El dios Jano de los presupuestos participativos en España

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    El proceso part i c i p a t i vo en Espaa se apoya en un pro-cedimiento que permite revisar su desarrollo peri d i c a-

    m e n t e, permitiendo a los implicados ve rter sobre l cam-

    bios o innovaciones cada cierto tiempo. Su vo c a c i n,p u e s, desde los inicios es la de estar abierto a modifica-

    c i o n e s.Los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos se iniciaron simul-

    tneamente en tres municipios de Andaluca en el ao

    2001 (Crdoba, Puente Genil y Ca b ezas de San Juan). Yason ms de quince experiencias las que podemos

    e n c o n t rar en Espaa en municipios pequeos (To r re-p e rogil en Jan o Figar en Bacelona), medianos (Ge t a f e,

    Legans en Ma d rid, Pe t rer en Alicante o San Sebastin) yg randes (Sevilla o Crdoba). Algunas de ellas se queda-

    ron en el camino, como las de Ca b ezas de San Juan en

    Sevilla y Rub en Ba rcelona. Y otros municipios pare c eque quieren sumarse (Za ra g oza, Logro o, Ca s t e l l n ).

    Una vista general al mapa de los Presupuestos Pa rt i-c i p a t i vos en Espaa nos indica que se hacen en munici-

    pios de toda clase y condicin, aunque casi siempre go-

    b e rnados por la izquierd a .

    En t o n c e s , hablamos de Presupuestos Pa rt i c i p a t i vo s.Delimitar los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos es una tare a

    a rdua que nos puede exigir dar por buena alguna cara c-

    terstica con vocacin general que, no obstante, podra-mos no encontrar en algunas experi e n c i a s. Por eso tra-

    t a remos de hablar ms de los problemas y los conflictosque han acompaado la puesta en marcha del Pre s u p u e s-

    to Pa rt i c i p a t i vo, con el objetivo de hacernos una imagen

    de lo que ocurre a partir de los procedimientos que lasdistintas experiencias han creado para llevarlo a cabo.

    Un rasgo importante a considerar es que el Pre s u p u e s t oPa rt i c i p a t i vo no ha sido apadrinado abiertamente por

    ningn partido poltico en concreto y, por tanto, ningnp a rtido poltico ha conve rtido los Presupuestos Pa rt i c i p a-

    t i vos en un elemento propio difere n c i a d o r. En Bra s i l ,

    donde las experiencias nacieron, es distinto. All un par-tido poltico (el Pa rtido de los Tra b a j a d o res), con sus dife-

    rencias y oposiciones intern a s, s pretendi al pri n c i p i ocapitalizar el Presupuesto Pa rt i c i p a t i vocomo una estra t e-

    gia de cambio de la gestin local. Pa ra l el Pre s u p u e s t o

    Pa rt i c i p a t i voformaba parte de un proyecto poltico que

    El dios Janode los PresupuestosParticipativos en Espaatexto de Ernesto Ganuza Fernndez

    l proceso de los Presupuestos Participativos se plantea como una nueva forma de in-tervencin pblica. Su desarrollo no es sencillo, requiere de recursos y una mnimaestructura destinada a poner en marcha el proceso. Y es un proceso que no est libre de

    c o n s i d e raciones contra ri a s, opuestas o dive rg e n t e s. Desde que se iniciaran en Brasil (1989) hastasu desarrollo en Espaa (2001) y va rios pases europeos (2000) la idea original se ha vistoafectada por el tiempo, las diferentes experiencias, las tensiones y los vnculos desarrollados en

    cada lugar.

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    t rataba de dar altern a t i vas a la democracia re p re s e n t a t i va .

    No exista un procedimiento form a l i z a d o, que se iraf raguando a lo largo de los aos, pero s pre valeca un sen-

    tido ms o menos general que justificaba el Pre s u p u e s t o

    Pa rt i c i p a t i vo. Ni democracia re p re s e n t a t i va pura y form a l ,

    ni democracia directa pura y formal. Mediante los

    Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos el PT elabor un cuerpo deprctica poltica que pretenda fundir la re p re s e n t a t i v i-

    dad de los polticos con la participacin directa de la ciu-

    dadana. Hasta cierto punto ese sentido, sin haberlo

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    Cuadro n 1: Experiencias de Presupuestos Participativos en Espaa

    Fuente: Elabaracin propia.

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    hecho suyo ningn partido poltico, es el que ms o me-nos puede seguir siendo el objetivo, genrico e ideal, por

    el que cualquier re p resentante poltico en Espaa hablade los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vo s. Como dice la alcaldesa

    de Crdoba, es otra forma de hacer poltica:

    La aplicacin y el desarrollo de los Pre s u p u e s t o s

    Pa rt i c i p a t i vos constituyen la perspectiva real deo t ra forma de hacer poltica. Una poltica enca-

    minada a favo recer las condiciones objetivas para

    la participacin, para la conformacin de una

    ciudadana activa, para la autonoma de sujetos yc o l e c t i vossociales y la construccin colectiva. Es-tos son algunos de los elementos que cara c t e ri-

    zan procesos part i c i p a t i vos realmente efectivo s.Pe ro para su ms completo desarrollo es nece-

    s a rio que los equipos de gobiern o, las administra-

    ciones pblicas, los tcnicos y las tcnicas muni-cipales tengan confianza en la potencialidad

    i m a g i n a t i vade los propios ciudadanos. Y crean deve rdad que la ciudad es un trabajo comn, que

    hay que construir desde el dilogo y la part i c i p a-

    c i n . (Rosa Aguilar, Alcaldesa de Crdoba, en

    Revista Te m a s, n113, abril 2004: 59)

    El Presupuesto Pa rt i c i p a t i vo, en trminos muy genri-cos y atendiendo a ese teln de fondo, implica pues para

    casi todos generar un proceso part i c i p a t i voen el que la

    ciudadana puede pensar y decidir sobre los asuntosp b l i c o s. Pa ra ello, sin embarg o, adems de voluntades se

    hacen necesarios muchos elementos o, al menos, es desuponer que en un proceso mediante el cual la ciuda-

    dana puede pensar (y decidir) sobre la cosa pblica sern e c e s a rio habilitar procedimientos adecuados para ello,

    como refleja bien laMe m o r i a que el Ayuntamiento de Sa nSebastin elabor sobre el Presupuesto Pa rt i c i p a t i voen el2004. A la hora de pensar los procedimientos es donde

    e n c o n t ra remos diferencias sustantiva s, pues cada cual es-tablece los medios que piensa son adecuados a los fines

    que pre s u p o n e.

    Hasta ahora la participacin que se ha llevado a

    cabo ha tenido eminentemente un carcter con-s u l t i vo. Es decir, los ciudadanos han part i c i p a d o

    p a ra aportar su opinin y aquellos elementos atener en cuenta por quienes tienen la re s p o n-

    sabilidad de la toma de decisiones. Con la puesta

    en marcha de los presupuestos part i c i p a t i vo s, laAlcalda de Donostia ha incorporado a su proye c-

    to de re n ovacin y revitalizacin democrticauna nueva estru c t u ra de participacin, con el ob-

    je t i vo de que los presupuestos municipales lle-

    g u e n a ser realmente part i c i p a t i vo s.(Memoria de un proceso part i c i p a t i vo : Pre s u -puestos Pa rt i c i p a t i vos 2004, Ayuntamiento de Sa nSebastin, en www. d o n o s t i a . o rg )

    El que el Presupuesto Pa rt i c i p a t i vo, despus de cincoa o s, no haya sido capitalizado como una estrategia decambio e innovacin por algn partido poltico sugiere

    algunas cuestiones y nos lleva a un debate crucial ent o rno a qu elementos sern propios del Presupuesto Pa r-

    t i c i p a t i vo. La pri m e ra cuestin es que las experiencias de

    Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos en Espaa pare c i e ran re s-ponder ms a estrategias part i c u l a res de concejales o

    alcaldes que a estrategias polticas de cambio, lo que nosindica que es un cambio posible de realizar sin apoyo cla-

    ro de los partidos polticos, es decir, que es algo hasta cier-

    to punto compartido tambin por la ciudadana. La se-gunda cuestin nos sugiere, por el contra ri o, que en un

    contexto en el que no hay un apoyo poltico claro, el Pre-

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    supuesto Pa rt i c i p a t i vo se puede conve rtir en un instru-mento dbil y permeable a presiones polticas dirigidas a

    moldear sus fro n t e ra s, con el objetivo tanto de con-t ra r restar la falta de apoyo s, como satisfacer los umbra l e s

    de permisividad de los que no tienen claro el sentido del

    p roceso part i c i p a t i vo. Esto puede haber motivado que enEspaa florezcan exper iencias difere n t e s, con pro c e-

    dimientos diversos e ideas de los Presupuestos Pa rt i c i p a-

    t i vos distintas de acuerdo a las posturas que sobre la par-

    ticipacin activa han tenido los diferentes agentes en liza,as como respecto a lo que se poda entender por impli-

    cacin directa de la ciudadana. Por ejemplo, en Albacetelos Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos son realizados slo porasociaciones y en Sevilla por ciudadanos a ttulo indivi-

    d u a l; entre medias (porque participan tanto asociacionescomo personas a ttulo individual) podemos encontrar la

    ex p e riencia de Puente Genil, Getafe o ahora las de Te-

    r rassa y Crdoba. Si bien esta creatividad local evidenciala importancia que adquiere la negociacin en la puesta

    en marcha de un proceso de carcter poltico, tambin ha

    podido servir en algunos casos para limitar re s p u e s t a s

    posibles a un proceso que problematiza (y se apoya en)las relaciones entre la ciudadana y los re p resentantes po-

    l t i c o s.Por ejemplo, durante estos aos ha sido habitual es-

    c u c h a r, como una excusa sentida por muchos como l e g -

    t i m a, que es necesario crear las con-diciones necesarias para que el de-

    s a r rollo del proceso part i c i p a t i vo

    f u e ra satisfactori o. Habitualmente alpensar en condiciones necesari a s

    se mencionan cuestiones estru c-

    t u rales y no tanto hechos fcilmente

    c o r re g i b l e s. En este sentido, muchoscrticos o escpticos de los Pre s u-

    puestos Pa rt i c i p a t i vos han hablados o b re la falta de costumbre de la ciu-dadana por participar o su falta de

    p re p a ra c i n para hacerlo.Si pudiramos destacar dentro de

    esa pluralidad que mencionbamos

    un rasgo comn entre la dive r s i d a dde experi e n c i a s, seguramente ste

    sera la s i n g u l a r i d a d que cada una de

    e l l as reivindica como escenario a par-

    tir del cual poder desarrollar el Pre s u-puesto Pa rt i c i p a t i vo. Esta singulari-

    dad ha permitido a los difere n t es

    p ro m o t o res de las experiencias no aferrarse a esquemasrgidos e innovar atendiendo a la propia tensin re l a-

    cional del contexto, aunque tambin ha pro m o c i o n a d oque cada cual entienda por participacin e implicacin

    ciudadana una cosa distinta, siempre considerando en el

    h o ri zonte la necesidad de adaptar el proceso part i c i p a t i-vo a la singularidad local. No obstante, lo que s sigue

    siendo comn al conjunto de las experiencias es consi-

    d e rar los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos desde una dimen-

    sin poltica mediadora, segn la cual la participacin del a ciudadana se convierte en una condicin necesari a

    de la g o b e rnabilidad, independientemente sea re s u e l t ade una u otra forma. Eso est muy presente en los discur-sos polticos (tanto de aquellos que hacen Pre s u p u e s t o s

    Pa rt i c i p a t i vo s, como de los que no lo hacen), en los diag-nsticos sociopolticos y en las recomendaciones institu-

    cionales re a l i z a d a s, por ejemplo, por la OCDE o el Co m i t

    de Mi n i s t ros del Consejo de Eu ropa. Ot ra cuestin es yasu prctica y la organizacin, en la que podemos encon-

    t rar procedimientos de muy distinta ndole y muy de-

    s i g u a l e s.

    Ca ractersticas y ambigedades de los Pre s u p u e s t o s

    Pa rt i c i p a t i vo s Qu significa entonces part i c i p a r, qu implica decidir

    s o b re lo pblico o cul es la mejor manera de hacerlo? Las

    respuestas son mltiples y no siem-p re c o h e rentes entre las distintas

    e x p e ri e n c i a s. Pa ra abordar el tipo

    de respuestas que se dan vamos ad e s c ri b i r, siempre bre ve m e n t e, los

    p rocedimientos que se habilita n

    p a ra hacer posible el Pre s u p u e s t o

    Pa rt i c i p a t i vo, atendiendo dos nive-les distintos alrededor del pro c e s o.

    Por un lado, por decirlo de algunam a n e ra, un nivel interno y, por otro,un nivel extern o, es decir, la org a n i-

    zacin habilitada desde la propiaAd m i n i s t racin y la org a n i z a c i n

    del proceso hacia fuera.

    La cuestin relacionada al nive li n t e rno es central y a menudo no se

    tiene suficientemente en cuenta.

    Sin embarg o, esta vez no se puede

    e l u d i r, pues el Presupuesto Pa rt i c i-p a t i vo no slo suele ser iniciativa de

    las Ad m i n i s t ra c i o n e s, sino que se

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    o rganiza como un proceso detoma de decisiones sobre el

    p resupuesto de la Ad m i n i s-t racin. En este sentido, si

    pensamos cmo suele tra-

    bajar una Ad m i n i s t racin p-blica, los Presupuestos Pa r-

    t i c i p a t i vos son un desafo en

    toda regla. Los Ay u n t a m i e n-

    tos en Espaa, sin responder a una lgica electoral pre s i-dencialista, se distinguen muchas veces por sus form a s

    p residencialistas (tendencia que ciertamente la Ley deMo d e rnizacin de los gobiernos locales del ao 2003acenta). Por un lado, encontra remos las diferentes dele-

    gaciones a menudo como departamentos estancos queno se vinculan o muy de pascuas a ramos hacen activi-

    dades conjuntas. Por otro lado, encontra remos la Alcalda

    que centraliza todo lo que pasa dentro y sirve de canal decomunicacin entre las distintas delegaciones. Es un

    modo de funcionamiento re t ratado muy genri c a m e n t e,

    p e ro algo de ello podemos ver en muchas Ad m i n i s t ra-

    ciones pblicas. Imagnese la dificultad real de gobern a rmediante una coalicin de gobiern o, que no acepta que

    haya una sola cabeza, sino dos, re p a rtiendo delegacionesy fra c t u rando la casa pblica por dentro. Ig u a l m e n t eimagnese el esfuerzo que supone realizar los Pre s u p u e s-

    tos Pa rt i c i p a t i vos cuando stos, en casi todas las expe-riencias espaolas, dependen de la delegacin de Pa rt i-

    cipacin Ciudadana, una delegacin poco dotada de

    medios y de calibre menor en el imaginario administra t i-vo. Hay excepciones singulare s, como la de Getafe o Pu e n-

    te Genil, en las que el proceso depende de la delegacin

    de Hacienda, o en los municipios ms pequeos en los

    que las divisiones internas no son tan re a l e s. El pro b l e m aque se plantea con esta prctica emerge porque el

    Presupuesto Pa rt i c i p a t i vono es slo una herramienta dep a rticipacin ciudadana, es decir, no se trata slo de quela ciudadana opine o sea consultada, sino que toma deci-

    siones y eso no es tan sencillo. Esto hace que la herra-mienta atraviese de lado a lado la gestin del Ay u n t a-

    m i e n t o, en cuanto se toman siempre decisiones sobre

    m a t e rias que afectan como mnimo a tres o cuatro dele-g a c i o n e s, porque siempre afectar a la delegacin de Ha-

    cienda que es la que supervisa y elabora el presupuesto o

    a otras reas que se pueden ver afectadas directa o indi-

    re c t a m e n t e, porque tambin, en definitiva, para la ciu-dadana la Ad m i n i s t racin es todava una figura com-

    pacta, completamente interconectada, y no divisible, por

    tanto la ciudadana acude a par-ticipar para hablar del Ay u n-

    tamiento en general y no slo delo que se pretende que se hable.

    Pa ra poder pensar sobre la c o-

    sa pblica igualmente podemosi m a g i n a r, sin ir muy lejos, que se-

    r necesario dar informacin an-

    tes de deliberar y despus de par-

    t i c i p a r. Esto plantea una prctica desafiante, pues no estan habitual para las Ad m i n i s t raciones destinar fondos

    pblicos a informar a la ciudadana sobre el pre s u p u e s t og e n e ral para que conozca y pueda evaluar el pre s u p u e s t oen cuestin. En las diferentes experiencias de Pre s u p u e s-

    tos Pa rt i c i p a t i vos hasta ahora es discrecional el tipo dei n f o rmacin que se da a la ciudadana (y el cmo), a u n-

    que todas ellas se ven obligadas a responder en la prc-

    tica a esa necesidad de informacin, al menos, con losi n g resos y gastos del Ay u n t a m i e n t o. Tambin en los Pre-

    supuestos Pa rt i c i p a t i vos hay que informar de las pro-

    puestas seleccionadas durante el pro c e s o, es decir, si

    s on viables, si dependen slo del Ayuntamiento o de otraAd m i n i s t racin, cunto cuesta su ejecucin y al final del

    p roceso si se hicieron y si no se hicieron, por qu, etc.Todo ello crea en las diferentes Ad m i n i s t raciones la

    necesidad de una organizacin interna capaz de re s p o n-

    der a esta demanda, a menudo haciendo frente a dinmi-cas instaladas e inercias que dificultan de forma notable

    el desarrollo de esa coordinacin interna. En casi todos

    los Ayuntamientos que hacen los Presupuestos Pa rt i c i p a-t i vo s, de todas manera s, esa organizacin se realiza. Cier-

    tamente que hasta ahora es informal, pero en muy pocos

    no existe. Puede que esa organizacin sea realizada medi-

    ante una comisin ad hoc, que se rene puntualmentep ara dar respuesta y coordinar las acciones dentro de la

    Ad mi n i s t racin, puede tambin que dependa slo de ladelegacin de Pa rticipacin Ciudadana, siendo la re s-p o n sable de realizar esa coordinacin. En cualquier caso

    la c o o rdinacin es necesaria y sin esa organizacin es msque difcil articular el Presupuesto Pa rt i c i p a t i vo, por eso

    no slo hablamos de participacin, sino que el pro c e s o

    p a rt i c i p a t i vo implica algo ms que sobrepasa con muchoel sentido dado hasta ahora a la participacin ciudadana.

    * * *

    Ot ro rasgo interno que el Presupuesto Pa rt i c i p a t i vohace aflorar en la Ad m i n i s t racin est relacionado con el

    c o n t rol de las ejecuciones finalmente aprobadas en el

    p a rt i c i p a c i n

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    Plantear si la ciudadana tieneo no capacidad para participaren un debate abierto sobre lacosa pblica es una cuestinde vertiginoso calado..

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    p re s u p u e s t o. Igual que ocurre con lanecesidad de coordinacin, la Ad-

    m i n i s t racin, al implementar elPresupuesto Pa rt i c i p a t i vo, se ve abo-

    cada a responder sobre las ejecu-

    c i o n es comprometidas y seleccio-nadas por la ciudadana part i c i p a t i-

    va m e n t e. Hablamos de un contro l

    social sobre la accin ejecutiva, pre-

    sente en mayor o en menor inten-sidad en las diferentes experi e n c i a s

    de Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos enEspaa. El control es an muy infor-mal, sobre todo si pensamos que, a

    e xcepcin de alguna exper i e n c i a ,ninguna ha habilitado pro c e d i-

    mientos tra n s p a rentes que perm i-

    tan a la ciudadana realizar el con-t rol sin tener que depender de la vo-

    luntad de la Ad m i n i s t racin. No

    obstante en todas ellas viene re c o g i-

    do dicho control como un elementoi m p o rtante y se realiza, aunque sea a discrecin de la Ad-

    m i n i s t racin. Aqu topamos con esa otra doble cara quel l e va los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vosa lidiar con prcticasno habituadas a esa tra n s p a rencia, ni en el nivel tcnico,

    ni en el nivel poltico.En el nivel extern o, o sea, en la organizacin del pro c e-

    s o, las diferencias entre las distintas experiencias son

    n o t a b l e s. En pri n c i p i o, hay experiencias dirigidas slo aasociaciones y otras slo a personas a ttulo individual,

    independientemente de que estn organizadas o no. La

    fisonoma que adquieren los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vo s

    est muy influenciada por este ra s g o, pues no es lo mismopensar el proceso contando con que puede part i c i p a r

    cualquier persona, que slo personas asociadas. Este ra s-go es adems de una tensa conflictividad en algunas ex-p e ri e n c i a s, como ejemplifica lo ocurrido en Crd o b a .

    Du rante el ao 2004 el proceso all no se realiz con laidea de modificar la metodologa. Los tres aos anteri o re s

    la participacin se dirigi a toda la ciudadana, pero la

    Fe d e racin de AA.VV. de la ciudad reivindic continua-mente el protagonismo de las asociaciones, re c l a m a n d o

    un cambio radical del pro c e s o. La tensin fue eleva d a

    hasta el punto de que casi podramos decir que muchas

    de las experiencias posteri o re s, iniciadas a partir del 2004,han tenido presente ese conflicto a la hora de pensar la

    o rganizacin de sus pro c e s o s. El resultado fue la cre a c i n

    de un proceso mixto en el que podap a rticipar toda la ciudadana, pero

    tambin se garantizaba una re p re-sentacin directa de las asociaciones

    c o n s i d e radas ms importantes en el

    rgano de los Presupuestos Pa rt i c i-p a t i vos dirigido a tomar decisiones

    (los Consejos de los Pre s u p u e s t o s

    Pa rt i c i p a t i vos). Modelo que ya en-

    c o n t ramos en otras ciudades.

    * * *Hay que resaltar la import a n c i a

    que tiene ese conflicto alrededor de

    la participacin, pues esconde unas e rie de tensiones centrales a la hora

    de pensar el Presupuesto Pa rt i c i p a-

    t i vo. El argumento habitualmenteexpuesto para dar por buena (y a ve-

    ces en exc l u s i va) la participacin de

    las asociaciones, modulado por re-

    p resentantes de asociaciones y al-gunos re p resentantes polticos, se apoya en la idea de que

    la ciudadana an no est pre p a rada para poder debatira b i e rtamente cuestiones complejas o re l a t i vas a la ciu-dad. En este sentido se entiende que el capital acumulado

    por las asociaciones hace innecesaria una mayor part i c i-pacin, siendo ellas adems las re p resentantes legtimas

    de la ciudadana. En este punto podemos ver posiciones

    c o n t ra rias entre las asociaciones, aunque la existenciap revia en todo el estado espaol de un modelo de part i c-

    ipacin muy rgido, que da protagonismo a las asocia-

    ciones y entre stas a las AA.VV., dificulta mucho el debate

    a b i e rto y plural. En el lado contra ri o, por ejemplo, enTe r rassa fueron los mismos participantes quienes cri t i-

    c a ron el proceso porque no recoga una part i c i p a c i na b i e rta y general de la ciudadana a ttulo individual, cor-rigindose este punto para el segundo ao del Pre s u p u e s-

    to Pa rt i c i p a t i vo. El problema de la participacin en uno uo t ro sentido quiz sea meramente formal, pero esa cues-

    tin hasta ahora est evitando considerar conve n i e n t e-

    mente si cualquiera de los modelos de Pre s u p u e s t o sPa rt i c i p a t i vosestablecidos elude eficazmente las re l a c i o-

    nes clientelares a las que pretende hacer fre n t e, demo-

    c ratizando la toma de decisiones. En Albacete, por ejem-

    p l o, las mismas asociaciones han creado un pro c e s oejemplar evitando o poniendo serias dificultades a las re-

    laciones clientelare s. Lo mismo que en Sevilla han hecho

    p a rt i c i p a c i n

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    sin la concurrencia obligatoria de las asociaciones. Eldebate y el conflicto pare c i e ran as velar cuestiones ms

    relacionadas al protagonismo dado o no a determ i n a d o sa c t o re s, cuando lo que parece que tendra que evidencia-

    rse mediante un proceso como el Presupuesto Pa rt i-

    c i p a t i voson los canales y procedimientos para democra-tizar la gestin de los recursos pblicos. Aqu, como ocu-

    rra a nivel intern o, tambin el Presupuesto Pa rt i c i p a t i vo

    se las tiene que ver con prcticas e inercias que influye n

    mucho sobre la forma que va adquiriendo el pro c e s o.Plantear si la ciudadana tiene o no capacidad para par-

    ticipar en un debate abierto sobre la cosa pblica es unacuestin de ve rtiginoso calado. A pesar de ello y los lmitesque hemos narra d o, los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos en

    ciudades como Crdoba, Ge t a f e, Sevilla, Albacete, etc. ,han mostrado de qu manera se puede tener un debate

    s o b re el destino de parte del gasto pblico en ciudades

    g ra n d e s. Hay que tener en cuenta que esa posibilidad noha descansado en una voluntad poltica o ciudadana bra-

    vucona que persiguiera un ideario asamblesta o irra c i o-

    nal. Muy al contra ri o, las asambleas pensadas para lleva r

    a cabo el proceso part i c i p a t i vo, si bien son abiertas y plu-ra l e s, en ningn caso pueden ser percibidas desde un

    i m a g i n a rio griego o anarquista. La mayor innovacin delos Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos puede que sea pre c i s a-mente la aplicacin de tcnicas delibera t i vas para que la

    ciudadana debata cuestiones comunes en espacios plu-ra l e s. Actualmente podemos encontrar formas altern a t i-

    vas que no emplean la participacin de una forma tan

    i n t e n s i va, pero que tambin abrazan un debate pblicos o b re cuestiones de inters general. Hablamos de los jura-

    dos ciudadanos, las encuestas delibera t i vas o las confe-

    rencias de consenso. No obstante,

    hay que tener en cuenta que el Pre s u-puesto Pa rt i c i p a t i vo ha desarro l l a d o

    una metodologa de toma de deci-siones muy peculiar y avanzada conla que alcanzar decisiones aceptables.

    Ot ra cuestin es que esas decisionesno sean bien consideradas por los

    re p resentantes ciudadanos o que se

    piense la necesidad de re f o rz a r, pore j e m p l o, la informacin, algo que de

    cualquier manera ser siempre posi-

    t i voy necesari o. Sin embarg o, re c h a-

    zar directamente la participacin dela ciudadana en el debate pblico

    p a re c i e ra, ms que va l o rar condiciones, querer pre s e rva rc o n d i c i o n e s.

    Casi todas las experiencias de Presupuestos Pa rt i c i p a-t i vos han diseado un proceso de toma de decisiones

    a p oyado en tres fases. La pri m e ra bebe de las pre f e re n c i a s

    m a yo ri t a rias de la ciudadana en asamblea. La segundabebe de los cri t e rios tcnicos aplicados a las distintas

    p ro p u e s t a s, filtrando todas aquellas que no cumplen con

    e l l o s. Y, por ltimo, la decisin final tiene lugar al aplicar

    c ri t e rios de justicia re d i s t ri b u t i va elegidos por la pro p i aciudadana. No todas las experiencias tienen las tres fases,

    hay algunas que slo recogen la pri m e ra, pero son pre-cisamente las que menos emplean los pro c e d i m i e n t o si n t e n s i vos en participacin. En cualquier caso la art i c u-

    lacin del proceso de toma de decisiones da cuenta delcalado del proceso part i c i p a t i vo, pues hace muy difcil el

    c o n t rol de las decisiones por terc e ros y, por tanto, las re-

    laciones clientelare s. A partir de aqu las distintas expe-riencias de Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos evidencian la

    necesidad de re f o rzar la informacin que reciben los

    ciudadanos con el objeto de participar con ms gara n-

    tas en el debate, la necesidad de darles ms autonomap ro c e d imental con el objetivo de poder realizar un con-

    t rol ms serio e igualmente la posibilidad de habilitar pro-cedimientos que permitan pensar decisiones a medio yl a rgo plazo, como ya realiz la experiencia de Puente Ge n-

    til a lo largo del 2005 a partir de un Plan Estratgico Pa r-t i c i p a t i vo.

    * * *No obstante, el problema de la participacin de la ciu-

    dadana y su capacidad o no para pa rticipar en un debate

    s o b re los recursos pblicos es una

    de las cuestiones centrales en el Pre-supuesto Pa rt i c i p a t i vo. Las distintas

    e x p e riencias han tenido que hacerf rente a esta cuestin justificando,a rgumentando o adjetivando con

    relacin a ella los pro c e d i m i e n t o sseleccionados para llevar a cabo el

    Presupuesto Pa rt i c i p a t i vo. Hasta el

    momento podemos destacar dosg randes vas de argumentacin y

    solucin al problema de legitimi-

    dad que emerge tras dicha cues-

    tin. La pri m e ra de ellas plantea lac o n veniencia de cercenar los espa-

    p a rt i c i p a c i n

    ElViejo Topo /71

  • 7/30/2019 El dios Jano de los presupuestos participativos en Espaa

    9/14

    cios delibera t i vo s, es decir, limitarlas posibilidades delibera t i vas de

    la ciudadana, por ejemplo, esta-bleciendo de antemano las pro-

    puestas sobre las que los part i c i-

    pantes puedan debatir. De estemodo la asamblea se convierte en

    un espacio de ratificacin y no de

    d e l i b e racin. El objetivo aqu es

    limitar la posibilidad de que todoel mundo pueda establecer dichas

    p ro p u e s t a s, pensando que se pue-den hacer propuestas irra c i o n a l e so no adecuadas. En algunos casos

    es la misma Ad m i n i s t racin quienestablece aqullas, mientras que

    en otros casos son las asociacio-

    n e s. Una altern a t i va original a estep roblema se encuentra en la expe-

    riencia de Ge t a f e, en la que la ciu-

    dadana tiene que presentar las

    p ropuestas con antelacin a laAsamblea delibera t i va. En ese pe-

    riodo de tiempo la Ad m i n i s t ra c i naplica los cri t e rios tcnicos, fil-t rando aquellas propuestas que no

    se adecuan a los objetivos delPresupuesto Pa rt i c i p a t i voo no son

    a b o rdables tcnicamente. De s-

    pus los participantes discuten so-b re una relacin de propuestas ya

    v i a b l e s. En otras experiencias no

    hay filtro alguno, siendo los mis-

    mos ciudadanos quienes aport a nlas propuestas dire c t a m e n t e, aun-

    que como ya sealamos stas ten-drn que pasar a travs de las su-c e s i vas fases de la toma de decisio-

    nes del proceso part i c i p a t i vo. Ot raf o rma de delimitar la delibera c i n

    se ha hecho aumentando el peso

    p o n d e rado de los cri t e rios tcni-cos en el resultado final, es d e c i r,

    estableciendo frre o s c o n t ro l e s

    tcnicos a todas las pro p u e s t a s,

    aunque stos no son conocidos, nit ran s p a re n t e s, lo cual genera un es-

    c e n a rio muy asimtrico en el q u e

    s e hace difcil poder discutir suaplicacin. Una propuesta in-

    t e rmedia en este sentido ser lai n i c i a t i va desar rollada por el

    Ayuntamiento de Puente Ge n i l

    al realizar un Plan Estra t g i c oPa rt i c i p a t i vo con el objetivo de

    que la ciudadana en el Pre s u-

    puesto Pa rt i c i p a t i vo tenga que

    tener en consideracin una ac-cin a medio y largo plazo.

    La segunda de las soluciones,que se considera simultnea-mente a la pri m e ra, se centra en

    la idea de la re p re s e n t a t i v i d a d ,es decir, plantea la conve n i e n-

    cia de garantizar la re p re s e n-

    tatividad de las pro p u e s t a s. Eneste caso las altern a t i vas prc-

    ticas desarrolladas por las dis-

    tintas experiencias afectan a

    d i f e re n t e s n i veles del Pre s u p u e s-to Pa rt i c i p a t i vo, aunque todas

    ellas estn centradas en la cues-tin de la legitimidad de los re-s u l t a d o s. Una de las ms consi-

    d e radas se dirige a crear condi-ciones adecuadas que estimulen

    d i rectamente la participacin de

    s e c t o res de poblacin especfi-c o s, sobre todo de las mujere s.

    As, por ejempl o, algunas experi-

    encias habilitan guarderas jun-

    to a las asambleas, o como hahecho recientemente la Ad m i-

    n i s t racin de Je rez de la Fro n-t e ra, que ha llevado las asam-bleas ciudadanas a un marg e n

    h o ra rio distinto (de 18:30 a 20:30)pensando que facilitara ms la

    p a rticipacin de las mujere s. No

    hay muchos ms pro c e d i m i e n-tos de discriminacin positiva en

    las experiencias espaolas, como

    s ocurre en algunas bra s i l e a s,

    ms all de la creacin por part ede algunas Ad m i n i s t raciones lo-

    cales de un Presupuesto Pa rt i c i-

    p a rt i c i p a c i n

    72/ElViejo Topo

    Los Presupuestos Participativosson iniciativasde los poderes

    ejecutivos, es decir,son puestos en marcha por la

    Administracin correspondiente.

  • 7/30/2019 El dios Jano de los presupuestos participativos en Espaa

    10/14

    p a t i vo infantil, pero es un problema muy presente en lapuesta en marcha del proceso part i c i p a t i vo. Ot ra altern a-

    t i va a la re p resentatividad de los resultados de los Pre-supuestos Pa rt i c i p a t i vospasa por dar pri o ridad a las aso-

    ciaciones como organizaciones (supuestamente) re-

    p re s e n t a t i vas de la ciudadana. Bajo la estela de aqullasse entiende que el problema de la re p resentatividad pue-

    de estar re s u e l t o. Esta altern a t i va no deja de ser ambigua,

    aunque evidencia la importancia simblica de las asocia-

    ciones en el escenario poltico. Por un lado, no es ciert oque estn todas las asociaciones igualmente re p re s e n-

    t a d a s, pues en todas las experiencias es clara la inclina-cin a sobre r re p resentar las AA.VV. Mi e n t ras que, por otrol a d o, no deja de ser discutible que las asociaciones pue-

    dan ser catalogadas como plenamente re p re s e n t a t i vas dela ciudadana. No obstante, la cuestin de la re p re s e n t a-

    tividad es un elemento que influye de manera sustanti-

    va en la legitimidad de los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vo s,lo cual obliga a todas las experiencias a plantear de una

    u otra manera soluciones prcticas considerando ese

    p roblema. Esto afectar y condicionar el desarrollo de

    los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vo s. En cierta manera elrecurso al asociacionismo como altern a t i va al pro b l e m a

    de la re p resentatividad tiene un efecto directo sobre laf o rma de concebir el proceso democrtico. Pri m e ro,p o rque cuanto ms protagonismo adquieren las asocia-

    c i o n e s, menos necesaria se hace la participacin de la ciu-dadana. Tal es la dinmica de la re p resentacin de intere-

    s e s. Se g u n d o, porque las asociaciones se constituye n

    a l rededor de la defensa de unos intereses part i c u l a re s,cuya defensa bien puede conve rtir la presupuesta de-

    l i b e racin arg u m e n t a t i va en una negociacin de intere-

    s e s.

    Los Pre s u p u e s t o s

    Pa rt i c i p a t i vo si n s t i t u c i o n a l m e n t e .

    C i e rt a m e n t e, las es-

    quinas y recovecos delPresupuesto Participati-

    vo son fruto de un pro-

    ceso vivo, recin instau-rado y que an (y du-

    rante mucho tiem po )

    seguir constru yendo su

    f o rma, ms que a part i rde idearios form a l e s, a

    p a rtir de las re l a c i o n e s

    en liza, como ha pasado los ltimos cinco aos. Los Pre-supuestos Pa rt i c i p a t i vos emergen en el fondo como al-

    t e rn a t i va a un problema vigente que, si bien motivad i rectamente su puesta en marcha, implica un cambio

    de concepcin ms amplio acerca de la gobern a b i l i d a d .

    El problema no se agota, por eso, con estas experi e n c i a sp a rt i c i p a t i va s, pues en tanto en cuanto siga siendo con-

    s i d e rada c rucial la ciudadana para la gobern a b i l i d a d ,

    seguirn siendo necesarios procedimientos que lo hagan

    p o s i b l e. El Presupuesto Pa rt i c i p a t i voes quizs el instru-mento ms novedoso y, por ahora, el ms ambicioso. En

    este sentido su desarrollo y sus lmites dependern de lasrelaciones que se tracen, pero no podremos olvidarn o snunca de su vocacin institucional.

    Los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos son experiencias quetanto en Espaa, como en Brasil o en cualquier otra part e

    del mundo en la que se re g i s t ran experiencias similare s,

    son iniciativas de los poderes ejecutivo s, es decir, sonpuestas en marcha por la Ad m i n i s t racin corre s p o n-

    d i e n t e. En Espaa nicamente la experiencia desarro l l a d a

    en el municipio de Albacete se puede considerar fruto de

    la ciudadana, y esto no slo porque el Pre s u p u e s t oPa rt i c i p a t i vofuera una iniciativa de la ciudadana (org a-

    nizada), pues otras experiencias en otros municipiosc reeran compartir la singularidad de Albacete, sinop o rque formalmente la organizacin de los Pre s u p u e s t o s

    Pa rt i c i p a t i vosno depende de la Ad m i n i s t ra c i n1. Sa l va n-do esta excepcin, el resto son instrumentos de part i c i-

    pacin que, en Espaa, an dependen mucho de la vo-

    luntad de los re p resentantes polticos para llevarlos ac a b o. Los defensores de los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vo s

    plantean que si un Presupuesto Pa rt i c i p a t i vose re a l i z a

    d urante mucho tiempo,

    la propia ciudadanapuede reivindicar su

    continuidad en caso deque pierda el apoyo di-recto de los gobern a n-

    t e s, pero en Espaa qui-z sea pronto concluir

    que eso va a suceder. No

    hay ms que re c o rdar lase x p e riencias de Ca b ez a s

    de San Juan o Rub, que

    despus de las elecci o-

    nes locales del 2003 fue-ron abandonadas, para

    darse cuenta de la difi-

    p a rt i c i p a c i n

    ElViejo Topo /73

  • 7/30/2019 El dios Jano de los presupuestos participativos en Espaa

    11/14

    cultad que hoy supone plantear estae x p e riencia sin el concurso de los

    p a rtidos polticos y las institucionesp b l i c a s. Esto condiciona (y condi-

    cionar) los Presupuestos Pa rt i c i-

    p a t i vo s, pues tanto sus lmites, co-mo su pleno desarrollo tendrn que

    contextualizarse en un escenari o

    q u e, como ya dijimos, ni es abiert a-

    mente pro c l i ve a la part i c i p a c i nd i recta de la ciudadana en la ges-

    tin pblica, ni todos los actores ciu-dadanos estn de acuerdo en elmismo objetivo.

    An as, en Espaa casi todas lase x p e riencias se distinguen por es-

    tablecer un pequeo marco institu-

    cional para su desarro l l o. Por ejemp-l o, en todas ellas podemos encontra r

    un Reglamento o Au t o r re g l a m e n t o,

    que dota al Presupuesto Pa rt i c i p a-

    t i vode cierta institucionalidad y deuna previsibilidad que obliga a la

    Ad m i n i s t racin a tener que compro-meterse con los resultados del pro-c e s o. As, an siendo experi e n c i a s

    d i s e a d a s de arri b a - a b a j o, se crea une s c e n a rio en el que la ciudadana

    a d q u i e re cierto grado de autonoma

    p rocedimental que le permite es-t a b l e c e r, por ejemplo, un control for-

    mal sobre las acciones ejecutiva s. El

    Re g l a m e n t o, que es elaborado por

    los mismos participantes y consenti-do por la Ad m i n i s t racin, perm i t e

    igualmente que la ciudadana ad-q u i e ra iniciativa poltica, por ejemp-lo al poder decidir cambios en el pro-

    ceso o, por ejemplo, para decidir losc ri t e rios de justicia re d i s t ri b u t i va

    que finalmente se emplearn para

    p ri o rizar las propuestas del pro c e s op a rt i c i p a t i vo. La existencia del Re g l a-

    mento distingue el Presupuesto Pa r-

    t i c i p a t i vo de los pri ncipales instru-

    mentos de participacin vigentes an i vel local: por ejemplo, los Co n s e-

    jos Locales. En t re otras cosas, aqul

    i n c l u yeel diseo de un proceso detoma de decisiones, la rendicin de

    cuentas del gobierno y, por tanto,una accin colectiva que no es slo

    c o n s u l t i vao inform a t i va. Esto posi-

    bilita que los debates dentro de losPresupuestos Pa rt i c i p a t i vos tengan

    una eficacia notable y que habilite a

    la ciudadana para exigir contra p a-

    rtidas de los poderes ejecutivo s. Noo b s t a n t e, como ya sealamos ante-

    ri o rm e n t e, los procedimientos ha-bilitados para realizar los contro l e sson an muy difusos, quedndose

    en muchos casos en buenas in-tenciones, cuando no dependen ex-

    plcitamente de la voluntad del

    ejecutivo. La informalidad de estoscontroles, salvo excepciones, dota a

    las Ad m i n i s t raciones de una dis-

    crecionalidad en sus acciones difcil

    de contrarrestar. Ms cuando pen-samos que no son experiencias sur-

    gidas desde abajo, sino que pendene x t ra o rd i n a riamente de los re p re-sentantes electos.

    A pesar de ello, la posibilidad quelos participantes tienen de decidir

    p a rte de las reglas del juego habla

    mucho de las caractersticas de estep roceso y de sus diferencias re s p e c-

    to a los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vo s

    que en otros lugares de Eu ropa tie-

    n en lugar. Ge n e ra, ante todo, una im-plicacin ciudadana notable, pues al

    fin y al cabo se est decidiendo sobrela forma que adoptar un pro c e s ocon influencia pblica, ms all de

    que los lmites del mismo sean es-tablecidos por las Ad m i n i s t ra c i o n e s.

    Desde aqu, la dinmica de los

    Presupuestos Pa rt i c i p a t i vosperm i t eg e n e rar una accin colectiva signi-

    f i c a t i va. Un buen ejemplo de ello

    sera lo ocurrido en Crdoba dura n-

    te el ao 2004. Ante las crticas ve r-tidas al Presupuesto Pa rt i c i p a t i vo

    por parte de la Fe d e racin de AA.VV.

    p a rt i c i p a c i n

    74/ElViejo Topo

    Jos Luis Moreno Pestaa,Francisco Vzquez Garca

    (eds.)

    PIERRE BOURDIEUY LA

    FILOSOFA

    D e fendiendo con radicalidad la so-

    c i o l oga y la antro p o l oga empri c a s ,

    B o u rdieu no dej a su manera de ha-

    blar de filosofa y, cualquier lector

    cuidadoso lo adv i e rt e, de amarla.

    Este libro contri bu ye a mostrar de

    qu modo lo hizo. A travs de tex t o s

    de Jean Claude-Pa s s e ro n , G ra rd

    M a u ge r, Louis Pinto, Remi Lenoir,

    e n t re otro s , as como del propio Pie-

    rre Bord i e u.

    M O N T E S I N O S

  • 7/30/2019 El dios Jano de los presupuestos participativos en Espaa

    12/14

    de Crdoba y la suspensin delp roceso durante ese mismo

    a o, los participantes en el pro-ceso de aos anteri o res cre a ro n

    una plataforma ciudadana en

    d efensa de los Pre s u p u e s t o sPa rt i c i p a t i vo s. Esta plataform a

    se mantuvo durante casi dos

    aos (hasta la puesta en marc h a

    del nuevo proceso en la pri m a-ve ra del ao 2005) con re u n i o-

    nes peridicas y pidiendo audiencia al ejecutivo local conel objeto de defender un procedimiento que ellos per-ciban amenazado.

    El proceso de los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vosse planteaas como una nueva forma de intervencin pblica. Su

    d e s a r rollo no es sencillo, re q u i e rede recursos y una mni-

    ma estru c t u ra destinada a poner en marcha el pro c e s o. Encasi todas las ciudades donde se implementa ha genera d o

    un nuevo rgano de participacin, cuyo perfil depende en

    g ran medida del tipo de participacin recogida en el pro-

    c e s o. Este rgano habitualmente se denomina Consejo delos Presupuestos Pa rt i c i p a t i vos (CPP), de la Ciudad o Me-

    sa Ciudadana y como tal ha creado un conflicto en al-gunos municipios con las estru c t u ras tradicionales dep a rticipacin, re c o g i-

    das en Espaa en los Re-glamentos de Pa rt i c i p a-

    cin Ciudadana (RPC).

    En t re sus funciones see n c u e n t rala de re a l i z a r

    un control y seguimien-

    to de las acciones ejecu-

    t i vas al ao siguiente deacabar un ejercicio pre-

    s u p u e s t a ri o, aplicar losc ri t e rios de justicia re-d i s t ri b u t i va decididos

    a n t e ri o rmente (la terc e-ra fase del proceso de

    toma de decisiones), as

    c o m o, en la mayora delos casos, debatir y re-

    n ovar el a u t o r re g l a-

    m e n t o. Du rante los tre s

    p ri m e ros aos, por se-g uir con el mismo ejem-

    plo que antes, pasaro n

    c e rca de doscientas personas porla Mesa de Ciudad de Crdoba y

    de ella surgira la plataforma ci-tada anteri o rm e n t e. En ciudades

    como la de Albacete este rg a n o,

    en cambio, tiene un grado dere n ovacin muy inferior al estar

    pensado slo para re p re s e n t a n-

    tes de asociaciones, cada una de

    las cuales tiene una cuota de re-p resentacin, aunque desde los

    dos ltimos aos se acepta la re p resentacin de un miem-b ro a ttulo individual. El Consejo de los Pre s u p u e s t o sPa rt i c i p a t i vos se entiende como la mxima re p re s e n t a-

    cin del proceso y como se puede deducir de los dosejemplos anteri o res hay diferencias significativas en las

    c a ractersticas de dicho rgano considerando el pro t a g o-

    nismo de una participacin asociativa, individual o mixta.Hay inconvenientes y ventajas para todos los casos. En

    Albacete uno de los mayo res inconvenientes puede ser la

    c o r p o rativizacin que se desprende de su modelo y que

    puede darse en el tiempo, pues si sus miembros no sere n u e van habitualmente, pueden generarse dinmicas y

    prcticas corpora t i vas que no ayuden a una democra t i-zacin significativa, replicando las estru c t u ras tra d i c i o-

    nales de part i c i p a c i n

    ciudadana ya vigentes.Si a esto aadimos que

    en Albacete la part i c i-

    pacin de la ciudada-na no asociada no se

    re c o g e, podemos pen-

    sar que el Pre s u p u e s t o

    Pa rt i c i p a t i vo en Alba-cete no hace un uso

    i n t e n s i vo de la part i c i-pacin, pudiendo que-dar sta cercenada a

    los 28 miembros delConsejo de los Pre s u-

    puestos Pa rt i c i p a t i vo s.

    En los casos en los quelos miembros del Co n-

    sejo se re n u e van anual-

    mente (por ejemplo, en

    Sevilla o en To r re p e ro-gil), el problema puede

    s e r, por ejemplo, la

    p a rt i c i p a c i n

    ElViejo Topo /75

    La informalidad de los contro l e s ,s a l vo exc e p c i o n e s , dota a las

    Administraciones deuna discrecionalidad en

    sus acciones difcilde contrarre s t a r.

  • 7/30/2019 El dios Jano de los presupuestos participativos en Espaa

    13/14

    falta de habilidades de los recin lle-gados para realizar sus cometidos

    c o n ve n i e n t e m e n t e, lo cual puede re s-tar eficacia a sus tare a s, aunque, por

    o t ro lado, permite la prctica part i c i-

    p a t i va (y democrtica) del pro c e s oms all del Consejo de forma ms

    e f i c i e n t e. Hay casos interm e d i o s, co-

    mo en Ge t a f e, Puente Genil o el Co n-

    sejo actual de Crdoba, despus de lare n ovacin en 2004, en los que en-

    c o n t ramos tanto re p re s e n t a n t e sc o r p o ra t i vos como personas a ttuloindividual. En este ltimo caso, los

    re p resentantes corpora t i vos sons i e m p re mayora y no es necesari a

    la re n ovacin de sus miembro s, lo

    cual les o t o rga una estabilidad en eltiempo que puede conve rtirse en un

    elemento decisivo de influencia den-

    t ro del Co n s e j o.

    Las experiencias mixtas, quiz, sonlas que de un modo ms palpable

    han tratado de unir las estru c t u ra st radicionales de participacin vi-gentes con el Presupuesto Pa rt i c i p a-

    t i vo, integrando a personas asociadasy a t tulo individual. En esta lnea al-

    gunos de estos municipios ha inser-

    tado el Consejo de los Pre s u p u e s t o sPa rt i c i p a t i vosen el RPC como rg a n o

    mximo de re p resentacin de la par-

    ticipacin, en un intento por hacer

    confluir en un documento re g u l a t i voel nuevo instrumento part i c i p a t i vo

    con las estru c t u ras asociativas yae x i s t e n t e s. Ciertamente esta inclu-sin puede institucionalizar el Pre s u-

    puesto Pa rt i c i p a t i vo dentro de lao rganizacin municipal, ms all del

    g o b i e rno de turn o, sin embargo tam-

    bin puede restar fuerza al pro c e s o.El Consejo de los Presupuestos Pa r-

    t i c i p a t i vos cumple unas funciones

    c e n t rales y su diseo a partir de c u o-

    tas de re p resentacin puede subs-t raer de su seno el sentido delibera-

    t i vo con el que muchos CPP son

    c o nc e b i d o s. La experiencia de Alba-cete nos demuestra que esto no tiene

    p o rqu pasar, aunque hay que decirque replicar el proceso de Albacete

    ser una cuestin difcil, pues ante

    todo hay que re c o rdar que fueron (yson) las mismas asociaciones las que

    t o m a ron la iniciativa y org a n i z a ron el

    p ro c e s o. Ap a rte de esto, hay que con-

    s i d e rar que cuanto ms instituciona-lizado est el CPP, ms autosuficiente

    ser y, por tanto, menos necesari aser su vinculacin a un proceso par-t i c i p a t i vo a travs del cual re n ova r

    sus miembros y establecer una di-nmica delibera t i vaen un escenari o

    d em o c r t i c o, desde la que se haga ne-

    c e s a rio extender informacin, mul-tiplicar los debates pblicos y, en de-

    f i n i t i va, hacer ciudadana. Esta des-

    vinculacin es posible que ocurra ya

    en Albacete, donde tanto el Fo ro co-mo el CPP consideran necesario pen-

    sar instrumentos que vinculen msambos rganos a la ciudadana.

    El futuro de los Presupuestos

    Pa rt i c i p a t i vo s.

    El proyecto nace de la vo-luntad poltica de hacer de la

    participacin uno de los ejes

    bsicos de la actuacin mu-

    nicipal. Se trata de construiruna poltica tra n s versal de

    participacin ciudadana quea t raviese cualquier p o l t i c ap b l i c a . (Memoria de unp roceso participativo: Presu -

    puestos Participativos 2004,

    Ayuntamiento de San Sebas-

    tin, en www. donostia.org)

    Los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vosna-

    cen en un escenario poltico y social

    muy pro c l i ve a la participacin ciu-dadana. No hay, por ejemplo, part i d o

    poltico que hoy da no encuentre

    p a rt i c i p a c i n

    76/ElViejo Topo

  • 7/30/2019 El dios Jano de los presupuestos participativos en Espaa

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    n e c e s a rio incluir la participacin ciudadana en la agendapoltica. La propia Ad m i n i s t racin es sensible a ampliar

    los canales de implicacin de la ciudadana, entendiendoque ya no puede realizar la gestin pblica sin conside-

    rarla como un re f e rente crucial en el diseo de sus po-

    lticas pblicas. La cuestin a dilucidar aqu ser cmo seentienda dicha participacin y cmo se piense que es ms

    adecuado contar con la ciudadana en la gestin pblica.

    En este sentido, el Presupuesto Pa rt i c i p a t i vo es una form a

    m s, compleja e intensiva en participacin, pero no agotalas diversas form a s. S plantea un desarrollo de esa

    implicacin de la ciudadana des-de una perspectiva poltica y acti-va. Sin embarg o, si pensamos que

    en el pe riodo que va de 1999 al2003 las empresas pblicas cre a-

    das por las Ad m i n i s t raciones lo-

    cales cre c i e ron un 110%, podemospensar que hay una inclinacin

    f u e rte a considerar esa implicacin

    a partir de modelos consumistas o

    mediante procedimientos que pre-suponen ante todo un ciudadano

    u s u a ri o, consumidor, antes queuna gestin guiada por una ciu-dadana polticamente activa. Desde aqu podemos

    pensar que el futuro de los Presupuestos Pa rt i c i p a t i vo stiene importantes desafos por delante.

    Por un lado, la mayora de las experiencias de Pre-

    supuestos Pa rt i c i p a t i vos dependen orgnicamente de ladelegacin de Pa rticipacin Ciudadana, lo cual supone

    o rillar la experiencia dentro de la Ad m i n i s t racin, limi-

    tndose considerablemente su capacidad de accin hacia

    f u e ra. Puede cambiar la proyeccin de esa delegacind e n t ro de la estru c t u ra administra t i va, adquiriendo un

    m a yor pro t a g o n i s m o, como pasa en algunas experi e n c i a scon Presupuestos Pa rt i c i p a t i vo s, pero puede que no,como pasa en la mayora. Esto seala las dificultades que

    puede tener un proceso que, implicando una accint ra n s versal, depende de una delegacin a la que a menu-

    do no se le da suficiente peso especfico dentro de los

    g o b i e rnos locales. Por otro lado, la existencia de una es-t ru c t u ra de participacin anterior a los Presupuestos Pa r-

    t i c i p a t i vos es seguramente el factor que en mayor gra d o

    va a afectar su desarrollo formal. Muchas experiencias es-

    paolas configuran procesos mixtos, precisamente alc o n s i d e rar la forma adecuada de hacer conve rger el nue-

    vo instrumento con las formas ya vigentes de part i c i p a-

    cin. En este sentido el Presupuesto Pa rt i c i p a t i vopuedeser visto como el ltimo paso dado dentro de un pro c e s o

    iniciado a finales de los aos setenta (del siglo pasado), enel que la ciudadana ha ido adquiriendo pro g re s i va m e n t e

    m a yor protagonismo en la Ad m i n i s t racin local. El

    Presupuesto Pa rt i c i p a t i vore p resentara el paso a un nive ls u p e rior que contempla la toma de decisiones por part e

    de la ciudadana, vieja reivindicacin del mov i m i e n t o

    vecinal. No obstante, su inclusin dentro de los RPC tiene

    una ambivalencia enorm e, pues si es cierto que su in-clusin puede institucionalizar el pro c e s o, tambin es

    c i e rto que supone llevar los Pre s u-puestos Pa rt i c i p a t i vos a un esce-n a rio muy form a l i z a d o, en el que las

    dinmicas re p re s e n t a t i vas puedenc o r p o ra t i v i z a r l o s, adems de des-

    vincularlos de la ciudadana, como,

    por otro lado, ha pasado ya con elresto de las estru c t u ras e instru m e n-

    tos diseados en los RPC.

    Pe ro, en definitiva, el Pre s u p u e s t o

    Pa rt i c i p a t i vo tendr que lidiar conuna prctica que pri o riza una part i c-

    ipacin atomizada (mediante mode-los pblicos de consumo) y no se fa

    del todo que la ciudadana pueda efectivamente form a r

    p a rte de un proceso de toma de decisiones pblico cong a rantas suficientes. Desde aqu los Pre s u p u e s t o s

    Pa rt i c i p a t i vos son objeto de innovaciones y cambios de

    un modo tal que algunas experiencias pri o rizan ms lare p resentacin que la participacin, o bien, se incre m e n-

    ta el peso de las condiciones tcnicas sobre las delibera t i-

    va s, o bien, se limita el marco de accin de los Pre-

    supuestos Pa rt i c i p a t i vo s, por ejemplo, haciendo testimo-nial su importancia dentro de los resultados de la

    Ad m i n i s t racin, que en muchos casos slo alcanza a lasi n versiones de menor va l o r, aunque aqu, como en casit o d o, hay clari f i c a d o ras exc e p c i o n e s

    No t a :1. El Ayuntamiento de Albacete, no obstante, apoya muy activa-mente el Presupuesto Pa rt i c i p a t i vo, dotando al Fo ro de la part i-cipacin, que es el foro de las asociaciones de la ciudad de la ques u rge el Presupuesto Pa rt i c i p a t i vo, de instrumentos necesari o sp a ra la realizacin del pro c e s o. Hace un tiempo el Ay u n t a m i e n t odon al Fo ro el uso de un espacio pblico para sus re u n i o n e s,tienen a su disposicin una pgina web habilitada por el Ay u n-t a m i e n t o, as como contacto directo con los miembros del eje-

    c u t i vo.

    p a rt i c i p a c i n

    ElViejo Topo /77