia. Si se desperdicia el CT del

ejido, no sólo implicaría la pérdida significativa el recurso forestal del núcleo local,

sino de la biodiversidad de la región y, por ende, de México como país

megadiverso, porque se incluyen suelos, captura de agua, recursos genéticos, etc.,

del gran corredor biológico donde está insertado San Nicolás.

Concluimos que el ejido estudiado no viene operando el PEESNT con el

objetivo llano y per se del servicio turístico, su trascendencia va mucho más allá

de brindar solaz y esparcimiento como propuesta eco-turística. So pretexto del

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390

turismo, conserva y reproduce el ecosistema brindando ganancias múltiples

(explicadas al inicio del presente acápite). Así, contribuye a la afirmación de una

cultura forestal sustentable, propias de las sociedades comunitarias de antes y

ahora.

Por otro lado, no podemos dejar de aludir, que el Bosque está ‘prácticamente

monitoreado’ por los organismos estatales competentes, quienes invalidan el

aprovechamiento maderable y demás beneficios, según los usos y costumbres de la

localidad, explicado por el desconocimiento de la racionalidad y cultura

sustentable de sus actores. De esa manera, los locales, estarían sacrificando el

cubrimiento de sus necesidades de usufructo para ofrecerlas a la gran ciudad.

Planteado de esa manera, la propuesta del desarrollo sustentable, por parte de las

instancias políticas y las externalidades, expresa que la intención no es

precisamente ser incluyente y benefactor con los actores sociales, sino más bien,

servirse de ellos para cubrir intereses externos. ¿Es otra estrategia renovada de

apropiación de los recursos con base en una ideología que legitima las políticas

intervencionistas en nombre del medio ambiente? En ese sentido, se respalda que el

ECS, puede también declinar y convertirse en una renovada forma de apropiación

del ambiente natural y de las culturas.

Las connotaciones del conocimiento tradicional de San Nicolás

Ostentando vigencia y utilidad en la conducción del manejo forestal y demás

recursos del Bosque y gestión del PEESNT, se ha evidenciado un amplio repertorio

de elementos de la cultura local por parte de los actores sociales, los cuales se

expresan en: el manejo de los ciclos vegetativos de la foresta, particularidades de

cada especie, asociación de los mismos, manejo de semillas, suelos, aguas, clima,

pendientes, lecturas cosmológicas y movimientos astrológicos y el

comportamientos de animales y plantas. Asimismo, experiencias ‘hito socio-

forestal comunitaria’ como el método ATCH, la experiencia ‘esferita de barro’, la

labor del vivero forestal, la distinción del oyamel como colector de agua, el manejo

campesino del fuego y humo y la capturas de tusas entre otros, los cuales vienen

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391

desarrollándose a partir del ingenio y experimentación, mediante ensayo-error, por

parte de quienes operan la parte tecnológica del Bosque y PEESNT.

La lectura global, con base en la visión holística para estructurar el manejo de sus

prácticas productivas, se traduce en mostrarnos un manejo polifuncional y múltiple

del ecosistema, expresado en la identificación y explicación del comportamiento de

un número extenso de especies, manejo de la cuenca, manejo del agua, variaciones

del clima, manejo del suelo, pisos ecológicos, ciclos productivos y reproductivos,

temporadas de veda, calendario forestal, etc. En sí, el manejo de todo un sistema de

reproducción de la vida.

El “corpus cognoscitivo” local testimonia la racionalidad ecológica, epistemológica

y filosófica encarnada más allá de la influencia de otras contribuciones externas.

Los actores, articulan su identidad cultural en lo productivo e incluso cosmológico,

a partir de sus conocimientos, y una determinada manera de relacionarse material y

espiritualmente con la Naturaleza. Mediante el CT, las percepciones e imaginario

sobre el Bosque y la Naturaleza, es factible descifrar considerables claves para una

mejor relación y manejo de los recursos como contribución a la solución de la

crisis ecológica que vive el mundo.

La colección de contribuciones no es un simple listado suelto de saberes y

habilidades, producto de la cercanía al monte, expresa una mirada compleja y

diversa de explicarse el mundo. En el imaginario de los actores, cada especie

personifica un referente simbólico de significado disímil, según comportamientos,

diferencias físicas, preferencias, ciclos o cadenas alimenticias de los seres vivos

que habitan el Bosque, acercándonos a entender la vida, sus conexiones,

comportamiento e interdependencias.

La relación de cercanía establecida expresa, asimismo, un engarce para la

intersubjetividad e interdependencia entre determinados seres y el Bosque en su

conjunto, llegándose a articular emociones afectivas a manera de una ‘seducción

Ser Humano-Naturaleza’. A nuestro entender, este sentir y mirada contribuye a

reproducir y mantener el escenario de vida natural, de la diversidad de sus formas

de vida de la foresta, la fauna, los microorganismos y demás seres que en el

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392

habitan. Reconocer su vigencia, motiva tomar ventaja de una herencia cultural, no

sólo para el ejido, sino como una contribución para otras poblaciones que orientan

su labor hacia el ecologismo popular, aportando a la crisis actual ecológica de la

zona y con ello al país.

Asimismo, con la ingerencia de algunos programas de asistencia oficial externa, los

actores sociales se ven sometidos, de alguna manera, a ‘expropiaciones forzosas’

pues tienen que sujetarse a planes de procedimiento y control que tienen como

propósito ‘asegurar la buena administración del Bosque’. Por ejemplo, las acciones

del PREC reflejan un panorama contradictorio; por un lado su persistencia en

contribuir al desarrollo sustentable del Bosque, hecho que sin duda corresponde al

espíritu y convencimiento de sus responsables y, por otro, se ofrecen directivas

desde los argumentos tecnicistas externos, como la única vía para conquistar la

sustentabilidad del Bosque. Así que, parafraseando a Víctor Toledo (2006), es

importante distinguir el perverso juego y sus reglas distorsionadas con el fin de

construir otro campo alternativo.

De tal manera que el sometimiento a la directiva externa y, al mismo tiempo la

resistencia interna, expresan que lo que está debajo es una disputa de intereses; por

un lado los programas que exigen superficie forestada y, por otro, los actores

persistiendo estoicamente en el mantenimiento de su monte con técnicas

sustentadas en el CT. Dichos enfrentamientos (vienen contribuyendo) contribuyen

a desdibujar y por ende a resquebrajar al CT y, con ello, la integridad del Bosque,

lo que estaría tornándose como una problemática preocupante.

En este sentido, es bueno resaltar que los portadores del saber tradicional han

entrado en un proceso de ‘despertar de conciencia’, al identificar las bondades de

sus repertorios conjugados con el saber occidental. No se puede negar que la

prestancia vive el Bosque en nuestros días, pero que también es resultado de

contribuciones externas que los actores han ido incorporando a sus repertorios

personales, demostrando que el CT, por propia naturaleza, requiere de otros

aportes. Lo importante es reconocer que no está en contienda con la ciencia

occidental. Está subsumido en una compleja dinámica interrelacionada a alianzas y

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393

luchas por el espacio y poder, presionado a crear y recrear nuevos repertorios para

mostrar su vigencia.

Su proceso contribuye a la investigación y desarrollo de disciplinas afines al

Bosque, recreándolas y enriqueciéndolas. Si bien hay cierta dicotomía entre el

saber local y el externo (expresados en las formas de intervención y propuestas

técnicas por parte de entidades externas), se asocia una suerte de simbiosis

subjetivada entre el CT y las enseñanzas tecnológicas externas.

De esa manera, es factible afirmar que es posible un diálogo intercultural de

saberes, desistiendo de sometimientos, prejuicios, sumisión y exclusión, para dar

paso al compromiso de la sustentabilidad rural. Ni imposición de externalidades, ni

purismos consagrados en el entendido que ningún conocimiento es mejor o peor,

sino diferente y que su valoración parte, en el terreno de los hechos, de sus

beneficios. Más bien, ambos se fortalecen, en procesos de desecho-adopción y

apropiación-resignificación.

Reconocemos de tal forma que los actores sociales del PEESNT están sentados en

el ‘banco de oro’ del conocimiento y, por consiguiente, cuentan con poder,

detentando en ciertas ‘llaves, secretos y códigos del manejo sustentable’; sin

embargo, en determinados momentos y segmentos de la administración política

(interna y externa) se desconoce y rescinde su aporte, ignorando que este tipo de

conocimiento encierra un valor incalculable, como venimos anunciando.

Esta contienda, no hace sino manifestar que detrás de estos conflictos subyace una

disputa política, ideológica y filosófica entre el CT y la lógica del mundo

neoliberal. No se acepta la valía de habilidades y capacidades debido a que hay un

enfrentamiento estructural sobre la eficacia de los mismos. En tanto que en la

dirigencia del ejido se verbaliza que el CT es considerado, pero los hechos otorgan

aún resultados insubstanciales. Este imaginario focalizado de la dirigencia no

permite brindar un sentido de valoración objetiva al CT, e inclusive desconoce que

el mismo viene re-significándose en escenarios más amplios.

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394

Cuánto, en relación con la inversión económica y humana estará costando a la

sociedad mexicana el hecho de seguir desconociendo e invalidando tales

repertorios. Queda la tarea de identificar estrategias y propuestas para que la

experiencia local pueda materializarse como parte constituyente de un modelo que

soslaye los límites de San Nicolás.

La Pedagógica Ecoturística Comunitaria y la re-dignificación de

los actores sociales

“Es una masa trabajadora no calificada”, “sector que sabe sólo erosionar y

depredar” son creencias y subjetividades que lastimosamente aún se difunden sobre

los pueblos originarios y población rural. Con la aplicación del CT en la

administración y conducción tecnológica del Bosque y PEESNT, testimoniamos

que generalizaciones de ese tipo revierten e impiden destacar contribuciones

remozadas de los actores sociales en proyectos como los que venimos presentando.

Los locales, al tener como base y fundir su enfoque cosmovisional en los servicios

que despliegan, establecen diferencias con proyectos ecoturísticos convencionales,

lo cual viene a complementar los parámetros y conceptos que establece el servicio

turístico sustentable en comunidades.

En esa orientación, el PEESNT ha estructurado –sin ser un objetivo intencionado y

aún no relucido entre los actores– una propuesta de educación y cultura ambiental,

la cual he denominado “Pedagogía Ecoturística Comunitaria” (PEC), misma

que consideramos como otra contribución significativa de las habilidades y

capacidades de la cultura local, equivalente al repertorio o “corpus cognoscitivo”

local. La PEC es una pedagogía fundada en emociones de ternura y acogimiento, a

partir de lo que sienten y saben hacer sus actores durante el guiado, por lo cual

advertimos que no es una propuesta elaborada por expertos pedagogos, tampoco se

creó sobre la base de sistematizaciones de la hermenéutica y epistemología

educativa.

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395

Tiene como propósito el alcanzar -a través del guiado turístico a diferentes

segmentos de visitantes, especialmente escolares y grupos pares (‘campesino a

campesino’) mensajes que expresen formas simbólicas de reciprocidad e

intersubjetividad entre el “Ser Humano-Naturaleza” y “Naturaleza-Ser Humano”,

producto del enfoque y racionalidad sustentable que detentan, en la pretensión de

vigorizar los contenidos de ‘enseñanza-aprendizaje y objetivo educativo’ entre los

visitantes.

La aspiración mayor es que los visitantes encarnen compromisos de relevancia

identitaria y cosmovisional, a partir de los mensajes que despliegan. Sin embargo,

al igual que el repertorio de conocimientos en la conducción del PEESNT es

invisibilizado en los espacios de decisión política del proyecto; la PEC no ha sido

aún monitoreada, evaluada, sistematizada, menos aún promocionada como una

contribución y propuesta para la educación y cultura ambiental a diferentes

segmentos de visitantes, fundamentalmente escolares y grupos pares. Aunque

podría serlo como parte del contenido de los diseños curriculares, buscando su

pertinencia actual. Comprende contribuciones a temas álgidos del planeta como es

la recuperación del medio ambiente. El proceso de investigación e interpretación

me lleva a caracterizar la propuesta de la PEG de la siguiente manera:

1. Su andamiaje ideológico de ‘enseñanza-aprendizaje’ está sobre la base de

los procesos configurados de asimilación de conocimientos, habilidades y

destrezas, producto de una renovada valorización de la Naturaleza y su

reapropiación, la cual expresa signos de reciprocidad e intersubjetividad

entre Ser Humano–Naturaleza y Naturaleza-Ser Humano.478

2. La propuesta de sus mensajes se basan en intercambios dialógicos

motivadores entre anfitriones-visitantes, emulando la comunicación

‘natural’ de usos y costumbres de la localidad, producto de la cosmovisión

y la identidad socio-cultural local. Mismas que expresan formas simbólicas

478 Al estar sobre la base de los contenidos cognoscitivos de la cultura milenaria que antecede a San Nicolás y que otras comunidades rurales detentan a la actualidad, entonces, puede conformar parte significativa de las propuestas-clave del ecoturismo comunitario en el camino de revertir la crisis ecológica actual del país.

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396

de percepción, significación y relación con la Naturaleza, donde se

expresan emociones/sentimientos y compromisos/identidades.

3. La pedagogía de los actores del Proyecto parte de emociones que grafican

ternura y acogimiento, por ello podemos inscribirla como una contribución

adyacente a la Pedagogía de la Ternura, expresada en entregar la

sapiencia y habilidades con inteligencia emocional, solventada en la

cosmovisión y sentido identitario de sus actores que conducen el Proyecto.

En términos de Levi-Strauss (1988:64), es un saber desinteresado y atento,

afectuoso y tierno, adquirido y transmitido en una atmósfera conyugal y

filial, que por ser expuesto con tanta sencillez tan noble que parece

superfluo a miradas poco profundas o que insisten en no querer reconocer

estos valores. En ese acontecer, su ‘orientación teórica’ se ajusta a

mostrar, validar y potenciar los recursos y patrimonios que ostentan

(cognoscitivo, natural, social, cosmogónico y tecnológico).

4. Es una propuesta que insiste como vocación innata y voluntaria, extender al

externo lo que saben y sienten, que los visitantes se atribuyan el mismo

compromiso identitario y cosmovisional. Por ello, despierta

motivaciones insistiendo en dejar aprendizajes (motivados) supeditados al

razonar y observar. “¿Qué tienen éstos árboles que no tengan los demás”?

¿Cómo somos más hermanos?, “¡Tenemos que echarle la mano al

planeta!”. La idea es advertir que los problemas ambientales tienen

alternativas, dotando a los demás de oportunidades para desarrollar

habilidades sustentables que enseñen a otros a hacer lo mismo, como forma

estratégica de resistir la cultura y racionalidad sustentable campesino-ejidal

de contextos conurbanos.

5. La PEG sintetiza rasgos de ‘la cultura del compartir’ (propio de los pueblos

originarios y comunidades rurales) que implica considerar que ‘todos’

tenemos que trabajar a favor de la conservación del Bosque y la

integralidad de los demás recursos del mundo. Aspecto que manifiesta una

lógica de construcción sustancial hacia el compromiso por la

sustentabilidad de los recursos y no sólo a una lógica cerrada del turismo.

6. En la recreación de su sistema productivo y social la PEC, fomenta un

diálogo de saberes entre el CT y la ciencia y tecnología modernas. Es

decir, fomenta un diálogo articulador entre medio ambiente y cultura, el

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397

conocimiento tradicional con la ciencia moderna, y de la empresa con la

Naturaleza, aspectos que el debate académico sigue discutiendo por las

diferentes aristas de carácter polémico que presenta. Por lo cual, afirmamos

que con dicha propuesta el ejido contribuye al ansiado modelo de

sustentabilidad, donde el despertar de las tradiciones y la apertura al

cambio tejen posibilidades para la coexistencia de lo diverso.

7. Con esta propuesta se contribuye a superar la orientación

‘conservacionista’ o ‘naturalista’ que algunos sectores y movimientos

enfocan y pretenden de la Naturaleza, y que va en detrimento de resolver

las necesidades y expectativas de los grupos que la habitan. La pedagogía

local, diríamos, arroja luces para enfrentar problemas de

exclusión/dominación que detenta la sociedad mayor y el sistema, al sector

campesino.

La propuesta está en su fase inicial, pero lo importante es que ha desatado un

renovado estilo de trabajo contribuyendo –sin habérselo propuesto, y en el ejercicio

del ‘simple’ guiado turístico– a orientar el enfoque y debate sobre educación y

cultura ambiental. Hecho que contradice algunos referentes que sostienen que las

comunidades, como resultado de la influencia externa, perfilan tendencias a la

homogenización con la cultura dominante y consiguiente alienación.

Sin embargo, uno de los aspectos que estaría frenando la lógica del

desenvolvimiento de la PEC (al interno del PEESNT), es la disputa de lógicas y

racionalidades de gestión en lo interno, lo que demuestra que el Proyecto no es un

ente uniforme y siempre conexo a los objetivos como grupo, asociado a los

criterios de sustentabilidad enarbolado desde sus inicios. Por un lado están aquellos

con arraigo por el Bosque y su significado simbólico, cognoscitivo y sustentable,

transmitido al externo a través de la PEC, por otro –especialmente la dirigencia

política–, queriendo estampar una lógica de crecimiento empresarial al Parque,

enunciado en la intención de implementar mayor infraestructura con la

consiguiente recarga de servicios. Ambas miradas, vienen enfrentando una disputa

velada por lograr quién opera su lógica y racionalidad de trabajo en el Proyecto.

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398

En esa disputa –de perfil bajo, por cierto–, San Nicolás viene desaprovechando

capacidades y habilidades vigentes con base en su racionalidad sustentable

campesina-ejidal de zona conurbana; de manera contraria podría convertirse en un

modelo de exportación hacia otras comunidades, más allá del tema ecoturístico. La

inercia por vetarla, desconocerla o actuar paternalistamente viene aquietando tal

vocación. ¿Cómo se daría esta vertiente, si la situación se invirtiera?

Entrando a otro tema (pero en continuidad de propuestas), el PEESNT, estaría

proponiendo una ‘cultura empresarial sustentable campesina’, que no sólo

reivindica las capacidades de la cultura local, sino que perfila un renovado estilo de

gestión empresarial a partir de las ventajas del patrimonio natural y conocimientos

y habilidades que sintetizan. El andamiaje de la percepción e intervención holística

a la Naturaleza y los hechos preñados de disputa y discrepancia al interno y

externo, avivan la propuesta. No creemos que sea inapreciable dicha contribución,

ya que se trata de una aportación que acerca respuestas a uno de los temas más

álgidos de la agenda mundial: la generación de ingresos y empleo en espacios

rurales que exige además vigilancia extrema de la recuperación del medio ambiente

y los valores humanos.

Lo valioso del PEESNT es haber orientado su labor a la no maximización y

exclusividad del componente económico volviendo ‘empresarios del campo’ a sus

actores. En este sentido, la investigación realizada da lectura de que el objetivo es

seguir estableciendo una relación dialogante del crecimiento personal, familiar,

ejidal y empresarial, asociado al objetivo de resistir su territorio y territorialidad.

Con la gestión del PEESNT, vienen propiciándose nuevas identidades sociales y

políticas, producto de renovadas identidades económicas (Long). La experiencia

nos alcanza luces para la re-dignificación de sector rural a partir del desarrollo de

las capacidades locales, de esa manera, se aspira a invalidar el estigma arraigado en

cuanto a considerarlos como ‘individuos dependientes o incapaces de conducir su

propio destino’. A la par, se estaría re-significando el valor de su presencia en

escenarios públicos de negociación en los que, como se sabe, son ignorados.

Page 399: El Conocimiento Tradicional. Zambrano Miranda Gloria (1)

399

Asimismo, la experiencia de San Nicolás Totolapan con el PEESNT, y como

organización ejidal en la conducción del recurso forestal, va mucho más allá de la

propuesta sustentable de orientación académica u oficialista. La de los actores

sociales va por el avance engarzado de los aspectos social, cultural, educativo,

cognoscitivo, histórico, identitario y simbólico, todos ellos componentes de la

sustentabilidad campesina ‘per se’, pero que se re-articula con el enfoque del

desarrollo sustentable y otras propuestas de desarrollo. En ese actuar, el ejido viene

exteriorizando los principios de la forestería social comunitaria, cercana a la

empresa forestal comunitaria (diferente a la de orientación comercial privada) que

tiene como objetivo producir empresarialmente el bosque (EFC), adaptando sus

estructuras de gobierno tradicionales, su territorio y sus instituciones a ésta

renovada tarea, generando ingresos basados en la propiedad común.

Por lo mismo, suena alentador pensar la posibilidad de construcción de la vía

ecológica sustentable a partir de sus actores y en sus propios términos; a la par de

estar insertados a tecnologías, conocimientos externos, relaciones

interinstitucionales y metodologías que reimprimen del mundo actual. Al estar

sobre la base de los contenidos cognoscitivos de la cultura milenaria que antecede a

San Nicolás y que otras comunidades rurales detentan a la actualidad, entonces el

ECS, puede conformar parte de la propuesta-clave para revertir el declive de la

crisis ecológica actual del país.

Finalmente, señalamos que el PEESNT es un proyecto con alma, asertivo, con

sentimiento y comprometido, rebasando convencionalismos sobre el significado

consabido “de la pobreza campesina inminente”. Lo rescatable es que, en la

condición de crisis del campo, es importante presentar modelos solidarios, ‘a

pequeña escala’ y sencillos, apetecibles a espacios equivalentes.

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Zambrano, Carlos, “Territorios plurales y cambios sociopolíticos y gobernabilidad

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ANEXOS

GUÍA DE PREGUNTAS PARA ENTREVISTAS ABIERTAS

SOBRE LA HISTORIA DEL EJIDO Y PARQUE ECOTURISTICO SAN NICOLÁS DE TOTOLAPAN (PRIMERA

ETAPA)

HISTORIA PREHISPÁNICA 1. ¿Tiene información de cómo era su pueblo antes de la presencia española y europea? 2. ¿Cómo han llegado a establecerse las primeras familias en este lugar y zona? 3. ¿Cómo vivían? 4. ¿Que producían? 5. ¿Cómo era el paisaje de aquí en esa época? 6. ¿Ya existía el Bosque? O que había en estos lugares? HISTORIA ANTES DE SER EJIDO 2.1. Organización y producción de la comunidad y manejo del Bosque 1. ¿Cómo era la organización político-espacial? 2. ¿Cómo funcionaba? Que aspectos de esta organización se priorizaba? 3. ¿Cómo participaban los hombres y las mujeres, lo niños y jóvenes? 4. ¿Cómo era la distribución y propiedad de la tierra privada y comunal? 5. Cómo fue la participación en la revolución agraria zapatista? 6. ¿Por qué se les doto de esa cantidad de tierras? 7. ¿Cómo participaron los hombres y mujeres? 8. ¿Qué perdieron y que ganaron?

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9. ¿Cuáles fueron las principales enseñanzas e impactos de este movimiento social? 10. ¿Cómo sintió el pueblo la revolución agrarista? 11. ¿Cómo se transformo el pueblo después de ese acontecimiento? 12. ¿Cuáles eran los problemas de la vida comunal en esta etapa? 13. ¿Qué producían las familias en sus milpas o parcelas? 14. ¿Cómo era la organización de la familia para producir sus parcelas? 15. ¿Qué problemas tenía respecto a la cantidad y calidad de la producción? 16. La producción. ¿se orientaba al mercado, aparte del consumo familiar? 17. Si ya existía el bosque, entonces ¿quienes forestaron los suelos y cual era el objetivo? 18. ¿Cómo se daba el manejo del Bosque en ese entonces? (cuidados,

mantenimiento, usufructo, beneficios...) 19. Conflictos internos en el manejo del Bosque. 20. Conflictos con instituciones externas a la comunidad en relación al Bosque 21. Biodiversidad del Bosque: flora, fauna y microorganismos 22. Fuentes de agua 23. Calidad del suelo 24. Problemas de plagas, incendios, deforestación, apropiación ilícita… 25. ¿Como se relaciona el Bosque con la agricultura y las otras actividades productivas?

2.2. CULTURA Y SOCIEDAD

1. ¿Como vivían las familias? 2. ¿Cómo eran las relaciones sociales entre las familias? 3. ¿Cómo se establecían los matrimonios y familias? (Relaciones de parentesco) 4. ¿Cuántos hijos tenían? 5. ¿Con qué pueblos mantenían más relaciones, económica, sociales? 6. ¿A que otras actividades se ocupaba la familia campesina aparte de la agricultura? 7. ¿Cómo se enseñan o transmites los conocimientos del manejo del Bosque

entre las familias y la comunidad? 8. ¿Qué miembros de la familia se hace más responsable del Bosque, cómo y porqué? 9. ¿Había intercambio de usufructo, bienes y servicios entre las familias a partir de l Bosque? 10. Calendario de fiestas, ritos y costumbres del pueblo en general y su relación con el Bosque 11. Literatura oral sobre el Bosque: Cuentos, mitos, leyendas, chistes,

paremias, adagios, adivinanzas, canciones, poesías...sobre el pueblo y el Bosque.

12. Expresiones artísticas a partir del pueblo y Bosque (artesanías, pintura, ejidos…) 13. Las instituciones educativas: escuelas primaria y secundaria 14. Instituciones de salud. Centro Medico 15. Servicios de salubridad

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HISTORIA RECIENTE

a) Aspectos político-administrativos 1 .¿Cómo se estableció el ejido políticamente? 2. ¿Quiénes eran sus autoridades y que labor se realizo? 3. ¿Cuándo y como el ejido participo en la edificación del local que

actualmente ocupan? 4. ¿Qué instituciones se instalaron en el pueblo que los beneficia como ejido?

(biblioteca, sector agrario…) 5. ¿Cómo se desarrolla la administración actual del ejido? 6. ¿La organización que lleva el ejido es la mas idónea? ¿En que aspectos

acierta y en que otros tiene limitaciones? b) INFRAESTRUCTURA Y SERVICIOS 1. ¿Con que servicios de infraestructura cuenta actualmente el ejido? 2. ¿Estos servicios y otros son suficientes y que problemas o limitaciones

tiene? 3. ¿Cuáles son los problemas que actualmente tiene con el agua en el pueblo

y porque? 4. ¿Porqué será importante conservar el Parque para otros lugares (DF y otros

lugares adyacentes)

c) PARQUE ECOLÓGICO 1. ¿Qué problemas había en el Bosque antes de la instalación del Parque? 2. ¿Cómo era la organización y división de trabajo y labor para el su

mantenimiento y seguridad del Bosque? 3. ¿Qué beneficios y usufructos tenían los ejidatarios con el Bosque? 4. ¿Recuerda como fue la instalación del Parque Eco turístico? 5. ¿Sabe como fue el trabajo que realizaron el grupo que inicio el trabajo? 6. Actualmente que beneficios le reporta el Parque 7. ¿Qué labor desarrolla o brinda al Parque usted y su familia? 8. ¿Cómo contribuye a que el Parque se mantenga? Labores en labor familiar

y comunal. 9. ¿Qué ventajas o beneficios económicos y no económicos recibe por el

servicio del Parque? 10. La presencia del Parque, ¿ha cambiado la vida del pueblo? 11. ¿Qué importancia tiene el Parque para el pueblo? 12. ¿Cree que los jóvenes y niños tienen un vínculo estrecho con el Parque? 13. ¿Qué importancia tienen los Bosques Ecoturísticos a la actualidad? d) CULTURA 1. ¿Existe alguna celebración actual cívica, religiosa o costumbrista

(folklórica) relacionada con el Parque? 2. En el tiempo que lleva en servicio el Parque, ¿que cambios culturales ha

observado en la población por influencia del Parque?

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3. ¿Siente que los jóvenes y niños están integrados o no al Parque?

GUÍA DE PREGUNTAS COMPLEMENTARIAS (SEGUNDA ETAPA)

SOBRE EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL

1. El CT, ¿cómo ayuda en la conservación de los valores? 2. ¿Cómo ayuda en la persistencia de la identidad? 3. ¿Quiénes y que hacen los detractores del CT dentro y fuera del pueblo? 4. ¿Cómo se dan las relaciones de poder con el CT? 5. ¿Qué significa lo de “derecha” e “izquierda”? 6. ¿Qué entiendes por CT?

SOBRE DESARROLLO

1. ¿Qué percepción tiene San Nicolás sobre el desarrollo? 2. ¿Qué percepción tiene sobre el Desarrollo Sustentable? 3. ¿Qué quieres para tu pueblo y proyecto? 4. ¿Quieres seguir siendo ejidatario, campesino y como quieres que se te

denomine? 5. ¿Cuánto aporta en cifras el Programa de Reserva Ecológica Comunitaria? 6. ¿Hasta que punto el Proyecto Eco turístico ejidal es una propuesta

educativa? 7. ¿Cómo sienten los ejidatarios el CT en la labor educativa?

SOBRE ECOTURISMO

1. ¿Qué impacto hacen al medio ambiente los visitantes? 2. ¿Qué volumen de visitantes recibe el Parque (día, mes, año, fines de

semana, feriados). Por segmentos. 3. ¿La organización ejidal limita o aventaja el desarrollo del Parque? Como se

engarzan las actividades del ejido y de sus autoridades con el Parque? Ventajas y desventajas.

4. ¿Cuál seria el modelo ideal? Empresa? ONG…. 5. ¿Qué tanto afectan los peatones, ciclistas y demás al Bosque? (aves,

apareamiento…) 6. ¿Cuál es la capacidad de carga turística y de servicios que tiene el Bosque? 7. Todas las actividades productivas y externas benefician a la conservación

de la naturaleza?

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8. ¿Cuándo los apoyan financieramente hay condicionamientos? Ecológicos, sociales, otros.

9. Los beneficios económicos, sociales, ecológicos. 10. ¿Cómo se distribuyen o reinvierten los ingresos: al ejido, al proyecto, los

ejidatarios, otros?. 11. ¿Cuál es el volumen de ingresos al Parque: donaciones, ingresos, alianzas

estratégicas, Quién, quiénes más se benefician? Donaciones en 10 años. 12. ¿En que son iguales a los proyectos eco turísticos y en que diferentes? 13. El Parque integra o enfrenta a los ejidatarios. ¿Que porcentaje de

profesionales? y de técnicos? 14. Se consideran un Proyecto eco turístico líder y exitoso porqué? 15. ¿Cómo quieren ser vistos dentro y fuera de México? 16. ¿Hay bío-piratería en el Bosque de SNT? 17. ¿Hubo intentos de privatización? 18. La experiencia de SNT liderando experiencias símiles en DF y fuera.

Problemas centrales demandantes de las comunidades. 19. Premios y distinciones a SNT 20. ¿Que opinión tienen del Plan Puebla Panamá? 21. ¿Tienen coordinaciones o se han relacionado con instituciones

internacionales BM. FMI, UNESCO, PNUMA…. 22. ¿A que asociación de turismo local, nacional, internacional, pertenece

SNT? Turismo solidario, redes… 23. Los trabajadores del Parque: condiciones laborales, contrato, otros

beneficios. ¿De acuerdo a que indicador se asignan los sueldos? 24. ¿Qué y cómo se benefician los visitantes de proyectos: ONG, ESTADO… 25. ¿En SNT hay Comité de turismo, hay gestión democrática?

SOBRE HISTORIA

1. ¿Qué sabes de la historia de SNT, desde cuando? 2. ¿Cómo eran los cuidados antes en el bosque? 3. ¿Quiénes lo hacían? 4. ¿Sabes las leyendas, cuentos, sobre el bosque? 5. ¿Qué amenazas tuvo y como se resolvieron? 6. ¿Siempre fue del mismo tamaño? 7. Historia viva a líderes del pueblo. 8. Ver historia de etapa zapatista y más allá de ella. SOBRE TIERRAS Y TERRITORIO

1. ¿Es la tierra de SNT parte fundamental del sustento de las familias que la

habitan? 2. Datos actuales de SNT último censo: población, salud, infraestructura,

agricultura, ganadería. Tierra: renta, propiedad, venta. Arreglos: mediería, al cuarto, al tercio, despojo, invasión.

3. Personas responsables de informar mas sobre la defensa de la tierra, disputa, despojo, resistencia: historia reciente.

4. Compra-venta de tierras ejidales, ¿ es ilegal o legal como se da en SNT?

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5. Número de hectáreas. Venta a externos (inmobiliarias), venta a campesinos. 6. Formas temporales de arrendamiento: renta, préstamo, aparcería (mediaría).

El parvifundio. La microfundización. 7. Simbiosis total entre el ejido, la propiedad privada y la comunal 8. ¿Cómo influye el PROCEDE. Dinamización del mercado de tierras 9. ¿Las autoridades del ejido que papel juegan el la compra-venta’? 10. ¿Qué familias se han hecho más de tierras? ¿Quienes de menos, elites,

caciques de SNT. 11. Intermediarios de tierra en la compra y venta. 12. Factores por los cuales se vende la tierra (enfermedad, mal año agrícola) 13. ¿Cómo influye la pavimentación de la pista y demás infraestructura para

acceder al Ajusco en la movilización de la tierra. Beneficio a campesinos externos y “coyotes” y como se quedan los ejidatarios?

14. ¿El ejido se desdibuja como tal o se afianza más? 15. ¿Tiene tierra la iglesia o parroquia en SNT? Historia de Tierra y

recuperación. 16. La historia de tierras de las 2,400 has en SNT. 17. ¿Qué se piensa sobre el arrendamiento de las tierras; los ‘gotcha’. 18. ¿Qué tipo de tierras predomina en SNT: riego o temporal’. 19. ¿Cómo se dan las relaciones de amistad, solidaridad, familiaridad y

vecindad para la movilización de las tierras. El dinero es la economía de mercado.

20. Luchas por tierra, Mapa de tierras…