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EL CULTO A LA VIRGEN DE ROCAMADOR ENSANGUESA Sello de la Hermandad de Peregrinos de Nuestra Señora de Roc -Amadour (Francia). Juan Cruz LABEAGA MENDIOLA Dentro del magnífico templo ro- mánico de Santa María la Real de Sangüesa, con su soberbia portada, y en un retablo plateresco del siglo XVI, está la venerada imagen de Nuestra Señora de Rocamador. Los orígenes de esta devoción, el desa- rrollo de su culto y sus leyendas ve- remos en las líneas que siguen. Rocamadour en Francia. Roca- madour es el nombre de una pe- queña localidad de Francia, de la re- gión de Quercy, departamento del Lot, a orillas del río Alzou, afluente de Dorgoña. Su famoso santuario aloja una imagen sedente de la Virgen con el Niño, chapeada en plata, que está considerada como una de las más antiguas del vecino país. El humo de los cirios y el fuego de los incendios de las guerras tanto la ennegrecie- ron, que popularmente se la conoce por la Virgen Negra. Las tradiciones remontan su culto, promovido por el ermitaño Amador, al siglo 111, pero, en realidad, las pri- meras noticias escritas son de me- diados del siglo x. La fama y mila- gros de este santuario atrajo a innumerables peregrinos, maXime en el siglo XII: reyes y príncipes, obispos y abades, nobles y plebeyos de la mayor parte de las naciones de Eu- ropa, incluso de Oriente. Fue uno de los centros de peregrinación más im- portantes de la Cristiandad. Esta de- voción a la Virgen de Rocamador se extendió con inusitada rapidez por toda Francia, especialmente por la costa de Bretaña, donde es vene- rada como patrona de los marineros y pescadores. El culto a esta Virgen enraizó muy antiguamente en Navarra (Sangüesa, Estella con santuario y preciosa ima- gen románica y Olite con un hospi- tal). Desde aquí propagóse hacia Castilla y León; ya en 1120 los na- varros, que acompañaron a Alfonso el Batallador, fundaron en Sala- manca una cofradía dedicada a esta advocación. Buena prueba de la pie- 15

EL CULTO A LA VIRGEN DE ROCAMADOR ENSANGUESA

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EL CULTO A LA VIRGENDE ROCAMADORENSANGUESA

Sello de la Hermandad de Peregrinos de Nuestra Señora de Roc-Amadour(Francia).

Juan Cruz LABEAGA MENDIOLA

Dentro del magnífico templo ro­mánico de Santa María la Real deSangüesa, con su soberbia portada,y en un retablo plateresco delsiglo XVI, está la venerada imagen deNuestra Señora de Rocamador. Losorígenes de esta devoción, el desa­rrollo de su culto y sus leyendas ve­remos en las líneas que siguen.

Rocamadour en Francia. Roca­madour es el nombre de una pe­queña localidad de Francia, de la re­gión de Quercy, departamento delLot, a orillas del río Alzou, afluente deDorgoña. Su famoso santuario alojauna imagen sedente de la Virgen conel Niño, chapeada en plata, que estáconsiderada como una de las másantiguas del vecino país. El humo delos cirios y el fuego de los incendiosde las guerras tanto la ennegrecie­ron, que popularmente se la conocepor la Virgen Negra.

Las tradiciones remontan su culto,promovido por el ermitaño Amador,

al siglo 111, pero, en realidad, las pri­meras noticias escritas son de me­diados del siglo x. La fama y mila­gros de este santuario atrajo ainnumerables peregrinos, maXime enel siglo XII: reyes y príncipes, obisposy abades, nobles y plebeyos de lamayor parte de las naciones de Eu­ropa, incluso de Oriente. Fue uno delos centros de peregrinación más im­portantes de la Cristiandad. Esta de­voción a la Virgen de Rocamador seextendió con inusitada rapidez portoda Francia, especialmente por lacosta de Bretaña, donde es vene­rada como patrona de los marinerosy pescadores.

El culto a esta Virgen enraizó muyantiguamente en Navarra (Sangüesa,Estella con santuario y preciosa ima­gen románica y Olite con un hospi­tal). Desde aquí propagóse haciaCastilla y León; ya en 1120 los na­varros, que acompañaron a Alfonsoel Batallador, fundaron en Sala­manca una cofradía dedicada a estaadvocación. Buena prueba de la pie-

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Imagen de Nuestra Señora de Aocamador. Sangüesa.

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dad de nuestros reyes a esta Virgenes que Sancho el Fuerte dio en 1201al santuario francés varios censosque poseía en Estella por su alma ylas de sus padres. Santuarios a Ro­camador se alzaron en Sevilla, Cór­doba y otras poblaciones españolasy portuguesas, y el nombre de estaVirgen aparece en «Los Milagros deNuestra Señora» de Berceo, en «LasCántiqass de Alfonso X y en algunascrónicas anónimas del Cid Campea­dor.

Orígenes del culto de NuestraSeñora de Rocamador en San­güesa. Desconocemos el momentoexacto en que llegó a Sangüesa elculto y devoción a la Virgen de Ro­camador. Muchos lo ponen en rela­ción con la voluntad de algún rey na­varro, y así se escribió en el siglopasado: «Se cree que los antiguosreyes de Navarra, que extendieron sudominación por varios departamen­tos de Francia, trajeron a Navarra ladevoción a Rocamador».

No carece de fuerza esta afirma­ción. Es conocido que Sancho Ramí­rez otorgó fueros de población aSangüesa la Vieja. actual Rocaforte,y que al final de sus días mandó edi­ficar el puente sobre el Aragón y elpalacio real con una iglesia dedicadaa Santa María. A este pequeño nú­cleo de población, origen de la futuraSangüesa la Nueva, Alfonso el Bata­llador concedió en 1122 el Fuero deJaca para los que quisieran venir apoblar este Burgo Nuevo. Estemismo monarca el año 1131 donó supalacio e iglesia de Santa María a laorden de los caballeros de San Juande Jerusalén.

Algunos piensan que el origen yafianzamiento en Sangüesa de estadevoción mariana extranjera se debea los pobladores francos, que, mer­ced a las ventajas de los fueros rea­les, se asentaron en la nueva villa ytrajeron noticias de los milagros yfama del santuario francés de Roca­madour. Por otra parte, no hemos de

olvidar el influjo de los numerososoperegrinos, muchos de ellos france­ses, provenientes de la Auvemia o delMidi, que pasaron por Sangüesa du­rante los siglos medievales en los queel Camino de Santiago fue crisol enel que se amalgamaron arte, piedady comercio.

De hecho, el establecimiento de ladevoción a Rocamador en Sangüesaes bien antigua y conocida, y ya en eltercer cuarto del siglo XII el entoncesteniente de la villa, el señor SanchoRamírez de Oteiza, legó una mandapía de 100 sueldos a Santa María deRocamador de Morlaas, junto a Pau.Una vez consolidada esta devociónmariana, pronto debió instituirse lacofradía que desarrolló poderosa­mente este culto y cuyas primerasnoticias explícitas son del año 1351.A lo largo de los siglos los sangüesi­nos han demostrado su piedad y es­pecial afecto hacia esta veneradaimagen.

La villa de Sangüesa con su Ayun­tamiento buscaron en el siglo XVI po­derosos intercesores celestiales. Erantiempos difíciles, pues la peste diez­maba, en ocasiones, la población, yen los días llamados «de voto» hon­raron de una forma predilecta, conprocesión y sermón pagado por elMunicipio, a San Jorge y Santa Anaen la parroquia de Santiago, a SanSebastián y a San Roque en la deSan Salvador y a San Nicasio y aNuestra Señora de Rocamador en lade Santa María la Real. En esta úl­tima parroquia el día de la Virgen deAgosto, su titular, era muy solemne.

Esta devoción a los santos, aun­que arraigada en la fe, no estabaexenta en aquellos tiempos de mez­clas supersticiosas. En un puebloeminentemente agrícola las plagas debichos malignos maltrataban con fre­cuencia los campos o la rabia conta­minaba los ganados. Además de losrezos a la Señora, acudía un saluda­dor, especie de brujo, pagado por elAyuntamiento, para alejar con susconjuros el mal de personas, anima­les y plantas. También, todos losaños traían «una redoma del aguabenditida» de San Gregorio Ostiense,desde su santuario de Soriada (Na­varra) para esparcirla por los cuatropuntos cardinales del término muni­cipal. En otras ocasiones más gravesera la cabeza de plata del santo laque visitaba la población.

Durante los siglos barrocos lasprocesiones experimentaron tal auge,que constituían las mayores manifes­taciones religiosas públicas y socia­les. En su desfilar de santos, la mú­sica, las danzas y el disparo decohetes añadían vistosidad. Sobre-

sale entre todas ellas la del Corpus,en la que la Virgen de Rocamadorcierra el cortejo de los numerosossantos. He aquí el orden de tal pro­cesión. Abren la marcha los estan­dartes de los gremios (boteros, car­pinteros, pelaires, tejedores,zapateros, sastres, ferreros y labra­dores), a continuación las cruces delos cuatro conventos locales (Fran­ciscanos, Carmelitas, Dominicos yMercedarios) el guión de la Parroquiade Santiago y las tres cruces parro­quiales; siguen las imágenes de SanBernabé, San Ramón Nonato, SanDiego, San Lamberto, San Eloy, SanBias, San Lorenzo, Santa Margarita,Santa Ursula, Santa María Magda­lena, San Estebán, San Román,Santa Catalina y Nuestra Señora deRocamador; finalmente el pendón delCorpus Christi y la magnífica custo­dia procesional del siglo xv.

Otra fiesta importante era el 15 deagosto , la Virgen de Rocamador. Yade víspera hacían una gran hoguerafrente a la iglesia y al día siguiente, ensolemne procesión, salía la imagen dela Virgen, bajo palio, rodeada de susnumerosos devotos , con el tipismodel estuendo de cuatro docenas decohetes, la música de las gaitas y elconcurso de los danzantes. Durantela tarde de este día probaron, en al­guna ocasión, los toros en la PlazadeSan Salvador, para escoger los queiban a ser lidiados en las fiestas deseptiembre en honor de San Sebas­tián, patrón de la localidad.

En todo tipo de necesidades acu­dieron a la intercesión de numerosossantos locales singularmente a estapatrona celestial, los testimonios se­rían innumerables. El agua para loscampos es vital, y en 1625 llevaron enrogativas a nuestra Virgen, junto conSanta Catalina, a la ermita del Soco­rro, con las tres cruces parroquialescubiertas de luto, cantando el mise­rere a la ida y las letanías a la vuelta.Por la misma causa fue la imagen enrogativa al famoso Cristo del cercanopueblo de Javier en 1630, o en 1667hasta la ermita de Nuestra Señora delCamino.

A pedimento de la villa salió la Vir­gen en tiempo de guerra cuando «elgarrapatillo hace mal en los panes» ohay plaga de langosta, o por el terre­moto de 1660 «que el día de SanPaulino hizo temblar las casas». Losacontecimientos de la familia real ylos políticos suscitaban oraciones depetición y de acción de gracias, na­cimientos de príncipes, «preñado dela reina Gabriela de Saboya», «victo­ria de Brihuega» en 1709.

Hoy, la festividad de Nuestra Se­ñora de Rocamador, 15 de agosto,

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sigue celebrándose con solemnescultos y masiva participación de susdevotos. Ya de víspera, al anoche­cer, un bandeo general de campanasde la torre fortificada de Santa María,anuncia la importancia del siguientedía. Con las primeras luces de la ma­ñana, los auroras tributan oracióncantada a Nuestra Señora reco­rriendo la localidad. La imagen luce enla iglesia sus mejores galas, aureolade rayos, coronas y el magníficofrontal de plata labrada, y tras la so­lemne misa, largas filas de fieles laacompañan por las calles con can­tos, a la vez que repican las campa­nas de las parroquias. Hasta el ano­checer la Virgen permaneceexpuestarecibiendo el homenaje, la oración yel beso de los sangüesinos.

La imagen, privilegios y regalos.Es muy probable que con anteriori­dad a esta imagen, que vamos adescribir, existió otra, de la mismaadvocación y de estilo románico, pre­sidiendo el templo. Nuestra Señorade Rocamador es una imagen se­dente, en un trono sin respaldo, conel Niño sentado de frente sobre supierna izquierda. Ambos están forra­dos de plata. Viste la madre túnica ymanto, y éste, con cenefa de pedre­ría, cubte los hombros, los brazos, lapierna derecha y parte de la iz­quierda, y desde el pie derecho subeen diagonal hasta la rodilla opuestadibujando pliegues quebrados en án­gulos y contraángulos. Un velo cubrela cabeza y le enmarca el rostro, lacorona es postiza. En su mano de­recha lleva el lirio, símbolo de la vir­ginidad, y con la izquierda sostiene alNiño. Su rostro es ovalado y son­riente de finas facciones y de granbelleza. El Niño presenta el torso defrente y las piernas de perfil apoya­das sobre el manto materno, viste tú­nica y manto, con la mano derechasostiene la bola del mundo, mientrasque con la izquierda señala el libroabierto del Evangelio.

Se trata de un prototipo marianode estilo plenamente gótico muydifundido en la segunda mitad delsiglo XIII . Esta imagen sería realizadaen los talleres locales y alcanzó talfama, que su tipología fue imitada enalgunas imágenes de localidadescercanas a Sangüesa. Un manus­crito anónimo de finales del siglo­XVIII, al hablar de esta Virgen, pre­

cisa: «La menor de sus preciosidadeses el ser de plata, y la mayor perfec­ción de su rostro que infunde res­peto y amor a cuantos la miran».

Las gentes del pasado valoraronsobremanera las indulgencias; lossantuarios, iglesias y cofradías rivali­zaron por poseerlas, pues, además

de los fines religiosos, daban presti­gio. Así lo entendieron los cofradessangüesinos consiguiendo indulgen­cias perpetuas para ellos, y tempo­rales para los no cofrades, de los pa­pas Urbano VIII y Clemente VIII en1531 y en 1599 respectivamente.

Durante el siglo XVII alcanzó estaimagen un privilegio especial: el ir bajopalio en las procesiones. A pesar dela autorización episcopal, algunosparroquianos de Santiago y de SanSalvador protestaron, y una ordenemanada de la Curia de 1650 ordenóque nadie impidiese llevar bajo palioa la Virgen, según costumbre, en laprocesión del díade la Asunción, bajopena de excomunión mayor y otrasde tipo pecuniario.

Entre los numerosos regalos que a .esta imagen le han hecho sus devo­tos destacamos el ofrecido por Isi­doro Gil de Jaz. Fue este sangüesinodel Consejo Supremo de Navarra,presidente de la Real Chancillería deGranada, Regente de la AudienciadeOviedo y del Consejo de Su Majes­tad y de Castilla. Por una cláusula desu testamento dejó al Patronato deSanta María una cadena de oro consu medalla para adorno de esta Vir­gen y ser lucida en las funciones mássolemnes. Esta cadena de ocho on­zas de peso, que había sido regaladaa un tío del donante, don Martín deJaz, por el emperador Leopoldo deAustria, la recibió la parroquia en1764. Al incautarse el Gobierno degran parte de la plata de las iglesiasen 1835, desapareció esta joya, asícomo una magnífica corona. Otrogran devoto y sangüesino, José Ja­vier Rodríguez de Arellano, arzo­bispo de Burgos, le obsequió, en elúltimo cuarto del siglo XVIII, con unprecioso manto de tela de plata conflores de oro, que vino a sumarse atos que en gran número poseía. El díadel estreno de la prenda celebrá­ronse cultos solemnísimos.

Leyendas y milagros. Como lamayoría de las advocaciones maria­nas, también esta de Rocamadortiene sus leyendas y sucesos mila­grosos. Una de ellas es la del caba­llero Roque Amador. La legendariahistoria tiene, como es normal, variasversiones. Por la tendencia del pue­blo a atribuir «al tiempo de los mo­ros» todo suceso antiguo, hay quiencentra el episodio en tiempos de Ab­derramán «cuando el rey moro entróen Nájera y envió sus ejércitos poresta tierra». Avanzando en el tiempo,hay quien asegura que tuvo lugar du­rante las guerras que los navarrossostuvieron contra el reino de Ara­gón, y en la que activamente parti­cipó Sangüesapor ser frontera. Otros

La leyenda del caballero en una vidñera de Santa Maña deSangüesa.

aseguranque su protagonista fue jefede las tropas aragonesas, enviadaspor don Juan 11 contra los beamon­teses el año 1469; finalmente otros lohacen caudillo beamontés, capitán delPríncipe de Viana, en guerra contraJuan 11 de Aragón.

Reproducimos la versión de finalesdel siglo XIX del sacerdote sangüe­sino Eladio Navarro, versión en ex­tremo popular, sin nombres ni fe­chas. «Un personaje de cuenta veníaperseguido por sus enemigos entiempos en que no se habían inven­tado las armas de fuego y usaban delanzas. El caballeroentró en el puentepara huir del enemigo, pero ya es­taba tomado el otro extremo por susadversarios. Al verse rodeado enmedio del puente, invocó este caba­llero la protección de la SantísimaVirgen de Rocamador, haciéndolocon tanta fe y devoción, que se tirócon el caballo desde lo más alto delpuente, y cayendo a lo profundo delrío Aragón salió con su caballo ríoarriba ileso, dejando burlados a susenemigos».

Esta otra versión recoge lo dichopor el padre Clavería y Miguel Ancil yfue escrita, en nuestros días, porJosé María Jimeno Jurío. «RoqueAmador, capitán de un escuadrón delos ejércitos de don Carlos de Viana,estuvo presente en la desdichadabatalla celebrada en los campos deAibar en octubre de 1451. Tras la de­rrota de las tropas de don Carlos y dela prisión del Príncipe, decidió Roqueregresar a su casa de Sangüesa.Sospechándolo el rey de Aragón, or­denó poner guardia junto al puente,situando una compañía de infantesguardando la salida y la entrada. Eljoven capitán entró en el puente ca­balgando en su caballo sin sospe­char la celada. Ocupó el enemigo laentrada, persiguiendo al caballero apaso de carga y enhiestas las lanzas,mientras por el otro extremo entrabaa galope la guardia. Los cabos va-

ceaban al fugitivo: ¡Rendíos! y lossoldados gritaban: ¡Matadlo!

Viéndose asediado, armándose devalor y poniendo su salvación en laVirgen, exclamó Roque, al tiempoque se lanzaba con su caballo desdelo más alto del puente: iVirgen deRocamador, salvádmel Las aguas delAragón, que van por allí profundas,sirvieron de feliz manto al caballero,ocultándolo al enemigo. Salió ríoarriba, hacia Bayacua, y logrando lle­gar incólume por cañadas y sende­ros hasta la villa de Lumbier, refu­gióse en casa de unos parientes».

Un cuadro al óleo de la capilla deLa Piedad, en Santa María, recuerdaeste suceso. Aparece al antiguopuente de siete arcos y en su mitadel caballero acosado por los enemi­gos provistos de lanzas, yaguasarriba del río salvado milagrosa­mente. A la derecha, en alto, da gra­cias piadosamente, ante el altar deNuestra Señora. La imagen está co­bijada en un baldaquino barroco concolumnas salomónicas, viste sus me­jores galas y la acompañan dos án­geles portacandelabros.

En una preciosa tarja inferior, conadornos de rocalla, escribieron: ESTRADITIONE PERANTIQUA MU­NITA VETUSTO LAPIDE PONTIS. Deuna tradición muy antigua reflejada enuna vetusta piedra del puente. Hacealusión a una piedra labrada que es­tuvo colocada en la mitad del puenterepresentando al caballero y a la Vir­gen, solamente esta última se con­serva en la parroquia. Otra tarja en loalto del cuadro recuerda al citado ar­zobispo, ilustre benefactor de la igle­sia.

Los siguientes relatos fueron es­critos por el testigo, Eladio Navarro,sacerdote, en honor de Nuestra Se­ñora; dos de ellos se refieren al cas­tigo de los profanadores del temploparroquial de Santa María utilizadocomo fuerte liberal durante la Pri­mera Guerra Carlista. «Hallándose laiglesia ocupada como fuerte por lastropas del Gobierno de Madrid en laguerra civil, en uno de los años de1837 a 1840, habiéndose trasladadoal exconvento de San Francisco deesta ciudad la sagrada imagen deNuestra Señora de Rocamador, asicomo lo perteneciente al culto divino,sucedió que en cierto día un sar­gento empezó a tañer la guitarracerca del altar mayor, y no contentocon esto tuvo el atrevimiento de su­bir encima del sagrario y colocarse enel mismo nicho o trono de NuestraSeñora de Rocamador, y tañendo laguitarra, quedó muerto de repente enel mismo nicho de la Virgen».

Manifiesta el clérigo que tenía diez

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Leyenda del caballero Roque Amador. Santa Maria de Sangüesa.

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años y recuerda que la esposa delgobemador de la plaza, con quienestenían relaciones de comercio suspadres, vino a su casa contando elsuceso que impresionó vivamente ala ciudad; el testigo vio pasar el ca­dáver cuando lo llevaban al hospitalmilitar.

«Antes que las tropas del gobiemoocupasen el fuerte de Santa María lohicieron los paisanos llamados nacio­nales, y su principal jefe Learte murióde repente, hallarídolo cadávercuando la sirvienta entró en su habi­tación a la mañana a darle el desa­yuno. Todos los demás, en su ma­yoría, murieron sin hacerse ancianos,y uno de ellos quedó ciego en la igle­sia y murió ciego, después de algu­nos años pidiendo limosnas».

Hacia el año 1870 un niño inocentede siete a ocho años de edad, pocomás o menos, venía del campo solo,

y de repente vio una paloma que ledijo era el alma de su abuela, que ha­bía ofrecido una misa a la Virgen deRocamador y que no se había cele­brado. El niño contó emocionado asus padres lo ocurrido, y luego sepropagó la noticia, siendo comisio­nado para celebrar la misa, al día sio­guiente, el que suscribe, llenándosela iglesia de gente y asistiendo elmismo niño e interesados suyos. Elnombre del niño Manuel Carlos.

Terminamos incluyendo unos ver­sos populares del sangüesino JoséClemente Quintana, dedicados a laVirgen a finales del siglo XVIII.

«Virgen de Rocamador,que es la Asunción soberana,su imagen está en el altartoda cubierta de plata,con su corona imperialde oro, piedras y esmeraldas.»