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El desarrollo en cuestión: reflexiones desde América Latina

El desarrollo en cuestión: reflexiones desde América … · Maristella Svampa..... 411 EL DESARRoLLo ECoNóMICo EN EL SIGLo XXI CAPÍTULo XV Teoría del desarrollo, cambio histórico

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  • El desarrollo en cuestin:reflexiones desde Amrica Latina

  • El desarrollo en cuestin: reflexiones desde Amrica Latina

    Fernanda Wanderley

    Coordinadora

  • Edicin al cuidado de: Moserrat Fernndez

    CIDES / UMSA, 2011Primera edicin en espaol: agosto de 2011

    DL: 4-1-17-94-11ISBN: 978-99954-1-386-6

    Produccin:Plural editoresAv. Ecuador 2337 esq. c. Rosendo GutirrezTelfono: 2411018 La Paz, Boliviae-mail: [email protected] / www.plural.bo

    Impreso en Bolivia

    El desarrollo en cuestin: reflexiones desde Amrica Latina

    El Postgrado en Ciencias del Desarrollo es el primer postgrado en la Universidad Mayor de San Andrs (UMSA) especializado en estudios del desarrollo; por su carcter multidis-ciplinario depende el Vicerrectorado de la UMSA. Tiene como misin formar recursos humanos para el desarrollo y contribuir a travs de la investigacin y la interaccin social al debate acadmico e intelectual en Bolivia al amparo de los compromisos democrticos, populares y emancipatorios de la universidad pblica boliviana.

  • ndice

    IntroduccinEl desarrollo en cuestin: reflexiones desde Amrica LatinaIvonne Farah y Fernanda Wanderley ............................................................ 9

    MIRADAS hISTRICAS SoBRE EL DESARRoLLo

    CAPTULo IEl tiempo histrico del desarrolloLuis Tapia ................................................................................................... 19

    CAPTULo IIEl sentido de la historia y los caminos de la modernidad: Bolvar Echeverra y su aporte a una nueva interpretacin de la latinoamericanidadMara de Nazar da Rocha Penna .............................................................. 37

    CAPTULo IIIRiqueza, industria y desarrollo: exploraciones a travs de la historiaRossana Barragn ....................................................................................... 57

    CAPTULo IVRepensando el desarrollo boliviano desde la historia econmica: crecimiento y lucha de dbilesJos Alejandro Peres Cajas .......................................................................... 99

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    EL DESARRoLLo DESDE DIFERENTES PRISMAS TERICoS

    CAPTULo VDesarrollo capitalista y plus-de-goceMauricio Gil ............................................................................................... 135

    CAPTULo VIDesarrollo en cuestin desde la perspectiva de ciencia y religin: abriendo el dilogoManigeh Roosta ................................................................................................ 157

    NUEVoS PARADIGMAS DEL DESARRoLLo

    CAPTULo VIILa nocin de desarrollo en la planificacin urbana y los nuevos paradigmas urbanosFernando Prado Salmon .................................................................................... 191

    CAPTULo VIIILas teoras econmicas y los modelos de desarrollo agropecuario: Dnde queremos llegar?Jorge Albarracn ................................................................................................ 221

    CAPTULo IXVisin posmoderna y visin andina del desarrolloPedro Portugal Mollinedo .................................................................................. 253

    CAPTULo XDesarrollo-vida-felicidad Paradigmas de desarrollo - Cosmovisiones de vida - Aspiraciones de felicidadJos Nuez del Prado ......................................................................................... 283

    LA DIMENSIN PoLTICo-ESTATAL DEL DESARRoLLo

    CAPTULo XIPluralismo, cohesin social y ciudadana en la modernidad: una reflexin desde la realidad bolivianaAlice Guimares ................................................................................................ 319

  • 7NDICE

    CAPTULo XIIEl pluralismo jurdico en Bolivia: derecho indgena e interlegalidadesRamiro Molina Rivero ...................................................................................... 351

    NUEVo EXTRACTIVISMo y CUESTIN AMBIENTAL

    CAPTULo XIIIMs all del nuevo extractivismo: transiciones sostenibles y alternativas al desarrolloEduardo Gudynas.............................................................................................. 379

    CAPTULo XIV ........................................................................................... 411Modelo de desarrollo y cuestin ambiental en Amrica Latina: categoras y escenarios en disputaMaristella Svampa ............................................................................................ 411

    EL DESARRoLLo ECoNMICo EN EL SIGLo XXI

    CAPTULo XVTeora del desarrollo, cambio histrico y conocimiento: Un balance de enfoques analticos y aportaciones tericasMiguel A. Rivera Ros ....................................................................................... 445

    CAPTULo XVIMacroeconoma y desarrollo en el periodo post neoliberalJuan Antonio Morales ....................................................................................... 467

    CAPTULo XVIIInduccin del desarrollo en coyuntura de bonanzaAlfredo Seoane Flores ....................................................................................... 497

    CAPTULo XVIIITransformacin productiva, equidad social y pluralidad econmicaFernanda Wanderley ......................................................................................... 539

    LA NUEVA AGENDA DEL EMPLEo y BIENESTAR SoCIAL

    CAPTULo XIXtica del cuidado y desarrollo para todos: desafos desde la diferenciaCecilia Salazar de la Torre ................................................................................. 575

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    CAPTULo XXLos derechos al cuidado y a su redistribucin: temas ausentes en las estrategias de desarrollo de ayer y hoyFlavia Marco Navarro ...................................................................................... 595

    CAPTULo XXIRepensando una poltica de empleo para Bolivia: entre la teora y la prcticaElizabeth Jimnez Zamora ................................................................................ 623

    Biografa autores ............................................................................................. 649

  • Desde su concepcin en los aos cincuenta, el campo problemtico del desarrollo ha estado surcado por fuertes debates y crticas desde diferentes disciplinas tericas y perspectivas polticas. El embate entre paradigmas, conocimientos y prcticas ha puesto en cuestin inclusive la pertinencia del mismo concepto de desarrollo para pensar las profundas transformaciones sociales, polticas y econmicas en el mundo contemporneo.

    La comunidad acadmica del Postgrado en Ciencias del Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrs (CIDES-UMSA) encontr oportuno abrir un espacio de reflexin interdisciplinaria y plural sobre viejas y nuevas cuestiones asociadas a la nocin de Desarrollo que enmarcan nuestros programas de for-macin postgradual e investigacin, as como de problematizacin del propio concepto de desarrollo.

    Con todo, nuestro punto de partida fue la constatacin de que, pese a los serios procesos y profundos debates de crtica y deconstruccin de la nocin de desarrollo a partir de las connotaciones evolucionistas, diseccionadoras y euro-cntricas que generalmente carga para pensar las diferentes formas y grados de organizacin de las sociedades en los tiempos modernos, el concepto de desarrollo se sigue utilizando sin sustituto equivalente para pensar el cambio histrico y los procesos de transformacin producidos por el movimiento de las estructuras sociales, impulsado por fuerzas de diversa ndole emergentes de relaciones contradictorias sociales, econmicas, polticas y/o culturales. Igualmente, el concepto de desarrollo se utiliza para pensar las estrategias de direccin de los procesos econmicos en particular y, a travs de ellos, de la vida social, poltica y cultural, hacia determinados objeti-vos u horizontes polticos que han dado lugar a su adjetivacin correspondiente: desarrollo extrovertido, desarrollo endgeno, desarrollo humano, desarrollo sostenible, desarrollo a escala humana, otro desarrollo, etc.

    En cuanto a la primera acepcin, en las ltimas dos dcadas, y sobre todo en Amrica Latina, se advierten tendencias reflexivas que problematizan y debaten

    IntroduccinEl desarrollo en cuestin: reflexiones

    desde Amrica LatinaIvonne Farah y Fernanda Wanderley

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    crticamente el desarrollo desde la perspectiva de la base cognitiva y contextual que subyace su concepcin. y si bien se identifican los elementos del cuestio-namiento, no se ha construido todava una narrativa interpretativa del cambio histrico y mucho menos an una meta-teora alternativa al respecto, si bien ese sera el propsito.

    En su vertiente ms radical (o descolonial) quienes cuestionan el concepto mismo de desarrollo lo asocian a un conjunto de teoras, de prcticas discursivas y no discursivas, a un conjunto de instituciones y estructuras originadas despus de la segunda guerra mundial que conduciran de manera predominante a una sociedad moderna industrial, urbana, cultural y econmicamente homognea (li-beral y capitalista) como curso normal de la evolucin y el progreso asociado con crecimiento econmico. En este sentido, el desarrollo sera un poderoso instrumento para la normalizacin del mundo a imagen y semejanza de la sociedad occidental capitalista moderna, mediante el establecimiento de un patrn de desarrollo, de reglas de juego y de principios de autoridad y poder que operan la colonizacin de la realidad por el discurso del desarrollo (Escobar, 1996). Este dispositivo opera-ra mediante la difusin de saberes sociales modernos eurocntricos hegemnicos vlidos, objetivos y universales del conocimiento, del que surgen las categoras de anlisis de cualquier sociedad y las proposiciones normativas que definen el deber ser para todos los pueblos del planeta (Lander, 2000). De ese marco cognitivo derivara tambin la identificacin de los problemas, anormalidades o registros particulares de problemas definidos en contraste como expresiones de subdesarrollo.

    Dado que este registro colonizador ignora las relaciones de la diferencia y las complejas dinmicas de la diversidad cultural, la alternativa es descolonizar las realidades sociales (no slo) latinoamericanas. Este proceso pasa por deconstruir-abandonar el discurso del desarrollo y pensar un tiempo-espacio actual, concebido como anti-desarrollo (para otros post-desarrollo), y por deconstruir los parmetros sobre los que se fundan las ciencias sociales eurocntricas hegemnicas: diseccin de la realidad (economa, sociedad, poltica, Estado, etc.), acentuado antropocen-trismo en referencia al mundo de la vida, y escasa atencin a los conocimientos y prcticas locales o del lugar.

    A pesar de la importancia de cuestionar el monopolio de los conocimientos, rescatar las dinmicas de la diversidad socioeconmica y cultural, y demandar la participacin y empoderamiento de los sujetos diversos y locales, esta vertiente no ha abandonado el trmino desarrollo para referirse y pensar el movimiento y procesos de cambio de la realidad. En articulacin con otros pensadores latinoa-mericanos que ponen gran atencin a la problematizacin de la naturaleza, a una imprescindible construccin intercultural, y a la bsqueda de nuevos paradigmas de desarrollo desde una visin biocntrica (Gudynas y Acosta, principalmente), esta corriente de pensamiento ha dado origen a un nuevo espacio de debate: Alianza Latinoamericana de Estudios Crticos sobre el Desarrollo (subrayado nuestro)

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    de cara a la configuracin de nuevos parmetros de organizacin del futuro de nuestras sociedades.

    Las diversas reflexiones crticas se nutren del pensamiento producido por la propia capacidad autocrtica europea, tanto en relacin al llamado pensamiento eurocntrico como al mundo imaginado-creado bajo ese marco. De igual forma, absorbe otras vertientes de diversa ndole incluidas las propias de sociedades antiguas e indgenas que son un acervo cultural de conocimientos, teoras y prcticas no exclusivos de la regin.

    Una expresin de esa vertiente autocrtica que viene desde antes y de otras latitudes es la tambin denominada corriente de estudios crticos del desarrollo, desde la cual se ha cuestionado la postura anti-desarrollo anteriormente sealada porque idealiza lo local e ignora las relaciones de poder a su interior y, particu-larmente, las estructuras de poder econmico y poltico estatales e internacionales donde se mueve lo local. Desde aqu se sostiene que las fuentes del pensamiento del desarrollo no se han agotado y siguen alimentando las decisiones y polticas pblicas, desde las ms variadas escuelas de ese pensamiento. Por ello, hay que preguntarse hacia dnde va desde espacios de debates polticos y acadmicos plurales y creativos que asuman como se ha empezado a hacer los desafos ante las complejas crisis y problemas que vive el mundo de hoy y que demandan propuestas slidas y responsables de re-imaginacin del futuro como condiciones para convencer y caminar en esa direccin (Veltmeyer y Papart, 2011).

    Los conceptos y perspectivas de desarrollo referidos a las estrategias de di-reccin de los procesos econmicos se han enriquecido con la incorporacin de nuevas dimensiones transversales y temticas. Las perspectivas de gnero, genera-cionales, interculturales, ambientales u otras se sumaron ensanchando el espectro conceptual con temticas sobre justicia y acceso a la justicia, derechos humanos, pobreza y desigualdad, democracia participativa, deliberativa y directa, nuevas concepciones sobre poder, ciudadana y control social. En tanto, los debates han girado de manera concentrada en torno a los mecanismos de direccin o regulacin y su peso especfico: Estado, mercado, comunidad organizada, principalmente.

    En sus 26 aos de vida institucional, el debate y propuestas sobre desarrollo fueron amplios e intensos en el CIDES, ocupando gran parte del trabajo de for-macin de la currcula, de las investigaciones y publicaciones, lo que, sin duda, constituye nuestro acervo institucional. Dichas reflexiones y debates han adoptado una perspectiva crtica indeclinable, adems de esfuerzos para su tratamiento multi e interdisciplinario, manteniendo en todos los casos el pluralismo terico y metodolgico en vinculacin con la libertad de ctedra.

    En concordancia con ese enfoque abierto, crtico y plural que caracteriza al CIDES-UMSA, el presente libro Desarrollo en Cuestin: reflexiones desde Amrica Latina rene artculos que abordan de manera sistemtica y crtica la nocin de desarrollo desde enfoques y temticas que integran la discusin nacional,

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    latinoamericana e internacional. Considerando que todava no se ha configurado otro campo alternativo ms importante al del desarrollo, y que las discusiones se dan todava en el seno de este espacio poltico intelectual, el libro presenta un compendio de artculos que recapitulan la reflexin sobre temticas asociadas al concepto y procesos de desarrollo. En este sentido, el objetivo del libro es ofrecer estados de debates sobre viejas y nuevas problemticas desde diferentes disciplinas y paradigmas.

    El libro est organizado en siete partes. La primera, Miradas Histricas sobre el Desarrollo, rene trabajos que abordan la relacin entre historia y Desarrollo desde la filosofa, la historia, la economa y la ciencia poltica.

    En el captulo I. El tiempo histrico del desarrollo, Luis Tapia nos conduce a una reflexin sobre el desarrollo como resultado de una mutacin en la configuracin del tiempo histrico. A partir de las nociones de Marx y, en particular, del modo en que Ren Zavaleta las utiliza para pensar la diversidad social, el autor analiza el desarrollo como la dimensin temporal de las sociedades en tanto movimiento que ocurre en el tiempo y en el espacio, modificando ambas dimensiones en la configuracin de las mismas.

    En el captulo II. El sentido de la historia y los caminos de la modernidad: Bolvar Echeverra y su aporte a una nueva interpretacin de la latinoamericanidad, Mara de Nazar da Rocha Penna reflexiona sobre las diversas modalidades que caracterizan la poca moderna en contraposicin a Modernidad en singular. La autora pro-pone que el concepto de ethos histrico de Bolvar Echeverra permite superar el economicismo del pensamiento actual e imbricar la historia econmica a la historia cultural para enriquecer la interpretacin de la diversidad iberoameri-cana y explicar las sociedades complejas y contrastadas en que vivimos.

    En el captulo III. Riqueza, Industria y Desarrollo exploraciones a travs de la historia, Rossana Barragn nos invita a un recorrido sobre las reflexiones y anlisis durante los siglos XVIII, XIX y primera mitad del siglo XX en Amrica Latina sobre los temas que abarca el concepto contemporneo de desarrollo. A travs de la revisin de diferentes debates sobre riqueza, pobreza y desigualdad, la autora articula un interesante dilogo entre los autores del pasado y del presente, mostrando sus encuentros y desencuentros.

    En el captulo IV. Repensando el desarrollo boliviano desde la historia econmica: crecimiento y lucha de los dbiles, Jos Alejandro Peres Cajas contrasta la expe-riencia histrica boliviana con la teora de la nueva economa institucional. En la bsqueda de explicaciones causales alternativas sobre los lmites del crecimiento econmico boliviano, el autor propone repensar el vnculo entre instituciones y crecimiento. En contraposicin al argumento de un hipottico monopolio del poder poltico, l argumenta que la discontinuidad de los grupos de poder es probablemente un importante elemento explicativo de los lmites del crecimiento econmico en Bolivia.

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    La segunda parte del libro, Desarrollo desde Diferentes Prismas Tericos, in-cluye dos trabajos que proponen novedosos marcos tericos para interpretar el desarrollo: desde el psicoanlisis lacaniano y desde la interrelacin entre ciencia y religin.

    En el captulo V. Desarrollo capitalista y plus-de-goce, Mauricio Gil explora el poco conocido discurso crtico del psicoanlisis lacaniano en su vnculo con el marxismo sobre el desarrollo capitalista. A partir de la explicacin de los conceptos de goce y plus-de-goce en su homologa con el de plusvalor, y la teora de los discursos de Lacan, el autor analiza la emergencia de la sociedad del goce y el resurgimiento del racismo en el capitalismo tardo para finalmente explorar las alternativas polticas al desarrollo capitalista que se vislumbran desde este marco terico.

    Con el captulo VI. Desarrollo en Cuestin desde la perspectiva de Ciencia y Religin: Abriendo el Dilogo, Manigeh Roosta propone un anlisis crtico de los sistemas de conocimiento que fundamentan los modelos de desarrollo. La autora argu-menta a favor de la necesidad de ampliar el entendimiento de la naturaleza del ser humano en su complejidad fsica, intelectual, emocional y espiritual a travs de la incorporacin de otros sistemas de conocimiento complementarios a la ciencia-tecnologa.

    La tercera parte del libro, Nuevos Paradigmas del Desarrollo, presenta trabajos que abordan viejas y nuevas temticas en el campo del Desarrollo urbano y rural, las visiones postmoderna y andina del Desarrollo y los nuevos marcos discursivos del Vivir Bien.

    En el captulo VII. La nocin de desarrollo en la planificacin urbana y los nuevos paradigmas urbanos, Fernando Prado nos invita a reflexionar sobre las nuevas visiones de ciudad en Amrica Latina y su relacin con los conceptos y nociones que gravitan en torno al desarrollo para identificar los nuevos paradigmas del de-sarrollo urbano que definirn la agenda de la planificacin urbana latinoamericana del siglo XXI. Entre los nuevos planteamientos estn la ciudad educativa, ciudad inclusiva, ciudad creativa, ciudad promotora de la equidad, ciudad saludable, ciudad intercultural, ciudad con proyecto colectivo y ciudad con buen gobierno.

    En el captulo VIII. Las Teoras Econmicas y los Modelos de Desarrollo Agropecuario-Entre la Crisis y el Cambio de Paradigma: Adonde Queremos Llegar?, Jorge Albarracn reconstruye la amplia discusin en el campo del desarrollo agropecuario, identifi-cando los objetivos de las diferentes teoras y las criticas que surgieron sobre sus efectos e impactos. El anlisis pone en debate las nuevas propuestas de modelos de desarrollo agropecuario: desarrollo sostenible, la agricultura alternativa y la agroecologa y los nuevos desafos para su operativizacin.

    En el captulo IX. Visin Postmoderna y Visin Andina del Desarrollo, Pedro Portugal Mollinedo contrasta el paradigma postmoderno con las aproximacio-nes al mundo indgena desde diferentes disciplinas. El autor argumenta que las poblaciones aymaras y quechuas de Bolivia, aunque no comparten los mitos del

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    desarrollismo capitalista, son portadoras de una potencialidad de cambio que va en contrasentido a las propuestas tericas anti-productivistas de la corriente postmoderna.

    En el captulo X. Desarrollo-Vida-Felicidad: paradigmas de desarrollo, cosmovisiones de vida, aspiraciones de felicidad, Jos Nuez del Prado perfila un estado del arte de las propuestas economicistas sobre el Desarrollo y la insurgencia interpeladora de la emisin discursiva sobre el Vivir Bien para, sobre esta base, proponer una visin crtica sobre las posturas anteriores y posicionar una ptica propia sobre la temtica del Desarrollo.

    La cuarta parte del libro, La dimensin poltico-estatal del desarrollo, presenta reflexiones sobre los desafos del pluralismo y la solidaridad social en la modernidad y su proyeccin en la construccin del Estado plurinacional en Bolivia

    Alice Guimaraes, en el captulo XI. Pluralismo, cohesin social y ciudadana en la modernidad: una reflexin desde la realidad boliviana, analiza el proceso de reemergen-cia tnica en Bolivia, identificando los nuevos escenarios sociales y polticos que se desarrollaron como resultado del mismo, y las cuestiones y planteamientos tanto en el plano de las dinmicas sociales y polticas, como en el campo de la reflexin terica. La autora argumenta que el fenmeno contemporneo de afirmacin tnica replantea las cuestiones de solidaridad y cohesin social, redefiniendo la nocin de ciudadana, de Estado y sociedad nacional.

    En el captulo XII. Pluralismo jurdico en Bolivia: Derecho indgena e interlega-lidades, Ramiro Molina Rivero analiza crticamente el pluralismo jurdico como la prctica de la interlegalidad en Bolivia. El artculo explora los antecedentes histricos del pluralismo jurdico en el pas y su proyeccin en el marco del Es-tado Plurinacional con la nueva Constitucin Poltica del Estado y las leyes de Deslinde Jurisdiccional y la Ley del Tribunal Constitucional.

    La parte quinta del libro, Nuevo Extractivismo y Cuestin Ambiental, incluye dos artculos que abordan las problemticas del nuevo extractivismo y la crisis ambiental en Amrica Latina.

    En el captulo XIII. Ms all del nuevo extractivismo: transiciones sostenibles y alterna-tivas al desarrollo, Eduardo Gudynas examina algunas de las facetas del extractivismo contemporneo, especialmente bajo los gobiernos progresistas de Amrica Latina, en el marco de una discusin ms amplia sobre las concepciones del desarrollo y la temtica ambiental. Se seala que incluso el nuevo extractivismo progresista termina anclado en las ideas convencionales del desarrollo como progreso. El autor ofrece reflexiones preliminares de las vas de salida de esta situacin, tanto como contri-bucin terica como aporte a un debate ciudadano creciente en varios pases.

    Tambin sobre la relacin entre desarrollo y cuestin ambiental, Maristella Svampa nos presenta en el captulo XIV. Modelo de desarrollo y cuestin ambiental en Amrica Latina: categoras y escenarios en disputa una revisin de la discusin en Amrica Latina sobre la base de casos especficos en Argentina, Per, Ecuador y

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    Bolivia. El artculo analiza la expansin del extractivismo en la regin, la categora del Desarrollo, los imaginarios y narrativas en torno de la naturaleza americana, el tema de la territorialidad para culminar con la discusin eco-territorial que entrecruza la matriz indgena-comunitaria con el lenguaje ambientalista.

    La sexta parte del libro, El Desarrollo Econmico en el siglo XXI, rene artcu-los sobre la macroeconoma para el desarrollo, los desafos de la transformacin productiva, la pluralidad econmica y la equidad social.

    El captulo XV. Teora del Desarrollo, Cambio Histrico y Conocimiento. Un balance de enfoques analticos y aportaciones tericas de Miguel A. Rivera Ros, nos presenta una reflexin sobre las dificultades tericas que enmarcan la bsqueda de estra-tegias alternativas de desarrollo. El autor enfatiza, por un lado, la tendencia a la fragmentacin de nuevos enfoques tericos de alcance especfico que, aunque reconocen el papel de la historia, presentan dbil orientacin a la construccin de una estrategia de desarrollo y, por el otro lado, los desafos de conciliar el crecimiento con metas sociales de equidad o estabilidad.

    Juan Antonio Morales, en el captulo XVI. Macroeconoma y desarrollo en el periodo post neoliberal, analiza comparativamente los resultados econmicos de las polticas post-neoliberales experimentadas en cuatro pases de la regin Bolivia, Ecuador, Venezuela y Nicaragua. Para esto, el autor expone las principales caractersticas de las polticas post-neoliberales, los elementos diferenciadores del nuevo constitucio-nalismo, los alcances de las nacionalizaciones recientes, los cambios en el contexto internacional y las polticas fiscales y monetarias de estos cuatro pases.

    En el captulo XVII. Induccin del Desarrollo en Coyuntura de Bonanza, Alfredo Seoane Flores analiza las causas que determinan el proceso mediante el cual determinadas sociedades logran canalizar sus energas y propsitos de mayor bienestar para lograr el crecimiento econmico acelerado y la transformacin productiva con equidad, es decir el desarrollo, mientras que otras no lo hacen in-cluso en periodos de bonanza. El autor indaga las razones porque la disponibilidad nacional-popular hacia el cambio en Bolivia no se plasma en una movilizacin dirigida a la definicin de polticas pblicas certeras en cuanto a la induccin de la inversin que promueva la transformacin productiva con equidad.

    En la misma problemtica, en el captulo XVIII. Transformacin productiva, equidad social y pluralidad econmica, Fernanda Wanderley nos presenta una revisin de los debates acadmicos y polticos sobre las experiencias de los pases latinoa-mericanos y, especficamente, sobre el rol del Estado y de los actores privados en las estrategias implementadas para la transformacin productiva. Esta revisin es realizada a la luz de los retos de la sociedad boliviana, particularmente de la articulacin entre crecimiento, pluralismo econmico y equidad social.

    En la parte sptima del libro, La Nueva Agenda del Empleo y Bienestar Social, se renen artculos que abordan los nuevos desafos del empleo y del cuidado como derecho social.

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    Cecilia Salazar de la Torre en el captulo XIX. tica del cuidado y desarrollo para todos - Desafos desde la diferencia aborda el problema del cuidado y sus potenciali-dades para lograr un modelo de desarrollo alternativo y un nuevo Estado Social. Con el propsito de renovar la agenda de gnero en el pas, la autora analiza la tica del cuidado, fuente de la sostenibilidad de la vida y referente de un proyecto de renovacin del desarrollo, con equidad de gnero e igualdad social.

    Esta misma cuestin es abordada por Flavia Marco en el captulo XX. Los derechos al cuidado y a su redistribucin: temas ausentes en las estrategias de desarrollo de ayer y hoy, en el que introduce el debate sobre la centralidad del cuidado en las estrategias de desarrollo. A partir de la revisin conceptual sobre el cuidado y su relevancia para las polticas pblicas, la autora analiza la distribucin de los servicios de cuidado en Bolivia y el estado de las polticas pblicas en esta materia. El trabajo recupera la pionera experiencia uruguaya de instalacin de un Sistema Nacional de Cuidados.

    En el captulo XXI. Repensando una poltica de empleo para Bolivia: entre la teora y la prctica, Elizabeth Jimnez Zamora analiza crticamente las diferentes perspec-tivas o visiones del proceso de crecimiento y desarrollo que se encuentran detrs de la forma de identificar polticas-programas de empleo y, en especfico, de las experiencias de polticas de empleo en Bolivia. La autora argumenta que la expe-riencia boliviana demuestra que la idea de una ambiciosa poltica de empleo que marque la ruta del crecimiento y del desarrollo es difcil de concretar y peor an de implementarse, y que los obstculos van ms all de la debilidad institucional de las instancias que estuvieran a cargo de su ejecucin.

    Esperamos que este conjunto diverso de ensayos reunidos en el libro contri-buya a enriquecer la tarea de interpretacin de las rutas del desarrollo en sus di-versas y complejas dimensiones de cara al imperativo de encontrar colectivamente respuestas a problemticas complejas como las tratadas, que proyecten un nuevo horizonte poltico y tico esperanzador para Amrica Latina y particularmente Bolivia.

  • Miradas histricas sobre el desarrollo

  • 1. Tiempo histrico, modernidad y capitalismo

    El desarrollo resulta de una mutacin en la configuracin del tiempo histrico. Para hacer unas breves consideraciones sobre el momento constitutivo o las con-diciones de posibilidad histrica de la dimensin desarrollo que han de adquirir las sociedades modernas, recurro a la nocin de tiempo histrico desarrollada a partir de algunas ideas de Marx, en particular a travs del modo en que Ren Zavaleta las utiliza para pensar la diversidad social. El desarrollo se refiere a la dimensin temporal de las sociedades, es decir, a la direccin del movimiento de las mismas. En este sentido, es pertinente hablar de desarrollo en relacin al tiempo histrico.

    Las sociedades son configuraciones temporales. En este sentido, son cons-trucciones que van cambiando, es decir, son procesos. El desarrollo se refiere al movimiento, y el movimiento no slo es algo que ocurre en el tiempo sino tam-bin en el espacio. Lo peculiar del movimiento de desarrollo de las sociedades es que a veces se mueven en el mismo espacio o transformando el mismo territorio, probablemente en otro tipo de espacio. Por esto se puede considerar que el tiempo histrico tiene que ver con el modo en que una sociedad se produce, produciendo tambin el tipo de espacio en el que se organiza la vida social, el modo en que determinado tipo de relaciones sociales pauta y organiza el modo de vincularse con la naturaleza para transformarla y, as, generar o producir las condiciones de reproduccin de la vida social y de modificacin de su mismas condiciones, e incluso la calidad y la forma de esa vida social.

    La forma y el tipo de vida social siempre dependen del modo de ocupacin y produccin del espacio, del modo en que la vida social se organiza y reproduce a travs de una serie de relaciones con la naturaleza, y sta se transforma en ese proceso. Por eso, el tiempo histrico, es decir el ritmo y el sentido del movimien-to de las sociedades, tiene que ver con el tipo de relaciones y de estructuras que

    CAPTULo I

    El tiempo histrico del desarrolloLuis Tapia

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    organizan la vida social, lo cual incluye tambin las formas a travs de las cuales las colectividades piensan y producen sentido sobre la experiencia de la relacin entre seres humanos y de stos con la naturaleza. Por eso utilizar una nocin de tiempo histrico que se refiere al modo de transformacin de la naturaleza o a diferentes modos en que se organiza la transformacin de la naturaleza. Esto implica tanto la relacin entre seres humanos, como la relacin entre la forma social que producen para convivir y el modo en que se ligan y relacionan con el resto de la naturaleza en la produccin, reproduccin y cambio de sus condiciones de vida, produccin de sentido y experiencia del mundo.

    Zavaleta propuso, con base en los anlisis de Marx, distinguir entre el tiempo histrico de una civilizacin agraria y un tiempo histrico configurado por la emer-gencia de la civilizacin moderna industrial o tiempos modernos. El rasgo temporal central de una civilizacin de tipo agrario es la circularidad del tiempo. Casi todas las sociedades agrarias tienen como parte de su cultura concepciones circulares del tiempo. La principal razn para que esto ocurra es que en tanto formas de vida organizadas en torno a la produccin agraria son culturas que han generado formas de organizacin social y ciclos de vida que se basan en el seguimiento a las estaciones de la naturaleza. Por esto una buena parte de la ritualidad y ciclos de la vida social religiosa y poltica estn fuertemente vinculados a las diferentes estaciones y a las peculiaridades de cada regin o territorios en el mundo.

    Existe un fuerte vnculo entre civilizacin agraria, que existe a travs de una amplia diversidad de culturas, y concepciones circulares del tiempo, en tanto una cultura agraria piensa el modo en que de manera cclica se reponen las con-diciones de la reproduccin de la vida. Para eso hay que aprender a conocer el tiempo de la naturaleza y en torno a eso sincronizar los movimientos y los ciclos de la vida social, no slo en trminos de reproduccin simple sino tambin de despliegue de sus formas de vida. A diferencia de este modo de configuracin, los tiempos modernos se caracterizan por la produccin de las condiciones sociales y culturales en las que se modifica la flecha del tiempo que ya no es circular sino que est lanzada siempre hacia adelante. Segn Marx la principal causa de esta transformacin histrica es la constitucin del capitalismo y la emergencia de la gran industria.

    El capitalismo es una forma de generar una aceleracin del tiempo histrico, lo cual implica que los procesos de trabajo y de reproduccin social tienden a alejarse de los ritmos estacionales de la naturaleza, aunque no pueden desligarse de ellos totalmente. La tendencia general del capitalismo es reducir los tiempos de rotacin del capital, es decir, de produccin y realizacin de las mercancas. El capitalismo acelera el tiempo histrico y cambia la direccin del movimiento de las sociedades, que no est dirigido a reponerse cclicamente el conjunto de las condiciones de la vida social sino a modificarlas constantemente. En este senti-do, uno de los rasgos de la modernidad es la sustitucin de concepciones cclicas

  • 21EL TIEMPo hISTRICo DEL DESARRoLLo

    o circulares del tiempo por nociones de tiempo histrico que se suelen llamar lineales o progresivas, es decir, lanzadas hacia adelante.

    Por esto creo que la primera condicin de posibilidad del desarrollo, o dicho de otro modo, un rasgo de los procesos y concepciones del desarrollo es un cambio en la direccin de la flecha del tiempo, operado tanto a nivel de organizacin de las relaciones y estructuras sociales como de las formas de pensar la vida social en el tiempo. Los cambios en las relaciones y estructuras sociales han sido pre-cedidos por varios cambios culturales intelectuales, cientficos y tecnolgicos. El cambio en este nivel de materialidad que define las formas de transformacin de la naturaleza a travs de la produccin y en los procesos de reproduccin social, acaba configurando o generando fuertes determinaciones para posteriores cam-bios en los procesos de produccin de sentido, de inteleccin y proyeccin de la vida social.

    En torno a esto se puede desarrollar la nocin de tiempos modernos, es decir, una enunciacin en plural del movimiento, el ritmo y la experiencia del tiempo en condiciones modernas. Por un lado, la modernidad en tanto configurada por el desarrollo de relaciones sociales capitalistas genera una tendencia a una creciente homogenizacin en las formas y cualidad de la vida social a travs de las fronteras polticas y lingsticas. Es una de las fuerzas ms poderosas de homogenizacin que operan en la articulacin del mundo. Por otro lado, en tanto la transformacin producida por el capitalismo quiebra las formas de reproduccin y de totalizacin social previas, en las que jugaban un papel importante las concepciones circulares del tiempo y la sincronizacin de los ciclos polticos, sociales y religiosos siguien-do pautas estacionales, la modernidad quiebra esa sincrona o articulacin cclica y crea las condiciones para que diversas dimensiones de la vida social, en tanto procesos, empiecen a moverse a velocidades de cambio, despliegue y reproduc-cin diferentes. Esta es una idea que fue sugerida por Walter Benjamn para dar cuenta de la incapacidad de tener una visin de totalidad en tiempos modernos, ya que no todo se mueve a la misma vez, no es visible en los mismos momentos y lugares, as como no hay sujetos que puedan dar cuenta de esta diversificacin temporal en el movimiento de lo social.

    La modernidad implica una creciente diferenciacin social y ritmos y movi-mientos diferenciados. En este sentido, es pertinente pensar en tiempos moder-nos, en un tiempo histrico y tipo de civilizacin en el que las cosas sociales, sin embargo, se mueven a velocidades y ritmos diferentes. Tal vez esto ha ocurrido siempre pero en la modernidad se convierte en un rasgo central.

    Dentro de estos tiempos modernos, cabra considerar un otro movimiento constitutivo de la modernidad, que es el de la colonizacin. Segn Enrique Dussel la modernidad acaba de constituirse o se constituye como tal en la conquista de lo que luego se va a llamar Amrica; lo cual conlleva racismo. Esto implica un movimiento de expansin de algunas sociedades que se han de sobreponer sobre

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    otros territorios sociales en tanto dominacin, explotacin y tambin destruccin social. En este sentido, la modernidad se erige como una composicin de una autotransformacin, a partir de varios ncleos en el continente europeo que im-plica tambin destruccin de formas sociales previas y, por lo tanto, sustitucin y transformacin social. Esto se combina con un movimiento de destruccin social y cultural a travs de la colonizacin. El ocupar otros espacios y territorios que no estn vacos, adems, implica considerar las formas de relacin con la natura-leza y con otras formas de vida social, que han de tener como un rasgo central el supuesto de la superioridad, por lo tanto, un criterio de legitimidad del dominio de unas sociedades sobre otras.

    As, la modernidad es un cambio en la direccin de la flecha del tiempo lanzada hacia adelante. En esa visin del tiempo histrico algunas sociedades se colocan delante de otras como gua y direccin y en este sentido se justifica la dominacin sobre aquellas que se consideran en el fondo del tiempo o aquellas que se siguen moviendo circularmente. De ah el vanguardismo colonial, que se reproduce en las nociones del progreso y en la mayora de las teoras del desarrollo.

    2. De la reposicin a la sustitucin de las cosas

    Uno de los rasgos de modernidad en tanto movimiento social hacia adelante y con pretensiones de progresividad, es el hecho de que opera un cambio en los modos transformacin de la naturaleza fsica y social que se podra anunciar de manera sinttica como el paso de la reposicin a la sustitucin de las cosas. Las culturas agrarias organizadas en torno a los ciclos de la naturaleza y con concepciones cclicas del tiempo se caracterizan, por lo general, por el hecho de organizar los procesos de produccin, trabajo y transformacin de la naturaleza en el sentido de la reposicin de las condiciones de la vida social, en tanto no opera un senti-miento y una direccionalidad de dominio de una naturaleza sino la idea de que el gobierno de los hombres y las cosas pasa por conocer y seguir a la naturaleza. En este sentido, las innovaciones y los cambios estn dirigidos a la reposicin de las condiciones de vida y orientado por las estrategias culturales de totalizacin, reproduccin o articulacin de la vida social en trminos cclicos.

    Uno de los rasgos de los tiempos modernos generado por el capitalismo es la propensin a la sustitucin de las cosas, a la produccin de la novedad. En este sentido se hablara de un cambio de las condiciones de trabajo, de las formas de trabajo, de los tiempos de trabajo, a travs de la aceleracin y reduccin de los tiempos sociales necesarios para la produccin de las mercancas. Esto tambin lleva a una propensin al cambio en los patrones de reproduccin social, es decir, en los patrones de consumo y la configuracin de los horizontes de expectati-va, as como de las matrices de produccin de sentido a travs de las cuales se

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    experimenta tanto la produccin, el consumo, el ahorro y el derroche de los bienes producidos.

    3. Capitalismo y reforma de lo social

    El cambio producido por el capitalismo en la dimensin del tiempo histrico ha implicado un proceso de reforma y transformacin de lo social en varios niveles. Por un lado, en el nivel local en que la instauracin del capitalismo implica una desorganizacin y fragmentacin, incluso destruccin de formas sociales previas, lo cual incluye produccin, reproduccin social y tambin estructuras de autori-dad. El proceso de expropiacin de la tierra que est en la base de la acumulacin primitiva del capital es el que crea las condiciones para que las colectividades empiecen a sustituir creencias y a ser articuladas en nuevas formas sociales de produccin y reproduccin social. Lo propio y peculiar del capitalismo es que a travs de esta composicin de concentracin de los medios de produccin y algunos cambios tecnolgicos en la organizacin del proceso de trabajo, acelera el tiempo histrico. Introduce la dinmica de la acumulacin ampliada, es decir, un proceso complejo que a la vez es de reproduccin social.

    El patrn de desarrollo que en principio introduce el capitalismo consiste en una organizacin de la vida social y productiva de tal manera que el excedente producido se dirige a o invierte en la generacin de ms bienes o valores de uso. Sin embargo, este incremento no est dirigido en principio a satisfacer necesidades sociales sino a ser un soporte de una ampliacin de las ganancias para aquellos que han monopolizado la propiedad. En este sentido, el capitalismo instaura un patrn de desarrollo que es un patrn de inversin del excedente que aumenta las capacidades de produccin. Reduce el tiempo social de produccin, pero lo hace a travs de una organizacin social que produce y reproduce desigualdad de un nuevo modo a como ocurra en formas sociales previas. En este sentido, el capitalismo acelera el proceso de reproduccin social, es un momento de las capacidades de produccin de los bienes, es un patrn de acumulacin ampliada que por largo tiempo opera para incrementar las ganancias del bloque social propietario.

    Una de las primeras teoras, lo digo as de manera relativista ya que no conozco con certeza todo el espectro, que elabora una explicacin de estos procesos es la teora del valor de Marx, montada sobre teoras previas que quedan reformadas para dar cuenta no slo de la produccin de riqueza sino que se convierte en una teora de la explotacin. Marx elabora a lo largo de sus varios tomos de El capital la explicacin a travs de la cual se muestra la organizacin de un nuevo conjunto de relaciones sociales que son la base de la configuracin de este nuevo tiempo his-trico desarrollista y progresivo. Esto est expresado en las frmulas desarrolladas para explicar la clula base en este sistema de relaciones sociales. Podemos citar

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    las dos modalidades de presentacin. Aquella en la que se establece la secuencia mercanca - dinero - mercanca, m-d-m, y tambin la otra : d-m-d, que expresa el proceso por medio del cual con dinero se compra la mercanca fuerza de trabajo y en su uso productivo se genera o produce ms valor, plusvalor, y esto a travs de la venta y realizacin de las mercancas se convierte en ms dinero, que a su vez en un nuevo ciclo puede comprar ms mercancas, tanto insumos como fuerza de trabajo y a travs de su consumo productivo generar nuevamente ms plusvalor.

    Por un tiempo, el capitalismo implic bsicamente acumulacin y repro-duccin ampliada del capital, es decir, una estrategia de movimiento de lo social en favor de los ncleos monoplicos. Implic tambin la extensin de un tipo de relaciones sociales sobre territorios donde antes existan otro conjunto de relaciones sociales. En ese sentido, implicaba ms bien implantacin y desarrollo en la medida en que las cosas se iban transformando segn el nuevo patrn de relaciones sociales.

    De manera sinttica y a modo de esquema, quiero plantear que en torno a este ncleo duro de relacin entre configuracin de los tiempos modernos y desarrollo capitalista, que por mucho tiempo bsicamente son acumulacin y reproduccin ampliada, se dan algunos procesos de ampliacin del horizonte del desarrollo social en el seno relaciones sociales capitalistas. Esto tiene que ver con la historia poltica sobre todo desplegada en sociedades modernas, de la cual quiero sobre todo analizar y subrayar un aspecto. hay varios desarrollos polticos que hacen que el horizonte del desarrollo pase de la lnea meramente econmico- productiva, o de la reproduccin ampliada del capital, al nivel poltico estatal y cultural. Una de las principales lneas de reforma y, por lo tanto, ampliacin de este horizonte tiene que ver con los procesos de constitucin de sujetos polticos y movimientos polticos y sociales que han de demandar el reconocimiento de derechos polticos. Este es el principal eje de articulacin de la accin poltica reivindicativa desde mediados del siglo XIX y se prolonga durante gran parte del siglo XX.

    Esto se complementa con las luchas por el reconocimiento de derechos sociales o por procesos por medio de los cuales el estado reconoce derechos sociales, en muchos casos de manera anticipada a los movimientos de demanda. Esto me hace proponer que hay una fuerte vinculacin entre procesos de ciudadanizacin, es decir ampliacin de los derechos y en particular los polticos y sociales, con un proceso de ampliacin del estado. Adems, se podra decir que ambos procesos implican una ampliacin del horizonte en el que cabe pensar el desarrollo del capitalismo y, en particular, el desarrollo social en general en el mbito de las so-ciedades capitalistas o los tiempos modernos organizados en torno a este ncleo civilizatorio.

    No pretendo abordar todos los aspectos que tienen que ver con la amplia-cin del horizonte no slo de discusin sino tambin de despliegue de los pro-cesos de desarrollo, me centro en algunas consideraciones sobre estos dos ejes:

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    ciudadanizacin y ampliacin del estado. obviamente, la ciudadanizacin implica una ampliacin del estado en la medida en que ste reconoce los derechos y refor-ma a los anteriores y eso se convierte en instituciones que tienen que responder a los nuevos reconocimientos, ya sean derechos polticos o sociales. En ambos casos se necesita de instituciones que organicen la participacin y reproduccin poltica ampliada, como tambin la produccin de servicios y bienes de consumo colectivo. Por ampliacin del estado, para efectos de este argumento, quiero connotar la tendencia o el proceso de creciente intervencin del estado en la reproduccin del capital, por un lado, y la reproduccin social o la creacin de las condiciones, en trminos extensivos e intensivos y de cualidad, de los procesos de reproduccin social.

    Primero, en lo que concierne a ciudadanizacin, la demanda de derechos polticos primero y luego sociales implica demandar que la riqueza producida en un pas sea utilizada, por lo menos en parte, para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y la de otros ciudadanos. Esto implica que en torno a procesos de reproduccin de capital se articulen otros procesos en los cuales a travs de la direccin poltica introducida por el estado o a travs del estado se intervenga en la organizacin de algunas condiciones de la reproduccin social. En este senti-do, desde determinado momento, que responde a la historia de cada sociedad y pas, el proceso de desarrollo de las fuerzas productivas que son necesarias para potenciar la acumulacin del capital se han de combinar con algn grado de inversin pblica en condiciones de desarrollo que no intervienen directamente en la productividad del capital, que tienen que ver con otras tareas que el estado necesita cumplir. stas son las tareas de integracin y de legitimacin, que se van modificando de acuerdo a cmo el desarrollo de las fuerzas productivas y los patrones de organizacin global de la produccin del capitalismo va organizando y sustituyendo por otros, as como por un tipo de sociedad civil que se constituye y de accin poltica y social que tiende a influir cada vez ms en la formulacin de las polticas estatales.

    En este sentido, la educacin est atravesada por estos dos tipos de requeri-mientos: las necesidades que son productos del desarrollo de las fuerzas produc-tivas directamente vinculadas o parte de la acumulacin ampliada, el desarrollo de la productividad del capital y algunas otras que tienen que ver con desarrollo de capacidades humanas, que tambin tendencialmente tienden a convertirse, aunque sea de manera indirecta, en un aumento de la capacidad productiva que alimenta la acumulacin capitalista. Una de las cosas que potencia la configura-cin y despliegue del horizonte de desarrollo capitalista es el hecho de que en varios puntos y, a veces por temporadas ms o menos prolongadas, se han cruzado retroalimentndose algunos resultados de los procesos de ciudadanizacin y reco-nocimiento e institucionalizacin de derechos con las necesidades del desarrollo de las fuerzas productivas directamente vinculadas a la acumulacin de capital. La

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    conquista de derechos polticos que luego produce el reconocimiento de derechos sociales y, en este sentido, acceso a la educacin, a servicios de salud, vivienda, transporte. Esto responde a la historia de cada pas, hace que el tipo de fuerza de trabajo en el que se convierten en el momento en que se mercantiliza esta fuerza de trabajo sea ms productiva y, por lo tanto, puedan en parte aumentar la pro-ductividad del capital, los ritmos de crecimiento econmico, la competitividad en los mercados nacionales e internacionales. En este sentido, parte de la inversin pblica que responde a conquistas ciudadanas, acaba sirviendo a fines privados. De hecho algunos han planteado, como Claus offe, que la clave de un estado que gobierna una sociedad capitalista es crear las mejores condiciones de insercin en una economa capitalista. Por un lado, aumentar la vendibilidad de la fuerza de trabajo. Por el lado de la inversin privada, el estado crea las condiciones para la inversin ms productiva y lucrativa, es decir, con una racionalidad que est ms all de las fracciones especficas.

    Uno de los hechos claves en la configuracin del horizonte de los procesos de desarrollo tiene que ver con la fuerte y creciente implicacin que se dio entre economa capitalista y ampliacin del estado. La ampliacin del estado aqu la entiendo como sugiere James oConnor, un conjunto de actividades que tienen que ver con inversin en fomentar y mantener la acumulacin privada por vas directas e indirectas. Por el otro lado, se relaciona con el gasto pblico dirigido a mantener el orden social y a producir la legitimidad del conjunto de estos procesos. Es por eso que durante mucho tiempo, sobre todo en el siglo XX, las estrategias de desarrollo eran algo que se discuta de manera central en torno al estado, o al vnculo estado-economa. Implica la definicin del rgimen de propiedad, su amplitud y luego cmo el estado regulaba sobre todo los mrgenes de ganancia y control de un porcentaje del excedente que puede ser invertido en el financia-miento de sus otras tareas de reproduccin y desarrollo social.

    En este sentido, el desarrollo tiene que ver con la cantidad y la direccin de la inversin. El desarrollo capitalista por lo general ha operado orientando la inver-sin de la mayor parte del excedente producido hacia nuevos procesos productivos e innovacin tecnolgica que aumenta productividad y competitividad. Cuando se cruza cierto modo de articulacin de derechos sociales con necesidades de desarrollo capitalista, una parte importante de la inversin en desarrollo, durante el siglo XX y sobre todo despus de la gran crisis del 29, es hecha por el estado. Fue una inversin en educacin, investigacin y en procesos de reproduccin social que, en general, aumentaron las condiciones favorables de la reproduccin ampliada del capital tambin. hubo un perodo en que reproduccin ampliada del capital convivi con una mejora en las condiciones de la reproduccin social de los productores de valor o la clase trabajadora.

    Esta ampliacin de las dimensiones del desarrollo, que implica pasar de la mera reproduccin ampliada del capital a reformas introducidas por el re conocimiento

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    de derechos polticos y sociales, considerando el conjunto de los procesos de ampliacin del estado, es algo que se da antes de que de manera ms explcita se articulen los discursos del desarrollo posteriores a la segunda guerra mundial, que es donde se suele datar el inicio de los discursos sobre el desarrollo. La guerra propici, como en otros momentos histricos, el hecho de que la inversin pblica dirigida a innovacin tecnolgica militar se traduzca en procesos productivos y, en este sentido, la inversin pblica fomente tambin en parte un ciclo de expan-sin del capital en el perodo post blico. hasta hoy, una de las principales pautas del uso del excedente captado por el estado y que se invierte en investigacin en tecnologa militar, redunda en que la inversin pblica apoya los procesos de acumulacin privada.

    El rasgo ms general, del cual ste slo es una de sus modalidades, es el hecho de que el estado interviene en la promocin e inversin en desarrollo capitalista, a travs de capitalismo de estado y fomento directo e indirecto a la acumulacin privada. Esto ha hecho que el estado-nacin aparezca como una fuerza productiva. Es decir, el resultado de la construccin de las formas modernas, unificacin y del grado de incorporacin y ciudadanizacin, se convierte en un sistema institucional que de acuerdo al grado de soberana y capacidad de reciclaje e intervencin en los procesos de direccionamiento del excedente econmico, puede favorecer ms o menos al desarrollo de economa capitalista en las fronteras nacionales y en el sistema mundial. Es por eso que los procesos llamados de liberacin nacional o las revoluciones nacionales que se despliegan durante el siglo XX en Amrica Latina, frica y Asia tenan como uno de sus principales referentes una reconfiguracin y rearticulacin de sus pases y sociedades. Ello implicaba construir un estado-nacin y a travs de esa construccin desarrollar un capitalismo nacional, es decir, una forma de desarrollo que implicaba la organizacin de lo social en tiempos modernos, segn las pautas de los tiempos modernos o producir la modernidad en sus territorios.

    En este sentido, en la periferia hubo una fuerte imbricacin entre construccin de estado-nacin y desarrollo capitalista. Por un largo tiempo, hasta hoy, se piensa el desarrollo social con base en esos dos ejes: construccin o reconstruccin de estado-nacin, como ocurre hoy en varios lugares de Amrica Latina, y promo-cin de un desarrollo capitalista articulado en torno a un significativo control de los procesos productivos por sujetos nacionales, eso como eje de una estrategia de desarrollo.

    Para los pases perifricos, desarrollo siempre implic la articulacin central de la dimensin estado-nacin, cosa que obviamente no aparece en los discursos desarrollistas emitidos desde los centros capitalistas. Esto implica que al hablar de desarrollo hay que tomar en cuenta una dimensin geopoltica; es decir, una dimensin de organizacin de relaciones de poder y, por lo tanto, de jerarquas y de sistemas de articulacin subordinada.

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    4. Modernidad y discursos sobre el desarrollo

    Se podra llamar modernidad al conjunto de mbitos o territorialidades en que los que la vida social se organiza segn el tiempo histrico moderno o segn se viven los tiempos modernos. En este sentido, el desarrollo como proceso o tipo de proceso social por lo general ha antecedido a la emergencia de teoras del desarro-llo. Se podra decir tambin que, por un lado, hay teoras del desarrollo que estn orientadas a dar una explicacin del origen histrico del tipo de sociedades que se caracterizan luego por un movimiento y un tipo de direccionalidad que se llama desarrollo. Son bsicamente teoras sobre el desarrollo capitalista. La principal teora es la que elabor Marx y la tradicin de sus desarrollos posteriores. Estas teoras que tienen objetivo explicativo no necesariamente comparten la finalidad de promover el desarrollo capitalista sino que tienen por objetivo elaborar una explicacin crtica de su modo histrico de configuracin, su funcionamiento y sus formas de transformacin en el tiempo. Por otro lado, hay discursos sobre el desarrollo que son estrategias de intervencin sobre lo social y lo econmico, que en parte hacen uso de teoras explicativas pero sobre todo son parte de pro-yectos polticos. En la medida en que se conciben como estrategias de desarrollo incluyen como ncleo central los procesos productivos, y en esto sobre todo las modalidades de industrializacin, que ha generado y desplegado en varias fases el capitalismo.

    Sugiero la siguiente distincin convencional elaborada con base en algunos criterios retomados de los trabajos de henri Lefebvre y Marshall Berman, que consiste en pensar la modernidad como un tipo de tiempo histrico, como el conjunto de los procesos de transformacin y de configuracin de un tipo de sociedad y de un conjunto de formas de irla pensando en sus transformaciones, a travs de una diversidad y pluralidad de estrategias cognitivas en un proceso de cambio. En este sentido, es una categora ms comprensiva, al interior de la cual cabra distinguir los procesos de modernizacin, es decir, los procesos de cambio concebidos como desarrollo econmico y tambin social, sobre todo pensados, organizados y experimentados como desarrollo capitalista. Esto implica cambio tecnolgico, cambio de las formas de organizacin del proceso productivo, que implican cambios en las relaciones de fuerzas de las clases sociales, aspecto que por lo general queda fuera de los discursos de modernizacin. Tambin supone un cambio en los patrones de reproduccin social, a travs de los cambios en los patrones de consumo y de circulacin de los bienes y simbolizacin de todos estos procesos. Sobre todo, tiene que ver con la sustitucin de las cosas en los procesos de produccin y reproduccin social, lo cual implica la dimensin organizativa en el seno de los procesos productivos como tambin en los de reproduccin social.

    Por otro lado, existen los modernismos, es decir, los distintos discursos ideo-lgicos, polticos y culturales a travs de los cuales se piensa la modernidad y la

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    modernizacin, esto es, las formas de conciencia ms o menos organizadas sobre la experiencia de la modernidad y tambin las estrategias de cambio que se van imaginando en su movimiento. En este sentido, por un buen tiempo los principales modernismos fueron las vanguardias polticas, estticas y cientficas; aunque tam-bin se podra pensar que cada vez hay ms modernismos de la conciliacin con lo real, producidos por los procesos de modernizacin tcnico-econmica. Es decir, se trata de reorganizaciones culturales y simblicas de los procesos de reproduc-cin social y de socializacin que no operan como prefiguracin o vanguardia en relacin a los cambios sino que son reelaboraciones simblico culturales, tambin organizativas, de las formas de interaccin social que se producen para adecuar la vida social a los cambios producidos por los cambios tecnolgicos y econmicos que, obviamente, tambin son parte de la vida social.

    La mayor parte de los discursos o teoras sobre el desarrollo son discursos sobre la modernizacin, es decir, sobre la lnea del movimiento en la dimensin de los procesos econmicos y de reproduccin social, que implica cambio en los patrones de consumo, que son decisivos en la retroalimentacin de los procesos de acumulacin ampliada. Por eso, la mayor parte de los discursos sobre desarrollo han tenido o siguen teniendo un fuerte carcter economicista.

    La modernizacin es la dimensin ms apegada a los procesos de innovacin y sustitucin que son parte del desarrollo de las fuerzas productivas inducidas y producidas por la acumulacin capitalista, que incluye los procesos de cambio en los patrones de consumo y, as, de reproduccin social. La modernizacin suele ser la dimensin no reflexiva del cambio moderno y del cambio capitalista, es la dimensin dogmtica del cambio socioeconmico. Por eso, a la modernizacin slo se le responde con otro proceso y otros discursos sobre otra fase de moder-nizacin. Ms recientemente, se han generado algunas teoras de la modernidad reflexiva, es decir, de una modernidad que reflexiona sobre su proceso histrico y elabora una conciencia de las transformaciones que ha producido en la vida social y la naturaleza o los diferentes nichos ecolgicos y regiones. Ello implica tomar en cuenta las transformaciones y desequilibrios que en particular la industrializacin ha generado en trminos del deterioro del medio ambiente, como tambin en trminos de procesos de desintegracin social. La modernidad reflexiva no es una salida de lo moderno sino un grado de reflexin sobre ella. Como lo dice uno de sus tericos, implica pensar los riesgos de los procesos de modernizacin.

    hay un otro tipo de reflexividad que fue elaborada desde antes, en particular creo que en esto consiste la teora del plusvalor de Marx, que implica elaborar una teora crtica sobre la configuracin histrica del capitalismo y su dinmica de desarrollo. En este sentido, se piensa el desarrollo no como estrategia sino como proceso de configuracin y de cambio de un tipo de sociedad o de un conjunto de relaciones sociales. Durante un buen tiempo, aquel que corresponde a grosso modo a los momentos de gran movilizacin por la conquista de derechos polticos

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    y sociales, algunos sujetos modernos, sobre todo los movimientos obreros pero tambin otros como el feminista, desplegaron sus luchas con elementos de teora crtica o del capitalismo y de la misma modernidad. otros lo hicieron con espritu altamente moderno, en relacin con alternativas modernas pero que impliquen democracia y justicia social.

    hay un conjunto de discursos sobre el desarrollo y de estrategias de desarro-llo que son parte de visiones geopolticas ms amplias. En ese sentido, se puede distinguir un doble nivel. Uno en el que se piensa la modernizacin en el seno de los pases que ya se consideran desarrollados, por lo tanto, un modelo. Por el otro lado, otra dimensin donde se piensa la modernizacin como un conjunto de estrategias para que sociedades y pases perifricos en el sistema mundial adopten parte de los patrones de produccin, reproduccin social y consumo que configuran las sociedades capitalistas. Esto implica tecnologas, formas de organizar la produccin y relaciones estado-economa. Aunque, por lo general, de un modo en que eso permita potenciar la acumulacin ampliada en los n-cleos monoplicos ligados a los principales estados-nacin en el mundo. En este sentido, las estrategias de desarrollo han contenido, sobre todo cuando han sido enunciadas desde los centros del poder mundial, una dimensin de polticas y lneas que implicaban modernizacin funcional a las estrategias de acumulacin mundial. Slo cuando las estrategias de desarrollo han sido planteadas desde dentro de los pases perifricos, por lo general como resultado de revoluciones o procesos de reforma, las estrategias de modernizacin han estado vinculadas a la constitucin de un estado-nacin que ponga lmites a los procesos de apropia-cin del excedente producido en su seno por parte de capitales trasnacionales y tambin lmites a la soberana de otros estados sobre las decisiones internas. En este sentido, el desarrollo nacional ha estado enfrentado al desarrollo del capital o de los capitales trasnacionales.

    Es por eso que la fase desplegada como neoliberalismo ha implicado un de-bilitamiento de los estados-nacin. Esto sucede sobre todo en esas dimensiones donde le ponan lmites a la acumulacin privada mundial y han logrado domes-ticar la mayor parte de ellos de tal manera que se conviertan en los organizadores legales y polticos de las formas de ampliacin de los territorios de acumulacin primitiva y de acumulacin ampliada de los capitales trasnacionales. En ese sentido, el desarrollo es algo que no se puede juzgar de manera separada a la dimensin poltica, a las estructuras de poder interno nacional y a las estructuras de poder en los sistemas regionales y mundial. Por esto, en pases perifricos, el desarrollo del capitalismo ha implicado sobre todo crecimiento econmico pero no nece-sariamente desarrollo social. En muchos casos esto se ha acompaado, ms bien, de procesos de desintegracin social y de prdida de capacidades internas. Por ejemplo, el Tratado de Libre Comercio ha implicado la quiebra de la agricultura tradicional mexicana, por lo tanto, la desaparicin de muchas variedades de maz,

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    como la generacin de una situacin de incapacidad del pas para resolver el pro-blema del suministro en los mercados internos.

    Tal vez por eso habra que hablar en plural, de desarrollos, es decir, de varios procesos de desarrollo y considerar que muchos de ellos estn enfrentados. En algunas circunstancias, stos aparecen como lmites al desarrollo del capitalismo en el horizonte transnacional y mundial. Se ve sobre todo cuando el desarrollo es pensado desde pases perifricos como el despliegue de mayores capacidades de decisin poltica y de retroalimentacin o de reintroduccin del excedente producido en los procesos productivos locales, como ampliacin en trminos de la cualidad y extensin de los bienes que intervienen en los procesos de reproduccin social y como aumento de la calidad de vida, obviamente.

    Sugiero una periodizacin de fases de desarrollo del capitalismo en vincu-lacin con fases de configuraciones polticas, como un puente para hacer unas consideraciones sobre el qu hacer en relacin al desarrollo en condiciones como las nuestras. Primero, hay un largo momento que se caracteriza por la configu-racin de la condicin moderna a travs de la transformacin de lo social con la introduccin de relaciones de produccin capitalistas, que gener un cambio en la sociabilidad, produce un nuevo tipo de sociedad en la que el movimiento de lo social empieza a desprenderse de los ciclos o estaciones de la naturaleza. Por un buen tiempo, bsicamente est referido a los procesos de reproduccin y acumula-cin ampliada del capital, es decir, al desarrollo las fuerzas productivas en sentido estricto. Esta primera caracterstica recorre todos los momentos del desarrollo del capitalismo. Lo que luego describo son ampliaciones de ese horizonte.

    hay un segundo momento en el que el horizonte del desarrollo se ve ampliado por la configuracin de una sociedad civil que despliega luchas por el recono-cimiento de derechos civiles, polticos y sociales, que implican una ampliacin del estado. ste ha de empezar a asumir procesos de redistribucin e inversin estatal pblica que no atiendan estrictamente a las condiciones de reproduccin del capital sino tambin a los procesos de integracin y de legitimacin, es decir, de reproduccin del orden social en su conjunto. El desarrollo se ve atravesado o reformado por la dimensin de democratizacin de los estados modernos y por la ampliacin del estado en tanto regulador y agente econmico. hay otra faceta que tiene que ver con la constitucin de los estados-nacin: la construccin de estados-nacin en la periferia del sistema mundial, en la que las estrategias de desarrollo y los procesos de desarrollo fueron pensados a travs del desarrollo del capitalismo. Este capitalismo est vinculado a un proceso de redistribucin del excedente a cargo del estado, que implique procesos de articulacin del pas e integracin de la poblacin y de modernizacin en todas las dimensiones.

    otro momento, que corresponde al neoliberalismo, que se puede pensar en sus diferentes variantes como un conjunto de estrategias de desmontaje de las estrate-gias de desarrollo vinculadas a los procesos de construccin de los estados-nacin,

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    que a travs del grado de democratizacin que los habra construido o estaran presentes en su proceso de construccin haban puesto lmites a los procesos de acumulacin mundial. El neoliberalismo implica la sustitucin de las estrategias y llamados modelos de desarrollo por estrategias de crecimiento econmico re-guladas desde los mecanismos internacionales de ordenamiento y regulacin de la economa y la poltica mundial, funcionales a los procesos de acumulacin de los grandes bloques de capital monoplico.

    Como parte de esta estrategia, el desarrollo implica la apertura de las fuentes de explotacin de recursos naturales y tambin de sistemas de produccin de bienes de uso colectivo que eran pblicos, que se convierten en espacios de acumulacin privada. Se trata de una ampliacin de las condiciones de la acumulacin de capital acompaadas de algunas estrategias para enfrentar el grado de pobreza y desinte-gracin que esto genera, pero en rigor a esto no se podra llamar desarrollo.

    Algunas experiencias recientes latinoamericanas han puesto algunos lmites al despliegue de la estrategia neoliberal, es decir, a la mercantilizacin general y a la apertura general de todos los procesos de la vida social y de relacin con la naturaleza dispuestos a favor del capital. Dichos procesos han sido resultado de diversos y ms o menos largos procesos de recomposicin de la sociedad civil o de organizacin de asambleas y movimientos comunitarios indgenas. Todo ello ha puesto en crisis a los gobiernos responsables de la implementacin del neoliberalismo y ha generado las condiciones de reforma poltica a travs de asambleas constituyentes en las que se ha introducido lmites jurdico-polticos a los procesos de apropiacin ampliada que el neoliberalismo haba creado para el capital transnacional. Las experiencias en curso ms avanzadas, como la boliviana o la ecuatoriana, tienen sin embargo como eje la reconstruccin de un estado-nacin con base en el desarrollo de un capitalismo de estado limitado, es decir, en proceso de ampliacin. Esto implica la reversin de algunos ncleos de privatiza-cin en la explotacin de recursos naturales y algunos mbitos de manufactura y transformacin, recuperados para un control nacional pero que funcionaran para alimentar el desarrollo del capitalismo de pequea empresa, mediana empresa y gran empresa, as como del capitalismo mundial.

    En este sentido, se trata bsicamente de la reconstruccin de los estados-nacin que se experiment alrededor de mediados del siglo XX, en los que se articul fuertemente construccin de estado-nacin y desarrollo del capitalismo, es decir, modernizacin de la vida econmica en trminos de transformacin capi-talista de las economas, a travs de un mayor control de sus procesos econmicos por parte de sujetos econmicos nacionales privados y estatales. El ncleo de los programas y estrategias de desarrollo de estos pases es bsicamente el desarrollo del capitalismo. En el caso boliviano, se trata de un capitalismo que reproduce la divisin del trabajo que gener el modelo geopoltico de centro-periferia, al cual fuimos articulados desde la colonia y durante las siguientes fases de desarrollo

  • 33EL TIEMPo hISTRICo DEL DESARRoLLo

    del capitalismo. En el mejor de los casos implica alguna proyeccin de avance en industrializacin orientada a veces al mercado interno o tambin a la exportacin, como es la lnea predominante hoy.

    En estas experiencias el discurso de crtica al neoliberalismo que ha venido acompaado de las reivindicaciones de reconocimiento multicultural que han llevado a introducir reformas estatales que hacen aparecer como estados pluri-nacionales tanto a Ecuador como a Bolivia. hacen que convivan, por un lado, un discurso de crtica al neoliberalismo, que en varios puntos se convierte en crtica a las estrategias y a la idea de desarrollo, pero, por otro lado y de manera simul-tnea, los gobiernos siguen formulando su poltica econmica, sus estrategias productivas y sociales en torno al desarrollo del capitalismo. En el mejor de los casos, se da como nacionalizacin del capitalismo, que como se experiment en el pasado, durante siglo XX, implic obviamente una mejora de las condiciones de vida de amplios sectores de la poblacin trabajadora en tanto se acompa de reconocimiento de derechos sociales y, por eso, de algn grado de redistribucin de la riqueza y de ampliacin de la inversin pblica en mejora de la cualidad en los procesos de reproduccin social.

    5. Tiempo de reflexividad

    El desarrollo capitalista se ha visto modificado en tanto ampliacin de horizonte por la historia de las luchas y reconocimientos de derechos polticos y sociales; es decir, por ciudadanizacin y democratizacin, que ha implicado procesos de distribucin de la riqueza o la introduccin de algunos criterios de justicia distributiva. Durante el tiempo de reforma a travs de ciudadanizacin no se ha transformado el modo de relacin con la naturaleza generado por la emergencia del capitalismo, que es parte de la cultura moderna. Esto consiste en concebir una separacin entre sociedad y naturaleza y pensar el desarrollo como la gene-racin de capacidades y conocimientos que permitan el dominio de la naturaleza, en particular orientada a un aumento de las ganancias. La principal alternativa global al capitalismo, que fue el socialismo, tampoco implic una revisin del modo industrialista e instrumental de relacin con la naturaleza. El socialismo fue tambin un modo de desarrollo moderno.

    hay dos procesos que han planteado cuestionamientos a las ideas y procesos de desarrollo capitalista moderno. Por un lado, la produccin de formas de conciencia sobre el deterioro ambiental y el desequilibrio que ha generado la acumulacin de los efectos de los procesos de industrializacin intensiva en el mundo. Se ha generado un espectro de discursos crticos a la idea de desarrollo, centrada en las capacidades de explotacin cada vez ms intensiva de la naturaleza. Por lo tanto, parte de los procesos de depredacin y destruccin de las condiciones de vida para

  • 34 EL DESARRoLLo EN CUESTIN

    amplias poblaciones. hay un conjunto de discursos crticos que surgen desde el seno de la modernidad. Algunos le llaman modernidad reflexiva, otros la llaman racionalidad medioambiental.

    Por otro lado, hay procesos que han generado crticas a la idea de desarrollo que resultan de procesos de unificacin poltica y de movilizacin de pueblos, llamados indgenas, como efecto de la colonizacin, que han tenido la capacidad de plantear los principales cuestionamientos al modelo neoliberal, en particular en Amrica Latina. En tanto estn basados en estructuras sociales y culturales que han mantenido a pesar de los siglos de dominio colonial y liberal, van acom-paados de una crtica al capitalismo, a veces, y a sus estrategias de desarrollo, desde sus cosmovisiones; es decir, desde otro tiempo histrico. Estas crticas se generan tambin en los espacios de interfase y a veces se da una sobreposicin entre estos varios tipos de sociedad y cultura, ya que son una articulacin en torno a un eje de cosmovisin alterna a la modernidad pero que se despliega tambin con elementos de discurso poltico y ciencias modernas.

    El desarrollo implica pensar una flecha del tiempo, pensar una potencia y un proceso de despliegue y realizacin de esa potencia. En este sentido, lo que cabe definir o discutir es el carcter y el contenido de esa potencia, tambin la finalidad. Durante mucho tiempo se pens que esa potencia estaba dada por las fuerzas productivas y su desarrollo se converta en una finalidad en s misma, que se traducira en un mejoramiento en las condiciones de vida y la realizacin de los individuos. La historia de las reformas del horizonte del desarrollo, sobre todo la generada por democratizacin, ha planteado cuestionamientos a la definicin tanto de la sustancia como a la finalidad, es decir, a la forma y contenido de lo social, como tambin a la direccin del movimiento lo social, aunque con limitaciones propias de cada poca.

    Durante un buen tiempo la crtica y la polmica se centr en torno a derechos y justicia distributiva, ms recientemente entra en debate la dimensin relativa a los modos de transformacin de la naturaleza. Es aqu que entra en cuestin el tema del tiempo histrico. Probablemente en tanto estemos en condiciones de un tiempo histrico cuya flecha ha sido lanzada hacia adelante, no podamos evitar pensar en algn tipo de desarrollo. En tanto las sociedades se mueven y crecen, la poblacin crece y se complejiza, se tienen que generar capacidades y bienes para responder, por un lado, al mero crecimiento y, por el otro, a las expectativas que forman parte de los patrones culturales de reproduccin social y de produccin de sentido.

    Una alternativa de crtica y salida, en cierto sentido, de la forma capitalista de desarrollo implica el fortalecimiento y la vuelta a sociedades agrarias, es decir, a tiempos cclicos. En algunos territorios existen todava estas condiciones, que siguen siendo asediadas por expansin del capitalismo. En la va del horizonte agraria hay que tener en cuenta que esto se basa en la posesin colectiva de la

  • 35EL TIEMPo hISTRICo DEL DESARRoLLo

    tierra, que a su vez es la condicin de posibilidad de un gobierno colectivo, inclu-sivo y deliberativo como forma de direccin de lo social. Por otro lado, desde y en condiciones modernas cabe pensar cmo enfrentar el movimiento de lo social que no se puede parar, en todo caso, se puede discutir su direccin pensando y experimentando las posibilidades de vivir en esa flecha del tiempo lanzada hacia adelante, pero reduciendo a su vez dos de los principales componentes que han caracterizado este tiempo histrico. Por un lado, las estructuras de desigualdad socio-econmica generadas por las estructuras de clases y el tipo de relaciones configurado por el capitalismo y, por otro lado, las formas de transformacin depredadora de la naturaleza que estn dejando sin los principales recursos para la reproduccin de la vida a crecientes poblaciones en el mundo.

    En este sentido, una alternativa es desplazarse al eje democracia-desarrollo en detrimento de la centralidad de la relacin entre desarrollo y crecimiento eco-nmico, que ha implicado sobre todo el desarrollo capitalista como acumulacin ampliada de los capitales. Creo que tenemos que trabajar pensando las articulacio-nes de las potencialidades contenidas en la historia de reformas democrticas de lo moderno, con los espacios y la historia de libertades generadas por la modernidad, como tambin desde el horizonte cclico de las culturas agrarias, que son las que hoy estn poniendo algunos lmites a los procesos de acumulacin y depredacin intensiva de la naturaleza y, por lo tanto tambin, de deterioro de lo social.

    Bibliografa

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  • 36 EL DESARRoLLo EN CUESTIN

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  • CAPTULo II

    El sentido de la historia y los caminos de la modernidad: Bolvar Echeverra y su aporte a una nueva interpretacin

    de la latinoamericanidadMara de Nazar da Rocha Penna

    En el capitalismo que sustent a la modernidad europea, la renta de la tierra que solventaba los excesos de la clase ociosa () consagraba tambin,

    por otro lado y a su manera, el carcter invaluable de la naturaleza.En el capitalismo del siglo XX, la renta de la tecnologa, (),

    vino a desplazar la renta de la tierra; con ello, (), la naturaleza perdiese rasgo inconmensurable que siempre tuvo, y el abuso destructivo

    de ella pas a ser cosa de menor importancia.(Echeverra s.f.:15)

    En abril 2010 fue publicado en la revista mexicana Sinpermiso, el ensayo Amrica Latina: 200 aos de fatalidad de Bolvar Echeverra, en el cual l discurre sobre la formacin de las repblicas iberoamericanas y a lo que stas se enfrentan en el momento que festejan los 200 aos de independencia. Por decirlo a secas, la modernizacin que pretendan las capas dirigentes con los nuevos estados nacionales se volvi una mascarada de esa misma lite, pues el sujeto real de la historia moderna, el capital por la mano invisible del mercado, desde el comienzo les haba designado un papel secundario, ancilar, en el juego de fuerzas que se haban compuesto los pases que estaban en el centro de la reproduccin capitalista global.

    Se manifestaba un deseo de los oligarcas criollos, que queran romper con la modernidad que cupiera a la Amrica latina, la modernidad barroca, e ingresar sin ms en el modelo exitoso que progresara con la Ilustracin. Sin embargo, lo que todava se mantendra en Nuestra Amrica era la manera tpicamente barroca de reemplazar la realidad ponindose en su lugar el imaginario, la simulacin de estados independientes.

    Para Echeverra, los happy few latinoamericanos que se aduearon del poder poltico, rentistas de la naturaleza, baratendola y malbaratndola a favor del capital, se haban conformado con una discreta mordida en el pastel de la

  • 38 EL DESARRoLLo EN CUESTIN

    riqueza global. Fue suficiente, sin embargo, para conferir semblanza al remedo, permitiendo a aquellos a jugar a ser lo que no eran, a hacer como si fueran es-tados instaurados en el capital productivo, y no simple asamblea de terratenientes y comerciantes al servicio del ltimo (el capital) (Echeverra 2010:2).

    A lo largo de los dos ltimos siglos y hasta la fecha, principalmente como simples exportadores de materias primas (commodities) o a travs del proceso de sustitucin de importaciones, pero siempre persiguiendo el proyecto de mo-dernizacin socio-econmica, los detenedores del poder han buscado enlazar las economas nacionales latinoamericanas al capitalismo que sostiene el desarrollo tecnolgico de los pases hegemnicos. Por ello, llegamos, sin prdida de con-tinuidad, a la transnacionalizacin econmica actual que obedece al capital sin fronteras. La artificialidad de las Fiestas del bicentenario viene a corroborar la disfuncionalidad de una oligarqua que ha mantenido el colonialismo interno.

    Segn Echeverra, pese a todo, el mestizaje que se produjera en el siglo barroco (entre nosotros, un largo siglo que se extendi mucho ms all del XVII), permite cierta integracin del cuerpo social. Con el Despotismo Ilustrado, se escindi la sociedad iberoamericana en dos y se implant la distincin entre metrpolis y colonia: solamente una fraccin, la de los criollos ilustrados ensoberbecidos, se asignara poseedora de la verdadera cultura y portadora de civilizacin, mientras la otra, compuesta de la mayor parte de la poblacin, era rechazada. Esta identidad definida en torno a la exclusin, () la misma que, ligeramente transformada por doscientos aos de historia y la conversin de la modernidad europea en modernidad americana, se festeja en 2010 con bombos y platillos pero curiosamente bajo estrictas medidas de seguridad (Echeverra 2010:4).

    1. La modernidad americana

    Ms que la idiosincrasia de un imperio, el americanismoha sido el imperio de una idiosincrasia: la del ser humano cortado

    a imagen y semejanza de la mercanca-capital.(Echeverra s.f.:20)

    Como es sabido, las teoras desarrollistas presuponen una desigualdad y un des-fasaje que los pases subdesarrollados deberan superar para integrarse a los niveles de consumo tecnolgico de la economa-mundo globalizada. El desfasaje que toca ser superado es cuantitativo y ascensional a los patrones de consumo/produccin de los pases desarrollados, y los economistas les han dado la repre-sentacin de un conjunto de ndices estadsticos econmicos-sociales (la renta per cpita, el producto nacional etc.) que, si alcanzados, permitiran mimetizar en las economas perifricas o dependientes los niveles de vida y bienestar social

  • 39EL SENTIDo DE LA hISToRIA y LoS CAMINoS DE LA MoDERNIDAD

    de aquellas dichosas economas centrales. El proyecto de desarrollo que busca la viabilidad de la economa-mundo del capitalismo hegemnico est basado en la utopa de la abundancia de bienes materiales accesibles a las capas sociales hasta el momento despojadas, y el objetivo ltimo sera la realizacin a nivel global del american way of life.

    Al contestar la insensatez de estas ideas articuladas desde los intereses del capital transnacional, y a la vez reproducidas por los populismos polticos y otras mascaradas, Echeverra mira hacia atrs, intentando a modo de Walter Benjamin una lectura a contrapelo de lo que ha pasado en los ltimos cinco siglos. Adopta, as, una perspectiva histrico-cultural que llega hasta el anlisis de las imgenes de personalidades pblicas, tales como las de Condoleeza Rice, el ex presidente de Per Alejandro Toledo y Michael Jackson personaje que ha llevado hasta el lmite la auto deformacin por el sueo de la blanquitud. stos buscaron reproducir las caractersticas de la raza blanca para satisfacer la apariencia que ha acompaado la opcin cultural formadora de la identidad de la civilizacin occidental capitalista moderna, cuyas caractersticas tnicas (enfticamente noreuropea) han dado un rostro humano al capitalismo que, en principio, no profesara ninguna preferencia tnico-identitaria (Echeverra 2007). Para disfrutar una presencia social como mo-derno (y por tanto capitalista), no bastaba con serlo, haba tambin que parecerlo. La forma se hizo fondo, lo accidental devino esencial, lo casual necesario, lo retrico central, y surgi una peculiar identidad moderna, la blanquitud, segn la cual no basta con ser moderno-capitalista sino que tambin parecerlo (Echeverra s.f.:6).

    El anlisis del concepto de economa-mundo contribuye a la comprensin de la manera como Echeverra ha construido su visin de la modernidad ameri-cana. El trmino es una traduccin del alemn Weltwirtshaft utilizado por Braudel (1996:12) para referir a una parte del planeta econmicamente autnoma, capaz en lo esencial de bastarse a s misma, y cuyas ligaciones y trueques internos le con-fieren cierta unidad orgnica. Braudel (bid.:16) menciona las reglas tendenciales que la distinguen: un espacio de accin limitado y una jerarqua, con un centro o corazn polarizador y controlador de las riquezas y una periferia que vara de una proximidad ms cercana (con los brillantes secundarios) hacia la inmensa periferia donde se ubican el arcasmo, el atraso, la explotacin fcil etc.

    As como el capitalismo en las palabras de Echeverra (s.f.:2) la ya mile-naria mercantilizacin de la vida humana y su mundo para Braudel (1996:14) las economas-mundo han existido desde siempre. Estuvo con los fenicios, con Cartago, Grecia, Roma, el Islam, China etc. hasta las revoluciones tecnolgicas y la globalizacin radical que empezaron despus de la segunda gran guerra del siglo XX, las economas-mundo mantenan un espacio de accin restricto cuyos lmites le daban su mismo sentido. Sin embargo, es posible aplicar las mismas reglas tendenciales de las economas-mundo mediterrneas/europeas/asiticas a la economa globalizada que vivimos en la coyuntura actual?

  • 40 EL DESARRoLLo EN CUESTIN

    Para Bolvar Echeverra, no. l ensea que a partir del siglo XVII la historia del occidente se bifurca en dos ramas de la civilizacin moderno-capitalista. Exis-te una lnea europea que al primer vistazo pareciera la principal, y otra (norte) americana, aparentemente secundaria. La primera, la rama europea, es derivada de la modernidad catlica y forjada en la Europa del Sur, la misma a la que cupo la re-construccin de Amrica Latina despus de la destruccin que sufrieron las civilizaciones precolombinas por la Conquista.

    Lo que caracteriz desde siempre a esa Europa surea fue el mestiza