EL DESIERTO DE NIEVE

(CUENTOS Y ENSAYOS)

Margherita Pogacar Baldassini

Título: El Desierto de nieve (cuentos y ensayos)

Autor: © Marguerita Pogacar Baldassini Ilustrado por: Mihael Vogelnik Corrección realizada por: Juan Luis Menchero

I.S.B.N.: 84-8454-309-9Depósito legal: A-1094-2003

Edita: Editorial Club Universitario Telf.: 96 567 38 45C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante)www.ecu.fm

Printed in SpainImprime: Imprenta Gamma Telf.: 965 67 19 87C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante)www.gamma.fmgamma@gamma.fm

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

Agradecimientos:

Quisiera dar las gracias de corazón a todos los que me han ayudado...

Por prestar voluntariamente su tiempo, energía, ilusión, esfuerzo y habilidades por hacer este libro más comprensible le estoy enormemente agradecida a Juan Luis Menchero.

Por todo su apoyo y soporte quiero expresar mi gratitud a mi hija Nina Kosmac.

Por su selección de ilustraciones, diseñados a tono con todos los capítulos del libro, así como por la ilustración de la portada le estoy profundamente agradecida a M. Vogelnik

Por su apoyo y ayuda en preparar la presentación del libro agradezco enormemente a mi amigo Rafa Hernández, a Tito Sayes y a la actriz Amor Zapata.

También doy las gracias a todos los lectores de mi primer libro que me han brindado su apoyo.

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................7

LAS REDES...........................................................................................................................................11

EL LOBO ............................................................................................................................................ 45

TRILOGÍA........................................................................................................................................ 81

CIELO IMAGINADO ........................................................................85

DESIERTO DE NIEVE.......................................................................115

SIN NOMBRE ........................................................................................... 159

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INTRODUCCIÓN

Lamento mi profundo desconocimiento sobre el carácter esloveno. Ni siquiera, y esto es aún más grave, si la escritura de Margherita Pogacar responde a un “estilo” de aquella geografía. Mis disculpas ante unas palabras de referencia sobre lo concreto de dos obras de esta autora nacida, hace poco más de medio siglo, en Ljubljana (capital de Eslovenia), sin capacidad de perspectiva y/o de contraste.

Baldassini, su segundo apellido, mucho más próximo (el de su madre italiana) nos familiariza con ese planteamiento vitalista narrativo.

En su primer libro Cartas para Teo Margherita Pogacar ofrecía, en un curioso relato epistolar, la interrelación materno-filial con sus tres hijas (Nina, Ana Kristina y Taryn) y su único y más joven vástago (Teo).

Un intenso encuentro fraternal tan plagado de emoción literaria como de comprometedora justificación biográfica.

Para Desierto de Nieve mantiene la particular escritura versolibrista de sus “cuentos y ensayos” con tres partes diferenciadas en cuanto al contenido.

“Las Redes” diserta sobre la complicidad del verdadero amor: el encuentro, la entrega, la pureza en definitiva; premonición de una nostalgia que el tiempo como viaje sin retorno, se encargará de manosear. Esa misma que nos hace difícil recordar sentimientos tan puros como lejanos, tan añorados como opacos.

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De mi debilidad por “Lobo” es consciente mi viajera amiga Margherita. La dualidad personal que refleja este relato me seduce, por cuanto de lobo nos queda en mayor o menor medida y nos empeñamos en ahogar, para convertirnos en jauría aniquiladora, que nos arrastra hacia la mansedumbre de la mediocridad.

Algo así como el recuerdo de la acuñación popular de El Perro del Hortelano: “que ni come ni deja comer”.

“Trilogía” cierra esta atractiva composición con un contenido también tripartito: El Cielo Imaginado, El Desierto de Nieve (que corresponde al título general del libro) y Sin Nombre.

Aquí se repasa con cuidadoso esmero el proceso vital de la protagonista desde la niñez hasta la madurez, desde el orto al ocaso, desde la primavera hasta el invierno (con un atormentado otoño).

Es en este último momento, antesala de reflexiones, en el que nuestra compleja trayectoria pasa ante los ojos a velocidad de vértigo y transparencia meridiana, cuando sólo falta reducirnos a un nombre o, como dicen estas páginas, ni siquiera a eso.

Sin duda la riqueza de esta obra pasa por un fiel análisis de la diacrónica soledad interior de la autora, felizmente contaminada por las diversas culturas de su procedencia.

Su condición de diplomática afincada en diferentes países junto a la relación personal con uno de los grandes

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prosistas eslovenos C. Kosmac (suegro) convierten a Margherita Pogacar Baldassini en un firme valor, una voz llena de experiencias y un estilo peculiar del descarnado mundo interior, que no pasará indiferente a la lectura de este Desierto de Nieve.

Rafa Hernández

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I.

¿Merece la pena explicar cosas de las que ignoramos sus limites?

Se necesitan miles de años para retornar a las profundidades de la paciencia.

Porque es incalculable la eternidad del extraordinario milagro llamado: “Nosotros Dos”.

En la oscuridad de un tiempo viejísimo tu cabeza reposaen mi hombro del pasado y mira con asombrolas rodajas de un cielo azul.

Si tú no hubieses nacido, algún otro debería de ser amado

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en tu lugar.

Si yo no hubiese nacido alguna otra estaría en mi lugar para quererte.

Otros, hubiesen recibido el recado y otros, lo hubiesen prolongado en lo infinito.

Créeme, mi amor primero,es imposible amar por primera vezen esa eternidad.

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II.

Hubo un tiempo en el que pensé que ejerzo una extraordinaria fuerza sobre el alma de las aguas crepusculares.

Lo descubrí por casualidad.No lo hice ni consciente ni intencionadamente;tampoco lo aprendí de memoria. No sé adivinar.

Yo no intuyo el futuro; éste me percibe como una lejana profecía.

Una mañana, el agua del lago se transformó en algo irreal. Se volvió más blanda, casi gelatinosa.

Al reflejarme en ella, en lugar de mi rostro, vi en su superficie

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la de un apuesto joven.

Primero me sorprendí, después me alteré y más tarde me asusté, porque la imagen persistía.

Abandoné deprisa el lago y me fui a la montaña; pero la imagen permanecía aún allí.

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III.

Comprendí que carecía de sentido escapar;no era su imagen quien me acompañaba,sino yo quien la perseguía.

Me esperaba en pozos, en arroyos y en ríos.

Durante días, intenté rescatar el rostro del joven de las superficies sin conseguirlo.

Después, intenté besarlo, pero fue inútil. Me abalancé sobre ély casi me ahogo.

Trencé redes de hierbas, pretendiendo atraparlo,pero resultó imposible.

Le lanzaba piedrassin resultado alguno. Las piedras se volvían contra mi,

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hiriéndome el rostro.

Por más que quise recuperar su imagen de la superficie, en mi mano sólo quedaba una parte arrugada de su sonrisa, que se desvanecía entre mis dedos.

Pero su faz en el agua permanecía siempre nítida e intacta.

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IV.

Persisto en el autoengaño de que puedo inventar el mundo; pero el mundo ya está hecho, y todo existe sin mis esfuerzos; tanto lo real como lo irreal, ya ha sido construido.

Me estoy formando a mi misma, posando frente a los relámpagos, como la modelo de un pintor.

Como si hubiese descubierto cuál es la existencia del hombre,con qué persiste,cómo existe,cómo desaparece,y de qué se olvida.

M e sacudo el barro de siglos, como si estuviera impregnada

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de la belleza de la memoria.

La memoria no es estar atento al equilibrio.La memoria es condena y exilio.

Nada puedo afirmar, porque todavía soy incapaz de creer. Y; ¿ cómo puedo creer? Si no soy capaz de inventar nada...

El saber no es experiencia, es sólo una profecía.

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V

Bajé la montaña saltando por encima de cadáveres de enormes pinos.

Pensando que,mientras que camino por el mundo, cada vez me contemplo menos.

Cuantomás y más conozcala tierra,menos y menos me conoceré a mí misma.

Pensandoque un beso que hemos elegido de entre un sinfín de besos todavía no es lo que fue: “el Amor”.

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Pensandoque un abrazo separadode un sinfin de abrazos está lejos de ser lo que fue: “la Intimidad”.

Pensandoque nunca dije: “eso es una gran verdad”, sino sólo: “eso es una gran pregunta”.

Nunca afirmé: “eso es una gran vida”, tan sólo: “eso es un gran juego”.

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VI.

Bajé de la montaña encaminándomehacia el río para comprobarsi el rostro del jovental vez saldría desde la mismísima frente de la tierra, pero no encontré su imagen.

Él me esperaba cerca del río;vivo y real.

¡Eso si que es un gran juego!

Al verme, se sorprendió,como si la visión de un fantasmaapareciese ante sus ojos.

“Por fin naciste”,me dijo, señalando mi imagen proyectada en el agua.

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Hace días que no ceso de encontrarte en la superficie de todas las aguas.

Yo también me sorprendí. Nos veíamos el uno al otro.Le reconocí y me invadió un incomprensible y extraño sentimiento.

Parece que hubiésemos nacido juntos desde el cerebro del monte. La tierra nos piensa juntos. Me sonrió diciéndome: “Hemos confundido nuestros sueños.Ahora vamos a intercambiarnos.

Descúbrete túa ti misma y yo, asimismo, me descubriré.”

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Nos sentamos juntos, cogidos de la mano, sabiendo que ambosestábamos predestinados a llegar, justamente allí, para encontrarnos, independientemente de la dirección que hubiésemos tomado.

Teníamos que librarnos de todo lo superfluo.