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EL CULTIVO DE LOS PRADOS ENTENDEMOS por cultivo de prados todas las operaciones que en él se realizan desde las labo- res de siembra hasta los gradeos y la siega o el pastoreo, ya que influyen de manera decisiva en la vida del prado y en la composición botánica del mismo. La idea de que la hierba se obtiene sola, que no necesita cuidados, es totalmente anticuada, aun- que la realidad es que actualmente se proporcionan pocos cuidados al prado. Es la cosecha más bara- ta y a veces ni llega a considerarse verdadera co- secha. Si analizamos detenidamente la cuestión, vemos que, por otra parte, es la hierba de prado, sembra- do o natural, el principal alimento del ganado pro- ductor de leche y carne. Una mejora en la calidad o en la cantidad nos ha de proporcionar más uni- dades forrajeras con las que podremos sostener más peso vivo por hectárea y, por tanto, producir más leche o más carne. CULTIVO PRECEDENTE El prado es un cultivo de varias plantas con necesidades distintas que requieren, para su bue- na explotación, guardar cierto equilibrio entre sí. Si se trata de prados de siembra, es importante tener presente la cosecha anterior; ella nos deter- minará un poco el abonado, las labores preparato- rias, las cantidades de semilla a emplear en la mez- cla e, incluso, el momento de dar el primer apro- vechamiento. Veamos cómo. SOBRE PATATA. Un prado sobre patata y sembrado en septiembre no requiere, normalmente, labores profundas, pero, en cambio, conviene forzar un poco la dosis de po- tasa. La mezcla de semillas debe ser la normal y los cortes de limpieza no suelen ser imprescindibles, por lo que pueden retrasarse algo. Estos prados

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EL CULTIVODE LOS PRADOS

ENTENDEMOS por cultivo de prados todas lasoperaciones que en él se realizan desde las labo-res de siembra hasta los gradeos y la siega o elpastoreo, ya que influyen de manera decisiva enla vida del prado y en la composición botánicadel mismo.

La idea de que la hierba se obtiene sola, que nonecesita cuidados, es totalmente anticuada, aun-que la realidad es que actualmente se proporcionanpocos cuidados al prado. Es la cosecha más bara-ta y a veces ni llega a considerarse verdadera co-secha.

Si analizamos detenidamente la cuestión, vemosque, por otra parte, es la hierba de prado, sembra-do o natural, el principal alimento del ganado pro-ductor de leche y carne. Una mejora en la calidado en la cantidad nos ha de proporcionar más uni-dades forrajeras con las que podremos sostenermás peso vivo por hectárea y, por tanto, producirmás leche o más carne.

CULTIVO PRECEDENTE

El prado es un cultivo de varias plantas connecesidades distintas que requieren, para su bue-na explotación, guardar cierto equilibrio entre sí.

Si se trata de prados de siembra, es importantetener presente la cosecha anterior; ella nos deter-minará un poco el abonado, las labores preparato-rias, las cantidades de semilla a emplear en la mez-cla e, incluso, el momento de dar el primer apro-vechamiento. Veamos cómo.

SOBRE PATATA.

Un prado sobre patata y sembrado en septiembreno requiere, normalmente, labores profundas, pero,en cambio, conviene forzar un poco la dosis de po-tasa. La mezcla de semillas debe ser la normal y loscortes de limpieza no suelen ser imprescindibles,por lo que pueden retrasarse algo. Estos prados

suelen ser después los más equilibrados y los quese mantienen más limpios.

SOBRE MAÍZ FORRAJERO.

Si el cultivo anterior fue maíz forrajero y elprado se sembró y se mantiene en las mismas con-diciones que el que va después de patata, podemosasegurar que en gran número de casos la praderaquedará dominada por el trébol blanco, muchas ve-ces espontáneo, al cabo de un par de años.

Si se emplea una mezcla de semillas normal, con-viene usar una dosis no muy alta, pero sí impor-tante, de nitrogenados en la primavera e incluso enel otoño al cumplir el primer año. No debe asus-tarnos ver que el raygrás italiano, si se empleó enla mezcla, domina casi por completo en su primerabril. No debemos retrasar este primer corte, pueslo pasarían muy mal las leguminosas y nos expo-nemos a que cuando el raygrás italiano deje deproducir a primeros de verano, ni los dactilos nilas otras plantas de la mezcla rebroten a satisfac-ción durante todo él. Es frecuente ver en los pra-dos así aprovechados grandes claros durante todoel verano, e incluso en la primavera siguiente, des-pués del primer corte, hasta que son dominadospor otras especies, tales como el trébol blanco. He-mos de procurar por todos los medios que estosclaros no se produzcan, pues existe el peligro deque sean invadidos por especies de inferior calidad,degenerando rápidamente un prado que en sus pri-meros aprovechamientos era excelente.

Conviene, en general, dar una labor profunda,siempre que con ello no retrasemos la siembra. Lapreparación del terreno con las labores complemen-tarias debe hacerse en el menor tiempo posible ysuele dar muy buenos resultados una aplicaciónde estiércol muy hecho en la superficie, este es-tiércol es tanto más necesario cuanto más tardese efectúe la siembra.

SOBRE REMOLACHA FORRAJERA.

En primavera se suele sembrar sobre barbechode maíz, sobre nabos, sobre remolacha, sobre ba-llico, sobre alcaceres o trébol encarnado. Sobrebarbecho de maíz, sobre nabos o sobre remolachase recomiendan siempre fórmulas normales, tantode semillas como de abonado, si bien sobre re-molacha conviene forzar la dosis de potasa. Laslabores deben hacerse cuanto antes, tanto en bar-becho como en cultivo, y no se debe retrasar lasaca de la remolacha, procurando hacerla cuandoel suelo no esté muy mojado, ya que esto producemuchos terrones y dificulta la nascencia de las se-millas. Si el suelo está en estas condiciones debería

dedicarse a otro cultivo el terreno que en principiohabíamos destinado a prado. No conviene retrasarla siembra, que debe hacerse cuanto antes, ni elprimer corte de limpieza, ya que suelen presentar-se abundancia de malas hierbas. Les conviene unpoco de nitrógeno de fácil asimilación en la super-ficie al nacimiento de las plantas. No debe em-plearse éste antes de sembrar, ya que favorece eldesarrollo de las malas hierbas.

SOBRE BALLICO.

Los prados sobre ballico suelen ser los más lim-pios; en general, conviene aumentar un poco ladosis de gramíneas y el abonado nitrogenado, nodejando en ningún caso que las gramíneas som-breen demasiado a los tréboles. Son los prados queen el primer año se desequilibran más fácilmente.

Sobre trébol encarnado conviene actuar de ma-nera contraria. No obstante, es peligroso forzarla dosis de trébol blanco, porque puede llegar adominar prematuramente ; conviene más forzar ladosis de trébol violeta. Suelen ser prados suciosque, si no se tiene cuidado, degeneran pronto.

SOBRE ALCACERES.

Sobre alcaceres mixtos de gramíneas y legumino-sas deben emplearse fórmulas normales, tanto deabonado como de semillas. Se reitera la necesidadde retirar del campo la cosecha lo antes posible yen todos estos casos le convienen las labores pro-fundas que se hacen casi imprescindibles en el casodel ballico y alcaceres, así como el enterrado delestiércol con la labor profunda.

SIEMBRAS

En general, las siembras de septiembre suelenproducir en primavera abundancia de gramíneas yno se debe retrasar el primer corte. En cambio,las siembras de primavera suelen producir más tré-bol, pero también más malas hierbas.

En ningún caso es recomendable abusar de se-milla y mucho menos de trébol blanco en sus va-riedades de ladino o enano que invaden dema-siado y pueden adueñarse del prado. En pradosde siega este punto es particularmente intere-sante.

Pueden, en cambio, aumentarse las dosis de tré-bol violeta y ravgrás italiano, dando abundancia decosecha en la primera época de la pradera; lasplantas más perennes, trébol blanco, dactilo y rav-grás inglés se implantarán mientras aquéllas dencosecha.

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Terreno preparado para proceder a la siembra de un prado artificial en la comarca de Carballino (Orense).

Hemos optado por el empleo de trébol ladino yhemos eliminado el enano de nuestras mezclas; sonprácticamente igual de resistentes y el ladino esmucho más productivo, con más porcentaje dehoja.

Hemos intentado la resiembra directa de algu-nos prados. Creemos que esta práctica sólo debehacerse en casos muy especiales, por ejemplo, cuan-do la pendiente es excesiva. El mejor resultado seha obtenido arando antes del invierno y sembran-do en principios de primavera. Durante las opera-ciones preparatorias debe encalarse y abonarse; he-mos empleado sulfato amónico inmediatamente an-tes de la siembra, pero nos ha dado mejor resulta-do el aplicado al empezar a romper las plantas.

Para la preparación del terreno el rotovator nosha dado muy buenos resultados, no podernos decirlo mismo de los herbicidas contra helechos, zarzas,etcétera.

Siempre que se pueda debe sembrarse sobre te-rreno que haya tenido otro cultivo, sobre todo pen-sando en las leguminosas.

Hemos realizado siembras en mezcla con alca-ceres y maíz forrajero. Siempre que sea pequeñala cantidad de alcaceres o de maíz empleado no he-mos encontrado grandes inconvenientes, y, en cam-bio, se facilita la realización del primer corte delimpieza. En éstos casos no debe retrasarse el pri-

mer corte y aunque no llegue a obtenerse el bene-ficio total de las plantas de cobertura, hemos detener presente que nuestro objetivo principal es elprado. Nos ha sido muy beneficioso aportar nitró-geno después de este corte.

ABONADO

El cultivador sabe que el prado mejora la tie-rra, que en tierra nueva se labra mejor, y quepueden conseguirse altos rendimientos de otros cul-tivos sin grandes aportaciones de abonos.

En la explotación ganadera el prado temporaldebe ser el cultivo fundamental.

La práctica nos ha demostrado que en suelos debuena fertilidad natural que han estado de prado,se pueden obtener rendimientos importantes demaíz forrajero durante varios años, con aportacio-nes no muy altas de abonos minerales. Por lo tan-to, el prado temporal tiene dos misiones distintas;producir alimenta para el ganado y mejorar la fer-tilidad del suelo.

Este prado puede levantarse en cuanto ha cum-plido estas dos misiones (tres-cuatro años), pero noes necesario, pues el prado puede quedar estable-cido durante mucho tiempo más, aunque natural-mente sus rendimientos, en cuanto se refiere a losaportes de alimento para el ganado, irán disminu-

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yendo, si bien la mejora del suelo debe ser cre-ciente.

Las mejores hierbas se dan en los prados mejorabonados y, aunque hemos realizado innumerablesanálisis de suelos, no siempre ha respondido elprado a los abonados recomendados según el aná-lisis. Para nosotros el mejor resultado nos lo deter-minaron siempre las vacas, al fin y al cabo ellasson las que tienen que comer la hierba y trans-formarla en leche o carne. El aspecto de la hierbanos ha indicado algunas veces la carencia de ele-mentos que el análisis químico no reflejaba.

La creencia de que el prado es un mantenedor,e incluso mejorador de los suelos, es cierta en par-te, cuando en el prado hay abundancia de legumi-nosas.

En prados de mucha producción, como los quehoy buscamos, son necesarios abonados intensos yfrecuentes para mantener la fertilidad; no obstante,en prados donde sólo se da un aprovechamientopara heno y un pequeño rebrote de otoño, la apor-tación de cal y fosfopotásicos puede ser suficiente.

ABONOS NITROGENADOS.

Hemos de tener presente que en los prados dealta producción, de siega, son muchos los kilogra-mos de hierba que se obtienen y dudo que por mu-cha que sea la actividad microbiana de las legu-minosas para absorber el nitrógeno del aire, pue-dan subvenir a las necesidades de las gramíneas,siempre en vegetación activa, con exigencias muyaltas en este elemento. Así no es extraño ver pra-dos, exclusivamente segados, dominados al cabo de

Echando abono nitrogenado en un pradode la comarca de Viella (Lérida).

poco tiempo por trébol blanco y, lo que es peor,por hierbas de baja calidad; en ellos el raygrás in-glés ha desaparecido casi por completo, o lleva unavida lánguida. Es frecuente observar en estos pra-dos que una aportación de nitrógeno, por pequeñaque sea, aumenta las producciones, acelera los cor-tes y mejora el equilibrio del prado.

Sólo dejaremos de aportar nitrógeno cuando loque buscamos es un prado en el que abunden lasleguminosas, pero creo más racional que en vez defrenar el desarrollo de las gramíneas, nos limite-mos a no sembrarlas.

En consecuencia, la aportación de nitrógeno alprado vendrá determinada por el estado del mis-mo, y lo que de él pretendamos. Si se pretende au-mentar las leguminosas, no debe aportarse nitró-geno; pero si, por el contrario, tenemos un pradoequilibrado y lo que buscamos es mantener esteequilibrio y conseguir altas producciones de forra-je de buena calidad, el nitrógeno es indispensable.

Hemos observado que cuando mejor han respon-dido todas las plantas al aporte de nitrógeno hasido en su primera edad, incluso creemos que lostréboles se han beneficiado de él.

Hemos conseguido adelantamientos en los cor-tes de hasta tres semanas con aportes de nitrógenoa principios de primavera, pero no debe retrasarseel primer aprovechamiento, pues pueden ahogarselas leguminosas, especialmente el trébol blanco;esto es particularmente interesante en prados muycerrados. Las aportaciones de nitrógeno a finalesde verano y otoño aumentan la cosecha de inviernoy adelantan la de primavera. En cuanto a los tiposde abonos hemos empleado nitrato amónico cálci-co y sulfato amónico, si bien con éste último he-mos observado que es necesario mantener un nivelsuficiente de cal.

ABONOS FOSFATADOS.

Los abonos fosfatados dan, en muchos casos, re-sultados espectaculares. Hemos comprobado quetanto las escorias como el superfosfato son igual-mente efectivos, si bien con el último son necesa-rias aportaciones de cal.

Creemos, por otra parte, que las escorias puedenser interesantes en suelos con carencias de micro-elementos, aunque si éstas no son muy patentes, elresultado de la cosecha de forraje no suele expe-rimentar diferencias apreciables, y si se temiera

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que se puedan producir carencias en el ganado,creemos más práctico proporcionar en estos casoslos microelementos directamente al ganado que in-corporarlos al suelo con los abonos.

La aplicación de fosfatados debe hacerse prefe-rentemente en época de lluvias y suelen ser preferi-bles aportaciones anuales, aunque más bajas quelas aportaciones que se realicen cada dos o tresaños.

ABONOS POTÁSICOS.

En praderas donde dominaba el trébol se ha ob-servado que esta planta es muy sensible a las apor-taciones de potasa. La hierba bien abonada depotasa es más lechera y sobre todo más apetecidapor el ganado; es particularmente importante elabonado potásico en prados de siega y cuando nose aplican orines. Debe abonarse con potasa cuan-do el terreno no esté helado.

CUIDADOS

Todos los prados, buenos o malos, de pastoreo ode siega, deben gradearse como mínimo dos vecesal ario, en otoño y primavera ; es particularmenteimportante esta operación en prados que se pastane inmediatamente después de sacar el ganado. Elaprovechamiento siguiente debe ser la siega, pues

el ganado rehusa pastar por donde se esparcieronsus excrementos.

Si sobrevino una tormenta cuando la hierba seencontraba en plena vegetación y el prado se em-barró, son imprescindibles uno o dos gradeos enla primera ocasión que se tenga, siempre con sue-lo seco; para deshacer los terrones y alisar el sueloes muy interesante el pase del rulo.

En todos los casos hemos de evitar que se formengrandes claros; esto es particularmente interesanteen prados donde no abunda el trébol blanco que es,prácticamente, la única buena planta que se pro-paga por estolones. Los prados en los que, porcualquier circunstancia, aparecen claros, suelen in-vadirse por hierbas de inferior calidad. Puede con-seguirse una mejora interesante de un prado me-diocre con la administración de fertilizantes adecua-dos y el gradeo.

En general, la hierba arrancada resulta conve-niente retirarla del campo, pues aunque aumentael nivel de humus, el prado tarda mucho en reha-cerse. Nos ha dado buenos resultados, sin embargo,la aplicación de grandes dosis de abonos y de cal,cuando se ha dejado la hierba en el terreno.

Los gradeos de otoño facilitan la desapariciónde algunas hierbas de inferior calidad; los de pri-mavera activan el desarrollo del trébol blanco yravgrás inglés. Para conseguir los mejores resul-tados este gradeo debe realizarse a principios deprimavera, e ir acompañado de un buen abonado.

Aspecto de una pradera artificial en la comarca de Barco de Avila.

El riego sin encharcamientos es una operación importante para los prados.

Pero la mejor práctica para regenerar un prado es,sin duda ninguna, el arado y la resiembra.

La siega puede influir decisivamente en la com-posición botánica del prado. Hemos obtenido muybuenos resultados para extinguir juncos y cardoscon la siega algo prematura de la hierba; los cortesmás eficaces parecen ser los de principio y final delos aprovechamientos anuales. Para el aprovecha-miento de prados muy bastos es imprescindible lasiega y el marchitamiento de las plantas.

En prados limpios nos ha dado mejores resulta-dos la segadora que la guadaña, el prado rebrotacon más vigor.

En prados sucios o húmedos la siega prematura,cada dos o tres semanas y durante todo el primeraño, e incluso el segundo, ha ocasionado la muertede innumerables malas hierbas.

Hemos observado que cuando un prado se pastay se siega alternativamente, queda dominado, co-rrientemente, por trébol blanco y raygrás inglés.Pero éste desaparece pronto y el prado degenerasi no se abona adecuadamente, siendo invadido fre-cuentemente por hierbas de mala calidad y, sobretodo, por margaritas.

Igualmente se ha observado que en prados deaprovechamiento mixto no son tan necesarios losgradeos; los excrementos suelen repartirse franca-

mente bien con la segadora o la guadaña, aunquealgunas veces llegue a atascarlas.

CONCLUSION

Como resumen, podemos decir que creemos sin-ceramente que el establecimiento de prados arti-ficiales no es difícil y es la mejor forma de aumen-tar los efectivos ganaderos, particularmente enexplotaciones limitadas por la superficie.

Podríamos relatar aquí innumerables casos deganaderos que estaban comprando paja con quealimentar a las vacas, aunque todos ellos disponíande prado natural y de una a dos hectáreas de te-rreno destinado a maíz para grano y remolacha fo-rraiera.

Paulatinamente han ido cambiando, implantandoprado de siembra en el terreno de maíz o remola-cha, y destinando parte del dedicado a prado na-tural a cultivos forrajeros anuales y especialmentemaíz forrajero.

Al cabo de dos arios de esta práctica, no sólono compran paja para alimentar las vacas, sinoque con sus propios recursos forrajeros están encondiciones de aumentar en más del 50 por 100 susefectivos ganaderos.

RomÁN MONTALVILLO SANTOS

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