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EL DESARROLLO DE LA LECTOESCRITURA Y LASMATEMÁTICAS.DIFICULTADES Y TRASTORNOS.
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Curso de Especialista Universitario
en Educación Especial: Pedagogía Terapéutica.
Madrid.
Estela D’Angelo
MÓDULO 7:
EL DESARROLLO DE LA LECTOESCRITURA Y LAS
MATEMÁTICAS.DIFICULTADES Y TRASTORNOS.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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I.- PRESENTACIÓN DEL MÓDULO
El módulo sobre “El Desarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas.
Dificultades y Trastornos” versa sobre los problemas de aprendizaje (PA) relacionados
con ambos ámbitos.
Se puede observar como los problemas y trastornos que afectan a la
lectoescritura y las matemáticas se han enfocado de diferentes modos, hasta llegar a los
planteamientos predominantes en la actualidad. En este módulo se enfoca esta
problemática como un conjunto heterogéneo y complejo de elementos influyentes que
implican, por tanto, diversas capacidades en el alumno.
De esta forma, tanto la evaluación, como el tratamiento de los PA relacionados
con la lectoescritura y las matemáticas exigen una visión global y sistémica, que evite
apoyarse en una postura reduccionista. Contemplar desde los problemas visoespaciales,
hasta el uso de distintos procesos que llevan a la comprensión de la lectura, escritura y
matemáticas, pasando por el análisis de los procesos de codificación y decodificación de
textos escritos, la comprensión de la lectura y la escritura, es determinante en el trabajo
con los problemas de aprendizaje.
Cada uno de estos apartados ha sido desgranado en las unidades que siguen, si
bien esta división se debe más a facilitar el estudio y profundización de los mismos que
a una separación efectiva de los procesos.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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II.- ÍNDICE GENERAL DEL MÓDULO
I.-PRESENTACION DEL MODULO...............................................................................2
II.-ÍNDICE GENERAL DEL MODULO ..........................................................................3
III.- UNIDADES DIDÁCTICAS.......................................................................................5
UNIDAD DIDÁCTICA 1.- Problemas en el aprendizaje de la lectura y
la escritura (1): relacionados con el reconocimiento de palabras.........................5
1.- Problemas de aprendizaje (PA) y reconocimiento de palabras ......................16
1.1.- ¿Qué problemas de aprendizaje presentan los alumnos en relación
con el reconocimiento de palabras?......................................................21
2.- Clasificación de los PA relacionados con el reconocimiento de palabras .....23
UNIDAD DIDÁCTICA 2.- Problemas en el aprendizaje de la lectura
y la escritura (2): relacionados con el reconocimiento de palabras .....................37
1.- Diagnóstico y actuación en los PA con el reconocimiento de palabras .........42
2.- La evaluación de alumnos con PA en la lectura y la escritura.......................51
3.- Intervención en alumnos con PA en la lectura y la escritura .........................60
UNIDAD DIDÁCTICA 3.- Problemas en el aprendizaje de La lectura
y la escritura (3): relacionados con los procesos de composición escrita ...........79
1.- Los problemas de aprendizaje en los procesos de composición escrita ........83
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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2.- Evaluación de los procesos de escritura: detección de
problemas de aprendizaje...............................................................................96
3.- Mejora de las estrategias de escritura: caracterización de los procesos de
interacción educativa ....................................................................................100
UNIDAD DIDÁCTICA 4.- Problemas en el aprendizaje de La lectura
y la escritura (4): relacionados con la comprensión lectora.............................116
1.- Interrelación de factores implicados en la comprensión lectora ................122
2.- Evaluación de los problemas de comprensión lectora................................138
3.- Mejora de los procesos de comprensión lectora.........................................142
UNIDAD DIDÁCTICA 5.- Problemas en el aprendizaje de las matemáticas ............150
1.- Conceptualización de los problemas de aprendizaje de las matemáticas....154
1.1.- Algunas cuestiones terminológicas .............................................157
1.2.- Factores que dificultan el aprendizaje de las matemáticas ..........159
1.3.- Componentes afectivos en el aprendizaje de
las matemáticas...........................................................................163
2.- Intervención y estrategias instruccionales ...................................................165
2.1.- Contextualizar el conocimiento matemático ...............................166
IV.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS SOBRE “EL DESARROLLO
DE LA LECTOESCRITURA Y LAS MATEMÁTICAS.
DIFICULADES Y TRASTORNOS” ....................................................................174
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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UNIDAD DIDÁCTICA 1:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE
DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA (1):
RELACIONADOS CON EL RECONOCIMIENTO
DE PALABRAS.
Estela D’Angelo.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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ÍNDICE DE LA UNIDAD 1:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA Y
LA ESCRITURA (1): RELACIONADOS CON EL
RECONOCIMIENTO DE PALABRAS.
RESUMEN DE LA UNIDAD 1....................................................................................8
DESARROLLO DE LA UNIDAD 1 ............................................................................9
1.- Los problemas de aprendizaje en los procesos de lectura
y escritura (1)..........................................................................................................16
1.1.- ¿Qué problemas de aprendizaje presentan los alumnos en relación con el
reconocimiento de palabras? ......................................................................21
2.- Clasificación de los problemas de aprendizaje relacionados con el
reconocimiento de palabras ....................................................................................23
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 1 ................................................................32
CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 1 .....................................33
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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BIBLIOGRAFÍA DE AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 1 .........................................35
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 1 .....................................................36
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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RESUMEN DE LA UNIDAD 1
Leer y escribir supone un acto complejo que implica el desarrollo de multitud de
capacidades relacionadas con el dominio del principio alfabético. Contemplando la
decodificación del lenguaje, una interpretación correcta de los sonidos de la lengua con
relación a marcas gráficas que convencionalmente representan a los fonemas, la
evaluación de los actos de lectura y escritura puede ser imprecisa, también ha de
contemplarse otra serie de factores influyentes entre los que se destaca la comprensión.
Pero aún así no es suficiente la evaluación puntual de las capacidades
intervinientes en lectura y escritura, pues podemos encontrarnos con dificultades que
son producto de un acceso al código escrito, es decir, errores propios del desarrollo
evolutivo de los niños, y no que no deben contemplarse como PA propiamente dichos.
En esta unidad se encontrarán diversas clasificaciones en función de los PA de
los alumnos, hablaremos por tanto, de sujetos disléxicos, sujetos variedad jardín, sujetos
con problemas en la comprensión y sujetos hiperléxicos, así como de sus características
y subtipos.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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DESARROLLO DE LA UNIDAD 1
Se aborda esta unidad didáctica asumiendo que leer y escribir, tal como se
expresó anteriormente, constituyen actos que requieren el desarrollo de un amplio
conjunto de capacidades, por tanto, se considera que los PA en este campo se relacionan
con las distintas dimensiones de cada una de dichas capacidades, y en cómo influyen
unas en el desarrollo de las otras.
Dentro del conjunto de PA detectados en el desarrollo de la función verbal, las
dificultades específicas en la lectura son las que más interés han suscitado a los
investigadores especializados y al público en general a cuenta, en este último caso, del
amplio número de polémicas que rodean este tema.
Si bien se registra que las dificultades en la lectura constituyen los PA más
comunes (representan el 80% de los PA en general, siguiendo las fuentes que aporta la
APA, 1995), la bibliografía especializada refleja la incertidumbre que existe respecto a
delimitar la población a la que cabe considerar con PA en la lectura y la escritura, así
como, de cuáles son sus manifestaciones nucleares o, incluso, su naturaleza. Hasta hace
unos años, la mayor parte de las investigaciones sobre estos problemas se han centrado,
casi exclusivamente, en las dificultades para adquirir el código alfabético y/o lograr una
escritura con una grafía precisa.
Este panorama ha provocado, entre otras cuestiones, que los PA relacionados
con la comprensión estuvieran menos estudiados que los relacionados con el
descubrimiento del principio alfabético. Hecho que ha estado en directa relación con los
modelos lingüísticos que consideran la adquisición del código alfabético como
condicionante de la comprensión del texto escrito y, por ende, la principal causa de los
problemas lectores: la mayoría de los autores que han profundizado en los PA en la
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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lectura coinciden en considerar imprescindible el reconocimiento del principio
alfabético para la formación de lectores expertos. Sin embargo, este señalamiento se
desmonta ante la existencia de alumnos que decodifican correctamente y, sin embargo,
no pueden construir el significado del discurso textual que acaban de “leer”
(decodificar).
Este entrecruzamiento, por lo menos confuso y simplista, generó consecuencias
en la actuación del profesorado, bien en la determinación de los aspectos lingüísticos a
evaluar, bien en la determinación de las estrategias que se requieren desarrollar para el
avance de determinadas capacidades. Por ejemplo, la afirmación “este niño no escribe
bien”, refiriéndose al deficiente trazo de la grafía, minimiza y pone sombra sobre la
complejidad y profundidad de las estrategias que comprende el acto de escribir.
Del mismo modo, a un alumno se le adjudica una deficiente comprensión lectora
cuando en realidad todavía no es hábil manejando el principio alfabético. Si a este
hecho le añadimos el papel importantísimo que juegan las emociones cuando se le pide
leer en voz alta con el objetivo casi único de ser evaluado, esta comprensión decae.
Evidentemente, si se concibe el proceso de lectura y escritura con marcado
reduccionismo, es decir, como una interpretación correcta de los sonidos de la lengua
con relación a marcas gráficas que convencionalmente representan a los fonemas, la
evaluación de los actos de lectura y escritura puede ser imprecisa. En este contexto es
importante centrarse en la complejidad de los procesamientos que requieren la lectura y
la escritura. Cuando un niño está aprendiendo a leer y a escribir los recursos de los
cuales dispone, como procesador de la información, están distribuidos en tareas de muy
diversa índole. Tan sólo la decodificación alfabética de la letra, o del fonema o de la
sílaba y la síntesis de las unidades sublexicales, exige una gran cantidad de recursos
cognitivos. Cabe pensar qué margen queda para la comprensión y la posibilidad de darle
coherencia, de forma ajustada al contexto con sus respectivos interlocutores, a los textos
que se lean y se escriban.
Asimismo, también es importante adjudicarle el poder de la duda a los datos
estadísticos relacionados con los problemas en el tratamiento del sistema de escritura
sin tener en cuenta las características del mismo: por ejemplo, en inglés existen mil
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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doscientas formas de representar cuarenta fonemas utilizando diferentes combinaciones
de letras (grafemas) mientras otros sistemas menos ambiguos, con el mismo grupo de
letras escritas representan casi siempre un mismo sonido único, como es el caso del
italiano que con treinta y tres grafemas es suficiente para representar veinticinco
fonemas. En castellano, las sílabas no son representadas en la escritura: una sola sílaba
puede tener entre uno y cinco fonemas, y no hay procedimientos suficientemente
simples, por ejemplo, para que el niño pueda anticipar el número de letras que debe
agrupar a fin de llegar a formar las sílabas de la palabra que intenta leer sin tomar en
cuenta otras informaciones que no sean las letras mismas y, por supuesto, sin saber cuál
es la palabra que está escrita.
Como bien señala Conte (1993), los investigadores que han trabajado en el
campo de los PA se han centrado más bien en las dificultades que en el aprendizaje, lo
cual ha dado lugar a la aparición constante de nuevas dificultades específicas, mientras
que son bien pocos los autores que hablan del aprendizaje, sus procesos, sus
mecanismos, de acuerdo con una teoría.
Explicaciones provenientes del campo de la psicología cognitiva agrupan los
procesos de lectura en función de su grado de automatización: se considera que existen
unos procesos de bajo nivel o automáticos y procesos superiores o controlados. Se parte
de considerar que un proceso es automático cuando se ejecuta sin afectar a otra
actividad cognitiva que el sujeto esté realizando en paralelo y que, por el contrario, los
controlados necesitan y consumen recursos atencionales. De ahí que, para llegar a la
meta de construir el significado del texto, la decodificación que requiere el
reconocimiento y comprensión de las palabras escritas, o su codificación en la escritura,
deban estar automatizadas en los sujetos expertos para poder dedicar todos los recursos
cognitivos a la comprensión y expresión escrita. Estos procesos no son simétricos: lo
específico de la lectura es la identificación de palabras (Crowder, 1985) aunque no es
una condición suficiente para una lectura competente, es decir, si bien los procesos de
decodificación pueden darse sin necesidad de los de comprensión, la situación contraria
difícilmente podría darse. Desde esta perspectiva, Aaron y Simurdak (1991) sugieren
tres tipos de dificultades respecto a la lectura:
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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� Alumnos con malas habilidades de decodificación pero adecuadas en comprensión
(PA específicas de la lectura o dislexia).
� Alumnos con adecuada decodificación pero deficientes habilidades de compresión
(PA de la lectura no específicas).
� Alumnos con deficiencias en decodificación y comprensión (PA de la lectura
generalizada).
Sánchez y Martínez (2000) plantean la necesidad de definir de quién se habla
cuando se emplea la expresión "problemas en el aprendizaje en la lectura". Este equipo
de investigación estableció diferencias entre grupos de alumnos con PA en este campo
atendiendo a las distinciones en el logro de las principales capacidades implicadas en
los actos de lectura: reconocimiento de palabras, comprensión oral y comprensión
escrita (atendiendo al planteamiento de vía fonológica y vía ortográfica):
Reconocimiento
Palabras
Comprensión Oral Comprensión
Escrita
Disléxicos - + -
Variedad Jardín - - -
Problemas en la
Comprensión
+ - -
Hiperléxicos + - -
Tabla 1.1.
Atendiendo este análisis, los sujetos disléxicos son normales en la comprensión
oral, deficitarios en el reconocimiento de las palabras escritas y, como consecuencia de
lo anterior, con problemas en la comprensión de los textos. Los sujetos de la variedad
jardín tendrían dificultades en las tres áreas, mientras que los sujetos hiperléxicos y de
pobre comprensión serían el contrapunto de los disléxicos: buenos en el reconocimiento
de las palabras y con deficiencias en la comprensión oral y escrita.
Con respecto a los problemas de escritura se encuentra una panorámica parecida:
sujetos con una buena capacidad de expresión oral pero con serias dificultades para
escribir palabras (disgrafía: exceptuando aquellos sujetos que se encuentran en una
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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etapa más primitiva del proceso de conceptualización del principio alfabético; alumnos
que se expresan oralmente con dificultad y escriben también deficitariamente las
palabras, y sujetos que escriben bien las palabras pero se expresan mal.
Ahora bien, ¿qué aspectos están implicados en el reconocimiento de las
palabras?
En un primer grupo están los sujetos cuyos problemas residen casi
exclusivamente en las operaciones implicadas en el reconocimiento de las palabras.
Estos alumnos pueden comprender una explicación oral, cuestión que no se mantiene
ante un texto escrito que exprese los mismos contenidos. Podrían comprender lo que
leen si decodificaran las palabras correctamente (Stanovich, 1989, citado por Sánchez y
Martínez, 2000). A este subgrupo de alumnos lo denominan disléxico o con dificultades
específicas en el aprendizaje de la lectura.
SUB-GRUPO DISLÉXICO
♦ Alumnos con problemas, casi
exclusivamente, en las
operaciones implicadas en el
reconocimiento de las palabras
(dificultades para resolver el
principio alfabético).
� Reconocimiento de las palabras escritas con
dificultad.
� Deficitaria comprensión de los textos
escritos.
� Buena comprensión de la explicación oral
del texto escrito.
♦ Dificultades específicas en el
aprendizaje de la lectura.
♦ Podrían comprender lo que leen si
decodificaran el código alfabético.
Tabla 1.2.
Un segundo grupo de alumnos con dificultades en la lectura está constituido por
alumnos que leen (decodifican) bien las palabras pero muestran serias dificultades para
comprender su significado. Esos alumnos tienen dificultades para integrar las distintas
ideas del texto entre sí en un todo coherente, para integrar los contenidos del texto en
sus conocimientos y/o para regular por sí mismos el curso de la lectura. Un caso
extremo de este tipo de problemas lo constituyen los alumnos hiperléxicos: tienen una
pobre capacidad intelectual general pero leen (decodifican) correctamente las palabras
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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escritas, si bien no comprenden lo que leen ni una explicación oral compleja (Aram y
otros, 1984 citado por Sánchez y Martínez, 2000).
SUB-GRUPO HIPERLÉXICO
♦ Alumnos que leen (decodifican)
bien las palabras, sin embargo
muestran serias dificultades para
comprender el texto que han leído
(pobre capacidad intelectual).
� Correcta dominio del principio alfabético.
� Deficitaria comprensión del texto escrito.
� Deficitaria comprensión de la explicación
oral del texto escrito.
♦ Dificultades para integrar:
- las distintas ideas del texto entre sí en un todo coherente;
- los contenidos del texto en sus conocimientos
- y para regular por sí mismos el curso de la lectura.
Tabla 1.3.
Por último, identifican un tercer grupo de alumnos. Se trata de los que leen
(decodifican) mal las palabras y además tienen problemas tanto en la comprensión oral
como en la escrita. Son los malos lectores de la variedad jardín (Gough y Tunmer,
1986; Stanovich y Siegel, 1994 citado por Sánchez y Martínez, 2000 ). Estos alumnos
tendrían problemas de comprensión incluso aunque leyeran bien las palabras.
SUB-GRUPO VARIEDAD JARDÍN
Alumnos que leen mal las palabras y tienen
problemas en los procesos de comprensión, tanto
oral como escrita.
� Deficitaria lectura de palabras.
� Deficitaria comprensión oral y
escrita.
Tendrían problemas de comprensión incluso aunque decodificaran bien las palabras.
Tabla 1.4.
Por último, identifican un tercer grupo de alumnos. Se trata de los que leen
(decodifican) mal las palabras y además tienen problemas tanto en la comprensión oral
como en la escrita. Son los malos lectores de la variedad jardín (Gough y Tunmer,
1986; Stanovich y Siegel, 1994 citado por Sánchez y Martínez, 2000 ). Estos alumnos
tendrían problemas de comprensión incluso aunque leyeran bien las palabras.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Numerosos trabajos coinciden en observar, más allá de los nombres de las
clasificaciones organizadas, que el grupo disléxico coincide con los de la variedad
jardín en que ambos grupos no difieren en los procesos implicados en el reconocimiento
de las palabras. Así pues, ambos grupos tienen los mismos problemas en la lectura de la
palabras y por las mismas razones (Permington et al, 1992; Rispens et al, 1991;
Shaywitz et al, 1992; Stanovich, 1993; Stanovich y Siegel, 1994; Fletcher et al, 1989,
1992, 1994). Esto no quiere decir que sean iguales en todo, pues en otras variables,
como la comprensión oral, tienen diferentes logros. Siguiendo a Stanovich, se podría
decir que ambos grupos son iguales en lo específico (la lectura de palabras), pero
diferentes en lo general.
Dentro de lo que en un sentido amplio entendemos por lectura, podemos
distinguir dos tipos de operaciones: el reconocimiento de palabra y la comprensión.
Las dificultades en el aprendizaje pueden afectar a ambos tipos de operaciones
(sujetos de la variedad jardín) o a una sola de ellas, en cuyo caso podemos diferenciar
dos problemas muy distintos: disléxicos (reconocen mal pero pueden comprender) y
sujetos con problemas de comprensión (reconocen bien pero no comprenden). Un caso
extremo de esto último lo constituyen los sujetos hiperléxicos.
Reservamos la expresión dificultades específicas para los sujetos que tienen
dificultades en el reconocimiento de las palabras. Y aquí el caso más específico lo
constituyen los sujetos disléxicos, si bien es inevitable y necesario referirse también a
los otros sujetos que tienen problemas en el reconocimiento de las palabras: los sujetos
de la variedad jardín. Es importante destacar que el número de alumnos que pueden
acogerse a esta categoría no supera el 5% de la población escolarizada.
Dentro del reconocimiento de las palabras se diferencian dos operaciones: la vía
fonológica y la vía léxica, contando que se pueden mostrar problemas en una o en las
dos operaciones.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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1.- Problemas de aprendizaje a y reconocimiento de palabras.
Desde finales del siglo pasado, momento en el que se inicia la identificación y
descripción de dificultades en el aprendizaje de la lectura y la escritura, llamó la
atención el hecho de que el fracaso en estos aprendizajes (principalmente con relación al
logro de la codificación del principio alfabético) se producía también en niños que
daban muestras de poseer un buen potencial intelectual, es decir, cuestión que hoy se
denomina "discrepancia". Esta idea ha sido incorporada en la práctica totalidad de las
definiciones sobre dificultades específicas en el aprendizaje de la lectura y escritura
(dislexia evolutiva). Así, en el caso de los sujetos con una dificultad específica, se
entiende que además de presentar un retraso importante en la lectura deben dar muestras
de un buen potencial cognitivo (asumiendo siempre que ha tenido una adecuada
oportunidad para aprender).
Al operar con este criterio, se introduce una separación entre niños que leen mal
con un CI normal (sujetos disléxicos) y niños que leen mal con un CI bajo (sujetos
denominados de la variedad jardín). Un niño que no aprende a leer pero que presenta
un cierto grado de retraso intelectual, no llama la atención de nadie, pues se tiende a
atribuir sus dificultades lectoras a escaso potencial cognitivo. Además, los primeros
trabajos epidemiológicos, hoy ya clásicos, como los de Rutter y Yule (1976) dieron
cobertura empírica a estas intuiciones. Desgraciadamente para esta posición, las
evidencias y argumentos acumulados estos últimos años le son cada vez menos
favorables, como ya se ha visto en otras unidades. El más simple de entender es la mera
existencia de sujetos hiperléxicos (niños que, aunque tienen un Cl inferior a 70, pueden
aprender a leer con fluidez).
Cabe preguntar, entonces, cómo abordar la creencia de que un bajo CI puede
explicar por sí mismo que los alumnos no lean (decodifiquen) bien. Nadie duda,
evidentemente, que ambos tipos de capacidades, las que subyacen a la noción de CI y
las implicadas en reconocer palabras, tienden a ir juntas pero no son interdependientes.
Por tanto, bastaría con encontrar un solo niño que a pesar de disponer de un bajo CI
exhiba una buena capacidad para reconocer palabras, para concluir que estas dos
capacidades están relativamente disociadas y puede darse la una sin la otra. Sánchez y
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Martínez (2000) se preguntan, entonces, si se debe renunciar a emplear la categoría de
dislexia o retraso específico como opuesto al retraso generalizado o variedad jardín.
Consideran que la respuesta está condicionada. Si se trata de caracterizar globalmente
los problemas, parece relevante conocer las posibilidades globales del sujeto y en ese
caso, hay que recoger de algún modo que los dos grupos son diferentes en muchos
aspectos que son de interés para su futuro escolar y personal. Y si se trata de explicar los
problemas específicos de la lectura, lo importante es constatar un retraso en el
aprendizaje de la lectura y una descripción de los procesos alterados y no tanto si a ese
retraso en la lectura le acompaña o no otro más general.
De modo que, con muy buen criterio y poder de clarificación, Sánchez y
Martínez (2000) muestran que:
� Aunque la inteligencia tal y como es medida por el Cl tiende a coincidir
estadísticamente con el rendimiento en la lectura, ambas capacidades pueden
disociarse, tal y como lo ponen de relieve, por ejemplo, los alumnos que no son
inteligentes pero aprenden a leer (hiperléxicos) o los que siéndolo fracasan
(disléxicos).
� Es cuestionable suponer que los alumnos con un CI bajo (al menos en la franja 85-
70) que leen mal (dos años por debajo de su nivel escolar), tienen esos problemas
debidos a su bajo CI.
� Los sujetos que leen mal con un CI alto (disléxicos) presentan los mismos
problemas respecto de la lectura que los que leen mal con un CI bajo, si bien y como
resultará obvio, son distintos en el resto de las capacidades.
El término dislexia se aplica a aquellos niños que manifiestan problemas en el
aprendizaje del acceso léxico, reconocimiento de las palabras o decodificación. Es el
nombre con el que se denomina actualmente un síndrome que ha recibido con
anterioridad toda una pluralidad de términos: ceguera verbal congénita, ceguera verbal
familiar, amnesia visual verbal, analfabetismo parcial, bradilexia constitucional,
psicolexia, tifolexia congénita, dislexia congénita, simboloambliopía congénita, retardo
primario de la lectura, dislexia específica, discapacidad específica de la lectura y
estrefosimbolia (Hynd y Cohen, 1987).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Este término, fue introducido por el profesor Berlín, un oftalmólogo de la
Universidad de Stuttgart en Alemania, para describir a un grupo de pacientes que
mostraban una gran dificultad para la lectura como consecuencia de un daño
neurológico (dislexia adquirida). También Broadbent una década antes había descrito un
trastorno similar, determinándolo “ceguera para las palabras” (Richardson, 1992).
Fueron los médicos Morgan y Bastian a finales del siglo pasado los primeros en
informar de dos casos de ceguera para las palabras en niños (dislexia del desarrollo).
Ambos consideraban que esta discapacidad para la lectura era debida a un déficit en el
desarrollo de la circunvolución angular izquierda, y ya señalaron la similitud entre sus
casos y los de dislexia por daño encefálico (dislexia adquirida) descritos por
Hinshelwood en la misma époc. Estas observaciones constituyeron el primer
fundamento para la hipótesis de una base neurológica en los niños con problemas para
el aprendizaje de la lectura. El término que se escogió inicialmente fue el de ceguera
congénita para las palabras, dando por supuesto que el fenómeno estaba ya presente
desde el nacimiento.
Entre 1925 y 1940 el neuropsiquiatra Samuel Orton estudió a unos 3.000 niños
con problemas de lectura, escritura y lenguaje oral, sorprendiéndose de los errores latero
espaciales cometidos en la escritura y de la alta frecuencia de dominancia mixta de ojo,
mano, pie. Entonces acuñó el término estrefosimbolia e indicó que el origen de este
problema era una lateralización defectuosa del lenguaje. Entre las décadas de los años
cincuenta y sesenta del siglo pasado, se enfatizaron los aspectos conductuales de la
lectura, situando el origen de la dislexia en un retraso madurativo de las funciones
visoperceptivas y motoras (por ejemplo, percepción visual, lateralización, percepción
del ritmo...) como consecuencia de un daño y/o disfunción neurológica.
En los años ochenta el neurólogo McDonald Critchley acuñó el término dislexia
del desarrollo, defendiendo también la opinión de que representaba un síndrome
neurológico (Duane, 1988). En esta época se comienza a delimitar la dislexia como un
trastorno específico de aprendizaje de la lectoescritura, destacando en las primeras
definiciones el carácter inesperado de las dificultades con la lectura, es decir,
experimentan una dificultad que no es explicable por sus capacidades cognitivas
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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generales ni por otras razones, como una instrucción inadecuada, problemas sensoriales,
o problemas emocionales severos. Evidentemente, estas definiciones empleaban
conjuntamente criterios de discrepancia y de exclusión de todas las posibles causas de
los PA, como queda expresado en la definición propuesta por la Federación Mundial de
Neurología en 1968:
“La dislexia es un trastorno que se manifiesta como una dificultad para
aprender a leer a través de métodos convencionales de instrucción, a pesar de que
existe un nivel normal de inteligencia y adecuadas oportunidades socioculturales”
(en Thomson, 1992:23).
A pesar del uso y aceptación general de las definiciones de exclusión y
discrepancia, existe una serie de limitaciones asociadas a ellas. Posiblemente la
principal sea que proporcionan una definición basada más en lo que no es que en sus
características, dejando al profesional de la educación ante la frustrante situación de
tener que diagnosticar y tratar un trastorno sin unos síntomas claramente especificados
(Kamhi, 1992).
En un intento por superar estas limitaciones, surgen las definiciones por inclusión,
que han intentado delimitar las habilidades específicas y dificultades que caracterizan a
los alumnos con dislexia, llamadas variables señal (Keogh,1987). Estas definiciones por
inclusión han intentado especificar la naturaleza de los problemas de procesamiento del
lenguaje, incorporando los resultados de las investigaciones de los últimos años que han
convergido en encontrar que los disléxicos tienen dificultad en la ejecución de tareas
que requieren el procesamiento fonológico y los resultados de las investigaciones sobre
las manifestaciones evolutivas de la dislexia (Miranda Casas y otros, 2000):
“La dislexia es un trastorno del desarrollo del lenguaje cuya característica
definitoria es una dificultad en el procesamiento fonológico de la información
durante toda la vida. Esta dificultad implica la codificación, recuperación y uso
de códigos fonológicos en la memoria y también déficits en la conciencia
fonológica y en la producción del habla. Este trastorno, que es transmitido a
menudo genéticamente, está generalmente presente al nacimiento y persiste
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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durante toda al vida. Una característica importante de este trastorno son las
deficiencias en el lenguaje oral y escrito” (Kamhi, 1992:50).
Otros autores (Padget, Knight y Sawyer, 1996) han ofrecido una definición de
dislexia que engloba tanto las dificultades centrales que la caracterizan como los otros
problemas que a menudo coexisten con ella:
“Dislexia es un trastorno lingüístico del aprendizaje que es biológico en
origen y que interfiere ante todo la adquisición de la alfabetización escrita
(lectura, escritura, deletreo). La dislexia está caracterizada tanto por una pobre
habilidad en decodificación y deletreo como por un déficit en la conciencia y/o
manipulación fonológica. Estas características principales pueden concurrir con
dificultades del lenguaje hablado y con déficits en la memoria a corto plazo. Las
características secundarias pueden incluir una pobre comprensión lectora
(debida a los problemas de decodificación y memoria) y una expresión escrita
pobre, tanto como dificultades en organizar la información para el estudio y el
recuerdo” (Padget, Knight y Sawyer, 1996:55).
Diversas investigaciones longitudinales muestran una dislexia como un trastorno
crónico, con fuerte persistencia de las dificultades lectoras a largo plazo y con
consecuencias educativas que trascienden el aprendizaje lector. Así los jóvenes y
adolescentes con dificultades lectoras suelen no ser capaces de responder a las
exigencias escolares, evidenciándose una carencia de conocimientos con respecto a sus
compañeros sin dificultades, lo cual puede mermar seriamente sus aprendizajes futuros.
Sin embargo, es conveniente matizar que estas definiciones únicamente hacen
referencia a las dificultades del lenguaje, olvidando que existen evidencias empíricas de
que algunos disléxicos pueden presentar dificultades en los procesos visuales, en la
velocidad de procesamiento de estímulos no alfabéticos y en el procesamiento temporal
(Miranda Casas y otros, 2000).
Recientes estudios han señalado las manifestaciones de la dislexia a lo largo del
desarrollo. Durante los primeros años las dificultades del lenguaje oral, especialmente
las fonológicas, pueden ocasionar problemas lectores posteriores. De hecho, los
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
21
alumnos de educación infantil que han sido identificados como disléxicos, más tarde
presentan a menudo deficiencias en la velocidad de nombramiento, pobre memoria a
corto plazo y una pobre conciencia fonológica. Durante los años de escolaridad primaria
presentan grandes dificultades en la adquisición del reconocimiento de palabras, junto
con dificultades en el procesamiento fonológico.
En muchos casos, pueden presentar deficiencias en el lenguaje oral,
principalmente en la comprensión de oraciones complejas y en el relato de eventos e
historias. Durante la educación secundaria y al edad adulta continúan presentando
problemas lectores (Decker, 1989; Korhnen, 1991, 1995; Lefly y Pennington,1991;
Khami,1992; Maughan,1995). Se puede concebir que la dislexia se manifiesta de forma
más clara con el desarrollo. La Buda y Defries (1989) siguieron a un grupo de niños
disléxicos durante cinco años: durante este tiempo el retraso se incrementó de 15 meses
a 3-4 años por debajo de su edad cronológica, estando relacionado el progreso lector
con la inteligencia normal y la severidad del déficit inicial.
1.1.¿Qué problemas de aprendizaje presentan los alumnos en relación con el
reconocimiento de palabras?.
Si analizamos las producciones escritas de los alumnos o los textos que leen voz
alta se podrán observar algunos de los siguientes errores.
Un alumno puede escribir tarzo en lugar de trazo, lacasa en lugar de la casa o
exponer de forma inconexas sus recuerdos y pensamientos. También se podrán registrar
lecturas con titubeos, rectificaciones, silabeos (“bra...bra...zaaale...zale te”), y la pérdida
de contacto con la línea que están leyendo. También serán reiteradas la presencia de
evidencias de incomprensión cuando deben recordar, resumir u operar con lo que han
leído incluso en el caso de que la lectura haya sido correcta.
Muchos de estos errores se pueden incluir en el tipo de errores habituales, o por
lo menos comunes cuando inician el aprendizaje de la lectura y de la escritura, de ahí
que sólo cobren su verdadero sentido cuando perviven tras una experiencia escolar
prolongada. Es notorio, también, que en la mayor parte de los casos se aprecia una
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
22
notable irregularidad en las manifestaciones concretas: no siempre se omite la letra "r" o
se confunde la letra "b" y la "d"; y no siempre se equivocan en una determinada palabra.
Ahora bien, si analizamos muestras amplias del rendimiento de los alumnos, el tipo de
errores (inventarse una palabra, omitir, confundir, invertir algún sonido o letra) tiende a
mostrar cierta estabilidad y persistencia.
Los lectores y escritores que no dominan la decodificación se dedican tan
intensamente a la identificación de las letras y de las palabras que todos sus recursos
atencionales y emocionales se concentran en esta tarea, produciéndose una sobrecarga
en la memoria operativa y en la resolución emocional. Como los recursos cognitivos
son limitados la consecuencia es que los malos decodificadores olvidan el significado
de las palabras que aparecieron al principio, pierden el hilo conductor y no pueden
captar el significado global de las frases del texto.
Anderson, Híebert, Scott y Wilkinson (1985) ponen un ejemplo de lo que le
puede ocurrir a un lector principiante o a uno más mayor con dificultades lectoras al ir
leyendo, por ejemplo, esta frase: "Cuando María llegó al r, r, r, res, ta, resta.. oh!,
restaurante!". El desciframiento de la palabra “restaurante" requiere tantos intentos y
tanta atención que, cuando esta palabra se identifica, el recuerdo del principio de la
oración se ha desvanecido y, por lo tanto, impide que los procesos de comprensión
tengan lugar. En este caso, es claro que los problemas de comprensión se explican
simplemente por los problemas de decodificación.
La diversidad es, en todo caso, muy evidente, de ahí la necesidad de introducir
algún orden en este conglomerado de manifestaciones. Podemos, por ejemplo, agrupar
algunos errores como ortográficos, en el sentido de que no respetan las reglas de la
ortografía convencional (halubia/alubia). Otros, sin embargo, parecen afectar a reglas
más básicas que relacionan las "letras" y los “sonidos" (turneo/trueno), y parecen
intuitivamente más graves. Otros, tienen que ver con la fluidez. Y otros, por fin, con
procesos más globales como la calidad de la expresión o de la comprensión. Ahora bien,
el problema es determinar cuál de estas diversas manifestaciones es la más característica
y decisiva: quizás, ¿que no comprendan? ¿que se confundan con algunas letras y
grafemas? ¿que no tengan fluidez?
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
23
2. Clasificación de los problemas de aprendizaje relacionados con el reconocimiento de
palabras.
Hay una variabilidad extraordinaria entre los alumnos con dificultades en el
aprendizaje lector con buen nivel en la resolución cognitiva. Es suficiente comparar el
rendimiento en dos situaciones diferentes: mientras un niño puede leer palabras
familiares a una velocidad semejante a la de los sujetos normales (la mayoría de los
lectores normales tarda 750 milisegundos), difiere ostensiblemente del grupo normal en
la lectura de pseudopalabras. Si hacemos el mismo análisis con otro niño también
identificado como disléxico, la situación puede ser inversa a la anterior: lee las
pseudopalabras con una rapidez próxima a la de los sujetos normales pero difiere en la
lectura de las palabras.
¿Se puede considerar, entonces, que uno y el otro tienen el mismo problema? Tal
como ya se ha abordado en apartados anteriores, se puntualiza que es relativamente
antigua la indagación respecto a si hay o no subtipos de dislexia y, en el caso de que
haya, cuáles son. Los investigadores se han acercado a través de los años a la
interpretación de la dislexia desde dos modelos diferentes: el de la continuidad y el de la
discontinuidad.
MODELO CARACTERÍSTICAS
CONTINUIDAD
Supone que la dislexia es un síndrome unitario
basado en una dificultad de procesamiento de
carácter general:
� Visoesapcial o de visodireccionalidad.
� Lenguaje.
No hay subtipos diferentes: es una gran dimensión
en la que se consideran tan sólo las diferencias
individuales en la lectura.
DISCONTINUIDAD
Supone que la dislexia es una entidad heterogénea
compuesta por distintos subgrupos que manifiestan
diferentes deficiencias de lectura.
Tabla 1.5.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
24
La mayoría de las clasificaciones, centradas en buscar las causas en aspectos
ajenos al proceso lector, recogían al menos un subtipo con problemas de naturaleza
lingüística y otro con problemas visoespaciales. No en vano estas dimensiones han
aglutinado las líneas de investigación de las dos concepciones unitarias más
importantes.
En un momento en el que predominaban las concepciones unitarias sobre la
dislexia (modelo de la continuidad), dos autores con cierta experiencia clínica
(Kinsbourne y Warrington, 1963) llamaron la atención sobre el hecho de que los malos
lectores no constituían un grupo homogéneo y podían identificarse algunos subtipos
entre ellos (modelo de la discontinuidad). Este primer intento, como muchos de los que
le sucedieron, trataba de clasificar a los malos lectores en función de variables extraídas
de la sintomatología asociada, como por ejemplo, la discrepancia entre el CI verbal y
manipulativo, la presencia o ausencia de signos de retraso lingüístico, acalculia, etc.
La falta de resultados concluyentes de las investigaciones que en los años
siguientes trataron de demostrar que la causa de todas las dificultades lectoras residía en
algún aspecto del desarrollo lingüístico o perceptivo contribuyó a estimular el interés
por la idea de una población cognitivamente heterogénea. “La resolución de los
problemas relativos a la dislexia depende probablemente de nuestra identificación de
subgrupos específicos y tratarlos de forma diferente, en lugar de seguir considerando la
dislexia como un síndrome unitario” afirmaban Malathesa y Dougan (1982: 89).
Además, como argumenta Duane (1988), la confirmación de la existencia de subtipos
podía revelar que:
1) También hay pronósticos diferenciales;
2) Las características de los subtipos proporcionarían orientaciones para mejorar las
estrategias terapéuticas;
3) Los análisis prospectivos y retrospectivos de los subgrupos permitirían una
identificación precoz y más eficaz.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
25
En general el número de subtipos definidos ha oscilado entre 2 y 5. Suele variar
por razones metodológicas (dependiendo de las técnicas utilizadas): descripciones
clínicas, análisis de procesos cognitivos deficitarios, análisis factorial, manovas y
análisis de cluster preferentemente. También por la falta de coincidencia en las muestras
elegidas y tiempo de seguimiento. Sin embargo, en general, hay una gran similitud entre
los grupos descritos. La mayoría de los autores coinciden en que hay algún tipo de
perturbación auditivo-lingüística del lenguaje (dislexia fonológica) y algún tipo de
perturbación perceptivo-visual (dislexia visoespacial).
En este contexto, en la primera mitad de los años setenta, surgen dos
clasificaciones que si bien proceden de marcos teóricos independientes, tienen
importantes aspectos en común. Se trata de la clasificación de E. Boder y la de J.
Marshall y E. Newcombe. Estas dos clasificaciones comparten el hecho de que
establecen sus criterios clasificatorios en base a los errores cometidos durante los
procesos de lectura y de escritura.
La clasificación de Elena Boder (1970, 1973) nace vinculada a una visión clínica
de los trastornos evolutivos de lectura (en función de la ejecución de tests de lecto-
escritura).
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26
DISLÉXICOS DISFONÉTICOS
63%
DISLÉXICOS
DISEIDÉTICOS
9%
DISLÉXICOS
ALÉXICOS
22%
Deficiencia primaria en la integración
de letras y sonidos, y en la capacidad de
desarrollar la habilidad fonética. Por lo
tanto:
-Lectura global, identificando las
palabras como configuraciones o
gestalts.
-Incapacidad para descifrar las palabras
que no se encuentran en su vocabulario
visual.
-Inferencias a partir de los indicios
mínimos (la primera o última letra de la
palabra).
-Sustitución de palabras por otras
similares en significado pero diferentes
fonéticamente (sustituciones
semánticas; por ejemplo, mujer por
señora).
Deficiencia en la
capacidad para percibir
palabras completas
como gestalts. Por lo
tanto:
-Lectura fonética de
todas las palabras como
si se encontraran con
ellas por primera vez.
-Lentitud en la lectura
con tendencia a cometer
errores visuales.
Deficiencia
primaria, tanto en la
capacidad de
análisis fonético
como en la
capacidad de
percibir palabras
como gestalts.
Tabla 1.6.
La clasificación de Marshall y Newcombe (1973) lo hace con un enfoque
psicolingüístico basado en las rutas para leer las palabras, fonológica y ortográfica
Ambas coinciden también en diferenciar a groso modo dos grandes subtipos: la dislexia
fonológica (disfonética en los términos de Boder, 1979) y la dislexia de superficie
(diseidética en los términos de Boder, 1979), que sirven de contexto para incluir, uno
cada uno, los dos ejemplos referidos en el inicio de este apartado.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
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27
DISLEXIA FONOLÓGICA Niños que al leer o escribir presentan:
� Dificultades selectivas en la ruta
subléxica o fonológica (cometen
errores al asignar a cada grafema el
fonema correspondiente).
� Buen funcionamiento de la ruta
léxica.
En la mayoría de los casos, los problemas
se manifiestan en la escritura:disgrafía
fonológica.
Si compensan las dificultades con la vía
fonológica apoyándose en la vía léxica
puede dar lugar a la aparición del error de
sustituir palabras (por su parecido
ortográfico o por su coherencia con lo que
se está leyendo).
Las dificultades pueden aparecer bajo
formas diversas en la lectura de palabras
nuevas y pseudopalabras (porque a causa de
que son palabras desconocidas o sin sentido
no pueden procesarse por la ruta léxica),
mientras que son mejores los logros en la
lectura de palabras familiares.
Las dificultades dependerán de:
1) Los aspectos específicos de dicha ruta
que operen de forma ineficiente:
a) transformar o convertir letras en fonemas
(conversor grafema-fonema);
b) ensamblar los sonidos en una palabra
completa;
c) reconocer una palabra completa;
d) acceder al significado de una determinada
palabra en el caso de que se contara con ese
significado en la mente.
2) La estrategia adoptada durante la lectura.
Cuadro 1.7.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
28
En síntesis, los niños con dislexia fonológica muestran una dificultad selectiva
para operar mediante la ruta subléxica (decodificación grafema-fonema) durante la
lectura, presentando, no obstante, un funcionamiento aceptable mediante la ruta léxica.
Con frecuencia los problemas residen en el conversor y/o en el momento de ensamblar
los sonidos parciales en una palabra completa. Sus dificultades fundamentales residen
en la lectura de palabras no familiares, sílabas sin sentido o pseudopalabras, mostrando
una mejor actuación con las palabras familiares.
DISLEXIA DE SUPERFICIE
Niños que presentan:
� Dificultades en la ruta
léxica y tienen preservado, o
relativamente preservado, el
funcionamiento de la ruta
subléxica.
La mayoría de los niños
disléxicos de superficie son
disgráficos de superficie.
Afecta a la lectura de palabras irregulares (por
ejemplo, el inglés).
Suelen no evidenciarse errores en la lectura de
lenguas transparentes, como el castellano: los niños
disléxicos de superficie son capaces de leer con éxito
cualquier palabra. Por lo tanto, leen lentamente,
vacilando con frecuencia y en muchos casos
silabeando; también sitúan incorrectamente el acento
prosódico de las palabras (por ejemplo, leen
"fantastico" en lugar de "fantástico”, “arbol” en lugar
de “árbol”). Si se siente presionado por determinadas
condiciones externas para leer con rapidez, pasa a
cometer sustituciones y lexicalizaciones.
Los errores cometidos se ven influidos por:
a) la operatividad de cada ruta;
b) la estrategia adoptada durante la lectura.
Cuadro 1.8.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
29
Estas categorías de dislexia, fonológica y léxica, no son independientes a pesar
de ser presentadas como dos posibilidades separadas: existen muchos alumnos que
muestran problemas en ambas rutas (léxica y subléxica). Es decir, la existencia de estos
niños con dificultades en ambas rutas, o con grados variables de afectación de una y
otra, pone de manifiesto que no hay una discontinuidad entre estos dos subtipos
principales. Asimismo, dentro del grupo de los normolectores existen sujetos que
presentan un adecuado funcionamiento con una de estas rutas, pero un funcionamiento
más mediocre con la otra.
Estas dificultades experimentadas con una de las rutas no son, sin embargo, lo
suficientemente severas como para merecer el calificativo de disléxicos. Estos sujetos
han sido denominados por Baron (1979) lectores "chinos" y "fenicios". Los primeros
con un procesamiento más pobre en la ruta fonológica y con una tendencia a leer por la
vía léxica y los segundos, al contrario. La presencia de sujetos normolectores con
problemas sutiles en el funcionamiento de una y otra ruta tiende un puente de
continuidad entre cada uno de estos subtipos y la población de normolectores.
En los últimos años, diferentes autores provenientes del campo de la psicología
cognitiva, han enfatizado la necesidad de fundamentar la búsqueda de sub-tipos
disléxicos en modelos teóricos del reconocimiento de palabras (Castles y Coltheart,
1993; Stanovich, Siegel y Gottardo, 1997). Es decir, la dislexia evolutiva es interpretada
basándose en el modelo de la doble ruta de acceso al léxico, léxica y subléxica (Sartori,
Barry y Job, 1984; Coltheart ,Masterson, Byng, Prior y Riddoch, 1983). Se generó así el
siguiente patrón de lectura de los sujetos disléxicos fonológicos y superficiales:
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
30
Dislexia léxica
(leen visualmente)
Dislexia fonológica o
subléxica
(leen fonológicamente )
Palabras regulares. Lee si es pequeña.
Comete errores si es larga.
Lee.
Palabras irregulares. Idem que en el caso de
palabras regulares.
Raramente lee bien.
Pseudopalabras. Lee con gran dificultad. Puede leerlas
Errores más frecuentes. Visuales, derivativos y
lexicalizaciones.
Regularizaciones
Acentuación indebida
Tabla 1.9.
Se asume que las dislexias evolutivas son la consecuencia de un fracaso en el
funcionamiento de algunos de los sistemas implicados en la lectura o de las
comunicaciones que existen entre ellos (Cuetos y Valle, 1988).
Desde la neuropsicología, se ha tratado de relacionar diferentes perfiles lectores
con el funcionamiento de los hemisferios cerebrales. Los estudios electrofisiológicos y
de escucha dicótica de Bakker sugieren que aprender a leer es un proceso bifásico, por
lo que el análisis perceptivo predomina en los primeros estadios, mientras que el
análisis semántico-sintáctico del texto predomina en la lectura más experta ( modelo
del equilibrio). Dirk J. Bakker extendió los análisis de Boder (disfonéticos, diseidéticos
y mixtos), tratando de relacionar los tipos de errores con los procesos neuropsicológicos
involucrados en al dislexia. El autor interpreta que existe una relación entre desarrollo
de los hemisferios cerebrales y la manifestación de la dislexia:
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
31
DISLÉXICOS
Tipo L
(lingüísticos)
- Hemisferio izquierdo con
hiperdesarrollo funcional.
- Aprenden a leer utilizando
estrategias de excesivo
apoyo en el hemisferio
izquierdo. Pobre uso de
estrategias propias del
hemisferio derecho
(perceptivo-visuales).
� Lectores rápidos, pero
imprecisos.
� Tipo de errores:
omisiones, adiciones,
sustituciones de letras
sílabas y palabras.
DISLÉXICOS
Tipo P
(perceptivos)
- Hemisferio derecho con
hiperdesarrollo funcional.
- Aprenden a leer utilizando
estrategias perceptivo-
visuales y continúan
utilizándolas en exceso a
medida que progresa la
lectura. Pobre uso de
estrategias propias del
hemisferio derecho.
� Estilo de lectura precisa,
pero lento.
� La lectura se ve
frecuentemente
interrumpida por
vacilaciones, repeticiones
y errores de tipo visual
(rotaciones e inversiones).
DISLÉXICOS
Tipo M
(lingüístico-perceptivos)
Presentan características
de los subtipos anteriores.
Tabla 1.10.
De modo que, haciendo un resumen de los aportes de Bakker, se puede
establecer la siguiente clasificación que, si bien el autor comenta que la misma no es
exhaustiva y, por tanto, que es posible que existan otras dislexias:
TIPO P TIPO L
Estrategia lectora. Visoperceptiv.a Lingüística.
Hemisferio implicado. Derecho. Izquierdo.
Estilo lecto.r Exacto y lento.
Lectura fragmentada.
Inexacto.
Lectura apresurada.
Tabla 1.11.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
32
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 1
1- Los alumnos señalados de variedad jardín presentan las características de (elija la
mejor respuesta):
a) Reconocen palabras, tiene dificultades en la comprensión oral y escrita.
b) Muestran problemas en el reconocimiento de palabras, en la comprensión
oral y en la escrita.
c) Reconocen palabras, son capaces de comprender a nivel oral pero no a nivel
escrito.
2- La dislexia explicada según un modelo de continuidad señala las siguientes
características:
a) La dislexia es una entidad heterogénea formada por dos grupos
b) La dislexia es un síndrome unitario sin subtipos diferenciados
c) La dislexia es una entidad heterogénea formada por distintos subgrupos que
manifiestan diferentes deficiencias en lectura.
3- Según Aarón y Simurdak (1991), ¿Qué tres tipos de dificultades con respecto a la
lectura establecen?
4- Señale las características de la dislexia fonológica según Marshall y Newcombe
(1973).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
33
CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 1
1- b). Apartado 1.
2- b). Figura 5.5.
3- Estos autores establecen estas categorías atendiendo a las dificultades con respecto a
la lectura: alumnos con malas habilidades de decodificación pero adecuadas en
comprensión (PA específicas de la lectura o dislexia); alumnos con adecuada
decodificación pero deficientes habilidades de compresión (PA de la lectura no
específicas) y alumnos con deficiencias en decodificación y comprensión (PA de la
lectura generalizadas).
4- Las características de la dislexia fonológica pueden resumirse de la siguiente forma:
- Se trata de niños que al leer o escribir presentan:
• Dificultades selectivas en la ruta subléxica o fonológica (cometen errores
al asignar a cada grafema el fonema correspondiente).
• Buen funcionamiento de la ruta léxica.
- En la mayoría de los casos, los problemas se manifiestan en la escritura: disgrafía
fonológica.
- Si compensan las dificultades con la vía fonológica apoyándose en la
vía léxica puede dar lugar a la aparición del error de sustituir palabras
(por su parecido ortográfico o por su coherencia con lo que se está
leyendo).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
34
- Las dificultades pueden aparecer bajo formas diversas en la lectura de palabras nuevas
y pseudopalabras (porque a causa de que son palabras desconocidas o sin sentido no
pueden procesarse por la ruta léxica), mientras que son mejores los logros en la lectura
de palabras familiares.
- Las dificultades dependerán de:
1) Los aspectos específicos de dicha ruta que operen de forma ineficiente:
a) transformar o convertir letras en fonemas (conversor grafema-
fonema);
b) ensamblar los sonidos en una palabra completa;
c) reconocer una palabra completa;
d) acceder al significado de una determinada palabra en el caso de
que se contara con ese significado en la mente.
2) La estrategia adoptada durante la lectura.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
35
BIBLIOGRAFÍA DE AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 1
CUETOS, F. & VALLE, F. (1988). “Modelos de lectura y dislexias”. Infancia y
Aprendizaje, 44, pp. 13-19.
MOLINA, S. & GARRIDO, M. A. (1997). Reeducación de las Dificultades de
Aprendizaje a través del Programa P.R.D.A. de J.P. Das. Un Enfoque Cognitivo
desde el Modelo PASS. Zaragoza: Fundafe.
SORIANO M. & MIRANDA, A. (1997). “Dislexia evolutiva: validez como entidad
diagnóstica y bases biológicas”. Psykhe, 6, pp. 13-21.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
36
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 1
Dislexia: aunque este término ha recibido multitud de definiciones a lo largo de
la evolución histórica, actualmente se aplica a aquellos sujetos que manifiestan
problemas lectores en el aprendizaje del acceso léxico, reconocimiento de las palabras o
decodificación.
Dislexia fonológica: aparecen problemas en la ruta fonológica (dándose errores
en la asignación de un fonema a cada grafema), con un buen funcionamiento de la ruta
léxica. Estos problemas suelen manifestarse a nivel de la escritura dando lugar a una
disgrafía fonológica.
Dislexia de superficie: se dan dificultades en la ruta léxica y tienen preservado
de forma relativa el funcionamiento de la ruta subléxica.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
37
UNIDAD DIDÁCTICA 2:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE DE
LA LECTURA Y LA ESCRITURA (2):
RELACIONADOS CON EL
RECONOCIMIENTO DE PALABRAS.
Estela D’Angelo.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
38
ÍNDICE DE LA UNIDAD 2:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA Y LA
ESCRITURA (2): RELACIONADOS CON EL
RECONOCIMIENTO DE PALABRAS.
RESUMEN DE LA UNIDAD 2...................................................................................40
DESARROLLO DE LA UNIDAD 2 ...........................................................................42
1.- Diagnóstico y actuación en los problemas de aprddizaje relacionados
con el reconocimiento de palabras..........................................................................42
1.1.- Naturaleza de las dificultades de aprendizaje desde el punto de vista
del alumno ..................................................................................................45
1.2.- El alumno identificado como disléxico evolutivo.......................................48
2.- La evaluación de alumnos con PA en la lectura y la escritura ...............................51
3.- Intervención en alumnos con problemas de aprendizaje en la lectura
y la escritura............................................................................................................60
3.1.- Aproximación histórica a la intervención ...................................................61
3.2.- Tendencias actuales en la intervención .......................................................63
3.3.- Diferentes planos de la intervención ...........................................................68
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
39
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 2 .............................................................74
CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 2 ..................................75
BIBLIOGRAFÍA DE AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 2 ......................................77
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 2...................................................78
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
40
RESUMEN DE LA UNIDAD 2
En esta unidad didáctica se plantean, en un inicio, dos líneas de análisis distintas
pero necesariamente complementarias para interpretar y diagnosticar los PA.
Por un lado, una mirada más centrada en el individuo y las dificultades concretas
que presenta para los aprendizajes y, por otro, una ampliación hacia las variables con las
que interactúa dicho individuo, es decir, un abordaje sistémico que responda a la
necesidad de rescatar toda la complejidad que coexisten en los procesos de aprendizaje
y por ende en las dificultades (entendiendo el componente emocional que generan las
situaciones de tensión, esfuerzo y frustración). Desde esta última perspectiva interesa,
entonces, el individuo y su capacidad de comunicación en contexto familiar, escolar y
en otros agrupamientos.
El desarrollo de la unidad se centra puntualmente en los problemas específicos
en la relación con la lectura y la escritura que presentan los alumnos, haciendo hincapié
en el diagnóstico, evaluación y programas de intervención para abordar esta
problemática.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
41
Cuadro 2.1.
DIAGNÓSTICO
EVALUACIÓN
TRATAMIENTO
ANÁLISIS CENTRADO
EN EL INDIVIDUO
ANÁLISIS CENTRADO EN
EL INDIVIDUO Y SU CAPACIDAD
DE COMUNICACIÓN EN DIFERENTES
CONTEXTOS
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
42
DESARROLLO DE LA UNIDAD 2
l.- Diagnóstico y actuación en los problemas de aprendizaje relacionados con el
reconocimiento de palabras.
¿Quién o quiénes constituyen el objeto de los PA en relación con el
reconocimiento de palabras?, ¿Cómo interpretar estas dificultades? Sánchez y Martínez
(2000: 135) comentan que “tradicionalmente han existido dos posturas contrapuestas.
Según la primera, un subgrupo de las dificultades, al menos, se debe esencialmente a
peculiaridades o deficiencias que presentan los individuos. Habría, por decirlo así, un
trastorno en el aprendizaje de la lectura: una predisposición a no aprender este
dominio concreto. Según la segunda, todo dependería de la calidad de respuesta del
contexto educativo, familiar y social a las necesidades de los alumnos. En este sentido
cabe razonar que cuando se aúna un método deficiente, un apoyo social insuficiente y
una reacción emocional desadaptada a los primeros fracasos, surgirían las dificultades
en el aprendizaje”.
Apenas cuesta concebir una posición intermedia entre ambas. Según esta posición,
cabría hablar de la existencia de una interacción entre factores sociales, educativos e
individuales. Y dentro de estos últimos, cabría hablar de dos aspectos distintos: por un
lado, importantes deficiencias individuales en la facilidad para adquirir ciertas materias
y, por otro, deficiencias igualmente importantes en la capacidad para responder
emocionalmente a situaciones de tensión y esfuerzo. Según este punto de vista, cabría
imaginar dos situaciones de fracaso relativamente extremas:
1) Alumnos bien dotados personalmente que deben lidiar con un medio inhóspito, y que
no acaban leyendo bien.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
43
2) Alumnos inmersos en situaciones socioeducativas adecuadas e, incluso, con una
buena capacidad para enfrentarse emocionalmente a situaciones complejas, y que, sin
embargo fracasan en el aprendizaje de la lectura. Se trata de problemas de aprendizaje
en sentido estricto (muy lejos de los denominados problemas en sentido amplio).
Desde el respeto a la complejidad que comporta la interacción entre los
individuos y el medio se puede puntualizar que el contexto afecta decisivamente al
individuo y que éste, a su vez, va delimitando con su acción los contextos en los que se
desenvuelve. Evidentemente, se puede observar la existencia de un continuum entre una
y otra visión, si bien el peso de los distintos factores puede ir cambiando en los distintos
puntos de esta línea imaginaria. En todos los casos, el contexto, las habilidades
individuales, las actitudes respecto de uno mismo y de los demás, son factores
concurrentes, pero cuando más se desciende a los problemas específicos, el peso de los
factores individuales debe considerarse con mayor detenimiento y, quizás, los
problemas de autoestima sean tanto causa como efecto (e incluso más efecto que causa).
Naturalmente, el modo de encarar la intervención depende tanto, del punto en el que el
alumno se encuentre dentro de continuum como de la mirada del enfoque de quien
evalúe e interprete los PA.
Si bien el enfoque del procesamiento de la información ha dado aportaciones
relevantes para interpretar y comprender estos problemas, aún quedan por agotar
posibilidades que expliquen la interacción con los factores sociales, culturales e
históricos que modela el comportamiento humano. Una manera que hoy se propone
como alternativa para abordar el desarrollo y la adquisición del conocimiento y del
pensamiento, y por tanto su aplicación en los PA, lo planteó en el primer cuarto del
siglo pasado Vygotsky, y recientemente fue actualizado y profundizado por el enfoque
sociohistórico-cultural, y que se ofrece como alternativa teórica más adecuada cuando
se trata de servir de marco para la intervención educativa y resolver la difícil cuestión de
las relaciones entre desarrollo y educación. Planteamientos éstos que retomó Bruner
cuando da forma a la “revolución contextual” en un intento de superar la “revolución
cognitiva” y su metáfora del ordenador.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
44
Cuando hablamos de dificultades en el sentido amplio, nociones como la zona de
desarrollo próximo o potencial (la ZDP se crea y se amplía o limita en función de
procesos interactivos que se establecen entre el niño y los demás; se crea en un contexto
social que posibilita la realización de actividades que permiten aprender) o el
aprendizaje significativo aportan claridad para su comprensión. Y consecuentemente, la
intervención habrá de ser esencialmente curricular: restituir la comunicación entre las
posibilidades de los alumnos y las demandas de los profesores y la sociedad. Y cuando
nos situamos en aquellas situaciones en las que cabe una visión más restrictiva, el
currículum se vuelve igualmente necesario (al igual que las nociones indicadas: ZDP)
pero insuficiente, y es necesario diseñar experiencias formativas específicas.
La situación se complica con trabajos como el de Shaywitz y colaboradores
(1992) en los que se pone de manifiesto que los diagnósticos tempranos no son
demasiado estables. En este estudio longitudinal se siguió durante dos cursos
académicos la evolución de un buen número de alumnos diagnosticados en primer curso
como disléxicos. El diagnóstico se hizo considerando la discrepancia entre el CI del
niño y su puntuación en lectura. Shaywitz y colaboradores encontraron que sólo el 28%
de los niños que cumplían el criterio de malos lectores en primero, lo seguían
cumpliendo en tercero. Dicho de otro modo, 2/3 de los niños diagnosticados como
disléxicos tipo P no cumplirán los criterios diagnósticos tipo Y. Es dudoso, sin
embargo, que esta inestabilidad se mantenga cuando los problemas hayan cristalizado (a
partir de Y o 40). De hecho las evidencias que han sido recogidas en el grupo de
investigación de Rueda, 1993; Sánchez y Rueda, 1994 indican más bien que la
evolución de alumnos diagnosticados como disléxicos y rehabilitados durante dos años
es lenta y con retrocesos.
Todos estos datos parecen indicar que tras la lectura se esconde una capacidad
compleja que, como tantas otras capacidades complejas, es el resultado de múltiples
determinantes que interactúan a lo largo del tiempo. El resultado final de esta compleja
interacción es una capacidad distribuida probablemente en un continuo y sujeta a
fluctuaciones evolutivas. Estas fluctuaciones son especialmente evidentes en los
primeros años de la escolarización y, sin duda, reflejan la interacción entre estos
factores. Una concepción más dinámica y abierta a interacciones con el entorno de esta
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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conducta compleja, que es la lectura, hace más fácil comprender que pueda existir
variabilidad en el tiempo o que algunos niños compensen su problema hasta pasar casi
desapercibidos y otros empeoren de año en año.
Para cualquier profesional que actúe con alumnos que presenten PA lo
importante es ser capaz de operar con todas las posibilidades que han sido analizadas. Y
tan absurdo sería empeñarse en una concepción exclusivamente contextual, como en
otra exclusivamente individualista.
1.1.- Naturaleza de las dificultades de aprendizaje desde el punto de vista del alumno.
La identificación de un estudiante con dislexia debe comenzar con el examen de
los parámetros de diagnóstico recogidos en los principales sistemas diagnósticos:
análisis de los factores de exclusión y análisis de la presencia de una dificultad
significativa en el reconocimiento de palabras.
La perspectiva actual entre la comunidad científica, especialmente desde la
conceptualización restringida de las dificultades de aprendizaje, se materializa en los
criterios diagnósticos recogidos en los dos sistemas diagnósticos principales: la CIE-10-
Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud (OMS,
1992) y el DSM-IVManual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (APA,
1995).
En la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de
Salud, CIE-10 (OMS, 1992) dentro de los trastornos específicos del desarrollo del
aprendizaje escolar, se incluye el trastorno específico de la lectura, definiéndolo como
“un déficit específico que no se explica por el nivel intelectual, por problemas de
agudeza visual o auditiva o por una escolarización inadecuada”.
Además, en la CIE-10 se ofrece una descripción del tipo de dificultades
presentes desde el comienzo de la escolarización. Así, en las fases tempranas pueden
presentarse dificultades para recitar el alfabeto, para hacer rimas simples, para
denominar correctamente las letras y para analizar y categorizar los sonidos. Más tarde,
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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pueden presentarse errores en la lectura oral, como por ejemplo: a) omisiones,
sustituciones, distorsiones o adiciones de palabras o partes de palabras; b) lentitud; c)
falsos arranques, largas vacilaciones o pérdidas del sitio del texto en el que se estaba
leyendo, y d) inversiones de palabras en frases o de letras dentro de palabras. También
pueden presentarse déficits de la comprensión de la lectura como las siguientes: a)
incapacidad de recordar lo leído; b) incapacidad de extraer conclusiones o inferencias
del material leído, y c) el recurrir a los conocimientos generales, más que a la
información obtenida de una lectura concreta, para contestar preguntas sobre ellas.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales: DSM-1V
(APA, 1995) incluye el trastorno de la lectura dentro de los trastornos del aprendizaje,
proponiendo los siguientes criterios diagnósticos:
Cuadro 2.2.
Ambos sistemas diagnósticos (DSM-IV y CIE-10) muestran coincidencias
esenciales en relación al uso de los criterios de discrepancia y de exclusión, utilizados
como criterios operativos de diagnóstico de niños con PA. Sin embargo, el acuerdo
logrado no es total. Así, en el DSM-IV, si se cumplen los criterios diagnósticos de dos o
más trastornos de aprendizaje, deben diagnosticarse todos, mientras que la CIE-10
propone la categoría de trastorno mixto del aprendizaje escolar cuando se dan
conjuntamente el trastorno de la lectura (o trastorno de la ortografía) y el del cálculo.
• El rendimiento en lectura (esto es, velocidad, exactitud o comprensión de la
lectura), medido mediante pruebas normalizadas y administradas
individualmente, se sitúa sustancialmente por debajo de lo esperado, dados
la edad cronológica del sujeto, su coeficiente de inteligencia y la escolaridad
propia de su edad.
• La alteración del criterio A interfiere significativamente el rendimiento
académico o las actividades de la vida cotidiana que exigen habilidades para
la lectura.
• Si hay un déficit sensorial o retraso mental, las dificultades para la lectura
exceden de las habitualmente asociadas a él.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
47
Otra característica específica del DSM-IV no compartida por el CIE-10 es el hecho de
permitir el diagnóstico de un trastorno de aprendizaje adicional en presencia de otros
trastornos (por ejemplo retraso mental leve) cuando el rendimiento académico se sitúa
sustancialmente por debajo de los niveles esperados en función de la escolarización y la
gravedad del trastorno.
Sin embargo, ninguno de los dos sistemas diagnósticos recoge la heterogeneidad
de las dificultades lectoras, que ha sido puesta de manifiesto reiteradamente en la
literatura, destacando la naturaleza multicomponencial de la lectura, en la que diferentes
procesos pueden ser disociados. Recientemente, Aaron y colaboradores (1999) han
demostrado que cuatro tipos diferentes de malos lectores pueden ser identificados en
función de la deficiencia en alguna de las siguientes habilidades:
a) reconocimiento de palabras;
b) comprensión;
c) combinación de reconocimiento de palabras y comprensión, y
d) una combinación de procesamiento ortográfico y velocidad lectora, que aparece
como un factor importante en la lectura alrededor de 6º curso.
Este trabajo es coincidente con la hipótesis de un doble déficit en la dislexia
evolutiva, propuesta por Wolf y Bowers (1999), desde la que es posible distinguir:
a) disléxicos con déficits aislados en procesamiento fonológico, que afectará al
reconocimiento de palabras;
b) déficits aislados en la velocidad de nombramiento, que podría afectar a la
adquisición de representaciones ortográficas a nivel subléxico y léxico y a la
velocidad de procesamiento de una gran variedad de funciones cognitivas , y
c) doble déficit (tanto en el procesamiento fonológico como en la velocidad de
nombramiento), que representarán un subtipo más severo.
En consecuencia, no resulta demasiado aventurado pronosticar que en las nuevas
versiones que aparezcan de los sistemas de clasificación internacional se contemplen
como entidades diagnósticas independientes diferentes tipos de trastornos lectores.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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1.2.- El alumno identificado como disléxico evolutivo.
Se ha destacado suficientemente que la identificación de un estudiante con
dislexia debe comenzar con el examen de los parámetros de selección recogidos en los
principales sistemas diagnósticos y en las definiciones de la dislexia evolutiva: a)
criterio de exclusión; b) criterio de discrepancia, y c) criterio de especificidad.
Este proceso es importante para diferenciar alumnos que muestren dificultades en la
lectura debidos a un daño cerebral (dislexia adquirida), del resto de alumnos cuyas
dificultades no puedan ser explicadas por este hecho.
a) Criterio de exclusión.
Este criterio hace referencia a la exclusión de posibles explicaciones de las
dificultades lectoras, limitando el término de «dislexia evolutiva» para aquellos
estudiantes con dificultades en el reconocimiento de palabras que no son explicadas por
otras categorías diagnósticas. En consecuencia, el profesional debe recoger y analizar la
información acerca de las percepciones que las personas implicadas tienen del problema
lector, sobre el historial evolutivo y educativo del estudiante, y analizar las posibles
explicaciones alternativas de los problemas lectores que experimenta el niño.
Esta recogida inicial de información sobre un niño disléxico se suele realizar a
través de entrevistas no estructuradas o semiestructuradas. Las entrevistas no
estructuradas permiten obtener la percepción, las expectativas y actitudes que los
padres, los profesores y el propio estudiante tienen acerca del problema y su visión de la
forma en la que está influyendo en el ajuste sociofamiliar o escolar del niño. Son el
mecanismo ideal para establecer el contacto inicial por la flexibilidad que las
caracteriza, si bien resultan poco fiables, ya que las respuestas pueden estar afectadas
por factores tales como el humor y las opiniones del entrevistado y por la orientación o
el estilo personal del entrevistador. Por último las entrevistas semiestructuradas con
padres y profesores constituyen, en términos generales, un procedimiento óptimo para
recopilar información sobre aspectos distintos de la problemática del estudiante:
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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� Historia clínica y evolutiva. Especial atención deberá dedicarse al curso de
embarazo y posibles factores de riesgo pre o perinatales que sugieran la existencia de
un posible daño neurológico. Asimismo, tiene una importancia crítica la información
relativa a los sucesos evolutivos tempranos, como adquisiciones motrices, cognitivas,
lingüísticas o de las habilidades de autonomía personal.
� Historia médica. En este aspecto, es conveniente recabar información sobre la
presencia de enfermedades crónicas, hospitalizaciones, accidentes graves,
deficiencias auditivas o visuales no corregidas, por lo que puede resultar apropiado
solicitar un examen oftalmológico y audiológico.
� Historia familiar. Las preguntas a plantear sobre este tema irán dirigidas a obtener
información sobre la composición familiar, muertes, presencia de enfermedades
familiares, características sociales, económicas, culturales, lengua materna y de uso
(bilingüismo), relaciones con el colegio, presencia de dificultades de aprendizaje en
otros familiares directos, así como otras cuestiones sobre dificultades familiares,
como desacuerdo entre la pareja, aislamiento social, depresión o ansiedad de los
padres, ya que todos estos factores pueden determinar actitudes negativas hacia el
hijo o influir negativamente en la capacidad para transmitir la información y poner en
práctica las recomendaciones terapéuticas.
� Historial académico. Es conveniente recoger información sobre el proceso de
escolaridad del chico hasta el momento presente, haciendo hincapié en los siguientes
aspectos: cambios de colegio y motivos del mismo, rendimiento académico actual y
áreas en que presenta dificultades, hábitos de estudio, absentismo escolar, cuándo y
cómo han surgido las dificultades y evolución de las mismas, métodos de enseñanza
de la lectura, las intervenciones y evaluaciones realizadas en el pasado, ajuste
sociopersonal y conductual del estudiante con los profesores y compañeros a lo largo
de la escolaridad, número de alumnos con problemas en la misma aula y por qué la
familia y/o profesor se han decidido a consultar con el especialista (resistencia a
tratamientos anteriores, indicaciones de la escuela, incremento notable de la
dificultad, etc.). Información adicional nos la proporcionará el análisis del material
del estudiante.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Esta primera recogida de información nos proporcionará una descripción del
niño, de los antecedentes, de sus dificultades actuales, de su entorno y de cómo se ha
adaptado a los cambios. También aportará datos suficientes que permitan descartar otras
explicaciones alternativas a las dificultades escolares (criterio de exclusión) como
instrucción insuficiente o inapropiada, deficiencias visuales o auditivas no corregidas,
trastornos emocionales serios, dificultades culturales o lingüísticas.
b) Criterio de discrepancia.
Uno de los elementos comunes en las definiciones de dislexia evolutiva es la
existencia de una diferencia o discrepancia entre lo que el niño es capaz de hacer
potencialmente y lo que en realidad hace.
El profesional deberá tener en cuenta que en muchas ocasiones los niños se
muestran reticentes a cooperar, responden con monosilábicos y niegan o minimizan sus
dificultades, dado que normalmente son los padres y profesores quienes detectan el
problema y solicitan la evaluación.
Este comportamiento es legítimo, y proporciona una información muy valiosa a
la hora de comprender la percepción que tiene el niño de la situación. Por ello resulta
conveniente, antes de iniciar la evaluación individual del alumno, dedicar algún tiempo
a dialogar acerca de la escuela, profesores, amigos, actividades favoritas... y a explicarle
qué procedimientos se seguirán en su evaluación y el motivo de la misma con el fin de
lograr un ambiente cálido y positivo que ayude al niño a comenzar a confiar en el
profesional.
c) Criterio de especificidad.
Este criterio nos ayuda a diferenciar entre los estudiantes disléxicos y los de bajo
rendimiento, que suelen manifestar déficits generalizados en el aprendizaje. En este
proceso se debe recabar información sobre el rendimiento en otras áreas académicas, así
como los otros aprendizajes instrumentales (expresión escrita, el cálculo y la resolución
de problemas matemáticos).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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2-. La evaluación de alumnos con problemas de aprendizaje en la lectura y la escritura.
La evaluación de los PA puede tener dos objetivos distintos. Por un lado, puede
interesarnos determinar si el sujeto en cuestión tiene o no una dificultad específica en el
aprendizaje de la lectura (si es o no un disléxico). Por otro, valorar cómo procede ante la
lectura de las palabras y cuáles son sus puntos fuertes y débiles. En el primer caso se
trata de categorizar al sujeto; en el segundo, de analizar su modo de operar. Ambas
perspectivas son muy diferentes aunque pueden ser complementarias.
Es importante valorar si el alumno muestra una discrepancia entre el rendimiento
en la lectura de palabras y la capacidad intelectual. Una discrepancia que no pueda
atribuirse a una experiencia anómala de aprendizaje, una deficiencia sensorial o a una
situación emocional desadaptada.
En primer lugar, es necesario evaluar el nivel de rendimiento en la lectura. Y
aquí, siguiendo cuanto hemos dicho, ha de ser la lectura de las palabras aisladas la que
ponga de relieve si existe o no tal retraso específico. La lectura involucra otras facetas:
fluidez o comprensión, por ejemplo. Facetas que por supuesto deben ser valoradas en
este primer punto. La cuestión crucial, no obstante, es que se habla de dificultades
específicas o de dislexia, debemos asegurarnos que el retraso se verifica en las
habilidades de reconocimiento de palabras que es la manifestación nuclear de este
problema.
a) Evaluación psicométrica:
Con este fin, es necesario emplear una prueba estandarizada como el TALE de
Toro y Cervera (1984) o el PEREL de Maldonado y otros (1992). En el primer caso, se
trata de una batería con diversas subpruebas en las que se evalúa la lectura de letras,
sílabas, palabras (que es la más relevante para nuestros propósitos), lectura en voz alta
de un texto y comprensión lectora, y una subprueba de escritura en la que se evalúa
fundamentalmente la copia, la escritura al dictado y la escritura espontánea.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Cuadro 2.3.
El nivel que el niño obtiene, en esta prueba, está en función del número de
errores y del tiempo que emplea en resolver cada una de las subpruebas. El PEREL que
tiene también como objetivo identificar, en los tres primeros cursos escolares, alumnos
con dificultades en el aprendizaje de la lectura y situarlos en el nivel correspondiente a
su lectura. Esta prueba está constituida por un listado de 100 palabras y se computan los
errores que el niño comete.
Cuadro 2.4.
El resultado final de esta exploración es determinar la magnitud del fracaso en la
lectura de palabras y describir el comportamiento lector en el resto de las subpruebas.
TALE: Test de análisis de la lecto-escritura (Cervera y Toro, 1984). Aplicación: individual. Tiempo: aproximadamente 25 minutos. Edad: 6,6 a 10,6 años. El test consta de dos partes: una de lectura y otra de escritura. La parte de lectura consta de las siguientes pruebas: lectura de letras, sílabas y palabras. Los datos sobre la velocidad de lectura de letras, sílabas y palabras pueden servimos también como una medida de la velocidad de procesamiento. La parte de escritura está compuesta por copia de sílabas, palabras y frases, dictado y escritura espontánea. Resulta conveniente observar el tipo de errores, tanto en la lectura como en la escritura. Los disléxicos que tienen dificultades en la vía indirecta (fonológicos ) suelen cometer muchos errores graves de exactitud que pueden manifestarse también en la escritura, mientras que los que manifiestan dificultades en la vía directa (superficiales) suelen ser más lentos, leen silábicamente y comenten un mayor número de errores débiles (vacilaciones, repeticiones) que consumen tiempo. Asimismo, pueden cometer también muchas faltas de ortografía arbitraria.
PEREL: Prueba de evaluación del retraso en lectura (Maldonado, Sebastián y Soto, 1992). Aplicación: individual. Tiempo: indeterminado. Edad: entre 1º-3º EGB. Esta prueba consiste en una lista de 100 palabras, graduadas en orden creciente de dificultad, que el niño debe ir leyendo sucesivamente. Nos ofrece unas puntuaciones en percentiles de lectura y otra de descifrado, en la que no se tienen en cuenta los errores de silabeo ni los de acentuación indebida. También permite evaluar el grado de retraso en lectura, ofreciéndonos el nivel lector estimado en años y meses. Por ello, esta prueba es de suma importancia en el diagnóstico de los disléxicos, dado que nos permite evaluar el grado de retraso.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
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Cuadro 2.5.
En segundo lugar, es necesario evaluar la capacidad intelectual a través de una
prueba estandarizada: el WISC-R por ejemplo. Se entiende que el CI debe ser normal, lo
que supone que debe ser igual o superior a 85.
Una vez, constatado el rendimiento en la lectura de palabras y establecido el CI,
es el momento de constatar si existe o no un desfase de al menos dos años entre el
rendimiento en estas pruebas y lo que cabría esperar según el CI. Si hubiera tal retraso,
pero el CI no es discrepante (es inferior a 85), hablaríamos de alumnos de la “variedad
jardín” (véase unidad 1). 0, si se prefiere, de un retraso no específico.
Cuadro 2.6.
Por último, es necesario recabar información sobre la historia del niño,
enfermedades, posibles deficiencias, escolarización, etc., que nos ayudará a descartar la
presencia de los criterios de exclusión (como se ha analizado en el punto 1.2.).
En la práctica psicopedagógica este modo de proceder es poco útil. De cara a la
interrupción, resulta más relevante todavía analizar el modo de leer de los alumnos y,
especialmente sus errores. Así, por ejemplo, podemos constatar que si en el TALE el
PROLEC.- Evaluación de los procesos lectores (Cuetos, Rodríguez y Ruano, 1996). Tiempo: indeterminado. Edad: l.º-4.º Educación primaria. Este instrumento pretende evaluar los diferentes procesos y subprocesos que intervienen en la lectura. Está compuesto por 10 subpruebas agrupadas en cuatro bloques que se corresponden con los procesos lectores evaluados: a) identificación de letras (nombre o sonido de las letras, igual-diferente en palabras y pseudopalabras); b) procesos léxicos (decisión léxica, lectura de palabras, lectura de pseudopalabras y lectura de palabras y pseudopalabras); e) procesos sintácticos (estructuras gramaticales y signos de puntuación), y d) procesos semánticos (comprensión de oraciones y de textos).
WISC-R: Escala de Inteligencia de Wheschler para niños – Revisada. Aplicación: Individual. Tiempo: 1 hora y media. Edad: Educación Primaria. Se compone de dos partes:
- Una verbal con 6 pruebas: información, semejanzas, aritmética, vocabulario, comprensión y dígitos. - Una manipulativa con 6 pruebas: figuras incompletas, historietas, cubos, rompecabezas, claves y laberintos. Permite establecer el CI verbal, manipulativo y total; además de un perfil para analizar las ventajas y desventajas significativas que presenta el alumno en cada una de las pruebas.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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niño tiene dificultades en leer palabras nuevas o extrañas como rastapi cabe suponer
que estamos ante un problema fonológico; y si se enfrenta a las palabras conocidas
como banco de una manera lenta, descifrando cada uno de los términos que la
componen, podrá interpretarse que estamos ante un problema léxico.
La interpretación de los errores constituye, sin embargo, una tarea difícil que
requiere una formación adecuada. No obstante, podría verse facilitada si contamos con
una idea clara de los errores que pueden surgir al emplear de manera ineficiente una u
otra vía. Considérese al respecto los siguientes cuadros orientativos. En el Cuadro 2.7,
se recogen los principales errores que pueden producirse en la dislexia fonológica, en el
Cuadro 2.8 los correspondientes a la dislexia léxica y en el cuadro 2.9 los problemas
más característicos de la dislexia profunda (ambas vías dañadas).
Hay algunos investigadores que han diseñado pruebas con las que evaluar
explícitamente la vía léxica o la fonológica. Es el caso de la prueba elaborada por
Yusto, (1995) que está constituida por un listado de 32 palabras y 32 pseudopalabras
que deben ser leídas en listas de 10. Para valorar la escritura se le pide al sujeto que
escriba palabras y pseudopalabras. Más recientemente, Cuetos y otros (1997) han
publicado una batería muy completa en la que se analiza de forma pormenorizada los
distintos componentes implicados en la lectura.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Cuadro 2.7. Errores más característicos de la dislexia fonológica. Tomado de Sánchez y Rueda (1997). Los sujetos con problemas para operar con la vía fonológica tendrán dificultad para leer
palabras nuevas y ello puede llevarles a dos tipos de errores. Unos, surgen al compensar
esta dificultad mediante el uso abusivo de la lectura por vía léxica. Otros, son la
consecuencia directa del mal uso de la vía fonológica. Además, podemos diferenciar
algún otro tipo de error que son secundarios al problema específico que estamos
analizando:
1. Al compensar, los sujetos lo que hacen es emplear un procedimiento léxico cuando la
palabra y la situación requeriría más bien un procedimiento sub-léxico o fonológico.
Esto puede ocurrir de las siguientes maneras.
a. Intentando leer las palabras nuevas por analogía: así, ante logogen leen
"lógicos".
b. Apoyándose en un desciframiento parcial de la palabra que evoca otra
conocida: al leer Cruiff, el lector lee "kkri--- Kruz".
c. Aprovechándose de los elementos más familiares de las palabras nuevas:
errores derivativos (comían en vez de comerían).
d. Aprovechándose de la información contextual.
2. Los errores que pueden ser entendidos como consecuencia del uso deficiente de las
reglas de conversión fonema grafema serían:
a. Pueden omitir alguna de las correspondencias entre fonemas y grafemas.
b. Pueden confundir la correspondencia entre dos sonidos muy familiares: /p/
/k/; /lt/ y /d/, /b/ y /d/.
c. Pueden invertir el orden: "tra" en vez de "tar".
Cabe razonar que todas estas manifestaciones obedecen al mismo problema: la
dificultad de operar con el sistema de reglas, si bien el grado de severidad es distinto.
Así, es un problema más severo omitir y confundir, que invertir:
3. También puede ocurrir que la aplicación de las reglas requiera tantos recursos
cognitivos que pierdan de vista lo sistemas de puntuación, la secuencia de líneas de una
página (o en la escritura que unan o junten las palabras).
4. Es más probable que aparezcan estos errores cuando deben enfrentarse a
configuraciones sónicas complejas tales con "trans", "cons", "tan".
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
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Cuadro 2.8. Errores más característicos de la dislexia de superficie. Tomado de Sánchez
y Rueda (1997).
Cuadro 2.9. Errores más característicos de la dislexia profunda.
Ambos procedimientos de lectura están dañados. Las características más
importantes son las siguientes:
a) No pueden leer pseudopalabras.
b) Dificultad para acceder al significado.
c) Presencia de errores visuales y derivativos.
d) Dificultad en las palabras abstractas, verbos, palabras función.
e) La mayor indicación de la presencia de este tipo de dislexia es la gran
presencia de errores semánticos o paralexias (“asno” por “burro”, “Feliz”
por “Navidad”), que son definitorios de este tipo de dislexia.
Es importante destacar que en esta evaluación del modo de operar (evaluación
funcional) no importa demasiado si un alumno tiene o no dos años de retraso
comparado con sus iguales, o si tiene o no una capacidad intelectual normal. Lo
Las dificultades en la adquisición de la vía léxica, tendría las siguientes
manifestaciones:
a. Errores con palabras extranjeras (un problema escasamente relevante pero
indicativo).
b. Igual tiempo en leer palabras potencialmente familiares y no familiares:
"huevo" y "uebo"; "mesa" y "same".
c. Mostraría problemas en la fluidez: silabeos especialmente.
d. Tendría problemas en diferenciar el significado de palabras que suenan
igual: "vaca,, y "baca"; "coro" y “Koro".
e. Si la fluidez estuviera muy mermada ocasionaría además problemas de
comprensión.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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importante es poder describir sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y a partir de este
examen, diseñar estrategias de intervención, según se vio al principio de este apartado.
Se ha elegido centrar la atención de este capítulo en aquellas dificultades en las
que parecen más influyentes las peculiaridades del individuo; de ahí el énfasis en la
evaluación individual. No obstante, incluso en este caso, la evaluación debería
complementarse con un análisis del contexto educativo y familiar. Y aquí es importante
aclarar qué es lo que se le exige que lea, qué tipo de ayudas recibe para realizarlas, en
qué grado se hace cargo del sentido de las tareas, cuántas ayudas necesitaría para leer o
escribir correctamente las palabras en las que fracasa. Un tipo (o nivel de evaluación)
que en cierta medida se puede considerar genérico, en el sentido de que debe hacerse
respecto de todas las dificultades que los alumnos pueden presentar. Hemos preferido
no insistir en lo que parece genérico y hacer hincapié en lo más específico de estas
dificultades. Toda esta información será relevante de cara a la intervención.
El resultado final de la exploración podría contener:
1) la categorización del alumno (disléxico, variedad jardín);
2) la descripción de sus estrategias para leer, reconocer las palabras escritas;
3) la descripción de su modo de proceder ante textos,
4) la valoración del contexto y, por tanto, de la distancia entre lo que se le
pide hacer y lo que realmente está en condiciones de realizar con y sin
ayudas.
b) La evaluación funcional de la psicología cognitiva.
El acceso léxico o reconocimiento de palabras es un proceso difícilmente
observable de forma directa, por lo que es preciso utilizar procedimientos indirectos. A
partir de los avances en la comprensión de los mecanismos que subyacen al
reconocimiento de palabras se pueden elaborar pruebas informales para analizar el
funcionamiento de la vía fonológica y visual de acceso al léxico. En estas pruebas se
manipulan una serie de variables (como la frecuencia de uso, la longitud ... ) que afectan
al reconocimiento de palabras. A continuación se recogen los principales tipos de tareas
informales que se pueden diseñar para realizar un análisis de las vías de acceso léxico:
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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� Comprensión de homófonos.
Se presentan palabras homófonas (baca/vaca, hola/ola ... ) para que el sujeto
indique su significado. En muchos casos basta con presentar el par menos frecuente,
ya que si el sujeto lee por la vía fonológica indicará el significado del más frecuente.
También se puede presentar el significado para que el sujeto elija entre los pares de
homófonos.
� Decisión léxica con pseudohomófonos.
Se presentan pseudopalabras fonológicamente idénticas a palabras del idioma
castellano (harvol, ueko, uebo ... ) para que el sujeto indique si se trata o no de
palabras del idioma castellano. Si el sujeto hace un uso deficiente de la ruta visual
tendrá dificultades para decidir su estatus léxico, ya que emplea la pronunciación
para acceder al léxico.
� Lectura de palabras y pseudohomófonas (arbol, harvol ... ). Las palabras serán
leídas más deprisa que las pseudohomófonas por los sujetos que usan pre-
ferentemente la ruta visual, mientras que en los sujetos que leen por vía fonológica
los tiempos serán más similares.
� Lectura de palabras largas/cortas equilibradas en frecuencia de uso, concreción y
categoría gramatical.
Si las diferencias en tiempo de lectura de palabras largas y cortas son muy acusadas
(en sujetos normales son esperables pequeñas diferencias) es porque el sujeto está
utilizando la vía fonológica, puesto que al aumentar la longitud aumenta el número
de transformaciones grafema-fonema.
� Lectura de pseudopalabras.
Se presenta una lista de pseudopalabras en la que están representadas todas las
reglas de conversión grafema y fonema (RCGF) para que las lea en voz alta, y si el
sujeto tiene dificultades es indicativo de que no está funcionando la ruta fonológica
adecuadamente, dado que es imposible leerlas por vía directa. Son esperables
mayores dificultades en las pseudopalabras de longitud larga, dado que requieren un
mayor número de conversiones grafema-fonema.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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� Lectura de palabras de frecuencia alta/baja (igualadas en longitud, concreción...).
Si el sujeto lee por la vía fonológica no aparecerán diferencias (o serán mínimas)
entre una lista de palabras frecuentes y otra de palabras infrecuentes, mientras que si
lee por la vía visual aparecerán muchas más dificultades con las palabras
infrecuentes.
Tan importante es la ejecución del niño en las pruebas anteriores corno el
análisis de los errores que comete en las mismas.
Aunque desde la psicología cognitiva se han descrito los principales errores de
cada subtipo disléxico, existen una serie de factores, corno las capacidades cognitivas,
variables sociopersonales y conductuales, métodos de instrucción, profesor, las
estrategias que usa el niño por exigencia de la tarea, como las que emplea para afrontar
sus dificultades, etc. que van a modular las manifestaciones y la severidad de la dislexia.
Dado que entre los disléxicos hay una gran heterogeneidad en sus
manifestaciones, cabe la posibilidad de que no se encuentre un perfil disléxico claro.
Por otra parte, resulta conveniente realizar, una vez iniciada la intervención,
evaluaciones periódicas de las dificultades lectoras, dado que, la dislexia se manifiesta
de forma más clara con el desarrollo.
También resulta conveniente de cara a la planificación de la intervención evaluar
otros aspectos del funcionamiento cognitivo del alumno, como la memoria, la
consciencia fonológica, las capacidades atencionales y la percepción visual y auditiva,
debido a que con frecuencia aparecen alterados en los alumnos disléxicos. En concreto,
un aspecto que merece destacarse es la evaluación de la consciencia fonológica.
Teniendo en cuenta que la consciencia fonológica no es una entidad homogénea, sino
que se consideran diferentes niveles en función de:
a) La dificultad de la tarea, es decir, de las demandas lingüísticas, analíticas y de
memoria que requiere.
b) La unidad lingüística objeto de reflexión y manipulación, su evaluación resulta
compleja. Se disponen de varias pruebas que se focalizan en la evaluación de la
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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consciencia fonológica. Entre las más conocidas están la prueba de
segmentación lingüística, que consta de diferentes tareas, como segmentación
léxica, aislar sílabas y fonemas en las palabras, omisión de sílabas y fonemas en
las palabras, omisión de sílabas en las palabras, descubrir palabras que coinciden
en la sílaba inicial y/o final, contar las sílabas en una palabra o reconocer y
pronunciar la palabra descompuesta en la secuencia de sílabas, la prueba de
análisis fonémico y la prueba de conciencia fonémica (Jiménez y Ortiz, 1995).
Un último aspecto a evaluar hace referencia al ajuste sociopersonal y conductual
del estudiante disléxico, que condicionará tanto la propia evaluación como la
implementación de la intervención.
3.- Intervención en alumnos con problemas de aprendizaje en la lectura y la escritura.
Desde el punto de vista educativo, el tema principal debe consistir en dedicar los
esfuerzos y recursos a cómo superar los problemas académicos y no académicos que
experimentan estos estudiantes. Aunque no hay una respuesta definitiva a qué
dificultades aparecen primero y a qué se debería hacer frente inicialmente, parece lógico
que la intervención se dirija en un primer momento a tratar de subsanar los problemas
asociados a los estudiantes con dificultades de aprendizaje que pueden obstaculizar la
instrucción, como los problemas en el plano conductual, para pasar, inmediatamente, a
los problemas de tipo académico.
Cuando el profesional se enfrenta con un disléxico, lo hace siempre con unas
expectativas y creencias que modulan su interpretación de la situación y los
procedimientos de intervención. Desgraciadamente, las investigaciones longitudinales
muestran la dislexia como un trastorno crónico con fuerte persistencia a largo plazo,
especialmente cuando la intervención se retrasa hasta el tercer o posteriores cursos
(Lyon, 1995). En consecuencia, aunque lo ideal sería eliminar el (los) problema (s), por
el momento el objetivo más realista que debe adoptar el profesional es reducir el
impacto de las dificultades, es decir, adoptar estrategias de afrontamiento del problema
más que de curación. Preguntarse acerca de la normalidad en la ejecución lectora a largo
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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plazo únicamente puede conducir a la frustración para el niño, su familia y para aquellos
que profesionales que intentan intervenir.
3.1.- Aproximación histórica a la intervención.
Cualquier intervención con un niño con problemas implica necesariamente unos
supuestos acerca de los mismos. La evolución de las explicaciones relativas a la
conceptualización de la dislexia, así como de las diferentes prácticas educativas, ha sido
el reflejo de las teorías que se han configurado sucesivamente como referentes
explicativos en el campo del conocimiento psicológico. Desde sus orígenes, el campo
de las dificultades de aprendizaje estuvo dominado por un enfoque médico que, aunque
generó un volumen importante de estudios dirigidos a localizar las causas de la dislexia,
tuvo escasas aportaciones de intervención eficaces. Esta situación propició la transición
de las explicaciones neurológicas a las explicaciones psicológicas (Soriano, Miranda y
Cuenca, 1999). Los primeros intentos por desarrollar programas de intervención se los
debemos a Guillighan y Stillman, y a Femald en los años treinta.
Grace Femald, durante 20 años, desde 1920 a 1940, experimentó en su clínica de
Los Ángeles un tratamiento de orientación global o de palabras para disléxicos severos,
conocido como técnica del trazado. Es también un enfoque multi-sensorial que
involucra cuatro modalidades (VAKT): Visual, Auditiva, Kinestésico y Táctil. En este
método, el niño decide las historias que quiere aprender. Los estudiantes mismos
seleccionan el vocabulario que se va a utilizar.
Así la enseñanza de la palabra es global e implica cuatro estadios:
1. El profesor escribe la palabra en un papel o en la pizarra. El niño traza la palabra
con el dedo y dice cada una de sus partes a medida que la traza. Esto se repite
hasta que el niño puede escribir la palabra sin mirar la copia. De esta forma se
entrena la memoria visual en el proceso mismo de lectura.
2. En este segundo estadio comienza cuando el niño no necesita trazar las palabras
para aprenderlas.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
62
3. El niño lee ahora directamente la palabra impresa porque se ha desarrollado
adecuadamente su memoria visual.
4. El niño ya es capaz de reconocer nuevas palabras por similitud con las que ya ha
aprendido, es decir, pasa a una fase de generalización en el aprendizaje. El
profesor suministra materiales de lectura para que el niño pueda desarrollar
conceptos que le ayuden a reconocer nuevas palabras, un vocabulario para la
lectura y para comprender el significado de grupos de palabras cuando lee
cualquier contenido.
Estos métodos pioneros fueron propuestos como métodos únicos en el tra-
tamiento de los disléxicos. Sin embargo, tras la aparición de los primeros estudios
clasificatorios, algunos autores han recomendado perspectivas de intervención
específicas para cada subtipo que resultan contradictorias; algunos recomiendan
intervenir sobre las capacidades (enfoque compensador), mientras que otros sobre las
deficiencias (enfoque rehabilitador). Así, si adoptamos un enfoque compensador, sería
recomendable un método de base fonética (el de Guillighan y Stillman) para los
disléxicos superficiales y un método global (el de Femald) para los fonológicos. Por el
contrario, la adopción de un enfoque rehabilitador implicaría la recomendación
contraria.
A partir de los años sesenta se realizó un esfuerzo notable en la definición de la
dislexia y el desarrollo de distintos procedimientos de evaluación prescriptiva, conec-
tada a las habilidades que era necesario instruir individualmente. Un elemento común en
la mayoría de las definiciones de dislexia de esta época es que dichas dificultades eran
causadas por trastornos en uno o en más de uno de los procesos psicológicos básicos
que interfieren o dificultan el aprendizaje de la lectura (percepción, atención, memoria,
etc.), que históricamente se han considerado debidos a una disfunción del Sistema
Nervioso Central.
Partiendo de esta teoría, a finales de los años sesenta y durante la década de los
setenta, se desarrollaron enfoques muy diferentes con respecto al tratamiento de la
dislexia, en los que subyacía la creencia general de que el tratamiento debía mejorar los
déficits en los procesos psiconeurológicos que se consideraban prerrequisitos del
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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aprendizaje. Los cuatro enfoques más conocidos del entrenamiento en procesos
psicológicos básicos son el entrenamiento psicolingüístico, basado en el ITPA, el
entrenamiento perceptivo visual, basado en el test de Frostig, el entrenamiento
perceptivo-motor de Kephart, estos tres muy aceptados y respetados por los
especialistas en educación de la época, y el método Doman-Delacato, que tuvo mucha
menos acogida. A lo largo de la década de los setenta, muchos de los enfoques
centrados en procesos, alejados de los aprendizajes instrumentales, se fueron abando-
nando, debido fundamentalmente a que no habían resultado ser eficaces ni para reme-
diar el rendimiento escolar ni para reducir los supuestos déficits subyacentes.
En palabras de Myers y Harrimill (1990), «a diferencia de hace 25 años, cuando
había pocas investigaciones sobre el tema, ahora ya no se puede suponer que vayan a
beneficiar a los niños que las practican. De hecho, a largo plazo incluso pueden
resultar dañinas porque: a) hacen perder tiempo y dinero, y b) proporcionan al niño un
entrenamiento placebo, cuando sus problemas requieren una intervención educativa»
(p. 448). Las voces críticas del enfoque basado en procesos se fueron suscribiendo al
denominado «principio de transferencia máxima» (Vellutino et al., 1977), que postula
que el entrenamiento de una destreza es más efectivo para el aprendizaje de otra
destreza cuando ambas están conectadas.
3.2.- Tendencias actuales en la intervención.
En la actualidad se llevan a cabo diferentes acercamientos a la intervención que,
al igual que en épocas anteriores, son el reflejo de las explicaciones relativas a la
dislexia. Así, se pueden analizar enfoques cognitivos como el de Das, basado en el
procesamiento de la información, y entrenamientos dirigidos a subsanar las deficiencias
cognitivas subyacentes a la dislexia (procesamiento fonológico, velocidad de
procesamiento). Se han omitido en este análisis algunos trabajos recientes que no
cuentan con el suficiente apoyo empírico, como los programas conductuales de
reeducación de los errores de lectura (González y Montes, 1983; Burris y Kondrick,
1998) o el uso de las lentes coloreadas de Irlen (Robinson y Conway, 1990; O'Connor et
al., 1990; Blaskey et al., 1990).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
64
a) La intervención desde la psicología cognitiva.
La psicología cognitiva viene a subrayar la importancia que tiene el estudio de
los procesos de la cognición implícitos en los aprendizajes escolares, explicando el
desnivel entre potencial y rendimiento de los estudiantes con dislexia en virtud de una
serie de deficiencias cognitivas y metacognitivas que impiden que la lectura se
desarrolle satisfactoriamente. En esencia, la mayoría de las prácticas de intervención
derivadas de la psicología cognitiva tienen un carácter rehabilitador, es decir, están
dirigidas a tratar los déficits centrales de los disléxicos (procesamiento fonológico,
secuencial...).
� El enfoque cognitivo de Das.
Das y colaboradores, a partir del modelo PASS de integración de la información:
planificación, atención, procesamiento sucesivo y simultáneo (que considera procesos
esenciales en la ejecución de todas, las tareas cognitivas), han analizado las dificultades
que tienen los disléxicos en la decodificación de palabras y fonemas. Según los autores,
los disléxicos requieren un método de instrucción que esté basado en los elementos
específicos de integración de la información que son fundamentales para la lectura y
que constituyen la causa básica de sus dificultades.
Este grupo de investigadores de la Universidad de Alberta han elaborado un
programa de mejora de la lectura (PREP: Pass Remedial Program) para la reeducación
de esas dificultades. El programa está dirigido a mejorar ciertos aspectos de las
destrezas de procesamiento de la información de los niños y aumentar sus capacidades
para leer y decodificar palabras. El programa incluye diez tipos de actividades, cada
una de las cuales con dos partes: tareas globales y tareas puente. Las tareas globales no
incluyen contenido en lectura e incluyen una serie estructurada de ejercicios que
requieren la aplicación de estrategias relacionadas con el procesamiento sucesivo, así
como la puesta en práctica de los recursos de planificación y atención. Las tareas
puente exigen los mismos procesos cognitivos que las globales, aunque en estas tareas
se utilizan letras, combinaciones de éstas, palabras o pequeños párrafos.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Cada tarea contiene tres niveles de dificultad (1, 11, 111): el grado más fácil
permite que el niño obtenga un éxito inicial con los materiales y se familiarice con la
tarea y las expectativas del programa; los niveles más difíciles se construyen sobre el
más fácil añadiéndoles complejidad.
El programa se imparte individualmente o en pequeño grupo de hasta seis niños.
La instrucción requiere entre 15 y 18 horas repartidas en aproximadamente 12
semanas. Teniendo en cuenta la trayectoria de trabajo de los autores, y dado que no lo
indican en los artículos, la metodología de trabajo debe ser a través de la mediación.
Diversas publicaciones avalan la eficacia de este enfoque de intervención para
incrementar las habilidades de reconocimiento de palabras de los disléxicos (Das,
Mislira y Pool, 1995) y de niños con dificultades lectoras no específicas (Carlson y
Das, 1995; Garrido y Molina, 1995).
� El enfoque funcional de la psicología cognitiva.
Los defensores de este enfoque destacan la necesidad de adecuar la intervención
a las necesidades de los alumnos, esto es, una vez determinado cuál o cuáles son los
mecanismos responsables del déficit lector, el tratamiento se dirigirá a recuperar ese
mecanismo defectuoso. Por tanto, no es de extrañar que la mayoría de las intervenciones
se hayan dirigido a subsanar el déficit en el procesamiento fonológico, propuesto corno
el principal déficit de todos los disléxicos.
Algunos autores (Lyon, 1995) argumentan la importancia de una intervención
temprana en la dislexia, basándose tanto en la persistencia en la edad adulta de los
déficits de procesamiento como en la estabilidad del diagnóstico a lo largo del tiempo
(88% de estabilidad de 1º a 4º, según Juel (1988), y 33% de 1º a 3º, según Shaywitz et
al., 1992). De hecho, los programas de entrenamiento en habilidades metalingüísticas en
educación infantil dirigidos a niños «en situación de riesgo» por presentar déficits
metalingüísticos parecen reducir la prevalencia de disléxicos en 2º curso (Sclineider et
al., 1999), siendo más efectivos, según una reciente revisión metaanalítica, aquellos
programas que combinan el entrenamiento en consciencia fonológica con un
entrenamiento en correspondencia grafema-fonema (Bus y Van Ijzendoorn, 1999).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Aunque se ha logrado mayor consenso sobre la naturaleza de la dislexia que
sobre los procedimientos de intervención, durante los últimos diez años algunos
estudios han evaluado la eficacia de diferentes acercamientos al tratamiento, basados
fundamentalmente en una combinación de un entrenamiento en habilidades fonológicas
con la enseñanza de la correspondencia de grafemas-fonemas (Sánchez y Rueda, 1991;
Rueda y Sánchez, 1996; Hurford, 1990; Lovett et al., 1990,1994,1997).
En un primer estudio, Lovett, Warren-Chaplin, Ransby y Borden (1990) asig-
naron a 54 disléxicos a tres condiciones de tratamiento:
• Instrucción en reconocimiento y deletreo de palabras regulares mediante la
segmentación de la palabra en sus constituyentes;
• La adquisición de las RCGF en palabras nuevas y enseñanza de palabras
irregulares mediante un método global;
• Instrucción en reconocimiento de palabras, tanto regulares como irregulares,
mediante un método global;
• Enseñanza de habilidades de solución de problemas y hábitos de estudio.
Tras 35 sesiones de entrenamiento, los dos grupos experimentales aumentaron su
exactitud y velocidad en el reconocimiento de palabras, siendo ambos procedimientos
igualmente efectivos, aunque el enfoque global produjo mayores beneficios en cuanto a
la transferencia. También se produjo un incremento y transferencia de habilidades a la
escritura de palabras nuevas, pero experimentan transferencia a la lectura de vocabulario
no instruido. Trabajos posteriores se dirigen al análisis de las dificultades de
generalización de las habilidades a la lectura (Lovett, Borden, DeLuca, Lacerenza,
Benson y Brackstone, 1994; Lovett y Steinbach, 1997).
En estos estudios, compararon dos formas de entrenamiento en identificación de
la palabra para promover la transferencia del aprendizaje en los disléxicos. Asignaron a
los disléxicos a tres condiciones de tratamiento: a) en un grupo entrenaron habilidades
de análisis y síntesis fonológica y enseñanza directa de las RCGF; b) en un segundo
grupo, se enseñaron y practicaron cuatro estrategias metacognitivas de decodificación:
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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identificación de la palabra por analogía, buscar la parte de la palabra que conocemos,
ensayar variaciones de la pronunciación de vocales y quitar los sufijos y prefijos de las
palabras multisilábicas, y c) en el tercer grupo se enseñaron hábitos de estudio.
Tras 35 sesiones de entrenamiento, los resultados mostraron no sólo efectos
beneficiosos, sino también generalización de algunas habilidades. El programa
fonológico generalizó las ganancias en el campo fonológico y el programa de enseñanza
de estrategias mostró una transferencia más amplia a palabras reales. En este último
trabajo, comprueban que los beneficios de la instrucción no disminuyen con la edad
(Lovett y Steinbach, 19971) contradiciendo la opinión de Lyon (1995), que se muestra
partidario de la intervención temprana, sugiriendo que si no se inicia la intervención
hasta tercer curso o más tarde, el 75% de los niños continuará presentando dificultades
lectoras a lo largo de sus años, escolares e incluso en la edad adulta.
Sánchez, Rueda y Orrantía (1989) también han desarrollado programas para
alumnos con dislexia fonológica, es decir, para la intervención en las dificultades por
vía fonológica o indirecta. Sin embargo, los resultados de la aplicación aislada de
alguno de los programas sólo han producido ganancias en consciencia fonológica y en
escritura, pero los efectos sobre la lectura no han sido satisfactorios (Rueda, Sánchez y
González, 1990; Sánchez y Rueda, 1991; Rueda y Sánchez, 1996), es decir, el
entrenamiento en habilidades de segmentación repercute favorablemente en la escritura,
pero no en la lectura, posiblemente porque la escritura tiene un vínculo causal y directo
sobre el conocimiento fonémico (Rueda y Sánchez, 1996).
Otros procedimientos que pueden ser útiles en la intervención en los disléxicos
superficiales hacen referencia a los procedimientos de intervención en la fluidez lectora,
aunque pueden resultar igualmente efectivos en los disléxicos fonológicos, ya que todos
los estudiantes con dislexia suelen tener una lectura lenta, vacilante, que requiere mucho
esfuerzo.
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3.3.- Diferentes planos de la intervención.
En la intervención vuelven a emerger todos los problemas que se han venido
tratando. De hecho y, aunque gran parte del análisis se ha centrado en las dificultades
más selectivas y específicas, incluso en ellas pueden aparecer como acabamos de ver
otros problemas que deben ser tratados. Los alumnos leen mal las palabras, sí, pero
también y de manera secundaria pueden tener problemas en la comprensión y en la
motivación hacia la lectura o respecto de sí mismos. Sería por ello absurdo dirigir todos
los pasos al problema supuestamente nuclear: el reconocimiento de las palabras y
olvidarnos del resto. Y ello, por la sencilla razón de que en un determinado momento, lo
más urgente no siempre es resolver el problema teóricamente más importante.
De esta manera convendría distinguir en la intervención dos planos diferentes. El
primero y el más técnico, es dotarse de recursos para hacer frente a las manifestaciones
nucleares. Sin esos conocimientos y posibilidades, conviene resaltarlo, todo lo demás
puede resultar, a la postre, un puro fuego de artificios. El segundo, ha de consistir en
asegurar las condiciones mínimas de participación de los alumnos interesados, esto es,
asegurarnos de que vean sus dificultades como algo resoluble, que accedan a
comprender el valor del lenguaje escrito y todas las posibilidades que encierra. Más
interesante todavía, que haya una adecuada coordinación entre las exigencias de esta
intervención específica y las experiencias de aprendizaje y enseñanza comunes en el
aula. A continuación se analizan algunos aspectos.
� Intervención en las dificultades con la vía fonológica.
La idea directriz de la intervención es mejorar la capacidad de los sujetos para
operar con las reglas que relacionan la fonología y la ortografía. Este objetivo general
puede requerir a su vez estos otros más específicos:
• Ayudar al niño a tomar conciencia de las distintas unidades fonológicas del
lenguaje, sílabas, fonemas, etc. Esto es especialmente importante cuando los
sujetos omiten o confunden unas letras por otras.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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• Ayudar a que el alumno adquiera o aumente su capacidad para operar con las
reglas de conversión grafema/fonema.
• Que aumenten el nivel de automatización de estas reglas.
PASOS DEL PROGRAMA "IDENTIFICACIÓN DE FONOS"
Situación: El instructor propone buscar el sonido que comparten dos palabras
1) El instructor ofrece dos imágenes.
2) El niño nombra los objetos que representan las imágenes.
3) Selecciona una de las dos palabras.
4) El niño elige otra palabra.
5) Rompen la palabra en golpes de voz.
6) El niño hace lo mismo con la suya.
7) Dibujan tantos cuadraditos como golpes de voz tiene la palabra.
8) Se comparan las sílabas una a una.
9) El niño identifica cual es el sonido común y lo articula con claridad.
Cuadro 2.10. Programa "Identificación de fonos", tomado de Sánchez, Rueda y Orrantia
(1989).
Respecto del primer objetivo, la intervención se dirige hacia que los alumnos
aprendan a identificar qué sonido o sonidos son comunes a dos palabras o segmentos
distintos. Esta intervención parece especialmente apropiado cuando los sujetos
confunden las letras correspondientes a dos fonemas (sea por ejemplo, la "s" por la "z").
O cuando omiten algún fonema en la lectura o letra en la escritura (ante "prado",
escriben o leen "pado"). Valga como ejemplo la siguiente tarea en la que se pide a los
alumnos identificar el sonido común a dos palabras, sea, por ejemplo, "taza" y “lápiz”.
El procedimiento es el siguiente: el instructor presenta las imágenes de una taza
y de un lápiz y confirma con el alumno la denominación de ambas imágenes. A
continuación le informa que los nombres de esas imágenes tienen algo que suena igual y
que deben encontrarlo. Esta tarea, como se puede comprobar, obliga al niño a segmentar
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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la palabra en sílabas y en sonidos y, a la vez, a compararlos para ver cuál "s" es común a
ambas. En el cuadro 2.10. adjunto figura como puede desarrollarse esta actividad.
Para el segundo objetivo, el dominio de las reglas, se trata no sólo de identificar
cuáles son los sonidos que componen una palabra, sino de respetar la correspondencia
entre ese sonido y el grafema correspondiente. Este segundo objetivo puede ser la
continuación lógica del anterior y servir para afianzar los logros que se hubieran
alcanzado. En este caso, se puede comenzar el entrenamiento con el programa que
denominamos "escribir una palabra".
Cuadro 2.11. Programa "escribir una palabra” tomado de Sánchez, Rueda y Orrantia
(1989).
PASOS DEL PROGRAMA "ESCRIBIR UNA PALABRA"
ACTIVIDAD EJEMPLO
1) Escucha la palabra oral /cantante/
2) Rompe la palabra en golpes de voz can/tan/te/
3) Cuenta el número de golpes de voz tres golpes
4) Dibuja tantos cuadrados como golpes de voz � � �
5) Articula con claridad cada una de las sílabas /ccaaannn../
6) Cuenta el número de sonidos /can/
tres sonidos
/tan/
tres sonidos
/te/
dos sonidos
7) Divide cada cuadrado según el número de sonidos � � � � � � � �
8) Escribe las grafías correspondientes /ccaann/ c a n
/taann/ t a n
/tee/ t e
9) Escribe la palabra entera y unida cantante
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Finalmente, se propone incrementar la automatización de las reglas, y que los
alumnos apliquen estas habilidades cuando han de leer textos. Para ello, cabe emplear
alguna forma de lectura conjunta (Solé, 1992; Lacasa, Martín y Anula, 1994; Sánchez,
1993; y, especialmente, Sánchez, 1997). La noción básica es que alumno y tutor se
repartan la responsabilidad de la tarea y que gracias a esa colaboración consigan ambos
alcanzar una plena comprensión de lo leído.
Así, el alumno se encarga de una parte del proceso y el tutor del resto, y juntos
alcanzan la interpretación global del texto. De manera más concreta, si asumimos que
los distintos componentes implicados en la lectura de un texto son estos:
1) Pasar de palabras a ideas (o proposiciones).
2) Conectar las ideas (que reflejan acciones, acontecimientos o estados del
mundo o de los personajes) entre sí.
3) Integrar distintos significados en una idea global.
4) Conectar en un esquema global los distintos significados.
5) Conectar el significado extraído del texto con nuestra representación de la
realidad.
Se trataría de que el alumno se responsabilice, en función de sus posibilidades,
de uno o más niveles. Obviamente, cuanto más dificultades tenga, menor habrá de ser su
compromiso. En función de estas nociones, es posible diseñar la lectura conjunta
(Cuadro 2.12.) atendiendo a estos principios elementales:
1) Asignar una responsabilidad al alumno que le suponga poner en juego lo
mejor de sí mismo.
2) Responsabilizarse el tutor del resto de las actividades de comprensión.
3) Revisar la asignación de responsabilidades en función de la capacidad de los
alumnos y aumentar progresivamente el papel del alumno reduciendo,
correlativamente, la del profesor.
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Dificultades y Trastornos”.
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Si un sujeto tiene dificultades importantes en el reconocimiento de las palabras, comete
-por ejemplo- un error de cada cuatro o cinco palabras, se podría organizar la lectura
conjunta en estos términos:
a) Se repartirán de forma expresa la tarea de leer un relato especialmente interesante. El
alumno se encargará de una de las oraciones simples y el tutor de la siguiente y así hasta
el final del relato.
b) La tarea del alumno será la de leer la oración a su ritmo y parafrasear su significado
de manera que él mismo pueda comprender su paráfrasis. El tutor no intervendrá incluso
cuando haya errores, salvo que el alumno se muestre incapaz de cumplir la tarea. En ese
caso tratará de identificar junto con el alumno en qué punto aparecieron las dificultades.
c) El tutor se encargará del resto de los procesos: esto es, conectar las distintas
proposiciones, derivar el significado global de lo que se está leyendo (recapitulando "o
sea que..."), esclarecer las relaciones entre las ideas (anticipando ¿Qué hará el príncipe
ahora?), conectarlas con el mundo real.
Cuadro 2.12. Un ejemplo de lectura conjunta. Tomado de Sánchez y Rueda (1997).
De esta manera, el alumno puede enfrentarse a la lectura de textos atractivos según
sus posibilidades y ejercitar en un contexto lleno de significado las habilidades de
reconocimiento de palabras.
� Intervención en las dificultades con la vía léxica.
En el caso de los alumnos con alteraciones en la vía léxica parece necesario
ayudarles a que operen con la representación ortográfica completa de las palabras. Una
estrategia factible es asegurarse de que cuenten con un vocabulario ortográfico mínimo,
bien seleccionado e ir incrementando, progresivamente, su extensión. Así, la
experiencia repetida con las mismas palabras, configurar un diccionario básico,
consultarlo repetidamente con actividades potencialmente relevantes... serían
actividades básicas para esta intervención.
De la misma manera que se ha visto en este mismo apartado, la lectura conjunta,
podría proporcionar de manera algo más natural esa misma experiencia con las palabras.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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� Condiciones mínimas para la intervención.
En muchas ocasiones, lo urgente como se señaló anteriormente, es reestablecer
la motivación por la lectura y no tanto la mejora de las habilidades más específicas. En
ese sentido, proporcionar experiencias gratificantes en el uso comunicativo de la lengua
escrita puede ser lo más importante. Muchas de las sugerencias de lo que se denomina
lenguaje integrado podrían emplearse en este. De hecho, la lectura conjunta a la que se
ha hecho referencia en el punto anterior, podría entenderse en este mismo sentido.
Además, es importante ayudar a los alumnos a percibir sus problemas de manera
resoluble. En este sentido, es sabido que muchos alumnos acaban teniendo una idea
desajustada de sus problemas ("es que para esto no valgo", "este se me da muy mal").
De ahí la necesidad de modificar esas creencias iniciales, antes o al mismo tiempo, que
progresa la intervención. Para ello, sería factible ayudarles a redefinir cuáles son
exactamente sus dificultades (me como la letra "r" en las palabras difíciles) y a construir
metas factibles (rebajar el número de veces que me como la "r": sólo dos de cada diez
palabras difíciles).
Finalmente, es importante que esas redefiniciones y esas metas sean compartidas
por todos los implicados: padres, profesores, tutores, de apoyo, etc. De esta manera, en
un momento determinado, el objetivo o meta deberá ser la misma para todos, y con el
mismo grado de precisión. El alumno puede vacilar, rectificar, cambiar de línea, pero,
ahora se trata, ¡SÓLO! de que rebaje el número de veces que omite la “r”.
Estas medidas que aquí tan sólo se han esbozado deben contemplarse con un
sano escepticismo. Son las medidas que parecen, a la luz de las investigaciones,
necesarias, pero están lejos de poder resolver completamente los problemas de los
alumnos. En realidad esos problemas, aunque puedan paliarse de un modo más que
apreciable y permitir un buena adaptación de los alumnos a las exigencias escolares, no
son en rigor "curables". Y eso quiere decir, que no se puede esperar que los alumnos
puedan llegar a leer con esa pasmosa facilidad que caracteriza a los lectores
competentes cuando pasean sus ojos por la página impresa. Por eso, una de las
principales responsabilidades respecto de estos problemas tan específicos es entender
estas limitaciones sin que ello suponga desmayar en los intentos por superarlas.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 2
1- ¿Cuál es la definición de los trastornos de lectura según el DSM-IV?.
2- Los errores más comunes que muestran los alumnos con dificultades en la vía léxica
son:
a) Errores en palabras extranjeras, problemas en la fluidez y en diferenciar el
significado de palabras que suenan igual.
b) Errores en palabras extranjeras, igual tiempo en la lectura de palabras
potencialmente familiares y no familiares, problemas en la fluidez,
problemas en diferenciar el significado de palabras que suenan igual y si la
fluidez estuviera mermada, ocasionaría además problemas de comprensión.
c) Errores en palabras familiares y problemas en la comprensión.
3- Las actividades fundamentales para evaluar las vías de acceso léxico son:
a) Lectura de palabras y pseudoplabras y pseudohomófonos.
b) Comprensión de homófonos y lectura de palabras de frecuencia alta/baja.
c) Comprensión de homófonos, decisión léxica de pseudohomófonos, lectura
de palabras y pseudohomófonos, lectura de palabras largas/cortas
equilibradas en frecuencia de uso, concreción y categoría gramatical, lectura
de pseudopalabras y lectura de palabras de frecuencia alta/baja.
4- Señale los pasos más importantes del modelo de intervención “Lectura Conjunta” de
Sánchez y Rueda (1997).
5- ¿Cuáles serán los aspectos más importantes que han de estar presentes en la
evaluación de los PA?.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 2
1- Los criterios diagnósticos explicados por la DSM-IV son los siguientes (cuadro2.2):
- El rendimiento en lectura (esto es, velocidad, exactitud o comprensión de la
lectura), medido mediante pruebas normalizadas y administradas
individualmente, se sitúa sustancialmente por debajo de lo esperado, dados la
edad cronológica del sujeto, su coeficiente de inteligencia y la escolaridad
propia de su edad.
- La alteración del criterio A interfiere significativamente el rendimiento
académico o las actividades de la vida cotidiana que exigen habilidades para la
lectura.
- Si hay un déficit sensorial o retraso mental, las dificultades para la lectura
exceden de las habitualmente asociadas a él.
2- b). Cuadro 2.8.
3- c). Apartado 2 b.
4- El modelo de Lectura Conjunta está organizado en los siguientes términos donde
participa el alumno con su tutor (cuadro 2.12):
a) Se repartirán de forma expresa la tarea de leer un relato especialmente
interesante. El alumno se encargará de una de las oraciones simples y el tutor de
la siguiente y así hasta el final del relato.
b) La tarea del alumno será la de leer la oración a su ritmo y parafrasear su
significado de manera que él mismo pueda comprender su paráfrasis. El tutor no
intervendrá incluso cuando haya errores, salvo que el alumno se muestre incapaz
de cumplir la tarea. En ese caso tratará de identificar junto con el alumno en qué
punto aparecieron las dificultades.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
76
c). El tutor se encargará del resto de los procesos: esto es, conectar las distintas
proposiciones, derivar el significado global de lo que se está leyendo
(recapitulando "o sea que..."), esclarecer las relaciones entre las ideas
(anticipando ¿Qué hará el príncipe ahora?), conectarlas con el mundo real.
5- En la evaluación diagnóstica de un alumno con posibles PA han de estar presentes los
siguientes aspectos que intentan recoger aspectos individuales y sociales que le rodean
(apartado 2 a):
1) la categorización del alumno (disléxico, variedad jardín);
2) la descripción de sus estrategias para leer, reconocer las palabras escritas;
3) la descripción de su modo de proceder ante textos,
4) la valoración del contexto y, por tanto, de la distancia entre lo que se le pide
hacer y lo que realmente está en condiciones de realizar con y sin ayudas.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
77
BIBLIOGRAFÍA DE AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 2
BERNALDO DE QUIRÓS, J. (1980). El Lenguaje Lectoescrito y sus Problemas..
Madrid: Médica Panamericana.
CASSANY, D. (1994). Aprender a Escribir. La Cocina de la Escritura. Barcelona:
Anagrama.
DEFIOR CITOLER, S. (1996). “Una clasificación de las tareas utilizadas en la
evaluación de las habilidades fonológicas y algunas ideas para su mejora”.
Infancia y Aprendizaje, pp. 67-80.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
78
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 2
Dislexia adquirida: existen problemas en la lectura en personas que previamente
eran competentes como consecuencia de una lesión cerebral.
Dislexia evolutiva: existen dificultades graves en la adquisición inicial de la
lectura sin que estén presenten daños cerebrales, dándose una inteligencia normal y
estando excluidos otros problemas como alteraciones emocionales severas, un contexto
sociocultural desfavorecido, haber carecido de oportunidades educativas adecuadas o
dándose un desarrollo insuficiente del lenguaje oral.
Dislexia evolutiva fonológica: Dificultad en la adquisición del procedimiento
subléxico por problemas fonológicos, perceptivos-visuales o neurobiológicos.
Dislexia evolutiva superficial: dificultad en la adquisición del procedimiento
léxico por problemas fonológicos, perceptivo-visuales o neurobiológicos.
Dislexia evolutiva profunda: dificultad de adquisición de ambos procedimientos
por problemas fonológicos, perceptivo-visuales o neurobiológicos.
Regla de conversión grafema-fonema (RCGF): asociación de una letra o grafía a
aquel sonido o sonidos que le corresponden según el idioma.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
79
UNIDAD DIDÁCTICA 3:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE
DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA (3):
RELACIONADOS CON LOS PROCESOS
DE COMPOSICIÓN ESCRITA.
Estela D’Angelo.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
80
ÍNDICE DE LA UNIDAD 3:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA Y LA
ESCRITURA (3): RELACIONADOS CON LOS PROCESOS
DE COMPOSICIÓN ESCRITA.
RESUMEN DE LA UNIDAD 3...................................................................................82
DESARROLLO DE LA UNIDAD 3 ...........................................................................83
1.- Los problemas de aprendizaje en los procesos de lectura y escritura .....................83
2.- Evaluación de los procesos de escritura: Detección de problemas
de aprendizaje .........................................................................................................96
3.- Mejora de las estrategias de escritura: caracterización de los procesos
de interacción educativa ........................................................................................100
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 3 ...............................................................112
CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 3 ....................................113
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
81
BIBLIOGRAFÍA DE AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 3 ........................................114
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 3.....................................................114
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
82
RESUMEN DE LA UNIDAD 3
Las producciones escritas de los alumnos con problemas de aprendizaje en los
procesos de composición muestran palabras con una gran cantidad de faltas de
ortografía, errores de sustitución y omisión de letras, uniones y fragmentaciones
incorrectas, tramas textuales muy breves y pobremente organizados (muy poco
cohesionadas), puntuación inadecuada, ideas entrecortadas (falta de coherencia), etc.
Durante mucho tiempo se ha considerado que todos estos problemas eran
debidos a factores intrínsecos del niño. Era el sujeto el que tenía que cambiar para que
se solucionaran los PA. Sin embargo, si atendemos a la gran cantidad de procesos que
intervienen en la realización de composiciones escritas y su alta complejidad, nos
damos cuenta de que lo extraño sería no tener problemas.
Si analizamos esta problemática desde una perspectiva vigotskiana y cognitiva,
nos encontramos con un amplio abanico de capacidades heterogéneas y un camino para
ajustar los métodos de enseñanza a los procesos desarrollados en la composición escrita.
La problemática pasa a desplazarse fuera del individuo.
En este capítulo revisamos los procesos de composición escrita, las
problemáticas que pueden plantear y consideraciones metodológicas, evaluativas y de
mejora para paliar, de la mejor forma posible, los PA que atañen a este campo de la
composición escrita.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
83
DESARROLLO DE LA UNIDAD 3
1.- Los problemas de aprendizaje en los procesos de composición escrita.
En la composición de un texto actúan diferentes procesos de una manera
recursiva y compleja. Esta acción conjunta da unidad al acto de escribir, principalmente
en lo que respecta a la planificación pues este momento determina el tipo de estrategias
a utilizar durante todo el proceso de escritura. Ante esta complejidad no es extraño que
los niños experimenten problemas (con frecuencia, este tipo de dificultades son
mayores, incluso, que las relacionadas con la lectura). La atención en los problemas de
aprendizajes relacionados con los procesos de composición escrita empezó a
experimentar cambios sustanciales a partir del último tercio del siglo pasado debido a
varias causas, entre ellas, el cuestionamiento que causó la publicación del Bay Area
Writing Project (1978) con relación a la necesidad de incrementar el interés de mejorar
las prácticas educativas referidas al lenguaje escrito, la incidencia de las dificultades de
la escritura en los aprendizajes escolares, los nuevos planteamientos teóricos en el
campo de la psicolingüística, etc.
La reacción que al respecto se produjo en los últimos años ha dado por resultado
la expansión de numerosas publicaciones, reflejando así, el interés por la investigación
en este campo. Prácticamente todos los planteamientos, a pesar de provenir de diversos
modelos explicativos de los PA, han coincidido en interpretar que las causas de dichas
dificultades residen, casi en exclusivo, en el alumno (criterio intrínseco). Es decir,
identifican y diagnostican en el alumno el origen de la dificultad para aprender y por
tanto, consideran que es el sujeto quien tiene que cambiar para superar el problema.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
84
De este modo se identificaron una serie de factores que podrían explicar las
dificultades de los niños con PA en relación con su papel de escritor (Englert, 1990;
Graham, Harris, McArthur y Shwartz, 1991), centrándose fundamentalmente en los
siguientes términos:
� Problemas en la producción del texto por falta de automatización de los
procedimientos de escritura de palabras, lo cual puede interferir en la generación de
las frases e ideas.
� Inmadurez o ineficacia en las estrategias empleadas respecto a los diferentes
procesos.
� Falta de conocimiento sobre los procesos y subprocesos implicados en la escritura o
dificultad para acceder a ellos, lo que implica una carencia en las capacidades
metacognitivas de regulación y control de su actividad.
� Dificultades en el ámbito grafomotriz (en poca medida).
En un intento de avanzar hacia la búsqueda de otras causas que puedan producir PA
en este ámbito, atendiendo a la complejidad de los actos de escritura, en los últimos
años han surgido voces que señalan que interpretar los PA como producto de causas
intrínsecas supone orientar los procesos de diagnosis al análisis de las características del
alumno en detrimento del análisis de otras fuentes causales con mayor potencialidad
explicativa. Implica, por tanto, interpretar las características intrapersonales en términos
de déficits o discapacidades (obstáculos para aprender) y, asimismo, asumir que el
objetivo de la diagnosis se centra en la identificación de déficits específicos en el
alumno (es decir, que dichos déficits constituyen la esencia de los contenidos
seleccionados para desarrollar en los procesos de intervención, que los procesos de
intervención están guiados por los déficits identificados, que no se tienen en cuenta otro
tipo de factores causales tales como las características de los contenidos o de los
procesos de influencia educativa y de su interacción, etc) (Escoriza Nieto, 2000). En
consecuencia, este propone contemplar los siguientes aspectos:
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
85
a) Participar de la interpretación y del análisis vygotskiano de la discapacidad.
Se otorga una primacía total a la influencia de los factores socioculturales, tanto
en lo que hace referencia a la etiología como a la intervención. Vygotsky interpreta que
el desarrollo de un niño con algún tipo de discapacidad no está obstaculizado por un
déficit, sino que se mostrará cualitativamente diferente. La epistemología vygotskiana
de la discapacidad responde a los siguientes rasgos definitorios (Das,1995):
� El desarrollo de la persona discapacitada es cualitativamente diferente y no más
lento o inferior en términos cuantitativos que el de la persona sin discapacidad.
� Las capacidades cognitivas son diversas y heterogéneas, tanto en el caso de las
personas con discapacidad como sin ella, y su desarrollo personal procede en formas
similares en el contexto de su medio sociocultural (de modo que no existen
discapacidades, sino más bien una extensa diversidad de capacidades).
b) Formular propuestas desde la concepción constructivista del aprendizaje
escolar y de la enseñanza, en tanto constituyen la fundamentación más adecuada
para explicar los PA.
Ello implica, entre otras cosas:
� Que el análisis de la etiología de las dificultades de aprendizaje debe focalizarse
y contemplar la interacción funcional y simultánea de las características y
naturaleza de los tres componentes básicos de los procesos de enseñanza-
aprendizaje: la persona que aprende, el profesor que guía el proceso de
aprendizaje del alumno y los contenidos que constituyen el objeto de enseñanza-
aprendizaje (situar las causas de PA en el triángulo interactivo constituido por
alumno-profesor-contenidos) o considerar a los procesos de interacción alumno-
profesor-contenido como la unidad de análisis más pertinente y relevante con
respecto a la explicación, diagnosis e intervención de las dificultades de
aprendizaje.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
86
� Que los procesos de diagnóstico deben centrarse, primordialmente, en el
análisis de los mecanismos de influencia educativa que operan en los procesos de
enseñanza-aprendizaje: negociación de sistemas de significados y de traspaso
gradual en el control de la actividad. Esto permitirá introducir modificaciones en
los sistemas mediacionales (instrumental, semiótico, etc.) que han estado
operando y, de este modo, diseñar y aplicar una propuesta educativa más
adaptada a las características y necesidades educativas del alumno, así como,
alcanzar niveles más elaborados de comprensión compartida en la comunicación
o de intersubjetividad (la remediación como estrategia general de intervención
para atender a la diversidad de necesidades educativas).
Cada vez con mayor precisión el mundo profesional expresa que los ámbitos en
los que pueden generarse PA relacionados con la composición escrita no son, en
exclusivo, las características específicas del alumno (biológicas y cognitivas), sino el
deterioro que éste puede tener respecto a determinados conocimientos específicos, por
tanto, la interiorización de los mismos puede exigir, en determinados alumnos, ayudas
educativas concretas, diferenciadas, diversificadas y diagnosticables durante los
procesos de influencia educativa.
Desde esta mirada, Escoriza y Boj (1997) señalan que este conocimiento
deficitario puede estar relacionados con: Las convenciones lingüísticas, la integración o
simultaneidad de las exigencias cognitivas de la actividad de escritura, el desarrollo del
proceso de composición escrita en situación comunicativa, el sistema de producción
semántica y lingüística independiente, el conocimiento del proceso de escritura, el
conocimiento de la estructura de los diferentes grupos de géneros discursivos y el
conocimiento explícito de los componentes estructurales superficiales del lenguaje.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
87
� Las convenciones lingüísticas.
Análisis e identificación de los problemas que se puedan generar en las relaciones entre
conocimiento y expresión del conocimiento mediante el lenguaje escrito a lo largo del
proceso de escritura.
Activación de lo que
sabemos acerca del tema.
Procesos cognitivos que
intervienen en la expresión
del conocimiento mediante
el lenguaje.
Activación de las
convenciones ligüísticas.
Expresión de ideas
específicas, repetición de
ideas para resaltar
importancia, empleo de
términos correcto.
Dificultades: Hayes y Flower (1980).
Identificables a nivel del empleo inadecuado de las convenciones lingüísticas en el
proceso de escritura. El empleo correcto de dichas convenciones, plantea dos
exigencias básicas de naturaleza integrada: conocimiento de las convenciones
lingüísticas, relativas a la composición de discursos escritos concretos, y su aplicación
en el proceso de composición escrita.
Cuadro 3.1.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
88
� La integración o simultaneidad de las exigencias cognitivas de la actividad de
escritura.
Flower y Hayes (1980).
Procesos de composición escrita Operaciones Cognitivas
o Dinámico.
o Recursivo.
o Generar e integrar conocimientos.
o Empleo de convenciones ligüísticas.
o Adaptación a los objetivos.
o Adaptación a la audiencia...
Mc Arthur, Schawartz, y Graham (1991).
Dificultad a superar Procesos cognitivos y metacognitivos
o Los procesos de intervención educativa
tienen que ayudar a los alumnos a
coordinar todos los procesos cognitivos
y metacognitivos implicados en la
composición del discurso escrito.
o Determinar los objetivos.
o Generar información a partir de
diversas fuentes.
o Conocer los géneros discursivos.
o Atender al estilo.
o Evaluar y controlar el resultado de la
actividad personal.
o Distanciarse de la conversación y
aproximarse a la composición.
Bereiter y Scardamalia (1987).
La dificultad más importante en este ámbito es explicable en base a la interferencia
potencial que se pueda producir en la relación funcional existente entre los factores
cognitivos básicos de nivel inferior y de nivel superior durante el proceso de
composición.
Graham y Cols. (1991).
Cuando las demandas mecánicas de la escritura fueron suprimidas se facilita una mayor
accesibilidad a los conocimientos y una generación más efectiva del contenido.
Cuadro 3.2.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
89
Thomas, Englert y Greeg (1987).
Naturaleza De Los PA
Las características de su
estructura.
Las unidades de
información.
Conocimiento de diversas
estructuras específicas.
La prosa expositiva
presenta una estructura no
familiar, variable y mal
definida. Ello genera una
cierta tendencia a decir el
conocimiento, es decir, a
convertir el proceso de
escritura en un proceso
lineal asociativo de
proposiciones acerca de lo
que se sabe del tema y en
el orden en que son
generadas.
El proceso de elaboración
de la composición escrita
expositiva requiere que el
escritor mantenga
activamente en la
memoria, al menos, dos
unidades de información:
por una parte,
explicitación de la
estructura del discurso
expositivo y de las
intenciones comunicativas
y, por otra, generación de
las proposiciones relativas
a la información nueva e
información dada.
La trama textual
expositiva requiere
exigencias cognitivas
relativas al conocimiento
de las diversas estructuras
específicas que definen
las relaciones semánticas
entre las proposiciones
(comparación-contraste;
problema -solución;
causa-efecto; etc.).
Cuadro 3.3.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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� El desarrollo del proceso de composición escrita en situación comunicativa.
Collins y Williamson (1984).
Particularidades del
proceso de composición
escrita.
El escritor:
o Genera ideas.
o Formula planes y objetivos.
o Expresa sus ideas y las organiza.
o Evalúa su propio proceso de composición escrita.
o Revisa el texto producido.
o Edita.
Objetivo más importante o Conseguir que el significado sea comprensible para los
demás y que tenga una clara referencia social.
Dificultad o La abreviación semántica o falta de formulación explícita
de significados, por tanto, para construir un significado
implícito se debe recurrir a una mediación directa del
lenguaje oral en los aspectos en los que no se ha
producido una elaboración del sistema de significados
conducente a una comunicación más efectiva con la
audiencia real o potencial.
Cuadro 3.4.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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� El sistema de producción semántica y lingüística independiente.
Bereiter y Scardamalia (1987).
Dificultad identificada en el proceso de
composición escrita.
Ineficacia del sistema de producción
independiente o empleo de claves externas
para la continuidad del discurso escrito (el
proceso de escritura carece de apoyo
conversacional).
Graham y Cols. (1991).
Las personas con PA tienen dificultades para la producción continuada del lenguaje
durante la escritura sin ayuda externa.
Proceso cognitivo implicado. Capacidad para distanciarse de la
conversación y aproximarse a la
composición.
Dificultad identificada en el proceso de
composición escrita.
La ausencia, de la ayuda conversacional,
tiene como consecuencia la finalización
prematura del proceso de composición
escrita. Esta dificultad tiene su origen en el
empleo poco efectivo o inadecuado de
estrategias y procedimientos para generar
y organizar el conocimiento de forma
independiente.
Cuadro 3.5.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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� El conocimiento del proceso de escritura.
Graham y Cols. (1991).
Las personas con PA poseen un conocimiento insuficiente acerca de los componentes
cognitivos y metacognitivos del proceso de escritura.
Dificultad general: la producción de la escritura y en una tendencia a focalizar la
actividad cognitiva en "decir el conocimiento" y en la ejecución de las habilidades
básicas.
Proceso de Planificación
La planificación queda reducida a un proceso de formular y contestar
preguntas.
Proceso de Textualización
Este proceso se convierte en una producción semiente del flujo
argumental: cantidad y calidad de las ideas que han sido relacionadas,
tipo de relación existente y grado de adecuación en la que han sido
expresadas.
Dificultades
observadas,
atribuibles a
un
conocimiento
inadecuado
del proceso
de escritura:
Proceso de Revisión
Las revisiones efectuadas se caracterizan, fundamentalmente, por ser
revisiones superficiales. Algunos autores atribuyen, este tipo de
revisiones, a la dificultad personal para evaluar críticamente las propias
composiciones escritas.
Cuadro 3.6.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
93
� Conocimiento de la estructura de los diferentes grupos de géneros discursivos.
Bakunas (1996).
Principal dificultad en la
elaboración de la composición
escrita.
La generación del contenido y no en la forma de
expresarlo mediante el lenguaje.
Constituyen una ayuda para acceder al conocimiento
temático que posee el escritor.
Atribuye a la dificultad en
aplicar los conocimientos
relativos a la estructura del
discurso escrito, ya que dichos
conocimientos:
Facilitan la producción del discurso escrito ya que la
estructura proporciona una representación cognitiva
que ayuda a generar y organizar las ideas que
constituyen la base del proceso de textualización.
Bereiter y Scardamalia (1987).
Aconsejan que, durante el proceso de planificación, se establezcan relaciones
sistemáticas entre el tema elegido y el género discursivo seleccionado ya que, éste
último, determina de una manera concreta las categorías informativas que deben ser
incluidas en el discurso y su organización a lo largo de la progresión temática.
Primer momento
Operan sobre la activación de representaciones
mentales relativas al contenido organizado en
unidades semánticas relevantes al tema
seleccionado.
La importancia del conocimiento
estructural se justifica en el hecho
de que las estrategias cognitivas
operan, en dos momentos, sobre
representaciones mentales
organizadas durante el proceso de
escritura.
Segundo momento
Operan sobre su transformación para aplicarlas
en el proceso de reconstrucción de un
determinado género discursivo.
Cuadro 3.7.
� El conocimiento explícito de los componentes estructurales superficiales del
lenguaje.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
94
En este ámbito podemos analizar las siguientes categorías:
Los signos de puntuación. Cooper y Cols. (1984).
Dificultades identificadas. o Empleo inadecuado del punto al final de frase.
o Omisión de comas o su aplicación innecesaria a nivel
interproposicional.
Las construcciones sintácticas.
Categorías. o Grado de aceptación sintáctica.
o Grado de complejidad sintáctica de las frases
elaboradas.
La estructura fonológica.
En el sistema ortográfico castellano, como en todo sistema alfabético, las unidades
fonémicas son representadas mediante unidades grafémicas.
Dificultades. o Explicitación del conocimiento fonético.
o Manipulación y control consciente.
Los fonemas que generan mayor dificultad, en la comprensión de las correspondencias
grafemofonémicas, son las consonantes oclusivas entre sí, las líquidas entre sí y las
nasales, y las labiales entre sí. Esta serie de problemas han sido observados en personas
muy dependientes de la ortografía fonética superficial. De acuerdo con la propuesta de
Treiman, acerca de la estructura jerárquica interna de la sílaba, los fonemas más
afectados por el principio de coarticulación son: el segundo fonema consonántico en
ataque silábico (grupo consonántico, ejemplo: pr) y el fonema consonántico en rima
silábica (ejemplo: am, al).
La representación del lenguaje a nivel grafémico. (Bain, 1991).
Dificultades. o Englobadas bajo la denominación de disgrafías.
o Consideradas como trastornos derivados de dificultades
en la integración viso-motora de la información.
o Constituyen indicadores de dificultades a la hora de
proceder a la representación gráfica (ejecución de
esquemas psicomotores) de la información visual
(imagen mental de la palabra).
Cuadro 3.8.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
95
Las producciones escritas de los alumnos con PA en los procesos de
composición muestran palabras con una gran cantidad de faltas de ortografía, errores de
sustitución y omisión de letras, uniones y fragmentaciones incorrectas, tramas textuales
muy breves y pobremente organizados (muy poco cohesionadas), puntuación
inadecuada, ideas entrecortadas (falta de coherencia), etc. En algunos casos se trata de
alumnos que, aunque logran codificar correctamente el principio alfabético, presentan
grandes dificultades para ejecutar los procesos cognitivos subyacentes a la composición
tanto de generación del contenido como los sintácticos o lo de estructuración y
planificación del texto. Suelen no hacerse responsable de revisar su composición y,
generalmente, no son conscientes de los procesos ni de las exigencias que plantea la
redacción de una trama coherente y, además tienden a sobrestimar sus capacidades
escritoras lo cual produce la escasa regulación y control de su actividad (Englert, 1990).
Se comportan, siguiendo a Bereiter y Scardamalia (1987), como escritores no
expertos (“dicen el conocimiento”), presentando amplias dificultades para enfrentarse a
la tensión que provoca el conflicto dialéctico (propio de los escritores expertos que
pueden, además, “transformar el conocimiento”): conflicto entre el espacio sustantivo
constituido por las creencias y los conocimientos del escritor y el contenido, y el
espacio retórico, que se refiere a los conocimientos sobre la estructura formal del
discurso, a los tipos de textos, a los problemas de composición en sí misma y a la toma
en consideración de la audiencia y de las metas a alcanzar.
La mayor parte de los textos que producen los niños con PA en los procesos de
composición escrita, según Bereiter y Scardamalia (1982), siguen un proceso del tipo
“contar el conocimiento”: tienen dificultades para planificar lo que van a escribir y una
vez que tienen el tema, empiezan a escribir inmediatamente utilizando la estrategia
“tema más detalle”, sin elaborarlo realmente. Cabe analizar si las estrategias de
enseñanza refuerza, o no, esta forma de resolver la escritura, dependiendo de la atención
prestada a los aspectos visibles y superficiales, y a los estructurales del texto: en muchos
casos la metodología y los criterios de evaluación se orienta más a resolver aspectos
formales de ortografía, vocabulario, e incluso a los procedimientos para relacionar las
frases o diferentes maneras de expresar la misma idea, pero pocas veces se trabaja la
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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organización general del texto y su estructura, y menos aún a los procesos de
planificación, textualización y revisión de los distintos discursos que se escriben.
Incluso, el abordaje de las estructuras textuales se realiza con una función
prioritariamente metalingüística, situación muy alejada de la variedad de funciones que
implica el auténtico uso del lenguaje escrito: en las aulas se suele escribir sin tener que
decir nada a nadie. En este contexto se dificulta la elaboración del conocimiento
específicamente lingüístico y el general. Este procedimiento didáctico, que suele ser
habitual, se acentúa en los casos de alumnos con PA en los procesos de escritura: dadas
sus dificultades se insiste predominantemente en la mejora de los aspectos de bajo nivel
con escasa atención a la composición escrita.
2.- Evaluación de los procesos de escritura: detección de problemas de aprendizaje.
� Instrumentos de evaluación.
Características Básicas.
- Existen pocas pruebas estandarizadas
- Datan de muchos años
- Se centran en los aspectos tradicionales de grafo-motricidad y ortografía
- Apenas hacen referencia a los procesos que subyacen a la composición
- En muchas ocasiones están integradas en la evaluación del lenguaje en un ciclo de
enseñanza o unidas a la evaluación de la lectura.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
97
Ejemplos de pruebas estandarizadas.
- Bartolomé, M. y otros (1986). Batería de pruebas de lenguaje. Fin del ciclo inicial.
Barcelona: CEAC.
- Cañado, M.L. y Pérez González, J. (1988). Diagnóstico y tratamiento de las
dificultades ortográficas en el CI de la EGB y en el CM. Valladolid: Miñón.
- Cañado, M.L.; Gómez-Villalba, E. y Pérez González, J. (1996). La evaluación de la
composición escrita, Textos (en prensa).
- Cervera M. y Toro J. (1980). Test de análisis lecto-escritura TALE. Madrid: Pablo
del Río.
- Condemarin, M. (1990). Test de cloze: aplicaciones psicopedagógicas. Madrid:
Visor.
- Condemarin, M.; Chadwick, M. y Milicic, M. (1985). Manual de evaluación y
desarrollo de las funciones básicas para el aprendizaje escolar. Madrid: CEPE.
- Fernández Pózar, F. (1983, 1988). BP-3. Batería pedagógica n'3. Evaluación de la
Lengua Castellana en el Ciclo Medio. Madrid: TEA.
- Ferreres, V. (1984). Enseñanza y valoración de la composición escrita. Madrid:
Cincel-Kapelusz.
- García Nuñez, J. A.; León, O. (1989). THG: test de habilidades grafomotoras.
Madrid: TEA.
- Huerta, E. y Matamala, A. (1992). Test CEAL de Control de la Evaluación del
Aprendizaje de la Lectoescritura. Madrid: Centro de Psicodiagnóstico y
Recuperación Infantil.
- Mora Mérida, J. A. (1993). BEHNALE. Batería evaluadora de las habilidades
necesarias para el aprendizaje de la lectura y escritura. Madrid: TEA.
- Ortiz, Mª R. y Jiménez, J. E. (1994). CLE. Prueba de conocimientos sobre el
lenguaje escrito(a). Madrid: TEA.
- Pérez González, J. (1980), Diagnóstico ortográfico. Vida Escolar, 195-196, 50-58.
- Seisdedos, N. (1980). 0-2. Ortografía 2. Madrid: TEA (10 años en adelante).
- Seisdedos, N. (1989). Infografía (Trat. textos por ordenador). Madrid: TEA.
Cuadro 3.9.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
98
� Evaluación de los distintos procesos que intervienen en la lectura y la escritura.
La reinterpretación de estas pruebas desde un enfoque cognitivo, la valoración
de aspectos cuantitativos y cualitativos, ya que dan indicaciones sobre cuales son los
procesos que no se han desarrollado adecuadamente, el uso de pruebas no
estandarizadas, relacionadas con la evaluación de los procesos y subprocesos cognitivos
que intervienen en la escritura, y la evaluación del lenguaje oral para establecer el grado
de especificidad del problema, pueden ayudar a determinar mejor los problemas de un
niño.
Aspectos a evaluar: conocimiento de los patrones motores de las
letras y sus alógrafos y la coordinación grafomotora.
Procesos Motores
Actividades:
- copia o dictado de letras o palabras.
- Dibujo, picado, punteado, seguir caminos, etc., para evaluar la
coordinación vasomotora.
- Contrastar escritura a máquina con la escritura manual, para
descartar procesos léxicos.
- Pasar de mayúsculas a minúsculas.
- Análisis de la escritura espontánea.
Cuadro 3.10.
Aspectos a evaluar: Cohesión y coherencia del escrito. Procesos Morfosintácticos
Actividades:
- Examinar el trabajo directo de los niños.
- Ordenar frases desordenadas.
- Construir frases a partir de varias palabras dadas.
- Transformar un texto con frases muy simples en otro
más complejo.
- Escribir un texto a partir de imágenes.
- Completar un texto con los signos de puntuación.
- Completar frases con lagunas que representan
diferentes elementos morfosintácticos (test de cloze).
Cuadro 3.11.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
99
Aspectos a Evaluar: Capacidad de recuperar las palabras que
denominan un concepto, el funcionamiento de las dos rutas de
acceso léxico y el conocimiento de las reglas ortográficas más
importantes.
Procesos Léxicos
Actividades:
- Escribir nombres de imágenes, objetos,... (pedir significado
del objeto presentado para descartar otros procesos).
- Presentar definición y que escriba el nombre.
• Ruta fonológica:
- Dictado de pseudopalabras. Para descartar problemas en la
segmentación se deben dictar también los fonemas
aisladamente para que escriban los grafemas correspondientes.
• Ruta ortográfica:
- Dictado de listas de homófonos dentro de una frase que
indique su significado.
- Dar lista de definiciones y escribir el homófono adecuado.
- Dictado de palabras poligráficas.
• Reglas ortográficas más frecuentes.
- Dictado de pseudopalabras.
Cuadro 3.12.
Aspectos a evaluar: varían en función del tipo de texto. Procesos de Planificación
Actividades:
- Descripción de un dibujo o de una escena.
- Escribir un cuento inventado o conocido.
- Escribir un texto expositivo de tipo problema-solución
o comentar una noticia.
- Proponer una matriz (ej. cuadro de doble entrada) con
información sobre un tema y los niños tienen que
integrarla en un texto.
Cuadro 3.13
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
100
Aspectos a evaluar: mejoras hechas de la primera producción a
la producción final.
Procesos de revisión
Actividades:
- Corrección de un texto con errores, desde el punto de vista
de un corrector de pruebas.
- Revisión del texto de un compañero, señalando sugerencias
para su mejora.
- Detección de incoherencias y redundancias en un texto.
- Detección de secuencias incorrectas y lagunas.
Cuadro 3.14.
3.- Mejora de las estrategias de escritura: caracterización de los procesos de
intervención educativa.
El proceso de enseñanza-aprendizaje de la escritura ha sido objeto de
formulaciones e interpretaciones muy diversas en función, no solamente de la
conceptualización del proceso de escritura, de sus componentes, etc., sino también de
cómo se enfocan las relaciones con la lectura, con el lenguaje oral o con otros sistemas
de comunicación.
Actualmente está plenamente aceptado que el estudio de la gramática tal como
se hacía antes, no mejora la calidad de los escritos de los alumnos (Graham, 1982). Esto
no significa que no se considere importante este tipo de conocimiento, sino que se
desarrollan mejor en el contexto de tareas reales de escritura (Graham y Harris, 1988;
Graves, 1991; Hillocks, 1984).
El reconocimiento de los procesos que intervienen en los actos de escritura
constituye un excelente recurso para la implementación de los procesos de evaluación y
programas más o menos comprensivos dirigidos a su mejora. Como norma general, el
uso interactivo del lenguaje oral y escrito debería constituir una parte integral de la
mejora tanto de la escritura como de la lectura.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
101
Paralelamente, los criterios de intervención educativa en los alumnos con PA
relacionados con la composición escrita no pueden ser de naturaleza prescriptiva ya que,
por una parte, es prácticamente imposible especificar procedimientos concretos que
permitan responder de forma efectiva a la diversidad de necesidades educativas de
alumnos concretos y, por otra, la selección de unos procedimientos u otros solamente se
justifica una vez que se han identificado y diagnosticado dichas necesidades. Así,
Stremmel y Fu (1993) justifican la necesidad de que no empleen de forma sistemática
una variedad de técnicas de enseñanza y, por el contrario, se elaboren estrategias
alternativas potencialmente adecuadas para responder a la diversidad de necesidades
educativas que se puedan generar. A la hora de determinar la efectividad potencial de
los procesos instruccionales, Englert (1992) considera conveniente tener en cuenta los
siguientes aspectos:
a) Grado en el que los profesores enfatizan la escritura como un proceso holístico y
comunicativo auténtico.
b) Grado en el que los profesores modelan y ayudan, la ejecución cognitiva de los
alumnos.
Consistente con esta propuesta, las conclusiones obtenidas por McArthur,
Schwartz y Graham (1991) indican que las investigaciones recientes han demostrado
que las personas con PA en la composición escrita pueden superarlos si reciben la ayuda
educativa adecuada, si las actividades de escritura son significativas y si los procesos
instruccionales se centran en el proceso de escritura. En directa relación con ello
Sánchez y Martínez (2000) asumen que los criterios para orientar la intervención
educativa se deben centrar en:
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
102
- Focalización en el proceso de escritura y no en el producto: conocimiento
explícito del proceso de composición escrita.
- Considerar el proceso como una totalidad, compuesta por planificar,
organizar, textualizar y revisar, no segmentable en habilidades independientes.
- El proceso de escritura en situaciones comunicativas: construcción conjunta
del conocimiento en el seno de una comunidad discursiva.
- En el proceso de escritura, otorgar una especial atención educativa a la
interiorización de estrategias y un énfasis menor a los mecanismos y
habilidades implicadas en su ejecución material.
- Aprender a controlar el proceso de escritura mediante el empleo del lenguaje
interno: el diálogo interno como instrumento para la planificación, regulación
y evaluación de la actividad de escritura.
- Promover el conocimiento procedimental: empleo de los formatos de
facilitación procedimental para el aprendizaje del proceso de escritura y para
la explicitación de dicho proceso mediante el lenguaje interno.
- Tener en cuenta la naturaleza integrada u holística de los procesos de hablar,
escuchar, leer y escribir.
- Promover la interiorización del conocimiento referido a la estructura de los
diversos géneros discursivos.
- Prestar la necesaria ayuda educativa adaptada a las características y
necesidades de los alumnos.
La diversidad de dificultades identificadas sirven de referencia para seleccionar
y planificar los objetivos educativos a lograr en el desarrollo de las prácticas educativas,
así como para evaluar el progreso escolar de los alumnos en la dirección marcada por
dichos objetivos.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
103
Promover la cognición intencional.
Bereiter y Scardamalia (1987).
Problema central de la escritura. Alterar la forma en la que los alumnos operan sobre
su conocimiento cuando escriben: transformar la
cognición incidental en intencional.
Cuadro 3.15.
Mejorar la competencia lingüística y comunicativa.
Dolz y Schneuwly (1997).
Principio. Aprender una lengua es aprender a comunicarse.
Se centra en: Tratar de promover en los alumnos un mayor dominio de los géneros y
de las situaciones de comunicación. Promover la competencia
comunicativa, como objetivo educativo.
(Bereiter y Scardamalia, 1987).
Principio. Aprender a escribir implica promover la transición de la expresión oral
(la conversación) a la expresión escrita (la composición).
Cuadro 3.16.
Interiorizar estrategias.
Graham y Cols. (1991).
Se justifica la enseñanza aprendizaje de estrategias en relación a la idea de que
proporcionan a los alumnos ayudas específicas a la hora de organizar y secuenciar sus
acciones cognitivas.
McArthur, Schwartz y Graham (1991).
El objetivo de la enseñanza de estrategias, es que los alumnos aprendan a ejecutar de
forma independiente los procesos cognitivos y metacognitivos en los que se fundamenta
la actividad de escritura real y efectiva.
Hayes y Flower (1980).
La enseñanza de estrategias debe tener como finalidad reducir el nivel de demandas
cognitivas simultáneas del proceso de escritura.
Cuadro 3.17.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
104
Conocer el proceso de composición escrita.
Englert y Cols. (1991).
Para desarrollar la competencia de los alumnos en la composición de discursos escritos
expositivos es necesario que los procesos de intervención educativa promuevan el
conocimiento del proceso de escritura, es decir, la explicitación de los procesos
cognitivos y estrategias que guían la actividad.
Propuesta. Promover la facilitación del proceso o forma de organizar la actividad de
escritura con el fin de facilitar el componente ejecutivo.
Graham y Cols. (1991).
La facilitación del proceso se basa en considerarla como una ayuda para los alumnos
con la finalidad de desarrollar su competencia y seguridad en la ejecución y control de
los procesos cognitivos en los que se fundamenta la escritura efectiva.
Cuadro 3.18.
Conocer de los diversos grupos de géneros discursivos.
Dolz y Schneuw1y (1997).
Las prácticas educativas escolares deben proporcionar experiencias relativas a la
reconstrucción e interiorización de los géneros discursivos (megaherramientas para
actuar en situaciones lingüísticas) ya que cada género define una serie de capacidades
globales que se deben construir a lo largo de la escolaridad.
Cuadro 3.19.
Desarrollar habilidades perceptivas y psicomotoras implicadas en la producción de
textos.
Objetivos
específicos.
- Automatización del proceso de ejecución.
- Promover el conocimiento ortográfico.
- Ayudar a los alumnos a interiorizar las formas individuales de letras
y palabras.
Cuadro 3.20.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
105
Comprender el principio alfabético y desarrollar la capacidad para reflexionar y
manipular explícitamente los componentes fonológicos del lenguaje.
Cuadro 3.21.
� Propuestas elaboradas con respecto a la enseñanza de la composición escrita.
Secuencia de enseñanza, en la que domina la composición escrita, con el fin de
comprobar sus efectos sobre la comprensión lectora Dolz (1994).
Transforma la secuencia dominante consistente en primero comprender y después
producir (la lectura como actividad previa a la escritura) en una secuencia inversa
(comprender después de producir).
Hipótesis: dos factores
contribuyen a una buena
comprensión.
- El conocimiento de la situación de comunicación.
- Las aptitudes que se desarrollan gracias a una enseñanza
sistemática e intensiva de la escritura de textos (en este
caso se trata de textos argumentativos).
La secuencia didáctica
está constituida por diez
talleres de enseñanza de
la argumentación.
- Reconocer un texto argumentativo.
- Las situaciones de argumentación.
- Clasificar los argumentos.
- Dar su opinión y defenderla.
- Desarrollar los argumentos.
- Poner en duda las opiniones.
- Responder a las afirmaciones de una autoridad.
- Negociar un cuadro de control para la revisión de textos.
- Elaborar el cuadro.
Esta secuencia puede ser igualmente válida para diseñar secuencias instruccionales
referidas a otros géneros discursivos.
Cuadro 3.22.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
106
CSIW-. Cognitive Strategy Instruction in Writing; EWP: Expository Writing Program;
ELP: Early Literary Program.
Programas orientados a promover el desarrollo del conocimiento metacognitivo acerca
de las estrategias de escritura. Englert y Cols.
Factores fundamentales
a tener en cuenta, a la
hora de tratar de
promover el aprendizaje
de la literidad y la
interiorización de las
funciones cognitivas.
- El diálogo.
- Los procesos de interacción social.
- Instrucción de la literidad en una forma holística e
integrada.
- El modelado y explicitación de estrategias.
Objetivo. - Comprobar la eficacia de los procesos instruccionales en
los que los alumnos desarrollen su actividad de escritura
en contextos en los que adquieren una destacada
significación el diálogo, la estructura de los textos, las
estrategias de escritura y la enseñanza del proceso de
escritura como una totalidad, permitiéndoles manipular y
explicitar las relaciones entre ideas, controlar sus propias
composiciones escritas y emplear las estrategias de
escritura que consideren más adecuadas, con el fin de
producir discursos coherentes.
- El conocimiento de los procesos de lectura y escritura.
- La toma de conciencia de la importancia del
conocimiento estratégico y de la estructura de los textos
en ambos procesos.
Cuadro 3.23.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
107
Englert y Cols., Dolz y Scheneuwly, Seidenberg, Graham y Harris, Moll, Bauman, Van
Dijk y Kintsch, etc.
Procesos de intervención basados en la naturaleza interactiva de los procesos de lectura
y escritura: los conocimientos y estrategias requeridas para la construcción de sistemas
de significados mediante la actividad de lectura, guardan una relación de
interdependencia con las necesitadas para comunicar sistemas de significados mediante
la actividad de escritura.
Camps (1991).
La enseñanza de la composición escrita en la escuela habría de integrar algunos de los
aspectos del proceso natural, que es el que le puede dar sentido al hecho de escribir
(motivarlo) y una orientación constructiva del aprendizaje y, todo ello, con el objetivo
de fomentar el desarrollo lingüístico-comunicativo inmerso en un desarrollo integral del
alumno como persona, es decir, con un propósito emancipador.
Trabajo por proyectos. Enseñanza de la composición escrita como
un plan libremente escogido y con el objetivo de realizar una tarea
que interesa. El proyecto de composición (como proyecto de
producción y como proyecto problema) se configura como una
propuesta global que tiene finalidad comunicativa, por lo que se
habrán de tener en cuenta los parámetros de la situación discursiva
en la que se inserta y, que tiene además, unos objetivos de
aprendizaje.
Características del
modelo:
La secuencia didáctica como una unidad de enseñanza-aprendizaje
de la composición escrita y que viene definida por los rasgos
siguientes: su formulación como proyecto de trabajo, la
producción del texto inserta en una situación discursiva, la
explicitación de los objetivos y su desarrollo en tres fases
(preparación, producción y evaluación).
Cuadro 3.24.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
108
Programa de facilitación procedimental (Bereiter, Scardamalia).
Consideraciones: - El aprendizaje se produce por una interiorización de lo que ha
sido realizado en primer lugar externamente, con la ayuda de
otros.
- Relevancia de los aspectos metacognitivos, centrándose en el
fomento del uso de estrategias de control en todos los procesos
implicados.
- El programa consiste en un sistema de ayuda que va
proporcionando indicaciones o sugerencias, por medio de
tarjetas, cuyo objetivo es apoyar la ejecución de los diversos
procesos por los alumnos principiantes o los que tienen
dificultades.
- Los facilitadores procedimentales tienen el potencial de actuar
como "agentes inductores del cambio", promoviendo el
desarrollo del sistema cognitivo, especialmente de las
estrategias y los mecanismos de autorregulación.
- La exteriorización de los procedimientos hace que el alumno
cambie su concepción de lo que significa el proceso de
escritura, en el sentido de que no es algo lineal sino interactivo.
- Las tarjetas con las indicaciones no sólo exteriorizan los
procesos básicos sino que hacen que se den cuenta de la
estructura e interrelación entre estos procesos.
- Persigue la autonomía del alumno.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
109
Principios: - Hacer que el conocimiento tácito se haga más accesible,
explicitándolo al máximo.
- Fomentar el uso de las estrategias que guían la propia
actividad, estimulando la actividad metacognitiva y
exteriorizando los procesos internos.
- Utilización del modelado y guiado por parte del profesor, que
debe andamiar los procesos de aprendizaje siguiendo un
proceso de transferencia gradual de la responsabilidad de la
tarea hacia el alumno y disminuyendo progresivamente su
ayuda.
- Buscar procedimientos que ayuden a superar las tendencias
inmaduras del alumno.
- Resaltar la idea de la responsabilidad compartida en la tarea,
subrayando el papel de la audiencia a la que va destinado el
texto.
- Minimizar la sobrecarga cognitiva, simplificando la atención
dedicada a las rutinas de ejecución de los procesos de bajo
nivel.
- Estimular el reconocimiento y el diagnóstico de los errores y
las autocorrecciones por el propio alumno.
Objetivo: - Adoptar las actividades cognitivas y metacognitivas
características de los escritores competentes, facilitando que el
control ejecutivo sea autónomo.
Papel del
Profesor:
- Modela los procedimientos y proporciona retroalimentación.
- Favorecer la exteriorización de los sucesos mentales en un
contexto de colaboración entre alumnos y profesores, que
coinvestigan y reflexionan conjuntamente para la mejora de la
habilidad escritora.
Cuadro 3.25.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
110
Programa de instrucción en estrategias cognitivas de escritura (basado en las ideas
de Flower, Hayes, Bereiter y Scardamalia).
Objetivos: - Mejorar de los procesos de escritura de los niños con DAE.
- Apoyar a los profesores en la enseñanza del proceso de
escritura.
- Ayudar a los alumnos haciendo visibles las
diferentes.estructuras de los textos y las estrategias implicadas
en el proceso de escritura.
Consideraciones: - Utiliza el acrónimo “POWER” (Plan, Organize, Write, Edit,
Review – Planificación, Organización, Elaboración, Edición y
Revisión ) para recordar los procesos que intervienen.
- Utiliza “Fichas para pensar" para ayudar a la realización de
cada uno de los procesos.
- Utiliza el modelado verbal por parte del profesor de los
procesos que guían a un escritor mientras escribe.
- Se presta especial atención a los aspectos motivacionales.
- Utiliza actividades compartidas y procura dar siempre sentido a
la escritura del texto.
- Los temas son elegidos por los alumnos.
- las evaluaciones son realizadas por los compañeros.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
111
Secuencia
didáctica:
1. Se inicia a los niños en el análisis de la estructura del texto y de las
estrategias a través del uso de ejemplos variados. Se utilizan textos
sencillos y otros más complejos. Mientras leen el texto en voz alta, el
profesor va haciendo preguntas que pueden contestarse, o no, con la
simple lectura del texto. El profesor resalta que no es posible conocer
algunas cuestiones a menos que la información esté contenida
realmente en el texto.
2. El profesor introduce las "fichas para pensar" para guiar a los alumnos
en la generación de ideas. Estas hojas son una copia externa de las
preguntas que deben plantearse sobre las diferentes partes del texto.
Al tener las preguntas escritas, el sujeto no tiene que recordarlas y, por
tanto, su capacidad cognitiva se puede aplicar a otros aspectos.
3. Se introducen las tarjetas de ayuda para la organización que inducen a
los niños a plantearse “¿Para quién estoy escribiendo?”, “¿Por qué
estoy escribiendo esto?”, “¿Qué es lo que yo conozco sobre este
terna?”, “¿Cómo puedo agrupar mis ideas?”. Se les lleva a pensar
sobre su audiencia, activan su bagaje de conocimientos y hacen que
organicen sus ideas en función de su importancia. La "ficha para
pensar" de organización permite a los niños centrarse en la estructura
del texto con cuestiones como "¿Qué es lo que se explica?”, “¿En qué
orden ocurren las cosas?”, “¿Qué tipo de estructura voy a utilizar?”
4. Una vez que los niños han utilizado las tarjetas para crear el primer
boceto se les pide que redacten su propio texto.
5. Se introduce la ficha para la elaboración o redacción, para que los
niños se centren en desarrollar ordenadamente los contenidos; existen
fichas distintas en función del tipo de estructura que con frecuencia
adoptan una representación visual de esta estructura. Para el primer
borrador utilizan papel de color, reservando el blanco para la versión
final.
6. Los niños releen su texto para detectar fallos. La “Ficha para pensar"
plantea cuestiones sobre la claridad de las ideas y de los ejemplos, su
orden e interés, si se deben introducir cambios y donde, etc. Los niños
también intercambian los textos y trabajan en la mejora del documento
de un compañero.
7. Los niños dialogan y revisan sus comentarios, corrigen lo que es
necesario y publican la versión final.
Cuadro 3.26.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
112
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 3
1.- ¿Cuáles son las dos exigencias básicas que plantea el empleo de las convenciones
lingüísticas en el proceso de escritura?.
2.- Cita las particularidades del proceso de composición escrita según Collins y
Williamson.
3.- Di cuáles son los aspectos a evaluar en los procesos de revisión.
4.- El principio en el que se basan Dolz y Scheuwly para mejorar la competencia
lingüística y comunicativa es:
a) Comunicarse es aprender una lengua.
b) Aprender una lengua es aprender a comunicarse.
c) Aprender una lengua no es aprender a comunicarse.
d) Ninguna de las anteriores.
5.- Define el acrónimo “POWER”.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
113
CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 3
1.-El conocimiento de las convenciones lingüísticas relativas a la composición de
discursos escritos y su aplicación en el proceso de composición escrita (cuadro 3.1.).
2.- El escritor: Genera ideas, formula planes y objetivos, expresa sus ideas y las
organiza, evalúa su propio proceso de composición escrita, revisa el texto producido y
edita (cuadro 3.4.).
3.- Las mejoras hechas de la primera producción a la producción final (cuadro 3.14.).
4.- b). Cuadro 3.16.
5.- “POWER” (Plan, Organize, Write, Edit, Review – Planificación, Organización,
Elaboración, Edición y Revisión ) (cuadro 3.26.).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
114
BIBLIOGRAFÍA DE AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 3
GARCÍA SÁNCHEZ, J. N. (2001). Dificultades De Aprendizaje e Intervención
Psicopedagógica. Barcelona: Ariel Educación.
HALL, R. J. (1980). “Cognitive-behavior modification and information-processing
skills of exceptional children”. Exceptional Education Quarterly, 1, pp. 9-16.
MIRANDA CASAS, A.., VIDAL-ABARCA GÁMEZ, E. & SORIANO FERRER, M.
(2000). Evaluación e Intervención Psicopedagógica en Dificultades de
Aprendizaje. Madrid: Pirámide.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
115
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 3
Holístico: Perteneciente o relativo al holismo.
Holismo: Doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo
distinto de la suma de las partes que lo componen.
Palabra homófona: Palabra que suena de igual modo que otra, pero que difiere
en el significado; p. ej., tubo y tuvo, huno y uno.
Palabras polígrafas: Palabras que contienen fonemas que se pueden representar
por medio de más de un grafema.
Pseudopalabras: Palabras falsas, sin significado.
Representación mental: Transformación de la información ambiental en un
código interno.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
116
UNIDAD DIDÁCTICA 4:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE
DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA (4):
RELACIONADOS CON
LA COMPRENSIÓN LECTORA.
Estela D’Angelo.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
117
ÍNDICE DE LA UNIDAD 4:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE DE LA LECTURA Y LA
ESCRITURA (4): RELACIONADOS CON LA
COMPRENSIÓN LECTORA.
RESUMEN DE LA UNIDAD 4..................................................................................119
DESARROLLO DE LA UNIDAD 4 ..........................................................................121
1.- Interrelación de factores implicados en los problemas de comprensión lectora ....122
2.- Evaluación de los problemas de comprensión .......................................................137
2.1.- Análisis de los procesos de comprensión...................................................138
2.2.- Evaluación mediante pruebas estandarizadas ............................................139
3.- Mejora de los procesos de comprensión lectora.....................................................142
3.1.- Secuencia didáctica en la comprensión escrita ..........................................142
3.2.- Programas para la enseñanza explícita de estrategias de comprensión
lectora ........................................................................................................143
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 4 ...............................................................146
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
118
CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 4 ....................................147
BIBLIOGRAFÍA DE AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 4 ........................................148
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 4.....................................................149
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
119
RESUMEN DE LA UNIDAD 4
En esta unidad se hace un análisis de uno de los aspectos más importantes del
proceso de lectura y escritura: la comprensión. Elemento éste que forma parte del
lenguaje pero que ha sido muy poco tratado y tomado en cuenta en la literatura referente
a este tema, llevándose la mayor parte del protagonismo otra serie de problemas de
aprendizaje como la dislexia.
Para lograr una correcta comprensión escrita y ser, así, un lector hábil, se hace
necesario el dominio de diversos factores que están íntimamente relacionados entre sí
(aunque se opte por una explicación separada de los mismos para lograr un análisis más
exhaustivo): decodificación del principio alfabético, vocabulario, conocimientos
previos, estrategias cognitivas y metacognitivas, etc.
Las líneas de investigación de las últimas décadas apuntan la importancia de las
estrategias metacognitivas para un dominio del lenguaje y, por ende, de la comprensión
lectora. Siguiendo en esta línea, tanto la evaluación como la intervención educativa
apuntan en esta misma dirección.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
120
Cuadro 4.1.
COMPRENSIÓN LECTORA
FACTORES IMPLICADOS
EVALUACIÓN INTERVENCIÓN
ANÁLISIS DE PROCESOS
IMPLICADOS
TEST ESTANDARIZADOS
S
SECUENCIA DIDÁCTICA
PROGRAMAS
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
121
DESARROLLO DE LA UNIDAD 4
La comprensión de un texto es el producto de un proceso regulado por el lector,
en el que se produce una interacción entre la información almacenada en su memoria y
la que le proporciona el texto (Carr y Levy, 1990; Oakhill y Garriham, 1987; Sánchez,
1988, 1990,1993).
Entonces, cabría preguntarse, ¿Cuál o cuáles son los procesos mentales que
debemos activar para comprender textos escritos?, ¿Cómo se produce esta interacción
entre el texto y nuestros conocimientos previos?.
Los procesos mentales son siempre operaciones difíciles de conocer. No
obstante, la investigación psicológica ha progresado mucho en las últimas décadas. En
este caso, es interesante analizar el modelo construcción-integración (Kintsch, 1988,
1998) que se ocupa de los procesos de comprensión a partir de la comprensión de frases,
sin entrar a considerar otros procesos más básicos como el acceso al léxico o los
procesos sintácticos. Este autor postula que cuando se está comprendiendo un texto, el
lector va formando macroideas a lo largo del proceso de lectura.
Algunas macroideas se refieren al contenido de un solo ciclo de procesamiento,
pero otras pueden ser el resultado de varios ciclos. Las primeras requerirán procesos
más simples, mientras que las otras seguro requerirán procesos más complejos. Así,
habrá macroideas que sinteticen el contenido de un párrafo, de varios párrafos e incluso
de todo el texto. Algunas de ellas serán relativamente fáciles de formar porque el lector
tenga buenos conocimientos, posea buenas estrategias o el texto facilite la tarea al
contener ideas de síntesis de la información o al incluir señales macroestructurales. Sin
embrago, otras pueden ser difíciles de formar por estos mismos factores que se acaban
de señalar.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
122
Al igual que en el caso de las macroideas, también se dan inferencias basadas en
el conocimiento que sean más o menos fáciles de realizar. Las más fáciles implicarán
activar conocimientos familiares para conectar ideas consecutivas. Habrá incluso
inferencias que requieran complejos procesos de razonamiento. Estas son poco
probables que se hagan espontáneas en la primera lectura. Lectores expertos las podrán
hacer en una segunda o tercera lectura del texto, y siempre que tengan intención de
comprenderlo bien, tal como reflejan diversas investigaciones (Millis y Simon, 1994).
En cualquier caso es de suma importancia que el lector haga inferencias y vaya
conectando las diferentes ideas del texto. Cuantas más inferencias haga, más ideas
previas irá activando y mejor integrará la información nueva del texto con las ideas
previas que poseía, lo cual es el objetivo central de la comprensión.
Dependiendo de lo bien que se realice esta integración, Kinstch distingue dos
niveles de comprensión: base del texto y modelo de situación. Kinstch habla de base del
texto para referirse a la representación mental de la información del texto que incorpora
poco conocimiento del lector, el justo para realizar inferencias-puente. Sería la
representación que alguien obtiene cuando es capaz de recordar bastante bien las ideas
del texto, pero sin apenas incorporar conocimientos previos del lector. Con el término
modelo de situación Kinstch designa una representación en la que la información textual
se ha integrado bien con otros conocimientos anteriores del lector. Cuando esto ocurre,
el lector es capaz de hacer un número de inferencias. Se trata de dos niveles de una
representación y no de distintas.
1.- Interrelación de factores implicados en los problemas de comprensión lectora.
En la ejecución de la lectura hábil concurren una serie de operaciones. Estos
factores explicativos como causas posibles del fracaso en la comprensión, serán
presentados por separado aunque raramente operan de modo independiente; de hecho
existen enormes zonas de confluencia entre ellos. Así, por ejemplo, el vocabulario es
una forma de conocimiento previo que interviene en la comprensión del lenguaje oral y
escrito o las estrategias metacognitivas se pueden considerar como la otra cara de la
moneda de lo que se denomina conocimiento de las demandas de la tarea. Del mismo
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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modo, si un niño tiene una decodificación ardua, poco fluida, de manera inevitable ira
conformando una actitud poco favorable hacia la lectura, mostrando poco interés e
incluso evitando leer; además, probablemente tendrá una baja autoestima y, por
supuesto, no logrará un grado de comprensión adecuado.
O puede ocurrir que si el niño tiene pocas experiencias o poca información sobre
un tema, éste le resultará poco familiar y, por lo tanto, es probable que tenga dificultad
en distinguir la información principal de la secundaria, además de que el texto le resulte
poco atractivo. Estos hechos indican que la separación de los diversos factores es un
artificio que responde a la necesaria fragmentación de los elementos que integran la
comprensión para su estudio aunque todos ellos están presentes y aportan su
colaboración en la ejecución competente de esta habilidad. Igualmente, ponen de relieve
la complejidad del fenómeno lector.
En definitiva, cuando los niños no comprenden que su meta debe ser captar el
significado del texto, ni controlan ni detectan la ausencia de significado. Como expresa
Sánchez (1993):
“al lector con baja capacidad de comprensión parece darle igual leer para
estudiar, que leer para hacerse una idea global de lo tratado o para constatar si
ciertas palabras están o no presentes en el texto. En otras palabras: lee sin una
meta en la cabeza y por tanto sin realizar un esfuerzo en busca del significado"
(p. 28).
Desde el punto de vista de la práctica educativa, los profesionales, tanto al
estructurar las actividades de enseñanza como al guiar el aprendizaje de los alumnos,
deben tener en cuenta esta complejidad de factores y controlar su influencia, aunque su
principal esfuerzo debe dirigirse a enseñar procedimientos de comprensión de una
manera directa.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
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124
a) Deficiencias en la decodificación.
Los lectores que no dominan la decodificación se dedican tan intensamente a la
identificación de las letras y de las palabras que todos sus recursos atencionales se
concentran en esta tarea, produciéndose una sobrecarga en la memoria operativa. Para
poder dedicar recursos cognitivos a comprender un texto es necesario que el lector tenga
un grado suficiente de automatización de los procesos léxicos, los cuales incluyen la
decodificación lingüística de estímulos tanto visuales como auditivos o la activación de
representaciones fonológicas y semánticas.
Como los recursos cognitivos son limitados la consecuencia es que los malos
decodificadores olvidan el significado de las palabras que aparecieron al principio,
pierden el hilo conductor y no pueden captar el significado global de las frases del texto.
Ahora bien, existen niños que, una vez superada la fase de "ruptura" del código
alfabético, pueden decodificar con rapidez y exactitud las palabras de un texto pero los
problemas de comprensión continúan. Es el caso, por ejemplo, de los hiperléxicos y de
algunos malos lectores, en el sentido de "malos comprendedores", que tienen un buen
dominio de los mecanismos específicos, no tienen deficiencias intelectuales y, sin
embargo, fallan en la comprensión de textos.
Así, lo que se pone de relieve es que la decodificación automática y fluida de las
palabras es una condición necesaria pero no suficiente para la comprensión. La rapidez
y precisión en la lectura de palabras no implica que la comprensión esté asegurada ya
que influyen otros factores, además de las posibles deficiencias en las fases iniciales de
aprendizaje de la lectura, que pueden ser origen del fracaso en la comprensión.
b) Confusión respecto a las demandas de la lectura.
Los alumnos con problemas en la comprensión lectora centran sus esfuerzos en
decodificar las palabras del texto más que en las ideas y en las relaciones que se
establecen entre ellas. Esto ocasiona que se realicen menos inferencias y, así, la
comprensión decae.
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Dificultades y Trastornos”.
125
Una explicación de por qué los niños retrasados lectores o los muy pequeños
creen que si decodifican con éxito también comprenderán con éxito, es que de los tres
niveles de procesamiento que los lectores pueden utilizar para comprender un texto
(léxico, sintáctico y semántico), se apoyan predominantemente en el nivel léxico (ver
cuadro 4.2.). Para que se produzca la comprensión, los lectores, en primer lugar, deben
reconocer las palabras escritas y acceder al diccionario interno (léxico mental),
atribuyendo un significado a cada una de ellas. En segundo lugar, interviene un
analizador sintáctico que extrae las relaciones gramaticales entre las palabras y las
oraciones que contiene el texto, detectando las anomalías. Finalmente, en el nivel
semántico, el lector debe inferir las relaciones semánticas entre los componentes de
cada oración y de unas oraciones con otras, la validez de la información y su
consistencia. Ya Barlett (1932) calificó la comprensión lectora como un esfuerzo en
busca del significado, lo que supone una construcción activa del mismo por parte del
lector, mediante el uso de todo tipo de claves y estrategias.
Los lectores que basan la comprensión predominantemente en el significado de
las palabras ignoran las claves estructurales y contextuales, la estructura gramatical, las
características del nivel sintáctico, y/o la integración del significado de las frases en un
todo, propia del nivel semántico.
Nivel léxico: "¿Qué es una gacela?”.
Nivel sintáctico: " ¡Esta frase está desordenada!”.
Nivel semántico: "Esta frase dice lo contrario de lo que he leído antes”.
Cuadro 4.2. Tres niveles implicados en el procesamiento lector.
Así, Baker y Zimlin (1989) defienden que los lectores menos hábiles a menudo
usan el nivel léxico para la evaluación de su comprensión de una forma exclusiva.
Ahora bien, estos autores, al plantearse el origen de este hecho, señalan que podría estar
en el modo de enseñar la lectura. Es fácil observar que algunos métodos de enseñanza
inicial de la lectura y muchos profesores dan una gran importancia a los mecanismos de
lectura de palabras descuidando la comprensión; si bien estos mecanismos son
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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necesarios para dominar el código alfabético nunca deben sobrevalorarse a expensas de
la comprensión (Allington, 1983).
En realidad, como señala Sánchez (1993), la imagen global del proceso de
comprensión es la de un conjunto de subprocesos que dependen e interactúan entre sí,
que compiten por un espacio en la memoria de trabajo y por unos recursos cognitivos de
ejecución y control que son limitados. La tarea del lector consiste en identificar las
palabras, penetrar el significado del texto y trascenderlo desde su conocimiento previo.
De forma resumida se puede decir que la comprensión requiere:
1. El reconocimiento de las palabras como requisito sine qua non.
2. Desentrañar las ideas contenidas en las frases y párrafos del texto y conectar
estas ideas entre sí, es decir, buscar el orden o hilo conductor de las ideas
(conocido como progresión temática). Estos dos aspectos proporcionan lo que se
ha denominado la microestructura de un texto, que se refiere a las relaciones
lineales entre las proposiciones.
3. Diferenciar el valor de las ideas en el texto, detectando lo esencial, las ideas
principales o macroestructura del texto, que se refiere a su significado global.
4. Analizar cómo se articula la trama de relaciones entre las ideas o la estructura
interna de un texto. Equivale a analizar la organización formal de las ideas o
superestructura del texto. Existen diferentes clasificaciones de los tipos de texto
en función de su estructura pero principalmente interesan las estructuras
narrativas y expositivas que son las más frecuentes.
En resumen, de acuerdo con las ideas que acabarnos de exponer, la mejora de la
comprensión lectora, en particular con los niños que experimentan dificultades, pasa por
hacer al niño consciente de las demandas de la tarea. Esto significa que debe conocer los
diferentes niveles estructurales de los textos, sentir la necesidad de integrar los niveles
léxico, sintáctico y semántico y ajustar sus estrategias en función de las metas de la
lectura y las características del texto.
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127
c) Dificultades para realizar las inferencias basadas en el conocimiento (ideas
previas).
Para comprender adecuadamente un texto se hace necesario activar ideas previas
a fin de entender determinadas afirmaciones del texto o bien a fin de conectar ideas
textuales. Ambas operaciones implican incorporar ideas de conocimiento previo a las
ideas captadas en el texto. Estas operaciones son las llamadas inferencias basadas en el
conocimiento.
La psicología cognitiva concibe que las personas tienen almacenado y
organizado el conocimiento que adquieren a través de sus múltiples experiencias en
forma de una malla, red asociativa o esquema de conocimientos. En esta red, los
conceptos se representan por nodos y las relaciones entre ellos se representan por
eslabones asociativos. Se considera que el conocimiento de los individuos varía en
función del número de conceptos que tienen disponibles, o lo que es lo mismo, en
función del número de nodos que tienen en la memoria, y también en función de la
organización (riqueza y profundidad de las asociaciones) y accesibilidad de la
información (la fuerza de las asociaciones).
Al leer un texto, se van encontrando palabras o grupos de palabras cuyos
conceptos correspondientes se activan en la memoria siempre y cuando previamente
estén almacenados en ella. Esta activación se extiende automáticamente desde ese
concepto a los que están relacionados o asociados en la red de conocimiento y permite
hacer inferencias. El eslabón asociativo más fuerte será el que conduzca a la asociación
adecuada más allá del nodo original.
Sánchez (1993) señala que la tarea del lector consiste en identificar las palabras,
penetrar el significado del texto y transcenderlo desde su conocimiento previo. Ahora
bien, si el lector tiene pocos conceptos y escasa información sobre el tema de que trata,
su comprensión puede hacerse muy difícil. De ahí la importancia del conocimiento
previo del lector en la comprensión lectora, como, por otra parte, en cualquier tipo de
actividad cognitiva.
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128
Garner, Alexander y Hare (1991) proporcionan un ejemplo de la influencia del
conocimiento previo en la comprensión de un texto. Veamos lo que ocurre al leer un
texto simple como por ejemplo:
"María fue invitada a la fiesta de Joaquín. Se preguntaba si a él le gustaría una
cometa ".
Al leer esta información se generan una serie de expectativas sobre ideas que no
están explícitas en el texto como que se trata de una fiesta de cumpleaños, que María y
Joaquín son dos niños o que la cometa podría ser un regalo de María para Joaquín. Estas
expectativas se originan por las experiencias anteriores del lector en otras fiestas de
cumpleaños, que han generado una serie de conocimientos. Si la persona procede de
algún lugar donde no se celebren este tipo de fiestas, es evidente que no va a tener los
conocimientos necesarios para realizar la serie de inferencias requeridas para una
completa comprensión de este simple texto.
Al hablar de conocimiento previo hay que tener en cuenta también la parte de
especificidad cultural de este tipo de conocimientos. Es cierto que como las
experiencias varían en función de los contextos en que se desenvuelve una persona,
también lo harán los conocimientos almacenados en la memoria; precisamente muchos
de estos saberes son los que nos permiten interpretar la información que nos llega del
medio. En este sentido, Rumelhart (1980) señala que la comprensión puede fallar por
tres causas:
1. Puede que el lector no tenga los conceptos apropiados.
2. Las señales del texto pueden ser insuficientes para activar los conceptos que sí
posee.
3. El lector puede interpretar la información de una manera distinta a como la
entendió el autor.
Así, la comprensión del texto que trate sobre una fiesta de cumpleaños típica en
nuestra sociedad, puede fallar por varias razones:
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1. Que el lector no conozca el ritual de las fiestas de cumpleaños.
2. Que conozca el ritual de un cumpleaños, pero la descripción que proporciona
el texto sea inadecuada.
3. El lector puede considerar que el que unos niños pequeños devoren pasteles y
golosinas es un exceso en la comida, lo que le lleva a interpretar el texto como
un ejemplo de mala educación familiar en lugar de verlo como la descripción de
una fiesta de cumpleaños.
Cualquiera de estas situaciones puede producirse al enfrentarse a textos difíciles
como ocurre, por ejemplo, en muchos textos expositivos, cuyo tema resulta muy poco
familiar, falta claridad en la exposición o sobre los que se poseen pocos referentes.
Se ha demostrado también que el conocimiento previo influye también en el
recuerdo posterior de un texto, tal como ponen de relieve las investigaciones clásicas de
Brandsford y Jonhson (1972), Pearson, Hansen y Gordon (1979) y Pichert y Anderson
(1978). Brandsford y Jonhson (1972) comprobaron el efecto de proporcionar un título
alusivo al contenido del texto, previamente a su lectura, con la función de activar el
conocimiento previo. Compararon tres grupos de sujetos: los del primer grupo (se les
dio el título antes de la lectura) recordaron casi el doble de información (5,83 ideas de
promedio, frente a 2,65 y 2,82) que los grupos segundo (se les dio el título después) y
tercero (no se les proporcionó título alguno).
En otro trabajo similar, Pichert y Anderson (1978) propusieron un texto en el
que se hacía la descripción de una casa a tres grupos de sujetos. A uno de ellos se le
propuso la lectura como si fueran unos compradores potenciales; al segundo grupo, bajo
la condición de que eran unos ladrones que iban a robar. El tercero no recibió ninguna
instrucción previa a la lectura del texto. Los resultados demostraron que el recuerdo de
los detalles de la casa estaba determinado por la perspectiva adoptada por los lectores en
función de las instrucciones recibidas en cada condición experimental, lo que se
interpretó como una prueba de la influencia del conocimiento previo que se había
activado en cada caso.
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Dificultades y Trastornos”.
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Finalmente, Pearson et al. (1979) solicitaron a alumnos de secundaria que
leyeran un texto sobre la vida de las arañas. Todos los que participaron en el estudio
habían sido diagnosticados como buenos lectores mediante pruebas estandarizadas de
lectura. La mitad tenían conocimientos sobre las arañas y los demás no tenían
conocimientos especiales sobre estos animales. Los resultados mostraron que los
lectores con mayor conocimiento previo triplicaron a los otros al responder a preguntas
que requerían hacer inferencias y también eran superiores en el recuerdo de hechos
aparecidos en el texto. Estos resultados son consistentes con la idea de que el
conocimiento que aporta el lector influye decisivamente en la comprensión.
En definitiva, el conocimiento previo y su activación son condiciones para una
adecuada comprensión aunque, como ocurría con los aspectos anteriores, no son
suficientes para asegurarla. Desde un punto de vista educativo, una implicación clara es
que es necesario proporcionar a los niños textos adecuados a su nivel de conocimientos.
Por otra parte, subraya la necesidad de preparar conceptual o experiencialmente a los
alumnos antes de leer un texto, sobre todo cuando no sea muy familiar, activando sus
conocimientos mediante una serie de procedimientos como, por ejemplo, analizar los
conceptos más relevantes, utilizar organizadores previos o provocar un diálogo sobre el
tema y que hagan predicciones sobre su contenido. Esto es particularmente importante
con los niños con dificultades lectoras, que tienden a adoptar una actitud pasiva ante los
textos y, en definitiva, no sólo mejorará su comprensión sino que igualmente reforzará
el sentido de su propia competencia.
d) Pobreza de vocabulario.
La posesión de un vocabulario amplio, rico, bien interconectado, es una de las
características de los lectores hábiles (Just y Carpenter, 1987). Por el contrario, los
malos lectores identifican un menor número de palabras y tienen dificultades en las
palabras abstractas, largas o poco frecuentes (Chall, Jacobs y Baldwin, 1990; Defior et
al., 1996; Snow, Barnes, Chandler y Goodinan, 1991). La importancia del vocabulario y
su relación con la lectura se ha puesto de manifiesto en numerosas investigaciones
(Beck, Perfetti y McKeown, 1982; Chall et al., 1990; Snow et al., 1991). Ahora bien, se
ha demostrado que aunque el vocabulario que posee el lector es un factor influyente, ya
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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que si no posee un conocimiento del significado de las palabras de un texto difícilmente
llegará a comprenderlo, tampoco este conocimiento léxico es una condición suficiente
para asegurar la comprensión lectora ya que lectores con un mismo nivel de vocabulario
alcanzan niveles de comprensión muy diferentes (Oakhill y Garnham, 1987).
Tal como acabamos de ver, el lector, además, debe captar las relaciones entre las
palabras y entre las proposiciones, sin lo cual difícilmente llegará a una adecuada
comprensión. Si los procesos sintácticos y semánticos no funcionan de modo correcto
sucede algo semejante a la situación de un estudiante que tiene que traducir un texto en
inglés con el único recurso del diccionario y que no conoce la gramática de esta lengua
ni tiene referentes culturales; en esas condiciones es difícil que llegue a extraer el
sentido completo.
Está ampliamente aceptado que la existencia de un vocabulario extenso y
cohesionado es una condición necesaria e importante para la comprensión pero no
asegura por sí sola la obtención del núcleo de la información contenida en el texto
(Cooper, 1990; Just y Carpenter, 1987,). Como ya hemos mencionado, la comprensión
es un fenómeno complejo en el que intervienen múltiples factores que tienen un alto
carácter interactivo; todos ellos colaboran sinérgicamente en la construcción del
significado pero ninguno garantiza por sí mismo el logro de la comprensión.
e) Limitaciones en la memoria de trabajo.
Como se está analizando hasta ahora, comprender un texto requiere realizar
múltiples actividades mentales e ir almacenando los resultados de las mismas, todo lo
cual se realiza en la memoria a corto plazo, memoria de trabajo o memoria operativa.
Más aun, para que dos o más ideas puedan procesarse conjuntamente y conectarse entre
sí, todas ellas han de estar simultáneamente activas en esta memoria. Parece lógico
pensar, por tanto, que lectores con menos capacidad de memoria operativa que otros
tengan dificultades de comprensión.
El interés por la memoria y sus problemas ha sido una constante en la
investigación psicológica, principalmente desde que el enfoque cognitivo se hizo
predominante. Los problemas de aprendizaje inesperados en función de las
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Dificultades y Trastornos”.
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características del niño se achacaron en un primer momento a problemas en alguno de
los componentes del sistema cognitivo, siendo los fallos de memoria una de las
primeras explicaciones que se dieron de estas dificultades.
Como manifiesta Siegel (1993) la memoria operativa es relevante tanto en la
lectura de palabras como en la comprensión de textos. Es necesaria cuando se leen
palabras aisladas, ya que las correspondencias grafema-fonema ya realizadas deben
mantenerse en la memoria mientras se procesa el resto de los elementos de la palabra;
esta situación es característica de las fases iniciales de aprendizaje de la lectura.
También es necesaria cuando leemos un texto, ya que debemos extraer las relaciones
semánticas y sintácticas entre las palabras sucesivas y recordar el sentido de las frases
que ya se han leído para llegar a captar el significado global del texto. La forma de
liberar recursos de memoria y de atención, para el logro de una rápida y adecuada
comprensión, estriba en la automatización tanto del reconocimiento de las palabras (la
fluidez lectora contribuye indirectamente a la comprensión) como de muchas de las
propias estrategias de comprensión.
Aunque se ha comprobado que existen diferencias en memoria operativa entre
lectores normales, disléxicos y retrasados (Hulme & Mackenzie, 1992; Siegel & Ryan,
1989), sin embargo, existen otras (Stothard y Hulme, 1992; Yuill y Oakhill, 1991) que
ponen de relieve que cuando los sujetos estudiados son seleccionados con criterios
estrictos, igualando a los buenos y malos lectores en la habilidad de decodificación,
estos últimos muestran un recuerdo normal del detalle de las frases, de las palabras
aisladas, pero no así del significado global. Así, las dificultades no residirían en el
almacenamiento de la información sino más bien en el procesamiento, de esta
información para extraer su contenido esencial (Stothard, 1994).
Parece que el problema consistiría en que los malos "comprendedores" no se
implican en un proceso de construcción activa del significado cuando leen, algo que
también ha sido señalado por Sánchez (1993). De este modo, el estudio de la memoria y
del aprendizaje se ha prolongado hacia el estudio de qué se hace con la memoria, es
decir, al análisis de las estrategias que se utilizan para extraer, elaborar, mantener y
recuperar la información. Una vez automatizada la decodificación, los problemas de
comprensión lectora pueden tener su origen en el deficiente uso de las estrategias
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
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cognitivas y metacognitivas necesarias para elaborar e integrar el significado del texto.
Este déficit estratégico es considerado actualmente como uno de los factores clave de la
explicación de los fallos de comprensión.
f) Dificultades en el conocimiento y/o falta de dominio de las estrategias de
comprensión.
Oakhill (1994) ha realizado una revisión de diversos estudios instruccionales en
los que se ha enseñado con éxito a chicos con problemas en la comprensión lectora.
Estas intervenciones se han centrado en enseñar a estos alumnos dos grupos de
estrategias: estrategias para realizar inferencias y estrategias metacognitivas.
Estos programas se conciben a la luz de las últimas investigaciones que señalan
como origen de las dificultades de comprensión un déficit estratégico. Ahora bien, las
consideradas hasta aquí no agotan el campo de las estrategias de comprensión. Desde
hace unos años, se viene dando una gran atención a las estrategias metacognitivas que
cumplen la labor de guiado y control de la propia actividad cognitiva.
Para ser un buen lector no sólo es necesario implicarse activamente en la lectura
del texto sino que también exige ser competente desde el punto de vista de las
estrategias. Así, diversas investigaciones ponen de manifiesto que los alumnos que
fallan en la comprensión se caracterizan por tener una actitud pasiva cuando leen, lo que
les lleva a una actividad rutinaria, carente de esfuerzo hacia la búsqueda y construcción
del significado y, por lo tanto, a una falta de ajuste de las estrategias lectoras a las
demandas de la tarea. Es decir, un déficit estratégico (escasez e inadecuación de las
estrategias), sería una de las principales causas de los problemas de comprensión
(Sánchez, 1993).
Los seres humanos realizan una parte importante de sus aprendizajes a partir de
textos escritos. En ese sentido, las estrategias de comprensión lectora constituyen una
parte de las estrategias de aprendizaje. La investigación en estrategias de comprensión
ha señalado un buen número de éstas como son localizar las ideas principales, realizar
inferencias sobre información explícita e implícita, resumir, releer o autocuestionarse,
todas ellas muy valiosas para asegurar dicha comprensión.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Se ha considerado interesante y funcional presentar las estrategias en función del
momento de su aplicación: antes, durante y después de la lectura (ver cuadro 4.3), en
lugar de discutir una posible jerarquización de las mismas. Se trata de una separación
artificiosa pues en la práctica muchas de ellas se solapan (consultar en Alonso Tapia,
1991; Cooper, 1990; Sánchez, 1993; Vidal-Abarca y Gilabert, 1991, los tipos de
estrategias). Sin embargo, este enfoque tiene la ventaja de orientar los procesos de
enseñanza y de aprendizaje y situar las estrategias en un orden temporal muy útil para
guiar dichos procesos; además introduce cierta racionalidad ante la cantidad de
estrategias que aparecen de forma fragmentada o como una amalgama en la literatura
científica sobre este tema.
• Habilidades previas a la lectura de un texto
1. Establecer un propósito u objetivo a la lectura.
2. Formular hipótesis y predicciones sobre el contenido del texto.
3. Activar los conocimientos previos. Atención al vocabulario.
• Habilidades durante la lectura de un texto
1 . Autocontrol de la comprensión.
2. Habilidades de vocabulario: claves contextuales y análisis de estructura.
3. Conciencia de la progresión temática de párrafo a párrafo.
4. Distinguir la información relevante.
5. Deducir y realizar inferencias.
6. Analizar la organización de las ideas o estructura del texto.
7. Organizar e integrar el contenido.
8. Realizar nuevas predicciones y evaluarlas.
9. Leer críticamente.
• Habilidades posteriores a la lectura de un texto
Incluye todas las técnicas que ayudan al estudio de un texto (subrayado,
resumen, elaboración de esquemas, mapas conceptuales, anotar ideas, etc.).
Cuadro 4.3. Estrategias de comprensión lectora en función del momento.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
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g) Escaso control y dirección del proceso lector (estrategias metacognitivas).
Al leer un texto a veces el lector se da cuenta de que no está comprendiendo. Los
problemas pueden ser de diverso tipo, pero un buen lector es capaz de detectar qué es lo
que los causa, de emplear estrategias para solucionarlo y de evaluar si los problemas
están realmente solucionados o no.
Estas estrategias son las llamadas metacognitivas. Desde que Flavell (1979)
acuñara el término metacognición se ha producido una eclosión de trabajos en tomo a
este concepto que ya se ha incorporado al mundo educativo donde se habla de la
necesidad de lograr unos alumnos autorregulados en sus diferentes comportamientos.
El término metacognición alude al conocimiento y control de la propia actividad
cognitiva por parte del sujeto que la realiza. Por lo tanto, implica dos aspectos: por un
lado, la conciencia de los procesos, habilidades y estrategias requeridas para llevar a
cabo una actividad (conocimiento sobre la actividad cognitiva) y, por otro, la capacidad
para guiar, revisar, evaluar y controlar esa actividad, de manera que el sujeto puede
realizar correcciones cuando detecta que sigue un proceso equivocado.
Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando se vuelve hacia atrás y se relee un párrafo,
se descubren inconsistencias o lagunas en los textos, se disminuye la velocidad ante un
pasaje difícil o se adopta una actitud de espera antes de buscar por medios externos el
significado de una palabra desconocida. Todas ellas serían manifestaciones de la
regulación de la actividad lectora por parte del sujeto. Estos dos aspectos, conocimiento
sobre la actividad cognitiva y su control, están íntimamente relacionados pero, tal corno
señala Worig (1991), tienen diferentes características ya que el primero se desarrolla
más tardíamente mientras que las actividades de regulación empiezan desde muy
temprano.
Numerosas investigaciones han demostrado la influencia de las estrategias
metacognitivas en la comprensión lectora, en la que juegan un papel primordial, mucho
mayor que en la decodificación. Es conocido que tanto los niños que empiezan a
aprender a leer como los malos lectores, con frecuencia no tienen claros los propósitos
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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de la lectura ni las demandas y estrategias que ésta implica; tampoco controlan su
comprensión ni ajustan su actividad a la dificultad de la tarea como ya hemos visto. Es
evidente que si los niños no se dan cuenta de que no comprenden la información del
texto que están leyendo, no buscarán una estrategia para remediarlo como puede ser
volver a leer las partes confusas, leer más despacio y cuidadosamente las difíciles,
consultar a un compañero o a un profesor para aclarar dudas o tratar de inferir el
significado de las palabras desconocidas a partir del contexto.
Si en lugar de aplicar alguno de estos procedimientos continúan leyendo,
fallarán en la comprensión, tal como describen Brown y Cols. (1980, 1981, 1983, 1986),
Myers y Paris (1978), Paris y Myers (1981) en sus trabajos sobre desarrollo
metacognitivo y lectura. Para estos autores, cualquier análisis de la habilidad lectora
debe incluir las estrategias de guiado, de comprobación y de autoevaluación de la
comprensión, independientemente de cual sea el propósito de la lectura.
La atención a las estrategias cognitivas y metacognitivas, tanto las que se
utilizan en la lectura como, en general, las estrategias de aprendizaje (de las que las de
lectura forman parte), ha sido una fuerza impulsora de la investigación psicoeducativa
en los pasados veinte años. Se ha demostrado que las estrategias para la localización de
las ideas principales, para hacer inferencias, contestar y hacerse preguntas, resumir,
parafrasear o para controlar la comprensión, mejoran la lectura de los niños y, además,
pueden ser presentadas en una gran variedad de formatos instructivos.
Parte del atractivo de los aspectos estratégicos de la conducta humana se debe a
la posibilidad de trasladarlos al mundo educativo con el diseño de programas para
enseñar las estrategias explícitamente a los alumnos, de un modo detallado y
estructurado, algo que no tenía en cuenta la enseñanza tradicional. De hecho, se ha
producido una rápida proliferación de programas y materiales para enseñar estrategias
de lectura que, de manera ecléctica, con frecuencia combinan la enseñanza directa de
estrategias específicas con las de mejora del autocontrol y la metacognición. A la vez,
de acuerdo con las ideas vigotskianas sobre el origen social del aprendizaje, integran el
fomento de las interacciones sociales, la instrucción y el andamiaje junto a una
cuidadosa atención a los aspectos motivacionales, como luego veremos al tratar la
enseñanza de la comprensión.
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Dificultades y Trastornos”.
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Un programa que integra la mejora de las estrategias cognitivas y metacognitivas es
el de Brown y Day (1983), Brown, Day y Jones (1983), que entrenaron dos grupos de
alumnos con habilidades bajas e intermedias, tanto en lectura como en escritura, en el
uso de las tres reglas básicas o macrorreglas que permiten extraer o resumir el
significado global de un texto o macroestructura (Kintsch y Van Dijk, 1978). Estas
reglas esquemáticamente son:
� Omisión de los aspectos triviales y redundantes o, en otras palabras, supresión
de la información secundaria.
� Selección de los conceptos nucleares, es decir, identificación de la información
más relevante.
� Generalización para incluir la información de varias frases en una frase resumen
o, lo que es lo mismo, inclusión de información detallada en una única categoría
supraordenada.
De manera convergente, otros estudios ponen de relieve la necesidad de emplear
procedimientos que combinen la enseñanza explícita de habilidades cognitivas con las
de autocontrol, sobre todo en los lectores con dificultades de comprensión y en la
actualidad prácticamente todos los programas de enseñanza de la comprensión lectora
los incluyen.
2.- Evaluación de los problemas de comprensión lectora.
La evaluación de la comprensión lectora es una cuestión difícil dada la
complejidad de factores que intervienen y las múltiples interrelaciones entre ellos. Es un
tema discutido y la investigación se dirige a la búsqueda de procedimientos de
evaluación de la capacidad de comprensión en sí misma, que excluyan la posible
influencia del nivel de información previa que se tenga sobre el contenido del texto,
aunque todavía no existen pruebas claras en ese sentido.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
138
Un buen diagnóstico de las dificultades de comprensión debería proporcionar
indicaciones claras acerca de los procesos de comprensión que están fallando en el caso
que se está analizando. Este acercamiento al diagnóstico de la comprensión no es
habitual. De hecho las actuales pruebas estandarizadas para el diagnóstico de la
comprensión lectora están lejos de ofrecer esta información.
2.1.- Análisis de los procesos de comprensión.
La mayoría de las pruebas estandarizadas para evaluar los problemas en la
comprensión lectora, son pruebas de aplicación colectiva no pensadas directamente ni
para el diagnóstico clínico de alumnos que presenten estos problemas ni para evaluar los
procesos implicados en la comprensión.
Por ello, se hace un intento por proponer una metodología para evaluar procesos
que pueda suplir en alguna medida las carencias de las pruebas actuales, teniendo
presente que la utilidad de la propuesta es limitada, al no ofrecer una auténtica prueba
clínica con todos los requisitos psicométricos necesarios.
La mejor manera de saber lo que un niño conoce es enunciar el tema y provocar
un diálogo, haciendo preguntas y, sobre todo, estimulándolo para que se autocuestione
anticipando y prediciendo el contenido de lo que va a leer, lo cual es a la vez una forma
de activar los conocimientos previos. Sin embargo, hay que tener cuidado en no plantear
preguntas sobre los aspectos superficiales o de detalle sino que se deben concentrar en
lo que es el núcleo esencial del texto para evitar que el niño de importancia luego a la
información irrelevante. Hay que tener presente que muchos niños saben más de lo que
pueden expresar, por falta de fluidez verbal o porque utilizan un lenguaje simple. Una
forma de remediar esta situación es recurrir al dibujo, que puede contribuir a que los
niños, particularmente los de menor habilidad, "expliquen" mejor lo que saben.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
139
2.2.- Evaluación mediante pruebas estandarizadas.
La mayoría de las pruebas y tests que existen en el mercado para evaluar la
comprensión utilizan como criterio las respuestas a preguntas acerca del contenido del
texto, diferenciando en algunas de ellas entre preguntas de tipo literal sobre información
explícita en el texto, preguntas de tipo inferencial sobre información implícita y
preguntas valorativas o de enjuiciamiento del texto. Otras utilizan diversas variantes de
la técnica cloze que consiste en rellenar lagunas existentes en el texto.
Otras pruebas y tests contienen una serie de subescalas dirigidas tanto a la
evaluación de la descodificación como de la comprensión.
Por otra parte, si se tiene interés en evaluar alguna estrategia lectora concreta se
pueden elaborar pruebas que se dirijan a determinar el grado de dominio que el lector
tiene, como pueden ser la capacidad de resumir, de detectar errores e inconsistencias, de
restablecer el orden de las frases, etc. (pueden encontrarse ejemplos de este tipo de
actividades en Defior et al., 1993, 1995).
A continuación se presentan cuadros-resumen de las pruebas estandarizas más
empleadas.
Aplicación: individual.
Edad: 6-10 años.
Desarrollo del test: se pide al alumno que lea un texto (narrativo o descriptivo) una sola vez. Después de
esta lectura se retira y se hacen diez preguntas de respuesta abierta.
Crítica: Las preguntas son casi en su totalidad literales y referidas a detalles poco relevantes del texto.
Cuadro 4.4. Subtest de comprensión lectora del TALE (Cervera y Toro, 1978).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
140
Aplicación: individual o colectiva.
Edad: a partir de 8 años.
Tiempo: máximo de 45 minutos.
Desarrollo del test: Consta de 18 textos muy breves en los que están representados la mayor parte de los
géneros literarios que se encuentran en los libros escolares: descripciones, narraciones, diálogos y poesía.
Cada breve texto va a acompañado de una o más preguntas de elección múltiple de muy diverso tipo:
literales, inferenciales (por ejemplo captar intenciones comunicativas), comprensión de expresiones o
dichos. Permite una interpretación cuantitativa y cualitativa. En este último caso el autor clasifica las
preguntas por categorías lingüísticas tales como formas de expresión (narración, diálogo o enunciación),
ritmo de expresión (verso, prosa) y rasgos (global, secundario y detalles).
Crítica: Proporciona información cuantitativa que no es significativa para comprender las dificultades del
alumno.
Cuadro 4.5. Prueba de comprensión lectora (Lázaro, 1996).
Aplicación: individual o colectiva.
Edad: de 11 a 14 años.
Tiempo: máximo de 45 minutos.
Desarrollo del test: La prueba consta de dos subpruebas, la primera compuesta de cuatro textos breves,
siendo la segunda un texto de mayor longitud. En los textos faltan algunas palabras, habiendo en su lugar
espacios en blanco (por ejemplo “Vivían en el extremo de un pueblo, ............ una casa de techo de
palma....................paredes de cal desconchadas”. La tarea del estudiante es escribir la palabra que debería
ir en los espacios en blanco. Las palabras suprimidas son de diferente naturaleza desde el punto de vista
sintáctico (preposiciones, sustantivos, adjetivos, etc.).
Crítica: En este test es necesario tener en cuenta las pistas sintácticas de la frase o de la inmediatamente
anterior, dejando de lado las semánticas. Por ello no se trata de una prueba adecuada para evaluar los
procesos de comprensión.
Cuadro 4.6. Prueba CLT-Cloze Test (Suárez y Meara, 1985).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
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141
Aplicación: individual o colectiva.
Edad: hasta ocho primeros años de escolaridad obligatoria.
Tiempo: sin límite de tiempo.
Desarrollo del test: Está formado por ocho niveles o subtest que se corresponden con los ocho primeros
niveles de escolaridad obligatoria. A partir del nivel tercero el diagnóstico se hace mediante la lectura de
textos seguidos de preguntas de opción múltiple. En los dos primeros niveles lo que se lee es palabras,
frases o algún tipo de texto muy simple. Los textos empleados son narrativos y expositivos. Cada uno de
los niveles tiene una forma paralela, pudiéndose aplicar una u otra indistintamente. Las preguntas son de
diverso tipo, literales, inferenciales y de captación de macroideas. En cualquier caso los estudiantes
pueden consultar el texto para contestar las preguntas.
Crítica: La evaluación extraída del test se centra, no en la interpretación de los resultados en términos
cognitivos, sino en que se basa únicamente en el número de respuestas correctas.
Cuadro 4.7. Prueba CLP: Complejidad Lingüística Progresiva.(Alliende, Condemarín y
Milicic, 1991).
Aplicación: individual.
Edad: de 6 a 10 años.
Desarrollo del test: este subtest dentro del PROLEC está compuesto por dos pruebas, una de
comprensión de oraciones y otra de comprensión de textos. Esta segunda consta de cuatro textos breves,
dos narrativos y dos expositivos. En cada uno de ellos los alumnos tienen que responder a cuatro
preguntas abiertas, dos de ellas literales y otras dos inferenciales.
Crítica: Proporciona poca información sobre procesos de comprensión, distinguiendo sólo entre
comprensión literal e inferencial, y por otra abarca un rango de competencia lectora muy pequeño, sólo
los cuatro primeros niveles de primaria.
Cuadro 4.8. Subtest de procesos semánticos del test PROLEC (Cuetos, Rodríguez y
Ruano, 1996).
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Dificultades y Trastornos”.
142
3.- Mejora en los procesos de comprensión lectora.
3.1-. Secuencia didáctica en la comprensión escrita.
En las escuelas es importante llevar a los profesores de cualquier área de
conocimiento al convencimiento de que no sólo deben perseguir el incremento de los
conocimientos propios de su materia sino que un objetivo no menos importante debe ser
la mejora de las estrategias de aprendizaje de las que una gran parte constituyen
estrategias de comprensión lectora. Es decir, los profesores de ciencias naturales,
sociales, matemáticas, etc. deben implicarse en la mejora de la comprensión lectora y
deben tener entre sus metas el contribuir a la formación de los alumnos como lectores
competentes, utilizando los textos de su asignatura con esta finalidad. Igualmente, en el
tratamiento de las dificultades de comprensión, deben incluirse actividades con textos
diversos, escolares y no escolares.
El apoyo del profesor, significa en esta fase el ajuste a las características del
alumno, darle orientación sobre el tipo de textos a leer fuera del aula y estimularlo a que
utilice su conocimiento estratégico, sintonizándolo con las características de los textos.
El objetivo último sigue siendo conseguir la autonomía del alumno para que logre
determinar que estrategias son más adecuadas en cada caso, tanto en los textos
propuestos en la escuela como en sus lecturas libres.
A este efecto será útil presentar, en síntesis, la secuencia de la intervención del
profesor, en la planificación de la enseñanza o diseño del currículo (Graham y Johnson,
1993):
1. Seleccionar el material de lectura, atendiendo a los siguientes criterios: a)
formato o estructura; b) calidad de las ilustraciones; c) forma lingüística.
2. Actividades previas a la lectura: a) Plantear objetivos: qué y por qué se lee; b)
hacer predicciones que exijan al alumno hacer inferencias; c) Activar el
conocimiento previo; d) Facilitar organizadores previos; e) Lectura silenciosa
previa a la oral; f) Introducir conceptos-clave y vocabulario nuevo.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
143
3. Actividades durante y después de la lectura: a) Reforzar las conductas
específicas de lectura; b) Repetir la lectura; c) Corregir errores en la lectura oral;
d) Insertar cuestiones en el texto; e) Aplicar un cuestionario después de la
lectura; f) Resumir el texto; g) Centrar la atención del alumno en la estructura
del texto; h) Centrar la atención del alumno en la información relevante.
4. Aliviar las dificultades de la lectura: a) simplificar los textos; 2) grabar el
texto en audio; 3) presentar el texto en fichas o en otros medios.
Varias técnicas didácticas pueden utilizarse en la enseñanza de todas las
habilidades de la lectura: enseñanza directa, aprendizaje cooperativo, tutoría entre
iguales. Por ejemplo, esta última permite que un alumno más aventajado ayude a otro
que tiene dificultades en la lectura, corrigiendo sus errores, reforzando la conducta
positiva y dándole pistas para la comprensión.
3.2.- Programas para la enseñanza explícita de estrategias de comprensión lectora.
La mejora de la comprensión se puede abordar desde tres perspectivas distintas
(Stothard, 1994). La primera se dirige a mejorar los materiales de lectura, así se ha
generado una productiva línea de investigación sobre las características que deben
cumplir los textos para facilitar su comprensión (por ejemplo, una estructura coherente,
jerarquización adecuada de las ideas, tipo de señales utilizadas, presencia de gráficos y
dibujos, inclusión de una introducción inicial y un resumen final, condiciones del
epigrafiado, etc.).
La segunda consiste en entrenar a los niños en una serie de técnicas externas, las
tradicionales técnicas de estudio, que permiten mejorar la comprensión aplicándolas
después de la lectura (subrayar, resumir, esquematizar, etc.). Finalmente, otro grupo de
investigaciones busca mejorar las estrategias de lectura que operan mientras se lee,
como son el hacerse preguntas, detectar anomalías o relacionar la información nueva
con la que ya se tiene, es decir, actividades que son realizadas internamente por el sujeto
durante la lectura.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
144
A continuación se muestran los principales programas para la enseñanza de
estrategias de comprensión lectora.
a) Programa de Estrategias Relacionadas con el Aprendizaje (ISL) de Paris y Cols.
(1984, 1986).
Dirigido a alumnos de tercero a quinto curso. Integra actividades relacionadas con tres objetivos
claves, que son:
a) Incremento del conocimiento de las metas, demandas, estrategias y objetivos de la lectura.
b) Mejora de las estrategias de comprensión.
c) Fomento de la evaluación y regulación de la lectura por el propio alumno.
Las estrategias que se enseñan son:
• Determinar y resumir las ideas principales.
• Realizar inferencias.
• Realizar evaluaciones críticas.
• Control de la comprensión.
b) Programa de Enseñanza Directa (Baumann, 1984, 1990).
Importancia crucial del profesor que es el que planifica, modela y guía el proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Su modelo consta de ocho lecciones centradas fundamentalmente en la enseñanza de la estrategia de
búsqueda de las ideas principales. En cada lección propone que se siga una secuencia instructiva en
cinco pasos:
1. Introducción para explicitar los objetivos y los contenidos de la lección y la eficacia de la
estrategia que se pretende enseñar.
2. Ejemplo de la estrategia a aprender.
3. Enseñanza directa de la estrategia. Aquí el profesor es el principal protagonista modelando, verbal
o físicamente, la conducta objetivo.
4. Aplicación dirigida por el profesor que permite observar si el alumno comete errores, darle
retroalimentación sobre su actividad y nuevas explicaciones si son necesarias, en suma, el profesor
ejerce su función de mediación pedagógica.
5. Práctica independiente en contextos nuevos donde el protagonista ya es el alumno, culminando el
proceso de transferencia de la responsabilidad de la actividad desde el profesor hacia el alumno.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
145
c) Programa de Instrucción en Comprensión. (Sánchez, 1990, 1993).
Se centra en los textos expositivos, fomentando el uso de cuatro tipos de actividades:
a) Detectar la progresión temática de los textos. Propone que los alumnos se habitúen a realizarse
preguntas como: ¿sigue el texto hablando de lo mismo?, ¿qué dice el texto de este tema?, etc.
b) Extraer el significado global de lo que se lee, aplicando las macrorreglas. Los alumnos deben
habituarse a preguntas del tipo: ¿puedo eliminar algo por repetido?, ¿puedo considerar este
párrafo como un ejemplo de lo ya explicado?, etc.
c) Reconocer la organización interna del texto, narrativa o expositiva (causalidad, problema /
solución, comparación, descripción y secuencia). Los alumnos se habitúan a cuestionarse sobre
el modo en que están articuladas las ideas y a hacerse preguntas del tipo: ¿cuáles con las causas
(o los antecedentes, o la secuencia) que presenta?, etc.
d) Autopreguntas para conseguir la autorregulación de la comprensión. Las preguntas a habituarse
son: ¿qué dice este párrafo?, ¿qué preguntas me puedo hacer o pueden hacerme sobre el
contenido del texto?, etc. Se asegura que el alumno se dé cuenta del objetivo de cada estrategia.
d) Programa de Enseñanza Recíproca. (Palincsar y Brown, 1984).
Pretende reunir las aportaciones de la investigación psicopedagógica sobre estrategias y de las teorías
que subrayan el carácter social del aprendizaje y la necesidad de una progresiva transferencia del
control de la actividad desde el profesor hacia el alumno.
Específicamente incluye el fomento de cuatro estrategias:
1. Autopreguntarse o generar posibles preguntas que se van a responder con la lectura del texto.
2. Resumir, es decir, integrar la información de las frases, párrafos o páginas de un texto.
3. Clarificar el sentido cuando ha habido un fallo en la comprensión, identificando la fuente de la
interrupción y realizando los pasos adecuados para restablecer el significado.
4. Predecir o activar el conocimiento previo relevante al terna con el propósito de formular hipótesis
sobre lo que el autor va a discutir en el texto o en los párrafos siguientes al ya leído.
Utiliza un juego interactivo, donde el profesor y los alumnos dialogan sobre las diferentes partes del
texto utilizando esas cuatro estrategias y, posteriormente, intercambian los roles.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
146
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 4
1.-Señale, basado en las ideas expuestas por Sánchez (1993), cuáles son los requisitos
necesarios para la comprensión lectora.
2.- ¿Cuáles son los motivos que señala Rumelhart (1980) por los que la comprensión
puede fallar?.
3.- Las habilidades previas a la lectura de un texto y necesarias para su posterior
comprensión son:
a) Establecer un propósito u objetivo a la lectura, formular hipótesis y
predicciones sobre el contenido del texto y activar los conocimientos
previos. Atención al vocabulario.
b) Deducir y realizar inferencias, analizar la organización de las ideas o
estructura del texto y organizar e integrar el contenido.
c) Subrayar, hacer un resumen con las ideas principales, elaborar esquemas,
mapas conceptuales, etc.
4- Para llevar a cabo una correcta evaluación de los problemas de comprensión lectora
es necesario analizar:
a) Los procesos de comprensión que están fallando.
b) La cantidad de respuestas desacertadas ante preguntas realizadas acerca
de la comprensión de un texto previamente leído.
c) Cuándo y con qué método de lectoescritura el alumno aprendió a leer.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
147
CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 4
1- Los requisitos considerados necesarios para la comprensión lectora extraídos de
Sánchez son los siguientes (apartado 1b).
1. El reconocimiento de las palabras como requisito sine qua non.
2. Desentrañar las ideas contenidas en las frases y párrafos del texto y conectar estas
ideas entre sí, es decir, buscar el orden o hilo conductor de las ideas (conocido como
progresión temática). Estos dos aspectos proporcionan lo que se ha denominado la
microestructura de un texto, que se refiere a las relaciones lineales entre las
proposiciones.
3. Diferenciar el valor de las ideas en el texto, detectando lo esencial, las ideas
principales o macroestructura del texto, que se refiere a su significado global.
4. Analizar cómo se articula la trama de relaciones entre las ideas o la estructura
interna de un texto. Equivale a analizar la organización formal de las ideas o
superestructura del texto. Existen diferentes clasificaciones de los tipos de texto en
función de su estructura pero principalmente interesan las estructuras narrativas y
expositivas que son las más frecuentes.
2- Según este autor la comprensión puede fallar por (apartado 1c):
1. Puede que el lector no tenga los conceptos apropiados.
2. Las señales del texto pueden ser insuficientes para activar los conceptos que
sí posee.
3. El lector puede interpretar la información de una manera distinta a como la
entendió el autor.
3- a). Cuadro 4.3.
4- a). Apartado 2.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
148
BIBLIOGRAFÍA DE AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 4
MARTÍN, E. (1993). Leer para Comprender y Aprender. Madrid: CEPE.
GARCÍA SÁNCHEZ, J. N. (1995). Manual de Dificultades de Aprendizaje. Madrid:
Narcea.
VEGA, M. et al (1990). Lectura y Comprensión. Una Perspectiva Cognitiva. Madrid:
Alianza.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
149
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 4
Metacognición: alude al conocimiento y control de la propia actividad cognitiva
por parte del sujeto que la realiza. Implica dos aspectos: por un lado, la conciencia de
los procesos, habilidades y estrategias requeridas para llevar a cabo una actividad
(conocimiento sobre la actividad cognitiva) y, por otro, la capacidad para guiar, revisar,
evaluar y controlar esa actividad, de manera que el sujeto puede realizar correcciones
cuando detecta que sigue un proceso equivocado.
Procesamiento de la información: para manejar y comprender una información
se hace necesario el empleo de la memoria y pensamiento, codificación de la
información lingüística y uso de estrategias para recordar la información adquirida.
Estrategias de aprendizaje: operaciones cognitivas, más o menos conscientes,
que facilitan la planificación y evaluación de un sujeto a la hora de actuar en una tarea y
de los resultados que derivan de la misma.
Procesos de aprendizaje: actividades mentales necesarias para introducir la
información en la memoria y para hacer uso de la misma.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
150
UNIDAD DIDÁCTICA 5:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE
DE LAS MATEMÁTICAS.
Estela D’Angelo.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
151
ÍNDICE DE LA UNIDAD 5:
PROBLEMAS EN EL APRENDIZAJE DE LAS
MATEMÁTICAS.
RESUMEN DE LA UNIDAD 5..................................................................................153
DESARROLLO DE LA UNIDAD 5 ..........................................................................154
1.- Conceptualización de los problemas de aprendizaje de las matemáticas...............154
1.1.- Algunas cuestiones terminológicas ............................................................157
1.2.- Factores que dificultan el aprendizaje de las matemáticas.........................159
1.3-. Componentes afectivos en el aprendizaje de las matemáticas ...................163
2.- Intervención y estrategias instruccionales..............................................................165
2.1.- Contextualizar el conocimiento matemático ..............................................166
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 5 ...............................................................169
CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 5 ....................................170
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
152
BIBLIOGRAFÍA DE AMPLIACIÓN DE LA UNIDAD 5 ........................................172
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 5.....................................................173
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
153
RESUMEN DE LA UNIDAD 5
El tema de los problemas de aprendizaje, concretamente el de las matemáticas se
considera un ámbito de gran interés debido a su conexión con otros aprendizajes. A lo
largo de la presente unidad se abordarán cuestiones referidas a los factores que influyen
en el origen de los problemas de aprendizaje de las matemáticas, así como de aquellos
términos que definen problemáticas más instaladas como pueden ser la acalculia y
discalculia. Igualmente se tendrán en cuenta aquellos factores que influyen a la hora de
interpretar posibles causas de los problemas en dichos aprendizajes.
Al final de la unidad se expondrán algunas consideraciones de cara a la
intervención tanto en alumnos que presentan problemas de aprendizaje en las
matemáticas, como los que no los manifiestan de forma tan declarada, insistiendo
fundamentalmente en que la intervención instruccional debe favorecer en todo momento
la contextualización del conocimiento matemático para ayudar al uso y la comprensión
de su lenguaje formal.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
154
DESARROLLO DE LA UNIDAD 5
1 -Conceptualización de los problemas de aprendizaje de las matemáticas.
Los problemas de aprendizaje en las matemáticas (PAM), van a incidir en
diversas actividades. Se trata de dificultades significativas en el desarrollo de las
habilidades relacionadas con las matemáticas (Semrud-Clikeman y Hynd, 1992). Estos
problemas no están ocasionados por el retraso mental, ni por una escasa o inadecuada
escolarización, ni por déficit visuales o auditivos (Smith y Rivera, 1991). Sólo se
clasifica como tal, si se da una alteración o deterioro relevante de los rendimientos
escolares o de la vida cotidiana (Keller y Sutton, 1991).
El esquema que plantean Keller y Sutton (1991, 554-556) en torno a las áreas
corticales que median las diferentes aptitudes relacionadas con la competencia
matemática es muy atractivo a la hora de comprender y para realizar un mejor análisis
de los procesos neuropsicológicos y neuroanatómicos de los problemas de aprendizaje
de las matemáticas:
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
155
Región Capacidad
Hemisferio derecho. Organización viso-espacial.
Hemisferio dominante
en el lenguaje.
Habilidades lingüísticas.
Áreas de asociación del
hemisferio dominante.
Lectura y comprensión de problemas verbales, la
comprensión de conceptos y procedimientos
matemáticos.
Lóbulos frontales. Cálculos mentales rápidos, conceptualización
abstracta, habilidades de solución de problemas,
ejecución oral y escrita.
Lóbulos parietales. Funciones motóricas, uso de las sensaciones
táctiles.
Lóbulo parietal
izquierdo.
Habilidades de secuenciación.
Lóbulos occipitales. Discriminación visual de símbolos matemáticos
escritos.
Lóbulos temporales. Percepción auditiva, memoria verbal a largo plazo.
Lóbulo temporal
dominante.
Memoria de series, hechos matemáticos básicos,
subvocalización durante la solución de problemas.
Tabla 5.1.
Las dificultades de los trastornos del desarrollo de las matemáticas van a incidir
en diversas actividades. Estas incluyen habilidades "lingüísticas" (como la comprensión
y el empleo de nomenclatura matemática, comprensión o denominación de operaciones
matemáticas, y la codificación de problemas representados con símbolos matemáticos),
habilidades "perceptivas" (como el reconocimiento o la lectura de símbolos numéricos
o signos aritméticos, y la agrupación de objetos en conjuntos), habilidades de
"atención" (como copiar figuras correctamente en las operaciones matemáticas básicas,
recordar el número que "llevamos" y que tenemos que añadir a cada paso, y observar los
signos de las operaciones) y las habilidades "matemáticas" (como el seguimiento de las
secuencias de cada paso en las operaciones matemáticas, contar objetos y aprender las
tablas de multiplicar) APA (1990a, p.49).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
156
Suelen asociarse de forma superpuesta los trastornos del desarrollo del lenguaje
de tipo receptivo, los trastornos del desarrollo de la lectura y escritura, los trastornos del
desarrollo en la coordinación y las dificultades en atención y en memoria (Geary, 1993).
Los inicios del problema dependen de la gravedad y del nivel de inteligencia que
pueda compensar o no el déficit, yendo desde los 8 años o tercero de Educación
Primaria (o incluso a los 6 años) hasta los 10 años, en quinto de Educación Primaria, o
incluso más tarde en los casos más benignos (Deloche y Seron, 1987a).
Tanto del curso como de la prevalencia como de los antecedentes familiares,
apenas se dispone de datos, puesto que el interés generalizado en su estudio no ha
llegado hasta muy recientemente (Semrud-Clikeman y Hynd, 1992). Quizá sea menos
frecuente que el problema de aprendizaje de la lectura.
Hay que excluir del diagnóstico de este trastorno al retraso mental o a la
inadecuada o escasa escolarización.
Tabla 5.2.
Criterios para el diagnóstico de trastornos del cálculo.
DSM-IV (APA, 1995, p. 54).
A.
La capacidad para el cálculo, evaluada mediante pruebas normalizadas
administradas individualmente, se sitúa sustancialmente por debajo de la
esperada dados la edad cronológica del sujeto, su coeficiente de inteligencia
y la escolaridad propia de su edad.
B.
El trastorno del Criterio A interfiere significativamente el rendimiento
académico o las actividades de la vida cotidiana que requieren capacidad
para el cálculo.
C.
Si hay un déficit sensorial las dificultades para el rendimiento en cálculo
exceden de las habitualmente asociadas a él. Nota de codificación. Si hay
una enfermedad médica (p.ej., neurológica), o un déficit sensorial, se
codificarán en el Eje III.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
157
1.1.- Algunas cuestiones terminológicas.
La cuestión terminológica y de las definiciones es interesante puesto que clarifica
la comunicación entre investigadores y profesionales (Keller y Sutton, 1991).
Términos como «problemas de aprendizaje en matemáticas», «trastornos
aritméticos», «trastornos de matemáticas», «problemas específicos de
matemáticas» pueden referirse al mismo campo.
Se podría clarificar la cuestión con un doble término:
Acalculia.
Un primer término es el de acalculia definida por Novick y Arnold (1988) -citado por
Keller y Sutton (1991)- como un trastorno relacionado con la aritmética adquirido tras
una lesión cerebral sabiendo que las habilidades ya se habían consolidado y desarro-
llado. Es lo que denomina Benton (1987) «déficits con las operaciones numéricas». Y
en ella se pueden diferenciar dos formas:
1. Las primarias o acalculia primaria o verdadera acalculia o anaritmetría (Benton,
1987).
2. Y la acalculia secundaria, de la que se diferencian dos tipos:
- el primero o acalculia afásica o acalculia con alexia y/o agrafía para los
números;
- el segundo o acalculia secundaria o alteraciones visoespaciales.
Además, se identifica el clásico síndrome de Gerstmann que muestra cuatro
características pero que puede referirse a diferentes tipos de acalculia (Benton, 1987) y
que son la desorientación derecha-izquierda, la agnosia digital, la agrafía y la acalculia,
y que cursa con dificultades en la ejecución de las operaciones matemáticas y con la
orientación de las secuencias de números y que puede manifestarse tras lesión cerebral
en adultos o sin signos neurológicos de lesión en niños.
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Dificultades y Trastornos”.
158
Discalculia.
El otro término que se utiliza es la discalculia o discalculia de desarrollo y que
haría referencia a un trastorno estructural de la maduración de las habilidades
matemáticas, referido sobre todo a niños y que se manifestaría por la comisión de
errores variados en la comprensión de los números, habilidades de conteo, habilidades
computacionales y solución de problemas verbales. Es clásica la diferenciación de Kocs
-citado por Kel1er y Sutton (1991)- en seis subtipos (ver cuadro 5.3.).
Simplificando se puede decir, que la acalculia se refiere a adultos o a niños y
jóvenes, pero es de carácter lesional y tras haberse adquirido o iniciado su adquisición la
función. Mientras que la discalculia se refiere sobre todo a niños, es evolutiva, puede
darse en adultos, pero no es lesional y se asociaría sobre todo con las dificultades de
aprendizaje de las matemáticas.
Cuadro 5.3.
1. La discalculia verbal con manifestaciones en dificultades en nombrar
las cantidades matemáticas, los números, los términos, los símbolos
y las relaciones.
2. La discalculia practognóstica o dificultades para enumerar,
comparar, manipular -reales o en imágenes- objetos
matemáticamente.
3. La discalculia lexical en relación con dificultades en la lectura de
símbolos matemáticos.
4. La discalculia grafical en relación con dificultades en la escritura de
símbolos matemáticos.
5. La discalculia ideognóstica o dificultades en hacer operaciones
mentales y en la comprensión de conceptos matemáticos.
6. La discalculia operacional en relación con dificultades en la
ejecución de operaciones y cálculo numéricos.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
159
1.2.- Factores explicativos de los problemas de aprendizaje de las matemáticas.
Realmente, la explicación de este fracaso tan amplio, no se puede buscar en los
niños solamente, ni se puede aplicar con ligereza el término discalculia que sería la
dificultad de aprendizaje específica de las matemáticas sin otros problemas asociados.
Este término se utilizó inicialmente en el campo de la neurología que estudia
principalmente los trastornos específicos como consecuencia de lesiones cerebrales y de
ahí pasó al campo educativo. Sin embargo, la utilización del enfoque neurológico para
el estudio de las dificultades iniciales en el aprendizaje de las matemáticas ha sido
criticado desde la perspectiva evolutiva y educativa, donde nos encontramos no sólo con
un excesivo número de niños con problemas sino también con unas extendidas actitudes
negativas hacia esta disciplina.
Por otra parte, adolece de las mismas ambigüedades e inconvenientes que tiene
la definición general de las dificultades de aprendizaje y, como ocurría con la dislexia,
tiende a medicalizar un problema que es eminentemente educativo. Las críticas al
enfoque neurológico de los PAM se centran en la carencia de una fundamentación
teórica clara y en la escasa utilidad práctica del problema planteado en esos términos
(Allardice y Ginsburg, 1983). En esta unidad se hablará de los PAM en general,
entendiéndolos como problemas en el aprendizaje matemático no asociados a un retraso
mental o a un problema en la escolarización.(ver en cuadro 5.4. los criterios del
DSM-IV).
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
160
Cuadro 5.4. Criterios del DSM-IV para el diagnóstico de los trastornos del cálculo.
Los problemas en el aprendizaje de las matemáticas son muy variados y están
relacionados con una multiplicidad de factores. A continuación se realizará una
agrupación de aquellos problemas de acuerdo con una serie de contenidos, cuyo orden
de presentación está relacionado con el desarrollo de la competencia cognitiva del
alumno.
A. Problemas relacionados con los procesos del desarrollo cognitivo en:
A) Discrepancia entre el rendimiento esperado y el real: "Capacidad para el cálculo
evaluada mediante pruebas normalizadas administradas individualmente, se sitúa
sustancialmente por debajo de la esperada dados la edad cronológica del sujeto, su
coeficiente de inteligencia y la escolaridad propia de su edad".
B) Implica una alteración significativa de la vida cotidiana: "El trastorno del
criterio A interfiere significativamente el rendimiento académico o las actividades
de la vida cotidiana que requieren la capacidad para el cálculo."
C) La dificultad no se debe a déficits sensoriales, baja inteligencia o problemas
de escolarizazción: "Si hay un déficit sensorial las dificultades para el
rendimiento en cálculo exceden de las habitualmente asociadas a él".
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
161
1. LA ADQUISICIÓN
DE LAS NOCIONES
BÁSICAS Y LOS
PRINCIPIOS
NUMÉRICOS.
- Comprensión del número. - La conservación. - El orden estable. - Clasificación. - Seriación. - Correspondencia. - Valor cardinal. - Reversibilidad.
2. LA NUMERACIÓN.
- Memorizar números de forma seriada. - Asociar los números con objetos reales que representan
correspondencia uno a uno. - Comprender que cada grupo de diez unidades forma una unidad
de orden superior y debe ser utilizada como decena (y de forma sucesiva como centena, unidad de millar...).
- Escritura de los números (memorizar el sistema decimal implica memorizar nueve dígitos más el cero).
- Conocer la noción del valor posicional de las cifras y el cambio de valor al variar la posición de las cifras.
- Conocer el valor del cero como ausencia de cantidad y su complejidad cuando entra a formar parte de otro número.
- Comprender el proceso lógico de las seriaciones comprendiendo la relación o clave entre los números que la forman (seriaciones, inversas, descendientes, la reversibilidad) y la seriaciones de objetos respecto a los tamaños/alturas (identificación correcta del antes-después, primero-último, menor-mayor, ...).
- Estructuración espacial de cada operación y automatismos hasta llegar al resultado.
Comprensión Global
del problema y su
representación
(lenguaje).
Análisis del
problema.
Razonamiento
matemático.
3. LA RESOLUCIÓN
DE PROBLEMAS.
- Conocimiento del lenguaje utilizado y su comprensión.
- Traducción al lenguaje matemático.
- Qué datos da (lo que se tiene o conoce).
- Qué pide (lo que se modifica).
- Ordenación de los datos (lo que hay que averiguar).
- Proceso lógico a seguir tomando en consideración todos los datos o variables importantes para resolverlos).
- Elegir las operaciones más adecuadas para resolver el problema.
Tabla 5.5.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
162
B. Problemas relacionados con la naturaleza de las matemáticas:
Abstracción y
generalización
Complejidad de
los conceptos
Estructura
jerárquica de los
conocimientos
matemáticos
Carácter lógico
- Conocimiento que
intenta reflejar lo
esencial de las
relaciones
matemáticas
eliminado
cualquier
referencia al
contexto o a las
situaciones
particulares.
- Los conceptos se
van
descontextualizan
do rápidamente.
- Proceso de
generalización
como elemento
que tiende a
buscar conceptos,
leyes o teoremas
lo más generales
posibles.
El uso de
analogías y la
abstracción se
considera una
vía alternativa
para evitar la
complejidad
de los
conceptos.
- Organizados en
función de su
naturaleza
deductiva para
comprender su
carácter
integrativo y
jerárquico.
- Organizarlos en
función de su
funcionalidad y
con criterios
cognitivos de
comprensión.
- Los
contenidos
matemáticos
se definen
desde lo
deductivo.
- El conflicto
más frecuente
es el de las
formas de
notación y el
uso de las
reglas en sí
mismas.
- Los errores
respecto de la
notación
pueden venir
desde el uso
de las reglas
fuera de
contexto.
Tabla 5.6.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
163
C. Problemas relacionados con el lenguaje matemático:
A nivel semántico (significado
pragmático)
A nivel sintáctico (significado formal)
- Comunicación de significados a
través de símbolos y notaciones
(paralelismo con el lenguaje natural).
- Traduce los códigos al sistema de
signos no matemáticos (situaciones
normales de la vida cotidiana).
- Aplica reglas manipulativas sin
referencia a su significado.
- Lenguaje formal que sigue reglas
rigurosas y necesita una interpretación
exacta de sus símbolos.
- Facilita la inferencia más que la
comunicación.
Problemas frecuentes originados por...
- la complejidad sintáctica del lenguaje utilizado.
- la utilización de vocabulario técnico.
- la utilización de notación matemática.
- la incapacidad de relacionar las matemáticas con el contexto.
Tabla 5.7.
1.3.- Componentes afectivos en el aprendizaje de las matemáticas.
Desde la psicología cognitiva se ha comprobado que los procesos cognitivos
implicados en la resolución de problemas son particularmente susceptibles al influjo de
los factores afectivos (McLeod, 1989, 1990; De Corte, 1993). Así se han identificado
una serie de creencias de los alumnos en torno a las matemáticas, muchas de ellas
inducidas por la misma instrucción, que tienen influencia negativa o inhibidora sobre
sus actividades y en la resolución de problemas.
Las matemáticas que se enseñan en la escuela, suelen no tener mucho que ver con
las matemáticas del mundo real. En muchas ocasiones, se trata de una enseñanza
formalista, desvinculada de cualquier significado real, lo que favorece en los alumnos
actitudes negativas hacia esta materia. De modo que muchas de las actitudes y creencias
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
164
se forjan en el contexto escolar y están directamente relacionadas con la forma de la
enseñar y practicar las matemáticas que, a su vez, dependen de la concepción que los
profesores tienen de esta disciplina y de cómo los alumnos deben aprender las
matemáticas.
La enseñanza tradicional ha estado dominada en general por tendencias
formalistas que se han basado más en la manipulación sintáctica de los símbolos y
reglas que en el significado de los mismos. Lo que ha inducido a que los alumnos
aprendan a manipular símbolos de acuerdo con una serie de reglas que no entienden.
Así, resulta muy difícil que puedan vincular dichos símbolos con su significado
referencial y, por tanto, usarlos para resolver problemas de forma significativa.
La enseñanza formalista de las matemáticas hace que éstas se identifiquen con un
lenguaje constituido por un conjunto de reglas y normas desprovistas de cualquier
significado, surge la creencia frecuente de considerar matemáticas como un
conocimiento por reglas que deben usarse de un modo fundamentalmente mecánico, o
que sólo hay un modo correcto de resolver un problema matemático que, generalmente,
coincide con la regla que el profesor ha explicado en clase (Lampert, 1990; Schoenfeld,
1992). Las matemáticas exigen mucho tiempo aplicando reglas. El alumno se convence
de que, si no se conoce la regla apropiada, no se puede hacer nada. Aprender
matemáticas significa angustia, lo que les lleva a adoptar conductas de protección y
huida. En otras ocasiones, las reglas pueden cambiar sin razón aparente creciendo así la
incertidumbre y, a veces el desconcierto.
En cambio, un uso eficiente y exacto de las reglas puede ayudar a desarrollar el
sentido de logro y proporcionar confianza. Muchos niños disfrutan con la repetición de
ejercicios correctamente realizados al usar la misma regla o reglas. Sin embargo, al
encontrar problemas en los que la regla no sea inmediatamente aplicable, la confianza
puede desaparecer. Esto llevar a pensar que algunos puntos de vista de las matemáticas
causan inseguridad. Es cierto que otras asignaturas poseen mayor calidad emocional por
sí mismas o presentan un impacto más inmediato en los intereses de los alumnos, lo que
puede ayudar a superar la posible frialdad en la actitud de un profesor. En cambio, en la
enseñanza de las matemáticas es más difícil conseguir una relación emocional positiva
entre el profesor y los alumnos.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
165
2.- Intervención y estrategias instruccionales.
Actualmente se considera la situación educativa como un proceso de solución de
problemas cuyo principal objetivo sería facilitar la construcción de una serie de
competencias, entre ellas la matemática (Bermejo, 1990). Smith y Rivera (1991)
proporcionan una descripción de las fases generales por las que pasan los aprendices en
la construcción de cualquier habilidad compleja, las fases del aprendizaje de las
matemáticas serían adquisición inicial, dominio, mantenimiento, generalización a
diferentes situaciones y adaptación o ajuste del razonamiento matemático a los
problemas concretos que se presenten.
Respecto a los métodos de enseñanza, distinguen entre métodos generales y
específicos. Los generales sirven para la enseñanza de habilidades en cualquier dominio
de conocimiento y entre ellos incluyen, como más apropiados para la enseñanza de las
matemáticas, el modelado (por demostración directa acompañada de instrucciones
verbales), el moldeamiento o técnica de las aproximaciones sucesivas, las descripciones
verbales sobre el procedimiento a seguir, la práctica intensiva guiada utilizando
actividades y situaciones variadas (fichas, ordenador, juegos), la recompensa ante las
respuestas adecuadas, la retroalimentación inmediata y la enseñanza de estrategias.
Estas autoras defienden que, con independencia del método utilizado, es crucial evaluar
y tener siempre en cuenta la fase en que se encuentra el alumno para que la intervención
educativa sea acorde con ella.
Algunas de las indicaciones propias al ámbito de las matemáticas, deben guiar
toda intervención educativa, principalmente con los niños con PAM:
- Promover la automatización de las combinaciones numéricas y de los
algoritmos.
- Trabajar los problemas verbales antes de plantear los numéricos y el
aprendizaje de los algoritmos.
- Simultanear el aprendizaje de la suma y de la sustracción.
- Estimular la relectura y el uso de representaciones concretas para apoyar la
comprensión de los problemas.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
166
- Fomentar el desarrollo de un vocabulario matemático, ya que uno de los
principales factores del fracaso escolar en aritmética reside en la comprensión
del lenguaje.
- Graduar la dificultad y presentar situaciones y problemas variados. Los
problemas verbales deben presentar situaciones atractivas, que hagan
referencia a los conocimientos de la vida real que tengan los niños.
- Enseñar las diferentes estrategias de manera explícita.
- Aprovechar todas las ocasiones de aplicación de los conocimientos
matemáticos en la vida cotidiana, dentro y fuera del aula.
Para los profesionales que tratan con niños con PAM, la integración de los
conocimientos teóricos con el conocimiento de las dificultades concretas de un niño,
será la responsable de la búsqueda de la intervención más adecuada y la garantía de su
ajuste a las características que éste presente.
2.1.- Contextualizar el conocimiento matemático.
Es conveniente presentar los conceptos y procedimientos matemáticos de forma
contextualizada, insistiendo en la relación entre el significado referencial y el
significado puramente matemático ya que esta disciplina resulta difícil de aprender por
su naturaleza abstracta y formal, que exige un pensamiento de tipo paradigmático muy
alejado del pensamiento de tipo narrativo y contextualizado característico del
pensamiento infantil. Existen muchas estrategias didácticas a las que se puede recurrir
para que los alumnos vinculen los conceptos matemáticos con su significado referencia.
Una forma de contextualizar el aprendizaje consiste en escoger situaciones concretas
que sean expresiones del concepto matemático en cuestión.
También se puede garantizar esta relación, utilizando los mismos conceptos y
procedimientos en diferentes contextos. Hay que tener en cuenta que un mismo
conocimiento matemático adquiere un significado intuitivo muy diferente según el
significado referencial que adopte. De ahí, la conveniencia de diversificar dichos
significados para que el aluno pueda comprender y asimilar correctamente el concepto
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
167
matemático común a todos ellos. De este modo y de forma progresiva, el alumno podrá
adquirir los conocimientos más abstractos.
Se ha comprobado, que la mayoría de las personas aprenden matemáticas sin
dificultad cuando éstas se presentan en contexto cultural y socialmente relevantes, en
los que aquellas adquieren sentido y se pone de manifiesto el uso y funciones de las
mismas.
La enseñanza de las matemáticas se ha basado fundamentalmente en los aspecto
formales o, como dice Gómez Granell (1996), se basaba más en la "manipulación
sintáctica de símbolos y reglas que en la comprensión de su significado".
Desde diferentes perspectivas, Piaget y otros autores cambiaron esta concepción
de la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas dando prioridad a los aspectos
semánticos; es decir, a la construcción de significados. Para Piaget (citado por Kamii,
1988), los conocimientos matemáticos no pueden ser enseñados, sino que el niño es
quien debe llegar, por sí mismo a y a partir de la propia acción mental y de
procedimiento. El acento se desplaza de la enseñanza centrada en la materia y su
carácter formal, abstracto y arbitrario, a la enseñanza centrada en los procesos de
construcción y reconstrucción de los conceptos matemáticos, realizados por el niño a
través de los sucesivos estadios evolutivos. Cada niño elabora su propio conocimiento
lógico-matemático a partir de estos procesos de construcción interna.
Una perspectiva más actual, es capaz de integrar los dos enfoques anteriores: el
sintáctico y el semántico al considerar que se han de enseñar y aprender conocimientos
matemáticos teniendo en cuenta tanto los aspectos formales y convencionales de las
matemáticas (procedimientos, reglas, formulaciones, sistema notacional y simbólico)
como la construcción de sus significados diferenciales. La cuestión estaría en "cómo
hacer que los alumnos pasen de procedimientos no formales e intuitivos a las
expresiones simbólicas propias del lenguaje formal, y viceversa" (Gómez-Granell,
1996, p. 304).
Dicho de otro modo, se trataría de trabajar en una línea integradora, potenciando
los procedimientos intuitivos de los niños y promoviendo un aprendizaje de los aspectos
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
168
formales del lenguaje matemático, o como mínimo hacer que se familiaricen con su uso
en diferentes y pragmáticos contextos y situaciones, a fin de facilitar su conocimiento
"informal" y el acceso a su significado.
En este sentido, más que trabajar en aspectos semánticos y sintácticos, se trataría
de buscar aspectos formales y funcionales para remarcar esta idea de que las
matemáticas se tienen que aprender también usándolas en todos aquellos contextos y
situaciones escolares o extraescolares en las que habitualmente se utilizan.
Por otro lado, aprender a usar determinados contenidos matemáticos necesita
igualmente de memorización aunque con una finalidad contextualizada ya que de este
modo se favorecerá su comprensión sobre los conceptos y procedimientos matemáticos
que están utilizando.
A la hora de planificar actividades, es adecuado procurar que sean lo más
cercanas posible, que estén contextualizadas y tengan el máximo de sentido, es decir,
que estén en estrecha interacción con los usos sociales que tienen los contenidos
matemáticos que se quiere trabajar. El objetivo en este caso, estriba en vincular siempre
el lenguaje matemático con su significado referencia, ya que aunque sea importante
reinventar o reelaborar el conocimiento, también hay que partir de lo que se conoce.
En conclusión, hay que tener en cuenta que en nuestra vida cotidiana y en los
textos que normalmente consultamos utilizamos habitualmente el lenguaje matemático,
y que este y sus procedimientos también se utilizan mucho en otras materias escolares.
Por otro lado, como las matemáticas poseen un alto grado de generalización y de
inferencia, su conocimiento y utilización facilitan tanto la comprensión de otros campos
de conocimiento como la creación de nuevo conocimiento.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
169
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD 5
1.- Identifica las fases del aprendizaje que identifican Smith y Rivera (1991) en relación
al conocimiento matemático.
2.- Cita los seis subtipos de discalculia distinguidos por Kocs.
3.- Enuncia los problemas relacionados con los procesos del desarrollo cognitivo en la
adquisición de las nociones básicas y los principios numéricos.
4.- Menciona algunas de las indicaciones propias al ámbito de las matemáticas que
deben guiar toda intervención educativa con los niños que presentan problemas de
aprendizaje en matemáticas.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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CLAVE DE LA AUTOEVALUACIÓNDE LA UNIDAD 5
1.- Fases del aprendizaje que identifican Smith y Rivera (1991) en relación al
conocimiento matemático (apartado 2):
a) Adquisición inicial.
b) Dominio.
c) Mantenimiento.
d) Generalización a diferentes situaciones.
e) Adaptación o ajuste del razonamiento matemático a los problemas concretos que
se presenten.
2.- Los seis subtipos de discalculia distinguidos por Kocs son (cuadro 5.3.):
- La discalculia verbal con manifestaciones en dificultades en nombrar las
cantidades matemáticas, los números, los términos, los símbolos y las
relaciones.
- La discalculia practognóstica o dificultades para enumerar, comparar, manipular
-reales o en imágenes- objetos matemáticamente.
- La discalculia lexical en relación con dificultades en la lectura de símbolos
matemáticos.
- La discalculia grafical en relación con dificultades en la escritura de
símbolosmatemáticos.
- La discalculia ideognóstica o dificultades en hacer operaciones mentales y en la
comprensión de conceptos matemáticos.
- La discalculia operacional en relación con dificultades en la ejecución de
operaciones y cálculo numéricos.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
171
3.- Los problemas relacionados con los procesos del desarrollo cognitivo en la
adquisición de las nociones básicas y los principios numéricos son (tabla 5.5.):
- Comprensión del número.
- La conservación
- El orden estable
- Clasificación
- Seriación
- Correspondencia
- Valor cardinal
- Reversibilidad. 4.- Algunas de las indicaciones propias al ámbito de las matemáticas que deben guiar
toda intervención educativa con los niños que presentan problemas de aprendizaje en
matemáticas son (apartado 2):
- Promover la automatización de las combinaciones numéricas y de los
algoritmos.
- Trabajar los problemas verbales antes de plantear los numéricos y el aprendizaje
de los algoritmos.
- Simultanear el aprendizaje de la suma y de la sustracción.
- Estimular la relectura y el uso de representaciones concretas para apoyar la
comprensión de los problemas.
- Fomentar el desarrollo de un vocabulario matemático, ya que uno de los
principales factores del fracaso escolar en aritmética reside en la comprensión
del lenguaje.
- Graduar la dificultad y presentar situaciones y problemas variados. Los
problemas verbales deben presentar situaciones atractivas, que hagan referencia
a los conocimientos de la vida real que tengan los niños.
- Enseñar las diferentes estrategias de manera explícita.
- Aprovechar todas las ocasiones de aplicación de los conocimientos matemáticos
en la vida cotidiana, dentro y fuera del aula.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
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173
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA UNIDAD 5
Acalculia: trastorno relacionado con la aritmética adquirido tras una lesión
cerebral. Tiene carácter adquirido.
Discalculia: trastorno estructural de la maduración de las habilidades
matemáticas que se manifiesta por la comisión de errores variados en la comprensión de
números, habilidades de conteo, habilidades computacionales y solución de problemas
verbales. Tiene carácter evolutivo.
Estela D’Angelo: “El Dessarrollo de la Lectoescritura y las Matemáticas:
Dificultades y Trastornos”.
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